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Revista Lationamericana de Estudios del Discurso Revista Latinoamericana de Estudos do Discurso EDITORAS Adriana Bolívar Martha Shiro Universidad Central de Venezuela EDITORES DE RESEÑAS Asociación Latinoamericana de Estudios del Discurso Associação Latinoamericana de Estudos do Discurso ALED es arbitrada y está indizada en Revencyt y Latindex. Se publica semestralmente bajo los auspicios de la Asociación Latinoamericana de Estudios del Discurso Sírio Possenti, Universidade Estadual de Campinas, Brasil Irene Fonte, Universidad Autónoma Metropolitana, México COMITÉ DIRECTIVO COMITÉ EDITORIAL PRESIDENTA Paola Bentivoglio, Universidad Central de Venezuela Denize Elena Garcia da Silva Francisco José Bolet, Universidad Central de Venezuela Julio Escamilla Morales, Universidad del Atlántico, Colombia Irene Fonte, Universidad Autónoma Metropolitana, México María Laura Pardo, Conicet, Ciafic, Argentina Neyla Graciela Pardo Abril VICEPRESIDENTA Teresa Oteíza SECRETARIA GENERAL María Cristina Azqueta TESORERA Ingedore Villaça Koch, Universidad de Campinas, Brasil Sara Pérez Marianne Peronard, Universidad Católica de Valparaíso, Chile ARGENTINA Doris Martínez, Universidad de Puerto Rico, Río Piedras, Puerto Rico Wander Emediato de Souza Irene Madfes, Universidad de la República, Uruguay BRASIL ASESORES INVITADOS Carmen Rosa Caldas-Coulthard, Universidade de Florianapolis, Brasil Teun van Dijk, Universidad de Ámsterdam, Holanda y Universidad Pompeu Fabra, España Teresa Espar, Universidad de Los Andes, Venezuela Lars Fant, Universidad de Estocolmo, Suecia Sandra Soler COLOMBIA Lésmer Montecino CHILE Eva Salgado Andrade MÉXICO Luisa Martín Rojo, Universidad Autónoma de Madrid, España Doris Martínez PUERTO RICO Jacob Mey, Universidad de Odense, Dinamarca Irene Madfes Wulf Oesterreicher, Universidad de Munich, Alemania URUGUAY Sírio Possenti, Universidade Estadual de Campinas, Brasil Vanessa Courleander Irayda Sánchez, Universidad Pedagógica Experimental Libertador, Venezuela VENEZUELA DISEÑO GRÁFICO Grafiweb Impresores y Publicistas DIAGRAMACION Odalis C. Vargas B. SOCIOS HONORARIOS Teun van Dijk Patrick Charaudeau Lars Fant EXPRESIDENTAS DE LA ALED Adriana Bolívar (1995-2003) Teresa Carbó (2003-2005) Anamaría Harvey (2005-2009) ILUSTRACIÓN DE PORTADA Miguel Amat. Calle en Bodrum, 2008. Serie Caprichos etílicos. Fotografía. Versión electrónica en: http://www.aledportal.com Dirección electrónica: [email protected] Depósito legal: 200102CS1090 ISSN 1317-7389 Volumen 11, nº 2 Tiraje: 500 ejemplares Impresión editorial: Grafiweb Impresores y Publicistas Impreso en Colombia Revista Latinoamericana de Estudios del Discurso VOLUMEN 11 NÚMERO 2 2011 Sumario EDITORIAL Las teorías no vienen del aire Adriana Bolívar 3 ARTÍCULOS Las inocentes preguntas sobre el significado durante los testimonios Débora Amadio 5 Análisis de tres modos de representación ideológica construidos en discursos especializados sobre juventud chilena producidos entre 1970 y 1990 Camila Cárdenas Neira 23 Práticas de linguagem na atividade de trabalho: cenografia e ethos em discursos socioprofissionais Ernani César de Freitas 49 Sin duda y en principio: Modalización, desdoblamiento enunciativo y heterogeneidad María Marta García Negroni 69 La configuración discursiva de efectos incitativos en rumores económicos Manuel Libenson 89 RESEÑAS Neyla G. Pardo A. Discurso, impunidad y prensa Reseñado por María Alejandra Vitale 113 Carlos Piovezani y Vanice Sargentini (Orgs.) Legados de Michel Pêcheux: inéditos em análise do discurso Reseñado por Jefferson Voss 121 Índice Acumulado 125 Las inocentes preguntas sobre el significado durante los testimonios DÉBORA AMADIO Universidad Nacional de Córdoba RESUMEN. Desde la perspectiva del análisis del discurso situado y, en particular, desde las corrientes que estudian el discurso institucional y ocupacional (Drew y Heritage, 1992; Sarangi y Roberts, 1999), en este artículo se analiza una estrategia discursiva de evaluación que los litigantes usan durante las audiencias. El recorte de los datos proviene de las transcripciones oficiales de interacciones entre testigos legos y abogados durante la toma de testimonios de un juicio penal llevado a cabo en Estados Unidos en 2002. La estrategia descrita aquí incluye el uso de preguntas sobre el significado de ciertas expresiones cotidianas. La evaluación implícita se genera a partir de la aparente atención al significado y de la ubicación secuencial de las preguntas. El análisis revela que la función de esta estrategia es la de desacreditar de manera encubierta a testigos de la contraparte. PALABRAS CLAVE: estrategia discursiva, evaluación, preguntas, sala de audiencias RESUMO. A partir da perspectiva da análise do discurso situado e, em particular, desde as correntes que estudam o discurso institucional e ocupacional (Drew & Heritage, 1992; Sarangi & Roberts, 1999), neste artigo se analisa uma estratégia de avaliação que os litigantes de um processo penal usam durante as audiências. Os dados provêem das transcrições oficiais de um júri realizado em Estados Unidos em 2002. O recorte dos dados consiste nas interações entre testemunhas leigas e advogados. A estratégia descrita aqui inclui perguntas sobre o significado de certas expressões cotidianas. A avaliação implícita é gerada a partir da aparente atenção ao significado e da localização seqüencial das perguntas. A análise indica que a função desta estratégia é a de desacreditar as testemunhas da contraparte. PALAVRAS CHAVE: estratégia discursiva, avaliação, perguntas, sala de tribunal ABSTRACT. From the perspective of situated discourse analysis and, in particular, from the point of view of theories that analyze institutional and workplace discourse (Drew and Heritage, 1992; Sarangi and Roberts, 1999), this article examines a discursive strategy used by trial lawyers during the evidential part of a criminal trial. The data come from the official records of interactions between lay witnesses and trial lawyers during direct and cross-examinations in a trial that took place in the US in 2002. The strategy described includes the use of questions about the meaning of particular everyday expressions. The implicit evaluation is generated through the apparent attention drawn to the meaning of the expressions and through the sequential location of the questions. The analysis reveals that the function of this strategy is to covertly discredit witnesses of the other side. KEY WORDS: discursive strategy, evaluation, questions, courtroom Introducción Este trabajo forma parte de una investigación más extensa sobre discurso oral forense 1 y se ubica dentro de las corrientes teóricas que estudian el discurso institucional y ocupacional (Drew y Heritage, 1992; Sarangi y Roberts, 1999). Se examina el discurso institucional producido durante la fase del debate oral de un juicio penal llevado a cabo en una jurisdicción estadounidense. Este estudio se centra en las formas de generación de contenidos implícitos que resultan convenientes para una de las partes del conflicto. En este artículo se describe una estrategia discursiva particular que los participantes institucionales usan frecuentemente durante las interacciones cara a cara con los legos. Esta estrategia incluye el uso de preguntas sobre el contenido semántico de ciertas expresiones lingüísticas, por ejemplo, “¿Qué quiere decir para usted la palabra ‘provocativa’?”. Si bien se puede pensar que los litigantes utilizan este tipo de preguntas para aclarar aspectos que puedan resultar confusos para los miembros del jurado, como argumenta Cotterill (2003: 133), el análisis de las secuencias observadas revela que, en realidad, su función principal es realizar evaluaciones orientadas a desacreditar a los testigos de la contraparte. Debido a las restricciones impuestas por la institución, la evaluación perjudicial no es explícita sino que se genera a partir de la aparente atención al contenido semántico de una expresión de uso cotidiano y de la ubicación secuencial de las preguntas. Se distinguen dos subtipos de preguntas y se observa que la utilización exitosa de cada una de ellas depende en gran medida de la fuente de la cual provino la expresión lingüística. El corpus de esta investigación está constituido por la totalidad de las transcripciones oficiales de una causa penal. Para este trabajo se seleccionaron interacciones entre 12 testigos legos y abogados litigantes. Existe una amplia literatura sobre discurso penal oral en comunidades de habla inglesa. En distintas investigaciones sobre discurso legal, jurídico y forense, el interés se ha centrado en la dinámica interaccional entre abogados y testigos expertos (por ejemplo, Stygall, 2001) o entre abogados y testigos legos durante la etapa de interrogatorios (Harris, 1994; Heffer, 2005). Desde la óptica del análisis conversacional, se han descrito mecanismos interaccionales específicos de la institución. Por ejemplo, Drew (1992) analiza estrategias de desacreditación usadas por los abogados durante el contraexamen. El autor muestra cómo la yuxtaposición de las preguntas hechas por el abogado y lo respondido por la testigo genera inferencias que contribuyen a desacreditarla. Por su parte, la lingüística crítica también se ha ocupado del discurso forense y, en particular, de las estrategias discursivas utilizadas por los litigantes. Distintos estudios concluyen que los contraexámenes constituyen sitios de poder en donde se reproducen ideologías patriarcales (Matoesian, 1993; Conley y O’Barr, 1998; Ehrlich, 1998, 2001) en detrimento de las víctimas de violencia sexual que prestan declaración. Así también, desde el punto de vista de la sociolingüística crítica, Eades (2006: 175) concluye que la manipulación de las elecciones léxicas que hacen los abogados al sustituir o corregir términos usados por los testigos, contribuye a perpetuar la legitimación del control sobre los aborígenes australianos jóvenes. Finalmente, en el contexto de los juicios penales en Argentina, se han analizado diversos fenómenos en el discurso de la sala de audiencias tanto en textos no interaccionales durante la etapa de los alegatos finales (Carranza, Rosenbaun y Barreras, 2001; Carranza, 2003, 2008) como interaccionales en la etapa de los testimonios (Carranza, 2004, 2006, 2010). 1. Las preguntas en contexto interaccional Numerosos estudios sobre discurso forense se han centrado en la descripción sintáctica de las contribuciones de los abogados durante las audiencias. Woodbury (1984 en Ehrlich, 2001: 70), por ejemplo, propone entender el grado de control ejercido por las preguntas en términos de un continuo: las preguntas abiertas, en el extremo de menor control (“¿Qué fue lo que pasó después?”) y, en el extremo de mayor control, las oraciones afirmativas que contienen una cláusula interrogativa al final (“Eso fue lo que usted hizo, ¿no es así?”). En este tipo de tratamiento meramente gramatical de los datos se deja de lado el rol que juega la ubicación de cada tipo de pregunta en la secuencia y se asume que la función de cada tipo de pregunta es invariable. Schiffrin (1994) se ocupa de oraciones interrogativas que funcionan como preguntas en conversaciones y entrevistas y compara, desde ópticas diferentes, el alcance explicativo de posturas teóricas como el análisis del discurso con base etnográfica y la teoría de los actos de habla. Así, en su análisis discursivo de entrevistas sociolingüísticas, esta autora describe dos tipos de preguntas: las que solicitan información nueva y las que buscan una confirmación. Las primeras son las que típicamente utiliza el entrevistador: “cuando son usadas por el entrevistado sirven para indicar un cambio en la actividad” (1994: 169, mi traducción). Las segundas son utilizadas tanto por el entrevistado como por el entrevistador para chequear la recepción de un referente, una proposición o para verificar la familiaridad del receptor con un referente en particular (Schiffrin 1994: 172). La autora concluye que los participantes, las metas comunicativas y, en menor grado, la secuencia de los actos son los elementos comunicativos que parecen determinar el tipo de función que caracteriza a estos dos tipos de preguntas (1994: 182). Por otra parte, en su análisis desde la perspectiva de la teoría de los actos de habla, Schiffrin (1994: 75) señala que la emisión “¿Quieres un caramelo?” en la conversación analizada funciona como una pregunta, una solicitud de información y una oferta simultáneamente debido a las interrelaciones entre las condiciones de felicidad de estos tres tipos de actos de habla. La autora sostiene también que, para analizar un acto de habla en particular, se hace necesario abarcar el nivel interaccional. “Al analizar cómo una emisión puede realizar más de un acto simultáneamente, sostenemos que la multifuncionalidad puede generarse (en parte) a partir de las maneras en las que las condiciones subyacentes de los actos de habla se relacionan entre sí” (Schiffrin, 1994: 85, mi traducción). Como veremos más adelante, una perspectiva basada en caracterizaciones internas de los actos de habla no logra explicar preguntas como las analizadas en este trabajo (por ejemplo, “¿Y qué quiere decir usted cuando usa la palabra ‘deshonesta’”) puesto que, desde esta óptica, la función de un acto de habla específico se entiende solo en relación con las condiciones subyacentes de dicho acto y del acto que le sigue. De esta forma, se pierde de vista el rol que juega la ubicación de un acto en particular en la secuencia y cómo esto influye en la generación de un significado determinado. Los analistas conversacionales han hecho interesantes contribuciones al conocimiento de las estructuras secuenciales que contienen preguntas. Desde esta postura teórica, Koshik (2003) analiza conversaciones telefónicas entre amigos en las que distingue un tipo de oración interrogativa que no funciona como pregunta sino que, dentro de secuencias de desacuerdo o conflicto, sirve para desafiar una afirmación previa. En el habla institucional, estas oraciones interrogativas, además de funcionar como desafíos a lo dicho en el turno anterior, “reflejan una orientación a normas y roles institucionales y pueden ser usadas para alcanzar fines institucionales” específicos (Koshik, 2003: 74, mi traducción). La autora concluye que las preguntas abiertas de desafío en contextos institucionales constituyen un tipo de habla que no es necesariamente institucional, pero que sirve para alcanzar fines institucionales. En el análisis de entrevistas institucionales de Antaki (2002) se describen los movimientos interaccionales que tienen lugar cuando la contribución de los participantes no institucionales no es la esperada y los interrogadores retrasan la señal de recepción de respuesta hasta que obtienen una aceptable. Este estudio es particularmente relevante puesto que el autor muestra cómo el conocimiento previo sobre los entrevistados juega un rol en la reformulación de la pregunta original. Desde una perspectiva crítica, Conley y O’Barr (1998: 22) identifican diversas estrategias que los litigantes usan para atacar la credibilidad de la víctima en juicios de violencia sexual, entre ellas: a) el uso estratégico del silencio para comentar indirectamente sobre la reacción de la testigo, b) los “filtros epistemológicos” o desafíos a las fuentes de conocimiento, c) el ejercicio del control sobre la extensión y la forma de la respuesta a través de las estructuras de las preguntas, d) la capacidad de mantener el control sobre el tópico, y e) la capacidad de comentar implícitamente sobre la conducta de la testigo. Al igual que Conley y O’Barr, Ehrlich (2001: 70) analiza causas penales por violación y describe tres estrategias interaccionales que usan los abogados durante el contraexamen (las preguntas estratégicas, las presuposiciones, y la reformulación selectiva), que se orientan a mantener el control discursivo sobre los testimonios de la testigo. Los trabajos de Drew (1992), Conley y O’Barr (1998) y Ehrlich (2001) no se centran solo en la descripción del comportamiento verbal de un solo participante sino que analizan cómo las estrategias discursivas son usadas para construir multilateralmente una versión interesada del pasado. Finalmente, un trabajo que sirve de antecedente directo es el de Cotterill (2003), ya que analiza la estrategia que se describe en este artículo. Esta autora sostiene que, durante el examen, la función de las preguntas sobre significado es la de “suspender la progresión del testimonio para volver sobre un aspecto que puede resultar poco claro, ambiguo o potencialmente confuso para los miembros del jurado” (Cotterill, 2003: 133, mi traducción). Sin embargo, como veremos más adelante, una mirada interaccional que relacione la ubicación secuencial de dichas preguntas con las restricciones institucionales puede aportar una interpretación más acabada de dicho fenómeno. Las audiencias penales constituyen un ámbito propicio para examinar cómo se realiza discursivamente la defensa y el ataque de una versión específica del pasado. Los estudios que se han revisado en esta sección indican que una forma de hacerlo es desacreditar a los testigos de la contraparte. Por lo tanto, los interrogantes que guían este trabajo son: dadas las reglas específicas que restringen los derechos y obligaciones comunicativos de las distintas categorías de participante, a) ¿qué tipo de contenido perjudicial puede ser verbalizado por los legos y por los participantes institucionales?, y b) ¿qué mecanismos interaccionales resultan más aptos para llevar a cabo la tarea discursiva de desacreditar y cuáles resultan menos exitosos? 2. Los datos analizados Los datos que se analizan aquí provienen de un juicio penal oral llevado a cabo en la ciudad de San Diego, Estados Unidos, durante 2002 en el que David Westerfield fue encontrado culpable de posesión de pornografía y del secuestro y posterior homicidio de una niña de 7 años. El recorte de los datos consiste en las transcripciones oficiales de los interrogatorios de doce testigos legos que fueron llamados a prestar declaración sobre la noche en que la menor fue secuestrada 2. Entre los testigos interrogados, se encuentran la madre y el padre de la víctima, amigos de la pareja y testigos que prestaron testimonio sobre la conducta de la madre y sus amigas en un bar la noche en que la menor desapareció. Debido a que no hubo testigos oculares del secuestro ni del homicidio de la víctima, la defensa centró su argumento en el hecho de que los padres de la menor eran personas de moralidad cuestionable. La elección de este tipo de dato se presta para la indagación sobre el uso de estrategias de desacreditación desplegadas por los participantes institucionales durante la interacción cara a cara, porque es durante las audiencias cuando se defiende una versión del pasado en particular y se ataca la otra. La estrategia que será objeto de estudio aquí aparece en intervenciones de los abogados litigantes y se caracteriza por la inclusión de preguntas sobre el significado de ciertas expresiones. Las secuencias en las cuales se encuentran dichas preguntas evidencian las restricciones institucionales sobre las fuentes de evaluación en cuanto a que solo los testigos tienen permitido realizar comentarios evaluativos explícitos. Para llevar a cabo el presente estudio, fue necesario trascender consideraciones sobre la cuestión del poder, entendido como intrínsecamente perteneciente al participante institucional, y reconocer la coordinación de contribuciones de ambos participantes y la emergencia de un juicio valorativo en la interacción cara a cara. Los abogados pueden producir una representación perjudicial de manera exitosa solo si la descripción negativa proviene del habla de los testigos. Por otra parte, si la pregunta que contiene un comentario evaluativo es formulada por el abogado, la contraparte puede objetarla. En el tipo de análisis que se lleva a cabo se considera a la evaluación como una construcción multilateral entre los abogados, los testigos y el juez. 3. La estrategia de evaluación La estrategia que se describirá a continuación es frecuentemente usada por los abogados tanto en el examen como en el contraexamen de los doce testigos legos. Esta estrategia consiste en interrumpir la narrativa del testigo para hacer una pregunta sobre el contenido semántico de una expresión. Dicha pregunta (“¿Qué quiere decir para usted el término X?”) sirve para inducir al testigo a proporcionar una evaluación negativa. En el despliegue de esta estrategia se distinguen dos subtipos de preguntas sobre contenido semántico. El primer subtipo de pregunta se pone de manifiesto cuando los abogados interrogan sobre el significado léxico de expresiones usadas por los testigos en un turno anterior o durante un hecho de habla previo. El segundo subtipo comprende preguntas sobre el significado léxico de expresiones que provienen del habla de los litigantes (“¿Está usted familiarizado con la expresión X?”). Cabe agregar que en el corpus analizado, las expresiones sobre las cuales se pregunta son términos cotidianos, por ejemplo, “engancharse (con alguien)”, “flirtear”, “provocativa”, etc. y por lo tanto, no resultan difíciles de comprender. 4. Preguntas sobre términos usados por los testigos durante la interacción en curso La estrategia descrita aquí consiste primeramente en solicitar del testigo información acerca de personas que se quiere desacreditar. Una vez que el testigo responde a lo solicitado, el abogado hace una pregunta sobre el significado de un término o frase utilizada por el testigo en el turno anterior. En los datos analizados por Cotterill (2003), este tipo de estrategia es usada más frecuentemente en el examen de los testigos de parte. No obstante, el empleo de esta estrategia no se restringe a esa categoría de destinatario en el corpus de este estudio. Cotterill (2003: 133) sostiene que en el examen, este tipo de pregunta tiene funciones distintas que se relacionan con dos de las máximas propuestas por Grice (1989); pueden funcionar como un pedido de “clarificación/elaboración” de un turno anterior (máxima de cantidad) o como un pedido de “clarificación/especificidad” de un turno previo (máxima de relevancia). Esto se debe, según la autora, a que el fin comunicativo de los abogados litigantes al interrogar un testigo es construir una narrativa que resulte clara y convincente para los miembros del jurado. En el ejemplo que sigue, la testigo por parte de la defensa, Patricia Le Page, relata sus impresiones de Brenda y sus amigas en el Café Dad’s la noche del 1ro de febrero 3. El abogado le pregunta a la testigo el significado de “llamativa”, “juguetona” y “Andaba por todas partes” para evaluar negativamente a Brenda van Dam, la madre de la víctima. Ejemplo 1 (interrogatorio de parte) (a) Abogado defensor Feldman: Muy bien. ¿En algún momento durante la noche le llamó la atención una mujer que más tarde usted conocería como Brenda van Dam? (b) Patricia Le Page: Sí. (c) Abogado defensor Feldman: ¿Qué pasó? ¿Qué fue lo que le llamó la atención de Brenda van Dam? (d) Patricia Le Page: Su conducta. (e) Abogado defensor Feldman: ¿Qué de su conducta? (f) Patricia Le Page: Bueno, es una persona llamativa. No deseo difamar a la Sra. van Dam. No sé su edad. Quizás así es como se comporta la gente más joven. (g) Abogado defensor Feldman: ¿Cómo se estaba comportando? (h) Patricia Le Page: Como dije, llamativa. →(i) Abogado defensor Feldman: ¿Qué comportamiento quiere usted comunicar cuando usa la palabra “llamativa”? (j) Patricia Le Page: Hmmm. Hmmm. Hmmm. Hmmm. Hmmm. Juguetona. (k) Abogado defensor Feldman: Juguetona. ¿Es ésa la palabra que acaba de usar? (l) Patricia Le Page: Sí. →(m)Abogado defensor Feldman: ¿Y qué quiere comunicar cuando usa la palabra “juguetona”? (n) Patricia Le Page: Andaba por todas partes. →(ñ) Abogado defensor Feldman: Disculpe. ¿Qué significa eso? (o) Patricia Le Page: Eso significa que ella estaba muy, muy sociable y hablando con un montón de gente, y sus acciones eran qué se yo, como juguetonas. →(p) Abogado defensor Feldman: Muy bien. ¿Usted quiere decir, cuando usa el término “juguetona”, tiene algún tipo de connotación sexual? (q) Patricia Le Page: No para mí. La pregunta de polaridad “¿En algún momento durante la noche le llamó la atención una mujer que más tarde usted conocería como Brenda van Dam?” le permite al abogado establecer el tópico: el comportamiento de Brenda. Una vez que la testigo lo confirma, las preguntas abiertas, “¿Qué pasó? ¿Qué fue lo que le llamó la atención de Brenda van Dam?” en (c) y “¿Qué de su conducta?” en (e), apuntan a que la testigo describa el comportamiento de Brenda van Dam cada vez con un mayor grado de especificidad. Es importante mencionar que el código estadounidense en lo criminal prohíbe a los litigantes hacer evaluaciones morales explícitas; sin embargo, sí está permitido inducir a testigos a producir evaluaciones negativas sobre terceros. Esto, incluso, es una práctica aconsejada en los manuales de procedimientos jurídicos (Conley y O’Barr, 1998). El contraste que la testigo establece en (f) entre su propia evaluación de Brenda van Dam, “Bueno, es una persona llamativa”, y la conducta típica de la gente joven, “Quizás así es como se comporta la gente más joven”, no es retomado por el abogado sino que éste retoma el tópico que le es útil para tratar de construir la conducta pública de la madre de la víctima negativamente, “¿Cómo se estaba comportando?”. En (h), la testigo repite la palabra “llamativa” y en el turno siguiente, el abogado hace una pregunta sobre el significado de esa expresión utilizada por la testigo. Los dos turnos siguientes, “Juguetona. ¿Es ésa la palabra que acaba de usar?” y “Sí”, constituyen una secuencia incrustada en la que se pide una confirmación de la elección léxica y su presencia en este momento se relaciona con la orientación del defensor a la normativa institucional que demanda que sea el testigo quien proporcione información “novedosa” (Carranza, 2010). En (m), una vez más, el abogado realiza una pregunta sobre la elección léxica de la testigo en el turno anterior, “¿Y qué quiere comunicar cuando usa la palabra “ juguetona”?”. Esta insistencia del abogado por lograr un cierto tipo de respuesta tiene una función que va más allá de ofrecer una clarificación. Cuando la testigo caracteriza la conducta de Brenda como “Andaba por todas partes”, el abogado vuelve a preguntar sobre el significado de esa expresión, “Disculpe. ¿Qué significa eso?” en (ñ). Dado que el abogado no logra que la testigo produzca la evaluación perjudicial esperada, en (p) éste ofrece un posible aspecto del significado del término “llamativa”, es decir, de connotaciones sexuales, y le pide a la testigo una confirmación. Sin embargo, la testigo no confirma esa interpretación y el abogado comienza un nuevo subtópico. La función de las preguntas sobre significado es la de generar una descripción perjudicial a partir de la atención puesta en el contenido semántico. Las preguntas del defensor (“¿Qué comportamiento quiere usted comunicar cuando usa la palabra “llamativa”?”, “¿Y qué quiere comunicar cuando usa la palabra “juguetona”?”, y “Disculpe. ¿Qué significa eso?”) presuponen que hay algo particular en el significado de esas expresiones que describen la conducta de Brenda van Dam. Esas particularidades, que constituyen descripciones perjudiciales, se explicitan en las respuestas. La habilidad del abogado radica en lograr que sea la testigo quien verbalice esas evaluaciones. Las preguntas sobre significado constituyen, entonces, un pedido de juicio valorativo que el abogado induce a la testigo a explicitar. A su vez, las preguntas sobre significado y su ubicación dentro de la secuencia generan una serie de sobrentendidos, como por ejemplo, el hecho de que la conducta pública de Brenda es moralmente repudiable. Como vemos, lejos de ser inocentes, estas preguntas forman parte de una estrategia de evaluación que permite generar juicios valorativos implícitos que se adecuan a las restricciones impuestas por la institución. Lejos de tener una mera función de disparador de clarificación como sostiene Cotterill (2003: 133), estas preguntas sobre contenido semántico sirven para instar a los testigos a producir evaluaciones negativas de terceros. Esta estrategia también es usada en detrimento de los testigos que están prestando testimonio como se ilustra con el siguiente fragmento. En este caso, el abogado defensor Feldman ataca al testigo por la acusación, Damon van Dam, el padre de la víctima, por haber ido a la cama con Bárbara, una amiga de su esposa. Como veremos, el testigo usa la expresión “nos hicimos unos arrumacos” para representar sus acciones con Bárbara. En el turno siguiente el abogado le pregunta al testigo sobre el significado de esa expresión, a lo que el testigo no puede evitar responder. Ejemplo 2 (durante el contraexamen) (a) Abogado defensor Feldman: ¿Y cuánto tiempo pasó entre el momento que su esposa salió de la habitación mientras usted estaba en la cama con Bárbara y el momento siguiente en que usted recuerda ver a su mujer esa noche? (b) Damon van Dam: De tres a cinco minutos. (c) Abogado defensor Feldman: ¿Y qué estaban haciendo usted y Bárbara en ese período de tiempo de tres a cinco minutos? (d) Damon van Dam: Nos besamos, nos hicimos arrumacos. → (e) Abogado defensor Feldman: Bueno, usted dice “besándose y haciéndose arrumacos”. ¿Le podría decir al jurado qué quiere decir con “haciéndose arrumacos”? (f) Damon van Dam: Me di vuelta y puse mi brazo alrededor de ella, le acaricié la espalda un poco. (g) Abogado defensor Feldman: ¿Y dónde estaba su esposa? (h) Damon van Dam: Abajo. (i) Abogado defensor Feldman: ¿Y Bárbara era la mujer con quien usted había tenido relaciones íntimas con anterioridad? (j) Damon van Dam: Sí. El fragmento de arriba ilustra cómo el abogado logra generar una descripción perjudicial sin tener que recurrir a evaluaciones explícitas. En (c), Feldman hace una pregunta que busca una respuesta dañina para la autoimagen del testigo, “¿Y qué estaban haciendo usted y Bárbara en ese período de tiempo de tres a cinco minutos?”. Una vez que el testigo describe su comportamiento, “Nos besamos, nos hicimos arrumacos”, el abogado le pregunta al testigo qué quiere decir con las palabras que usa para reforzar el efecto negativo, “Bueno, usted dice “besándose y haciéndose arrumacos”. ¿Le podría decir al jurado qué quiere decir con “haciéndose arrumacos”?”. El testigo no tiene otra opción más que responder: “Me di vuelta y puse mi brazo alrededor de ella, le acaricié la espalda un poco”. Lo que el defensor logra a través de este tipo de pregunta de significado es la explicitación de un tipo de conducta que resulta moralmente reprochable. Al quedar implícita la evaluación perjudicial, el defensor se asegura la observancia de las normas institucionales. Los ejemplos que se han analizado hasta aquí ilustran casos en los que el abogado hace preguntas sobre expresiones usadas durante la interacción en curso. En la próxima sección, veremos cómo los abogados recurren a textos producidos durante hechos comunicativos previos para preguntar sobre determinadas expresiones léxicas. 5. Preguntas sobre términos usados por los testigos durante un hecho de habla previo En el fragmento que sigue veremos cómo el abogado defensor usa la estrategia de desacreditación durante el contraexamen de la madre de la niña desaparecida. En este caso, el defensor pregunta sobre el significado de expresiones que provienen de un hecho de habla anterior. Esas expresiones constituyen porciones de habla recontextualizadas en la interacción en curso que son usadas para solicitar descripciones negativas. Ejemplo 3 (durante el contraexamen) (a) Abogado defensor Feldman: Usted señaló cuando le dijo al detective Labore, “ah, todos nosotros estábamos juntos como bailando en trencito, entonces todos estábamos como abrazándonos unos a otros. Y entonces nosotras tres estábamos juntas. Pero había más gente que se sumaba”. ¿Qué quiso decir, señora? (b) Brenda van Dam: Estábamos todos bailando en trencito, como cuando uno baila en trencito tomado de los hombros o de la cintura. El tópico sobre el cual el abogado vuelve reiteradamente es la forma de comportarse de Brenda y sus amigas en el bar. Evidentemente, para los miembros del jurado el significado de “bailar en trencito” no presenta grandes dificultades para su comprensión. La función de la pregunta es, entonces, inducir a la testigo a que explicite cierta información que es dañina para su imagen. Los abogados usan esta estrategia de desacreditación para inducir a generar evaluaciones implícitas. Son implícitas porque su generación depende de la aparente atención a lo lingüístico y de la ubicación de la pregunta en la secuencia. Como vemos, para poder desacreditar a testigos de la contraparte, los abogados llevan a los testigos que están prestando testimonio a que sean ellos quienes evalúan a terceros o sus propias acciones. La defensa intenta desacreditar a los van Dam y a sus amigos para construirlos como gente de dudosa moralidad e incapaces de cuidar a sus hijos y, por lo tanto, responsables indirectos del secuestro de la niña. El objetivo de la acusación, por su parte, es presentar al acusado, David Westerfield, como una persona obsesionada con espiar a adultos y niños. 6. Preguntas sobre expresiones que provienen de los abogados litigantes Este subtipo de pregunta difiere del anterior, puesto que las expresiones cotidianas sobre las cuales se interroga no provienen del habla de los testigos sino que son proporcionadas por los abogados. Sean Brown, testigo por la acusación, habla en el siguiente fragmento de la conducta del acusado, David Westerfield, y su amigo: Ejemplo 4 (interrogatorio de parte) (a) Fiscal Dusek: ¿Qué hacían? (b) Sean Brown: Lo mismo. Y, qué se yo, interactuar, hablar entre ellos, etcétera. → (c) Fiscal Dusek: ¿Está usted familiarizado con la expresión “mirón”? 4 (d) Sean Brown: Sí. → (e) Fiscal Dusek: ¿Qué quiere decir? (f) Sean Brown: Quizás solo sentarse y mirar los gestos de la gente o lo que están haciendo, etcétera. (g) Fiscal Dusek: ¿El señor Westerfield un mirón? (h) Abogado defensor Boyce: Objeción, relevancia, falta de fundamentos. (i) Juez Mudd: Denegado. Puede contestar. (j) Sean Brown: Uy, supongo que sí. Cuando un abogado no logra que el testigo efectivamente haga una descripción negativa, lo que puede hacer es preguntarle al testigo si conoce el significado de una expresión determinada, como “¿Está usted familiarizado con la expresión “mirón”?” en (c). Como vimos más arriba, los términos son cotidianos, no técnicos y provienen del estilo comunicativo de los testigos. Esta característica es necesaria puesto que el paso siguiente es preguntarle al testigo si conoce su significado, “¿Qué quiere decir?”. Una vez obtenida la confirmación por parte del testigo, el abogado realiza la pregunta sobre el significado. Incluso cuando la respuesta no es necesariamente perjudicial, como la que da Sean Brown, “Quizás solo sentarse y mirar los gestos de la gente o lo que están haciendo, etcétera.”, las connotaciones negativas son evocadas, en este caso, el hábito incriminatorio del acusado de mirar cómo se comporta la gente. Ante la objeción de la defensa, el juez la deniega y el testigo realiza la reacción esperada, “Uy, supongo que sí.”. Es frecuente observar que el uso de este subtipo de preguntas acerca de términos propuestos por el abogado y aparentemente sin relación con textos previos provoca objeciones por parte de los adversarios. En estos casos, el juez da a lugar esa objeción la mayoría de las veces: Ejemplo 5 (interrogatorio de parte) → (a) Fiscal Dusek: ¿Está familiarizado con la expresión “un hueso duro de roer”? (b) Sean Brown: Sí. (c) Fiscal Dusek: ¿Lo usaría para describir a cualquier persona involucrada en este caso? (d) Sean Brown: Diría que sentía que David era como un hueso duro de roer. (e) Fiscal Dusek: ¿Por qué? (f) Sean Brown: Simplemente porque yo (.) normalmente (g) Abogado defensor Feldman: Objeción, irrelevante. Y moción para que se borre del expediente. (h) Juez Mudd: La última parte se borrará. (i) Fiscal Dusek: No hay más preguntas, su señoría. Si bien el fiscal logra que el testigo evalúe al imputado, David Westerfield, como un “hueso duro de roer”, el defensor objeta la pregunta y pide que quede fuera del acta. La decisión del juez de dar lugar a la objeción está regida por los códigos procesales estadounidenses que impiden que un abogado evalúe de forma explícita a una de las partes interesadas. Como hemos visto, en el juicio que nos ocupa, el fin comunicativo de la defensa es el de construir a los padres de la víctima como irresponsables e incluso inmorales. Esto se refleja en el tipo de expresiones sobre las cuales la defensa solicitó una elaboración: “engancharse (con alguien)”, “estar (bastante) bebido”, “tomar y bailar y festejar”, “una noche de fiesta con las chicas”, etc. Evidentemente, el significado léxico no resulta difícil de procesar ni necesitaría de aclaración en otro tipo de intercambio. Sin embargo, en este contexto institucional se hace uso de preguntas sobre contenido léxico de términos cotidianos para evaluar negativamente a los testigos de la contraparte. Esta desacreditación debe provenir del habla del testigo. 