Descargar - Iberoamerican Observatory of Health and Citizenship

Transcrição

Descargar - Iberoamerican Observatory of Health and Citizenship
 GÉNERO, DIVERSIDAD SEXUAL Y EDUCACIÓN
GENDER, SEXUAL DIVERSITY AND EDUCATION
GÉNERO, DIVERSIDADE SEXUAL E EDUCAÇÃO
Iberoamerican Journal of Health and Citizenship
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía
July ² December 2013 ² Vol.II, Nr. 2
Julio ² Diciembre de 2013 ² Vol.II, Nº.2
ISSN 2182-4185
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía
Iberoamerican Journal of Health and Citizenship
³Género, Diversidad Sexual y Educación´
Julio ± Diciembre, 2013
Vol. II, No. 2
COORDINACIÓN ACADÉMICA IOHC
José Manuel Peixoto Caldas (CIIE-FPCE, Universidad de Oporto)
COORDINACIÓN EDITORIAL
María Victoria Carrera Fernández, Universidad de Vigo - Facultad de Ciencias da
Educación (Ourense, España)
Yolanda Rodríguez Castro, Universidad de Vigo - Facultad de Ciencias da Educación
(Ourense, España)
Maria José Magalhães, Universidad de Oporto ± CIIE, Facultad de Psicología y de
Ciencias da Educación (Portugal)
COMITÉ EDITOR INTER-UNIVERSITARIO:
Susana Novick, Universidad de Buenos Aires (Buenos Aires/Argentina)
Elsa Beatriz Padilla, CIES-IUL (Lisboa, Portugal)
Fernando Daniels, Director Colegio de las Américas (COLAM - OUI) (Québec/Canadá)
Pablo Gentili, Comité Directivo de CLACSO (Buenos Aires/Argentina)
María de Jesús Buxó Rey, Universidad de Barcelona (Barcelona/España)
Nora Lloveras, Universidad Nacional de Córdoba (Córdoba/Argentina)
Maria Amelia Viteri, FLACSO - Ecuador (Quito/Ecuador)
Julián Rebón, Director del Gino Germani ± UBA (Buenos Aires/Argentina)
Ana María Perez, CES - Universidad Nacional del Nordeste (Resistencia
Chaco/Argentina)
Alice Colón Warren, CIS ± Universidad de Puerto Rico (San Juan/Puerto Rico)
Adela Pellegrino, UDELAR Universidad de la República de Uruguay
(Montevideo/Uruguay)
Trinidad Donoso, GREDI/Universidad de Barcelona (Barcelona/España)
2
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
Sónia Dias, CMDT - IHMT, Universidade Nova de Lisboa (Lisboa/Portugal)
Aldaíza Sposati, CEDEST - PUC SP (São Paulo/Brasil)
Helena C. Araújo, CIIE - FPCEUP (Porto/Portugal)
Adrián Arias Posada, Universidad de La Rioja (La Rioja/Argentina)
Artenira S. e S. Sauaia, Universidade Federal do Maranhão (São Luís/Brasil)
José Pedro Espada, Universidad Miguel Hernández (Elche/España)
Wenceslao Peñate Castro, Universidad de La Laguna (Tenerife/España)
Rommel Mendes Leite, Université Lumière Lyon 2/Centre Max Weber (Lyon/France)
Leila Tardivo, Instituto de Psicologia, USP (São Paulo/Brasil)
Dora Salcedo-Barrientos, USP (São Paulo/Brasil)
SECRETARIADO EJECUTIVO ACADÉMICO-CIENTÍFICO
Manuel Méndez, DIE-CINVESTAV (México)
DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN
João Araújo, Encargado del Website www.iohc-pt.org
Publicación virtual semestral del Observatorio Iberoamericano de Salud y Ciudadanía,
a través de su Proyecto Health and Citizenship PTDC/CS-SOC/113384/2009 de la
FCT
Apoyo:
Nota Informativa: Toda la información inherente a los trabajos científicos publicados es
responsabilidad de sus respectivos autores.
3
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
Índice
3UyORJR«««««««««««««««««««««««««««««««« 5
Género, Diversidad Sexual y Educación ««««««««««««««««««
7
Artículos
La redefinición del rol del Varón: las nuevas Masculinidades«««««..............
9
³Gay mas não Bicha´'HXPDKHWHURPDVFXOLQLGDGHKHJHPyQLFDDXPD
proliferação de masculinidades gays «««««««««««««..................
Analisis de la Custodia Compartida desde la Perspectiva Feminista««««««
37
68
Nuevas Ciudadanías en el espacio urbano de Chapinero Central: Dinámicas
Espacio-Temporales en el barrio gay de Bogotá D.C.´««««««««««««
Desmitificación de la Violencia en parejas del mismo sexo..«««««««««
Actitudes hacia la Diversidad Sexual en Estudiantes de Secundaria Españoles«
81
102
110
As concepções dos/as Profissionais duma Casa de Abrigo de Solidariedade
6RFLDO«««««««««««««««««««««««««««««««««
129
A Reconstrução Identitária das Figuras Parentais no coming out dos filhos e filhas:
sugestões para a intervenção«««««««««««««««««««
140
Reseñas de libros
El Clitoris y sus secretos««««««««««.....................................................
160
Normas para la presentación de trabajos ««««««««««««««««
164
4
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
Prólogo
Un equipo interdisciplinario, integrado por psicopedagogos, trabajadores
sociales, psicólogos, sociólogos, geógrafos, educólogos y organizado por Yolanda
Rodriguez, Maria Victoria Carrera y Maria José Magalhães, realizó este monográfico.
Como director de la revista creo que los artículos presentados a continuación son
condición sine qua non, para la construcción de la equidad y de los derechos de
ciudadanía, así como otras acciones que iremos llevando en el futuro, para la
construcción de una sociedad igualitaria, equitativa, libre de violencia y discriminación
con justicia social; partiendo desde el entendimiento de que todos y todas tenemos los
mismos derechos y oportunidades, que cuando hablamos de género y diversidad
sexual, estamos hablando de derechos.
En este
número temático intitulado
Género, Diversidad sexual y
Educación abordamos al GÉNERO como una construcción socio-cultural,
diferenciándolo del concepto biológico del sexo varón/mujer, que tradicionalmente
acarreaba mandatos de lo femenino y masculino. Estas construcciones, que se han
asignado históricamente, se naturalizaron generando la vulneración de muchas
mujeres, que la ubican en un lugar marginal y servicial, y al hombre en un lugar de
poder y fortaleza; siendo estos arquetipos los basales de una situación de violencia,
principalmente hacia las mujeres. Esto se da debido a la inequidad de géneros que
aun persiste y posibilita una relación asimétrica de poder.
Ahora bien, cuando hablamos de violencia de género, también estamos
refiriéndonos a la violencia de la que es objeto la población cuya construcción
genérico-identitaria difiere de los parámetros heteronormativos, como lo son travestis y
transexuales. Por ello, debemos profundizar el concepto 'géneros' en rumbo a la
significación de: Identidad de Género y a un término no binario del mismo, enmarcado
en femenino/masculino, posibilitando, así, la construcción personalísima de la
identidad, tomando a la identidad travesti, desde una mirada no cerrada, sino más
amplia y abierta.
Transversalmente a esto, se circunscribe la DIVERSIDAD SEXUAL, que esta ligada
al género, pero que no implica en muchos casos la trans-gresión del mismo. Conlleva,
sí, una decisión, una aceptación y una construcción afectivo-sexual, una elección en la
construcción de las relaciones con otro/a y con uno/a. Entendiendo por esto a las
distintas orientaciones sexuales e identidades de género; gays, lesbianas, bisexuales,
5
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
intersexuales; travestis, transexuales, transgénero y heterosexuales, entre otras,
tomando a la sexualidad como un DERECHO.
No quiero terminar esta breve presentación sin felicitar a mi amiga la Profesora
Doctora Maria Lameiras Vice-Rectora de la Universidad de Vigo ± Campus de
Ourense por su excelente libro El Clítoris y sus secretos el cual viene ser un marco
más en la lucha por los derechos de la mujer a disfrutar de su propio cuerpo.
El Observatório Iberoamericano de Salud y Ciudadanía
apoya el Derecho al Aborto.
José Manuel Peixoto Caldas
Director del IOHC - FPCEUP
6
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
GÉNERO, DIVERSIDAD SEXUAL Y EDUCACIÓN
La educación tiene un fuerte componente axiológico, de forma que educar va a
implicar siempre una opción valorativa. No es posible no optar en educación, toda
escuela o agente educativo educa en valores (y puede afirmarse que si no educa en el
valor lo estará haciendo en el contravalor).
En este sentido la educación, que nunca es neutra, puede estar al servicio de la
liberación y de la transformación social, o por el contrario, al servicio de la opresión y
de la reproducción de las desigualdades. De esta doble posibilidad de ser, la
educación opta, tristemente, en no pocas ocasiones por la reproducción del statu quo,
favoreciendo a los grupos hegemónicos, perpetuando las desigualdades, la violencia y
la exclusión. Sobra decir que la verdadera educación es aquella que se sitúa más allá
de la falsa neutralidad de la instrucción -que sólo contribuye al adoctrinamiento en la
ideología de los grupos dominantes- y se orienta al desarrollo pleno de la personalidad
y a la promoción del respeto a los derechos humanos y las libertades individuales,
entendiendo así la educación fundamentalmente como un proceso de humanización.
En relación al género, la escuela y los diferentes agentes educativos, son potentes
agentes de socialización de género, trasmitiendo y reproduciendo las normas de
género de las sociedades patriarcales en las que sólo existen dos formas legítimas de
ser: hombre/masculino/heterosexual y mujer/femenina/heterosexual. Siendo esta
última subordinada a la primera, como no podría ser de otro modo en una sociedad
androcentrista, en la que el varón representa la norma, la valía y el poder. Y en la que,
en definitiva, se excluyen todas aquellas identidades sexuales que transgreden las
rígidas fronteras de la norma de género: las identidades ininteligibles posicionadas
PiVDOOiGHODFRKHUHQFLDGHOD³PDUFDFRUSRUDO´HOVH[RFRQHOJpQHURIHPHQLQRR
masculino) y/o de la heteronorma. En este sentido, podemos afirmar, que muchas
veces la escuela y los diferentes agentes educativos, contribuyen a la construcción de
identidades no sólo diferentes, sino desiguales, al imponer el lenguaje, la historia y los
conocimientos de acuerdo a los intereses de los grupos dominantes.
Este monográfico se orienta al estudio del género como categoría de análisis en el
ámbito educativo formal, no formal e informal de la educación, es decir dentro y fuera
del sistema educativo reglado. Prestando una especial atención a los procesos de
construcción de la identidad de género, la producción de identidades hegemónicas y
7
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
su transgresión a través de la configuración de identidades sexuales disidentes; así
como a las consecuencias que de ello se derivan: el sexismo, la homofobia o la
transfobia, y en definitiva las actitudes de rechazo hacia las niñas y mujeres, y en
general hacia las personas que no conforman el género de una forma inteligible, tal y
como diría la Teoría Queer; y a las estrategias educativas orientadas a promover la
igualdad y la tolerancia hacia la diversidad sexual.
En esta línea se presentan nueve artículos que analizan la construcción de identidades
disidentes y las actitudes hacia la diversidad sexual, tales como el análisis de la
proliferación de masculinidades gays; el estudio de las nuevas ciudadanías en el
espacio urbano de un barrio gay de Bogotá; la reconstrucción identitaria de las figuras
parentales en la visibilización de chicos y chicas homosexuales; la desmitificación de
la violencia en las parejas del mismo sexo; o el análisis de las actitudes hacia la
diversidad sexual en estudiantes de secundaria españoles. Asimismo, otras
aportaciones indicen en la redefinición del rol del varón, más allá de la masculinidad
hegemónica; la custodia compartida desde la perspectiva feminista; o las
concepciones sobre la violencia de género y la identidad femenina en las y los
profesionales de una casa de acogida en Portugal. El monográfico se completa con
XQD UHVHxD VREUH OD JXtD ³(O FOtWRULV \ VXV VHFUHWRV´ FX\R REMHWLYR HV YLVLELOL]DU \
legitimar la sexualidad femenina, en el marco de un modelo integrador de educación
sexual.
Yolanda Rodríguez Castro
Professora Doctora, Área de Personalidade, Avaliación e Tratamiento Psicologico,
Facultade de Ciencias da Educación - Campus de Ourense, Universidade de Vigo
María Victoria Carrera
Profesora Doctora e Investigadora Postdoctoral, Area de Personalidade, Avaliación e
Tratamentos Psicolóxicos, Facultade de Ciencias da Educación - Campus de Ourense,
Universidade de Vigo.
Maria Jose Magalhaes
Professora Auxiliar, CIIE ± Departamento de Ciências da Educação, Universidade do
Porto.
8
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
Artículos | Artigos | Articles
LA REDEFINICIÓN DEL ROL DEL VARÓN: LAS NUEVAS
MASCULINIDADES
Miguel CLEMENTE
Doctor en Psicología
Universidad de A Coruña (España)
[email protected]
Resumen
Los movimientos feministas plantearon la necesidad de utilizar un enfoque de
género que se sitúa dentro de las teorías de roles sexuales, planteando que el género
se construye socialmente. Dichos movimientos han luchado y luchan por conseguir
una sociedad más igualitaria y justa, promoviendo un empoderamiento de la mujer.
Inicialmente, se entendía que las teorías de los roles sólo eran aplicables al estudio de
la feminidad. Sin embargo, el concebir la feminidad como una cuestión de género, ha
planteado la necesidad de que se cuestione a su vez la masculinidad, utilizando para
ello una posición de igualdad frente a la feminidad. Así, nace el concepto de nuevas
masculinidades, de forma que se replantea el concepto de varón, y en concreto el de
nuevas masculinidades positivas, que huye del concepto de masculinidad
hegemónico, y se plantea una visión del varón no homofóbico y e igualitario en
cuestiones de género.
Palabras-clave: nuevas masculinidades, masculinidad, feminidad, empoderamiento,
problemas sociales.
REDEFINING THE ROLE OF THE MALE: NEW MASCULINITIES
Abstract
Feminist movements raised the need for a gender perspective that is located
within the theories of sex roles, suggesting that gender is socially constructed. Such
movements have fought and are fighting to achieve a more equal and just society,
promoting women's empowerment. Initially, it was understood that the theories of the
roles were only applicable to the study of femininity. However, the conception of
femininity as a gender issue, has raised the need for questioning masculinity in turn,
using a position of equality with femininity. Thus, the concept of new masculinities born,
so that the concept of male rethinks, and specifically the new positive masculinities,
fleeing the concept of hegemonic masculinity, and a vision of not homophobic and
equal male issues raised in gender questions.
Keywords: new masculinities, masculinity, femininity, empowerment, social problems.
9
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
1.
EL GÉNERO, UN PROBLEMA SOCIAL
Una de las formas que se pueden utilizar para explicar la dinámica de la
sociedad es la de analizar las relaciones de poder que se producen dentro de la
misma. Esta orientación ha sido empleada, de manera fundamental, en la corriente
que se ha denominado como dH ORV ³3UREOHPDV 6RFLDOHV´ 'HVGH HVWD SHUVSHFWLYD
algunos grupos con poder consiguen que sus reivindicaciones puedan ser
FRQVLGHUDGDV ³RILFLDOPHQWH´ FRPR XQ SUREOHPD VRFLDO PLHQWUDV TXH RWURV FROHFWLYRV
por falta de recursos, organización, claridad de objetivos y otra serie de características,
no van a conseguir tal reconocimiento (Clemente, 1992). Y por otra parte, para que
una condición desventajosa para un colectivo llegue a ser reconocida como un
problema social, debe pasar un largo calvario, en el que las instituciones oficiales, con
sus formas de control y utilizando su poder, se van a oponer a tal reconocimiento, ya
que el mismo ineludiblemente va a implicar la necesidad de utilizar la acción colectiva
para remediar el problema, y consiguientemente la dotación de recursos económicos
para luchar contra dicho problema. Y por otra parte, cuando un problema social es
reconocido, los colectivos que se ocupan de luchar contra el mismo, van a dirigir parte
de sus esfuerzos a luchar para que no se reconozca a otros colectivos, ya que el
reconocimiento de otras condiciones indeseables por parte de la sociedad va a
provocar un detrimento de recursos para los colectivos ya reconocidos. Por lo tanto,
todo colectivo social lucha en primer lugar por su reconocimiento oficial, y a
continuación lucha para que no se reconozca oficialmente a otros colectivos que
reclaman la atención de la sociedad.
Aplicada esta teoría al tema que aquí nos ocupa, los colectivos feministas han
luchado durante siglos para que se reconozcan y respeten (y desgraciadamente dicha
lucha es preciso que continúe) los derechos de las mujeres, pero a su vez a medida
que su lucha va consiguiendo frutos, expresan a menudo su rechazo a que se
reconozcan otras condiciones sociales indeseables, denunciadas por otros colectivos.
Que nadie se ofenda. Es ley de vida.
Por lo tanto, lo que se considera problema lo es porque un grupo con poder ha
conseguido que así se defina, y lo ha conseguido luchando frente al statu quo anterior.
Y frente a esta concepción, otros grupos, que no poseen ese poder, luchan por ser
reconocidos, contando, lógicamente, con la oposición radical de quienes poseen el
control social. Así se ha explicado desde hace más de cincuenta años el porqué de
que se destinaran recursos y se reconociera la necesidad de invertir cantidades
10
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
millonarias a paliar el problema del cáncer, por ejemplo, pero que apenas se
destinaran recursos al estudio de las enfermedades denominadas raras. Pero este tipo
de análisis no se había aplicado al mayor de los problemas sociales en función del
número de personas involucradas en el mismo, ya que afecta a toda la población del
planeta: a los problemas de género.
La sociedad, grosso modo, se divide en hombres y mujeres. No es éste el
lugar para discutir cuál es el criterio que se elige socialmente para determinar y
asignar un sexo a alguien desde que nace. Pero simplemente especifiquemos que si
ese criterio, al nacer, es de tipo biológico, igual que se acepta que debe ser el genital
(al nacer, el presentar genitales masculinos o femeninos nos convierte socialmente en
varones o mujeres), podría ser otro, como la composición cromosómica, o como el
nivel de hormonas en sangre. Lo normal es que los tres criterios coincidan, de forma
que la manera más económica y rápida de determinar el llamado sexo biológico es por
la mera apariencia genital. Pero desde que nacemos, esa determinación biológica (que
puede ser errónea si los tres criterios no coinciden) implica una determinación social,
ya que la sociedad va a asignar roles diferentes y una socialización diferente a
YDURQHV\PXMHUHVHVGHFLUQLxRV\QLxDVVHYDQD³VRFLDOL]DU´VHYDQDFRQYHUWLUHQ
personas, de manera diferencial, específicamente distinta, por el mero hecho de
presentar un sexo biológico determinado. Eso es lo que los psicólogos sociales
denominamos los roles sociales, y que desde hace pocos años ha sido descubierto
por los movimientos antipatriarcales y antimachistas, ya que parten de la idea de que
socialmente nos construimos como varones o mujeres, es decir, nos desarrollamos
socialmente desde que nacemos, aprendiendo a ser varones o mujeres.
Este hecho pone de manifiesto que un problema social suele partir de una
diferenciación que posee un elemento de realidad (hay hombres y mujeres biológicos)
y a partir de esa diferenciación objetiva, se construye una diferenciación social, que
fundamentalmente se basa en una división diferente de las relaciones de poder. El
problema se establece cuando la justificación de las desigualdades sociales creadas
artificialmente para que unos ostenten y ejerzan más poder que otros, se busca no en
un mero hecho social, sino en cuestiones biológicas imposibles de demostrar
científicamente. Así, el recurso explicativo de lo social recurriendo a argumentos
biológicos, típico de la orientación denominada como Patología Social (Clemente,
2010), no es sino una forma de justificación de un reparto desigual de lo que
11
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
socialmente debe igualar a todos, los denominados de manera general derechos
civiles y sociales.
Para los que hemos defendido que el principal motivador humano es el poder
(la lectura de cualquier obra de Shakespeare, por ejemplo, lo demuestra), resulta fácil
explicarse que media humanidad, los varones, se han hecho con el poder, relegando a
la otra mitad de seres humanos, las mujeres, a perder tanto dicha posición
predominante como, lo que es peor, la igualdad; es la sociedad basada en el
patriarcado. El patriarcado ha asignado las características más relacionadas con el
control y la dominación a los varones, y ha condenado a las mujeres a una posición de
inferioridad. Pero la sociedad, que avanza, afortunadamente,hacia un modelo de
relaciones igualitarias, impulsada en primer lugar por movimientos feministas, cuyos
colectivos se han revelado contra dicha discriminación, y después por la lucha de otros
movimientos que también han sufrido la discriminación (fundamentalmente los
colectivos de gays y lesbianas), así como la combinación y unión de dichos colectivos
en pro de una lucha en común contra la discriminación, ha denunciado tal posición, y
ha planteado la necesidad de romper una división que ha funcionado desde los inicios
de los tiempos.
Mencionaremos sólo por encima (por continuar con el ejemplo planteado con
anterioridad), ya que no es el objeto de este artículo, el hecho de las preferencias
sexuales, que es también una derivación de la asignación de roles sexuales. Así, la
persona a la que por su apariencia genital se le atribuye el rol social-sexual de varón,
se le exige que tenga gustos sexuales heterosexuales, por lo que se penaliza
socialmente (incluso en algunas sociedades con el encarcelamiento y/o con la pena de
muerte) la atracción sexual de un varón hacia otro varón; y concomitantemente, al rol
sexual de mujer se le ha asignado una atracción sexual por los varones, por lo que se
penaliza socialmente la atracción sexual hacia su propio sexo. En una palabra, la
sociedad se sexualiza, todo gira en torno a la variable sexo sin cuestionarse ésta
siquiera. No se cuestiona que la mujer deba sentir atracción sexual por los varones,
sino que sólo se cuestiona la desviación social, el que haya mujeres que se sientan
atraídas por otras mujeres; y viceversa. Y de igual manera, no es cuestionable el
hecho, porque es normal, de que haya muchos más varones que mujeres en prisión, o
muchas más mujeres atendidas en los servicios de salud mental que varones. Se
invisibiliza el género cuando se ajusta a un modelo patriarcal. Sobre este tema nos
detendremos someramente.
12
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
Sin lugar a dudas, en nuestra sociedad, la discriminación por razón de sexo se
ha convertido en un problema social. Así, las mujeres representan el 60% de las
personas más pobres a nivel mundial, menos del 16% de los parlamentarios son
mujeres, las dos terceras partes de ellas a nivel mundial son analfabetas, y son objeto
de violencia sistemática, tanto en los conflictos armados como en la intimidad del
hogar (Clemente, 2014).
Y, ¿cómo se explica esta desigualdad? Pues evidentemente mediante un
problema de poder, ya que éste durante siglos ha estado y sigue estando
mayoritariamente en manos del varón (Lameiras, Carrera y Rodríguez-Castro, 2013).
Así, el control y poder estructural sobre las instituciones políticas, legales, económicas
y religiosas, y sobre todo sobre las mujeres, lo han ejercido los hombres. Este control
HVWUXFWXUDOUHSUHVHQWDORTXHVHGHQRPLQD³HVWUXFWXUDSDWULDUFDO´TXHPDQWLHQHHOVWDWX
TXR 6H WUDWD GH XQ ³RUGHQ´ VRFLDO TXH VH PDQWLHQH D FRVWD GH XQD HVWUXFWXUD VRFLDO
que crea y mantiene una situación en la que los hombres tienen más poder y
privilegios que las mujeres y todos los otros no hegemónicos.
2.
EL EMPODERAMIENTO DE LAS MUJERES
Este problema sólo se puede solucionar mediante la generación del
empoderamiento de las mujeres. Se trata de un término acuñado en la Conferencia
Mundial de las Mujeres de Beijing (Pekín) en 1995 para referirse al aumento de la
participación de las mujeres en los procesos de toma de decisiones y acceso al poder.
Actualmente esta expresión conlleva también otra dimensión: la toma de conciencia
del poder que individual y colectivamente ostentan las mujeres y que tiene que ver con
la recuperación de la propia dignidad de las mujeres como personas. Schuler, Islam y
Rottach (2010, pp. 850) define el empoderamiento de las mujeres como:
³un proceso por medio del cual las mujeres incrementan su capacidad de
configurar sus propias vidas y su entorno, una evolución en la concientización de las
mujeres sobre sí mismas, en su estatus y en su eficacia en las interacciones sociales.´
La adopción de una perspectiva de género es la que más ha ayudado al
reconocimiento de la discriminación por razón de sexo como problema social. El
empoderamiento ha alcanzado su máxima expresión en los estudios relativos al
género, especialmente en la estrategia denominada Género en el desarrollo, la que
más ampliamente ha incorporado el concepto de empoderamiento como proceso de
13
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
cambio para las mujeres, en el que éstas van aumentando su participación en la
sociedad. La perspectiva de género nace en el momento en el que la evolución de las
mentalidades hace que los derechos de la mujer formen parte inalienable de los
derechos humanos universales. Va de la mano de la exigencia de tener en cuenta las
necesidades específicas del 50% de la población. Los estudios de género son estudios
de la construcción social que se hace de las diferencias sexuales en un momento o
lugar en concreto.
La perspectiva de género supone reconocer las relaciones de poder que se
establecen entre los géneros, que dichas relaciones de poder han sido construidas de
manera social por lo general favoreciendo a los hombres, y que éstas actúan de
manera transversal en todo el entramado social, influyendo en otras relaciones como
las de clase, la etnia, la raza, las preferencias sexuales, etc. (Clemente, 2014).
La asignación de roles implica la manifestación conductual de una serie de
características, que definen la forma de comportarse de hombres y de mujeres. Así,
una característica como la agresividad se atribuye fundamentalmente al varón,
mientras que la manifestación de la enfermedad (el reconocimiento de la debilidad y
de encontrarse mal física y mentalmente) se atribuye a la mujer. Por esta asignación,
cuando un varón no se encuentra satisfecho en la sociedad, cuando se convierte en
desviado, va a elegir la forma de desviación que le está permitida, por lo que es más
posible que se convierta en delincuente, y que cometa actos agresivos; es decir, es
PiV DGHFXDGR TXH VH FRQYLHUWD HQ ³FDUQH GH SULVLyQ´ 6LQ HPEDUJR VL XQD PXMHU
quiere o necesita desviarse por no asumir su papel, es más probable que su forma de
desviación sea como enferma mental, abusando de su rol social de pasividad y
enfermedad. El varón es rudo, la mujer es débil. En una palabra, hasta la sociedad nos
marca las formas de desviarnos. Y las estadísticas demuestran y confirman esta
posibilidad, de forma que hay más varones en prisión y más mujeres en asistencia
psicológica por presentar problemas de salud mental; es decir, se sexualizan las
estadísticas.
3.
CONVERGENCIA VERSUS REVERSIÓN DE ROLES
Derivando sus planteamientos de esta concepción, se establecieron las teorías
de la convergencia y de la conversión de roles (Clemente, 1996). Mientras que las
primeras (quizá de manera más natural e ingenua) afirman que la evolución de las
14
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
sociedades hacia modelos más igualitarios hace que tanto varones como mujeres
converjan en roles similares, las segundas (de manera quizá más realista y más
acorde con la lucha de poder) afirman que para que la mujer sea reconocida
socialmente debe asumir el rol del varón, del que tiene el poder. Así, para las primeras
teorías la explicación de que cada vez haya más mujeres en puestos directivos se
explica por el propio avance de la igualdad en la sociedad; pero para las teorías de la
reversión, una mujer sólo llegará a ocupar puestos directivos sLVH³YLULOL]D´VLDGRSWD
la forma de ser del varón, si se convierte en un varón de sexo femenino.
El análisis de la sociedad sin considerar para nada un problema de relaciones
de género ha permitido crear una visión monolítica del sistema, sin fisuras, y lo que ha
sido más importante para hombres y mujeres, apoyada por ambos roles sociales. Las
mujeres han sido felices defendiendo su papel, por ejemplo, de mínima presencia en la
vida social y máxima dentro del hogar, y los hombres, concomitantemente,
defendiendo lo contrario. Todos felices, dominadores por tener el poder, y dominados
por asumir serlo. De hecho, el sistema sólo se puede mantener si los dominados (en
este caso las mujeres) internalizan su papel y mantienen el mismo. De esta manera
se crea un pensamiento único, que aunque se basa en una división de género, ni
utiliza el término género ni lo manifiesta, incluso ni está en la mente de las personas
de la sociedad. Así, no es cuestionable que en un supermercado nos atienda una
cajera, o que el conductor del autobús sea un varón (afortunadamente esta
perspectiva ha ido cambiando actualmente); es decir, las profesiones se han
sexualizado, todo se ha hecho depender del sexo, pero sin nombrarlo. Y esto ha
llevado a que el nacimiento de los movimientos sociales (léase movimientos
feministas) que se han planteado una lucha para dejar de estar discriminados por un
rol social o sexual, se hayan replanteado el papel de la mujer en la sociedad, hayan
querido redefinir la visión de la mujer en la misma, reclamar un papel igualitario para la
mujer, en una palabra, luchar contra el modelo patriarcal. Y es precisamente ese
replanteamiento el que ha supuesto una serie de consecuencias, que brevemente
enumeramos a continuación:
x
En primer lugar, los movimientos feministas, aparte de ir
consiguiendo un mayor apoyo de las mujeres en sí, que han ido asumiendo
como normal el que ellas ocupen un papel en la sociedad que sea igualitario,
que no les discrimine socialmente, han provocado que algunos varones, que
entienden que el patriarcado, aunque les beneficie socialmente, implica una
15
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
desigualdad social contra la que hay que luchar, y que atenta contra los
derechos de las personas, defiendan también la necesidad de cambiar las
relaciones de poder, de que las mujeres se empoderen, y de apoyarlas.
Algunas veces este apoyo ha sido rechazado por los movimientos feministas,
al considerar a dichos varones como posibles enemigos que pueden inflirtrarse
en sus filas, y en otras ocasiones se les ha aceptado, al apoyar una causa en
la que el reparto de poder no debe sustentarse en la variable género. Es decir,
el movimiento feminista ha encontrado apoyo no sólo en las mujeres, sino
también en algunos varones.
x
En segundo lugar, ese replanteamiento de los roles sexuales-
sociales ha provocado un estado que siguiendo a Durkheim se podría definir
como de anomia social, en los varones. Así, mientras que las mujeres
consiguen redefinir su papel y establecen un guión de lucha determinado
contra un estado actual de desigualdad, el varón pierde su definición, se
encuentra socialmente sin poder definir su papel en la sociedad. Este hecho
explica que a día de hoy, los varones abandonen más sus estudios, llegan en
menor proporción a la universidad, no tengan en mente un objetivo de futuro,
en una palabra han perdido su definición social. Y dicha pérdida de rumbo
social ha comenzado a tocar fondo, de forma que desde hace unos años
comienzan a organizarse los hombres buscando su propia definición, que es lo
que se llama la nueva masculinidad. En cualquier caso, los movimientos
feministas se convirtieron en el elemento detonante para el cuestionamiento del
concepto de género, y han provocado que los varones se cuestionen su propio
género.
Pronto dentro del ámbito anglosajón se empiezan a generar investigaciones en
las que el protagonista es el varón, si bien dentro de una lógica de género (Sanfélix,
2011), poniéndose en duda que el varón sea el centro de todas las cosas dentro del
mundo pero sin necesidad de nombrarlo (es lo que se denomina la invisibilización del
varón, puesto que está tan presente en todas las cosas y se intuye que la presencia de
cualquier persona de valor en la sociedad se refiere siempre a un varón, y que choca
frente a la invisibilización de la mujer, que hace referencia a la desaparición de la
PXMHUGHODYLGDVRFLDOHVGHFLUWDQWRYDURQHVFRPRPXMHUHVVH³LQYLVLELOL]DQ´SHURHO
primero por su presencia indiscutible, y la segunda por su ausencia, también
indiscutible). Frente a los planes de estudios de universidades norteamericanas que
permitían y permiten graduarse en los denominados Women´s Studies, se crean los
16
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
Men´s Studies, como espacios de reflexión e investigación de la masculinidad y del
género masculino desde la igualdad.
Así, los estudios que comienzan a impartirse en las universidades
norteamericanas, al hilo de corrientes teóricas como el Interaccionismo Simbólico, con
representantes de la categoría de Berger y Luckman (2003) (véase también Clemente,
2010), conciben plenamente la masculinidad como un constructo social, y comienzan a
emplear su análisis como un hecho etnográfico (véase, por ejemplo, Minello, 2002). Un
ejemplo de esta forma de analizar y de deconstruir el concepto de varón desde un
planteamiento
de
una
nueva
masculinidad
nos
lo
ofrece
Gilmore,
cuyos
planteamientos son recogidos por un antropólogo, Gil Calvo (2006; véase también
Sanfélix, 2011), y del que está excluido el nuevo varón que se replantea su
masculinidad desde un planteamiento de la igualdad; es decir, sólo recoge los tipos de
YDURQHV³FOiVLFRV´
x
La masculinidad hegemónica: sería la practicada por varones
heterosexuales que monopolizan el poder, el prestigio y la autoridad legítima.
x
La masculinidad subordinada: haría referencia a masculinidades
divergentes de la posición de poder hegemónica de los varones, y que se suele
DVRFLDUDORVKRPRVH[XDOHVR³DIHPLQDGRV´
x
La masculinidad cómplice: se trataría de la masculinidad
silenciosa, que no formaría parte de la minoría hegemónica pero que disfruta
de las ventajas del sistema patriarcal con la sumisión de la mujer (son los
denominados dividendos patriarcales).
x
La masculinidad marginada: se relaciona con los grupos étnicos
minoritarios y marginales (colectivos étnicos como los gitanos en España o los
negros en Estados Unidos), así como con colectivos de delincuentes, de
pederastas, etc.
Desde un punto de vista más coloquial, Segarra y Carabí (2000), así como
Sanfélix (2011), especifica una serie de reglas que establecerían la masculinidad
occidental clásica y que constituirían una guía de comportamiento para el varón
tradicional:
x
¡Nada con asuntos de mujeres!: nunca un varón debe hacer algo
que sugiera ni de lejos algo femenino. La esencia de la masculinidad es el
oponerse a lo femenino.
17
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
x
¡Sea el que lleva la voz cantante!: la masculinidad se mide por el
podHU SRU HO p[LWR SRU OD ULTXH]D \ SRU OD SRVLFLyQ VRFLDO (O GLFKR ³OR
LPSRUWDQWHHVJDQDU´HVIXQGDPHQWDO
x
¡Sea fuerte como un roble!: la masculinidad va a depender de
mantener la calma, confiar en sí mismo y mantener las emociones bajo control.
Los chicos nunca lloran.
x
¡Mándelos al infierno!: debe mostrarse varonil y agresivo, y ser
arriesgado en su decisiones.
En definitiva, la masculinidad se define por la negación, y específicamente por
la negación de ser femenino.
4.
CONCEPTO DE GÉNERO Y SU CONEXIÓN CON LA VIOLENCIA
De todas las manifestaciones violentas, la de género ha estado siempre
presente a lo largo de la historia del ser humano y viene fuertemente suministrada por
la creencia en la inferioridad de la mujer con respecto a los hombres, idea que se ha
ido transmitiendo en el seno de las sociedades patriarcales.
Para entender esta ideología machista, es necesario profundizar en el
significado de género, que se establece como una construcción cultural que hace una
sociedad a partir de las diferencias biológicas. A esta construcción, se adscriben los
comportamientos y las funciones desempeñadas por las mujeres a lo largo de los
años, atribuyéndoles el papel de madres, hijas y esposas en las esferas privadas y
domésticas.
La categoría de género tiene como referente al colectivo de las mujeres y su
sexo está vinculado a unas normas de carácter simbólico generadoras de la
subordinación femenina en las sociedades androcéntricas (Cobo, 2005).
Partiendo de esta idea, se puede hacer una distinción entre los términos de
sexo y género. El sexo se refiere simplemente a la diferencia que marca la biología
entre los hombres y las mujeres, es decir, se vincula a todas aquellas diferencias
físicas del cuerpo que distinguen al colectivo masculino del femenino; mientras que el
género se apoya en una idea social marcada fuertemente por la presión cultural.
El género da lugar a una ideología basada en la creencia de actitudes, roles y
responsabilidades considerados apropiados para hombres y para mujeres, así como
18
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
las creencias sobre las relaciones que los miembros de ambas categorías deben
mantener entre sí (Moya y Puertas, 2004). El género se percibe por tanto como un
elemento constitutivo de las relaciones sociales basado en las diferencias sexuales,
que generan a su vez, fuertes relaciones significativas de poder entre ambos sexos
(Pujal y Amigot, 2010).
Cobo (2005) señala que el concepto de género forma parte de un instrumental
conceptual creado para ubicar a las mujeres en una situación desventajosa con
respecto al colectivo masculino, dando lugar a una subordinación femenina en todas
las esferas de la sociedad.
De esta forma, el género da lugar a una construcción representativa de las
funciones que tienen que cumplir las mujeres en sociedades donde el poder recae en
el colectivo masculino. Estas funciones son designadas por éstos, que construyen una
imagen de la feminidad de acuerdo a sus intereses (Amorós, 2009).
5.
SOCIEDADES PATRIARCALES
Toda sociedad lleva fuertemente suministrada unos valores que interiorizan sus
habitantes mediante la socialización. En las sociedades patriarcales donde el hombre
se considera el centro del universo, el colectivo femenino queda excluido del entorno
social, invisibilizado y sin derechos fundamentales.
Esta supremacía masculina ha genHUDGRXQDYLVLyQGHLQIHULRULGDGDO³VHJXQGR
VH[R´ SXHV OD IXHUWH SUHVLyQ FXOWXUDO KD GDGR OXJDU D XQD GHVLJXDOGDG VRFLDO
económica y sexual para la mujer.
La cultura patriarcal junto con los valores derivados de la misma favorecieron la
construcción de la desigualdad, permitiendo asumir a los hombres una mayor
consideración en la sociedad, recluyendo a las mujeres a un espacio secundario como
es el ámbito doméstico (Lorente, 2010).
La concentración de poder en la figura del varón otorga una serie de derechos
y privilegios asociados al sexo masculino mientras que al colectivo femenino se le
configura como un sexo acompañante, relegado a cumplir con los deseos e intereses
varoniles.
19
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
Bosch (2007) identifica los tres ejes misóginos que han alimentado la idea de la
inferioridad femenina en las sociedades patriarcales:
a)
Creencia en la inferioridad moral de la mujer: desde una perspectiva
androcéntrica, se estima que el colectivo femenino presenta poca nobleza en sus
sentimientos y una gran capacidad de manipulación. De este eje se nutren los fuertes
prejuicios sexistas hacia las mujeres cuyo símbolo de referencia caería en la figura de
Eva.
b)
Creencia en la inferioridad de la naturaleza femenina: la mujer se
concibe como el sexo débil, enfermiza, dependiente, necesitada de protección y
esclava de su ciclo reproductor.
c)
Creencia en la inferioridad intelectual: La capacidad emocional y
afectiva de la mujer está más desarrollada que sus cualidades racionales,
relegándolas de esta forma a las dedicaciones domésticas y familiares.
Para salvaguardar la hegemonía de los hombres en el poder, se atribuyeron a
ambos sexos distintas funciones sociales, es decir, distintos roles sexuales, con el fin
de mantener a las mujeres en un estado de dependencia y sumisión. Además se
ejerce un auténtico control para evitar cualquier tipo de rebelión que fuera contra los
intereses de los hombres.
Estas manifestaciones de poder provocaban situaciones extremas que
buscaban el dominio total del hombre por parte de la mujer, generando condiciones
muy peligrosas para la integridad física, psíquica y social del colectivo femenino en
nuestra sociedad.
Según Johnson (1995) uno de los productos surgidos por el
patriarcado es el derecho que tienen los hombres a controlar a sus mujeres para
conseguir su subordinación total mediante las amenazas, el aislamiento o las
agresiones.
6.
EL APORTE DE LA PSICOLOGÍA SOCIAL AL ESTUDIO DE LAS
RELACIONES DE GÉNERO
De todos los aportes de la Psicología Social al estudio de las relaciones de
género, vamos a centrarnos en las dos que nos parecen más idóneas para aportar luz
sobre el fenómeno que queremos analizar: los roles y estereotipos sexuales, y los
valores.
20
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
6.1.
Roles y estereotipos sexuales
Como se ha señalado anteriormente, la percepción acerca de lo masculino o
femenino no está basada en la biología sino en los aspectos sociales y culturales, en
la socialización. A lo largo de nuestro proceso de socialización, vamos interiorizando
determinados comportamientos que nos identifican como hombres o como mujeres,
dando lugar a los denominados estereotipos de género, que inciden directamente en
las relaciones sociales, en la personalidad de los individuos, en el autoconcepto, en las
relaciones de pareja, en la familia, en el grupo de pares, en las relaciones políticas,
etc. (Moya, 1984).
Los estereotipos se pueden definir como generalizaciones no científicas acerca
de lo que es propio de cada sexo y se componen de una serie de características,
destrezas o conductas consideradas socialmente como propias de hombres y mujeres
que refuerzan, al mismo tiempo, las desigualdades de género (Sánchez e Iglesias,
2008).
Los roles están sumamente conectados a los estereotipos de género, es decir
a aquellas ideas impuestas y asumidas sobre las características, actitudes y aptitudes
de las mujeres y de los hombres en el entorno social. Y estos estereotipos se
transmiten mediante las denominadas relaciones de género, que son aquellas que se
establecen mediante procesos comunicativos y que implican el control del poder
social, impulsándose a través de la educación a través de los distintos agentes
socializadores, como la familia, la escuela, el grupo de pares, o los medios de
comunicación. De esta manera, el ambiente social va a educar a los individuos según
las actitudes y los comportamientos que se consideran adecuados para cada grupo,
en este caso a ser mujer o varón.
Se pueden detectar una serie de estereotipos asociados a los varones y otros a
las mujeres. Así, se atribuye a los hombres todas aquellas características referidas a la
IXHU]DDOSRGHUDOFRQWURODODFRPSHWLWLYLGDGDODGHFLVLyQDODYDOHQWtD«PLHQWUDV
que a las mujeres se les atribuyen las características referidas a la delicadeza,
GHSHQGHQFLDFDOLGH]LQWURYHUVLyQ«
La fuerte imposición patriarcal ha hecho que los hombres se hayan atribuido las
tareas más importantes para el funcionamiento social. La economía, la política, la
legislación, la religión o la educación, siempre han estado bajo la supervisión de los
varones, perpetuando así sus roles sexuales y aumentando el control masculino sin
21
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
importar la presencia de la mujer en estas esferas (Moya, 1984). Esta invisibilización
femenina viene fuertemente impuesta por el sexismo, que se entiende como aquella
actitud negativa dirigida hacia un determinado sexo, es decir, una persona tiene una
actitud de prejuicio hacia las mujeres debido a la creencia en su inferioridad como
colectivo. Sin embargo, esta antipatía puede coexistir con sentimientos positivos, de
ahí que el sexismo pueda tener un carácter ambivalente.
En el sexismo ambivalente se diferencian dos componentes: por un lado el
sexismo hostil, que es aquella actitud de prejuicio manifestada a través de una
conducta discriminatoria hacia la mujer; y por otro lado el sexismo benevolente
propiamente dicho, que comprende un conjunto de actitudes interrelacionadas hacia
las mujeres que son sexistas cuando se les considera de forma estereotipada y
limitadas a ciertos roles, pero presenta al mismo tiempo un tono más afectivo, con
conductas prosociales como por ejemplo la búsqueda de ayuda o de intimidad (Moya,
2004). El sexismo benevolente puede ser más peligroso que el sexismo hostil ya que
se puede utilizar para legitimizar al segundo y porque, debido a su carácter benévolo,
no se le considera sexista, pero se utiliza igualmente para conseguir la subordinación
de la mujer.
En el sexismo benevolente existen tres componentes básicos:
x
El primero de ellos es el paternalismo protector, basado en la
dependencia del otro, lo que posee un carácter de subordinación pero cargado
de cariño y protección que justifica la debilidad de la mujer.
x
Otro
componente
es
la
diferenciación
de
género
complementaria, que viene constituida por la visión que tienen los hombres de
las mujeres (objetos románticos, madres, esposas) que potencia la visión
positiva de la mujer pero de una forma estereotipada.
x
Y por último la intimidad heterosexual, que es la fuente más
poderosa de la ambivalencia, percibiéndose las relaciones heterosexuales
como una fuente de felicidad.
La desigualdad generada por los estereotipos puede dar lugar a la creación de
una serie de mitos asociados a las diferencias entre ambos sexos que determinan
nuestra forma de actuar, sentir y pensar. Este aspecto tiene un papel muy relevante a
la hora de concebir mentalmente a la mujer, ya que así los hombres pueden culpar a
sus compañeras de sus propias actitudes violentas, debido a la necesidad varonil
aprendida de controlar a la pareja, a su control total mediante la fuerza y el poder
22
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
(Torres y López-Zafra, 2010).Y desgraciadamente, dicho control, muchas veces
acompañado por los celos, es percibido por la mujer como signo de cariño (LópezZafra creó al respecto el concepto de cultura del honor, que se puede consultar, por
ejemplo, en López-Zafra y Rodríguez-Espartal -2008-).
6.2.
Valores
Desde los inicios del tratamiento científico de la conducta humana, la
Psicología ha creado constructos que explican cómo pensamos, y en función de
dichos pensamientos poder determinar cómo nos comportamos. A veces se ha
denominado a ese entramado de ideas de cada uno la personalidad, cuando hacemos
referencia a la esencia de nosotros mismos, y otras veces a valores, cuando hacemos
referencia a aspectos de nosotros mismos más modificables y cambiantes. A los
psicólogos sociales nos interesan fundamentalmente los valores, esos constructos que
hacen referencia a estructuras mentales que son difíciles de cambiar, pero no
inmutables. De hecho, el sexismo se puede considerar un valor.
Al fin y al cabo los valores son los colores con los que pintamos la realidad. Y
cuando dos personas se ponen a dialogar, muchas veces se dan cuenta de que
utilizan colores muy distintos, es decir, mantienen puntos de vista muy diferentes. Y si
no tratan de comprenderse, de ponerse en la piel del otro, de empatizar, y de respetar
los demás puntos de vista, están abocados a dejar de relacionarse. Pues bien, eso
que nos pasa a las personas desde un punto individual, ocurre también a nivel de
grupos y de grandes colectivos, y de manera muy general forma lo que llamamos
cultura.
El concepto de cultura ha sido muy estudiado dentro de las Ciencias Sociales,
quizá sobre todo por la Antropología. Nosotros no nos vamos a detener en este
aspecto, pero si tuviéramos que dar unas pinceladas al respecto, destacaríamos la
visión de Geert (1995), autor que expresa que el ser humano es una animal
suspendido en una telaraña de significados. Es decir, la cultura es la semantización, el
dotar de sentido a la realidad, el comprender esa realidad poniéndole etiquetas. Un
ejemplo fundamental desde el punto de vista individual es nuestra costumbre de
ponernos nombres; no es lo mismo hablar de personas en general, que hablar de
alguien en concreto; es más, casi todos nos identificamos con nuestro nombre, y el
mero nombre construye nuestra identidad, nos hace personas. Y es que como
23
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
comenta Geert (1995), esa telaraña de significados la construyen los mismos seres
humanos, diferenciándonos este hecho de los demás animales. Y por eso
precisamente concluye Geert que el análisis de la cultura debe hacerse a base de
interpretaciones, de describir los significados.
Y dentro de una cultura hay valores. El valor es más específico que la cultura,
se refiere a formas concretas de pensar y de actuar dentro de una cultura. Así,
Triandis (1980, 1996) define los valores como los fines y principios relevantes en la
vida con los que las personas evalúan lo que es deseable, bueno o bello, y que sirven
de guía de la conducta diaria o como enunciados acerca de cómo deben ser las cosas.
Para Ros, los valores son constructos que expresan la relación estable e integral entre
el individuo y la sociedad. Para Morales (2000) son principios amplios y generales que
sirven de base a las creencias. Y para Schwartz y Bilsky (1987), su agrupación genera
motivaciones, que son agrupaciones de valores. Es decir, los valores son las formas
en las que se concreta una cultura. Y cabrían dos interpretaciones: que dentro de cada
cultura existen valores específicos que sólo se dan dentro de la misma, y que los
valores son universales y se dan en todas las culturas, variando su grado de
manifestación de unas a otras. Hoy en día, la Psicología Social ha optado
fundamentalmente por esta segunda vía.
La investigación más importante sobre valores de las últimas décadas ha sido
llevada a cabo por un antropólogo, Hofstede (1999, 2001). Nunca una investigación ha
tenido tanta repercusión dentro de la ciencia de la Psicología Social, refundando la
Psicología Cultural. Hofstede distingue cinco dimensiones, o cinco grandes valores,
que se manifiestan en todas las culturas, variando el grado en que dentro de cada una
predominan, y el grado en que cada sujeto dentro de cada cultura manifiesta cada
dimensión. Las dimensiones son las siguientes (queremos indicar que vamos a excluir
una de ellas, la de orientación a largo plazo versus orientación a corto plazo, al no
referirse a cuestiones de género. Sin embargo, las otras cuatro, que sí se relacionan
con cuestiones de género, serán las que expondremos a continuación):
6.2.1. Distancia jerárquica
Esta dimensión se refiere al grado en el que miembros menos poderosos de
una sociedad esperan la existencia de diferencias en los niveles de poder. Una
puntuación más elevada sugiere que hay expectativas de que algunos individuos
24
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
tendrán mucho más poder que otros, es decir, se asume y se considera normal y
deseable que tiene que haber personas que mandan y personas que obedecen, y toda
una cadena de mando entre medias. Los países con elevada distancia de poder, por
otra parte, son típicamente más violentos. Una puntuación baja refleja la perspectiva
de que la gente debe tener derechos iguales. Las naciones latinoamericanas y árabes
están catalogadas como las más altas en esta categoría; las escandinavas y
germánicas entre las más bajas. Si en una sociedad hay personas que poseen un
elevado nivel de distancia jerárquica, éstas se caracterizarán por la siguiente forma de
pensar y de actuar, tanto en el universo laboral como familiar:
x
Recurrir a la violencia cuando una persona realiza alguna acción
que va en contra de lo esperado o de lo que la comunidad requiere. Incluso
algunas personas no dudan en recurrir a una violencia extrema.
x
Establecer relaciones de jerarquía a nivel familiar de manera
muy marcada, de forma que las opiniones y los deseos de los padres no
pueden ser discutidos por sus hijos, y se debe obedecer a aquéllos bajo
cualquier circunstancia. El diálogo no tiene sentido dentro de la familia, en
cuanto que los hijos deben atenerse a lo que se debe hacer, no hay nada que
discutir.
x
Dentro del universo laboral las relaciones se vuelven también
tremendamente jerárquicas. Esto les lleva a desempeñar trabajos ocupando
normalmente las posiciones más bajas del organigrama, o de no ser así,
presentar una visión de las relaciones humanas en el trabajo que implican la
explotación sistemática de aquellas personas que están a su cargo. Es decir,
existe una confusión entre el desempeño de un cargo y la pleitesía.
