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Revista Lationamericana de Estudios del Discurso
Revista Latinoamericana de Estudos do Discurso
EDITORAS
Adriana Bolívar
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ALED es arbitrada y está indizada en Revencyt y Latindex. Se publica
semestralmente bajo los auspicios de la Asociación Latinoamericana de Estudios del
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Miguel Amat. Calle en Bodrum, 2008. Serie Caprichos etílicos.
Fotografía.
Versión electrónica en: http://www.aledportal.com
Dirección electrónica: [email protected]
Depósito legal: 200102CS1090
ISSN 1317-7389
Volumen 11, nº 2
Tiraje: 500 ejemplares
Impresión editorial:
Grafiweb Impresores y Publicistas
Impreso en Colombia
Revista Latinoamericana
de Estudios del Discurso
VOLUMEN
11 NÚMERO 2 2011
Sumario
EDITORIAL
Las teorías no vienen del aire
Adriana Bolívar
3
ARTÍCULOS
Las inocentes preguntas sobre el significado durante los testimonios
Débora Amadio
5
Análisis de tres modos de representación ideológica construidos
en discursos especializados sobre juventud chilena producidos
entre 1970 y 1990
Camila Cárdenas Neira
23
Práticas de linguagem na atividade de trabalho: cenografia e ethos
em discursos socioprofissionais
Ernani César de Freitas
49
Sin duda y en principio: Modalización, desdoblamiento enunciativo
y heterogeneidad
María Marta García Negroni
69
La configuración discursiva de efectos incitativos en rumores económicos
Manuel Libenson
89
RESEÑAS
Neyla G. Pardo A. Discurso, impunidad y prensa
Reseñado por María Alejandra Vitale
113
Carlos Piovezani y Vanice Sargentini (Orgs.) Legados de Michel Pêcheux:
inéditos em análise do discurso
Reseñado por Jefferson Voss
121
Índice Acumulado
125
Las inocentes preguntas sobre el significado
durante los testimonios
DÉBORA AMADIO
Universidad Nacional de Córdoba
RESUMEN. Desde la perspectiva del análisis del discurso situado y, en particular, desde
las corrientes que estudian el discurso institucional y ocupacional (Drew y Heritage,
1992; Sarangi y Roberts, 1999), en este artículo se analiza una estrategia discursiva de
evaluación que los litigantes usan durante las audiencias. El recorte de los datos
proviene de las transcripciones oficiales de interacciones entre testigos legos y
abogados durante la toma de testimonios de un juicio penal llevado a cabo en Estados
Unidos en 2002. La estrategia descrita aquí incluye el uso de preguntas sobre el
significado de ciertas expresiones cotidianas. La evaluación implícita se genera a partir
de la aparente atención al significado y de la ubicación secuencial de las preguntas. El
análisis revela que la función de esta estrategia es la de desacreditar de manera
encubierta a testigos de la contraparte.
PALABRAS CLAVE: estrategia discursiva, evaluación, preguntas, sala de audiencias
RESUMO. A partir da perspectiva da análise do discurso situado e, em particular, desde
as correntes que estudam o discurso institucional e ocupacional (Drew & Heritage,
1992; Sarangi & Roberts, 1999), neste artigo se analisa uma estratégia de avaliação
que os litigantes de um processo penal usam durante as audiências. Os dados
provêem das transcrições oficiais de um júri realizado em Estados Unidos em 2002.
O recorte dos dados consiste nas interações entre testemunhas leigas e advogados. A
estratégia descrita aqui inclui perguntas sobre o significado de certas expressões
cotidianas. A avaliação implícita é gerada a partir da aparente atenção ao significado
e da localização seqüencial das perguntas. A análise indica que a função desta
estratégia é a de desacreditar as testemunhas da contraparte.
PALAVRAS CHAVE: estratégia discursiva, avaliação, perguntas, sala de tribunal
ABSTRACT. From the perspective of situated discourse analysis and, in particular, from
the point of view of theories that analyze institutional and workplace discourse
(Drew and Heritage, 1992; Sarangi and Roberts, 1999), this article examines a
discursive strategy used by trial lawyers during the evidential part of a criminal trial.
The data come from the official records of interactions between lay witnesses and
trial lawyers during direct and cross-examinations in a trial that took place in the US
in 2002. The strategy described includes the use of questions about the meaning of
particular everyday expressions. The implicit evaluation is generated through the
apparent attention drawn to the meaning of the expressions and through the
sequential location of the questions. The analysis reveals that the function of this
strategy is to covertly discredit witnesses of the other side.
KEY WORDS: discursive strategy, evaluation, questions, courtroom
Introducción
Este trabajo forma parte de una investigación más extensa sobre
discurso oral forense 1 y se ubica dentro de las corrientes teóricas que
estudian el discurso institucional y ocupacional (Drew y Heritage, 1992;
Sarangi y Roberts, 1999). Se examina el discurso institucional producido
durante la fase del debate oral de un juicio penal llevado a cabo en una
jurisdicción estadounidense. Este estudio se centra en las formas de
generación de contenidos implícitos que resultan convenientes para una de
las partes del conflicto. En este artículo se describe una estrategia discursiva
particular que los participantes institucionales usan frecuentemente durante
las interacciones cara a cara con los legos. Esta estrategia incluye el uso de
preguntas sobre el contenido semántico de ciertas expresiones lingüísticas,
por ejemplo, “¿Qué quiere decir para usted la palabra ‘provocativa’?”. Si bien se
puede pensar que los litigantes utilizan este tipo de preguntas para aclarar
aspectos que puedan resultar confusos para los miembros del jurado, como
argumenta Cotterill (2003: 133), el análisis de las secuencias observadas
revela que, en realidad, su función principal es realizar evaluaciones
orientadas a desacreditar a los testigos de la contraparte. Debido a las
restricciones impuestas por la institución, la evaluación perjudicial no es
explícita sino que se genera a partir de la aparente atención al contenido
semántico de una expresión de uso cotidiano y de la ubicación secuencial de
las preguntas. Se distinguen dos subtipos de preguntas y se observa que la
utilización exitosa de cada una de ellas depende en gran medida de la fuente
de la cual provino la expresión lingüística. El corpus de esta investigación
está constituido por la totalidad de las transcripciones oficiales de una causa
penal. Para este trabajo se seleccionaron interacciones entre 12 testigos legos
y abogados litigantes.
Existe una amplia literatura sobre discurso penal oral en comunidades de
habla inglesa. En distintas investigaciones sobre discurso legal, jurídico y
forense, el interés se ha centrado en la dinámica interaccional entre abogados
y testigos expertos (por ejemplo, Stygall, 2001) o entre abogados y testigos
legos durante la etapa de interrogatorios (Harris, 1994; Heffer, 2005). Desde
la óptica del análisis conversacional, se han descrito mecanismos
interaccionales específicos de la institución. Por ejemplo, Drew (1992)
analiza estrategias de desacreditación usadas por los abogados durante el
contraexamen. El autor muestra cómo la yuxtaposición de las preguntas
hechas por el abogado y lo respondido por la testigo genera inferencias que
contribuyen a desacreditarla. Por su parte, la lingüística crítica también se ha
ocupado del discurso forense y, en particular, de las estrategias discursivas
utilizadas por los litigantes. Distintos estudios concluyen que los
contraexámenes constituyen sitios de poder en donde se reproducen
ideologías patriarcales (Matoesian, 1993; Conley y O’Barr, 1998; Ehrlich,
1998, 2001) en detrimento de las víctimas de violencia sexual que prestan
declaración. Así también, desde el punto de vista de la sociolingüística crítica,
Eades (2006: 175) concluye que la manipulación de las elecciones léxicas que
hacen los abogados al sustituir o corregir términos usados por los testigos,
contribuye a perpetuar la legitimación del control sobre los aborígenes
australianos jóvenes.
Finalmente, en el contexto de los juicios penales en Argentina, se han
analizado diversos fenómenos en el discurso de la sala de audiencias tanto en
textos no interaccionales durante la etapa de los alegatos finales (Carranza,
Rosenbaun y Barreras, 2001; Carranza, 2003, 2008) como interaccionales en
la etapa de los testimonios (Carranza, 2004, 2006, 2010).
1. Las preguntas en contexto interaccional
Numerosos estudios sobre discurso forense se han centrado en la
descripción sintáctica de las contribuciones de los abogados durante las
audiencias. Woodbury (1984 en Ehrlich, 2001: 70), por ejemplo, propone
entender el grado de control ejercido por las preguntas en términos de un
continuo: las preguntas abiertas, en el extremo de menor control (“¿Qué fue lo
que pasó después?”) y, en el extremo de mayor control, las oraciones afirmativas
que contienen una cláusula interrogativa al final (“Eso fue lo que usted hizo, ¿no
es así?”). En este tipo de tratamiento meramente gramatical de los datos se
deja de lado el rol que juega la ubicación de cada tipo de pregunta en la
secuencia y se asume que la función de cada tipo de pregunta es invariable.
Schiffrin (1994) se ocupa de oraciones interrogativas que funcionan
como preguntas en conversaciones y entrevistas y compara, desde ópticas
diferentes, el alcance explicativo de posturas teóricas como el análisis del
discurso con base etnográfica y la teoría de los actos de habla. Así, en su
análisis discursivo de entrevistas sociolingüísticas, esta autora describe dos
tipos de preguntas: las que solicitan información nueva y las que buscan una
confirmación. Las primeras son las que típicamente utiliza el entrevistador:
“cuando son usadas por el entrevistado sirven para indicar un cambio en la
actividad” (1994: 169, mi traducción). Las segundas son utilizadas tanto por el
entrevistado como por el entrevistador para chequear la recepción de un
referente, una proposición o para verificar la familiaridad del receptor con un
referente en particular (Schiffrin 1994: 172). La autora concluye que los
participantes, las metas comunicativas y, en menor grado, la secuencia de los
actos son los elementos comunicativos que parecen determinar el tipo de
función que caracteriza a estos dos tipos de preguntas (1994: 182). Por otra
parte, en su análisis desde la perspectiva de la teoría de los actos de habla,
Schiffrin (1994: 75) señala que la emisión “¿Quieres un caramelo?” en la
conversación analizada funciona como una pregunta, una solicitud de
información y una oferta simultáneamente debido a las interrelaciones entre
las condiciones de felicidad de estos tres tipos de actos de habla. La autora
sostiene también que, para analizar un acto de habla en particular, se hace
necesario abarcar el nivel interaccional. “Al analizar cómo una emisión puede
realizar más de un acto simultáneamente, sostenemos que la
multifuncionalidad puede generarse (en parte) a partir de las maneras en las
que las condiciones subyacentes de los actos de habla se relacionan entre sí”
(Schiffrin, 1994: 85, mi traducción). Como veremos más adelante, una
perspectiva basada en caracterizaciones internas de los actos de habla no
logra explicar preguntas como las analizadas en este trabajo (por ejemplo,
“¿Y qué quiere decir usted cuando usa la palabra ‘deshonesta’”) puesto que, desde
esta óptica, la función de un acto de habla específico se entiende solo en
relación con las condiciones subyacentes de dicho acto y del acto que le
sigue. De esta forma, se pierde de vista el rol que juega la ubicación de un
acto en particular en la secuencia y cómo esto influye en la generación de un
significado determinado.
Los analistas conversacionales han hecho interesantes contribuciones al
conocimiento de las estructuras secuenciales que contienen preguntas. Desde
esta postura teórica, Koshik (2003) analiza conversaciones telefónicas entre
amigos en las que distingue un tipo de oración interrogativa que no funciona
como pregunta sino que, dentro de secuencias de desacuerdo o conflicto,
sirve para desafiar una afirmación previa. En el habla institucional, estas
oraciones interrogativas, además de funcionar como desafíos a lo dicho en el
turno anterior, “reflejan una orientación a normas y roles institucionales y
pueden ser usadas para alcanzar fines institucionales” específicos (Koshik,
2003: 74, mi traducción). La autora concluye que las preguntas abiertas de
desafío en contextos institucionales constituyen un tipo de habla que no es
necesariamente institucional, pero que sirve para alcanzar fines
institucionales.
En el análisis de entrevistas institucionales de Antaki (2002) se describen
los movimientos interaccionales que tienen lugar cuando la contribución de
los participantes no institucionales no es la esperada y los interrogadores
retrasan la señal de recepción de respuesta hasta que obtienen una aceptable.
Este estudio es particularmente relevante puesto que el autor muestra cómo
el conocimiento previo sobre los entrevistados juega un rol en la
reformulación de la pregunta original.
Desde una perspectiva crítica, Conley y O’Barr (1998: 22) identifican
diversas estrategias que los litigantes usan para atacar la credibilidad de la
víctima en juicios de violencia sexual, entre ellas: a) el uso estratégico del
silencio para comentar indirectamente sobre la reacción de la testigo, b) los
“filtros epistemológicos” o desafíos a las fuentes de conocimiento, c) el
ejercicio del control sobre la extensión y la forma de la respuesta a través de
las estructuras de las preguntas, d) la capacidad de mantener el control sobre
el tópico, y e) la capacidad de comentar implícitamente sobre la conducta de
la testigo. Al igual que Conley y O’Barr, Ehrlich (2001: 70) analiza causas
penales por violación y describe tres estrategias interaccionales que usan los
abogados durante el contraexamen (las preguntas estratégicas, las
presuposiciones, y la reformulación selectiva), que se orientan a mantener el
control discursivo sobre los testimonios de la testigo. Los trabajos de Drew
(1992), Conley y O’Barr (1998) y Ehrlich (2001) no se centran solo en la
descripción del comportamiento verbal de un solo participante sino que
analizan cómo las estrategias discursivas son usadas para construir
multilateralmente una versión interesada del pasado.
Finalmente, un trabajo que sirve de antecedente directo es el de Cotterill
(2003), ya que analiza la estrategia que se describe en este artículo. Esta
autora sostiene que, durante el examen, la función de las preguntas sobre
significado es la de “suspender la progresión del testimonio para volver
sobre un aspecto que puede resultar poco claro, ambiguo o potencialmente
confuso para los miembros del jurado” (Cotterill, 2003: 133, mi traducción).
Sin embargo, como veremos más adelante, una mirada interaccional que
relacione la ubicación secuencial de dichas preguntas con las restricciones
institucionales puede aportar una interpretación más acabada de dicho
fenómeno.
Las audiencias penales constituyen un ámbito propicio para examinar
cómo se realiza discursivamente la defensa y el ataque de una versión
específica del pasado. Los estudios que se han revisado en esta sección
indican que una forma de hacerlo es desacreditar a los testigos de la
contraparte. Por lo tanto, los interrogantes que guían este trabajo son: dadas
las reglas específicas que restringen los derechos y obligaciones
comunicativos de las distintas categorías de participante, a) ¿qué tipo de
contenido perjudicial puede ser verbalizado por los legos y por los
participantes institucionales?, y b) ¿qué mecanismos interaccionales resultan
más aptos para llevar a cabo la tarea discursiva de desacreditar y cuáles
resultan menos exitosos?
2. Los datos analizados
Los datos que se analizan aquí provienen de un juicio penal oral llevado
a cabo en la ciudad de San Diego, Estados Unidos, durante 2002 en el que
David Westerfield fue encontrado culpable de posesión de pornografía y del
secuestro y posterior homicidio de una niña de 7 años. El recorte de los
datos consiste en las transcripciones oficiales de los interrogatorios de doce
testigos legos que fueron llamados a prestar declaración sobre la noche en
que la menor fue secuestrada 2. Entre los testigos interrogados, se encuentran
la madre y el padre de la víctima, amigos de la pareja y testigos que prestaron
testimonio sobre la conducta de la madre y sus amigas en un bar la noche en
que la menor desapareció. Debido a que no hubo testigos oculares del
secuestro ni del homicidio de la víctima, la defensa centró su argumento en
el hecho de que los padres de la menor eran personas de moralidad
cuestionable. La elección de este tipo de dato se presta para la indagación
sobre el uso de estrategias de desacreditación desplegadas por los
participantes institucionales durante la interacción cara a cara, porque es
durante las audiencias cuando se defiende una versión del pasado en
particular y se ataca la otra. La estrategia que será objeto de estudio aquí
aparece en intervenciones de los abogados litigantes y se caracteriza por la
inclusión de preguntas sobre el significado de ciertas expresiones. Las
secuencias en las cuales se encuentran dichas preguntas evidencian las
restricciones institucionales sobre las fuentes de evaluación en cuanto a que
solo los testigos tienen permitido realizar comentarios evaluativos explícitos.
Para llevar a cabo el presente estudio, fue necesario trascender
consideraciones sobre la cuestión del poder, entendido como
intrínsecamente perteneciente al participante institucional, y reconocer la
coordinación de contribuciones de ambos participantes y la emergencia de
un juicio valorativo en la interacción cara a cara. Los abogados pueden
producir una representación perjudicial de manera exitosa solo si la
descripción negativa proviene del habla de los testigos. Por otra parte, si la
pregunta que contiene un comentario evaluativo es formulada por el
abogado, la contraparte puede objetarla. En el tipo de análisis que se lleva a
cabo se considera a la evaluación como una construcción multilateral entre
los abogados, los testigos y el juez.
3. La estrategia de evaluación
La estrategia que se describirá a continuación es frecuentemente usada
por los abogados tanto en el examen como en el contraexamen de los doce
testigos legos. Esta estrategia consiste en interrumpir la narrativa del testigo
para hacer una pregunta sobre el contenido semántico de una expresión.
Dicha pregunta (“¿Qué quiere decir para usted el término X?”) sirve para inducir al
testigo a proporcionar una evaluación negativa. En el despliegue de esta
estrategia se distinguen dos subtipos de preguntas sobre contenido
semántico. El primer subtipo de pregunta se pone de manifiesto cuando los
abogados interrogan sobre el significado léxico de expresiones usadas por los
testigos en un turno anterior o durante un hecho de habla previo. El
segundo subtipo comprende preguntas sobre el significado léxico de
expresiones que provienen del habla de los litigantes (“¿Está usted
familiarizado con la expresión X?”). Cabe agregar que en el corpus analizado, las
expresiones sobre las cuales se pregunta son términos cotidianos, por
ejemplo, “engancharse (con alguien)”, “flirtear”, “provocativa”, etc. y por lo
tanto, no resultan difíciles de comprender.
4. Preguntas sobre términos usados por los testigos durante la
interacción en curso
La estrategia descrita aquí consiste primeramente en solicitar del testigo
información acerca de personas que se quiere desacreditar. Una vez que el
testigo responde a lo solicitado, el abogado hace una pregunta sobre el
significado de un término o frase utilizada por el testigo en el turno anterior.
En los datos analizados por Cotterill (2003), este tipo de estrategia es usada
más frecuentemente en el examen de los testigos de parte. No obstante, el
empleo de esta estrategia no se restringe a esa categoría de destinatario en el
corpus de este estudio. Cotterill (2003: 133) sostiene que en el examen, este
tipo de pregunta tiene funciones distintas que se relacionan con dos de las
máximas propuestas por Grice (1989); pueden funcionar como un pedido de
“clarificación/elaboración” de un turno anterior (máxima de cantidad) o
como un pedido de “clarificación/especificidad” de un turno previo
(máxima de relevancia). Esto se debe, según la autora, a que el fin
comunicativo de los abogados litigantes al interrogar un testigo es construir
una narrativa que resulte clara y convincente para los miembros del jurado.
En el ejemplo que sigue, la testigo por parte de la defensa, Patricia Le
Page, relata sus impresiones de Brenda y sus amigas en el Café Dad’s la
noche del 1ro de febrero 3. El abogado le pregunta a la testigo el significado
de “llamativa”, “juguetona” y “Andaba por todas partes” para evaluar
negativamente a Brenda van Dam, la madre de la víctima.
Ejemplo 1 (interrogatorio de parte)
(a) Abogado defensor Feldman: Muy bien. ¿En algún momento durante
la noche le llamó la atención una mujer que más tarde usted
conocería como Brenda van Dam?
(b) Patricia Le Page: Sí.
(c) Abogado defensor Feldman: ¿Qué pasó? ¿Qué fue lo que le llamó la
atención de Brenda van Dam?
(d) Patricia Le Page: Su conducta.
(e) Abogado defensor Feldman: ¿Qué de su conducta?
(f) Patricia Le Page: Bueno, es una persona llamativa. No deseo difamar
a la Sra. van Dam. No sé su edad. Quizás así es como se comporta la
gente más joven.
(g) Abogado defensor Feldman: ¿Cómo se estaba comportando?
(h) Patricia Le Page: Como dije, llamativa.
→(i) Abogado defensor Feldman: ¿Qué comportamiento quiere usted
comunicar cuando usa la palabra “llamativa”?
(j) Patricia Le Page: Hmmm. Hmmm. Hmmm. Hmmm. Hmmm.
Juguetona.
(k) Abogado defensor Feldman: Juguetona. ¿Es ésa la palabra que acaba
de usar?
(l) Patricia Le Page: Sí.
→(m)Abogado defensor Feldman: ¿Y qué quiere comunicar cuando usa la
palabra “juguetona”?
(n) Patricia Le Page: Andaba por todas partes.
→(ñ) Abogado defensor Feldman: Disculpe. ¿Qué significa eso?
(o) Patricia Le Page: Eso significa que ella estaba muy, muy sociable y
hablando con un montón de gente, y sus acciones eran qué se yo,
como juguetonas.
→(p) Abogado defensor Feldman: Muy bien. ¿Usted quiere decir, cuando
usa el término “juguetona”, tiene algún tipo de connotación sexual?
(q) Patricia Le Page: No para mí.
La pregunta de polaridad “¿En algún momento durante la noche le llamó la
atención una mujer que más tarde usted conocería como Brenda van Dam?” le permite
al abogado establecer el tópico: el comportamiento de Brenda. Una vez que
la testigo lo confirma, las preguntas abiertas, “¿Qué pasó? ¿Qué fue lo que le
llamó la atención de Brenda van Dam?” en (c) y “¿Qué de su conducta?” en (e),
apuntan a que la testigo describa el comportamiento de Brenda van Dam
cada vez con un mayor grado de especificidad. Es importante mencionar que
el código estadounidense en lo criminal prohíbe a los litigantes hacer
evaluaciones morales explícitas; sin embargo, sí está permitido inducir a
testigos a producir evaluaciones negativas sobre terceros. Esto, incluso, es
una práctica aconsejada en los manuales de procedimientos jurídicos (Conley
y O’Barr, 1998).
El contraste que la testigo establece en (f) entre su propia evaluación de
Brenda van Dam, “Bueno, es una persona llamativa”, y la conducta típica de la
gente joven, “Quizás así es como se comporta la gente más joven”, no es retomado
por el abogado sino que éste retoma el tópico que le es útil para tratar de
construir la conducta pública de la madre de la víctima negativamente,
“¿Cómo se estaba comportando?”. En (h), la testigo repite la palabra “llamativa” y
en el turno siguiente, el abogado hace una pregunta sobre el significado de
esa expresión utilizada por la testigo. Los dos turnos siguientes, “Juguetona.
¿Es ésa la palabra que acaba de usar?” y “Sí”, constituyen una secuencia
incrustada en la que se pide una confirmación de la elección léxica y su
presencia en este momento se relaciona con la orientación del defensor a la
normativa institucional que demanda que sea el testigo quien proporcione
información “novedosa” (Carranza, 2010). En (m), una vez más, el abogado
realiza una pregunta sobre la elección léxica de la testigo en el turno anterior,
“¿Y qué quiere comunicar cuando usa la palabra “ juguetona”?”. Esta insistencia del
abogado por lograr un cierto tipo de respuesta tiene una función que va más
allá de ofrecer una clarificación. Cuando la testigo caracteriza la conducta de
Brenda como “Andaba por todas partes”, el abogado vuelve a preguntar sobre
el significado de esa expresión, “Disculpe. ¿Qué significa eso?” en (ñ). Dado que
el abogado no logra que la testigo produzca la evaluación perjudicial
esperada, en (p) éste ofrece un posible aspecto del significado del término
“llamativa”, es decir, de connotaciones sexuales, y le pide a la testigo una
confirmación. Sin embargo, la testigo no confirma esa interpretación y el
abogado comienza un nuevo subtópico.
La función de las preguntas sobre significado es la de generar una
descripción perjudicial a partir de la atención puesta en el contenido
semántico. Las preguntas del defensor (“¿Qué comportamiento quiere usted
comunicar cuando usa la palabra “llamativa”?”, “¿Y qué quiere comunicar cuando usa
la palabra “juguetona”?”, y “Disculpe. ¿Qué significa eso?”) presuponen que hay
algo particular en el significado de esas expresiones que describen la
conducta de Brenda van Dam. Esas particularidades, que constituyen
descripciones perjudiciales, se explicitan en las respuestas. La habilidad del
abogado radica en lograr que sea la testigo quien verbalice esas evaluaciones.
Las preguntas sobre significado constituyen, entonces, un pedido de juicio
valorativo que el abogado induce a la testigo a explicitar. A su vez, las
preguntas sobre significado y su ubicación dentro de la secuencia generan
una serie de sobrentendidos, como por ejemplo, el hecho de que la conducta
pública de Brenda es moralmente repudiable. Como vemos, lejos de ser
inocentes, estas preguntas forman parte de una estrategia de evaluación que
permite generar juicios valorativos implícitos que se adecuan a las
restricciones impuestas por la institución.
Lejos de tener una mera función de disparador de clarificación como
sostiene Cotterill (2003: 133), estas preguntas sobre contenido semántico
sirven para instar a los testigos a producir evaluaciones negativas de terceros.
Esta estrategia también es usada en detrimento de los testigos que están
prestando testimonio como se ilustra con el siguiente fragmento. En este
caso, el abogado defensor Feldman ataca al testigo por la acusación, Damon
van Dam, el padre de la víctima, por haber ido a la cama con Bárbara, una
amiga de su esposa. Como veremos, el testigo usa la expresión “nos hicimos
unos arrumacos” para representar sus acciones con Bárbara. En el turno
siguiente el abogado le pregunta al testigo sobre el significado de esa
expresión, a lo que el testigo no puede evitar responder.
Ejemplo 2 (durante el contraexamen)
(a) Abogado defensor Feldman: ¿Y cuánto tiempo pasó entre el
momento que su esposa salió de la habitación mientras usted estaba
en la cama con Bárbara y el momento siguiente en que usted
recuerda ver a su mujer esa noche?
(b) Damon van Dam: De tres a cinco minutos.
(c) Abogado defensor Feldman: ¿Y qué estaban haciendo usted y
Bárbara en ese período de tiempo de tres a cinco minutos?
(d) Damon van Dam: Nos besamos, nos hicimos arrumacos.
→ (e) Abogado defensor Feldman: Bueno, usted dice “besándose y
haciéndose arrumacos”. ¿Le podría decir al jurado qué quiere decir
con “haciéndose arrumacos”?
(f) Damon van Dam: Me di vuelta y puse mi brazo alrededor de ella, le
acaricié la espalda un poco.
(g) Abogado defensor Feldman: ¿Y dónde estaba su esposa?
(h) Damon van Dam: Abajo.
(i) Abogado defensor Feldman: ¿Y Bárbara era la mujer con quien usted
había tenido relaciones íntimas con anterioridad?
(j) Damon van Dam: Sí.
El fragmento de arriba ilustra cómo el abogado logra generar una
descripción perjudicial sin tener que recurrir a evaluaciones explícitas. En (c),
Feldman hace una pregunta que busca una respuesta dañina para la
autoimagen del testigo, “¿Y qué estaban haciendo usted y Bárbara en ese período de
tiempo de tres a cinco minutos?”. Una vez que el testigo describe su
comportamiento, “Nos besamos, nos hicimos arrumacos”, el abogado le pregunta
al testigo qué quiere decir con las palabras que usa para reforzar el efecto
negativo, “Bueno, usted dice “besándose y haciéndose arrumacos”. ¿Le podría decir al
jurado qué quiere decir con “haciéndose arrumacos”?”. El testigo no tiene otra
opción más que responder: “Me di vuelta y puse mi brazo alrededor de ella, le
acaricié la espalda un poco”. Lo que el defensor logra a través de este tipo de
pregunta de significado es la explicitación de un tipo de conducta que resulta
moralmente reprochable. Al quedar implícita la evaluación perjudicial, el
defensor se asegura la observancia de las normas institucionales.
Los ejemplos que se han analizado hasta aquí ilustran casos en los que el
abogado hace preguntas sobre expresiones usadas durante la interacción en
curso. En la próxima sección, veremos cómo los abogados recurren a textos
producidos durante hechos comunicativos previos para preguntar sobre
determinadas expresiones léxicas.
5. Preguntas sobre términos usados por los testigos durante un hecho
de habla previo
En el fragmento que sigue veremos cómo el abogado defensor usa la
estrategia de desacreditación durante el contraexamen de la madre de la niña
desaparecida. En este caso, el defensor pregunta sobre el significado de
expresiones que provienen de un hecho de habla anterior. Esas expresiones
constituyen porciones de habla recontextualizadas en la interacción en curso
que son usadas para solicitar descripciones negativas.
Ejemplo 3 (durante el contraexamen)
(a) Abogado defensor Feldman: Usted señaló cuando le dijo al detective
Labore, “ah, todos nosotros estábamos juntos como bailando en
trencito, entonces todos estábamos como abrazándonos unos a
otros. Y entonces nosotras tres estábamos juntas. Pero había más
gente que se sumaba”. ¿Qué quiso decir, señora?
(b) Brenda van Dam: Estábamos todos bailando en trencito, como
cuando uno baila en trencito tomado de los hombros o de la cintura.
El tópico sobre el cual el abogado vuelve reiteradamente es la forma de
comportarse de Brenda y sus amigas en el bar. Evidentemente, para los
miembros del jurado el significado de “bailar en trencito” no presenta
grandes dificultades para su comprensión. La función de la pregunta es,
entonces, inducir a la testigo a que explicite cierta información que es dañina
para su imagen. Los abogados usan esta estrategia de desacreditación para
inducir a generar evaluaciones implícitas. Son implícitas porque su
generación depende de la aparente atención a lo lingüístico y de la ubicación
de la pregunta en la secuencia.
Como vemos, para poder desacreditar a testigos de la contraparte, los
abogados llevan a los testigos que están prestando testimonio a que sean
ellos quienes evalúan a terceros o sus propias acciones. La defensa intenta
desacreditar a los van Dam y a sus amigos para construirlos como gente de
dudosa moralidad e incapaces de cuidar a sus hijos y, por lo tanto,
responsables indirectos del secuestro de la niña. El objetivo de la acusación,
por su parte, es presentar al acusado, David Westerfield, como una persona
obsesionada con espiar a adultos y niños.
6. Preguntas sobre expresiones que provienen de los abogados
litigantes
Este subtipo de pregunta difiere del anterior, puesto que las expresiones
cotidianas sobre las cuales se interroga no provienen del habla de los testigos
sino que son proporcionadas por los abogados. Sean Brown, testigo por la
acusación, habla en el siguiente fragmento de la conducta del acusado, David
Westerfield, y su amigo:
Ejemplo 4 (interrogatorio de parte)
(a) Fiscal Dusek: ¿Qué hacían?
(b) Sean Brown: Lo mismo. Y, qué se yo, interactuar, hablar entre ellos,
etcétera.
→ (c) Fiscal Dusek: ¿Está usted familiarizado con la expresión “mirón”? 4
(d) Sean Brown: Sí.
→ (e) Fiscal Dusek: ¿Qué quiere decir?
(f) Sean Brown: Quizás solo sentarse y mirar los gestos de la gente o lo
que están haciendo, etcétera.
(g) Fiscal Dusek: ¿El señor Westerfield un mirón?
(h) Abogado defensor Boyce: Objeción, relevancia, falta de
fundamentos.
(i) Juez Mudd: Denegado. Puede contestar.
(j) Sean Brown: Uy, supongo que sí.
Cuando un abogado no logra que el testigo efectivamente haga una
descripción negativa, lo que puede hacer es preguntarle al testigo si conoce el
significado de una expresión determinada, como “¿Está usted familiarizado con
la expresión “mirón”?” en (c). Como vimos más arriba, los términos son
cotidianos, no técnicos y provienen del estilo comunicativo de los testigos.
Esta característica es necesaria puesto que el paso siguiente es preguntarle al
testigo si conoce su significado, “¿Qué quiere decir?”. Una vez obtenida la
confirmación por parte del testigo, el abogado realiza la pregunta sobre el
significado. Incluso cuando la respuesta no es necesariamente perjudicial,
como la que da Sean Brown, “Quizás solo sentarse y mirar los gestos de la gente o lo
que están haciendo, etcétera.”, las connotaciones negativas son evocadas, en este
caso, el hábito incriminatorio del acusado de mirar cómo se comporta la
gente. Ante la objeción de la defensa, el juez la deniega y el testigo realiza la
reacción esperada, “Uy, supongo que sí.”.
Es frecuente observar que el uso de este subtipo de preguntas acerca de
términos propuestos por el abogado y aparentemente sin relación con textos
previos provoca objeciones por parte de los adversarios. En estos casos, el
juez da a lugar esa objeción la mayoría de las veces:
Ejemplo 5 (interrogatorio de parte)
→ (a) Fiscal Dusek: ¿Está familiarizado con la expresión “un hueso duro de
roer”?
(b) Sean Brown: Sí.
(c) Fiscal Dusek: ¿Lo usaría para describir a cualquier persona
involucrada en este caso?
(d) Sean Brown: Diría que sentía que David era como un hueso duro de
roer.
(e) Fiscal Dusek: ¿Por qué?
(f) Sean Brown: Simplemente porque yo (.) normalmente
(g) Abogado defensor Feldman: Objeción, irrelevante. Y moción para
que se borre del expediente.
(h) Juez Mudd: La última parte se borrará.
(i) Fiscal Dusek: No hay más preguntas, su señoría.
Si bien el fiscal logra que el testigo evalúe al imputado, David
Westerfield, como un “hueso duro de roer”, el defensor objeta la pregunta y
pide que quede fuera del acta. La decisión del juez de dar lugar a la objeción
está regida por los códigos procesales estadounidenses que impiden que un
abogado evalúe de forma explícita a una de las partes interesadas.
Como hemos visto, en el juicio que nos ocupa, el fin comunicativo de la
defensa es el de construir a los padres de la víctima como irresponsables e
incluso inmorales. Esto se refleja en el tipo de expresiones sobre las cuales la
defensa solicitó una elaboración: “engancharse (con alguien)”, “estar
(bastante) bebido”, “tomar y bailar y festejar”, “una noche de fiesta con las
chicas”, etc. Evidentemente, el significado léxico no resulta difícil de
procesar ni necesitaría de aclaración en otro tipo de intercambio. Sin
embargo, en este contexto institucional se hace uso de preguntas sobre
contenido léxico de términos cotidianos para evaluar negativamente a los
testigos de la contraparte. Esta desacreditación debe provenir del habla del
testigo.
7. Discusión
En este artículo se ha descrito un tipo de estrategia de desacreditación
frecuentemente usada por los abogados tanto con testigos propios como con
aquellos de la contraparte. En el contexto de un juicio, representar una
entidad discursiva y evaluarla negativa o positivamente de forma tal que se
puedan evitar sanciones constituye una forma en la que se respeta el estándar
de las intervenciones permitidas. Asimismo, existe una diferencia entre los
supuestos sobre el habla de los litigantes y sobre el de los testigos durante las
interacciones cara a cara. El habla de los primeros debe estar desprovista de
indicios explícitos de evaluación. Esto se manifiesta en las objeciones y las
sanciones posteriores que reciben las emisiones que se desvían de la norma.
El habla de los testigos, en su calidad de ciudadanos “comunes”, puede
contener evaluaciones (morales) explícitas.
A fin de comprender la función de las preguntas sobre significado en la
estrategia discursiva que se ha descrito en las secciones precedentes, es
necesario trascender el análisis del nivel ilocucionario ya que el acto de
preguntar no es en sí mismo importante, sino su efecto perlocucionario de
insinuar valoraciones perjudiciales. Resulta poco provechoso, en este caso,
aplicar la teoría de los actos de habla para estudiar preguntas en contextos
interaccionales puesto que esta perspectiva se basa en caracterizaciones
internas, descontextualizadas e inherentes a los actos de habla.
A continuación veremos que las preguntas sobre significado no cumplen
con todas las condiciones de felicidad de las preguntas. El abogado desea
obtener información (condición de sinceridad) y realiza una pregunta que
cuenta como una elicitación de información (condición esencial) (Searle
1969: 66). Sin embargo, la información que se quiere obtener ya se conoce de
antemano y, por lo tanto, no se cumple con la condición preparatoria. De
esto se desprende que emisiones tales como “¿Qué quiere decir para usted la
palabra “provocativa”?” no constituyen preguntas sinceras. Evidentemente, la
explicación de la manera en que se genera cierto contenido implícito que se
dispara a partir de la ubicación de la pregunta en su cotexto escapa a este
tipo de análisis. Hemos observado que con las preguntas sobre significado se
simula una solicitud de información nueva pero, claramente, se busca inducir
al testigo a que produzca una descripción perjudicial para la contraparte en el
litigio. Además, estas preguntas se distinguen entre sí por el origen del
término: mientras que el primer subtipo (“¿Qué quiere decir usted cuando usa la
palabra “engancharse”?) aparece vinculado a un texto previo y usualmente a los
turnos precedentes, el segundo subtipo (“¿Conoce usted el significado de la palabra
“mirón”?”) sorprende por lo común del término objeto de la pregunta y por la
desconexión con lo que la precede.
Por otro lado, si aceptáramos la visión tradicional sobre las oraciones
interrogativas durante la toma de testimonios, las preguntas sobre el
significado de elecciones léxicas estarían ubicadas en el extremo de menor
control ya que son preguntas abiertas que solicitan del receptor una
especificación del contenido proposicional y, por lo tanto, ejercen poco
control sobre la respuesta proporcionada por el testigo (Woodbury, 1984 en
Ehrlich 2001). En esta perspectiva se asume que las oraciones interrogativas
tienen una función invariable: solicitar distintos tipos de información. El
poder se ejerce, desde este punto de vista, a través del grado de control que
es inherente a la forma sintáctica. Aquí comprobamos, en cambio, que la
dimensión semántica de la pregunta es la clave para provocar el
comportamiento deseado. Las preguntas orientadas hacia un ítem léxico son,
en realidad, la oportunidad de traer contenido valorativo a través de las
previsibles respuestas.
Al igual que Conley y O’Barr (1998: 27) hemos comprobado el
despliegue estratégico de comentarios implícitos, pero en este trabajo se
consideraron las implicaciones valorativas desde una óptica interaccional
porque describir las secuencias en que las preguntas están insertas permite
revelar el mecanismo que las genera. De esta forma, se entiende que más allá
de que las emisiones de los testigos sean elaboraciones, la función principal
de estas preguntas es elicitar evaluaciones que emanen del habla de los
participantes legos.
