Descargar - Iberoamerican Observatory of Health and Citizenship
Transcrição
Descargar - Iberoamerican Observatory of Health and Citizenship
GÉNERO, DIVERSIDAD SEXUAL Y EDUCACIÓN GENDER, SEXUAL DIVERSITY AND EDUCATION GÉNERO, DIVERSIDADE SEXUAL E EDUCAÇÃO Iberoamerican Journal of Health and Citizenship Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía July ² December 2013 ² Vol.II, Nr. 2 Julio ² Diciembre de 2013 ² Vol.II, Nº.2 ISSN 2182-4185 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía Iberoamerican Journal of Health and Citizenship ³Género, Diversidad Sexual y Educación´ Julio ± Diciembre, 2013 Vol. II, No. 2 COORDINACIÓN ACADÉMICA IOHC José Manuel Peixoto Caldas (CIIE-FPCE, Universidad de Oporto) COORDINACIÓN EDITORIAL María Victoria Carrera Fernández, Universidad de Vigo - Facultad de Ciencias da Educación (Ourense, España) Yolanda Rodríguez Castro, Universidad de Vigo - Facultad de Ciencias da Educación (Ourense, España) Maria José Magalhães, Universidad de Oporto ± CIIE, Facultad de Psicología y de Ciencias da Educación (Portugal) COMITÉ EDITOR INTER-UNIVERSITARIO: Susana Novick, Universidad de Buenos Aires (Buenos Aires/Argentina) Elsa Beatriz Padilla, CIES-IUL (Lisboa, Portugal) Fernando Daniels, Director Colegio de las Américas (COLAM - OUI) (Québec/Canadá) Pablo Gentili, Comité Directivo de CLACSO (Buenos Aires/Argentina) María de Jesús Buxó Rey, Universidad de Barcelona (Barcelona/España) Nora Lloveras, Universidad Nacional de Córdoba (Córdoba/Argentina) Maria Amelia Viteri, FLACSO - Ecuador (Quito/Ecuador) Julián Rebón, Director del Gino Germani ± UBA (Buenos Aires/Argentina) Ana María Perez, CES - Universidad Nacional del Nordeste (Resistencia Chaco/Argentina) Alice Colón Warren, CIS ± Universidad de Puerto Rico (San Juan/Puerto Rico) Adela Pellegrino, UDELAR Universidad de la República de Uruguay (Montevideo/Uruguay) Trinidad Donoso, GREDI/Universidad de Barcelona (Barcelona/España) 2 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 Sónia Dias, CMDT - IHMT, Universidade Nova de Lisboa (Lisboa/Portugal) Aldaíza Sposati, CEDEST - PUC SP (São Paulo/Brasil) Helena C. Araújo, CIIE - FPCEUP (Porto/Portugal) Adrián Arias Posada, Universidad de La Rioja (La Rioja/Argentina) Artenira S. e S. Sauaia, Universidade Federal do Maranhão (São Luís/Brasil) José Pedro Espada, Universidad Miguel Hernández (Elche/España) Wenceslao Peñate Castro, Universidad de La Laguna (Tenerife/España) Rommel Mendes Leite, Université Lumière Lyon 2/Centre Max Weber (Lyon/France) Leila Tardivo, Instituto de Psicologia, USP (São Paulo/Brasil) Dora Salcedo-Barrientos, USP (São Paulo/Brasil) SECRETARIADO EJECUTIVO ACADÉMICO-CIENTÍFICO Manuel Méndez, DIE-CINVESTAV (México) DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN João Araújo, Encargado del Website www.iohc-pt.org Publicación virtual semestral del Observatorio Iberoamericano de Salud y Ciudadanía, a través de su Proyecto Health and Citizenship PTDC/CS-SOC/113384/2009 de la FCT Apoyo: Nota Informativa: Toda la información inherente a los trabajos científicos publicados es responsabilidad de sus respectivos autores. 3 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 Índice 3UyORJR«««««««««««««««««««««««««««««««« 5 Género, Diversidad Sexual y Educación «««««««««««««««««« 7 Artículos La redefinición del rol del Varón: las nuevas Masculinidades«««««.............. 9 ³Gay mas não Bicha´'HXPDKHWHURPDVFXOLQLGDGHKHJHPyQLFDDXPD proliferação de masculinidades gays «««««««««««««.................. Analisis de la Custodia Compartida desde la Perspectiva Feminista«««««« 37 68 Nuevas Ciudadanías en el espacio urbano de Chapinero Central: Dinámicas Espacio-Temporales en el barrio gay de Bogotá D.C.´«««««««««««« Desmitificación de la Violencia en parejas del mismo sexo..««««««««« Actitudes hacia la Diversidad Sexual en Estudiantes de Secundaria Españoles« 81 102 110 As concepções dos/as Profissionais duma Casa de Abrigo de Solidariedade 6RFLDO««««««««««««««««««««««««««««««««« 129 A Reconstrução Identitária das Figuras Parentais no coming out dos filhos e filhas: sugestões para a intervenção««««««««««««««««««« 140 Reseñas de libros El Clitoris y sus secretos««««««««««..................................................... 160 Normas para la presentación de trabajos «««««««««««««««« 164 4 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 Prólogo Un equipo interdisciplinario, integrado por psicopedagogos, trabajadores sociales, psicólogos, sociólogos, geógrafos, educólogos y organizado por Yolanda Rodriguez, Maria Victoria Carrera y Maria José Magalhães, realizó este monográfico. Como director de la revista creo que los artículos presentados a continuación son condición sine qua non, para la construcción de la equidad y de los derechos de ciudadanía, así como otras acciones que iremos llevando en el futuro, para la construcción de una sociedad igualitaria, equitativa, libre de violencia y discriminación con justicia social; partiendo desde el entendimiento de que todos y todas tenemos los mismos derechos y oportunidades, que cuando hablamos de género y diversidad sexual, estamos hablando de derechos. En este número temático intitulado Género, Diversidad sexual y Educación abordamos al GÉNERO como una construcción socio-cultural, diferenciándolo del concepto biológico del sexo varón/mujer, que tradicionalmente acarreaba mandatos de lo femenino y masculino. Estas construcciones, que se han asignado históricamente, se naturalizaron generando la vulneración de muchas mujeres, que la ubican en un lugar marginal y servicial, y al hombre en un lugar de poder y fortaleza; siendo estos arquetipos los basales de una situación de violencia, principalmente hacia las mujeres. Esto se da debido a la inequidad de géneros que aun persiste y posibilita una relación asimétrica de poder. Ahora bien, cuando hablamos de violencia de género, también estamos refiriéndonos a la violencia de la que es objeto la población cuya construcción genérico-identitaria difiere de los parámetros heteronormativos, como lo son travestis y transexuales. Por ello, debemos profundizar el concepto 'géneros' en rumbo a la significación de: Identidad de Género y a un término no binario del mismo, enmarcado en femenino/masculino, posibilitando, así, la construcción personalísima de la identidad, tomando a la identidad travesti, desde una mirada no cerrada, sino más amplia y abierta. Transversalmente a esto, se circunscribe la DIVERSIDAD SEXUAL, que esta ligada al género, pero que no implica en muchos casos la trans-gresión del mismo. Conlleva, sí, una decisión, una aceptación y una construcción afectivo-sexual, una elección en la construcción de las relaciones con otro/a y con uno/a. Entendiendo por esto a las distintas orientaciones sexuales e identidades de género; gays, lesbianas, bisexuales, 5 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 intersexuales; travestis, transexuales, transgénero y heterosexuales, entre otras, tomando a la sexualidad como un DERECHO. No quiero terminar esta breve presentación sin felicitar a mi amiga la Profesora Doctora Maria Lameiras Vice-Rectora de la Universidad de Vigo ± Campus de Ourense por su excelente libro El Clítoris y sus secretos el cual viene ser un marco más en la lucha por los derechos de la mujer a disfrutar de su propio cuerpo. El Observatório Iberoamericano de Salud y Ciudadanía apoya el Derecho al Aborto. José Manuel Peixoto Caldas Director del IOHC - FPCEUP 6 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 GÉNERO, DIVERSIDAD SEXUAL Y EDUCACIÓN La educación tiene un fuerte componente axiológico, de forma que educar va a implicar siempre una opción valorativa. No es posible no optar en educación, toda escuela o agente educativo educa en valores (y puede afirmarse que si no educa en el valor lo estará haciendo en el contravalor). En este sentido la educación, que nunca es neutra, puede estar al servicio de la liberación y de la transformación social, o por el contrario, al servicio de la opresión y de la reproducción de las desigualdades. De esta doble posibilidad de ser, la educación opta, tristemente, en no pocas ocasiones por la reproducción del statu quo, favoreciendo a los grupos hegemónicos, perpetuando las desigualdades, la violencia y la exclusión. Sobra decir que la verdadera educación es aquella que se sitúa más allá de la falsa neutralidad de la instrucción -que sólo contribuye al adoctrinamiento en la ideología de los grupos dominantes- y se orienta al desarrollo pleno de la personalidad y a la promoción del respeto a los derechos humanos y las libertades individuales, entendiendo así la educación fundamentalmente como un proceso de humanización. En relación al género, la escuela y los diferentes agentes educativos, son potentes agentes de socialización de género, trasmitiendo y reproduciendo las normas de género de las sociedades patriarcales en las que sólo existen dos formas legítimas de ser: hombre/masculino/heterosexual y mujer/femenina/heterosexual. Siendo esta última subordinada a la primera, como no podría ser de otro modo en una sociedad androcentrista, en la que el varón representa la norma, la valía y el poder. Y en la que, en definitiva, se excluyen todas aquellas identidades sexuales que transgreden las rígidas fronteras de la norma de género: las identidades ininteligibles posicionadas PiVDOOiGHODFRKHUHQFLDGHOD³PDUFDFRUSRUDO´HOVH[RFRQHOJpQHURIHPHQLQRR masculino) y/o de la heteronorma. En este sentido, podemos afirmar, que muchas veces la escuela y los diferentes agentes educativos, contribuyen a la construcción de identidades no sólo diferentes, sino desiguales, al imponer el lenguaje, la historia y los conocimientos de acuerdo a los intereses de los grupos dominantes. Este monográfico se orienta al estudio del género como categoría de análisis en el ámbito educativo formal, no formal e informal de la educación, es decir dentro y fuera del sistema educativo reglado. Prestando una especial atención a los procesos de construcción de la identidad de género, la producción de identidades hegemónicas y 7 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 su transgresión a través de la configuración de identidades sexuales disidentes; así como a las consecuencias que de ello se derivan: el sexismo, la homofobia o la transfobia, y en definitiva las actitudes de rechazo hacia las niñas y mujeres, y en general hacia las personas que no conforman el género de una forma inteligible, tal y como diría la Teoría Queer; y a las estrategias educativas orientadas a promover la igualdad y la tolerancia hacia la diversidad sexual. En esta línea se presentan nueve artículos que analizan la construcción de identidades disidentes y las actitudes hacia la diversidad sexual, tales como el análisis de la proliferación de masculinidades gays; el estudio de las nuevas ciudadanías en el espacio urbano de un barrio gay de Bogotá; la reconstrucción identitaria de las figuras parentales en la visibilización de chicos y chicas homosexuales; la desmitificación de la violencia en las parejas del mismo sexo; o el análisis de las actitudes hacia la diversidad sexual en estudiantes de secundaria españoles. Asimismo, otras aportaciones indicen en la redefinición del rol del varón, más allá de la masculinidad hegemónica; la custodia compartida desde la perspectiva feminista; o las concepciones sobre la violencia de género y la identidad femenina en las y los profesionales de una casa de acogida en Portugal. El monográfico se completa con XQD UHVHxD VREUH OD JXtD ³(O FOtWRULV \ VXV VHFUHWRV´ FX\R REMHWLYR HV YLVLELOL]DU \ legitimar la sexualidad femenina, en el marco de un modelo integrador de educación sexual. Yolanda Rodríguez Castro Professora Doctora, Área de Personalidade, Avaliación e Tratamiento Psicologico, Facultade de Ciencias da Educación - Campus de Ourense, Universidade de Vigo María Victoria Carrera Profesora Doctora e Investigadora Postdoctoral, Area de Personalidade, Avaliación e Tratamentos Psicolóxicos, Facultade de Ciencias da Educación - Campus de Ourense, Universidade de Vigo. Maria Jose Magalhaes Professora Auxiliar, CIIE ± Departamento de Ciências da Educação, Universidade do Porto. 8 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 Artículos | Artigos | Articles LA REDEFINICIÓN DEL ROL DEL VARÓN: LAS NUEVAS MASCULINIDADES Miguel CLEMENTE Doctor en Psicología Universidad de A Coruña (España) [email protected] Resumen Los movimientos feministas plantearon la necesidad de utilizar un enfoque de género que se sitúa dentro de las teorías de roles sexuales, planteando que el género se construye socialmente. Dichos movimientos han luchado y luchan por conseguir una sociedad más igualitaria y justa, promoviendo un empoderamiento de la mujer. Inicialmente, se entendía que las teorías de los roles sólo eran aplicables al estudio de la feminidad. Sin embargo, el concebir la feminidad como una cuestión de género, ha planteado la necesidad de que se cuestione a su vez la masculinidad, utilizando para ello una posición de igualdad frente a la feminidad. Así, nace el concepto de nuevas masculinidades, de forma que se replantea el concepto de varón, y en concreto el de nuevas masculinidades positivas, que huye del concepto de masculinidad hegemónico, y se plantea una visión del varón no homofóbico y e igualitario en cuestiones de género. Palabras-clave: nuevas masculinidades, masculinidad, feminidad, empoderamiento, problemas sociales. REDEFINING THE ROLE OF THE MALE: NEW MASCULINITIES Abstract Feminist movements raised the need for a gender perspective that is located within the theories of sex roles, suggesting that gender is socially constructed. Such movements have fought and are fighting to achieve a more equal and just society, promoting women's empowerment. Initially, it was understood that the theories of the roles were only applicable to the study of femininity. However, the conception of femininity as a gender issue, has raised the need for questioning masculinity in turn, using a position of equality with femininity. Thus, the concept of new masculinities born, so that the concept of male rethinks, and specifically the new positive masculinities, fleeing the concept of hegemonic masculinity, and a vision of not homophobic and equal male issues raised in gender questions. Keywords: new masculinities, masculinity, femininity, empowerment, social problems. 9 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 1. EL GÉNERO, UN PROBLEMA SOCIAL Una de las formas que se pueden utilizar para explicar la dinámica de la sociedad es la de analizar las relaciones de poder que se producen dentro de la misma. Esta orientación ha sido empleada, de manera fundamental, en la corriente que se ha denominado como dH ORV ³3UREOHPDV 6RFLDOHV´ 'HVGH HVWD SHUVSHFWLYD algunos grupos con poder consiguen que sus reivindicaciones puedan ser FRQVLGHUDGDV ³RILFLDOPHQWH´ FRPR XQ SUREOHPD VRFLDO PLHQWUDV TXH RWURV FROHFWLYRV por falta de recursos, organización, claridad de objetivos y otra serie de características, no van a conseguir tal reconocimiento (Clemente, 1992). Y por otra parte, para que una condición desventajosa para un colectivo llegue a ser reconocida como un problema social, debe pasar un largo calvario, en el que las instituciones oficiales, con sus formas de control y utilizando su poder, se van a oponer a tal reconocimiento, ya que el mismo ineludiblemente va a implicar la necesidad de utilizar la acción colectiva para remediar el problema, y consiguientemente la dotación de recursos económicos para luchar contra dicho problema. Y por otra parte, cuando un problema social es reconocido, los colectivos que se ocupan de luchar contra el mismo, van a dirigir parte de sus esfuerzos a luchar para que no se reconozca a otros colectivos, ya que el reconocimiento de otras condiciones indeseables por parte de la sociedad va a provocar un detrimento de recursos para los colectivos ya reconocidos. Por lo tanto, todo colectivo social lucha en primer lugar por su reconocimiento oficial, y a continuación lucha para que no se reconozca oficialmente a otros colectivos que reclaman la atención de la sociedad. Aplicada esta teoría al tema que aquí nos ocupa, los colectivos feministas han luchado durante siglos para que se reconozcan y respeten (y desgraciadamente dicha lucha es preciso que continúe) los derechos de las mujeres, pero a su vez a medida que su lucha va consiguiendo frutos, expresan a menudo su rechazo a que se reconozcan otras condiciones sociales indeseables, denunciadas por otros colectivos. Que nadie se ofenda. Es ley de vida. Por lo tanto, lo que se considera problema lo es porque un grupo con poder ha conseguido que así se defina, y lo ha conseguido luchando frente al statu quo anterior. Y frente a esta concepción, otros grupos, que no poseen ese poder, luchan por ser reconocidos, contando, lógicamente, con la oposición radical de quienes poseen el control social. Así se ha explicado desde hace más de cincuenta años el porqué de que se destinaran recursos y se reconociera la necesidad de invertir cantidades 10 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 millonarias a paliar el problema del cáncer, por ejemplo, pero que apenas se destinaran recursos al estudio de las enfermedades denominadas raras. Pero este tipo de análisis no se había aplicado al mayor de los problemas sociales en función del número de personas involucradas en el mismo, ya que afecta a toda la población del planeta: a los problemas de género. La sociedad, grosso modo, se divide en hombres y mujeres. No es éste el lugar para discutir cuál es el criterio que se elige socialmente para determinar y asignar un sexo a alguien desde que nace. Pero simplemente especifiquemos que si ese criterio, al nacer, es de tipo biológico, igual que se acepta que debe ser el genital (al nacer, el presentar genitales masculinos o femeninos nos convierte socialmente en varones o mujeres), podría ser otro, como la composición cromosómica, o como el nivel de hormonas en sangre. Lo normal es que los tres criterios coincidan, de forma que la manera más económica y rápida de determinar el llamado sexo biológico es por la mera apariencia genital. Pero desde que nacemos, esa determinación biológica (que puede ser errónea si los tres criterios no coinciden) implica una determinación social, ya que la sociedad va a asignar roles diferentes y una socialización diferente a YDURQHV\PXMHUHVHVGHFLUQLxRV\QLxDVVHYDQD³VRFLDOL]DU´VHYDQDFRQYHUWLUHQ personas, de manera diferencial, específicamente distinta, por el mero hecho de presentar un sexo biológico determinado. Eso es lo que los psicólogos sociales denominamos los roles sociales, y que desde hace pocos años ha sido descubierto por los movimientos antipatriarcales y antimachistas, ya que parten de la idea de que socialmente nos construimos como varones o mujeres, es decir, nos desarrollamos socialmente desde que nacemos, aprendiendo a ser varones o mujeres. Este hecho pone de manifiesto que un problema social suele partir de una diferenciación que posee un elemento de realidad (hay hombres y mujeres biológicos) y a partir de esa diferenciación objetiva, se construye una diferenciación social, que fundamentalmente se basa en una división diferente de las relaciones de poder. El problema se establece cuando la justificación de las desigualdades sociales creadas artificialmente para que unos ostenten y ejerzan más poder que otros, se busca no en un mero hecho social, sino en cuestiones biológicas imposibles de demostrar científicamente. Así, el recurso explicativo de lo social recurriendo a argumentos biológicos, típico de la orientación denominada como Patología Social (Clemente, 2010), no es sino una forma de justificación de un reparto desigual de lo que 11 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 socialmente debe igualar a todos, los denominados de manera general derechos civiles y sociales. Para los que hemos defendido que el principal motivador humano es el poder (la lectura de cualquier obra de Shakespeare, por ejemplo, lo demuestra), resulta fácil explicarse que media humanidad, los varones, se han hecho con el poder, relegando a la otra mitad de seres humanos, las mujeres, a perder tanto dicha posición predominante como, lo que es peor, la igualdad; es la sociedad basada en el patriarcado. El patriarcado ha asignado las características más relacionadas con el control y la dominación a los varones, y ha condenado a las mujeres a una posición de inferioridad. Pero la sociedad, que avanza, afortunadamente,hacia un modelo de relaciones igualitarias, impulsada en primer lugar por movimientos feministas, cuyos colectivos se han revelado contra dicha discriminación, y después por la lucha de otros movimientos que también han sufrido la discriminación (fundamentalmente los colectivos de gays y lesbianas), así como la combinación y unión de dichos colectivos en pro de una lucha en común contra la discriminación, ha denunciado tal posición, y ha planteado la necesidad de romper una división que ha funcionado desde los inicios de los tiempos. Mencionaremos sólo por encima (por continuar con el ejemplo planteado con anterioridad), ya que no es el objeto de este artículo, el hecho de las preferencias sexuales, que es también una derivación de la asignación de roles sexuales. Así, la persona a la que por su apariencia genital se le atribuye el rol social-sexual de varón, se le exige que tenga gustos sexuales heterosexuales, por lo que se penaliza socialmente (incluso en algunas sociedades con el encarcelamiento y/o con la pena de muerte) la atracción sexual de un varón hacia otro varón; y concomitantemente, al rol sexual de mujer se le ha asignado una atracción sexual por los varones, por lo que se penaliza socialmente la atracción sexual hacia su propio sexo. En una palabra, la sociedad se sexualiza, todo gira en torno a la variable sexo sin cuestionarse ésta siquiera. No se cuestiona que la mujer deba sentir atracción sexual por los varones, sino que sólo se cuestiona la desviación social, el que haya mujeres que se sientan atraídas por otras mujeres; y viceversa. Y de igual manera, no es cuestionable el hecho, porque es normal, de que haya muchos más varones que mujeres en prisión, o muchas más mujeres atendidas en los servicios de salud mental que varones. Se invisibiliza el género cuando se ajusta a un modelo patriarcal. Sobre este tema nos detendremos someramente. 12 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 Sin lugar a dudas, en nuestra sociedad, la discriminación por razón de sexo se ha convertido en un problema social. Así, las mujeres representan el 60% de las personas más pobres a nivel mundial, menos del 16% de los parlamentarios son mujeres, las dos terceras partes de ellas a nivel mundial son analfabetas, y son objeto de violencia sistemática, tanto en los conflictos armados como en la intimidad del hogar (Clemente, 2014). Y, ¿cómo se explica esta desigualdad? Pues evidentemente mediante un problema de poder, ya que éste durante siglos ha estado y sigue estando mayoritariamente en manos del varón (Lameiras, Carrera y Rodríguez-Castro, 2013). Así, el control y poder estructural sobre las instituciones políticas, legales, económicas y religiosas, y sobre todo sobre las mujeres, lo han ejercido los hombres. Este control HVWUXFWXUDOUHSUHVHQWDORTXHVHGHQRPLQD³HVWUXFWXUDSDWULDUFDO´TXHPDQWLHQHHOVWDWX TXR 6H WUDWD GH XQ ³RUGHQ´ VRFLDO TXH VH PDQWLHQH D FRVWD GH XQD HVWUXFWXUD VRFLDO que crea y mantiene una situación en la que los hombres tienen más poder y privilegios que las mujeres y todos los otros no hegemónicos. 2. EL EMPODERAMIENTO DE LAS MUJERES Este problema sólo se puede solucionar mediante la generación del empoderamiento de las mujeres. Se trata de un término acuñado en la Conferencia Mundial de las Mujeres de Beijing (Pekín) en 1995 para referirse al aumento de la participación de las mujeres en los procesos de toma de decisiones y acceso al poder. Actualmente esta expresión conlleva también otra dimensión: la toma de conciencia del poder que individual y colectivamente ostentan las mujeres y que tiene que ver con la recuperación de la propia dignidad de las mujeres como personas. Schuler, Islam y Rottach (2010, pp. 850) define el empoderamiento de las mujeres como: ³un proceso por medio del cual las mujeres incrementan su capacidad de configurar sus propias vidas y su entorno, una evolución en la concientización de las mujeres sobre sí mismas, en su estatus y en su eficacia en las interacciones sociales.´ La adopción de una perspectiva de género es la que más ha ayudado al reconocimiento de la discriminación por razón de sexo como problema social. El empoderamiento ha alcanzado su máxima expresión en los estudios relativos al género, especialmente en la estrategia denominada Género en el desarrollo, la que más ampliamente ha incorporado el concepto de empoderamiento como proceso de 13 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 cambio para las mujeres, en el que éstas van aumentando su participación en la sociedad. La perspectiva de género nace en el momento en el que la evolución de las mentalidades hace que los derechos de la mujer formen parte inalienable de los derechos humanos universales. Va de la mano de la exigencia de tener en cuenta las necesidades específicas del 50% de la población. Los estudios de género son estudios de la construcción social que se hace de las diferencias sexuales en un momento o lugar en concreto. La perspectiva de género supone reconocer las relaciones de poder que se establecen entre los géneros, que dichas relaciones de poder han sido construidas de manera social por lo general favoreciendo a los hombres, y que éstas actúan de manera transversal en todo el entramado social, influyendo en otras relaciones como las de clase, la etnia, la raza, las preferencias sexuales, etc. (Clemente, 2014). La asignación de roles implica la manifestación conductual de una serie de características, que definen la forma de comportarse de hombres y de mujeres. Así, una característica como la agresividad se atribuye fundamentalmente al varón, mientras que la manifestación de la enfermedad (el reconocimiento de la debilidad y de encontrarse mal física y mentalmente) se atribuye a la mujer. Por esta asignación, cuando un varón no se encuentra satisfecho en la sociedad, cuando se convierte en desviado, va a elegir la forma de desviación que le está permitida, por lo que es más posible que se convierta en delincuente, y que cometa actos agresivos; es decir, es PiV DGHFXDGR TXH VH FRQYLHUWD HQ ³FDUQH GH SULVLyQ´ 6LQ HPEDUJR VL XQD PXMHU quiere o necesita desviarse por no asumir su papel, es más probable que su forma de desviación sea como enferma mental, abusando de su rol social de pasividad y enfermedad. El varón es rudo, la mujer es débil. En una palabra, hasta la sociedad nos marca las formas de desviarnos. Y las estadísticas demuestran y confirman esta posibilidad, de forma que hay más varones en prisión y más mujeres en asistencia psicológica por presentar problemas de salud mental; es decir, se sexualizan las estadísticas. 3. CONVERGENCIA VERSUS REVERSIÓN DE ROLES Derivando sus planteamientos de esta concepción, se establecieron las teorías de la convergencia y de la conversión de roles (Clemente, 1996). Mientras que las primeras (quizá de manera más natural e ingenua) afirman que la evolución de las 14 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 sociedades hacia modelos más igualitarios hace que tanto varones como mujeres converjan en roles similares, las segundas (de manera quizá más realista y más acorde con la lucha de poder) afirman que para que la mujer sea reconocida socialmente debe asumir el rol del varón, del que tiene el poder. Así, para las primeras teorías la explicación de que cada vez haya más mujeres en puestos directivos se explica por el propio avance de la igualdad en la sociedad; pero para las teorías de la reversión, una mujer sólo llegará a ocupar puestos directivos sLVH³YLULOL]D´VLDGRSWD la forma de ser del varón, si se convierte en un varón de sexo femenino. El análisis de la sociedad sin considerar para nada un problema de relaciones de género ha permitido crear una visión monolítica del sistema, sin fisuras, y lo que ha sido más importante para hombres y mujeres, apoyada por ambos roles sociales. Las mujeres han sido felices defendiendo su papel, por ejemplo, de mínima presencia en la vida social y máxima dentro del hogar, y los hombres, concomitantemente, defendiendo lo contrario. Todos felices, dominadores por tener el poder, y dominados por asumir serlo. De hecho, el sistema sólo se puede mantener si los dominados (en este caso las mujeres) internalizan su papel y mantienen el mismo. De esta manera se crea un pensamiento único, que aunque se basa en una división de género, ni utiliza el término género ni lo manifiesta, incluso ni está en la mente de las personas de la sociedad. Así, no es cuestionable que en un supermercado nos atienda una cajera, o que el conductor del autobús sea un varón (afortunadamente esta perspectiva ha ido cambiando actualmente); es decir, las profesiones se han sexualizado, todo se ha hecho depender del sexo, pero sin nombrarlo. Y esto ha llevado a que el nacimiento de los movimientos sociales (léase movimientos feministas) que se han planteado una lucha para dejar de estar discriminados por un rol social o sexual, se hayan replanteado el papel de la mujer en la sociedad, hayan querido redefinir la visión de la mujer en la misma, reclamar un papel igualitario para la mujer, en una palabra, luchar contra el modelo patriarcal. Y es precisamente ese replanteamiento el que ha supuesto una serie de consecuencias, que brevemente enumeramos a continuación: x En primer lugar, los movimientos feministas, aparte de ir consiguiendo un mayor apoyo de las mujeres en sí, que han ido asumiendo como normal el que ellas ocupen un papel en la sociedad que sea igualitario, que no les discrimine socialmente, han provocado que algunos varones, que entienden que el patriarcado, aunque les beneficie socialmente, implica una 15 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 desigualdad social contra la que hay que luchar, y que atenta contra los derechos de las personas, defiendan también la necesidad de cambiar las relaciones de poder, de que las mujeres se empoderen, y de apoyarlas. Algunas veces este apoyo ha sido rechazado por los movimientos feministas, al considerar a dichos varones como posibles enemigos que pueden inflirtrarse en sus filas, y en otras ocasiones se les ha aceptado, al apoyar una causa en la que el reparto de poder no debe sustentarse en la variable género. Es decir, el movimiento feminista ha encontrado apoyo no sólo en las mujeres, sino también en algunos varones. x En segundo lugar, ese replanteamiento de los roles sexuales- sociales ha provocado un estado que siguiendo a Durkheim se podría definir como de anomia social, en los varones. Así, mientras que las mujeres consiguen redefinir su papel y establecen un guión de lucha determinado contra un estado actual de desigualdad, el varón pierde su definición, se encuentra socialmente sin poder definir su papel en la sociedad. Este hecho explica que a día de hoy, los varones abandonen más sus estudios, llegan en menor proporción a la universidad, no tengan en mente un objetivo de futuro, en una palabra han perdido su definición social. Y dicha pérdida de rumbo social ha comenzado a tocar fondo, de forma que desde hace unos años comienzan a organizarse los hombres buscando su propia definición, que es lo que se llama la nueva masculinidad. En cualquier caso, los movimientos feministas se convirtieron en el elemento detonante para el cuestionamiento del concepto de género, y han provocado que los varones se cuestionen su propio género. Pronto dentro del ámbito anglosajón se empiezan a generar investigaciones en las que el protagonista es el varón, si bien dentro de una lógica de género (Sanfélix, 2011), poniéndose en duda que el varón sea el centro de todas las cosas dentro del mundo pero sin necesidad de nombrarlo (es lo que se denomina la invisibilización del varón, puesto que está tan presente en todas las cosas y se intuye que la presencia de cualquier persona de valor en la sociedad se refiere siempre a un varón, y que choca frente a la invisibilización de la mujer, que hace referencia a la desaparición de la PXMHUGHODYLGDVRFLDOHVGHFLUWDQWRYDURQHVFRPRPXMHUHVVH³LQYLVLELOL]DQ´SHURHO primero por su presencia indiscutible, y la segunda por su ausencia, también indiscutible). Frente a los planes de estudios de universidades norteamericanas que permitían y permiten graduarse en los denominados Women´s Studies, se crean los 16 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 Men´s Studies, como espacios de reflexión e investigación de la masculinidad y del género masculino desde la igualdad. Así, los estudios que comienzan a impartirse en las universidades norteamericanas, al hilo de corrientes teóricas como el Interaccionismo Simbólico, con representantes de la categoría de Berger y Luckman (2003) (véase también Clemente, 2010), conciben plenamente la masculinidad como un constructo social, y comienzan a emplear su análisis como un hecho etnográfico (véase, por ejemplo, Minello, 2002). Un ejemplo de esta forma de analizar y de deconstruir el concepto de varón desde un planteamiento de una nueva masculinidad nos lo ofrece Gilmore, cuyos planteamientos son recogidos por un antropólogo, Gil Calvo (2006; véase también Sanfélix, 2011), y del que está excluido el nuevo varón que se replantea su masculinidad desde un planteamiento de la igualdad; es decir, sólo recoge los tipos de YDURQHV³FOiVLFRV´ x La masculinidad hegemónica: sería la practicada por varones heterosexuales que monopolizan el poder, el prestigio y la autoridad legítima. x La masculinidad subordinada: haría referencia a masculinidades divergentes de la posición de poder hegemónica de los varones, y que se suele DVRFLDUDORVKRPRVH[XDOHVR³DIHPLQDGRV´ x La masculinidad cómplice: se trataría de la masculinidad silenciosa, que no formaría parte de la minoría hegemónica pero que disfruta de las ventajas del sistema patriarcal con la sumisión de la mujer (son los denominados dividendos patriarcales). x La masculinidad marginada: se relaciona con los grupos étnicos minoritarios y marginales (colectivos étnicos como los gitanos en España o los negros en Estados Unidos), así como con colectivos de delincuentes, de pederastas, etc. Desde un punto de vista más coloquial, Segarra y Carabí (2000), así como Sanfélix (2011), especifica una serie de reglas que establecerían la masculinidad occidental clásica y que constituirían una guía de comportamiento para el varón tradicional: x ¡Nada con asuntos de mujeres!: nunca un varón debe hacer algo que sugiera ni de lejos algo femenino. La esencia de la masculinidad es el oponerse a lo femenino. 17 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 x ¡Sea el que lleva la voz cantante!: la masculinidad se mide por el podHU SRU HO p[LWR SRU OD ULTXH]D \ SRU OD SRVLFLyQ VRFLDO (O GLFKR ³OR LPSRUWDQWHHVJDQDU´HVIXQGDPHQWDO x ¡Sea fuerte como un roble!: la masculinidad va a depender de mantener la calma, confiar en sí mismo y mantener las emociones bajo control. Los chicos nunca lloran. x ¡Mándelos al infierno!: debe mostrarse varonil y agresivo, y ser arriesgado en su decisiones. En definitiva, la masculinidad se define por la negación, y específicamente por la negación de ser femenino. 4. CONCEPTO DE GÉNERO Y SU CONEXIÓN CON LA VIOLENCIA De todas las manifestaciones violentas, la de género ha estado siempre presente a lo largo de la historia del ser humano y viene fuertemente suministrada por la creencia en la inferioridad de la mujer con respecto a los hombres, idea que se ha ido transmitiendo en el seno de las sociedades patriarcales. Para entender esta ideología machista, es necesario profundizar en el significado de género, que se establece como una construcción cultural que hace una sociedad a partir de las diferencias biológicas. A esta construcción, se adscriben los comportamientos y las funciones desempeñadas por las mujeres a lo largo de los años, atribuyéndoles el papel de madres, hijas y esposas en las esferas privadas y domésticas. La categoría de género tiene como referente al colectivo de las mujeres y su sexo está vinculado a unas normas de carácter simbólico generadoras de la subordinación femenina en las sociedades androcéntricas (Cobo, 2005). Partiendo de esta idea, se puede hacer una distinción entre los términos de sexo y género. El sexo se refiere simplemente a la diferencia que marca la biología entre los hombres y las mujeres, es decir, se vincula a todas aquellas diferencias físicas del cuerpo que distinguen al colectivo masculino del femenino; mientras que el género se apoya en una idea social marcada fuertemente por la presión cultural. El género da lugar a una ideología basada en la creencia de actitudes, roles y responsabilidades considerados apropiados para hombres y para mujeres, así como 18 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 las creencias sobre las relaciones que los miembros de ambas categorías deben mantener entre sí (Moya y Puertas, 2004). El género se percibe por tanto como un elemento constitutivo de las relaciones sociales basado en las diferencias sexuales, que generan a su vez, fuertes relaciones significativas de poder entre ambos sexos (Pujal y Amigot, 2010). Cobo (2005) señala que el concepto de género forma parte de un instrumental conceptual creado para ubicar a las mujeres en una situación desventajosa con respecto al colectivo masculino, dando lugar a una subordinación femenina en todas las esferas de la sociedad. De esta forma, el género da lugar a una construcción representativa de las funciones que tienen que cumplir las mujeres en sociedades donde el poder recae en el colectivo masculino. Estas funciones son designadas por éstos, que construyen una imagen de la feminidad de acuerdo a sus intereses (Amorós, 2009). 5. SOCIEDADES PATRIARCALES Toda sociedad lleva fuertemente suministrada unos valores que interiorizan sus habitantes mediante la socialización. En las sociedades patriarcales donde el hombre se considera el centro del universo, el colectivo femenino queda excluido del entorno social, invisibilizado y sin derechos fundamentales. Esta supremacía masculina ha genHUDGRXQDYLVLyQGHLQIHULRULGDGDO³VHJXQGR VH[R´ SXHV OD IXHUWH SUHVLyQ FXOWXUDO KD GDGR OXJDU D XQD GHVLJXDOGDG VRFLDO económica y sexual para la mujer. La cultura patriarcal junto con los valores derivados de la misma favorecieron la construcción de la desigualdad, permitiendo asumir a los hombres una mayor consideración en la sociedad, recluyendo a las mujeres a un espacio secundario como es el ámbito doméstico (Lorente, 2010). La concentración de poder en la figura del varón otorga una serie de derechos y privilegios asociados al sexo masculino mientras que al colectivo femenino se le configura como un sexo acompañante, relegado a cumplir con los deseos e intereses varoniles. 19 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 Bosch (2007) identifica los tres ejes misóginos que han alimentado la idea de la inferioridad femenina en las sociedades patriarcales: a) Creencia en la inferioridad moral de la mujer: desde una perspectiva androcéntrica, se estima que el colectivo femenino presenta poca nobleza en sus sentimientos y una gran capacidad de manipulación. De este eje se nutren los fuertes prejuicios sexistas hacia las mujeres cuyo símbolo de referencia caería en la figura de Eva. b) Creencia en la inferioridad de la naturaleza femenina: la mujer se concibe como el sexo débil, enfermiza, dependiente, necesitada de protección y esclava de su ciclo reproductor. c) Creencia en la inferioridad intelectual: La capacidad emocional y afectiva de la mujer está más desarrollada que sus cualidades racionales, relegándolas de esta forma a las dedicaciones domésticas y familiares. Para salvaguardar la hegemonía de los hombres en el poder, se atribuyeron a ambos sexos distintas funciones sociales, es decir, distintos roles sexuales, con el fin de mantener a las mujeres en un estado de dependencia y sumisión. Además se ejerce un auténtico control para evitar cualquier tipo de rebelión que fuera contra los intereses de los hombres. Estas manifestaciones de poder provocaban situaciones extremas que buscaban el dominio total del hombre por parte de la mujer, generando condiciones muy peligrosas para la integridad física, psíquica y social del colectivo femenino en nuestra sociedad. Según Johnson (1995) uno de los productos surgidos por el patriarcado es el derecho que tienen los hombres a controlar a sus mujeres para conseguir su subordinación total mediante las amenazas, el aislamiento o las agresiones. 6. EL APORTE DE LA PSICOLOGÍA SOCIAL AL ESTUDIO DE LAS RELACIONES DE GÉNERO De todos los aportes de la Psicología Social al estudio de las relaciones de género, vamos a centrarnos en las dos que nos parecen más idóneas para aportar luz sobre el fenómeno que queremos analizar: los roles y estereotipos sexuales, y los valores. 20 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 6.1. Roles y estereotipos sexuales Como se ha señalado anteriormente, la percepción acerca de lo masculino o femenino no está basada en la biología sino en los aspectos sociales y culturales, en la socialización. A lo largo de nuestro proceso de socialización, vamos interiorizando determinados comportamientos que nos identifican como hombres o como mujeres, dando lugar a los denominados estereotipos de género, que inciden directamente en las relaciones sociales, en la personalidad de los individuos, en el autoconcepto, en las relaciones de pareja, en la familia, en el grupo de pares, en las relaciones políticas, etc. (Moya, 1984). Los estereotipos se pueden definir como generalizaciones no científicas acerca de lo que es propio de cada sexo y se componen de una serie de características, destrezas o conductas consideradas socialmente como propias de hombres y mujeres que refuerzan, al mismo tiempo, las desigualdades de género (Sánchez e Iglesias, 2008). Los roles están sumamente conectados a los estereotipos de género, es decir a aquellas ideas impuestas y asumidas sobre las características, actitudes y aptitudes de las mujeres y de los hombres en el entorno social. Y estos estereotipos se transmiten mediante las denominadas relaciones de género, que son aquellas que se establecen mediante procesos comunicativos y que implican el control del poder social, impulsándose a través de la educación a través de los distintos agentes socializadores, como la familia, la escuela, el grupo de pares, o los medios de comunicación. De esta manera, el ambiente social va a educar a los individuos según las actitudes y los comportamientos que se consideran adecuados para cada grupo, en este caso a ser mujer o varón. Se pueden detectar una serie de estereotipos asociados a los varones y otros a las mujeres. Así, se atribuye a los hombres todas aquellas características referidas a la IXHU]DDOSRGHUDOFRQWURODODFRPSHWLWLYLGDGDODGHFLVLyQDODYDOHQWtD«PLHQWUDV que a las mujeres se les atribuyen las características referidas a la delicadeza, GHSHQGHQFLDFDOLGH]LQWURYHUVLyQ« La fuerte imposición patriarcal ha hecho que los hombres se hayan atribuido las tareas más importantes para el funcionamiento social. La economía, la política, la legislación, la religión o la educación, siempre han estado bajo la supervisión de los varones, perpetuando así sus roles sexuales y aumentando el control masculino sin 21 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 importar la presencia de la mujer en estas esferas (Moya, 1984). Esta invisibilización femenina viene fuertemente impuesta por el sexismo, que se entiende como aquella actitud negativa dirigida hacia un determinado sexo, es decir, una persona tiene una actitud de prejuicio hacia las mujeres debido a la creencia en su inferioridad como colectivo. Sin embargo, esta antipatía puede coexistir con sentimientos positivos, de ahí que el sexismo pueda tener un carácter ambivalente. En el sexismo ambivalente se diferencian dos componentes: por un lado el sexismo hostil, que es aquella actitud de prejuicio manifestada a través de una conducta discriminatoria hacia la mujer; y por otro lado el sexismo benevolente propiamente dicho, que comprende un conjunto de actitudes interrelacionadas hacia las mujeres que son sexistas cuando se les considera de forma estereotipada y limitadas a ciertos roles, pero presenta al mismo tiempo un tono más afectivo, con conductas prosociales como por ejemplo la búsqueda de ayuda o de intimidad (Moya, 2004). El sexismo benevolente puede ser más peligroso que el sexismo hostil ya que se puede utilizar para legitimizar al segundo y porque, debido a su carácter benévolo, no se le considera sexista, pero se utiliza igualmente para conseguir la subordinación de la mujer. En el sexismo benevolente existen tres componentes básicos: x El primero de ellos es el paternalismo protector, basado en la dependencia del otro, lo que posee un carácter de subordinación pero cargado de cariño y protección que justifica la debilidad de la mujer. x Otro componente es la diferenciación de género complementaria, que viene constituida por la visión que tienen los hombres de las mujeres (objetos románticos, madres, esposas) que potencia la visión positiva de la mujer pero de una forma estereotipada. x Y por último la intimidad heterosexual, que es la fuente más poderosa de la ambivalencia, percibiéndose las relaciones heterosexuales como una fuente de felicidad. La desigualdad generada por los estereotipos puede dar lugar a la creación de una serie de mitos asociados a las diferencias entre ambos sexos que determinan nuestra forma de actuar, sentir y pensar. Este aspecto tiene un papel muy relevante a la hora de concebir mentalmente a la mujer, ya que así los hombres pueden culpar a sus compañeras de sus propias actitudes violentas, debido a la necesidad varonil aprendida de controlar a la pareja, a su control total mediante la fuerza y el poder 22 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 (Torres y López-Zafra, 2010).Y desgraciadamente, dicho control, muchas veces acompañado por los celos, es percibido por la mujer como signo de cariño (LópezZafra creó al respecto el concepto de cultura del honor, que se puede consultar, por ejemplo, en López-Zafra y Rodríguez-Espartal -2008-). 