6.2.2. Individualismo versus colectivismo
El individualismo es el polo contrario al colectivismo, y se refiere al grado en
que las personas esperan valerse por sí mismas o, alternativamente, actúan
principalmente como miembros de un grupo u organización. Los Estados Unidos son
la sociedad más individualista del mundo. El individualismo acentúa la importancia de
los derechos y las libertades individuales, poniendo especial énfasis en la carrera
personal, las recompensas y el respeto personales. En las sociedades individualistas
se valora la preferencia por la libertad y el grado de libertad que se concede a los
lazos sociales. El colectivismo enfatiza los valores y la armonía entre los miembros de
un grupo, al cual se subordinan los intereses personales. Un claro ejemplo como se
25
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
acaba de comentar de sociedad individualista es Estados Unidos, así como, más
cercana a nuestro entorno, el Reino Unido, Holanda, Italia..., en comparación con los
países latinoamericanos, donde imperan las sociedades colectivistas.
Para las sociedades colectivistas, la familia es una entidad fundamental, que
está por encima del individuo. Sin embargo, para la sociedad individualista lo principal
es el individuo en sí, y no la familia a la que pertenece. En las sociedades
individualistas el papel de los amigos es fundamental, e incluso se sitúa por encima de
la familia. Sin embargo, en las sociedades colectivistas se vive en familia y para la
familia, y apenas se mantienen relaciones fuera de la misma.
Dentro de nuestro país existen grupos muy colectivistas, como la comunidad
gitana, por ejemplo. Para ellos, cualquier ofensa a un miembro de su grupo es una
ofensa a toda su colectividad, y la familia es una unidad básica, muy por encima del
individuo. Desgraciadamente, el que vivan a su vez en países que no son tan
colectivistas hace que su propia comunidad sea muy restrictiva y punitiva con las
mujeres, obligándolas a seguir las tradiciones familiares, mientras que con los varones
se es mucho más transigente.
6.2.3. Masculinidad versus feminidad
Se trata de la dimensión que más nos interesa en este artículo. Se refiere al
valor asignado a los tradicionales roles de los géneros. Los valores masculinos
incluyen la competitividad, la asertividad, la ambición y la acumulación de riqueza y de
posesiones materiales. En una cultura masculina, la mayoría de las personas creen
que sólo los hombres se deben preocupar por los estudios lucrativos, y que las
mujeres no deben trabajar duro ni estudiar si no quieren. En una cultura femenina, hay
más casos de mujeres en estudios tradicionalmente ocupados por los hombres (por
ejemplo, las ingenierías) que en una cultura masculina. De acuerdo con las
investigaciones de Hofstede, son los países escandinavos los que tienen una cultura
más marcada hacia la feminidad, y son países como Japón o México los que tienen
una cultura fuertemente masculina.
La masculinidad se refiere a las sociedades en las que los roles de género son
claramente distintos entre sexos (por ejemplo, el hombre tiene que ser asertivo,
resistente, y centrarse en el éxito material, mientras que la mujer debe ser más
modesta, tierna, relacionada con la calidad de vida, etc.) La feminidad se refiere a las
26
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
sociedades en las que se superponen las funciones sociales de género (es decir, tanto
los hombres como las mujeres tienen que ser modestos, tiernos, y sobre todo luchar
por la calidad de vida). Las sociedades que tienen mayor inclinación hacia la
masculinidad, definen los géneros de formas más tradicionales y dan preferencia
estereotipada a los comportamientos masculinos sobre los comportamientos
femeninos. Las sociedades más orientadas hacia la feminidad tienen una visión más
amplia y completa de los diferentes papeles que juegan tanto los hombres como las
mujeres en las actividades laborales y domésticas. Algunas características más
centradas en la feminidad lo constituyen el cuidado y consideración que se tenga de
las relaciones interpersonales y el equilibrio entre las actividades del hogar y del
trabajo (Páez y Fernández, 2004).
6.2.4. Evitación de la incertidumbre
La cuarta de las dimensiones de Hofstede, la evitación de la incertidumbre,
refleja el grado en que una sociedad acepta la incertidumbre y los riesgos. En términos
sencillos, las culturas con más puntuación en esta escala evitan tomar riesgos. Las
culturas mediterráneas son las más altas en esta categoría. Desde la Psicología Social
KHPRV GHQRPLQDGR WDPELpQ D HVWD GLPHQVLyQ FRPR ³PHQWDOLGDG GXUD´ versus
³mentalidad blanda´HVGHFLUKD\FXOWXUDVPiVDELHUWDVDOFDPELR\TXHDGPLWHQTXH
no haya un criterio uniforme para las cosas. Así, por ejemplo, en las culturas con
mayor aceptación de la incertidumbre, o de mentalidad más blanda, se aceptan mejor
roles sexuales distintos a los tradicionales; en una cultura de mentalidad dura, se
penaliza, por ejemplo, la homosexualidad.
7.
LA MAYOR LACRA DE LOS ROLES SEXUALES TRADICIONALES: LA
VIOLENCIA MACHISTA
La violencia contra las mujeres continúa siendo una epidemia global que mata,
lastima y perjudica física, psicológica, sexual y económicamente a millones de mujeres
de todas las edades. Es una violación de los derechos humanos negarle a las mujeres
la igualdad, la seguridad, la dignidad y las libertades fundamentales (BID, 2010;
DAWN, 1985; OMS, 2002; ONU Mujeres, 2004); PNUD, 2013).
27
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
Según la Declaración de las Naciones Unidas para la Eliminación de la
Violencia contra las Mujeres, Resolución de la Asamblea General, de diciembre de
1993:
³/D violencia contra las mujeres es la manifestación de relaciones de poder
históricamente desiguales entre los hombres y las mujeres, que han llevado a la
dominación y la discriminación contra las mujeres hecha por los hombres y a la
evitación del completo avDQFHGHODVPXMHUHV«´
Y la Organización Mundial de la Salud desde hace años viene denunciando la
violencia contra la mujer como un problema de salud prioritario, pide en su Informe
0XQGLDOVREUHOD9LROHQFLD\OD6DOXG³integrar la prevención de la violencia en
las políticas sociales y educativas y promover además la igualdad entre los sexos y la
igualdad social´5HFRPHQGDFLyQ
Las secuelas provocadas por el maltrato físico son evidentes, pero el impacto a
nivel psicológico y el deterioro en la calidad de vida de estas mujeres es más difícil de
identificar y evaluar. Para poder establecer el impacto de los efectos de la violencia
contra la mujer sobre la salud individual y sobre la salud pública, se ha establecido un
indicador basado en la pérdida de Años de Vida Saludables (AVISA), que permite
calcular el número de años perdidos en relación a una esperanza de vida teórica, que
determinaría el número de pérdida de AVISA que se produce como consecuencia de
la violencia de pareja (Lorente, 2001). Los daños físicos suponen el 55% de los AVISA
SHUGLGRV PLHQWUDV TXH ORV ³QR ItVLFRV´ UHIHULGRV D ORV SVLFROyJLFRV \ D OD VDOXG
reproductora, suponen el 45% (Lorente, 2001).
Algunos de los datos que nos facilita Naciones Unidas al respecto son los
siguientes (Clemente, 2014):
x
El tipo de violencia contra las mujeres más común a escala
mundial es la violencia física infligida por la pareja. Como mínimo, una media
de 6 de cada 10 mujeres son golpeadas, forzadas a tener relaciones sexuales
o sufren de un tipo de abuso cualquiera a mano de su pareja a lo largo de su
vida.
x
Se estima que 1 de cada 5 mujeres en el mundo será víctima de
una violación o de un intento de violación a lo largo de su vida.
28
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
x
Las mujeres sufren acoso sexual a lo largo de sus vidas. Entre el
40% y el 50% de las mujeres en la Unión Europea han manifestado haber
sufrido algún tipo de acoso sexual en su lugar de trabajo.
x
El costo de la violencia contra la mujer infligida por su pareja
solamente en los Estados Unidos sobrepasa los 5.800 millones de dólares
americanos al año. De ellos, 4.100 millones de dólares son destinados a
servicios médicos directos y de atención médica, en tanto que la pérdida de la
productividad representa cerca de 1.800 millones de dólares.
x
En Canadá, un estudio realizado en 1995 estimó los costos
directos anuales de la violencia contra la mujer en 1.170 millones de dólares
canadienses. Un estudio de 2004 en el Reino Unido estimó el total de los
costos directos e indirectos de la violencia doméstica, incluidos el dolor y el
sufrimiento, en 23.000 millones de libras esterlinas al año o 440 libras por
persona.
8.
HACIA EL ESTABLECIMIENTO DE LAS NUEVAS MASCULINIDADES
Aparte de que los movimientos feministas se hayan convertido en los que han
provocado una amplia reflexión sobre el concepto de género, también han provocado
que, como comenta Soto (2013), dicho concepto se ha convertido en una herramienta
teórica para el análisis, para la reflexión y para denunciar un problema que entró en
discusión ya en la década de los años sesenta del siglo pasado, como es la exclusión
de las mujeres de la vida social.
Esta nueva masculinidad se ha denominado en ocasiones como nueva
masculinidad positiva (si bien lo normal es que se utilice la palabra en plural, de forma
que se admita una visión no monolítica de la forma de ser de los varones), cuando
incluye el rechazo a la masculinidad tradicional y por lo tanto patriarcal (es decir,
desfavorecedora del rol de la mujer, y por lo tanto favoreciendo y proclamando la
necesidad de encontrar un empoderamiento de las mujeres para conseguir una
sociedad justa desde el punto de vista de género), y el rechazo a las concepciones
homofóbicas (es decir, a las posturas que establecen que el gusto sexual admitido
tradicionalmente se debe cuestionar, de forma que no se rechace a los colectivos
homosexuales, estableciendo que la sociedad no debe inmiscuirse en los gustos
sexuales de las personas, por lo que no se debe rechazar -y mucho menos penalizarla homosexualidad).
29
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
Un problema adicional se plantea: igual que para las mujeres es un auténtico
yugo tener que asumir un rol que les obliga a desempeñar un papel en el que deben
DVXPLUVXLQIHULRULGDGHOUHSDUWRGHUROHV³REOLJD´WDQWRDYDURQHVFRPRDPXMHUHVSRU
lo que también actúa como yugo para los varones. Así, empiezan a existir colectivos
de varones que no quieren asumir el papel de ser humano que discrimine
negativamente a las mujeres, que no quieren asumir como rasgo de su carácter la
agresividad, o que simplemente desean que se les reconozcan una serie de rasgos
que típicamente estaban asignados a la mujer, como la sensibilidad, la ternura o el
cariño, rasgos que si un varón manifestaba era considerado por la sociedad como con
la
etiqueta
negativa
de
homosexual,
y
siendo
penalizado
socialmente,
independientemente de su tendencia sexual, sólo por el hecho de reclamar una serie
GH FDUDFWHUtVWLFDV GH URO TXH KDQ VLGR DWULEXLGDV D OD PXMHU \ ³UREDGDV´ DO YDUyQ (Q
una palabra, el yugo afecta a ambos roles de género, y los varones también reclaman
su libertad de expresión.
De esta manera, se comienza a plantear el concepto de masculinidad, a buscar
una redefinición de los roles socio-sexuales también para el varón, y especialmente se
plantea un nuevo concepto del varón, que no se basa en la concepción sexista
anterior, que implicaba el machismo como punto de partida. El nuevo varón es un ser
que lucha por la igualdad en los roles sexuales, y que no discrimina ni a las mujeres ni
a los homosexuales, que trata de definirse sin excluir a otros colectivos. Así, Soto
(2013), por ejemplo, plantea que el concepto de nuevas masculinidades se define
como:
³8QPRYLPLHQWRLQFLSLHQWHGHKRPEUHVRJUXSRVGHKRPEUHVTXHDERJDQSRUOD
igualdad entre hombres y mujeres en todos los aspectos de la vida y que luchan por
erradicar la violencia física o psicológica a mujeres, niños, ancianos y hombres. Del
mismo modo, las nuevas masculinidades promueven la crítica a la masculinidad
hegemónica a quienes identifican como la responsable de la negación de los derechos
de mujeres y hombres así como la reguladora del mantenimiento de los propios
SULYLOHJLRVHQGHVPHGURGHORTXHHOODGHILQHFRPRQRUPDOSDWROyJLFD´
Nos parece interesante al respecto la reflexión realizada por Amelia Valcárcel
SFXDQGRDILUPDTXH³HOIHPLQLVPRHVXQKLMRQRTXHULGRGHOD,OXVWUDFLyQ´
puesto que, retomando a Soto (2013), a partir de dicho momento se empiezan a
realizar preguntas como por qué las mujeres están excluidas, por qué los derechos
30
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
son sólo aplicables a los hombres, dónde se sitúa el origen de esa discriminación, qué
se puede hacer para combatir la desigualdad, etc. (véase también Valcárcel, 1994).
Por lo tanto, los hombres comienzan a organizarse reclamando una reflexión
sobre el concepto de género desde lo masculino, desde la necesidad de crear una
masculinidad alternativa a la que construyó una sociedad patriarcal y machista, una
masculinidad positiva. Pero dicha organización no habría sido eficaz si no se hubiera
convertido en un problema social, en un nuevo colectivo reivindicativo de sus
derechos.
Así, en cuestiones de género, nos encontramos con tres tipos de colectivos que
reclaman sus derechos, derivados de tres visiones distintas de la realidad:
x
Las reivindicaciones de las mujeres, que encuentran su
representación y fuerza en los movimientos feministas.
x
Las reivindicaciones de los hombres que luchan por la igualdad,
y que reclaman una masculinidad positiva.
x
Y por supuesto, los colectivos que reclaman que no cambie el
statu quo, que sea el papel predominante del varón el que se organice y decida
dentro de la sociedad, aun reconociendo la necesidad de dotar a la mujer de
una nueva participación, eso sí, sin abandonar su papel residual.
Los movimientos de hombres por la igualdad tienen sus antecedentes en los
países anglosajones y escandinavos (Soto, 2013), utilizando la etiqueta de
antisexistas, y reclamando un trato igualitario al tener derecho todo ser humano a
disfrutar de los mismos derechos civiles. En Estados Unidos se creó a finales de la
década de los noventa del siglo pasado la etiqXHWDGH³SURIHPLQLVWDV´SDUDLGHQWLILFDUD
estos colectivos, etiqueta que sigue siendo la habitual en el mundo anglosajón,
mientras que en el mundo latinoamericano se ha ido imponiendo otra etiqueta, la de
³KRPEUHVSRUODLJXDOGDG´(VWRVKRPEUHVFRPR\Dse comentó, a menudo han sufrido
HODWDTXHGHORVPRYLPLHQWRVIHPLQLVWDVDOVHUYDURQHV\³SRVLEOHV´HVStDVGHQWURGH
los colectivos feministas, y han recibido el ataque de hombres (y de mujeres)
machistas, de orientación masculina tradicional, que recurriendo al insulto les han
GHGLFDGR FDOLILFDFLRQHV FRPR ³DQWLKRPEUHV´ ³UHVHQWLGRV FRQ ORV KRPEUHV´ R SRU
VXSXHVWR³KRPRVH[XDOHV´+DQVLGRDFXVDGRVSRUORVYDURQHVPDFKLVWDVGHIRPHQWDU
XQD³FXOWXUDGHOKRPEUHEODQGR´ORTXHLPSOLFDUtDVHJ~QGLFKRVFROHFtivos machistas,
degradarse e ir contra toda la sociedad, al atentar contra lo que estos últimos
31
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
consideran como valores que permiten que el mundo funcione, como la competitividad
y la agresividad.
Por último, queremos reseñar que algunos teóricos del tema se han enfocado
al análisis de la salud, y en concreto de la salud física. Así, al igual que se ha
argumentado cómo la mujer ha sufrido y sufre las consecuencias del machismo
incluso con su vida (el uxoricidio es un ejemplo al respecto), Castells y Subirats (2007)
retoman una reflexión de Marqués (1987) en el que éste afirmaba que el hecho de que
los varones mueran antes que las mujeres y de que mueran también más jóvenes los
YDURQHVTXHODVPXMHUHVVHGHEHDTXHHOYDUyQVHYHREOLJDGRDVHJXLU³PDQGDWRV de
JpQHUR REVROHWRV´ VH SXHGH FRQVXOWDU WDPELpQ 0DUTXpV \ 2VERUQH 1R
estamos de acuerdo con esta idea, que además no tiene ninguna verificación empírica
que relacione precisamente el rol de varón con los accidentes y la mortalidad. Castells
y Subirats (2007) lo expresan de la siguiente manera (véase Sanfélix, 2011):
[..] el mantenimiento sin cambios suficientes de las formas de virilidad del
pasado está afectando a los varones en diversos ámbitos de su vida: a veces, porque
las antiguas formas de virilidad ya no son útiles y acaban siendo un problema: otras
veces, porque los cambios en la vida de las mujeres están destruyendo los papeles
asignados a los hombres. Sea por su propio desfase o por el que las mujeres
provocan, las bases culturales sobre las que sigue viviendo el género masculino van
perdiendo sus antiguas funciones: y a partir de aquí, se produce una serie de
desestabilizaciones en la vida personal que llegan a la desestabilización, al dolor e
incluso [..] a una muerte temprana sin justiILFDFLyQQLQJXQD´
Nuestra intención con este artículo es fundamentalmente académica y
reflexiva, y por lo tanto nuestra principal conclusión es que por fin la masculinidad se
convierte en un tema a estudiar desde la perspectiva de los roles, y en concreto de los
roles sexuales, de la misma manera que en su momento ocurrió con la consideración
del rol de la mujer. Si dicha consideración permite, como así está sucediendo, crear un
concepto nuevo de varón, y si dicha concepción consigue evitar el machismo y la
masculinidad hegemónica, dando paso a masculinidades positivas, que huyen del
machismo y de la discriminación de la homosexualidad, creemos que la sociedad se
verá beneficiada, en cuanto que se produce un avance hacia la justicia social.
32
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
Referencias Bibliográficas
Amorós, C. (2009). El método en Simone de Beauvoir. Método y psicoanálisis
existencial. Ágora: Papeles de filosofía, 28 (1), 11-29.
Berger, P.L y Luckmann, T. (2003) La construcción social de la realidad. Buenos Aires:
Amorrortu.
BID
(Banco
Interamericano
de
Desarrollo)
Empoderamiento de la Mujer.
(2010).
Igualdad
de
Género
y
En http://www.iadb.org/es/temas/genero-
pueblos-indigenas-y-afrodescendientes/igualdad-de-genero-y-empoderamientode-la-mujer,2604.html#.UmgCYKebvIU
Bosch, E. (2007). La violencia de género como fenómeno social. En Autor, La violencia
de género. Algunas cuestiones básicas (pp.19-61). Jaén: Formación Alcalá.
Castells, M. y Subirats, M. (2007). Mujeres y hombres ¿Un amor imposible? Madrid:
Alianza Editorial.
Clemente, M. (1992). Psicología Social Aplicada. Madrid: Eudema.
Clemente, M. (2010). Introducción a la Psicología Social: Enfoques teóricos clásicos.
Madrid: Universitas.
Clemente, M. (2014). El empoderamiento de las mujeres (y sus efectos perversos en
la guarda y custodia de los hijos). Ourense: Deputación de Ourense (en
prensa).
Cobo, R. (2005). El género en las ciencias sociales. Cuadernos de trabajo social, 18,
249-258.
DAWN (Development Alternatives with Women for a New Era) (1985). Development,
Crisis and Alternative Visions: Third World Women Perspectives. Delhi:
Academic.
Geert, C. (1995). The Interpretation of Cultures. Londres: Hutchinson.
Gil Calvo, E. (2006). Máscaras masculinas. Héroes, patriarcas y monstruos.
Barcelona: Anagrama.
Hofstede, G. (1999). Culturas y Organizaciones. El Software Mental. Madrid: Alianza.
33
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
Hofstede, G. (2001). Culture´s Consequences. Comparing Values, Behaviours,
Institutions and Organizations across Nations. (2ª Ed.). Thousand Oaks: Sage.
Johnson, M. (1995). Patriarchal Terrorism and Common Couple Violence: Two Forms
of Violence against Women. Journal of Marriage and Family, 57 (2), 283-294.
Lameiras, M.; Carrera, M.V. & Rodríguez-Castro, Y. (2013). Sexualidad y salud: El
estudio de la sexualidad humana desde una perspectiva de género. Vigo:
Universidade de Vigo.
López-Zafra, E. y Rodríguez-Espartal, N. (2008). Relación entre Cultura del Honor,
celos y satisfacción en la pareja. Boletín de Psicología, 94, 7-22. Recuperado
de http://www.uv.es/seoane/boletin/boletin.html
Lorente, M. (2001). Violencia de género, educación y socialización: acciones y
reacciones.
Mujeres
en
Red.
El
periódico
feminista.
http://www.nodo50.org/mujeresred/spip.php?article1085
Lorente, M. (2010).
(Coord.),
Violencia de género. Afrontando el futuro. En E. López-Zafra
Violencia
contra
las
mujeres:
Descripción
e
intervención
biopsicosocial (pp. 9-15). Jaén: Universidad de Jaén.
Marqués, J.V. (1987) ¿Qué hace el poder en tu cama? Barcelona: Icaria Editorial.
Marqués, J.V. y Osborne, R. (1991) Sexualidad y sexismo. Madrid: Fundación
Universidad-Empresa.
Minello, N. (2002). Masculinidades: un concepto en construcción. Nueva Antropología,
61, 11-30.
Morales, J.F. (2000). Individualismo y Psicología Social. Revista de Psicología General
y Aplicada, 53,223-240.
Moya, M. (1984). Los roles sexuales. Gazeta de antropología, 3 (8), 1-7. Recuperado
de http://www.ugr.es/~pwlac/G03_08Miguel_Moya_Morales.pdf
Moya, M. (2004). Creencias estereotípicas y género: Sexismo ambivalente. En D.
Páez, I. Fernández, S. Ubillos y E. Zubieta (Coords.), Psicología social, cultura
y educación, (pp. 789-798). Madrid: Pearson Educación.
34
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
Moya, M. y Puertas, S. (2004). El sexismo en el aula. En D. Páez, I; Fernández, S.
Ubillos y E. Zubieta (Coords.), Psicología social, cultura y educación, (pp. 208225). Madrid: Pearson Educación.
OMS. (2002). Informe mundial sobre la violencia y la Salud. Suiza: Organización
Mundial
de
la
Salud.
Recuperado
de
www.who.int/violence_LQMXU\BSUHYHQWLRQYLROHQFHVXPPDU\BHVSGI
ONU MUJERES (2004). Principios para el empoderamiento de las mujeres. La
igualdad
es
buen
negocio.
http://www.unwomen.org/es/partnerships/businesses-and-foundations/womensempowerment-principles
Páez, D. y Fernández, I. (2004). Masculinidad-Femineidad como dimensión cultural y
del autoconcepto. En D. Páez, I. Fernández, S. Ubillos y E. Zubieta (Coords.),
Psicología social, cultura y educación, (pp. 195-208). Madrid: Pearson
Educación
PNUD
(2013).
PNUD
en
acción.
http://www.undp.org/content/undp/es/home/librarypage/corporate/
Pujal, M. y Amigot, P. (2010). El binarismo de género como dispositivo de poder social,
corporal y subjetivo. Quaderns de Psicologia, 12 (2), 131-148.
Ros, M. (1993). Jerarquía y significado de los valores: aplicaciones de la teoría de los
valores personales de Schwartz. En B. González & A. Guil (Comps.),
Psicología Cultural (pp. 291-298). Sevilla: Eudema.
Sánchez, A. & Iglesias, A. (2008). Currículum oculto en el aula: estereotipos en acción.
En R. Cobo (Coord.), Educar en la ciudadanía: perspectivas feministas (pp.
123-150). Madrid: Catarata.
Sanfélix, J. (2011). Las nuevas masculinidades. Los hombres frente al cambio en las
mujeres. Prisma Social, 7, 1-29.
6FKXOHU65,VODP)5RWWDFK(:RPHQ¶VHPSRZHUPHQWUHYLVLWHGDFDVH
study from Bangladesh. Dev. Pract., 20 (7), 840-854.
35
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
Schwartz, s.h. & Bilsky, W. (1987). Towards a Universal Psychological Structure of
Human Values: Extension and Cross-Cultural Replications. Journal of
Personality and Social Psychology, 58, 878-891.
Segarra, M. y Carabí, A. (Eds.) (2000). Nuevas masculinidades. Barcelona: Icaria
Editorial.
Soto, G. (2013). Nuevas masculinidades o nuevos hombres nuevos: el deber de los
hombres en la lucha contra la violencia de género. Scientia Helmantica. Revista
Internacional de Filosofía, 1, 95-106.
Torres, E. y López-Zafra, E. (2010). Diferencias en cultura del honor, inteligencia
emocional y pensamientos distorsionados sobre las mujeres en reclusos y no
reclusos.
Boletín
de
Psicología,
100,
71-88.
Recuperado
de
http://www.uv.es/seoane/boletin/boletin.html
Triandis, H.C. (1980). Values, Attitudes and Interpersonal Behavior. Nebraska
Symposium on Motivation. Lincoln: University of Nebraska Press.
Triandis, H.C. (1996). The Psychological Measurement of Cultural Symdromes.
American Psychologist, 51, 407-415.
Valcárcel, A. (1994). Sexo y filosofía. Sobre mujer y poder. Barcelona: Anthropos.
Valcárcel, A. (2001). La memoria colectiva y los retos del feminismo. Santiago de
Chile: Naciones Unidas.
36
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
³*$<0$61­2%,&+$´
De uma heteromasculinidade hegemónica a uma proliferação
de masculinidades gays
Hugo Santos
Doutorando de Ciências da Educação da Faculdade de Psicologia e Ciências
da Educação da Universidade do Porto. Email: [email protected]
Manuela Ferreira
Professora Auxiliar na Faculdade de Psicologia e Ciências da Educação da
Universidade do Porto. E-mail: [email protected]
Sofia Marques da Silva
Professora Assistente na Faculdade de Psicologia e Ciências da Educação da
Universidade do Porto. E-mail: [email protected].
Resumo
A questão da homofobia na escola tem surgido como uma problemática
educativa recente. Este artigo, inspirado numa tese de Mestrado realizada
anteriormente, pretende dar conta da complexidade das suas manifestações e
expressões, o que implica discutir quer as rupturas, quer as ligações entre género e
orientação sexual. Argumenta-se, num primeiro olhar, que a homofobia é, sobretudo,
uma violência de género mas verifica-se que, lançando um segundo olhar, as
representações dominantes da escola usam estrategicamente o atributo homofóbico
que efeminiza a homossexualidade para salvaguardar a heterossexualidade masculina
independentemente de concepções genderizadas. Quando se contacta com as
culturas juvenis gays emergem, contudo, quer masculinidades hegemónicas que
reproduzem ativamente estereótipos de género (gays normais versus bichas), quer
masculinidades queer que desafiam noções vitimistas sobre a homofobia escolar.
Espera-se, com estas reflexões, contribuir para os estudos em educação sobre
género(s), masculinidade(s), sexualidade(s), LGBT e queer numa perspetiva pósestruturalista, complexificadora e, sobretudo, comprometida politicamente.
Palavras-chave: Escola; Género; Masculinidade; Diversidade sexual.
37
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
³*D\EXWQRWTXHHU´: from a hegemonic heteromasculinity to a proliferation of
gay masculinities
Abstract
Homophobia in schools has been emerged as an educational problematic. This article,
inpired by a earlier Master research, gives account to the complexity of its expression,
which implies to discuss the ruptures and the connections between gender and sexual
orientation. I argue that, at first glance, homophobia is related to gender violence but,
at second sight, school dominant representations use strategically the homophobic
epithets to efeminize male homosexuality and to keep masculine heterosexuality safe,
no matter what gender people assume. When we interact with gay youth cultures it is
visible either hegemonic masculinities that reproduce the traditional gender norms
(normal gays versus queens), or queer masculinities that defays suffering notions
about school homophobia. We hope to contribute to the educational studies about
genders, masculinities, sexualities and LGBT/queer in a pos-structuralist, complex and,
particularly, politically engaged perspective.
Keywords: School; Gender; Masculinity; Sexual Diversity.
"Gay, pero no mariquita": desde el heteromasculinidad hegemónica a la
proliferación de las masculinidades homosexuales
Resumen
El tema de la homofobia en las escuelas se ha convertido en un tema educativo
reciente. En este artículo, inspirado en una tesis de Maestría realizada anteriormente,
da cuenta de la complejidad de sus manifestaciones y expresiones, lo que implica
discutir cualquiera de las pausas o los vínculos entre el género y la orientación sexual.
Se argumenta, a primera vista, que la homofobia es principalmente una violencia de
género, pero resulta que el lanzamiento de una segunda mirada, las representaciones
dominantes de la escuela utilizan estratégicamente un homofóbico atributo à la
homosexualidad salvaguardia la heterosexualidad masculina independientemente
genderizadas de concepciones. Cuando entra en contacto con las culturas juveniles
gay surgen, sin embargo, si las masculinidades hegemónicas que reproducen
activamente los estereótipos de género (gays normales versus maricones) o
masculinidades homosexuales que cuestionan nociones vitimistas sobre la homofobia
38
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
en la escuela. Esperemos que, con estas reflexiones, lo que contribuye a los estudios
en la educación sobre el género, la masculinidad, la sexualidad, LGBT y queer en una
perspectiva
complexificadora
postestructuralista
y
sobre
todo
políticamente
comprometidos.
Palabras-clave: Escuela, Género, Masculinidad, Diversidad Sexual.
Introdução: teorizando género e masculinidade(s)
³:KHQ,ZDVLQWKHWKird grade I thought that I was gay,
´Cause I could draw my uncle was, and I kept my room straight.
I told my mom tears rushing down my face
6KH¶VOLNH³%HQ\RX¶YHORYHGJLUOVVLQFHEHIRUHSUH-NWULSSLQ¶´
<HDK,JXHVVVKHKDGDSRLQWGLGQ¶WVKH"
Bunch of stereotypes all in my head.
,UHPHPEHUGRLQJWKHPDWKOLNH³<HDK,¶PJRRGDOLWWOHOHDJXH´
A preconceived idea of what it all meant
For those that liked the same sex
+DGWKHFKDUDFWHULVWLFV´
Macklemore & Ryan Lewis ± Same Love1
Os estudos sobre a(s) masculinidade(s) só recentemente se constítuiram como
uma problemática recente (Silva & Araújo, 2007) talvez porque, durante muito tempo,
RV ³HVWXGRV GH JpQHUR´ gender studies) foram erroneamente confundidos como
³HVWXGRV GDV PXOKHUHV´ ZRPHQ¶V VWXGLHV) (Rabelo, 2010). A investida do feminismo
nas sociedades contemporâneas, ao questionar os ordenamentos ortodoxos da
dominação patriarcal e ao ter conseguido alcançar mais igualdade legal e social e
empoderamento para as mulheres, trouxe a masculinidade à tona científica sobre a
forma de uma crise, com vários formatos, assim como abriu caminho, conjuntamente
com a teoria queer2, para o questionamento da heterossexualidade ± elemento central
1
³6DPH/RYH´pXPDFDQomRGRUDSSHUQRUWH-americano heterossexual, Macklemore, que conta
a história do seu tio homossexual e o casamento dele com outro homem. A canção teve um
grande sucesso nas tabelas musicais, um pouco por todo o mundo, em 2013 e o rapper foi
bastante elogiado por ter afrontado o mundo do hip-hop, tradicionalmente machista, misógino e
homofóbico. Ver a letra em: http://www.azlyrics.com/lyrics/macklemore/samelove.html.
2
Correndo o risco de cometer uma incoerência ao tentar definir uma teoria cujo núcleo central
é a fuga às tentativas de definição, a teoria queer parece ser um posicionamento intelectual,
com visibilidade mediática a partir dos inícios da década de 90, que propõe uma visão pósestruturalista ao campo dos estudos lésbicos e gays tradicionais, com as influências das
teorizações de Jacques 'HUULGD0LFKHO)RXFDXOWRX-XGLWK%XWOHUVHQGRXP³UHZRUNLQJRIWKH
post-VWUXFWXUDOLVW ILJXULQJ RI LGHQWLW\ DV D FRQVWHOODWLRQ RI PXOWLSOH DQG XQVWDEOH SRVLWLRQV´
(Jagose, 1996: 3). Além disso, a teoria queer representa um distanciamento estratégico e
39
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
na ordem de género ± como modelo único, legítimo e irrevogável de viver e de
experienciar a sexualidade (Richardson et al, 2006).
$V LQWHOHFWXDOL]Do}HV UHIOH[LYDV VREUH R SUySULR FRQFHLWR GH ³JpQHUR´ WrP
sofrido alterações ao longo do tempo. Se é verdade que, para a teoria feminista, a
utilidade política do conceito assentou no desvirtuar consecutivo do determinismo
fatídico do sexo biológico ± género seria pois a construção social do sexo ±, algumas
perspetivas foram, contudo, incapazes de conceber que, sendo uma construção social,
o género transportara em si a potencialidade da sua desconstrução, assumindo desde
logo, ao considera-lo semanticamente como um mero substituto gramatical para sexo
biológico, uma discutível correspondência unilateral entre os dois (Butler, 2004). Foi
precisar esperar até ao encontro do feminismo com as perspetivas queer, para que a
teoria da performatividade de Judith Butler (1999), tão polémica e contestada como
invocada e ultra-citada, radicalizasse os pressupostos definitórios de género ao
entender este como o efeito reiteirado de atos performativos que naturalizam a
essência genderizada do corpo, nunca totalmente restrito ao corpo e ao sexo
³IUHHIORDWLQJ´ PDV VHPSUH ILFWtFLR HVWUXWXUDOPHQWH UHJXODGR H SDVVtYHO GH LQILQLWD
negociação.
³«gender is not a noun, but neither is it a set of freefloating attributes, for we have
seen that the substantive effect of gender is performatively produced and compelled by the
regulatory practices of gender coherence. Hence, within the inherited discourse of the
metaphysics of substance, gender proves to be performative ² that is, constituting the identity
it is purported to be. In this sense, gender is always a doing, though not a doing by a subject
ZKRPLJKWEHVDLGWRSUHH[LVWWKHGHHG´(Butler, 1999: 33).
(P³8QGRLQJ*HQGHU´%XWOHUTXHSDVVDUDos anos 90 a redefinir a sua
WHRULD GHVFUHYH QXPD H[SUHVVmR FXULRVD JpQHUR FRPR ³D SUDFWLFH RI LPSURYLVDWLRQ
ZLWKLQDVFHQHRIFRQVWUDLQW´%XWOHU(PWRGRRFDVRRLPSRUWDQWHDUHWHUp
que ao quebrar-VH D OyJLFD XQLODWHUDO ³FRUSRVH[RJpQHUR´ R JpQHUR HVWDULD
insidiosamente presente na expressividade corporal podendo coexistir masculinidades
e feminilidades em corpos sexuados de homens e de mulheres indistintamente3.
crítico quer ao essencialismo científico dos estudos lésbicos e gays, aprisionados numa
conceção bio-ontológica de homossexualidade, quer ao assimilacionismo político do
movimento gay, não se reduzindo, contudo, ao espectro da orientação sexual e/ou identidade
de género, mas abarcando toda a sexualidade como campo de saber nas suas diferentes
práticas, dinâmicas, vivências e experiências. 3
Em Portugal, alguns estudos, com uma forte componente empírica e com recurso
metodológico à etnografia, são pioneiros por abordarem o género como uma construção
performativa, situacional e negociada em contexto. De salientar as pesquisas de Manuela
)HUUHLUD ³$ JHQWH JRVWD GH EULQFDU FRP RV PHQLQRV´ 2004), e de Maria do Mar Pereira,
40
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
³7KH SUHVXPSWLRQ RI D ELQDU\ JHQGHU V\VWHP LPSOLFLWO\ UHWDLQV WKH EHOLHI Ln a mimetic
relation of gender to sex whereby gender mirrors sex or is otherwise restricted by it. When the
constructed status of gender is theorized as radically independent of sex, gender itself becomes
a free-floating artifice, with the consequence that man and masculine might just as easily signify
a female body as a male one, and woman and feminine DPDOHERG\DVHDVLO\DVDIHPDOHRQH´
(Butler, 1999: 10).
Nesse sentido, género é ± como sempre foi ± um comportamento que não só
se pode desarticular da ontologia do corpo e do sexo tendo estes, inclusive, um papel
primordial na sua própria produção4; um produção reiterada dentro daquilo que Butler
denominou de matrix heterossexual5 que organiza, a partir do eixo gravitacional do
patriarcado ± e não se pode esquecer que, se o patriarcado é a dominação das
mulheres pelos homens, a reprodução biológica tem aqui uma importância acrescida
ao impôr a heterossexualidade como centro de legitimação do sexo (Warner, 2004) ±,
a própria sexualidade e as relações de poder que se perpetuam a partir do (e,
VLPXOWDQHDPHQWH FRQWUD R FRUSR RUJmRV VH[XDLV HWF QXPD ³FRVPRORJLD
VH[XDOL]DGD´ %RXUGLHX OHYDQGR D GRPLQDomR SDWULDUFDO D RXWUDV UHJL}HV
domínios e identidades.
Se parte da homofobia diz respeito ao machismo, o feminismo não pode
dissociar-se da luta ativista LGBT (lésbica, gay, bissexual e transgénero) pois a
desigualdade sexista entre masculinidade e feminilidade pode ser visível noutros
campos, corpos, grupos e identidades para além daqueles que o feminismo
tradicionalmente se debruçou, nomeadamente o modelo heterossexual6. Isto não
significa, contudo, que o feminismo deixou de ter a ver com as mulheres como
³)D]HQGRJpQHURQDHVFROD´$LQGa assim, 0DULDGR0DU3HUHLUDDILUPDTXH³não existe um corpo
alargado e consolidado de reflexão teórica e produção empírica sobre género numa perspectiva
SHUIRUPDWLYD «´ 3HUHLUD VHQGR ³XUJHQWH SRUWDQWR H[SORUDU R JpQHUR D SDUWLU GH XPD
perspectiva performativa ± não porque o estudo da performatividade nos permitirá ficar a compreender
WXGRVREUHJpQHURPDVSRUTXHKiPXLWRVREUHJpQHURTXHQmRSRGHPRVFRPSUHHQGHUVHPHOD´LGHP
125).
4
Contudo, considerando-se que a masculinidade não esWi´ UHGXFHG RU VROHO\ HTXLYDOHQW WR WKH PDOH
ERG\´3DVFRHSDUDXPFHUWRDILQDPHQWRGHFRQFHLWRVKiTXHSHUFHEHUGLVFXUVLYDPHQWHDVXD
associação contínua ao sexo biológico de um homem.
5
Judith Butler define, inspirada em Monique Wittig e Adrienne Rich, a matrix heterosexual FRPR³«WKDW
JULGRIFXOWXUDOLQWHOOLJLELOLW\WKURXJKZKLFKERGLHVJHQGHUVDQGGHVLUHVDUHQDWXUDOL]HG«DKHJHPRQLF
discursive/ epistemic model of gender intelligibility that assumes that for bodies to cohere and make sense
there must be a stable sex expressed through a stable gender (masculine expresses male, feminine
expresses female) that is oppositionally and hierarchically defined through the compulsory practice of
KHWHURVH[XDOLW\´ %XWOHU (VWD matrix heterossexual produz, no dizer de Butler, géneros
inteligíveis ³« WKRVH ZKLFKLQVRPHVHQVHLQVWLWXWHDQGPDLQWDLQ UHODWLRQV RI FRKHUHQFHDQG FRQWLQXLW\
DPRQJVH[JHQGHUVH[XDOSUDFWLFHDQGGHVLUH´(Butler, 1999: 23).
6
A título de exemplo: na invisibilidade das raparigas e mulheres lésbicas e da experiência genérica da
homossexualidade feminina, da misoginia de certos grupos de gays ou, pelo contrário, na rejeição da
efeminação de alguns rapazes e homens gays por parte de outros rapazes e homens gays mais
³PDFKLVWDV´ 41
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
sujeitos; apenas que há mais hierarquia de género para lá da heterossexualidade,
embora ela seja sempre o centro da hierarquia (Richardson, et al, 2006).
Feita esta adenda, importa referir que o interesse sobre as masculinidades não
se trata de um blackclash contra o feminismo mas, muito pelo contrário: a sua
desconstrução pode ser um excelente ponto de partida para se questionar o
patriarcado estando ao serviço da lógica feminista. Aliás, o próprio entendimento da
PDVFXOLQLGDGH QmR PDLV FRPR XP ³SDSHO´ FRPR QR IXQFLRQDOLVPR PDV FRPR XP
FDPSR GLYHUVR H SOXUDO ³PDVFXOLQLGDGHV´ LQWHJUD XPD FRPSreensão destas não só
como sendo internamente fracturadas e estando em perpétua dissonância e
negociação (Connell, 2005), mas também como sendo racializadas, classisizadas, etc,
de tal forma que outras dimensões podem se opôr as masculinidades hegemónicas
HQWUHVL³Ou seja, a resistência não está presente somente na feminilidade. Dentro da
dominação da masculinidade há relações de dominação e subordinação, até mesmo
entre grupos de homens, como o dos homens heterossexuais sobre o dos
homossexuais (pela estigmatização, exclusão política e cultural, abuso cultural,
YLROrQFLDGLVFULPLQDomRHFRQyPLFDHERLFRWHVSHVVRDLV«´5DEHOR
No campo educativo formal (a escola), a questão das masculinidades, ainda
TXH ³SRXFR SUREOHPDWL]DGD H SUREOHPiWLFD´ (Silva & Araújo, 2007: 89), tem surgido,
nacional
e
internacionalmente,
por
via
de
temáticas
mediáticas
como
a
(des)construção de estereótipos (Amâncio, 1994), os fenómenos da desafectação, do
insucesso e do abandono escolar dos rapazes por oposição ao investimento das
raparigas (Epstein et al, 1999), da violência e da homofobia (Kimmel & Mahler, 2003;
Connell, 2005). Esta última é, desde finais da década de 90, compreendida como o
efeito consequente da construção performativizada e negociada das masculinidades
VHQGRR³EXOO\LQJKRPRIyELFR´XPGLVFXUVRQDWXUDOL]DGRQRLQWHULRUGDVPDVFXOLQLGDGHV
e assim elevado a um ritual de passagem mítico e presumível no plano institucional,
admitindo-se que os sujeitos que não se conformam com as normas de género
padronizadas são homofóbicamente censurados (Louro, 1997; Ferreira, 2004). De
relembrar que a homossexualidade masculina sempre foi historicamente construída
VRFLDOPHQWH SROLWLFDPHQWH FLHQWLILFDPHQWH « FRPR RSRVWD H LQFRPSDWtYHO FRP D
masculinidade (Connell, 1992; Bourdieu, 1999).
Nas últimas décadas as associações de defesa dos direitos das pessoas
LGBT, como a rede ex aequo, tem alertado para os fenómenos educativos
SUREOHPiWLFRV GR ³EXOO\LQJ KRPRIyELFR´ DVVLP FRPR DOJXQV HVWXGRV WHP VDOLHQWDQGR
um panorama escolar deste cariz (Caldas et al, 2012). Um documento da UNESCO
42
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
(2012), por exemplo, alerta que 70% dos/as jovens estudantes homossexuais são
vítimas deste tipo de bullying e este, como uma forma multidimensional de violência,
além de ter implicações na saúde, quer física quer psicológica destes jovens7, também
tem implicações na forma como constroem cidadanias na e com a escola pública,
sendo esta, inclusive, questionada como uma instituição segura, inclusiva e
democrática, permitindo que certas masculinidades e sexualidades se expressem,
restrigindo outras. Como refere Sue Lees, ³,IWKHVXEMHFWRIVH[XDOLW\LVWREHDGGUHVVHG
effectively, citizenship education needs to be include an awareness of gendered power
relations which create the constraints on aXWRQRP\DQGFKRLFH´(Lees, 2000: 273).
Esses estudos procuram denunciar a homofobia na escola baseando-se na
QRomR GH ³PDVFXOLQLGDGH KHJHPyQLFD´ GH 5DZ\HQ &RQQHOO SDUD MXVWLILFDU D
homofobia8. &RPR D SUySULD UHIHUH ³>V@FKRRO VWXGLHV VKRZ SDWWHUQV RI KHJHmony
YLYLGO\´&RQQHOOVHQGRTXHDVXDLQWHQomRera demonstrar a masculinidade
como um campo plural de tensões e, sobretudo, de ligações de poder e dominação ±
masculinidades hegemónicas, subalternas e marginalizadas ± mas as investigações,
no entanto, tem debruçado muito mais sobre a hegemónica (Landreau & Rodriguez,
2010) mesmo que já num artigo anterior, Connell, tenha alertado para uma pluralidade
de masculinidades gays (cf. Connell, 1992). Além disso, este tipo tradicional de
masculinidade aparece como parte constitutiva da heterossexualidade compulsória,
numa ligação que é historicamente mítica (como se por se ser masculino fosse
obrigatoriamente ser-se heterossexual), ignorando-se outros formatos e versões.
³2SSUHVVLRQ SRVLWLRQV KRPRVH[XDl masculinities at the bottom of a gender hierarchy
among men. Gayness, in patriarchal ideology, is the repository of whatever is symbolically
expelled from hegemonic masculinity, the items ranging from fastidious taste in home
decoration to receptive anal pleasure . Hence, from the point of view of hegemonic masculinity,
gayness is easily assimilated to femininity. And hence - in the view of some gay theorists - the
IHURFLW\RIKRPRSKRELFDWWDFNV´(Connell, 2005: 78).
Elisabeth Badinter (1996) refere mesmo, ao analisar teoricamente a
masculinidade, que a heterossexualidade é, conjuntamente com o distanciamento à
7
A ideia de que os/as jovens LGBT tem três vezes maior tendência para o suicídio do que os seus
congéneres heterossexuais, já se tornou um cliché que, embora confira à juventude LGBT uma carga
estigmatizante e dessexualizadora, não deixa de ser um aspeto dominante nos estudos, principalmente
da Psicologia, sobre este segmento juvenil (Rasmussen et al, 2004).
8
Connell refere-se à masculinidade hegemónica FRPR³«WKHPDVFXOLQLW\WKDWRFFXSLHVWKHKHJHPRQLF
position in a given patWHUQ RI JHQGHU UHODWLRQV D SRVLWLRQ DOZD\V FRQWHVWDEOH´ (Connell, 2005: 76), não
sendo a masculinidade meramente um tipo caraterístico fixo, permanente e historicamente imutável, mas
uma masculinidade hierarquicamente superiorizada no processo tensional de relações entre
masculinidades. $GLDQWH&RQQHOOUHIRUoD³+HJHPRQLFPDVFXOLQLW\FDQEHGHILQHGDVWKHFRQILJXUDWLRQRI
gender practice which embodies the currently accepted answer to the problem of the legitimacy of
patriarchy, which guarantees (or is taken to guarantee) the dominant position of men and the
VXERUGLQDWLRQRI:RPHQ´(idem: 77).
43
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
mãe e às raparigas, a terceira prova confirmativa da virilidade, sendo mais intensa, por
comparação à feminilidade, o processo da sua incessante validação. Ao justificar a
homofobia através da masculinidade hegemónica reifica-se a ligação, mais simbólica
do que empírica, presente nas representações e estereótipos dominantes (como se
verá adiante) entre a masculinidade e a heterossexualidade e, por extensão, de forma
inversamente proporcional, entre uma masculinidade falhada (efeminada) e a
homossexualidade, que constrói já uma imagem estereotipada do processo concreto e
físico do bullying e não raras vezes concede aos homens heterossexuais um poder
acrescido sobre os gays.
Nesta perspetiva e por outro lado, os gays aparecem como vítimas inertes,
SDVVLYRV H VXEPLVVRV VXMHLWRV QD DVVHUomR GH ³DVVXMHLWDGRV´ PDLV GR TXH GH
³DJHQWHV´DOLiVXPDWHQGrQFLDYLWLPLVWDSUHVHQWHQRVHVWXGRVMXYHQLV/*%7TXHWHm
vindo a ser recentemente criticada por correntes da teoria queer (cf, por exemplo,
Rasmussen et al, 2004). A própria noção de homofobia, oriunda dessas perspetivas
psicologizantes, aparece associada a um medo fóbico individual e não a uma
construção socioantropológica interacionista, histórica e coletiva (Borrillo, 2010).
Se a abordagem da homossexualidade em território escolar ainda é uma tarefa
difícil (Louro, 1997; Epstein & Johnson, 2009), muito se deve aos estereótipos
desqualificadores que os agentes educativos possuem (estrategicamente ou não)
sobre os homossexuais e a ausente e/ou insuficiente teorização das interconexões,
rupturas e disjunções entre género e orientação sexual, nomeadamente nos estudos
em Portugal (Richardson et al, 2006). Em sentido contrário, pouco se sabe sobre as
vivências homossexuais em contexto comunitário e cultural assim como da sua
pluralidade do ponto de vista do género performativo (Santos, 2013) e, mais
concretamente, das dinâmicas da masculinidade (Connell, 1992).
³7Ke vocabulary for describing the difficult play, crossing, and destabilization of
masculine and feminine identifications within homosexuality has only begun to emerge within
theoretical language: the non-academic language historically embedded in gay communities is
here much more instructive. The thought of sexual difference within homosexuality has yet to be
theorized LQLWVFRPSOH[LW\´%XWOHU´
De facto, uma ideia importante a reter da teoria da performatividade de género
é a possibilidade inequívoca de ideias fictícias de masculinidade e feminilidade
coexistirem descoincidindo em corpos de homens e mulheres indiferentemente,
transcendendo o sexo biológico, quer esses homens e mulheres se identifiquem como
hetero, homo ou bissexuais; aliás, ideia que constitui o centro nevrálgico da
44
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
controversa e subversiva teoria queer YLVWRTXH ³«TXHHU GHVFULEHVWKRVHJHVWXUHV
or analytical models which dramatise incoherencies in the allegedly stable relations
between chromosomal sex, gender and sexual deVLUH´ -DJRVH 2 queer é
pois um dispositivo estratégico de desconstrução da matrix heterossexual.
