Under Three Flags: Anarchism and the Anti

Transcrição

Under Three Flags: Anarchism and the Anti
Anderson, B. (2005),
Under Three Flags: Anarchism and the Anti-Colonial Imagination,
Verso Press, London,
255 p., ISBN 1-84467-037-6.
Supuestamente estamos viviendo una nueva época.
Habitamos un mundo entrelazado, conectado, y
enredado como nunca había sido en el pasado. La
geografía ya ha sido conquistada por el tiempo a una
escala mucho más amplia de lo que jamás habíamos
visto. Ya estamos globalizados. O, por lo menos,
eso es lo que se nos dicen. Este discurso habría
sido sorprendente para los personajes del nuevo
libro −impresionante e impresionista- de Benedict
Anderson, Under Three Flags: Anarchism and the
Anti-Colonial Imagination. Las figuras humanas que
protagonizan su libro -Isabelo de los Reyes (antropólogo de las Islas Filipinas, todavía bajo el control de
la España imperial), José Rizal (novelista y ensayista
de las mismas islas), Enrico Malatesta (infatigable
anarquista y organizador de Italia), Andrés Bonifacio
y José Martí (malogrados líderes de los movimientos
anti-coloniales de Filipinas y Cuba, respectivamente), y Valeriano Weyler (notable general español
que adoptó métodos extremistas para suprimir las
rebeliones en las periferias imperiales)- fueron parte
de un extraordinario movimiento global de ideas y
seres humanos entre las décadas 1870 y 1920. Este
fue un periodo que vio la migración más grande de
seres humanos hasta aquel entonces (Moyá, 2006).
Si se quiere ver la globalización en la práctica, no
se necesita mirar más allá de sus pasos por la tierra,
bien bajo el sello colonial, bien bajo la señal del
internacionalismo.
Evidentemente, Anderson emprendió el libro
con el reto de entender, de interpretar y de explicar la segunda obra casi desconocida de José
Rizal que se llama El Filibusterismo. Rizal fue el
famoso escritor de la novela Noli Me Tangere, hoy
en día reconocida como un texto decisivo en el
movimiento anti-colonial de las Islas Filipinas. La
segunda y última novela de Rizal fue tan distinta
a la primera, que Anderson se dedica a explicar el
por qué; en el proceso, terminó escribiendo un libro
con un enfoque bastante más amplio, en el cual
figura una gran variedad de personajes y paisajes.
Es, ciertamente, un libro global.
El libro está dividido en cinco capítulos. El primero se concentra en los trabajos del antropólogo
Isabelo de los Reyes. Anderson sitúa su trabajo en
un contexto intelectual, notando, por ejemplo,
que al contrario de los folkloristas de la Europa
decimonónica, que escribieron sus trabajos en la
lengua vernácula de sus paisanos, de los Reyes
optó por escribir en “la lengua imperial” (el español) y para lectores que no eran necesariamente
de las Islas Filipinas. De este hecho, Anderson
concluyó que:
Isabelo wrote mostly for the early globalizing world
he found himself within −to show how Ilocanos
and other indios were fully able and eager to enter
that world, on a basis of equality and autonomous
contribution (p. 22).
Es el primer énfasis que se da al tema central del
libro: la globalización, que existió ya −en cuanto
a ideas, lenguas, pueblos, y pasiones políticas− a
fines del siglo XIX.
En el segundo capítulo, Anderson cambia de
perspectiva para enfocarse en la figura central:
José Rizal, novelista, figura importantísima en los
movimientos para la independencia de las Islas
Filipinas, y hombre que fue fusilado a la 35 años.
Pasó alrededor de diez años fuera de su país natal,
la mayoría del tiempo en Europa. Noli me tangere
(1887) y El filibusterismo (1891) fueron sus dos
novelas y el eje central de este libro es entender
y explicar la gran diferencia de tema y estilo que
existió entre las dos, aunque se publicaron con una
diferencia de tan solo cuatro años. Podría parecer
que estas novelas llegaron de la nada pero “the situation looks rather different if one reflects on their
Investigaciones Geográficas, Boletín 66, 2008 ][ 153
Raymond B. Craib
appearance in a wider context”(p. 28). También se
dedica a la recuperación del contexto literario, de
las “bibliotecas transnacionales,” de donde surgirían
los trabajos de Rizal. Aquí tenemos un bosquejo
profundo del mundo literario-político de la época,
las influencias literarias, pero al mismo tiempo las
maneras por las cuales Rizal trató de romper con la
herencia metropolitana. Es una investigación nítida
y brillante del movimiento de las ideas.
Si el segundo capítulo nos había dado el contexto literario, el tercero nos da una visión de los
tres mundos políticos dentro del cual se escribió El
Filibusterismo. La novela es, como dice Anderson,
una “novela mundial”: los protagonistas proceden
de varias partes del mundo y aparecen, de una u
otra manera, Egipto, Polonia, Perú, Alemania,
Rusia, Cuba, Persia, las islas Carolinas, Celón,
las islas Molucas, Libia, Francia, China y Japón.
Fue un libro escrito dentro del contexto de “tres
mundos”: el primero, el de Bismark, la expansión
prusiana en Europa y el desarrollo de un sistema
“inter-estatal”; el segundo, el de la izquierda global
y, particularmente, el del anarquismo internacional; y,
finalmente, el mundo decadente y moribundo del
imperio español. En cualquiera de los tres casos,
estamos hablando de mundos en el sentido literal
de la palabra, es decir, fenómenos globales. Con
Bismark llegó el imperio alemán que entraba no
sólo en el poder de Europa sino que también participó en la colonización de África, Asia, y el Pacífico.
La izquierda y el anarquismo en particular fue, por
definición, global y opuesta al concepto de nacionalismo. Y el imperio español, a pesar de la pérdida de
lo que recientemente se había denominado América
“Latina” siguió enraizándose por todo el mundo,
desde Madrid al Caribe y al Pacífico. Además, como
vemos claramente en el capítulo cuatro “Trials of a
Novelist”, en el cual Anderson nos da la imagen de
la muerte de Rizal y el nacimiento de nuevo de las
insurgencias cubanas y filipinas, fue un imperio al
que se trasladaron intelectuales, políticos, militares,
e insurgentes: o bien de Filipinas a Madrid y Barcelona; de Madrid a La Habana; de La Habana a
Manila; y de Barcelona a las Filipinas. Este viaje, de
Barcelona a las Filipinas, fue la última trayectoria
de Rizal, donde lo fusilaron el 30 de diciembre de
1896. El siguiente año, esta trayectoria la hizo al
revés −de Manila a Barcelona− Isabelo de los Reyes,
quien fue trasladado a la ignominiosa cárcel de
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Montjuich, Barcelona. Es un buen ejemplo de la
represión constante y de vigor que confrontaron
a los anarquistas y a los anti-colonialistas, ya que
esta penitenciaría funciona como el lugar más
estable del libro. Lo vemos reflejado en el último
capítulo de Montjuich, el único que se refiere al
nombre de un lugar y que es testamento del poder
de la propia palabra y del lugar en las mentes de
personajes del libro. Se recuerda el hecho de que
la historia del anarquismo −con su énfasis absoluto en la libertad y la solidaridad− es a la vez la
historia de la penitenciaria, de la cárcel −con su
énfasis en la negación de la libertad y los esfuerzos
por quebrar la solidaridad.
Es un libro de gran interés para los geógrafos,
particularmente por la visión y la reconstrucción de
un mundo ya globalizado a finales del siglo XIX y las
redes que lo entrelazaron. Anderson ofrece una perspectiva original de la geografía del internacionalismo
literario y político, de alianzas transcontinentales, y
de intercambios culturales del siglo XIX. De hecho,
tal y como destaca, su libro es una historia alternativa
de la muy celebrada y problemática idea y proceso
que se llama “globalización” y de la relación entre
este proceso y los movimientos anarquistas. Como
ya es bien conocido, dos de los más importantes
pensadores anarquistas fueron geógrafos: el ruso
Peter Kropotkin y el francés Eliseo Reclus, los dos
participantes en algunos de los eventos discutidos en
el libro. Y no debemos estar sorprendidos: Kropotkin, en su decisivo trabajo sobre la geografía notaría
que la tarea de esta disciplina es sacar a la luz “the
immense likeness which exists among the labouring
classes of all nationalities” (Kropotkin, 1996:42).
Mientras tanto, Reclus dejó ideas importantes sobre
el mundo como un organismo holístico y formado
por las relaciones sociales de los seres humanos. Ellos
dos, como Rizal y de los Reyes, vivieron el pleno
auge de la globalización, en un mundo que lograba
un tipo de integración espacial y temporal impresionante. Hablamos de un mundo caracterizado por
la aceleración del movimiento y la circulación del
capital; un mundo conectado por telégrafos, teléfonos, automóviles, canales a gran escala, la radio, y
los ferrocarriles. En 1870, tras la construcción del
canal de Suez, el Ferrocarril Transcontinental Americano, y el Ferrocarril Trans-Indiano Peninsular, se
publicaba un horario que sugería que se podía viajar
alrededor del mundo en sólo ochenta días, hecho que
Under Three Flags: Anarchism and the Anti-Colonial Imagination
constituiría la base para la famosa novela de Jules
Verne (lector de los trabajos de Reclus). Además,
la fotografía y las nuevas tecnologías de imprenta
significaron un aumento rápido en la distribución
de noticias e información, lo que generó experiencias
profundas de la simultaneidad y la solidaridad a pesar
de las distancias grandes. Con la sistematización
de tiempos globales y los tratados internacionales
en cuanto a sistemas telegráficos, el mundo se hizo
más conectado y coordinado aún. Muchas de estas
actividades fueron vinculadas con las necesidades y
demandas de una clase internacional de financieros
con intereses geopolíticos. No es sorprendente, entonces, que el anarquista protagonista de la novela
de Joseph Conrad, El agente secreto, intentara colocar
una bomba en el sitio más importante, simbólicamente, en cuanto al tiempo y espacio global: el
Observatorio de Greenwich. El libro fue publicado
en 1907, unos 15 años después del último libro
de Rizal, en el cual figura una lámpara con forma
de granada y llena de nitroglicerina, una bomba
destinada para una boda a la que asistiría una gran
cantidad de oficiales coloniales, y que fue el punto
de partida que inspiró a Anderson en su exploración
del anarquismo y la globalización.
El anarquismo que señala el título de la obra de
Anderson queda restringido tan solo al anarquismo
del attentat, de la propaganda por el hecho, en la
cual, como dijo Alexander Berkman, uno de los
más famosos defensores de ese acto: “cualquier
medio es justificable, mejor dicho, aconsejable”
(Berkman, 2007:28). Berkman hace referencia a
un acto individual, y supuestamente heroico, que
provocaría una insurrección de la clase trabajadora
o de la clase colonizada en contra de sus opresores.
Es la respuesta violenta a la violencia de un sistema
en plena crisis en las postrimerías del siglo XIX: el
sistema imperial de España pero también el sistema
de un capitalismo predatorio viviendo ciclos cada
vez más cortos de éxito y fracaso. Quizás parezca
paradójico que uno de los teóricos más importantes del nacionalismo en los últimos treinta años
escribiera un libro sobre una filosofía política −el
anarquismo− que se basa en el rechazo completo
del nacionalismo. Esta paradoja es, de verdad,
una de las contribuciones más importantes de su
libro.
Como nos muestra Anderson, el anarquismo fue una filosofía que atrajo a varios sectores
de la oposición política. En lugar de ser fijo, el
anarquismo fue (y sigue siendo) una doctrina
anti-doctrinaria, de manera que podía influir tanto a
los nacionalistas y anti-colonialistas como a los antinacionalistas. En realidad, Anderson no pretende
abordar el complicado tema del anarquismo, sino
tratar la relación entre las ideas de una vanguardia
política y cultural en Europa y el pensamiento y
la política anti-colonial de Rizal y sus camaradas.
Nos muestra cómo los movimientos políticos, de
comunistas, de ácratas, y otros, afectaban de una
manera profunda al pensamiento de “lo posible” en
el mente de Rizal y los de sus compatriotas.
No debe sorprender que aquéllos en contra de la
opresión recurrieran a una variedad de ideologías e
ideas para proponer, propagar y justificar su lucha,
especialmente en un mundo en que las ideas, las
ideologías y las personas se trasladaban con tanta
rapidez. Como concluye Anderson, fueron “crucial
nodes in the infinitely complex intercontinental
networks that characterize the Age of Early Globalization” (p. 233). Para quienes deseen entender mejor la formación temprana de la globalización, una
formación que se parece mucho a nuestra propia
época (tanto por el resurgimiento del anarquismo
como por la existencia de un capitalismo cada día
más brutal y avaricioso), este es un libro clave.
Referencias
Berkman, A. (2007), Memorias de un anarquista en prisión, Fuentes, A. (trad.), Melusina, Barcelona.
Kropotkin, P. (1996), “What Geography Ought to Be”,
en Agnew, J., D. Livingston and A. Rogers (coords.),
Human Geography: an essential anthology, Blackwell,
Oxford.
Moyá, J. (2006), “A Continent of Immigrants: postcolonial
shifts in the Western Hemisphere”, Hispanic American
Historical Review, vol. 86, no. 1, pp. 1-28.
Raymond B. Craib
Departamento de Historia
Universidad de Cornell
Investigaciones Geográficas, Boletín 66, 2008 ][ 155
Barber, P. (2006),
El gran libro de los mapas,
Paidós, Barcelona, Buenos Aires, México,
360 p., ISBN 84-493-1922-6.
La manera de considerar tradicionalmente a la cartografía ha sido hasta ahora desde una perspectiva
geográfica y utilitaria. Es decir, como una ciencia
concreta capaz de representar objetivamente un
espacio geográfico en papel. La definición de “cartografía” en el diccionario: Les mots de la Geographie
de Roger Brunet, aunque integra elementos como
“arte, técnica y ciencia”, siempre se esfuerza por representar lo más fielmente posible la realidad (Brunet, 1993:91). En este sentido, el rigor científico y
la verdad objetiva son los elementos fundamentales
que convencionalmente se han utilizado en el desarrollo de la cartografía. Dentro de este esquema
positivista, la historia de la cartografía ha sido vista
como la ciencia que estudia la imagen de carácter
geográfico y sus diferentes formas de representación
dentro de un proceso evolutivo que busca obtener
cada vez mayor grado de rigor científico hasta llegar
a una “triunfante conclusión”, como lo define Peter
Barber (2006:6). Ahora bien, el mismo autor aclara
que no se trata de negar que la precisión matemática
efectivamente desempeña un papel fundamental en
la cartografía. Sin embargo, en los últimos tiempos
se ha superado la idea que se tenía sobre el mapa
exclusivamente como un reflejo del grado del saber
científico de una determinada época.
