II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y
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II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos ÍNDICE A MODO DE INTRODUCCIÓN.................................................................................................................................... 9 DESARROLLO COOPERATIVO, POLÍTICAS PÚBLICAS E INTEGRACIÓN REGIONAL. ESTUDIO DE CASO EN EL CONTEXTO DEL MERCADO COMÚN DEL SUR, MERCOSUR........................... 11 COOPERATIVAS DE TRABAJO EN EL CONO SUR. MATRICES DE SURGIMIENTO Y MODELOS DE GESTIÓN.............................................................................................................................................22 COOPERATIVAS DE PRODUCCIÓN. UNA MIRADA A SU VIABILIDAD DESDE LA TEORÍA DE LOS INCENTIVOS. ESTUDIO DE CASO: COOPERATIVA NIBO PLAST (2005).........................................35 LAS DECISIONES DE EMPLEO Y SALARIOS DE UNA COOPERATIVA DE TRABAJADORES Y UNA EMPRESA CAPITALISTA: UNA REVISIÓN TEÓRICA..................................................................................47 SOBRE A IMPORTÂNCIA E A METODOLOGIA DA ELABORAÇÃO DE PROJETOS DE VIABILIDADE ECONÔMICA PARA EMPREENDIMENTOS DE ECONOMIA SOLIDÁRIA..............................56 “ESCOLARIZAÇÃO E AUTOGESTÃO: OS LIMITES PARA O ALCANCE DE AUTONOMIA E O LETRAMENTO COMO POSSIBILITADOR DESTE PROCESSO EM BUSCA DE UMA EFETIVA INCLUSÃO SOCIAL”..................................................................................................................67 LA ACCIÓN COOPERATIVA EN EL MEDIO RURAL: HERRAMIENTA PARA EL DESARROLLO LOCAL SUSTENTABLE. EL CASO DE LA SOCIEDAD DE FOMENTO RURAL LA CASILLA......................................................................73 DESARROLLO DE HUERTAS ORGÁNICAS FAMILIARES Y COMUNITARIAS. PROBLEMÁTICAS DESDE UNA EXPERIENCIA DE EXTENSIÓN UNIVERSITARIA.........................................78 EXPERIENCIA DE TRABAJO DE LA FACULTAD DE VETERINARIA DE LA UNIVERSIDAD DE LA REPÚBLICA Y LA COOPERATIVA AGRARIA DE RESPONSABILIDAD LIMITADA DE CAÑADA GRANDE (CALCAGRA)............................................................84 A AUTOGESTÃO COMO RESISTÊNCIA MOLECULAR: DA COMERCIALIZAÇÃO DO EXCEDENTE A PRODUÇÃO DO AUTOCONSUMO...............................................................................................89 ECONOMÍA SOLIDARIA Y NUEVOS MOVIMIENTOS SOCIALES: TENSIONES, POTENCIALIDADES Y DESAFÍOS.............................................................................................................................94 ANEXO I - CARTA DE MONTEVIDEO....................................................................................................................101 ANEXO II - EQUIPO ORGANIZAROR E INTEGRACIÓN DE LAS MESAS DE LA JORNADA.................... 103 LA IMPORTANCIA DE LAS JORNADAS PARA LA UNIDAD DE ESTUDIOS COOPERATIVOS En 1988, el Consejo Directivo Central creó, en el ámbito del Servicio Central de Extensión y Actividades en el Medio, la Unidad de Estudios Cooperativos para que funcionara como unidad técnico – docente de apoyo al movimiento cooperativo. La política de la Unidad de Estudios Cooperativos ha sido trazada desde sus comienzos tras la decisión universitaria de insertar en el Servicio Central de Extensión y Actividades en el Medio un grupo estable que abordase una realidad que se entendió y se entiende de gran importancia para el país. Este hecho no se debe sólo a la relevancia social del fenómeno en Uruguay (uno de los países del mundo con mayor número de socios cooperativos en relación a su población) ni a su desarrollo económico. Es más que nada fruto del interés universitario por potenciar una herramienta que además de generar trabajo y riqueza para el país, sirve de instrumento democratizador, promueve relaciones más equitativas entre los ciudadanos y se inscribe en un marco de valores mucho más cercanos a los que esta propia casa de estudios practica fundamentalmente a través de la función de Extensión En estos últimos años el objeto de estudio ha ido complejizándose. El cooperativismo forma parte de un fenómeno mucho más amplio que podríamos llamar el de la economía solidaria o economía de la solidaridad. Este marco conceptual describe mucho mejor la cantidad de fenómenos de organización económica que han surgido en este período de liberalización. Esta economía se basa fundamentalmente en que el capital, como factor de producción, no asume la predominancia que tiene en la economía capitalista. Aquí el trabajo pasa a ser de vital importancia. Esta economía tiene sus manifestaciones en distintos tipos de empresas donde los valores de ayuda mutua, solidaridad y democracia interna tienen predominancia sobre el lucro. La Misión de la Unidad es conocer, aprehender y enseñar sobre esta nueva realidad, promoviendo la integración de equipos docentes que desde ópticas diferentes aborden este fenómeno, orientando la acción en conjunto con los sujetos en estudio, en el marco de un proceso de extensión universitaria. Los Centros de Interés de la Unidad son: 1. A la interna de la Universidad: promover la enseñanza, la investigación y la extensión en cooperativismo y organizaciones de formas asociativas, procurando introducir y sistematizar la docencia del cooperativismo y asociativismo en los distintos servicios. 2. Hacia el sector cooperativo: servir de nexo para ofrecer al movimiento los servicios universitarios en los campos de la docencia, la investigación y la extensión. 3. Con otros centros de investigación y enseñanza: potenciar el conocimiento sobre los fenómenos abordados, cooperando en la investigación, enseñanza y extensión, procurando especializar equipos académicos para estas tareas. Dentro de este marco, se han realizado actividades de enseñanza, investigación y extensión en conjunto con otros servicios universitarios y en coordinación con el sector cooperativo. La vinculación de la Unidad con otras Universidades de América a través de la Red Universitaria de las Américas en Estudios Cooperativos y Asociativismo, coordinada por la Universidad de Sherbrooke de Canadá, y de la Red sobre Cooperativismo dentro de la Asociación de Universidades del Grupo Montevideo, promovida por la Unidad, le posibilitó un contacto muy fuerte sobre las realidades cooperativas y universitarias de otros países americanos. Como otro elemento de fortalecimiento al estudio del sector cooperativo nacional desde la Universidad de la República, la Unidad se planteó como objetivo la promoción de una Red Temática sobre Procesos Asociativos, que propicie ámbitos de encuentro de distintos saberes, ejercitando el trabajo sobre una misma realidad, en este caso los procesos asociativos de base solidaria. Es en este sentido que se ha realizado una jornada en junio del 2003 con actores universitarios que podrían participar en esta Red. También como forma de generar un espacio académico que ayude a la conformación de dicha Red Temática se ha promovido y apoyado, en estos últimos años, las pasantías de estudiantes en emprendimientos II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos • asociativos y cooperativos. En este sentido, estudiantes de los cursos de Psicología Laboral y Psicología Comunitaria de la Facultad de Psicología al igual que estudiantes de la Licenciatura en Trabajo Social de la Facultad de Ciencias Sociales, han realizado pasantías en distintas cooperativas. Esto posibilita el acercamiento a unidades docentes interesadas en el tema. Finalmente, en diciembre de 2004 el Consejo Directivo Central aprobó la Red Temática sobre Cooperativismo y Procesos Asociativos de la Universidad de la República con la participación de 5 servicios universitarios. Esta II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos es la primera actividad que realiza la Red. Desde el punto de vista de la Unidad de Estudios Cooperativos es un paso muy importante en el camino a consolidar la temática asociativa en la Universidad de la República. Los aportes que las distintas organizaciones, grupos docentes, asociaciones, etc. han volcado en estas jornadas nos permiten ver que existe interés sobre el tema, y que la Red puede potenciar aún más el estudio y la profundización sobre la temática. Ing. Agr. Fernando de Torres Coordinador de la Unidad de Estudios Cooperativos • II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos LA II JORNADA Y LA RED TEMÁTICA SOBRE PROCESOS ASOCIATIVOS Y COOPERATIVISMO Durante el año 2003 y por iniciativa de la Unidad de Estudios Cooperativos del Servicio Central de Extensión y Actividades en el Medio, un grupo de docentes, estudiantes y egresados comienzan a reunirse con la idea de conformar en el ámbito de la Universidad de la República una Red Temática sobre Procesos Asociativos y Cooperativismo. La iniciativa de conformación de la Red resulta de un proceso natural de maduración de la colaboración entre diversos grupos universitarios que desde sus diferentes especificidades se han acercado a una temática común. También operó como motivación para tal emprendimiento la grave crisis que por esos momentos estaba sufriendo nuestro país. La crisis se veía reflejada, entre otras cosas, en un aumento de la desocupación, una retirada de la acción del Estado en aspectos fundamentalmente sociales y en la cada vez mayor marginación de amplios sectores de la población. Esta situación permitía visualizar un fenómeno que siempre existió pero que en los últimos años se expresó con mayor fuerza. La sociedad civil busca por sus propios medios la solución a muchos de sus problemas que antes eran contemplados por la acción del Estado. Problemas de vivienda, de consumo de las familias, de comercialización de sus productos y fundamentalmente de trabajo, son encarados de forma conjunta en base a emprendimientos asociativos y cooperativos. Estos emprendimientos no son nuevos en la realidad nacional, ya que las primeras experiencias cooperativas datan de los inicios del siglo pasado, pero la situación que se vivía impulsaba a la búsqueda de formas asociativas y cooperativas para la solución de esas problemáticas. Los fenómenos de cooperativismo y asociativismo han sido tema de preocupación de la Universidad de la República desde hace tiempo atrás. La opción por los emprendimientos cooperativos y los fenómenos asociativos centrados en valores de solidaridad, democracia y autonomía forman parte de una rica tradición de nuestra Universidad. El origen de este proceso se puede identificar cuando, a fines de los años ’50, desde la órbita del organismo central de Extensión Universitaria y Acción Social (tal como se llamaba a esa Comisión en la época) se llevó a la formulación de cooperativas y una serie de cursos sobre la temática. Tras la recuperación democrática se consolida la Unidad de Estudios Cooperativos dependiente del Servicio Central de Extensión y Actividades en el Medio. Esta unidad tiene entre sus cometidos promover y apoyar las actividades de docencia, investigación y extensión universitarias en el área cooperativa que realizan los distintos servicios universitarios así como servir de nexo entre las organizaciones, federaciones y la Confederación Uruguaya de Entidades Cooperativas y los diferentes Servicios Universitarios, apoyando la realización de actividades conjuntas así como auspiciar, colaborar y difundir las actividades sobre cooperativismo que realicen otras dependencias de la administración pública y el movimiento cooperativo. Otro aspecto considerado al momento de la constitución de la Red es que la Universidad pueda cumplir con sus funciones específicas de productora de conocimiento, formadora de profesionales críticos y agente al servicio del desarrollo del país. Los emprendimientos cooperativos y otras formas asociativas se presentan como experiencias complejas y obligan a un abordaje interdisciplinario. El fenómeno cooperativo y las iniciativas económicas asociativas son desde su surgimiento experiencias al mismo tiempo económicas, sociales, políticas y culturales. El fenómeno cooperativo se presenta como un conjunto de experiencias diversas que organizan una actividad económica al mismo tiempo que surgen como una respuesta al problema social; se muestra como un proceso colectivo que se propone transformar la sociedad en un sentido democrático; y se manifiesta como un movimiento cultural de difusión de ideas y valores. Más importante que señalar esta complejidad es destacar la particular unidad y la articulación interna que establece entre los diferentes niveles de acción. Es por esto el fracaso de los estudios estrictamente disciplinarios que provocan una escisión artificial del fenómeno en aspectos cuya separación no se encuentra en la realidad. No se trata simplemente de reivindicar un enfoque multidisciplinario sino que se pretende un abordaje que contemple una diversidad de variables históricas, económicas, sociales y políticas cuya necesidad se manifiesta ante un fenómeno de la complejidad del cooperativismo. En este marco la II Jornada de Cooperativismo, asociativismo y economía solidaria, se propuso: II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos • oEn primer término, colocar el cooperativismo, el asociativismo y la economía solidaria como objeto de estudio específico de manera de jerarquizar los estudios e investigaciones que se vienen llevando adelante desde diversas cátedras y grupos universitarios. El creciente protagonismo y presencia cada vez más extendida de estas experiencias obligan a profundizar en el análisis y la reflexión del fenómeno. oEn segundo lugar, contribuir al desarrollo teórico y metodológico para la comprensión de estos fenómenos. La Universidad de la República, desde sus diferentes ámbitos, debe contribuir a la generación de los instrumentos conceptuales aptos para la comprensión del comportamiento y funcionamiento de un sujeto económico diverso y particular como el cooperativismo. La teoría, los modelos, los conceptos son herramientas cuya utilidad debe verificarse en cada caso frente a los problemas específicos que se abordan. Aparece entonces como necesario un abordaje específico de estos fenómenos. Estamos convencidos que la teoría no puede haber elaborado los instrumentos conceptuales y metodológicos aptos para la comprensión del comportamiento y funcionamiento de los distintos sujetos económicos con validez universal. Es necesario reconocer la historicidad de la ciencia en función de la historia de su objeto y para ello rediseñar el instrumental teórico, preparar conceptos, modelos e instrumentos analíticos nuevos para dar cuenta de la diversidad, para comprender la riqueza y complejidad de las diferentes formas de hacer economía. oPor último, promover y dar continuidad a los encuentros y reuniones que se venían realizando, desde la I Jornada Universitaria de Cooperativismo de junio de 2002, la Mesa sobre Economía Solidaria de las Jornadas de Historia Económica de Montevideo, los Encuentros de Investigadores de la ACI, los Seminarios de UNIRCOOP, etc. Los espacios académicos en estas diferentes instancias han permitido que, contrariamente a generar dinámicas de apartamiento, han permitido el intercambio entre universitarios de los distintos servicios y docentes e investigadores de diversos países preocupados por la temática. Prof. Juan Pablo Martí Por la Red Temática sobre Procesos Asociativos y Cooperativismo • II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos A modo de introducción La II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos, significó para los universitarios interesados en estas temáticas una oportunidad importante para tomar contacto con varias de las elaboraciones desarrolladas en nuestra casa de estudios así como en otros contextos universitarios de la región. Asimismo, siempre es un encuentro de personas reunidas durante 2 días, 11 y 12 de noviembre de 2005, que permite reflexionar, conocerce y nuevamente repensar estos temas. Si la I Jornada Universitaria de Cooperativismo pretendió encender el fuego del debate y del interés en estas temáticas y áreas aquel 29 de junio de 2002 en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, la II Jornada es parte del eco recibido. Esta nueva edición plasma esfuerzos renovados y frescos de los universitarios así como vincula a otros contextos académicos, conjuga incluso el aporte de empresas cooperativas que nos han permitido desarrollar de mejor modo esta actividad. Las resonancias recibidas también provienen de otros universitarios, docentes y estudiantes de la región; Universidad de Buenos Aires, Universidad de Campinas, Universidad Católica de Pelotas, Universidad Nacional de Rosario, Universidad Federal de San Carlos, entre otras. Se recibieron más de 35 ponencias que presentaron una diversidad destacable, entre ellas se encuentran investigaciones en curso, proyectos a presentarse o en desarrollo, trabajos de extensión universitaria, reflexiones teóricas y elaboraciones conceptuales; algunas de ellas denotan su aporte disciplinario otras en cambio conjugan miradas y abordajes multidisciplinarios. La Jornada convocó a universitarios y universitarias de diversos servicios y disciplinas, entre ellos: Derecho, Trabajo Social, Agronomía, Veterinaria, Sociología, Psicología, Economía, Ciencias de la Comunicación, y Ciencias de la Educación. También de diversas procedencias geográficas a nivel regional y nacional; provenientes del extranjero y de diversas zonas del país. Previo a invitarlos a la lectura de las ponencias, cabe mencionar que el trabajo del Equipo Editor no fue menor. Esto debida la cantidad de trabajos presentados, por lo cual es pertinente señalar que aquellos que no están contenidos en esta edición se espera que lleguen al lector por otros canales o medios de difusión. De esta forma, entendemos conveniente explicitar, al menos muy brevemente, algunos de los principales criterios considerados para realizar dicha selección. En primer término: i) el nivel y la calidad académica (teórica y metodológica) de cada una de las propuestas, ii) su estricta pertinencia en relación a la temática de la Jornada. Finalmente, tres consideraciones de orden práctico: iii) haber sido efectivamente presentada la ponencia en la Jornada, iv) que el documento estuviese elaborado con una redacción y un formato acordes para su publicación y v) que no existiera una publicación previa del material con una circulación similar. No obstante lo expresado anteriormente, la presente publicación intenta no ser una selección aleatoria y aislada de trabajos, priorizándose la búsqueda de cierta estructura y coherencia interna. En este sentido, pueden identificarse en términos generales tres ejes temáticos y una ponencia introductoria. El primer trabajo, que hace las veces de introducción, tiene la cualidad de presentar el debate en torno a muchos temas que subyacen al resto de los planteos que más adelante se verán en la publicación. Allí se desarrollan distintos tópicos relacionados con procesos más amplios que los involucrados en la temática planteada en la Jornada, pero que definitivamente constituyen el marco global en el cual se desenvuelven e interactúan los distintos actores que integran y dan forma a los procesos involucrados en dicha temática, tanto individual como colectivamente. Así, conceptos tales como los de globalización, integración regional, políticas públicas y desarrollo del movimiento cooperativo, se conjugan y se abordan desde una perspectiva integrada. El ejercicio resulta en un intento de avanzar en el análisis de cómo aquellos procesos globales e internacionales impactan en el sector cooperativo y como contracara, cuáles son las estrategias generadas por éste en procura de adaptarse o readaptarse a ese entorno fuertemente desafiante. Finalmente, la aplicación práctica e inteligente a una serie de estudios de caso nacionales en la región, se transforma en un sugerente cuadro ejemplificador de dichas estrategias, al tiempo que abre toda una línea de trabajo en esta dirección, que si bien no es nueva, presenta escasos desarrollos teóricos y conceptuales en lo que al sector cooperativo se refiere. Los ejes transversales identificados participan en las ponencias siendo, claro está, abordados de modos sustancialmente distintos. II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos • El primer eje refiere a la vinculación del ámbito académico con la realidad del movimiento cooperativo y las experiencias de economía solidaria. Para algunos de nosotros es parte de otra forma de hacer Universidad, incluso del proceso de aprendizaje de hacer otra Universidad, para otros la particularidad se encuentra en la temática específica. En ambos casos es constatable que la Universidad se acerca a la realidad y las utopías, que son parte de la realidad, de un sector importante de nuestra población. El compromiso social de los universitarios no se agota en las declaraciones o movilizaciones sino que es parte de la tarea profesional y técnica. Esto se expresa claramente en la Carta de Montevideo -declaración de cierre de las Jornadas- incluida en los anexos. El segundo eje se vincula con las cooperativas, particularmente las de trabajo asociado, y los cambios en el mundo del trabajo y la producción. Distintas ponencias presentan algunos aspectos claves para la comprensión del entorno general en el cual se desarrollan estas experiencias cooperativas, especialmente en lo referido a las transformaciones en el mercado de trabajo y, con ello, la identificación de sus posibles impactos en las cooperativas. El tercer eje, que atraviesa muchas de las ponencias presentadas, es la relación entre la propuesta cooperativa y asociativa y el desarrollo local inclusivo. Entre las tecnologías sociales de inclusión puede encontrarse la propuesta cooperativa y asociativa, algunos trabajos plantean esto a nivel conceptual, otros en cambio detallan experiencias y formulan preguntas desde prácticas concretas. Por supuesto que otras temáticas subyacen como los proyectos y modelos de desarrollo e, incluso, los paradigmas de elaboración y generación de conocimiento científico. Nada más que alentarlos a contactarse y profundizar sobre estas temáticas y comenzar a planificar nuevos encuentros. Equipo Editor Mateo D. Arbulo (UEC y Fac. de Ciencias Sociales), Laura González (UEC y Fac. de Ciencias Sociales), Joaquín Marqués (UEC y Fac. de Psicología), Juan Pablo Martí (UEC y Fac. de Ciencias Sociales), Felipe Stevenazzi (UEC y Fac. de Humanidades y Ciencias de la Educación) y Milton Torrelli (UEC, Fac. de Ciencias Económicas y Fac. de Ciencias Sociales). Comité Organizador: Fernando de Torres (coordinador) (UEC), Diego Barrios (UEC), Diego Castro (UEC), Silvia Caula (Fac de Derecho), Mario Costa (Fac. de Agronomía), Laura González (UEC y Fac. de Ciencias Sociales), Pablo Guerra (Fac de Derecho), Luis Leopold (Fac. de Psicología), Cecilia Matonte (UEC), Joaquín Marqués ( UEC y Fac. de Psicología), Juan Pablo Martí (UEC y Fac. de Ciencias Sociales), Daniela Sapriza (Fac. de Veterinaria), Felipe Stevenazzi (UEC), 10 • II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos DESARROLLO COOPERATIVO, POLÍTICAS PÚBLICAS E INTEGRACIÓN REGIONAL. Estudio de caso en el contexto del Mercado Común del Sur, MERCOSUR Equipo de investigación: • Dario Castillo, Pontificia Universidad Javeriana de Colombia. • Paulo Albuquerque, Universidad del Valle do Sinos de Brasil. • Jorge Bertullo (coordinador del equipo), Juan José Sarachu, Diego Barrios y Marcelo Setaro, Universidad de la República del Uruguay. • Mario Radrigán (coordinador del equipo), Rodrigo Flores, Karin Baeza y Nicolás Montalva, Universidad de Chile. RESUMEN Este artículo presenta los principales resultados de la investigación “Desarrollo cooperativo, políticas públicas e integración regional”. El objetivo principal consiste en la revisión de los vínculos teóricos y empíricos entre los fenómenos de Globalización, Integración Regional y Desarrollo Cooperativo. Nuestra investigación se estructura en dos partes. La primera consiste en un rastreo sistemático de la bibliografía existente respecto a los fenómenos de globalización e integración regional. Este rastreo bibliográfico se complementa con el análisis de dos experiencias de integración regional: la Unión Europea y el MERCOSUR. En una segunda parte se aborda el análisis de cuatro casos nacionales de empresas cooperativas desde una perspectiva comparativa. El análisis de los casos procura avanzar en la comprensión de los vínculos existentes entre globalización y desarrollo cooperativo. Nuestras conclusiones señalan que el desempeño exportador de estas cooperativas se asocia al desarrollo de capacidades específicas para la competencia en el comercio internacional. Factores como el liderazgo organizacional, formación de los recursos humanos, incorporación tecnológica y la identidad del núcleo cooperativista, son claves. Respecto a la importancia específica de los fenómenos de integración regional, las valoraciones resultan ambiguas, aunque se destaca la inexistencia de políticas regionales de promoción cooperativa, tanto a nivel nacional como supranacional. 1.Introducción Este artículo presenta los principales resultados de la investigación denominada “Desarrollo cooperativo, políticas públicas e integración regional”. El propósito de ese proyecto consistió en realizar un análisis en profundidad Esta investigación se realizó en el marco del proyecto: Modelos de intercooperación para las Américas, Red UNIRCOOP. de los vínculos teóricos y empíricos, existentes entre los fenómenos de Globalización, Integración Regional y Desarrollo Cooperativo. En este estudio asumimos que el fenómeno de la globalización impone a los Estados Nacionales nuevos desafíos, además de cuestionar profundamente sus capacidades más elementales. Sin embargo, y a pesar de estos cuestionamientos, entendemos que muchas de las funciones de los estados todavía mantienen plena vigencia. Ciertamente, la globalización puede ser asumida como una constante, frente a la cual también pueden adoptarse posturas activas, que traten de timonear los efectos no deseados. En esto tienen una fuerte responsabilidad los Gobiernos, como responsables últimos del bienestar de los pueblos (Yeates, 2003). Los arreglos de cooperación interestatales, de cooperación económica y política, pueden ser entendidos como la búsqueda deliberada de las naciones por tratar de lidiar con la “mala cara” de la globalización. Es por ello que nuestra investigación busca profundizar el análisis sobre los procesos de integración regional y comercial en el marco del Cono Sur de América. Estos procesos tienen un indudable impacto sobre la vida de las naciones y los pueblos. De esta forma, este trabajo ha significado un esfuerzo colectivo por avanzar en la investigación sistemática y comparativa, para ver el fenómeno de la globalización y su impacto sobre el sector cooperativo, desde dos ángulos. Por una parte, cómo los procesos de integración regional, hoy en curso en el Cono Sur de América, impactan en el sector cooperativo y, por otra parte, cómo el sector cooperativo se adapta y genera estrategias alternativas para hacer frente a este tipo de procesos. Aunque también se admite como una forma de competencia, en la que los territorios buscan ganar en competitividad frente a otras regiones del mundo, tratando de mejorar su participación en los términos del intercambio internacional. II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos • 11 El artículo se divide en tres partes. En la primera se presentan los principales temas tratados en nuestro marco teórico respecto a los conceptos de globalización, integración regional y desarrollo cooperativo. También se describe, de forma sucinta, la metodología de investigación aplicada en nuestro estudio. En la segunda parte, se presenta un análisis de la estructura institucional del MERCOSUR y una valoración respecto a su papel en la formulación de políticas públicas mercosurianas. Seguidamente se presenta un resumen de los cuatro casos nacionales de empresas cooperativas que contiene nuestro estudio. Finalmente, en la tercera parte, presentamos los principales resultados de nuestra investigación y una breve discusión de los mismos. Se propone además un esbozo de agenda de investigación futura en este campo del desarrollo cooperativo. 2.Perspectivas sobre la globalización, integración y desarrollo cooperativo La economía social se afinca y florece en la propia naturaleza cooperativa de los individuos. Pero sin duda que su consolidación se asocia también a la presencia de políticas públicas particulares. La existencia de incentivos específicos, de marcos regulatorios apropiados, que fomenten, o al menos no castiguen, esta modalidad de organización productiva es un requisito fundamental para la promoción de las formas cooperativas. Pero la globalización supone un cambio profundo para las sociedades, especialmente en los marcos institucionales sobre los cuales el movimiento cooperativo había afianzado sus logros. El desacomodo de los marcos de funcionamiento de las sociedades, a impulsos de este formidable fenómeno, supone un desafío mayúsculo para el movimiento cooperativo. Es preciso ponerse a tono con los nuevos esquemas de incentivos que plantea la globalización. Como se destaca en nuestra investigación, tras una extensa revisión bibliográfica, la globalización es algo más que una palabra y un proceso. El concepto carece de una definición o enfoque unificado, siendo objeto de discusión y de una profunda reflexión a nivel mundial. De cualquiera forma, sea la etiqueta que se elija, tales como mundialización, internacionalización, globalización, la mayoría de los autores lo reconocen como un fenómeno multidimensional, con una presencia histórica de larga data, en la cual se alternan períodos expansivos y contractivos. Es claro que en este momento histórico, el fenómeno que denominamos globalización, presenta ciertos rasgos bastante definidos. Sobre todo en aspectos que hacen a la “...gradual generalización del libre comercio, la creciente presencia en el escenario mundial de empresas transnacionales que funcionan como sistemas de producción integrados, la expansión y la considerable movilidad de los capitales, y una notable tendencia a la homogeneización de los modelos de desarrollo, pero en la que también se observa la persistencia de restricciones al movimiento de mano de obra” (CEPAL, 2000: 19). Por cierto, este fenómeno no se agota en el circuito económico-financiero. También posee repercusiones concretas en planos culturales, de las creencias y los estilos de vida de las personas. La cuestión de la identidad está sobre la mesa, donde las viejas ideas y creencias, que daban cohesión y sentido a la vida de las personas, se ven sacudidas por patrones estéticos y de consumo globales (Castells, 1999). Si bien corre en paralelo con los fenómenos económicos citados más arriba, es claro que este aspecto de la globalización lo hace por carriles relativamente independientes. Parece evidente que la globalización pasa por encima de las estructuras del estado, cuestionando la pertinencia de su papel regulador del desarrollo capitalista, mediante el accionar de sus políticas públicas. Según De Bries (2001: 10-12) el Estado es cuestionado por lo menos en cuatro de sus funciones clásicas. En sus funciones de defender a la población de las amenazas externas, en sus tareas de legislación y de imposición fiscal, en la represión del crimen y otros conflictos sociales potencialmente violentos, en la promoción del bienestar social mediante políticas redistributivas. Este deterioro estatal en el desempeño de sus funciones esenciales, se traduce en la incapacidad del estado de afirmar el orden social como un pacto voluntario entre iguales, entre ciudadanos y no súbditos. En definitiva, esto conduce al cuestionamiento de las instituciones de la democracia liberal representativa, al vínculo básico entre representación y ciudadanía, que se expresaba a través de las diferentes políticas públicas. Pero también impacta en la noción profunda de cooperativismo, en la esencia de pacto entre iguales. Frente a este desafío es que emergen los pactos regionales y otros variados acuerdos y arreglos interestatales, como una alternativa necesaria frente al progresivo eclipse del Estado Nación. La regionalización, la conformación de bloques multinacionales, puede ser vista como una estrategia de los estados para recuperar márgenes de acción pública, frente a la acción del capital transnacional. Una forma de recuperar la iniciativa, frente al dinamismo del capital, que no sabe de ataduras o compromisos (Yeates, 2003: 66-70). 12 • II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos Visto este cuestionamiento a la estatalidad de las políticas, a la emergencia de estas nuevas formas de acción política frente a los impulsos globalizadores: ¿Hasta que punto estos procesos de regionalización, que apuntan a controlar los efectos más nocivos de la globalización, han redundado en la presencia de políticas públicas “en sintonía” con las demandas del sector de la economía social? Antes de abordar este problema, primero debemos ser capaces de reconocer las distintas formas de integración económica que se están experimentando en el mundo. A. Integración regional La integración regional tiende a ser identificada como un proceso, en el cual pueden diferenciarse distintas etapas. Esto no implica una valoración o un presupuesto de tipo evolutivo. Es más bien una herramienta analítica, que pretende identificar distintos grados de integración económica y de potencialidad política, para los países que emprenden estos experimentos. Tipo de acuerdo Descripción Área de Libre Comercio(ALC) Varios países eliminan sus barreras arancelarias mutuas, pero las mantienen frente a terceros Unión Aduanera El ALC define un arancel externo común frente a países que no integran el bloque. Mercado Común Su eliminan las barreras a la circulación de factores de producción (Capital, Trabajo) Unión Económica Supone la armonización de las políticas monetarias y fiscales, basada en la existencia de una autoridad supranacional. Fuente: elaboración propia en base a Abreu, S.(1992) y Martinez Coll, J.(2001) Los estadios o etapas en los cuales se encuentren los bloques regionales son indicativos del grado o capacidad de articular políticas públicas comunes. Ciertamente, los países pueden diseñar instrumentos de cooperación económica, independientemente de su grado de integración. De todas maneras, resulta plausible suponer que ha mayor grado de integración económica entre dos países, mayor disponibilidad de instrumentos para diseñar políticas públicas comunes. Como se mencionó anteriormente, nuestro trabajo se planteó como objetivo analizar el impacto de la globalización sobre los procesos de desarrollo cooperativo, relación que se encuentra mediada por la variable integración económica. Pero también existen otras variables que intervienen para especificar esta relación, como los sectores productivos donde opera el cooperativismo, la magnitud de los países, etc. Sobre estas ideas es que se afirma nuestra estrategia de investigación. B. 1.3. Metodología del trabajo El diseño de la estrategia de investigación se desprende de las preguntas generadas en nuestro marco teórico. Básicamente, analizar los impactos de la globalización sobre los procesos de desarrollo cooperativo y como éstos son mediados por los fenómenos de integración regional. La selección de dos casos pertenecientes al MERCOSUR, Brasil y Uruguay, brindan la información de base para contrastar el peso de la variable integración comercial en la relación entre globalización y desarrollo cooperativo. Estos dos casos también nos proporcionan perspectivas diferenciadas, condicionadas fuertemente por las dimensiones nacionales de ambos casos. Los casos de Chile y de Colombia funcionan como casos ejemplares de control. Si bien Chile es un país asociado al MERCOSUR, los chilenos han apostado decididamente a su integración en las corrientes comerciales mundiales, sin atarse las manos con ningún tipo de pacto regional. Los colombianos, por otra parte, han combinado y graduado su integración al mundo, con el paraguas de integración regional que ofrece el Pacto Andino. La selección de los casos cooperativos nacionales se basó en los criterios internacionales sobre cooperativismo. Luego de una primera selección de alternativas cooperativas en los países, se escogieron aquellos casos que mejor se ajustaban con el “deber ser” cooperativo. También se trató como un parámetro los sectores productivos donde opera la empresa cooperativa, al seleccionar casos de los sectores agroindustriales vitivinícola (Chile y Brasil) y lácteo (Colombia y Uruguay). Finalmente, el análisis de los casos nacionales siguió una pauta de relevo y sistematización, elaborada por el equipo de investigación. Se revisaron en forma exhaustiva las páginas web nacionales e internacionales relativas al tema cooperativo, así como otras fuentes secundarias documentales. Se realizaron entrevistas a informantes calificados (EIC), expertos nacionales en el tema cooperativismo, directivos de las empresas cooperativas relevadas, miembros del gobierno y lideres sociales. II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos • 13 La pauta de relevo se estructuró sobre tres ejes básicos. En primer lugar los aspectos definitorios de la organización de economía solidaria, forma y características generales, así como las especificidades nacionales. El segundo eje versa sobre los aspectos de organización y desempeño económico de las empresas cooperativas. Por último, aquellos aspectos relativos a las políticas públicas nacionales y regionales, en su relación con el desempeño exportador de las empresas cooperativas. dencia del MERCOSUR para la promoción del desarrollo cooperativo. El MERCOSUR es creado en marzo 1991, como un proyecto eminentemente comercial, que procura alentar los flujos de comercio intra-regional (Abreu, 1991). También ha sido catalogado como un proceso de regionalismo abierto, que no busca aislar, sino potenciar la inserción mundial de los países miembros del bloque. Cierto es además que este bloque es creado y se desarrolla, observando atentamente lo que han sido las fases de crecimiento institucional de la exitosa experiencia de la Unión Europea. 3.MERCOSUR y políticas públicas de promoción cooperativa Dentro del propio organigrama institucional del MERCOSUR está considerada una instancia de participación de la economía solidaria. Es la Reunión Especializada de Cooperativas (RECM), creada en el año 2001 como una instancia de participación y consulta a los actores cooperativos. La RECM es un órgano que depende directamente del Grupo Mercado Común (GMC), instancia ejecutiva integrada por los Ministros de Economía, RREE y presidentes de Bancos Centrales del bloque. Podríamos decir que la RECM está relacionada directamente con el órgano neurálgico de la organización institucional MERCOSUR. Una de nuestras preguntas centrales consiste en identificar el tipo de efectos que las políticas de integración regional podían operar en la relación entre globalización y desarrollo cooperativo. En tal sentido, nuestro foco de análisis se centra en el papel que puede desempeñar el MERCOSUR en la generación de políticas que alienten el desarrollo productivo de la región. Identificado ese papel, de promoción del desarrollo regional, el siguiente paso consiste en analizar, en los casos nacionales, la inci- Estructura institucional del Mercosur (simplificado) Consejo Mercado Común (Presidentes) Grupo Mercado Común (Ministros) Subrgupos de Trabajo(14) Foro Consultivo Económico Social RECM Comisión de Comercio del Mercosur Comités Técnicos(8) Fuente: elaborado en base a http://www.mercosur.org.uy Este órgano tiene por fin permitir una efectiva articulación de los actores cooperativos, armonizando aspectos legislativos y productivos, complementación de actividades productivas, potenciando espacios comunes y recursos del sector y de los Estados. Con relación al GMC se ha establecido un nexo de actuación, que permite retroalimentar el sistema al momento de la toma de decisiones, redundando, sin lugar a dudas, en una inserción positiva y dinamizadora de todo el proceso de profundización del MERCOSUR. Se integra por representantes de los estados miembro, además de representación de las organizaciones cooperativas nacionales. Pero más allá de las enormes expectativas generadas en su momento de creación, en la actualidad el MERCOSUR no es visto como un arreglo eficaz para la promoción de políticas públicas de desarrollo regional. Consideración que se ve confirmada en nuestros análisis de los casos nacionales pertenecientes a este bloque (Brasil y Uruguay). Desde nuestra perspectiva, este problema puede tener dos tipos de explicaciones. En primer lugar, el nivel de desarrollo institucional del MERCOSUR, que se encuentra en una situación similar al de una Unión Aduanera imperfecta, que no logra trascender hacia formas cooperación económica 14 • II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos más complejas. En tal sentido, sería preciso apostar a un mayor nivel de desarrollo de las instituciones de cooperación, que apunte a transformar al bloque en un tipo de arreglo similar al de la Unión Europea. El segundo tipo de explicación se encuentra en la propia génesis del proyecto de integración. El MERCOSUR en su origen es concebido como un proyecto comercial, de “regionalismo abierto”. Los países se unen para fomentar el comercio entre ellos, sin cercenar las posibilidades de integración de los miembros y del mismo bloque en esquemas más amplios de comercio. En este sentido, el acuerdo no pasa de un mero cascarón protector para sus países miembros, además de ser una plataforma de lanzamiento en el comercio mundial. Como conclusión, la situación de déficit en las políticas públicas del bloque, combina elementos de estos dos tipos de explicaciones. Ciertamente, la debilidad de órganos de carácter supranacional, que sustenten a las políticas públicas comunitarias, es la carencia más patente del bloque. Existen algunas instancias embrionarias, del cual la RECM es una muestra interesante. Potencialmente, podría aspirar a convertirse en un verdadero centro de diseño de políticas cooperativas para el MERCOSUR. Pero claro, las decisiones están en el campo de los gobiernos, y en la voluntad de financiar fondos para el desarrollo de este tipo de políticas. A. 2.1. El caso uruguayo. CALCAR cooperativa proporciona a sus socios, insumos a la producción, financiamiento de algunas inversiones, asesoramiento técnico etc. El grado de participación de los asociados (114 socios activos) es alto, con fuerte presencia en las asambleas de la cooperativa. La fuerte identidad cooperativa es un rasgo que ha permitido resistir a la empresa algunos fuertes embates externos. Por ejemplo, el problema ocasionado por la caída del mercado brasileño, tras la devaluación del Real en 1998. También resistieron exitosamente los intentos de absorción, ensayados por empresas multinacionales como PARMALAT o la empresa argentina SANCOR. Su producción principal es la leche fluida, manteca, cremas y yogurt. La producción de quesos es especialmente variada, siendo además su principal producto exportable. Debe destacarse que el 50% de la leche remitida a planta para su industrialización, se transforma en productos exportables de diversas formas, principalmente quesos. Sus principales mercados actualmente son Estados Unidos, México, Chile, entre otros. Brasil fue un mercado comprador muy importante para la cooperativa, antes de la devaluación del tipo de cambio, llegando a representar el 50% de sus exportaciones. Actualmente, la producción de la empresa está fuertemente orientada hacia el hemisferio norte del continente americano, como buena parte de la producción agroindustrial nacional. La Cooperativa Agraria Lechera de Carmelo (CALCAR), es una organización de productores lecheros, con base en el departamento de Colonia, en la región Suroeste del país. Fundada en el año 1956, esta empresa está radicada en una zona que fuera receptora de una fuerte inmigración suiza, italiana y alemana. Cuenta además con una cultura asociativa que se destaca en el plano nacional, con importante presencia de fenómenos cooperativos en la zona (en la misma se identifican cooperativas de prácticamente todas las modalidades existentes en Uruguay). Visión cooperativa sobre globalización e integración regional La cooperativa procesa unos 44 millones de litros de leche al año. Abastece totalmente a su zona de influencia, la ciudad de Carmelo, contando con un importante remanente lechero que se vuelca a la exportación. La Los directivos de la cooperativa continúan manteniendo expectativas de recuperación del mercado brasileño. Sin embargo, la empresa se ha orientado progresivamente hacia los mercados del hemisferio norte, México y Estados Unidos, donde hoy coloca más de la mitad de sus exportaciones (año 2003-2004). También Venezuela es un comprador importante, aunque se perciben algunas dificultades en la existencia de barreras comerciales y sanitarias a la entrada de productos. Sin olvidar tampoco los problemas de las asimetrías entre países, en relación especialmente al fuerte peso, económico y político, de Brasil dentro del bloque. A esto hay que agregar la ausencia de mecanismos de resolución de controversias, así como de mecanismos que permitan la coordinación macroeconómica en el bloque. Al respecto existen algunas experiencias comparativas interesantes. Como por ejemplo los Fondos de Cohesión de la Unión Europea, que tienen por objetivo apuntalar el desarrollo en la regiones de menor desarrollo relativo. La valoración del fenómeno regional aparece mediatizada por los efectos todavía recientes de la impactante devaluación brasileña del año 1998. Hasta ese momento, el desempeño exportador de la empresa se canalizaba preferentemente hacia el mercado brasileño(casi un 50% de sus exportaciones). La violenta devaluación del Real provocó una abrupta pérdida de competitividad de sus productos para el mercado brasileño. En el marco del MERCOSUR, además de la experiencia brasileña, la empresa ha realizado alguna incursión en el mercado argentino. Bajo la cobertura de una ini- II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos • 15 ciativa de la Cámara Exportadora, en los años 1999-2001 la empresa realiza algunos sondeos en ese mercado. La misma historia parece repetirse en Argentina, donde la crisis y la devaluación del peso argentino (año 2001), hecha por tierra este emprendimiento. La valoración de la empresa sobre las políticas públicas sectoriales es negativa. Si bien se destaca la presencia de los mecanismos de crédito que apoyan a las exportaciones, brindado por el estatal Banco de la República (BROU), no existen apoyos específicos para las empresas de economía solidaria. Finalmente, debe destacarse que la empresa no descarta la importancia de los mercados regionales, como un foco interesante para el desarrollo de la cooperativa. Sin embargo mantienen una postura cautelosa. La inestabilidad macroeconómica en la región, la volatilidad de los tipos de cambio, son elementos claves para explicar el desempeño exportador de la empresa en el bloque. La inexistencia de mecanismos supranacionales de coordinación de la política económica, que permita establecer una margen de certidumbre mayor en las variables claves de la economía, resultan un obstáculo mayor para el posicionamiento regional de la empresa. 2.2. El caso chileno. Los Robles La Cooperativa Vitivinícola de Curicó (Los Robles), tiene sus inicios en el desastre ocasionado por el Terremoto de Chillán, que asoló a Chile en el año 1939. En ese mismo año, en la Séptima Región del Maule se forma esta cooperativa, con el propósito de generar un establecimiento donde industrializar la producción vitícola. En la actualidad la cooperativa está integrada por 67 socios, incluyendo también personas jurídicas, como por ejemplo alguna cooperativa de pequeños agricultores. En la actualidad, la empresa genera unos 86 puestos de trabajo directos, todos sindicalizados y con derechos de negociación colectiva. Cuenta también con una importante dotación tecnológica, apostando a la tecnología de punta para su desarrollo productivo. Se destacan además los procesos de control de calidad (estilo ISO), y de trazabilidad de los productos. También existe preocupación ecológica, que se expresa en el manejo responsable de los efluentes líquidos y gaseosos. La presencia de los cooperativistas se manifiesta en el Directorio de la empresa, quien es el encargado de generar y brindar las macro-orientaciones de desarrollo estratégico de la empresa. El timoneo general de la empresa recae en una estructura gerencial muy desarrollada. Además del Gerente General, que está asociado a la empresa, se encuentran las jefaturas de Exportaciones, Administración y Finanzas, Ventas, Importaciones, Mar- keting, y de Aseguramiento de Calidad. Esta estructura se expresa en la presencia de elaborados planes de gestión anuales y de mediano plazo, con metas y objetivos precisos de desarrollo empresarial. La cooperación con otras formas de economía solidaria no es vista como un punto esencial para el desarrollo de la empresa. La empresa no descarta la colaboración con otras formas empresariales, pero estas se orientan bajo el objetivo estratégico de fortalecer la presencia en los mercados de Los Robles. Por otro lado, la empresa si mantiene una postura muy activa de responsabilidad social, de colaboración y participación en todas las iniciativas dirigidas a combatir la pobreza extrema y sus manifestaciones. Desempeño exportador de Los Robles Su desempeño productivo durante los primeros años de existencia es correcto, orientándose enteramente a la producción para el mercado interno. Con su incorporación a la vigorosa corriente exportadora chilena de los ‘80s comienza a procesarse su transformación productiva. La empresa comienza a procesar su salto productivo en el período 1999-2000. La modernización de plantilla gerencial, es un factor clave en la explicación de este nuevo posicionamiento en los mercados internacionales. Las exportaciones pasan a representar el 75% de los ingresos totales de la empresa. Durante el año 2004 se realizan exportaciones por valores superiores a los 5:400.000U$, lo que significó un salto del 28%, respecto al desempeño exportador del año 2003 (4:200.000U$). La empresa ha enfocado sus estrategias comerciales hacia la diferenciación del producto. Principalmente hacia los circuitos comerciales del “Comercio Justo”, utilizando denominaciones como las de FLO (Fair Trade Levelling Organization) en sus productos. Especialmente en los mercados europeos, donde existe un interesante segmento de consumo para este tipo de productos, en sectores sociales preocupados por los aspectos sociales del proceso productivo. Los principales mercados compradores son los del viejo mundo, aunque vienen diversificando sus destinos de manera creciente. Según nuestros entrevistados, “en un comienzo vendíamos exclusivamente al Reino Unido, La renovación generacional de los cooperativistas, así como el ingreso de nuevos integrantes con mentalidades más empresariales, parecen ser los factores explicativos del surgimiento de este nuevo liderazgo cooperativo. En realidad, los beneficios no son económicos, ya que no es un segmento significativo del mercado. El mayor rédito debe buscarse en el prestigio que otorga a la empresa la participación en estas redes de comercio justo, en una apuesta a la construcción de la marca “Los Robles”. 16 • II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos ahora vendemos a Alemania, Bélgica, Holanda, Francia, Dinamarca, Suecia, Corea, Japón, China, Costa Rica, Venezuela, EEUU, Canadá, entonces queremos llegar a tener unos 30 países a los cuales podamos vender nuestros productos.” (EIC) Visión cooperativa sobre globalización e integración regional El MERCOSUR no es apreciado como una oportunidad relevante para realizar negocios. Resulta claro que en esta zona del mundo es donde los vinos chilenos encuentran la máxima competencia, para su producción de vinos a granel, sin diferenciación del producto. Los países de la región, Argentina y Uruguay, pero también el sur de Brasil, son vistos como fuertes competidores para los vinos chilenos. En relación a los tratados comerciales, como los que Chile sostiene con Estados Unidos, la Unión Europea, y los tratados recientes con países del Asia, han representado una importante vía de acceso a nuevos mercados. Un soporte jurídico de importancia para el establecimiento de relaciones internacionales con mayores garantías. Una de las consecuencias más recientes de dichos acuerdos para Vinos Los Robles, ha sido el crecimiento de los volúmenes exportados hacia el mercado asiático. Su vigoroso posicionamiento externo se basa en la búsqueda sistemática de diversificación de mercados, identificando segmentos específicos, como por ejemplo los del Comercio Justo. Además, su apuesta a la renovación tecnológica y a una estructura gerencial profesionalizada. Aspecto fundamental, ya que la exportación requiere de una dedicación muy fuerte al relevamiento y análisis de información de mercados. El dinamismo del mercado mundial, la fuerte competencia entre productores tradicionales y emergentes, obliga a una actitud atenta a los avatares del mercado. empresa diferenciarse, construyendo una marca reconocida en los mercados mundiales. Los instrumentos de política pública disponibles para la promoción agrícola están fuertemente sesgados hacia objetivos de promoción de la equidad. Por lo tanto, en el campo de los instrumentos de promoción productiva e inserción exportadora, Los Robles debe competir con otras empresas exportadores. 