A perpetuação de estereótipos sobre rapazes e homens gays (ainda) os
retrata, apesar da contemporânea visibilidade mediática, sobre a égide da efeminação.
Se é verdade que algumas tentativas de demonstração da sua masculinidade
afirmativa tem produzido um discurso dominante e aceite socialmente (por
heterossexuais e gays) que não questiona a abjeção à feminilidade, operando-se,
muitas das vezes, uma separação distintiva que, ignorando o caráter regulatório da
heteronormatividade
na
expressão
corporal,
converte
injustamente
os
gays
efeminados nos culpados da homofobia (Jagose, 1996; Sedgwick, 2004), também é
verdade que nem sempre a subversão contribui para uma sensata reconversão
trabalhada dos termos da percepção social que é essencial para a evolução de
mentalidades e combate e censura social à homofobia visto que nem sempre ser
³HIHPLQDGR´
IXQFLRQD
FRPR
XPD
IRUPD
GH
FRQWHVWDomR
VXEYHUVLYD
j
heteronormatividade, podendo até dar-lhe um certo conforto (Butler, 2011).
³$PRUHXQGHUVWDQGDEOHUHDVRQWKDQHIIHPLQRSKRELDKRZHYHULVWKHFRQFHSWXDOQHHG
of the gay movement to interrupt a long tradition of viewing gender and sexuality as continuous
and collapsible categories ² a tradition of assuming that anyone, male or female, who desires
a man must by definition be feminine; and that anyone, male or female, who desires a woman
PXVWE\WKHVDPHWRNHQEHPDVFXOLQH´(Sedgwick, 2004: 72).
Em certo sentido, e dito e visto de outro modo, demonstrar uma pluralidade de
masculinidades gays, umas mais normativas, outras mais hegemónicas, e os
processos (juvenis) do seu engajamento, contestação, controlo e modificação, além de
contribuir para a desconstrução de estereótipos, pode ser também uma forma de
contestação queer à matrix heterossexual, para além das estratégias do choque. A
paródia de género pode ser vista, num jogo de má-fé, como uma descrição
autoevidente (Patton, 2004). Admitir que cumprir as regras de género não implica
obrigatoriamente
ser
heterossexual
e
que
ser
homossexual
não
implica
obrigatoriamente inverter o género, é, afinal de contas, evidenciar uma ruptura na
tangibilidade de género produzida pela matrix heterossexual que espera que um
homem seja masculino e que um homem masculino seja heterossexual, já que, como
UHIHUH&RQQHOO³>D@PDVFXOLQHREMHFW-choice subverts the masculinity of character and
VRFLDOSUHVHQFH´&RQQHOO
45
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
Este artigo inspira-se numa tese de Mestrado realizada anteriormente sobre os
percursos e as experiências escolares de jovens rapazes que se identificavam como
³JD\V´ ³ELVVH[XDLV´ RX GH ³VH[XDOLGDGH DEHUWD´ QmR-heterossexuais) (cf. Santos,
2013). Tinha-se como objetivo perceber a existência de comportamentos homofóbicos
e/ou heteronormativos e a natureza das suas manifestações. Simultaneamente
perscrutou-se as relações juvenis com as suas culturas, no argumento que a
Sociologia da Juventude e a Sociologia da Educação estão desencontradas, tentando
desvendar uma diversidade dentro da diversidade de engajamentos, de identificações
e tribos (e respetivas consciências), de cidadanias sexuais, de violências e, sobretudo,
de masculinidades, contrariamente a um certo essencialismo vitimista presente na
abordagem
das
ciências
sociais
e
humanas
dos
grupos
tradicionalmente
PDUJLQDOL]DGRV QRPHDGDPHQWH ³RV KRPRVVH[XDLV´ TXH ILFDP DVVLP DSULVLRQDGRV D
uma narrativa do sofrimento, ³D QDUUDWLYHWURSHWKDW GRHVH[LVW DQGFRQWLQXHVWREHD
partial, though sad and outrageous, reality becomes the entire portrait of this rich and
FRPSOH[SRSXODWLRQ´(Rasmussen et al, 2004: 7).
Salienta-se aqui as masculinidades não-heterossexuais na sua multiplicidade
argumentando-se que, quer a masculinidade hegemónica não é um privilégio
intrínseco da heterossexualidade masculina, e que alguns jovens (gays ou bissexuais)
reproduzem
ativamente
estereótipos
de
género
dominantes
assim
como
comportamentos homofóbicos, quer também que nem tudo na escola se resume à
masculinidade hegemónica havendo sempre brechas na estrutura que possibilita,
mesmo que minoritariamente, uma contestação ao seu sistema, funcionamento e
reprodução, no argumento que a estrutura é sempre ativada pela agência. Conceber
aqui, não só a estrutura homofóbica mas também a agência, é poderoso colocando os
MRYHQV ³IRUD GD YLWLPL]DomR H GD GHWHUPLQDomR H QRV HPSXUUD SDUD R QHFHVViULR
FRQIOLWR HQWUH HVWUXWXUD H DFomR FROHWLYD H LQGLYLGXDO GR VHU KXPDQR´ 0DJDOKmHV
2002: 196).
Tendências, escolhas e práticas metodológicas
Auscultar
as
vozes
juvenis
constitui-se
como
um
imperativo
quer
epistemológico, coincidente com um paradigma qualitativo, quer ético na medida em
que estar em discurso direto é uma forma simbólica e material de entrar em contacto
com a realidade sem intermediários que falsifiquem a densidade das marginalizações.
Outros cuidados éticos dizem respeito à garantia de anonimato, de confidencialidade,
de consentimento informado e de salvaguarda de dano e também estiveram
46
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
presentes. Como contactar este grupo em particular exige a assunção e
reconhecimento da homossexualidade, normalmente oculta pelo estigma social e/ou
pelas expetativas heterossexuais da sociedade e da escola, foi preciso o recurso às
realidades virtuais assim como o contacto a uma associação para aceder aos jovens.
Elegeu-se sete jovens entre os 17 e 23 anos como sujeitos principais: o Leandro, o
Manuel, o Francisco, o Rodrigo, o Fábio, o André e o Luís.
A entrevista semiestruturada e em profundidade pareceram-nos um método
simples e direto de recolha de dados, adequado às limitações temporais de pesquisa e
escrita académica, visando "the gathering of data through direct verbal interaction
between Individuals." (Cohen, Manion & Morrison, 2007: 351). Contudo, visto que
havendo uma possibilidade de integrar as culturas juvenis, uma abordagem
etnográfica, pautada por pequenos encontros urbanos, absolutamente informais, foi
HVVHQFLDO 7ySLFRV GH SRWHQFLDO VHQVLELOLGDGH FRPR ³VH[XDOLGDGH´ RX ³YLROrQFLD´
exigem a construção de alguma confiança gradual com os sujeitos, incompatível com
o momento único, gélido e intrusivo da entrevista, tendo em conta o desejo por uma
exploração narrativa (Santos, 2013). Como a etnografia implica um prolongamento
distensivo no fluxo do tempo a possibilidade de fomentar o início de uma relação
converte-se numa estratégia para lá da mera recolha de dados, assentes na
observação participante e escrita de notas de terreno. (Ferreira, 2004; Silva, 2004). A
etnografia foi assim encarada, mais do que uma aplicação mecânica e rigorosa das
técnicas de investigação, como uma postura hermenêutica de ser e estar com os
sujeitos.
O contacto com o terreno iniciou-se em Outubro de 2012 e terminou em
Fevereiro de 2013 (5 meses) e traduziu-se em 25 notas de terreno. Algumas notas de
terreno aqui mobilizadas integram descrições minuciosas sobre a performance de
género dos jovens embora se reconheça que, tal como as restantes indagações, estas
dizem exclusivamente respeito à visão e perceção subjetivista do investigador.
Numa primeira fase destaca-se o panorama escolar tentando destrinçar
algumas manifestações e expressões da homofobia, argumentando-se que as
representações dominantes produzem e, simultaneamente, desfrutam de uma visão
efeminada dos gays. A homofobia é alimentada dessa forma. Numa segunda fase,
destaca-se os modos juvenis individuais de reagir nesse panorama estrutural ± isto é,
as suas manobras agenciais ±, discutindo a diversidade de masculinidades gays.
Desse modo, interessava-nos o particular e o individual, organizando depois a
discussão em torno de ³LGHDO W\SHV´ :HEHU QmR HVWDQGR LQWHUHVVDGR HP
47
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
generalizar dados mas contribuir para uma discussão teórica que possibilite pensar-se
e elaborar-se estudos de cariz mais alargado. Este enfoque nas individualidades não
tem como intenção uma descoletivização das formas de resistência à discriminação
mas uma análise mais microscópica que, estando mais interessada no banal, no
detalhe e no disruptivo, possa resgatar as incoerências para o cerne do debate em
torno da homofobia em educação.
Panorama: o que normalmente se passa nas escolas
A homofobia tem na escola uma presença tão assídua e pontual como o
próprio corpo dos/as jovens estudantes sendo co-extensiva à próprio instituição
(Louro, 1997). As suas manifestações e expressões dizem respeito, contudo, não a
uma avaliação moral e hierarquizadora dos comportamentos sexuais, como, às vezes,
se sugere nos debate públicos, políticos e/ou religiosos (isto é, a homossexualidade
como um comportamento sexual passível de um qualquer tipo de julgamento) mas,
como observara Maria do Mar Pereira (2009) numa etnografia sobre a construção
juvenil de género na escola, a censura homofóbica interliga-se, sobretudo, à
performance e (in)adequação de género.
³$QGUp - [Eu] era um rapaz que não fazia o que os outros rapazes faziam. Tipo
dançava no grupo de dança, nunca gostei de jogar futebol, andava sempre com
raparigas, essas coisas, e isso bastava para ser, digamos, o bode expiatório SHUFHEHV"´
(André, 17, entrevista).
³)iELR - Passavam, eles [os colegas rapazes] apercebiam-se de alguma coisa, ou
mesmo os gestos da pessoa falar, ou alguma forma de vestir que seja diferente da deles,
HOHVFRPHoDYDPORJR³ROKDRJD\´³ROKDLVWR´ROKDDTXLOR´´)iELRHQWUHYLVWD
³/HDQGUR - Sim mas não é o caso do meu grupo de amigos mas
conhecidas que eram e são e que hoje eu sei que são mas na altura eram
andavam assim, andavam assado, rebolavam-se assim, rebolavam-se
um tique com a mão e não sei o quê. Via-se, não era rejeição, era
3DVVDYDPH³ROKDRSDQHOHLUR´RUDLVWRRUDDTXLOR´/HDQGURHQWUHYLVWD
tinha lá pessoas
gozadas porque
assado. Faziam
[pensa] insultar.
Manuela Ferreira (2004), numa etnografia com crianças num Jardim de
Infância, destaca que cada espaço da dita instituição era marcado por brincadeiras
que se organizavam, ao longo do tempo, em torno de um género (espaços
apropriados por e para raparigas e espaços apropriados por e para rapazes). O
atravessamento das fronteiras entre espaços pressupunha o gozo e a desqualificação
imediata, sendo as crianças-atoras, igualmente perpetuadoras de estereótipos sociais
mais vastos. Desse modo, a homofobia é, de alguma forma, também um processo de
48
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
genderização constitutivo do desenvolvimento etário sendo mais forte nas fases da
vida mais iniciais onde o processo de pertencimento realçado a um género tende a ser
mais forte (Santos, 2013).
Assim, do ponto de vista da sua expressão, concorda-se com Daniel Borrillo,
TXDQGR HOH DR ID]HU XP DSURIXQGDPHQWR KLVWyULFR GR FRQFHLWR GH ³KRPRIRELD´ D
interpreta como um ³«GLVSRVLWLYRGHYLJLOkQFLDGDVIURQWHLUDVGHJrQHURTXHDWLQJH
todas as pessoas, independentemente da orientação sexual, ainda que em distintos
JUDXVHPRGDOLGDGHV´%RUULOOR Esta interpelação que associa a identificação
gay
à
desadequação
de
género
(efeminação)
salvaguardando,
ainda
que
implicitamente, as normas de género (homem masculino, mulher feminina) à
heterossexualidade, contribui para a produção e construção geral de um estereótipo
conveniente que é histórico remontando, inclusive, às sociedades greco-romanas,
aquelas que o senso-comum alegadamente diz serem as mais liberais no que toca à
homossexualidade.
³1RVWH[WRVGR 6pFXOR;,;H[LVWHXPSHUILO-tipo do homossexual ou do invertido: seus
gestos, sua postura, a maneira pela qual se enfeita, seu coquetismo, como também a forma e
as expressões do seu rosto, sua anatomia, a morfologia feminina de todo o seu corpo fazem,
regularmente, parte dessa descrição desqualificadora; a qual se refere, ao mesmo tempo, ao
tema de uma inversão dos papéis sexuais e ao principio de um estigma natural dessa ofensa à
QDWXUH]D«´)RXFDXOW
Apesar da teoria queer propôr uma separação distintiva entre comportamento
de género e orientação sexual, a verdade é que as representações dominantes
exploram convenientemente esses estereótipos. Como refere Butler, numa frase que
ilustra bem a intersecção entre género e sexualidade,
³,WLVLPSRUWDQWWRHPSKDVL]HWKDWDOWKRXJKKHWHURVH[XDOLW\RSHUDWHVLQSDUWWKURXJKWKH
stabilization of gender norms, gender designates a dense site of significations that contain and
exceed the heterosexual matrix. Although forms of sexuality do not unilaterally determine
gender, a non-causal and non-reductive connection between sexuality and gender is
nevertheless crucial to maintain. Precisely because homophobia often operates through the
attribution of a damaged, failed, or otherwise abject gender to homosexuals, that is, calling gay
PHQ ³IHPLQLQH´ RU FDOOLQJ OHVELDQV ³PDVFXOLQH´ DQG EHFDXVH WKH KRPRSKRELF WHUUor over
performing homosexual acts, where it exists, is often also a terror over losing proper gender
³QRORQJHUEHLQJDUHDORUSURSHUPDQ´RU³QRORQJHUEHLQJDUHDODQGSURSHUZRPDQ´LWVHHPV
crucial to retain a theoretical apparatus that will account for how sexuality is regulated through
WKHSROLFLQJDQGWKHVKDPLQJRIJHQGHU´(Butler, 2011: 182).
Ou como refere o Luís,
49
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
³/XtV- «RVTXHVmRHYLGHQWHVRVPDLVHIHPLQDGRVRXTXHHVWmRPDLVjYRQWDGH
com a situação, acabam por ser mais vítimas porque dão mais nas vistas. São mais
facilmente identificáveis como diferentes «´/XtVHQWUHYLVWD
Do ponto de vista das suas manifestações, a expressão da homofobia dá-se,
não maioritariamente através de um ritual agressivo como o bullying é representado no
imaginário coletivo, mas, sobretudo, através do insulto. É o insulto que rotula já os
sujeitos mesmo antes de estes se verem ou reverem nas suas sexualidades. Um
insulto que, além de impossibilitar a privatização da sexualidade escolar e a destituir
de uma natureza naturalmente natural, revela a verdadeira dimensão de um self
falhado.
³)iELR - >«@ 1mR 1XQFD UHYHOHL >D RULHQWDomR VH[XDO@ QD HVFROD 6DELDP TXH KDYLD
realmente essas especulações que as pessoas diziam, que os colegas diziam ou chamavam
mas nunca confirmei e nunca disse. Se bem que naquela altura, isto estou a falar ainda
mais no básico ainda, ainda não sabia bem o que haveria de ser. Eles chamavam mas eu
ainda não sabia bem o que é que eu queria. Nem sequer tinha estado com alguém para
poder dizer se eu gostava disto ou se gostava daquilo. Isso foi mais a partir do secundário,
mas o secundário foi melhor que o básico. Acho que o básico fiz assim com um bocadinho de
PHGRHjSUHVVD«´)iELRHQWUHYLVWD
³)UDQFLVFR- A mais negativa foi o isolamento que senti nomeadamente no 7º, 8º ano
e isso tem a ver sem dúvida alguma com eu assumir para mim a orientação sexual. Foi na
altura em que descobri o que é que queriam dizer as palavras, os insultos,
QRPHDGDPHQWH R ³JD\´ R SDQHOHLUR R ³ELFKD´ 'HVFREUL D GHILQLomR GHVVHV LQVXOWRV H
quando criança, jovem, adolescente é melhor assim, enquanto criança-adolescente, que
saiba que eram insultos mas não sabia a definição em si, afetou-me muito porque para
mim era um ato normal de gostar ou amar alguém do mesmo sexo´ )UDQFLVFR entrevista).
³/XtV - Fui descobrindo a pouco e pouco entre os 15 e 16. Ou seja, achava eu que
estava a fugir da norma do que toda a gente ou o que a sociedade, neste caso, dizia que
HUDRQRUPDO´(Luís, 23, entrevista).
(VWH LQVXOWR WHP R SHVR H D PDUFD GD ³RXWUL]DomR´ GR HVWLJPD H GD
desqualificação atribuindo à possibilidade não-heterossexual um lugar abjeto. O
abjecto diz respeito D ³« WKRVH ³XQOLYDEOH´ DQG ³XQLQKDELWDEOH´ ]RQHV RI VRFLDO OLIH
which are nevertheless densely populated by those who do not enjoy the status of the
VXEMHFW EXW ZKRVH OLYLQJ XQGHU WKH VLJQ RI WKH ³XQOLYDEOH´ LV UHTXLUHG WR FLUFXPVFULEH
WKHGRPDLQRIWKHVXEMHFW´(Butler, 2011: xiii). Na perspetiva butleriana, os processos
de genderização ocorrem através de repetidas invocações e repudiações. As censuras
KRPRIyELFDV QHFHVVLWDP GH XP ³FRQVWLWXWLYH RXWVLGH´ LGHP [LLL VHQGR D KRPRIRELD
intrínseca ao sistema institucional e tendo consequências negativas nos sujeitos.
50
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
Estes ficam assim vulneráveis à violência e assédio como é bem ilustrativo na
entrevista do Fábio.
³)iELR- Porque eu não gostava, a parte de eu entrar no balneário e eles mandarem
aquelas bocas e eu ter que estar ali ao pé deles, não aguentava. Cheguei muitas vezes a
evitar fazer a aula ou então entrava mais cedo para a aula para me equipar a ir diretamente
para o ginásio e então tentava sair 5 minutos mais cedo para tomar banho antes deles, sempre
tentar evitar estarmos todos em conjunto´)iELRHQWUHYLVWa).
A educação física é pois uma atividade onde as expressões homofóbicas
adquirem algum vigor obrigando a estratégias de evitamento, em parte, porque os
processos de homossociabilidade exigem a produção de uma identificação masculina
que necessita sempre do repúdio à homossexualidade (Pascoe, 2007); uma
identificação abjeta que é produzida interativa e performativamente, como um ato
WHDWUDO ³HP FRQMXQWR´ 0DV VH p YHUGDGH TXH R DWUDYHVVDPHQWR GDV IURQWHLUDV GH
género aciona de imediato uma censura homofóbica ± o género corporalizado é
sempre público ±, também é verdade que o insulto é mobilizado mesmo na ausência
de comportamentos.
³5RGULJR - Fui muita vítima de bullying homofóbico, não frequentemente nem achava
que essa vitimização advinha do facto de eu ser ou comportar-me da forma que se entendesse
ser mais ou menos masculinizada porque isso acontecia com muitos colegas meus de forma
indiscriminada, percebes? O que eu estou a querer dizer é que não me chamavam os nomes
por eu ser ou não homossexual mas porque faziam isso a todos. Era uma forma de
insultar, percebes?´5RGULJRHQWUHYLVWD
2LQVXOWR³JD\´³PDULFDV´³ELFKD´³SDQHOHLUR´HWFpXWLOL]DGRFRPRXPVLJQR
sem referente cujo ataque não tem como objetivo necessariamente o corpo ontológico
do homossexual. Como verifica Maria do Mar Pereira na sua etnografia escolar, esses
LQVXOWRV VmR ³« XVDGRV SDUD FULWLFDU D FRQGXWD GH TXDOTXHU UDSD]
LQGHSHQGHQWHPHQWHGDVVXDVSUiWLFDVVH[XDLV«3HUHLUDeDTXLTXHD
homofobia se converte num banal problema de todos e não apenas de uma minoria. O
insulto é uma atribuição circunstancial com uma carga estigmatizante que toda a gente
(rapazes, raparigas, hetero e homossexuais) sabe que pode usar para controlar a
masculinidade. Como refere Pascoe,
³)DJLVQRWQHFHVVDULO\DVWDWLFLGHQWLW\DWWDFKHGWRDSDUWLFXODUKRPRVH[XDOER\)DJ
talk and fag imitations serve as a discourse with which boys discipline themselves and each
other through joking relationships. Any boy can temporarily become a fag in a given social
space or interaction. This does not mean that boys who identify as or are perceived to be
51
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
KRPRVH[XDODUHQ¶WVXEMHFWWRLQWHQVHKDUDVVPHQW0DQ\DUH%XWEHFRPLQJDIDJKDVDVPXFK
to do with failing at the masculine tasks of competence, heterosexual prowess, and strength or
in any way revealing weakness or femininity as it does with a sexual identity. This fluidity of the
fag identity is what makes the specter of the fag such a powerful disciplinary mechanism. It is
fluid enough that boys police their behaviors out of fear of having the fag identity permanently
DGKHUH DQG GHILQLWLYH HQRXJK VR WKDW ER\V UHFRJQL]H D IDJ EHKDYLRU DQG VWULYH WR DYRLG LW´
(Pascoe, 2007: 54).
O insulto só é tomado como tal porque se apropria de um sistemas de valores
que edificado em torno do patriarcado, da masculinidade, da heterossexualidade a ela
VLPEROLFDPHQWH OLJDGD H GR IDORFHQWULVPR %RXUGLHX ([SUHVV}HV FRPR ³YDL
OHYDU QR FX´ RX ³FKXSD DTXL >UHIHULQGR-VH DRV SpQLV@´ VmR LOXVWUDWLYRV GHVsa
apropriação. A homofobia é um processo inerente à masculinidade visto que o insulto
para lésbicas parece inexistente e não parece ter a mesma dimensão para as
raparigas ou para a homossexualidade feminina, o que revela, quer o valor social
atribuído às masculinidades, quer a sua iminente fragilidade (Badinter, 1996)9.
³>VREUHTXHPpPDLVDIHWDGRSHOREXOO\LQJ@
Hugo: - Gays ou lésbicas?
Manuel: - Gays. As lésbicas nem tanto. Eles até gostam (risos).
Hugo: - Como assim?
Manuel: - Então, os heteros gostam de lésbicas né? Tem fantasias e isso com elas. É
LVVR«´0DQXHOHQWUHYLVWD
Lígia Amâncio (1994) destaca que a construção social do feminino se dá
através da sua constituição como dimensão oposta à masculinidade e assim
associando-se à fraqueza e fragilidade, características desvalorizadas socialmente.
(P ³$ &RQVWUXomR 6RFLDO GD 'LIHUHQoD´ /tJLD $PkQFLR HODERUD XP TXDGUR TXH Gi
conta que jVFDUDFWHUtVWLFDVVRFLDOPHQWHUHFRQKHFLGDVFRPRWLSLFDPHQWH³PDVFXOLQDV´
eram atribuídas, por parte dos sujeitos, conotações positivas por oposição às
características femininas tidas como renegáveis, repúdio também explicado por
%RXUGLHXHP³$'RPLQDomR0DVFXOLQD´HSHOR)UDQFLVFR
³)UDQFLVFR- «Uma rapariga que é mais masculina é maria-rapaz, pronto, é uma
fase. Resulta por uma questão de inferiorização e diferença de género. O facto de a nossa
sociedade o ser homem é mais positivo do que ser mulher é por isso que uma mulher que tem
um comportamento de homem não é censurada mas um homem que tenha um
9
O que não significa que a homofobia contra as raparigas não-heterossexuais não exista nos mesmos
WHUPRVHJRLQVXOWRGH³IXID´RXHPPRGRVSHFXOLDUHVHJ invisibilidade ou assédio). De realçar que
este estudo foca apenas os rapazes, alertando-se para a necessidade de focar também, em outros
estudos, a juventude feminina não-heterossexual visto que a experiência genérica da homossexualidade
feminina tende a ser negligenciada, quer pelo patriarcado que abjeta a sexualidade feminina por si só,
quer pela heteronormatividade que invisibiliza a possibilidade homossexual, quer por um certa misoginia
na comunidade gay criticada historicamente por algum feminismo.
52
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
comportamento de mulher já é mais censurado porque a mulher é inferior ao homem.
Isto é transversal à sociedade, transversal a questões de orientação sexual. Quase que quando
nascemos somos embutidos desde criança a isso. É por isso que um rapaz efeminado sofre
muita mais discriminação e até violenta do que uma mulher mais masculina. São os opostos,
digamos assim, segundo o seu género biológico até porque há sempre o receio de como ela é
uma mulher masculina pode-me agredir fisicamente. Como ele é um rapaz efeminado à
partida não me vai agredir porque as mulheres não agridem´)UDQFLVFRHQWUHYLVWD
A teoria feminista tem elucidado que coexistem lógicas de governabilidade
patriarcal em educação sendo a arena escolar o palco da desigualdade de género
(Richardson et al, 2006).
³+XJR- E achas que isso se deve a quê, essas discrepâncias entre sexos?
Leandro: - Não sei, acho que isso vem de uma coisa desde dos nossos
antepassados. De duas mulheres é super normal haver intimidade mas com os homens é
tipo os machões não pode haver intimidade, é colegas e acabou.´ /HDQGUR entrevista).
³5RGULJR - Isso acontece por uma questão de a sociedade ser muito mais punitiva
relativamente à homossexualidade masculina e isto vem de uma coisa cultural, já vem
desde, sei lá, eu ia dizer século XIX, onde foi mais marcado mas anteriormente já a
própria religião também influenciou isso mas a verdade é que os homens são muito mais, ou
pelo menos na superfície criticam muito mais a homossexualidade masculina porque também
vivemos numa sociedade muito machista, percebes? Em que o papel do homem tem que
ser marcado e distinguido e o da mulher é quase esquecido. Se uma mulher tiver relações
com outras mulheres esconde-se mais facilmente agora se for um homem é um escândalo
porqXHQmRHVWiDFXPSULURVHXSDSHOQmRp"´5RGULJRHQWUHYLVWD
Em suma, a interpelação homofóbica esta associada ao atravessamento das
fronteiras de género e consiste mais numa estratégia discursiva para regular toda a
masculinidade e/ou heterossexualidade apropriando-se de uma representação
dominante estratégica que, alimentando-VH GD ³LQIHULRULGDGH DEMHWD GD IHPLQLOLGDGH´
retrata a identificação gay sempre e somente como efeminada, passiva e frágil, um
retrato conveniente à sua próprio manutenção e perpetuação.
Manobras: como os jovens lidam com o que se passa nas escolas
De seguida apresentamos alguns perfis-tipo de masculinidades (dois) que
procuram contestar quer a assumpção do imaginário homofóbico que assume que a
homossexualidade masculina é sempre efeminada, quer o vitimismo passivo muitas
vezes dado a entender nos estudos sobre homofobia escolar. Alerta-se, contudo, que
a escolha e constituição destes perfis-tipo serve apenas a lógica da discussão pois
subsiste sempre o perigo do essencialismo, da cadastrização panótica e da
cristalização temporal quando se colocam na mesma categoria aspetos cuja natureza
53
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
(social) é invariavelmente variável. Feita esta adenda, apresenta-se de seguida a
discussão.
Masculinidades gays hegemónicas: o caso do Leandro e do Manuel
O Leandro (19) e o Manuel (17), ambos de classe trabalhadora, são dois
jovens, autoidentificados como bissexuais, que alegadamente não sofreram bullying
homofóbico. Na verdade ninguém sabia que eles eram bissexuais porque, segundo
eles, QmR ³GDYDP QDV YLVWDV´ O que é dar nas vistas? Dar nas vistas é ter
comportamentos de géneros desapropriados que indiciem simbolicamente uma
homossexualidade, alias, ideia que é constitutiva do panorama escolar.
³+XJR- «0DVQXQFDIRVWHJR]DGRSRUVeres bissexual?
Manuel: - Não, porque nunca ninguém soube. Nunca andei por aí com um autocolante
QDWHVWD³VRXJD\´³VRXEL´VRX³LVWR´VRX³DTXLOR´sempre me comportei como um homem
normal´0DQXHOHQWUHYLVWD
6HU XP ³KRPHP QRUPDO´ p SRLV WHU comportamentos de género normativos
segundo a matrix heterossexual (homem masculino, mulher feminina). De facto, estes
rapazes eram discretos, mantinham a postura, eram masculinos. Tão masculinos que
D LGHLD HVWHUHRWLSDGD GH XPD ³QRUPDOLGDGH´ Vy SRGH SUHVumir uma ligação unilateral
³KRPHPPDVFXOLQR´
³$IRUPDFRPRIDODFRPRFRORFDRFLJDUURQDERFDHH[DOWDRIXPRFRPRVHGHVORFDD
gramática que utiliza dentro da entrevista e fora, as expressões do seu rosto, a posição das
pernas quando anda e a roupa sóbria, mas simultaneamente juvenil e sensual. Era
ligeiramente musculado e atlético, confiante e até um pouco atrevido. Se eu não soubesse que
HOHJRVWDULDGHKRPHQVMXUDULDTXHHVWDYDGLDQWHGHXPKHWHUR´17GH-DQHLURGH
São jovens que ± como explicara Leandro mais tarde ±³SDVVDPSRUKHWHURV´.
2TXHp³SDVVDUSRUKHWHUR´"³3DVVDUSRUKHWHUR´pQmR³GDUQDVYLVWDV´straight). Num
estudo etnográfico sobre a sexualidade na escola de Debbie Epstein e Richard
Johnson, os investigadores destacam o Simon, um jovem gay assumido líder de uma
HTXLSD GH UXJE\ (VWH MRYHP DSUHVHQWDYD ³« YLUWXDOPHQWH XPD YHUVmR GLGiWLFD GH
masculinidade ± a masculinidade que se supõe ser desejável ±, a não ser pelo fato de
VHU JD\´ (Epstein & Johnson, 2009: 85). ). 2UD FRPR UHIHUH &RQQHOO ³,Q WKLV VHQVH
PRVWJD\VDUH³YHU\VWUDLJKW´´(Connell, 1992: 746).
A existência de dois sexos, por si só, produz uma ideia expectante de
complementaridade que, agregada simbolicamente às normas de género binariamente
54
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
(e falsamente) constituídas (homem masculino, mulher feminina), como numa espécie
GH ³FRVPRORJLD VH[XDO´ %RXUGLHX Gi D VHQVDomR TXH WRGD D JHQWH p
LUUHPHGLDYHOPHQWHKHWHURVVH[XDOeQHVVHFRQWH[WRTXHR³SDVVDUFRPRKHWHUR´UHYHOD
o
caráter-não
neutral
da
orientação
sexual
visto
que
a
simbologia
da
heterossexualidade está já instalada no corpo normativamente genderizado (excepção
feita quando o género é subvertido, por exemplo, com tiques, isto é, quando os signos
identificatórios da homossexualidade se projetam para o espaço público através da
performance corporal) (Butler 1999), e o "assumir a homossexualidade" faz sentido
visto
que,
de
outra forma,
a
homossexualidade
passa
sempre
por
uma
KHWHURVVH[XDOLGDGHQDWXUDOL]DGDRXVHMDXP³GHVYLRVHFUHWR´
Ora, como argumenta Warner (2004) ± o primeiro a introduzir o termo
³KHWHURQRUPDWLYLGDGH´ QR Op[LFR GD WHRULD VRFLDO ±, o cerne da cultura assenta na
imagem (quase paradoxalmente laboratorial) de um casal heterossexual no qual o
modelo genésico de Adão e Eva é o seu principal modelo paradigmático. Cria-se uma
linha de coerência conveniente entre a existência humana, a reprodução biológica e a
heterossexualidade ± ignorando-se as suas hierarquias eternas que a fazem dela uma
ficção devido às suas práticas heterossexuais não-reprodutivas ±, conferindo à mera
SUiWLFD KHWHURVVH[XDO XPD ³PRUDOLGDGH VXSHULRU´ TXH ³WHVWLILHV WR WKH GHSWK RI WKH
culture's assurance (read: insistence) that humanity and heterosexuality are
V\QRQ\PRXV´:DUQHU[[LLL$KRPRVVH[XDOidade, porque ou representa a nãoUHSURGXomR RX SRUTXH DOHJDGDPHQWH LQWHUIHUH FRP XPD ³YHUGDGHLUD QDWXUH]D´ GR
género (Butler, 1999), seria do domínio do não-humano sofrendo as consequências
devidas: a homofobia surge aqui como desumanização (Borrillo, 2010).
Assim, ter comportamentos de géneros adequados é ser tomado como
heterossexual e não ser desumanizado pelo bullying (por exemplo, o Leandro era
FRQKHFLGR FRPR ³/HDQGUR-come-WRGDV´ (VWHV UDSD]HV XWLOL]DP FODUDPHQWH HVWD
estratégia defensiva ± o que nmRVLJQLILFDQmRVHUHP³YHUGDGHLUDPHQWHPDVFXOLQRV´±
mas, apesar de não se constítuiram como vítimas tradicionais, a sua estratégia acaba
por revelar todo o esplendor do potencial da violência desumanizadora da homofobia.
³0DQXHO - Há pessoas que aceitaP RXWUDV TXH QmR DFHLWDP H SRUWDQWR« Ou
continuas a manter a tua postura lá dentro ou esquece. Acho que aquilo em relação a estar
PDLVPRGHUDGRpPXLWRUHODWLYR´0DQXHOHQWUHYLVWD
Mais adiante, na entrevista, o Manuel explica que não era assumido porque
VHQmROHYDYD³XPWLUR´FI6DQWRV$OLiVUHDo}HVDJUHVVLYDVVHPHOKDQWHVTXH
55
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
WHULDPRVMRYHQVGRHVWXGRGH6LOYD$UD~MRVHQGRDH[SUHVVmR³OHYDUXP
WLUR´UHYHODGRUDGDH[WUHPDYLROrQFLDDTXHRUHFRQKHFLPHQWRDWULEXtGRH sobretudo,
auto-assumido) de alguém como gay pode chegar, obrigando estes jovens a um
processo de ocultamento. Mas não só estes jovens se limitam a ocultar, a privatizar, a
omitir e até mentir sobre a sua (bi)sexualidade, como reproduzem ativamente
estereótipos e nutrem uma relação conflitual com a masculinidade (Connell, 1992). Um
aspeto interessante, por exemplo, é o facto de o Leandro ter assumido, ainda que a
medo, ter praticado bullying homofóbico.
³/HDQGUR- [sobre ser vítima de homofobia] No ciclo sim, até ao 9º ano passei alguns
bocados, não é? Eu próprio fiz as minhas asneiras da juventude de hoje em dia mas no
VHFXQGiULR«1mRHX QXQFDVRIULEXOO\LQJ(VWDYDD IDODUTXH YLEXOO\LQJHWFHWFPDVQXQFD
passei por bullying. Se calhar eu é que fazia aos outros, infelizmente´ /HDQGUR entrevista).
$VVHPHOKDQoDVFRPDSHUVRQDJHPGH6LPRQVmRQRWyULDVDWpSRUTXH³XPDGH
suas estratégias de evitação era participar da intimidação de rapazes mais fracos e
³HIHPLQDGRV´ QD HVFROD´ (Epstein & Johnson, 2009: 85). O facto de o Leandro,
ELVVH[XDOWHUSUDWLFDGR³HVVDDVQHLUDGDMXYHQWXGH´UHYHODRFDUiWHUSHUIRUPDWLYRGDV
masculinidades: para não ser tomado como homossexual, mais vale jogar o jogo
performativo da atribuição do maricas (Pascoe, 2007) e imputa-lo a alguém para que a
constante atribuição no tempo a outrem o salvaguarde de ser tomado como tal,
anteriormente à atribuição que lhe antecede. Estes são os primeiros resquícios de
uma homofobia interiorizada quando os sujeitos, confinados a uma cultura
heterossexista, interiorizam os preconceitos de que são alvo. ³A interiorização dessa
violência, sob a forma de insultos, injúrias, afirmações desdenhosas, condenações
morais ou atitudes compassivas, impele um grande número de homossexuais a lutar
contra seus desejos, provocando, às vezes, graves distúrbios psicológicos, tais como
sentimento de culpa, ansiedade, YHUJRQKDHGHSUHVVmR´%RUULOOR([SOLFD
Bourdieu,
³« RV KRPRVVH[XDLV TXH WHQGR VLGR QHFHVVDULDPHQWH HGXFDGRV FRPR
heterossexuais, interiorizaram o ponto de vista dominante podem assumir esse ponto de vista
sobre si próprios (o que os vota a uma espécie de discordância cognitiva e avaliativa de molde
a contribuir para a sua clarividência especial) e que compreendem o ponto de vista dos
GRPLQDQWHV PHOKRU GR TXH HVWHV ~OWLPRV SRGHP FRPSUHHQGHU VREUH HOHV´ %RXUGLHX 27).
56
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
Estes jovens acabam assim por serem cúmplices ativos da sua própria
dominação. Estão livres, à partida, do bullying homofóbico mas a homofobia
interiorizada que produzem é também ± para usar um conceito de Pierre Bourdieu
(1999) ± uma forma de violência simbólica.
³)DODUGHGRPLQDomRRXGHYLROrQFLDVLPEyOLFDpGL]HUTXHH[FHSWRHPFDVRGHUHYROWD
subversiva conducente à inversão das categorias de percepção e de apreciação, o dominado
tende a assumir sobre si próprio o ponto de vista dominante: nomeadamente através do efeito
de destino produzido pela categorização estigmatizante e em particular o insulto, real ou
potencial, pode ser assim levado a aplicar a si próprio e a aceitar, coagido e forçado, as
categorias de percepção rectas (straight, por oposição a crooked ³WRUFLGDV´ FRPR QD YLVmR
mediterrânea), e a viver na vergonha a experiência sexual que, do ponto de vista das
categorias dominantes, o define, oscilando entre o medo de ser percebido, desmascarado, e o
GHVHMRGHVHUUHFRQKHFLGRSHORVRXWURVKRPRVVH[XDLV´%RXUGLHX
No caso do Leandro, este é obrigado a um jogo do disfarce que garante a
hegemonia pública da heterossexualidade, sendo esta, não apenas uma orientação
sexual bio-RQWROyJLFD LVWR p ³QDWXUDO´ PDV WDPEpP XP HIHLWR GH SUHVVmR RX VHMD
uma máscara. É por isto que estes jovens apresentam uma versão de cidadania opaca
e pouco consistente e consciente, uma cidadania que nem chega a ser cidadania; uma
FLGDGDQLDTXH³pelo registo daquilo que não é, trata-se de cidadanias do faz-de-conta´
(Santos, 2013: 106).
³/HDQGUR- Andei muito tempo a querer enganar-me a mim próprio mas cheguei a
XPFHUWRSRQWRHGLVVH³pLVVRTXHHXTXHURpLVVRTXHHXYRXVHJXLU´2KSiWHQWHLHQURODU
mesmo sabendo, por exemplo, eu namorava com uma rapariga e falava com rapazes,
mudava os nomes no telemóvel, fazia mil e uma coisas para ninguém desconfiar, e é
DVVLP´/HDQGURHQWUHYLVWD
Essas manifestações de homofobia interiorizada/violência simbólica dirigem-se
em várias direções e as estratégias de ocultamento são justificadas em relação a outra
LGHQWLGDGH ³DV ELFKDV´ $V ³ELFKDV´ ± rapazes gays não-transexuais com
comportamentos de géneros efeminados ± servem como bode expiatório para justificar
a homofobia.
³0DQXHO- Não! Para mim não são. Lá por seres gays não precisas de ser bicha, dar
nas vistas, ser escandaloso e assim. É por isso que a sociedade pensa mal dos gays. Elas dão
má imagem dos gays «'HWHVWRELFKDVSe eu gostasse de mulheres andava com uma,
Qp"1mRFRPRXPDFySLD6mRSLRUHVGRTXHDVPXOKHUHV«´0DQXHOHQWUHYLVWD
Nem sempre os grupos marginalizados são vítimas dentro de uma equação
unilateral (por exemplo, heterossexuais versus homossexuais). Manuela Ferreira
57
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
(2004), contrariamente ao senso comum que romantiza a criança, demonstra como
estas não só tem estratégias de rearticulação das regras do mundo adulto como
também reproduzem estereótipos mais gerais. Neste caso concreto, estes jovens não
toleram a inversão de género e essa intolerância criam vítimas até nas culturas juvenis
nos quais estes jovens se ausentam.
Manuel: - Txii, não gosto. Entrar lá [café gay] e ter aquele bichedo todo a olhar para
mim. Não gosto. Ter aquelas bichas todas a olhar para mim? Naa. Incomoda-PH´17-122012).
³/HDQGUR- Eu fui a esse bar e começou aquela cena daqueles travestis, e eu não curto
nada disso e bazei e fui para o outro bar. Tive também lá um bocado e vim embora. Não sou
cliente assíduo dessa cena que não gosto. Sinto-me mal no meio de tantos gays, não
gosto´/HDQGURHQWUHYLVWD
Um olhar atento pelas culturas juvenis gays revelou uma oposição distintiva
HQWUH R ³JD\ QRUPDO PDVFXOLQR QmR IUHTXHQWDGRU GH VtWLRV JD\V H D ³ELFKD ORXFD´
(efeminada, frequentador assíduo de lugares gays). A bicha funciona para o gay
masculino da mesma forma que o gay (na sua generalidade e estrategicamente
WRPDGR FRPR ³HIHPLQDGR IXQFLRQD SDUD R KRPHP KHWHURVVH[XDO $VVLP FRPR
subsiste historicamente um estereótipo dominante do gay efeminado que é visível no
panorama escolar, também existe, dentro da cultura gay, um mudo duelo de forças
HQWUH R ³JD\ QRUPDO´ D KRPRVVH[XDOLGDGH YLULO H UHVSHLWiYHO PDLV SUy[LPD GD
heterossexualidadHHD³ELFKDORXFD´DKRPRVVH[XDOLGDGHUHSXGLDGDHPDLVSUy[LPD
da ideia de uma homossexualidade exclusiva); ideia que é tão historicamente
coextensiva quanto a primeira10.
³/HDQGUR - >«@ 0DV p DVVLP HX WDPEpP D PLQKD VHOHomR GH DPLJRV QmR SRVVR
selecionar o amigo pela aparência dele, exato, mas quando eu quero sair com um amigo
com a mesma orientação do que eu e queira tar ao mesmo tempo com uma pessoa
heterossexual tento escolher uma pessoa que não demonstre muito aquilo que é. Não é
por vergonha, não é por nada. Mas é para manter tanto a minha privacidade, tanto a
privacidade da pessoa em questão. Então o meu grupo de amigos que sejam gays e não sei o
quê, QmRVmRDTXHOHVJD\VGLWRV³ELFKDV´TXHVHDEDQDPHQmRVHLRTXrTXHHXDWpQmR
gosto disso. (SURQWRpDVVLP´/HDQGURHQWUHYLVWD
&RPR UHIHUH 6HGJZLFN ³the effeminate boy once more in the position of the
haunting abject ² WKLVWLPHWKHKDXQWLQJDEMHFWRIJD\WKRXJKWLWVHOI´(Sedgwick, 2004:
10
Nas sociedades greco-URPDQDVSRUH[HPSORDPSODPHQWHRVWHQWDGDVFRPRWmR³DEHUWDV´j
homossexualidade, esse estereótipos já existiam e serviam um propósito político (Foucault,
1998).
58
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
72). Ou seja, os rapazes não-heterossexuais masculinos reproduzem ativamente os
estereótipos de género mais gerais (isto é, heteronormativamente normativos), não
sendo por isso vítimas mas, pelo contrário, procurando vitimizar para reduzir as suas
ansiedades juvenis de autodescoberta (homos)sexual, chegando, inclusive, a serem
cruéis quando selecionam as amizades, isto é, quando discriminam. Paradoxo:
acabam por serem motores da própria discriminação de que se queixam ser alvo.
Masculinidades gays queer: o caso do André
Se o Leandro e o Manuel são um exemplo claro da reprodução e perpetuação
da masculinidade hegemónica através de um corpo não-heterossexual ± o que
contradiz a ideia do gay enquanto efeminado ±, o André podia aqui representar o seu
oposto. As experiências descritas pelo André revelam uma forte crítica à escola e à
heterossexualidade masculina que nela se perpetua. Algumas delas são descritas
vividamente como uma espécie de episódios interativos.
³$QGUp - [André a descrever uma situação onde é vítima de bullying por parte de
colegas QDHVFROD@'HUHSHQWHXPGL]PXLWREDL[LQKRSDUDTXHVyHXSXGHVVHRXYLU³LVWRDTXL
pVySDQHOHLURV´HXYLUHL-me porque de certeza que era para mim, abanei-me todo e disse-lhe,
³SRLVVRXSDQHOHLURHDGRUR3RUTXr"$OJXPSUREOHPD"´. Eles ficaram tipo, não estavam à
espera, percebes? Grizei-me! Eu adoro esse tipo de coisas. Às vezes temos que ser assim
senão eles vão pensar que a gente ouve e cala(HXDOL³/2/´,Q-Your-)DFH´$QGUp
entrevista).
Este jovem não deixa de ser vítima de bullying mas as suas reações afrontivas
(in-your-IDFH´ GLVWDQFLDP-se do imaginário vitimista construído pelo ativismo LGBT.
Aqui não se trata mais das masculinidades escondidas ou reprimidas do Leandro e do
Manuel nem também de rapazes sofredores ou passivos. Aqui estamos, todavia,
perante uma masculinidade queer; uma masculinidade que é acionada por
³performances that make visible the gaps and fissures of a binary system of gender
QRUPVDQGWKXVRSHQWKHPWRWKHSRVVLELOLW\RIWUDQVIRUPDWLRQ´(Landreau & Rodriguez,
2010: 3), como afirmam John Landreau & Rodriguez numa grande coletânea de
artigos dedicado a masculinidades na escola que saem fora da esfera da
masculinidade hegemónica (masculinidades queer).
³2 $QGUp p XP GHVVHV UDSD]HV ³« XP UDSD] MRYHP YHVWLGR H com alguns tiques
efeminados. Com madeixas loiras, vestido com uma caviada, umas skins azuis escuras e um
FDVDFRGHFRXUReXPMRYHPFRPXPHVWLORIDVKLRQLVWDXUEDQRHWUHQG\´-12-2012).
59
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
Esconder a homossexualidade para este jovem é, em certa medida, contribuir
para a manutenção da heteronormatividade através da normalidade genderizada do
corpo. Já não estamos na presença de uma cidadania do faz-de-conta mas sim
perante uma cidadania reclamada ³FLGDGDQLD FXMRV FRQWRUQRV VH GHVHQYROYHP FRP
base na diIHUHQoD«´0DJDOKmHV6WRHUHFXMDDVXDH[LELomR³GHULYD
do facto de ser intrinsecamente incapaz de traduzir o reconhecimento em cidadania
SDUWLFLSDGD´LGHP
³$QGUp - Sim, sou assumido. Se eu escondo também ajudo a fomentar o
preconceito (X DFKR« (VWRX D SDUWLU GR SUHVVXSRVWR TXH Ki TXDOTXHU FRLVD GH HUUDGR´
(André, 17, entrevista).
No palco das culturas juvenis este jovem frequenta muitas vezes alguns cafés
XUEDQRV FRQKHFLGRV FRPR ³VtWLRV JD\V´ e HVWH OXJDU TXH R $QGUp IUHTXHQta quando
não tem aulas. Estar com os seus amigos gays (as sociabilidades) é uma forma de dar
guarida as expressividades de género e sexuais que, de outra forma, seriam reguladas
e racionalizadas na escola. Estas culturas conferem uma sensação comunitária de
proteção e partilha e funcionam também como rearticulação paródica das regras da
heteronormatividade. Numa dessas conversas, sobre os colegas da escola, o André
desabafa,
³+XJR - [sobre um colega do André na viagem de finalistas] Era hetero e teve sexo
contigo?
André: - Claro, a gente já conhece esse estilo. Diz que é hetero, tem namorada e tal
e depois faz com gajos.
Hugo: - Isso existe muito?
André: - Frustrados? Então não? Muitos não têm coragem de assumir porque assumir
é estar do outro lado, é ser o Outro, é jogar na outra equipa, percebes? (André, 17,
HQWUHYLVWD´
³+XJR- Porquê é que achas que muita gente não gosta dos gays?
André: - São frustrados. Coitados. Casam, tem filhos, mal tem dinheiro para cuidar dos
miúdos ficam frustrados e descarregam nos gays. Ninguém tem culpa de sermos lindas e
maravilhosas´17-11-2012).
³)UXVWUDGRV´pXPDGHVLJQDomRFRPXPQHVWHJUXSRGHJD\VSDUDGHVLJQDURUD
a homofobia, ora os gays que não assumem e/ou tem problemas com a sua
homossexualidade. A masculinidade queer do André é uma masculinidade subversiva
que joga, não em termos de uma tolerância, mas em termos de uma colocação das
dimensôes do poder em termos da alteridade. Aqui a violência é devolvida ao outro em
termos paródicos como uma violência imaginada. Violência imaginada, no dizer de
60
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
Judith Halberstam, é aquela em que o oprimido se coloca temporária e ironicamente ±
daí o seu caráter imaginado ± no lugar do oppressor e o deixa interrogar como seria se
as coisas fossem diferentes. Este ³:Kat if" denotes a potentiality, a possible reality
that may only ever exist in the realm of representation but one which creates an
"imagined violence" with real consequences and which corresponds only roughly to
real violence and its imagined consequences.´(Halberstam, 1993: 190).
³$QGUp- Ando por aí a insultar heteros, a meter-me na vida dos outros, a tentar saber
VH ³[´ GRUPH FRP ³\´" 1mR 2 TXH PH LQWHUHVVD" Então não têm nada que se meter na
minha vidaQp"6LPSOHV´$QGUpHQWUHYLVWD
André: [abana positivamente a cabeça] ± (UD«,DRXYLUHFDODUTXHUHVYHU>R$QGUpILFD
nervoso]. Não engulo sapos e não devo nada a ninguém. Comigo é assim. Queres ser
respeitado respeita os outros 1mR OHYR GHVDIRUR SDUD FDVD -i OHYHL DJRUD QmR OHYR´
(André, 17, entrevista).