Cuando en los últimos años se han ensanchado las concepciones teóricas y diversificado
los criterios de investigación, los mapas se han
puesto a la disposición de otras disciplinas. Lo
que las nuevas corrientes tienen en común es
que reconocen que, escribir la historia, no es una
actividad objetiva, sino que sólo se puede aspirar
a interpretar una realidad subjetiva sugiriendo lo
probable y sin pretender transmitir una verdad
pura. Para llevar este postulado teórico al terreno
del mapa, de igual forma, ha sido necesario tomar
conciencia de que la aplicación de la cartografía es
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un ejercicio que no puede ser neutral u objetivo.
Así, a través del desarrollo de nuevas estrategias
interpretativas, se ha hecho una nueva valoración
del mapa y puesto al descubierto nuevos significados implícitos en él. Barber, en su muy novedoso
y propositivo libro intitulado El gran libro de los
mapas, expone que:
… ningún mapa está exento de valores, debido al
inevitable proceso subjetivo de selección que implica. A lo largo de los siglos, numerosos cartógrafos
han intentado trazar el mapa del alma humana
a través de la plasmación de su entorno físico y
espiritual (Ibid.:149).
Para el autor, un mapa siempre será una creación subjetiva donde intervienen las emociones y a
través del cual se transmiten mensajes que reflejan
el modo de vivir de los hombres y de las sociedades
en determinado tiempo y espacio. Por tanto, Barber
argumenta,
dada la imposibilidad de representar la realidad
total, con toda su complejidad, en una superficie
plana, se tienen que tomar decisiones difíciles en
cuanto a qué características se deben de seleccionar
para una representación veraz (Ibidem.).
Es decir, la veracidad es un aspecto, que en el
trazo o análisis de un mapa, resulta imposible ya
que aquélla siempre dependerá de la finalidad de
su creador. Más adelante, el autor explica cómo es
que este proceso de selección es casi instintivo:
El creador de mapas conoce el objetivo al que
debe servir su mapa, y más allá de eso es guiado
inconscientemente por los valores y las ideas del
tiempo en que vive (Ibid.:8).
El gran libro de los mapas
La información plasmada en cada mapa depende, no de una realidad objetiva, sino que se encuentra en función de lo que para el creador del mapa
pareció más relevante, además de que en el proceso
de su elaboración estuvo guiado por sus intenciones
inconscientes permeadas, a su vez, por los valores
e ideas de su cultura en un momento dado. Desde
este enfoque, un cierto espacio determinado por
el mapa refleja distintas manifestaciones humanas
que revelan la propia manera de percibir la realidad
geográfica circundante y, a su vez, permite expresar
plásticamente algunos rasgos de la propia percepción del mundo, ya sea por parte del cartógrafo o
de la sociedad de donde emerge (Harley, 2005:61).1
Una de las definiciones más ilustrativas que nos
ofrece John Brian Harley (con la que coincide el
concepto de Barber) sobre el mapa en la actualidad
es la siguiente:
Tanto en la selectividad de su contenido como en
sus signos y estilos de representación, los mapas son
una manera de concebir, articular y estructurar el
mundo humano que se inclina hacia, es promovido
por y ejerce un influencia sobre grupos particulares
de relaciones humanas (Ibid.:80).
Una de las nuevas posturas teóricas recientemente desarrolladas conocida con el término de
“historia cultural” introduce una variedad más
amplia y abarcadora en las formas de hacer historia.
Interesada en los sistemas de creencias y modos de
pensamientos (como lo hacía la escuela de los Annales de París), se inserta dentro de una propuesta
más abierta en donde las ideas se puedan relacionar
con su entorno y la sociedad que las sustenta y con
ciertas estructuras e ideologías más globales de largo
plazo (Burke, 2006:232-233). Dentro de estos nuevos enfoques metodológicos, las representaciones
mentales, textuales y también iconográficas han ido
en creciente valoración y así las imágenes visuales
son consideradas hoy, ya sean reflejos verdaderos o
imaginados de la realidad, constructores del mundo
social (Chartier, 2007:12). Por esto, en una lectura
De ahí que John Brian Harley defina al mapa como “una
construcción social del mundo expresada a través del medio
de la cartografía”.
1
cultural del mapa, no se le debe considerar como
si existiera por sí mismo, fuera de las voces que
transmiten su mensaje (Harley, 2005:63),2 sino
siempre dentro de una historicidad.
Este libro de Barber es un buen ejemplo de
cómo es posible estudiar a los mapas desde una
perspectiva social, en contraste con la manera de los
geógrafos convencionales. Barber reconoce que la
definición de mapa formulada en 1987 por Harley,
todavía es vigente ya que no sólo propone atender
los elementos geográficos en el espacio que se representan gráficamente sobre el papel, sino también
repara en los conceptos, condiciones, procesos y
acontecimientos del mundo humano en el mapa.
Con este trabajo, Barber quiere mostrar que los
mapas no son exclusivamente obra geográfica y que
no deben ser estudiados “como si hubieran seguido
un camino determinista de perfección científica
siempre creciente” (Barber, 2006:9). Por el contrario, el autor, propone que la calidad del mapa no se
debe encontrar en el grado de precisión científica
sino en su capacidad para servir a su objetivo. En
ese sentido, las consideraciones estéticas y de diseño
son tan importantes o más que las matemáticas. Y
por ejemplo, los aspectos vistos como distorsiones o
decoración en el mapa, ya no se desdeñan y resultan
hoy particularmente valiosas como elementos que
ayudan a transmitir la mentalidad y cultura general
de la época (Ibid.:8).
El gran libro de los mapas expone una variedad de
mapas, tanto por su tipología, como por los soportes
y materiales en una larga duración, que va desde el
año 1500 a.C. hasta el 2005. Considera ejemplos,
principalmente ingleses, de las colecciones de mapas
de la Biblioteca Británica, donde trabaja el autor,
pero también de China, India, México, Turquía,
de tradición judía, entre otras. En cada uno de los
mapas seleccionados, el autor señala el objetivo que
tuvo su creador dentro de una gama inmensa de
posibilidades que juegan los mapas en muy diversas
sociedades y momentos históricos.
Harley refiere a ellos como “imágenes inherentemente
retóricas”; es decir, los mapas vistos como un tipo de lenguaje cargado de símbolos que envían o reciben mensajes
y que en última instancia son, en sí mismos, “metáforas o
símbolos del mundo”.
2
Investigaciones Geográficas, Boletín 66, 2008 ][ 157
Raquel Urroz
Así, por ejemplo, el mapa de Macrobio del siglo
IX a.C. ya mostraba todo lo que matemáticamente
se infería, era el globo terráqueo y el mundo conocido. El mapa está dividido en cinco zonas y cada
una de ellas habitada en alguna parte: dos zonas
polares, dos zonas templadas y una zona ecuatorial.
Este mapa “zonal” fue la parte de la ciencia clásica,
en materia cartográfica, que transmitió Macrobio
al mundo medieval. Paradójicamente, esta imagen,
con aspiraciones científicas, pudo coexistir con otro
mapa europeo totalmente opuesto en su contenido
y mensaje. El llamado TO o “diagramático” era la
representación más popular que refleja el mundo
percibido por la iglesia medieval. El mar océano
que rodea la ekumene o mundo conocido y habitado forma la O, dentro del círculo, dos líneas
dividen el espacio interior en tres partes que corresponden a los tres continentes del viejo mundo
y que simbolizaba la idea tripartita del cosmos.
Son dos mapas utilizados en la Edad Media: uno
realista, geográfico y científico; otro cultural y de
un hondo significado religioso. Ambos conviven
sin contraponerse necesariamente, ya que cada uno
tiene su propia función, intereses y público diverso
(Ibid.:30 y 72). Un ejemplo muy específico que
ilustra cómo es posible realizar una lectura cultural
del mapa es el de 1804 de James Robertson de la
isla de Jamaica como colonia británica y en donde
además de registrar los rasgos geográficos básicos de
la isla, refleja la importancia del tráfico de esclavos
para la Corona Inglesa. El cartógrafo divide la isla
en las diferentes plantaciones de caña de azúcar
indicando con cuantos esclavos se cuenta en cada
una de ellas, incluyendo los nombres de los dueños
de cada plantación. Los apellidos allí registrados,
confieren un especial significado y uso del mapa:
son nombres impuestos que se transmitieron de
generación en generación y en el que hoy, muchas
familias afro caribeñas, pueden rastrear su árbol
genealógico (Ibid.:248).
158 ][ Investigaciones Geográficas, Boletín 66, 2008
Otro ejemplo particular de un mapa que nació
con una muy clara finalidad es el elaborado en 1831
de Joseph Forrester del río Duero en Portugal y sus
alrededores. Este inmigrante inglés productor de
oporto, transportaba sus productos por el Duero
donde perdía muchos cargueros en los rápidos no
cartografiados. Así fue como tomó la decisión de
trazar un mapa que resultó ser el primer estudio
con un alto grado de detalle de un río, junto con el
registro de varios pueblos, casas y una iglesia.
Los mapas, como se puede apreciar, reflejan
determinadas visiones del mundo y cosmologías.
En el libro de Barber abundan los ejemplos: la
cartografía destinada para el uso estratégico de
la guerra; otros más que buscan plasmar una fiel
descripción del terreno en donde habitan o muestran los recursos y la riquezas materiales con una
finalidad defensiva o de protesta; otros que enfatizan un mensaje patriótico o de orgullo urbano,
etc. Por lo anterior, anotamos una sugerencia de
Barber: “la calidad del mapa no se debe juzgar por
su precisión científica sino por su capacidad para
servir a su objetivo” (Ibid.:9).
Referencias
Brunet, R. (1993), Les mots de la geographie: Dictionaire
critique, Reclus-La Documentation Francaise, Montpellier, París.
Burke, P. (2006), Formas de historia cultural, Alianza
Editorial, Madrid.
Chartier, R. (2007), La historia o la lectura del tiempo,
Ed. Gedisa, Barcelona.
Harley, B. (2005), La nueva naturaleza de los mapas,
Fondo de Cultura Económica, México.
Raquel Urroz
Facultad de Filosofía y Letras,
Universidad Nacional Autónoma de México
Harcourt, W. y A. Escobar (eds.; 2007),
Las mujeres y las políticas del lugar,1
Programa Universitario de Estudios de Género, UNAM, México
290 p., ISBN 9-703-24049-6.
En el ámbito mundial, el Género incrementa rápidamente su interés para la Geografía, en tanto que
muestra la territorialidad derivada de la construcción cultural de hombres y de mujeres. En la investigación tradicional en diferentes ramas de la
Geografía, como la Regional, se observan procesos
tales como la ocupación poblacional y de dinámica
económica, como algo realizado por entes humanos
aparentemente cohesionados e indiferenciables,
sin que se reconozca el hecho de que el ser mujer
u hombre, imprime en el territorio diferencias
importantes, de acuerdo con las implicaciones que
cada cultura atribuye a uno u otro género, por lo
general en condiciones inequitativas.
En este contexto surge el libro Women and the
Politics of Place, editado en inglés por Kumarian
Press (2005), bajo la coordinación de Wendy
Harcourt, presidenta de la asociación de Mujeres
en Desarrollo-Europa, y Arturo Escobar, profesor
de antropología en la Universidad de Carolina del
Norte, Estados Unidos. El valor de la obra radica
en la presentación de diferentes estudios de caso
que muestran cómo las mujeres, con atribuciones
culturales diferentes, inciden en el territorio en el
que viven, con el afán de lograr condiciones dignas
de vida y equidad de género. La importancia del
tema llevó al Programa Universitario de Estudios
de Género de la UNAM, a traducir y publicar en
el 2007 este libro, con el título en español de Las
mujeres y las políticas del lugar.
En esta obra vertieron sus ideas diecinueve
autoras y un autor, de formación muy variada que
va de la Geografía a la Antropología. Contiene 15
artículos, los cuales están agrupados en cuatro secciones que, temáticamente refieren el análisis de las
Esta reseña se deriva de la presentación de este libro en
el marco de la Feria Internacional del Libro del Palacio de
Minería, el 21 de febrero de 2008. Agradezco muy especialmente a la Dra. Marisa Belausteguigoitia Rius, directora
del Programa Universitario de Estudios de Género, por la
invitación que me hizo para comentar esta obra.
1
mujeres, el lugar y: 1. La política del cuerpo. 2. El
medio ambiente. 3. Las economías alternativas.
4. Sus movimientos (migraciones). Los primeros
capítulos aducen a la parte teórica de la obra, cuya
exploración es exhaustiva para los conceptos de
“lugar”, “mujer” y “política”. El resto de capítulos
muestran las experiencias de las mujeres y la política
del lugar en Zanzíbar y Dar-es-Salam, Tanzania;
Toronto, Canadá; la Región Zapatista, México;
Zambrana-Chacuey en República Dominicana; la
costa Pacífica en Colombia; Palestina; Paquistán;
India; Filipinas; Karelia del Norte, Finlandia; Italia
y Papúa Nueva Guinea.
En alusión con el lugar se señala que los territorios son diferenciados entre sí, pues tienen sus
propias interacciones sociales, productoras de culturas específicas; los territorios construyen géneros
con sus propias interpretaciones del ser mujer y las
mujeres tienen su propia interpretación del lugar.
Por su parte se señala que la “política del lugar” es
la influencia que el lugar y la historia de las acciones políticas tienen en un movimiento social, en
este caso, en un movimiento incentivado por las
mujeres o con apoyo a las mujeres. Se insiste que
no es posible la comprensión de la política del lugar
sin una interpretación causa-efecto y que, en tanto
predomina el poder patriarcal en casi todo el mundo, la política del lugar desfavorece a las mujeres,
por lo que ellas generan resistencias encaminadas
a eliminar la desigualdad que les limita, aprisiona
y, literalmente, mata.