6.2. Valores Desde los inicios del tratamiento científico de la conducta humana, la Psicología ha creado constructos que explican cómo pensamos, y en función de dichos pensamientos poder determinar cómo nos comportamos. A veces se ha denominado a ese entramado de ideas de cada uno la personalidad, cuando hacemos referencia a la esencia de nosotros mismos, y otras veces a valores, cuando hacemos referencia a aspectos de nosotros mismos más modificables y cambiantes. A los psicólogos sociales nos interesan fundamentalmente los valores, esos constructos que hacen referencia a estructuras mentales que son difíciles de cambiar, pero no inmutables. De hecho, el sexismo se puede considerar un valor. Al fin y al cabo los valores son los colores con los que pintamos la realidad. Y cuando dos personas se ponen a dialogar, muchas veces se dan cuenta de que utilizan colores muy distintos, es decir, mantienen puntos de vista muy diferentes. Y si no tratan de comprenderse, de ponerse en la piel del otro, de empatizar, y de respetar los demás puntos de vista, están abocados a dejar de relacionarse. Pues bien, eso que nos pasa a las personas desde un punto individual, ocurre también a nivel de grupos y de grandes colectivos, y de manera muy general forma lo que llamamos cultura. El concepto de cultura ha sido muy estudiado dentro de las Ciencias Sociales, quizá sobre todo por la Antropología. Nosotros no nos vamos a detener en este aspecto, pero si tuviéramos que dar unas pinceladas al respecto, destacaríamos la visión de Geert (1995), autor que expresa que el ser humano es una animal suspendido en una telaraña de significados. Es decir, la cultura es la semantización, el dotar de sentido a la realidad, el comprender esa realidad poniéndole etiquetas. Un ejemplo fundamental desde el punto de vista individual es nuestra costumbre de ponernos nombres; no es lo mismo hablar de personas en general, que hablar de alguien en concreto; es más, casi todos nos identificamos con nuestro nombre, y el mero nombre construye nuestra identidad, nos hace personas. Y es que como 23 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 comenta Geert (1995), esa telaraña de significados la construyen los mismos seres humanos, diferenciándonos este hecho de los demás animales. Y por eso precisamente concluye Geert que el análisis de la cultura debe hacerse a base de interpretaciones, de describir los significados. Y dentro de una cultura hay valores. El valor es más específico que la cultura, se refiere a formas concretas de pensar y de actuar dentro de una cultura. Así, Triandis (1980, 1996) define los valores como los fines y principios relevantes en la vida con los que las personas evalúan lo que es deseable, bueno o bello, y que sirven de guía de la conducta diaria o como enunciados acerca de cómo deben ser las cosas. Para Ros, los valores son constructos que expresan la relación estable e integral entre el individuo y la sociedad. Para Morales (2000) son principios amplios y generales que sirven de base a las creencias. Y para Schwartz y Bilsky (1987), su agrupación genera motivaciones, que son agrupaciones de valores. Es decir, los valores son las formas en las que se concreta una cultura. Y cabrían dos interpretaciones: que dentro de cada cultura existen valores específicos que sólo se dan dentro de la misma, y que los valores son universales y se dan en todas las culturas, variando su grado de manifestación de unas a otras. Hoy en día, la Psicología Social ha optado fundamentalmente por esta segunda vía. La investigación más importante sobre valores de las últimas décadas ha sido llevada a cabo por un antropólogo, Hofstede (1999, 2001). Nunca una investigación ha tenido tanta repercusión dentro de la ciencia de la Psicología Social, refundando la Psicología Cultural. Hofstede distingue cinco dimensiones, o cinco grandes valores, que se manifiestan en todas las culturas, variando el grado en que dentro de cada una predominan, y el grado en que cada sujeto dentro de cada cultura manifiesta cada dimensión. Las dimensiones son las siguientes (queremos indicar que vamos a excluir una de ellas, la de orientación a largo plazo versus orientación a corto plazo, al no referirse a cuestiones de género. Sin embargo, las otras cuatro, que sí se relacionan con cuestiones de género, serán las que expondremos a continuación): 6.2.1. Distancia jerárquica Esta dimensión se refiere al grado en el que miembros menos poderosos de una sociedad esperan la existencia de diferencias en los niveles de poder. Una puntuación más elevada sugiere que hay expectativas de que algunos individuos 24 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 tendrán mucho más poder que otros, es decir, se asume y se considera normal y deseable que tiene que haber personas que mandan y personas que obedecen, y toda una cadena de mando entre medias. Los países con elevada distancia de poder, por otra parte, son típicamente más violentos. Una puntuación baja refleja la perspectiva de que la gente debe tener derechos iguales. Las naciones latinoamericanas y árabes están catalogadas como las más altas en esta categoría; las escandinavas y germánicas entre las más bajas. Si en una sociedad hay personas que poseen un elevado nivel de distancia jerárquica, éstas se caracterizarán por la siguiente forma de pensar y de actuar, tanto en el universo laboral como familiar: x Recurrir a la violencia cuando una persona realiza alguna acción que va en contra de lo esperado o de lo que la comunidad requiere. Incluso algunas personas no dudan en recurrir a una violencia extrema. x Establecer relaciones de jerarquía a nivel familiar de manera muy marcada, de forma que las opiniones y los deseos de los padres no pueden ser discutidos por sus hijos, y se debe obedecer a aquéllos bajo cualquier circunstancia. El diálogo no tiene sentido dentro de la familia, en cuanto que los hijos deben atenerse a lo que se debe hacer, no hay nada que discutir. x Dentro del universo laboral las relaciones se vuelven también tremendamente jerárquicas. Esto les lleva a desempeñar trabajos ocupando normalmente las posiciones más bajas del organigrama, o de no ser así, presentar una visión de las relaciones humanas en el trabajo que implican la explotación sistemática de aquellas personas que están a su cargo. Es decir, existe una confusión entre el desempeño de un cargo y la pleitesía. 6.2.2. Individualismo versus colectivismo El individualismo es el polo contrario al colectivismo, y se refiere al grado en que las personas esperan valerse por sí mismas o, alternativamente, actúan principalmente como miembros de un grupo u organización. Los Estados Unidos son la sociedad más individualista del mundo. El individualismo acentúa la importancia de los derechos y las libertades individuales, poniendo especial énfasis en la carrera personal, las recompensas y el respeto personales. En las sociedades individualistas se valora la preferencia por la libertad y el grado de libertad que se concede a los lazos sociales. El colectivismo enfatiza los valores y la armonía entre los miembros de un grupo, al cual se subordinan los intereses personales. Un claro ejemplo como se 25 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 acaba de comentar de sociedad individualista es Estados Unidos, así como, más cercana a nuestro entorno, el Reino Unido, Holanda, Italia..., en comparación con los países latinoamericanos, donde imperan las sociedades colectivistas. Para las sociedades colectivistas, la familia es una entidad fundamental, que está por encima del individuo. Sin embargo, para la sociedad individualista lo principal es el individuo en sí, y no la familia a la que pertenece. En las sociedades individualistas el papel de los amigos es fundamental, e incluso se sitúa por encima de la familia. Sin embargo, en las sociedades colectivistas se vive en familia y para la familia, y apenas se mantienen relaciones fuera de la misma. Dentro de nuestro país existen grupos muy colectivistas, como la comunidad gitana, por ejemplo. Para ellos, cualquier ofensa a un miembro de su grupo es una ofensa a toda su colectividad, y la familia es una unidad básica, muy por encima del individuo. Desgraciadamente, el que vivan a su vez en países que no son tan colectivistas hace que su propia comunidad sea muy restrictiva y punitiva con las mujeres, obligándolas a seguir las tradiciones familiares, mientras que con los varones se es mucho más transigente. 6.2.3. Masculinidad versus feminidad Se trata de la dimensión que más nos interesa en este artículo. Se refiere al valor asignado a los tradicionales roles de los géneros. Los valores masculinos incluyen la competitividad, la asertividad, la ambición y la acumulación de riqueza y de posesiones materiales. En una cultura masculina, la mayoría de las personas creen que sólo los hombres se deben preocupar por los estudios lucrativos, y que las mujeres no deben trabajar duro ni estudiar si no quieren. En una cultura femenina, hay más casos de mujeres en estudios tradicionalmente ocupados por los hombres (por ejemplo, las ingenierías) que en una cultura masculina. De acuerdo con las investigaciones de Hofstede, son los países escandinavos los que tienen una cultura más marcada hacia la feminidad, y son países como Japón o México los que tienen una cultura fuertemente masculina. La masculinidad se refiere a las sociedades en las que los roles de género son claramente distintos entre sexos (por ejemplo, el hombre tiene que ser asertivo, resistente, y centrarse en el éxito material, mientras que la mujer debe ser más modesta, tierna, relacionada con la calidad de vida, etc.) La feminidad se refiere a las 26 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 sociedades en las que se superponen las funciones sociales de género (es decir, tanto los hombres como las mujeres tienen que ser modestos, tiernos, y sobre todo luchar por la calidad de vida). Las sociedades que tienen mayor inclinación hacia la masculinidad, definen los géneros de formas más tradicionales y dan preferencia estereotipada a los comportamientos masculinos sobre los comportamientos femeninos. Las sociedades más orientadas hacia la feminidad tienen una visión más amplia y completa de los diferentes papeles que juegan tanto los hombres como las mujeres en las actividades laborales y domésticas. Algunas características más centradas en la feminidad lo constituyen el cuidado y consideración que se tenga de las relaciones interpersonales y el equilibrio entre las actividades del hogar y del trabajo (Páez y Fernández, 2004). 6.2.4. Evitación de la incertidumbre La cuarta de las dimensiones de Hofstede, la evitación de la incertidumbre, refleja el grado en que una sociedad acepta la incertidumbre y los riesgos. En términos sencillos, las culturas con más puntuación en esta escala evitan tomar riesgos. Las culturas mediterráneas son las más altas en esta categoría. Desde la Psicología Social KHPRV GHQRPLQDGR WDPELpQ D HVWD GLPHQVLyQ FRPR ³PHQWDOLGDG GXUD´ versus ³mentalidad blanda´HVGHFLUKD\FXOWXUDVPiVDELHUWDVDOFDPELR\TXHDGPLWHQTXH no haya un criterio uniforme para las cosas. Así, por ejemplo, en las culturas con mayor aceptación de la incertidumbre, o de mentalidad más blanda, se aceptan mejor roles sexuales distintos a los tradicionales; en una cultura de mentalidad dura, se penaliza, por ejemplo, la homosexualidad. 7. LA MAYOR LACRA DE LOS ROLES SEXUALES TRADICIONALES: LA VIOLENCIA MACHISTA La violencia contra las mujeres continúa siendo una epidemia global que mata, lastima y perjudica física, psicológica, sexual y económicamente a millones de mujeres de todas las edades. Es una violación de los derechos humanos negarle a las mujeres la igualdad, la seguridad, la dignidad y las libertades fundamentales (BID, 2010; DAWN, 1985; OMS, 2002; ONU Mujeres, 2004); PNUD, 2013). 27 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 Según la Declaración de las Naciones Unidas para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, Resolución de la Asamblea General, de diciembre de 1993: ³/D violencia contra las mujeres es la manifestación de relaciones de poder históricamente desiguales entre los hombres y las mujeres, que han llevado a la dominación y la discriminación contra las mujeres hecha por los hombres y a la evitación del completo avDQFHGHODVPXMHUHV«´ Y la Organización Mundial de la Salud desde hace años viene denunciando la violencia contra la mujer como un problema de salud prioritario, pide en su Informe 0XQGLDOVREUHOD9LROHQFLD\OD6DOXG³integrar la prevención de la violencia en las políticas sociales y educativas y promover además la igualdad entre los sexos y la igualdad social´5HFRPHQGDFLyQ Las secuelas provocadas por el maltrato físico son evidentes, pero el impacto a nivel psicológico y el deterioro en la calidad de vida de estas mujeres es más difícil de identificar y evaluar. Para poder establecer el impacto de los efectos de la violencia contra la mujer sobre la salud individual y sobre la salud pública, se ha establecido un indicador basado en la pérdida de Años de Vida Saludables (AVISA), que permite calcular el número de años perdidos en relación a una esperanza de vida teórica, que determinaría el número de pérdida de AVISA que se produce como consecuencia de la violencia de pareja (Lorente, 2001). Los daños físicos suponen el 55% de los AVISA SHUGLGRV PLHQWUDV TXH ORV ³QR ItVLFRV´ UHIHULGRV D ORV SVLFROyJLFRV \ D OD VDOXG reproductora, suponen el 45% (Lorente, 2001). Algunos de los datos que nos facilita Naciones Unidas al respecto son los siguientes (Clemente, 2014): x El tipo de violencia contra las mujeres más común a escala mundial es la violencia física infligida por la pareja. Como mínimo, una media de 6 de cada 10 mujeres son golpeadas, forzadas a tener relaciones sexuales o sufren de un tipo de abuso cualquiera a mano de su pareja a lo largo de su vida. x Se estima que 1 de cada 5 mujeres en el mundo será víctima de una violación o de un intento de violación a lo largo de su vida. 28 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 x Las mujeres sufren acoso sexual a lo largo de sus vidas. Entre el 40% y el 50% de las mujeres en la Unión Europea han manifestado haber sufrido algún tipo de acoso sexual en su lugar de trabajo. x El costo de la violencia contra la mujer infligida por su pareja solamente en los Estados Unidos sobrepasa los 5.800 millones de dólares americanos al año. De ellos, 4.100 millones de dólares son destinados a servicios médicos directos y de atención médica, en tanto que la pérdida de la productividad representa cerca de 1.800 millones de dólares. x En Canadá, un estudio realizado en 1995 estimó los costos directos anuales de la violencia contra la mujer en 1.170 millones de dólares canadienses. Un estudio de 2004 en el Reino Unido estimó el total de los costos directos e indirectos de la violencia doméstica, incluidos el dolor y el sufrimiento, en 23.000 millones de libras esterlinas al año o 440 libras por persona. 8. HACIA EL ESTABLECIMIENTO DE LAS NUEVAS MASCULINIDADES Aparte de que los movimientos feministas se hayan convertido en los que han provocado una amplia reflexión sobre el concepto de género, también han provocado que, como comenta Soto (2013), dicho concepto se ha convertido en una herramienta teórica para el análisis, para la reflexión y para denunciar un problema que entró en discusión ya en la década de los años sesenta del siglo pasado, como es la exclusión de las mujeres de la vida social. Esta nueva masculinidad se ha denominado en ocasiones como nueva masculinidad positiva (si bien lo normal es que se utilice la palabra en plural, de forma que se admita una visión no monolítica de la forma de ser de los varones), cuando incluye el rechazo a la masculinidad tradicional y por lo tanto patriarcal (es decir, desfavorecedora del rol de la mujer, y por lo tanto favoreciendo y proclamando la necesidad de encontrar un empoderamiento de las mujeres para conseguir una sociedad justa desde el punto de vista de género), y el rechazo a las concepciones homofóbicas (es decir, a las posturas que establecen que el gusto sexual admitido tradicionalmente se debe cuestionar, de forma que no se rechace a los colectivos homosexuales, estableciendo que la sociedad no debe inmiscuirse en los gustos sexuales de las personas, por lo que no se debe rechazar -y mucho menos penalizarla homosexualidad). 29 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 Un problema adicional se plantea: igual que para las mujeres es un auténtico yugo tener que asumir un rol que les obliga a desempeñar un papel en el que deben DVXPLUVXLQIHULRULGDGHOUHSDUWRGHUROHV³REOLJD´WDQWRDYDURQHVFRPRDPXMHUHVSRU lo que también actúa como yugo para los varones. Así, empiezan a existir colectivos de varones que no quieren asumir el papel de ser humano que discrimine negativamente a las mujeres, que no quieren asumir como rasgo de su carácter la agresividad, o que simplemente desean que se les reconozcan una serie de rasgos que típicamente estaban asignados a la mujer, como la sensibilidad, la ternura o el cariño, rasgos que si un varón manifestaba era considerado por la sociedad como con la etiqueta negativa de homosexual, y siendo penalizado socialmente, independientemente de su tendencia sexual, sólo por el hecho de reclamar una serie GH FDUDFWHUtVWLFDV GH URO TXH KDQ VLGR DWULEXLGDV D OD PXMHU \ ³UREDGDV´ DO YDUyQ (Q una palabra, el yugo afecta a ambos roles de género, y los varones también reclaman su libertad de expresión. De esta manera, se comienza a plantear el concepto de masculinidad, a buscar una redefinición de los roles socio-sexuales también para el varón, y especialmente se plantea un nuevo concepto del varón, que no se basa en la concepción sexista anterior, que implicaba el machismo como punto de partida. El nuevo varón es un ser que lucha por la igualdad en los roles sexuales, y que no discrimina ni a las mujeres ni a los homosexuales, que trata de definirse sin excluir a otros colectivos. Así, Soto (2013), por ejemplo, plantea que el concepto de nuevas masculinidades se define como: ³8QPRYLPLHQWRLQFLSLHQWHGHKRPEUHVRJUXSRVGHKRPEUHVTXHDERJDQSRUOD igualdad entre hombres y mujeres en todos los aspectos de la vida y que luchan por erradicar la violencia física o psicológica a mujeres, niños, ancianos y hombres. Del mismo modo, las nuevas masculinidades promueven la crítica a la masculinidad hegemónica a quienes identifican como la responsable de la negación de los derechos de mujeres y hombres así como la reguladora del mantenimiento de los propios SULYLOHJLRVHQGHVPHGURGHORTXHHOODGHILQHFRPRQRUPDOSDWROyJLFD´ Nos parece interesante al respecto la reflexión realizada por Amelia Valcárcel SFXDQGRDILUPDTXH³HOIHPLQLVPRHVXQKLMRQRTXHULGRGHOD,OXVWUDFLyQ´ puesto que, retomando a Soto (2013), a partir de dicho momento se empiezan a realizar preguntas como por qué las mujeres están excluidas, por qué los derechos 30 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 son sólo aplicables a los hombres, dónde se sitúa el origen de esa discriminación, qué se puede hacer para combatir la desigualdad, etc. (véase también Valcárcel, 1994). Por lo tanto, los hombres comienzan a organizarse reclamando una reflexión sobre el concepto de género desde lo masculino, desde la necesidad de crear una masculinidad alternativa a la que construyó una sociedad patriarcal y machista, una masculinidad positiva. Pero dicha organización no habría sido eficaz si no se hubiera convertido en un problema social, en un nuevo colectivo reivindicativo de sus derechos. Así, en cuestiones de género, nos encontramos con tres tipos de colectivos que reclaman sus derechos, derivados de tres visiones distintas de la realidad: x Las reivindicaciones de las mujeres, que encuentran su representación y fuerza en los movimientos feministas. x Las reivindicaciones de los hombres que luchan por la igualdad, y que reclaman una masculinidad positiva. x Y por supuesto, los colectivos que reclaman que no cambie el statu quo, que sea el papel predominante del varón el que se organice y decida dentro de la sociedad, aun reconociendo la necesidad de dotar a la mujer de una nueva participación, eso sí, sin abandonar su papel residual. Los movimientos de hombres por la igualdad tienen sus antecedentes en los países anglosajones y escandinavos (Soto, 2013), utilizando la etiqueta de antisexistas, y reclamando un trato igualitario al tener derecho todo ser humano a disfrutar de los mismos derechos civiles. En Estados Unidos se creó a finales de la década de los noventa del siglo pasado la etiqXHWDGH³SURIHPLQLVWDV´SDUDLGHQWLILFDUD estos colectivos, etiqueta que sigue siendo la habitual en el mundo anglosajón, mientras que en el mundo latinoamericano se ha ido imponiendo otra etiqueta, la de ³KRPEUHVSRUODLJXDOGDG´(VWRVKRPEUHVFRPR\Dse comentó, a menudo han sufrido HODWDTXHGHORVPRYLPLHQWRVIHPLQLVWDVDOVHUYDURQHV\³SRVLEOHV´HVStDVGHQWURGH los colectivos feministas, y han recibido el ataque de hombres (y de mujeres) machistas, de orientación masculina tradicional, que recurriendo al insulto les han GHGLFDGR FDOLILFDFLRQHV FRPR ³DQWLKRPEUHV´ ³UHVHQWLGRV FRQ ORV KRPEUHV´ R SRU VXSXHVWR³KRPRVH[XDOHV´+DQVLGRDFXVDGRVSRUORVYDURQHVPDFKLVWDVGHIRPHQWDU XQD³FXOWXUDGHOKRPEUHEODQGR´ORTXHLPSOLFDUtDVHJ~QGLFKRVFROHFtivos machistas, degradarse e ir contra toda la sociedad, al atentar contra lo que estos últimos 31 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 consideran como valores que permiten que el mundo funcione, como la competitividad y la agresividad. Por último, queremos reseñar que algunos teóricos del tema se han enfocado al análisis de la salud, y en concreto de la salud física. Así, al igual que se ha argumentado cómo la mujer ha sufrido y sufre las consecuencias del machismo incluso con su vida (el uxoricidio es un ejemplo al respecto), Castells y Subirats (2007) retoman una reflexión de Marqués (1987) en el que éste afirmaba que el hecho de que los varones mueran antes que las mujeres y de que mueran también más jóvenes los YDURQHVTXHODVPXMHUHVVHGHEHDTXHHOYDUyQVHYHREOLJDGRDVHJXLU³PDQGDWRV de JpQHUR REVROHWRV´ VH SXHGH FRQVXOWDU WDPELpQ 0DUTXpV \ 2VERUQH 1R estamos de acuerdo con esta idea, que además no tiene ninguna verificación empírica que relacione precisamente el rol de varón con los accidentes y la mortalidad. Castells y Subirats (2007) lo expresan de la siguiente manera (véase Sanfélix, 2011): [..] el mantenimiento sin cambios suficientes de las formas de virilidad del pasado está afectando a los varones en diversos ámbitos de su vida: a veces, porque las antiguas formas de virilidad ya no son útiles y acaban siendo un problema: otras veces, porque los cambios en la vida de las mujeres están destruyendo los papeles asignados a los hombres. Sea por su propio desfase o por el que las mujeres provocan, las bases culturales sobre las que sigue viviendo el género masculino van perdiendo sus antiguas funciones: y a partir de aquí, se produce una serie de desestabilizaciones en la vida personal que llegan a la desestabilización, al dolor e incluso [..] a una muerte temprana sin justiILFDFLyQQLQJXQD´ Nuestra intención con este artículo es fundamentalmente académica y reflexiva, y por lo tanto nuestra principal conclusión es que por fin la masculinidad se convierte en un tema a estudiar desde la perspectiva de los roles, y en concreto de los roles sexuales, de la misma manera que en su momento ocurrió con la consideración del rol de la mujer. Si dicha consideración permite, como así está sucediendo, crear un concepto nuevo de varón, y si dicha concepción consigue evitar el machismo y la masculinidad hegemónica, dando paso a masculinidades positivas, que huyen del machismo y de la discriminación de la homosexualidad, creemos que la sociedad se verá beneficiada, en cuanto que se produce un avance hacia la justicia social. 32 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 Referencias Bibliográficas Amorós, C. (2009). El método en Simone de Beauvoir. Método y psicoanálisis existencial. Ágora: Papeles de filosofía, 28 (1), 11-29. Berger, P.L y Luckmann, T. (2003) La construcción social de la realidad. Buenos Aires: Amorrortu. BID (Banco Interamericano de Desarrollo) Empoderamiento de la Mujer. (2010). Igualdad de Género y En http://www.iadb.org/es/temas/genero- pueblos-indigenas-y-afrodescendientes/igualdad-de-genero-y-empoderamientode-la-mujer,2604.html#.UmgCYKebvIU Bosch, E. (2007). La violencia de género como fenómeno social. En Autor, La violencia de género. Algunas cuestiones básicas (pp.19-61). Jaén: Formación Alcalá. Castells, M. y Subirats, M. (2007). Mujeres y hombres ¿Un amor imposible? Madrid: Alianza Editorial. Clemente, M. (1992). Psicología Social Aplicada. Madrid: Eudema. Clemente, M. (2010). Introducción a la Psicología Social: Enfoques teóricos clásicos. Madrid: Universitas. Clemente, M. (2014). El empoderamiento de las mujeres (y sus efectos perversos en la guarda y custodia de los hijos). Ourense: Deputación de Ourense (en prensa). Cobo, R. (2005). El género en las ciencias sociales. Cuadernos de trabajo social, 18, 249-258. DAWN (Development Alternatives with Women for a New Era) (1985). Development, Crisis and Alternative Visions: Third World Women Perspectives. Delhi: Academic. Geert, C. (1995). The Interpretation of Cultures. Londres: Hutchinson. Gil Calvo, E. (2006). Máscaras masculinas. Héroes, patriarcas y monstruos. Barcelona: Anagrama. Hofstede, G. (1999). Culturas y Organizaciones. El Software Mental. Madrid: Alianza. 33 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 Hofstede, G. (2001). Culture´s Consequences. Comparing Values, Behaviours, Institutions and Organizations across Nations. (2ª Ed.). Thousand Oaks: Sage. Johnson, M. (1995). Patriarchal Terrorism and Common Couple Violence: Two Forms of Violence against Women. Journal of Marriage and Family, 57 (2), 283-294. Lameiras, M.; Carrera, M.V. & Rodríguez-Castro, Y. (2013). Sexualidad y salud: El estudio de la sexualidad humana desde una perspectiva de género. Vigo: Universidade de Vigo. López-Zafra, E. y Rodríguez-Espartal, N. (2008). Relación entre Cultura del Honor, celos y satisfacción en la pareja. Boletín de Psicología, 94, 7-22. Recuperado de http://www.uv.es/seoane/boletin/boletin.html Lorente, M. (2001). Violencia de género, educación y socialización: acciones y reacciones. Mujeres en Red. El periódico feminista. http://www.nodo50.org/mujeresred/spip.php?article1085 Lorente, M. (2010). (Coord.), Violencia de género. Afrontando el futuro. En E. López-Zafra Violencia contra las mujeres: Descripción e intervención biopsicosocial (pp. 9-15). Jaén: Universidad de Jaén. Marqués, J.V. (1987) ¿Qué hace el poder en tu cama? Barcelona: Icaria Editorial. Marqués, J.V. y Osborne, R. (1991) Sexualidad y sexismo. Madrid: Fundación Universidad-Empresa. Minello, N. (2002). Masculinidades: un concepto en construcción. Nueva Antropología, 61, 11-30. Morales, J.F. (2000). Individualismo y Psicología Social. Revista de Psicología General y Aplicada, 53,223-240. Moya, M. (1984). Los roles sexuales. Gazeta de antropología, 3 (8), 1-7. Recuperado de http://www.ugr.es/~pwlac/G03_08Miguel_Moya_Morales.pdf Moya, M. (2004). Creencias estereotípicas y género: Sexismo ambivalente. En D. Páez, I. Fernández, S. Ubillos y E. Zubieta (Coords.), Psicología social, cultura y educación, (pp. 789-798). Madrid: Pearson Educación. 34 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 Moya, M. y Puertas, S. (2004). El sexismo en el aula. En D. Páez, I; Fernández, S. Ubillos y E. Zubieta (Coords.), Psicología social, cultura y educación, (pp. 208225). Madrid: Pearson Educación. OMS. (2002). Informe mundial sobre la violencia y la Salud. Suiza: Organización Mundial de la Salud. Recuperado de www.who.int/violence_LQMXU\BSUHYHQWLRQYLROHQFHVXPPDU\BHVSGI ONU MUJERES (2004). Principios para el empoderamiento de las mujeres. La igualdad es buen negocio. http://www.unwomen.org/es/partnerships/businesses-and-foundations/womensempowerment-principles Páez, D. y Fernández, I. (2004). Masculinidad-Femineidad como dimensión cultural y del autoconcepto. En D. Páez, I. Fernández, S. Ubillos y E. Zubieta (Coords.), Psicología social, cultura y educación, (pp. 195-208). Madrid: Pearson Educación PNUD (2013). PNUD en acción. http://www.undp.org/content/undp/es/home/librarypage/corporate/ Pujal, M. y Amigot, P. (2010). El binarismo de género como dispositivo de poder social, corporal y subjetivo. Quaderns de Psicologia, 12 (2), 131-148. Ros, M. (1993). Jerarquía y significado de los valores: aplicaciones de la teoría de los valores personales de Schwartz. En B. González & A. Guil (Comps.), Psicología Cultural (pp. 291-298). Sevilla: Eudema. Sánchez, A. & Iglesias, A. (2008). Currículum oculto en el aula: estereotipos en acción. En R. Cobo (Coord.), Educar en la ciudadanía: perspectivas feministas (pp. 123-150). Madrid: Catarata. Sanfélix, J. (2011). Las nuevas masculinidades. Los hombres frente al cambio en las mujeres. Prisma Social, 7, 1-29. 6FKXOHU65,VODP)5RWWDFK(:RPHQ¶VHPSRZHUPHQWUHYLVLWHGDFDVH study from Bangladesh. Dev. Pract., 20 (7), 840-854. 35 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 Schwartz, s.h. & Bilsky, W. (1987). Towards a Universal Psychological Structure of Human Values: Extension and Cross-Cultural Replications. Journal of Personality and Social Psychology, 58, 878-891. Segarra, M. y Carabí, A. (Eds.) (2000). Nuevas masculinidades. Barcelona: Icaria Editorial. Soto, G. (2013). Nuevas masculinidades o nuevos hombres nuevos: el deber de los hombres en la lucha contra la violencia de género. Scientia Helmantica. Revista Internacional de Filosofía, 1, 95-106. Torres, E. y López-Zafra, E. (2010). Diferencias en cultura del honor, inteligencia emocional y pensamientos distorsionados sobre las mujeres en reclusos y no reclusos. Boletín de Psicología, 100, 71-88. Recuperado de http://www.uv.es/seoane/boletin/boletin.html Triandis, H.C. (1980). Values, Attitudes and Interpersonal Behavior. Nebraska Symposium on Motivation. Lincoln: University of Nebraska Press. Triandis, H.C. (1996). The Psychological Measurement of Cultural Symdromes. American Psychologist, 51, 407-415. Valcárcel, A. (1994). Sexo y filosofía. Sobre mujer y poder. Barcelona: Anthropos. Valcárcel, A. (2001). La memoria colectiva y los retos del feminismo. Santiago de Chile: Naciones Unidas. 36 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 ³*$<0$612%,&+$´ De uma heteromasculinidade hegemónica a uma proliferação de masculinidades gays Hugo Santos Doutorando de Ciências da Educação da Faculdade de Psicologia e Ciências da Educação da Universidade do Porto. Email: [email protected] Manuela Ferreira Professora Auxiliar na Faculdade de Psicologia e Ciências da Educação da Universidade do Porto. E-mail: [email protected] Sofia Marques da Silva Professora Assistente na Faculdade de Psicologia e Ciências da Educação da Universidade do Porto. E-mail: [email protected]. Resumo A questão da homofobia na escola tem surgido como uma problemática educativa recente. Este artigo, inspirado numa tese de Mestrado realizada anteriormente, pretende dar conta da complexidade das suas manifestações e expressões, o que implica discutir quer as rupturas, quer as ligações entre género e orientação sexual. Argumenta-se, num primeiro olhar, que a homofobia é, sobretudo, uma violência de género mas verifica-se que, lançando um segundo olhar, as representações dominantes da escola usam estrategicamente o atributo homofóbico que efeminiza a homossexualidade para salvaguardar a heterossexualidade masculina independentemente de concepções genderizadas. Quando se contacta com as culturas juvenis gays emergem, contudo, quer masculinidades hegemónicas que reproduzem ativamente estereótipos de género (gays normais versus bichas), quer masculinidades queer que desafiam noções vitimistas sobre a homofobia escolar. Espera-se, com estas reflexões, contribuir para os estudos em educação sobre género(s), masculinidade(s), sexualidade(s), LGBT e queer numa perspetiva pósestruturalista, complexificadora e, sobretudo, comprometida politicamente. Palavras-chave: Escola; Género; Masculinidade; Diversidade sexual. 37 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 ³*D\EXWQRWTXHHU´: from a hegemonic heteromasculinity to a proliferation of gay masculinities Abstract Homophobia in schools has been emerged as an educational problematic. This article, inpired by a earlier Master research, gives account to the complexity of its expression, which implies to discuss the ruptures and the connections between gender and sexual orientation. I argue that, at first glance, homophobia is related to gender violence but, at second sight, school dominant representations use strategically the homophobic epithets to efeminize male homosexuality and to keep masculine heterosexuality safe, no matter what gender people assume. When we interact with gay youth cultures it is visible either hegemonic masculinities that reproduce the traditional gender norms (normal gays versus queens), or queer masculinities that defays suffering notions about school homophobia. We hope to contribute to the educational studies about genders, masculinities, sexualities and LGBT/queer in a pos-structuralist, complex and, particularly, politically engaged perspective. Keywords: School; Gender; Masculinity; Sexual Diversity. "Gay, pero no mariquita": desde el heteromasculinidad hegemónica a la proliferación de las masculinidades homosexuales Resumen El tema de la homofobia en las escuelas se ha convertido en un tema educativo reciente. En este artículo, inspirado en una tesis de Maestría realizada anteriormente, da cuenta de la complejidad de sus manifestaciones y expresiones, lo que implica discutir cualquiera de las pausas o los vínculos entre el género y la orientación sexual. Se argumenta, a primera vista, que la homofobia es principalmente una violencia de género, pero resulta que el lanzamiento de una segunda mirada, las representaciones dominantes de la escuela utilizan estratégicamente un homofóbico atributo à la homosexualidad salvaguardia la heterosexualidad masculina independientemente genderizadas de concepciones. Cuando entra en contacto con las culturas juveniles gay surgen, sin embargo, si las masculinidades hegemónicas que reproducen activamente los estereótipos de género (gays normales versus maricones) o masculinidades homosexuales que cuestionan nociones vitimistas sobre la homofobia 38 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 en la escuela. Esperemos que, con estas reflexiones, lo que contribuye a los estudios en la educación sobre el género, la masculinidad, la sexualidad, LGBT y queer en una perspectiva complexificadora postestructuralista y sobre todo políticamente comprometidos. Palabras-clave: Escuela, Género, Masculinidad, Diversidad Sexual. Introdução: teorizando género e masculinidade(s) ³:KHQ,ZDVLQWKHWKird grade I thought that I was gay, ´Cause I could draw my uncle was, and I kept my room straight. I told my mom tears rushing down my face 6KH¶VOLNH³%HQ\RX¶YHORYHGJLUOVVLQFHEHIRUHSUH-NWULSSLQ¶´ <HDK,JXHVVVKHKDGDSRLQWGLGQ¶WVKH" Bunch of stereotypes all in my head. ,UHPHPEHUGRLQJWKHPDWKOLNH³<HDK,¶PJRRGDOLWWOHOHDJXH´ A preconceived idea of what it all meant For those that liked the same sex +DGWKHFKDUDFWHULVWLFV´ Macklemore & Ryan Lewis ± Same Love1 Os estudos sobre a(s) masculinidade(s) só recentemente se constítuiram como uma problemática recente (Silva & Araújo, 2007) talvez porque, durante muito tempo, RV ³HVWXGRV GH JpQHUR´ gender studies) foram erroneamente confundidos como ³HVWXGRV GDV PXOKHUHV´ ZRPHQ¶V VWXGLHV) (Rabelo, 2010). A investida do feminismo nas sociedades contemporâneas, ao questionar os ordenamentos ortodoxos da dominação patriarcal e ao ter conseguido alcançar mais igualdade legal e social e empoderamento para as mulheres, trouxe a masculinidade à tona científica sobre a forma de uma crise, com vários formatos, assim como abriu caminho, conjuntamente com a teoria queer2, para o questionamento da heterossexualidade ± elemento central 1 ³6DPH/RYH´pXPDFDQomRGRUDSSHUQRUWH-americano heterossexual, Macklemore, que conta a história do seu tio homossexual e o casamento dele com outro homem. A canção teve um grande sucesso nas tabelas musicais, um pouco por todo o mundo, em 2013 e o rapper foi bastante elogiado por ter afrontado o mundo do hip-hop, tradicionalmente machista, misógino e homofóbico. Ver a letra em: http://www.azlyrics.com/lyrics/macklemore/samelove.html. 2 Correndo o risco de cometer uma incoerência ao tentar definir uma teoria cujo núcleo central é a fuga às tentativas de definição, a teoria queer parece ser um posicionamento intelectual, com visibilidade mediática a partir dos inícios da década de 90, que propõe uma visão pósestruturalista ao campo dos estudos lésbicos e gays tradicionais, com as influências das teorizações de Jacques 'HUULGD0LFKHO)RXFDXOWRX-XGLWK%XWOHUVHQGRXP³UHZRUNLQJRIWKH post-VWUXFWXUDOLVW ILJXULQJ RI LGHQWLW\ DV D FRQVWHOODWLRQ RI PXOWLSOH DQG XQVWDEOH SRVLWLRQV´ (Jagose, 1996: 3). Além disso, a teoria queer representa um distanciamento estratégico e 39 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 na ordem de género ± como modelo único, legítimo e irrevogável de viver e de experienciar a sexualidade (Richardson et al, 2006). $V LQWHOHFWXDOL]Do}HV UHIOH[LYDV VREUH R SUySULR FRQFHLWR GH ³JpQHUR´ WrP sofrido alterações ao longo do tempo. Se é verdade que, para a teoria feminista, a utilidade política do conceito assentou no desvirtuar consecutivo do determinismo fatídico do sexo biológico ± género seria pois a construção social do sexo ±, algumas perspetivas foram, contudo, incapazes de conceber que, sendo uma construção social, o género transportara em si a potencialidade da sua desconstrução, assumindo desde logo, ao considera-lo semanticamente como um mero substituto gramatical para sexo biológico, uma discutível correspondência unilateral entre os dois (Butler, 2004). Foi precisar esperar até ao encontro do feminismo com as perspetivas queer, para que a teoria da performatividade de Judith Butler (1999), tão polémica e contestada como invocada e ultra-citada, radicalizasse os pressupostos definitórios de género ao entender este como o efeito reiteirado de atos performativos que naturalizam a essência genderizada do corpo, nunca totalmente restrito ao corpo e ao sexo ³IUHHIORDWLQJ´ PDV VHPSUH ILFWtFLR HVWUXWXUDOPHQWH UHJXODGR H SDVVtYHO GH LQILQLWD negociação. ³«gender is not a noun, but neither is it a set of freefloating attributes, for we have seen that the substantive effect of gender is performatively produced and compelled by the regulatory practices of gender coherence. Hence, within the inherited discourse of the metaphysics of substance, gender proves to be performative ² that is, constituting the identity it is purported to be. In this sense, gender is always a doing, though not a doing by a subject ZKRPLJKWEHVDLGWRSUHH[LVWWKHGHHG´(Butler, 1999: 33). (P³8QGRLQJ*HQGHU´%XWOHUTXHSDVVDUDos anos 90 a redefinir a sua WHRULD GHVFUHYH QXPD H[SUHVVmR FXULRVD JpQHUR FRPR ³D SUDFWLFH RI LPSURYLVDWLRQ ZLWKLQDVFHQHRIFRQVWUDLQW´%XWOHU(PWRGRRFDVRRLPSRUWDQWHDUHWHUp que ao quebrar-VH D OyJLFD XQLODWHUDO ³FRUSRVH[RJpQHUR´ R JpQHUR HVWDULD insidiosamente presente na expressividade corporal podendo coexistir masculinidades e feminilidades em corpos sexuados de homens e de mulheres indistintamente3. crítico quer ao essencialismo científico dos estudos lésbicos e gays, aprisionados numa conceção bio-ontológica de homossexualidade, quer ao assimilacionismo político do movimento gay, não se reduzindo, contudo, ao espectro da orientação sexual e/ou identidade de género, mas abarcando toda a sexualidade como campo de saber nas suas diferentes práticas, dinâmicas, vivências e experiências. 3 Em Portugal, alguns estudos, com uma forte componente empírica e com recurso metodológico à etnografia, são pioneiros por abordarem o género como uma construção performativa, situacional e negociada em contexto. De salientar as pesquisas de Manuela )HUUHLUD ³$ JHQWH JRVWD GH EULQFDU FRP RV PHQLQRV´ 2004), e de Maria do Mar Pereira, 40 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 ³7KH SUHVXPSWLRQ RI D ELQDU\ JHQGHU V\VWHP LPSOLFLWO\ UHWDLQV WKH EHOLHI Ln a mimetic relation of gender to sex whereby gender mirrors sex or is otherwise restricted by it. When the constructed status of gender is theorized as radically independent of sex, gender itself becomes a free-floating artifice, with the consequence that man and masculine might just as easily signify a female body as a male one, and woman and feminine DPDOHERG\DVHDVLO\DVDIHPDOHRQH´ (Butler, 1999: 10). Nesse sentido, género é ± como sempre foi ± um comportamento que não só se pode desarticular da ontologia do corpo e do sexo tendo estes, inclusive, um papel primordial na sua própria produção4; um produção reiterada dentro daquilo que Butler denominou de matrix heterossexual5 que organiza, a partir do eixo gravitacional do patriarcado ± e não se pode esquecer que, se o patriarcado é a dominação das mulheres pelos homens, a reprodução biológica tem aqui uma importância acrescida ao impôr a heterossexualidade como centro de legitimação do sexo (Warner, 2004) ±, a própria sexualidade e as relações de poder que se perpetuam a partir do (e, VLPXOWDQHDPHQWH FRQWUD R FRUSR RUJmRV VH[XDLV HWF QXPD ³FRVPRORJLD VH[XDOL]DGD´ %RXUGLHX OHYDQGR D GRPLQDomR SDWULDUFDO D RXWUDV UHJL}HV domínios e identidades. Se parte da homofobia diz respeito ao machismo, o feminismo não pode dissociar-se da luta ativista LGBT (lésbica, gay, bissexual e transgénero) pois a desigualdade sexista entre masculinidade e feminilidade pode ser visível noutros campos, corpos, grupos e identidades para além daqueles que o feminismo tradicionalmente se debruçou, nomeadamente o modelo heterossexual6. Isto não significa, contudo, que o feminismo deixou de ter a ver com as mulheres como ³)D]HQGRJpQHURQDHVFROD´$LQGa assim, 0DULDGR0DU3HUHLUDDILUPDTXH³não existe um corpo alargado e consolidado de reflexão teórica e produção empírica sobre género numa perspectiva SHUIRUPDWLYD «´ 3HUHLUD VHQGR ³XUJHQWH SRUWDQWR H[SORUDU R JpQHUR D SDUWLU GH XPD perspectiva performativa ± não porque o estudo da performatividade nos permitirá ficar a compreender WXGRVREUHJpQHURPDVSRUTXHKiPXLWRVREUHJpQHURTXHQmRSRGHPRVFRPSUHHQGHUVHPHOD´LGHP 125). 4 Contudo, considerando-se que a masculinidade não esWi´ UHGXFHG RU VROHO\ HTXLYDOHQW WR WKH PDOH ERG\´3DVFRHSDUDXPFHUWRDILQDPHQWRGHFRQFHLWRVKiTXHSHUFHEHUGLVFXUVLYDPHQWHDVXD associação contínua ao sexo biológico de um homem. 5 Judith Butler define, inspirada em Monique Wittig e Adrienne Rich, a matrix heterosexual FRPR³«WKDW JULGRIFXOWXUDOLQWHOOLJLELOLW\WKURXJKZKLFKERGLHVJHQGHUVDQGGHVLUHVDUHQDWXUDOL]HG«DKHJHPRQLF discursive/ epistemic model of gender intelligibility that assumes that for bodies to cohere and make sense there must be a stable sex expressed through a stable gender (masculine expresses male, feminine expresses female) that is oppositionally and hierarchically defined through the compulsory practice of KHWHURVH[XDOLW\´ %XWOHU (VWD matrix heterossexual produz, no dizer de Butler, géneros inteligíveis ³« WKRVH ZKLFKLQVRPHVHQVHLQVWLWXWHDQGPDLQWDLQ UHODWLRQV RI FRKHUHQFHDQG FRQWLQXLW\ DPRQJVH[JHQGHUVH[XDOSUDFWLFHDQGGHVLUH´(Butler, 1999: 23). 6 A título de exemplo: na invisibilidade das raparigas e mulheres lésbicas e da experiência genérica da homossexualidade feminina, da misoginia de certos grupos de gays ou, pelo contrário, na rejeição da efeminação de alguns rapazes e homens gays por parte de outros rapazes e homens gays mais ³PDFKLVWDV´ 41 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 sujeitos; apenas que há mais hierarquia de género para lá da heterossexualidade, embora ela seja sempre o centro da hierarquia (Richardson, et al, 2006). Feita esta adenda, importa referir que o interesse sobre as masculinidades não se trata de um blackclash contra o feminismo mas, muito pelo contrário: a sua desconstrução pode ser um excelente ponto de partida para se questionar o patriarcado estando ao serviço da lógica feminista. Aliás, o próprio entendimento da PDVFXOLQLGDGH QmR PDLV FRPR XP ³SDSHO´ FRPR QR IXQFLRQDOLVPR PDV FRPR XP FDPSR GLYHUVR H SOXUDO ³PDVFXOLQLGDGHV´ LQWHJUD XPD FRPSreensão destas não só como sendo internamente fracturadas e estando em perpétua dissonância e negociação (Connell, 2005), mas também como sendo racializadas, classisizadas, etc, de tal forma que outras dimensões podem se opôr as masculinidades hegemónicas HQWUHVL³Ou seja, a resistência não está presente somente na feminilidade. Dentro da dominação da masculinidade há relações de dominação e subordinação, até mesmo entre grupos de homens, como o dos homens heterossexuais sobre o dos homossexuais (pela estigmatização, exclusão política e cultural, abuso cultural, YLROrQFLDGLVFULPLQDomRHFRQyPLFDHERLFRWHVSHVVRDLV«´5DEHOR No campo educativo formal (a escola), a questão das masculinidades, ainda TXH ³SRXFR SUREOHPDWL]DGD H SUREOHPiWLFD´ (Silva & Araújo, 2007: 89), tem surgido, nacional e internacionalmente, por via de temáticas mediáticas como a (des)construção de estereótipos (Amâncio, 1994), os fenómenos da desafectação, do insucesso e do abandono escolar dos rapazes por oposição ao investimento das raparigas (Epstein et al, 1999), da violência e da homofobia (Kimmel & Mahler, 2003; Connell, 2005). Esta última é, desde finais da década de 90, compreendida como o efeito consequente da construção performativizada e negociada das masculinidades VHQGRR³EXOO\LQJKRPRIyELFR´XPGLVFXUVRQDWXUDOL]DGRQRLQWHULRUGDVPDVFXOLQLGDGHV e assim elevado a um ritual de passagem mítico e presumível no plano institucional, admitindo-se que os sujeitos que não se conformam com as normas de género padronizadas são homofóbicamente censurados (Louro, 1997; Ferreira, 2004). De relembrar que a homossexualidade masculina sempre foi historicamente construída VRFLDOPHQWH SROLWLFDPHQWH FLHQWLILFDPHQWH « FRPR RSRVWD H LQFRPSDWtYHO FRP D masculinidade (Connell, 1992; Bourdieu, 1999). Nas últimas décadas as associações de defesa dos direitos das pessoas LGBT, como a rede ex aequo, tem alertado para os fenómenos educativos SUREOHPiWLFRV GR ³EXOO\LQJ KRPRIyELFR´ DVVLP FRPR DOJXQV HVWXGRV WHP VDOLHQWDQGR um panorama escolar deste cariz (Caldas et al, 2012). Um documento da UNESCO 42 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 (2012), por exemplo, alerta que 70% dos/as jovens estudantes homossexuais são vítimas deste tipo de bullying e este, como uma forma multidimensional de violência, além de ter implicações na saúde, quer física quer psicológica destes jovens7, também tem implicações na forma como constroem cidadanias na e com a escola pública, sendo esta, inclusive, questionada como uma instituição segura, inclusiva e democrática, permitindo que certas masculinidades e sexualidades se expressem, restrigindo outras. Como refere Sue Lees, ³,IWKHVXEMHFWRIVH[XDOLW\LVWREHDGGUHVVHG effectively, citizenship education needs to be include an awareness of gendered power relations which create the constraints on aXWRQRP\DQGFKRLFH´(Lees, 2000: 273). Esses estudos procuram denunciar a homofobia na escola baseando-se na QRomR GH ³PDVFXOLQLGDGH KHJHPyQLFD´ GH 5DZ\HQ &RQQHOO SDUD MXVWLILFDU D homofobia8. &RPR D SUySULD UHIHUH ³>V@FKRRO VWXGLHV VKRZ SDWWHUQV RI KHJHmony YLYLGO\´&RQQHOOVHQGRTXHDVXDLQWHQomRera demonstrar a masculinidade como um campo plural de tensões e, sobretudo, de ligações de poder e dominação ± masculinidades hegemónicas, subalternas e marginalizadas ± mas as investigações, no entanto, tem debruçado muito mais sobre a hegemónica (Landreau & Rodriguez, 2010) mesmo que já num artigo anterior, Connell, tenha alertado para uma pluralidade de masculinidades gays (cf. Connell, 1992). Além disso, este tipo tradicional de masculinidade aparece como parte constitutiva da heterossexualidade compulsória, numa ligação que é historicamente mítica (como se por se ser masculino fosse obrigatoriamente ser-se heterossexual), ignorando-se outros formatos e versões. ³2SSUHVVLRQ SRVLWLRQV KRPRVH[XDl masculinities at the bottom of a gender hierarchy among men. Gayness, in patriarchal ideology, is the repository of whatever is symbolically expelled from hegemonic masculinity, the items ranging from fastidious taste in home decoration to receptive anal pleasure . Hence, from the point of view of hegemonic masculinity, gayness is easily assimilated to femininity. And hence - in the view of some gay theorists - the IHURFLW\RIKRPRSKRELFDWWDFNV´(Connell, 2005: 78). Elisabeth Badinter (1996) refere mesmo, ao analisar teoricamente a masculinidade, que a heterossexualidade é, conjuntamente com o distanciamento à 7 A ideia de que os/as jovens LGBT tem três vezes maior tendência para o suicídio do que os seus congéneres heterossexuais, já se tornou um cliché que, embora confira à juventude LGBT uma carga estigmatizante e dessexualizadora, não deixa de ser um aspeto dominante nos estudos, principalmente da Psicologia, sobre este segmento juvenil (Rasmussen et al, 2004). 