É uma masculinidade que moca as próprias regras da masculinidade ortodoxa
de uma forma inteiramente nova, invocando masculinidade, sexualidade e papéis
VH[XDLV ³DWLYRSDVVLYR´ TXDQGR R $QGUp DILUPD HP WRP GH JR]R TXH ³p SUHFLVR VHU
muLWRKRPHPSDUDOHYDUQRFX´$QGUpHQWUHYLVWD1DYHUGDGHDJHVWLFXODomRGH
uma certa performance efeminada ± D TXH DOJXQV MRYHQV FKDPDP GH ³ELFKLVVH´ ±,
associada a uma gramática própria da estética camp, faz interrogar género como,
³« R YHtFXOR expressivo, manipulável e combativo que transporta os sinais
identificadores simbólicos de uma dada orientação sexual e que através da corporalidade
projeta-a irremediavelmente no espaço público (num intrincado jogo de visibilidade e
invisibilidade) impossibilitando que esta seja apenas uma dimensão privada, um espaço público
que subsiste na dominância hegemónica de uma ordem do género binária e normativa,
símbolo-PRUGDKHWHURVVH[XDOLGDGHFRPSXOVyULD«´6DQWRV-119).
Não significa que esta performance seja absolutamente falsa ou totalmente
verdadeira já que género é sempre um elo perdido, destituído de sentido, numa
relação de forças (Butler, 1999). Ela acompanha uma certa ironia contida neste grupo
em particular, por exemplo, quando o insultRHVFRODUGH³ELFKD´pXWLOL]DGRFRPRXP
termo reinvidicativo de autodesignação. &RPR UHIHUH 3DWWRQ ³« WKH DSSURSULDWLRQV
take the form of recontextualizing terms ² nigger, queer, girls, bitches ² when used
inside the group to which these terms once sLJQLILHGVXEPLVVLRQ´(Patton, 2004: 146),
e esta masculinidade queer opõe-se muitas vezes à hegemónica.
³$QGUp- Filho, comigo é simples. Eu sou como sou, quem não gostar que se foda,
bota nas bordas do prato. Toda a gente crítica as bichas, as marchas, as travestis, as loucas,
61
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
não sei o quê, mas ninguém critica os machões 1mR SHUFHER SRUTXr´ $QGUp entrevista).
Esta atitude potestativa de contrarreação deixa-nos perceber outras formas de
marginalização, menos contempladas cientificamente, que desaguam, muitas vezes,
HPIRUPDWRVFRPXQLWiULRVSRLV³«it is also important to recognize that subversion is
not just pleasurable ± we continue to be interpellated by norms even as we contest
WKHP´0F&RUPDFNKimmel & Mahler (2003) discutem, através da análise
de dados das biografias de jovens que entravam em matar em escolas e faculdades
norte-americanas, que o não pertencimento a uma masculinidade reconhecida,
heróica, desejável e/ou o ser-se vítima de escárnio homofóbico, pode estar na origem
GHXPDUHWDOLDomRKRPLFLGDFRQWUD³RVDJUHVVRUHV´FRPRXPDSURYDGHPRQVWUDWLYDGH
uma virilidade inalcançável. Todavia, se é verdade que a masculinidade queer é uma
masculinidade que previne a vitimização, também é verdade que a vitimização nem
chega a acontecer.
³+XJR- Nunca tiveste problemas ou tens no secundário?
André: - Que me recorde não. Quase toda a gente sabia de mim. Os meus colegas
sabem de mim. Amigas, amigos, toda a gente mesmo. Falam comigo, tratam-me da mesma
forma. Nada a apontar. Inclusive elegeram-me para delegado de turma. Eu até acho que os
professores sabem de mim [risos]. Hoje em dia não tenho qualquer tipo de problema, acho eu.
Aceitam perfeitamente. Até brincam comigo«´$QGUp(QWUHYLVWD
Mark McCormack (2010), num estudo etnográfico, demonstra que os discursos
juvenis sobre as homossexualidades são mais abertos, plurais e revelam
possibilidades de mudança para lá daquilo que se julgaria. O sociológo britânico dá o
exemplo de Jack, um jovem que contorna a masculinidade hegemónica e, ainda
assim, não chega a ser importunado pelos colegas. 1HVVHVHQWLGR³«Jack proudly
and vociferously paraded his own version of masculinity. Jack is an agentic subject, at
RQFHVXERUGLQDWHGDQGOLEHUDWHG´(McCormack, 2010: 44).
Considerações finais
A questão das masculinidades nos estudos sobre género são mais complexas
do que nos apresenta os estudos em e sobre educação priorizando estes uma análise
centrada, sobretudo, na masculinidade hegemónica, principalmente quando se toma
género como uma performance e se interseccionaliza com a orientação sexual. Ainda
assim, género mantém um núcleo central que se relaciona sempre com as dimensões
do poder tendo a expressão patriarcal uma influência expressiva que se propaganda
62
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
para lá do binómio heWHURVVH[XDO ³KRPHPPXOKHU´ H VH UHIOHWH RUD SRU LPLWDomR RUD
por rearticulação, por exemplo, na comunidade gay. Alargar as reflexões feministas a
HVWH FDPSR QmR VLJQLILFD GHVWUXLU R VXMHLWR ³PXOKHU´ GR FHQWUR GR IHPLQLVPR PDV
questionar, deslocando-o, as reproduções patriarcais através da desconstrução da
masculinidade hegemónica e/ou debate sobre os seus efeitos prejudiciais.
Neste artigo argumentou-se que as interpelações homofóbicas sobre a forma
do insulto, apesar de estarem ligadas ao atravessamento de fronteiras genderizadas
sendo a homofobia, sobretudo, uma violência de género, parecem ser constitutivas
dos discursos sobre as masculinidades atacando, como uma espécie de chamada ao
GLVFXUVRWRGRVRVUDSD]HVLQGHSHQGHQWHPHQWHGDVXD³UHDO´RULHQWDomR sexual e por
isso converte-se num problema de todos/as. Na verdade, o insulto, apropriando-se de
considerações abjetas à feminilidade que são transportadas para a (e/ou impingidas à)
homossexualidade masculina, procura, além de regular a masculinidade geral,
contribuir
para
a
formulação
de
um
imaginário
que
protege
sempre
a
heterossexualidade masculina mantendo-na intacta e hegemónica devido à ligação
quase congenital que esta mantêm com a heterossexualidade. Nesse sentido, a
homofobia é, mais do que uma fobia intrínseca, uma estratégia discursiva num
contexto de negociação das masculinidades (Pascoe, 2007), que, contudo, não deixa
de ter efeitos negativos e materiais na vida de muitos jovens gays (ou heterossexuais),
como no caso do Fábio.
Contudo, um olhar mais atento, microscópico e detalhado sobre as culturas
juvenis gays revela uma diversidade de identificações, consciências e/ou vivências
que, além de questionarem um panorama essencialista e vitimista sobre a juventude
gay (como se todos os rapazes fossem vítimas de bullying), e a veracidade e
legitimidade dos estereótipos de género, faz emergir ainda oposições de género que
são reproduzidas na comunidade gay, nomeadamente a oposição histórica entre o
³JD\ PDVFXOLQR QRUPDO´ H D ³ELFKD HIHPLQDGD ORXFD´ O primeiro demonstra que a
PDVFXOLQLGDGH KHJHPyQLFD QmR p XP ³SULYLOpJLR´ GRV KRPHQV KHWHURVVH[XDLV H
simultaneamente, que os próprios gays podem reproduzir estereótipos de género que
tem consequências nefastas entre si. A segunda aparece como uma identidade abjeta,
uma identidade que reconfigura a masculinidade juvenil gay. Em certa medida, a
abjeção social à feminilidade é vísivel através do repúdio compulsivo (heterossexual
e/ou gay) à bicha. Ela é pois uma identidade duplamente marginalizada (por ser
homossexual e por não corresponder às expetativas de género tradicionais).
63
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
Ambas as identidades impede-nos, no entanto, de tomar um olhar vitimista
sobre
as
homossexualidades
e
impele-nos
a
construir
um
pensamento
problematizador sobre género, orientação sexual, experiências escolares ou
marginalização e as suas intersecções e rupturas. Elucida-nos ainda que
comportamento de género e identidade sexual podem estar desconectados mesmos
que
as
representações
dominantes
(neste
caso,
na
escola)
as
tomem,
convenientemente, como estando simbolicamente ligadas (Butler, 1999). No entanto e
ainda assim, apesar de estarem empiricamente desligadas, de se constítuiram como
dois regimes de opressão diferenciados (Richardson et al, 2006) e de ser um abuso da
linguagem falar-se como se fossem mutuamente constitutivas, masculinidade e
heterossexualidade continuam a ser dimensões dominantes na esfera do género e da
sexualidade, quer no campo escolar, quer no campo juvenil, fazendo com que, para
perservar uma crítica radical ao patriarcado e/ou à heteronormatividade, se fale numa
³KHWHURPDVFXOLQLGDGH´0F&RUPDFN
Em
suma,
comportamentos
de
género
e
orientação
sexual
estão
empiricamente desconectados podendo haver rapazes gays ou bissexuais inclusive
que reproduzem a masculinidade hegemónica e impossibilita falar-se desta juventude
como vítimas; contudo, as representações dominantes (na escola) continuam a
reproduzir estereótipos de género que lhe são convenientes e protegem a
heterossexualidade masculina.
Referências bibliográficas
AMÂNCIO, Lígia. (1994). Masculino e Feminino. A Construção Social da Diferença.
Porto: Edições Afrontamento.
BADINTER, Elisabeth. (1996). XY. A Identidade Masculina. Porto: Edições Asa.
BORRILLO, Daniel. (2010). Homofobia. História e crítica de um preconceito. Belo
Horizonte: Autêntica Editora.
BOURDIEU, Pierre. (1999). A Dominação Masculina. Oeiras: Celta Editora.
BUTLER, Judith. (1999). Gender Trouble. Feminism and the Subversion of Identity.
New York: Routledge.
BUTLER, Judith. (2004). Undoing Gender. New York. Routledge.
BUTLER, Judith. (2011). %RGLHV 7KDW 0DWWHU 2Q WKH GLVFXUVLYH OLPLWV RI ³VH[´. New
York: Routledge.
64
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
CALDAS, José; FONSECA, Laura; ALMEIDA, Sofia & ALMEIDA, Lígia (2012).
³(VFXHOD \ 'LYHUVLGDG 6H[XDO ± ¢4XH 5HDOLGDG"´ ,Q Educação em Revista, Belo
Horizonte, Vol. 28, Nº. 03, pp. 143-158.
COHEN, Louis; MANION, Lawrence & MORISSON, Keith. (2007). Research Methods
in Education. London & New York: Routledge.
&211(//5:³$9HU\6WUDLJKW*D\0DVFXOLQLW\+RPRVH[XDO([SHrience,
DQG 7KH '\QDPLFV RI *HQGHU´ ,Q American Sociological Review, Vol. 57, Nº. 6, pp.
735-751.
CONNELL, R. W. (2005). Masculinities. California: University of California Press.
(367(,1'HEELH³5HDOER\VGRQ¶WZRUNXQGHUDFKLHYHPHQWPDVFXOLQity and
WKHKDUDVVPHQWRIVLVVLHV´,Q'HEELH(SVWHLQ-DQQHWWH(OZRRG9DOHULH+H\-DQHW
Maw (Eds.), Failing Boys? Issues in Gender and Achievement. Buckingham: Open
University Press, pp. 96-108.
(367(,1 'HEELH -21+621 5LFKDUG ³-RYHQV SUoduzindo identidades
VH[XDLV´,QRevista Brasileira de Educação, Vol. 14, Nº. 40, pp. 83-92.
FERREIRA, Manuela. (2004). «A gente gosta é de brincar com os outros meninos!».
Relações Sociais Entre Crianças num Jardim de Infância. Porto: Edições
Afrontamento.
FOUCAULT, Michael. (1998). História da Sexualidade II: O uso dos prazeres. Rio de
Janeiro: Edições Graal.
+$/%(567$0 -XGLWK ³,PDJLQHG 9LROHQFH4XHHU 9LROHQFH 5HSUHVHQWDWLRQ
5DJHDQG5HVLVWDQFH´,QSocial Text, Nº. 37, pp. 187-201.
JAGOSE, Annamarie. (1996). Queer Theory. An Introduction. New York: Melbourne
University Press.
.,00(/ 0LFKHO 6 0$+/(5 0DWWKHZ ³$GROHVFHQW 0DVFXOLQLW\
+RPRSKRELD DQG 9LROHQFH´ ,Q American Behavioral Scientist, Vol. 46, Nº. 10, pp.
1439-1458.
LA1'5($8 -RKQ & 52'5,*8(= 1HOVRQ 0 (GV ³Queer Masculinities in
(GXFDWLRQ $Q ,QWURGXFWLRQ´ ,Q Queer Masculinities. A Critical Reader in Education.
New York: Springer, pp. 1-18.
/((6 6XH ³6H[XDOLW\ DQG FLWL]HQVKLS HGXFDWLRQ´ ,Q 0DGHOHLQe Arnot & JoAnne Dillabough (eds.), Challenging democracy: International perspectives on gender,
education and citizenship. London/New York: Routledge/Falmer, pp. 259-277.
LOURO, Guacira Lopes. (1997). Gênero, Sexualidade e Educação. Uma perspetiva
pós-estruturalista. Petrópolis, RJ: Editora Vozes.
65
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
0$*$/+­(6 0DULD -RVp ³(P WRUQR GD GHILQLomR GR FRQFHLWR GH agência
IHPLQLVWD´,Qex aequo, Nº. 7, pp. 189-198.
MAGALHÃES, Stoer & STOER, Stephen. (2005). A Diferença somos Nós. A Gestão
da Mudança Social e as Políticas Educativas e Sociais. Porto: Edições Afrontamento.
0&&250$&. 0DUN ³4XHHU 0DVFXOLQLWLHV *HQGHU &RQIRUPLW\ DQG WKH
6HFRQGDU\ 6FKRRO´ ,Q -RKQ & /DQGUHDX 1HOVRQ 0 5RGULJXH] (GV Queer
Masculinities. A Critical Reader in Education. New York: Springer, pp. 35-46.
PASCOE, Cheri Jo. (2007). 'XGH \RX¶UH D IDJ PDVFXOLQLW\ DQG VH[XDOLW\ LQ KLJK
school. California: University of California Press.
3$7721&LQG\³7UHPEOH+HWHURVZLQH´,Q0LFKHO:DUQHU(GFear
of a Queer Planet. Cultural Politics and Social Theory. Minneapolis: University of
Minnesota Press, pp. 143-177.
3(5(,5$ 0DULD GR 0DU ³)D]HQGR JpQHUR QD HVFROD XPD DQiOLVH
SHUIRUPDWLYDGDQHJRFLDomRGRJpQHURHQWUHMRYHQV´,Qex æquo, N.º 20, pp. 113-127.
5$%(/2 $PDQGD ³Contribuições dos estudos de género às investigações
TXHHQIRFDPDPDVFXOLQLGDGH´,Qex aequo, nº 21, pp. 161-176.
RASMUSSEN, Mary Louise; ROFES, Eric & TALBURT, Susan. (Eds.) (2004). Youth
and Sexualities. Pleasure, Subversion, and Insubordination in and out of Schools. New
York: Palgrave Macmillan.
RICHARDSON, Diane; MCLAUGHLIN, Janice; CASEY, Mark E. (Eds.) (2006).
Intersections Between Feminist and Queer Theory. Hampshire: Palgrave MacMillan.
SANTOS, Hugo. (2013). Um Desvio na Corrente que(er)stionando as Margens.
Percursos escolares e culturas juvenis de rapazes não-heterossexuais. Tese de
Mestrado: FPCEUP.
6('*:,&. (YH .RVRIVN\ ³+RZ WR %LQJ 8S <RXU .LGV *D\´ ,Q 0LFKDHO
Warner (Ed.) (2004). Fear of a Queer Planet. Cultural Politics and Social Theory.
Minneapolis: University of Minnesota Press, pp 69-81.
6,/9$6RILD0DUTXHVGD³'RXEWVDQG,QWULJXHVLQ(WKQRJUDSKLF5HVHDUFK´,Q
European Educational Research Journal, Vol. 3, Nº. 3, pp. 566 -582.
6,/9$ 6RILD 0DUTXHV GD $5$Ò-2 +HOHQD &RVWD ³,QWHUURJDQGR
PDVFXOLQLGDGHVHPFRQWH[WRHVFRODUPXGDQoDDQXQFLDGD"´,Q ex aequo, Nº. 15, pp.
89-117.
UNESCO. (2012). Review of Homophobic Bullying in Educational Institutions. Paris:
UNESCO.
66
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
WA51(5 0LFKDHO ³,QWURGXFWLRQ´ ,Q 0LFKHO :DUQHU (G Fear of a
Queer Planet. Cultural Politics and Social Theory. Minneapolis: University of Minnesota
Press, pp. vii-xiii.
Weber, Max. (2005). The Protestant Ethic and the Spirit of Capitalism. New York:
Routledge.
67
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
ANÁLISIS DE LA CUSTODIA COMPARTIDA DESDE LA
PERSPECTIVA FEMINISTA
Patricia Alonso Ruido
Psicopedagoga Predoctoral
FCE, Universidad de Vigo
[email protected]
Resumen
Los procesos de separación y divorcio descubren, en el caso de que existan
descendientes de la pareja, una nueva realidad: el ejercicio de la guarda y custodia.
En torno a esta figura existen determinadas ideas preconcebidas que alejan a los
progenitores de un correcto ejercicio de la misma, encubriendo las actitudes sexistas
imperantes en la sociedad actual patriarcal que se materializan en la aplicación
impuesta de forma generalizada en regímenes de custodia compartida, tal y como se
pretende con el actual anteproyecto de ley sobre el ejercicio de la corresponsabilidad
parental en caso de nulidad, separación y divorcio. Esta imposición de custodia
compartida entre ambos progenitores no responde al clima social existente y va en
contra de los derechos fundamentales de las mujeres, y por ende de los niños y niñas.
Palabras clave: mujer, patria potestad, guarda y custodia, custodia compartida,
sexismo.
ANALYSIS OF SHARED CUSTODY FROM FEMINIST PERSPECTIVE
Abstract
The processes of separation and divorce discover, in the case that they exist
descendants of the couple, a new reality: the exercise of saves it and custody. Around
this figure exist determinate ideas preconceived that move away to the progenitors of a
correct exercise of the same, concealing the sexist commanding attitudes in the current
society patriarcal that materialise in the application imposed of form generalised in
diets of custody shared, as it pretends with the current preliminary draft of law on the
exercise of the joint responsibility parental in case of nullity, separation and divorce.
This imposición of custody shared between both progenitors does not answer to the
existent social climate and goes against of the fundamental rights of the women, and
therefore of the boys and girls.
Key words: Woman, homeland authority, saves and custody, custody shared, sexist.
68
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
Introducción
La guarda y custodia de los y las menores ha de ser uno de los pilares fundamentales
de preocupación para toda la sociedad, y por ende para los progenitores, pero también
para el Estado. Pues es éste el que, a través de los mecanismos dedicados a este fin,
ha de velar por la seguridad, protección y cuidado de los y las menores pero sin
perjudicar a ninguno de los progenitores.
El objetivo de este trabajo consiste en analizar las implicaciones del proceso de
atribución de custodia compartida desde una perspectiva feminista. Previamente, es
necesario llevar a cabo una delimitación conceptual sobre los términos de patria
protestad y de guarda y custodia.
El concepto de patria potestad nos lleva a relacionarlo con la idea de poder y
pertenencia a favor del pater familias o cabeza de familia que siempre es atribuido al
hombre. (Veblen: 1999). Este término de pater familias aunque parece un término
desfasado es preciso señalarlo ya que hasta el año 1981 los niños y las niñas eran
pertenecientes legalmente a la figura paterna. En caso de divorcio, la custodia se le
FRQFHGtDDOSDGUHGHIRUPDDXWRPiWLFDGDQGRSRUVXSXHVWRVX³PD\RUFDSDFLGDG´SDUD
dar a los hijos e hijas una mejor protección, manutención y educación. (Cantón, Cortes
y Justicia: 2007, 207 y ss.)
Actualmente se define FRPR³³el poder global que la ley otorga a los padres sobre los
KLMRV´´ Crf: Lathrop, 2008, 206 y ss.) También el artículo 154 del Código Civil nos
dice que:
Los hijos no emancipados están bajo la potestad de los padres. Y que
la patria potestad se ejercerá siempre en beneficio de los hijos, de
acuerdo con su personalidad, y con respeto a su integridad física y
psicológica.
Sin embargo, en nuestros días parece mucho más acertado sustituir esta conjunción
GH SDODEUDV SRU RWUDV PiV DFRUGH DO DFWXDO FOLPDVRFLDO \ KDEODU GH ³UHVSRQVDELOLGDG
SDUHQWDO´5RPHUR\VVRLQFOXVRHOGH³DXWRULGDGSDUHQWDO´+HUUHUD
46) Término que parece ir más allá del mero poder o autoridad por parte de los
progenitores e incluye aspectos más relacionados con los derechos y deberes.
En relación a la delimitación conceptual de los términos de guarda y custodia es difícil
establecer unos límites claros debido a que se clasificarían dentro de los conceptos
jurídicos denominados indeterminados. (Hernández, 2007, 70) Estos términos han
estado utilizados de forma difusa en el ordenamiento jurídico español a lo largo de los
años, pues parece no haber existido una uniformidad en su designación. Sin embargo,
69
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
con la entrada en vigor de la Ley 15/2005, de 8 de julio, por la que se modifican el
Código Civil y la Ley Enjuiciamiento Criminal en materia de separación y divorcio, el
Código Civil ha pasado a referirse a esta institución, con los vocablos juntos guarda y
custodia. (CGPJ:2010,129 y ss)
No obstante si analizamos el artículo 92 del Código Civil, se observa que los términos
guarda y custodia son utilizados para referirse indistintamente a ambos progenitores
como responsables del cuidado personal, individual o compartido de los hijos e hijas.
De todas formas, el no se alcanza absoluta uniformidad en esta materia, pues utiliza
otras expresiones para referirse a la guarda y custodia. Su artículo 96 habla del
³³cónyuge en cuya compañía queden´´ HO ~OWLPR SiUUDIR GHO DUWtFXOR DOXGH D
³´aquel con quien el hijo conviva´´ \ HO DUWtFXOR HVWDEOHFH ³³el progenitor que no
tenga consigo a los hijos´´
De este modo, los términos patria potestad (responsabilidad parental) y guarda y
custodia son figuras jurídicas diferenciadas, aun con total relación entre sí. Como
H[SUHVD 3LQWR \ VV ³³QR VRQ OD PLVPD FRVD SHUR HQWUH HOODV H[LVWH OD
UHODFLyQ GHO WRGR D OD SDUWH´´ $ SHVDU GH HVWD HVWUHFKD UHODFLyQ HQWUH DPERV
conceptos no significa que la guarda y custodia surja solamente frente a la ausencia
de convivencia de los hijos e hijas con ambos progenitores. (Echeverría: 2001) Esta
situación provoca la visibilización de esta figura que antes formaba un todo con las
demás funciones de la patria potestad. (Lathrop: 2008, 57).
Así, en la praxis cuando ambos progenitores viven juntos y la relación conyugal o de
pareja se desenvuelve con normalidad, la guarda y custodia es ejercida conjuntamente
por ellos. En el caso de ruptura de la convivencia es cuando se origina la disidencia de
opiniones surgiendo dos claras tendencias diferenciadas. Por un lado, hay quienes
conciben el contacto directo, físico y continuo con el hijo o hija como el elemento
esencial de la guarda y custodia. (Cfr: Lathrop: 2008, 51 y ss) Quizás este, el concepto
más restringido de esta figura. Por el otro lado se asume una noción más amplia del
concepto de guarda y custodia que abarca también la educación y formación integral
de los hijos e hijas, es decir, sobrepasando así el mero cuidado o protección física de
éstos. (Pinto: 2009, 36 y ss)
Sin embargo, parece que cuando se produce esa ruptura o cese de convivencia de los
progenitores, y se comienza todo el procedimiento de divorcio, se ha extendido la
creencia que al no ser el progenitor custodio se perderán los derechos sobre el o la
menor. Afirmación que es absolutamente falsa ya que a pesar de que el modelo de
custodia atribuido sea monoparental, salvo contadas situaciones (abusos sexuales,
70
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
PDORVWUDWRV«ORVSURJHQLWRres no perderán la patria potestad (Verdes: 2011), por lo
WDQWRQRSHUGHUiQHVH³SRGHU´VREUHVXVKLMRVHKLMDVTXHWDQWDDQVLHGDGOHVSURGXFH
perder en muchos casos. Y aún esos casos de gravedad extrema podrían ser solo
suspendidos de ella durante un tiempo. De forma que no tener la custodia, no significa
no poder decidir sobre cuestiones relativas al domicilio, educación, ideología religiosa,
tratamientos médicos o cualquier cosa que afecte al o a la menor (Verdes, 2011. Por lo
tanto, la guarda y custodia en este caso se convertiría en la estancia con la persona o
los tiempos de la vida que se puede disfrutar con los niños y niñas.
De todo lo cual, cual se deduce que los derechos y las responsabilidades para con los
hijos e hijas comunes, una vez acontecida esa separación o divorcio, deben ser
iguales a los derechos y responsabilidades que tenían con anterioridad. (CGPJ,201 y
ss).
De este modo, los padres y madres tienen el derecho y el deber de cumplir con sus
hijos e hijas ostenten o no la patria potestad o la guarda y custodia. Este derechodeber es una obligación para ambos progenitores independientemente de la figura que
tenga asignada como guardador o no guardador. Pues la tarea de ser padres y
madres, no ha de estar vinculada a una sentencia legal que te atribuya o no la guarda
y custodia, ha de ir más allá. Ser padres y madres significa querer y cuidar por encima
de todo, pues los hijos e hijas están vinculados a sus progenitores a lo largo de toda
su vida, pero mientras su desarrollo integral depende de ellos, han de ser protegidos,
queridos y cuidados más especialmente.
Análisis de la custodia compartida
Es preciso señalar que la primera versión del concepto de custodia compartida fue
desarrollada alrededor de 1970 en EEUU (Verdes: 2011), para ayudar a proveer la
participación activa de ambos progenitores en la crianza de los hijos e hijas. En
España, a diferencia de otras legislaciones internacionales, existen dos términos
diferenciados relativos a este proceso: patria potestad y guarda y custodia, tal y como
se ha comentado anteriormente. Sin embargo, parece que la denominación de guarda
y custodia conjunta es la traducción literal de los términos joint custody y garde
cojointe del derecho americano y francés respectivamente. (Pérez-Villar, 2009, 43 y
ss). Por tanto, se ha producido una pésima traducción e interpretación, mezclando los
vocablos guarda y custodia, patria potestad y custodia compartida. Lo que, en muchos
casos lleva a ideas confusas o percepciones absolutamente desacertadas.
71
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
En España esta denominación de custodia compartida viene creada por la redacción
del artículo 92 del Código Civil, y su modificación con la Ley 15/2005, pues en el
ordenamiento desde el año 1981 no se incluía esta modalidad. (Pinto: 2009, 81 y ss).
Tal y como refleja nuestra legislación vigente, la custodia compartida consiste en una
custodia alternada o bien en periodos alternos, ya que de forma simultánea, o
conjunta, es imposible que ambos progenitores, separados o divorciados, la ejerzan a
un mismo tiempo. Está claro que custodia compartida es el término utilizado a nivel
social, pero no es el más correcto. Pues no responde la dinámica de la situación.
(Pinto: 2009, 41 y ss).
Así si intentamos delimitar el concepto podemos mencionar a Campuzano (2004,
2482) que OD GHILQH FRPR DTXHO ³³modelo de guarda y custodia en el que ambos
progenitores se encargan de forma periódico rotatoria del cuidado, atención y
HGXFDFLyQGHORVKLMRVHKLMDVPHQRUHV´´. Otro concepto, que se ha formulado de forma
más completa y contemplando la custodia compartida en toda su magnitud es el
empleado por Latrop (2009,289) diciendo que es
Aquel sistema familiar posterior a la ruptura matrimonial o de pareja
que, basado en el principio de la corresponsabilidad parental, permite
a ambos progenitores participar activa y equitativamente en el
cuidado personal de los hijos, pudiendo, en lo que a la residencia se
refiere, vivir con cada uno de ellos durante lapsos de tiempo más o
menos predeterminados.
La aplicabilidad del modelo de custodia compartida es una realidad ya en España, una
medida que puede establecerse con plena legalidad si se cumplen los requisitos
necesarios y estipulados por el artículo 92 del Código Civil tras su modificación con la
aplicación de la Ley 15/2005. Estos son los referidos en los artículos:
92.5: Se acordará el ejercicio compartido de la guarda y custodia de
los hijos cuando así lo soliciten los padres en la propuesta de
convenio regulador o cuando ambos lleguen a este acuerdo en el
transcurso del procedimiento. El Juez, al acordar la guarda conjunta y
tras fundamentar su resolución, adoptará las cautelas procedentes
para el eficaz cumplimiento del régimen de guarda establecido,
procurando no separar a los hermanos.
92.6. En todo caso, antes de acordar el régimen de guarda y
custodia, el Juez deberá recabar informe del Ministerio Fiscal, y oír a
los menores que tengan suficiente juicio cuando se estime necesario
de oficio o a petición del Fiscal, partes o miembros del Equipo
Técnico Judicial, o del propio menor, valorar las alegaciones de las
72
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
partes vertidas en la comparecencia y la prueba practicada en ella, y
la relación que los padres mantengan entre sí y con sus hijos para
determinar su idoneidad con el régimen de guarda
92.7. No procederá la guarda conjunta cuando cualquiera de los
padres esté incurso en un proceso penal iniciado por atentar contra la
vida, la integridad física, la libertad, la integridad moral o la libertad e
indemnidad sexual del otro cónyuge o de los hijos que convivan con
ambos. Tampoco procederá cuando el Juez advierta, de las
alegaciones de las partes y las pruebas practicadas, la existencia de
indicios fundados de violencia doméstica.
92.8. Excepcionalmente, aun cuando no se den los supuestos del
apartado cinco de este artículo, el Juez, a instancia de una de las
partes, con informe favorable del Ministerio Fiscal, podrá acordar la
guarda y custodia compartida fundamentándola en que sólo de esta
forma se protege adecuadamente el interés superior del menor.
De esta forma tal y como manifiesta Escudero (2010,85):
Se puede acordar la guarda y custodia compartida si ambos
progenitores la piden de mutuo acuerdo y prácticamente el juez o el
fiscal no ponen objeciones, porque en esta petición conjunta ya se
vislumbra que la pareja no está enfrentada, garantía fundamental
para el buen funcionamiento de la coparentalidad.
En los relativo a su ejecución práctica según el último informe, relativo al año 2012 de
Instituto Nacional de Estadística la custodia de los hijos e hijas fue otorgada a la madre
en el 75,1% de los casos, cifra inferior a la observada en el año anterior (81,7%). En el
9,7% de los procesos la custodia la obtuvo el padre (frente al 5,3% de 2011), en el
14,6% fue compartida (12,3% del año anterior).
Principios generales de la custodia compartida
La custodia compartida está dirigida y apoyada en tres pilares fundamentales:
(Lapthro:2008,57) i) la corresponsabilidad familiar; ii) la igualdad entre los
progenitores; y iii) el principio de coparentalidad. parental. Y, por supuesto, todos
sustentados en
el derecho del hijo o hija a seguir manteniendo contacto directo
regular con ambos progenitores. Sin embargo cabe matizar que este ha de ser un
derecho y no una obligación legal, por lo tanto este régimen de custodia no puede ser
impuesto, ya que esto iría en contra de los propios intereses de las y los menores.
En lo referente al principio de igualdad entre ambos progenitores tras la reforma de la
73
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
Ley 11/1981, de 13 de mayo, de modificación del Código Civil en materia de filiación,
patria potestad y régimen económico del matrimonio, supuso un importante cambio en
materia de patria potestad, (mencionado con anterioridad), al establecer que su
titularidad y ejercicio corresponden a ambos progenitores que, en plano de igualdad,
pasaron a ejercer los derechos y deberes ambos. Sin embargo a pesar de estar en
igualdad de condiciones en materia de igualdad formal, resulta absolutamente
innegable que a nivel de equiparación de derechos en los diferentes ámbitos sociales,
existe un trecho de distancia considerable entre ambos géneros, y por tanto entre
ambos progenitores. Ya que, a pesar de verse reforzada la idea de igualdad en los
roles parentales con este principio, supone a día de hoy una falacia, más relacionada
con lo absurdo que con la realidad social. La desigualdad o brecha salarial (I.N.E.
2013), las altas tasas de desempleo (I.N.E. 2012), el hecho de que participen menos
en el trabajo remunerado (I.N.E. 2013), que copen la modalidad de empleo a tiempo
parcial (I.N.E. 2013) y la existencia del techo de cristal (Instituto de la Mujer. 2012) .
Son desigualdades laborales sangrantes y que a mayores provocan a día de hoy y
debido al periodo de desempleo generalizado que padece nuestra población provocan
que no obtengan las mismas prestaciones por desempleo que los hombres, y padres
de España. Por lo tanto este principio de igualdad como base para sustentar la
custodia compartida, queda no solo carente de contenido, sino que es realmente
absurdo e irreal.
En lo que concierne al principio de corresponsabilidad parental, basado en la idea del
reparto equitativo de los derechos y deberes que los progenitores tienen para con sus
hijas e hijos. Se encuentra estrictamente relacionado al principio de coparentalidad,
que es quizás el soporte base sobre el que se apoya la custodia compartida. Sin
embargo, es necesario analizar el grado de veracidad de estos principios en su
aplicación real en la sociedad española. Cifras que podrían ser termómetros de la
existencia de estos dos principios podrían ser: los permisos de maternidad y
paternidad, el tipo de jornada laboral que tiene y a que dedican su tiempo, el tiempo
que ambos dedican al cuidado de los hijos e hijas o quien se ocupa de las tareas del
hogar entre otros. Pero estas cifran muestran que son las madres, las que de forma
mayoritaria se dedican al cuidado de los hijos e hijas. (Instituto de la mujer, 2013) Son
también las que se ocupan de otras obligaciones familiares o personales. (Instituto de
la mujer, 2013) Las que disfrutan de las 16 semanas del permiso para cuidar a los
niños y niñas. (Instituto de la Mujer, 2013). Las que tiene una mayor participación
masculina en las tareas domésticas y del cuidado de hogar. (Instituto de la mujer,
74
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
2013) Por tanto, es indiscutible decir que las mujeres en España siguen asumiendo de
una forma prioritaria el cuidado y atención de los hijos e hijas y de todos los miembros
de la familia, y quien mayormente viene renunciando a un desarrollo profesional y/o
laboral a favor de su cónyuge o pareja (Boletín Estadístico del Instituto de la mujer,
2013). Son ellas las que, como hemos visto, ejercen el rol de progenitor más
cuidadoso y generoso para con sus hijos e hijas de forma apabullante.
/DHVFXVDGHOOODPDGR³6tQGURPHGHDOLHQDFLyQSDUHQWDO´HQSURFHVRVGHFXVWRGLD
En 1985 el psiquiatra Richard Gardner en medio de un proceso judicial de divorcio,
nombra por primera vez un supuesto ³VtQGURPH´ que denomina Síndrome de
Alienación Parental (S.A.P.). (Gardner: 1985) que se define como un trastorno
caracterizado por un conjunto de síntomas que resultan del proceso por el cual un
progenitor transforma la conciencia de sus hijos o hijas, mediante distintas estrategias,
con objeto de impedir, obstaculizar o destruir sus vínculos con el otro progenitor
(Aguilar: 2004) Es un lavado de cerebro producto del adoctrinamiento parental.
(Gardner, 1991, 14.21)
Sin embargo, ni la Asociación Médica Americana, ni la Asociación Americana de
Psicología lo aceptan y han llegado a afirmar en unas declaraciones de 1996 sobre el
S.A.P.:
Lo inhabilitan para configurar un síndrome diagnóstico - en el sentido
estricto del término- ya que no han sido hechas pruebas que lo
convaliden ni su autor ha expuesto a consideración de la comunidad
científica los datos en los cuales se basó para configurarlo.
La Asociación de Psicólogos Americana (A.P.A.) a través de la Comisión Especial
sobre Violencia y Familia, concluyó a través del informe Cuestiones y dilemas en
violencia familiar que:
El personal judicial debe no sólo ser advertido que el PAS no está
reconocido como un síndrome médico por la AAM (Asociación
Americana Médica) y la APA,(Asociación de Psicólogos Americana)
sino que el empleo de este dudoso síndrome como un instrumento,
adaptado para quitar la tenencia a las madres, no puede consentirse.
Por lo cual el S.A.P no tiene ningún fundamento científico, ya que no se encuentra
catalogado ni aceptado por ninguna las clasificaciones mundiales de trastornos y
enfermedades mentales, ni por el DSM-V de la Asociación Americana de Psiquiatría,
ni por la CIE-10 de la OMS.
Sin embargo a pesar de esto, tiene ya una profunda aceptación tanto por la doctrina y
jurisprudencia y su consecuente aplicación legal. El S.A.P. se ha introducido y aplicado
75
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
en los juzgados de nuestro medio bajo el argumento de tratarse de un nuevo trastorno
clínico. Dicha aparición, al igual que la describió Gardner en el contexto de los EE.UU.
en 1985 (Garner: 1985, 3-7) coincide con la promulgación de la custodia compartida
(Ley 15/2005). (Escudero, Aguilar y Cruz: 2008).
(VWH³VtQGURPH´SRQHGHrelieve los falsos mitos, estereotipos y prejuicios sociales que
a lo largo de la historia han impregnado la percepción social sobre la actitud y
personalidad de las mujeres, y lo hace al poner en valor la perversidad y la malicia que
son capaces de desarrollar por interés personal, sin considerar a nada ni a nadie. En
definitiva, se trata de DSOLFDU HVD LGHD VREUH OD ³PDOGDG´ GH ODV PXMHUHV D ORV FDVRV
prácticos de las relaciones de los hijos e hijas con sus padres tras la separación. Es
una trampa con sesgos misóginos y discriminatorios, una manipulación interesada al
amparo de la cultura de la desigualdad. El S.A.P. no existe.
Ya que, la invención de este síndrome parece ser la respuesta a la lucha que en
muchos casos se crea en estos procesos por la adquisición de la custodia, una lucha
que tiene como objetivo la madre. Por lo tanto aplicarlo judicialmente va en contra, no
solo de las mujeres, sino de los valores pro igualdad que se persiguen en nuestra
sociedad, pues perpetúa y exacerba las discriminaciones existentes contra las
mujeres.
Reflexión final
La custodia compartida ciertamente es una medida con matices de género, pues
parece ir contra el género femenino, es decir, las madres. Lo cierto es que nuestra
sociedad está viviendo desde hace unos años, una evolución lógica y necesaria en
materia de igualdad. Y resulta innegable que cada año son más las familias que se
estructuran y organizan de forma más corresponsal. Sin embargo esta realidad se
corresponde con un porcentaje de población realmente bajo. Tal y como reflejan los
datos expuestos con anterioridad.
Por lo tanto, esto resulta contrario al anteproyecto de ley sobre el ejercicio de la
corresponsabilidad parental en caso de nulidad, separación y divorcio aprobada por el
Consejo de Ministros a propuesta del ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, el
pasado 19 de julio de 2013, que prima un régimen compartido por encima de uno
individual, otorgando al juez o jueza del poder de decidir el
régimen es el más
adecuado actuando en beneficio del interés superior del menor.
No obstante, imponer de esta forma un régimen de custodia compartida no sería la
mejor solución ni para progenitores, ni para los y las propias menores. Ya que, se
76
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
estaría dando la posibilidad de que padres o madres negligentes, o que no han
contribuido activamente en la crianza y educación de sus hijos e hijas, adquirieran un
derecho, que habiéndolo tenido durante el matrimonio, no lo han practicado. Porque la
custodia compartida, ha de ser un método de crianza, más allá, de una categoría
legal, pero un método desde el mismo momento del nacimiento del niño o niña. Ambos
progenitores han de participar de forma igualitaria, corresponsable y coparental desde
el mismo momento en el que el o la niña nace, en el que ambos progenitores se han
de implicar activamente en ese proceso de crianza.
La custodia compartida sería la situación ideal para los y las menores en un mundo
más justo y paritario. Sin embargo actualmente esa no es la realidad española, por lo
que un régimen compartido de custodia, no haría si no incrementar y contribuir a esas
diferencias existentes entre hombres y mujeres. Por lo que quizás se debería, en todo
caso, incidir en propugnar una mayor corresponsabilidad en el cuidado y atención de
los hijos e hijas que permita a ambos progenitores un desarrollo integral, y que
redundará en el beneficio de los y las menores, en lugar de introducir esta nueva
modalidad de custodia de difícil aplicación práctica, por todo lo expuesto en el
presente. (Aparicio, Themis)
Por lo tanto, a este respecto, no deben dictarse sentencias estereotipadas, y mucho
menos imponer una modalidad de custodia, tal y como se pretende, debe estudiarse
exhaustivamente cada familia, pareja, progenitor e hijo o hija, con sus particulares
características. Ya que de lo contrario se estaría yendo en contra del mejor provecho
del o de la menor.
En materia de custodia no hay una solución general perfecta. Cada caso debe
examinarse con cuidado para encontrar su adecuada solución, procurando seguir el
interés superior del o de la menor, sin ir en contra de los valores no sexistas, ni
discriminatorios. Sin embargo, parece que en ocasiones, la situación actual de
atribución de custodias se ha convertido en una problemática en la que las cuestiones
de género están más palpables que otras motivaciones.
Pues la custodia, y por ende la custodia compartida, es sin lugar a dudas una figura en
la que están presente mucho matices de género, y sin lugar a dudas también, resulta
necesario educar a progenitores y seguir persiguiendo como sociedad valores
igualitarios, corresponsables y coparentales, pero nunca, imponiendo una modalidad
de custodia que va por definición contra los derechos de las mujeres y de los niños y
niñas, sino es aplicada con la lógica pertinente.
77
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
Referencias Bibliográficas
AGUILAR, Jose. 2004. Síndrome de Alienación Parental. Hijos manipulados por un
cónyuge para odiar al otro. 1ºed. Córdoba: Editorial Almuzara. 200 págs.
ALBADALEJO, Manuel. 2002. Derecho Civil IV, Derecho de Familia. 9ºed. Barcelona:
Bosh. 430 págs en LATHROP, Fabiola. 2008. Custodia compartida de los hijos. 1ºed.
Madrid: La Ley. 584 págs.
Boletín estadístico, corresponsabilidad familiar. Instituto de la mujer.2013. Recuperado
de:
[http://www.inmujer.gob.es/actualidad/noticias/2013/mayo/BoletinEstadistico3.htm]
Brecha Salarial, Instituto Nacional de Estadística,2013. Recuperado de:
[http://www.ine.es/ss/Satellite?L=es_ES&c=INESeccion_C&cid=1259925408327&p=12
54735110672&pagename=ProductosYServicios%2FPYSLayout&param3=1259924822
888]
&$038=$12 7RPp ³/D FXVWRGLD FRPSDUWLGD 'RFWULQD MXULVSUXGHQFLDO GH ODV
$XGLHQFLDVSURYLQFLDOHV´$UDQ]DGL&LYLOYROSiJ
CANTÓN, José; JUSTICIA María del Rosario. 2007. Conflictos entre los padres,
divorcio y desarrollo de los hijos. 1ºed. Madrid :Pirámide. 280 págs.
CONSEJO GENERAL DEL PODER JUDICIAL. 2008. La jurisdicción de familia:
especialización. Ejecución de resoluciones y custodia compartida. Madrid: Dykinson.
368 págs.
CONSEJO GENERAL DEL PODER JUDICIAL. 2008. La jurisdicción de la familia:
especialización. Ejecución de resoluciones y custodia compartida, Estudios de derecho
judicial. Madrid.
Cuidado de hijos e hijas, Instituto Nacional de Estadística 2013. Recuperado de:
[http://www.ine.es/ss/Satellite?L=es_ES&c=INESeccion_C&cid=1259925472720&p=12
54735110672&pagename=ProductosYServicios%2FPYSLayout&param3=1259924822
888]
ECHEVERRIA, K, 2001. La guarda y custodia compartida de los hijos. Especial
referencia
a
la
legislación
española.
Granada.
389
págs.
[http://digibug.ugr.es/bitstream/10481/20323/1/20702863.pdf]
Empleo a tiempo parcial, Instituto Nacional de Estadística, 2013. Recuperado de:
[http://www.ine.es/ss/Satellite?L=es_ES&c=INESeccion_C&cid=1259925461713&p=12
54735110672&pagename=ProductosYServicios%2FPYSLayout&param3=1259924822
888]
78
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
ESCUDERO, Antonio; AGUILAR, Lola y CRUZ, Julia. 2008. La lógica del Síndrome de
$OLHQDFLyQ 3DUHQWDO GH *DUGQHU ³WHUDSLD GH OD DPHQD]D´ 6$3 5HYLVWD GH OD
Asociación Española de Neuropsiquiatría. 102 (28). 285-305 págs.
ESCUDERO, IsabHO ³8QD YLVLyQ GLIHUHQWH GH OD FXVWRGLD FRPSDUWLGD´
Barcelona: Economist & Jurist. 136. 82-90 págs.
España. Anteproyecto de ley sobre el ejercicio de la corresponsabilidad parental en
caso de nulidad, separación y divorcio. Diecinueve de julio de 2013.
España. Código Civil, 1889.
España. Ley 15/2005 de 8 de julio, por la que se modifican el Código Civil y la Ley de
Enjuiciamiento Civil en materia de separación y divorcio. Ocho de julio de 2005. 1864.
24458- 24461 págs.
Estadística de Nulidades, Separaciones y Divorcios [en linea]. Instituto Nacional de
Estadística.
Madrid:
INE,
Sept..2013]
Recuperado
de]:
[http://www.ine.es/prensa/np800.pdf]
)$0È0DUtD\+(55(5$0DULVD³7HQVLRQHVHQHO'HUHFKRGHIDPLOLDGHVGH
la
perspectiva
de
género:
algunDV SURSXHVWDV´ 5HYLVWD -XUtGLFD -76
págs.[Recuperado de:
http://www.derecho.uba.ar/investigacion/investigadores/publicaciones/famatensiones_en_el_derecho_de_familia.pdf]
Formación profesional de las mujeres y nuevos yacimientos de empleo, Instituto de la
mujer, 2013. Recuperado de:
[http://www.inmujer.gob.es/actualidad/noticias/2013/Diciembre/NPestudnuevosyacimie
ntosempleo.htm]
*$5'1(5 5 $ ³5HFHQW 7UHQGV LQ 'LYRUFH DQG &XVWRG\ /LWLJDWLRQ´ $FDGHP\
Forum, 29, 2, pp. 3-7.
GARDNER, Ricahrd. 199 ³/HJDO DQG 3V\FKRWKHUDSHXWLF $SSURDFKHV WR WKH 7KUHH
Types of Parental Alienation Syndrome Families. When Psychiatry and the Law Join
)RUFHV´&RXUW5HYLHZ-21 págs.
LATHROP, Fabiola. 2008. Custodia compartida de los hijos, 1ºed. Madrid: La Ley. 584
págs.
Mujeres y poder empresarial en España, Instituto de la Mujer, 2013. Recuperado de:
[http://www.inmujer.gob.es/areasTematicas/estudios/serieEstudios/docs/mujeresPoder
EmpresarialEspana.pdf]
PÉREZ APARICIO, R., (coord..) Estudio de derecho comparado sobre la regulación de
la custodia compartida por THEMIS, Asociación de Mujeres Juristas.
79
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
PÉREZ-VILLAR, Rosa. (coord.). 2009. Estudio comparado sobre la regulación de la
custodia compartida. Asociación de mulleres Themis.
[http://www.amecopress.net/IMG/pdf/estudio_custodia_compartida_def.pdf]
PINTO, Cristobal. 2009. La custodia compartida. 1ºed. Barcelona: Bosch. 354 págs.
Población inactiva, INE,2012. Recuperado de:
[http://www.inmujer.gob.es/estadisticas/consulta.do?area=5]
5,9(52 )UDQFLVFR ³&RPHQWDULRV DO DUW GHO &&´ HQ 0DWULPRQLR \ -RVH
divorcio. Comentarios al nuevo título IV del libro I del CC, coord.
LACRUZ, 2ºed. Madrid: Civitas. págs.1024.
RIVERO, Francisco. 2007. El interés del menor. 1ºed. Madrid, Dykinson S.L 332 págs.
ROMERO, María. 2011. La guarda y custodia compartida. Una medida familiar
igualitaria. 1ºed. Madrid: Reus. 200 págs.
Tareas
domésticas
y cuidado
de
hogar,
Instituto
Nacional
de
Estadística
2012.Recuperado de:
[http://www.ine.es/ss/Satellite?L=es_ES&c=INESeccion_C&cid=1259925472448&p=12
54735110672&pagename=ProductosYServicios%2FPYSLayout&param3=1259924822
888]
Tasas de Desempleo, Instituto Nacional de Estadística, 2012. Recuperado de:
[http://www.ine.es/daco/daco42/daco4211/epa0112.pdf]
9(%/(1 7KRUVWHLQ ³(O HVWDWXV EiUEDUR GH ODV PXMHUHV´ 5HYLVWD (VSDxROD GH
Investigaciones Sociológicas. (6-junio). N.86. 355-363 págs.
VERDES, Patricia. 2011. Custodia compartida. Forum Feminista María de Maeztu.
País Vasco: Gasteiz.
80
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
NUEVAS CIUDADANÍAS EN EL ESPACIO URBANO DE
CHAPINERO CENTRAL: Dinámicas Espacio-Temporales en el
barrio gay de Bogotá D.C.
Enrique Federico Luna Thorrens
Geógrafo, Universidad Nacional de Colombia.
Máster en Dinámicas Territoriales & Desarrollo,
Universidad Complutense de Madrid. [email protected]
Resumen
Actualmente, los territorios están en constante cambio porque están enmarcados bajo
un contexto histórico, social, cultural, político y económico, por ende las dinámicas
que se desarrollan en ellos también presentan la misma tendencia. Bogotá, por ser la
capital y la urbe de mayor población de Colombia, se proyecta como uno de los
modelos más influyentes en el contexto nacional y contiene, desde la óptica de la
investigación geográfica, una gran variedad de aspectos significativos de análisis.
Esto manifestado por el reconocimiento de los temas sobre diversidad sexual de
Bogotá dentro de la academia y la esfera social. Por eso en este artículo
presentaremos las dinámicas espacio-temporales del barrio gay de la capital del país,
analizando sus avances territoriales y las diferentes dinámicas que en él lo consolidan
desde el ámbito de identidad, como el más relevante en el contexto nacional.
Palabras-clave: territorio; LGBT; diversidad sexual; morfología urbana; dinámicas
espacio-temporales.
