Comunicación y género: la trama discursiva de la violencia de

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Comunicación y género: la trama discursiva de la violencia de
ACTAS DE LAS PRIMERAS JORNADAS INTERNACIONALES
SOCIEDAD ESTADO Y UNIVERSIDAD
ALEJANDRO H. DEL VALLE
ENRIQUE ANDRIOTTI ROMANÍN (compiladores)
1
Actas de las Primeras Jornadas Internacionales : Sociedad, Estado y
Universidad / compilado por Alejandro Hugo Del Valle y Enrique
Salvador Andriotti Romanin. - 1a ed. - Mar del Plata : Universidad
Nacional de Mar del Plata, 2011.
E-Book.
ISBN 978-987-544-419-5
1. Ciencias Sociales. 2. Actas de Congresos. I. Del Valle, Alejandro
Hugo, comp. II. Andriotti Romanin, Enrique Salvador, comp.
CDD 301
Alejandro Del Valle –Enrique Andriotti Romanín (Comp.)
ACTAS DE LAS PRIMERAS JORNADAS INTERNACIONALES:
SOCIEDAD ESTADO Y UNIVERSIDAD
Mar del plata: UNMDP, 2011
ISBN-10:
Primera Edición:
ISBN-13:
© 2011.
Queda Hecho el depósito
Que marca la Ley 11.723.
Queda prohibida la reproducción
total y/o parcial de este libro
sin la autorización del autor y/o editor.
2
Comité Académico
Dra. Gloria Mendicoa (Gino Germani/UBA - UNLM –Argentina)
Mag. María Felicita Elías (UBA- Argentina)
Dra. María Estela Lanari (UNMDP- Argentina)
Dra. Lucía Cortez Da Costa (UEPG- Brasil)
Dra. Gleny Terezinha Duro Guimaraes (PUC-Brasil)
Mag. Nora Britos (UNC- Argentina)
Dr. Luis Porta (UNMDP- Argentina)
Dra. Silvia Fernández Soto (UNCP –Argentina)
Mag. Silvia Rivero (Universidad de la República – Uruguay)
Mag. Andrés Felipe Cubillos Novella (Pontificia Universidad Javeriana –Colombia)
Lic. Alicia Jorge (UNMDP – Argentina)
Mag. Marcelo Lucero – (UNSJ – Argentina)
Dr. Alfredo Carballeda –(UNLP – Argentina)
Comité Organizador
Dr. Alejandro H. Del Valle
Dr. Enrique Andriotti Romanín
Mag. Laura Bucci
Mag. Beatriz Morrone
Lic. Verónica Cuneo
Lic. Marisa Burlastegui
Prof. Pablo N. Voet
Dr. Gustavo Salerno
Dra. Viviana Ibañez
Dr. Oscar Aello
Prof. José Luis Fernandez de Landa
Mag. Irene Bucci
Mag. Cristina Barbieri
Lic. Verónica Úrsula Sarlo
Estudiante Maria Sol Ramella
Estudiante Dante J. Boga
Estudiante Andrea Coletti
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ACTAS DE LAS PRIMERAS JORNADAS INTERNACIONALES SOCIEDAD, ESTADO Y UNIVERSIDAD
Volúmen 15: Violencia doméstica y de género
INDICE
Violencia y pobreza: fusión alarmante que vive la mujer rural tamaulipeca ......................................................... 5
Comunicación y género: la trama discursiva de la violencia de género en los medios y las políticas públicas .... 17
Redes descentralización y abordajes integrales en una intervención local por la erradicación de la violencia de
género, en el Municipio de Morón. ..................................................................................................................... 22
A violência doméstica no brasil e a necessidade de sua superação .................................................................... 31
Mujeres privadas de su libertad en la Unidad Penitenciaria Nº 8. Un análisis institucional y de género ............ 37
Botequins e gênero: comércio, lazer e conflitos na capital paulistana (1900-1910) ........................................... 38
El asilo y la incorporación de la violencia sexual y de género como causal de persecución. ............................... 57
La invisibilización mediática de la violencia hacia las mujeres ............................................................................ 63
Violência sexual infanto-juvenil feminina: Contornos da impunidade. ............................................................... 71
Trayectorias de vida por el derecho a tener derechos. Entre violencias, resistencias y prácticas con sentido
emancipatorio. .................................................................................................................................................... 85
Factores de vulnerabilidad al VIH/sida en mujeres embarazadas en el Conurbano Bonaerense ...................... 977
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Volúmen 15: Violencia doméstica y de género
Violencia y pobreza: fusión alarmante que vive la mujer rural tamaulipeca
Francisco Bijarro Hernández.- Centro de Investigación Social, de la U.A.T
María Cecilia Montemayor Marín.- Universidad de Monterrey
“(…) desde niña me han pegado(…)
eso es muy normal aquí en el ejido,
si no, no eres mujer.”
Testimonio
INTRODUCCION
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las secuelas por el trato de violencia no son exclusivas de un
solo país. Los resultados reportan una problemática multifactorial. Situación que refleja la necesidad de ser
abordada con un enfoque multidisciplinario ya que afecta su salud integral, así y el espacio donde habitan,
pues, su independencia es violentada, en el plano emocional y menos agresivo en su entorno desde la óptica
sociocultural. Es conocido que los patrones de violencia influyen directamente en la salud física de la mujer,
principalmente en la reproductiva y son agentes de trasmisión de enfermedades sexuales (ETS), entre otras el
VIH. La investigación asume que las mujeres física o sexualmente maltratadas manifestaron que su pareja
tiene relaciones extramatrimoniales, sosteniendo que solo debe utilizarse con mujer no casadas, pues el hecho
de ser amas de hogar las hace inmunes culturalmente a una ETS y solo las mujeres promiscuas deben usarlos.
En las mujeres “decentes” son más frecuentes los patrones epidemiológicos en que las que no son
maltratadas. Otro dato alarmante son las cifras de abortos, ya sea de manera espontánea o provocada,
situación que también es grave pues se inclina a presentar o dar oportunidad al desarrollo un tipo de cáncer
cervical. Aunque suele pensarse que el embarazo es un periodo en que la mujer debe estar protegida, en la
mayoría de las localidades del estudio entre el 4% y el 12% de las mujeres que habían estado embarazadas
declararon haber sido golpeadas durante ese periodo, en más del 90% de los casos por el padre del niño por
nacer, y entre un cuarto y la mitad de ellas habían recibido puntapiés o puñetazos en el abdomen. (OMS, 2005:
384)
Tarea directa para las autoridades, considerando que la parte medular es que el maltrato continúe en un
abismo silencioso. El estudio manifiesta que la quinta parte de las mujeres nunca había comentado de su
maltrato hasta que fueron entrevistadas por primera vez. A consecuencia de la problemática de salud que esto
refiere, pocas han manifestado haber solicitado ayuda a las dependencias especializadas como policía o
sector salud, prefieren manifestar su angustia con un familiar, amigo o vecino. Si ponían la queja ante la
autoridad; el maltrato aumentaba de manera considerable optando por ni denunciar.
UNA REALIDAD SOCIAL: MUJER, DISCRIMINACION Y MALTRATO
Se establecen vinculaciones entre los actos de violencia y la pobreza rural. No se puede establecer una relación
causal directa de la marginación social y la violencia. Ésta es una manifestación de las relaciones de poder
históricamente desiguales entre los sexos, que conducen a la dominación de la mujer por el hombre, a su
discriminación y a la interposición de obstáculos contra su pleno desarrollo.
La presente se desprende de una investigación social realizada en los principales Municipios con alta
marginalidad, según la COESPO (2007) en el Estado de Tamaulipas, México.
Una de las metas del desarrollo parte de la iniciativa que establece como valor fundamental la
dignidad humana, dado el carácter único de las personas que para su existencia requiere el respeto a la
libertad del individuo. Se asume que los seres humanos son responsables de sus actos y socialmente útiles, por
lo que el desarrollo social hace necesaria la ampliación de las libertades individuales. El desarrollo se concibe
como los esfuerzos y recursos para propiciar el bienestar social que significa satisfacción de las necesidades
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Volúmen 15: Violencia doméstica y de género
materiales y culturales de la población, incluidas entre otras: la seguridad social, vivienda, educación, salud e
infraestructura básica.
El desarrollo es, primero y ante todo, un cambio en la calidad de vida y no sólo un crecimiento
económico exigido a cualquier costo, se trata del pleno desarrollo de cada mujer y hombre en su comunidad.
Para que las personas puedan alcanzar un nivel significativo de desarrollo, requieren tener la posibilidad de
disfrutarlo, su ausencia o su restricción conduce necesariamente a un desarrollo truncado o retrasado. La
desigualdad de las mujeres frente a los hombres es un ejemplo relevante en nuestro país de que no existe un
respeto absoluto al desarrollo integral de éstas.
Diversos estudios que analizan la pobreza femenina plantean que las relaciones de género exacerban o
neutralizan las desigualdades asociadas con la clase económica, por lo que estas diferencias provocan que se
acumulen desventajas para las mujeres que al relacionarse con otras situaciones sociales las exponen a
mayores estados de privación. La pobreza por lo tanto no solo es ausencia de satisfactores básicos como
alimentación, vestido, vivienda, salud, educación y transporte, significa también autorrealización personal,
derechos humanos, tiempo libre y violencia de género en la que viven.
El proceso de empobrecimiento de las mujeres se relaciona con las pocas
oportunidades que tienen, la ausencia de reconocimiento a su trabajo, la dificultad para acceder al sistema
productivo, la ausencia de realización personal, su carencia de autonomía y la violencia que se ejerce sobre
ellas. Para entender la situación de miseria de la mujer campesina no sólo es necesario medir las categorías
económicas sino todas aquellas que nos permitan entender las particularidades de su situación en el contexto
de desigualdad que vive en la sociedad.
La violencia es uno de los problemas sociales de nuestro tiempo, que poco es abordado en los análisis
de pobreza. La violencia de género está asociada a la ideología patriarcal de ejercicio del poder, en el que se
subordina a las mujeres, no se les reconoce y discrimina constantemente. Este concepto señala la importancia
que en ello tiene la cultura, para dejar claro que esta forma de violencia es una construcción social, no una
derivación espontánea de la naturaleza del ser humano sino que en ella se incluyen todas las formas de
maltrato psicológico, abuso personal, explotación sexual, agresión física a la que son sometidas por su
condición las mujeres.
La violencia de género significa reconocer una serie de aspectos que dan cuenta de la condición
subordinada de las mujeres. A través del género se comprende cómo se establece una desigual distribución de
los espacios masculinos y femeninos, privilegiándose a uno sobre el otro. La jerarquización de los espacios
asigna a la mujer el ámbito privado puesto que se plantea por su relación con la naturaleza y las funciones que
derivan de ésta. La mujer al ser madre tiene la obligación de cuidar y educar a las y los hijos, así como a toda la
familia y por consiguiente, ella es la responsable de las actividades de la casa. Esta asignación significa para la
mujer su razón de ser y la manera de entender el
mundo. En el espacio privado se desarrollan las actividades femeninas que suelen
desvalorizarse. En contraposición, las actividades que tienen mayor prestigio y valor son las públicas, que son
las que lleva a cabo en todas las sociedades, el hombre. El espacio público es el del reconocimiento, en donde
se puede competir. Al establecer una jerarquía de valores para un espacio u otro, se generan relaciones no de
igualdad sino de dominio y subordinación, que marcan profundas inequidades entre mujeres y hombres.
La violencia de género plantea por lo tanto, que dicha violencia hacia las mujeres se presenta en la medida en
que le son asignados determinados papales en nuestra sociedad, los cuales delimitan y determinan sus
actividades, y reproducen el acceso desigual a los recursos y al poder. La violencia se presenta como expresión
del poder que se ejerce sobre ellas.
En un mundo globalizado, las sucesivas generaciones de derechos emanados de las Naciones Unidas
tienen una influencia decisiva en lo que se consideran las pautas actualizadas de la modernidad en el concierto
de las naciones. Los gobiernos participan en la construcción de este nuevo orden simbólico y normativo, del
que difícilmente pueden sustraerse; al hacerlo contraen compromisos que en algunos casos los llevan a
modificar las legislaciones nacionales y a la creación de políticas públicas y programas, con el fin de dar
cumplimiento a los convenios y acuerdos que han firmado. Esta es una parte importante del contexto en el
que se generan discursos oficiales sobre los derechos de las mujeres y en el que se enmarcan los programas
dirigidos a la prevención y atención de la violencia doméstica. De llevarse a la práctica las normatividades más
avanzadas indudablemente conducirían a transformaciones sociales profundas, en dirección hacia una mayor
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Volúmen 15: Violencia doméstica y de género
equidad y respeto a los derechos de las mujeres. Por el momento su papel principal es el de utopías por
alcanzar.
EL ESCENARIO DE LA MUJER RURAL TAMAULIPAS, MEXICO
En Tamaulipas, México, la población de mujeres es de 1, 530,665 contra 1, 493,573 de hombres representa
aproximadamente un 51% de la población del Estado. A fin de lograr un desarrollo sostenible e equitativo en
el marco social, es importante ofrecer una nueva imagen social de la mujer rural. Para alcanzar este objetivo
las tareas primordial es el diseño y desarrollo de acciones encaminadas a su progreso integral que conlleven a
condiciones de equidad de género, para potencializar sus habilidades y destrezas. A la vez cuentan las
mujeres con igualdad de oportunidades en un campo competitivo y eficiente que permita la administración
de los recursos, en especial de las mujeres victima de violación conyugal, su marco referencial lo asumen como
parte de su vida marital.
La parte medular del las tareas agropecuarias está encaminada por mujeres rurales en pequeña escala. Son
los pilares centrales del hogar. Por lo mismo, las estrategias que se planteen para lograr un desarrollo rural
sostenido, deben incluir el apuntalamiento de sus capacidades productivas y el acceso a recursos, que den
garantía de seguridad alimentaria, cuidado del medio ambiente, nutrición, gestión de los recursos forestales,
uso apropiado del agua y mecanismos que las sitúen y mantengan en el mercado económico, y pagar un
debito conyugal.
Al hablar de pobreza se encierran entre otros indicadores la marginación y falta de equidad de género. Es una
representación sobresaliente de sustracción y carencia de derechos humanos, distinción formativa, de género
y política que está asociada a diversas formas de privaciones.
Los patrones de marginación en los espacios rurales tienen secuelas alarmantes en la salud, educación,
nutrición, acceso a recursos materiales y financieros, esperanza de vida, ingresos, empleo, mortalidad materna
e infantil y participación política y en nuestro caso la violencia intrafamiliar, tanto para hombres para mujeres.
Sin embargo este indicador repercute e impacta con fuerza, sobre la mujer habitante del medio rural.
Según el Instituto Nacional de Geografía, Estadística e Informática (INEGI: 2005), las mujeres rurales
constituyen el sector poblacional con menor nivel educativo y evidencian mayores tasas de analfabetismo y
mortalidad materna. Su esperanza de vida es 7 años menor que el de las mujeres urbanas; poseen menos
acceso a recursos y oportunidades de empleo, presentan mayores niveles de desnutrición y anemia. El nivel
de acceso y control a los recursos productivos y económicos es mínimo y muy limitado. Con baja participación
ciudadana. Sector de población que en las últimas décadas sufre con mayor intensidad los efectos de la
violencia doméstica. Las mujeres rurales tienen grandes cargas de responsabilidad, ya a que simultáneamente
se les exige cumplir con sus roles de manejo comunitario, productivo y reproductivo, ven la violencia como
parte de su vida cultural teniendo al silencio como su cómplice.
La organización de la Naciones Unidades (2007) refiere que la violencia en el hogar, especialmente los golpes a
la cónyuge, es tal vez la forma más generalizada de violencia contra la mujer. En países donde se realizan
estudios fiables en a escala sobre la violencia basada en el género, se informa que más del 20% de las mujeres
han sido víctimas de maltrato por los hombres con los que viven. Las mujeres víctimas de violencia sexual
suelen ser renuentes a informar sobre el crimen a la policía, familia u otros. En los países en que la virginidad
de la mujer se asocia con el honor de la familia, las mujeres solteras que notifican una violación pueden ser
obligadas a casarse con el agresor, siendo esto un gravísimo error.
De acuerdo con los reporte del INEGI (2005) en Tamaulipas, hay una población de:
Población total /1
Edad mediana /2
Relación
hombresTotal
Hombres Mujeres Total Hombres Mujeres mujeres
Tamaulipas
3024238 1493573 1530665 25
25
Fuente: INEGI, 2005
7
26
97.58
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Volúmen 15: Violencia doméstica y de género
Esto significa que aproximadamente el 51% -como se menciona anteriormente- de la población
tamaulipeca está conformada por mujeres, muy similar es la edad mediana en ambos sectores poblacionales.
A fin de detallar de manera municipal el comportamiento demográfico referimos lo siguiente:
Siendo nuestro interés las en zonas rurales, es ahí donde se presenta el mayor índice de maltrato
emocional, probablemente debido a patrones culturales, mostrándolo:
POBLACIÓN TOTAL, EDAD MEDIANA Y RELACIÓN HOMBRES-MUJERESPOR POBLACIÓN 4
MUNICIPIO SEGÚN SEXO
Población total /1
Edad mediana /2
Relación
hombre
Municipio
Hombre
Hombre Mujere
sTotal
Mujeres Total
s
s
s
mujeres
302423
153066
28 Tamaulipas
1493573
25
25
26
97.58
8
5
006 Bustamante
7275
3755
3520
23
23
23
106.68
008 Casas
4123
2166
1957
24
25
23
110.68
013 Güemez
14424
7476
6948
25
25
26
107.6
017 Jaumave
14021
7094
6927
25
25
24
102.41
026 Miquihuana
3390
1788
1602
25
25
26
111.61
039 Tula
25687
12785
12902
24
23
24
99.09
/2 Para calcular la edad mediana se excluye la población con edad no especificada. FUENTE: INEGI.
II Conteo de Población y Vivienda 2005.
Lo anterior se puede reflejar con la siguiente matriz de resultado donde destacan los índices mayores de
violencia femenina rural.
Porcentaje de mujeres con al menos un incidente de violencia en los últimos doce meses por tipo de
violencia y tipo de localidad [2003]
Tipo de violencia
Tipo de localidad
Porcentaje de mujeres
Sexual
Total
7.8
Sexual
Rural
9.0
Sexual
Urbana
7.5
Física
Total
9.3
Física
Rural
9.5
Física
Urbana
9.3
Económica
Total
29.3
Económica
Rural
23.7
Económica
Urbana
30.9
Emocional
Total
38.4
Emocional
Rural
34.6
Emocional
Urbana
39.4
Fuente: Inmujeres, INEGI y UNIFEM, Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los
Hogares, 2003/ Tabulados básicos.
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Volúmen 15: Violencia doméstica y de género
A nivel estatal según el INEGI (2005) se destaca la siguiente distribución:
Distribución porcentual de las mujeres de 15 años y más por entidad federativa y estado conyugal
según condición y tipo de violencia hacia ellas a lo largo de la relación con su última pareja
Entidad
Condición de violencia
federativa
y
Con incidentes
Sin
No
estado
incidentes
especificado
Total
conyugal
de
Total
Emocional Económica Física Sexual
las mujeres
Tamaulipas
100.0
62.9
36.8
31.3
19.1
13.0 7.0
0.2
Casadas
o
unidas
100.0
60.1
39.8
33.0
22.9
14.1 7.2
0.1
Alguna
unidas
Solteras
vez
100.0
52.4
47.6
40.3
35.3
25.6
15.6
0.0
100.0
75.7
23.6
22.4
0.7
4.5
2.7
0.6
FUENTE: INEGI. Encuesta nacional sobre la dinámica de las relaciones en los hogares 2006.
En los municipios con mayor número de localidades pequeñas rurales, la distribución poblacional
tanto para hombres y mujeres es muy similar esto refleja que la convivencia entre estos géneros, conlleva a
contraer relaciones conyugales a corta edad.
La vivienda juega un papel fundamental en la violencia sobre todo en la mujer. Las casas de las zonas rurales
tienen una infraestructura pequeña, en ocasiones compartida con otros integrantes parentales, imitando la
conducta de otros matrimonios, en especial el sector masculino, a fin de resaltar su poder conyugal utiliza
algún tipo violencia.
Mujeres de 15 años y más, agredidas en espacios comunitarios, por entidad federativa,
condición y tipo de violencia comunitaria según estado conyugal
Estado conyugal de las mujeres
Entidad
Federativa
condición
y
tipo
Total
de violencia comunitaria
Tamaulipas
1 050 980
Casadas
o
unidas
658 068
Sin incidentes de violencia comunitaria
665 572
436 958
Alguna
Solteras
vez unidas
101 676
291 236
71 322
157 292
Con incidentes de violencia comunitaria
384 942
220 801
30 197
133 944
Abuso sexual
110 171
60 195
10 599
39 377
Intimidación
360 684
207 873
27 430
125 381
No especificado
466
309
157
0
FUENTE: INEGI. Encuesta nacional sobre la dinámica de las relaciones en los hogares 2006.
Los datos anteriores, muestra la importancia de desarrollar los términos referenciales, se indica que la
violencia de género es un tipo de conducta de dominación manifestada de hombres hacia mujeres. En la
violencia de género, los agresores se creen legitimados para corregir la conducta de una mujer mediante la
fuerza. Es importante enfatizar una nueva cultura sin subordinación del género femenino al masculino, de
momento el código de programación de nuestro sistema social está escrito de manera legítima y favorece a un
género, el masculino, que se imponga a otro, el femenino, por lo tanto es de suma importancia desarrollar un
informe técnico donde refleje la situación real de la mujer rural tamaulipeca y su relación con este suceso
social.
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Volúmen 15: Violencia doméstica y de género
El sector femenino contribuye en gran medida a la economía doméstica, a través de actividades de traspatio,
de la producción doméstica, artesanal y del trabajo asalariado –en algunas ocasiones- o de los recursos que
reciben de la divisas de sus parejas que emigraron en busca de una mejor calidad de vida.
El papel de la mujer en el medio rural está ampliamente subestimado, pues su participación en actividades
agrícolas generalmente es de tipo familiar, por lo tanto, no remunerado. De acuerdo con el INEGI (2005) en los
últimos decenios el número de mujeres de las zonas rurales que viven en pobreza absoluta ha aumentado en
un 50%, comparando con el 30% de los hombres.
A partir de este momento a fin de homologar criterios teóricos y prácticos presentamos una panorámica de la
violencia que vive la mujer rural, sin dejar de lado los créditos a las aportaciones autorales correspondientes.
La plataforma real de las mujeres de comunidades campesinas que son víctimas de discriminación de género
enfrentan los mismos problemas que todas las mujeres violentadas. No obstante, la soledad y el hecho de
habitar en comunidades alejadas le dan a este problema un carácter particular. A menudo, se trata de mujeres
en situación de vulnerabilidad, con pocos recursos económicos, víctimas de violencia o de graves violaciones a sus
derechos humanos cuando éstas apelan a la justicia, sus problemas se incrementan. Y nunca se atreven a
manifestar la violencia de la cuales son parte, inclusive la para ellas es algo común
Los obstáculos culturales y la extrema vulnerabilidad del que son el blanco las mujeres rurales se acrecentan
por el abandono y la soledad que experimentan en la vida cotidiana como consecuencia de la violencia
sistémica, entendida esta como aquella que involucra otro tipo de actos violentos.
Por lógica, además de los patrones incluyentes con la violencia domestica o cualquier otra, se enfrentan a
diversos actos que la hacen más vulnerables y multidiscriminada, por ser mujer, campesina, de situación
económica limitada y la principal la inequidad, la que por su esencia de persona las instituciones especializadas
deberían darles soporte eliminando el mandato de los roles tradicionales de un sistema de género jerárquico
y excluyente.
La debilidad de los trámites especiales para atender los patrones y delitos que violentan sus derechos y por su
discriminación tiene como consecuencia que los “especialistas”, insensibles y carentes de protocolos de
atención, den un tratamiento inadecuado a las denuncias de la violencia familiar, como es el caso que más
frecuentemente afecta a las mujeres de las zonas rurales. Por esto, mientras no se transformen las políticas
públicas y se incorpore una perspectiva de género en todo el sistema judicial es muy probable que las mujeres
que sufren violencia sigan siendo objeto de violaciones a sus derechos humanos, pues las normas y las
acciones tienen un sesgo discriminatorio y excluyente.
REFLEXIONES FINALES
A manera de conclusión, consideramos que la violencia de género en el medio rural es uno de los fenómenos
sociales más extendidos y a la vez más silenciados. El maltrato a las mujeres es el crimen más oculto por su
difícil investigación al quedar relegado al espacio privado. Sus dimensiones culturales, políticas y personales
nos conducen a abordarla desde sus consecuencias y efectos dentro de una sociedad que desvaloriza a las
mujeres y legitima la violencia como medio de relación humana.
Logramos asumir que la violencia esta encubierta, la panorámica de la mujer campesina ve este acto
como de parte su marco referencial de vida, el temor a denunciar muestra en el rostro de cada una de las
seleccionadas voluntariamente para responder a nuestro instrumento, inclusive la mirada del “macho” por la
ventana de sus casa se apreciaba siendo ella intimidada. Dentro de cada municipio existe una problemática
social encubierta de actos violentos, los derechos de las mujeres son violentados a diario, es ilógico que por
una parte los resultados muestren que nunca han sufrido actos violentos pero al mismo tiempo solicitan la
intervención de las autoridades para promover orientación preventiva.
También las barreras psicológicas en cuyo origen está la falta de autoestima vinculada a su formación, y la
interiorización de una tradicional presión social negativa a su participación en diversas actividades y cursos. Las
mejoras que experimentan en su formación elevan de su nivel de autoestima, un sentimiento de
independencia, y sensación de bienestar. La satisfacción no se produce tan sólo respecto a los resultados
obtenidos, sino también al mismo hecho de la asistencia continuada a las clases. El principal problema que las
mujeres adultas tienen en las aulas es la dificultad de aprendizaje, pero se suplen con voluntad, constancia y
una gran flexibilidad al "saber hacer" por parte del profesorado y del propio centro educativo.
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Volúmen 15: Violencia doméstica y de género
Respecto a las actividades de divulgación sobre temas relacionados con la salud de la mujer, en concreto la
menopausia y el cáncer cérvico uterino y mamario – por citar algunos-, se han desarrollado diversas acciones.
Es imprescindible continuar con esta tarea de divulgación, aunque en ningún caso suple la información y
personal de los ginecólogos que tratan a las mujeres durante esta fase, destacando los posibles síntomas, para
el diagnóstico preventivo de enfermedades transmisibles. Bridando gran tranquilidad a las mujeres que se
encuentran en ese ciclo vital, mayor entendimiento entre éstas y sus médicos, siendo más eficaz el uso de la
atención integral de la mujer.
No todas las mujeres parten de una misma situación ante su inserción al mercado laboral, diferencias que se
plasman la etapa previa durante un curso de formación. La satisfacción, los logros, las sugerencias sobre los
cursos de formación, dependen del tipo de perfil de mujer de que se trate. Las diferencias se pueden
establecer en un eje de “proximidad” a la situación de empleo: En el extremo del eje, se encuentran las
mujeres más “alejadas” del mercado de trabajo. Suelen tener más edad y mínima formación, y especialmente
poseen un nivel bajo de autoestima respecto a su capacidad para el aprendizaje y empleo, porque han estado
mucho tiempo alejadas de experiencias de enseñanza social y también de empleo. La inserción en el mercado
laboral es para estas mujeres un objetivo más lejano. Los cursos formativos son el medio en que adquieren
progresivamente aptitudes y actitudes, además de una más alta o específica cualificación, avanzando a través
del eje hacia posiciones de mayor “proximidad” al empleo. En el medio de ambas posiciones hay todo un
abanico de mujeres con distintas situaciones formativas, de experiencia laboral, y expectativas. Las acciones
de formación en el campo de la sensibilización se manifiestan en las medidas que se toman en los casos de
violencia doméstica, en el trato a las mujeres que denuncian estos hechos y en la mayor sensibilidad para las
modificaciones legales.
Hacia el futuro, el trabajo a desarrollar debería orientarse de manera importante a la prevención. Hasta ahora
se ha trabajado en la resolución y apoyo de situaciones extremas y graves, pero no hay que perder de vista
que erradicar la violencia doméstica requiere trabajar a medio plazo en la prevención, desde la familia y la
escuela. En el área legal se requiere agilidad y rapidez en la aplicación de la legislación vigente; en la
planificación y ejecución de políticas públicas, es necesario implantar una mayor coordinación en todos y cada
uno de los niveles administrativos que intervienen en cualquier momento del proceso ante una situación de
violencia doméstica.
Es necesario trabajar la profundización, la heterogeneidad de la mujer rural y la diversificación de
necesidades que ello genera. El trabajo debe desarrollarse sin perder de vista la doble discriminación que sufre
la mujer rural, de género y de hábitat, el protagonismo de las mujeres en el cambio social del mundo rural, y la
atención a las más jóvenes en términos formativos y profesionales, financiando estudios fuera de la localidad
con una política de becas que evite la discriminación por razón de hábitat, y para evitar la emigración
PLATAFORMA BIBLIOGRAFÍCA
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Análisis multidimensional. Gedisa. Barcelona, España.
Alonso L.E. (1998). La mirada cualitativa en sociología: una aproximación
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ACTAS DE LAS PRIMERAS JORNADAS INTERNACIONALES SOCIEDAD, ESTADO Y UNIVERSIDAD
Volúmen 15: Violencia doméstica y de género
Comunicación y género: la trama discursiva de la violencia de género en los medios y las políticas
públicas
Bormida, Ana Clara.- Centro de comunicación y género – Facultad de periodismo y comunicación social.
Rosales, María Belén.- Centro de comunicación y género – facultad de periodismo y comunicación social
Sambucetti, María Emilia. Centro de comunicación y género – Facultad de periodismo y comunicación social –
Murialdo, Alfonsina.- Centro de comunicación y género – facultad de periodismo y comunicación social
Desde el Centro de Extensión de Comunicación y Género nos abocamos a la realización del Observatorio de
medios con perspectiva de género, un trabajo que consiste en la observación sistemática de medios gráficos
de comunicación masiva desde una perspectiva teórica anclada en la comunicación/cultura y desde un
enfoque de género.
Esta actividad académica de investigación está orientada la búsqueda de una ampliación epistemológica en el
campo de los estudios de comunicación. Entendemos a la comunicación como producción de sentidos,
prácticas y diálogos de saberes que se erige en una de las estrategias fundamentales de mirar/sentir cuál es el
rol que se le asigna a las mujeres y desde allí planteamos nuevos interrogantes para problematizar y
transformar la práctica de la profesión como comunicadores.
Desde esta perspectiva y entendiendo al género como la construcción cultural de las sexualidades,
pretendemos comprender cómo los significados organizados por una cultura se van transformando,
renovando o recreando también en los procesos comunicacionales.
Desde este espacio académico, concebimos al género como la construcción sociocultural e histórica que define
y da sentido a la sexualidad, y que conforma un sistema de poder que se realiza por medio de operaciones
complejas, a través de normas, tradiciones, prácticas, valores, estereotipos, que se producen y reproducen en
los discursos públicos que circulan en las instituciones sociales y que habilitan, limitan y/o restringen las
prácticas, esquemas de percepción y conductas de los/las individuos/as como seres sexuados, en nuestras
sociedades, desde una concepción heteronormativa y androcéntrica.
En el marco del Observatorio de medios con perspectiva de género decidimos profundizar en dos categorías
que dialogan en la construcción del discurso público sobre la mujer: cuerpo y poder. Iniciamos así un trabajo
exploratorio y descriptivo que da cuenta de los significados presentes en los relatos periodísticos del cuerpo de
las mujeres y las diversas manifestaciones de poder, incluyendo el poder en el ejercicio del dominio y la
violencia machista que se descarga sobre estos cuerpos (el cuerpo violentado, el cuerpo tratado, el cuerpo
naturalizado, el cuerpo objetificado). Profundizamos la mirada en la articulación “cuerpo/poder/violencia”, a
fin de indagar cómo aparece en la narrativa informativa el cuerpo de las mujeres víctimas en casos de
femicidios y violencia y cuáles son las construcciones de significado en la cobertura mediática de estos casos,
sus características y las formas en que se presenta la violencia.
15
ACTAS DE LAS PRIMERAS JORNADAS INTERNACIONALES SOCIEDAD, ESTADO Y UNIVERSIDAD
Volúmen 15: Violencia doméstica y de género
El trabajo está orientado a dar a conocer los resultados del análisis de la cobertura mediática de casos de
feminicidios y casos de violencia contra las mujeres ocurridos en el país entre los meses de marzo a julio de
2011 en los diarios Perfil, Clarín, Página 12 y El Día, donde se pudieron identificar los mitos y mecanismos de
ocultamiento que desvirtúan el tratamiento de la violencia contra las mujeres.
Más allá de los avances en las reformas legales en la búsqueda de democratizar la comunicación, decimos que
los medios, en sus distintos formatos y dispositivos, actúan en relación con la producción de sentido común
para volverlo mapa hegemónico de la representación del mundo. Los discursos públicos que allí circulan
ayudan a sostener estructuras simbólicas que requieren de equilibrio y previsibilidad para perpetuar las
desigualdades sociales; allí radica la importancia de revisar los propios enunciados discriminatorios en
términos de prejuicios que luego se vuelven una explicación de las desigualdades sociales.
Según consta en el artículo 4° de la Ley Nacional N° 26.485, la violencia hacia la mujer queda definida como
“toda conducta, acción u omisión, que de manera directa o indirecta, tanto en el ámbito público como en el
privado, basada en una relación desigual de poder, afecte su vida, libertad, dignidad, integridad física,
psicológica, sexual, económica o patrimonial, como así también su seguridad personal”.
Específicamente, se considera a la violencia física como un tipo de violencia hacia la mujer, y se la define como
“La que se emplea contra el cuerpo de la mujer produciendo dolor, daño o riesgo de producirlo y cualquier
otra forma de maltrato o agresión que afecte su integridad física”
Deconstruyendo mitos

Mitos y mecanismos de ocultamiento en el tratamiento de la violencia contra la mujer
-Persistencia de referencias a móviles pasionales, de locura pasajera que causa el amor para explicar las
posibles causas de los asesinatos de mujeres. El “crimen pasional” deviene del concepto jurídico “emoción
violenta”, como atenuante del crimen. El acto violento “pasional” expresa la presunción de legitimidad de
quien lo ejerce. Ejemplo: “Estaba quemado en un 80 por ciento. Investigan una pista pasional.”
-Espectacularización de casos de femicidios presentados con elementos de la narrativa romántica, como una
tragedia o como hecho sangriento. Los criterios de noticiabilidad exigen siempre muerte y sangre, de allí que
sea difícil encontrar en la página de los diarios noticias que den cuenta, por ejemplo, de casos de mujeres
víctimas de violencia patrimonial, económica o simbólica
-No se da cuenta del contexto, los procesos que desencadenan los actos de violencia y la misoginia estructural
que habilita estas prácticas. Los medios lejos de dar cuenta de los resultados de procesos de violencia contra la
mujer por motivos de género y la misoginia estructural que habilita estas prácticas, solo se limitan a hablar de
asesinatos en una versión simplificada de los hechos, como si se trataran de casos aislados, sin conexión.
-Recurrencia a la fórmula “confuso episodio” o “instancias poco claras”, se omite cualquier referencia para
conocer las características de las situaciones donde las mujeres son sometidas a una situación de violencia. No
se siguen los casos para establecer los motivos, las causas y consecuencias de los hechos.
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ACTAS DE LAS PRIMERAS JORNADAS INTERNACIONALES SOCIEDAD, ESTADO Y UNIVERSIDAD
Volúmen 15: Violencia doméstica y de género
-Reticencia a acuñar el concepto femicidio o feminicidio en las crónicas periodísticas

Mitos sobre la importancia de la problemática
-La cobertura de los casos de asesinatos de mujeres se hace en general a modo de relato policial, ubicándolas
en la sección policiales de los periódicos. Alrededor del 70% de las notas relevadas.
-Trivialización del tema: se ubica a estos casos como hechos privados, domésticos, excepcionales, sin dar
cuenta de la dimensión que adquiere el fenómeno y el impacto social que tiene.
-Tratamiento periodístico es en general, breve, descontextualizado y ubicado en el plano doméstico, se habla
de “discusión doméstica” o “pelea de pareja”

Mitos de género-estereotipos en relación al “deber-ser” de la mujer y la pareja
-En los medios masivos de comunicación, “la mujer” -como categoría- sigue siendo interpelada
preponderantemente como objeto del deseo masculino –es decir, “un cuerpo para otros”- desde una lógica
que mercantiliza su cuerpo, y aún la ancla a su rol reproductivo y doméstico como madre abnegada.
-La mujer aún es representada en el rol de reproducción de la vida doméstica, la madre virtuosa y la esposa fiel
y cuidadora, las conductas femeninas que transgreden estas pautas son condenadas social y mediáticamente.

Mitos que acusan a la mujer maltratada
-Estrategias discursivas que permean el cuestionamiento a la víctima dando paso a la justificación de los
agresores
-Construcciones discursivas que tienden a erotizar la escena y la actuación de estas mujeres, estrategia que
tiende a trivializar el hecho y a instalar la idea de que han provocado su propia muerte.
-La duda sobre la presunta infidelidad que puede dar origen a los crímenes contra las mujeres, aparece en los
medios sin concesiones en lo que respecta al cuidado de difundir información que pueda perjudicar a la
víctima y a su entorno.
-Se relevaron algunas noticias que hacen referencia a denuncias efectuadas mujeres ante las instituciones y
que dan cuenta de la deslegitimación pública e institucionalizada de las palabra de la mujer denunciante.
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ACTAS DE LAS PRIMERAS JORNADAS INTERNACIONALES SOCIEDAD, ESTADO Y UNIVERSIDAD
Volúmen 15: Violencia doméstica y de género
- La mujer vampiresa, como alguien que se buscó su trágico destino con su comportamiento y sus
transgresiones
-Énfasis en la presunta infidelidad de la víctima: estigmatización de la víctima con frases como “se vestía o
bailaba muy provocativamente”, lo que implica deslizarse hacia la culpabilidad de la víctima que se convierte
en “merecedora de la agresión”.