8 Connell refere-se à masculinidade hegemónica FRPR³«WKHPDVFXOLQLW\WKDWRFFXSLHVWKHKHJHPRQLF position in a given patWHUQ RI JHQGHU UHODWLRQV D SRVLWLRQ DOZD\V FRQWHVWDEOH´ (Connell, 2005: 76), não sendo a masculinidade meramente um tipo caraterístico fixo, permanente e historicamente imutável, mas uma masculinidade hierarquicamente superiorizada no processo tensional de relações entre masculinidades. $GLDQWH&RQQHOOUHIRUoD³+HJHPRQLFPDVFXOLQLW\FDQEHGHILQHGDVWKHFRQILJXUDWLRQRI gender practice which embodies the currently accepted answer to the problem of the legitimacy of patriarchy, which guarantees (or is taken to guarantee) the dominant position of men and the VXERUGLQDWLRQRI:RPHQ´(idem: 77). 43 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 mãe e às raparigas, a terceira prova confirmativa da virilidade, sendo mais intensa, por comparação à feminilidade, o processo da sua incessante validação. Ao justificar a homofobia através da masculinidade hegemónica reifica-se a ligação, mais simbólica do que empírica, presente nas representações e estereótipos dominantes (como se verá adiante) entre a masculinidade e a heterossexualidade e, por extensão, de forma inversamente proporcional, entre uma masculinidade falhada (efeminada) e a homossexualidade, que constrói já uma imagem estereotipada do processo concreto e físico do bullying e não raras vezes concede aos homens heterossexuais um poder acrescido sobre os gays. Nesta perspetiva e por outro lado, os gays aparecem como vítimas inertes, SDVVLYRV H VXEPLVVRV VXMHLWRV QD DVVHUomR GH ³DVVXMHLWDGRV´ PDLV GR TXH GH ³DJHQWHV´DOLiVXPDWHQGrQFLDYLWLPLVWDSUHVHQWHQRVHVWXGRVMXYHQLV/*%7TXHWHm vindo a ser recentemente criticada por correntes da teoria queer (cf, por exemplo, Rasmussen et al, 2004). A própria noção de homofobia, oriunda dessas perspetivas psicologizantes, aparece associada a um medo fóbico individual e não a uma construção socioantropológica interacionista, histórica e coletiva (Borrillo, 2010). Se a abordagem da homossexualidade em território escolar ainda é uma tarefa difícil (Louro, 1997; Epstein & Johnson, 2009), muito se deve aos estereótipos desqualificadores que os agentes educativos possuem (estrategicamente ou não) sobre os homossexuais e a ausente e/ou insuficiente teorização das interconexões, rupturas e disjunções entre género e orientação sexual, nomeadamente nos estudos em Portugal (Richardson et al, 2006). Em sentido contrário, pouco se sabe sobre as vivências homossexuais em contexto comunitário e cultural assim como da sua pluralidade do ponto de vista do género performativo (Santos, 2013) e, mais concretamente, das dinâmicas da masculinidade (Connell, 1992). ³7Ke vocabulary for describing the difficult play, crossing, and destabilization of masculine and feminine identifications within homosexuality has only begun to emerge within theoretical language: the non-academic language historically embedded in gay communities is here much more instructive. The thought of sexual difference within homosexuality has yet to be theorized LQLWVFRPSOH[LW\´%XWOHU´ De facto, uma ideia importante a reter da teoria da performatividade de género é a possibilidade inequívoca de ideias fictícias de masculinidade e feminilidade coexistirem descoincidindo em corpos de homens e mulheres indiferentemente, transcendendo o sexo biológico, quer esses homens e mulheres se identifiquem como hetero, homo ou bissexuais; aliás, ideia que constitui o centro nevrálgico da 44 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 controversa e subversiva teoria queer YLVWRTXH ³«TXHHU GHVFULEHVWKRVHJHVWXUHV or analytical models which dramatise incoherencies in the allegedly stable relations between chromosomal sex, gender and sexual deVLUH´ -DJRVH 2 queer é pois um dispositivo estratégico de desconstrução da matrix heterossexual. A perpetuação de estereótipos sobre rapazes e homens gays (ainda) os retrata, apesar da contemporânea visibilidade mediática, sobre a égide da efeminação. Se é verdade que algumas tentativas de demonstração da sua masculinidade afirmativa tem produzido um discurso dominante e aceite socialmente (por heterossexuais e gays) que não questiona a abjeção à feminilidade, operando-se, muitas das vezes, uma separação distintiva que, ignorando o caráter regulatório da heteronormatividade na expressão corporal, converte injustamente os gays efeminados nos culpados da homofobia (Jagose, 1996; Sedgwick, 2004), também é verdade que nem sempre a subversão contribui para uma sensata reconversão trabalhada dos termos da percepção social que é essencial para a evolução de mentalidades e combate e censura social à homofobia visto que nem sempre ser ³HIHPLQDGR´ IXQFLRQD FRPR XPD IRUPD GH FRQWHVWDomR VXEYHUVLYD j heteronormatividade, podendo até dar-lhe um certo conforto (Butler, 2011). ³$PRUHXQGHUVWDQGDEOHUHDVRQWKDQHIIHPLQRSKRELDKRZHYHULVWKHFRQFHSWXDOQHHG of the gay movement to interrupt a long tradition of viewing gender and sexuality as continuous and collapsible categories ² a tradition of assuming that anyone, male or female, who desires a man must by definition be feminine; and that anyone, male or female, who desires a woman PXVWE\WKHVDPHWRNHQEHPDVFXOLQH´(Sedgwick, 2004: 72). Em certo sentido, e dito e visto de outro modo, demonstrar uma pluralidade de masculinidades gays, umas mais normativas, outras mais hegemónicas, e os processos (juvenis) do seu engajamento, contestação, controlo e modificação, além de contribuir para a desconstrução de estereótipos, pode ser também uma forma de contestação queer à matrix heterossexual, para além das estratégias do choque. A paródia de género pode ser vista, num jogo de má-fé, como uma descrição autoevidente (Patton, 2004). Admitir que cumprir as regras de género não implica obrigatoriamente ser heterossexual e que ser homossexual não implica obrigatoriamente inverter o género, é, afinal de contas, evidenciar uma ruptura na tangibilidade de género produzida pela matrix heterossexual que espera que um homem seja masculino e que um homem masculino seja heterossexual, já que, como UHIHUH&RQQHOO³>D@PDVFXOLQHREMHFW-choice subverts the masculinity of character and VRFLDOSUHVHQFH´&RQQHOO 45 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 Este artigo inspira-se numa tese de Mestrado realizada anteriormente sobre os percursos e as experiências escolares de jovens rapazes que se identificavam como ³JD\V´ ³ELVVH[XDLV´ RX GH ³VH[XDOLGDGH DEHUWD´ QmR-heterossexuais) (cf. Santos, 2013). Tinha-se como objetivo perceber a existência de comportamentos homofóbicos e/ou heteronormativos e a natureza das suas manifestações. Simultaneamente perscrutou-se as relações juvenis com as suas culturas, no argumento que a Sociologia da Juventude e a Sociologia da Educação estão desencontradas, tentando desvendar uma diversidade dentro da diversidade de engajamentos, de identificações e tribos (e respetivas consciências), de cidadanias sexuais, de violências e, sobretudo, de masculinidades, contrariamente a um certo essencialismo vitimista presente na abordagem das ciências sociais e humanas dos grupos tradicionalmente PDUJLQDOL]DGRV QRPHDGDPHQWH ³RV KRPRVVH[XDLV´ TXH ILFDP DVVLP DSULVLRQDGRV D uma narrativa do sofrimento, ³D QDUUDWLYHWURSHWKDW GRHVH[LVW DQGFRQWLQXHVWREHD partial, though sad and outrageous, reality becomes the entire portrait of this rich and FRPSOH[SRSXODWLRQ´(Rasmussen et al, 2004: 7). Salienta-se aqui as masculinidades não-heterossexuais na sua multiplicidade argumentando-se que, quer a masculinidade hegemónica não é um privilégio intrínseco da heterossexualidade masculina, e que alguns jovens (gays ou bissexuais) reproduzem ativamente estereótipos de género dominantes assim como comportamentos homofóbicos, quer também que nem tudo na escola se resume à masculinidade hegemónica havendo sempre brechas na estrutura que possibilita, mesmo que minoritariamente, uma contestação ao seu sistema, funcionamento e reprodução, no argumento que a estrutura é sempre ativada pela agência. Conceber aqui, não só a estrutura homofóbica mas também a agência, é poderoso colocando os MRYHQV ³IRUD GD YLWLPL]DomR H GD GHWHUPLQDomR H QRV HPSXUUD SDUD R QHFHVViULR FRQIOLWR HQWUH HVWUXWXUD H DFomR FROHWLYD H LQGLYLGXDO GR VHU KXPDQR´ 0DJDOKmHV 2002: 196). Tendências, escolhas e práticas metodológicas Auscultar as vozes juvenis constitui-se como um imperativo quer epistemológico, coincidente com um paradigma qualitativo, quer ético na medida em que estar em discurso direto é uma forma simbólica e material de entrar em contacto com a realidade sem intermediários que falsifiquem a densidade das marginalizações. Outros cuidados éticos dizem respeito à garantia de anonimato, de confidencialidade, de consentimento informado e de salvaguarda de dano e também estiveram 46 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 presentes. Como contactar este grupo em particular exige a assunção e reconhecimento da homossexualidade, normalmente oculta pelo estigma social e/ou pelas expetativas heterossexuais da sociedade e da escola, foi preciso o recurso às realidades virtuais assim como o contacto a uma associação para aceder aos jovens. Elegeu-se sete jovens entre os 17 e 23 anos como sujeitos principais: o Leandro, o Manuel, o Francisco, o Rodrigo, o Fábio, o André e o Luís. A entrevista semiestruturada e em profundidade pareceram-nos um método simples e direto de recolha de dados, adequado às limitações temporais de pesquisa e escrita académica, visando "the gathering of data through direct verbal interaction between Individuals." (Cohen, Manion & Morrison, 2007: 351). Contudo, visto que havendo uma possibilidade de integrar as culturas juvenis, uma abordagem etnográfica, pautada por pequenos encontros urbanos, absolutamente informais, foi HVVHQFLDO 7ySLFRV GH SRWHQFLDO VHQVLELOLGDGH FRPR ³VH[XDOLGDGH´ RX ³YLROrQFLD´ exigem a construção de alguma confiança gradual com os sujeitos, incompatível com o momento único, gélido e intrusivo da entrevista, tendo em conta o desejo por uma exploração narrativa (Santos, 2013). Como a etnografia implica um prolongamento distensivo no fluxo do tempo a possibilidade de fomentar o início de uma relação converte-se numa estratégia para lá da mera recolha de dados, assentes na observação participante e escrita de notas de terreno. (Ferreira, 2004; Silva, 2004). A etnografia foi assim encarada, mais do que uma aplicação mecânica e rigorosa das técnicas de investigação, como uma postura hermenêutica de ser e estar com os sujeitos. O contacto com o terreno iniciou-se em Outubro de 2012 e terminou em Fevereiro de 2013 (5 meses) e traduziu-se em 25 notas de terreno. Algumas notas de terreno aqui mobilizadas integram descrições minuciosas sobre a performance de género dos jovens embora se reconheça que, tal como as restantes indagações, estas dizem exclusivamente respeito à visão e perceção subjetivista do investigador. Numa primeira fase destaca-se o panorama escolar tentando destrinçar algumas manifestações e expressões da homofobia, argumentando-se que as representações dominantes produzem e, simultaneamente, desfrutam de uma visão efeminada dos gays. A homofobia é alimentada dessa forma. Numa segunda fase, destaca-se os modos juvenis individuais de reagir nesse panorama estrutural ± isto é, as suas manobras agenciais ±, discutindo a diversidade de masculinidades gays. Desse modo, interessava-nos o particular e o individual, organizando depois a discussão em torno de ³LGHDO W\SHV´ :HEHU QmR HVWDQGR LQWHUHVVDGR HP 47 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 generalizar dados mas contribuir para uma discussão teórica que possibilite pensar-se e elaborar-se estudos de cariz mais alargado. Este enfoque nas individualidades não tem como intenção uma descoletivização das formas de resistência à discriminação mas uma análise mais microscópica que, estando mais interessada no banal, no detalhe e no disruptivo, possa resgatar as incoerências para o cerne do debate em torno da homofobia em educação. Panorama: o que normalmente se passa nas escolas A homofobia tem na escola uma presença tão assídua e pontual como o próprio corpo dos/as jovens estudantes sendo co-extensiva à próprio instituição (Louro, 1997). As suas manifestações e expressões dizem respeito, contudo, não a uma avaliação moral e hierarquizadora dos comportamentos sexuais, como, às vezes, se sugere nos debate públicos, políticos e/ou religiosos (isto é, a homossexualidade como um comportamento sexual passível de um qualquer tipo de julgamento) mas, como observara Maria do Mar Pereira (2009) numa etnografia sobre a construção juvenil de género na escola, a censura homofóbica interliga-se, sobretudo, à performance e (in)adequação de género. ³$QGUp - [Eu] era um rapaz que não fazia o que os outros rapazes faziam. Tipo dançava no grupo de dança, nunca gostei de jogar futebol, andava sempre com raparigas, essas coisas, e isso bastava para ser, digamos, o bode expiatório SHUFHEHV"´ (André, 17, entrevista). ³)iELR - Passavam, eles [os colegas rapazes] apercebiam-se de alguma coisa, ou mesmo os gestos da pessoa falar, ou alguma forma de vestir que seja diferente da deles, HOHVFRPHoDYDPORJR³ROKDRJD\´³ROKDLVWR´ROKDDTXLOR´´)iELRHQWUHYLVWD ³/HDQGUR - Sim mas não é o caso do meu grupo de amigos mas conhecidas que eram e são e que hoje eu sei que são mas na altura eram andavam assim, andavam assado, rebolavam-se assim, rebolavam-se um tique com a mão e não sei o quê. Via-se, não era rejeição, era 3DVVDYDPH³ROKDRSDQHOHLUR´RUDLVWRRUDDTXLOR´/HDQGURHQWUHYLVWD tinha lá pessoas gozadas porque assado. Faziam [pensa] insultar. Manuela Ferreira (2004), numa etnografia com crianças num Jardim de Infância, destaca que cada espaço da dita instituição era marcado por brincadeiras que se organizavam, ao longo do tempo, em torno de um género (espaços apropriados por e para raparigas e espaços apropriados por e para rapazes). O atravessamento das fronteiras entre espaços pressupunha o gozo e a desqualificação imediata, sendo as crianças-atoras, igualmente perpetuadoras de estereótipos sociais mais vastos. Desse modo, a homofobia é, de alguma forma, também um processo de 48 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 genderização constitutivo do desenvolvimento etário sendo mais forte nas fases da vida mais iniciais onde o processo de pertencimento realçado a um género tende a ser mais forte (Santos, 2013). Assim, do ponto de vista da sua expressão, concorda-se com Daniel Borrillo, TXDQGR HOH DR ID]HU XP DSURIXQGDPHQWR KLVWyULFR GR FRQFHLWR GH ³KRPRIRELD´ D interpreta como um ³«GLVSRVLWLYRGHYLJLOkQFLDGDVIURQWHLUDVGHJrQHURTXHDWLQJH todas as pessoas, independentemente da orientação sexual, ainda que em distintos JUDXVHPRGDOLGDGHV´%RUULOOR Esta interpelação que associa a identificação gay à desadequação de género (efeminação) salvaguardando, ainda que implicitamente, as normas de género (homem masculino, mulher feminina) à heterossexualidade, contribui para a produção e construção geral de um estereótipo conveniente que é histórico remontando, inclusive, às sociedades greco-romanas, aquelas que o senso-comum alegadamente diz serem as mais liberais no que toca à homossexualidade. ³1RVWH[WRVGR 6pFXOR;,;H[LVWHXPSHUILO-tipo do homossexual ou do invertido: seus gestos, sua postura, a maneira pela qual se enfeita, seu coquetismo, como também a forma e as expressões do seu rosto, sua anatomia, a morfologia feminina de todo o seu corpo fazem, regularmente, parte dessa descrição desqualificadora; a qual se refere, ao mesmo tempo, ao tema de uma inversão dos papéis sexuais e ao principio de um estigma natural dessa ofensa à QDWXUH]D«´)RXFDXOW Apesar da teoria queer propôr uma separação distintiva entre comportamento de género e orientação sexual, a verdade é que as representações dominantes exploram convenientemente esses estereótipos. Como refere Butler, numa frase que ilustra bem a intersecção entre género e sexualidade, ³,WLVLPSRUWDQWWRHPSKDVL]HWKDWDOWKRXJKKHWHURVH[XDOLW\RSHUDWHVLQSDUWWKURXJKWKH stabilization of gender norms, gender designates a dense site of significations that contain and exceed the heterosexual matrix. Although forms of sexuality do not unilaterally determine gender, a non-causal and non-reductive connection between sexuality and gender is nevertheless crucial to maintain. Precisely because homophobia often operates through the attribution of a damaged, failed, or otherwise abject gender to homosexuals, that is, calling gay PHQ ³IHPLQLQH´ RU FDOOLQJ OHVELDQV ³PDVFXOLQH´ DQG EHFDXVH WKH KRPRSKRELF WHUUor over performing homosexual acts, where it exists, is often also a terror over losing proper gender ³QRORQJHUEHLQJDUHDORUSURSHUPDQ´RU³QRORQJHUEHLQJDUHDODQGSURSHUZRPDQ´LWVHHPV crucial to retain a theoretical apparatus that will account for how sexuality is regulated through WKHSROLFLQJDQGWKHVKDPLQJRIJHQGHU´(Butler, 2011: 182). Ou como refere o Luís, 49 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 ³/XtV- «RVTXHVmRHYLGHQWHVRVPDLVHIHPLQDGRVRXTXHHVWmRPDLVjYRQWDGH com a situação, acabam por ser mais vítimas porque dão mais nas vistas. São mais facilmente identificáveis como diferentes «´/XtVHQWUHYLVWD Do ponto de vista das suas manifestações, a expressão da homofobia dá-se, não maioritariamente através de um ritual agressivo como o bullying é representado no imaginário coletivo, mas, sobretudo, através do insulto. É o insulto que rotula já os sujeitos mesmo antes de estes se verem ou reverem nas suas sexualidades. Um insulto que, além de impossibilitar a privatização da sexualidade escolar e a destituir de uma natureza naturalmente natural, revela a verdadeira dimensão de um self falhado. ³)iELR - >«@ 1mR 1XQFD UHYHOHL >D RULHQWDomR VH[XDO@ QD HVFROD 6DELDP TXH KDYLD realmente essas especulações que as pessoas diziam, que os colegas diziam ou chamavam mas nunca confirmei e nunca disse. Se bem que naquela altura, isto estou a falar ainda mais no básico ainda, ainda não sabia bem o que haveria de ser. Eles chamavam mas eu ainda não sabia bem o que é que eu queria. Nem sequer tinha estado com alguém para poder dizer se eu gostava disto ou se gostava daquilo. Isso foi mais a partir do secundário, mas o secundário foi melhor que o básico. Acho que o básico fiz assim com um bocadinho de PHGRHjSUHVVD«´)iELRHQWUHYLVWD ³)UDQFLVFR- A mais negativa foi o isolamento que senti nomeadamente no 7º, 8º ano e isso tem a ver sem dúvida alguma com eu assumir para mim a orientação sexual. Foi na altura em que descobri o que é que queriam dizer as palavras, os insultos, QRPHDGDPHQWH R ³JD\´ R SDQHOHLUR R ³ELFKD´ 'HVFREUL D GHILQLomR GHVVHV LQVXOWRV H quando criança, jovem, adolescente é melhor assim, enquanto criança-adolescente, que saiba que eram insultos mas não sabia a definição em si, afetou-me muito porque para mim era um ato normal de gostar ou amar alguém do mesmo sexo´ )UDQFLVFR entrevista). ³/XtV - Fui descobrindo a pouco e pouco entre os 15 e 16. Ou seja, achava eu que estava a fugir da norma do que toda a gente ou o que a sociedade, neste caso, dizia que HUDRQRUPDO´(Luís, 23, entrevista). (VWH LQVXOWR WHP R SHVR H D PDUFD GD ³RXWUL]DomR´ GR HVWLJPD H GD desqualificação atribuindo à possibilidade não-heterossexual um lugar abjeto. O abjecto diz respeito D ³« WKRVH ³XQOLYDEOH´ DQG ³XQLQKDELWDEOH´ ]RQHV RI VRFLDO OLIH which are nevertheless densely populated by those who do not enjoy the status of the VXEMHFW EXW ZKRVH OLYLQJ XQGHU WKH VLJQ RI WKH ³XQOLYDEOH´ LV UHTXLUHG WR FLUFXPVFULEH WKHGRPDLQRIWKHVXEMHFW´(Butler, 2011: xiii). Na perspetiva butleriana, os processos de genderização ocorrem através de repetidas invocações e repudiações. As censuras KRPRIyELFDV QHFHVVLWDP GH XP ³FRQVWLWXWLYH RXWVLGH´ LGHP [LLL VHQGR D KRPRIRELD intrínseca ao sistema institucional e tendo consequências negativas nos sujeitos. 50 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 Estes ficam assim vulneráveis à violência e assédio como é bem ilustrativo na entrevista do Fábio. ³)iELR- Porque eu não gostava, a parte de eu entrar no balneário e eles mandarem aquelas bocas e eu ter que estar ali ao pé deles, não aguentava. Cheguei muitas vezes a evitar fazer a aula ou então entrava mais cedo para a aula para me equipar a ir diretamente para o ginásio e então tentava sair 5 minutos mais cedo para tomar banho antes deles, sempre tentar evitar estarmos todos em conjunto´)iELRHQWUHYLVWa). A educação física é pois uma atividade onde as expressões homofóbicas adquirem algum vigor obrigando a estratégias de evitamento, em parte, porque os processos de homossociabilidade exigem a produção de uma identificação masculina que necessita sempre do repúdio à homossexualidade (Pascoe, 2007); uma identificação abjeta que é produzida interativa e performativamente, como um ato WHDWUDO ³HP FRQMXQWR´ 0DV VH p YHUGDGH TXH R DWUDYHVVDPHQWR GDV IURQWHLUDV GH género aciona de imediato uma censura homofóbica ± o género corporalizado é sempre público ±, também é verdade que o insulto é mobilizado mesmo na ausência de comportamentos. ³5RGULJR - Fui muita vítima de bullying homofóbico, não frequentemente nem achava que essa vitimização advinha do facto de eu ser ou comportar-me da forma que se entendesse ser mais ou menos masculinizada porque isso acontecia com muitos colegas meus de forma indiscriminada, percebes? O que eu estou a querer dizer é que não me chamavam os nomes por eu ser ou não homossexual mas porque faziam isso a todos. Era uma forma de insultar, percebes?´5RGULJRHQWUHYLVWD 2LQVXOWR³JD\´³PDULFDV´³ELFKD´³SDQHOHLUR´HWFpXWLOL]DGRFRPRXPVLJQR sem referente cujo ataque não tem como objetivo necessariamente o corpo ontológico do homossexual. Como verifica Maria do Mar Pereira na sua etnografia escolar, esses LQVXOWRV VmR ³« XVDGRV SDUD FULWLFDU D FRQGXWD GH TXDOTXHU UDSD] LQGHSHQGHQWHPHQWHGDVVXDVSUiWLFDVVH[XDLV«3HUHLUDeDTXLTXHD homofobia se converte num banal problema de todos e não apenas de uma minoria. O insulto é uma atribuição circunstancial com uma carga estigmatizante que toda a gente (rapazes, raparigas, hetero e homossexuais) sabe que pode usar para controlar a masculinidade. Como refere Pascoe, ³)DJLVQRWQHFHVVDULO\DVWDWLFLGHQWLW\DWWDFKHGWRDSDUWLFXODUKRPRVH[XDOER\)DJ talk and fag imitations serve as a discourse with which boys discipline themselves and each other through joking relationships. Any boy can temporarily become a fag in a given social space or interaction. This does not mean that boys who identify as or are perceived to be 51 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 KRPRVH[XDODUHQ¶WVXEMHFWWRLQWHQVHKDUDVVPHQW0DQ\DUH%XWEHFRPLQJDIDJKDVDVPXFK to do with failing at the masculine tasks of competence, heterosexual prowess, and strength or in any way revealing weakness or femininity as it does with a sexual identity. This fluidity of the fag identity is what makes the specter of the fag such a powerful disciplinary mechanism. It is fluid enough that boys police their behaviors out of fear of having the fag identity permanently DGKHUH DQG GHILQLWLYH HQRXJK VR WKDW ER\V UHFRJQL]H D IDJ EHKDYLRU DQG VWULYH WR DYRLG LW´ (Pascoe, 2007: 54). O insulto só é tomado como tal porque se apropria de um sistemas de valores que edificado em torno do patriarcado, da masculinidade, da heterossexualidade a ela VLPEROLFDPHQWH OLJDGD H GR IDORFHQWULVPR %RXUGLHX ([SUHVV}HV FRPR ³YDL OHYDU QR FX´ RX ³FKXSD DTXL >UHIHULQGR-VH DRV SpQLV@´ VmR LOXVWUDWLYRV GHVsa apropriação. A homofobia é um processo inerente à masculinidade visto que o insulto para lésbicas parece inexistente e não parece ter a mesma dimensão para as raparigas ou para a homossexualidade feminina, o que revela, quer o valor social atribuído às masculinidades, quer a sua iminente fragilidade (Badinter, 1996)9. ³>VREUHTXHPpPDLVDIHWDGRSHOREXOO\LQJ@ Hugo: - Gays ou lésbicas? Manuel: - Gays. As lésbicas nem tanto. Eles até gostam (risos). Hugo: - Como assim? Manuel: - Então, os heteros gostam de lésbicas né? Tem fantasias e isso com elas. É LVVR«´0DQXHOHQWUHYLVWD Lígia Amâncio (1994) destaca que a construção social do feminino se dá através da sua constituição como dimensão oposta à masculinidade e assim associando-se à fraqueza e fragilidade, características desvalorizadas socialmente. (P ³$ &RQVWUXomR 6RFLDO GD 'LIHUHQoD´ /tJLD $PkQFLR HODERUD XP TXDGUR TXH Gi conta que jVFDUDFWHUtVWLFDVVRFLDOPHQWHUHFRQKHFLGDVFRPRWLSLFDPHQWH³PDVFXOLQDV´ eram atribuídas, por parte dos sujeitos, conotações positivas por oposição às características femininas tidas como renegáveis, repúdio também explicado por %RXUGLHXHP³$'RPLQDomR0DVFXOLQD´HSHOR)UDQFLVFR ³)UDQFLVFR- «Uma rapariga que é mais masculina é maria-rapaz, pronto, é uma fase. Resulta por uma questão de inferiorização e diferença de género. O facto de a nossa sociedade o ser homem é mais positivo do que ser mulher é por isso que uma mulher que tem um comportamento de homem não é censurada mas um homem que tenha um 9 O que não significa que a homofobia contra as raparigas não-heterossexuais não exista nos mesmos WHUPRVHJRLQVXOWRGH³IXID´RXHPPRGRVSHFXOLDUHVHJ invisibilidade ou assédio). De realçar que este estudo foca apenas os rapazes, alertando-se para a necessidade de focar também, em outros estudos, a juventude feminina não-heterossexual visto que a experiência genérica da homossexualidade feminina tende a ser negligenciada, quer pelo patriarcado que abjeta a sexualidade feminina por si só, quer pela heteronormatividade que invisibiliza a possibilidade homossexual, quer por um certa misoginia na comunidade gay criticada historicamente por algum feminismo. 52 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 comportamento de mulher já é mais censurado porque a mulher é inferior ao homem. Isto é transversal à sociedade, transversal a questões de orientação sexual. Quase que quando nascemos somos embutidos desde criança a isso. É por isso que um rapaz efeminado sofre muita mais discriminação e até violenta do que uma mulher mais masculina. São os opostos, digamos assim, segundo o seu género biológico até porque há sempre o receio de como ela é uma mulher masculina pode-me agredir fisicamente. Como ele é um rapaz efeminado à partida não me vai agredir porque as mulheres não agridem´)UDQFLVFRHQWUHYLVWD A teoria feminista tem elucidado que coexistem lógicas de governabilidade patriarcal em educação sendo a arena escolar o palco da desigualdade de género (Richardson et al, 2006). ³+XJR- E achas que isso se deve a quê, essas discrepâncias entre sexos? Leandro: - Não sei, acho que isso vem de uma coisa desde dos nossos antepassados. De duas mulheres é super normal haver intimidade mas com os homens é tipo os machões não pode haver intimidade, é colegas e acabou.´ /HDQGUR entrevista). ³5RGULJR - Isso acontece por uma questão de a sociedade ser muito mais punitiva relativamente à homossexualidade masculina e isto vem de uma coisa cultural, já vem desde, sei lá, eu ia dizer século XIX, onde foi mais marcado mas anteriormente já a própria religião também influenciou isso mas a verdade é que os homens são muito mais, ou pelo menos na superfície criticam muito mais a homossexualidade masculina porque também vivemos numa sociedade muito machista, percebes? Em que o papel do homem tem que ser marcado e distinguido e o da mulher é quase esquecido. Se uma mulher tiver relações com outras mulheres esconde-se mais facilmente agora se for um homem é um escândalo porqXHQmRHVWiDFXPSULURVHXSDSHOQmRp"´5RGULJRHQWUHYLVWD Em suma, a interpelação homofóbica esta associada ao atravessamento das fronteiras de género e consiste mais numa estratégia discursiva para regular toda a masculinidade e/ou heterossexualidade apropriando-se de uma representação dominante estratégica que, alimentando-VH GD ³LQIHULRULGDGH DEMHWD GD IHPLQLOLGDGH´ retrata a identificação gay sempre e somente como efeminada, passiva e frágil, um retrato conveniente à sua próprio manutenção e perpetuação. Manobras: como os jovens lidam com o que se passa nas escolas De seguida apresentamos alguns perfis-tipo de masculinidades (dois) que procuram contestar quer a assumpção do imaginário homofóbico que assume que a homossexualidade masculina é sempre efeminada, quer o vitimismo passivo muitas vezes dado a entender nos estudos sobre homofobia escolar. Alerta-se, contudo, que a escolha e constituição destes perfis-tipo serve apenas a lógica da discussão pois subsiste sempre o perigo do essencialismo, da cadastrização panótica e da cristalização temporal quando se colocam na mesma categoria aspetos cuja natureza 53 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 (social) é invariavelmente variável. Feita esta adenda, apresenta-se de seguida a discussão. Masculinidades gays hegemónicas: o caso do Leandro e do Manuel O Leandro (19) e o Manuel (17), ambos de classe trabalhadora, são dois jovens, autoidentificados como bissexuais, que alegadamente não sofreram bullying homofóbico. Na verdade ninguém sabia que eles eram bissexuais porque, segundo eles, QmR ³GDYDP QDV YLVWDV´ O que é dar nas vistas? Dar nas vistas é ter comportamentos de géneros desapropriados que indiciem simbolicamente uma homossexualidade, alias, ideia que é constitutiva do panorama escolar. ³+XJR- «0DVQXQFDIRVWHJR]DGRSRUVeres bissexual? Manuel: - Não, porque nunca ninguém soube. Nunca andei por aí com um autocolante QDWHVWD³VRXJD\´³VRXEL´VRX³LVWR´VRX³DTXLOR´sempre me comportei como um homem normal´0DQXHOHQWUHYLVWD 6HU XP ³KRPHP QRUPDO´ p SRLV WHU comportamentos de género normativos segundo a matrix heterossexual (homem masculino, mulher feminina). De facto, estes rapazes eram discretos, mantinham a postura, eram masculinos. Tão masculinos que D LGHLD HVWHUHRWLSDGD GH XPD ³QRUPDOLGDGH´ Vy SRGH SUHVumir uma ligação unilateral ³KRPHPPDVFXOLQR´ ³$IRUPDFRPRIDODFRPRFRORFDRFLJDUURQDERFDHH[DOWDRIXPRFRPRVHGHVORFDD gramática que utiliza dentro da entrevista e fora, as expressões do seu rosto, a posição das pernas quando anda e a roupa sóbria, mas simultaneamente juvenil e sensual. Era ligeiramente musculado e atlético, confiante e até um pouco atrevido. Se eu não soubesse que HOHJRVWDULDGHKRPHQVMXUDULDTXHHVWDYDGLDQWHGHXPKHWHUR´17GH-DQHLURGH São jovens que ± como explicara Leandro mais tarde ±³SDVVDPSRUKHWHURV´. 2TXHp³SDVVDUSRUKHWHUR´"³3DVVDUSRUKHWHUR´pQmR³GDUQDVYLVWDV´straight). Num estudo etnográfico sobre a sexualidade na escola de Debbie Epstein e Richard Johnson, os investigadores destacam o Simon, um jovem gay assumido líder de uma HTXLSD GH UXJE\ (VWH MRYHP DSUHVHQWDYD ³« YLUWXDOPHQWH XPD YHUVmR GLGiWLFD GH masculinidade ± a masculinidade que se supõe ser desejável ±, a não ser pelo fato de VHU JD\´ (Epstein & Johnson, 2009: 85). ). 2UD FRPR UHIHUH &RQQHOO ³,Q WKLV VHQVH PRVWJD\VDUH³YHU\VWUDLJKW´´(Connell, 1992: 746). A existência de dois sexos, por si só, produz uma ideia expectante de complementaridade que, agregada simbolicamente às normas de género binariamente 54 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 (e falsamente) constituídas (homem masculino, mulher feminina), como numa espécie GH ³FRVPRORJLD VH[XDO´ %RXUGLHX Gi D VHQVDomR TXH WRGD D JHQWH p LUUHPHGLDYHOPHQWHKHWHURVVH[XDOeQHVVHFRQWH[WRTXHR³SDVVDUFRPRKHWHUR´UHYHOD o caráter-não neutral da orientação sexual visto que a simbologia da heterossexualidade está já instalada no corpo normativamente genderizado (excepção feita quando o género é subvertido, por exemplo, com tiques, isto é, quando os signos identificatórios da homossexualidade se projetam para o espaço público através da performance corporal) (Butler 1999), e o "assumir a homossexualidade" faz sentido visto que, de outra forma, a homossexualidade passa sempre por uma KHWHURVVH[XDOLGDGHQDWXUDOL]DGDRXVHMDXP³GHVYLRVHFUHWR´ Ora, como argumenta Warner (2004) ± o primeiro a introduzir o termo ³KHWHURQRUPDWLYLGDGH´ QR Op[LFR GD WHRULD VRFLDO ±, o cerne da cultura assenta na imagem (quase paradoxalmente laboratorial) de um casal heterossexual no qual o modelo genésico de Adão e Eva é o seu principal modelo paradigmático. Cria-se uma linha de coerência conveniente entre a existência humana, a reprodução biológica e a heterossexualidade ± ignorando-se as suas hierarquias eternas que a fazem dela uma ficção devido às suas práticas heterossexuais não-reprodutivas ±, conferindo à mera SUiWLFD KHWHURVVH[XDO XPD ³PRUDOLGDGH VXSHULRU´ TXH ³WHVWLILHV WR WKH GHSWK RI WKH culture's assurance (read: insistence) that humanity and heterosexuality are V\QRQ\PRXV´:DUQHU[[LLL$KRPRVVH[XDOidade, porque ou representa a nãoUHSURGXomR RX SRUTXH DOHJDGDPHQWH LQWHUIHUH FRP XPD ³YHUGDGHLUD QDWXUH]D´ GR género (Butler, 1999), seria do domínio do não-humano sofrendo as consequências devidas: a homofobia surge aqui como desumanização (Borrillo, 2010). Assim, ter comportamentos de géneros adequados é ser tomado como heterossexual e não ser desumanizado pelo bullying (por exemplo, o Leandro era FRQKHFLGR FRPR ³/HDQGUR-come-WRGDV´ (VWHV UDSD]HV XWLOL]DP FODUDPHQWH HVWD estratégia defensiva ± o que nmRVLJQLILFDQmRVHUHP³YHUGDGHLUDPHQWHPDVFXOLQRV´± mas, apesar de não se constítuiram como vítimas tradicionais, a sua estratégia acaba por revelar todo o esplendor do potencial da violência desumanizadora da homofobia. ³0DQXHO - Há pessoas que aceitaP RXWUDV TXH QmR DFHLWDP H SRUWDQWR« Ou continuas a manter a tua postura lá dentro ou esquece. Acho que aquilo em relação a estar PDLVPRGHUDGRpPXLWRUHODWLYR´0DQXHOHQWUHYLVWD Mais adiante, na entrevista, o Manuel explica que não era assumido porque VHQmROHYDYD³XPWLUR´FI6DQWRV$OLiVUHDo}HVDJUHVVLYDVVHPHOKDQWHVTXH 55 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 WHULDPRVMRYHQVGRHVWXGRGH6LOYD$UD~MRVHQGRDH[SUHVVmR³OHYDUXP WLUR´UHYHODGRUDGDH[WUHPDYLROrQFLDDTXHRUHFRQKHFLPHQWRDWULEXtGRH sobretudo, auto-assumido) de alguém como gay pode chegar, obrigando estes jovens a um processo de ocultamento. Mas não só estes jovens se limitam a ocultar, a privatizar, a omitir e até mentir sobre a sua (bi)sexualidade, como reproduzem ativamente estereótipos e nutrem uma relação conflitual com a masculinidade (Connell, 1992). Um aspeto interessante, por exemplo, é o facto de o Leandro ter assumido, ainda que a medo, ter praticado bullying homofóbico. ³/HDQGUR- [sobre ser vítima de homofobia] No ciclo sim, até ao 9º ano passei alguns bocados, não é? Eu próprio fiz as minhas asneiras da juventude de hoje em dia mas no VHFXQGiULR«1mRHX QXQFDVRIULEXOO\LQJ(VWDYDD IDODUTXH YLEXOO\LQJHWFHWFPDVQXQFD passei por bullying. Se calhar eu é que fazia aos outros, infelizmente´ /HDQGUR entrevista). $VVHPHOKDQoDVFRPDSHUVRQDJHPGH6LPRQVmRQRWyULDVDWpSRUTXH³XPDGH suas estratégias de evitação era participar da intimidação de rapazes mais fracos e ³HIHPLQDGRV´ QD HVFROD´ (Epstein & Johnson, 2009: 85). O facto de o Leandro, ELVVH[XDOWHUSUDWLFDGR³HVVDDVQHLUDGDMXYHQWXGH´UHYHODRFDUiWHUSHUIRUPDWLYRGDV masculinidades: para não ser tomado como homossexual, mais vale jogar o jogo performativo da atribuição do maricas (Pascoe, 2007) e imputa-lo a alguém para que a constante atribuição no tempo a outrem o salvaguarde de ser tomado como tal, anteriormente à atribuição que lhe antecede. Estes são os primeiros resquícios de uma homofobia interiorizada quando os sujeitos, confinados a uma cultura heterossexista, interiorizam os preconceitos de que são alvo. ³A interiorização dessa violência, sob a forma de insultos, injúrias, afirmações desdenhosas, condenações morais ou atitudes compassivas, impele um grande número de homossexuais a lutar contra seus desejos, provocando, às vezes, graves distúrbios psicológicos, tais como sentimento de culpa, ansiedade, YHUJRQKDHGHSUHVVmR´%RUULOOR([SOLFD Bourdieu, ³« RV KRPRVVH[XDLV TXH WHQGR VLGR QHFHVVDULDPHQWH HGXFDGRV FRPR heterossexuais, interiorizaram o ponto de vista dominante podem assumir esse ponto de vista sobre si próprios (o que os vota a uma espécie de discordância cognitiva e avaliativa de molde a contribuir para a sua clarividência especial) e que compreendem o ponto de vista dos GRPLQDQWHV PHOKRU GR TXH HVWHV ~OWLPRV SRGHP FRPSUHHQGHU VREUH HOHV´ %RXUGLHX 27). 56 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 Estes jovens acabam assim por serem cúmplices ativos da sua própria dominação. Estão livres, à partida, do bullying homofóbico mas a homofobia interiorizada que produzem é também ± para usar um conceito de Pierre Bourdieu (1999) ± uma forma de violência simbólica. ³)DODUGHGRPLQDomRRXGHYLROrQFLDVLPEyOLFDpGL]HUTXHH[FHSWRHPFDVRGHUHYROWD subversiva conducente à inversão das categorias de percepção e de apreciação, o dominado tende a assumir sobre si próprio o ponto de vista dominante: nomeadamente através do efeito de destino produzido pela categorização estigmatizante e em particular o insulto, real ou potencial, pode ser assim levado a aplicar a si próprio e a aceitar, coagido e forçado, as categorias de percepção rectas (straight, por oposição a crooked ³WRUFLGDV´ FRPR QD YLVmR mediterrânea), e a viver na vergonha a experiência sexual que, do ponto de vista das categorias dominantes, o define, oscilando entre o medo de ser percebido, desmascarado, e o GHVHMRGHVHUUHFRQKHFLGRSHORVRXWURVKRPRVVH[XDLV´%RXUGLHX No caso do Leandro, este é obrigado a um jogo do disfarce que garante a hegemonia pública da heterossexualidade, sendo esta, não apenas uma orientação sexual bio-RQWROyJLFD LVWR p ³QDWXUDO´ PDV WDPEpP XP HIHLWR GH SUHVVmR RX VHMD uma máscara. É por isto que estes jovens apresentam uma versão de cidadania opaca e pouco consistente e consciente, uma cidadania que nem chega a ser cidadania; uma FLGDGDQLDTXH³pelo registo daquilo que não é, trata-se de cidadanias do faz-de-conta´ (Santos, 2013: 106). ³/HDQGUR- Andei muito tempo a querer enganar-me a mim próprio mas cheguei a XPFHUWRSRQWRHGLVVH³pLVVRTXHHXTXHURpLVVRTXHHXYRXVHJXLU´2KSiWHQWHLHQURODU mesmo sabendo, por exemplo, eu namorava com uma rapariga e falava com rapazes, mudava os nomes no telemóvel, fazia mil e uma coisas para ninguém desconfiar, e é DVVLP´/HDQGURHQWUHYLVWD Essas manifestações de homofobia interiorizada/violência simbólica dirigem-se em várias direções e as estratégias de ocultamento são justificadas em relação a outra LGHQWLGDGH ³DV ELFKDV´ $V ³ELFKDV´ ± rapazes gays não-transexuais com comportamentos de géneros efeminados ± servem como bode expiatório para justificar a homofobia. ³0DQXHO- Não! Para mim não são. Lá por seres gays não precisas de ser bicha, dar nas vistas, ser escandaloso e assim. É por isso que a sociedade pensa mal dos gays. Elas dão má imagem dos gays «'HWHVWRELFKDVSe eu gostasse de mulheres andava com uma, Qp"1mRFRPRXPDFySLD6mRSLRUHVGRTXHDVPXOKHUHV«´0DQXHOHQWUHYLVWD Nem sempre os grupos marginalizados são vítimas dentro de uma equação unilateral (por exemplo, heterossexuais versus homossexuais). Manuela Ferreira 57 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 (2004), contrariamente ao senso comum que romantiza a criança, demonstra como estas não só tem estratégias de rearticulação das regras do mundo adulto como também reproduzem estereótipos mais gerais. Neste caso concreto, estes jovens não toleram a inversão de género e essa intolerância criam vítimas até nas culturas juvenis nos quais estes jovens se ausentam. Manuel: - Txii, não gosto. Entrar lá [café gay] e ter aquele bichedo todo a olhar para mim. Não gosto. Ter aquelas bichas todas a olhar para mim? Naa. Incomoda-PH´17-122012). ³/HDQGUR- Eu fui a esse bar e começou aquela cena daqueles travestis, e eu não curto nada disso e bazei e fui para o outro bar. Tive também lá um bocado e vim embora. Não sou cliente assíduo dessa cena que não gosto. Sinto-me mal no meio de tantos gays, não gosto´/HDQGURHQWUHYLVWD Um olhar atento pelas culturas juvenis gays revelou uma oposição distintiva HQWUH R ³JD\ QRUPDO PDVFXOLQR QmR IUHTXHQWDGRU GH VtWLRV JD\V H D ³ELFKD ORXFD´ (efeminada, frequentador assíduo de lugares gays). A bicha funciona para o gay masculino da mesma forma que o gay (na sua generalidade e estrategicamente WRPDGR FRPR ³HIHPLQDGR IXQFLRQD SDUD R KRPHP KHWHURVVH[XDO $VVLP FRPR subsiste historicamente um estereótipo dominante do gay efeminado que é visível no panorama escolar, também existe, dentro da cultura gay, um mudo duelo de forças HQWUH R ³JD\ QRUPDO´ D KRPRVVH[XDOLGDGH YLULO H UHVSHLWiYHO PDLV SUy[LPD GD heterossexualidadHHD³ELFKDORXFD´DKRPRVVH[XDOLGDGHUHSXGLDGDHPDLVSUy[LPD da ideia de uma homossexualidade exclusiva); ideia que é tão historicamente coextensiva quanto a primeira10. ³/HDQGUR - >«@ 0DV p DVVLP HX WDPEpP D PLQKD VHOHomR GH DPLJRV QmR SRVVR selecionar o amigo pela aparência dele, exato, mas quando eu quero sair com um amigo com a mesma orientação do que eu e queira tar ao mesmo tempo com uma pessoa heterossexual tento escolher uma pessoa que não demonstre muito aquilo que é. Não é por vergonha, não é por nada. Mas é para manter tanto a minha privacidade, tanto a privacidade da pessoa em questão. Então o meu grupo de amigos que sejam gays e não sei o quê, QmRVmRDTXHOHVJD\VGLWRV³ELFKDV´TXHVHDEDQDPHQmRVHLRTXrTXHHXDWpQmR gosto disso. (SURQWRpDVVLP´/HDQGURHQWUHYLVWD &RPR UHIHUH 6HGJZLFN ³the effeminate boy once more in the position of the haunting abject ² WKLVWLPHWKHKDXQWLQJDEMHFWRIJD\WKRXJKWLWVHOI´(Sedgwick, 2004: 10 Nas sociedades greco-URPDQDVSRUH[HPSORDPSODPHQWHRVWHQWDGDVFRPRWmR³DEHUWDV´j homossexualidade, esse estereótipos já existiam e serviam um propósito político (Foucault, 1998). 58 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 72). Ou seja, os rapazes não-heterossexuais masculinos reproduzem ativamente os estereótipos de género mais gerais (isto é, heteronormativamente normativos), não sendo por isso vítimas mas, pelo contrário, procurando vitimizar para reduzir as suas ansiedades juvenis de autodescoberta (homos)sexual, chegando, inclusive, a serem cruéis quando selecionam as amizades, isto é, quando discriminam. Paradoxo: acabam por serem motores da própria discriminação de que se queixam ser alvo. Masculinidades gays queer: o caso do André Se o Leandro e o Manuel são um exemplo claro da reprodução e perpetuação da masculinidade hegemónica através de um corpo não-heterossexual ± o que contradiz a ideia do gay enquanto efeminado ±, o André podia aqui representar o seu oposto. As experiências descritas pelo André revelam uma forte crítica à escola e à heterossexualidade masculina que nela se perpetua. Algumas delas são descritas vividamente como uma espécie de episódios interativos. ³$QGUp - [André a descrever uma situação onde é vítima de bullying por parte de colegas QDHVFROD@'HUHSHQWHXPGL]PXLWREDL[LQKRSDUDTXHVyHXSXGHVVHRXYLU³LVWRDTXL pVySDQHOHLURV´HXYLUHL-me porque de certeza que era para mim, abanei-me todo e disse-lhe, ³SRLVVRXSDQHOHLURHDGRUR3RUTXr"$OJXPSUREOHPD"´. Eles ficaram tipo, não estavam à espera, percebes? Grizei-me! Eu adoro esse tipo de coisas. Às vezes temos que ser assim senão eles vão pensar que a gente ouve e cala(HXDOL³/2/´,Q-Your-)DFH´$QGUp entrevista). Este jovem não deixa de ser vítima de bullying mas as suas reações afrontivas (in-your-IDFH´ GLVWDQFLDP-se do imaginário vitimista construído pelo ativismo LGBT. Aqui não se trata mais das masculinidades escondidas ou reprimidas do Leandro e do Manuel nem também de rapazes sofredores ou passivos. Aqui estamos, todavia, perante uma masculinidade queer; uma masculinidade que é acionada por ³performances that make visible the gaps and fissures of a binary system of gender QRUPVDQGWKXVRSHQWKHPWRWKHSRVVLELOLW\RIWUDQVIRUPDWLRQ´(Landreau & Rodriguez, 2010: 3), como afirmam John Landreau & Rodriguez numa grande coletânea de artigos dedicado a masculinidades na escola que saem fora da esfera da masculinidade hegemónica (masculinidades queer). ³2 $QGUp p XP GHVVHV UDSD]HV ³« XP UDSD] MRYHP YHVWLGR H com alguns tiques efeminados. Com madeixas loiras, vestido com uma caviada, umas skins azuis escuras e um FDVDFRGHFRXUReXPMRYHPFRPXPHVWLORIDVKLRQLVWDXUEDQRHWUHQG\´-12-2012). 59 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 Esconder a homossexualidade para este jovem é, em certa medida, contribuir para a manutenção da heteronormatividade através da normalidade genderizada do corpo. Já não estamos na presença de uma cidadania do faz-de-conta mas sim perante uma cidadania reclamada ³FLGDGDQLD FXMRV FRQWRUQRV VH GHVHQYROYHP FRP base na diIHUHQoD«´0DJDOKmHV6WRHUHFXMDDVXDH[LELomR³GHULYD do facto de ser intrinsecamente incapaz de traduzir o reconhecimento em cidadania SDUWLFLSDGD´LGHP ³$QGUp - Sim, sou assumido. Se eu escondo também ajudo a fomentar o preconceito (X DFKR« (VWRX D SDUWLU GR SUHVVXSRVWR TXH Ki TXDOTXHU FRLVD GH HUUDGR´ (André, 17, entrevista). No palco das culturas juvenis este jovem frequenta muitas vezes alguns cafés XUEDQRV FRQKHFLGRV FRPR ³VtWLRV JD\V´ e HVWH OXJDU TXH R $QGUp IUHTXHQta quando não tem aulas. Estar com os seus amigos gays (as sociabilidades) é uma forma de dar guarida as expressividades de género e sexuais que, de outra forma, seriam reguladas e racionalizadas na escola. Estas culturas conferem uma sensação comunitária de proteção e partilha e funcionam também como rearticulação paródica das regras da heteronormatividade. Numa dessas conversas, sobre os colegas da escola, o André desabafa, ³+XJR - [sobre um colega do André na viagem de finalistas] Era hetero e teve sexo contigo? André: - Claro, a gente já conhece esse estilo. Diz que é hetero, tem namorada e tal e depois faz com gajos. Hugo: - Isso existe muito? André: - Frustrados? Então não? Muitos não têm coragem de assumir porque assumir é estar do outro lado, é ser o Outro, é jogar na outra equipa, percebes? (André, 17, HQWUHYLVWD´ ³+XJR- Porquê é que achas que muita gente não gosta dos gays? André: - São frustrados. Coitados. Casam, tem filhos, mal tem dinheiro para cuidar dos miúdos ficam frustrados e descarregam nos gays. Ninguém tem culpa de sermos lindas e maravilhosas´17-11-2012). ³)UXVWUDGRV´pXPDGHVLJQDomRFRPXPQHVWHJUXSRGHJD\VSDUDGHVLJQDURUD a homofobia, ora os gays que não assumem e/ou tem problemas com a sua homossexualidade. A masculinidade queer do André é uma masculinidade subversiva que joga, não em termos de uma tolerância, mas em termos de uma colocação das dimensôes do poder em termos da alteridade. Aqui a violência é devolvida ao outro em termos paródicos como uma violência imaginada. Violência imaginada, no dizer de 60 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 Judith Halberstam, é aquela em que o oprimido se coloca temporária e ironicamente ± daí o seu caráter imaginado ± no lugar do oppressor e o deixa interrogar como seria se as coisas fossem diferentes. Este ³:Kat if" denotes a potentiality, a possible reality that may only ever exist in the realm of representation but one which creates an "imagined violence" with real consequences and which corresponds only roughly to real violence and its imagined consequences.