NEW CITIZENSHIPS IN URBAN AREA OF CENTRAL CHAPINERO: SpatioTemporal Dynamics in the gay district of Bogota DC
Abstract
At present, territories are constantly changing because they are framed in a historical,
social, cultural, political and economic context; therefore the dynamics that develop
within them also show the same trend. Bogotá, as the capital and most populous city of
Colombia, is projected as one of the most influential models in the national context, and
contains, from the standpoint of geographical research, many significant aspects of
analysis. This manifests itself by Bogotas recognition of sexual diversity topics
within academia and the social sphere. So in this article we present the
spatiotemporal dynamics of the gay neighborhood of the capital, analyzing their
territorial gains and the different dynamics that has consolidated from the field of
identity, as being the most relevant in the national context.
Keywords: territory; GBTL; Sexual diversity; urban morphology; spatiotemporal
dynamics
81
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
NOVAS CIDADANIAS NA ÁREA URBANA DE CHAPINERO CENTRAL: dinâmica
espaço-temporal, no bairro gay de Bogotá DC
Resumo
Atualmente, os territórios estão em constante mudança, porque eles são enquadrados
em um contexto histórico, social, cultural, político e econômico, pois as dinâmicas que
se desenvolvem em si também mostram a mesma tendência. Bogotá, a capital e
cidade mais populosa da Colômbia, projeta-se como um dos modelos mais influentes
no contexto nacional e contém, desde o ponto de vista da pesquisa geográfica, muitos
aspectos importantes de análise. Esta declaração do reconhecimento de questões de
diversidade sexual dentro da academia Bogotá e esfera social. Portanto, neste artigo,
apresentamos a dinâmicas espaço-temporais do bairro gay da capital, analisando seus
ganhos territoriais e as diferentes dinâmicas que ele consolidou a partir do campo de
identidade, como o mais relevante no contexto nacional.
Palavras-chave: Território; GBTL; diversidade sexual; morfologia urbana; dinâmica
espaço-temporal.
Introducción
Según cifras de la Fundación Colombia Diversa para el 2013, el 8% de la población de
la ciudad reconoce su condición como homosexual (560.000 personas). Desde hace
aproximadamente una década el área de Chapinero se ha constituido en un barrio
donde paulatinamente se han instalado servicios de ocio-recreación para esta
población que han configurado una identidad e imagen concreta al barrio, hasta casi
poder asegurar que hoy en día es el barrio gay de Bogotá, aunque la consolidación y
número de establecimientos no sea tan alto como en otros barrios de similares
características de muchas ciudades del mundo.
Chapinero Central es el objeto de esa investigación y mediante la misma se tratará de
validar nuestra hipótesis asociada al apoderamiento del territorio por parte de una
minoría sexual, lo que favorece sentimientos de topofilia y potencia la identidad
personal de determinados miembros del colectivo que se apropian de este territorio.
Para ello abordaremos diferentes temas en este artículo: en primer lugar se revisará el
progreso de la Ciencia Social en relación a los aportes teóricos sobre diversidad
sexual; en segundo lugar se presentará la metodología, de carácter cualitativo y con
anclajes en la Antropología y en la Geografía del Tiempo, elegida para el desarrollo
de la investigación. También es necesario realizar un acercamiento al estado actual de
82
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
la aceptación de estas minorías sexuales en el país que, como sabemos, dinamizan
espacios con una clara impronta en sus configuraciones territoriales.
La investigación seleccionada nace de la necesidad de un mayor conocimiento
geográfico de la construcción territorial de las minorías sexuales en relación con
las dinámicas de la ciudad, y, en este sentido, sostenemos que el colectivo de
personas LGBT se apoderan de determinados territorios conocidos luego como
barrios gays, con el fin de satisfacer una necesidad carente como lo es el libre
desarrollo de la identidad sin importar las condiciones de género. Esta
apropiación está también en relación con la importancia que tienen en el desarrollo de
diferentes grupos humanos algunos territorios que permiten satisfacer necesidades
básicas como es la ³LGHQWLGDG SHUVRQDO´ muy ligada a la ³LGHQWLGDG de JpQHUR´ En
última instancia, en diferentes barrios Gays de distintas ciudades del mundo surgen
sentimientos de identificación de los grupos con los territorios, denominados
genéricamente dentro de la Ciencia Geográfica como ³WRSRILOLD´ ampliamente
desarrollado en los trabajos de Tuan (1974). Según Tuan, las experiencias de quienes
ocupan un área hacen que ese lugar sea significativo para ellos, lo que ayuda a su
interpretación para los demás. En este sentido nuestra hipótesis puede también
relacionarse con diferentes ideas de filósofo francés Henri Lefebvre (1969; 1974). Este
autor en su libro ³/D producción del HVSDFLR´ señala que las relaciones humanas no
pueden existir sin un soporte material que siempre es de índole territorial. Para
Lefebvre la producción del espacio siempre tiene un significado político, pues la
construcción del espacio es siempre una lucha de poderes, incluso desde actividades
cotidianas como son las de ocio-esparcimiento. En esta misma línea, afirma que las
personas pueden crear determinadas dinámicas ideológicas (en el caso que ocupa
este trabajo, el derecho a la libertad y diversidad sexual), que les permitan cambiar la
estructura de la ciudad y reorganizar el territorio, de manera que los grupos se
apropien del espacio que contribuye a su identidad.
Al terminar esta pequeña introducción debe decirse que el tema que nos ocupa forma
parte de los desarrollos e intereses actuales de la Geografía de Género, la
Antropología y la Ciencia Social en que general y que su importancia territorial no
solo se restringe a lo local, sino que tiene significativas manifestaciones de
carácter global.
83
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
Planteamiento teórico y metodología
Una aproximación teórica para abordar la temática de este artículo, inicia con un
énfasis en las terminologías que implementamos para su análisis. Primero acotaremos
HOWpUPLQR³FRPXQLGDG/*%7´SURSLDGHODVLQFOX\HQWHVGLVWLQFLRQHVGHJpQHURGHQWUR
a lo que se refiere a lesbianas, gays, bisexuales y transgeneristas (Andrógino,
7UDYHVWL 7UDQVH[XDO 7UDQVIRUPLVWD ,QWHUVH[XDO DVLPLVPRHO WpUPLQR ³EDUULRJD\´ VH
usa para designar a los espacios en la ciudades donde esta población desarrolla sus
actividades como comunidad, al compartir un mismo territorio con objetivos y
necesidades similares.
Es así como se presenta como cuerpo teórico al territorio como la principal fuente de
análisis desde la geografía, marcada por el tiempo en el que se desarrolla, cambia y
se dinamiza; debe considerarse la ciudad como el componente físico que nos da el
contexto limitante para el análisis; por último, las relaciones de género, la búsqueda
de identidad y la morfología urbana (como plasmación de los usos urbanos) son los
elementos que configuran la dinámica urbana de los territorios, en este caso del barrio
Gay de Chapinero Central.
Esquema 1: Contexto teórico para el abordaje de la investigación.
Fuente: Elaboración Propia.
84
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
Con el fin de interpretar las realidades que ocurren en el territorio, se han puesto en
práctica desde el aspecto metodológico, el desarrollo de 2 grandes partes para llegar a
unos resultados que mostraran la validez de la premisa hecha en nuestra hipótesis
inicial, estos se describen a continuación de la siguiente manera:
El contexto espacial de análisis, como ocurre en todas las investigaciones con
tendencia geográfica es de vital importancia. En este sentido, en la primera parte de la
investigación se abordará la presentación del territorio. En él se podrá analizar y
entender el contexto en donde se desarrollan las dinámicas de la comunidad LGBT en
el barrio gay de la ciudad de Bogotá. Para su estudio se utilizaron fuentes y datos de la
Secretaria Distrital de Planeación, con valores de estratificación, usos, actividades y
morfología del suelo urbano, con el fin de representar el espacio en sus dinámicas,
donde confluyen diferentes procesos de cambio, que llevan a delimitar claramente el
barrio gay de acuerdo a la trayectoria temporal del mismo.
La segunda parte abarca una representación actual de los procesos territoriales que
se dan en el barrio, con énfasis en la temporalidad del mismo, con el fin de determinar
y hacer una aproximación a las dinámicas y procesos LGBT que se generan de
acuerdo a los días de la semana y a las respectivas horas del día. Ha de señalarse
que esta aproximación es propia, no existiendo investigaciones previas sobre la ciudad
de Bogotá con esta metodología.
La técnica utilizada para este estudio fue la Observación Participante, ya que puede
ser considerada como una técnica entre las múltiples que pueden emplearse para
describir grupos humanos (Guasch, 1997). Aun así, la unión entre la geografía y la
Observación Participante la han convertido no solo en una técnica sino en una opción
de método propio del conocimiento de las Ciencias Sociales para el análisis territorial,
esta unión la reflejan Taylor y Bogdan cuando señalan que para ellas, toda
investigación social se basa en la capacidad humana de realizar o implementar un
análisis de lo que ocurre en tiempo presente de un fenómeno determinado (Taylor &
Bogdan, 1997). En este sentido, la metodología sigue los postulados propuestos por P.
George (1974) que señala que ³OD GLPHQVLyQ GHO XVR FRWLGLDQR GHO HVSDFLR OD
VXJLHUHODIUHFXHQFLDGHXVR´y T. Hägerstrand (1975) al señalar que el estudio del
tiempo constituye una buena forma de identificación de las trayectorias espaciotemporales de la vida.
85
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
Esta metodología tiene básicamente aplicaciones en Antropología, fundamentalmente
a través de los cuadernos de notas, pero es igualmente útil para el caso de la
Geografía, ya que permite tomar el pulso a las diferentes dinámicas territoriales que se
producen en las distintas fases del día y de la semana. Se trata de una metodología
cualitativa de carácter transdisciplinar, sin duda útil para resolver problemas y
cuestiones que no puede ser entendidos satisfactoriamente mediante aproximaciones
tradicionales (Morillo y Gómez, 2003). Puede decirse, también, que los estudios de
género pertenecen a una rama de conocimiento de amplia interdisciplinariedad,
basada en una serie de paradigmas comunes en la Ciencia Social (Crane, 2010), y
que la posibilidad de utilizar diferentes aproximaciones al conocimiento puede
favorecer una comprensión más integrada y holística del problema (Miller et Al., 2008).
Este método de obtención de la información (observación participante), se realizó
dentro de las 2 categorizaciones posibles; la primera, una observación directa, donde
no hubo interrelación con los sujetos involucrados, donde se registró directamente la
información recurriendo únicamente al sentido de la observación; en esta fase los
sujetos no intervinieron en la producción de la información. En segundo lugar, fue
necesario completar la información mediante la interlocución y entrevistas a los sujetos
involucrados; éstas consistieron, generalmente, en una simple charla donde los
sujetos respondieron a una pregunta concreta; en todos los casos la intención era la
recolección de la información a partir de la percepción sobre el barrio que los
participantes en la investigación tenían (Tudela, 2004).
Este proceso de investigación arroja los resultados de cada uno de los días de la
semana, en 4 semanas consecutivas, entre los meses de Julio y Agosto del año 2012.
Para llegar a una interpretación de lo que ocurre en la zona se dividió el día en cuatro
jornadas: la mañana, la tarde, la noche y la madrugada, definiéndolas de la siguiente
manera:
x
Mañana: 6am ± 12am
x
Tarde: 12m ± 6pm
x
Noche: 6pm ± 2am
x
Madrugada: 2am ± 6am
86
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
Los referentes a tomar en cuenta mediante el método de observación fueron recogidos
en un cuaderno de notas (Imagen 1), en el cual se colocaba un referente cartográfico
en la parte superior, con direcciones y señales de ubicación espacial, seguido de
anotaciones basados en 3 criterios de toma de información. Estos referentes eran:
Imagen 1: Cuaderno de notas para la toma de información.
Fuente: Archivo Personal
Flujo de personas: Ya que en cada una de las calles de la zona el flujo de las mismas
es diferente y se relaciona regularmente con un destino específico o un tráfico
momentáneo. En este sentido, se anotaba en la parte derecha superior del cuaderno
cada vez que se evidenciaba una persona de la comunidad LGBT de acuerdo a su
categorización de género. Esto permitía hacer una visualización del continuo uso del
barrio, como posteriormente se verá en los resultados, muy heterogéneo.
Locales y establecimientos sobresalientes: En este punto se buscó encontrar
aquellos locales y establecimientos que tenían dinámicas destacadas de acuerdo al
día de la semana y la hora que entrara en funcionamiento. El principal referente que se
tuvo para identificar servicios destinados a la comunidad LGBT fue la simbología de
los mismos, ya que los diferentes establecimientos tienen como signos identificativos
una serie de mecanismos visuales hacia el reconocimiento y la visibilización como
espacios propios de la comunidad; los bares con las banderas LGBT, fotos de
hombres en las vallas, carteles y otros patrones visuales que se toman de ciudades
PiVDYDQ]DGDVHQWHPDVGHHTXLGDGGHJpQHUR«WRGRHOORVHWUDVODGDD&KDSLQHUR
Central con el fin de visibilizar la diferencia y, en muchos casos, mostrar cuáles son las
condiciones del sitio antes de que el consumidor visite el establecimiento.
87
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
Fotografía 1: Bandera Arco Irís. Emblema principal de identificación.
Fuente: Archivo Personal.
Manifestaciones de carácter LGBT en la vía pública: se buscó tener una idea de
qué tan frecuentes son estas manifestaciones en la vía pública, como una manera de
valorar la apropiación del territorio y en qué medida la comunidad LGBT ve la zona
como un sitio seguro para manifestar su identidad sexual.
Este apartado no se ha tratado de establecer las mismas relaciones que se describen
en el primero; éste no consiste en la toma de información con respecto al número de
personas que están en el barrio, sino en relación a las manifestaciones de carácter
LGBT por ejemplo, grupos de personas, besos, cogidas de mano, abrazos, todo entre
personas del mismo sexo. Sostenemos que estas manifestaciones son parte de la
territorialización e identidad de la ciudad por parte de una minoría, que en este caso
responde a los parámetros de género y condición sexual.
Toda esta toma de información se verá procesada, como síntesis y principal
aportación de la investigación, en relación a la temporalidad del barrio siguiendo los
aportes teóricos que desde la geografía del tiempo se explicaron en el apartado
anterior de este artículo. Para esto se generaron diagramas espacio-temporales,
según metodologías afines a las propuestas de Hägerstrand, uno referido a los días de
diario de la semana y otro para los fines de semana.
88
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
Resultados
El barrio gay de Bogotá nace de la caracterización de la identidad sexual que
Chapinero ha tenido en la ciudad en los últimos años, donde debe señalarse que,
como otros barrios o distritos de carácter LGBT en el mundo, no tiene una
identificación administrativa definida; lo que nos llevó a evidenciar una intersección
entre lo local y lo global al tener un fenómeno el mismo desarrollo en diferentes partes
del mundo (Markwell, 2002). Es así como la configuración de estos barrios desde el
imaginario global de la territorialidad se manifiesta en las dinámicas de género
mostrándose, tal como Judith Butler pone de manifiesto, que la sexualidad es algo
que va en conjunto con el cuerpo y el espacio físico (Butler, en Ojeda Leal 2011). Con
esta idea se presentan las características urbanas, socioeconómicas, administrativas y
morfológicas del barrio Chapinero Central, que servirá para entender el territorio en el
que las dinámicas del barrio gay de Bogotá son representadas y apropiadas por parte
de los grupos LGBT.
En el contexto de la ciudad de Bogotá, Esta investigación toma como referente la UPZ
No. 99 de Chapinero, la cual hace parte de la división administrativa (localidad)
homónima, en donde alberga en uno de sus barrios lo que se considera el actual de
barrio gay de la ciudad, conocido en toda Bogotá como Chapinero Central (mapa 1).
Desde el punto de vista del lenguaje coloquial, el barrio es llamado popularmente solo
³&KDSLQHUR´ KDFLHQGR TXH ODV GLIHUHQWHV GLVWLQFLRQHV HQWUe localidad, UPZ o barrio
(todos homónimos), tengan que denotarse antes de utilizar la palabra, es decir, ³VL
queremos hablar de la localidad de Chapinero, es indispensable utilizar la palabra
ORFDOLGDGSDUDHYLWDUFRQIXVLRQHV´
89
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
Mapa 1: El barrio de Chapinero Central.
Fuente: Google y demarcación propia.
Escala: 1:11500
En primer lugar debe señalarse que los habitantes de la ciudad toman como referente
ORVHVSDFLRVGH&KDSLQHURFRPRXQOXJDUGH³HVSDUFLPLHQWROLEUH´\GHDFWLYLGDGHVGH
ocio diversas. En Chapinero se localizan la mayor parte de los espacios que la
comunidad LGBT frecuenta en los ámbitos de la rumba11, el ocio y las zonas de
beneficio público (Subdirección para asuntos LGTB, 2012). La importancia que tiene
este territorio de la ciudad en la investigación es precisamente el presentar la
mayor concentración de manifestaciones de la diversidad sexual de la ciudad, ya
que aunque la comunidad LGBT está presente en diversos espacios, solo en este
barrio pueden visibilizarse establecimientos que -por así decirlo- están
destinados específicamente a esta comunidad.
11
1RPEUHFRORTXLDOTXHVHOHGDHQ&RORPELDDO³DPELHQWH´RDOD³ILHVWD´
90
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
En muchas ocasiones el reconocimiento que se hace de Chapinero Central para ser
considerado como un barrio gay parte de la presencia de una oferta comercial dirigida
a la comunidad LGBT de la ciudad y de la existencia de sitios propios para suplir las
QHFHVLGDGHV GH RFLR \ HQWUHWHQLPLHQWR GH OD PLVPD SHQVDGRV SDUD ³EULQGDU XQ
espacio, donde las personas no sean discriminadas y asediadas por su condición
VH[XDO´ (Q XQ SULQFLSLR GHVGH HO HVORJDQ GH XQD ³FLXGDG VLQ LQGLIHUHQFLD´ TXH
propusieron las últimas alcaldías de la ciudad, estos espacios están reconocidos como
propios de la comunidad; sin embargo siguen confinados en las mismas áreas, sin que
esto posibilite una visibilización de la comunidad en otras partes de Bogotá.
Para dar cuenta de cada una de las actividades que configuran a Chapinero Central
como un barrio de carácter gay, los lugares y establecimientos con manifestaciones
LGBT han sido clasificados según su uso de acuerdo a la visibilización de símbolos
propios (banderas, posters, etc.,) tal como se explicó en el apartado de metodología.
Además la información se completó con la realización de preguntas a usuarios del
barrio, lo que provocó un, efecto de bola de nieve12 en la obtención de datos y con la
consulta a anuncios publicitarios, guías gay en internet y en revistas especializadas.
Los resultados obtenidos aparecen sintetizados en el siguiente esquema:
Café Bar -­‐ Discote
ca Hotel Vídeo Barrio
Gay
Plaza o Parque Organismo Distrital Motel / Residencia Sauna Tienda de Ropa Esquema 1: Tipos establecimientos en el barrio gay.
Fuente: Elaboración Propia 12
El efecto bola de nieve, se desarrolló con la pregunta: ¿Conoce algún sitio gay en el barrio?,
esto me llevaba de un establecimiento a otro, donde uno me recomendaba el siguiente y viceversa.
91
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
Sin contar a las Plazas y parques, son 88 los establecimientos destinados a la
comunidad LGBT en el barrio. Respecto a su significado geográfico es, no obstante
escaso, y depende de las diferentes escalas de análisis; es así como para la UPZ
(13.429 establecimientos), los establecimientos LGBT, representan tan solo el 0,65%
de participación, si hablamos de la localidad (56.299), la cifra solo muestra 0,15% de
participación, y para el contexto de la ciudad (2.101.607), el porcentaje se reduce a un
0,004% de participación.13
Gráfico 1: Proporción de establecimientos presentes en el barrio.
Fuente: Elaboración propia
Síntesis cartográfica del catálogo de establecimientos destinados a la
comunidad LGBT en Chapinero Central.
La cartografía de síntesis que se presenta constituye, a nuestro entender, uno
de los aportes más relevantes que desde la óptica geográfica pueden realizarse
para valorar la visibilización y apropiación del espacio por parte de la comunidad
LGBT (Mapas 2 y 3). En estos mapas se ven plasmadas en el territorio toda una serie
de evidencias que, a pesar de no tener una gran trascendencia en el panorama
económico y comercial de la ciudad, marcan el hecho de su existencia y la
evidencia de no ser ajenos a las demandas que tiene parte de la sociedad
capitalina. Se trata, por tanto, de la constancia de la apropiación de un territorio,
aunque de manera discreta, por parte de un grupo para satisfacer sus necesidades de
identidad, socialización y reconocimiento, sin duda no exento de conflictos.
13
Cálculos realizados en base a las cifras de establecimientos comerciales de la Secretaría de
Planeación, año 2013.
92
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
No obstante, es necesario un conocimiento más profundo de las dinámicas espaciotemporales que se establecen en el barrio para determinar, ritmos, volumen de
ocupación, formas de socialización de la comunidad LGBT, patrones de convivencia,
manifestaciones de la identidad y diversidad sexual, relaciones con el resto de
dinámicas urbanas, entre otros aspectos que sin duda tienen relevancia dentro de la
Geografía.
93
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
Mapa 2: Establecimientos. [Café-Bar/Discoteca, Organismos Distritales de Bogotá,
Plazas y Parques, Restaurantes, Saunas, Tiendas de Ropa, Vídeos]
Fuente: Elaboración propia
Escala: 1:11500
94
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
Mapa 3: Establecimientos. [Hoteles, Motel/Residencia Organismos Distritales de
Bogotá, Plazas y Parques]
Fuente: Elaboración propia
Escala: 1:11500
95
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
Una vez interpretados por medio de la metodología de la observación participante, la
distribución territorial y las dinámicas urbanas de la comunidad LGBT en el barrio de
Chapinero, se ha realizado mediante la elaboración de esquemas espaciotemporales, según las ideas propuestas por Hägerstrand (1975), una síntesis de estos
procesos, lo que permite valorar la impronta de éstos en el barrio. Debe decirse que la
propuesta que aquí se presenta responde a una observación para el conjunto de la
población y que puede variar con respecto al apoderamiento que cada persona tiene
del barrio, de acuerdo a sus intereses, gustos, destinos y motivos.
En los días de diario, de lunes a jueves, (Esquema 2), observamos como la actividad
pasa desde lo habitacional, comercial, laboral, a los espacios comunes de la ciudad,
retornándose lo laboral, para terminar la actividad del barrio en el sector servicios. Los
servicios LGBT son casi invisibles hasta la noche, donde en cada uno de estos días
(de lunes a jueves), toma protagonismo un establecimiento determinado, con una
idiosincrasia característica.
Durante el día la comunidad LGBT está discretamente presente en el barrio, ocupando
otras actividades urbanas gran parte de la actividad, zapaterías, panaderías para
desayunos, almuerzos, tránsito de estudiantes; el punto álgido de actividad se produce
después de la jornada de trabajo, ya que algunas arterias de Chapinero actúan como
gran intercambiador de transporte.
96
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
Esquema de 2: El tiempo en el contexto territorial entre lunes y jueves
Fuente: Elaboración propia.
En el caso de los fines de semana, desde la noche del viernes hasta el domingo,
(Esquema 3) predomina la actividad nocturna, y la comunidad LGBT es ampliamente
visible desde primeras horas de la tarde; son los momentos en los que el territorio de
Chapinero sirve de marco para la apropiación de un espacio y la expresión de la
identidad sexual. Incluso, determinados establecimientos, destinados al público en
general son utilizados por los colectivos LGBT en sus tránsitos por el barrio. El
domingo, sin embargo, es el día más tranquilo de la semana, predominado las
actividades familiares.
97
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
Esquema 3.: El tiempo en el contexto territorial los fines de semana
Fuente: Elaboración propia.
Conclusiones
x
Ubicado en el centro de la localidad, el barrio de Chapinero Central presenta
toda una serie de variables óptimas para su consolidación como el barrio Gay
de Bogotá, por las características de la población, centralidad y oferta de
servicios que dispone. Sus particularidades hacen que sea un territorio muy
frecuentado por parte de la población capitalina bogotana, lo que hizo más fácil
el establecimiento de lugares de sociabilización, que con el tiempo han sido
apropiados por una identidad de grupo en particular, siendo la comunidad
LGBT la más reconocible.
98
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
x
Los niveles de estratificación marcados desde la planificación de la ciudad,
deja al barrio exento de toda clase de diferenciación en torno a las actividades
comerciales que ahí se registran.
x
A diferencia de otros barrios gays en el mundo donde su principal factor de
consolidación es la renovación urbana y lo que se conoce como proceso de
gentrificación ³«OD WUDQVIRUPDFLyQ GH ODV ]RQDV PDUJLQDGDV VRFLDOPHQWH \
dominadas de clases obreras en los centros de las ciudades en zonas de clase
PHGLD´ (Lilja, 2010),
el barrio no presenta esa clase de comportamiento.
Chapinero Central muestra, sin embargo, desde hace mucho tiempo un patrón
de movilidad amplio, estando en constante interacción con diversas zonas de
la ciudad debido a su centralidad.
x
La población residente es mayoritariamente joven y se mantiene en el área en
la medida en que se encuentra estudiando. Al terminar los estudios se
desplaza hacía otros sectores de la ciudad más propicios para el desarrollo de
una familia. Se trata de un barrio con grupos de población poco estables desde
el punto de vista migratorio y que se renuevan constantemente.
De lo observado en estos esquemas espacio temporales y de lo expuesto en el
presente artículo se extraen, además, las siguientes conclusiones.
x
La ciudad no es ajena a los procesos y dinámicas territoriales que ocurren en
otras partes de la misma, por ende la ciudadanía es consciente de todas las
manifestaciones que la comunidad LGBT genera en el barrio. No es de
asombrar la cantidad de usos que tiene el barrio, que lo consolida con el
distintivo gay de la ciudad; esto hace que en el pensamiento colectivo de la
FLXGDG HVWp DVRFLDGD OD SDODEUD ³JD\´ ³KRPRVH[XDO´ D &KDSLQHUR ¢'yQGH
están los gays? Una pregunta muy común que también responden en ciudades
como Madrid o México, donde se vuelve muy fácil de responder por cualquier
bogotano que haya transitado alguna vez por las calles del barrio o que del
boca a boca haya escuchado de él.
x
Como se visualiza en los anteriores diagramas y en los diferentes días de la
VHPDQD HO EDUULR IXQFLRQD EDMR XQ HIHFWR GH ³PRQWDxD UXVD´ FRQ XQD FODUD
99
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
dominación del día sábado frente a los demás días; esto hace del sábado un
día con un claro potencial para el barrio, desde el punto de vista económico,
social, cultural y demográfico.
x
Los resultados obtenidos validan nuestra hipótesis, señalando claramente
que Chapinero es un territorio apropiado por parte de la comunidad LGBT
que sirve como elemento clave para garantizar la diversidad sexual en el
contexto Bogotano. Sin embargo, el barrio no está exclusivamente destinado
a la comunidad LGBT sino que se comparte con transeúntes, estudiantes,
comerciantes y otros consumidores de actividades de ocio y esparcimiento.
x
De la investigación y sobre todo, de las opiniones recogidas a los diferentes
entrevistados, surgen además diferentes debates, como por ejemplo, la
FRQYHQLHQFLDRQRGHOD³JXHWL]DFLyQ´GHGHWHUPLQDGRVHVSDFLRV«3RUXQODGR
forman parte de la identidad de un grupo, incluso garantizan la libertad de
H[SUHVLyQ \ OD VHJXULGDG XUEDQD«SRU RWURODGR VHSXHGHHVWDU LPSLGLHQGR OD
normalización y extensión de una realidad social en todo el territorio,
favoreciendo la reclusión y el rechazo si se producen manifestaciones fuera de
los esSDFLRV FRQVLGHUDGRV SURSLRV« 'H DKt TXH FUHDPRV TXH ODV SROtWLFDV
S~EOLFDV\VXVHQIRTXHVLQFOXVLYRVVRQFODYHVSDUDJDUDQWL]DUODFLXGDGDQtD«
este aspecto sería un punto importante a desarrollar en futuras investigaciones.
Referencias Bibliográficas
CRA1( ' ³,QWHUGLVFLSOLQDULW\ LQ WKH &XOWXUDO 6FLHQFHV´ Sociology Compass,
Vol. 4 (3), pp. 169±179.
GEORGE, P. (1974). Geografía de la población. Oikos-tau, editores. Barcelona.
GUASCH, O. (1997). Observación Participante. Cuadernos metodológicos Nº 20. CIS.
Madrid.
+b*(5675$1' 7 ³6SDFH WLPHDQGKXPDQ FRQGLWLRQV´ (Q.DUOTYLVW HW $O
Dynamic allocation of urban space. Lexington, MA. Lexington Books. pp. 3±14.
+b*(5675$1' 7 ³7LPH JHRJUDSK\ IRFXV RQ WKH FRUSRUHDOLW\ RI PDQ
socieW\ DQG HQYLURQPHQW´ (Q $LGD The science and praxis of complexity. Tokyo,
United Nations University Press. pp. 193±216.
LEFEVRE, H. (1974): La production de l'espace. Paris. Anthropos.
100
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
/,,/-$ ( ³'HQ VHJUHJHUDGH VWDGHQ 7UH NYDUWHU L 6WRFNKROPV LQQHUVWDG´
Stockholmia förlag. Estocolmo.
0$5.:(// . ³0DUGL *UDV 7RXULVP DQG WKH &RQVWUXFWLRQ RI 6\GQH\ DV DQ
LQWHUQDWLRQDO*D\DQG/HVELDQ&LW\´GLQ: A Journal of Lesbian and Gay Studies 8.1-2;
81-99. Australia.
0,//(5 7 (7 $/ ³(SLVWemological Pluralism: Reorganizing Interdisciplinary
5HVHDUFK´Ecology and Society, 13 (2), pp. 46- 50.
025,//2 ) %25'216 0 < *Ï0(= , ³,QWHUGLVFLSOLQDULW\ LQ VFLHQFH $
WHQWDWLYHW\SRORJ\RIGLVFLSOLQHVDQGUHVHDUFKDUHDV´ Journal of the American Society
for Information Science and Technology, Nov 2003, 54, 13, pp. 1237- 1242.
2-('$/($/&³$nálisis de fragilidad paisajística desde una perspectiva de
JpQHUR´Universidad de concepción, Chile.
TAYLOR, SJ & BOGDAN, R. (1987). Introducción a los métodos cualitativos de
investigación. Barcelona: Paidos.
TUAN, Y. F. (1974). Topophilia: A Study of Environmental Perception. Attitudes and
Values. Ed. Prentice-Hall. Nueva York.
TUDELA, P. (2004). Técnicas de recolección de información en etnografía,
observación pasiva y participante, entrevistas y cuestionarios. Facultad de Ciencias
sociales. Universidad de Chile. Chile.
Documentos:
SECRETARÍA
DE
HACIENDA
-
DEPARTAMENTO
ADMINISTRATIVO
DE
PLANEACIÓN. (2004). Recorriendo Chapinero, Diagnóstico físico y socioeconómico
de las localidades de Bogotá, D.C. Bogotá, D.C.
SECRETARÍA DISTRITAL DE CULTURA, RECREACIÓN Y DEPORTES. (2008).
Localidad de chapinero. Ficha Básica. Observatorios de Culturas, Bogotá, D.C.
SECRETARÍA DISTRITAL DE SALUD. (2007). Diagnóstico local de salud con
participación social. Bogotá, D.C.
Recursos Digitales:
FUNDACIÓN COLOMBIA DIVERSA. http://colombiadiversa.org
GOOGLE MAPS (2013). [Chapinero Central, Bogotá, Colombia] [Street map].
SECRETARÍA DISTRITAL DE INTEGRACIÓN SOCIAL. www.integracionsocial.gov.co
101
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
DESMITIFICACIÓN DE LA VIOLENCIA EN PAREJAS DEL
MISMO SEXO:
Luis Manuel Rodríguez Otero.
Trabajador social Mancomunidad de Verín (Ourense).
Predoctoral de Universidad de Vigo.
[email protected]
Resumen
La existencia de la violencia entre personas del mismo sexo es una evidencia de
nuestra sociedad caracterizada por la existencia de multitud de mitos sobre el colectivo
LGBT. El objetivo del presente artículo es realizar un análisis de los mitos existentes
en este tipo de relaciones, qué aspectos y protagonistas son efecto de su existencia,
explicar sus causas y las repercusiones que tienen sobre las personas, con el fin de
visibilizar los estereotipos arraigados en nosotros y poder diseñar una intervención
destinada a visibilizarlos y erradicarlos.
Palavras clave: Mito, violencia, sexo, homosexual, bisexual, transexual.
DEMYTHOLOGIZING VIOLENCE IN SAME-SEX COUPLES:
Abstract
The existence of violence between people of the same sex is an evidence of our
society characterized by the existence of a multitude of myths about the collective
LGBT. The objective of the present article is to perform an analysis of the existing
myths in this type of relations, explain their causes and the impact it has on the people,
in order to visualize the stereotypes rooted in and that we will be able to design an
intervention designed to eradicate them.
Keywords: Myth, violence, sex, homosexual, bisexual, transsexual.
1. Introducción
Históricamente se ha considerado que la violencia es un asunto exclusivo de parejas
heterosexuales, por lo que como señala Hamberger (1996), este hecho ha contribuido
a que en cierto modo ignorasen tales manifestaciones entre la población homosexual,
bisexual y transexual.
Este fenómeno ha sido un problema silenciado debido a distintas causas como la
homofobia, la lesbofobia, la transfobia, el sexismo, la discriminación en contra del
colectivo LGBT, así como el propio miedo de este al reconocimiento del problema por
102
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
represarías homofóbas de la comunidad y sectores conservadores (López y Ayala,
2011; Elliott, 1996; Hamberger, 1996; Island y Letellier, 1991; Merrill, 1999; Rezenti,
1992).
Se trata de un fenómeno que trasciende de acepciones como la clase social, el origen
étnico, el nivel socio-económico, el nivel educativo o la orientación sexual (Gay Men´s
Domestic Violence Project, 2002).
La violencia entre parejas del mismo sexo es una realidad de la sociedad actual en la
que la diversidad sexual es o debiera ser una opción real. No obstante no existe un
acuerdo por parte de la comunidad científica a la hora de establecer su prevalencia.
Así encontramos autores como Peterman y Dixon (2003) y Reyes, Rodríguez y Malavé
(2005), los cuales señalan que diversos estudios sobre el tema indican que se estima
que entre un 25-33 % de las relaciones homosexuales sufren violencia en pareja.
Otros como Matte y Lafontaine (2011), Stanley et col (2006), O´Leary et col (2007) y
Ehrensaft (2009), señalan que la prevalencia de este tipo de violencia es superior en el
tipo psicológico que en el físico. En contraposición existen autores que minimizan e
incluso omiten su existencia. Así encontramos autores (Poorman, et col ,2005; Gimeno
y Barreiros, 2009:15) que afirman que la violencia entre parejas del mismo sexo es
menor, de menor intensidad y menos frecuente, que la que ejercen los hombres sobre
ODVPXMHUHV«
Barbour (2011) señala que diversos estudios (Dolan-Soto, 2005; Connell y
Messerschmidt, 2005) han mostrado que cuando las relaciones violentas en pareja
ocurren entre personas del mismo sexo, muchas de ellas se producen en las mismas
formas que en parejas heterosexuales y con el mismo rango de severidad, aunque
estos quedan marginalizados y susceptibles a la violencia doméstica, no solo por las
diversas formas de normativas heterosexistas, sino también por el modelo hegemónico
masculino.
2. Fundamentación existencia de mitos
5HDOL]DQGR XQD E~VTXHGD VREUH OD H[SOLFDFLyQ GHO YRFDEOR ³PLWR´ QRV HQcontramos
TXH OD 5$( OD GHILQH FRPR ³SHUVRQD R FRVD D ODV TXH VH DWULEX\HQ FXDOLGDGHV R
H[FHOHQFLDV TXH QR WLHQHQ R ELHQ XQD UHDOLGDG GH OD TXH FDUHFHQ´ 3RU RWUR ODGR OD
WordReference ODGHVFULEHFRPR³QDUUación fabulosa e imaginaria que intenta dar una
103
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
H[SOLFDFLyQ QR UDFLRQDO D OD UHDOLGDG´ R FRPR ³FRQMXQWR GH FUHHQFLDV H LPiJHQHV
idealizadas que se forman alrededor de un personaje o fenómeno y que le convierten
HQPRGHORRSURWRWLSR´
Cantera (2004:129-130\&DQWHUD\%ODQFKVHxDODQTXH³WRGRVORVLQWHQWRVGH
explicar la violencia en pareja homosexual parten del reconocimiento implícito de la
H[LVWHQFLD GH OD PLVPD´ 1RV HQFRQWUDPRV TXH DOJXQRV GH ORV HVWXGLRV TXH VHxDODQ
que existe la describen y la documentan, mientras que otros la contextualizan dentro
de un entorno patriarcal, sexista y homofóbico lleno de mitos, estereotipos sociales
con sus consecuentes actitudes y conductas. En contraposición se encuentras
estudios que intentan aportar algunas claves explicativas de este fenómeno.
En una sociedad patriarcal y machista como la nuestra, en la que se impone un
modelo hegemónico heteronormativo, distintas instituciones sociales fundamentan
discursos contra colectivos que atentan contra las bases de su estructura, tales como
los homosexuales, bisexuales, transexuales o incluso la cultura queer o transgresora
entre otros.
A través de diversos mitos se busca interiorizar en la sociedad realidades o
concepciones erróneas con el fin de discriminarlas, aislarlas, minimizarlas o incluso
erradicarlas creando estereotipos que disciernen de la realidad.
3. Reperscusión de los mitos
Las implicaciones que tienen estos mitos según Cantera (2004:122) se dan a dos
niveles: personal y asistencial, dificultando y facilitando ciertos aspectos. A nivel
personal dificultan el auto-reconocimiento como sujeto agente o paciente del maltrato,
el llamar las cosas por su nombre, la asunción de responsabilidades y el
cuestionamiento de la relación, y así facilitando
la ocultación de los hechos, la
minimización de la violencia y la justificación del maltrato. A nivel asistencial dificultan
la escucha activa y la empatía, la prevención del maltrato y el reconocimiento de las
víctimas, facilitando la victimización secundaria, la inducción a la profecía
autocumplida y los diagnósticos a priori.
4. Principales mitos sobre la violencia en parejas del mismo sexo
Island y Letellier (1991:16-24) señalan que existen quince mitos en cuanto a las
relaciones homosexuales entre hombres. Aunque como señalan diversos colectivos
104
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
como COGAM (2013), el Colectivo Lambda (2013), ALDARTE (2009) o la FELGBT
(2012) son extrapolables también a parejas lésbicas, bisexuales o transgénero.
&DQWHUD UHDOL]D XQ DQiOLVLV GH HVWRV PLWRV H LQGLFD TXH ³IXQcionan como
obstáculos epistemológicos y como barreras ideológicas, pudiendo facilitar la
YLFWLPL]DFLyQ GH ODV YtFWLPDV´ &REUDQGR HVSHFLDO UHOHYDQFLD FXDQGR DUUDLJDQ HQ
profesionales del ámbito sociosanitario, judicial y educativo propiciando una
revictimización con erróneas y/o deficientes intervenciones profesionales a causa de la
validación de tales estereotipos y mitos.
6HFDUDFWHUL]DQSRUSDUWLUGHODVSUHPLVDVTXHHQXQFLDQDVSHFWRVFRPRTXH³ODPXMHU
HV PiV GpELO TXH HO KRPEUH´ R TXH ³OD YLROHQFLD intra-género no es un problema
LPSRUWDQWH´ $Vt VH GHVFULEHQ PLWRVFRPR TXH ³VROR ODV PXMHUHV KHWHURVH[XDOHV VRQ
DJUHGLGDV ORV KRPEUHV JD\ QXQFD VRQ YtFWLPDV GH OD YLROHQFLD GRPpVWLFD´ ³OD
violencia doméstica es más común en parejas heterosexuales que en relaciones de
hombre-JD\´³ODOH\QRSURWHJHQLSURWHJHUiDODVYtFWLPDVGHYLROHQFLDGRPpVWLFDJD\´
R³VDOLUGHXQDUHODFLyQGHYLROHQFLDUHVXOWDPiVIiFLOSDUDORVKRPEUHVJD\PDOWUDWDGRV
TXH SDUD ODV PXMHUHV TXH VRQ SRU VXV SDUHMDV KHWHURVH[XDOHV´ (l resto de mitos
pueden agruparte en torno a cuatro aspectos:
a) Respecto al proceso, el cual es considerado como una cuestión privada o una
riña de pareja.
x
Realmente no hay violencia cuando dos hombres pelean, es una situación
normal; son niños haciendo de niños.
x
La violencia doméstica de gay-KRPEUH HV XQ ³FRPEDWH´ \ FXDQGR GRV
hombres pelean es un justo combate entre iguales.
x
La violencia doméstica de hombres gay es sólo una riña de enamorados.
b) En relación a la pareja, caracterizada por factores como el uso de prácticas
sadomasoquistas, relaciones de codependencia, no estar integrada por
SHUVRQDVQRUPDOHVXQEDMRQLYHOGHHGXFDFLyQ\UHFXUVRVHFRQyPLFRV«
x
La violencia doméstica en hombres gay ha aumentado como resultado de
la epidemia del SIDA, del alcoholismo y del abuso de drogas.
x
/DVYtFWLPDVGHYLROHQFLDGRPpVWLFDVRQ³FRGHSHQGLHQWHV´
x
La violencia doméstica es hombres gay es una conducta sexual, una
versión de sadomasoquismo que complace a las víctimas.
105
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
x
La violencia doméstica en hombres gay ocurre principalmente entre
hombres pertenecientes a determinadas categorías sociales.
c) Sobre la persona maltratadora, identificando que se caracteriza por ser fuerte,
corpulenta, sádica, celosa y posesiva, por padecer algún trastorno mental o
abusar de drogas u alcohol.
x
El agresor siempre es más grande y fuerte; la víctima más pequeña y débil.
x
Los hombres que abusan bajo la influencia de las drogas o el alcohol no
son responsables de sus acciones.
d) Respecto la persona maltratada, definiéndola como débil, frágil, provocadora,
masoquista, mentirosa o exagerada y en el fondo recibe lo que busca y se
merece.
x
Las víctimas a menudo provocan la violencia que reciben y que merecen.
x
Las víctimas exageran la violencia que viven; si se sintieran muy mal,
abandonarían la relación.
Discursión
Expuestos los distintos mitos sobre la violencia y las relaciones entre personas del
mismo sexo, así como sus repercusiones en cuanto a las distintas áreas del ser
humano. Considero necesaria, tal y como abogan distintos colectivos LGBT y
feministas,
la realización de políticas basadas en la igualdad de género y la
erradicación de la violencia en pareja, así como de visibilización del colectivo
homosexual, bisexual y transexual y de desmitificación sobre sus conductas sexuales,
afectuosas, sociales, sanitarias, económicas y personales. Así mismo medidas
concretas a través de planes específicos de educación sexual afectiva en los
programas educativos de colegios e institutos, campañas publicitarias y actividades
dirigidas a profesionales del ámbito sociosanitario y educativo. Cuyo fin general sea
cambiar la actual sociedad patriarcal, machista y heteronormativa y conformar una
sociedad basada en la igualdad.
Considero necesario detenerse un instante y analizar nuestra perspectiva como
profesionales al respecto y cuestionarnos hasta que punto estos mitos están presentes
en nosotros, nuestro entorno y en la sociedad.
106
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
Referencias Bibliograficas
ALDARTE (2009). Estudio sobre violencia intragénero. [on line] Available at:
http://www.felgtb.org/temas/familias/documentacion/investigaciones/i/2241/531/estu
dio-sobre-violencia-intragenero [Acceso en fecha 15, mayo, 2013].
BARBOUR ( ³$Q (FRORJLFDO $QDO\VLV RI 6DPH-Sex Domestic Violence
EHWZHHQ *D\ 0DQ´ [on line]
Kaleidoscope:
Vol.
10,
38. Available at:
https://uknowledge.uky.edu/ kaleidoscope/vol10/iss1/38 [Acceso en fecha 13, mayo,
2013].
CANTERA, L. (2004). Más allá deOJpQHUR1XHYRVHQIRTXHVGH³QXHYDV´GLPHQVLRQHV
y direcciones de la violencia en pareja. Tesis doctoral, Programa de Doctorado en
Psicología Social. Barcelona: Universitat Autónoma de Barcelona.
CANTERA, L. y BLANCH, J. M. (2010). Percepción Social de la Violencia en la Pareja
desde los Estereotipos de Género. Intervecnión psicosocial, 19 (2), 121-127.
COGAM (2013) Manifiesto contra la violencia intragénero. [on line] Available at:
http://www.colegaweb.org/colegas-presenta-el-manifiesto-contra-la-violenciaintragenero-y-un-plan-de-atencion-a-victimas/ [Acceso en fecha 8, abril, 2013].
LAMBDA (2012) Violencia doméstica en parejas de mujeres ¡Todas merecemos vivir
en
paz!
[on
line]
Available
at:
http://www.lambdavalencia.org/wp-
content/uploads/2013/04/Violencia-domestica-entre-mujeres_pazparalamujerorg.pdf [Acceso en fecha 15, noviembre, 2013].
CONNELLl, R. y MESSERSCHMIDT, J. (2005). Hegemonic Masculinity: Rethinking the
Concept. Gender and Society , 829-859.
DOLAN-SOTO, D. (2005). NYC Anti-Violence Project. Retrieved March 8, 2010, from
New York Lesbian, Gay, Transgender and Bisexual Domestic Violence Report [on
line] Available at: http:www.avp.org/publications/reports/2005nycdvrpt.pdf [Acceso
en fecha 12, junio, 2013].
EHRENSAFT, M. (2009). Family and relationship predictors of psychological and
physical aggression. In O´LEARY, K y WOODIN, E. (Eds.). Psychological and
psycal
aggression
in
couples.
Washington,
DC:
American
Psychological
Association, 99-118.
ELLIOT, P. (1996). Shattering illusions: Same sex domestic violence. En REZENTI, C.
y MILEY, C. (Eds.), Violence in gay and lesbian domestic relationships. New York,
NY: Harrington Park Press,1-8.
107
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
FELGBT (2012). Violencia intragénero: "Sin género de excusas". [on line] Available at:
http://www.felgtb.org/temas/politicas-lesbicas/documentacion/i/1861/223/violenciaintragenero-sin-genero-de-excusas [Acceso en fecha 12, junio, 2013].
GAY MEN´S DOMESTIC VIOLENCE PROJECT. (2002). Myths and facts about samegender
domestic
violence.
[on
line]
Available
at:
http://www.gmdvp.org/pages/myth.html [Acceso en fecha 12, junio, 2013].
GIMENO, B. y BARRIENTOS, V. (2009) Violencia de género versus violencia
doméstica: la importancia de la especificidad. [on line] Revista Venezolana de
Estudios
de
la
Mujer,
nº
32
Available
at:
http://www.scielo.org.ve/scielo.php?pid=S131637012009000100004&script=sci_arttext [Acceso en fecha 17, junio, 2013].
HAMBERGER, L. K. (1996). Intervention in gay male intimate violence requires
coordinated efforts on multiple levels. En REZENTTI, C. y MILEY, C. (Eds.).
Violence in gay and lesbian domestic relationships. New York, NY: Harrington Park
Press, 83-91.
ISLAND, D. y LETTELIER, P. (1991). Men who beat the men who love them: Battered
gay men and domestic violence. New York: Harrington Park Press.
LÓPEZ, M. T. y AYALA, D. (2011). Intimidad y las múltiples manifestaciones de la
violencia doméstica entre mujeres lesbianas. Revista Salud y Sociedad, 2 (2), 151174.
MATTE, M y LAFONTAINE, M. (2011). Validation os a Measure of Psychological
Aggresion in same-sex couples: Descriptive data on perpetration and victimization
and their association with physical violence. Journal of GLBT Family Studies, 7 (3),
226-244.
MERRILL, G. (1999). 1 in 3 of 1 in 10: Sexual and dating violence prevention groups
for lesbian, gay, bisexual, and transgendered youth. En LEVANTHAL, B. y LUNDY,
S. (Eds.). Same-sex domestic violence: Strategies for change. Thousand Oaks, CA:
Sage, 201-213.
O´LEARY, K., SMITH SLEP, A. y O´LEARY, S. (2007) .Multivariate models of men´s
and women´s partner aggression. Journal of Consulting and Clinical Psychology, 75,
752-764.
PETERMAN, L. M. y DIXON, C. G. (2003). Domestic violence between same sex
partners: Implications for couseling. Journal of Couseling and Development, 81 (1),
40-47.
108
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
32250$136((/$8(\6((/$86³3HUFHSWLRQVRI'RPHVWLF$EXVHLQ
Same-Sex Relationships and Implications for Criminal Justice and Mental Health
5HVSRQVHV´ Violence and Victims, Vol. 18, nº 6. Nueva York: Springer Publishing
Company.
REZENTTI, C. (1992). Violent betrayal partner abuse in lesbian relationships. CA:
SAGE Publications.
REYES, F., RODRÍGUEZ, J. y MALAVÉ, S. (2005). Manifestaciones de la Violencia
Doméstica en una muestra de hombres homosexuales y mujeres lesbianas
puertoriqueñas. Revista Interamericana de Psicología, 5 (3), 449-456.
STANLEY, J., BARTHOLOMEW, K, TAYLOR, T., ORAM, D. y LANDLT, M. (2006).
Intimate violence in male same-sex relationships. Journal of Family Violence, 21,
31-41.
109
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
ACTITUDES HACIA LA DIVERSIDAD SEXUAL EN
ESTUDIANTES DE SECUNDARIA ESPAÑOLES
María Victoria Carrera Fernández
Doctora en Ciencias de la Educación
Facultad de Ciencias de la Educación, Universidad de Vigo
[email protected]
Yolanda Rodríguez Castro
Doctora en Ciencias de la Educación
Facultad de Ciencias de la Educación, Universidad de Vigo
[email protected]
María Lameiras Fernández
Doctora en Psicología
Facultad de Ciencias de la Educación, Universidad de Vigo
[email protected]
Pablo Vallejo Medina
Doctor en Psicología
Faculta de Psicología, Universidad de Santo Tomás (Bogotá)
[email protected]
Patricia Alonso Ruido
Licenciada en Psicopedagogía
Facultad de Ciencias de la Educación, Universidad de Vigo
[email protected]
Resumen
El objetivo de este trabajo es evaluar las actitudes hacia la diversidad sexual en
adolescentes. Un total de 800 adolescentes españoles con una media de edad de
15.19 años (DT: .92) y un rango de 14 a 18 años (50.70% chicas y 49.30% chicos)
completaron las versión española de la Escala Moderna de Homofobia, así como la
validación española de la Escala de Ideología de Género y Transfobia. Los resultados
obtenidos ponen de manifiesto que los chicos son más homofóbicos y lesbofóbicos, y
presentan actitudes significativamente más negativas hacia el colectivo trans que las
chicas. Asimismo, se observa que las actitudes hacia los hombres que no conforman
el género son significativamente más negativas que hacia las mujeres que no
conforman el género.