Conclusiones
La estrategia que se ha descrito en este artículo consiste en hacer
preguntas sobre el contenido semántico de ciertas expresiones. En un
subtipo de pregunta, las expresiones sobre las que se interroga provienen del
habla del testigo, ya sea durante la interacción en curso o durante un hecho
comunicativo previo. El hecho de que las preguntas sean sobre una
expresión utilizada por el testigo garantiza que la contraparte no haga
objeciones porque se adecuan a las normas institucionales que versan sobre
el tipo de contribución permitida. En el otro subtipo de pregunta, los
abogados indagan sobre el significado de determinadas expresiones que ellos
mismos proponen. En este caso, se encontraron objeciones de la
contraparte, muchas de las cuales fueron concedidas por el juez. La habilidad
del litigante radica en inducir al testigo a producir descripciones
desfavorables. El juicio valorativo que se genera surge de la relación entre la
respuesta provocada y las preguntas que seguirán. Es decir, el par dialógico
pregunta-respuesta acerca de una palabra solo está preparando las
condiciones para otra secuencia, la que atribuye las cualidades desfavorables
a algún sujeto de la contraparte.
Una de las conclusiones que se derivan del presente trabajo es que la
significación desfavorable no se logra solo con las proposiciones del litigante
sino que es el resultado de las contribuciones de la voz del interrogado y la
voz del interrogador. La evaluación emerge gradualmente a lo largo de la
secuencia. Como los litigantes no pueden realizar descripciones dañinas de
manera individual, apelan a mecanismos que posibilitan, por una parte, que la
valoración explícita provenga del testigo y, por otra, que se generen
inferencias perjudiciales.
NOTAS
1 Proyecto sobre juicios penales que se lleva a cabo con aval y subsidio de la
Secretaría de Ciencia y Técnica de la Universidad Nacional de Córdoba,
Argentina, y que forma parte del programa GED (Grupo de Estudios del
Discurso) que dirige la Dra Isolda E. Carranza.
2 En el presente trabajo no se emplean pseudónimos porque los datos provienen
de un caso de alto impacto mediático en Estados Unidos. Los nombres de todos
los involucrados se hicieron públicos durante 2002 en los medios masivos de
comunicación. La totalidad de las transcripciones del juicio están disponibles en
el sitio web www.unposted.com.
3 Los fragmentos que se transcriben como ejemplos son traducciones de la autora.
Los originales en inglés provenientes de las transcripciones oficiales están
incluidos en el apéndice. En todos los casos se respetó el contenido del original y
se agregaron los nombres de los interactuantes en cada turno.
4 La expresión en el original es el término cotidiano “people watcher” (lit.
‘observador de gente’).
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Apéndice
Ejemplo 1
(a) Defense Attorney Feldman: All right. At some point during the evening
did your attention get drawn to a woman who you later learned was
Brenda van Dam?
(b) Patricia Le Page: Yes.
(c) Defense Attorney Feldman: What happened? What caused your attention
to be drawn to Brenda van Dam?
(d) Patricia Le Page: Her behavior.
(e) Defense Attorney Feldman: What about her behavior?
(f) Patricia Le Page: Well, she’s a flamboyant person. I do not wish to
defame Mrs. van Dam. I don’t know her age. Maybe this is how younger
people act.
(g) Defense Attorney Feldman: How was she acting?
(h) Patricia Le Page: Like I said, flamboyant.
(i) Defense Attorney Feldman: What behavior do you mean to communicate
by use of the word “flamboyant”?
(j) Patricia Le Page: Hmmm. Hmmm. Hmmm. Hmmm. Hmmm. Frisky.
(k) Defense Attorney Feldman: Frisky. Is that the word you just used?
(l) Patricia Le Page: Yes, I did.
(m)
Defense Attorney Feldman: And what do you mean to communicate
when you use the word “frisky”?
(n) Patricia Le Page: She was all over the place.
(ñ) Defense Attorney Feldman: I’m sorry. What does that mean?
(o) Patricia Le Page: That means she was very, very much socializing and
talking with a lot of people, and her actions were, you know, just frisky.
(p) Defense Attorney Feldman: All right. Do you mean, when you use the
term frisky, does it have any kind of a sexual connotation to it?
(q) Patricia Le Page: Not to me.
Ejemplo 2
(a) Defense Attorney Feldman: And how much time elapsed between the
time your wife left the room while you were in bed with Barbara and the
next time you recall seeing your wife that evening?
(b) Damon van Dam: Three to five minutes.
(c) Defense Attorney Feldman: And what were you and Barbara doing in
that three-to-five-minute period of time?
(d) Damon van Dam: Kissed, snuggled a little.
(e) Defense Attorney Feldman: Well, you say “kiss and snuggled a little”.
Could you please tell the jury what do you mean by “snuggle a little”?
(f) Damon van Dam: I rolled over and put my arm around her, rubbed her
back some.
(g) Defense Attorney Feldman: And where was your wife?
(h) Damon van Dam: Downstairs.
(i) Defense Attorney Feldman: And Barbara was a woman with whom you
had had intimate relations previous.
(j) Damon van Dam: Yes.
Ejemplo 3
(a) Defense Attorney Feldman: You indicated when you said to detective
Labore, “oh, we were kind of all in a line dancing together, so we were
kind of all hugging each other. And then the three of us would get
together. But there were more people joining in”. What did you mean to
communicate, ma’am?
(b) Brenda van Dam: We were all in a line dancing, like you do the line
dancing with the shoulder thing or you hold the waist.
Ejemplo 4
(a) Prosecutor Dusek: What did they do?
(b) Sean Brown: Same thing. Just, you know, interact, talk within themselves
and so forth.
(c) Prosecutor Dusek: Are you familiar with the phrase “people watcher”?
(d) Sean Brown: Yes.
(e) Prosecutor Dusek: What does that mean?
(f) Sean Brown: Maybe just sitting back and watching people’s mannerisms
or what they’re doing and so forth.
(g) Prosecutor Dusek: Mr. Westerfield a people watcher?
(h) Defense Attorney Boyce: Objection, relevance, lack of foundation.
(i) Judge Mudd: Overruled. You can answer.
(j) Sean Brown: Wow, I would guess yes.
Ejemplo 5
(a) Prosecutor Dusek: Are you familiar with the term “a hard shell”?
(b) Sean Brown: Yes.
(c) Prosecutor Dusek: Would you use that to describe anyone involved in
this case?
(d) Sean Brown: I would say that I felt David kind of had a hard shell.
(e) Prosecutor Dusek: Why?
(f) Sean Brown: Just because I (.) normally
(g) Defense Attorney Feldman: Objection, irrelevant. Also motion to strike.
(h) Judge Mudd: The last portion will be struck.
(i) Prosecutor Dusek: Nothing further, Your Honor.
DÉBORA AMADIO es profesora de lengua inglesa y se desempeña como
profesora adjunta en la cátedra de Lingüística I y como profesora asistente
en Lingüística II en la Facultad de Lenguas (Universidad Nacional de
Córdoba, Argentina). Actualmente se encuentra en la etapa final de
redacción de su tesis de maestría en inglés con orientación en lingüística
aplicada. También es miembro del equipo que lleva a cabo el proyecto de
investigación titulado “La interacción verbal entre representantes del estado
y ciudadanos: Fenómenos discursivos epistémicos en la oralidad y la
escritura” que cuenta con el aval de la Secretaría de Ciencia y Técnica de la
Universidad Nacional de Córdoba.
Correo electrónico: [email protected]
Análisis de tres modos de representación ideológica construidos en
discursos especializados sobre
juventud chilena producidos entre 1970 y 19901
CAMILA CÁRDENAS NEIRA
Universidad Austral de Chile
RESUMEN. En este artículo busco establecer tres modos de representación ideológica
que construyen discursos especializados sobre juventud chilena producidos entre los
años 70’ y 90’ que recuperan la participación de estos actores sociales en la historia
reciente del país. Para ello selecciono dos obras que constituyen un referente para los
estudios de juventud en la actualidad (Abarca y Forch, 1972; Agurto, Canales y De la
Maza, 1985), que analizo desde una perspectiva teórico-metodológica que combina
los Estudios Críticos del Discurso (ECD) y la Lingüística Sistémico Funcional (LSF).
Planteo que estos textos, en función al género al que pertenecen, cumplen el
propósito social de reivindicar la presencia de las y los jóvenes en el período aludido,
de manera que promueven una representación que destaca su posicionamiento en el
contexto histórico, político y cultural de las últimas décadas. Concluyo que si bien
estos discursos construyen significados tendientes a recuperar la acción juvenil, no
cumplen una función más visibilizadora per se; dicho efecto es relativo y varía de
acuerdo a aspectos de carácter lingüístico, cognitivo y social específicos.
PALABRAS CLAVE: jóvenes, representación ideológica, discursos especializados, visibilización, pasado
reciente chileno.
RESUMO. O artigo procura estabelecer três modos da representação ideológica
construídos nos discursos especializados sobre a juventude chilena, produzidos entre
às décadas de 1970 e 1990 que estudam a participação desses atores na história
recente do país. São analisadas duas obras referenciais para os estudos sobre
juventude na atualidade (Abarca e Forch, 1972; Agurto, Canales e De la Maza, 1985),
numa abordagem teórica e metodológica que combina os Estudos Críticos do
Discurso (ECD) e a Linguística sistêmico-funcional (LSF). Defende-se que esses
textos, dependendo da sua filiação genérica, respondem à finalidade social de
reivindicar a presença dos jovens no período mencionado, promovendo assim uma
representação que destaca a sua posição no contexto histórico, político e cultural nas
últimas décadas. Conclui-se que, embora estes discursos constroem significados que
procuram recuperar a ação da juventude, mas este efeito é relativo e varia de acordo
com aspectos da linguística e as necessidades cognitivas e sociais.
PALAVRAS-CHAVE: jovens, representação ideológica, discursos especializados, visibilidade, o passado
recente do Chile.
ABSTRACT. This article seeks to unveil three ideological representations built through
specialized discourses about Chilean youth between the 70’s and 90’s and which
recover the participation of these social actors in the recent country history. In order
to do this, I have selected two texts which nowadays constitute a reference for the
studies of youth (Abarca and Forch, 1972; Agurto, Canales and de la Maza, 1985).
The analysis is based on a theoretical-methodological approach that combines
Critical Discourse Studies (CDS) and Systemic Functional Linguistics (SFL). These
texts, depending on the genre they belong to, accomplish the social purpose of
vindicating the presence of the young people in the period mentioned; they promote
a representation that highlights their position in the historical, political and cultural
context of the last decades. I conclude that while these discourses actually form
meanings tending to recover youth action, they do not promote visibility per se: such
effect is relative and varies according to specific linguistic, cognitive and social
aspects.
KEY WORDS: youth, ideological representation, specialized discourses, visibility, Chilean recent past.
Introducción
Propongo como hipótesis de esta investigación que los discursos
analizados en este trabajo, Viaje por la Juventud (Abarca y Forch, 1972) y
Juventud chilena. Razones y subversiones (Agurto, Canales y de la Maza, 1985)
expresan, negocian y naturalizan representaciones tendientes a ocultar,
marginar y negar a los jóvenes, mediante un uso frecuente y sistemático de
significados que ejercen poder, manipulación y solidaridad ideológica para
comprometer su visibilidad en el pasado reciente chileno (1970-1990). Dicha
visibilidad variará de acuerdo al campo de acción discursiva de las voces
autorizadas, por lo que habría un amplio alcance en la construcción de
conocimientos históricos especializados. Para confrontar este planteamiento,
dirijo el análisis en virtud de los siguientes objetivos: a) identificar las
dinámicas de uso de los recursos lingüísticos a nivel léxico-gramatical
empleadas para lograr tales representaciones, y; b) describir las estrategias
lingüísticas a nivel discursivo-semántico que las codifican.
La intención de explorar discursos de especialización en juventud (DEJ)
se explica por la formulación de un problema mayor: los jóvenes tienden a
tener poca visibilidad en los discursos disciplinares que recuperan el pasado
reciente chileno (Cárdenas, 2011). En efecto, estos actores han sido ubicados
sistemáticamente al margen de la historia oficial, pese a que existe numerosa
documentación que acredita su participación crítica durante este periodo,
como es el caso de las obras aludidas. Así, se han erigido discursos
hegemónicos capaces de construir cierto conocimiento histórico afín a los
intereses de los grupos dominantes, que ha permitido legitimar la
invisibilización de la acción juvenil durante las últimas décadas, de acuerdo a
representaciones que modelan y determinan “aquello sobre lo que se
pensará” (van Dijk, 2009: 13).
Mi interés por los modos de representación ideológica de los jóvenes
está dado por la manera en que ellos/as recuperan una(s) imagen(es) de sí
mismos y se proyectan social, cultural y políticamente en la actualidad a
partir de dichas configuraciones. Esta pretensión cobra vigencia al considerar
el conflicto en curso que mantiene confrontados a los sujetos juveniles con
el gobierno chileno respecto a una serie de demandas educacionales,
situación que ha alcanzado una alta repercusión tanto a nivel nacional como
internacional. De allí que resulte útil cuestionar el rol que les ha sido
asignado en la historia reciente, toda vez que esto ha colaborado en la
conformación de su identidad y ha definido su posicionamiento en la
sociedad presente.
1. Marco teórico
Esta investigación se formula sobre la base de algunas ideas
preliminares que suponen que el lenguaje, y las prácticas discursivas en que
éste se actualiza, construyen la experiencia social a partir de determinadas
elecciones que los escritores realizan en virtud de propósitos y fines
particulares. En este sentido, los discursos se producen como prácticas
sociales que adquieren valor en la esfera pública. Éstos tienen la capacidad
de instalar ciertos modos de comprender la experiencia, como aquellos que
provienen del ámbito político, de los medios de comunicación y, en este
marco específico, de la historia. De acuerdo a van Dijk (2009), las formas
de discurso público controladas por las elites simbólicas construyen,
perpetúan y legitiman muchas formas de desigualdad social, tales como las
basadas en el género, la clase y la raza. En este punto agrego, también, la
idea de generación, por constituir un ejercicio de poder que confronta a los
actores juveniles con un adultocentrismo dominante.
Esta discusión permite evidenciar: a) el carácter construido de la realidad
social y el papel que le cabe al lenguaje como mecanismo simbolizante; b) la
manera en que dicho carácter toma especial preponderancia en las formas
de hacer historia, es decir, en los modos de producción discursiva afines a ciertos
intereses hegemónicos y contrahegemónicos que controlan la elaboración de un
particular conocimiento histórico; c) las coyunturas históricas, sociales y
culturales que tanto en América Latina como en Chile han motivado la
visibilización de los jóvenes como actores críticos en el pasado reciente, en
conexión con las condiciones de poder, manipulación y control que han
influido en su (in)visibilización discursiva, y; d) los posibles efectos ideológicos
que tales modos de representación pueden operar en el procesamiento de los
discursos aludidos.
De esta forma, puedo sostener que la visibilización de los jóvenes se
vincula estrechamente con las posibilidades con que cuentan los lectores en
general, y los lectores jóvenes en particular, para recuperar a dichos actores
en los discursos seleccionados para este estudio. La visibilidad se enlaza
según Ricoeur (2010) a la legibilidad que opera en el terreno lingüístico. El
acceso, por tanto, que un particular orden del discurso (Foucault 1992)
provee, tanto de manera interna (en la configuración textual propiamente
tal), como externa (de circulación y recepción en contextos socioculturales
específicos) juega un papel fundamental. Al tratarse de discursos que se
proponen reivindicar la participación histórica de los sujetos juveniles,
autores como Trouillot (1995), Burke (1996, 2003) y Ricoeur (2010), dan
cuenta específicamente del carácter ‘construido’ de la historia como relato
manipulado, y otros como Jelin (2001), Le Goff (2004), Mudrovcic (2005),
Lechner (2006) y Calveiro (2008) indican el papel de la memoria y el olvido
en la confrontación que opone a narrativas hegemónicas y
contrahegemónicas. El resultado de esta discusión es, precisamente, la
recuperación que dichas narrativas efectúan en torno a actores sociales
anónimos.
Enlazada al afecto de visibilización histórica se encuentra la función
que cumplen los discursos especializados mediante la elaboración específica de
conocimiento disciplinar sobre juventud. Esto es así pues saberes
especializados sobre los jóvenes chilenos propenden necesariamente al
establecimiento de condiciones socio-históricas particulares que posibilitan
su emergencia, pues, como se verá posteriormente, la juventud en tanto
categoría conecta directamente con el contexto político, económico y
cultural de base. En este marco, se apunta a una vinculación clave para
indagar en torno a la noción de “especialización” que, de acuerdo a van
Dijk (2003b), involucra poner en relación al conocimiento, el discurso y el
contexto. Para este autor, el conocimiento especializado (académico,
escolar, científico, técnico, entre otros), requiere de una educación
específica o formación previa que se lleva a cabo al interior de grupos
determinados. Esto implica que sea adquirido, compartido y usado por los
miembros de una comunidad mediante prácticas sociales especializadas
(interacciones comunicativas o discursos particulares), al alero de un
complejo entramado de organizaciones (instituciones o asociaciones) que
persiguen la producción de conocimiento nuevo. En principio, este
conocimiento puede ser más bien restringido, sin embargo, a lo menos una
parte de él se asume para ser compartido por otros en la sociedad, como
periodistas o profesores encargados de distribuir y difundir los saberes
expertos.
De acuerdo a van Dijk “el conocimiento especializado, en última
instancia, está basado sobre y deriva del conocimiento de todos los días,
por la obvia razón que éste sólo puede ser adquirido en la base de lo que la
gente ya conoce” (2003b: 27). Dicha distinción implica la activación de
modelos mentales que los individuos emplean y asocian a su fondo de
conocimiento común para formular representaciones diversas. De allí que
los saberes especializados tengan una capacidad privilegiada para influir en
la experiencia a distintos niveles de penetración. Su efectividad reside en un
conjunto de operaciones cognitivamente orientadas, tales como: a)
organización general del objeto y el campo de estudio; b) análisis
estructural de los aspectos o dimensiones del objeto; c) análisis funcional
de unidades y estructuras, y; d) análisis contextual, causas, consecuencias,
explicaciones de funciones, entre otras (van Dijk, 2003b: 29). Cuando estas
operaciones devienen en la producción de discursos concretos, van Dijk
aclara que la organización epistémica de la mente no es igual a la
organización discursiva: ésta es básicamente lineal y secuencial, mientras
que las estructuras del conocimiento son probablemente jerárquicas y en
red. Esto significa que las estructuras epistémicas necesitan ser linearizadas
y, además, transformadas cuando son usadas en prácticas comunicativas
determinadas. Del mismo modo, el discurso especializado necesita una
explicación de sus posibles modos de contextualización: quiénes lo usan,
dónde, cuándo, con quién y con qué propósitos, pues bajo estas
dimensiones los textos adquieren funciones específicas.
En este sentido, la participación juvenil dentro de la historia
contemporánea ha sido ampliamente revisada por expertos en la materia
tanto en Latinoamérica (Faletto, 1986, Margulis y Urresti, 1996, Balardini,
2000, Reguillo, 2000, Feixa, Costa y Saura, 2002, Feixa, 2006, IBASE,
POLIS y CIDPA, 2010) como en Chile (Mattelart y Mattelart, 1970,
Goicovic, 2000, González, 2002, 2004, Aguilera, 2006, 2009, Dávila, 2004,
Muñoz, 2004, Dávila, Ghiardo y Medrano, 2008, Ghiardo, 2009). En
términos generales, estos autores ofrecen saberes expertos sobre lo que
significa ser joven desde una perspectiva socio-cultural, lo que implica
desplazar a un segundo plano criterios de carácter psico-biológico. La
juventud en tanto objeto de estudio se define, en ese sentido, en función
del contexto socio-económico e histórico-cultural que posibilita que los sujetos se
reconozcan identitaria y generacionalmente como parte de un grupo común. A
partir de dicho reconocimiento, ellos/as actúan y consensuan sus prácticas
en la esfera pública.
En el caso chileno, la producción de conocimiento especializado sobre
juventud informa sobre su emergencia como sujeto histórico desde inicios
del siglo pasado, con un fuerte protagonismo justamente en el periodo
considerado para el análisis (1970-1990), tanto por su vinculación al
Gobierno de Salvador Allende, como por la lucha desarrollada en contra de
la dictadura militar de Augusto Pinochet. La transición a la democracia
iniciada en los ’90 sitúa a los jóvenes en una encrucijada social que
cuestiona su posicionamiento, siendo relegados sistemáticamente a un
segundo plano, al punto de acusar una aguda apatía política (Valenzuela,
1984, Oyarzún, 1993, Bustos, 1997, Grimaldi, 2006, Fuentes, 2006, Millán,
2010), visión que primó hasta mediada la década de los 2000.
Lo anterior puede explicarse mediante el estudio de las formas en que
ha intentado encasillarse la acción juvenil en el pasado reciente. Así, se
plantea que los modos particulares con que se representa a los actores
sociales (van Leeuwen, 1996, 2008) devienen en la construcción de
modelos mentales preferidos (van Dijk, 1999, 2000, 2003a, 2008, 2009a,
2009b) que organizan dichas representaciones para regular las prácticas de
los individuos. En este punto, la ideología, en tanto sistemas de creencias
compartidas que definen la identidad de un grupo, hace alusión a una
amplia gama de posibilidades interpretativas con que los lectores se
enfrentan al realizar procesamientos estratégicos de discursos
determinados. Se trata de trayectorias que enlazan con otros conjuntos de
representaciones previas, como conocimiento de fondo acumulado
(experiencial o episódico) y configuración del contexto específico de
producción y recepción discursiva. Teun van Dijk (1999) declara que
mientras más desprovisto esté el lector de representaciones anteriores, más
susceptible se encuentra para construir visiones estereotipadas y
manipuladas. Las direcciones hacia las cuales puede propender el
procesamiento discursivo se juegan en gran medida, aunque no
exclusivamente, en el terreno lingüístico. En este sentido, las aportaciones
teórico-metodológicas ofrecidas por los Estudios Críticos del Discurso
(ECD) y el énfasis eminentemente social que provee la Lingüística
Sistémico Funcional (LSF) en torno a los usos situados del lenguaje,
resultan aproximaciones altamente relevantes y pertinentes para llevar a
cabo el análisis.
2. Marco metodológico
A partir de estos planteamientos centrales he seleccionado un marco
metodológico que entiende el lenguaje desde una perspectiva sistémicofuncional, en tanto redes que articulan potenciales de significados de entre
los cuales los productores construyen algunos para la consecución de
propósitos comunicativos particulares (Halliday, 1994, Eggins, 2002,
Halliday y Matthiessen, 2004, Ghio y Fernández, 2008). Su orientación
lingüístico-crítica resulta altamente congruente con los intereses sociales ya
delimitados, tanto en el ámbito de la elaboración como de la recepción
discursiva. En este sentido, he seleccionado para el análisis categorías
provenientes de las metafunciones ideacional e interpersonal propuestas
por Halliday, en combinación con las variables de campo y tenor
proporcionadas por la Teoría de Género y Registro (Eggins y Martin, 1997,
Martin y Rose, 2008). Si bien la metafunción textual y la variable de modo
no son específicamente estudiadas, dado que las tres metafunciones y las
variables registrales se activan y articulan de manera simultánea en el
lenguaje, resulta inevitable recurrir a ciertas aportaciones que
complementen la totalidad del análisis.
Por una parte, una aproximación a la teoría de género y registro
proporciona antecedentes relevantes de los procesos de producción y
recepción que influyen en la interpretación de los textos. Por otra parte,
indagar en los sistemas de transitividad y modo permite examinar, en
primer lugar, si los jóvenes son explícitamente reconocidos como actores,
o son codificados como elementos pacientes al interior de la cláusula,
mediante qué acciones se configuran sus representaciones y en qué eventos
y/o circunstancias se ven involucrados, y, en segundo lugar, cómo se
valora su acción y se proyectan, a partir de dichos significados, modos
específicos de representación ideológica susceptibles de modelar cierto
conocimiento social asociado a ellos. Dicho esto, las categorías
seleccionadas se sintetizan así:
Tabla 1. Categorías de análisis en el plano semántico: relaciones entre las variables
del registro y las metafunciones seleccionadas.
Registro
Tenor
Metafunción
Tipos de roles en la relación Interpersonal
Campo La acción social que ocurre
Ideacional
Sistema
Interpretar Modo
Representar Transitividad
Tabla 2. Categorías de análisis en el plano gramatical: detalle por sistemas
lingüísticos.
¿Qué y quiénes son representados?
¿Cómo se representan?
Sistema de Transitividad:
Actores sociales, Procesos, Circunstancias.
Sistema de Modo:
Modulación:
significados de obligación y
disposición
Modalización: significados de probabilidad y
habitualidad
Tabla 3. Matriz de análisis final: organización de las categorías empleadas.
Modos de representación ideológica
Ocultamiento
Marginación
Negación
Descripción del género
Descripción de las variables del registro
Campo. Marco socio- Tenor. Estructura de rolesModo. Organización simbólica
histórico de definición en DEJ analizados
del
lenguaje
en
DEJ
juvenil
según
DEJ
analizados
analizados
Configuración lingüística a distintos niveles de realización
Patrones léxico-gramaticales
Sistema
transitividad
Estrategias discursivo-semánticas
de Sistema de modo
Así, las construcciones lingüísticas se articulan mediante sistemas
particulares, los que se correlacionan y activan simultáneamente de acuerdo a
las elecciones del productor discursivo. Por tanto, la matriz empleada intenta
demostrar de qué manera la configuración lingüística interviene en la
construcción de significados tendientes a ocultar, marginar y negar la acción
juvenil. El análisis se orientó en sentido recursivo, es decir, subiendo y bajando
sucesivas veces a través de los distintos estratos, hasta identificar las
regularidades que diferenciaran estos tres modos de representación
ideológica:
a) El ocultamiento implica la omisión explícita de la participación juvenil en
procesos históricos generales o específicos tratados, y la omisión de
responsables generales que perpetran abusos en torno a ellos para
eliminarlos de la escena social.
b) La marginación sitúa a los jóvenes en una posición secundaria en el pasado
reciente, generalmente subsidiaria de procesos históricos gestados por
actores impersonales (acontecimientos o procesos nominalizados) o
sujetos adultos, bajo el alero de condicionantes políticas específicas.
c) La negación, por un lado, opone a los propios actores juveniles entre
aquellos ‘comprometidos’ y ‘descomprometidos’ políticamente, y, por
otro lado, rechaza o negativiza la acción juvenil mediante estereotipos
diversos emanados de la sociedad, en general, y del mundo adulto, en
particular.
3. Descripción y justificación del corpus
La selección del corpus implicó una revisión inicial del estado del arte
sobre las obras especializadas en juventud chilena publicadas entre 19701990. Se eligieron, entonces, dos textos que resultaron representativos de
los principales períodos de investigación desarrollados en la década de los
70’ y los 80’: Viaje por la juventud (Abarca y Forch, 1972) y Juventud chilena.
Razones y subversiones (Agurto, Canales y De la Maza, 1985),
respectivamente. En ambos casos, el principal criterio de selección fue que
eran los textos más referidos por estudios actuales sobre juventud chilena
en su calidad de obras fundantes y, además, porque cada uno ofrecía un
panorama clarificador de las circunstancias socio-históricas específicas (pre
y post golpe militar de 1973) que definieron la emergencia de los actores
juveniles en el pasado reciente.
Viaje por la Juventud (DEA de ahora en adelante) desarrolla un trabajo
de carácter etnográfico que rastrea distintos escenarios sociales en que los
jóvenes participaron activamente (la pega, el carrete, la calle). Los autores de
DEA, ambos en calidad de estudiantes de cuarto año de Periodismo de la
Universidad de Chile, llevaron a cabo un recorrido por distintas regiones
del país entrevistando (y fotografiando) a hombres y mujeres jóvenes, de
distinta condición socio-económica y con ocupaciones y actividades
diferentes (estudiantes secundarios y universitarios, mineros, empleadas de
la fábrica, comuneros mapuche, jóvenes adinerados, etc.), con el fin de
relevar sus opiniones en torno a su propia definición identitaria y su
particular proyecto de sociedad. Uno de los rasgos más interesantes de
DEA es que pretende evidenciar cierta contraposición entre los jóvenes
que los autores denominaron como ‘comprometidos socio-políticamente’
(jóvenes populares) y los que no lo son (jóvenes de las capas altas).
Juventud chilena. Razones y subversiones (DEB de ahora en adelante)
constituye un discurso académico producido principalmente por
sociólogos. Si bien está dirigido a público en general, se trata de una
publicación que busca repercutir, especialmente, en las investigaciones que
se desarrollaron en torno a la juventud durante la década de los 80’. En este
periodo se evidencia gran preocupación desde las ciencias sociales por
estudiar la incidencia de diversos actores en los últimos años de la
dictadura militar iniciada en 1973. Entre ellos, los jóvenes ocupan un lugar
preponderante, en particular, el rol de los estudiantes y los jóvenes
populares. DEB consiste en una recopilación de 25 artículos que reúne a
casi treinta investigadores que tuvieron algún tipo de participación en
organizaciones juveniles, o bien, colaboraron en instituciones u otras
instancias encargadas de promover la acción juvenil. De acuerdo a las áreas
de especialización de los autores, los artículos estaban organizados en
cuatro ejes temáticos: Los ’80, Los jóvenes pobladores, Los estudiantes y
La creación cultural. Cada uno de ellos presentaba, a su vez, otros textos
(canciones, poemas, cuentos, guiones de obras dramáticas, discursos y
entrevistas a jóvenes extraídas de diarios y revistas), imágenes
(particularmente ilustraciones de artistas jóvenes) y fotografías de
actividades que concitaban y visibilizaban la acción juvenil.
La caracterización precedente permitió establecer la selección de las
obras y condujo la elección de los capítulos que mejor evidenciaban los
ámbitos de participación juvenil con énfasis en una comprensión sociopolítica. Los capítulos elegidos en cada uno de los textos se revisaron
íntegramente, obteniendo un total de 463 cláusulas analizadas que
posteriormente ingresaron a la matriz final para orientar la explicación y
evaluación de los resultados.
4. El análisis léxico-gramatical
A partir de una primera aproximación al corpus planteé que habría una
amplia visibilización de los actores juveniles en la construcción de
conocimientos históricos especializados. Tras el procesamiento del análisis,
se advierte que dicha función visibilizadora es relativa pues, si bien persiste
este alcance, se trata de un efecto variable y dependiente de factores de
orden lingüístico, socio-cognitivo y contextual específicos. En este sentido,
la pertenencia al género discurso especializado en juventud que conecta a
DEA y DEB a un propósito social común, no repercute, necesariamente,
en que muestren configuraciones discursivas similares. Por el contrario,
uno de los rasgos diferenciadores es que DEA utiliza un lenguaje
marcadamente más congruente, dado que los autores recuperan las voces
juveniles mediante el estilo directo, a través de la transcripción total o
parcial de las entrevistas realizadas. DEB, en cambio, presenta un registro
notoriamente más académico, evidenciándose un uso del lenguaje más
ligado a la reflexión que a la acción. Esta distinción es vital puesto que, si
bien ambos discursos propenden a la visibilización juvenil, es en el terreno
lingüístico donde divergen los efectos ideológicos mediante la construcción
de significados diferentes, como se muestra en las Tablas 3, 4, 5 y 6 a
continuación:
a. Discursos Especializados en juventud (DEJ)
Tabla 4. Transitividad: número y porcentaje de tipos de procesos en ambos textos.
Materiales
181
Mentales
39, 1%
94
20, 3%
Verbales
18
Relacionales
3, 9%
135
Existenciales
29%
35
7, 6%
Tabla 5. Modo: número y porcentaje de tipos de modalidad y significados
interpersonales en ambos textos.
Modulación o Modalidad
Deóntica 24, 7%
Modalización o Modalidad
Epistémica 28, 7%
Obligación Disposición
Probabilidad
Frecuencia
38
13
16
9%
28
15, 7%
21, 3%
Polaridad
46, 6%
-
7, 3% 82 98, 8% 1
+
1, 2%
b. Resultados por discursos analizados de manera separada
Tabla 6. Transitividad: número y porcentaje de tipos de procesos en DEA.
Materiales
108
Mentales
41%
50
Verbales
19%
16
6%
Relacionales
Existenciales
72
17
27, 4%
6, 5%
Tabla 7. Modo: número y porcentaje de tipos de modalidad y significados
interpersonales en DEA.
Modulación o Modalidad
Deóntica 31%
Obligación
10
11, 9%
Modalización o Modalidad
Epistémica 25%
Disposición Probabilidad
16
19%
21
Polaridad
44%
Frecuencia
-
+
--
36 42, 9%
1 1, 2%
25%
Tabla 8. Transitividad: número y porcentaje de tipos de procesos en DEB
Materiales
73
36, 5%
Mentales
44
22%
Verbales
Relacionales
Existenciales
2
63
18
1%
31, 5%
9%
Tabla 9. Modo: número y porcentaje de tipos de modalidad y significados
interpersonales en DEB
Modulación o Modalidad Modalización o Modalidad
Deóntica 19, 1%
Epistémica 32%
Obligación Disposición Probabilidad
6
6, 4% 12 12, 8%
17
Frecuencia
Polaridad
49%
-
18, 1% 13 13, 8% 46 49%
+
--
A nivel léxico-gramatical ambos discursos se fundamentan sobre una
construcción de la experiencia histórica eminentemente material, es decir,
enfatizando la consecución de acontecimientos específicos. Otro rasgo
común de los DEJ se visualiza en el sistema de modo, donde el uso de la
polaridad negativa adquiere una importancia notable, puesto que en ambos
casos conduce el objetivo de resistir la exclusión que la misma sociedad,
mediante sus agentes de poder fáctico o simbólico, opera en torno a los
jóvenes durante el periodo consignado.
Como aspectos diferenciadores, dentro del sistema de transitividad
sobresale la selección de procesos relacionales como una opción lingüística
recurrente, aunque en DEA y DEB cumplen funciones distintas: dada la
naturaleza más congruente del lenguaje empleado en DEA, los procesos
relacionales sirven para enfatizar la aparición de los actores juveniles en la
escena social como sujetos históricos de derecho propio, en DEB, en
cambio, los mismos procesos tienden a naturalizar la participación juvenil
mediante esquemas estereotipados del mundo adulto, presentándose dicha
representación como conocimiento legitimado y consensuado. En el mismo
sentido, la carga actitudinal en DEA es de carácter marcadamente deóntico,
es decir, se privilegian significados de obligación y disposición para
demandar la visibilización de los actores juveniles; por el contrario, en DEB
la valoración tiene un carácter más bien epistémico, lo que refuerza la
pretensión academicista de mostrar saberes estables y de acuerdo común.
A nivel discursivo-semántico los DE presentan, en primer lugar,
relaciones conjuntivas que crean dos campos de acción social: uno
predominantemente histórico capaz de conectar temporalmente los
acontecimientos, y otro de carácter más bien argumentativo, que vincula
desde una lógica externa hechos que funcionan para justificar el
advenimiento de otros hechos. De manera específica, DEA se vale de un
lenguaje más coloquial y el empleo de conectores es escaso, por lo que el
flujo informativo progresa de manera más fluida. DEB, por su parte, recurre
a la conexión fundamentalmente mediante nominalizaciones en posición
temática, resultando un alto número de cláusulas enganchadas, procesos
elididos y referencias implícitas, con lo que se refuerza el nivel de abstracción
con que son construidos sus mensajes.
En segundo lugar, los DE elaboran referentes en torno a lo juvenil de
manera relativamente estable y en estrecha relación con una construcción
identitaria-generacional. Destacan entre ellos los siguientes nombres y grupos
nominales: Nosotros, la juventud chilena, el mundo juvenil, los demás gallos jóvenes, los
adolescentes, juventud de la pequeña burguesía, joven organizado, jóvenes del lumpenproletariado, juventud obrera, grupos juveniles poblacionales, los estudiantes, cabros
secundarios, país joven, generación de jóvenes chilenos, movimientos juveniles, grupo juvenil
autónomo, las mayorías juveniles, jóvenes entre los 15 y los 24 años de edad, entre
otros.
En tercer lugar, se da cuenta de una serie de relaciones léxicas con el fin
de reforzar los referentes aludidos a partir de: a) denominaciones asociadas al
lenguaje juvenil de la época, que también funcionan como marca identitaria
de los autores: chuchoca, chincoles, jotes, cabros, matearse, meterse en forros, meterse al
baile, sacar punta, farrean, cachamos, a la diabla; b) denominaciones relacionadas a
una configuración psicológica en torno a su experiencia vital: sinceros,
vehementes, chispeantes, talleros, patudos, autocomplacientes, seducidos, aburrimiento,
existencia ociosa, gris, sin horizontes, masa penetrada, etc.; c) denominaciones
vinculadas a la juventud como vínculo generacional: inquietudes comunes y
comportamientos similares, estilos propios, rebelión en general, silencios aprendidos,
encuentros cómplices, grupos de iguales, horizontalidad, reacción expresiva, solidaridad,
compromiso, esfuerzo, continuidad; y d) denominaciones ligadas a la juventud
como actor social emergente: defensa, activos, organizados, conscientes, productividad
política, simbólica y social, entre otros.
No obstante, también es posible reconocer cadenas léxicas que ayudan a
fijar significados más conectados a la invisibilización, dada la necesidad que
tienen estos discursos de resistir esta tendencia, proveniente tanto de la
sociedad en general, como del mundo adulto en particular. Entre ellas
destacan: a) denominaciones asociadas a la juventud como movimiento
social limitado y transitorio: generaciones invisibles, exclusión, experiencia y
aprendizaje forzado, trayectorias ocultas, límites estructurales y simbólicos, menos orgánica,
disgregación, debilidad, fragmentación, dispersión, inercia, aislamiento, huida, dificultades,
rupturas frecuentes; b) denominaciones asociadas a la juventud como amenaza
al orden social: explosividad juvenil, subversión, protesta, revueltas, agitación, vándalos,
radicalización y; c) denominaciones asociadas a la juventud como problema:
sospecha, drogadicción, delincuencia, extremismo, entre otros.
5. Modos de representación ideológica
Los modos de representación ideológica con que se (in)visibiliza la
participación de los jóvenes son revisados a la luz de ejemplos concretos,
para dar cuenta de los procedimientos lingüísticos utilizados y su
funcionamiento específico. A continuación desarrollo cada uno de ellos
mediante una caracterización general que conecta la experiencia sociohistórica con ciertas configuraciones discursivas recurrentes.
5.1. OCULTAMIENTO
Los DEJ analizados utilizan el ocultamiento como el modo de
representación ideológica menos difundido. Se identifican algunas dinámicas
de uso que dan cuenta de: a) la omisión explícita de la participación de los
jóvenes en procesos históricos generales o específicos tratados; y b) la
omisión de responsables generales que perpetran abusos en torno a ellos
para eliminarlos de la escena social. Como contraparte, surge la asignación de
agencia juvenil como mecanismo de resistencia, a fin de contrarrestar la
invisibilización de su acción.