´(Halberstam, 1993: 190). ³$QGUp- Ando por aí a insultar heteros, a meter-me na vida dos outros, a tentar saber VH ³[´ GRUPH FRP ³\´" 1mR 2 TXH PH LQWHUHVVD" Então não têm nada que se meter na minha vidaQp"6LPSOHV´$QGUpHQWUHYLVWD André: [abana positivamente a cabeça] ± (UD«,DRXYLUHFDODUTXHUHVYHU>R$QGUpILFD nervoso]. Não engulo sapos e não devo nada a ninguém. Comigo é assim. Queres ser respeitado respeita os outros 1mR OHYR GHVDIRUR SDUD FDVD -i OHYHL DJRUD QmR OHYR´ (André, 17, entrevista). É uma masculinidade que moca as próprias regras da masculinidade ortodoxa de uma forma inteiramente nova, invocando masculinidade, sexualidade e papéis VH[XDLV ³DWLYRSDVVLYR´ TXDQGR R $QGUp DILUPD HP WRP GH JR]R TXH ³p SUHFLVR VHU muLWRKRPHPSDUDOHYDUQRFX´$QGUpHQWUHYLVWD1DYHUGDGHDJHVWLFXODomRGH uma certa performance efeminada ± D TXH DOJXQV MRYHQV FKDPDP GH ³ELFKLVVH´ ±, associada a uma gramática própria da estética camp, faz interrogar género como, ³« R YHtFXOR expressivo, manipulável e combativo que transporta os sinais identificadores simbólicos de uma dada orientação sexual e que através da corporalidade projeta-a irremediavelmente no espaço público (num intrincado jogo de visibilidade e invisibilidade) impossibilitando que esta seja apenas uma dimensão privada, um espaço público que subsiste na dominância hegemónica de uma ordem do género binária e normativa, símbolo-PRUGDKHWHURVVH[XDOLGDGHFRPSXOVyULD«´6DQWRV-119). Não significa que esta performance seja absolutamente falsa ou totalmente verdadeira já que género é sempre um elo perdido, destituído de sentido, numa relação de forças (Butler, 1999). Ela acompanha uma certa ironia contida neste grupo em particular, por exemplo, quando o insultRHVFRODUGH³ELFKD´pXWLOL]DGRFRPRXP termo reinvidicativo de autodesignação. &RPR UHIHUH 3DWWRQ ³« WKH DSSURSULDWLRQV take the form of recontextualizing terms ² nigger, queer, girls, bitches ² when used inside the group to which these terms once sLJQLILHGVXEPLVVLRQ´(Patton, 2004: 146), e esta masculinidade queer opõe-se muitas vezes à hegemónica. ³$QGUp- Filho, comigo é simples. Eu sou como sou, quem não gostar que se foda, bota nas bordas do prato. Toda a gente crítica as bichas, as marchas, as travestis, as loucas, 61 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 não sei o quê, mas ninguém critica os machões 1mR SHUFHER SRUTXr´ $QGUp entrevista). Esta atitude potestativa de contrarreação deixa-nos perceber outras formas de marginalização, menos contempladas cientificamente, que desaguam, muitas vezes, HPIRUPDWRVFRPXQLWiULRVSRLV³«it is also important to recognize that subversion is not just pleasurable ± we continue to be interpellated by norms even as we contest WKHP´0F&RUPDFNKimmel & Mahler (2003) discutem, através da análise de dados das biografias de jovens que entravam em matar em escolas e faculdades norte-americanas, que o não pertencimento a uma masculinidade reconhecida, heróica, desejável e/ou o ser-se vítima de escárnio homofóbico, pode estar na origem GHXPDUHWDOLDomRKRPLFLGDFRQWUD³RVDJUHVVRUHV´FRPRXPDSURYDGHPRQVWUDWLYDGH uma virilidade inalcançável. Todavia, se é verdade que a masculinidade queer é uma masculinidade que previne a vitimização, também é verdade que a vitimização nem chega a acontecer. ³+XJR- Nunca tiveste problemas ou tens no secundário? André: - Que me recorde não. Quase toda a gente sabia de mim. Os meus colegas sabem de mim. Amigas, amigos, toda a gente mesmo. Falam comigo, tratam-me da mesma forma. Nada a apontar. Inclusive elegeram-me para delegado de turma. Eu até acho que os professores sabem de mim [risos]. Hoje em dia não tenho qualquer tipo de problema, acho eu. Aceitam perfeitamente. Até brincam comigo«´$QGUp(QWUHYLVWD Mark McCormack (2010), num estudo etnográfico, demonstra que os discursos juvenis sobre as homossexualidades são mais abertos, plurais e revelam possibilidades de mudança para lá daquilo que se julgaria. O sociológo britânico dá o exemplo de Jack, um jovem que contorna a masculinidade hegemónica e, ainda assim, não chega a ser importunado pelos colegas. 1HVVHVHQWLGR³«Jack proudly and vociferously paraded his own version of masculinity. Jack is an agentic subject, at RQFHVXERUGLQDWHGDQGOLEHUDWHG´(McCormack, 2010: 44). Considerações finais A questão das masculinidades nos estudos sobre género são mais complexas do que nos apresenta os estudos em e sobre educação priorizando estes uma análise centrada, sobretudo, na masculinidade hegemónica, principalmente quando se toma género como uma performance e se interseccionaliza com a orientação sexual. Ainda assim, género mantém um núcleo central que se relaciona sempre com as dimensões do poder tendo a expressão patriarcal uma influência expressiva que se propaganda 62 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 para lá do binómio heWHURVVH[XDO ³KRPHPPXOKHU´ H VH UHIOHWH RUD SRU LPLWDomR RUD por rearticulação, por exemplo, na comunidade gay. Alargar as reflexões feministas a HVWH FDPSR QmR VLJQLILFD GHVWUXLU R VXMHLWR ³PXOKHU´ GR FHQWUR GR IHPLQLVPR PDV questionar, deslocando-o, as reproduções patriarcais através da desconstrução da masculinidade hegemónica e/ou debate sobre os seus efeitos prejudiciais. Neste artigo argumentou-se que as interpelações homofóbicas sobre a forma do insulto, apesar de estarem ligadas ao atravessamento de fronteiras genderizadas sendo a homofobia, sobretudo, uma violência de género, parecem ser constitutivas dos discursos sobre as masculinidades atacando, como uma espécie de chamada ao GLVFXUVRWRGRVRVUDSD]HVLQGHSHQGHQWHPHQWHGDVXD³UHDO´RULHQWDomR sexual e por isso converte-se num problema de todos/as. Na verdade, o insulto, apropriando-se de considerações abjetas à feminilidade que são transportadas para a (e/ou impingidas à) homossexualidade masculina, procura, além de regular a masculinidade geral, contribuir para a formulação de um imaginário que protege sempre a heterossexualidade masculina mantendo-na intacta e hegemónica devido à ligação quase congenital que esta mantêm com a heterossexualidade. Nesse sentido, a homofobia é, mais do que uma fobia intrínseca, uma estratégia discursiva num contexto de negociação das masculinidades (Pascoe, 2007), que, contudo, não deixa de ter efeitos negativos e materiais na vida de muitos jovens gays (ou heterossexuais), como no caso do Fábio. Contudo, um olhar mais atento, microscópico e detalhado sobre as culturas juvenis gays revela uma diversidade de identificações, consciências e/ou vivências que, além de questionarem um panorama essencialista e vitimista sobre a juventude gay (como se todos os rapazes fossem vítimas de bullying), e a veracidade e legitimidade dos estereótipos de género, faz emergir ainda oposições de género que são reproduzidas na comunidade gay, nomeadamente a oposição histórica entre o ³JD\ PDVFXOLQR QRUPDO´ H D ³ELFKD HIHPLQDGD ORXFD´ O primeiro demonstra que a PDVFXOLQLGDGH KHJHPyQLFD QmR p XP ³SULYLOpJLR´ GRV KRPHQV KHWHURVVH[XDLV H simultaneamente, que os próprios gays podem reproduzir estereótipos de género que tem consequências nefastas entre si. A segunda aparece como uma identidade abjeta, uma identidade que reconfigura a masculinidade juvenil gay. Em certa medida, a abjeção social à feminilidade é vísivel através do repúdio compulsivo (heterossexual e/ou gay) à bicha. Ela é pois uma identidade duplamente marginalizada (por ser homossexual e por não corresponder às expetativas de género tradicionais). 63 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 Ambas as identidades impede-nos, no entanto, de tomar um olhar vitimista sobre as homossexualidades e impele-nos a construir um pensamento problematizador sobre género, orientação sexual, experiências escolares ou marginalização e as suas intersecções e rupturas. Elucida-nos ainda que comportamento de género e identidade sexual podem estar desconectados mesmos que as representações dominantes (neste caso, na escola) as tomem, convenientemente, como estando simbolicamente ligadas (Butler, 1999). No entanto e ainda assim, apesar de estarem empiricamente desligadas, de se constítuiram como dois regimes de opressão diferenciados (Richardson et al, 2006) e de ser um abuso da linguagem falar-se como se fossem mutuamente constitutivas, masculinidade e heterossexualidade continuam a ser dimensões dominantes na esfera do género e da sexualidade, quer no campo escolar, quer no campo juvenil, fazendo com que, para perservar uma crítica radical ao patriarcado e/ou à heteronormatividade, se fale numa ³KHWHURPDVFXOLQLGDGH´0F&RUPDFN Em suma, comportamentos de género e orientação sexual estão empiricamente desconectados podendo haver rapazes gays ou bissexuais inclusive que reproduzem a masculinidade hegemónica e impossibilita falar-se desta juventude como vítimas; contudo, as representações dominantes (na escola) continuam a reproduzir estereótipos de género que lhe são convenientes e protegem a heterossexualidade masculina. Referências bibliográficas AMÂNCIO, Lígia. (1994). Masculino e Feminino. A Construção Social da Diferença. Porto: Edições Afrontamento. BADINTER, Elisabeth. (1996). XY. A Identidade Masculina. Porto: Edições Asa. BORRILLO, Daniel. (2010). Homofobia. História e crítica de um preconceito. Belo Horizonte: Autêntica Editora. BOURDIEU, Pierre. (1999). A Dominação Masculina. Oeiras: Celta Editora. BUTLER, Judith. (1999). Gender Trouble. Feminism and the Subversion of Identity. New York: Routledge. BUTLER, Judith. (2004). Undoing Gender. New York. Routledge. BUTLER, Judith. (2011). %RGLHV 7KDW 0DWWHU 2Q WKH GLVFXUVLYH OLPLWV RI ³VH[´. New York: Routledge. 64 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 CALDAS, José; FONSECA, Laura; ALMEIDA, Sofia & ALMEIDA, Lígia (2012). ³(VFXHOD \ 'LYHUVLGDG 6H[XDO ± ¢4XH 5HDOLGDG"´ ,Q Educação em Revista, Belo Horizonte, Vol. 28, Nº. 03, pp. 143-158. COHEN, Louis; MANION, Lawrence & MORISSON, Keith. (2007). Research Methods in Education. London & New York: Routledge. &211(//5:³$9HU\6WUDLJKW*D\0DVFXOLQLW\+RPRVH[XDO([SHrience, DQG 7KH '\QDPLFV RI *HQGHU´ ,Q American Sociological Review, Vol. 57, Nº. 6, pp. 735-751. CONNELL, R. W. (2005). Masculinities. California: University of California Press. (367(,1'HEELH³5HDOER\VGRQ¶WZRUNXQGHUDFKLHYHPHQWPDVFXOLQity and WKHKDUDVVPHQWRIVLVVLHV´,Q'HEELH(SVWHLQ-DQQHWWH(OZRRG9DOHULH+H\-DQHW Maw (Eds.), Failing Boys? Issues in Gender and Achievement. Buckingham: Open University Press, pp. 96-108. (367(,1 'HEELH -21+621 5LFKDUG ³-RYHQV SUoduzindo identidades VH[XDLV´,QRevista Brasileira de Educação, Vol. 14, Nº. 40, pp. 83-92. FERREIRA, Manuela. (2004). «A gente gosta é de brincar com os outros meninos!». Relações Sociais Entre Crianças num Jardim de Infância. Porto: Edições Afrontamento. FOUCAULT, Michael. (1998). História da Sexualidade II: O uso dos prazeres. Rio de Janeiro: Edições Graal. +$/%(567$0 -XGLWK ³,PDJLQHG 9LROHQFH4XHHU 9LROHQFH 5HSUHVHQWDWLRQ 5DJHDQG5HVLVWDQFH´,QSocial Text, Nº. 37, pp. 187-201. JAGOSE, Annamarie. (1996). Queer Theory. An Introduction. New York: Melbourne University Press. .,00(/ 0LFKHO 6 0$+/(5 0DWWKHZ ³$GROHVFHQW 0DVFXOLQLW\ +RPRSKRELD DQG 9LROHQFH´ ,Q American Behavioral Scientist, Vol. 46, Nº. 10, pp. 1439-1458. LA1'5($8 -RKQ & 52'5,*8(= 1HOVRQ 0 (GV ³Queer Masculinities in (GXFDWLRQ $Q ,QWURGXFWLRQ´ ,Q Queer Masculinities. A Critical Reader in Education. New York: Springer, pp. 1-18. /((6 6XH ³6H[XDOLW\ DQG FLWL]HQVKLS HGXFDWLRQ´ ,Q 0DGHOHLQe Arnot & JoAnne Dillabough (eds.), Challenging democracy: International perspectives on gender, education and citizenship. London/New York: Routledge/Falmer, pp. 259-277. LOURO, Guacira Lopes. (1997). Gênero, Sexualidade e Educação. Uma perspetiva pós-estruturalista. Petrópolis, RJ: Editora Vozes. 65 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 0$*$/+(6 0DULD -RVp ³(P WRUQR GD GHILQLomR GR FRQFHLWR GH agência IHPLQLVWD´,Qex aequo, Nº. 7, pp. 189-198. MAGALHÃES, Stoer & STOER, Stephen. (2005). A Diferença somos Nós. A Gestão da Mudança Social e as Políticas Educativas e Sociais. Porto: Edições Afrontamento. 0&&250$&. 0DUN ³4XHHU 0DVFXOLQLWLHV *HQGHU &RQIRUPLW\ DQG WKH 6HFRQGDU\ 6FKRRO´ ,Q -RKQ & /DQGUHDX 1HOVRQ 0 5RGULJXH] (GV Queer Masculinities. A Critical Reader in Education. New York: Springer, pp. 35-46. PASCOE, Cheri Jo. (2007). 'XGH \RX¶UH D IDJ PDVFXOLQLW\ DQG VH[XDOLW\ LQ KLJK school. California: University of California Press. 3$7721&LQG\³7UHPEOH+HWHURVZLQH´,Q0LFKHO:DUQHU(GFear of a Queer Planet. Cultural Politics and Social Theory. Minneapolis: University of Minnesota Press, pp. 143-177. 3(5(,5$ 0DULD GR 0DU ³)D]HQGR JpQHUR QD HVFROD XPD DQiOLVH SHUIRUPDWLYDGDQHJRFLDomRGRJpQHURHQWUHMRYHQV´,Qex æquo, N.º 20, pp. 113-127. 5$%(/2 $PDQGD ³Contribuições dos estudos de género às investigações TXHHQIRFDPDPDVFXOLQLGDGH´,Qex aequo, nº 21, pp. 161-176. RASMUSSEN, Mary Louise; ROFES, Eric & TALBURT, Susan. (Eds.) (2004). Youth and Sexualities. Pleasure, Subversion, and Insubordination in and out of Schools. New York: Palgrave Macmillan. RICHARDSON, Diane; MCLAUGHLIN, Janice; CASEY, Mark E. (Eds.) (2006). Intersections Between Feminist and Queer Theory. Hampshire: Palgrave MacMillan. SANTOS, Hugo. (2013). Um Desvio na Corrente que(er)stionando as Margens. Percursos escolares e culturas juvenis de rapazes não-heterossexuais. Tese de Mestrado: FPCEUP. 6('*:,&. (YH .RVRIVN\ ³+RZ WR %LQJ 8S <RXU .LGV *D\´ ,Q 0LFKDHO Warner (Ed.) (2004). Fear of a Queer Planet. Cultural Politics and Social Theory. Minneapolis: University of Minnesota Press, pp 69-81. 6,/9$6RILD0DUTXHVGD³'RXEWVDQG,QWULJXHVLQ(WKQRJUDSKLF5HVHDUFK´,Q European Educational Research Journal, Vol. 3, Nº. 3, pp. 566 -582. 6,/9$ 6RILD 0DUTXHV GD $5$Ò-2 +HOHQD &RVWD ³,QWHUURJDQGR PDVFXOLQLGDGHVHPFRQWH[WRHVFRODUPXGDQoDDQXQFLDGD"´,Q ex aequo, Nº. 15, pp. 89-117. UNESCO. (2012). Review of Homophobic Bullying in Educational Institutions. Paris: UNESCO. 66 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 WA51(5 0LFKDHO ³,QWURGXFWLRQ´ ,Q 0LFKHO :DUQHU (G Fear of a Queer Planet. Cultural Politics and Social Theory. Minneapolis: University of Minnesota Press, pp. vii-xiii. Weber, Max. (2005). The Protestant Ethic and the Spirit of Capitalism. New York: Routledge. 67 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 ANÁLISIS DE LA CUSTODIA COMPARTIDA DESDE LA PERSPECTIVA FEMINISTA Patricia Alonso Ruido Psicopedagoga Predoctoral FCE, Universidad de Vigo [email protected] Resumen Los procesos de separación y divorcio descubren, en el caso de que existan descendientes de la pareja, una nueva realidad: el ejercicio de la guarda y custodia. En torno a esta figura existen determinadas ideas preconcebidas que alejan a los progenitores de un correcto ejercicio de la misma, encubriendo las actitudes sexistas imperantes en la sociedad actual patriarcal que se materializan en la aplicación impuesta de forma generalizada en regímenes de custodia compartida, tal y como se pretende con el actual anteproyecto de ley sobre el ejercicio de la corresponsabilidad parental en caso de nulidad, separación y divorcio. Esta imposición de custodia compartida entre ambos progenitores no responde al clima social existente y va en contra de los derechos fundamentales de las mujeres, y por ende de los niños y niñas. Palabras clave: mujer, patria potestad, guarda y custodia, custodia compartida, sexismo. ANALYSIS OF SHARED CUSTODY FROM FEMINIST PERSPECTIVE Abstract The processes of separation and divorce discover, in the case that they exist descendants of the couple, a new reality: the exercise of saves it and custody. Around this figure exist determinate ideas preconceived that move away to the progenitors of a correct exercise of the same, concealing the sexist commanding attitudes in the current society patriarcal that materialise in the application imposed of form generalised in diets of custody shared, as it pretends with the current preliminary draft of law on the exercise of the joint responsibility parental in case of nullity, separation and divorce. This imposición of custody shared between both progenitors does not answer to the existent social climate and goes against of the fundamental rights of the women, and therefore of the boys and girls. Key words: Woman, homeland authority, saves and custody, custody shared, sexist. 68 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 Introducción La guarda y custodia de los y las menores ha de ser uno de los pilares fundamentales de preocupación para toda la sociedad, y por ende para los progenitores, pero también para el Estado. Pues es éste el que, a través de los mecanismos dedicados a este fin, ha de velar por la seguridad, protección y cuidado de los y las menores pero sin perjudicar a ninguno de los progenitores. El objetivo de este trabajo consiste en analizar las implicaciones del proceso de atribución de custodia compartida desde una perspectiva feminista. Previamente, es necesario llevar a cabo una delimitación conceptual sobre los términos de patria protestad y de guarda y custodia. El concepto de patria potestad nos lleva a relacionarlo con la idea de poder y pertenencia a favor del pater familias o cabeza de familia que siempre es atribuido al hombre. (Veblen: 1999). Este término de pater familias aunque parece un término desfasado es preciso señalarlo ya que hasta el año 1981 los niños y las niñas eran pertenecientes legalmente a la figura paterna. En caso de divorcio, la custodia se le FRQFHGtDDOSDGUHGHIRUPDDXWRPiWLFDGDQGRSRUVXSXHVWRVX³PD\RUFDSDFLGDG´SDUD dar a los hijos e hijas una mejor protección, manutención y educación. (Cantón, Cortes y Justicia: 2007, 207 y ss.) Actualmente se define FRPR³³el poder global que la ley otorga a los padres sobre los KLMRV´´ Crf: Lathrop, 2008, 206 y ss.) También el artículo 154 del Código Civil nos dice que: Los hijos no emancipados están bajo la potestad de los padres. Y que la patria potestad se ejercerá siempre en beneficio de los hijos, de acuerdo con su personalidad, y con respeto a su integridad física y psicológica. Sin embargo, en nuestros días parece mucho más acertado sustituir esta conjunción GH SDODEUDV SRU RWUDV PiV DFRUGH DO DFWXDO FOLPDVRFLDO \ KDEODU GH ³UHVSRQVDELOLGDG SDUHQWDO´5RPHUR\VVRLQFOXVRHOGH³DXWRULGDGSDUHQWDO´+HUUHUD 46) Término que parece ir más allá del mero poder o autoridad por parte de los progenitores e incluye aspectos más relacionados con los derechos y deberes. En relación a la delimitación conceptual de los términos de guarda y custodia es difícil establecer unos límites claros debido a que se clasificarían dentro de los conceptos jurídicos denominados indeterminados. (Hernández, 2007, 70) Estos términos han estado utilizados de forma difusa en el ordenamiento jurídico español a lo largo de los años, pues parece no haber existido una uniformidad en su designación. Sin embargo, 69 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 con la entrada en vigor de la Ley 15/2005, de 8 de julio, por la que se modifican el Código Civil y la Ley Enjuiciamiento Criminal en materia de separación y divorcio, el Código Civil ha pasado a referirse a esta institución, con los vocablos juntos guarda y custodia. (CGPJ:2010,129 y ss) No obstante si analizamos el artículo 92 del Código Civil, se observa que los términos guarda y custodia son utilizados para referirse indistintamente a ambos progenitores como responsables del cuidado personal, individual o compartido de los hijos e hijas. De todas formas, el no se alcanza absoluta uniformidad en esta materia, pues utiliza otras expresiones para referirse a la guarda y custodia. Su artículo 96 habla del ³³cónyuge en cuya compañía queden´´ HO ~OWLPR SiUUDIR GHO DUWtFXOR DOXGH D ³´aquel con quien el hijo conviva´´ \ HO DUWtFXOR HVWDEOHFH ³³el progenitor que no tenga consigo a los hijos´´ De este modo, los términos patria potestad (responsabilidad parental) y guarda y custodia son figuras jurídicas diferenciadas, aun con total relación entre sí. Como H[SUHVD 3LQWR \ VV ³³QR VRQ OD PLVPD FRVD SHUR HQWUH HOODV H[LVWH OD UHODFLyQ GHO WRGR D OD SDUWH´´ $ SHVDU GH HVWD HVWUHFKD UHODFLyQ HQWUH DPERV conceptos no significa que la guarda y custodia surja solamente frente a la ausencia de convivencia de los hijos e hijas con ambos progenitores. (Echeverría: 2001) Esta situación provoca la visibilización de esta figura que antes formaba un todo con las demás funciones de la patria potestad. (Lathrop: 2008, 57). Así, en la praxis cuando ambos progenitores viven juntos y la relación conyugal o de pareja se desenvuelve con normalidad, la guarda y custodia es ejercida conjuntamente por ellos. En el caso de ruptura de la convivencia es cuando se origina la disidencia de opiniones surgiendo dos claras tendencias diferenciadas. Por un lado, hay quienes conciben el contacto directo, físico y continuo con el hijo o hija como el elemento esencial de la guarda y custodia. (Cfr: Lathrop: 2008, 51 y ss) Quizás este, el concepto más restringido de esta figura. Por el otro lado se asume una noción más amplia del concepto de guarda y custodia que abarca también la educación y formación integral de los hijos e hijas, es decir, sobrepasando así el mero cuidado o protección física de éstos. (Pinto: 2009, 36 y ss) Sin embargo, parece que cuando se produce esa ruptura o cese de convivencia de los progenitores, y se comienza todo el procedimiento de divorcio, se ha extendido la creencia que al no ser el progenitor custodio se perderán los derechos sobre el o la menor. Afirmación que es absolutamente falsa ya que a pesar de que el modelo de custodia atribuido sea monoparental, salvo contadas situaciones (abusos sexuales, 70 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 PDORVWUDWRV«ORVSURJHQLWRres no perderán la patria potestad (Verdes: 2011), por lo WDQWRQRSHUGHUiQHVH³SRGHU´VREUHVXVKLMRVHKLMDVTXHWDQWDDQVLHGDGOHVSURGXFH perder en muchos casos. Y aún esos casos de gravedad extrema podrían ser solo suspendidos de ella durante un tiempo. De forma que no tener la custodia, no significa no poder decidir sobre cuestiones relativas al domicilio, educación, ideología religiosa, tratamientos médicos o cualquier cosa que afecte al o a la menor (Verdes, 2011. Por lo tanto, la guarda y custodia en este caso se convertiría en la estancia con la persona o los tiempos de la vida que se puede disfrutar con los niños y niñas. De todo lo cual, cual se deduce que los derechos y las responsabilidades para con los hijos e hijas comunes, una vez acontecida esa separación o divorcio, deben ser iguales a los derechos y responsabilidades que tenían con anterioridad. (CGPJ,201 y ss). De este modo, los padres y madres tienen el derecho y el deber de cumplir con sus hijos e hijas ostenten o no la patria potestad o la guarda y custodia. Este derechodeber es una obligación para ambos progenitores independientemente de la figura que tenga asignada como guardador o no guardador. Pues la tarea de ser padres y madres, no ha de estar vinculada a una sentencia legal que te atribuya o no la guarda y custodia, ha de ir más allá. Ser padres y madres significa querer y cuidar por encima de todo, pues los hijos e hijas están vinculados a sus progenitores a lo largo de toda su vida, pero mientras su desarrollo integral depende de ellos, han de ser protegidos, queridos y cuidados más especialmente. Análisis de la custodia compartida Es preciso señalar que la primera versión del concepto de custodia compartida fue desarrollada alrededor de 1970 en EEUU (Verdes: 2011), para ayudar a proveer la participación activa de ambos progenitores en la crianza de los hijos e hijas. En España, a diferencia de otras legislaciones internacionales, existen dos términos diferenciados relativos a este proceso: patria potestad y guarda y custodia, tal y como se ha comentado anteriormente. Sin embargo, parece que la denominación de guarda y custodia conjunta es la traducción literal de los términos joint custody y garde cojointe del derecho americano y francés respectivamente. (Pérez-Villar, 2009, 43 y ss). Por tanto, se ha producido una pésima traducción e interpretación, mezclando los vocablos guarda y custodia, patria potestad y custodia compartida. Lo que, en muchos casos lleva a ideas confusas o percepciones absolutamente desacertadas. 71 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 En España esta denominación de custodia compartida viene creada por la redacción del artículo 92 del Código Civil, y su modificación con la Ley 15/2005, pues en el ordenamiento desde el año 1981 no se incluía esta modalidad. (Pinto: 2009, 81 y ss). Tal y como refleja nuestra legislación vigente, la custodia compartida consiste en una custodia alternada o bien en periodos alternos, ya que de forma simultánea, o conjunta, es imposible que ambos progenitores, separados o divorciados, la ejerzan a un mismo tiempo. Está claro que custodia compartida es el término utilizado a nivel social, pero no es el más correcto. Pues no responde la dinámica de la situación. (Pinto: 2009, 41 y ss). Así si intentamos delimitar el concepto podemos mencionar a Campuzano (2004, 2482) que OD GHILQH FRPR DTXHO ³³modelo de guarda y custodia en el que ambos progenitores se encargan de forma periódico rotatoria del cuidado, atención y HGXFDFLyQGHORVKLMRVHKLMDVPHQRUHV´´. Otro concepto, que se ha formulado de forma más completa y contemplando la custodia compartida en toda su magnitud es el empleado por Latrop (2009,289) diciendo que es Aquel sistema familiar posterior a la ruptura matrimonial o de pareja que, basado en el principio de la corresponsabilidad parental, permite a ambos progenitores participar activa y equitativamente en el cuidado personal de los hijos, pudiendo, en lo que a la residencia se refiere, vivir con cada uno de ellos durante lapsos de tiempo más o menos predeterminados. La aplicabilidad del modelo de custodia compartida es una realidad ya en España, una medida que puede establecerse con plena legalidad si se cumplen los requisitos necesarios y estipulados por el artículo 92 del Código Civil tras su modificación con la aplicación de la Ley 15/2005. Estos son los referidos en los artículos: 92.5: Se acordará el ejercicio compartido de la guarda y custodia de los hijos cuando así lo soliciten los padres en la propuesta de convenio regulador o cuando ambos lleguen a este acuerdo en el transcurso del procedimiento. El Juez, al acordar la guarda conjunta y tras fundamentar su resolución, adoptará las cautelas procedentes para el eficaz cumplimiento del régimen de guarda establecido, procurando no separar a los hermanos. 92.6. En todo caso, antes de acordar el régimen de guarda y custodia, el Juez deberá recabar informe del Ministerio Fiscal, y oír a los menores que tengan suficiente juicio cuando se estime necesario de oficio o a petición del Fiscal, partes o miembros del Equipo Técnico Judicial, o del propio menor, valorar las alegaciones de las 72 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 partes vertidas en la comparecencia y la prueba practicada en ella, y la relación que los padres mantengan entre sí y con sus hijos para determinar su idoneidad con el régimen de guarda 92.7. No procederá la guarda conjunta cuando cualquiera de los padres esté incurso en un proceso penal iniciado por atentar contra la vida, la integridad física, la libertad, la integridad moral o la libertad e indemnidad sexual del otro cónyuge o de los hijos que convivan con ambos. Tampoco procederá cuando el Juez advierta, de las alegaciones de las partes y las pruebas practicadas, la existencia de indicios fundados de violencia doméstica. 92.8. Excepcionalmente, aun cuando no se den los supuestos del apartado cinco de este artículo, el Juez, a instancia de una de las partes, con informe favorable del Ministerio Fiscal, podrá acordar la guarda y custodia compartida fundamentándola en que sólo de esta forma se protege adecuadamente el interés superior del menor. De esta forma tal y como manifiesta Escudero (2010,85): Se puede acordar la guarda y custodia compartida si ambos progenitores la piden de mutuo acuerdo y prácticamente el juez o el fiscal no ponen objeciones, porque en esta petición conjunta ya se vislumbra que la pareja no está enfrentada, garantía fundamental para el buen funcionamiento de la coparentalidad. En los relativo a su ejecución práctica según el último informe, relativo al año 2012 de Instituto Nacional de Estadística la custodia de los hijos e hijas fue otorgada a la madre en el 75,1% de los casos, cifra inferior a la observada en el año anterior (81,7%). En el 9,7% de los procesos la custodia la obtuvo el padre (frente al 5,3% de 2011), en el 14,6% fue compartida (12,3% del año anterior). Principios generales de la custodia compartida La custodia compartida está dirigida y apoyada en tres pilares fundamentales: (Lapthro:2008,57) i) la corresponsabilidad familiar; ii) la igualdad entre los progenitores; y iii) el principio de coparentalidad. parental. Y, por supuesto, todos sustentados en el derecho del hijo o hija a seguir manteniendo contacto directo regular con ambos progenitores. Sin embargo cabe matizar que este ha de ser un derecho y no una obligación legal, por lo tanto este régimen de custodia no puede ser impuesto, ya que esto iría en contra de los propios intereses de las y los menores. En lo referente al principio de igualdad entre ambos progenitores tras la reforma de la 73 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 Ley 11/1981, de 13 de mayo, de modificación del Código Civil en materia de filiación, patria potestad y régimen económico del matrimonio, supuso un importante cambio en materia de patria potestad, (mencionado con anterioridad), al establecer que su titularidad y ejercicio corresponden a ambos progenitores que, en plano de igualdad, pasaron a ejercer los derechos y deberes ambos. Sin embargo a pesar de estar en igualdad de condiciones en materia de igualdad formal, resulta absolutamente innegable que a nivel de equiparación de derechos en los diferentes ámbitos sociales, existe un trecho de distancia considerable entre ambos géneros, y por tanto entre ambos progenitores. Ya que, a pesar de verse reforzada la idea de igualdad en los roles parentales con este principio, supone a día de hoy una falacia, más relacionada con lo absurdo que con la realidad social. La desigualdad o brecha salarial (I.N.E. 2013), las altas tasas de desempleo (I.N.E. 2012), el hecho de que participen menos en el trabajo remunerado (I.N.E. 2013), que copen la modalidad de empleo a tiempo parcial (I.N.E. 2013) y la existencia del techo de cristal (Instituto de la Mujer. 2012) . Son desigualdades laborales sangrantes y que a mayores provocan a día de hoy y debido al periodo de desempleo generalizado que padece nuestra población provocan que no obtengan las mismas prestaciones por desempleo que los hombres, y padres de España. Por lo tanto este principio de igualdad como base para sustentar la custodia compartida, queda no solo carente de contenido, sino que es realmente absurdo e irreal. En lo que concierne al principio de corresponsabilidad parental, basado en la idea del reparto equitativo de los derechos y deberes que los progenitores tienen para con sus hijas e hijos. Se encuentra estrictamente relacionado al principio de coparentalidad, que es quizás el soporte base sobre el que se apoya la custodia compartida. Sin embargo, es necesario analizar el grado de veracidad de estos principios en su aplicación real en la sociedad española. Cifras que podrían ser termómetros de la existencia de estos dos principios podrían ser: los permisos de maternidad y paternidad, el tipo de jornada laboral que tiene y a que dedican su tiempo, el tiempo que ambos dedican al cuidado de los hijos e hijas o quien se ocupa de las tareas del hogar entre otros. Pero estas cifran muestran que son las madres, las que de forma mayoritaria se dedican al cuidado de los hijos e hijas. (Instituto de la mujer, 2013) Son también las que se ocupan de otras obligaciones familiares o personales. (Instituto de la mujer, 2013) Las que disfrutan de las 16 semanas del permiso para cuidar a los niños y niñas. (Instituto de la Mujer, 2013). Las que tiene una mayor participación masculina en las tareas domésticas y del cuidado de hogar. (Instituto de la mujer, 74 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 2013) Por tanto, es indiscutible decir que las mujeres en España siguen asumiendo de una forma prioritaria el cuidado y atención de los hijos e hijas y de todos los miembros de la familia, y quien mayormente viene renunciando a un desarrollo profesional y/o laboral a favor de su cónyuge o pareja (Boletín Estadístico del Instituto de la mujer, 2013). Son ellas las que, como hemos visto, ejercen el rol de progenitor más cuidadoso y generoso para con sus hijos e hijas de forma apabullante. /DHVFXVDGHOOODPDGR³6tQGURPHGHDOLHQDFLyQSDUHQWDO´HQSURFHVRVGHFXVWRGLD En 1985 el psiquiatra Richard Gardner en medio de un proceso judicial de divorcio, nombra por primera vez un supuesto ³VtQGURPH´ que denomina Síndrome de Alienación Parental (S.A.P.). (Gardner: 1985) que se define como un trastorno caracterizado por un conjunto de síntomas que resultan del proceso por el cual un progenitor transforma la conciencia de sus hijos o hijas, mediante distintas estrategias, con objeto de impedir, obstaculizar o destruir sus vínculos con el otro progenitor (Aguilar: 2004) Es un lavado de cerebro producto del adoctrinamiento parental. (Gardner, 1991, 14.21) Sin embargo, ni la Asociación Médica Americana, ni la Asociación Americana de Psicología lo aceptan y han llegado a afirmar en unas declaraciones de 1996 sobre el S.A.P.: Lo inhabilitan para configurar un síndrome diagnóstico - en el sentido estricto del término- ya que no han sido hechas pruebas que lo convaliden ni su autor ha expuesto a consideración de la comunidad científica los datos en los cuales se basó para configurarlo. La Asociación de Psicólogos Americana (A.P.A.) a través de la Comisión Especial sobre Violencia y Familia, concluyó a través del informe Cuestiones y dilemas en violencia familiar que: El personal judicial debe no sólo ser advertido que el PAS no está reconocido como un síndrome médico por la AAM (Asociación Americana Médica) y la APA,(Asociación de Psicólogos Americana) sino que el empleo de este dudoso síndrome como un instrumento, adaptado para quitar la tenencia a las madres, no puede consentirse. Por lo cual el S.A.P no tiene ningún fundamento científico, ya que no se encuentra catalogado ni aceptado por ninguna las clasificaciones mundiales de trastornos y enfermedades mentales, ni por el DSM-V de la Asociación Americana de Psiquiatría, ni por la CIE-10 de la OMS. Sin embargo a pesar de esto, tiene ya una profunda aceptación tanto por la doctrina y jurisprudencia y su consecuente aplicación legal. El S.A.P. se ha introducido y aplicado 75 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 en los juzgados de nuestro medio bajo el argumento de tratarse de un nuevo trastorno clínico. Dicha aparición, al igual que la describió Gardner en el contexto de los EE.UU. en 1985 (Garner: 1985, 3-7) coincide con la promulgación de la custodia compartida (Ley 15/2005). (Escudero, Aguilar y Cruz: 2008). (VWH³VtQGURPH´SRQHGHrelieve los falsos mitos, estereotipos y prejuicios sociales que a lo largo de la historia han impregnado la percepción social sobre la actitud y personalidad de las mujeres, y lo hace al poner en valor la perversidad y la malicia que son capaces de desarrollar por interés personal, sin considerar a nada ni a nadie. En definitiva, se trata de DSOLFDU HVD LGHD VREUH OD ³PDOGDG´ GH ODV PXMHUHV D ORV FDVRV prácticos de las relaciones de los hijos e hijas con sus padres tras la separación. Es una trampa con sesgos misóginos y discriminatorios, una manipulación interesada al amparo de la cultura de la desigualdad. El S.A.P. no existe. Ya que, la invención de este síndrome parece ser la respuesta a la lucha que en muchos casos se crea en estos procesos por la adquisición de la custodia, una lucha que tiene como objetivo la madre. Por lo tanto aplicarlo judicialmente va en contra, no solo de las mujeres, sino de los valores pro igualdad que se persiguen en nuestra sociedad, pues perpetúa y exacerba las discriminaciones existentes contra las mujeres. Reflexión final La custodia compartida ciertamente es una medida con matices de género, pues parece ir contra el género femenino, es decir, las madres. Lo cierto es que nuestra sociedad está viviendo desde hace unos años, una evolución lógica y necesaria en materia de igualdad. Y resulta innegable que cada año son más las familias que se estructuran y organizan de forma más corresponsal. Sin embargo esta realidad se corresponde con un porcentaje de población realmente bajo. Tal y como reflejan los datos expuestos con anterioridad. Por lo tanto, esto resulta contrario al anteproyecto de ley sobre el ejercicio de la corresponsabilidad parental en caso de nulidad, separación y divorcio aprobada por el Consejo de Ministros a propuesta del ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, el pasado 19 de julio de 2013, que prima un régimen compartido por encima de uno individual, otorgando al juez o jueza del poder de decidir el régimen es el más adecuado actuando en beneficio del interés superior del menor. No obstante, imponer de esta forma un régimen de custodia compartida no sería la mejor solución ni para progenitores, ni para los y las propias menores. Ya que, se 76 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 estaría dando la posibilidad de que padres o madres negligentes, o que no han contribuido activamente en la crianza y educación de sus hijos e hijas, adquirieran un derecho, que habiéndolo tenido durante el matrimonio, no lo han practicado. Porque la custodia compartida, ha de ser un método de crianza, más allá, de una categoría legal, pero un método desde el mismo momento del nacimiento del niño o niña. Ambos progenitores han de participar de forma igualitaria, corresponsable y coparental desde el mismo momento en el que el o la niña nace, en el que ambos progenitores se han de implicar activamente en ese proceso de crianza. La custodia compartida sería la situación ideal para los y las menores en un mundo más justo y paritario. Sin embargo actualmente esa no es la realidad española, por lo que un régimen compartido de custodia, no haría si no incrementar y contribuir a esas diferencias existentes entre hombres y mujeres. Por lo que quizás se debería, en todo caso, incidir en propugnar una mayor corresponsabilidad en el cuidado y atención de los hijos e hijas que permita a ambos progenitores un desarrollo integral, y que redundará en el beneficio de los y las menores, en lugar de introducir esta nueva modalidad de custodia de difícil aplicación práctica, por todo lo expuesto en el presente. (Aparicio, Themis) Por lo tanto, a este respecto, no deben dictarse sentencias estereotipadas, y mucho menos imponer una modalidad de custodia, tal y como se pretende, debe estudiarse exhaustivamente cada familia, pareja, progenitor e hijo o hija, con sus particulares características. Ya que de lo contrario se estaría yendo en contra del mejor provecho del o de la menor. En materia de custodia no hay una solución general perfecta. Cada caso debe examinarse con cuidado para encontrar su adecuada solución, procurando seguir el interés superior del o de la menor, sin ir en contra de los valores no sexistas, ni discriminatorios. Sin embargo, parece que en ocasiones, la situación actual de atribución de custodias se ha convertido en una problemática en la que las cuestiones de género están más palpables que otras motivaciones. Pues la custodia, y por ende la custodia compartida, es sin lugar a dudas una figura en la que están presente mucho matices de género, y sin lugar a dudas también, resulta necesario educar a progenitores y seguir persiguiendo como sociedad valores igualitarios, corresponsables y coparentales, pero nunca, imponiendo una modalidad de custodia que va por definición contra los derechos de las mujeres y de los niños y niñas, sino es aplicada con la lógica pertinente. 77 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 Referencias Bibliográficas AGUILAR, Jose. 2004. Síndrome de Alienación Parental. Hijos manipulados por un cónyuge para odiar al otro. 1ºed. Córdoba: Editorial Almuzara. 200 págs. ALBADALEJO, Manuel. 2002. Derecho Civil IV, Derecho de Familia. 9ºed. Barcelona: Bosh. 430 págs en LATHROP, Fabiola. 2008. Custodia compartida de los hijos. 1ºed. Madrid: La Ley. 584 págs. Boletín estadístico, corresponsabilidad familiar. Instituto de la mujer.2013. Recuperado de: [http://www.inmujer.gob.es/actualidad/noticias/2013/mayo/BoletinEstadistico3.htm] Brecha Salarial, Instituto Nacional de Estadística,2013. Recuperado de: [http://www.ine.es/ss/Satellite?L=es_ES&c=INESeccion_C&cid=1259925408327&p=12 54735110672&pagename=ProductosYServicios%2FPYSLayout¶m3=1259924822 888] &$038=$12 7RPp ³/D FXVWRGLD FRPSDUWLGD 'RFWULQD MXULVSUXGHQFLDO GH ODV $XGLHQFLDVSURYLQFLDOHV´$UDQ]DGL&LYLOYROSiJ CANTÓN, José; JUSTICIA María del Rosario. 2007. Conflictos entre los padres, divorcio y desarrollo de los hijos. 1ºed. Madrid :Pirámide. 280 págs. CONSEJO GENERAL DEL PODER JUDICIAL. 2008. La jurisdicción de familia: especialización. Ejecución de resoluciones y custodia compartida. Madrid: Dykinson. 368 págs. CONSEJO GENERAL DEL PODER JUDICIAL. 2008. La jurisdicción de la familia: especialización. Ejecución de resoluciones y custodia compartida, Estudios de derecho judicial. Madrid. Cuidado de hijos e hijas, Instituto Nacional de Estadística 2013. Recuperado de: [http://www.ine.es/ss/Satellite?L=es_ES&c=INESeccion_C&cid=1259925472720&p=12 54735110672&pagename=ProductosYServicios%2FPYSLayout¶m3=1259924822 888] ECHEVERRIA, K, 2001. La guarda y custodia compartida de los hijos. Especial referencia a la legislación española. Granada. 389 págs. [http://digibug.ugr.es/bitstream/10481/20323/1/20702863.pdf] Empleo a tiempo parcial, Instituto Nacional de Estadística, 2013. Recuperado de: [http://www.ine.es/ss/Satellite?L=es_ES&c=INESeccion_C&cid=1259925461713&p=12 54735110672&pagename=ProductosYServicios%2FPYSLayout¶m3=1259924822 888] 78 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 ESCUDERO, Antonio; AGUILAR, Lola y CRUZ, Julia. 2008. La lógica del Síndrome de $OLHQDFLyQ 3DUHQWDO GH *DUGQHU ³WHUDSLD GH OD DPHQD]D´ 6$3 5HYLVWD GH OD Asociación Española de Neuropsiquiatría. 102 (28). 285-305 págs. ESCUDERO, IsabHO ³8QD YLVLyQ GLIHUHQWH GH OD FXVWRGLD FRPSDUWLGD´ Barcelona: Economist & Jurist. 136. 82-90 págs. España. Anteproyecto de ley sobre el ejercicio de la corresponsabilidad parental en caso de nulidad, separación y divorcio. Diecinueve de julio de 2013. España. Código Civil, 1889. España. Ley 15/2005 de 8 de julio, por la que se modifican el Código Civil y la Ley de Enjuiciamiento Civil en materia de separación y divorcio. Ocho de julio de 2005. 1864. 24458- 24461 págs. Estadística de Nulidades, Separaciones y Divorcios [en linea]. Instituto Nacional de Estadística. Madrid: INE, Sept..2013] Recuperado de]: [http://www.ine.es/prensa/np800.pdf] )$0È0DUtD\+(55(5$0DULVD³7HQVLRQHVHQHO'HUHFKRGHIDPLOLDGHVGH la perspectiva de género: algunDV SURSXHVWDV´ 5HYLVWD -XUtGLFD -76 págs.[Recuperado de: http://www.derecho.uba.ar/investigacion/investigadores/publicaciones/famatensiones_en_el_derecho_de_familia.pdf] Formación profesional de las mujeres y nuevos yacimientos de empleo, Instituto de la mujer, 2013. Recuperado de: [http://www.inmujer.gob.es/actualidad/noticias/2013/Diciembre/NPestudnuevosyacimie ntosempleo.htm] *$5'1(5 5 $ ³5HFHQW 7UHQGV LQ 'LYRUFH DQG &XVWRG\ /LWLJDWLRQ´ $FDGHP\ Forum, 29, 2, pp. 3-7. GARDNER, Ricahrd. 199 ³/HJDO DQG 3V\FKRWKHUDSHXWLF $SSURDFKHV WR WKH 7KUHH Types of Parental Alienation Syndrome Families. When Psychiatry and the Law Join )RUFHV´&RXUW5HYLHZ-21 págs. LATHROP, Fabiola. 2008. Custodia compartida de los hijos, 1ºed. Madrid: La Ley. 584 págs. Mujeres y poder empresarial en España, Instituto de la Mujer, 2013. Recuperado de: [http://www.inmujer.gob.es/areasTematicas/estudios/serieEstudios/docs/mujeresPoder EmpresarialEspana.pdf] PÉREZ APARICIO, R., (coord..) Estudio de derecho comparado sobre la regulación de la custodia compartida por THEMIS, Asociación de Mujeres Juristas. 79 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 PÉREZ-VILLAR, Rosa. (coord.). 2009. Estudio comparado sobre la regulación de la custodia compartida. Asociación de mulleres Themis. [http://www.amecopress.net/IMG/pdf/estudio_custodia_compartida_def.pdf] PINTO, Cristobal. 2009. La custodia compartida. 1ºed. Barcelona: Bosch. 354 págs. Población inactiva, INE,2012. Recuperado de: [http://www.inmujer.gob.es/estadisticas/consulta.do?area=5] 5,9(52 )UDQFLVFR ³&RPHQWDULRV DO DUW GHO &&´ HQ 0DWULPRQLR \ -RVH divorcio. Comentarios al nuevo título IV del libro I del CC, coord. LACRUZ, 2ºed. Madrid: Civitas. págs.1024. RIVERO, Francisco. 2007. El interés del menor. 1ºed. Madrid, Dykinson S.L 332 págs. ROMERO, María. 2011. La guarda y custodia compartida. Una medida familiar igualitaria. 1ºed. Madrid: Reus. 200 págs. Tareas domésticas y cuidado de hogar, Instituto Nacional de Estadística 2012.Recuperado de: [http://www.ine.es/ss/Satellite?L=es_ES&c=INESeccion_C&cid=1259925472448&p=12 54735110672&pagename=ProductosYServicios%2FPYSLayout¶m3=1259924822 888] Tasas de Desempleo, Instituto Nacional de Estadística, 2012. Recuperado de: [http://www.ine.es/daco/daco42/daco4211/epa0112.pdf] 9(%/(1 7KRUVWHLQ ³(O HVWDWXV EiUEDUR GH ODV PXMHUHV´ 5HYLVWD (VSDxROD GH Investigaciones Sociológicas. (6-junio). N.86. 355-363 págs. VERDES, Patricia. 2011. Custodia compartida. Forum Feminista María de Maeztu. País Vasco: Gasteiz. 