Palabras clave:
Adolescentes; lesbofobia; homofobia; transfobia; pedagogía Queer
110
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
ATTITUDES TOWARD SEXUAL DIVERSITY IN SPANISH SECONDARY
ADOLESCENTS
Abstract
7KH REMHFWLYH RI WKLV SDSHU ZDV WR DVVHVV DGROHVFHQWV¶ DWWLWXGHV WRZDUG VH[XDO
diversity. A total of 800 Spanish adolescents with a mean age of 15.19 years (SD: .92)
and a range from 14 to 18 years (50.70% girls and 49.30% boys) completed the
Spanish version of the Modern Homophobia Scale and the Spanish validation of the
Genderism and Transphobia Scale. Results show that boys exhibit significantly more
negative attitudes toward homosexuals, lesbians and transpeople than girls. Moreover,
adolescents show significantly more negative attitudes toward gender non-conforming
men than toward gender non-conforming women.
Keywords
Adolescents; lesbophobia; homophobia; transphobia; Queer pedagogy
El estudio de las actitudes hacia la diversidad sexual en adolescentes es clave para
comprender la influencia de los diferentes agentes de socialización, incluida la
escuela, en la tolerancia hacia la diversidad sexual y, especialmente, para llevar a
cabo las estrategias de intervención educativa que permitan el desarrollo de actitudes
positivas hacia la diferencia.
No obstante, la evaluación de actitudes en los estudios de género se ha centrado
tradicionalmente en el análisis de las actitudes sexistas (Glick y Fiske: 2001) y
homófobas (Horn: 2007; Lingiardi, Falange y Augelli: 2005), prestando menos atención
DODVDFWLWXGHVGHSUHMXLFLRGLULJLGDVKDFLDDTXHOODVSHUVRQDVFRQLGHQWLGDGHV³WUDQV´
Identidades que transgreden las normas de género coherentes con su marca corporal
(Factor y Rothblum: 2008), habitando lo que Burgos (2007) ha denominado
³LGHQWLGDGHV HQWUHFUX]DGDV´ (Q HVWH WUDEDMR DQDOL]DUHPRV ODV DFWLWXGHV GH ORV \ ODV
adolescentes de secundaria tanto hacia los colectivos de homosexuales y lesbianas,
como hacia el colectivo trans14, atendiendo a las diferencias en función del sexo.
14
Dentro de la comunidad trans se incluyen aquellas personas que se identifican como transexuales
(desean cambiar su sexo de nacimiento para adecuarlo al género con el que se autoidentifican, utilizando
para ello tratamiento hormonal y/o quirúrgico), transgéneros (adaptan mínimamente su marca corporal al
género de autoidentificación, con escasa intervención médica) y cross-dressers (cambian temporalmente
de género, utilizando signos externos tales como la ropa o el maquillaje).
111
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
A
continuación
hacemos
una
aproximación
conceptual
a
los
términos
homofobia/lesbofobia y transfobia, y posteriormente exponemos los principales
estudios sobre las actitudes hacia la diversidad sexual.
Aproximación conceptual
El término homofobia fue acuñado en 1971 por K.T. Smith, que lo definió como una
actitud de miedo y rechazo a la homosexualidad. La homofobia implica, por tanto, un
prejuicio, una actitud discriminatoria dirigida hacia una persona en función de su
identidad homosexual. Se caracteriza por un sentimiento de superioridad con respecto
al otro, deshumanización del otro, que se ve como carente de emociones y conciencia,
y convicción de ser merecedor de privilegios y estar en la posición correcta (Viñuales:
2002). Una compleja definición de homofobia sería el miedo, más bien el pánico, de
los hombres a amar a otros hombres. Desde esta perspectiva, la homofobia no sólo
afecta a los homosexuales, sino a todos los hombres que no se adaptan a los
estereotipos tradicionales impuestos para su género, afectando a todos ellos sin
excepción, con la amenaza de degradarles al estatus de maricas, calzonazos o
nenazas (Guash: 2006).
Asimismo, la homofobia, en tanto que actitud discriminatoria dirigida hacia una
persona en función de su identidad homosexual, va dirigida también hacia las mujeres
lesbianas. No obstante, en el caso de las lesbianas es más correcto hablar de
lesbofobia (Viñuales: 2002), pues este término pone de manifiesto la doble
discriminación a la que está sujeta la mujer lesbiana en la cultura occidental: por ser
mujer y por ser lesbiana; lo que supone un prejuicio añadido, con las consecuentes
repercusiones en la calidad de vida de estas mujeres.
Las actitudes homófobas y lesbofóbicas abarcan desde las actitudes discriminatorias
más hostiles y explícitas hasta aquellas otras que, de una forma latente y sutil,
permanecen silenciadas e invisibles. En este sentido, podríamos afirmar que existen
actitudes homófobas explícitas y hostiles, tales como la agresión verbal, física o
psicológica hacia las personas homosexuales; y actitudes homófobas latentes o
sutiles, tales como los discursos culturales o médicos sobre el carácter patológico de
la homosexualidad o la incapacitación de las parejas homosexuales para la adopción;
entre otras cuestiones que pretenden coartar la vivencia y expresión homosexual. Que
constituyen lo que Lizárraga (2005) denomina violencia polimórfica y Eribon (2000)
discursos culturales y científicos, desarrollados por la ciencia y argumentados en los
112
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
medios de comunicación, la universidad o el congreso. En el contexto occidental, en
relación al colectivo de homosexuales y lesbianas, Calvo (2003) diferencia entre las
actitudes hacia la moralidad de los/as homosexuales, entendidas como la legitimidad
de la homosexualidad como opción sexual, y las actitudes hacia los derechos de los/as
homosexuales, que Sotelo (2000) denomina también tolerancia política.
En esta línea Raja y Stokes (1998) desarrollaron la escala de Homofobia Moderna
(Modern Homophobia Scale) para analizar las actitudes de rechazo más sutiles hacia
homosexuales y lesbianas. Incluyendo tres dimensiones que hacen referencia al
malestar personal (Personal Disconfort), entendido como la incomodidad que genera
la presencia de homosexuales y lesbianas, y la necesidad de evitar el contacto
personal con este colectivo; a la homofobia institucional (Institutional Homophobia),
referida a las actitudes hacia las prácticas sistemáticas de exclusión al colectivo de
gays y lesbianas que se despliegan desde el ámbito gubernamental, laboral o
religioso; y al carácter desviado y modificable de estas orientaciones sexuales
(Deviance/Changeability), referida a la creencia de que la homosexualidad y el
lesbianismo son enfermedades o perversiones que pueden ser curadas y modificadas.
Por otra parte, la transfobia hace referencia a las creencias y actitudes negativas
dirigidas hacia el colectivo trans y, en general, hacia las personas que no conforman el
género GHDFXHUGRDVXVH[RR³PDUFDFRUSRUDO´LQFOX\HQGRVHQWLPLHQWRVGHDYHUVLyQ
y miedo irracional a encontrarse o a relacionarse con mujeres masculinas, hombres
femeninos, travestis, transgéneros o transexuales (Hill y Willoughby: 2005). Así, la
transfobia, es el odio y el miedo hacia los transexuales y los transgéneros, es, por
WDQWR XQD YDULDQWH GH OD KRPRIRELD HQWHQGLGD FRPR HO RGLR DO ³PDULFyQ´ GRQGH HO
³PDULFyQ´ VLJQLILFD FXDOTXLHU IRUPD GH VH[XDOLGDG \R GH JpQHUR TXH VH GHVYtD GH OD
norma del modelo social heterosexista (Norton: 1997).
Hill (2002) destaca tres componentes de la transfobia, que constituyen la base de la
escala de Ideología de Género y Transfobia (Genderism and Transphobia Scale)
desarrollada por Hill y Willoughby (2005): i) la ideología de género (Genderism) que
hace referencia a un sistema social de creencias que refuerza la evaluación negativa
de todos aquellos individuos que no conforman el género o cuyo sexo no coincide de
forma coherente con su género. Basada en un modelo social heteronormativo,
construido en base al dimorfismo sexual ideal (sexo masculino o femenino), en función
del cual se aplicará una socialización diferencial de género, con estereotipos y roles de
género descriptivos y prescriptivos sobre cómo deben ser y comportarse los hombres
113
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
\PXMHUHV³QRUPDOHV´TXHKDQGHVHUSRUGHILQLFLyQKHWHURVH[XDOHV(VWHVLVWHPDGH
FUHHQFLDVKDVLGRGHQRPLQDGRSRU-XGLWK%XWOHU³PDWUL]KHWHURQRUPDWLYD´LLla
transfobia (Transphobia), que como ya se ha destacado, haría referencia al
componente actitudinal, incluyendo los sentimientos negativos, de aversión y miedo
hacia las personas que transgreden el rígido modelo dos sexos/dos géneros; y ii) el
ataque al género (Gender-Bashing), o componente comportamental, referido a los
actos de acoso o violencia hacia el colectivo trans, estrechamente relacionado con las
creencias y las actitudes.
Prejuicio y discriminación hacia la diversidad sexual
La sociedad patriarcal, erigida sobre la misoginia y la homofobia, es una sociedad
excluyente en la que las identidades disidentes, situadas más allá de los márgenes de la
matriz heteronormativa (Butler: 1993), no tienen cabida. Así, más de medio siglo
después de la desnaturalización del género (De Beauvoir: 1949) e incluso, más
recientemente, del sexo en su acepción binaria (Butler: 1990, 1993), tal y como
encarnan los cuerpos de los intersexuales (Fausto-Sterling: 1993, 2000), la
transgresión del rígido modelo dos sexos/dos géneros/heterosexualidad es duramente
castigada (Denny, Green y Cole: 2007; Grant, Mottet, Tanis, Herman y Keisling: 2011)
y patologizada.
Así lo pone de relieve la Asociación Internacional de Gays y Lesbianas (ILGA), que
identifica un total de 86 países que mantienen como delito la transexualidad y la
homosexualidad, castigándose en siete de ellos - Irán, Mauritania, Arabia Saudí, Sudán,
Emiratos Árabes Unidos, Yemen y Nigeria- con la pena de muerte. Y aunque, en
muchos de ellos la ley no se aplica sistemáticamente, su mera existencia refuerza una
cultura donde una significativa parte de la ciudadanía necesita esconderse por miedo a
las
represalias
(ILGA:
2008).
Esta
discriminación
y prejuicio
±documentada
internacionalmente±, alcanza su cara más dramática y hostil con el asesinato de cientos
de personas transexuales y transgéneros a lo largo del mundo, tal y como se visibiliza
en el portal Remembering Our Dead.
En este sentido, si bien la homofobia ha evolucionado hacia expresiones más sutiles, lo
que sin duda se debe a la mayor visibilidad de este colectivo y a su larga trayectoria de
lucha por la consecución de sus derechos (Lameiras, Carrera y Rodríguez: 2013), las
actitudes y comportamientos de discriminación hacia el colectivo trans son todavía
claramente hostiles. En Norteamérica destaca el trabajo de Lombardi y su equipo
114
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
(2001) en el que se analizaron las experiencias de discriminación del colectivo trans en
centros comunitarios y a través de Internet, comprobando que de los 402 participantes
más de la mitad había sufrido victimización a lo largo de su vida, bien en forma de
abuso físico o psíquico o de discriminación laboral.
Poco parecen haber mejorado las cosas una década después de este trabajo, tal y
como atestiguan los resultados de la National Transgender Discrimination Survey
(Grant et al.: 2011). La encuesta más amplia de discriminación del colectivo trans
realizada hasta al momento en la que participaron un total de 6.456 personas
transexuales y transgéneros de más de 50 estados; y en la que se destaca que la
discriminación sufrida por el colectivo a lo largo de su vida es generalizada, con unas
tasas de acoso escolar del 78 % y de acoso en el ámbito laboral del 90 %.
Las actitudes hacia la diversidad tampoco gozan de buena salud en el viejo continente,
tal y como se pone de relieve en el Informe del Consejo Europeo de 2011 (Council
Europe: 2011), que identifica actitudes homofóbicas y transfóbicas en los 47 estados
miembros pertenecientes al Consejo de Europa. Destacando que la desinformación
sobre la construcción de la identidad y la orientación sexual, así como los estereotipos
trasmitidos sobre estas identidades en los medios de comunicación son importantes
factores que explican estas actitudes de rechazo. Por el contrario, conocer y
relacionarse con personas de estos colectivos incide favorablemente en el desarrollo
de actitudes más positivas, tal y como se señala en el informe del Eurobarómetro
(2008).
En España, destaca el trabajo de Pichardo (2007), que evalúa la percepción que los/as
adolescentes tienen sobre la diversidad sexual y las situaciones de acoso que viven
los adolescentes LGBT (Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales) en las aulas.
Concluyendo que: i) existe un gran desconocimiento sobre la realidad de gays,
lesbianas, bisexuales, transexuales y otras personas que se desmarcan del rígido
modelo de dos sexos/dos géneros y una orientación heterosexual complementaria; ii)
hay una gran confusión entre lo que es sexo biológico, género, estereotipos y roles de
género, orientación sexual y prácticas sexuales; y iii) la sexualidad, en general, y las
identidades sexuales minoritarias, en concreto, están invisibilizadas, de modo que
muchos/as jóvenes se sienten aislados, rechazados e incomprendidos. Por otra parte,
respecto a las prácticas discriminatorias identifica que: i) al hablar de situaciones
discriminatorias los comentarios se hacen, en su mayoría, en tercera persona, no
asumiendo esas opiniones como propias; ii) los insultos constituyen una de las formas
115
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
más habituales de manifestación de la homofobia/transfobia, si bien una de las
matizaciones que señalan es que no lo consideran un insulto a pesar de su carga
peyorativa; iii) en muchos centros utilizan la palabra asco, para mostrar la actitud de
repulsa que les provoca la homosexualidad/transexualidad, y las prácticas sexuales
entre hombres; iv) el estigma y la discriminación se extrapola a cualquier persona que
apoya a estos colectivos, así como a los hermanos/as escolarizados en el mismo
centro; v) muchas veces la salida del armario puede suponer la total exclusión del
espacio social y relacional. A veces en forma de rechazo frontal y otras más latente; vi)
se dan situaciones de amenazas y agresiones físicas; y finalmente, vii) el acoso se
justifica por el hecho de que hay algo en estos colectivos que les señala como
diferentes y porque, además, ha pasado siempre.
Más recientemente, un estudio con 1.400 jóvenes españoles de entre 15 y 29 años
pone de manifiesto que más de la mitad tiene amigos homosexuales, y casi el 40%
amigas lesbianas, así como un 3.5% que afirma tener amigos/as transexuales. En la
misma línea más del 80% señala que no afectaría a su relación de amistad que un
amigo/a le dijese que es homosexual/lesbiana, porcentaje que se reduce al 70% en el
caso de la transexualidad. Asimismo se comprueba que más del 80% considera
aceptables las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo y que el 77.6%
apoya el matrimonio entre personas del mismo sexo, porcentaje que disminuye
cuando se pregunta por la adopción de parejas homosexuales (62%) y lesbianas
(64%). En relación a la transexualidad, un 70% considera aceptables las operaciones
de cambio de sexo en personas adultas. No obstante, a pesar de estos alentadores
resultados, el 80% reconoce haber presenciado o conocido situaciones de maltrato a
personas LGBT, e incluso entre el 0.1% y el 9.6% reconoce haber participado en ellas
(Centro de Investigaciones Sociológicas: 2011).
Así, si bien es innegable que en España, en la última década, se han dado grandes
pasos hacia la consecución de derechos y libertades de las personas LGBT,
aprobándose leyes tales como la Ley 13/2005 de 1 julio, por la que se modifica el
Código Civil en materia de derecho a contraer matrimonio (BOE de 2 julio de 2005), y
la Ley 3/2007, de 15 de marzo, reguladora de la rectificación registral de la mención
relativa al sexo de las personas15 (BOE 16 de mayo de 2007). No es menos cierto que
15
Esta ley supera la legislación anterior al permitir a las personas transexuales cambiar el sexo en los
documentos oficiales sin necesidad de someterse a una operación de reasignación de sexo, pero
continúa imponiendo la necesidad de ser diagnosticado con disforia de género, adoptar los caracteres
sexuales secundarios propios del género definitivo a través de la terapia KRUPRQDO ³VDOYR TXH QR VHD
posible poU HGDG R HQIHUPHGDG´ \ DGRSWDU XQ QXHYR QRPEUH TXH QR VHD FRQIXVR FRQ UHVSHFWR D OD
116
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
las actitudes sociales hacia estos colectivos no gozan de buena salud, siendo
necesario adoptar estrategias educativas que permitan el desarrollo de actitudes
positivas hacia la diversidad sexual.
Tal y como se ha destacado, en este trabajo analizamos las actitudes de los y las
adolescentes tanto hacia los colectivos de homosexuales y lesbianas, como hacia el
colectivo trans, atendiendo a las diferencias en función del sexo de los/as participantes
y de las personas hacia las que expresan sus actitudes (hombres que no conforman el
género y mujeres que no conforman el género).
Método
Participantes
Se llevó a cabo un diseño de tipo instrumental (Montero y León: 2007), a través de
encuesta por muestreo
y de carácter transversal, orientado a la identificación de
actitudes homofóbicas y transfóbicas en adolescentes.
La muestra, representativa a nivel autonómico, quedó conformada por un total de 800
alumnos y alumnas gallegos/as de 3º y 4º de Educación Secundaria Obligatoria (ESO),
de los cuales un 50.7 % son chicas y un 49.3 % chicos, con una media de edad de
15.19 años (DT: 0.92). En cuanto a su distribución en función del curso, el 53% cursa
3º de la ESO y el 47% cursa 4º de ESO. El 75,8% pertenece a centros públicos y el
24,3% a centros privados/concertados.
Instrumentos
Se administró un cuestionario de autoinforme en el que, junto a las variables
sociodemográficas (sexo, edad, y curso), se presentaron:
-
La escala de Homofobia Moderna (Modern Homophobia Scale) de Raja y
Stokes (1998), en la versión española de Rodríguez-Castro, Lameiras, Carrera
y Vallejo-Medina (2013), que está constituida por dos subescalas: subescala de
actitudes hacia gays (MHS-G) con un total de 22 ítems (alpha de Cronbach:
.94); y subescala de actitudes hacia lesbianas (MHS-L) con un total de 24
ítems (alpha: .93). Esta escala evalúa las actitudes homofóbas y lesbofóbicas.
identidad de género. De modo que, a pesar de sus avances, sigue reproduciendo fuertemente el modelo
congruente del sexo y el género (Carrera, Lameiras, DePalma y Ricoy: 2013).
117
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
Cada
subescala
mide
a
su
vez,
tres
factores
(malestar
personal,
desviación/cambiabilidad y homofobia institucional) que corresponden con las
medidas de actitudes homofóbicas hacia gays y hacia lesbianas a nivel
personal (los dos primeros factores) y a nivel institucional (el tercer factor). Con
un formato de respuesta tipo Likert de 1 a 5 en la que a mayores puntuaciones
interpretamos actitudes más positivas hacia la homosexualidad y el
lesbianismo.
-
La escala de Ideología de Género y Transfobia (Genderism and Transphobia
scale) de Hill y Willoughby (2005), en la versión breve propuesta y validada en
España por Carrera, Lameiras, Rodríguez-Castro y Vallejo-Medina (2013). Esta
escala está constituida por 12 ítems que evalúan actitudes y comportamientos
discriminatorios hacia las personas que transgreden el modelo dos sexos/dos
géneros/heterosexualidad. Se contesta con una escala tipo Likert de 1 a 7 en la
cual a menores puntuaciones mayor nivel de actitudes transfóbicas, entendidas
como apoyo al modelo identitario heteronormativo. Los ítems se distribuyen en
dos subescalas: i) Transfobia/Ideología de género (Transphobia/Genderism),
formada por 6 ítems, en la que se analizan las cogniciones o sistema social de
creencias que refuerzan la evaluación negativa de las personas que
transgreden el modelo heteronormativo, así como las actitudes y sentimientos
de aversión y miedo hacia estas personas (alpha: .83); y ii) ataque al género
(Gender-bashing), formada también por 6 ítems, que analizan el componente
comportamental a través de los actos de acoso o violencia hacia la personas
que no conforman el género (alpha: .80). La dimensionalidad de la escala fue
confirmada mediante un Modelo de Ecuaciones Estructurales (SEM)
obteniendo además buenos indicadores de fiabilidad y validez externa. Procedimiento
La muestra se reclutó utilizando un diseño de carácter transversal. Tratándose de un
universo finito -44.069 unidades-, ese tamaño muestral, en muestra aleatoria simple,
para el nivel de confianza requirido del 95,5% -2V-, llevó un error máximo del 3,54% -e
= ±3,54%- en una variable de proporciones, en el caso más desfavorable, aquel en el
que la variabilidad es máxima: p = q = 50%.
Una vez seleccionados los centros educativos se remitió al director/a del centro una
carta solicitando su colaboración y explicando el estudio. Posteriormente se contactó
118
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
telefónicamente con los centros y se confirmó su participación. Los cuestionarios se
aplicaron en horario lectivo durante los meses de abril y mayo de 2009. Se administró
el consentimiento informado pasivo a todos los padres/madres o tutores/as legales de
los y las adolescentes. La evaluación fue individual, anónima y voluntaria.
Resultados
En relación a las actitudes hacia el colectivo de homosexuales y lesbianas, tal y como
puede observarse en la tabla 1, los chicos expresan actitudes significativamente más
negativas hacia la homosexualidad y el lesbianismo que las chicas. Lo que se
comprueba tanto en la subescala de actitudes hacia homosexuales como hacia
lesbianas. Así, los chicos muestran actitudes significativamente más elevadas de
malestar personal hacia homosexuales (t = 16.48, p < .001, d = 1.18) y hacia lesbianas
(t =2.50, p < .01, d = .18); expresan mayor acuerdo con las afirmaciones de que la
homosexualidad (t =4.20, p < .001, d = .30) y el lesbianismo (t =6.21, p < .001, d = .44)
son desviaciones que pueden ser modificadas; y ponen de manifiesto actitudes de
homofobia institucional significativamente más elevadas que sus compañeras, tanto
hacia homosexuales (t =10.99, p < .001, d = .79) como hacia lesbianas (t =7.58, p <
.001, d = .54).
Se observa también que chicos y chicas muestran actitudes más negativas hacia los
homosexuales de su mismo sexo. Así, los chicos tienen actitudes más negativas hacia
la homosexualidad masculina en las tres subescalas: malestar personal (t = 13.5, p <
.001; d = .65); desviación/cambiabilidad (t = 8.69, p < .001; d = .42); y homofobia
institucional (t = 5.05, p < .001; d = .22). Mientras que las chicas tienen actitudes
significativamente más negativas hacia el lesbianismo, lo que se confirma en las
subescalas de malestar personal (t
= -10.2, p <.001; d = .35) y de homofobia
institucional (t = -3.10, p < .001; d = 0.11), aunque no en la subescala de
desviación/cambiabilidad (t = 15.7, p < .001; d = .81) en la que expresan actitudes
significativamente más negativas hacia la homosexualidad masculina.
Por otra parte, en relación a las actitudes hacia las personas que no conforman el
género (ver tabla 1), observamos de nuevo que los chicos expresan actitudes
significativamente más negativas hacia el colectivo trans que las chicas. Lo que se ha
comprobado tanto en la dimensión cognitiva/afectiva -Transfobia/Ideología de género-
119
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
(t=11.82, p < .01, d = .90) como en la comportamental -Ataque al género- (t= 10.77, p
< .01, d = .81).
Asimismo, se ha evaluado si existen diferencias en función de si las actitudes
expresadas se dirigen hacia chicos o chicas que no conforman el género. Para ello se
han creado y comparado las medias de los ítems que evalúan antipatía hacia mujeres
que no conforman el género (ítems: 2, 12, 13 y 30; M = 5.57, SD = 1.32) y hacia
hombres que no conforman el género (ítems: 1, 6, 9, 17, 20, 25; M = 5.45, SD =1.30).
Siendo las diferencias estadísticamente significativas, aunque con un tamaño de
efecto bajo (t = -3.56, p < .01, d = .10).
Tabla 1. Diferencias en función del sexo en las escalas de Homofobia Moderna y de
Ideología de Género/Transfobia
Chicas
Media (SD)
Chicos
Media (SD)
t
d
Malestar personal_Lesbianas
4.02 (0.76)
3.87 (0.87)
2.50**
0.18
Homofobia institucional_Lesbianas
3.97 (0.59)
3.61 (0.73)
7.58***
0.54
Desviación/Cambiabilidad_Lesbianas
4.61 (0.70)
4.20 (1.10)
6.21***
0.44
Malestar personal_Gays
4.28 (0.69)
3.25 (1.01)
16.48***
1.18
Homofobia institucional_Gays
4.04 (0.63)
3.42 (0.89)
10.99***
0.79
Desviación/Cambiabilidad_ Gays
4.02 (0.74)
3.79 (0.80)
4.20***
0.30
Transfobia/ideología de género
63.79 (13.21)
49.55 (18.32)
11.82**
0.90
Ataque al género
37.60 (4.90)
32.16 (8.14)
10.77**
0.81
Homofobia Moderna
Ideología de Género/Transfobia
Nota: p< 0,05*; p< 0,01**;p< 0,001***
Finalmente, la matriz de correlaciones entre las diferentes subescalas pone de relieve
la relación positiva entre las actitudes homofóbicas y transfóbicas, con correlaciones
moderadas-altas. Así la subescala de Transfobia/Ideología de Género correlaciona
positivamente con las subescalas de malestar personal hacia lesbianas (r = .47; p <
.01),
homofobia
institucional
hacia
lesbianas
(r
=
.23;
p
<
.01)
y
desviación/cambiabilidad-lesbianas (r = .53; p < .01); así como con malestar personal
hacia gays (r = .65; p < .01), homofobia institucional hacia gays (r = .61; p < .01) y
desviación/cambiabilidad-gays (r = .60; p < .01). En la misma línea, la subescala de
120
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
Ataque al género correlaciona también positivamente con las subescalas de malestar
personal hacia lesbianas (r = .39; p < .01), homofobia institucional hacia lesbianas (r =
.20; p < .01) y desviación/cambiabilidad-lesbianas (r = .50; p < .01); así como con
malestar personal hacia gays (r = .55; p < .01), homofobia institucional hacia gays (r =
.47; p < .01) y desviación/cambiabilidad-gays (r = .54; p < .01).
Discusión
En este trabajo se pone de relieve que los chicos manifiestan actitudes
significativamente más negativas hacia la homosexualidad y hacia el lesbianismo que
las chicas; y que los y las adolescentes tienen actitudes más negativas hacia los
homosexuales de su mismo sexo. En la misma línea, los chicos expresan actitudes
significativamente más negativas que sus compañeras hacia las personas que no
conforman el género, lo que se comprueba tanto en la dimensión cognitiva-afectiva
(Transfobia/Ideología de género) como en la dimensión comportamental (Ataque al
género). Asimismo, identificamos actitudes más negativas hacia los hombres que no
conforman el género que hacia las mujeres que no conforman el género.
Las actitudes más homofóbicas y lesbofóbicas de los chicos en comparación con sus
compañeras identificadas en este trabajo en las tres dimensiones evaluadas (malestar
personal, homofobia institucional y desviación/cambiabilidad) están en la línea de los
estudios sobre esta problemática llevados a cabo con muestras tanto de adolescentes
(Injuve: 2008; Kimmel y Mahler: 2003; Pichardo: 2007; Romero, Martín y Castañón:
2005) como de población adulta (Hicks y Lee: 2006; Raja y Stokes: 1998; Whitely:
2001).
En el mismo sentido, tal y como esperábamos, las actitudes expresadas hacia las
personas trans son significativamente más negativas en los chicos que en las chicas
(Antoszewski, Kasielska, Jedrzejezak y Kruk-Jeromin: 2007; Hill y Willoughby: 2005;
Tee y Hegarty: 2006; Winter, Rogando-Sasot y King: 2007; Winter, Webster y Cheung:
2008). Lo que se ha comprobado tanto en la dimensión cognitiva/afectiva como en la
comportamental.
El mayor rechazo de los chicos hacia la transgresión del modelo heteronormativo,
podría estar influenciado por la mayor rigidez del modelo de socialización masculina
(Connell: 2000), ya que, tal y como señalan Epstein, 2¶)O\QQ \ 7HOGIRUG (2003) la
identidad masculina tradicional se construye sobre la misoginia y la homofobia.
121
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
Asimismo, en la línea de los trabajos sobre homofobia, se observa que los chicos
tienen actitudes más favorables hacia las lesbianas que hacia los homosexuales (Kite
y Whitely: 1996; LaMar y Kite: 1998, Raja y Stokes: 1998). Lo que pone de relieve el
IHQyPHQR GH OD ³HURWL]DFLyQ GHO OHVELDQLVPR´ GH PRGR TXH SDUD ORV FKLFRV VHU
lesbiana no estaría tan censurado como ser gay, ya que, como mujeres, las lesbianas
son todavía atractivas para los hombres (Raja y Stokes: 1998). Mientras que las chicas
expresan actitudes significativamente más positivas hacia los homosexuales (Raja y
Stokes, 1998), lo que se comprueba para las dimensiones malestar personal y
lesbofobia institucional, pero no para la dimensión desviación/cambiabilidad, en la que
expresan actitudes significativamente más positivas hacia lesbianas. De forma que las
chicas afirman sentirse más cómodas ante la presencia de una pareja de
homosexuales que de lesbianas, y aceptan con mayor agrado las políticas
institucionales en beneficio de los gays, aunque otorgan un carácter más patológico y
desviado a la homosexualidad que al lesbianismo. De hecho, podríamos hipotetizar
TXH ODV FKLFDV QR SHUFLEHQ HO OHVELDQLVPR FRPR XQD ³YHUGDGHUD´ RULHQWDFLyQ VH[XDO
sino más bien como una opción personal.
En la misma línea, se comprueba que las actitudes hacia los hombres que no
conforman el género son significativamente más negativas que hacia las mujeres que
transgreden el modelo heteronormaitvo (Bettcher: 2007; Lombardi et al.: 2001; Winter
et al.: 2008). Este patrón actitudinal diferencial podría deberse a la sobrevaloración de
los rasgos y roles de género masculinos (Cavender, Bond-Maupin y Jurik: 1999), lo
que no sorprende en una sociedad patriarcal caracterizada por una asimétrica
deseabilidad social favorable a los rasgos, valores y conductas masculinas. De forma
que los chicos que transgreden las fronteras de la masculinidad en cualquier sentido
serían más castigados que las chicas que traspasan las fronteras de la feminidad
(Bonilla y Martínez-Benlloch: 2000). De hecho, el menor castigo que sufren las
PXMHUHVTXHVH³GHVYtDQ´GHODVIURQWHUDVGHJpQHURGHODIHPLQLGDGSRGUtDH[SOLFDUVH
porque, en su caso, subvertir la norma implicaría también una devaluación de la
feminidad tradicional, reproduciendo los valores de la sociedad patriarcal (Reay: 2001).
Finalmente, el análisis de correlaciones pone de relieve que las actitudes de rechazo a
la no conformidad de género se relacionan positivamente con la homofobia y la
lesbofobia (Hill y Willoughby: 2005; Nagoshi et al.: 2008): con unas correlaciones
moderadas-altas con la homofobia y moderadas-bajas con la lesbofobia. Las
FRUUHODFLRQHVHQWUHDPEDVDFWLWXGHVVHH[SUHVDQPX\ELHQHQHOFRQFHSWRGH³PDWUL]
KHWHURVH[XDO´ SURSXHVWR SRU -XGLWK %XWOHU que pone de manifiesto que
122
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
ODV H[SUHVLRQHV ³UHDOHV´ GH OD PDVFXOLQLGDG \ GH OD IHPLQLGDG HVWiQ IXHUWHPHQWH
impregnadas de una presupuesta heterosexualidad hegemónica; organizándose en
torno a esta matriz lo que la autora ha denominado identidades inteligibles e
ininteligibles. Frente a las identidades no inteligibles, las identidades de género
inteligibles serían aquellas en las que hay una coherencia entre el dimorfismo sexual
aparente, el género y la orientación sexual.
Los resultados obtenidos en nuestro trabajo visibilizan una dura realidad para las
personas que transgreden las fronteras sexo/género/orientación sexual, expresando
LGHQWLGDGHV ³LQLQWHOLJLEOHV´. El rechazo que sufren estos colectivos forma parte de los
mecanismos de construcción de las identidades hegemónicas porque, tal y como ha
destacado la Teoría Queer, las nociones de feminidad y masculinidad hegemónica no
WLHQHQ QL LQWHOLJLELOLGDG QL SRGHU VLQODFRQWUDVWDGDSUHVHQFLDGH XQJpQHUR³DQRUPDO´
Siendo necesario que las identidades de géQHUR³QRUPDOHV´VHDQFRQWUDVWDGDVFRQOD
SUHVHQFLDGHRWUDVLGHQWLGDGHV³DQRUPDOHV´TXHOHGHQLQWHOLJLELOLGDGButler: 2000). De
esta forma, construir identidades de género hegemónicas y normativas no implica sólo
esencializar las categorías sexo-género y la orientación heterosexual, sino también
sustentar desigualdades de género, a través de los mecanismos de rechazo y
H[FOXVLyQKDFLDORV³RWURVLQLQWHOLJLEOHV´
Por ello, es necesario y urgente una práctica educativa que evidencie el carácter
construido del género y del dualismo del sexo, flexibilice los roles y estereotipos de
género, y promocione la valoración de la diversidad sexual. Una práctica educativa
que debe ser construida en el marco de una pedagogía transgresora, erigida sobre
dos importantes pilares: la pedagogía crítica, que ofrece una nueva lectura de la
UHDOLGDGVRFLDOYLVLELOL]DQGRODVUHDOLGDGHVGHORVDV³RWURVDV´ORVDVRSULPLGRVDVD
los que da voz (Freire: 1970); y la Teoría Queer, que posibilita un interesante corpus
teórico pDUDFRPSUHQGHUODLGHQWLGDGVH[XDOPiVDOOiGHOWUDGLFLRQDO³HVHQFLDOLVPR´TXH
ancla no sólo la diferencia sino también la desigualdad en la biología. Y haciendo esto
frustra cualquier intento de transformar la opresión en liberación (Carrera: 2013;
Kumashiro: 2002). Sólo a través de una educación crítica y liberadora será posible
tomar conciencia de la violencia que generan las rígidas normas de género, y en
definitiva trascender el status quo y alcanzar el status queer (Rofes: 2005).
123
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
Referencias bibliográficas
ANTOSZEWSKI, B., KASIELSKA, A., JEDRZEJEZAK, M., y KRUK-JEROMIN, J. 2007.
³.QRZOHGJH DQG DWWLWXGHV WRZDUGV WUDQVVH[XDOLVP DPRQJ FROOHJH VWXGHQWV´
Sexuality and Disability, no. 25Sí
%(77&+(57³(YLOGHFHLYHUVDQGPDNH-believers on transphobic violence and
WKHSROLWLFVRILOOXVLRQ´Hypatia, vol. 22, no.3, p. 43±65.
BONILLA, A. y MARTÍNEZ-%(1//2&+ $3 ³,GHQWLGDGHV WUDQVIRUPDFLyQ GH
modelos sociales y su LQFLGHQFLD HQ HO iPELWR HGXFDWLYR´ (Q )(51È1'(= -
(Ed.), Intervención en los ámbitos de la sexología y de la generología (pp. 135176). Madrid: Pirámide.
%85*26 ( ³,GHQWLGDGHV HQWUHFUX]DGDV´ Thémata, Revista de Filosofía, no.
39, p. 245-253.
BUTLER, J. 1990. Gender trouble: feminism and the subversion of identity. London
and New York: Routledge.
BUTLER, J. 1993. %RGLHVWKDW0DWWHU2QWKH'LVFXUVLYH/LPLWVRI³6H[´ London and
New York: Routledge.
BUTLER, J. 2000. $QWLJRQH¶V &ODLP .LQVKLS Between Life and Death. New York:
Columbia University Press.
&$/92.³$FWLWXGHVVRFLDOHV\KRPRVH[XDOLGDGHQ(VSDxD´(Q*8$6&+2
y VIÑUALES, O. (Eds.), Sexualidades. Diversidad y control social (pp. 299-322).
Barcelona: Bellaterra.
CARRERA, M.V ³(GXFDQGR 4XHHU HO HGXFDGRUD VRFLDO FRPR DJHQWH GH
VXEYHUVLyQGHJpQHURHQODHVFXHOD´Revista Iberoamericana de Educación, vol.
61, no. 2, p. 2-12.
CARRERA, M.V., LAMEIRAS, M., DEPALMA, R. y RICOY, R. 2013. ³Pathologizing
gender identity: An analysis of Spanish Law 3/3007 and its implications for
GLYHUVLW\´Journal of Gender Studies, vol. 22, no. 2, p. 206-220.
CARRERA, M.V., LAMEIRAS, M., RODRÍGUEZ, Y. y VALLEJO, P. 2013, online first.
³6SDQLVKDGROHVFHQWV¶DWWLWXGHVWRZDUGWUDQVSHRSOHSURSosal and validation of a
VKRUWIRUPRIWKH*HQGHULVPDQG7UDQVSKRELD6FDOH´Journal of Sex Research.
124
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
CAVENDER, G., BOND-0$83,1/\-85,.1³7KHFRQVWUXFWLRQRIJHQGHULQ
UHDOLW\FULPH79´Gender and Society, vol.13, no.5, p. 643-663.
CENTRO DE INVESTIGACIONES SOCIOLÓGICAS 2011. Jóvenes y diversidad
sexual. Madrid: CIS, INJUVE, Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad.
CONNELL, R.W. 2000. The men and the boys. Berkeley: University of California Press.
COUNCIL EUROPE 2011. Discrimination on Grounds of sexual Orientation and gender
Identity in Europe. Council of Europe Publishing, Satrasbourg Cedex. Disponible
en: http://www.coe.int/t/Commissioner/Source/LGBT/LGBTStudy2011_en.pdf
DE BEAUVOIR, S. 1998. El segundo sexo. Madrid: Cátedra (1949, translated from the
original French by Alicia Martorell).
'(11< ' *5((1 - \ &2/( 6 ³*HQGHU YDULDELOLW\ 7UDQVVH[XDOV
FURVVGUHVVHUVDQG RWKHUV´ (Q 2:(16 .AF. y. TEPPER, M.S. (Eds.), Sexual
health volume 4: Stateof-the-art treatments and research SS í
Westport, CT: Prager.
(367(,1 ' 2¶)/<11 6 \ 7(/')25' ' Silenced sexualities in schools
and universities. Stoke-on-Trent: Trenthan Books.
ERIBON, D. 2000. Identidades. Reflexiones sobre la cuestión gay. Barcelona:
Bellaterra.
EUROBARÓMETRO. 2008. Discrimination in the European Union: Perceptions,
Experiences and Attitudes. European Commission, Special Eurobarometer, 296.
FACTOR, R., y ROTHBLUM, E. 2008. ³([SORULQJ JHQGHU LGHQWLW\ DQG FRPPXQLW\
among three groups of transgender individuals in the United States: MTSs,
)70VDQGJHQGHUTXHHUV´Health Sociology Review, vol. 17, no.3, p. 235-253.
FAUSTO-67(5/,1*$³7KHILYHVH[HV:K\PDOHDQGIHPDOHDUHQRWHQRXJK´
The Sciences, March/April, p. 20-25.
FAUSTO-STERLING, A. 2000. Sexing the body: gender politics and the construction of
sexuality. New York: Basic Books
FREIRE, P. 1970. Pedagogía do oprimido. Río de Janeiro: Paz e Terra.
*/,&. 3 \ ),6.( 67 ³$Q $PELYDOHQW $OLDQFH +RVWLOH DQG %HQHYROHQW
Sexism as CompOHPHQWDU\ -XVWLILFDWLRQ IRU *HQGHU ,QHTXDOLW\´ American
Psychologist, no. 56, p. 109-118.
125
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
GRANT, J. M., MOTTET, L.A., TANIS, J., HARRISON, J., HERMAN, J. L., y
KEISLING, M. 2011. Injustice at every turn: A report of the national transgender
discrimination survey. Washington: National Center for Transgender Equality and
National Gay and Lesbian Task Force.
GUASH, O. 2006. Héroes, Científicos, Heterosexuales y Gays. Los varones en la
perspectiva de género. Barcelona: Bellaterra.
HICKS, G .y LEE, T. T. 2006. ³3XEOLFDWWLWXGHVWRZDUGVJD\VDQGOHVELDQVWUHQGVDQG
SUHGLFWRUV´Journal of Homosexuality, vol. 51, no.2, p. 57±77.
+,// ' % ³*HQGHULVP WUDQVSKRELD DQG JHQGHU EDVKLQJ $ IUDPHZRUN IRU
interpreting anti-WUDQVJHQGHU YLROHQFH´ (Q:$//$&( B. y CARTER, R. (Eds.),
Understanding and dealing with violence: A multicultural approach (pp. 113±
136).Thousand Oaks, CA: Sage.
+,// '% \ :,//28*+%< % ³7KH 'HYHORSPHQW DQG 9DOLGDWLRQ RI WKH
*HQGHULVPDQG7UDQVSKRELD6FDOH´. Sex Roles, vol., no. 7/8, p. 531-545.
+251 66 ³$GROHVFHQWV¶ $FFHSWDQFH RI 6DPH-Sex Peers Based on Sexual
2ULHQWDWLRQDQG*HQGHU([SUHVVLRQ´Journal of Youth and Adolescence, vol. 36,
no. 3, p. 363-371.
INJUVE. 2008. Informe juventud en España 2008. Madrid: autor.
KIMMEL, M.S. y MAHLER, M. 2003. ³Adolescent Masculinity, Homophobia, and
9LROHQFH´American Behavioral Scientist, vol. 46, no.10, p. 1439-1458.
.,7(0(\:+,7/(<%(³6H[GLIIHUHQFHVLQDWWLWXGHVWRZDUGVKRPRVH[XDO
persons, behaviour and civil rights: a meta-DQDO\VLV´ Personality and Social
Psychology Bulletin, vol. 22, no. 4, p. 336±353.
KUMASHIRO, K. 2002. Troubling Education: Queer Activism and Antioppressive
Pedagogy. New York: Routledge Falmer.
LAMAR, L., y KITE, M.E. 1998. ³6H[ GLIIHrences in attitudes towards gay men and
OHVELDQVDPXOWLGLPHQVLRQDOSHUVSHFWLYH´. Journal of Sex Research, vol. 35, no.2,
p. 189±196.
LAMEIRAS, M., CARRERA, M.V. y RODRÍGUEZ, Y. 2013. Sexualidad y salud. El
estudio de la sexualidad humana desde una perspectiva de género. Vigo:
Servizo de Publicacións da Universidade de Vigo.
126
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
LEY 13/2005 de 1 julio, por la que se modifica el Código Civil en materia de derecho a
contraer matrimonio (BOE de 2 julio de 2005)
LEY 3/2007, de 15 de marzo, reguladora de la rectificación registral de la mención
relativa al sexo de las personas (BOE 16 de mayo de 2007)
/,1*,$5', 9 )$/$1*$ 6 \ '¶ $8*(//, 5 ' ³The evaluation of
+RPRSKRELDLQDQ,WDOLDQ6DPSOH´Archives of Sexual Behaviour, vol.34, no. 1, p.
81-93.
LIZÁ55$*$ $ ³+RPRIRELD HQIHUPHGDG \ JHUPHQ´ Revista de Estudios de
Antropología Sexual, no.1, p. 33-42.
LOMBARDI, E. L., WILCHINS, R., PRIESING, D., y MALOUF, D. 2002. ³*HQGHU
YLROHQFH 7UDQVJHQGHU H[SHULHQFHV ZLWK YLROHQFH DQG GLVFULPLQDWLRQ´ Journal of
Homosexuality, vol. 42, no. 1, p. 89±101.
MONTERO, I. y LEÓN, O. G. 2007. ³$ JXLGH IRU QDPLQJ UHVHDUFK VWXGLHV LQ
3V\FKRORJ\´International Journal of Clinical and Health Psychology, no. 7, 847862.
NAGOSHI, J. L., ADAMS, K. A., TERRELL, H. K., HILL, E. D., BRZUZY, S., y
1$*26+, & 7 ³*HQGHU GLIIHUHQFHV LQ FRUUHODWHV RI KRPRSKRELD DQG
WUDQVSKRELD´Sex Roles, vol. 59, no. 7/8, p. 521-531.
NORTON, J. 1997. ³%UDLQ6D\V<RX
UHD*LUO%XW,7KLQN<RX
UHD6LVV\%R\´&XOWXUDO
Origins of Transphobia. Journal of Gay, Lesbian and Bisexual Identity, no. 2, p.
139-164.
PICHARDO, J. I. 2007. Actitudes ante la diversidad sexual de la población adolescente
de Coslada (Madrid) y San Bartolomé de Tirajana (Gran Canaria). Madrid:
FELTGB, COGAM.
RAJA, S. y 672.(6-3³$VVHVVLQJ$WWLWXGHV7RZDUG/HVELDQVDQG*D\0HQ
7KH0RGHUQ+RPRSKRELD6FDOH´Journal of Gay, Lesbian and Bisexual Identity,
vol. 3, no. 2, p. 113-134.
5($< ' ³6SLFH JLUOV´ ³1LFHJLUOV´ ³JLUOLHV´ DQG³WRPER\V´ JHQGHU GLVFRurses,
JLUOV¶ FXOWXUHV DQGIHPLQLQLWLHVLQWKH SULPDU\ FODVVURRP Gender and Education,
vol. 13, no. 2, p. 153-166.
127
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
52'5Ë*8(=</$0(,5$60&$55(5$09\9$//(-23³Validación
de la Escala Moderna de Homofobia en una muestra de adolescenteV´ Anales
de Psicología, vol. 29, no.2, p. 523-533.
ROFES, E. 2005. A radical Rethinking of Sexuality and Schooling. Status Quo or
Status Queer? Oxford: Rowman and Littlefield Publishers.
ROMERO, M., MARTÍN, N. y CASTAÑÓN, S. 2005. Vivencia de la homosexuali-dad y
supervivencia a la homofobia en las aulas. Estudio Cualitativo so-bre la
percepción que los adolescentes tienen sobre la homosexualidad y las
situaciones de acoso que viven los adolescentes LGTB. En J. Gene-relo (Eds.),
Homofobia en el sistema educativo (pp.16-50). Barcelona: Cogam. Disponible
en:
http://cogam.avanzis.com/WebPortal/_cogam/archivos/1437_es_Homofobia%20
en%20el%20Sistema%20Educativo%202005.pdf
60,7+ . 7 ³+RPRSKRELD $ WHQWDWLYH SHUVRQDOLW\ SURILOH´ Psychological
Reports, no. 29, p. 1091-1094.
627(/20-³Political tolerance among adolescents towards homosexuals in
6SDLQ´Journal of Homosexuality, no. 39, p. 195-205.
7(( 1 \ +(*$57< 3 ³3UHGLFWLQJ RSSRVLWLRQ WR WKH FLYLO ULJKWV RI WUDQV
SHUVRQV LQ WKH 8QLWHG .LQJGRP´ Journal of Community & Applied Social
Psychology, vol. 16, no. 1, p. 70±80.
VIÑUALES, O. 2002. Lesbofobia. Barcelona: Bellaterra.
WHITLEY, B.E. 2001. ³*HQGHU-UROH YDULDEOHV DQG DWWLWXGHV WRZDUGV KRPRVH[XDOLW\´
Sex Roles, vol. 45, no. 11/12, p. 691±721.
WINTER, S., ROGANDO-SASOT, A., y KING, M. E. 2007. ³7UDQVJHQGHUHG:RPHQRI
WKH3KLOLSSLQHV´International Journal of Transgenderism, vol. 10, no. 2, p. 79-90.
:,17(5 6 :(%67(5 % \ &+(81* 3.( ³Measuring Hong Kong
Undergraduate Students¶$WWLWXGHV7RZDUGV7UDQVSHRSOH´Sex Roles, vol.59 , no.
9/10, p. 670±683.
128
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
AS CONCEPÇOES DOS/AS PROFISSIONAIS DUMA CASA DE
ABRIGO DE SOLIDARIEDADE SOCIAL16
Dra. Maria Jose Magalhaes
FPCE; Universidade de Porto (Portugal)
E-mail: [email protected]
Dra. Yolanda Rodríguez Castro
FCE; Universidade de Vigo (España)
E-mail: [email protected]
Dª. Ana Isabel Forte
FCE; Universidade de Vigo (España)
E-mail: [email protected]
Resumo
O objetivo da presente pesquisa foi conhecer as visões de profissionais que trabalham
numa casa de abrigo gerida por uma instituição de filosofia humanista não feminista.
Para isso, realizamos entrevistas semi-estruturadas à directora da instituição, à
directora técnica e ao psicólogo, inquirindo acerca das suas perspectivas sobre casa
de abrigo, assim como mulher, violência, vítima e agressores. Esta análise mostrou
uma visão centrada na função materno-doméstica da mulher associada a uma
perspectiva de tolerância da violência doméstica e complementária aceitação, em
certos casos, do comportamento do agressor. Como em Portugal mais do 78% das
casas de abrigo tem esta perspectiva, este estudo revela a necessidade de conhecer
as suas conseqüências nas mulheres que procurem apoio.
Palavras-chave: Violência de gênero; casa de abrigo; profissionais; mulheres;
perspectiva feminista.
PROFESSIONALS' CONCEPTS OF A SHELTER FOR SOCIAL SOLIDARITY
Abstract
The purpose of the present study was to know the perspectives about women, violence,
offender and shelter, from the professionals working in a shelter for women victims of domestic
violence run by a humanistic and non-feminist philosophy. The research relies on semistructured interviews to the director of the Directive border, the coordinator of the shelter and
the psychologist. The analysis shows a vision of women subsumed in her maternal and
domestic functions as well as a perspective of tolerance to domestic violence complemented
with an acceptability in certain cases of the behavior of the offender. Concerning more then
78% of the shelters in Portugal are run by this kind of institutions, it is relevant to further
research about its consequences for women.