Novísimo en este libro es la revelación que sus
autoras hacen de que la política del lugar no es una
fórmula extensiva a todo el Mundo, tal como en su
momento lo plantearon los movimientos socialista
y el propio feminismo tradicional. En este escrito se
alude a que las estrategias de acción varían de lugar
en lugar, de acuerdo con las condiciones del medio
físico, social, económico, su historia específica, la
valoración propia de lo que es ser mujer. Aunque
de hecho en esta obra no se habla de “mujer” en
un sentido universal, globalizador y esencializador,
Investigaciones Geográficas, Boletín 66, 2008 ][ 159
Álvaro López López
sino más bien de “mujeres” insertas en espacios
geográficos con atribuciones variadas y que van de
la reivindicación de su valor reproductivo, hasta las
interpretaciones más radicales que llevan al cuestionamiento de este papel natural de las mujeres
en ser sólo “madres”.
Así, Fatma Aloo, una autora que habla de Tanzania, señala, en alusión a su lucha:
El de África es un movimiento de mujeres que dice
que las mujeres somos las procreadoras, somos las
madres y productivas […] y en este lugar de lucha
buscamos que nuestras necesidades sean cubiertas
con una dignidad humana integral.
Para lograrlo hay obstáculos y ella reconoce que
los obstáculos provienen de hombres y mujeres:
“las mujeres pueden causar tanto dolor como los
hombres”, pues es más bien el sistema patriarcal
el problema, el cual es reproducido por ambos
géneros, así, “[…] la mente necesita descolonizarse
de los valores patriarcales” los cuales permean el género. Por su parte, la paquistaní Khawar Mumtaz,
refiere que las luchas locales surgen desde mantener
la vida misma, como la erradicación de la pena de
muerte a las mujeres por cuestiones de honor. Pareciera que en el occidente “desarrollado” esto está
superado y, en este sentido, las luchas y políticas
de lugar son diferentes a las de regiones como el
mundo islámico.
Por supuesto, desde el punto de vista del feminismo radical y globalizador emanado de países
occidentales, entender a la mujer como el ser
reproductivo es una crítica central, sin embargo,
también en este libro se explora la dificultad de
hacer extensivo el planteamiento del feminismo
radical y globalizador como la política que tiene
la autoridad para decir “qué es la mujer” en todos
lados del mundo. Así ser mujer difiere en formas
significativas según la geografía procedente.
Casi todos los sitios de estudio abordados en
este libro pertenecen a los llamados países “en desarrollo”, donde las mujeres tienen doble o triple
condición de marginación: ser pobres, ser “mujeres”
y/o ser indígenas o negras. Así, sorprende la coincidencia que las autoras tienen, de acuerdo con sus
experiencias en el trabajo comunitario, de que una
política del lugar para lograr la equidad de género
es lograr mejorar la autovaloración de las mujeres
en su propia condición. Pero estas autoras también
coinciden que no hay éxito si este trabajo no se basa
en su independencia económica, es decir, que se
160 ][ Investigaciones Geográficas, Boletín 66, 2008
involucren en proyectos en los que su trabajo físico
y remunerado les dé la sensación de independencia
económica y les lleve a su empoderamiento. Una
vez ocurrido esto, se ha visto que se facilita el hecho de que las mujeres busquen ejercer su voto o
intervenir en las políticas locales. Estos análisis se
basan en estudios documentados y una base amplia
de trabajo de campo.
Uno de los casos donde el empoderamiento
social de las mujeres no tuvo una base económica
en el inicio, fue el de las indígenas zapatistas chiapanecas. Curiosamente fue, valga la expresión, su
involucramiento en el potencial campo de guerra
y su participación en la discusión de las leyes comunitarias, lo que les llevó a demandar en forma
determinante una posición equitativa. Como la
autora de este capítulo lo señala, además de luchar
con la opresión del sistema económico global, ha
sido luchar con los hombres de su propia comunidad, en la búsqueda de su reconocimiento.
Otra de las discusiones en este libro ha sido la de
responder esta pregunta: ¿dónde se es más eficiente
en la lucha por la equidad de género? Cuando las
mujeres se sitúan, ¿dentro o fuera del poder establecido? En diferentes capítulos se argumenta que
quienes se han mantenido independientes a las
estructuras de poder no comprometen sus ideas, su
intelecto, su cuerpo, su fuerza de trabajo. Quienes
han luchado desde el poder, han actuado en el entendido de que las mujeres tienen gran potencial en
la generación de riqueza, pero en una visón globalizadora de la economía y de las mentes, de modo
que las luchas han quedado nulificadas y de hecho
han servido a las propias estructuras de poder, a fin
de cuentas asociadas con el capital trasnacional.
En esa misma perspectiva, en este texto se
discute la efectividad que la Organización de las
Naciones Unidas ha tenido en la equidad de género;
se señala que esta organización realiza estudios a
partir de indicadores que estandarizan la enorme
diversidad de problemáticas en los lugares, luego
entonces, se genera una política promedio que ya
no coincide con las necesidades locales. Por otra
parte, se enfatizan los logros que ha tenido el Foro
Social Mundial, en tanto que está al pendiente de
rescatar las particularidades locales del lugar, para
resolver la inequidad de género.
Álvaro López López
Departamento de Geografía Económica
Instituto de Geografía
Universidad Nacional Autónoma de México
Londoño Vega, P. (2007),
Acuarelas y dibujos de Henry Price
para la Comisión Corográfica de la Nueva Granada,
Banco de la República, Bogotá,
80 p., ISBN 978-958-664-192-0.
Con motivo de la adquisición de 54 acuarelas y dibujos del inglés Henry Price, por parte del Banco de
la República, se organizó una exposición al público
de Bogotá y la edición del catálogo con un amplio
estudio de Patricia Londoño Vega, de la Universidad de Antioquia. Este libro se divide en dos
partes. La primera examina el material principal:
las acuarelas y dibujos de Price para la Comisión
Corográfica y la segunda es el catálogo de obras de
Price de 1852, es decir, las acuarelas sobre papel que
realizó durante el viaje de ese año, en compañía del
ingeniero militar Agustín Codazzi.
La figura de Price se relaciona con la de Codazzi
y los altos ideales de contar con los mapas de las
provincias y cantones, además de la demarcación de
los límites internos y externos de la Nueva Granada.
Como se ve, el proyecto encargado a Codazzi no
era de menor interés desde la óptica del gobierno
neogranadino, al contrario, era de primera necesidad para los múltiples retos y nuevas reformas
políticas y administrativas (Restrepo, 1984). Las
herencias geográficas que había dejado Alejandro
de Humboldt en sus viajes y particularmente en
los mapas publicados en sus Atlas poco o nada se
adaptaban a las nuevas necesidades del gobierno
liberal a mediados del siglo XIX.
La Comisión Corográfica contaba con amplios
objetivos de trabajo tanto de los rasgos físicos
como humanos de la Nueva Granada. Su principal
responsable, Agustín Codazzi era un italiano con
experiencia militar en las guerras napoleónicas.
Desde los Estados Unidos viaja, en 1816, para
unirse a las fuerzas de independencia de América
del Sur, a las que brinda su apoyo. Años más tarde,
Codazzi se encuentra en Caracas con el prestigio de
su intervención libertadora y se dedica a la elaboración de un volumen de la geografía y un atlas del
territorio venezolano, con los mapas impresos en
París en 1840. A pesar de la experiencia, el ambiente político le fue adverso y decide pasar a Colombia.
En Bogotá ofrece la organización de una comisión
científica para el conocimiento del territorio que,
luego de la disolución de la Gran Colombia en
1831 y en medio de una serie de tratados de límites
internacionales de los países vecinos, cada vez se
hace más necesaria una organización geográfica de
mayores alcances.
La organización política interna de Colombia
cambiaba rápidamente al pasar de las provincias
a los estados federales. Codazzi propuso una serie
de expediciones por el territorio que preparaba
cuidadosamente antes de salir. Su trabajo integraba
noticias y datos útiles para sus mapas y libros. Los
mapas de Codazzi tienen el meridiano de Bogotá
como origen e incluyen “tablas de distancias entre las
poblaciones, de sus alturas y climas, de la calidad de
sus terrenos, una perspectiva de las alturas y noticia
de las minas, ríos, lagunas, de las producciones
y particularidades de [cada] provincia” (Cortés,
1967).1 Con este panorama, Codazzi opinaba
sobre las alternativas para cada región y, a la vez,
planteaba su urgente integración. Este punto de
vista destacaba, pero también lo que indicaba sobre
la intervención del Estado en los proyectos de obras
públicas. Simpatizaba con la promoción de las vías
de comunicación, principalmente de los ríos para
lograr la “conformación de un sistema de mercados
y su relación con la consolidación del Estado”
(Restrepo, 1984). En resumen, Codazzi encabezaba
una delicada misión de trabajo, enfrentada a las
cambiantes condiciones políticas, que afirmaba la
utilidad del quehacer geográfico ante los desafíos
del gobierno y los problemas locales, como la
descoordinación regional y el aislamiento.
Los mapas de la Comisión Corográfica terminados por
Agustín Codazzi, son: Tundama (1850), Socorro (1850),
Tunja (1850), Vélez (1850), Soto (1851), Córdova (1852),
Medellín (1852), Barbacoas (1853), Túquerres (1853),
Casanare (1856) y Cundinamarca (1858).
1
Investigaciones Geográficas, Boletín 66, 2008 ][ 161
Héctor Mendoza Vargas
Price fue el segundo de los tres pintores con que
contó Codazzi durante los itinerarios que realizó
por territorio colombiano. El primero fue Carmelo
Fernández, que trabajo con Codazzi en sus mapas,
salió de la organización en 1851; el tercero fue
Manuel María Paz que, además de secretario del
jefe de la comisión desde 1853, fue el topógrafo
más adaptado a las condiciones impuestas para
el trabajo de la comisión, entre malos caminos,
diversos climas y largas jornadas de observación y
de mediciones.
En el caso de Price, destacan los datos de su
juventud en Londres por el gusto a la música y a
la pintura de paisajes. Llegado a Bogotá en 1843,
desde los Estados Unidos con su esposa, Eliza Castello Brandon, Price se ocupa en los negocios de la
exportación del tabaco y de quina, ambos al alza en
el mercado mundial. A la vez que dedica tiempo a
la música con su participación para la fundación de
la Sociedad Filarmónica y la organización de conciertos, algunos dirigidos por el mismo Price. De las
reuniones en la sociedad musical, surgió la iniciativa de abrir un colegio moderno en la ciudad para
la formación media y superior. Conocido como el
Colegio del Espíritu Santo, la nueva escuela abrió
sus puertas en 1849 y para 1851 ya tenía ganada
una fama por la lista de sus profesores, incluido
Price en las clases de música y pintura. En los conciertos de la filarmónica, Price exhibía los dibujos
de sus alumnos en las paredes de la misma sede,
la parroquia de San Victoriano. Ante el cierre del
Colegio por la presión opositora, Price se incorpora
a la Comisión Corográfica de la Nueva Granada
durante la tercera salida, entre enero y agosto de
1852. Tiempo en el que acompañó a Codazzi por
las provincias de Mariquita, Córdova, Antioquia
y Medellín. Como resultado, las acuarelas de Price
interpretan el paisaje de esas regiones, desde el río
Magdalena y los llanos hasta los cerros y volcanes,
al igual que los caseríos, iglesias y conventos.
Sobre la tercera salida de la Comisión Corográfica no hay una crónica escrita de los mismos
participantes, nos indica Patricia Londoño Vega.
Salieron el 5 de enero de 1852 desde Bogotá y
siguieron hasta Tocaima para atravesar el río Magdalena. De ese primer tramo, Price comenzó a
trabajar e hizo, entre otros dibujos, la acuarela del
caserío de Santa Ana. El grupo siguió hacia el norte,
hacia la parte alta con cuatro mil metros de altura
162 ][ Investigaciones Geográficas, Boletín 66, 2008
en la “Mesa de Herveo” donde Codazzi lleva a cabo
algunas observaciones e inician el descenso hacia
Manizales y a Sonsón, luego Price dibuja la bajada
del río Aures antes de llegar a Ríonegro. En este
lugar, Codazzi sigue el camino hacia los cerros de
Simití, cercanos a la parte baja del río Magdalena,
lugar con importancia minera y también ganadera
y agrícola. De regreso, Codazzi se encuentra con los
demás miembros de la expedición en Santa Rosa
de Osos, desde donde prosiguen hacia Guadalupe.
Price continúa su labor y elabora varias acuarelas
del entorno, como la “Cascada de Guadalupe” o
la “Confluencia del río Grande y el río Chico”.
El grupo llega a fines de la primavera a Medellín
y Price sólo hace dibujos de los habitantes y su
indumentaria. En Antioquia observa las palmas y
dibuja cuatro acuarelas. Desde ahí siguen el viaje
al río Atrato y se dirigen a Cartago antes de cruzar
la cordillera Central y en verano estar de vuelta por
Bogotá. En la ciudad, Price se dedica a terminar
sus dibujos y acuarelas de los lugares y personajes
vistos durante la travesía.
Hay otras acuarelas de Price que terminó en
los siguientes años −luego de salir de la Comisión
Corográfica− que proceden de lugares visitados por
Codazzi durante las expediciones por el territorio
colombiano, entre 1853 y 1859. Se sabe que las
láminas de los pintores completaban una edición
con el diccionario geográfico y estadístico del país,
una promoción de la época con la finalidad de
atraer la “inmigración de extranjeros industriosos”
a la Nueva Granada. En total se tiene el registro de
86 acuarelas de Price, 26 bajo resguardo del Fondo
Antiguo de la Biblioteca Nacional y las demás de
reciente adquisición para las colecciones del Banco
de la República.
