ONCILlli - Enrique Dussel
Transcrição
ONCILlli - Enrique Dussel
Revista intemaGional de Teología ONCILlli •.. . ' • , 1 ...•. " editorial verbo divino SEPARATA del nO 270 abril 1997 Enrique Dussel: EL MERCADO EN LA PERSPECTIVA ÉTICA DE LA lEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN Enrique Dussel * EL MERCADO EN LA PERSPECTIVA ÉTICA DE LA TEOLOGíA DE LA LIBERACIÓN ¡¡Está escrito: Será mi casa de oraCJon¡ pero usteden la han convertido en una cueva de ladrones/l (Lc 79¡46) esde los primeros códigos éticos que recuerda la humanidad, junto a las exigencias económicas, hubo también exigencias críticas. Por ejemplo, el rey de Lagash Uruinimgina (2352-2343 a.c.) incluyó en su Reforma legal (ley 27) el siguiente texto ético-económico: \ " ... ÉI liberó y condonó las deudas para aquellas familias en- * ENRIQUE DUSSELes licenciado en filosofía (Mendoza, Argentina), doctor en filosofía (Universidad Complutense), licenciado en teología (París), doctor en historia (La Sorbona), doctor "honoris causa" en teología (Friburgol. Profesor de ética (UNAM, México), de historia de la Iglesia (México), presidente de CEHILA (1973-1992), miembro fundador de EATWOT. Entre sus libros se encuentran: Historia de la Iglesia en América Latina. Medio milenio de coloniaje y liberación (7492-1992), 8.ª ed., Esquila Misional, Madrid-México 1992; Para una ética de la liberación latinoamericana, Siglo XXI-USTA, Buenos Aires-Bogotá 1973-1980, vols 1-IV (posteriores ediciones); Filosofía de la liberación, Edicol, México 1977 (posteriores ediciones); Etica comunitaria, San Pablo, Madrid 1986; El último Marx (78631882) Y la liberación latinoamericana, Siglo XXI, México 1990; 1492: El descubrimiento del Otro, Nueva Utopía, Madrid 1992; editor de The Church in Latin America (7491-1992), Orbis Books, Nueva York 1992; Apel, Ricoueyr, Rorty y la Filosofía de la liberación, Universidad de Guadalajara, Guadalajara 1993; Las metáforas teológicas de Marx, Ed. Verbo Divino, Estella 1994; Historia de la filosofía latinoamericana y filosofía de la liberación, Nueva América, Bogotá 1994. Dirección: Celaya, 21-402, Colonia Hipódromo, 06100 México D.F. (México). 316 Concilium 2/124 EL MERCADO EN LA PERSPECTIVA ÉTICA DE LA TEOLOGíA DE LA LIBERACIÓN deudadas [oo.] que vivían como deudores l. .. ] Prometió solemnemente a Ningirsu que nunca entregaría al huérfano y a la viuda al opresor" 1. Así como también el Libro de los muertos de Egipto, en torno de la sagrada ciudad de Menfis (que se remontan hasta hace 5.000 años), encontramos criterios ético-económicos: "No empobrecí a un hombre en sus bienes [oo.] No hice padecer hambre [oo.] No añadí [peso] a la medida de la balanza. No falseé el peso de la balanza [oo.] No opuse al agua corriente ningún dique [oo.] No robé con violencia [oo.] Di pan al hambriento, agua al sediento, vestí al que estaba desnudo y una barca al náufrago" 2. Veremos que estos criterios de alta criticidad -todavía vigentes hoy en día- tienen un sentido crítico material, económico. Por ello, podemos indicar desde ya que, frente a los seis estadios de conciencia moral analizados por Lawrence Kohlberg 3, podríamos colocar junto a ellos otros seis grados de conciencia "ético-crítica". De manera que en un grado muy bajo formal de desarrollo moral, y junto a la magia y a mitos muy primitivos aún preconvencionales, encontramos ya criterios y principios ético-críticos materiales de 1 Véase Los primeros códigos de la humanidad, Federico Lara PeinadoFederico Lara González (eds.l, Tecnos, Madrid 1994, pp. 24-25. 2 Libro de los muertos, cap. 125; Federico Lara Peinado (ed.), Tecnos, Madrid 1989, pp. 202-209. En el juicio final de jesús en Mateo 25,35-36, las exigencias ético-críticas tienen el siguiente orden: 1. hambre, 2. sed, 3. hospedar, 4. vestir, 5. sanar, 6. visitar al preso. En Isaías 58,7, el orden es: 1. pan, 3. casa, 4. vestido (falta 2. agua). El orden del Libro de los muertos es 1. pan, 2. agua, 4. vestido, 3. barca (= casa) (invierte 3 por 4, pero es más completo que en Isaías. ¿Se habrá inspirado jesús en el Libro de los muertos más que en Isaías? En otro texto jesús respeta el orden del Libro de los muertos: "No anden preocupados o pensando qué van a comer [1L o qué van a beber [2] o qué van a vestir [4]" (Mateo 6,25). Engels, por su parte, se acerca también al orden del Libro de los muertos (¿no es el más lógico?, pareciera que el vestir es anterior al habitar): "10 que sirve para [1] alimento, [4] vestido, [3] morada [der Nahrung, Kleidung, Wohnung]" (El origen de la familia, prólogo, WEB, Dietz Verlag, Berlín 1981, t. 21, pp. 27-28). 3 Véanse L. Kohlberg, Essays on Moral Development, Harper and Row, Cambridge, t. 1 (1981 )-2 (1984); y el L. Kohlberg-Ane Colby, The mesuremen of Moral judgement, Cambridge University Press, Cambridge (Mass.), 1987, t. 1-2; Y el comentario de jürgen Habermas, MoralbewuBtesein und kommunikatives Handeln, Su.hrkamp, Francfort 1982, pp. 127ss. El criterio crítico lo trataremos en una Etica de la Liberacion, que publicaremos próximamente, § 4.5. Concilium 2/125 317 ENRIQUE DUSSEL extremo desarrollo (aun con respecto a la modernidad posconvenciona!). ¿Cómo es esto posible? Porque en el mundo egipciomesopotámico hubo ya una muy temprana conciencia críticomaterial, económica, en la cual bebieron los profetas de Israel, sacando sus últimas consecuencias; lo mismo puede decirse de Jesús de Nazareth 4. 1. ¿Cómo nace la teoría ético-religiosa del mercado moderno? La ciencia económica moderna, que se formula decisivamente en el siglo XVIII, surge desde la ética y como solución teológica a una aporía. Es demasiado sabido que, del libro V de la Ética Nicomaquea 5 sobre la justicia, surgieron los comentarios De jure et justitia medievales y renacentistas, y de ellos la ciencia económica moderna. La justicia es la virtud de una tendencia (appetitus decían los latinos). La ética moderna pre-kantiana seguirá siendo una ética material de las pulsiones y virtudes. Por otra parte, no es extraño que Aristóteles nos hable de que "del zapato, por ejemplo, podemos servirnos para calzarnos [valor de uso] o como artículo de cambio (hé metabletiké) [valor de cambio]" 6. El dinero, por su parte, que sólo sirve para el cambio, no tiene como tal "valor [áxion] alguno" 7. El dinero presupone la existencia del "mercado" -"espacio" tradicional donde se efectúa el intercambio de productos del trabajo humano-, que es antediluviano (los c1anes del Paleolítico intercambiaban ya sus productos). Aunque el "mercado" era un "espacio" social y económico reconocido en todas las éticas pre-modernas, sin embargo, el "dinero" -que es un instrumento formal exclusivo del intercambio, como puro "valor de cambio", y sobre todo en el caso de su acumulación por avaricia- fue objeto de continua condenación 8. Mucho más el préstamo a in- 4 Véase esto en la Introducción histórica de la Ética de la Liberación indicada arriba, en especial, el capítulo 4 sobre la "Ética crítica". 5 1129 a 1ss. 6 7 Política 1, 3; 1258 a 8-9. Ibíd., 1257 b 13. a Para Aristóteles, "el dinero [oo.] no corresponde a nada por naturaleza fphysei d'outhén]" (Poi., ibíd., 1257 b 12): es perverso. Y, por supuesto, para el Evangelio de Jesús: "No pueden servir a Dios y a Mammón" (Mateo 6,24). Debo indicar que este texto bíblico se encuentra frecuentemente bajo la pluma de Marx (véase mi obra Las metáforas teológicas de Marx, Verbo 318 Concilium 2/126 EL MERCADO EN LA PERSPECTIVA ÉTICA DE LA TEOLOGíA DE LA LIBERACiÓN terés 9. Contra una tradición milenaria, la "teoría del mercado" moderna nace como solución de una disputa ético-religiosa en la Escocia ilustrada presbiteriana, de tradición calvinista. Bernard Mandeville, en la Fábula de las abejas (Fable of the Bees) (1705), había cínicamente confrontado, sin muchas garantías de éxito, la hipócrita posición moralista de muchos miembros de la "sociedad comercial", al formular que "vicios privados" (como el egoísmo, el interés propio de la burguesía naciente) podían aportar "beneficio público" (la riqueza de la nación, la eliminación de la pobreza al dar salario a los miserables, etc.). Así formulada, la aporía no podía ser aceptada por los teólogos moralistas cristianos tradicionales, ni por el "sentido común" moral de una población cuasi-feudal -que no aceptaba tales contradicciones a sus más profundas convicciones-o En efecto, Adam Smith logra solucionar la aporía -aunque muchos otros le antecedieron, y prácticamente todo lo que escribe en su obra The Theory of Moral Sentiments 10 ya había sido expresado antes-o Desde un ideal científico a la Newton 11, se debía explicar todo el ámbito de la conducta humana, movida por pasiones o sentimientos (Sentiments), por medio de ciertas regularidades nointencionales que rigen a la sociedad como las leyes naturales a la naturaleza 12. Y dado que un cristiano no puede simplemente Divino, Estella 1993: "Un texto bíblico central", pp. 200ss). 9 Condenado por el Deut 23,20-21. Calvino reinterpretó el texto, permitiendo a los cristianos prestar a interés a cristianos. John Knox llevó esta doctrina al presbiterianismo de Escocia. No es extraño, entonces, que en la Edimburgo de Knox encontramos, años después, al presbiteriano Adam Smith ocupando la cátedra de Filosofía moral. Véase en mi obra nombrada (Las metáforas teológicas de Marx) el parágrafo 4.1: "Muerte del Deuteronomio: nacimiento del capital", pp. 139 ss. 10 The Glasgow edition of the Works and Correspondence of Adam Smith, Liberty Fund,)nidanapolis, t. 1, 1987. Véase la tesis de maestría de Germán Gutiérrez, Etica y Economía, Universidad Iberoamericana, México 1996 (inédita). 11 Smith estudió astronomía, física y otras ciencias (véase una History of Astronomy y otras investigaciones sobre estas materias en Essays on PhilosophicalSubjects, ed. cit., t. 3, 1980, pp. 31ss), admirando especialmente a Newton. 12 En The Theory of Moral Sentiments sigue el siguien argumento: 1. Alguien puede por el sentimiento de simpatía ponerse en el lugar de otro (hay un actor y un espectador). 2. Después alguién se sitúa ante otro y un espectador (habría ahora un actor, un paciente y un espectador. 