Mitos que refieren a lo privado
-Recurrencia a expresiones como “pelea de pareja”, “violencia doméstica”
-Se prioriza como fuentes directas a familiares de la víctima y vecinos, allí aparece el imaginario social sobre la
imposibilidad de “meterse” en los asuntos de la vida íntima de la pareja
-El imaginario sobre la imposibilidad de intervenir, recae en los modos en que la distinción público-privado ha
incidido históricamente en la violencia como una cuestión privada, doméstica, casi inaccesible a la ley, la
intervención del Estado o la ciudadanía.

Mitos que refieren a la identidad de la victima;
-Las mujeres aparecen generalmente representadas como víctimas, despersonalizadas.La invisibilización de las
historias de vida de las mujeres víctimas de la violencia, la omisión de los rasgos de identidad de las mismas no
permite considerar que se trata de un sujeto con derechos, así el medio crea, perpetua y mantiene el
estereotipo de la mujer víctima.
-Sobre los rasgos de identidad de la mujer víctima aparecen con mayor frecuencia los datos sobre su condición
socio-económica “la mujer de un reconocido empresario”, su pertenencia a un grupo etáreo “la joven”, “la
chica”, y su rol social “la madre” o “la estudiante”.
-En el caso Nora Dalmasso por ejemplo se favoreció la culpabilidad de la víctima en el énfasis puesto en su
pertenencia de clase en relación con la “doble vida” que habría tenido.
-Los casos que permanecen en la agenda de los medios son los que tienen como víctimas a mujeres de clase
social media-alta. En general no se realiza un seguimiento de todos los casos y sus procesos judiciales. Esto
último, contribuye a invisibilizar la actuación del Estado ante los crímenes misóginos y la impunidad que los
rodea, es decir, los acuña en una enorme tolerancia social.

Mitos que refieren a la mujer maltratada como “disfuncional” en lo social
18
ACTAS DE LAS PRIMERAS JORNADAS INTERNACIONALES SOCIEDAD, ESTADO Y UNIVERSIDAD
Volúmen 15: Violencia doméstica y de género
-Referencias de la personalidad de la mujer víctima como datos que llevarían a entender las causas de su
asesinato:
-Énfasis en los desbordes psicológicos de la víctima, tendencias a la depresión y al suicidio como mecanismo de
ocultamiento de la agresión que le da muerte.

Mitos que refieren a la acción femicida
-Propensión a exaltar la figura de los homicidas como si se tratara de “estrellas” reconocidas, ídolos.
-En la cobertura de procesos judiciales se prioriza como fuentes a los presuntos asesinos, dando espacio a las
más variadas estrategias de exculpación, apelando a elementos emocionales de la narrativa romántica que
puede dar lugar al compadecimiento moral y social del presunto homicida
Conclusiones:
La violencia que se ejerce contra la mujer, más allá de las formas que adquiera, es consustancial a la
desigualdad y a la discriminación de género. Dicha violencia responde a las relaciones de dominio ejercidas por
el género masculino sobre las mujeres con el objeto de mantener o incrementar su subordinación.
La violencia hacia las mujeres es una situación estructural que ha sido y es invisibilizada constantemente, en
las políticas públicas, en el discurso social, en los medios de comunicación, y que en la actualidad, es diluida
además en un contexto de creciente violencia social.
A grandes rasgos, al analizarla cobertura mediática de casos de feminicidios, pudimos identificar los
mecanismos de ocultamiento más comunes que desvirtúan la violencia hacia las mujeres en el tratamiento
mediático: se presenta a la mujer agredida como víctima, se omiten datos biográficos y su historia de vida, y,
por tanto, aparece despersonalizada, así se desplaza la noción de sujeto mujer y se la representa como mera
categoría, lo que permite dar cuenta únicamente de su pertenencia a un grupo genérico. Si no hay sujeto con
derechos, con historia, con una vida que vale la pena ser contada, el hecho aparece aislado, en una
concatenación de acontecimientos noticiosos delictivos, quitándole su verdadera trascendencia pública, es
decir, confluye a instalar la percepción general de que “hay otra víctima más en las páginas de los diarios”.
En segundo lugar, se explica la agresión como algo imposible de controlar, se muestra el hecho de violencia
extrema, el asesinato, y no el proceso, el círculo de violencia, que la desencadena. Así, la mirada lejos de estar
dirigida las relaciones de dominio que provocan las situaciones de violencia, refuerzan el estado de
victimización. El conocimiento de las causas profundas que hacen posible la escalada de los actos violentos
contra las mujeres se diluye hasta desaparecer de las crónicas, este mecanismo conlleva a la trivialización del
tema, al refuerzo del sentido común que ubica a estos casos como hechos excepcionales pero de similares
características, sin dar cuenta de la dimensión que adquiere el fenómeno y el impacto social que tiene, lo que sin dudas- contribuye a la naturalización de los mismos.
La "Ley de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres"contempla la
existencia de violencia de género física, psicológica, sexual, económica y simbólica, lo que constituyó un
avance importante en nuestro país. Sin embargo, los medios rara vez se hacen eco de las diversas
manifestaciones de violencia de las que son víctimas las mujeres. La impresión que causa este dato es que los
criterios de noticiabilidad exigen siempre muerte y sangre, de allí que sea difícil encontrar en la página de los
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ACTAS DE LAS PRIMERAS JORNADAS INTERNACIONALES SOCIEDAD, ESTADO Y UNIVERSIDAD
Volúmen 15: Violencia doméstica y de género
diarios noticias que den cuenta, por ejemplo, de casos de mujeres víctimas de violencia patrimonial,
económica o simbólica, tratándose, en definitiva, de temas de interés público que valen la pena ser abordados
con mayor profundidad en las páginas de los diarios a fin de desnaturalizar las múltiples formas que adquiere
el ejercicio de “las violencias” por razones de género.
Por otra parte, observamos que se prioriza como fuentes directas a familiares de la víctima y vecinos, allí
aparece el imaginario social sobre la imposibilidad de “meterse” en los asuntos de la vida íntima de la pareja
cuando han sido testigos de la violencia que se ejercía contra la mujer víctima. Retomando a Hannah Arendt,
“las cuatro paredes de la propiedad de uno ofrecen el único lugar seguro y oculto del mundo común público,
no sólo de todo lo que ocurra en él sino también de su publicidad, de ser visto y oído, que promueve
invisibilidad a las relaciones interpersonales y su gama de inequidades”. La repetición de testimonios de
vecinos, tiende a reforzar la idea de que los asuntos privados del “corazón”, deben resolverse en el ámbito del
hogar, espacio que –desde esta mirada- se convierte en un reducto inaccesible para la justicia, la acción
pública de las instituciones y de la ciudadanía.
Por otra parte, en la cobertura de procesos judiciales se prioriza como fuentes a los presuntos asesinos, dando
espacio a las más variadas estrategias de exculpación, apelando a elementos emocionales de la narrativa
romántica que puede dar lugar al compadecimiento moral y social del presunto homicida y, por otra parte, a la
estigmatización de la víctima con frases como “se vestía o bailaba muy provocativamente”, lo que implica
deslizarse hacia la culpabilidad de la víctima que se convierte en “merecedora de la agresión”.
Estas nociones del sentido común, se produce y reproduce también en el ámbito de las políticas públicas y en
el sistema judicial, instituciones donde los funcionarios y agentes públicos continúan manteniendo prejuicios
sobre las mujeres que las divide en aquellas que "merecen" y las que "no merecen" su atención. Las mujeres
no merecedoras son aquellas que de alguna manera consienten o provocan la victimización o inducen a sus
agresores a ella.
El discurso social, la cultura y la comunicación son terreno de negociaciones, conflictos y acuerdos del orden
del sentido. En este contexto, la comunicación aparece como vehículo para la transformación social y el
género, no sólo como una categoría de análisis, sino también como una dimensión que está encarnada en los
cuerpos y las subjetividades y que es necesario indagar para comprender las posibilidades de acción de los/las
individuos/as en un contexto socio-cultural.
Creemos que promover prácticas que incluyan una perspectiva crítica de género contribuye a subvertir
prejuicios, estereotipos e, inclusive, estigmas sociales que aún hoy se reproducen en relación a las mujeres, su
situación de desigualdad histórica y las manifestaciones violentas de las que son objeto. Este es el desafío a
asumir para aportar a una comunicación popular, alterativa y verdaderamente transformadora.
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- Radford, Jill; and Diana E. H. Russell (eds.). Femicide: The Politics of Woman Killing. New York: Twayne. ISBN
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-Segato, Rita Laura, "Qué es un feminicídio. Notas para un debate emergente" . En: Argentina, Revista Mora
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-Segato, Rita (2003). “La argamasa jerárquica: violencia moral, reproducción del mundo y la eficacia simbólica
del derecho”, en Las estructuras elementales de la violencia. Ensayos sobre género entre la antropología, el
psicoanálisis y los derechos humanos, Buenos Aires, Prometeo-UNQ.
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ACTAS DE LAS PRIMERAS JORNADAS INTERNACIONALES SOCIEDAD, ESTADO Y UNIVERSIDAD
Volúmen 15: Violencia doméstica y de género
Redes descentralización y abordajes integrales en una intervención local por la erradicación de la
violencia de género, en el Municipio de Morón.
Mónica Borra.- Dirección de Políticas de Género del Municipio de Morón.
Laura C. De Peri.- Centro Vivir sin Violencia. Secretaría de Relaciones con la comunidad y abordajes integrales.
OBJETIVOS:
Nuestro trabajo tiene como objetivo compartir una experiencia que muestra diversidad de
intervenciones para el sostenimiento de una política pública.
Cuando decimos política pública nos referimos a que el tema de la violencia de género en el Municipio
de Morón desde hace varios años forma parte de la agenda del ejecutivo.
Decimos que tiene que ver con las redes ya que para la prevención y asistencia en estos temas es
imposible ser eficaz sino se sostiene la intervención a través de las instituciones con las que se convive fuera
del Municipio por ejemplo Justicia, Seguridad, Educación, Salud, y las que se corresponden con las áreas
internas de las diferentes direcciones del Municipio por ejemplo Género, Acción Social, Protección de derechos
de niños niñas y adolescentes, Territorios a través de las Unidades de Gestión Comunitaria, o salud a través del
Hospital y los Centros de Atención Primaria de la Salud, Relaciones con la comunidad y abordajes integrales.
También tuvimos en cuenta en este proceso que comienza en el 2004, la importancia de la
descentralización de los servicios de asistencia a mujeres en situación de Violencia de Género dado que
muchas veces con motivo de la extensión del territorio les cuesta mucho llegar a un servicio de atención que
se encuentre localizado en un área central del Municipio.
Otro de los factores a tener en cuenta dada esta descentralización fue la capacitación y coordinación
de acciones realizada por los/las profesionales de todo el territorio que tuviesen contacto con esta
problemática.
Finalmente y como corolario de estas acciones presentadas precedentemente daremos cuenta de las
intervenciones integrales que realizan nuestros equipos en relación con el conjunto de las instituciones con las
que trabajamos en red.
PROCESO DE INTEGRACION DE REDES E INTERVENCIONES INTEGRALES.
En el año 2004 se creó el área de Políticas de Género en el Municipio, que como primera acción
convocó a las mujeres moronenses a integrarse al Consejo de las Mujeres. Se concebía al Consejo como un
espacio participativo y abierto destinado a todas las mujeres de Morón, cuyos objetivos y acciones están
centrados en revertir las desigualdades que sufren las mujeres y cotrarrestar las variadas situaciones de
discriminación y violencia cotidiana. Para ello se trabajó en forma conjunta a partir del primer Plan de Igualdad
de Oportunidades (PIO 2006-2008). Este primer documento marca un camino y establece acciones concretas y
objetivos claros para trabajar por la igualdad de oportunidades de todos y todas. Actualmente, sigue en
sintonía con el Segundo PIO, previsto para el período 2010-2014.
Una de las primeras acciones que se realizó fue un diagnóstico participativo del que surge entre otras
cosas la creación del Centro Vivir Sin Violencia que asiste a mujeres en situación de violencia conyugal. Esto fue
posible gracias a la férrea decisión política del entonces intendente municipal Martín Sabbatella quien facilitó
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Volúmen 15: Violencia doméstica y de género
su rápida concreción. Es así que comenzó a funcionar en Noviembre de 2005. Hoy asiste un promedio de 1000
mujeres por año.
Presentación Institucional del Centro “Vivir sin Violencia”
MUNICIPIO DE MORÓN.
Secretaría de Relaciones con la Comunidad y Abordajes Integrales
Dirección de Políticas de Género
Vivir sin violencia
Centro de Prevención, Asistencia y Formación para Mujeres en Situación de
Violencia Conyugal.
Planes de Igualdad de Oportunidades entre Varones y Mujeres
2006 – 2008 (Primer PIO) y 2010 – 2014 (Segundo PIO)
TALLERES PARTICIPATIVOS DE DIAGNÓSTICO
FUNCIONARI@S DE LA COMISIÓN AD-HOC
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Volúmen 15: Violencia doméstica y de género
25 DE NOVIEMBRE DE 2005
Día Internacional de la No Violencia contra las Mujeres.
INAUGURACIÓN
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Volúmen 15: Violencia doméstica y de género
"La violencia contra las mujeres es un problema social y político que concierne a toda la comunidad."
Equipo Interdisciplinario
 Coordinadora (Abogada, Mediadora)
 Psicólogas
 Abogadas
 Trabajadoras Sociales
 Personal Administrativo
 Personal de Maestranza
 Personal de Seguridad
Erradicar toda forma de violencia hacia las mujeres.
Objetivos:




Desarrollar acciones de prevención.
Realizar tareas asistenciales.
Articular acciones en redes intra e inter-institucionales.
Realizar actividades de formación continua para mujeres que sufren violencia, para profesionales y para
toda persona vinculada a la problemática.
Ejes de Abordaje de la problemática
Prevención - Asistencia - Formación
Prevención
 Campañas de sensibilización.
 Talleres en los barrios.
 Difusión en los medios.
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Asistencia
 Atención de mujeres en situación de violencia conyugal.
 Grupos de ayuda mutua.
 Co-visión de casos e intervenciones.
 Red Intrainstitucional
 Abordajes Integrales
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Redes Interinstitucionales.
ONG`s
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Volúmen 15: Violencia doméstica y de género
Formación (del equipo interdisciplinario y otros profesionales)








Gratuita y abierta a la comunidad.
Taller de Operador@s para intervenir en Situaciones de Violencia de Gènero.
Talleres de Género.
Talleres sobre violencia conyugal.
Talleres de prevención de noviazgos violentos.
Cine-debate.
Supervisión de otros equipos.
Capacitación continua.
VIVIR SIN VIOLENCIA
Asistencia Legal
 Asesoramiento para realizar denuncias o exposiciones.
 Asesoramiento sobre divorcio, tenencia de hij@s, régimen de visitas y régimen alimentario.
 Asesoramiento para solicitar perimetral y/o exclusión del hogar de la persona violenta.
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Asistencia Social
 Derivación a Refugio.
 Ayuda social a través de la Secretaría de Salud y Desarrollo Social.
 Derivación a Centros de Salud.
Asistencia Psicológica
 Orientación y contención psicológica.
 Elaboración de Informes. Diagnósticos. Pronósticos. Evaluación de riesgo
DESCRIPCIÓN DE LA ATENCIÓN
Recepción de la consulta mediante:
Asistencia o Llamado espontáneo
Selección previa por personal administrativo entrenado.
El caso debe ser de Violencia Conyugal, Noviazgo Violento, Violación, Acoso sexual laboral (Ordenanza
Nº8723/06).
Si cumple con esta condición:
 Consulta de Admisión con Profesional de Guardia.
 Consultas siguientes y tratamiento del caso por el Equipo Profesional Interdisciplinario
Si no cumple con esta condición.
Se deriva a:
 Psicológica
 Social
 Legal
Derivaciones desde:




Comisaría de la Mujer
Poder Judicial
Red Intra e Interinstitucional
ONG's
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 Operadoras/es
 Gabinetes Escolares
PROGRAMA DE PREVENCIÓN OBJETIVO
 Continuar con el desarrollo de acciones de prevención.
METAS