La segunda parte del libro es el “Catálogo de
obras de Henry Price”, con las imágenes ordenadas
por los meses de su elaboración: 8 en enero, 12 en
febrero, 1 en marzo, 7 en abril, 9 entre mayo-junio,
18 entre junio y julio de 1852. Además se añaden
las “otras obras de Henry Price” identificadas entre 1853 y 1855 y que corresponden a los sitios
y pasos de la Comisión Corográfica con Codazzi
al frente de las salidas. La obra termina con una
“Cronología” con columnas que fijan la actuación
o movimientos de Henry Price, de la Comisión
Corográfica y del contexto en Bogotá o de la Nueva
Granada.
Acuarelas y dibujos de Henry Price para la Comisión Corográfica de la Nueva Granada
Finaliza el estudio de Patricia Londoño Vega
con la indicación de que ningún otro país de la
región contó con iniciativas como la que alentó
el “registro pictórico” de la Comisión Corográfica
de la Nueva Granada. Tal afirmación requiere de
perspectiva, en lugar de exaltar la excepcionalidad
del caso neogranadino como hace Londoño Vega,
para indagar las posibles similitudes y diferencias
con otros trabajos geográficos, además de formular
una visión integradora de la actuación tanto de los
exploradores como de los artistas. El caso de la
frontera entre México y los Estados Unidos nos
ofrece un ejemplo pertinente para esta sugerencia,2
ya que este trabajo coincide en el tiempo con lo
realizado por Price para la comisión encabezada
por Codazzi.
Al frente de la comisión estadounidense, compuesta por más de cien personas entre ingenieros y
personal de apoyo, John Russell Bartlett se propuso
dirigir un plan de observaciones y mediciones por
el norte mexicano, lo que hoy son los territorios
de Texas, Nuevo Mexico, Arizona, Chihuahua,
Sonora y California (Bartlett, 1856). Tanto Russell
como el pintor Henry Cheever Pratt realizaron
docenas de dibujos a lápiz y acuarelas de la gran
línea natural y artificial entre ambos países (Hall,
1996). Cheever Pratt, un pintor de retratos y de
paisaje de Boston, llegó a El Paso en verano de 1851
y rápidamente trabajó en la región. Sus acuarelas
atestiguan el paisaje hasta entonces desconocido
por la elite social de la Nueva Inglaterra, como los
ríos, las montañas y sobre todo el desierto que tanto
asombraba y dificultaba los trabajos de alta precisión de las comisiones. Durante ese año, Cheever
Pratt terminó los primeros dibujos y acuarelas que
su ojo había captado y, en los siguientes años, otros
más de los paisajes fronterizos.
Las acuarelas de Cheever Pratt de los ríos Gila y
Colorado, y los paisajes de Arizona, Chihuahua
Al terminar la guerra de los Estados Unidos contra México,
el tratado del 2 de febrero de 1848 indicaba la organización
de las comisiones de límites entre ambos países. Los trabajos
comenzaron el 10 de octubre de 1849 y se prolongaron por
varios años y sucesivas exploraciones desde California hasta
el Golfo de México. Los pormenores de las mediciones y las
condiciones de trabajo han sido estudiados por Luz María
Oralia Tamayo Pérez y por Paula Rebert (Tamayo, 2001;
Rebert, 2001),
2
y Nuevo Mexico tenían una lectura política similar
a las de Price de los parajes colombianos. Su pintura
mostraba imágenes ordenadas y humanizadas de
regiones lejanas y desconocidas para la elite política
e inversionistas de Bogotá y de Washington para
fomentar la inmigración y las políticas económicas.
En resumen, el progreso técnico y económico llevado al territorio articulaba una filosofía de Estado
a mediados del siglo XIX. Los mapas y las acuarelas
eran una ventana tecnológica y una metáfora visual
para tales objetivos. En ese contexto, el arte de Price
como de Cheever Pratt comparten una manera de
representar el paisaje contenido de un gran potencial para los planes colonizadores, de agricultura,
de ganadería y de minería.
Referencias
Bartlett, J. R. (1856), Personal narrative of explorations
and incidents in Texas, New Mexico, California,
Sonora, and Chihuahua, connected with the United
States and Mexican Boundary Commission during the
years 1850, ’51, ’52, and ’53. D. Appleton & Co.,
New York, 2 vols.
Cortés Alonso, V. (1967), Catálogo de mapas de Colombia,
Ediciones de Cultura Hispana, Madrid.
Hall, D. (ed.; 1996), Drawing the borderline: artistsexplorers and the U.S.-Mexico Boundary Survey, The
Albuquerque Museum, Albuquerque.
Rebert, P. (2001), La gran línea. Mapping the United
States-Mexico Boundary, 1849-1857, University of
Texas Press, Austin.
Restrepo Forero, O. (1984), “La Comisión Corográfica:
un acercamiento a la Nueva Granada”, en Quipu Revista Latinoamericana de Historia de las Ciencias y la
Tecnología, vol. 1, núm. 3, México, pp. 349-368.
Tamayo Pérez, L. M. O. (2001), La Geografía, arma
científica para la defensa del territorio, Colec. Temas
Selectos de Geografía de México (I.1.3), Instituto de
Geografía, UNAM, México.
Héctor Mendoza Vargas
Departamento de Geografía Social
Instituto de Geografía
Universidad Nacional Autónoma de México
Investigaciones Geográficas, Boletín 66, 2008 ][ 163
García Martínez, B. (2008),
Las regiones de México. Breviario geográfico e histórico,
El Colegio de México,
351 p., ISBN 968-12-1322-X.
En 1976, Bernardo García Martínez, investigador
de El Colegio de México, comenzó a publicar sus
primeros estudios sobre una posible regionalización del país. En ese entonces, también algunos
geógrafos habían propuesto dividir el territorio
nacional siguiendo criterios tanto fisiográficos
como socioeconómicos. La manera de abordar el
problema dividía a quienes creían con firmeza que
las regiones eran realidades objetivas1 de quienes
preferían definirlas a partir de la subjetividad del
observador.2 Bernardo García se identificaba desde
entonces con los estudiosos del territorio que adoptaban este último enfoque. Las regiones –concluye
en el libro que ahora reseñamos– “surgen de la percepción y la comprensión de la realidad y mezclan
la experiencia de quien las vive o ha vivido con la de
quien las estudia”. Da la impresión que la mesura y
prudencia de García Martínez provienen en parte
de tener como herramienta una visión de larga
duración provista por su oficio de historiador.
Jorge L. Tamayo realizó, bajo el nombre de “Los paisajes”,
una breve revisión del territorio nacional basada en el relieve
adicionado de datos sobre el origen étnico de los pobladores
y sobre las actividades económicas principales. Con ello
suponía, se allanaba el camino para explicar la “realidad de
la patria” con “fría objetividad” (Tamayo, 1963:5; Tamayo,
1984). Ángel Bassols, por su parte, desarrolló una división
del país en regiones económicas que sirvió como referente
para muchos trabajos de geografía aplicada y para la comprensión de una versión de México aceptada por varias
generaciones de geógrafos. Para presentarla, afirmaba que
las regiones “existen objetivamente en la realidad y son un
producto de la interacción sociedad-naturaleza” (Bassols,
1979:24).
1
Claude Bataillon afirmaba entonces que las regiones en
México “no están hechas: se hacen y se deshacen ante nuestros ojos” (Bataillon, 1969:2). Bernardo García Martínez
aclaraba que si bien las páginas de su texto describían la
“realidad geográfica de México” eran “también subjetivas”
(García, 1981:7).
2
164 ][ Investigaciones Geográficas, Boletín 66, 2008
Uno de sus textos de 1976 fue reeditado tanto
en 1977 como en 1981 bajo el título de “Consideraciones Corográficas” dentro de la Historia General
del Colegio de México (García, 1981:5-82). En el
2000, esta institución decidió realizar una nueva
edición para la cual Bernardo García sustituyó
ese texto por uno que prácticamente anunciaba el
que hoy nos ocupa. Cabe decir que varias de sus
reflexiones complementarias fueron publicadas
bajo el título de El desarrollo regional, siglos XVI al
XX, pequeño libro editado por Océano en 2004 en
donde expuso una sugerente definición de paisaje
(García, 2004:35). Región y paisaje, son los dos
conceptos más útiles del análisis geográfico, según
parecen coincidir en la práctica los autores que se
interesan en explicar los componentes del territorio nacional. Lo son en la medida que permiten
describir unidades espaciales en donde la acción
de los pueblos y las fuerzas naturales aparecen
interrelacionadas. Para García Martínez, la región
es “un producto histórico enlazado con un medio
físico” (García, 2008:12).
Según nos expone, el territorio nacional puede
ser analizado a partir de las condiciones del medio, en particular del relieve, en conjunción con
la historia de los pueblos que han actuado sobre
él. García Martínez señala lo admirable que es el
hecho de que estos dos aspectos hayan armonizado
de manera tan amplia en tan vastos sectores para
producir una “integración que se puede calificar
como ecológica” (García, 2008:15). Estas dos
condiciones, el relieve (sobre todo el factor altitudinal) y la historia, conducen a suponer que es
necesario comenzar por explicar las regiones a partir
del México Central, área en donde coinciden las
mayores elevaciones montañosas con las gestas en
las que comenzó la vida nacional de este país. No es
gratuito, nos hace ver el autor, que el país se llame
Las regiones de México. Breviario geográfico e histórico
como la más prominente de sus ciudades, misma
que se ubica casi en el centro geométrico del espacio
más densamente poblado.
Así, partiendo del México Central, el libro nos
guía casi de la mano por los caminos de hierro, asfalto y terracería, sin sobrevuelos impracticables ni
fotografía aérea. Más bien, lo hace tropezando a pie
con los obstáculos que presenta el terreno y estudiándolos detenidamente para comprender con qué
parte del territorio son más afines. De este modo
se revisan los valles de Puebla y El Seco, de Toluca,
del Mezquital y de México, además de los espacios
de la Mixteca Alta, el Valle de Oaxaca, Michoacán,
El Bajío, La Ciénega, La Región Tapatía, Los Altos
de Jalisco, Las Barrancas y Aguascalientes.
Después de analizar el México Central, el autor
propone que en su derredor existen tres vertientes
que descienden, una hacia el Golfo, otra hacia el
Pacífico y una más hacia el Norte. En la primera se
detiene a estudiar las regiones de Orizaba-Córdoba,
Xalapa, Veracruz, Sierra Norte de Puebla, Tuxpan,
Sierra Mazateca, Sierra Zapoteca, Sotavento, Sierra
de Hidalgo, Sierra Gorda, Huasteca y Tampico.
En el siguiente apartado aborda la vertiente del
Pacífico y estudia en ella las regiones de Morelos,
Cuenca oriental del Balsas, Mixteca Baja, Montaña,
Sierra del Sur, Tierra Caliente del Balsas, Cuenca
occidental del Balsas, Sierra y Tierra Caliente de
Michoacán, Colima, Sur de Jalisco, Tepic, Costa
Grande, Costa Chica, Mixteca de la Costa y Sierra
de Miahuatlán,
La Vertiente Norte, a su vez, se compone de
tres grandes regiones: la del Noroeste, la de Baja
California y la del Noreste. La primera abarca
Zacatecas, Durango, Parral, Chihuahua, Paso de
Juárez, Bolsón de Mapimí, San Luis Potosí, Saltillo,
La Laguna, Valle de Conchos, Sierra de los Huicholes y Sierra Tarahumara. La segunda, es decir,
la gran región de Baja California, comprende las
subrregiones de La Paz, Las Sierras y el desierto
Central y la de Tijuana. La tercera, la del Noreste,
abarcaría según el autor, las de Tamaulipas, Nuevo
León, Bajo Bravo y la subrregión de Monclova y
Piedras Negras. Bernardo García Martínez encuentra que el estudio de la Vertiente del Norte podría
prolongarse allende la frontera con los Estados
Unidos en la medida que observásemos la historia
del área, sus paisajes y la dinámica económica que
vincula a ambos lados de la línea divisoria.
Para explicar el resto del espacio mexicano, es
decir, lo que coloquialmente se conoce como el
Sureste, García Martínez propone otro término
distinto a “vertiente” pero igualmente descriptivo
de la organización regional: el de “cadena”. Para él,
son claramente distinguibles dos concatenaciones
de sistemas regionales: la Cadena Caribeña y la Cadena Centroamericana. A la primera pertenecerían
las regiones de Coatzacoalcos, Tabasco, Campeche,
Yucatán, Chetumal y Cancún. A la segunda, las
de Tehuantepec, Soconusco, Valles Centrales de
Chiapas, Altos de Chiapas y El Lacandón. Como
en el caso de la Vertiente del Norte, estas cadenas
podrían, cultural y paisajísticamente, prolongarse
más allá del territorio mexicano hacia Centroamérica y las islas del Caribe.
Su decisión de recorrer imaginariamente a pie,
en autobús o en ferrocarril los espacios mexicanos y
de hacerlo mirando tanto al pasado como al medio
físico que se despliega ante la mirada, nos permite
pensar en lo que hoy suele llamarse “el enfoque
cultural en geografía” (Jackson, 1995; Anderson
et al., 2003; Claval, 2003). Dicho enfoque metodológico se distingue del enfoque económico (que
por décadas imperó en la conformación de regiones) precisamente en su análisis a pequeña escala,
contemplando hasta cierto punto el ensamblaje
local y los conflictos que de él derivan.
Aunque el libro no nos dice cómo el autor procedió a hacer su investigación, el lector adivina que
fue un monumental esfuerzo de síntesis producto
de sus observaciones directas en campo y de la
recolección de innumerables materiales de archivo
y biblioteca durante, al menos, treinta años. Con
este producto, Bernardo García recupera algunas
de las mejores tradiciones del quehacer geográfico,
como aquella de ascender a las cumbres para mirar
desde arriba y esa otra de narrar emotivamente
lo que sus ojos reconocen como “espacio vivido”
(Frémont, 1976).
Si bien el libro es producto de una investigación
profesional de altísimo nivel y de una maduración
que ha llevado décadas, su lenguaje es sencillo y
accesible. Está acompañado de mapas bastante
amigables y de recursos tipográficos para que el
Investigaciones Geográficas, Boletín 66, 2008 ][ 165
Federico Fernández Christlieb
lector distinga los aspectos del medio físico de los
de la población o los del desarrollo histórico sin que
con ello se simplifique un panorama que es de suyo
complejo. Tal vez estas facilidades otorgadas por
Bernardo García al lector para entender el territorio
mexicano, hayan decidido obviar una bibliografía
o una serie de referencias sobre sus fuentes (que
echamos de menos) para que los interesados pudieran ampliar sus horizontes.