3. Por último, el actor se imagina ser su propio espectador. Este "espectador" es su propia conciencia, que de "espectador imparcial" se transforma en un auténtico Concilium 2/127 319 ENRIQUE DUSSEL aceptar el cinismo de Mande~ille 13, se descubre (como una verdadera "invención" científico-social) que es el mercado el "espacio" (como el de un laboratorio) donde se produce una metamorfosis espectacular y de manera necesaria e inadvertida por toda conciencia individual (no decidida por ningún individuo, es decir, nointencionalmente, lo que de una garantía absoluta al orden, "regularidad" o legalidad que es su "efecto"): el propio interés de cada individuo particular -que deja de ser visto simplemente como el vicio del egoísmo-, que lucha caótica, irracional o desordenadamente por sus propios fines 14, produce como su "efecto" el beneficio público o el amor al prójimo, gracias a la intervención de un Dios providente 15, que regula al Todo 16 como un reloj (máquina autorreferente newtoniana en manos del relojero dil/espectador trascendentall/ -anticipando en mucho al propio Kant-. Esa l/conciencia morall/ universal que cada individuo porta en sí es la presencia misma del estoico Dios omnisciente, que presente en cada individuo nos descubre la "armoníal/ de un sistema de conductas, moralidad, virtudes. "Para Smith, el supremo tribunal es la total y absoluta perfección, que no puede ser otro que el tribunal de Dios, el Gran juez, el Omnisciente autor de la Naturalezal/ (G. Gutiérrez, o. c., p. 29). 13 AII public spirit, therefore, all preference of public to private interest, is, according to him, a mere cheat and imposition upon mankind; and that human virtue which is so much boasted of, and which is the occasion of so much emulation among men, is the mere offspring of flattery begot upon pridel/ (A. Smith, o. c., VII, 2, 4, 8; p. 309). 1/ 14 Escompren'sible, y hasta revolucionario, que ante la apatía del simplemente cumplir con lo establecido por una sociedad feudal, que atacando al egoísmo promovía el conformismo y la falta de creatividad, la burguesía naciente (crítica entonces) debiera justificar "the selfish and original passions of human nature [...1 appears to be of vastly more importancel/ (o. c., 111, 3, 3; p. 135). Claro que rápidamente se pasa a criticar la "melancholyl/ de muchos moralistas que exageran la "commiseration for those miseries which we neve sawl/ (Jbíd., 111,3, 8; p. 139). Smith recomienda ocuparse de lo que mueve realmente a los sereshumanos, es decir, el interés propio, y no la conmiseración ante el sufrimiento de la pobreza ajena. 15 Hablando de los estoicos, a quienes admira y sigue, escribe Smith: l/A wise man never complains of the destiny of Providence, nor thinks the universe in confusion when he is out of order. He does not look upon himself as a whole [...] He enters, if I may say so, into the sentiments of that divine Being, and considers himself as an atom L ..] Riches of poverty, pleasure or pain, health or sickness, all is alikel/ Ubíd., p. 276). 1(, According to Zeno, the founder of Stoical doctrine, every animal was by nature recommended to its own care, and was endowed with the principie of self-Iove, that it might endeavour to preserve, not only its existence, but all the different parts of its naturel/ (o. c., VII, 2.1, 17; p. 272). 1/ 320 Concilium 2/128 EL MERCADO EN LA PERSPECTIVA ÉTICA DE LA TEOLOGíA DE LA LIBERACIÓN vino). Se ha conciliado así: "interés propio-beneficio común, egoísmo-amor al prójimo. El camino a la ciencia económica estaba abierto 17. Un famoso texto define la cuestión: "El hombre reclama en la mayor parte de las circunstancias la ayuda de sus semejantes y en vano puede esperarla sólo de su benevolencia (benevolence). La conseguirá con mayor seguridad interesando en su favor el egoísmo de los toros (their self-Iove) y haciéndoles ver que es ventajoso (advantage) para ellos hacer lo que les pide [...] Dame lo que necesito y tendrás lo que necesitas (Cive me that which I want, and you shall have this which you want) [...] No es la benevolencia del carnicero, del cervecero o del panadero la que nos procura el alimento, sino la consideración de su propio interés (interest). No invocamos sus sentimientos humanitarios, sino su amor a sí mismo (self-Iove)" 18. Pero, en definitiva, es una teología 19 que concilia los opuestos: es la "mano de Dios" providente la que saca, de manera necesaria y no-intencional, un orden racional (el mercado, el "espacio" de la universalidad) desde el caos o el desorden irracional (del propio interés egoísta, particular): "Como cualquier individuo pone todo su empeño en emplear su capital en sostener la industria doméstica l...] resulta que cada uno de ellos colabora de una manera necesaria en la obtención del ingreso anual máximo20 para la sociedad. Ninguno se propone 21, por lo general, promover el interés públ ico, ni saben hasta qué punto lo 17 En la época de Smith, todo profesor c!e Filosofía moral exponía el tema en cuatro tratados: 1. Teología natural. 2. Etica. 3. Justicia y 4. Gobierno. En 1759 publica su ética (The Theory of Moral Sentiments), cumpliendo con la parte 2. Trabaja después en sus Lectures on Jurisprudence (1763) (dividida por Smith en cuatro partes: 1. Justicia [la parte habitual 3]. 2. Política o Gobierno [la 4]. 3. Ingresos, y 4. Armamento). De regreso de París (1764), durante diez años (1766-1776), se ocupa de las tres últimas partes indicadas, bajo el título de An fnquiry into the Nature and Causes of the Wealth of Nations (ed. cit., t. 2; citaré de la edición española, FCE., México 1984). 18 The Wealth ofNations, 19 Véase Arend oerwoud Libro 1, cap. 2; p. 17. De Nacht van het Kapitaal. Door het naar de bronnen van de burgerlijke refigie, Sun, Th. van Leewen, van de economie Nimega 1984: "Religión económica", cap. 3, pp. 301 ss. 20 Obsérvese el efecto formal de una razón instrumental "eficacia". 21 Es lo propio de una acción "no-intencional". 22 De nuevo la "no-conciencia" Concilium 2/129 del "efecto" medio-fin: que se produce, su pero que 321 ENRIQUE DUSSEL promueve l...] Pero, en éste como en otros casos, es conducido por una mano invisible a promover un fin que no entraba en sus intenciones" 23-24. Hasta aquí nos hemos movido en el nivel de la "necesidad" económica, desde una intervención divina (es entonces una economíateológica). Ahora concluye ético-teológicamente: "Mas no implica mal alguno para la sociedad que tal fin no entre a formar parte de sus propósitos 25, pues al perseguir su propio interés, promueve el de la sociedad de una manera más efectiva 26 que si esto entrara en sus designios l...] El gobernante que intentase dirigir a los particulares respecto de la forma de emplear sus respectivos capitales, tomaría a su cargo una empresa imposible" 27. Tenemos aquí clara y expresamente diseñado el modelo de la economía de mercado, y la "imposibilidad" política del pretender regularlo. La "Ley del Mercado" -como regularidad ontológica necesaria- exige, según esta teoría, dejar al mercado que se autorregule (sistema cibernética 28, diríamos hoy) a partir de sus propias estructuras no-intencionales, necesarias, y las mejores (ética y teológicamente hablando). Tocar ese tan perfecto y complicadísimo sin embargo de manera necesaria, como hemos visto. acontece La "no-intencionalidad" es lo que permite epistemológicamente, mayor seguridad, alcanzar en la "ciencia" económica una "regularidad" la acerca a la física newtoniana. 23 24 o. con que c., Lib. IV, cap. 2.; p. 402. Contra una ética tradicional donde la autoconciencia y la responsabilidad del acto son constitutivos éticos del mismo, Smith meustra ahora la existencia de estructuras económicas objetivas que se dan más allá de la intencionalidad explícita. 25 26 Aquí se argumentó desde la "eficacia" -como hemos visto-, pero de moratodas maneras se muestra critico de una sociedad feudal, tradicional, lizante, que niega a la "sociedad comercial" naciente. Se trata, entonces, de la fundamentación ético-teológica de la burguesía en su etapa crítica, profética, revolucionaria. Por ahora, no se han visto los "efectos" devastadores de esas consecuencias no-intencionales, aunque el joven Engels las analizará en su magnífica obra La situación de la clase obrera en Inglaterra (ME\!\!, 1980, t. 2, pp. 225ss), fruto de una conciencia ética que tiene conmiseración ante el dolor de las víctimas. 27 Ibid. 28 Véase Niklas Luhmann, "Wirtschaft als soziales System", en K.-E. Schenk (ed.), Systemanalyse in den Wirtschafts - und Sozialwissenschaften, Berlín 1971, pp. 136-171; y Soziale Systeme. Crundriss einer allgemeinen Theorie, Suhrkamp, Francfort 1984. 322 Concilium 2/130 EL MERCADO EN LA PERSPECTIVA ÉTICA DE LA TEOLOGíA DE LA LIBERACIÓN "reloj" es soberbia (sólo la "mano de Dios", perfecto "relojero", puede "meter mano"), Humildad es atenerse a la realidad misma del mercado 29. De este estadio de cosas nace, con anterioridad, la formulación de la llamada "falacia naturalista" de Hume: el "deber-ser" feudal, moralista, aparente, es reemplazado por un "ser" efectivo del mercado. Lo que interesa es el "ser" (del interés propio del mercado); el "deber ser" queda en el aire y ya no es necesario (como mera ética de la benevolencia). En verdad, el "ser" tiene ya su ética. 11.La ética "funcional" al mercado En la tradición más radical de la economía burguesa actual encontramos a Friedrich von Hayek -de la escuela austríaca 30_. Smith ha sufrido radicales modificaciones. En primer lugar, Smith es un Hayek es economista crítico (del feudalismo y del mercantilismo); un economista conservador (contra el "racionalismo constructivista" del Estado benefactor de la socialdemocracia o de Keynes, y de la planificación soviética). En segundo lugar, el mercado, regido por la "mano de Dios" en Smith, es ahora en Hayek una condición de posibilidad ontológica del conocimiento suficiente de todo lo necesario para poder operar (para "ofrecer" lo ofertado o "preferir" lo demandado). Ante la imposibilidad humana de poseer una omnisciencia divina (lo que constituye un acto de humildad del individuo al reconocer los límites cognitivos de su propia razón finita) de la complejidad infinita de la realidad, el mercado -por el mecanismo de la competencia en plena libertad, sin monopolio o coacción alguna (condición absoluta)- nos entrega por los "precios" 31 un conocimiento suficiente: "Aunque la ciencia económica haya analizado debidamente el fenómeno de la división del trabajo [Oo.] no ha dedicado esfuerzo 29 Véanse las obras de Frank Hinkelammert, Cultura de la esperanza y sociedad sin exclusión, DEI, San José 1995; Hugo Assmann-F. Hinkelammert, A idolatria do Mercado. Ensaio sobre Economia e Teologia, Vozes, Petrópolis 1989. 