Talleres comunitarios de prevención de violencia conyugal.
Talleres de prevención en noviazgos violentos.
Publicidad en medios masivos.
Mesas de sensibilización en los barrios.
Entrega de folleteria..
CONSOLIDACIÓN DE REDES
 Integración a la Red No a la Violencia de Género
 Reuniones con las instituciones y ONG's vinculadas con la violencia familiar.
 Realización de seminarios, encuentros, jornadas, talleres y paneles locales, regionales, nacionales e
internacionales.
ESTRATEGIAS DE TRABAJO
Hasta hace poco tiempo, decíamos que el abordaje de las violencias es un tema muy complejo que requería de
la mirada interdisciplinaria para su abordaje. Hoy percibimos que sólo esto no es suficiente.
Que es necesaria la intervención integral de todos los efectores que tengan a su cargo la contención y
asistencia de las personas que consultan o está vinculadas con este tema, quienes además, intentarán
optimizar su actuación desde una perspectiva de género. Esta mirada permite visualizar las inequidades entre
varones y mujeres, que son el basamento del sostenimiento de las violencias.
Faltaría sumar a estas dos cuestiones (abordaje integral y mirada de género) el compromiso de las
Instituciones (Policía, Poder Judicial, ONG, etc) responsables de colaborar con las víctimas y que tienen que
trabajar mancomunadamente con estos equipos para que la intervención sea eficaz.
Cabe destacar que desde hace dos años Morón realiza una experiencia de abordaje integral con el tema Trata
y Tráfico de Personas, ello en el marco de intervención descripto anteriormente.
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Volúmen 15: Violencia doméstica y de género
A violência doméstica no brasil e a necessidade de sua superação
CERQUEIRA, Ariene Bomfim. DCJUR/ Universidade Estadual de Santa Cruz/ Campus Soane Nazaré de Andrade,
SOUZA, Paula Carine Matos de. DCJUR/ Universidade Estadual de Santa Cruz/ Campus Soane Nazaré de
Andrade
JESUS-JUNIOR, Guilhardes de. DCJUR/ Universidade Estadual de Santa Cruz/ Campus Soane Nazaré de
Andrade,
ROSA, Paulo Santos. FTC/Itabuna RESUMO
A história nos revela que as mulheres quase sempre estiveram em situação inferior ao homem na sociedade.
Por muito tempo, foram tratadas como incapazes de gerir sua vida, suas ações, e viviam subordinadas
inicialmente dos pais e posteriormente dos maridos. Essa situação só começou a mudar, no século passado,
em conseqüência do fortalecimento dos movimentos feministas que buscavam, além da igualdade política, a
emancipação feminina, pautando-se na superação da relação de dominação masculina sobre a feminina em
todos os aspectos da vida da mulher. Nos meados do século XX o discurso feminista conseguiu colocar-se junto
à pauta das agendas públicas de reconhecimento e regulação dos seus direitos. Desse modo, as relações de
desigualdade e agressões de gênero deixaram de ser vistas como “naturais”. A partir daí, nota-se
preponderante o acesso feminino, às questões político-sociais, tais como a possibilidade de receberem
educação e o direito ao voto. Entretanto, algumas legislações, entre elas a brasileira, mantinham a condição de
inferioridade das mulheres, a exemplo do Código Civil de 1916 e do Estatuto da Mulher Casada, ambos já
revogados. Hoje essas idéias, que foram consolidadas historicamente devido, às influencias do
patrimonialismo, que incutiram pensamentos machistas e patriarcalistas, com grande esforço, foram
superadas em parte. O Brasil atual contempla um avanço significativo no que diz respeito à garantia dos
direitos da mulher. Com a promulgação da Lei 11.340/06, que recebeu o nome de Maria da Penha, todo tipo
de agressão sofrida pelas mulheres passou a ser observada e tipificada como violação de direitos passível de
punição e o problema da violência no ambiente doméstico e familiar, passou a ser visto sob outro ângulo.
Mesmo sendo protegidas pela legislação, muitas mulheres ainda hesitam em denunciar às redes de
atendimento as agressões que sofrem. Os motivos são os mais diversos, desde dependerem do agressor
financeira e emocionalmente, e até mesmo por não acreditarem que os agressores serão efetivamente
punidos. Na cidade de Ilhéus, Estado da Bahia, por exemplo, nota-se claramente essa realidade. A partir da
análise de dados estatísticos obtidos junto a Delegacia Especial de Atendimento a Mulher em situação de
violência (DEAM) deste município baiano, verifica-se que as mulheres muitas vezes utilizam as redes de
atendimento como escudo contra os abusos e acabam por manter-se sob o jugo de um agressor, de modo que
na maioria dos casos registrados, não prosseguem no processo contra este. Destarte, faz-se imprescindível
articular idéias alternativas no sentido de desconstruir as ideologias vigentes sobre gênero, visando não
apenas à libertação das velhas hierarquias, mas ao enfrentamento das necessidades decorrentes do
desenvolvimento das sociedades e buscando soluções não apenas voltadas às especificidades femininas, mas
principalmente à concretização os ideais de equidade e respeito à dignidade da pessoa humana.
PALAVRAS CHAVE: Lei Maria da Penha; Gênero; Violência
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Volúmen 15: Violencia doméstica y de género
ABSTRACT
The story reveals that women were almost always in a position inferior to men in society. For a long time, been
treated as incapable of managing his life, his actions, and lived initially subordinate parents and later their
husbands. This situation only began to change in the last century, due to the strengthening of the feminist
movements that sought, in addition to political equality, the emancipation of women, basing themselves in
overcoming the ratio of male dominance over women in all aspects of life woman. In the mid-twentieth
century feminist discourse has managed to put up with the agenda for the public agendas of recognition and
regulation of their rights. Thus, the relations of gender inequality and aggression are no longer seen as
"natural." Since then, there is the predominant female access, political and social issues, such as the possibility
of receiving education and voting rights. However, some laws, including the Brazilian kept the inferior status of
women, such as the Civil Code of 1916 and the Status of Married Women, both already revoked. Today these
ideas, which historically have been consolidated due to the influence of patrimonialism, which instilled
thoughts sexist and patriarchal, with great effort, have been overcome in part. The present-day Brazil
contemplates a significant advance in terms of ensuring women's rights. With the enactment of Law
11.340/06, which received the name of Maria da Penha, all sorts of aggression suffered by women came to be
typified as a observed and rights violations punishable and the problem of violence in the home and family,
came to be seen from another angle. Although protected by law, many women are still reluctant to report the
assaults care networks suffering. The reasons are diverse, from dependence on the abuser financially and
emotionally, and even for not believing that the perpetrators will be punished effectively. In the city of Ilheus,
Bahia, for example, you can clearly see that reality. From the analysis of statistical data obtained from the
Police Special Assistance to Women in violent situations (DEAM) of this town in Bahia, it appears that women
often use networks of care as a shield against the abuses and end up keeping is in the grip of an attacker, so
that in most reported cases, do not pursue the case against this. Thus, it is essential to articulate alternative
ideas in order to deconstruct the current ideologies about gender, aiming not only to release the old
hierarchies, but to face the needs arising from development of society and seeking solutions not only geared
to specific women, but mainly to achieving the ideals of fairness and respect for human dignity.
KEY WORDS: Maria da Penha Law, Gender, Violence
INTRODUÇÃO
Mediante uma avaliação histórica do Brasil, observa-se preponderante subjugação das mulheres aos
homens. A violência simbólica, termo utilizada por Bourdieu (2007), explicada por argumentos falsamente
biológicos e observada por vezes como comportamento natural, é o escopo dos abusos que as mulheres têm
sofrido durante séculos.
Segundo Cunha (2008), “a violência conjugal contra mulheres é a expressão do desejo que o homem
tem de controlar e dominar a parceira.” A partir dessa afirmativa, pode-se inferir que por ainda manter
resquícios de uma sociedade patriarcalista e patrimonialista, herdada principalmente do período em que foi
colônia, o Brasil, ainda registra altos índices de casos de violência contra a mulher.
No município de Ilhéus-BA, essa realidade se manifestou de modo ainda mais intenso, visto que,
abalada pela queda da lavoura cacaueira na década de 80, que em muito prejudicou a economia da cidade e
acabou por aumentar os índices de pobreza, enfatizou essas características que se mantiveram perpassando as
gerações e mantendo velhas ideologias machistas. Deste modo, é simples notar que essa combinação de
fatores acabou por favorecer esse quadro lamentável de violência doméstica e familiar contra a mulher.
Sabe-se que este sistema, tendo por base a ideologia machista de que o homem sendo o chefe da casa pode
todas as coisas, possibilitou a opressão do sexo feminino na região.
A partir de dados obtidos junto à Delegacia Especial de Atendimento à Mulher – DEAM/Ilhéus pode-se
notar os reflexos da desigualdade de gênero presentes no município de Ilhéus, bem como o rompimento
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Volúmen 15: Violencia doméstica y de género
dessas formas de pensamento tradicionais que submetiam às mulheres a aceitação dos desmandos
masculinos.
A INFLUENCIA DOS DISCURSOS IDEOLÓGICOS NOS CASOS DE VIOLÊNCIA DOMÉSTICA E FAMILIAR
Ainda vigora na sociedade brasileira, um discurso de dominação masculina que justifica as heterogeneidades
de gênero, apresentando-as como desigualdades discrepantes e contraditórias.
Incorporado a mecanismos históricos e culturais, esse discurso torna-se responsável pela eternização das
construções de divisão sexual e pela procedente submissão do feminino.
A legislação brasileira ainda legitimou por anos, a permanência desses esquemas de dominação. A exemplo,
tem-se o Código Civil de 1916, que por muitos anos atuou no cenário jurídico, e entre outras limitações,
considerava a mulher relativamente incapaz dos atos da vida civil. Posteriormente, o Estatuto da Mulher
Casada, entrou em vigor, trazendo algumas modificações benéficas às mulheres como a desconsideração da
incapacidade relativa das mulheres, entretanto manteve referencias patriarcalistas, considerando o homem
como chefe da família.
“No Brasil, no final dos anos 70, a partir de movimentos feministas contra
assassinatos cometidos contra a mulher em nome da “defesa da honra”, vieram à
tona questões como a opressão da mulher na sociedade brasileira, em vários
aspectos, além da violência conjugal, como a discriminação no trabalho e o
desrespeito ao corpo da mulher”. (Garcia, 2010).
A partir daí, iniciaram-se efetivamente os debates a respeito da situação da mulher na sociedade e as
violências sofridas passaram a ser vistas como forma de violação dos direitos humanos.
Segundo Scott (2009) apud Silveira, o conceito de gênero foi de importância ímpar para o esclarecimento da
forma como as diferenças foram transformadas em desigualdades através de um contexto histórico e político
da relação de dominação masculina versus submissão feminina. O progresso de uma discussão desse caráter
para uma ponderação analítica sobre a sistemática das relações é que permitiu desconstruir as funções
estereotipadas e a fortalecer luta pela igualdade material entre os sexos.
Esses discursos materializam-se principalmente nos casos de violência psicológica, visto que, por constituírem
atitudes por vezes incorporadas e não reconhecidas como formas de violência, acabam por constituir a forma
que mais ocorre no município de Ilhéus, se comparada aos demais tipos. Conforme Garcia (2010), a violência
psicológica ainda institui um ato difícil de ser reconhecido e mensurado, devido a sua natureza sutil e pela falta
de evidências imediatas, o que proporciona maior dificuldade de caracterização, embora seja freqüente e por
vezes analisada como ponto de partida para agressões ditas “mais graves”, como salienta a figura 1.
FIGURA I – Gráfico quantitativo referente aos tipos de violência no primeiro trimestre dos anos de 2009,
2010 e 2011
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300
250
200
2009
2010
150
2011
100
50
0
Fisica
Psicológica
Moral
Sexual
Fonte: Dados estatísticos referentes aos três primeiros meses dos anos de 2009, 2010 e 2011, oriundos da
DEAM – Ilhéus.
Assim sendo, faz –se necessário que os órgãos responsáveis pela aplicação dos mecanismos supracitados
tornem-se atuantes e envolvidos no trabalho de proporcionar as vítimas de violência doméstica, o auxílio
necessário para que possam quebrar esse ciclo vicioso que independe de classes sociais, conforme assevera
Cunha (2008),
“O fenômeno da violência não é ‘privilégio’ apenas das mulheres de baixa renda ou
de menor nível de escolaridade. Esta idéia é bastante difundida na sociedade, por
puro preconceito. Pode-se, todavia, presumir que sua incidência seja efetivamente
maior dentre os pobres, em virtude do estresse provocado por precárias condições
de existência, derivadas de baixos salários, desemprego temporário e desemprego de
longa duração.”
A lei é clara e dispõe expressamente acerca do modo como devem atuar os profissionais das mais diversas
áreas, com o objetivo de criar uma rede de atendimento, que contemple e auxilie, nos diversos aspectos da
vida da vítima. Entretanto, esse quadro só tende a mudar, mediante o abandono das velhas convicções que
acabam por discriminar e marginalizar esse grupo social.
CAMINHO DE MUDANÇA
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Volúmen 15: Violencia doméstica y de género
Com a promulgação da Lei 11.340/06, que recebeu o nome de Maria da Penha, todo tipo de agressão aturada
pelas mulheres passou a ser observada e reconhecida como violação de direitos passível de punição e o
problema da violência no ambiente doméstico e familiar, passou a ser visto de outra forma.
Mesmo protegidas pela legislação, grande parte das vítimas hesita em delatar às redes de atendimento as
violências que sofrem. As razões são as mais diversas, desde dependerem do agressor financeira e
emocionalmente, e até mesmo por não acreditarem que os agressores serão efetivamente punidos.
“A dependência financeira torna-se uma corrente difícil de ser quebrada pelas
mulheres, e a violência psicológica tem sido um dos instrumentos usados por seus
algozes para manter o controle e a posse não só delas, mas também extensivo a sua
prole.” (Garcia, 2010)
Além disso, a dependência emocional da maior parte das mulheres acaba por induzi-las a se utilizarem das
redes de atendimento, apenas como uma espécie de escudo contra as agressões, não desejando em parte
majoritária a efetiva punição do agressor, mantendo-se sob o jugo deste e na maioria dos casos registrados,
opta por não prosseguir no processo contra este, como se pode notar claramente na figura 2.
FIGURA II – Comparativo de atendimentos, ocorrências registradas e inquéritos instaurados na DEAM/Ilhéus
(2009-2010)
Fonte:
Trabalh
o
de
campo
–
DEAM/I
LHÉUS
O
entendi
mento
de que
são
guardiã
s do lar,
favorec
e que
por
vergonha e medo da exposição, violem esse local sagrado, denunciando a violência. Preza-se por vezes, a
manutenção do status social e do patrimônio em detrimento da paz e da libertação dessas correntes, “é
necessário ‘vender’ uma imagem de que a vida do casal está indo muito bem”. Nota-se predominantemente
essa solução, em famílias que possuem condições financeiras elevadas como assevera Cunha (2008).
Atualmente, a violência doméstica tem sido tratada como um problema social grave, freqüente, constante e
difícil de eliminar. Por tratar-se de algo que ocorre na intimidade das dos lares, a exposição dessa violação de
direitos e a observação explícita da continuação do patriarcado não é um trabalho fácil. Desse modo,
conforme assegura Soares (1999) apud Silveira, a intervenção do Estado na intimidade da instituição familiar,
ou seja, trazer a público, um problema da convivência privada, sem dúvida é uma problemática complexa.
De acordo com Bourdieu (2007), a ideologia do sistema patriarcal de dominação masculina está firmada nas
relações humanas de tal modo, que, fundamentada nas práticas cotidianas das pessoas, torna-se algo difícil de
ser desconstruído. Destarte, as relações de poder entre homens e mulheres ainda apresentam grandes
disparidades.
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ACTAS DE LAS PRIMERAS JORNADAS INTERNACIONALES SOCIEDAD, ESTADO Y UNIVERSIDAD
Volúmen 15: Violencia doméstica y de género
De nada, ou de muito pouco, adiantará às mulheres manterem-se nesta situação de inércia, não se
utilizando dos benefícios jurídicos que lhes tem sido oferecidos em casos de violência doméstica ou familiar.
CONSIDERAÇÕES FINAIS
As mulheres conquistaram a efetivação de direitos e muitos benefícios dentro do universo jurídico. Um
exemplo é a proteção fornecida pela lei 11.340, lei Maria da Penha, que visa coibir e prevenir a violência
doméstica e familiar contra a mulher.
A experiência adquirida junto à Delegacia da Mulher de Ilhéus permite acreditar que ainda há um
longo caminho no sentido de diminuir a freqüência com que a violência contra a mulher ocorre. A
promulgação de uma lei necessita de apoio institucional, das articulações políticas, visto que, as vítimas
alcançadas pela lei necessitam recuperar-se com o apoio das redes de atendimento.
Reconhecer nas políticas públicas uma ferramenta necessária á luta pela aplicação mais eficaz da
legislação como um todo, bem como o exercício de uma cidadania igualitária e participativa por parte da
população em geral, são de fundamental importância para a análise das transformações sociais que ocorrem
nos dias atuais.
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Kühner
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ACTAS DE LAS PRIMERAS JORNADAS INTERNACIONALES SOCIEDAD, ESTADO Y UNIVERSIDAD
Volúmen 15: Violencia doméstica y de género
Mujeres privadas de su libertad en la Unidad Penitenciaria Nº 8. Un análisis institucional y de
género
Córdoba, Gabriela. Programa Provincial de Prevención de la Violencia en Cárceles. Unidad Nº 8 /
Gianfrancisco, Julieta. Programa Provincial de Prevención de la Violencia en Cárceles. Unidad Nº 8
Pischel, Daniela. Programa Provincial de Prevención de la Violencia en Cárceles. Unidad Nº 8
Sella, Luciana. Programa Provincial de Prevención de la Violencia en Cárceles. Unidad Nº 8
Palabras claves: cárcel, violencia, género
Resumen
Esta presentación surge del análisis de nuestra experiencia en la implementación del Programa Provincial de
Prevención de Violencia en Cárceles en la Unidad Penitenciaria Nº 8 de mujeres, ubicada en Los Hornos, La
Plata.
Dicho Programa apunta prioritariamente a la defensa, la promoción y el respeto de los Derechos Humanos
dentro de las cárceles de la provincia de Buenos Aires, generando -mediante los grupos interdisciplinarios que
integran los Equipos de Abordaje Psico-Social- la resolución no violenta de conflictos, creando espacios de
reflexión, comunicación y respeto de cada participante.
En este marco de inserción dentro del penal, nos proponemos reflexionar sobre las particularidades que tiene
la Unidad Nº 8, analizando la lógica institucional que se desarrolla en la misma a partir de la perspectiva de los
actores. Esta Unidad presenta una dinámica que se caracteriza por el desinterés, el desgano, la desmotivación,
la libre circulación por los espacios, la falta de hábitos que organicen la cotidianeidad, la desconfianza. Pero
consideramos que estas particularidades responden a una lógica de institucionalización que esconde un cierto
tipo de violencia. Por lo que, no son las facas, ni el número de heridas, ni una estadística de muertes a lo largo
de un periodo de tiempo; sino el castigo y la condena social que se camufla con el discurso institucional, lo que
las arrasa en su subjetividad.
A su vez, al tratarse de un penal de mujeres, nos preguntamos acerca del modo de habitar la cárcel,
conduciéndonos a la necesidad de introducirnos en un tipo de mirada que apunte a interrogar y analizar los
roles, los espacios y los atributos socialmente asignados a las mujeres. Esto implica emprender el trabajo de
reflexión desde una perspectiva de género.
Como sabemos, la perspectiva de género abarca al conjunto de características, roles, oportunidades y
expectativas que un conjunto social asigna a las personas, basándose en sus características biológicas (sexo) y
que son asumidas como propias. Se trata de construcciones histórico-culturales configuradas en las
interacciones sociales, que varían de un grupo a otro y de una época a otra. Así, dentro de este marco de
interpretación de las relaciones sociales, las mujeres aparecen como responsables del cuidado de los niños y
del trabajo hogareño.
Por lo tanto, nos instamos a trabajar a partir de dar respuesta a un interrogante central: ¿qué sucede cuando
se “encierra” a las mujeres? En una primera aproximación de respuesta a esta pregunta, podríamos señalar
que cuando están presas no sólo se las privada de su libertad, sino que también se las priva de continuar
ejerciendo ese rol socialmente construido en torno a la maternidad, conduciendo al aislamiento. Este
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ACTAS DE LAS PRIMERAS JORNADAS INTERNACIONALES SOCIEDAD, ESTADO Y UNIVERSIDAD
Volúmen 15: Violencia doméstica y de género
aislamiento tiene como consiguiente efecto la dificultad de reunirse para hablar de lo que les pasa y de lo que
sienten, individualizándose, desmotivándose.
Puesto que esta presentación surge de la experiencia de nuestro trabajo, no tiene como objetivo alcanzar
resultados concluyentes, sino lineamientos preliminares para continuar reflexionando e investigando sobre la
dinámica institucional de la Unidad en la cual nos insertamos como Equipo de Abordaje PsicoSocial.
Introducción… Se abren las rejas
El objetivo de este trabajo es analizar los vínculos interpersonales e institucionales que se establecen en la
Unidad 8 de Los Hornos, enmarcado en una perspectiva que concibe a las mujeres desde una concepción
dinámica y constructivista de sujeto.
El referente empírico desde donde proponemos esta presentación es a partir de la sistematización del trabajo
cotidiano realizado en dicha Unidad, su continuo análisis y discusión por parte del grupo interdisciplinario que
integramos licenciadas en psicología, sociología y trabajo social.
La ley de Ejecución Penal de la Provincia de Buenos Aires tiene como fin la adecuada inserción social de los
procesados y condenados mediante la asistencia y el tratamiento penitenciario. Estos están dirigidos a
fortalecer la dignidad humana y a estimular actitudes solidarias entre los internos, inherentes a su condición
de ser social, a partir de la satisfacción de sus necesidades y del desarrollo de sus potencialidades. Para ello se
prevee la implementación de programas específicos en las áreas de convivencia, educación, trabajo, tiempo
libre y asistencia psicosocial, con el objetivo de reducir las diferencias que puedan existir entre la vida en
prisión y la vida en libertad, preservando o fortaleciendo los vínculos familiares, educacionales y laborales.
Bajo este marco surge a mediados del año 2010 el Programa Provincial de Prevención de Violencia en Cárceles
apuntando prioritariamente a la defensa, el reconocimiento, la promoción y el respeto de los Derechos
Humanos; y por ende, nuestro acceso a la Unidad como integrantes del Equipo de Abordaje Psico-Social
(EAPS).
En primer lugar caracterizaremos a las cárceles en general, para detenernos luego en la Unidad Nº 8,
exponiendo sus características poblacionales, edilicias, sus regímenes y su organización interna. Además
tomaremos algunos conceptos teóricos desde una perspectiva de género que nos permitan la articulación con
lo observado en la Unidad.
Luego analizaremos la lógica de las relaciones interpersonales que se constituyen; reflexionando, por un lado,
sobre los vínculos desarrollados entre las mujeres privadas de su libertad mediante “códigos” de convivencia.
Por otro lado, sobre las relaciones establecidas entre las internas y el personal penitenciario, manteniendo un
“pacto de negociación” o “contrato implícito”, que hace al funcionamiento y la organización del encierro.
A su vez, plantearemos los caminos por los cuales transitan las internas de la Unidad 8, en función de cómo
viven el proceso de institucionalización. Consideramos que se producen dos caminos, las que llamaremos
“tumberas” y las que “buscan la calle”; sobre éstas estará nuestra atención, analizando cómo reproducen la
lógica del sistema, siendo un engranaje más de toda la maquinaria penitenciaria.
Por último, expondremos algunos lineamientos finales que dejan abierto varios interrogantes y abre la
reflexión sobre la posibilidad de transformar una lógica desubjetivante por una lógica de sensibilización de los
vínculos interpersonales.
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ACTAS DE LAS PRIMERAS JORNADAS INTERNACIONALES SOCIEDAD, ESTADO Y UNIVERSIDAD
Volúmen 15: Violencia doméstica y de género
La 8
Definimos a la cárcel como una institución que aparece dentro de la clasificación de lo que se denominan
instituciones totales. Caracterizadas por absorber parte del tiempo y el interés de sus miembros
proporcionándoles en cierto modo un mundo propio. Esta tendencia absorbente está simbolizada por los
obstáculos que se oponen a la interacción social con el exterior.
En cuanto a su arquitectura, está pensada para hacer visibles a todos los que se encuentran dentro,
ejerciendo un control articulado y detallado que sirve para la trasformación de los sujetos. En esta lógica es
indispensable el dispositivo panóptico, para inducir en el detenido un estado consciente y permanente de
visibilidad que garantiza el funcionamiento automático del poder. De esta manera, la vigilancia es permanente
en sus efectos, aun siendo discontinua en su acción.
La cárcel aparece como sinónimo de aislamiento, un efecto que produce es el corte con los lazos afectivos de
la persona, la pérdida de identidad, la desubjetivacion, el cortocircuito de la comunicación, la fragilidad de la
palabra. Así, homogeniza y corrompe la noción de tiempo. Todo esto constituye la multiplicidad de aspectos
que adquiere la violencia intramuros.
Ahora bien, para comenzar a caracterizar a la Unidad 8 es importante referenciarla histórica y espacialmente.
La misma fue creada en junio de 1935 y está ubicada en la calle 70 entre 147 y 149 de la localidad de Los
Hornos, partido de La Plata; en el mismo complejo penitenciario donde se ubica la Unidad materno infantil Nº
33. Posee dos tipos de regímenes: cerrado y abierto, con modalidades estricta y atenuada.
Actualmente aloja 174 mujeres1, de las cuales el 66% están procesadas y el 34% restante penadas. Las edades
son muy diversas, comprendidas entre los 18 y los 65 años; siendo la edad promedio entre los 20 y 25 años.
En cuanto a la organización de la Unidad, bajo el régimen cerrado se encuentran cuatro pabellones de
población “común” que suman un total de 130 internas, habiendo entre 25 y 35 en cada uno, y un pabellón
para 16 adultas mayores. Cada pabellón cuenta con una líder o referente, mientras que existe una referente
general que representa a todos los pabellones. También cuenta con un pabellón de autogestion, que se rige
por la modalidad atenuada, con un marco asegurativo mínimo. A su vez hay un área de separación con 13
mujeres caracterizado por un régimen más estricto y restringido, y finalmente cuenta con un módulo de
régimen abierto, tratándose de una casa ubicada por fuera del penal -pero dentro del perímetro- en donde
conviven 15 mujeres.
Los días y horarios estipulados para la visita son los jueves por la tarde y los sábados y los domingos por la
mañana.
Las mujeres privadas de su libertad tienen la posibilidad de iniciar o continuar con sus estudios en los niveles
primarios (Escuela Nº 702), secundarios (E.E.M. N°19) y Universitarios. En relación a estos últimos, la Unidad
mantiene un convenio con la Universidad Nacional de La Plata, en el cual se permite que las internas puedan
cursar las carreras de Abogacía y Comunicación Social dictadas en la Unidad Nº 9 de la misma ciudad.
Asimismo pueden realizar diversos cursos de Formación Profesional. (C.F.P N° 404). Los mismos abarcan:
asesor contable, porcelana en frío, peluquería, uñas esculpidas, computación, panadería, manipulación y
conservación de alimentos y repostería. Además, cuentan con la posibilidad de realizar otras actividades, como
ser: taller de alfabetización jurídica, taller de reflexión y redacción de una revista, hockey, inglés, entre otras.
En relación a la distribución y el espacio físico de la Unidad, notamos que la construcción edilicia no es
típicamente panóptica como es habitual en las instituciones de encierro. Los pabellones quedan por fuera de
la “visión” directa del control de los agentes penitenciarios, el patio no se encuentra en el centro de la
estructura carcelaria y existe libre circulación de las mujeres privadas de su libertad en éste y en el SUM. Otras
1
Datos actualizados al 10-08-11.
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ACTAS DE LAS PRIMERAS JORNADAS INTERNACIONALES SOCIEDAD, ESTADO Y UNIVERSIDAD
Volúmen 15: Violencia doméstica y de género
particularidades de la Unidad son la falta de hábitos de horarios que organicen la cotidianeidad de las internas
y con una circulación irrestricta.
Al interior de la Unidad 8 circula el discurso de que las mujeres muestran desinterés ante cada propuesta, no
se motivan con nada que no acarree beneficios a sus causas. De manera tal que se parte desde un
posicionamiento de que es poco lo que se puede hacer, según una apreciación generalizada por el personal -y
compartida por internas- ya que tienen la característica de ser “una población desinteresada y no participativa,
por ser mujeres”.
Privadas de lo privado, espectadoras de lo público
Al ser un penal de mujeres es necesario introducirnos en un tipo de mirada que apunte a investigar, revisar,
interrogar y analizar los roles, los espacios y los atributos socialmente asignados a las mujeres, haciendo foco
en las marcadas desigualdades que observamos entre varones y mujeres. Esto implica emprender el trabajo de
revinculación comunitaria y de resignificación de la propia identidad desde una perspectiva de género
Es importante tener presente que las diferencias de género se entrecruzan y potencian con diferencias
establecidas sobre la base de la condición social y económica, la pertenencia étnica o nacional, la edad, entre
otras variables. Entonces, basándonos en esta perspectiva y teniendo la firme convicción de que el delito es un
emergente de la vulnerabilidad psicosocial, consideramos que es relevante crear espacios donde empiece a
circular la palabra, comunicación aplastada por los diferentes tipos de violencias sufridas por las mujeres
privadas de su libertad.
La perspectiva de género abarca al conjunto de características, roles, oportunidades y expectativas que un
conjunto social asigna a las personas, basándose en sus características biológicas (sexo) y que son asumidas
como propias. Se trata de construcciones histórico-culturales configuradas en las interacciones sociales, que
varían de un grupo a otro y de una época a otra.
Desde esta perspectiva, el género se vincula con el sexo de forma simbólica y no a partir de un mandato de la
naturaleza. En este sentido, un aspecto importante a considerar es que el género es posicional y relacional: es
el lugar desde el cual cada persona se ubica en determinadas circunstancias para vivir y manejarse en el
mundo.
Cuando decimos que el género es un concepto relacional y posicional estamos haciendo hincapié en el hecho
de que las construcciones de roles e identidades son resultado de la interacción entre las personas. Por lo
tanto, los discursos producidos en el marco de esas interacciones funcionan como vehículos para la
construcción de la subalternidad de las mujeres.
La división entre el espacio público y privado y el reparto de roles es una perspectiva de interpretación de las
relaciones sociales que se configuró e impuso durante los dos últimos siglos. Este modelo que aporta a la
construcción de la subalternidad de las mujeres y que ha contribuido al despliegue de diversas formas de
cercenamiento en el acceso de derechos para las mujeres, se ha ido trasmitiendo de generación en
generación, incluso a través de las propias mujeres.
La educación que recibimos tiene incorporado el hecho de que cuando nos referimos al espacio público
hablamos de aquello que se realiza “a la vista de todos”, donde la sociabilidad y los intercambios se realizan
por fuera de las relaciones familiares. Por el contrario, creemos que corresponde al espacio privado todo
aquello ligado a la familia y lo doméstico, desde la alimentación y crianza hasta el vestido.
Dentro de este marco de interpretación de las relaciones sociales, las mujeres aparecen como responsables
del cuidado de los niños y del trabajo hogareño. En líneas generales, se trata fundamentalmente de
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ACTAS DE LAS PRIMERAS JORNADAS INTERNACIONALES SOCIEDAD, ESTADO Y UNIVERSIDAD
Volúmen 15: Violencia doméstica y de género
actividades vinculadas con el cuidado de los/as otros/as, desarrolladas siempre en el espacio doméstico,
ajenas a miradas externas.
Esto implica la estructuración de discursos que establezcan funciones y tareas que serán caracterizadas como
masculinas y femeninas. Este conjunto de expectativas de comportamiento solemos asociarlas a los
“estereotipos de género”, que son imágenes o ideas socialmente aceptadas y basadas en representaciones y
prejuicios arraigados y trasmitidos generacionalmente. De esto se desprende que encontramos el modelo de
la femineidad impregnado de valores asociados a lo maternal.
Este mandato social de base biologicista se convierte en el presupuesto que fundamenta las relaciones entre
los sexos y condiciona las posiciones que la mujer debe ocupar y las funciones que debe cumplir. La
construcción del modelo de femineidad tiene como punto central el vínculo culturalmente establecido entre el
cuerpo de la mujer y la reproducción. La percepción del cuerpo de las mujeres en relación directa con la
función biológica de la procreación implica limitar, cercenar y/o desconocer el resto de las dimensiones y
potencialidades propias de las mujeres. Esta perspectiva respecto de lo social deja entrever el hecho de que
las mujeres han sido valoradas desde siempre como esenciales para la supervivencia y multiplicación del
grupo. De manera tal que la operación simbólica coloca a “la madre” en el lugar de la mujer.
Siguiendo este análisis vemos que existen diferentes aspectos en los que se expresan prácticas
discriminatorias: a nivel simbólico discursivo, a nivel físico corporal y a nivel jurídico. Las distintas formas de
discriminación limitan la participación de las mujeres en la vida política, social, económica y cultural. En una
amplia mayoría de los casos, la discriminación se agrava sobre la base de la copresencia de múltiples factores:
la condición de género atraviesa todas las discriminaciones que habitualmente se asocian a prácticas
discriminatorias (color de piel, religión, idioma, opinión política, origen nacional o social, posición económica,
entre otras)
En referencia a lo anteriormente mencionado, podemos señalar que no se fomenta socialmente la grupalidad
entre mujeres, sino que tradicionalmente cumple una función social: estar en la casa. De esta manera, en la
organización familiar se establece una división entre lo público y lo privado. A su vez, por ser seres sociales
somos en relación a un “otro”, y en el caso de las mujeres, ese otro se construye en tanto vínculo del ámbito
privado, como por ejemplo, siendo madres.
¿Qué sucede cuando se encierra a las mujeres? En una primera aproximación de respuesta a este interrogante,
podemos señalar que se corta el vínculo y aparece como efecto el aislamiento. Este aislamiento tiene como
consecuencia la dificultad de reunirse para hablar de lo que les pasa y de lo que sienten. Cuando están presas
no solo se las privada de su libertad, sino que también se las priva de continuar ejerciendo este rol social
construido en torno a la maternidad… Por eso en la cárcel no hace falta que un muro contenga o reprima,
porque ellas mismas no se reconocen sin ese otro que medie.
Por lo tanto, para poder generar instancias de intervención significativas debemos, en primer término, conocer
el funcionamiento institucional, las significaciones que acarrea la institucionalización, el impacto que tiene en
las mujeres el paso por una cárcel, el experienciar una cotidianeidad tras los muros y el entramado de
discursos y del poder que se ejerce a través de ellos y de las prácticas que son legitimadas.
Entre rouge y facas
Al ingresar al penal no sólo nos encontramos con las resistencias propias de la institución sino también con las
de las mujeres alojadas allí. A medida que se van abriendo los candados que cuelgan de las rejas se percibe un
paisaje de murmullos, un deambular por el salón de viejas paredes y el griterío de apellidos, apodos y reclamos
de atención. Adentro de la cárcel las internas circulan, tratan de matar el tiempo rompiendo el reloj. Las
mujeres que están allí, están depositadas en una institución que no solo las priva de su libertad sino que
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Volúmen 15: Violencia doméstica y de género
también las castiga, las transforma en objetos de control para ser modificadas por la institución o para que
reaccionen a ella. Y lo hacen mostrando su desgano, su desinterés, su desmotivación. Estas son las máscaras
de la violencia, los ropajes con los que se viste día a día.
La violencia está dentro de los muros de la Unidad, recorre sus pasillos, atraviesa las rejas, se cuela en el aire,
duerme entre las celdas y perdura de la única forma que la hace inmortal: el silencio… Es como un trozo de
madera sobre el que se van tallando el desinterés, el desgano, la desmotivación, el discurso institucional, la
libre circulación por los espacios, la falta de hábitos que organizan la cotidianeidad, la desconfianza. Así se
forja la violencia dentro de la institución. No son las facas, ni el número de heridas, ni una estadística de
muertes a lo largo de un periodo de tiempo; sino el castigo y la condena social que se camufla con el discurso
institucional lo que las arrasa en su subjetividad.
Es en este desmantelamiento subjetivo en donde se visibiliza la violencia de un sistema que aísla, segrega,
interrumpe e irrumpe sobre los vínculos, que infantiliza las relaciones interpersonales, capturando a las
personas en un círculo imposible de quebrantar. Un círculo que funciona constantemente alrededor de las
demandas, las quejas y los reclamos; un círculo que aplasta, pero que se sostiene con los discursos y las
prácticas instituidas. No se infringe porque sino dejarían de existir las justificaciones por las que se legitima el
con(mal)trato de la institución carcelaria.
Este contrato implícito dentro de la Unidad, hace al funcionamiento y la organización del encierro. Los
pabellones tienen a sus referentes, quienes mantienen un orden de convivencia con sus compañeras; pero lo
que se puede leer es la reproducción de la lógica de un sistema que trata de mantener el orden mediante la
sumisión y el miedo. Las referentes son las que tienen un contacto fluido con los directivos del
establecimiento, asegurándoles el orden y la tranquilidad de la población a cambio de ciertos privilegios en
cuanto al tipo de requisas efectuadas, la libre circulación, el no ingreso de la “policía” a los pabellones, entre
otros. Parece que les otorgan ciertas “libertades”, que poseen poder de decisión en esas negociaciones, pero
lo que subyace en este “como si” es la reproducción de las condiciones que impone el sistema carcelario.
La desmotivación encubre la sujeción a normas arbitrarias, el castigo a la que no cumple con las pautas de
convivencia, negociaciones que suponen un clima de silencio y aparente desinterés.
Observamos que este pacto de negociación que existe entre el Servicio Penitenciario y las internas implica el
compromiso “moral” de establecer negociaciones entre las partes para mantener el orden. Por lo tanto el
Servicio se compromete a no ejercer la violencia física sobre las internas, a no implementar un sistema de
castigo enviándolas a las celdas de aislamiento, a no realizar traslados compulsivos, a escuchar sus reclamos y
demandas, entre otros. Y las internas asumen el compromiso “moral”, de mantener el orden, no generar
disturbios, no agredir físicamente al personal penitenciario y fundamentalmente dirimir sus conflictos sin
producir heridas físicas graves u ocasionar la muerte. Esta negociación es motivo de orgullo para las partes
intervinientes, señalando -según sus palabras en diversas oportunidades- que “en la ocho no hay puntazos”.
En particular, nos preguntamos cómo esta “negociación moral”2 se convertiría en un medio explícito de
transformación del ejercicio de control. La cuestión que nos ocupa no es juzgar estos hechos, ni velar por su
cumplimiento efectivo, sino que nos presenta un camino distinto, y nos permite develar la lógica del
establecimiento de las relaciones personales, cómo se manifiestan en el ejercicio del poder, y cómo inciden en
él.
Se monta un escenario en el que aparece la “negociación” y con ella el orden y la ausencia de todo tipo de
violencia. Pero conjuntamente con el armado de éste, se entretejen el posicionamiento de los actores y las
relaciones de poder.
En el pacto de negociación subyacen la lucha por la producción y apropiación del prestigio y el poder para
presionar, en el cual sólo intervienen el personal jerárquico del Penal y las internas que son referentes de los
2
Nos referimos con el término “negociación moral” al pacto establecido a partir del compromiso de la palabra de ambas partes, sin
que éste tenga un carácter de contrato legal.
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Volúmen 15: Violencia doméstica y de género
pabellones. De este modo, los primeros entablan esta lucha para hacerse de recursos simbólicos, en tanto que
las líderes obtienen poder de negociación sirviéndose de esa competencia, disputando el reconocimiento y la
consiguiente posición de control y poder del ejercicio de la violencia sobre el resto de las internas. En estas
negociaciones cada uno disputa el espacio de poder dentro de su propio campo.
Asimismo, dentro de la Unidad suelen darse situaciones muy conflictivas entre las mujeres que recién ingresan
y las que ya están desde hace más tiempo alojadas allí; debido a que las ingresantes desconocen los códigos y
el funcionamiento de la convivencia. Son comunes situaciones en las que las “más viejas” exigen a “las nuevas”
que les laven la ropa (por ejemplo), y ante la negación de algunas de ellas, se produce el conflicto y el
descontento de las internas que ya tienen internalizados estos códigos. Probablemente, antes ya fueron
víctimas de la misma situación.
Busco mi calle
Ante la privación de la libertad, se van armando dos caminos posibles para las mujeres: por un lado están las
que en algún momento empiezan a “buscar la calle” y por otro, las que denominamos “tumberas” que son las
que sostienen y reproducen los códigos temidos, las que resisten y no han sido atravesadas por la institución
de igual manera que las anteriores.
El proceso de institucionalización comienza cuando las internas piensan en “buscar la calle”. De este modo se
entregan a las actividades que el sistema propone para poder obtener un diez en conducta y de esa manera
volver con sus familias lo antes posible. Es un tiempo subjetivamente muerto donde no se produciría
conciencia de cambio, sino sólo un movimiento que tendría como único propósito salir de la situación de
encierro; por ejemplo: van a la escuela por el beneficio que les otorgaría el juzgado y no porque sería un bien
para ellas mismas, para su vida afuera, para su futuro. Es, también, que el tiempo pase lo antes posible, se las
ve llena de actividades, estudios, oficios…
El tiempo real transcurre afuera, lo ven en cómo crecen sus hijos, es otro tiempo el del encierro que sólo es
registrado en el mismo momento en que empiezan a buscar la calle. De repente aprenden de leyes, de
derechos, de beneficios, de tipos de libertades, hacen cálculos, aprenden a redactar oficios, buscan respuestas,
saben de estrategias jurídicas. La institución empezó a atravesarlas.
En esta carrera hacia el afuera, las tareas se llevan a cabo en soledad. La finalidad del sistema de vigilancia ha
hecho así su trabajo, ya que se ve a las internas aisladas, con sus causas en las manos buscando a las
procuradoras, persiguiendo a los agentes penitenciarios en busca de soluciones, concurriendo a la escuela y
los talleres de formación profesional. Se van disciplinando casi sin darse cuenta, y en este proceso el
dispositivo panóptico es imprescindible, pues tiene como objetivo mantener una estricta vigilancia y control
sistemático sobre los comportamientos colectivos de manera individualizada.
Si bien esta Unidad no cuenta con una arquitectura panóptica convencional, lo que sí se hace visible son los
efectos que la vigilancia produce en las mujeres privadas de su libertad. Una de las consecuencias de lo
anterior, es la violencia que aparece disfrazada: lo que atormenta no es el “temor de ser visto”, sino de “ser
visto no haciendo lo pactado”.
Este sistema y discurso instituido las aisló, segregó e irrumpió sus vínculos y relaciones interpersonales,
tornándolas excesivamente demandantes.
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Volúmen 15: Violencia doméstica y de género
Salida transitoria… algunas consideraciones finales
A lo largo de este trabajo podemos visualizar que existen relaciones de poder asimétricas entre el personal del
Servicio Penitenciario y las mujeres privadas de su libertad; pero, a su vez, estas asimetrías se trasladan de
forma similar entre las mismas internas, mediante un pacto de negociaciones. De esta forma, se produce y
reproduce una violencia disfrazada, se controla y vigila a todas y cada una de las internas, perseguidas por el
temor de ser vistas no haciendo lo pactado, no cumpliendo con el orden establecido. Por lo tanto, podríamos
afirmar, que el sistema carcelario de la Unidad no limita sino, por el contrario, alienta a los liderazgos, puesto
que esto le permite introducir y justificar su propia violencia, ejercida de manera encubierta, invisibilizada,
silenciada.
Ante una violencia constante, que permanece y se solapa bajo el silencio, nuestra intervención da cuenta de
las modificaciones silenciosas de las subjetividades, enmarcada en una perspectiva de trabajo que concibe a
las mujeres desde una idea dinámica y constructivista del sujeto. Entendiendo a la primera como la posibilidad
que tiene el sujeto de crecer continuamente y efectuar cambios, ya que cuando actúa sobre la realidad
produce modificaciones en ella y en sí mismo. Respecto a la segunda concepción, es el sujeto quien construye
su realidad y en ese movimiento también se construye a sí mismo. Estamos frente a una visión de sujeto
integral, es decir un sujeto producto y productor del contexto sociohistórico y cultural al cual pertenece.
No desconocemos que nuestros aportes moviliza e incomoda la estructura establecida y rígida de los actores
poniendo en evidencia ciertas fallas del sistema, y también somos conscientes que estamos trabajando en el
punto de tensión que se ejerce entre lo instituido, que hace fuerza por conservarse, y lo instituyente que
intenta hacerse un lugar.
Asimismo, creemos que empezar a sacar a la luz estas vivencias de padecimiento de las mujeres privadas de
libertad, de las relaciones institucionales en las cuales están inmersas, y los procesos que atraviesan durante el
encierro, promueven una transformación de las lógicas carcelarias, que conllevan un proceso de
sensibilización, para afrontar una realidad penosa y dolorosa, donde se le pueda devolver a las mujeres
encarceladas el derecho a la palabra, a pensar y pensarse en comunidad, en fortalecer los lazos afectivos y
sacarlas del aislamiento y el silencio que encuentran en los muros y en las propias limitaciones. Transformar
sujetos vencidos por el miedo y la desesperanza en sujetos activos y protagonistas de su vida.
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ACTAS DE LAS PRIMERAS JORNADAS INTERNACIONALES SOCIEDAD, ESTADO Y UNIVERSIDAD
Volúmen 15: Violencia doméstica y de género
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Volúmen 15: Violencia doméstica y de género
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Volúmen 15: Violencia doméstica y de género
Botequins e gênero: comércio, lazer e conflitos na capital paulistana (1900-1910)
FELIX, Monique.- Universidade de São Paulo
O que está em questão nesses julgamentos, então, não é
apenas a reafirmação dos valores dominantes per se, mas a
manutenção e perpetuação da desigualdade entre homens e
mulheres na sociedade, e a subordinação destas.1
A São Paulo de final do século XIX vivia um processo conflituoso de reestruturação social e espacial. Os
múltiplos fluxos de pessoas, gerados pelo fim da escravidão e pela política de incentivo à imigração européia
empreendida pelo Governo, geraram grandes impactos na ordenação da vida urbana e nas sociabilidades dos
habitantes da capital paulista. Criavam-se novos postos de trabalho na cidade, impulsionado pelo crescimento
do comércio cafeeiro e a demanda de serviços trazida pelo trabalho livre. Um dos espaços urbanos que
ganhou destaque nas narrativas sobre esse período foram os botequins: espaços de lazer da população
trabalhadora, eram também o lugar de trabalho de muitos recém-integrados a força produtiva. Todo esse
novo cenário que a cidade enfrentava criou uma série de conflitos, especialmente na relação entre a
população e o poder público. O controle da população, empreendido pela polícia e pelo judiciário, alcançou
novos patamares nesse momento. As mulheres sofreram em especial com esse processo, sendo perseguidas e
tendo suas liberdades cerceadas.
Nesta comunicação vamos discutir como foi vivenciado esse momento da urbanização de São Paulo pelo
gênero feminino. Faremos uma reflexão sobre dois autos-crimes2 registrados na cidade no ano de 1909, que
tem como protagonistas mulheres que chefiavam botequins. Utilizar como fonte o auto-crime é uma opção de
estudo que visa observar o fenômeno urbano a partir de múltiplas narrativas acerca de uma mesma situação,
já que essa fonte tem muitas particularidades. O auto-crime é parte de um sistema jurídico, por isso as falas
que ali são expostas estão submetidas a uma forma processual e a uma lógica específica. Com isso, as
narrativas são apresentadas através de um discurso jurídico, algo em que é necessário ter atenção no caso de
nossa análise.
Assim, o auto-crime se constitui como um tipo de documento onde vários agentes sociais coexistem, desde
guardas-civis e delegados, a donas de botequim, crianças pobres, carregadores, chefes de estação de trem,
proprietários de imóveis, negociantes, onde seus discursos são confrontados, conflitos são desnudados. Ou
seja, o auto-crime é um documento privilegiado porque podemos ter acesso a fala, ao discurso, a versão de
personagens que a história invisibiliza e cala. Mesmo com a mediação dessas falas pelo discurso jurídico, é
1
STOLCKE, Verena. Prefácio. IN: CORRÊA, Mariza (1983). Morte em Família. Rio de Janeiro: Ed. Graal, p.13.
* Mestranda pelo programa de História Social da Universidade de São Paulo (USP). Assistente Técnico I do Arquivo Público do Estado
de São Paulo.
2
Os autos-crime utilizados como fontes neste trabalho seguem a seguinte referência: Arquivo, Ano de abertura do processo e nome do
réu. Essa é a única padronização que consta em todos os documentos utilizados nesse estudo, já que pelo precário estado de
conservaçãomuitos processos já não possuem folha de rosto e também páginas importantes para obter dados como a delegacia em
que o processo foi iniciado. A numeração dos processos pelo Arquivo do Judiciário de São Paulo(ATJSP) não é única: alguns processos
têm apenas um número antigo, escrito a lápis na folha de rosto, outros tem apenas um número eletrônico representado por uma
etiqueta com código de barras, outros tem os dois, e alguns não apresentam qualquer numeração. Além dessa dificuldade de
numeração, esse acervo está em processo de transferência para o Arquivo Público do Estado de São Paulo, como medida para gara ntir
a conservação desses documentos históricos. Assim, eles receberão nova numeração. Por conta de todas essas dificuldades de
organização e gestão de documentação, escolhemos apresentar os dados que são possíveis de identificar sempre nos documentos
citados, mesmo que sofram modificações na enumeração ou transferência. Os auto-crimes utilizados nesse estudo foram digitalizados
pelo grupo de pesquisa “História das mulheres ex-escravas e imigrantes na história social da urbanização de São Paulo”, coordenado
pela professor Maria Odila Leite da Silva Dias.
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Volúmen 15: Violencia doméstica y de género
importante acessar esses discursos e dimensionar as vivências reais daquelas pessoas, para além da história
oficial. Confrontando as diversas narrativas podemos perceber um pouco os modos de viver a cidade de cada
um desses personagens. O nosso percurso seguirá primeiro o cenário da cidade naquele momento, depois
faremos uma analise especifica das nossas fontes e por último discutiremos a relação entre gênero e o
discurso jurídico do período.
Cidade: mudanças e rupturas
Na primeira década de 1900, São Paulo contava com 239.820 habitantes, segundo dados da SEADE. Um grande
acréscimo populacional em relação ao recenseamento realizado em 1890, onde foram contabilizados cerca de
65 mil habitantes. Foi no ano de 1900 que se instalou na cidade a primeira fábrica do importante industrial
Francisco Matarazzo, sendo seguida por outras fábricas de bebidas, tecidos e outros itens que se espalharam
pelas várzeas da cidade. Em 1894 havia sido promulgado o Código Sanitário, que estabelecia normas para a
ordenação de parte da cidade, especialmente de tudo que preocupava os higienistas, como as habitações
coletivas, as ruas estreitas, normas para construção de novas edificações, e também espaços de consumo
como restaurantes e botequins. Apesar de não ter sua aplicação de forma total na cidade, mostrava o desejo
de controle, ordenamento e saneamento da cidade.
Outro aspecto a se atentar é a estrutura de circulação de mercadorias e pessoas desenvolvida naquele
momento na cidade, que se apresentava como uma das mais desenvolvidas do país: o trem que ligava a cidade
à capital federal, que teve sua construção iniciada em 1873, inaugurava a Estação do Norte em 1877, abrindo
um novo espaço para habitação na cidade; a importante linha Sorocabana foi inaugurada em 1875; a estrada
de ferro Santos-Jundiaí fora inaugurada em 1867; em 1893 foi inaugurado o trem da Cantareira e em 1894
seus trilhos chegaram ao Pari; por fim, em 1900, chegaram os bondes elétricos a cidade, que facilitaram a
locomoção de parte de sua população que morava distante do então centro da cidade. 3
A cidade sentia em suas fronteiras processos pelos qual todo o país estava passando naquele momento: as
recentes abolição da escravatura e proclamação da república. O significado dessas mudanças estruturais no
país foi estudado com profundidade por Sidney Chalhoub, no clássico Trabalho, Lar e Botequim. Apesar da
diferença evidente das vivências entre a Capital Federal e uma cidade que estava trilhando os primeiros
momentos de grande crescimento populacional, a vigilância sobre o lazer e o trabalho da população
trabalhadora é um ponto de confluência, e estava envolto em um processo bem mais amplo:
É, portanto, sobre o antagonismo trabalho assalariado versus capital que se erguerá o regime republicano
fundado em 1889, regime este que tinha como seu projeto político mais urgente e importante a