Terminemos diciendo que Las regiones de México
es el libro que recomendaríamos, desde luego a todos los habitantes y visitantes de este país, pero con
insistencia conminativa, a los estudiantes y maestros de cualquiera de las carreras de ciencias sociales
de nuestro sistema de educación superior.
Referencias
Anderson, K., D. Mona, P. Steve and T. Nigel (eds.;
2003), Handbook of Cultural Geography, Sage Publi­
cations, London.
Bataillon, C. (1969), Las regiones geográficas en México,
Siglo XXI Editores, México.
Bassols Batalla, Á. (1983), México: formación de regiones
económicas. Influencias, factores y sistemas, UNAM,
México.
166 ][ Investigaciones Geográficas, Boletín 66, 2008
Claval, P. (2003), Geographie culturelle. Une nouvelle
approche des sociétés et des milieux, Armand Colin,
Paris.
Frémont, A. (1976), La region: espace vécu, Presses Universitaires de France, Paris.
García Martínez, B. (1981), “Consideraciones corográficas”, en Cosío Villegas, D. (coord.), Historia General
de México, tomo 1, El Colegio de México, México,
pp. 5-82.
García Martínez, B. (2000), “Regiones y paisajes de la
geografía mexicana”, en Historia General de México,
El Colegio de México, México, pp. 25-91.
García Martínez, B. (2003), El desarrollo regional, siglos
XVI al XX, Océano/UNAM, México.
Jackson, P. (1995), Maps of meaning: an introduction to
Cultural Geography, Routledge, London, N.Y.
Tamayo, J. L. (1963), Geografía económica y política,
UNAM, México.
Tamayo, J. L. (1984), Geografía Moderna de México,
Trillas, México.
Federico Fernández Christlieb
Departamento de Geografía Social
Instituto de Geografía
Universidad Nacional Autónoma de México
II Simposio Iberoamericano de Historia de la Cartografía.
La cartografía y el conocimiento del territorio en los países iberoamericanos.
[II Simpósio Ibero-americano de História da Cartografia.
A cartografia e o conhecimento do território nos países ibero-americanos],
Ciudad de México, 21-25 de abril de 2008
Por que é que os actuais estudiosos da cartografia
antiga insistem na existência de vínculos estreitos
entre objectos aparentemente tão díspares entre
si como a rebbelib –um dos vários tipos de carta
náutica de varetas de palmeira, fibras de coqueiro
e conchas construídos nas ilhas Marshall– e o
Mao Kun, protótipo da cartografia que assinala as
célebres rotas marítimas que Zheng He e outros
almirantes Ming sulcaram entre Nanquim, Ormuz
e os portos da África oriental? Por que é que os
mais recentes livros dedicados aos mapas dos anos
decisivos do início da Idade Moderna por regra
reservam um espaço relativamente nobre para
tratar objectos cartográficos tão esquivos a uma
representação objectiva da Terra, ou de uma parte
dela, como o mundo em forma de trevo, a Ásia em
forma de Pégaso ou a Europa em forma de mulher
idealizados por Heinrich Bunting? Enfim, por que é
que os autores desses mesmos livros tendem a servirse de equivalentes aparatos críticos quer quando
tratam as madeiras e as araras que são o primeiro e
o mais realista dos símbolos iconográficos do Brasil
oferecidos pelo planisfério de Cantino, quer quando
tentam descodificar o quase puro traço azteca da
águia pousada sobre o cacto que está no centro
da Tenochtitlán estilizada do Códice Mendoza?
Une toda esta série de questões o facto de
exemplificarem à perfeição as novas perspectivas
de trabalho cultivadas numa área do saber tão
apostada na renovação metodológica como o é a
história da cartografia. Na verdade, passado parece
estar o tempo em que os mapas eram estudados
como meros artefactos e as atenções se centravam
na tipologia dos respectivos materiais e na identificação das características de um conjunto de
“escolas nacionais” de cartografia mais ou menos
estanques e, sobretudo, europeias. É que, mais do
que representar um pedaço da superfície da Terra,
ou a Terra toda, o mapa corresponde a uma ideia
dessa mesma parcela, ou desse todo. É que, mais do
que um objecto de papel ou de tela –mas também
de madeira e conchas, de argila, papiro ou amate,
marcado na base de um ataúde, esculpido no mármore ou desenhado no vazio de uma gruta–, todo
o mapa começa a fazer sentido quando considerado
o conjunto de condicionantes históricas, sociais,
económicas e culturais que acompanharam a sua
elaboração. É que, mais do que representativa de
um esquema antes de tudo europeu ou ocidental
de fixar o espaço, a cartografia corresponde a um
impulso eminentemente universal, logo a modos de
ver que devemos sempre tentar confrontar, mesmo
quando as soluções visuais ou as geografias particulares que são alvo do traço parecem demasiado
distantes ou até inconciliáveis entre si (Buissert,
2003:XI-XIV).
Os organizadores e os participantes no II Simpósio Ibero-americano de História da Cartografia, que
decorreu na Cidade do México entre 21 e 25 de
abril de 2008, deram mais um contributo importante para este esforço de actualização da prática
da disciplina que se vem fazendo desde há cerca de
três décadas nos centros académicos de referência.
Tratou-se de uma iniciativa organizada em conjunto pelo Instituto de Investigaciones Dr. José
María Luis Mora e pelo Instituto de Geografía da
Universidad Nacional Autónoma de México. A
coordenação esteve a cargo dos geógrafos históricos
José Omar Moncada Maya (coordenação geral),
Eulália Ribera Carbó, Héctor Mendoza Vargas e
Pere Sunyer Martín (comité organizador local),
tendo os trabalhos decorrido nas instalações privilegiadas do Palácio de Minería, no centro histórico
da capital mexicana. A primeira edição deste evento
aconteceu em 2006, na Argentina, organizada pelo
Instituto de Geografía da Facultad de Filosofia y
Investigaciones Geográficas, Boletín 66, 2008 ][ 167
Francisco Roque de Oliveira
Letras da Universidad de Buenos Aires (Lois, 2006;
Troncoso, 2007). Procedentes de universidades e
centros de investigação da Argentina, Brasil, Chile,
Colômbia, Estados Unidos da América, México e
Portugal, a quase meia centena de participantes
no Simpósio de 2008 veio confirmar o sentido da
aposta lançada há dois anos. Em simultâneo, tornou-se patente que os seus organizadores também
souberam tirar partido da dinâmica suscitada pela
realização do VIII Colóquio Internacional de Geocrítica, que o mesmo grupo acolheu na Cidade do
México em maio de 2006, subordinado ao tema da
geografia histórica e da história do território e durante
o qual funcionou uma mesa exclusivamente orientada para a investigação e a didáctica da cartografia
antiga (Mendoza e Arroyo, 2006; Abreu, 2007).
À semelhança do que já havia acontecido em
Buenos Aires, quando o evento foi pensado para
tratar a questão muito geral das imagens e linguagens
cartográficas nas representações do espaço e do tempo, o
programa deste II Simpósio foi organizado em torno
do tema substancial e propositadamente genérico
da cartografia e do conhecimento do território nos
países ibero-americanos. A respectiva convocatória
visava articular três dimensões de análise: teoria e
epistemologia da cartografia; cartografia temática;
cartografia de quatro períodos históricos principais
(a tradição pré-hispânica, da época colonial às independências, das independências à consolidação dos
novos Estados nacionais e a época contemporânea).
Os trabalhos seleccionados foram apresentados ao
longo de 10 sessões sucessivas, tanto em castelhano
como em português, enquadrados pela seguinte lista de tópicos: teoria e epistemologia da cartografia;
arquivos e mapotecas; cartografia de tradição indígena; cartografia do período colonial; cartografia
do período entre as independências e a consolidação das soberanias ibero-americanas; história da
cartografia urbana; história da cartografia náutica;
protagonistas e instituições; história da cartografia
das fronteiras; atlas e mapas nacionais.
Da longa lista de intervenções que preencheram
a semana de trabalhos no Palácio de Minería, começamos por destacar aquelas que incidiram sobre o
fundo cartográfico do Archivo Histórico do Estado
de Zacatecas (José Arturo Burciaga Campos) e a
importância instrumental dos arquivos agrários
168 ][ Investigaciones Geográficas, Boletín 66, 2008
como fonte para a análise dos usos e da repartição
da terra a partir do caso do ejido de La Concepción,
Tanlajás, San Luís de Potosí (Gerardo Alberto Hernández Cendejas). A exploração dos conteúdos e da
relevância das importantes colecções oitocentistas
reunidas por Pedro de Angelis (1784-1859), na
Argentina, e Manuel Orozco y Berra (1816-1881),
no México, constituiu o assunto das comunicações
intituladas “Especulaciones sobre la Colección Pedro
De Angelis en la Biblioteca Nacional de Río de
Janeiro” (Teresa Zweifel) e “La mapoteca Manuel
Orozco y Berra de la ciudad de México” (Claudia
Pérez Toledo e Héctor Mendoza Vargas). Outra
colecção particular que está a ser alvo de um estudo
sistemático corresponde às mais de 2000 fichas sobre bibliografia, arquivos, espécimes cartográficos e
cartógrafos dos séculos XV a XVII organizadas pelo
Almirante Max Justo Guedes, conforme exposto na
conferência relativa ao plano de digitalização deste
espólio desenvolvido pelo Laboratório de Estudos
de Cartografia Histórica da Universidade de São
Paulo no quadro do projecto temático “Dimensões
do Império Português: 1414-1822” (Íris Kantor e
Flora Lahuerta).
Duas comunicações alusivas ao Mapa de Cempoala (c. 1580) introduziram a inesgotável linha
de pesquisa que explora o hibridismo de tradições
autóctones e europeias na cartografia e na generalidade do reportório pictográfico produzido na Nova
Espanha nas décadas imediatamente subsequentes
à Conquista: enquanto uma se centrou na exposição da qualidade das diferentes convenções cartográficas aí articuladas (Elva Margarita Montfort
Mallorquín), a segunda explorou as possibilidades
de reconstituição da organização social do espaço
representado pelo mesmo objecto (Osvaldo Sterpone). A decifração dos elementos topográficos de
um documento pictográfico oriundo de uma das
áreas menos centrais do império azteca foi ensaiada
a propósito do Lienzo de Aztactepec y Citlaltepec
(Flor Yenin Cerón Rojas). Na mesma linha, expuseram-se as certezas e as dúvidas que resultam da
análise espacial dos signos convencionais da pintura
de Atlatlahuca, de 1588 (Ana Elsa Chávez Peón
Herrero, Federico Fernández Christlieb e Gustavo
Garza Merodio). Ainda a respeito deste género de
representações, foi apresentada uma sólida reflexão
A cartografia e o conhecimento do território nos países ibero-americanos
sobre a natureza mítica e a complexidade dos códigos iconográficos ou cartográficos que se revêem
nos elementos paisagísticos fundamentais expostos
em corografias indígenas como a do Códice Vaticano
3738 (Ángel Julián García Zambrano). Conseguiram-se resultados igualmente felizes ao ler-se o jogo
marcado pela invasão da linguagem europeia e a
concomitante subsistência de elementos próprios
da cultura visual nativa numa série de quatro mapas do altepetl de Cholula, concebidos entre 1545
e 1586 (María Elena Bernal García). Encerrou
este conjunto de apresentações uma tentativa de
síntese sobre a ambivalência técnica pré-hispânica
e europeia que caracteriza o conjunto dos mapas
apensos às Relaciones geográficas da Nova Espanha
(Enrique Delgado López).
Ao avançar para o tratamento da cartografia
de raiz ocidental dos períodos anterior e imediatamente posterior às independências das áreas
americanas dos impérios português e espanhol,
detectaram-se vários pontos de contacto entre o
trabalho que incidiu sobre a produção do espaço
colonial na Província de Santa Marta (Colômbia)
a partir do exame de três mapas do final do século
XVIII (Santiago Muñoz Arbelaez), a discussão sobre
o conceito de sertão, sugerida pela cartografia que
representa o avanço da fronteira metropolitana
na capitania do Rio de Janeiro entre 1765 e 1820
(Flora Lahuerta), e a exposição sobre o significado
dos itinerários percorridos e do legado escrito e
cartográfico do engenheiro Miguel Constanzó
para o reconhecimento da Alta Califórnia, no
último terço do século XVIII (Omar Moncada
Maya). Também houve especial coincidência ou
continuidade de tópicos entre as leituras que incidiram sobre o uso e a manipulação intencional
da toponímia como elemento de consolidação da
soberania no Brasil colónia e no Brasil império
(Íris Kantor), a questão toponímica e o desenho
territorial na cartografia da Argentina moderna a
partir dos casos da Patagónia e do Chaco (Carla
Lois) e a análise dos trabalhos realizados pelo Instituto Geográfico Militar argentino entre 1904 e
1979 (Madalena Mazzitelli Mastricchio). Dizemos
o mesmo a respeito do exemplo que a Huasteca
Potosina oferece sobre a relevância que os mapas
e planos insertos nas Noticias Estadísticas do início
do século XIX tiveram na construção do Estadonação mexicano (Ricardo A. Fagoaga Hernández),
bem assim como sobre a leitura que relacionou a
função pedagógica e instrumental atribuída ao
influente Atlas do Império do Brazil (1868) de
Cândido Mendes de Almeida com o conteúdo
da Corografia Brazílica (1817) de Aires de Casal
(Valéria Trevizani Burla de Aguiar).
O tratamento do legado cartográfico de Antonio Garcia Cubas (1832-1912) inseriu-se numa
linha de pesquisa relativamente próxima destas,
porquanto destacou a importância que alguns dos
principais levantamentos geográficos e geodésicos
por si coordenados tiveram para a negociação dos
limites territoriais do México (Hugo Pichardo
Hernández). Um trabalho sobre a figura um pouco
anterior de Duarte da Ponte Ribeiro (1795-1878)
possibilitou uma leitura contrastada sobre aquele
que, tendo sido um dos mais notáveis diplomatas
do Império do Brasil, foi também um dos mais decisivos intervenientes na resolução das suas questões
fronteiriças (Manoel Fernandes de Sousa Neto).