Keywords: Gender violence, shelter, professional perspectives, women, feminist perspective.
16
(VWH HVWXGR p SDUWH GR 3URMHFWR ³$PRU 0HGR H 3RGHU SHUFXUVRV GH YLGD SDUD D QmRviolência / Love, Fear and Power: Pathways to a Non-9LROHQW/LIH´3,+09*ILQDQFLDGRSHOD
Fundação Ciência e Tecnologia, do Ministério de Ciência e Tecnologia, em protocolo com a CIG ±
Comissão para a Cidadania e Igualdade de Género.
129
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
Esta pesquisa insere-se num projeto mais alargado, de conhecimento das
respostas sociais às mulheres vítimas de violência em Portugal, assentando numa
perspectiva feminista, sendo que este estudo pretende dar conta das concepções de
profissionais de casas de abrigo de instituições chamadas de Solidariedade Social.
As casas de abrigo são um serviço especializado que tem como objetivos: a)
acomodar temporariamente as mulheres e seus filhos menores, que são vítimas de
vítimas de violência física, psicológica e / ou abuso sexual, proporcionando um espaço
de segurança, tranqüilidade, a reflexão e o início da mudança; e, b) promover, durante
a permanência na casa de abrigo, aptidões pessoais, profissionais e sociais das
vítimas, susceptíveis de evitarem eventuais situações de exclusão social e tendo em
vista a sua efetiva reinserção social (Lei n.º 112/2009, de 16 de Setembro).
Assim, as casas de abrigo são unidades residenciais destinadas a acolhimento
temporário a vítimas, acompanhadas ou não de filhos/as menores. E o Estado
Português deve conceder apoio, com caráter de prioridade, às casas de abrigo de
mulheres vítimas de violência doméstica e assegurar o anonimato das mesmas. Antes
de chegar a uma casa de abrigo, as mulheres vítimas são encaminhadas de um centro
de atendimento, de um serviço de atendimento telefônico da linha verde ou de outras
entidades estipuladas na lei, onde deve ser feito, previamente, uma avaliação da
situação das mulheres e, em seguida, o relato sobre as características da casa de
abrigo e o seu funcionamento; finalmente, quando as mulheres têm que sair da casa
de abrigo, espera-se que já devem ser autônomas e independentes.
Existe agora uma rede de casas de abrigo em todo o Portugal, em particular,
VmR FDVDV GH DEULJR PDV FRP XP IXQFLRQDPHQWR ³UHDO´ 80$5 As
casas de abrigo podem funcionar em equipamentos pertencentes a entidades públicas
ou particulares sem fins lucrativos. Neste último caso, quando se trata de entidades
particulares sem fins lucrativos, o Estado deve apoiar a sua ação mediante a
celebração de acordos de cooperação. Segundo o estudo feito pela Comissão para a
Cidadania e Igualdade de Gênero (2008), as Instituições Particulares de Solidariedade
Social (IPSS) constituem as entidades gestoras de 78,3 % das casas de abrigo, sendo
17,4 % geridas por Organizações Não Governamentais e 4,3 % por Instituições
Equiparadas a IPSS.
De acordo com as leis que regem as casas de abrigo (Lei n.º 112/2009, de 16
de Setembro; Decreto Regulamentar nº 1/2006, de 25 de Janeiro), os requisitos de
acolhimento para este recurso são: as já mencionadas, isto é, a admissão das vítimas
nas casas de abrigo é por indicação da equipa técnica dos centros de atendimento ou
130
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
através dos/as técnicos/as do serviço de atendimento telefônico da linha verde, na
seqüência de pedido da vítima. Este acolhimento nas casas de abrigo é de curta
duração, pressupondo o retorno da vítima à vida na comunidade de origem, ou outra
por que tenha optado, em prazo não superior a seis meses. A título excepcional, a
vítima poderá permanecer mais tempo na casa de abrigo mediante o parecer
fundamentado da equipa técnica, acompanhado do relatório de avaliação da situação
da vítima.
A ausência de estudos sobre as concepções dos/as profissionais das
instituições constituiu-se como principal impulsionador deste estudo. Em Portugal,
existem somente dois estudos sobre casas de abrigo, numa perspectiva quantitativa.
O primeiro, levado pela equipa de investigação de Isabel Baptista (2007), avalia desde
uma perspectiva quantitativa as casas de abrigo, questionando-se utentes de cinco
destas casas. Este estudo faz referência à caracterização das utentes, ao número de
mulheres, às idades, ao período de permanência, como conhecerem a casa, e à
satisfação face à intervenção dos profissionais da casa de abrigo. O segundo estudo,
em resposta a uma encomenda governamental, consistiu na apreciação das condições
de funcionamento das casas de abrigo, recenseando um total de 27 equipamentos e
finalizando com um conjunto de recomendações (DESPACHO n.º 32648/2008, de 30
de Dezembro).
Descrição específica de uma casa de abrigo
Neste estudo, contamos com uma casa de abrigo que pertence a uma
instituição católica humanista, habitualmente designada como Instituição Particular de
Solidariedade Social (IPSS), situada numa zona urbana de Portugal.
A equipa Profissional é formada por uma diretora da instituição, uma diretora
técnica que é assistente social, um psicólogo e a equipa de ajudantes de lar
constituída por cinco pessoas. A casa tem uma capacidade máxima de 25 utentes,
incluindo mulheres com os seus filhos/as.
Metodologia
Este estudo recorre a uma metodologia qualitativa mediante entrevistas
individuais semi-estruturadas com a duração de 1 hora. Na entrevista dirigida ao
pessoal da casa de abrigo se questionava sobre: a filosofia da Instituição (a missão e
os princípios) incluindo as concepções sobre casa de abrigo, a vítima, a violência e o
agressor, assim como a visão que têm das mulheres.
131
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
A análise de conteúdo foi realizada com categorias que partem das expressões
dos próprios termos das pessoas entrevistadas, e, para isso, nos baseamos em quatro
regras básicas: 1) Exaustividade (BARDIN, 1986): categoriza-se todo o conteúdo das
entrevistas; 2) Exclusividade: centra-se a mesma idéia numa mesma categoria, sem
misturar; 3) Semi-indutivo: leva-se a cabo a pré-categorização segundo as frases ou
os próprios termos usados pelas pessoas; e 4) Pertinência da categoria. Para cumprir
a regra da objetividade, cruzamos a análise de conteúdo das entrevistas entre vários
membros da equipa de investigação.
Por motivos de segurança, confidencialidade e rigor científico, vamos preservar
a identidade da casa de abrigo, nomeadamente a sua localização. O seu código vai
ser CA5. Também para referenciar os/as entrevistados/as, usaremos o seguinte
código: d (para a diretora da instituição), dt (para a diretora técnica), e ps (para o
psicólogo).
Resultados
A análise dos resultados pode ser organizada em três categorias: a
conceptualização de casa de abrigo, as visões de mulher, e as visões de violência,
vitima e agressor, que têm os profissionais da equipa da casa de abrigo.
Conceptualização de Casa de Abrigo
Em relação à concepção da casa de abrigo, a diretora da CA5, assinala que a
casa de abrigo existe por necessidade:
Eu acho que isto não serve para o trabalho. Eu concordo, e há necessidade
GHVWHV VtWLRV SRUTXH Ki PXLWD YLROrQFLD GRPpVWLFD H DFKR TXH« D FDVD HVWi
sempre cheia, há necessidade para. (CA5-d: p.6)
Nesta preocupação de vincular a casa de abrigo a uma resposta a uma
necessidade das mulheres, esta diretora tem o cuidado de referir mais de uma vez,
que uma casa de abrigo não é un hotel de cinco estrelas (CA5-d: p.7).
Achavam que ± por exemplo ± estas senhoras deviam ir tudo para lá. Devia ir lá a
limpeza para limpar a casa, devia ir lá a roupa para a lavandaria, devia de ir o comer
todo feitinho para as senhoras e as senhoras estavam num hotel 5 estrelas. (CA5-d:
p.7)
É nestas pequenas coisas que temos que tornar a gestão e o trabalho desenvolvido na
casa o mais próximo da realidade, do que elas vão encontrar cá fora (CA5-d: p.8)
Apesar destes comentários, a diretora da CA5 não desenvolve muito qual é a
especificidade desta resposta social. Da sua parte, o psicólogo da instituição não
132
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
menciona nada sobre estes aspectos, ainda que afirme que acredite que em Portugal
existem demasiadas casas abrigo:
Casas abrigo sim. Eu acho que chegam e, se calhar, não sei se não sobram até. (CA5ps: p.20)
No entanto, a diretora técnica expressa que a missão da casa de abrigo é
garantir que as mulheres consigam a sua própria autonomia e independência, e, para
além disso, manifesta que, em todo o processo, é a mulher quem deve decidir, ainda
que às vezes não concordem com as suas decisões:
A principal missão é que as mulheres consigam a sua autonomia e tenham contacto
com um modelo que não passa pela violência, ou seja, que tenham uma alternativa que
não [passe] pela violência. Sim, basicamente é isso, tentar que elas se autonomizem,
tendo por base um modelo que é não violento, tendo em conta as expectativas e as
vontades delas, aquilo que definem para elas próprias, quer concordemos ou não.
(CA5-dt: p.1)
Nós valorizamos muito aquilo que elas querem e aquilo que elas pretendem, não a
idéia que nós temos do que elas devem querer ou do que elas devem ter. Podemos
dizer que não concordamos, obviamente, mas aceitamos sempre em último lugar a
vontade da mulher. (CA5-dt p.1)
Também a diretora técnica enfatiza que os princípios que regem a instituição
são o respeito, a confidencialidade e o sigilo:
O nosso princípio fundamental é o respeito por cada um. É a relação baseada no
respeito e na individualidade e na solidariedade, basicamente. (CA5-dt: p.2)
Então, a principal regra da casa é a confidencialidade e o sigilo. Depois, é o respeito,
respeito por elas, pelos filhos, pelas funcionárias, por nós, por todas. (CA5-dt: p.5)
Além disso, a diretora técnica afirma claramente que se quer incutir nas
mulheres, os valores próprios da instituição:
O que nós tentamos é incutir os nossos valores, nós trabalhamos com eles todos os
dias, na equipa não técnica e nas utentes. Porque achamos que se houver respeito e
solidariedade e confiança entre todos que o trabalho seja conseguido, e conseguimos
ter resultados positivos. (CA5-dt: p.2)
Concepções de Mulher
Encontramos nos discursos destes profissionais uma atribuição da importância
do papel da mãe nas suas utentes que eles articulam com as suas funções na casa de
abrigo. Assim, afirmam que uma das funções que desempenham é ajudar as mães
para que atendam os seus filhos e filhas:
133
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
Tentamos que as mães olhem para os filhos, perguntem como é que foi o dia, que os
ajudem nos trabalhos de casa, que vejam os recados que as professoras mandam, se
é que há recados. (CA5-ps :p.12)
Tentamos que seja ela a assumir esse papel, essa responsabilidade de educadora e de
mãe, porque, no fundo, neste momento, é a única figura parental que estes miúdos
têm. (...) Se ela se sente com alguma dificuldade, ela vem falar connosco e nós
apoiamos. (CA5-dt: p.4)
2 SVLFyORJR FKHJD DWp D H[SOLFLWDU TXH HVWD p D VXD ³JUDQGH OXWD´ TXH ³DV
PXOKHUHVDVVXPDPDILJXUDGHPmH´
E que muitas vezes está diminuída e está fragilizada, vem fragilizada de casa e tem
dificuldade de se impor. É a nossa grande luta, é que as mulheres não assumiam a
figura de mãe, quer na parte afectiva, quer na parte de construir regras e não
conseguiam transmitir isso aos filhos. (CA5-ps: p.4)
A preocupação de que as mulheres exerçam o seu papel de mãe
permanentemente parece levar a uma restrição das mulheres ao próprio contacto com
as outras:
E depois às oito é o jantar, à hora do jantar é quando elas falam mais um bocadito
umas com as outras, nós tentamos que a preferência seja dar atenção aos filhos mas
não, a principal preocupação é falarem umas com as outras. (CA5-dt: p.6)
Fica também implícito no discurso do psicólogo que a dor das mulheres é
menos importante que a das crianças e dos jovens:
(...) Custa-me muito, custa-me muito ver, percepcionar, o sofrimento que alguns
agregados familiares passam, durante anos, isso custa-me um bocado. (...) Mas custame bastante perceber que aquela pessoa, que aquelas crianças, que aqueles jovens
viveram naquele mundo, tantos anos, isso custa-me bastante. (CA5-ps: p.14)
Para além disto, o masculino predomina na linguagem destes profissionais,
sobretudo no psicólogo, onde mesmo sobre as utentes que são as mulheres vítimas
da violência, são referidas em masculino:
É feito, daquilo que observamos, das dificuldades que os utentes nos vão
apresentando (..). (CA5-ps:p.17)
Complementário a esta masculinização da linguagem encontramos o termo
³SHVVRD´ TXH VXUJH UHSHWLGDPHQWH QDV HQWUHYLVWDV HP VXEVWLWXLomR GR QRPHDU DV
mulheres:
Em primeiro lugar, e aquilo que nos interessa, são as pessoas que nós temos acolhidas
na casa. (CA5-ps: p.2-3).
(...) apresentamo-la às pessoas (...), (CA-dt: p.12).
(...) foram pessoas com um percurso de vida instável, (CA5-d: p.8).
134
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
Paralelamente, estes valores revelam-se nos critérios de contratação de
ajudantes de lar para a casa de abrigo. A diretora da instituição destaca que as
ajudantes de lar têm que ter um perfil específico, como ser mulher e cumprir algumas
FRQGLo}HVIDPLOLDUHVFRPRHVWDUFDVDGDHFRPXPSHUFXUVR³FDOPLQKR´
$V DMXGDQWHV GH ODU VmR PXOKHUHV 3HVVRDV TXH j SDUWLGD« Mi FDVDGDV FRP XPD
certa idade, com um percurso de vida mais aRPHQRV«TXHQyVYtDPRVTXHHUDPDLV
ao menos calminho. (CA5-d: p-3)
Rematando estas dimensões de análise sobre a concepção da mulher por
SDUWHGRVSURILVVLRQDLVGHVWDFDVDGHDEULJRDGLUHWRUDGDLQVWLWXLomR&$H[SOLFLWD³eu
não sou feminista´ (CA5-d: p.6), sendo isto coerente com facto de considerar, ainda
que de forma metafórica, que aqui para nós, a mulher é um bicho muito mau (CA5-d:
p.8).
Concepções de Violência, Vítima e Agressor
A concepção de agressor, vítima e violência enquadra-se na filosofia pessoal
de cada técnico/a, diretor/a, presidente/a, ou mesmo da própria instituição. Em
primeiro lugar, podemos realçar a percepção da directora desta instituição de que as
vítimas não são só de classe baixa:
As mulheres vítimas de violência doméstica não são só da classe baixa, há muitas
escondidas. (CA5-d: p.6)
Na seqüência da sua filosofia não feminista, atrás referida, a preocupação de
realçar que os homens também são vítimas da violência doméstica, é muito enfatizado
por ela:
Como também há homens, coitados, vítimas de violência doméstica. No nosso país,
não há nenhuma casa, mas, por exemplo, na Alemanha, existe, portanto, não são só
as mulheres que são as coitadinhas mas são também os homens, também há homens.
(CA5-d:p.6)
Esta entrevistada tem a idéia que ser vítima depende do caráter, da
personalidade e da vontade:
Agora, isso também depende muito do caráter, acho eu, da mulher. Porque vamos lá,
muitas vezes pode ser com a oportunidade e com a formação que as pessoas têm.
(CA5-d: p.6)
Outras existem que sofrem e são capazes de ultrapassar tudo e todos e têm vontade
própria. Depende muito da vontade e do que está dentro da cabeça. (CA5-d: p.10)
Na seqüência dum discurso de desculpabilização da violência, a diretora
considera que as mulheres são, de certa forma, responsáveis da situação em que
135
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
vivem, porque não são competentes em termos domésticos nem com os filhos/as, nem
com as tarefas:
Porque as coisas, às vezes, também não andam muito bem dentro dos meios
familiares, porque elas às vezes também não têm o mínimo de responsabilidade nem
com os filhos nem com as tarefas, vá lá, mínimas. (CA5-d: p.7)
Mais ainda, apesar de afirmar que a violência atravessa todas as classes
sociais, considera que são as razões econômicas, e, portanto, a dependência
financeira que têm em relação ao marido/companheiro que justificam a violência.
Muitas delas, por razões econômicas. (CA5-d: p.8)
Parte por aí. Penso eu. Portanto, casa onde não há pão, todos ralham e ninguém tem
razão. Eu acho que, na minha opinião, são famílias, umas numerosas, (...) e porque
necessitam do parceiro economicamente, e faz com que elas, como não têm trabalho,
não querem trabalhar, fiquem rendidas, ali, àquela vida, aparece qualquer coisa. (...)
essencialmente da parte econômica.(CA5-d: p.9)
A diretora da instituição CA5 concede muito relevo à estabilidade no percurso
de vida familiar, atribuindo à instabilidade e à falta de regras na família uma ou outra
causa de violência.
Por aquilo que me é dado a conhecer, eu acho que aquelas pessoas foram pessoas
com um percurso de vida instável. (CA5-d: p.8)
São famílias sem determinadas regras, acho eu. (CA5-d: p.9)
A diretora afirma que a violência começa por uma falta de respeito, eu acho
TXHKiPXLWDIRUPD«LVWRGHSHQGHGRDJUHVVRU (CA5-d: p.9). E faz uma ligação entre
agressor e pessoa mais ou menos equilibrada.
Se o agressor for uma pessoa desequilibrada, pode ter uma conotação [de
desiquilibrada]. (CA5-d: p.9)
Agora, por exemplo, pode ser uma pessoa até mais ao menos equilibrada, eu não
estou a dizer que isto será assim. Mas que chega a casa, tem a mulher em casa, tem
dois ou três filhos em casa, a mulher não faz nada, chega a casa tem tudo sujo, tudo
porco, tudo não sei quê, acho que o homem não deve ficar também satisfeito encontrar
isto, não é" 1mR TXHU GL]HU« R TXH RV PRWLYD D WHUHP QDGD« H HX VRX FRQWUD D
violência. É óbvio, não é verdade?. (CA5-d: p.9)
Também, aqui, na conceptualização do agressor, esta inquirida apresenta uma
certa desculpabilização, o que se relaciona com o que ela pensa sobre a
³LUUHVSRQVDELOLGDGH´GRPpVWLFDGHDOJXPDVYtWLPDV
O psicólogo da instituição não fala sobre a concepção de violência, ainda que
aborde os fatores que levam à violência, como a dependência e a personalidade das
pessoas:
136
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
É um conjunto de fatores que levam a isso [à violência], todos nós sabemos, as
dependências. Obviamente, que há um fator, que isso é intrínseco à pessoa, que é a
forma, a personalidade da própria pessoa. Todos nós sabemos que há pessoas mais
dependentes do que outras e esse facto, agregado depois a um conjunto de outros,
estar a agregar-se a uma pessoa que é extremamente controladora, que é exigente,
que é agressiva, que condiciona a vida, que é malabarista, inventa mil e um esquemas.
(CA5-ps: p. 14)
Discussão
Neste artigo centrado no ponto de vista dos profissionais de uma casa de
abrigo, de uma instituição IPSS, análise atrás apresentada, pode ser organizada em
três grandes categorias: a concepção da mulher, as noções de vítima, violência e
agressor, a conceptualização de casa de abrigo.
Concepção de Mulher
Comum aos diferentes técnicos profissionais da equipa está subjacente uma
concepção de mulher centrada nas suas funções de mãe, portanto olhando a mulher
sobretudo nas suas competências maternais e domésticas submersa na familia. Nas
entrevistas, perpassa uma grande vigilância (FOUCAULT, 1997) sobre o facto das
mulheres fazerem ou não as tarefas domésticas, prestarem ou não atenção as
crianças. Inversamente, não há por parte dos entrevistados/as, grande preocupação
de falar sobre as experiências profissionais das mulheres, dos seus interesses, da sua
participação fora do trabalho doméstico e maternal. Portanto, há um silêncio sobre a
participação das mulheres noutras dimensões da vida na esfera pública. Mais ainda,
este silenciamento é também sobre o seu sofrimento, já que é sempre referido o
VRIULPHQWRGRV³DJUHJDGRV´UHVVDOWDQGRRVRIULPHQWRGDVFULDQoDVVHPQRPHDURGDV
mulheres. Desta concepção sobressai a idéia geral que as mulheres são naturalmente
sofredoras (BOSCH, FERRER, e ALZAMORA, 2006).
Ligando esta concepção de mulher ao facto de que existe, neste tipo de
LQVWLWXLomRDILORVRILDGHFRQWUDWDUVySHVVRDVFRPXPSHUILOGH³HVWDELOLGDGHIDPLOLDU´
RXVHMDSHVVRDVFDVDGDVFRP´UHJUDV´GHFHUWDLGDGHFRPSHUFXUVRGH³FDOPLQKR´
que sirvam como modelos a imitar pelas utentes, podemos inferir que esta casa de
abrigo tem uma filosofia normativa sobre o que deve ser a mulher.
Acrescido a isto, podemos ainda assinalar o facto de não nomear a palavra
³PXOKHUHV´ VXEVWLtuída por vezes pelo termo de pessoa, sendo que, na maior parte
das vezes, a linguagem é no masculino.
137
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
Noções de vitima, violência e agressor
No que respeita às concepções de violência, não deixa de ser relevante a
necessidade de afirmar que também há homens vítimas de violência, como se fosse
muito grave que num contexto de casa de abrigo para mulheres, não se mencionasse
R ³VRIULPHQWR´ GRV KRPHQV jV PmRV GDV PXOKHUHV 0DLV DLQGD SHUSDVVD QD
perspectiva destes profissionais que, às vezes, o marido tem razões para estar
LQVDWLVIHLWR H GHVFRQWHQWH FRP D VXD PXOKHU HQFRQWUD WXGR ³VXMR´ TXDQGR FKHJD D
casa, e conseqüentemente, responde com violência. Por outro lado, se não tem
razões é porque é uma pessoa desequilibrada. Para além da tolerância para o
agreVVRU H[LVWH DLQGD R PLWR GH TXH D YLROrQFLD GHSHQGH GD ³SHUVRQDOLGDGH RX GR
FDUiWHU´ GD SUySULD YtWLPD &RHUHQWH FRP LVVR HVWi D LGpLD TXH VDLU GD VLWXDomR
YLROHQWDGHSHQGHGD³YRQWDGH´HGRTXHDYLWLPDWHP³GHQWURGDVXDFDEHoD´
Apesar de explicitarem que a violência doméstica atravessa todas as classes
sociais, o grosso do discurso assenta nas razões econômicas como causa deste tipo
de violência. Neste sentido, será a dependência financeira da mulher ou facto de ela
³QmRTXHUHUWUDEDOKDU´RTXHMXVtifica ela continuar na relação com o agressor. Parece
estar ausente da compreensão destes profissionais todo o processo da victimização, o
ciclo da violência, os laços afetivos que ligam a vitima ao agressor, entre outros.
Concepção de Casa de Abrigo
Na concepção de casa de abrigo, podemos assinalar uma contradição entre,
por um lado, a missão expressa pelos profissionais de que as mulheres consigam a
sua autonomia segundo o que definirem por elas próprias, e, por outro, o papel que os
profissionais se DWULEXHP D VL PHVPRV GH ³LQFXWLU´ RV YDORUHV GD LQVWLWXLomR jV
mulheres.
Mais ainda, assinale-se uma dicotomia encontrada no discurso dos
profissionais no que diz respeito ao que é uma casa de abrigo: este é um lugar
protegido e seguro por oposição à vidD UHDO ³Oi IRUD´ TXH LPSOLFLWDPHQWH p
caracterizada como uma vida de dureza. Coerente com esta concepção, estes
SURILVVLRQDLV WHP ³XPD JUDQGH SUHRFXSDomR´ HP TXH D FDVD GH DEULJR QmR VHMD XP
³KRWHOGHFLQFRHVWUHODV´SDUDTXHVHSDUHoDRPDLVSRVVtYHOFRP DYLGD³OiIRUD´3DUD
complementar esta concepção de que a casa de abrigo não corra o risco de ser
³GHPDVLDGRERD´SDUDDVXWHQWHVHVWiWDPEpPDFUtWLFDDRVDSRLRVHDRVVXEVtGLRVD
que as mulheres tem direito. Está questão é trazida pelo psicólogo a o falar da
subsidio-dependência das vítimas.
138
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
Como conclusão final, enfatizamos, em primeiro lugar, a importância deste
estudo sobre a filosofia das instituições de solidariedade social que gerem casas de
abrigo para mulheres vítimas de violência, dado que elas representam mais de 78%
das casas de abrigo em Portugal. Em segundo lugar, podemos afirmar que uma casa
de abrigo para mulheres vítimas de violência de gênero gerida por este tipo de
instituições com valores humanistas, mas não feministas, mostra um não
entendimento do fenômeno da violência doméstica nas relações de intimidade. Em
terceiro lugar, apresenta, em termos dos discursos dos profissionais, no que diz a
respeito às concepções de vítima, violência e agressor, uma perspectiva de
desculpabilização do agressor e de tolerância em relação à violência de gênero, pelo
que estas instituições correm um serio risco de utilizar o seu trabalho para revitimizar
as vítimas.
Finalmente, salvaguarda-se que este estudo se encontra ainda em fase
intermédia, assentando na análise dos discursos dos profissionais, sendo que as
práticas com as vítimas podem ser distintas das suas concepções.
Referencias Bibliográficas
BAPTISTA, Isabel. 5HIXJHV¶ (YDOXDWLRQ 0RGHOOLQJ 5(0 Relatorio nacional: FCT.
2007.
BARDÍN, Lauren. Análisis de Contenido. Madrid. Akal, 1986.
BOSCH, Esperanza, FERRER, Victoria & ALZAMORA, Ana. El laberinto patriarcal.
Reflexiones teórico-prácticas sobre la violencia contra las mujeres. Barcelona:
Anthropos, 2006.
DECRETO
REGULAMENTAr
nº
1/2006,
de
25
de
Janeiro.Organização,
funcionamento das casas de abrigo.
DESPACHO n.º 32648/2008, de 30 de Dezembro, Síntese do Relatório de Avaliação
das Condições de Funcionamento das Casas de Abrigo. Diário da República, 2.ª série,
n.º 251, 51216-51218.
FOUCAULT, Michel. Vigiar e Punir. Petrópolis, Vozes, 1997.
LEI n.º 112/2009, de 16 de Setembro. Regime jurídico de prevenção da violência
doméstica, protecção e assistência às suas vítimas.
R(%2//2 ,VDEHO H %5$92 &DUPHQ ³&DVDV GH DFRJLGD GHVGH OD H[SHULHQFLD D OD
UHIOH[LyQ´Cuadernos de Trabajo Social, v. 18, p. 317-332, 2005.
U.M.A.R. União de Mulheres Alternativa e Resposta. Disponível em: <http://
www.umarfeminismos.org>. Acesso em: 01 mai. 2010.
139
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
A RECONSTRUÇÃO IDENTITÁRIA DAS FIGURAS PARENTAIS
NO COMING OUT DOS FILHOS E FILHAS: sugestões para a
intervenção
Luísa Saavedra
Professora Auxiliar de Escola de Psicologia
Universidade do Minho, Portugal
e-mail: [email protected]
Andreia Ferreira
Mestre em Psicologia da Educação
Universidade do Minho, Portugal
Resumo
A revelação perante as figuras parentais de uma orientação sexual não normativa faz,
geralmente, emergir questionamentos sobre a identidade de cada um dos envolvidos
nesse processo de crise. Considerando que a aceitação desta orientação sexual por
parte das figuras parentais será de máxima importância para todos os envolvidos, o
principal objectivo deste artigo é compreender como pais e mães se constroem neste
processo e a que estratégias recorrem. Participaram neste estudo cinco mães e um
pai. A recolha de dados foi realizada através da entrevista semiestruturada e a Análise
Temática serviu de suporte ao estudo. Os resultados apontam para conflitos
emocionais intensos e estratégias que conduzem à aceitação por parte dos pais e
mãe, chamando a atenção para a importância de intervenções em contexto escolar, de
forma a preparar os pais e mães para uma possível orientação sexual não normativa
dos seus descendentes e diminuir preconceitos em toda a população escolar.
Palavras-Chave: ³6DtGDGRDUPiULR´SDLVHPmHVRULHQWDomo sexual, núcleo familiar,
LGBT.
3$5(176¶,'(17,7<5(&216758&7,21,17+(,56216$1'
'$8*+7(56¶&20,1*287JXLGHOLQHVIRULQWHUYHQWLRQ
Abstract
The coming out of a non-normative sexual orientation, before parents, generally, leads
to the questioning of the identity of each person engaged in this crisis process.
Whereas the acceptance of sexual orientation by the parental figures will be of utmost
importance for all the involved, the main goal of this paper is to understand how fathers
and mothers construct themselves in this process and to which resources they resort
on. Participants were five mothers and one father. Data collection was carried out with
semi-structured interviews and Thematic Analysis supported the data analysis. Results
suggest the existHQFHRILQWHQVHHPRWLRQDOFRQIOLFWVDQGVWUDWHJLHVWKDWOHDGWRSDUHQWV¶
acceptance. These findings call our attention to the importance of school interventions
in order to prepare parents for a possible non-normative sexual orientation of their
offspring and to reduce prejudice in the whole school population.
Key words: "coming out", parents, sexual orientation, family nucleus, LGBT
140
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
RECONSTRUCCIÓN DE IDENTIDAD DE PADRES E MADRES QUANDO
/26$6+,-26$6µ6$/(0'(/$50$5,2¶SURSXHVWDVGHLQWHUYHQFLyQ
Resumen
La revelación ante las figuras parentales de una orientación sexual no normativa, por
lo general, conduce al cuestionamiento la identidad de cada persona implicada en este
proceso de crisis. Considerando que la aceptación de la orientación sexual de las
figuras de los padres será de suma importancia para todos e todas los/las
involucrados, el objetivo principal de este artículo es entender cómo los padres y las
madres se construyen a sí mismos en este proceso y recursos usados. Participaron
del estudio cinco madres y un padre. La recolección de datos se realizó a través de
entrevistas semi-estructuradas y Análisis Temática ha servido para apoyar el análisis.
Los resultados sugieren la existencia de conflictos emocionales intensos y estrategias
que conducen a la aceptación de los padres. Estos resultados llaman la atención sobre
la importancia de las intervenciones escolares con el fin de preparar a los padres y las
madres para una posible orientación sexual no normativa de sus hijos y reducir el
prejuicio en toda la población escolar.
Palabras clave: "salir del armario", padres y madres, orientación sexual, núcleo
familiar, LGBT .
Introdução
As sociedades ocidentais actuais estão, ainda, ancoradas em padrões eminentemente
homofóbicos e heterossexistas encarando qualquer forma de diversidade sexual com
estranheza, preconceito e discriminação. No que respeita à homossexualidade, a
psicologia teve sérias responsabilidades na manutenção da segregação de minorias
sexuais tendo, até à década de 70 do século XX, mantido uma visão patológica e
estigmatizante para com as sexualidades não normativas (Carneiro, 2009; Frazão &
Rosário, 2008;). Mudanças significativas ocorrem quando, em 1973, a American
Psychiatric Asssociation e em 1975, a American Psychological Association, decidem
remover a homossexualidade do Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorder
(LaSala, 2000). A partir deste momento, a investigação ultrapassa a centralidade das
causas e patologia e muda o seu enfoque para as características psicossociais e
atitudes sociais da população LGBT (Lésbicas, Gays, Bissexuais e Transsexuais)
(Nogueira & Oliveira, 2010).
Em Portugal, vários foram os factores que afastaram o olhar activista e científico sobre
a homossexualidade. A ditadura que se prolongou até 1974 e as transformações
políticas ocorridas após o 25 de Abril são apontadas como as principais causas do
atraso da realidade portuguesa comparativamente a outros países ocidentais. Certo é
que só a partir de 1990, a comunidade LGBT ganha alguma visibilidade em Portugal,
na sequência de movimentos de luta contra o VIH/Sida e com o aparecimento de
141
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
movimentos associativos que vão ganhando consistência e respeitabilidade. Contudo,
a rede de apoios sociais para o próprio indivíduo e para a sua família nuclear é ainda
escasso, sendo de salientar no primeiro caso a Rede Ex-Aequo e no segundo a
Amplos ± Associação de Mães e Pais pela Liberdade de Orientação Sexual (Almeida,
2010).
Desde há muito que a revelação para os pais e mães de uma orientação LGBT é
considerado um processo complexo (Kurashige & Francisco dos Reis, 2010) que
acarreta consigo crises e conflitos emocionais (Ben-Ari, 1995). Contudo, só mais
recentemente se tem estudar, em profundidade, estas experiências parentais. Esta
linha de investigação mostra-se bastante pertinente, tendo em conta a escassez de
estudos direccionados para o núcleo familiar central do indivíduo LGBT. Assim, este
artigo começará por realçar os efeitos do apoio ou rejeição pelo núcleo familiar, e
apresentará alguns modelos explicativos acerca da nova reconfiguração familiar, bem
como dos processos de subjectivação com os quais estas figuras parentais se
defrontam. Antes de passar ao estudo propriamente dito, serão ainda elencadas
algumas estratégias e recursos que pais e mães utilizam para, a par com os seus
filhos e filhas, realizarem um ³FRPLQJ RXW´ positivo e saudável. Posteriormente à
apresentação
do
estudo
(metodologia
adoptada
nesta
análise
qualitativa,
participantes, procedimentos e resultados), os resultados serão discutidos à luz da sua
pertinência para a intervenção, tendo por referência o contexto escolar e educativo.
Efeitos das reacções parentais e processos de resignificação
Independentemente da sua orientação sexual, a família nuclear funciona como pilar
referencial para os jovens, que dela obtém grande parte da manutenção física e
emocional (Kurashige e Reis,
2010).
Esta apresenta,
portanto,
um
papel
preponderante, no ensino dos recursos e estratégias para lidar com o mundo,
funcionando como um factor protector que ajuda os jovens a lidar com os
comportamentos de risco (Frazão & Rosário, 2008).
A investigação tem sido escassa para responder às questões de como, quando e a
quem se deve fazer o coming out. De modo a garantir um determinado nível de
controlo no suporte recebido por amigos e familiares, muitos jovens optam por
permanecer discretos e selectivos sobre o quando e a quem revelar a sua orientação
sexual. A literatura sugere que, por norma, os jovens revelam primeiro a sua
identidade sexual aos pares e só depois aos progenitores e restantes familiares. Dos
142
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
progenitores a mãe é geralmente a primeira pessoa eleita (Rossi, 2010), sendo
WDPEpP HOD JHUDOPHQWH D ILJXUD PDLV WROHUDQWH '¶$XJHOOL 3RU RXWUR ODGR D
rejeição por parte da figura maternal parece ter efeitos mais negativos do ponto de
vista psicológico (baixa de auto-estima, depressão, etc), do que a rejeição por parte da
figura paternal (Oliveira, 2012).
Perante estes resultados, as precauções dos/das jovens antes de revelarem a sua
orientação sexual perante as figuras parentais, afiguram-se lógicas e razoáveis, dado
que uma má reacção por parte das referências parentais poderá ter efeitos
devastadores na sua subsistência económica e equilíbrio emocional. Consequências
ao nível da depressão e do consumo de substâncias, estão retratadas na literatura,
sendo estas particularmente acentuadas para as lésbicas e mulheres bissexuais
(Rothman, Sullivan, Keyes & Boehmer, 2012). As reacções dos pais/mães podem, por
sua vez, ir da extrema hostilidade à rejeição, expulsão de casa, abuso e violência
(Goldfried & Goldfried, 2001) ou a uma aceitação quase imediata. Os estudos indicam
também que a rejeição do coming out dos descendentes está intimamente relacionado
com rejeições parentais prévias e que portanto as figuras parentais mais aceitantes
serão aquelas cuja relação já era, anteriormente, pautada por afecto e aceitação
(Oliveira, 2012).
Veremos, então, seguidamente, o que a escassa literatura refere sobre o processo de
coming out dos progenitores de jovens LGB.
A partir do momento em que o filho ou a filha revela a sua orientação sexual as
reacções parentais podem persistir num curto espaço de tempo (semanas ou meses)
ou estender-se por período prolongado (vários anos). Mas de um modo geral, a
literatura sugere que à medida que o tempo passa as figuras parentais se tornam mais
tolerantes (Savin-Williams, 2006).
A grande maioria dos estudos, encaram o coming out dos filhos como um processo de
luto seguindo, de forma geral, as cinco fases do luto definidos por Kubler-Ross (1969):
choque, negação, tristeza, raiva e eventualmente aceitação. Na mesma linha de
pensamento Strommen (1989), sugere cinco estádios: a consciência subliminar
(suspeita de que existe algo de pouco usual no que se refere ao género ou à
orientação sexual), o impacto (momento em que se tem conhecimento da situação do
filho ou filha e que é geralmente acompanhado de uma crise que se pode traduzir por
choque, negação, culpa e raiva), o ajustamento (primeiras tentativas para lidar com a
crise e que podem passar por querer a mudança do/a filho/a, manter segredo e manter
a respeitabilidade da família a nível social) a resolução (começa-se a fazer o luto das
143
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
expectativas destruídas, como ter netos; este processo é acompanhado pela procura
de informação e mudança dos seus próprios estereótipos), e, finalmente a integração
(incorporação dos conhecimentos para a aceitação da figura filial tal como é).
Investigações mais recentes demonstram que estas reacções raramente permanecem
estáveis. Em termos de aceitação, os estudos indicam que cerca de dois terços das
figuras parentais (Rothman, Sullivan, Keyes & Boehmer, 2012), a metade dos pais e
mães (Ben-Ari, 1995; Savin-Williams, 2006), acaba por aceitar a orientação sexual dos
seus descendentes. Torna-se importante ressalvar que, apesar de poder existir um
padrão de resposta, cada figura parental experimenta reacções individualizadas,
diversificadas e complexas (Savin-Williams, 2006).
Outro tipo de trabalhos aponta, sobretudo, para a restruturação identitária dos pais, no
sentido de encontrarem novos significados para as suas relações com estes
descendentes, pois este período implica o confronto com os seus próprios sentimentos
de homofobia (Salzburg, 2007; 2009). Daí que, o coming out dos filhos e filhas
corresponda igualmente a um coming out das figuras parentais, que terão, também
eles, que assumir perante uma sociedade homofóbica e heterossexista a sua
descendência lésbica, gay ou bissexual (Boxer, Cook & Herdt, 1991). Este processo
implica, frequentemente, um reorganizar de expectativas que tinham para si e para os
seus filhos, tal como o casamento heterossexual e netos, por exemplo (Saltzburg,
2004). Significa, por outro lado, conceber a possibilidade do casamento homossexual
e a adopção (ainda não legalmente autorizada em Portugal).
Este tipo de investigação procura descrever as experiências das figuras parentais e
demonstra que estes têm uma tendência para se preocupar com as causas da
homossexualidade dos/as filhos/as (Bernstein,1990). Estas perspetivas chamam a
atenção para sentimentos e experiências parentais diversos, como o pânico,
sentimentos de tristeza e perda, medo pela segurança dos seus descendentes,
vergonha, introspecção e crescimento pessoal (Salzburg, 2009; Savin-Williams, 2006).
Por vezes, existe um afastamento emocional entre progenitores e descendentes,
originado pela dissonância (cognitiva e emocional) que as figuras parentais,
experienciam entre as mensagens homofóbicas que interiorizaram da sociedade e o
amor que sentem pelas/os filhas/os. Esta dissonância origina, assim, uma sensação
de exclusão por parte das figuras parentais: sentem-se retirados da participação na
vida dos seus descendentes, da exposição social e de actividades rotineiras que eram
usuais (Saltzburg, 2004).
144
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
As preocupações dentro do seio familiar são igualmente sublinhadas. Uma das mais
relatadas na literatura é: como será o futuro do filho, fazendo este parte de uma
minoria sexual? Herdt e Koff (2002), e Saltzburg (2004) referem os seguintes temores
de pais e mães: medo que as/os filhas/os os excluam da sua vida quando entrarem no
mundo gay; a rejeição a que possam ser sujeitos pela sociedade, nomeadamente,
pelos pares; que sejam vítimas de violência; que sejam excluídos da congregação
religiosa à qual pertencem; que sejam promíscuos e que não encontrem um parceiro
com quem possam estabelecer uma relação duradoura; e, finalmente que possam
mais facilmente contrair VIH/SIDA. As reacções mencionadas anteriormente, podem
ser exacerbadas dependendo do contexto cultural em que ocorrem.
Todavia, quando os pais e mães integram verdadeiramente a orientação sexual do seu
filho ou filha, podem adotar uma postura de afirmação da homossexualidade,
incorporando as experiências dos seus descendentes nas suas próprias vidas.
Algumas figuras parentais podem tornar-se activistas proactivos no combate ao
heterossexismo, influenciados pelos seus filhos e filhas (e.g., Broad, 2011; Johnson &
Brest, 2012). Outros, estando já comprometidos com as causas sociais, apenas
incorporam estas questões que estavam, possivelmente, em falta (Savin-Williams,
2006).
Um estudo realizado com mães acerca do processo de aceitação de suas filhas
lésbicas, apesar de não nos permitir retirar generalizações devido ao reduzido número
de casos, permite, no entanto deixar no ar algumas indicações sobre os factores que
ajudam a um desenrolar positivo do processo. Estas mães respeitavam a sexualidade
das suas filhas, não se preocupavam com os julgamentos de outras pessoas,
defendiam as suas filhas e a população LGBT e olhavam para a orientação sexual das
suas filhas como apenas uma parte delas (Wakeleya & Tuasona, 2011).
Tendo por base estas considerações da literatura e tendo em conta os poucos estudos
dedicados a este tema, o principal objectivo deste trabalho é compreender o
posicionamento da família nuclear no coming out e o funcionamento das relações
entre as díades familiares progenitores-GHVFHQGHQWHV GXUDQWH H DSyV D ³VDtGD GR
DUPiULR´3DUDLVVRIRUDPOHYDQWDGDVDVVHJXLQWHVTXHVW}HVGHLQYHVWLJDomRFRPR
enfrentam os pais e mães o coming out dos seus descendentes?; (2) que estratégias
XWLOL]DPRXXWLOL]DUDPSDUDJHULUDVXD³VDtGDGRDUPiULR´HRVXDSUySULD"H[LVWHP
mudanças nas estratégias e na aceitação dos pais e mães durante o processo de
coming out?.
145
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
Participantes, procedimentos e método de análise
Foram realizadas entrevistas a 5 mães e 1 pai (casado com uma das mães) cujos/as
filhos/as tinham ³VDtGR GR DUPiULR´ entre um período de 3 a 13 anos. As entrevistas
foram realizadas nas casas dos/das participantes, na região Norte (Porto, Braga e
Póvoa do Varzim) e Sul (Lisboa) do país. Os nomes aqui apresentados são nomes
fictícios de modo a preservar o anonimato das/dos entrevistadas/os. A idade da
amostra, no momento da entrevista, variava entre os 52 e os 70 anos (M=59.33;
DP=7.37). No que diz respeito ao Estado Civil, 5 das/os participantes são casadas/os
e 1 é divorciada. O quadro 1 particulariza alguns dados que consideramos relevantes,
tais como a idade das figuras parentais aquando do coming out dos descendentes, o
sexo e a idade actual do filho ou filha.
Quadro 1. Participantes
Pai
Idade no
Idade
Idade do
Sexo do
Mãe
Coming
actual
filho/a no
filho/a
Out
Estado Civil
Coming Out
Manuela
51
55
26
M
Casada
Marta
45
52
17
F
Casada
Celeste*
63
66
22
M
Casada
Rosa
57
70
19
M
Casada
Filomena
49
53
23
M
Divorciada
Jorge*
57
60
22
M
Casado
*Casal com o mesmo filho
Os dados foram obtidos através de entrevistas semiestruturadas, assentes num guião
que incluiu oito questões, que foram desenhadas tendo em conta o estado actual da
arte e os objectivos do presente estudo. Assim, as questões giraram em torno do
significativo e reacção inicial ao coming out dos filhos ou filhas; de que forma teve
conhecimento da orientação sexual; que mudanças ocorreram na forma como viu e vê
o/a filho/a actualmente; tipo de informação que tinha na altura e que procura realizou
entretanto; quem priorizou para partilhar a sua nova situação e que estratégias usaram
para lidar com essa situação.
A recolha das/os participantes realizou-se através do contacto com a AMPLOS que
forneceu o número de pais e mães associados para posterior contacto telefónico.
Apenas uma das participantes (Filomena) foi referida por intermédio de outra pessoa
146
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
que
gentilmente
cedeu
este
contacto.
As
entrevistas
foram
efectuadas
presencialmente e foram audiogravadas. Tiveram uma duração de cerca de 60
minutos cada. A análise dos dados recolhidos foi efectuada tendo subjacentes os
propósitos da Análise Temática (Braun & Clark, 2006). No método de transcrição
adoptado, os risos e outro tipo de emoções foram colocados entre parêntesis, assim
como, a ocultação de informação que pudesse identificar os participantes. Foi feita
uma primeira leitura flutuante, e nas restantes outras leituras, tendo subjacente a
revisão da literatura estudada, procurou identificar-se temas comuns presentes nas
várias entrevistas. Estes procedimentos ocorreram de forma repetida até os dados
serem agrupados por temas e subtemas relacionados entre si. Posteriormente,
chegou-se à conclusão que esta forma de apresentação em temas e subtemas não
permitia uma leitura clara sobre o processo de gestão desta nova figura filial, pelo que
se optou por estruturar os discursos em 3 fases do processo e dentro de cada uma
associar entre si os excertos, por um lado, com mais semelhanças de significados em
paralelo com os mais distintos, dando assim conta da diversidade de respostas em
cada uma das fases. Por fases, não entendemos aqui as fases do luto ou do processo
anteriormente referidas nesta introdução, mas sim períodos de tempo, entre o
momento da revelação, os primeiros tempos após a revelação e o momento em que a
gestão do processo se encontrou praticamente concluída. Dizemos praticamente, pois
consideramos que este é um processo nunca acabado, como nunca são acabadas e
estáveis as dinâmicas interpessoais.
Os resultados serão ilustrados através de extractos significativo de cada período e que
permitam tornar claro o suporte que deu origem às análises produzidas. Os excertos
de cada participante serão identificados através do nome que adoptamos para esta
apresentação.
Resultados: quem somos agora?
Após uma cuidadosa análise dos discursos produzidos e de entre as várias
possibilidades de organizações dos mesmos optou-se, como já dissemos, por uma
organização diacrónica dos discursos produzidos, a fim de evidenciar a variabilidade
de discursos dentro de cada momento. Os discursos serão então apresentados tendo
FRPR ILR FRQGXWRU WUrV PRPHQWRV TXH QRV SDUHFHUDP RV PDLV VLJQLILFDWLYRV L ³D
VDtGDGRDUPiULR´EDVHLD-se nas suspeitas anteriores ao coming out dos/das filhos/as,
DV UHDFo}HV QR PRPHQWR H TXHP WRPRX D LQLFLDWLYD GD UHYHODomR LL ³RV SHUtRGRV
LQLFLDLV´ GR TXDO FRQVWDP DV HPRo}HV GRV SULPHLURV WHPSRV H DV SUHRFXSDo}HV
147
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
associadas j UHYHODomR LLL ³HVWUDWpJLDV H DFWXDOLGDGH´ GmR FRQWD TXHU GR HVWDGR
actual da relação com o filho ou filha, bem como das emoções e acções que
permitiram chegar a este estado. Tentaremos em cada momento ir fazendo pontes
com a literatura existente e revelando consistências e desfasamentos com a mesma.
Na discussão e conclusões, além de se salientar os principais resultados deste
estudo serão adiantadas algumas implicações para a educação e para a
intervenção em contexto escolar.
Saída do armário
Assumir uma orientação sexual não normativa perante os progenitores e a sociedade
tem um poderoso impacto no núcleo familiar (Kurashige & Reis, 2010) pelo que esta
se processa, em geral, com cuidado por parte dos/das descendentes. Existe o receio
da rejeição parental, de ser obrigado a abandonar o lar e outras consequências que,
muitas vezes, se traduzem em comportamentos aditivo, depressão ou suicídio
(Rothman, Sullivan, Keyes & Boehmer, 2012). Apesar de termos conhecimento, à
partida, que todas as mães e pais que participariam neste estudo mantinham ligações
com os seus descendentes, era importante termos acesso ao modo como a revelação
se tinha processado.
Perante esta questão as respostas do/das participantes repartiram-se entre a surpresa
completa e a suspeita, mas encontramos também a crise pautada por dúvidas e
medos, bem como a aceitação quase imediata.
Consideramos que alguns dos e das jovens fizeram como que uma ³preparação do
WHUUHQR´ GH IRUPD D LUHP SURJUHVVLYDPHQWH LQWURGX]LQGR D TXHVWmR GD
homossexualidade no seio familiar, quer fornecendo informações sobre este tema,
TXHU GHL[DQGR ³SLVWDV´ DFHUFD GD VXD RULHQWDomR VH[XDO 3RU H[HPSOR D 0DQXHOD
UHIHUH TXH ³(OH IRL GHL[DQGR SLVWDV GHPDVLDGR HYLGHQWHV SDUD VHU HX D SHUJXQWDU´
Também a Marta destaca: ³$SHUFHEL-me era que ela estava apaixonada por uma
UDSDULJD´
Na verdade estes comentários e processos vão de encontro ao que Strommen (1989)
designou de consciência subliminar. Vemos, contudo, aqui, que esta consciência tanto
pode ser intencionalmente criada pelos descendentes, como pode resultar de uma
percepção mais apurada das figuras parentais.
De modo a facilitar a abordagem da orientação sexual muitos filhos/as, procuram
³HGXFDU´ RV VHXV SURJHQLWRUHV SDUD DV TXHVW}HV GH GLYHUVLGDGH VH[XDO FRPR
demonstraram os trabalhos de Ben-Ari (1995), Bernstein (1990) e Savin-Williams
148
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
(2006). Esta estratégia, não impede, contudo, que os/as progenitores/as não possam
ser igualmente apanhados desprevenidos, como refere Filomena:
Não estava mesmo à espera. Podia talvez ter desconfiado, por naquelas posições
que ele tomava em relação à homossexualidade nos debates que, às vezes, havia
DR MDQWDU 0DV WDPEpP QmR p SRU Dt« RV MRYHQV GH KRMH HP GLD WrP XPD
mentalidade muito mais aberta do que eu e a minha geração, no nosso tempo.