transformação do homem livre – fosse ele o imigrante pobre ou o ex-escravo – em trabalhador assalariado.
[...] traço continuísta essencial, no entanto, não oculta a complexidade e alcance das transformações sociais
que estavam em andamento. Para realizar efetivamente a subsunção do liberto ou do imigrante pobre ao
assalariamento, não basta apenas expropriá-lo, pois a expropriação, por si só, poderia apenas conduzir estes
agentes sociais a alternativas de sobrevivências outras que não aquelas desejadas pelos donos do capital.4
Chalhoub nos faz refletir sobre como se deram os mecanismos de controle para fazer com que essa população
aceitasse se transformar em trabalhador assalariado, vinculado a um patrão, a uma rotina laboral. E como
todos os espaços da vida dessas pessoas se relacionaram com esse processo, especialmente em uma cidade
3
Vários Autores (2004).História da cidade de São Paulo (1889 – 1940). São Paulo: Ed. Paz e Terra e Petrobrás.
4
CHALHOUB, Sidney (2001). Trabalho, Lar e Botequim.Campinas: Editora da Unicamp, p.46-47.
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Volúmen 15: Violencia doméstica y de género
que vinha passando por uma reestruturação. Esse enquadramento da população ao trabalho formal foi
sentido em São Paulo principalmente pelas mulheres, já que elas protagonizavam diversas atividades
econômicas que não estavam dentro dos novos regulamentos que foram implementados no período. Para
buscar a sobrevivência “na cidade, as mulheres pobres circulavam pelo espaço social – fontes, lavadouros, ruas
e praças *...+”5. O impacto desse processo pode ser entendido desmistificando a relação entre a mulher e as
atividades produtivas em São Paulo. Estudos indicam que desde o período colonial era relevante o número de
mulheres que eram as responsáveis pelo sustento de suas casas e famílias, contrariando o que poderia se
pensar dentro de uma sociedade conhecida como patriarcal. Maria Odila Leite da Silva Dias dá a dimensão
dessa perspectiva:
Na sociedade escravista do Brasil colônia, o oficio de provedor de família era desairoso para homens que não
queriam rebaixar-se, quando não tinham escravos, a exercer ofícios aviltantes, como o cuidar das roças, dos
animais domésticos, ou vender pequenos excedentes. Na tradição oral e no dia-a-dia, eram as mulheres
pobres que assumiam esses ofícios necessários para o sustento de seus familiares. [...] Por tradição e costume,
a divisão de funções e demarcada, estabelecendo-se esferas de atuação complementares e nitidamente
separadas. De fato, a ausência do homem ou sua presença intermitente impunha com freqüência não tanto a
divisão com a alternância ou troca de tarefas: assumir papéis masculinos não era muito excepcional. [...] Os
próprios recenseamentos indicam que cerca de 35% a 40% das mulheres assumiam o papel de provedoras do
sustento de suas famílias; como chefes de fogo, declaravam viver do seu próprio trabalho. 6
Chegamos a um cenário em que as mulheres eram responsáveis pela sobrevivência de suas famílias durante a
colônia e o império. No entanto, a proclamação da republica trouxe junto um novo ideário, que não poderia
conter mulheres trabalhando sem vigilância, e, principalmente, sem estar submetida uma rotina laboral que as
enquadrassem a uma hierarquia. As mulheres paulistanas sobreviviam de trabalhos como quitandeiras, como
lavadeiras, e tantos outros ofícios autônomos, que se utilizavam das ruas da cidade para se reproduzir. Os
conflitos eram inevitáveis, assim como a resistência dessas mulheres, que deixaram diversos resíduos que nos
permitem conhecer seus modos de viver e sua oposição às novas regras impostas pela nova ordem política e
social.
Processos: a voz das mulheres
A investigação sobre duas mulheres trazidas à tona por um auto-crime do ano de 1909 pode dar um pouco
mais de materialidade a esse processo por qual passava a cidade. Essas mulheres foram parar na polícia devido
a uma briga que se iniciou por volta das onze horas da noite, no dia 3 de novembro de 1909, uma quarta-feira,
em um botequim localizado na Rua do Seminário – nas proximidades da República e Santa Ifigênia. Maria
Pignoli, de 48 anos, viúva, francesa, dona do botequim em que aconteceu a briga, prestava queixa por ter sido
agredida por Athanasia Sabina e Ricardo Fernandes, que estavam em seu botequim, como aponta em sua
declaração a polícia: “cerca de onze horas da noite achavam-se em seu botequim diversas pessoas bebendo e
jaz, digo, dançando e entre essas pessoas estavam seus agressores Sabina de Tal e Ricardo.” 7
Maria relata que Ricardo pediu para usar o banheiro de seu quarto, já que não queria passar pela varanda
onde estava Athanasia, pois eram amasiados e ela estaria brava com Ricardo. A queixosa notou, após a
utilização de seu banheiro, o desaparecimento de 40 mil réis que se encontrava em uma valise sobre o
lavatório, em notas miúdas que serviam para troco. Ricardo ao voltar ao bar foi por ela acusado de ter
roubado a quantia; nesse momento Athanasia a teria agredido com pontapés e tapas, ajudada por Ricardo,
5
DIAS, Maria Odila Leite da Silva (1995). Quotidiano e poder em São Paulo no século XIX.São Paulo: Brasiliense, p.19.
DIAS, Maria Odila Leite da Silva (1995). Quotidiano e poder em São Paulo no século XIX.São Paulo: Brasiliense, p.53.
7
ATJSP,1909 – Athanasia Francisca e Ricardo Fernandes.
6
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que deu uma cacetada na cabeça da dona do estabelecimento. Como testemunhas da agressão, Maria
apresentou os nomes de Josephina Fabri e Maria Müller; porém, no decorrer da investigação, só homens
foram convocados para testemunhar, excetuando-se a queixosa e a ré. As testemunhas, no total 6 homens,
provinham de diferentes cantos da cidade, alguns residentes a rua do Carmo, outros a rua Barra Funda, e
poucos moravam próximos do botequim em que ocorreu a discussão. Havia italianos, portugueses e brasileiros
entre as testemunhas, e o réu Ricardo Fernandes era espanhol – apesar de em um primeiro momento do
processo ter se declarado italiano. Ricardo tinha 33 anos, era solteiro, e vivia na rua Voluntários da Pátria.
Athanasia Sabina tinha 32 anos, era solteira, e também declarou residir na rua Voluntários da Pátria. Os dois,
que haviam sido detidos em flagrante, foram soltos sob a fiança de dois comerciantes, um estabelecido na rua
São João e o outro na rua do Carmo. No decorrer do processo apenas Ricardo foi indiciado, e acabou por ser
absolvido pelo júri.
Esse auto-crime possibilita inferir a convivência de mulheres no espaço do botequim, como donas e clientes,
agentes de relações de lazer, de conflito e do fazer da urbanidade pelas sociabilidades vivenciadas em locais
como os botequins. Seria esse um espaço feminino conquistado, preenchido de tensões, mediações, acordos –
o que essas mulheres vivenciaram de fato.8 Uma outra cidade se apresenta, com um espaço de lazer
funcionando até tão tarde em um dia de semana, onde mulheres solteiras e viúvas convivem com homens fora
da proteção de casa, em meio a bebidas e danças. O estranhamento que essa informação possa causar é de
certa forma desmontada pelo depoimento da própria Athanasia, que declarava sem constrangimento estar no
bar desacompanhada naquele horário, mas insiste em qualificar Ricardo como um amigo, quando todas as
outras declarações os apontam como amásios. Também podemos ver no auto-crime a convivência entre
distintas classes: entre as testemunhas havia desde um construtor residente na conhecida região do triângulo
paulistano a um caseiro, que morava na rua Travessa do Hospício.
No bairro da Barra Funda encontramos outro negócio chefiado por uma mulher: Theresa era italiana, e tinha
uma venda na Rua do Bosque, onde os carroceiros que trabalhavam na Estação da Barra Funda se
encontravam nos momentos de descanso nos seus turnos e após o trabalho. Fartas referências ao
estabelecimento da italiana constam no auto-crime aberto contra João Cláudio9, em novembro de 1909, que
foi preso em flagrante por agressão contra cabos da guarda-civil. João estava junto a um companheiro que
tinha um desentendimento com outro carroceiro da Barra Funda, de nome José Marcelino, a quem tentou
agredir com faca ao encontrá-lo na venda de Theresa. No entanto, este conseguiu evadir-se pelos fundos da
venda, sendo que João não obteve consentimento da dona para adentrar o estabelecimento. João, bastante
embriagado, foi abordado pelo cabo Benedicto Antônio, e então o agrediu com facadas e golpes, como
rasteiras. As agressões continuaram mesmo com reforços de outros cabos para conter a situação e acudir o
companheiro de trabalho, sendo necessários cinco policiais para conseguir imobilizá-lo e conduzi-lo até a
delegacia.
João Cláudio tinha 28 anos, era casado, negro e declarou ser natural de Campinas e que não sabia ler ou
escrever. Respondeu o processo de agressão em liberdade, apesar da gravidade das agressões. Sua fiança foi
paga pelos senhores Ciro Fasoni e João Namur, proprietários respectivamente nas ruas Lopes Chaves e Barra
Funda. As testemunhas desse auto-crime eram todos homens, excetuando-se a própria Theresa, dona da
venda. Além dos guardas que prenderam João, os outros depoentes eram fregueses da venda, em sua
totalidade carroceiros, com idades entre 20 e 35 anos, analfabetos, residentes na Barra Funda. Outro traço
que chama atenção nesse processo é a forma abrupta como é encerrado, e o fato de João não ter sido mais
convidado a depor nenhuma vez após sua prisão, já que seu depoimento inicial era bastante restrito. Na maior
parte dos depoimentos era citado que a desavença que deu origem a briga na venda era, na verdade, entre os
carroceiros Henrique Cruz e José Marcelino (o agredido), no entanto Henrique Cruz tampouco foi convocado a
depor.
O que as vivências desses personagens nos trazem é justamente vislumbrar as ações reais desses indivíduos na
cidade, e não somente o que se poderia esperar deles. Vemos as mulheres como responsáveis pelo seu
8
9
DIAS, Maria Odila Leite da Silva (1995). Quotidiano e poder em São Paulo no século XIX.São Paulo: Brasiliense, p.50.
ATJSP, 1909 – João Claudio.
50
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próprio sustento, e muitas vezes pelo sustento de suas famílias, gerenciando e trabalhando em locais de
grande presença masculina, sem nenhuma mediação de um homem da família que garantisse “sua integridade
moral”. Nos autos-crimes não vemos sendo tratado com estranhamento o fato de mulheres conduzirem
negócios ligados a venda de bebidas e espaço de diversão, nem no caso da venda de Theresa, que no autocrime é retratado como um local freqüentado apenas por homens. Essa reação que nos traz os relatos desses
auto-crimes tem a ver principalmente com montagem do discurso jurídico do período republicano, que se
materializa no código penal de 1890. A intenção era demarcar o lugar que cada setor da população podia
ocupar na vida social. É obvio que o cerceamento e controle da população era uma preocupação antiga dos
governantes do país, no entanto é possível perceber que as questões de gênero tomaram um caráter
diferenciado nos regrados trazidos pela política republicana, especialmente em relação às atividades
produtivas. Institucionalizou-se a prevalência do homem como provedor, iniciando várias frentes de ação para
fixar esse novo regramento como uma norma social. O lema da nova ordem política – ordem e progresso apontava as repressões que viriam:
Esse conceito [valorização do trabalho] seria a porte de entrada dos costumes das nações ocidentais
“avançadas”, ou seja, do capital. A fim de consolidar o conceito positivo do trabalho, no qual o ato de
trabalhar é visto como um instrumento de valorização do ser humano, não apenas a ociosidade deve ser
completamente reprimida pelo controle social, levado a cabo, principalmente, pela policia, mas também todas
as esferas da vida.10
Esse processo está refletido na política de perseguição aos denominados “vadios”, orientação seguida pela
forças repressivas desde o Império, mas que se fortaleceu com a consolidação da República. Os vadios não
tinham uma definição clara pela lei, e coube as forças policiais caracteriza-los e os atuar pelas ruas da cidade.
Estudos que se debruçaram sobre os casos de vadiagem compreendem desde autores de pequenos furtos,
moradores de ruas, até lavadeiras e quitandeiras que utilizavam da circulação pelos espaços da cidade para
garantir seu sustento. Quem não estivesse ligado a um oficio formal, com algum tipo de relação empregatícia,
já poderia ser considerado vadio se estivesse pelas ruas. Foram dois processos que correram
simultaneamente: o enquadramento dos pobres que buscavam sobreviver sem se submeter a patrões e a
separação do espaço público e do espaço privado. A cidade, suas ruas e praças, deveria deixar de ser o lugar
onde se desenvolviam as sociabilidades, o espaço público passaria a ser apenas um lugar de circulação. As
relações entre as pessoas deveriam ocorrer dentro do espaço privado, onde seria mais fácil regula-las pelos
valores da família. Janaína Carneiro, em um estudo sobre a criminalidade feminina nas primeiras décadas da
República, nos apresenta um pouco esse cenário:
A fim de levar a cabo o controle social exercido pelas autoridades e zelar pela moral e pelos bons costumes,
era imprescindível o controle de ruas e praças, lugares onde homens e mulheres pobres procuravam por lazer
e sua sobrevivência. As ruas, então, simbolizavam o espaço do desvio, devendo as mães pobres exercer plena
vigilância sobre suas filhas, objetivando garantir a moralidade tão necessária ao progresso. Porém, para as
mulheres pobres que precisavam lutar por sua sobrevivência era impossível manter-se longe das ruas.11
A tentativa de enquadramentos das mulheres no mundo produtivo não funcionou. As personagens de nossos
auto-crimes apresentam com suas vivencias a resistência a essa onda repressiva republica contra as mulheres
elas, se mantendo no espaço da rua e garantindo com seu próprio trabalho a sua sobrevivência. É significante
observar como a prática jurídica e policial tentaram moldar uma certa realidade, criaram um imaginário sobre
a relação entre mulheres e trabalho para o corpo social, mas que não conseguiu se efetivar na vivência real
daquela população. Por isso é sempre importante não entender as regulamentações jurídicas e políticas como
o que era vivenciado de fato pela população. A realidade é sempre mais multifacetada do que caberá nos
10
SILVA, Janaína Carneiro Santiago da. Criminalidade feminina e vadiagem em São Paulo (1890-1920). IN: MOURA,
Esmeralda Blanco Bolsonaro de; FERLINI, Vera Lúcia Amaral (2006). História Econômica: agricultura, industrias e
populações. São Paulo: Alameda Casa Editorial, p.69.
11
SILVA, Janaína Carneiro Santiago da. Criminalidade feminina e vadiagem em São Paulo (1890-1920). IN: MOURA, Esmeralda Blanco
Bolsonaro de; FERLINI, Vera Lúcia Amaral (2006). História Econômica: agricultura, industrias e populações. São Paulo: Alameda Casa
Editorial, p.70.
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Volúmen 15: Violencia doméstica y de género
discursos e nas leis. E é daí que emerge a necessidade de se atentar para discursos totalizantes. Como
apresentado por Tânia Swain
A condição feminina só existe na medida em que todas as mulheres são essencializadas e transformadas em
uma singularidade igual a ela mesma; de fato, a experiência das mulheres no relacionamento sócio-político é a
expressão de sua diversidade. 12
Tendo como ponto de partida essa reflexão sobre a diversidade das vivências no interior abstrato do gênero,
vamos agora entender agora como o discurso jurídico que foi sendo elaborado com a República buscou criar
essa artificialidade da unidade do gênero.
Gênero e as práticas jurídicas
O Código Penal republicano, de 1890, tinha a tarefa de pensar uma regulação para a sociedade pósescravismo. Ou seja, uma sociedade em que pessoas que não eram cidadãos passaram a ter os mesmo direitos
formais que todos os outros. Além disso, houve um crescimento dos trabalhadores livres de forma geral, com
um grande aporte de trabalhadores imigrantes ao país. O código penal desse período é conhecido por ter uma
série de dispositivos que buscavam criar uma ética do trabalho, associando os trabalhadores formais a pessoas
honestas, e criando dispositivos repressivos para a população que não se enquadravam. 13 Esse novo fluxo de
pessoas gerou em parte da elite nacional a necessidade de controlar especialmente as trabalhadoras, que
antes circulavam de maneira mais livre pelas ruas, em grande parte por serem em geral escravas – ou negras
foras. Essas mulheres estavam de certa forma a margem das pessoas que estavam reguladas pelas normas
morais da sociedade, por conta de sua condição de servidão. Estabelecer um enquadramento moral, regido
por um determinado padrão de família, para o conjunto da população após a abolição da escravatura em
1888, foi um dos grandes alvos dos juristas daquele momento. A diferenciação com que a lei tratava homens e
mulheres, livres e escravos, se transveste em um ideário liberal da igualdade abstrata de todos perante a lei,
que, no entanto, não sobrevive nem dentro da prática jurídica. O espaço da igualdade é ocupado pela
manipulação das informações, a partir da tentativa de demonstrar adequação ou inadequação as normas
sociais de acordo com o interesse dos diferentes agentes, como expõe Mariza Correa:
Uma vez que para além da fachada da igualdade de todos perante a lei persistem as desigualdades estruturais
de nossa sociedade, é através da analise das variações histórica dos códigos – os casos – que um outro código
vem a tona, um código não formalizado, social. Os manipuladores tecnicos, anteriormente a discussão publica
dos casos, já fizeram a sua tradução de uma realidade complexa e ambígua para uns mais simples e polarizada,
uma que possa ser aceita e enquadrada dentro dos padrões de comportamento aceitos pelo júri. [...] Por isso
as decisões podem ser também colocadas num continuum que se estende da adequação a inadequação dos
acusados a ambos os códigos transformados em um.14
Os auto-crimes analisados nessa comunicação dão uma dimensão da materialidade das relações entre homens
e mulheres nas primeiras décadas após o advento da República. Mas possibilitam também entender
parcialmente como os gêneros passaram a ser observados pelos regramentos sociais, especialmente os
estabelecidos juridicamente. O que era observado pelos policiais, escrivões e delgado que conduziam o caso
era sempre o padrão de comportamento dos envolvidos na ocorrência, e não ela em si, como já apontado pela
pesquisa de Mariza Correa. A busca da “verdade” jurídica está sempre submetida não a forma como a ação
transcorreu efetivamente, mas sim em torno das circunstâncias em que estavam envolvidos aqueles agentes.
Ou seja, o que importa não é determinar como foi o ato em si, e os culpados, mas sim as motivações dos
12
SWAIN, Tania Navarro. “Mulheres, sujeitos políticos: que diferença é esta?”. IN: SWAIN, Tania Navarro; MUNIZ, Diva do Couto
Gontijo. Mulheres em Ação: práticas discursivas, práticas políticas. Florianópolis: Ed. Mulheres; Belo Horizonte: Ed. PUCMINAS, 2005.
13
NEDER, Gizlene (1986). Criminalidade, justiça e constituição do mercado de trabalho no Brasil: 1890-1927.São Paulo: Tese de
Doutorado, Departamento de História, USP.
14
CORRÊA, Mariza (1983). Morte em Família. Rio de Janeiro: Ed. Graal, p.308.
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ACTAS DE LAS PRIMERAS JORNADAS INTERNACIONALES SOCIEDAD, ESTADO Y UNIVERSIDAD
Volúmen 15: Violencia doméstica y de género
participantes, assim como suas características de adequação as normas sociais. E, no caso de nossa analise, as
novas normas sociais que estavam nascendo com a República, impondo um novo padrão de sociabilidade que
iria se consolidar muitas décadas depois, apagando as vivências concretas das mulheres contemporâneas
aquela processo. Essa dimensão deixa claro a importância de se analisar não somente o regramento jurídico,
mas os usos que foram feitos dele, já que em alguma ocasiões eles inclusive caminharam em direções opostas:
Mas os processos não são apenas reflexos das normas estabelecidas, das leis, uma vez que têm a possibilidade
de ser até o seu oposto através das decisões do júri. E mesmo que eles seguissem estritamente as linhas dos
códigos legais, ainda teríamos que dar conta da questão: como estas normas se tornaram leis, como foi criada
esta estrutura legal e jurídica? Parece correto afirmar que as mesmas condições que produziram esta, foram
também responsáveis pela manutenção daquelas. Assim, ao tentar compreender as condições dessa produção
não podemos reduzir o movimento complexo que constitui cada processo, onde se leva em conta não só a
necessidade de adaptar, enquadrar, as situações sociais aos códigos legais, mas também as condições sociais
mais amplas que determinam ambos. 15
Os auto-crimes analisados nesse processo permitem pensar a materialidade da vida dessas
mulheres, que de diversas formas se contrapunham a tentativa do enquadramento do gênero feminino pela
nascente ordem republicana. Ao mesmo tempo em que as fontes de origem judicial nos permitem entender o
processo de criação de estereotipos e de formalização do gênero, também nos possibilitam ter acesso a fala
direta dos excluídos,16 em nosso caso especifico as mulheres. Por suas tramas, seus discursos e suas vidas,
podemos confrontar a violência com que as forças repressivas, e especialmente o judiciário, passam a tratar as
mulheres que não se adequam as normas sociais vigentes. O que os autos-crimes nos mostram é justamente
como essas mulheres participaram ativamente desse processo, não sendo simples vitimas, mas sim
contrapondo sua própria vivencia as inúmeras violências que se seguiram com a consolidação da República.
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ACTAS DE LAS PRIMERAS JORNADAS INTERNACIONALES SOCIEDAD, ESTADO Y UNIVERSIDAD
Volúmen 15: Violencia doméstica y de género
El asilo y la incorporación de la violencia sexual y de género como causal de persecución.
GIANELLI DUBLANC, María Laura.- Departamento de Planificación y Políticas Públicas, Universidad Nacional de
Lanús (UNLa)
Palabras clave: asilo – violencia de género – derecho de refugiados
Introducción
La violencia sexual y de género (VSG) amenaza a mujeres y niñas así como a hombres y niños en todas las
regiones del mundo. El término refiere a cualquier acto perjudicial que es perpetrado contra la voluntad de
una persona y que se basa en las diferencias (de género) entre hombres y mujeres atribuidas por la sociedad.
Incluye actos que infligen daño o sufrimiento físico, mental o sexual, las amenazas de tales actos, la coacción y
otras formas de privación de la libertad, ya sea que ocurran en la vida pública o privada (ACNUR, 2011)
Crear entornos seguros y mitigar el riesgo de VSG sólo se puede lograr abordando la desigualdad y la
discriminación de género. Mientras que el flagelo de la VSG está recibiendo mucha más atención a nivel
internacional, la prevención de la VSG es un reto complejo.
La Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951 no recoge expresamente como causa de protección
internacional la persecución por motivos de violencia sexual y de género. Este tratado fue redactado en un
momento en el que no existía tal sensibilización en la materia. En la actualidad, tras el incremento de
demandas de asilo de personas que huyen de sus países debido a persecuciones por motivos de violencia
sexual y de género, estos supuestos se han visto alterados.
La VSG implica la violación generalizada de los derechos humanos y a menudo está vinculada con relaciones de
género desiguales dentro de las comunidades y con abusos de poder. Puede tomar la forma de violencia
sexual o persecución por parte de las autoridades, o puede ser el resultado de la discriminación incrustada en
la legislación vigente o en las normas sociales y las prácticas imperantes. Puede ser tanto una causa del
desplazamiento forzado así como una parte intolerable de la experiencia del desplazamiento.
Las mujeres pueden ser perseguidas por los mismos motivos que los hombres. Pero hay que tener en cuenta
que muchas mujeres sufren persecución, por ejemplo, en forma de violencia sexual o discriminación grave que
puede guardar relación con el género, es decir, que va dirigida contra ellas por ser mujeres y por lo que ello
representa socialmente. Tanto los hombres como las mujeres pueden solicitar asilo por motivos de género,
aunque la mayoría de las solicitudes suelen ser presentadas por mujeres.
La persecución puede provenir de las autoridades de su país de origen o de agentes no estatales como la
familia u otros miembros de la sociedad. Algunas de las situaciones de VSG que equivalen a persecución y que
deben recibir una respuesta desde la protección internacional del derecho de asilo son: a) la persecución
motivada por la orientación sexual y la identidad de género; b) los abusos sexuales como arma de guerra; c) las
leyes persecutorias en sí mismas al emanar de normas sociales y prácticas contrarias a los derechos humanos;
d) los castigos, penas o sanciones que equivalen a tortura, trato inhumano o degradante cuando se incumple
una ley o política (como por ejemplo homicidios y crímenes cometidos en nombre del honor); e) las leyes o
políticas cuyos objetivos son justificables pero los métodos para implementarlas tienen consecuencias
severamente lesivas (como por ejemplo la esterilización forzada); f) la violencia intrafamiliar; g) la trata de
personas; entre otras.
El presente documento tiene por finalidad brindar un panorama de las directrices, pronunciamientos y
posturas de organismos internacionales de derechos humanos sobre la temática, y reseñar algunos avances en
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Volúmen 15: Violencia doméstica y de género
la jurisprudencia y legislación de diferentes países en materia de reconocimiento de la condición de
refugiado(a) y formas de protección complementaria como por ejemplo el otorgamiento de residencias
temporales a personas perseguidas por motivos de VSG.
La persecución por motivos de género en el contexto de la Convención de 1951 sobre el Estatuto de los
Refugiado y/o su Protocolo de 1967
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (enadelante, ACNUR) tiene el mandato de
proporcionar protección internacional a las personas de su competencia y de procurar soluciones duraderas
para sus problemas. Como agencia de Naciones Unidas, está comprometido con la integración de un enfoque
diferenciado y una perspectiva de equidad de género en todos sus programas, con énfasis especial en el
empoderamiento de las mujeres y niñas (ACNUR; ACAI, 2010).
El ACNUR considera a la violencia sexual y de género como un asunto de protección urgente y medular y
subraya la igualdad de género como un principio fundamental en su abordaje (ACNUR, 2011).
Desde 1995, cuando el ACNUR publicó por primera vez el documento “Violencia Sexual contra las Personas
Refugiadas: Guía para la Prevención y Respuesta”, era evidente que la magnitud de la problemática de la
violencia en el marco de los procedimientos de asilo, requería de medidas específicas
En el 2001, convocó, en el marco de las Consultas Globales sobre Protección Internacional, a una Reunión de
Expertos en San Remo con el objeto de analizar esta temática. Como resultado de la misma, en mayo de 2002,
se publicaron unas Directrices relacionadas con el tratamiento de la violencia de género como motivo de
persecución y su interpretación a la luz de la Convención de Ginebra sobre el Estatuto de los Refugiados de
1951 (en adelante, Convención de 1951).
De acuerdo con la Convención de 1951, refugiada es toda persona que se encuentra fuera de su país de origen
debido a temores fundados de ser perseguida por motivos de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a un
grupo social determinado u opinión política y no puede o no quiere acogerse a la protección de dicho país. La
garantía más importante que recoge la Convención de 1951 es la “no devolución”, que significa que nadie
podrá ser devuelto a su país o a cualquier otro lugar donde su vida o su libertad pudieran estar en peligro por
alguno de los motivos anteriormente citados (ACNUR, 2006).
En materia de asilo, la “persecución por motivos de género” es un concepto que carece de un sentido legal per
se. Si bien no está citada específicamente en la Convención como uno de los motivos que podrían dar lugar al
reconocimiento de la condición de refugiado, la definición debe ser interpretada desde una perspectiva de
género, conforme el espíritu y la finalidad de dicha Convención, cuyo objetivo es asegurar la protección de las
personas que no pueden contar con la protección de su país de origen (ACNUR, 2006).
Las Directrices indican que, a fin de comprender la naturaleza de la persecución por motivos de género, es de
importancia definir y distinguir los términos “género” y “sexo”. El primero refiere a la relación entre hombres y
mujeres basada en la identidad, condiciones, funciones y responsabilidades según han sido construidas y
definidas por la sociedad y la cultura, asignadas a uno y otro sexo; el segundo término está determinado por
las condiciones biológicas.
Señalan además que las solicitudes por motivo de género pueden ser presentadas tanto por hombres como
por mujeres, aunque debido a determinadas formas de persecución, son planteadas generalmente por
mujeres. “En algunas circunstancias, el sexo de la persona solicitante puede marcar de forma particular la
solicitud, situación que deberá considerar la persona encargada de la toma de decisiones. (…) Las solicitudes
por motivos de género abarcan, generalmente, actos de violencia sexual, violencia doméstica y familiar,
planificación familiar forzada, mutilación genital femenina, castigo por transgredir los valores y costumbres
morales, y discriminación contra los homosexuales. La adopción de una interpretación de la Convención de
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1951 sensible a la dimensión de género no significa que todas las mujeres serían merecedoras del estatuto de
refugiado. El solicitante de asilo (sea mujer u hombre) deberá demostrar que tiene fundados temores de ser
perseguido por razones de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a determinado grupo social u opinión
política” (ACNUR, 2002).
Los procedimientos para determinar la condición de refugiado deben tener en cuenta todas las circunstancias
relevantes del caso, en particular contar con una visión completa de la personalidad, el pasado y las
experiencias personales del solicitante de asilo, así como el análisis y conocimiento actualizado de las
circunstancias históricas, geográficas y culturales específicas del país de origen. Las Directrices advierten que
“las generalizaciones sobre hombres y mujeres no ayudan, y podrían ocasionar que ciertas diferencias
fundamentales determinantes para casos específicos pasen inadvertidos” (ACNUR, 2002).
Los componentes de la definición que se mencionan a continuación son los que requieren una interpretación
sensible a la dimensión de género. Otros requisitos (por ejemplo como el estar fuera del país de origen) siguen
siendo fundamentales en la determinación de cualquier solicitud.
a) Temor fundado de persecución:
Las circunstancias particulares de cada individuo determinan cuándo se puede hablar de un temor fundado de
persecución. Si bien hombres y mujeres podrían padecer el mismo tipo de daños, también existe la posibilidad
de que sufran formas de persecución específicas de su sexo. Ciertos actos, como la violencia sexual, la
violación y otras formas de violencia de género, tales como la violencia relacionada con la dote, la mutilación
genital femenina, la violencia doméstica y la trata de personas, constituyen actos que ocasionan sufrimiento y
daño tanto mental como físico, y que han sido utilizadas como mecanismos de persecución, ya sea por agentes
estatales o particulares.
Ciertas leyes pueden ser persecutoria en sí y por sí mismas, siendo fundamento suficiente para determinar
algunas solicitudes por motivos de género. A manera de ejemplo se pueden mencionar aquellas legislaciones
que emanan de normas y prácticas tradicionales o culturales que no se ajustan a estándares internacionales de
derechos humanos. También equivalen a persecución las situaciones siguientes: cuando las prácticas
persecutorias (por ej. la mutilación) se han prohibido pero el Estado continúa tolerándolas, sin detenerlas
eficazmente; cuando la pena o sanción aplicada por incumplimiento de una ley o política sea excesivamente
genérica y conlleven una dimensión de género (por ej. imponer penas severas por transgredir costumbres o
valores sociales); cuando la implementación de leyes o políticas tengan consecuencias severamente lesivas
para las personas (ej. esterilización forzada); cuando las medidas de discriminación acarrean consecuencias
severamente lesivas para la persona implicada, (ej. limitan gravemente su derecho a ganarse la vida, a
practicar su religión o a tener acceso a los servicios educativos normalmente asequibles).
Otra forma de persecución es la motivada por la orientación sexual o las prácticas sexuales. Las solicitudes más
comunes incluyen denuncias sobre sometimiento a hostilidad pública excesiva, violencia, abuso o
discriminación severa o concurrente, incluida la pena de muerte.
La trata de personas también puede ser considerada como otra forma de persecución. El reclutamiento o
captación forzosa o mediante engaño es una forma de violencia o abuso por motivos de género que puede
llevar incluso a la muerte. Puede ser considerada como una forma de tortura y trato cruel, inhumano o
degradante. Además, las víctimas de la trata pueden sufrir serias repercusiones después de la huida y/o una
vez retornados, tales como represalias, probabilidad real de volver a ser víctima de la trata, grave ostracismo
por parte de la comunidad y la familia o discriminación severa. En casos individualizados ser víctima de la trata
de personas podría ser el fundamento para la solicitud de condición de refugiado cuando el Estado no pueda o
no quiera brindar protección contra tales perjuicios o amenazas.
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En cuanto a los actos de persecución, normalmente son perpetrados por agentes estatales; pero cuando son
cometidos la población local o por individuos pueden equipararse a persecución si las autoridades los toleran
de manera deliberada o si éstas se niegan a proporcionar una protección eficaz o son incapaces de hacerlo.
b) Nexo causal (“por motivos de”):
El temor fundado de persecución debe estar relacionado con uno o más de los motivos de la Convención. Es
decir, debe haber sido provocado “por motivos de” raza, religión, nacionalidad, pertenencia a determinado
grupo social u opinión política. Al respecto el ACNUR establece que “en situaciones en las que exista un riesgo
de ser perseguido por un agente no estatal (por ej. cónyuge, compañero u otros agentes no estatales) por
razones relacionadas con alguno de los motivos de la Convención, se establece el nexo causal,
independientemente de que la ausencia de protección por parte del Estado guarde o no relación con la
Convención. Asimismo, cuando el riesgo de ser perseguido por un agente no estatal no esté relacionado con
un motivo de la Convención, pero la incapacidad y renuencia del Estado de dar protección es por un motivo de
la Convención el nexo causal también se establece” (ACNUR, 2002).
c) Motivos:
Para determinar si un solicitante ha cumplido con los criterios de la definición de refugiado es importante
asegurarse que cada uno de los motivos contemplados en la Convención se interprete desde una perspectiva
sensible al género. En este sentido el ACNUR dispone lo siguiente:
Persecución por razones de raza: “puede manifestarse de distintas formas, contra hombres
que contra mujeres (ej. el agente de persecución podría optar por destruir la identidad étnica y/o la
prosperidad de un grupo étnico mediante el asesinato, mutilación o encarcelamiento de los hombres,
mientras que las mujeres podrían ser vistas como las responsables de propagar la identidad étnica o
racial y ser perseguidas de otra forma, por ejemplo, mediante la violencia sexual o el control de la
reproducción)” (ACNUR, 2002)
Persecución por razones de religión: en algunos Estados la religión o las creencias religiosas
asigna ciertas funciones o códigos de conducta a hombres y mujeres respectivamente. Cuando una
persona es castigada por no cumplir con la función asignada o se niega a obedecer los códigos sociales,
podría albergar un temor fundado de persecución.
Persecución por razones de nacionalidad: el término debe entenderse como la pertenencia a
un grupo étnico o lingüístico. En muchos casos, la persecución se manifiesta a través de la violencia
sexual contra mujeres y niñas.
Persecución por pertenencia a un determinado grupo social: a menudo, las solicitudes por
motivos de género son analizadas en el marco de este motivo; sin embargo el énfasis atribuido al
grupo ha implicado en algunos casos que otros motivos igualmente aplicables (ej. religión) hayan sido
inadvertidos. A la luz de la Convención, se entiende por “determinado grupo social” al grupo de
personas que comparten una característica en común distinta al hecho de ser perseguidas, o que son
percibidas como grupo por la sociedad. El sexo puede ser subsumido en la categoría de ‘grupo social’,
siendo las mujeres y las minorías sexuales claros ejemplos de subgrupos sociales definidos por
características innatas e inmutables, y que generalmente reciben un trato diferenciado.
Persecución por opiniones políticas: este motivo que el o la solicitante muestre un temor
fundado de persecución por poseer determinada opinión política que defiende (por lo general distinta
a la de su gobierno o a un sector de la sociedad) o porque normalmente le haya sido atribuida ser de
esa opinión. Una solicitud por motivos de opinión política supone que el o la solicitante posee, o se
supone que posee, opiniones que no son toleradas por las autoridades o la sociedad, que son críticas
de sus políticas, costumbres o métodos. También presupone que tales opiniones podrían llegar a
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conocerse por las autoridades o sectores importantes de la sociedad, o que éstos se las atribuyan al
solicitante.
En lo que refiere a aspectos de procedimiento, algunos solicitantes de asilo pueden sentirse reacios a exponer
la dimensión real de la persecución sufrida o temida y pueden continuar temiendo a personas con autoridad o
temer el rechazo y/o las represalias por parte de su familia y/o comunidad. Por tal motivo las Directrices
enfatizan en que quienes presentan solicitudes por motivos de género y, especialmente quienes son
sobrevivientes de torturas o traumas, necesitan de un ambiente solidario en donde puedan sentirse seguras
respecto de la confidencialidad de su solicitud (ACNUR 2002). En este sentido recomienda que, ante cualquier
persona que sufre presesión por motivos de género se consideren, entre otras, las siguientes medidas:
No debe ser devuelta a su país de origen, ni a cualquier otro donde pudiera ponerse en peligro
su vida o su integridad.
No se debe contactar a las autoridades consulares de su país o de otros estados que pudieran
informar a su país de origen ni con sus propios familiares, salvo que ella así lo manifieste. De lo
contrario, se podría poner en peligro la seguridad de esa persona o la de su familia
-
Facilitarles el asesoramiento psico-social y legal más adecuado.
Tienen derecho a un intérprete y asistencia jurídica gratuitas. Tanto el asesor legal como el
intérprete deben tener una preparación específica en temas de género y asilo y ser del mismo sexo
que el solicitante, si así lo desea éste.
Ser entrevistadas por personas de su mismo sexo con una formación especializada en temas
de género. En lo posible, entrevistarlas separadamente de sus familiares.
Tener en cuenta las posibles experiencias traumáticas vividas que no se cuentan con facilidad y
los factores culturales o religiosos como la edad y el nivel socioeducativo.
Para valorar estos casos es esencial conocer bien la situación en el país de origen, como, por
ejemplo, la condición de las mujeres, de minorías sexuales y otros colectivos ante la ley, sus derechos,
las costumbres sociales y culturales y las consecuencias jurídicas y prácticas de su trasgresión, la
existencia de prácticas tradicionales perjudiciales, la protección real de que disponen y el riesgo que
pueden correr si retornan a dicho país (ACNUR 2002; 2006).
Asilo y protección de minorías sexuales
En muchas partes del mundo, con independencia del entorno cultural o religioso, se cometen violaciones de
derechos humanos en razón de la orientación sexual o la identidad de género real o percibida de las personas,
incluidas algunas de las violaciones más graves como la detención, la tortura y las ejecuciones extrajudiciales.
Si bien las personas lesbianas, gays, bisexuales, transexuales e intersexuales (LGBTI) han logrado obtener
protección internacional en algunos países, esto no ha sucedido en otros. El creciente número de solicitudes
de asilo debido a su orientación sexual e identidad de género, junto con una mayor conciencia de las múltiples
vulnerabilidades que enfrentan los solicitantes de asilo y refugiados LGBTI en todas las etapas del ciclo de
desplazamiento, han generado una mayor atención a estas cuestiones (Alventosa del Río, 2008; CIJ, 2009;
ACNUR, 2010).
En los últimos años, el tratamiento de las minorías sexuales ha recibido mayor atención dentro del sistema de
las Naciones Unidas, los Estados y en la doctrina académica. Se ha observado en varias partes del mundo una
mayor tolerancia hacia las personas con diversas orientaciones sexuales e identidades de género. Aunque la
situación ha empeorado en algunas áreas, se ha progresado mucho en un período de tiempo relativamente
corto. Varios Estados han reconocido la necesidad de poner fin al abuso de las personas LGBTI y crear
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Volúmen 15: Violencia doméstica y de género
legislación y políticas específicas para su protección, incluso en los procedimientos de asilo. El ACNUR, por su
parte, está desarrollando directrices jurídicas y operativas (ACNUR, 2008; 2010).
Las garantías de los derechos humanos contenidos en los instrumentos jurídicos internacionales son parte del
marco de protección de solicitantes de asilo y refugiados LGBTI y son complementarias a las contenidas en la
Convención de 1951 y su Protocolo de 1967. Por otra parte, los Principios de Yogyakarta, señalan que “la
legislación internacional de derechos humanos afirma que todas las personas, con independencia de su
orientación sexual o identidad de género, tienen el derecho al pleno disfrute de todos los derechos humanos;
que la aplicación de los derechos humanos existentes debería tener en cuenta las situaciones y experiencias
específicas de personas de diversas orientaciones sexuales e identidades de género”. El derecho a la no
discriminación es esencial para la protección internacional de los solicitantes de asilo y refugiados LGBTI.
En muchas partes del mundo, las personas LGBTI enfrentan discriminación y abuso debido a su orientación
sexual e identidad de género. Pueden estar expuestas a violencia física y sexual (como la violación, tortura,
crímenes de honor y asesinato a manos de autoridades y actores privados); ser maltratadas o les pueden
negar el acceso a la atención de salud y otros servicios sociales (incluyendo vivienda, educación y empleo) y,
en algunos casos, pueden ser detenidas arbitrariamente (ACNUR, 2010).
En 76 países existen leyes que criminalizan las relaciones consensuadas entre personas del mismo sexo, y en
cinco la penalización es la pena de muerte. Estas normativas no sólo pueden exacerbar el maltrato hacia las
personas LGBTI y perpetuar los estereotipos negativos y el estigma, sino que pueden conducir a la impunidad
de los crímenes cometidos contra las personas LGBT e impedirles el acceso a la protección estatal y a los
sistemas de asilo en muchos Estados.
Las personas LGBTI a menudo se ven obligadas a ocultar su verdadera identidad, lo que las vuelve invisibles;
con frecuencia son rechazadas y maltratadas por sus comunidades y familias, llevándolas al aislamiento social
y a la indefensión. El maltrato de las minorías sexuales está estrechamente relacionado con el hecho de que no
ajustan a las normas tradicionales de género, lo que frecuentemente se percibe como una amenaza a la
mayoría heterosexual (ACNUR, 2008; 2010).
Según ACNUR, muchas personas LGBTI se ven obligadas a huir de su país de origen para evitar la persecución.
Debido a las circunstancias específicas relacionadas con la orientación sexual y la identidad de género, los
solicitantes de asilo y los refugiados LGBTI enfrentan múltiples formas de discriminación que no son
experimentadas por otras comunidades de refugiados. Durante la huida y después de la llegada a los países de
asilo y asentamiento, a menudo las personas LGBTI siguen estando sometidas al mismo abuso del que
huyeron. Informes indican que a su llegada al país de asilo, algunas personas LGBTI no tienen acceso adecuado
a información sobre cómo y dónde pueden solicitar asilo; también que los solicitantes de asilo y refugiados
LGBTI a con frecuencia perciben que las autoridades u otros actores no tienen experiencia o exposición a los
temas de LGBTI, y además es probable que no puedan o no quieran protegerlos (ACNUR, 2010).
Avances en la introducción de la perspectiva de género en el derecho de asilo
Los derechos humanos de las mujeres y de las minorías sexuales han ido poco a poco entrando en distintos
foros y se han ido dando nuevas resoluciones a nivel supranacional e internacional. En el ámbito del asilo,
existen espacios globales específicos en los que estos derechos van obteniendo pequeños avances.
Países como Canadá, Suecia o Australia fueron punteros en la interpretación de las solicitudes de asilo
integrando una perspectiva de género efectiva. Estos países, han adoptado políticas en diferentes ámbitos y
esto ha supuesto un gran avance en la consecución de derechos (CEAR, 2009).
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Volúmen 15: Violencia doméstica y de género
Canadá fue el primer país en promulgar la “Guía de Solicitudes de Mujeres Refugiadas con temor a
Persecuciones por motivo de Género”. Estas directrices de 1993 fueron actualizadas en 1996 y en la actualidad
constituyen una guía internacional que otros países han adoptado en sus legislaciones internas. Esta Guía
propone una interpretación de la Convención de 1951 que incluye la protección a las personas perseguidas por
motivos de género y por su orientación sexual, integrándolas en el motivo de grupo social determinado. Un
gran avance de esta Guía es el reconocimiento de que los Estados, en el ejercicio de su soberanía, tienen la
libertad de adoptar la interpretación en la cual consideren como un grupo social determinado a las mujeres
solicitantes de asilo, víctimas de tratos inhumanos o crueles, como consecuencia de la “trasgresión de valores
sociales, morales o culturales en sus países de origen (CEAR, 2009).
El Servicio de Inmigración y Naturalización, Oficina de Asuntos Internacionales de los Estados Unidos, expidió
en 1995 “Consideraciones para los funcionarios encargados de revisar las solicitudes de asilo de mujeres”.
En Australia, el Departamento Australiano de Inmigración y Asuntos Multiculturales (Australian Department
for Immigration and Multicultural Affairs) expidió en 1996, directrices sobre aspectos de género para los
encargados de la toma de decisiones.
En 1998, el Reino Unido emitió las Directrices de Género para la Determinación de Solicitudes de Asilo (Gender
Guidelines for the Determination of Asylum Claims), las cuales se basan en las directrices de Estados Unidos y
Canadá. Estas directrices dieron origen posteriormente a las Directrices de Asilo con Perspectiva de Género de
2000
En Irlanda, el Irish Council for Civil Liberties Women`s Commitee recomendó en el año 2000 las Directrices de
Género sobre Mujeres solicitantes de Asilo.
En Suecia, la Junta de Migración expidió en marzo de 2001 las Directrices para la Investigación y Evaluación de
las Necesidades de Protección de las Mujeres “Directrices de Género”. Estas directrices actúan como una guía
interpretativa de la Convención de 1951.
Por ultimo en Holanda, el ‘Aliens Affairs Advisory Committee’ en el 2002 realizó recomendaciones acerca del
tratamiento de las mujeres con respecto a las solicitudes de asilo basadas en el género. Las recomendaciones
incluyen una sistemática y exhaustiva representación de los aspectos de género en las leyes de inmigración.
En América Latina, son varios los países que han incluido la persecución en las legislaciones de reconocimiento
de la condición de refugiado. Ejemplo de ello son las de: Panamá (Art. 5, Decreto Ejecutivo 23 de 1998);
Guatemala (Art. 11, Acuerdo Gubernativo 383 de 2001); El Salvador (Art. 4, Decreto 918 de 2002); Honduras
(Art. 42, Decreto 208 de 2003), y Uruguay (Art. 2, Ley 18.076 de 2006).
En cuanto a la incorporación de la persecución por motivos de “identidad de género u orientación sexual”,
hasta el momento no se encuentra regulada en ninguna normativa de la región. Sólo ha incorporado España
en 2009 en el Art. 3 de la Ley Nº 12 reguladora del derecho de asilo y de la protección subsidiaria.
En relación con formas de protección complementaria, algunos países otorgan residencias temporales. En caso
de Argentina, la Ley de Migraciones de 2004 concede residencias humanitarias a las víctimas de la trata de
personas; en el caso de España, la Ley de Extranjería de 2009 otorga permisos temporales a mujeres víctimas
de violencia de género.
La aprobación de estas medidas legislativas suponen cierto avance en el reconocimiento formal de la
persecución por violencia sexual y de género pero resulta insuficiente. Es imprescindible que los Estados
garanticen políticas de asilo y migratorias, visibilizando formas de persecución ocultas y que apliquen de
manera sensible y adecuada los criterios de elegibilidad efectuados los últimos años en relación con la
definición de refugiado de la Convención de 1951.
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Volúmen 15: Violencia doméstica y de género
Bibliografía
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ACTAS DE LAS PRIMERAS JORNADAS INTERNACIONALES SOCIEDAD, ESTADO Y UNIVERSIDAD
Volúmen 15: Violencia doméstica y de género
La invisibilización mediática de la violencia hacia las mujeres
Rosales María Belén. .-Facultad de Periodismo y Comunicación Social. Universidad Nacional de La Plata.
Bórmida Ana Clara.- Facultad de Periodismo y Comunicación Social. Universidad Nacional de La Plata.
Sambucetti María Emilia.- Facultad de Periodismo y Comunicación Social. Universidad Nacional de La Plata.
Murialdo Alfonsina.- Facultad de Periodismo y Comunicación Social. Universidad Nacional de La Plata.
Palabras clave: Género/ medios/ violencia
Durante el año 2011 desde el Centro de Extensión de Comunicación y Género nos abocamos a la realización de
una experiencia: el “Observatorio de medios con perspectiva de género” que consiste en observar
sistemáticamente los medios, desde una perspectiva teórica anclada en la comunicación/cultura y desde un
enfoque de género.
Esta actividad académica de investigación está orientada a construir una metodología de análisis de medios
desde una perspectiva de género en la búsqueda de una ampliación epistemológica en el campo de los
estudios de comunicación, pero que a su vez, contiene en sus orígenes un componente de fuerte sentido
político. En primer lugar, está apuntado a promover un área de formación de comunicadoras y comunicadores
especializados en la temática género/comunicación y a incidir desde la producción de conocimiento en la
formulación de políticas universitarias desde una perspectiva de género. Asimismo, este observatorio
pretende generar datos cuantitativos que visibilicen la magnitud de determinadas prácticas llevadas a cabo
dentro de nuestra sociedad, que connotan violencia de género.
Desde este marco, entendemos a la comunicación como producción de sentidos, prácticas y diálogos de
saberes que se erige en una de las estrategias fundamentales de mirar/sentir cuál es el rol que se le asigna a
las mujeres y desde allí planteamos nuevos interrogantes para problematizar y transformar la práctica de la
profesión como comunicadores.
En este sentido, queremos dejar en claro que concebimos al género como la construcción sociocultural e
histórica que define y da sentido a la sexualidad, y que conforma un sistema de poder que se realiza por medio
de operaciones complejas, a través de normas, tradiciones, prácticas, valores, estereotipos, que se producen y
reproducen en los discursos públicos que circulan en las instituciones sociales y que habilitan, limitan y/o
restringen las prácticas, esquemas de percepción y conductas de los/las individuos/as como seres sexuados, en
nuestras sociedades, desde una concepción heteronormativa y androcéntrica.Desde esta perspectiva,
pretendemos comprender cómo los significados organizados por una cultura se van transformando,
renovando o recreando también en los procesos comunicacionales.
Durante este periodo decidimos poner el énfasis en dos categorías que dialogan en la construcción del
discurso público sobre la mujer: cuerpo y poder. Iniciamos así un trabajo exploratorio y descriptivo que da
cuenta de los significados presentes en los relatos periodísticos del cuerpo de las mujeres y las diversas
manifestaciones de poder, incluyendo, el poder en el ejercicio del dominio y la violencia machista que se
descarga sobre estos cuerpos (el cuerpo violentado, el cuerpo tratado, el cuerpo naturalizado, el cuerpo
objetificado, etc). Profundizamos la mirada en la articulación “cuerpo/poder/violencia”, a fin de indagar cómo
aparece en la narrativa informativa el cuerpo de las mujeres víctimas en casos de feminicidios y violencia y
cuáles son las construcciones de significado en la cobertura mediática de estos casos, sus características y las
formas en que se presenta la violencia.
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Volúmen 15: Violencia doméstica y de género
El trabajo esta orientado a dar a conocer los resultados del análisis de la cobertura mediática de casos de
feminicidios y casos de violencia contra las mujeres ocurridos en el país entre los meses de marzo a junio de
2011 en los diarios Perfil, Clarín, Página 12 y El Día. En estos medios, se pudieron identificar los mitos que gira
en torno a la violencia contra las mujeres.
METODOLOGÍA:
-Período (recorte temporal): Del 1° de marzo al 1° de junio de 2011
-Metodología: cualitativa- cuantitativa
-Técnica: análisis crítico del discurso desde una perspectiva de género
-Las Unidades de Análisis: Perfil, Clarín, Página 12 y El Día.
-Dimensiones de análisis:
a) Estructura:
•
•
•
•
ubicación de la noticia por secciones
extensión de las noticias en relación al diseño editorial general del medio
el género periodístico en que se inscribe
permanencia del tema en la agenda del medio.
b) Contenido:
•
Tema y subtema de la noticia
•
Construcción del relato, cómo se construye sentido en torno a un hecho noticiable ¿quiénes
son los sujetos centrales?
•
Utilización del lenguaje, lenguaje sexista.
•
La valoración y el contenido de la información.
•
Significados y significantes que se construyen sobre los/as protagonistas de las noticias, la
representación de la víctima y el victimario
•
Las fuentes seleccionadas.
•
La imagen.
•
Intencionalidad editorial.
•
La titulación como estrategia para “enganchar” al lector.
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Volúmen 15: Violencia doméstica y de género
c) Perspectiva de género: aplicada a indagar los significados y representaciones en torno a las mujeres, como
categoría analítica, desde una perspectiva de derechos humanos en el tratamiento informativo de los
hechos, lo que implica tener en cuenta: el lenguaje utilizado, los testimonios y las fuentes seleccionadas, el
sentido proyectado y las estrategias discursivas implementadas para narrar la realidad, las imágenes que se
utilizan, es decir, la construcción social de sentido sobre las mujeres, el cuerpo y el poder desde un análisis
transversal de género en los medios de comunicación.
Deconstruyendo mitos