2.3. El caso brasileño. Aurora La Cooperativa Vitivinícola Aurora fue fundada en el año 1931, en la ciudad de Bento Gonçalves de Rio Grande do Sul, por unas 16 familias de productores de uvas. Al día de hoy la cooperativa está integrada por casi 1.300 asociados, que producen juntas una zafra de 55 millones de quilos de uvas, de la que resultan unos 35 millones de litros de vino anuales. La Cooperativa Aurora ha definido su misión en ser la mas grande vinícola de Brasil, especializada en elaborar y distribuir productos, bajo altos estándares de calidad. Desde los años 80 también exporta de vinos para Japón, Finlandia, Estados Unidos, Francia y República Checa entre otros. Preocupada con la calidad de los productos, la cooperativa ha introducido innovaciones en su proceso productivo, de forma tal de lograr acreditaciones de tipo ISO 9001. Estos Sistemas de Gestión de la Calidad, aseguran los procesos de elaboración y procesamiento del vino y sus derivados. Esta es una medida que ha sido considerada imprescindible, para reforzar su imagen en el mercado brasileño, frente a los muy bien conceptuados vinos chilenos y argentinos. (EIC) La organización del trabajo es otro punto alto en la empresa, con una eficaz estructura gerencial y operativa, y una estructura productiva adaptada a los exigentes mercados externos. El liderazgo gerencial, producto de la renovación generacional de la empresa en los ’80, es un factor de importancia para explicar este dinamismo. En tal sentido, la cooperativa ha definido como una línea de desarrollo estratégico el fomento de la intercooperación, con otras empresas cooperativas de Río Grande, tratando de generar mayores escalas productivas, que les permitan enfrentar la importante competencia de los productores de la región. Este se complementa con una apuesta firme a la incorporación tecnológica y al mejoramiento genético de la producción, mediante introducción de nuevas variedades de cepas vinícolas. De todas maneras, uno de los principales problemas para esta industria consiste en la búsqueda de superación del poder de mercado que poseen las empresas que realizan la intermediación en el comercio de vinos a nivel mundial. La colocación de sus productos a través de grandes supermercados, compradores a granel, supone una baja calificación del producto que ofrecen. Si bien el precio y la calidad son apreciados, esto no permite a la Las acciones de promoción estatal al sector cooperativo son más bien limitadas. Desde el año 2003, el Ministerio de Agricultura (MA) junto con el Grupo Interministerial del Cooperativismo y el Ministerio del Desarrollo, Industria y Comercio Exterior (MDIC), vienen desarrollando un trabajo de estimulo y capacitación de las cooperativas para la exportación. Todavía no existe un tratamiento diferenciado entre exportación hecha II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos • 17 por una empresa mercantil y por una cooperativa, aunque estos pasos pueden ser un buen inicio. rativa muy diversificada entre los países miembros del MERCOSUR. Para los productores brasileños la protección del mercado interno es fundamental. Instrumentos como los aranceles, cuotas y precios piso son reclamados por los productores. “Por causa de la inexistencia de políticas públicas, un significativo número de cooperativas argentinas, principalmente en el área de vino, está acelerando sus exportaciones y aumentando su producción para Brasil dificultando el trabajo de nuestras cooperativas” (EIC) b) No existe un conjunto armónico de legislaciones en los distintos sectores cooperativos nacionales, que conduzcan al fortalecimiento del proceso de integración regional El desempeño productivo cooperativo d) Los propósitos de integración son puntuales, pautados por el voluntarismo. Elementos que conducen a la configuración de un escenario institucional fragmentado e improvisado, de lenta consolidación La estrategia cooperativa en el Brasil parece apostar más a dinámicas reactivas, defensivas frente a la competencia regional e internacional. Si bien existe una cierta visión respecto a las potenciales ventajas del intercambio tecnológico con otras cooperativas de la región, lo cierto es que estas posibilidades se ven dificultades por la fuerte competencia por el mercado brasileño. Respecto a las políticas públicas, según la opinión de nuestros entrevistados, las cooperativas brasileñas carecen de una política de crédito diferenciada, que las oriente hacia la exportación. Reciben planes de capacitación, elaborados por el MDIC, a través del Departamento Nacional de Cooperativismo (DENACOOP), sobre como exportar, planificar la producción, tasas aduaneras y comercialización en espacios internacionales. Si embargo, siguen siendo políticas públicas puntuales, orientadas a incrementar la productividad empresarial y no a la reafirmación de principios democráticos, de solidaridad y derechos sociales de todos los hombres y mujeres de la región (EIC). Esto es visto por las cooperativas como una insuficiencia muy grave, una carencia de visión respecto al fenómeno cooperativo, que dificulta el real desarrollo de las empresas de economía solidaria. Finalmente, la visión de los actores cooperativos respecto a la relación entre integración y desarrollo cooperativo están muy lejos de ser idílicas. Esto se afirma en un dato de la realidad, como es la importancia del mercado de consumo brasileño, con un potencial de expansión muy importante. Pero también se visualizan otros obstáculos importantes, que son reseñados en el cuadro siguiente. Integración y Desarrollo Cooperativo. Principales obstáculos a) Los intercambios cooperativos son obstaculizados o bloqueados por una legislación coope- c) La afirmación de los elementos sustanciales dependen de características históricas culturales que en la región todavía son desconocidos e) Las estrategias de las empresas cooperativas con relación al MERCOSUR están dominadas por la postura de resistencia o de oposición sistemática a la apertura de las cooperativas brasileñas. Se citan dos grandes conjuntos causales: Inexistencia de políticas públicas que incentiven la intercooperación regional; La fuerte orientación hacia el territorio nacional, buscando la protección del mercado local. Fuente: Entrevistas con informantes calificados, Brasil. 2.4. El caso colombiano. COLANTA La Cooperativa Lechera de Antioquia (COLANTA) nace en 1964 en el municipio de Don Matías (Departamento de Antioquia), fruto de una iniciativa de la Secretaria de Agricultura departamental. El objetivo esta iniciativa era el de superar la deficitaria situación en materia de producción y comercialización de leche para la ciudad de Medellín (capital del Departamento de Antioquia). El grupo original estaba conformado por 64 asociados, pequeños productores de leche que encontraron en la iniciativa departamental una oportunidad que aprovecharon. La nueva Cooperativa instaló un pequeño almacén de insumos agropecuarios para apoyar las actividades de producción de leche. El comienzo fue muy difícil, en los primeros 10 años de existencia la cooperativa se declaró tres veces en quiebra y el antiguo Departamento Administrativo Nacional de Cooperativas (DANCOOP), sugirió su liquidación. Es en el año 1973 cuando la cooperativa empieza a caminar por un nuevo rumbo en materia de liderazgo y crecimiento sostenido. Ese mismo año es nombrado 18 • II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos como Gerente un Médico Veterinario, ex Secretario de Agricultura, reconocido por ganaderos de la región y entidades del gobierno departamental (EIC). Ya para el año 1977, la cooperativa coloca 4 millones de kilos de leche y sus asociados ascienden a 700. Los años siguientes estarían marcados por un progresivo crecimiento tecnológico e innovación en los procesos de producción de la leche, mejoramiento de razas y fortalecimiento del tejido social de la cooperativa. (COLANTA, 2005) Sin dudas que COLANTA es una de las empresas líderes del sector lácteo, durante el año 2003 sus ventas ascendieron a unos $889.795 millones de pesos, siendo líder de ventas en el mercado de alimentos de Colombia durante ese periodo ( Lozano 2004: 34). Pero COLANTA no es un caso aislado. También Coolechera, cooperativa lechera ubicada en la Costa Atlántica, se ubicó en séptimo lugar en ventas nacionales con un valor de $128.349 millones en ventas y Ciledco, otra cooperativa láctea nacional, logró ventas por $28.715 millones, ubicándose en el puesto catorce en la lista de las empresas más vendedoras (Revista Dinero, 2004: 130-131). Las tres cooperativas son exportadoras, siendo COLANTA la de mayor penetración en mercados de la región andina. Las tres empresas fueron incluidas en la revista de negocios Dinero dentro de las 5000 empresas colombianas que lograron un incremento en sus utilidades (en el caso de las cooperativas, excedentes cooperativos) del 31% y lograron reducir de manera similar su nivel de endeudamiento. El mercado local y la proyección regional Para algunos analistas, las cifras de exportaciones y del número de cooperativas y empresas exportadoras es una muestra de que el sector “no posee vocación exportadora” (Lozano, 2004: 21). Para otros se trata de un sector poco competitivo, poco preparado para enfrentar los retos de la internacionalización de sus negocios (EIC). Es por lo tanto un sector incapaz de aprovechar las opciones comerciales que brindan los procesos de integración económica internacional. La experiencia colombiana parece demostrar que estos acercamientos a la cuestión están indudablemente sesgados. En realidad, el sector cooperativo esta poblado por un alto porcentaje de micro y pequeñas empresas. La escala de la empresa cooperativa es un factor esencial para comprender su potencial exportador. Pretender concluir que poseen una carencia genética, una suerte de tara que los inhabilita para el desarrollo exportador, resulta al menos inexacto. Para responder esa cuestión es preciso conocer sus características y debilidades tecnológicas, el tipo de líderes que las controlan, la visión comercial de sus asociados y la naturaleza local y regional de los mercados que abastecen en Colombia. Los sectores de mayor dinamismo exportador en Colombia se dan en sectores con competitividades propias del sector. Por ejemplo el caso del Café, donde las competitividades han sido históricas y la forma cooperativa ha permitido flexibilizar los procesos de comercialización internacional. En el caso de la Leche, las observaciones son más interesantes: Colombia era importador y ahora es exportador. De las 4 empresas de mayores ventas al exterior, 3 son empresas cooperativas. Esta observación permite observar una reacomodación del mercado, articulada a la forma de producción y comercio cooperativo, base actual de la posición de liderazgo en la región andina (BID-INTAL, 1999). Esta claro que el éxito en el posicionamiento exportador de COLANTA se afirma en el desarrollo de ventajas comparativas en una región netamente deficitaria en materia de producción láctea. Ahora, si bien el crecimiento de COLANTA se afirma en la expansión del comercio intrarregional, donde el Pacto Andino opera como un instrumento que afirma esas tendencias, el desarrollo productivo de la empresa debe más a las virtudes de su desarrollo empresarial. La internacionalización de los negocios cooperativos depende más de una iniciativa local, a partir de la posición de liderazgo en los mercados locales que de iniciativas externas o propiciadas por procesos de integración. Lo que sí es cierto, para el caso de Colanta, es que los procesos de apertura, de inversión extranjera y de reacomodación del mercado local e internacional, le permitieron fortalecer su estructura productiva y comercializadora, aprovechando las puertas de la integración subregional andina. Como recomendación, los gobiernos nacionales y locales deberían propiciar la intercooperación, internacionalización e integración regional de las formas asociativas cooperativas y solidarias, a partir de incentivos fiscales y acompañamientos técnicas específicos. Sin olvidar que esto solo es posible mediante el fortalecimiento de las mismas organizaciones en calidad, servicio y productividad, como bases para su preparación en el reto que implican los procesos de globalización. En ese sentido, el primer paso ha de ser entonces, el perfeccionamiento y fortalecimiento de los mercados locales y la intercooperación entre empresas del sector dentro de la geografía nacional. 3. Como conclusión. Perspectivas del Desarrollo Cooperativo en la Globalización En estas conclusiones pretendemos aportar algunas reflexiones que surgen del análisis comparativo de nues- II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos • 19 tros casos. Estas son formuladas a la manera de hipótesis de trabajo, pasibles de ser reelaboradas y contrastadas en estudios posteriores. En el cuadro anexo final, presentamos un cuadro resumen de las distintas dimensiones evaluadas, donde se aprecia el vigor del desempeño cooperativo de nuestros casos. En términos de constataciones, se puede afirmar que la naturaleza cooperativa de las empresas no son un obstáculo para su inserción exitosa en los mercados mundiales. Más allá de los sesgos en la selección de casos, no podemos decir que las empresas de economía solidaria posean una “incapacidad inherente”, que las inhabilite para su inserción y desempeño en los mercados mundiales. Por otra parte, ciertamente, el dinamismo exportador se orienta netamente por la demanda, formada en torno a los precios y calidades de los productos. En este punto, la producción cooperativa compite exitosamente en áreas donde la calidad del producto resulta clave. Esto resulta especialmente cierto donde los productos cooperativos pueden aportar un cierto diferencial, que se desprende de las peculiaridades de su proceso productivo (la responsabilidad social, el respeto por el medio ambiente, la identidad local, por ejemplo). Respecto a una de nuestras preguntas iniciales, que indicaba que los acuerdos de integración regional podían ser un instrumento idóneo para potenciar el acceso a los mercados por parte de las empresas cooperativas, las experiencias resultan ambiguas. Ciertamente, la existencia de acuerdos comerciales bilaterales facilitan el proceso de comercialización y de inversión productiva. Pero el dinamismo comercial de los casos analizados se asienta más bien en las ventajas comparativas de la producción de bienes de base agrícola que tienen los países seleccionados, antes que en políticas regionales de promoción. Entonces, frente a la ausencia o debilidad de mecanismos de promoción sectorial, el éxito de las empresas cooperativas en los mercados internacionales solo puede afirmarse en las condiciones de competitividad y productividad empresarial. No se identificaron mecanismos específicos de promoción del comercio cooperativo extra regional. Las empresas de economía solidaria, al igual que cualquier otra empresa con fines de lucro, deben cumplimentar rigurosamente los mismos requisitos de eficiencia y calidad en la producción de sus productos. Por último, dentro de los países estudiados tampoco se observa la presencia de ningún mecanismo supranacional que busque favorecer el comercio cooperativo intra-regional (nos referimos específicamente al MERCOSUR, pero también vale para el Pacto Andino). Tampoco se aprecia una tendencia hacia la formación de acuerdos de cooperación Inter-cooperativos. En realidad, las empresas cooperativas, en su posicionamiento internacio- nal, parecen adoptar posturas similares a las de cualquier empresa comercial. Sin dudas que la ausencia de políticas públicas de promoción al desarrollo de formas económicas solidarias, está asociado a un cierto patrón de desarrollo predominante en la región. Un patrón que tu rendimiento en la década de los ’90, pero que evidencia señales claras de agotamiento. Si efectivamente nos encontramos en un momento de búsqueda, de construcción de nuevos estilos de desarrollo en la región, puede abrirse una ventana de oportunidad para los actores cooperativos. La construcción de una agenda de desarrollo alternativa, que apueste a un desarrollo productivo, equitativo y sustentable, sólo puede pensarse desde la presencia activa de los sectores de la economía solidaria. Finalmente, frente a este enorme desafío, es que nos permitimos formular algunas sugerencias, como recomendaciones generales que se desprenden de nuestro trabajo de investigación. Sobre estas sugerencias podría comenzar a constituirse la nueva agenda de investigación sobre Integración y Desarrollo Cooperativo: a) Existe un espacio que reclama con urgencia el poder ser llenado, tanto a nivel empresarial cooperativo, académico como de los poderes públicos. En la extensa revisión bibliográfica y documental, realizada en nuestra investigación, pudimos constatar la urgencia y la importancia de profundizar y generar un espacio de trabajo, intercambio y generación de conocimiento sobre la relación entre sector cooperativo, economía social, integración comercial y globalización. Esta acción se plantea con múltiples beneficios tanto para los propios actores del sector, como para los gobiernos y las propias instancias académicas. b) Hay una cantidad de experiencias interesantes e importantes a nivel cada país para explorar, modelizar y para resocializar a los actores privados y públicos. Más allá de lo que se ha podido registrar e investigar, los propios actores de la economía social están abriendo caminos, buscando fórmulas y desarrollando experiencias que son dignas de reconocerse y poder servir de base para la reflexión y la investigación con los pies en la tierra. Existen muchos casos de iniciativas que no son de dominio público, que no hacen noticia, pero que son procesos mediante los cuales las propias personas “se suben” a la globalización y aprovechan sus potencialidades. c) Urgencia de utilizar los distintos foros y plataformas para difundir los resultados. 20 • II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos Luego de revisar la literatura, de desarrollar los estudio se casos, de dialogar con dirigentes y autoridades, la posibilidad de generar una plataforma de trabajo común sobre la temática del desarrollo cooperativo, integración comercial y globalización, aparece como una necesidad evidente, ya que en la actualidad es evidente que se carece de consenso, de modelos y de marcos de interpretación adecuados para el fenómeno complejo que vivimos. d) Compatibilizar las tendencias naturales del sector cooperativo hacia el desarrollo local con las tendencias de la globalización. Queda claro por otra parte, que el sector cooperativo y otras empresas y organizaciones de la economía social son capaces y tienen un mandato explicito para intentar compatibilizar en casos concretos, en lugares concretos y con gente real las tendencias mundializadoras de la globalización, con las tendencias del desarrollo local sustentable. Es a través de este tipo de empresas, como de otras de la economía social, donde es posible concretar el desarrollo de oportunidades a nivel internacional, que tengan una traducción clara a nivel de los códigos y culturas locales. Bibliografía Sumaria • • • • • • • • • • ABREU, Sergio(1991). MERCOSUR e integración. Uruguay. Fundación de Cultura Universitaria. BID-INTAL (1999). Informe final preliminar: Proyecto de Impacto de la Integración Económica en la Cadena Láctea de la Comunidad Andina de Naciones. Colombia. Universidad Javeriana. COLANTA (2005). Página institucional de Cooperativa Lechera de Antioquia, COLANTA. Colombia. Disponible en: http://www.colanta.com.co. CASTELLS, Manuel (1999). La era de la Información. Economía, Sociedad y Cultura. Volúmenes I, II, III. España. Editorial Siglo XXI. CEPAL (2002). Globalización y Desarrollo. Chile. Comisión Económica para América Latina. DE BRIES, Michiel (2000). “The attack on the state: a comparision of the arguments”. International Review of Administrative Sciences. New Delhi. Sage Publications. LOZANO, Ricardo (2004). Situación del sector de la economía solidaria en la hora del tratado de libre comercio con estados unidos: Globalizando la solidaridad. Consultoría presentada al Foro Económico: retos de la economía solidaria frente al TLC. Bogotá D.C. MARTÍNEZ COLL, J.C. (2001). La integración europea. En: “La economía de mercado, virtudes e inconvenientes”. Disponible en: http://eumed.net/cursecon/17/17-3.htm. REVISTA DINERO (2004). 5000 empresas. Colombia. Revista Dinero, No. 207. YEATES, Nicola (2003). Globalization and social policy. USA. SAGE Publications. II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos • 21 Cooperativas de trabajo en el cono sur. MATRICES DE SURGIMIENTO Y MODELOS DE GESTIÓN • Alfredo Camilletti, Javier Guidini y Andrea Herrera • Mónica Rodríguez Instituto de Estudios Cooperativos (IEC) - Universidad de la Plata – Argentina Programa Interdisciplinario de Estudios Asociativos (PROASOCIA) - Universidad de Chile – Chile • Juan Pablo Martí (coordinador), Cecilia Soria, Milton Torrelli y Milton Silveira Unidad de Estudios Cooperativos (UEC) - Universidad de la República – Uruguay Resumen La investigación que busca sintetizar este artículo tenía por objetivo contribuir a mejorar la gestión de las cooperativas de trabajo. A partir de un estudio de casos en tres países del Cono Sur de Sudamérica se busca vincular la matriz de surgimiento de las cooperativas con la modalides que asume la gestión. Se compara la gestión de las cooperativas de trabajo en Argentina, Chile y Uruguay intentando identificar de los atributos organizacionales diferenciales en función de las distintas modalidades de surgimiento de las mismas. Si bien se concluye en que no existe un modelo de gestión específico para cada matriz de surgimiento, si se pueden señalar especificidades a la hora de organizar la gestión, directamente relacionadas con los desafíos planteados en el momento de la creación 1.Introducción El artículo que aquí se presenta constituye una síntesis de una investigación homónima, cuyo objetivo era contribuir a la generación de modelos gestión acordes a las necesidades y potencialidades de las cooperativas de trabajo, a partir de la identificación de los atributos organizacionales diferenciales en función de las distintas modalidades de surgimiento de las mismas. Para esto se realizo un relevamiento acerca de la historia, el surgimiento y la situación de las cooperativas de trabajo en sus diferentes matrices de surgimiento. La información considerada surge, fundamentalmente, del testimonio de quienes integran estas experiencias y del análisis del marco contextual y legal de cada país. A través de este trabajo se pretende detectar las debilidades y fortalezas del modelo de gestión utilizado por las cooperativas entrevistadas y proyectar los factores relevantes a ser considerados en la administración de las cooperativas de trabajo. Para ello se exponen los desafíos de la gestión cooperativa y se analizan las variables relevantes de gestión para las matrices propuestas. 2.Transformaciones en el mercado de trabajo y cooperativas En el marco de la globalización el proceso de producción se transformó por la conjunción de nuevas tecnologías y cambios en la organización del trabajo, lo que impactó fuertemente sobre los mercados de trabajo (Houtart, 1995). La globalización ha estado acompañada por la implementación de políticas monetarias, fiscales y sociales incompatibles con el mantenimiento y/o creación de empleo (Stiglitz, 2002). A su vez, nuevos niveles de competitividad han sido definidos provocando la desestructuración de varias cadenas productivas y obligando a las empresas a reestructurarse con nuevas tecnologías de producción y de gestión. El control rígido y directo de la producción fue sustituido por el control de los mercados (control de las informaciones y marcas), y muchas grandes empresas pasaron a organizarse en redes. La característica principal de este modelo es la presencia del capital financiero como principal coordinador del desarrollo bajo el cual todas las demás estrategias económicas, dentro de las cuales están las productivas, están subordinadas (Dierckxsens, 1998: 177). Presenciamos el pasaje del modelo de desarrollo fordista, en el cual la relación salarial estaba regulada a través de una normativa relativamente protectora del trabajador y su familia, a un modelo de acumulación flexible (Boyer, 1995 y 1997). El capital se globaliza, se concentra y excluye una gran parcela de la población del mercado de trabajo. Esto se traduce no solamente en una rápida disminución de los obreros, sino también en la eliminación de la relación de trabajo de un gran número de personas, inútiles en los nuevos procesos o incapaces de introducirse en ellos profesionalmente (Lipietz, 1995). 22 • II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos Las nuevas condiciones de la economía globalizada traen como consecuencia escasa capacidad en la generación de empleo, lo que se ve agudizado por los procesos de privatización y desnacionalización. Esto se manifiesta en los índices de desempleo existentes en nuestros países. Por lo tanto, ya no se trata de generar empleos de calidad y bien remunerados, el desafío hoy planteado es simplemente generar empleo. Frente a este crítico panorama, las cooperativas de trabajo aparecen como una de las alternativas más viables para responder al desafío de generar empleo. Pero su valor no sólo radica en ser fuente para la creación de empleo, sino también en el hecho de que funcionan como un entramado, porque conforma una red de relaciones y vínculos que rescatan a las personas del aislamiento al compartir tareas, sentimientos, normas y valores; y también es una envoltura que actúa como barrera de protección para los que pertenecen a la misma. No es suficiente con la simple creación de cooperativas de trabajo, estas deben ser competitivas y eficientes para insertarse en el mercado, sin perder de vista sus principios y valores. Las cooperativas de trabajo deben responder a diversas problemáticas de organización, de capitalización y de gestión. Ello requiere elaborar estrategias y herramientas –tanto a nivel práctico como teórico- necesarias para su evolución. En este contexto se hace necesario que la teoría organizativa proponga los marcos conceptuales con los cuales describir y desplegar la experiencia cooperativa de modo de ayudar a los protagonistas (Battaglia, 2004). De ahí el interés por indagar respecto a los distintos orígenes de las cooperativas de trabajo, bajo la premisa de que la comparación entre diferentes realidades arrojará luz sobre las causas de las diferentes manifestaciones y magnitudes de los fenómenos reseñados en las cooperativas. Un enfoque que dé cuenta de la diversidad llevará a identificar un conjunto de factores críticos de éxito, que presumiblemente obedezcan a una disposición organizativa particular, fuertemente caracterizado y condicionado por la especificidad ideológica y cultural que han dado vida a la empresa (Battaglia, 2004). A partir de esta caracterización el trabajo intenta responder a la pregunta: ¿cuáles son aquellos elementos de la gestión que guardan relación con las condiciones de surgimiento de estas iniciativas? También podríamos formular la preguntar de la siguiente manera: ¿cuántas de las características institucionales detectadas no se explican por el origen de estas iniciativas sino que constituyen regularidades de las cooperativas de trabajo? Para el año 2003 la desocupación abierta alcanzaba el 19,5% en Argentina, el 9,4% Chile y el 14% Uruguay 3.Las matrices de surgimiento y los casos estudiados Al momento de analizar el origen de las organizaciones cooperativas J. Vanek (1985) individualiza cinco modalidades de nacimiento: a) la quiebra: cuando los trabajadores asumen la gestión de la empresa capitalista arruinada; b) la reorganización amigable o muy amigable: una empresa tradicional, vital y con buen funcionamiento se reorganiza en forma cooperativa con el consenso de todas las partes e incluso la iniciativa del propietario; c) la reorganización agresiva: los trabajadores imponen la autogestión con huelgas y acciones hostiles; d) la formación espontánea de una nueva cooperativa que nace sin experiencia previa; y e) la formación inducida del exterior: la empresa se crea de cero pero con la ayuda de instituciones u organizaciones externas que no forman parte de la cooperativa. Este esquema propuesto por Vanek requiere ser reformulado atendiendo la realidad latinoamericana y las especificidades de las cooperativas de trabajo. Para esto resulta de gran utilidad la propuesta del cientista social uruguayo J. P. Terra (1984) que propone distinguir las siguientes matrices de surgimiento de las cooperativas de producción: A. Cooperativas que nacieron por la transferencia a los trabajadores de empresas deficitarias, públicas y privadas. Este fue el caso anteriormente estudiado en el marco del Comité Académico de Empresa Recuperadas; y correspondería al primer y tercer origen propuesto por Vanek. B. Cooperativas que nacieron de un impulso autónomo de los propios socios en busca de superar los modelos de producción capitalista y de obtener una nueva forma de relación social y productiva. Este caso estaría relacionado con la cuarta modalidad de Vanek. C. La organización cooperativa creada por una organización externa, no cooperativa ella misma pero muy motivada y altamente competente, que le dio la eficiencia empresarial y orientó la capacitación y gradual transferencia a la autogestión, una vez pasada la etapa creativa y lograda la consolidación. Este es el caso típico de incubaje de cooperativas a través de ONG’s o de la acción de universidades. Esta representaría la modalidad quinta del esquema de Vanek. D. Relacionada con esta última, pero con diferencias importantes, estarían las cooperativas promovidas por la acción estatal. En los países de la región observamos frecuentemente políticas públicas que II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos • 23 promueven la formación de cooperativas. Este origen se relacionaría también con la quinta modalidad propuesta por Vanek. El motivo de esta subdivisión radica en la importancia del fenómeno en Argentina, el peso que tiene en Uruguay y la presencia en Chile. Por otra parte esta modalidad no obedece a la lógica de la incubación sino más bien a objetivos de política pública. Para dar cuenta de esta problemática e intentar responder las preguntas optamos por una metodología de índole cualitativa y centrada en el estudio de casos, procurando la expresividad y no la representatividad estadística de los mismos. El procedimiento de muestreo fue de tipo teórico intencional. El mismo se conforma a partir de la delimitación de ejes relevantes de selección de casos sugeridos por la teoría revisada anteriormente. En esta investigación se tomo esta clasificación, resumiéndose en el cuadro siguiente las cooperativas estudiadas: Matrices de surgimiento Empresas recuperadas Impulso autónomo Promovidas por organizaciones privadas Promovidas desde el Estado Argentina Cooperativa Textil Argentina Cooperativa “Ferrograf” Cooperativa “Los Pibes de M.A.M.A” Cooperativa Textil “Las Flores” Chile ----------- Cooperativa Educacional Paine Cooperativa de Ex trabajadores de Telefónica (COOPEXTEL) Cooperativa de Mueblistas “Millaray” Uruguay Cooperativa NIBOPLAST Cooperativa EMMI Cooperativa COCLAM Cooperativa de Taxi “Los maitenes” A su vez, a partir de las observaciones realizadas del carácter de la población objeto de estudio consideramos otros criterios para obtener la información que consideramos relevante a fin de dar cuenta de los objetivos propuestos. Estos criterios son: a) la dimensión temporal; b) la existencia de una gerencia diferenciada; y c) la cantidad de integrantes. Estos criterios constituyeron una orientación en la selección de los casos a integrar la muestra, pero de ninguna manera fueron exhaustivos ni rígidos. Se trató de criterios previos que el conocimiento existente respecto a las cooperativas a estudiar nos sugiere tener en cuenta antes del trabajo de campo. Sin embargo, debemos consignar las dificultades enfrentadas a la hora de seleccionar los casos de estudio. La diversidad de matrices y países conspiró contra la perfecta aplicación de los criterios de selección. La investigación no buscó la representatividad estadística de los casos, si que dieran cuenta del universo a estudio lo que se cumplió sin inconvenientes. Consideramos el “ciclo vital” de las cooperativas seleccionando casos que se encuentran en la misma etapa. Para ello se buscó que los casos estudiados no se encuentren en la etapa inicial de su vida, sino que la cooperativa lleve unos años de conformada, habiendo ocurrido al menos una rotación del Concejo Directivo. Como criterio cuantitativo se acordó tomar en cuenta solamente cooperativas que cuenten con más de 9 integrantes. En los casos de cooperativas pequeñas es probable que la estructura informal, que existe en cualquier organización, llegue a ser la predominante. 4.CONCEPTOS Y CARACTERISTICAS DE LAS COOPERATIVAS DE TRABAJO Las cooperativas de trabajo son organizaciones que, sobre la base del esfuerzo propio y la ayuda mutua, proveen de trabajo a sus asociados en forma equitativa buscando su elevación tanto económica, cultural, asistencial, social y profesional. Sin embargo, la legislación plantea importantes diferencias en los tres países. En Argentina y en Chile existe una Ley General que rige a todas las cooperativas, la 20.337/73 y la 19.832/02 respectivamente, mientras que en Uruguay se aprobó durante este año una Ley específica para cooperativas de trabajo la 17.794. Las definiciones planteadas en las leyes coinciden, en términos generales, para los tres países, al igual que el hecho de resaltar la existencia de una relación asociativa y no de dependencia respecto a los trabajadores que integran la cooperativa. Según la legislación Argentina una cooperativa de trabajo es la que organiza y presta a sus asociados el servicio de darles ocupación o la ocasión del trabajo. Tiene por objeto asumir por su propia cuenta, valiéndose del trabajo personal de sus asociados, las actividades necesarias para la producción de determinados bienes o 24 • II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos servicios; cambiando de la relación de dependencia a la asociativa (Moirano; 1995). En Chile se denomina cooperativas de trabajo a las que tienen por objeto producir o transformar bienes o prestar servicios a terceros, mediante el trabajo mancomunado de sus socios. Siempre que sus asociados no tengan trabajadores dependientes y el uso de los medios de producción de propiedad de los asociados, esté afectado exclusivamente al cumplimiento del objeto de la cooperativa, salvo autorización expresa de esta última. En tanto que en Uruguay, la nueva Ley de cooperativas de trabajo establece que: “son cooperativas de producción o trabajo asociado, las que tienen por objeto proporcionar a sus asociados puestos de trabajo, mediante su esfuerzo personal y directo, a través de una organización conjunta destinada a producir bienes o servicios para terceros, en cualquier sector de la actividad económica”,.... “siempre que sus asociados no tengan trabajadores dependientes y el uso de los medios de producción de propiedad de los asociados, esté afectado exclusivamente al cumplimiento del objeto de la cooperativa, salvo autorización expresa de esta última” La cantidad mínima para la conformación de estas cooperativas varía, en Argentina se requieren seis asociados al igual que en Uruguay, mientras que en Chile se requieren cinco asociados. En algunos países la identidad trabajador-asociado es celosamente respetada, como es el caso de Argentina, mientras que en otros, como en Chile y Uruguay, suele admitirse la actuación de una proporción de trabajadores no asociados, siempre que las cooperativas de trabajo cumplan determinadas normas que disminuyan los inconvenientes que derivan de esta situación. Los excedentes anuales revelan los beneficios producidos por los trabajadores asociados que integran la cooperativa y deben distribuirse entre estos, de manera equitativa, en proporción al trabajo realizado por cada uno de ellos. Respecto a la distribución de los excedentes provenientes del trabajo de los no asociados a las cooperativas, Las cooperativas de trabajo se proponen obtener fuentes de ocupación adecuadas para sus asociados, sin embargo es necesario la admisión de excepciones en casos determinados: para tareas esporádicas, de carácter excepcional o de naturaleza transitoria y/o los períodos de prueba de duración limitada. La legislación Argentina refleja estas situaciones especiales en la Resolución Nº 360/75 del INAC (Instituto Nacional de Acción Cooperativa), hoy INAES (Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social). En Uruguay se permite tener hasta el 20 % del total de trabajadores. Como excepción se admite contratación de trabajadores por encima del tope, cuando lo justifica la cobertura de necesidades cíclicas de temporada (Ley Nº 17794/04). el tratamiento difiere según cada país: en Argentina, al permitirse la incorporación de trabajadores no socios solo en situaciones especiales, este excedente se traslada a una cuenta de reserva especial prevista en la ley de cooperativas. En Chile estos excedentes se distribuyen a prorrata de las cuotas de participación, en tanto que en Uruguay esta situación no esta prevista legalmente. En cuanto al desarrollo del cooperativismo de trabajo en los tres países, existe una marcada diferencia: • Actualmente en Argentina de las 18.007 cooperativas existentes en todo el país, 8068 corresponden a cooperativas de trabajo, estando ubicadas la mayor cantidad en la provincia de Buenos Aires, abarcando todo tipo de actividad económica (Fuente: I.N.A.E.S., Junio de 2004). • En Chile, de acuerdo a los datos estadísticos del año 2002, en la actualidad existen 121 cooperativas de trabajo, de las cuales se encuentran 53 inactivas y 68 activas. • En Uruguay, de acuerdo a las últimas cifras reconocidas (año 2002) existen unas 1264 cooperativas de las cuales 376 pertenecen al cooperativismo de trabajo y/o producción, contando con un total de 10.006 asociados (Bertullo et al., 2004). 5.PROBLEMAS DE LA GESTION EN LAS COOPERATIVAS La cooperativa posee particularidades que la diferencian de otros tipos de organizaciones económicas, por lo tanto creemos que las funciones de la administración deberían poseer una forma y desarrollo distinto que deriven de su naturaleza y propósito así como de su marco jurídico específico. Sin embargo, y a pesar de estas sustanciales diferencias, las cooperativas no han logrado desarrollar modelos de gestión específicos que sirvan de marco para su accionar empresarial. Debido a su inserción en una economía hegemónicamente capitalista se ha debatido entre las opciones de implementar modelos de gestión tal como se generan y se adoptan por las empresas capitalistas o por el contrario producir un modelo de gestión configurado a partir de su propia identidad. En este sentido Davis (1999) sostiene que los principios y valores suministran la base para un enfoque sostenido en la cultura para definir las características de la administración en la cooperativa. Los contratados eventualmente por las cooperativas de trabajo perciben el mismo ingreso que los asociados. Respecto del tratamiento de los excedentes ver artículo 42 del decreto-ley Nº 20337/73. II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos • 25 Es más, de la propia forma autogestionaria de organización surgen algunos problemas cuya presencia ha sido constatada en diversas organizaciones de naturaleza cooperativa y que se oponen a una gestión económicamente racional, generando ineficiencias que atentan contra la posibilidad de permanencia en el mercado o consolidación de las mismas. Para dar cuenta de ello analizaremos la estructura organizativa de las cooperativas y la participación de los socios en la gestión. a) Estructura organizativa La forma en que se dirige y administra una empresa es esencialmente resultado de dos variables: como se toman las decisiones y quién las toma. El problema básico de la gestión cooperativa reside en la distribución de las decisiones entre distintas instancias de la organización. Distribución que implique un mínimo de eficiencia para operar y a su vez haga efectivo el principio de participación y gestión democrática. Por lo tanto es necesario definir cuáles son los temas en los que se requerirá la intervención directa de los cooperativistas y aquellos en los que participarán mediante la elección de representantes o delegados. Para ello es necesario reconocer la existencia de distintos niveles de decisión: 1. Las decisiones estratégicas son las que afectan el funcionamiento de una organización durante un tiempo prolongado, por ejemplo decisiones sobre distribución de excedentes o reinversión. 2. Las decisiones operativas, por su parte, son las que se relacionan con la ejecución de las decisiones estratégicas. Son las que se toman diariamente para poner en funcionamiento cada área de la cooperativa, por ejemplo: la distribución de los turnos de trabajo. Por lo tanto el desafío organizativo de las cooperativas de trabajo es conciliar las decisiones operativas y las estratégicas; la eficiencia administrativa y la democracia cooperativa. La estructura institucional Relacionada a la toma de decisiones estratégicas en las cooperativas de trabajo encontramos una estructura de responsabilidades y autoridad que denominaremos: estructura institucional, que está compuesta por la Asamblea de Socios, el Consejo de Administración o Comisión Directiva y la Sindicatura o Comisión Fiscal. La mayor jerarquía correspondería al conjunto de los cooperativistas que ejercen su derecho de participación como propietarios de la empresa a través de la Asamblea. En base a ideas y reformulaciones del trabajo de Milnitsky. Las decisiones estratégicas tomadas por los cooperativistas deben ser llevadas a la práctica por el Consejo Directivo, el que con autorización expresa de la Asamblea y rindiéndoles cuentas a la misma puede tomar este tipo de decisiones. Además la actuación del Consejo Directivo está controlada por la Sindicatura o Comisión Fiscal que supervisa el cumplimiento de las resoluciones y el respeto de los estatutos de la cooperativa. En muchas cooperativas de gran tamaño y complejidad existe la figura del gerente o administrador que están encargados de la ejecución diaria de las decisiones de los cooperativistas y del Consejo Directivo. La estructura operativa Cuando se trata de decisiones operativas, salvo para el caso de cooperativas muy pequeñas, estas no pueden ser tomadas por la Asamblea de socios; la autoridad es ejercida por el Consejo Directivo y a veces delegada a la gerencia en caso que existiera. Es importante resaltar que en el caso de Uruguay y Chile, al existir la posibilidad de tener empleados, el gerente puede ser contratado; situación no contemplada legalmente en Argentina donde todos los que trabajan deben ser asociados, recayendo esta responsabilidad en uno de ellos. b) La participación de los socios en la gestión A diferencia con las empresas capitalistas, en las cooperativas de trabajo los mismos asociados son los que toman las decisiones estratégicas, a través de la Asamblea, las ejecutan desde el Consejo de Administración y las llevan a la práctica en las tareas operativas. En estructuras más complejas, el Consejo de Administración otorga facultades a las gerencias, que trasmiten instrucciones a los mandos medios (capataces, jefes de sección, encargados, etc.), quienes tienen además la misión de supervisar el trabajo de los diferentes equipos de la cooperativa. Una de las causas de la complejidad en la gestión de las cooperativas de trabajo es que la autoridad máxima (Asamblea) está integrada por los asociados que participan en todo el proceso productivo. El desafío que se presenta podría sintetizarse poniendo como ejemplo al trabajador que en la Asamblea debate y decide sobre cuestiones trascendentales de la cooperativa y que en su trabajo cotidiano se encuentra bajo la supervisión de una cadena de mando constituida por capataces, gerentes y Consejo Directivo que fueron instruidos por la Asamblea. La complejidad aumenta cuando los gerentes son empleados de la cooperativa. Esto se presenta como una 26 • II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos diferencia sustancial con la empresa capitalista, en la cual está claramente disociado quienes toman las decisiones estratégicas y los trabajadores que ejecutan las decisiones operativas. Cuando predomina la estructura “asambleísta” puede que las decisiones no se tomen de manera eficaz. En tanto si predomina la autoridad gerencial y administrativa puede que la participación real de los socios se reduzca. El desafío al que se enfrentan es asumir un modelo de gestión que combine la democracia interna con la eficiencia empresarial. La adopción de tal o cual modelo de gestión dependerá de muchos factores: el tamaño de la cooperativa, el tipo y la complejidad de sus actividades, la formación de sus cooperativistas, su situación económica y financiera, etc. Nuestra hipótesis es que las soluciones que se adoptan y la forma de gestión que asume la cooperativa van a estar estrechamente ligadas a su matriz de surgimiento. 6.Análisis de casos por matrices de surgimiento y dimensiones Tomando en cuenta las consideraciones anteriores, se buscó realizar un análisis comparativo que diera cuenta de la manera como se presentan estas dimensiones en cada una de las matrices propuestas. A continuación se analizan la organización de la gestión, la participación de los socios en la gestión y la evaluación y las perspectivas. A) Organización de la gestión a) Estructura formal a nivel institucional A nivel formal institucional se observa una clara estructura organizacional en donde todas las instancias funcionan de manera normal, existe claridad respecto de los roles y funciones de cada una. “La asamblea se reúne una vez al año. Y reuniones de consejo si no hay nada apurado, cada 20 días o un mes; y cuando hay un tema puntual el consejo va a cualquier lugar de la fabrica, se para el proceso, y se hace la reunión con parte de las personas y si a la noche entran otros vienen el presidente y el vicepresidente y explican la situación, la gente siempre esta informada” (socio de Cooperativa Argentina Textil) Resulta importante resaltar el valor que se le otor Estado en el que todas las decisiones deben ser tomadas por el colectivo de los trabajadores. ga a la participación democrática. Situación que en las empresas recuperadas podría estar determinada por la dinámica de “recuperación” vinculada a una fuerte tradición sindical, lo que muchas veces se traduce en “asambleísmos”. “En la asamblea los últimos años, después de broncas y movimientos internos, y yo diría que estamos en un 100% [de participación], la gente se interesa participa y pregunta; lógicamente esas asambleas no son para decir me robaron el zapato, se trata sobre el orden del día (socio de Cooperativa Argentina Textil) El estudio comparativo de las cooperativas surgidas por impulso autónomo constató que a nivel de la estructura formal institucional en todos los casos se evidencia un claro funcionamiento de las instancias y órganos internos de administración y decisión. Existe un respeto y preocupación evidente a la legalidad que regula su funcionamiento. En sus opiniones se constata una autopercepción positiva frente a lo descrito y los entrevistados en los distintos niveles conocen la estructura formal. “Bueno, el de consejo de administración, o sea el grupo que trabaja con la parte administrativa que somos cuatro nos reunimos todos los sábados…Claro eso de acuerdo a la ley…” Gerente Cooperativa educacional Paine, Chile) En el caso de las cooperativas que tienen su origen en el impulso de organizaciones privadas observamos que las mismas responden a los objetivos o necesidades de la organización que las crea. En los tres casos podríamos decir que a nivel de la estructura formal institucional se cumple con el marco reglamentario y legal pues así las organizaciones impulsoras se lo propusieron. Los socios más bien apoyan estas iniciativas pues representa una alternativa real de trabajo y empleo. “Es obligación que participemos todos, mismo Gervasio, el aspirante, aunque no tenga voto participa sino se sanciona” (socio cooperativa COCLAM, Uruguay) En los casos comparados en los tres países las experiencias cooperativas promovidas por el Estado nacen a partir de planes o programas destinados a la creación de empleos o al fortalecimiento de emprendimientos individuales incipientes. En el caso de Uruguay surge por la acción del Municipio; en Argentina por la implementación de un Programa provincial y en Chile a partir de un Servicio Público destinado al fomento productivo y fortalecimiento de la pequeña y mediana empresa. Para profundizar en el análisis de las empresas recuperadas ver al respecto Martí et al. (2004 y 2005) y Guerra et al. (2005). II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos • 27 En los casos de Uruguay y Argentina, a pesar de la intención de respetar la estructura formal de la organización, existe muy poco conocimiento por parte de los socios de la misma, la preocupación más bien es asegurar una buena gestión. Los socios han asumido determinados roles de acuerdo a las instancias que se requieren en la estructura operativa; esto seguramente está íntimamente relacionado con el número reducido de socios. Esta característica parece ser un factor determinante en este tipo de matriz de surgimiento y se relaciona con la forma en que fueron reclutados los integrantes de las cooperativas para su fundación. Este reclutamiento no se da de manera natural sino más bien que, ante la eventualidad del apoyo existente, terminan asociándose un grupo de personas sin un proyecto compartido, por lo tanto la motivación está dada en conseguir el apoyo estatal. “…con mi hijo salimos a buscar personas… pero nosotros para poder conseguir una ayuda del municipio en ese momento teníamos que formar una cooperativa. Entonces juntamos 10 personas y formamos la cooperativa, armamos un proyecto y lo presentamos en la Municipalidad y consiguieron un “Plan País” que subsidiaban la compra de máquinas…” (Cooperativa de trabajo textil Crecer Ltda., Argentina) La constante en todos los casos es que aquella persona que está más capacitada asume el liderazgo del grupo y los demás se suman sin problemas. También se observa la necesidad latente de capacitación y asistencia técnica a los socios para poder asegurar el éxito de sus iniciativas. “De los socios yo soy el secretario, todos tienen como un cargo, juntándonos a todos vieron quién tiene más capacidad pa’ una cosa o pa’ otra” (socio-trabajador de la cooperativa Millaray, Chile) b) Estructura formal a nivel operativo. A nivel de la estructura operativa en el caso de las empresas recuperadas, estas presentan coincidencias respecto de la manera como se organizan para gestionar su proceso operativo. Al inicio de la vida de la cooperativa, existe una marcada influencia del modelo de gestión operativa de la empresa madre, siendo en ambos casos de carácter capitalista. En el caso uruguayo la modalidad de organización del trabajo acusa recibo de la matriz organizacional de la empresa madre que poseía una forma tradicional, de inspiración taylorista. Se mantiene una división entre quienes planifican y quienes ejecutan, de tal magnitud que se entendió necesario incorporar mandos medios externos a la cooperativa dada la dificultad para visualizar en este rol a quienes en la empresa madre se desempeñaban en un rol subordinado. A pesar de la necesidad de incorporación de estas figuras externas, las mismas generan hostilidad, entre otras cosas por la remuneración diferencial que perciben. No existe ni se observa un trabajo tendiente a una reorganización a nivel operativo de esta nueva estructura. “La organización del trabajo se hace en el Consejo Directivo y además estamos en pleno contacto con quien es coordinador general de la producción de los distintos sectores de la Cooperativa…” (Presidente Cooperativa NIBOPLAST, Uruguay) Al analizar la realidad actual de la Cooperativa Argentina Textil Ltda. se constata que, luego de muchos años de funcionamiento, se produjo un cambio en la gestión operativa de la empresa. Esto se tradujo en mejoras en el ambiente laboral, en la relación entre los socios y la participación de éstos en niveles operativos (procesos productivos, cambios tecnológicos). “… cuando tuvimos que decidir el cambio de rumbo con respecto a los fierros [máquinas] se le consulto a la gente y después lógicamente se le consulto a la gente idónea. Se le consulta a la persona que maneja una máquina cuando se va a cambiar, ante algún problema porque es quien conoce la maquinaria, el proceso. El operario se puede expresar y dar su opinión, a favor o en contra…” (socio de la Cooperativa Argentina Textil) Lo anterior podría llevarnos a formular la hipótesis que el proceso de empoderamiento de los socios de su nueva empresa no es a corto plazo pero que en el mediano plazo su carácter democrático a nivel estructural e institucional se traslada al nivel operativo como una necesidad sentida. En el caso de las cooperativas de impulso autónomo existe una clara descripción de los cargos a nivel operativo. En las empresas con menor número de socios las funciones operativas se distribuyen y realizan con bastante participación de quienes las ejecutan. Estas figuras muchas veces se repiten a nivel institucional. “Nosotros nos manejamos hoy con mandos medios tanto a nivel operativo como administrativo, hay determinadas personas que van organizando tareas y delegando…” (presidente cooperativa EMMI, Uruguay) La cooperativa uruguaya que presta de servicios de emergencia médica móvil, presenta una situación organizacional compleja dada la situación del mercado laboral en el sector de actividad en que se desempeña. Para el caso de las cooperativas promovidas por or- 28 • II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos ganizaciones no estatales, a nivel operativo, lo que se muestra evidente es el claro traslado desde la organización privada a la cooperativa. Encontramos también un modelo de organización por funciones con coordinaciones por vía jerárquica, de inspiración tradicional. Podemos además afirmar que los proyectos cooperativos creados por organizaciones privadas no estatales son funcionales a la institución que las crea y en dos de los casos se debe más bien a una tercerización de los servicios. En el caso de Chile la empresa Telefónica S.A. decide apoyar el surgimiento de la cooperativa con los trabajadores exonerados de esta empresa liderada por un ex ejecutivo de la misma quién instaura a nivel operativo un funcionamiento de corte capitalista. Esta cooperativa termina siendo una empresa contratista de la Telefónica. En el caso de Uruguay la creación de la cooperativa da solución a un problema que posee la Intendencia en el tema de recolección de residuos. El contrato que mantiene la Intendencia se realiza con la ONG San Vicente y no con la cooperativa. Es de destacar en esta cooperativa el evidente proceso de formación recibido por la organización promotora; esto guarda relación con la naturaleza e inspiración de la misma. En el caso de Argentina se trata de una cooperativa de producción que tiene como socios a los niños mayores de 18 años que egresan del Hogar M.A.M.A. (Mis Alumnos Más Amigos). El funcionamiento de la cooperativa es funcional a este, dado que en caso de necesidad el personal de la Fundación colabora en las tareas propias de la cooperativa. En los casos argentino y chileno no podemos afirmar que a nivel operativo se cuente con una gestión cooperativa. A nivel operativo, se observa en las cooperativas surgidas de la promoción estatal que no existe una buena descripción de cargos adoptada de manera consensuada. Existe un líder que guía la gestión y el funcionamiento operativo de la cooperativa. Eso lo decide Chiquita que es la que prepara el trabajo, ella es la que más sabe porque estuvo de encargada en la fábrica, ella es la que distribuye el trabajo a cada máquina, a cada chica.