7. Discusión En este artículo se ha descrito un tipo de estrategia de desacreditación frecuentemente usada por los abogados tanto con testigos propios como con aquellos de la contraparte. En el contexto de un juicio, representar una entidad discursiva y evaluarla negativa o positivamente de forma tal que se puedan evitar sanciones constituye una forma en la que se respeta el estándar de las intervenciones permitidas. Asimismo, existe una diferencia entre los supuestos sobre el habla de los litigantes y sobre el de los testigos durante las interacciones cara a cara. El habla de los primeros debe estar desprovista de indicios explícitos de evaluación. Esto se manifiesta en las objeciones y las sanciones posteriores que reciben las emisiones que se desvían de la norma. El habla de los testigos, en su calidad de ciudadanos “comunes”, puede contener evaluaciones (morales) explícitas. A fin de comprender la función de las preguntas sobre significado en la estrategia discursiva que se ha descrito en las secciones precedentes, es necesario trascender el análisis del nivel ilocucionario ya que el acto de preguntar no es en sí mismo importante, sino su efecto perlocucionario de insinuar valoraciones perjudiciales. Resulta poco provechoso, en este caso, aplicar la teoría de los actos de habla para estudiar preguntas en contextos interaccionales puesto que esta perspectiva se basa en caracterizaciones internas, descontextualizadas e inherentes a los actos de habla. A continuación veremos que las preguntas sobre significado no cumplen con todas las condiciones de felicidad de las preguntas. El abogado desea obtener información (condición de sinceridad) y realiza una pregunta que cuenta como una elicitación de información (condición esencial) (Searle 1969: 66). Sin embargo, la información que se quiere obtener ya se conoce de antemano y, por lo tanto, no se cumple con la condición preparatoria. De esto se desprende que emisiones tales como “¿Qué quiere decir para usted la palabra “provocativa”?” no constituyen preguntas sinceras. Evidentemente, la explicación de la manera en que se genera cierto contenido implícito que se dispara a partir de la ubicación de la pregunta en su cotexto escapa a este tipo de análisis. Hemos observado que con las preguntas sobre significado se simula una solicitud de información nueva pero, claramente, se busca inducir al testigo a que produzca una descripción perjudicial para la contraparte en el litigio. Además, estas preguntas se distinguen entre sí por el origen del término: mientras que el primer subtipo (“¿Qué quiere decir usted cuando usa la palabra “engancharse”?) aparece vinculado a un texto previo y usualmente a los turnos precedentes, el segundo subtipo (“¿Conoce usted el significado de la palabra “mirón”?”) sorprende por lo común del término objeto de la pregunta y por la desconexión con lo que la precede. Por otro lado, si aceptáramos la visión tradicional sobre las oraciones interrogativas durante la toma de testimonios, las preguntas sobre el significado de elecciones léxicas estarían ubicadas en el extremo de menor control ya que son preguntas abiertas que solicitan del receptor una especificación del contenido proposicional y, por lo tanto, ejercen poco control sobre la respuesta proporcionada por el testigo (Woodbury, 1984 en Ehrlich 2001). En esta perspectiva se asume que las oraciones interrogativas tienen una función invariable: solicitar distintos tipos de información. El poder se ejerce, desde este punto de vista, a través del grado de control que es inherente a la forma sintáctica. Aquí comprobamos, en cambio, que la dimensión semántica de la pregunta es la clave para provocar el comportamiento deseado. Las preguntas orientadas hacia un ítem léxico son, en realidad, la oportunidad de traer contenido valorativo a través de las previsibles respuestas. Al igual que Conley y O’Barr (1998: 27) hemos comprobado el despliegue estratégico de comentarios implícitos, pero en este trabajo se consideraron las implicaciones valorativas desde una óptica interaccional porque describir las secuencias en que las preguntas están insertas permite revelar el mecanismo que las genera. De esta forma, se entiende que más allá de que las emisiones de los testigos sean elaboraciones, la función principal de estas preguntas es elicitar evaluaciones que emanen del habla de los participantes legos. Conclusiones La estrategia que se ha descrito en este artículo consiste en hacer preguntas sobre el contenido semántico de ciertas expresiones. En un subtipo de pregunta, las expresiones sobre las que se interroga provienen del habla del testigo, ya sea durante la interacción en curso o durante un hecho comunicativo previo. El hecho de que las preguntas sean sobre una expresión utilizada por el testigo garantiza que la contraparte no haga objeciones porque se adecuan a las normas institucionales que versan sobre el tipo de contribución permitida. En el otro subtipo de pregunta, los abogados indagan sobre el significado de determinadas expresiones que ellos mismos proponen. En este caso, se encontraron objeciones de la contraparte, muchas de las cuales fueron concedidas por el juez. La habilidad del litigante radica en inducir al testigo a producir descripciones desfavorables. El juicio valorativo que se genera surge de la relación entre la respuesta provocada y las preguntas que seguirán. Es decir, el par dialógico pregunta-respuesta acerca de una palabra solo está preparando las condiciones para otra secuencia, la que atribuye las cualidades desfavorables a algún sujeto de la contraparte. Una de las conclusiones que se derivan del presente trabajo es que la significación desfavorable no se logra solo con las proposiciones del litigante sino que es el resultado de las contribuciones de la voz del interrogado y la voz del interrogador. La evaluación emerge gradualmente a lo largo de la secuencia. Como los litigantes no pueden realizar descripciones dañinas de manera individual, apelan a mecanismos que posibilitan, por una parte, que la valoración explícita provenga del testigo y, por otra, que se generen inferencias perjudiciales. NOTAS 1 Proyecto sobre juicios penales que se lleva a cabo con aval y subsidio de la Secretaría de Ciencia y Técnica de la Universidad Nacional de Córdoba, Argentina, y que forma parte del programa GED (Grupo de Estudios del Discurso) que dirige la Dra Isolda E. Carranza. 2 En el presente trabajo no se emplean pseudónimos porque los datos provienen de un caso de alto impacto mediático en Estados Unidos. Los nombres de todos los involucrados se hicieron públicos durante 2002 en los medios masivos de comunicación. La totalidad de las transcripciones del juicio están disponibles en el sitio web www.unposted.com. 3 Los fragmentos que se transcriben como ejemplos son traducciones de la autora. Los originales en inglés provenientes de las transcripciones oficiales están incluidos en el apéndice. En todos los casos se respetó el contenido del original y se agregaron los nombres de los interactuantes en cada turno. 4 La expresión en el original es el término cotidiano “people watcher” (lit. ‘observador de gente’). REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ANTAKI, C. (2002). ‘Personalized revision of “failed” questions’, Discourse Studies 4 (4): 411-428. CARRANZA, I. E. (2003). ‘Genre and institution: Narrative temporality in final arguments’, Narrative Inquiry 13 (1): 41-69. CARRANZA, I. E. (2004). ‘Discourse markers in the construction of the text, the activity, and the social relations: Evidence from courtroom discourse’, en R. Márquez, & M. E. Placencia (Comp.) Current trends in the pragmatics of Spanish, pp. 203-227. Amsterdam/Nueva York: John Benjamins. CARRANZA, I. E. (2006). ‘Face, social practices, and ideologies in the courtroom’, en M. E. Placencia & C. García (Eds.) 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(e) Defense Attorney Feldman: What about her behavior? (f) Patricia Le Page: Well, she’s a flamboyant person. I do not wish to defame Mrs. van Dam. I don’t know her age. Maybe this is how younger people act. (g) Defense Attorney Feldman: How was she acting? (h) Patricia Le Page: Like I said, flamboyant. (i) Defense Attorney Feldman: What behavior do you mean to communicate by use of the word “flamboyant”? (j) Patricia Le Page: Hmmm. Hmmm. Hmmm. Hmmm. Hmmm. Frisky. (k) Defense Attorney Feldman: Frisky. Is that the word you just used? (l) Patricia Le Page: Yes, I did. (m) Defense Attorney Feldman: And what do you mean to communicate when you use the word “frisky”? (n) Patricia Le Page: She was all over the place. (ñ) Defense Attorney Feldman: I’m sorry. What does that mean? (o) Patricia Le Page: That means she was very, very much socializing and talking with a lot of people, and her actions were, you know, just frisky. (p) Defense Attorney Feldman: All right. Do you mean, when you use the term frisky, does it have any kind of a sexual connotation to it? (q) Patricia Le Page: Not to me. Ejemplo 2 (a) Defense Attorney Feldman: And how much time elapsed between the time your wife left the room while you were in bed with Barbara and the next time you recall seeing your wife that evening? (b) Damon van Dam: Three to five minutes. (c) Defense Attorney Feldman: And what were you and Barbara doing in that three-to-five-minute period of time? (d) Damon van Dam: Kissed, snuggled a little. (e) Defense Attorney Feldman: Well, you say “kiss and snuggled a little”. Could you please tell the jury what do you mean by “snuggle a little”? (f) Damon van Dam: I rolled over and put my arm around her, rubbed her back some. (g) Defense Attorney Feldman: And where was your wife? (h) Damon van Dam: Downstairs. (i) Defense Attorney Feldman: And Barbara was a woman with whom you had had intimate relations previous. (j) Damon van Dam: Yes. Ejemplo 3 (a) Defense Attorney Feldman: You indicated when you said to detective Labore, “oh, we were kind of all in a line dancing together, so we were kind of all hugging each other. And then the three of us would get together. But there were more people joining in”. What did you mean to communicate, ma’am? (b) Brenda van Dam: We were all in a line dancing, like you do the line dancing with the shoulder thing or you hold the waist. Ejemplo 4 (a) Prosecutor Dusek: What did they do? (b) Sean Brown: Same thing. Just, you know, interact, talk within themselves and so forth. (c) Prosecutor Dusek: Are you familiar with the phrase “people watcher”? (d) Sean Brown: Yes. (e) Prosecutor Dusek: What does that mean? (f) Sean Brown: Maybe just sitting back and watching people’s mannerisms or what they’re doing and so forth. (g) Prosecutor Dusek: Mr. Westerfield a people watcher? (h) Defense Attorney Boyce: Objection, relevance, lack of foundation. (i) Judge Mudd: Overruled. You can answer. (j) Sean Brown: Wow, I would guess yes. Ejemplo 5 (a) Prosecutor Dusek: Are you familiar with the term “a hard shell”? (b) Sean Brown: Yes. (c) Prosecutor Dusek: Would you use that to describe anyone involved in this case? (d) Sean Brown: I would say that I felt David kind of had a hard shell. (e) Prosecutor Dusek: Why? (f) Sean Brown: Just because I (.) normally (g) Defense Attorney Feldman: Objection, irrelevant. Also motion to strike. (h) Judge Mudd: The last portion will be struck. (i) Prosecutor Dusek: Nothing further, Your Honor. DÉBORA AMADIO es profesora de lengua inglesa y se desempeña como profesora adjunta en la cátedra de Lingüística I y como profesora asistente en Lingüística II en la Facultad de Lenguas (Universidad Nacional de Córdoba, Argentina). Actualmente se encuentra en la etapa final de redacción de su tesis de maestría en inglés con orientación en lingüística aplicada. También es miembro del equipo que lleva a cabo el proyecto de investigación titulado “La interacción verbal entre representantes del estado y ciudadanos: Fenómenos discursivos epistémicos en la oralidad y la escritura” que cuenta con el aval de la Secretaría de Ciencia y Técnica de la Universidad Nacional de Córdoba. Correo electrónico: [email protected] Análisis de tres modos de representación ideológica construidos en discursos especializados sobre juventud chilena producidos entre 1970 y 19901 CAMILA CÁRDENAS NEIRA Universidad Austral de Chile RESUMEN. En este artículo busco establecer tres modos de representación ideológica que construyen discursos especializados sobre juventud chilena producidos entre los años 70’ y 90’ que recuperan la participación de estos actores sociales en la historia reciente del país. Para ello selecciono dos obras que constituyen un referente para los estudios de juventud en la actualidad (Abarca y Forch, 1972; Agurto, Canales y De la Maza, 1985), que analizo desde una perspectiva teórico-metodológica que combina los Estudios Críticos del Discurso (ECD) y la Lingüística Sistémico Funcional (LSF). Planteo que estos textos, en función al género al que pertenecen, cumplen el propósito social de reivindicar la presencia de las y los jóvenes en el período aludido, de manera que promueven una representación que destaca su posicionamiento en el contexto histórico, político y cultural de las últimas décadas. Concluyo que si bien estos discursos construyen significados tendientes a recuperar la acción juvenil, no cumplen una función más visibilizadora per se; dicho efecto es relativo y varía de acuerdo a aspectos de carácter lingüístico, cognitivo y social específicos. PALABRAS CLAVE: jóvenes, representación ideológica, discursos especializados, visibilización, pasado reciente chileno. RESUMO. O artigo procura estabelecer três modos da representação ideológica construídos nos discursos especializados sobre a juventude chilena, produzidos entre às décadas de 1970 e 1990 que estudam a participação desses atores na história recente do país. São analisadas duas obras referenciais para os estudos sobre juventude na atualidade (Abarca e Forch, 1972; Agurto, Canales e De la Maza, 1985), numa abordagem teórica e metodológica que combina os Estudos Críticos do Discurso (ECD) e a Linguística sistêmico-funcional (LSF). Defende-se que esses textos, dependendo da sua filiação genérica, respondem à finalidade social de reivindicar a presença dos jovens no período mencionado, promovendo assim uma representação que destaca a sua posição no contexto histórico, político e cultural nas últimas décadas. Conclui-se que, embora estes discursos constroem significados que procuram recuperar a ação da juventude, mas este efeito é relativo e varia de acordo com aspectos da linguística e as necessidades cognitivas e sociais. PALAVRAS-CHAVE: jovens, representação ideológica, discursos especializados, visibilidade, o passado recente do Chile. ABSTRACT. This article seeks to unveil three ideological representations built through specialized discourses about Chilean youth between the 70’s and 90’s and which recover the participation of these social actors in the recent country history. In order to do this, I have selected two texts which nowadays constitute a reference for the studies of youth (Abarca and Forch, 1972; Agurto, Canales and de la Maza, 1985). The analysis is based on a theoretical-methodological approach that combines Critical Discourse Studies (CDS) and Systemic Functional Linguistics (SFL). These texts, depending on the genre they belong to, accomplish the social purpose of vindicating the presence of the young people in the period mentioned; they promote a representation that highlights their position in the historical, political and cultural context of the last decades. I conclude that while these discourses actually form meanings tending to recover youth action, they do not promote visibility per se: such effect is relative and varies according to specific linguistic, cognitive and social aspects. KEY WORDS: youth, ideological representation, specialized discourses, visibility, Chilean recent past. Introducción Propongo como hipótesis de esta investigación que los discursos analizados en este trabajo, Viaje por la Juventud (Abarca y Forch, 1972) y Juventud chilena. Razones y subversiones (Agurto, Canales y de la Maza, 1985) expresan, negocian y naturalizan representaciones tendientes a ocultar, marginar y negar a los jóvenes, mediante un uso frecuente y sistemático de significados que ejercen poder, manipulación y solidaridad ideológica para comprometer su visibilidad en el pasado reciente chileno (1970-1990). Dicha visibilidad variará de acuerdo al campo de acción discursiva de las voces autorizadas, por lo que habría un amplio alcance en la construcción de conocimientos históricos especializados. Para confrontar este planteamiento, dirijo el análisis en virtud de los siguientes objetivos: a) identificar las dinámicas de uso de los recursos lingüísticos a nivel léxico-gramatical empleadas para lograr tales representaciones, y; b) describir las estrategias lingüísticas a nivel discursivo-semántico que las codifican. La intención de explorar discursos de especialización en juventud (DEJ) se explica por la formulación de un problema mayor: los jóvenes tienden a tener poca visibilidad en los discursos disciplinares que recuperan el pasado reciente chileno (Cárdenas, 2011). En efecto, estos actores han sido ubicados sistemáticamente al margen de la historia oficial, pese a que existe numerosa documentación que acredita su participación crítica durante este periodo, como es el caso de las obras aludidas. Así, se han erigido discursos hegemónicos capaces de construir cierto conocimiento histórico afín a los intereses de los grupos dominantes, que ha permitido legitimar la invisibilización de la acción juvenil durante las últimas décadas, de acuerdo a representaciones que modelan y determinan “aquello sobre lo que se pensará” (van Dijk, 2009: 13). Mi interés por los modos de representación ideológica de los jóvenes está dado por la manera en que ellos/as recuperan una(s) imagen(es) de sí mismos y se proyectan social, cultural y políticamente en la actualidad a partir de dichas configuraciones. Esta pretensión cobra vigencia al considerar el conflicto en curso que mantiene confrontados a los sujetos juveniles con el gobierno chileno respecto a una serie de demandas educacionales, situación que ha alcanzado una alta repercusión tanto a nivel nacional como internacional. De allí que resulte útil cuestionar el rol que les ha sido asignado en la historia reciente, toda vez que esto ha colaborado en la conformación de su identidad y ha definido su posicionamiento en la sociedad presente. 1. Marco teórico Esta investigación se formula sobre la base de algunas ideas preliminares que suponen que el lenguaje, y las prácticas discursivas en que éste se actualiza, construyen la experiencia social a partir de determinadas elecciones que los escritores realizan en virtud de propósitos y fines particulares. En este sentido, los discursos se producen como prácticas sociales que adquieren valor en la esfera pública. Éstos tienen la capacidad de instalar ciertos modos de comprender la experiencia, como aquellos que provienen del ámbito político, de los medios de comunicación y, en este marco específico, de la historia. De acuerdo a van Dijk (2009), las formas de discurso público controladas por las elites simbólicas construyen, perpetúan y legitiman muchas formas de desigualdad social, tales como las basadas en el género, la clase y la raza. En este punto agrego, también, la idea de generación, por constituir un ejercicio de poder que confronta a los actores juveniles con un adultocentrismo dominante. Esta discusión permite evidenciar: a) el carácter construido de la realidad social y el papel que le cabe al lenguaje como mecanismo simbolizante; b) la manera en que dicho carácter toma especial preponderancia en las formas de hacer historia, es decir, en los modos de producción discursiva afines a ciertos intereses hegemónicos y contrahegemónicos que controlan la elaboración de un particular conocimiento histórico; c) las coyunturas históricas, sociales y culturales que tanto en América Latina como en Chile han motivado la visibilización de los jóvenes como actores críticos en el pasado reciente, en conexión con las condiciones de poder, manipulación y control que han influido en su (in)visibilización discursiva, y; d) los posibles efectos ideológicos que tales modos de representación pueden operar en el procesamiento de los discursos aludidos. De esta forma, puedo sostener que la visibilización de los jóvenes se vincula estrechamente con las posibilidades con que cuentan los lectores en general, y los lectores jóvenes en particular, para recuperar a dichos actores en los discursos seleccionados para este estudio. La visibilidad se enlaza según Ricoeur (2010) a la legibilidad que opera en el terreno lingüístico. El acceso, por tanto, que un particular orden del discurso (Foucault 1992) provee, tanto de manera interna (en la configuración textual propiamente tal), como externa (de circulación y recepción en contextos socioculturales específicos) juega un papel fundamental. Al tratarse de discursos que se proponen reivindicar la participación histórica de los sujetos juveniles, autores como Trouillot (1995), Burke (1996, 2003) y Ricoeur (2010), dan cuenta específicamente del carácter ‘construido’ de la historia como relato manipulado, y otros como Jelin (2001), Le Goff (2004), Mudrovcic (2005), Lechner (2006) y Calveiro (2008) indican el papel de la memoria y el olvido en la confrontación que opone a narrativas hegemónicas y contrahegemónicas. El resultado de esta discusión es, precisamente, la recuperación que dichas narrativas efectúan en torno a actores sociales anónimos. Enlazada al afecto de visibilización histórica se encuentra la función que cumplen los discursos especializados mediante la elaboración específica de conocimiento disciplinar sobre juventud. Esto es así pues saberes especializados sobre los jóvenes chilenos propenden necesariamente al establecimiento de condiciones socio-históricas particulares que posibilitan su emergencia, pues, como se verá posteriormente, la juventud en tanto categoría conecta directamente con el contexto político, económico y cultural de base. En este marco, se apunta a una vinculación clave para indagar en torno a la noción de “especialización” que, de acuerdo a van Dijk (2003b), involucra poner en relación al conocimiento, el discurso y el contexto. Para este autor, el conocimiento especializado (académico, escolar, científico, técnico, entre otros), requiere de una educación específica o formación previa que se lleva a cabo al interior de grupos determinados. Esto implica que sea adquirido, compartido y usado por los miembros de una comunidad mediante prácticas sociales especializadas (interacciones comunicativas o discursos particulares), al alero de un complejo entramado de organizaciones (instituciones o asociaciones) que persiguen la producción de conocimiento nuevo. En principio, este conocimiento puede ser más bien restringido, sin embargo, a lo menos una parte de él se asume para ser compartido por otros en la sociedad, como periodistas o profesores encargados de distribuir y difundir los saberes expertos. De acuerdo a van Dijk “el conocimiento especializado, en última instancia, está basado sobre y deriva del conocimiento de todos los días, por la obvia razón que éste sólo puede ser adquirido en la base de lo que la gente ya conoce” (2003b: 27). Dicha distinción implica la activación de modelos mentales que los individuos emplean y asocian a su fondo de conocimiento común para formular representaciones diversas. De allí que los saberes especializados tengan una capacidad privilegiada para influir en la experiencia a distintos niveles de penetración. Su efectividad reside en un conjunto de operaciones cognitivamente orientadas, tales como: a) organización general del objeto y el campo de estudio; b) análisis estructural de los aspectos o dimensiones del objeto; c) análisis funcional de unidades y estructuras, y; d) análisis contextual, causas, consecuencias, explicaciones de funciones, entre otras (van Dijk, 2003b: 29). Cuando estas operaciones devienen en la producción de discursos concretos, van Dijk aclara que la organización epistémica de la mente no es igual a la organización discursiva: ésta es básicamente lineal y secuencial, mientras que las estructuras del conocimiento son probablemente jerárquicas y en red. Esto significa que las estructuras epistémicas necesitan ser linearizadas y, además, transformadas cuando son usadas en prácticas comunicativas determinadas. Del mismo modo, el discurso especializado necesita una explicación de sus posibles modos de contextualización: quiénes lo usan, dónde, cuándo, con quién y con qué propósitos, pues bajo estas dimensiones los textos adquieren funciones específicas. En este sentido, la participación juvenil dentro de la historia contemporánea ha sido ampliamente revisada por expertos en la materia tanto en Latinoamérica (Faletto, 1986, Margulis y Urresti, 1996, Balardini, 2000, Reguillo, 2000, Feixa, Costa y Saura, 2002, Feixa, 2006, IBASE, POLIS y CIDPA, 2010) como en Chile (Mattelart y Mattelart, 1970, Goicovic, 2000, González, 2002, 2004, Aguilera, 2006, 2009, Dávila, 2004, Muñoz, 2004, Dávila, Ghiardo y Medrano, 2008, Ghiardo, 2009). En términos generales, estos autores ofrecen saberes expertos sobre lo que significa ser joven desde una perspectiva socio-cultural, lo que implica desplazar a un segundo plano criterios de carácter psico-biológico. La juventud en tanto objeto de estudio se define, en ese sentido, en función del contexto socio-económico e histórico-cultural que posibilita que los sujetos se reconozcan identitaria y generacionalmente como parte de un grupo común. A partir de dicho reconocimiento, ellos/as actúan y consensuan sus prácticas en la esfera pública. En el caso chileno, la producción de conocimiento especializado sobre juventud informa sobre su emergencia como sujeto histórico desde inicios del siglo pasado, con un fuerte protagonismo justamente en el periodo considerado para el análisis (1970-1990), tanto por su vinculación al Gobierno de Salvador Allende, como por la lucha desarrollada en contra de la dictadura militar de Augusto Pinochet. La transición a la democracia iniciada en los ’90 sitúa a los jóvenes en una encrucijada social que cuestiona su posicionamiento, siendo relegados sistemáticamente a un segundo plano, al punto de acusar una aguda apatía política (Valenzuela, 1984, Oyarzún, 1993, Bustos, 1997, Grimaldi, 2006, Fuentes, 2006, Millán, 2010), visión que primó hasta mediada la década de los 2000. Lo anterior puede explicarse mediante el estudio de las formas en que ha intentado encasillarse la acción juvenil en el pasado reciente. Así, se plantea que los modos particulares con que se representa a los actores sociales (van Leeuwen, 1996, 2008) devienen en la construcción de modelos mentales preferidos (van Dijk, 1999, 2000, 2003a, 2008, 2009a, 2009b) que organizan dichas representaciones para regular las prácticas de los individuos. En este punto, la ideología, en tanto sistemas de creencias compartidas que definen la identidad de un grupo, hace alusión a una amplia gama de posibilidades interpretativas con que los lectores se enfrentan al realizar procesamientos estratégicos de discursos determinados. Se trata de trayectorias que enlazan con otros conjuntos de representaciones previas, como conocimiento de fondo acumulado (experiencial o episódico) y configuración del contexto específico de producción y recepción discursiva. Teun van Dijk (1999) declara que mientras más desprovisto esté el lector de representaciones anteriores, más susceptible se encuentra para construir visiones estereotipadas y manipuladas. Las direcciones hacia las cuales puede propender el procesamiento discursivo se juegan en gran medida, aunque no exclusivamente, en el terreno lingüístico. En este sentido, las aportaciones teórico-metodológicas ofrecidas por los Estudios Críticos del Discurso (ECD) y el énfasis eminentemente social que provee la Lingüística Sistémico Funcional (LSF) en torno a los usos situados del lenguaje, resultan aproximaciones altamente relevantes y pertinentes para llevar a cabo el análisis. 2. Marco metodológico A partir de estos planteamientos centrales he seleccionado un marco metodológico que entiende el lenguaje desde una perspectiva sistémicofuncional, en tanto redes que articulan potenciales de significados de entre los cuales los productores construyen algunos para la consecución de propósitos comunicativos particulares (Halliday, 1994, Eggins, 2002, Halliday y Matthiessen, 2004, Ghio y Fernández, 2008). Su orientación lingüístico-crítica resulta altamente congruente con los intereses sociales ya delimitados, tanto en el ámbito de la elaboración como de la recepción discursiva. En este sentido, he seleccionado para el análisis categorías provenientes de las metafunciones ideacional e interpersonal propuestas por Halliday, en combinación con las variables de campo y tenor proporcionadas por la Teoría de Género y Registro (Eggins y Martin, 1997, Martin y Rose, 2008). Si bien la metafunción textual y la variable de modo no son específicamente estudiadas, dado que las tres metafunciones y las variables registrales se activan y articulan de manera simultánea en el lenguaje, resulta inevitable recurrir a ciertas aportaciones que complementen la totalidad del análisis. Por una parte, una aproximación a la teoría de género y registro proporciona antecedentes relevantes de los procesos de producción y recepción que influyen en la interpretación de los textos. Por otra parte, indagar en los sistemas de transitividad y modo permite examinar, en primer lugar, si los jóvenes son explícitamente reconocidos como actores, o son codificados como elementos pacientes al interior de la cláusula, mediante qué acciones se configuran sus representaciones y en qué eventos y/o circunstancias se ven involucrados, y, en segundo lugar, cómo se valora su acción y se proyectan, a partir de dichos significados, modos específicos de representación ideológica susceptibles de modelar cierto conocimiento social asociado a ellos. Dicho esto, las categorías seleccionadas se sintetizan así: Tabla 1. Categorías de análisis en el plano semántico: relaciones entre las variables del registro y las metafunciones seleccionadas. Registro Tenor Metafunción Tipos de roles en la relación Interpersonal Campo La acción social que ocurre Ideacional Sistema Interpretar Modo Representar Transitividad Tabla 2. Categorías de análisis en el plano gramatical: detalle por sistemas lingüísticos. ¿Qué y quiénes son representados? ¿Cómo se representan? Sistema de Transitividad: Actores sociales, Procesos, Circunstancias. Sistema de Modo: Modulación: significados de obligación y disposición Modalización: significados de probabilidad y habitualidad Tabla 3. Matriz de análisis final: organización de las categorías empleadas. Modos de representación ideológica Ocultamiento Marginación Negación Descripción del género Descripción de las variables del registro Campo. Marco socio- Tenor. Estructura de rolesModo. Organización simbólica histórico de definición en DEJ analizados del lenguaje en DEJ juvenil según DEJ analizados analizados Configuración lingüística a distintos niveles de realización Patrones léxico-gramaticales Sistema transitividad Estrategias discursivo-semánticas de Sistema de modo Así, las construcciones lingüísticas se articulan mediante sistemas particulares, los que se correlacionan y activan simultáneamente de acuerdo a las elecciones del productor discursivo. Por tanto, la matriz empleada intenta demostrar de qué manera la configuración lingüística interviene en la construcción de significados tendientes a ocultar, marginar y negar la acción juvenil. El análisis se orientó en sentido recursivo, es decir, subiendo y bajando sucesivas veces a través de los distintos estratos, hasta identificar las regularidades que diferenciaran estos tres modos de representación ideológica: a) El ocultamiento implica la omisión explícita de la participación juvenil en procesos históricos generales o específicos tratados, y la omisión de responsables generales que perpetran abusos en torno a ellos para eliminarlos de la escena social. b) La marginación sitúa a los jóvenes en una posición secundaria en el pasado reciente, generalmente subsidiaria de procesos históricos gestados por actores impersonales (acontecimientos o procesos nominalizados) o sujetos adultos, bajo el alero de condicionantes políticas específicas. c) La negación, por un lado, opone a los propios actores juveniles entre aquellos ‘comprometidos’ y ‘descomprometidos’ políticamente, y, por otro lado, rechaza o negativiza la acción juvenil mediante estereotipos diversos emanados de la sociedad, en general, y del mundo adulto, en particular. 3. Descripción y justificación del corpus La selección del corpus implicó una revisión inicial del estado del arte sobre las obras especializadas en juventud chilena publicadas entre 19701990. Se eligieron, entonces, dos textos que resultaron representativos de los principales períodos de investigación desarrollados en la década de los 70’ y los 80’: Viaje por la juventud (Abarca y Forch, 1972) y Juventud chilena. Razones y subversiones (Agurto, Canales y De la Maza, 1985), respectivamente. En ambos casos, el principal criterio de selección fue que eran los textos más referidos por estudios actuales sobre juventud chilena en su calidad de obras fundantes y, además, porque cada uno ofrecía un panorama clarificador de las circunstancias socio-históricas específicas (pre y post golpe militar de 1973) que definieron la emergencia de los actores juveniles en el pasado reciente. Viaje por la Juventud (DEA de ahora en adelante) desarrolla un trabajo de carácter etnográfico que rastrea distintos escenarios sociales en que los jóvenes participaron activamente (la pega, el carrete, la calle). Los autores de DEA, ambos en calidad de estudiantes de cuarto año de Periodismo de la Universidad de Chile, llevaron a cabo un recorrido por distintas regiones del país entrevistando (y fotografiando) a hombres y mujeres jóvenes, de distinta condición socio-económica y con ocupaciones y actividades diferentes (estudiantes secundarios y universitarios, mineros, empleadas de la fábrica, comuneros mapuche, jóvenes adinerados, etc.), con el fin de relevar sus opiniones en torno a su propia definición identitaria y su particular proyecto de sociedad. Uno de los rasgos más interesantes de DEA es que pretende evidenciar cierta contraposición entre los jóvenes que los autores denominaron como ‘comprometidos socio-políticamente’ (jóvenes populares) y los que no lo son (jóvenes de las capas altas). Juventud chilena. Razones y subversiones (DEB de ahora en adelante) constituye un discurso académico producido principalmente por sociólogos. Si bien está dirigido a público en general, se trata de una publicación que busca repercutir, especialmente, en las investigaciones que se desarrollaron en torno a la juventud durante la década de los 80’. En este periodo se evidencia gran preocupación desde las ciencias sociales por estudiar la incidencia de diversos actores en los últimos años de la dictadura militar iniciada en 1973. Entre ellos, los jóvenes ocupan un lugar preponderante, en particular, el rol de los estudiantes y los jóvenes populares. DEB consiste en una recopilación de 25 artículos que reúne a casi treinta investigadores que tuvieron algún tipo de participación en organizaciones juveniles, o bien, colaboraron en instituciones u otras instancias encargadas de promover la acción juvenil. De acuerdo a las áreas de especialización de los autores, los artículos estaban organizados en cuatro ejes temáticos: Los ’80, Los jóvenes pobladores, Los estudiantes y La creación cultural. Cada uno de ellos presentaba, a su vez, otros textos (canciones, poemas, cuentos, guiones de obras dramáticas, discursos y entrevistas a jóvenes extraídas de diarios y revistas), imágenes (particularmente ilustraciones de artistas jóvenes) y fotografías de actividades que concitaban y visibilizaban la acción juvenil. La caracterización precedente permitió establecer la selección de las obras y condujo la elección de los capítulos que mejor evidenciaban los ámbitos de participación juvenil con énfasis en una comprensión sociopolítica. Los capítulos elegidos en cada uno de los textos se revisaron íntegramente, obteniendo un total de 463 cláusulas analizadas que posteriormente ingresaron a la matriz final para orientar la explicación y evaluación de los resultados. 4. El análisis léxico-gramatical A partir de una primera aproximación al corpus planteé que habría una amplia visibilización de los actores juveniles en la construcción de conocimientos históricos especializados. Tras el procesamiento del análisis, se advierte que dicha función visibilizadora es relativa pues, si bien persiste este alcance, se trata de un efecto variable y dependiente de factores de orden lingüístico, socio-cognitivo y contextual específicos. En este sentido, la pertenencia al género discurso especializado en juventud que conecta a DEA y DEB a un propósito social común, no repercute, necesariamente, en que muestren configuraciones discursivas similares. Por el contrario, uno de los rasgos diferenciadores es que DEA utiliza un lenguaje marcadamente más congruente, dado que los autores recuperan las voces juveniles mediante el estilo directo, a través de la transcripción total o parcial de las entrevistas realizadas. DEB, en cambio, presenta un registro notoriamente más académico, evidenciándose un uso del lenguaje más ligado a la reflexión que a la acción. Esta distinción es vital puesto que, si bien ambos discursos propenden a la visibilización juvenil, es en el terreno lingüístico donde divergen los efectos ideológicos mediante la construcción de significados diferentes, como se muestra en las Tablas 3, 4, 5 y 6 a continuación: a. Discursos Especializados en juventud (DEJ) Tabla 4. Transitividad: número y porcentaje de tipos de procesos en ambos textos. Materiales 181 Mentales 39, 1% 94 20, 3% Verbales 18 Relacionales 3, 9% 135 Existenciales 29% 35 7, 6% Tabla 5. Modo: número y porcentaje de tipos de modalidad y significados interpersonales en ambos textos. Modulación o Modalidad Deóntica 24, 7% Modalización o Modalidad Epistémica 28, 7% Obligación Disposición Probabilidad Frecuencia 38 13 16 9% 28 15, 7% 21, 3% Polaridad 46, 6% - 7, 3% 82 98, 8% 1 + 1, 2% b. Resultados por discursos analizados de manera separada Tabla 6. Transitividad: número y porcentaje de tipos de procesos en DEA. Materiales 108 Mentales 41% 50 Verbales 19% 16 6% Relacionales Existenciales 72 17 27, 4% 6, 5% Tabla 7. Modo: número y porcentaje de tipos de modalidad y significados interpersonales en DEA. Modulación o Modalidad Deóntica 31% Obligación 10 11, 9% Modalización o Modalidad Epistémica 25% Disposición Probabilidad 16 19% 21 Polaridad 44% Frecuencia - + -- 36 42, 9% 1 1, 2% 25% Tabla 8. Transitividad: número y porcentaje de tipos de procesos en DEB Materiales 73 36, 5% Mentales 44 22% Verbales Relacionales Existenciales 2 63 18 1% 31, 5% 9% Tabla 9. Modo: número y porcentaje de tipos de modalidad y significados interpersonales en DEB Modulación o Modalidad Modalización o Modalidad Deóntica 19, 1% Epistémica 32% Obligación Disposición Probabilidad 6 6, 4% 12 12, 8% 17 Frecuencia Polaridad 49% - 18, 1% 13 13, 8% 46 49% + -- A nivel léxico-gramatical ambos discursos se fundamentan sobre una construcción de la experiencia histórica eminentemente material, es decir, enfatizando la consecución de acontecimientos específicos. Otro rasgo común de los DEJ se visualiza en el sistema de modo, donde el uso de la polaridad negativa adquiere una importancia notable, puesto que en ambos casos conduce el objetivo de resistir la exclusión que la misma sociedad, mediante sus agentes de poder fáctico o simbólico, opera en torno a los jóvenes durante el periodo consignado. Como aspectos diferenciadores, dentro del sistema de transitividad sobresale la selección de procesos relacionales como una opción lingüística recurrente, aunque en DEA y DEB cumplen funciones distintas: dada la naturaleza más congruente del lenguaje empleado en DEA, los procesos relacionales sirven para enfatizar la aparición de los actores juveniles en la escena social como sujetos históricos de derecho propio, en DEB, en cambio, los mismos procesos tienden a naturalizar la participación juvenil mediante esquemas estereotipados del mundo adulto, presentándose dicha representación como conocimiento legitimado y consensuado. En el mismo sentido, la carga actitudinal en DEA es de carácter marcadamente deóntico, es decir, se privilegian significados de obligación y disposición para demandar la visibilización de los actores juveniles; por el contrario, en DEB la valoración tiene un carácter más bien epistémico, lo que refuerza la pretensión academicista de mostrar saberes estables y de acuerdo común. A nivel discursivo-semántico los DE presentan, en primer lugar, relaciones conjuntivas que crean dos campos de acción social: uno predominantemente histórico capaz de conectar temporalmente los acontecimientos, y otro de carácter más bien argumentativo, que vincula desde una lógica externa hechos que funcionan para justificar el advenimiento de otros hechos. De manera específica, DEA se vale de un lenguaje más coloquial y el empleo de conectores es escaso, por lo que el flujo informativo progresa de manera más fluida. DEB, por su parte, recurre a la conexión fundamentalmente mediante nominalizaciones en posición temática, resultando un alto número de cláusulas enganchadas, procesos elididos y referencias implícitas, con lo que se refuerza el nivel de abstracción con que son construidos sus mensajes. En segundo lugar, los DE elaboran referentes en torno a lo juvenil de manera relativamente estable y en estrecha relación con una construcción identitaria-generacional. Destacan entre ellos los siguientes nombres y grupos nominales: Nosotros, la juventud chilena, el mundo juvenil, los demás gallos jóvenes, los adolescentes, juventud de la pequeña burguesía, joven organizado, jóvenes del lumpenproletariado, juventud obrera, grupos juveniles poblacionales, los estudiantes, cabros secundarios, país joven, generación de jóvenes chilenos, movimientos juveniles, grupo juvenil autónomo, las mayorías juveniles, jóvenes entre los 15 y los 24 años de edad, entre otros. En tercer lugar, se da cuenta de una serie de relaciones léxicas con el fin de reforzar los referentes aludidos a partir de: a) denominaciones asociadas al lenguaje juvenil de la época, que también funcionan como marca identitaria de los autores: chuchoca, chincoles, jotes, cabros, matearse, meterse en forros, meterse al baile, sacar punta, farrean, cachamos, a la diabla; b) denominaciones relacionadas a una configuración psicológica en torno a su experiencia vital: sinceros, vehementes, chispeantes, talleros, patudos, autocomplacientes, seducidos, aburrimiento, existencia ociosa, gris, sin horizontes, masa penetrada, etc.; c) denominaciones vinculadas a la juventud como vínculo generacional: inquietudes comunes y comportamientos similares, estilos propios, rebelión en general, silencios aprendidos, encuentros cómplices, grupos de iguales, horizontalidad, reacción expresiva, solidaridad, compromiso, esfuerzo, continuidad; y d) denominaciones ligadas a la juventud como actor social emergente: defensa, activos, organizados, conscientes, productividad política, simbólica y social, entre otros. No obstante, también es posible reconocer cadenas léxicas que ayudan a fijar significados más conectados a la invisibilización, dada la necesidad que tienen estos discursos de resistir esta tendencia, proveniente tanto de la sociedad en general, como del mundo adulto en particular. Entre ellas destacan: a) denominaciones asociadas a la juventud como movimiento social limitado y transitorio: generaciones invisibles, exclusión, experiencia y aprendizaje forzado, trayectorias ocultas, límites estructurales y simbólicos, menos orgánica, disgregación, debilidad, fragmentación, dispersión, inercia, aislamiento, huida, dificultades, rupturas frecuentes; b) denominaciones asociadas a la juventud como amenaza al orden social: explosividad juvenil, subversión, protesta, revueltas, agitación, vándalos, radicalización y; c) denominaciones asociadas a la juventud como problema: sospecha, drogadicción, delincuencia, extremismo, entre otros. 