30 Véase, de varios autores, México 1989. La Escuela Austríaca de Economía, CEEE, 31 Considérese el ejemplo del "lápiz" del divulgador de Hayek, Milton Friedman, Free to choose, Avon Books, Nueva York 1979, en el capítulo "The Power of Market", pp. 3ss. Del mismo autor, Capitalism and Freedom, University of Chicago Press, Chicago 1982. Concilium 2/131 323 ENRIQUE DUSSEl similar al examen del problema de la fragmentación miento" 32. del conoci- El conocimiento parcial humano, gracias al cálculo monetario del precio en el "sistema del mercado" -puramente formai-, es ahora el horizonte privilegiado de toda "racionalidad posible". El "orden del mercado" es un natural, espontáneo, no-intencional, y no necesita intervención voluntaria. El sistema del mercado necesita, sin embargo, un fundamento para su funcionamiento: éste es el orden moral vigente, que da los hábitos e instituciones sobre los que los mecanismos del mercado se cumplen (las normas básicas son: respecto por la propiedad privada positiva, reconocimiento de la libertad efectiva de cada participante 33, obligación de cumplir los contratos estipulados, honestidad en cumplir las reglas de la competencia, disciplina en el ahorro, etc. 34): "Vivimos en una sociedad civilizada, porque hemos llegado a asumir de forma no-intencional determinados hábitos heredados de carácter fundamentalmente moral [oo.] La aceptación de las normas morales transmitidas por tradición -normas sobre las cuales el mercado descansa- es lo que nos permite generar y utilizar un volumen de información y recursos mayor del que pudiera poner al alcance de la comunidad una economía centralmente planificada" 35. La moral meramente individual se disuelve en este "orden extenso" (o moral social: la Sittlichkeit hegeliana, la "totalité" de Lévinas). Hayek propone reconstruir la historia del orden moral vigente del mercado burgués actual, producto de una evolución natural milenaria. Lo paradójico es que fundamenta racionalmente (argumenta) esta moral vigente tomando como razón "la sobrevivencia de la humanidad": 32 F. van Hayek, Derecho, legislación y libertad, Unión Editorial, Madrid 1985, p. 40. Véase Germán Gutiérrez, o. c., pp. 76ss, para toda la cuestión de la ética de Hayek. 33 Véase de Hayek, The Road of Serfdom, University of Chicago Press, Chicago 1972; y en especial Los fundamentos de la libertad, Unión Editorial, Madrid 1975, t. 1-2. 34 Explícitamente se excluyen normas tales como el altruismo, la solidaridad, la fraternidad o igualdad: "Un orden en que todos tratasen a sus semejantes como a sí mismos desembocaría en un mundo en el que pocos dispondrían de la posibilidad de multiplicarse y fructificar" (lbíd, p. 44). 35 Hayek, La fatal arrogancia [soberbia]. Los errores del socialismo, Unión Editorial, Madrid 1990, pp. 33-34. 324 Concilium 2/132 EL MERCADO EN LA PERSPECTIVA ÉTICA DE LA TEOLOGíA DE LA LIBERACiÓN "El debate entre el orden del mercado y el socialista es una cuestión que afecta, en definitiva, a la propia sobrevivencia de la especie humana. La asunción, por la sociedad de las recomendaciones socialistas en materia de ética, implicará la desaparición de gran parte de la población y la pauperización del resto" 36. La eficacia, factibilidad, del sistema de mercado competitivo queda demostrada gracias a la sobrevivencia de los miembros de la civilización actual. La vida es la premisa mayor del argumento. De esta manera, la "moral burguesa vigente" -en el sentido extremo, tradicional y conservador de Hayek- no es una expresión a posteriori que pretende justificar el mercado 37, sino que es una ontología naturalista, que da al mercado y a la competencia el marco normativo no-intencional ético de referencia, que en nada puede criticarse -se trata del concepto de "tradición" conservador, igualmente presente en Karl Popper- 38. En el fondo se trata de una tautología: se parte de la moral burguesa vigente y formalmente preexistencia del mercado; se enumeran después por deducción sus presupuestos normativos ya siempre a priori exigidos; se los definen como las normas básicas; y, a partir de ellos (que, como hemos indicado, fueron deducidos desde el mercado), se pretende ahora fundar onto36Ibíd., p. 35. No puede ver que, exactamente, son estos "efectos" los que hoy se descubren como causados por el mercado sin limitación alguna. 37 Tal es el caso de la obra de H. B. Acton, The Moral of Market, Longman Group, Londres 1971, en cuyo capítulo 3 ("Ética de la competencia") se ocupa de justificar "a" la competencia. Hayek, por el contrario, muestra la "condición [ontológica] de posibilidad" moral "de la" competencia (a prior¡). Es en este sentido que Marx decía: "Por esto la Economía, pese a su mundana y placentera apariencia, es una verdadera ciencia moral, la más moral de las ciencias. La autorrenuncia, la renuncia a la vida, y a toda humana necesidad es su dogma fundamental. Cuanto menos comas y bebas cuantos menos licores compres, cuanto menos vayas al teatro, al baile, a la taberna [oo.] tanto más ahorras, tanto mayor se hace tu tesoro al que ni polillas ni herrumbre devoran, tu capital" (Mans. 44, 111;ME\!\!, t. 1 EB, p. 549). Marx se está refiriendo a este texto preferido y frecuentemente nombrado, de Mateo. 38 Véase Ricardo Gómez, Neoliberalismo y seudociencia, Lugar Editorial, Buenos Aires 1996, en cuya tesis NL2, que refuta desde un punto de vista estrictamente epistemológico, indica: "La sociedad es sólo el nombre del conjunto de los individuos que la componen, ligados entre sí especialmente por un sistema de tradiciones homogéneas" (p. 170). Y agrega: "No en vano Hayek afirma que una sociedad libre es una sociedad de ligaduras tradicionales. De ahí que tanto para él como para Popper [oo.] el intentar cambiarla radicalmente es irracional, porque implicaría entre otras cosas abandonar la sociedad auténticamente libre" (pp. 170-171). Concilium 2/133 325 ENRIQUE DUSSEL lógico-ética e histórico-evolutivamente al mismo mercado. A esto llamamos una "ética funcional" (y tiene sus teologías, y la "doctrina social" 39 de alguna iglesia, también funcionales). Esta ética funcional se deduce: a) de una ciencia social funcional (en este caso extremo, de una economía neoliberal, conservadora, donde la "lógica del mercado total" por sí sola logra más eficazmente la sobrevivencia de la humanidad), y b) de un sistema capitalista realmente existente. 111.Crítica profética del mercado ¿Cómo debería proceder una teología crítica, o de liberación, ante este tipo de formulaciones con pretensión de cientificidad, objetividad, inevitabilidad, naturalidad económica? Deberá siempre echar mano del criterio crítico que es negativo y material, como recuerda Horkheimer: "Lo que la teoría tradicional [léase: economía neoliberal] se permite admitir sin más como vigente (vorhandenen), su papel positivo 40 en una sociedad en funcionamiento [...] son cuestionadas por el pensamiento crítico (kristischen Denken). La meta que éste quiere alcanzar, es decir, una situación fundada en la razón, se basa en la miseria presente (Not der Gegenwart) [...] La teoría esbozada 4' por el pensar crítico no obra al servicio de una realidad ya vigente (vorhandenen Realitat)" 42-43. O, como sugiere el fundador de la Escuela de Marburgo, creyente, Hermann Cohen, escribiendo: "Te prophets were not philosophers, but they were [economist...] The poor became for them the symbol judío politicians of human , 39 Véase el capítulo 19: "La Doctrina Social y el Evangelio", en mi obra ftica comunitaria, San Pablo, Madrid 1986. 40 Adviértase la "positividad" del orden del mercado de un Hayek es "afirmación de la eticidad vigente". 41 Se trataría de la "crítica negativa" del sisema de mercado, pero además debería consistir en la "construcción positiva de alternativas". 42 Aquí, entonces, Horkheimer nos habla de dos "realidades": la del orden vigente (en nuestro caso, del mercado), y la futura realidad fruto de una "praxis de liberación (Praxis der Befreiungs)" (o. c. siguiente, p. 49). 43 "Teoría tradicional y teoría crítica", en Max Horkheimer, Traditionelle und kritische Theorie. Vier Aufsatze, Fischer, Frankfurt 1970, p. 35. 326 Concilium 2/134 EL MERCADO EN LA PERSPECTIVA ÉTICA DE LA TEOLOGíA DE LA LIBERACIÓN suffering [...] Thus, their God becomes the God of the poor. The social insight of the prophets recognizes in the poor the symptomatic sing of the sickness of the State" 44. O, aún más recientemente, leemos en un diario mexicano: "Los más viejos de los viejos de nuestros pueblos nos hablaron palabras que venían de muy lejos, de cuando nuestra:; vida::no eran, de cuando nuestra voz era callada. Y caminaba la verdad en las palabras de los más viejos de los viejos de nuestro pueblo. Y aprendimos en sus palabras: que la larga noche de dolor 45 de nuestras gentes venida de las manos y palabras de los poderosos, que nuestra miseria era riqueza para unos cuantos, que sobre los huesos y el polvo de nuestros antepasados y de nuestros hijos se construyó una casa para los poderosos, y que en esa casa no podía entrar nuestro paso, y que la abundancia de su mesa se llenaba con el vacío de nuestros estómagos, y que sus lujos eran paridas por nuestra pobreza, y que la fuerza de sus techos y paredes se levantaba sobre la fragilidad de nuestros cuerpos, y que la salud que llenaba sus espacios venía de la muerte nuestra, y que la sabiduría que ahí vivía de nuestra ignorancia se nutría, que la paz que la cobijaba era guerra para nuestras gentes [... ]" 46. Estas posiciones, como en los profetas bíblicos 44 47, nos hablan de Religion of Reason out of the sources of Judaism, Ungar Pub. Co., Nueva York 1972, p. 23. 