Ainda a propósito do fértil tema das cartografias
de fronteira na América Latina, ilustrou-se o caso
das indefinições que acompanharam o traçado dos
limites internacionais da região andino-amazónica
em muitos dos mapas divulgados até às primeiras
décadas do século XX por vários dos países envolvidos no respectivo controlo –Bolívia, Brasil, Colômbia, Equador e Peru (Sebastián Díaz Ángel).
Uma grande incidência em casos de cidades
mexicanas acabaria por assinalar a abordagem
dos temas de cartografia urbana. Entre outros,
refiram-se os resultados obtidos a propósito da
eleição de motivos pictóricos “nacionais” num
conjunto representativo de mapas e planos urbanos da Cidade do México do século XX (María
Alejandrina Escudero Morales), bem como a análise das relações existentes entre a representação
isométrica da paisagem urbana de Guadalajara
patente no plano de Grant Higley (1906) e a
tradição de vistas panorâmicas representada pelas
cidades francesas traçadas por Alfred Guesdon c.
1860 e pela pintura de Hannibal assinada por
Albert Ruger em 1869 (Luis Felipe Cabrales
Barajas e Mercedes Arabela Chong Muñoz). Para
casos não mexicanos, sublinhamos o tratamento
Investigaciones Geográficas, Boletín 66, 2008 ][ 169
Francisco Roque de Oliveira
conjugado da documentação textual e do material
cartográfico produzido pela Comissão Construtora da Nova Capital de Minas Gerais (1893-1897)
aquando da decisão de transferir a cabeça do Estado de Ouro Preto para Belo Horizonte (Maria
do Carmo Andrade Gomes).
Para os temas de cartografia náutica, apresentaram-se aspectos relativos ao cruzamento de
genealogias portuguesa e castelhana nas primeiras
representações do arquipélago filipino (Miguel
Rodrigues Lourenço), aproveitou-se o exemplo
das intermitentes representações insulares da
Califórnia nos mapas do século XVI para expor
a fragilidade das leituras assentes sobre a ideia de
que a construção do saber geográfico se processa
de forma linear (Alfredo Ruiz Islas) e, enfim,
articularam-se os mais importantes trabalhos cartográficos de Juan Francisco de la Bodega y Cuadra
com as expedições hispano-mexicanas enviadas
pelo governo do vice-rei Bucareli ao extremo
noroeste americano, na sequência da afirmação
das ambições russas pelo domínio da mesma área
que acontece a partir de meados do século XVIII
(Guadalupe Pinzón Ríos). Dois dos congressistas
voltariam à cartografia do século XVI para apresentar os resultados de um apurado inquérito às
múltiplas fontes que desembocam no mapa da
Nova Galiza (México), publicado em 1579 por
Abraham Ortelius (Elizabeth del Carmen Flores
Olague e Thomas Hillerkuss Finn). Outro estimulante estudo relativo à mesma época tratou de interpretar as soluções cartográficas encontradas para
a representação do Peru na Geografía y Descripción
Universal de las Índias de Juan López de Velasco,
contejando-as tanto com diversos outros mapas
da época, como com o ambivalente tratamento
que esse território obteve nas secções escritas dessa
Geografía de 1574 (Alejandra Vega Palma).
O programa do II Simpósio Ibero-americano de
História da Cartografia incluiu ainda um painel
consagrado ao restauro de mapas antigos a cargo
de Carlos Enrique Ruiz Abreu (Archivo Histórico
de la Ciudad de México), uma visita técnica à Mapoteca Manuel Orozco y Berra (Tacubaya, Cidade
do México) e uma jornada de trabalho de campo
consagrada à análise de uma pintura de 1580 (Oaxtepec, Morelos, coordenada por Héctor Mendoza
170 ][ Investigaciones Geográficas, Boletín 66, 2008
Vargas). Entre os materiais produzidos para este
Simpósio, salienta-se um catálogo comentado dos
estudos mexicanos de história da cartografia denominado Los mapas de México: autores y contextos
e assinado por Raquel Urroz (textos) e Héctor
Mendoza Vargas (selecção e apresentação). Urroz e
Mendoza Vargas resenham aí cerca de uma centena
de títulos produzidos entre 1871 (o seminal Materiales para una cartografia mexicana de Orozco y
Berra) e 2007. A oportunidade serviu ainda para o
lançamento de um número temático da revista Terra Brasilis, de História do Pensamento Geográfico
no Brasil (Rio de Janeiro, número 7/8/9) sobre a
história da cartografia nos países ibero-americanos
(Manoel Fernandes de Sousa Neto).
Como se expôs, a qualidade eminentemente interdisciplinar da história da cartografia esteve bem
representada neste Simpósio através da presença
de investigadores praticantes de áreas das ciências
sociais e humanas tão diversas como a geografia,
a história, a antropologia, a sociologia, os estudos
culturais, o urbanismo, a arquitectura ou as belas
artes. Saliente-se o esforço realizado pela generalidade dos participantes no sentido de explorarem
a dimensão espacial dos respectivos objectos de
estudo, mormente no caso dos inquéritos originários daquelas disciplinas em que este aspecto tende
a eclipsar-se ante outras prioridades de análise. Do
mesmo modo, há que salientar o empenho que a
organização colocou em assegurar a participação
simultânea de nomes com trajectória científica
já consagrada e a mostra de trabalhos produzidos
por estudantes e jovens investigadores. Tal como
foi feito com os textos escritos para a primeira
edição deste Simpósio, os promotores da reunião
do México deram conta dos preparativos em curso para a edição próxima das comunicações nela
apresentadas. Há ainda que realçar o mérito que os
organizadores demonstram ao criarem as condições
institucionais necessárias para tornar gratuita a
inscrição de todos aqueles que quiseram participar
nos trabalhos deste encontro, tanto conferencistas
como assistentes. Por tudo isto, é alta a expectativa
colocada na celebração do III Simpósio Ibero-americano de História da Cartografia, em 2010, que os
presentes deliberaram confiar aos colegas brasileiros
da Universidade de São Paulo.
A cartografia e o conhecimento do território nos países ibero-americanos
Referências
Abreu, M. A. (2007), “Geocritica: historical geography
and the history of territory”, Journal of Historical
Geography, no. 33, pp. 197-199.
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New Worlds in Renaissance Europe, Oxford University
Press, Oxford/Nova York.
Lois, C. (coord.; 2006), Imágenes y lenguajes cartográficos
en las representaciones del espacio y del tiempo: I Simposio
Iberoamericano de Historia de la Cartografía, Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires [disponível na
Web: URL <http://www.historiacartografia.com.ar>
Consultado a 12/05/2008].
Mendoza Vargas, H. e M. Arroyo (eds.; 2006), “Geografía
histórica e historia del territorio”, Número extraordinario dedicado al VIII Coloquio Internacional de
Geocrítica. Actas del Coloquio. Ciudad de México,
22-26 de mayo 2006, em: Scripta Nova. Revista
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218, 1 de agosto de 2006 [disponível na Web: URL
<http://www.ub.es/geocrit/nova10.htm> Consultado
a 12/05/2008].
Troncoso, C. A. (2006), “I Simposio Iberoamericano
de Historia de la Cartografía. Imágenes y lenguajes
cartográficos en las representaciones del espacio y del
tiempo, Buenos Aires, 20, 21 y 22 de abril de 2006”,
em Investigaciones Geográficas, Boletín, núm. 60, Instituto de Geografía, UNAM, ��������������������
México, pp. 171-174.
Urroz, R. y H. Mendoza Vargas (2008), Los mapas de
México: autores y contextos, Data Print, impresores,
México.
Francisco Roque de Oliveira
Departamento de Geografia
Faculdade de Letras da Universidade de Lisboa
Investigaciones Geográficas, Boletín 66, 2008 ][ 171
I Colóquio Brasileiro de História do Pensamento Geográfico,
Uberlândia, Brasil, 27 e 30 de abril de 2008
As pesquisas em História do Pensamento Geográfico vêm se avolumando nas últimas três décadas, no
Brasil. Esta produção, no entanto, tem encontrado
relativamente poucos espaços para ser debatida
adequadamente. Poucos têm sido os eventos especificamente voltados para o tratamento do tema e
a congregação desses pesquisadores, sendo o último
evento, de caráter nacional, aquele realizado em
1999, na Universidade Estadual Paulista-UNESP,
de Rio de Claro (1º. Encontro Nacional de História
do Pensamento Geográfico).
O I Colóquio Brasileiro de História do Pensamento Geográfico, realizado entre os dias 27 e 30
de abril de 2008, veio atender uma intensa angústia
de todos os que se debruçam sobre a história da Geografia, em particular, mas também daqueles que
procuram compreender o pensamento geográfico
em sentido mais amplo, passados, como se vê nove
(9) anos da primeira iniciativa.
Realizado na Universidade Federal de Uberlândia-UFU (Instituto de Geografia), portanto em
um dos centros de excelência de pesquisa no Brasil,
embora localizada na cidade de Uberlândia-MG,1
um centro de importância intermediária na rede
urbana brasileira, o evento congregou em torno de
180 participantes, entre professores, pesquisadores,
estudantes de graduação e pós-graduação. É de se
A cidade de Uberlândia está localizada no chamado Triângulo Mineiro e conta com uma população de 608.369
habitantes, sendo um centro econômico voltado para o
processamento de grãos, carnes, frutas e laticínios, bem
como para o segmento de biotecnologia animal e vegetal.
Entretanto o grande destaque para a cidade dá-se na função
de centro atacadista e varejista, sendo ponto de entroncamento ou de interligação entre as áreas mais dinâmicas da
economia nacional (São Paulo e Rio de Janeiro) com as áreas
mais interiorizadas do território (Goiás, Mato Grosso do
Sul, Mato Grosso e a capital do país, Brasília).
destacar a participação de professoras da Universidade de Buenos Aires-UBA, dando continuidade
aos trabalhos conjuntos iniciados em Rio Claro.
O Colóquio foi organizado tendo em mente
três frentes de trabalho complementares. Primeiramente as Mesas Redondas procuraram recobrir
os acontecimentos e a renovação da Geografia nos
anos de 1980, no Brasil, e isto remete justamente
ao aparecimento mais intensivo das discussões
em torno da HPG2 em nosso meio. Os principais
horizontes teórico-metodológicos: a lógica formal,
o humanismo, a fenomenologia e a crítica radical
marxista, foram abordados em sua influência direta
sobre o campo disciplinar da Geografia por professores e pesquisadores que sofreram diretamente
seus impactos e por outros que a estudaram a
fundo. A chamada Geografia Física foi também
contemplada nas várias influências que sofreu durante esse período sendo abordada por estudiosos
comprometidos com a compreensão teórica desse
campo. Deste modo, foram compostas quatro
mesas assim distribuídas:
1. Perspectiva lógico-formal. Uma nova geografia
para pensar o Brasil.
Profa. Dra. Vera Lucia Salazar Pessoa-UFU; Prof.
Dr. Archimedes Perez Filho-UNICAMP; Prof. Dr.
Paulo Roberto Albuquerque Bomfim-USP.
1
172 ][ Investigaciones Geográficas, Boletín 66, 2008
Siglas utilizadas: HPG: História do Pensamento Geográfico;
UFU: Universidade Federal de Uberlândia; UBA: Universidade de Buenos Aires; UNESP-RC: Universidade Estadual
Paulista-Rio Claro; UNESP-PP: Universidade Estadual Paulista-Presidente Prudente; USP: Universidade de São Paulo;
CEFET: Centro Federal de Educação Tecnológica de São
Paulo; UFF: Universidade Federal Fluminense; UNICAMP:
Universidade Estadual de Campinas; PUCMG: Pontifícia
2
Universidade Católica de Minas Gerais.
I Colóquio
2. Perspectiva humanista. O resgate do lugar pela
geografia no Brasil.
Profa. Dra. Marlene Terezinha de Muno
Colesanti-UFU; Prof. Dr. Werther Holzer-UFF;
Prof. Dr. Oswaldo Bueno Amorim FilhoPUCMINAS.
3. Perspectiva crítico-radical. Uma geografia nova
para (re)pensar o Brasil.
Profa. Dra. Vânia Rubia Farias Vlach-UFU; Prof.
Dr. Ruy Moreira-UFF; Prof. Dr. Antonio Carlos
Robert Moraes-USP.
4. Perspectivas da geografia física. A natureza na
geografia produzida no Brasil.
Profa. Dra. Rita de Cassia Martins de SouzaUFU; Prof. Dr. Luis Antonio Bittar VenturiUSP; Prof. Dr. João Osvaldo Rodrigues NunesUNESP-PP.
Os anos correspondentes à renovação da Geografia no Brasil foram extremamente tumultuados
e talvez por isso mesmo tenham tornado possível
a recepção das idéias novas e da oxigenação da
“velha” Geografia regional francesa, desgastada
e incapaz de responder aos reclamos dos novos
tempos. Os governos militares (1964-1985) implementavam um desenvolvimento econômico
acelerado à custa de empréstimos impagáveis
após as crises do petróleo. Um país que procurava modernizar o campo e estender direitos
trabalhistas via Estatuto da Terra ou do Estatuto
do Trabalhador Rural, mas que, no entanto, enfrentava paralelamente a dura reação dos grandes
proprietários de terra e dos empresários urbanos.
O crescimento grandioso e desordenado das
cidades enquadrava-se num contexto de boom
econômico nacional e internacional. As coisas
mudavam desenfreadamente.
A absorção dos métodos quantitativos e da Teoria dos Sistemas pela geografia brasileira desses anos
pode ser entendida no esforço de adequação aos
novos tempos, à adesão à lógica formal conforme
vinha sendo proposta principalmente nos EUA, o
novo modelo a ser seguido. A crise mundial dos
anos de 1970 levou inevitavelmente à reavaliação
dos métodos dessa interpretação da realidade e
permitiu o desenvolvimento de outras abordagens
metodológicas, principalmente as ligadas ao mate-
Brasileiro de História do Pensamento Geográfico
rialismo histórico, mas também de algumas frentes
chamadas humanísticas.