5. Modos de representación ideológica Los modos de representación ideológica con que se (in)visibiliza la participación de los jóvenes son revisados a la luz de ejemplos concretos, para dar cuenta de los procedimientos lingüísticos utilizados y su funcionamiento específico. A continuación desarrollo cada uno de ellos mediante una caracterización general que conecta la experiencia sociohistórica con ciertas configuraciones discursivas recurrentes. 5.1. OCULTAMIENTO Los DEJ analizados utilizan el ocultamiento como el modo de representación ideológica menos difundido. Se identifican algunas dinámicas de uso que dan cuenta de: a) la omisión explícita de la participación de los jóvenes en procesos históricos generales o específicos tratados; y b) la omisión de responsables generales que perpetran abusos en torno a ellos para eliminarlos de la escena social. Como contraparte, surge la asignación de agencia juvenil como mecanismo de resistencia, a fin de contrarrestar la invisibilización de su acción. Entre los procedimientos lingüísticos de los que se valen los DEJ destacan: empleo de conjunciones copulativas y temporales para vincular procesos históricos en que los jóvenes no se reconocen como participantes explícitos; elaboración de relaciones léxicas asociadas a ciertos abusos perpetrados sobre los jóvenes en periodo de dictadura; uso de actores no humanos en procesos materiales para indicar situaciones que restringen el desarrollo de los jóvenes en el ámbito social, entre otros. Este modo de representación se potencia y adquiere otros matices interpretativos en conjunto con la negación. Se explicitan algunos de estos procedimientos mediante los siguientes ejemplos: Ejemplo 1. Y bueno, años más adelante [circunstancia de localización temporal], algunos [emisores] van a plantearse [proceso verbal] la pregunta: //“¿y los jóvenes… [actores] qué [meta] hacían [proceso material] durante aquellos inquietos días [circunstancia de extensión temporal]?” [locución] //La respuesta [meta] tratamos de entregarla [tratamos: finito modal de probabilidad media /actor implícito 1era pers. plural / proceso material] en estas páginas [circunstancia de localización espacial]. //Porque, [justo es reconocerlo], los muchachos [actores] también están participando [proceso material] en la chuchoca [circunstancia de localización espacial]. (DEA 1). El ejemplo 1 muestra el planteamiento explícito de los autores de visibilizar la acción juvenil durante la década de los 70’. Esta asignación de agencia es coherente respecto de la construcción discursiva que los productores ofrecen para dar cuenta de su propósito. El proceso verbal hace alusión directa a los interlocutores que se cuestionarán respecto de la presencia de los jóvenes en el periodo aludido. Asimismo, por medio de los procesos materiales los autores consignan su posición de enunciantes, enfatizando su disposición por medio del adjunto modal de habilidad media (‘tratamos de entregar la respuesta’), y, además, otorgan a los jóvenes el estatus de actores dentro del ámbito social aludido (‘los muchachos que hacen cosas y participan’). Ejemplo 2. Es [proceso relacional identificativo] este [identificado] un esfuerzo interesado [identificador], /porque busca relevar [perceptor no humano implícito 3era pers. singular; referente: este esfuerzo… / proceso mental] la productividad juvenil silenciada [fenómeno] de estos años [circunstancia de localización temporal]. //Pero no es [no: adjunto modal de polaridad negativa / es: proceso relacional atributivo] un intento [portador] ciego [atributo], no quiere sustituir [no: adjunto modal de polaridad negativa / quiere: finito modal de inclinación alta / actor no humano implícito 3era pers. singular; referente: este esfuerzo… / proceso material] la realidad por la voluntad y los sueños [meta]. //Así, su proyecto [actor no humano] no se inscribe [no: adjunto modal de polaridad negativa / se inscribe: proceso material / ‘a sí mismo’: meta] ni en el orden social ni en la voluntad política [circunstancia de localización espacial], /sino que busca situar [actor no humano implícito 3era pers. singular; referente: este esfuerzo… / proceso material] en la historia y sus procesos [circunstancia de localización espacial] una matriz de comprensión de la situación juvenil [meta]. (DEB 3). El ejemplo 2 provee la misma especificación de parte de los autores sobre cómo ellos abordarán la acción juvenil del período, pero se recurre a una configuración discursiva marcadamente distinta. El lenguaje es empleado de manera mucho más abstracta, elección congruente respecto a las elecciones típicas del discurso académico, pero poco coherente en relación al propósito de visibilización perseguido. En efecto, la selección de procesos relacionales genera un distanciamiento objetivo respecto de los planteamientos abordados, mientras que la utilización de procesos materiales y mentales que no cuentan con un actor o perceptor humano colabora en reducir dramáticamente la agencia, y con ello, consignar a la participación juvenil un estatus de objeto teorizado. En este sentido, el ejemplo 2 ofrece proposiciones enlazadas a una negación latente, es decir, los autores promueven sus ideas en contraposición a un discurso autorizado subyacente, que los obliga a declarar la dirección de su posicionamiento a modo de justificación (‘no es un intento ciego’, ‘no quiere sustituir la realidad, ‘no se inscribe en el orden social o la voluntad política’, etc.). Ejemplo 3. Sentados en unos pisitos de madera [circunstancia de manera], siete compañeros [actores] nos esperan [proceso material / meta 1era pers. plural; referente: nos]. Son [proceso relacional identificativo] delegados al Primer Encuentro Nacional de la Juventud Mapuche [identificador]: Necul Painemal, 23 años, trabajador de la radio Aucán, de Villarrica; Víctor Antivil, 18, estudiante universitario en Temuco y comunero de la Reducción Metrenco; Oscar Paineo, 13, estudiante de quinto básico en Cholchol y anfitrión de todos nosotros, [ya que el foro se realiza en la ruca de sus padres]; Carlos Huisca, 20, empleado y estudiante nocturno en Osorno; Segundo y Antonio Painemal, 16 y 18, campesinos de la Reducción Coigüe; y Rosa Paillavil, 19, modista de la Reducción Ranquilco [identificados]. (DEA 49). En el ejemplo 3 los autores hacen mención de una situación inédita constitutiva del posicionamiento juvenil, como lo es el Primer Encuentro Nacional de Juventud Mapuche. Con ello no sólo se visibiliza la acción juvenil, sino que se reivindica esta participación desde una perspectiva étnica. Se trata, por tanto, de una doble visibilización. Los adolescentes mencionados, anónimos para la sociedad en general, toman presencia pública y política a partir de esta representación. Ejemplo 4. Aquí [circunstancia de localización espacial] claro [claramente: adjunto modal de probabilidad alta] que hay [proceso existencial] algunos adolescentes penetrados culturalmente [existente]. //Esos pobres cabros [actores, emisores y perceptores] viven, hablan, visten y piensan [proceso material, verbal, material y mental] siguiendo moldes de sociedades viejas y corrompidas [circunstancia de manera]. (DEA 66). Otro mecanismo para asignar agencia juvenil es el de proporcionar una ‘voz’ a los jóvenes por medio del estilo directo en la transcripción de entrevistas. El ejemplo 4 deja de manifiesto las ideas de un estudiante secundario, quien realiza una crítica sobre cómo visualiza a sus pares y a la sociedad en general. Los procesos materiales y mentales que ocupa el entrevistado resultan congruentes entre las opciones disponibles y la representación de la experiencia social que persigue: se trata de actores humanos que realizan o perciben acciones concretas. Los procesos existenciales y relacionales reafirman, en este punto, los juicios particulares que el estudiante propone. Ejemplo 5. Se hace notar [proceso material] los efectos del autoritarismo [meta] sobre los jóvenes (…) [beneficiarios]. (DEB 48). Ejemplo 6. Régimen y Estado [portador] se encarnan [proceso relacional atributivo] en un sujeto opresor [atributo / portador en la siguiente cláusula], [que se manifiesta [proceso relacional atributivo] preferentemente a través de la fuerza [atributo] //y constituye [actor no humano implícito 3era pers. singular; referente: un sujeto opresor… / proceso material] al otro, sujeto juvenil [meta], como amenaza al orden [circunstancia de aspecto]]. (DEB 63). Los ejemplos 5 y 6 son los únicos casos en que se vislumbra el ocultamiento en el sentido originalmente señalado: para la omisión de responsables directos en la consumación de abusos en torno a los sujetos juveniles. Por una parte, en el ejemplo 5 la utilización del morfema impersonal “se” elimina a agentes concretos del foco de la acción, marcándose únicamente la expresión de cierto autoritarismo presentado como acontecimiento autogestado. Por otra parte, en el ejemplo 6 se emplean entidades abstractas como portadores de un carácter ‘opresor’ (‘Régimen militar y Estado’) que, asimismo, tienen la ‘fuerza’ necesaria para propender a la eliminación social del sujeto juvenil en tanto amenaza al orden establecido. 5.2. MARGINACIÓN Los DEJ en general emplean la marginación como el modo de representación ideológica más recurrente. No obstante, tal como se explicitó en la sección anterior el ocultamiento, se incluye la asignación de agencia juvenil como mecanismo que contrarresta los efectos invisibilizadores, por lo que la marginación tiene un alcance restringido a ciertos ámbitos que se señalan a continuación. Los procedimientos explorados dan cuenta que esta forma de representación sitúa a la gente joven en una posición marginal en la historia reciente del país, que es sobre todo evidente en periodo de dictadura, en que existen condicionantes propias del régimen militar que controlan la visibilización efectiva de la acción juvenil, lo que también se vincula a limitantes de producción y circulación de los discursos aludidos. Los mecanismos más frecuentes dan cuenta de un discurso de autoridad que determina juicios en torno a caracterizaciones, posesiones, identificaciones, campos de acción y repercusión social que les son asignados a los jóvenes de manera sistemática. Entre los procedimientos lingüísticos de los que se valen los DEJ destacan: conjunciones adversativas para indicar contraexpectativa respecto del alcance de las acciones juveniles; conjunciones disyuntivas para señalar distintos ámbitos sociales en que los jóvenes tienen una participación restringida; elaboración de relaciones léxicas asociadas a la juventud como movimiento social limitado y transitorio; uso de procesos relacionales para configurar juicios en torno a su definición identitaria; uso de finitos modales de obligación alta y media para señalar el modo en que deben entenderse las acciones de los jóvenes, entre otros. Este modo de representación se vale tanto del ocultamiento como de la negación para profundizar sus alcances interpretativos. Se explicitan algunos de los procedimientos referidos por medio de los siguientes ejemplos: Ejemplo 7. Un adolescente burgués nacional [identificado] es [proceso relacional identificativo] diez mil veces más parecido a un hijo de familia media norteamericana que a un joven proletario chileno [identificador]. //Sus creencias y valores [portador] forman [proceso relacional atributivo] un mundo aparte, distinto y curioso [atributo]. (DEA 28). El ejemplo 7 constituye un caso típico de cómo se elaboran juicios de carácter general en torno a los jóvenes, desplazando su propia capacidad de acción y tematizándolos para la construcción de aseveraciones de indudable valor objetivo. Así, se releva una proposición en torno a la juventud burguesa que, como se verá en el apartado sobre negación, se aborda en oposición a la juventud popular. A partir de este contraste, los productores discursivos emplean procesos relacionales para otorgar un estatus de conocimiento estable y compartido a su sobre la experiencia de vida de los adolescentes de las capas altas. Ejemplo 8. El castigo [portador] no es nuevo ni original [no, ni: adjunto modal de polaridad negativa / ni nuevo ni original: atributo]. //La exclusión de la juventud popular [meta] se arrastra [proceso material] con la historia de Chile [circunstancia de compañía] //El efecto [portador] es [proceso relacional atributivo], por lo tanto, distinto [atributo]: //esta juventud [portador] es [proceso relacional atributivo] más explosiva en sus respuestas, y menos orgánica en sus apuestas [atributo]. (DEB 8). En el ejemplo 8 la orientación respecto a cómo se construye la aseveración es la misma, sólo que esta vez está acotada a la juventud popular. Sobre el contraste ya mencionado, los autores emplean el proceso material mediante la metáfora léxica ‘arrastrar’, evitando señalar la responsabilidad de quienes efectúan la exclusión juvenil a lo largo de la historia del país. Con esto, los jóvenes son presentados como receptores ineludibles de esta ‘corriente’ que los envuelve y los determina en forma irreversible. Asimismo, los procesos relacionales reafirman atributos clave respecto de la acción juvenil (‘respuestas explosivas’, ‘apuestas menos orgánicas’) con lo que se enfatiza la proposición de marginación antes consignada. Ejemplo 9. El énfasis unilateral en el eje del poder, como polo de constitución del sujeto juvenil [actor no humano], culmina [proceso material] con el “sujeto efecto”, unilateral e inequívocamente determinado, aún en la diversidad de su acción [circunstancia de causa]. (DEB 16). En el ejemplo 9 la marginación se efectúa mediante una configuración que sitúa a los jóvenes como destinatarios afectados por una entidad abstracta. Éstos son aludidos expresamente en la ‘constitución del sujeto juvenil’ y como ‘sujeto efecto unilateral e inequívocamente determinado’, la primera nominalización se constituye como actor mientras que la segunda figura como circunstancia. El desplazamiento de los actores juveniles a la posición de elemento circunstancial, hace que desaparezcan del foco de atención en tanto actores y pueden dejar de ser percibidos como tales por los lectores. El alto nivel de abstracción que presenta esta construcción entorpece el reconocimiento de los jóvenes como responsables directos de las actividades a las que son vinculados y, en este sentido, pierde congruencia la preocupación de parte de los autores de posicionar la acción juvenil como centro de la exposición. Ejemplo 10. Los intentos por construir “movimientos juveniles” -estudiantiles y poblacionales- [actor no humano] se arrastran [proceso material] ya por más de ocho años, con momentos de auge notorio [circunstancia de extensión temporal]: cuando parecía haberse encontrado [proceso material, impersonal con ‘se’] la fórmula [meta], aparecía [proceso existencial] una realidad de debilidad y dispersión [existente]. (DEB 22). En el ejemplo 10 el uso impersonal en los procesos materiales disocia a los actores juveniles de su capacidad de ‘construir movimientos estudiantiles y poblacionales’ y encontrar una ‘fórmula’ que asegure el éxito de sus propósitos. Por el contrario, la elección del proceso mediante la metáfora léxica ‘se arrastran’ (al igual que en el ejemplo 8) resta agencia a la acción juvenil que, además, ha sido nominalizada como un ‘intento por…’, situación que refuerza la imposibilidad de los sujetos de llevar a cabo actividades que los posicionen con notoriedad en el ámbito político. Junto con esto, la ‘realidad de debilidad y dispersión’ que dificulta este posicionamiento, aparece codificada mediante un proceso existencial que omite a sus responsables. El uso de procesos mentales codifica mayoritariamente argumentos que los autores emplean para situar la acción juvenil en conformidad con los lineamientos teóricos que abordan, y sólo en escasas oportunidades cumple la función de clarificar ideas o sentimientos vivenciados por los jóvenes, como se muestra: Ejemplo 11. Y lo que hoy [circunstancia de localización temporal] se ve [perceptor impersonal / proceso mental] como “amenaza” –la explosividad juvenil- [fenómeno / ‘la amenaza’ es identificado de la siguiente cláusula] /no es [no: adjunto modal de polaridad negativa / es: proceso relacional identificativo] más que el reconocimiento del gran fracaso del intento de reivindicar el país fabricando nuevas generaciones [identificador]. (DEB 11). Este ejemplo es representativo de las estrategias discursivas con que los autores explican la acción juvenil, basadas en la refutación constante de ideas estereotipadas referidas a ellos (la juventud como ‘amenaza’, como ‘generación frustrada’, como ‘problema a resolver’, entre otras). El uso impersonal del proceso mental colabora a sacar de foco a los perceptores reales y, con ello, a trabajar sobre la base de ideas que se presentan como ampliamente difundidas y aceptadas. De esta manera, se ‘resiste’ sistemáticamente la influencia de un conocimiento que ha sido previamente legitimado, y cuya procedencia no se aclara. Una situación similar ocurre con el uso de procesos relacionales y existenciales, dado que su empleo refuerza la misma línea persuasiva. En el ejemplo aludido, el proceso relacional identificativo reafirma la condición de ‘fracaso’ que implica la explosividad juvenil como parte de un saber naturalizado. 5.3. NEGACIÓN Los DEJ emplean este modo de representación ideológica al menos en dos direcciones. En primer lugar, predomina una forma de negación que opone a los propios actores juveniles, entre los que son considerados por los productores discursivos como ‘comprometidos’ (jóvenes populares) y los que no lo son (jóvenes de las capas altas). En segundo lugar, los DEJ reaccionan ante un tercer discurso (Charaudeau y Montes, 2009) que se erige como voz legitimada, consensuada y de conocimiento común, que tiende a rechazar y negativizar la participación de los jóvenes en el período aludido. Frente a este discurso de verdad, los DE responden mediante un mecanismo que, al tiempo que hace propia la negación -es decir, la acepta en cuanto tal-, la justifica o la resiste, según sea el contexto socio-histórico específico del cual procede. Este uso tiene consecuencias en la construcción de los conocimientos históricos transmitidos, puesto que en la intención de rechazar sistemáticamente la negación, los autores terminan por legitimar el discurso de exclusión al cual se oponen. Los procedimientos de los que se valen los DE se reflejan fundamentalmente a nivel léxico-gramatical en el sistema de modo. Entre ellos destacan, por ejemplo: uso de finitos modales de obligación alta para indicar aquello que no constituye el mundo juvenil; uso de adjuntos modales de polaridad negativa para indicar actitudes que los jóvenes no expresan, o bien, acciones que éstos no realizan, entre otros. Este modo de representación se potencia y adquiere otros matices interpretativos en conjunto con el ocultamiento. Se explicitan algunos de los procedimientos referidos por medio de los siguientes ejemplos: Ejemplo 12. Son [portador implícito 3era pers. plural; referente: los muchachos… / proceso relacional atributivo] sinceros [atributo] //y no ocultan [no: adjunto modal de polaridad negativa / ocultan: proceso material/ actor implícito 3era pers. plural; referente: los muchachos…] nada [meta]. //La gran mayoría de la juventud burguesa [que asiste al “Topsi-Topsi”] [actor colectivo] va a vivir [proceso material] la Gran Aventura (…) [meta]. Por unas horas [circunstancia de extensión temporal] consiguen romper [actor implícito 3era pers. plural; referente: los muchachos… / proceso material] el aburrimiento de una existencia ociosa, gris, sin horizontes [meta]. (DEA 9). Ejemplo 13. Esta mina [poseído] pertenece [proceso relacional posesivo] a la Compañía Volcanita, [que está intervenida por el Gobierno] [poseedor]. //O sea, está dirigida [proceso material / meta implícita 3era pers. singular; referente: la mina…) por sus propios trabajadores [actores]. Nosotros [perceptores] supimos [proceso mental] //que aquí se necesitaban brazos y buena voluntad [fenómeno]. //¡Y aquí [circunstancia de localización espacial] estamos [existente implícito 1era pers. plural; referente: nosotros…/ proceso existencial]! (DEA 20). En la primera dirección propuesta, los ejemplos 12 y 13 son casos notables sobre cómo los productores discursivos confrontan a los jóvenes adinerados y populares. Esta oposición conforma el eje central a partir del cual se articula la exposición de los autores, mediante el mecanismo de intercalar entrevistas de unos y otros jóvenes con el propósito de agudizar su comparación. En el ejemplo 12 los autores describen ‘el carrete de los lolitos jai’ a través del proceso relacional que los define como jóvenes burgueses, y de procesos materiales que indican las acciones que éstos llevan a cabo. El juicio que subyace a esta caracterización está introducido por la meta enlazada a la cláusula final ‘el aburrimiento de una existencia ociosa, gris, sin horizontes’. En el ejemplo 13, en cambio, los autores asignan ‘voz’ al joven obrero que relata, también por medio de procesos relacionales, la situación en la que se encuentra como minero de ‘Volcanita’, y luego precisa, a partir de procesos mentales y existenciales, su disposición de colaborar en la faena de los demás ‘compañeros’ por medio del trabajo voluntario. La presentación de ambos escenarios constituye en sí misma un movimiento persuasivo. Por un lado, se enfatiza la negación en torno a los jóvenes burgueses en tanto sujetos alienados, penetrados y pasivos, mientras que, por otro, se declara la creencia que vincula la ‘verdadera juventud’ con aquella que es ‘socialmente comprometida’. De este modo, los otros ‘lolitos’ devienen jóvenes por su correspondencia a un estadio biológico y psicosocial determinado, pero parecieran estar incapacitados para ostentar este ‘título’ por derecho propio. Esta perspectiva se conecta con un particular contexto socio-político a principios de los 70’, en que la propia disgregación social (adherentes y opositores al gobierno de la Unidad Popular) refuerza esta forma de representación. En la segunda dirección propuesta, se lleva a cabo una estrategia discursiva que se plantea deconstruir una serie de proposiciones que, aunque difundidas en la década de los ‘80, atentan el carácter reivindicativo con que los autores pretenden abordar la temática juvenil. No obstante, esta necesidad se vuelve tan frecuente que a lo largo de la exposición este movimiento termina por reafirmar las mismas ideas ante las cuales se oponen. Ejemplo 14. La interpretación que proponemos [identificado] es [proceso relacional identificativo] distinta de aquella lectura [identificador / actor no humano en la cláusula siguiente] [que no encuentra [proceso material] en lo juvenil de estos años [circunstancia de localización espacial] sino la desesperanza, la muerte, la desviación y el silencio [meta]], /que apuesta [perceptor implícito 3era pers. singular; referente: aquella lectura… / proceso mental] por la idea de la “generación frustrada” [fenómeno] /y extrae [perceptor implícito 3era pers. singular; referente: aquella lectura… / proceso mental] una peligrosa conclusión [fenómeno]: //los jóvenes [identificado] constituyen [proceso relacional identificativo] un “problema a resolver”, una amenaza a conjurar/controlar [identificador]. (DEB 14). En el ejemplo 14 lo que se quiere es desmentir al menos cuatro planteamientos que giran en torno a la condición juvenil: un espacio de ‘desesperanza, muerte, desviación y silencio’, una ‘generación frustrada’, un ‘problema a resolver’ y una ‘amenaza’. El ejercicio consiste en confrontar aquellas visiones estereotipadas que se constituyen –y son presentadas- como un conocimiento compartido acerca de la juventud. No obstante, es tal el nivel de abstracción y el grado de complejidad con que se configura el discurso que, en lugar de reposicionar a los jóvenes como actores sociales, prevalecen precisamente aquellas proposiciones que los pasivizan y los cosifican en función de miradas altamente negativizadas. De esta manera, los autores terminan por privilegiar una línea argumentativa que descansa en la reformulación teórica y la constitución de la juventud como objeto de estudio. Ejemplo 15. No [adjunto modal de polaridad negativa] los hemos agarrado [actor implícito 1era pers. plural / proceso material] a todos ellos juntos [meta], /no hemos hablado [no: adjunto modal de polaridad negativa / hemos hablado: proceso verbal / emisor implícito 1era pers. plural]de “la juventud chilena” [informe], porque hemos considerado [perceptor implícito 1era pers. plural / proceso mental] que, [si bien tienen [poseedor implícito 3era pers. plural; referente: todos ellos juntos… / proceso relacional posesivo] inquietudes comunes y comportamientos similares (estilos propios, rebelión en general, conflictos) [poseído]], tales coincidencias [actor no humano] no deben desviar [no: adjunto modal de polaridad negativa / deben desviar: finito modal de obligación alta / proceso material] el hecho de que la índole de sus problemas es distinta [meta y fenómeno del proceso mental precedente]. //Ellos [existente] están [proceso existencial] en estrecha relación con el tipo de sociedad en que viven y se desenvuelven [circunstancia de manera] (DEA 62). En el ejemplo 15, en cambio, el mismo uso de adjuntos modales de polaridad negativa es orientado hacia una presentación mucho más coherente de parte de los productores discursivos. La diferencia está dada, fundamentalmente, por la utilización de un lenguaje mucho más directo. En contraposición a los ejemplos anteriores, la configuración discursiva de este ejemplo provee actores humanos efectivos (nosotros ‘los autores’) que especifican, en primer lugar, cómo han abordado a la juventud a lo largo de su exposición, destacando el uso de procesos verbales y mentales (lo que han dicho y reflexionado en torno a ellos/as), y, en segundo lugar, cómo han considerado la juventud dentro del periodo histórico mediante el empleo de procesos relacionales y existenciales que colaboran a su descripción. En virtud de lo anterior, los autores de DEA sí logran una representación congruente en que la resistencia a la negación es efectiva. Conclusiones El análisis efectuado permite sintetizar que los jóvenes son reivindicados en los discursos de especialización (DE) en juventud chilena, pero con alcances diferentes. DEA (Viaje por la juventud, Abarca y Forch, 1972) es el discurso que posibilita esta pretensión de manera más efectiva. Los factores que inciden en ello resultan coherentes tanto en su conexión al género, como al registro y a la configuración lingüística desarrollada a distintos niveles de realización. Los autores, al identificarse y presentarse como jóvenes, logran una exposición bastante más transparente e integradora de la acción juvenil en el pasado reciente chileno: se trata de jóvenes que hablan de otros jóvenes. La simplicidad del relato y su construcción textual pone a la juventud en primer plano de manera permanente, por lo que el propósito comunicativo perseguido es completamente congruente con la producción discursiva llevada a cabo. Las y los jóvenes son, en efecto, ampliamente visibilizados. DEB (Juventud chilena. Razones y subversiones, Agurto, Canales y De la Maza, 1985), en cambio, pese a encarnar la misma preocupación reivindicativa, perfila una representación discursiva que tropieza notoriamente con la visibilización de estos actores. El factor que afecta mayormente en esta consecución es la referencia permanente a un ‘tercer discurso construido’ (Charaudeau y Montes, 2009), en el cual confluyen una serie de miradas estereotipadas y prejuiciosas que los autores se proponen confrontar. Frente a este “discurso de verdad”, DEB responde mediante un mecanismo que obliga a sus autores a aceptar dicho discurso de autoridad para luego justificarlo, o bien, rechazarlo. Este procedimiento discursivo tiene marcadas consecuencias en los modos en que se representa ideológicamente a los jóvenes, puesto que los autores, en la intención de rechazar sistemáticamente este discurso de autoridad, terminan por legitimar las representaciones a las que se confrontan. A la luz de esta síntesis general es posible señalar que los modos de representación ideológica de ocultamiento, marginación y negación que ponen en juego la visibilización juvenil están estrechamente ligados a la configuración lingüística particular que cada discurso proporciona. En efecto, frente a una construcción discursiva más simple y congruente los actores sociales cuentan con mayores posibilidades de visibilización. En este sentido, al tratarse de proposiciones mayormente conectadas a la experiencia común de los individuos, éstos cuentan con más oportunidades de oponer sus propias representaciones a aquellas que les son impuestas. Por el contrario, mientras la construcción discursiva es más compleja y abstracta menos visibles se tornan los actores sociales. La consecuencia de ello son representaciones que, dado su alto grado de teorización, pueden proyectar mayores efectos ideológicos en los individuos e influir más directamente en la elaboración de modelos mentales preferidos que monitorean la producción de conocimientos históricos específicos. Finalmente, se puede concluir que no existe una relación biunívoca entre la visibilización de los actores sociales y los campos de acción de los discursos seleccionados. En este sentido, no necesariamente los discursos especializados sobre juventud chilena cumplen una función más visibilizadora. El efecto de visibilización es relativo y varía de acuerdo a un conjunto de aspectos de carácter lingüístico, cognitivo y social como los revisados hasta aquí. NOTAS 1 Investigación asociada al Proyecto Fondecyt Nº 1090464 “Logogénesis valorativa en el discurso de la historia” y realizada gracias al financiamiento otorgado por el Programa de Formación de Capital Humano Avanzado, Becas de Magíster Nacional 2010 de la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica (CONICYT). 2 La autora quiere agradecer a Teresa Oteíza Silva su invitación a formar parte de este proyecto, así como la generosidad, rigurosidad y confianza depositadas durante este proceso. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS AGUILERA, O. (2009). ‘Los estudios sobre juventud en Chile: coordenadas para un estado del arte’, Revista Última Década 31, 109-127. AGUILERA, O. (2006). ‘Movidas, movilizaciones y movimientos: etnografía al movimiento estudiantil secundario en la quinta región’, Revista Observatorio de la juventud INJUV 11, 34-42. BALARDINI, S. (2000). ‘De los jóvenes, la juventud y las políticas de juventud’, Revista Última Década 13, 11-24. BURKE, P. (2003). 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Se ha desempeñado como docente del Instituto de Lingüística y Literatura y del Centro de Idiomas de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la UACh, en asignaturas como Gramática oracional, Pragmática del Discurso y Alfabetización académica. Recientemente, su tesis de Magíster titulada “Representación ideológica de las y los jóvenes en el pasado reciente chileno: Estrategias discursivas para su (in)visibilización” representó a Chile y resultó finalista del “III Concurso de Tesis de Postgrado en Estudios del Discurso (periodo 2009-2011)” de la Asociación Latinoamericana de Estudios del Discurso (ALED). Correo electrónico: [email protected]. Práticas de linguagem na atividade de trabalho: cenografia e ethos em discursos socioprofissionais ERNANI CESAR DE FREITAS Universidade de Passo Fundo (UPF) Universidade Feevale – Novo Hamburgo (RS) RESUMEN. El objetivo de este estudio es contribuir a la comprensión de las prácticas discursivas en las empresas tal como se manifiesta en el periódico interno de una empresa, y en el lenguaje de los profesionales que trabajan en la comunicación interna de las organizaciones. El lenguaje es entendido en este trabajo como el resultado de la actividad humana, como un acto discursivo en el mundo, que nos sitúa y que tiene una posición principal en relación con los estudios interdisciplinarios que se ocupan del mundo del trabajo, las contribuciones de la ergología (Schwartz, 1994), y del análisis del discurso con base en la enunciación (Maingueneau, 2001, 1997, 2008a, 2008b). Los procedimientos metodológicos se insertan en las técnicas del análisis cualitativo, especialmente el método indiciario (Ginzburg, 1989). La investigación mostró que el ethos discursivo está imbricado en la escenografía que constituye la enunciación, a través de la cual se instaura un sistema particular en los enunciados, los cuales permiten comprender el lenguaje como un hecho socio-histórico que se inserta en las relaciones de poder que permean la vida social. PALABRAS discursiva. CLAVE: prácticas discursivas, lenguaje en el trabajo, escenografía enunciativa, ética RESUMO. O objetivo geral deste estudo é contribuir para a compreensão de discursos empresariais manifestados em jornal interno de empresa e por profissionais que atuam na comunicação interna das organizações. A linguagem é aqui entendida como resultado de uma atividade humana, de um agir discursivo no mundo que nos situa, exercendo posição de destaque em relação aos estudos interdisciplinares referentes ao mundo do trabalho e às contribuições advindas da ergologia (Schwartz, 1994, 1997, 2010) e da análise do discurso de base enunciativa (Maingueneau, 2001, 1984/2008a, 2008b). Os procedimentos metodológicos inserem-se nas técnicas de análise qualitativas, em especial o método indiciário como modelo epistemológico (Ginzburg, 1989). A pesquisa evidenciou que o ethos discursivo está imbricado à cenografia constituída na enunciação através da qual se instaura um estatuto particular aos enunciados os quais permitem compreender a linguagem como fato sócio-histórico que se insere nas relações de poder que permeiam a vida social. PALAVRAS discursiva. CHAVE: Práticas discursivas, linguagem no trabalho, cenografia enunciativa, }ética ABSTRACT. The aim of this study is to contribute to the understanding of discourse practices in corporations as seen through the internal company newspaper and the language of professionals who work in the internal communication of organizations. Language is understood here as the result of human activity in the world, as a discourse act that situates us and which has a fundamental role with respect to interdisciplinary studies that focus on the world of language from an ergological perspective (Swchwartz, 1994, 1997, 2010) and discourse analysis based on enunciation (Maingueneau, 2001, 1984, 2008a, 2008b). The methodological procedures fall into the qualitative analysis techniques, particularly the evidentiary method (Ginzburg, 1989). The study showed that the discursive ethos is embedded in the scene constituted by the enunciation through which a particular status is established by means of statements that allow us to understand language as a sociohistorical fact inserted in the power relations that permeate society. KEY WORDS: Discourse practices, language at work, enunciative scenography, discursive ethos. Introdução Esta pesquisa tem especial interesse, com ênfase ao seu objeto, pela relação entre o discurso empresarial e as práticas de linguagem em contextos específicos – em situação de trabalho. Tal escolha justifica-se pela necessidade de aprofundar o estudo da atividade linguageira nas organizações empresariais, considerando que a linguagem como elemento especificador da complexidade, norteadora do mundo do trabalho, integra o conjunto formado por pesquisas que, nos últimos anos, têm-se voltado para esse campo. Do ponto de vista da teoria, a linguagem é aqui compreendida como resultado de uma atividade humana, de um agir discursivo no mundo que nos situa sócio-historicamente, numa posição que confere especial destaque a contribuições interdisciplinares referentes ao mundo do trabalho, quais sejam a ergonomia situada e a abordagem ergológica (Schwartz, 1994, 1995, 1997, 2010) em interface com a análise do discurso de base enunciativa (Maingueneau, 1997, 2001, 1984/2008a, 2008b). Este trabalho se propõe a analisar discursos empresarias divulgados no âmbito da empresa ALFA1 do ramo industrial, de grande porte, localizada na região do Vale do Sinos, importante polo coureiro-calçadista no Rio Grande do Sul, Brasil. Esses discursos empresariais são veiculados bimestralmente no jornal interno Alfaletra2. Diante desse contexto, tem-se como questão norteadora: os discursos empresarias em situações de trabalho possibilitam identificar e descrever o ethos discursivo presente nos textos publicados no jornal Alfaltera da empresa ALFA. Sendo assim, o objetivo geral deste estudo consiste em contribuir para o conhecimento e a compreensão dos discursos socioprofissionais, mais especificamente de natureza empresarial, manifestados em jornal interno de empresa e por profissionais que atuam na comunicação interna das organizações, na instância das pesquisas relativas ao tema linguagem e trabalho. Os corpora de pesquisa foram assim constituídos: a) duas entrevistas semiestruturadas, realizadas com funcionárias assessoras que atuam no âmbito da Comunicação Interna da empresa Alfa; b) três exemplares do jornal interno Alfaletra (fev. 2008, fev. 2009, e jan./fev. 2010), cuja seleção ocorreu aleatoriamente, visto que todos os exemplares publicados, no período compreendido entre os meses de fevereiro de 2008 e fevereiro de 2010, possuem estrutura e organização semelhantes em suas editorias, porém não em relação aos discursos divulgados. A metodologia na qual se ampara este artigo pauta-se na pesquisa qualitativa desenvolvida com base no paradigma indiciário de Ginzburg (1989), modelo epistemológico atualmente utilizado em muitas pesquisas qualitativas no âmbito das ciências humanas. Este artigo está estruturado da seguinte maneira: inicialmente, apresentase a fundamentação teórica que dá sustentação à pesquisa; na sequência, consta a metodologia empregada. Posteriormente, faz-se a análise com base nos procedimentos metodológicos que orientaram o estudo; por último, são tecidas as considerações finais. 