(secretaria Cooperativa las Flores, Argentina) El fenómeno señalado no se observa en el caso uruguayo, en el que la estructura operativa es adecuada a los requerimientos del trabajo y generada a partir del análisis de la práctica laboral cotidiana por parte de todos los actores de la cooperativa. La implementación de los procedimientos, al igual que en el nivel institucional ya analizado, da cuenta del proceso formativo reciente. ¿Cómo se hacen los controles de la producción? En las boletas está todo: entré a tal hora, salí a tal hora. Esas boletas están todas archivadas. [...] Como soy el tesorero tomo todos los días las liquidaciones, nunca me quedó una liquidación para atrás. Todos los días recibo la liquidación del día anterior, nadie se queda sin hacer la liquidación” (tesorero de Cooperativa de Taxímetro “Los Maitenes”) B) Participación de los socios en la gestión. Al analizar la participación de los asociados en la gestión de las empresas recuperadas debemos recordar que nos encontramos frente a casos que se encuentran en diferentes etapas de sus ciclos de vida. En la cooperativa uruguaya, que tiene menos trayectoria, observamos una participación muy heterogénea. Luego de la primera etapa las asambleas eran muy frecuentes éstas se espacian. Al día de hoy encontramos, por una parte un sector de trabajadores que participaron activamente en la recuperación y que formaban parte activa del sindicato, y por otro, trabajadores que encontraron en la cooperativa la fuente de trabajo que corrían riesgo de perder. Esto se traduce en un fuerte liderazgo de la Comisión Directiva y el desconocimiento de los asociados de las grandes decisiones. “En realidad básicamente las decisiones son de todo el Consejo Directivo, es quien administra, quien orienta, en fin todo aquello que haya que atender en el contexto de la interna y en lo externo de la Cooperativa” (presidente de Cooperativa Niboplast, Uruguay) ¿Ha participado en alguna instancia donde se discutan los objetivos, las propuestas de negocios? ¿Quién toma las decisiones de inversión? ¿Siempre el Consejo? Eso lo hacen ellos [el Consejo Directivo] a no ser ahí en la Asamblea General. A veces cuando es una inversión grande como la máquina, fue con una resolución de la Asamblea General” (socia de Cooperativa Niboplast, Uruguay) En el caso de la cooperativa Argentina, que tiene casi cuarenta años de historia, existe una fuerte cohesión. A partir de lo manifestado en las entrevistas observamos conciencia de lo que implica trabajar en una cooperativa y tratan de transmitirlo a los asociados. El nivel de participación es alto, existe fluidez en la comunicación y el control es ejercido a través de la coordinación mutua. Todo esto se manifiesta en las reuniones periódicas que realiza el Consejo de Administración para comunicar las decisiones tomadas y en la obligatoriedad que existe, según estatuto, de asistir a las asambleas. Los conflictos que surgen se relacionan con la responsabilidad asumida por cada asociado: inasistencias sin aviso, llegadas tarde, II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos • 29 rotura de máquinas por falta de cuidado, etc. y aparecen sobre todo en momentos de crisis económicas. Estos se resuelven dialogando y en última instancia se aplican sanciones. Respecto del tema de la participación en las cooperativas surgidas de impulso autónomo existe, en los casos observados, dificultades para integrar nuevos socios. En los casos argentino y chileno esto está estrechamente unido al hecho de querer mantenerse fiel al proyecto original ideológico que dio vida a las cooperativas. En cambio en Uruguay este hecho se relaciona con la necesidad de garantizar un mínimo aceptable de horas de trabajo para los cooperativistas; además la necesidad de respetar el sistema de guardias propio del sector de actividad, constituye un obstáculo para la cooperativización de los empleados. En todos los casos la participación es activa y muy unida al tipo de actividad que realizan. Tal como veíamos al analizar las dimensiones internas anteriores las funciones operativas y estructurales están bien definidas, la participación en ambas es buena producto del número pequeño de socios. “Aquí nadie puede tomar decisiones de manera autónoma porque supuestamente todos estamos poniendo el hombro y no cabría…” (Gerente de la Cooperativa educacional Paine, Chile) En el caso uruguayo, por su estructura organizacional compleja y un área de actividad que no propicia la activa participación de los socios, la asistencia a las asambleas no supera el 50% del padrón social. Según los entrevistados, una de las razones que explican este hecho es el tipo de actividad desarrollada, que no puede ser interrumpida. En todos los casos para la resolución de conflictos, si bien existen sanciones a nivel de estatutos o reglamentos, destacan la práctica de la conversación y el análisis de los diferentes puntos de vista antes de proceder a la aplicación de los mismos. En el caso las cooperativas promovidas por organizaciones privadas no presentan una óptima participación de los socios debido a la falta de autonomía en relación a las empresas que le dieron surgimiento. Las decisiones son tomadas sin mediar mucha participación. Esta se da en los momentos exigidos en los estatutos como una forma de cumplir con la legalidad, a excepción de la cooperativa uruguaya de recicladores en la que se observa una gestión participativa. La falta de autonomía se presenta con mucha claridad en el caso argentino. La entrevista, luego de muchos intentos, es realizada a una empleada del Hogar M.A.M.A. Desde el inicio de la cooperativa la cara visible fue la del presidente del Hogar que cumplía el rol de representante de la misma. Las decisiones de inversión son tomadas por los chicos, quienes plantean las necesidades, pero una vez establecidas las mismas consultan con la administración del Hogar que los asesora. Se observa que no existe prácticamente separación entre lo que es la vida de la cooperativa y la del Hogar. De hecho a partir de la entrevista se manifiesta que cuando se necesitan algunos empleados, personal del Hogar colabora en las actividades de administración de la cooperativa. En cambio para el caso uruguayo existe una preocupación por parte de la ONG por generar autonomía y participación de los asociados. Sin embargo la dependencia es de tipo económica ya que la actividad principal es la venta, a partir de un convenio firmado entre la ONG y la IMM, de un servicio de recolección de residuos sólidos urbanos de grandes generadores. El proceso de logro y consolidación de la autonomía de la cooperativa hoy se encuentra relativizado por el convenio mantenido junto a la IMM y la ONG San Vicente. “…debilidades no veo, de repente si incertidumbre. Porque nosotros terminamos el contrato en mayo y supuestamente renovamos pero escrito no hay nada. […] de palabra nos han dicho que sigue […] dependemos de eso…” (Socio Cooperativa COCLAM, Uruguay) En las cooperativas promovidas por el Estado, la participación de los socios es adecuada dado el reducido número del grupo. Tal como se explicara en las dimensiones anteriores, existe un líder bien definido que ejerce influencia, por lo tanto se da una adhesión del resto del grupo frente a las decisiones tanto operativas como institucionales tomadas por este. Existe un liderazgo reconocido, por capacidad y conocimiento. Se da al mismo tiempo una buena regulación de conflictos por la buena comunicación existente. Para el caso uruguayo, la cooperativa de taxis constituye un grupo primario, por lo que las dinámicas propias del mismo prevalecen, verificándose una participación espontánea y activa de los cooperativistas, aunque no la asunción de responsabilidades de conducción. Las asambleas son encuentros esporádicos e informales. “No soy el que firma. El secretario y el presidente son los que firman pero yo soy el que manejo la plata. Soy la cara visible de la cooperativa” (tesorero de la Cooperativa de taxímetros Los Maitenes, Uruguay) La participación de los socios en el caso chileno se genera de manera autónoma por los mismos, dado que el apoyo estatal procura el fortalecimiento institucional y jurídico y no en términos de gestión, evitando de esta manera lazos de dependencia. 30 • II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos C) Evaluación de las fortalezas, las debilidades y las perspectivas Respecto a la evaluación que hace cada uno de los entrevistados se manifiesta como común denominador sobre las fortalezas de la cooperativa, el capital humano y el conocimiento de la actividad que desarrolla. Referido al primero, se consideran aspectos como la responsabilidad de los asociados, la voluntad y ganas de trabajar, fidelidad con el proyecto, el trabajo en conjunto. Todo esto surge ante el objetivo de superar las dificultades y no fracasar, llevando a la creación de lazos fuertes de confianza entre los asociados y crecimiento personal. “…La fortaleza es que se tiene un capital humano extraordinario; esta y cualquier cooperativa bien constituida y bien manejada no hay nadie que la puede voltear…” (Pro tesorero de la Cooperativa Argentina Textil) En cuanto al conocimiento del oficio, más allá de la matriz de surgimiento, en la mayoría de los casos se agrupan personas con conocimiento previo sobre la tarea a desarrollar en la cooperativa. Aunque esto también puede plantear algunos conflictos, dado que cuando el trabajo es artesanal pueden surgir divergencias a cerca de cómo realizarlo. “…No es una profesión que se estudie, ya son habilidades, se han ido aprendiendo de generación en generación, entonces son como un poco celosos de transmitir sus conocimientos…” (Secretario – socio, Cooperativa de Mueblistas Millaray, Chile). En tanto, como debilidad común a todas las cooperativas entrevistadas se plantean algunos problemas compartidos con otros tipos de empresa, como el acceso al capital de trabajo. Como específico a las cooperativas aparece la falta de capacitación tanto en cooperativismo como en gestión empresarial. Dónde menos se manifiesta la falta de capacitación cooperativa es en las surgidas por impulso autónomo, aunque esto aparece como debilidad al momento de la incorporación de nuevos asociados. También en algunos casos se plantea como debilidad el número reducido de asociados, dado que genera sobrecarga en estos y puede provocar deficiencias de control en distintos ámbitos. “…en una estructura tan chica hemos perdido la capacidad de control,…ya que el que es supervisor de producción a parte copia planchas, realiza otras tareas…” (Socio-administrador, Cooperativa Ferrograf, Argentina) Respecto a las perspectivas, se observa en todos los casos la idea de seguir funcionando con la mirada puesta en el crecimiento, lo cual se manifiesta en los planes de inversión que poseen las cooperativas, pensando siempre en fortalecer la fuente laboral y mejorar las condiciones de trabajo. Para esto se plantean la creación de nuevos productos, la generación de nuevos canales de comercialización, la búsqueda de otros mercados, el mejoramiento en la calidad de los productos; dependiendo estas actividades muchas veces de la matriz de surgimiento y del ciclo de vida en que se encuentre la cooperativa. “Uno siempre piensa en mejorar, en ampliar los servicios, en recoger la estabilidad, que los que vengan atrás no se tengan que matar como nosotros, ganar algo acorde a lo que trabajas” (Cooperativa Argentina Textil) Mientras que en las empresas más antiguas se planean objetivos tendientes a calidad, elaboración de otros productos; en las de reciente creación estos se relacionan más con la supervivencia, por ejemplo búsqueda de clientes. ”… si dependemos del convenio, o sea pienso que sino buscaremos algo con la cooperativa, ya que tenemos el estatuto armado vamos a buscar otra cosa…” (socio de Cooperativa COCLAM, Uruguay) Las debilidades de las empresas recuperadas refieren a distintas situaciones en función de su ciclo vital. En la más reciente, Niboplast de Uruguay, el mayor problema está dado por las ddificultades organizativas, heredadas de la empresa madre y, relacionado con esto, la resistencia a que compañeros de similar categoría en la empresa madre asuman cargos de responsabilidad en la cooperativa. En tanto para la más antigua, la Cooperativa Argentina Textil, aparece la falta de consideración con sus interlocutores en el mercado por ser una cooperativa. “[las debilidades son] no ser escuchado, el ser mirado de costado por ser una cooperativa, a veces en reuniones vemos que nos miran como negros laburantes [trabajadores], que es la verdad no nos engrupimos [engañamos]” (directivo de la Cooperativa Argentina Textil) En las cooperativas de impulso autónomo se destacan como fortalezas compartir ideales, la fidelidad con el proyecto ideológico que les dio vida y vocación por lo que realizan. Para el caso uruguayo, en el que la vocación ideológica está relacionada con la filiación política de los cooperativistas, existen debilidades como el logro de consensos dada la heterogeneidad del grupo, dificultad para tomar decisiones con rapidez, dificultades en la convivencia por el tipo de actividad que realizan. II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos • 31 “Uno siempre piensa en mejorar, en ampliar los servicios, en recoger la estabilidad, que los que vengan atrás no se tengan que matar como nosotros, ganar algo acorde a lo que trabajas” (Cooperativa Argentina Textil) En las cooperativas que surgen por impulso autónomo se lograron altos niveles de calidad en el servicio y/o producto, objetivo que sigue siendo prioridad hacia el futuro. “….nosotras tenemos muy buen puntaje en el SIMCE [sistema de medición de calidad en la educación aplicado periódicamente a todos los establecimientos educacionales del país]” (Socia de Cooperativa Paine, Chile) Las cooperativas impulsadas por organizaciones no estatales poseen debilidades vinculadas al hecho de ser funcionales al programa u organización que le da origen, por ejemplo: • En Uruguay la cooperativa creada por la Municipalidad depende del convenio con esta para seguir funcionando. A esto, se le suma como problema, además de la inseguridad laboral, que los cooperativistas se sienten empleados, proyectan en el coordinador la figura patronal. • En Chile la cooperativa que surge a partir de una empresa privada, depende del contrato con la misma, ya que es su único cliente. • En Argentina la cooperativa que surge de una ONG, no depende de un solo cliente como en los casos anteriores, pero su actividad se ve fuertemente influenciada por la misma. “…tenemos incertidumbre porque nosotros terminamos el contrato en mayo y supuestamente renovamos, pero escrito no hay nada…” (Socio, Coop. Coclam, Uruguay). Esto se refleja también en que sus perspectivas son sólo a nivel de aumentar nuevos clientes, abrir nuevos mercados. No se observan proyectos en relación al mejoramiento de la estructura a nivel de las instancias de toma de decisiones. Esto se relaciona, seguramente con la falta de autonomía y la influencia ejercida desde las organizaciones que les dieron vida. En las cooperativas de promoción estatal, las fortalezas, al igual que en casos anteriores, están relacionadas con el trabajo de equipo que se da entre los socios. Las debilidades se detectan en la forma en que se implementa el programa estatal, porque su accionar se limita a la constitución de la cooperativa sin el correspondiente estudio de factibilidad y posterior seguimiento del proyecto. El problema mayor fue el desconocimiento del sistema cooperativo [...] Se hizo al revés el proceso: primero tuviste el trabajo y después te empezaste a capacitar. [...] sin capacitación se puede arrancar pero puede que la vida de esa cooperativa fracase en el corto plazo. Algunos compañeros comprendieron la necesidad de capacitación pero la gran mayoría no llegó a entenderlo” (Dirigente de las Cooperativas del Taxímetro, Uruguay) Relacionado con esto es que los entrevistados consideran como fortaleza la sola existencia de la cooperativa, el hecho de que funcione, así como la unión de los cooperativistas cuando hay que enfrentar un problema. Conclusiones En las cooperativas de trabajo la coexistencia entre las dos dimensiones económico (técnico-productivo) y social (grupal-organizacional) genera formas de participación, toma de decisión y trabajo distintos a lo de una empresa capitalista. Es por ello que coincidimos con Davis (1999) respecto de lo necesario que es considerar en la gestión la cultura basada en los principios y valores cooperativos. Todo esto en el marco de una toma de decisiones racionales en la búsqueda de la eficiencia de la empresa. A partir del análisis de las entrevistas realizadas y de la información documental obtenida, podemos esbozar las siguientes apreciaciones: 1. Para el caso de la matriz de empresas recuperadas, es necesario aclarar que en Chile no existen ejemplos de este tipo de surgimiento, además los casos analizados se encuentran en diferentes etapas del ciclo de vida lo que en principio dificultó la comparación de los mismos. La marcada diferencia de antigüedad nos permitió, por un lado, observar la viabilidad de este tipo de surgimiento y su afianzamiento con el correr de los años, por otro lado, se visualizan claramente objetivos de distinta índole. Mientras que en la etapa inicial estos se relacionan con la supervivencia y la adopción de la cultura cooperativa, en la madurez se vinculan a aspectos relacionados con la inversión y el desarrollo de nuevos productos y el fortalecimiento de la cultura organizacional adquirida. Se observa una clara estructura organizacional manifestada en el respeto de los roles y funciones 32 • II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos de cada uno de los órganos de la cooperativa; destacándose el valor que se le otorga a la participación democrática, situación determinada por la dinámica de “recuperación” caracterizada por una fuerte tradición sindical. A nivel operativo se observa que en la etapa inicial estas cooperativas copian los procesos de la empresa capitalista que recuperan, pero con el transcurso del tiempo estos se modifican a medida que se adopta la idiosincrasia cooperativa, trasladándose el carácter democrático a la organización del trabajo. 2. En las cooperativas que surgen por iniciativa autónoma, se manifiesta cierta dificultad al momento de la incorporación de nuevos socios, esto encuentra su explicación en el cuidado del proyecto y la filosofía que dio origen a la cooperativa en la mayoría de los casos. Otra característica común a los casos analizados es la constante preocupación por ser eficientes como empresa, procurando siempre altos niveles de calidad; todo esto en el marco de una gestión acorde a los valores y principios cooperativos. Además poseen una imagen positiva en la sociedad en la que desarrollan su actividad y en todos los casos entrevistados mantienen fuertes lazos con otras organizaciones cooperativas, lo que se refleja en la participación en entidades de segundo grado. Están bien definidos los roles tanto a nivel institucional como operativos, observándose una clara diferenciación entre quienes toman las decisiones estratégicas (Asamblea y/o Consejo de Administración) y las vinculadas al trabajo diario (encargados de áreas). 3. En las cooperativas promovidas por terceros no estatales, se observa el orden propio de un proyecto originado en otra institución, lo cual se manifiesta en el cumplimiento de los requisitos legales. El proyecto de la cooperativa es funcional a la organización que la crea, esto se evidencia en que todas ellas cumplen el objetivo planteado al momento de la constitución. En todas existe algún tipo de restricción a su accionar autónomo, determinado por su origen, ya sea por depender de un convenio o contrato suscripto con un único cliente, o por factores internos, como una relación paternalista con su impulsora. La autonomía ha sido mayor cuando el impulso para la creación se ha acompañado con una adecuada capacitación y formación cooperativa. 4. Las creadas a partir de un programa estatal presentan falta de capacitación tanto en gestión empresaria como cooperativa lo que se traduce en un manejo poco eficiente de la empresa. Sin embargo, muchas veces, esta situación se ve enmendada por el nivel de conocimiento de la actividad que desa- rrollan a través de la cooperativa. Para el caso de Argentina y Uruguay se observa una actitud pasiva, esperando siempre que la solución provenga desde terceros ya sea desde el Estado o de profesionales. Esto se vincula con aspectos como la conservación de la cultura asalariada lo que se refleja en la escasa capacidad emprendedora, o en otros casos por la dependencia de un programa del estado con el que se encuentran satisfechos o que les deja poco margen de acción. Además se caracterizan por ser cooperativas con pocos asociados y escasos recursos económicos lo que limita su visión empresarial y por lo tanto una planificación estratégica, planteando objetivos a largo plazo más ligados a un sueño que a la realidad. Existe un marcado liderazgo de aquellos asociados que impulsaron la creación de la cooperativa, basado en la experiencia y conocimiento que poseen y potenciado por la actitud pasiva de los demás asociados. Los objetivos con los que se crean estas cooperativas pueden ir desde los más honorables, como un compromiso político con la opción cooperativa, hasta otros más espurios como las prácticas clientelísticas y la manipulación de los indicadores de ocupación. En este ultimo caso la generación masiva de este tipo de empresas, desvirtúa la figura cooperativa y la desprestigia, lo que puede repercutir en el normal funcionamiento de estas cooperativas. Como conclusiones del estudio podemos afirmar que la matriz de surgimiento influye en la implementación del modelo de gestión cooperativa en los siguientes términos: • Para las que surgen a través de la recuperación de empresas, la instalación del modelo cooperativo es más difícil porque los asociados deben cambiar la mentalidad asalariada que tienen, producto de haber sido trabajadores dependientes y este cambio lo afrontan ante una situación límite (es eso o la pérdida de trabajo). No obstante, es tal la magnitud de esta variable que da lugar a empresas viables y con específicas fortalezas sociales (compromiso con el trabajo, perseverancia, solidaridad). • Las cooperativas que surgen por impulso autónomo incorporan desde el inicio los principios cooperativos, pero encuentran dificultades al momento de incorporar nuevos asociados. Esto dificulta la renovación en tanto no exista una política de reclutamiento e inversión en la educación de los aspirantes a socios. • En tanto que las cooperativas que surgen por impulso de organizaciones privadas tienen como obstáculo la falta de autonomía, puesto que res- II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos • 33 ponden y son funcionales a la organización que las promueve, que no siempre tiene por objetivo el desarrollo cooperativo. • Las que surgen por la implementación de programas estatales ven obstaculizado el desarrollo de una cultura cooperativa por diversos factores vinculados a la formación. En primer término la manera cómo se recluta a los miembros, a la que se vincula la pasividad de los asociados. En segundo lugar la carencia de formación cooperativa y herramientas de gestión en general. Por último la dependencia que existe de las instancias estatales en caso que no se promueva y prepare expresamente para la autonomía. Finalmente, y respecto a la hipótesis planteada originalmente podemos concluir en que no existe un modelo de gestión específico para cada matriz de surgimiento. Si existen especificidades a la hora de organizar la gestión, directamente relacionadas con los desafíos planteados en el momento de la creación. A partir de la comparación entre matrices y entre países reafirmamos nuestro convencimiento en la existencia de un modelo para todas las cooperativas, el cual se encuentra íntimamente ligado al cumplimiento de los principios y valores cooperativos. Pero su adopción y el posterior desarrollo de una cultura organizacional se verán fuertemente influenciados por diversos factores. El tipo de surgimiento es uno de ellos y su consideración puede contribuir decididamente al desarrollo de una gestión eficiente y democrática. Pero se deben considerar también otros factores como la cantidad de asociados, la etapa del ciclo de vida en que se encuentre y la actividad que desarrolla íntimamente ligado a este aspecto, los principios de organización del trabajo que prevalecen. Referencias bibliográficas • • • • • • • • • battaglia, Filippo (2004). “L’organizzazione nelle cooperative”, Roma: Edizioni Pigreco. Bertullo, Jorge et al. (2004). “El cooperativismo en el Uruguay”, Documento de Trabajo del Rectorado N° 22, Universidad de la República. Boyer, Robert (1995): “Une lecture régulationiste de la croissance et de la crise”, Chapitre XVIII en Combemale, Pascal et Piriou, Jean-Paul (sous la direction de); “Nouveau manuel. Sciences économiques et sociales”, Ed. La Découverte, Paris. Boyer, Robert (1997): “Del fordismo canónico a una variedad de modos de desarrollo” en Boyer, R. y Saillard, Y. 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En dicho trabajo el objetivo consistió en un primer intento de poner a prueba un marco teórico-analítico relativamente novedoso, proveniente de la Nueva Economía Institucional y más particularmente de su teoría de los incentivos, a partir de un análisis de caso: la Cooperativa Nibo Plast. Sin embargo, tres razones tornan necesaria e interesante una puesta a punto final de dicho trabajo: en primer lugar, ya en aquel momento se planteaba como limitación para el análisis el breve lapso transcurrido desde el nacimiento de la cooperativa, ello se vuelve particularmente relevante hoy a la luz de ciertas transformaciones ocurridas en su ceno. En relación con lo anterior, y en segundo lugar, hoy se cuenta con nueva y mayor información que en aquel momento, resultado de entrevistas y observaciones informales directas en campo realizadas en los primeros meses de 2005. Finalmente, en tercer lugar, en la actualidad se cuenta con mayor acumulación en la materia, resultado de distintos esfuerzos teóricos e investigaciones de campo, que si bien todavía insuficiente, nos permiten un panorama más acabado de la realidad del movimiento de cooperativas de producción en el país y, en particular, para el caso de las empresas recuperadas bajo dicha forma de producción y organización. El objetivo central del presente trabajo es el de explorar y desarrollar un marco teórico desde el cual abordar la complejidad que presentan como particular objeto de estudio las cooperativas, tanto más cuando nos aproximamos a ellas desde el punto de vista de lo económico-organizacional. Paralelamente, y en términos más concretos, se busca indagar sobre las posibilidades ciertas del sector cooperativo de trabajo en cuanto forma alternativa de organización del trabajo y la producción. O sea, partiendo de todos sus atributos deseables a priori en términos sociales, laborales y como generadoras de producción y empleo, verificar si los mismos logran llevarse a la práctica y si lo hacen de tal forma que el resultado permita la viabilidad económica mínima necesaria para la supervivencia de las experiencias. “Analista Universitario en Economía”. Investigador del Instituto de Economía (IECON) y docente de la Facultad de Ciencias Económicas (FCEyA) de la Universidad de la República (UDELAR). Estudiante avanzado de la Licenciatura en Ciencia Política de la Facultad de Ciencias Sociales de la UDELAR. Docente e investigador de la Unidad de Estudios Cooperativos, Servicio Central de Extensión y Actividades en el Medio de la UDELAR. Trabajo realizado junto al Sr. Hugo Beloso. Un resumen no actualizado del mismo (a cargo de quien escribe) fue publicado en el boletín “Estudios Cooperativos” de la UEC en febrero de 2005. Pero el esfuerzo no concluye en esta búsqueda teórica, sino que existe el intento de ponerla a prueba, de observar como y en que medida tales ideas o argumentos generales contribuyen al estudio de la realidad cooperativa. En este sentido, parece pertinente plantear un dilema con el que se enfrenta todo estudio de este tipo, consistente en que la actual y profunda falta de información acerca del fenómeno cooperativo en general y de sus experiencias concretas en particular, conlleva la imposibilidad de un estudio con pretensiones de representatividad de tipo estadística o similar. Una buena alternativa ante esta situación, es el diseño de un análisis comparado, buscando generar una muestra de tipo teórico intencional que respetando ciertos parámetros acordados previamente (según los objetivos particulares de la investigación en Si algo caracteriza la naturaleza cooperativa es la de ser conjuntamente un hecho económico, social, político y cultural. La cooperación no sólo es un proceso de agregación de personas, sino también, un proceso integrador de las distintas dimensiones de la vida humana, individual y social. Esta es una de las fortalezas del cooperativismo y un desafío, pues la coordinación de los distintos niveles de la vida humana no es fácil y requiere un alto grado de conciencia moral y ética (Razeto, Luis: 2002, 139). II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos • 35 curso y a la luz de la acumulación teórica en la materia), apoye su validez en la expresividad de los casos más que en su representatividad. Por razones de tiempo y recursos, no se ha podido para este trabajo desarrollar una empresa de tal tipo, siendo el estudio de caso la estrategia llevada a cabo para intentar reflexionar sobre como la evolución de la cooperativa objeto de estudio se adapta, apoya o contradice lo esperado desde el punto del marco teórico propuesto. Sin embargo, tampoco será un análisis de caso en términos puros, dado que no se pretenderá, y esto es bien importante, un análisis exhaustivo de la experiencia, dado que ello no aportaría demasiado a los objetivos del trabajo, entre otras razones por tratarse de un caso muy particular de cooperativa de trabajo, aquellas surgidas de la recuperación de empresas y que por tanto presentan características muy particularidades. Lo que se buscará, en cambio, será el tratamiento de ciertos rasgos destacados y puntos críticos en relación directa con las variables claves a ser observadas según los propios lineamientos que surgen del marco teórico-analítico. Por su parte, las técnicas de relevamiento de información fueron el análisis documental y de fuentes secundarias, y la realización de entrevistas en profundidad, complementadas con cierta observación en el propio campo en el cual se desarrolla la experiencia, observación directa que si bien no fue planificada ni sistemática, permitió la obtención de un cocimiento e información difícilmente obtenible por medio de las otras dos técnicas. En materia de entrevistas, las mismas buscaron relevar las diversas opiniones de los actores, teniendo en cuenta su posición en la estructura político-organizacional de la cooperativa, realizándose así entrevistas a un socio-directivo, a un socio no-directivo y al administrador general (no socio). Vale aclarar que no se pretende aquí plantear una discusión metodológica, dado que ello escapa a los objetivos del presente trabajo, y mucho menos hacer una apología de los métodos representativos como la mejor o única estrategia posible, simplemente se entiende que cada metodología de análisis presenta fortalezas y debilidades según los objetivos perseguidos. En este sentido creemos que el estudio del fenómeno cooperativo presenta importantes antecedentes y desarrollos en materia de estudios de caso, al tiempo que una marcada insuficiencia en los esfuerzos por lograr conclusiones más amplias. Por más información en este sentido, véase: “Empresas recuperadas mediante cooperativas de trabajo: viabilidad de una alternativa” (2004). III)Introducción y planteamiento del problema Ante los graves y diversos problemas de empleo y la amplia brecha entre la evolución del producto real per cápita y el salario real, la búsqueda de formas alternativas de producción que lleven a una mejor distribución de las ganancias, a un salario justo y a mejores condiciones de trabajo, es una necesidad ineludible. Ésta es la razón primera y fundamental por la cual puede y debe ser estudiado el cooperativismo de producción o trabajo en nuestro país. El fenómeno cooperativo trae consigo desde los Pioneros de Rochdale, fundadores del cooperativismo moderno, la visión de que no existe otro camino que la unión y la solidaridad para la solución de problemas comunes, como los que en este momento sufren gran parte de los trabajadores: desocupación, precarización laboral y malas condiciones de vida. Ahora bien, las cooperativas de producción parecen tener una vida más corta que las de otras modalidades (de vivienda, de consumo, etc.), a la vez que enfrentan múltiples dificultades en su desarrollo: de financiamiento, de gestión, legales, etc. Por lo tanto, estudiar su particular estructura institucional y el conjunto de incentivos que ellas generan, como se propone en este trabajo, es de destacada utilidad, tanto para detectar sus puntos fuertes y débiles, como para ver si en verdad se dan las condiciones económico-sociales para que su existencia se prolongue más allá de la crisis que generalmente esta en el origen de su creación. Podría sugerirse que lo mejor -o lo único posible-, para estudiar este tipo de organizaciones y su viabilidad sería realizar un análisis de tipo comparado entre las cooperativas y las empresas capitalistas clásicas, pero consideramos que esta estrategia de análisis aparte de conllevar un alto grado de dificultad tanto teórica como práctica (por ejemplo: en el plano metodológico, la diversidad e incompatibilidad de los datos), carecería de sentido. Y esto porque “… las diferencias de la cooperativa de trabajo con una empresa capitalista se dan en por lo menos tres grandes niveles: su finalidad, su factor organizador y sus beneficiarios. Con respecto a la finalidad, la cooperativa persigue una utilidad mutua mientras, que la empresa capitalista lo hace con fines de lucro privado; por su parte, el factor organizador en una cooperativa de este tipo es el trabajo y no el capital. Finalmente, en relación con los beneficiarios, en las cooperativas estos son los socios y la comunidad de referencia, en tanto en las empresas capitalistas son los propietarios ó portadores del capital”. Particularmente válido para el caso uruguayo. Extraído de: “Cooperativas de trabajo en el Cono Sur. Matrices de surgimiento y modelos de gestión” (2005). 36 • II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos Por todo ello es que aquí se afirma que aparte de ser extremadamente complejo -complejidad que sin embargo también estará presente en la investigación que pretendemos realizar-, un análisis de tipo comparativo carece de interés y validez dado que ambos tipos de organizaciones son inconmensurables. Así, lo que se intenta demostrar no es si la cooperativa de trabajo es una forma de organización de mayor eficiencia y eficacia en la producción de bienes y servicios que la empresa clásica, sino establecer en qué medida aquellas son capaces de sobrevivir en el tiempo y en qué medida y por qué razones ello es deseable. Finalmente, en este trabajo no se tratarán los incentivos externos a las cooperativas, sólo nos concentraremos en aquellos que provienen de las características propias de la estructura cooperativa, o bien, de las condiciones de desenvolvimiento endógeno de las mismas. Se es consiente aquí que ninguna cooperativa puede ser abordada como una isla, por el contrario su viabilidad en términos globales se enmarca y depende en gran medida de incentivos que provienen desde el entorno socioeconómico, cultural y político-estatal en el cuál se encuentra inserta. Sin embargo, ello nos aleja de los objetivos de este trabajo, al tiempo que la dificultad que presenta el tratamiento de dichos incentivos, y esto ya no sólo a nivel práctico u operativo sino también a nivel conceptual y teórico, conllevaría un esfuerzo teórico-analítico que escapa a las posibilidades del presente trabajo. IV)Fortalezas y debilidades de las cooperativas En este apartado la idea es plantear las principales fortalezas y debilidades de las cooperativas reseñadas por dos autores referentes en la materia, en el entendido que ello puede ayudar a la formación de una primera caracterización general de las mismas y transformarse en un insumo siempre presente en el análisis posterior. En este sentido, entre sus fortalezas se destacan: - Capacidad organizativa del capital humano en un hecho con características simultáneas que abarcan aspectos económicos, sociales, políticos y culturales. - Factor “C” y solidaridad. - Auto tutela: la Asamblea General de socios toma las decisiones. Por su parte, entre las principales debilidades Peter Davis (1999) señala que: - Las cooperativas poseen bajos índices de crecimiento debido a que su actividad está relacionada con los eslabones de más bajo valor agregado de la cadena productiva o porque se desenvuelven en mercados muy maduros o decadentes. - Poseen una administración o gerencia pesadas y suelen duplicar funciones. - Carecen de espíritu empresarial lo que las lleva a perder oportunidades y a la ausencia de innovación. En tanto que Razeto (2002, 145) distingue las siguientes: - Indefinición de políticas generales y dificultad en la adopción de decisiones. - Problemas culturales e ideológicos. - Problemas en sus sistemas de gestión. - Insuficiencia de capitales propios y dificultades para la obtención de créditos. Finalmente, vale resaltar que el capital es una necesidad de toda actividad empresarial y las cooperativas son verdaderas empresas. A su vez, las actuales circunstancias económicas, tales como la globalización y la concentración presente en los mercados, exacerban la importancia y centralidad del capital. Por estas y otras razones, es que el economista J. M. Quijano plantea que el tema de la capitalización de las cooperativas ha tomado creciente importancia en los últimos años. Y distingue tres etapas en su evolución directamente relacionadas con el ciclo de vida de la cooperativa: en la primera, la cooperativa se crea y da sus primeros pasos en un marco de necesidades de capital menores; en la segunda, comienza a aumentar el volumen de los negocios y con él los requerimientos de capital, si bien los mismos no se tornarían aún acuciantes; mientras que en la tercera, la cooperativa enfrenta ya la dura competencia del mercado, debe alcanzar precios y calidad competitivos y los requerimientos de capital se multiplican. - Trabajadores como dueños de los medios de producción. En Estudios Cooperativos, Año 8 Nº 2, 2002. Págs. 37 y 38. UEC, UDELAR. II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos • 37 V)Pregunta guía y definición de sus conceptos fundamentales ¿Qué tipos de incentivos, tanto positivos como negativos, se generan al interior de las cooperativas de producción en cada uno de los tres elementos principales que hacen a la viabilidad económico-social de la organización, a saber: desempeño de los trabajadores, desempeño directivo-administrativo y proyección de la organización hacia el futuro en materia de inversiones? Por viabilidad, se entiende aquí la capacidad de desarrollar la actividad productiva de manera continua y sostenida en el mediano o largo plazo. Esto está directamente relacionado con lo que se afirma es el fin último de toda organización económica, la supervivencia. Ahora bien, en el caso de las cooperativas, esto no necesariamente implica ganancias, sino más bien la generación o conservación del empleo. básicamente descriptivo. Un enfoque más adecuado sería el de la “Economía de la Solidaridad”, fundado por el sociólogo y economista Luis Razeto y que básicamente plantea la necesidad de incorporar la solidaridad en la teoría y práctica económica. No obstante, no parece ser el más útil a los efectos de los objetivos planteados en este estudio. La denominada Nueva Economía Institucional (NEI), es la que nos provee el instrumental conceptual adecuado para el estudio de incentivos al tiempo que permite el análisis en forma operativa de las dimensiones del concepto de viabilidad. Una de las ramas de esta escuela ha desarrollado una serie de conceptos -y supuestosteóricos, a partir de los cuales estudiar la empresa. Este instrumental teórico, si bien ha sido muy aplicado a la empresa capitalista, dado su alto nivel de abstracción también es útil para realizar investigaciones en otro tipo de organizaciones. Con el término incentivos, no se está haciendo referencia a la visión clásica de “sistema de premios y castigos” sino al conjunto de motivaciones, acciones y reacciones -tanto grupales como individuales- que genera en los socios-trabajadores la particular organización institucional cooperativa. Uno de los aportes más importantes de la NEI, que marca su diferencia con la teoría clásica y neoclásica, son los supuestos sobre la conducta de los agentes económicos y sobre el contexto en el cual éstos se mueven. Estos últimos, son básicamente dos: la existencia de incertidumbre y la complejidad de las relaciones económicas, y con ello, la existencia de información imperfecta e incompleta. VI)Marco teórico, conceptos e ideas centrales del análisis También son dos los supuestos sobre la conducta de los agentes: el “oportunismo” y la “racionalidad limitada”. El oportunismo “involucra la realización de amenazas y promesas falsas o vacías, o sea, no creídas por quienes las emiten, con la expectativa de realizar así ventajas individuales”.10 Implica perseguir el interés propio, pero con dolo o engaño. Esta conducta se ve fomentada cuando estamos ante bienes públicos, que junto a la existencia de información asimétrica (un agente dispone de más y mejor información que otro), puede conducir a la presencia de free-riders o usuarios gratuitos. La Racionalidad Limitada por su parte, involucra “límites a la capacidad de cálculo y de comunicación de los agentes del proceso económico. Si bien los límites varían con los instrumentos conceptuales y físicos utilizados, su presencia no es despreciable frente a grados de complejidad e incertidumbre elevados”.11 A través del tiempo, los hombres se han asociado de múltiples formas en busca de satisfacer determinadas necesidades en forma más beneficiosa que si hubieran actuado en forma individual, por lo tanto, se observa que la cooperación es tan antigua como la raza humana, una conducta desarrollada a lo largo de la historia. Sin embargo, el movimiento cooperativo moderno va mucho mas allá de la simple asociación. Desde su nacimiento, con los Pioneros de Rochdale, ha buscado desplazar el centro de la empresa desde el capital hacia el hombre, poniéndolo en el centro de la vida económica y social. Este movimiento encuentra en la cooperativa su instrumento de aplicación por excelencia. Las cooperativas de producción, por su parte, son aquellas organizaciones socioeconómicas gestionadas democráticamente por sus trabajadores, que operan en distintos sectores económicos y producen bienes o servicios destinados al mercado. Definidas así, surge claramente que no pueden ser estudiadas en el marco de la “teoría tradicional de la empresa”. Quizá ello explique la relativa escasez de investigación económica sobre dicho fenómeno o su carácter Ménard, Claude (1997): “Economía de las Organizaciones”. A partir de los supuestos mencionados y de sus posibles interrelaciones, la NEI se centra luego en las consecuencias de los mismos sobre la conducta concreta de los agentes y en las relaciones que se establecen entre estos, en particular, la forma en que se maneja la información 10 Williamson, Oliver: “Markets and Hierarchies”, 1975. Citado en Milnitsky, Sergio: “El análisis de sistemas económicos. Introducción a las visiones y teorías de lo Institucional”, 1984. Pág. 70. 11 Milnitsky, Sergio: Ídem nota pie de página anterior. Pág. 70. 38 • II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos y las relaciones de control y de poder. Por ejemplo, la presencia de incertidumbre y oportunismo, posibilitan el ocultamiento o distorsión de información, siendo necesario entonces establecer mecanismos adecuados de control. De esta manera, el estudio del manejo de la información y de los incentivos que se crean para transmitirla a otros agentes, y los mecanismos de control que son necesarios para el correcto manejo de la misma, se convierte en uno de los objetivos centrales de la NEI, objetivo que es compartido por el presente proyecto, pero aplicado a una forma particular de organización económica, como es la cooperativa de producción. Otro desarrollo importante de la economía institucional es el estudio de los derechos de propiedad, que como se verá en el modelo de análisis, subyace en toda la investigación, imponiendo particularidades a la organización económica a ser estudiada. En este sentido, la economía institucional distingue principalmente tres atributos de los derechos de propiedad: en primer lugar, el derecho al resultado de la utilización económica del objeto; en segundo lugar, el derecho al uso, modificación, destrucción, etc. y, por último, el derecho a la enajenación. Como surge de esta breve reseña de los conceptos y supuestos que nos brinda la economía institucional, los mismos no pueden ser aplicados a las cooperativas sin tener en cuenta sus particularidades. En este sentido, cobran vital relevancia dos de ellas: los principios y valores que las rigen y su particular forma de propiedad. VII)Modelo de análisis Esperando que quede claro el por qué del enfoque teórico adoptado, se pasa a describir en este marco de análisis como estos conceptos teóricos ayudan a establecer los distintos incentivos generados al interior de la cooperativa12 y de que forma ellos afectan su viabilidad. Para sistematizar la exposición sobre dichos incentivos, se realizará una clasificación de los mismos en tres dimensiones, que como se verá, se corresponden directamente con las tres dimensiones principales que hacen a la viabilidad económico-social de la organización, a saber: 12 En este apartado se utilizan múltiples aportes de un trabajo de Estrella Trincado Aznar, quién sistematiza algunos de los grupos de incentivos que genera la forma de organización cooperativa, que fueron usados de guía, reagrupándolos y en casos necesarios modificándolos para hacerlos compatibles con los objetivos particulares perseguidos en este trabajo. El documento consultado es: “Empresa cooperativa (autogestionada) frente a empresa capitalista (jerárquica). El caso de gestión de la Universidad”, 1994. - Desempeño de los trabajadores - Desempeño directivo y administrativo - Proyección de la organización hacia el futuro La motivación al trabajo que genera una cooperativa no tiene efectos en una única dirección. Por un lado, se dan incentivos colectivos positivos: sentirse parte de la organización, lucha conjunta por un objetivo común, ambiente de trabajo agradable, etc. Así, “parece que en las empresas cooperativas existe una mayor relación entre esfuerzo-recompensa del trabajo y, por ello, un sistema racional de incentivos”.13 Sin embargo, esto que seria cierto pensado para el colectivo de trabajadores, no necesariamente encuentra correlato si se piensa en incentivos estrictamente individuales. En dichos términos, la motivación individual se ve disminuida ya que la empresa se convierte para los trabajadores en un bien público (fenómeno del free rider o polizón), dado que el trabajador es retribuido por el producto medio del grupo y un incremento de su productividad repercute escasamente en su recompensa. En otras palabras, existe un incentivo colectivo para aumentar el producto medio generado, no así a nivel individual, donde el impacto en dicho producto de un mayor esfuerzo personal es muy pequeño, al tiempo que el hecho de no hacerlo prácticamente no tiene efectos en sus ingresos. Ahora bien, en este trabajo se entiende que esto supone implícitamente que las cooperativas serían incapaces de proveer de mecanismos de control adecuados. Podría plantearse que el hecho de que la propiedad sea colectiva y, por tanto, que los riesgos sean compartidos, genera actitudes de ayuda mutua y mecanismos de supervisión mutua que, junto al mayor conocimiento de todos los trabajadores del negocio en su conjunto, facilitan el control de posibles conductas oportunistas. Mientras una empresa jerárquica busca disminuir los riesgos de este tipo de conductas a través de mecanismos de supervisión con los costos que ello genera, una cooperativa reduce el personal supervisor al tiempo que elimina la atmósfera “opresiva”. Sin embargo, el éxito o fracaso en dicha tarea, dependerá en última instancia de cuáles de los dos tipos de incentivos sean los que efectivamente primen. Finalmente, en materia laboral y siempre desde el plano de la teoría económica, se plantea la posible existencia de otro incentivo “distorsionante”, consistente en que las cooperativas de trabajo tienden a ser trabajo intensivas, con poca movilidad de este factor para evitar que los resultados del esfuerzo colectivo actual se repartan con los eventuales recién llegados que no participaron del mismo. En este sentido la cooperativa se corporativiza y empobrece. 13 Trincado Aznar, Estrella. Op. Cit. II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos • 39 En materia de desempeño directivo, los incentivos que estas organizaciones generan están determinados por dos de sus características fundamentales: la ausencia de estructura jerárquica y la rotación de los cuadros directivos. Teóricamente se plantea que: la ausencia de una estructura jerárquica, llevaría a problemas en el sistema de control; y la rotación en el Consejo Directivo -que por otra parte estaría en línea con el supuesto de que no se requieren habilidades específicas para desempeñar las tares de dirección-, conllevaría un control de tipo discontinuo y, por ello, menos eficaz. Sin embargo, dichos problemas de control, podrían relativizarse si existe un alto grado de supervisión mutua y si priman los incentivos positivos al desempeño laboral. Ahora bien, los inconvenientes que la falta de especialización (y falta de recursos o de motivación para la capacitación) generaría en cuanto al desempeño de los directivos electos, podrían ser sí claramente considerados como incentivos institucionales negativos para una buena y eficiente gestión. A su vez, la falta de una estructura jerárquica confiere ciertas particularidades al sistema de información. Ello evitaría los problemas de información asimétrica tan comunes y costosos en las empresas tradicionales, reduciendo las posibilidades de existencia de actitudes oportunistas, dado que la información es de acceso más libre y democrático. Por último, en caso de que se obtenga un resultado económico positivo, surge la disyuntiva entre repartir ese excedente entre los socios o crear un fondo de reservas destinado a la inversión y, con ella, a la proyección de la organización hacia el futuro. Por lo general, en las cooperativas es en una asamblea de fin de ejercicio y en base a los resultados obtenidos, donde se toma la decisión de destinarlo al aumento salarial o al incremento de fondos destinados básicamente a inversión. En este sentido, se plantea que los trabajadores-socios no tienen incentivos adecuados para la creación de reservas, por lo que se realizaría una inversión insuficiente para su supervivencia en un entorno competitivo. Esta conducta se explicaría, o bien, por la búsqueda de mayores ingresos y niveles de vida, o bien, por la racionalidad limitada de los agentes, que los llevaría a valorar excesivamente el corto plazo. Por otro lado, se tiene lo que en palabras de Razeto es “una contradicción lógica interna, entre los objetivos que persiguen los socios (incremento individual de sus ingresos derivados del trabajo) y la forma de propiedad del patrimonio de la empresa (que es social)”14. O sea, el hecho de que “por lo menos una parte de ese capital es propiedad co- 14 Razeto, Luis: “Empresa de Trabajadores y Economía de Mercado”. PET. Santiago, 1993. Pág. 240. mún de la cooperativa”,15 y por tanto intransferible,16 lleva a que el socio no sea propietario de las rentas futuras salvo si se queda en la empresa-, por lo que se encuentra motivado al reparto presente de las utilidades. Esta priorización del presente, pondría fuertes trabas al proceso de innovación, sobre todo de aquellas que requieren una perspectiva de largo plazo. Por otro lado, existirían incentivos a un mayor y mejor cuidado de los equipos de trabajo, al ser estos propiedad de los socios, reduciendo la necesidad de inversión de reposición. Hasta aquí se ha visto que, teóricamente, la pregunta que se ha planteado, no tiene una respuesta única ni simple. De allí el interés que presenta este estudio, buscando obtener algo de evidencia empírica para echar luz sobre estos aspectos. III)Descripción del caso: V Cooperativa Nibo Plast • Breve evolución histórica La empresa Nibo Plast S.A. fue fundada en 1952 con el objetivo de fabricar artículos plásticos. A partir de 1970, se inicia una etapa de auge en su actividad comercial. Sus directivos promueven en ese momento la fundación de la Cámara del Plástico, organismo que actualmente integra la Cámara de Industrias del Uruguay (CIU). En los noventas comienza a fabricar productos industriales exclusivamente (cajonería y baldes), abasteciendo el 80% del mercado nacional hasta su cierre sorpresivo en 1999. En ese momento contaba con 100 empleados, entre obreros y personal administrativo. Los responsables de la empresa provocan un vaciamiento, desmantelamiento de la planta y dejan millonarias deudas. La empresa provoca el conflicto. La respuesta del sindicato es inmediata. Los trabajadores ocupan la planta, con tres objetivos claros: 1) impedir el retiro de las maquinarias y documentación; 2) tratar de cobrar sus créditos laborales, mediante el remate de los activos; 3) no perder la fuente de trabajo. Los trabajadores comienzan la formación de la cooperativa autogestionaria. Un alto porcentaje está afiliado al sindicato de la UNTMRA, al cual se consulta pero éste no fija posición. Por su parte, la Federación de Cooperativas de Producción del Uruguay (FCPU) respaldó el 15 FCPU: Declaración sobre la identidad cooperativa, 1995. 3° Principio: “Participación económica de los miembros”. 16 Las Cooperativas de Producción en nuestro país niegan al individuo el derecho -jurídico- a la enajenación, ya que la propiedad no puede ser alienable en tanto que esta ligada a la condición de trabajador. 40 • II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos emprendimiento desde el punto de vista legal, estatutario y económico. Se forma entonces la cooperativa, con 25 socios y 5 socias. Dado el riesgo de perder el parque industrial a manos de los acreedores, la Intendencia Municipal de Montevideo (IMM) permite depositar la maquinaria en el “Parque Tecnológico Industrial del Cerro” (PTI), donde se le otorga a la cooperativa un espacio físico en calidad de comodato. Con una enorme tarea de los cooperativistas y colaboración solidaria de mucha gente, se inicia el acondicionamiento del área y la cooperativa queda legalmente constituida en enero de 2000. Modelo (MM) (en busca de sustituir los de madera para mayor seguridad e higiene), cuyas necesidades a futuro se planteaban muy superiores dado que el parque total de cajones del MM es de aproximadamente 500.000 unidades. Este negocio con el MM conllevaba la necesidad de una nueva maquina inyectadora de gran porte, la cual fue efectivamente adquirida a un precio muy ventajoso. La otra inversión necesaria consistía en un molde, el cual también fue adquirido en el exterior a buen precio y más importante aún, resultado de negociaciones con agentes externos, financiado por un privado que a cambio comercializaría aquella producción que excediera a las comprometidas con el MM.17 El único ingreso hasta ese momento era el seguro de paro de cada trabajador, que luego de múltiples gestiones se logra que el Poder Ejecutivo autorice una extensión del mismo hasta fines del 2001. A partir de ese momento, el grupo queda sin ningún tipo de ingresos ni cobertura médica. De esta forma, puede decirse que existía una gran perspectiva de futuro ya que esta adquisición permitiría a la cooperativa la duplicación de su producción, cumplir con la producción de cestas para el MM y competir en el mercado, con lo cual se preveía para el corto plazo un aumento de los empleados. En ese momento la IMM les entregaba los envases desechables de plástico (PET) que recolecta en la vía pública. Luego de la clasificación de ese material, el mismo se prensa y se comercializa. Con estos ingresos, la cooperativa pagaba el boleto diario y el almuerzo a sus socios, mientras que con el resto se continuaban las actividades de acondicionamiento. Esta situación, sin embargo, era algo distinta en los primeros meses de 2005, dado que todavía no se había puesto en funcionamiento la nueva máquina adquirida, mucho menos aún se había comenzado con la producción para el MM, continuaban con grandes problemas respecto al capital de giro necesario para el desenvolvimiento de la empresa y, más en general, desde la administración se había solicitado a la FCPU una especie de “auditoria” de la cooperativa, dado que se vislumbraban algunos importantes problemas de gestión y organización a nivel general y en las distintas secciones u áreas de la cooperativa en particular. A partir de esta situación la cooperativa se plantea dos objetivos fundamentales: - Desarrollar una propuesta de trabajo cooperativo autogestionado, que contribuya a mejorar la higiene ambiental de la ciudad e integre a hombres y mujeres desocupados a la economía formal del reciclaje. - Poner en marcha la fábrica e iniciar el proceso productivo de cajones y baldes a nivel industrial para su comercialización en el mercado interno. Las actividades de formalización de la empresa continúan: a comienzos de 2002 se inscribe la cooperativa en la Dirección General Impositiva (DGI) y en el Banco de Previsión Social (BPS) y en oportunidad del remate judicial de la ex-Nibo Plast adquirió, con los créditos laborales, pequeños moldes que le permiten iniciar la producción de una muy reducida línea de productos. Desde este momento y a lo largo de 2003, la producción empieza a crecer a un ritmo progresivo, si bien debe tenerse en cuenta que se parte de niveles casi nulos. Por su parte, el año 2004 se caracteriza por cierto despegue y relativa euforia en la cooperativa, al tiempo que se caracteriza por el triunfo en una licitación para la fabricación de 10.000 cajones de plástico para el Mercado • Situación institucional La Asamblea General es el organismo máximo. Está integrada por la totalidad de los socios y cada vez que se convoca la asistencia es obligatoria. Luego esta el Consejo Directivo, formado por 5 miembros electos cada dos años. Según el Art. 40 de los estatutos, este Consejo Directivo tiene las más amplias facultades para la dirección y administración de los bienes de la cooperativa, pudiendo resolver todo lo que con ella tenga relación, excepto acordar decisiones que por estos estatutos o por disposición legal, requieran para su validez la intervención de la Asamblea.18 Además del estatuto, la cooperativa cuenta con un reglamento interno, elaborado por los mismos socios y aprobado por unanimidad. Ese reglamento es muy ri17 El precio de cada molde oscila entre 30.000 y 60.000 dólares, por lo que para su adquisición se requiere un alto nivel de capital, además del de giro necesario para la compra de materia prima y para ofrecer venta a crédito. 