Entre los procedimientos lingüísticos de los que se valen los DEJ
destacan: empleo de conjunciones copulativas y temporales para vincular
procesos históricos en que los jóvenes no se reconocen como participantes
explícitos; elaboración de relaciones léxicas asociadas a ciertos abusos
perpetrados sobre los jóvenes en periodo de dictadura; uso de actores no
humanos en procesos materiales para indicar situaciones que restringen el
desarrollo de los jóvenes en el ámbito social, entre otros. Este modo de
representación se potencia y adquiere otros matices interpretativos en
conjunto con la negación. Se explicitan algunos de estos procedimientos
mediante los siguientes ejemplos:
Ejemplo 1. Y bueno, años más adelante [circunstancia de localización temporal],
algunos [emisores] van a plantearse [proceso verbal] la pregunta: //“¿y los
jóvenes… [actores] qué [meta] hacían [proceso material] durante aquellos
inquietos días [circunstancia de extensión temporal]?” [locución] //La respuesta
[meta] tratamos de entregarla [tratamos: finito modal de probabilidad media
/actor implícito 1era pers. plural / proceso material] en estas páginas
[circunstancia de localización espacial]. //Porque, [justo es reconocerlo], los
muchachos [actores] también están participando [proceso material] en la
chuchoca [circunstancia de localización espacial]. (DEA 1).
El ejemplo 1 muestra el planteamiento explícito de los autores de
visibilizar la acción juvenil durante la década de los 70’. Esta asignación de
agencia es coherente respecto de la construcción discursiva que los
productores ofrecen para dar cuenta de su propósito. El proceso verbal hace
alusión directa a los interlocutores que se cuestionarán respecto de la
presencia de los jóvenes en el periodo aludido. Asimismo, por medio de los
procesos materiales los autores consignan su posición de enunciantes,
enfatizando su disposición por medio del adjunto modal de habilidad media
(‘tratamos de entregar la respuesta’), y, además, otorgan a los jóvenes el
estatus de actores dentro del ámbito social aludido (‘los muchachos que
hacen cosas y participan’).
Ejemplo 2. Es [proceso relacional identificativo] este [identificado] un esfuerzo
interesado [identificador], /porque busca relevar [perceptor no humano
implícito 3era pers. singular; referente: este esfuerzo… / proceso mental] la
productividad juvenil silenciada [fenómeno] de estos años [circunstancia de
localización temporal]. //Pero no es [no: adjunto modal de polaridad negativa /
es: proceso relacional atributivo] un intento [portador] ciego [atributo], no
quiere sustituir [no: adjunto modal de polaridad negativa / quiere: finito modal
de inclinación alta / actor no humano implícito 3era pers. singular; referente:
este esfuerzo… / proceso material] la realidad por la voluntad y los sueños
[meta]. //Así, su proyecto [actor no humano] no se inscribe [no: adjunto modal
de polaridad negativa / se inscribe: proceso material / ‘a sí mismo’: meta] ni en
el orden social ni en la voluntad política [circunstancia de localización
espacial], /sino que busca situar [actor no humano implícito 3era pers. singular;
referente: este esfuerzo… / proceso material] en la historia y sus procesos
[circunstancia de localización espacial] una matriz de comprensión de la
situación juvenil [meta]. (DEB 3).
El ejemplo 2 provee la misma especificación de parte de los autores
sobre cómo ellos abordarán la acción juvenil del período, pero se recurre a
una configuración discursiva marcadamente distinta. El lenguaje es empleado
de manera mucho más abstracta, elección congruente respecto a las
elecciones típicas del discurso académico, pero poco coherente en relación al
propósito de visibilización perseguido. En efecto, la selección de procesos
relacionales genera un distanciamiento objetivo respecto de los
planteamientos abordados, mientras que la utilización de procesos materiales
y mentales que no cuentan con un actor o perceptor humano colabora en
reducir dramáticamente la agencia, y con ello, consignar a la participación
juvenil un estatus de objeto teorizado. En este sentido, el ejemplo 2 ofrece
proposiciones enlazadas a una negación latente, es decir, los autores
promueven sus ideas en contraposición a un discurso autorizado subyacente,
que los obliga a declarar la dirección de su posicionamiento a modo de
justificación (‘no es un intento ciego’, ‘no quiere sustituir la realidad, ‘no se
inscribe en el orden social o la voluntad política’, etc.).
Ejemplo 3. Sentados en unos pisitos de madera [circunstancia de manera], siete
compañeros [actores] nos esperan [proceso material / meta 1era pers. plural;
referente: nos]. Son [proceso relacional identificativo] delegados al Primer
Encuentro Nacional de la Juventud Mapuche [identificador]: Necul Painemal,
23 años, trabajador de la radio Aucán, de Villarrica; Víctor Antivil, 18,
estudiante universitario en Temuco y comunero de la Reducción Metrenco;
Oscar Paineo, 13, estudiante de quinto básico en Cholchol y anfitrión de todos
nosotros, [ya que el foro se realiza en la ruca de sus padres]; Carlos Huisca, 20,
empleado y estudiante nocturno en Osorno; Segundo y Antonio Painemal, 16 y
18, campesinos de la Reducción Coigüe; y Rosa Paillavil, 19, modista de la
Reducción Ranquilco [identificados]. (DEA 49).
En el ejemplo 3 los autores hacen mención de una situación inédita
constitutiva del posicionamiento juvenil, como lo es el Primer Encuentro
Nacional de Juventud Mapuche. Con ello no sólo se visibiliza la acción juvenil,
sino que se reivindica esta participación desde una perspectiva étnica. Se trata,
por tanto, de una doble visibilización. Los adolescentes mencionados,
anónimos para la sociedad en general, toman presencia pública y política a
partir de esta representación.
Ejemplo 4. Aquí [circunstancia de localización espacial] claro [claramente:
adjunto modal de probabilidad alta] que hay [proceso existencial] algunos
adolescentes penetrados culturalmente [existente]. //Esos pobres cabros
[actores, emisores y perceptores] viven, hablan, visten y piensan [proceso
material, verbal, material y mental] siguiendo moldes de sociedades viejas y
corrompidas [circunstancia de manera]. (DEA 66).
Otro mecanismo para asignar agencia juvenil es el de proporcionar una
‘voz’ a los jóvenes por medio del estilo directo en la transcripción de
entrevistas. El ejemplo 4 deja de manifiesto las ideas de un estudiante
secundario, quien realiza una crítica sobre cómo visualiza a sus pares y a la
sociedad en general. Los procesos materiales y mentales que ocupa el
entrevistado resultan congruentes entre las opciones disponibles y la
representación de la experiencia social que persigue: se trata de actores
humanos que realizan o perciben acciones concretas. Los procesos
existenciales y relacionales reafirman, en este punto, los juicios particulares
que el estudiante propone.
Ejemplo 5. Se hace notar [proceso material] los efectos del autoritarismo [meta]
sobre los jóvenes (…) [beneficiarios]. (DEB 48).
Ejemplo 6. Régimen y Estado [portador] se encarnan [proceso relacional
atributivo] en un sujeto opresor [atributo / portador en la siguiente cláusula],
[que se manifiesta [proceso relacional atributivo] preferentemente a través de la
fuerza [atributo] //y constituye [actor no humano implícito 3era pers. singular;
referente: un sujeto opresor… / proceso material] al otro, sujeto juvenil [meta],
como amenaza al orden [circunstancia de aspecto]]. (DEB 63).
Los ejemplos 5 y 6 son los únicos casos en que se vislumbra el
ocultamiento en el sentido originalmente señalado: para la omisión de
responsables directos en la consumación de abusos en torno a los sujetos
juveniles. Por una parte, en el ejemplo 5 la utilización del morfema
impersonal “se” elimina a agentes concretos del foco de la acción,
marcándose únicamente la expresión de cierto autoritarismo presentado
como acontecimiento autogestado. Por otra parte, en el ejemplo 6 se
emplean entidades abstractas como portadores de un carácter ‘opresor’
(‘Régimen militar y Estado’) que, asimismo, tienen la ‘fuerza’ necesaria para
propender a la eliminación social del sujeto juvenil en tanto amenaza al
orden establecido.
5.2. MARGINACIÓN
Los DEJ en general emplean la marginación como el modo de
representación ideológica más recurrente. No obstante, tal como se explicitó
en la sección anterior el ocultamiento, se incluye la asignación de agencia
juvenil como mecanismo que contrarresta los efectos invisibilizadores, por lo
que la marginación tiene un alcance restringido a ciertos ámbitos que se
señalan a continuación. Los procedimientos explorados dan cuenta que esta
forma de representación sitúa a la gente joven en una posición marginal en la
historia reciente del país, que es sobre todo evidente en periodo de dictadura,
en que existen condicionantes propias del régimen militar que controlan la
visibilización efectiva de la acción juvenil, lo que también se vincula a
limitantes de producción y circulación de los discursos aludidos. Los
mecanismos más frecuentes dan cuenta de un discurso de autoridad que
determina juicios en torno a caracterizaciones, posesiones, identificaciones,
campos de acción y repercusión social que les son asignados a los jóvenes de
manera sistemática.
Entre los procedimientos lingüísticos de los que se valen los DEJ
destacan: conjunciones adversativas para indicar contraexpectativa respecto
del alcance de las acciones juveniles; conjunciones disyuntivas para señalar
distintos ámbitos sociales en que los jóvenes tienen una participación
restringida; elaboración de relaciones léxicas asociadas a la juventud como
movimiento social limitado y transitorio; uso de procesos relacionales para
configurar juicios en torno a su definición identitaria; uso de finitos modales
de obligación alta y media para señalar el modo en que deben entenderse las
acciones de los jóvenes, entre otros. Este modo de representación se vale
tanto del ocultamiento como de la negación para profundizar sus alcances
interpretativos. Se explicitan algunos de los procedimientos referidos por
medio de los siguientes ejemplos:
Ejemplo 7. Un adolescente burgués nacional [identificado] es [proceso relacional
identificativo] diez mil veces más parecido a un hijo de familia media
norteamericana que a un joven proletario chileno [identificador]. //Sus
creencias y valores [portador] forman [proceso relacional atributivo] un mundo
aparte, distinto y curioso [atributo]. (DEA 28).
El ejemplo 7 constituye un caso típico de cómo se elaboran juicios de
carácter general en torno a los jóvenes, desplazando su propia capacidad de
acción y tematizándolos para la construcción de aseveraciones de indudable
valor objetivo. Así, se releva una proposición en torno a la juventud
burguesa que, como se verá en el apartado sobre negación, se aborda en
oposición a la juventud popular. A partir de este contraste, los productores
discursivos emplean procesos relacionales para otorgar un estatus de
conocimiento estable y compartido a su sobre la experiencia de vida de los
adolescentes de las capas altas.
Ejemplo 8. El castigo [portador] no es nuevo ni original [no, ni: adjunto modal
de polaridad negativa / ni nuevo ni original: atributo]. //La exclusión de la
juventud popular [meta] se arrastra [proceso material] con la historia de Chile
[circunstancia de compañía] //El efecto [portador] es [proceso relacional
atributivo], por lo tanto, distinto [atributo]: //esta juventud [portador] es
[proceso relacional atributivo] más explosiva en sus respuestas, y menos
orgánica en sus apuestas [atributo]. (DEB 8).
En el ejemplo 8 la orientación respecto a cómo se construye la
aseveración es la misma, sólo que esta vez está acotada a la juventud popular.
Sobre el contraste ya mencionado, los autores emplean el proceso material
mediante la metáfora léxica ‘arrastrar’, evitando señalar la responsabilidad de
quienes efectúan la exclusión juvenil a lo largo de la historia del país. Con
esto, los jóvenes son presentados como receptores ineludibles de esta
‘corriente’ que los envuelve y los determina en forma irreversible. Asimismo,
los procesos relacionales reafirman atributos clave respecto de la acción
juvenil (‘respuestas explosivas’, ‘apuestas menos orgánicas’) con lo que se
enfatiza la proposición de marginación antes consignada.
Ejemplo 9. El énfasis unilateral en el eje del poder, como polo de constitución
del sujeto juvenil [actor no humano], culmina [proceso material] con el “sujeto
efecto”, unilateral e inequívocamente determinado, aún en la diversidad de su
acción [circunstancia de causa]. (DEB 16).
En el ejemplo 9 la marginación se efectúa mediante una configuración
que sitúa a los jóvenes como destinatarios afectados por una entidad
abstracta. Éstos son aludidos expresamente en la ‘constitución del sujeto
juvenil’ y como ‘sujeto efecto unilateral e inequívocamente determinado’, la
primera nominalización se constituye como actor mientras que la segunda
figura como circunstancia. El desplazamiento de los actores juveniles a la
posición de elemento circunstancial, hace que desaparezcan del foco de
atención en tanto actores y pueden dejar de ser percibidos como tales por los
lectores. El alto nivel de abstracción que presenta esta construcción
entorpece el reconocimiento de los jóvenes como responsables directos de
las actividades a las que son vinculados y, en este sentido, pierde congruencia
la preocupación de parte de los autores de posicionar la acción juvenil como
centro de la exposición.
Ejemplo 10. Los intentos por construir “movimientos juveniles” -estudiantiles y
poblacionales- [actor no humano] se arrastran [proceso material] ya por más de
ocho años, con momentos de auge notorio [circunstancia de extensión
temporal]: cuando parecía haberse encontrado [proceso material, impersonal
con ‘se’] la fórmula [meta], aparecía [proceso existencial] una realidad de
debilidad y dispersión [existente]. (DEB 22).
En el ejemplo 10 el uso impersonal en los procesos materiales disocia a
los actores juveniles de su capacidad de ‘construir movimientos estudiantiles
y poblacionales’ y encontrar una ‘fórmula’ que asegure el éxito de sus
propósitos. Por el contrario, la elección del proceso mediante la metáfora
léxica ‘se arrastran’ (al igual que en el ejemplo 8) resta agencia a la acción
juvenil que, además, ha sido nominalizada como un ‘intento por…’, situación
que refuerza la imposibilidad de los sujetos de llevar a cabo actividades que
los posicionen con notoriedad en el ámbito político. Junto con esto, la
‘realidad de debilidad y dispersión’ que dificulta este posicionamiento,
aparece codificada mediante un proceso existencial que omite a sus
responsables. El uso de procesos mentales codifica mayoritariamente
argumentos que los autores emplean para situar la acción juvenil en
conformidad con los lineamientos teóricos que abordan, y sólo en escasas
oportunidades cumple la función de clarificar ideas o sentimientos
vivenciados por los jóvenes, como se muestra:
Ejemplo 11. Y lo que hoy [circunstancia de localización temporal] se ve
[perceptor impersonal / proceso mental] como “amenaza” –la explosividad
juvenil- [fenómeno / ‘la amenaza’ es identificado de la siguiente cláusula] /no es
[no: adjunto modal de polaridad negativa / es: proceso relacional identificativo]
más que el reconocimiento del gran fracaso del intento de reivindicar el país
fabricando nuevas generaciones [identificador]. (DEB 11).
Este ejemplo es representativo de las estrategias discursivas con que los
autores explican la acción juvenil, basadas en la refutación constante de ideas
estereotipadas referidas a ellos (la juventud como ‘amenaza’, como
‘generación frustrada’, como ‘problema a resolver’, entre otras). El uso
impersonal del proceso mental colabora a sacar de foco a los perceptores
reales y, con ello, a trabajar sobre la base de ideas que se presentan como
ampliamente difundidas y aceptadas. De esta manera, se ‘resiste’
sistemáticamente la influencia de un conocimiento que ha sido previamente
legitimado, y cuya procedencia no se aclara. Una situación similar ocurre con
el uso de procesos relacionales y existenciales, dado que su empleo refuerza
la misma línea persuasiva. En el ejemplo aludido, el proceso relacional
identificativo reafirma la condición de ‘fracaso’ que implica la explosividad
juvenil como parte de un saber naturalizado.
5.3. NEGACIÓN
Los DEJ emplean este modo de representación ideológica al menos en
dos direcciones. En primer lugar, predomina una forma de negación que
opone a los propios actores juveniles, entre los que son considerados por
los productores discursivos como ‘comprometidos’ (jóvenes populares) y
los que no lo son (jóvenes de las capas altas). En segundo lugar, los DEJ
reaccionan ante un tercer discurso (Charaudeau y Montes, 2009) que se
erige como voz legitimada, consensuada y de conocimiento común, que
tiende a rechazar y negativizar la participación de los jóvenes en el período
aludido. Frente a este discurso de verdad, los DE responden mediante un
mecanismo que, al tiempo que hace propia la negación -es decir, la acepta
en cuanto tal-, la justifica o la resiste, según sea el contexto socio-histórico
específico del cual procede. Este uso tiene consecuencias en la
construcción de los conocimientos históricos transmitidos, puesto que en
la intención de rechazar sistemáticamente la negación, los autores terminan
por legitimar el discurso de exclusión al cual se oponen.
Los procedimientos de los que se valen los DE se reflejan
fundamentalmente a nivel léxico-gramatical en el sistema de modo. Entre
ellos destacan, por ejemplo: uso de finitos modales de obligación alta para
indicar aquello que no constituye el mundo juvenil; uso de adjuntos
modales de polaridad negativa para indicar actitudes que los jóvenes no
expresan, o bien, acciones que éstos no realizan, entre otros. Este modo de
representación se potencia y adquiere otros matices interpretativos en
conjunto con el ocultamiento. Se explicitan algunos de los procedimientos
referidos por medio de los siguientes ejemplos:
Ejemplo 12. Son [portador implícito 3era pers. plural; referente: los
muchachos… / proceso relacional atributivo] sinceros [atributo] //y no
ocultan [no: adjunto modal de polaridad negativa / ocultan: proceso material/
actor implícito 3era pers. plural; referente: los muchachos…] nada [meta]. //La
gran mayoría de la juventud burguesa [que asiste al “Topsi-Topsi”] [actor
colectivo] va a vivir [proceso material] la Gran Aventura (…) [meta]. Por unas
horas [circunstancia de extensión temporal] consiguen romper [actor implícito
3era pers. plural; referente: los muchachos… / proceso material] el
aburrimiento de una existencia ociosa, gris, sin horizontes [meta]. (DEA 9).
Ejemplo 13. Esta mina [poseído] pertenece [proceso relacional posesivo] a la
Compañía Volcanita, [que está intervenida por el Gobierno] [poseedor]. //O
sea, está dirigida [proceso material / meta implícita 3era pers. singular;
referente: la mina…) por sus propios trabajadores [actores]. Nosotros
[perceptores] supimos [proceso mental] //que aquí se necesitaban brazos y
buena voluntad [fenómeno]. //¡Y aquí [circunstancia de localización espacial]
estamos [existente implícito 1era pers. plural; referente: nosotros…/ proceso
existencial]! (DEA 20).
En la primera dirección propuesta, los ejemplos 12 y 13 son casos
notables sobre cómo los productores discursivos confrontan a los jóvenes
adinerados y populares. Esta oposición conforma el eje central a partir del
cual se articula la exposición de los autores, mediante el mecanismo de
intercalar entrevistas de unos y otros jóvenes con el propósito de agudizar su
comparación. En el ejemplo 12 los autores describen ‘el carrete de los lolitos
jai’ a través del proceso relacional que los define como jóvenes burgueses, y
de procesos materiales que indican las acciones que éstos llevan a cabo. El
juicio que subyace a esta caracterización está introducido por la meta
enlazada a la cláusula final ‘el aburrimiento de una existencia ociosa, gris, sin
horizontes’. En el ejemplo 13, en cambio, los autores asignan ‘voz’ al joven
obrero que relata, también por medio de procesos relacionales, la situación
en la que se encuentra como minero de ‘Volcanita’, y luego precisa, a partir
de procesos mentales y existenciales, su disposición de colaborar en la faena
de los demás ‘compañeros’ por medio del trabajo voluntario.
La presentación de ambos escenarios constituye en sí misma un
movimiento persuasivo. Por un lado, se enfatiza la negación en torno a los
jóvenes burgueses en tanto sujetos alienados, penetrados y pasivos, mientras
que, por otro, se declara la creencia que vincula la ‘verdadera juventud’ con
aquella que es ‘socialmente comprometida’. De este modo, los otros ‘lolitos’
devienen jóvenes por su correspondencia a un estadio biológico y psicosocial determinado, pero parecieran estar incapacitados para ostentar este
‘título’ por derecho propio. Esta perspectiva se conecta con un particular
contexto socio-político a principios de los 70’, en que la propia disgregación
social (adherentes y opositores al gobierno de la Unidad Popular) refuerza
esta forma de representación.
En la segunda dirección propuesta, se lleva a cabo una estrategia
discursiva que se plantea deconstruir una serie de proposiciones que, aunque
difundidas en la década de los ‘80, atentan el carácter reivindicativo con que
los autores pretenden abordar la temática juvenil. No obstante, esta
necesidad se vuelve tan frecuente que a lo largo de la exposición este
movimiento termina por reafirmar las mismas ideas ante las cuales se
oponen.
Ejemplo 14. La interpretación que proponemos [identificado] es [proceso
relacional identificativo] distinta de aquella lectura [identificador / actor no
humano en la cláusula siguiente] [que no encuentra [proceso material] en lo
juvenil de estos años [circunstancia de localización espacial] sino la
desesperanza, la muerte, la desviación y el silencio [meta]], /que apuesta
[perceptor implícito 3era pers. singular; referente: aquella lectura… / proceso
mental] por la idea de la “generación frustrada” [fenómeno] /y extrae
[perceptor implícito 3era pers. singular; referente: aquella lectura… / proceso
mental] una peligrosa conclusión [fenómeno]: //los jóvenes [identificado]
constituyen [proceso relacional identificativo] un “problema a resolver”, una
amenaza a conjurar/controlar [identificador]. (DEB 14).
En el ejemplo 14 lo que se quiere es desmentir al menos cuatro
planteamientos que giran en torno a la condición juvenil: un espacio de
‘desesperanza, muerte, desviación y silencio’, una ‘generación frustrada’, un
‘problema a resolver’ y una ‘amenaza’. El ejercicio consiste en confrontar
aquellas visiones estereotipadas que se constituyen –y son presentadas- como
un conocimiento compartido acerca de la juventud. No obstante, es tal el
nivel de abstracción y el grado de complejidad con que se configura el
discurso que, en lugar de reposicionar a los jóvenes como actores sociales,
prevalecen precisamente aquellas proposiciones que los pasivizan y los
cosifican en función de miradas altamente negativizadas. De esta manera, los
autores terminan por privilegiar una línea argumentativa que descansa en la
reformulación teórica y la constitución de la juventud como objeto de
estudio.
Ejemplo 15. No [adjunto modal de polaridad negativa] los hemos agarrado [actor
implícito 1era pers. plural / proceso material] a todos ellos juntos [meta], /no
hemos hablado [no: adjunto modal de polaridad negativa / hemos hablado:
proceso verbal / emisor implícito 1era pers. plural]de “la juventud chilena”
[informe], porque hemos considerado [perceptor implícito 1era pers. plural /
proceso mental] que, [si bien tienen [poseedor implícito 3era pers. plural;
referente: todos ellos juntos… / proceso relacional posesivo] inquietudes
comunes y comportamientos similares (estilos propios, rebelión en general,
conflictos) [poseído]], tales coincidencias [actor no humano] no deben desviar
[no: adjunto modal de polaridad negativa / deben desviar: finito modal de
obligación alta / proceso material] el hecho de que la índole de sus problemas
es distinta [meta y fenómeno del proceso mental precedente]. //Ellos
[existente] están [proceso existencial] en estrecha relación con el tipo de
sociedad en que viven y se desenvuelven [circunstancia de manera] (DEA 62).
En el ejemplo 15, en cambio, el mismo uso de adjuntos modales de
polaridad negativa es orientado hacia una presentación mucho más
coherente de parte de los productores discursivos. La diferencia está dada,
fundamentalmente, por la utilización de un lenguaje mucho más directo. En
contraposición a los ejemplos anteriores, la configuración discursiva de este
ejemplo provee actores humanos efectivos (nosotros ‘los autores’) que
especifican, en primer lugar, cómo han abordado a la juventud a lo largo de
su exposición, destacando el uso de procesos verbales y mentales (lo que han
dicho y reflexionado en torno a ellos/as), y, en segundo lugar, cómo han
considerado la juventud dentro del periodo histórico mediante el empleo de
procesos relacionales y existenciales que colaboran a su descripción. En
virtud de lo anterior, los autores de DEA sí logran una representación
congruente en que la resistencia a la negación es efectiva.
Conclusiones
El análisis efectuado permite sintetizar que los jóvenes son reivindicados en los
discursos de especialización (DE) en juventud chilena, pero con alcances diferentes.
DEA (Viaje por la juventud, Abarca y Forch, 1972) es el discurso que
posibilita esta pretensión de manera más efectiva. Los factores que inciden
en ello resultan coherentes tanto en su conexión al género, como al registro y
a la configuración lingüística desarrollada a distintos niveles de realización.
Los autores, al identificarse y presentarse como jóvenes, logran una
exposición bastante más transparente e integradora de la acción juvenil en el
pasado reciente chileno: se trata de jóvenes que hablan de otros jóvenes. La
simplicidad del relato y su construcción textual pone a la juventud en primer
plano de manera permanente, por lo que el propósito comunicativo
perseguido es completamente congruente con la producción discursiva
llevada a cabo. Las y los jóvenes son, en efecto, ampliamente visibilizados.
DEB (Juventud chilena. Razones y subversiones, Agurto, Canales y De la
Maza, 1985), en cambio, pese a encarnar la misma preocupación
reivindicativa, perfila una representación discursiva que tropieza
notoriamente con la visibilización de estos actores. El factor que afecta
mayormente en esta consecución es la referencia permanente a un ‘tercer
discurso construido’ (Charaudeau y Montes, 2009), en el cual confluyen una
serie de miradas estereotipadas y prejuiciosas que los autores se proponen
confrontar. Frente a este “discurso de verdad”, DEB responde mediante un
mecanismo que obliga a sus autores a aceptar dicho discurso de autoridad
para luego justificarlo, o bien, rechazarlo. Este procedimiento discursivo
tiene marcadas consecuencias en los modos en que se representa
ideológicamente a los jóvenes, puesto que los autores, en la intención de
rechazar sistemáticamente este discurso de autoridad, terminan por legitimar
las representaciones a las que se confrontan.
A la luz de esta síntesis general es posible señalar que los modos de
representación ideológica de ocultamiento, marginación y negación que
ponen en juego la visibilización juvenil están estrechamente ligados a la
configuración lingüística particular que cada discurso proporciona. En
efecto, frente a una construcción discursiva más simple y congruente los actores sociales
cuentan con mayores posibilidades de visibilización. En este sentido, al tratarse de
proposiciones mayormente conectadas a la experiencia común de los
individuos, éstos cuentan con más oportunidades de oponer sus propias
representaciones a aquellas que les son impuestas. Por el contrario, mientras la
construcción discursiva es más compleja y abstracta menos visibles se tornan los actores
sociales. La consecuencia de ello son representaciones que, dado su alto grado
de teorización, pueden proyectar mayores efectos ideológicos en los
individuos e influir más directamente en la elaboración de modelos mentales
preferidos que monitorean la producción de conocimientos históricos
específicos. Finalmente, se puede concluir que no existe una relación
biunívoca entre la visibilización de los actores sociales y los campos de
acción de los discursos seleccionados. En este sentido, no necesariamente los
discursos especializados sobre juventud chilena cumplen una función más visibilizadora. El
efecto de visibilización es relativo y varía de acuerdo a un conjunto de
aspectos de carácter lingüístico, cognitivo y social como los revisados hasta
aquí.
NOTAS
1 Investigación asociada al Proyecto Fondecyt Nº 1090464 “Logogénesis valorativa
en el discurso de la historia” y realizada gracias al financiamiento otorgado por el
Programa de Formación de Capital Humano Avanzado, Becas de Magíster
Nacional 2010 de la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica
(CONICYT).
2 La autora quiere agradecer a Teresa Oteíza Silva su invitación a formar parte de
este proyecto, así como la generosidad, rigurosidad y confianza depositadas
durante este proceso.
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CAMILA CÁRDENAS NEIRA es Magíster en Comunicación (2011) y Profesora de
Lenguaje y Comunicación (2009) por la Universidad Austral de Chile. Fue
becaria de pre y postgrado por el Ministerio de Educación y la Comisión
Nacional de Investigación Científica y Tecnológica (CONICYT). Ha
realizado investigación desde los Estudios Críticos del Discurso y la
Lingüística Sistémico Funcional, participando como tesista e investigadora
asociada en proyectos FONDECYT Y FONDEF. Se ha desempeñado
como docente del Instituto de Lingüística y Literatura y del Centro de
Idiomas de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la UACh, en
asignaturas como Gramática oracional, Pragmática del Discurso y
Alfabetización académica. Recientemente, su tesis de Magíster titulada
“Representación ideológica de las y los jóvenes en el pasado reciente chileno:
Estrategias discursivas para su (in)visibilización” representó a Chile y resultó
finalista del “III Concurso de Tesis de Postgrado en Estudios del Discurso
(periodo 2009-2011)” de la Asociación Latinoamericana de Estudios del Discurso
(ALED).
Correo electrónico: [email protected].
Práticas de linguagem na atividade de trabalho: cenografia e ethos em
discursos socioprofissionais
ERNANI CESAR DE FREITAS
Universidade de Passo Fundo (UPF)
Universidade Feevale – Novo Hamburgo (RS)
RESUMEN. El objetivo de este estudio es contribuir a la comprensión de las prácticas
discursivas en las empresas tal como se manifiesta en el periódico interno de una
empresa, y en el lenguaje de los profesionales que trabajan en la comunicación
interna de las organizaciones. El lenguaje es entendido en este trabajo como el
resultado de la actividad humana, como un acto discursivo en el mundo, que nos
sitúa y que tiene una posición principal en relación con los estudios
interdisciplinarios que se ocupan del mundo del trabajo, las contribuciones de la
ergología (Schwartz, 1994), y del análisis del discurso con base en la enunciación
(Maingueneau, 2001, 1997, 2008a, 2008b). Los procedimientos metodológicos se
insertan en las técnicas del análisis cualitativo, especialmente el método indiciario
(Ginzburg, 1989). La investigación mostró que el ethos discursivo está imbricado en
la escenografía que constituye la enunciación, a través de la cual se instaura un
sistema particular en los enunciados, los cuales permiten comprender el lenguaje
como un hecho socio-histórico que se inserta en las relaciones de poder que
permean la vida social.
PALABRAS
discursiva.
CLAVE:
prácticas discursivas, lenguaje en el trabajo, escenografía enunciativa, ética
RESUMO. O objetivo geral deste estudo é contribuir para a compreensão de discursos
empresariais manifestados em jornal interno de empresa e por profissionais que
atuam na comunicação interna das organizações. A linguagem é aqui entendida
como resultado de uma atividade humana, de um agir discursivo no mundo que nos
situa, exercendo posição de destaque em relação aos estudos interdisciplinares
referentes ao mundo do trabalho e às contribuições advindas da ergologia (Schwartz,
1994, 1997, 2010) e da análise do discurso de base enunciativa (Maingueneau, 2001,
1984/2008a, 2008b). Os procedimentos metodológicos inserem-se nas técnicas de
análise qualitativas, em especial o método indiciário como modelo epistemológico
(Ginzburg, 1989). A pesquisa evidenciou que o ethos discursivo está imbricado à
cenografia constituída na enunciação através da qual se instaura um estatuto
particular aos enunciados os quais permitem compreender a linguagem como fato
sócio-histórico que se insere nas relações de poder que permeiam a vida social.
PALAVRAS
discursiva.
CHAVE:
Práticas discursivas, linguagem no trabalho, cenografia enunciativa, }ética
ABSTRACT. The aim of this study is to contribute to the understanding of discourse
practices in corporations as seen through the internal company newspaper and the
language of professionals who work in the internal communication of organizations.
Language is understood here as the result of human activity in the world, as a
discourse act that situates us and which has a fundamental role with respect to
interdisciplinary studies that focus on the world of language from an ergological
perspective (Swchwartz, 1994, 1997, 2010) and discourse analysis based on
enunciation (Maingueneau, 2001, 1984, 2008a, 2008b). The methodological
procedures fall into the qualitative analysis techniques, particularly the evidentiary
method (Ginzburg, 1989). The study showed that the discursive ethos is embedded
in the scene constituted by the enunciation through which a particular status is
established by means of statements that allow us to understand language as a sociohistorical fact inserted in the power relations that permeate society.
KEY WORDS: Discourse practices, language at work, enunciative scenography, discursive ethos.
Introdução
Esta pesquisa tem especial interesse, com ênfase ao seu objeto, pela
relação entre o discurso empresarial e as práticas de linguagem em contextos
específicos – em situação de trabalho. Tal escolha justifica-se pela
necessidade de aprofundar o estudo da atividade linguageira nas
organizações empresariais, considerando que a linguagem como elemento
especificador da complexidade, norteadora do mundo do trabalho, integra o
conjunto formado por pesquisas que, nos últimos anos, têm-se voltado para
esse campo.
Do ponto de vista da teoria, a linguagem é aqui compreendida como
resultado de uma atividade humana, de um agir discursivo no mundo que
nos situa sócio-historicamente, numa posição que confere especial destaque
a contribuições interdisciplinares referentes ao mundo do trabalho, quais
sejam a ergonomia situada e a abordagem ergológica (Schwartz, 1994, 1995,
1997, 2010) em interface com a análise do discurso de base enunciativa
(Maingueneau, 1997, 2001, 1984/2008a, 2008b).
Este trabalho se propõe a analisar discursos empresarias divulgados no
âmbito da empresa ALFA1 do ramo industrial, de grande porte, localizada na
região do Vale do Sinos, importante polo coureiro-calçadista no Rio Grande
do Sul, Brasil. Esses discursos empresariais são veiculados bimestralmente
no jornal interno Alfaletra2.
Diante desse contexto, tem-se como questão norteadora: os discursos
empresarias em situações de trabalho possibilitam identificar e descrever o
ethos discursivo presente nos textos publicados no jornal Alfaltera da
empresa ALFA. Sendo assim, o objetivo geral deste estudo consiste em
contribuir para o conhecimento e a compreensão dos discursos
socioprofissionais, mais especificamente de natureza empresarial,
manifestados em jornal interno de empresa e por profissionais que atuam na
comunicação interna das organizações, na instância das pesquisas relativas ao
tema linguagem e trabalho.
Os corpora de pesquisa foram assim constituídos: a) duas entrevistas
semiestruturadas, realizadas com funcionárias assessoras que atuam no
âmbito da Comunicação Interna da empresa Alfa; b) três exemplares do
jornal interno Alfaletra (fev. 2008, fev. 2009, e jan./fev. 2010), cuja seleção
ocorreu aleatoriamente, visto que todos os exemplares publicados, no
período compreendido entre os meses de fevereiro de 2008 e fevereiro de
2010, possuem estrutura e organização semelhantes em suas editorias, porém
não em relação aos discursos divulgados. A metodologia na qual se ampara
este artigo pauta-se na pesquisa qualitativa desenvolvida com base no
paradigma indiciário de Ginzburg (1989), modelo epistemológico atualmente
utilizado em muitas pesquisas qualitativas no âmbito das ciências humanas.
Este artigo está estruturado da seguinte maneira: inicialmente, apresentase a fundamentação teórica que dá sustentação à pesquisa; na sequência,
consta a metodologia empregada. Posteriormente, faz-se a análise com base
nos procedimentos metodológicos que orientaram o estudo; por último, são
tecidas as considerações finais.
1. Linguagem e trabalho: ergonomia da atividade e ergologia
O importante papel da linguística frente à tarefa de se pensar sobre o
trabalho e tecer considerações entre linguagem e trabalho são salientados por
Souza-e-Silva (2004), pelo fato de estudiosos de diversas áreas (filósofos,
sociólogos etc.) estarem divulgando a crescente relevância do escrito nas
organizações e estarem também mais atentos ao grande valor das atividades
linguageiras que tecem o dia-a-dia do mundo do trabalho.
Os trabalhos da ergonomia francesa e de uma corrente dela derivada –
análise do trabalho – apontam as diferenças essenciais entre o trabalho prescrito
e o trabalho real. O primeiro se refere aos documentos que instruem, ensinam,
aconselham etc o trabalho a ser realizado. Instituições ou empresas os
produzem anteriormente à realização efetiva do trabalho para representar o
que deve (ou não) e como deve ser feito. Já o segundo se refere ao trabalho
em situação concreta e às suas características efetivas, isto é, às tarefas
executadas pelos trabalhadores. A ergonomia contemporânea objetiva, além
de revelar as diferenças entre o trabalho prescrito e o real, descobrir
características do trabalho real que são generalizadamente desconhecidas.
Isso nos leva a pensar na importância da comunicação interna como
instrumento para minimizar possíveis falhas neste processo. Muitas vezes a
tarefa é prescrita na linguagem do planejador, do administrador, e o operador
ao realizá-la procede a sua decodificação, usando o seu próprio banco de
dados (crenças, valores, conhecimento, cultura, experiências de outras tarefas
etc). Segundo Souza-e-Silva (2004), a análise do trabalho implica na condição
de que o pesquisador se interesse pelos diálogos estabelecidos não só como
objeto, mas como método de pesquisa.
Uma das perspectivas teóricas relacionadas ao estudo sobre o trabalho
que traz contribuições relevantes à dimensão da singularidade é a Ergologia.
O filósofo francês Yves Schwartz destaca que o exercício profissional,
independente de qual seja ele, não é o campo por excelência do mecânico e
do repetitivo, pois mobiliza escolhas e dramas particulares (Schwartz, 2010).
Nesse sentido, “a atividade de trabalho é lugar de investimento subjetivo;
uma enigmática alquimia humana aí se dá” (Teixeira, 2010: 46).
É em torno dessas ideias que Schwartz (1997, 2010) desenvolve, há mais
de 20 anos, a perspectiva ergológica de estudos sobre a atividade de trabalho,
prioritariamente voltada para a inevitável implicação da subjetividade no
exercício profissional. Para o autor, a realização de qualquer tarefa passa por
uma dialética de uso de si, uso de si por si e uso de si pelo(s) outro(s).
O trabalho é uso de si por si, uma vez que, no processo de atividade, o
sujeito mobiliza seu saber-fazer, seus valores, seus afetos, enfim, sua
singularidade. É isso que faz com que seja impossível uniformizar as
situações de experiência. No entanto, é preciso relativizar essa parte de
autonomia, pois o trabalho é também uso de si por outros. Os trabalhadores
realizam suas atividades a partir de ordens e procedimentos dos quais não
são autores.
De acordo com essa perspectiva teórica, a tarefa corresponde às normas
e regras que são prescritas ao trabalhador (normas antecedentes) e a
atividade seria a realização (renormalizações) dessas tarefas. Porém, não há
uma relação direta entre essas duas dimensões, ou seja, existem muitas
lacunas entre o que é prescrito e o real. Portanto, observa-se o constante
embate entre as “normas antecedentes” e as “renormalizações” (Schwartz,
2010).