80 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 NUEVAS CIUDADANÍAS EN EL ESPACIO URBANO DE CHAPINERO CENTRAL: Dinámicas Espacio-Temporales en el barrio gay de Bogotá D.C. Enrique Federico Luna Thorrens Geógrafo, Universidad Nacional de Colombia. Máster en Dinámicas Territoriales & Desarrollo, Universidad Complutense de Madrid. [email protected] Resumen Actualmente, los territorios están en constante cambio porque están enmarcados bajo un contexto histórico, social, cultural, político y económico, por ende las dinámicas que se desarrollan en ellos también presentan la misma tendencia. Bogotá, por ser la capital y la urbe de mayor población de Colombia, se proyecta como uno de los modelos más influyentes en el contexto nacional y contiene, desde la óptica de la investigación geográfica, una gran variedad de aspectos significativos de análisis. Esto manifestado por el reconocimiento de los temas sobre diversidad sexual de Bogotá dentro de la academia y la esfera social. Por eso en este artículo presentaremos las dinámicas espacio-temporales del barrio gay de la capital del país, analizando sus avances territoriales y las diferentes dinámicas que en él lo consolidan desde el ámbito de identidad, como el más relevante en el contexto nacional. Palabras-clave: territorio; LGBT; diversidad sexual; morfología urbana; dinámicas espacio-temporales. NEW CITIZENSHIPS IN URBAN AREA OF CENTRAL CHAPINERO: SpatioTemporal Dynamics in the gay district of Bogota DC Abstract At present, territories are constantly changing because they are framed in a historical, social, cultural, political and economic context; therefore the dynamics that develop within them also show the same trend. Bogotá, as the capital and most populous city of Colombia, is projected as one of the most influential models in the national context, and contains, from the standpoint of geographical research, many significant aspects of analysis. This manifests itself by Bogotas recognition of sexual diversity topics within academia and the social sphere. So in this article we present the spatiotemporal dynamics of the gay neighborhood of the capital, analyzing their territorial gains and the different dynamics that has consolidated from the field of identity, as being the most relevant in the national context. Keywords: territory; GBTL; Sexual diversity; urban morphology; spatiotemporal dynamics 81 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 NOVAS CIDADANIAS NA ÁREA URBANA DE CHAPINERO CENTRAL: dinâmica espaço-temporal, no bairro gay de Bogotá DC Resumo Atualmente, os territórios estão em constante mudança, porque eles são enquadrados em um contexto histórico, social, cultural, político e econômico, pois as dinâmicas que se desenvolvem em si também mostram a mesma tendência. Bogotá, a capital e cidade mais populosa da Colômbia, projeta-se como um dos modelos mais influentes no contexto nacional e contém, desde o ponto de vista da pesquisa geográfica, muitos aspectos importantes de análise. Esta declaração do reconhecimento de questões de diversidade sexual dentro da academia Bogotá e esfera social. Portanto, neste artigo, apresentamos a dinâmicas espaço-temporais do bairro gay da capital, analisando seus ganhos territoriais e as diferentes dinâmicas que ele consolidou a partir do campo de identidade, como o mais relevante no contexto nacional. Palavras-chave: Território; GBTL; diversidade sexual; morfologia urbana; dinâmica espaço-temporal. Introducción Según cifras de la Fundación Colombia Diversa para el 2013, el 8% de la población de la ciudad reconoce su condición como homosexual (560.000 personas). Desde hace aproximadamente una década el área de Chapinero se ha constituido en un barrio donde paulatinamente se han instalado servicios de ocio-recreación para esta población que han configurado una identidad e imagen concreta al barrio, hasta casi poder asegurar que hoy en día es el barrio gay de Bogotá, aunque la consolidación y número de establecimientos no sea tan alto como en otros barrios de similares características de muchas ciudades del mundo. Chapinero Central es el objeto de esa investigación y mediante la misma se tratará de validar nuestra hipótesis asociada al apoderamiento del territorio por parte de una minoría sexual, lo que favorece sentimientos de topofilia y potencia la identidad personal de determinados miembros del colectivo que se apropian de este territorio. Para ello abordaremos diferentes temas en este artículo: en primer lugar se revisará el progreso de la Ciencia Social en relación a los aportes teóricos sobre diversidad sexual; en segundo lugar se presentará la metodología, de carácter cualitativo y con anclajes en la Antropología y en la Geografía del Tiempo, elegida para el desarrollo de la investigación. También es necesario realizar un acercamiento al estado actual de 82 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 la aceptación de estas minorías sexuales en el país que, como sabemos, dinamizan espacios con una clara impronta en sus configuraciones territoriales. La investigación seleccionada nace de la necesidad de un mayor conocimiento geográfico de la construcción territorial de las minorías sexuales en relación con las dinámicas de la ciudad, y, en este sentido, sostenemos que el colectivo de personas LGBT se apoderan de determinados territorios conocidos luego como barrios gays, con el fin de satisfacer una necesidad carente como lo es el libre desarrollo de la identidad sin importar las condiciones de género. Esta apropiación está también en relación con la importancia que tienen en el desarrollo de diferentes grupos humanos algunos territorios que permiten satisfacer necesidades básicas como es la ³LGHQWLGDG SHUVRQDO´ muy ligada a la ³LGHQWLGDG de JpQHUR´ En última instancia, en diferentes barrios Gays de distintas ciudades del mundo surgen sentimientos de identificación de los grupos con los territorios, denominados genéricamente dentro de la Ciencia Geográfica como ³WRSRILOLD´ ampliamente desarrollado en los trabajos de Tuan (1974). Según Tuan, las experiencias de quienes ocupan un área hacen que ese lugar sea significativo para ellos, lo que ayuda a su interpretación para los demás. En este sentido nuestra hipótesis puede también relacionarse con diferentes ideas de filósofo francés Henri Lefebvre (1969; 1974). Este autor en su libro ³/D producción del HVSDFLR´ señala que las relaciones humanas no pueden existir sin un soporte material que siempre es de índole territorial. Para Lefebvre la producción del espacio siempre tiene un significado político, pues la construcción del espacio es siempre una lucha de poderes, incluso desde actividades cotidianas como son las de ocio-esparcimiento. En esta misma línea, afirma que las personas pueden crear determinadas dinámicas ideológicas (en el caso que ocupa este trabajo, el derecho a la libertad y diversidad sexual), que les permitan cambiar la estructura de la ciudad y reorganizar el territorio, de manera que los grupos se apropien del espacio que contribuye a su identidad. Al terminar esta pequeña introducción debe decirse que el tema que nos ocupa forma parte de los desarrollos e intereses actuales de la Geografía de Género, la Antropología y la Ciencia Social en que general y que su importancia territorial no solo se restringe a lo local, sino que tiene significativas manifestaciones de carácter global. 83 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 Planteamiento teórico y metodología Una aproximación teórica para abordar la temática de este artículo, inicia con un énfasis en las terminologías que implementamos para su análisis. Primero acotaremos HOWpUPLQR³FRPXQLGDG/*%7´SURSLDGHODVLQFOX\HQWHVGLVWLQFLRQHVGHJpQHURGHQWUR a lo que se refiere a lesbianas, gays, bisexuales y transgeneristas (Andrógino, 7UDYHVWL 7UDQVH[XDO 7UDQVIRUPLVWD ,QWHUVH[XDO DVLPLVPRHO WpUPLQR ³EDUULRJD\´ VH usa para designar a los espacios en la ciudades donde esta población desarrolla sus actividades como comunidad, al compartir un mismo territorio con objetivos y necesidades similares. Es así como se presenta como cuerpo teórico al territorio como la principal fuente de análisis desde la geografía, marcada por el tiempo en el que se desarrolla, cambia y se dinamiza; debe considerarse la ciudad como el componente físico que nos da el contexto limitante para el análisis; por último, las relaciones de género, la búsqueda de identidad y la morfología urbana (como plasmación de los usos urbanos) son los elementos que configuran la dinámica urbana de los territorios, en este caso del barrio Gay de Chapinero Central. Esquema 1: Contexto teórico para el abordaje de la investigación. Fuente: Elaboración Propia. 84 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 Con el fin de interpretar las realidades que ocurren en el territorio, se han puesto en práctica desde el aspecto metodológico, el desarrollo de 2 grandes partes para llegar a unos resultados que mostraran la validez de la premisa hecha en nuestra hipótesis inicial, estos se describen a continuación de la siguiente manera: El contexto espacial de análisis, como ocurre en todas las investigaciones con tendencia geográfica es de vital importancia. En este sentido, en la primera parte de la investigación se abordará la presentación del territorio. En él se podrá analizar y entender el contexto en donde se desarrollan las dinámicas de la comunidad LGBT en el barrio gay de la ciudad de Bogotá. Para su estudio se utilizaron fuentes y datos de la Secretaria Distrital de Planeación, con valores de estratificación, usos, actividades y morfología del suelo urbano, con el fin de representar el espacio en sus dinámicas, donde confluyen diferentes procesos de cambio, que llevan a delimitar claramente el barrio gay de acuerdo a la trayectoria temporal del mismo. La segunda parte abarca una representación actual de los procesos territoriales que se dan en el barrio, con énfasis en la temporalidad del mismo, con el fin de determinar y hacer una aproximación a las dinámicas y procesos LGBT que se generan de acuerdo a los días de la semana y a las respectivas horas del día. Ha de señalarse que esta aproximación es propia, no existiendo investigaciones previas sobre la ciudad de Bogotá con esta metodología. La técnica utilizada para este estudio fue la Observación Participante, ya que puede ser considerada como una técnica entre las múltiples que pueden emplearse para describir grupos humanos (Guasch, 1997). Aun así, la unión entre la geografía y la Observación Participante la han convertido no solo en una técnica sino en una opción de método propio del conocimiento de las Ciencias Sociales para el análisis territorial, esta unión la reflejan Taylor y Bogdan cuando señalan que para ellas, toda investigación social se basa en la capacidad humana de realizar o implementar un análisis de lo que ocurre en tiempo presente de un fenómeno determinado (Taylor & Bogdan, 1997). En este sentido, la metodología sigue los postulados propuestos por P. George (1974) que señala que ³OD GLPHQVLyQ GHO XVR FRWLGLDQR GHO HVSDFLR OD VXJLHUHODIUHFXHQFLDGHXVR´y T. Hägerstrand (1975) al señalar que el estudio del tiempo constituye una buena forma de identificación de las trayectorias espaciotemporales de la vida. 85 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 Esta metodología tiene básicamente aplicaciones en Antropología, fundamentalmente a través de los cuadernos de notas, pero es igualmente útil para el caso de la Geografía, ya que permite tomar el pulso a las diferentes dinámicas territoriales que se producen en las distintas fases del día y de la semana. Se trata de una metodología cualitativa de carácter transdisciplinar, sin duda útil para resolver problemas y cuestiones que no puede ser entendidos satisfactoriamente mediante aproximaciones tradicionales (Morillo y Gómez, 2003). Puede decirse, también, que los estudios de género pertenecen a una rama de conocimiento de amplia interdisciplinariedad, basada en una serie de paradigmas comunes en la Ciencia Social (Crane, 2010), y que la posibilidad de utilizar diferentes aproximaciones al conocimiento puede favorecer una comprensión más integrada y holística del problema (Miller et Al., 2008). Este método de obtención de la información (observación participante), se realizó dentro de las 2 categorizaciones posibles; la primera, una observación directa, donde no hubo interrelación con los sujetos involucrados, donde se registró directamente la información recurriendo únicamente al sentido de la observación; en esta fase los sujetos no intervinieron en la producción de la información. En segundo lugar, fue necesario completar la información mediante la interlocución y entrevistas a los sujetos involucrados; éstas consistieron, generalmente, en una simple charla donde los sujetos respondieron a una pregunta concreta; en todos los casos la intención era la recolección de la información a partir de la percepción sobre el barrio que los participantes en la investigación tenían (Tudela, 2004). Este proceso de investigación arroja los resultados de cada uno de los días de la semana, en 4 semanas consecutivas, entre los meses de Julio y Agosto del año 2012. Para llegar a una interpretación de lo que ocurre en la zona se dividió el día en cuatro jornadas: la mañana, la tarde, la noche y la madrugada, definiéndolas de la siguiente manera: x Mañana: 6am ± 12am x Tarde: 12m ± 6pm x Noche: 6pm ± 2am x Madrugada: 2am ± 6am 86 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 Los referentes a tomar en cuenta mediante el método de observación fueron recogidos en un cuaderno de notas (Imagen 1), en el cual se colocaba un referente cartográfico en la parte superior, con direcciones y señales de ubicación espacial, seguido de anotaciones basados en 3 criterios de toma de información. Estos referentes eran: Imagen 1: Cuaderno de notas para la toma de información. Fuente: Archivo Personal Flujo de personas: Ya que en cada una de las calles de la zona el flujo de las mismas es diferente y se relaciona regularmente con un destino específico o un tráfico momentáneo. En este sentido, se anotaba en la parte derecha superior del cuaderno cada vez que se evidenciaba una persona de la comunidad LGBT de acuerdo a su categorización de género. Esto permitía hacer una visualización del continuo uso del barrio, como posteriormente se verá en los resultados, muy heterogéneo. Locales y establecimientos sobresalientes: En este punto se buscó encontrar aquellos locales y establecimientos que tenían dinámicas destacadas de acuerdo al día de la semana y la hora que entrara en funcionamiento. El principal referente que se tuvo para identificar servicios destinados a la comunidad LGBT fue la simbología de los mismos, ya que los diferentes establecimientos tienen como signos identificativos una serie de mecanismos visuales hacia el reconocimiento y la visibilización como espacios propios de la comunidad; los bares con las banderas LGBT, fotos de hombres en las vallas, carteles y otros patrones visuales que se toman de ciudades PiVDYDQ]DGDVHQWHPDVGHHTXLGDGGHJpQHUR«WRGRHOORVHWUDVODGDD&KDSLQHUR Central con el fin de visibilizar la diferencia y, en muchos casos, mostrar cuáles son las condiciones del sitio antes de que el consumidor visite el establecimiento. 87 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 Fotografía 1: Bandera Arco Irís. Emblema principal de identificación. Fuente: Archivo Personal. Manifestaciones de carácter LGBT en la vía pública: se buscó tener una idea de qué tan frecuentes son estas manifestaciones en la vía pública, como una manera de valorar la apropiación del territorio y en qué medida la comunidad LGBT ve la zona como un sitio seguro para manifestar su identidad sexual. Este apartado no se ha tratado de establecer las mismas relaciones que se describen en el primero; éste no consiste en la toma de información con respecto al número de personas que están en el barrio, sino en relación a las manifestaciones de carácter LGBT por ejemplo, grupos de personas, besos, cogidas de mano, abrazos, todo entre personas del mismo sexo. Sostenemos que estas manifestaciones son parte de la territorialización e identidad de la ciudad por parte de una minoría, que en este caso responde a los parámetros de género y condición sexual. Toda esta toma de información se verá procesada, como síntesis y principal aportación de la investigación, en relación a la temporalidad del barrio siguiendo los aportes teóricos que desde la geografía del tiempo se explicaron en el apartado anterior de este artículo. Para esto se generaron diagramas espacio-temporales, según metodologías afines a las propuestas de Hägerstrand, uno referido a los días de diario de la semana y otro para los fines de semana. 88 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 Resultados El barrio gay de Bogotá nace de la caracterización de la identidad sexual que Chapinero ha tenido en la ciudad en los últimos años, donde debe señalarse que, como otros barrios o distritos de carácter LGBT en el mundo, no tiene una identificación administrativa definida; lo que nos llevó a evidenciar una intersección entre lo local y lo global al tener un fenómeno el mismo desarrollo en diferentes partes del mundo (Markwell, 2002). Es así como la configuración de estos barrios desde el imaginario global de la territorialidad se manifiesta en las dinámicas de género mostrándose, tal como Judith Butler pone de manifiesto, que la sexualidad es algo que va en conjunto con el cuerpo y el espacio físico (Butler, en Ojeda Leal 2011). Con esta idea se presentan las características urbanas, socioeconómicas, administrativas y morfológicas del barrio Chapinero Central, que servirá para entender el territorio en el que las dinámicas del barrio gay de Bogotá son representadas y apropiadas por parte de los grupos LGBT. En el contexto de la ciudad de Bogotá, Esta investigación toma como referente la UPZ No. 99 de Chapinero, la cual hace parte de la división administrativa (localidad) homónima, en donde alberga en uno de sus barrios lo que se considera el actual de barrio gay de la ciudad, conocido en toda Bogotá como Chapinero Central (mapa 1). Desde el punto de vista del lenguaje coloquial, el barrio es llamado popularmente solo ³&KDSLQHUR´ KDFLHQGR TXH ODV GLIHUHQWHV GLVWLQFLRQHV HQWUe localidad, UPZ o barrio (todos homónimos), tengan que denotarse antes de utilizar la palabra, es decir, ³VL queremos hablar de la localidad de Chapinero, es indispensable utilizar la palabra ORFDOLGDGSDUDHYLWDUFRQIXVLRQHV´ 89 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 Mapa 1: El barrio de Chapinero Central. Fuente: Google y demarcación propia. Escala: 1:11500 En primer lugar debe señalarse que los habitantes de la ciudad toman como referente ORVHVSDFLRVGH&KDSLQHURFRPRXQOXJDUGH³HVSDUFLPLHQWROLEUH´\GHDFWLYLGDGHVGH ocio diversas. En Chapinero se localizan la mayor parte de los espacios que la comunidad LGBT frecuenta en los ámbitos de la rumba11, el ocio y las zonas de beneficio público (Subdirección para asuntos LGTB, 2012). La importancia que tiene este territorio de la ciudad en la investigación es precisamente el presentar la mayor concentración de manifestaciones de la diversidad sexual de la ciudad, ya que aunque la comunidad LGBT está presente en diversos espacios, solo en este barrio pueden visibilizarse establecimientos que -por así decirlo- están destinados específicamente a esta comunidad. 11 1RPEUHFRORTXLDOTXHVHOHGDHQ&RORPELDDO³DPELHQWH´RDOD³ILHVWD´ 90 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 En muchas ocasiones el reconocimiento que se hace de Chapinero Central para ser considerado como un barrio gay parte de la presencia de una oferta comercial dirigida a la comunidad LGBT de la ciudad y de la existencia de sitios propios para suplir las QHFHVLGDGHV GH RFLR \ HQWUHWHQLPLHQWR GH OD PLVPD SHQVDGRV SDUD ³EULQGDU XQ espacio, donde las personas no sean discriminadas y asediadas por su condición VH[XDO´ (Q XQ SULQFLSLR GHVGH HO HVORJDQ GH XQD ³FLXGDG VLQ LQGLIHUHQFLD´ TXH propusieron las últimas alcaldías de la ciudad, estos espacios están reconocidos como propios de la comunidad; sin embargo siguen confinados en las mismas áreas, sin que esto posibilite una visibilización de la comunidad en otras partes de Bogotá. Para dar cuenta de cada una de las actividades que configuran a Chapinero Central como un barrio de carácter gay, los lugares y establecimientos con manifestaciones LGBT han sido clasificados según su uso de acuerdo a la visibilización de símbolos propios (banderas, posters, etc.,) tal como se explicó en el apartado de metodología. Además la información se completó con la realización de preguntas a usuarios del barrio, lo que provocó un, efecto de bola de nieve12 en la obtención de datos y con la consulta a anuncios publicitarios, guías gay en internet y en revistas especializadas. Los resultados obtenidos aparecen sintetizados en el siguiente esquema: Café Bar -‐ Discote ca Hotel Vídeo Barrio Gay Plaza o Parque Organismo Distrital Motel / Residencia Sauna Tienda de Ropa Esquema 1: Tipos establecimientos en el barrio gay. Fuente: Elaboración Propia 12 El efecto bola de nieve, se desarrolló con la pregunta: ¿Conoce algún sitio gay en el barrio?, esto me llevaba de un establecimiento a otro, donde uno me recomendaba el siguiente y viceversa. 91 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 Sin contar a las Plazas y parques, son 88 los establecimientos destinados a la comunidad LGBT en el barrio. Respecto a su significado geográfico es, no obstante escaso, y depende de las diferentes escalas de análisis; es así como para la UPZ (13.429 establecimientos), los establecimientos LGBT, representan tan solo el 0,65% de participación, si hablamos de la localidad (56.299), la cifra solo muestra 0,15% de participación, y para el contexto de la ciudad (2.101.607), el porcentaje se reduce a un 0,004% de participación.13 Gráfico 1: Proporción de establecimientos presentes en el barrio. Fuente: Elaboración propia Síntesis cartográfica del catálogo de establecimientos destinados a la comunidad LGBT en Chapinero Central. La cartografía de síntesis que se presenta constituye, a nuestro entender, uno de los aportes más relevantes que desde la óptica geográfica pueden realizarse para valorar la visibilización y apropiación del espacio por parte de la comunidad LGBT (Mapas 2 y 3). En estos mapas se ven plasmadas en el territorio toda una serie de evidencias que, a pesar de no tener una gran trascendencia en el panorama económico y comercial de la ciudad, marcan el hecho de su existencia y la evidencia de no ser ajenos a las demandas que tiene parte de la sociedad capitalina. Se trata, por tanto, de la constancia de la apropiación de un territorio, aunque de manera discreta, por parte de un grupo para satisfacer sus necesidades de identidad, socialización y reconocimiento, sin duda no exento de conflictos. 13 Cálculos realizados en base a las cifras de establecimientos comerciales de la Secretaría de Planeación, año 2013. 92 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 No obstante, es necesario un conocimiento más profundo de las dinámicas espaciotemporales que se establecen en el barrio para determinar, ritmos, volumen de ocupación, formas de socialización de la comunidad LGBT, patrones de convivencia, manifestaciones de la identidad y diversidad sexual, relaciones con el resto de dinámicas urbanas, entre otros aspectos que sin duda tienen relevancia dentro de la Geografía. 93 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 Mapa 2: Establecimientos. [Café-Bar/Discoteca, Organismos Distritales de Bogotá, Plazas y Parques, Restaurantes, Saunas, Tiendas de Ropa, Vídeos] Fuente: Elaboración propia Escala: 1:11500 94 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 Mapa 3: Establecimientos. [Hoteles, Motel/Residencia Organismos Distritales de Bogotá, Plazas y Parques] Fuente: Elaboración propia Escala: 1:11500 95 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 Una vez interpretados por medio de la metodología de la observación participante, la distribución territorial y las dinámicas urbanas de la comunidad LGBT en el barrio de Chapinero, se ha realizado mediante la elaboración de esquemas espaciotemporales, según las ideas propuestas por Hägerstrand (1975), una síntesis de estos procesos, lo que permite valorar la impronta de éstos en el barrio. Debe decirse que la propuesta que aquí se presenta responde a una observación para el conjunto de la población y que puede variar con respecto al apoderamiento que cada persona tiene del barrio, de acuerdo a sus intereses, gustos, destinos y motivos. En los días de diario, de lunes a jueves, (Esquema 2), observamos como la actividad pasa desde lo habitacional, comercial, laboral, a los espacios comunes de la ciudad, retornándose lo laboral, para terminar la actividad del barrio en el sector servicios. Los servicios LGBT son casi invisibles hasta la noche, donde en cada uno de estos días (de lunes a jueves), toma protagonismo un establecimiento determinado, con una idiosincrasia característica. Durante el día la comunidad LGBT está discretamente presente en el barrio, ocupando otras actividades urbanas gran parte de la actividad, zapaterías, panaderías para desayunos, almuerzos, tránsito de estudiantes; el punto álgido de actividad se produce después de la jornada de trabajo, ya que algunas arterias de Chapinero actúan como gran intercambiador de transporte. 96 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 Esquema de 2: El tiempo en el contexto territorial entre lunes y jueves Fuente: Elaboración propia. En el caso de los fines de semana, desde la noche del viernes hasta el domingo, (Esquema 3) predomina la actividad nocturna, y la comunidad LGBT es ampliamente visible desde primeras horas de la tarde; son los momentos en los que el territorio de Chapinero sirve de marco para la apropiación de un espacio y la expresión de la identidad sexual. Incluso, determinados establecimientos, destinados al público en general son utilizados por los colectivos LGBT en sus tránsitos por el barrio. El domingo, sin embargo, es el día más tranquilo de la semana, predominado las actividades familiares. 97 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 Esquema 3.: El tiempo en el contexto territorial los fines de semana Fuente: Elaboración propia. Conclusiones x Ubicado en el centro de la localidad, el barrio de Chapinero Central presenta toda una serie de variables óptimas para su consolidación como el barrio Gay de Bogotá, por las características de la población, centralidad y oferta de servicios que dispone. Sus particularidades hacen que sea un territorio muy frecuentado por parte de la población capitalina bogotana, lo que hizo más fácil el establecimiento de lugares de sociabilización, que con el tiempo han sido apropiados por una identidad de grupo en particular, siendo la comunidad LGBT la más reconocible. 98 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 x Los niveles de estratificación marcados desde la planificación de la ciudad, deja al barrio exento de toda clase de diferenciación en torno a las actividades comerciales que ahí se registran. x A diferencia de otros barrios gays en el mundo donde su principal factor de consolidación es la renovación urbana y lo que se conoce como proceso de gentrificación ³«OD WUDQVIRUPDFLyQ GH ODV ]RQDV PDUJLQDGDV VRFLDOPHQWH \ dominadas de clases obreras en los centros de las ciudades en zonas de clase PHGLD´ (Lilja, 2010), el barrio no presenta esa clase de comportamiento. Chapinero Central muestra, sin embargo, desde hace mucho tiempo un patrón de movilidad amplio, estando en constante interacción con diversas zonas de la ciudad debido a su centralidad. x La población residente es mayoritariamente joven y se mantiene en el área en la medida en que se encuentra estudiando. Al terminar los estudios se desplaza hacía otros sectores de la ciudad más propicios para el desarrollo de una familia. Se trata de un barrio con grupos de población poco estables desde el punto de vista migratorio y que se renuevan constantemente. De lo observado en estos esquemas espacio temporales y de lo expuesto en el presente artículo se extraen, además, las siguientes conclusiones. x La ciudad no es ajena a los procesos y dinámicas territoriales que ocurren en otras partes de la misma, por ende la ciudadanía es consciente de todas las manifestaciones que la comunidad LGBT genera en el barrio. No es de asombrar la cantidad de usos que tiene el barrio, que lo consolida con el distintivo gay de la ciudad; esto hace que en el pensamiento colectivo de la FLXGDG HVWp DVRFLDGD OD SDODEUD ³JD\´ ³KRPRVH[XDO´ D &KDSLQHUR ¢'yQGH están los gays? Una pregunta muy común que también responden en ciudades como Madrid o México, donde se vuelve muy fácil de responder por cualquier bogotano que haya transitado alguna vez por las calles del barrio o que del boca a boca haya escuchado de él. x Como se visualiza en los anteriores diagramas y en los diferentes días de la VHPDQD HO EDUULR IXQFLRQD EDMR XQ HIHFWR GH ³PRQWDxD UXVD´ FRQ XQD FODUD 99 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 dominación del día sábado frente a los demás días; esto hace del sábado un día con un claro potencial para el barrio, desde el punto de vista económico, social, cultural y demográfico. x Los resultados obtenidos validan nuestra hipótesis, señalando claramente que Chapinero es un territorio apropiado por parte de la comunidad LGBT que sirve como elemento clave para garantizar la diversidad sexual en el contexto Bogotano. Sin embargo, el barrio no está exclusivamente destinado a la comunidad LGBT sino que se comparte con transeúntes, estudiantes, comerciantes y otros consumidores de actividades de ocio y esparcimiento. x De la investigación y sobre todo, de las opiniones recogidas a los diferentes entrevistados, surgen además diferentes debates, como por ejemplo, la FRQYHQLHQFLDRQRGHOD³JXHWL]DFLyQ´GHGHWHUPLQDGRVHVSDFLRV«3RUXQODGR forman parte de la identidad de un grupo, incluso garantizan la libertad de H[SUHVLyQ \ OD VHJXULGDG XUEDQD«SRU RWURODGR VHSXHGHHVWDU LPSLGLHQGR OD normalización y extensión de una realidad social en todo el territorio, favoreciendo la reclusión y el rechazo si se producen manifestaciones fuera de los esSDFLRV FRQVLGHUDGRV SURSLRV« 'H DKt TXH FUHDPRV TXH ODV SROtWLFDV S~EOLFDV\VXVHQIRTXHVLQFOXVLYRVVRQFODYHVSDUDJDUDQWL]DUODFLXGDGDQtD« este aspecto sería un punto importante a desarrollar en futuras investigaciones. Referencias Bibliográficas CRA1( ' ³,QWHUGLVFLSOLQDULW\ LQ WKH &XOWXUDO 6FLHQFHV´ Sociology Compass, Vol. 4 (3), pp. 169±179. GEORGE, P. (1974). Geografía de la población. Oikos-tau, editores. Barcelona. GUASCH, O. (1997). Observación Participante. Cuadernos metodológicos Nº 20. CIS. Madrid. +b*(5675$1' 7 ³6SDFH WLPHDQGKXPDQ FRQGLWLRQV´ (Q.DUOTYLVW HW $O Dynamic allocation of urban space. Lexington, MA. Lexington Books. pp. 3±14. +b*(5675$1' 7 ³7LPH JHRJUDSK\ IRFXV RQ WKH FRUSRUHDOLW\ RI PDQ socieW\ DQG HQYLURQPHQW´ (Q $LGD The science and praxis of complexity. Tokyo, United Nations University Press. pp. 193±216. LEFEVRE, H. (1974): La production de l'espace. Paris. Anthropos. 100 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 /,,/-$ ( ³'HQ VHJUHJHUDGH VWDGHQ 7UH NYDUWHU L 6WRFNKROPV LQQHUVWDG´ Stockholmia förlag. Estocolmo. 0$5.:(// . ³0DUGL *UDV 7RXULVP DQG WKH &RQVWUXFWLRQ RI 6\GQH\ DV DQ LQWHUQDWLRQDO*D\DQG/HVELDQ&LW\´GLQ: A Journal of Lesbian and Gay Studies 8.1-2; 81-99. Australia. 0,//(5 7 (7 $/ ³(SLVWemological Pluralism: Reorganizing Interdisciplinary 5HVHDUFK´Ecology and Society, 13 (2), pp. 46- 50. 025,//2 ) %25'216 0 < *Ï0(= , ³,QWHUGLVFLSOLQDULW\ LQ VFLHQFH $ WHQWDWLYHW\SRORJ\RIGLVFLSOLQHVDQGUHVHDUFKDUHDV´ Journal of the American Society for Information Science and Technology, Nov 2003, 54, 13, pp. 1237- 1242. 2-('$/($/&³$nálisis de fragilidad paisajística desde una perspectiva de JpQHUR´Universidad de concepción, Chile. TAYLOR, SJ & BOGDAN, R. (1987). Introducción a los métodos cualitativos de investigación. Barcelona: Paidos. TUAN, Y. F. (1974). Topophilia: A Study of Environmental Perception. Attitudes and Values. Ed. Prentice-Hall. Nueva York. TUDELA, P. (2004). Técnicas de recolección de información en etnografía, observación pasiva y participante, entrevistas y cuestionarios. Facultad de Ciencias sociales. Universidad de Chile. Chile. Documentos: SECRETARÍA DE HACIENDA - DEPARTAMENTO ADMINISTRATIVO DE PLANEACIÓN. (2004). Recorriendo Chapinero, Diagnóstico físico y socioeconómico de las localidades de Bogotá, D.C. Bogotá, D.C. SECRETARÍA DISTRITAL DE CULTURA, RECREACIÓN Y DEPORTES. (2008). Localidad de chapinero. Ficha Básica. Observatorios de Culturas, Bogotá, D.C. SECRETARÍA DISTRITAL DE SALUD. (2007). Diagnóstico local de salud con participación social. Bogotá, D.C. Recursos Digitales: FUNDACIÓN COLOMBIA DIVERSA. http://colombiadiversa.org GOOGLE MAPS (2013). [Chapinero Central, Bogotá, Colombia] [Street map]. SECRETARÍA DISTRITAL DE INTEGRACIÓN SOCIAL. www.integracionsocial.gov.co 101 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 DESMITIFICACIÓN DE LA VIOLENCIA EN PAREJAS DEL MISMO SEXO: Luis Manuel Rodríguez Otero. Trabajador social Mancomunidad de Verín (Ourense). Predoctoral de Universidad de Vigo. [email protected] Resumen La existencia de la violencia entre personas del mismo sexo es una evidencia de nuestra sociedad caracterizada por la existencia de multitud de mitos sobre el colectivo LGBT. El objetivo del presente artículo es realizar un análisis de los mitos existentes en este tipo de relaciones, qué aspectos y protagonistas son efecto de su existencia, explicar sus causas y las repercusiones que tienen sobre las personas, con el fin de visibilizar los estereotipos arraigados en nosotros y poder diseñar una intervención destinada a visibilizarlos y erradicarlos. Palavras clave: Mito, violencia, sexo, homosexual, bisexual, transexual. DEMYTHOLOGIZING VIOLENCE IN SAME-SEX COUPLES: Abstract The existence of violence between people of the same sex is an evidence of our society characterized by the existence of a multitude of myths about the collective LGBT. The objective of the present article is to perform an analysis of the existing myths in this type of relations, explain their causes and the impact it has on the people, in order to visualize the stereotypes rooted in and that we will be able to design an intervention designed to eradicate them. Keywords: Myth, violence, sex, homosexual, bisexual, transsexual. 1. Introducción Históricamente se ha considerado que la violencia es un asunto exclusivo de parejas heterosexuales, por lo que como señala Hamberger (1996), este hecho ha contribuido a que en cierto modo ignorasen tales manifestaciones entre la población homosexual, bisexual y transexual. Este fenómeno ha sido un problema silenciado debido a distintas causas como la homofobia, la lesbofobia, la transfobia, el sexismo, la discriminación en contra del colectivo LGBT, así como el propio miedo de este al reconocimiento del problema por 102 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 represarías homofóbas de la comunidad y sectores conservadores (López y Ayala, 2011; Elliott, 1996; Hamberger, 1996; Island y Letellier, 1991; Merrill, 1999; Rezenti, 1992). Se trata de un fenómeno que trasciende de acepciones como la clase social, el origen étnico, el nivel socio-económico, el nivel educativo o la orientación sexual (Gay Men´s Domestic Violence Project, 2002). La violencia entre parejas del mismo sexo es una realidad de la sociedad actual en la que la diversidad sexual es o debiera ser una opción real. No obstante no existe un acuerdo por parte de la comunidad científica a la hora de establecer su prevalencia. Así encontramos autores como Peterman y Dixon (2003) y Reyes, Rodríguez y Malavé (2005), los cuales señalan que diversos estudios sobre el tema indican que se estima que entre un 25-33 % de las relaciones homosexuales sufren violencia en pareja. Otros como Matte y Lafontaine (2011), Stanley et col (2006), O´Leary et col (2007) y Ehrensaft (2009), señalan que la prevalencia de este tipo de violencia es superior en el tipo psicológico que en el físico. En contraposición existen autores que minimizan e incluso omiten su existencia. Así encontramos autores (Poorman, et col ,2005; Gimeno y Barreiros, 2009:15) que afirman que la violencia entre parejas del mismo sexo es menor, de menor intensidad y menos frecuente, que la que ejercen los hombres sobre ODVPXMHUHV« Barbour (2011) señala que diversos estudios (Dolan-Soto, 2005; Connell y Messerschmidt, 2005) han mostrado que cuando las relaciones violentas en pareja ocurren entre personas del mismo sexo, muchas de ellas se producen en las mismas formas que en parejas heterosexuales y con el mismo rango de severidad, aunque estos quedan marginalizados y susceptibles a la violencia doméstica, no solo por las diversas formas de normativas heterosexistas, sino también por el modelo hegemónico masculino. 2. Fundamentación existencia de mitos 5HDOL]DQGR XQD E~VTXHGD VREUH OD H[SOLFDFLyQ GHO YRFDEOR ³PLWR´ QRV HQcontramos TXH OD 5$( OD GHILQH FRPR ³SHUVRQD R FRVD D ODV TXH VH DWULEX\HQ FXDOLGDGHV R H[FHOHQFLDV TXH QR WLHQHQ R ELHQ XQD UHDOLGDG GH OD TXH FDUHFHQ´ 3RU RWUR ODGR OD WordReference ODGHVFULEHFRPR³QDUUación fabulosa e imaginaria que intenta dar una 103 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 H[SOLFDFLyQ QR UDFLRQDO D OD UHDOLGDG´ R FRPR ³FRQMXQWR GH FUHHQFLDV H LPiJHQHV idealizadas que se forman alrededor de un personaje o fenómeno y que le convierten HQPRGHORRSURWRWLSR´ Cantera (2004:129-130\&DQWHUD\%ODQFKVHxDODQTXH³WRGRVORVLQWHQWRVGH explicar la violencia en pareja homosexual parten del reconocimiento implícito de la H[LVWHQFLD GH OD PLVPD´ 1RV HQFRQWUDPRV TXH DOJXQRV GH ORV HVWXGLRV TXH VHxDODQ que existe la describen y la documentan, mientras que otros la contextualizan dentro de un entorno patriarcal, sexista y homofóbico lleno de mitos, estereotipos sociales con sus consecuentes actitudes y conductas. En contraposición se encuentras estudios que intentan aportar algunas claves explicativas de este fenómeno. En una sociedad patriarcal y machista como la nuestra, en la que se impone un modelo hegemónico heteronormativo, distintas instituciones sociales fundamentan discursos contra colectivos que atentan contra las bases de su estructura, tales como los homosexuales, bisexuales, transexuales o incluso la cultura queer o transgresora entre otros. A través de diversos mitos se busca interiorizar en la sociedad realidades o concepciones erróneas con el fin de discriminarlas, aislarlas, minimizarlas o incluso erradicarlas creando estereotipos que disciernen de la realidad. 3. Reperscusión de los mitos Las implicaciones que tienen estos mitos según Cantera (2004:122) se dan a dos niveles: personal y asistencial, dificultando y facilitando ciertos aspectos. A nivel personal dificultan el auto-reconocimiento como sujeto agente o paciente del maltrato, el llamar las cosas por su nombre, la asunción de responsabilidades y el cuestionamiento de la relación, y así facilitando la ocultación de los hechos, la minimización de la violencia y la justificación del maltrato. A nivel asistencial dificultan la escucha activa y la empatía, la prevención del maltrato y el reconocimiento de las víctimas, facilitando la victimización secundaria, la inducción a la profecía autocumplida y los diagnósticos a priori. 4. Principales mitos sobre la violencia en parejas del mismo sexo Island y Letellier (1991:16-24) señalan que existen quince mitos en cuanto a las relaciones homosexuales entre hombres. Aunque como señalan diversos colectivos 104 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 como COGAM (2013), el Colectivo Lambda (2013), ALDARTE (2009) o la FELGBT (2012) son extrapolables también a parejas lésbicas, bisexuales o transgénero. &DQWHUD UHDOL]D XQ DQiOLVLV GH HVWRV PLWRV H LQGLFD TXH ³IXQcionan como obstáculos epistemológicos y como barreras ideológicas, pudiendo facilitar la YLFWLPL]DFLyQ GH ODV YtFWLPDV´ &REUDQGR HVSHFLDO UHOHYDQFLD FXDQGR DUUDLJDQ HQ profesionales del ámbito sociosanitario, judicial y educativo propiciando una revictimización con erróneas y/o deficientes intervenciones profesionales a causa de la validación de tales estereotipos y mitos. 6HFDUDFWHUL]DQSRUSDUWLUGHODVSUHPLVDVTXHHQXQFLDQDVSHFWRVFRPRTXH³ODPXMHU HV PiV GpELO TXH HO KRPEUH´ R TXH ³OD YLROHQFLD intra-género no es un problema LPSRUWDQWH´ $Vt VH GHVFULEHQ PLWRVFRPR TXH ³VROR ODV PXMHUHV KHWHURVH[XDOHV VRQ DJUHGLGDV ORV KRPEUHV JD\ QXQFD VRQ YtFWLPDV GH OD YLROHQFLD GRPpVWLFD´ ³OD violencia doméstica es más común en parejas heterosexuales que en relaciones de hombre-JD\´³ODOH\QRSURWHJHQLSURWHJHUiDODVYtFWLPDVGHYLROHQFLDGRPpVWLFDJD\´ R³VDOLUGHXQDUHODFLyQGHYLROHQFLDUHVXOWDPiVIiFLOSDUDORVKRPEUHVJD\PDOWUDWDGRV TXH SDUD ODV PXMHUHV TXH VRQ SRU VXV SDUHMDV KHWHURVH[XDOHV´ (l resto de mitos pueden agruparte en torno a cuatro aspectos: a) Respecto al proceso, el cual es considerado como una cuestión privada o una riña de pareja. x Realmente no hay violencia cuando dos hombres pelean, es una situación normal; son niños haciendo de niños. x La violencia doméstica de gay-KRPEUH HV XQ ³FRPEDWH´ \ FXDQGR GRV hombres pelean es un justo combate entre iguales. x La violencia doméstica de hombres gay es sólo una riña de enamorados. b) En relación a la pareja, caracterizada por factores como el uso de prácticas sadomasoquistas, relaciones de codependencia, no estar integrada por SHUVRQDVQRUPDOHVXQEDMRQLYHOGHHGXFDFLyQ\UHFXUVRVHFRQyPLFRV« x La violencia doméstica en hombres gay ha aumentado como resultado de la epidemia del SIDA, del alcoholismo y del abuso de drogas. x /DVYtFWLPDVGHYLROHQFLDGRPpVWLFDVRQ³FRGHSHQGLHQWHV´ x La violencia doméstica es hombres gay es una conducta sexual, una versión de sadomasoquismo que complace a las víctimas. 105 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 x La violencia doméstica en hombres gay ocurre principalmente entre hombres pertenecientes a determinadas categorías sociales. c) Sobre la persona maltratadora, identificando que se caracteriza por ser fuerte, corpulenta, sádica, celosa y posesiva, por padecer algún trastorno mental o abusar de drogas u alcohol. x El agresor siempre es más grande y fuerte; la víctima más pequeña y débil. x Los hombres que abusan bajo la influencia de las drogas o el alcohol no son responsables de sus acciones. d) Respecto la persona maltratada, definiéndola como débil, frágil, provocadora, masoquista, mentirosa o exagerada y en el fondo recibe lo que busca y se merece. x Las víctimas a menudo provocan la violencia que reciben y que merecen. x Las víctimas exageran la violencia que viven; si se sintieran muy mal, abandonarían la relación. Discursión Expuestos los distintos mitos sobre la violencia y las relaciones entre personas del mismo sexo, así como sus repercusiones en cuanto a las distintas áreas del ser humano. Considero necesaria, tal y como abogan distintos colectivos LGBT y feministas, la realización de políticas basadas en la igualdad de género y la erradicación de la violencia en pareja, así como de visibilización del colectivo homosexual, bisexual y transexual y de desmitificación sobre sus conductas sexuales, afectuosas, sociales, sanitarias, económicas y personales. Así mismo medidas concretas a través de planes específicos de educación sexual afectiva en los programas educativos de colegios e institutos, campañas publicitarias y actividades dirigidas a profesionales del ámbito sociosanitario y educativo. Cuyo fin general sea cambiar la actual sociedad patriarcal, machista y heteronormativa y conformar una sociedad basada en la igualdad. Considero necesario detenerse un instante y analizar nuestra perspectiva como profesionales al respecto y cuestionarnos hasta que punto estos mitos están presentes en nosotros, nuestro entorno y en la sociedad. 106 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 Referencias Bibliograficas ALDARTE (2009). Estudio sobre violencia intragénero. [on line] Available at: http://www.felgtb.org/temas/familias/documentacion/investigaciones/i/2241/531/estu dio-sobre-violencia-intragenero [Acceso en fecha 15, mayo, 2013]. BARBOUR ( ³$Q (FRORJLFDO $QDO\VLV RI 6DPH-Sex Domestic Violence EHWZHHQ *D\ 0DQ´ [on line] Kaleidoscope: Vol. 10, 38. Available at: https://uknowledge.uky.edu/ kaleidoscope/vol10/iss1/38 [Acceso en fecha 13, mayo, 2013]. CANTERA, L. (2004). Más allá deOJpQHUR1XHYRVHQIRTXHVGH³QXHYDV´GLPHQVLRQHV y direcciones de la violencia en pareja. Tesis doctoral, Programa de Doctorado en Psicología Social. Barcelona: Universitat Autónoma de Barcelona. CANTERA, L. y BLANCH, J. M. (2010). Percepción Social de la Violencia en la Pareja desde los Estereotipos de Género. Intervecnión psicosocial, 19 (2), 121-127. COGAM (2013) Manifiesto contra la violencia intragénero. [on line] Available at: http://www.colegaweb.org/colegas-presenta-el-manifiesto-contra-la-violenciaintragenero-y-un-plan-de-atencion-a-victimas/ [Acceso en fecha 8, abril, 2013]. LAMBDA (2012) Violencia doméstica en parejas de mujeres ¡Todas merecemos vivir en paz! [on line] Available at: http://www.lambdavalencia.org/wp- content/uploads/2013/04/Violencia-domestica-entre-mujeres_pazparalamujerorg.pdf [Acceso en fecha 15, noviembre, 2013]. CONNELLl, R. y MESSERSCHMIDT, J. (2005). Hegemonic Masculinity: Rethinking the Concept. Gender and Society , 829-859. DOLAN-SOTO, D. (2005). NYC Anti-Violence Project. Retrieved March 8, 2010, from New York Lesbian, Gay, Transgender and Bisexual Domestic Violence Report [on line] Available at: http:www.avp.org/publications/reports/2005nycdvrpt.pdf [Acceso en fecha 12, junio, 2013]. EHRENSAFT, M. (2009). Family and relationship predictors of psychological and physical aggression. In O´LEARY, K y WOODIN, E. (Eds.). Psychological and psycal aggression in couples. Washington, DC: American Psychological Association, 99-118. ELLIOT, P. (1996). Shattering illusions: Same sex domestic violence. En REZENTI, C. y MILEY, C. (Eds.), Violence in gay and lesbian domestic relationships. New York, NY: Harrington Park Press,1-8. 