O maior desafio para aqueles que compuseram
as Mesas Redondas citadas foi justamente fazer uma
revisão do que foram as propostas apresentadas
àquele tempo e de quais as principais transformações sofridas pela geografia praticada no Brasil,
desde o tempo da redemocratização em 1985, com
o fim do período militar.
Paralelamente às Mesas Redondas ocorreram
os Grupos de Discussão levando em conta as
várias frentes ligadas à História do Pensamento
Geográfico que vêm se constituindo no Brasil nos
últimos anos, demonstrando uma preocupação
muito significativa em relação a uma historiografia
da disciplina. Algumas frentes têm se ocupado essencialmente com o pensamento social e a atuação
dos intelectuais brasileiros no sentido de construir
um pensamento geográfico, independentemente de
sua área de formação. São destaques desse Grupo
de Discussão as questões ligadas à Geografia e Literatura, à Geografia pré-institucional, à Geografia
acadêmica propriamente dita e à Geografia e outros
profissionais. Este eixo de trabalho foi denominado Geografia e pensamento social brasileiro (onze
trabalhos), e coordenado pelo Prof. Dr. Paulo R.
Albuquerque Bomfim (CEFET-SP) e pelo Prof. Dr.
Paulo R. T. de Godoy (UNESP-RC);
Outra frente tem se preocupado com as instituições e as formas de elaboração e de sistematização
de um saber geográfico. Neste sentido, não somente
são levados em conta os cursos de Geografia, mas
também outras instituições de pesquisa imbuídas
da idéia de construir um pensamento de ordem
espacial ou geográfica. São aqui consideradas
como fontes de pesquisa: universidades, sociedades
geográficas, órgãos técnico-administrativos, agências estatais, revistas e congressos de Geografia.
O Grupo de Discussão Espaços institucionais do
saber geográfico (oito trabalhos) foi coordenado
pelo Prof. Dr. Sergio Nunes Pereira (UFF) e pela
Profa. Dra. Perla B. Zusman (UBA); ligados aos
estudos diretamente institucionais aparecem
aqueles especificamente direcionados para uma
geografia escolar, ou seja, para a produção de um
conhecimento acerca da adoção e da aplicação (ou
transmissão) de uma Geografia nas escolas, seja no
Investigaciones Geográficas, Boletín 66, 2008 ][ 173
Rita de Cassia Martins de Souza Anselmo
nível básico, médio ou superior. São fontes básicas
destas pesquisas: legislação, programas curriculares
oficiais, livros didáticos, bem como podem servir
de aportes interessantes os escritos de professores e
alunos, os registros em cadernos, e a história de vida
de professores. O Grupo de Discussão História da
geografia escolar brasileira (seis trabalhos) foi coordenado pelo Prof. Dr. Sérgio L. Miranda (UFU) e
pela Profa. Dra. Vânia R. F. Vlach (UFU).
A partir dos trabalhos recebidos3 o eixo Epistemologia da Geografia (como foi denominado no
I Encontro Nacional de Rio Claro) foi desdobrado
em três (3) novos eixos: Epistemologia e historiografia
do pensamento geográfico (dez trabalhos), coordenado pelo Prof. Dr. Eliseu Savério Spósito (UNESPPP), no qual foram discutidas principalmente as
bases epistemológicas de autores, conceitos como
tempo e teoria e aportes disciplinares. A pluralidade
das bases teóricas e metodológicas dos trabalhos
sinaliza a importância do mantenimento de um
grupo de discussão voltado essencialmente para as
questões dessa ordem.
Conceitos e técnicas da Geografia (nove trabalhos), coordenado pela Profa. Dra. Maria Laura
Silveira (USP), esteve focado principalmente sobre
espaço e território, diferenciação espacial, região,
territorialidade, paisagem e natureza. A preocupação central é a de percorrer a história dos conceitos
e debates próprios à disciplina, problematizando
justamente a atualidade e a pertinência ou não
das categorias e conceitos da tradição geográfica e
daqueles incorporados pela Geografia.
Matrizes do pensamento geográfico (oito trabalhos), coordenado pelo Prof. Dr. Werther
Holzer (UFF), está centrado na discussão acerca
da delimitação e da incorporação das diversas
matrizes pelo pensamento geográfico, bem como
sua introdução no Brasil, de forma a possibilitar
o aprofundamento da pesquisa epistemológica. A
Os textos relativos aos trabalhos aceitos para apresentação no Colóquio foram divulgados com antecedência no
site do evento http://www.ig.ufu.br/coloquio/index.htm
permitindo assim a leitura prévia pelos participantes. Vale
destacar que os anais completos com os textos das mesas e
das conferências bem como a apresentação também estão
disponíveis nesse mesmo site.
3
174 ][ Investigaciones Geográficas, Boletín 66, 2008
indefinição metodológica e o excessivo ecletismo
na utilização dos métodos de pesquisa empobrecem
o trabalho científico em geral e manifestam-se na
produção geográfica impondo a necessidade de
uma reflexão mais concisa e séria elevando o nível
das discussões.
A terceira frente de trabalho do Colóquio esteve composta pelas conferências magnas dando
coerência ao evento. A Conferência de Abertura
foi oferecida pelo Prof. Dr. Silvio Carlos Bray, um
dos primeiros a pesquisar e orientar dissertações e
teses sobre o pensamento geográfico no Brasil, em
meio às grandes contestações à Geografia na década
de 1980. A Conferência sobre “Humanismo na
geografia: a contribuição brasileira”, foi ministrada por uma figura muito expressiva na academia
brasileira da década de oitenta: a Prof. Dra. Lívia
de Oliveira foi uma das introdutoras no Brasil das
discussões sobre a percepção do meio ambiente sob
o enfoque piagetiano e dos textos de Yi-Fu Tuan. A
Conferência de Encerramento intitulada “A história
do pensamento geográfico no Brasil: Perspectivas”,
oferecida pelo Prof. Dr. Manoel Fernandes Sousa
Neto, um dos mais jovens pesquisadores da HPG
no Brasil centrou suas atenções nas mais recentes
possibilidades da exploração do tema.
Finalmente, cabe destacar o sucesso alcançado
com este evento no sentido de consolidar efetivamente as pesquisas iniciadas no Brasil acerca da
História do Pensamento Geográfico. O caráter
incipiente desse campo de pesquisa entre nós
destoa de vários outros países no mundo em que
estas pesquisas encontram-se bem estruturadas. É
necessário reconhecer que foram empreendidos
vários esforços desde os anos de 1980, quando
começaram a aparecer as primeiras dissertações e
teses acerca da temática. O I Encontro Nacional de
História do Pensamento Geográfico, como já destacado, foi de fundamental importância, inclusive
porque vários dos pesquisadores e interessados no
assunto estiveram aqui presentes, participando e
apresentando suas contribuições.
Muito embora não se tenha conseguido arregimentar as forças necessárias para organizar outro
evento de igual porte até aqui, o esforço permaneceu. Prova disso, são os grupos de discussão mantidos durante os Encontros Nacionais de Geógrafos
I Colóquio
da Associação Brasileira de Geógrafos-AGB e no
Encontro da Associação Nacional de Pós Graduação e Pesquisa em Geografia-ANPEGE.
A Revista Terra Brasilis, de História do Pensamento Geográfico no Brasil, cujo número mais recente (7/8/9) foi lançado neste Colóquio, pode ser
considerada também como baluarte desse esforço.
O volume integra um grupo de trabalhos de autores
do mundo acadêmico, especialmente convidados
e reconhecidos especialistas, que representam a
Península Ibérica e de uma parte significativa da
América Latina.
Contam-se ainda as dissertações de mestrado
defendidas à época do I Encontro Nacional que se
desdobraram em teses de doutoramento e passaram
a alimentar linhas de pesquisa mais consistentes em
vários pontos do território brasileiro, e, portanto,
só agora podemos começar a colher os frutos.
Brasileiro de História do Pensamento Geográfico
Notável ainda é que todos esses esforços contaram sempre com um grupo de pesquisadores
sérios e comprometidos com a compreensão e
deslindamento da história do pensamento geográfico no Brasil.
Enfim, o I Colóquio Brasileiro de História do Pensamento Geográfico atingiu os objetivos propostos.
Fica ainda a missão de prosseguir na consolidação
das discussões desenvolvidas em torno dos eixos
temáticos e, nesse sentido, ficou agendado o próximo Colóquio para maio de 2010, nesta mesma
instituição, encontro que, espera-se, sirva de base
local para os futuros Encontros Nacionais.
Rita de Cassia Martins de Souza Anselmo
Instituto de Geociências
Universidade Federal de Uberlândia
Investigaciones Geográficas, Boletín 66, 2008 ][ 175
La gala de Gea, la madre Tierra,
Plaza de las Tres Culturas, Tlatelolco,
27 de abril de 2008
La ONU declaró al 2008 como el Año Internacional
del Planeta Tierra, bajo el lema: “Ciencias de la
Tierra para la Sociedad”, con un objetivo principal:
crear conciencia entre el hombre y el planeta, y dar
a conocer el papel que los científicos juegan en el
estudio y la comprensión del mismo. Fue así que
el Comité Nacional Mexicano del Año Internacional del Planeta Tierra, principal organizador,
convocó a la Universidad Nacional Autónoma de
México (UNAM), a través de varios de sus institutos,
a participar en dichos festejos.
Uno de ellos, “La gala de Gea, la madre Tierra”,
se llevó a cabo el domingo 27 de abril de 2008, de
las 11 a las 17 horas, en la Plaza de las Tres Culturas,
en Tlatelolco y estuvo a cargo de los Institutos de
Geografía, Geología (el Museo de Geología fue
el responsable de tramitar los permisos para efectuar dicho evento), Geofísica, Ciencias del Mar y
Limnología, Centro de Ciencias de la Atmósfera,
de la UNAM. Además, participó el Instituto de la
Juventud del Distrito Federal.
El maestro de ceremonias, Armando Peralta,
coordinador de Vinculación del Instituto de Geografía, dio la bienvenida a los asistentes. La inauguración estuvo a cargo del Rector de la UNAM,
José Narro Robles, quien entre otros puntos señaló
el compromiso que tiene la Universidad con la
sociedad mexicana para avanzar en la búsqueda
de diagnósticos y soluciones a los problemas
nacionales. Afirmó que este tipo de eventos son
fundamentales para traducir el conocimiento y
quehacer de los universitarios en beneficio de la
sociedad, y que debemos tener conciencia de que
es el único planeta que tenemos.
Por su parte, Irasema Alcántara Ayala, directora
del Instituto de Geografía, destacó que la Tierra es
un ser vivo que reacciona ante los estímulos que
los pueblos ejercen sobre ella.
176 ][ Investigaciones Geográficas, Boletín 66, 2008
Mencionó que:
asistimos a un profundo deterioro ambiental que
parece incontrolable como la desertificación, el calentamiento atmosférico, las migraciones masivas,
hambre y violencia
y que la Universidad está comprometida con la
parte que le toca en esta problemática y que:
así como aceptamos que el planeta sea el hogar de todos los seres vivos, debemos pugnar porque el país sea
un hogar autosuficiente para todos los mexicanos.
Axel Didriksson Takanyanagui, secretario de
Educación del Gobierno del Distrito Federal,
mencionó la importancia de una buena educación,
crear conciencia entre los seres humanos, así como
la participación de la sociedad.
Julieta Fierro, investigadora del Instituto de
Astronomía, ofreció una original conferencia introductoria titulada: “Las entrañas mamberas de
Gea, la madre Tierra. A la par de las explicaciones
científicas, invitó al público a dividirse en dos
grupos y con ayuda de sismógrafos profesionales
que medirían los movimientos telúricos provocados
por, literalmente, “sus brincos”, se constató qué
grupo produjo el “temblor” más intenso. También
invitaron a subir al escenario para efectuar un experimento, y al ritmo del mambo número 4.5, Y sin
embargo se mueve, se brincó para producir ondas
sísmicas, registradas en dichos aparatos. Dentro de
esta sui géneris “conferencia”, las “mamberas” representaron los movimientos de la Tierra ayudadas con
material reciclable.
Por parte del Instituto de Geofísica, Carlos
Valdés presentó la Conferencia Magistral “Todo
lo que usted desearía saber y nunca se atrevió a
La gala de Gea, la madre Tierra
preguntar acerca de los próximos sismos”, donde
explicó ampliamente que es un sismo, causas que
los originan; la propagación de ondas, la tectónica
de placas, la sismicidad en el Distrito Federal y
cómo prevenirse, entre otros temas. Se presentaron otros videos sobre desertificación, cambio
climático; el video “Un solo planeta” fue elaborado
especialmente para ese día.
Estudiantes, académicos y vecinos de Tlatelolco
se entretuvieron por algunas horas con estas actividades científico-recreativas. Entre ellas, se efectuó
una mega-lotería −inspirada en el juego tradicional− con tableros de lona plastificada de 4.80 x 3.20
(cada cuadro de 80 x 1.20) con 16 imágenes referentes al estudio de la Tierra, donde participaron
el público asistente e invitados del Instituto de
Geografía. La idea resultó muy divertida, ya que
las personas iban ocupando los lugares de cada tablero conforme se leían las cartas referentes a temas
científicos. Armando Peralta, con singular alegría,
fue el encargado de cantar la lotería y conforme
leía los versos que acompañaban cada carta, explicaba brevemente la utilidad de las herramientas
de investigación y de algunos fenómenos naturales
impresos en los tableros (entre otros, la mariposa
Monarca, los humedales, el glaciar, la deforestación, el
cenote, la estación meteorológica, el mareógrafo,
el observatorio, el smog, la ciudad, el remolino, el
planeta, la niebla, el ciclón, la libélula). Las fotos
utilizadas para estos tableros fueron donadas por
investigadores de los institutos participantes. Al
público también se le dio la oportunidad de participar cantando la lotería. Los premios otorgados a
los ganadores, consistieron en paquetes de libros y
revistas (donados por Universum, Geología, Geografía y Ciencias de la Atmósfera).