18 Los estatutos también establecen la intervención de una Comisión Fiscal y una Comisión Electoral. II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos • 41 guroso, estableciendo sanciones escalonadas, y hasta la expulsión del socio infractor. El organigrama de la Cooperativa establece los siguientes órganos según orden de relevancia: Asamblea General, Consejo Directivo y al frente de una serie de áreas o secciones (que a su vez presentan sub divisiones) un Administrador General. Es importante destacar que la cooperativa a contratado personal externo en importantes áreas de gestión: Administrador General, Gerente de Producción y Ventas, al igual que cuenta con apoyo de un especialista externo en materia de matricería. También debe tenerse en cuenta que en general se trata de ex trabajadores de la vieja empresa que en su momento no se sumaron al proyecto cooperativo, pero que conocen el área que desarrollan y el emprendimiento desde muy cerca. • Algunos datos de relevancia Al 2003, el 72% de los cooperativistas excedía los cuarenta años y el 36 % los 50. El 55% de los cooperativistas finalizó estudios secundarios y el 41% sólo ha completado estudios primarios. Existe un cooperativista con estudios terciarios. Al comenzar la cooperativa eran aproximadamente 30 los cooperativistas, hoy, luego de algunas expulsiones y la retirada de algunos de ellos por razones en general relativas a la obtención de mejores oportunidades en el ámbito privado en los difíciles primeros tiempos del emprendimiento, son sólo alrededor de 21-22.19 Quizás más importante aún es que el número de contratados supera dicha cifra, llegándose a alrededor de 30-32. IX)Análisis de incentivos: elementos destacados y puntos críticos Como se adelantó, no se intentará en este capítulo tratar de analizar uno a uno los factores internos a la cooperativa bajo estudio que tienden a corroborar o contradecir los distintos postulados teóricos presentados, sino que aparece como más interesante realizar el ejercicio de identificar los elementos más destacados y los puntos críticos estructurales en cuanto a las principales variables que se han trabajado en el marco teórico-analítico, ello en última instancia implica poner el énfasis en los rasgos problemáticos que presenta esta experiencia particular. La idea es que partiendo de un diagnóstico en efecto positivo en términos generales, se logre identificar aquellos aspectos donde se han presentado las mayores falencias. El identificar estos “problemas” no es un fin en sí mismo 19 Extrañamente no se logro en las entrevistas determinar exactamente el número y se dieron discrepancias entre los distintos entrevistados, hecho que se verificó en otros puntos a priori tan fáciles de determinar como este. desde luego, sino que lo que se busca es intentar avanzar en el conocimiento de las experiencias, de sus problemáticas para de esta forma saber a futuro cuales son éstas y así vislumbrar por donde deberían canalizarse los esfuerzos de mejora y progresiva consolidación de las mismas. Es que claramente podríamos quedarnos con un análisis positivo de la evolución que ha tenido la cooperativa desde los primeros tiempos de lucha y resistencia por el mantenimiento de la fuente de trabajo y la búsqueda de una salida conjunta y solidaria. Hubo años muy duros de ocupación de la vieja planta y al mismo tiempo acondicionamiento de las nuevas instalaciones donde se instalaría la cooperativa, no menos duros fueron los años que siguieron al establecimiento de la cooperativa y el esfuerzo actual por mantenerla en funcionamiento y buscar su crecimiento constante, pese a una coyuntura complicada a nivel nacional y a la extrema dificultad de acceder al crédito. Los trabajadores de la ex Nibo Plast consideraban que la empresa había sido mal administrada, y que era factible, una vez que la Cooperativa fuera puesta en marcha, alcanzar operaciones rentables y si bien no todos los cooperativistas ingresaron al nuevo emprendimiento con las mismas convicciones “el espíritu de grupo los ha dinamizado y les ha dado fortaleza; el trabajo los hace sentirse útiles”. Así, la producción como se vio fue en aumento desde el comienzo de la actividad. La cooperativa ha permanecido en pie durante más de cinco años y eso luego de unos primeros años muy duros donde los trabajadores tuvieron que soportar un sin número de penurias. Nuevamente en palabras de su presidente: “es muy difícil construir una cooperativa, los obstáculos se van superando día a día con trabajo y con un material humano impresionante... Sino hubiera sido por la actitud humana de los compañeros la cooperativa hoy no existiría... La evolución ha sido sangre, sudor y lágrimas”. Paralelamente se destaca que “fue un tránsito lento pero seguro, había alguna gente para la que era el único camino. No había otra posibilidad de trabajo. La cooperativa nace por necesidad”. Finalmente, debe considerarse muy brevemente que la cooperativa si bien nace en una muy difícil situación, ha contado con algunos elementos a favor que han sido ciertamente relevantes en su evolución. Entre ellos se destaca: girar en un rubro, el del plástico, que si bien es de tipo industrial tradicional y no se encuentra entre los de “punta” en el país, parece ser un buen negocio; establecerse en el Parque Tecnológico Industrial del Cerro con todo lo que ello implica, no pago de alquiler, servicios más baratos, logística, apoyo y solidaridad con otros emprendimientos similares, etc.; poder acudir a especialistas en algunas áreas claves del negocio miembros de la ex empresa y, finalmente, contar con una buena posibilidad de realización de su producción, dado que se cuenta con una buena cantera de clientes. 42 • II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos Sin embargo, la idea aquí es no quedarnos con esta imagen positiva, sino indagar más a fondo en las dificultades del proceso, en aquellos elementos de largo aliento que están presentes en la cooperativa y que pueden ser factores de riesgo para la misma en su desempeño próximo. En este sentido vimos que el 2005 no arranco de la mejor manera y novedades posteriores al final del período aquí considerado, parecen no vislumbrar este año como el del efectivo lanzamiento hacia una empresa fuerte y consolidada. Quizás el análisis de los incentivos que se han dado en su interior pueda decirnos algo del por qué de dicha situación. Incentivos hacia el desempeño de los trabajadores En una primera impresión no quedan dudas de que han existido fuertes incentivos colectivos positivos, de ello da cuenta todo lo que se ha logrado, teniendo en cuenta la situación de la que se parte, o sea, pérdida repentina de la fuente de trabajo, poca calificación, lógica asalariada y dificultades económicas de distinto tipo para llevar adelante la actividad. Como ejemplo se citan las palabras del Administrador General (AG): “El mayor capital de la cooperativa es su gente. Están jugados a este emprendimiento. Todos los socios tienen una carga horaria de 50 horas semanales obligatoria”. Pese a ello, y quizás sea este ámbito el que más se vea permeado por la calidad de empresa recupera de la cooperativa bajo estudio, efectivamente parece darse el hecho de que muchos de los cooperativistas se sumaron al proyecto como “última salida”, y ello junto a la fuerte heterogeneidad del grupo hace al administrador hablar de una autogestionada más que una cooperativa, en sus palabras: “No sé si la palabra es problema... (pero) en el caso de la Cooperativa NIBO PLAST, más que una cooperativa es una empresa autogestionada, donde sus integrantes se reunieron para mantener la fuente de trabajo... Son personas de diferentes edades, diferente educación, diferentes ideologías y diferentes metas”. La edad avanzada de los cooperativistas juega su rol también, y todo desemboca en cierta falta de ímpetu innovador, reproducción de la lógica de organización del trabajo “fordista” de la empresa madre, mantenimiento de algunos “vicios” del antiguo trabajo como asalariados y falta de capacidad a la hora de la toma de decisiones en el desarrollo de la actividad productiva, pese a que a priori podría considerarse que conocen muy bien su trabajo. Particularmente se observa, y surge de la conversación con los gerentes o el AG, cierta tendencia a la uniformización del trabajo y el esfuerzo a la baja, resultado de una mezcla entre la edad avanzada de muchos de ellos, el sentirse “patrones”, un cierto descuido por lo producti- vo20 y las lógicas de asalariados, por todo lo cual, es difícil concluir que ello sea resultado de los incentivos internos negativos de los que habla la teoría. No parece ser la búsqueda del menor esfuerzo individual lo que los mueve, sino más bien el desconocimiento o la falta de una percepción clara y arraigada de que sólo con el crecimiento medio del producto y su realización en el mercado, los beneficios serán mayores. Finalmente, surge claramente la diferencia de motivación y participación entre los cooperativistas, manifiesta de manera contundente en la entrevista con una socia no-directiva, en la cual surge a las claras su falta de conocimiento de cuestiones básicas del funcionamiento e institucionalidad de la cooperativa. Ésta parece estar partida en dos, con un grupo que lleva la “voz cantante” y otro que se limita a cumplir su tarea, a acompañar pero no participar comprometidamente. Debe tenerse en cuenta que “el comité de base jugó un rol importantísimo en la creación de la cooperativa. Los dirigentes de entonces, son actualmente presidente, secretario y tesorero de la misma y han sido reelegidos dos veces”, sin embargo, parece darse más que imposición de liderazgos, la falta de iniciativa por parte de un importante grupo de los socios que se limitan a cumplir su tarea y a decidir cuando se los convoca a asamblea. Así, ante la consulta sobre si había participado alguna vez en el Consejo Directivo (CD) o si le interesaría hacerlo en el futuro, la entrevistada responde: “No, no, no... La verdad, es que estoy conforme con los que están”. Ahora bien, este hecho lejos de ser resultado de incentivos negativos en materia de esfuerzo o participación parece más resultado de la forma en que se llega a conformar la cooperativa por parte de algunos socios, al igual que de la edad avanzada de muchos de ellos,21 pero más importante aún ello es quizás respuesta a la falta de formación en materia cooperativa, aspecto sobre el cual se volverá luego. Otro aspecto medular en materia laboral, gira en torno al supuesto de la poca movilidad del factor trabajo y la renuencia a la incorporación de nuevos socios que se plantea desde la teoría. Efectivamente aquí tenemos cierto desbalance, resultado del mayor número de contratados que de socios. La ley nacional permite solo el 20% del total de socios, pero ello puede ser matizado con la incorporación de trabajadores bajo el rótulo de zafrales. Pero más importante que la cuestión legal, que poco interesa a nuestros efectos, parece más importante plantear la necesidad de que la cooperativa a mediano plazo tienda o intente modificar su política de contratación, gene20 Por ejemplo, pese a que desde el Consejo Directivo se dice que existe ciertos mecanismos de control de eficiencia y calidad, “...retirándose una pieza por máquina cada dos horas para su análisis”, desde la administración o incluso desde la opinión de una de las trabajadoras-socias, esto no aparece. En otras palabras: “Se conversa sobre el tema, pero no se realizan evaluaciones”. 21 En el caso de la entrevistada, 57 años. II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos • 43 rar alguna medida que le permita incorporar a parte de estos trabajadores que se desempeñan en ella desde hace ya un largo tiempo. Este es un problema que se presenta en un sin fin de cooperativas en nuestro país, pero no por ello deja de ser relevante, dado que en la mayoría de los casos estaríamos frente a lo que desde la teoría se denomina “degeneración”, lo que en otras palabras consiste en la tendencia a la contratación numerosa y duradera de personal externo, sin ánimo de incluirlo dentro de las filas de la cooperativa como socios. En este sentido, si bien no han existido demandas por parte de los contratados, no se vislumbra dentro de la estrategia de la cooperativa una futura política de inserción de éstos, pese a que dicha posibilidad esta claramente prevista en sus estatutos. Este tema y dada la particularmente avejentada estructura de los socios, adquiere gran relevancia en esta cooperativa si se la piensa dentro de cinco o diez años para adelante. Ahora bien, y para terminar este apartado, todo el cuadro descrito permite concluir en la falta y necesidad de formación cooperativa, tanto más cuando se trata de personas sin acercamiento previo a la temática. Sin embargo, no existe una comisión en esta área, tampoco la realización de cursos ni la participación fluida en aquellos realizados por organizaciones externas. Este es un punto clave, la formación en valores y principios es imprescindible para quebrar algunas lógicas de funcionamiento y generar conciencia y compromiso con el proyecto, que por cierto como ya fue mencionado existe y mucho en otros ámbitos del desempeño de los socios. Incentivos hacia el desempeño directivo y administrativo Ya se vio como “la directiva sindical, fue quien llevó adelante el proceso de cooperativización y hoy ocupa un lugar destacado en el Consejo Directivo”,22 ello ha llevado a que no se de una alta rotación en el mismo, lo cual remite a lo que puede verse como un cierto trade off o disyuntiva entre mayor participación en áreas dirigenciales versus una mayor especialización en dichos cuadros. Efectivamente “se mantiene (en la cooperativa) una división entre quienes planifican y quienes ejecutan”23 herencia de la empresa capitalista madre. Sin embargo, esto no ha sido del todo negativo, dado que “El grupo humano que conforma el Consejo Directivo, tiene voluntad de hacer las cosas bien. Buena disposición para capacitarse en la tarea directiva, buena relación entre ellos. Capacidad para reconocer sus limitaciones en áreas específicas”, lo que los ha llevado a considerar necesario la inclusión de personal externo en distintas áreas técnicas. También existe una búsqueda de mejorar en materia de organización y planificación, en palabras del presidente, “en 2004 se hizo un plan de inversiones y se cumplió”, “sí tenemos una planificación mensual que vamos revisando semanalmente” y “estas tareas (organización y planificación) se hacen en conjunto entre el CD y los encargados de producción y de ventas”. Sin embargo, no dejan de presentarse inconvenientes, por ejemplo, se habla de que el “organigrama no refleja lo que pasa en la realidad”, al tiempo que el hecho de que algunos de los miembros del CD sean a su vez jefes de sección no parece facilitar la tarea, “las funciones muchas veces se superponen y se está lejos de conformar un organigrama operativo con funciones bien definidas y roles claros en materia productiva”. Pero más importante aún, son algunos inconvenientes en materia de gestión general de la cooperativa, dándose una sinergia particular entre socios que demandan y exigen mejoras luego de años de limitaciones, un CD que si bien puede ser considerado como integrado por líderes naturales (siempre importantes para llevar adelante cualquier empresa), no es menos cierto que se les torna difícil no ceder ante los reclamos del resto de los cooperativistas y, finalmente, “especialistas” contratados que se encuentran en difícil situación a la hora de exigir reformas o plantear medidas ingratas para los socios, máxime ante un CD vigoroso, con iniciativa y emprendedor, pero con cierta flexibilidad ante los reclamos del resto de los socios. Quizás ello encuentre alguna explicación en que pese a que los cooperativistas y en particular el CD entendió necesario cubrir cierta falta de capacitación en áreas de gestión con personal técnico externo (si bien muy relacionados al emprendimiento), ello no parece romper definitivamente con la lógica presente en muchas cooperativas de trabajo de atribuir a la gerencia un mero rol de cohesión de las unidades operativas de la empresa o de coordinación, sin ninguna competencia en asuntos internos (Davis, Peter, 1999: 31). Así, es que se intuye un cierto reclamo desde los administradores externos de que a la hora de tomar ciertas decisiones, tanto el consejo como la asamblea hacen oídos sordos a las sugerencias que surgen desde los ámbitos “gerenciales”. Finalmente, en cuanto a la circulación de información, efectivamente ésta es más democrática que en una empresa privada tradicional, pero la información depende de cómo se use, muchos de los cooperativistas no parecen realizar un férreo control de lo que ocurre, no parece haber una fluidez en la información que permita un mejor desarrollo de la tarea productiva. 22 Ídem, nota de pie de página 5. 23 Ídem, nota de pie de página 5. 44 • II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos Incentivos hacia la inversión Es claro que un problema importante para la viabilidad de las cooperativas es que, en la búsqueda de un salario justo y un mayor nivel de vida para sus socios, a lo que se suma su particular forma de propiedad del capital, se tiende a repartir las ganancias descuidando de esta forma la inversión. Ello es claro y esperable desde el punto de vista teórico y sólo una conciencia clara de los aspectos que involucra la gestión cooperativa por parte de los socios, puede llevar a limitar o eliminar dicho riesgo. Ahora bien, en el caso de la cooperativa bajo estudio, no parece haber habido problemas a la hora de intentar y llevar adelante una importante inversión, planteándose un plan de inversión para 2004 y habiéndolo cumplido casi a cabalidad, realizando una negociación exitosa con diferentes agentes privado y utilizando capitales propios ante la total falta de financiamiento externo. De esta forma y más allá de haberse llevado a cabo en condiciones muy favorables24 y ser ciertamente necesaria para enfrentar la producción para el MM, dicha inversión puede ser efectivamente entendida como cierto “desajuste” con lo esperado teóricamente, demostrando como una cooperativa puede y apuesta efectivamente a crecer y desarrollarse. Sin embargo, la cooperativa enfrenta múltiples problemas con el capital de giro, ante ello en las distintas entrevistas surge el tema trascendental para toda cooperativa (y más en general, para cualquier empresa de mediano porte en el país) de la falta de financiamiento, lo cual es totalmente cierto, pero también lo es que los beneficios autootorgados por los trabajadores y bajo el presupuesto (también en extremo atendible) de que ya se sufrió mucho, han ido en aumento.25 Entonces, si bien se ha invertido para el largo plazo, la dinámica cortoplacista quizás a hecho que se sobrestimen las retribuciones al trabajo y se descuiden las necesidades de capital de giro, imprescindible para el funcionamiento y desarrollo futuro de la producción y con ella de la cooperativa. Téngase en cuenta que no se trata aquí (ni se pretende) realizar un juicio de la gestión de los recursos por parte de la cooperativa, los trabajadores de Nibo Plast más que han demostrado que su lucha no sólo apunta a las reivindicaciones salariales, sino que se la interpreta 24 La máquina fue comprada a una gran empresa a la cual no le interesaba la máquina y no tenía demasiadas alternativas para deshacerse de ella, al tiempo que los pagos por la vía de los hechos terminaron siendo menores a los planteados en una primera instancia y con entregas muy flexibles en los plazos. Por su parte, como ya fue mencionado, la compra del molde fue hecha por un privado, si bien las negociaciones para la operación en el extranjero corrieron por cuenta de la cooperativa. en forma solidaria, enmarcada en la lucha general por la defensa de los empleos. Pero ello no impide el intento de poner de manifiesto un rasgo particularmente riesgoso de la gestión cooperativa, que no es nuevo por supuesto26 y del cual debe tenerse clara conciencia, una buena gestión y una circulación fluida de la información, para que todos los socios conozcan claramente la evolución de la cooperativa y en base a ese conocimiento tomen las decisiones. X)Breves reflexiones finales En este trabajo se ha intentado avanzar en la línea de construir marcos teóricos e interpretativos que ayuden a abordar la compleja realidad cooperativa. Paralelamente, se llevaron algunos de esos conceptos y proposiciones desde la teoría a la práctica concreta de una cooperativa, buscando identificar aquellos puntos clave, por problemáticos y por sugestivos conceptualmente para futuros desarrollos. Esta decisión pretendió extraer, respetando las particularidades del caso bajo estudio, algunos elementos que si bien no extrapolables linealmente a otros casos, si factibles de servir como referencia a la hora de pensar en términos más amplios. En estos párrafos finales, interesa sobremanera destacar la importancia de los principios y valores cooperativos, sólo en el marco de una gestión que los incorpore y fomente, junto a una buena capacitación y formación en materia cooperativa, el movimiento cooperativo de producción estará en condiciones de enfrentar con éxito los problemas o limitaciones que se han reseñado, potenciando su capacidad como efectiva alternativa en materia de producción bajo otra lógica de relacionamiento entre trabajo y capital y una nueva forma de concebir y organizar operativamente el desempeño laboral de las personas. Pero para que ello suceda es imprescindible creer en la capacidad innovadora de las cooperativas, se debe confiar en que el trabajo así organizado y gestionado es capaz de generar procesos virtuosos de innovación, basados en el conocimiento global del proceso por parte de los socios y de la liberación de la creatividad de los mismos en un ámbito que le es propio y del cual se sienten parte y responsables. De no confiar en ello, no hay razón para perseguir el desarrollo del movimiento, a no ser como simple salida a situaciones de crisis, que si 26 Así, Pablo Guerra encuentra para el caso uruguayo que “Este comportamiento fue señalado en las entrevistas como una de las dificultades que encontraban los directivos de las cooperativas ante algunos socios que proponían restar ingresos a la inversión, a los efectos de pagar mejor el trabajo”. En: “Crisis y Empresas Alternativas en Uruguay...” (1997). Pág. 73. 25 Llegándose por ejemplo a pagar salarios bastante por arriba del laudo. II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos • 45 bien importante y deseable, no permite constituirse en una verdadera forma alternativa de producción. En este sentido, el ayudar a construir el modelo de gestión cooperativa al que se hizo referencia en el párrafo anterior, parece ser una de las metas y desafíos más importantes para la investigación académica. XI)Bibliografía • • • • • • • • • • • • • • • ARVON, Henri (1982): La Autogestión. Fondo Cultural Económico (FCE). México. ALVARIÑO, Jorge (1997): Las cooperativas de trabajadores frente al desempleo. Dinámica Cooperativa, Nº 119. ���� Montevideo. BACCARDATZ, Daniel et. al. (1980): Las cooperativas de producción en Uruguay. Trabajo Monográfico. Facultad de Ciencias Económicas y Administración (FCEyA), UDELAR. Montevideo. UNIDAD DE ESTUDIOS COOPERATIVOS: Boletín de la Unidad de Estudios Cooperativos (2002 y 2003). UEC, SCEAM, UDELAR. Montevideo. CÁCERES, José L. 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WILLIAMSON, Oliver (1985): Las instituciones económicas del capitalismo. FCE. México. 46 • II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos LAS DECISIONES DE EMPLEO Y SALARIOS DE UNA COOPERATIVA DE TRABAJADORES Y UNA EMPRESA CAPITALISTA: UNA REVISIÓN TEÓRICA* Andrés Dean Gabriel Burdín I.INTRODUCCIÓN El presente documento constituye un avance parcial en las tareas de sistematización y revisión teórica que vienen realizando los autores, en el marco del trabajo monográfico correspondiente a la Licenciatura en Economía de la Universidad de la República. El mismo aborda la especificidad de las decisiones de empleo y salarios en una cooperativa de trabajo. En primer lugar, se recorre brevemente el tratamiento de la empresa, en cuanto unidad productiva básica, desde diversas perspectivas teóricas. En segundo lugar, se exploran algunos ejes de debate que buscan explicar por qué las cooperativas de trabajo se encuentran poco extendidas en las economías de mercado capitalistas. A partir de estas consideraciones se revisa un problema teórico específico: el comportamiento comparado de cooperativas de trabajo y empresas convencionales en materia de empleo y salarios. El planteo original de la ortodoxia neoclásica señalaba que la cooperativa exhibe un comportamiento ineficiente retrayendo el empleo, paradójicamente, cuando las condiciones de mercado le son favorables. Este modelo básico se ha mostrado particularmente influyente aunque ha recibido múltiples críticas y en muchos casos ha sido refutado empíricamente. De esta forma, este trabajo pretende revisar y discutir el soporte teórico disponible para el trabajo empírico en el área del cooperativismo de producción y en el estudio de aquellas alternativas autogestionarias emergentes en el plano regional. * Este trabajo fue presentado recientemente en las XIII Jornadas de Investigadores Jóvenes de AUGM, celebradas en Tucumán, Argentina. 1.TRABAJO Y EMPRESA: DIFERENTES PREOCUPACIONES Y RESPUESTAS EN LA TEORÍA ECONÓMICA A. La perspectiva neoclásica convencional El análisis microeconómico convencional, de base neoclásica, reduce el estudio de la empresa a la especificación de una función de producción. Dicha función supone una relación de correspondencia entre la aplicación de un conjunto de factores productivos (inputs) y un nivel de producción determinado (output). La empresa maximiza un objetivo, combinando factores, siguiendo una tecnología dada y operando en un mercado de competencia perfecta. Dicho supuesto implica: i) gran cantidad de empresas y consumidores que carecen de cualquier poder de mercado (agentes precio-aceptantes que deciden únicamente sobre cantidades sujetos a restricciones), ii) bienes y factores productivos homogéneos, iii) libre entrada y salida de empresas del mercado, iv) agentes que cuentan con información perfecta, la cual obtienen y procesan sin costo. De esta forma, la concepción neoclásica pone énfasis en la eficiencia estática de la empresa en cuanto a la utilización de los factores productivos. Una organización económica es socialmente óptima en la medida que posibilite una movilidad fluida de los recursos (trabajo y capital) hacia aquellas actividades más valoradas por los consumidores. El análisis teórico de las cooperativas de trabajo ha sido altamente influenciado por esta perspectiva, cuestión que abordamos más adelante. Docente de Economía I, FCEA, UdelaR. Actualmente, elaborando el trabajo monográfico final en el marco de la Licenciatura en Economía, Facultad de Ciencias Económicas y Administración, Universidad de la República - [email protected] Sin embargo, la concepción básica de la empresa como función de producción ha sido criticada desde diferentes vertientes. Sin dudas, este tratamiento de la organización Docente de Economía I, FCEA, UdelaR. Actualmente, elaborando el trabajo monográfico final en el marco de la Licenciatura en Economía, Facultad de Ciencias Económicas y Administración, Universidad de la República - [email protected] Por una sistematización de estos enfoques y su aplicación al estudio de las cooperativas de trabajo ver Burdín (2005). II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos • 47 económica se ha mostrado insatisfactorio para identificar y analizar empresas no convencionales. Tampoco ha ofrecido respuestas a la hora de abordar el funcionamiento de la empresa capitalista contemporánea. B. La perspectiva neoinstitucional Desde la década del 60 y 70, estas dificultades han encontrado diferentes respuestas teóricas, incluso dentro del propio programa de investigación hegemónico, el neoclásico. Precisamente, Eggerston (1995) interpreta el surgimiento de la economía neoinstitucional como parte de la reestructuración de dicho programa. Según Hansmann (1996) la empresa debe entenderse como un nexo de contratos, acuerdos y sobreentendidos entre los agentes involucrados con ella (proveedores, trabajadores, gerentes, accionistas y consumidores). Muchos de los contratos que una firma suscribe tienen como contraparte a los sujetos que encarnan los factores que se utilizan en el proceso productivo (contratos laborales, acuerdos con accionistas, etc). Para asegurarse el servicio de estos factores la firma podrá establecer con ellos relaciones de intercambio (contrataciones de mercado) o de propiedad. Cuando la relación es de intercambio el sujeto respectivo puede controlar a la empresa únicamente haciendo que el contrato que lo vincula a ella se cumpla o amenazando con su cese en función de otra alternativa de mercado más conveniente. Cuando la relación es de propiedad puede controlar directamente el comportamiento de la firma a través de su estructura interna de gobierno. La empresa capitalista sería aquella que vincula a los oferentes de capital como propietarios. Las transacciones con trabajadores, proveedores y consumidores se darían a través de relaciones de mercado. Como contrapartida, una cooperativa de producción establece una relación de propiedad con el factor trabajo y una relación de intercambio con el capital. En este sentido, la variedad de arreglos organizativos se explicaría por la evaluación comparada para distintas actividades económicas de dos tipos de costos. Por un lado, los costos de contratar en el mercado a los factores que no son propietarios de la firma. Por otro, los costos de propiedad de aquellos factores que son propietarios. El arreglo óptimo sería aquel que minimice la suma de tales costos. Por un panorama general de las distintos enfoques, cuestionadores de la firma como función de producción, surgidos dentro del programa neoclásico ver también Williamson (1989). El autor utiliza este enfoque para proporcionar un marco explicativo de la existencia y distribución sectorial de cooperativas de producción y empresas de trabajadores Nos concentraremos en los costos de mercado y de propiedad vinculados al factor trabajo. Se distinguen varios tipos de costos derivados de recurrir al mercado. Dichos costos pueden ser relativamente importantes en algunas actividades, otorgándole ventajas a la propiedad. En primer lugar, se plantea el caso de transacciones que involucran los denominados activos específicos. Se trata de activos que pierden la totalidad o una porción significativa de su valor fuera de determinado contexto de utilización. Las inversiones en este tipo de activos son altamente riesgosas y requieren estructuras de gobernación que le otorguen a los agentes inversores un horizonte de previsibilidad y certeza. El riesgo es tal en la medida que se supone un comportamiento eventualmente oportunista de la contraparte. El propietario de un activo de este tipo podría quedar “encerrado”, sin posibilidades de recuperar la inversión realizada. El problema del encierro se configura entonces a partir de la combinación de un supuesto de comportamiento de los agentes (oportunismo) y un supuesto sobre el contexto relevante de la transacción (activos específicos). Por ejemplo, un trabajador que invierte en conocimientos específicos de la firma donde ha trabajado cierta cantidad de años puede ser vulnerable al oportunismo de la empresa. Sabiendo que el trabajador solo puede aplicar esos conocimientos dentro de la empresa, el capitalista o los gerentes que lo representan podrían alterar las condiciones salariales y de trabajo en su beneficio. Ex ante el trabajador podría reclamar un salario mayor para cubrirse de tal posibilidad. Ex post podría invertir de forma subóptima en conocimientos específicos. Estas ineficiencias proporcionarían potenciales incentivos para que la propiedad de la firma quedara a cargo de los trabajadores. En segundo lugar, pueden existir asimetrías de información. Una de las partes de la transacción detenta información privada o le resulta altamente costoso adquirir información relevante. Se dice que una de las partes cuenta con ventajas de información. Las relaciones laborales proporcionan ejemplos de asimetrías de información y sus efectos. La empresa puede promover reducciones salariales alegando una situación financiera desfavorable, lo cual puede ser poco creíble para los trabajadores. Por otro lado, estos poseen información privada respecto a sus niveles de esfuerzo en el trabajo, los cuales pueden ser monitoreados solo imperfectamente por la empresa. La empresa capitalista El oportunismo constituye un supuesto de comportamiento característico de la economía neoinstitucional. Supone que los individuos o las empresas buscan el interés propio incluso apelando al engaño y la mentira. Paradójicamente, la economía neoclásica convencional suponía individuos egoístas pero honestos. En un contexto de alto desempleo los trabajadores tenderán a esforzarse más y serán renuentes a eludir sus obligaciones en el trabajo. Cuando existe pleno empleo no hay demasiadas razones para no eludir obligaciones, ya que si el trabajador es despedido rápidamente puede conseguir otro empleo. La tasa de desempleo de equilibrio 48 • II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos sería el escenario de complejas negociaciones y costosos juegos estratégicos entre la gerencia y los trabajadores. Lo anterior puede redundar en una fijación subóptima de precios, salarios o niveles de inversión, existiendo en algunos casos otras formas organizativas que potencialmente pueden mitigar estos problemas. lancia pueden variar sustancialmente de una firma a otra dependiendo de la cantidad de propietarios involucrados y de su capacidad de coordinar y actuar colectivamente. Los costos de asumir riesgos financieros están ligados al derecho de percibir el flujo de beneficios netos derivados de la propiedad de la empresa. Los diferentes agentes manifiestan diversos grados de aversión al riesgo y capacidad de soportar los costos respectivos. Por último, los trabajadores pueden tener dificultades en cuanto a la revelación creíble de sus preferencias. Por ejemplo, respecto a la combinación óptima de salarios, condiciones de trabajo y otros beneficios no monetarios. Los gerentes supondrán que los trabajadores intentarán mejorar su posición negociadora mediante revelaciones distorsionadas. Por ejemplo, los trabajadores se encuentran en dificultades para financiar la empresa con aportes de capital propio. En primer lugar, debido a su probable reducida riqueza personal. En segundo lugar, por su limitada capacidad de diversificar riesgos, ya que estarían invirtiendo en la empresa de donde simultáneamente obtienen sus ingresos regulares aplicando su fuerza de trabajo. Si la empresa quiebra no sólo quedan desocupados sino que también pierden sus ahorros. Este argumento ha sido esgrimido como explicación fundamental de la excepcionalidad de las cooperativas en las economías de mercado10. Sin embargo, la propiedad no siempre puede resultar la mejor solución, dado que también supone costos que deben considerarse. La propiedad de un activo no puede detentarse gratuitamente. Dichos costos están asociados a los dos componentes de la definición de derechos de propiedad: el control y la disposición de los rendimientos del activo. El primer componente de la definición supone que los propietarios deben incurrir en costos asociados al proceso de toma de decisiones. Por otro lado, los propietarios deberán asumir costos por controlar a gerentes y administradores, de modo de funcionalizar su actuación en beneficio de la empresa. La segunda dimensión (la percepción de rendimientos residuales) involucra los costos de asumir riesgos financieros. Concomitantemente, existiría un problema relacionado al horizonte temporal de las inversiones. Jensen y Meckling (1979) alegan que los trabajadores privilegian un horizonte de corto plazo en sus decisiones, condicionado por su permanencia esperada en la empresa. De esta forma, se aprobarían aquellos proyectos que rápidamente reportan dividendos en detrimento de inversiones de más largo plazo. Este problema se agravaría si una porción significativa de los trabajadores se encuentra próxima al retiro. Estas empresas enfrentarían un problema de subinversión permanente, que incluso podría afectar la inversión de reposición. Las decisiones colectivas son tanto más costosas cuanto más heterogéneos son los sujetos que las toman. Dicha heterogeneidad puede estar pautada por la diferencia en las circunstancias personales de los miembros (riqueza, calificaciones, edades, etc.). Los mecanismos de delegación que se dan al interior de las organizaciones deben ser entendidos en parte como formas de mitigar los costos de los procesos de decisión colectiva. El tratamiento de este punto es particularmente relevante para el caso de las empresas de gestión y participación obrera. Cuadro 1. Enfoque neoinstitucional: costos de mercado y de propiedad Costos de contratar en el mercado Activos específicos y problema del encerramiento Asimetrías de información y comportamiento estratégico Revelación no creíble de preferencias Los costos de controlar a los gerentes se derivan de que en la empresa moderna (particularmente en las empresas grandes) los propietarios ceden amplias potestades decisionales a cuerpos gerenciales y de administración. Se supone que los gerentes desarrollan una agenda privada que puede diferir en gran medida de los intereses de los propietarios de la empresa. Los costos de vigidebería ser suficientemente elevada para que a los trabajadores les compense esforzarse, en lugar de exponerse a que los supervisores los “atrapen” eludiendo sus responsabilidades. El desempleo es una ineficiencia estática ya que implica una asignación ineficiente del trabajo. Según Elster y Moene (1989), en el sistema salarial capitalista esta ineficiencia externa es condición para que haya eficiencia al interior de las empresas. Huelgas, paros y sabotajes son algunos de los instrumentos que utilizan los trabajadores como amenazas en este tipo de juegos. Costos de la propiedad Costos de controlar a los gerentes Costos de la decisión colectiva Costos de asumir riesgos financieros ElaboradoenbaseaHansmann(1996) 10 Este análisis subestima los riesgos que enfrentan los trabajadores en la empresa capitalista. En realidad el mayor riesgo financiero derivado de convertirse en propietarios debería compararse con el riesgo de ser despedido que enfrentan los trabajadores en su condición habitual de no propietarios. II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos • 49 C. La empresa como organización La empresa neoclásica se caracterizaba por una función objetivo coherente que no admitía intereses contradictorios. Se trata de una especie de firma unipersonal donde los objetivos de la organización se funden con los objetivos del propietario, interesado en la maximización del beneficio a largo plazo. Como vimos, el enfoque neoinstitucional ponía un nuevo acento en los problemas de agencia intrínsecos a la relación propietario-gerente o gerente-trabajador. Según Ménard (1997): “el enfoque microeconómico convencional interpreta todo lo que sucede en la “caja negra”, que es la unidad de decisión, a través de la función de producción (...) Ello conduce, por lo general, a arrojar un velo teórico opaco sobre las condiciones de la decisión económica y sobre su objeto”. Otros enfoques ponen el acento en los aspectos propiamente organizacionales. Ménard (1997) define a una organización como aquella entidad caracterizada por: i) un conjunto de participantes, ii) un acuerdo explícito o implícito sobre ciertos objetivos y sobre los medios para expresar la conformidad o la discrepancia y iii) una coordinación formal definida por su complejidad, por sus procedimientos y por su grado relativo de centralización. Se remarca la importancia de las motivaciones y valores de los participantes en el funcionamiento de las organizaciones. Los diversos mecanismos de incentivación se explicarían por la necesidad de conocer las preferencias de los miembros y garantizar mínimamente el alineamiento de sus objetivos con los de la organización. Por otro lado, ésta se caracteriza por el desarrollo de ciertos valores básicos (“cultura organizacional”) que facilitan la comunicación, reducen la incertidumbre y aceleran el proceso de socialización de nuevos integrantes. También se destaca el carácter esencialmente colectivo de las decisiones económicas en el seno de las organizaciones. En este sentido, se enfatiza el papel de la autoridad, entendida como transferencia de poder de decisión de un agente a otro. La autoridad constituye un efectivo mecanismo de coordinación y es tanto más eficaz cuanto mayor legitimidad tenga entre los participantes, particularmente si es producto de amplios consensos internos. Se distingue autoridad de jerarquía. En el caso de las relaciones de autoridad la cesión de poder decisional puede producirse a través del consentimiento. Contrariamente, la jerarquía refiere a aquella subordinación de poder decisional que se produce en el marco de relaciones sociales asimétricas. La relación salarial en las economías capitalistas es ilustrativa del problema de la jerarquía. Los trabajadores están sujetos a este tipo de subordinación en las firmas capitalistas, dada la desigual distribución de derechos de propiedad respecto a los medios de producción. D. Empresa, proceso de trabajo y poder: una perspectiva marxista Por último, esta caracterización de la relación laboral como una relación de poder constituirá la piedra angular del análisis de los economistas radicales, de influencia marxista, interesados en el fenómeno de la dominación del capital sobre el trabajo en el proceso de producción. En este enfoque, el proceso de trabajo se organiza socialmente y su tratamiento teórico debería seguir los siguientes lineamientos: i) el factor trabajo no puede ser conceptualmente tratado de forma equivalente a cualquier otro input no humano; ii) las posibilidades máximas de producción no son independientes de las relaciones sociales de producción y de los medios elegidos para la coordinación del trabajo; iii) el intercambio de trabajo tiene una naturaleza distinta a otro tipo de intercambio de mercancías; iv) en la empresa capitalista el contrato de trabajo es eminentemente incompleto en la medida que no puede garantizar de antemano que el trabajador ceda su fuerza de trabajo en las condiciones ideales deseadas por el capital. Es la organización del proceso de trabajo la que solo parcialmente corrige tal incompletitud contractual. Bowles y Gintis (1993) analizan formalmente la especificidad del intercambio de trabajo. Se trata de una relación de poder donde el trabajador se encuentra en una posición de desventaja permanente respecto al capitalista o sus gerentes11. En los modelos neoclásicos convencionales ningún agente tiene poder sobre otro. Los intercambios económicos están desprovistos de cualquier contenido político. En competencia perfecta, la oferta iguala a la demanda en los distintos mercados, por lo que ningún agente incurre en pérdidas por abandonar determinadas transacciones. Instantáneamente dispondrá de una alternativa igualmente conveniente. La economía sería un ámbito de acuerdos voluntarios. Por otro lado, el Estado constituiría el terreno de las sanciones, la coerción y del ejercicio del poder, lo que habilita los derechos democráticos de los ciudadanos desde una perspectiva liberal. Al demostrar el hecho de que en la economía privada también se configuran persistentes estructuras de poder, los autores justifican la extensión de la democracia a los centros de trabajo. Dentro de una gradación de alternativas posibles de avance democrático, la cooperativa de trabajo seguramente constituya la modificación más radical del contrato de trabajo típicamente capitalista. 11 Los enfoques marxistas más tradicionales analizan la cuestión del poder en la interfase economía-estado, destacando la capacidad de la clase capitalista para moldear las políticas públicas y la superestructura jurídico-política en su beneficio. Los economistas radicales, en cambio, se concentran en las relaciones de poder que se registran entre determinados agentes en la propia esfera económica. 50 • II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos En síntesis, el tratamiento de la empresa en la teoría económica ha sido objeto de un creciente desarrollo, corrigiendo en gran medida las insuficiencias del enfoque microeconómico básico. Las preocupaciones y respuestas teóricas son diversas y en ningún caso pretendieron abordarse de forma exhaustiva. El tratamiento teórico de las cooperativas de producción y de las empresas de trabajadores se ha nutrido también de muchas de estas perspectivas, ofreciendo numerosas y sugerentes líneas de investigación. Cuadro 2. Resumen de los distintos enfoques revisados Enfoque Preocupación fundamental Neoclásico Eficiencia estática de la empresa en la utilización de factores productivos Neoinstitucional Explicación de la diversidad de arreglos económicos Organizacional Estudio de la coexistencia de objetivos múltiples en el seno de las organizaciones y capacidad de alineamiento de los mismos Economía política radical Relaciones de poder en el seno de la empresa Demostración formal del déficit democrático característico de la empresa capitalista III.LAS DECISIONES DE EMPLEO Y SALARIOS DE UNA EMPRESA CAPITALISTA Y UNA COOPERATIVA DE TRABAJO ¿Por qué las cooperativas son relativamente extrañas en las economías capitalistas?. Esta pregunta constituye el punto de partida de gran parte de la literatura teórica disponible. Para responder a esta pregunta resulta fundamental el estudio comparativo del desempeño de las cooperativas de trabajadores y de las empresas convencionales. Una de las explicaciones habituales refiere al comportamiento perverso de las cooperativas, que disminuyen su producción ante un aumento del precio del producto. Esto desalentaría su expansión e incluso la cooperativa podría “degenerar” en la medida que sistemáticamente recurra a la contratación de trabajo asalariado. A continuación se detallan los modelos que estudian esta problemática específica, sus implicancias y las principales críticas que han recibido. 1. Los Modelos Económicos Comparados Pencavel et al (2005) proponen un desarrollo y contraste de los modelos neoclásicos tradicionales que se ven a continuación. El objetivo de esta sección es comparar las implicancias fundamentales de los modelos básicos sobre estos dos tipos de empresa. La Empresa Capitalista En primer lugar se plantea el prototipo de empresa capitalista como la describen los libros de texto de microeconomía, en la misma E es el nivel de empleo, K el capital físico, y Qi el nivel de su i-ésimo input (i = 1,...., n). La generación de un output X a partir de los inputs surge de la función de producción: X = X (E, K, Q1,..... , Qn). El precio del producto es p, el salario es w, r es el precio del capital, qi el precio por cada Qi, y F es el costo fijo. En el modelo estándar los valores - p, w, r, qi, y F - son dados, dado que como dijimos antes la empresa opera en un mercado de competencia perfecta. Como particularidad se señala que este modelo asume que todo el trabajo puede contratarse al precio w, siendo la función de oferta de trabajo horizontal en el nivel w = w(Zs) donde Zs representa las variables que cambian la función de oferta de trabajo. El salario pagado depende de Zs, pero es independiente de p, r, el q1,...... , qn, y F. Sin embargo, ante la existencia de negociación colectiva la función de oferta de trabajo no es necesariamente horizontal y por lo tanto w no es fijo. La empresa capitalista elige sus inputs de forma de maximizar sus beneficios: Π = p.X(E, K, Q1,...., Qn) - w.E - r.K - Σi qi .Qi – F De modo que la funciones de demanda de trabajo pueden plantearse como: II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos • 51 E = Eπ (p, w, r, q1,...... , qn) La demanda de trabajo tiene la siguiente característica: E crece con p y disminuye con w. Mientras proporcione Π > 0, E será independiente de F. La Cooperativa de Trabajadores Ahora se considera la empresa gemela de propiedad obrera que se mueve en el mismo mercado y con la misma función de la producción que la empresa capitalista. En el modelo de cooperativa de trabajadores que se investiga aquí, las reglas de membresía de la cooperativa están dadas por el sistema jurídico y éstas se toman como dadas. Se supone que la cooperativa se comporta de modo de maximizar el ingreso por trabajador. En este caso E, K, Q1,....., Qn se eligen de modo de maximizar los ingresos netos por trabajador, v: v = E -1 [p.X (E, K, Q1,..... , Qn) - r.K - Σi qi . Qi - F] El costo del trabajo no se considera como un gasto para el cómputo de los ingresos netos. La función de demanda de trabajo para la cooperativa de trabajadores puede plantearse como: E = E (p, r, q1,...... , qn, F) v Para la cooperativa, los aumentos en p no aumentan necesariamente la demanda de trabajo. Es más, en el caso particular en que todos los Qi son fijos, los aumentos en p disminuyen el E óptimo. Al contrario de la empresa capitalista, la cooperativa aumenta E en respuesta a una suba de F. Esta patología de la curva de oferta de las empresas de trabajadores es lo que se conoce en la literatura como “efecto Ward”12. 12 La denominación alude a los trabajos de Benjamin Ward en 1957. El artículo se titulaba “The firm in Illyria: the market syndicalism”. Iliria es una región de la ex Yugoslavia, país donde con ciertas par- Intuitivamente, pueden verse estos efectos al separar la ecuación de v en dos partes: donde la primera es [p.X (E, K, Q1,..... , Qn) - rK - Σi qi . Qi] / E y la segunda - F/E. La primera es el valor agregado por trabajador y, por a una tendencia a retornos decrecientes, ésta será alta con bajos niveles de empleo. Por lo tanto esta parte de la ecuación estimula un bajo nivel de E. La segunda parte es - F/E y la presencia de costos fijos, F, lleva a la cooperativa a emplear más trabajadores para que los costos fijos por trabajador, F/E, se distribuyan entre más trabajadores. De forma que este factor motiva un alto nivel de empleo. Estas dos fuerzas pujan en direcciones opuestas y el óptimo de E constituye un equilibrio de estas dos fuerzas. Si los valores óptimos de E, K, Q1,..... , Qn se sustituyen en la función objetivo de la cooperativa, el valor maximizado de v – o v* - puede plantearse como una función de variables predeterminadas: v* = ϕ (p, r, q1,...... , qn, F). Entonces si las empresas son precio-tomadoras, los cambios en estos precios producirán modificaciones en los ingresos por trabajador, mientras en la empresa capitalista los salarios son independientes de los cambios en los precios específicos a la empresa. Es por esto que se espera que los salarios (o ingresos netos) en la cooperativa sean más variables que en las empresas capitalistas. Concretamente v* aumenta con p y cae con r, qi, y F. En la empresa capitalista, la condición de primer orden que determina el empleo es p.PMT=w dónde PMT es la productividad marginal del trabajo13. Si el salario es w, el empleo óptimo será E(w). La condición de primer orden para la cooperativa será p.PMT=v. De modo que v se maximiza cuando el empleo es E(v). Como v* ≥ w, el empleo dado w no puede ser menor al empleo dado v* o el empleo en la cooperativa no será mayor al empleo en la empresa capitalista. ticularidades se llevó a gran escala el modelo socialista basado en empresas autogestionadas. 13 La productividad marginal de trabajo se define , en términos continuos, como el cambio que sufre el nivel de producción con un incremento infinitesimal del trabajo. Cuadro 3. Implicancias comparadas de los modelos convencionales de empresa capitalista y cooperativa FunciónObjetivo EmpresaCapitalista Π=p.X(E,K,Q1,....,Qn)-w.E-r.K-Σiqi.Qi–F CooperativadeTrabajo v=E-1[p.X(E,K,Q1,.....,Qn)-r.K-Σiqi.Qi-F] DemandadeTrabajo E=Eπ(p,w,r,q1,......,qn) E=Ev(p,r,q1,......,qn,F) p w F w esindependientedelosotrosprecios F p w vaumentaconp ycaeconqi,r yF Aumentacon: Disminuyecon: Esindependientede: IngresodelTrabajador 52 • II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos 2. Algunas críticas al modelo presentado Moene (1985) critica el modelo neoclásico presentado, particularmente en cuanto a sus implicancias de corto plazo. Adicionalmente, reflexiona sobre la comparación a largo plazo en los resultados de un sistema de empresas cooperativizadas en relación a un sistema capitalista con empresas que enfrentan sindicatos con elevado poder de negociación Para ello el autor define una cooperativa de producción controlada por sus trabajadores como aquella donde: i) las actividades productivas son realizadas conjuntamente por los miembros; ii) las decisiones importantes reflejan los deseos de los miembros, que de alguna forma participan del proceso decisional; iii) la renta neta se reparte entre los miembros de acuerdo a una fórmula determinada; iv) los miembros tienen los mismos derechos y las decisiones se toman de acuerdo al criterio “una persona, un voto”. El último requisito se denomina principio de igualdad de trato y excluye la posibilidad de cualquier tipo de privilegios en el empleo. El principio de igualdad de trato es utilizado en la crítica al modelo convencional. Recordemos que dicho modelo suponía que la cooperativa maximizaba el ingreso neto por trabajador. Esto hacía que, frente a incrementos de la demanda, respondiera contrayendo la producción y el empleo. En este sentido, el autor se imagina a la comisión directiva de una cooperativa anunciando: “el precio del producto ha subido y ahora nuestra empresa gana más dinero que antes, sin embargo proponemos que se despida al 20% de nuestros miembros con el fin de incrementar la renta del 80% restante”. Sólo votarían por una propuesta de este tipo aquellos miembros que sean extremadamente egoístas o que sepan de antemano que no se encuentran en el 20% que deberá marcharse de la empresa. Esto último sería contradictorio con el principio de igualdad de trato propio de una cooperativa14. Las especificidades del proceso decisional en una cooperativa vuelven poco realistas las implicancias a corto plazo del modelo; difícilmente la respuesta de una cooperativa sea recortar el empleo ante circunstancias de mercado favorables. Su especificación particular de derechos se lo impide. Inversamente, el modelo suponía que ante una caída de los precios de venta la cooperativa respondería aumentando el empleo, como forma de alivianar el peso de los costos fijos reales para los actuales miembros y distri14 En un plano teórico, la igualdad de trato puede garantizarse ex post o ex ante. Ex post la cooperativa debería compensar a los trabajadores por la pérdida de renta. En presencia de un seguro de desempleo dicha compensación equivaldría a la diferencia entre la renta esperada y el monto del seguro. Ex ante, los cooperativistas podrían definir el número óptimo de miembros para la empresa y después participar de una lotería donde se determinaran los miembros que deberían marcharse. buir la carga entre más trabajadores. De la misma manera, el autor señala que la cooperativa, dado que ante un posterior aumento del precio no podrá despedir a algunos trabajadores, no tendrá el incentivo para incorporar nuevos miembros si estima que la bajada de precio es temporal. Cabe señalar que los modelos teóricos tradicionales suponen un control centralizado en la empresa capitalista sin considerar ningún tipo de conflicto. El trabajo es tratado como cualquier otro factor productivo obviándose, por ejemplo, la existencia de sindicatos. En la empresa autogestionada existen razones para pensar en una reducción de los conflictos y sus costos, tanto entre propietario y gerente como entre trabajador y propietario. Las implicancias pesimistas del modelo convencional, respecto a la eficiencia de una cooperativa de trabajadores, se relativizarían en mayor grado si el punto de comparación fuera una empresa capitalista real y no una empresa capitalista de competencia perfecta. En la empresa capitalista real los trabajadores detentan cierto poder de negociación y control estratégico de determinadas variables. Esto lo logran a través de la acción sindical. En el corto plazo, esto hace que los salarios sean rígidos a la baja, lo que en momentos de caída de la demanda y recesión económica provoca reducción en el nivel de empleo y pérdida sustantiva de bienestar para aquellos que quedan desocupados. En una cooperativa de trabajadores, desde el momento que defiende el principio de igualdad de trato, se internalizan los costos de la crisis distribuyendo una masa menor de ingresos entre sus miembros a los efectos de mantener el empleo. La cooperativa tendería a estabilizar el empleo ante shocks económicos negativos. Podría criticarse este argumento señalando que los sindicatos tiene una función objetivo mixta que además de la cuestión salarial incorpora la estabilidad en el empleo. De hecho la conducta contemporánea de muchos sindicatos parecería corroborar este planteo. En el largo plazo, el autor señala que una empresa capitalista con una sindicato fuerte producirá resultados subóptimos, dada la interdependencia que existe entre las decisiones de inversión, empleo y salarios. La secuencia supuesta es la siguiente: la empresa toma las decisiones de inversión y luego negocia salarios periódicamente con el sindicato. La renta potencial del sindicato en la negociación será mayor cuanto más irreversible sea la decisión de invertir o dicho de otra forma cuando los activos productivos en cuestión tengan un bajo valor de reventa15. La empresa sabe que el salario futuro a negociar dependerá directamente del capital invertido. Esto la lleva a invertir una cantidad menor o a instalar un equipo de producción flexible pero no necesariamente óptimo desde el punto de vista productivo. 