107 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 FELGBT (2012). Violencia intragénero: "Sin género de excusas". [on line] Available at: http://www.felgtb.org/temas/politicas-lesbicas/documentacion/i/1861/223/violenciaintragenero-sin-genero-de-excusas [Acceso en fecha 12, junio, 2013]. GAY MEN´S DOMESTIC VIOLENCE PROJECT. (2002). Myths and facts about samegender domestic violence. [on line] Available at: http://www.gmdvp.org/pages/myth.html [Acceso en fecha 12, junio, 2013]. GIMENO, B. y BARRIENTOS, V. (2009) Violencia de género versus violencia doméstica: la importancia de la especificidad. [on line] Revista Venezolana de Estudios de la Mujer, nº 32 Available at: http://www.scielo.org.ve/scielo.php?pid=S131637012009000100004&script=sci_arttext [Acceso en fecha 17, junio, 2013]. HAMBERGER, L. K. (1996). Intervention in gay male intimate violence requires coordinated efforts on multiple levels. En REZENTTI, C. y MILEY, C. (Eds.). Violence in gay and lesbian domestic relationships. New York, NY: Harrington Park Press, 83-91. ISLAND, D. y LETTELIER, P. (1991). Men who beat the men who love them: Battered gay men and domestic violence. New York: Harrington Park Press. LÓPEZ, M. T. y AYALA, D. (2011). Intimidad y las múltiples manifestaciones de la violencia doméstica entre mujeres lesbianas. Revista Salud y Sociedad, 2 (2), 151174. MATTE, M y LAFONTAINE, M. (2011). Validation os a Measure of Psychological Aggresion in same-sex couples: Descriptive data on perpetration and victimization and their association with physical violence. Journal of GLBT Family Studies, 7 (3), 226-244. MERRILL, G. (1999). 1 in 3 of 1 in 10: Sexual and dating violence prevention groups for lesbian, gay, bisexual, and transgendered youth. En LEVANTHAL, B. y LUNDY, S. (Eds.). Same-sex domestic violence: Strategies for change. Thousand Oaks, CA: Sage, 201-213. O´LEARY, K., SMITH SLEP, A. y O´LEARY, S. (2007) .Multivariate models of men´s and women´s partner aggression. Journal of Consulting and Clinical Psychology, 75, 752-764. PETERMAN, L. M. y DIXON, C. G. (2003). Domestic violence between same sex partners: Implications for couseling. Journal of Couseling and Development, 81 (1), 40-47. 108 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 32250$136((/$8(\6((/$86³3HUFHSWLRQVRI'RPHVWLF$EXVHLQ Same-Sex Relationships and Implications for Criminal Justice and Mental Health 5HVSRQVHV´ Violence and Victims, Vol. 18, nº 6. Nueva York: Springer Publishing Company. REZENTTI, C. (1992). Violent betrayal partner abuse in lesbian relationships. CA: SAGE Publications. REYES, F., RODRÍGUEZ, J. y MALAVÉ, S. (2005). Manifestaciones de la Violencia Doméstica en una muestra de hombres homosexuales y mujeres lesbianas puertoriqueñas. Revista Interamericana de Psicología, 5 (3), 449-456. STANLEY, J., BARTHOLOMEW, K, TAYLOR, T., ORAM, D. y LANDLT, M. (2006). Intimate violence in male same-sex relationships. Journal of Family Violence, 21, 31-41. 109 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 ACTITUDES HACIA LA DIVERSIDAD SEXUAL EN ESTUDIANTES DE SECUNDARIA ESPAÑOLES María Victoria Carrera Fernández Doctora en Ciencias de la Educación Facultad de Ciencias de la Educación, Universidad de Vigo [email protected] Yolanda Rodríguez Castro Doctora en Ciencias de la Educación Facultad de Ciencias de la Educación, Universidad de Vigo [email protected] María Lameiras Fernández Doctora en Psicología Facultad de Ciencias de la Educación, Universidad de Vigo [email protected] Pablo Vallejo Medina Doctor en Psicología Faculta de Psicología, Universidad de Santo Tomás (Bogotá) [email protected] Patricia Alonso Ruido Licenciada en Psicopedagogía Facultad de Ciencias de la Educación, Universidad de Vigo [email protected] Resumen El objetivo de este trabajo es evaluar las actitudes hacia la diversidad sexual en adolescentes. Un total de 800 adolescentes españoles con una media de edad de 15.19 años (DT: .92) y un rango de 14 a 18 años (50.70% chicas y 49.30% chicos) completaron las versión española de la Escala Moderna de Homofobia, así como la validación española de la Escala de Ideología de Género y Transfobia. Los resultados obtenidos ponen de manifiesto que los chicos son más homofóbicos y lesbofóbicos, y presentan actitudes significativamente más negativas hacia el colectivo trans que las chicas. Asimismo, se observa que las actitudes hacia los hombres que no conforman el género son significativamente más negativas que hacia las mujeres que no conforman el género. Palabras clave: Adolescentes; lesbofobia; homofobia; transfobia; pedagogía Queer 110 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 ATTITUDES TOWARD SEXUAL DIVERSITY IN SPANISH SECONDARY ADOLESCENTS Abstract 7KH REMHFWLYH RI WKLV SDSHU ZDV WR DVVHVV DGROHVFHQWV¶ DWWLWXGHV WRZDUG VH[XDO diversity. A total of 800 Spanish adolescents with a mean age of 15.19 years (SD: .92) and a range from 14 to 18 years (50.70% girls and 49.30% boys) completed the Spanish version of the Modern Homophobia Scale and the Spanish validation of the Genderism and Transphobia Scale. Results show that boys exhibit significantly more negative attitudes toward homosexuals, lesbians and transpeople than girls. Moreover, adolescents show significantly more negative attitudes toward gender non-conforming men than toward gender non-conforming women. Keywords Adolescents; lesbophobia; homophobia; transphobia; Queer pedagogy El estudio de las actitudes hacia la diversidad sexual en adolescentes es clave para comprender la influencia de los diferentes agentes de socialización, incluida la escuela, en la tolerancia hacia la diversidad sexual y, especialmente, para llevar a cabo las estrategias de intervención educativa que permitan el desarrollo de actitudes positivas hacia la diferencia. No obstante, la evaluación de actitudes en los estudios de género se ha centrado tradicionalmente en el análisis de las actitudes sexistas (Glick y Fiske: 2001) y homófobas (Horn: 2007; Lingiardi, Falange y Augelli: 2005), prestando menos atención DODVDFWLWXGHVGHSUHMXLFLRGLULJLGDVKDFLDDTXHOODVSHUVRQDVFRQLGHQWLGDGHV³WUDQV´ Identidades que transgreden las normas de género coherentes con su marca corporal (Factor y Rothblum: 2008), habitando lo que Burgos (2007) ha denominado ³LGHQWLGDGHV HQWUHFUX]DGDV´ (Q HVWH WUDEDMR DQDOL]DUHPRV ODV DFWLWXGHV GH ORV \ ODV adolescentes de secundaria tanto hacia los colectivos de homosexuales y lesbianas, como hacia el colectivo trans14, atendiendo a las diferencias en función del sexo. 14 Dentro de la comunidad trans se incluyen aquellas personas que se identifican como transexuales (desean cambiar su sexo de nacimiento para adecuarlo al género con el que se autoidentifican, utilizando para ello tratamiento hormonal y/o quirúrgico), transgéneros (adaptan mínimamente su marca corporal al género de autoidentificación, con escasa intervención médica) y cross-dressers (cambian temporalmente de género, utilizando signos externos tales como la ropa o el maquillaje). 111 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 A continuación hacemos una aproximación conceptual a los términos homofobia/lesbofobia y transfobia, y posteriormente exponemos los principales estudios sobre las actitudes hacia la diversidad sexual. Aproximación conceptual El término homofobia fue acuñado en 1971 por K.T. Smith, que lo definió como una actitud de miedo y rechazo a la homosexualidad. La homofobia implica, por tanto, un prejuicio, una actitud discriminatoria dirigida hacia una persona en función de su identidad homosexual. Se caracteriza por un sentimiento de superioridad con respecto al otro, deshumanización del otro, que se ve como carente de emociones y conciencia, y convicción de ser merecedor de privilegios y estar en la posición correcta (Viñuales: 2002). Una compleja definición de homofobia sería el miedo, más bien el pánico, de los hombres a amar a otros hombres. Desde esta perspectiva, la homofobia no sólo afecta a los homosexuales, sino a todos los hombres que no se adaptan a los estereotipos tradicionales impuestos para su género, afectando a todos ellos sin excepción, con la amenaza de degradarles al estatus de maricas, calzonazos o nenazas (Guash: 2006). Asimismo, la homofobia, en tanto que actitud discriminatoria dirigida hacia una persona en función de su identidad homosexual, va dirigida también hacia las mujeres lesbianas. No obstante, en el caso de las lesbianas es más correcto hablar de lesbofobia (Viñuales: 2002), pues este término pone de manifiesto la doble discriminación a la que está sujeta la mujer lesbiana en la cultura occidental: por ser mujer y por ser lesbiana; lo que supone un prejuicio añadido, con las consecuentes repercusiones en la calidad de vida de estas mujeres. Las actitudes homófobas y lesbofóbicas abarcan desde las actitudes discriminatorias más hostiles y explícitas hasta aquellas otras que, de una forma latente y sutil, permanecen silenciadas e invisibles. En este sentido, podríamos afirmar que existen actitudes homófobas explícitas y hostiles, tales como la agresión verbal, física o psicológica hacia las personas homosexuales; y actitudes homófobas latentes o sutiles, tales como los discursos culturales o médicos sobre el carácter patológico de la homosexualidad o la incapacitación de las parejas homosexuales para la adopción; entre otras cuestiones que pretenden coartar la vivencia y expresión homosexual. Que constituyen lo que Lizárraga (2005) denomina violencia polimórfica y Eribon (2000) discursos culturales y científicos, desarrollados por la ciencia y argumentados en los 112 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 medios de comunicación, la universidad o el congreso. En el contexto occidental, en relación al colectivo de homosexuales y lesbianas, Calvo (2003) diferencia entre las actitudes hacia la moralidad de los/as homosexuales, entendidas como la legitimidad de la homosexualidad como opción sexual, y las actitudes hacia los derechos de los/as homosexuales, que Sotelo (2000) denomina también tolerancia política. En esta línea Raja y Stokes (1998) desarrollaron la escala de Homofobia Moderna (Modern Homophobia Scale) para analizar las actitudes de rechazo más sutiles hacia homosexuales y lesbianas. Incluyendo tres dimensiones que hacen referencia al malestar personal (Personal Disconfort), entendido como la incomodidad que genera la presencia de homosexuales y lesbianas, y la necesidad de evitar el contacto personal con este colectivo; a la homofobia institucional (Institutional Homophobia), referida a las actitudes hacia las prácticas sistemáticas de exclusión al colectivo de gays y lesbianas que se despliegan desde el ámbito gubernamental, laboral o religioso; y al carácter desviado y modificable de estas orientaciones sexuales (Deviance/Changeability), referida a la creencia de que la homosexualidad y el lesbianismo son enfermedades o perversiones que pueden ser curadas y modificadas. Por otra parte, la transfobia hace referencia a las creencias y actitudes negativas dirigidas hacia el colectivo trans y, en general, hacia las personas que no conforman el género GHDFXHUGRDVXVH[RR³PDUFDFRUSRUDO´LQFOX\HQGRVHQWLPLHQWRVGHDYHUVLyQ y miedo irracional a encontrarse o a relacionarse con mujeres masculinas, hombres femeninos, travestis, transgéneros o transexuales (Hill y Willoughby: 2005). Así, la transfobia, es el odio y el miedo hacia los transexuales y los transgéneros, es, por WDQWR XQD YDULDQWH GH OD KRPRIRELD HQWHQGLGD FRPR HO RGLR DO ³PDULFyQ´ GRQGH HO ³PDULFyQ´ VLJQLILFD FXDOTXLHU IRUPD GH VH[XDOLGDG \R GH JpQHUR TXH VH GHVYtD GH OD norma del modelo social heterosexista (Norton: 1997). Hill (2002) destaca tres componentes de la transfobia, que constituyen la base de la escala de Ideología de Género y Transfobia (Genderism and Transphobia Scale) desarrollada por Hill y Willoughby (2005): i) la ideología de género (Genderism) que hace referencia a un sistema social de creencias que refuerza la evaluación negativa de todos aquellos individuos que no conforman el género o cuyo sexo no coincide de forma coherente con su género. Basada en un modelo social heteronormativo, construido en base al dimorfismo sexual ideal (sexo masculino o femenino), en función del cual se aplicará una socialización diferencial de género, con estereotipos y roles de género descriptivos y prescriptivos sobre cómo deben ser y comportarse los hombres 113 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 \PXMHUHV³QRUPDOHV´TXHKDQGHVHUSRUGHILQLFLyQKHWHURVH[XDOHV(VWHVLVWHPDGH FUHHQFLDVKDVLGRGHQRPLQDGRSRU-XGLWK%XWOHU³PDWUL]KHWHURQRUPDWLYD´LLla transfobia (Transphobia), que como ya se ha destacado, haría referencia al componente actitudinal, incluyendo los sentimientos negativos, de aversión y miedo hacia las personas que transgreden el rígido modelo dos sexos/dos géneros; y ii) el ataque al género (Gender-Bashing), o componente comportamental, referido a los actos de acoso o violencia hacia el colectivo trans, estrechamente relacionado con las creencias y las actitudes. Prejuicio y discriminación hacia la diversidad sexual La sociedad patriarcal, erigida sobre la misoginia y la homofobia, es una sociedad excluyente en la que las identidades disidentes, situadas más allá de los márgenes de la matriz heteronormativa (Butler: 1993), no tienen cabida. Así, más de medio siglo después de la desnaturalización del género (De Beauvoir: 1949) e incluso, más recientemente, del sexo en su acepción binaria (Butler: 1990, 1993), tal y como encarnan los cuerpos de los intersexuales (Fausto-Sterling: 1993, 2000), la transgresión del rígido modelo dos sexos/dos géneros/heterosexualidad es duramente castigada (Denny, Green y Cole: 2007; Grant, Mottet, Tanis, Herman y Keisling: 2011) y patologizada. Así lo pone de relieve la Asociación Internacional de Gays y Lesbianas (ILGA), que identifica un total de 86 países que mantienen como delito la transexualidad y la homosexualidad, castigándose en siete de ellos - Irán, Mauritania, Arabia Saudí, Sudán, Emiratos Árabes Unidos, Yemen y Nigeria- con la pena de muerte. Y aunque, en muchos de ellos la ley no se aplica sistemáticamente, su mera existencia refuerza una cultura donde una significativa parte de la ciudadanía necesita esconderse por miedo a las represalias (ILGA: 2008). Esta discriminación y prejuicio ±documentada internacionalmente±, alcanza su cara más dramática y hostil con el asesinato de cientos de personas transexuales y transgéneros a lo largo del mundo, tal y como se visibiliza en el portal Remembering Our Dead. En este sentido, si bien la homofobia ha evolucionado hacia expresiones más sutiles, lo que sin duda se debe a la mayor visibilidad de este colectivo y a su larga trayectoria de lucha por la consecución de sus derechos (Lameiras, Carrera y Rodríguez: 2013), las actitudes y comportamientos de discriminación hacia el colectivo trans son todavía claramente hostiles. En Norteamérica destaca el trabajo de Lombardi y su equipo 114 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 (2001) en el que se analizaron las experiencias de discriminación del colectivo trans en centros comunitarios y a través de Internet, comprobando que de los 402 participantes más de la mitad había sufrido victimización a lo largo de su vida, bien en forma de abuso físico o psíquico o de discriminación laboral. Poco parecen haber mejorado las cosas una década después de este trabajo, tal y como atestiguan los resultados de la National Transgender Discrimination Survey (Grant et al.: 2011). La encuesta más amplia de discriminación del colectivo trans realizada hasta al momento en la que participaron un total de 6.456 personas transexuales y transgéneros de más de 50 estados; y en la que se destaca que la discriminación sufrida por el colectivo a lo largo de su vida es generalizada, con unas tasas de acoso escolar del 78 % y de acoso en el ámbito laboral del 90 %. Las actitudes hacia la diversidad tampoco gozan de buena salud en el viejo continente, tal y como se pone de relieve en el Informe del Consejo Europeo de 2011 (Council Europe: 2011), que identifica actitudes homofóbicas y transfóbicas en los 47 estados miembros pertenecientes al Consejo de Europa. Destacando que la desinformación sobre la construcción de la identidad y la orientación sexual, así como los estereotipos trasmitidos sobre estas identidades en los medios de comunicación son importantes factores que explican estas actitudes de rechazo. Por el contrario, conocer y relacionarse con personas de estos colectivos incide favorablemente en el desarrollo de actitudes más positivas, tal y como se señala en el informe del Eurobarómetro (2008). En España, destaca el trabajo de Pichardo (2007), que evalúa la percepción que los/as adolescentes tienen sobre la diversidad sexual y las situaciones de acoso que viven los adolescentes LGBT (Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales) en las aulas. Concluyendo que: i) existe un gran desconocimiento sobre la realidad de gays, lesbianas, bisexuales, transexuales y otras personas que se desmarcan del rígido modelo de dos sexos/dos géneros y una orientación heterosexual complementaria; ii) hay una gran confusión entre lo que es sexo biológico, género, estereotipos y roles de género, orientación sexual y prácticas sexuales; y iii) la sexualidad, en general, y las identidades sexuales minoritarias, en concreto, están invisibilizadas, de modo que muchos/as jóvenes se sienten aislados, rechazados e incomprendidos. Por otra parte, respecto a las prácticas discriminatorias identifica que: i) al hablar de situaciones discriminatorias los comentarios se hacen, en su mayoría, en tercera persona, no asumiendo esas opiniones como propias; ii) los insultos constituyen una de las formas 115 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 más habituales de manifestación de la homofobia/transfobia, si bien una de las matizaciones que señalan es que no lo consideran un insulto a pesar de su carga peyorativa; iii) en muchos centros utilizan la palabra asco, para mostrar la actitud de repulsa que les provoca la homosexualidad/transexualidad, y las prácticas sexuales entre hombres; iv) el estigma y la discriminación se extrapola a cualquier persona que apoya a estos colectivos, así como a los hermanos/as escolarizados en el mismo centro; v) muchas veces la salida del armario puede suponer la total exclusión del espacio social y relacional. A veces en forma de rechazo frontal y otras más latente; vi) se dan situaciones de amenazas y agresiones físicas; y finalmente, vii) el acoso se justifica por el hecho de que hay algo en estos colectivos que les señala como diferentes y porque, además, ha pasado siempre. Más recientemente, un estudio con 1.400 jóvenes españoles de entre 15 y 29 años pone de manifiesto que más de la mitad tiene amigos homosexuales, y casi el 40% amigas lesbianas, así como un 3.5% que afirma tener amigos/as transexuales. En la misma línea más del 80% señala que no afectaría a su relación de amistad que un amigo/a le dijese que es homosexual/lesbiana, porcentaje que se reduce al 70% en el caso de la transexualidad. Asimismo se comprueba que más del 80% considera aceptables las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo y que el 77.6% apoya el matrimonio entre personas del mismo sexo, porcentaje que disminuye cuando se pregunta por la adopción de parejas homosexuales (62%) y lesbianas (64%). En relación a la transexualidad, un 70% considera aceptables las operaciones de cambio de sexo en personas adultas. No obstante, a pesar de estos alentadores resultados, el 80% reconoce haber presenciado o conocido situaciones de maltrato a personas LGBT, e incluso entre el 0.1% y el 9.6% reconoce haber participado en ellas (Centro de Investigaciones Sociológicas: 2011). Así, si bien es innegable que en España, en la última década, se han dado grandes pasos hacia la consecución de derechos y libertades de las personas LGBT, aprobándose leyes tales como la Ley 13/2005 de 1 julio, por la que se modifica el Código Civil en materia de derecho a contraer matrimonio (BOE de 2 julio de 2005), y la Ley 3/2007, de 15 de marzo, reguladora de la rectificación registral de la mención relativa al sexo de las personas15 (BOE 16 de mayo de 2007). No es menos cierto que 15 Esta ley supera la legislación anterior al permitir a las personas transexuales cambiar el sexo en los documentos oficiales sin necesidad de someterse a una operación de reasignación de sexo, pero continúa imponiendo la necesidad de ser diagnosticado con disforia de género, adoptar los caracteres sexuales secundarios propios del género definitivo a través de la terapia KRUPRQDO ³VDOYR TXH QR VHD posible poU HGDG R HQIHUPHGDG´ \ DGRSWDU XQ QXHYR QRPEUH TXH QR VHD FRQIXVR FRQ UHVSHFWR D OD 116 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 las actitudes sociales hacia estos colectivos no gozan de buena salud, siendo necesario adoptar estrategias educativas que permitan el desarrollo de actitudes positivas hacia la diversidad sexual. Tal y como se ha destacado, en este trabajo analizamos las actitudes de los y las adolescentes tanto hacia los colectivos de homosexuales y lesbianas, como hacia el colectivo trans, atendiendo a las diferencias en función del sexo de los/as participantes y de las personas hacia las que expresan sus actitudes (hombres que no conforman el género y mujeres que no conforman el género). Método Participantes Se llevó a cabo un diseño de tipo instrumental (Montero y León: 2007), a través de encuesta por muestreo y de carácter transversal, orientado a la identificación de actitudes homofóbicas y transfóbicas en adolescentes. La muestra, representativa a nivel autonómico, quedó conformada por un total de 800 alumnos y alumnas gallegos/as de 3º y 4º de Educación Secundaria Obligatoria (ESO), de los cuales un 50.7 % son chicas y un 49.3 % chicos, con una media de edad de 15.19 años (DT: 0.92). En cuanto a su distribución en función del curso, el 53% cursa 3º de la ESO y el 47% cursa 4º de ESO. El 75,8% pertenece a centros públicos y el 24,3% a centros privados/concertados. Instrumentos Se administró un cuestionario de autoinforme en el que, junto a las variables sociodemográficas (sexo, edad, y curso), se presentaron: - La escala de Homofobia Moderna (Modern Homophobia Scale) de Raja y Stokes (1998), en la versión española de Rodríguez-Castro, Lameiras, Carrera y Vallejo-Medina (2013), que está constituida por dos subescalas: subescala de actitudes hacia gays (MHS-G) con un total de 22 ítems (alpha de Cronbach: .94); y subescala de actitudes hacia lesbianas (MHS-L) con un total de 24 ítems (alpha: .93). Esta escala evalúa las actitudes homofóbas y lesbofóbicas. identidad de género. De modo que, a pesar de sus avances, sigue reproduciendo fuertemente el modelo congruente del sexo y el género (Carrera, Lameiras, DePalma y Ricoy: 2013). 117 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 Cada subescala mide a su vez, tres factores (malestar personal, desviación/cambiabilidad y homofobia institucional) que corresponden con las medidas de actitudes homofóbicas hacia gays y hacia lesbianas a nivel personal (los dos primeros factores) y a nivel institucional (el tercer factor). Con un formato de respuesta tipo Likert de 1 a 5 en la que a mayores puntuaciones interpretamos actitudes más positivas hacia la homosexualidad y el lesbianismo. - La escala de Ideología de Género y Transfobia (Genderism and Transphobia scale) de Hill y Willoughby (2005), en la versión breve propuesta y validada en España por Carrera, Lameiras, Rodríguez-Castro y Vallejo-Medina (2013). Esta escala está constituida por 12 ítems que evalúan actitudes y comportamientos discriminatorios hacia las personas que transgreden el modelo dos sexos/dos géneros/heterosexualidad. Se contesta con una escala tipo Likert de 1 a 7 en la cual a menores puntuaciones mayor nivel de actitudes transfóbicas, entendidas como apoyo al modelo identitario heteronormativo. Los ítems se distribuyen en dos subescalas: i) Transfobia/Ideología de género (Transphobia/Genderism), formada por 6 ítems, en la que se analizan las cogniciones o sistema social de creencias que refuerzan la evaluación negativa de las personas que transgreden el modelo heteronormativo, así como las actitudes y sentimientos de aversión y miedo hacia estas personas (alpha: .83); y ii) ataque al género (Gender-bashing), formada también por 6 ítems, que analizan el componente comportamental a través de los actos de acoso o violencia hacia la personas que no conforman el género (alpha: .80). La dimensionalidad de la escala fue confirmada mediante un Modelo de Ecuaciones Estructurales (SEM) obteniendo además buenos indicadores de fiabilidad y validez externa. Procedimiento La muestra se reclutó utilizando un diseño de carácter transversal. Tratándose de un universo finito -44.069 unidades-, ese tamaño muestral, en muestra aleatoria simple, para el nivel de confianza requirido del 95,5% -2V-, llevó un error máximo del 3,54% -e = ±3,54%- en una variable de proporciones, en el caso más desfavorable, aquel en el que la variabilidad es máxima: p = q = 50%. Una vez seleccionados los centros educativos se remitió al director/a del centro una carta solicitando su colaboración y explicando el estudio. Posteriormente se contactó 118 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 telefónicamente con los centros y se confirmó su participación. Los cuestionarios se aplicaron en horario lectivo durante los meses de abril y mayo de 2009. Se administró el consentimiento informado pasivo a todos los padres/madres o tutores/as legales de los y las adolescentes. La evaluación fue individual, anónima y voluntaria. Resultados En relación a las actitudes hacia el colectivo de homosexuales y lesbianas, tal y como puede observarse en la tabla 1, los chicos expresan actitudes significativamente más negativas hacia la homosexualidad y el lesbianismo que las chicas. Lo que se comprueba tanto en la subescala de actitudes hacia homosexuales como hacia lesbianas. Así, los chicos muestran actitudes significativamente más elevadas de malestar personal hacia homosexuales (t = 16.48, p < .001, d = 1.18) y hacia lesbianas (t =2.50, p < .01, d = .18); expresan mayor acuerdo con las afirmaciones de que la homosexualidad (t =4.20, p < .001, d = .30) y el lesbianismo (t =6.21, p < .001, d = .44) son desviaciones que pueden ser modificadas; y ponen de manifiesto actitudes de homofobia institucional significativamente más elevadas que sus compañeras, tanto hacia homosexuales (t =10.99, p < .001, d = .79) como hacia lesbianas (t =7.58, p < .001, d = .54). Se observa también que chicos y chicas muestran actitudes más negativas hacia los homosexuales de su mismo sexo. Así, los chicos tienen actitudes más negativas hacia la homosexualidad masculina en las tres subescalas: malestar personal (t = 13.5, p < .001; d = .65); desviación/cambiabilidad (t = 8.69, p < .001; d = .42); y homofobia institucional (t = 5.05, p < .001; d = .22). Mientras que las chicas tienen actitudes significativamente más negativas hacia el lesbianismo, lo que se confirma en las subescalas de malestar personal (t = -10.2, p <.001; d = .35) y de homofobia institucional (t = -3.10, p < .001; d = 0.11), aunque no en la subescala de desviación/cambiabilidad (t = 15.7, p < .001; d = .81) en la que expresan actitudes significativamente más negativas hacia la homosexualidad masculina. Por otra parte, en relación a las actitudes hacia las personas que no conforman el género (ver tabla 1), observamos de nuevo que los chicos expresan actitudes significativamente más negativas hacia el colectivo trans que las chicas. Lo que se ha comprobado tanto en la dimensión cognitiva/afectiva -Transfobia/Ideología de género- 119 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 (t=11.82, p < .01, d = .90) como en la comportamental -Ataque al género- (t= 10.77, p < .01, d = .81). Asimismo, se ha evaluado si existen diferencias en función de si las actitudes expresadas se dirigen hacia chicos o chicas que no conforman el género. Para ello se han creado y comparado las medias de los ítems que evalúan antipatía hacia mujeres que no conforman el género (ítems: 2, 12, 13 y 30; M = 5.57, SD = 1.32) y hacia hombres que no conforman el género (ítems: 1, 6, 9, 17, 20, 25; M = 5.45, SD =1.30). Siendo las diferencias estadísticamente significativas, aunque con un tamaño de efecto bajo (t = -3.56, p < .01, d = .10). Tabla 1. Diferencias en función del sexo en las escalas de Homofobia Moderna y de Ideología de Género/Transfobia Chicas Media (SD) Chicos Media (SD) t d Malestar personal_Lesbianas 4.02 (0.76) 3.87 (0.87) 2.50** 0.18 Homofobia institucional_Lesbianas 3.97 (0.59) 3.61 (0.73) 7.58*** 0.54 Desviación/Cambiabilidad_Lesbianas 4.61 (0.70) 4.20 (1.10) 6.21*** 0.44 Malestar personal_Gays 4.28 (0.69) 3.25 (1.01) 16.48*** 1.18 Homofobia institucional_Gays 4.04 (0.63) 3.42 (0.89) 10.99*** 0.79 Desviación/Cambiabilidad_ Gays 4.02 (0.74) 3.79 (0.80) 4.20*** 0.30 Transfobia/ideología de género 63.79 (13.21) 49.55 (18.32) 11.82** 0.90 Ataque al género 37.60 (4.90) 32.16 (8.14) 10.77** 0.81 Homofobia Moderna Ideología de Género/Transfobia Nota: p< 0,05*; p< 0,01**;p< 0,001*** Finalmente, la matriz de correlaciones entre las diferentes subescalas pone de relieve la relación positiva entre las actitudes homofóbicas y transfóbicas, con correlaciones moderadas-altas. Así la subescala de Transfobia/Ideología de Género correlaciona positivamente con las subescalas de malestar personal hacia lesbianas (r = .47; p < .01), homofobia institucional hacia lesbianas (r = .23; p < .01) y desviación/cambiabilidad-lesbianas (r = .53; p < .01); así como con malestar personal hacia gays (r = .65; p < .01), homofobia institucional hacia gays (r = .61; p < .01) y desviación/cambiabilidad-gays (r = .60; p < .01). En la misma línea, la subescala de 120 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 Ataque al género correlaciona también positivamente con las subescalas de malestar personal hacia lesbianas (r = .39; p < .01), homofobia institucional hacia lesbianas (r = .20; p < .01) y desviación/cambiabilidad-lesbianas (r = .50; p < .01); así como con malestar personal hacia gays (r = .55; p < .01), homofobia institucional hacia gays (r = .47; p < .01) y desviación/cambiabilidad-gays (r = .54; p < .01). Discusión En este trabajo se pone de relieve que los chicos manifiestan actitudes significativamente más negativas hacia la homosexualidad y hacia el lesbianismo que las chicas; y que los y las adolescentes tienen actitudes más negativas hacia los homosexuales de su mismo sexo. En la misma línea, los chicos expresan actitudes significativamente más negativas que sus compañeras hacia las personas que no conforman el género, lo que se comprueba tanto en la dimensión cognitiva-afectiva (Transfobia/Ideología de género) como en la dimensión comportamental (Ataque al género). Asimismo, identificamos actitudes más negativas hacia los hombres que no conforman el género que hacia las mujeres que no conforman el género. Las actitudes más homofóbicas y lesbofóbicas de los chicos en comparación con sus compañeras identificadas en este trabajo en las tres dimensiones evaluadas (malestar personal, homofobia institucional y desviación/cambiabilidad) están en la línea de los estudios sobre esta problemática llevados a cabo con muestras tanto de adolescentes (Injuve: 2008; Kimmel y Mahler: 2003; Pichardo: 2007; Romero, Martín y Castañón: 2005) como de población adulta (Hicks y Lee: 2006; Raja y Stokes: 1998; Whitely: 2001). En el mismo sentido, tal y como esperábamos, las actitudes expresadas hacia las personas trans son significativamente más negativas en los chicos que en las chicas (Antoszewski, Kasielska, Jedrzejezak y Kruk-Jeromin: 2007; Hill y Willoughby: 2005; Tee y Hegarty: 2006; Winter, Rogando-Sasot y King: 2007; Winter, Webster y Cheung: 2008). Lo que se ha comprobado tanto en la dimensión cognitiva/afectiva como en la comportamental. El mayor rechazo de los chicos hacia la transgresión del modelo heteronormativo, podría estar influenciado por la mayor rigidez del modelo de socialización masculina (Connell: 2000), ya que, tal y como señalan Epstein, 2¶)O\QQ \ 7HOGIRUG (2003) la identidad masculina tradicional se construye sobre la misoginia y la homofobia. 121 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 Asimismo, en la línea de los trabajos sobre homofobia, se observa que los chicos tienen actitudes más favorables hacia las lesbianas que hacia los homosexuales (Kite y Whitely: 1996; LaMar y Kite: 1998, Raja y Stokes: 1998). Lo que pone de relieve el IHQyPHQR GH OD ³HURWL]DFLyQ GHO OHVELDQLVPR´ GH PRGR TXH SDUD ORV FKLFRV VHU lesbiana no estaría tan censurado como ser gay, ya que, como mujeres, las lesbianas son todavía atractivas para los hombres (Raja y Stokes: 1998). Mientras que las chicas expresan actitudes significativamente más positivas hacia los homosexuales (Raja y Stokes, 1998), lo que se comprueba para las dimensiones malestar personal y lesbofobia institucional, pero no para la dimensión desviación/cambiabilidad, en la que expresan actitudes significativamente más positivas hacia lesbianas. De forma que las chicas afirman sentirse más cómodas ante la presencia de una pareja de homosexuales que de lesbianas, y aceptan con mayor agrado las políticas institucionales en beneficio de los gays, aunque otorgan un carácter más patológico y desviado a la homosexualidad que al lesbianismo. De hecho, podríamos hipotetizar TXH ODV FKLFDV QR SHUFLEHQ HO OHVELDQLVPR FRPR XQD ³YHUGDGHUD´ RULHQWDFLyQ VH[XDO sino más bien como una opción personal. En la misma línea, se comprueba que las actitudes hacia los hombres que no conforman el género son significativamente más negativas que hacia las mujeres que transgreden el modelo heteronormaitvo (Bettcher: 2007; Lombardi et al.: 2001; Winter et al.: 2008). Este patrón actitudinal diferencial podría deberse a la sobrevaloración de los rasgos y roles de género masculinos (Cavender, Bond-Maupin y Jurik: 1999), lo que no sorprende en una sociedad patriarcal caracterizada por una asimétrica deseabilidad social favorable a los rasgos, valores y conductas masculinas. De forma que los chicos que transgreden las fronteras de la masculinidad en cualquier sentido serían más castigados que las chicas que traspasan las fronteras de la feminidad (Bonilla y Martínez-Benlloch: 2000). De hecho, el menor castigo que sufren las PXMHUHVTXHVH³GHVYtDQ´GHODVIURQWHUDVGHJpQHURGHODIHPLQLGDGSRGUtDH[SOLFDUVH porque, en su caso, subvertir la norma implicaría también una devaluación de la feminidad tradicional, reproduciendo los valores de la sociedad patriarcal (Reay: 2001). Finalmente, el análisis de correlaciones pone de relieve que las actitudes de rechazo a la no conformidad de género se relacionan positivamente con la homofobia y la lesbofobia (Hill y Willoughby: 2005; Nagoshi et al.: 2008): con unas correlaciones moderadas-altas con la homofobia y moderadas-bajas con la lesbofobia. Las FRUUHODFLRQHVHQWUHDPEDVDFWLWXGHVVHH[SUHVDQPX\ELHQHQHOFRQFHSWRGH³PDWUL] KHWHURVH[XDO´ SURSXHVWR SRU -XGLWK %XWOHU que pone de manifiesto que 122 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 ODV H[SUHVLRQHV ³UHDOHV´ GH OD PDVFXOLQLGDG \ GH OD IHPLQLGDG HVWiQ IXHUWHPHQWH impregnadas de una presupuesta heterosexualidad hegemónica; organizándose en torno a esta matriz lo que la autora ha denominado identidades inteligibles e ininteligibles. Frente a las identidades no inteligibles, las identidades de género inteligibles serían aquellas en las que hay una coherencia entre el dimorfismo sexual aparente, el género y la orientación sexual. Los resultados obtenidos en nuestro trabajo visibilizan una dura realidad para las personas que transgreden las fronteras sexo/género/orientación sexual, expresando LGHQWLGDGHV ³LQLQWHOLJLEOHV´. El rechazo que sufren estos colectivos forma parte de los mecanismos de construcción de las identidades hegemónicas porque, tal y como ha destacado la Teoría Queer, las nociones de feminidad y masculinidad hegemónica no WLHQHQ QL LQWHOLJLELOLGDG QL SRGHU VLQODFRQWUDVWDGDSUHVHQFLDGH XQJpQHUR³DQRUPDO´ Siendo necesario que las identidades de géQHUR³QRUPDOHV´VHDQFRQWUDVWDGDVFRQOD SUHVHQFLDGHRWUDVLGHQWLGDGHV³DQRUPDOHV´TXHOHGHQLQWHOLJLELOLGDGButler: 2000). De esta forma, construir identidades de género hegemónicas y normativas no implica sólo esencializar las categorías sexo-género y la orientación heterosexual, sino también sustentar desigualdades de género, a través de los mecanismos de rechazo y H[FOXVLyQKDFLDORV³RWURVLQLQWHOLJLEOHV´ Por ello, es necesario y urgente una práctica educativa que evidencie el carácter construido del género y del dualismo del sexo, flexibilice los roles y estereotipos de género, y promocione la valoración de la diversidad sexual. Una práctica educativa que debe ser construida en el marco de una pedagogía transgresora, erigida sobre dos importantes pilares: la pedagogía crítica, que ofrece una nueva lectura de la UHDOLGDGVRFLDOYLVLELOL]DQGRODVUHDOLGDGHVGHORVDV³RWURVDV´ORVDVRSULPLGRVDVD los que da voz (Freire: 1970); y la Teoría Queer, que posibilita un interesante corpus teórico pDUDFRPSUHQGHUODLGHQWLGDGVH[XDOPiVDOOiGHOWUDGLFLRQDO³HVHQFLDOLVPR´TXH ancla no sólo la diferencia sino también la desigualdad en la biología. Y haciendo esto frustra cualquier intento de transformar la opresión en liberación (Carrera: 2013; Kumashiro: 2002). Sólo a través de una educación crítica y liberadora será posible tomar conciencia de la violencia que generan las rígidas normas de género, y en definitiva trascender el status quo y alcanzar el status queer (Rofes: 2005). 123 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 Referencias bibliográficas ANTOSZEWSKI, B., KASIELSKA, A., JEDRZEJEZAK, M., y KRUK-JEROMIN, J. 2007. ³.QRZOHGJH DQG DWWLWXGHV WRZDUGV WUDQVVH[XDOLVP DPRQJ FROOHJH VWXGHQWV´ Sexuality and Disability, no. 25Sí %(77&+(57³(YLOGHFHLYHUVDQGPDNH-believers on transphobic violence and WKHSROLWLFVRILOOXVLRQ´Hypatia, vol. 22, no.3, p. 43±65. BONILLA, A. y MARTÍNEZ-%(1//2&+ $3 ³,GHQWLGDGHV WUDQVIRUPDFLyQ GH modelos sociales y su LQFLGHQFLD HQ HO iPELWR HGXFDWLYR´ (Q )(51È1'(= - (Ed.), Intervención en los ámbitos de la sexología y de la generología (pp. 135176). Madrid: Pirámide. %85*26 ( ³,GHQWLGDGHV HQWUHFUX]DGDV´ Thémata, Revista de Filosofía, no. 39, p. 245-253. BUTLER, J. 1990. Gender trouble: feminism and the subversion of identity. London and New York: Routledge. BUTLER, J. 1993. %RGLHVWKDW0DWWHU2QWKH'LVFXUVLYH/LPLWVRI³6H[´ London and New York: Routledge. BUTLER, J. 2000. $QWLJRQH¶V &ODLP .LQVKLS Between Life and Death. New York: Columbia University Press. &$/92.³$FWLWXGHVVRFLDOHV\KRPRVH[XDOLGDGHQ(VSDxD´(Q*8$6&+2 y VIÑUALES, O. (Eds.), Sexualidades. Diversidad y control social (pp. 299-322). Barcelona: Bellaterra. CARRERA, M.V ³(GXFDQGR 4XHHU HO HGXFDGRUD VRFLDO FRPR DJHQWH GH VXEYHUVLyQGHJpQHURHQODHVFXHOD´Revista Iberoamericana de Educación, vol. 61, no. 2, p. 2-12. CARRERA, M.V., LAMEIRAS, M., DEPALMA, R. y RICOY, R. 2013. ³Pathologizing gender identity: An analysis of Spanish Law 3/3007 and its implications for GLYHUVLW\´Journal of Gender Studies, vol. 22, no. 2, p. 206-220. CARRERA, M.V., LAMEIRAS, M., RODRÍGUEZ, Y. y VALLEJO, P. 2013, online first. ³6SDQLVKDGROHVFHQWV¶DWWLWXGHVWRZDUGWUDQVSHRSOHSURSosal and validation of a VKRUWIRUPRIWKH*HQGHULVPDQG7UDQVSKRELD6FDOH´Journal of Sex Research. 124 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 CAVENDER, G., BOND-0$83,1/\-85,.1³7KHFRQVWUXFWLRQRIJHQGHULQ UHDOLW\FULPH79´Gender and Society, vol.13, no.5, p. 643-663. CENTRO DE INVESTIGACIONES SOCIOLÓGICAS 2011. Jóvenes y diversidad sexual. Madrid: CIS, INJUVE, Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad. CONNELL, R.W. 2000. The men and the boys. Berkeley: University of California Press. COUNCIL EUROPE 2011. Discrimination on Grounds of sexual Orientation and gender Identity in Europe. Council of Europe Publishing, Satrasbourg Cedex. Disponible en: http://www.coe.int/t/Commissioner/Source/LGBT/LGBTStudy2011_en.pdf DE BEAUVOIR, S. 1998. El segundo sexo. Madrid: Cátedra (1949, translated from the original French by Alicia Martorell). '(11< ' *5((1 - \ &2/( 6 ³*HQGHU YDULDELOLW\ 7UDQVVH[XDOV FURVVGUHVVHUVDQG RWKHUV´ (Q 2:(16 .AF. y. TEPPER, M.S. (Eds.), Sexual health volume 4: Stateof-the-art treatments and research SS í Westport, CT: Prager. (367(,1 ' 2¶)/<11 6 \ 7(/')25' ' Silenced sexualities in schools and universities. Stoke-on-Trent: Trenthan Books. ERIBON, D. 2000. Identidades. Reflexiones sobre la cuestión gay. Barcelona: Bellaterra. EUROBARÓMETRO. 2008. Discrimination in the European Union: Perceptions, Experiences and Attitudes. European Commission, Special Eurobarometer, 296. FACTOR, R., y ROTHBLUM, E. 2008. ³([SORULQJ JHQGHU LGHQWLW\ DQG FRPPXQLW\ among three groups of transgender individuals in the United States: MTSs, )70VDQGJHQGHUTXHHUV´Health Sociology Review, vol. 17, no.3, p. 235-253. FAUSTO-67(5/,1*$³7KHILYHVH[HV:K\PDOHDQGIHPDOHDUHQRWHQRXJK´ The Sciences, March/April, p. 20-25. FAUSTO-STERLING, A. 2000. Sexing the body: gender politics and the construction of sexuality. New York: Basic Books FREIRE, P. 1970. Pedagogía do oprimido. Río de Janeiro: Paz e Terra. */,&. 3 \ ),6.( 67 ³$Q $PELYDOHQW $OLDQFH +RVWLOH DQG %HQHYROHQW Sexism as CompOHPHQWDU\ -XVWLILFDWLRQ IRU *HQGHU ,QHTXDOLW\´ American Psychologist, no. 56, p. 109-118. 125 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 GRANT, J. M., MOTTET, L.A., TANIS, J., HARRISON, J., HERMAN, J. L., y KEISLING, M. 2011. Injustice at every turn: A report of the national transgender discrimination survey. Washington: National Center for Transgender Equality and National Gay and Lesbian Task Force. GUASH, O. 2006. Héroes, Científicos, Heterosexuales y Gays. Los varones en la perspectiva de género. Barcelona: Bellaterra. HICKS, G .y LEE, T. T. 2006. ³3XEOLFDWWLWXGHVWRZDUGVJD\VDQGOHVELDQVWUHQGVDQG SUHGLFWRUV´Journal of Homosexuality, vol. 51, no.2, p. 57±77. +,// ' % ³*HQGHULVP WUDQVSKRELD DQG JHQGHU EDVKLQJ $ IUDPHZRUN IRU interpreting anti-WUDQVJHQGHU YLROHQFH´ (Q:$//$&( B. y CARTER, R. (Eds.), Understanding and dealing with violence: A multicultural approach (pp. 113± 136).Thousand Oaks, CA: Sage. +,// '% \ :,//28*+%< % ³7KH 'HYHORSPHQW DQG 9DOLGDWLRQ RI WKH *HQGHULVPDQG7UDQVSKRELD6FDOH´. Sex Roles, vol., no. 7/8, p. 531-545. +251 66 ³$GROHVFHQWV¶ $FFHSWDQFH RI 6DPH-Sex Peers Based on Sexual 2ULHQWDWLRQDQG*HQGHU([SUHVVLRQ´Journal of Youth and Adolescence, vol. 36, no. 3, p. 363-371. INJUVE. 2008. Informe juventud en España 2008. Madrid: autor. KIMMEL, M.S. y MAHLER, M. 2003. ³Adolescent Masculinity, Homophobia, and 9LROHQFH´American Behavioral Scientist, vol. 46, no.10, p. 1439-1458. .,7(0(\:+,7/(<%(³6H[GLIIHUHQFHVLQDWWLWXGHVWRZDUGVKRPRVH[XDO persons, behaviour and civil rights: a meta-DQDO\VLV´ Personality and Social Psychology Bulletin, vol. 22, no. 4, p. 336±353. KUMASHIRO, K. 2002. Troubling Education: Queer Activism and Antioppressive Pedagogy. New York: Routledge Falmer. LAMAR, L., y KITE, M.E. 1998. ³6H[ GLIIHrences in attitudes towards gay men and OHVELDQVDPXOWLGLPHQVLRQDOSHUVSHFWLYH´. Journal of Sex Research, vol. 35, no.2, p. 189±196. LAMEIRAS, M., CARRERA, M.V. y RODRÍGUEZ, Y. 2013. Sexualidad y salud. El estudio de la sexualidad humana desde una perspectiva de género. Vigo: Servizo de Publicacións da Universidade de Vigo. 126 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 LEY 13/2005 de 1 julio, por la que se modifica el Código Civil en materia de derecho a contraer matrimonio (BOE de 2 julio de 2005) LEY 3/2007, de 15 de marzo, reguladora de la rectificación registral de la mención relativa al sexo de las personas (BOE 16 de mayo de 2007) /,1*,$5', 9 )$/$1*$ 6 \ '¶ $8*(//, 5 ' ³The evaluation of +RPRSKRELDLQDQ,WDOLDQ6DPSOH´Archives of Sexual Behaviour, vol.34, no. 1, p. 81-93. LIZÁ55$*$ $ ³+RPRIRELD HQIHUPHGDG \ JHUPHQ´ Revista de Estudios de Antropología Sexual, no.1, p. 33-42. LOMBARDI, E. L., WILCHINS, R., PRIESING, D., y MALOUF, D. 2002. ³*HQGHU YLROHQFH 7UDQVJHQGHU H[SHULHQFHV ZLWK YLROHQFH DQG GLVFULPLQDWLRQ´ Journal of Homosexuality, vol. 42, no. 1, p. 89±101. MONTERO, I. y LEÓN, O. G. 2007. ³$ JXLGH IRU QDPLQJ UHVHDUFK VWXGLHV LQ 3V\FKRORJ\´International Journal of Clinical and Health Psychology, no. 7, 847862. NAGOSHI, J. L., ADAMS, K. A., TERRELL, H. K., HILL, E. D., BRZUZY, S., y 1$*26+, & 7 ³*HQGHU GLIIHUHQFHV LQ FRUUHODWHV RI KRPRSKRELD DQG WUDQVSKRELD´Sex Roles, vol. 59, no. 7/8, p. 521-531. NORTON, J. 1997. ³%UDLQ6D\V<RX UHD*LUO%XW,7KLQN<RX UHD6LVV\%R\´&XOWXUDO Origins of Transphobia. Journal of Gay, Lesbian and Bisexual Identity, no. 2, p. 139-164. PICHARDO, J. I. 2007. Actitudes ante la diversidad sexual de la población adolescente de Coslada (Madrid) y San Bartolomé de Tirajana (Gran Canaria). Madrid: FELTGB, COGAM. RAJA, S. y 672.(6-3³$VVHVVLQJ$WWLWXGHV7RZDUG/HVELDQVDQG*D\0HQ 7KH0RGHUQ+RPRSKRELD6FDOH´Journal of Gay, Lesbian and Bisexual Identity, vol. 3, no. 2, p. 113-134. 5($< ' ³6SLFH JLUOV´ ³1LFHJLUOV´ ³JLUOLHV´ DQG³WRPER\V´ JHQGHU GLVFRurses, JLUOV¶ FXOWXUHV DQGIHPLQLQLWLHVLQWKH SULPDU\ FODVVURRP Gender and Education, vol. 13, no. 2, p. 153-166. 127 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 52'5Ë*8(=</$0(,5$60&$55(5$09\9$//(-23³Validación de la Escala Moderna de Homofobia en una muestra de adolescenteV´ Anales de Psicología, vol. 29, no.2, p. 523-533. ROFES, E. 2005. A radical Rethinking of Sexuality and Schooling. Status Quo or Status Queer? Oxford: Rowman and Littlefield Publishers. ROMERO, M., MARTÍN, N. y CASTAÑÓN, S. 2005. Vivencia de la homosexuali-dad y supervivencia a la homofobia en las aulas. Estudio Cualitativo so-bre la percepción que los adolescentes tienen sobre la homosexualidad y las situaciones de acoso que viven los adolescentes LGTB. En J. Gene-relo (Eds.), Homofobia en el sistema educativo (pp.16-50). Barcelona: Cogam. Disponible en: http://cogam.avanzis.com/WebPortal/_cogam/archivos/1437_es_Homofobia%20 en%20el%20Sistema%20Educativo%202005.pdf 60,7+ . 7 ³+RPRSKRELD $ WHQWDWLYH SHUVRQDOLW\ SURILOH´ Psychological Reports, no. 29, p. 1091-1094. 627(/20-³Political tolerance among adolescents towards homosexuals in 6SDLQ´Journal of Homosexuality, no. 39, p. 195-205. 7(( 1 \ +(*$57< 3 ³3UHGLFWLQJ RSSRVLWLRQ WR WKH FLYLO ULJKWV RI WUDQV SHUVRQV LQ WKH 8QLWHG .LQJGRP´ Journal of Community & Applied Social Psychology, vol. 16, no. 1, p. 70±80. VIÑUALES, O. 2002. Lesbofobia. Barcelona: Bellaterra. WHITLEY, B.E. 2001. ³*HQGHU-UROH YDULDEOHV DQG DWWLWXGHV WRZDUGV KRPRVH[XDOLW\´ Sex Roles, vol. 45, no. 11/12, p. 691±721. WINTER, S., ROGANDO-SASOT, A., y KING, M. E. 2007. ³7UDQVJHQGHUHG:RPHQRI WKH3KLOLSSLQHV´International Journal of Transgenderism, vol. 10, no. 2, p. 79-90. :,17(5 6 :(%67(5 % \ &+(81* 3.( ³Measuring Hong Kong Undergraduate Students¶$WWLWXGHV7RZDUGV7UDQVSHRSOH´Sex Roles, vol.59 , no. 9/10, p. 670±683. 