Finalmente, la actriz Ofelia Medina, invitada
a esta celebración, deleitó al público presente con
un poema de Rosario Castellanos: “El resplandor
del ser”, que forma parte de su espectáculo titulado
Íntimamente, concebido como una concatenación
de poemas de Castellanos.
Entrevistados para Gaceta-UNAM, algunos niños
coincidieron en que su mayor preocupación es la
contaminación del aire, agua y el suelo, misma que
los seres humanos han provocado. Con ello “se
acabará la vida” y “se terminará el mundo”. Todos
estuvieron de acuerdo en que la participación debe
ser mutua, de niños y adultos, no tirando basura,
ahorrando agua y energía eléctrica. También coincidieron en que las nuevas generaciones serán las
que sufran por el deterioro ambiental.
El apoyo de personal académico y administrativo de los Institutos de Geofísica, Geología,
Geografía, Biología, Ecología y de Universum;
así como de los alumnos de José Juan Zamorano
Orozco, del departamento de Geografía Física
(Geografía-UNAM), hicieron que el evento fuera
todo un éxito.
Que mejor escenario que Tlatelolco, la zona
arqueológica más grande de la ciudad, que recibe
el nombre de Plaza de las Tres Culturas ya que logra
fusionar las tres más importantes etapas que ha vivido México a través de su historia: la prehispánica,
la colonial y la moderna o actual. A Tlatelolco le
falta el edificio Nuevo León; sin embargo, esa mañana del 27 de abril, la explanada lucía en todo su
esplendor, tanto, que permitió que la madre Tierra
ofreciera su mejor Gala.
Martha Pavón
Instituto de Geografía
Universidad Nacional Autónoma de México
Investigaciones Geográficas, Boletín 66, 2008 ][ 177
Seminario Internacional,
Organización del espacio en el México Colonial: puertos, ciudades y caminos,
Morelia, Michoacán, 2 al 4 de junio de 2008
El Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo
se dio a la tarea de organizar un evento académico
poco común en México, puesto que no es frecuente
que en las reuniones se privilegie el estudio de los
establecimientos portuarios, así como sus vínculos con el resto del territorio. Como parte de un
proyecto financiado por el Consejo Nacional de
Ciencia y Tecnología (47-705), a cargo de Lourdes
de Ita Rubio, se organizó una serie de conferencias
a las que fueron invitados investigadores de diferentes disciplinas, como la Geografía e Historia,
especializados en el estudio de los puertos, ciudades
y caminos del México colonial.
Este evento significó jornadas de trabajo intensivas para los participantes, congregados en el Centro
Cultural Universitario, ubicado en el Centro Histórico de Morelia, lugar que cuenta con auditorios con
todo lo necesario para realizar jornadas de trabajo,
como ha quedado de manifiesto con la participación
del profesor Miles Ogborn, de la Universidad de
Londres, pues contó con un sistema de traducción
simultánea. Las sesiones incluyeron mesas de trabajo
y ponencias magistrales; además de un itinerario, al
final de la reunión. Cabe destacar que el número de
asistentes fue reducido. El comité organizador sólo
invitó a un número máximo de investigadores, a fin
de permitir que las discusiones entre todos fueran
más amplias y enriquecedoras.
El trabajo permanente de esta reunión fue rico
y propositivo ya que las discusiones se prolongaron
a la lo largo del día. La multidisciplinariedad que
aportaron los participantes también posibilitó el
intercambio de ideas de los temas abordados, los
cuales abarcaron el desarrollo y funcionamiento
de establecimientos portuarios novohispanos, los
vínculos establecidos por vía marítima con otros
territorios, las actividades comerciales que se practicaron tanto por mar como por tierra, las relaciones
establecidas entre los puertos y los establecimientos
178 ][ Investigaciones Geográficas, Boletín 66, 2008
de tierra adentro, la piratería y sus repercusiones en
los litorales novohispanos y las transformaciones del
paisaje ante la presencia humana.
A la reunión fueron invitados sólo 16 académicos, de las cuales asistieron 15. Las presentaciones
de cada uno abarcaron media hora y se permitió que
durante 15 minutos se desarrollaran las discusiones
sobre dichas exposiciones. Respecto a las ponencias
magistrales, éstas contaron con una hora para desarrollar sus presentaciones, además de que se dio un
tiempo para la formulación de preguntas.
Debido a que el tema central del evento, como
ya se mencionó, fue la organización del espacio
colonial a partir de los puertos, ciudades y caminos,
los trabajos se agruparon en cuatro temáticas principales, que son: los puertos; la presencia de piratas
en ellos; los vínculos con el interior del territorio;
y las transformaciones del territorio a lo largo del
tiempo. Para ver la forma en la que los trabajos se
complementaron entre sí, es pertinente conocer cada
una de las exposiciones presentadas.
Respecto al tema de los puertos, Flor Trejo expuso la forma en la que los marineros demarcaron
derroteros que reconocían y por los que se movían
en el Golfo de México a partir de los indicios geográficos que lograron detectar en el siglo XVI; Carmen
Yuste explicó la relación transpacífica de la Nueva
España, su importancia y adecuaciones a lo largo del
periodo colonial, así como distintas líneas de investigación que esta temática ofrece; Guadalupe Pinzón
hizo referencia a algunos aspectos que evidenciaron
los cambios sufridos en los puertos del Pacífico
novohispano a lo largo del siglo XVIII; y Dení Trejo
analizó el papel del comercio de cabotaje en la conformación de los puertos del golfo californiano desde
fines del siglo XVIII, los vínculos que establecieron
con territorios distantes así como los cambios que
sufrieron desde inicios del siglo XIX.
Sobre el tema de los piratas, puede verse el trabajo de Lourdes de Ita, quien analizó varias fuentes
Organización del espacio en el México Colonial: puertos, ciudades y caminos
inglesas del siglo XVI relacionadas con la piratería y
que dejan ver la organización y funcionamiento de
los puertos novohispanos, así como la importancia
de abordar este tipo de fuentes en las investigaciones.
Por su parte, Clara Elena Suárez Argüello analizó el
caso del ataque a Veracruz del pirata Lorencillo en
el siglo XVII, lo cual permite conocer el funcionamiento de este puerto y la manera en la que se vio
trastocada su cotidianeidad.
Respecto al tema de los vínculos con el interior
del territorio, se presentaron trabajos como el de
Carmen López, quien analizó la organización del
espacio y modos de producción como por ejemplo el caso de Valladolid; el de Edurné Farías, que
investigó sobre los caminos de Michoacán que comunicaban las costas y las poblaciones del interior
del territorio; el de Pedro Urquijo, quien expuso las
transformaciones del territorio y sus comunicaciones
en la Huasteca Potosina durante el periodo colonial;
y el de Gerardo Sánchez Díaz, sobre los cambios en
la población de las costas michoacanas a lo largo del
siglo XVI, basándose en fuentes tanto documentales
como cartográficas.
Por último, respecto al tema del territorio,
pueden verse los trabajos de Gustavo Garza, quien
explicó las transformaciones del paisaje mesoamericano durante el periodo colonial a partir de casos
que iban desde la sierra hasta la costa; y el de Igor
Cerda, quien explicó las formas en que, durante el
periodo colonial, se fueron apropiando y modificando caminos prehispánicos al nuevo sistema.
Hubo además tres ponencias magistrales. La que
dio inicio al evento estuvo a cargo de Jaime Olveda,
quien con su trabajo “Los puertos novohispanos
del noroeste” explicó la importancia y necesidad de
estudiar los establecimientos portuarios como una
forma de entender cómo México ha vivido de espaldas al mar y cómo el hecho de estar rodeado de
litorales no lo hizo un pueblo marinero. La siguiente
presentación quedó a cargo de Miles Ogborn, quien
con su trabajo “Making Conections: Port Geography
and Global History” analizó la necesidad de estudiar
los establecimientos portuarios como nodos que
comunican a los territorios tanto al interior como
al exterior, los que deben ser abordados en estudios
tanto particulares como generales, y los cuales
pueden ser analizados a partir de la estructura del
lugar, los mercaderes, los marineros, entre otros.
Por último, la presentación que dio fin al evento
fue de Guillermina del Valle, en cuyo trabajo, “La
centralidad de la ciudad de México y sus conexiones
con los principales puertos y centros productivos de
Nueva España”, explicó los vínculos y el desarrollo
que desde el siglo XVI se establecieron entre los
puertos, la ciudad de México, las zonas mineras,
así como las ramificaciones territoriales surgidas a
lo largo del tiempo; además, explicó el papel de los
comerciantes en ese proceso.
El evento concluyó con una visita guiada a
Pátzcuaro, la cual permitió a los asistentes conocerse
mejor, intercambiar opiniones sobre los temas del
foro y conocer directamente el paisaje de la zona
visitada. Al final del evento, se reiteró lo mucho
que falta por investigar sobre el mar, los puertos,
los vínculos interportuarios, las relaciones con
tierra adentro y las trasformaciones del territorio
a partir de los vínculos establecidos entre diversos
establecimientos. En nuestra opinión, conviene dar
continuidad a este tipo de eventos, así como a las
temáticas que se abordaron. La revisión y publicación de los trabajos permitirá compartir las ideas
principales y las conclusiones logradas en el evento;
además de promover la organización, la formación
de vínculos académicos y la difusión de temáticas
marítimas y portuarias.
Es importante dar a conocer los resultados de la
reunión con la intención de despertar el interés de
los estudiosos de dichos temas para que se realicen
trabajos de investigación de forma conjunta y fomenten la difusión de sus estudios. Por otro lado,
también sería conveniente que más instituciones
de investigación del país apoyen y promuevan estos
trabajos en sus planes de trabajo. Finalmente, un
país rodeado de litorales, como es el caso de México,
no puede dejar los temas marítimos y portuarios
fuera de la reflexión y problemas actuales debido a
la importancia que éstos le han significado a lo largo
de su historia.
Guadalupe Pinzón Ríos
Facultad de Filosofía y Letras
Universidad Nacional Autónoma de México
Investigaciones Geográficas, Boletín 66, 2008 ][ 179
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no serán aceptados. Las fotografías pueden ser en
blanco y negro. Se pueden enviar figuras a color y,
según la cotización de estas últimas el costo debe
ser asumido por el(los) autor(es).
9. Las referencias bibliográficas deben aparecer al
final del escrito, como sigue:
Publicación periódica: Córdoba y Ordóñez, J. y
A. García de Fuentes (2003), “Turismo, globalización y medio ambiente en el Caribe mexicano”, Investigaciones Geográficas, Boletín, núm. 52, Instituto
de Geografía, UNAM, México, pp. 117-136.
Publicación no periódica: Luke Gallup, J., A.
Gaviria y E. Lora (2003), Is Geography Destiny?,
Lessons from Latin America, Stanford University
Press/World Bank, Palo Alto, Calif., Washington
D. C.
Fuentes electrónicas: parecidas a la fuente habitual, pero al final se pondrá entre corchetes [la liga
completa y la fecha de consulta], ejemplo:
Tort, J. (2004), “Hacia la geografía”, Biblio 3W,
Revista Bibliográfica de Geografía y Ciencias Sociales,
Universidad de Barcelona, vol. IX, núm. 538, 5 de
octubre de 2004. [http://www.ub.es/geocrit/b3w538.htm: 10 de octubre de 2004].
Disco compacto: Aguirre Sacasa, F. X. (2003), Un
Atlas histórico de Nicaragua/Nicaragua, An historical Atlas, Colección Cultural de Centro América,
[InForma/Conservation Imaging Systems Inc.],
edición bilingüe, Nicaragua [cd-rom].
INEGI (2000), México en el siglo XX (panorama
estadístico), México [cd-rom].
Dentro del cuerpo del trabajo se preferirá el sistema de referencia usado comúnmente por diversas
publicaciones internacionales: Ejemplo (Coll,
2003:75).
10. Las Notas y Noticias son aquellas dedicadas
a la divulgación de sucesos, eventos académicos
relevantes tanto de la Geografía regional, nacional
e internacional, así como de perspectivas de interés
geográfico, podrán tener una extensión de hasta
tres páginas.
11. Las Reseñas serán críticas y/o informativas de
libros recientes. Las primeras serán preferidas en la
política editorial del Boletín sobre los libros geográficos o de carácter interdisciplinario, de temas
novedosos, de interés social y económico; del ambiente y de la tecnología geográfica, así como de la
reflexión teórica, histórica y cultural del territorio.
La extensión no rebasará de cuatro páginas.
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investigation addresses and the importance of the
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INEGI (2000), México en el siglo XX (panorama
Periodicals: Córdoba y Ordóñez, J. y A. García de
Fuentes (2003), “Turismo, globalización y medio
ambiente en el Caribe mexicano”, Investigaciones
Geográficas, Boletín, núm. 52, Instituto de Geografía, UNAM, México, pp. 117-136.
Throughout the text, authors should adhere to the
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Books: Luke Gallup, J., A. Gaviria y E. Lora
(2003), Is Geography Destiny?, Lessons from Latin
America, Stanford University Press/World Bank,
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Tort, J. (2004), “Hacia la geografía”, Biblio 3W,
Revista Bibliográfica de Geografía y Ciencias Sociales,
Universidad de Barcelona, vol. IX, núm. 538, 5 de
octubre de 2004, [http://www.ub.es/geocrit/b3w538.htm: 10 de octubre 2004].
CD: Aguirre Sacasa, F. X. (2003), Un Atlas
histórico de Nicaragua/Nicaragua, An historical
Atlas, Colección Cultural de Centro América,
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estadístico), México [cd-rom].
10. The “Notes and Newsletter” are devoted to
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Investigaciones Geográficas, Boletín del Instituto de Geografía, núm. 66,
fue impreso en agosto de 2008, en los talleres de Impretei, S.A. de C.V.
Almería 17, Col. Postal, Del. Benito Juárez, 03400, México, D.F.
El tiraje consta de 500 ejemplares, sobre papel couché de 135 grs. Para
la formación de galeras se usó la fuente tipográfica Adobe Garamond
Pro, en 9.5/10, 10/12, 11.2/12.7 y 16/19 puntos.
El diseño, formación y cuidado de impresión estuvieron a cargo de
Raquel Martínez Campos, de la Sección Editorial de la Dependencia.

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