15 La existencia de activos específicos constituiría un caso extremo. II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos • 53 La suba salarial que se deriva del aumento de la inversión constituye un costo de capital adicional en una empresa capitalista caracterizada por el juego estratégico de intereses contrapuestos entre trabajadores y propietarios. A su vez, este costo adicional será función directa del poder sindical. A menudo estos argumentos se han esgrimido para demostrar la necesidad de retornar a formas más flexibles y descentralizadas de negociación salarial, que entre otras cosas disminuyan el peso de los sindicatos y sus efectos aparentemente nocivos sobre el proceso de inversión y crecimiento. Sin embargo, en este caso se esgrimen para mostrar que un sistema económico donde la propiedad y gestión de las empresas sea de los trabajadores podría arrojar resultados más alentadores que los sugeridos por el modelo convencional, particularmente si el punto de comparación es la empresa capitalista realmente existente16. Jordán (1995), si bien reconoce el mérito de la aportación neoclásica, señala que la relativa rigidez del empleo en las cooperativas no puede explicarse a partir de un problema de maximización donde los trabajadores solo piensan en la obtención del mayor ingreso posible17. Se debe indagar en lo que denomina el “pacto constituyente” de la empresa, que involucra los objetivos comunes de los trabajadores en el proceso de gestación y consolidación del emprendimiento (sea una nueva empresa o una recuperación de una empresa capitalista anterior) y la fórmula legal elegida. Se plantea la existencia de una “racionalidad colectiva” a la que se subordinan los intereses de los socios individuales. Asimismo, el carácter relativamente cerrado de ese “pacto inicial” vuelve dificultosa la incorporación de nuevos socios. A menudo la cooperativa responderá a las necesidades de aumento de la producción contratando trabajo asalariado, lo que en la literatura se conoce como el problema de la “degeneración”. Pencavel et al (2005) señala que no se puede hacer predicciones claras sobre el diferencial salarial empresa capitalista-cooperativa, tal cual lo supone el modelo neoclásico. Por ejemplo, considera la existencia de beneficios no-pecuniarios del empleo en la cooperativa. Si los trabajadores valoran la participación en la gestión, podrán estar satisfechos con salarios menores a los de la 16 No es propósito de este trabajo analizar los efectos de los sindicatos sobre el desempeño de la empresa. De todas formas la evidencia dista de ser concluyente. Trabajos realizados para Uruguay muestran vínculos positivos entre sindicatos y productividad, lo que se explica por la menor rotación laboral en las empresas sindicalizadas. Por otro lado, no se encuentran los sindicatos no tendrían efectos negativos sobre el proceso de creación de empleos. Ver Cassoni et al (2001) y Casacuberta et al (2003) . 17 El autor señala que en el caso de definir una función objetivo la especificación neoclásica de dicha función parece poco realista. En este sentido, plantea como alternativa la maximización de la estabilidad en el empleo, aunque sin proponer una operativización concreta. empresa capitalista. Según los autores, como el modelo de la cooperativa ingreso-maximizadora implica que los ingresos netos por trabajador tienden a fluctuar más que los salarios en las empresas capitalistas y que, ceteris paribus, estas fluctuaciones salariales tienden a mitigar las variaciones del empleo, los trabajadores pueden ver que el riesgo de pérdida del empleo es menor y, por lo tanto, aceptar trabajar por salarios más bajos. Estas complejidades oscurecen las implicancias de los modelos simples sobre el diferencial salarial empresa capitalista-cooperativa. Esto se exacerba si tenemos en cuenta el papel los sindicatos cuando los salarios se fijan mediante acuerdos de negociación colectiva. A veces los salarios en un lugar de trabajo particular pueden “desviarse” del piso establecido o en otros casos, pueden desatenderse las condiciones fijadas en la negociación colectiva. Como consecuencia los diferenciales observados en la paga intra-industria pueden ser mayores a los acordados por sector. A su vez, puede que a las cooperativas no se le exija legalmente adherir a los niveles mínimos salariales fijados en la negociación colectiva. Este elemento junto a la postura menos militante de obreros de las cooperativas, prefiriendo esforzarse por hacer sus empresas “económicamente viables”, lleva a pensar que los salarios en las cooperativas pueden ser menores a los que rigen en las empresas capitalistas18. Uno de los resultados de esta discusión es que no se puede llegar a una predicción cualitativa clara sobre el diferencial salarial entre la empresa capitalista y la empresa cooperativa. •CONCLUSIONES Este trabajo presentó de forma sintética el modelo básico que permite estudiar las respuestas compradas de una empresa capitalista y de una cooperativa de trabajadores. En primer lugar, se repasaron distintas perspectivas y preocupaciones registradas en la teoría económica en lo que hace al estudio de la empresa y la organización del proceso de trabajo. El modelo básico caracteriza a la empresa como una función de producción que supone una correspondencia entre cierta aplicación de factores productivos y la obtención de una producción determinada. La elección de las cantidades de trabajo y capital aplicadas a la producción se realiza en el marco de un programa de optimización donde se le asigna a la empresa una función objetivo precisa y coherente. En este sentido, la única diferencia entre la empresa capitalista y la cooperativa de trabajo será que la primera maximiza el beneficio total y la segunda maximiza el ingreso neto por trabajador. 18 En este punto el análisis de los autores debe ser entendido en el marco de la realidad concreta de las cooperativas de trabajo italianas. 54 • II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos Entre las implicancias del modelo neoclásico se distinguen aquellas relativas a los salarios y al nivel de empleo. En la empresa capitalista, los salarios son independientes del precio de venta al que la empresa comercializa su producto en el mercado. Tampoco dependen del precio de otros inputs ni de cómo se comporten los costos fijos. Como contrapartida, en la cooperativa el ingreso de los trabajadores tendría una mayor variabilidad en función de los movimientos de precios. El modelo concluye que el ingreso de los trabajadores en una cooperativa debería ser mayor o igual al salario pagado en una empresa capitalista. Los niveles de empleo en una empresa capitalista estarán inversamente relacionados al nivel salarial. En una cooperativa salarios y cantidad de trabajadores-socios se determinan simultáneamente. No se puede especificar una relación de causalidad. Adicionalmente, un aumento de los costos fijos llevará a la cooperativa a aumentar el número de miembros a los efectos de distribuir la carga incremental entre más integrantes. Por otro lado, del modelo presentado se deduce que una empresa capitalista internaliza los shocks de demanda de producto - representados como cambios transitorios en p – alterando las cantidades producidas y el nivel de empleo. En la cooperativa, por el contrario, los shocks de mercado tendrían un impacto principal sobre el ingreso de los miembros lo que mitigaría los efectos sobre el empleo. Esto lleva a que frente a un aumento del precio del producto de la cooperativa la respuesta no sea necesariamente producir más y emplear más miembros, sino repartir los ingresos incrementales entre los miembros actuales. Un caso extremo sería aquel donde la cooperativa reduce el número de miembros ante un aumento del precio. Entre las críticas sistematizadas se señala que este caso extremo no es factible, dada su incompatibilidad con el principio de igualdad de trato inherente a la organización cooperativa. Por otro lado, se marca el error habitual de comparar el desempeño de la cooperativa con una empresa capitalista de competencia perfecta. La empresa capitalista real constituye un espacio de negociación y conflicto permanente, lo que necesariamente vuelve subóptimo el proceso de inversión. También se ha señalado que la relativa rigidez del empleo en la cooperativa no se puede explicar extrapolando al nivel de la organización una supuesta racionalidad maximizadora que regiría en el plano individual. El “pacto” que se constituye tácitamente entre los miembros al momento de la gestación de la empresa se vuelve estable, lo que se refuerza por el formato legal cooperativo que impone restricciones al manejo de los aportes de capital individual. Si la cooperativa tiene determinado éxito comercial y requiere más empleo lo contrataría bajo la forma de trabajo asalariado, lo que podría llevarla a la degeneración. También se ha criticado la predicción tajante del modelo básico en cuanto a los diferenciales salariales entre los dos tipos de empresa. Un trabajador podría aceptar salarios más bajos en una cooperativa en la medida que le asigne un valor positivo al hecho de trabajar en una empresa participativa y con una estructura menos jerárquica. Por otro parte, el trabajador podría aceptar un menor salario si trabajar en la cooperativa le minimiza los riesgos de perder el empleo. Por último, si se levanta el supuesto de salarios dados y se introduce un contexto de fijación salarial negociada entre sindicatos y empresas a nivel de rama la comparación se vuelve mucho más compleja. •BIBLIOGRAFÍA • • • • • • • • • • • Bowles, Samuel y Gintis, Hebert (1993); “Notes on power and wealth in a competitive capitalist economy”. En “Economics and politics”. University of Siena. International School of Economic Research. Burdín, Gabriel (2005); “Cooperativas de producción y autogestión. 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II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos • 55 SOBRE A IMPORTÂNCIA E A METODOLOGIA DA ELABORAÇÃO DE PROJETOS DE VIABILIDADE ECONÔMICA PARA EMPREENDIMENTOS DE ECONOMIA SOLIDÁRIA* Emerson Leonardo Schmidt Iaskio RESUMO Iniciativas de base popular para geração de trabalho e renda, em sua maioria, carecem não só de recursos, mas também de qualificação formal e técnica por parte de seus integrantes. Além disso, tais empreendimentos são minoria num sistema em que predominam empresas privadas, que utilizam as mais diversas ferramentas para concorrer. A falta de capital dos empreendimentos solidários impede que estes se utilizem dos recursos dos empreendimentos tradicionais, e faz com que eles iniciem suas atividades em defasagem em relação às demais empresas, uma vez que o pouco capital que conseguem permite a compra somente de equipamentos obsoletos e pouco produtivos. A falta de acesso ao crédito impossibilita ainda mais a reprodução ampliada do capital. Não tendo geralmente nem auxílio e nem conhecimento em questões econômicas, trabalhadores de economia solidária se empreendem em objetos e produtos de pouca viabilidade, que tornam difícil a geração de trabalho e renda a todos os associados. A falência desses empreendimentos, então, parece inevitável. É necessário, portanto, que os próprios trabalhadores, antes do início das atividades, se dêem conta da viabilidade de sua cooperativa. Além disso, é necessário que eles saibam como fazê-lo. Diante dessa problemática, o presente trabalho tem como objetivos explicitar a importância da elaboração de projetos de viabilidade econômica para empreendimentos de economia solidária, além de propor uma metodologia para tal elaboração, baseada na participação dos próprios trabalhadores, enquanto processo de formação dos mesmos. Os projetos de viabilidade tradicionais levam em conta índices financeiros e têm como objetivo verificar se a empresa é lucrativa. Em uma organização solidária, por sua vez, deve-se ter como fim a capacidade de gerar renda a seus associados, e o projeto deve prever esse objetivo. A partir da apropriação de conceitos básicos sobre economia e sabendo exatamente qual o objetivo do seu empreendimento, os trabalhadores de economia solidária poderão chegar à conclusão se é viável empreender-se em determinado objeto. •INTRODUÇÃO * O presente resumo baseia-se na ativid ade de extensão na Incubadora Tecnológica de Cooperativas Populares (ITCP) da Universidade Federal do Paraná (UFPR) - Brasil. Os objetivos dos empreendimentos solidários são claramente diferentes dos objetivos dos empreendimentos capitalistas. Enquanto para uns o objetivo é gerar trabalho e renda, para outros, é gerar lucro. Logo, se os objeti- ��������������������������������������������������������������� Acadêmico de Ciências Econômicas da UFPR e estagiário da ITCP da mesma universidade. E-mail: [email protected] Vivemos em um momento em que os níveis de desemprego, subemprego e informalidade estão cada vez mais altos, em especial no Brasil, embora algumas poucas iniciativas tenham sido tomadas pelos governos, que não têm alcançado um nível satisfatório. Depois da implantação do Estado neoliberal, esperava-se que a informalidade pudesse dar conta desse problema, hipótese essa que não tem se confirmado. A continuidade desse problema por mais de uma década, desde os anos 80, mostrou que não se podia e que ainda não se pode esperar do Estado muita coisa. É nesse contexto que ressurgem, após décadas de “hibernação”, iniciativas que propõem uma forma diferente de trabalho, iniciativas essas pautadas em princípios de solidariedade, propriedade coletiva dos meios de produção e participação coletiva das tomadas de decisão. Essas iniciativas são o que hoje se chama de economia solidária. É dentro do sistema capitalista, em que predominam empreendimentos privados, cujo objetivo principal é o lucro, que surgem essas iniciativas. Para alguns, essas iniciativas podem ser consideradas como o gérmen da formação de um novo modo de produção, não capitalista. Os objetivos e os princípios dos empreendimentos de economia solidária são claramente diferentes dos objetivos dos empreendimentos capitalistas. Resta saber, contudo, se tais empreendimentos conseguem se sustentar ao longo do tempo, convivendo com empresas capitalistas e fazendo parte do sistema e do processo de concorrência capitalista sem desviar-se de seus objetivos e princípios iniciais. Para isso, é necessário que os próprios trabalhadores dos empreendimentos de economia solidária tenham consciência se seu empreendimento é ou não viável, e se ele consegue se manter ao longo do tempo. 56 • II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos vos são diferentes, a construção do projeto de viabilidade econômica deve também ser totalmente diferente. A primeira parte do presente trabalho tentará mostrar como se dá a inserção dos empreendimentos de economia solidária no sistema capitalista, colocando as principais dificuldades. A segunda parte discorre sobre o projeto de viabilidade econômica propriamente dito, sobre as diferenças entre um projeto para empreendimentos capitalistas e o projeto para empreendimentos de economia solidária. Logo após mostra-se a metodologia utilizada para a construção desses projetos, desenvolvida juntamente com uma nova metodologia de incubação de empreendimentos de economia solidária da Incubadora Tecnológica de Cooperativas Populares da Universidade Federal do Paraná. Essa metodologia, como se verá, consiste principalmente em conversas com os trabalhadores dos empreendimentos de economia solidária, que são os principais interessados no projeto. A maior parte das pesquisas de mercado é também por eles realizada, e as principais contas são também feitas juntamente com os trabalhadores. •OS EMPREENDIMENTOS DE ECONOMIA SOLIDÁRIA – CONCEITO Conceituar economia solidária não é uma tarefa fácil, pois por tratar-se de um assunto relativamente novo, existe uma multiplicidade de conceitos, além de diversos autores que consideram diversas ações como economia solidária. Além disso, o próprio conceito economia solidária não é unívoco, sendo adotado por alguns autores como economia popular solidária, economia popular, socioeconomia solidária e até mesmo sendo comparada e/ou confundida com economia social e terceiro setor. Marcos ARRUDA (2003) justifica a multiplicidade de conceitos como uma tentativa de dar outro sentido à palavra economia que conhecemos atualmente, modificada de seu sentido original: Por trás da diversidade de conceitos que visam a instituir novos modos de organização do trabalho e da produção – economia social, economia de proximidade, economia solidária ou de solidariedade, socioeconomia solidária, economia social, humanoeconomia, economia popular, economia do trabalho, economia do trabalho emancipado, colaboração solidária – existe uma busca comum de se recuperar o sentido original do vocábulo economia, que em grego significa a gestão, o cuidado da casa. (ARRUDA, 2003, p. 234). O autor chileno Luís RAZETO (1993, p. 40) imprime um caráter acadêmico para a economia solidária e a necessidade de uma modificação na teoria tradicional e conceitua a economia solidária como: Uma formulação teórica de nível científico, elaborada a partir e para dar conta de conjuntos significativos de experiências econômicas [...], que compartilham alguns traços constitutivos essenciais de solidariedade, mutualismo, cooperação e autogestão comunitária, que definem uma racionalidade especial, diferente de outras racionalidades econômicas. Liana CARLEIAL (2003, p. 05) tenta dar um caráter mais prático ao conceito explicitar as formas em que se manifestam os empreendimentos de economia solidária, assim como os princípios em que eles se pautam na citação que segue: Por Economia Popular Solidária compreende-se uma pluralidade de tipos de empreendimentos econômicos, resultantes da associação voluntária de pessoas. Esses empreendimentos, que assumem formas variadas de organização (cooperativas, associações, grupos) pautam-se pela gestão coletiva, a propriedade comum dos meios de produção e as relações de trabalho normatizadas pelos princípios de autogestão, participação, cooperação, desenvolvimento humano e igualitarismo. Assim como ARRUDA, RAZETO concorda que a teoria econômica tradicional não tem dado conta de explicar uma parcela significativa da sociedade que realiza atividades econômicas que não são enquadradas em tal teoria. Dessa forma, há a necessidade de se desenvolver uma nova teoria acerca dessa nova realidade de empreendimentos que, apesar de fazerem parte da economia de mercado, não se baseiam na propriedade privada dos meios de produção e nem no trabalho assalariado. Embora os diferentes autores possam divergir e considerar umas ou outras práticas diversas como economia solidária, até mesmo quanto aos termos utilizados, ambos convergem ao afirmar que ela prega uma forma de trabalho diferente da dominante no capitalismo. Essa forma, baseada em solidariedade, fatores humanos, autogestão e propriedade coletiva dos meios de produção é o diferencial da economia solidária frente ao sistema dominante. Ambos os autores, por meio da utilização de seus mais diversos termos (economia popular, socioeconomia solidária, economia popular solidária, etc.) e também da história, afirmam que a economia solidária surge principalmente como resposta à incapacidade da economia de mercado de garantir provimento às necessidades básicas da população, principalmente a partir da implantação de II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos • 57 modelos neo-liberais a partir do final da década de1970 e início da de 1980. Assumindo diversas formas, tais como cooperativas, associações ou empresas autogestionária e, mais tarde, os clubes de troca, a economia solidária surge para dar conta da crescente massa de desempregados, gerada pela preocupação constante dos capitalistas em reduzir custos e aumentar lucros. Esses empreendimentos, que são de propriedade dos próprios trabalhadores e por eles geridos, são pautados na solidariedade entre seus membros, na democracia e na participação. A economia solidária, então, pode ser caracterizada como toda forma de trabalho associado, de produção e/ou comercialização de bens e serviços, com vistas à geração de trabalho e renda. Sua especificidade consiste na propriedade coletiva dos meios de produção, na associação livre e voluntária e na autogestão. •A CONCORRENCIA CAPITALISTA Quando se fala de empreendimentos de economia solidária, faz-se necessário reconhecer que eles funcionam em um sistema em que predominam as práticas de concorrência e de mercado. “Um dado de realidade que se faz necessário reconhecer, é a existência dos mercados, isto é, a predominância ou hegemonia da atividade econômica que ocorre em função e através destes mercados, em detrimento de outras formas de produção e distribuição (ou apropriação) do excedente econômico”. (TAUILIE, 2001, p. 03). Embora neguem a separação entre proprietários dos meios de produção e trabalhadores, além de pregar gestão coletiva dos resultados e das decisões, empreendimentos de economia solidária funcionam num sistema em que predominam outros empreendimentos, cujos princípios são totalmente opostos aos da economia solidária, porém em consonância com o sistema capitalista. A concorrência constitui-se num fator muito importante dentro do sistema capitalista. A velha conhecida lei da oferta e da demanda afirma que é a partir do equilíbrio entre as quantidades ofertadas e produzidas que as quantidades vendidas e os preços de mercado são determinados. É por meio da concorrência que os preços e os salários são determinados, assim como é determinado também o comportamento dos capitalistas. O mercado, portanto, é determinado pela concorrência. Ao se produzir uma determinada mercadoria para vendê-la, tanto o capitalista quanto os trabalhadores de empreendimentos de economia solidária devem necessariamente participar de duas esferas; a da produção e a da circulação. De acordo com a fórmula geral do capital (DM ... P ... M’D’), de MARX (1983), dentro de um mesmo ciclo participa-se duas vezes da circulação e uma da produção. No livro II de O Capital, MARX (2000) discorre sobre a esfera da circulação. Para ele, só há circulação de mercadoria quando há mudança de proprietário. Por isso mesmo, não há circulação de mercadorias na esfera da produção; somente na circulação. A produção serve, nesse caso, para geração de valor, enquanto a circulação serva para compra e venda de mercadorias. Quando se produz uma mercadoria para vendê-la, necessariamente ela deverá entrar na circulação, para que o capitalista consiga repor o capital adiantado e consiga também realizar a mais-valia, que foi produzida na produção. A empresa solidária também entra na circulação para repor o capital adiantado e para realizar as sobras, que ou serão reinvestidas ou redistribuídas entre os trabalhadores associados, conforme decisão coletiva. Entrando na análise do livro III de O Capital, O processo global de produção capitalista, MARX (1991) teoriza sobre a relação entre a produção e a circulação. Durante a produção, o capitalista adianta capital constante (que pagará os meios de produção e os meios de trabalho) e o capital variável (força de trabalho). Além disso, a produção determina também qual será a taxa de mais-valia ou taxa de exploração do trabalho que o capitalista deseja realizar. Esses três fatores (capital constante, capital variável e mais-valia) determinam o valor da mercadoria, ou seja, o valor pelo qual o capitalista gostaria que ela fosse vendida. Quando uma mercadoria entra na circulação, necessariamente terá seu preço determinado pela lei da oferta e da demanda. Sendo assim, não necessariamente, mas provavelmente os preços e as quantidades vendidas serão determinados pela concorrência. Uma primeira conseqüência da relação produção-circulação, a saber, é a transformação do valor em preço. Isso significa que, se o preço é determinado pelo mercado, ou pela concorrência entre oferta e demanda não necessariamente ele será igual ao valor. A diferença principal entre preço e valor é que o valor é determinado na produção, enquanto o preço é determinado na circulação. Dependendo do preço, a mais-valia realizada pode ser realizada completamente ou não. Se o preço for igual ao valor, isso acontece, porém não é essa a situação mais comum. É quando o capitalista consegue repor todo o 58 • II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos capital adiantado e ainda realizar sua mais-valia completamente. Uma situação não mais comum é quando o preço de venda é maior que o valor. Aqui o capitalista, além de repor todo o capital adiantado, consegue realizar uma mais-valia ainda maior que aquela determinada na produção. Porém, a situação mais provável que ocorra é aquela em que o preço é menor que o valor. Neste caso, o capitalista não conseguirá realizar toda a sua mais-valia. Três diferentes possibilidades podem derivar dessa conseqüência. A primeira possibilidade seria aquela em que a mais-valia realizada é igual a zero. Isso significaria que, vendendo por tal preço, o capitalista conseguirá repor todo o capital adiantado, porém não realizará mais-valia. Dito de outra forma, esse é o caso em que o preço é igual ao custo, não gerando nenhum excedente. Outra possibilidade, que deixaria o capitalista em pior situação, seria aquela em que o preço de venda é tão menor que o valor, que a mais-valia realizada teria valor negativo. É a situação em que o capitalista não conseguiria repor o capital gasto pela mercadoria, ou seja, ele teria prejuízo. Em outras palavras, ele venderia a mercadoria a um preço menor que seu custo. Essa é uma situação indesejável, a menos que o capitalista deseje praticar dumping, prática essa que será conhecida mais adiante. A terceira possibilidade, e que é a provavelmente a mais encontrada, é aquela em que a mais-valia não é totalmente realizada, mas ela tem um valor maior que zero. A diferença entre o preço de venda e a parcela destinada a repor o capital (capital constante e capital variável) é o lucro que, como visto, pode ser maior, menor ou igual à mais-valia. O lucro é, portanto, o valor excedente àquele que repõe o capital. É aqui que entra uma segunda conseqüência da relação produção-circulação: a mais-valia transforma-se em lucro. Diante dessa análise, percebe-se que é a produção que determinará à circulação qual o preço mínimo pelo qual a mercadoria deverá ser vendida. A menos que o capitalista deseje praticar dumping, o preço mínimo deverá ser igual à parcela de capital gasta para produzir a mercadoria. Dito de outra forma, o preço de venda deverá ser pelo menos igual ao custo da mercadoria. Se é a concorrência que determina diretamente o preço da mercadoria, indiretamente ela determinará qual deverá ser o lucro do capitalista ou as sobras dos empreendimentos de economia solidária, assim como a remuneração dos trabalhadores dos mesmos. Uma vez que não cabe ao produtor da mercadoria determinar a que preços e a que quantidades ela será vendida, ele poderá aumentar seu lucro somente por meio da redução de custos. Reduzindo-se os custos, mantendo-se os preços constantes, a diferença entre preço e custo aumenta, aumentando-se assim o excedente. É, então, quase somente por meio da redução de custos que o capitalista conseguirá obter o lucro desejado. É sobre os custos que ele deve atuar obsessivamente, a fim de reduzi-los e aumentar o excedente (lucro). Porém, como dito anteriormente, é a concorrência que determina os preços de venda, desde que haja mais de um produtor em determinado ramo. Se determinado produtor consegue obter custos abaixo da média de outros produtores, vendendo as mercadorias pelo preço de mercado, certamente obterá lucros acima da média. Com o passar do tempo, contudo, outros produtores também reduzirão seus custos forçando, pela concorrência, os preços para baixo. Mais uma vez os produtores procurarão reduzir ainda mais os custos para obter lucros acima da média. O lucro é a única razão que leva o capitalista a empregar o seu capital, como afirma MARX (2001, p.81): Ele não teria empenho em dar emprego aos trabalhadores, a não ser que esperasse da venda do seu trabalho algo mais do que o é necessário para reembolsar os recursos por ele antecipados como salários, e não teria interesse em empregar uma grande soma de preferência a uma pequena soma de recursos se o seu lucro não estivesse proporcional ao volume de recursos aplicados. A busca obcecada pelo lucro resulta em busca obcecada por menores custos. A concorrência entre capitalistas obcecados resulta em preços mais baixos. “A concorrência constitui a única proteção contra os capitalistas, concorrência que, de acordo com a evidência da economia política, tem o saudável efeito de subir os salários e reduzir o preço dos produtos, em favor do consumidor” (MARX, 2001, p. 85). Portanto, a única maneira para se aumentar os lucros, é vender maior quantidade a um preço menor, o que por um lado reduz a taxa de lucro e, por outro, aumenta a massa de lucro. Isso é possível por meio do aumento de produtividade. Paradoxalmente, redução de custos e aumento de produtividade resulta em aumento de gastos com investimentos em capital. Além disso, embora empreendimentos de economia solidária sejam formados com o objetivo de eliminar a luta de classes, continuam precisando competir. A luta de classes, neste caso, como dito na anteriormente, além de não ser eliminada, poderá até ser alimentada. II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos • 59 De fato, máquinas mais produtivas proporcionam maior produção com cada vez menos trabalhadores. Porém, ao mesmo tempo em que o capitalista reduz custos com trabalhadores, aumenta investimentos em capital. Maior investimento em capital faz reduzir a taxa de lucro sobre cada mercadoria. A solução encontrada pelo capitalista, então, é vender cada vez mais mercadorias e obter uma taxa de lucro cada vez menor. A concorrência força à acumulação aqueles capitais cuja produtividade e magnitude são inferiores à produtividade e à magnitude normais, e, desse modo, um tempo de trabalho socialmente necessário é fixado como norma dentro do setor. Simultaneamente, outros capitais buscam lucros extras aumentando o capital investido de modo que ele fique acima da norma. A concorrência leva então a um novo valor de mercado e a uma a magnitude mínima de capital a ele correspondente, decrescendo um quando o outro aumenta, respectivamente. (FINE, 1983, P. 75). A concorrência entre os capitalistas, por sua vez, aumenta a demanda por mão-de-obra (o que eleva os salários) e a oferta de mercadorias, o que faz reduzir os preços. “O aumento de capitais, que faz elevar os salários, tende a baixar o lucro, em virtude da concorrência entre capitalistas” (MARX, 2001, p.85). No limite, a tendência seria de que os preços chegassem a tal ponto em que não mais valeria a pena aos capitalistas produzir mercadorias. 1.1. A Empresa capitalista diante da concorrência Se, no limite, a tendência seria de que os capitalistas não mais seriam incentivados a produzir mercadorias, seria correto, então admitir que hoje, em pleno século XXI, não mais existiria capitalismo, uma vez que ele existe há pelo menos 200 anos, desde a Revolução Industrial. Há, de fato, uma tendência decrescente da taxa de lucro, como afirmava MARX (1991, p. 266) no livro III de O Capital. Conscientes disso, os capitalistas procuram constantemente encontrar formas para minimizar os efeitos da concorrência e são forçados a adotar novas técnicas e práticas que reduzam os custos e a acumular de modo a tornar possível a aquisição de maquinário mais moderno. A inovação do produto ou do serviço é uma das maneiras que minimizam os efeitos da concorrência. A introdução de novos produtos, novos serviços ou novas técnicas de produção faz com que o inovador, durante um período de tempo, possa atuar como monopolista e praticar o preço por ele desejado, até que outros capitalistas entrem no mercado, fazendo com que essa inovação entre no processo de saturação. Inovando, a empresa passa a fazer parte do modelo que se chama, em teoria microeconômica, de concorrência monopolística, cobrando, pelas suas mercadorias, preço de monopólio. Existem ainda outros instrumentos que os capitalistas utilizam para minimizar ou evitar a redução do seu lucro pela concorrência. Uma delas, conhecida como dumping, citada anteriormente, faz com que o capitalista pratique preços abaixo do custo, fazendo com que o concorrente, não conseguindo competir via preços, retire-se do mercado. Isso, porém, exige um grande montante de capital. Outra prática, conhecida em economia internacional como economias externas de escala, praticada por empresas multinacionais, procuram minimizar os custos dividindo a produção. Por exemplo, a indústria de eletroeletrônicos utiliza mão-de-obra barata do oriente para a fabricação de componentes eletrônicos. A única causa que motiva o proprietário de um capital [...] é o ponto de vista do próprio lucro [...]. Para o capitalista, o meio mais útil de aplicação do capital é aquele que, com o mesmo grau de segurança, lhe proporciona o maior lucro. Esta aplicação nem sempre é a mais vantajosa para a sociedade; ... a mais conveniente (para uma nação) é a que se emprega para obter o lucro das forças produtivas da natureza. (Marx, 2001, p. 84). A concorrência fortalece a tendência para a concentração de capital nas grandes empresas. É para neutralizá-la que surgem monopólios e cartéis, e os capitalistas continuam mantendo seus lucros. Um dos efeitos mais perversos da concorrência é o desemprego; forçando à acumulação de capitais, a composição orgânica do capital nas empresas aumenta em relação ao trabalho, de forma que a produtividade aumenta e o capitalista não mais precise de tantos trabalhadores como outrora. A busca incessante pelo lucro, obtido pela redução de custos, aumenta o exército industrial de reserva. Aliás, é esse um dos fatores contrários à tendência decrescente da taxa de lucro citadas por MARX (idem, p. 271), a superpopulação relativa. Os outros fatores contrários são: o aumento do grau de exploração do trabalho, por meio do aumento da mais-valia; a redução dos salários, baixa dos preços dos elementos do capital constante, por meio da produção em escala; o comércio exterior, importando-se insumos mais baratos; e o aumento do capital em ações. 60 • II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos 1.2. A empresa solidária diante da concorrência A empresa capitalista pertence aos investidores, que desejam maior retorno possível sobre o dinheiro investido para a aquisição dos meios de produção. Para que esse retorno seja obtido o mais rapidamente possível, “O poder de mando, na empresa capitalista, está concentrado totalmente (ao menos em termos ideais) nas mãos dos capitalistas ou dos gerentes por eles contratados.” (SINGER, 2001). Empreendimentos de economia solidária, por sua vez, pertencem aos trabalhadores, e é a eles que cabem as tomadas de decisão. Justamente por causa da propriedade coletiva dos meios de produção, não há, na empresa solidária, pelo menos de forma predominante, trabalho assalariado. É a ausência de trabalho assalariado que confere à empresa solidária a característica de não haver mais-valia. O lucro, principal força motriz do capitalismo, é chamado em empresas de economia solidária de sobras. As sobras são divididas entre os trabalhadores ou reinvestidas no próprio empreendimento, ou, ainda, os dois, de acordo com a decisão tomada pelos associados, decisão essa geralmente tomada em assembléias gerais. O que diferencia as sobras dos empreendimentos de economia solidária do lucro dos empreendimentos capitalista é a apropriação coletiva, quase sempre em forma de remuneração, ou a decisão coletiva quanto à destinação das mesmas para o re-investimento no empreendimento. Quando as sobras são divididas entre os trabalhadores, o critério primeiro de divisão não é o capital investido, mas sim a quantidade de trabalho, segundo critérios estabelecidos pelos trabalhadores (unidades produzidas, horas de trabalho etc.), cabendo uma parte menor, se houver, à remuneração do capital. A fim de evitar que o capital seja mais remunerado que o trabalho, a lei nº 5.764/71, que rege as empresas cooperativas, não permite que um único sócio detenha mais que um terço do capital da cooperativa, além de estabelecer uma taxa máxima de remuneração do capital em 12 % ao ano. (POLÔNIO, 1999). O controle do empreendimento pelos próprios trabalhadores, chamado de autogestão, é garantido pelo princípio um homem, um voto, também independentemente do capital empregado pelo sócio. Os próprios trabalhadores decidem o que e como fazer, além de terem também igual poder de decisão no que se refere à destinação das sobras. Cabem também, a esses sócios-trabalhadores, a organização do processo produtivo e as estratégias econômicas de atuação no mercado. Assim, com limitados poderes de decisão e remuneração, a concentração de capital é desestimulada na economia solidária, fazendo com que o trabalho seja soberano em todos os sentidos. O trabalho, que aqui deixa de ser remunerado pelo salário, passa a ser remunerado por si próprio. Isso significa que, ao contrário da empresa capitalista – em que maior produtividade não implica necessariamente maior salário – no empreendimento de economia solidária a maior produtividade implica necessariamente maior remuneração. Em uma empresa capitalista comum, todas as decisões cabem a proprietários (ou ao conjunto de sócios) e poucas (ou nenhuma) opções são levadas para que os trabalhadores decidam. Mesmo quando isso é feito, normalmente as opções são levadas prontas aos trabalhadores (e não com eles construídas, como acontece na economia solidária), para que os mesmos escolham entre uma opção “A” ou “B”, dando a falsa impressão de que naquela empresa ocorre um processo democrático. Na economia solidária, o regime de produção não visa somente ao mercado, mas também, e principalmente, ao consumo do trabalhador. O produto, fruto da produção, então, deixa de ser uma mercadoria. A lei nº 5.764/71 confirma isso no seu artigo 4º, que define as cooperativas como “sociedades de pessoas, com forma e natureza jurídica próprias, de natureza civil, não sujeitas à falência, constituídas para prestar serviço aos associados” (POLÔNIO, 1999). A definição de PINHO (1961, p. 59) para cooperativas cabe a outros empreendimentos de economia solidária: Enquanto na empresa capitalista a prestação de serviços é o meio de obter maior lucro possível, na cooperativa a satisfação das necessidades dos associados é o fim da atividade econômica. Daí o retorno, isto é, a distribuição das sobras líquidas resultantes da diferença entre o preço de venda e o de compra – distribuição que se efetua pro rata das operações realizadas pelos associados na cooperativa. Vimos como uma empresa capitalista age diante da concorrência, a fim de eliminar seus efeitos. Vimos também que a empresa solidária funciona de forma totalmente diferente da empresa capitalista. Ela funciona pautada em princípios de solidariedade, democracia, propriedade coletiva dos meios de produção e de autogestão. Vimos também que a concorrência força à acumulação os capitais com produtividade inferior ao nível médio, e que a acumulação força o aumento da composição orgânica, que aumenta o exército industrial de reserva, reduz os salários e reduz também os custos para o capitalista. Empreendimentos de economia solidária, por sua vez, nem sempre conseguem acumular. Geralmente são II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos • 61 formados por pequena quantidade de capital e já iniciam suas atividades com equipamentos obsoletos. A autogestão é, dessa forma, comprometida pela falta de recursos. São inegáveis os problemas de se trabalhar com os “restos do capitalismo”. As empresas de autogestão são formadas por pessoas que não possuem grande patrimônio pessoal e, normalmente, têm reduzido grau de instrução. Mesmo quando estas empresas têm à disposição equipamentos para trabalhar, estes costumam ser antigos e, muitas vezes, obsoletos. A falta de patrimônio faz com que a empresa nasça com uma estrutura de capital deficiente e que freqüentemente a necessidade de capital de giro seja superior à sua capacidade de financiá-lo. Outro problema está relacionado à falta de instrução formal dos cooperativados e, particularmente, daqueles que ocupam cargos de direção. Não obstante o conhecimento prático e tácito que estes trabalhadores tenham do processo produtivo em si, a sua carência de conhecimentos técnicos e de experiência em questões mercadológicas, bem como macro-institucionais, agrava as dificuldades naturais para se construir um quadro de administradores com competência adequada àquelas novas (e inovadoras) situações. (TAUILIE E DEBACO, 2002, p.03). Além de todos esses problemas enfrentados pelos empreendimentos de economia solidária, estes devem enfrentar, ainda, a concorrência capitalista. Como dito anteriormente, a concorrência força à acumulação de capital a fim de que se reduzam custos. A autogestão nos empreendimentos de economia solidária é fragilizada também pelo próprio mercado; ao produzir mercadorias em qualidade e quantidade determinadas pelo mercado, de certa forma os trabalhadores perdem sua autonomia. Nesses casos, em que a decisão sobre a produção caberia aos trabalhadores, estes devem submeter-se ao mercado. Para alguns cooperados, “o cliente é o nosso patrão”. As faltas de capital e de condições financeiras dificultam a acumulação nesses empreendimentos. Mesmo quando conseguem superar essa falta de capital, a acumulação força para cima a composição orgânica do capital, de modo que a produtividade aumenta e não se necessite mais de tantos trabalhadores. A falta de qualificação formal dos trabalhadores, principalmente em questões sobre a gestão do empreendimento, é também um fator que impede o bom andamento da empresa solidária. Não tendo o empreendimento solidário e, consequentemente seus trabalhadores (e também proprietários) nem capital e nem qualificação, dificilmente a empresa solidária se manterá viável, e dificilmente sobreviverá diante da concorrência capitalista. Se os empreendimentos solidários possuem geralmente menores condições para concorrer dentro do sistema capitalista, é necessário, então, que eles tenham algum diferencial. O que ajudará os empreendimentos solidários a terem condições de sobrevivência é o projeto de viabilidade econômica, que determinará algumas diretrizes. Tendo o empreendimento solidário objetivos totalmente diferentes do capitalista, os objetivos do projeto de viabilidade deverão ser, como se verá mais adiante, totalmente diferente para ambas as formas de empreendimento. •A CONCEPÇÃO DOS PROJETOS DE VIABILIDADE ECONÔMICA PARA EMPRENDIMENTOS DE ECONOMIA SOLIDÁRIA Como dito anteriormente, os trabalhadores de empreendimentos de economia solidária geralmente não possuem nem qualificação para elaborar um projeto de viabilidade, e nem dinheiro para contratar quem o faça. É importante, portanto, que o empreendimento receba apoio de entidades como as Incubadoras Tecnológicas de Cooperativas Populares (ITCP’s), ONG’s, entidades universitárias ou qualquer outro órgão. É necessário, então, que a entidade apoiadora possua uma equipe de pessoas capacitadas na área econômica, principalmente na área de economia solidária, que possuam tanto a técnica de elaborar os projetos como tornar o processo o mais compreensível possível para os trabalhadores. Os associados necessitam ter total clareza sobre o que é o projeto de viabilidade, e a equipe que vai trabalhar com eles deve saber como transmitir “o que é” e “para que serve” o projeto. Ao contrário do projeto para empresas capitalistas, em empreendimentos solidários não é a somente a equipe que irá realizar o projeto. Ele deve ser elaborado juntamente com os trabalhadores. Por isso mesmo a etapa da concepção é a mais importante de todo o processo. Esta etapa consiste em conversas com os trabalhadores do empreendimento. Primeiramente explica-se o que é um projeto de viabilidade econômica, e para que ele serve. Os trabalhadores devem ter claro que antes de iniciar um empreendimento é necessário saber se ele terá capacidade de continuar gerando trabalho e renda ao longo do tempo, e também o que é necessário fazer para que isso seja possível. 62 • II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos O trabalho de conversa inicial com os trabalhadores consiste também, ao mesmo tempo, num trabalho de capacitação em questões básicas de economia, contabilidade e administração, tais como custos fixos, custos variáveis, fluxo de caixa, etc. Em um projeto para uma empresa capitalista, não interessa aos trabalhadores se o empreendimento é viável ou não, ou quanto será necessário vender, ou quantos são os custos da empresa. Essa preocupação cabe ao proprietário, ou ao conjunto de sócios, ou à equipe administrativa. Aos trabalhadores cabe somente receber as ordens de seus superiores e aceita-las. Para a formação inicial de uma empresa capitalista, interessam muito ao empresário os índices financeiros, tais como índice de liquidez corrente, taxa interna de retorno, taxa de mínima atratividade, entre muitos outros. Por exemplo, no projeto para uma empresa capitalista deve-se comparar a taxa de mínima atratividade com a taxa interna de retorno. A taxa de mínima atratividade é uma taxa mínima de retorno sobre o investimento que se deseja realizar. Geralmente essa seria a taxa oferecida pelo mercado financeiro numa aplicação em ações, por exemplo. A taxa interna de retorno é a taxa de retorno sobre o investimento que o capitalista terá após um determinado tempo após o início das atividades do empreendimento. Se após a conclusão do projeto fica evidente que a taxa interna de retorno do projeto é menor que a taxa de mínima atratividade, não interessa ao proprietário do dinheiro investi-lo no empreendimento, pois obterá um retorno muito maior aplicando-o no mercado financeiro, além de não mais precisar dispensar energia na compra de equipamentos, conversas com fornecedores, pagamento dos trabalhadores, controle dos custos, etc. Além disso, deve-se analisar também o período de recuperação do investimento. Se esse período for muito maior que o oferecido pelo mercado financeiro, ou mesmo por outros setores, o capitalista não exitará em migrar seu investimento para outros setores ou mesmo para o mercado financeiro. Num empreendimento solidário, por sua vez, os objetivos são totalmente diferentes. Para começar, não existe um empresário que queira investir seu capital e receber um retorno sobre esse investimento. O que há são trabalhadores que querem e precisam trabalhar e gerar renda. Mais do que isso, eles querem e precisam que essa renda seja gerada de maneira sustentável ao longo do tempo, pois dependem dela para manter a sua sobrevivência e a da sua família. Não interessa, portanto, se a taxa interna de retorno do projeto é maior ou menor que a taxa de mínima atratividade. O que interessa, isso sim, é a capacidade do empreendimento em gerar trabalho e renda para seus associados de forma sustentável ao longo do tempo. Portanto, durante toda a fase de concepção do projeto e conversas iniciais com os trabalhadores, tanto a equipe quanto os trabalhadores devem ter claro que o objetivo do empreendimento deve ser a capacidade de gerar trabalho e renda de forma sustentável ao longo do tempo. É esse objetivo que norteará todo o processo. Ao pensar em um objeto, nos equipamentos necessários, nas fontes de financiamento, é esse o objetivo que deverá ser perseguido. Tendo isso, ficará mais fácil trabalhar com os associados questões básicas de economia, contabilidade e administração, baseadas sempre no empreendimento e com vistas ao futuro. Ao mesmo tempo a equipe trabalhará o projeto de viabilidade e a capacitação dos trabalhadores para que eles mantenham o empreendimento sustentável, pois não é para sempre que receberão assessoria de uma entidade apoiadora. 1.1. Pensando o Objeto do Empreendimento Solidário Tendo os trabalhadores e a equipe claro que o objetivo do empreendimento deve ser gerar trabalho e renda e, mais que isso, que ele deve ser sustentável ao longo do tempo, deve-se pensar em qual deve ser o objeto do empreendimento, isto é, o ramo de atividade que ele terá. Deve-se ter em mente que o produto ou serviço que será vendido pela empresa solidária deverá ser vendido por um preço e em quantidades suficientes que cubram todos os custos e que além disso garantam a remuneração desejada a todos os trabalhadores. É comum, contudo, encontrar grupos de trabalhadores que manifestem vontade de vender produtos que trazem pouco retorno ao empreendimento. Sobre algumas comunidades e seus produtos, SINGER (2004, p. 02) afirma que: Elas conseguem vender ao exterior produtos artesanais, extrativistas, de origem vegetal e animal etc., mas que alcançam preços baixos, porque sua oferta tende sempre a superar a demanda por larga margem. São muitos os pobres que vivem da venda de produtos, que em geral são adquiridos por uma elite cultural relativamente pequena. Do desequilíbrio entre oferta e demanda emana uma pressão perene de baixa das remunerações dos que vivem desses tipos de produtos. Geralmente eles vendem ou manifestam a vontade de vender esses produtos por não saberem fazer outra II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos • 63 coisa. É nesse ponto que a equipe deve alertar o grupo, não interferindo em sua escolha, mas realizar junto com os trabalhadores os cálculos necessários para chegar ao ponto de equilíbrio, a quantidade mínima a ser vendida que paga todos os custos e proporciona aos trabalhadores a remuneração desejada. É interessante que a equipe não interfira na autogestão do grupo e nem na sua escolha. O próprio grupo deve chegar se é viável ou não produzir determinada mercadoria. O que a equipe pode fazer é estimular a inovação. Por meio da inovação, produzindo mercadorias não produzidas por outros, ou com algum diferencial, a empresa solidária pode atuar quase como monopolista em seu ramo. Isso permite à empresa solidária tornar-se formadora de preços. Esse diferencial deve ser algo que atraia o consumidor. Por estar sujeito à economia de mercado, é importante que o produto da empresa solidária esteja de acordo com as tendências modernas de marketing, publicidade e design. Aqui evidencia-se a importância das entidades apoiadores, principalmente as incubadoras de empreendimentos de economia solidária (chamadas de Incubadoras Tecnológicas de Cooperativas Populares – ITCP’s), que incentivam a inovação e prestam assessoria a esses empreendimentos. A definição do objeto é, portanto, o primeiro passo para a elaboração do projeto de viabilidade dos empreendimentos solidários. É a partir dele que o grupo decidirá por produzir ou não a mercadoria. Para trabalhar o objeto, e para que o grupo decida por algum objeto, é interessante que a equipe trabalhe com algumas perguntas essenciais, de modo que o próprio grupo, ao respondê-las, conclua sobre a viabilidade ou não de seu objeto. A equipe deve elaborar, previamente, um questionário com uma série de perguntas sobre o empreendimento, sobre o objeto, como por exemplo quantas pessoas trabalham, qual a remuneração desejada, o que o grupo pretende fazer, quais os custos e que quantidade deverse-á vender para tornar o empreendimento viável, etc. As perguntas devem ser o mais abrangente possível, procurando instigar o grupo a obter respostas a elas. Deve-se prever, no questionário, perguntas que o grupo não tenha condições de respondê-las num primeiro encontro, tais como questões sobre o equipamento necessário, o investimento inicial necessário, a capacitação mínima exigida dos trabalhadores, legislação sobre o setor, fontes de matéria-prima, etc. Deve-se alertar ao grupo que há questões que eles não conseguirão responder no primeiro encontro, e que a primeira etapa consiste em responder aquelas perguntas que o grupo se sente habilitado a respondê-las, deixando as demais em branco. As questões que o grupo eventualmente deixar em branco são aquelas em que são necessários dados para respondê-las, como por exemplo, consumo de energia elétrica ou custos de matéria-prima. Esses dados o próprio grupo deve buscar, para dar continuidade ao processo do projeto de viabilidade econômica. De posse desses dados, num segundo encontro a equipe trabalha, junto com o grupo, as respostas para as demais perguntas. Essas outras perguntas geralmente envolvem cálculos, e a equipe deve trabalhar com o grupo esses cálculos no sentido de capacitar o grupo para que os mesmos possam fazer esse processo por conta própria. Todos esses cálculos deverão ser feitos em torno do objeto do empreendimento, ao mesmo tempo capacitando os trabalhadores e verificando a viabilidade do empreendimento. •A CONSTRUÇÃO DO PROJETO As questões a serem trabalhadas com os associados devem abranger, se possível, a maior parte do conteúdo do projeto. Desde o início do processo, os trabalhadores devem estar conscientes de que o objetivo do projeto é chegar à conclusão sobre a capacidade ou não do empreendimento solidário gerar renda a todos os associados. Para isso, dever-se-á calcular o ponto de equilíbrio, ou seja, a quantidade mínima da mercadoria a ser vendida para cobrir todos os custos e garantir aos trabalhadores a remuneração desejada. A partir do ponto de equilíbrio, os trabalhadores saberão se á quantidade mínima a ser vendida está dentro das possibilidades do grupo. Para o cálculo do ponto de equilíbrio são necessários muitos dados, como os custos, preços de matéria-prima margem de contribuição e preço de venda. Todos esses conceitos são trabalhados com o grupo durante a elaboração do projeto de viabilidade. Além de todos esses conceitos, seus cálculos e sua estruturação, dentro de um projeto de viabilidade econômica para o empreendimento de economia solidária deve estar contido também o investimento mínimo para o início das atividades da empresa solidária. Dentro das questões a serem trabalhadas com o grupo deve estar o investimento mínimo. O investimento mínimo inicial é a soma de todos os materiais, máquinas e equipamentos necessários para que o empreendimento inicie suas atividades. Dentre as perguntas sobre o investimento mínimo, estão, por 64 • II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos exemplo, que equipamentos o grupo necessita e quais deles o grupo já possui. Quanto maior for a estrutura que o grupo possui, mais fácil será para iniciar as suas atividades. O grupo deverá pesquisar, em outros empreendimentos do setor, que equipamentos eles utilizam para a confecção dos seus produtos. No encontro posterior com a equipe o grupo deverá levar a relação dos equipamentos necessários e, se possível, seus orçamentos. De posse desses dados será possível para a equipe, junto com o grupo, calcular o investimento mínimo e também ver possibilidades de financiamento. A equipe da entidade apoiadora pode prestar um grande serviço ao indicar ao grupo as principais fontes de financiamento disponíveis, assim como a taxa de juros. Há, principalmente para pequenos empreendimentos de economia solidária no Brasil, algumas fontes de financiamento a fundo perdido, ou seja, que não exigem devolução do dinheiro. É difícil aos trabalhadores terem acesso a esse tipo de informação, que a equipe deve levar ao grupo. Após a realização do projeto e conclusão pela viabilidade do objeto, a equipe deve trabalhar com o grupo estratégias de como o capital para o investimento inicial deve ser alcançado para que as atividades sejam iniciadas. Deve-se lembrar, contudo, que a simples conclusão pela viabilidade do empreendimento não garante que ele realmente será capaz de gerar trabalho e renda aos trabalhadores associados ao longo do tempo. Existem outros fatores que podem interferir, ao longo do tempo na viabilidade do empreendimento como, por exemplo, a falta de transparência na gestão dos resultados, que deve ser coletiva. Ao longo do tempo muitas coisas podem ocorrer, e somente a autogestão poderá ajudar o grupo a evitar ou solucionar eventuais momentos de crise. •CONCLUSÕES A economia solidária propõe uma forma diferente de trabalho, relações e gestão do empreendimento, pautadas em princípios de autogestão, propriedade coletiva dos meios de produção, solidariedade, etc., diferentemente da forma predominante de empreendimentos encontrados no sistema capitalista, que têm por objetivo principal gerar lucros ao seu proprietário. Contudo, embora funcionem de forma diferente, empreendimentos de economia solidária estão inseridos num sistema em que predominam empreendimentos privados, em que geralmente ocorrem práticas de competição que estão longe de serem solidárias. Uma vez que se necessita vender produtos para gerar renda, necessariamente deve-se entrar na circulação e competir com outros empreendimentos. A competição faz baixar os preços e força à acumulação os empreendimentos, para que melhorem sua produtividade, reduzam os custos e possam vender seus produtos a um preço mais competitivo. Empresas de economia solidária iniciam suas atividades em defasagem em relação aos empreendimentos predominantes, pois possuem geralmente poucos recursos e pouco capital, e seus equipamentos são velhos e obsoletos, o que dificulta o aumento da produtividade para competir. Além disso, há problemas como a falta de instrução formal dos trabalhadores, instrução quanto à administração do empreendimento e constante necessidade de capital de giro. Dificilmente uma empresa solidária, formada com pouco capital, conseguiria praticar dumping ou economias externas de escala. É necessário, portanto, que esses empreendimentos recebam apoio de entidades, como as Incubadoras Tecnológicas de Cooperativas Populares (ITCP’s). Essas entidades, por sua vez, devem ter equipes capacitadas para realizar, junto com o grupo, um projeto de viabilidade econômica voltado especificamente para empreendimentos solidários. O projeto deve ser elaborado juntamente com os trabalhadores desses empreendimentos, pois são os associados os principais interessados. A metodologia de elaboração desses projetos de viabilidade consiste em aplicação de um questionário, em que os trabalhadores não conseguirão responder por completo no primeiro encontro, pois necessitarão buscar dados, que serão utilizados em posteriores encontros entre a equipe e o grupo. Os cálculos deverão ser feitos juntamente com o grupo, a partir dos dados trazidos. A equipe deve também elaborar com o grupo estratégias de como adquirir os equipamentos necessários para o início das atividades do empreendimento. Essas estratégias devem estar baseadas nas principais fontes de financiamento, principalmente aquelas a fundo perdido. O projeto de viabilidade econômica deve ser ao mesmo tempo uma atividade técnica e de capacitação dos trabalhadores em questões de economia, contabilidade e administração, sempre voltado para o objeto do grupo, e para a capacidade de gerar trabalho e renda de forma sustentável ao longo do tempo. II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos • 65 • REFERÊNCIAS • • • • • • • ARRUDA, M. Socioeconomia solidária. In: CATTANI, D. (Org.). A outra economia.1. ed. Veraz editores: Porto Alegre, 2003. CARLEIAL, L. Economia Solidária e Informalidade: Pontos de Aproximação, Propriedade Conceitual e “Novos” Desafios para a Política Pública. In: XI CONGRESSO DA FIEALC. Osaka, 2003. FINE, B. Concorrência. In: BOTTOMORE, T. Dicionário do Pensamento Marxista. Rio de Janeiro: 1.ed. Jorge Zahar, 1983. MARX, K. O capital – contribuição à crítica da economia política. Livro Primeiro, volume I: O processo de produção do capital. 