45 El dolor es la "señal" de la negatividad viente como punto de partida de la crítica. material, de la corporalidad vi- 46 "Entramos otra vez en la historia", mensaje del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), Chiapas (México), en La Jornada (México), martes 22 de febrero (1994), p. 8. 47 Considérense textos tales como Deut 5,19 Y 17, 24,17-22; Lev 5,2123: Jer 22,16; Os 6,6; etc. La justicia se liga siempre a la vida: "¿No vale más la vida que el alimento, y el cuerpo que el vestido?" (Mateo 6,26). De la vida como "criterio de verdad": "La Palabra [... ] contenía la Vida, yesa Vida era luz [= verdad] de los hombres" (Jn 1,1-4); "Yo soy el camino, la verdad, y la vida" (Jn 14,6). La vida o satisfacción plena ,del "pobre" es el "Reino de Dios" (Luc 6,20-24). Véase mi obra ya citada Etica comunitaria, cap. 1. Concilium 2/135 327 ENRIQUE una lógica crítica los sujetos humanos -que cios 40 48 que parte como siempre "carne" no es el mero "cuerpo"de hecho, de la ciencia DUSSEL de la afirmación (en hebreo de la vida de basar, en griego sarx) como criterio de verdad (de los jui49. La "vida" debe o de la teología) En nuestra Ética de la Liberación, de próxima aparición, § 5.3. Episte- estamos hablando de un "tercer criterio de demarcación (demarcation)". Si el primero [1] "delimita" lo que es ciencia y lo que no es (desde Rudolf Carnap hasta Karl Popper, Thomas Kuhn, Paul Feyerabend o Imre Lákatos); si el segundo criterio [2] "delimita" entre ciencias naturales y ciencias humanas o sociales (desde un Hans-Georg Gadamer, Wahrheit und Methode, Mohr, Tubinga 1960; George Henrik van Wrigth, Explanation and Understanding, Cornell University Press, Ithaca 1971, o un Karl-Otto Apel, Understanding and Explanation, MIT Press, Cambridge (Mass.) 1984; el "tercer"criterio [3] de demarcación es el que delimita la diferencia entre las ciencias humanas o sociales funcionales y críticas. De alguna manera el debate Popper-Adorno (véase T. Adorno, K. Popper, R.• Dahrendorf, j. Habermas, H. Albert (eds.), Der Positivismusstreit in der deutschen Soziologie, Luchterhand, Berlín 1969) indicó algunos temas de este "tercer" criterio, pero confusamente. Adorno -lo mismo que la Escuela de Franefort en generalconfundió estos "tres" criterios en el debate entre (1) pensamiento analítico mológicamente o P?sitivista (de la razón instrumental) y (2) pensamiento dialéctico-crítico. La Etica del Discurso (al perder la negatividad materialidad de la ética) ni siquiera puede plantear el tema de lo "crítico". Habría que distinguir entre: (a) (Understanding, Verstehen), y pensamiento dialéctico como "comprensión" (explanation, Erkla(b) pensamiento científico social como "explicación" rung), pero, además, entre ciencias sociales (c) "funcionales" (como el caso de van Hayek, que pueden en algunos casos ser dialécticas), y (d) las "críticas" (que deben ser dialécticas, pero también tienen otras exigencias). Además, las ciencias humanas o sociales "críticas" había que distinguirlas de (e) una filosofía "crítica" (y no confundirlas en una ambigua "teoría crítica"). Por último, y aplicando estas distinciones epistemológicas al ámbito de la teología, (f) la teología crítica (como por ejemplo la Teología de la Liberación), que no es una teología "funcional" (como la mayoría de las teologías actuales de las "religiones universales"), debe ahora plantear con precisión epistemológica toda la cuestión del "tercer criterio de delimitación" (tema que tratamos también el capítulo 6 de nuestra Ética de la Liberación, de próxima publicación), de una manera completamente diferente de como hace años se expuso el tema desde el horizonte teórico althusseriano (véase Clodovis Boff, Teología do político e suas mediat;oes, Vozes, Petrópolis 1978). 49 "Mira, hoy te pongo delante la vida y el bien: la muerte y el mal" (Deut 30,15). La vida es criterio de verdad; integrada a la norma, acción, institución o sistema de eticidad es el contenido Unhalt) del bien. Lo que mata (muerte) está contenido en un enunciado "falso", que decidido asimétricamente por los dominadores, alcanza una "eficacia" instrumental mortal: lo que efectuado es el mal (normal, acto, institución o sistema de eticidad: como el orden del mercado de Hayekl. 328 Concilium 2/136 EL MERCADO EN LA PERSPECTIVA ÉTICA DE LA TEOLOGíA DE LA LIBERACIÓN considerarse en su materialidad sacramenta/: "Tomen, coman, éste es mi basar' (Mateo 26,26); "Tuve hambre y me dieron de comer" (Mateo 25,35). Éste es 1) el principio ético material o de contenido universal so: todo sujeto ético está obligado (principio deóntico) a que el contenido de toda norma, acción, institución o sistema de eticidad (Sittlichkeit) promueva la producción, reproducción y desarrollo de la vida de cada sujeto humano en comunidad, la construcción del reino de Dios. El contenido del enunciado será verda- dero. La "aplicación" de este principio material universal necesita de otro 2) principio formal moral 51 que puede enunciarse así: todo sujeto ético está obligado moralmente a reconocer como igual y promover la participación simétrica de todo sujeto humano afectado en su vida (como miembro del Reino de Dios) por lo que ha de decidirse argumentativa y comunitariamente. El consenso al que se llegue será válido. Por último, la mediación verdadera y válida elegida debe 3], por el tercer principio, obligar a efectuar lo factible -contra el anarquista que pretende realizar lo imposible-. Y sólo cuando se efectúa lo prácticamente verdadero, válido y factible la norma, acto, institución o sistema de eticidad es bueno (good, das Gute). Teológicamente es un momento de la realización del reino de Dios. Lo que acontece empírica o históricamente, usando el mismo argumento de Popper y Hayek, contra la imposibilidad de la "planificación perfecta", es que podemos igualmente afirmar que ningún sistema económico puede dejar, por desgracia, de causar, como efecto nointencional, víctimas. Sólo un sistema perfecto (imposible empíricamen·te) no causaría víctimas 52. El mismo Smith observa de manera cínica: Esel tema del capítulo 1 de la Ética de la Liberación ya indicada. Peter Ulrich, en su obra Transformation der okonomischen Vemunft, Paul Haupt, Berna 1993, construye una epistemología de la ciencia económica desde la razón discursiva. Al criticar la economía utilitarista (pp. 171ss) pierde la posibilidad de reconstruir una razón práctico-material económica: ya que, al final, sólo propondrá una razón económica discursiva la de la comunidad de comunicación de los economistas-, pero no la razón constructiva económica de la producción, reproducción y desarrollo de la vida de cada sujeto humano por medio de la relación comunitaria prácticoproductiva económica. 52 Para Hayek, aunque la competencia perfecta es un modelo (no comprendiendo que es inconsistente, ya que si es "perfecta" no puede haber competencia, ni lógica ni empíricamente), introyecta en el mercado empíriso 51 Concilium 2/137 329 ENRIQUE DUSSEL "En una sociedad civilizada sólo entre gentes de los rangos inferiores del pueblo la escasez de alimentos puede poner límites a la multiplicación de la especie humana; y esto no puede ocurrir de otro modo que destruyendo gran parte de los hijos fruto de fecundos matrimonios" 53. Hayek lo sospecha también al escribir que "hay quienes se sienten tan perturbados por algunos efectos del mercado" 54, y después de mostrar las "maravillas" del sistema indica que, "incluso en los tiempos más calamitosos, nueve de cada diez [personas] verán confirmadas sus esperanzas" 55. ¿Y si la situación fuera casi la inversa: una de cada diez ve hoy confirmada sus esperanzas? ¿Y si el sistema de mercado produjera como efecto nointencional una horrible pobreza en la mayoría de la humanidad, y aún, en el presente, en un porcentaje creciente en los países centrales del capitalismo? Como es imposible que no haya "pobres" (las "víctimas" económicas), cuando su presencia es minoritaria o su situación tolerable, podría soportarse su presencia. ¿Pero, cuando su proporción es mayoritaria y su estado se torna intolerable, es decir, cuando la riqueza de unos pocos ricos ya no puede ser maquilladamente oculta ante la mortal miseria de más pobres -como lo muestra el comunicado del EZLN de Chiapas-? En este caso la ciencia económica crítica se hace necesaria para una teología crítica y realista. Será necesario contar con expo- co una "tendencia" hacia el equilibrio que no puede ser demostrada científicamente. Este"efecto" del mercado: el equilibrio (la antigua armonía de la Mano de Dios en Smith, ahora secularizada) hace las veces en el mercado de un sistema perfecto: es decir, los efectos negativos (por ejemplo, la miseria de la mayoría de la humanidad presente) no son productos de desequilibriso del mercado, sino de la falta de más mercado (es ahora una tesis "metafísica", en el peor sentido del término). Es una propuesta ideológica infalsable (para hablar como Popper), que se inmuniza ante cualquier falsador empírico. En teología esto se llama idolatría. Marx le llamó fetichismo; en epistemología es pseudociencia (d. obra de Ricardo Gómez, o. c.). 53 The Wealth of Nations, 1,8; pp. 77-78. Eneste capítulo sobre los salarios escribe en contra de la esclavitud: "Las labores hechas por hombres libres salen siempre más baratas, a la postre, que las realizadas por esclavos" (p. 79), ya que "la frugalidad y cuidadosa atención del pobre [!l se encuentra naturalmente en el hombre libre" (Jbid.). La cínica argumentación va aquí en una línea crítica y revolucionaria, pero sus razones serán las mismas que mostrarán hoy que es más barato dejar morir a los libres pobres en Bangladesh o en el sur del Saharaque procurar salvarlosdel hambre o del sida. 54 Hayek, La fatal arrogancia. Los errores del socialismo, o. c., p. 142. 