1. Linguagem e trabalho: ergonomia da atividade e ergologia O importante papel da linguística frente à tarefa de se pensar sobre o trabalho e tecer considerações entre linguagem e trabalho são salientados por Souza-e-Silva (2004), pelo fato de estudiosos de diversas áreas (filósofos, sociólogos etc.) estarem divulgando a crescente relevância do escrito nas organizações e estarem também mais atentos ao grande valor das atividades linguageiras que tecem o dia-a-dia do mundo do trabalho. Os trabalhos da ergonomia francesa e de uma corrente dela derivada – análise do trabalho – apontam as diferenças essenciais entre o trabalho prescrito e o trabalho real. O primeiro se refere aos documentos que instruem, ensinam, aconselham etc o trabalho a ser realizado. Instituições ou empresas os produzem anteriormente à realização efetiva do trabalho para representar o que deve (ou não) e como deve ser feito. Já o segundo se refere ao trabalho em situação concreta e às suas características efetivas, isto é, às tarefas executadas pelos trabalhadores. A ergonomia contemporânea objetiva, além de revelar as diferenças entre o trabalho prescrito e o real, descobrir características do trabalho real que são generalizadamente desconhecidas. Isso nos leva a pensar na importância da comunicação interna como instrumento para minimizar possíveis falhas neste processo. Muitas vezes a tarefa é prescrita na linguagem do planejador, do administrador, e o operador ao realizá-la procede a sua decodificação, usando o seu próprio banco de dados (crenças, valores, conhecimento, cultura, experiências de outras tarefas etc). Segundo Souza-e-Silva (2004), a análise do trabalho implica na condição de que o pesquisador se interesse pelos diálogos estabelecidos não só como objeto, mas como método de pesquisa. Uma das perspectivas teóricas relacionadas ao estudo sobre o trabalho que traz contribuições relevantes à dimensão da singularidade é a Ergologia. O filósofo francês Yves Schwartz destaca que o exercício profissional, independente de qual seja ele, não é o campo por excelência do mecânico e do repetitivo, pois mobiliza escolhas e dramas particulares (Schwartz, 2010). Nesse sentido, “a atividade de trabalho é lugar de investimento subjetivo; uma enigmática alquimia humana aí se dá” (Teixeira, 2010: 46). É em torno dessas ideias que Schwartz (1997, 2010) desenvolve, há mais de 20 anos, a perspectiva ergológica de estudos sobre a atividade de trabalho, prioritariamente voltada para a inevitável implicação da subjetividade no exercício profissional. Para o autor, a realização de qualquer tarefa passa por uma dialética de uso de si, uso de si por si e uso de si pelo(s) outro(s). O trabalho é uso de si por si, uma vez que, no processo de atividade, o sujeito mobiliza seu saber-fazer, seus valores, seus afetos, enfim, sua singularidade. É isso que faz com que seja impossível uniformizar as situações de experiência. No entanto, é preciso relativizar essa parte de autonomia, pois o trabalho é também uso de si por outros. Os trabalhadores realizam suas atividades a partir de ordens e procedimentos dos quais não são autores. De acordo com essa perspectiva teórica, a tarefa corresponde às normas e regras que são prescritas ao trabalhador (normas antecedentes) e a atividade seria a realização (renormalizações) dessas tarefas. Porém, não há uma relação direta entre essas duas dimensões, ou seja, existem muitas lacunas entre o que é prescrito e o real. Portanto, observa-se o constante embate entre as “normas antecedentes” e as “renormalizações” (Schwartz, 2010). 2. Semântica global e práticas de linguagem Ao assumir que o discurso é regulado por uma semântica global, Maingueneau (1984/2008a) admite que todos os planos da discursividade – desde os processos gramaticais até o modo de enunciação e de organização da comunidade discursiva – estão submetidos ao mesmo sistema de restrições, concebido como um filtro que fixa os critérios de enunciabilidade de um discurso. “Maingueneau assume a perspectiva de que discurso e instituições se articulam através de um sistema de restrições semânticas comum, postulando, portanto, a existência de uma mesma rede que rege semanticamente diversas instâncias da prática discursiva – instituição, enunciadores, ritos genéticos, enunciação, difusão e consumo” (Mussalim, 2008: 70). Trabalhar com base na hipótese da Semântica Global (Maingueneau, 1984/2008a) pressupõe uma compreensão acurada em relação à constituição do corpus. “Pois, ao selecionar diferentes planos do discurso (vocabulário, arranjos argumentativos, ethos, dêixis discursiva), o analista não pode deixar de considerar as especificidades e restrições dos gêneros discursivos e também a relação entre enunciado e enunciação” (Silva, 2006: 28). Diz respeito, portanto, a uma atenta articulação entre diferentes formas de entrada no corpus, pois todos os campos dos discursos são considerados passíveis de análise, não existindo mais lugar para uma oposição entre superfície e profundeza (Maingueneau, 1984/2008a: 22). Com atenção ao nosso objetivo e pautado na hipótese da Semântica Global (Maingueneau, 1984/2008a), selecionamos as dimensões que privilegiam a heterogeneidade enunciativa, o estatuto dos parceiros, a dêixis enunciativa, e o modo de enunciação, discutidos em nossa análise a partir dos conceitos e pressupostos de cenografia e de ethos (Maingueneau, 1997, 2001, 1984/2008a). Desse modo, a semântica global que rege os discursos que circulam no interior do jornal interno Alfaletra determina um conjunto de práticas para esse posicionamento. 2.1. CENOGRAFIA, ETHOS E DISCURSO: OS “LUGARES” DE ENUNCIAÇÃO Partimos da hipótese de que todo discurso constrói um quadro enunciativo. De acordo com Maingueneau (1997: 75), “o enunciador não é um ponto de origem estável que se ‘expressaria’ dessa ou daquela maneira”, ele está inserido em uma determinada ‘cena enunciativa’ e é a partir desse ’lugar’ que o fiador assume um modo de enunciação, ou seja, um ethos. Portanto, para Maingueneau, na Análise do Discurso, o ethos é concebido como parte constitutiva da cena de enunciação e não como uma simples estratégia persuasiva. Na cadeia de comunicação entre a organização e seus interlocutores, as marcas do enunciado constroem a imagem da organização (neste texto, entende- se “imagem” como ethos construído discursivamente nos textos veiculados no jornal interno Alfaletra). Assim, o discurso dos gestores procura incentivar o comprometimento dos empregados com as metas e objetivos organizacionais. O discurso sempre esteve presente nos sistemas administrativos, com mais ênfase no relacionamento da empresa com as pessoas, ou seja, através da interação verbal. Segundo Amossy (2008: 124), “[...] a eficácia do discurso é tributária da autoridade de que goza o locutor, isto é, da idéia que seus alocutários fazem de sua pessoa”. A cenografia pode ser definida como um correlato da própria enunciação, pois é esta última que “ao se desenvolver esforça-se por constituir progressivamente o seu próprio dispositivo de fala” (Maingueneau, 1997: 87). A enunciação leva o quadro cênico (cena englobante e cena genérica) a se deslocar para um segundo plano, pois quando um texto apresenta uma cenografia, é por meio dela que esse texto se “mostra” ou se “dá a conhecer” a seu coenunciador. Uma das formas de acesso aos investimentos cenográficos de um texto é por intermédio do que Maingueneau (1997) chama de dêixis discursiva, instaurada na e pela enunciação. Análoga à dêixis linguística (EU ↔TU – AQUI – AGORA), que define referências espaciotemporais, a dêixis discursiva possui a mesma função, porém manifesta-se em um nível do universo de sentido, de uma formação discursiva, construído na e pela enunciação. Esse conceito define então referências a três registros interdependentes: uma locução (locutor e destinatário), uma topografia (espaço) e uma cronografia discursivas (tempo). Diante dessa inter-relação, temos que toda enunciação se produz no interior de um já-dito, em relação dialógica com outros discursos. Relacionado à noção de cenografia, há o conceito de ethos entendido por Maingueneau (1997, 2001) como uma das formas de investimento discursivo produzido na e pela enunciação. Segundo Maingueneau, o ethos constitui-se como um dos planos da cenografia. Para o autor, “todo enunciado, oral ou escrito, procede de um enunciador encarnado, uma voz que dá sustentação ao texto – a voz de um sujeito situado para além do texto” (Maingueneau, 2001: 95). A noção de ethos, conforme proposta por Maingueneau (1997, 2001, 2008b), possibilita um estudo da(s) instância(s) subjetiva(s) envolvida(s) na enunciação. É pelo próprio ato de enunciar que o enunciador constrói a legitimidade de sua enunciação, revelando por intermédio mesmo da enunciação um caráter e uma corporalidade, isto é, pode-se afirmar que a maneira de dizer revela uma maneira de ser do enunciador. É necessário esclarecer que Maingueneau ao se referir à figura do enunciador o faz dissociando-o da pessoa empírica que enuncia, isto é, o autor se refere a um ser de discurso que se institui por intermédio do próprio discurso. A noção de ethos então permite identificar esse ser de discurso pelas características que demonstra. O “caráter” corresponde a uma gama de traços psicológicos, já a “corporalidade” corresponde a uma compleição corporal e a uma maneira de se vestir e de se movimentar no espaço social (Maingueneau, 1997). 3. Procedimentos metodológicos e corpora Constituímos, neste estudo, uma proposta interdisciplinar de análise que se ampara no modelo epistemológico discutido por Ginzburg (1989), denominado paradigma indiciário, em interface com os pressupostos teóricos que estão consubstanciados na Ergologia (Schwartz, 1997, 2000, 2010) e na análise do discurso de base enunciativa – cenografia e ethos (Maingueneau, 1984/2008a, 2008b). O paradigma indiciário é um modelo epistemológico atualmente utilizado em muitas pesquisas qualitativas, que, segundo Ginzburg (1989), emergiu no âmbito das ciências humanas no final do século XIX. O paradigma indiciário remete “[...] a um modelo epistemológico comum, articulado em disciplinas diferentes, muitas vezes ligadas entre si pelo empréstimo de métodos ou termos-chave” (Ginzburg, 1989: 170). O ponto essencial desse paradigma pode ser resumido na seguinte frase: “se a realidade é opaca, existem zonas privilegiadas – sinais, indícios – que permitem decifrá-la” (Ginzburg, 1989: 177). Conforme esse autor (1989: 152), o paradigma indiciário se traduz em “um saber de tipo venatório”, caracterizado pela capacidade de, a partir de dados aparentemente irrelevantes, descrever uma realidade complexa que não seria cientificamente experimentável. Pode-se acrescentar que esses dados são sempre dispostos pelo observador [um caçador, p.ex.] de modo tal que possa se traduzir numa sequência narrativa, cuja formulação mais simples poderia ser “alguém passou por aqui”. Na análise deste estudo, o paradigma indiciário constitui-se no conjunto de pistas/marcas linguístico-discursivas que são visíveis na superfície dos corpora de pesquisa - entrevistas e exemplares do jornal interno Alfaletra - bem como nos sentidos construídos na cenografia enunciativa e no ethos presentes nos discursos analisados, tendo como marco teórico principal os estudos de Schwartz (1997, 2010) e os de Maingueneau (1984/2008a, 2008b). No estudo dos discursos empresariais divulgados no jornal interno Alfaletra, e também através do conteúdo das entrevistas, buscamos analisar as pistas que conduzem à elaboração da cenografia enunciativa e do ethos manifestados nesses posicionamentos discursivos. Nesse tipo de análise, os dados constituem o principal aspecto da pesquisa. Previamente ao delineamento dos corpora de pesquisa utilizados, para fins deste artigo, apresentamos breve caracterização da empresa Alfa, na qual desenvolvemos o estudo sobre o jornal interno Alfaletra. 3.1. CARACTERIZAÇÃO DA EMPRESA E DO JORNAL INTERNO As informações sobre a empresa objeto deste estudo foram obtidas no site do Grupo Beta (2010), no entanto sem revelar nominalmente a fonte em seu detalhamento, em virtude de nos referir de maneira fictícia ao nome e à razão social, conforme acordado com os interlocutores na Organização. O grupo empresarial Beta, de natureza familiar, atua na indústria coureiro-calçadista, que, em 2010, completou 65 anos de existência. Hoje é formado por várias empresas e negócios: indústria de calçados, fazendas, empreendimentos imobiliários, administradora de cartões de crédito, além de administrar várias marcas de produtos, vinculadas ao Grupo. Esse Grupo possui sede no Rio Grande do Sul, na cidade Sapiranga, localizado na região do Vale do Sinos, importante polo coureiro-calçadista nacional. Possui unidades em mais de 13 estados do Brasil e na Argentina. O Grupo mantém aproximadamente 18.000 funcionários e cerca de 5.000 colaboradores indiretos. A empresa Alfa, Unidade Calçados-Varejo, integrante do Grupo Beta, situa-se em Porto Alegre (RS), tem a maior rede de lojas no RS (Rede Alfa3) e em expansão pelo Brasil. Essa empresa conta com 2.217 profissionais na região Sul do Brasil, dos quais 450 são lotados na administração, Logística e Operação do Cartão de Crédito Alfa, em Porto Alegre (RS). Nas regiões Sudeste e Nordeste, existem 2.159 profissionais. Há, portanto, 4.376 profissionais no Varejo, são 138 lojas no Brasil que detêm as bandeiras Alfa, Gasalfa, Alfa Esportes e Espoalfa4. O jornal interno Alfaletra completou 13 anos de existência, no mês de outubro de 2010. Esse veículo de comunicação interna da empresa Alfa é editado bimestralmente com tiragem de 2.600 exemplares, cuja distribuição é direcionada para os funcionários das áreas administrativas e das lojas que compõem a Empresa. Na empresa Alfa existe uma equipe específica que se ocupa da Comunicação Interna, responsável pela organização do jornal interno Alfaletra, que é vinculada hierarquicamente à Gerência de Recursos Humanos (RH). Essa equipe recebe assessoria de empresa de Endomarketing, para fins de projeto e execução do referido jornal interno. 3.2. CORPORA DE PESQUISA Os corpora de pesquisa foram constituídos e analisados conforme a seguinte ordenação: a) reuniões feitas com a assessora responsável pelo jornal Alfaletra, com a finalidade de compreender o contexto em que se situa e se desenvolve a concepção, organização e publicação desse jornal interno de empresa; b) entrevista semiestruturada feita com duas funcionárias assessoras (nomes fictícios Ana e Bia, respectivamente), que atuam no âmbito da Comunicação Interna, da empresa Alfa, responsáveis pela organização e publicação do jornal interno Alfaletra, uma das quais já fora entrevistada inicialmente conforme relatado no item a. As questões que integraram o formulário da entrevista basearam-se no roteiro criado por Arouca, Arouche e Mello (1998). Ressaltamos que essas entrevistas não se constituíram na principal técnica de coleta de dados, mas foram importantes como material empírico de apoio à pesquisa desenvolvida neste estudo, visto que auxiliaram no sentido de desenvolver possíveis respostas à questão norteadora apresentada na introdução deste artigo; c) três exemplares do jornal interno Alfaletra (fev. 2008, fev. 2009, e jan./fev. 2010), cuja seleção ocorreu aleatoriamente, visto que todos os exemplares publicados, no período compreendido entre os meses de fevereiro de 2008 e fevereiro de 2010, possuem estrutura e organização semelhantes em suas editorias, porém não em relação aos discursos divulgados. Diante da materialidade linguístico-discursiva obtida nas duas entrevistas realizadas, selecionamos as questões respondidas que se revelaram mais significativas em termos de análise, inclusive porque julgamos suficiente esse recorte, que mostrou um conjunto de informações relevantes, no sentido de atender ao objetivo proposto, e também pela necessidade de estabelecer limites de abrangência do texto produzido neste trabalho. As respostas analisadas na seção 4 (Análise e Resultados) correspondem às seguintes questões formuladas: pergunta 2: Você poderia relatar como tem sido sua experiência na Comunicação Interna - no jornal Alfaletra?; perguntas 5 e 6: Qual a importância do prescrito em um jornal interno de empresa como o Alfaletra? e Você acredita que os prescritos têm a força de modificar comportamentos funcionais dos colaboradores? Em que sentido? A respeito das entrevistas, destacamos que houve respeito à subjetividade dos depoimentos em cada entrevista, todavia analisamos os enunciados/discursos mediante a manifestação da subjetividade do pesquisador, autor deste trabalho, considerando-se que a própria subjetividade de um eu instaura um tu subjetivo correspondente na enunciação, que, em uma última instância, provoca a intersubjetividade (Benveniste, 1966/1995). A partir das entrevistas realizadas, foi possível analisar o debate entre as normas antecedentes e as renormalizações (Schwartz, 1997, 2010). As pistas do real da atividade foram obtidas através das entrevistas, momento em que as assessoras de comunicação interna se posicionaram sobre o trabalho realizado. Já para descrever a cenografia enunciativa e a construção do ethos discursivo, constatados no jornal interno analisado, o percurso procedimental realizou-se através de indícios da superfície discursiva (materialidade linguística) que foram considerados como relevantes para sua caracterização, considerando-se a regularidade desses indícios a partir das instâncias de enunciação (Maingueneau, 1984/2008a): estatuto do enunciador e do coenunciador, dêixis enunciativa e o modo de enunciação. Apresentamos na sequência a análise dos resultados obtidos na pesquisa realizada. 4. Análise e resultados Estabelecemos aqui uma relação entre conteúdos selecionados através de recortes discursivos considerados, por nós, como mais significativos e alguns dos principais pressupostos teóricos, em interface, da Ergologia (operacionalização de saberes - normas antecedentes e renormalizações; o trabalho e o uso de si) e da Semântica Global (cenografia enunciativa e ethos discursivo). Inicialmente, analisamos a pergunta 2: Você poderia relatar como tem sido sua experiência na Comunicação Interna - no jornal Alfaletra? Nessa questão, solicitamos às entrevistadas que relatassem sua experiência na Comunicação Interna na empresa Alfa a partir da atividade de trabalho realizada junto ao jornal. Destacamos alguns depoimentos que mais se relacionam com os propósitos deste estudo. A assessora Ana comentou: “minha experiência tem sido ótima. É interessante poder ver os movimentos da empresa expressos neste periódico. A produção do Jornal traz um envolvimento que o leitor não acompanha e neste campo – dos bastidores é que por vezes a experiência não é tão satisfatória. Conciliar os diferentes tempos e ritmos, da [Empresa], das fontes e das empresas envolvidas na produção – agência de endomarketing e gráfica, acaba trazendo algumas tensões. Contudo faz parte e são administráveis! (grifo nosso)”. A partir do que comentou a entrevistada Ana, em relação a tempos, ritmos e tensões, recuperamos aqui a noção de que o trabalho é uso de si, na Ergologia, o que significa entender que é o lugar de uma tensão problemática, de um espaço de possibilidades a serem negociadas: não há execução, mas uso, e isso supõe um “espectro contínuo de modalidades” (Duraffourg e Durrive, 2010: 53). “Toda ‘aplicação’ de princípios técnicocientíficos é sempre, em parte, uma reinvenção local, e toda atividade de trabalho é sempre, mais ou menos, uma ‘dramática do uso de si’, situada entre estas normas antecedentes e a necessidade de dar-se a si mesmo normas, aí onde as primeiras são ‘inacabadas’” (Schwartz, 2003: 26). Nesse mesmo sentido, situa-se a fala de Trinquet (2010: 109): “cada indivíduo tem maneiras diferentes de avaliar uma situação. E essas maneiras pessoais remetem, inicialmente, aos objetivos e imperativos que lhe são atribuídos, mais ou menos implicitamente, pelos outros”. Ainda, ao se referir a “conciliar os diferentes tempos e ritmos”, verificamos que o discurso da assessora Ana situa-se em uma dêixis enunciativa espaciotemporal5, ou seja, enfatizou-se não o tempo cronológico, mas aquele fluido, da mobilidade e da dinâmica organizacionais em que os atores, os sujeitos organizacionais, estão imersos. A dêixis enunciativa é instaurada em cada ato de enunciação e refere-se à representação espaciotemporal que cada discurso constrói em função de seu universo discursivo (Maingueneau,1984/2008a). Por sua vez, Bia, outra assessora entrevistada, ressaltou: “o fato de ele (o jornal) ser resultante de um desdobramento estratégico de um Plano de Comunicação maior - buscando gerar alinhamento entre a empresa e o público - é algo que tem sido muito gratificante de estar realizando profissionalmente” (grifo nosso). Com base nesse depoimento, percebemos que a referência a alinhamento entre a empresa e o público remete à prescrição6 no trabalho. O trabalho prescrito pressupõe um conjunto de condições e exigências a partir das quais a tarefa deverá ser realizada, e inclui tanto as condições determinantes de uma situação de trabalho (ambiente físico, matéria-prima, equipamentos etc.) quanto as prescrições (normas, ordens, manuais, metas e objetivos, resultados a serem obtidos etc). O enfoque ergológico critica as abordagens que consideram o trabalho como uma mera execução de uma prescrição, dos procedimentos estabelecidos, como se existisse uma divisão transparente entre os que planejam e os que executam dada tarefa (Schwartz, 1997). Na sequência, indagamos sobre a importância do prescrito em um jornal interno de empresa como o Alfaletra, e se as assessoras entrevistadas acreditavam que esses prescritos têm a força de modificar comportamentos funcionais dos colaboradores. Esse questionamento desdobrou-se em duas perguntas: 5 e 6 do formulário da entrevista: Qual a importância do prescrito em um jornal interno de empresa como o Alfaletra? e Você acredita que os prescritos têm a força de modificar comportamentos funcionais dos colaboradores? Em que sentido? Passemos a alguns recortes dos depoimentos das entrevistadas (conforme constam nos boxes seguintes), pois se configuram como essenciais para a análise que realizamos. A entrevistada Ana destacou: “toda a importância. [...] Estrategicamente, por ser o canal oficial mais antigo, foi escolhido para quase que ser o porta-voz de todo um projeto de ampliação e aproximação do ‘novo’ modelo de comunicação da empresa com sua equipe de profissionais”. Disse ainda: “na prática, partimos das notícias, dos fatos que acontecem, e para incluir a matéria no jornal, associamos o conteúdo ‘do aconteceu’ a um reforço do prescrito, passando a mensagem a partir de exemplos práticos que os próprios colegas já empregam. Assim, buscamos que esta influência nos leve a um maior alinhamento de práticas, condutas e comportamentos dentro da organização” (grifo nosso). A partir deste comentário da assessora Ana, pode-se dizer que temos aí uma prescrição ao modo de pensar, que é moldado pelos referenciais normativos da empresa Alfa. “Ao conjunto de prescrições, descendentes e ascendentes, e à ausência de prescrições, é importante acrescentar aquelas designadas como prescrições sobre o ‘modo de pensar’’’ (Sant’Anna e Souza-e-Silva, 2007: 85)7. Esse “modo de pensar”, a nosso ver, está relacionado ao comentário da entrevistada ao enfatizar “alinhamento de práticas, condutas e comportamentos dentro da organização”, pois, “para incluir a matéria no jornal, associamos o conteúdo ‘do Aconteceu’ a um reforço do prescrito, passando a mensagem mediante a menção de exemplos práticos que os próprios colegas já empregam”. Vejamos mais detalhadamente esse contexto de exemplo prático (editoria “De cara nova”, jan./fev. 2010, n. 104: 6) através do texto que tem como título: “Alfa8 Esportes abre as portas no mundo virtual”, e a seguinte mensagem: “Em março a Alfa ganhará uma nova loja. Desta vez, o Brasil inteiro vai poder acompanhar a abertura da filial, já que sua sede é o mundo virtual”. “Ao investir neste mercado, a Alfa reafirma seu espírito inovador, alinhando-se às grandes empresas estabelecidas na internet”, avalia o Analista da Web, Antonio Rubens9. Dessa maneira, ao se considerarem “exemplos práticos”, relaciona-se, no campo do trabalho, à polaridade uso de si (Schwartz, 1997), mais especificamente ao uso de si por outros, pois esses saberes práticos e da experiência dos trabalhadores são referenciais que legitimariam o discurso do enunciador no jornal Alfaletra. “O destinatário não é somente um consumidor de ‘ideias’. Ele acede a uma ‘maneira de ser’ através de uma ‘maneira de dizer’” (Maingueneau, 1984/2008a: 94). Nesse sentido, verificamos a construção de uma cenografia enunciativa que emoldura um ethos discursivo: inter-relaciona-se no discurso que a empresa Alfa detém conhecimentos e tecnologia, aspectos esses que constituem uma cenografia que caracterizam essa empresa como organização ativa e dinâmica, cujo ethos decorrente é de empresa inovadora, atenta e ágil diante do que acontece no seu ambiente competitivo. A entrevistada Bia, por sua vez, manifestou-se da seguinte maneira ao ser questionada sobre a importância do prescrito em um jornal interno de empresa e sobre a crença que teriam os prescritos para modificar comportamentos funcionais dos colaboradores: “não exatamente modificar, mas sim inspirar, provocar e com isto promover adesão, aproximação ou mesmo rejeição e distanciamento. O prescrito funciona como um catalisador, como um agente cujo resultado depende dos outros elementos e componentes. Considera-se salutar que haja clareza e que se criem espaços e mecânicas de expressão do prescrito. Com isto atendido, entendemos que necessariamente se passe por um processo dialético e este sim gera modificações (Schwartz, 1997). De forma complementar ao depoimento da entrevistada Bia, a assessora Ana ainda posicionou-se do seguinte modo: “como entendemos e formatamos [o Jornal] a partir de um desdobramento do Plano de Comunicação, ele está completamente orientado em função do prescrito. Ou seja, no nosso caso ele é fundamental e de onde “tudo” parte. Por exemplo, os elementos da cultura e da estratégia que precisam ser trabalhados é que determinaram o tipo de editorias fixas que temos, seu conteúdo e orientação de discurso. Assim, o prescrito não é só aplicado literalmente, mas está presente de forma indireta e implícita em todas as mensagens. Com base nesse depoimento da entrevistada Ana, identificamos que a cenografia constituída nesse enunciado busca legitimar o discurso da assessora Bia, legitimando-o como pertinente ao que é prescrito pelo Plano de Comunicação da empresa Alfa. A cenografia “[...] legitima um enunciado, que por sua vez, deve legitimá-la, estabelecendo que essa cenografia onde nasce a fala é precisamente a cenografia exigida para enunciar como convém” (Maingueneau, 2001: 87-88). Ainda com base nos posicionamentos das duas entrevistadas quanto ao trabalho prescrito que normatiza (normas antecedentes) a elaboração do jornal interno Alfaletra, constatamos existir analogia entre o teor dos depoimentos feitos pelas assessoras com a releitura de Schwartz (1997, 2000) sobre a Ergonomia da Atividade, em especial ao que se entende por trabalho prescrito e trabalho real. Nesse sentido, Schwartz10 (1997, 2000) propõe a atividade de trabalho como “uma dramática que envolve negociação entre normas antecedentes e heterodeterminadas e renormalizações, que decorrem de investimentos singulares inerentes a microescolhas dos profissionais de não importa qual ofício”. Desse modo, Schwartz (1997) reafirma e aprofunda a compreensão da defasagem entre a instância que organiza (dimensão do dizer) e que atua (dimensão do fazer), que faz com que algo sempre escape à predeterminação, à antecipação daqueles que planejam. Partindo para o segundo momento desta análise, realizamos a análise de três exemplares do jornal interno Alfaletra (fev. 2008, fev. 2009, e jan./fev. 2010) mediante a transcrição de segmentos discursivos, em boxes específicos, conforme dispostos na sequência: (1) Depois da experiência de sucesso na indústria, o Programa (OLA) agora dá seus primeiros passos no Varejo. A proposta básica é tornar o ambiente mais produtivo e socialmente agradável, proporcionando assim uma maior qualidade de vida e de trabalho para todos (fev., 2008, p. 3, grifo nosso). (2) Diariamente temos a oportunidade de estar em contato com muitas e diferentes pessoas; fazer com que elas se interessem em dar continuidade ao relacionamento que mantêm conosco é o desafio de cada um de nós (fev. 2009, p. 2, grifo nosso). (3) [...] Antes de tudo, acreditamos que as lojas [...] devem estar preparadas para garantir, além de produtos e serviços, um atendimento de excelência em todos os pontos de contato com o cliente. Para que isso aconteça é fundamental que tenhamos um time unido, disposto a superar resultados, conquistar e manter clientes ao longo do tempo (fev., 2009, p. 2, grifo nosso). (4) Todos os dias, quando nossas lojas abrem suas portas é como se uma seleção estivesse dando início a uma grande partida, onde cada um ocupa uma posição estratégica [...] (jan./fev., 2010, p. 2, grifo nosso). Através da análise das instâncias de enunciador e de coenunciador (Maingueneau, 1984/2008a) nesses excertos discursivos, verifica-se a construção de uma imagem recorrente que é construída: a do time, a da equipe. Nessa imagem de time unido e de equipe, os colaboradores cultivam ambiente de trabalho produtivo e agradável e, assim, ocupam posição estratégica no “jogo”, através do que se propicia relacionamento duradouro com clientes. Verificamos que essa cenografia é moldada/prescrita como se tal equipe fosse uma seleção, talvez a melhor, que a partir de uma “grande partida” tem êxito no que faz, que se relaciona bem com clientes através de atendimento de excelência. Sendo assim, supera resultados e se destaca nacionalmente no segmento econômico em que atua. Os itens lexicais sucesso, qualidade de vida, atendimento de excelência, time unido, seleção, posição estratégica, resultados, no contexto discursivo, possibilitam estabelecer relações de sentido que constroem o ethos que se depreende mediante a cenografia enunciativa que é levada a efeito: ethos de empresa “cuidadora, zelosa, socialmente responsável, competitiva”. Diante de tal cenário, constata-se que a empresa, além de time, equipe, seleção, constrói outras imagens de si, tais como: bem conceituada/reconhecida pelo seu público, interno e externo; zela pelo ambiente de trabalho e proporciona qualidade de vida aos colaboradores; valoriza seus clientes; é lucrativa e preocupada com a excelência do atendimento. Esse ethos discursivo é intrínseco à cenografia enunciativa, na qual também se destaca a imagem de poder e liderança da empresa mediante discursos que enfatizam a gestão organizacional eficaz. As marcas das relações entre as pessoas11 do discurso (NÓS= eu + você) mostram uma ideia de que interesses comuns, harmonia, satisfação, sintonia total e entrosamento são características marcantes do empírico na empresa. Assim, estar comprometido é estar satisfeito, logo, responsabilidade, organização, qualificação e competência, superação são padrões que podem ser facilmente atingidos. Esses atributos são constitutivos da imagem construída, empresa de sucesso nacional, enfim uma “seleção” exitosa, por isso requer de seus colaboradores aprimoramento contínuo para superar resultados, todos recompensados por integrar o NÓS da empresa. A “’situação de enunciação’ [...] constitui um sistema de posições abstratas sob os quais repousa a atividade enunciativa, cujos enunciados trazem múltiplos traços, em particular os elementos dêiticos” (Maingueneau, 2010: 202, grifo do autor). Assim, “ao inventariar as marcas que identificariam o ethos desse sujeito que constrói o universo sobre o qual se fala, verificamos que a ideia do time/da equipe/da seleção estabelece uma relação com um NÓS = EMPRESA” (Sant’Anna, 1998: 284). Desse modo, mediante esse tom, essa vocalidade, o caráter e a corporalidade que se constroem discursivamente afetam tanto a imagem do enunciador e do coenunciador, quanto a da própria empresa. “Cria-se, dessa maneira, uma complexidade de identificação: EU só me identifico com o NÓS e com ELA (a empresa), se for capaz de me enquadrar na imagem construída, que se baseia em valores de dinamismo, espírito de equipe, competitividade, qualificação, eficiência, responsabilidade, organização, orgulho, desempenho, relacionamento etc.” (Sant’Anna, 1998: 284). Percebemos, portanto, que a autoridade relativa do enunciador provém de projeções do ethos que são apresentadas no discurso, a do time/equipe eficaz, da seleção que ganha o jogo, pois se constatam imagens de si construídas pelo dizer que revelam uma maneira de ser da empresa. Tais imagens significam e ressignificam, a todo instante, valores como união, competição, qualidade e excelência dos serviços. Verificamos, então, que o status institucional do autor/locutor do texto, como ser no mundo, e a construção verbal do locutor/enunciador, como ser do discurso, se recobrem e se reforçam mutuamente, existindo, dessa maneira, incorporação do discurso da empresa pelo fiador/enunciador, que através da cenografia construída instiga e “chama” o coenunciador a aderir ao que é dito, para saber, para fazer (Maingueneau, 2008b, 2008c). Consideramos, desse modo, que o ethos discursivo e a eficácia da palavra não se caracterizam nem puramente exterior (institucional) nem puramente interna (linguageira). Ela acontece simultaneamente em diferentes níveis. Não se pode separar ethos discursivo da posição institucional do locutor, nem dissociar totalmente interlocução da interação social como troca simbólica. Esse ethos discursivo é intrínseco à cenografia enunciativa, porque está ancorado em (1) e (5) numa perspectiva de “cena validada”, por exemplo: (1) “Depois da experiência de sucesso na indústria, o Programa (OLA) agora dá seus primeiros passos no Varejo », e ainda, (5) “nossa empresa está há mais de meio século no mercado, sendo referência de tradição, solidez e qualidade” . As cenas validadas nesses discursos são “experiência de sucesso do Programa (OLA) na indústria” e “presença da empresa no mercado há mais de meio século”. Essas expressões mencionadas podem ser entendidas como ethos dito, “por que vai além da referência direta do enunciador a sua própria pessoa ou a sua própria maneira de enunciar” (Maingueneau, 2008b: 80), pois essa cena marcada na enunciação é uma cena validada, em que “’validada’ significa ‘já instalada na memória coletiva 12, seja como antimodelo, seja como modelo valorizado. A ‘cena validada’ fixa-se facilmente em representações estereotipadas popularizadas pelo iconografia” (Maingueneau, 2008b: 81). Nos segmentos discursivos acima destacados (1 e 5), constatamos que a excelência no trabalho, que representa o alcance do padrão de qualidade, é resultado da repetição da regra/procedimento daquilo que foi apresentado em eventos como treinamentos, palestras, pronunciamentos da diretoria, depoimentos de supervisores e de funcionários. Nas relações de trabalho, Sant’Anna e Souza-e-Silva (2007: 80) criticam que “as normas passam a receber uma formalização específica” com a finalidade de organizar a produção. Conforme referendado pelas autoras, embasadas em Schwartz (2002), essa formalização é parte da exigência universal de organização social e se caracteriza por um movimento progressivo de codificação da prescrição operatória do trabalho. Desse modo, podemos compreender que as normas têm o objetivo de organizar o trabalho, surgem para prescrever de modo antecipado e enquadrar de forma explícita aquilo que o trabalhador deveria executar. “Trabalhar jamais é, simplesmente, aplicar, mas se adaptar sempre às variabilidades organizacionais, materiais, ambientais e humana, em tempo real. Trabalhar é gerir, sustenta Schwartz” (Trinquet, 2010: 107). Verificamos que os discursos empresariais divulgados no jornal interno Alfaletra, na atividade de trabalho, inter-relacionam-se com os saberes acadêmicos ou instituídos e com os saberes