2. Semântica global e práticas de linguagem
Ao assumir que o discurso é regulado por uma semântica global,
Maingueneau (1984/2008a) admite que todos os planos da discursividade –
desde os processos gramaticais até o modo de enunciação e de organização
da comunidade discursiva – estão submetidos ao mesmo sistema de
restrições, concebido como um filtro que fixa os critérios de enunciabilidade
de um discurso. “Maingueneau assume a perspectiva de que discurso e
instituições se articulam através de um sistema de restrições semânticas
comum, postulando, portanto, a existência de uma mesma rede que rege
semanticamente diversas instâncias da prática discursiva – instituição,
enunciadores, ritos genéticos, enunciação, difusão e consumo” (Mussalim,
2008: 70).
Trabalhar com base na hipótese da Semântica Global (Maingueneau,
1984/2008a) pressupõe uma compreensão acurada em relação à constituição
do corpus. “Pois, ao selecionar diferentes planos do discurso (vocabulário,
arranjos argumentativos, ethos, dêixis discursiva), o analista não pode deixar
de considerar as especificidades e restrições dos gêneros discursivos e
também a relação entre enunciado e enunciação” (Silva, 2006: 28). Diz
respeito, portanto, a uma atenta articulação entre diferentes formas de
entrada no corpus, pois todos os campos dos discursos são considerados
passíveis de análise, não existindo mais lugar para uma oposição entre
superfície e profundeza (Maingueneau, 1984/2008a: 22).
Com atenção ao nosso objetivo e pautado na hipótese da Semântica
Global (Maingueneau, 1984/2008a), selecionamos as dimensões que
privilegiam a heterogeneidade enunciativa, o estatuto dos parceiros, a dêixis
enunciativa, e o modo de enunciação, discutidos em nossa análise a partir
dos conceitos e pressupostos de cenografia e de ethos (Maingueneau, 1997,
2001, 1984/2008a). Desse modo, a semântica global que rege os discursos
que circulam no interior do jornal interno Alfaletra determina um conjunto
de práticas para esse posicionamento.
2.1. CENOGRAFIA, ETHOS E DISCURSO: OS “LUGARES” DE ENUNCIAÇÃO
Partimos da hipótese de que todo discurso constrói um quadro
enunciativo. De acordo com Maingueneau (1997: 75), “o enunciador não é
um ponto de origem estável que se ‘expressaria’ dessa ou daquela maneira”,
ele está inserido em uma determinada ‘cena enunciativa’ e é a partir desse
’lugar’ que o fiador assume um modo de enunciação, ou seja, um ethos.
Portanto, para Maingueneau, na Análise do Discurso, o ethos é concebido
como parte constitutiva da cena de enunciação e não como uma simples
estratégia persuasiva.
Na cadeia de comunicação entre a organização e seus interlocutores, as
marcas do enunciado constroem a imagem da organização (neste texto, entende-
se “imagem” como ethos construído discursivamente nos textos veiculados
no jornal interno Alfaletra). Assim, o discurso dos gestores procura
incentivar o comprometimento dos empregados com as metas e objetivos
organizacionais. O discurso sempre esteve presente nos sistemas
administrativos, com mais ênfase no relacionamento da empresa com as
pessoas, ou seja, através da interação verbal. Segundo Amossy (2008: 124),
“[...] a eficácia do discurso é tributária da autoridade de que goza o locutor,
isto é, da idéia que seus alocutários fazem de sua pessoa”.
A cenografia pode ser definida como um correlato da própria
enunciação, pois é esta última que “ao se desenvolver esforça-se por
constituir progressivamente o seu próprio dispositivo de fala” (Maingueneau,
1997: 87). A enunciação leva o quadro cênico (cena englobante e cena
genérica) a se deslocar para um segundo plano, pois quando um texto
apresenta uma cenografia, é por meio dela que esse texto se “mostra” ou se
“dá a conhecer” a seu coenunciador.
Uma das formas de acesso aos investimentos cenográficos de um texto é
por intermédio do que Maingueneau (1997) chama de dêixis discursiva,
instaurada na e pela enunciação. Análoga à dêixis linguística (EU ↔TU –
AQUI – AGORA), que define referências espaciotemporais, a dêixis
discursiva possui a mesma função, porém manifesta-se em um nível do
universo de sentido, de uma formação discursiva, construído na e pela
enunciação. Esse conceito define então referências a três registros
interdependentes: uma locução (locutor e destinatário), uma topografia (espaço)
e uma cronografia discursivas (tempo). Diante dessa inter-relação, temos que
toda enunciação se produz no interior de um já-dito, em relação dialógica
com outros discursos.
Relacionado à noção de cenografia, há o conceito de ethos entendido
por Maingueneau (1997, 2001) como uma das formas de investimento
discursivo produzido na e pela enunciação. Segundo Maingueneau, o ethos
constitui-se como um dos planos da cenografia. Para o autor, “todo
enunciado, oral ou escrito, procede de um enunciador encarnado, uma voz
que dá sustentação ao texto – a voz de um sujeito situado para além do
texto” (Maingueneau, 2001: 95).
A noção de ethos, conforme proposta por Maingueneau (1997, 2001,
2008b), possibilita um estudo da(s) instância(s) subjetiva(s) envolvida(s) na
enunciação. É pelo próprio ato de enunciar que o enunciador constrói a
legitimidade de sua enunciação, revelando por intermédio mesmo da
enunciação um caráter e uma corporalidade, isto é, pode-se afirmar que a
maneira de dizer revela uma maneira de ser do enunciador. É necessário
esclarecer que Maingueneau ao se referir à figura do enunciador o faz
dissociando-o da pessoa empírica que enuncia, isto é, o autor se refere a um
ser de discurso que se institui por intermédio do próprio discurso. A noção
de ethos então permite identificar esse ser de discurso pelas características
que demonstra. O “caráter” corresponde a uma gama de traços psicológicos,
já a “corporalidade” corresponde a uma compleição corporal e a uma
maneira de se vestir e de se movimentar no espaço social (Maingueneau,
1997).
3. Procedimentos metodológicos e corpora
Constituímos, neste estudo, uma proposta interdisciplinar de análise que
se ampara no modelo epistemológico discutido por Ginzburg (1989),
denominado paradigma indiciário, em interface com os pressupostos
teóricos que estão consubstanciados na Ergologia (Schwartz, 1997, 2000,
2010) e na análise do discurso de base enunciativa – cenografia e ethos
(Maingueneau, 1984/2008a, 2008b).
O paradigma indiciário é um modelo epistemológico atualmente
utilizado em muitas pesquisas qualitativas, que, segundo Ginzburg (1989),
emergiu no âmbito das ciências humanas no final do século XIX. O
paradigma indiciário remete “[...] a um modelo epistemológico comum,
articulado em disciplinas diferentes, muitas vezes ligadas entre si pelo
empréstimo de métodos ou termos-chave” (Ginzburg, 1989: 170).
O ponto essencial desse paradigma pode ser resumido na seguinte frase:
“se a realidade é opaca, existem zonas privilegiadas – sinais, indícios – que
permitem decifrá-la” (Ginzburg, 1989: 177). Conforme esse autor (1989:
152), o paradigma indiciário se traduz em “um saber de tipo venatório”,
caracterizado pela capacidade de, a partir de dados aparentemente
irrelevantes, descrever uma realidade complexa que não seria cientificamente
experimentável. Pode-se acrescentar que esses dados são sempre dispostos
pelo observador [um caçador, p.ex.] de modo tal que possa se traduzir numa
sequência narrativa, cuja formulação mais simples poderia ser “alguém
passou por aqui”.
Na análise deste estudo, o paradigma indiciário constitui-se no conjunto
de pistas/marcas linguístico-discursivas que são visíveis na superfície dos
corpora de pesquisa - entrevistas e exemplares do jornal interno Alfaletra - bem
como nos sentidos construídos na cenografia enunciativa e no ethos
presentes nos discursos analisados, tendo como marco teórico principal os
estudos de Schwartz (1997, 2010) e os de Maingueneau (1984/2008a,
2008b).
No estudo dos discursos empresariais divulgados no jornal interno
Alfaletra, e também através do conteúdo das entrevistas, buscamos analisar
as pistas que conduzem à elaboração da cenografia enunciativa e do ethos
manifestados nesses posicionamentos discursivos. Nesse tipo de análise, os
dados constituem o principal aspecto da pesquisa. Previamente ao
delineamento dos corpora de pesquisa utilizados, para fins deste artigo,
apresentamos breve caracterização da empresa Alfa, na qual desenvolvemos
o estudo sobre o jornal interno Alfaletra.
3.1. CARACTERIZAÇÃO DA EMPRESA E DO JORNAL INTERNO
As informações sobre a empresa objeto deste estudo foram obtidas no
site do Grupo Beta (2010), no entanto sem revelar nominalmente a fonte em
seu detalhamento, em virtude de nos referir de maneira fictícia ao nome e à
razão social, conforme acordado com os interlocutores na Organização.
O grupo empresarial Beta, de natureza familiar, atua na indústria
coureiro-calçadista, que, em 2010, completou 65 anos de existência. Hoje é
formado por várias empresas e negócios: indústria de calçados, fazendas,
empreendimentos imobiliários, administradora de cartões de crédito, além de
administrar várias marcas de produtos, vinculadas ao Grupo. Esse Grupo
possui sede no Rio Grande do Sul, na cidade Sapiranga, localizado na região
do Vale do Sinos, importante polo coureiro-calçadista nacional. Possui
unidades em mais de 13 estados do Brasil e na Argentina. O Grupo mantém
aproximadamente 18.000 funcionários e cerca de 5.000 colaboradores
indiretos.
A empresa Alfa, Unidade Calçados-Varejo, integrante do Grupo Beta,
situa-se em Porto Alegre (RS), tem a maior rede de lojas no RS (Rede Alfa3)
e em expansão pelo Brasil. Essa empresa conta com 2.217 profissionais na
região Sul do Brasil, dos quais 450 são lotados na administração, Logística e
Operação do Cartão de Crédito Alfa, em Porto Alegre (RS). Nas regiões
Sudeste e Nordeste, existem 2.159 profissionais. Há, portanto, 4.376
profissionais no Varejo, são 138 lojas no Brasil que detêm as bandeiras Alfa,
Gasalfa, Alfa Esportes e Espoalfa4.
O jornal interno Alfaletra completou 13 anos de existência, no mês de
outubro de 2010. Esse veículo de comunicação interna da empresa Alfa é
editado bimestralmente com tiragem de 2.600 exemplares, cuja distribuição é
direcionada para os funcionários das áreas administrativas e das lojas que
compõem a Empresa. Na empresa Alfa existe uma equipe específica que se
ocupa da Comunicação Interna, responsável pela organização do jornal
interno Alfaletra, que é vinculada hierarquicamente à Gerência de Recursos
Humanos (RH). Essa equipe recebe assessoria de empresa de
Endomarketing, para fins de projeto e execução do referido jornal interno.
3.2. CORPORA DE PESQUISA
Os corpora de pesquisa foram constituídos e analisados conforme a
seguinte ordenação: a) reuniões feitas com a assessora responsável pelo
jornal Alfaletra, com a finalidade de compreender o contexto em que se situa
e se desenvolve a concepção, organização e publicação desse jornal interno
de empresa; b) entrevista semiestruturada feita com duas funcionárias
assessoras (nomes fictícios Ana e Bia, respectivamente), que atuam no
âmbito da Comunicação Interna, da empresa Alfa, responsáveis pela
organização e publicação do jornal interno Alfaletra, uma das quais já fora
entrevistada inicialmente conforme relatado no item a. As questões que
integraram o formulário da entrevista basearam-se no roteiro criado por
Arouca, Arouche e Mello (1998). Ressaltamos que essas entrevistas não se
constituíram na principal técnica de coleta de dados, mas foram importantes
como material empírico de apoio à pesquisa desenvolvida neste estudo, visto
que auxiliaram no sentido de desenvolver possíveis respostas à questão
norteadora apresentada na introdução deste artigo; c) três exemplares do
jornal interno Alfaletra (fev. 2008, fev. 2009, e jan./fev. 2010), cuja seleção
ocorreu aleatoriamente, visto que todos os exemplares publicados, no
período compreendido entre os meses de fevereiro de 2008 e fevereiro de
2010, possuem estrutura e organização semelhantes em suas editorias, porém
não em relação aos discursos divulgados.
Diante da materialidade linguístico-discursiva obtida nas duas entrevistas
realizadas, selecionamos as questões respondidas que se revelaram mais
significativas em termos de análise, inclusive porque julgamos suficiente esse
recorte, que mostrou um conjunto de informações relevantes, no sentido de
atender ao objetivo proposto, e também pela necessidade de estabelecer
limites de abrangência do texto produzido neste trabalho. As respostas
analisadas na seção 4 (Análise e Resultados) correspondem às seguintes
questões formuladas: pergunta 2: Você poderia relatar como tem sido sua
experiência na Comunicação Interna - no jornal Alfaletra?; perguntas 5 e 6:
Qual a importância do prescrito em um jornal interno de empresa como o
Alfaletra? e Você acredita que os prescritos têm a força de modificar
comportamentos funcionais dos colaboradores? Em que sentido?
A respeito das entrevistas, destacamos que houve respeito à
subjetividade dos depoimentos em cada entrevista, todavia analisamos os
enunciados/discursos mediante a manifestação da subjetividade do
pesquisador, autor deste trabalho, considerando-se que a própria
subjetividade de um eu instaura um tu subjetivo correspondente na
enunciação, que, em uma última instância, provoca a intersubjetividade
(Benveniste, 1966/1995).
A partir das entrevistas realizadas, foi possível analisar o debate entre as
normas antecedentes e as renormalizações (Schwartz, 1997, 2010). As pistas
do real da atividade foram obtidas através das entrevistas, momento em que
as assessoras de comunicação interna se posicionaram sobre o trabalho
realizado. Já para descrever a cenografia enunciativa e a construção do ethos
discursivo, constatados no jornal interno analisado, o percurso
procedimental realizou-se através de indícios da superfície discursiva
(materialidade linguística) que foram considerados como relevantes para sua
caracterização, considerando-se a regularidade desses indícios a partir das
instâncias de enunciação (Maingueneau, 1984/2008a): estatuto do
enunciador e do coenunciador, dêixis enunciativa e o modo de enunciação.
Apresentamos na sequência a análise dos resultados obtidos na pesquisa
realizada.
4. Análise e resultados
Estabelecemos aqui uma relação entre conteúdos selecionados através
de recortes discursivos considerados, por nós, como mais significativos e
alguns dos principais pressupostos teóricos, em interface, da Ergologia
(operacionalização de saberes - normas antecedentes e renormalizações; o trabalho
e o uso de si) e da Semântica Global (cenografia enunciativa e ethos discursivo).
Inicialmente, analisamos a pergunta 2: Você poderia relatar como tem
sido sua experiência na Comunicação Interna - no jornal Alfaletra? Nessa
questão, solicitamos às entrevistadas que relatassem sua experiência na
Comunicação Interna na empresa Alfa a partir da atividade de trabalho
realizada junto ao jornal.
Destacamos alguns depoimentos que mais se relacionam com os
propósitos deste estudo. A assessora Ana comentou:
“minha experiência tem sido ótima. É interessante poder ver os movimentos
da empresa expressos neste periódico. A produção do Jornal traz um
envolvimento que o leitor não acompanha e neste campo – dos bastidores é que por vezes a experiência não é tão satisfatória. Conciliar os diferentes
tempos e ritmos, da [Empresa], das fontes e das empresas envolvidas na
produção – agência de endomarketing e gráfica, acaba trazendo algumas
tensões. Contudo faz parte e são administráveis! (grifo nosso)”.
A partir do que comentou a entrevistada Ana, em relação a tempos,
ritmos e tensões, recuperamos aqui a noção de que o trabalho é uso de si, na
Ergologia, o que significa entender que é o lugar de uma tensão
problemática, de um espaço de possibilidades a serem negociadas: não há
execução, mas uso, e isso supõe um “espectro contínuo de modalidades”
(Duraffourg e Durrive, 2010: 53). “Toda ‘aplicação’ de princípios técnicocientíficos é sempre, em parte, uma reinvenção local, e toda atividade de
trabalho é sempre, mais ou menos, uma ‘dramática do uso de si’, situada
entre estas normas antecedentes e a necessidade de dar-se a si mesmo
normas, aí onde as primeiras são ‘inacabadas’” (Schwartz, 2003: 26). Nesse
mesmo sentido, situa-se a fala de Trinquet (2010: 109): “cada indivíduo tem
maneiras diferentes de avaliar uma situação. E essas maneiras pessoais
remetem, inicialmente, aos objetivos e imperativos que lhe são atribuídos,
mais ou menos implicitamente, pelos outros”.
Ainda, ao se referir a “conciliar os diferentes tempos e ritmos”,
verificamos que o discurso da assessora Ana situa-se em uma dêixis
enunciativa espaciotemporal5, ou seja, enfatizou-se não o tempo cronológico,
mas aquele fluido, da mobilidade e da dinâmica organizacionais em que os
atores, os sujeitos organizacionais, estão imersos. A dêixis enunciativa é
instaurada em cada ato de enunciação e refere-se à representação
espaciotemporal que cada discurso constrói em função de seu universo
discursivo (Maingueneau,1984/2008a).
Por sua vez, Bia, outra assessora entrevistada, ressaltou:
“o fato de ele (o jornal) ser resultante de um desdobramento estratégico de
um Plano de Comunicação maior - buscando gerar alinhamento entre a
empresa e o público - é algo que tem sido muito gratificante de estar
realizando profissionalmente” (grifo nosso).
Com base nesse depoimento, percebemos que a referência a alinhamento
entre a empresa e o público remete à prescrição6 no trabalho. O trabalho
prescrito pressupõe um conjunto de condições e exigências a partir das quais
a tarefa deverá ser realizada, e inclui tanto as condições determinantes de
uma situação de trabalho (ambiente físico, matéria-prima, equipamentos etc.)
quanto as prescrições (normas, ordens, manuais, metas e objetivos,
resultados a serem obtidos etc). O enfoque ergológico critica as abordagens
que consideram o trabalho como uma mera execução de uma prescrição, dos
procedimentos estabelecidos, como se existisse uma divisão transparente
entre os que planejam e os que executam dada tarefa (Schwartz, 1997).
Na sequência, indagamos sobre a importância do prescrito em um jornal
interno de empresa como o Alfaletra, e se as assessoras entrevistadas
acreditavam que esses prescritos têm a força de modificar comportamentos
funcionais dos colaboradores. Esse questionamento desdobrou-se em duas
perguntas: 5 e 6 do formulário da entrevista: Qual a importância do prescrito
em um jornal interno de empresa como o Alfaletra? e Você acredita que os
prescritos têm a força de modificar comportamentos funcionais dos
colaboradores? Em que sentido?
Passemos a alguns recortes dos depoimentos das entrevistadas
(conforme constam nos boxes seguintes), pois se configuram como
essenciais para a análise que realizamos. A entrevistada Ana destacou:
“toda a importância. [...] Estrategicamente, por ser o canal oficial mais
antigo, foi escolhido para quase que ser o porta-voz de todo um projeto de
ampliação e aproximação do ‘novo’ modelo de comunicação da empresa
com sua equipe de profissionais”. Disse ainda: “na prática, partimos das
notícias, dos fatos que acontecem, e para incluir a matéria no jornal,
associamos o conteúdo ‘do aconteceu’ a um reforço do prescrito, passando a
mensagem a partir de exemplos práticos que os próprios colegas já
empregam. Assim, buscamos que esta influência nos leve a um maior
alinhamento de práticas, condutas e comportamentos dentro da organização” (grifo
nosso).
A partir deste comentário da assessora Ana, pode-se dizer que temos aí
uma prescrição ao modo de pensar, que é moldado pelos referenciais
normativos da empresa Alfa. “Ao conjunto de prescrições, descendentes e
ascendentes, e à ausência de prescrições, é importante acrescentar aquelas
designadas como prescrições sobre o ‘modo de pensar’’’ (Sant’Anna e
Souza-e-Silva, 2007: 85)7.
Esse “modo de pensar”, a nosso ver, está relacionado ao comentário
da entrevistada ao enfatizar “alinhamento de práticas, condutas e
comportamentos dentro da organização”, pois, “para incluir a matéria no
jornal, associamos o conteúdo ‘do Aconteceu’ a um reforço do prescrito,
passando a mensagem mediante a menção de exemplos práticos que os
próprios colegas já empregam”. Vejamos mais detalhadamente esse
contexto de exemplo prático (editoria “De cara nova”, jan./fev. 2010, n. 104:
6) através do texto que tem como título:
“Alfa8 Esportes abre as portas no mundo virtual”, e a seguinte mensagem: “Em
março a Alfa ganhará uma nova loja. Desta vez, o Brasil inteiro vai poder
acompanhar a abertura da filial, já que sua sede é o mundo virtual”. “Ao investir
neste mercado, a Alfa reafirma seu espírito inovador, alinhando-se às grandes empresas
estabelecidas na internet”, avalia o Analista da Web, Antonio Rubens9.
Dessa maneira, ao se considerarem “exemplos práticos”, relaciona-se,
no campo do trabalho, à polaridade uso de si (Schwartz, 1997), mais
especificamente ao uso de si por outros, pois esses saberes práticos e da
experiência dos trabalhadores são referenciais que legitimariam o discurso
do enunciador no jornal Alfaletra. “O destinatário não é somente um
consumidor de ‘ideias’. Ele acede a uma ‘maneira de ser’ através de uma
‘maneira de dizer’” (Maingueneau, 1984/2008a: 94). Nesse sentido,
verificamos a construção de uma cenografia enunciativa que emoldura um
ethos discursivo: inter-relaciona-se no discurso que a empresa Alfa detém
conhecimentos e tecnologia, aspectos esses que constituem uma cenografia
que caracterizam essa empresa como organização ativa e dinâmica, cujo
ethos decorrente é de empresa inovadora, atenta e ágil diante do que
acontece no seu ambiente competitivo.
A entrevistada Bia, por sua vez, manifestou-se da seguinte maneira ao
ser questionada sobre a importância do prescrito em um jornal interno de
empresa e sobre a crença que teriam os prescritos para modificar
comportamentos funcionais dos colaboradores:
“não exatamente modificar, mas sim inspirar, provocar e com isto promover
adesão, aproximação ou mesmo rejeição e distanciamento.
O prescrito funciona como um catalisador, como um agente cujo
resultado depende dos outros elementos e componentes. Considera-se
salutar que haja clareza e que se criem espaços e mecânicas de expressão do
prescrito. Com isto atendido, entendemos que necessariamente se passe por
um processo dialético e este sim gera modificações (Schwartz, 1997). De forma
complementar ao depoimento da entrevistada Bia, a assessora Ana ainda
posicionou-se do seguinte modo:
“como entendemos e formatamos [o Jornal] a partir de um desdobramento
do Plano de Comunicação, ele está completamente orientado em função do
prescrito. Ou seja, no nosso caso ele é fundamental e de onde “tudo” parte.
Por exemplo, os elementos da cultura e da estratégia que precisam ser
trabalhados é que determinaram o tipo de editorias fixas que temos, seu
conteúdo e orientação de discurso. Assim, o prescrito não é só aplicado
literalmente, mas está presente de forma indireta e implícita em todas as
mensagens.
Com base nesse depoimento da entrevistada Ana, identificamos que a
cenografia constituída nesse enunciado busca legitimar o discurso da
assessora Bia, legitimando-o como pertinente ao que é prescrito pelo Plano
de Comunicação da empresa Alfa. A cenografia “[...] legitima um enunciado,
que por sua vez, deve legitimá-la, estabelecendo que essa cenografia onde
nasce a fala é precisamente a cenografia exigida para enunciar como
convém” (Maingueneau, 2001: 87-88).
Ainda com base nos posicionamentos das duas entrevistadas quanto ao
trabalho prescrito que normatiza (normas antecedentes) a elaboração do
jornal interno Alfaletra, constatamos existir analogia entre o teor dos
depoimentos feitos pelas assessoras com a releitura de Schwartz (1997, 2000)
sobre a Ergonomia da Atividade, em especial ao que se entende por trabalho
prescrito e trabalho real. Nesse sentido, Schwartz10 (1997, 2000) propõe a
atividade de trabalho como “uma dramática que envolve negociação entre
normas antecedentes e heterodeterminadas e renormalizações, que decorrem
de investimentos singulares inerentes a microescolhas dos profissionais de
não importa qual ofício”. Desse modo, Schwartz (1997) reafirma e
aprofunda a compreensão da defasagem entre a instância que organiza
(dimensão do dizer) e que atua (dimensão do fazer), que faz com que algo
sempre escape à predeterminação, à antecipação daqueles que planejam.
Partindo para o segundo momento desta análise, realizamos a análise de
três exemplares do jornal interno Alfaletra (fev. 2008, fev. 2009, e jan./fev.
2010) mediante a transcrição de segmentos discursivos, em boxes
específicos, conforme dispostos na sequência:
(1) Depois da experiência de sucesso na indústria, o Programa (OLA)
agora dá seus primeiros passos no Varejo. A proposta básica é tornar
o ambiente mais produtivo e socialmente agradável, proporcionando
assim uma maior qualidade de vida e de trabalho para todos (fev., 2008,
p. 3, grifo nosso).
(2) Diariamente temos a oportunidade de estar em contato com muitas e
diferentes pessoas; fazer com que elas se interessem em dar
continuidade ao relacionamento que mantêm conosco é o desafio de
cada um de nós (fev. 2009, p. 2, grifo nosso).
(3) [...] Antes de tudo, acreditamos que as lojas [...] devem estar
preparadas para garantir, além de produtos e serviços, um atendimento
de excelência em todos os pontos de contato com o cliente. Para que
isso aconteça é fundamental que tenhamos um time unido, disposto
a superar resultados, conquistar e manter clientes ao longo do tempo
(fev., 2009, p. 2, grifo nosso).
(4) Todos os dias, quando nossas lojas abrem suas portas é como se uma
seleção estivesse dando início a uma grande partida, onde cada um
ocupa uma posição estratégica [...] (jan./fev., 2010, p. 2, grifo nosso).
Através da análise das instâncias de enunciador e de coenunciador
(Maingueneau, 1984/2008a) nesses excertos discursivos, verifica-se a
construção de uma imagem recorrente que é construída: a do time, a da equipe.
Nessa imagem de time unido e de equipe, os colaboradores cultivam ambiente
de trabalho produtivo e agradável e, assim, ocupam posição estratégica no
“jogo”, através do que se propicia relacionamento duradouro com clientes.
Verificamos que essa cenografia é moldada/prescrita como se tal equipe fosse
uma seleção, talvez a melhor, que a partir de uma “grande partida” tem êxito
no que faz, que se relaciona bem com clientes através de atendimento de
excelência. Sendo assim, supera resultados e se destaca nacionalmente no
segmento econômico em que atua. Os itens lexicais sucesso, qualidade de vida,
atendimento de excelência, time unido, seleção, posição estratégica, resultados, no contexto
discursivo, possibilitam estabelecer relações de sentido que constroem o ethos
que se depreende mediante a cenografia enunciativa que é levada a efeito:
ethos de empresa “cuidadora, zelosa, socialmente responsável, competitiva”.
Diante de tal cenário, constata-se que a empresa, além de time, equipe,
seleção, constrói outras imagens de si, tais como: bem
conceituada/reconhecida pelo seu público, interno e externo; zela pelo
ambiente de trabalho e proporciona qualidade de vida aos colaboradores;
valoriza seus clientes; é lucrativa e preocupada com a excelência do
atendimento. Esse ethos discursivo é intrínseco à cenografia enunciativa, na
qual também se destaca a imagem de poder e liderança da empresa mediante
discursos que enfatizam a gestão organizacional eficaz.
As marcas das relações entre as pessoas11 do discurso (NÓS= eu + você)
mostram uma ideia de que interesses comuns, harmonia, satisfação, sintonia total e
entrosamento são características marcantes do empírico na empresa. Assim, estar
comprometido é estar satisfeito, logo, responsabilidade, organização, qualificação e
competência, superação são padrões que podem ser facilmente atingidos. Esses
atributos são constitutivos da imagem construída, empresa de sucesso
nacional, enfim uma “seleção” exitosa, por isso requer de seus colaboradores
aprimoramento contínuo para superar resultados, todos recompensados por
integrar o NÓS da empresa. A “’situação de enunciação’ [...] constitui um
sistema de posições abstratas sob os quais repousa a atividade enunciativa, cujos
enunciados trazem múltiplos traços, em particular os elementos dêiticos”
(Maingueneau, 2010: 202, grifo do autor).
Assim, “ao inventariar as marcas que identificariam o ethos desse sujeito
que constrói o universo sobre o qual se fala, verificamos que a ideia do
time/da equipe/da seleção estabelece uma relação com um NÓS =
EMPRESA” (Sant’Anna, 1998: 284). Desse modo, mediante esse tom, essa
vocalidade, o caráter e a corporalidade que se constroem discursivamente
afetam tanto a imagem do enunciador e do coenunciador, quanto a da própria
empresa. “Cria-se, dessa maneira, uma complexidade de identificação: EU só
me identifico com o NÓS e com ELA (a empresa), se for capaz de me
enquadrar na imagem construída, que se baseia em valores de dinamismo, espírito
de equipe, competitividade, qualificação, eficiência, responsabilidade, organização, orgulho,
desempenho, relacionamento etc.” (Sant’Anna, 1998: 284).
Percebemos, portanto, que a autoridade relativa do enunciador provém de
projeções do ethos que são apresentadas no discurso, a do time/equipe eficaz,
da seleção que ganha o jogo, pois se constatam imagens de si construídas pelo dizer
que revelam uma maneira de ser da empresa. Tais imagens significam e
ressignificam, a todo instante, valores como união, competição, qualidade e
excelência dos serviços. Verificamos, então, que o status institucional do
autor/locutor do texto, como ser no mundo, e a construção verbal do
locutor/enunciador, como ser do discurso, se recobrem e se reforçam
mutuamente, existindo, dessa maneira, incorporação do discurso da empresa
pelo fiador/enunciador, que através da cenografia construída instiga e
“chama” o coenunciador a aderir ao que é dito, para saber, para fazer
(Maingueneau, 2008b, 2008c).
Consideramos, desse modo, que o ethos discursivo e a eficácia da palavra
não se caracterizam nem puramente exterior (institucional) nem puramente
interna (linguageira). Ela acontece simultaneamente em diferentes níveis. Não
se pode separar ethos discursivo da posição institucional do locutor, nem
dissociar totalmente interlocução da interação social como troca simbólica.
Esse ethos discursivo é intrínseco à cenografia enunciativa, porque está
ancorado em (1) e (5) numa perspectiva de “cena validada”, por exemplo:
(1) “Depois da experiência de sucesso na indústria, o Programa (OLA) agora
dá seus primeiros passos no Varejo », e ainda, (5) “nossa empresa está há
mais de meio século no mercado, sendo referência de tradição, solidez e
qualidade” .
As cenas validadas nesses discursos são “experiência de sucesso do
Programa (OLA) na indústria” e “presença da empresa no mercado há
mais de meio século”. Essas expressões mencionadas podem ser
entendidas como ethos dito, “por que vai além da referência direta do
enunciador a sua própria pessoa ou a sua própria maneira de enunciar”
(Maingueneau, 2008b: 80), pois essa cena marcada na enunciação é uma
cena validada, em que “’validada’ significa ‘já instalada na memória coletiva 12,
seja como antimodelo, seja como modelo valorizado. A ‘cena validada’
fixa-se facilmente em representações estereotipadas popularizadas pelo
iconografia” (Maingueneau, 2008b: 81).
Nos segmentos discursivos acima destacados (1 e 5), constatamos que
a excelência no trabalho, que representa o alcance do padrão de qualidade,
é resultado da repetição da regra/procedimento daquilo que foi
apresentado em eventos como treinamentos, palestras, pronunciamentos
da diretoria, depoimentos de supervisores e de funcionários. Nas relações
de trabalho, Sant’Anna e Souza-e-Silva (2007: 80) criticam que “as normas
passam a receber uma formalização específica” com a finalidade de
organizar a produção.
Conforme referendado pelas autoras, embasadas em Schwartz (2002),
essa formalização é parte da exigência universal de organização social e se
caracteriza por um movimento progressivo de codificação da prescrição
operatória do trabalho. Desse modo, podemos compreender que as
normas têm o objetivo de organizar o trabalho, surgem para prescrever de
modo antecipado e enquadrar de forma explícita aquilo que o trabalhador
deveria executar. “Trabalhar jamais é, simplesmente, aplicar, mas se adaptar
sempre às variabilidades organizacionais, materiais, ambientais e humana,
em tempo real. Trabalhar é gerir, sustenta Schwartz” (Trinquet, 2010: 107).
Verificamos que os discursos empresariais divulgados no jornal interno
Alfaletra, na atividade de trabalho, inter-relacionam-se com os saberes
acadêmicos ou instituídos e com os saberes práticos ou investidos
(Schwartz, 1997). “O polo dos saberes constituídos refere-se a todo
conjunto de prescrições e normas que se encontram antes da realização do
trabalho, a tudo aquilo que é formalizado, ensinado e consultado, sob
diversos suportes: livros, manuais, organogramas e, ainda, softwares,
computadores, novas instalações etc” (Souza-e-Silva 13, no prelo: 13). Esse
conjunto, que constitui o que se denomina normas antecedentes,
contempla todas as prescrições a que estão sujeitos os trabalhadores, no
caso os funcionários da empresa Alfa, público-alvo do jornal interno
Alfaletra.
A gestão da atividade pelo trabalhador, o polo do trabalho, é
considerada como uso de si, porque “não existe execução, mas uso (Schwartz
e Durrive, 2010: 194). Esse terceiro polo é considerado o mais complexo, de
mais difícil entendimento, pois implica estabelecer articulação entre os
saberes constituídos e os saberes investidos, o que se caracteriza como uma
“dramática do uso de si”, ou seja, “como gestão dos valores subjacente às
escolhas, decisões a serem tomadas no cotidiano a partir de imperativos
diferentes, gestão de imprevistos, gestão de relações sociais, gestão de crises
também e, finalmente, gestão de si – dessa entidade em parte opaca ao
próprio ser humano que faz a experiência de si mesmo por meio da atividade
laboriosa14”.
Além disso, por meio de processo injuntivo, que neste jornal interno se
concretiza tanto pela modalidade deôntica – fazer [...] é o desafio (2); deve(m)
estar (3); é fundamental que tenhamos [...] (3) - quanto pela epistêmica - a proposta
básica é tornar o ambiente (1); acreditamos que as lojas (3); é fundamental que tenhamos
(3); - o enunciador normaliza a ação ao expressar um saber que leva o
interlocutor a aderir a esse discurso, aceitando-o como verdadeiro. A
injunção suscita o dizer e, também, o fazer; não é reversível, emana daquele
que se encontra em posição de aconselhar/ordenar; ao que recebe a
dica/conselho/ordem resta concordar (dizer) e necessariamente executar
(fazer). Tem-se, portanto, uma competência adquirida por meio do
treinamento, da repetição, supondo “uma racionalidade inerente ao processo
de produção, como se este fosse dotado de leis naturais a que os homens e
sua ciência devessem subordinar-se e obedecer” (Sennet, 2006),
desvalorizando-se e apagando a experiência.
Reiteramos, por fim, o resultado dos comentários precedentes: a posição
institucional do locutor e o grau de legitimidade que ela lhe confere
contribuem para suscitar imagem prévia, a partir da inter-relação entre os
saberes instituídos na atividade de trabalho na qual se estabelecem
cenografias e consequentes imagens prévias do locutor (a empresa Alfa).
Pois, “o ethos discursivo mantém relação estreita com a imagem prévia que o
auditório pode ter do orador ou, pelo menos, com a idéia que este faz do
modo como seus alocutários o percebem” (Charaudeau e Maingueneau,
2008: 221). A representação da pessoa do locutor anterior a sua tomada de
turno – às vezes denominada de ethos prévio ou pré-discursivo – “está
frequentemente no fundamento da imagem que ele constrói em seu discurso:
com efeito, ele tenta consolidá-la, retificá-la, retrabalhá-la ou atenuá-la”
(2008: 221). Todavia, esses autores comentam que essa noção permanece
problemática, porque extradiscursiva, sendo assim, precisa ser adotada com
diversas precauções.
Considerações finais
O jornal interno Alfaletra, ao reforçar as atitudes que o mercado espera
dos profissionais nas novas relações de trabalho, marca uma característica do
veículo de comunicação interna na empresa de não ser apenas transmissor de
informação, mas também fomentadores de crenças, culturas e valores:
valoriza-se a ação do indivíduo, portanto prescrevem-se comportamentos e,
por meio da busca da concordância e da adesão das pessoas, busca-se dar
sentido de participação à sua subordinação.
As dicas, as explicações, nesses casos, não se caracterizam apenas como
uma injunção a fazer, que é emitida pela hierarquia responsável pelo
trabalho, mas adquire caráter de autoridade a partir do momento em que o
leitor do jornal interno se coloca na posição de um profissional que busca
receber aqueles conselhos, aquelas sugestões. Percebe-se, portanto, que as
prescrições formais, descendentes ou ascendentes não são suficientes para se
compreenderem os sentidos de trabalho. O jornal interno de empresa
atribui-se também esse espaço gerador de normas, procedimentos, a serem
seguidos em busca do sucesso.
Nos discursos analisados, elabora-se, então, uma imagem verbal que o
leitor (funcionário) pode recompor ao reunir um conjunto de elementos
frequentemente esparsos e lacunares em uma representação familiar (a
empresa.), como por exemplo: o time/a equipe unida, a tradição, solidez e
qualidade. Esse estereótipo se deixa apreender tanto no nível da enunciação
(um modo de dizer) quanto no do enunciado (conteúdos, temas). A imagem
de si construída no discurso é constitutiva da interação verbal e determina,
em grande parte, a capacidade de o locutor agir sobre seus alocutários.
Instauram-se estratégias discursivas que constroem uma imagem particular
do locutor, numa espécie de amálgama com a imagem da empresa que é
construída através dos discursos mobilizados no e sobre o jornal Alfaletra.
São várias as marcas linguísticas (paradigma indiciário) que identificam
traços de didaticidade, dentre elas a exemplificação, a explicação, a
enumeração, a citação de especialista, as perguntas retóricas, as situações
didáticas em forma de entrevista, o uso de generalizações, as formas pessoais
e impessoais para expor conhecimento. Trata-se, então, de uma
interpenetração de conhecimentos: como se dá a passagem entre “quem
sabe”, o enunciador instituído pelo jornal interno, e o interlocutor-leitor
presumível. Indaga-se, então, o que se quer fazer compreender para além da
informação?