55 330 ¡bid. Concilium 2/138 EL MERCADO EN LA PERSPECTIVA ÉTICA DE LA TEOLOGíA DE LA LIBERACIÓN slclon "científica" 56 alguna "explicación (explanation)" 57 de las "causas" 58 de la negatividad-material de la víctima. De otra manera: es necesario tener argumentos racionales del porqué de la miseria. Hay un texto extremadamente claro y que define de manera explícita lo que llamaremos desde ahora el "tercer criterio de demarcación" en epistemología. Léase con cuidado la descripción de Marx: "Era evidente que, puesto que el mismo desarrollo real que daba a la economía burguesa 59 esa expresión implacable, a saber: la contradicción entre la creciente riqueza de la nación, en Inglaterra, y la creciente miseria (ElendJ de los trabajadores 60, y puesto que, además, estas contradicciones presentaban, en la teoría de Ricardo, etc., una expresión teóricamente palmaria, aunque inconsciente 6" era natural que los espíritus que se ponían de parte (auf die Seite stellten) del proletario captasen (aufgegriffen) la contradicción ya teóricamente puesta en claro por ellos. El trabajo es la única fuente de valor de cambio y el único creador activo del valor de uso. Eso decís. Pero, por otra parte, afirmáis que el capital es todo y el trabajador no es nada o simplemente costo de producción del capital. Os 5& Sería una ciencia social como "programa de investigación científica" a la Lákatos, claro que respondiendo a criterios de "cientificidad" reconstruidos críticamente y no según los criterios estándar del mismo Lákatos, que por ser muy estrechos o reductivos se atreve a aplicar exigencias científicas mal definidas y deducir, por ejemplo, que el psicoanálisis, el análisis económico de Marx, o la pedagogía del oprimido de Paulo Freire (agregamos nosotros) no son científicos. Ciertamente estos discursos científicos no responden a los criterios de las ciencias funcionales, pero sí a criterios de ciencia crítica, que parte de una opción ética y de un "ponerse de parte" de las víctimas como condición de posibilidad práctica de una ciencia "crítica". Todo esto nos llevaría muy lejos, pero es absolutamente necesario comenzar la discusión, porque no se ha planteado epistemológicamente en filosofía de la ciencia hasta este momento, este "tercer criterio" como criterio de "demarcación". 57 Véase la obra de Apel citada, en referencia 58 Véase la obra de von Wright citada, a la "explanation". sobre la cuestión de la "cau- salidad". 59 Que he denominado la "ciencia social funcional". 60 Éstas son, por una parte, las víctimas visual izadas por Marx. Por otra, podemos hoy formular la contradicción dentro del proceso del mercado: la contradicción entre la creciente riqueza de los países "centrales" del capitalismo y la creciente miseria en los países "periféricos". 61 Esta no-conciencia se coimplican. Concilium 2/139 de efectos no-intencionales del sistema capitalista 331 ENRIQUE DUSSEL contradecís vosotros mismos. El capital no es otra cosa que una estafa hecha al obrero. El trabajo lo es todo" 62. En estas líneas se encuentra expresado el "tercer criterio de demarcación" al que me estoy refiriendo 63. En el "programa de investigación científica" de Marx, lo que interesaba era "explicar" la "causa" de la miseria: esta causa estructural la denominó "plusvalor": valor producido en el plustiempo ya no pagado por el salario; vida humana objetivada no pagada (robada) al obrero. Esto nos muestra la "lógica" de la ciencia social crítica, que la teología crítica necesita para su propio discurso. A mí hoy me "interesa" más, articulado a la miseria de las naciones periféricas (a sus pueblos, etnias, grupos, y también clase obrera, etc.), el problema de la "competencia" entre capitales nacionales, que permite la "transferencia" de valor (plusvalor) de una nación a otra. La globalización no está tan avanzada como para borrar las fronteras nacionales. Es decir, desde la negación de la posibilidad de la reproducción de la vida del sujeto humano, se interpreta teológicamente a la norma, acción o institución (aquí "el mercado" a la Hayek) corno el pecado de la injusticia, porque es negación del Reino de Dios en cada ser humano, en la muerte del pobre. Así puede enunciarse -con mediaciones analítico-críticas- un juicio ético-teológico sobre la teoría del mercado, de su lógica, sus leyes, su ética presupuesta. El mercado, definido tal como lo hacen los neoclásicos o neoliberales, es un sistema formal autopoiético, autorreferente y abstracto (como el "lenguaje L" en la semántica de Tarski, o el "sistema" de Luhmann), cuyo único horizonte es la reproducción del capital, en el 62 Karl Marx, Mans, 61-63, Cuaderno esp., t. 3, p. 231. XIV; en Marx, 1979; p. 1.390; trad. 63 En el plano mundial, de la globalización del mercado, cuando Marx escribe: Del hecho de que la ganancia pueda estar por debajo del plusvalor o sea de que el capital pueda intercambiarse por una ganancia pero sin valorizarse en sentido estricto, se desprende que no sólo los capitalistas individuales, sino las naciones pueden intercambiar continuamente entre sí [... ] sin que por ello hayan de obtener ganancias iguales. Una puede apropiarse constantemente de una parte del plustrabajo de la otra, por el que nada da a cambio, sólo que en este caso ello no ocurre en la misma medida que entre el capitalista y el obrero" (Grundrisse, Cuad. VII; en Grundrisse der Kritik der politische Oekonomie, Dietz Verlag, Berlín 1974; p. 755). Véase mi artículo "Marx's Economic Manuscripts of 1861-1863 and the 'Concept' of Dependency" (Dussel, 1990). 332 Concilium 2/140 El MERCADO EN LA PERSPECTIVA ÉTICA DE LA TEOLOGíA DE LA LIBERACIÓN marco del mercado y contando sólo con "precios" -no hay doctrina del "trabajo valor" que pueda mediar la antropología y la economía con la ética-o La vida de los sereshumanos no tiene relevancia alguna para los "sistemasformales" -sin contenido-. Se habla de sobrevivencia, pero sólo es un argumento apologético, que oculta los horribles efectos no-intencionales, que ningún pretendido "equilibrio" evita. Se trata en realidad de un espantosodesequilibrio 64. De manera que, desde la afirmación de la vida se descubre que es negada en las víctimas (los pobres, desocupados en el mundo periférico y central del capitalismo), los juicios de hecho o enunciados formales (de razón instrumental o dialéctico-ontológicos) son ahora juzgados como falsos (en cuanto no reproducen la vida), inválidos (en cuanto los afectados no han participado en las decisiones que los victimizan), ineficaces (ya que la eficacia del mercado no es reproducción factible de la vida de las mayorías: es ineficaz para la vida). Las normas, actos, instituciones o sistema de eticidad que son fruto no-intencional del mercado, tal como formula Hayek, su lógica, contiene la maldad e injusticia propia de lo que mata: "Mira [...] la muerte y el mal" (Deut 30,15). Se descubren así tres nuevos principios éticos: 4] el principio ético-crítico que obliga proféticamente al sistema del mercado desde las víctimas; 5] el principio formal consensual que obliga a organizar la participación simétrica de las víctimas (son los movimientos sociales o políticos críticos, emergentes: ecológicos, feministas, obreros, del mundo periférico, etc.); y 6] el principio-liberación que obliga a deconstruir realmente las negatividades (de las normas, acciones, instituciones o sistema de eticidad) y construir prácticamente las nuevas instancias necesarias (los complejos momentos de una praxis de liberación). La razón práctico-material puede así comparar los fines a los que tiende el mercado a la Hayek y juzgarlos desde los tres criterios ético-positivos (1. vida, 2. participación simétrica y 3. factibilidad), y, sólo ahora, negativamente, se lanza el "juicio" ético, que se deduce de los criterios éticos positivos; se trata del Juicio Final: "¡Tuve hambre y me dieron de comer!" (Mateo 25,35). Estosjuicios éticos negativos (acerca del "hambre", etc.), enunciados normativos, no 64 Sobre el desequilibrio empírico causado, en nombre del "equilibrio" del mercado, véase Franz Hinkelammert, Crítica a la razón utópica, cap. 2.: "La inconsistencia de la teoría general del equilibrio" (puntos d-e); DEI, San José (Costa Rica) 1984; pp. 67ss). Concilium 2/141 333 ENRIQUE DUSSEL son en primer lugar "juicios de valor", como pensaba Rudolf Carnap o Alfred Ayer. Los valores son portados por las normas, actos, instituciones o sistemas de eticidad en tanto son mediaciones para la reproducción de la vida humana. Los valores no fundan la ética. La ética no consiste esencialmente en juicios de valor o de gusto (subjetivos, particulares), sino en juicios de hechos. universales: "Juan tiene hambre, porque se ha quedado sin salario (trabajo) en la competencia del mercado de trabajo". ¡Es un juicio de hecho! De este juicio de hecho se deduce, contra la mal llamada "falacia naturalista" de Hume 65, que, en principio (y no considerando circunstancias en concreto, sino universalmente): "iYo debo darle de comer a Juan, si muriera sin mi ayuda!". Desde Emmanuel Lévinas podemos fundamentar por qué somos "responsable-por-el-Otro", ya que comunitaria y solidariamente su muerte es anticipo de nuestra muerte; y el que mata se suicida -ya que inicia o profundiza una "lógica de negacióp de la vida" que tendrá por efecto su propia muerte- 66. 6S Refuto la tal llamada "falacia" en el capítulo 1 de la Ética de la Liberación, en publicación. 66 Dice la sabiduría popular latinoamericana: "¡El que a hierro mata, a . hierro muere!". 334 Concilium 2/142 Enrique Dussel o MERCADO NA PERSPECTIVA ÉTICA DA TEOLOGIA DA LIBERTA<;AO "Está escrito: Minha Casa será casa de orac;:ao, mas vós fizestes dela um covil de ladróes" (Lc 19,46). Desde os primeiros códigos éticos que existem na memória da humanidade, ao lado de exigencias económicas também havia exigencias críticas, Por exemplo, o rei de Lagash Uruinimgina (2352-2343 aC) íncluiu em sua Reforma legal (leí 27) o seguinte texto ético-económico: "Ele liberau e absolveu as dividas daquelas familias endividadas (...) que viviam como devedores (...). Prameteu solenemente a Ningirsu que nunca entregaria o órfáo e a viúva ao opressor"l Também encontramos no Liuro dos mortos do Egito, em torno da sagrada cidade de Menfís (que remonta a 5.000 anos), critérios ético-económicos: "Náo empobreci um pobre em seus bens (...). Náo fiz padecer fome (...). Náo acrescentei (peso) á medida da balan<;a. Náo fraudei o peso da balan<;:a(...). Náo coloquei nenhum dique á água corrente (...). 1. eL Federico [ARA PEINADO/Federico LARA GONZÁLEZ (eds). Los primeros códigos de la humanidad, Tecnos, Madri 1994, p. 24-25. 