práticos ou investidos (Schwartz, 1997). “O polo dos saberes constituídos refere-se a todo conjunto de prescrições e normas que se encontram antes da realização do trabalho, a tudo aquilo que é formalizado, ensinado e consultado, sob diversos suportes: livros, manuais, organogramas e, ainda, softwares, computadores, novas instalações etc” (Souza-e-Silva 13, no prelo: 13). Esse conjunto, que constitui o que se denomina normas antecedentes, contempla todas as prescrições a que estão sujeitos os trabalhadores, no caso os funcionários da empresa Alfa, público-alvo do jornal interno Alfaletra. A gestão da atividade pelo trabalhador, o polo do trabalho, é considerada como uso de si, porque “não existe execução, mas uso (Schwartz e Durrive, 2010: 194). Esse terceiro polo é considerado o mais complexo, de mais difícil entendimento, pois implica estabelecer articulação entre os saberes constituídos e os saberes investidos, o que se caracteriza como uma “dramática do uso de si”, ou seja, “como gestão dos valores subjacente às escolhas, decisões a serem tomadas no cotidiano a partir de imperativos diferentes, gestão de imprevistos, gestão de relações sociais, gestão de crises também e, finalmente, gestão de si – dessa entidade em parte opaca ao próprio ser humano que faz a experiência de si mesmo por meio da atividade laboriosa14”. Além disso, por meio de processo injuntivo, que neste jornal interno se concretiza tanto pela modalidade deôntica – fazer [...] é o desafio (2); deve(m) estar (3); é fundamental que tenhamos [...] (3) - quanto pela epistêmica - a proposta básica é tornar o ambiente (1); acreditamos que as lojas (3); é fundamental que tenhamos (3); - o enunciador normaliza a ação ao expressar um saber que leva o interlocutor a aderir a esse discurso, aceitando-o como verdadeiro. A injunção suscita o dizer e, também, o fazer; não é reversível, emana daquele que se encontra em posição de aconselhar/ordenar; ao que recebe a dica/conselho/ordem resta concordar (dizer) e necessariamente executar (fazer). Tem-se, portanto, uma competência adquirida por meio do treinamento, da repetição, supondo “uma racionalidade inerente ao processo de produção, como se este fosse dotado de leis naturais a que os homens e sua ciência devessem subordinar-se e obedecer” (Sennet, 2006), desvalorizando-se e apagando a experiência. Reiteramos, por fim, o resultado dos comentários precedentes: a posição institucional do locutor e o grau de legitimidade que ela lhe confere contribuem para suscitar imagem prévia, a partir da inter-relação entre os saberes instituídos na atividade de trabalho na qual se estabelecem cenografias e consequentes imagens prévias do locutor (a empresa Alfa). Pois, “o ethos discursivo mantém relação estreita com a imagem prévia que o auditório pode ter do orador ou, pelo menos, com a idéia que este faz do modo como seus alocutários o percebem” (Charaudeau e Maingueneau, 2008: 221). A representação da pessoa do locutor anterior a sua tomada de turno – às vezes denominada de ethos prévio ou pré-discursivo – “está frequentemente no fundamento da imagem que ele constrói em seu discurso: com efeito, ele tenta consolidá-la, retificá-la, retrabalhá-la ou atenuá-la” (2008: 221). Todavia, esses autores comentam que essa noção permanece problemática, porque extradiscursiva, sendo assim, precisa ser adotada com diversas precauções. Considerações finais O jornal interno Alfaletra, ao reforçar as atitudes que o mercado espera dos profissionais nas novas relações de trabalho, marca uma característica do veículo de comunicação interna na empresa de não ser apenas transmissor de informação, mas também fomentadores de crenças, culturas e valores: valoriza-se a ação do indivíduo, portanto prescrevem-se comportamentos e, por meio da busca da concordância e da adesão das pessoas, busca-se dar sentido de participação à sua subordinação. As dicas, as explicações, nesses casos, não se caracterizam apenas como uma injunção a fazer, que é emitida pela hierarquia responsável pelo trabalho, mas adquire caráter de autoridade a partir do momento em que o leitor do jornal interno se coloca na posição de um profissional que busca receber aqueles conselhos, aquelas sugestões. Percebe-se, portanto, que as prescrições formais, descendentes ou ascendentes não são suficientes para se compreenderem os sentidos de trabalho. O jornal interno de empresa atribui-se também esse espaço gerador de normas, procedimentos, a serem seguidos em busca do sucesso. Nos discursos analisados, elabora-se, então, uma imagem verbal que o leitor (funcionário) pode recompor ao reunir um conjunto de elementos frequentemente esparsos e lacunares em uma representação familiar (a empresa.), como por exemplo: o time/a equipe unida, a tradição, solidez e qualidade. Esse estereótipo se deixa apreender tanto no nível da enunciação (um modo de dizer) quanto no do enunciado (conteúdos, temas). A imagem de si construída no discurso é constitutiva da interação verbal e determina, em grande parte, a capacidade de o locutor agir sobre seus alocutários. Instauram-se estratégias discursivas que constroem uma imagem particular do locutor, numa espécie de amálgama com a imagem da empresa que é construída através dos discursos mobilizados no e sobre o jornal Alfaletra. São várias as marcas linguísticas (paradigma indiciário) que identificam traços de didaticidade, dentre elas a exemplificação, a explicação, a enumeração, a citação de especialista, as perguntas retóricas, as situações didáticas em forma de entrevista, o uso de generalizações, as formas pessoais e impessoais para expor conhecimento. Trata-se, então, de uma interpenetração de conhecimentos: como se dá a passagem entre “quem sabe”, o enunciador instituído pelo jornal interno, e o interlocutor-leitor presumível. Indaga-se, então, o que se quer fazer compreender para além da informação? NOTAS 1 2 3 4 5 Conforme solicitação da empresa, atribuímos nome fictício. Nome fictício para denominar o jornal interno da empresa. Nome fictício atribuído à Rede. Todos esses nomes foram atribuídos especificamente para fins deste estudo. Em linguística, entende-se por isso o conjunto de localizações no espaço e no tempo que um ato de enunciação apresenta, graças aos “embreadores” (ou “shifters”) (Maingueneau, 1984/2008a: 88, nota n. 26). Em “A linguagem e a experiência humana”, Benveniste (1974/1989: 68) refere-se a duas categorias fundamentais do discurso, necessariamente ligadas: a de pessoa e a de tempo. Nesse sentido, ver Freitas (2011) em seu artigo “A enunciação em texto jornalístico: o uso das categorias de tempo, espaço e pessoa”. 6 Refere-se ao Plano de Comunicação Interna da empresa Alfa. 7 Afirmação com base em Schwartz (1997). 8 Relembramos que se trata de nome fictício para fins deste artigo. 9 Nome fictício utilizado neste trabalho. 10 Citado por Teixeira (2010: 46). 11 Embreantes, para Maingueneau (2001); categorias de pessoa, de tempo e de espaço, conforme Benveniste (1974/1989). 12 Memória coletiva da empresa Alfa e dos seus funcionários. 13 A autora refere a Schwartz (1997), que postula um princípio teóricometodológico intitulado Dispositivo Dinâmico de Três Polos (DD3P), no qual o termo polo indica um lugar virtual onde se articulam os saberes constituídos, os saberes investidos e a gestão valores. 14 Nesse comentário, Souza-e-Silva (no prelo, p. 14) refere Schwartz (1997). REFERÊNCIAS BIBLIOGRÁFICAS AMOSSY, R. 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(2010). ‘Trabalho e educação: o método ergológico’, Revista HISTEDBR On-line, Campinas, ago (número especial): 93-112. ERNANI CESAR DE FREITAS é doutor em Letras, área de concentração Linguística Aplicada pela Pontifícia Universidade Católica do Rio Grande do SUL (PUCRS), Brasil. Cursou estágio pós-doutoral na Pontifícia Universidade Católica de São Paulo (PUC-SP/LAEL), na linha de pesquisa Linguagem e Trabalho. Professor permanente do Programa de Pós-Graduação em Letras da Universidade de Passo Fundo (UPF) e do Mestrado em Processos e Manifestações Culturais da Universidade Feevale – Novo Hamburgo (RS). Atua como pesquisador nas seguintes linhas de pesquisa: Constituição e Interpretação do Texto e do Discurso e Linguagens e Processos Comunicacionais. Integra a Asociación Latinoamericana de Estudios del Discurso (ALED). Correo electrónico: [email protected] Sin duda y en principio: Modalización, desdoblamiento enunciativo y heterogeneidad MARÍA MARTA GARCÍA NEGRONI Universidad de San Andrés Universidad de Buenos Aires - CONICET RESUMEN. En este trabajo se analiza el rol discursivo de los marcadores sin duda y en principio en un corpus de discurso académico escrito en español. Luego de recordar brevemente lo que la bibliografía especializada ha dicho sobre estos dos marcadores, se propone un análisis acerca del modo en que la enunciación de cada uno de ellos desencadena dinámicas discursivas de desdoblamiento enunciativo. Se sostiene así que, análogamente a las formas de la modalización autonímica (Authier, 1995) con las que el sujeto comenta la propia enunciación que está llevando a cabo, las modalizaciones introducidas por sin duda y en principio también evidencian la presencia de un sujeto desdoblado que, al mismo tiempo que enuncia, comenta lo que dice. Al hacerlo, muestran la emergencia en el discurso de una heterogeneidad en tres campos de la no coincidencia (entre los co-enunciadores, del discurso consigo mismo y de lo dicho con la realidad representada). PALABRAS CLAVE: sin duda, en principio, modalización, desdoblamiento enunciativo, heterogeneidad RESUMO. Neste trabalho, analisa-se o papel discursivo dos marcadores sin duda e en principio num corpus de discurso acadêmico escrito em espanhol. Depois de recordar brevemente o que a bibliografia especializada disse sobre estes dois marcadores, se propõe uma análise a respeito do modo em que a enunciação da cada um deles desencadeia dinâmicas discursivas de desdobramento enunciativo. Sustenta-se assim que, analogamente às formas da modalização autonimica (Authier, 1995) com as que o sujeito comenta a própria enunciação que está a levar a cabo, as modalizações introduzidas por sin duda e en principio também evidenciam a presença de um sujeito desdobrado que, ao mesmo tempo que enuncia, comenta o que diz. Ao fazê-lo, la enunciação de sin duda e en principio mostra a emergência no discurso de uma heterogeneidade em três campos da não coincidência (entre os co-enunciadores, do discurso consigo mesmo e do dito com a realidade representada). PALAVRAS CHAVE: sin duda, en principio, modalização, desdobramento enunciativo, heterogeneidade ABSTRACT. This paper discusses the role of discourse markers sin duda and en principio in a corpus of academic discourse written in Spanish. After briefly reviewing what the literature has said about these two markers, I will examine the way in which the enunciation of each one of them triggers special discursive dynamics. Similarly to the forms of autonymic modalisation (Authier, 1995) with which the subjects comment on their own enunciation, the modalisations introduced by sin duda and en principio also reveal the presence of an unfolded subject: i.e. while the speaker is proposing a certain representation, he/she also comments on what is being said. In doing so, the enunciation of sin duda and en principio shows the emergence of three areas of non coincidence (between the co-enunciators, of the discourse with itself and of what is said with the represented reality). KEY WORDS: sin duda, en principio, modalización, desdoblamiento enunciativo, heterogeneidad Introducción En los últimos años, varias investigaciones en el área de los discursos científicos se han ocupado de las actividades metadiscursivas que el sujeto de la enunciación académica lleva a cabo en la formulación de sus textos (Swales, 1990; Hyland, 1998; Breivega, Dahl & Flottum, 2002; Moreno, 2003; Dahl, 2004, entre otros).1 Definido como el discurso sobre el discurso, el metadiscurso es caracterizado habitualmente como el material lingüístico que se refiere no a los aspectos proposicionales del texto, sino a la organización del discurso o a la actitud del sujeto respecto del contenido o de su lector. En términos de Halliday (1973), el metadiscurso cumple las funciones textual e interpersonal del lenguaje por lo que, en la bibliografía sobre el tema, es frecuente que se distinga el metadiscurso textual o metatexto del metadiscurso interpersonal. Así, mientras que, con el concepto de metatexto se alude a las formas lingüísticas (i. e. conectores, estructuradores de la información) que organizan de manera convincente y coherente el texto para el lector, con el de metadiscurso interpersonal se hace referencia a aquellos elementos (i. e. marcadores de actitud, atenuadores, reforzadores, marcas de persona) que manifiestan o expresan distintas facetas de la identidad autoral y que contribuyen a la relación escritor-lector. Tanto en un caso como en el otro, se trata de un tipo de actividad discursiva que puede ser descripta, para utilizar los términos de Dahl, como la “manifestación ostensible del reconocimiento del lector por parte del escritor” (2004: 1811). El metadiscurso se constituye así en una de las huellas salientes de la relación intersubjetiva y, por lo tanto, de la presencia del sujeto en su discurso, y su estudio, al igual que el de las indicaciones de persona, el de los distintos tipos de negaciones, el de las marcas de la argumentación y de la reformulación, entre otros, permite poner de manifiesto que la dimensión polifónica, dialógica y subjetiva se materializa también en la escritura científico-académica a través de la mera utilización del lenguaje (García Negroni, 2007, 2008, 2009a y b, 2011a y b). En este trabajo me ocuparé de una de las manifestaciones del metadiscurso interpersonal, la desencadenada por los marcadores sin duda y en principio, en un corpus de discurso académico escrito en español. Dicho corpus está constituido por ponencias de Lingüística, publicadas en el libro de Actas del congreso en homenaje a Oswald Ducrot realizado en Buenos Aires en julio de 2002 (cf. Actas del Congreso Internacional La Argumentación, CD-Rom, Buenos Aires, Facultad de Filosofía y Letras, 2003).2 Específicamente, me propongo analizar las dinámicas discursivas instauradas por los dos marcadores sin duda y en principio, con el fin de mostrar, a través de la descripción, el modo en que la enunciación de cada uno de ellos da cuenta de la presencia subjetiva del locutor en su discurso. Como es sabido, y análogamente a otros marcadores de la modalidad epistémica (como desde luego, naturalmente, claro, por lo visto, etc.), sin duda y en principio han sido habitualmente caracterizados como mecanismos de modalización de los enunciados que introducen la subjetividad del locutor, quien valora (i.e. refuerza o atenúa) el grado de fiabilidad de lo asertado. Ahora bien, si esta descripción es “sin duda” o “en principio” adecuada, la hipótesis que quisiera defender en lo que sigue es que la ocurrencia de este tipo de modalizadores pone de manifiesto una dinámica discursiva de desdoblamiento enunciativo. Así, de manera análoga a las formas de la modalización autonímica (Authier, 1995) con las que el sujeto comenta la propia enunciación que está llevando a cabo, y que por lo tanto permiten la construcción de una imagen suya como la de alguien que busca dominar su discurso, las modalizaciones introducidas por los marcadores que aquí me ocupan, sin duda y en principio, también evidencian la presencia de un sujeto desdoblado que, al mismo tiempo que enuncia, comenta lo que dice y, por lo tanto, de un enunciado que no puede ser interpretado de manera directa. El comentario reflexivo, que caracteriza la dinámica discursiva instaurada por estos dos marcadores, complejiza así la interpretación de la representación construida en el discurso y opacifica el sentido del enunciado. A continuación entonces, y luego de recordar brevemente lo que la bibliografía especializada ha dicho sobre estos dos marcadores (§ 2), propondré una caracterización de ambos en términos del desdoblamiento enunciativo que la enunciación de cada uno de ellos desencadena (§ 3). En particular, intentaré demostrar que, si en el caso de la modalización autonímica, los comentarios reflexivos se refieren a las formas del decir y muestran la emergencia en el discurso de una heterogeneidad (o no coincidencia), que por otro lado le es constitutiva, en el caso de los comentarios introducidos por los modalizadores sin duda y en principio, estos aluden reflexivamente a lo dicho, y al hacerlo también señalan, según la dinámica de desdoblamiento introducida por uno u otro marcador, la irrupción de la heterogeneidad. La actitud de alerta y de control que se manifiesta a través de estos marcadores de refuerzo y de atenuación contribuye pues a la configuración de la imagen del locutor académico en su discurso e inciden en la relación interpersonal establecida con el lector (ya sea porque el locutor busca persuadirlo de la importancia y originalidad de su propuesta, ya sea porque pretende anticiparse a sus posibles objeciones sobre el contenido de lo que afirma). 1. Sin duda y en principio. Algunos antecedentes En términos generales, sin duda ha sido descripto como un marcador de modalidad epistémica que expresa evidencia (Martín Zorraquino y Portolés, 1999; López Ferrero, 2005; Montolío, 2004). En tanto tal, afirma Montolío, se interpreta pragmáticamente como reforzador del valor de verdad de la aserción en la que aparece, “ya que presenta un determinado segmento de la información como evidente, indiscutible y libre de toda duda” (Montolío, 2004: 267). Al igual que otros marcadores epistémicos reforzadores de la verdad, como por supuesto, claro, desde luego y adverbios como evidentemente, obviamente, etc., sin duda no forma parte del dictum –Kovacci (1999) lo ubica dentro del grupo de adverbios y locuciones que modifican al modus–, sino que constituye una predicación secundaria. En términos de Martín Zorraquino y Portolés (1999), dicha predicación refleja un cierto juicio “metalingüístico”, en la medida en la que apunta a un segmento del discurso (a lo dicho con palabras) o a lo que se halla implícito en la mente de los interlocutores, más que, directamente, a la realidad extralingüística” (Martín Zorraquino y Portolés, 1999: 4146). Sin embargo, agregan estos autores en el mismo trabajo, a diferencia de los otros marcadores de evidencia, sin duda puede remitir a segmentos de discurso sobre cuya evidencia el hablante no quiere comprometerse. De este modo, su presencia manifiesta un acuerdo menos “afectivo”, más “neutro” o más objetivo, por lo que esta unidad resulta especialmente eficaz para expresar evidencias sobre las que el hablante no puede tener control (por ejemplo, porque no tiene experiencia directa, percepción personal de los contenidos a los que la partícula remite). (Martín Zorraquino y Portolés, 1999: 4158) Fuentes Rodríguez (2009), por su parte, caracteriza a sin duda como un modalizador de reafirmación que marca el convencimiento total del hablante respecto de lo dicho. Sin embargo, señala la autora, a diferencia de otros reafirmativos, sin duda es no polifónico. Así, según Fuentes Rodríguez, “el hablante es locutor y enunciador y se compromete con la verdad de lo dicho. Reafirma algo sostenido por otros enunciadores” (2009: 318).3 Tanto Martín Zorraquino y Portolés (1999) como Fuentes Rodríguez (2009) hacen notar, con justeza, que sin duda participa a menudo en construcciones concesivas “al introducir un miembro del discurso que, al confirmar anticipadamente la opinión de un posible interlocutor, sirve para salir al paso de una objeción previsible” (Martín Zorraqunino y Portolés, 1999: 4153). Finalmente, resulta importante mencionar que sin duda es una expresión en vías de gramaticalización que se presta a un análisis componencial y que ofrece otras variantes como sin dudas, sin lugar a dudas, sin duda alguna, sin ninguna duda al tiempo que alterna con incisos del tipo no hay/cabe la menor duda, a no dudarlo, sin dudarlo. Según Martín Zorraquino (2010), el proceso de gramaticalización está en vías de producirse, puesto que sin duda muestra ya significados modales propios. La autora afirma así que solo sin duda (no sin duda alguna, que indica que el hablante se halla totalmente convencido de la verdad de su comentario) indica que el hablante deduce por algunos indicios la verdad de lo que comenta, pero no se basa para ello en su propia percepción. (Martín Zorraquino, 2010:106) En cuanto a en principio, su tratamiento en la bibliografía ha sido relativamente escaso. En su Diccionario de uso del español, María Moliner señala que Con verbos como aceptar, establecer, estar conforme y semejantes, significa que se adopta la actitud, acuerdo, etc. de que se trata provisionalmente y que nuevos datos o circunstancias pueden hacer cambiar la actitud, opinión, etc.” (Moliner, 1984: 844). En este sentido, y puesto que, según la lexicógrafa, en principio indica que la información a la que acompaña no es definitiva y que se está dispuesto a reemplazarla por otra, puede afirmarse que lo caracteriza como un marcador esencialmente epistémico con valor de “provisionalidad”. Por su parte, en su artículo de 2003 sobre en principio, Montolío lo describe como un operador de debilitamiento argumentativo que, desde su valor temporal de base, evoluciona metonímicamente hacia un “significado epistémico de “provisionalidad de la verdad del enunciado” y de allí, en algunos usos, a un valor de distanciamiento, que acarrea la inferencia de que el receptor debe sospechar de la verdad del enunciado” (2003: 57). Asimismo, la autora hace notar que en principio funciona a menudo como una expresión predictiva que anuncia catafóricamente que en el miembro siguiente del discurso aparecerá un movimiento argumentativo antiorientado respecto del primero. Finalmente, en su Diccionario de conectores y operadores del español, de 2009, Fuentes Rodríguez lo define como un operador argumentativo que, en el plano informativo, indica también provisionalidad; en el plano modal, implica una actitud de cautela o reserva en el decir en la medida en que “el hablante no se compromete con lo dicho y establece cierta distancia del enunciador” (2009: 138); y en el plano argumentativo, “introduce un argumento no definitivo, de fuerza relativa, cuya operatividad puede quedar en suspenso en el futuro. Puede actuar como un atenuativo de fuerza asertiva y argumentativa” (2009: 139). En lo que sigue, y si bien considero fundamentalmente adecuadas las descripciones propuestas para ambos marcadores, plantearé, como adelanté, una caracterización en términos del desdoblamiento enunciativo que los comentarios reflexivos sobre lo dicho introducidos por sin duda y en principio desencadenan y que ponen en evidencia la emergencia de la heterogeneidad. 2. Sin duda y en principio y las dinámicas discursivas de desdoblamiento enunciativo Como queda dicho, la presencia de las expresiones modalizantes que nos conciernen implica una actitud de desdoblamiento enunciativo. En efecto, la puesta en escena enunciativa (noción que alude al conjunto de voces o de puntos de vista presentes en el tejido discursivo y que intenta dar cuenta de cómo en el marco de esa alteridad se construye, de manera no siempre ni necesariamente consciente, la posición del locutor) de la que el discurso parece surgir implica al menos dos puntos de vista. El primero de ellos, (E1), es el relativo a lo dicho, es decir a la representación que el locutor construye en su discurso acerca de la situación de la que habla. Como bien afirma Ducrot en relación con la noción de dictum, dicha representación no puede sino ser siempre subjetiva: (…) je crois que les mots de la langue sont incapables, de par leur nature même, de décrire une réalité. Certes les énoncés se réfèrent toujours à des situations, mais ce qu’ils disent à propos de ces situations n’est pas de l’ordre de la description. [...]. Ce qu’on appelle idée, dictum, contenu propositionnel n’est constitué par rien d’autre, selon moi, que par une ou plusieurs prises de positions. (Ducrot, 1993: 128) Por su parte, el segundo punto de vista, (E2), concierne al comentario reflexivo y opacificante acerca de la representación evocada en E1. Dicho comentario, que complejiza la interpretación del posicionamiento del locutor, marca la irrupción en el hilo aparentemente monológico del propio discurso de la heterogeneidad que, siguiendo la propuesta de Authier en relación con la modalización autonímica, caracterizaré en tres dominios, según las distintas glosas que los comentarios introducidos por uno u otro modalizador permitan explicitar en el corpus analizado. Esos dominios son el de la no coincidencia locutor-interlocutor, el de la no coincidencia del discurso consigo mismo y el de la no coincidencia de lo dicho con el mundo representado.4 Señalo sin embargo, antes de comenzar con el análisis, que en lo que sigue dejo de lado aquellos usos básicamente temporales de en principio, que no implican el comentario reflexivo que aquí analizo. A modo de ejemplo de este empleo, puede considerarse (1), que aparece en la sección Introducción de una ponencia, y en el que “en principio”, seguido por “en segundo término”, funciona como un ordenador de discurso que podría parafrasearse por “en primer término”, “en primer lugar” o “en un primer momento”.5 1. Fundamentaré, en principio, por qué es primordial el adiestramiento en la argumentación y en el debate y, en segundo término, me referiré a algunos contenidos, métodos y logros de la enseñanza y la práctica de estas actividades. (archivo 44). 2.1. SIN DUDA Y EN PRINCIPIO Y LA NO COINCIDENCIA INTERLOCUTIVA ENTRE LOS COENUNCIADORES En esta primera categoría de formas opacificantes del comentario sobre lo dicho, el modalizador sin duda muestra, localmente, la no coincidencia con el interlocutor-lector (o co-enunciador). Esta no coincidencia podría explicitarse por medio de glosas del tipo “X, como usted acordará conmigo”, “X, le pido que lo acepte” o bien del tipo “X, y en X estoy de acuerdo con usted”, “X, como seguramente usted dirá”. Se trata, como se ve, de glosas que indican que la representación construida en el discurso por el locutor (i. e. el segmento X, objeto del comentario) no va de suyo, ya que no necesariamente es compartida por los dos protagonistas de la enunciación. De allí, que en algunos casos, el comentario reflexivo introducido por sin duda muestre la puesta en escena de un enunciador que propone la aceptación de X por parte del co-enunciador (es el caso de 2) y en otros, la de un enunciador cuyo punto de vista es el de la posible objeción que el lector podría plantear y que el locutor reconoce como adecuada o válida (es el caso de 3 y 4). 2. La cita indirecta se organiza en cuatro cláusulas de las cuales destacamos las dos últimas por tratarse de contextos que admitirían porque en lugar de que. Como puede verse, las cláusulas presentan argumentos que fundamentan la aseveración anterior: el FMI no hace exigencias de ningún tipo. ¿En qué cambiaría el texto si en lugar de que se hubiera usado porque? Sin duda, se marcaría más explícitamente la vinculación lógica entre las tres últimas cláusulas; particularmente se focalizaría sobre la negativa anterior: El FMI no hace exigencias, que se yergue dialógicamente sobre la afirmación positiva en el mismo sentido, plenamente vigente en los discursos sociales sobre el organismo. Al explicitar la relación, se expone a la respuesta, a la crítica o a la discusión. (archivo 68) 3. Este primer estudio exploratorio de la relación entre los categorizadores académicos y los textos argumentativos, sin duda, requiere la profundización de la distinción entre subgrupos de los mismos en cuanto a su funcionalidad para la detección de argumentos. A futuro nos proponemos establecer una gradación entre los elementos de cada subgrupo con el objetivo de observar si existe algún grado de prototipia. (archivo 27) 4. Luego de esto, Platón nos retrotrae a un ejemplo cercano al tema de la persuasión: nos dice que este remedio, mencionado recién, debe ser usado sólo por los médicos (cfr. ib. iii 389b2-5), y acá se reconoce que se puede mentir en beneficio del estado (cfr. ib. iii 389b7-c6); es decir, se reconoce ese uso positivo de la mentira. Destacamos, luego, dos elementos: el uso de proposiciones falsas y la precariedad de este uso. Estos dos elementos se corresponderían respectivamente con esa concepción de argumentación interactiva donde ambos integrantes utilizan las visiones sostenidas por sus oponentes, y con la noción de revocabilidad, donde una proposición en un momento dado serviría como presunción para la acción, pero luego podría ser descartada. Además de esto, cabe recordar el contexto donde se presentarían tales elementos constituyentes de la argumentación: una instancia educativa donde todavía la audiencia no tiene determinados estándares para afrontar una argumentación de crítica de lo establecido. Tal instancia coincidiría con el contexto de búsqueda de información donde el ad consequentiam se da principalmente. Sin duda, no se puede concebir esta concepción como la racionalidad platónica. Pero, dado un contexto particular de la educación donde la crítica de las convenciones es inviable, un contexto donde se debe decidir de qué manera actuar, podemos decir que Platón se sirvió, aunque no teorizó, de una práctica argumentativa que no en todos los casos debería ser considerada irracional. (archivo 75) Como se observa, mientras que en (2), sin duda comenta reforzándolo el punto de vista de la representación, de modo que el locutor queda identificado con ambos enunciadores (el de la representación que construye y el del comentario que incluye y que convoca al lector a aceptar dicha representación) y el desdoblamiento enunciativo resulta convergente: E1 punto de vista del contenido X (“[con la presencia de porque] se marcaría explícitamente la vinculación lógica entre las tres últimas cláusulas”) E2 responsable del comentario sobre lo dicho, que busca el acuerdo por parte del co-enunciador con E1, punto de vista que el locutor asume Glosa: X, como usted acordará conmigo, L se identifica con E1 y E2 (la ocurrencia de sin duda contribuye a la construcción de una puesta en escena enunciativa en la que no sólo el locutor sino también el coenunciador quedan identificados con E1) Desdoblamiento enunciativo convergente→ refuerzo asertivo de E1 [= E2(E1)] en (3) y en (4), el desdoblamiento enunciativo del locutor se complejiza aún más (ya no se trata de un desdoblamiento convergente sino de uno divergente). En efecto, si bien presenta como válido el punto de vista del contenido representado en X (cf. modalidad declarativa asertiva en indicativo en “este estudio exploratorio requiere profundización” y en “no se puede concebir esta concepción como la racionalidad platónica”), el locutor no se identifica con él. Atribuido esta vez al interlocutor-lector, es decir al co-enunciador, el punto de vista evocado a través del comentario reflexivo es concedido por el locutor. En efecto, implícita (cf. 3) o explícitamente (cf. en (4), la presencia de pero en el enunciado siguiente), (3) y (4) se enmarcan en estructuras concesivas, de modo que, a diferencia de lo que ocurre en (2), el punto de vista que el locutor sostendrá en la continuación de su discurso no depende del enunciado modalizado por sin duda, sino del enunciado Y posterior. La presencia de sin duda no se relaciona pues con el refuerzo de lo asertado en X ni aún menos con el refuerzo del valor de verdad de X (Montolío, 2004), sino con la intensificación del reconocimiento por parte del locutor de la no coincidencia con el co-enunciador. E1 punto de vista del contenido X (“Este primer estudio requiere la profundización de la distinción” (en 3) / “no se puede concebir esta concepción como la racionalidad platónica”(en 4)) E2 responsable del comentario sobre lo dicho, que evoca el punto de vista de una posible objeción del co-enunciador que el locutor acepta Glosa: X, estoy de acuerdo con usted, (pero Y) L se identifica con E2 y concede E1 (la ocurrencia de sin duda contribuye a la construcción de una puesta en escena enunciativa en la que el locutor concede un punto de vista (E 1) con el que el co-enunciador queda identificado) Desdoblamiento enunciativo divergente→ refuerzo del reconocimiento de la objeción posible (E2) y concesión de E1 Desde este punto de vista, la alternancia, en este tipo de contextos, entre sin duda y sus variantes (sin dudas, sin lugar a duda(s), sin duda alguna), no se explicaría entonces en relación con el grado de certeza o de evidencia que el locutor tiene de lo que aserta ni con el refuerzo del valor de verdad de la aserción en la que aparece, sino más bien con la fuerza del consenso enunciativo con el interlocutor que el locutor busca lograr en relación con lo que dice. Es lo que se observa, por ejemplo, en (5), donde el comentario reflexivo introducido por sin lugar a duda, que caracteriza, por cierto, lo dicho como evidente y fuera de toda discusión, no solo señala la plena adopción del punto de vista por parte del locutor, sino también por parte del co-enunciador, que en esta puesta en escena queda prácticamente obligado a admitir la representación X como la que corresponde a la situación de la que se habla. De hecho, E1 es presentado como compartido por todos. 5. Nuestro retor está recurriendo a la “retorsión”: retoma las palabras del oponente para desautorizarlas o refutar su argumentación. ¿Y cómo lo refuta? Extendiendo ese juicio a autores de renombre como Catulo, Marso, etc., que sin lugar a duda gozan del gusto del auditorio. Así, queda inscripto en una tradición ya legitimada y que automáticamente lo legitima a él: no sólo escribe con el mismo estilo sino que es criticado por la misma tradición crítica y del mismo modo que ellos. A través del exemplum, entonces, ilustra y establece la autoridad de su trabajo. (archivo 90) E1 punto de vista del contenido X (“Catulo, Marso, etc. gozan del gusto del auditorio”) E2 responsable del comentario sobre lo dicho, que presenta E1 como compartido por todos Glosa: X, como bien sabemos, L se identifica con E1 y E2 (la ocurrencia de sin lugar a duda contribuye a la construcción de una puesta en escena enunciativa en la que no solo el locutor, sino también el retor y el co-enunciador quedan identificados con E1) Desdoblamiento enunciativo convergente→ doble refuerzo asertivo de E1 [= E2(E1)] Análogamente, en las estructuras concesivas como (6), el comentario introducido por sin lugar a dudas caracteriza el segmento X como la expresión de un punto de vista que el locutor no solo acepta como una objeción posible que concede (como en (3) y (4)), sino que constituye un punto de vista con el que acuerda plenamente, aunque no sea éste el que finalmente adoptará en la continuidad del discurso. Las glosas “X, y en esto estamos de acuerdo” o “X, es cierto, es como usted dice” ponen de manifiesto así la búsqueda por la puesta en común enunciativa entre el locutor y su co-enunciador. De este modo, al mismo tiempo que atenúa la amenaza a la imagen del otro a través del reconocimiento del punto de vista de la objeción que le atribuye, el locutor refuerza su propia imagen (ethos) al mostrarse como alguien abierto y generoso, capaz de tomar en consideración e incluso de aceptar puntos de vista que no son los propios. 6. Nuestra investigación ha confirmado la hipótesis inicial acerca de la presencia de las perspectivas neoretórica y pragmadialéctica y el predominio de la primera; no se ha confirmado la presencia de la perspectiva lógica. Sin lugar a dudas, en el contexto estudiantil, en el que no sólo se trata de aprender a resolver conflictos, sino también de saber defenderse de tanta propaganda y publicidad que pretende persuadir a los estudiantes, la línea retórica juega un papel de capital importancia para aprender a detectar los mecanismos de la persuasión. Sin embargo, vistos el carácter integrador del modelo pragmadialéctico, sus posibilidades de aplicación real y su firme base epistemológica, nos inclinamos a pensar que éste puede ser un aporte interesante a la propuesta pedagógica de la Reforma en torno a la argumentación. (archivo 22) E1 punto de vista del contenido X (“en el contexto estudiantil, la línea retórica juega un papel de capital importancia”) E2 responsable del comentario sobre lo dicho, que evoca el punto de vista de la objeción del co-enunciador, punto de vista con el que el locutor acuerda. Glosa: X, es cierto, es como usted dice, (pero Y) L se identifica con E2 y acuerda con E1 (la ocurrencia de sin duda contribuye a la construcción de una puesta en escena enunciativa en la que el locutor da su acuerdo a E1, punto de vista con el que el coenunciador queda identificado) Desdoblamiento enunciativo divergente→ doble refuerzo del reconocimiento de la objeción (E2) y acuerdo con E1 En cuanto a los comentarios reflexivos introducidos por en principio y que hacen emerger la heterogeneidad en este primer campo, puede considerarse a modo de ejemplo (7): 7. Dentro de las paremias, resulta difícil establecer distinciones. Pero aunque las fronteras que se establecen siempre son un poco difusas, en principio, podemos distinguir al proverbio del dicho por ser el primero más connotativo y metafórico. Así, por ejemplo, “más vale pájaro en mano que 100 volando” no se refiere en absoluto a los pájaros, mientras que un dicho como “el perro es el mejor amigo del hombre”, es más denotativo, alude efectivamente a la relación entre el perro y el hombre. (archivo 9) Como puede constatarse, el comentario introducido por en principio marca, en efecto, la provisionalidad epistémica del locutor respecto del punto de vista presentado (X). Pero al mismo tiempo, también señala un pedido de adhesión al co-enunciador para que acepte (al menos, momentáneamente, tal como lo sugiere el valor temporal base de la locución) la propuesta de distinción entre proverbio y dicho que el autor desarrollará en lo que sigue. Nuevamente, el comentario reflexivo instaura una dinámica discursiva de desdoblamiento enunciativo divergente que complejiza la interpretación del enunciado y que podría representarse como sigue: E1 punto de vista del contenido X (“podemos distinguir el proverbio del dicho”) E2 responsable del comentario sobre lo dicho, al que marca con el carácter de provisional y que busca la adhesión del coenunciador a esa representación Glosa: X, acéptelo por el momento aunque no sea definitivo, L pone en escena E1 y se identifica con E2 (la ocurrencia de en principio contribuye a la construcción de una puesta en escena enunciativa en la que el locutor muestra su actitud de reparo o precaución epistemológica frente a E1 y en la que el co-enunciador es convocado a adoptar la misma actitud) Desdoblamiento enunciativo divergente→ aserción mitigada de E1 2.2. SIN DUDA Y EN PRINCIPIO Y LA NO COINCIDENCIA DEL DISCURSO CONSIGO MISMO En el campo de esta no coincidencia, lo que estas formas opacificantes del comentario sobre lo dicho representan es la relación de un interior con un exterior discursivo que le asegura su unidad y su identidad. En otras palabras, el discurso construye una imagen de él mismo y una identidad diferenciada al especificar reflexivamente los otros discursos y las relaciones que lo ligan a ellos: acuerdo, apoyo, énfasis, divergencia, conflicto. En el caso de los comentarios reflexivos introducidos por sin duda, el autor puede hacer resonar en el propio, el discurso de otro(s) en el que busca apoyo y a partir del cual pretende basar su argumentación (cf. (8)), o a la inversa, evocar un discurso para luego distanciarse de él o para mostrar sus falencias con el fin de avanzar en la construcción del saber disciplinar (cf. (9)). Las glosas “X, como sostiene…”, “X, y aquí retomo lo dicho por…”, “X, como se afirma en la bibliografía” evocan la presencia extraña en el discurso de discursos pertenecientes a otros, y al hacerlo ponen en evidencia la interdiscursividad mostrada. 