1. ed. São Paulo: Abril Cultural, 1983. MARX, K. Capital. Book II – The process of circulation of capital. Marxists.org: 2000. Disponível em: <http://www. marxists.org> Acesso em 14 dez 2004. MARX, K. O capital – Crítica da economia política. Livro III, volume IV: O processo global de produção capitalista. 6. ed. 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Autogestão no Brasil: a viabilidade econômica de empresas geridas por trabalhadores. São Leopoldo: Unisinos, 2002. Disponível em: <http:// www.ecosol.org.br> Acesso em 21 abr 2005. 66 • II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos “ESCOLARIZAÇÃO E AUTOGESTÃO: OS LIMITES PARA O ALCANCE DE AUTONOMIA E O LETRAMENTO COMO POSSIBILITADOR DESTE PROCESSO EM BUSCA DE UMA EFETIVA INCLUSÃO SOCIAL”* Fernanda Freire Figueira •Introdução A exclusão social freqüentemente exercida na sociedade e suas diversas configurações, principalmente relacionadas ao mundo do trabalho, implicam toda uma desvalorização da capacidade humana que, após constantes transformações, progressivamente substitui a força de trabalho humano por tecnologias. Desse modo a possibilidade de inserção no mercado de trabalho se tornou cada vez mais restrita e baseada em inúmeros critérios seletivos e segregadores ampliando o processo de exclusão social. Em meio a este contexto e através das interações sociais, é que o processo de construção de identidade constantemente é modificado e dominado pela ordem social dominante. Dentre as principais barreiras impostas pelo sistema capitalista no qual estão inseridos, está a escolarização baseada nos padrões socialmente impostos que visam segundo Kleiman (1998) apagar a diversidade e a diferença como também todo um saber construído pelas experiências e histórias de vida desses trabalhadores. Estes ao entrar em contato com conhecimentos já impostos e distanciados de sua realidade não fazem uso social do mesmo. Nesse contexto, o letramento surge na perspectiva de re-significar o conhecimento, ampliando-o em sua dimensão cultural e atribuindo-lhe um “real” papel social possibilitando o processo de conquista da autonomia e independência e conseqüente prática da autogestão. A educação e o trabalho sempre tiveram uma relação intrínseca, pois os que possuem o saber, é que são os detentores do poder e exercem a dominação sobre os que não o têm. Sendo assim, a escolarização, neste meio, assume tanto o papel de buscar integrar e adaptar o homem ao trabalho, como também é utilizada como um artifício de segregação na vida social. As políticas públicas de educação reconhecem a escolarização como pressuposto à inserção no mercado de trabalho, e aos que não a possuem abrem espaço a exclusão social. Portanto, a proposta de discussão que se apresenta neste estudo deriva de um repensar contínuo sobre a gestão de empreendimentos de economia solidária, em especial, cooperativas populares, acompanhadas pelo Programa Incubadora Tecnológica de Cooperativas Populares, o qual pertence à Coordenadoria de Desenvolvimento Social vinculada à Pró-Reitoria de Extensão e Cultura da Universidade Federal do Paraná. Este tem como pressuposto o compromisso de interação com a comunidade, desenvolvendo um trabalho extensionista que, articulado ao ensino e incorporado pela pesquisa, permite a troca de experiências entre Comunidade e Universidade, em que esta recicla seus conhecimentos por meio do saber popular e das práticas sociais, através da promoção de espaços de discussões, conjuntamente às comunidades, na perspectiva de possibilitar um repensar sobre a prática e suas diversas possibilidades de atuação. Nesse universo, outras formas de organização do trabalho pautadas em valores e princípios contraditórios, aos modelos de dominação do trabalho, como cooperação, solidariedade, autonomia, independência, ressurgem como uma nova possibilidade de resgate de cidadania e de valorização do trabalhador. Porém, estas organizações mantêm ainda uma relação muito próxima com o sistema de capital, com o qual necessitam concorrer. Neste fato é que residem as principais barreiras para o alcance do sucesso do empreendimento, para a criação de relações de trabalho pautadas na autogestão e para a efetiva inclusão social. * Projeto de pesquisa para monografia vinculado ao Núcleo de Psicologia, Educação e Trabalho (NUPET) e a Incubadora Tecnológica de Cooperativas Populares (ITCP), ambos da Universidade Federal do Paraná (UFPR). �������������������������������������������������������������� Acadêmica de Psicologia, estagiária da ITCP/UFPR e orientada pela Profª. Drª. Mirian Aparecida Graciano de Souza Pan. O trabalho junto a essas cooperativas sempre foi acompanhado de um questionamento constante a respeito do por quê esses grupos, que com a criação e conquista de seu próprio empreendimento, atualmente fora da enorme massa de trabalhadores excluídos do mercado de trabalho, encontram tantas dificuldades para gerir seu próprio negócio. As dificuldades referidas aqui ultrapassam o âmbito econômico, o qual realmente é um dos entraves desses empreendimentos. O foco, portanto passa a ser, quais são os limites para o desenvolvimento da autonomia, da autogestão e da efetiva inclusão social. Por essa problemática, surge à realização desse projeto II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos • 67 de pesquisa, o qual está vinculado a um outro Projeto de Extensão Universitária intitulado “Letramento e Inclusão Social” e ao grupo de pesquisa “Práticas de Letramento e Processos subjetivos: um estudo sobre a exclusão escolar, ambos desenvolvido pelo Núcleo de Psicologia, Educação e Trabalho. Com o advento do sistema capitalista, as formas de integração dos indivíduos nas relações sociais impostas por este sistema são desempenhadas por várias instituições diferentes. (Enguita, 1993). Dentre as instituições responsáveis pela aprendizagem das relações sociais estão a família, a escola e o próprio trabalho. A pesquisa, portanto, tem como principal objetivo investigar as possíveis transformações nos discursos de identidade quando esta passa a ser re-significada através do processo de letramento, além de provocar reflexões e re-significações dos sentidos que os cooperados atribuem as suas relações com o mundo enquanto sujeitos sociais em busca da autonomia e da efetiva inclusão social. A família segundo Enguita (1993) é uma instituição por si só autoritária, dessa forma de alguma maneira prepara o individuo para a inserção também em outras estruturas hierárquicas. O trabalho também ocupa um lugar de destaque, pois é neste contexto que o sujeito aprende comportamentos, atitudes e valores que acabam se estendendo para outras esferas da vida social. Porém estas duas instituições não são responsáveis inteiramente na reprodução das relações de produção capitalista. A escola, neste âmbito é a instituição fundamental quando se fala na aprendizagem das relações sociais. •Trabalho, Identidade e Exclusão Social A construção histórica a cerca do trabalho, e neste estudo entendida principalmente em relação ao modo de produção capitalista, é retrato fiel dos modelos de relação do trabalho, nas quais marginalizou-se a subjetivação do individuo, criando seres homogêneos através das relações de poder e dominação. O processo tecnológico substituiu o tempo dos homens pela adequação dos mesmos ao tempo da máquina, desvalorizando-os como sujeitos singulares, mas valorizando-os de acordo com sua produtividade, impondo-lhes formas de ser, pensar e sentir que por um processo de assimilação internalizaram e as tomaram como verdades que acabaram por permear a sua construção de identidade. Cada contexto histórico adquiriu uma configuração própria. O Brasil incorporou tardiamente, após a Segunda Guerra Mundial, os padrões de gestão desenvolvidos na primeira Revolução Industrial e se manteve restrito do seu papel de promotor do desenvolvimento social e de distribuição de renda, centralização do poder das estruturas agrárias, intenso fluxo migratório dos trabalhadores do campo, processo de urbanização desorganizado, surgimento de uma periferia marginalizada, inexistência de políticas sociais principalmente voltada a saúde, cidadania restrita e regulada enquanto a classe privilegiada usufruía de um capitalismo sem riscos. Nesse contexto há uma expansão industrial, uso de tecnologias cada vez mais avançadas enquanto o trabalhador é excluído deste processo e deixado a margem da sociedade. Mais uma vez há a desvalorização do trabalhador e junto a isso uma série de implicações sociais como a exclusão, o sentimento de inutilidade, o preconceito, o olhar desigual da sociedade, a fome, a luta pela moradia entre outras. Enguita (1993), coloca que o momento em o sujeito ocupa um lugar na escola, todos os signos que dela fazem parte são tidos como naturais e inevitáveis. O próprio currículo escolar é totalmente permeado e transmitem nem que seja de uma forma indireta, muitos dos valores do modo de produção capitalista. Porém, a aprendizagem dos mesmos é efetivada através de como se dão as práticas escolares, os rituais, as formas de interação aluno e professor. Querrien, citada em Enguita (1993) vê na escola simplesmente um aparelho para transformar, moldar e preparar, o que dentro do capitalismo implica a formação e preparação para o trabalho. O mercado de trabalho se tornou muito restrito, as relações de trabalho são pautadas no autoritarismo, o trabalhador é valorizado pelo que produz e muito mais valorizado pela quantidade, tempo e pouco recurso que utiliza para produzir. Transformações ocorreram, porém o principal objetivo – o capital – é o mesmo. Em todo o processo de desenvolvimento do trabalho, este ocupa um papel na vida do sujeito e que o tem como um território central, “... trabalhador atualiza sua condição, modela sua subjetividade e (re) constrói sua identidade individual e coletiva”.(Lopes, 2000). Conforme a citação de Kleiman (1998) pressupõe-se “... que essas identidades são construídas na produção conjunta de significados sociais e que há espaço, na interação, para a criação de novas significações que podem levar à reprodução ou a transformação dos processos de identificação do outro e de reafirmação ou rejeição da identidade dos participantes, dentro dos limites que o caráter normativo das instituições permite. Pressupomos, portanto, que a construção da identidade está determinada pelas relações de poder entre os grupo sociais, mas divergimos de um conceito de identidade baseado 68 • II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos apenas na ordem social preestabelecida, tal qual dada pelas relações de poder entre grupos sociais”. Esta citação exemplifica os limites de atuação dos sujeitos dentro de uma instituição reafirmando a imposição de internalização de traços culturais já criados pela organização transformando também sua identidade. Este modelo de construção de identidade é baseado no sistema capitalista que através das relações de poder e manipulações visam que seus membros transformem sua identidade e passem a agir, pensar e sentir de forma homogênea e voltados a um único objetivo – o lucro. Nesse contexto Kitzinger citado em Kleiman, (1998) diz que identidades “não são propriedades dos indivíduos, mas sim construções sociais, suprimidas ou promovidas de acordo com os interesses políticos da ordem social dominante”. Embora haja as imposições de poder da classe dominante, as identidades não têm um caráter estático sendo passiveis dentro de um processo social de gerar transformações. •Outras Formas de Organização do Trabalho As interações sociais, em um processo dialético, atuam na construção da identidade dos indivíduos que fazem parte de uma organização. O tema identidade é amplamente discutido nas ciências sociais em suas diversas áreas e com o devido rigor é abordada neste trabalho, segundo Kleiman (1998), a concepção de identidade não como uma condição permanente e sim como uma condição transitória e dinâmica constituída a partir das relações de poder que se configuram na interação com a realidade subjetiva e com a realidade social, sendo a interação um instrumento mediador dos processos de identificações dos sujeitos na prática social. Portanto, é imprescindível levar-se em conta esta inter-relação quando se pensa este processo dentro de uma forma de organização popular e solidária para o trabalho que tem como princípio à não centralização de poder e que o planejamento e a tomada de decisões deriva de uma ação democrática e participativa. Devido a isso, os integrantes deste tipo de gestão, a partir do momento em que optam por trabalhar de forma coletiva sem a existência de hierarquias, confrontam todas suas percepções acerca do trabalho, sendo necessário criar novas alternativas que sejam coerentes com os princípios e valores firmados por modelos autogestionários como Cooperativas e Associações. Neste processo de transformação “cultural” é onde residem as principais dificuldades no que diz respeito à sustentabilidade organizacional do empreendimento, ou seja, é o momento em que a identidade historicamente construída, permeada por conce- pções capitalistas, desempenhada aqui principalmente pela instituição educacional, influencia na forma de organização para o trabalho cooperativo. A história do mundo do trabalho e o atual contexto social, econômico e político em que vivemos remete-nos à reflexão quanto ao significado do termo trabalho e em que condições ele nos é apresentado. Tanto para a procura por um melhor ideal de trabalho quanto como uma alternativa frente às precárias propostas de atuação para o trabalhador, a autogestão se mostra, não apenas como uma nova maneira de administração, mas, como uma mudança social, econômica, política e técnica, como nos mostra Albuquerque (2003). Segundo o autor, em termos sociais, as ações e os resultados devem ser pensados e realizados por todos os membros, assim como seus resultados devem ser aceitáveis; no plano econômico, o capital deve ser concebido em segundo plano, sendo o trabalho o tema central; politicamente falando, é necessário que se criem instrumentos capazes de garantir que as decisões sejam um construto coletivo para realmente funcionarem democraticamente e para que haja o devido respeito aos diferentes “atores e papéis sociais de cada um dentro da organização”, tudo pautado em valores, princípios e práticas específicas e favoráveis; com relação à técnica, o autor sugere uma nova forma de organização e de divisão do trabalho. Para tanto, é necessário que se leve em conta, segundo a literatura, indicadores que definem e caracterizam a autogestão, que atua segundo alguns princípios, como a apropriação dos bens de produção, sendo seus resultados divididos eqüitativamente, através da participação plena de todos os membros. Porém, só poderá ser caracterizado como um empreendimento autogestionário aquele que fizer cumprir todos estes princípios em conjunto e não cada um isoladamente. (Faria, 2005). O cooperativismo, como um dos principais exemplos de exercício da autogestão, apresenta-se como uma nova forma de organização do trabalho contrária aos moldes capitalistas, no qual o trabalho humano é o aspecto principal a ser considerado e não mais o lucro. Nesta proposta transformadora, propõe-se uma nova estrutura e um funcionamento diferenciado tanto nas relações para o trabalho quanto na maneira como realizar uma gestão capaz de possibilitar espaços de livre expressão. A forma de organização cooperativa traduz uma maneira diferente de lidar com a sociedade na qual encontra-se inserida, que é calcada por uma mentalidade consumista, individualista, competitiva e exploratória. Portanto, presenciam um constante conflito entre o ideal de sociedade que almejam e o que vivem, suas relações com o mercado e com outras instituições e organizações dificultam e problematizam a estrutura interna do grupo cooperativo, assim como a prática de suas regras e II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos • 69 dos ideais que defendem. Isso também acaba por gerar a reprodução dos moldes tradicionais e conseqüentes conflitos entre seus membros. Com vista a este conflito, se faz necessário distinguir cooperativas tradicionais e cooperativas populares neste trabalho. O que alguns autores consideram é que o cooperativismo tradicional instalou-se apenas nos limites permitidos pelo sistema do capital. Arruda (1996) argumenta que, possivelmente por esse fator, não se pode esperar das cooperativas existentes grandes inovações. No Brasil como em outros países, surge um cooperativismo de caráter popular, que busca organizar trabalhadores em cooperativas autogestionárias, pautadas nos valores e principios ideacionais do cooperativismo. Arruda (1996), argumenta que esse modelo de cooperativismo busca o ‘justo preço’; a introdução de relações solidárias e cooperativas de trabablho; gestora de um projeto próprio de desenvolvimento e capaz de estabelecer ao mesmo tempo relações comerciais e solidárias entre si e com a sociedade. cipação de todos, inclusive nas decisões e planejamentos, mostra-se como um instrumento muito eficaz para a criação de uma consciência crítica nos trabalhadores dos dias de hoje, que se submetem a condições laborais extremamente precárias na tentativa de acompanharem o ritmo consumista pregado pelas propagandas e pelas próprias organizações de trabalho e exigido pela sociedade como um todo. No entanto, constituem um projeto de grandes dificuldades quanto à concretização de seus objetivos enquanto uma mudança maior, estendida para toda uma sociedade e dentro dos próprios limites, que quando se expande em termos financeiros e humanos, acaba reproduzindo o sistema capitalista que, por uma característica histórico-cultural, ainda encontra-se muito presente no cotidiano vivido pelas organizações cooperativas. •Escolarização e destino social Há um crescente número de experiências populares, voltadas ao rompimento com o movimento tradicional do cooperativismo a partir de uma perspectiva autogestionária. A autogestão, nesse caso, é entendida como uma forma distinta e independente de outras formas de gestão como, a gestão participativa, a co-gestão e outras formas que imprimem limitações ao grau de participação dos trabalhadores sobre a gestão do empreendimento. Portanto, autogestão é tida como sinônimo de participação efetiva dos trabalhadores, sem distinção entre trabalhadores, extinguindo-se assim a possibilidade de qualquer outro vínculo de trabalho, segundo Singer citado em Sato e Estevez (2000). A educação possui diversas configurações na sociedade, porém segundo Saviani (1996) é conjuntamente a revolução industrial que ocorre também a revolução educacional. Neste momento histórico a educação que se configurava através do trabalho, da família, em fim, de todas as relações sociais (Kleiman, 2001) passa quase que exclusivamente ser pensada no âmbito da escola. Nessa perspectiva, o cooperativismo ocupa o cenário como uma importante possibilidade de organização do trabalho, com pressupostos claramente distintos do cooperativismo tradicional como afirma Singer: “Hoje se pode distinguir entre o cooperativismo tradicional e o novo cooperativismo, que traz as marcas da crise ideológica da esquerda e a necessidade de enfrentar o neoliberalismo e a atual crise das relações de trabalho. O novo cooperativismo constitui a reafirmação na crença nos valores centrais do movimento operário socialista: democracia na produção e distribuição, desalienação do trabalhador, luta direta dos movimentos sociais pela geração de trabalho e renda, contra a pobreza e exclusão social” (Singer, 1999). Trabalho e educação sempre estiveram em consonância, segundo Saviani (1996) principalmente quando há o surgimento da “teoria do capital humano” em que a educação deixa de ter um caráter ornamental e passa ser concebida como fundamental para o desenvolvimento econômico enquanto qualificadora de mão-de-obra e, portanto funcional para o sistema capitalista. Desse modo, ainda segundo o autor, a expansão urbana-industrial, ou seja, a sociedade moderna, exige a expansão escolar e defende a escolarização gratuita, obrigatória e leiga a toda a população. Nesta perspectiva, tem-se a educação, a escola, somente voltada a grande necessidade de progresso econômico e a imposição de hábitos e valores dominantes. A cooperativa, como forma de organização baseada na valorização do ser humano e de suas capacidades, reprodutora do sistema socialista, pregadora da igualdade, da democracia, da não existência de hierarquia entre seus membros, focada para um trabalho mais saudável, dentro dos limites individuais de cada um, com a parti- O processo de expansão da escolarização, principalmente voltada as camadas populares, propunha segundo Patto (1983) medidas educacionais que visassem possibilitar a integração cultural e social da mesma, porem entendia-se integração,a aquisição de valores, normas e padrões de conduta, que permitissem a inserção no mer- Quando a escola emerge como a forma dominante de educação e determinante do espaço social que um individuo possa ocupar na sociedade, essa passa a ser um fator de segregação na maioria das relações sociais e principalmente quando a questão é trabalho. 70 • II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos cado de trabalho, como também se acreditava que a escolarização poderia, numa sociedade de classes efetivar a democratização e viabilizar a igualdade de oportunidade para todos. nos grupos minoritários, inseridos numa realidade que tinha a escrita como uma tecnologia de comunicação dos grupos dominantes, além de examinar as conseqüências sociais, afetivas, lingüísticas dessa inserção social. Desde, então, a escola é tema central quando se trata de desenvolvimento econômico social e um direito civil explicito na Constituição Brasileira, como comenta Magalhães (2001), que ainda cita Soares sobre o problema existente na acelerada democratização do acesso a escola e a não transformação dessa escola, a até então sempre voltada a classe social dominante não oferecendo qualidade de ensino a aqueles que vem conquistando o direito a ela. E nesse sentido que o pensar sobre o processo de escolarização se faz fundamental, visto que este está baseado segundo Freire (1997) simplesmente no ato de depositar conhecimento e segundo Kleiman (1998), no sentido de achatar a diversidade e a diferença sendo reprodutores de valores e normas socialmente impostas. Com base neste desenvolvimento, o letramento é então definido por Kleiman (2001) como um conjunto de práticas sociais que usam a escrita, enquanto sistema simbólico e enquanto tecnologia, em contextos específicos, para objetivos específicos. •Letramento: uma possibilidade de inclusão social Em meio ao contexto educacional vigente ocorre uma imensa discussão em relação às praticas de alfabetização nas escolas que sustentam a relação causal entre progresso, civilização e mobilidade social. As pesquisas sobre letramento segundo Kleiman (2001) surgem, portanto, com interesse social de promover transformação em uma realidade em que é constante o aumento de da marginalização de grupos sociais que não conhecem a escrita. O tema letramento há muito tempo foco de discussões, ainda é bem controverso em termos de definição. Soares (2003), atribui a este impasse a amplitude de conhecimentos, habilidades, capacidades, valores, uso e funções sociais que compõe este conceito. Várias são as tentativas de definição deste tema, dentre elas Scribner citado em Soares (2003) aponta que freqüentemente as concepções sobre letramento buscam descreve-lo em termos de habilidades individuais, porém seu fato mais evidente é que ele é um fenômeno social e produto da transmissão cultural e que implica para sua compreensão, inevitavelmente uma análise social. Os estudos realizados sobre letramento, de acordo com Kleiman (2001) procuram examinar o desenvolvimento social que acompanhou todo o desenvolvimento da escrita desde o século dezesseis, ou seja, as mudanças políticas, sociais, econômicas, cognitivas relacionadas ao uso da escrita nas sociedades tecnológicas. No entanto, estudos foram sendo ampliados para a descrição do uso da escrita, no intuito de verificar as práticas de letramento Desse modo, o letramento implica uma análise mais complexa que extrapola o mundo da escrita, envolvendo todos os contextos sociais que um individuo está inserido, indo ao encontro do que Freire (1997) defende que fora da praxis, o homem não pode ser, ou seja, como expectadores não podem fazer parte do mundo e muito menos recriá-lo. A escola como uma das principais agências de letramento, não o relaciona com a prática social, reproduz apenas uma prática de letramento como técnica de aquisição de códigos, pautada na concepção da classe dominante (kleiman,2001), ou seja, é um sistema de conhecimento descontextualizado, validado através do desempenho em testes. (Cook-Gumperz citado em Soares, 2003). Desse modo, o letramento passa a ser associado ao progresso, civilização e modalidade social, ocupando um papel de agente de segregação social. No entanto, o letramento em sua dimensão social, deixa de ser somente um reprodutor de códigos e habilidades da classe social dominante e um atributo essencialmente individual, e passa a se constituir como prática social associada à leitura e a escrita em que os indivíduos as relacionam com suas necessidades e valores. A escrita, nesta concepção, extrapola o caráter técnico e se constitui uma prática discursiva que possibilita o resgate da cidadania através de uma leitura critica da sua própria realidade. A exclusão social se presentifica no momento em que o sujeito não encontra esse seu lugar social dentro de uma sociedade letrada, em que as historias e experiências de vida não são concebidas como validas, além do próprio sistema educacional que não se preocupa com o seu real papel social, ou seja, segundo Freire(1997) com o desenvolvimento de uma consciência critica que resulta em uma inserção no mundo e conseqüente transformação dele. . O retrato desse contexto é observado quando se levanta a questão sobre outras formas de organização do trabalho. Nesta pesquisa aborda-se o cooperativismo popular e autogestionário, composto por trabalhadores não só excluídos do mercado formal de trabalho como também do direito ao exercício da cidadania, e que mes- II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos • 71 e observações dialogadas a partir das histórias de vida dos participantes, como também oficinas de letramento, criando um ambiente de pesquisa em que os sujeitos participantes possam, livres e espontaneamente, mostrar-se em sua complexidade.(Freire, 1997). mo possuindo alguma escolarização não compartilham de uma formação critica e carecem de sensibilidade para outras oportunidades que não a da lógica do sistema capitalista (Singer,1999), um dos maiores entraves ao sucesso do empreendimento que estão engajados. Essa escolarização que se faz referencia é apontada por Soares (2003) como distinta do letramento enquanto prática social, principalmente em paises em desenvolvimento. A educação fundamental não é oferecida a população, bem como a busca acelerada pela diminuição dos índices de analfabetismo, não permite um ensino consistente e de qualidade, gerando padrões múltiplos e diferenciados de aquisição de letramento. Com vista a esta problemática, a pesquisa sobre a perspectiva da psicologia sócio-histórica e de uma pesquisa qualitativa, bem caracterizada por Freitas (2003) como uma relação entre sujeitos, em que o pesquisador e pesquisado são parte integrante e ativa no processo de pesquisa, e que podem através de um processo constante de construção do conhecimento, criar possibilidades de refletir, aprender e ressignificar-se. Desse modo, serão utilizadas entrevistas Através do letramento, como prática social, e o pensar sobre uma efetiva inclusão social é importante citar Freire a respeito dos sujeitos que se encontram excluídos socialmente: “Na verdade, porém, os chamados marginalizados, que são os oprimidos, jamais estiveram fora de. Sempre estiveram dentro da estrutura que os transforma em “seres para o outro”. Sua solução, pois, não está em “integrar-se”, em “incorporar-se”, nesta estrutura que os oprime,mas em transformá-la para que possam fazerse “seres para si”. (FREIRE, 1997) Desse modo, busca-se através dos discursos de identidades, principalmente quando este é permeado pela experiência de letramento, analisar como os sujeitos implicados no contexto exposto constroem a si mesmos, a sua realidade e principalmente como dão forma agem sobre ela. •Referências • • • • • • • ALBUQUERQUE, P.P. Autogestão. In. Cattani, A. D. (org.). A Outra Economia. Porto Alegre: Veraz Editores, 2003. ARRUDA, M. 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Unidad de Estudios Cooperativos - Universidad de la República, Uruguay •INTRODUCCIÓN La presente ponencia surge del trabajo realizado durante el período 2004 – 2005 por los investigadores integrantes del Comité Académico “La acción cooperativa en el medio rural: herramienta para el desarrollo local sustentable”. Este equipo fue conformado por más de diez investigadores de cinco Universidades integradas a UNIRCOOP, de cuatro países diferentes: Uruguay, Colombia, Canadá y Brasil. El documento que sigue, se basa en la conjunción de la presentación realizada durante las 2das Jornadas Universitarias de Cooperativismo, realizadas en la Universidad de la República, el 10 y 11 de noviembre de 2005; y la ponencia presentada al IX Seminario Internacional de UNIRCOOP: “Pensamiento asociativista y práctica cooperativa: el desafío de la inclusión social en la época de la globalización” realizado entre el 3 y el 7 de octubre de 2005, en la Universidad Federal de Río de Janeiro. La exclusión social ha adquirido rasgos geográficos definidos, y las comunidades rurales han sido en su conjunto uno de los sectores más afectados. El documento a continuación pretende plantear la problemática estudiada, los objetivos de investigación, así como el marco de referencia teórico y metodológico construido, para desarrollar luego, aunque sea brevemente, las principales contribuciones relevadas en torno a cada caso de estudio, y en el caso uruguayo en particular, así como a algunos elementos comunes que pueden evidenciarse del conjunto de experiencias. Finalmente planteamos algunos aprendizajes que este estudio podría estar señalando en torno a la temática de la inclusión social. •LA PROBLEMÁTICA DEL ENTRONO RURAL Y LA POTENCIALIDAD DE LA ACCIÓN COOPERATIVA El entorno rural de los países que han sido abordados por la presente investigación presenta similares características, incluso a pesar de las enormes diferencias que pueden apreciarse en cuanto al desarrollo económico y social de los países a los que cada una corresponde. Con mayores o menores grados de radicalidad, son comunes el desempleo, la pobreza, la emigración, y la exclusión de gran parte de las comunidades insertas en este medio territorial. En términos generales las zonas urbanas son concentradoras de riqueza y atractores de población. Puede evidenciarse un importante desarraigo juvenil, y un envejecimiento de la población, así como una mayor dificultad de acceso al conjunto de servicios y posibilidades con que cuenta cada sociedad. Especialmente en Latinoamérica se evidencia además una muy importante brecha entre la propia población vinculada al espacio agrario, con desequilibrios de gran envergadura en cuanto al control de los recursos para la producción, en particular sobre la propiedad de la tierra. Estos grandes problemas parecen asociarse en parte a las trayectorias históricas de la mayoría de estos países, y a los modelos económicos que han sido reforzados a partir de los últimos años por una globalización caracterizada por el pensamiento neoliberal. Probablemente los modelos de desarrollo basados en la expansión de una agricultura sustentada en el alto Coordinador del Comité Académico: “La acción cooperativa en el medio rural: herramienta para el desarrollo local sustentable” (2004 – 2005). Integrante del equipo de la Unidad de Estudios Cooperativos del Servicio Central de Extensión y Actividades en el Medio de la Universidad de la República. Actualmente realizando su Maestría en la Universidad de Costa Rica. Docente de la Facultad de Ciencias Sociales. Integrante del equipo de la Unidad de Estudios Cooperativos del Servicio Central de Extensión y Actividades en el Medio de la Universidad de la República. Docente de la Facultad de Agronomía y del Servicio Central de Extensión y Actividades en el Medio de la Universidad de la República. Estudiante de la Facultad de Veterinaria. Integrante del equipo de la Unidad de Estudios Cooperativos del Servicio Central de Extensión y Actividades en el Medio de la Universidad de la República. II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos • 73 uso de insumos externos hayan profundizado los efectos sobre este entorno rural favoreciendo los desequilibrios sociales, la emigración rural, y la profundización de los fenómenos de exclusión social. Adoptando los criterios que en términos globales plantea Jean (1997) para el desafío de revitalizar la ruralidad habrá que tomar en consideración su naturaleza: demográfica, económica, social, cultural, institucional y ambiental. Las cooperativas por su parte han tenido una larga trayectoria vinculada a las estrategias de los sectores más desprotegidos y explotados, tanto en el ámbito urbano como en el ámbito rural. Sin embargo los mecanismos con que estas contribuyen a mejorar las perspectivas de sustentabilidad de sus comunidades no han sido muy desarrollados. •OBJETIVOS DE LA INVESTIGACIÓN El objetivo general de la investigación fue procurar conocer las contribuciones de las cooperativas en el medio rural para favorecer un desarrollo local sostenible. Para ello fue planteada la necesidad de discernir entre funciones y contribuciones de las cooperativas, y ahondar en las formas en que las dimensiones: social, económica, político-institucional y ambiental de aquellas contribuciones identificadas sirven al desarrollo sustentable de las localidades rurales. Objetivo general: Comprender cómo es que las cooperativas contribuyen al desarrollo de las comunidades rurales. Objetivos específicos: 1. Identificar las funciones económicas y sociales de una cooperativa en el medio rural y sus contribuciones al desarrollo local sustentable. 2. Analizar cuáles y cómo son las contribuciones de una cooperativa en el medio rural en su dimensión económica, social, político-institucional y ambiental. •UN ACERCAMIENTO A LAS DIMENSIONES DEL ESTUDIO Aunque en la realidad efectiva de las organizaciones y del medio rural es imposible separar de forma cabal unas de otras dimensiones, el presente estudio ha identificado al menos cuatro ámbitos en los cuales los investigadores debieron profundizar en su estudio de casos. En primer lugar partimos de la necesidad de destacar la existencia en los Valores y Principios del movimiento cooperativo reunido en la Alianza Cooperativa Internacional claras indicaciones acerca del papel que deben jugar estas organizaciones en su medio. El Valor de la Responsabilidad Social, y sobre todo el Principio de Interés por la Comunidad, en donde expresamente plantean la necesidad de que las cooperativas se preocupen por el desarrollo sustentable de sus comunidades. Estos elementos doctrinales fueron una de las bases de la investigación, y parte de la justificación de por qué buscar específicamente en el medio cooperativo contribuciones concretas al desarrollo local sustentable en el ámbito rural. Lo rural como concepto a veces ambiguo fue otro de los parámetros definidos previamente. Esta puede considerarse como una noción geográfica o como una representación social de una comunidad de intereses, de una cultura, de un modo de vida. Es desde esta última aproximación que encontraremos una definición pertinente para el presente trabajo (Kayser, en Jean, 1997). El espacio rural se define como un modo particular de uso del espacio y de la vida social. Se caracteriza por: 1. Una densidad relativamente baja de habitantes y de construcciones, lo que hace preponderar paisajes de cobertura vegetal; 2. Un uso económico preponderantemente agro-silvo-pastoril; 3. Un modo de vida de sus habitantes caracterizado por su pertenencia a colectividades relativamente pequeñas y por una particular forma de vínculo al espacio; 4. Una identidad y representación específicas, fuertemente connotada por la cultura campesina. En este sentido pueden agregarse las reflexiones de Diego Piñeiro (1999) en el sentido de criticar algunas descripciones cuantitativistas, y la necesidad de comprender lo rural por las redes de vínculos e identidades que genera, lo que incluye muchos centros poblados de pequeña escala como elemento constituyente, en muchos casos excluidos del espacio rural desde concepcio- 74 • II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos nes restringidas y formalistas. También hacer explícita la ruptura contemporánea entre “lo rural” y “lo agrario”, ya que no todas las actividades en el medio rural se vinculan a la actividad agropecuaria, ni lo agrario se limita ya al espacio rural. Jean (2003) reconoce 10 condiciones necesarias para lograr éxitos en el desarrollo de las comunidades rurales. Estos criterios han sido útiles para la determinación de indicadores y para reconocer los objetivos de desarrollo: 1. Reconocer que se puede aprender de la ruralidad; 2. Proteger la socio-diversidad a la que contribuye la ruralidad; 3. Favorecer una aproximación de desarrollo rural sustentable; 4. Reconocer la multifuncionalidad de la nueva economía rural; 5. Movilizar el capital social y la infraestructura social empresarial; 6. Sostener el desarrollo de las capacidades de las comunidades rurales; 7. Sostener la emergencia de nuevas formas de gobierno y ciudadanía rural; 8. Hacer inteligible la interdependencia rural – urbana; 9. Sostener una nueva solidaridad rural – urbana por algún tipo de tasa; 10.Poner en obre una política pública apropiada. Por otra parte fue necesario profundizar en el concepto de Desarrollo, sobre todo desde una perspectiva del Desarrollo de lo Local, y del Desarrollo Sustentable. En ambos casos definiciones que procuran subrayar algún componente particular del concepto principal de “Desarrollo”, que de por sí debiera ya de considerarlos, si efectivamente de desarrollo se trata. Abordamos el concepto como lo plantea Gallopin (2003): “Aquí, lo que se sostiene, o debe hacerse sostenible, es el proceso de mejoramiento de la condición humana (o mejor, del sistema socioecológico del que participan los seres humanos), proceso que no necesariamente requiere del crecimiento indefinido del consumo de energía y materiales”. En este sentido, Foladori y Tommasino (2001) se refieren a esta visión como una “co-evolución sociedad - naturaleza”. Figura 1 : Las dimensiones del desarrollo sostenible (Adaptado del International Council for Local Environmental Initiatives, 1996, p. 2, en Lafleur, 2003). Estos elementos se combinaron con un proceso de selección de casos significativos, del cuál resultaron seleccionados: la Sociedad de Fomento Rural La Casilla (Uruguay), la Caja Popular Desjardins de Mont-Laurier (Canadá), la cooperativa de energía, comunicación y desarrollo CERSIL (Pernambuco, Brasil), la cooperativa de crédito rural CRESOL (Paraná, Brasil), y la cooperativa de ahorro y crédito COOPVALLE (Colombia). Estos casos fueron abordados a partir de una serie de entrevistas a informantes calificados internos, y de la localidad, junto a la recopilación de documentos y otra información secundaria de las organizaciones. Los datos fueron ana- lizados de manera individual pero a partir de premisas colectivamente acordadas entre los equipos de investigadores, para permitir una segunda instancia de análisis cruzado de los casos, en la que el énfasis estuvo en distinguir aquellos elementos que podrían caracterizarse de funciones propias de la cooperativa (básicamente sociales y económicas) de sus contribuciones específicas desde la perspectiva del desarrollo local sustentable, en donde se procuró organizar los datos de acuerdo a 4 dimensiones: la social, la económica, la político – institucional, y la ambiental. II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos • 75 •LAS CONTRIBUCIONES PARTICULARES DE LA EXPERIENCIA URUGUAYA Cada uno de los estudios de caso generó informes muy ricos y detallados de las contribuciones específicas de cada una de las organizaciones abordadas en su entorno local. Procuraremos hacer una muy breve síntesis de los principales elementos encontrados en el estudio del caso uruguayo. La Sociedad de Fomento Rural La Casilla (Uruguay) es una pequeña organización, asimilada en este país a una cooperativa agropecuaria, pero quizá con un papel aún más marcado hacia la promoción y el desarrollo local. En este caso ubicada en la localidad que lleva el mismo nombre, en el departamento de Flores. Típicamente pautado por la explotación ganadera extensiva, Flores es un excelente ejemplo de la ruralidad nacional. Este departamento se caracteriza por tener una muy baja densidad de población, baja escolarización, y altos índices de concentración de la tierra. Las actividades económicas del Departamento a nivel agropecuario se caracterizan por tener en casi el 70% de los casos a la ganadería de vacunos de carne como rubro principal, seguida por la producción ovina como segunda fuente de ingresos. La lechería es el rubro principal de los establecimientos del Departamento en un 16,6% de los casos. En este sentido la zona de influencia de La Casilla demuestra tener índices de mayor intensificación ya que la lechería es el rubro principal para el 22% de los establecimientos, siendo la ganadería el rubro principal en un 65% de los casos. El origen de esta organización se vincula a la necesidad de tierras de un grupo de agricultores, que en 1948 fundan la Agrupación Agrícola “La Casilla” como forma de presionar para la adquisición del necesario recurso. En 1979 se reforman sus estatutos y se transforma en la actual Sociedad de Fomento Rural “La Casilla”, con el fin de perseguir y fomentar el desarrollo del agro, la industria y el cooperativismo en la zona donde ejerce acción, así como prestar servicios de apoyo a la producción y a la vida rural de sus socios y de todos los habitantes de la misma zona. Esta no persigue fines de lucro y no podrá efectuar ningún tipo de reparto o distribución de utilidades (La Casilla, 1980). Hoy en día cuenta en su padrón social de unos 170 socios activos, en su mayoría pequeños productores dedicados a la lechería y la producción agrícola – ganadera (La Casilla, 2004). Cuenta además con un personal de trabajo permanente de 26 personas y una importante cifra de empleados zafrales. Las contribuciones de esta organización se han traducido en una fuerte asociación entre el desarrollo de la SFR, y el desarrollo de la localidad. Así la cooperativa, fue factor fundamental para la introducción de la producción lechera, asesorando y apoyando a los asociados en esta incorporación, desarrollando políticas enfocadas a proteger a los asociados más débiles, generando alternativas específicas para aquellos que por escala no lograban rentabilidad en el rubro, implementando un fondo rotatorio muy adecuado a las condiciones de los productores familiares, que son la mayor parte de los asociados. La identidad entre la organización y la localidad es muy estrecha, y la defensa del pequeño agricultor, y de mejores mecanismos para el acceso a la tierra, e incluso a mejores viviendas, sumados a una gestión económicamente eficiente y ampliamente democrática han sido los principales rasgos de su contribución. En particular se destacan sus acciones para la creación y desarrollo del sistema de recolección de leche asociado a la incorporación del rubro en la zona, los servicios de crédito y maquinaria, así como el suministro de insumos. Especialmente se destaca el desarrollo del sistema de recría colectivo (campo de recría) y el sistema de engorde conjunto, así como el desarrollo de cultivos conjuntos. Este conjunto de acciones ha llevado a la consolidación de una serie de contribuciones desde la perspectiva local que incluyen, en el área económica: disponibilidad de productos y servicios; regulación económica; control local y mantenimiento del empleo; y reinversión en la comunidad. Desde el punto de vista social las contribuciones han sido: fomento de la participación social; asentamiento de la población; mejora de vivienda; desarrollo personal y de los liderazgos; y la capacitación técnica de las personas de la comunidad. En torno a lo político-institucional, la SFRLC ha contribuido en: la federación de intereses cooperativos; la difusión y fortalecimiento de la democracia y la participación; la difusión de la fórmula cooperativa; y la promoción de políticas públicas y del cooperativismo. Finalmente en el plano ambiental, las contribuciones principales han sido: la sensibilización y la preservación de los recursos locales. Esta institución realiza contribuciones específicas a las necesidades a las que se liga la organización, y para la cuál se definieron sus finalidades. Así la SFR La Casilla se destaca por sus contribuciones en el área de la producción agropecuaria, la innovación tecnológica agraria (incorporación de la lechería a la región) e instrumentos específicos asociados: remisión colectiva de leche con transporte de la propia cooperativa, gestión colectiva de ganado improductivo (campo de recría), aunque también con hechos particulares que marcaron su historia: el acceso a la tierra y el acceso a la vivienda. 76 • II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos dad con centros de investigación y universidades enfatizan la necesidad de mantener la cultura de esta zona rural. f) Frente al desafío ambiental quedó demostrado que la SFR La Casilla reconoce al medio rural como un patrimonio natural de la humanidad y que dicha institución tiene un papel a cumplir para intentar proteger y preservar el territorio local. Se evidencian en este sentido innovaciones concretas en las formas de producir, más amigables con el entorno, o a procesos de toma de conciencia y formación ambiental. La búsqueda de estrategias en dirección hacia un desarrollo sustentable fue claramente identificada. •EL DESAFÍO DE LA INCLUSIÓN SOCIAL Nos parece adecuado hacer una breve puntualización final en cuanto a la contribución del presente trabajo a la comprensión del accionar cooperativo y la inclusión social. En este sentido el presente trabajo utilizó de referencia el modelo de desafíos globales de desarrollo en el medio rural de Jean (1997). La Sociedad de Fomento Rural estudiada parece responder al conjunto de lineamientos planteados: a) Frente al desafío demográfico verificamos que se desarrollan acciones concretas para mantener arraigada a la población, ya sea a través de medios directos como el acceso a tierra o viviendas dignas, o a través de múltiples contribuciones que fortalecen las posibilidades de la población en sus comunidades: movilización de la juventud, cursos de formación, incentivos a las actividades culturales locales, fomento de la participación social y del desarrollo de actividades que trabajan por la mejora de la calidad de vida de la población. b) Frente al desafío económico, en el marco de su contexto específico y de sus acciones/contribuciones concretas, se demuestra un esfuerzo en el sentido de reducir el desempleo, de generar empleos directos e indirectos, de brindar financiamientos específicos y apoyar iniciativas locales. c) Frente al desafío social la SFR contribuye desde la formación y el desarrollo de los recursos humanos locales, hasta en la mejora de la infraestructura local. Sin duda se han dado muestras de su papel protagónico en la manutención de la vitalidad social de su zona de influencia. d) Frente al desafío cultural se presentan evidencias contundentes de sus contribuciones en este plano. La gran actividad cultural demuestra la voluntad y decisión de preservar los valores y de fijar a los individuos en sus localidades a través del fortalecimiento del sentimiento de pertenencia e identificación con lo local. e) Frente al desafío político-institucional se evidencia su contribución al fortalecimiento de herramientas institucionales capaces de favorecer el desarrollo local. La participación en ámbitos de discusión y debate sobre el desarrollo rural, en las federaciones y organizaciones cooperativas, la articulación y sociedad entre poder público y empresas privadas crean condiciones apropiadas para la elaboración de políticas públicas rurales de acuerdo con su realidad local y el fortalecimiento de una ciudadanía más activa. Por último, la formación y la transferencia de conocimiento y tecnologías a través de charlas, cursos y seminarios y la socie- El caso estudiado y presentado en esta ponencia, a pesar de la compleja realidad en la que se inserta da muestras claras de haber dado respuestas a uno de los desafíos más grandes que tiene la población en el medio rural, la falta de alternativas, la exclusión, el abandono de su hogar. Sea por las contribuciones directas en el plano económico para el que generalmente ha sido creada, o por las contribuciones en el plano social, especialmente a través de la conformación de redes, empoderamiento, y viabilización de alternativas ciudadanas, esta institución parece dar buenas respuestas para la inclusión social en el propio medio de origen de los individuos. •BIBLIOGRAFÍA DE REFERENCIA • • • • • • • • • Chossudovsky, M (1997). Mondialisation de la pauvreté, Montréal, Édition écosociété. Foladori, G.; Tommasino, H. (2000). Controversias sobre sustentabilidad. http://www.unilivre.org.br/centro/textos/Forum/controver.htm Gallopin, G. (2003). Sostenibilidad y desarrollo sostenible: un enfoque sistémico. Comisión Económica para América Latina / Naciones Unidas. Serie Medio Ambiente y Desarrollo. Nº 64. Santiago de Chile. 44 p. Jean, B. (1997). Territoires d’avenir : Pour une sociologie de la ruralité. Sainte-Foy. Presses de l’Université du Québec. Jean, B. (2003). « Dix conditions gagnantes des communautés rurales ». Organisations et territoires : Réflexion sur la gestion, l’innovation et l’entrepreneurship, 12 (2).19-30. Lafleur, M. (2003). La formulation de stratégie chez la coopérative basée sur son identité. Thèse publiée dans le cadre du programme DBA. IRECUS. Université de Sherbrooke. Piñeiro, D. (1999). Repensando la Ruralidad: población y trabajadores rurales en el contexto de transformaciones agrarias. XXII Congreso de la Asociación Latinoamericana de Sociología. Universidad de Concepción. Chile. Prévost, P. (1996). El desarrollo local y las cooperativas. Conférence présentée lors du Séminaire international sur les coopératives rurales et le développement régional. II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos • 77 Desarrollo de huertas orgánicas familiares y comunitarias. Problemáticas desde una experiencia de Extensión universitaria Br. Martín Acosta, Asist. Ing. Agr. Sergio Aguirre, Asist. Psic. Irene Barros, Dra. Alba Carballo, Br. Jorge Vaz Tourem, Prof. Adj. Psic. Leonardo Martinelli. 