NOTAS
1
2
3
4
5
Conforme solicitação da empresa, atribuímos nome fictício.
Nome fictício para denominar o jornal interno da empresa.
Nome fictício atribuído à Rede.
Todos esses nomes foram atribuídos especificamente para fins deste estudo.
Em linguística, entende-se por isso o conjunto de localizações no espaço e no
tempo que um ato de enunciação apresenta, graças aos “embreadores” (ou
“shifters”) (Maingueneau, 1984/2008a: 88, nota n. 26). Em “A linguagem e a
experiência humana”, Benveniste (1974/1989: 68) refere-se a duas categorias
fundamentais do discurso, necessariamente ligadas: a de pessoa e a de tempo.
Nesse sentido, ver Freitas (2011) em seu artigo “A enunciação em texto
jornalístico: o uso das categorias de tempo, espaço e pessoa”.
6 Refere-se ao Plano de Comunicação Interna da empresa Alfa.
7 Afirmação com base em Schwartz (1997).
8 Relembramos que se trata de nome fictício para fins deste artigo.
9 Nome fictício utilizado neste trabalho.
10 Citado por Teixeira (2010: 46).
11 Embreantes, para Maingueneau (2001); categorias de pessoa, de tempo e de
espaço, conforme Benveniste (1974/1989).
12 Memória coletiva da empresa Alfa e dos seus funcionários.
13 A autora refere a Schwartz (1997), que postula um princípio teóricometodológico intitulado Dispositivo Dinâmico de Três Polos (DD3P), no qual
o termo polo indica um lugar virtual onde se articulam os saberes constituídos,
os saberes investidos e a gestão valores.
14 Nesse comentário, Souza-e-Silva (no prelo, p. 14) refere Schwartz (1997).
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ERNANI CESAR DE FREITAS é doutor em Letras, área de concentração Linguística
Aplicada pela Pontifícia Universidade Católica do Rio Grande do SUL
(PUCRS), Brasil. Cursou estágio pós-doutoral na Pontifícia Universidade
Católica de São Paulo (PUC-SP/LAEL), na linha de pesquisa Linguagem e
Trabalho. Professor permanente do Programa de Pós-Graduação em Letras
da Universidade de Passo Fundo (UPF) e do Mestrado em Processos e
Manifestações Culturais da Universidade Feevale – Novo Hamburgo (RS).
Atua como pesquisador nas seguintes linhas de pesquisa: Constituição e
Interpretação do Texto e do Discurso e Linguagens e Processos Comunicacionais. Integra
a Asociación Latinoamericana de Estudios del Discurso (ALED).
Correo electrónico: [email protected]
Sin duda y en principio: Modalización, desdoblamiento
enunciativo y heterogeneidad
MARÍA MARTA GARCÍA NEGRONI
Universidad de San Andrés
Universidad de Buenos Aires - CONICET
RESUMEN. En este trabajo se analiza el rol discursivo de los marcadores sin duda y en
principio en un corpus de discurso académico escrito en español. Luego de recordar
brevemente lo que la bibliografía especializada ha dicho sobre estos dos marcadores,
se propone un análisis acerca del modo en que la enunciación de cada uno de ellos
desencadena dinámicas discursivas de desdoblamiento enunciativo. Se sostiene así
que, análogamente a las formas de la modalización autonímica (Authier, 1995) con
las que el sujeto comenta la propia enunciación que está llevando a cabo, las
modalizaciones introducidas por sin duda y en principio también evidencian la
presencia de un sujeto desdoblado que, al mismo tiempo que enuncia, comenta lo
que dice. Al hacerlo, muestran la emergencia en el discurso de una heterogeneidad
en tres campos de la no coincidencia (entre los co-enunciadores, del discurso
consigo mismo y de lo dicho con la realidad representada).
PALABRAS CLAVE: sin duda, en principio, modalización, desdoblamiento enunciativo, heterogeneidad
RESUMO. Neste trabalho, analisa-se o papel discursivo dos marcadores sin duda e en
principio num corpus de discurso acadêmico escrito em espanhol. Depois de recordar
brevemente o que a bibliografia especializada disse sobre estes dois marcadores, se
propõe uma análise a respeito do modo em que a enunciação da cada um deles
desencadeia dinâmicas discursivas de desdobramento enunciativo. Sustenta-se assim
que, analogamente às formas da modalização autonimica (Authier, 1995) com as que
o sujeito comenta a própria enunciação que está a levar a cabo, as modalizações
introduzidas por sin duda e en principio também evidenciam a presença de um sujeito
desdobrado que, ao mesmo tempo que enuncia, comenta o que diz. Ao fazê-lo, la
enunciação de sin duda e en principio mostra a emergência no discurso de uma
heterogeneidade em três campos da não coincidência (entre os co-enunciadores, do
discurso consigo mesmo e do dito com a realidade representada).
PALAVRAS CHAVE: sin duda, en principio, modalização, desdobramento enunciativo,
heterogeneidade
ABSTRACT. This paper discusses the role of discourse markers sin duda and en principio
in a corpus of academic discourse written in Spanish. After briefly reviewing what
the literature has said about these two markers, I will examine the way in which the
enunciation of each one of them triggers special discursive dynamics. Similarly to the
forms of autonymic modalisation (Authier, 1995) with which the subjects comment
on their own enunciation, the modalisations introduced by sin duda and en principio
also reveal the presence of an unfolded subject: i.e. while the speaker is proposing a
certain representation, he/she also comments on what is being said. In doing so, the
enunciation of sin duda and en principio shows the emergence of three areas of non
coincidence (between the co-enunciators, of the discourse with itself and of what is
said with the represented reality).
KEY WORDS: sin duda, en principio, modalización, desdoblamiento enunciativo, heterogeneidad
Introducción
En los últimos años, varias investigaciones en el área de los discursos
científicos se han ocupado de las actividades metadiscursivas que el sujeto
de la enunciación académica lleva a cabo en la formulación de sus textos
(Swales, 1990; Hyland, 1998; Breivega, Dahl & Flottum, 2002; Moreno,
2003; Dahl, 2004, entre otros).1
Definido como el discurso sobre el discurso, el metadiscurso es
caracterizado habitualmente como el material lingüístico que se refiere no a
los aspectos proposicionales del texto, sino a la organización del discurso o
a la actitud del sujeto respecto del contenido o de su lector. En términos de
Halliday (1973), el metadiscurso cumple las funciones textual e
interpersonal del lenguaje por lo que, en la bibliografía sobre el tema, es
frecuente que se distinga el metadiscurso textual o metatexto del
metadiscurso interpersonal. Así, mientras que, con el concepto de
metatexto se alude a las formas lingüísticas (i. e. conectores,
estructuradores de la información) que organizan de manera convincente y
coherente el texto para el lector, con el de metadiscurso interpersonal se
hace referencia a aquellos elementos (i. e. marcadores de actitud,
atenuadores, reforzadores, marcas de persona) que manifiestan o expresan
distintas facetas de la identidad autoral y que contribuyen a la relación
escritor-lector. Tanto en un caso como en el otro, se trata de un tipo de
actividad discursiva que puede ser descripta, para utilizar los términos de
Dahl, como la “manifestación ostensible del reconocimiento del lector por
parte del escritor” (2004: 1811). El metadiscurso se constituye así en una de
las huellas salientes de la relación intersubjetiva y, por lo tanto, de la
presencia del sujeto en su discurso, y su estudio, al igual que el de las
indicaciones de persona, el de los distintos tipos de negaciones, el de las
marcas de la argumentación y de la reformulación, entre otros, permite
poner de manifiesto que la dimensión polifónica, dialógica y subjetiva se
materializa también en la escritura científico-académica a través de la mera
utilización del lenguaje (García Negroni, 2007, 2008, 2009a y b, 2011a y b).
En este trabajo me ocuparé de una de las manifestaciones del
metadiscurso interpersonal, la desencadenada por los marcadores sin duda y
en principio, en un corpus de discurso académico escrito en español. Dicho
corpus está constituido por ponencias de Lingüística, publicadas en el libro
de Actas del congreso en homenaje a Oswald Ducrot realizado en Buenos
Aires en julio de 2002 (cf. Actas del Congreso Internacional La Argumentación,
CD-Rom, Buenos Aires, Facultad de Filosofía y Letras, 2003).2
Específicamente, me propongo analizar las dinámicas discursivas
instauradas por los dos marcadores sin duda y en principio, con el fin de
mostrar, a través de la descripción, el modo en que la enunciación de cada
uno de ellos da cuenta de la presencia subjetiva del locutor en su discurso.
Como es sabido, y análogamente a otros marcadores de la modalidad
epistémica (como desde luego, naturalmente, claro, por lo visto, etc.), sin duda y en
principio han sido habitualmente caracterizados como mecanismos de
modalización de los enunciados que introducen la subjetividad del locutor,
quien valora (i.e. refuerza o atenúa) el grado de fiabilidad de lo asertado.
Ahora bien, si esta descripción es “sin duda” o “en principio” adecuada, la
hipótesis que quisiera defender en lo que sigue es que la ocurrencia de este
tipo de modalizadores pone de manifiesto una dinámica discursiva de
desdoblamiento enunciativo. Así, de manera análoga a las formas de la
modalización autonímica (Authier, 1995) con las que el sujeto comenta la
propia enunciación que está llevando a cabo, y que por lo tanto permiten la
construcción de una imagen suya como la de alguien que busca dominar su
discurso, las modalizaciones introducidas por los marcadores que aquí me
ocupan, sin duda y en principio, también evidencian la presencia de un sujeto
desdoblado que, al mismo tiempo que enuncia, comenta lo que dice y, por
lo tanto, de un enunciado que no puede ser interpretado de manera directa.
El comentario reflexivo, que caracteriza la dinámica discursiva instaurada
por estos dos marcadores, complejiza así la interpretación de la
representación construida en el discurso y opacifica el sentido del
enunciado.
A continuación entonces, y luego de recordar brevemente lo que la
bibliografía especializada ha dicho sobre estos dos marcadores (§ 2),
propondré una caracterización de ambos en términos del desdoblamiento
enunciativo que la enunciación de cada uno de ellos desencadena (§ 3). En
particular, intentaré demostrar que, si en el caso de la modalización
autonímica, los comentarios reflexivos se refieren a las formas del decir y
muestran la emergencia en el discurso de una heterogeneidad (o no
coincidencia), que por otro lado le es constitutiva, en el caso de los
comentarios introducidos por los modalizadores sin duda y en principio, estos
aluden reflexivamente a lo dicho, y al hacerlo también señalan, según la
dinámica de desdoblamiento introducida por uno u otro marcador, la
irrupción de la heterogeneidad. La actitud de alerta y de control que se
manifiesta a través de estos marcadores de refuerzo y de atenuación
contribuye pues a la configuración de la imagen del locutor académico en
su discurso e inciden en la relación interpersonal establecida con el lector
(ya sea porque el locutor busca persuadirlo de la importancia y originalidad
de su propuesta, ya sea porque pretende anticiparse a sus posibles
objeciones sobre el contenido de lo que afirma).
1. Sin duda y en principio. Algunos antecedentes
En términos generales, sin duda ha sido descripto como un marcador de
modalidad epistémica que expresa evidencia (Martín Zorraquino y Portolés,
1999; López Ferrero, 2005; Montolío, 2004). En tanto tal, afirma Montolío,
se interpreta pragmáticamente como reforzador del valor de verdad de la
aserción en la que aparece, “ya que presenta un determinado segmento de la
información como evidente, indiscutible y libre de toda duda” (Montolío,
2004: 267).
Al igual que otros marcadores epistémicos reforzadores de la verdad,
como por supuesto, claro, desde luego y adverbios como evidentemente, obviamente,
etc., sin duda no forma parte del dictum –Kovacci (1999) lo ubica dentro del
grupo de adverbios y locuciones que modifican al modus–, sino que
constituye una predicación secundaria. En términos de Martín Zorraquino y
Portolés (1999), dicha predicación
refleja un cierto juicio “metalingüístico”, en la medida en la que apunta a un
segmento del discurso (a lo dicho con palabras) o a lo que se halla implícito en
la mente de los interlocutores, más que, directamente, a la realidad
extralingüística” (Martín Zorraquino y Portolés, 1999: 4146).
Sin embargo, agregan estos autores en el mismo trabajo, a diferencia de
los otros marcadores de evidencia, sin duda puede remitir a segmentos de
discurso sobre cuya evidencia el hablante no quiere comprometerse. De este
modo, su presencia manifiesta
un acuerdo menos “afectivo”, más “neutro” o más objetivo, por lo que esta
unidad resulta especialmente eficaz para expresar evidencias sobre las que el
hablante no puede tener control (por ejemplo, porque no tiene experiencia
directa, percepción personal de los contenidos a los que la partícula remite).
(Martín Zorraquino y Portolés, 1999: 4158)
Fuentes Rodríguez (2009), por su parte, caracteriza a sin duda como un
modalizador de reafirmación que marca el convencimiento total del hablante
respecto de lo dicho. Sin embargo, señala la autora, a diferencia de otros
reafirmativos, sin duda es no polifónico. Así, según Fuentes Rodríguez, “el
hablante es locutor y enunciador y se compromete con la verdad de lo dicho.
Reafirma algo sostenido por otros enunciadores” (2009: 318).3
Tanto Martín Zorraquino y Portolés (1999) como Fuentes Rodríguez
(2009) hacen notar, con justeza, que sin duda participa a menudo en
construcciones concesivas “al introducir un miembro del discurso que, al
confirmar anticipadamente la opinión de un posible interlocutor, sirve para
salir al paso de una objeción previsible” (Martín Zorraqunino y Portolés,
1999: 4153).
Finalmente, resulta importante mencionar que sin duda es una expresión
en vías de gramaticalización que se presta a un análisis componencial y que
ofrece otras variantes como sin dudas, sin lugar a dudas, sin duda alguna, sin
ninguna duda al tiempo que alterna con incisos del tipo no hay/cabe la menor
duda, a no dudarlo, sin dudarlo. Según Martín Zorraquino (2010), el proceso de
gramaticalización está en vías de producirse, puesto que sin duda muestra ya
significados modales propios. La autora afirma así que
solo sin duda (no sin duda alguna, que indica que el hablante se halla totalmente
convencido de la verdad de su comentario) indica que el hablante deduce por
algunos indicios la verdad de lo que comenta, pero no se basa para ello en su
propia percepción. (Martín Zorraquino, 2010:106)
En cuanto a en principio, su tratamiento en la bibliografía ha sido
relativamente escaso. En su Diccionario de uso del español, María Moliner señala
que
Con verbos como aceptar, establecer, estar conforme y semejantes, significa que se
adopta la actitud, acuerdo, etc. de que se trata provisionalmente y que nuevos
datos o circunstancias pueden hacer cambiar la actitud, opinión, etc.” (Moliner,
1984: 844).
En este sentido, y puesto que, según la lexicógrafa, en principio indica que
la información a la que acompaña no es definitiva y que se está dispuesto a
reemplazarla por otra, puede afirmarse que lo caracteriza como un marcador
esencialmente epistémico con valor de “provisionalidad”.
Por su parte, en su artículo de 2003 sobre en principio, Montolío lo
describe como un operador de debilitamiento argumentativo que, desde su
valor temporal de base, evoluciona metonímicamente hacia un “significado
epistémico de “provisionalidad de la verdad del enunciado” y de allí, en
algunos usos, a un valor de distanciamiento, que acarrea la inferencia de que
el receptor debe sospechar de la verdad del enunciado” (2003: 57).
Asimismo, la autora hace notar que en principio funciona a menudo como una
expresión predictiva que anuncia catafóricamente que en el miembro
siguiente del discurso aparecerá un movimiento argumentativo antiorientado respecto del primero.
Finalmente, en su Diccionario de conectores y operadores del español, de 2009,
Fuentes Rodríguez lo define como un operador argumentativo que, en el
plano informativo, indica también provisionalidad; en el plano modal,
implica una actitud de cautela o reserva en el decir en la medida en que “el
hablante no se compromete con lo dicho y establece cierta distancia del
enunciador” (2009: 138); y en el plano argumentativo, “introduce un
argumento no definitivo, de fuerza relativa, cuya operatividad puede quedar
en suspenso en el futuro. Puede actuar como un atenuativo de fuerza
asertiva y argumentativa” (2009: 139).
En lo que sigue, y si bien considero fundamentalmente adecuadas las
descripciones propuestas para ambos marcadores, plantearé, como adelanté,
una caracterización en términos del desdoblamiento enunciativo que los
comentarios reflexivos sobre lo dicho introducidos por sin duda y en principio
desencadenan y que ponen en evidencia la emergencia de la heterogeneidad.
2. Sin duda y en principio y las dinámicas discursivas de
desdoblamiento enunciativo
Como queda dicho, la presencia de las expresiones modalizantes que nos
conciernen implica una actitud de desdoblamiento enunciativo. En efecto, la
puesta en escena enunciativa (noción que alude al conjunto de voces o de
puntos de vista presentes en el tejido discursivo y que intenta dar cuenta de
cómo en el marco de esa alteridad se construye, de manera no siempre ni
necesariamente consciente, la posición del locutor) de la que el discurso
parece surgir implica al menos dos puntos de vista.
El primero de ellos, (E1), es el relativo a lo dicho, es decir a la
representación que el locutor construye en su discurso acerca de la situación
de la que habla. Como bien afirma Ducrot en relación con la noción de
dictum, dicha representación no puede sino ser siempre subjetiva:
(…) je crois que les mots de la langue sont incapables, de par leur nature même,
de décrire une réalité. Certes les énoncés se réfèrent toujours à des situations,
mais ce qu’ils disent à propos de ces situations n’est pas de l’ordre de la
description. [...]. Ce qu’on appelle idée, dictum, contenu propositionnel n’est
constitué par rien d’autre, selon moi, que par une ou plusieurs prises de
positions. (Ducrot, 1993: 128)
Por su parte, el segundo punto de vista, (E2), concierne al comentario
reflexivo y opacificante acerca de la representación evocada en E1. Dicho
comentario, que complejiza la interpretación del posicionamiento del
locutor, marca la irrupción en el hilo aparentemente monológico del propio
discurso de la heterogeneidad que, siguiendo la propuesta de Authier en
relación con la modalización autonímica, caracterizaré en tres dominios,
según las distintas glosas que los comentarios introducidos por uno u otro
modalizador permitan explicitar en el corpus analizado. Esos dominios son
el de la no coincidencia locutor-interlocutor, el de la no coincidencia del
discurso consigo mismo y el de la no coincidencia de lo dicho con el mundo
representado.4
Señalo sin embargo, antes de comenzar con el análisis, que en lo que
sigue dejo de lado aquellos usos básicamente temporales de en principio, que
no implican el comentario reflexivo que aquí analizo. A modo de ejemplo de
este empleo, puede considerarse (1), que aparece en la sección Introducción
de una ponencia, y en el que “en principio”, seguido por “en segundo
término”, funciona como un ordenador de discurso que podría parafrasearse
por “en primer término”, “en primer lugar” o “en un primer momento”.5
1. Fundamentaré, en principio, por qué es primordial el adiestramiento en la
argumentación y en el debate y, en segundo término, me referiré a
algunos contenidos, métodos y logros de la enseñanza y la práctica de
estas actividades. (archivo 44).
2.1. SIN DUDA Y EN PRINCIPIO Y LA NO COINCIDENCIA INTERLOCUTIVA ENTRE LOS COENUNCIADORES
En esta primera categoría de formas opacificantes del comentario sobre
lo dicho, el modalizador sin duda muestra, localmente, la no coincidencia con
el interlocutor-lector (o co-enunciador). Esta no coincidencia podría
explicitarse por medio de glosas del tipo “X, como usted acordará conmigo”,
“X, le pido que lo acepte” o bien del tipo “X, y en X estoy de acuerdo con
usted”, “X, como seguramente usted dirá”. Se trata, como se ve, de glosas
que indican que la representación construida en el discurso por el locutor (i.
e. el segmento X, objeto del comentario) no va de suyo, ya que no
necesariamente es compartida por los dos protagonistas de la enunciación.
De allí, que en algunos casos, el comentario reflexivo introducido por sin
duda muestre la puesta en escena de un enunciador que propone la
aceptación de X por parte del co-enunciador (es el caso de 2) y en otros, la
de un enunciador cuyo punto de vista es el de la posible objeción que el
lector podría plantear y que el locutor reconoce como adecuada o válida (es
el caso de 3 y 4).
2. La cita indirecta se organiza en cuatro cláusulas de las cuales destacamos las
dos últimas por tratarse de contextos que admitirían porque en lugar de que.
Como puede verse, las cláusulas presentan argumentos que fundamentan la
aseveración anterior: el FMI no hace exigencias de ningún tipo. ¿En qué cambiaría
el texto si en lugar de que se hubiera usado porque? Sin duda, se marcaría
más explícitamente la vinculación lógica entre las tres últimas cláusulas;
particularmente se focalizaría sobre la negativa anterior: El FMI no hace
exigencias, que se yergue dialógicamente sobre la afirmación positiva en el
mismo sentido, plenamente vigente en los discursos sociales sobre el
organismo. Al explicitar la relación, se expone a la respuesta, a la crítica o a
la discusión. (archivo 68)
3. Este primer estudio exploratorio de la relación entre los categorizadores
académicos y los textos argumentativos, sin duda, requiere la
profundización de la distinción entre subgrupos de los mismos en cuanto a
su funcionalidad para la detección de argumentos.
A futuro nos proponemos establecer una gradación entre los elementos de
cada subgrupo con el objetivo de observar si existe algún grado de
prototipia. (archivo 27)
4. Luego de esto, Platón nos retrotrae a un ejemplo cercano al tema de la
persuasión: nos dice que este remedio, mencionado recién, debe ser usado
sólo por los médicos (cfr. ib. iii 389b2-5), y acá se reconoce que se puede
mentir en beneficio del estado (cfr. ib. iii 389b7-c6); es decir, se reconoce
ese uso positivo de la mentira. Destacamos, luego, dos elementos: el uso
de proposiciones falsas y la precariedad de este uso. Estos dos elementos
se corresponderían respectivamente con esa concepción de argumentación
interactiva donde ambos integrantes utilizan las visiones sostenidas por
sus oponentes, y con la noción de revocabilidad, donde una proposición
en un momento dado serviría como presunción para la acción, pero luego
podría ser descartada. Además de esto, cabe recordar el contexto donde se
presentarían tales elementos constituyentes de la argumentación: una
instancia educativa donde todavía la audiencia no tiene determinados
estándares para afrontar una argumentación de crítica de lo establecido.
Tal instancia coincidiría con el contexto de búsqueda de información
donde el ad consequentiam se da principalmente.
Sin duda, no se puede concebir esta concepción como la racionalidad
platónica. Pero, dado un contexto particular de la educación donde la
crítica de las convenciones es inviable, un contexto donde se debe decidir
de qué manera actuar, podemos decir que Platón se sirvió, aunque no
teorizó, de una práctica argumentativa que no en todos los casos debería
ser considerada irracional. (archivo 75)
Como se observa, mientras que en (2), sin duda comenta reforzándolo
el punto de vista de la representación, de modo que el locutor queda
identificado con ambos enunciadores (el de la representación que
construye y el del comentario que incluye y que convoca al lector a aceptar
dicha representación) y el desdoblamiento enunciativo resulta convergente:
E1 punto de vista del contenido X (“[con la presencia de porque] se marcaría
explícitamente la vinculación lógica entre las tres
últimas cláusulas”)
E2 responsable del comentario sobre lo dicho, que busca el acuerdo por
parte del co-enunciador con E1, punto de vista que el
locutor asume
Glosa: X, como usted acordará conmigo,
L se identifica con E1 y E2 (la ocurrencia de sin duda contribuye a la
construcción de una puesta en escena enunciativa
en la que no sólo el locutor sino también el coenunciador quedan identificados con E1)
Desdoblamiento enunciativo convergente→ refuerzo asertivo de E1 [=
E2(E1)]
en (3) y en (4), el desdoblamiento enunciativo del locutor se complejiza aún
más (ya no se trata de un desdoblamiento convergente sino de uno
divergente). En efecto, si bien presenta como válido el punto de vista del
contenido representado en X (cf. modalidad declarativa asertiva en
indicativo en “este estudio exploratorio requiere profundización” y en “no
se puede concebir esta concepción como la racionalidad platónica”), el
locutor no se identifica con él. Atribuido esta vez al interlocutor-lector, es
decir al co-enunciador, el punto de vista evocado a través del comentario
reflexivo es concedido por el locutor. En efecto, implícita (cf. 3) o
explícitamente (cf. en (4), la presencia de pero en el enunciado siguiente), (3)
y (4) se enmarcan en estructuras concesivas, de modo que, a diferencia de
lo que ocurre en (2), el punto de vista que el locutor sostendrá en la
continuación de su discurso no depende del enunciado modalizado por sin
duda, sino del enunciado Y posterior. La presencia de sin duda no se
relaciona pues con el refuerzo de lo asertado en X ni aún menos con el
refuerzo del valor de verdad de X (Montolío, 2004), sino con la
intensificación del reconocimiento por parte del locutor de la no
coincidencia con el co-enunciador.
E1 punto de vista del contenido X (“Este primer estudio requiere la
profundización de la distinción” (en 3) / “no se
puede concebir esta concepción como la racionalidad
platónica”(en 4))
E2 responsable del comentario sobre lo dicho, que evoca el punto de vista de
una posible objeción del co-enunciador que el
locutor acepta
Glosa: X, estoy de acuerdo con usted, (pero Y)
L se identifica con E2 y concede E1 (la ocurrencia de sin duda contribuye a la
construcción de una puesta en escena enunciativa en
la que el locutor concede un punto de vista (E 1) con
el que el co-enunciador queda identificado)
Desdoblamiento enunciativo divergente→ refuerzo del reconocimiento
de la objeción posible (E2) y concesión de E1
Desde este punto de vista, la alternancia, en este tipo de contextos,
entre sin duda y sus variantes (sin dudas, sin lugar a duda(s), sin duda alguna), no
se explicaría entonces en relación con el grado de certeza o de evidencia
que el locutor tiene de lo que aserta ni con el refuerzo del valor de verdad
de la aserción en la que aparece, sino más bien con la fuerza del consenso
enunciativo con el interlocutor que el locutor busca lograr en relación con
lo que dice. Es lo que se observa, por ejemplo, en (5), donde el comentario
reflexivo introducido por sin lugar a duda, que caracteriza, por cierto, lo
dicho como evidente y fuera de toda discusión, no solo señala la plena
adopción del punto de vista por parte del locutor, sino también por parte
del co-enunciador, que en esta puesta en escena queda prácticamente
obligado a admitir la representación X como la que corresponde a la
situación de la que se habla. De hecho, E1 es presentado como compartido
por todos.
5. Nuestro retor está recurriendo a la “retorsión”: retoma las palabras del
oponente para desautorizarlas o refutar su argumentación. ¿Y cómo lo
refuta? Extendiendo ese juicio a autores de renombre como Catulo,
Marso, etc., que sin lugar a duda gozan del gusto del auditorio. Así,
queda inscripto en una tradición ya legitimada y que automáticamente lo
legitima a él: no sólo escribe con el mismo estilo sino que es criticado por
la misma tradición crítica y del mismo modo que ellos. A través del
exemplum, entonces, ilustra y establece la autoridad de su trabajo. (archivo
90)
E1 punto de vista del contenido X (“Catulo, Marso, etc. gozan del gusto del
auditorio”)
E2 responsable del comentario sobre lo dicho, que presenta E1 como
compartido por todos
Glosa: X, como bien sabemos,
L se identifica con E1 y E2 (la ocurrencia de sin lugar a duda contribuye a la
construcción de una puesta en escena
enunciativa en la que no solo el locutor, sino
también el retor y el co-enunciador quedan
identificados con E1)
Desdoblamiento enunciativo convergente→ doble refuerzo asertivo de
E1 [= E2(E1)]
Análogamente, en las estructuras concesivas como (6), el comentario
introducido por sin lugar a dudas caracteriza el segmento X como la
expresión de un punto de vista que el locutor no solo acepta como una
objeción posible que concede (como en (3) y (4)), sino que constituye un
punto de vista con el que acuerda plenamente, aunque no sea éste el que
finalmente adoptará en la continuidad del discurso. Las glosas “X, y en esto
estamos de acuerdo” o “X, es cierto, es como usted dice” ponen de
manifiesto así la búsqueda por la puesta en común enunciativa entre el
locutor y su co-enunciador. De este modo, al mismo tiempo que atenúa la
amenaza a la imagen del otro a través del reconocimiento del punto de
vista de la objeción que le atribuye, el locutor refuerza su propia imagen
(ethos) al mostrarse como alguien abierto y generoso, capaz de tomar en
consideración e incluso de aceptar puntos de vista que no son los propios.
6. Nuestra investigación ha confirmado la hipótesis inicial acerca de la
presencia de las perspectivas neoretórica y pragmadialéctica y el
predominio de la primera; no se ha confirmado la presencia de la
perspectiva lógica.
Sin lugar a dudas, en el contexto estudiantil, en el que no sólo se trata de
aprender a resolver conflictos, sino también de saber defenderse de tanta
propaganda y publicidad que pretende persuadir a los estudiantes, la línea
retórica juega un papel de capital importancia para aprender a detectar los
mecanismos de la persuasión. Sin embargo, vistos el carácter integrador
del modelo pragmadialéctico, sus posibilidades de aplicación real y su
firme base epistemológica, nos inclinamos a pensar que éste puede ser un
aporte interesante a la propuesta pedagógica de la Reforma en torno a la
argumentación. (archivo 22)
E1 punto de vista del contenido X (“en el contexto estudiantil, la línea
retórica juega un papel de capital importancia”)
E2 responsable del comentario sobre lo dicho, que evoca el punto de vista
de la objeción del co-enunciador, punto de vista con
el que el locutor acuerda.
Glosa: X, es cierto, es como usted dice, (pero Y)
L se identifica con E2 y acuerda con E1 (la ocurrencia de sin duda
contribuye a la construcción de una puesta en
escena enunciativa en la que el locutor da su
acuerdo a E1, punto de vista con el que el coenunciador queda identificado)
Desdoblamiento
enunciativo divergente→ doble refuerzo del
reconocimiento de la objeción (E2) y acuerdo con
E1
En cuanto a los comentarios reflexivos introducidos por en principio y
que hacen emerger la heterogeneidad en este primer campo, puede
considerarse a modo de ejemplo (7):
7. Dentro de las paremias, resulta difícil establecer distinciones. Pero aunque
las fronteras que se establecen siempre son un poco difusas, en principio,
podemos distinguir al proverbio del dicho por ser el primero más
connotativo y metafórico. Así, por ejemplo, “más vale pájaro en mano que
100 volando” no se refiere en absoluto a los pájaros, mientras que un
dicho como “el perro es el mejor amigo del hombre”, es más denotativo,
alude efectivamente a la relación entre el perro y el hombre. (archivo 9)
Como puede constatarse, el comentario introducido por en principio
marca, en efecto, la provisionalidad epistémica del locutor respecto del
punto de vista presentado (X). Pero al mismo tiempo, también señala un
pedido de adhesión al co-enunciador para que acepte (al menos,
momentáneamente, tal como lo sugiere el valor temporal base de la
locución) la propuesta de distinción entre proverbio y dicho que el autor
desarrollará en lo que sigue. Nuevamente, el comentario reflexivo instaura
una dinámica discursiva de desdoblamiento enunciativo divergente que
complejiza la interpretación del enunciado y que podría representarse como
sigue:
E1 punto de vista del contenido X (“podemos distinguir el proverbio del
dicho”)
E2 responsable del comentario sobre lo dicho, al que marca con el carácter
de provisional y que busca la adhesión del coenunciador a esa representación
Glosa: X, acéptelo por el momento aunque no sea definitivo,
L pone en escena E1 y se identifica con E2 (la ocurrencia de en principio
contribuye a la construcción de una puesta en escena
enunciativa en la que el locutor muestra su actitud de
reparo o precaución epistemológica frente a E1 y en
la que el co-enunciador es convocado a adoptar la
misma actitud)
Desdoblamiento enunciativo divergente→ aserción mitigada de E1
2.2. SIN DUDA Y EN PRINCIPIO Y LA NO COINCIDENCIA DEL DISCURSO CONSIGO MISMO
En el campo de esta no coincidencia, lo que estas formas opacificantes
del comentario sobre lo dicho representan es la relación de un interior con
un exterior discursivo que le asegura su unidad y su identidad. En otras
palabras, el discurso construye una imagen de él mismo y una identidad
diferenciada al especificar reflexivamente los otros discursos y las
relaciones que lo ligan a ellos: acuerdo, apoyo, énfasis, divergencia,
conflicto. En el caso de los comentarios reflexivos introducidos por sin
duda, el autor puede hacer resonar en el propio, el discurso de otro(s) en el
que busca apoyo y a partir del cual pretende basar su argumentación (cf.
(8)), o a la inversa, evocar un discurso para luego distanciarse de él o para
mostrar sus falencias con el fin de avanzar en la construcción del saber
disciplinar (cf. (9)). Las glosas “X, como sostiene…”, “X, y aquí retomo lo
dicho por…”, “X, como se afirma en la bibliografía” evocan la presencia
extraña en el discurso de discursos pertenecientes a otros, y al hacerlo
ponen en evidencia la interdiscursividad mostrada.
8. Reconociéndose cristiana la gran mayoría de la población actual de
nuestro país y siendo cristiana la raíz y la savia de su cultura histórica –al
punto que la nación misma se haría irreconocible sin ella– sin duda debe
considerarse prioritariamente a la doctrina cristiana entre aquellos valores
esenciales de la tradición chilena que la Constitución Política de la
República nos manda a preservar. (archivo 101)
E1 punto de vista del contenido X (“debe considerarse la doctrina cristiana
entre los valores esenciales”)
E2 responsable del comentario sobre lo dicho, que señala el acuerdo del
locutor con el punto de vista E1, punto de vista que,
según obliga a reconocer E2, ha sido sostenido en
otro discurso (aquí, la Constitución Política de la
República)
Glosa: X, y aquí retomo lo que se afirma en la Constitución Política de la República,
L se identifica con E1 y E2 (la ocurrencia de sin duda contribuye a la
construcción de una puesta en escena enunciativa
en la que el locutor marca su acuerdo con otro
discurso, en el que busca apoyo, al identificarse
con E1)
Desdoblamiento enunciativo convergente→ refuerzo asertivo de E1 [=
E2(E1)]
9. Como sostiene Hill, desde el punto de vista aristotélico “toda retórica, para ser
completa, necesita tener en cuenta premisas de la ética y de la política, es decir,
premisas que comprometan al hombre en la elección moral” (Hill, 1989: 43). Entra
en juego aquí el concepto aristotélico de proaíresis –también traducible por
“elección racional”–, esencial en los tratados éticos, que dan a la Retórica su teoría
de la motivación.
Sin duda, el tratamiento de las emociones ofrecido en la Retórica es relevante no
sólo para la retórica filosófica que se reclamaba desde la Academia platónica, sino
también para la teoría ética y la filosofía de la mente. Sin embargo, los retóricos
tradicionales posteriores (desde Cicerón y Quintiliano en adelante) llamativamente
no siguieron a Aristóteles en su doctrina de las pruebas psicológicas, desatendiendo
una de sus mayores contribuciones. La respuesta a esta infidelidad tal vez esté dada
por el hecho de que Aristóteles no escribió un manual de retórica, sino una retórica
filosófica. (archivo 81)
E1 punto de vista del contenido X (“el tratamiento de las emociones es
relevante para la retórica filosófica, la ética y la
filosofía de la mente”)
E2 responsable del comentario sobre lo dicho, que marca el reconocimiento
por parte del locutor del punto de vista E1, punto de
vista que, según obliga a reconocer E2, ha sido
sostenido en otro discurso (aquí, el discurso de Hill)
Glosa: X, como afirma Hill, (pero Y)
L se identifica con E2 y concede E1 (la ocurrencia de sin duda contribuye a la
construcción de una puesta en escena enunciativa en
la que el locutor marca su distancia, concediéndolo,
respecto de otro discurso, E1)
Desdoblamiento enunciativo divergente→ refuerzo del reconocimiento
del discurso ajeno (E2) y concesión de E1
También en el caso de los enunciados modalizados con en principio, los
comentarios pueden vincularse con otros discursos previos. Así, por
ejemplo, en (10), donde se reproduce en estilo indirecto el discurso de otro
autor (Hellegouarc’h), en principio no caracteriza la propia representación del
locutor como provisional (como ocurría en (7)), sino que comenta como
poco fiable e incluso como inexacto lo dicho o estipulado en un tercer
discurso, el de las leyes Licinianas. De allí, que el punto de vista con el que el
locutor (al igual que el autor citado) se identifica en la continuidad del
discurso sea contrario a lo afirmado por ellas: frente al “permitían el acceso a
todos los ciudadanos”, se introduce el argumento prueba de la inexactitud de
ese discurso ajeno (cf. la presencia del reformulador no parafrástico de hecho),
“permitían el acceso solo a los equites”.
10. Por otro lado, J. Hellegouarc’h afirma que era indispensable ser rico, no
solamente para tener éxito, sino también para comenzar una carrera política y,
por otro lado, que las leyes Licinianas, que permitían en principio el acceso al
consulado a todos los ciudadanos romanos, no se lo abrían de hecho más que
a los equites, es decir, a los ciudadanos capaces de hacer frente a los gastos
considerables que conllevaba necesariamente su status social y político.
(archivo 91)
L cita L0
E1 punto de vista del contenido X (“Las leyes permitían el acceso a todos los
ciudadanos”)
E2 responsable del comentario sobre lo dicho, que marca la distancia por
parte del locutor respecto del punto de vista E 1,
punto de vista que, según obliga a reconocer E2, ha
sido sostenido en otro discurso (el de las leyes
Licinianas)
Glosa: X, según decían inexactamente las leyes licinianas,
L (y L0) se identifican con E2 y se distancian de E1 (la ocurrencia de en
principio contribuye a la construcción de una
puesta en escena enunciativa en la que L y L0
marcan su distancia respecto de otro discurso, el
evocado en E1, que aparece como falso o
inadecuado)
Desdoblamiento enunciativo divergente→ aserción distanciada de E1
De modo análogo, en (11), el modalizador comenta la representación
evocada en otro discurso, el del análisis polifónico de la enunciación de
Ducrot, al que cita en nota, calificándolo como provisional o dudoso al
menos en lo que respecta la situación particular de la que se habla, y al
hacerlo colabora en la construcción de la actitud de reparo y de precaución
del locutor frente a ella:
11. Esto se podría deber a que el desacuerdo (identificación negativa)
responde refutativamente, en este tipo de secuencia dialógica, a la
interpretación que hace el entrevistado de supuestas afirmaciones
presentes en las intervenciones del entrevistador. En este sentido, los
ejemplos muestran la característica, en principio, polifónica1 de las
intervenciones reactivas de identificación negativa. (archivo 55)
Cf. Ducrot: 1984
E1 punto de vista del contenido X (“los ejemplos muestran la característica
polifónica de las intervenciones reactivas”)
E2 responsable del comentario sobre lo dicho, que marca la precaución
por parte del locutor respecto del punto de vista
E1, punto de vista que, según obliga a reconocer
E2, ha sido sostenido en otro discurso (el de la
teoría de la polifonía)
Glosa: X, según diría Ducrot,
L pone en escena E1 y se identifica con E2 (la ocurrencia de en principio
contribuye a la construcción de una puesta en
escena enunciativa en la que el locutor muestra su
actitud de reparo o precaución epistemológica
frente a E1)
Desdoblamiento enunciativo divergente→ aserción mitigada de E1
Como puede constatarse, los ejemplos (10) y (11) ejemplifican,
respectivamente, los dos valores epistémicos de “distanciamiento” y de
“provisionalidad” que Montolío (2003) propone para en principio.