8. Reconociéndose cristiana la gran mayoría de la población actual de nuestro país y siendo cristiana la raíz y la savia de su cultura histórica –al punto que la nación misma se haría irreconocible sin ella– sin duda debe considerarse prioritariamente a la doctrina cristiana entre aquellos valores esenciales de la tradición chilena que la Constitución Política de la República nos manda a preservar. (archivo 101) E1 punto de vista del contenido X (“debe considerarse la doctrina cristiana entre los valores esenciales”) E2 responsable del comentario sobre lo dicho, que señala el acuerdo del locutor con el punto de vista E1, punto de vista que, según obliga a reconocer E2, ha sido sostenido en otro discurso (aquí, la Constitución Política de la República) Glosa: X, y aquí retomo lo que se afirma en la Constitución Política de la República, L se identifica con E1 y E2 (la ocurrencia de sin duda contribuye a la construcción de una puesta en escena enunciativa en la que el locutor marca su acuerdo con otro discurso, en el que busca apoyo, al identificarse con E1) Desdoblamiento enunciativo convergente→ refuerzo asertivo de E1 [= E2(E1)] 9. Como sostiene Hill, desde el punto de vista aristotélico “toda retórica, para ser completa, necesita tener en cuenta premisas de la ética y de la política, es decir, premisas que comprometan al hombre en la elección moral” (Hill, 1989: 43). Entra en juego aquí el concepto aristotélico de proaíresis –también traducible por “elección racional”–, esencial en los tratados éticos, que dan a la Retórica su teoría de la motivación. Sin duda, el tratamiento de las emociones ofrecido en la Retórica es relevante no sólo para la retórica filosófica que se reclamaba desde la Academia platónica, sino también para la teoría ética y la filosofía de la mente. Sin embargo, los retóricos tradicionales posteriores (desde Cicerón y Quintiliano en adelante) llamativamente no siguieron a Aristóteles en su doctrina de las pruebas psicológicas, desatendiendo una de sus mayores contribuciones. La respuesta a esta infidelidad tal vez esté dada por el hecho de que Aristóteles no escribió un manual de retórica, sino una retórica filosófica. (archivo 81) E1 punto de vista del contenido X (“el tratamiento de las emociones es relevante para la retórica filosófica, la ética y la filosofía de la mente”) E2 responsable del comentario sobre lo dicho, que marca el reconocimiento por parte del locutor del punto de vista E1, punto de vista que, según obliga a reconocer E2, ha sido sostenido en otro discurso (aquí, el discurso de Hill) Glosa: X, como afirma Hill, (pero Y) L se identifica con E2 y concede E1 (la ocurrencia de sin duda contribuye a la construcción de una puesta en escena enunciativa en la que el locutor marca su distancia, concediéndolo, respecto de otro discurso, E1) Desdoblamiento enunciativo divergente→ refuerzo del reconocimiento del discurso ajeno (E2) y concesión de E1 También en el caso de los enunciados modalizados con en principio, los comentarios pueden vincularse con otros discursos previos. Así, por ejemplo, en (10), donde se reproduce en estilo indirecto el discurso de otro autor (Hellegouarc’h), en principio no caracteriza la propia representación del locutor como provisional (como ocurría en (7)), sino que comenta como poco fiable e incluso como inexacto lo dicho o estipulado en un tercer discurso, el de las leyes Licinianas. De allí, que el punto de vista con el que el locutor (al igual que el autor citado) se identifica en la continuidad del discurso sea contrario a lo afirmado por ellas: frente al “permitían el acceso a todos los ciudadanos”, se introduce el argumento prueba de la inexactitud de ese discurso ajeno (cf. la presencia del reformulador no parafrástico de hecho), “permitían el acceso solo a los equites”. 10. Por otro lado, J. Hellegouarc’h afirma que era indispensable ser rico, no solamente para tener éxito, sino también para comenzar una carrera política y, por otro lado, que las leyes Licinianas, que permitían en principio el acceso al consulado a todos los ciudadanos romanos, no se lo abrían de hecho más que a los equites, es decir, a los ciudadanos capaces de hacer frente a los gastos considerables que conllevaba necesariamente su status social y político. (archivo 91) L cita L0 E1 punto de vista del contenido X (“Las leyes permitían el acceso a todos los ciudadanos”) E2 responsable del comentario sobre lo dicho, que marca la distancia por parte del locutor respecto del punto de vista E 1, punto de vista que, según obliga a reconocer E2, ha sido sostenido en otro discurso (el de las leyes Licinianas) Glosa: X, según decían inexactamente las leyes licinianas, L (y L0) se identifican con E2 y se distancian de E1 (la ocurrencia de en principio contribuye a la construcción de una puesta en escena enunciativa en la que L y L0 marcan su distancia respecto de otro discurso, el evocado en E1, que aparece como falso o inadecuado) Desdoblamiento enunciativo divergente→ aserción distanciada de E1 De modo análogo, en (11), el modalizador comenta la representación evocada en otro discurso, el del análisis polifónico de la enunciación de Ducrot, al que cita en nota, calificándolo como provisional o dudoso al menos en lo que respecta la situación particular de la que se habla, y al hacerlo colabora en la construcción de la actitud de reparo y de precaución del locutor frente a ella: 11. Esto se podría deber a que el desacuerdo (identificación negativa) responde refutativamente, en este tipo de secuencia dialógica, a la interpretación que hace el entrevistado de supuestas afirmaciones presentes en las intervenciones del entrevistador. En este sentido, los ejemplos muestran la característica, en principio, polifónica1 de las intervenciones reactivas de identificación negativa. (archivo 55) Cf. Ducrot: 1984 E1 punto de vista del contenido X (“los ejemplos muestran la característica polifónica de las intervenciones reactivas”) E2 responsable del comentario sobre lo dicho, que marca la precaución por parte del locutor respecto del punto de vista E1, punto de vista que, según obliga a reconocer E2, ha sido sostenido en otro discurso (el de la teoría de la polifonía) Glosa: X, según diría Ducrot, L pone en escena E1 y se identifica con E2 (la ocurrencia de en principio contribuye a la construcción de una puesta en escena enunciativa en la que el locutor muestra su actitud de reparo o precaución epistemológica frente a E1) Desdoblamiento enunciativo divergente→ aserción mitigada de E1 Como puede constatarse, los ejemplos (10) y (11) ejemplifican, respectivamente, los dos valores epistémicos de “distanciamiento” y de “provisionalidad” que Montolío (2003) propone para en principio. 2.3. SIN DUDA Y EN PRINCIPIO Y LA NO COINCIDENCIA ENTRE LO DICHO Y LAS COSAS O ENTRE LA REPRESENTACIÓN CONSTRUIDA Y EL MUNDO REPRESENTADO Representado por glosas del tipo “X, a falta de otra representación más adecuada”, “X, esta es la representación que conviene”, o “X, y esta representación parece justa”, en las que se indica que lo dicho (no) se corresponde exactamente con la realidad a la que refiere, este último tipo de comentarios meta-discursivos alude a las búsquedas, fracasos y logros en la producción de la “representación justa”. Así, en los fragmentos que siguen, el locutor se desdobla en comentador tanto para afirmar una adhesión a una precisión propuesta por él mismo para describir aquello de lo que habla (cf. (12)), como para indicar una reserva respecto del carácter adecuado o definitivo de la caracterización que propone (cf. (13)). 12. En estos tres ejemplos de entimema, que apuntan a la decisión que se puede suscitar en un auditor o espectador, se aprecia que sin duda es posible proponer los silogismos involucrados en tales argumentos. (archivo 83). E1 punto de vista del contenido X (“es posible proponer los silogismos involucrados en tales argumentos”) E2 responsable del comentario sobre la representación X para referir a la realidad Glosa: X, y X es la representación que conviene para la realidad a la que se refiere, L se identifica con E1 y E2 (la ocurrencia de sin duda contribuye a la construcción de una puesta en escena enunciativa en la que el locutor muestra su actitud de adhesión a la representación evocada en E1) Desdoblamiento enunciativo convergente→ refuerzo asertivo de E1 [= E2(E1)] 13. El castellano marca la referencia a la fuente de información de lo dicho –y el acceso que los participantes tienen a esa fuente– no sólo mediante estrategias léxicas (“según dicen”, “aparentemente”, “por lo visto”) sino también por medio de estrategias gramaticales. La composición de la categoría evidencial en castellano parece por otro lado adaptarse perfectamente a la estructura propuesta en otros trabajos para otras lenguas no relacionadas –en especial Wilett (1988) y Plungian (2001)–, dado que en principio pareciera distinguir entre evidencia directa (posibilidad de elevación de sujeto) versus evidencia indirecta (imposibilidad de elevación), y dentro de la evidencia directa, entre sensorial (construcción elevada con infinitivo) y endofórica (construcción elevada con gerundio). (archivo 62) E1 punto de vista del contenido X (“el castellano parece distinguir entre evidencia directa vs. evidencia indirecta”) E2 responsable del comentario sobre la representación X para referir a la realidad Glosa: X, y X parece convenir a la realidad a la que se refiere, L pone en escena E1 y se identifica con E2 (la ocurrencia de en principio contribuye a la construcción de una puesta en escena enunciativa en la que el locutor muestra su actitud de reparo o precaución epistemológica frente a la representación de E1) Desdoblamiento enunciativo divergente→ aserción mitigada de E1 En uno y otro caso, los comentarios introducidos en este campo por sin duda y en principio ponen de manifiesto una vez más la presencia de un sujeto desdoblado que a la vez que representa mediante el lenguaje un cierto estado de cosas comenta reflexivamente lo que dice. Y en ese comentario emerge la heterogeneidad constitutiva, en este caso, la no coincidencia entre lo dicho, es decir, la representación subjetiva construida en el discurso acerca de lo que se habla, y la cosa o el mundo que se busca representar. Conclusiones En este trabajo, he abordado el estudio de las dinámicas discursivas instauradas por sin duda y en principio, habitualmente caracterizados como marcadores de la modalidad epistémica (de refuerzo y de debilitamiento, respectivamente). He intentado así poner de manifiesto que los comentarios sobre lo dicho, que cada uno de ellos introduce, muestran la presencia de un sujeto desdoblado que, al mismo tiempo que enuncia, comenta de manera reflexiva y opacificante lo que dice y al hacerlo, queda señalada en el discurso la emergencia de la heterogeneidad que, como afirma Authier, es constitutiva de todo discurso. En algunos casos, la dinámica de desdoblamiento introducida por los marcadores es, además de doble, convergente. Es lo que se constata en algunos de los comentarios introducidos por sin duda, en los que la representación construida X se ve reforzada por el comentario [E 2(E1)]. En otros, en cambio, el desdoblamiento es divergente, ya sea porque no hay refuerzo asertivo de X pero sí refuerzo del reconocimiento del punto de vista evocado en X, que se concede o que solo se presenta para comentarlo, en el caso de los comentarios con sin duda que se inscriben en el marco de secuencias concesivas; ya sea porque se trata de una aserción mitigada o de una aserción distanciada de X, en el caso de los comentarios con en principio. Sea como sea, en todas las configuraciones, los comentarios reflexivos introducidos por estos modalizadores no se relacionan con el refuerzo o atenuación del valor de verdad de la aserción en la que aparecen. Tal como intenté mostrarlo aquí, ellos aluden a la no coincidencia en distintos campos y al hacerlo ponen en evidencia la actitud de alerta y de control del sujeto académico que, en la alteridad constitutiva, busca dominar su discurso. NOTAS 1 Este artículo forma parte de la investigación que desarrollo en el CONICET y del proyecto UBACyT F 020 que dirijo (Programación Científica 2008-2010). Constituye una versión ampliada de la comunicación presentada en el XVI Congreso Internacional de la ALFAL, Alcalá de Henares, 6 al 9 de junio de 2011, y titulada “Sin duda y en principio en el discurso científico-académico: refuerzo y precaución epistémica en la construcción del sentido”. 2 El total de palabras considerado es de 450 352 y las ocurrencias de los marcadores, objeto de este estudio, se eleva a 20 en el caso de sin duda y a 22 en el de en principio. 3 Esta caracterización de sin duda como no polifónico resulta, a mi entender, inadecuada. Como intentaré mostrar a continuación, la configuración enunciativa instaurada por el marcador implica siempre un desdoblamiento enunciativo del locutor frente a los puntos de vista (E1 y E2) que la enunciación del marcador obliga a reconstruir 4 Authier-Revuz (1995) considera la modalización autonímica como la emergencia en la superficie del discurso de una heterogeneidad (o “no coincidencia”) que, por otro lado, le es constitutiva. Según la autora, dicha no coincidencia puede ser repartida en cuatro campos, de acuerdo con el tipo de heterogeneidad que las glosas de modalización autonímica pongan en juego: a) no coincidencia interlocutiva entre los co-enunciadores (representada en glosas del tipo “X, como usted diría”, “digamos X”, “X, si a usted le parece”); b) no coincidencia del discurso consigo mismo (manifestada en comentarios del tipo “X, como dice…”, “X, como se decía en esa época”, “X, para retomar las palabras de…”); c) no coincidencia entre las palabras y las cosas (evidenciada entre otras en glosas del tipo “X, este es el término que corresponde”, “X, y X no es una palabra demasiado fuerte”); y d) no coincidencia de las palabras consigo mismas (los comentarios que ponen en evidencia este tipo de heterogeneidad, i.e. que las palabras se ven afectadas por otros sentidos u otras palabras, son del tipo “X, en todos los sentidos de la palabra”, “X, en el sentido estricto del término”). 5 Según afirma Montolío, “considerando el significado léxico de sus componentes, resulta esperable que este sintagma preposicional exprese un valor de temporalidad: específicamente, marca el momento inicial (principio) de una acción, estado, decisión, etc.” (2003: 48). 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Prácticas discursivas y enunciación académica, Buenos Aires, Ed. del Calderón, 2011; Escribir en español, Buenos Aires, Santiago Arcos, 2010; Gradualité et Réinterprétation, París, L’Harmattan, 2003; La enunciación en la lengua, Madrid, Gredos, 2001) y numerosos artículos en revistas especializadas nacionales y extranjeras. Correos electrónicos: [email protected]; [email protected] La configuración discursiva de efectos incitativos en rumores económicos MANUEL LIBENSON CONICET Universidad de Buenos Aires RESUMEN. Este trabajo examina aquellas propiedades significantes que caracterizan al rumor bursátil como una discursividad incitativa orientada a desencadenar operaciones económicas entre los participantes del mercado. Partiendo del cliché de la comunidad financiera “comprar con el rumor y vender con la noticia”, se indagan relaciones entre la “causalidad significante” (Boutaud y Verón, 2007) del rumor y la construcción social de la apuesta bursátil. La hipótesis central del planteo supone que el potencial incitativo (PI) de un rumor bursátil no depende de las azarosas reacciones psicológicas de los receptores en una instancia de reconocimiento, sino que se encuentra convencionalizado en las reglas que configuran diferentes dispositivos enunciativos sobre la circulación de enunciados-rumor. Los indicios que evidencian relación con la presencia gradual de PI en el rumor bursátil son: el grado de sincronización deíctica entre las instancias de producción y reconocimiento, y las modalidades de contacto implicadas según la fase de circulación del enunciadorumor. PALABRAS CLAVE: rumor, dispositivo, potencial incitativo, efectos, incerteza. RESUMO. Este trabalho examina as propriedades significantes que caracterizam o rumor bursátil como discursividade incitativa orientada a desencadear operações econômicas entre os participantes do mercado. A partir do cliché da comunidade financeira internacional “comprar com o rumor e vender com a notícia”, esta pesquisa investiga as relações entre a “causalidade significante” (Boutaud e Verón, 2007) do rumor e a construção social da aposta no mercado. A hipótese central do trabalho é de que o potencial incitativo (PI) de um rumor bursátil não depende das reações psicológicas dos receptores numa instância de reconhecimento, mais ele encontra-se convencionada nas regras que configuram diferentes dispositivos enunciativos sobre a circulação dos enunciados-rumor. Os indícios que evidençiam relação com a presença gradual do PI no rumor bursátil são: o grau de sincronização deíctica entre as instâncias de produção e reconhecimento, e as modalidades de contato implicadas segundo a fase de circulação do enunciado-rumor. PALAVRAS CHAVES: rumor, dispositivo, potencial incitativo, efeitos, incerteza. ABSTRACT. This paper examines specific discursive properties that define the stockmarket rumor as a type of discourse that activates incitement, which is a constitutive mechanism of economic exchanges between market agents. Based on the renowned cliché within the international financial community, “buy on rumor and sell on the news”, this research explores relationships between “significant causality” (Boutaud and Veron, 2007) of rumor production, and the social construction of the bet in the stock-market. The main hypothesis of this work is that the incitement potencial (IP) of a market-rumor, instead of relying on random receptor psychological reactions, is conventionalized in the rules that make up the different discursive devices on the circulation of rumor-utterances. The evidence related to the presence or absence of IP in stock-market rumor-utterances are: the degree of deictic synchronization between production and recognition instances, and the social-contact modalities involved in the temporal phase of rumor-utterance circulation. KEY WORDS: rumor, device, incitement potential, effects, uncertainty. Introducción Hasta el momento, no se conocen trabajos que desde el análisis del discurso se hayan preocupado por la sistematización de dinámicas enunciativas intervinientes en procesos de producción y circulación de rumores en el ámbito de los intercambios económico-bursátiles. En otras palabras, no se cuenta con ningún antecedente de investigación específicamente destinado a interpretar los modos en los que la operatoria discursiva del rumor es funcional a la producción de diferencia económica. Desde un punto de vista semántico, la íntima relación entre rumor y apuesta económica se encuentra convencionalizada en las argumentaciones que vehiculiza el acreditado cliché de la doxa financiera internacional “comprar con el rumor y vender con la noticia”. Si bien existe bibliografía1 abocada a mostrar el impacto de los rumores sobre el precio de los activos de capital, estos estudios no analizan dinámicas enunciativas ni propiedades significantes del rumor como hecho discursivo2. En aquellos casos, el rumor es considerado como una “señal” cerrada e indivisa capaz de provocar reacciones de diverso tipo entre los actores del mercado. Dicho esto, aún sigue siendo una incógnita la descripción pragmática de las reglas de empleo que debe satisfacer un enunciado-rumor para estar en condiciones de ser considerado por los participantes de la práctica bursátil como un rumor-vivo, es decir, un enunciado-rumor susceptible de activar un campo de potenciales efectos incitativos en una instancia de reconocimiento3 (incitación a la apuesta mediante la compra o venta de activos, o bien, la decisión de no hacer nada por medio del rechazo a la incitación). El interés por los procesos de producción de sentido en el ámbito de los mercados responde, entre otras razones, a una crisis de los modelos económicos clásicos basados en la racionalidad de los agentes y en la eficiencia autorregulada de los mercados financieros (Mandelbrot y Hudson, 2006). Ante el fracaso de las previsiones matemáticas adjudicadas a las deficiencias analíticas de los modelos financieros desarrollados en Harvard4 desde la década del 30 en adelante, se presenta como desafío fundamental la incorporación de enfoques destinados al estudio de procesos discursivos intervinientes en la producción de tendencias de opinión en los mercados. La lógica de la opinión, según lo ha señalado con mucha precisión Orlean desde una perspectiva Keynesiana5, es el factor determinante en la conformación de los precios en el mercado bursátil (Orlean, 1999). El precio, según este autor, no puede ser explicado como el producto de una evaluación económica objetiva, sino como el resultado de una lógica autorreferencial especulativa mediada por la opinión. Esta lógica autorreferencial se manifiesta bajo la forma de una cierta configuración discursiva. Los participantes del mercado negocian, polemizan y anticipan el precio de los activos mediante intercambios de palabra que se materializan en una multiplicidad de dispositivos discursivos (cara a cara o mediados). Es en estos espacios de intercambio de discursos donde los participantes del mercado crean acuerdos, polémicas e hipótesis sobre cómo debería operarse o qué sería mejor hacer en cierta situación. Siguiendo este planteo, lejos de pensar que todo rumor produce el mismo tipo de efecto en las Bolsas o que cualquier rumor están en condiciones de hacerlo, este artículo buscar poner en evidencia que el potencial incitativo (PI) o perlocucionario (y no el tipo particular de efecto perlocucionario6) del enunciado-rumor depende de la reflexividad del enunciado sobre dispositivos discursivos específicos y diferenciables. Para mostrar estas diferencias, se han analizado operaciones de pasaje entre idénticas ilocuciones-rumor localizadas en dos dispositivos, cada uno correspondiente a una fase temporal diferente: alertas vs. archivos digitales en secciones de Internet (cfr. la descripción del corpus en sección 3). La comparación diferencial entre ambos dispositivos ha permitido identificar variaciones de sentido en la producción de rumores escritos, fundamentalmente en el orden de la deixis. Mediante el análisis de estos desplazamientos se conceptualizan posteriormente las diferencias entre rumores-vivos, rumores-agónicos y rumoresmuertos. Las trayectorias semióticas activadas por cada dispositivo en su gramática de producción7 (Traversa, 2001; 2009) han demostrado no ser ajenas a la configuración de campos diferenciables de efectos en una potencial instancia de reconocimiento. 1. Dispositivo, rumor y semiosis: consideraciones sobre la problemática de los efectos de sentido La noción de dispositivo, tal como ha sido desarrollada en el marco de la teoría de los discursos sociales (Verón, 1998; 2004; Traversa, 2001; 2009), se inscribe dentro de un modelo de análisis discursivo cuya tesis fundamental postula que cualquier efecto de sentido es producto de una asimetría constitutiva entre las instancias discursivas de producción y reconocimiento. Como se recordará, para esta teoría, el sentido no se encuentra localizado de manera inmanente en los textos sino que surge como el efecto de una diferencia entre las operaciones que restringen la generación de un discurso (las llamadas “gramáticas de producción”) y las operaciones que activan un número limitado de lecturas posibles (“gramáticas de reconocimiento”) (Verón, 1998). Desde esta perspectiva, todo análisis de discursos implica cierto dispositivo, que no es ni más ni menos que un fragmento de tejido semiótico “arrancado” al flujo de la producción social del sentido (Verón, 2004: 57). El concepto de “dispositivo” se presenta como fundamental por dos razones: este permite al analista articular las propiedades materiales de los fenómenos de sentido y las determinaciones vinculares que se desprenden de la configuración específica de esas propiedades. A los fines analíticos, la postulación de un desfasaje entre producción y reconocimiento cuyo punto de articulación es conceptualizable por medio de un dispositivo específico, permite observar que las variaciones de lectura de un discurso no son azarosas sino que dependen de un anclaje en las cualidades materiales que presentan los procesos comunicacionales puestos en obra (Traversa, 2001). En efecto, esta es quizás la diferencia fundamental con la perspectiva pragmática clásica sobre los efectos perlocucionarios del lenguaje. Como se recordará, Searle descarta de la pragmática el estudio de los efectos perlocucionarios en virtud de su carácter no convencional (Searle, 1975). Para el pragmático clásico, los efectos perlocucionarios son equivalentes a cualquier tipo de consecuencia, buscada o no, que una emisión lingüística pueda producir en la audiencia, independientemente de las propiedades materiales del discurso y de las modalidades de circulación social de las emisiones examinadas. Para la teoría de los discursos sociales, en cambio, si bien existe una indeterminación constitutiva de los tipos de efectos provocados en una instancia de reconocimiento, la naturaleza de estos efectos es efectivamente dependiente de las propiedades significantes del discurso y de las convenciones que rigen, según el tipo de discurso en cuestión, la modalidad de acceso social a un campo desplegado de resultados repetibles (Verón, 1998; Traversa 2001). Para conceptualizar el alcance taxonómico de la noción de “dispositivo”, Traversa pone el foco en el carácter vincular que surge del modo particular en que se combinan dos componentes básicos de todo episodio enunciativo: las técnicas que le adjudican un valor significante y aquellas otras que hacen posible la circulación discursiva. A las primeras las llama técnicas constructivas y a las segundas las denomina técnicas sociales. De la combinación de ambas emergen una variedad de situaciones vinculares repetibles, producto de las diferentes modalidades de contacto que suponen las reglas que operan en uno y otro caso (Traversa, 2001). Mientras que las técnicas constructivas se refieren a las facultades del cuerpo puestas en juego para la producción y/o reconocimiento de un enunciado (gestuario, kinésica, actividad verbal), las segundas son aquellas que hacen a la constitución de un vínculo social específico (cine, radio, afiches, teléfono, I-Pod, TV, aula, etc.). En tanto que cada dispositivo ingurgita las reglas operantes en ambos tipos de técnica de manera específica y diferenciable, la situaciones vinculares que de allí se derivan suponen una serie de condicionamientos cognitivos, corporales, atencionales y nemónicos propios de cada tipo de enunciación (Traversa, 2001). A estas variaciones específicas, el autor las denomina “inflexiones de sentido”. Por otro lado, al hacer suya la problemática de la materialidad discursiva, la noción de dispositivo permite conceptualizar hipótesis sobre el sentido comunicado en el marco de un modelo que no requiere de las figuras de hablante y oyente, y mucho menos un juicio sobre la intencionalidad discursiva de estas figuras. En todo caso, lejos de reducir la producción social de discursos a un modelo antropomórfico de la enunciación, el concepto de “dispositivo” pone el foco en una cierta configuración compleja encargada de su agenciamiento. A modo ilustrativo, Traversa ejemplifica la noción recurriendo al ejemplo de un cartel cuyo texto escrito dice “Prohibido pasar”. A propósito de este ejemplo, Traversa señala que no es lo mismo encontrar este enunciado en la cercanía a una puerta que verlo, por ejemplo, como objeto de exhibición en una muestra de arte. En ambos casos, la sustancia lingüística vehiculizada en el enunciado es la misma; sin embargo, la posición de lectura del co-enunciador es diferente y, por lo tanto, también los efectos de sentido del enunciado. Mientras que en el primer caso, el letrero opera como una intimación directa hacia el coenunciador; en el segundo caso, el efecto injuntivo sobre aquel se anula y es reemplazado por otro campo de efectos, por ejemplo, el de las valoraciones sobre la composición gráfica del cartel (Traversa, 2009). Este ejemplo muestra cómo el enunciado reflexiona de un modo diferente sobre su enunciación según la modalidad de contacto social implicada en la circulación del enunciado. Esta perspectiva sobre el dispositivo incorpora, entonces, la dimensión temporal de la semiosis, es decir, las operaciones de pasaje y transformación que sufren las materias sensibles que componen un determinado enunciado al quedar ubicadas en escalas de tiempo diferenciables dentro del proceso ternario de circulación discursiva (Traversa, 2001). En el caso específico del rumor bursátil, los desplazamientos temporales que introducen los dispositivos digitales han sido centrales en el análisis dado que permitieron caracterizar la dependencia entre la incerteza enunciativa del rumor, el instante de aparición del discurso y su PI en el juego bursátil. 2. Materiales examinados y metodología de análisis En cuanto a la constitución del corpus, se han observado rumores en dos dispositivos diferentes que emplean como soporte la escritura electrónica y conectan la interfase producción-reconocimiento por medio de una pantalla. Al primer dispositivo lo denominamos rumores-alerta y al segundo dispositivo rumores-archivo. Tanto las alertas como los archivos de rumor son servicios ofrecidos por sitios de Internet específicamente dedicados a la comunidad bursátil. Los sitios web examinados han sido megabolsa.com, bolsarumores.com, stockrumors.com, bolsamania.com, rava.com.ar, wallstreet- inversiones.com y pennyrumors.net. Los rumores se presentan en ambos dispositivos como emisiones breves e intermitentes. La brevedad se manifiesta en la extensión escritural de los enunciados que en ningún caso supera las cincuenta palabras. La intermitencia caracteriza el modo particular en que se manifiestan las enunciaciones, una tras otra en un devenir sucesivo y en permanente actualización. Los servicios de alerta se ofrecen por suscripción web y habilitan al usuario para recibir el rumor en una variedad de soportes (e-mail, Twitter, SMS). Las alertas son un tipo de servicio cuya particularidad es la de poner en contacto al usuario con el rumor en el mismo momento en que aparece el rumor. Estas alertas se caracterizan por exhibir rumores actualizados en sincronía, minuto a minuto, hora tras hora, día tras día. Los archivos de rumor, en cambio, presentan a los mismos enunciadosrumor en una fase posterior de circulación discursiva. Se trata de directorios gratuitos ubicados en sitios web que organizan por fecha y hora la aparición de rumores (ex-alertas) en secciones específicas denominadas con metatextos del tipo “la central del rumor” o “últimos rumores”. Estos directorios se definen por una operación de conservación de rumores dentro de un lapso aproximado de tres meses. El dispositivo rumores-archivo tiene la particularidad de actualizarse con los últimos rumores en aparecer, al mismo tiempo que elimina los más viejos. A diferencia del dispositivo de alerta, los archivos de rumor operan en diacronía, es decir, ofrecen un historial de rumores listados por fecha según un orden cronológico sucesivo. Tanto las alertas como los archivos analizados son dispositivos digitales destinados exclusivamente a la producción y circulación de rumores bursátiles. Esto significa que los rumores examinados aquí se ofrecen a los destinatarios explícitamente como rumores. De esta manera, los rumores se diferencian de otro tipo de informaciones disponibles como pueden ser las secciones de “noticias”, “mensajes”, “anuncios” o “análisis financieros”. Con respecto a la extensión del corpus, se seleccionaron mediante un corte sincrónico doscientos rumores-alerta en español e inglés que circularon durante el último trimestre de 2009 y el primer trimestre de 2010, casi un año después del primer embate de la crisis financiera internacional (fines de 2008) y previamente a la crisis del Euro. En cualquier caso, las ilocuciones-rumor examinadas son exactamente las mismas tanto en la fase de alerta como en la de archivo. Como será comentado en la sección 3, lo que hará variar la descripción pragmática de estos enunciados es el modo en que el dispositivo asocia o disocia de los enunciados-rumor una cierta PI. En cuanto a las restricciones temáticas del corpus, todos los rumores seleccionados se caracterizan por presentar una variedad regular de tópicos recurrentes: fusiones, adquisiciones, lanzamientos, despidos, quiebras, inversiones y acuerdos. Si bien en el ámbito bursátil circulan otro tipo de rumores que también tienen un fuerte impacto sobre los movimientos accionarios (por ejemplo, los rumores políticos), para el caso de esta investigación, se han incluido rumores exclusivamente “económicos”8. La caracterización de un rumor como “económico” responde a un criterio netamente tópico, es decir, rumores que tematizan operaciones de intercambio de mercancías de algún tipo. El método empleado para el análisis del corpus es empírico, inductivo y cualitativo. Este combina herramientas del análisis de los discursos sociales (Verón, 1998; Traversa, 2001) y del análisis pragmático integrado (Ducrot, 1987, 1988, 1990). La elección de un abordaje cualitativo no ha sido arbitraria sino que responde a los objetivos diseñados para conducir la investigación. No debe perderse de vista que la finalidad última de este trabajo no es demostrar sesgos de ningún tipo sino identificar desfasajes entre instancias de circulación discursiva para postular campos de efectos diferenciables según el dispositivo de rumor implicado. Atendiendo a los procedimientos de análisis, si bien el enfoque pragmático integrado como el sociosemiótico tienen alcances explicativos diferentes, ambos comparten un mismo punto de partida que los hace metodológicamente compatibles; a saber: el análisis de las condiciones de producción de un discurso a partir de huellas presentes en la superficie textual de enunciados efectivamente producidos. En ambas aproximaciones teóricas, la reconstrucción de una escena de enunciación se produce a partir de las indicaciones/instrucciones contenidas en los enunciados y no mediante el aditamento de información exterior o contextual. Esto significa que ambas perspectivas enfocan el análisis discursivo a partir de considerar como base metodológica la sui-referencialidad9 del enunciado sobre su propia enunciación. La combinación de ambas aproximaciones teóricas ha permitido integrar diferentes niveles de descripción. Mientras que el enfoque pragmático integrado ha permitido dar cuenta de funcionamientos microdiscursivos localizables en la materialidad estrictamente lingüística del rumor, el aporte del enfoque sociosemiótico consistió en abrir el análisis de la sustancia verbal hacia los circuitos relacionales por los cuales los enunciados circulan provocando contactos y lecturas diferenciadas. 3. Vida, agonía y muerte del rumor según sus propiedades significantes Los siguientes ejemplos prototípicos de enunciados-rumor permiten ilustrar diferentes modos en los que aparece configurada su incerteza enunciativa constitutiva. Posteriormente se intentará mostrar cómo este régimen epistémico operante en la reproducción de rumores puede quedar asociado o disociado de la PI según el dispositivo. (1) [Zona caliente] Se rumorea intensamente que a través de un error en el abastecimiento, algunos envíos de chips se suspenderían durante tres meses. (megabolsa.com) (2) [Zona caliente] Los rumores, que citan fuentes de absoluta solvencia, apuntan a que el PT habría firmado un contrato que expira este mes. (megabolsa.com) (3) [Zona templada] Fuertes rumores de que el Banco Santander se querría desprender de su participación en Iberdola. (megabolsa.com) (4) [Zona caliente] Corren fuertes rumores en los mercados sobre el posible interés de la empresa francesa EDF de lanzar una OPA sobre Iberdrola. (megabolsa.com) (5) [Zona caliente] El concurso voluntario de acreedores de Martinsa Fadesa, el mayor en la historia empresarial de España, ha desatado una oleada de rumores sobre próximas empresas que pueden presentar más suspensiones de pagos en próximas fechas. (bolsamania.com) Desde una caracterización pragmática, los enunciados-rumor examinados muestran su enunciación como aserciones. Esto significa que los rumores son ilocuciones cuya fuerza convencional es la de hacer saber el rumor al otro10 (Ducrot, 1988). En estos enunciados, el centro epistémico no está colocado sobre el sujeto de la enunciación sino sobre el decir incierto de terceros (Filinich, 1999). En otras palabras, estos discursos premonitorios se ubican en el registro de la incerteza enunciativa en virtud de que comunican al destinatario, de manera más o menos mitigada o reforzada, la indeterminación de la voz que origina el rumor11. Ahora bien, lo característico de estos rumores es que presentan una doble operación de modalización epistémica. Por un lado, el locutorreproductor de estas emisiones mitiga su responsabilidad enunciativa mediante la exhibición de estrategias evidenciales citativas cuya función es asegurarle precaución epistemológica con respecto a las citas inciertas que evoca en su discurso (Reyes, 1994). Paradógicamente con respecto a este procedimiento, el locutor-reproductor suele hacer uso de reforzadores (o estrategias de refuerzo) cuya función consiste en adjudicarle mayor intensidad e inminencia a la circulación del rumor citado (i.e. fuertes rumores en 3, corren rumores en 4, oleada de rumores en 5, se rumorea intensamente en 1, se disparan rumores). Esta adjudicación de expansividad e inminencia a los rumores es totalmente coherente con la función que cumplen dentro de la práctica social examinada. No debe perderse de vista que un rumor opera como un argumento incierto cuya orientación argumentativa busca justificar conclusiones que logren incitar a la producción de apuestas para ganar en el juego (i.e. “comprar con el rumor…”). En resumidas cuentas, el locutor reproductor del rumor toma distancia con respecto al decir citado, a la vez que interviene la cita mediante lexemas (i.e. “fuertes”, “intensamente”, “oleada”) o estructuras (i.e. la relativa explicativa que modaliza la cita en 2) que refuerzan la orientación argumentativa del rumor reproducido. Ahora bien, la configuración variable de efectos a los que queda asociada la incerteza según el dispositivo, se pone de manifiesto en las variaciones deícticas del rumor según la modalidad de contacto entre el rumor y el destinatario. 