Estes discursos lançam luz também sobre uma espécie de culpa por não ter
compreendido as indicações do filho, acentuada, no caso seguinte, por uma estreita
ligação com a religião e sua baixa formação académica. O seu discurso indica, talvez
por tudo isso, falta de informação sobre a homossexualidade e, como ela própria
UHFRQKHFH³(VWDYDPXLWRHVFXUD´
>«@4XDQGRRPHXILOKRGHL[RXGHLUjPLVVDSURQWRHXDWpSRGLDSUHYHUTXDOTXHU
coisa, mas não nada me passava pela cabeça. Rezei tanto a nosso senhor para que
ele entretanto mudasse. Nosso Senhor não mudou é porque não quis que ele
mudasse. Eu pensei na altura que aquilo era uma doença e que tinha cura.
(Celeste).
Importa, por isso, denunciar o papel que a religião tem na ocultação desta
problePiWLFDUHFRUUHQGRDRGLVFXUVRGHVWDPmH³(KRXYHXPDDOWXUDTXHRSDGUH
IDORXH«-HVXV4XHELFKRGHVHWH-cabeças que ele fazia! E eu vi que realmente a
Igreja não aceita mesmo. Da maneira que o padre falou dava-me a entender que
eles eram porque queriamQmRp"´
Para outra das participantes a reacção inicial assumiu a forma de negação da
situação:
$PLQKDILOKDHUDQDDOWXUD>«@6HLOiPXLWRH[SHULPHQWDO(HXSHQVHLTXHSRGLD
ser uma fase. Uma coisa que se enquadrava. Ela não era propriamente uma
miúda convencional, ela própria. E portanto, pensei que era uma fase, ela própria
admitiu, portanto, isso também não me ajudou nada. Porque eu pensei que era
XPDIDVH«)RLPDLVHVWHWLSRGHDQJ~VWLDGHSHUFHEHUTXHQmRLDVHUIiFLOIDODU
sobre o assunto. (Marta).
Por outro lado, algumas entrevistas evidenciam o contacto directo com o momento
e como este pode ser emocionalmente muito forte e carregado de dúvidas, como
refere a Filomena:
E disse-PHHPOiJULPDV³0mHHXVRX KRPRVVH[XDO´(XILTXHLVXUSUHHQGLGa,
DFKR TXH ILTXHL VHP UHDFomR TXDQGR HOH PH GLVVH >«@ &KRUDPRV RV GRLV
$LQGD OKHSHUJXQWHL³)LOKRWHQVDFHUWH]DGRTXH HVWiVDGL]HU" (VWiVVHJXUR
GRTXHVHQWHV",VWRQmRpVyXPDIDVH"´(OHUHVSRQGHX-me que não. Eu ainda
149
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
cheguei a perguntar se queria algum acompanhamento, como por exemplo, ir
ao psicólogo e assim.
Também a Manuela, que tomou a iniciativa de esclarecer a orientação com o seu
filho, nos dá conta dos conflitos iniciais:
>«@ 2 PHX QmR OKH TXHUR FKDPDU GHVJRVWR SRUTXH QmR IRL GHVJRVWR´ e da
SUHRFXSDomR HP RFXOWDU GR ILOKR D VXD UHDFomR ³ +XP« (X FKRUHL 1mR IRL j
frente dele. Mas, chorei durante uma semana, não foi todos os dias, mas chorei.
Percebi ao fim de um certo tempo que estava a chorar não era por ele. Estava a
chorar por mim, SHORVPHXVVRQKRVTXHWLQKDLGHDOL]DGRSDUDRPHXILOKR´
Em oposição a estes discursos de angústia, desespero e perplexidade,
encontramos outros no polo oposto, que evidenciam uma imediata e total aceitação,
fruto de uma integração da orientação sexual dos seus filhos/as:
³'H UHVWR D PLP QmR PH ID] DIOLomR QHQKXPD QHP FRQWUDGLomR QHP FRLVD
nenhuma. Eu não criei nenhum obstáculo. A minha mulher é que cria. De resto,
não há discriminação é tanto filho ele, como o outro filho ou a irmã. São todos
tratados da mesma maneira, não há distinção nenhuma. É igual! E não acho isso
anormal. É uma coisa normal, é a orientação sexual dele, ponto final. Por mim
HVWiWXGREHP´-RUJH
De salientar que esta figura parental contraria o padrão apontado por Saltzburg
(2004) de que por norma, os pais têm mais dificuldade em aceitar orientações
sexuais não normativas, sobretudo quando a díade é do mesmo sexo. Importa
ainda referir que este pai é casado com a Celeste, mas que não frequenta a igreja
da mesma forma que a esposa.
A Rosa foi outra das participantes que revelou uma relação muito positiva com a
orientação sexual do seu filho e na qual fica patente a importância do seu contexto
sociopolítico, bem como o seu nível de informação sobre o tema:
Eu era dirigente sindical aFWLYLVWDGHHVTXHUGD>«@7LQKDH[SHULrQFLDSHVVRDOFRPR
SURIHVVRUDGHFDVRVDVVLPQDHVFROD>«@3URQWRTXDQGRR9PHS{VDTXHVWmR
GHOHHXHVWDYDSUHSDUDGtVVLPDQmRp"´(VWXGDURDVVXQWRVDEHUGRDVVXQWRWHU
alunos a quem apoiei, tudo isso já não era VXUSUHVD « 3RUWDQWR HX ILTXHL
VXUSUHVD PDV ROKHL DVVLP SDUD HOH H GLVVH ³Ï 9 SURQWR HQWmR TXDO p R
SUREOHPD"´(HOH³3RUPLPQHQKXPPmH´(HX³ÏILOKRSRUPLPWDPEpPQmR7X
FRQWLQXDVDVHURILOKRTXHHXDGRUR´3URQWRHDEUDoDPR-nos e foi bonito.
Não podemos deixar de confrontar este discurso com o anteriormente produzido
por Celeste e questionar até que ponto discursos tão antagónicos não se
encontram ligados a contextos socioculturais completamente distintos: uma mãe
extremamente ligada à religião e outra dirigente sindical de esquerda. Embora
150
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
saibamos que os contextos são determinantes não podemos também esquecer
que a relação prévia com as figuras parentais é também determinante (Oliveira,
2012).
Quanto ao modo como se processou a tomada de conhecimento os relatos
demonstram que o coming out dos filhos/as dos/as entrevistados/as ocorreu, na sua
maioria, de forma directa, ou seja, os descendentes tomaram a iniciativa de falar do
assunto abertamente, excepto no caso da Manuela e da Marta que foram às próprias a
questionar a orientação sexual dos seus descendentes:
³3RUTXH HOH VDELD TXH HX KDYLD GH FKHJDU D XPD DOWXUD TXH LD GL]HU ³1mR LVWR WHP GH VHU
HVFODUHFLGR -i PH HVWRX D LUULWDU´ >«@ $V SLVWDV IRUDP GH WDO PDQHLUD GDGDV TXH HX Mi Qão
DJXHQWDYD PDLV D PLQKD G~YLGD ( HX GLVVH ³6HQWD-te ai que eu te quero perguntar. E
SHUJXQWHL´0DQXHOD
Estes resultados parecem ir de encontro aos indicados na literatura de que a mãe é a
figura eleita, como já anteriormente referimos. Apenas, no caso do casal Celeste e
-RUJHD³VDtGD GR DUPiULR´ IRLIHLWDHP VLPXOWkQHR SDUDWRGRDIDPtOLDDODUJDGD ³(OH
contou à família toda, aproveitou uma ocasião em que estavam cá todos.
Inclusivamente eram os meus anos e ele aproveitou para contar praticamente a toda a
IDPtOLD´
Impacto inicial
A análise dos dados demonstra também que à medida que o tempo vai passando os
pais e mães vão integrando a orientação sexual dos filhos/as e adquirindo uma
postura mais aceitante (Savin-Williams, 2006). Contudo, nesta fase inicial são de
realçar fortes reacções emocionais (medo, negação, angustia).
No excerto seguinte damo-nos conta do processo de resignificação da orientação
sexual e da construção identitária em função da nova realidade:
>«@ 0XLWD SHQD GH PLP 1mR p pena, a gente por mais que não tenha
SUHFRQFHLWRV (X QmR VRX« (X QmR PH FRQVLGHUR XPD SHVVRD SUHFRQFHLWXRVD
+XP«1mRHVWDPRVIRUPDWDGRVYi'LJDPRVDVVLPSDUDLVWR,VWRpPXLWRPDLV
fácil nos outros do que em nós. (Manuela).
A questão de não estar formatado é portanto um exercício pessoal, que precisa
ser realizado, mesmo quando não existem preconceitos evidentes, e que pode ser
mais ou menos longo.
A Celeste, revela um processo em aberto, ao fim de 3 anos:
³(XIL]XPDGHSUHVVmRHDLQGDDQGRDWRPDUPHGLFDomR´H³1DVUHXQL}HVGD$03/26HX
sentia-me toda a tremer. Passávamos lá o dia e eu por dentro sentia-me toda a tremer. Eu
151
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
sentia-me mais oprimida, cá dento. Eu sentia-me muito nervosa. Fazia assim um esforço
para fazer uma cara alegre, mas dentro sentia-PHWmR«´
Apesar de ainda não ter conseguido integrar completamente esta situação na sua
identidade, tem conseguido com o tempo relacionar-se melhor com a situação: ³2V
pais do namorado dele no outro dia ligaram a dizer que queriam fazer um picnic connosco
e pronto qualquer dia vamos fazer. Que vamos fazer, não é? Vamos integrando as coisas.
7HPTXHVHU´
Por outro lado é impossível negar, por mais acolhedora que possa ser a reacção das
figuras parentais, que nos encontramos numa sociedade povoada de preconceitos e
que apesar de toda a abertura verificada nos últimos anos da sociedade portuguesa,
ainda é impossível não pensar nas consequências desses mesmos preconceitos sobre
as vidas dos nossos filhos e filhas.
Por outro lado, e para além da homofobia internalizada revelada por alguns destas
figuras parentais, é indiscutível que vivemos numa sociedade homofóbica e que o
receio de que os filhos possam vir a ser alvo de preconceito e discriminação é uma
realidade (Herdt & Koff, 2002; Saltzburg, 2004). São na verdade discursos que
implicam já uma aceitação e cujo amor se traduz no receio de maus-tratos verbais,
psicológicos ou físicos, como fica patente nos seguintes:
>«@(XWHQKRPXLWRPHGRTXHRPHXILOKRVHMDGLVFULPLQDGRSHODYLGDIRUD(DLQGD
é isso que me pesa. (lágrimas) (Celeste).
O que me assusta mais é mesmo o mercado de trabalho. Ele está a tirar Direito. É
um curso cheio de etiquetas e de aparências. Tenho muito medo que as pessoas
lhe causem muitos dissabores e ele sofra com isso (Filomena)
Por outro lado, alguns discursos também nos dão dimensão de que, para alguns e
algumas este processo poderá estar sempre inacabado permanecendo o conflito:
Agora percebo que não existiram grandes mudanças. O meu filho é o mesmo de
sempre! As nossas vidas continuaram a decorrer com normalidade. E o meu filho
está muito mais feliz. É claro que no início não era tudo um mar de rosas! No início
havia uma sensação de estranheza. É normal! Nem eu, nem o marido estávamos à
espera. E ainda nos estamos a estruturar a cada dia que passa (Filomena)
Perspectivas mais optimistas são, em contrapartida, reveladas pelo Jorge e pela
Rosa.
³3DUD R DQR QRV PHXV DQRV RX QRV GHOH R UDSD] Mi YHP Fi -i SDVVRX DOJXP
tempo. Eles já o conhecem, não tem nada que se admirar. Se houver quem não
esteja dentro do esquema, vou ter de lhes explicar antes, para eles não se
admirarem. É só isso, mais nada! (Jorge)
152
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
³1mRQmR3HORFRQWUiULRQmRDOWHURXQDGD1mRDOWHURXQDGDDEVROXWDPHQWHQDGD
FRQWLQXRXDVHURPHVPRILOKRVHPSUHRPHVPR´Rosa)
Estratégias para gerir o processo
Como foi anteriormente referido, o suporte social é um factor preponderante na
questão da aceitação parental. Relatos dos Estados Unidos da América dão-nos conta
da importância das organizações de apoio ao núcleo familiar (Broad, 2011; Johnson &
Brest, 2012). A organização Parents, Friends and Family of Lesbians and Gays
procura transformar a dor e os sentimentos de homofobia em amor, provendo o
activismo.
Muitos pais e mães recorrem a grupos de apoio parental (associações) e a ajuda
psicológica de modo a compreenderem melhor as experiências dos/as filhos/as e a
integrar uma nova orientação sexual no seio familiar. A partilha de experiências com
outros progenitores que se encontrem na mesma situação, ou com amigos e familiares
próximos é também uma das estratégias mais utilizadas (Saltzburg, 2004; 2009).
Algumas figuras parentais, podem mesmo tornar-se activistas proactivos no combate
ao heterossexismo (Broad, 2011; Savin Williams, 2006), como aconteceu com
algumas das nossas participantes. Como base nestes resultados somos levadas a crer
que a maior parte se encontram próximas da aceitação integral. Inspirando-nos no
trabalho de Wakeleya e Tuasona (2011), consideramos que isto acontece quando o
pai ou é mãe é capaz de viver sem angústia face à orientação sexual dos
descendentes, é capaz de aceitar o companheiro ou companheira e capaz de
publicamente assumir a defesa das pessoas LGBT.
Mas mesmo para as que não se envolveram tanto no processo, é notório os benefícios
que as reuniões e o apoio da Amplos tiveram para as/os participantes deste estudo. A
Celeste refere que ³DRORQJRGDVUHXQL}HVHVVHQHUYRVLVPRIRLPXGDQGR)DODYDFRP
RXWUDVSHVVRDVQDPHVPDVLWXDomRTXHHX´2XFRPRVDOLHQWDD0DQXHOD
³Não vim logo. Li umas coisas da AMPLOS e achei que ok, isto é capaz de me ir
ajudar a dar a volta que eu preciso dar. Mas, já tinha passado aí não sei, uns meses
valentes. E achei que ok, isto também não é um bicho-de-sete-cabeças e eu depois
acabo por dar eu própria, a volta que preciso de dar. Mas, ajudou-me a ver outras
SHVVRDVTXHMiWLQKDPGDGRRSDVVRPDLVjIUHQWHGRTXHRPHX´
No caso dos/das participantes entrevistados/as, todos/as excepto a Filomena,
recorreram ao associativismo aderindo à Amplos. A segunda estratégia mais utilizada
é o falar com alguém próximo, especialmente, familiares, como o marido ou mulher,
uma irmã, como aconteceu com a Filomena:
153
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
Não. Pessoas de fora, não falei com ninguém. Falei com os meus familiares mais
próximos que foram a madrinha e padrinho do A., as minhas irmãs os padrinhos
GDSDUWHGRPHXPDULGR>«@)LORPHQD
Sabendo que o dar conhecimento e familiares faz parte de uma integração completa,
fica-se na dúvida que qual será efectivamente a posição de algumas das entrevistadas
quando refHUHP³(XQmRJRVWRGHIDODUFRPSHVVRDVTXHQmRFRQKHFLDPD&SRUTXH
DFKHLTXHFRPDVSHVVRDVPDLVSUy[LPDVGHYLDVHUHODDIDODU´0DUWD
No entanto algumas combinam a família mais significativa com amigos/as próximas,
provavelmente as que se encontram numa fase completa do processo:
Uma das coisas que para mim era muito importante é o que eu chamo de o meu
núcleo duro, que são as pessoas que me são mais próximas. A minha irmã, mais
duas amigas minhas, uma delas é madrinha dele e digamos mais um amigo meu.
>«@ 1mR TXH IRVVH DOWHUDU DOJXPD FRLVD PDV HUDP DV SHVVRDV TXH VH QmR R
DFHLWDVVHPHXLULDILFDUPXLWRWULVWH>«@(HXDRIDODUFRPHOHVHUDWHUXPERFDGR
de força, do meu lado. Ok, se vocês estão do meu lado, eu estou pronta para
enfrentar o resto (Manuela).
Interessante, não deixa de ser o fato de Jorge, sendo caracterizado como um dos pais
mais aceitantes, parecer revelar a necessidade de que a homossexualidade do seu
filho não seja trazida a público, lutando eventualmente entre a sua própria homofobia e
DKRPRIRELDVRFLDO³(XVyDFKRTXHTXDQGRHVWmRHPFDIpVHDVVLPGHYHPVHUPDLV
discretos porque a sociedade não aceita verdadeiramente. Quando estão em casa
QLQJXpPWHPQDGDDYHULVVR´
As figuras que demonstram uma postura mais proactiva no combate ao
heterossexismo são a Marta, a Manuela e a Rosa, através da Amplos. Para algumas o
SUySULR DFWLYLVPR IXQFLRQD FRPR IHUUDPHQWD GH DMXGD SHVVRDO ³1DV DVVRFLDo}HV DR
ajudar os outros, eu estou-me a ajudar a mim. Para além do prazer que me possa dar
eX HVWDU D GHIHQGHU DOJR HP TXH HX DFUHGLWR´ 0DQXHOD 2X DLQGD FRPR WmR EHP
refere Rosa:
Mas, por outro lado também acho que isto enriqueceu-me, de tal maneira que
houve muita coisa. Porque acho que isto é uma coisa de uma grandeza tão
grande. Quando se consegue resolver um problema destes. Quando se consegue
pôr um filho, ou uma filha de bem com os pais, por este problema. Acho que isto é
uma dificuldade, por um lado, mas quando se consegue é de uma grandeza tão
JUDQGH>«@3RUWDQWRHVWDH[SHULrQFLDpIantástica, é de uma realização total
No quadro 2 procura-se sintetizar as principais estratégias parentais utilizadas para
ultrapassar o coming out dos descendentes:
154
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
Quadro 2. (VWUDWpJLDVXWLOL]DGDVSDUDXOWUDSDVVDUD³VDtGDGRDUPiULR´
Participantes
Usou
Qual ou quais
estratégias
Manuela
Sim
Pesquisa na internet e em livros; Membro da Amplos
Marta
Sim
Pesquisa na internet e em livros; Membro da Amplos
Celeste*
Sim
Entrada na Amplos; falar com familiares próximos (primo
enfermeiro)
Rosa
Sim
Pesquisa em livros; Membro da Amplos
Filomena
Sim
Pesquisa em livros; falar com familiares próximos (irmã
enfermeira)
Jorge*
Sim
Entrada na Amplos; Não falou com ninguém a não ser com
a mulher
*Casal
Conclusões e sugestões para a intervenção
O presente estudo teve como principal objectivo analisar os significados atribuídos
SHODVILJXUDVSDUHQWDLVj³VDtGDGRDUPiULR´GRVVHXVILOKRVHILOKDVHFRPSUHHQGHUTXH
estratégias e recursos facilitam a aceitação e adaptação à orientação sexual do/a
filho/a. Os resultados da análise permitem compreender que os processos de
integração fazem emergir dinâmicas identitárias, quer dos próprios pais e mães, quer
dos próprios filhos e filhas. É uma nova imagem de um filho ou uma filha com a qual
se vêm confrontados, são expectativas deitadas por terra e a gestão das suas próprias
homofobias e heterossexismos relativamente a uma figura de amor.
Os resultados indicam ainda que entre a percepção de aceitação que têm sobre si
SUySULRV H D ³UHDO´ DFHLWDomR H[LVWH XPD GLVWkQFLD YDULivel temperada por receios,
vergonhas sociais e receios de que as suas figuras de afecto possam ser alvo de
discriminação.
De salientar, que este trabalho foi realizado unicamente com uma amostra de pais e
mães que, independentemente do seu grau de aceitação, não tiveram nenhuma
155
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
atitude mais violenta ou abusiva com os seus filhos e filhas e que partiram, desde logo,
de uma posição em que os afectos se sobrepuseram aos preconceitos e
discriminação.
Este trabalho apesar de ter sido realizado com um reduzido número de entrevistas
permitiu-nos alcançar, ainda assim, a saturação teórica, tendo em conta a grande
variabilidade de respostas encontradas.
Mais, acima de tudo, este estudo permite deixar bem clara a importância da
informação e o papel que a mesma exerce na capacidade de compreensão e
aceitação da orientação sexual dos seus descendentes, como fica patente no cado de
Rosa. Como a informação adequada possibilita desconstruir preconceitos permitindo
que o processo de reconfiguração identitário e familiar ocorra de forma mais rápida e
sem grandes conflitos internos.
Assim, consideramos que as escolas têm um papel primordial a este nível e sem
desmerecer o trabalho que tem sido feito pelas associações que se dedicam a esta
temática. A necessidade de alargar este tema a todo o ensino básico e secundário em
todo o território nacional, implica a necessidade de que as acções se traduzam em
medidas enquadradas numa vontade e política educativa. Cada pai e mãe deveria
estar preparado/a para aceitar a eventualidade de ter um filho ou filha LGBT, evitando
que este processo possa vir a ser tão doloroso, para ambas as partes, como nos é
dado a ver ao longo deste trabalho. Assim, tal como foi implementada uma política de
educação sexual, também esta temática deveria ser incluída nas escolas públicas de
modo a que os pais e mães estivessem não só preparados para gerir a sua aceitação
como pudessem ter estratégias eficazes para ajudar os seus filhos e filhas a melhor se
puderem confrontar com uma sociedade onde a homofobia e heterossexismo ainda
impera (Salzburg, 2009). A passagem de filmes e debates promovidos pela escola
VHULDXPDGDVIRUPDVPDLVIiFHLVH³QDWXUDLV´GHID]HUFKHJDUHVWDWHPiWLFDDWRGRVH
todas. A nível cinematográfico e opção é variada e de qualidade, abarcando diversas
idades e temáticas. A nível de debates existem já um número considerável de
profissionais preparados para o tema. Profissionais de psicologia em conjunto com
professores/as poderiam, ainda, levar o debate para dentro da sala de aula permitindo
aos alunos e às alunas falar abertamente sobre o tema permitindo, dessa forma,
desconstruir preconceitos e obter informação adequada. Sabemos que os estudantes
LGBT são geralmente alvo de bullying homofóbico e assédio na escola e que esta não
tem sabido proteger estes jovens. Frequentemente, os professores e professoras
ignoram, ou porque não sabem como actuar, ou porque naturalizam a violência,
156
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
nomeadamente estes actos de bullying e assédio. Contudo, a escola tem por
obrigação respeitar a diversidade, seja ela de que tipo for, e ensinar os jovens a
tolerância, o respeito e a cidadania (Hunter, 2009; Kurashige & Reis, 2010).
Permitir, ainda, que os professores e professoras tomem consciência da forma
heterossexistas como frequentemente abordam as questões amorosas com os seus
alunos e alunas, pressupondo que são sempre heterossexuais, promovendo também
neles e nelas uma formação para a diversidade e para uma linguagem inclusiva. Seria,
fundamental incluir a temática LGBT no curriculum, não de forma aditiva, mas
integrada no curriculum usando textos e fotos que pudessem ir naturalizando este
tema perante os/as jovens (Hunter, 2009).
Por outro lado, afigura-se essencial que os/as profissionais de psicologia que se
encontram nas escolas ou outros profissionais das ciências sociais tenham formação
na temática LGBT e aprendam como abordar este tema a nível familiar prestando o
apoio que se veja necessário.
Em termos gerais importa fomentar a divulgação de discursos não-heterossexistas e
promover uma cultura de tolerância e respeito. A escola, parece-nos ser um local
privilegiado para estruturar intervenções, sem que isso signifique anule a importância
de outras campanhas de intervenções a outros níveis e de estratégias conjugadas
com a Rede Ex-Aequo e Amplos. Desta forma, a escola estará, finalmente, a dar um
contributo para fomentar uma comunicação aberta nas famílias e no ambiente
educativo não só sobre a temática da sexualidade e da orientação sexual, como em
geral.
Referências
$/0(,'$ 0LJXHO 9DOH ³2 FRQWH[WR /*%7 HP 3RUWXJDO´ (P 1RJXHLUD & Oliveira, J. M. (Eds). Um olhar da psicologia feminista crítica sobre os direitos
humanos de pessoas LGBT. Lisboa: Comissão para a Cidadania e a Igualdade
de Género. pp. 55-70.
AMERICAN PSYCHOLOGICAL ASSOCIATION. 2008. Answers to your questions: For
a better understanding of sexual orientation and homosexuality. Washington, DC:
APA.
BEN-$5,$GLWDO7³7KHGLVFRYHU\WKDWDQRIIVSULQJLVJD\3DUHQWV
JD\PHQ
V
DQGOHVELDQV
SHUVSHFWLYHV´-RXUQDORI+omosexuality. Vol. 30, no 1, p. 89-112.
157
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
%(5167(,1%DUEDUD³$WWLWXGHVDQGLVVXHVRISDUHQWVRIJD\PHQDQGOHVELDQV
DQGLPSOLFDWLRQVIRUWKHUDS\´-RXUQDORI*D\/HVELDQ3V\FKRWKHUDS\9ROQR
3, p. 37-53.
BOXER, Andrew M., COOK, Judith A., & +(5'7 *LOEHUW ³'RXEOH MHRSDUG\
Identity transitions and parent-FKLOGUHODWLRQVDPRQJJD\DQGOHVELDQ\RXWK´(P
Pillemer, K. A. & McCartney, K. (eds.), Parent-child relations throughout life.
Hillsdale, NJ: Lawrence Erlbaum. pp. 59-92.
BRAUN, VirJLQLD &/$5. 9LFWRULD ³8VLQJ WKHPDWLF DQDO\VLV LQ SV\FKRORJ\´
Qualitative Research in Psychology. Vol. 3, p. 77- 101.
%52$'.DWKHULQ/³&RPLQJRXWIRU3DUHQWV)DPLOLHVDQG)ULHQGVRI/HVELDQV
and Gays: From support group grieving to loYH DGYRFDF\´ Sexualities. Vol. 14,
no 4, pp. 399-415.
CARNEIRO, Nuno. 2009. Homossexualidades: Uma Psicologia Entre Ser, Pertencer e
Participar. Porto: Livpsic.
'¶$8*(//, $QWKRQ\ 5 ³'HYHORSPHQWDO DQG &RQWH[WXDO )DFWRUV DQG 0HQWDO
Health Among LeVELDQ *D\ DQG %LVH[XDO <RXWKV´ (P 2PRWR $ 0 Kurtzman, H. S. (eds.). Sexual orientation and mental health: Examining identity
and development in lesbian, gay, and bisexual people. Contemporary
perspectives on lesbian, gay, and bisexual psychology. Washington, DC, US:
APA. pp. 37-53.
)5$=­2 3HGUR 526È5,2 5HQDWD ³2 FRPLQJ RXW GH JD\V H OpVELFDV H DV
UHODo}HVIDPLOLDUHV´Análise Psicológica. Vol. 26, no 1, p. 25-45.
*2/')5,(' 0DUYLQ *2/')5,(' $QLWD 3 ³7KH LPSRUWDQFH RI SDUHQWDO
VXSSRUWLQWKHOLYHVRIJD\OHVELDQDQGELVH[XDOLQGLYLGXDOV´-RXUQDORI&OLQLFDO
Psychology. Vol. 57, p. 681-693.
HERDT, Gilbert., & KOFT, Bruce. 2002. Tenho uma coisa para vos dizer: O percurso
de uma família com um filho homossexual. Porto: Âmbar.
HUNTER, Ski. 2009. Coming Out and Disclosures: LGBT Persons Across the Life
Span. New York: Haworth Press.
-2+1621 - / %(67 $P\ / ³5DGLFDO 1RUPDOV 7KH 0RUDO &DUHHU RI
6WUDLJKW 3DUHQWV DV 3XEOLF $GYRFDWHV IRU 7KHLU *D\ &KLOGUHQ´ 6\PEROLF
Interaction. Vol. 35, no 3, p. 321±339.
KÜBLER-ROSS, Elisabeth. 1969. On death and dying. New York: Macmillan.
158
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
KURASHIGE, Keith & REIS, Aparecido Francisco. ³2SURFHVVRGHDILUPDomRGD
RULHQWDomRVH[XDOHVXDVLPSOLFDo}HVQDYLGDIDPLOLDU´Interfaces da Educação.
Vol. 1, no 3, p. 93-102.
/$6$/$0LFKDHO&³/HVELDQ*D\0HQDQG7KHLU3DUHQWV)DPLO\7KHUDS\IRU
WKH&RPLQJ2XW&ULVLV´Family Process. Vol. 39, p. 67-81.
12*8(,5$ &RQFHLomR 2/,9(,5$ -RmR 0DQXHO ³(VWXGR VREUH D
discriminDomRHPIXQomRGDRULHQWDomRVH[XDOHGDLGHQWLGDGHGHJpQHUR´Em:
Nogueira, C. & Oliveira, J. M. (Eds). Um olhar da psicologia feminista crítica
sobre os direitos humanos de pessoas LGBT. Lisboa: Comissão para a
Cidadania e a Igualdade de Género. (pp. 9-17).
OLIVEIRA, Carlos André. 2012. Amor Parental (In)Condicional: Estudo sobre a
Influência da Perceção da Aceitação/Rejeição Parental em Homossexuais,
Lésbicas e Bissexuais. Dissertação de Mestrado em Psicologia Clínica e da
Saúde. Maia: ISMAE.
ROSSI, NicROH(³&RPLQJ2XW6WRULHVRI*D\DQG/HVELDQ<RXQJ$GXOWV´
Journal of Homosexuality, Vol 57, no 9, pp. 1174-1191
6$/7=%85*6XVDQ³/HDUQLQJWKDWDQDGROHVFHQWFKLOGLVJD\RUOHVELDQ7KH
SDUHQWH[SHULHQFH´6RFLDO:RUN9ROS-118.
6$/7=%85* 6XVDQ ³3DUHQWV
([SHULHQFH RI )HHOLQJ 6RFLDOO\ 6XSSRUWHG DV
$GROHVFHQWV &RPH 2XW DV /HVELDQ DQG *D\ $ 3KHQRPHQRORJLFDO 6WXG\´
Journal of Family Social Work. Vo. 12, no 4, p. 340-358.
SAVIN-:,//,$06 5LWFK & ³7KH GLVFORVXUH WRIamilies of same-sex attractions
E\/HVELDQ*D\DQG%LVH[XDO\RXWKV´-RXUQDORIUHVHDUFKRQ$GROHVFHQFH9RO
8, no 1, p. 49-68.
SAVIN-WILLIAMS, Ritch C. 2006. Mom, Dad. I`m Gay: How families negotiate coming
out. Washington, DC: American Psychological Association.
675200(1(ULN³µ<RX
UHDZKDW"¶)DPLO\PHPEHUUHDFWLRQVWRWKHGLVFORVXUH
RIKRPRVH[XDOLW\´-RXUQDORI+RPRVH[XDOLW\9ROS-55.
:$.(/(<$ 0HJDQ ' 78$621$ 0DULD 7HUHVD ³7DVNV LQ $FFHSWDQFH
Mothers of Lesbian DaughteUV´ -RXUQDO RI *D\ /HVELDQ 6RFLDO 6HUYLFHV 9RO
23, no 1, p. 1-29.
WEINBERG, Martin S. & Colin S. WILLIAMS (1974). Male Homosexuals: Their
Problems and Adaptations. New York: Oxford University Press.
159
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
Reseñas de Libros | Recensões de Livros | Book Reviews
Lameiras, María, Carrera, Mª Victoria y Rodríguez, Yolanda (2013). El clítoris y
sus secretos. Ourense, Difusora, 80 págs.
³(OFOtWRULV\VXVVHFUHWRV´
Manuel Méndez
Psicólogo y Maestro en Medicina Social
Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco.
Doctorando en Ciencias en
Investigaciones Educativas del DIE-CINVESTAV, México
E-mail. [email protected]
/D JXtD GLGiFWLFD ³El clítoris y sus secretos´ GH ODV DXWRUDV 0DUtD /DPHLUDV
Fernández, María Victoria Carrera Fernández y Yolanda Rodríguez Castro, e ilustrado
por
Manuela
Elísabeth
Rodríguez
González
(2013)
editada
por
Difusora
(http://www.difusora.org) ha sido galardonada con el I Premio de creación de
materiales y recursos docentes con perspectiva de género de la Universidad de Vigo
160
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
³$QWRQLD )HUUtQ 0RUHLUDV´ (VWH WUDEDMRVHSURSRQH FRPR REMHWLYRFHQWUDO FRQWULEXLU DO
conocimiento de la sexualidad de las mujeres; algo que ciertamente no es una tarea
fácil. Se denuncia la apuesta por invisibilizar, tachar y anular el goce femenino, lo que
al mismo tiempo da cuenta que nos situamos frente al acto de un duelo sexual. La
misma interacción social se ha constituido como una competencia de los sexos en la
que históricamente el sujeto PDVFXOLQRQRVyORKD³WRPDGR´ODSDODEUDHQVXFRQMXQWR
sino que este poseer se ha acompañado de un desarme corporal del sujeto femenino.
Al poseer la palabra, el varón toma también posesión del acto, de la gratificación que
causa la supuesta liberación de su deseo por consolidar una supremacía que no es
más que el reflejo de la ansiedad que le causa imaginarse permanentemente
vulnerable.
No obstante, más que hablar en términos de tensión y represión, tendríamos que
hacer énfasis en la intención de la posesión: Si lo que el sujeto obtiene en última
instancia es una sensación de placer, es que el medio para allegárselo ha sido la
posesión del cuerpo del otro. No cualquier cuerpo, sino la posesión de un otro cuerpo
que parece negado, o la posesión de un otro cuerpo que parece prohibido para
consigo mismo. Particularmente, hablaríamos de la posesión y de la invasión de zonas
o fragmentos corporales que se piensan potencialmente peligrosos para la estabilidad
de ciertas normatividades. Pero la posesión del otro cuerpo ±de unos otros fragmentos
corporales- no es una posesión obtenida por consenso.
En efecto, eO RWUR QR QHFHVDULDPHQWH VH ³GHMD RFXSDU´ GH PDQHUD YROXQWDULD (Q
contraparte, la falta de consenso permite ubicar que el que termina por imponerse no
es sino aquel que logra ocupar, quien logra acceder, quien logra violar al otro. En este
caso, la agresión al cuerpo femenino se expresa en la negación, la invisibilización, la
ablación y la mutilación del clítoris que a su vez se sustenta en la naturalización de la
dominación por género. Ya sea por la tan recurrida explicación biologicista que procura
asentar nuestros destinos corporales sobre la base de la reproducción obligatoria; ya
sea también por la manera en que se domestican nuestros cuerpos vía una
racionalidad científica que se presume objetiva y neutral, como la práctica médica de
la clitoridectomía, que exalta la idealización del pene como el eje cognitivo que
continua regulando nuestras fantasías genitales más estrechas.
¿Qué es entonces en concreto lo que causa el placer por ocupar un cuerpo o una
específica zona corporal? Podríamos decir que es la victoria, pero ello realmente no
explica casi nada, porque el hecho de que se someta al otro tendría que otorgarle algo
161
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
al ganador del duelo. Por consiguiente, podríamos decir que lo que se obtiene es la
afirmación de la virilidad, o más bien la ensoñación mediante la que ésta parece
hacerse presente. En todo caso, lo que en realidad se pone en juego en el acto del
GXHORVH[XDOHVODSUHWHQVLyQSRUOD³YHUGDGGHOVH[R´HQWHQGLHQGRSRUVXSXHVWRTXH
FRPRGLUtDHOPLVPR)RXFDXOW³HOPHQRUIUDJPHQWRGHYHUGDGHVWiVXMHWRDFRQGLFLyQ
SROtWLFD´\DGHPiVTXH2FFLGHQWHKDFRQVWLWXLGRDOVH[RFRPRXQD³JDUDQWtD´SDUDGDU
FXHQWDGHOD³HVHQFLDGHOVHU´
La lucha por hacerse del cuerpo femenino nos deja ver la ansiedad, la preocupación,
incluso la obsesión que tenemos por hacer hablar y ocupar el sexo, no sólo de una
forma que se suponga correcta, sino de una forma mediante la que el conquistador
sexual se pretenda vencedor porque considera que hay algo ahí en el sexo ±en el
duelo sexual- que le permitirá consolidarse como un sujeto digno de ser reconocido y
permanentemente celebrado. Porque el vencedor sexual, en tanto ha logrado
conquistar ±acaso por un momento simbólico, quizá imaginario- un cierto orden de lo
sexual, puede acceder a ciertas posiciones de prestigio, a ciertos ejercicios de poder,
a ciertos lugares de honor y reconocimiento.
Entonces, si la competencia que alude a la conquista simbólica y real de lo sexual ha
SHUPLWLGR QR VyOR GHVFXEULU VLQR ³DGXHxDUVH´ GH OD verdad del sexo por medio de la
posesión del cuerpo femenino; así también ello habría ido acompañado de un
sentimiento de superioridad ±que nunca fundado en lo orgánico, sino en el orden de lo
cultural- que directamente iría asociado con lo que se piensa acerca de la
masculinidad. Y aún más, si un masculino se apropia de lo femenino y de un otro que
suponga también masculino mediante la ilusión del reconocimiento, lo que se refuerza
aún más es la idea de virilidad. Hombre/sobre/hombre.
Hablar del acto del duelo sexual es hablar de un espacio de discusión que privilegia el
análisis del régimen de la sexualidad y el género en la medida en que estos puntos se
entrelazan para producir, a modo de una expresión que se sospecha intrínseca a la
identidad imaginaria del sujeto, un combate que alude todo el tiempo a la exaltación de
la virilidad y a la vejación de lo femenino. Sin embargo, precisamente una de las
contribuciones fundamentales de esta guía didáctica es hacernos reflexionar que la
interacción social no tendría porque fundamentarse en un inconmensurable duelo
sexual. Que la educación sexual implicaría reconocer el potencial goce de nuestros
cuerpos mediante un ejercicio transgresor, reflexivo, libre. Así, se visibiliza el clítoris,
sus secretos y la necesidad de denunciar la criminalización del cuerpo de las mujeres
162
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
en una posibilidad por situar en primer plano caricias, roces, sensaciones, discursos y
prácticas sexuales diversas.
Lo que deseo destacar para finalizar es que habría que reconocer que todos estamos
insertos en juegos de verdad puesto que las formas históricas mediante las que se
producen los discursos verdaderos también nos han condicionado y dirigen y orientan
nuestras prácticas, por más académicas y científicas que estas se presuman. En
realidad, esta guía también apuesta por una verdad o por un cúmulo de verdades,
pero hay, de hecho, una diferencia sustancial entre querer imponer una verdad y
desear cuestionarla desde una óptica genealógica que permita deshacer discursos
fundamentalistas y esencialistas; es decir, la forma de producir discursos verdaderos
desde una perspectiva crítica se asienta en la posibilidad que tenemos por cuestionar
nuestros modos más estables de conocimiento; deshacer nuestras certezas,
cuestionar nuestros pasos más firmes.
Lo que propone esta guía es una ética de la verdad que oriente nuestras prácticas y
nuestras formas de vivir y expresar nuestras sexualidades de maneras que no se
asienten en el miedo, en el terror o en la angustia, sino en el conocimiento reflexivo y
crítico y en la posibilidad de seguir erigiéndonos como agentes de placer. Habría que
celebrar a nuestras autoras y a su apuesta por indagar y cuestionar acerca de cómo
se producen nuestros cuerpos sexuados y las posibilidades que tenemos por
reconfigurarnos y por expresarnos de otras formas que no sean objeto de humillación,
de violencia o de vergüenza. Y sí, en efecto, como lo solicitan nuestras autoras, el
clítoris revelado cuenta con nuestro apoyo para recolocarlo en el lugar estelar que le
corresponde en la vida sexual de todas las mujeres.
163
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
Normas para la presentación de trabajos
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía/Iberoamerican
Iberoamerican Journal of Health and Citizenship
PRESENTACIÓN DE LA REVISTA:
La Revista Iberoamericana Salud y Ciudadanía/Iberoamerican Journal of Health and
Citizenschip es una publicación virtual semestral del Observatorio Iberoamericano
Salud y Ciudadanía del CIIIE y UNC. Editada y coordenada mancomunadamente por
parte de la membresía del IOHC y colaboradores/as, la revista procura alentar la
producción, difusión e intercambio de conocimientos e información entre la comunidad
académica dedicada a los estudios sanitarios, de ciudadanía y sexualidad en
lberoamerica, así como la difusión y el debate del pensamiento ibero americano
contemporáneo. La Revista trabajará desde una perspectiva iberoamericana las
problemáticas salud y ciudadanía de forma multi e interdisciplinaria y pretende alentar
la innovación temática, el pensamiento abierto y deconstructor de inequidades en
Ibero América. Se aceptarán artículos en castellano, portugués, inglés y francés y la
publicación de los mismos será resultado de la selección de trabajos presentados por
sus autoras al proceso de evaluación editorial o por pedido expreso de contribuciones
a autores/as específicas por parte del comité editorial. Los artículos podrán ser de
discusión teórica, informes de investigaciones, entrevistas a personalidades
académicas o activistas de la realidad Ibero América de Naciones, de revisión
bibliográfica, así como reseñas y comentarios de producciones culturales y artísticas:
películas, cortos, documentales, exposiciones, etc. La revista consta de: una sección
editorial, una sección principal dedicada a un tema elegido para cada número, una
sección de reseñas de nuevas publicaciones, películas y otras producciones culturales
de interés.de documentos. y, una sección de socialización de actividades académicas
de formación e investigación: convocatorias o informes de actividades realizadas por
los espacios miembros.
NORMAS PARA PRESENTACIÓN DE ARTÍCULOS
Serán aceptados para su evaluación:
164
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
Artículos inéditos o que hayan sido publicados en otros idiomas y/o en revistas de
circulación local en papel, siempre que se cuente con el derecho de autor/a.
Se aceptarán artículos escritos en castellano, portugués, inglés y francês producidos
por autores/as iberoamericanos o residiendo en países de Ibero América.
Los artículos deberán ser encabezados con un resumen de 100 a 150 palabras, y
cinco palabras-clave, en el idioma en que estuviera escrito el texto, y esto debe ir
acompañado de una traducción de su título, resumen y palabras claves en inglés y
castellano, cuando ésta no fuera la lengua en que estuvieran escritos. En el caso de
artículos escritos en inglés, los elementos antes mencionados deberán presentar
traducidos al castellano y portugués.
Todos los artículos tienen que presentar un breve cv de los autores: 250 caracteres
con espacios.
Extensión y presentación:
Los artículos deberán tener una extensión máxima de 80.000 caracteres com espacios
(incluyendo notas y referencias bibliográficas). Los textos deberán entregarse via email en formato Word (.doc y/o docx) con tipografía Arial, cuerpo 12, interlineado 1.5.
(ODUFKLYRGHEHOOHYDUHODSHOOLGRGHOODDXWRUDDFRPSDxDGRGHODSDODEUD³DUWtFXOR´
Ejemplo:
³&DOGDVDUWLFXORGRF´/DFRQILJXUDFLyQGHODSiJLQDVHUi$FRQPiUJHQHVGHFP
(superior, inferior, izquierdo y derecho). La alineación será justificada y cada párrafo
comenzará con una sangría sin tabulaciones.
El título del trabajo debe aparecer centrado, en fuente Arial 14, en negrita, con letras
mayúsculas e interlineado 1.5. Si tuviera un subtítulo, éste deberá ser escrito con
letras minúsculas.
Luego del título (y subtítulo) deberá figurar, justificado a la derecha el/los nombre/s de
o lx/s autor/xs (Arial 12, negrita, interlineado simple); además, la titulación y la
identificación de la institución a la que pertenece(n), así como también la/s dirección/es
de correo electrónico (Arial 10).
Los resúmenes deberán estar escritos en Arial 12, con interlineado sencillo.
165
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
Normas para la presentación de trabajos
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía/Iberoamerican Journal of Health and
Citizenschip Notas, citas y referencias bibliográficas Nos regiremos por la normativa
internacional ISO 690/87, e ISO 690-2/97 (específica para documentos electrónicos):
1. Las notas se harán a pie de página, y no podrán consistir en simples referencias
bibliográficas.
2. Las citas bibliográficas para identificar la publicación de donde el párrafo há sido
extraído, deben aparecer en el cuerpo del texto con el siguiente formato: apellido del
autor: año de la publicación correlativo a la bibliografía, número/s de página/s, todo
entre paréntesis. Si dos o más referencias tienen el mismo autor y año, deberán
distinguirse usando letras minúsculas (a, b, c) a continuación del año, dentro del
paréntesis. En igual sentido deberá procederse con la paráfrasis de una idea, no
requiriéndose en este caso consignar el número de página.
3. Las citas directas en el texto, de hasta tres líneas, deben estar entre comilas dobles.
Las citas directas de más de tres líneas deben destacarse con sangria de 4 cm. desde
el margen izquierdo establecido para el resto del texto, sin comillas, y con tipografía
Arial 10.
4. La lista completa de referencias bibliográficas debe colocarse al final del texto,
ajustarse a las normas ISO especificadas y respetar los ejemplos que se consignan a
continuación.
a. Libros
APELLIDO, Nombre. año. Título. No. de edición. ciudad: editorial. No. total de páginas.
b. Compilación
Nombre y apellido (eds.) año. Título. No. de edición. Ciudad: editorial. No. total de
páginas.
c. Contribución en compilación
APELLIDO, Nombre. Año. ''título''. En:APELLIDO, inicial del Nombre (ed.). Título, No.
de edición. Ciudad: Editorial. No. de páginas.
166
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
d. Artículo en Publicación periódica
APELLIDO, Nombre. Año. ''Título''. Nombre de la revista. Fecha de publicación (mes y
año). Vol., no, p..
e. Tesis académica
APELLIDO, Inicial del nombre, Año. Título, Ciudad: Editorial, No. de páginas.
Referencias bibliográficas de documentos electrónicos
Las referencias bibliográficas efectuadas de documentos electrónicos, deberán
ajustarse a la Norma ISO 690-2/97. En términos generales, deberán consignar:
apellido del/la autor/a (en letras mayúsculas); nombre/s del/la autor/a; fecha de
publicación (entre paréntesis); título del documento; tipo de medio [CD ROM, on line];
editor; 'Disponible en:' e indicación de la URL; fecha en que fue consultado el
documento [entre corchetes]. Cuando se trate de publicaciones periódicas/seriadas
electrónicas, deberán incluirse además su designación y numeración (volumen,
fascículo, etc.). Las URL consignadas deben estar activas al momento del envío del
artículo para su evaluación en la Revista.
Ejemplo:
APELLIDO, Nombre. (Fecha de publicación). Título [on line]. Editorial. Available at:
Enlace web. [Acceso en fecha (dia, mes, año)].
Los gráficos y/o cuadros deberán estar incorporados en el texto, y no al final. Deberán
insertarse en formato jpg, con una calidad de 300 dpi, a fin de que sea posible su
reproducción directa. Deberán estar adecuadamente titulados, numerados y con sus
respectivas referencias y fuentes, si correspondiera. Proceso de evaluación por pares
''doble ciego''
Todos los trabajos sometidos a evaluación para ser publicados serán evaluados de
acuerdo a pertinencia temática y disciplinar según el proceso de revisión por pares
''doble ciego'' (double blind peer review).
167
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
Los artículos originales enviados serán sometidos a la evaluación de al menos dos
evaluadores/as ad hoc escogidos de entre un grupo de reconocidos/as especialistas
en las diversas áreas temáticas de interés de la revista, quienes dictaminarán acerca
del contenido y calidad de las contribuciones.
Para ser publicados, los trabajos sometidos a revisión deberán obtener dictámenes
favorables de los/as dos evaluadores/as expertos/as. En caso de contar con dictamen
favorable de sólo uno/a de los/as evaluadores/as, se someterá el texto a revisión
crítica por parte de un/a tercer/a evaluador/a ad hoc.
Los artículos presentados serán, superada la evaluación por pares ''doble ciego'',
sometidos a corrección ortográfica y de estilo.
Los artículos enviados para su evaluación en la Revista no deben encontrarse en
proceso de evaluación por parte de otra publicación. Al enviar los trabajos para su
evaluación, los/las autores/as asumen que los textos, así como ilustraciones, tablas,
referencias bibliográficas, etc., son de su entera responsabilidad y expresan sus
opiniones, y no necesariamente las de la Revista Iberoamericana Salud y Ciudadanía.
Por el sólo envío, los/las autores/as están autorizando a los/las editores/as a su
eventual publicación, y cediendo sus derechos a tal fin.
Todos los trabajos deberán ser remitidos en formato electrónico a: www.iohcpt.org con
asunto que especifique presentación de artículo para tal número de la revista
acompañado del apellido del/la autor/a.
Ejemplo:
³SUHVHQWDFLyQDUWtFXORGH&DOGDVSDUD1R5HYLVWD´
NORMAS PARA LA PUBLICACIÓN DE RESEÑAS
Hojas blancas tamaño A4 (21,0 x 29,7 cm.)
168
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
Tipo de letra Times New Roman tamaño 12
justificación sólo en el margen izquierdo
márgenes superior e inferior de 2,5
márgenes derecho e izquierdo de 3 cm
Espacio interlineado 1,5
Cada párrafo comenzará con una sangría sin tabulaciones
Las citas en el interior del texto y de hasta cuatro líneas se escribirán en redonda y
entre comillas
Las referencias a libros en bastardilla, las que corresponden a capítulos de libros o
artículos en redonda, entre comilas sin notas a pie de página sin subrayados de
ningún tipo en ningún lugar de la obra sin líneas ni gráficos de ningún tipo para
separación de notas, párrafos, citas, etc. una cantidad de páginas que oscile entre las
3 y 5 hojas.
Encabezamiento: Nombre de autor del libro reseñado, título del libro reseñado, lugar
de publicación, Editorial, Año, cantidad de páginas. Ejemplo: Amado, Ana y
Domínguez, Nora (compiladoras), Lazos de familia. Herencias, cuerpos y ficciones,
Buenos Aires, Paidós, 2004, 343 págs.
Nombre del reseñador al pie de la reseña. Las reseñas deberán entregarse en archivo
adjunto en formato Word (.doc y/o docx) a: www.iohc-pt.org. El archivo adjunto debe
OOHYDU HO DSHOOLGR GHOOD DXWRUD DFRPSDxDGR GH OD SDODEUD ³UHVHxD´ (MHPSOR
³&DOGDVUHVHxDGRF´ (Q HO DVXQWR GHO HPDLO GHEH HVSHFLILFDUVH TXH VH WUDWD GH OD
presentación de una reseña para tal número de la revista acompañado del apellido
del/lDDXWRUD(MHPSOR³SUHVHQWDFLyQDUWtFXORGH&DOGDVSDUD1R5HYLVWD´
169
Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía,
Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013
ISSN 2182-‐4185
170

Documentos relacionados