115 [291] Nao roubei com violencia (...). Dei pao ao faminto, água ao sedento, vestido ao que estava nu e urna barca ao náufrago"z. Veremos que estes critérios de alta criticidade - ainda vigentes hoje em dia - tem um sentido crítico material, económico. Por isso, podemos mostrar desde já que, face aos seis estágios da consciencia moral analisados por Lawrence Kohlberg3, poderíamos colocar outros seis graus de consciencia "ético-crítica", de modo que num grau formal de desenvolvimento moral bem baixo e ao lado da magia e de mitos muito primitivos, ainda pré-convencionais, já encontramos critérios e principios ético-críticos materiais extremamente desenvolvidos (mesmo em rela<;:áo a Modernidade pás-convencional). Como isto é possível? Porque já houve no mundo egípcio-mesopotamico uma consciencia crítico-material, económica, bastante precoce, na qual beberam os profetas de Israel, tirando suas últimas conseqüencias; o mesmo pode-se dizer de Jesus de Nazaré4• I. COMO NASCEU A TEORIA ÉTICO-TEOLÓGICA MERCADO MODERNO? DO A ciencia económica moderna, decisivamente formulada no século XVIlI, surge a partir da ética e como solu<;:áo teolágica a uma 2. Fedelico LARA PEINADO (ed.). Libro de los muertos. Tecnos, Madri 1989, cap. 125, p. 208-209. No juizo final de JesllS, segundo Mateus 25,35-36, as exigencias ético-criticas segllem esta ordem: 1. fome, 2. sede, 3. hospedar, 4. vestir, 5. curar, 6. visitar o encarcerado. Em Isaias 58,7 é esta a ordem: 1. pao, 3. casa, 4. vestido (falta 2. agua). A ordem no Liuro dos mortos é: 1. pao. 2. agua, 4. vestido, 3. barca (= casa) (3 e 4 invertidos, porém é mais completo que em Isaias). Será que Jesus se teria inspirado mais no Liuro dos mortos do que em ¡saias? Em outro texto Jesus respeita a ordem do Liuro dos mortos; "Nao andeis preocupados com o que haveis de comer (l), nem com o que haveis de beber (2) e com o que ha veis de vestir (4)" (Mt 6,25). Engels, por sua Ve:!,também se aproxima da ordem do Liuro dos mor/os (nao é mais lógico que o vestir venha antes do habitar?): "o que serve para (1) alimento, (4) vp.stido, (3) moradia (del' Nahrung, Kleidung, Wohnung)" (A origem da lamília, prólogo; MEW, Dietz Verlag, Berlim 1981, t. 21, p. 27-28). 3. CI. L. KOHLBERG, Essays on Moral Deuelopment, Harper and Row, Cambridge, t. 1 (1981); 2 (1984); e em L. KOHLBERG/Ane COLBY, The measurement 01 Moral Judgement, Cambridge University Press, Cambridge (Mass.), 1987, t. 1-2; e o comentário de Jlirgen HABEHMAS, Moralbewusstsein und kommullikatiues Handeln, Suhrkamp, Frankfurt 1983. p. 127s. Trataremos do critério crítico na Ética de la Liberación a sair em breve, parágrafos 4-5. 4. Ver isto na Illtrodu~QO histórica da Ética de la liberación, acima citada, especialmente o capitulo 4 sobre a ..Ética crítica". 116 [292] aporia. Já estamos cansados de saber que do Iivro V da Ética a Nicómaco5 sobre a justic;:a surgiram os comentários De jure et justitia medievais e renascentistas, e deles a ciencia económica moderna. A justic;:a é a virtude de uma tendencia (appetitus, diziam os latinos). A ética moderna pré-kantiana continuará sendo uma ética materia! das pulsoes e virtudes. Por outro lado, nao é estranho que Aristóteles nos fale que "do sapato, por exemplo, podemos servir-nos para calc;:ar-nos (valor de uso) ou como artigo de comércio (he metabletiké) (valor de troca)"('. O dinheiro por sua vez, que só serve para o comércio, nao tem como tal "valor (áxion) algum,,7. O dinheiro pressupoe a existencia do "mercado" - "espQ(;o" tradicional ande sáo feitas as transOt;óes comerciais de produtos do trabalho humano - que é antediluviano (os c1as do Paleolítico já trocavam entre si seus produtos). Embora o "mercado" fosse um "espac;:o" social e económico reconhecido em todas as éticas prémodernas, o "dinheiro" - que é um instrumento formal exclusivo do comércio, como puro "valor comercial", e sobretudo no caso de sua acumulac;:ao por avareza - foi objeto de contínua condenac;:a08. Mais ainda o empréstimo a juros9. Contra uma tradic;:ao milenar, a moderna "teoria do mercado" nasce como soluc;:ao de uma disputa ético-teológica na Escócia ilustrada presbiteriana, de tradic;:ao calvinista. Bernard Mandeville, na Fábula das abelhas (Fable of the Bees) (1705), havia cinicamente confrontado, sem muitas garantias de exito, a hipócrita posic;:ao moralista de muitos membros da "sociedade comercial", ao formular que "vicios privados" (como o egoísmo, o interesse próprio da burguesia nascente) podiam trazer 5. 1129 a 15. 6. Política l. 3; 1257 a 8-9. 7. [bid, 1257 b 13. 8. Para Aristóteles "o dinheiro (... ) nao corresponde a nadil por nalureza (phvsei d'outhél1)" (PoI., ibid .. 1257 b 12): é perverso. E também pilra o EVilngdho de Je,u,: "Ni\o podeis servir a Deus e a Maman" (MI 6.24). Devo aleliar que esle texto biblico freqüentemente se encontra sob a pena de Marx (ver minha obra Las metáforas teológicas de Ma,x, Verbo Divino, Estella 1993: "Um texto biblico central", p. 200s). 9. Condenado por Dt 23,20-21. Calvino reinterpretou o texto. pennitindo aos cristaos enprestilr a juros a crislaos. John Knox levou esta doutrina ilO presbiteriilllismo dil Escócia. Portanto nao é estranho que na Edimburgo de Knox encontremos, ilnos depois. o presbiteriilno Adam Smith ocupando a cátedra de Filosofia moral. CI. em minha abril já citadil (Las metáforas teológicas de Marx) o parágrafo 4.1: "Morte do Deuteronómio: nilscimento do capital", p. 1395. 117 [293] "benefício público" (a riqueza da nac;:ao,a eliminac;:aoda pobreza ao dar salário aos miseráveis, etc.). Assim formulada, a aporia nao podio ser aceita pelos tradicionais teólogos moralistas cristaos, nem pelo "senso comum" moral de uma populac;:aoquase-feudalque nao aceitava tais contradic;:óes as suas mais profundas convicc;:óes. De fato, Adam Smith consegue solucionar a aporia - embora muitos outros o antecedessem e praticamente tudo o que escreve em sua obra The Theory of Moral Sentiments10 já havia sido expresso antes. A partir de um ideal científico ci la Newton 11, devia-se explicar todo o ambito da conduta humana, movida por paixóes ou sentimentos (Sentíments), por meio de certas regularidades nao intencionais que regem a sociedade como as leis naturais regem a naturezal2. E dado que um cristao nao pode simplesmente aceitar o cinismo de Mandevillel3, descobre-se (como uma verdadeira "invenc;:ao"científico-social) que é o mercado o "espa<;o" (como o espac;:ode um laboratório) onde se opera uma metamorfose espetacular e de maneira necessária e inadvertida por toda consciencia individual (nao decidida por nenhum indivíduo, isto é, nao intencicr no/mente, o que dá uma garantía absoluta a ordem, "regularidade" 10. The Glasgow edition o/ the Works and Correspondence o/ Adam Smith. liberty Fund. Indianápolis, t. 1, 1987. CI. a tese de mestrado de Gennán GUTIÉRREZ. Ético y Economía. Univ. iberoamericana, México 1996 (inédita). 11. Srnith estudou astronomia, física e oulras ciencias (ver History o/ Astronom\' e outras pesquisas sobre e.stas materias. em Essays on Philosophicol subjects. ed. cit., t. 3. 1980, p. 31s), ildrnirando especialmente a Newton. 12. Em TIJe Theory o/ Moral Sentiments segue este argumento: 1. Alguem pode pelo sentil1lento de simpatia colocar-se no lugar do outro (há um ator e um espectador). 2. Depois alguém se situa diante do outro e de um espectador (haveria agora um ator, um paciente e um espectador). 3. Por úllimo. O ator. se imagina ser ele próprio o espectador. Este "espectador" é sua própria consciencia, que de "espectador imparcial" se transfonna num auténtico .,espectador transcendental" - antecipando em muito o próprio Kant. Essa "consciéncia moral" universal que cada individuo traz em si é a própria presen~a do estóico Deus oniscienle que, presente em cada individuo, nos laz descobrir a "hannonia" de um sistema de condutas. moralidade, virtudes. "Para Smith, O supremo tribunal é a total e absoluta perfei~ao e nao pode ser outro senao o tribunal de Deus, o Grande juiz, o Onisciente autor do Naturezo" (G GUTIÉRREZ, op. cit., p. 29). 13. "AII public spirit. therelore, all prelerence 01 public to private interest is. according to him, a mere cheat and imposition upon mankind; and that human virtue which is so much boasted or, and which is the occasion 01 so much emulalion among men, is the mere offspring or naltery begot upon pride" lA SMITH, op. cit., VII, 2,4,8: p. 309). 118 [294] ou legalidade que é seu "efeito"): o próprio interesse de cada indi-'duo particular - que deixa de ser visto simplesmente como o vício do egoísmo - que luta caótica, irracional ou desordenadamente por seus próprios finsl4, produz como seu "efeito" o bem público ou o amor ao próximo, grac;:as él intervenc;:ao de um Deus providentel5, que regula o Todo16 como um relógio (máquina auto-referente newtoniana em maos do relojoeiro divino), assim conciliado: "interesse próprio-bem comum", egoísmo-amor ao próximo. O caminho para a ciencia econ6mica estava aberto17. Um famoso texto define a questao: "O homem reclama na maior parte das circunstfmcias a ajuda de seus semelhantes e em váo pode esperá-Ia só de sua benevolencia (benevolence). Consegui-la-á com maiar seguranc;:a interessando em seu favor o egoísmo das outros (their self-lave) e fazendo-os ver que é vantajoso (advantage) para eles fazer o que Ihes pede (...). Dá-me o que necessito e terás o que necessitas (Give me that which 1 want, and yau shall have this which yau want) (... ). Náo é a 14. É compreensível e até revolucionário que diante da apatía do símplesmente cumprir com o estabelecido por urna sociedade feudal que, atacando o egoismo, promovia o conformismo e a falta de criatívidade. a burguesia nascente (critíca entao) devesse justifícar "the selfish and original passions of human nature (... ) appears to be of vastly more importance" (op. cit., IIJ. 3, 3: p. 135). É claro que rapidamente se passa a criticar a "melancholy" de muítos moralistas que exageram a "commmiseratíon for those miseries which we never saw" (Ibid., 111, 3, 8; p. 139). Smith recomenda ocupar-se com o que move realmente os seres humanos, isto é, o interesse próprio, e nao a comisera~ao diante do sofrimento da probreza alheia. 