2.3. SIN DUDA Y EN PRINCIPIO Y LA NO COINCIDENCIA ENTRE LO DICHO Y LAS COSAS
O ENTRE LA REPRESENTACIÓN CONSTRUIDA Y EL MUNDO REPRESENTADO
Representado por glosas del tipo “X, a falta de otra representación más
adecuada”, “X, esta es la representación que conviene”, o “X, y esta
representación parece justa”, en las que se indica que lo dicho (no) se
corresponde exactamente con la realidad a la que refiere, este último tipo
de comentarios meta-discursivos alude a las búsquedas, fracasos y logros
en la producción de la “representación justa”. Así, en los fragmentos que
siguen, el locutor se desdobla en comentador tanto para afirmar una
adhesión a una precisión propuesta por él mismo para describir aquello de
lo que habla (cf. (12)), como para indicar una reserva respecto del carácter
adecuado o definitivo de la caracterización que propone (cf. (13)).
12. En estos tres ejemplos de entimema, que apuntan a la decisión que se
puede suscitar en un auditor o espectador, se aprecia que sin duda es
posible proponer los silogismos involucrados en tales argumentos.
(archivo 83).
E1 punto de vista del contenido X (“es posible proponer los silogismos
involucrados en tales argumentos”)
E2 responsable del comentario sobre la representación X para referir a la
realidad
Glosa: X, y X es la representación que conviene para la realidad a la que se refiere,
L se identifica con E1 y E2 (la ocurrencia de sin duda contribuye a la
construcción de una puesta en escena
enunciativa en la que el locutor muestra su
actitud de adhesión a la representación evocada
en E1)
Desdoblamiento enunciativo convergente→ refuerzo asertivo de E1 [=
E2(E1)]
13. El castellano marca la referencia a la fuente de información de lo dicho –y el
acceso que los participantes tienen a esa fuente– no sólo mediante
estrategias léxicas (“según dicen”, “aparentemente”, “por lo visto”) sino
también por medio de estrategias gramaticales. La composición de la
categoría evidencial en castellano parece por otro lado adaptarse
perfectamente a la estructura propuesta en otros trabajos para otras lenguas
no relacionadas –en especial Wilett (1988) y Plungian (2001)–, dado que en
principio pareciera distinguir entre evidencia directa (posibilidad de
elevación de sujeto) versus evidencia indirecta (imposibilidad de elevación),
y dentro de la evidencia directa, entre sensorial (construcción elevada con
infinitivo) y endofórica (construcción elevada con gerundio). (archivo 62)
E1 punto de vista del contenido X (“el castellano parece distinguir entre
evidencia directa vs. evidencia indirecta”)
E2 responsable del comentario sobre la representación X para referir a la
realidad
Glosa: X, y X parece convenir a la realidad a la que se refiere,
L pone en escena E1 y se identifica con E2 (la ocurrencia de en principio
contribuye a la construcción de una puesta en
escena enunciativa en la que el locutor muestra su
actitud de reparo o precaución epistemológica
frente a la representación de E1)
Desdoblamiento enunciativo divergente→ aserción mitigada de E1
En uno y otro caso, los comentarios introducidos en este campo por sin
duda y en principio ponen de manifiesto una vez más la presencia de un sujeto
desdoblado que a la vez que representa mediante el lenguaje un cierto estado
de cosas comenta reflexivamente lo que dice. Y en ese comentario emerge la
heterogeneidad constitutiva, en este caso, la no coincidencia entre lo dicho,
es decir, la representación subjetiva construida en el discurso acerca de lo
que se habla, y la cosa o el mundo que se busca representar.
Conclusiones
En este trabajo, he abordado el estudio de las dinámicas discursivas
instauradas por sin duda y en principio, habitualmente caracterizados como
marcadores de la modalidad epistémica (de refuerzo y de debilitamiento,
respectivamente). He intentado así poner de manifiesto que los comentarios
sobre lo dicho, que cada uno de ellos introduce, muestran la presencia de un
sujeto desdoblado que, al mismo tiempo que enuncia, comenta de manera
reflexiva y opacificante lo que dice y al hacerlo, queda señalada en el discurso
la emergencia de la heterogeneidad que, como afirma Authier, es constitutiva
de todo discurso.
En algunos casos, la dinámica de desdoblamiento introducida por los
marcadores es, además de doble, convergente. Es lo que se constata en
algunos de los comentarios introducidos por sin duda, en los que la
representación construida X se ve reforzada por el comentario [E 2(E1)]. En
otros, en cambio, el desdoblamiento es divergente, ya sea porque no hay
refuerzo asertivo de X pero sí refuerzo del reconocimiento del punto de vista
evocado en X, que se concede o que solo se presenta para comentarlo, en el
caso de los comentarios con sin duda que se inscriben en el marco de
secuencias concesivas; ya sea porque se trata de una aserción mitigada o de
una aserción distanciada de X, en el caso de los comentarios con en principio.
Sea como sea, en todas las configuraciones, los comentarios reflexivos
introducidos por estos modalizadores no se relacionan con el refuerzo o
atenuación del valor de verdad de la aserción en la que aparecen. Tal como
intenté mostrarlo aquí, ellos aluden a la no coincidencia en distintos campos
y al hacerlo ponen en evidencia la actitud de alerta y de control del sujeto
académico que, en la alteridad constitutiva, busca dominar su discurso.
NOTAS
1 Este artículo forma parte de la investigación que desarrollo en el CONICET y del
proyecto UBACyT F 020 que dirijo (Programación Científica 2008-2010).
Constituye una versión ampliada de la comunicación presentada en el XVI
Congreso Internacional de la ALFAL, Alcalá de Henares, 6 al 9 de junio de 2011,
y titulada “Sin duda y en principio en el discurso científico-académico: refuerzo y
precaución epistémica en la construcción del sentido”.
2 El total de palabras considerado es de 450 352 y las ocurrencias de los
marcadores, objeto de este estudio, se eleva a 20 en el caso de sin duda y a 22 en el
de en principio.
3 Esta caracterización de sin duda como no polifónico resulta, a mi entender,
inadecuada. Como intentaré mostrar a continuación, la configuración enunciativa
instaurada por el marcador implica siempre un desdoblamiento enunciativo del
locutor frente a los puntos de vista (E1 y E2) que la enunciación del marcador
obliga a reconstruir
4 Authier-Revuz (1995) considera la modalización autonímica como la emergencia
en la superficie del discurso de una heterogeneidad (o “no coincidencia”) que,
por otro lado, le es constitutiva. Según la autora, dicha no coincidencia puede ser
repartida en cuatro campos, de acuerdo con el tipo de heterogeneidad que las
glosas de modalización autonímica pongan en juego: a) no coincidencia
interlocutiva entre los co-enunciadores (representada en glosas del tipo “X, como
usted diría”, “digamos X”, “X, si a usted le parece”); b) no coincidencia del
discurso consigo mismo (manifestada en comentarios del tipo “X, como dice…”,
“X, como se decía en esa época”, “X, para retomar las palabras de…”); c) no
coincidencia entre las palabras y las cosas (evidenciada entre otras en glosas del
tipo “X, este es el término que corresponde”, “X, y X no es una palabra
demasiado fuerte”); y d) no coincidencia de las palabras consigo mismas (los
comentarios que ponen en evidencia este tipo de heterogeneidad, i.e. que las
palabras se ven afectadas por otros sentidos u otras palabras, son del tipo “X, en
todos los sentidos de la palabra”, “X, en el sentido estricto del término”).
5 Según afirma Montolío, “considerando el significado léxico de sus componentes,
resulta esperable que este sintagma preposicional exprese un valor de
temporalidad: específicamente, marca el momento inicial (principio) de una acción,
estado, decisión, etc.” (2003: 48).
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MARÍA MARTA GARCÍA NEGRONI es doctora en Ciencias del Lenguaje (EHESS,
Francia, 1995), investigadora independiente del CONICET y profesora
titular ordinaria de la Facultad de Filosofía y Letras (UBA). Ha sido
Profesora Visitante Distinguida de la Universidad Complutense de Madrid
(2009) y Profesora e Investigadora Invitada en la Universidad de París 8
(2011). Asimismo, ha dictado cursos y conferencias en varias universidades
de Francia, Brasil, España, Chile y Argentina. Ha publicado varios libros (Los
discursos del saber. Prácticas discursivas y enunciación académica, Buenos Aires, Ed.
del Calderón, 2011; Escribir en español, Buenos Aires, Santiago Arcos, 2010;
Gradualité et Réinterprétation, París, L’Harmattan, 2003; La enunciación en la
lengua, Madrid, Gredos, 2001) y numerosos artículos en revistas
especializadas nacionales y extranjeras.
Correos electrónicos: [email protected]; [email protected]
La configuración discursiva de efectos
incitativos en rumores económicos
MANUEL LIBENSON
CONICET
Universidad de Buenos Aires
RESUMEN. Este trabajo examina aquellas propiedades significantes que caracterizan al
rumor bursátil como una discursividad incitativa orientada a desencadenar operaciones
económicas entre los participantes del mercado. Partiendo del cliché de la
comunidad financiera “comprar con el rumor y vender con la noticia”, se indagan
relaciones entre la “causalidad significante” (Boutaud y Verón, 2007) del rumor y la
construcción social de la apuesta bursátil. La hipótesis central del planteo supone
que el potencial incitativo (PI) de un rumor bursátil no depende de las azarosas
reacciones psicológicas de los receptores en una instancia de reconocimiento, sino
que se encuentra convencionalizado en las reglas que configuran diferentes
dispositivos enunciativos sobre la circulación de enunciados-rumor. Los indicios que
evidencian relación con la presencia gradual de PI en el rumor bursátil son: el grado
de sincronización deíctica entre las instancias de producción y reconocimiento, y las
modalidades de contacto implicadas según la fase de circulación del enunciadorumor.
PALABRAS CLAVE: rumor, dispositivo, potencial incitativo, efectos, incerteza.
RESUMO. Este trabalho examina as propriedades significantes que caracterizam o
rumor bursátil como discursividade incitativa orientada a desencadear operações
econômicas entre os participantes do mercado. A partir do cliché da comunidade
financeira internacional “comprar com o rumor e vender com a notícia”, esta
pesquisa investiga as relações entre a “causalidade significante” (Boutaud e Verón,
2007) do rumor e a construção social da aposta no mercado. A hipótese central do
trabalho é de que o potencial incitativo (PI) de um rumor bursátil não depende das
reações psicológicas dos receptores numa instância de reconhecimento, mais ele
encontra-se convencionada nas regras que configuram diferentes dispositivos
enunciativos sobre a circulação dos enunciados-rumor. Os indícios que evidençiam
relação com a presença gradual do PI no rumor bursátil são: o grau de sincronização
deíctica entre as instâncias de produção e reconhecimento, e as modalidades de
contato implicadas segundo a fase de circulação do enunciado-rumor.
PALAVRAS CHAVES: rumor, dispositivo, potencial incitativo, efeitos, incerteza.
ABSTRACT. This paper examines specific discursive properties that define the stockmarket rumor as a type of discourse that activates incitement, which is a constitutive
mechanism of economic exchanges between market agents. Based on the renowned
cliché within the international financial community, “buy on rumor and sell on the
news”, this research explores relationships between “significant causality” (Boutaud
and Veron, 2007) of rumor production, and the social construction of the bet in the
stock-market. The main hypothesis of this work is that the incitement potencial (IP)
of a market-rumor, instead of relying on random receptor psychological reactions, is
conventionalized in the rules that make up the different discursive devices on the
circulation of rumor-utterances. The evidence related to the presence or absence of
IP in stock-market rumor-utterances are: the degree of deictic synchronization
between production and recognition instances, and the social-contact modalities
involved in the temporal phase of rumor-utterance circulation.
KEY WORDS: rumor, device, incitement potential, effects, uncertainty.
Introducción
Hasta el momento, no se conocen trabajos que desde el análisis del
discurso se hayan preocupado por la sistematización de dinámicas
enunciativas intervinientes en procesos de producción y circulación de
rumores en el ámbito de los intercambios económico-bursátiles. En otras
palabras, no se cuenta con ningún antecedente de investigación
específicamente destinado a interpretar los modos en los que la operatoria
discursiva del rumor es funcional a la producción de diferencia económica.
Desde un punto de vista semántico, la íntima relación entre rumor y
apuesta económica se encuentra convencionalizada en las argumentaciones
que vehiculiza el acreditado cliché de la doxa financiera internacional
“comprar con el rumor y vender con la noticia”. Si bien existe bibliografía1
abocada a mostrar el impacto de los rumores sobre el precio de los activos
de capital, estos estudios no analizan dinámicas enunciativas ni propiedades
significantes del rumor como hecho discursivo2. En aquellos casos, el rumor es
considerado como una “señal” cerrada e indivisa capaz de provocar
reacciones de diverso tipo entre los actores del mercado. Dicho esto, aún
sigue siendo una incógnita la descripción pragmática de las reglas de empleo que
debe satisfacer un enunciado-rumor para estar en condiciones de ser
considerado por los participantes de la práctica bursátil como un rumor-vivo,
es decir, un enunciado-rumor susceptible de activar un campo de potenciales efectos
incitativos en una instancia de reconocimiento3 (incitación a la apuesta mediante la
compra o venta de activos, o bien, la decisión de no hacer nada por medio
del rechazo a la incitación).
El interés por los procesos de producción de sentido en el ámbito de los
mercados responde, entre otras razones, a una crisis de los modelos
económicos clásicos basados en la racionalidad de los agentes y en la
eficiencia autorregulada de los mercados financieros (Mandelbrot y Hudson,
2006). Ante el fracaso de las previsiones matemáticas adjudicadas a las
deficiencias analíticas de los modelos financieros desarrollados en Harvard4
desde la década del 30 en adelante, se presenta como desafío fundamental la
incorporación de enfoques destinados al estudio de procesos discursivos
intervinientes en la producción de tendencias de opinión en los mercados. La
lógica de la opinión, según lo ha señalado con mucha precisión Orlean desde
una perspectiva Keynesiana5, es el factor determinante en la conformación
de los precios en el mercado bursátil (Orlean, 1999). El precio, según este
autor, no puede ser explicado como el producto de una evaluación
económica objetiva, sino como el resultado de una lógica autorreferencial
especulativa mediada por la opinión. Esta lógica autorreferencial se
manifiesta bajo la forma de una cierta configuración discursiva. Los
participantes del mercado negocian, polemizan y anticipan el precio de los
activos mediante intercambios de palabra que se materializan en una
multiplicidad de dispositivos discursivos (cara a cara o mediados). Es en
estos espacios de intercambio de discursos donde los participantes del
mercado crean acuerdos, polémicas e hipótesis sobre cómo debería operarse
o qué sería mejor hacer en cierta situación.
Siguiendo este planteo, lejos de pensar que todo rumor produce el
mismo tipo de efecto en las Bolsas o que cualquier rumor están en
condiciones de hacerlo, este artículo buscar poner en evidencia que el
potencial incitativo (PI) o perlocucionario (y no el tipo particular de efecto
perlocucionario6) del enunciado-rumor depende de la reflexividad del
enunciado sobre dispositivos discursivos específicos y diferenciables. Para
mostrar estas diferencias, se han analizado operaciones de pasaje entre idénticas
ilocuciones-rumor localizadas en dos dispositivos, cada uno correspondiente
a una fase temporal diferente: alertas vs. archivos digitales en secciones de
Internet (cfr. la descripción del corpus en sección 3). La comparación
diferencial entre ambos dispositivos ha permitido identificar variaciones de
sentido en la producción de rumores escritos, fundamentalmente en el orden
de la deixis. Mediante el análisis de estos desplazamientos se conceptualizan
posteriormente las diferencias entre rumores-vivos, rumores-agónicos y rumoresmuertos. Las trayectorias semióticas activadas por cada dispositivo en su
gramática de producción7 (Traversa, 2001; 2009) han demostrado no ser
ajenas a la configuración de campos diferenciables de efectos en una
potencial instancia de reconocimiento.
1. Dispositivo, rumor y semiosis: consideraciones sobre la
problemática de los efectos de sentido
La noción de dispositivo, tal como ha sido desarrollada en el marco de la
teoría de los discursos sociales (Verón, 1998; 2004; Traversa, 2001; 2009), se
inscribe dentro de un modelo de análisis discursivo cuya tesis fundamental
postula que cualquier efecto de sentido es producto de una asimetría
constitutiva entre las instancias discursivas de producción y reconocimiento.
Como se recordará, para esta teoría, el sentido no se encuentra localizado de
manera inmanente en los textos sino que surge como el efecto de una
diferencia entre las operaciones que restringen la generación de un discurso
(las llamadas “gramáticas de producción”) y las operaciones que activan un
número limitado de lecturas posibles (“gramáticas de reconocimiento”)
(Verón, 1998). Desde esta perspectiva, todo análisis de discursos implica
cierto dispositivo, que no es ni más ni menos que un fragmento de tejido
semiótico “arrancado” al flujo de la producción social del sentido (Verón,
2004: 57).
El concepto de “dispositivo” se presenta como fundamental por dos
razones: este permite al analista articular las propiedades materiales de los
fenómenos de sentido y las determinaciones vinculares que se desprenden de
la configuración específica de esas propiedades. A los fines analíticos, la
postulación de un desfasaje entre producción y reconocimiento cuyo punto
de articulación es conceptualizable por medio de un dispositivo específico,
permite observar que las variaciones de lectura de un discurso no son
azarosas sino que dependen de un anclaje en las cualidades materiales que
presentan los procesos comunicacionales puestos en obra (Traversa, 2001).
En efecto, esta es quizás la diferencia fundamental con la perspectiva
pragmática clásica sobre los efectos perlocucionarios del lenguaje. Como se
recordará, Searle descarta de la pragmática el estudio de los efectos
perlocucionarios en virtud de su carácter no convencional (Searle, 1975).
Para el pragmático clásico, los efectos perlocucionarios son equivalentes a
cualquier tipo de consecuencia, buscada o no, que una emisión lingüística
pueda producir en la audiencia, independientemente de las propiedades
materiales del discurso y de las modalidades de circulación social de las
emisiones examinadas. Para la teoría de los discursos sociales, en cambio, si
bien existe una indeterminación constitutiva de los tipos de efectos
provocados en una instancia de reconocimiento, la naturaleza de estos efectos
es efectivamente dependiente de las propiedades significantes del discurso y
de las convenciones que rigen, según el tipo de discurso en cuestión, la
modalidad de acceso social a un campo desplegado de resultados repetibles
(Verón, 1998; Traversa 2001).
Para conceptualizar el alcance taxonómico de la noción de “dispositivo”,
Traversa pone el foco en el carácter vincular que surge del modo particular
en que se combinan dos componentes básicos de todo episodio enunciativo:
las técnicas que le adjudican un valor significante y aquellas otras que hacen
posible la circulación discursiva. A las primeras las llama técnicas
constructivas y a las segundas las denomina técnicas sociales. De la
combinación de ambas emergen una variedad de situaciones vinculares
repetibles, producto de las diferentes modalidades de contacto que suponen
las reglas que operan en uno y otro caso (Traversa, 2001). Mientras que las
técnicas constructivas se refieren a las facultades del cuerpo puestas en juego
para la producción y/o reconocimiento de un enunciado (gestuario, kinésica,
actividad verbal), las segundas son aquellas que hacen a la constitución de un
vínculo social específico (cine, radio, afiches, teléfono, I-Pod, TV, aula, etc.).
En tanto que cada dispositivo ingurgita las reglas operantes en ambos tipos de
técnica de manera específica y diferenciable, la situaciones vinculares que de
allí se derivan suponen una serie de condicionamientos cognitivos,
corporales, atencionales y nemónicos propios de cada tipo de enunciación
(Traversa, 2001). A estas variaciones específicas, el autor las denomina
“inflexiones de sentido”.
Por otro lado, al hacer suya la problemática de la materialidad discursiva,
la noción de dispositivo permite conceptualizar hipótesis sobre el sentido
comunicado en el marco de un modelo que no requiere de las figuras de
hablante y oyente, y mucho menos un juicio sobre la intencionalidad
discursiva de estas figuras. En todo caso, lejos de reducir la producción
social de discursos a un modelo antropomórfico de la enunciación, el
concepto de “dispositivo” pone el foco en una cierta configuración compleja
encargada de su agenciamiento. A modo ilustrativo, Traversa ejemplifica la
noción recurriendo al ejemplo de un cartel cuyo texto escrito dice
“Prohibido pasar”. A propósito de este ejemplo, Traversa señala que no es lo
mismo encontrar este enunciado en la cercanía a una puerta que verlo, por
ejemplo, como objeto de exhibición en una muestra de arte. En ambos
casos, la sustancia lingüística vehiculizada en el enunciado es la misma; sin
embargo, la posición de lectura del co-enunciador es diferente y, por lo
tanto, también los efectos de sentido del enunciado. Mientras que en el
primer caso, el letrero opera como una intimación directa hacia el coenunciador; en el segundo caso, el efecto injuntivo sobre aquel se anula y es
reemplazado por otro campo de efectos, por ejemplo, el de las valoraciones
sobre la composición gráfica del cartel (Traversa, 2009). Este ejemplo
muestra cómo el enunciado reflexiona de un modo diferente sobre su
enunciación según la modalidad de contacto social implicada en la
circulación del enunciado.
Esta perspectiva sobre el dispositivo incorpora, entonces, la dimensión
temporal de la semiosis, es decir, las operaciones de pasaje y transformación
que sufren las materias sensibles que componen un determinado enunciado
al quedar ubicadas en escalas de tiempo diferenciables dentro del proceso
ternario de circulación discursiva (Traversa, 2001).
En el caso específico del rumor bursátil, los desplazamientos temporales
que introducen los dispositivos digitales han sido centrales en el análisis dado
que permitieron caracterizar la dependencia entre la incerteza enunciativa del
rumor, el instante de aparición del discurso y su PI en el juego bursátil.
2. Materiales examinados y metodología de análisis
En cuanto a la constitución del corpus, se han observado rumores en
dos dispositivos diferentes que emplean como soporte la escritura
electrónica y conectan la interfase producción-reconocimiento por medio de
una pantalla. Al primer dispositivo lo denominamos rumores-alerta y al
segundo dispositivo rumores-archivo. Tanto las alertas como los archivos de
rumor son servicios ofrecidos por sitios de Internet específicamente
dedicados a la comunidad bursátil. Los sitios web examinados han sido
megabolsa.com, bolsarumores.com, stockrumors.com, bolsamania.com, rava.com.ar,
wallstreet- inversiones.com y pennyrumors.net.
Los rumores se presentan en ambos dispositivos como emisiones breves
e intermitentes. La brevedad se manifiesta en la extensión escritural de los
enunciados que en ningún caso supera las cincuenta palabras. La
intermitencia caracteriza el modo particular en que se manifiestan las
enunciaciones, una tras otra en un devenir sucesivo y en permanente
actualización.
Los servicios de alerta se ofrecen por suscripción web y habilitan al
usuario para recibir el rumor en una variedad de soportes (e-mail, Twitter,
SMS). Las alertas son un tipo de servicio cuya particularidad es la de poner
en contacto al usuario con el rumor en el mismo momento en que aparece el
rumor. Estas alertas se caracterizan por exhibir rumores actualizados en
sincronía, minuto a minuto, hora tras hora, día tras día.
Los archivos de rumor, en cambio, presentan a los mismos enunciadosrumor en una fase posterior de circulación discursiva. Se trata de directorios
gratuitos ubicados en sitios web que organizan por fecha y hora la aparición
de rumores (ex-alertas) en secciones específicas denominadas con metatextos
del tipo “la central del rumor” o “últimos rumores”. Estos directorios se
definen por una operación de conservación de rumores dentro de un lapso
aproximado de tres meses. El dispositivo rumores-archivo tiene la
particularidad de actualizarse con los últimos rumores en aparecer, al mismo
tiempo que elimina los más viejos. A diferencia del dispositivo de alerta, los
archivos de rumor operan en diacronía, es decir, ofrecen un historial de
rumores listados por fecha según un orden cronológico sucesivo.
Tanto las alertas como los archivos analizados son dispositivos digitales
destinados exclusivamente a la producción y circulación de rumores bursátiles.
Esto significa que los rumores examinados aquí se ofrecen a los destinatarios
explícitamente como rumores. De esta manera, los rumores se diferencian de
otro tipo de informaciones disponibles como pueden ser las secciones de
“noticias”, “mensajes”, “anuncios” o “análisis financieros”.
Con respecto a la extensión del corpus, se seleccionaron mediante un
corte sincrónico doscientos rumores-alerta en español e inglés que circularon
durante el último trimestre de 2009 y el primer trimestre de 2010, casi un año
después del primer embate de la crisis financiera internacional (fines de 2008)
y previamente a la crisis del Euro.
En cualquier caso, las ilocuciones-rumor examinadas son exactamente las
mismas tanto en la fase de alerta como en la de archivo. Como será
comentado en la sección 3, lo que hará variar la descripción pragmática de
estos enunciados es el modo en que el dispositivo asocia o disocia de los
enunciados-rumor una cierta PI.
En cuanto a las restricciones temáticas del corpus, todos los rumores
seleccionados se caracterizan por presentar una variedad regular de tópicos
recurrentes: fusiones, adquisiciones, lanzamientos, despidos, quiebras,
inversiones y acuerdos. Si bien en el ámbito bursátil circulan otro tipo de
rumores que también tienen un fuerte impacto sobre los movimientos
accionarios (por ejemplo, los rumores políticos), para el caso de esta
investigación, se han incluido rumores exclusivamente “económicos”8. La
caracterización de un rumor como “económico” responde a un criterio
netamente tópico, es decir, rumores que tematizan operaciones de
intercambio de mercancías de algún tipo.
El método empleado para el análisis del corpus es empírico, inductivo y
cualitativo. Este combina herramientas del análisis de los discursos sociales
(Verón, 1998; Traversa, 2001) y del análisis pragmático integrado (Ducrot,
1987, 1988, 1990). La elección de un abordaje cualitativo no ha sido
arbitraria sino que responde a los objetivos diseñados para conducir la
investigación. No debe perderse de vista que la finalidad última de este
trabajo no es demostrar sesgos de ningún tipo sino identificar desfasajes
entre instancias de circulación discursiva para postular campos de efectos
diferenciables según el dispositivo de rumor implicado.
Atendiendo a los procedimientos de análisis, si bien el enfoque
pragmático integrado como el sociosemiótico tienen alcances explicativos
diferentes, ambos comparten un mismo punto de partida que los hace
metodológicamente compatibles; a saber: el análisis de las condiciones de
producción de un discurso a partir de huellas presentes en la superficie
textual de enunciados efectivamente producidos. En ambas aproximaciones
teóricas, la reconstrucción de una escena de enunciación se produce a partir
de las indicaciones/instrucciones contenidas en los enunciados y no
mediante el aditamento de información exterior o contextual. Esto significa
que ambas perspectivas enfocan el análisis discursivo a partir de considerar
como base metodológica la sui-referencialidad9 del enunciado sobre su propia
enunciación.
La combinación de ambas aproximaciones teóricas ha permitido integrar
diferentes niveles de descripción. Mientras que el enfoque pragmático
integrado ha permitido dar cuenta de funcionamientos microdiscursivos
localizables en la materialidad estrictamente lingüística del rumor, el aporte
del enfoque sociosemiótico consistió en abrir el análisis de la sustancia verbal
hacia los circuitos relacionales por los cuales los enunciados circulan
provocando contactos y lecturas diferenciadas.
3. Vida, agonía y muerte del rumor según sus propiedades
significantes
Los siguientes ejemplos prototípicos de enunciados-rumor permiten
ilustrar diferentes modos en los que aparece configurada su incerteza
enunciativa constitutiva. Posteriormente se intentará mostrar cómo este
régimen epistémico operante en la reproducción de rumores puede quedar
asociado o disociado de la PI según el dispositivo.
(1) [Zona caliente] Se rumorea intensamente que a través de un error en
el abastecimiento, algunos envíos de chips se suspenderían durante
tres meses. (megabolsa.com)
(2) [Zona caliente] Los rumores, que citan fuentes de absoluta solvencia,
apuntan a que el PT habría firmado un contrato que expira este mes.
(megabolsa.com)
(3) [Zona templada] Fuertes rumores de que el Banco Santander se
querría desprender de su participación en Iberdola. (megabolsa.com)
(4) [Zona caliente] Corren fuertes rumores en los mercados sobre el
posible interés de la empresa francesa EDF de lanzar una OPA sobre
Iberdrola. (megabolsa.com)
(5) [Zona caliente] El concurso voluntario de acreedores de Martinsa
Fadesa, el mayor en la historia empresarial de España, ha desatado
una oleada de rumores sobre próximas empresas que pueden
presentar más suspensiones de pagos en próximas fechas.
(bolsamania.com)
Desde una caracterización pragmática, los enunciados-rumor
examinados muestran su enunciación como aserciones. Esto significa que los
rumores son ilocuciones cuya fuerza convencional es la de hacer saber el
rumor al otro10 (Ducrot, 1988).
En estos enunciados, el centro epistémico no está colocado sobre el
sujeto de la enunciación sino sobre el decir incierto de terceros (Filinich,
1999). En otras palabras, estos discursos premonitorios se ubican en el
registro de la incerteza enunciativa en virtud de que comunican al destinatario, de
manera más o menos mitigada o reforzada, la indeterminación de la voz que origina el
rumor11. Ahora bien, lo característico de estos rumores es que presentan una
doble operación de modalización epistémica. Por un lado, el locutorreproductor de estas emisiones mitiga su responsabilidad enunciativa
mediante la exhibición de estrategias evidenciales citativas cuya función es
asegurarle precaución epistemológica con respecto a las citas inciertas que
evoca en su discurso (Reyes, 1994). Paradógicamente con respecto a este
procedimiento, el locutor-reproductor suele hacer uso de reforzadores (o
estrategias de refuerzo) cuya función consiste en adjudicarle mayor
intensidad e inminencia a la circulación del rumor citado (i.e. fuertes rumores en
3, corren rumores en 4, oleada de rumores en 5, se rumorea intensamente en 1, se
disparan rumores). Esta adjudicación de expansividad e inminencia a los
rumores es totalmente coherente con la función que cumplen dentro de la
práctica social examinada. No debe perderse de vista que un rumor opera
como un argumento incierto cuya orientación argumentativa busca justificar
conclusiones que logren incitar a la producción de apuestas para ganar en el
juego (i.e. “comprar con el rumor…”). En resumidas cuentas, el locutor
reproductor del rumor toma distancia con respecto al decir citado, a la vez
que interviene la cita mediante lexemas (i.e. “fuertes”, “intensamente”,
“oleada”) o estructuras (i.e. la relativa explicativa que modaliza la cita en 2)
que refuerzan la orientación argumentativa del rumor reproducido.
Ahora bien, la configuración variable de efectos a los que queda asociada
la incerteza según el dispositivo, se pone de manifiesto en las variaciones
deícticas del rumor según la modalidad de contacto entre el rumor y el
destinatario.
3.1. VARIACIONES DEÍCTICAS DEL RUMOR SEGÚN SU MODALIDAD DE CIRCULACIÓN
Los próximos ejemplos permitirán ilustrar el funcionamiento de la deixis
en el dispositivo rumor-alerta:
(6) [Zona templada] Se dice que antes de septiembre, el BSCH podría
lanzar una OPA sobre Guipuzcoano. (bolsarumores.com)
(7) Se rumorea un posible movimiento corporativo en torno a la Seda de
Barcelona. (megabolsa.com)
(8) En el mercado, se especula con una posible fusión entre France
Telecom y Deutsche Telecom. (bolsamania.com)
(9) [Zona caliente] Está corriendo por todos los hedge y las mesas,
rumor muy intenso de que el BCE está a punto de bajar en cualquier
momento 50 puntos básicos. (megabolsa.com)
(10) [Priority: 2] Summer St ug iSiS to Buy. (stockrumors.com)
El rumor, tal como se observa, conecta el instante presente de su
reproducción y el futuro de los hechos que anticipa. Esto se visualiza en 6, 7
y 8 mediante el empleo de estructuras con se + verbum dicendi en tiempo
presente inmediatamente seguidas de conjeturas sobre el futuro, y en 9 por
medio de una estructura inacusativa en la voz activa encabezada por una
perífrasis aspectual continuativa (estar+gerundio de correr) en tiempo
presente, seguida de complemento locativo (i.e. por todos los hedge y las
mesas) + perífrasis aspectual inminencial (i.e. estar+ a punto de+bajar). En
10, el sentido de la inminencia aparece significado no solo por la omisión de
la fórmula auxiliar sino también por la máxima síntesis que logra la retórica
textual del enunciado que, como puede verse, incluye abreviaturas léxicas
con indicaciones deícticas temporales (i.e. ug. - urgently).
En el caso de las alertas electrónicas, el rumor se deja ver como una
oportunidad para la acción inmediata en tanto se conecta sincronizadamente
con el presente de su enunciación. Esto implica que su efecto anticipatorio,
premonitorio, depende de esta sincronización entre el tiempo de aparición
de la enunciación y el tiempo del reconocimiento de la misma.
Algunos de los sitios analizados explotan comercialmente este sentido de
sincronización con “el instante” de manera tanto verbal como icónica a
través de textos, fotografías y gráficos, tal como puede verse en los
metadiscursos que aparecen en Fig.1 y Fig. 2.
Fig. 1. Metatexto extraído de stockrumors.com
Fig. 2. Metatexto extraído de stockrumors.com
Ahora bien, dicha sincronización entre instancias, tematizada en los
metadiscursos presentes en Fig.1 y Fig. 2, no es más que una ilusión en
virtud del carácter escrito del significante de los rumores-alerta. A
diferencia de los clásicos rumores orales que son actuales en la medida en
que alguien los pronuncia, los rumores escritos requieren de índices
específicos aptos para garantizar que se trata de rumores en circulación
presente, actual. En el rumor escrito, el presente de las estructuras verbales
no es suficiente para garantizar a la interpretación que se trata de un rumor
“vivo”, es decir, un rumor cuya circulación corresponde al tiempo presente. En los
dispositivos escritos, el ¨se¨ de ¨se rumorea¨, aun cuando se expresa en
tiempo presente, no alcanza por sí mismo para mostrar que el rumor citado
es un rumor circulando activamente en el momento presente de la lectura.
Esta diferencia no es menor dado que en los rumores orales, el presente de
las estructuras verbales empleadas para despersonalizar la fuente de la
enunciación (i.e. los típicos “se dice” o “se rumorea”) sí es coincidente con
el tiempo presente de la circulación discursiva del rumor. Por el contrario,
el rumor en soportes escriturales, para poder sincronizar el tiempo de su
enunciación escrita con el tiempo de su circulación discursiva, requiere y de
hecho emplea, una dotación de signos adicionales capaces de indicar su
vitalidad como discurso. Como puede observarse en los enunciados de
alerta (1 a 10), es regular la presencia de metadiscursos “calificativos” que
operan como prefacios ubicados entre corchetes inmediatamente antes de
cada una las emisiones. Estos metadiscursos se encargan de establecer
escalas valorativas acerca del grado de incitación que posee cada nuevo
rumor a partir de criterios definidos por los sitios web, por ejemplo:
[priority 1] , [priority 2], [priority 3], o bien, [zona caliente], [zona tibia],
[zona fría]. Las variables que suelen ser consideradas para el
establecimiento de estas calificaciones son: “confiabilidad de la fuente”
(aun cuando esta permanezca siempre incierta) y “tipo de acción que ejerce
el rumor en contra del tiempo”, es decir, rumor que está actuando en el
“instante” de la enunciación (“rumor vivo”), rumor en estado de mera
posibilidad, rumor que está perdiendo vigencia (“rumor agónico”), o rumor
que ya no está actuando (“rumor muerto”). Estos metadiscursos, además
de generar una escala valorativa sobre el tipo de incitación que favorecen o
no los enunciados escritos para la producción de una apuesta en sincronía,
funcionan simultáneamente como suplementos deícticos dado que indican
el tipo de relación entre el rumor escrito y su actualidad discursiva.
El desfasaje temporal constitutivo de la instancia de enunciación
escrita es el que permite a los diferentes sitios jugar con la comercialización
de los diferentes modos de efectuar “el delivery” (la entrega) del rumor en
recepción. Esos modos mediante las cuales el rumor se conecta con el
destinatario (i.e. el co-enunciador del rumor), unos más inmediatos que
otros, buscan emular de una mejor o peor manera la instancia sincrónica
del rumor oral. Cuanto más sincronía consiguen los dispositivos escritos de
rumores-alerta más exclusivo se torna el servicio, tal como se evidencia en
el sofisticado servicio de stockrumors.com. El enunciado “inteligencia en
tiempo-real” (cfr. Fig. 1 “real-time intelligence”) que caracteriza
metadiscursivamente el funcionamiento de las alertas, al igual que su “eco”
en la discursividad bélica, hace de la sincronía uno de los privilegios
centrales de los servicios de información secreta. Una clara prueba de esto
son los procedimientos que hacen del rumor-alerta una mercancía a través
de Internet. Así, en un sitio como stockrumors.com el usuario está
obligado a pagar con su tarjeta de crédito el acceso a los rumores del
momento en formato de alerta si es que los quiere intermitentemente hora
tras hora en su casilla de e- mail. Si el usuario desea recibir el rumor en una
multiplicidad de alternativas receptivas (i.e. SMS, instant messaging) debe
abonar una suma adicional. Contrariamente, en el mismo sitio web, los
rumores que tienen más de un mes son gratis y por lo tanto ya no son
deseables. Eso significa que los rumores-alerta, al quedar viejos, pasan a la
góndola, o a lo que hemos denominado dispositivo “rumores-archivo”.
Allí, ya como rumores “muertos”, inventariados en el tiempo, donde la voz
del “Se” ya no ancla en ningún presente, quedan a disposición pública
como información de antecedentes pero ciertamente ya no como rumores
incitativos. El indicio diferenciador de rumores vivos (alertas) y muertos
(rumores-archivo) es, en este caso, el modo en que juega la
mercantilización (o no) de la alerta con la sincronización (o no) del
contacto.