128 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 AS CONCEPÇOES DOS/AS PROFISSIONAIS DUMA CASA DE ABRIGO DE SOLIDARIEDADE SOCIAL16 Dra. Maria Jose Magalhaes FPCE; Universidade de Porto (Portugal) E-mail: [email protected] Dra. Yolanda Rodríguez Castro FCE; Universidade de Vigo (España) E-mail: [email protected] Dª. Ana Isabel Forte FCE; Universidade de Vigo (España) E-mail: [email protected] Resumo O objetivo da presente pesquisa foi conhecer as visões de profissionais que trabalham numa casa de abrigo gerida por uma instituição de filosofia humanista não feminista. Para isso, realizamos entrevistas semi-estruturadas à directora da instituição, à directora técnica e ao psicólogo, inquirindo acerca das suas perspectivas sobre casa de abrigo, assim como mulher, violência, vítima e agressores. Esta análise mostrou uma visão centrada na função materno-doméstica da mulher associada a uma perspectiva de tolerância da violência doméstica e complementária aceitação, em certos casos, do comportamento do agressor. Como em Portugal mais do 78% das casas de abrigo tem esta perspectiva, este estudo revela a necessidade de conhecer as suas conseqüências nas mulheres que procurem apoio. Palavras-chave: Violência de gênero; casa de abrigo; profissionais; mulheres; perspectiva feminista. PROFESSIONALS' CONCEPTS OF A SHELTER FOR SOCIAL SOLIDARITY Abstract The purpose of the present study was to know the perspectives about women, violence, offender and shelter, from the professionals working in a shelter for women victims of domestic violence run by a humanistic and non-feminist philosophy. The research relies on semistructured interviews to the director of the Directive border, the coordinator of the shelter and the psychologist. The analysis shows a vision of women subsumed in her maternal and domestic functions as well as a perspective of tolerance to domestic violence complemented with an acceptability in certain cases of the behavior of the offender. Concerning more then 78% of the shelters in Portugal are run by this kind of institutions, it is relevant to further research about its consequences for women. Keywords: Gender violence, shelter, professional perspectives, women, feminist perspective. 16 (VWH HVWXGR p SDUWH GR 3URMHFWR ³$PRU 0HGR H 3RGHU SHUFXUVRV GH YLGD SDUD D QmRviolência / Love, Fear and Power: Pathways to a Non-9LROHQW/LIH´3,+09*ILQDQFLDGRSHOD Fundação Ciência e Tecnologia, do Ministério de Ciência e Tecnologia, em protocolo com a CIG ± Comissão para a Cidadania e Igualdade de Género. 129 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 Esta pesquisa insere-se num projeto mais alargado, de conhecimento das respostas sociais às mulheres vítimas de violência em Portugal, assentando numa perspectiva feminista, sendo que este estudo pretende dar conta das concepções de profissionais de casas de abrigo de instituições chamadas de Solidariedade Social. As casas de abrigo são um serviço especializado que tem como objetivos: a) acomodar temporariamente as mulheres e seus filhos menores, que são vítimas de vítimas de violência física, psicológica e / ou abuso sexual, proporcionando um espaço de segurança, tranqüilidade, a reflexão e o início da mudança; e, b) promover, durante a permanência na casa de abrigo, aptidões pessoais, profissionais e sociais das vítimas, susceptíveis de evitarem eventuais situações de exclusão social e tendo em vista a sua efetiva reinserção social (Lei n.º 112/2009, de 16 de Setembro). Assim, as casas de abrigo são unidades residenciais destinadas a acolhimento temporário a vítimas, acompanhadas ou não de filhos/as menores. E o Estado Português deve conceder apoio, com caráter de prioridade, às casas de abrigo de mulheres vítimas de violência doméstica e assegurar o anonimato das mesmas. Antes de chegar a uma casa de abrigo, as mulheres vítimas são encaminhadas de um centro de atendimento, de um serviço de atendimento telefônico da linha verde ou de outras entidades estipuladas na lei, onde deve ser feito, previamente, uma avaliação da situação das mulheres e, em seguida, o relato sobre as características da casa de abrigo e o seu funcionamento; finalmente, quando as mulheres têm que sair da casa de abrigo, espera-se que já devem ser autônomas e independentes. Existe agora uma rede de casas de abrigo em todo o Portugal, em particular, VmR FDVDV GH DEULJR PDV FRP XP IXQFLRQDPHQWR ³UHDO´ 80$5 As casas de abrigo podem funcionar em equipamentos pertencentes a entidades públicas ou particulares sem fins lucrativos. Neste último caso, quando se trata de entidades particulares sem fins lucrativos, o Estado deve apoiar a sua ação mediante a celebração de acordos de cooperação. Segundo o estudo feito pela Comissão para a Cidadania e Igualdade de Gênero (2008), as Instituições Particulares de Solidariedade Social (IPSS) constituem as entidades gestoras de 78,3 % das casas de abrigo, sendo 17,4 % geridas por Organizações Não Governamentais e 4,3 % por Instituições Equiparadas a IPSS. De acordo com as leis que regem as casas de abrigo (Lei n.º 112/2009, de 16 de Setembro; Decreto Regulamentar nº 1/2006, de 25 de Janeiro), os requisitos de acolhimento para este recurso são: as já mencionadas, isto é, a admissão das vítimas nas casas de abrigo é por indicação da equipa técnica dos centros de atendimento ou 130 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 através dos/as técnicos/as do serviço de atendimento telefônico da linha verde, na seqüência de pedido da vítima. Este acolhimento nas casas de abrigo é de curta duração, pressupondo o retorno da vítima à vida na comunidade de origem, ou outra por que tenha optado, em prazo não superior a seis meses. A título excepcional, a vítima poderá permanecer mais tempo na casa de abrigo mediante o parecer fundamentado da equipa técnica, acompanhado do relatório de avaliação da situação da vítima. A ausência de estudos sobre as concepções dos/as profissionais das instituições constituiu-se como principal impulsionador deste estudo. Em Portugal, existem somente dois estudos sobre casas de abrigo, numa perspectiva quantitativa. O primeiro, levado pela equipa de investigação de Isabel Baptista (2007), avalia desde uma perspectiva quantitativa as casas de abrigo, questionando-se utentes de cinco destas casas. Este estudo faz referência à caracterização das utentes, ao número de mulheres, às idades, ao período de permanência, como conhecerem a casa, e à satisfação face à intervenção dos profissionais da casa de abrigo. O segundo estudo, em resposta a uma encomenda governamental, consistiu na apreciação das condições de funcionamento das casas de abrigo, recenseando um total de 27 equipamentos e finalizando com um conjunto de recomendações (DESPACHO n.º 32648/2008, de 30 de Dezembro). Descrição específica de uma casa de abrigo Neste estudo, contamos com uma casa de abrigo que pertence a uma instituição católica humanista, habitualmente designada como Instituição Particular de Solidariedade Social (IPSS), situada numa zona urbana de Portugal. A equipa Profissional é formada por uma diretora da instituição, uma diretora técnica que é assistente social, um psicólogo e a equipa de ajudantes de lar constituída por cinco pessoas. A casa tem uma capacidade máxima de 25 utentes, incluindo mulheres com os seus filhos/as. Metodologia Este estudo recorre a uma metodologia qualitativa mediante entrevistas individuais semi-estruturadas com a duração de 1 hora. Na entrevista dirigida ao pessoal da casa de abrigo se questionava sobre: a filosofia da Instituição (a missão e os princípios) incluindo as concepções sobre casa de abrigo, a vítima, a violência e o agressor, assim como a visão que têm das mulheres. 131 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 A análise de conteúdo foi realizada com categorias que partem das expressões dos próprios termos das pessoas entrevistadas, e, para isso, nos baseamos em quatro regras básicas: 1) Exaustividade (BARDIN, 1986): categoriza-se todo o conteúdo das entrevistas; 2) Exclusividade: centra-se a mesma idéia numa mesma categoria, sem misturar; 3) Semi-indutivo: leva-se a cabo a pré-categorização segundo as frases ou os próprios termos usados pelas pessoas; e 4) Pertinência da categoria. Para cumprir a regra da objetividade, cruzamos a análise de conteúdo das entrevistas entre vários membros da equipa de investigação. Por motivos de segurança, confidencialidade e rigor científico, vamos preservar a identidade da casa de abrigo, nomeadamente a sua localização. O seu código vai ser CA5. Também para referenciar os/as entrevistados/as, usaremos o seguinte código: d (para a diretora da instituição), dt (para a diretora técnica), e ps (para o psicólogo). Resultados A análise dos resultados pode ser organizada em três categorias: a conceptualização de casa de abrigo, as visões de mulher, e as visões de violência, vitima e agressor, que têm os profissionais da equipa da casa de abrigo. Conceptualização de Casa de Abrigo Em relação à concepção da casa de abrigo, a diretora da CA5, assinala que a casa de abrigo existe por necessidade: Eu acho que isto não serve para o trabalho. Eu concordo, e há necessidade GHVWHV VtWLRV SRUTXH Ki PXLWD YLROrQFLD GRPpVWLFD H DFKR TXH« D FDVD HVWi sempre cheia, há necessidade para. (CA5-d: p.6) Nesta preocupação de vincular a casa de abrigo a uma resposta a uma necessidade das mulheres, esta diretora tem o cuidado de referir mais de uma vez, que uma casa de abrigo não é un hotel de cinco estrelas (CA5-d: p.7). Achavam que ± por exemplo ± estas senhoras deviam ir tudo para lá. Devia ir lá a limpeza para limpar a casa, devia ir lá a roupa para a lavandaria, devia de ir o comer todo feitinho para as senhoras e as senhoras estavam num hotel 5 estrelas. (CA5-d: p.7) É nestas pequenas coisas que temos que tornar a gestão e o trabalho desenvolvido na casa o mais próximo da realidade, do que elas vão encontrar cá fora (CA5-d: p.8) Apesar destes comentários, a diretora da CA5 não desenvolve muito qual é a especificidade desta resposta social. Da sua parte, o psicólogo da instituição não 132 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 menciona nada sobre estes aspectos, ainda que afirme que acredite que em Portugal existem demasiadas casas abrigo: Casas abrigo sim. Eu acho que chegam e, se calhar, não sei se não sobram até. (CA5ps: p.20) No entanto, a diretora técnica expressa que a missão da casa de abrigo é garantir que as mulheres consigam a sua própria autonomia e independência, e, para além disso, manifesta que, em todo o processo, é a mulher quem deve decidir, ainda que às vezes não concordem com as suas decisões: A principal missão é que as mulheres consigam a sua autonomia e tenham contacto com um modelo que não passa pela violência, ou seja, que tenham uma alternativa que não [passe] pela violência. Sim, basicamente é isso, tentar que elas se autonomizem, tendo por base um modelo que é não violento, tendo em conta as expectativas e as vontades delas, aquilo que definem para elas próprias, quer concordemos ou não. (CA5-dt: p.1) Nós valorizamos muito aquilo que elas querem e aquilo que elas pretendem, não a idéia que nós temos do que elas devem querer ou do que elas devem ter. Podemos dizer que não concordamos, obviamente, mas aceitamos sempre em último lugar a vontade da mulher. (CA5-dt p.1) Também a diretora técnica enfatiza que os princípios que regem a instituição são o respeito, a confidencialidade e o sigilo: O nosso princípio fundamental é o respeito por cada um. É a relação baseada no respeito e na individualidade e na solidariedade, basicamente. (CA5-dt: p.2) Então, a principal regra da casa é a confidencialidade e o sigilo. Depois, é o respeito, respeito por elas, pelos filhos, pelas funcionárias, por nós, por todas. (CA5-dt: p.5) Além disso, a diretora técnica afirma claramente que se quer incutir nas mulheres, os valores próprios da instituição: O que nós tentamos é incutir os nossos valores, nós trabalhamos com eles todos os dias, na equipa não técnica e nas utentes. Porque achamos que se houver respeito e solidariedade e confiança entre todos que o trabalho seja conseguido, e conseguimos ter resultados positivos. (CA5-dt: p.2) Concepções de Mulher Encontramos nos discursos destes profissionais uma atribuição da importância do papel da mãe nas suas utentes que eles articulam com as suas funções na casa de abrigo. Assim, afirmam que uma das funções que desempenham é ajudar as mães para que atendam os seus filhos e filhas: 133 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 Tentamos que as mães olhem para os filhos, perguntem como é que foi o dia, que os ajudem nos trabalhos de casa, que vejam os recados que as professoras mandam, se é que há recados. (CA5-ps :p.12) Tentamos que seja ela a assumir esse papel, essa responsabilidade de educadora e de mãe, porque, no fundo, neste momento, é a única figura parental que estes miúdos têm. (...) Se ela se sente com alguma dificuldade, ela vem falar connosco e nós apoiamos. (CA5-dt: p.4) 2 SVLFyORJR FKHJD DWp D H[SOLFLWDU TXH HVWD p D VXD ³JUDQGH OXWD´ TXH ³DV PXOKHUHVDVVXPDPDILJXUDGHPmH´ E que muitas vezes está diminuída e está fragilizada, vem fragilizada de casa e tem dificuldade de se impor. É a nossa grande luta, é que as mulheres não assumiam a figura de mãe, quer na parte afectiva, quer na parte de construir regras e não conseguiam transmitir isso aos filhos. (CA5-ps: p.4) A preocupação de que as mulheres exerçam o seu papel de mãe permanentemente parece levar a uma restrição das mulheres ao próprio contacto com as outras: E depois às oito é o jantar, à hora do jantar é quando elas falam mais um bocadito umas com as outras, nós tentamos que a preferência seja dar atenção aos filhos mas não, a principal preocupação é falarem umas com as outras. (CA5-dt: p.6) Fica também implícito no discurso do psicólogo que a dor das mulheres é menos importante que a das crianças e dos jovens: (...) Custa-me muito, custa-me muito ver, percepcionar, o sofrimento que alguns agregados familiares passam, durante anos, isso custa-me um bocado. (...) Mas custame bastante perceber que aquela pessoa, que aquelas crianças, que aqueles jovens viveram naquele mundo, tantos anos, isso custa-me bastante. (CA5-ps: p.14) Para além disto, o masculino predomina na linguagem destes profissionais, sobretudo no psicólogo, onde mesmo sobre as utentes que são as mulheres vítimas da violência, são referidas em masculino: É feito, daquilo que observamos, das dificuldades que os utentes nos vão apresentando (..). (CA5-ps:p.17) Complementário a esta masculinização da linguagem encontramos o termo ³SHVVRD´ TXH VXUJH UHSHWLGDPHQWH QDV HQWUHYLVWDV HP VXEVWLWXLomR GR QRPHDU DV mulheres: Em primeiro lugar, e aquilo que nos interessa, são as pessoas que nós temos acolhidas na casa. (CA5-ps: p.2-3). (...) apresentamo-la às pessoas (...), (CA-dt: p.12). (...) foram pessoas com um percurso de vida instável, (CA5-d: p.8). 134 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 Paralelamente, estes valores revelam-se nos critérios de contratação de ajudantes de lar para a casa de abrigo. A diretora da instituição destaca que as ajudantes de lar têm que ter um perfil específico, como ser mulher e cumprir algumas FRQGLo}HVIDPLOLDUHVFRPRHVWDUFDVDGDHFRPXPSHUFXUVR³FDOPLQKR´ $V DMXGDQWHV GH ODU VmR PXOKHUHV 3HVVRDV TXH j SDUWLGD« Mi FDVDGDV FRP XPD certa idade, com um percurso de vida mais aRPHQRV«TXHQyVYtDPRVTXHHUDPDLV ao menos calminho. (CA5-d: p-3) Rematando estas dimensões de análise sobre a concepção da mulher por SDUWHGRVSURILVVLRQDLVGHVWDFDVDGHDEULJRDGLUHWRUDGDLQVWLWXLomR&$H[SOLFLWD³eu não sou feminista´ (CA5-d: p.6), sendo isto coerente com facto de considerar, ainda que de forma metafórica, que aqui para nós, a mulher é um bicho muito mau (CA5-d: p.8). Concepções de Violência, Vítima e Agressor A concepção de agressor, vítima e violência enquadra-se na filosofia pessoal de cada técnico/a, diretor/a, presidente/a, ou mesmo da própria instituição. Em primeiro lugar, podemos realçar a percepção da directora desta instituição de que as vítimas não são só de classe baixa: As mulheres vítimas de violência doméstica não são só da classe baixa, há muitas escondidas. (CA5-d: p.6) Na seqüência da sua filosofia não feminista, atrás referida, a preocupação de realçar que os homens também são vítimas da violência doméstica, é muito enfatizado por ela: Como também há homens, coitados, vítimas de violência doméstica. No nosso país, não há nenhuma casa, mas, por exemplo, na Alemanha, existe, portanto, não são só as mulheres que são as coitadinhas mas são também os homens, também há homens. (CA5-d:p.6) Esta entrevistada tem a idéia que ser vítima depende do caráter, da personalidade e da vontade: Agora, isso também depende muito do caráter, acho eu, da mulher. Porque vamos lá, muitas vezes pode ser com a oportunidade e com a formação que as pessoas têm. (CA5-d: p.6) Outras existem que sofrem e são capazes de ultrapassar tudo e todos e têm vontade própria. Depende muito da vontade e do que está dentro da cabeça. (CA5-d: p.10) Na seqüência dum discurso de desculpabilização da violência, a diretora considera que as mulheres são, de certa forma, responsáveis da situação em que 135 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 vivem, porque não são competentes em termos domésticos nem com os filhos/as, nem com as tarefas: Porque as coisas, às vezes, também não andam muito bem dentro dos meios familiares, porque elas às vezes também não têm o mínimo de responsabilidade nem com os filhos nem com as tarefas, vá lá, mínimas. (CA5-d: p.7) Mais ainda, apesar de afirmar que a violência atravessa todas as classes sociais, considera que são as razões econômicas, e, portanto, a dependência financeira que têm em relação ao marido/companheiro que justificam a violência. Muitas delas, por razões econômicas. (CA5-d: p.8) Parte por aí. Penso eu. Portanto, casa onde não há pão, todos ralham e ninguém tem razão. Eu acho que, na minha opinião, são famílias, umas numerosas, (...) e porque necessitam do parceiro economicamente, e faz com que elas, como não têm trabalho, não querem trabalhar, fiquem rendidas, ali, àquela vida, aparece qualquer coisa. (...) essencialmente da parte econômica.(CA5-d: p.9) A diretora da instituição CA5 concede muito relevo à estabilidade no percurso de vida familiar, atribuindo à instabilidade e à falta de regras na família uma ou outra causa de violência. Por aquilo que me é dado a conhecer, eu acho que aquelas pessoas foram pessoas com um percurso de vida instável. (CA5-d: p.8) São famílias sem determinadas regras, acho eu. (CA5-d: p.9) A diretora afirma que a violência começa por uma falta de respeito, eu acho TXHKiPXLWDIRUPD«LVWRGHSHQGHGRDJUHVVRU (CA5-d: p.9). E faz uma ligação entre agressor e pessoa mais ou menos equilibrada. Se o agressor for uma pessoa desequilibrada, pode ter uma conotação [de desiquilibrada]. (CA5-d: p.9) Agora, por exemplo, pode ser uma pessoa até mais ao menos equilibrada, eu não estou a dizer que isto será assim. Mas que chega a casa, tem a mulher em casa, tem dois ou três filhos em casa, a mulher não faz nada, chega a casa tem tudo sujo, tudo porco, tudo não sei quê, acho que o homem não deve ficar também satisfeito encontrar isto, não é" 1mR TXHU GL]HU« R TXH RV PRWLYD D WHUHP QDGD« H HX VRX FRQWUD D violência. É óbvio, não é verdade?. (CA5-d: p.9) Também, aqui, na conceptualização do agressor, esta inquirida apresenta uma certa desculpabilização, o que se relaciona com o que ela pensa sobre a ³LUUHVSRQVDELOLGDGH´GRPpVWLFDGHDOJXPDVYtWLPDV O psicólogo da instituição não fala sobre a concepção de violência, ainda que aborde os fatores que levam à violência, como a dependência e a personalidade das pessoas: 136 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 É um conjunto de fatores que levam a isso [à violência], todos nós sabemos, as dependências. Obviamente, que há um fator, que isso é intrínseco à pessoa, que é a forma, a personalidade da própria pessoa. Todos nós sabemos que há pessoas mais dependentes do que outras e esse facto, agregado depois a um conjunto de outros, estar a agregar-se a uma pessoa que é extremamente controladora, que é exigente, que é agressiva, que condiciona a vida, que é malabarista, inventa mil e um esquemas. (CA5-ps: p. 14) Discussão Neste artigo centrado no ponto de vista dos profissionais de uma casa de abrigo, de uma instituição IPSS, análise atrás apresentada, pode ser organizada em três grandes categorias: a concepção da mulher, as noções de vítima, violência e agressor, a conceptualização de casa de abrigo. Concepção de Mulher Comum aos diferentes técnicos profissionais da equipa está subjacente uma concepção de mulher centrada nas suas funções de mãe, portanto olhando a mulher sobretudo nas suas competências maternais e domésticas submersa na familia. Nas entrevistas, perpassa uma grande vigilância (FOUCAULT, 1997) sobre o facto das mulheres fazerem ou não as tarefas domésticas, prestarem ou não atenção as crianças. Inversamente, não há por parte dos entrevistados/as, grande preocupação de falar sobre as experiências profissionais das mulheres, dos seus interesses, da sua participação fora do trabalho doméstico e maternal. Portanto, há um silêncio sobre a participação das mulheres noutras dimensões da vida na esfera pública. Mais ainda, este silenciamento é também sobre o seu sofrimento, já que é sempre referido o VRIULPHQWRGRV³DJUHJDGRV´UHVVDOWDQGRRVRIULPHQWRGDVFULDQoDVVHPQRPHDURGDV mulheres. Desta concepção sobressai a idéia geral que as mulheres são naturalmente sofredoras (BOSCH, FERRER, e ALZAMORA, 2006). Ligando esta concepção de mulher ao facto de que existe, neste tipo de LQVWLWXLomRDILORVRILDGHFRQWUDWDUVySHVVRDVFRPXPSHUILOGH³HVWDELOLGDGHIDPLOLDU´ RXVHMDSHVVRDVFDVDGDVFRP´UHJUDV´GHFHUWDLGDGHFRPSHUFXUVRGH³FDOPLQKR´ que sirvam como modelos a imitar pelas utentes, podemos inferir que esta casa de abrigo tem uma filosofia normativa sobre o que deve ser a mulher. Acrescido a isto, podemos ainda assinalar o facto de não nomear a palavra ³PXOKHUHV´ VXEVWLtuída por vezes pelo termo de pessoa, sendo que, na maior parte das vezes, a linguagem é no masculino. 137 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 Noções de vitima, violência e agressor No que respeita às concepções de violência, não deixa de ser relevante a necessidade de afirmar que também há homens vítimas de violência, como se fosse muito grave que num contexto de casa de abrigo para mulheres, não se mencionasse R ³VRIULPHQWR´ GRV KRPHQV jV PmRV GDV PXOKHUHV 0DLV DLQGD SHUSDVVD QD perspectiva destes profissionais que, às vezes, o marido tem razões para estar LQVDWLVIHLWR H GHVFRQWHQWH FRP D VXD PXOKHU HQFRQWUD WXGR ³VXMR´ TXDQGR FKHJD D casa, e conseqüentemente, responde com violência. Por outro lado, se não tem razões é porque é uma pessoa desequilibrada. Para além da tolerância para o agreVVRU H[LVWH DLQGD R PLWR GH TXH D YLROrQFLD GHSHQGH GD ³SHUVRQDOLGDGH RX GR FDUiWHU´ GD SUySULD YtWLPD &RHUHQWH FRP LVVR HVWi D LGpLD TXH VDLU GD VLWXDomR YLROHQWDGHSHQGHGD³YRQWDGH´HGRTXHDYLWLPDWHP³GHQWURGDVXDFDEHoD´ Apesar de explicitarem que a violência doméstica atravessa todas as classes sociais, o grosso do discurso assenta nas razões econômicas como causa deste tipo de violência. Neste sentido, será a dependência financeira da mulher ou facto de ela ³QmRTXHUHUWUDEDOKDU´RTXHMXVtifica ela continuar na relação com o agressor. Parece estar ausente da compreensão destes profissionais todo o processo da victimização, o ciclo da violência, os laços afetivos que ligam a vitima ao agressor, entre outros. Concepção de Casa de Abrigo Na concepção de casa de abrigo, podemos assinalar uma contradição entre, por um lado, a missão expressa pelos profissionais de que as mulheres consigam a sua autonomia segundo o que definirem por elas próprias, e, por outro, o papel que os profissionais se DWULEXHP D VL PHVPRV GH ³LQFXWLU´ RV YDORUHV GD LQVWLWXLomR jV mulheres. Mais ainda, assinale-se uma dicotomia encontrada no discurso dos profissionais no que diz respeito ao que é uma casa de abrigo: este é um lugar protegido e seguro por oposição à vidD UHDO ³Oi IRUD´ TXH LPSOLFLWDPHQWH p caracterizada como uma vida de dureza. Coerente com esta concepção, estes SURILVVLRQDLV WHP ³XPD JUDQGH SUHRFXSDomR´ HP TXH D FDVD GH DEULJR QmR VHMD XP ³KRWHOGHFLQFRHVWUHODV´SDUDTXHVHSDUHoDRPDLVSRVVtYHOFRP DYLGD³OiIRUD´3DUD complementar esta concepção de que a casa de abrigo não corra o risco de ser ³GHPDVLDGRERD´SDUDDVXWHQWHVHVWiWDPEpPDFUtWLFDDRVDSRLRVHDRVVXEVtGLRVD que as mulheres tem direito. Está questão é trazida pelo psicólogo a o falar da subsidio-dependência das vítimas. 138 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 Como conclusão final, enfatizamos, em primeiro lugar, a importância deste estudo sobre a filosofia das instituições de solidariedade social que gerem casas de abrigo para mulheres vítimas de violência, dado que elas representam mais de 78% das casas de abrigo em Portugal. Em segundo lugar, podemos afirmar que uma casa de abrigo para mulheres vítimas de violência de gênero gerida por este tipo de instituições com valores humanistas, mas não feministas, mostra um não entendimento do fenômeno da violência doméstica nas relações de intimidade. Em terceiro lugar, apresenta, em termos dos discursos dos profissionais, no que diz a respeito às concepções de vítima, violência e agressor, uma perspectiva de desculpabilização do agressor e de tolerância em relação à violência de gênero, pelo que estas instituições correm um serio risco de utilizar o seu trabalho para revitimizar as vítimas. Finalmente, salvaguarda-se que este estudo se encontra ainda em fase intermédia, assentando na análise dos discursos dos profissionais, sendo que as práticas com as vítimas podem ser distintas das suas concepções. Referencias Bibliográficas BAPTISTA, Isabel. 5HIXJHV¶ (YDOXDWLRQ 0RGHOOLQJ 5(0 Relatorio nacional: FCT. 2007. BARDÍN, Lauren. Análisis de Contenido. Madrid. Akal, 1986. BOSCH, Esperanza, FERRER, Victoria & ALZAMORA, Ana. El laberinto patriarcal. Reflexiones teórico-prácticas sobre la violencia contra las mujeres. Barcelona: Anthropos, 2006. DECRETO REGULAMENTAr nº 1/2006, de 25 de Janeiro.Organização, funcionamento das casas de abrigo. DESPACHO n.º 32648/2008, de 30 de Dezembro, Síntese do Relatório de Avaliação das Condições de Funcionamento das Casas de Abrigo. Diário da República, 2.ª série, n.º 251, 51216-51218. FOUCAULT, Michel. Vigiar e Punir. Petrópolis, Vozes, 1997. LEI n.º 112/2009, de 16 de Setembro. Regime jurídico de prevenção da violência doméstica, protecção e assistência às suas vítimas. R(%2//2 ,VDEHO H %5$92 &DUPHQ ³&DVDV GH DFRJLGD GHVGH OD H[SHULHQFLD D OD UHIOH[LyQ´Cuadernos de Trabajo Social, v. 18, p. 317-332, 2005. U.M.A.R. União de Mulheres Alternativa e Resposta. Disponível em: <http:// www.umarfeminismos.org>. Acesso em: 01 mai. 2010. 139 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 A RECONSTRUÇÃO IDENTITÁRIA DAS FIGURAS PARENTAIS NO COMING OUT DOS FILHOS E FILHAS: sugestões para a intervenção Luísa Saavedra Professora Auxiliar de Escola de Psicologia Universidade do Minho, Portugal e-mail: [email protected] Andreia Ferreira Mestre em Psicologia da Educação Universidade do Minho, Portugal Resumo A revelação perante as figuras parentais de uma orientação sexual não normativa faz, geralmente, emergir questionamentos sobre a identidade de cada um dos envolvidos nesse processo de crise. Considerando que a aceitação desta orientação sexual por parte das figuras parentais será de máxima importância para todos os envolvidos, o principal objectivo deste artigo é compreender como pais e mães se constroem neste processo e a que estratégias recorrem. Participaram neste estudo cinco mães e um pai. A recolha de dados foi realizada através da entrevista semiestruturada e a Análise Temática serviu de suporte ao estudo. Os resultados apontam para conflitos emocionais intensos e estratégias que conduzem à aceitação por parte dos pais e mãe, chamando a atenção para a importância de intervenções em contexto escolar, de forma a preparar os pais e mães para uma possível orientação sexual não normativa dos seus descendentes e diminuir preconceitos em toda a população escolar. Palavras-Chave: ³6DtGDGRDUPiULR´SDLVHPmHVRULHQWDomo sexual, núcleo familiar, LGBT. 3$5(176¶,'(17,7<5(&216758&7,21,17+(,56216$1' '$8*+7(56¶&20,1*287JXLGHOLQHVIRULQWHUYHQWLRQ Abstract The coming out of a non-normative sexual orientation, before parents, generally, leads to the questioning of the identity of each person engaged in this crisis process. Whereas the acceptance of sexual orientation by the parental figures will be of utmost importance for all the involved, the main goal of this paper is to understand how fathers and mothers construct themselves in this process and to which resources they resort on. Participants were five mothers and one father. Data collection was carried out with semi-structured interviews and Thematic Analysis supported the data analysis. Results suggest the existHQFHRILQWHQVHHPRWLRQDOFRQIOLFWVDQGVWUDWHJLHVWKDWOHDGWRSDUHQWV¶ acceptance. These findings call our attention to the importance of school interventions in order to prepare parents for a possible non-normative sexual orientation of their offspring and to reduce prejudice in the whole school population. Key words: "coming out", parents, sexual orientation, family nucleus, LGBT 140 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 RECONSTRUCCIÓN DE IDENTIDAD DE PADRES E MADRES QUANDO /26$6+,-26$6µ6$/(0'(/$50$5,2¶SURSXHVWDVGHLQWHUYHQFLyQ Resumen La revelación ante las figuras parentales de una orientación sexual no normativa, por lo general, conduce al cuestionamiento la identidad de cada persona implicada en este proceso de crisis. Considerando que la aceptación de la orientación sexual de las figuras de los padres será de suma importancia para todos e todas los/las involucrados, el objetivo principal de este artículo es entender cómo los padres y las madres se construyen a sí mismos en este proceso y recursos usados. Participaron del estudio cinco madres y un padre. La recolección de datos se realizó a través de entrevistas semi-estructuradas y Análisis Temática ha servido para apoyar el análisis. Los resultados sugieren la existencia de conflictos emocionales intensos y estrategias que conducen a la aceptación de los padres. Estos resultados llaman la atención sobre la importancia de las intervenciones escolares con el fin de preparar a los padres y las madres para una posible orientación sexual no normativa de sus hijos y reducir el prejuicio en toda la población escolar. Palabras clave: "salir del armario", padres y madres, orientación sexual, núcleo familiar, LGBT . Introdução As sociedades ocidentais actuais estão, ainda, ancoradas em padrões eminentemente homofóbicos e heterossexistas encarando qualquer forma de diversidade sexual com estranheza, preconceito e discriminação. No que respeita à homossexualidade, a psicologia teve sérias responsabilidades na manutenção da segregação de minorias sexuais tendo, até à década de 70 do século XX, mantido uma visão patológica e estigmatizante para com as sexualidades não normativas (Carneiro, 2009; Frazão & Rosário, 2008;). Mudanças significativas ocorrem quando, em 1973, a American Psychiatric Asssociation e em 1975, a American Psychological Association, decidem remover a homossexualidade do Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorder (LaSala, 2000). A partir deste momento, a investigação ultrapassa a centralidade das causas e patologia e muda o seu enfoque para as características psicossociais e atitudes sociais da população LGBT (Lésbicas, Gays, Bissexuais e Transsexuais) (Nogueira & Oliveira, 2010). Em Portugal, vários foram os factores que afastaram o olhar activista e científico sobre a homossexualidade. A ditadura que se prolongou até 1974 e as transformações políticas ocorridas após o 25 de Abril são apontadas como as principais causas do atraso da realidade portuguesa comparativamente a outros países ocidentais. Certo é que só a partir de 1990, a comunidade LGBT ganha alguma visibilidade em Portugal, na sequência de movimentos de luta contra o VIH/Sida e com o aparecimento de 141 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 movimentos associativos que vão ganhando consistência e respeitabilidade. Contudo, a rede de apoios sociais para o próprio indivíduo e para a sua família nuclear é ainda escasso, sendo de salientar no primeiro caso a Rede Ex-Aequo e no segundo a Amplos ± Associação de Mães e Pais pela Liberdade de Orientação Sexual (Almeida, 2010). Desde há muito que a revelação para os pais e mães de uma orientação LGBT é considerado um processo complexo (Kurashige & Francisco dos Reis, 2010) que acarreta consigo crises e conflitos emocionais (Ben-Ari, 1995). Contudo, só mais recentemente se tem estudar, em profundidade, estas experiências parentais. Esta linha de investigação mostra-se bastante pertinente, tendo em conta a escassez de estudos direccionados para o núcleo familiar central do indivíduo LGBT. Assim, este artigo começará por realçar os efeitos do apoio ou rejeição pelo núcleo familiar, e apresentará alguns modelos explicativos acerca da nova reconfiguração familiar, bem como dos processos de subjectivação com os quais estas figuras parentais se defrontam. Antes de passar ao estudo propriamente dito, serão ainda elencadas algumas estratégias e recursos que pais e mães utilizam para, a par com os seus filhos e filhas, realizarem um ³FRPLQJ RXW´ positivo e saudável. Posteriormente à apresentação do estudo (metodologia adoptada nesta análise qualitativa, participantes, procedimentos e resultados), os resultados serão discutidos à luz da sua pertinência para a intervenção, tendo por referência o contexto escolar e educativo. Efeitos das reacções parentais e processos de resignificação Independentemente da sua orientação sexual, a família nuclear funciona como pilar referencial para os jovens, que dela obtém grande parte da manutenção física e emocional (Kurashige e Reis, 2010). Esta apresenta, portanto, um papel preponderante, no ensino dos recursos e estratégias para lidar com o mundo, funcionando como um factor protector que ajuda os jovens a lidar com os comportamentos de risco (Frazão & Rosário, 2008). A investigação tem sido escassa para responder às questões de como, quando e a quem se deve fazer o coming out. De modo a garantir um determinado nível de controlo no suporte recebido por amigos e familiares, muitos jovens optam por permanecer discretos e selectivos sobre o quando e a quem revelar a sua orientação sexual. A literatura sugere que, por norma, os jovens revelam primeiro a sua identidade sexual aos pares e só depois aos progenitores e restantes familiares. Dos 142 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 progenitores a mãe é geralmente a primeira pessoa eleita (Rossi, 2010), sendo WDPEpP HOD JHUDOPHQWH D ILJXUD PDLV WROHUDQWH '¶$XJHOOL 3RU RXWUR ODGR D rejeição por parte da figura maternal parece ter efeitos mais negativos do ponto de vista psicológico (baixa de auto-estima, depressão, etc), do que a rejeição por parte da figura paternal (Oliveira, 2012). Perante estes resultados, as precauções dos/das jovens antes de revelarem a sua orientação sexual perante as figuras parentais, afiguram-se lógicas e razoáveis, dado que uma má reacção por parte das referências parentais poderá ter efeitos devastadores na sua subsistência económica e equilíbrio emocional. Consequências ao nível da depressão e do consumo de substâncias, estão retratadas na literatura, sendo estas particularmente acentuadas para as lésbicas e mulheres bissexuais (Rothman, Sullivan, Keyes & Boehmer, 2012). As reacções dos pais/mães podem, por sua vez, ir da extrema hostilidade à rejeição, expulsão de casa, abuso e violência (Goldfried & Goldfried, 2001) ou a uma aceitação quase imediata. Os estudos indicam também que a rejeição do coming out dos descendentes está intimamente relacionado com rejeições parentais prévias e que portanto as figuras parentais mais aceitantes serão aquelas cuja relação já era, anteriormente, pautada por afecto e aceitação (Oliveira, 2012). Veremos, então, seguidamente, o que a escassa literatura refere sobre o processo de coming out dos progenitores de jovens LGB. A partir do momento em que o filho ou a filha revela a sua orientação sexual as reacções parentais podem persistir num curto espaço de tempo (semanas ou meses) ou estender-se por período prolongado (vários anos). Mas de um modo geral, a literatura sugere que à medida que o tempo passa as figuras parentais se tornam mais tolerantes (Savin-Williams, 2006). A grande maioria dos estudos, encaram o coming out dos filhos como um processo de luto seguindo, de forma geral, as cinco fases do luto definidos por Kubler-Ross (1969): choque, negação, tristeza, raiva e eventualmente aceitação. Na mesma linha de pensamento Strommen (1989), sugere cinco estádios: a consciência subliminar (suspeita de que existe algo de pouco usual no que se refere ao género ou à orientação sexual), o impacto (momento em que se tem conhecimento da situação do filho ou filha e que é geralmente acompanhado de uma crise que se pode traduzir por choque, negação, culpa e raiva), o ajustamento (primeiras tentativas para lidar com a crise e que podem passar por querer a mudança do/a filho/a, manter segredo e manter a respeitabilidade da família a nível social) a resolução (começa-se a fazer o luto das 143 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 expectativas destruídas, como ter netos; este processo é acompanhado pela procura de informação e mudança dos seus próprios estereótipos), e, finalmente a integração (incorporação dos conhecimentos para a aceitação da figura filial tal como é). Investigações mais recentes demonstram que estas reacções raramente permanecem estáveis. Em termos de aceitação, os estudos indicam que cerca de dois terços das figuras parentais (Rothman, Sullivan, Keyes & Boehmer, 2012), a metade dos pais e mães (Ben-Ari, 1995; Savin-Williams, 2006), acaba por aceitar a orientação sexual dos seus descendentes. Torna-se importante ressalvar que, apesar de poder existir um padrão de resposta, cada figura parental experimenta reacções individualizadas, diversificadas e complexas (Savin-Williams, 2006). Outro tipo de trabalhos aponta, sobretudo, para a restruturação identitária dos pais, no sentido de encontrarem novos significados para as suas relações com estes descendentes, pois este período implica o confronto com os seus próprios sentimentos de homofobia (Salzburg, 2007; 2009). Daí que, o coming out dos filhos e filhas corresponda igualmente a um coming out das figuras parentais, que terão, também eles, que assumir perante uma sociedade homofóbica e heterossexista a sua descendência lésbica, gay ou bissexual (Boxer, Cook & Herdt, 1991). Este processo implica, frequentemente, um reorganizar de expectativas que tinham para si e para os seus filhos, tal como o casamento heterossexual e netos, por exemplo (Saltzburg, 2004). Significa, por outro lado, conceber a possibilidade do casamento homossexual e a adopção (ainda não legalmente autorizada em Portugal). Este tipo de investigação procura descrever as experiências das figuras parentais e demonstra que estes têm uma tendência para se preocupar com as causas da homossexualidade dos/as filhos/as (Bernstein,1990). Estas perspetivas chamam a atenção para sentimentos e experiências parentais diversos, como o pânico, sentimentos de tristeza e perda, medo pela segurança dos seus descendentes, vergonha, introspecção e crescimento pessoal (Salzburg, 2009; Savin-Williams, 2006). Por vezes, existe um afastamento emocional entre progenitores e descendentes, originado pela dissonância (cognitiva e emocional) que as figuras parentais, experienciam entre as mensagens homofóbicas que interiorizaram da sociedade e o amor que sentem pelas/os filhas/os. Esta dissonância origina, assim, uma sensação de exclusão por parte das figuras parentais: sentem-se retirados da participação na vida dos seus descendentes, da exposição social e de actividades rotineiras que eram usuais (Saltzburg, 2004). 144 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 As preocupações dentro do seio familiar são igualmente sublinhadas. Uma das mais relatadas na literatura é: como será o futuro do filho, fazendo este parte de uma minoria sexual? Herdt e Koff (2002), e Saltzburg (2004) referem os seguintes temores de pais e mães: medo que as/os filhas/os os excluam da sua vida quando entrarem no mundo gay; a rejeição a que possam ser sujeitos pela sociedade, nomeadamente, pelos pares; que sejam vítimas de violência; que sejam excluídos da congregação religiosa à qual pertencem; que sejam promíscuos e que não encontrem um parceiro com quem possam estabelecer uma relação duradoura; e, finalmente que possam mais facilmente contrair VIH/SIDA. As reacções mencionadas anteriormente, podem ser exacerbadas dependendo do contexto cultural em que ocorrem. Todavia, quando os pais e mães integram verdadeiramente a orientação sexual do seu filho ou filha, podem adotar uma postura de afirmação da homossexualidade, incorporando as experiências dos seus descendentes nas suas próprias vidas. Algumas figuras parentais podem tornar-se activistas proactivos no combate ao heterossexismo, influenciados pelos seus filhos e filhas (e.g., Broad, 2011; Johnson & Brest, 2012). Outros, estando já comprometidos com as causas sociais, apenas incorporam estas questões que estavam, possivelmente, em falta (Savin-Williams, 2006). Um estudo realizado com mães acerca do processo de aceitação de suas filhas lésbicas, apesar de não nos permitir retirar generalizações devido ao reduzido número de casos, permite, no entanto deixar no ar algumas indicações sobre os factores que ajudam a um desenrolar positivo do processo. Estas mães respeitavam a sexualidade das suas filhas, não se preocupavam com os julgamentos de outras pessoas, defendiam as suas filhas e a população LGBT e olhavam para a orientação sexual das suas filhas como apenas uma parte delas (Wakeleya & Tuasona, 2011). Tendo por base estas considerações da literatura e tendo em conta os poucos estudos dedicados a este tema, o principal objectivo deste trabalho é compreender o posicionamento da família nuclear no coming out e o funcionamento das relações entre as díades familiares progenitores-GHVFHQGHQWHV GXUDQWH H DSyV D ³VDtGD GR DUPiULR´3DUDLVVRIRUDPOHYDQWDGDVDVVHJXLQWHVTXHVW}HVGHLQYHVWLJDomRFRPR enfrentam os pais e mães o coming out dos seus descendentes?; (2) que estratégias XWLOL]DPRXXWLOL]DUDPSDUDJHULUDVXD³VDtGDGRDUPiULR´HRVXDSUySULD"H[LVWHP mudanças nas estratégias e na aceitação dos pais e mães durante o processo de coming out?. 145 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 Participantes, procedimentos e método de análise Foram realizadas entrevistas a 5 mães e 1 pai (casado com uma das mães) cujos/as filhos/as tinham ³VDtGR GR DUPiULR´ entre um período de 3 a 13 anos. As entrevistas foram realizadas nas casas dos/das participantes, na região Norte (Porto, Braga e Póvoa do Varzim) e Sul (Lisboa) do país. Os nomes aqui apresentados são nomes fictícios de modo a preservar o anonimato das/dos entrevistadas/os. A idade da amostra, no momento da entrevista, variava entre os 52 e os 70 anos (M=59.33; DP=7.37). No que diz respeito ao Estado Civil, 5 das/os participantes são casadas/os e 1 é divorciada. O quadro 1 particulariza alguns dados que consideramos relevantes, tais como a idade das figuras parentais aquando do coming out dos descendentes, o sexo e a idade actual do filho ou filha. Quadro 1. Participantes Pai Idade no Idade Idade do Sexo do Mãe Coming actual filho/a no filho/a Out Estado Civil Coming Out Manuela 51 55 26 M Casada Marta 45 52 17 F Casada Celeste* 63 66 22 M Casada Rosa 57 70 19 M Casada Filomena 49 53 23 M Divorciada Jorge* 57 60 22 M Casado *Casal com o mesmo filho Os dados foram obtidos através de entrevistas semiestruturadas, assentes num guião que incluiu oito questões, que foram desenhadas tendo em conta o estado actual da arte e os objectivos do presente estudo. Assim, as questões giraram em torno do significativo e reacção inicial ao coming out dos filhos ou filhas; de que forma teve conhecimento da orientação sexual; que mudanças ocorreram na forma como viu e vê o/a filho/a actualmente; tipo de informação que tinha na altura e que procura realizou entretanto; quem priorizou para partilhar a sua nova situação e que estratégias usaram para lidar com essa situação. A recolha das/os participantes realizou-se através do contacto com a AMPLOS que forneceu o número de pais e mães associados para posterior contacto telefónico. Apenas uma das participantes (Filomena) foi referida por intermédio de outra pessoa 146 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 que gentilmente cedeu este contacto. As entrevistas foram efectuadas presencialmente e foram audiogravadas. Tiveram uma duração de cerca de 60 minutos cada. A análise dos dados recolhidos foi efectuada tendo subjacentes os propósitos da Análise Temática (Braun & Clark, 2006). No método de transcrição adoptado, os risos e outro tipo de emoções foram colocados entre parêntesis, assim como, a ocultação de informação que pudesse identificar os participantes. Foi feita uma primeira leitura flutuante, e nas restantes outras leituras, tendo subjacente a revisão da literatura estudada, procurou identificar-se temas comuns presentes nas várias entrevistas. Estes procedimentos ocorreram de forma repetida até os dados serem agrupados por temas e subtemas relacionados entre si. Posteriormente, chegou-se à conclusão que esta forma de apresentação em temas e subtemas não permitia uma leitura clara sobre o processo de gestão desta nova figura filial, pelo que se optou por estruturar os discursos em 3 fases do processo e dentro de cada uma associar entre si os excertos, por um lado, com mais semelhanças de significados em paralelo com os mais distintos, dando assim conta da diversidade de respostas em cada uma das fases. Por fases, não entendemos aqui as fases do luto ou do processo anteriormente referidas nesta introdução, mas sim períodos de tempo, entre o momento da revelação, os primeiros tempos após a revelação e o momento em que a gestão do processo se encontrou praticamente concluída. Dizemos praticamente, pois consideramos que este é um processo nunca acabado, como nunca são acabadas e estáveis as dinâmicas interpessoais. Os resultados serão ilustrados através de extractos significativo de cada período e que permitam tornar claro o suporte que deu origem às análises produzidas. Os excertos de cada participante serão identificados através do nome que adoptamos para esta apresentação. Resultados: quem somos agora? Após uma cuidadosa análise dos discursos produzidos e de entre as várias possibilidades de organizações dos mesmos optou-se, como já dissemos, por uma organização diacrónica dos discursos produzidos, a fim de evidenciar a variabilidade de discursos dentro de cada momento. Os discursos serão então apresentados tendo FRPR ILR FRQGXWRU WUrV PRPHQWRV TXH QRV SDUHFHUDP RV PDLV VLJQLILFDWLYRV L ³D VDtGDGRDUPiULR´EDVHLD-se nas suspeitas anteriores ao coming out dos/das filhos/as, DV UHDFo}HV QR PRPHQWR H TXHP WRPRX D LQLFLDWLYD GD UHYHODomR LL ³RV SHUtRGRV LQLFLDLV´ GR TXDO FRQVWDP DV HPRo}HV GRV SULPHLURV WHPSRV H DV SUHRFXSDo}HV 147 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 associadas j UHYHODomR LLL ³HVWUDWpJLDV H DFWXDOLGDGH´ GmR FRQWD TXHU GR HVWDGR actual da relação com o filho ou filha, bem como das emoções e acções que permitiram chegar a este estado. Tentaremos em cada momento ir fazendo pontes