15. Falando dos estóicos, a quem admira e segue, escreve Smith: "A wise man never complains of the destiny of Providence, nor thinks the universe in confusion when he is out of arder. He does not look upon himself as a whole (... ). He enters, if I may say so, into the sentiments of that divine Being, and considers himself as an atom (...). Riches or pove'1y, pleasure or pain, health or sickness, all is alike" (lb id .. p. 276). 16. "According to Zeno. the founder of Stoical doc!rine, every animal was by nature recommended to its own care, and was endowed with the principie of self-Iove, that it might endeavour to preserve, not only its existence, but all the different parts of its nature" (op. cit., VII. 2.1,17; p. 272). 17. Na época de Smith, todo professor de filosofia moral expunha o terna em qllatro tratados: 1. Teologia natural, 2. ética, 3. Justi~a e 4. Governo. Em 1759 publica sua ética (The Theory of Moral Sentiments) cumprindo com a parte 2. Trabalha depois em suas Lectures on Jurisprudence (1763) (dividida por Smith em qllatro partes: l. Justi~a (a parte habitual 3). 2. Política ou Governo (a parte 4), 3. Receita e 4. Armamento). De regresso a Paris (1764), durante dez anos (1766-1776) ocupa-se das trés últimas partes indicadas, 50b o título An lnquiry in/o the Nature and Causes of the Wealth of Natian5 (ed. cit., t. 2; tomarei as cita~óes da edi~ao espanhola, FCE, México 1984). 119 [295] benevolencia do i':lyougueiro,do cervejeiro ou do padeiro que nos fornecr o alimento, mas a considerayao de seu próprio interesse (interest). Nao invocamos seus sentimelltos humanitários, mas seu amor a si rnesmos (self-love)"l~. Porérn, em última análise, é uma teologia19 que concilia os opostos; é a "¡nao de Deus" providente que tira, de maneira necessária e nao intencional, uma ordem racional (o,mercado, o "espac;:o" da universalidade) do caos ou da desordem irracional (do próprio interesse egoísta, particular): "Como qualquer individuo coloca todo o seu empenho em empregar seu capital no sustento da indústria doméstica (...) resulta que cada um deles colabora de urna maneira necessária na obtenyao da receita anual máxima20 para a sociedade. Ninguém se propóe21, de modo geral, a promover o interesse público, nem sabe22 até que ponto o promo'.·e (...). Mas, neste como em outros casos, é levado por urna mao invisível a promover um fim que nao entrave suas inten(óes" 23.24 Até aquí movemo-nos no nível da "necessidade" econ6mica, a partir de uma intervenc;:áo divina (trata-se portanto de uma economia-teo!ógica). Agora conclui ético-teologicamente: "Mas nao implica em mal algum para a sociedade que tal fim nao venha a fazer parte de seus propósitos25, pois, ao perseguir seu próprio interesse, promove o interesse da sociedad e de urna manei- 18. The Wealth oJ Nati0115. Livro L cap. 2; p. 17. 19. Ver Arend Th. van LEEUWEN. De Nacht van het Kapitaal. 0001' het oerLUoud van de economie naa,·de ¡,ronnen Viln de burgerlijke refigie. Sun, Nijmegen 1984. "Religiao economicd", cap. 3. p. 3015. 20. Observe-se o deito hrm~1 de urna raza o instrumental meio-lim. sua "eficácia". 21. É o próprio <.leuma a~¡¡o "nao intencionar. 22. De novo a "nao ronscifmcia" do "efeito" que se produz, mas que nao obstante acontece de maneira necessario. como vimos. 23. A "nao intencionalidade" é o que permite epistemologicamente, com maior seguran~a. alcan<;ar !la "ciencia" económica urna "regularidade" que a aproxima da física newtoniana. 24. Op. cit.. Liv. IV. cap. 2; p. 402. 25. Contra uma ética tradicional onde a autoconscifmcia e a responsabilidad e do ato s50 constitutivos éticos do mesmo, Smith mostra agora a existencia de estruturas económicas objetivas que se dao além da intencionalidade explícita. 120 [296] ra mais ejetiva2G do que se ¡sto entrasse em seus designios C .. ). O governante que tentasse dirigir os partículares quanto a (arma de empregar seu respectivo capital tomaria a seu cargo uma empresa impossíve/,,27. Temos aquí clara e expressamente desenhado o modelo da economia de mercado, e a "impossíbilidade" política do pretender regulá-Io. A "Lei do Mercado" - como regularidad e ontológica necessáría - exige, segundo esta teoria, deixar que o mercado se autoregule (sistema cíbernétic028, diríamos hoje) a partir de suas próprias estruturas nao íntencionais, necessárias, e as melhores (ética e teologicamente falando). Fazer funcionar esse "relógio" tao perfeito e complicadíssimo é soberba (só a "mao de Oeus", perfeito "relojoeiro", pode "meter a mao"). Humildade é ater-se á própria realidade do mercad029. Oeste estado de coisas nasce, com precedencia, a formula<;:ao da chamada "falácia naturalista" de Hume: o "deverser" feudal, moralísta, aparente, é substituído por um "ser" efetivo do mercado. O que interessa é o "ser" (do interesse próprio do mercado); o "dever-ser" fica no ar e já nao é necessário (como mera ética da benevolencia). Na verdade, o "ser" já tem sua ética. 11.A ÉTICA "FUNCIONAL" AO MERCADO Na tradi<;:ao mais radical da economia burguesa atual, encontramos Friedrich von Hayek - da escola austríaca30. Smith sofreu radicais modifica<;:6es. Em primeiro lugar, Smith é um economista 26. Aqui argumenta a partir da ..eficácia" - como vimos - , mas em todo caso se mostra crítico de uma sociedade feudal, tradicional, moralizante. que nega a "sociedad e comercial" nascente. Trala-se, enláo, da fundamenta~áo élico-Ieológica d~ burguesia em slla etapa crílica. profética, revolucionália. Por ora nao apareceram os "efeitos" devasladores dessas conseqüEmcias náo inlencionais, embora o jovem Engels venha a analisá-Ias em sua magnífica obra A situal;áo da classe operária no Inglaterra (MEW 1980, t. 2. p. 2255). frulo de uma consciencia ética que tem comisera~áo diante da dor das vílimas. 27. Ibid. 28. CI. Niklas LUHMANN, Wirtschaft als soziales System, em K.-E. SCHENK (ed.). Systemana/yse in den Wirtschafts- und Sozia/wissenschaften, Berlim 1971, p. 136·171; e Sozia/e Systeme. Grundriss einer a/lgemeinen Theorie, Suhrkamp, Frankfurt 1984. 29. CI. as obras de Franz HINKELAMMERT, Cultura de la esperanza y sociedad sin exclusión, DEI, San José, 1995; Hugo ASSMANN/F HINKELAMMERT, A ¡do/atria do Mercado. Ensaio sobre Economia e Teologia, Vozes, Petrópolis 1989. 30. CI. W. AA., La Escuela Austríaca de Economía, CEEE, México 1989. 121 [297] crítico (do feudalismo e do mercantilismo); Hayek é um economista conservador (contra o racionalismo construtivista" do Estado ben- feitor da social-democracia ou de Keynes, e da planificac;:aosoviética). Em segundo lugar, o mercado, regido pela "mao de Deus" em Smith, é agora em Hayek uma condic;:aode possibilidade ontológica do conhecimento suficiente de todos, o necessário para poder operar (para "oferecer" o ofertado ou "preferir" o demandado). Ante a impossibilidade humana de possuir uma onisciéncia divina perfeita (o que constitui um ato de humildade do individuo ao reconhecer os limites cognitivos de sua própria razao finita) da complexidade infinita da realidade, o mercado - pelo mecanismo da competic;:aoem plena Iiberdade, sem monopólio ou coac;:aoalguma (condic;:aoabsoluta) - nos entrega pelos "prec;:os,,31um conhecimento suficiente: "Embora a ciencia econ6mica tenha analisado devidamente o fen6meno da divisáo do trabalho (...) náo dedicou o mesmo esforc;:oa.o exame do problema da fragmentac;:do do conhecímento,,32. o conhecimento parcial humano, grac;:asao cálculo monetário do prec;:ono "sistema do mercado" - puramente formal - é agora o horizonte privilegiado de toda "racionalidade possível". A "ordem do mercado" é natural, espontanea, nao intencional, e nao necessita de intervenc;:aovoluntária. O sistema do mercado necessita, enpara o seu funcionamento; este tretanto, de um fundamento fundamento é a ordem social vigente que fornece os hábitos e instituic;:6essobre os quais se realizam os mecanismos do mercado (as normas básicas sao: respeito pela propriedade privado ¡Jositiva, reconhecimento da fiberdade efetiva de cada participante33, obrigac;:aode cumprir os contratos estipulados, honestidade em cumprir as regras da concorrencia, disciplina no poupar, etc.34): 31. Considere-se o exemplo do "Iápis" do divulgador de Hayek, Milton FRIEDMAN, Free to choose, Avon Books, Nova lorque 1979, no capitulo 'The Power 01 Marke!"', p. 3s. Do mesmo autor, Capitalism and Freedom, University 01 Chicago Press, Chicago 1982. 32. F. von HAYEK, Derecho, legislación y libertad, Unión Editorial, Madri 1985, p. 40. Ver Germán GUTIÉRREZ, op. cit., p. 76s, para toda a questáo da ética de Hayek. 33. CI HAYEK, The Road of Serfdom, University 01 Chicago Press, Chicago 1972; e em especial Los fundamentos de la libertad, Unión Editorial, Madri 1975, l. 1-2. 34. Explicitamenle se excluem normas como o altn,ismo, a solidariedade, a fraternidade Ol! iguaklade: "Uma ordem em que todos tratassem seus semelhantes como a si mesmos de.sembocaria nl!m mundo em que poucos disporiam da possibilidade de multiplicar-se e frutificar" (lbid., p. 44). 122 [298] "Vivemos numa sociedad e civilizada, porque chegamos a assumir, de forma nao intencional, determinados hábitos herdados de caráter fundamentalmente moral (... ). A aceitac;ao das normas morais transmitidas pela tradic;áo - normas sobre as quais o mercado repousa - é o que nos permite gerar e utilizar um volume de injormac;áo e recursos maior do que aquele que uma economia centralmente planejada poderia por ao alcance da comunidade,,35. A moral meramente individual se dissolve nesta "ordem extensa" (ou moral social: a Sittliehkeit hegeliana, a "totalité" de Levinas). Hayek prop6e reconstruir a história da ordem moral vigente do mercado burgues atual, produto de urna milenar evolu<;:aonatural. Paradoxal é que ele fundamenta racionalmente (argumenta) esta moral vigente tomando como razao "a sobrevivencia da humanidade": "O debate entre a ordem do mercado e a ordem socialista é uma questao que afeta, definitivamente, a própria sobrevivencia da espécie humana. A assunc;ao das recomendac;óes socialistas em made téria de ética pela sociedade implicaria no desaparecimento grande parte da populac;áo e na pauperizac;áo do resto,,36 A eficácia e factibilidade do sistema de mercado competitivo fica demonstrada gra<;:asa sobrevivencia dos membros da civiliza<;:ao atual. A vida é a premissa maior do argumento. Desta maneira a "moral burguesa vigente" - no sentido extremo, tradicional e conservador de Hayek - nao é urna expressao a posteriori que pretende justificar o mercad037, mas é urna ontologia naturalista que dá ao mercado e a competi<;:ao o marco normativo nao intencional ético de referencia, que em nada pode ser criticado - trata-se do 35. HAYEK, La fatal arrogancia (soberbia). Los errores del socialismo, Editorial, Madri 1990, p. 33-34. Unión 36. ¡bid., p. 35. Nao consegue ver que sao exatamente estes "efeitos" que se descobrem hoje como causados pelo mercado sem qualquer Iimita~ao. 37. Tal é o caso da obra de H.B. ACTON, The Moral of Market. Longman GrouP. Londres 1971, em cujo capitulo 3 ("Ética da concorréncia") se ocupa em justificar "a" concorréncia. Hayek, ao contrário, mostra a "condi~ao (ontológica) da possibilidade" moral "da" concorrencia (a priori). É neste sentido que Marx dizia: "Por ¡sso a Economia. apesar de sua mundana e prazenteira aparencia, e uma verdadeira ciéncia moral. a mais moral das ciéncias. A auto-renúncia, a renúncia á vida. e a toda necessidade humana e seu dogma fundamental. Quanto menos comeres e beberes, quanto menos licores comprares. quanto menos freqüentares o teatro. o baile, a taberna (...), tilnto mais economizarás, tanto maior se tornará teu tesouro que nem as trac;as nem a ferrugem pode m devap·or. teu capital (Mons. 44, 11I; MEW, t. 1. EB, p. 549). Marx está se referindo a este texto preferido e freqüentemente citado, de Milteus. 