1)Algo de historia. Presentaremos la experiencia de trabajo que surge de los Proyectos de Extensión -de carácter interdisciplinario- “Huertas familiares con organizaciones sociales y barriales de la ciudad de Salto” y “Fortalecimiento de grupos y organizaciones sociales y barriales con la creación de huertas familiares y comunitarias en la ciudad de Artigas”, que se desarrollan desde el año 2002. Los mismos han estado a cargo de las Facultades de Agronomía, Ciencias Sociales y Psicología con sede en la Regional Norte de la Universidad de la República. En el transcurso del año 2002, diversos grupos y organizaciones sociales plantearon a la Facultad de Agronomía en Regional Norte el pedido de asesoramiento técnico y capacitación para desarrollar, en la ciudad de Salto, huertas familiares y comunitarias con el fin de disminuir los costos de la canasta familiar. La crisis económica y social que se generó en el país a mediados del referido año, incrementó estos pedidos que ya no solamente referían a la capacitación técnica sino también al apoyo psicológico y social. A partir de aquí, la Facultad de Agronomía solicita la participación de las Facultades de Ciencias Sociales y de Psicología con el fin de diseñar y llevar adelante un proyecto integral de carácter interdisciplinario. Simultáneamente, la Universidad de la República aprueba, a instancias de la Comisión Sectorial de Extensión y Actividades en el Medio, el Plan de Emergencia que busca generar acciones rápidas, interdisciplinarias, por parte de los servicios universitarios como respuesta a la critica situación que vivía (y lamentablemente aún vive) buena parte de la población. Es en este contexto que surge el Proyecto para la ciudad de Salto en el año 2002, el cual es financiado por la C.S.E.A.M. en los sucesivos llamados que realizó por el Plan de Emergencia. En el año 2003, en similares circunstancias, también se aprueba el proyecto para la ciudad de Artigas. En Salto han participado, en diferentes momentos y con variados grados de involucramiento, barrios de las zonas suroeste, norte y este, organizaciones como CAIF, escuelas, liceos, Comisiones Vecinales, la Unión de Trabajadores sin Trabajo, otras organizaciones de vecinos que se nuclean en torno a problemáticas diversas y familias de los distintos barrios. En Artigas participaron los barrios Aldea, Pueblo Nuevo, Éxodo, Ayuí; también algunos CAIF, SOCAF, un merendero municipal, la Escuela Agraria, organizaciones religiosas de distinta índole, la Cruz Roja, la I.M.A., la Intersectorial de Artigas, etc. En la actualidad, en Artigas, el proyecto ha operado como antecedente de otro Proyecto: “Elaboración de un Programa de Atención a Horticultores Familiares en zonas de contexto crítico de la ciudad de Artigas” que ha comenzado a desarrollarse desde la Unidad de Extensión de Artigas (C.S.E.A.M.). Mientras que en Salto, estamos llevando adelante el Proyecto de “Fortalecimiento de huertas familiares y comunitarias y apoyo a emprendimientos colectivos solidarios”. El mismo busca profundizar lo desarrollado en años anteriores y además atender otras demandas que se dirigen en el mismo sentido. Obviamente, los niveles de intervención y trabajo han sido muy diferentes en los barrios y organizaciones mencionadas. En algunos casos son barrios y organizaciones que participan desde el principio en el proyecto, en otros nos referimos a participaciones que tuvieron duraciones variables, específicamente en alguna o algunas de las etapas de ejecución. También hay participaciones puntuales, en función de gestiones concretas o de situaciones muy específicas que implicaron intervenciones breves o facilitación de articulaciones y conexiones entre diversos grupos u organizaciones. En algunos casos hemos tenido 78 • II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos logros y resultados positivos, en otros hubieron logros parciales y también situaciones en las cuales nuestra intervención no alcanzó a cumplir –debido a motivos de muy diversa naturaleza- los objetivos planteados. Los diferentes objetivos que fuimos dibujando a lo largo de la ejecución de estos proyectos, en sus diferentes etapas, podemos sintetizarlos en tres enunciados: ♦ Fortalecer las organizaciones comunitarias y grupos de vecinos mediante el apoyo, desde la extensión universitaria, a emprendimientos colectivos solidarios como las huertas orgánicas comunitarias y familiares. ♦ Posibilitar que los vecinos participantes del proyecto generen mejores condiciones económicas y de seguridad para disminuir costos de la canasta familiar. ♦ Desarrollar en la Sede Regional Norte de la UdelaR un equipo docente - estudiantil interdisciplinario, que permita identificar y atender necesidades del medio social desde la perspectiva de la extensión universitaria, y en tal sentido, contribuir con los actores sociales en el desarrollo de sus capacidades para conceptualizar, diseñar e implementar soluciones a los problemas por ellos definidos. trategia de redes, nos planteó algunos problemas iniciales relacionados con los siguientes aspectos: discriminar, entre los múltiples pedidos, aquellos que estaban vinculados con situaciones de mayor vulnerabilidad, comenzar un proceso de trabajo, con los distintos vecinos, grupos y organizaciones, que nos permitiera pasar del pedido concreto a la construcción de la demanda, a partir de los dos puntos anteriores, diseñar estrategias y dispositivos de intervención diferentes, para trabajar en varios barrios con diversos vecinos, grupos y organizaciones, iniciar un trabajo académico de problematización y discusión en el equipo, acerca de lo que entendíamos por extensión universitaria y por multi, inter y transdisciplinariedad. Estos problemas, obviamente, no han sido resueltos, sino que aparecen una y otra vez bajo diferentes formas, planteando nuevos desafíos y produciendo modificaciones en las estrategias y dispositivos de intervención, así como en la dinámica del trabajo académico del equipo docente estudiantil y en la organización del mismo. Estos objetivos nos han permitido –con diferentes niveles de concreción- cubrir tres de las áreas planteadas en el Plan de Emergencia de la UdelaR: trabajo, seguridad alimentaria y salud. Trabajo en la medida que, frente a la creciente situación de subocupación y desempleo, la creación de huertas familiares y comunitarias aparecía como una estrategia posible para la generación de trabajo desde lógicas diferentes a las instituidas (como la del capitalista-empleado y la de la empresa unipersonal por ejemplo). La seguridad alimentaria, está en relación con la necesidad de generar condiciones adecuadas para hacer frente a algunos de los problemas derivados de determinadas estrategias, tendientes a resolver las urgencias de la situación cotidiana de hambre. Finalmente, el eje relacionado con la salud se vincula con la concepción que la participación social significativa, el ejercicio de la autonomía y la co-gestión, entendidas como prácticas de ciudadanía, se constituyen como productoras de salud. El devenir de estos proyectos, con sus logros y dificultades; la ineludible dimensión temporal de los mismos, ha implicado modificaciones tanto en la integración del equipo universitario como en el recorte de los barrios, grupos y organizaciones con las que trabajamos. El espíritu mismo de este tipo de proyectos, que se despliegan en (y con) la comunidad, implica aceptar el carácter abierto, dinámico, de permanente transformación y, por ende, de incertidumbre, que se pone en juego en su realización concreta. Ubicarnos desde un intencionalidad política, ética y estética como la planteada, que implica una lógica de pensar lo social e intervenir en dicho campo con una es- 2)La propuesta “agronómica” Entendemos por emprendimiento colectivo solidario, toda forma organizada de acción que busque generar procesos participativos para mejorar las condiciones de vida de una comunidad determinada y simultáneamente construir ciudadanía. Estos emprendimientos pueden implicar actividades muy diversas (productivas, educativas, de salud, etc.). En las páginas que siguen, intentaremos dar cuenta de estos avatares, de las luces y las sombras que han producido; en síntesis, cartografiar algunas de las múltiples líneas que componen los dibujos cambiantes y móviles que con la comunidad vamos bosquejando. Las forma de cultivar propuesta desde el equipo del Proyecto se realizó considerando las particularidades de la población integrante del proyecto, a saber: conocimiento heterogéneo de la horticultura (algunos con experiencia como trabajadores hortíco- II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos • 79 las, otros con su huerta familiar que continuaban por tradición, otros sin experiencia, etc.); terrenos también muy diferentes (más o menos área, distinto grado de fertilidad, algunos excesivamente sombreados); en general cuidados por el/ los integrantes de la familia con más tiempo libre, desocupados o subocupados (que incluso cuando consiguen trabajo mas o menos estable pueden descuidar o en algunos casos abandonar la huerta); normalmente con limitantes importantes para el riego debido a los costos ya que es agua de OSE (salvo en casos que disponen de agua de pozo o que se “cuelgan” de las cañerías y no pagan por su uso); la gran mayoría de las huertas eran familiares, aunque también cumplieron una función importante las que se realizaron en el terreno de alguna institución (Centro CAIF o escuela). En estos casos se valoró la experiencia no solo por los productos obtenidos allí, sino también por el intercambio de ideas, conocimientos, semillas, plantines, etc.; dadas las condiciones socioeconómicas de las personas que se acercaban al proyecto, en general no disponían de medios para hacer inversiones ni para hacerse de insumos externos para la producción. En base a esto y con la idea de hacer una propuesta lo menos asistencialista posible, es que trabajamos desde un principio con grupos de vecinos y no en forma individual. Así buscamos en la interacción con ellos, el rescate e intercambio de saberes, aportando también los nuestros y tratando de reflexionar en un plano de igualdad y respeto, utilizando finalmente las técnicas más apropiadas al lugar y a la comunidad participante. Nuestro planteo técnico se realizó desde una perspectiva de la sustentabilidad (o sostenibilidad), considerada no solo desde lo productivo y económico, sino también teniendo el cuenta aspectos sociales y ambientales. En este sentido, pensamos que de poco o nada servirían técnicas que permitieran altas producciones si estas eran muy dependientes de insumos externos y semillas costosas. Estos no solo serían imposibles de conseguir por los propios vecinos, sino que además demandarían cantidades importantes de agroquímicos con el agravante de los riesgos para la salud y el ambiente. Hechas estas consideraciones, desde nuestra parte propusimos técnicas relativamente simples y de bajos costos (o directamente sin costos monetarios), reciclando los nutrientes y la materia orgánica con métodos eficientes y sencillos (haciendo compost y biofertilizantes, lo que a su vez contribuyen a la mejora del ambiente barrial), buscando ahorrar agua con coberturas muertas sobre los canteros, atenuar o evitar el daño de plagas con los policultivos y recetas caseras, etc. El grado de utilización de esas técnicas fue diverso, dependiendo de la técnica, de los vecinos y del lugar. Los resultados no han sido hasta el momento homogéneamente buenos. En general, podríamos decir que los que ya tienen experiencia previa, “amor por la tierra” –como dicen ellos- y cierto grado de conciencia ambiental, son los que están teniendo mejores resultados. Estos son o pueden transformarse en “líderes” y multiplicadores del proyecto y en este sentido es bueno apoyarlos y potenciarlos en ese rol. También en algunos casos se están detectando limitantes y demandas por el acceso a terrenos de mayores dimensiones, lo que posibilitaría mayores volúmenes de producción. En estos casos es importante empezar a pensar y discutir sobre formas alternativas también de producción (más del tipo comunitario), consumo y comercialización, quizá en el sentido de las economías solidarias de las que hablaremos más adelante. • Composición mínima de estrategias y dispositivos de intervención sin pretensión totalizadora. El punto que pretendemos abordar aquí conlleva una dificultad (que no es la única) relacionada con la simplificación totalizadora y reduccionista, en la que podemos caer, al intentar presentar una síntesis de las estrategias y dispositivos de intervención múltiples que se han ido construyendo en el despliegue de estos proyectos. Asumimos el riesgo recién enunciado, con la esperanza de no perder en la síntesis, el carácter problemático y complejo de dichas construcciones. Carácter que se torna todavía más relevante, cuando se trabaja con la intencionalidad de pensar e intervenir interdisciplinariamente desde las posibles articulaciones entre tres servicios universitarios interviniendo en el campo comunitario. La estrategia general –si es lícito llamarla de este modo pomposo- la hemos apuntado hacia la generación y desarrollo de espacios de encuentro y articulación en los cuales posibilitar la potenciación de los procesos cogestivos solidarios que las comunidades habían comenzado a construir. En este sentido, la Universidad busca insertarse como un autor más en las distintas redes que Entendida como el arte de trabajar con las incertidumbres. En Rebellato, José Luis y Giménez, Luis. “Ética de la autonomía”. Roca Viva. Montevideo. 1997. 80 • II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos se van componiendo. Preferimos hablar de autor/es y no de actor/es ya que el actor interpreta algo que es de autoría de otros. Ser autor implica hacer obra y no meramente interpretar una obra de la que no se es autor. Esta estrategia general de trabajo en redes sociocomunitarias nos ha permitido implementar diferentes dispositivos (en su mayoría de carácter ad-hoc) de acuerdo a lo que fuera pertinente en cada lugar, momento y situación junto con nuestros co-autores. los horizontes posibles. Es fundamental entonces, que la estrategia de intervención permita movilizar las relaciones de poder instituidas, generando procesos de participación horizontal, cogestiva, autónoma y heterárquica. Esto posibilita la producción de nuevos horizontes, obra cuya autoría pertenece al colectivo que participa de la experiencia, la que puede constituirse como productora de nuevos territorios existenciales y nuevas formas de subjetivación. Una de las ideas rectoras, en relación con la estrategia recién enunciada, ha sido la de acompañar –activamente- los movimientos; las articulaciones, desarticulaciones y rearticulaciones que los colectivos con los cuales trabajamos iban ensayando. Esto ha implicado entrar y salir en diferentes momentos del trabajo con determinados grupos, organizaciones y colectivos; poner diferentes énfasis en lo disciplinar e interdisciplinar de acuerdo a las urgencias que se nos presentaban, establecer encuadres con distintos niveles de movilidad, cambiar de ubicación para generar diferentes perspectivas, etc. Decíamos más arriba, que para desplegar esta estrategia se montaron dispositivos diversos en función de las situaciones que abordamos y de los objetivos acordados con las comunidades. Haremos una breve reseña de aquellos dispositivos más utilizados y luego los veremos con mayor detalle: Esta estrategia responde a una lógica y una racionalidad que –paradójicamente- buscan producir conexiones (fugaces, pasibles de sufrir mutaciones) entre lógicas y racionalidades diversas y disímiles (muchas veces contrapuestas y tendientes a excluirse mutuamente). Es una estrategia que responde más al arte que a la técnica (sin desconocer ni renegar de esta última); y en esta distinción está presente una opción política, ética y estética. En este sentido, siguiendo ideas de E.Morin, hemos trabajado en un “entorno incierto”, impactado por la crisis, es por ello que hablamos de estrategia como opuesto a un programa determinado “a priori”, aunque hayan objetivos planteados. Trabajamos con “guiones”, procurando la información en cada situación, su circulación y verificación, buscando desarrollar las acciones en función de los hallazgos que se encuentran en relación a la información y las modificaciones que esta introduce. Esto supone la participación activa de la comunidad, poniendo en juego los recursos a veces no re-conocidos, tal vez no previstos previamente en el proyecto. Estos “hallazgos”, “sorpresas”, encontrados en el trayecto recorrido, están de algún modo formando parte de lo que Morin denomina “la apuesta”, al movernos desde la estrategia así planteada. Trabajar en un campo altamente complejo como es la comunidad, implica moverse en un campo de fuerzas donde las relaciones de poder diagraman fuertemente dispositivos para la capacitación y transferencia de conocimientos entre universitarios y vecinos (que generaron encuadres de localización múltiple); dispositivos grupales variados (talleres, grupos de discusión, etc.); dispositivos de articulación entre diferentes grupos y organizaciones; dispositivos para la difusión y multiplicación de la experiencia; dispositivos de trabajo académico para el equipo interdisciplinario. Todos los dispositivos conllevan efectos -previstos e imprevistos- que son resultado de la variable composición de las diferentes líneas que los constituyen. Cuando se diseñan dispositivos específicos en una intervención, hay una intencionalidad –confesada o inconfesada- en cuanto a los efectos que se busca generar. Esto pone en juego algo que es del orden de las relaciones de poder y que tiene relación con la dimensión política de los dispositivos. De ahí la fundamental importancia de pensar estos dispositivos junto con los integrantes de los grupos, organizaciones y colectivos con los que trabajamos. Acá se hace imprescindible el análisis de los diferentes niveles de implicación que cada dispositivo genera, dar cuenta de las visibilidades e invisibilidades que cada uno produce. Remitimos al artículo “Posicionamientos éticos en la construcción de nuevas estrategias de trabajo” de Fernández, M. Rosa. En VI Jornadas de Psicología Universitaria. La Psicología en la Realidad Actual. Facultad de Psicología Universidad de la República. Montevideo. ������������ 2003. ��������������� Morin, Edgar. “La cabeza bien puesta.”. Refiere al término inglés “serendipity”: hallazgos de conocimientos valiosos no previstos en el proyecto de investigación. Buenos Aires. Nueva Visión, 1999, pág. 66. Dabas, Elina. Redes sociales, familias y escuela. Paidós. Buenos Aires. 1998. II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos • 81 mismos o bien la posibilidad de inserción laboral (muchas veces en condiciones muy precarias) produce la deserción de algunos participantes en los proyectos, • etc. • Algunas dificultades a modo de introducción para una cartografía de problemáticas. Primariamente podríamos señalar algunos ejes de dificultades cuya naturaleza proviene de distintas lógicas: Eje de las lógicas universitarias: Eje de las lógicas de carácter político: • predominio de las políticas de carácter asistencialista, • las prácticas habituales de clientelismo político, • la apropiación, por parte de terceros (ONG’s, equipos técnicos, otras organizaciones) de los programas sociales relacionados con las políticas públicas, y por lo tanto, bastardeo de potenciales e incipientes procesos colectivos, • intervenciones de organismos públicos que violentan a las comunidades al desconocer sus necesidades y sus capacidades, • intereses político-electorales concretos, • procesos de captura de las comisiones vecinales por parte de actores político-partidarios, convirtiéndolas en terreno de luchas por captar votos, • etc. Eje de las lógicas propias de los grupos, organizaciones, comunidades y personas concretas: • la cultura obrera del trabajo formal opera muchas veces como un instituido fuerte que obstaculiza el desarrollo de formas de trabajo que escapan a las lógicas de patrónempleado, • los procesos de exclusión de larga data, provocan que algunas familias que tienen ya dos o tres generaciones en esta situación presenten posicionamientos más pasivos frente a la posibilidad de generar procesos colectivos solidarios, • enfrentamientos y rivalidades entre vecinos o líderes comunitarios (también entre grupos y organizaciones) relacionadas con la lucha por espacios locales de poder, • reproducción de lógicas de dominación entre los distintos colectivos que participan de estas experiencias, • en muchos casos, la posibilidad de generar procesos colectivos solidarios tiene un carácter utilitario inmediato y no se relaciona con proyectos de vida integrados a los • proyectos de extensión concursables, con financiación muchas veces insuficiente y límites temporales bien precisos, • la intervención interdisciplinaria como proceso de construcción permanente, • etc. Las dificultades producidas en estas tres lógicas no actúan independientemente, sino que componen diversos entrecruzamientos, algunas se potencian entre sí, otras se anulan mutuamente, otras son efecto de nuestras contradicciones o son causa de las mismas, algunas se constituyen como líneas duras y otras pueden devenir en líneas de fuga, a veces se las visibiliza en pleno proceso, otras veces se las puede pensar y tematizar a posteriori, a partir de la revisión y discusión de las intervenciones; también dependen de momentos históricos concretos, etc. En síntesis, van configurando mapas diversos y cambiantes, con niveles de superposición, interpenetración, etc. • Desarrollo Humano y economía popular solidaria para pensar el fortalecimiento de la participación y organización. El enfoque de “Desarrollo Humano” tomado de Amartya Sen e introducido por el economista paquistaní Mahbus ul Haq en el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, considera un abanico más amplio de dimensiones para medir el desarrollo y no solo el aspecto económico medido en función del PBI. Se llega entonces a la idea de crear un Índice de Desarrollo Humano, tomando como eje de esta concepción que “el propósito básico del desarrollo es aumentar las opciones de las personas”. Son aspectos que no se observan directamente en estadísticas de ingreso y crecimiento y que consisten en opciones relacionados con el mayor acceso al conocimiento, seguridad, mejor nutrición y servicios de salud, “horas de esparcimiento satisfactorias y sentido de participación en las actividades comunitarias. El objetivo del desarrollo es crear un ambiente que permita que las personas disfruten vidas largas, saludables y creativas” (PNUD, 2003). La visión de A. Sen de desarrollo humano implica la acción de las personas para el logro de un cambio radical mejorando la organización social y el compromiso de las personas. Los ciudadanos ya no serían meros productores y consumidores, sino autores 82 • II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos del proceso de desarrollo tanto económico como social. Esto consiste en un aumento del “capital humano”, que incluye: nivel educativo, ampliación de capacidades y libertades, participación, organización, experiencia laboral. Esto abarca bastante más que un capital humano limitado a la producción de bienes. Pensamos que los planteos anteriores y el espíritu de la experiencia aquí presentada, se puede relacionar con lo que, con distintas denominaciones y adoptando características parcialmente diferentes según los contextos en que se desenvuelven; se crean y desarrollan en los sectores populares urbanos de la mayor parte de los países considerados subdesarrollados, diversas formas de economía popular de subsistencia basadas en el propio esfuerzo, la ayuda mutua y la solidaridad de sus participantes. A diferencia de la economía campesina, las organizaciones económicas populares no están conformadas por agrupaciones y actividades tradicionales o pre-industriales que hayan pervivido sin ser esencialmente afectadas por los procesos de modernización, sino que, por el contrario, constituyen un fenómeno social y un proceso organizativo relativamente nuevo. En efecto, sus causas y orígenes han de buscarse precisamente en los procesos de marginación socioeconómica inducidos por el subdesarrollo capitalista y no solucionado por las políticas públicas de redistribución y subsidio social. Desde la exclusión y marginación se originan diferentes “estrategias de sobrevivencia”: algunos siguen estrategias individuales, tales como el pequeño comercio ambulante, servicios domiciliarios, trabajos eventuales; otros logran subsistir participando en sistemas de beneficencia pública o privada. Pero hay quienes siguen un camino distinto, como el de organizarse en pequeños grupos de personas con situaciones similares, para encarar en común sus problemas económicos inmediatos. Surgen de este modo las organizaciones de desocupados, talleres laborales de auto subsistencia, ollas populares, grupos pre-cooperativos, huertas populares y comunitarias etc. Característica relevante de éstas organizaciones es el basarse en valores no individualistas, de solidaridad y ayuda mutua, el concebirse a sí mismas como unidades económicas alternativas respecto de las formas capitalistas predominantes y como modos de organización que postulan líneas de transformación social y autonomía popular. Nos atrevemos a pensar que estas formas de economía popular y solidaria, podrían proyectarse hacia el futuro como una forma económica alternativa, capaz de aportar esos nuevos valores y comportamientos que la caracterizan, respecto de los cuales las personas y grupos participantes llegan a identificarse y comprometerse de manera permanente. Es conveniente precisar la situación en que se originan, y las causas de su formación, para comprender correctamente los objetivos, las características y los modos de ser y de actuar de estas unidades económicas. Es por lo anterior, que acordamos con la idea de Gonzalo Guimaraes, quien afirma que es necesario tener una identidad para que se pueda construir la Economía Solidaria y esa identidad no debe quedar restringida al área económica, pues la economía solidaria solo se puede entender como proyecto político. Desarrollo humano en Uruguay, 2005. Uruguay hacia una estrategia de desarrollo basada en el conocimiento. UNDP, ������������������������ URUGUAY. P.38, 39. •BIBLIOGRAFÍA Araujo, Ana María. (2002) Impactos del desempleo. Montevideo. Argos. Berriel, Fernando (Compilador) (2004) Grupos y Sociedad. Montevideo. Nordan Comunidad. Dabas, Elina. (1993) Red de redes. Las prácticas de la intervención en redes sociales. Buenos Aires. Paidós. Dabas, Elina. (1998). Redes sociales, familias y escuela. Buenos Aires. Paidós. ___________ y Najmanovich, Denise. (1995) Redes. El lenguaje de los vínculos. Buenos Aires. Paidós. Desarrollo humano en Uruguay, 2005. Uruguay hacia una estrategia de desarrollo basada en el conocimiento. UNDP, URUGUAY. Guimaraes, Gonzalo. “Ossos do Oficio. RJ, Paz e Terra. 1976. Fernández, María Rosa. (2003) “Posicionamientos éticos en la construcción de nuevas estrategias de trabajo” En VI Jornadas de Psicología Universitaria. Montevideo. Facultad de Psicología Universidad de la República. Guimaraes, Gonzalo. Ossos do Oficio. RJ, Paz e Terra. 1976. Morin, Edgar. (1999) La cabeza bien puesta. Buenos Aires. Nueva Visión. Rebellato, José Luis y Giménez, Luis. (1997). Ética de la autonomía. Montevideo. Roca Viva. Rodríguez, Joaquín (1994) En la frontera. Montevideo. Multiplicidades. ________________ (2004) Clínica móvil: el socioanálisis y la red. Montevideo. Roca Viva. Editorial Narciso. Universidad de la República. II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos • 83 EXPERIENCIA DE TRABAJO DE LA FACULTAD DE VETERINARIA DE LA UNIVERSIDAD DE LA REPÚBLICA Y LA COOPERATIVA AGRARIA DE RESPONSABILIDAD LIMITADA DE CAÑADA GRANDE (CALCAGRA). Autores: Laura Alsina, Marisol Barneche, Lorena Baptista, Fabiana Cabrera, Erika Cáceres, Noelia Campaña, Flavia Canobra, Cecilia Corso, Noelia Cortazzo, Juan Crampet, Damián Chico Espinoza, Alejandra Fontaine, Fernanda Hernández, Laura Iglesias, Mariana Orozco, Fabián Pedroso, Claudia Peña, Nicolle Pomies, Daniela Sapriza, Ximena Sena, Santiago Sosa, Gonzalo Vidal. Resumen CALCAGRA, fundada en 1946 con el cometido de defender los intereses de los pequeños productores de la zona, se ubica en el Km. 82 de la Ruta Nacional Nº 3, Departamento de San José, República Oriental del Uruguay. La Facultad de Veterinaria se vinculó con la cooperativa en 1996 desarrollando el trabajo en diferentes etapas: 1) -Diagnóstico de la calidad de leche obtenida por los productores socios de la cooperativa (1996) con el objetivo de conocer su situación ante las nuevas condiciones de remisión de leche a planta. La Cooperativa se plantea alternativas para los socios que no podrán seguir remitiendo leche fluida a plantas. 2) -Diseño de la planta de queso fundido (1997-1999) con el objetivo de ofrecer una alternativa productiva y comercialización conjunta. Se firma un convenio CALCAGRA - Facultad de Veterinaria y se instala un laboratorio en la planta. 3)- Trabajo con los productores remitentes y los operarios de la planta (2000-2005) con el objetivo de fortalecer los vínculos de la cooperativa con sus socios remitentes y mejorar la calidad de la materia prima y del producto. En este proceso participan docentes y estudiantes de la Facultad de Veterinaria que visitan la zona y se reúnen semanalmente para planificar las actividades. El eje de trabajo de este grupo es la docencia de extensión en terreno y el aporte a una experiencia colectiva de productores familiares. Logros: Concretar instancias de vinculación e intercambio entre las familias de los productores, operarios de la planta y directivos. Inicio de un proceso de acceso a recursos de entidades públicas (MEVIR, Proyecto Uruguay Rural) y gestión de recursos propios (Fondo rotatorio). Conocimiento de la realidad y preocupaciones de los productores relacionados a la cooperativa. Motivación estudiantil: participaron más de 100 estudiantes (1996-2005). Dificultades: Disminución de la participación de antiguos socios ante la crisis económica de la cooperativa (disminución de los servicios). Formación de recambio para asumir la dirección de la cooperativa. Establecimiento de vínculos de confianza entre los involucrados en el proceso. Identificación de las potencialidades de la acción colectiva por parte de los productores. Articulación de los tiempos y ritmos de los productores y los universitarios. Falta de espacios curriculares en la formación veterinaria. Escasos recursos presupuestales. •Introducción El presente trabajo resume la experiencia de trabajo del grupo de extensión de la Facultad de Veterinaria con la Cooperativa Agraria Limitada de Cañada Grande y su zona de influencia. Esta cooperativa está ubicada en el kilómetro 82 de la ruta nacional Nº3, departamento de San José. Según el Censo General Agropecuario del año 2000, en la zona de influencia de la cooperativa viven alrededor de 2000 personas. Hay 630 establecimientos agropecuarios y más de la mitad tienen menos de 50 hectáreas de superficie. Una cuarta parte de estos establecimientos se dedica a la elaboración de queso en forma artesanal. En los últimos años se ha producido a nivel nacional un importante aumento en la producción de quesos artesanales como estrategia productiva de subsistencia de los pequeños productores lecheros familiares, ya que permite valorizar la producción de leche mediante el uso de mano de obra familiar. Esta actividad se ha desarrollado principalmente en los departamentos de Colonia y San José. En la zona no existen prácticamente organizaciones sociales de carácter local o regional que nucleen a los productores. Hay dos cooperativas agrícolas, Cañada Grande y Río de la Plata. 84 • II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos Figura. Ubicación de las explotaciones que elaboran quesos. (Se señala la ubicación de la Cooperativa Cañada Grande). Fte: DIEA, 2004 según Censo Gral. Agropecuario 2000 •Un poco de historia de CALCAGRA La Cooperativa Agraria Limitada de Cañada Grande es una Cooperativa de primer grado. Desde de su fundación, el 15 de octubre de 1946 la Cooperativa se propuso la defensa de los intereses de los pequeños productores, mediante la prestación de servicios y la implementación de alternativas comerciales para los productos de la zona. Es la cooperativa más antigua de la zona. Llegó a tener 850 socios. En el transcurso de su historia ha desarrollado diversos emprendimientos productivos y brindado diferentes servicios: Durante las décadas del 50 y 60 la cooperativa funda una bodega y canaliza la producción de remolacha azucarera de la zona. En este período la cooperativa cumple un rol sindical muy importante, impulsando la realización de diversas marchas y movilizaciones. En el período de los 70 y 80 la cooperativa centraliza emprendimientos de sus socios a través de contratos preestablecidos con terceros (arvejas, trigo, gallinas) y facilita la financiación de insumos, la producción y la comercialización. Entre los años 1980 y 1984 la cooperativa permaneció cerrada por presiones políticas. En 1985, reabre la cooperativa contando con un servicio de maquinaria y fábrica de fertilizantes. Este servicio de maquinaria constituyó un apoyo muy importante para los pequeños predios de la zona. En este período, por problemas financieros, se vende la Bodega Cooperativa. En el año 1994 la Unidad de Proyectos de Desarrollo del Ministerio de Ganadería Agricultura y Pesca realiza un diagnóstico social y productivo de la zona de influencia de la Cooperativa Cañada Grande. Mediante la modalidad de encuestas en la zona se constata un alto grado de conformidad de los productores con los servicios prestados por la institución, estos expresan su apoyo a la realización de actividades gremiales. Se concluye que la institución debería emprender actividades de capacitación dirigidas a mujeres y jóvenes de la zona. Los productores demandaban mayor apoyo para la mejora del ingreso de la producción lechera. Se sugiere, además, para los predios de menor escala el desarrollo de nuevos rubros intensivos (M.G.A.P., 1994). II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos • 85 •Un poco de historia del trabajo conjunto de la Facultad de Veterinaria y CALCAGRA A fines de 1995, la directiva de la cooperativa pide asesoramiento a la Facultad de Veterinaria para el estudio de la situación en relación a la calidad de leche de sus socios ante la inminente renovación de las pautas para el pago de leche remitida a planta. Docentes y estudiantes de diferentes cátedras, coordinados por la Unidad de Extensión realizaron un relevamiento de los establecimientos de 20 socios. Se realizó análisis de agua y de calidad de leche. Se elaboraron cartillas con recomendaciones respecto a la rutina de ordeñe. Se concluyó que la gran mayoría no contaba con las condiciones para seguir remitiendo leche fluida a plantas. A partir de estas limitaciones y de otras de carácter económico (escala, infraestructura, etc.) CALCAGRA se plantea analizar alternativas para los socios que no podrán seguir remitiendo leche fluida a plantas. Entre las opciones posibles se decidió, luego de relevar la opinión de los socios, construir una planta elaboradora de queso fundido como alternativa productiva y de comercialización conjunta. Esto implicaba que los productores comenzasen a elaborar queso blanco que sería la materia prima de la planta. La Directiva pide asesoramiento a la Facultad de Veterinaria para el diseño y construcción de la planta. Por otra parte, y como resultado de la crisis económica la Cooperativa se endeuda y disminuye la oferta de servicios. Los servicios de maquinaria pasan a ser prestados a través de la Asociación de Productores de Leche de San José y se reduce al mínimo la venta de insumos agropecuarios. En el período 1997-1999 el grupo de docentes y estudiantes de la Facultad trabajó en el diseño y construcción de la planta de queso fundido Posteriormente se firma un convenio CALCAGRA - Facultad de Veterinaria y se instala un laboratorio en la planta. La elaboración de queso fundido constituye hoy la principal actividad de la institución, permite a los productores comercializar productos de bajo valor en el mercado, valorizar la producción y estabilizar a lo largo del año el precio que reciben. Actualmente figuran en la nómina de la cooperativa 80 socios y alrededor de treinta productores remiten queso artesanal. La cooperativa intenta atenuar las va- riaciones estacionales de precio del queso, pero no existe acuerdo de abastecimiento con los productores remitentes. La Cooperativa cuenta con un gerente que se encarga de la comercialización, realiza las compras de materia prima y las ventas de productos. Además la planta procesadora emplea dos operarios en forma permanente y dos zafrales. La Comisión Directiva está integrada por cuatro socios, de los cuales sólo uno remite queso a la planta cooperativa. Esta directiva ha presentado poca renovación en el transcurso de los últimos 10 años debido a que sus integrantes figuran como garantía solidaria de CALCAGRA ante el BROU. Esta deuda se generó con la compra de maquinaria y equipamiento. Hasta el año 2000 la planta de queso fundido logró un aumento sostenido en la elaboración y comercialización de queso fundido, mejorando así los ingresos económicos de la Cooperativa. Sin embargo este crecimiento no se reflejó en igual proporción en un aumento de la producción individual de los predios, ni mejora en la calidad del queso producido por los mismos. A partir del año 2000, el equipo de la Facultad acuerda con la directiva de la cooperativa concentrar el trabajo con los productores remitentes y los operarios de la planta con el objetivo de fortalecer los vínculos de la cooperativa con sus socios remitentes y mejorar la calidad de la materia prima y del producto. El equipo de Facultad comenzó a realizar visitas a los establecimientos de los socios remitentes relevando información del predio y los requerimientos de apoyo a la producción. Se realizaron diferentes actividades técnico productivas priorizando en una primera etapa los aspectos relativos a la sanidad del ganado a partir de cuyos resultados se organizaron talleres de capacitación de las principales zoonosis de la cuenca lechera. Entre los años 2001 y 2003, debido a las restricciones presupuestarias tanto de CALCAGRA como de la Facultad de Veterinaria, no se pudo realizar un seguimiento sistemático. Se trabajó particularmente en el acondicionamiento de la planta ante los requisitos de habilitación por parte del MGAP y del LATU así como el registro de los productos para comercializar en diferentes departamentos del país. En el año 2003 el equipo se amplía con docentes y estudiantes de otros servicios universitarios y comienza a buscar alternativas de financiamiento para apoyar la producción y comercialización de la planta cooperativa. 86 • II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos A fines del año 2004 el equipo consigue financiación del Proyecto Uruguay Rural y de los Servicios Agropecuarios del MGAP mediante el proyecto “Innovación en las estrategias de selección y desarrollo de productos y procesos de la Cooperativa Agraria Limitada de Cañada Grande: una herramienta participativa”, que le permite retomar las actividades de manera sostenida. •Lo realizado en el 2005 a- Talleres En enero de 2005 se realiza una serie de talleres con los socios remitentes, operarios de la planta y directivos de CALCAGRA, comenzando con la identificación de las principales limitantes, fortalezas y oportunidades (análisis FODA) de la planta procesadora de queso fundido. Las debilidades constatadas en el taller se relacionan a tres grandes áreas: calidad de materia prima y productos, ampliación de la oferta de la planta y funcionamiento cooperativo. Se acordó profundizar el trabajo vinculado a los aspectos cuya solución puede implementarse con el esfuerzo de los actores directamente implicados en la cooperativa (directivos, empleados y productores). Es así que se planteó abordar en la siguiente instancia de taller lo referido a las posibilidades de mejoramiento del producto que actualmente se elabora y de ampliar la producción a otros (diversificación) por entenderse que podría aportar beneficios a corto plazo para todos los involucrados. En el siguiente taller se pretendió que luego de realizar una recorrida por las diferentes secciones de la planta en la cual los operarios explicaran el proceso de elaboración, los productores lograsen un consenso sobre cuales son los productos viables de ser incorporados a corto, mediano y largo plazo. Los participantes del taller consideraron esencial que la alternativa a implementar tenga un efecto de mejora en la materia prima que remiten los asociados, permitiendo mejorar la calidad del producto final que actualmente desarrolla la planta, para luego considerar otras alternativas demandadas por el mercado que impliquen mayor valor agregado. Se propuso abordar en el siguiente taller las diferentes modalidades de elaboración que emplea cada productor en su quesería y compararlas con pautas generales de elaboración de queso fresco de buena calidad a cargo de un idóneo en el tema. La siguiente actividad consistió en registrar los detalles de la rutina de elaboración de queso de cada productor y observar la forma de elaborar el queso de un técnico en quesería en el transcurso del taller. Luego se pretendió discutir las diferencias y similitudes de las experiencias personales. Se planteó la dificultad por parte de los productores de evaluar a través de la apreciación visual (única herramienta de la que disponen) la calidad del queso que remiten a la planta. Se acordó realizar análisis de muestras del producto terminado (queso fundido) y de los quesos empleados en su elaboración (incluyendo los quesos remitidos por los productores y los comprados en feria) de manera de tener resultados objetivos en relación a la calidad de los mismos. También se realizó un taller con los operarios de la planta cooperativa acerca de las Buenas Prácticas de Manejo. Se comprometieron a establecer un registro de las rutinas de higiene y procesamiento habituales de manera de identificar puntos a corregir con plazos establecidos. b- Articulación con otras instituciones. Desde el año 2002 MEVIR esta trabajando en el departamento de San José, en el que realizó al menos un llamado que involucraba la zona de Cañada Grande. Algunos socios remitentes fueron incluidos en el programa de construcción de viviendas e instalaciones productivas individuales. Este hecho motivó a otros productores a plantear a las autoridades de dicho programa una posible ampliación del llamado, que fue concedida. En respuesta a esta situación el equipo se planteó convocar a los vecinos a través de las escuelas rurales de la zona motivando a las familias a presentarse al llamado. En esta última instancia accedieron al programa 14 familias de la zona. A su vez, luego de un año de trabajo con el Programa de Uruguay Rural, surge la posibilidad de ampliar el perfil del proyecto estableciéndose un proyecto de fortalecimiento institucional mediante un convenio entre el Programa Uruguay Rural y CALCAGRA. En este momento CALCAGRA retoma sus vínculos gremiales a través de la participación de integrantes de la directiva en las actividades de la Comisión Nacional de Fomento Rural (Seminario: “La función social de la tierra” y Asamblea anual de CNFR). II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos • 87 Paralelamente la directiva de CALCAGRA comienza a negociar con el fideicomiso la deuda contraída con el Banco República. •Lo que nos deja la experiencia En este proceso participan docentes y estudiantes de la Facultad de Veterinaria y de otros servicios universitarios que acuden a la zona y se reúnen semanalmente para planificar las actividades. El eje de trabajo de este grupo es la docencia de extensión en terreno y el aporte a una experiencia colectiva de productores familiares. En el período 1996-2005 han participado más de 100 estudiantes de la Facultad de Veterinaria, cada uno de los cuales ha trabajado al menos un año en el equipo, evidenciando una motivación importante por intervenir en este tipo de experiencias a pesar de la falta de espacios curriculares que los incentiven a ello. Hemos encontrado dificultades en relación a la articulación de los tiempos y ritmos de los productores y los universitarios. La relación del equipo con los integrantes de CALCAGRA se inició a partir de demandas específicas en torno a temas productivos y tecnológicos. El propósito del Área de Extensión contemplaba un trabajo que abarcara otras problemáticas de los pobladores de la zona, sin embargo consideramos oportuno atender las demandas de manera de conocer la realidad de las familias y establecer vínculos. Una reflexión en relación a este punto tiene que ver con el imaginario que poseen los productores en referencia a los aportes que pueden realizar los profesionales agrarios independientemente de las potencialidades reales. Por otro lado el contacto directo con los animales y el ser partícipes del trabajo cotidiano del productor constituyen una oportunidad privilegiada que propicia el conocimiento y el intercambio acerca de otros aspectos de la vida familiar y social. A partir de esas instancias se han establecido vínculos de confianza entre los integrantes del equipo y cada familia. Recientemente y promovido por las reuniones de fin de año y los talleres, se ha comenzado a generar con- fianza y relaciones de reciprocidad entre las familias de los socios de CALCAGRA. Una posible explicación de este fenómeno puede consistir en la dificultad de entendimiento de los diversos modos de encarar el trabajo y la vida social y familiar de los otros, agravado en algunos casos por otras condiciones de aislamiento (trabajo muy exigente en horarios, dificultad en traslados, etc). En nuestra intervención en la zona nos llamó la atención el hecho de que muchos de los productores con problemas productivos o viviendas precarias no se consideraban beneficiarios de programas y proyectos que manejan recursos públicos (MEVIR, Proyecto Uruguay Rural, etc.) y por lo tanto no concurrían a las convocatorias realizadas en el marco de los mismos. Constituye hoy una preocupación del equipo tratar de encontrar respuestas ante esta autoexclusión manifestada por los vecinos de CALCAGRA. Otros aspectos que hemos evidenciado en el transcurso de estos nueve años de trabajo consiste en: - dificultades en la identificación de las potencialidades de la acción colectiva por parte de los productores y en la organización para la gestión de recursos propios; - disminución de la participación de antiguos socios ante la crisis económica de la cooperativa y reducción de los servicios; - escasos esfuerzos orientados hacia la formación de recambio para asumir la dirección de la cooperativa. Es así que a solicitud de la directiva de CALCAGRA, nos proponemos comenzar un trabajo específico que apunte a fortalecer las capacidades y potencialidades organizativas de la cooperativa, comenzando con una serie de entrevistas a vecinos de la zona con el objetivo de identificar su percepción respecto a CALCAGRA y a cómo ésta funciona, así como relevar su visión en relación a los servicios que la cooperativa podría brindar a la zona. En una segunda etapa pretendemos apoyar a la Comisión Directiva en el diseño de formas organizativas que contemplen esas percepciones. 88 • II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos A AUTOGESTÃO COMO RESISTÊNCIA MOLECULAR: DA COMERCIALIZAÇÃO DO EXCEDENTE A PRODUÇÃO DO AUTOCONSUMO Aline Cunha da Fonseca Cristine Jaques Ribeiro Francine Heidrich Coimbra •Introdução A Gestão Relacional compõe o conjunto de gestões e assessorias do programa de pesquisa e extensão da UCPel, INTECOOP, que oferece a incubação tecnológica de Cooperativas Populares. Este programa propõe acompanhar, a partir de equipes interdisciplinares, a formação de iniciativas econômicas populares conhecidas como: Economia Popular Solidária. multiplicidade em suas práticas, mas propor o diálogo frente aos encaminhamentos operacionais garantindo a possibilidade de convivência. Os grupos populares desenham o espaço urbano e rural. No espaço urbano as iniciativas caracterizam-se por ações cooperadas de artesanato, confecções e seleção de resíduos sólidos e no espaço rural fazem parte os assentamentos de reforma agrária pertencentes às direções regionais de Herval, Pedras Altas, Canguçu e Piratini do MST. Muito se fala em diversidade e muito se defende a importância do pluralismo como bandeira de uma interdisciplinaridade eficiente. Não são poucos os discursos no universo acadêmico que sustentam a vontade de constituir marcas interdisciplinares, ou seja, a garantia do diverso, do plural, do múltiplo. No entanto, sabemos que é preciso frente a estas defesas também considerar que o pluralismo nada mais é que a territorialização do saber e para viver processos de criação no coletivo é importante poder ultrapassar o que está estabelecido, portanto, desterritorializar ações, verdades, procedimentos para reterritorializar um outro tipo de prática. A proposta da INTECOOP é de garantir a Interdisciplinaridade na relação das equipes junto aos grupos onde diversas áreas do conhecimento acadêmico são envolvidas para oferecer subsídios técnicos operacionais as iniciativas populares para a geração de renda. Então, este texto pretende apresentar a proposta da Gestão Relacional junto aos grupos em assentamentos de reforma agrária que produzem ações cooperadas, aos estudantes de diferentes áreas de atuação e aos técnicos componentes das assessorias da INTECOOP. Esta proposta se apresenta como dobra do Programa INTECOOP. Dobra existente no movimento dos corpos desterritorializados. Assim, é pertinente afirmar que a Interdisciplinaridade constituísse na territorialização entre as disciplinas frente à ação coletiva. As fronteiras da produção do conhecimento estão determinadas não pretendendo instigar a capacidade de mistura dos coletivos e a existência de ��������������������������������������������������������������� “ O múltiplo é não só o que tem muitas partes, mas o que é dobrado de muitas maneiras [...]Dobrar-desdobrar já não significa simplesmente tender-distender, contrair-dilatar, mas envolver-desenvolver, involuir-evoluir. (Deleuze, 2000, p. 14, 22). 1.A proposta da Gestão Relacional Bom, mas o que está estabelecido? O pluralismo? Conviver com a diversidade? Está institucionalizada no mundo do social uma necessidade, que nem sempre é a necessidade dos grupos, ou seja, a necessidade de que agentes de fora do habitar popular tenham que resolver os “problemas” destes grupos populares. Esta institucionalização arrisca-se em tratar e atender estas relações/produções grupais de forma ������������������������������������������������������������������ “Uma das características essenciais do sonho de multiplicidade é a de que cada elemento não pára de variar e modificar sua distância em relação aos outros”. (Deleuze e Guattari, 2004, p. 44). �������������������������������������������������������������������� “O território (...) é o conjunto dos projetos e das representações nos quais vai desembocar, pragmaticamente, toda uma série de comportamentos”, de investimentos, nos tempos e nos espaços sociais, culturais, estéticos, cognitivos” (Guattari e Rolnik, 2000, p. 323). ������������������������������������������������������������������� “ A reterritorialização consistirá numa tentativa de recomposição de um território engajado num processo desterritorializante” (Guattari; Rolnik, 2000, p.323). ���������������������������������������������������������������� “As instituições certamente são funcionais na medida em que necessariamente devem assegurar a sobrevivência da sociedade” (Castoriades, 1995, p. 165). II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos • 89 localizada através da legitimação de uma concepção funcional e tecnicista. Um exemplo, deste risco, é quando consideramos a manifestação de um ou de vários conflitos do grupo como problema e não como dispositivo de mudança e de criação para a vida deste grupo. É muito comum ouvirmos apelos do tipo: o grupo não pode acabar! Ou: é preciso trabalhar as relações se não o grupo não será mais grupo. No entanto, antes é necessário nos perguntarmos: o grupo é grupo? Se o grupo é grupo como se constituiu? Como se movimenta? Por que não pode deixar de ser grupo? Ou por que não pode deixar de ser “aquele” grupo e tornar-se outro? As mais diversas buscas formam um grupo, pois quando existe aproximação entre diferentes agentes, não somos mais os mesmos, pois rompemos com as fronteiras que aprisionam o saber coletivo autogestando transformações cotidianas resultantes desta relação. O conflito longe de ser tratado necessita de expressão. Expressão das diversas manifestações da vida que passa por todos nós como: descontentamentos, ansiedades, frustrações, indignações, raivas, lutas, como também: alegrias, conquistas, esperança, criatividade, etc. E estas manifestações acontecem no dia a dia. Portanto, a capacidade dos coletivos em reinventar o seu modo de viver e, nisso implica reinventar as relações de gênero, relações políticas, relações econômicas, relações étnicas, relações religiosas, entre outras tantas, é considerada pela gestão relacional do programa INTECCOP tornando-se assim a sua proposta de trabalho. a. Desconstruindo imagens Desconstruir é exterminar com o que existe? Neste caso, desconstruir é desejar a princípio: romper, destruir, terminar, denunciar e, sim, se possível, exterminar com todo tipo de imagem produzida para inviabilizar outros modos de vida, para aprisionar corpos e para controlar a expressão de práticas autogestionárias. Várias são as imagens constituídas sobre e sob os as��������������������������������������������������������������� “ Os investimentos na produtividade do corpo se aperfeiçoam e acumulam: na sociedade de soberania castiga-se, na disciplinar busca-se utilidade econômica e docilidade política, na de controle exige-se participação e fluxo inteligente. Efeitos inibidores também não cessam de trafegar entre o direito de morte, o de deixar viver e o de fazer viver.” (Passeti, 2003, p.19). �������������������������������������������������������������������� “Artes de existência. Deve-se entender, com isso, práticas refletidas e voluntárias através das quais os homens não somente se fixam regras de conduta , como também procuram se transformar, modificar-se em seu singular e fazer de sua vida uma obra que seja portadora de certos valores estéticos e responda a certos critérios de estilo” (Foucault, 2001, p. 15). ����������������������������������������������������������������� “Imaginário social: sentidos organizadores(mitos) que sustentam a instituição de normas, valores e linguagem, pelos quais uma sociedade pode ser visualizada como uma totalidade”. (Fernández, 1993, p. 62). sentados do MST. A imagem de invasor até a imagem de pedinte, como outra muito sutil, mas não menos perversa, a de ocioso e de improdutivo. O investimento na produção de um imaginário social que seleciona, padroniza e define nomenclaturas para sustentar práticas impositivas atravessam todos espaços sociais. Romper com este imaginário através de outras práticas que instiguem a potência já existente dos grupos a partir da capacidade criativa em buscar alternativas para a sua vida é sim a proposta da gestão relacional e, portanto, sua prática de desconstrução. É muito comum existir a defesa pela expressão do saber popular e que para isso é preciso a aproximação do saber erudito onde este deve garantir esta expressão. Mas, não são poucas as práticas que atravessam e interferem as vidas dos grupos e na tentativa de contribuir para que estes mesmos grupos possam gerar suas rendas e, nesse caso, que os assentamentos tornem-se espaços de cultivo para comercializar seus produtos, é possível acabar-se institucionalizando regras de agentes de fora. Então, é pertinente, neste movimento, movimento da vida, movimento que contém relações de força, relações de saber e poder que é movimento de criação de um social que contém um conjunto de práticas e, portanto, um social criado e não naturalizado. Para tanto, é necessário o cuidado de não falar em nome do grupo, agir em nome do grupo, decidir em nome grupo, julgar em nome do grupo, mesmo que seja solicitação deste e, para isso, é preciso considerar a capacidade imaginante dos grupos. Esta capacidade que inventa e cria coletivamente as transformações de seus modos de vida desterritorializa os corpos tornando possível a existência de outras relações políticas, econômicas, étnicas, culturais, gênero, etc. no cotidiano dos assentamentos10. b. 4. As conexões do heterogêneo O que é esse heterogêneo? Vamos considerar aqui as práticas entre grupos que produzem ações cooperadas e as equipes interdisciplinares. Mas, o que existe de heterogeneidade? As buscas, os tempos, as histórias, os movimentos, as forças... Conectar, no sentido dado aqui, é considerar as diferentes possibilidades criadas no en����������������������������������������������������������� “O homem objetivo é de fato um espelho: habituado a submeter-se ao que quer ser conhecido, sem outro prazer que o dado pelo conhecer, ´espelhar`- ele espera que algo venha e se estende com delicadeza, para que nem mesmo os passos leves e o deslizar dos seres espectrais se percam sobre a sua pele. O que lhe restar ainda de ´pessoa`lhe parece casual, não raro arbitrário, com freqüência perturbador: de tal modo se tornou reflexo e passagem de formas e acontecimentos alheios” (Nietzsce, 2005, p 98). 10�������������������������������������������������������������� “[...] o conhecimento pertence a qualquer forma de vida, não provém de fora (...). Nessa perspectiva, o conhecimento é compreendido como um processo de auto-organização (...)”. (Gonsalves, 2002, p. 73). 90 • II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos contro entre os saberes coletivos, saberes estes oferecidos por homens e mulheres e, aqui não mais adjetivados como popular e erudito. Saberes estes que são substantivos, cotidianos, percebidos, singularizados existentes nos mais diferentes acontecimentos11. Este encontro contribui para que seja possível ser corpo e não somente idéias. Assim é possível não limitar a aproximação apenas no plano racional, mas no conjunto desterritorializado que ao mesmo tempo possa auto-analisar práticas coletivas reinventando o lugar da academia bem como a sua vontade de demarcar seu saber e a sua vontade pela verdade12. Esta postura, esta capacidade de encontro onde seja permitida a mistura, o rizoma13 e não a cansativa tentativa de enraizar saberes não é fácil e, nem está dada, ou pronta, como uma receita a ser seguida e aplicada na vida, no mundo, no social14. É preciso aceitar que o encontro com o heterogêneo é que faz com que os acontecimentos no espaço dos assentamentos possam ser acontecimentos que alimentem a aliança com os agentes de fora transformando uma intervenção técnica para uma intervenção coletiva onde esta considere as diferentes realidades existentes. 