Mitos y mecanismos de ocultamiento en el tratamiento de la violencia contra la mujer
-Persistencia de referencias a móviles pasionales, de locura pasajera que causa el amor para explicar las
posibles causas de los asesinatos de mujeres. El “crimen pasional” deviene del concepto jurídico “emoción
violenta”, como atenuante del crimen. El acto violento “pasional” expresa la presunción de legitimidad de
quien lo ejerce. Ejemplo: “Estaba quemado en un 80 por ciento. Investigan una pista pasional.”
-Espectacularización de casos de feminicidios presentados con elementos de la narrativa romántica, como una
tragedia o como hecho sangriento. Los criterios de noticiabilidad exigen siempre muerte y sangre, de allí que
sea difícil encontrar en la página de los diarios noticias que den cuenta, por ejemplo, de casos de mujeres
víctimas de violencia patrimonial, económica o simbólica
-No se da cuenta del contexto, los procesos que desencadenan los actos de violencia y la misoginia estructural
que habilita estas prácticas. Los medios lejos de dar cuenta de los resultados de procesos de violencia contra la
mujer por motivos de género y la misoginia estructural que habilita estas prácticas, solo se limitan a hablar de
asesinatos en una versión simplificada de los hechos, como si se trataran de casos aislados, sin conexión.
-Recurrencia a la fórmula “confuso episodio” o “instancias poco claras”, se omite cualquier referencia para
conocer las características de las situaciones donde las mujeres son sometidas a una situación de violencia. No
se siguen los casos para establecer los motivos, las causas y consecuencias de los hechos.
-Reticencia a acuñar el concepto femicidio o feminicidio en las crónicas periodísticas.