com a literatura existente e revelando consistências e desfasamentos com a mesma. Na discussão e conclusões, além de se salientar os principais resultados deste estudo serão adiantadas algumas implicações para a educação e para a intervenção em contexto escolar. Saída do armário Assumir uma orientação sexual não normativa perante os progenitores e a sociedade tem um poderoso impacto no núcleo familiar (Kurashige & Reis, 2010) pelo que esta se processa, em geral, com cuidado por parte dos/das descendentes. Existe o receio da rejeição parental, de ser obrigado a abandonar o lar e outras consequências que, muitas vezes, se traduzem em comportamentos aditivo, depressão ou suicídio (Rothman, Sullivan, Keyes & Boehmer, 2012). Apesar de termos conhecimento, à partida, que todas as mães e pais que participariam neste estudo mantinham ligações com os seus descendentes, era importante termos acesso ao modo como a revelação se tinha processado. Perante esta questão as respostas do/das participantes repartiram-se entre a surpresa completa e a suspeita, mas encontramos também a crise pautada por dúvidas e medos, bem como a aceitação quase imediata. Consideramos que alguns dos e das jovens fizeram como que uma ³preparação do WHUUHQR´ GH IRUPD D LUHP SURJUHVVLYDPHQWH LQWURGX]LQGR D TXHVWmR GD homossexualidade no seio familiar, quer fornecendo informações sobre este tema, TXHU GHL[DQGR ³SLVWDV´ DFHUFD GD VXD RULHQWDomR VH[XDO 3RU H[HPSOR D 0DQXHOD UHIHUH TXH ³(OH IRL GHL[DQGR SLVWDV GHPDVLDGR HYLGHQWHV SDUD VHU HX D SHUJXQWDU´ Também a Marta destaca: ³$SHUFHEL-me era que ela estava apaixonada por uma UDSDULJD´ Na verdade estes comentários e processos vão de encontro ao que Strommen (1989) designou de consciência subliminar. Vemos, contudo, aqui, que esta consciência tanto pode ser intencionalmente criada pelos descendentes, como pode resultar de uma percepção mais apurada das figuras parentais. De modo a facilitar a abordagem da orientação sexual muitos filhos/as, procuram ³HGXFDU´ RV VHXV SURJHQLWRUHV SDUD DV TXHVW}HV GH GLYHUVLGDGH VH[XDO FRPR demonstraram os trabalhos de Ben-Ari (1995), Bernstein (1990) e Savin-Williams 148 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 (2006). Esta estratégia, não impede, contudo, que os/as progenitores/as não possam ser igualmente apanhados desprevenidos, como refere Filomena: Não estava mesmo à espera. Podia talvez ter desconfiado, por naquelas posições que ele tomava em relação à homossexualidade nos debates que, às vezes, havia DR MDQWDU 0DV WDPEpP QmR p SRU Dt« RV MRYHQV GH KRMH HP GLD WrP XPD mentalidade muito mais aberta do que eu e a minha geração, no nosso tempo. Estes discursos lançam luz também sobre uma espécie de culpa por não ter compreendido as indicações do filho, acentuada, no caso seguinte, por uma estreita ligação com a religião e sua baixa formação académica. O seu discurso indica, talvez por tudo isso, falta de informação sobre a homossexualidade e, como ela própria UHFRQKHFH³(VWDYDPXLWRHVFXUD´ >«@4XDQGRRPHXILOKRGHL[RXGHLUjPLVVDSURQWRHXDWpSRGLDSUHYHUTXDOTXHU coisa, mas não nada me passava pela cabeça. Rezei tanto a nosso senhor para que ele entretanto mudasse. Nosso Senhor não mudou é porque não quis que ele mudasse. Eu pensei na altura que aquilo era uma doença e que tinha cura. (Celeste). Importa, por isso, denunciar o papel que a religião tem na ocultação desta problePiWLFDUHFRUUHQGRDRGLVFXUVRGHVWDPmH³(KRXYHXPDDOWXUDTXHRSDGUH IDORXH«-HVXV4XHELFKRGHVHWH-cabeças que ele fazia! E eu vi que realmente a Igreja não aceita mesmo. Da maneira que o padre falou dava-me a entender que eles eram porque queriamQmRp"´ Para outra das participantes a reacção inicial assumiu a forma de negação da situação: $PLQKDILOKDHUDQDDOWXUD>«@6HLOiPXLWRH[SHULPHQWDO(HXSHQVHLTXHSRGLD ser uma fase. Uma coisa que se enquadrava. Ela não era propriamente uma miúda convencional, ela própria. E portanto, pensei que era uma fase, ela própria admitiu, portanto, isso também não me ajudou nada. Porque eu pensei que era XPDIDVH«)RLPDLVHVWHWLSRGHDQJ~VWLDGHSHUFHEHUTXHQmRLDVHUIiFLOIDODU sobre o assunto. (Marta). Por outro lado, algumas entrevistas evidenciam o contacto directo com o momento e como este pode ser emocionalmente muito forte e carregado de dúvidas, como refere a Filomena: E disse-PHHPOiJULPDV³0mHHXVRX KRPRVVH[XDO´(XILTXHLVXUSUHHQGLGa, DFKR TXH ILTXHL VHP UHDFomR TXDQGR HOH PH GLVVH >«@ &KRUDPRV RV GRLV $LQGD OKHSHUJXQWHL³)LOKRWHQVDFHUWH]DGRTXH HVWiVDGL]HU" (VWiVVHJXUR GRTXHVHQWHV",VWRQmRpVyXPDIDVH"´(OHUHVSRQGHX-me que não. Eu ainda 149 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 cheguei a perguntar se queria algum acompanhamento, como por exemplo, ir ao psicólogo e assim. Também a Manuela, que tomou a iniciativa de esclarecer a orientação com o seu filho, nos dá conta dos conflitos iniciais: >«@ 2 PHX QmR OKH TXHUR FKDPDU GHVJRVWR SRUTXH QmR IRL GHVJRVWR´ e da SUHRFXSDomR HP RFXOWDU GR ILOKR D VXD UHDFomR ³ +XP« (X FKRUHL 1mR IRL j frente dele. Mas, chorei durante uma semana, não foi todos os dias, mas chorei. Percebi ao fim de um certo tempo que estava a chorar não era por ele. Estava a chorar por mim, SHORVPHXVVRQKRVTXHWLQKDLGHDOL]DGRSDUDRPHXILOKR´ Em oposição a estes discursos de angústia, desespero e perplexidade, encontramos outros no polo oposto, que evidenciam uma imediata e total aceitação, fruto de uma integração da orientação sexual dos seus filhos/as: ³'H UHVWR D PLP QmR PH ID] DIOLomR QHQKXPD QHP FRQWUDGLomR QHP FRLVD nenhuma. Eu não criei nenhum obstáculo. A minha mulher é que cria. De resto, não há discriminação é tanto filho ele, como o outro filho ou a irmã. São todos tratados da mesma maneira, não há distinção nenhuma. É igual! E não acho isso anormal. É uma coisa normal, é a orientação sexual dele, ponto final. Por mim HVWiWXGREHP´-RUJH De salientar que esta figura parental contraria o padrão apontado por Saltzburg (2004) de que por norma, os pais têm mais dificuldade em aceitar orientações sexuais não normativas, sobretudo quando a díade é do mesmo sexo. Importa ainda referir que este pai é casado com a Celeste, mas que não frequenta a igreja da mesma forma que a esposa. A Rosa foi outra das participantes que revelou uma relação muito positiva com a orientação sexual do seu filho e na qual fica patente a importância do seu contexto sociopolítico, bem como o seu nível de informação sobre o tema: Eu era dirigente sindical aFWLYLVWDGHHVTXHUGD>«@7LQKDH[SHULrQFLDSHVVRDOFRPR SURIHVVRUDGHFDVRVDVVLPQDHVFROD>«@3URQWRTXDQGRR9PHS{VDTXHVWmR GHOHHXHVWDYDSUHSDUDGtVVLPDQmRp"´(VWXGDURDVVXQWRVDEHUGRDVVXQWRWHU alunos a quem apoiei, tudo isso já não era VXUSUHVD « 3RUWDQWR HX ILTXHL VXUSUHVD PDV ROKHL DVVLP SDUD HOH H GLVVH ³Ï 9 SURQWR HQWmR TXDO p R SUREOHPD"´(HOH³3RUPLPQHQKXPPmH´(HX³ÏILOKRSRUPLPWDPEpPQmR7X FRQWLQXDVDVHURILOKRTXHHXDGRUR´3URQWRHDEUDoDPR-nos e foi bonito. Não podemos deixar de confrontar este discurso com o anteriormente produzido por Celeste e questionar até que ponto discursos tão antagónicos não se encontram ligados a contextos socioculturais completamente distintos: uma mãe extremamente ligada à religião e outra dirigente sindical de esquerda. Embora 150 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 saibamos que os contextos são determinantes não podemos também esquecer que a relação prévia com as figuras parentais é também determinante (Oliveira, 2012). Quanto ao modo como se processou a tomada de conhecimento os relatos demonstram que o coming out dos filhos/as dos/as entrevistados/as ocorreu, na sua maioria, de forma directa, ou seja, os descendentes tomaram a iniciativa de falar do assunto abertamente, excepto no caso da Manuela e da Marta que foram às próprias a questionar a orientação sexual dos seus descendentes: ³3RUTXH HOH VDELD TXH HX KDYLD GH FKHJDU D XPD DOWXUD TXH LD GL]HU ³1mR LVWR WHP GH VHU HVFODUHFLGR -i PH HVWRX D LUULWDU´ >«@ $V SLVWDV IRUDP GH WDO PDQHLUD GDGDV TXH HX Mi Qão DJXHQWDYD PDLV D PLQKD G~YLGD ( HX GLVVH ³6HQWD-te ai que eu te quero perguntar. E SHUJXQWHL´0DQXHOD Estes resultados parecem ir de encontro aos indicados na literatura de que a mãe é a figura eleita, como já anteriormente referimos. Apenas, no caso do casal Celeste e -RUJHD³VDtGD GR DUPiULR´ IRLIHLWDHP VLPXOWkQHR SDUDWRGRDIDPtOLDDODUJDGD ³(OH contou à família toda, aproveitou uma ocasião em que estavam cá todos. Inclusivamente eram os meus anos e ele aproveitou para contar praticamente a toda a IDPtOLD´ Impacto inicial A análise dos dados demonstra também que à medida que o tempo vai passando os pais e mães vão integrando a orientação sexual dos filhos/as e adquirindo uma postura mais aceitante (Savin-Williams, 2006). Contudo, nesta fase inicial são de realçar fortes reacções emocionais (medo, negação, angustia). No excerto seguinte damo-nos conta do processo de resignificação da orientação sexual e da construção identitária em função da nova realidade: >«@ 0XLWD SHQD GH PLP 1mR p pena, a gente por mais que não tenha SUHFRQFHLWRV (X QmR VRX« (X QmR PH FRQVLGHUR XPD SHVVRD SUHFRQFHLWXRVD +XP«1mRHVWDPRVIRUPDWDGRVYi'LJDPRVDVVLPSDUDLVWR,VWRpPXLWRPDLV fácil nos outros do que em nós. (Manuela). A questão de não estar formatado é portanto um exercício pessoal, que precisa ser realizado, mesmo quando não existem preconceitos evidentes, e que pode ser mais ou menos longo. A Celeste, revela um processo em aberto, ao fim de 3 anos: ³(XIL]XPDGHSUHVVmRHDLQGDDQGRDWRPDUPHGLFDomR´H³1DVUHXQL}HVGD$03/26HX sentia-me toda a tremer. Passávamos lá o dia e eu por dentro sentia-me toda a tremer. Eu 151 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 sentia-me mais oprimida, cá dento. Eu sentia-me muito nervosa. Fazia assim um esforço para fazer uma cara alegre, mas dentro sentia-PHWmR«´ Apesar de ainda não ter conseguido integrar completamente esta situação na sua identidade, tem conseguido com o tempo relacionar-se melhor com a situação: ³2V pais do namorado dele no outro dia ligaram a dizer que queriam fazer um picnic connosco e pronto qualquer dia vamos fazer. Que vamos fazer, não é? Vamos integrando as coisas. 7HPTXHVHU´ Por outro lado é impossível negar, por mais acolhedora que possa ser a reacção das figuras parentais, que nos encontramos numa sociedade povoada de preconceitos e que apesar de toda a abertura verificada nos últimos anos da sociedade portuguesa, ainda é impossível não pensar nas consequências desses mesmos preconceitos sobre as vidas dos nossos filhos e filhas. Por outro lado, e para além da homofobia internalizada revelada por alguns destas figuras parentais, é indiscutível que vivemos numa sociedade homofóbica e que o receio de que os filhos possam vir a ser alvo de preconceito e discriminação é uma realidade (Herdt & Koff, 2002; Saltzburg, 2004). São na verdade discursos que implicam já uma aceitação e cujo amor se traduz no receio de maus-tratos verbais, psicológicos ou físicos, como fica patente nos seguintes: >«@(XWHQKRPXLWRPHGRTXHRPHXILOKRVHMDGLVFULPLQDGRSHODYLGDIRUD(DLQGD é isso que me pesa. (lágrimas) (Celeste). O que me assusta mais é mesmo o mercado de trabalho. Ele está a tirar Direito. É um curso cheio de etiquetas e de aparências. Tenho muito medo que as pessoas lhe causem muitos dissabores e ele sofra com isso (Filomena) Por outro lado, alguns discursos também nos dão dimensão de que, para alguns e algumas este processo poderá estar sempre inacabado permanecendo o conflito: Agora percebo que não existiram grandes mudanças. O meu filho é o mesmo de sempre! As nossas vidas continuaram a decorrer com normalidade. E o meu filho está muito mais feliz. É claro que no início não era tudo um mar de rosas! No início havia uma sensação de estranheza. É normal! Nem eu, nem o marido estávamos à espera. E ainda nos estamos a estruturar a cada dia que passa (Filomena) Perspectivas mais optimistas são, em contrapartida, reveladas pelo Jorge e pela Rosa. ³3DUD R DQR QRV PHXV DQRV RX QRV GHOH R UDSD] Mi YHP Fi -i SDVVRX DOJXP tempo. Eles já o conhecem, não tem nada que se admirar. Se houver quem não esteja dentro do esquema, vou ter de lhes explicar antes, para eles não se admirarem. É só isso, mais nada! (Jorge) 152 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 ³1mRQmR3HORFRQWUiULRQmRDOWHURXQDGD1mRDOWHURXQDGDDEVROXWDPHQWHQDGD FRQWLQXRXDVHURPHVPRILOKRVHPSUHRPHVPR´Rosa) Estratégias para gerir o processo Como foi anteriormente referido, o suporte social é um factor preponderante na questão da aceitação parental. Relatos dos Estados Unidos da América dão-nos conta da importância das organizações de apoio ao núcleo familiar (Broad, 2011; Johnson & Brest, 2012). A organização Parents, Friends and Family of Lesbians and Gays procura transformar a dor e os sentimentos de homofobia em amor, provendo o activismo. Muitos pais e mães recorrem a grupos de apoio parental (associações) e a ajuda psicológica de modo a compreenderem melhor as experiências dos/as filhos/as e a integrar uma nova orientação sexual no seio familiar. A partilha de experiências com outros progenitores que se encontrem na mesma situação, ou com amigos e familiares próximos é também uma das estratégias mais utilizadas (Saltzburg, 2004; 2009). Algumas figuras parentais, podem mesmo tornar-se activistas proactivos no combate ao heterossexismo (Broad, 2011; Savin Williams, 2006), como aconteceu com algumas das nossas participantes. Como base nestes resultados somos levadas a crer que a maior parte se encontram próximas da aceitação integral. Inspirando-nos no trabalho de Wakeleya e Tuasona (2011), consideramos que isto acontece quando o pai ou é mãe é capaz de viver sem angústia face à orientação sexual dos descendentes, é capaz de aceitar o companheiro ou companheira e capaz de publicamente assumir a defesa das pessoas LGBT. Mas mesmo para as que não se envolveram tanto no processo, é notório os benefícios que as reuniões e o apoio da Amplos tiveram para as/os participantes deste estudo. A Celeste refere que ³DRORQJRGDVUHXQL}HVHVVHQHUYRVLVPRIRLPXGDQGR)DODYDFRP RXWUDVSHVVRDVQDPHVPDVLWXDomRTXHHX´2XFRPRVDOLHQWDD0DQXHOD ³Não vim logo. Li umas coisas da AMPLOS e achei que ok, isto é capaz de me ir ajudar a dar a volta que eu preciso dar. Mas, já tinha passado aí não sei, uns meses valentes. E achei que ok, isto também não é um bicho-de-sete-cabeças e eu depois acabo por dar eu própria, a volta que preciso de dar. Mas, ajudou-me a ver outras SHVVRDVTXHMiWLQKDPGDGRRSDVVRPDLVjIUHQWHGRTXHRPHX´ No caso dos/das participantes entrevistados/as, todos/as excepto a Filomena, recorreram ao associativismo aderindo à Amplos. A segunda estratégia mais utilizada é o falar com alguém próximo, especialmente, familiares, como o marido ou mulher, uma irmã, como aconteceu com a Filomena: 153 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 Não. Pessoas de fora, não falei com ninguém. Falei com os meus familiares mais próximos que foram a madrinha e padrinho do A., as minhas irmãs os padrinhos GDSDUWHGRPHXPDULGR>«@)LORPHQD Sabendo que o dar conhecimento e familiares faz parte de uma integração completa, fica-se na dúvida que qual será efectivamente a posição de algumas das entrevistadas quando refHUHP³(XQmRJRVWRGHIDODUFRPSHVVRDVTXHQmRFRQKHFLDPD&SRUTXH DFKHLTXHFRPDVSHVVRDVPDLVSUy[LPDVGHYLDVHUHODDIDODU´0DUWD No entanto algumas combinam a família mais significativa com amigos/as próximas, provavelmente as que se encontram numa fase completa do processo: Uma das coisas que para mim era muito importante é o que eu chamo de o meu núcleo duro, que são as pessoas que me são mais próximas. A minha irmã, mais duas amigas minhas, uma delas é madrinha dele e digamos mais um amigo meu. >«@ 1mR TXH IRVVH DOWHUDU DOJXPD FRLVD PDV HUDP DV SHVVRDV TXH VH QmR R DFHLWDVVHPHXLULDILFDUPXLWRWULVWH>«@(HXDRIDODUFRPHOHVHUDWHUXPERFDGR de força, do meu lado. Ok, se vocês estão do meu lado, eu estou pronta para enfrentar o resto (Manuela). Interessante, não deixa de ser o fato de Jorge, sendo caracterizado como um dos pais mais aceitantes, parecer revelar a necessidade de que a homossexualidade do seu filho não seja trazida a público, lutando eventualmente entre a sua própria homofobia e DKRPRIRELDVRFLDO³(XVyDFKRTXHTXDQGRHVWmRHPFDIpVHDVVLPGHYHPVHUPDLV discretos porque a sociedade não aceita verdadeiramente. Quando estão em casa QLQJXpPWHPQDGDDYHULVVR´ As figuras que demonstram uma postura mais proactiva no combate ao heterossexismo são a Marta, a Manuela e a Rosa, através da Amplos. Para algumas o SUySULR DFWLYLVPR IXQFLRQD FRPR IHUUDPHQWD GH DMXGD SHVVRDO ³1DV DVVRFLDo}HV DR ajudar os outros, eu estou-me a ajudar a mim. Para além do prazer que me possa dar eX HVWDU D GHIHQGHU DOJR HP TXH HX DFUHGLWR´ 0DQXHOD 2X DLQGD FRPR WmR EHP refere Rosa: Mas, por outro lado também acho que isto enriqueceu-me, de tal maneira que houve muita coisa. Porque acho que isto é uma coisa de uma grandeza tão grande. Quando se consegue resolver um problema destes. Quando se consegue pôr um filho, ou uma filha de bem com os pais, por este problema. Acho que isto é uma dificuldade, por um lado, mas quando se consegue é de uma grandeza tão JUDQGH>«@3RUWDQWRHVWDH[SHULrQFLDpIantástica, é de uma realização total No quadro 2 procura-se sintetizar as principais estratégias parentais utilizadas para ultrapassar o coming out dos descendentes: 154 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 Quadro 2. (VWUDWpJLDVXWLOL]DGDVSDUDXOWUDSDVVDUD³VDtGDGRDUPiULR´ Participantes Usou Qual ou quais estratégias Manuela Sim Pesquisa na internet e em livros; Membro da Amplos Marta Sim Pesquisa na internet e em livros; Membro da Amplos Celeste* Sim Entrada na Amplos; falar com familiares próximos (primo enfermeiro) Rosa Sim Pesquisa em livros; Membro da Amplos Filomena Sim Pesquisa em livros; falar com familiares próximos (irmã enfermeira) Jorge* Sim Entrada na Amplos; Não falou com ninguém a não ser com a mulher *Casal Conclusões e sugestões para a intervenção O presente estudo teve como principal objectivo analisar os significados atribuídos SHODVILJXUDVSDUHQWDLVj³VDtGDGRDUPiULR´GRVVHXVILOKRVHILOKDVHFRPSUHHQGHUTXH estratégias e recursos facilitam a aceitação e adaptação à orientação sexual do/a filho/a. Os resultados da análise permitem compreender que os processos de integração fazem emergir dinâmicas identitárias, quer dos próprios pais e mães, quer dos próprios filhos e filhas. É uma nova imagem de um filho ou uma filha com a qual se vêm confrontados, são expectativas deitadas por terra e a gestão das suas próprias homofobias e heterossexismos relativamente a uma figura de amor. Os resultados indicam ainda que entre a percepção de aceitação que têm sobre si SUySULRV H D ³UHDO´ DFHLWDomR H[LVWH XPD GLVWkQFLD YDULivel temperada por receios, vergonhas sociais e receios de que as suas figuras de afecto possam ser alvo de discriminação. De salientar, que este trabalho foi realizado unicamente com uma amostra de pais e mães que, independentemente do seu grau de aceitação, não tiveram nenhuma 155 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 atitude mais violenta ou abusiva com os seus filhos e filhas e que partiram, desde logo, de uma posição em que os afectos se sobrepuseram aos preconceitos e discriminação. Este trabalho apesar de ter sido realizado com um reduzido número de entrevistas permitiu-nos alcançar, ainda assim, a saturação teórica, tendo em conta a grande variabilidade de respostas encontradas. Mais, acima de tudo, este estudo permite deixar bem clara a importância da informação e o papel que a mesma exerce na capacidade de compreensão e aceitação da orientação sexual dos seus descendentes, como fica patente no cado de Rosa. Como a informação adequada possibilita desconstruir preconceitos permitindo que o processo de reconfiguração identitário e familiar ocorra de forma mais rápida e sem grandes conflitos internos. Assim, consideramos que as escolas têm um papel primordial a este nível e sem desmerecer o trabalho que tem sido feito pelas associações que se dedicam a esta temática. A necessidade de alargar este tema a todo o ensino básico e secundário em todo o território nacional, implica a necessidade de que as acções se traduzam em medidas enquadradas numa vontade e política educativa. Cada pai e mãe deveria estar preparado/a para aceitar a eventualidade de ter um filho ou filha LGBT, evitando que este processo possa vir a ser tão doloroso, para ambas as partes, como nos é dado a ver ao longo deste trabalho. Assim, tal como foi implementada uma política de educação sexual, também esta temática deveria ser incluída nas escolas públicas de modo a que os pais e mães estivessem não só preparados para gerir a sua aceitação como pudessem ter estratégias eficazes para ajudar os seus filhos e filhas a melhor se puderem confrontar com uma sociedade onde a homofobia e heterossexismo ainda impera (Salzburg, 2009). A passagem de filmes e debates promovidos pela escola VHULDXPDGDVIRUPDVPDLVIiFHLVH³QDWXUDLV´GHID]HUFKHJDUHVWDWHPiWLFDDWRGRVH todas. A nível cinematográfico e opção é variada e de qualidade, abarcando diversas idades e temáticas. A nível de debates existem já um número considerável de profissionais preparados para o tema. Profissionais de psicologia em conjunto com professores/as poderiam, ainda, levar o debate para dentro da sala de aula permitindo aos alunos e às alunas falar abertamente sobre o tema permitindo, dessa forma, desconstruir preconceitos e obter informação adequada. Sabemos que os estudantes LGBT são geralmente alvo de bullying homofóbico e assédio na escola e que esta não tem sabido proteger estes jovens. Frequentemente, os professores e professoras ignoram, ou porque não sabem como actuar, ou porque naturalizam a violência, 156 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 nomeadamente estes actos de bullying e assédio. Contudo, a escola tem por obrigação respeitar a diversidade, seja ela de que tipo for, e ensinar os jovens a tolerância, o respeito e a cidadania (Hunter, 2009; Kurashige & Reis, 2010). Permitir, ainda, que os professores e professoras tomem consciência da forma heterossexistas como frequentemente abordam as questões amorosas com os seus alunos e alunas, pressupondo que são sempre heterossexuais, promovendo também neles e nelas uma formação para a diversidade e para uma linguagem inclusiva. Seria, fundamental incluir a temática LGBT no curriculum, não de forma aditiva, mas integrada no curriculum usando textos e fotos que pudessem ir naturalizando este tema perante os/as jovens (Hunter, 2009). Por outro lado, afigura-se essencial que os/as profissionais de psicologia que se encontram nas escolas ou outros profissionais das ciências sociais tenham formação na temática LGBT e aprendam como abordar este tema a nível familiar prestando o apoio que se veja necessário. Em termos gerais importa fomentar a divulgação de discursos não-heterossexistas e promover uma cultura de tolerância e respeito. A escola, parece-nos ser um local privilegiado para estruturar intervenções, sem que isso signifique anule a importância de outras campanhas de intervenções a outros níveis e de estratégias conjugadas com a Rede Ex-Aequo e Amplos. Desta forma, a escola estará, finalmente, a dar um contributo para fomentar uma comunicação aberta nas famílias e no ambiente educativo não só sobre a temática da sexualidade e da orientação sexual, como em geral. Referências $/0(,'$ 0LJXHO 9DOH ³2 FRQWH[WR /*%7 HP 3RUWXJDO´ (P 1RJXHLUD & Oliveira, J. M. (Eds). Um olhar da psicologia feminista crítica sobre os direitos humanos de pessoas LGBT. Lisboa: Comissão para a Cidadania e a Igualdade de Género. pp. 55-70. AMERICAN PSYCHOLOGICAL ASSOCIATION. 2008. Answers to your questions: For a better understanding of sexual orientation and homosexuality. Washington, DC: APA. BEN-$5,$GLWDO7³7KHGLVFRYHU\WKDWDQRIIVSULQJLVJD\3DUHQWV JD\PHQ V DQGOHVELDQV SHUVSHFWLYHV´-RXUQDORI+omosexuality. Vol. 30, no 1, p. 89-112. 157 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 %(5167(,1%DUEDUD³$WWLWXGHVDQGLVVXHVRISDUHQWVRIJD\PHQDQGOHVELDQV DQGLPSOLFDWLRQVIRUWKHUDS\´-RXUQDORI*D\/HVELDQ3V\FKRWKHUDS\9ROQR 3, p. 37-53. BOXER, Andrew M., COOK, Judith A., & +(5'7 *LOEHUW ³'RXEOH MHRSDUG\ Identity transitions and parent-FKLOGUHODWLRQVDPRQJJD\DQGOHVELDQ\RXWK´(P Pillemer, K. A. & McCartney, K. (eds.), Parent-child relations throughout life. Hillsdale, NJ: Lawrence Erlbaum. pp. 59-92. BRAUN, VirJLQLD &/$5. 9LFWRULD ³8VLQJ WKHPDWLF DQDO\VLV LQ SV\FKRORJ\´ Qualitative Research in Psychology. Vol. 3, p. 77- 101. %52$'.DWKHULQ/³&RPLQJRXWIRU3DUHQWV)DPLOLHVDQG)ULHQGVRI/HVELDQV and Gays: From support group grieving to loYH DGYRFDF\´ Sexualities. Vol. 14, no 4, pp. 399-415. CARNEIRO, Nuno. 2009. Homossexualidades: Uma Psicologia Entre Ser, Pertencer e Participar. Porto: Livpsic. '¶$8*(//, $QWKRQ\ 5 ³'HYHORSPHQWDO DQG &RQWH[WXDO )DFWRUV DQG 0HQWDO Health Among LeVELDQ *D\ DQG %LVH[XDO <RXWKV´ (P 2PRWR $ 0 Kurtzman, H. S. (eds.). Sexual orientation and mental health: Examining identity and development in lesbian, gay, and bisexual people. Contemporary perspectives on lesbian, gay, and bisexual psychology. Washington, DC, US: APA. pp. 37-53. )5$=2 3HGUR 526È5,2 5HQDWD ³2 FRPLQJ RXW GH JD\V H OpVELFDV H DV UHODo}HVIDPLOLDUHV´Análise Psicológica. Vol. 26, no 1, p. 25-45. *2/')5,(' 0DUYLQ *2/')5,(' $QLWD 3 ³7KH LPSRUWDQFH RI SDUHQWDO VXSSRUWLQWKHOLYHVRIJD\OHVELDQDQGELVH[XDOLQGLYLGXDOV´-RXUQDORI&OLQLFDO Psychology. Vol. 57, p. 681-693. HERDT, Gilbert., & KOFT, Bruce. 2002. Tenho uma coisa para vos dizer: O percurso de uma família com um filho homossexual. Porto: Âmbar. HUNTER, Ski. 2009. Coming Out and Disclosures: LGBT Persons Across the Life Span. New York: Haworth Press. -2+1621 - / %(67 $P\ / ³5DGLFDO 1RUPDOV 7KH 0RUDO &DUHHU RI 6WUDLJKW 3DUHQWV DV 3XEOLF $GYRFDWHV IRU 7KHLU *D\ &KLOGUHQ´ 6\PEROLF Interaction. Vol. 35, no 3, p. 321±339. KÜBLER-ROSS, Elisabeth. 1969. On death and dying. New York: Macmillan. 158 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 KURASHIGE, Keith & REIS, Aparecido Francisco. ³2SURFHVVRGHDILUPDomRGD RULHQWDomRVH[XDOHVXDVLPSOLFDo}HVQDYLGDIDPLOLDU´Interfaces da Educação. Vol. 1, no 3, p. 93-102. /$6$/$0LFKDHO&³/HVELDQ*D\0HQDQG7KHLU3DUHQWV)DPLO\7KHUDS\IRU WKH&RPLQJ2XW&ULVLV´Family Process. Vol. 39, p. 67-81. 12*8(,5$ &RQFHLomR 2/,9(,5$ -RmR 0DQXHO ³(VWXGR VREUH D discriminDomRHPIXQomRGDRULHQWDomRVH[XDOHGDLGHQWLGDGHGHJpQHUR´Em: Nogueira, C. & Oliveira, J. M. (Eds). Um olhar da psicologia feminista crítica sobre os direitos humanos de pessoas LGBT. Lisboa: Comissão para a Cidadania e a Igualdade de Género. (pp. 9-17). OLIVEIRA, Carlos André. 2012. Amor Parental (In)Condicional: Estudo sobre a Influência da Perceção da Aceitação/Rejeição Parental em Homossexuais, Lésbicas e Bissexuais. Dissertação de Mestrado em Psicologia Clínica e da Saúde. Maia: ISMAE. ROSSI, NicROH(³&RPLQJ2XW6WRULHVRI*D\DQG/HVELDQ<RXQJ$GXOWV´ Journal of Homosexuality, Vol 57, no 9, pp. 1174-1191 6$/7=%85*6XVDQ³/HDUQLQJWKDWDQDGROHVFHQWFKLOGLVJD\RUOHVELDQ7KH SDUHQWH[SHULHQFH´6RFLDO:RUN9ROS-118. 6$/7=%85* 6XVDQ ³3DUHQWV ([SHULHQFH RI )HHOLQJ 6RFLDOO\ 6XSSRUWHG DV $GROHVFHQWV &RPH 2XW DV /HVELDQ DQG *D\ $ 3KHQRPHQRORJLFDO 6WXG\´ Journal of Family Social Work. Vo. 12, no 4, p. 340-358. SAVIN-:,//,$06 5LWFK & ³7KH GLVFORVXUH WRIamilies of same-sex attractions E\/HVELDQ*D\DQG%LVH[XDO\RXWKV´-RXUQDORIUHVHDUFKRQ$GROHVFHQFH9RO 8, no 1, p. 49-68. SAVIN-WILLIAMS, Ritch C. 2006. Mom, Dad. I`m Gay: How families negotiate coming out. Washington, DC: American Psychological Association. 675200(1(ULN³µ<RX UHDZKDW"¶)DPLO\PHPEHUUHDFWLRQVWRWKHGLVFORVXUH RIKRPRVH[XDOLW\´-RXUQDORI+RPRVH[XDOLW\9ROS-55. :$.(/(<$ 0HJDQ ' 78$621$ 0DULD 7HUHVD ³7DVNV LQ $FFHSWDQFH Mothers of Lesbian DaughteUV´ -RXUQDO RI *D\ /HVELDQ 6RFLDO 6HUYLFHV 9RO 23, no 1, p. 1-29. WEINBERG, Martin S. & Colin S. WILLIAMS (1974). Male Homosexuals: Their Problems and Adaptations. New York: Oxford University Press. 159 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 Reseñas de Libros | Recensões de Livros | Book Reviews Lameiras, María, Carrera, Mª Victoria y Rodríguez, Yolanda (2013). El clítoris y sus secretos. Ourense, Difusora, 80 págs. ³(OFOtWRULV\VXVVHFUHWRV´ Manuel Méndez Psicólogo y Maestro en Medicina Social Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco. Doctorando en Ciencias en Investigaciones Educativas del DIE-CINVESTAV, México E-mail. [email protected] /D JXtD GLGiFWLFD ³El clítoris y sus secretos´ GH ODV DXWRUDV 0DUtD /DPHLUDV Fernández, María Victoria Carrera Fernández y Yolanda Rodríguez Castro, e ilustrado por Manuela Elísabeth Rodríguez González (2013) editada por Difusora (http://www.difusora.org) ha sido galardonada con el I Premio de creación de materiales y recursos docentes con perspectiva de género de la Universidad de Vigo 160 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 ³$QWRQLD )HUUtQ 0RUHLUDV´ (VWH WUDEDMRVHSURSRQH FRPR REMHWLYRFHQWUDO FRQWULEXLU DO conocimiento de la sexualidad de las mujeres; algo que ciertamente no es una tarea fácil. Se denuncia la apuesta por invisibilizar, tachar y anular el goce femenino, lo que al mismo tiempo da cuenta que nos situamos frente al acto de un duelo sexual. La misma interacción social se ha constituido como una competencia de los sexos en la que históricamente el sujeto PDVFXOLQRQRVyORKD³WRPDGR´ODSDODEUDHQVXFRQMXQWR sino que este poseer se ha acompañado de un desarme corporal del sujeto femenino. Al poseer la palabra, el varón toma también posesión del acto, de la gratificación que causa la supuesta liberación de su deseo por consolidar una supremacía que no es más que el reflejo de la ansiedad que le causa imaginarse permanentemente vulnerable. No obstante, más que hablar en términos de tensión y represión, tendríamos que hacer énfasis en la intención de la posesión: Si lo que el sujeto obtiene en última instancia es una sensación de placer, es que el medio para allegárselo ha sido la posesión del cuerpo del otro. No cualquier cuerpo, sino la posesión de un otro cuerpo que parece negado, o la posesión de un otro cuerpo que parece prohibido para consigo mismo. Particularmente, hablaríamos de la posesión y de la invasión de zonas o fragmentos corporales que se piensan potencialmente peligrosos para la estabilidad de ciertas normatividades. Pero la posesión del otro cuerpo ±de unos otros fragmentos corporales- no es una posesión obtenida por consenso. En efecto, eO RWUR QR QHFHVDULDPHQWH VH ³GHMD RFXSDU´ GH PDQHUD YROXQWDULD (Q contraparte, la falta de consenso permite ubicar que el que termina por imponerse no es sino aquel que logra ocupar, quien logra acceder, quien logra violar al otro. En este caso, la agresión al cuerpo femenino se expresa en la negación, la invisibilización, la ablación y la mutilación del clítoris que a su vez se sustenta en la naturalización de la dominación por género. Ya sea por la tan recurrida explicación biologicista que procura asentar nuestros destinos corporales sobre la base de la reproducción obligatoria; ya sea también por la manera en que se domestican nuestros cuerpos vía una racionalidad científica que se presume objetiva y neutral, como la práctica médica de la clitoridectomía, que exalta la idealización del pene como el eje cognitivo que continua regulando nuestras fantasías genitales más estrechas. ¿Qué es entonces en concreto lo que causa el placer por ocupar un cuerpo o una específica zona corporal? Podríamos decir que es la victoria, pero ello realmente no explica casi nada, porque el hecho de que se someta al otro tendría que otorgarle algo 161 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 al ganador del duelo. Por consiguiente, podríamos decir que lo que se obtiene es la afirmación de la virilidad, o más bien la ensoñación mediante la que ésta parece hacerse presente. En todo caso, lo que en realidad se pone en juego en el acto del GXHORVH[XDOHVODSUHWHQVLyQSRUOD³YHUGDGGHOVH[R´HQWHQGLHQGRSRUVXSXHVWRTXH FRPRGLUtDHOPLVPR)RXFDXOW³HOPHQRUIUDJPHQWRGHYHUGDGHVWiVXMHWRDFRQGLFLyQ SROtWLFD´\DGHPiVTXH2FFLGHQWHKDFRQVWLWXLGRDOVH[RFRPRXQD³JDUDQWtD´SDUDGDU FXHQWDGHOD³HVHQFLDGHOVHU´ La lucha por hacerse del cuerpo femenino nos deja ver la ansiedad, la preocupación, incluso la obsesión que tenemos por hacer hablar y ocupar el sexo, no sólo de una forma que se suponga correcta, sino de una forma mediante la que el conquistador sexual se pretenda vencedor porque considera que hay algo ahí en el sexo ±en el duelo sexual- que le permitirá consolidarse como un sujeto digno de ser reconocido y permanentemente celebrado. Porque el vencedor sexual, en tanto ha logrado conquistar ±acaso por un momento simbólico, quizá imaginario- un cierto orden de lo sexual, puede acceder a ciertas posiciones de prestigio, a ciertos ejercicios de poder, a ciertos lugares de honor y reconocimiento. Entonces, si la competencia que alude a la conquista simbólica y real de lo sexual ha SHUPLWLGR QR VyOR GHVFXEULU VLQR ³DGXHxDUVH´ GH OD verdad del sexo por medio de la posesión del cuerpo femenino; así también ello habría ido acompañado de un sentimiento de superioridad ±que nunca fundado en lo orgánico, sino en el orden de lo cultural- que directamente iría asociado con lo que se piensa acerca de la masculinidad. Y aún más, si un masculino se apropia de lo femenino y de un otro que suponga también masculino mediante la ilusión del reconocimiento, lo que se refuerza aún más es la idea de virilidad. Hombre/sobre/hombre. Hablar del acto del duelo sexual es hablar de un espacio de discusión que privilegia el análisis del régimen de la sexualidad y el género en la medida en que estos puntos se entrelazan para producir, a modo de una expresión que se sospecha intrínseca a la identidad imaginaria del sujeto, un combate que alude todo el tiempo a la exaltación de la virilidad y a la vejación de lo femenino. Sin embargo, precisamente una de las contribuciones fundamentales de esta guía didáctica es hacernos reflexionar que la interacción social no tendría porque fundamentarse en un inconmensurable duelo sexual. Que la educación sexual implicaría reconocer el potencial goce de nuestros cuerpos mediante un ejercicio transgresor, reflexivo, libre. Así, se visibiliza el clítoris, sus secretos y la necesidad de denunciar la criminalización del cuerpo de las mujeres 162 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 en una posibilidad por situar en primer plano caricias, roces, sensaciones, discursos y prácticas sexuales diversas. Lo que deseo destacar para finalizar es que habría que reconocer que todos estamos insertos en juegos de verdad puesto que las formas históricas mediante las que se producen los discursos verdaderos también nos han condicionado y dirigen y orientan nuestras prácticas, por más académicas y científicas que estas se presuman. En realidad, esta guía también apuesta por una verdad o por un cúmulo de verdades, pero hay, de hecho, una diferencia sustancial entre querer imponer una verdad y desear cuestionarla desde una óptica genealógica que permita deshacer discursos fundamentalistas y esencialistas; es decir, la forma de producir discursos verdaderos desde una perspectiva crítica se asienta en la posibilidad que tenemos por cuestionar nuestros modos más estables de conocimiento; deshacer nuestras certezas, cuestionar nuestros pasos más firmes. Lo que propone esta guía es una ética de la verdad que oriente nuestras prácticas y nuestras formas de vivir y expresar nuestras sexualidades de maneras que no se asienten en el miedo, en el terror o en la angustia, sino en el conocimiento reflexivo y crítico y en la posibilidad de seguir erigiéndonos como agentes de placer. Habría que celebrar a nuestras autoras y a su apuesta por indagar y cuestionar acerca de cómo se producen nuestros cuerpos sexuados y las posibilidades que tenemos por reconfigurarnos y por expresarnos de otras formas que no sean objeto de humillación, de violencia o de vergüenza. Y sí, en efecto, como lo solicitan nuestras autoras, el clítoris revelado cuenta con nuestro apoyo para recolocarlo en el lugar estelar que le corresponde en la vida sexual de todas las mujeres. 163 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 Normas para la presentación de trabajos Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía/Iberoamerican Iberoamerican Journal of Health and Citizenship PRESENTACIÓN DE LA REVISTA: La Revista Iberoamericana Salud y Ciudadanía/Iberoamerican Journal of Health and Citizenschip es una publicación virtual semestral del Observatorio Iberoamericano Salud y Ciudadanía del CIIIE y UNC. Editada y coordenada mancomunadamente por parte de la membresía del IOHC y colaboradores/as, la revista procura alentar la producción, difusión e intercambio de conocimientos e información entre la comunidad académica dedicada a los estudios sanitarios, de ciudadanía y sexualidad en lberoamerica, así como la difusión y el debate del pensamiento ibero americano contemporáneo. La Revista trabajará desde una perspectiva iberoamericana las problemáticas salud y ciudadanía de forma multi e interdisciplinaria y pretende alentar la innovación temática, el pensamiento abierto y deconstructor de inequidades en Ibero América. Se aceptarán artículos en castellano, portugués, inglés y francés y la publicación de los mismos será resultado de la selección de trabajos presentados por sus autoras al proceso de evaluación editorial o por pedido expreso de contribuciones a autores/as específicas por parte del comité editorial. Los artículos podrán ser de discusión teórica, informes de investigaciones, entrevistas a personalidades académicas o activistas de la realidad Ibero América de Naciones, de revisión bibliográfica, así como reseñas y comentarios de producciones culturales y artísticas: películas, cortos, documentales, exposiciones, etc. La revista consta de: una sección editorial, una sección principal dedicada a un tema elegido para cada número, una sección de reseñas de nuevas publicaciones, películas y otras producciones culturales de interés.de documentos. y, una sección de socialización de actividades académicas de formación e investigación: convocatorias o informes de actividades realizadas por los espacios miembros. NORMAS PARA PRESENTACIÓN DE ARTÍCULOS Serán aceptados para su evaluación: 164 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 Artículos inéditos o que hayan sido publicados en otros idiomas y/o en revistas de circulación local en papel, siempre que se cuente con el derecho de autor/a. Se aceptarán artículos escritos en castellano, portugués, inglés y francês producidos por autores/as iberoamericanos o residiendo en países de Ibero América. Los artículos deberán ser encabezados con un resumen de 100 a 150 palabras, y cinco palabras-clave, en el idioma en que estuviera escrito el texto, y esto debe ir acompañado de una traducción de su título, resumen y palabras claves en inglés y castellano, cuando ésta no fuera la lengua en que estuvieran escritos. En el caso de artículos escritos en inglés, los elementos antes mencionados deberán presentar traducidos al castellano y portugués. Todos los artículos tienen que presentar un breve cv de los autores: 250 caracteres con espacios. Extensión y presentación: Los artículos deberán tener una extensión máxima de 80.000 caracteres com espacios (incluyendo notas y referencias bibliográficas). Los textos deberán entregarse via email en formato Word (.doc y/o docx) con tipografía Arial, cuerpo 12, interlineado 1.5. (ODUFKLYRGHEHOOHYDUHODSHOOLGRGHOODDXWRUDDFRPSDxDGRGHODSDODEUD³DUWtFXOR´ Ejemplo: ³&DOGDVDUWLFXORGRF´/DFRQILJXUDFLyQGHODSiJLQDVHUi$FRQPiUJHQHVGHFP (superior, inferior, izquierdo y derecho). La alineación será justificada y cada párrafo comenzará con una sangría sin tabulaciones. El título del trabajo debe aparecer centrado, en fuente Arial 14, en negrita, con letras mayúsculas e interlineado 1.5. Si tuviera un subtítulo, éste deberá ser escrito con letras minúsculas. Luego del título (y subtítulo) deberá figurar, justificado a la derecha el/los nombre/s de o lx/s autor/xs (Arial 12, negrita, interlineado simple); además, la titulación y la identificación de la institución a la que pertenece(n), así como también la/s dirección/es de correo electrónico (Arial 10). Los resúmenes deberán estar escritos en Arial 12, con interlineado sencillo. 165 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 Normas para la presentación de trabajos Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía/Iberoamerican Journal of Health and Citizenschip Notas, citas y referencias bibliográficas Nos regiremos por la normativa internacional ISO 690/87, e ISO 690-2/97 (específica para documentos electrónicos): 1. Las notas se harán a pie de página, y no podrán consistir en simples referencias bibliográficas. 2. Las citas bibliográficas para identificar la publicación de donde el párrafo há sido extraído, deben aparecer en el cuerpo del texto con el siguiente formato: apellido del autor: año de la publicación correlativo a la bibliografía, número/s de página/s, todo entre paréntesis. Si dos o más referencias tienen el mismo autor y año, deberán distinguirse usando letras minúsculas (a, b, c) a continuación del año, dentro del paréntesis. En igual sentido deberá procederse con la paráfrasis de una idea, no requiriéndose en este caso consignar el número de página. 3. Las citas directas en el texto, de hasta tres líneas, deben estar entre comilas dobles. Las citas directas de más de tres líneas deben destacarse con sangria de 4 cm. desde el margen izquierdo establecido para el resto del texto, sin comillas, y con tipografía Arial 10. 4. La lista completa de referencias bibliográficas debe colocarse al final del texto, ajustarse a las normas ISO especificadas y respetar los ejemplos que se consignan a continuación. a. Libros APELLIDO, Nombre. año. Título. No. de edición. ciudad: editorial. No. total de páginas. b. Compilación Nombre y apellido (eds.) año. Título. No. de edición. Ciudad: editorial. No. total de páginas. c. Contribución en compilación APELLIDO, Nombre. Año. ''título''. En:APELLIDO, inicial del Nombre (ed.). Título, No. de edición. Ciudad: Editorial. No. de páginas. 166 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 d. Artículo en Publicación periódica APELLIDO, Nombre. Año. ''Título''. Nombre de la revista. Fecha de publicación (mes y año). Vol., no, p.. e. Tesis académica APELLIDO, Inicial del nombre, Año. Título, Ciudad: Editorial, No. de páginas. Referencias bibliográficas de documentos electrónicos Las referencias bibliográficas efectuadas de documentos electrónicos, deberán ajustarse a la Norma ISO 690-2/97. En términos generales, deberán consignar: apellido del/la autor/a (en letras mayúsculas); nombre/s del/la autor/a; fecha de publicación (entre paréntesis); título del documento; tipo de medio [CD ROM, on line]; editor; 'Disponible en:' e indicación de la URL; fecha en que fue consultado el documento [entre corchetes]. Cuando se trate de publicaciones periódicas/seriadas electrónicas, deberán incluirse además su designación y numeración (volumen, fascículo, etc.). Las URL consignadas deben estar activas al momento del envío del artículo para su evaluación en la Revista. Ejemplo: APELLIDO, Nombre. (Fecha de publicación). Título [on line]. Editorial. Available at: Enlace web. [Acceso en fecha (dia, mes, año)]. Los gráficos y/o cuadros deberán estar incorporados en el texto, y no al final. Deberán insertarse en formato jpg, con una calidad de 300 dpi, a fin de que sea posible su reproducción directa. Deberán estar adecuadamente titulados, numerados y con sus respectivas referencias y fuentes, si correspondiera. Proceso de evaluación por pares ''doble ciego'' Todos los trabajos sometidos a evaluación para ser publicados serán evaluados de acuerdo a pertinencia temática y disciplinar según el proceso de revisión por pares ''doble ciego'' (double blind peer review). 167 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 Los artículos originales enviados serán sometidos a la evaluación de al menos dos evaluadores/as ad hoc escogidos de entre un grupo de reconocidos/as especialistas en las diversas áreas temáticas de interés de la revista, quienes dictaminarán acerca del contenido y calidad de las contribuciones. Para ser publicados, los trabajos sometidos a revisión deberán obtener dictámenes favorables de los/as dos evaluadores/as expertos/as. En caso de contar con dictamen favorable de sólo uno/a de los/as evaluadores/as, se someterá el texto a revisión crítica por parte de un/a tercer/a evaluador/a ad hoc. Los artículos presentados serán, superada la evaluación por pares ''doble ciego'', sometidos a corrección ortográfica y de estilo. Los artículos enviados para su evaluación en la Revista no deben encontrarse en proceso de evaluación por parte de otra publicación. Al enviar los trabajos para su evaluación, los/las autores/as asumen que los textos, así como ilustraciones, tablas, referencias bibliográficas, etc., son de su entera responsabilidad y expresan sus opiniones, y no necesariamente las de la Revista Iberoamericana Salud y Ciudadanía. Por el sólo envío, los/las autores/as están autorizando a los/las editores/as a su eventual publicación, y cediendo sus derechos a tal fin. Todos los trabajos deberán ser remitidos en formato electrónico a: www.iohcpt.org con asunto que especifique presentación de artículo para tal número de la revista acompañado del apellido del/la autor/a. Ejemplo: ³SUHVHQWDFLyQDUWtFXORGH&DOGDVSDUD1R5HYLVWD´ NORMAS PARA LA PUBLICACIÓN DE RESEÑAS Hojas blancas tamaño A4 (21,0 x 29,7 cm.) 168 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 Tipo de letra Times New Roman tamaño 12 justificación sólo en el margen izquierdo márgenes superior e inferior de 2,5 márgenes derecho e izquierdo de 3 cm Espacio interlineado 1,5 Cada párrafo comenzará con una sangría sin tabulaciones Las citas en el interior del texto y de hasta cuatro líneas se escribirán en redonda y entre comillas Las referencias a libros en bastardilla, las que corresponden a capítulos de libros o artículos en redonda, entre comilas sin notas a pie de página sin subrayados de ningún tipo en ningún lugar de la obra sin líneas ni gráficos de ningún tipo para separación de notas, párrafos, citas, etc. una cantidad de páginas que oscile entre las 3 y 5 hojas. Encabezamiento: Nombre de autor del libro reseñado, título del libro reseñado, lugar de publicación, Editorial, Año, cantidad de páginas. Ejemplo: Amado, Ana y Domínguez, Nora (compiladoras), Lazos de familia. Herencias, cuerpos y ficciones, Buenos Aires, Paidós, 2004, 343 págs. Nombre del reseñador al pie de la reseña. Las reseñas deberán entregarse en archivo adjunto en formato Word (.doc y/o docx) a: www.iohc-pt.org. El archivo adjunto debe OOHYDU HO DSHOOLGR GHOOD DXWRUD DFRPSDxDGR GH OD SDODEUD ³UHVHxD´ (MHPSOR ³&DOGDVUHVHxDGRF´ (Q HO DVXQWR GHO HPDLO GHEH HVSHFLILFDUVH TXH VH WUDWD GH OD presentación de una reseña para tal número de la revista acompañado del apellido del/lDDXWRUD(MHPSOR³SUHVHQWDFLyQDUWtFXORGH&DOGDVSDUD1R5HYLVWD´ 169 Revista Iberoamericana de Salud y Ciudadanía, Vol. II, No. 2, Julio-‐Diciembre, 2013 ISSN 2182-‐4185 170