5. O autoconsumo como resistência cotidiana “Primeiro precisamos plantar para comer e depois para por no mercado” essa frase surgiu em uma conversa com um assentado que expressava a importância da produção para o autoconsumo nos assentamentos de reforma agrária. A partir da aproximação que vem se costurando junto às famílias assentadas vem se percebendo que a preocupação em relação à produção do autoconsumo vem se destacando no cotidiano destas famílias como mecanismo de resistência. Resistência aos mecanismos de controle produzidos pelo sistema capitalístico presente na sociedade. Acompanhando o pensamento do autor Félix Guatta11�������������������������������������������������������������������� “O acontecimento, (...), corresponde ao inusitado absoluto, àquilo que inesperadamente se impõe sobre todas as outras formas e que transformam toda uma ecologia social e cognitiva”. (Mairesse, 2003, p. 261). 12����������������������������������������������������������������� “De que valeria a obstinação do saber se ele assegurasse quanto possível, o descaminho daquele que conhece? Existem momentos na vida onde a questão de saber se se pode pensar diferentemente do que se pensa, e perceber diferentemente do que se vê, é indispensável para continuar a olhar ou a refletir” (Foucault, 2001, p. 13). 13������������������������������������������������������������������� “Os bulbos, os tubérculos, são rizomas(...). qualquer ponto de um rizoma pode ser conectado a qualquer outro(...). (Deleuze e Guattari, 2004, p. 15). 14������������������������������������������������������������������� “[...] o social não deve ser considerado como um ´objeto natural` inerente à nossa condição humana, mas um objeto construído e produzido que não cessa de se transformar ao longo do tempo em função das diferentes práticas que o constituem”. (Silva, 2003, p. 178). ri entende-se que as formas de opressão utilizadas pelo capitalismo vão para além do controle de produção de bens e das relações sociais. Talvez a opressão consista na própria produção de subjetividade, ou seja, numa máquina que modela, que “forma” conforma os interesses deste sistema perverso. O capitalismo... sistema permanente de reterritorialização: as classes capitalistas estão constantemente tentando “recapturar” os processos de desterritorialização na ordem da produção e das relações sociais. Ele tenta, com isso, controlar todas as pulsões processuais que trabalham a sociedade. (GUATTARI; ROLNYK, 2005, p. 323). Este sistema capitalista transforma o homem em trabalhador e coloca esta máscara a ser carregada no decorrer de seus dias. O sistema muda tudo de lugar, tira o agricultor do campo e coloca na cidade, monta um quebra cabeça conforme seus interesses e imposições, cada peça tem o seu lugar, cada um na sua ordem, assim, para manter seu controle15. É importante conhecer os mecanismos do sistema que estamos submetidos para produzi-los ou reproduzilos, ter claro o que desejamos nesta sociedade, se nos impulsionamos a perpetuar e legitimar o sistema atual ou nos propomos a reinventar a sociedade como espaço da expressão das multiplicidades rompendo com a ordem pré-determinada. Esta ordem onde o capital produz os modos como nos vestimos, como se dá o processo de aprendizagem, os modos de trabalho, o que consumimos, como nos constituímos como seres neste espaço como se fossemos “bonecos de marionete”. O capitalismo atua no corpo. Surge a necessidade de construirmos alianças de resistência, alternativas de ruptura com essa dominação partindo de uma relação micro acreditando na revolução molecular, na união de moléculas que se movimentam e causam impactos por onde passam. Assim, a produção do autoconsumo se manifesta como resistência cotidiana dos assentamentos, resistência esta que se configura no micro, nas relações micropolíticas. Para Baremblitt: ... as grandes mudanças históricas, as macromudanças, são sempre resultado de pequenas micromudanças, e que os grandes poderes em vigor na sociedade são apenas forças resultantes de pequenas potências que se chocam e conectam em espaços microscópicos de uma sociedade... o micro é o lugar do aleatório e do imprevisível... pensa que as pequenas conexões locais são o lugar do instituinte, e enten15������������������������������������������������������������ Controle não se trata de cuidar do corpo, em massa, grosso modo, como se fosse uma unidade indissociável mas de trabalhá-lo detalhadamente, de exercer sobre ele uma coerção sem folga,... realizam a sujeição constante de suas forças. (FOUCAULT, 1998, p. 118). II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos • 91 dê-lo assim está estritamente relacionado com as estratégias de invenção nos âmbitos, nos espaços de atuação. (2002, p. 41). Desta forma, percebemos que a mudança não depende apenas do desejo individual, da vontade de alguns, mas da expressão coletiva, a mudança se constitui a partir do desejo coletivo. Coletivo não é sinônimo de social, refere-se a uma multiplicidade, a uma rede de processos que opera, ao mesmo tempo, além do indivíduo, junto do socius, mas também aquém do indivíduo, remontando a afetos... opera num nível distinto das formas unificadas do sujeito e do objeto. (KASTRUP, 1999, p. 187). Assim, entende-se a possibilidade de micro mudanças construídas com os coletivos levando em conta a importância do envolvimento com estes coletivos de resistência de acreditar nas suas potencialidades e na sua criatividade. As lutas sociais são ao mesmo tempo micro e macro na sociedade. Desta forma, entende-se que a questão agrária esta presente no macro e no micro, o autoconsumo faz parte do cotidiano dos assentamentos, do micro, como resistência, a questão agrária potencializa a invenção dos modos de vida no campo. A vida no campo não está imune ao mercado, o que seria impossível, pois vivemos em uma sociedade capitalista, mas o movimento prioriza a cultura do autoconsumo criando resistências a partir da produção de outras formas de vida. Assim, é possível discutirmos a produção do autoconsumo como processo16 autogestionário, entendendo que este acontece cotidianamente, tendo em vista que as discussões são realizadas coletivamente, ou seja, o autoconsumo, assim como as produções agroecológica dos alimentos, é tema debatido com o conjunto do assentamento possibilitando a expressão do desejo de todos que fazem parte deste espaço. A proposta é de considerar uma produção de alimentos que possibilite no primeiro momento a vida das famílias, o alimento produzido deve compor as necessidades alimentares e de bem estar das famílias, neste caso, a produção é a mais variada possível, a fim, de consumir o mínimo possível do mercado, apenas àquilo que ainda não é viável produzir no assentamento. O segundo momento apenas ocorre se houver excedente na produção, se isto ocorrer o produto é comercializado no mercado. às imposições e regras estabelecidas pelo mercado capitalista onde o meio rural passou a ser apenas um espaço de lucro do agronegócio e de grandes propriedades que não produzem alimento diversificado é uma alternativa de vida no campo criada por aqueles que fazem parte deste espaço. ... um saber viver, ou um viver saber, um saber coextensivo à vida. Depende, portanto, de um espaço cosmopolita e sem fronteiras de relações e de qualidades, de um espaço de metamorfose das relações e de emergência das maneiras de ser, de um espaço onde se reúnem os processos de subjetivação. (LÉVY, 1998, p.176). c. Considerações: a aliança com o tempo A existência do heterogêneo captura17 o coletivo. E essa captura contém modos de existir carregados de histórias que na fala, no gesto, no colorido, no dia a dia a vida se faz e se refaz e, neste movimento de captura, surge sempre o novo como brecha para romper estigmas, preconceitos, rótulos, imagens. ii. Fazer aliança com o tempo é considerá-lo e não oprimi-lo. É perceber que mesmo com toda linearidade cronológico entre passado, presente e futuro existe “espaços e tempos livres” (Deleuze; Guattari, 2004, p.8), que resistem aos modelos elaborados. Modelos estes que estão longe, do canto dos pássaros, do sorriso da criança, da experiência do assentado em plantar sem agrotóxicos potencializando o cultivo de seus alimentos para garantir a qualidade de vida de quem mora neste espaço, onde se prioriza o autoconsumo, a soberania alimentar, a produção da vida no conjunto das práticas coletivas. Aliar-se18 é não impor regras e ritmos que não sejam regras e ritmos resultantes da prática de quem mora, de quem trabalha, de quem existe naquele espaço e naquele tempo. Essa aliança, que é aliança coletiva, entre equipes interdisciplinares e assentados, admitirá que a produção de demandas sempre acontece em função de uma oferta prévia e por isso é possível romper com as ofertas que sustentem a necessidade de uma dependência dos assentados ao mercado que exporta produtos nacionais e importa produtos de alto custo, que cria a necessidade de produção transgênica, que supervaloriza as tecnolo- Essa proposta de produção que resiste cotidianamente 17������������������������������������������������������������������ “Encontrar é achar, é capturar, é roubar, mas não há método para achar, nada além de uma longa preparação. Roubar é o contrário de plagiar, de copiar, de imitar ou de fazer como”. (Deleuze, Parnet, 1998, p.15). 16�������������������������������������������������������������� Processo: seqüência contínua de fatos ou de operações que podem levar a outras seqüências de fatos e de operações. O processo implica a idéia de ruptura permanente dos equilíbrios estabelecidos. (GUATTARI; ROLNIK, 2005, p.387). 18���������������������������������������������������������������� Alianças que se configuram na atualidade é praticar a história do presente. História difícil, pois depende da captação de linhas, movimentos, fluxos, devires, forças e tendências, e não do apoio em estratos, teorias, sistemas que foram sedimentados ao longo do tempo. (KASTRUP, 2000, p. 18). 92 • II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos gias agrícolas que oferecem agrotóxicos para degradar o ecossistema, que torna a terra, o campo, um produto negociável. A gestão relacional foi uma demanda produzida pelo programa INTECOOP, mas afirma-se nos encontros que acontecem a partir de reuniões de planejamento e avaliação das atividades, dias de campo para conhecer outras técnicas agrícolas que se preocupam em preservar o ecossistema, estágios de vivência para conhecer um outro habitar na terra que é o cotidiano das famílias assentadas, oficinas temáticas para considerar os sabe- res coletivos. As demandas de origem assistencialistas que surgem como práticas profissionais são reinventadas no momento que é considerado o caminhar coletivo. A realidade linear19, reta é rompida para as diferentes realidades e, por serem diferentes, também são diversas possuindo uma alta capacidade de transformação e, essa capacidade, rompe com o desejo conservador que tenta marcar o social como campo assistencial elevando-o para um campo de multiplicidades de acontecimentos e, assim, reafirmando um outro desejo que é “de libertar a vida lá onde ela é prisioneira, ou de tentar fazê-lo num combate incerto” (Deleuze e Guattari, 1992, p. 222). 19������������������������������������������������������������ “Vejo o tempo como uma dobra, e não como uma linha estendida, esticada, marcada por pontos aqui e lá”. (Tessler, 2003, p. 192). Referências • • • • • • • • • • BAREMBLITT, Gregório. Compêndio de análise institucional e outras correntes: teoria e prática. 5. ed. Belo Horizonte, MG: Instituto Felix Guattari, 2002. 214 p. CASTORIADES, Cornelius. A instituição Imaginária da Sociedade. 3ed. RJ: Paz e Terra, 1995. 418p. DELEUZE, Gilles; GUATTARI, Félix. O que é a filosofia? Percepto, afecto e conceito. São Paulo: editora34, 1992. 288p. DELEUZE, Gilles; PARNET, Claire. Diálogos. SP: ed. Escuta, 1998. 184p. DELEUZE, Gilles. A Dobra – Leibniz e o Barroco. 2ªed. São Paulo: Papirus, 2000. 232p. DELEUZE, Gilles; GUATTARI, Félix. Mil Platôs. Capitalismo e esquizofrenia. Vol. 1. RJ: editora 34, 2004. 95p. FERNÁNDEZ, A.M. (1993). De lo imaginário grupal. Em: A.M. Fernadez e J.C. De Brasi. (comp.) (1993), tiempo histórico y campo grupal: massas, grupos e instituciones, pp. 62-72. Buenos Aires: Nueva Vision. {(Tradução de Nelma Campos Aragon)}. FOUCAULT, Michel. História da sexualidade. O uso dos prazeres. Vol. 2.RJ: ed. Graal, 2001. 232p. FOUCAULT, Michel . Vigiar e punir: nascimento da prisão. Petrópolis: Vozes, 1998. 288 p. GONSALVES, Elisa Pereira. (org.). Educação e Grupos Populares: temas (re)correntes. SP: ed. Alínea, 2002. 131p. • • • • • • • • • GUATTARI, Félix; ROLNIK, Suely. Cartografias do Desejomicropolítica. 6ª ed. Petróplis: Vozes, 2000.328p. KASTRUP. Virgínia. A invensão de si e do mundo: uma introdução do tempo e do coletivo no estudo da cognição. Campinas-SP: Papyrus, 1999. 216 p. KASTRUP. Virgínia. A psicologia na rede e nos novos intercessores. IN: Tânia M. G. Fonseca e Deise J. Francisco (org), Formas de ser e habitar a contemporaneidade. Porto Alegre: Universidade UFRGS, 2000. Pp.13-26. LÉVY, Pierre. A inteligência coletiva: para uma antropologia do ciberespaço. São Paulo: Loyola, 1998, 212 p. MAIRESSE, Denise. Cartografia: Do método à arte de fazer pesquisa. IN: FONSECA, Tânia Mara Galli; KIRST, Patrícia Gomes. Cartografias e Devires- a construção do presente. Porto Alegre: UFRGS, 2003. 395p. NIETZSCHE, Friedrich. Além do bem e do mal. São Paulo: Companhia das Letras, 2005. 247p. PASSETI, Edson. Anarquismos e Sociedade de controle. São Paulo: Cortez, 2003. 326p. SILVA, Rosane Neves da. Inventando uma outra Psicologia Social. IN: FONSECA, Tânia Mara Galli; KIRST, Patrícia Gomes. Cartografias e Devires- a construção do presente. Porto Alegre: UFRGS, 2003. 395p. TESSLER, Elida. O Esquecimento doeu- ver e rever o tempo. IN: FONSECA, Tânia Mara Galli; KIRST, Patrícia Gomes. Cartografias e Devires- a construção do presente. Porto Alegre: UFRGS, 2003. 395p. II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos • 93 Economía solidaria y Nuevos Movimientos Sociales: tensiones, potencialidades y desafíos Kelly Pereyra [email protected] •Introducción. El presente trabajo tiene por objeto reseñar y problematizar respecto de las tensiones internas de la economía solidaria en el marco de la emergencia de organizaciones sociales que reconstruyen un complejo entramado social más allá de sus formas de lucha y protesta social. En la primera parte se reflexionará acerca de los principales debates en torno al campo de la Economía solidaria y la autogestión y las actuales redefiniciones planteadas a partir de los actuales contextos socio-históricos. Luego se va a analizar como las nuevas organizaciones emergentes replantean una vieja polémica dentro del campo de la economía solidaria: existe un juego dialéctico entre la lucha por construir prácticas horizontales, de socialización de la información, de construcción de autonomía, de distribución igualitaria y las prácticas hegemónicas internalizadas que están en pugna por reestablecer los mecanismos verticalistas en la toma de decisiones y en la forma de organización interna. •Antecedentes y algunos debates en torno al concepto de Economía solidaria En primer término intentaremos hacer una aproximación a lo que se denomina campo de la economía solidaria o economía social. Estas reflexiones son trascendentes a la hora de analizar la irrupción de aquellos procesos sociales y productivos profundizados a causa del “diluvio” neoliberal de las últimas décadas y de las Integrante del Equipo UBACyT F-701 Programa Interdisciplinario de transferencia científico tecnológico con empresas recuperadas por sus trabajadores; Coordinadora Pedagógica del Centro de Estudios y Formación en Gestión de Empresas de la Economía Solidaria; miembro del equipo UBACyT Aportes al campo de la Sociología de la Educación critica en Argentina hoy: dimensiones de la experiencia social y la experiencia escolar de adolescentes y jóvenes y dimensiones del vinculo emergente entre la universidad y la sociedad; Docente responsable de la Cátedra Abierta Universidad, territorialidad y economía solidaria de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA. profundas transformaciones que han ocurrido en el mundo del trabajo hoy. Muchas de estas experiencias ponen en cuestión a la economía de mercado y muestran la emergencia de una economía más humana, en función del bienestar común. Es por eso que muchos la visualizan como alternativa para pensar la economía del país, entendiendo que es el trabajo el que estructura la cotidianeidad de las personas. O sea una economía que vuelva los ojos hacia quienes efectivamente producen y que genere trabajo y dignidad. Sin embargo no podemos dejar de decir que la economía social se ve obstaculizada en un contexto donde las políticas públicas le sean desfavorables. Comencemos a precisar el concepto de economía social, el cual es bastante abarcativo y comprende todas aquellas formas asociativas. Las cooperativas y las mutuales comparten en muchos aspectos una misma historia. Alrededor de los años ’70 se comenzó a visualizar que tanto las cooperativas , las mutuales como las asociaciones poseían características comunes. Con posterioridad se vio que las fundaciones también compartían características comunes. En los últimos años, en general, la asociatividad emerge como una estrategia ante la amenaza o la debilidad para seguir incluidos. Este tipo de experiencias van creando una determinada conciencia del valor de la asociación. Sin embargo no hay que dejar de constatar que conceptualmente es más laxo que el de cooperativa y comprende: asociados para adquirir insumos, asociados para la venta (negociación conjunta), asociados para la adquisición de maquinarias, asociación para la fusión de explotaciones, unión para la asistencia técnica, ETC. Indudablemente el tema de la Economía Solidaria ha revelado un renovado interés a partir de las múltiples estrategias productivas surgidas como consecuencia del desastre neoliberal. En primer término se intentará plantear las principales perspectivas históricas para luego limitar o determinar algunos de sus rasgos esenciales. 94 • II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos Comúnmente se suele escuchar el uso indistinto de los conceptos economía social, economía solidaria o campo productivo solidario. Sin embargo los diferentes matices ideológicos están planteadas desde el origen mismo del concepto. Otra de las corrientes de la Economía Social lo constituyó el cristianismo social. Uno de sus principales autores fue Fréderic Le Play quién promovía las cooperativas desde una visión reformista promoviendo el patrocinio de los de los industriales. Historicamente las diferentes perspectivas en torno al concepto de Economía social se construyeron a la luz de las grandes corrientes político-ideológicas presentes en el siglo XIX. Es sabido que si rastreamos su origen, encontramos las bases teóricas que le dan surgimiento en las ideas de los utopistas del siglo XIX: Robert Owen, Henri de Saint-Simon, Charles Fourier, Pierre-Joseph Proudhon, Philippe Buchez quienes imaginaban una sociedad futura en base a relaciones de cooperación y para ello proponían formar cooperativas y colonias. Charles Gide va a constituir otra línea de análisis de la Economía Social al sostener que a partir del desarrollo de la economía social, el capitalismo se iba a abolir sin tener que sacrificar a la propiedad privada ni las libertades individuales. Su énfasis estaba puesto en la cooperación en el consumo. Esta corriente de ideas conformó el nacimiento de la tradición socialista. que fue retomada y desarrollada más tarde por Constantin Pecqueur (1842) y François Vidal (1846), promoviendo el asociacionismo vinculado a la intervención del Estado. Esta línea tuvo gran influencia en el movimiento obrero en crecimiento, principalmente, durante último cuarto del siglo XIX. Con Carlos Marx, - mediados del siglo XIX - esta perspectiva socialista cobró otro giro a partir de los aportes. Este autor relativiza el potencial de cambio social del cooperativismo, pero una referencia con respecto a la posibilidad de crear condiciones de vida que rompan con la lógica dominante promoviendo la participación y la creación de vínculos, a partir de la afirmación de identidad y la autonomía de los sujetos a partir de la creación de formas de vida y producción que escapan o están al margen del sistema de la producción capitalista ya está mencionada en una Circular a las clases trabajadoras (1864) en la cual resalta dos victorias de la lucha del movimiento obrero: la reducción de la jornada laboral a diez horas y el cooperativismo. Luego de la Comuna de París (1871), Marx va a considerar al movimiento cooperativo como fundamental luego de la revolución social, mientras que en la sociedad capitalista este movimiento es una herramienta de cambio siempre y cuando se enmarque en la lucha de la clase trabajadora. En otra perpectiva, autores como Charles Dunoyer (1830) y Frèderic Passy tiempo después, promovían la autoayuda pero defendiendo principalmente la libertad económica. De este modo se constituye la tendencia liberal. Posteriormente y en esta misma perspectiva León Walras va a diferenciar entre la Economía Política como la ciencia de la utilidad y a la Economía Social como de “justicia social” (1896) sosteniendo que no hay contradicción entre ambos campos pues sus fines son diferentes. Franz Mehring, Carlos Marx y los primeros tiempos de la Internacional, Barcelona, Grijalbo, 1987, p.23. Vemos entonces como esta concepción que surge en el siglo XIX plantea desde el inicio las diversas vertientes teóricas que la van a inspirar. La expansión del cooperativismo durante el siglo XX fue acompañado de un alejamiento de las ideas de transformación (utopistas) o de herramienta para el cambio (Marx) que fueron típicas en el siglo anterior y alejándose cada vez más de colocar al hombre en el centro del sistema económico. Esta idea central de colocar al ser humano en el centro de los procesos económicos es esencial para pensar la posibilidad de cambio de los procesos autogestivos idea recuperada por Peter Knight quién sostiene que el objetivo que más sintetiza el concepto de autogestión es el de “colocar al hombre y no al capital en el centro del sistema económico: en una economía autogestionaria el trabajo alquila capital pero no viceversa “ En la actualidad José Luis Coraggio, uno de los principales teóricos sobre el tema en la Argentina, nos dice con respecto a la economía social que “abarca organizaciones económicas sin fines de lucro, que se distinguen por los valores de solidaridad encarnados en las relaciones cooperativas, mutualistas o asociativas entre sus miembros” y, continuando con esta línea de pensamiento, dice que su objetivo “es económico pero no lucrativo”. Este mismo autor entiende la “Economía Social no necesariamente anticapitalista pero si no-capitalista”. De este modo entiende que “Economía Social no puede ser para los pobres, sino que debe ser una propuesta para todos los ciudadanos que además se asegura de lograr la inclusión de los pobres, de los excluidos”. Por lo tanto no propone un cambio radical más bien una modificación a las reglas de juego existente. Sostiene que “Las organizaciones de la economía social pueden ser denominadas “empresas”, pero no son empresas capitalistas “con rostro social, o humano”. Su lógica es otra: contribuir a asegurar la reproducción con calidad creciente de la vida de sus Knight Peter T. Perú ¿Hacia la autogestión? Editorial Proyección. Buenos Aires. 1974. Id.cit. Coraggio José Luis, La Economía Social como alternativa estructural. Mayo de 2002. Artículo central. Debate Nº 4. Artículo en la web. II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos • 95 miembros y sus comunidades de pertenencia o, por extensión, de toda la humanidad. Su gobierno interno se basa en la deliberación entre miembros que tienen cada uno un voto, pero admite la división del trabajo, sistemas de representación y control de las responsabilidades. No están exentas de desarrollar prácticas que conspiran contra los valores trascendentes o los objetivos prácticos declarados, pero desde el inicio se autodefinen como “sin fines de lucro”, lo que no las vuelve anticapitalistas, pero si nocapitalistas” Podría decirse que desde esta perspectiva se concibe a la economía social no como una alternativa al sistema capitalista pero si a la pobreza. Y dice más adelante en el mismo artículo: “La lógica de la Economía Social no es anti-Estado. Por el contrario, aunque admite la necesidad de cobrar autonomía desde la misma base económica de la sociedad, a la vez se propone incidir crecientemente en la encarnación de sus valores en el seno de la administración pública y del sistema político.” Todas estas perspectivas enfrentadas a ciertas experiencias productivas llevadas adelante por algunos movimientos sociales o algunas organizaciones sociales emergentes reavivan una vieja polémica aunque es indudable que las formas productivas solidarias potencialmente implican una ruptura con el orden imperante ya que la lógica que propone rompe con: La naturalización de las leyes de dominación. Naturalización presentada como única, lógica y necesaria forma de producción capitalista y no como una construcción histórica. El empleo como elemento de acceso a un salario. Aquí se rescata la significación de trabajo diferente de empleo, que permite ir construyendo el encuentro con el otro, con los otros, recomponiendo vínculos, encontrando consensos. Debilita el núcleo central del capitalismo, ya que las empresas, ya sean nacionales o multinacionales están organizadas en base a la acumulación de plusvalía nacional o internacional. Aquí el beneficio es para el colectivo. A partir de la creación de formas de vida y producción trabaja a favor de la afirmación de identidad y de la autonomía de los sujetos. •Movimientos sociales y trabajo solidario en la Argentina contemporánea. Ahora bien, la evolución de las relaciones del trabajo ha dado pie a una evolución en las formas del pensamiento económico y sociológico, abriendo espacios para nuevos debates y planteando la necesidad de replanteos en torno al problema de potencialidad de ruptura cultural que contienen las experiencias productivas solidarias a partir de ciertas relaciones de trabajo, el lugar de la autonomía y el conocimiento. En la década del 70, en Argentina, durante la dictadura militar, con la gestión económica de Martínez de Hoz, se iniciaron ciertas transformaciones que dieron lugar a una nueva forma de acumulación: el modelo aperturista (Torrado Susana, Pág. 62). Las consecuencias de este proceso fue la globalización de la economía, el auge de las políticas neoliberales inspiradas en el Consenso de Washington, el avance del conocimiento científico-técnológico, el reordenamiento del mundo del trabajo, el desempleo creciente (Castel R., 1999; Castell M., Borón, Atilio,1999 y Julio Gambina, 2003). La década de los 90 cristalizó esta tendencia aperturista de la mano de políticas neoliberales y neoconsevadoras que agigantaron las brechas de desigualdad dando lugar a la aparición de nuevas formas de pobreza que visibiliza una “nueva cuestión social” (Rosanvallon P., pág. 7). Este nuevo reordenamiento ha transformado “las raíces, la composición y las consecuencias de la pobreza urbana“ (Wacquant Loic, pág. 168). Sin embargo el poder hegemónico no es monolítico sino que presenta brechas. Y muchos sujetos sociales que actúan en sus territorios pretenden no seguir la lógica del capital, la de la ganancia sino que intentan construir en el día a día una cotidianeidad que rompa con las prácticas de dominación10 Si bien, buena parte de estos sectores han sido excluidos no solo en lo social, lo educativo formal, sino también del sistema productivo que en muchos casos o han recuperado sus fuentes de trabajo (empresas y fábricas recuperadas) o han generado su propio trabajo (organizaciones sociales emergentes y nuevos movimientos sociales), lo cual representa una alternativa de Torrado Susana. Estructura social de la Argentina: 1945-1983. Ediciones de la Flor. Buenos Aires 2002. La autora plantea que el modelo aperturista se inició en el año 1976 con la Dictadura militar que tuvo como objetivo el disciplinamiento político, económico y social y para ello era necesario realizar un cambio drástico de la antigua estructura de relaciones económicas, sociales y políticas. Rosanvallon, Pierre. La nueva cuestión social. Ediciones Manantial Buenos Aires. 1995. Wacquant Loïc. Parias urbanos. Marginalidad en la ciudad a comienzos del milenio. Manantial. Buenos Aires. Ob. cit. 10 Se denomina prácticas de dominación a aquellas prácticas que reproducen las relaciones sociales capitalistas. 96 • II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos promoción de una nueva forma de gestión del trabajo. Sin duda recuperar el trabajo no solo se trata de sobrevivencia sino que también se trata de dignidad. Dignidad que tiene como punto de partida por ejemplo, en las organizaciones piqueteras, con la autodenominación de desempleados, o sea, trabajadores sin empleo, y no como excluídos, este auto-reconocimiento inicial es toda una definición. Cuando intentamos realizar un análisis micro de los procesos productivos solidarios no podemos dejar de considerar como las reconfiguraciones en el campo productivo y la lucha por la inclusión social, redefinen los modos de vida de los sujetos sociales traducidos en las prácticas cotidianas, estrategias de supervivencia, estrategias productivas, etc. y también modifican sus componentes subjetivos e identitarios. (Salles, Vania 1998). A fin de reconocer el papel de la subjetividad en la interacción social, los aportes de autores como Raymond Williams (1981) y Paul Willis (1978) surgen como absolutamente relevantes. Estos autores desde una línea de pensamiento marxista culturalista intentan reconocer en los procesos cotidianos la constitución de la clase trabajadora, o sea que el aporte central gira en mirar la categoría de cultura como el resultado de la interacción social, de lo que resulta una cierta autonomía de la constitución de estos procesos con respecto a la estructura. Porque para llegar a desentrañar las nuevas subjetividades que se están construyendo en el seno de las organizaciones sociales emergentes es necesario, por un lado poder dar cuenta de lo nuevo, de ese indicador como algo diferente, y por otro analizar la constitución de ciertos procesos que surgen a partir de la necesidad, del hambre, del no-empleo y que empiezan a construirse a partir de una lucha que articula el territorio, lo grupal, lo familiar, lo individual, la historia con lo productivo alrededor de un proyecto colectivo. Esto genera una redefinición de sus vínculos intersubjetivos con la familia, con los vecinos del barrio, con la modalidad de agruparse, la relación con otras organizaciones. En estos espacios las identidades se van construyendo articuladas a valores como solidaridad, cooperación, lucha. Lo político lo educativo, lo productivo, lo cultural constituyen un entramado complejo en donde se inserta la lucha por la construcción de espacios más democráticos, más horizontales. Esta construcción pasa por lo colectivo pero también por lo individual. El acento de la acción está puesto en la construcción cotidiana, priorizando la horizontalidad y el valor formativo de las distintas experiencias, la asamblea, el trabajo y la lucha. El movimiento de esta forma se constituye en un espacio pedagógico amplio que permite el encuentro con el otro, un proceso de aprendizaje colectivo, autogestivo, el reconocimiento del otro, el vínculo intersubjetivo. Este aspecto es contemplado en el Movimiento Sin Tierra de Brasil a partir de la práctica en el proceso de producción, está construyendo una propuesta de un nuevo cooperativismo en Brasil. “El SCA (Sistema Cooperativo de los Asentados) nacido para especializarse en la organización de la producción. Hoy aglutina y organiza a los asentados, los representa políticamente, los moviliza, presta servicios, desarrolla la capacitación técnica y contribuye con la organicidad del MST.”11 Esta propuesta se plantea diversos objetivos orgánicos vinculados a la organización de los asentados; económico, con vistas a resolver los problemas de todas las familias del asentamiento y objetivos sociopolíticos, en lo productivo se vincula con un proyecto estratégico de cambio social. Los nuevos movimientos sociales plantean una experiencia que va más allá de las convencionalmente conocidas. Atendiendo estas realidades es que podemos aproximar una definición al campo productivo solidario, como aquellas organizaciones productivas que implican una cierta estructura en base a valores de carácter solidario que lejos de responder a una mera lógica económica se proponen resolver necesidades colectivas de índole no solo económico, sino político, social, educativo y cultural. Sus fines van más allá de la producción de bienes y servicios produciéndose modificaciones en sus prácticas en base a formaciones culturales que hacen a la construcción de autonomía. - “Nos identificamos como movimiento horizontal, donde todos tenemos el mismo peso en la asamblea porque la que decide es la asamblea. Si, reconocemos que hay referentes, referentes políticos, pero que los referentes políticos están atados permanentemente al mandato de la asamblea. Ningún referente o delegado puede tomar una decisión por sí sólo sin antes consultar con las asambleas.” Si bien estas organizaciones no desconocen al mercado su forma de regulación interna los define particularmente. Lo interesante con estas organizaciones es su posibilidad de cambiar el sentido hegemónico de reproducción capitalista en las múltiples interrelaciones que poseen con el Estado y el mercado. El primer carácter novedoso de estas experiencias es que en las prácticas cotidianas lo político lo social, lo cultural y lo económico se encuentran integradas. Las concepción del poder, la lucha por construir autonomía y horizontalidad, en los espacios del trabajo, territorialidad, implican modos de organización alternativa que van construyendo nuevos lazos intersubjetivos que significan rupturas con experiencias sociales anteriores, poniéndolas en discusión en su dimensión teórica y también práctica. 11 Cuaderno de cooperación agrícola nº 5: Sistema Cooperativista de los Asentados. Publicación de la Confederación de las cooperativas de la Reforma Agraria del Brasil – CONCRAB. Junio de 1998. II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos • 97 Estos nuevas reconfiguraciones replantean una vieja polémica dentro del campo de la economía solidaria: existe un juego dialéctico entre la lucha por construir prácticas horizontales, de socialización de la información, de construcción de autonomía, de distribución igualitaria y las prácticas hegemónicas internalizadas que están en pugna por reestablecer los mecanismos verticalistas en la toma de decisiones y en la forma de organización interna. -“ Y en cuanto al trabajo, nos definimos como trabajadores autónomos. ¿Qué implica esto? Que no simplemente queremos ser autónomos porque no dependemos de ningún partido político, ni de la iglesia, ni del estado, ni de nada. Sino que nosotros planteamos la autonomía como algo estratégico, que va más allá de la independencia política de uno u otro estamento de esta sociedad. Sino que nosotros pretendemos plantear la autonomía laboral desde el punto de vista que nosotros queremos decidir para qué producimos, con quién producimos, qué hacemos con el excedente, cuánto queremos producir.”12 ¿Cuáles son las principales usinas generadoras de las ideas y valores que contribuyen a conformar esta esfera de la vida socioproductiva solidaria de los sujetos que llevan adelante procesos autogestionarios en algunos de los nuevos movimientos sociales? Un aporte interesante respecto a la potencialidad de la cooperación en el trabajo ya es planteada por Carlos Marx en el siglo XIX: “La forma del trabajo de muchos que, en el mismo lugar y en equipo, trabajan planificadamente en el mismo proceso de producción o en procesos de producción distintos pero conexos, se denomina cooperación....” y dice más adelante, “Prescindiendo de la nueva potencia de fuerzas que surge de la fusión de muchas fuerzas en una fuerza colectiva, el mero contacto social genera, en la mayor parte de los trabajos productivos, una emulación y una peculiar activación de los espíritus vitales (…)”, (El Capital” Tomo , cap. XI, página 395). Si bien Marx se estaba refiriendo a la capacidad individual de rendimiento al hablar de “activación de los espíritus vitales” nos deja margen para pensar en como la cooperación impacta en la subjetividad de los trabajadores. Lo que se hace y cómo se hace es fundamental para el proceso de construcción de estos procesos productivos. Un lugar de permanente tensión se plantea en ¿como se integra el trabajo autogestionado con el mercado capitalista y como no entrar en el trabajo alienado? Si bien tanto el mercado como alienación son temas conflictivos de ningún modo inhabilitan estas formas del trabajo solidario sino más bien configuran su desafío y abren a nuevas necesidades. Una de ellas es la formación como 12 Expresiones de un integrante del MTD de Solano. forma de apuntalamiento de las prácticas productivas que se están realizando. En el caso de la Empresas Recuperadas, en tanto espacio de lucha social y política que eligió la toma de las empresas como forma de presión directa al gobierno en el proceso de volver a producir cooperativamente vemos que la consolidación de la experiencia y de la asunción de los valores cooperativos dependen de la transformación de las prácticas sociales en el devenir de la lucha. O sea que se puede observar que las trayectorias socioproductivas y sociopolíticas de los sujetos sociales, previas a los procesos de recuperación son reeditadas de una manera colectiva, en aquellos procesos que significaron lucha por la recuperación de la fuerza de trabajo y territorializaron sus acciones colectivas. En otros casos si bien asumieron la forma cooperativa la forma de funcionamiento interno refleja relaciones de dominación y extrañamiento de los trabajadores respecto de su trabajo. •Conclusiones. No hay duda que los nuevos movimientos sociales nos muestran una propuesta surgida de la relación con el otro a fin de construir algo diferente, donde lo productivo no es ajeno a las otras esferas de la vida, y que los valores que enmarcan la construcción colectiva, se construyen también en el espacio productivo. -“ Una de las cosas que tratamos permanentemente es de, primero consolidar el grupo humano, para después avanzar por la formación del taller. Porque si los compañeros se ponen a producir cuero y no saben para qué producen, con quiénes producen, qué se va a hacer con el excedente, nada sirve. Vamos a tener una cooperativa capitalista más del sistema. Si nosotros queremos un proyecto autónomo en el cual la producción esté ligada estrechamente a la construcción política del movimiento y a la construcción política de una nueva sociedad, tiene que haber un debate profundo con los compañeros y que los compañeros que se comprometan sepan dónde están produciendo y para qué están produciendo. ”13 Para esto es necesario luchar contra prácticas y valores de dominación que nos atraviesan y que hemos internalizado durante nuestra vida. Este proceso requiere repensarse, repensarnos, problematizar viejas certezas para construir, “un mundo donde puedan entrar todos los mundos”. La emergencia de estos nuevos escenarios de lucha, resistencia e intentos de producir con una lógica diferen13 Expresión de sujeto social del Movimiento de Trabajadores Desocupados de Solano. 98 • II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos te plantea, cada vez con más fuerza en algunos sectores académicos, la preocupación de cómo aportar a lo que está pasando en el conjunto de la sociedad, cómo vincular la Universidad al conjunto del campo de lo social. Mientras los trabajadores recuperan su fuente de trabajo, los nuevos movimientos sociales recuperan dignidad y nos afirman “que las utopías están vivas”, el lugar de la universidad pública no puede quedar solo en una declamación de solidaridad o como ocurre muchas veces en movilizarse. Más bien es hora de construir también un cambio desde nosotros mismos y de la forma de vincularnos con lo social. • Bibliografía • • • • • • • • • • • • • Alonso L., Postfordismo , fragmentación social y crisis de los nuevos movimientos sociales, en Sociología del Trabajo Nº 16, 1992. Arroyo Miguel, Educación en tiempos de exclusión, en Claudio Almonacid y Miguel Arroyo: A Cidadania Negada. CLACSO. Auyero, J. La protesta. Retratos de la beligerancia popular en la Argentina. Buenos Aires, Libros del Rojas (UBA), 2002. Brown, Ph. Cultural capital and social exclusión: some observations on recent trends in education, employment and the labour market. Work, employment and society, Vol.9 Nº 1, 1995 Candioti de De Zan María Elena (1998), Significado y validez congnoscitiva. Cuestiones epistemológicas en el marco de una Pedagogía Crítica, en Vogliotti Ana, Barrera de la Sonia, Lanz María Zulma: La Pedagogía como disciplina. Aportes para la discusión de su campo epistemológico. 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II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos • 99 ANEXO I II JORNADAS UNIVERSITARIAS DE COOPERATIVISMO, ASOCIATIVISMO Y ECONOMIA SOCIAL CARTA DE MONTEVIDEO Nosotros, participantes de la II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos, reunidos en Montevideo, Uruguay, los días 10 y 11 de Noviembre de 2005, después de promover conjuntamente intensos debates y discutir diferentes abordajes, pluralista y democráticamente, sobre los temas que nos congregan, integrando 7 Universidades de tres países, Uruguay, Argentina y Brasil, manifestamos lo siguiente: Nos, participantes da 2ª Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economia Solidaria e Processos Asociativos, reunidos em Montevideo URUGUAY, nos dias 10 e 11 de novembro de 2005, depois de promovermos conjuntamente intensos debates e discutirmos diferentes abordagens, pluralista e democraticamente, sobre os temas que nos congregam, integrando 7 Universidades, três paises, Uruguai, Argentina e Brasil, manifestamos o seguinte: 1. No podemos ignorar el contexto internacional en el cual estamos inmersos y que está atravesando nuestro análisis y trabajo como universitarios. En este sentido vemos con preocupación la escalada de violencia que desde los países centrales se promueve como ejercicio de su poder económico y militar. América Latina se encuentra acorralada por los Estados Unidos para concretar la creación del ALCA como imposición de un modelo de relación económica entre los países. 1. Não podemos ignorar o contexto internacional no qual estamos inseridos e que está atravessando nossa análise e trabalho como universitários. Neste sentido, notamos, com preocupação, a escalada de violência que os países centrais promovem como exercício de seu poder econômico e militar. A América Latina está encurralada pelos Estados Unidos para concretizar a criação do ALCA como imposição de um modelo de relação econômica entre os países. 2. Reiteramos nuestra opción política y filosófica por la cooperación como principio organizacional, como concepción fundante de la práctica social, de la producción de la vida material y disposición estructural de la ética y la dinámica de vivencias culturales solidarias y fraternas. Para nosotros la cooperación es un principio activo de organización de la vida económica e institucional de los grupos humanos. Como tal, exige la disposición para el trabajo colectivo, la vida comunitaria, la distribución más equitativa de los bienes y productos sociales, la convivencia fraterna y el cultivo democrático de las diferencias y singularidades, en la dirección de horizontes en común. 2. Reiteramos nossa opção, política e filosófica, pela cooperação como principio organizacional, como concepção fundante da própria prática social, da produção da vida material e disposiçao estrutural da ética e da dinâmica de vivencias culturais solidárias e fraternas. A cooperação é, de nosso ponto de vista, um principio ativo de organização da vida economica e institucional dos grupos humanos. Como tal, exige a disposição para o trabalho coletivo, a vida comunitária, a distribuição mais eqüitativa dos bens e produtos sociais, a convivência fraterna e o cultivo democrático das diferenças e singularidades, na direção de horizontes comuns. II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos • 101 3. Convocamos al conjunto del movimiento cooperativo de la región a continuar reforzando la naturaleza solidaria y emancipadora de las experiencias asociativas, que fueran inspiradas en los pioneros de Rochdale, que aúnan valores de solidaridad y ayuda mutua, para la satisfacción más plena de las necesidades de sus miembros y la comunidad. 3. Convocamos ao conjunto do movimento cooperativo da região a prosseguir reforçando a natureza solidária e emancipadora das experiências associativas, que souberam inspirar os pioneiros de Rochdale, que agreguem valores de solidariedade e ajuda mútua, para a satisfação mais plena das necessidades de seus membros e da comunidade. 4. El neoliberalismo produjo en las últimas décadas un conjunto de ajustes estructurales, macroeconómicos y políticos, dejando una herencia de exclusión social, aumento de la miseria, marginalización de multitudes, intensificación de la violencia urbana y degradación ética, a partir de la cínica filosofía de la maximización del lucro como base de la producción de riquezas. 4. O neoliberalismo produziu, nas ultimas décadas, um conjunto de ajustes estruturais, macroeconômicos e políticos, deixando uma herança de exclusão social, de aumento da miséria, marginalização de multidões, intensificação da violência urbana e degradação ética, a partir da cínica filosofia da maximização do lucro como base da produção de riquezas. 5. Reafirmamos nuestra opción por una verdadera integración regional a través de un MERCOSUR solidario, que haga hincapié en las diversas manifestaciones de la integración, y que promueva antes que un comercio libre, un comercio verdaderamente justo entre las diferentes partes. 5. Reafirmamos nossa opção por uma verdadeira integração regional através de um MERCOSUL solidário, que promova as diversas manifestações da integração, e que promova, mais do que um comércio livre, um comércio verdadeiramente justo entre as diferentes partes. 6. Por último, como Universitarios convocamos y nos comprometemos a crear espacios de debate y de exposición de proyectos, a generar conocimientos y prácticas sociales e institucionales emancipadoras, participativas, solidarias y socialmente transformadoras, que contribuyan a un verdadero desarrollo humano integral. 6. Enfim, como Universitários convocamos e comprometemonos a criar espaços de debate de debate e de exposição de projetos, a gerar conhecimentos e praticas sociais e institucionais emancipatorias, participativas, solidárias e socialmente transformadoras, que contribuam a um verdadeiro desenvolvimento humano integral. 102 • II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos ANEXO II - Equipo organizador e Integración de las mesas de la Jornada Equipo organizador: Fernando de Torres (Coordinador) (UEC), Diego Barrios (UEC), Diego Castro (UEC), Silvia Caula (Fac de Derecho), Mario Costa (Fac. de Agronomía), Laura González (UEC y Fac. de Ciencias Sociales), Pablo Guerra (Fac de Derecho), Luis Leopold (Fac. de Psicología), Cecilia Matonte (UEC), Joaquín Marqués (UEC y Fac. de Psicología), Juan Pablo Martí (UEC y Fac. de Ciencias Sociales), Daniela Sapriza (Fac. de Veterinaria) y Felipe Stevenazzi (UEC). Integración de las mesas MESA 1: Reflexiones y experiencias desde la producción y el trabajo. (I) Ponencias: 1. Cooperativas de trabajo en el cono sur. Matrices de surgimiento y modelos de gestión: Juan P. Martí, Cecilia Soria, Milton Torrelli y Milton Silveira. UEC- UDELAR. / Mónica Rodríguez y Karin Baeza de la Universidad de Chile / Alfredo Camilletti, Javier Guidini y Andrea Herrera de la Univ. Nacional de La Plata, Argentina. 2. Estrategias de defensa de los puestos de trabajo. Caso de la cooperativa de Molinos Santa Rosa: María Josefina Plá UEC UdelaR 3. Grupos de Reciclaje: Jaciara Krolow Bauer. UCPel ������������������������������������� Universidad Católica de Pelotas Coordina: Prof. Juan Pablo Martí (Unidad de Estudios Cooperativos y Fac. de Ciencias Sociales) Comentarista: Mag. Gerardo Sarachu (Fac. de Ciencias Sociales) MESA 1: Reflexiones y experiencias desde la producción y el trabajo. (II) Ponencias: 1. Empresas recuperadas mediante cooperativas de trabajo. Viabilidad de una alternativa. J.P. Martí, J. Bertullo, C. Soria, D. Barrios y Milton Silveira UEC – UdelaR / Alfredo Camilletti, Daniel Tevez, Javier Guidini y Andrea Herrera Univ. Nacional de La Plata. 2. Cooperativas de producción: una mirada a su viabilidad desde los incentivos internos y externos. Estudio de caso: cooperativa NIBO PLAST. Milton Torrelli UEC UdelaR 3. Dificultades de los emprendimientos colectivos de la ciudad de Artigas. Ricardo Pérez Brindisi (Fac. de Psicología – Regional Norte) 4. La inclusión por el trabajo a través de la economía solidaria. Marciana M. Beduhn INTECCCOP UCPelotas Coordina: Mag. Gerardo Sarachu (FCS) Comentarista: Prof. Juan Pablo Martí (UEC y FCS) II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos • 103 MESA 2: Una economía viable en manos de otras empresas. Ponencias: 1. Las decisiones de empleo y salarios de una cooperativa de trabajadores y una empresa capitalista. Una revisión teórica. Gabriel Burdín y Andrés Dean FCCEE UdelaR 2. Normas Contables y el aporte de los asociados de las cooperativas. Carlos Vitta y Bárbara Fior Univ. Nac. De Rosario 3. Viabilidad económica de emprendimientos de economía solidaria: estudio de caso de Coopermandi. María M. Bal UFPR. 4. Sobre la importancia de la metodología de elaboración de proyectos de viabilidad económica para emprendimientos de economía solidaria. Emerson Leonardo Schmidt UFPR Coordina: Br. Diego Barrios (UEC) Comentarista: A. S. Jorge Bertullo (UEC y FCS) MESA 3: Pedagogía y didáctica en las cooperativas. Ponencias: 1. Escolarización y autogestión: los límites para el alcance de autonomía y letramento como posibilitador de este proceso en busca de una efectiva inclusión social. Fernanda Freire UFPR 2. Educar para la cooperación: marcos históricos y directrices filosóficas. Cesar Nunes UNICAMP 3. Resignificación de la tarea docente en el marco de los nuevos procesos asociativos y cooperativos de movimientos sociales y del movimiento de empresas recuperadas. Mara Fernández e Ignacio Moñino UBA 4. Poder y movimiento en educación cooperativa: Lecturas cruzadas sobre modelos pedagógicos y modelos epistemológicos. Joaquín Marqués UEC – UdelaR 5. Metodología y procesos asociativos: el lugar de las capacitaciones y cursos en materia de cooperativismo. José E. Silva Unidad de Extensión de Artigas Coordina: Lic. Felipe Stevenazzi (UEC) Comentarista: Lic. Antonio Romano (Fac de Humanidades y Ciencias de la Educación) MESA 4: Incubadoras Tecnológicas de Cooperativas Populares El caso brasilero (I) Ponencias: 1. Metodo de incubacao como referencial para atendimento a empreendimentos solidários: a experiencia da Incubadora regional da Cooperativas populares da Universidad Federal de Sao Carlos. Ana Lucia Cortegoso 2. Pesquisa Diagnóstico do período de pre- Incubacao: O caso do grupo Dunasvest. Pierre Moreira dos Santos UCPEL 3. Variaveis que influem no processo de incubacao de empreendimentos solidarios: um exame de tres experiencias com base no metodo de incubacao da INCOOP/UFSCar Ana ��������������������������������������������� Lucia Cortegoso, Ioshiaqui Shimbo, Maria Zanin ���������������������� et otros. UFSCar Coordina: Br. Cecilia Matonte (UEC) Comentarista: Lic. Kelly Perira (Universidad de Buenos Aires) 104 • II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos MESA 4: Incubadoras Tecnológicas de Cooperativas Populares. El caso brasilero (II) Ponencias: 1. O que sao tecnologías nos empreendimentos da economia Solidaria? O grupo de pesquisa Tecnológico da INTECOOP/UCPel. Eduardo Rocha UCPel 2. As relacoes internas da cooperativa e o processo de Democratizacao do empreendimento .: O caso do empreendimento Dunasvest . Pierre Moreira dos Santos INTECOOP/UCPel 3. Acao Formativa na selecao de monitores para atuar na incubacao de iniciativas populares Eliana Weber Rodríguez INTCOOP-UCPel 4. A Comunicacao nos caminos da incubacao- Unrelato de experiencia na Intercoop/Ucpel. Raquel Neutzling. UCPel Coordina: Lic. Felipe Stevenazzi (UEC) y Br. Diego Castro (UEC) Comentarista: Sr. José Piñeyro (CUDECOOP-UTF) MESA 5: Procesos asociativos en el agro. (I) Ponencias: 1. Nuevas moradas para la organización y el trabajo. Aproximación al análisis de la experiencia de los agricultores urbanos del área metropolitana. PPAOC – CSEAM – Facultad de Ciencias Sociales Laura González, María Echeverriborda, Agustina Martínez, Clara Márquez, Virginia Soca. 2. Desarrollo de huertas orgánicas familiares y comunitarias. Problemáticas desde una experiencia de Extensión universitaria. Sergio Aguirre, Alba Carballo, Jorge Vaz Touren, Martín Acosta, Irene Barros, Leonardo Martinelli. 3. Cooperativa Agraria UNIR Programa Cardijn – Gustavo Marisquirena 4. Comuna Tierra: estudio de un proceso asociativo. PPAOC – CSEAM- VVAA Coordina: Vet. Humberto Tommasino (Fac de Veterinaria) Comentarista: Sr. Silvio Marzaroli (Comisión Nacional de Fomento Rural) MESA 5: Procesos asociativos en el agro. (II) Ponencias: 1. Experiencia de trabajo de la Fac. de veterinaria y la cooperativa agraria de responsabilidad limitada de Cañada Grande (CALCAGRA). Area de Extensión Fac. De Veterinaria UdelaR 2. La acción cooperativa en el medio rural: herramienta para el desarrollo local sustentable. El caso de la sociedad de Fomento Rural La Casilla (Flores). Gabriel Isola, Laura González, Walter Oreggioni, Maximiliano Pastorini. UEC UdelaR 3. Análisis espacial de las expresiones del cooperativismo agrario en el Uruguay. Gustavo Cánepa Fac. De Ciencias UdelaR 4. Emprendimiento cooperativo de mujeres rurales ”Delicias criollas”. Guadalupe Paolino y Lucía Pardo (AMRU) Coordina: Ing. Agr. ������������������������������� Mario Costa (Fac. de Agronomía) Comentarista: Sr. Silvio Marzaroli (CNFR) II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos • 105 MESA 6: Mercados alternativos. Ponencias: 1. La autogestión como resistencia molecular: la comercialización del excedente de producción de autoconsumo. Aline Cunha da Fonseca, Cristine Jaques Ribeiro, Francine Heidrich Coimbra. UCPel 2. Globalización y economía solidaria: crédito e inclusión social. María M. Bal UFPR 3. La situación de los clubes de trueques en Uruguay. Silvia Caula y Federico Firpo Rel. Laborales Fac. de Derecho UdelaR. Coordina: Dra. María Josefina Plá (UEC) Comentarista: MESA 7: La Economía Solidaria pensada en clave de política pública. Ponencias: 1. Desarrollo Cooperativo, políticas públicas e integración regional. Estudio de caso en el contexto del Mercado Común del Sur. J. Bertullo, D. Barrios, M. Zetaro, J. J. Sarachu UEC UdelaR 2. Construyendo el camino de una democracia de ciudadanos a una economía solidaria. Matías Ponce Licenciatura de C. de la Com. UdelaR 3. Hacia la construcción de una matriz del Observatorio Mercosur sobre el mundo cooperativo. Diego Barrios, Milton Torrelli, Diego Castro UEC UdelaR 4. Economía solidaria como política pública. Reinaldo Tillmann UCPel Coordina: Ing. Agr. Fernando De Torres (UEC) Comentarista: Lic. Luis Leopold (Fac. de Psicología) MESA 8: Procesos colectivos, inclusión y cambio social. Ponencias: 1. Derecho y autogestión. Reinaldo Tillmann y otros. UCPel 2. Economía solidaria y nuevos movimientos sociales: tensiones, potencialidades y desafíos. Kelly Pereyra UBA 3. Participación ciudadana en contextos de alta vulnerabilidad social. Asentamientos irregulares. Nahir Silva Fac. de CCSS UdelaR 4. La participación guiada. Estudio de caso sobre las organizaciones de la sociedad civil que administran los centros comunitarios de educación inicial. Daniel Dóliveira Fac. de CCSS UdelaR Coordina: Br. Diego Castro (UEC) Comentarista: Lic. Clara Netto (Fac. de Psicología) 106 • II Jornada Universitaria sobre Cooperativismo, Economía Solidaria y Procesos Asociativos
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