Mitos sobre la importancia de la problemática.
-La cobertura de los casos de asesinatos de mujeres se hace en general a modo de relato policial, ubicándolas
en la sección policiales de los periódicos. Alrededor del 70% de las notas relevadas.
-Trivialización del tema: se ubica a estos casos como hechos privados, domésticos, excepcionales, sin dar
cuenta de la dimensión que adquiere el fenómeno y el impacto social que tiene.
65
ACTAS DE LAS PRIMERAS JORNADAS INTERNACIONALES SOCIEDAD, ESTADO Y UNIVERSIDAD
Volúmen 15: Violencia doméstica y de género
-Tratamiento periodístico es en general, breve, descontextualizado y ubicado en el plano doméstico, se habla
de “discusión doméstica” o “pelea de pareja”


Mitos de género-estereotipos en relación al “deber-ser” de la mujer y la pareja.
-En los medios masivos de comunicación, “la mujer” -como categoría- sigue siendo interpelada
preponderantemente como objeto del deseo masculino –es decir, “un cuerpo para otros”- desde una lógica
que mercantiliza su cuerpo, y aún la ancla a su rol reproductivo y doméstico como madre abnegada.
-La mujer aún es representada en el rol de reproducción de la vida doméstica, la madre virtuosa y la esposa fiel
y cuidadora, las conductas femeninas que transgreden estas pautas son condenadas social y mediáticamente.

Mitos que acusan a la mujer maltratada;
-Estrategias discursivas que permean el cuestionamiento a la víctima dando paso a la justificación de los
agresores
-Construcciones discursivas que tienden a erotizar la escena y la actuación de estas mujeres, estrategia que
tiende a trivializar el hecho y a instalar la idea de que han provocado su propia muerte.
-La duda sobre la presunta infidelidad que puede dar origen a los crímenes contra las mujeres, aparece en los
medios sin concesiones en lo que respecta al cuidado de difundir información que pueda perjudicar a la
víctima y a su entorno.
-Se relevaron algunas noticias que hacen referencia a denuncias efectuadas mujeres ante las instituciones y
que dan cuenta de la deslegitimación pública e institucionalizada de las palabra de la mujer denunciante.
- La mujer vampiresa, como alguien que se buscó su trágico destino con su comportamiento y sus
transgresiones
-Énfasis en la presunta infidelidad de la víctima: estigmatización de la víctima con frases como “se vestía o
bailaba muy provocativamente”, lo que implica deslizarse hacia la culpabilidad de la víctima que se convierte
en “merecedora de la agresión”.

Mitos que refieren a lo privado;
-Recurrencia a expresiones como “pelea de pareja”, “violencia doméstica”
66
ACTAS DE LAS PRIMERAS JORNADAS INTERNACIONALES SOCIEDAD, ESTADO Y UNIVERSIDAD
Volúmen 15: Violencia doméstica y de género
-Se prioriza como fuentes directas a familiares de la víctima y vecinos, allí aparece el imaginario social sobre la
imposibilidad de “meterse” en los asuntos de la vida íntima de la pareja
-El imaginario sobre la imposibilidad de intervenir, recae en los modos en que la distinción público-privado ha
incidido históricamente en la violencia como una cuestión privada, doméstica, casi inaccesible a la ley, la
intervención del Estado o la ciudadanía.

Mitos que refieren a la identidad de la victima;
Las mujeres aparecen generalmente representadas como víctimas, despersonalizadas.La invisibilización de las
historias de vida de las mujeres víctimas de la violencia, la omisión de los rasgos de identidad de las mismas no
permite considerar que se trata de un sujeto con derechos, así el medio crea, perpetua y mantiene el
estereotipo de la mujer víctima.
Sobre los rasgos de identidad de la mujer víctima aparecen con mayor frecuencia los datos sobre su condición
socio-económica “la mujer de un reconocido empresario”, su pertenencia a un grupo etáreo “la joven”, “la
chica”, y su rol social “la madre” o “la estudiante”.
En el caso Nora Dalmasso por ejemplo se favoreció la culpabilidad de la víctima en el énfasis puesto en su
pertenencia de clase en relación con la “doble vida” que habría tenido.
Los casos que permanecen en la agenda de los medios son los que tienen como víctimas a mujeres de clase
social media-alta como resonante caso de Rosana Galiano o el de la joven estudiante de periodismo Marianela
Rago Zapata, en general no se realiza un seguimiento de todos los casos y sus procesos judiciales. Esto último,
contribuye a in-visibilizar la actuación del Estado ante los crímenes misóginos y la impunidad que los rodea, es
decir, los acuña en una enorme tolerancia social.

Mitos que refieren a la mujer maltratada como “disfuncional” en lo social;
Referencias de la personalidad de la mujer víctima como datos que llevarían a entender las causas de su
asesinato:
-Énfasis en los desbordes psicológicos de la víctima, tendencias a la depresión y al suicidio como mecanismo de
ocultamiento de la agresión que le da muer