3.1. VARIACIONES DEÍCTICAS DEL RUMOR SEGÚN SU MODALIDAD DE CIRCULACIÓN Los próximos ejemplos permitirán ilustrar el funcionamiento de la deixis en el dispositivo rumor-alerta: (6) [Zona templada] Se dice que antes de septiembre, el BSCH podría lanzar una OPA sobre Guipuzcoano. (bolsarumores.com) (7) Se rumorea un posible movimiento corporativo en torno a la Seda de Barcelona. (megabolsa.com) (8) En el mercado, se especula con una posible fusión entre France Telecom y Deutsche Telecom. (bolsamania.com) (9) [Zona caliente] Está corriendo por todos los hedge y las mesas, rumor muy intenso de que el BCE está a punto de bajar en cualquier momento 50 puntos básicos. (megabolsa.com) (10) [Priority: 2] Summer St ug iSiS to Buy. (stockrumors.com) El rumor, tal como se observa, conecta el instante presente de su reproducción y el futuro de los hechos que anticipa. Esto se visualiza en 6, 7 y 8 mediante el empleo de estructuras con se + verbum dicendi en tiempo presente inmediatamente seguidas de conjeturas sobre el futuro, y en 9 por medio de una estructura inacusativa en la voz activa encabezada por una perífrasis aspectual continuativa (estar+gerundio de correr) en tiempo presente, seguida de complemento locativo (i.e. por todos los hedge y las mesas) + perífrasis aspectual inminencial (i.e. estar+ a punto de+bajar). En 10, el sentido de la inminencia aparece significado no solo por la omisión de la fórmula auxiliar sino también por la máxima síntesis que logra la retórica textual del enunciado que, como puede verse, incluye abreviaturas léxicas con indicaciones deícticas temporales (i.e. ug. - urgently). En el caso de las alertas electrónicas, el rumor se deja ver como una oportunidad para la acción inmediata en tanto se conecta sincronizadamente con el presente de su enunciación. Esto implica que su efecto anticipatorio, premonitorio, depende de esta sincronización entre el tiempo de aparición de la enunciación y el tiempo del reconocimiento de la misma. Algunos de los sitios analizados explotan comercialmente este sentido de sincronización con “el instante” de manera tanto verbal como icónica a través de textos, fotografías y gráficos, tal como puede verse en los metadiscursos que aparecen en Fig.1 y Fig. 2. Fig. 1. Metatexto extraído de stockrumors.com Fig. 2. Metatexto extraído de stockrumors.com Ahora bien, dicha sincronización entre instancias, tematizada en los metadiscursos presentes en Fig.1 y Fig. 2, no es más que una ilusión en virtud del carácter escrito del significante de los rumores-alerta. A diferencia de los clásicos rumores orales que son actuales en la medida en que alguien los pronuncia, los rumores escritos requieren de índices específicos aptos para garantizar que se trata de rumores en circulación presente, actual. En el rumor escrito, el presente de las estructuras verbales no es suficiente para garantizar a la interpretación que se trata de un rumor “vivo”, es decir, un rumor cuya circulación corresponde al tiempo presente. En los dispositivos escritos, el ¨se¨ de ¨se rumorea¨, aun cuando se expresa en tiempo presente, no alcanza por sí mismo para mostrar que el rumor citado es un rumor circulando activamente en el momento presente de la lectura. Esta diferencia no es menor dado que en los rumores orales, el presente de las estructuras verbales empleadas para despersonalizar la fuente de la enunciación (i.e. los típicos “se dice” o “se rumorea”) sí es coincidente con el tiempo presente de la circulación discursiva del rumor. Por el contrario, el rumor en soportes escriturales, para poder sincronizar el tiempo de su enunciación escrita con el tiempo de su circulación discursiva, requiere y de hecho emplea, una dotación de signos adicionales capaces de indicar su vitalidad como discurso. Como puede observarse en los enunciados de alerta (1 a 10), es regular la presencia de metadiscursos “calificativos” que operan como prefacios ubicados entre corchetes inmediatamente antes de cada una las emisiones. Estos metadiscursos se encargan de establecer escalas valorativas acerca del grado de incitación que posee cada nuevo rumor a partir de criterios definidos por los sitios web, por ejemplo: [priority 1] , [priority 2], [priority 3], o bien, [zona caliente], [zona tibia], [zona fría]. Las variables que suelen ser consideradas para el establecimiento de estas calificaciones son: “confiabilidad de la fuente” (aun cuando esta permanezca siempre incierta) y “tipo de acción que ejerce el rumor en contra del tiempo”, es decir, rumor que está actuando en el “instante” de la enunciación (“rumor vivo”), rumor en estado de mera posibilidad, rumor que está perdiendo vigencia (“rumor agónico”), o rumor que ya no está actuando (“rumor muerto”). Estos metadiscursos, además de generar una escala valorativa sobre el tipo de incitación que favorecen o no los enunciados escritos para la producción de una apuesta en sincronía, funcionan simultáneamente como suplementos deícticos dado que indican el tipo de relación entre el rumor escrito y su actualidad discursiva. El desfasaje temporal constitutivo de la instancia de enunciación escrita es el que permite a los diferentes sitios jugar con la comercialización de los diferentes modos de efectuar “el delivery” (la entrega) del rumor en recepción. Esos modos mediante las cuales el rumor se conecta con el destinatario (i.e. el co-enunciador del rumor), unos más inmediatos que otros, buscan emular de una mejor o peor manera la instancia sincrónica del rumor oral. Cuanto más sincronía consiguen los dispositivos escritos de rumores-alerta más exclusivo se torna el servicio, tal como se evidencia en el sofisticado servicio de stockrumors.com. El enunciado “inteligencia en tiempo-real” (cfr. Fig. 1 “real-time intelligence”) que caracteriza metadiscursivamente el funcionamiento de las alertas, al igual que su “eco” en la discursividad bélica, hace de la sincronía uno de los privilegios centrales de los servicios de información secreta. Una clara prueba de esto son los procedimientos que hacen del rumor-alerta una mercancía a través de Internet. Así, en un sitio como stockrumors.com el usuario está obligado a pagar con su tarjeta de crédito el acceso a los rumores del momento en formato de alerta si es que los quiere intermitentemente hora tras hora en su casilla de e- mail. Si el usuario desea recibir el rumor en una multiplicidad de alternativas receptivas (i.e. SMS, instant messaging) debe abonar una suma adicional. Contrariamente, en el mismo sitio web, los rumores que tienen más de un mes son gratis y por lo tanto ya no son deseables. Eso significa que los rumores-alerta, al quedar viejos, pasan a la góndola, o a lo que hemos denominado dispositivo “rumores-archivo”. Allí, ya como rumores “muertos”, inventariados en el tiempo, donde la voz del “Se” ya no ancla en ningún presente, quedan a disposición pública como información de antecedentes pero ciertamente ya no como rumores incitativos. El indicio diferenciador de rumores vivos (alertas) y muertos (rumores-archivo) es, en este caso, el modo en que juega la mercantilización (o no) de la alerta con la sincronización (o no) del contacto. Hablar de “muerte” para calificar al rumor no supone de ninguna manera una instancia de clausura del proceso de producción de sentido, sino más bien, refiere a la muerte del PI del rumor para la acción en el juego. Esta muerte de los rumores aparece significada con fechas y horarios que acompañan como lápidas cada una de las emisiones registradas en el tiempo. Estos índices temporales que añade el dispositivo de enunciación a los enunciados de rumor, son los que producen un procedimiento de reconfiguración deíctica. En otras palabras, el alcance deíctico de todas las marcas del presente de la enunciación que explicitan los enunciados (ejemplos 6 a 10), se reconfigura por efecto de la indexación que introducen las fechas calendario no específicamente deícticas (i.e. Hearing that DELL will offer CVLT $38 per share and that CSFB will be the Banker -7:57 AM Sep 2nd). Esta reconfiguración es producto del pasaje que se produce de una interpretación deíctica sincrónica con el momento de enunciación (rumor-alerta), a una interpretación “no deíctica anafórica” 12 de las expresiones deícticas (rumores-archivo). Esta reconfiguración de la deixis introduce un orden temporal en el dispositivo de archivo que ya no se corresponde con una lógica temporal sincrónica sino con una de tipo diacrónico. Esta disposición diacrónica de los rumores caracteriza al dispositivo rumores-archivo como un espacio de detenimiento temporario de los enunciados y, por lo tanto, se constituye a sí mismo como un dispositivo de pasaje en la circulación de estos discursos. En otros términos, el espacio de enunciación que constituyen los rumores-archivo puede ser caracterizado como un “purgatorio” de rumores bursátiles. La metáfora del “purgatorio” pretende ser icónica del modo en que opera este dispositivo en diacronía dentro del proceso de circulación discursiva de rumores. Este aspecto, lejos de ser secundario, supone la propiedad distintiva fundamental de un archivo de rumores digitales frente a otros tipos de archivo también digitales (como las noticias-archivo o los anuncios pasados de empresas en formato de archivo indexado). Todo “purgatorio”, como es sabido, supone un espacio intermedio de pasaje donde las almas de los muertos deben detenerse en la instancia de redención, antes de pasar al paraíso o al infierno. En el caso de los rumores-archivo, si bien en principio, no es el “paraíso” ni el “infierno” lo que está en juego en el destino del rumor, es posible distinguir una dinámica de pasajes semejantes. Una alternativa de pasaje evidente es la potencialidad de retorno del rumor desde el dispositivo rumores-archivo nuevamente hacia el de rumores-alerta. En otras, palabras, la muerte del PI del rumor es solo relativa en la medida en que existe una mínima probabilidad de resurrección del rumor para reconvertirse nuevamente en una alerta sincronizada con el tiempo de la apuesta. Como hemos podido comprobar en el corpus, la iteratividad es una operación discursiva recurrente que caracteriza un modo particular del funcionamiento de los rumores. Muchos rumores, resurgen, vuelven, y este aspecto se encuentra lingüísticamente marcado a través de diversas fórmulas iterativas como las que aparecen a continuación: (11) Vuelven a saltar al mercado rumores de alianza entre Banco Popular y Bankinter. (megabolsa.com) (12) Vuelven los rumores de una posible OPA de SAP por Tememos. (bolsarumores.com) (13) Se comenta en los mercados que ha vuelto el rumor de una posible fusión en el sistema bancario. (megabolsa.com) (14) Los rumores en torno a los cambios no dejan de sucederse. (bolsamania.com) (15) De nuevo, rumores en el mercado sobre un profit warning de Inditex. (megabolsa.com) (16) Desde hace una semana circulan rumores de que uno de los más grandes bancos suizos tendría apetito por tragarse a una de las casas de inversiones más prestigiosas del mundo. (wallstreetinversiones.com) (17) Nuevos rumores en el culebrón Enel-Acciona. (megabolsa.com) Aquello que retorna no es solo la recurrencia de un contenido, sino el rumor en su carácter de rumor. El mecanismo de retorno del rumor, desde ya, no es inocuo respecto de su potencial incitativo. Según muestran los resultados de Schindler (2007: 58), el regreso de un rumor muerto a su fase viviente supone un rumor menos creíble entre los actores del mercado financiero. De esto se sigue que las operaciones de pasaje que caracterizan movimientos iterativos, funcionan como un mecanismo de devaluación del PI del rumor en el “mercado de opciones discursivas” (Angenot, 2010). Por el contrario a lo que sucede con la resurrección de ciertos rumores, no es habitual que los anuncios y las noticias regresen en los mismos términos en los que fueron enunciados con diferencia de días. En resumidas cuentas, si el presidente de una empresa A anuncia hoy de manera oficial a la prensa que la empresa que él dirige va a fusionarse la semana próxima con la empresa B, sería a todas vistas ridículo, o al menos extraño, que la semana siguiente al anuncio la misma u otra autoridad repita exactamente el mismo anuncio, se haya o no se haya efectuado la fusión originalmente anunciada. En los rumores, en cambio, no sucede esto. Si hoy circula un rumor sobre una fusión que no se concreta en el corto plazo, ese mismo rumor tiene probabilidades de regresar a los pocos días (o semanas) desde la fase de archivo a la fase de alerta, tal como se evidencia en el corpus. Esto se produce porque los archivos de rumores se encuentran en una fase de circulación diferente a los archivos de noticias o anuncios. Los archivos de noticias se presentan como un espacio de inscripción de informaciones comprobadas, certeras. Por lo tanto, estos espacios discursivos se orientan a dar cuenta de lo sucedido en un pasado más o menos inmediato. Los archivos de noticias son espacios que “miran” necesariamente hacia atrás. Los archivos de rumor, en cambio, al acumular enunciados incógnita (inciertos) con un valor prospectivo calculado desde el presente, exhiben una fase de circulación precedente a la de las noticias y posterior a los rumores-alerta. Esta precedencia de la fase temporal del rumor respecto de la noticia, se comprueba en una segunda operación de pasaje que propicia el dispositivo de archivo, a saber, la transformación del rumor en noticia. En función de la popularidad y la repercusión de ciertos rumores bursátiles que forman parte de los archivos, muchos de ellos cuentan con el privilegio de transformarse al día siguiente en noticia de los principales diarios. Casos como éste se han visto durante la última crisis financiera internacional de 2008. Los rumores sobre posibles rescates a Grecia o a Irlanda cuando se encontraron al límite del “default”, o los rumores sobre fusiones de bancos en quiebra como Lehman Brothers, no solo fueron rumores en estadio de rumor sino también noticia de tapa de todos los diarios13. Asimismo, es frecuente que rumores bursátiles de fusión, lanzamientos, compra-venta o de acuerdos comerciales, sean presentados en secciones de los diferentes diarios sin que por ello se revele la fuente del rumor (i.e. “charlas de quincho” en el diario Ámbito Financiero, “Qué pasa” en el Diario La Nación, “Heard on the Street” del Wall Street Journal, etc.). Según los datos de Schindler (2007), los agentes de Bolsa no operan con los rumores una vez que aparecen publicados en el diario dado que los consideran información pasada, ya incorporada al precio del activo. Se observa, en el caso del diario, que es el dispositivo mismo el que hace del rumor un “cadáver” para la acción bursátil (en cuanto a su potencialidad incitativa y también predictiva), más allá de que la fuente se presente como indeterminada o tenga carácter de “no oficial”. Este aspecto es controversial con el planteo de Kapferer 14 quien sostiene que la “no oficialidad” es la propiedad definitoria del rumor (Kapferer, 1989). Lo que se argumenta en este artículo de un modo que polemiza con la propuesta de Kapferer, es que aun careciendo de oficialidad, el rumor bursátil puede no operar como rumor en la red de la semiosis. Y esto se debe a que los enunciados-rumor recorren escalas de tiempo diferentes producto de las operaciones de pasaje que producen los dispositivos comprometidos en su circulación discursiva. En otras palabras, no es solo la omisión de fuentes oficiales lo que hace del rumor un rumor en la esfera bursátil, sino también, y de manera fundamental, el modo en que el rumor se conecta sincrónicamente con el instante de su reconocimiento (para poder ser rumor en el juego de las apuestas). En este sentido, los rumores-archivo se constituyen como un auténtico punto intermedio entre la “vida” y la “muerte” del rumor dado que presentan rumores que, o bien pueden retornar nuevamente al juego y operar perlocutivamente como “rumores”, o bien pueden caducar definitivamente como rumores incitativos al transformarse en noticia. Por último y como tercera alternativa de pasaje, la mayoría de los rumores que no retornan como rumores pero que tampoco pasan al diario como noticias se esfuman de los archivos luego de la estadía transitoria definida por cada directorio. Este resulta ser el destino más recurrente de los rumores, confirmando así el carácter tanto efímero como transitorio de este “purgatorio” en el que se desplazan los enunciados de rumor de un dispositivo a otro. 3.2. R UMORES CON EFECTO INCITATIVO VERSUS “RUMORES” CON EFECTO CONSTATATIVO En los rumores-archivo, al quedar los enunciados-rumor desplazados del instante presente de su deixis enunciativa por efecto del dispositivo, estos pierden su valor incitativo y por lo tanto, ya no son susceptibles de ser interpretados como rumores en circulación, es decir como “rumores” propiamente dichos15. De un modo radicalmente diferente, son enunciados que se muestran como el “dato” lingüístico de un rumor pasado. Esos enunciados, aun exhibiendo la misma sustancia lingüística que los rumoresalerta, no reciben el mismo tipo de interpretación pragmática, y por lo tanto, el sentido que vehiculizan es diferente. Dada esta condición de desplazamiento temporal que introduce el dispositivo, la gramática de reconocimiento del rumor en su estadio de archivo, no habilita ya una lectura incitativa sino otra de tipo exclusivamente constatativo. Los enunciados-rumor que circulan en el dispositivo de archivo se ofrecen a la comunidad bursátil para la constatación de ciertos parámetros más o menos verosímiles que permiten calificar a los nuevos rumores por aparecer. Simultáneamente, los rumores archivados ya no son rumores incitativos en virtud de que no operan sincronizados con el juego de las apuestas. La tematización de la lectura constatativa -no incitativa- sobre el rumor se encuentra explotada explícitamente por metadiscursos típicos de los dispositivos de archivo (cfr. Fig. 4). Estos metadiscursos expresan al destinatario la conveniencia de aprovechar los archivos de rumor para calcular de una mejor manera la interpretación sobre los nuevos rumores por aparecer. Fig. 4. Archivo de rumores exhibido en stockrumors.com Aquí, los enunciados-rumor se reinterpretan como un dato del pasado (más o menos comprobado) susceptible de ser cuantificado y manipulado para el desarrollo de previsiones sobre la aparición de nuevos rumores-alerta. En este sentido, si bien los rumores-archivo carecen de PI para las apuestas, no por ello son dispositivos inútiles. Estos archivos, como puede verse en Fig.4, sirven como fuentes de evaluación de los rumores actuales al aportar lecturas constatativas sobre los discursos del pasado. Estas lecturas constatativas se aplican, según Fig. 4, a diferentes motivos que construyen un horizonte de verosimilitud sobre el rumor en tanto “dato” susceptible de evaluación. Entre estos motivos constatables que resultan susceptibles de manipulación estadística se encuentran: el tiempo de circulación del rumor, la acción del rumor sobre el precio de las acciones durante su instancia de circulación, el tipo y la cantidad de rumores vinculados con ciertas empresas, estados o temáticas particulares, o bien, la calidad de la fuente intermediaria del rumor, entre otras constataciones posibles. El efecto de la lectura constatativa opera, en el caso de los archivos, como un modo de calificar a las nuevas alertas de rumor como más o menos confiables/verosímiles. Esto significa que el dispositivo de archivo tiene una incidencia directa en el modo en que es juzgada la incitación comunicada por vía de los dispositivos de alerta. De ahí que ambos dispositivos exhiben una relación sistémica de complementariedad evidente. Mientras uno produce resultados incitativos disparando rumores orientados a la acción inmediata (fase temporal 1), el otro permite calificar o descalificar la credibilidad de las alertas según el tipo de constatación obtenida en una fase temporal 2. 4. Discusión y conclusiones Como se ha podido ver en las secciones precedentes no todos los que se dicen a sí mismos rumores operan perlocutivamente como rumores, más allá de que la sustancia lingüística se presente como la aserción de un rumor. El análisis ha permitido observar que el PI del rumor bursátil depende de la fase temporal en la que se ubica el enunciado, y ésta es precisamente la propiedad que resulta definitoria a la hora de caracterizar a un rumor bursátil como tal, más allá de la “no verificación” o la “no oficialidad” de las fuentes implicadas. El PI del rumor se presenta entonces como una propiedad fuertemente convencionalizada en el dispositivo enunciativo y, por lo tanto, resulta una de sus condiciones productivas fundamentales. La cuestión de la convencionalización del PI en el rumor bursátil se hace evidente en la reconfiguración deíctica que introduce el dispositivo de archivo sobre el de alerta. Los archivos, al anular o reducir al mínimo el PI del rumor-alerta por medio de una operación reinterpretativa16 de la deixis, ponen en evidencia que el rumor en su fase de alerta se encuentra convencionalmente asociado a su potencialidad incitativa o perlocucionaria. En el caso de los rumores-archivo, el vaciamiento de esta potencialidad por efecto de una reconfiguración en la deixis enunciativa, indica que esta propiedad le pertenece solo a los rumores vivos, es decir a los rumores que operan perlocutivamente como rumor y no como “dato”. A propósito del modo en que la incerteza enunciativa del rumor queda ligada o no a campos de efectos diferenciables (incitativo versus constatativo), su funcionamiento, al igual que el PI del rumor, se encuentra restringido por los condicionamientos temporales de la circulación discusiva. En segundo lugar, a diferencia del modo en que se comporta el PI del rumor en la circulación discursiva (considerando que puede estar o no estar según lo que indique el dispositivo), la incerteza se encuentra presente en todo el proceso de circulación. Es decir que la incerteza de los enunciadosrumor tiene una presencia ínter-dispositivo, aun cuando los rumores se hayan convertido en mero dato del pasado para ser constatado. Ahora bien, para que la despersonalización de la enunciación pueda operar como un régimen de conocimiento para la acción en el juego bursátil, requiere de una sincronización con el tiempo de reconocimiento del discurso, tal como hemos podido comprobar con los rumores-alerta. Al ser la incerteza un rasgo omnipresente en todos los dispositivos de rumor pero con efectos prácticos diferentes, es posible hablar de una modulación escalar de la incerteza según la fase temporal en la que se ubican los enunciados inciertos. En otras palabras, los enunciados-rumor exhiben estatus epistémicos diferentes según se encuentren en el dispositivo de alerta, de archivo o en el diario. Esta modulación puede observarse en la siguiente relación que se propone para caracterizar este funcionamiento discursivo: GI = GD x GsD GI: Grado de incerteza que califica a un enunciado como +/- incierto GD: Grado de despersonalización de la fuente de la enunciación que califica al enunciado como +/- despersonalizado (exhibición de la indeterminación de la fuente de la enunciación) GsD: Grado de sincronización deíctica entre el TP (tiempo de la producción) y el TR (tiempo del reconocimiento) que califica al enunciado como +/- deíctico. Esta fórmula busca evidenciar una relación de dependencia entre escalas semántico-pragmáticas. Las escalas deben leerse del siguiente modo: cuanto más despersonalizado y más sincronizado está un enunciado de rumor, más alto es el grado de incerteza que concentra ese enunciado en su sentido. En la medida en que su despersonalización es alta pero su sincronización es baja (por ser un rumor-muerto), la incerteza efectivamente disminuye. Asimismo, cuando la despersonalización es baja pero no nula (i.e. “según fuentes de toda solvencia”) y la sincronía es alta, la incerteza también disminuye. Concluyendo con el planteo, en el caso de los rumores-alerta, la incerteza se desplaza hacia su punto más alto en la medida en que se muestra como una incerteza “activa” para el ejercicio de la acción económica. En el caso de los rumores-archivo se observa cómo la incerteza se desplaza hacia su punto más bajo (como una incerteza inofensiva) considerando que el rumor pierde deixis enunciativa y por lo tanto sentido como rumor incitativo. En síntesis, lo incierto de la incerteza no solo se relaciona exclusivamente con la puesta en escena de diferentes grados de indeterminación de la voz del rumor sino también, y de manera no menos fundamental, con la instantaneidad por la que se materializan sus efectos de sentido dentro de un juego X, en este caso, el juego bursátil. De esto se desprende que existe una clara dependencia entre la incerteza y la potencialidad perlocucionaria convencionalizada, a la vez ambas condicionadas de una manera diferente por los desplazamientos temporales que introducen los dispositivos. Lo que aún resta por investigar para poder dar cuenta con mayores precisiones de los alcances del criterio taxonómico propuesto son: los grados de despersonalización de la fuente de la enunciación y los diferentes posicionamientos enunciativos adoptados por el locutor reproductor del rumor frente a dicha indeterminación. Sin este análisis, la variable GDp de la ecuación propuesta seguirá sin respuesta. En función de esta observación, la investigación desarrollada aquí necesita ser profundizada con un minucioso análisis polifónico que permita visualizar diferencias de grado en la despersonalización enunciativa de rumores bursátiles. NOTAS 1 La primera investigación sobre la incidencia de los rumores en el precio de las acciones en el corto plazo fue conducida por Rose (1951). A partir de una muestra de acciones cotizantes en el mercado estadounidense dentro del período 1937 a 1938 y 1948 a 1949, él descubre que si un rumor circula por varios días en el mercado, éste tenderá a generar una tendencia unidireccional sobre el precio de las acciones durante esos días (o sube o baja). Una serie de estudios posteriores compara la incidencia del rumor sobre el precio de las acciones a partir de observar un mismo rumor antes de aparecer en el diario y posteriormente a su publicación. Pound y Zeckhauser (1990) investigan rumores de adquisiciones a partir del análisis de la columna “heard on the street” (Hots) del diario. Wall Street Journal. Ellos consideraron todos los rumores publicados diariamente desde el primero de enero de 1983 hasta el 31 de diciembre de 1985. Lo que descubren es que la subida del precio en las acciones de las empresas involucradas en los rumores de adquisición se produce en el período anterior a la publicación, mientras que no se registra ningún movimiento significativo posterior a la publicación del rumor en el diario. Zivney, Bertin y Torabzadeh (1996) agregan al análisis anterior la columna “Abreast of the market” del mismo diario. Su período de análisis va desde 1985 a 1988 y demuestra que el movimiento más significativo en el precio de las acciones por causa de un rumor se produce veinte días antes de su publicación en el diario. Kiymaz (2001) realiza un estudio similar en el mercado turco (Istambul Stock Exhange) y comprueba que la suba más fuerte en el precio de la acción se produce cuatro días antes de la publicación en papel. 2 La referencia al rumor como un objeto de estudio eminentemente discursivo implica observar que éste requiere necesariamente el empleo de enunciados lingüísticos para poder constituirse como un comportamiento socialmente reconocible. Utilizando la terminología del antropólogo Hymes, el rumor es un auténtico “hecho de habla” (Hymes, 1964). Esto significa que además de constituir un tipo particular de ritualización social, el hecho de habla requiere como condición esencial el empleo de la lengua para poder consumarse. 3 Los conceptos “producción-reconocimiento” se desarrollan originalmente en la teoría sociosemiótica elaborada por Eliseo Verón (1998). Producción reconocimiento designan las dos instancias temporales entre las cuales pivotea la circulación discursiva, tercer elemento que solo puede ser reconstruido como el desafasaje temporal existente entre las instancias antes mencionadas. Producción- reconocimiento no concuerdan necesariamente con las nociones clásicas de “emisión y recepción”, en la medida en que toda producción es siempre el reconocimiento de un discurso anterior y, recíprocamente, todo reconocimiento es cognoscible exclusivamente como una nueva producción discursiva. Estas instancias, desde el punto de vista metodológico, son solo reconstruibles mediante las huellas que en las superficies discursivas permiten conceptualizar desfasajes de sentido de diversa índole (cognitivos, mnemónicos, técnicos, de disposición corporal, etc.). 4 Los dos tipos de análisis más conocidos para calcular y gestionar el riesgo de una inversión son el “análisis fundamental” y el “análisis técnico”. El primero supone que se debe buscar la causa de la subida o bajas de las acciones en un estudio de la compañía que está por detrás, o de la industria y la economía que se mueven a su alrededor (Mandelbrot y Hudson, 2006: 31). Para este tipo de 5 6 7 8 9 análisis, el precio de un activo es el reflejo de la información disponible en el mercado. El análisis técnico, por su parte, consiste en la interpretación de pautas icónicas sobre los movimientos accionarios. Se trata de “reconocer pautas reales o supuestas, de estudiar un gran número de datos sobre precios, volumen de contratación e indicadores, todo ello en busca de claves para comprar o vender” (Mandelbrot y Hudson 2006: 32). La propuesta de Orlean se inspira en la comparación que hace Keynes entre las técnicas de inversión y los concursos de belleza organizados por los diarios en los cuales los participantes deben elegir las seis fotos más bellas entre un centenar de fotografías. En estos concursos, el ganador del premio es aquel cuyas preferencias se acerquen más a la selección promedio operada por el conjunto de participantes (Keynes, 1936). Esto significa que aquel que elige las fotografías no lo hace en función de aquella que juzga como más bella sino que elige a partir de considerar aquella que podría ser elegida mayoritariamente por el resto de los participantes (Keynes, 1936). Recuérdese que para Austin y Searle, los efectos perlocucionarios no son convencionales en la medida en que se encuentran indeterminados y no dependen totalmente del empleo de la lengua (Searle, 1975). En nuestro caso, a diferencia de lo planteado por los autores mencionados, el concepto PI busca probar una relación convencional entre la producción de ciertos enunciados y la posibilidad o no de estar en condiciones de producir algún tipo de efecto perlocutivo. Por eso se habla de la potencialidad del efecto perlocucionario y no de “tipos de efectos perlocucionarios”. Una gramática de producción, siguiendo a Verón (1998), es un conjunto de huellas finitas que dan cuenta de las restricciones (técnicas, corporales, enunciativas, retóricas, temáticas) operantes en la configuración de un discurso. Asimismo, una gramática de reconocimiento es un conjunto de huellas susceptibles de indicar las operaciones que restringen la recepción del mismo discurso. Las gramáticas de reconocimiento se encuentran indeterminadas en la medida en que los tipos de efectos de un discurso se encuentran asimismo indeterminados en un análisis en producción. Ahora bien, la naturaleza de los efectos esperados (y no el tipo de efecto concreto) sí puede ser reconstruido parcialmente en una gramática de producción. Para una mayor profundización sobre trabajos que analizan la interacción entre producción discursiva y desarrollo de intercambios económicos, consultar: Irvine, 1989; Hewings, 1990; Klamer, 1990; Boers & Demecheleer, 1997; Kockelman, 2006; Alejo, 2010. La sui-referencialidad del enunciado es un concepto que aparece originalmente planteado por Benveniste. Este concepto busca mostrar que el sentido en el lenguaje no se manifiesta por medio de proposiciones que reflejan una realidad fáctica o mental, sino que el empleo mismo de las palabras construye una nueva realidad a partir del hecho de ser enunciadas vía un acto de enunciación. En este sentido, es el propio enunciado el que desde su interior produce las funciones interhumanas fundamentales entre locutor y alocutario por medio de un mecanismo (ineludible) de reflexividad sobre las circunstancias de su enunciación. En otras palabras, es el enunciado el que indica aquello que el habla hace. 10 La aserción es definida aquí según el enfoque no-veritativista desarrollado por la teoría polifónica de la enunciación. 11 Aquí no se homologa incerteza a duda sino a una suspensión de la certeza por exhibición (en el enunciado) de la indeterminación de la fuente de la enunciación. Por oposición, la certeza -sea alta o baja- la circunscribimos a aquellos enunciados que no dramatizan explícitamente la despersonalización de la fuente de la enunciación. Así, un enunciado del tipo “dudo que María venga” expresa un bajo grado de certeza, mientras que “se dice que llegaría María” expresa un cierto grado de incerteza. 12 Término tomado en el sentido que aparece en Levinson, 1983. Los usos temporales deícticos propiamente dichos, según señala Levinson, son aquellos que “refieren a la codificación de puntos y períodos temporales relativos al tiempo en que se pronunció un enunciado (o se inscribió un mensaje escrito)” (Levinson, 1983: 54). Los usos no deícticos anafóricos de las expresiones deícticas, siguiendo al mismo autor, se producen “cuando algún término escoge como referente la misma entidad (o clase de objetos) que escogió un término anterior en el discurso” (Levinson, 1983: 59). 13 Ver http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1049280 14 Kapferer es probablemente el investigador más reconocido y citado en lo referente a estudios sobre el rumor. Cfr. Kapferer, 1989. 15 De esta afirmación se podrá deducir el sentido de las comillas aplicadas al lexema “rumor” en el intertítulo de esta sección. 16 Originalmente, la reinterpretación es definida por García Negroni (2000) como la segunda interpretación (S´ 1) para un en enunciado E1 al que ya se le ha atribuido un sentido (S1) en el momento de su enunciación (García Negroni, 2000: 91). Como puede verse en esta definición, el requisito para que haya reinterpretación es que haya por lo menos dos enunciados. En el caso particular de la investigación aquí presentada, y adaptando el concepto anteriormente citado, la reinterpretación que se produce de los enunciados-rumor es producto de una relectura de los mismos enunciados en el marco de un cambio de dispositivo (de alerta a archivo) y no por el agregado de continuidades discursivas. La reinterpretación de los enunciados-rumor se produce por una reflexividad del enunciado sobre el dispositivo de enunciación. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ALEJO, R. (2010). ‘Where does the money go? An analysis of the container metaphor in economics: The market and the economy’, Journal of Pragmatics, 42: 1137-1150. ANGENOT, M. (2010). El discurso social: los límites históricos de lo pensable y lo decible. Buenos Aires: Siglo XXI Editores. BOUTAUD, J. J. & VERÓN, E. (2007). Sémiotique ouverte. Itinéraires sémiotiques en communication. Paris: Lavoisier, Hermes Science. BOERS, F. & DEMECHELEER, M. 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Actualmente se encuentra próximo a finalizar su Doctorado en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires bajo la dirección de la Dra. María Marta García Negroni. Correo electrónico: [email protected] RESEÑAS PARDO A. NEYLA G. (2007) Discurso, impunidad y prensa. Bogotá, Colombia: Centro Editorial de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional de Colombia. 