Hablar de “muerte” para calificar al rumor no supone de ninguna
manera una instancia de clausura del proceso de producción de sentido,
sino más bien, refiere a la muerte del PI del rumor para la acción en el
juego. Esta muerte de los rumores aparece significada con fechas y
horarios que acompañan como lápidas cada una de las emisiones
registradas en el tiempo. Estos índices temporales que añade el
dispositivo de enunciación a los enunciados de rumor, son los que
producen un procedimiento de reconfiguración deíctica. En otras
palabras, el alcance deíctico de todas las marcas del presente de la
enunciación que explicitan los enunciados (ejemplos 6 a 10), se
reconfigura por efecto de la indexación que introducen las fechas
calendario no específicamente deícticas (i.e. Hearing that DELL will offer
CVLT $38 per share and that CSFB will be the Banker -7:57 AM Sep
2nd). Esta reconfiguración es producto del pasaje que se produce de una
interpretación deíctica sincrónica con el momento de enunciación
(rumor-alerta), a una interpretación “no deíctica anafórica” 12 de las
expresiones deícticas (rumores-archivo).
Esta reconfiguración de la deixis introduce un orden temporal en el
dispositivo de archivo que ya no se corresponde con una lógica temporal
sincrónica sino con una de tipo diacrónico. Esta disposición diacrónica de los
rumores caracteriza al dispositivo rumores-archivo como un espacio de
detenimiento temporario de los enunciados y, por lo tanto, se constituye a sí
mismo como un dispositivo de pasaje en la circulación de estos discursos.
En otros términos, el espacio de enunciación que constituyen los
rumores-archivo puede ser caracterizado como un “purgatorio” de
rumores bursátiles. La metáfora del “purgatorio” pretende ser icónica del
modo en que opera este dispositivo en diacronía dentro del proceso de
circulación discursiva de rumores. Este aspecto, lejos de ser secundario,
supone la propiedad distintiva fundamental de un archivo de rumores
digitales frente a otros tipos de archivo también digitales (como las
noticias-archivo o los anuncios pasados de empresas en formato de
archivo indexado). Todo “purgatorio”, como es sabido, supone un
espacio intermedio de pasaje donde las almas de los muertos deben
detenerse en la instancia de redención, antes de pasar al paraíso o al
infierno. En el caso de los rumores-archivo, si bien en principio, no es el
“paraíso” ni el “infierno” lo que está en juego en el destino del rumor, es
posible distinguir una dinámica de pasajes semejantes.
Una alternativa de pasaje evidente es la potencialidad de retorno del
rumor desde el dispositivo rumores-archivo nuevamente hacia el de
rumores-alerta. En otras, palabras, la muerte del PI del rumor es solo
relativa en la medida en que existe una mínima probabilidad de resurrección
del rumor para reconvertirse nuevamente en una alerta sincronizada con
el tiempo de la apuesta. Como hemos podido comprobar en el corpus, la
iteratividad es una operación discursiva recurrente que caracteriza un
modo particular del funcionamiento de los rumores. Muchos rumores,
resurgen, vuelven, y este aspecto se encuentra lingüísticamente marcado a
través de diversas fórmulas iterativas como las que aparecen a
continuación:
(11) Vuelven a saltar al mercado rumores de alianza entre Banco
Popular y Bankinter. (megabolsa.com)
(12) Vuelven los rumores de una posible OPA de SAP por Tememos.
(bolsarumores.com)
(13) Se comenta en los mercados que ha vuelto el rumor de una
posible fusión en el sistema bancario. (megabolsa.com)
(14) Los rumores en torno a los cambios no dejan de sucederse.
(bolsamania.com)
(15) De nuevo, rumores en el mercado sobre un profit warning de
Inditex. (megabolsa.com)
(16) Desde hace una semana circulan rumores de que uno de los más
grandes bancos suizos tendría apetito por tragarse a una de las
casas de inversiones más prestigiosas del mundo. (wallstreetinversiones.com)
(17) Nuevos rumores en el culebrón Enel-Acciona. (megabolsa.com)
Aquello que retorna no es solo la recurrencia de un contenido, sino el
rumor en su carácter de rumor. El mecanismo de retorno del rumor,
desde ya, no es inocuo respecto de su potencial incitativo. Según
muestran los resultados de Schindler (2007: 58), el regreso de un rumor
muerto a su fase viviente supone un rumor menos creíble entre los
actores del mercado financiero. De esto se sigue que las operaciones de
pasaje que caracterizan movimientos iterativos, funcionan como un
mecanismo de devaluación del PI del rumor en el “mercado de opciones
discursivas” (Angenot, 2010).
Por el contrario a lo que sucede con la resurrección de ciertos
rumores, no es habitual que los anuncios y las noticias regresen en los
mismos términos en los que fueron enunciados con diferencia de días. En
resumidas cuentas, si el presidente de una empresa A anuncia hoy de
manera oficial a la prensa que la empresa que él dirige va a fusionarse la
semana próxima con la empresa B, sería a todas vistas ridículo, o al
menos extraño, que la semana siguiente al anuncio la misma u otra
autoridad repita exactamente el mismo anuncio, se haya o no se haya
efectuado la fusión originalmente anunciada.
En los rumores, en cambio, no sucede esto. Si hoy circula un rumor
sobre una fusión que no se concreta en el corto plazo, ese mismo rumor
tiene probabilidades de regresar a los pocos días (o semanas) desde la fase
de archivo a la fase de alerta, tal como se evidencia en el corpus. Esto se
produce porque los archivos de rumores se encuentran en una fase de
circulación diferente a los archivos de noticias o anuncios. Los archivos
de noticias se presentan como un espacio de inscripción de
informaciones comprobadas, certeras. Por lo tanto, estos espacios
discursivos se orientan a dar cuenta de lo sucedido en un pasado más o
menos inmediato. Los archivos de noticias son espacios que “miran”
necesariamente hacia atrás. Los archivos de rumor, en cambio, al
acumular enunciados incógnita (inciertos) con un valor prospectivo calculado
desde el presente, exhiben una fase de circulación precedente a la de las
noticias y posterior a los rumores-alerta. Esta precedencia de la fase
temporal del rumor respecto de la noticia, se comprueba en una segunda
operación de pasaje que propicia el dispositivo de archivo, a saber, la
transformación del rumor en noticia.
En función de la popularidad y la repercusión de ciertos rumores
bursátiles que forman parte de los archivos, muchos de ellos cuentan con
el privilegio de transformarse al día siguiente en noticia de los principales
diarios. Casos como éste se han visto durante la última crisis financiera
internacional de 2008. Los rumores sobre posibles rescates a Grecia o a
Irlanda cuando se encontraron al límite del “default”, o los rumores
sobre fusiones de bancos en quiebra como Lehman Brothers, no solo
fueron rumores en estadio de rumor sino también noticia de tapa de
todos los diarios13. Asimismo, es frecuente que rumores bursátiles de
fusión, lanzamientos, compra-venta o de acuerdos comerciales, sean
presentados en secciones de los diferentes diarios sin que por ello se
revele la fuente del rumor (i.e. “charlas de quincho” en el diario Ámbito
Financiero, “Qué pasa” en el Diario La Nación, “Heard on the Street”
del Wall Street Journal, etc.). Según los datos de Schindler (2007), los
agentes de Bolsa no operan con los rumores una vez que aparecen
publicados en el diario dado que los consideran información pasada, ya
incorporada al precio del activo. Se observa, en el caso del diario, que es
el dispositivo mismo el que hace del rumor un “cadáver” para la acción
bursátil (en cuanto a su potencialidad incitativa y también predictiva), más
allá de que la fuente se presente como indeterminada o tenga carácter de
“no oficial”.
Este aspecto es controversial con el planteo de Kapferer 14 quien
sostiene que la “no oficialidad” es la propiedad definitoria del rumor
(Kapferer, 1989). Lo que se argumenta en este artículo de un modo que
polemiza con la propuesta de Kapferer, es que aun careciendo de
oficialidad, el rumor bursátil puede no operar como rumor en la red de la
semiosis. Y esto se debe a que los enunciados-rumor recorren escalas de
tiempo diferentes producto de las operaciones de pasaje que producen los
dispositivos comprometidos en su circulación discursiva. En otras palabras,
no es solo la omisión de fuentes oficiales lo que hace del rumor un rumor
en la esfera bursátil, sino también, y de manera fundamental, el modo en
que el rumor se conecta sincrónicamente con el instante de su
reconocimiento (para poder ser rumor en el juego de las apuestas). En este
sentido, los rumores-archivo se constituyen como un auténtico punto
intermedio entre la “vida” y la “muerte” del rumor dado que presentan
rumores que, o bien pueden retornar nuevamente al juego y operar
perlocutivamente como “rumores”, o bien pueden caducar definitivamente
como rumores incitativos al transformarse en noticia.
Por último y como tercera alternativa de pasaje, la mayoría de los
rumores que no retornan como rumores pero que tampoco pasan al
diario como noticias se esfuman de los archivos luego de la estadía
transitoria definida por cada directorio. Este resulta ser el destino más
recurrente de los rumores, confirmando así el carácter tanto efímero
como transitorio de este “purgatorio” en el que se desplazan los
enunciados de rumor de un dispositivo a otro.
3.2. R UMORES
CON
EFECTO
INCITATIVO
VERSUS
“RUMORES”
CON
EFECTO
CONSTATATIVO
En los rumores-archivo, al quedar los enunciados-rumor desplazados
del instante presente de su deixis enunciativa por efecto del dispositivo,
estos pierden su valor incitativo y por lo tanto, ya no son susceptibles de
ser interpretados como rumores en circulación, es decir como “rumores”
propiamente dichos15. De un modo radicalmente diferente, son enunciados
que se muestran como el “dato” lingüístico de un rumor pasado. Esos
enunciados, aun exhibiendo la misma sustancia lingüística que los rumoresalerta, no reciben el mismo tipo de interpretación pragmática, y por lo
tanto, el sentido que vehiculizan es diferente.
Dada esta condición de desplazamiento temporal que introduce el
dispositivo, la gramática de reconocimiento del rumor en su estadio de archivo,
no habilita ya una lectura incitativa sino otra de tipo exclusivamente
constatativo. Los enunciados-rumor que circulan en el dispositivo de archivo
se ofrecen a la comunidad bursátil para la constatación de ciertos
parámetros más o menos verosímiles que permiten calificar a los nuevos
rumores por aparecer. Simultáneamente, los rumores archivados ya no son
rumores incitativos en virtud de que no operan sincronizados con el juego
de las apuestas.
La tematización de la lectura constatativa -no incitativa- sobre el rumor se
encuentra explotada explícitamente por metadiscursos típicos de los
dispositivos de archivo (cfr. Fig. 4). Estos metadiscursos expresan al
destinatario la conveniencia de aprovechar los archivos de rumor para
calcular de una mejor manera la interpretación sobre los nuevos rumores
por aparecer.
Fig. 4. Archivo de rumores exhibido en stockrumors.com
Aquí, los enunciados-rumor se reinterpretan como un dato del pasado
(más o menos comprobado) susceptible de ser cuantificado y manipulado
para el desarrollo de previsiones sobre la aparición de nuevos rumores-alerta.
En este sentido, si bien los rumores-archivo carecen de PI para las apuestas,
no por ello son dispositivos inútiles. Estos archivos, como puede verse en
Fig.4, sirven como fuentes de evaluación de los rumores actuales al aportar
lecturas constatativas sobre los discursos del pasado. Estas lecturas
constatativas se aplican, según Fig. 4, a diferentes motivos que construyen un
horizonte de verosimilitud sobre el rumor en tanto “dato” susceptible de
evaluación. Entre estos motivos constatables que resultan susceptibles de
manipulación estadística se encuentran: el tiempo de circulación del rumor, la
acción del rumor sobre el precio de las acciones durante su instancia de
circulación, el tipo y la cantidad de rumores vinculados con ciertas empresas,
estados o temáticas particulares, o bien, la calidad de la fuente intermediaria
del rumor, entre otras constataciones posibles. El efecto de la lectura
constatativa opera, en el caso de los archivos, como un modo de calificar a
las nuevas alertas de rumor como más o menos confiables/verosímiles. Esto
significa que el dispositivo de archivo tiene una incidencia directa en el modo
en que es juzgada la incitación comunicada por vía de los dispositivos de
alerta. De ahí que ambos dispositivos exhiben una relación sistémica de
complementariedad evidente. Mientras uno produce resultados incitativos
disparando rumores orientados a la acción inmediata (fase temporal 1), el
otro permite calificar o descalificar la credibilidad de las alertas según el tipo
de constatación obtenida en una fase temporal 2.
4. Discusión y conclusiones
Como se ha podido ver en las secciones precedentes no todos los que se
dicen a sí mismos rumores operan perlocutivamente como rumores, más allá de
que la sustancia lingüística se presente como la aserción de un rumor. El
análisis ha permitido observar que el PI del rumor bursátil depende de la fase
temporal en la que se ubica el enunciado, y ésta es precisamente la propiedad
que resulta definitoria a la hora de caracterizar a un rumor bursátil como tal,
más allá de la “no verificación” o la “no oficialidad” de las fuentes
implicadas. El PI del rumor se presenta entonces como una propiedad
fuertemente convencionalizada en el dispositivo enunciativo y, por lo tanto,
resulta una de sus condiciones productivas fundamentales.
La cuestión de la convencionalización del PI en el rumor bursátil se hace
evidente en la reconfiguración deíctica que introduce el dispositivo de
archivo sobre el de alerta. Los archivos, al anular o reducir al mínimo el PI
del rumor-alerta por medio de una operación reinterpretativa16 de la deixis,
ponen en evidencia que el rumor en su fase de alerta se encuentra
convencionalmente asociado a su potencialidad incitativa o perlocucionaria.
En el caso de los rumores-archivo, el vaciamiento de esta potencialidad por
efecto de una reconfiguración en la deixis enunciativa, indica que esta
propiedad le pertenece solo a los rumores vivos, es decir a los rumores que
operan perlocutivamente como rumor y no como “dato”.
A propósito del modo en que la incerteza enunciativa del rumor queda
ligada o no a campos de efectos diferenciables (incitativo versus
constatativo), su funcionamiento, al igual que el PI del rumor, se encuentra
restringido por los condicionamientos temporales de la circulación discusiva.
En segundo lugar, a diferencia del modo en que se comporta el PI del
rumor en la circulación discursiva (considerando que puede estar o no estar
según lo que indique el dispositivo), la incerteza se encuentra presente en
todo el proceso de circulación. Es decir que la incerteza de los enunciadosrumor tiene una presencia ínter-dispositivo, aun cuando los rumores se hayan
convertido en mero dato del pasado para ser constatado.
Ahora bien, para que la despersonalización de la enunciación pueda
operar como un régimen de conocimiento para la acción en el juego bursátil,
requiere de una sincronización con el tiempo de reconocimiento del
discurso, tal como hemos podido comprobar con los rumores-alerta.
Al ser la incerteza un rasgo omnipresente en todos los dispositivos de
rumor pero con efectos prácticos diferentes, es posible hablar de una
modulación escalar de la incerteza según la fase temporal en la que se ubican los
enunciados inciertos. En otras palabras, los enunciados-rumor exhiben
estatus epistémicos diferentes según se encuentren en el dispositivo de alerta,
de archivo o en el diario. Esta modulación puede observarse en la siguiente
relación que se propone para caracterizar este funcionamiento discursivo:
GI = GD x GsD
GI: Grado de incerteza que califica a un enunciado como +/- incierto
GD: Grado de despersonalización de la fuente de la enunciación que
califica al enunciado como +/- despersonalizado (exhibición de la
indeterminación de la fuente de la enunciación)
GsD: Grado de sincronización deíctica entre el TP (tiempo de la
producción) y el TR (tiempo del reconocimiento) que califica al
enunciado como +/- deíctico.
Esta fórmula busca evidenciar una relación de dependencia entre escalas
semántico-pragmáticas. Las escalas deben leerse del siguiente modo: cuanto
más despersonalizado y más sincronizado está un enunciado de rumor, más
alto es el grado de incerteza que concentra ese enunciado en su sentido. En
la medida en que su despersonalización es alta pero su sincronización es baja
(por ser un rumor-muerto), la incerteza efectivamente disminuye. Asimismo,
cuando la despersonalización es baja pero no nula (i.e. “según fuentes de
toda solvencia”) y la sincronía es alta, la incerteza también disminuye.
Concluyendo con el planteo, en el caso de los rumores-alerta, la
incerteza se desplaza hacia su punto más alto en la medida en que se muestra
como una incerteza “activa” para el ejercicio de la acción económica. En el
caso de los rumores-archivo se observa cómo la incerteza se desplaza hacia
su punto más bajo (como una incerteza inofensiva) considerando que el
rumor pierde deixis enunciativa y por lo tanto sentido como rumor
incitativo.
En síntesis, lo incierto de la incerteza no solo se relaciona
exclusivamente con la puesta en escena de diferentes grados de
indeterminación de la voz del rumor sino también, y de manera no menos
fundamental, con la instantaneidad por la que se materializan sus efectos de
sentido dentro de un juego X, en este caso, el juego bursátil. De esto se
desprende que existe una clara dependencia entre la incerteza y la
potencialidad perlocucionaria convencionalizada, a la vez ambas
condicionadas de una manera diferente por los desplazamientos temporales
que introducen los dispositivos.
Lo que aún resta por investigar para poder dar cuenta con mayores
precisiones de los alcances del criterio taxonómico propuesto son: los grados
de despersonalización de la fuente de la enunciación y los diferentes
posicionamientos enunciativos adoptados por el locutor reproductor del
rumor frente a dicha indeterminación. Sin este análisis, la variable GDp de la
ecuación propuesta seguirá sin respuesta. En función de esta observación, la
investigación desarrollada aquí necesita ser profundizada con un minucioso
análisis polifónico que permita visualizar diferencias de grado en la
despersonalización enunciativa de rumores bursátiles.
NOTAS
1 La primera investigación sobre la incidencia de los rumores en el precio de las
acciones en el corto plazo fue conducida por Rose (1951). A partir de una
muestra de acciones cotizantes en el mercado estadounidense dentro del
período 1937 a 1938 y 1948 a 1949, él descubre que si un rumor circula por
varios días en el mercado, éste tenderá a generar una tendencia unidireccional
sobre el precio de las acciones durante esos días (o sube o baja). Una serie de
estudios posteriores compara la incidencia del rumor sobre el precio de las
acciones a partir de observar un mismo rumor antes de aparecer en el diario y
posteriormente a su publicación. Pound y Zeckhauser (1990) investigan
rumores de adquisiciones a partir del análisis de la columna “heard on the
street” (Hots) del diario. Wall Street Journal. Ellos consideraron todos los
rumores publicados diariamente desde el primero de enero de 1983 hasta el 31
de diciembre de 1985. Lo que descubren es que la subida del precio en las
acciones de las empresas involucradas en los rumores de adquisición se
produce en el período anterior a la publicación, mientras que no se registra
ningún movimiento significativo posterior a la publicación del rumor en el
diario. Zivney, Bertin y Torabzadeh (1996) agregan al análisis anterior la
columna “Abreast of the market” del mismo diario. Su período de análisis va
desde 1985 a 1988 y demuestra que el movimiento más significativo en el
precio de las acciones por causa de un rumor se produce veinte días antes de su
publicación en el diario. Kiymaz (2001) realiza un estudio similar en el mercado
turco (Istambul Stock Exhange) y comprueba que la suba más fuerte en el
precio de la acción se produce cuatro días antes de la publicación en papel.
2 La referencia al rumor como un objeto de estudio eminentemente discursivo
implica observar que éste requiere necesariamente el empleo de enunciados
lingüísticos para poder constituirse como un comportamiento socialmente
reconocible. Utilizando la terminología del antropólogo Hymes, el rumor es un
auténtico “hecho de habla” (Hymes, 1964). Esto significa que además de
constituir un tipo particular de ritualización social, el hecho de habla requiere
como condición esencial el empleo de la lengua para poder consumarse.
3 Los conceptos “producción-reconocimiento” se desarrollan originalmente en la
teoría sociosemiótica elaborada por Eliseo Verón (1998). Producción reconocimiento designan las dos instancias temporales entre las cuales pivotea
la circulación discursiva, tercer elemento que solo puede ser reconstruido como el
desafasaje temporal existente entre las instancias antes mencionadas.
Producción- reconocimiento no concuerdan necesariamente con las nociones
clásicas de “emisión y recepción”, en la medida en que toda producción es
siempre el reconocimiento de un discurso anterior y, recíprocamente, todo
reconocimiento es cognoscible exclusivamente como una nueva producción
discursiva. Estas instancias, desde el punto de vista metodológico, son solo
reconstruibles mediante las huellas que en las superficies discursivas permiten
conceptualizar desfasajes de sentido de diversa índole (cognitivos,
mnemónicos, técnicos, de disposición corporal, etc.).
4 Los dos tipos de análisis más conocidos para calcular y gestionar el riesgo de una
inversión son el “análisis fundamental” y el “análisis técnico”. El primero
supone que se debe buscar la causa de la subida o bajas de las acciones en un
estudio de la compañía que está por detrás, o de la industria y la economía que
se mueven a su alrededor (Mandelbrot y Hudson, 2006: 31). Para este tipo de
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análisis, el precio de un activo es el reflejo de la información disponible en el
mercado. El análisis técnico, por su parte, consiste en la interpretación de
pautas icónicas sobre los movimientos accionarios. Se trata de “reconocer
pautas reales o supuestas, de estudiar un gran número de datos sobre precios,
volumen de contratación e indicadores, todo ello en busca de claves para
comprar o vender” (Mandelbrot y Hudson 2006: 32).
La propuesta de Orlean se inspira en la comparación que hace Keynes entre las
técnicas de inversión y los concursos de belleza organizados por los diarios en
los cuales los participantes deben elegir las seis fotos más bellas entre un
centenar de fotografías. En estos concursos, el ganador del premio es aquel
cuyas preferencias se acerquen más a la selección promedio operada por el
conjunto de participantes (Keynes, 1936). Esto significa que aquel que elige las
fotografías no lo hace en función de aquella que juzga como más bella sino que
elige a partir de considerar aquella que podría ser elegida mayoritariamente por
el resto de los participantes (Keynes, 1936).
Recuérdese que para Austin y Searle, los efectos perlocucionarios no son
convencionales en la medida en que se encuentran indeterminados y no
dependen totalmente del empleo de la lengua (Searle, 1975). En nuestro caso, a
diferencia de lo planteado por los autores mencionados, el concepto PI busca
probar una relación convencional entre la producción de ciertos enunciados y
la posibilidad o no de estar en condiciones de producir algún tipo de efecto
perlocutivo. Por eso se habla de la potencialidad del efecto perlocucionario y
no de “tipos de efectos perlocucionarios”.
Una gramática de producción, siguiendo a Verón (1998), es un conjunto de
huellas finitas que dan cuenta de las restricciones (técnicas, corporales,
enunciativas, retóricas, temáticas) operantes en la configuración de un discurso.
Asimismo, una gramática de reconocimiento es un conjunto de huellas
susceptibles de indicar las operaciones que restringen la recepción del mismo
discurso. Las gramáticas de reconocimiento se encuentran indeterminadas en la
medida en que los tipos de efectos de un discurso se encuentran asimismo
indeterminados en un análisis en producción. Ahora bien, la naturaleza de los
efectos esperados (y no el tipo de efecto concreto) sí puede ser reconstruido
parcialmente en una gramática de producción.
Para una mayor profundización sobre trabajos que analizan la interacción entre
producción discursiva y desarrollo de intercambios económicos, consultar:
Irvine, 1989; Hewings, 1990; Klamer, 1990; Boers & Demecheleer, 1997;
Kockelman, 2006; Alejo, 2010.
La sui-referencialidad del enunciado es un concepto que aparece originalmente
planteado por Benveniste. Este concepto busca mostrar que el sentido en el
lenguaje no se manifiesta por medio de proposiciones que reflejan una realidad
fáctica o mental, sino que el empleo mismo de las palabras construye una nueva
realidad a partir del hecho de ser enunciadas vía un acto de enunciación. En
este sentido, es el propio enunciado el que desde su interior produce las
funciones interhumanas fundamentales entre locutor y alocutario por medio de
un mecanismo (ineludible) de reflexividad sobre las circunstancias de su
enunciación. En otras palabras, es el enunciado el que indica aquello que el
habla hace.
10 La aserción es definida aquí según el enfoque no-veritativista desarrollado por la
teoría polifónica de la enunciación.
11 Aquí no se homologa incerteza a duda sino a una suspensión de la certeza por exhibición (en el
enunciado) de la indeterminación de la fuente de la enunciación. Por oposición, la certeza
-sea alta o baja- la circunscribimos a aquellos enunciados que no dramatizan
explícitamente la despersonalización de la fuente de la enunciación. Así, un
enunciado del tipo “dudo que María venga” expresa un bajo grado de certeza,
mientras que “se dice que llegaría María” expresa un cierto grado de incerteza.
12 Término tomado en el sentido que aparece en Levinson, 1983. Los usos
temporales deícticos propiamente dichos, según señala Levinson, son aquellos
que “refieren a la codificación de puntos y períodos temporales relativos al
tiempo en que se pronunció un enunciado (o se inscribió un mensaje escrito)”
(Levinson, 1983: 54). Los usos no deícticos anafóricos de las expresiones
deícticas, siguiendo al mismo autor, se producen “cuando algún término escoge
como referente la misma entidad (o clase de objetos) que escogió un término
anterior en el discurso” (Levinson, 1983: 59).
13 Ver http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1049280
14 Kapferer es probablemente el investigador más reconocido y citado en lo
referente a estudios sobre el rumor. Cfr. Kapferer, 1989.
15 De esta afirmación se podrá deducir el sentido de las comillas aplicadas al lexema
“rumor” en el intertítulo de esta sección.
16 Originalmente, la reinterpretación es definida por García Negroni (2000) como la
segunda interpretación (S´ 1) para un en enunciado E1 al que ya se le ha
atribuido un sentido (S1) en el momento de su enunciación (García Negroni,
2000: 91). Como puede verse en esta definición, el requisito para que haya
reinterpretación es que haya por lo menos dos enunciados. En el caso particular
de la investigación aquí presentada, y adaptando el concepto anteriormente
citado, la reinterpretación que se produce de los enunciados-rumor es producto
de una relectura de los mismos enunciados en el marco de un cambio de
dispositivo (de alerta a archivo) y no por el agregado de continuidades
discursivas. La reinterpretación de los enunciados-rumor se produce por una
reflexividad del enunciado sobre el dispositivo de enunciación.
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MANUEL LIBENSON es magíster en Análisis del Discurso y Profesor Adjunto de
“Semiótica de la Comunicación” en la Universidad Argentina de la Empresa
(UADE). Asimismo, se desempeña como docente de “Semántica y
Pragmática”, cátedra a cargo de la Dra. María Marta García Negroni, en la
carrera de Letras de la Universidad de Buenos Aires. Trabaja como becario
de investigación del CONICET para las áreas de lingüística y filología.
Actualmente se encuentra próximo a finalizar su Doctorado en la Facultad
de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires bajo la dirección de
la Dra. María Marta García Negroni.
Correo electrónico: [email protected]
RESEÑAS
PARDO A. NEYLA G. (2007) Discurso, impunidad y prensa. Bogotá,
Colombia: Centro Editorial de la Facultad de Ciencias Humanas de la
Universidad Nacional de Colombia. 399 pp. ISBN: 978-958-701-841-7.
Esta obra, producto de una tesis doctoral enmarcada en el Análisis
Crítico del Discurso (van Dijk, 1999), se propone, en palabras de la autora,
“explicar el significado social de la impunidad, representado en la prensa
colombiana, como un sistema cuya descripción es sólo posible si se relaciona
con una organización conceptual”. El corpus analizado está formado por
trescientos cincuenta artículos de prensa escrita, que fueron publicados entre
1997 y 2002, período que corresponde al último año de la presidencia de
Ernesto Samper Pizano y al gobierno de Andrés Pastrana Arango.
El libro presenta siete capítulos. Sobre la base del reconocimiento de
que el contexto constituye un conjunto de condicionamientos cognitivos que
posibilita interpretar el discurso (van Dijk, 1999), el capítulo 1 expone el
contexto socio-histórico de la impunidad en Colombia mediante la
caracterización de la crisis política, del sistema jurídico y de los actores
involucrados en el conflicto armado que se desarrolla en el país: el Ejército
Nacional, la Policía Nacional, las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC)
-que nuclean a todos los grupos paramilitares-, y las diversas expresiones de
la guerrilla, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el
Ejército de Liberación Nacional (ELN) y el Ejército Popular de Liberación
(EPL). Asimismo, el capítulo analiza tanto las relaciones entre la guerrilla y el
narcotráfico como entre la violencia y sus víctimas. Por otra parte, brinda
una breve historia de la prensa escrita en Colombia y una reseña de los
periódicos que son objeto de estudio: El Espectador, El Tiempo, El Heraldo y
El País.
El capítulo 2 se adentra en el marco teórico del análisis crítico
emprendido, que parte de la tesis de van Dijk (1990a) según la cual los
procesos cognitivos se adquieren, usan y transforman de modo privilegiado
en el discurso. Pardo articula la noción de modelo mental, que proviene de la
psicología cognitiva (Johnson-Laird, 1996) y es concebida como una
representación esquemática de la realidad que permite explicar las
transformaciones del conocimiento en el ámbito de lo individual; la noción
de modelo cultural, aportada por la antropología cognitiva (D´Andrade,
1987; Shore, 1996) y entendida como un tipo de modelo mental que es un
esquema conceptual intersubjetivo compartido por un grupo social, y la
noción de representación social, que es tomada de la psicología social (Abric,
1993, 1996; Jodelet, 1984; Moscovici, 2001) para dar cuenta de modelos
organizados y jerarquizados de conocimiento colectivo que cumplen un
papel central en la cohesión social.
Respecto de los modelos culturales, Pardo sigue la clasificación
propuesta por Shore (1996), quien distingue, de acuerdo a su estructura, los
modelos lingüísticos y no lingüísticos, y según su función, los modelos
orientacionales, los modelos expresivos y conceptuales, y los modelos de
tareas. Asimismo, la autora toma de Shore la noción de esquema
fundacional, estructura más abstracta que agrupa a los modelos culturales a
partir de sus propiedades comunes.
En cuanto a las representaciones sociales, Pardo contempla tres
procesos que les son inherentes: los de elaboración, los de funcionamiento y
los de transformación (Abric, 1996). Los procesos de elaboración, que
apuntan a la génesis de la representación social, incluyen la objetivación y el
anclaje (Jodelet, 1984; Moscovici, 2001). Los procesos de funcionamiento se
refieren a la forma en que una representación social se da en el contexto
cotidiano (Flament, 1994), lo que lleva a distinguir entre el sistema central o
núcleo, formado por elementos cognitivos básicos que definen su identidad y
que son estables, coherentes y consensuales, y el sistema periférico, integrado
por componentes dispensables, que permiten la interfase entre la
representación social como tal y sus usuarios y adaptan las características del
sistema central a una situación concreta (Abric, 1996). En relación con el
sistema central o núcleo de la representación social, la autora retoma la
noción de themata de Moscovici (2001), que se refiere a los contenidos sobre
los cuales existe el mayor grado de consenso y que corresponden a los
valores de un grupo. Los procesos de transformación, por su parte, implican
la modificación del núcleo de la representación social; en función del grado
de esta modificación, se diferencian tres tipos de transformación:
transformación de resistencia, progresiva y total (Abric, 1996).
Al final del capítulo, Pardo expone y comenta los principales hallazgos
provenientes del estudio cognitivista de la cognición social (Schneider, 1991;
Fiske, 1993), con el fin de resaltar algunos mecanismos cognitivos que
pueden estar involucrados en la construcción e interpretación de procesos de
representación y de discurso. Asimismo, considera los aportes de la
psicología social discursiva (Potter y Edwards, 2001), de la que destaca su
empeño en demostrar que el enfoque de las representaciones sociales no
resulta excluyente en relación con el análisis del discurso.
En el capítulo 3, la autora discute en detalle diversas perspectivas de
estudio sobre la metáfora y la metonimia, que analizará como dos modelos
culturales lingüísticos que constituyen el núcleo y la periferia de la
representación social de la impunidad en la prensa colombiana. Entre otras,
comenta la propuesta pragmática sobre los usos no literales del lenguaje de la
teoría de la relevancia de Sperber y Wilson (1994), que los entiende como
casos límite de búsqueda de información contextual y construcción de
implicaturas débiles. En función de su investigación, Pardo compatibiliza las
aproximaciones de la lingüística cognitiva (Lakoff, 1987; Lakoff y Johnson,
1998 y Johnson y Lakoff, 1999) y las de la antropología cognitiva (Shore,
1996), en tanto concibe la metáfora y la metonimia como formas de
construcción del significado tanto en el orden de lo individual como de lo
social, estableciendo la continuidad entre la formación del significado
cognitivo-individual y el significado social y cultural.
A partir de ello, Pardo recupera las especificaciones de van Dijk (1990b,
2001, 2003) sobre la noticia como tipo particular de discurso y producción
de conocimiento. Al considerarla como una forma de práctica social, sitúa
los agentes de esta práctica, para lo cual distingue entre el actor social, el
conjunto de individuos ubicados en forma estratégica en un sistema de
poder, y el actor discursivo, el participante activo de la interacción que
desempeña roles discursivos. Reconoce así la tipificación de cuatro grandes
sectores de actores discursivos, articulada potencialmente con la
representación que la prensa escrita realiza de la impunidad en Colombia: los
agentes internacionales (los Gobiernos, los Organismos -como la ONU o la
OEA- y las ONG), los agentes del Estado colombiano (correspondientes al
Poder Judicial, a los Organismos de control del Estado, el Poder Legislativo
y el Poder Ejecutivo), los actores armados ilegales (la guerrilla y los
paramilitares) y la población civil.
El capítulo 4 presenta los objetivos de la investigación y las hipótesis de
la que parte. Una sostiene que los modelos culturales de tropos, metafóricos
y metonímicos, constituyen el núcleo de la representación social de la
impunidad en la prensa colombiana; otra afirma que la regularidad
conceptual se puede interpretar como una manera de representar la realidad,
visible a través de frecuencias de palabras, sus concordancias y asociaciones,
así como en la organización categorial que se tipifica en clases. Asimismo, el
capítulo expone los criterios de selección del corpus, las herramientas de
almacenamiento y análisis de la información y los niveles de tratamiento de
los materiales.
En la etapa preliminar, Pardo realizó la organización formal del corpus,
para lo cual elaboró una base de datos lingüísticos, que denominó Baladi,
bajo el programa Microsoft 2000, con la información procedente de los
cuatro periódicos nombrados. A partir de esta información formuló
clasificaciones, centradas en la identificación, tipificada, de actores y
acciones, que sirvieron de búsqueda y de construcción de categorías en la
Baladi, las cuales funcionaron de referencia en el procedimiento analítico que
se aplicó en sus distintas fases. Por otra parte, realizó una identificación
manual de las metáforas y de las metonimias presentes en cada artículo,
según la clasificación de Lakoff y Johnson (1998), y realizó una primera
aproximación a la determinación de los dominios fuente y meta.
La primera fase de la investigación fue la exploratoria-descriptiva, que
corresponde al análisis estadístico, cuyo primer paso fue la normalización de
la base de datos con los parámetros requeridos por el programa Spad T. Esta
fase comprendió el cálculo de las frecuencias, las asociaciones y el empleo de
otras técnicas estadísticas de agrupación con el objetivo de identificar en las
distintas entidades (noticias, palabras, patrones lingüísticos y tropos)
unidades clave, sus concordancias y grados de asociación. Las técnicas de
agrupación usadas fueron el Análisis de Correspondencias Múltiples y el
Análisis Clasificatorio, a partir de las cuales se obtuvieron grupos
representados en planos multidimensionales, correspondencias asociativas y
clases jerárquicamente organizadas.
La segunda fase de la investigación fue la analítica, que se desarrolló con
los recursos de la necesidad cualitativa. En esta fase se construyeron
programas informáticos con el fin de presentar las palabras más fuertemente
asociadas con cada clase de entidades, a partir del análisis realizado con el
Spad T. La articulación entre la primera y la segunda fase de la investigación
se formuló aprovechando el concepto de saliencia cultural, a través del cual
se reconoce que el uso de ciertas entidades es parte del tejido de significados
que constituye la cognición social. De este modo, en la fase analítica Pardo
identificó y analizó las asociaciones semánticas para la construcción de redes
conceptuales. En los titulares, analizó el tema/tópico a partir de la
construcción de la red de asociaciones conformada por el conjunto de
procedimientos de asociación, co-ocurrencia y frecuencia de las palabras
clave y reconoció las voces de los actores discursivos mediante el análisis de
las formas de citación (directa, indirecta y mixta), los contextos de aparición
de los voces y su caracterización en relación con el fenómeno de la
impunidad. Asimismo, identificó, mediante el programa Word Pilot, los
patrones lingüísticos reiterativos y asociados al concepto de impunidad,
agrupados por su estructura en tres categorías: atributivas, con
cuantificadores y modalizantes.
La tercera fase de la investigación fue la sintética, que relacionó todos los
factores que se derivaron de la saliencia cuantitativa y de la necesidad
cualitativa, integrándolos en la saliencia cultural. De esta manera, Pardo
determinó esquemas fundacionales compartidos culturalmente, cuyas
conceptualizaciones se concretan en expresiones metafóricas y metonímicas,
que fueron analizadas estructural y funcionalmente como recurso lingüístico
y modelo cultural. El reconocimiento de los modelos culturales potenció la
identificación de los núcleos y de las periferias de la representación social de
la impunidad.
En el capítulo 5, Pardo examina críticamente las palabras clave, el tema y
el tópico, las formas de citación, los patrones lingüísticos y la manera en que
la prensa reconstruye el sentido de la impunidad a través de los actores y de
sus acciones. En cuanto a las acciones y los actores involucrados en la
conceptualización de la impunidad, entre otros hallazgos, se destacan el
reconocimiento de que la prensa suele omitir la referencia a los actores
sociales concretos implicados en la impunidad mediante la nominalización y
la generalización a entes colectivos, y la afirmación de que la prensa
colombiana no construye los recursos cognitivos para deslegitimar la
impunidad, dado que en las noticias sobre violación de los derechos
humanos fundamentales el ejercicio de justicia carece de valoraciones
positivas y pocas veces es la condición para superar la impunidad. En lo
referente a las redes conceptuales asociadas al concepto de impunidad, la
autora identifica la dupla índices/justicia, donde la justicia se presenta como
ausente o como un bien social del que se carece y donde se usa el concepto
índices de manera imprecisa y parcial, lo cual permite inferir a Pardo que la
prensa, en vez de ofrecer al lector las herramientas necesarias para la
evaluación de los resultados de la administración de justicia, lo incapacita
para comprender esta realidad colombiana. Otra red conceptual está
integrada por decir/luchar/contra/permitir, con la cual la prensa expone
valoraciones con pretensiones de verdad, que señalan actores como
enemigos en un escenario de guerra. La tercera red conceptual es
Colombia/país/Estado, integrada por expresiones que naturalizan
acontecimientos que se formulan como parte de una manera de ser en el
mundo, pero que en realidad son anormales desde un punto de vista jurídico
y social. La última red conceptual está constituida por la unidad ´crímenes´,
palabra clave que relaciona fenómenos de la economía con actos punibles, en
los que los agresores asumen una racionalidad en la que la acción delictiva es
más rentable que las actividades económicas reconocidas por el Estado.