Mitos que refieren a la acción femicida
•
Propensión a exaltar la figura de los homicidas como si se tratara de “estrellas” reconocidas,
ídolos.
•
En la cobertura de procesos judiciales se prioriza como fuentes a los presuntos asesinos, dando
espacio a las más variadas estrategias de exculpación, apelando a elementos emocionales de la
narrativa romántica que puede dar lugar al compadecimiento moral y social del presunto homicida
Conclusiones:
La violencia hacia las mujeres es una situación estructural que ha sido y es invisibilizada constantemente, en
las políticas públicas, en el discurso social, en los medios de comunicación, y que en la actualidad, es diluida
además en un contexto de creciente violencia social.
67
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Volúmen 15: Violencia doméstica y de género
Al analizar la cobertura mediática de casos de feminicidios, pudimos identificar los mecanismos de
ocultamiento más comunes que desvirtúan la violencia hacia las mujeres en el tratamiento mediático: se
presenta a la mujer agredida como víctima, se omiten datos biográficos y su historia de vida, y, por tanto,
aparece despersonalizada. Así se desplaza la noción de sujeto mujer y se la representa como mera categoría,
lo que permite dar cuenta únicamente de su pertenencia a un grupo genérico. Si no hay sujeto con derechos,
con historia, con una vida que vale la pena ser contada, el hecho aparece aislado, en una concatenación de
acontecimientos noticiosos delictivos, quitándole su verdadera trascendencia pública, es decir, confluye a
instalar la percepción general de que “hay otra víctima más en las páginas de los diarios”.
En segundo lugar, se explica la agresión como algo imposible de controlar, se muestra el hecho de violencia
extrema, el asesinato, y no el proceso, el círculo de violencia, que la desencadena. El conocimiento de las
causas profundas que hacen posible la escalada de los actos violentos contra las mujeres se diluye hasta
desaparecer de las crónicas. Este mecanismo conlleva a la trivialización del tema, al refuerzo del sentido
común que ubica a estos casos como hechos excepcionales pero de similares características, sin dar cuenta de
la dimensión que adquiere el fenómeno y el impacto social que tiene, lo que - sin dudas- contribuye a la
naturalización de los mismos.
La Ley de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujerescontempla la
existencia de violencia de género física, psicológica, sexual, económica y simbólica, lo que constituyó un
avance importante en nuestro país. Sin embargo, los medios rara vez se hacen eco de las diversas
manifestaciones de violencia de las que son víctimas las mujeres. La impresión que causa este dato es que los
criterios de noticiabilidad exigen siempre muerte y sangre, de allí que sea difícil encontrar en la página de los
diarios noticias que den cuenta, por ejemplo, de casos de mujeres víctimas de violencia patrimonial,
económica o simbólica, tratándose, en definitiva, de temas de interés público que valen la pena ser abordados
con mayor profundidad en las páginas de los diarios a fin de desnaturalizar las múltiples formas que adquiere
el ejercicio de “las violencias” por razones de género.
Por otra parte, observamos que se prioriza como fuentes directas a familiares de la víctima y vecinos.
Retomando a Hannah Arendt, “las cuatro paredes de la propiedad de uno ofrecen el único lugar seguro y
oculto del mundo común público, no sólo de todo lo que ocurra en él sino también de su publicidad, de ser
visto y oído, que promueve invisibilidad a las relaciones interpersonales y su gama de inequidades”. La
repetición de testimonios de vecinos, tiende a reforzar la idea de que los asuntos privados del “corazón”,
deben resolverse en el ámbito del hogar, espacio que –desde esta mirada- se convierte en un reducto
inaccesible para la justicia, la acción pública de las instituciones y de la ciudadanía.
Asimismo, en la cobertura de procesos judiciales se prioriza como fuentes a los presuntos asesinos, dando
espacio a las más variadas estrategias de exculpación, apelando a elementos emocionales de la narrativa
romántica que puede dar lugar al compadecimiento moral y social del presunto homicida y, por otra parte, a la
estigmatización de la víctima con frases como “se vestía o bailaba muy provocativamente”, lo que implica
deslizarse hacia la culpabilidad de la víctima que se convierte en “merecedora de la agresión”.
El discurso social, la cultura y la comunicación son terreno de negociaciones, conflictos y acuerdos del orden
del sentido. En este contexto, la comunicación aparece como vehículo para la transformación social y el
género, no sólo como una categoría de análisis, sino también como una dimensión que está encarnada en los
cuerpos y las subjetividades y que es necesario indagar para comprender las posibilidades de acción de los/las
individuos/as en un contexto socio-cultural.
Creemos que promover prácticas que incluyan una perspectiva crítica de género contribuye a subvertir
prejuicios, estereotipos e, inclusive, estigmas sociales que aún hoy se reproducen en relación a las mujeres, su
situación de desigualdad histórica y las manifestaciones violentas de las que son objeto. Este es el desafío a
asumir para aportar a una comunicación en la que la perspectiva de género sea una variable transversal y
verdaderamente contribuya a la transformación social.
68
ACTAS DE LAS PRIMERAS JORNADAS INTERNACIONALES SOCIEDAD, ESTADO Y UNIVERSIDAD
Volúmen 15: Violencia doméstica y de género
BIBLIOGRAFÍA:
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- Lagarde, Marcela, Violencia feminicida en 10 entidades de la República Mexicana. Comisión Especial para
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69
ACTAS DE LAS PRIMERAS JORNADAS INTERNACIONALES SOCIEDAD, ESTADO Y UNIVERSIDAD
Volúmen 15: Violencia doméstica y de género
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-Segato, Rita (2003). “La argamasa jerárquica: violencia moral, reproducción del mundo y la eficacia simbólica
del derecho”, en Las estructuras elementales de la violencia. Ensayos sobre género entre la antropología, el
psicoanálisis y los derechos humanos, Buenos Aires, Prometeo-UNQ.
70
ACTAS DE LAS PRIMERAS JORNADAS INTERNACIONALES SOCIEDAD, ESTADO Y UNIVERSIDAD
Volúmen 15: Violencia doméstica y de género
Violência sexual infanto-juvenil feminina: Contornos da impunidade.
Sobral, Rita de Cássia Cronemberger.- Universidade Federal do Piauí - Brasil
Palavras-chave: Violência Sexual infanto-juvenil; Impunidade; Violência de gênero
INTRODUÇÃO
Este estudo propõe uma investigação sobre a situação de meninas e adolescentes em Teresina, capital do
Piauí, vítimas de violência sexual. O interesse pela pesquisa surgiu por constatarmos a necessidade de produzir
conhecimentos nessa temática, compatíveis com a realidade atual, sobretudo com a implantação no Brasil do
Plano Nacional de Enfrentamento da violência sexual infanto-juvenil, aprovado no ano 2000.
Sobre a produção de conhecimento nesse campo, no Brasil na década de 1980 começaram a ser publicados os
primeiros estudos sobre a violência de pais contra filhos. As pioneiras são as pesquisadoras Viviane Guerra e
Maria Amélia Azevedo Guerra. Essas autoras além de procurarem explicar o fenômeno criaram um programa
de atendimento às vítimas e seus familiares. Também na Universidade de São Paulo, criaram o Laboratório de
Estudos da Criança – LACRI. Muitos outros estudos surgiram impulsionados por essa iniciativa das
pesquisadoras referi De acordo com Azevedo e Guerra (2000), mesmo a violência contra crianças e
adolescentes sendo uma problemática antiga na humanidade, a efetiva preocupação com seus direitos é
recente, surgindo interesse sobre o tema somente a partir do sec. XX.
No Brasil, de acordo com Giordani (2006), as discussões sobre a violência infanto-juvenil iniciaram em de 1986,
na região nordeste, por um trabalho do movimento organizado de mulheres em parceria com a ONG. Os
estudos sobre o tema indicam que a violência sexual infanto-juvenil se dá tanto em âmbito doméstico quanto
fora dele e atinge todas as classes sociais, embora a visibilidade maior apareça nas classes populares.
No, Piauí, em especial na sua capital, Teresina, o que temos são algumas pesquisas que foram realizadas pelo
Núcleo de Estudos Sobre a criança e o jovem – NUPEC/UFPI. Duas delas foram publicadas no ano de 1995, pelo
NUPEC/UFPI e o CBIA. A primeira teve como finalidade ”construir um diagnóstico *...+ da prostituição infantojuvenil feminina na cidade de Teresina (PI) e [...] Timon (MA) e um perfil das meninas/adolescentes
envolvidas”, leva o título de “Mulher Menina: um estudo da exploração sexual feminina infanto-juvenil em
Teresina. A segunda, cujo título é: Exploração Sexual de Meninas-Adolescentes: visibilidade do Problema no
Estado do Piauí, financiada pelo CBIA.
O resultado dessa pesquisa teve o grande mérito, entre outros, de visibilizar a violência sexual em Teresina,
sobretudo a exploração sexual infanto-juvenil que se dava nas rodovias nacionais. Posteriormente,
impulsionou a criação da Casa de Zabelê, especialista em atendimento de vítimas de violência sexual de
crianças e adolescentes do sexo feminino.
Posteriormente, no ano de 2004 a 2005, o NUPEC/UFPI, a pedido do Conselho Tutelar de Teresina, realizou
uma pesquisa sobre o Abuso e exploração de crianças e adolescentes em Teresina. Esta pesquisa resultou num
estudo que tipificava as denúncias de violência em Teresina. Esse trabalho revelou problemas em relação á
tipificação da violência, considerando a forma como os registros eram feitos, além de outros, que deixavam as
informações e estatísticas confusas. No entanto, também contribuiu com a visibilidade do fenômeno na capital
do Piauí.
Há, portanto, uma lacuna no que se refere ao enfrentamento da violência e/ou atendimento prestado ao
segmento infanto-juvenil feminino, além de ser ainda uma questão que merece mais aprofundamentos (assim
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ACTAS DE LAS PRIMERAS JORNADAS INTERNACIONALES SOCIEDAD, ESTADO Y UNIVERSIDAD
Volúmen 15: Violencia doméstica y de género
como de atualização) tendo em vista as poucas pesquisas existentes sobre o fenômeno em Teresina e no
Estado.
Entretanto, a lacuna mais gritante, tanto no Brasil quanto em Teresina, diz respeito à inexistência de estudos
que discutam a impunidade do fenômeno. Assim, esta pesquisa tem como objeto de discussão a violência
sexual de meninas e adolescentes, tendo como pretensão apontar aspectos que possam oferecer uma
explicação para a impunidade que grassa sobre os agressores ou violadores de direitos dessas meninas.
Ofereço como argumentos iniciais, tendo em vista ser esse um estudo exploratório e ainda em andamento, os
seguintes: a vítima de violência ser do sexo feminino e o agressor ser do sexo masculino. Estou, portanto
destacando o gênero como determinante na impunidade dos crimes sexuais. Por outro lado, a categoria de
classe social é também importante, estou falando da condição de classe da vítima, e da condição de classe do
agressor. Destaco ainda, a condição de parentesco do agressor, quando a situação é de abuso sexual
doméstico. E, por fim, penso que a questão racial/étnica também não deve ser ignorada.
Este estudo tem como referência principal informações obtidas na Casa de Zabelê. A escolha da Casa de
Zabelê como universo de pesquisa se justifica, por essa instituição atender o segmento infanto-juvenil
feminino, em situação tanto de abuso sexual, quanto de exploração sexual, assim como, em situação de
vulnerabilidade social, desde 1986, tendo, portanto, 15 anos de prestação de serviço voltado para o
enfrentamento da violência sexual de gênero.
A pesquisa, ora apresentada, em sua totalidade, pretende se utilizar tanto dados quantitativos quanto
qualitativos, portanto, a metodologia será do tipo quali-quantitativo. De acordo com Queiroz (1992), mesmo a
pesquisa quantitativa precisa da pesquisa qualitativa, tendo em vista a necessidade de reflexão sobre os
dados, que por si só, não podem ser interpretados.
Os dados coletados serão de fonte documental. O levantamento de dados tratará de documentos, escritos ou
não, de fontes primárias recolhidos no momento em que o fato ocorre, ou depois (MARCONI; LAKATOS, 2002)
Serão consideradas os registros existentes na instituição, fichas cadastrais, prontuários, relatórios, pareceres,
sobre as crianças e adolescentes atendidas durante o período da pesquisa, que terá duração de um ano.
Também serão considerados os projetos, ações e atividades desenvolvidas pela casa com crianças e
adolescentes durante e pós- casa de Zabelê. Serão, ainda, considerados processos existentes na instituição
para conhecimento do trâmite e resolutividade das situações de violência. Naturalmente, será considerada a
documentação secundária, a bibliográfica sobre o tema. Dessa maneira, os dados serão tanto primários
quanto secundários.
No entanto, para esse momento, os dados disponíveis são de natureza qualitativa, pois não foi possível
finalizar a pesquisa quantitativa, devido ao número de informações a serem manuseadas na instituição campo
de pesquisa. Assim, trata-se de uma apresentação inicial, preliminar do que me foi possível obter na Casa de
Zabelê.
COMPREENDENDO A VIOLÊNCIA SEXUAL DE GÊNERO
A violência sexual infanto-juvenil é reconhecida atualmente como violação de direitos humanos, constitui um
fenômeno complexo com profundas raízes culturais, históricas, sociais, psíquicas, permeado por relações
assimétricas entre adultos e crianças. E, no meu modo de pensar também é permeada pelo gênero, tendo em
vista que incide majoritariamente sobre o sexo feminino. A inserção do sexo masculino, também ocorre,
embora, em menor proporção.
A Organização Mundial da Saúde - OMS usa o termo exploração sexual para designar tanto situações de abuso
sexual intra e extrafamiliar quanto à prostituição infantil. Faleiros (2000, P.9), entretanto, polariza as
terminologias utilizadas para o tratamento deste fenômeno. Para ele, o uso sexual de crianças e adolescentes
com fins comerciais, ora é denominado de abuso sexual, ora de prostituição infanto-juvenil, bem como, de
exploração sexual.
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ACTAS DE LAS PRIMERAS JORNADAS INTERNACIONALES SOCIEDAD, ESTADO Y UNIVERSIDAD
Volúmen 15: Violencia doméstica y de género
Nesse trabalho, usaremos a classificação de Vasconcelos e Fígaro-Garcia (2004). A violência sexual infantojuvenil é didaticamente subdividida em duas categorias: abuso sexual, nas modalidades intra e extrafamiliar, e
a exploração sexual comercial nas modalidades de turismo sexual, tráfico de crianças e adolescentes para fins
sexuais, prostituição infanto-juvenil e pornografia infantil. (VASCONCELOS; FÍGARO-GARCIA, 2004, p. 339).
O abuso sexual, na visão de Vasconcelos e Fígaro-Garcia (2004) em geral é intra-familiar, ocorre normalmente
com crianças até 12 anos, inclusive com bebes. Em geral são os familiares os abusadores ou pessoas próximas
das crianças tais como: pais, padrastos, avôs, tios, irmãos, nessa ordem e, normalmente, não envolve fins
comerciais diretamente.
Os estudos de Saffioti (2004), propuseram a nomenclatura intra-familiar, com base nas categorias gênero,
raça/etnia e classe social no sentido de definir a tênue diferenciação entre violência doméstica e violência
intra-familiar. A primeira pode se dá entre pessoas que não tem laços de sangue, ao passo que a violência
intra-familiar se dá entre pessoas com vínculos consangüíneos. Essa sutil diferença entre as formas de
violência contribuiu para a forma como a violência contra a mulher é definida na Lei Maria da Penha,
promulgada no ano de 2006.
A exploração sexual é mais comum com adolescentes, em geral com pessoas mais distantes, com
relacionamentos menos diretos com as crianças e tem quase sempre fins comerciais. Quando há o
envolvimento de familiares, invariavelmente são marcados pela condição de classe, isto é, são pessoas pobres
que ou fazem vistas grossas a exploração sexual de suas filhas ou agenciam suas filhas para obterem melhoras
nas condições de vida da família. O envolvimento familiar se dá em menor proporção em relação aos
desconhecidos. Neste trabalho tomaremos como recorte os dois tipos de violência sexual, tendo em vista
ambos estarem presentes em Teresina e na Casa de Zabelê.
A proposta de pesquisa, como já indicado, se insere em linha de pesquisa que considera a violência, a
sexualidade e o gênero. Do ponto de vista epistemológico se insere na epistemologia feminista, que
compreende que o androcentrismo sempre reinou na construção do conhecimento, portanto na construção
da história. Assim é que para Eischer (apud MAY, 2004, p. 35):
De uma perspectiva androcêntrica, as mulheres são vistas como objetos passivos ao
invés de sujeitos da história, como submetidas aos atos ao invés de seres atuantes; a
androcentricidade impede-nos de entender que tanto os homens como as mulheres
estão sempre submetidos aos atos assim como estão agindo, embora de maneiras
muitos diferentes. Duas formas extremas de androcentricidade são a ginopia
(invisibilidade feminina) e a misoginia (ódio das mulheres).
Nesse contexto, a problemática da violência sexual tem como perspectiva analítica o conceito de gênero
compreendido como a construção social e histórica sobre o masculino e o feminino. O gênero pressupõe
relações que interferem e organizam a sociedade, determinando formas de relacionamento entre mulheres e
mulheres, mulheres e homens, homens e homens, lugares e comportamentos a serem seguidos pelas
categorias de sexo. Nessa perspectiva, a mulher é vista e tratada, de modo geral, como objeto sexual.
(SAFFIOTI (1994), SCOTT,(1986).
Saffioti (1989) sugere que compreendamos a dimensão de gênero em sua perspectiva relacional. Badinter
(1993), Lauretis (ano) reforçam essa idéia, além de explicitar que a masculinidade e feminilidade devem ser
pensadas como categorias relativas e mutáveis. As estudiosas de gênero afirmam que o modelo de gênero
dominante na sociedade além de segmentar os lugares sociais de homens e mulheres, também segmentam as
atribuições/papéis sociais e sexuais de cada um. Nessa segmentação há uma hierarquia de poder em que os
homens são os dominadores e as mulheres as subordinadas. O modelo, dessa maneira, produz uma
desigualdade de gênero, em que as mulheres estão sempre em posições de inferioridade em relação aos
homens, inclusive do ponto de vista sexual.
O conceito de gênero é tratado, nesse estudo, juntamente com os conceitos de classe e raça, tendo em vista o
entendimento de que estes também interferem na violência sexual. Ademais autores feministas como Saffioti
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ACTAS DE LAS PRIMERAS JORNADAS INTERNACIONALES SOCIEDAD, ESTADO Y UNIVERSIDAD
Volúmen 15: Violencia doméstica y de género
(2004), Giordani (2006), entre outros, tratam o conceito de gênero aliando classe e raça. Para Saffioti essas
categorias são eixos para explicação da ordem social de dominação-exploração das mulheres.
Em relação à sexualidade, as mulheres invariavelmente são as vítimas preferenciais quando o assunto é
violência sexual e os homens são os agressores. Para Saffioti (1994), “*...+ o homem violento –e os homens são
potencialmente capazes de praticar violência - é gestado pelo ordenamento social patriarcal e nutre, por meio
de suas práticas sociais, esse tipo de relações de gênero”.
No Brasil, atualmente a violência contra crianças e adolescentes é considerada pelo Ministério da Saúde como
problema de saúde pública tamanha expressividade dos casos que chegam aos hospitais públicos. A
notificação dos casos de violência hoje é obrigatória por parte dos profissionais. O Brasil, em termos
legislativos, tem elaborado importantes documentos legais de enfrentamento à violência sexual. O Plano
Nacional de Enfrentamento à Violência Sexual contra Crianças e Adolescentes é um deles, bem como, o
próprio Estatuto da Criança e do Adolescente, tendo em vista a proteção do segmento infanto-juvenil.
Também Estados e Municípios vêm tentando trabalhar com um plano de ação nesse sentido, o Piauí é um
deles. Entretanto, há uma distância entre a legislação existente e a implementação dela, o que dificulta o
combate ao fenômeno.
A Constituição Federal, no que se refere à criança, tem por base os princípios da Declaração Universal dos
Direitos da Criança. A partir desse contexto e com a mobilização de setores da sociedade civil resultou o
Estatuto da Criança e do Adolescente - ECA, instrumento legal de proteção integral à esse segmento..
O ECA inovou ao tratar de medidas, baseadas na Política de Proteção Integral à Criança e ao Adolescente,
considerando vários aspectos. No caso de violência doméstica, em seu art. 88, o ECA normatizou a
municipalização do atendimento, assim como, a criação de conselhos municipais dos direitos da criança e do
adolescente.
A Constituição Federal de 1988, em art. 227, bem como o ECA, em seu art. 4º dispõem sobre a proteção
integral da criança e do adolescente, conferindo-lhes direitos e garantias fundamentais que devem ser
efetivamente preservados pela família, sociedade e Estado, para possam atender as demandas da sociedade,
nesse projeto de pesquisa, limitada às crianças e adolescentes vítimas de abuso sexual.
Diante da determinação legal disposta no Estatuto da Criança e do Adolescente e das diretrizes
traçadas pelo Plano Nacional de Enfrentamento ä Violência Sexual Infanto-Juvenil se estruturam as Políticas de
Atendimento a crianças e adolescentes vitimas de violência doméstica e também apontam para um projeto
civilizatório que busca a efetividade da Proteção Integral, voltado para promoção dos direitos humanos e
resgate da cidadania.
No entanto, afora o avanço na legislação brasileira para o enfrentamento à violência sexual, persiste uma
distância ou mesmo um abismo entre a legislação existente e a implementação dela, o que dificulta o combate
ao fenômeno, resultando na impunidade ao agressor ou violador de direitos.
APRESENTANDO O UNIVERSO DE PESQUISA
A pesquisa teve como universo, como já informado, a Casa de Zabelê. A referida casa foi inaugurada em 29 de
agosto de 1996. A casa é resultante de um projeto de parceria entre a Secretaria Municipal da Criança e do
Adolescente (SEMCAD) – Prefeitura Municipal de Teresina, o Banco Interamericano de Desenvolvimento (BID)
e a Ação Social Arquidiocesiana (ASA), através da Pastoral do Menor.
A Casa de Zabelê tem capacidade para atender cerca de 100 a 120 crianças e adolescentes do sexo feminino,
de 8 a 18 anos. A casa funciona em dois turnos, sendo assim, cerca de 50 ou sessenta meninas e adolescentes
por turno, no caso manhã e tarde, de forma a não trazer prejuízo à vida escolar das mesmas. Atualmente, a
casa está atendendo cerca de 70 crianças e adolescentes, nos dois turnos.
As crianças e adolescentes atendidas pela Casa são vítimas de violência doméstica, exploração e abuso sexual.
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ACTAS DE LAS PRIMERAS JORNADAS INTERNACIONALES SOCIEDAD, ESTADO Y UNIVERSIDAD
Volúmen 15: Violencia doméstica y de género
negligência, pobreza, uso de drogas. Elas chegam à Casa através do Conselho Tutelar, por outras insituições e
ainda por demanda espontânea. Ao ingressarem no atendimento da Casa, passam a receber mensalmente
uma bolsa-incentivo à escola no valor de R$ 50,00.
Nos primeiros anos da instituição, praticamente todos os casos atendidos pela Casa eram de vítimas de
violência sexual|, tanto abuso quanto exploração. 70% dos eram casos confirmados e os outros 30% com
evidências. Até o ano de 2007 a maioria das situações se configuravam como de abuso sexual doméstico, onde
os agressores eram familiares, sobretudo pai e padrasto. No entanto, a situação vem se invertendo,
aumentando o atendimento em situações de exploração sexual. Nestes há pouco envolvimento de familiares,
quando há, são no sentido de fazer vistas grossas tendo em vista o retorno financeiro revertido para a melhoria
da vida da família em termos econômicos.
Nos últimos anos, o de 2007, por exemplo, a Casa estava atendendo 135 crianças e adolescentes. Os casos de
violênia sexual somavam 53. Desses, 30 foram confirmados como de exploração sexual e 23 casos de abuso
sexual. No entanto, esses dados não refletem a realidade pois há desconfianças de outros situações de
violência sexual que não são reveladas.
A violência sexual, sabe-se que há uma grande dificuldade em precisar indicadores, tanto nacionais quanto
internacionais. De acordo com o Fundo das Nações Unidas para a Infância (UNICEF), a cada ano cerca de um
milhão de crianças em todo o mundo são vítimas de algum tipo de violência sexual. O dado é assustador,
entretanto, o que está disponível é apenas a ponta do iceberg, ou seja, são apenas projeções parciais da
realidade sobre os crimes sexuais. No Brasil, algumas instituições da sociedade civil e governamentais, como o
programa Sentinela, oferecem dados sobre esse tipo de crime, mas, são apenas aproximações da realidade.
A fim de situar essa problemática, apresento a seguir uma tabela que procura resgatar os dados no Brasil
sobre a Violência sexual doméstica denunciada. Esses, são os dados mais recentes e, como pode ser visto, são
de 2004.
Síntese de Violência Sexual Doméstica Notificada
Sexo
Ano
Masculino
Feminino
Total
Sem informação
1996
8
68
76
19
1997
7
80
87
228
1998
18
174
192
386
1999
113
536
649
0
2000
192
786
978
0
2001
350
1.373
1723
0
2002
326
1402
1728
0
2003
522
2077
2599
0
2004
589
1984
2573
0
Total
2125
8480
10605
633
Fonte: LACRI/USP/SP, 2004
Total
95
315
578
649
978
1723
1728
2599
2573
11238
Em Teresina, os dados registrados do período de 2003 e 2004, apontam o sexo feminina como preferencial nos
crimes e violência sexual. No ano de 2003, 67% das meninas foram as vítimas no ano de 2004 elas totalizaram
mais de 87% dos casos. O agressor, o pai ou o padrasto, confirmando o que diz a literatura brasileira sobre o
perfil da vítima e do agressor.
Os crimes de abuso e exploração sexual de crianças e adolescentes nutrem-se do medo das vítimas de
denunciar as agressões. E, pior, alimentam-se da omissão ou da impunidade do Estado em criminalizar e
penalizar o agressor, o que não deixa de ser uma cumplicidade em relação ao delito. A vítima, na verdade, é
quem é penalizada, pelo Estado que não a protege e pela sociedade, que preconceituosamente, responsabiliza
em algumas situações, sobretudo às adolescentes, atribuindo ao modo como estas se vestem, como se
comportam, enfim, vivem as suas vidas.
A IMPUNIDADE DA VIOLÊNCIA SEXUAL DE GÊNERO
75
ACTAS DE LAS PRIMERAS JORNADAS INTERNACIONALES SOCIEDAD, ESTADO Y UNIVERSIDAD
Volúmen 15: Violencia doméstica y de género
A Casa de Zabelê, em comprovando casos de violência sexual, abuso ou exploração, tem como uma das
funções denunciar. No entanto, até os dias de hoje, não houve um só caso, mesmo os que são denunciados
pelo Conselho Tutelar, que resultasse em punição para o agressor. Uma possível explicação para a impunidade
me parece ser a partir da perspectiva de gênero, aliada a classe e raça/etnia.
O fato do abuso e da exploração sexual ocorrer majoritariamente com o segmento infanto-juvenil feminino, já
denota que os crimes sexuais são baseado no gênero.Historicamente, as mulheres foram e ainda são tratadas
como objetos sexuais, como se tivessem nascido para servir aos desejos sexuais masculinos. Os crimes de
violência sexual cometidos contra o segmento juvenil do sexo masculino são infinitamente inferiores aos
cometidos contra as mulheres. E, ainda, assim, os agressores também são os homens adultos. O tráfico sexual
de mulheres é comum, retratados, inclusive, em inúmeros filmes, não ocrrendo o mesmo com os homens. Não
se houve falar em tráfico sexual de homens.
Assim, se as mulheres, mesmo meninas, ainda são consideradas objetos sexuais, os crimes cometidos contra
elas ainda são vistos com desconfianças, inclusive pela justiça, que não vem conseguindo interromper e
mesmo diminuir esse tipo de crime, pois não aplica a punição devida.
O agressor, como dito, é do sexo masculino, portanto, parece ser desculpável esse homem se deixar levar por
seus desejos sexuais ou mesmo ser provocado pelas mulheres a manifestar seus desejos sexuais, o que justifica
seu comportamento incontrolável do ponto de vista sexual.
No Brasil, até muito pouco tempo, os crimes sexuais cometidos contra mulheres ficavam impunes. E muitos
deles, ainda, estão impunes, apesar da promulgação da Lei Maria da Penha. É preciso mudar a mentalilade do
judiciário, de discutir o gênero, no sentido de promover a igualdade entre os sexos, acabando de vez com o
privilégio masculino. Nas leituras do judiciário a criança ou adolescente vítima de violência sexual são tratadas
como adulta, visto que são tratadas como provocadoras sexuais e o adulto, o agressor, é infantilizado, tendo
em vista que ele segue seus instintos, perde sua racionalidade e responsabilidade manipulado por uma criança.
É uma patética inversão de responsabilidades.
A classe social também é um aspecto importante nessa impunidade, tendo em vista que as meninas atendidas
por insituições públicas ou mesmo não governamentais, são meninas pobres, de famílias pobres. São famílias
carentes de tudo, de moradia, educação, emprego, enfim. São pessoas com poucas informações, devido a
baixa escolaridade que têm. Ademais, elas sabem, que a justiça para os pobres é de difícil acesso, haja visto o
cumprimento dos seus direitos serem tratados morosamente na justiça.
Com relação, a classe social do agressor, é também importante no tratameto dispensado pela justiça ao crime.
O máximo que acorre é o o agressor passar até 90 dias preso, isto é quando o agressor é de classe pobre. E,
quando o agressor é de classe social abastada, o caso é abafado pelas autoridades policiais e judiciárias.
Um famoso caso em Teresina, literalmente abafado, são de um empresário, proprietário de uma grande
Pizzaria na cidade, assim como, as casas de festas e orgias promovidas por políticos explorando adolescentes
femininas pobres. Os processos ficam engavetados, sem nenhuma punição. Até os meios de comunicação, se
calam.
Os casos de exploração sexual, majoritariamente noticiados, os exploradores são autoridades, sobretudo,
empressários e políticos. Além desses, aparecem ainda, proprietários de bar e de prostíbulos, médicos e
professores e, em geral, ficam impunes. As meninas, como dito, é que são vistas como culpadas pelo seu
destino.
Nos casos de agressores pobres, quando se trata de abuso sexual, a família parece ser importante no sentido
de não penalizar excessivamente o agressor, sobretudo o pai ou irmão, tendo em vista que ainda se trata a
família de certa forma como sagrada.
Quando os casos de exploração envolvem familiares, em geral, a classe social aparece como um aspecto a ser
considerado, pois os familiares são pobres e, o cumum, são mães, tias e padrastos envolvidos no agenciamento
da exploração sexual. O granho monetário com a exploração são revestidos para a mehoria da vida familiar.
A raça/etnia, aparece como importante, porque a maioria das crianças e adolescentes atendidas são afrodescendentes. São poucos os casos de meninas brancas atendidas em insitutições públicas ou não
governamentais. Também os agressores são afetados pela raça, sobretudo. Os casos de abuso sexual, onde os
agressores são pais, padrastos, tios, enfim, onde muitos deles são afrodescentes e pobres.
Sabe-se que a raça/etnia é um aspecto que deve ser levado em conta quando olhamos os lugares sociais
ocupados pelos afrodescendentes. Basta olharmos para os postos mais importantes ocupados no país,
ministros, governadores, prefeitos, polítos de modo geral, grandes empresários, reitores, para vermos que
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ACTAS DE LAS PRIMERAS JORNADAS INTERNACIONALES SOCIEDAD, ESTADO Y UNIVERSIDAD
Volúmen 15: Violencia doméstica y de género
quem ocupa esses espaços são os brancos.
Todas as crianças e adolescentes atendidas pela Casa são de origem pobre, o que não tem motivado o
judiciário a intervir de forma mais contundente. Não há registros de atendimento a situações em que vítimas
de violência sexual ou mesmo de outro tipo de violência são de classe social mais abastada.
Os agressores no caso do abuso sexual, por serem familiares da vítima, as situações acabam ficando sem
resolutividade, persiste ainda a idéia de que a família é que tem que resolver seus problemas. A violência
intrafamiliar normalmente está envolta em segredo, devido à relação consangüínea, e, muitas vezes presenciase a complacência dos outros membros da família.
Além disso, como muitas vezes o agressor exerce a figura de autoridade máxima na família ocorre que, muitas
vezes, os membros da família estão envolvidos, mesmo que indiretamente quando “perdoam” o agressor.
Deve haver uma reflexão a respeito da violência intrafamiliar, eis que se caracteriza por relações assimétricas
hierarquizadas, onde existe uma relação de poder e existência de submissão à vontade de outrem.
CONSIDERAÇÕES FINAIS
Para Santana-Tavira, Sánchez-Ahedo e Herrera-Basto apud Azambuja, a nível mundial, o tema ainda tem muito
que evoluir, pois até mesmo em países desenvolvidos as crianças são mal-tratadas, como nos Estados Unidos,
que só em 1991 foram notificados 2,7 milhões de casos e na Suíça, onde um terço dos pais impõem castigos
severos a seus filhos. (2004, p. 264)
Tais dados, evidentemente constatam a situação de caos social que vivemos hoje, na qual encontramos
crianças e adolescentes sendo vítimas diariamente de violência física, psicológica, sexual e negligência,
estando verdadeiramente à margem de qualquer amparo e proteção do Estado, pais e da própria sociedade,
pois os dados demonstram com precisão tal evidência. Este é o resultado da indiferença e descumprimento
das leis por esses órgãos componentes da política de atendimento a crianças e adolescentes vítimas de
violência doméstica.
Com relação à falta de amparo da sociedade para com a vítima de violência doméstica, há uma corroboração à
“síndrome do segredo” por medo de se envolver ou por acreditar que não adiantaria em nada denunciar,
mesmo sabendo não ser esta a medida mais adequada. Neste contexto, Vecina (2006, p. 58), acerta quando
dizem que torna-se urgente a quebra deste ciclo de violências, mas estas intervenções devem ser feitas por
profissionais capacitados, de diversas áreas e que objetivem ações bem ordenadas, de modo que “ é
necessário organizar e manter uma rede de ações interligadas e eficazes, voltada ao enfrentamento deste
fenômeno.
Aponto, ainda, aspectos fundamentais quando se pretende combater a violência sexual contra crianças e
adolescentes, além da punição e responsabilização do agressor, independente de classe e raça. Julgo ser
importante, tratar socialmente e culturalmente o agressor. Penso ser fundamental, a sensibilização por parte
dos profissionais que lidam com crianças e adolescentes, aplicarem a lei, ou seja, notificarem os casos de
violência atendidos, pois ajudaria tanto a visibilizar a estatística quanto a denunciar o agressor. As vítimas é
que têm o direito de serem protegidas e não o abusador de ter sua conduta atenuada.
Finalmente, enquanto persistir a desigualdade de gênero, de classe e de raça/etnia, será muito difícil a garantir
a igualdade de tratamento, de oportunidade, de lugar social para todos, como dizem os princípios de
cidadania, que propõem direitos de liberdade, direitos políticos e sociais independentes de sexo, raça, e credo
religiosos. Uma proposição para a resolução da redefinição das relações de gênero seria utilizar a escola como
meio de reeducar novos homens e novas mulheres.
BIBLIOGRAFIA
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ACTAS DE LAS PRIMERAS JORNADAS INTERNACIONALES SOCIEDAD, ESTADO Y UNIVERSIDAD
Volúmen 15: Violencia doméstica y de género
As políticas públicas contra a violência doméstica em ilhéus, bahia, brasil
SOUZA, Paula Carine Matos de.- Universidade Estadual de Santa Cruz/ Campus Soane Nazaré de Andrade
CERQUEIRA, Ariene Bomfim- Universidade Estadual de Santa Cruz/ Campus Soane Nazaré de Andrade
JESUS-JUNIOR, Guilhardes de.- Universidade Estadual de Santa Cruz/ Campus Soane Nazaré de Andrade
ROSA, Paulo Santos.- 1 Faculdade de Tecnologia e Ciências de Itabuna/ Praça José Bastos
Palavras-Chave: Políticas Públicas; Redes; Mulher
RESUMO
As políticas públicas que visam o combate à violência doméstica são de grande valia para que haja a
proteção dos direitos fundamentais inerentes à pessoa humana das mulheres em situação de violência
doméstica e familiar. Observa-se que a agressão doméstica e familiar contra a mulher ilheense é fruto
sobretudo da cultura patriarcalista disseminada desde a colonização do município. O objetivo deste trabalho
foi mostrar quais as políticas publicas que estão à disposição das mulheres vitimas de agressões familiares em
Ilhéus, Estado da Bahia, e se há prejuízo de direitos a estas quanto aos serviços que não são disponibilizados
no município. Este estudo é resultado de coleta de dados e análise dos órgãos componentes do Serviço de
Atendimento às mulheres na cidade de Ilhéus e posterior comparação dos instrumentos públicos disponíveis
às ilheenses e as políticas públicas previstas no país.
ABSTRACT
Public politics that aim the combat domestic violence are of great value to have the protection of fundamental
rights inherent to the person human being of the women in situation of domestic and familiar violence. It is
observed that the domestic and familiar aggression against the ilheense woman is the result of the
patriarchalist culture spread since the colonization of the city. The objective of this work was to show which
public politics are available to the women victims of familiar aggressions in Ilheus, State of Bahia, and if there
is loss of rights to these owing to the services that aren’t available in the city. This study is the result of data
collection and analysis of the components agencies of Attendance Service to women in the city of Ilhéus and
subsequent comparison of the available public instruments to the ilheenses and public politics in the country.
Key-Words: Public politics; interconnected service; Women
INTRODUÇÃO
A violência doméstica e familiar faz parte da conjuntura social de muitas mulheres brasileiras. Esta violência
embora tipificada como crime pelo ordenamento jurídico pátrio e coibida pelo Estado continua a ser praticada
devido a um contexto histórico que remonta a época da colonização do país pelo Estado Português e de
dominação e subjugação feminina, também herança européia.
A cidade de Ilhéus, no interior do estado da Bahia, não foge à situação acima relatada. O município
supracitado ainda guarda traços da sociedade agrária e coronelista, tais como o patriarcalismo e o
patrimonialismo, visto que mesmo com a derrocada do cacau na década de 80, que em muito prejudicou a
economia da cidade, e conseqüentemente alargou os índices de pobreza, esses traços mantiveram-se na
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ACTAS DE LAS PRIMERAS JORNADAS INTERNACIONALES SOCIEDAD, ESTADO Y UNIVERSIDAD
Volúmen 15: Violencia doméstica y de género
cultura local. Não obstante, é fácil observar que esses fatores somados tendem a contribuir para um aumento
significativo da violência doméstica e familiar contra a mulher.
A lei 11.340/06, ou Lei Maria da Penha, que entrou em vigor em 2006 configura uma vitória feminina quanto à
proteção às mulheres que sofrem violência doméstica. Esta lei, que possui o intuito de coibir e prevenir este
tipo de violência, disciplina acerca dos instrumentos a serviço das mulheres em situação de risco e os
procedimentos a serem adotados pelas redes envolvidas no atendimento a estas. Na lei Maria da Penha são
colocadas as políticas públicas que visam combater a violência doméstica e familiar contra a mulher.
As políticas públicas que visam o combate à violência doméstica são de grande valia para que haja a proteção
dos direitos fundamentais inerentes à pessoa humana das mulheres em situação de violência doméstica e
familiar. A partir da maior participação feminina na sociedade e de sua luta política, impulsionou a criação de
políticas públicas para mulheres e a violência por estas sofrida tornou-se uma conduta criminal, sendo assim
passível de punição.
OBJETIVOS E METODOLOGIA
. O objetivo deste trabalho foi mostrar quais as políticas publicas que estão à disposição das mulheres vitimas
de agressões familiares em Ilhéus, Estado da Bahia, e se há prejuízo de direitos a estas quanto aos serviços que
não são disponibilizados no município. Este estudo é resultado de coleta de dados e análise dos órgãos
componentes do Serviço de Atendimento às mulheres na cidade de Ilhéus e posterior comparação dos
instrumentos públicos disponíveis às ilheenses e as políticas públicas previstas no país.
UM CONTEXTO HISTÓRICO
Embora o tema da igualdade de gênero tenha alcançado notoriedade em período relativamente recente nas
discussões sobre Direitos Humanos, observa-se ainda a supremacia do desrespeito de gênero no convívio
social. Esta realidade é conseqüência, sobretudo, das ideologias discriminatórias inseridas historicamente nas
relações interpessoais. Foucault (1979) afirma que este é um “poder que se situa ao nível do próprio corpo
social, é não acima dele, penetrando na vida cotidiana e por isso podendo ser caracterizado como micro-poder
ou sub-poder”.
Os meios de proteção às minorias e as medidas que almejam a igualdade entre os grupos sociais foram no fim
do século passado, e continuam sendo neste século, amplamente discutidos. Dentro desta análise, encontrase a discussão quanto à população feminina, e a violência histórica por elas sofrida.
Segundo Grossi apud Cabral(2008), a violência doméstica é compreendida “como atos violentos- físicos,
sexuais, emocionais ou psicológicos- existentes em relações afetivas e conjugais, podendo ser observada ente
homens contra mulheres, mulheres contra homens, mulheres contra mulheres e homens contra homens”.
Para a Assembléia Geral das Nações unidas, em 1993 apud Cabral (2008), a violência contra a mulher é
“qualquer ato de violência de gênero que resulte, ou tenha probabilidade de resultar, em prejuízo físico,
sexual ou psicológico, ou ainda sofrimento para as mulheres, incluindo também ameaça de praticar tais atos, a
coerção e a privação da liberdade, ocorrendo tanto em público como na vida privada”. Neste diapasão, a
violência doméstica e familiar contra a mulher, como afirma a lei 11.340/06, é “qualquer ação ou omissão
baseada no gênero que lhe cause morte, lesão, sofrimento físico, sexual ou psicológico e dano moral ou
patrimonial” ocorrida em ambiente doméstico ou que agressor e o ofendido possuam laços de afetividade.
A violência doméstica é caracterizada pela rotinização, visto que esta é um fenômeno
predominantemente do ambiente privado e motivada por situações cotidianas. Há de se considerar que tal
violência é fruto da ideologia de que “o macho deve dominar a qualquer custo”, como assevera Saffioti (2011),
e ainda que “a mulher deve suportar agressões de toda sorte, porque seu ‘destino’ assim determina”.
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ACTAS DE LAS PRIMERAS JORNADAS INTERNACIONALES SOCIEDAD, ESTADO Y UNIVERSIDAD
Volúmen 15: Violencia doméstica y de género
Comportamentos masculinos no ambiente doméstico, como insultos, chantagens e a limitação de
liberdade, são socialmente considerados condutas normais nas relações familiares devido à cultura de
dominação masculina, embora sejam classificados como violência psicológica. Como ressalta Bourdieu (2007)
essa dominação tem seu fundamento em diferenças biológicas entre os sexos, sendo as características da
subjugação do sexo feminino impostas desde a infância, e permanecendo as conseqüências na idade adulta. O
discurso masculino não apenas impõe um modelo de conduta às mulheres, como ainda as atribui uma suposta
“condição natural”, e Santos e Izumino (2005) afirmam que “tais discursos masculinos não se contrapõem a
discursos “femininos”, já que são produzidos e proferidos tanto por homens quanto por mulheres”. Segundo
assevera Saffioti (2011), a ‘maquina’ do patriarcado, que possibilita a dominação masculina, não é acionada
apenas por homens, mas também por mulheres, afirmando que mesmo estas não sendo cúmplices desta
dominação, ajudam a alimentá-la através da imposição aos filhos da disciplina imposta pelo pai.
A violência doméstica e familiar tem como público alvo as mulheres e crianças segundo Saffioti apud Cunha
(2008), pois estas estão enquadradas em contexto de inferioridade em relação ao homem, imposto pela
sociedade. Assim, essa violência sofrida por grande parte da população feminina, torna-se fator relevante para
a inserção das mulheres no grupo de gênero.
A lei Maria da Penha, lei 11.340/06, que procura coibir e prevenir a violência doméstica e familiar cometida
contra mulheres, é fruto dos acordos internacionais assumidos pelo Brasil. Neste sentido, a lei é a ratificação
do acordado na Convenção sobre a Eliminação de Todas as Formas de Discriminação contra a Mulher
(Convenção CEDAW) e da Convenção Interamericana para Prevenir, Punir e Erradicar a Violência contra a
Mulher (Convenção Belém do Pará), dentre outros instrumentos internacionais de proteção aos direitos
humanos.
Como bem é salientado na Norma técnica de padronização das delegacias especializadas de atendimento às
mulheres – deams(2010), elaborada em conjunto pela Secretaria Especial de Políticas para as Mulheres (SPM),
a Secretaria Nacional de Segurança Pública (Senasp) do Ministério da Justiça, as Secretarias de Segurança
Pública e as Polícias Civis das Unidades Federadas, “a Lei Maria da Penha é, portanto, um marco na proteção
dos direitos humanos das mulheres porque reconheceu a violência contra as mulheres como uma violação de
direitos humanos, estabeleceu medidas para sua proteção, assistência e punição e possibilidade de
reeducação dos agressores”. Nesta lei é proposta uma rede de Atendimento às mulheres vítimas de violência,
principalmente através de políticas públicas.
COIBIÇÃO (IN)EFICIENTE, PREVENÇÃO (IN)EFICAZ E REPARAÇÃO (IN)PRATICAVEL: AS POLÍTICAS PÚBLICAS NA
TEORIA E NA PRÁTICA
As políticas públicas previstas no Brasil para o oferecimento de serviços de atendimento às mulheres vítimas
de violência são: Delegacias Especializadas de Atendimento à Mulher (DEAMs), Centros de Referência ou de
Atendimento, Defensorias Públicas da Mulher, Casas Abrigo e Serviços de Saúde, segundo Cabral (2008).
As medidas de coibição, prevenção e reparação estão previstas na lei 11.340/06. As políticas públicas que
visam à coibição da violência doméstica são as Delegacias Especializadas de Atendimento as mulheres e as
Defensorias da Mulher.
O município de Ilhéus, no sul da Bahia, possui uma DEAM, sendo que esta fez um total de 3.030 atendimentos
em 2009 e 3.591 em 2010, segundo dados da DEAM, o que mostra a grande importância deste órgão no
combate a violência na cidade. De acordo com a NORMA TÉCNICA DE PADRONIZAÇÃO DAS DELEGACIAS
ESPECIALIZADAS DE ATENDIMENTO ÀS MULHERES – DEAMS (2010):
os crimes contra as mulheres, sobretudo no campo da violência doméstica e intra-familiar, por suas
características de habitualidade, relação de conjugalidade e hierarquia de gênero, diferem, estruturalmente
dos crimes comuns. Por isso, os e as profissionais que atuam nas DEAMs devem receber uma qualificação para
o entendimento dessa violência, além da qualificação geral para a investigação criminal. (p.8)
81
ACTAS DE LAS PRIMERAS JORNADAS INTERNACIONALES SOCIEDAD, ESTADO Y UNIVERSIDAD
Volúmen 15: Violencia doméstica y de género
Entretanto esta não é a realidade encontrada nas DEAMs, o que em muito contribui para a excessiva
desistência das vítimas no processo contra seu agressor. É o que pode ser facilmente notado nos registros da
DEAM-Ilhéus. O número de ocorrências registrado na DEAM-Ilhéus embora não correspondam a realidade de
violência contra a mulher no município, encontra-se em grande disparidade com o número de inquéritos
instaurados no mesmo período (2009-2010), devido a dependência histórica da mulher ao seu agressor, como
mostra o gráfico 1.
Gráfico 1 – Número de Ocorrências e Inquéritos instaurados na DEAM/Ilhéus (2009/2010)
2010
Ocorências
Inquéritos Instaurados
2009
0
500
1000
1500
2000
2500
Fonte: Trabalho de campo – DEAM/ILHÉUS
As mulheres que registram ocorrência na delegacia fazem isso segundo Azevedo (2009) porque acreditam que
a denúncia lhes garante maior proteção. Entretanto, fundamentando-se em Cunha (2008), afirma-se que
muitas dessas mulheres não se desvinculam de seus cônjuges devido à dependência não apenas econômica,
mas sobretudo a dependência emocional.
Embora inexista uma Defensoria Publica da Mulher em Ilhéus, a Defensoria Publica Estadual existente atende
preferencialmente as mulheres vítimas de violência, crianças e adolescentes, entretanto devido à grande
demanda não é possível atender a todas as mulheres interessadas. Assim, observa-se que a rede de coibição
da violência doméstica é frágil e, portanto ineficiente na prática, uma vez que não há o estímulo necessário a
denúncia e amplo acesso a justiça como teoricamente deveria existir.
Quanto à prevenção, são previstas medidas como atividades educativas e inserção de matérias de respeito de
gênero e etnia nos currículos escolares. Entretanto poucas são as atividades educativas com o intuito de
informar a população tanto feminina quanto masculina a respeito das políticas de gênero, a proteção às
mulheres e a lei. A atividade repressiva, por outro víeis, também é caracterizada como uma forma de
prevenção, visto que tende a evitar a conduta ilícita do agressor, que por medo da coibição muitas vezes não
pratica o delito. Assim, há duas formas de prevenir a violência doméstica, sendo a primeira mais eficaz do que
a segunda. Entretanto tendo-se em vista que as atividades educativas pouco são executadas, e que a realidade
de repressão do Estado ao agressor da mulher não é vista como ‘certa’ devido a problemas estruturais e
sociais (leia-se aqui culturais), percebe-se uma relativa ineficácia da tentativa de prevenção à violência
doméstica contra a mulher.
Tendo em vista que a agressão sofrida pela mulher, tanto as chamadas violências perceptíveis (física e sexual)
quanto as imperceptíveis (moral e psicológica e patrimonial) trazem danos ora reparáveis, ora irreparáveis à
vítima. Devido a estas conseqüências fazem-se necessárias as medidas de reparação através de políticas
públicas de assistência como as Casas Abrigo e os Centros de Referência. A cidade não possui um Centro de
Referência nem uma Casa Abrigo, o que impossibilita um ativo combate à violência no município, visto que às
82
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mulheres que denunciam seus agressores não é dada a necessária proteção e tratamentos. Assim, pode-se
dizer que a rede de reparação dos danos causados pela violência doméstica é deveras deficiente uma vez que
se configura basicamente pelo oferecimento de audiências terapêuticas (um total de 125 em 2009 e 87 em
2010) na DEAM. Quanto aos atendimentos sociais, observa-se que embora tenham ocorrido 9 atendimentos
em 2009 e nenhum em 2010, em 2011 no primeiro trimestre já haviam ocorrido 2 atendimentos do tipo,
realizados pela DEAM local.
Os serviços de saúde pelo seu caráter de auxiliador possuem função de coibir, prevenir e reparar. Sua função
de coibição dá-se basicamente pelo fato da obrigatoriedade de notificação pelos agentes da saúde de casos de
violência doméstica. Entretanto a participação da área de saúde é pouco significativa, visto que foram feitas 23
notificações de violência doméstica em 2010 e 10 no primeiro semestre de 2011, segundo dados da Vigilância
Epidemiológica do Município. A função de prevenção consiste na possibilidade de auxílio na coibição, como
acima explicitado. Quanto ao desempenho na reparação é observado na assistência de saúde disponibilizada
às vítimas de violência que muitas vezes precisam ser encaminhadas a hospitais e postos de saúde para
atendimentos médicos.
Embora haja obrigatoriedade de notificação aos órgãos do Judiciário quando há constatação de violência
doméstica, e a ficha de notificação seja deveras especificada, observou-se que há uma participação pouco
significativa da área de saúde no combate à violência doméstica na cidade, o que contribui para o atual
contexto de relativa ineficiência na integração operacional entre as redes que prestam atendimento às vitimas
de violência.
CONCLUSÃO
As mulheres conquistaram muitos benefícios dentro e fora do universo jurídico. Um exemplo da proteção
jurídica à população feminina é a proteção fornecida pela lei 11.340, lei Maria da Penha, que visa coibir e
prevenir a violência doméstica e familiar contra a mulher. A referida lei conceitua as formas de violência como
física, sexual, psicológica, patrimonial e moral.
As políticas públicas são deveras importantes no combate a violência doméstica através da coibição,
prevenção e reparação. Entretanto quando observado o contexto da cidade Ilhéus, município do estado da
Bahia, percebe-se que a chamada rede de atendimento às vítimas de violência doméstica encontra-se em
muito fragilizada e, portanto incapaz de grandes resultados, o que possibilita a permanência desta situação
histórica. É possível perceber esta realidade através da comparação entre a quantidade de violências
registradas nos anos analisados, 2009 e 2010, e a quantidade de inquéritos instaurados no mesmo período,
que revela uma diferença muito grande, fruto da subjugação feminina, herança do sistema patriarcal.
Destarte, tendo em vista que o município de Ilhéus não possui uma rede mínima de atendimento às mulheres
em situação de violência, observa-se que muitas ilheenses são privadas de direitos fundamentais presentes no
art. 3º da lei 11.340/06 (Lei Maria da Penha), como a vida, dignidade, liberdade e respeito.
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ACTAS DE LAS PRIMERAS JORNADAS INTERNACIONALES SOCIEDAD, ESTADO Y UNIVERSIDAD
Volúmen 15: Violencia doméstica y de género
Trayectorias de vida por el derecho a tener derechos. Entre violencias, resistencias y prácticas con
sentido emancipatorio.
Spasiuk Gisela Elizabeth.- Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales. Centro Flora Tristan. UNaM. Misiones.
Cabrera Zulma Fabiana.-. Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales. Centro Flora Tristan. UNaM. Misiones
Introducción:
Este documento surge del trabajo de investigación1 (aún en curso) realizado desde la Facultad de
Humanidades y Ciencias Sociales. Departamento de Trabajo Social y Secretaria de Investigación y Postgrado.
Universidad Nacional de Misiones. Proyecto inscripto en el Régimen de Incentivos a la Docencia e
Investigación. El escenario de indagación es el PROGRAMA PROGEN (Por el Género) 2, desarrollado durante el
año 2010-2011 en la Provincia de Misiones; particularmente en la ciudad de Posadas, en los barrios Santa
Cecilia y San Jorge. Por eso, este tema de la Violencia hacia las mujeres no pasa de moda sigue tanto o más
vigente que nunca con nuevas y más crudas manifestaciones. Es una epidemia del capitalismo y de este siglo.
Al decir de Virginia Vargas “es un escándalo ético y democrático”.
Porque creemos que es nuestro compromiso primero como mujeres, como parejas, como madres, como
profesionales, y como intelectuales “dar la palabra”, mostrar, develar, revelar y continuar aportando
militantemente a la desnaturalización del orden de opresión de género (s)3 y desde allí a la democratización
social; tal como lo hicieron tantas mujeres, muchas de las cuales dejaron sus vidas en esta lucha. A Mary
WoltonfCraf, a Olimpia de Gouges4, a Flora Tristan5, a Simon de Beauvoir6, a Eva Perón7, a Juana Azurduy8, a
las
Elenas, las Marías, las Ester, las Silvias, las, las, las tantas que fueron y que somos, muchas sin reconocimiento
de la historia, muchas invisibles pero siempre presentes resistiendo y soñando un mundo mejor.
Por eso, esta historia que aquí se presenta, referencia las condiciones de vida de una mujer pero
representana tantas mujeres reales, de carne y hueso y su experiencia personal de exclusión y dominación.
Historia (s) que tienen como epicentro la violencia vivida: sufrida y resistida.
Las compañeras que testimonian para la investigación 9 cuentan, nos cuentan y se muestran para movilizar
nuestros pensamientos y sentimientos en un intento por facilitar la reflexión sobre lo mucho que nos falta
para vivir y consolidar ese otro mundo posible; un mundo humanizado, respetuoso de las diferencias.
1
“Mujeres, Violencia doméstica y Protección de derechos”. Un estudio sobre la accesibilidad a los servicios
de atención en la Provincia de Misiones.
2
Para referencias del Programa ver próximo título del presente.
Género como categoría conceptual que lee el orden social que evidencia el uso/abuso del poder en las relaciones sociales
establecidas sobre el sexo o las identidades sexuales. Desde allí se pueden evidenciar las principales consecuencias que el sistema
sexista y patriarcal tiene especialmente sobre las mujeres.
4
1789. Revolucionaria francesa. Precursora del feminismo, defensora de derechos. Adversaria de Robespierre. Guillotinada por
proclamar la declaración de los derechos de la mujer. Esto sucedió en pleno proceso de la Revolución Francesa donde se estaban
proclamando los principios de igualdad, libertad, fraternidad. Otra paradoja más que explica la construcción androcéntrica de los
derechos en el mundo.
5
Su pensamiento se ubica en la ilustración. Asume como idea central que todo proyecto
6
Novelista y filósofa francesa. Inscripta en el existencialismo. Su obra “El segundo sexo” fue central para el feminismo, entr e otras. Sus
obras muestran una visión fuertemente reveladora de la vida de su tiempo. Critica apasionada de la marginación y el ocultamiento.
7
En nuestro país la figura de Eva Duarte de Perón es clave en la historia política y de lucha de género.
8
Coronela. Patriota que acompaño activamente las luchas por la emancipación del Rio de la Plata.
9
Las lecturas volcadas dan cuenta de varios casos analizados. A los fines del texto y de su extensión solo se vuelcan los testimonios de
una historia de vida.
3
85
ACTAS DE LAS PRIMERAS JORNADAS INTERNACIONALES SOCIEDAD, ESTADO Y UNIVERSIDAD
Volúmen 15: Violencia doméstica y de género
Este contar debe remarcarse como todo un acto político que merece reivindicarse y acompañarse. Nuestro
reconocimiento a todas ellas.
En este marco el propósito general del estudio y la significación del mismo en el corto y mediano plazo, se
inscribe en los nuevos pactos de refundación social (en estructuración) y en la preocupación de la agenda
pública y de las políticas estatales que comenzaron (con fuerte énfasis) en las últimas dos décadas a priorizar la
protección de los derechos de las mujeres y las condiciones de equidad y democratización social. Se encuadra
en el marco de las funciones del Estado en estos temas y dentro de las nuevas legislaciones, en tanto las
mismas son instrumentos claves de las políticas.
Constituimos en la producción de documentos como este, un punto de partida en el que también se recupera
la producción colectiva de conocimientos, particularmente en este caso generada en la experiencia PROGEN,
con un enfoque que intenta promover una reflexión crítica, provocativa y proponedora. Creemos y apostamos
al compromiso de la Universidad Pública de textualizar las realidades contemporáneas. En este caso la
violencia hacia las mujeres, a nivel local, desde las voces de las propias protagonistas. No queremos ser meras
traductoras de lo que sucede sino productoras de modos diferentes de pensar y hacer, adhiriendo a varios de
los principios planteados por Boaventura de Souza Santos.
Algunas Claves conceptuales que orientan la mirada
Entendemos que la Violencia de género 10 no es un simple problema social. Es expresión de las desigualdades
de poder, particularmente aquellas que se anclan en las diferencias por sexo (el sistema patriarcal). Las
mujeres son inferiorizadas, confinadas a los ámbitos doméstico/privado, negadas y/o restringidas en sus
derechos. A los varones se les atribuye virtudes superiores y se los habilita en el ámbito público, protegiendo
sus acciones. Las diferencias biológicas entre los sexos no son buenas ni malas en sí mismas, son diferencias y
no implicanper se desigualdad. El orden socio cultural las transformo en desigualdades naturalizando un orden
jerárquico que claramente se efectivizo en el orden jurídico legal y en los modos de las protecciones (no
protecciones) estatales ancladas en estos modos de comprensión. El gran perjuicio ha sido para las mujeres.
El gran aporte emancipatoriode los movimientos feministas fue desnaturalizar, poner en cuestión este modo
de violar los derechos humanos. Lo personal también es político decía Simone de Beavoir. Este pensamiento
feminista sentó nuevos argumentos sobre el orden socio-cultural y sus implicancias en la vida de las mujeres
en particular. Su fuerza residió justamente en haber logrado invertir los modos de conocimiento hasta
entonces dominantes; habilitando contundentes procesos de transformación social para ellas, las familias y
las sociedades. Actualmente, entrado este siglo XXI, nuestra experiencia como mujeres (experiencia personal y
colectiva) no es la misma que hace varias décadas, podemos aseverar que somos mujeres con más derechos
formalmente reconocidos en las legislaciones y con mayores niveles de participación. Pero la gran deuda sigue
estando en las posibilidades reales y concretas de que se efectivice ese cuerpo de protecciones, o sea en el
dilema del derecho a tener derechos.
Tal como se consigna en la Guía de capacitación en Derechos Humanos de las mujeres. Tejiendo el cambio del
Instituto Interamericano de Derechos Humanos: “La violencia hacia las mujeres, en sus distintas formas y,
especialmente, la gran cantidad de femicidios (aun no reconocidos en los sentidos sociales como tales) que
ocurren en varios países latinoamericanos11, son indicadores inequívocos de que ni los derechos humanos de
las mujeres consignados en las legislaciones nacionales e internacionales, ni los mecanismos que intentan
resguardar su vigencia, son suficientes para garantizar el ejercicio pleno de todos nuestros derechos. Nuestro
derecho básico a la vida se ve cada día más amenazado” 12.
Es alarmante, como se mencionó, la persistencia de la violencia como sentido inscripto en las relaciones
interpersonales. La dimensión histórica es constitutiva de todo proceso. En esta línea, la comprensión de las
10
Hablamos de violencia de género, aunque usualmente se designen casi como sinónimos con violencia hacia la mujer, violencia
familiar. Entendemos que la noción de violencia de género es integral y permite ir ubicando la cuestión no sobre un sujeto sino en el
marco de relaciones que generan tipos diversos de violencias. Además, hoy la noción de género debiera llevar una s al final: géneros,
en tanto debemos ir incorporando lo que sucede con otras identidades sexuales por fuera de la dicotomía naturalizada - legitimada:
mujer- varón. Se incorporan hoy los sujetos conocidos como gays, lesbianas, transexuales.
11
Agregado nuestro a la cita: lo consignado entre paréntesis. Como ejemplo de femicidios de larga data en Latinoamerica se pued e
mencionar el caso de las maquiladoras mexicanas por ejemplo y sus padecimientos que llegan hasta sus muertes.
12
Agregado nuestro a la cita: Y vaya paradoja la violencia extrema sobre las principales dadoras de vida.
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ACTAS DE LAS PRIMERAS JORNADAS INTERNACIONALES SOCIEDAD, ESTADO Y UNIVERSIDAD
Volúmen 15: Violencia doméstica y de género
prácticas violentas deben considerar los antecedentes históricos que las han convalidado, reforzado y
perpetuado. Es en este enclave de inteligibilidad que se ubican también las posibilidades de ser desterradas.
La violencia familiar en este marco es parte de una historia de relaciones de dominación. El mecanismo que
justifica la utilización de la violenciaes la ideología de la superioridad masculina y su contracara la obediencia
femenina. Estas desigualdades de género resisten desde hace miles de años, se sostienen y reproducen por la
firmeza con la que se ha instalado la estructura de desequilibrio de poder. Donde la propia violencia es una
estrategia para su perpetuación. La invisibilización de esta estrategia, las desigualdades aceptadas hacen que
la violencia se niegue, cueste ser reconocida como tal por las víctimas, por los victimarios y por el resto de la
sociedad, La naturalización de las prácticas de dominación y violencia coinciden con la aceptación de
lasestructuras de poder establecidas, que son acatadas como el orden natural e inmodificable.Opera de esta
manera el control social y estatal en los espacios de la vida cotidiana y en las relaciones entre los sujetos. La
mujer es persistentemente un objeto devaluado y un sujeto por lo tanto violentado, violado.
Por eso las consecuencias de las asimetrías socialmente instaladas se transforman en situaciones padecidas,
visibles (si aprendemos a desaprender los modos de mirar el mundo desde un lugar contrahegemónico) y
vivibles en los intersticios de la vida cotidiana, en tanto, es a través de estos procesos de legitimación social
donde se definen las posibilidades y los límites para la producción y reproducción social, afectando la
integridad y la salud de las mujeres y varones de modo diferente. Esto explica que la mayoría de las víctimas
de violencia sean mujeres.
En el marco de la violencia como problema social y de salud pública en general y en particular en Misiones se
pueden identificar la existencia de diversas tipologías . Por un lado aquella que surge en el ámbito intra
familiar y que en nuestros contextos es la de mayor impacto en la comunidad tanto en términos cuantitativos
como cualitativos. Involucra, genera riesgos de vida a nivel individual, del grupo familiar y social.
Jurídicamente se entiende por violencia familiar, toda acción u omisión ejercida por un integrante del grupo
familiar contra otro que produce un daño no accidental en el aspecto físico, psíquico, sexual o patrimonial. Es
decir puede ser ejercida del varón a la mujer, de la mujer al varón, de los adultos a los niños o jóvenes, entre
hermanos, hacia los ancianos.
Marco institucional - Historia de PROGEN
Proyecto financiado por la Unión Europea y cofinanciado por la Región Toscana y municipio de Posadas. Es
llevado a cabo por las organizaciones no gubernamentales: COSPE, Jardín de los Niños y el Instituto Social y
Político de la Mujer. En colaboración con el Departamento de Trabajo Social de la UNAM, el INADI y la
Subsecretaría de la Mujer y la Familia del Ministerio de Desarrollo Social de la Provincia de Misiones.
-Cospe es una asociación privada sin fines de lucro. Desde su fundación en 1983 opera en el sur del mundo, en
Italia y en Europa por el diálogo intercultural, el desarrollo equitativo y sostenible, los derechos humanos, la
paz y la justicia entre los pueblos. Hoy Cospe está sumido en la realización de más de 190 proyectos en
alrededor de 33 países del mundo.
-La Asociación Jardín de los Niños presta sus servicios desde 1987 como institución sin fines de lucro, llevando
a cabo acciones solidarias en los barrios de Posadas y del interior de la Provincia de Misiones. Tiene como
objetivo elevar las condiciones de vida de familias radicadas en sectores marginales, canalizando la ayuda a
través de proyectos asistenciales y de promoción humanitaria en lo educativo-laboral, en un marco de intensa
búsqueda de la participación comunitaria y de la práctica de los principios.
-El ISPM es una organización no gubernamental, multidisciplinaria y pluralista que trabaja desde 1986 por la
defensa y promoción de los derechos humanos de las mujeres. El propósito de la institución es contribuir a
hacer más efectivas las acciones que posibiliten cambios en la condición de desigualdad de la mujer,
modificando los comportamientos de la población en su conjunto contribuyendo a la equidad de género.
Objetivo del Programa
Constituir una instancia de planificación de estrategias y acciones por la promoción de la equidad de género y
la prevención de la violencia contra las mujeres.
Para ello, se propone apoyar intervenciones concretas que promuevan los derechos de las mujeres, mejoren
las estrategias de prevención y den respuestas eficaces a través del desarrollo de acciones innovadoras. Como
ejes de trabajo tiene: una Mesa de Coordinación Interinstitucionaldirigido a crear una mayor coordinación
estratégica en la lucha y prevención de la violencia de género, entre las Autoridades Locales y las
Organizaciones de la sociedad civil. La Mesa facilita la construcción de un espacio de diálogo, planificación y
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ACTAS DE LAS PRIMERAS JORNADAS INTERNACIONALES SOCIEDAD, ESTADO Y UNIVERSIDAD
Volúmen 15: Violencia doméstica y de género
ejecución de un plan interinstitucional contemplando las particularidades, posibilidades y recursos a nivel local
que permitan atender las situaciones de violencia. Involucra acciones de promoción, asistencia y prevención. El
Acompañamiento y atención de casos a través de un equipo Multidisciplinario, supervisado por referentes de
la Universidad del Centro Flora Tristan. Trabajo de comunicación social y Producción de materiales escritos
que recuperen el tema y la experiencia. Su circulación contribuye a la reflexión colectiva y a la sensibilización
sobre la temática en el ámbito local; además de constituir una fuente de consulta para quienes trabajan el
tema. La Formación de Promotoras comunitarias en prevención de violencia.
La Provincia de Misiones como contexto marco
Se ubica en el noreste argentino. Es parte de la llamada región mesopotámica. Posee una superficie de cerca
de 30,000 km cuadrados de superficie; y está rodeada de ríos (Paraná, Iguazú, Uruguay, San Antonio y Pepirí
Guazú). Está conformada por 17 departamentos y 75 municipios, de primera, segunda y tercera categoría. Fue
hacia 1953, bajo gobierno del Presidente Perón y aprobado por Ley 14294, Misiones vuelve a constituirse
como provincia del territorio nacional, recuperando los atributos de autonomía e identidad propia.
En este territorio, subtropical, una de las mayores riquezas lo constituye sus recursos naturales y su belleza
paisajística; en la cual confluye el verde de las selvas, el rojo de su tierra. En una topografía peculiar que oscila
entre mesetas, cursos de agua de diverso caudal y la tierra laterítica. A estos componentes naturales se suman
la intervención de grupos étnicos, que al aborigen preexistente, desde el Siglo diecisiete dejan su impronta en
el devenir del paisaje misionero y en sus modos culturales. Inmigrantes en su mayoría de origen europeo; pero
también de los países limítrofes. La provincia se conforma en un proceso que involucro a propios y ajenos. Si
bien Misiones fue poblada en un principio por grupos de aborígenes y posteriormente en su sector suroeste,
por la acción de los jesuitas, poco o nada de este periodo ha tenido influencia en el ulterior desarrollo del
proceso de ocupación. El proceso de poblamiento de Misiones es uno de los más interesantes de la Argentina,
dada las características muy particulares que le proporciona la celeridad y complejidad con que se viene
produciendo. El inicio de la ocupación se da en la última parte del siglo XIX, cuando la inminente
provincialización de Misiones atrae sobre ellas las miradas, tanto del gobierno federal, como de la provincia de
Ctes., de la cual hasta el momento formaba parte. Así pueden identificarse tres grandes corrientes migratorias,
hacia 1890 se produce el primer frente de ocupación de dos pequeñas áreas, una rodeando Apóstoles y otra a
partir de Posadas, sobre el Alto Paraná hasta Corpus. Población formada por criollos, paraguayos y brasileños,
cuyas actividades económicas (chacra) eran básicamente de subsistencia. En el proceso de colonización de
1897 en delante familias ucranianas y polacas llegan Posadas y son trasladadas a Apóstoles. Seguidamente
(1915) grupos de alemanes, procedentes algunos del Brasil y otros de Europa, forman colonias privadas sobre
el Alto Paraná. Así nacen Eldorado, Montecarlo y Puerto Rico. En 1940 la línea de ocupación se va alargando
sobre el Alto Paraná (alemanes, japoneses, ingleses, suizos y polacos) penetra en la provincia hasta Dos de
Mayo (brasileros y alemanes brasileros). Estas herencias identitarias y la mixtura generada inciden en las
conformaciones familiares y en los modos particulares que las mismas adquieren.
Según datos provisorios del Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas, año 2010; la población
estimada en Misiones es de 1.097.829 habitantes, donde el 49,9% corresponde a hombres y el 50,1%
corresponde a mujeres.
Las denuncias por situaciones de violencia familiar han aumentado; particularmente aquellas que refieren a
situaciones de violencia física, psíquica y en las relaciones de pareja o sobre los hijos. La mayoría tiene como
víctimas a mujeres, niñas y niños, además de otras identidades sexuales. Este aumento en las denuncias puede
ser leído o considerado como un indicador respecto del fortalecimiento en el reconocimiento de los derechos
(desde las victimas); y también desde otros sectores. No obstante aceptemos este indicador, las dificultades
comienzan justamente a partir de este momento; las instituciones no pueden responder en tiempo y forma e
incluso se generan lo que se denomina proceso de revictimización. De todos modos el camino está abierto y
todos somos responsables de continuarlo y sobre todo de mejorarlo. En este tema y a nivel social, aún existe
desinformación generalizada. Y si bien las denuncias han aumentado, aún es muy difícil para la víctima
acercarse a denunciar y sentirse confiada para hacerlo (por esto los datos muestran que recurren más a las
comisarías de la mujer o a la 102), ya que la creencia social se mantiene en las representaciones sociales y
argumenta que este tipo de situaciones se suscitan “solo” en determinados sectores de esta sociedad. No
obstante, se trata de una creencia y errónea ya que las estadísticas así lo corroboran. Es necesario contar con
mayores recursos humanos en cantidad y calidad distribuidos en la provincia.
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ACTAS DE LAS PRIMERAS JORNADAS INTERNACIONALES SOCIEDAD, ESTADO Y UNIVERSIDAD
Volúmen 15: Violencia doméstica y de género
En general las víctimas son quienes se constituyen en denunciantes. En menor número otros referentes
familiares, vecinos u amigos. Aunque la ley de prevención y atención de violencia provincial habilita a que las
denuncias las realice un tercero. También habilita a que la línea 102 tome denuncias, además de las comisarías
de la mujer y otras comisarías.
Particularmente y según los registros de la línea 102 y de las comisarias, en nuestra provincia en el 2008
existieron alrededor de 2600 denuncias, en 2009 ascendieron a 4300 y en 2010 a 6100. Pensemos que detrás
de cada caso de denuncia podemos tener un potencial cuadro de femicidios a futuro; los datos indican que
tras los casos de femicidios existentes las víctimas tenían una o varias denuncias previas contra el asesino.
Quiénes hablan y de qué hablan?
Las protagonistas son mujeres de diversas edades; todas las promotoras en prevención de violencia formadas
en la instancia de PROGEN. Se toma una historia de vida en este texto. Son Mujeres jóvenes, de entre 25 y 40
años de edad. Todas madres de entre 4 y 7 hijos. Conforman en su mayoría familias mono parentales, es decir
viven solas con sus hijos, y son responsables absolutas de la manutención del hogar. En su mayoría son
migrantes del ámbito rural de la Provincia de Misiones, como también de países limítrofes como Paraguay. En
promedio han podido completar sus estudios de nivel primario. Se desempeñan en actividades temporarias de
venta ambulante o como empleadas domésticas (ninguna de ellas se encuentra blanqueada por este trabajo).
Los ingresos para la subsistencia familiar se completan con las percepciones de la Asignación Universal por
Hijo, que ellas destacan como importante en términos de ser un ingreso estable y mensual.
Estas mujeres tienen identidad propia y por eso queremos designarlas con sus nombres de pila. Presentamos a
la protagonista de este texto:
-Mariana 33 años, 4 hijos con ella y 1 en Paraguay, emprendimiento de ventas de carbón y cigarrillos,
secundaria incompleta, vive sola con sus hijos.
Donde comienza la violencia: Un encuentro con la historia
-“ No quiero el nombre que me puso mi mama, y yo creo que realmente salí adelante sola, en aquel momento
cuando paso lo de mi papá13, yo era muy chiquitita y mi abuela no me escuchó, o sea me escucho pero me
pego muchísimo, creo que ni un animal se le pega así, ella me dijo que yo le estaba mintiendo… porque lo de
mi papá me costó muchísimo superar, porque mis hermanas también sufrieron”
Sus trayectorias de vida: Los modos que conocieron de vivir en familia
En su mayoría, las protagonistas vivieron su infancia y adolescencia en el seno de su grupo familiar primario
conformado por madre, padre/padrastro y hermanos. O bien, han compartido estos momentos con una
familia extensa, particularmente con abuelas y/o tías.
En estos espacios, siendo niñas, han sido “victimas” en el mundo familiar de abusos y/o violaciones por parte
de algún miembro varón integrante de ese grupo. Personas conocidas, referentes cercanos (padres, padastros,
hermanos, tíos) de quienes en realidad no se espera la violencia sino por el contrario la protección, el cuidado
y el afecto.
De esta manera, los relatos revelan grandes similitudes en lo que respecta a las experiencias de vida y como
parte constitutiva de sus trayectorias y vivencias: la violencia. Se trata de sujetos que desde sus primeros años
han sido expuestos a la vulneración y violación de sus derechos. En este marco, han crecido denunciando y
enfrentando la situación en condiciones sumamente adversas (donde fueron tildadas de mentirosas, locas,
provocadoras o putas), tal como evidencian los testimonios.
Sus propias experiencias de pareja
-“Yo a los 14 años me acompañé… o sea que en realidad no me acompañé porque yo quería, me acompañé
por obligación, porque yo quería saber algo y… hasta ver donde mi papá me perjudicó y todo eso… yo quería
saber si yo era virgen, y a los 17 me embarace, 2° pareja: Después tuve mi 3, 4 y 5 bebe, en el 4 bebe cuando
eso estaba preso mi marido, el que está preso ahora y bueno el me dijo que el estaba por homicidio y mi
pensamiento siempre fue que hay que darle una oportunidad a una persona, pero después yo descubrí la
verdad de porque el estaba preso y estaba por violación y lesiones corporales, el nunca me pego y en este
ultima parte si, era como que ya, fue mucho mas feo y como que ya mas fuertes fueron las peleas y todo, por
es el me llego a tocar dos veces”. Lugar de residencia: Encarnación y Posadas.
La mayoría de las mujeres conformaron parejas tempranamente, en su adolescencia. Esta situación se generó
a partir de la necesidad de huir de las situaciones en su hogar primario y con el objetivo de concretar sus
13
Refiriendo al abuso sexual del que fue víctima.
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ACTAS DE LAS PRIMERAS JORNADAS INTERNACIONALES SOCIEDAD, ESTADO Y UNIVERSIDAD
Volúmen 15: Violencia doméstica y de género
esperanzas de contención y afecto. Así se transformaron de mujeres maltratadas en “madres” a temprana
edad. A partir de este ejercicio de la maternidad se habilitaron a la construcción de espacios de cuidado,
sostén, amor. Para el sentido común podemos denominarlas “madres adolescentes”, porque han tenido su
primer hijo entre los 14 y 16 años. En su mayoría la decisión de vivir en pareja se suscita a partir del hecho del
embarazo. Se responde así al mandato socio-cultural que instaura las díadas amor-casamiento, esposa-madre,
como pares indisociables. Esta es la construcción del orden a partir de la cual se van delineando sus planes de
vida. Aunque muchas de ellas, hoy dicen que lo hicieron “obligadamente” o “sin amor”. Las situaciones vividas
y la condición de mujeres violentadas les impone nuevamente una posición.
A los 14 años se quedó embarazada a los 15 tuvo su primer hija. A los 17 el 2do hijo, a los 20 el 3ro y a los 28 el
último. El padre de sus hijos siempre fue violento, desde novios la golpeaba, tenían una relación inestable, él le
era infiel. Intentó suicidarse a los 13 y 14 años, porque no tenía contención familiar y su novio era todo para
ella, pero no tenían una relación estable como ella pretendía. Después de tener a su hija vivieron en un
garage, muy precario por un tiempo, hasta que le otorgaron la vivienda, ella era el sostén económico del
hogar, trabajaba como empleada doméstica. Ella hizo denuncias a la policía en reiteradas oportunidades
cuando el la agredía físicamente. Convivieron 12 años, durante los cuales fue agredida con frecuencia. Hace 7
años que no conviven pero continúan su relación afectiva. Ella expresa que lo sigue queriendo. Desconocía
sobre los métodos anticonceptivos y cuando supo como evitar los embarazos no tenía dinero para comprarlos,
recién los utilizó después del 3er hijo.
Las situaciones hacia el interior de sus hogares
Los testimonios referencian que, frente a las experiencias de agresión padecida por las mujeres desde su
infancia/adolescencia en el propio seno de su familia de origen, en su mayoría tomaron la decisión de
conformar sus propias familias bajo la “idea” de estar mejor y salir de la violencia que padecían en sus hogares
de origen. Al fallar por diversos motivos la conformación de estos vínculos iniciales de pareja, las mismas han
constituido otras relaciones de convivencia. Incluso han vuelto a tener nuevos hijos (conformando hogares
matrifocales). En cada una de estas relaciones las mismas han sufrido, tal como lo ellas mismas lo expresan, el
ejercicio de la violencia por parte de sus compañeros. Esto las expuso, una y otra vez frente a las mismas
situaciones de las que intentaban salirse y frente a los mismos modos de relaciones que intentaban resistir.
Para la mayoría de estas mujeres, sus experiencias de vida previas inciden en los modos en que se constituyen
las relaciones de pareja y convivencia. Estas relaciones se estructuran fuertemente jerárquicas y por lo tanto
desiguales. Ellas se ubican subsidiariamente y los varones toman el control de la situación. De este modo
naturalizan y sostienen la violencia a la que son sometidas.
“…Porque ya venimos todos de una familia abusada… en ese sentido… por culpa de mi abuela todas mis
hermanas sufrimos el mismo, por culpa de ese parasito de mi papá… Mi segunda pareja, él nunca me pegó y
en este ultima parte si, era como que ya, fue mucho más feo y como que ya más fuertes fueron las peleas y
todo, por es el me llegó a tocar dos veces, cuando nosotros vinimos acá, el salió en libertad condicional y
nosotros pasamos en contrabando. El venia borracho y todo eso y siempre me quería extorsionar que, en
aquel momento yo no tenía cedula acá, todavía no había arreglado mis papeles, estaba indocumentada y con
un cambio de identidad. Paso lo que no tenía que pasar con mi hija”?.
Vivió situaciones de violencia en distintas etapas de su vida, de niña fue abusada y golpeada por su padrastro –
a los 13 años tuvo un intento de violación en la calle por un desconocido – cuando le contó a su pareja que
había sido abusada de niña la maltrató verbal y físicamente – fue violada por su pareja, el padre de sus 2
primeros hijos- No pudo sentir placer en el acto sexual, hasta los 22 años, revivía en cada situación lo sucedido
en su niñez con su padrastro.
Las agresiones de tipo físicas surgen como las más recurrentes, además de las agresiones sexuales y
psicológicas. Existe identificación de los diversos modos en los que la violencia puede ser ejercida, no obstante
ubican a la violencia de tipo físico, aquella evidenciable, probable, evidente como la más grave. Debe
destacarse que, ya en el noviazgo, estas situaciones aparecían, de todos modos las mujeres, aun
identificándolas, consideraban que las mismas eran coyunturales, o sucesos aislados y por lo tanto
desaparecerían. El patrón socio-cultural patriarcal habilita el ejercicio de prácticas familiares de violencia de
género donde el varón, quien ejerce el control, se asume propietario de la mujer, con poder para controlar su
cuerpo, su sexualidad, y su vida.
Reconocer la violencia y romper el silencio
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ACTAS DE LAS PRIMERAS JORNADAS INTERNACIONALES SOCIEDAD, ESTADO Y UNIVERSIDAD
Volúmen 15: Violencia doméstica y de género
“Creo que si de alguna u otra forma, desde el principio de mi niñez y de ahora creería que si porque todo lo
que pasa alrededor de tu familia, mi familia son mis hijos no cierto y todo lo que les pase a ellos
principalmente me daña a mi..seguro que hubo así un maltrato, violencia digamos de palabras pero no fue
toda la vida así con esta pareja que yo tuve, pero esta ultimo cambio, después de lo que paso si solo que yo
como siempre digo, ya sufrí mucho de mi parte y entonces no voy a dejar que ningún hombre venga a
maltratarme, ya no mas, yo sufrí mucho en mi infancia siempre dije eso, hasta a el mismo le decía”
Se dio cuenta que lo que ella estaba viviendo no era normal cuando asistió a los talleres del progen y escuchó
las situaciones de violencia que vivían otras mujeres. Esto le llevó a analizar su propia vida y situación de
pareja.
-de niña cuando su padrastro le pegaba y abusaba de ella se daba cuenta que su vida era muy diferente a las
de las demás niñas que conocía – no se animaba a hablar con nadie de lo que le sucedió en esa época. Tenía
mucho miedo y temor a ser rechazada si los demás se enteraban de lo que había sufrido en su niñez. Se sentía
perseguida y estaba a la defensiva ante los compañeros varones y sentía que debía proteger a sus compañeras
de los varones. En la escuela era retraída y agresiva. Pensaba que todos le querían hacer daño.
No todas las entrevistadas, frente a la situación, toman las mismas decisiones. En algunos casos buscaron un
referente de confianza y cercano para contar lo que sucedía: a su madre y abuela, pero éstas no les
“creyeron”. Otras deciden callar, no contar a nadie lo que les pasaba: por “temor” y sentimiento de culpa. Y
algunas, tardaron más tiempo en asumir y poder actuar en consecuencia. Lo hacen veinte o treinta años
después del primer episodio y a partir de su participación en un programa comunitario vinculado con el tema
de violencia (PROGEN): inician la denuncia judicial, y trabajan en sus barrios con otras mujeres para ayudarlas
a defender sus derechos.
Percepción del/os motivo/s que causaron la violencia
“fue dolorosísimos saber que convivís con una persona que es no se prácticamente un monstruo, no sécómo
llamarle tampoco, porque para dañarle así a una criatura, si no fuera tu hija más o menos comprensible, pero
tu hija otra vez, o sea que yo no entiendo, no se mas me duele porque yo pase, yo pase miles de cosas, cosas
que no tenia que hacer, pase en contrabando, tuve que pasar en un baúl de conocidos así, yo tuve que pasar
en contrabando en un baúl para traerle a todos mis hijos”
Sobre las estrategias para afrontar la situación
La violencia por parte de su padrastro era porque no era su hija y la rechazaba, también le pegaba a su mamá
– la violencia de su pareja era porque no se podía controlar y había vivido en un ambiente de violencia desde
niño – Se agudizó la violencia de parte de su pareja cuando se enteró que ella había sido abusada de niña y no
le había contado desde el principio. En la mayoría de los casos las mujeres consideran que las historias de vida
y de padecimientos de sus parejas, promueve sus modos de actuar violentos. Desde este argumento, algunas
justifican, “los justifican”. Mencionan como otro factor potenciador de las situaciones a las adicciones:
alcoholismo y drogadicción. Desde estas concepciones en torno a los factores causantes de la violencia impera
una tendencia a eximir al agresor de sus responsabilidades, ya que se “naturalizan” y “patologizan” las causas
de la violencia, ubicando el origen de las mismas en un lugar externo, ajeno a la voluntad de los agresores.
“A mi abuela y luego más adelante con mi amiga pero cuando uno no pasa eso, uno encuentra soluciones o
respuestas mas rápidas cuando alguna persona sufre alguna violencia, o algo así, pero q cuando alguno no
pasa por ese lugar; … lo importante de todo esto es que en el momento por lo menos que te escuchen ya es
algo; antes de hablar con ella primero fui a la comisaría, después al juzgado, yo a ella le conté cuando yo ya
tenía prácticamente todo solucionado ya”.
En general deciden romper el silencio de la situación de violencia por sentirse que ya se encontraban en
momentos de “saturación” de dichas situaciones, con riesgos de vida de ellas y sus hijos por parte del agresor.
Se destaca entre las primeras acciones que rompieron el silencio de la violencia: contar tales situaciones a
amiga, vecina, patrona, maestra. De manera que un primer ámbito al que recurren la mayoría de ellas es a
aquel caracterizado por relaciones de amistad, confianza representada en tales personas. La recurrencia a
espacios institucionales públicos constituye pasos o procedimientos posteriores, para lo cual el apoyo,
consejos de la vecina, amiga, etc. es de fundamental importancia al efecto.
Han sido las propias mujeres en situación de violencia quienes, en todos los casos, se hicieron cargo en forma
personal de iniciar y emprender todo el proceso de denuncia de su situación y reclamo de justicia frente al
mismo; Socialmente se les asigna la responsabilidad de buscar las salidas a sus problemas.
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ACTAS DE LAS PRIMERAS JORNADAS INTERNACIONALES SOCIEDAD, ESTADO Y UNIVERSIDAD
Volúmen 15: Violencia doméstica y de género
La denuncia policial: contexto y expectativas
“Y en realidad no esperaba nada bueno, porque a simple vista que vos te vas la primer vez que vas a hablar,
vos te das cuenta que es algo que no sirve, pero bueno lo que yo hacía era bueno yo hago por si me pasa algo
algún día, mi familia se va a tener que agarrar algo, por lo menos mi familia, y si no bueno por lo menos para
asustarle, para ver por ahí cambia de actitud si ve que uno no se queda y bueno…”
Posición, actitud y acciones (de apoyo, neutral o de rechazo) familiar y comunitaria luego de la “ruptura del
silencio”:
Realizaron las denuncias en más de una oportunidad por la misma causa “violencia de género” en el ámbito
familiar en todos los casos. Las instancias institucionales involucradas han sido la policía y juzgado.El ámbito
policial constituye la institución más accesible en términos geográficos para la mayoría de las mujeres
afectadas por la violencia.
Aquí es destacable el hecho de que la decisión de acudir a estas instituciones implica un proceso de suma
trascendencia en tanto implica la finalización de un hecho hasta entonces secreto y privado. La problemática
pasa a ser pública no solo frente al Estado, sino también frente al conjunto de la sociedad y sobre todo frente
al agresor.
Es característica la recurrencia de estas mujeres a dichas instituciones en más de una ocasión, ya sea porque
los procesos judiciales así lo requieren, o porque buscan ayuda con ocasión de diferentes situaciones de
violencia.Sin embargo lo que pretendían las denunciantes a partir de la misma en términos de procedimiento
institucional estaba relacionado con distintos hechos reseñados en orden de prioridad recurrente: exclusión
del hogar, cambio de actitud, de conducta del agresor, cuota alimentaria para los hijos. Solamente en dos de
los casos obtuvieron respuesta a partir de la denuncia realizada: exclusión de hogar y mantención para los
hijos. Se destaca el temor protagonizado por las mujeres en este contexto, atendiendo a la posibilidad de
amenazas y ejercicio de mayor agresión por parte del denunciado y la desprotección institucional frente a la
misma.
“Acá en Misiones todos te miraban raro, como que vos eras ahora recién se animan o preguntan cómo hiciste
que vos estás tranquilo en tu casa; Primero era todo chismerío nomás nada de lo que decían era bueno, en vez
de alentarte te bajoneaban, acá por ejemplo hay mucha ignorancia, por ahí vos traías la policía a tu casa y la
gente acá te decía que eso estaba mal, pero yo ya viví viste yo ya pase por eso y no iba a volver a quedarme,
mis vecinos por ahí me decían ay! Para que haces tanto si no es nada, como que yo estaba exagerando nomás,
para que iba a hacer la denuncia, para que venía la policía, para que venía a la policía”.
“En que mis hijos van a ser señalados, porque su papá es un… Si porque siempre dicen, papa ladrón, el hijo va
a ser también, o sea que es casi, solo que es algo peor, y yo creo que mis hijos se van a sentir mal el día de
mañana cuando, porque seguro le va a llegar en el oído eso, tené cuidado porque su papa es así y seguro que
esto y aquello…”
Principales dificultades que se le presentaron a la mujer al pedir ayuda
Tuvo apoyo de su entorno, sin embargo se demoraron demasiado los trámites ante la policía y la justicia, para
que llegara a la justicia pasaron 10 años y después 4 años más para la medida de exclusión y cuota alimentaria
En cuanto a la actitud del entorno de red familiar primaria como secundaria, imperan situaciones diferenciadas
y distintas de acuerdo a la etapa del ciclo vital de las entrevistadas. En los casos que rompieron el silencio
contando a familiares directos su situación de violencia en su etapa de infancia, en general no han tenido
apoyo, por el contrario, han sido hasta castigadas físicamente” por ser consideradas “mentirosas” o
“provocadoras” de tales hechos. En su adultez cuando algunas de ellas compartieron contando sus
experiencias, en general los familiares cercanos que escucharon y apoyaron. Resaltan asimismo las miradas y
opiniones prejuiciosas y “culpabilizadoras” hacia las mujeres que viven estas situaciones, por parte de la
comunidad e instituciones en general.
“Todo trabas nomás, te traban por todos lados, lo que pasó con mi exclusión que me salieron con el cuento de
que ya no se renovaba más, y a mí me dieron la exclusión porque yo fui y me quedaba todo el día allá en el
juzgado”
Las mayores dificultades se le presentaron por desconocer sus derechos, por falta de asesoramiento, por no
pedir comprobantes de las denuncias, y por la demora de la justicia para resolver el pedido de exclusión
definitivo de su pareja del hogar. En lo personal el tiempo que se calló y aceptó la violencia esperando que su
pareja cambie de actitud.
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ACTAS DE LAS PRIMERAS JORNADAS INTERNACIONALES SOCIEDAD, ESTADO Y UNIVERSIDAD
Volúmen 15: Violencia doméstica y de género
-Su mayor dificultad fue consigo mismo porque por años se calló y no pudo hablar del tema con nadie lo que le
impidió recibir ayuda. Creía que la iban a marginar o a discriminar sus compañeros o personas adultas que se
enteraran de lo sucedido. Después la falta de apoyo de su mamá y su pareja.
La mayor dificultad fue tomar la decisión de cambiar su situación de pareja porque sus sentimientos le
impedían poner un corte definitivo a la relación. Para la resolución del caso tuvo que pagar un abogado para
que le salga el pedido de exclusión y cuota alimentaria. Otra dificultad se presenta ante el desconocimiento de
los trámites a realizar, el no tener comprobantes de las denuncias y no saber qué era lo que la policía
registraba ante sus reiteradas denuncias.Entre las principales dificultades identificadas por las mujeres en
situación de violencia familiar, se destacan la falta de información sobre sus derechos, sobre las garantías
legales que las amparan, sobre los servicios/instituciones adonde recurrir para pedir asesoramiento,
contención, asistencia, y sobre los procedimientos institucionales (aquí se destaca fundamentalmente
aspectos referidos a la denuncia). Otro factor señalado refiere a los tiempos institucionales para el avance y
resolución de los casos. Impera, tal como señala Sagot Monserrat14: “un predominio de la “tramitología” y la
desprotección policial y legal de las mujeres maltratadas.
Facilitadores en ese momento:
“La verdad que cuando pasó todo lo que pasó con mi hija no pensé en nada, o sea que nada no pensé o sea
que vos pasas una cosa así y es como que vos te quedas en blanco, para mí la atención fue buena
creo…porque le salió rápido la exclusión y todo eso…”
Lo que más le ayudó a tomar la decisión de separarse fueron sus hijos, La fe en Dios, ella expresa que DIOS le
ayudó a sacar de su mente la idea fija del suicidio, que DIOS le ayudó a valorar su vida, le brindó paz y le ayudó
a perdonar a su mamá a su padrastro por lo vivido en su infancia, a el padre de sus hijos. La fe le fortaleció, fue
perdiendo el temor hacia los demás y empezó a animarse a reclamar sus derechos como persona
Tres de ellas afirman que el hecho de haber solicitado intervención institucional, fue un aspecto positivo, en
tanto obtuvieron las respuestas que esperaban: exclusiones de hogar y/o la cuota alimentaria. Dos de las seis
mujeres destacan la importancia de su participación en PROGEN como aspecto favorecedor para el apoyo,
acompañamiento frente al reclamo de sus derechos vulnerados por la situación de violencia. En tanto una de
ellas considera de fundamental importancia el apoyo de sus hijos en la decisión de reclamar su derecho a no
seguir viviendo situaciones de violencia y su fe en Dios en tal sentido.
Situación personal: el hoy
“bien no estoy, porque esta puerqueza de vida no termina acá, fíjate las graves consecuencias que yo sufrí por
no pelear allá mas esta situación me entendés, acá por lo menos peleé, mis hijos están en mi casa, no andan
rodando en casa ajena ni nada. Yo en lo particular no estoy bien, son muchas cosas que estoy pasando todavía,
quizá no tanto el sistema de violencia con él, pero hay otras cosas a parte y por ahí me aplaca también eso...
son muchas cosas, porque todavía mi libro no se cerró, sigue y sigue… el libro de mi vida no sé, creo, sigue y no
se en que año vaya a terminar todo esto, hay veces que yo me acuesto en la cama y pienso no puedo dormir
pensando, y pienso bueno acá ya pasó, en el sentido de que todo lo malo que tenía que pasar ya pasó y bueno
de ahí ver qué soluciones que se soluciona que no, pero que se sigan sumando problemas no, ya no puedo
más, porque en vez de restar se suma y se suma…
Expresan en su mayoría que actualmente se sientenmás “aliviadas” al no seguir viviendo experiencias de
violencia. Se proponen en términos de principal objetivo proteger a sus hijos de la violencia, deseos de vivir
“tranquilas” en un ambiente familiar libre de violencia. Sin embargo se puede evidenciar un sentimiento de
culpas por las secuelas que, de la historia de violencia familiar, quedan en sus hijos (padecimiento de
violencias físicas y sexuales por parte de hermanos y pareja de las mujeres). En las concepciones de las
entrevistadas el “cierre del ciclo de violencia y sus padecimientos” refieren al alejamiento de sus parejas.
Desde este punto, las mismas al pensar las consecuencias del problema, se ubican priorizando el rol de madres
y la preocupación de atender y proteger a sus hijos afectados por éstas. El trabajo consigo mismas en esta
fase, para continuar fortaleciendo sus niveles de autoestima y autonomía personal, no es reconocido como
preocupación ni parte del problema.
Sobre los modos de pensar el habitar el mundo: las familias, las comunidades y las instituciones
14
“La Ruta crítica de las mujeres afectadas por la violencia intrafamiliar en América Latina” (Estudio de casos de diez países).
Organización Panamericana de la Salud. Programa Mujer, Salud y Desarrollo. Año 2000.
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ACTAS DE LAS PRIMERAS JORNADAS INTERNACIONALES SOCIEDAD, ESTADO Y UNIVERSIDAD
Volúmen 15: Violencia doméstica y de género
“La mía la verdad que no sé porque seguramente lo que yo hice tampoco fue nada bueno, o sea yo hice todo
por mis hijos, pero yo sé que no está bien, o sea que el día de mañana yo no sé si no me voy presa… Mmm....
creería que sí, porque en realidad no es amor eso que él dice yo te quiero, pero no es amor eso, esos son
obsesión ya, de es algo enfermizo, porque yo no voy a aceptarle a ningún hombre ni que sea el papa de mis
hijos nada, que te este maltratando todo el día y a la noche después te quiera… el viernes pasado tuve la
cámara Gesell, para mis dos nenes, que yo había pedido para sacarme la duda de todo… ahora mi idea es
cambiarme de lugar mi vivienda, vender acá y mudarme”
Ella es promotora del Progen participa acompañando a otras mujeres que pasan por situaciones familiares
conflictivas en los trámites que tienen que hacer ante la policía y la justicia. Manifiesta que esta tarea le hace
bien Cuenta con el apoyo del equipo de profesionales del PROGEN, principalmente de la abogada en los
trámites judiciales.
En su mayoría destacan que en la actualidad el acompañamiento y la referencia permanente de diversos
profesionales que trabajan en el barrio, les permite sentirse contenidas y acompañadas para fortalecerse y
continuar encarando las acciones emprendidas y además movilizarse como promotoras de prevención de la
violencia de género para ayudar a otras mujeres. Particularmente, valoran positivamente su paso por la
experiencia del programa PROGEN y los facilitadores que a partir de ello se fueron sucediendo.
Sobre la complejidad de los cambios producidos: lecciones y proyecciones
“Mirá en este momento la verdad que estoy tan… no tengo proyectos te puedo decir, en estos momentos
todavía estoy viviendo el día a día, porque sigo y sigo pasando cosas tan difíciles, tooodos los días todavía
pasando situaciones feas y es como que no tengo nada pensado, porque es como que no se lo que me voy a
encontrar con mañana; espero siempre que sean cosas buenas, que se empiecen a resolver las cosas, que se
empiece a llevar por buen camino y que todas las cosas yo pueda ir manejando, por lo menos pueda salir con
los chicos, seguir fuerte por ellos, y bueno ver en que termina porque todavía no te puedo decir, porque no se
ni que va a pasar mañana, todavía no tengo nada certero…”
Siente que por haber soportado situaciones límites y por haberse callado por muchos años a veces reacciona
de manera agresiva con sus hijos, pero lo reconoce y desde que tomó conciencia de ello trata de no volver a
cometer ese error. Tiene expectativas de continuar sus estudios primarios que los dejó cuando era niña,
manifiesta que tiene dificultades con la lectoescritura y que sería una gran satisfacción poder terminar el nivel
primario.
Tiene expectativas de terminar los estudios secundarios y estudiar Enfermería, cree que esa profesión brinda
una gran ayuda a las personas con problemas de salud. Tiene una gran predisposición para ayudar y escuchar
a los demás, dándoles el poyo que necesiten para salir de situaciones que les hacen daño.Solo uno de los casos
expresa sentir que ha superado la situación de violencia vivida a lo largo de su vida. En tanto en los demás, se
afirman que los problemas relacionados con la violencia vivida, padecida no han llegado a su fin. Ello en razón
de que si bien en la generalidad de los casos actualmente no sufren situaciones de violencia, sostienen que
viven situaciones que constituyen secuelas de las mismas (odio a sus madres, relaciones conflictivas con sus
hijos y de reproducción de violencia por parte de ellas hacia sus hijos, etc.).
En términos de expectativas futuras, en la mayoría de los casos las mismas están relacionadas con poder
concretar aspiraciones personales de las que hasta el momento han sido privadas o han dejado postergadas.
Fundamentalmente la posibilidad de culminación de sus estudios (primarios y secundarios). Una de ellas
manifiesta su interés de “ayudar” a otras mujeres en situación de violencia. Mientras que para otra el futuro es
el hoy; y poder vivir y resistir en términos económicos y anímico-afectivos.
A modo de conclusiones
Repensando lo que viene: hacia nuevas prácticas políticas
En el documento y a partir de los testimonios crudamente vertidos, tratamos de evidenciar las profundas
inequidades que viven cotidianamente mujeres de nuestra provincia, situaciones que no escapan a la que
otras miles en Argentina y Latinoamérica. Se trata, como dijimos al comienzo de movilizar la reflexión crítica e
intentar a partir de ello ampliar los márgenes y las personas que accionen de modo comprometido en pos del
ejercicio y apropiación efectiva de los derechos. De ningún modo se trata de victimizarlas. Esta apuesta de
hacer circular sus palabras es un esfuerzo que implica considerar enfoques y hacer un fuerte llamado de
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ACTAS DE LAS PRIMERAS JORNADAS INTERNACIONALES SOCIEDAD, ESTADO Y UNIVERSIDAD
Volúmen 15: Violencia doméstica y de género
atención sobre las múltiples condiciones generadoras de discriminación, de violencias 15. Queremos reconocer
la ciudadanía activa de las mujeres como protagonistas de los procesos de cambio en su múltiple diversidad.
Estas trayectorias de vida dan cuenta de ello. Esperamos haber logrado parte de lo buscado: la sugerencia
provocativa, la motivación y las ganas de comprometernos – desde cada lugar en el que estamos- en la
defensa de derechos y en la recuperación de la producción colectiva de conocimiento que superen la
victimización y la denuncia.
Por eso consideramos que estas “promotoras de prevención de violencia pueden ser denominadas
acompañantes de procesos de educación en derechos humanos de las mujeres”.
Asimismo y en líneas generales exponemos que:

No todas las instituciones por las cuales circularon pudieron contener a las mujeres, incluso en
aquellos casos donde se dio curso favorable a la denuncia y a las cuestiones de índole jurídica
administrativas. La contención pasa por otro lado, tiene que ver con la humanización de los sistemas y
el reconocimiento del otro como sujeto padeciente que requiere apoyo y comprensión como sujeto.

El PROGEN se instituye en un espacio permanente, regular de referencia de las mujeres (más
allá de los procesos de resolución que enfrentan y sus complejidades y tiempos) y esto es valorado
como sumamente positivo en el marco de estas demandas de contención; en un proceso que no inicia
(tal como se ve en la historia presentada) con la formalización de la denuncia en la instancias
policiales. Tampoco culmina en ello.

Las legislaciones sin acompañamiento de “las victimas” y sin transformaciones culturales no se
reflejan automáticamente. Por esto, más allá de los avances estatales y de las organizaciones sociales,
es central revisar y repensar sobre todo lo que falta por modificar e instaurar en los pactos sociales,
pactos sobre los que se fundan las relaciones y prácticas de cada uno de nosotros. Prácticas y sentidos
que hoy sostienen este tipo de violencias y los asesinatos de mujeres, porque hay varones que no
quieren o no pueden reconocer que las ellas, nosotras, tenemos derechos y que no somos propiedad
de nadie. Pensemos en lo que está por detrás de la trata de personas (quienes son en general mayoría
mujeres); está la riqueza, están los grupos que demandan servicios sexuales y que gozan con el
ejercicio del poder por el poder mismo.
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15
El sexo, la pobreza, la edad, la migración, la diversidad étnica.
95
ACTAS DE LAS PRIMERAS JORNADAS INTERNACIONALES SOCIEDAD, ESTADO Y UNIVERSIDAD
Volúmen 15: Violencia doméstica y de género
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ACTAS DE LAS PRIMERAS JORNADAS INTERNACIONALES SOCIEDAD, ESTADO Y UNIVERSIDAD
Volúmen 15: Violencia doméstica y de género
Factores de vulnerabilidad al VIH/sida en mujeres embarazadas en el Conurbano Bonaerense
VAZQUEZ Mariana.- FUNDACIÓN HUÉSPED, BUENOS AIRES, ARGENTINA
ZALAZAR, V.- FUNDACIÓN HUÉSPED, BUENOS AIRES, ARGENTINA
INSÚA P.- UNIVERSIDAD DEL PAÍS VASCO, SAN SEBASTIAN, ESPAÑA
ROJO M.- FUNDACIÓN HUÉSPED, BUENOS AIRES, ARGENTINA
VAZQUEZ, A.-FUNDACIÓN HUÉSPED, BUENOS AIRES, ARGENTINA
RODRIGUEZ, F.- 1FUNDACIÓN HUÉSPED, BUENOS AIRES, ARGENTINA
LEACH M.-FUNDACIÓN HUÉSPED, BUENOS AIRES, ARGENTINA
BARRENECHEA M.- UNIVERSIDAD DEL PAÍS VASCO, SAN SEBASTIAN, ESPAÑA
ALBERDI A.- UNIVERSIDAD DEL PAÍS VASCO, SAN SEBASTIAN, ESPAÑA
GARDUÑO D.- UNIVERSIDAD DEL PAÍS VASCO, SAN SEBASTIAN, ESPAÑA
COBOS S.- UNIVERSIDAD DEL PAÍS VASCO, SAN SEBASTIAN, ESPAÑA
Palabras Clave: VIH, violencia doméstica, factores de riesgo
Resumen: Actualmente se está desarrollando un programa de capacitación para trabajadores/as de la salud en
la prevención de la transmisión vertical del VIH/Sida y otras ITS en el Conurbano Bonaerense. Previamente se
realizó un estudio descriptivo, cuyo objetivo fue identificar factores de riesgo. Se aplicó una encuesta
estructurada a 100 mujeres que estuvieron embarazadas en los últimos dos años. El 55% de las mujeres nunca
utiliza preservativo con su pareja estable y sólo el 17% lo utiliza siempre; para el 35,2% el uso del preservativo
fue motivo de desacuerdo o tensión con la pareja. 26,4% sufrió agresiones físicas y el 17,6% agresiones
verbales por parte de su pareja. El 5% se vio obligada a tener relaciones sexuales y 53,8% se siente
dependiente o vulnerable ante su pareja. 31% sufrieron abuso una vez en su vida, 22% abandono y 46%
dejaron la escuela para trabajar. A pesar de que estas mujeres asisten a la consulta durante el embarazo
existen graves deficiencias en la información preventiva y la adopción de métodos de prevención. Los
trabajadores/as de la salud deben adquirir herramientas para la detección temprana de VIH, testeo de la
pareja e intervenciones sobre factores de riesgo tales como situaciones de violencia y otros factores de
vulnerabilidad.
Introducción
EnArgentina,deacuerdoalas estimaciones de laDirección de Sida y Ets del Ministerio de Salud de la
Nación,enel2009lacifradepersonasviviendoconVIH/SIDAascendíaa130000casos,
deloscualesel60%no
conocerìasusituación.
Al examinar losdatos provenientes del sistema de vigilancia epidemiológicase verifica que en general,
la infección por VIH se produce en la adolescenciaylaprimerajuventud.Deacuerdoadatosdel20012009,lamayorproporcióndecasosde SIDA registrados a nivel nacional se concentra entre los 25 y 34 años
97
ACTAS DE LAS PRIMERAS JORNADAS INTERNACIONALES SOCIEDAD, ESTADO Y UNIVERSIDAD
Volúmen 15: Violencia doméstica y de género
en las mujeres y entre los 35 y 44 años en los varones, lo que
frentealainfecciónporVIHentrelapoblaciónjoven.
implica una alta vulnerabilidad
Segúnelboletín,
publicadopor
la
Dirección
de
Sida
y
Ets,
delMinisteriodeSaluddelaNación(2010),enArgentinacomoenelrestodelmundo,la
tendenciaexpresaquelaepidemiaseextiendecadavezmásenmujeresyelnúmerodecasosdeSidaen
mujeresdiagnosticadasanualmentenohadejadodecrecer,concentrándoseloscasosenmujeresenedad
reproductiva. Además, es sabido que existen vulnerabilidades diferenciadas según el sexo.
Aunquemuchasdeestasdiferenciassonconsecuencia
delprocesoporelcuallasociedaddictadiferentes
pautasdecomportamientoacadaunodelosgéneros,aquí
noscentraremosenlasvulnerabilidades
específicasqueafectan alasmujeresporperteneceralsexo y género femeninos.
LainfecciónporVIHhasidoasociadatambiénabajosniveleseconómicosasícomoapobres
niveleseducativos(4, 5, 6).Lapobreza,asuvez,seasociaamenoreducaciónymenorconocimientoy usode
preservativos,asícomoaunamenorposibilidaddeaccesoalosServiciosdeSalud,loque
incrementaelriesgo
deinfecciónporVIHyotrasITS. (7).
Enlo que se refiere a la vulnerabilidad biológica, se ha comprobado que en las relaciones
heterosexuales lamujeresde2a4vecesmásvulnerablea la infecciónpor VIHqueelhombre,porque la
zonadeexposiciónalvirusdurantelarelaciónsexualesdemayorsuperficieenlamujer,porquelacarga
viralesmayorenelsemenqueenlosfluidosvaginales,yporquelasinfeccionesdetransmisiónsexual
(ITS)son
másfrecuentementeasintomáticasyno tratadasenlamujerqueen elhombre.
Epidemiológicamentelospatronesdeformacióndeparejavigentesenlagranmayoríadelas
sociedadesoccidentaleshacenquemujeresjóvenesmantenganrelacionessexualesyestablezcanpareja
conhombresdemayoredad,loquehacequedichasmujeresesténenmayorriesgodeinfectarsepor VIH yotrasITS.
Encuantoalavulnerabilidadsocial,lasmujeressiguenteniendo menoracceso alaeducación yal trabajo
asalariado, lo que lasvuelvemásdependientesdelhombreycon escasasposibilidadesdeaccederainformacióny
aserviciosadecuadosdesalud.
Lavulnerabilidaddelas
mujerespor
cuestionesdegéneroserefuerzacuando,además,sesumanotrasdesigualdadescomola
pobrezaoladiscriminaciónporrazonesétnicasodepreferenciassexuales.Esdecir,elVIH/SIDAafecta
a
lasmujeresentanto que mujeres, pero nolasafectana todaspor igual. (7). Estosdatosexpresan
conciertaclaridadla tendenciaquemarcaen losúltimosañoselnuevoperfil de laepidemia:“cadavezmáspobre,
másjoven ymás femenino”.
Ahorabien,elcrecimientoenelnúmerodemujeresinfectadasimpactadirectamentesobreel
riesgodeinfecciónenlosniñosatravésdelavíadetransmisiónmaterno-fetal,sobretodosisetieneen
cuentaquelasadolescentesyjóvenesdesectoresdemenoresingresossonlasquepresentanlastasasde fecundidad
másaltas.
98
ACTAS DE LAS PRIMERAS JORNADAS INTERNACIONALES SOCIEDAD, ESTADO Y UNIVERSIDAD
Volúmen 15: Violencia doméstica y de género
SegúnlaOMS,la
posibilidaddequeelVIHsetransmitademadreahijosintratamientoesdealrededordel30%,perose
reduceamenosdel2%conlamedicaciónyloscontrolesadecuados.SinembargoenArgentinadurante
el2008un2,8%deloscasosdenuevasinfeccionesporVIHseasocióalatransmisiónvertical.Latasa
detransmisión
verticaldemadreseropositivaalhijo en el2009 fue6%. (cita)
LoscasosdetransmisiónverticalseobservantambiénenotrasITSdondeexistelaposibilidadde
estavíadetransmisión.Enelaño2008seregistraron718casosdesífiliscongénita(2),unaenfermedad
prevenibleconloscontrolesprenatalesytratamientosadecuados.En1992sehabíanregistradosólo119
casosdesífiliscongénita,porloqueelaumentodelaincidenciahasidosignificativoenlaúltimadécada (3).
EnArgentina,laLey25.542obligaalpersonaldesaludaofrecereltestdiagnósticoparaelde
VIHatodaembarazada,conlafinalidaddeasegurarundiagnósticoprecozquebrindarálaposibilidadde realizar las
intervencionesnecesariasparaevitarqueelreciénnacido
seinfecte.La
Dirección
de
Sida
y
ETSdelMinisteriodeSaludyAmbientedelaNaciónproveedetestsde
screeningdeVIHparael100%delasembarazadasasícomotambiénaseguralaprovisióndelasdrogas
antirretroviralesnecesariasparacumplimentarlosprotocolosdeprofilaxis,tantoenlamadrecomoenel
recién
nacido.
EnunainvestigaciónrealizadaporBiagini, GrigaitisyGiri(8)acercadeembarazo yVIH/SIDA, 6 decada10
entrevistadashan conocido yconfirmado suseropositividad duranteelcontroldeunembarazo anterioroen
elactual(38%y24.5%
respectivamente)yafirman
no
habersospechado
esaposibilidad,
adjudicando/culpabilizandoasuscompañerossexualesporhabercontraídolainfección.
Sinembargo,
prácticamentetodas
lasmujeresentrevistadasporestosautoresseñalaron
quenorecibieron
consejo
posteriorasu diagnóstico deseropositividad,quedando, dealgunamanera, asu criterio labúsquedade
ayudaespecíficaparaelaborarelimpacto deldiagnóstico. Asimismo, laculpabilizacióndelapareja sexual, enun
intentodedefendersedelestigma,
dejabaen
evidencialasituación
asimétricavividapor
estasmujeresenlarelacióncon susparejassexuales.
Deesteestudiotambién sedesprendíaquelapresenciadelviruscomplejizabaaúnmás la relación
entrelacondiciónfemeninaylamaternidad.
Enmuchosdeloscasoscontactados,seponíaen
evidencia
unasobreadaptación
almodelo
deabnegación
maternal
y
de
“cuidadora”
como
maneradebuscaraceptación y exculpación,refugiándoseen unaidentidadsocialmenterespetada.
Porotrolado,no
puedenegarsequeen
mujeresconhistoriasdeenormescarenciasno
sólo
materiales,culturalesysimbólicas,sino también emocionales, elcuidado deloshijosproporcionaanclaje
vital,sentido ydirección asusacciones. Así,elpropiocuerpo, enlaexperienciadevivirconVIH, era percibido
como frágil, vulnerable,amenazado yamenazanteparalapropiavidayladeotros, enestecaso delhijoquellevan
dentro odesusparejas.
El
presenteproyecto
de
investigación-acción,
al
formaralpersonalsanitario
que
atiendeaestasmujeresenlosserviciospúblicos desalud paraqueadquieranmayorescompetencias en función
de mejorar la calidad de los controlesprenatales, reconociendo susnecesidades ydéficits;busca,
demaneraindirecta, el empoderamiento deestecolectivo demujeresy sus parejas (10).
99
ACTAS DE LAS PRIMERAS JORNADAS INTERNACIONALES SOCIEDAD, ESTADO Y UNIVERSIDAD
Volúmen 15: Violencia doméstica y de género
Objetivo general
Mejorar la calidad de vida de las mujeres embarazadas y sus parejas sexuales en sectores de bajos
recursos mediante la prevención, detección, cuidado y tratamiento de la transmisión vertical y sexual del VIH y
otras ITS, especialmente la sífilis congénita, haciendo hincapié en los riesgos asociados a factores de
vulnerabilidad.
Objetivos específicos
1 Describir y analizar las barreras de acceso a los servicios de salud, así como los conocimientos, actitudes y
prácticas en relación al VIH y otras ITS entre las mujeres embarazadas y sus parejas sexuales, identificando los
factores culturales, sociales e institucionales asociados al riesgo de transmisión vertical y sexual.
2 Fortalecer las competencias del personal de salud que atiende a esta población, incluyendo licenciadas en
obstetricia a fin de mejorar las acciones de prevención, detección, cuidado y tratamiento de la transmisión
sexual y vertical del VIH y otras ITS.
Metodología
Las
actividadesdeinvestigaciónconstituyeronuninsumofundamentalparadiseñarunprogramade
entrenamiento
paralaatención
integralde
lamujerembarazaday
su
parejasexual,dirigidaalpersonaldesaludqueatiendeaestapoblaciónenlosserviciospúblicos. Específicamente, en
el marco de este proyecto se propone desarrollar una estrategia de investigación–
accióndondelosresultadosdelestudioseráninsumosparaelaborareimplementar
unaestrategiadecapacitación
orientadaamejorar lasintervencionesdelosserviciosdesalud.
Lapoblaciónobjetodeestudiosonlasmujeresenedad
reproductiva(14-49años)pertenecientesa
sectoresdebajosingresosyusuariasdelosservicios públicosdesaludquehayan estado embarazadasenlosúltimos2
años.
Lastareasque se desarrollaron fueron:
1)RevisiónyAnálisis defuentesdedatossecundarios
2)Entrevistasenprofundidadainformantesclavedelsectorpúblico
3)EncuestasaMujeresdelapoblaciónobjetodeestudio:Seaplicó
laencuestaaunamuestraintencionalde100mujerespuérperascon
queseatiendenenhospitalesy centrosdesaludpública.
niñosmenoresdedos
años
4) Entrevistas en profundidad a Mujeres de la población objeto de estudio: De forma
complementariaserealizaron
9
entrevistasenprofundidadaunamuestrademujeresconserología
100
ACTAS DE LAS PRIMERAS JORNADAS INTERNACIONALES SOCIEDAD, ESTADO Y UNIVERSIDAD
Volúmen 15: Violencia doméstica y de género
positivaparaVIHy/osífilis, 2 ex usuarias de drogas,aquienesles diagnóstico durante el embarazo.
Actividadesformativas:
Lasactividadesdesensibilizaciónyentrenamientodelosefectoresdesaludpúblicaseorientana
favorecereldesarrollodeserviciosamigablesparalaatenciónintegraldelamujerembarazaday su pareja.
Resultados de las encuestas y entrevistas en profundidad
Acceso y calidad de la atención
El 61% de las encuestadas realizan sus consultas de salud sexual y reproductiva en el centro de salud y
el 24% en el hospital público. En general, el trato recibido por el personal de salud es calificado como “muy
bueno” y “bueno” por el 95% de las encuestadas, pero solo el 53% dice haber recibido información sobre la
prevención del VIH y otras ITS. A pesar de que estas mujeres asisten a la consulta durante el embarazo, en su
mayoría desde el primer trimestre (86%), existen graves deficiencias en la información preventiva y la
adopción de métodos de prevención.
Para muchas mujeres, el embarazo es una de las pocas ocasiones en las que consultan sobre salud
sexual y reproductiva. En relación a esto, una de las 9 mujeres a las que se les tomó una entrevista en
profundidad, señala:
“Era muy chica, yo tendría 12, 13 años creo...pero, después no fui nunca más (primera vez que acudió a
hacerse un control ginecológico, hasta que quedo embarazada por primera vez) (mujer 4)
101
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Volúmen 15: Violencia doméstica y de género
Conocimientos, actitudes o prácticas sobre el VIH/Sida
En cuanto a la información, el 85% de las encuestadas reconocen al VIH como infección de transmisión
sexual pero solo el 36% nombra a la sífilis y un menor porcentaje conoce otras ITS. Las vías de transmisión más
conocidas son las relaciones sexuales vaginales (88%), anales (30%) y orales (34%). La transmisión vertical de
madre a hijo/a, durante el embarazo, parto o lactancia, es nombrada solo por el 2% de las encuestadas.
El 55% de las mujeres nunca utilizó preservativo con su pareja estable y sólo el 17% lo utiliza siempre;
para el 35,2% el uso del preservativo fue motivo de desacuerdo o tensión con la pareja. Las razones por las
que no usan preservativo son en mayor frecuencia: la confianza en la pareja (35,9%), el embarazo (20,3%) y la
no aceptación de este método por la pareja (14,1%).
102
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Volúmen 15: Violencia doméstica y de género
En las entrevistas en profundidad a mujeres con VIH y sífilis se ven reflejados los motivos que llevan al
no uso de preservativo, siendo el más común la confianza en la pareja:
“me cuidaba mucho. Pero yo cuando me casé con esta pareja que tengo hace 5 años, que es mi marido, no
me empecé a cuidar (…) nunca pensé que me iba a pasar a mi” (mujer 5)
Testeo de VIH y Sífilis
103
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Volúmen 15: Violencia doméstica y de género
El 93% refiere haber hecho el test de VIH durante el embarazo. El 54,8% de las mujeres no recibió
consejería previa al testeo y el 78,9% no recibió ningún tipo de información o consejería al retirar el resultado
del test.Solo el 39% refiere que se le ofreció realizar el análisis de sífilis o VDRL.
En las entrevistas en profundidad encontramos que muchas mujeres carecían de un adecuado
asesoramiento previo al testeo:
“Sí, sí, sabía (qué análisis te iban a hacer) porque decía que era el ELISA para el VIH, pero bueno, fui como un
análisis de rutina más. No, no, no te daban (información), no me dieron ni para uno ni para otro. Ahora una vez
que me dio positivo si. Igual creo que no fueron muy delicados porque me lo dieron en el pasillo el positivo”
(mujer 3)
A pesar de que el 53,9% fue acompañada por su pareja a 3 o más consultas durante el embarazo, solo
el 15% de las mujeres refieren que a sus parejas se les ofreció el test de VIH y al 3% el de sífilis, durante las
consultas en el embarazo.
Al respecto, en las entrevistas en profundidad aparece que, aún habiendo concurrido la pareja a
alguna consulta no se le ofreció el test de VIH.
“(ofrecimiento del testeo a la pareja) No, porque él tampoco me acompañaba mucho. A lo único que me
acompañaba eran las ecografías” (mujer 3)
Factores de vulnerabilidad y violencia
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ACTAS DE LAS PRIMERAS JORNADAS INTERNACIONALES SOCIEDAD, ESTADO Y UNIVERSIDAD
Volúmen 15: Violencia doméstica y de género
El 26,4% de las encuestadas señalan que sufrieron agresiones físicas y el 17,6% agresiones verbales por
parte de su pareja. El 5,5% se vio obligada a tener relaciones sexuales y 53,8% se siente dependiente o
vulnerable ante su pareja, por diferentes motivos.
Al referirse a la violencia verbal, 54,2% de las mujeres que la sufrieron señaló que esta no ocurrió
durante el embarazo, aún así otro 25% refiere que esta se mantuvo o aumentó. Algo similar ocurre con la
violencia física, el 50% de quienes la sufrieron señalaron que no hubo violencia durante el embarazo, un
37,5%% refiere que esta se mantuvo y un 6,3% que aumentó.
105
ACTAS DE LAS PRIMERAS JORNADAS INTERNACIONALES SOCIEDAD, ESTADO Y UNIVERSIDAD
Volúmen 15: Violencia doméstica y de género
Algunas de las 9 mujeres a las que se les realizó una entrevista en profundidad relataron como
sufrieron violencia tanto física como sexual anteriormente a su diagnóstico de VIH o sífilis.
“el papá de los chicos me violaba, era terrible, qué se yo... me golpeaba... me tiraba, me puteaba, me
basureaba... y era una cosa pero horrible, horrible” (mujer1)
“yo no tenía donde ir, y tenía la casa del papá de los chico, o si no tenía que ir a la calle y yo en ese tiempo,
cuando yo no quería tener relaciones yo, él me sacaba a la calle, y me pateaba en la calle… me pegaba en la
calle, y yo no podía vivir tranquila. En ese tiempo fue en que, hubo un tiempo en el que yo quise salir, mis
hijos eran todos chiquitos, pero me acobardaba que tanto me perseguía y no veía salidas como para salir de la
violencia… y… el maltrato” (mujer 2)
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ACTAS DE LAS PRIMERAS JORNADAS INTERNACIONALES SOCIEDAD, ESTADO Y UNIVERSIDAD
Volúmen 15: Violencia doméstica y de género
Vale la pena mencionar que se encontraron otros factores de vulnerabilidad entre las encuestadas,
entre los que se pueden mencionar: El 46% de las encuestadas dejó la escuela para trabajar, 32% tuvo que
mudarse en reiteradas oportunidades, 31% sufrió abuso físico o psicológico una vez en su vida, 26% convivió
con familiares con problemas de consumo de alcohol y/o drogas y el 22% sufrió abandono.
Consumo de alcohol y drogas de las mujeres y sus parejas
El 55,1% de las encuestadas refieren que sus parejas solo consumen los fines de semana, el 40,6% con
poca frecuencia y solo el 4,3% todos los días. Al 58% este consumo no le afecta, 29% le preocupa la salud de su
pareja, 8,7% dificulta la comunicación, 4,3% aumenta su inseguridad en la relación y al 2,8% su pareja la
maltrata o molesta cuando consume. 44% de las encuestadas señala que su pareja no cambió los patrones de
consumo durante el embarazo, pero un 5,9% refiere que su pareja comenzó a consumir más alcohol u otras
sustancias.
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ACTAS DE LAS PRIMERAS JORNADAS INTERNACIONALES SOCIEDAD, ESTADO Y UNIVERSIDAD
Volúmen 15: Violencia doméstica y de género
El 11% refiere que su pareja consume algún tipo de droga (marihuana, paco y cocaína), de estos 11
casos, 3 de ellos consumen una vez al mes y 2 todos los días. 4 redujeron su consumo a partir del embarazo.
Al respecto, en las entrevistas en profundidad a mujeres con VIH y sífilis también se observó consumo
de alcohol y droga en las parejas.
“Yo nunca le conocí drogado ni borracho, pero según el, antes sí consumía. Antes de que yo lo conociera a él,
me dijo él se inyectaba. Se inyectaba y también consumía... consumía de todo” (mujer 8)
El 55% de las mujeres encuestadas refieren que consumieron alcohol durante los últimos 24 meses.
Entre quienes consumieron, 49% señala haber tenido problemas entre ellas y sus parejas a causa del alcohol y
29% ha tenido deseos de tomar menos de los que toma. El 27% de las mujeres señalan que consumieron
alcohol durante el embarazo y el 57,6% refiere que dejó de consumir alcohol durante el embarazo.
108
ACTAS DE LAS PRIMERAS JORNADAS INTERNACIONALES SOCIEDAD, ESTADO Y UNIVERSIDAD
Volúmen 15: Violencia doméstica y de género
De las mujeres encuestadas, 9 han consumido otra droga durante su vida (marihuana, cocaína,
tranquilizantes, estimulantes y éxtasis) y solo en un caso refiere haber consumido marihuana durante los
últimos 12 meses. En tres casos buscaron ayuda en un CPA, un grupo religioso y/o un centro de
desintoxicación.
El consumo de alcohol y drogas puede ser una barrera a la hora del uso de preservativo en la relación
sexual, una de las entrevistadas en profundidad refiere:
“(uso del preservativo) a veces, porque yo estaba en consumo, a veces ni me acordaba” (mujer 4)
Debido al estigma que genera, especialmente en la mujer y embarazada, el consumo es muchas veces
ocultado en la consulta con la obstétrica, como señalan los profesionales de la salud entrevistados:
“si un chico se droga, por más que tenga hijos… y bueno, está enfermo; si una mamá se droga, abandonó a sus
hijos, no se pudo hacer cargo de la familia… es decir, la mirada social pesa mucho” (informante clave 1)
“Debe haber mucho más consumo entre las embarazadas de lo que se ve, porque es una práctica que sabemos
que está sancionada socialmente” (informante clave 2)
“con esa idealización de la maternidad perfecta y el embarazo perfecto. Me parece que ahí es donde están
jugando algo fuerte y que se juega también en el vínculo que se establece con el sistema de salud. En los
usuarios de drogas hay muchas dificultades para plantear en las consultas de salud el digamos tema del
consumo de drogas, porque es censurado, y no va a recibir la misma calidad de atención si es usuaria que si
no” (informante clave 3)
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ACTAS DE LAS PRIMERAS JORNADAS INTERNACIONALES SOCIEDAD, ESTADO Y UNIVERSIDAD
Volúmen 15: Violencia doméstica y de género
Conclusiones y taller de capacitación
La falta de conocimiento sobre el VIH-Sida y otras ITS, así como la práctica de las relaciones sexuales sin
protección, aún en pareja estable, ponen a la mujer en una situación de vulnerabilidad. Además existen dos
temas que generalmente se ocultan en la consulta, por ilegales, por estigmatizadores, pero que van a
determinar las relaciones que establezcan las mujeres no sólo con sus parejas (estables u ocasionales) sino
también con las profesionales:
A) Violencia (psicológica y física)
B) Consumos (alcohol u otras drogas)
Es necesario entonces volver a poner en la mesa que la mujer sólo va a hablar de estas cuestiones si se
siente en confianza y totalmente aceptada por las profesionales, y si la relación médico-paciente está creada.
Como hemos visto, la violencia de género aumenta la vulnerabilidad de las mujeres a la infección por VIH
al limitar su capacidad de negociar el uso de protección. Además limita su acceso a los servicios sanitarios y
sociales, haciendo más difícil y peligroso para ellas tanto rechazar el sexo inseguro, como acceder a las pruebas
de VIH. Dos factores que alimentan la violencia de género son la dependencia económica y la falta de
educación. (9)
La mayor parte de las mujeres concurren al centro de salud solo cuando están embarazadas, siendo las
obstétricas uno de los pocos, y quizás únicos, nexos de las mujeres con el sistema de salud. Por lo tanto, las
profesionales de la salud que las atienden deben fortalecer sus competencias en comunicación para conocer
situaciones de dependencia y vulnerabilidad que presenta la mujer embarazada y romper la visión idílica de “la
embarazada y el embarazo”.
En el embarazo hay consumo de alcohol y/o drogas y también violencia, los datos lo dicen claramente, y si
bien la percepción de la violencia psicológica disminuye durante el embarazo; la física una vez instalada no
disminuye sino que se mantiene.
A nivel internacional, el “Menú de intervenciones para la mejora de resultados de tratamiento en madres,
recién nacidos y niños en e marco de las prioridades patológicas” (9), propone intervenciones para tener en
cuenta a la hora de planificar los servicios de salud a embarazadas y sus parejas para la prevención del
VIH/Sida, algunas de ellas son:
1) Las intervenciones deberían centrarse en involucrar a las parejas varones de mujeres embarazadas en
hacer ambos las pruebas de VIH
2) En la prestación de servicios de atención sanitaria primaria se debe entrenar a los trabajadores de la
salud en como identificar e informar sobre violencia de género.
110
ACTAS DE LAS PRIMERAS JORNADAS INTERNACIONALES SOCIEDAD, ESTADO Y UNIVERSIDAD
Volúmen 15: Violencia doméstica y de género
3) Entrenar y sensibilizar a los trabajadores sanitarios para superar los prejuicios o ignorancia vinculada a
las personas con VIH, especialmente en lo referente a sus elecciones de salud sexual y reproductiva.
La comunicación obstétrica-embarazada, como preguntar y como transmitir información, es una
herramienta que debe ser fortalecida para lograr estos objetivos. Algunas mujeres entrevistadas señalan
como la comunicación es un elemento importante en la relación con los profesionales y como las ayudó a
hablar de temas sensibles como el consumo:
“a una chica que está en consumo lo primero que hacen es te tratan mal y te vas. Que te traten bien. Que te
den un abrazo. Entonces, yo me sentía bien, pero si no, no. Hay prejuicios en todos lados” (mujer 6)
“yo pienso que si hay algo que decir, que lo diga con amor(...) que aprendan a escuchar al paciente” (mujer 7)
En este sentido y a partir de estos resultados se diseño un taller de capacitación para Licenciadas en
Obstetricia con el apoyo técnico de la Facultad de Psicología de Universidad del País Vasco. El taller contó con
5 jornadas de 4 horas cada una y fue coordinado por dos profesionales de Fundación Huésped.
Los temas abordados fueron:
1) Consejería (como transmitir conocimientos sobre ITS/VIH y testeo)
2) Inclusión de la pareja en la estrategia preventiva y asistencial
3) Violencia de género
4) Consumo de alcohol y otras drogas
Además se desarrollaron 4 temas transversales a todo el Taller:
a)
b)
c)
d)
Estilos de comunicación
Habilidades de comunicación
Oportunidades perdidas
Mirada de género  cuidado de las “cuidadoras” (mujeres y obstétricas)/ corresponsabilidad de la
pareja
Para lograr fortalecer las competencias de las licenciadas en obstetricia, las actividades del taller se
dirigieron a:
- Que el personal de salud/obstétricas conozca:
a) cómo son las pacientes a las que atienden
b) cuáles son sus propios estilos comunicativos
111
ACTAS DE LAS PRIMERAS JORNADAS INTERNACIONALES SOCIEDAD, ESTADO Y UNIVERSIDAD
Volúmen 15: Violencia doméstica y de género
c) cuáles son los estilos comunicativos que mejor funcionan en cada circunstancia
- Que refuerce:
a) habilidades de comunicación
a. preguntar
b. escuchar
c. transmitir
- Que consiga:
a) una mirada más integral de la embarazada y su contexto (la pareja como unidad,
uso de alcohol y drogas y violencia de género)
b) ver no sólo las “carencias”, sino también las “potencialidades” de las mujeres
- Que comprenda:
a) que lo importante es la relación terapéutica entre obstétrica y paciente, que su
misión es construirla y fortalecerla
b) que en esa base de seguridad se desarrollará la adherencia a las consultas
E n e s te m a r c o , serealizó e n s e pt ie mbr e d el 2 01 1 untallerde5encuentroscon Licenciadas
en obstetricia que atienden a embarazadas en el Conurbano Bonaerense (Municipio de Almirante Brown),
involucradasenlos proyectosdeprevencióndesarrolladosporFundaciónHuéspedconel apoyofinancierodela
ComunidadEuropea.Eltallertuvo
13
participantes
y
estuvo
centrado
en
revisar
las
intervencionesqueseaplican
sobre
estapoblaciónapartirdelas
prácticascotidianasdelosefectoresdesaludylosenfoquesquelassustentan. En una segunda etapa se
capacitó a Licenciadas en Obstetricia en el Municipio de Florencio Varela durante el mes de
noviembre.
112
ACTAS DE LAS PRIMERAS JORNADAS INTERNACIONALES SOCIEDAD, ESTADO Y UNIVERSIDAD
Volúmen 15: Violencia doméstica y de género
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