399 pp. ISBN: 978-958-701-841-7. Esta obra, producto de una tesis doctoral enmarcada en el Análisis Crítico del Discurso (van Dijk, 1999), se propone, en palabras de la autora, “explicar el significado social de la impunidad, representado en la prensa colombiana, como un sistema cuya descripción es sólo posible si se relaciona con una organización conceptual”. El corpus analizado está formado por trescientos cincuenta artículos de prensa escrita, que fueron publicados entre 1997 y 2002, período que corresponde al último año de la presidencia de Ernesto Samper Pizano y al gobierno de Andrés Pastrana Arango. El libro presenta siete capítulos. Sobre la base del reconocimiento de que el contexto constituye un conjunto de condicionamientos cognitivos que posibilita interpretar el discurso (van Dijk, 1999), el capítulo 1 expone el contexto socio-histórico de la impunidad en Colombia mediante la caracterización de la crisis política, del sistema jurídico y de los actores involucrados en el conflicto armado que se desarrolla en el país: el Ejército Nacional, la Policía Nacional, las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) -que nuclean a todos los grupos paramilitares-, y las diversas expresiones de la guerrilla, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y el Ejército Popular de Liberación (EPL). Asimismo, el capítulo analiza tanto las relaciones entre la guerrilla y el narcotráfico como entre la violencia y sus víctimas. Por otra parte, brinda una breve historia de la prensa escrita en Colombia y una reseña de los periódicos que son objeto de estudio: El Espectador, El Tiempo, El Heraldo y El País. El capítulo 2 se adentra en el marco teórico del análisis crítico emprendido, que parte de la tesis de van Dijk (1990a) según la cual los procesos cognitivos se adquieren, usan y transforman de modo privilegiado en el discurso. Pardo articula la noción de modelo mental, que proviene de la psicología cognitiva (Johnson-Laird, 1996) y es concebida como una representación esquemática de la realidad que permite explicar las transformaciones del conocimiento en el ámbito de lo individual; la noción de modelo cultural, aportada por la antropología cognitiva (D´Andrade, 1987; Shore, 1996) y entendida como un tipo de modelo mental que es un esquema conceptual intersubjetivo compartido por un grupo social, y la noción de representación social, que es tomada de la psicología social (Abric, 1993, 1996; Jodelet, 1984; Moscovici, 2001) para dar cuenta de modelos organizados y jerarquizados de conocimiento colectivo que cumplen un papel central en la cohesión social. Respecto de los modelos culturales, Pardo sigue la clasificación propuesta por Shore (1996), quien distingue, de acuerdo a su estructura, los modelos lingüísticos y no lingüísticos, y según su función, los modelos orientacionales, los modelos expresivos y conceptuales, y los modelos de tareas. Asimismo, la autora toma de Shore la noción de esquema fundacional, estructura más abstracta que agrupa a los modelos culturales a partir de sus propiedades comunes. En cuanto a las representaciones sociales, Pardo contempla tres procesos que les son inherentes: los de elaboración, los de funcionamiento y los de transformación (Abric, 1996). Los procesos de elaboración, que apuntan a la génesis de la representación social, incluyen la objetivación y el anclaje (Jodelet, 1984; Moscovici, 2001). Los procesos de funcionamiento se refieren a la forma en que una representación social se da en el contexto cotidiano (Flament, 1994), lo que lleva a distinguir entre el sistema central o núcleo, formado por elementos cognitivos básicos que definen su identidad y que son estables, coherentes y consensuales, y el sistema periférico, integrado por componentes dispensables, que permiten la interfase entre la representación social como tal y sus usuarios y adaptan las características del sistema central a una situación concreta (Abric, 1996). En relación con el sistema central o núcleo de la representación social, la autora retoma la noción de themata de Moscovici (2001), que se refiere a los contenidos sobre los cuales existe el mayor grado de consenso y que corresponden a los valores de un grupo. Los procesos de transformación, por su parte, implican la modificación del núcleo de la representación social; en función del grado de esta modificación, se diferencian tres tipos de transformación: transformación de resistencia, progresiva y total (Abric, 1996). Al final del capítulo, Pardo expone y comenta los principales hallazgos provenientes del estudio cognitivista de la cognición social (Schneider, 1991; Fiske, 1993), con el fin de resaltar algunos mecanismos cognitivos que pueden estar involucrados en la construcción e interpretación de procesos de representación y de discurso. Asimismo, considera los aportes de la psicología social discursiva (Potter y Edwards, 2001), de la que destaca su empeño en demostrar que el enfoque de las representaciones sociales no resulta excluyente en relación con el análisis del discurso. En el capítulo 3, la autora discute en detalle diversas perspectivas de estudio sobre la metáfora y la metonimia, que analizará como dos modelos culturales lingüísticos que constituyen el núcleo y la periferia de la representación social de la impunidad en la prensa colombiana. Entre otras, comenta la propuesta pragmática sobre los usos no literales del lenguaje de la teoría de la relevancia de Sperber y Wilson (1994), que los entiende como casos límite de búsqueda de información contextual y construcción de implicaturas débiles. En función de su investigación, Pardo compatibiliza las aproximaciones de la lingüística cognitiva (Lakoff, 1987; Lakoff y Johnson, 1998 y Johnson y Lakoff, 1999) y las de la antropología cognitiva (Shore, 1996), en tanto concibe la metáfora y la metonimia como formas de construcción del significado tanto en el orden de lo individual como de lo social, estableciendo la continuidad entre la formación del significado cognitivo-individual y el significado social y cultural. A partir de ello, Pardo recupera las especificaciones de van Dijk (1990b, 2001, 2003) sobre la noticia como tipo particular de discurso y producción de conocimiento. Al considerarla como una forma de práctica social, sitúa los agentes de esta práctica, para lo cual distingue entre el actor social, el conjunto de individuos ubicados en forma estratégica en un sistema de poder, y el actor discursivo, el participante activo de la interacción que desempeña roles discursivos. Reconoce así la tipificación de cuatro grandes sectores de actores discursivos, articulada potencialmente con la representación que la prensa escrita realiza de la impunidad en Colombia: los agentes internacionales (los Gobiernos, los Organismos -como la ONU o la OEA- y las ONG), los agentes del Estado colombiano (correspondientes al Poder Judicial, a los Organismos de control del Estado, el Poder Legislativo y el Poder Ejecutivo), los actores armados ilegales (la guerrilla y los paramilitares) y la población civil. El capítulo 4 presenta los objetivos de la investigación y las hipótesis de la que parte. Una sostiene que los modelos culturales de tropos, metafóricos y metonímicos, constituyen el núcleo de la representación social de la impunidad en la prensa colombiana; otra afirma que la regularidad conceptual se puede interpretar como una manera de representar la realidad, visible a través de frecuencias de palabras, sus concordancias y asociaciones, así como en la organización categorial que se tipifica en clases. Asimismo, el capítulo expone los criterios de selección del corpus, las herramientas de almacenamiento y análisis de la información y los niveles de tratamiento de los materiales. En la etapa preliminar, Pardo realizó la organización formal del corpus, para lo cual elaboró una base de datos lingüísticos, que denominó Baladi, bajo el programa Microsoft 2000, con la información procedente de los cuatro periódicos nombrados. A partir de esta información formuló clasificaciones, centradas en la identificación, tipificada, de actores y acciones, que sirvieron de búsqueda y de construcción de categorías en la Baladi, las cuales funcionaron de referencia en el procedimiento analítico que se aplicó en sus distintas fases. Por otra parte, realizó una identificación manual de las metáforas y de las metonimias presentes en cada artículo, según la clasificación de Lakoff y Johnson (1998), y realizó una primera aproximación a la determinación de los dominios fuente y meta. La primera fase de la investigación fue la exploratoria-descriptiva, que corresponde al análisis estadístico, cuyo primer paso fue la normalización de la base de datos con los parámetros requeridos por el programa Spad T. Esta fase comprendió el cálculo de las frecuencias, las asociaciones y el empleo de otras técnicas estadísticas de agrupación con el objetivo de identificar en las distintas entidades (noticias, palabras, patrones lingüísticos y tropos) unidades clave, sus concordancias y grados de asociación. Las técnicas de agrupación usadas fueron el Análisis de Correspondencias Múltiples y el Análisis Clasificatorio, a partir de las cuales se obtuvieron grupos representados en planos multidimensionales, correspondencias asociativas y clases jerárquicamente organizadas. La segunda fase de la investigación fue la analítica, que se desarrolló con los recursos de la necesidad cualitativa. En esta fase se construyeron programas informáticos con el fin de presentar las palabras más fuertemente asociadas con cada clase de entidades, a partir del análisis realizado con el Spad T. La articulación entre la primera y la segunda fase de la investigación se formuló aprovechando el concepto de saliencia cultural, a través del cual se reconoce que el uso de ciertas entidades es parte del tejido de significados que constituye la cognición social. De este modo, en la fase analítica Pardo identificó y analizó las asociaciones semánticas para la construcción de redes conceptuales. En los titulares, analizó el tema/tópico a partir de la construcción de la red de asociaciones conformada por el conjunto de procedimientos de asociación, co-ocurrencia y frecuencia de las palabras clave y reconoció las voces de los actores discursivos mediante el análisis de las formas de citación (directa, indirecta y mixta), los contextos de aparición de los voces y su caracterización en relación con el fenómeno de la impunidad. Asimismo, identificó, mediante el programa Word Pilot, los patrones lingüísticos reiterativos y asociados al concepto de impunidad, agrupados por su estructura en tres categorías: atributivas, con cuantificadores y modalizantes. La tercera fase de la investigación fue la sintética, que relacionó todos los factores que se derivaron de la saliencia cuantitativa y de la necesidad cualitativa, integrándolos en la saliencia cultural. De esta manera, Pardo determinó esquemas fundacionales compartidos culturalmente, cuyas conceptualizaciones se concretan en expresiones metafóricas y metonímicas, que fueron analizadas estructural y funcionalmente como recurso lingüístico y modelo cultural. El reconocimiento de los modelos culturales potenció la identificación de los núcleos y de las periferias de la representación social de la impunidad. En el capítulo 5, Pardo examina críticamente las palabras clave, el tema y el tópico, las formas de citación, los patrones lingüísticos y la manera en que la prensa reconstruye el sentido de la impunidad a través de los actores y de sus acciones. En cuanto a las acciones y los actores involucrados en la conceptualización de la impunidad, entre otros hallazgos, se destacan el reconocimiento de que la prensa suele omitir la referencia a los actores sociales concretos implicados en la impunidad mediante la nominalización y la generalización a entes colectivos, y la afirmación de que la prensa colombiana no construye los recursos cognitivos para deslegitimar la impunidad, dado que en las noticias sobre violación de los derechos humanos fundamentales el ejercicio de justicia carece de valoraciones positivas y pocas veces es la condición para superar la impunidad. En lo referente a las redes conceptuales asociadas al concepto de impunidad, la autora identifica la dupla índices/justicia, donde la justicia se presenta como ausente o como un bien social del que se carece y donde se usa el concepto índices de manera imprecisa y parcial, lo cual permite inferir a Pardo que la prensa, en vez de ofrecer al lector las herramientas necesarias para la evaluación de los resultados de la administración de justicia, lo incapacita para comprender esta realidad colombiana. Otra red conceptual está integrada por decir/luchar/contra/permitir, con la cual la prensa expone valoraciones con pretensiones de verdad, que señalan actores como enemigos en un escenario de guerra. La tercera red conceptual es Colombia/país/Estado, integrada por expresiones que naturalizan acontecimientos que se formulan como parte de una manera de ser en el mundo, pero que en realidad son anormales desde un punto de vista jurídico y social. La última red conceptual está constituida por la unidad ´crímenes´, palabra clave que relaciona fenómenos de la economía con actos punibles, en los que los agresores asumen una racionalidad en la que la acción delictiva es más rentable que las actividades económicas reconocidas por el Estado. Del estudio del tema/tópico y de las formas de citación, Pardo concluye que el significado de la impunidad varía de forma amplia en la prensa colombiana, siendo un hecho inadecuado que no se castiga o un fenómeno social indeseable e incompatible con un bien social; asimismo, observa que la impunidad se presenta como un hecho inmodificable, permanente e inherente al estado actual de Colombia. En relación con el análisis de los patrones lingüísticos más asociados con ´impunidad´, la autora señala que las estructuras atributivas están integradas por expresiones que tipifican la impunidad como un hecho esencialmente inmutable, contribuyendo a su naturalización, y que vinculan la impunidad con la confrontación y la guerra, pero no con las relaciones jurídico-políticas. En muchos casos los cuantificadores, por su parte, no permiten conceptualizar los indicadores que dan cuenta de la impunidad en sí misma, lo cual ayuda al ocultamiento de sus dimensiones objetivas. Respecto de la modalización, sobresale que en los casos en que la prensa la atribuye a un sujeto colectivo a través de la citación directa de una voz individual, propone la actitud representada como compartida por el grupo y, en consecuencia, como no susceptible de ser controvertida. El capítulo 6 reconstruye los esquemas fundacionales, los modelos culturales y las representaciones sociales de la impunidad presentes en la prensa colombiana a través de la integración de las propuestas de la antropología cognitiva (Shore, 1996), la lingüística cognitiva (Lakoff y Jhonson, 1998), el análisis crítico del discurso (van Dijk, 1999) y la teoría de las representaciones sociales (Moscovici, 2001). Pardo identifica tres esquemas fundacionales de la impunidad: la negación de la acción y funcionalidad de la justicia, la omisión de los ejecutores de ley frente a la acción de los contraventores, y la acción y funcionalidad de los contraventores en ausencia del Estado. Dichas conceptualizaciones son presentadas en la prensa mediante diversas estrategias, entre las que cumplen un papel central las metáforas y las metonimias, consideradas como un tipo de modelo cultural lingüístico y como sistemas nucleares o periféricos de la estructura de las representaciones sociales. De esta manera, la autora analiza una representación social de la impunidad cuyo núcleo es el modelo “la impunidad es un organismo” y cuyo sistema periférico está integrado, entre otros, por los modelos “la impunidad es materia es descomposición”, “la impunidad es un descomponedor” y “la impunidad es un microorganismo”. Esta representación conceptualiza la impunidad como un modo de funcionamiento físico-biológico, lo que da cuenta de la estrategia de naturalización de un fenómeno de carácter socio-histórico. Una segunda representación social de la impunidad, que la concibe como la ausencia de una racionalidad ética que oriente las múltiples racionalidades, tiene como núcleo el modelo “la impunidad es la coexistencia de racionalidad en conflicto”; entre los modelos de su sistema periférico se ubican los modelos “las organizaciones son seres vivos”, “las organizaciones son personas” y “las organizaciones son racionales”. En relación con esta representación, Pardo señala que la prensa parece no destacar la racionalidad del derecho como fuente de las transformaciones deseadas, sino que se impone la racionalidad económica y la consiguiente relación costo-beneficio. La tercera representación social sobre la impunidad, que la configura como un fenómeno estructural del sistema económico, está constituida por el núcleo “la impunidad es una estrategia de mercado” y por el sistema periférico integrado, entre otros, por los modelos “el delito es inversión”, “la corrupción es ganancia” y “las organizaciones delictivas son empresas”. La reconstrucción de estas tres representaciones sociales da cuenta, advierte Pardo, de un orden cultural que responde a la lógica del neoliberalismo, desde el cual la prensa colombiana no deslegitima la impunidad sino que la ubica dentro de las posibles consecuencias de acciones pertinentes y necesarias para la adaptación del ejercicio del consumo y la satisfacción de los propios intereses. En cuanto al análisis funcional de las representaciones sociales, la autora sostiene que en el caso de la primera representación social de la impunidad, es a partir de la biologización de los fenómenos que es posible objetualizar y usar, con propósitos específicos, ciertos hechos sociales. En la segunda representación social, la personificación de la impunidad permite formular el proceso motivacional, cuya función esencial es el logro del éxito. En la tercera representación social, la autora destaca su función orientadora en términos de normas y guías del hacer para garantizar el fin último del sistema: el enriquecimiento y el poder. De este modo, la prensa colombiana no contribuye a la restitución de un Estado más justo y equitativo ni ayuda a que el ciudadano elabore una cognición crítica sobre la impunidad. En ello incide también la ausencia de una macronarrativa que historice el fenómeno de la impunidad y la estrategia discursiva de espectacularización de micro-acontecimientos en formatos mosaico, en los que los temas esenciales para la comunidad colombiana pierden visibilidad. El capítulo 7, por último, contiene las conclusiones, en las que Pardo sintetiza los recorridos teórico-metodológicos y los hallazgos de su investigación; asimismo, a partir del análisis realizado se enuncia la viabilidad para la transformación del estado de impunidad en Colombia, que procede tanto de la democratización del régimen político que dé representatividad a todos los sectores de la sociedad como de la transformación estructural del sistema económico para garantizar condiciones dignas a todos los miembros de la comunidad. Discurso, impunidad y prensa realiza una enriquecedora articulación teórica en torno a las representaciones sociales, los modelos culturales y la cognición social, en relación con los usos metafóricos y metonímicos del lenguaje; al mismo tiempo, presenta una metodología rigurosa que sirve de base para investigaciones futuras. En términos de Fairclough (2003), da cuenta de las formas hegemónicas de producir significados en torno a la impunidad en la prensa colombiana, significados que se devienen en sentido común legitimador de las relaciones de dominación en el marco del neoliberalismo. El trabajo señala lo que este autor denominaría la colonización del discurso periodístico por parte del discurso económico y al desmontar las estrategias ideológicas de legitimación, naturalización, ocultamiento y fragmentación, identifica los obstáculos que impiden a los lectores una cognición crítica sobre la impunidad. El análisis crítico realizado por Pardo constituye así un significativo aporte no sólo al análisis del discurso sino también al compromiso ético y político de los investigadores latinoamericanos con la transformación de sus sociedades. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ABRIC, J.C. 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Neuchâtel: Delachaux et Niestlé. JODELET, D. (1984). ‘La representación social: fenómenos, conceptos y teoría’, en S. Moscovici (ed.) Psicología social, pp. 469-494. Barcelona: Paidós. JOHNSON-LAIRD, M. D. (1996). ‘Imágenes, modelos y representaciones proposicionales’, en M. de Vega, M. J. Intons-Peterson, Ph. N. JohnsonLaird, M. Denis, M. Marschark (eds.) Models of visuospatial cognition, pp. 90127. New York: Oxford University Press. JOHNSON, M. y LAKOFF, G. (1999). Philosophy in flesh. New York: Basic Books. LAKOFF, G. (1987) Women, fire, and dangerous things: What categories tell us about the mind. Chicago: University of Chicago Press. LAKOFF, G. y JOHNSON, M. (1998). Metáforas de la vida cotidiana. Madrid: Cátedra. Moscovici, S. (2001). Social representations: explorations in social psychology. New York: New York University Press. POTTER, J. y EDWARDS, D. (2001). Social representations and social psychology. Culture and Psychology, 5: 1-8. SCHNEIDER, D. 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(Orgs.) (2001). Legados de Michel Pêcheux: inéditos em análise do discurso. São Paulo: Contexto. 144 pp. ISBN: 97885-7244-659-4. Uma tendência manifestada nos últimos anos entre os analistas de discurso brasileiros tem sido o resgate e tradução de textos fundadores da vertente francesa da disciplina: ensaios ou artigos de Michel Pêcheux ou de seus seguidores do período entre as décadas de 1960 e 1980. A sensação resultante é que o estado vanguardista da Análise de Discurso (AD) no Brasil, não obstante o número de produções relevantes que vem oferecendo para os estudos da linguagem, tem alarmado muitos dos analistas de discurso mais experientes (ou os mais curiosos, ou os menos acomodados) sobre os rumos que a AD tomará daqui para frente. O livro Legados de Michel Pêcheux: inéditos em análise do discurso, organizado pelos professores Carlos Piovezani e Vanice Sargentini, ambos do Laboratório de Estudos do Discurso (LABOR) da UFSCar, e publicado pela Editora Contexto no segundo semestre de 2011, é expressamente marcante no que diz respeito a essa tendência. Resumidamente, a organização se presta a ressuscitar alguns textos do grupo de Pêcheux que não estavam ainda disponíveis em língua portuguesa. Um dos pontos do livro que merece destaque é a Introdução, apresentada em uma espécie de artigo-balanço sobre a AD no Brasil e assinada pelos organizadores do livro. Nessa introdução, intitulada Legados de Michel Pêcheux e paradoxos da Análise do discurso no Brasil, os autores discutem desde os “ecos e silêncios” da herança deixada por Pêcheux e seu grupo até os avanços e paradoxos da AD brasileira relativamente ao que foi importado da França e ao que tem sido praticado lá atualmente. A análise que o texto apresenta é bastante relevante, uma vez que leva em conta aspectos sócio-históricos da formação intelectual brasileira para avaliar a recepção, interpretação e desenvolvimento da AD por aqui. O texto é também bastante instigante e, de certa forma, ácido na avaliação que faz dessa recepção da AD no Brasil. Piovezani e Sargentini (2011) comentam, por exemplo, uma possível tentativa de apagamento/omissão do legado de Pêcheux que estaria sendo empreendida por Dominique Maingueneau. Os autores justificam esta posição dizendo que, a partir dessa omissão, seria “mais fácil para certos analistas do discurso franceses de uma ‘segunda geração’ dar ar de novidade às suas (re)formulações, às retomadas do ‘já dito por outrem, alhures e independentemente’” (Piovezani & Sargentini, 2011, p. 13). Para aqueles que gostam de uma pequena dose de “picuinha acadêmica”, o livro já vale muito só por sua introdução. Contudo, para além de uma introdução provocadora, Legados de Michel Pêcheux tem ainda muito mais a oferecer quando nos são apresentados os textos escolhidos e traduzidos pelos organizadores. São ao todo cinco textos de autores diversos. Entre eles, há uma entrevista, concedida por Michel Pêcheux a Henri Deluy, e uma pequena coletânea de cinco ensaios que formam um artigo intitulado Análise do discurso na França. Os outros três textos são artigos que se assemelham muito a curtos ensaios. De modo que os organizadores já alertam na Introdução, a ordem dos textos no livro respeita um pouco da história da AD na França. Dessa forma, para os leitores já iniciados na disciplina, é possível que se perceba o delineamento dos trajetos tomados pela AD desde sua fundação. O primeiro texto, de Denise Maldidier, é uma pequena apresentação da história da AD com uma pitada de discussão conceitual. Sob o longo título de A Inquietude do Discurso. Um trajeto na história da Análise do discurso: o trabalho de Michel Pêcheux, o texto parece uma versão resumida da introdução de L’inquiétude du discours: textes de Michel Pêcheux (traduzida para o português em Maldidier, 2003). Inclusive o tom de memórias no qual é escrito é o mesmo. Porém, talvez dada a pequena extensão do texto, alguns pontos acabam chamando a atenção – e eles dizem respeito principalmente aos encaminhamentos metodológicos para análises de discurso. Primeiramente, são muito interessantes os comentários da autora sobre a utilização taxionômica do conceito de formação discursiva e seus consequentes riscos. Depois, é muito incisiva a defesa que a autora empreende em direção aos conceitos de interdiscurso e pré-construído. Segundo Maldidier, é neles que os analistas de discurso deveriam ter se concentrado prioritariamente. O segundo texto da coletânea é do próprio Michel Pêcheux e recebe o título de Língua, linguagens, discurso. É um texto bastante curto, mas, sem dúvida, um dos mais didáticos de Pêcheux no que diz respeito às suas explicações do porquê da emergência e necessidade de uma teoria do discurso. Em termos da discussão apresentada, esse pequeno ensaio é uma espécie de resumo do artigo publicado na Langages número 24 de 1971 e traduzido como A semântica e o corte saussureano: língua, linguagem, discurso (Haroche, Pêcheux & Henry, 2007). Assim como no artigo da Langages 24, nesse pequeno ensaio Pêcheux também comenta as questões paralinguísticas que assombram o campo da semântica e oferece a AD como solução para esses problemas, já que assume que a significação só pode ser estudada a partir das condições sócio-históricas de produção do texto, ou seja, para além da própria linguística. Nesse texto, também aparece a primeira conceituação para formação discursiva – a mesma que consta no artigo da Langages 24 (Haroche, Pêcheux & Henry, [1971] 2007) e, posteriormente, em Semântica e Discurso (Pêcheux, [1975] 2009). É importante ressaltar que outra tradução deste pequeno texto de Pêcheux – a tradução de Freda Indursky – foi publicada no último ano (2011), quase na mesma época, em Orlandi (cf. Pêcheux, 2011). Independentemente da tradução que se escolher ler, é um texto bastante recomendável para iniciantes em AD, já que expõe muito didaticamente os problemas da linguística e de suas fronteiras que permitem a emergência da Análise de Discurso na década de 1960. O terceiro texto selecionado por Piovezani e Sargentini (2011) para sua coletânea é uma entrevista que Michel Pêcheux concedeu a Henry Deluy em 1973. O principal tema discutido na entrevista é a teoria estética do filósofo russo Alexander Bogdanov. A entrevista é bastante interessante pelo clima de tensão que parece se instalar entre o entrevistado e o entrevistador, já que Pêcheux critica Bogdanov enquanto Deluy parece tentar defendê-lo. Contudo, para os analistas de discurso, a entrevista serve para que entendamos o modo como Pêcheux filia sua concepção de sociedade e, consequentemente, de arte ao materialismo histórico tal qual a interpretação de Althusser. Fica claro, na entrevista, que o que desconcerta Pêcheux em relação à teoria de Bogdanov é o fato de este ter omitido a categoria de contradição em suas análises sobre a arte proletária. A crítica de Pêcheux a Bogdanov tem um tom bastante semelhante àquelas que ele empreenderá a Foucault, posteriormente, em 1977 (Pêcheux, 1977). O penúltimo texto do livro, Análise do Discurso na França, é um artigo dividido em cinco pequenas partes, cada qual assinada por um autor diferente, e originalmente publicado em 1984. A primeira parte, de Jacques Guilhaumou e Denise Maldidier, apresenta uma rápida descrição das primeiras abordagens metodológicas da AD em relação ao corpus e a seu tratamento. A segunda parte, de Pêcheux, aborda as especificidades do método da AD comparativamente às demais práticas de interpretação textual. É curioso encontrar nesse texto uma passagem em que Pêcheux assume abertamente sua filiação à arqueologia de Michel Foucault. Assinada por Françoise Gadet, a terceira parte discute particularmente a importância que a AD dá à língua em suas abordagens interpretativas. A quarta parte, de Bernard Conein, trata das relações entre a AD e as ciências sociais, destacando as faltas e falhas que, atravessando tanto as teorias linguísticas quanto as ciências sociais, são supridas pela teoria discursiva. O último texto do artigo, sob as assinaturas de Jean-Marie Marandin e Michel Pêcheux, comenta as razões pelas quais a AD adotou procedimentos da informática em sua primeira fase. De modo geral, os pequenos ensaios não parecem conversar entre si, já que abordam temáticas distintas e em tons diversos. Contudo, todos os cinco são muito fáceis de ler e atendem às expectativas de um leitor já iniciado em análise de discurso e com um mínimo de conhecimento sobre sua história. O artigo que fecha o livro é As metamorfoses do Homo politicus, de JeanJacques Courtine. É um texto que, de modo geral, quase quebra a sintaxe do livro, já que traz uma temática (talvez) mais contemporânea de abordagem do discurso político e, ao contrário dos demais textos da coletânea, não discute aspectos teóricos e metodológicos da AD em suas primeiras fases. Contudo, é um texto cheio de fórmulas sobre a espetacularização do corpo político nas culturas midiatizadas e, por isso, cumpre o papel de mostrar uma forma de tratamento mais recente daquele que foi o primeiro objeto abordado pela AD – o discurso político. Nesse artigo, Courtine faz asserções semelhantes àquelas de alguns textos da coletânea Metamorfoses do Discurso Político: derivas da fala pública (Courtine, 2006) – o mesmo tipo de asserções teóricas que embasam artigos como alguns daqueles publicados em Discurso e Mídia: a cultura do espetáculo (Gregolin, 2003). É um texto muito bom para quem está iniciando estudos sobre as especificidades do discurso político contemporâneo e suas relações com a emergência de novas tecnologias e com o campo midiático. Além desses cinco artigos, ainda consta em Legados de Michel Pêcheux uma bibliografia completa dos textos publicados por Pêcheux. É uma bibliografia bem detalhada em que aparecem, inclusive, as referências de todas as traduções que cada um dos textos de Pêcheux recebeu em vários países. Obviamente, pelo fato de Legados de Michel Pêcheux ter sido publicado quase na mesma época que Análise de Discurso: Michel Pêcheux (Orlandi, 2011), essa bibliografia completa carece dos textos escolhidos e organizados por Orlandi (2011). Ignorando-se os deslizes de percurso, como terem traduzido o mesmo texto publicado em Orlandi (2011) (o que a priori desautorizaria o subtítulo comercial do livro: “inéditos em análise do discurso”), Legados de Michel Pêcheux cumpre bem sua proposta geral, que é a de oferecer aos leitores brasileiros alguns textos que permitam vislumbrar as mutações sofridas pela AD desde a década de 1960. Além disso, é muito válido o esforço dos organizadores para resgatar as bases teóricas e filosóficas da AD, instigando os leitores, analistas de discurso, ao desafio de ler as fontes, de se reconhecer no “espólio” – antes que ele se torne um elo perdido, cada vez mais sufocado pelo academicismo burocrático. REFERÊNCIAS BIBLIOGRÁFICAS COURTINE, J. J. (2006). 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Instrucciones para las reseñas · La reseña tendrá como encabezado el autor (o editor), el año, el título, el número de páginas, la casa editorial y el ISBN de la obra reseñada. · En la introducción se identificará el tema y el problema central. · Se describirá la estructura de la obra (en capítulos, y partes, existencia de glosarios, apéndices, etc.) y se hará una síntesis completa del contenido. Asimismo, se especificará quiénes son los lectores potenciales del libro reseñado. · El texto de la reseña será evaluativo y expresará la posición del autor frente a la obra reseñada. · El libro reseñado se pondrá en relación con otros trabajos sobre el mismo tema y/o del mismo autor y se situará en el contexto del momento y lugar en que aparece publicado. · Se seguirán las convenciones de citas que se indican para el resto de las contribuciones a la revista de la ALED. · El texto de la reseña tendrá un límite máximo de 3.000 palabras (aproximadamente diez cuartillas). · Enviar dos copias en papel tamaño carta y una en disquete en formato de documento Word (o compatible) a: Sírio Possenti, e-mail: [email protected] o Irene Fonte, e-mail: [email protected] Instruções para as resenhas · No encabeçado da resenha devem ser indicados o autor (ou editor), o ano, o título, o número de páginas, a casa editorial e o ISBN da obra resenhada. · Na introdução serão indicados o tema e o problema central. · Descrição da estrutura da obra (em capítulos, ou partes, a existência de glossários, apêndices, etc.) e apresentação de uma síntese completa do conteúdo. É importante a informação sobre os leitores potenciais do livro resenhado. · O texto da resenha será avaliativo e expressará a posição do autor frente à obra resenhada. · Comentar-se-á a relação entre o livro resenhado e outros trabalhos sobre o mesmo tema, alheios ou do autor considerado, e situar-se-á a obra no seu contexto temporal e espacial. · Para as citações, serão seguidas as mesmas convenções que se indicam para o resto das contribuições da revista da ALED. · O texto da resenha terá um limite máximo de 3.000 palavras (aproximadamente dez páginas). · Enviar duas cópias em papel tamanho carta e uma em disquete em formato Word (ou compatível) a: Sírio Possenti. E-mail: [email protected] e Irene Fonte, email: [email protected] Instruções para os autores · Política Editorial. A Revista Latino-americana de Estudios del Discurso publica trabalhos originais e inéditos dos membros pesquisadores da Associação. Os trabalhos recebidos são submetidos à arbitragem por parte de especialistas de reconhecido prestígio. O Comitê Editorial reserva-se o direito de sugerir aos autores modificações formais aos artículos que forem aceitos, assim como publicá-los no número que considerar mais conveniente. · Instruções para os autores: Os pesquisadores interessados em publicar seus trabalhos na Revista Latino-americana de Estudios del Discurso, deverão seguir as seguintes instruções: 1. Enviar seus trabalhos ao seguinte endereço postal: Adriana Bolívar y Martha Shiro Revista Latinoamericana de Estudios del Discurso Apartado 47075, Los Chaguaramos, Caracas 1041-A, Venezuela. Os trabalhos também podem ser enviados em attachment às seguintes direções eletrônicas: [email protected] [email protected] [email protected] 2. Os artículos deverão ser escritos em papel tamanho carta, com espaço duplo, de um só lado e ter uma extensão máxima de 25 laudas, incluindo notas e bibliografia. 3. O texto do artículo deve ser precedido por um resumo em espanhol, português (resumo) e inglês (abstract) de não mais de 150 palavras. Incluir-se-ão até seis palavras chave. Os títulos gerais e de seções devem ser breves e explícitos. 4. Todo artículo deve estar acompanhado por uma breve informação biográfica em numa extensão entre 50 e 100 palavras, onde se indique o nome completo do ou dos autores, instituição onde trabalha, telefone, fax e correio eletrônico. Do mesmo modo, dever-se-á proporcionar, de forma clara e completa, o endereço postal mais seguro para receber a correspondência. 5. As citações textuais de mais de 40 palavras devem insertar-se no texto com sangria de 1cm de cada lado. Sua referência far-se-á segundo o sistema autor-data. Ao final da citação, escreve-se entre parêntese o sobrenome do ou dos autores, o ano de publicação e o número de página. Exemplo: (Charaudeau, 2003: 25) 6. As notas devem enumerar-se consecutivamente e colocar-se ao final do texto, antes das Referências Bibliográficas. 7. Todas as referências bibliográficas devem ser ordenadas alfabeticamente depois das notas, e como se verá a seguir: Livros: Ruíz Ávila, D. (2003). Tejiendo discursos se tejen sombreros. Identidad y práctica discursiva. México: Fomento Editorial. Capítulo de libro: Wodak, R. (2003) ‘De qué trata el análisis crítico del discurso (ACD). Resumen de su historia, sus conceptos fundamentales y sus desarrollos’, en R. Wodak & M. Meyer (eds.) Métodos de Análisis crítico del discurso, pp.17-43. Barcelona: Gedisa. Artículos: Chumaceiro, I. (2004). ‘Las metáforas políticas en el discurso de dos líderes venezolanos’, Revista Latinoamericana de Estudios del Discurso, 4 (2): 91-112. As letras a, b, c, anexadas à data de publicação, podem ser usadas para referenciar trabalhos de um mesmo autor publicados no mesmo ano. Instrucciones para los autores · Política Editorial. La Revista Latinoamericana de Estudios del Discurso publica trabajos originales e inéditos de los investigadores miembros de la Asociación. Los trabajos recibidos serán sometidos a arbitraje por parte de especialistas de reconocido prestigio. Como consecuencia, el Comité Editorial se reserva el derecho de sugerir a los autores modificaciones formales a los artículos que sean aceptados, así como publicarlos en el número que considere más conveniente. · Instrucciones para los autores: Los investigadores interesados en publicar sus trabajos en la Revista Latinoamericana de Estudios del Discurso, deberán seguir las siguientes instrucciones: 1. Enviar sus trabajos a la siguiente dirección postal: Revista Latinoamericana de Estudios del Discurso Adriana Bolívar y Martha Shiro Editoras Apartado 47075, Los Chaguaramos, Caracas 1041-A, Venezuela. Los trabajos también pueden ser enviados en attachment a las siguientes direcciones electrónicas: [email protected] [email protected] [email protected] 2. Los artículos deberán ser escritos en papel tamaño carta, a espacio y medio en Times New Roman 12, por una sola cara y tener una extensión máxima de 25 cuartillas, incluyendo notas y bibliografía. Tanto las imágenes, gráficos o tablas deben anexarse en su formato original (jpg, tif, gif, png, excel, power point...) 3. El texto del artículo debe ir precedido por un resumen en español, portugués (resumo) e inglés (abstract) de no más de 150 palabras. Se incluirán hasta seis palabras clave. Los títulos generales y de secciones deben ser breves y explícitos. 4. Todo artículo debe estar acompañado por una breve información biográfica y académica escrita en una extensión entre 50 y 100 palabras, donde se indique con claridad el nombre completo del o los autores, nombre y dirección de la institución donde labora, teléfono, fax y correo electrónico. Asimismo, aparte se deberá proporcionar de forma clara y completa la dirección postal más segura para recibir correspondencia. 5. Las citas textuales de más de 40 palabras deben insertarse en el texto con sangría de 1cm a cada lado. Su referencia se hará según el sistema autor-fecha: al final de la cita se escribe entre paréntesis el apellido del o los autores, el año de publicación y el número de página. Ejemplo: (Romano y Sousa, 2004: 17), (Charaudeau, 2003:25). 6. Las notas deben numerarse consecutivamente y colocarse al final del texto, antes de las Referencias Bibliográficas. 7. Todas las referencias bibliográficas deben ser ordenadas alfabéticamente después de las notas, y como se muestra a continuación: Libros: Ruíz Ávila, D. (2003). Tejiendo discursos se tejen sombreros. Identidad y práctica discursiva. México: Fomento Editorial; capítulo de libro: Donaire, M. L. (2004) ‘La polifonía, una relación binaria’, en E. Arnoux & M.M. García Negroni (Comps.) Homenaje a Oswald Ducrot, pp. 117-133. Buenos Aires: Eudeba. Wodak, R. (2003). ‘De qué trata el análisis crítico del discurso (ACD). Resumen de su historia, sus conceptos fundamentales y sus desarrollos’, en R. Wodak & M. Meyer (eds.) Métodos de Análisis crítico del discurso, pp.17-43. Barcelona: Gedisa. Artículos: Chumaceiro, I. (2004). ‘Las metáforas políticas en el discurso de dos líderes venezolanos’, Revista Latinoamericana de Estudios del Discurso, 4 (2): 91-112. Las letras a, b, c, anexadas a la fecha de publicación, pueden ser usadas para referenciar trabajos de un mismo autor publicados en el mismo año. 8. Cada autor recibirá 2 ejemplares del número de la revista donde aparece su trabajo. Adriana Bolívar y Martha Shiro Editoras de la Revista Latinoamericana de Estudios del Discurso Apartado 47075, Los Chaguaramos Caracas 1041-A, Venezuela Mercedes Duarte Asistente editorial Email: [email protected]