Del estudio del tema/tópico y de las formas de citación, Pardo concluye
que el significado de la impunidad varía de forma amplia en la prensa
colombiana, siendo un hecho inadecuado que no se castiga o un fenómeno
social indeseable e incompatible con un bien social; asimismo, observa que la
impunidad se presenta como un hecho inmodificable, permanente e
inherente al estado actual de Colombia. En relación con el análisis de los
patrones lingüísticos más asociados con ´impunidad´, la autora señala que las
estructuras atributivas están integradas por expresiones que tipifican la
impunidad como un hecho esencialmente inmutable, contribuyendo a su
naturalización, y que vinculan la impunidad con la confrontación y la guerra,
pero no con las relaciones jurídico-políticas. En muchos casos los
cuantificadores, por su parte, no permiten conceptualizar los indicadores que
dan cuenta de la impunidad en sí misma, lo cual ayuda al ocultamiento de sus
dimensiones objetivas. Respecto de la modalización, sobresale que en los
casos en que la prensa la atribuye a un sujeto colectivo a través de la citación
directa de una voz individual, propone la actitud representada como
compartida por el grupo y, en consecuencia, como no susceptible de ser
controvertida.
El capítulo 6 reconstruye los esquemas fundacionales, los modelos
culturales y las representaciones sociales de la impunidad presentes en la
prensa colombiana a través de la integración de las propuestas de la
antropología cognitiva (Shore, 1996), la lingüística cognitiva (Lakoff y
Jhonson, 1998), el análisis crítico del discurso (van Dijk, 1999) y la teoría de
las representaciones sociales (Moscovici, 2001). Pardo identifica tres
esquemas fundacionales de la impunidad: la negación de la acción y
funcionalidad de la justicia, la omisión de los ejecutores de ley frente a la
acción de los contraventores, y la acción y funcionalidad de los
contraventores en ausencia del Estado. Dichas conceptualizaciones son
presentadas en la prensa mediante diversas estrategias, entre las que cumplen
un papel central las metáforas y las metonimias, consideradas como un tipo
de modelo cultural lingüístico y como sistemas nucleares o periféricos de la
estructura de las representaciones sociales. De esta manera, la autora analiza
una representación social de la impunidad cuyo núcleo es el modelo “la
impunidad es un organismo” y cuyo sistema periférico está integrado, entre
otros, por los modelos “la impunidad es materia es descomposición”, “la
impunidad es un descomponedor” y “la impunidad es un microorganismo”.
Esta representación conceptualiza la impunidad como un modo de
funcionamiento físico-biológico, lo que da cuenta de la estrategia de
naturalización de un fenómeno de carácter socio-histórico. Una segunda
representación social de la impunidad, que la concibe como la ausencia de
una racionalidad ética que oriente las múltiples racionalidades, tiene como
núcleo el modelo “la impunidad es la coexistencia de racionalidad en
conflicto”; entre los modelos de su sistema periférico se ubican los modelos
“las organizaciones son seres vivos”, “las organizaciones son personas” y
“las organizaciones son racionales”. En relación con esta representación,
Pardo señala que la prensa parece no destacar la racionalidad del derecho
como fuente de las transformaciones deseadas, sino que se impone la
racionalidad económica y la consiguiente relación costo-beneficio. La tercera
representación social sobre la impunidad, que la configura como un
fenómeno estructural del sistema económico, está constituida por el núcleo
“la impunidad es una estrategia de mercado” y por el sistema periférico
integrado, entre otros, por los modelos “el delito es inversión”, “la
corrupción es ganancia” y “las organizaciones delictivas son empresas”.
La reconstrucción de estas tres representaciones sociales da cuenta,
advierte Pardo, de un orden cultural que responde a la lógica del
neoliberalismo, desde el cual la prensa colombiana no deslegitima la
impunidad sino que la ubica dentro de las posibles consecuencias de acciones
pertinentes y necesarias para la adaptación del ejercicio del consumo y la
satisfacción de los propios intereses.
En cuanto al análisis funcional de las representaciones sociales, la autora
sostiene que en el caso de la primera representación social de la impunidad,
es a partir de la biologización de los fenómenos que es posible objetualizar y
usar, con propósitos específicos, ciertos hechos sociales. En la segunda
representación social, la personificación de la impunidad permite formular el
proceso motivacional, cuya función esencial es el logro del éxito. En la
tercera representación social, la autora destaca su función orientadora en
términos de normas y guías del hacer para garantizar el fin último del
sistema: el enriquecimiento y el poder.
De este modo, la prensa colombiana no contribuye a la restitución de un
Estado más justo y equitativo ni ayuda a que el ciudadano elabore una
cognición crítica sobre la impunidad. En ello incide también la ausencia de
una macronarrativa que historice el fenómeno de la impunidad y la estrategia
discursiva de espectacularización de micro-acontecimientos en formatos
mosaico, en los que los temas esenciales para la comunidad colombiana
pierden visibilidad.
El capítulo 7, por último, contiene las conclusiones, en las que Pardo
sintetiza los recorridos teórico-metodológicos y los hallazgos de su
investigación; asimismo, a partir del análisis realizado se enuncia la viabilidad
para la transformación del estado de impunidad en Colombia, que procede
tanto de la democratización del régimen político que dé representatividad a
todos los sectores de la sociedad como de la transformación estructural del
sistema económico para garantizar condiciones dignas a todos los miembros
de la comunidad.
Discurso, impunidad y prensa realiza una enriquecedora articulación teórica
en torno a las representaciones sociales, los modelos culturales y la cognición
social, en relación con los usos metafóricos y metonímicos del lenguaje; al
mismo tiempo, presenta una metodología rigurosa que sirve de base para
investigaciones futuras. En términos de Fairclough (2003), da cuenta de las
formas hegemónicas de producir significados en torno a la impunidad en la
prensa colombiana, significados que se devienen en sentido común
legitimador de las relaciones de dominación en el marco del neoliberalismo.
El trabajo señala lo que este autor denominaría la colonización del discurso
periodístico por parte del discurso económico y al desmontar las estrategias
ideológicas de legitimación, naturalización, ocultamiento y fragmentación,
identifica los obstáculos que impiden a los lectores una cognición crítica
sobre la impunidad. El análisis crítico realizado por Pardo constituye así un
significativo aporte no sólo al análisis del discurso sino también al
compromiso ético y político de los investigadores latinoamericanos con la
transformación de sus sociedades.
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María Alejandra Vitale
Universidad de Buenos Aires
[email protected]
PIOVEZANI, C. & SARGENTINI, V. (Orgs.) (2001). Legados de Michel
Pêcheux: inéditos em análise do discurso. São Paulo: Contexto. 144 pp. ISBN: 97885-7244-659-4.
Uma tendência manifestada nos últimos anos entre os analistas de
discurso brasileiros tem sido o resgate e tradução de textos fundadores da
vertente francesa da disciplina: ensaios ou artigos de Michel Pêcheux ou de
seus seguidores do período entre as décadas de 1960 e 1980. A sensação
resultante é que o estado vanguardista da Análise de Discurso (AD) no Brasil,
não obstante o número de produções relevantes que vem oferecendo para os
estudos da linguagem, tem alarmado muitos dos analistas de discurso mais
experientes (ou os mais curiosos, ou os menos acomodados) sobre os rumos
que a AD tomará daqui para frente.
O livro Legados de Michel Pêcheux: inéditos em análise do discurso, organizado
pelos professores Carlos Piovezani e Vanice Sargentini, ambos do Laboratório
de Estudos do Discurso (LABOR) da UFSCar, e publicado pela Editora
Contexto no segundo semestre de 2011, é expressamente marcante no que diz
respeito a essa tendência. Resumidamente, a organização se presta a ressuscitar
alguns textos do grupo de Pêcheux que não estavam ainda disponíveis em
língua portuguesa.
Um dos pontos do livro que merece destaque é a Introdução, apresentada
em uma espécie de artigo-balanço sobre a AD no Brasil e assinada pelos
organizadores do livro. Nessa introdução, intitulada Legados de Michel Pêcheux e
paradoxos da Análise do discurso no Brasil, os autores discutem desde os “ecos e
silêncios” da herança deixada por Pêcheux e seu grupo até os avanços e
paradoxos da AD brasileira relativamente ao que foi importado da França e ao
que tem sido praticado lá atualmente. A análise que o texto apresenta é
bastante relevante, uma vez que leva em conta aspectos sócio-históricos da
formação intelectual brasileira para avaliar a recepção, interpretação e
desenvolvimento da AD por aqui. O texto é também bastante instigante e, de
certa forma, ácido na avaliação que faz dessa recepção da AD no Brasil.
Piovezani e Sargentini (2011) comentam, por exemplo, uma possível tentativa
de apagamento/omissão do legado de Pêcheux que estaria sendo empreendida
por Dominique Maingueneau. Os autores justificam esta posição dizendo que,
a partir dessa omissão, seria “mais fácil para certos analistas do discurso
franceses de uma ‘segunda geração’ dar ar de novidade às suas (re)formulações,
às retomadas do ‘já dito por outrem, alhures e independentemente’”
(Piovezani & Sargentini, 2011, p. 13). Para aqueles que gostam de uma
pequena dose de “picuinha acadêmica”, o livro já vale muito só por sua
introdução.
Contudo, para além de uma introdução provocadora, Legados de Michel
Pêcheux tem ainda muito mais a oferecer quando nos são apresentados os
textos escolhidos e traduzidos pelos organizadores. São ao todo cinco textos
de autores diversos. Entre eles, há uma entrevista, concedida por Michel
Pêcheux a Henri Deluy, e uma pequena coletânea de cinco ensaios que
formam um artigo intitulado Análise do discurso na França. Os outros três textos
são artigos que se assemelham muito a curtos ensaios. De modo que os
organizadores já alertam na Introdução, a ordem dos textos no livro respeita um
pouco da história da AD na França. Dessa forma, para os leitores já iniciados
na disciplina, é possível que se perceba o delineamento dos trajetos tomados
pela AD desde sua fundação.
O primeiro texto, de Denise Maldidier, é uma pequena apresentação da
história da AD com uma pitada de discussão conceitual. Sob o longo título de
A Inquietude do Discurso. Um trajeto na história da Análise do discurso: o trabalho de
Michel Pêcheux, o texto parece uma versão resumida da introdução de
L’inquiétude du discours: textes de Michel Pêcheux (traduzida para o português em
Maldidier, 2003). Inclusive o tom de memórias no qual é escrito é o mesmo.
Porém, talvez dada a pequena extensão do texto, alguns pontos acabam
chamando a atenção – e eles dizem respeito principalmente aos
encaminhamentos metodológicos para análises de discurso. Primeiramente,
são muito interessantes os comentários da autora sobre a utilização
taxionômica do conceito de formação discursiva e seus consequentes riscos.
Depois, é muito incisiva a defesa que a autora empreende em direção aos
conceitos de interdiscurso e pré-construído. Segundo Maldidier, é neles que os
analistas de discurso deveriam ter se concentrado prioritariamente.
O segundo texto da coletânea é do próprio Michel Pêcheux e recebe o
título de Língua, linguagens, discurso. É um texto bastante curto, mas, sem dúvida,
um dos mais didáticos de Pêcheux no que diz respeito às suas explicações do
porquê da emergência e necessidade de uma teoria do discurso. Em termos da
discussão apresentada, esse pequeno ensaio é uma espécie de resumo do artigo
publicado na Langages número 24 de 1971 e traduzido como A semântica e o
corte saussureano: língua, linguagem, discurso (Haroche, Pêcheux & Henry, 2007).
Assim como no artigo da Langages 24, nesse pequeno ensaio Pêcheux também
comenta as questões paralinguísticas que assombram o campo da semântica e
oferece a AD como solução para esses problemas, já que assume que a
significação só pode ser estudada a partir das condições sócio-históricas de
produção do texto, ou seja, para além da própria linguística. Nesse texto,
também aparece a primeira conceituação para formação discursiva – a mesma
que consta no artigo da Langages 24 (Haroche, Pêcheux & Henry, [1971] 2007)
e, posteriormente, em Semântica e Discurso (Pêcheux, [1975] 2009). É
importante ressaltar que outra tradução deste pequeno texto de Pêcheux – a
tradução de Freda Indursky – foi publicada no último ano (2011), quase na
mesma época, em Orlandi (cf. Pêcheux, 2011). Independentemente da
tradução que se escolher ler, é um texto bastante recomendável para iniciantes
em AD, já que expõe muito didaticamente os problemas da linguística e de
suas fronteiras que permitem a emergência da Análise de Discurso na década
de 1960.
O terceiro texto selecionado por Piovezani e Sargentini (2011) para sua
coletânea é uma entrevista que Michel Pêcheux concedeu a Henry Deluy em
1973. O principal tema discutido na entrevista é a teoria estética do filósofo
russo Alexander Bogdanov. A entrevista é bastante interessante pelo clima de
tensão que parece se instalar entre o entrevistado e o entrevistador, já que
Pêcheux critica Bogdanov enquanto Deluy parece tentar defendê-lo. Contudo,
para os analistas de discurso, a entrevista serve para que entendamos o modo
como Pêcheux filia sua concepção de sociedade e, consequentemente, de arte
ao materialismo histórico tal qual a interpretação de Althusser. Fica claro, na
entrevista, que o que desconcerta Pêcheux em relação à teoria de Bogdanov é
o fato de este ter omitido a categoria de contradição em suas análises sobre a
arte proletária. A crítica de Pêcheux a Bogdanov tem um tom bastante
semelhante àquelas que ele empreenderá a Foucault, posteriormente, em 1977
(Pêcheux, 1977).
O penúltimo texto do livro, Análise do Discurso na França, é um artigo
dividido em cinco pequenas partes, cada qual assinada por um autor diferente,
e originalmente publicado em 1984. A primeira parte, de Jacques Guilhaumou
e Denise Maldidier, apresenta uma rápida descrição das primeiras abordagens
metodológicas da AD em relação ao corpus e a seu tratamento. A segunda
parte, de Pêcheux, aborda as especificidades do método da AD
comparativamente às demais práticas de interpretação textual. É curioso
encontrar nesse texto uma passagem em que Pêcheux assume abertamente sua
filiação à arqueologia de Michel Foucault. Assinada por Françoise Gadet, a
terceira parte discute particularmente a importância que a AD dá à língua em
suas abordagens interpretativas. A quarta parte, de Bernard Conein, trata das
relações entre a AD e as ciências sociais, destacando as faltas e falhas que,
atravessando tanto as teorias linguísticas quanto as ciências sociais, são
supridas pela teoria discursiva. O último texto do artigo, sob as assinaturas de
Jean-Marie Marandin e Michel Pêcheux, comenta as razões pelas quais a AD
adotou procedimentos da informática em sua primeira fase. De modo geral, os
pequenos ensaios não parecem conversar entre si, já que abordam temáticas
distintas e em tons diversos. Contudo, todos os cinco são muito fáceis de ler e
atendem às expectativas de um leitor já iniciado em análise de discurso e com
um mínimo de conhecimento sobre sua história.
O artigo que fecha o livro é As metamorfoses do Homo politicus, de JeanJacques Courtine. É um texto que, de modo geral, quase quebra a sintaxe do
livro, já que traz uma temática (talvez) mais contemporânea de abordagem do
discurso político e, ao contrário dos demais textos da coletânea, não discute
aspectos teóricos e metodológicos da AD em suas primeiras fases. Contudo, é
um texto cheio de fórmulas sobre a espetacularização do corpo político nas
culturas midiatizadas e, por isso, cumpre o papel de mostrar uma forma de
tratamento mais recente daquele que foi o primeiro objeto abordado pela AD
– o discurso político. Nesse artigo, Courtine faz asserções semelhantes àquelas
de alguns textos da coletânea Metamorfoses do Discurso Político: derivas da fala
pública (Courtine, 2006) – o mesmo tipo de asserções teóricas que embasam
artigos como alguns daqueles publicados em Discurso e Mídia: a cultura do
espetáculo (Gregolin, 2003). É um texto muito bom para quem está iniciando
estudos sobre as especificidades do discurso político contemporâneo e suas
relações com a emergência de novas tecnologias e com o campo midiático.
Além desses cinco artigos, ainda consta em Legados de Michel Pêcheux uma
bibliografia completa dos textos publicados por Pêcheux. É uma bibliografia
bem detalhada em que aparecem, inclusive, as referências de todas as
traduções que cada um dos textos de Pêcheux recebeu em vários países.
Obviamente, pelo fato de Legados de Michel Pêcheux ter sido publicado quase
na mesma época que Análise de Discurso: Michel Pêcheux (Orlandi, 2011), essa
bibliografia completa carece dos textos escolhidos e organizados por Orlandi
(2011).
Ignorando-se os deslizes de percurso, como terem traduzido o mesmo
texto publicado em Orlandi (2011) (o que a priori desautorizaria o subtítulo
comercial do livro: “inéditos em análise do discurso”), Legados de Michel
Pêcheux cumpre bem sua proposta geral, que é a de oferecer aos leitores
brasileiros alguns textos que permitam vislumbrar as mutações sofridas pela
AD desde a década de 1960. Além disso, é muito válido o esforço dos
organizadores para resgatar as bases teóricas e filosóficas da AD, instigando
os leitores, analistas de discurso, ao desafio de ler as fontes, de se reconhecer
no “espólio” – antes que ele se torne um elo perdido, cada vez mais
sufocado pelo academicismo burocrático.
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Jefferson Voss
Universidade Estadual de Campinas (Unicamp)
[email protected]
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VOLUMEN 7(1) 2007
GALLEGO MENGOD, Verónica, Metodología para el análisis de las publicaciones
periódicas: los géneros discursivos como señales de cambio (Ensayo
Literario 1872-1874), 5-30.
KALTENBACHER, Martín, Perspectivas en el análisis de la multimodalidad: desde
los inicios hasta el estado del arte, 31-58.
SANTANDER, Pedro, Análisis Crítico del Discurso y análisis de los medios de
comunicación: retos y falencias, 59-78.
XU, Shi, Reconstruyendo los paradigmas orientales de los estudios del discurso, 7994.
VIEIRA, Lenita, Humor en editoriales de TalCual: Texto e imagen en el discurso
político, 95-114.
Reseñas
Adriana Bolívar (comp.), Análisis del discurso ¿Por qué y para qué?, reseñado por
Francisco José Bolet, 115-123.
Neyla Pardo Abril, Cómo hacer análisis crítico del discurso. Una perspectiva latinoamericana,
reseñado por Alicia Carrizo, 124-132.
Luis Alfonso Ramírez Peña, Comunicación y discurso. La perspectiva polifónica en los
discursos literario, cotidiano y científico, reseñado por Gonzalo Pubiano Bernal, 133-140.
VOLUMEN 7(2) 2007
ALVES, A., FERRAREZI, L. y SOUSA ROMÃO, L. M., Leitura de barraco: a
semente da leitura, o discurso e os movimentos do sujeito, 5-20.
BISBE BONILLA, L., El amerindio venezolano en los textos escolares: una
representación discursiva desde la Gramática Sistémica Funcional, 21-48.
BOLET, F. J. Estrategias de divulgación de la ciencia en Venezuela a fines del siglo
XIX: El Zulia Ilustrado (1889-1896), 49-72.
GUALDA, R., As Eleições Presidenciais de 2002 nas páginas de “Veja”, 73-90.
MONTERO, A.S., Política y convicción. Memorias discursivas de la militancia
setentista en el discurso presidencial argentino, 91-114.
Reseñas
Liliana Cubo de Severino (coord.), Los textos de la Ciencia. Principales clases del discurso
académico-científico, reseñado por Telma Piacente, 115-118.
Martha Shiro, La construcción del punto de vista en los relatos orales de niños en edad escolar.
Un análisis discursivo de la modalidad, reseñado por Guillermina Piatti, 119-123.
Patricia Vallejos Llobet (coord.), Los estudios del discurso. Nuevos aportes desde la
investigación en la Argentina, reseñado por María Leticia Móccero, 124-128.
VOLUMEN 8(1) 2008
NÚMERO MONOGRÁFICO: HOMENAJE A LUIZ ANTÔNIO MARCUSCHI
Apresentaçao. SAITO MONTEIRO DE BARROS Kasue, GARCIA DA SILVA, Denize Elena y
AGUIAR, Marigia Ana M.
DE ARRUDA C. DA CUNHA, Dóris. Reflexões sobre as nocões de leitor, autor e
polifonía no hipertexto, 9-18.
GARCIA DA SILVA, Denize Elena y RAMALHO, Viviane. Reflexões para uma
abordagem crítica dos géneros discursivos, 19-40.
BOLÍVAR, Adriana. El informe de arbitraje como género discursivo en la dinámica
de la investigación, 41-64.
SAITO MONTEIRO DE BARROS, Kasue. Estratégias de (im)polidez em
interações acadêmicas virtuais, 65-76.
PARDO ABRIL, Neyla Graciela. El discurso multimodal en Youtube, 77-108.
POSSENTI, Sírio. Um percurso: o caso “por qué no te callas?”, 109-118.
Reseñas
Luiz Antônio Marcuschi, Produção textual: análise e compreensão. Reseñado por Cristina
Teixera, 119-121.
Luiz Antônio Marcuschi, Cognição, Linguagem e Práticas Interaccionáis. Reseñado por
Judith C. Hoffnagel, 122-124.
Luiz Antônio Marcuschi, Fenómenos da linguagem. Reseñado por Viviane de Melo
Resende, 125- 124.
VOLUMEN 8(2) 2008
BIANCARDI, Maria Silvia, La representación de los “recursos naturales” en la prensa.
El uso de las nominalizaciones en crónicas de Clarín sobre Minera La Alumbrera,
5-23.
COLARES Virginia, JARDIM, Natalia, PEDROSA, Bruno, BARROS, Lívia y
SIMPLÍCIO Kamila, Buracos do Recife: estudo de uma decisão judicial, 2544.
CORTÉS, Daniel F., Una mitigación reveladora: La Declaración de Principios de la
Marina argentina (noviembre de 1955), 45-60.
RAMALHO, Viviane, Anúncio publicitário de medicamento: discurso e ideologia, 6179.
ROGERS, Rebecca, Entre contextos: un análisis crítico del discurso de la
alfabetización familiar, las prácticas discursivas y las subjetividades de la
alfabetización, 81-132.
Reseñas
Patrick Charaudeau, Entre populisme et peopolisme. Comment Sarkozy a gagné, Reseñado por
Karina M. Ibañez, 133-137.
Beatriz Gabbiani e Irene Madfes, Conversación y poder. Análisis de interacciones en aulas y
consultorios, Reseñado por María Carolina Ferrari, 138-140.
María Laura Pardo, El discurso sobre la pobreza en América Latina, Reseñado por María
Lucía de la Vega, 141-147.
Entrevista
Claudia Gabriela D’Angelo, Tendencias actuales de los estudios multimodales. Entrevista a
Martin Kaltenbacher, 149-156.
VOLUMEN 9(1) 2009
NÚMERO MONOGRÁFICO
SOTO, Guillermo, Introducción: Relaciones entre la gramática y el discurso, 5-10.
CUCATTO, Andrea, Un enfoque lingüístico-cognitivo para trabajar la conexión en los
textos escritos. De la gramática al discurso, 11-43.
CUCATTO, Mariana, Narrar para describir; describir para argumentar. La operación
lingüístico-cognitiva de la reificación en las secuencias penales de primera instancia,
45-65.
GONZÁLEZ V., Carlos y JÉLVEZ H., Lorena, Peso pragmático y éxito de la discusión
en la argumentación oral en sala de clases, 67-85.
OTEÍZA S., Teresa, De “la conspiración de silencio” al reconocimiento de voces
alternativas. Las violaciones a los derechos humanos en Chile según el Informe
Valech (2003), 87-111.
PINUER R., Claudio A., La función focal en la gramática: implicancias teóricas y
repercusiones metodológicas, 113-134.
SABAJ M. Omar, Gramática, Pragmática y Discurso: antecedentes de un desamor y una
reconciliación, 135-146.
Reseñas
Andrea Cucatto, Introducción a los estudios del lenguaje y la comunicación. Teoría y práctica,
Reseñado por Alejandro Martín Errecalde, 147-150.
María José Serrano, Gramática del discurso, Reseñado por Yanira Becerra Ortiz, 151-156.
VOLUMEN 9(2) 2009
FERRARI Laura D., Marcadores de modalidad epistémica y evidencial en el análisis
de las conclusiones de artículos de investigación de disciplinas distintas, 5-23.
DE FREITAS Ernani C., Blocos semânticos e a construção do sentido no discurso,
25-42.
LUI Gabriel Henrique e RIBEIRO DE ALMEIDA J. Antônio, O discurso sobre a
gestão e a conservação da Amazônia em dois dos principais periódicos
científicos internacionais, 43-61.
OLIVEIRA FARIA Daiana e SOUSA ROMÃO Lucília Maria, Che Guevara:
sentidos em confronto no discurso midiático, 63-80.
PIATTI Guillermina, La función de la modalidad interrogativa en la conversación,
81-99.
Reseñas
Lourdes Molero de Cabeza y Julián Cabeza. El poder, el querer y el protestar, Reseñado
por Ana Mireya Uzcátegui Q., 101-110.
Teun Van Dijk, Discurso y poder. Contribuciones a los estudios críticos del discurso, Reseñado
por Carlos del Valle Rojas, 111-114.
VOLUMEN 10(1) 2010
NÚMERO MONOGRÁFICO
BOLÍVAR, Adriana y CHUMACEIRO, Irma, Introducción: Crisis y cambios en la
democracia venezolana, 3-7.
ADRIÁN S., Thays, La metáfora conceptual en el discurso político venezolano:
Rómulo Betancourt y Hugo Chávez Frías, 9-33.
ÁLVAREZ, Alexandra y Chumaceiro Irma, ¡Con la Iglesia hemos topado…!
Aspectos de una interacción polémica entre el Presidente Chávez y el
Cardenal Urosa Savino, 35-63.
COURLEANDER HIDALGO, Vanesa, “El pueblo” en campañas electorales
venezolanas: palabra e imagen en 1999 y 2006, 65-92.
D. ERLICH, Frances, Los cubanos en misiones de salud en Venezuela. Referencias
contrapuestas y polarización discursiva, 93-110.
MOLERO DE CABEZA Lourdes, Crisis y cambio en el discurso político
venezolano de la primera década del siglo XXI: estrategias lingüísticodiscursivas, 111-133.
PALACIOS, Euclides, Discurso y cambio constitucional en el VIII Plan de la
Nación del presidente Carlos Andrés Pérez 1989-1993, 135-152.
Reseñas
Rosa Graciela Montes y Patrick Charaudeau, El “tercero”. Fondo y figura de las personas
del discurso, Reseñado por Martha Shiro, 153-158.
Sírio Possenti, Humor, lingua e discurso, Reseñado por Cellina Rodríguez Muniz, 159162.
VOLUMEN 10(2) 2010
BONNIN Juan E., Dinámicas de la voz y producción de legibilidad en los
Documentos Finales de Medellín (1968). Un análisis genético-discursivo, 7-28.
CAMEJO Estrella, Premio CAB Somos Patrimonio: construcción discursiva de la
identidad cultural venezolana en un contexto internacional, 29-53.
GÓMEZ C. Natalia, Violencia contra mujeres: voz y agencia en noticias de La
Nación, 55-76.
OLIVEIRA A. Fábio, Análise do discurso e psicoanálisis: a questão do sujeito, 7785.
DE MELO RESENDE Viviane e FILIPE ALEXANDRE Marta, Representação
discursiva da pobreza extrema. Análise discursiva crítica de um testemunho
publicado em editorial da revista Casi, 87-105.
Reseñas
Beth Brait. Literatura e outras linguagens, Reseñado por Valdemir Miotello y Marina
Haber de F., 107-112.
Lésmer Montecino. Discurso, pobreza y exclusión en América Latina, Reseñado por Leda
Berardi, 113-119.
VOLUMEN 11(1) 2011
NÚMERO MONOGRÁFICO: HOMENAJE A TEUN A. VAN DIJK
BOLÍVAR, Adriana, EMILSSON, Elin y FONTE, Irene, Introducción: La ALED y
Teun van Dijk. Permanencia y fluir de un discurso, 3-8.
BOLÍVAR, Adriana y D. ERLICH Frances, La práctica del análisis del discurso en
contextos políticos polarizados. Una reflexión crítica, 9-30.
CARBÓ, Teresa, Sobre la semiosis en textos verbales y visuales, 31-60.
CERUTI, Emilio, La americanización del discurso historiográfico. Un análisis crítico
del discurso sobre el 1898 puertorriqueño en un texto de amplia circulación
para la educación media superior, 61-77.
KOCH, Ingedore G.V., MORATTO, Edwiges M. y BENTES, Anna C., Ainda o
contexto: algumas considerações sobre as relações entre contexto, cognição e
práticas sociais na obra de Teun van Dijk, 79-109.
MONTECINO, Lésmer y VIDAL, Margarita, Representación del consumo de
drogas en historias de vida de personas en situación de calle en Santiago de
Chile, 93PARDO ABRIL, Neyla Graciela, Construcción de opiniones públicas: preservación y
normalización de la dependencia, 111-127.
SHIRO, Martha, Usos del lenguaje evaluativo en el planteamiento del problema del
artículo de investigación, 129-148.
Instrucciones para las reseñas
· La reseña tendrá como encabezado el autor (o editor), el año, el título, el número
de páginas, la casa editorial y el ISBN de la obra reseñada.
· En la introducción se identificará el tema y el problema central.
· Se describirá la estructura de la obra (en capítulos, y partes, existencia de glosarios,
apéndices, etc.) y se hará una síntesis completa del contenido. Asimismo, se
especificará quiénes son los lectores potenciales del libro reseñado.
· El texto de la reseña será evaluativo y expresará la posición del autor frente a la
obra reseñada.
· El libro reseñado se pondrá en relación con otros trabajos sobre el mismo tema
y/o del mismo autor y se situará en el contexto del momento y lugar en que
aparece publicado.
· Se seguirán las convenciones de citas que se indican para el resto de las
contribuciones a la revista de la ALED.
· El texto de la reseña tendrá un límite máximo de 3.000 palabras
(aproximadamente diez cuartillas).
· Enviar dos copias en papel tamaño carta y una en disquete en formato de
documento Word (o compatible) a: Sírio Possenti, e-mail: [email protected] o
Irene Fonte, e-mail: [email protected]
Instruções para as resenhas
· No encabeçado da resenha devem ser indicados o autor (ou editor), o ano, o
título, o número de páginas, a casa editorial e o ISBN da obra resenhada.
· Na introdução serão indicados o tema e o problema central.
· Descrição da estrutura da obra (em capítulos, ou partes, a existência de glossários,
apêndices, etc.) e apresentação de uma síntese completa do conteúdo. É
importante a informação sobre os leitores potenciais do livro resenhado.
· O texto da resenha será avaliativo e expressará a posição do autor frente à obra
resenhada.
· Comentar-se-á a relação entre o livro resenhado e outros trabalhos sobre o mesmo
tema, alheios ou do autor considerado, e situar-se-á a obra no seu contexto
temporal e espacial.
· Para as citações, serão seguidas as mesmas convenções que se indicam para o resto
das contribuições da revista da ALED.
· O texto da resenha terá um limite máximo de 3.000 palavras (aproximadamente
dez páginas).
· Enviar duas cópias em papel tamanho carta e uma em disquete em formato Word
(ou compatível) a: Sírio Possenti. E-mail: [email protected] e Irene Fonte, email: [email protected]
Instruções para os autores
· Política Editorial. A Revista Latino-americana de Estudios del Discurso publica trabalhos originais e
inéditos dos membros pesquisadores da Associação. Os trabalhos recebidos são submetidos à
arbitragem por parte de especialistas de reconhecido prestígio. O Comitê Editorial reserva-se o
direito de sugerir aos autores modificações formais aos artículos que forem aceitos, assim como
publicá-los no número que considerar mais conveniente.
· Instruções para os autores: Os pesquisadores interessados em publicar seus trabalhos na Revista
Latino-americana de Estudios del Discurso, deverão seguir as seguintes instruções:
1. Enviar seus trabalhos ao seguinte endereço postal:
Adriana Bolívar y Martha Shiro
Revista Latinoamericana de Estudios del Discurso
Apartado 47075, Los Chaguaramos, Caracas 1041-A, Venezuela.
Os trabalhos também podem ser enviados em attachment às seguintes direções eletrônicas:
[email protected]
[email protected]
[email protected]
2. Os artículos deverão ser escritos em papel tamanho carta, com espaço duplo, de um só lado e
ter uma extensão máxima de 25 laudas, incluindo notas e bibliografia.
3. O texto do artículo deve ser precedido por um resumo em espanhol, português (resumo) e
inglês (abstract) de não mais de 150 palavras. Incluir-se-ão até seis palavras chave. Os títulos
gerais e de seções devem ser breves e explícitos.
4. Todo artículo deve estar acompanhado por uma breve informação biográfica em numa
extensão entre 50 e 100 palavras, onde se indique o nome completo do ou dos autores,
instituição onde trabalha, telefone, fax e correio eletrônico. Do mesmo modo, dever-se-á
proporcionar, de forma clara e completa, o endereço postal mais seguro para receber a
correspondência.
5. As citações textuais de mais de 40 palavras devem insertar-se no texto com sangria de 1cm de
cada lado. Sua referência far-se-á segundo o sistema autor-data. Ao final da citação, escreve-se
entre parêntese o sobrenome do ou dos autores, o ano de publicação e o número de página.
Exemplo: (Charaudeau, 2003: 25)
6. As notas devem enumerar-se consecutivamente e colocar-se ao final do texto, antes das
Referências Bibliográficas.
7. Todas as referências bibliográficas devem ser ordenadas alfabeticamente depois das notas, e
como se verá a seguir: Livros: Ruíz Ávila, D. (2003). Tejiendo discursos se tejen sombreros. Identidad y
práctica discursiva. México: Fomento Editorial. Capítulo de libro: Wodak, R. (2003) ‘De qué trata
el análisis crítico del discurso (ACD). Resumen de su historia, sus conceptos fundamentales y
sus desarrollos’, en R. Wodak & M. Meyer (eds.) Métodos de Análisis crítico del discurso, pp.17-43.
Barcelona: Gedisa. Artículos: Chumaceiro, I. (2004). ‘Las metáforas políticas en el discurso de
dos líderes venezolanos’, Revista Latinoamericana de Estudios del Discurso, 4 (2): 91-112. As letras
a, b, c, anexadas à data de publicação, podem ser usadas para referenciar trabalhos de um
mesmo autor publicados no mesmo ano.
Instrucciones para los autores
· Política Editorial. La Revista Latinoamericana de Estudios del Discurso publica trabajos originales e inéditos de
los investigadores miembros de la Asociación. Los trabajos recibidos serán sometidos a arbitraje por
parte de especialistas de reconocido prestigio. Como consecuencia, el Comité Editorial se reserva el
derecho de sugerir a los autores modificaciones formales a los artículos que sean aceptados, así como
publicarlos en el número que considere más conveniente.
· Instrucciones para los autores: Los investigadores interesados en publicar sus trabajos en la Revista
Latinoamericana de Estudios del Discurso, deberán seguir las siguientes instrucciones:
1. Enviar sus trabajos a la siguiente dirección postal:
Revista Latinoamericana de Estudios del Discurso
Adriana Bolívar y Martha Shiro
Editoras
Apartado 47075, Los Chaguaramos, Caracas 1041-A, Venezuela.
Los trabajos también pueden ser enviados en attachment a las siguientes direcciones electrónicas:
[email protected]
[email protected]
[email protected]
2. Los artículos deberán ser escritos en papel tamaño carta, a espacio y medio en Times New Roman 12,
por una sola cara y tener una extensión máxima de 25 cuartillas, incluyendo notas y bibliografía. Tanto
las imágenes, gráficos o tablas deben anexarse en su formato original (jpg, tif, gif, png, excel, power
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3. El texto del artículo debe ir precedido por un resumen en español, portugués (resumo) e inglés
(abstract) de no más de 150 palabras. Se incluirán hasta seis palabras clave. Los títulos generales y
de secciones deben ser breves y explícitos.
4. Todo artículo debe estar acompañado por una breve información biográfica y académica escrita en
una extensión entre 50 y 100 palabras, donde se indique con claridad el nombre completo del o los
autores, nombre y dirección de la institución donde labora, teléfono, fax y correo electrónico.
Asimismo, aparte se deberá proporcionar de forma clara y completa la dirección postal más segura
para recibir correspondencia.
5. Las citas textuales de más de 40 palabras deben insertarse en el texto con sangría de 1cm a cada
lado. Su referencia se hará según el sistema autor-fecha: al final de la cita se escribe entre paréntesis
el apellido del o los autores, el año de publicación y el número de página. Ejemplo: (Romano y
Sousa, 2004: 17), (Charaudeau, 2003:25).
6. Las notas deben numerarse consecutivamente y colocarse al final del texto, antes de las Referencias
Bibliográficas.
7. Todas las referencias bibliográficas deben ser ordenadas alfabéticamente después de las notas, y
como se muestra a continuación: Libros: Ruíz Ávila, D. (2003). Tejiendo discursos se tejen sombreros.
Identidad y práctica discursiva. México: Fomento Editorial; capítulo de libro: Donaire, M. L. (2004) ‘La
polifonía, una relación binaria’, en E. Arnoux & M.M. García Negroni (Comps.) Homenaje a Oswald
Ducrot, pp. 117-133. Buenos Aires: Eudeba. Wodak, R. (2003). ‘De qué trata el análisis crítico del
discurso (ACD). Resumen de su historia, sus conceptos fundamentales y sus desarrollos’, en R.
Wodak & M. Meyer (eds.) Métodos de Análisis crítico del discurso, pp.17-43. Barcelona: Gedisa. Artículos:
Chumaceiro, I. (2004). ‘Las metáforas políticas en el discurso de dos líderes venezolanos’, Revista
Latinoamericana de Estudios del Discurso, 4 (2): 91-112. Las letras a, b, c, anexadas a la fecha de
publicación, pueden ser usadas para referenciar trabajos de un mismo autor publicados en el mismo
año.
8. Cada autor recibirá 2 ejemplares del número de la revista donde aparece su trabajo.
Adriana Bolívar y Martha Shiro
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Asistente editorial
Email: [email protected]

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