123 [299) conceito38 conservador de "tradi<;:áo",igualmente presente em Karl Popper . No fundo, trata-se de uma tautologia: parte-se da moral burguesa vigente e formalmente da preexistencia do mercado; enumeram-se depois por dedu<;:áo seus pressupostos normativos já sempre exigidos a priori; estes sáo definidos como as normas básicas; e a partir dele s (que, como mostramos, foram deduzidos do mercado) pretende-se agora fundar ontológico-ética e históricoevolutivamente o próprio mercado. Chamamos a isto de "ética funcional" (e tem suas teologias e a "doutrina social,,39de alguma igreja, também funcionais). Esta ética funcional se deduz: a) de uma ciencia social funcional (neste caso extremo, de uma economia neoliberal, conservadora, onde a "lógica do mercado total" por si só consegue mais eficazmente a sobrevivencia da humanidade); b) de um sistema capitalista realmente existente. 111. CRÍTICA PROFÉTICA DO MERCADO Como deveria proceder uma teologia crítica ou de Iiberta<;:áo diante deste tipo de formula<;:6escom pretensao de cientificidade, objetividade, inevitabilidade e naturalidade económica? Deverá sempre lanc;:armao do critério crítico que é negativo e material, como recorda Horkheimer: "O que a teoria tradicional (Ieia-se: economia neoliberal) se permite admitir sem mais como vigente (vorhandenen), seu papel positivo40 numa sociedade em funcionamento (... ) é questionado pelo pensamento crítico (kritischen Denken). A meta que este quer alcanc;:ar, ¡sto é, urna situac;:ao fundada na razao, se baseia na miséria presente 38. el. Ricardo G6MEZ. Neo/ibera/ismo y seudociencia. Lugar Editorial, Buenos Aires 1996, em cuja tese NL2, que refuta do ponto de vista estrítamente epistemológico. constata: "A sociedade é só o nome do conjunto dos individuos que a compóem. ligados entre si especialmente por um sistema de trad¡~óes homogéneas" (p. 170). E acrescenta: "Nao é em vao que Hayek afirma que uma sociedad e livre é uma sociedad e de ligaduras tradicionais. Da; que tanto para ele como para Popper (...) tentar muda-la radicalmente é irracional, porque implicaría entre Olltras coisas abandonar a sociedade autenticamente Iivre" (p. 170-171). 39. Ver o capitulo 19: "A Doutrina Social e o Evangelho" em minha obra Ética comullitária. Vozes, Petrópolis 21987. 40. Alertamos que a "positividade" da ordem do mercado de um Hayek é "afirma~ao da eticidade vigente". 124 [300) (Not der Gegenwart)" (... j. A teoria esbo<;ada41 pelo pensar critico nao atua a servic;o de uma realidade já vigente (vor}¡andenen Realitot)42.43 Ou, c.amo sugere O fundador da Escala de Marburg, o judeu crente Hermann Cohen, escrevendo: "Os profetas nao era m filósofos, mas eram políticos (economistas ...). Os pobres se tornaram para eles o símbolo do sofrimento humano (... ). Assim, seu Deus se tornou o Deus dos pobres. A intuic;ao social dos profetas reconhece no pobre o sinal sintomático da doenc;a do Estado ,,44. Ou, mais recentemente ainda, lemas num diário mexicano: "Os mais velhos dos velhos de nossos povos nos falaram palavras que vinham de bem longe, de quando nossas vidas nao eram, de quando nossa voz era calada. E a verdade caminhava nas palavras dos mais velhos dos velhos de nosso povo. E aprendemos em suas palavras: que a longa noite de dor45 de nossa gente vinha das maos e palavras dos poderosos, que nossa miséria era riqueza para uns poucos, que sobre os ossos e o pó de nossos antepassados e de nossos filhos se construiu uma casa para os poderosos, e que nossos pés nao podiam pisar nesta casa, e que a abundancia de sua mesa era abastecida com o vazio de nossos estómagos, e que seus luxos eram paridos por nossa pobreza, 41. Tratar-se-ia da "crítica negativa" do sistema de mercado, mas alérn disso deveria consistir na "constru~ao positiva de alternativas". 42. Aqui, entao, Horkheirner nos fala de duos "realidades": a da ordem vigente (em nosso caso do mercado) e a futura realidad e fruto de uma "práxis de libel1a<;ao(Praxis der Belreiungs)" (op. cit. seguinte, p. 49). 43. Teoría tradicional e teoria critica, em Max HORKHEIMER, Troditiollelle kritische Theorie. Vier Aulsolze, Fischer, Frankfurt 1970, p. 35. ulld 44. Religion 01 Reoson out 01 the sources 01 Judoism, Ungar Pub!' Co .. Nova lorque 1972, p. 23. 45. A dor é o "sina'" da negatividade material, da corporalidade viwnte como ponto de partida da critica. 125 [301) e que a fon;a de seus tetos e paredes se erguía sobre a fragi¡idade de nossos corpos, e que a saúde que enchía seus espac;:osvinha da nossa morte, e que a sabedoria que ali reinava, de nossa ignorancia se nutria, que a paz que a cabria era guerra para nossa gente (..y46. Essas posi<;6es, como nos profetas bíblicos47, nos falam de uma lógica crítica48 que parte sempre da afirmGl;áo da vida dos sujeitos humanos como "carne" (em hebraico basar, em grego sarx) 46. "Entramos outra vp.zna história". mensagem do Exército Zapatista de Uberta¡;ao Nacional (EZLN). Chiapas (México), em La Jornada (México), ter¡;a-feira, 22 de fevereiro de 1994, p 8. 47. Considerem-se textos como Dt 5,19 e 17; 24,17-22; Lv 5,21-23: Jr 22,16; Os 6,6; etc. A justi~a sempre está ligada á vida: "Nao vale mais a vida do que o alimento, e o corpo mais que o vestido?" (Mt 6,26). Da vida como "critério de verdade": "Na PalavTa (... ) estava a Vida. e essa Vida era luz (= verdade) para os homens" (Jo 1.1-4); "Eu sou o caminho, a verdade e a vida" (Jo 14,6). A vida ou satisfa¡;ao plena do "pobre" é o "Reino de Deus(Le 6,20-24). CI. minha obra já citada, Ética comunitária, cap. 1. 48. Em nossa Ética de la Liberación, parágrafo 5.3. Epistemologicamente estamos faJando de um ·'terceiro critério de demarca¡;ao (demarcation)". Se o primeiro (1) "delimita" o que é ciéncia e o que nao é (desde Rudolf Camap até Karl Popper, Thomas Kuhn. Paul Feyerabend ou Imre Lákatos); se o segundo critério (2) "delimita" entre ciencias naturais e ciencias humanos ou sociais (desde um Hans-Georg GADAMER, Wahrheit und Methode. Mohr, Tübingen, 1960; George Henrik VON WRIGHT, Explanation and Understanding. Comell University Press, Ilhaca 1971, ou um Karl-Otto APEL. Understanding and Explanation, MIT Press, Cambridge, Mass. 1984); o "terceiro" critério (3) de demarca<;3o é o que delimita a diferen¡;a entre as ciencias humanas ou sociais funcionais e críticas. De aIguma maneira o debate Popper-Adorno (ver Th. ADORNO/K. POPPER/R. DAHRENDORF/J. HABERMAS/M. ALBERT [eds.1. Del' Positivismusstreit in del' deutschen Soziologie, Luchterhand, Berlim 1969) indico u alguns temas deste "terceiro" critério, mas confusamente. Adorno - assim como a Escola de Frankfurt em geral - confundiu estes "tr€s" critérios no debate entre (l) pensamento analítico ou positivista (da razao instrumental) e (2) pensamento dialético-crilico. A ética do Discurso (ao perder a negatividade-materialidade da ética) nem sequer pode pro por o tema do "critico". Deveria distinguir entre: (a) pensamento dialético como "compreensao" (Understanding, Verstehen), e (b) pensamento cientifico social como "explica¡;ao" (explanation. Erkldrung), mas, além disso, entre ciencias sociais (c) "funcionais(como o caso de von HAYEK que podem, em alguns casos, ser dialéticas) e (d) as "criticas" (que devem ser dialéticas, mas também tem outras exigéncias). AJém disso, as ciéncias humanas ou sociais "criticas" deveriam ser distinguidas de (e) uma filosofia "critica" (e nao confundi-Ias numa ambigua .,teoria crítica"). Por último, e aplicando estas distin¡;óes epistemológicas ao ámbito da teologia, (O a teologia crftica (como por exemplo a Teologia da Liberta<;ao). que nao é urna teologia "funciona'" (como a maioria das teologias atuais das "religióes universais"). deve agora apresentar com precisao epistemológica toda a questao do ,.terceiro critério de delimita<;ao" (tema que tratamos também no capitulo 6 de nossa Ético de la Liberación), de uma maneira completamente diferente de como há anos se expéis o tema a partir do horizonte teórico althusseriano (ver C1odovis BOFF, Teologia do político e suas media~óes. Vozes. Petrópolis 1978). 126 [302] - que náo é mero "corpo" - como critério de verdad e (dos juízos de fato. da ciencia ou da teologia)49. A "vida" de ve ser considerada em sua materialidade sacramental: 'Tomem, camam, este é meu basar" (Mt 26,26); "Tive fome e voces me deram de comer" (Mt 25,35). Este é 1) o princípio ético material ou de conteúdo universal50: todo sujeito ético está abrigado (princípio de6ntico) a fazer com que o canteúda de toda norma, ac;:áo, instituic;:áo ou sistema de eticidade (Sittlichkeit) promova a produc;:áo, reproduc;:áo e desen olvimento da vida de cada sujeito humano em comunidade, a constru<;áo do Reino de Deus. O conteúdo do enunciado será verdadeiro. A "aplicac;:áo" deste princípio material universal necessita de outro 2) princípio formal moral51 que pode ser enunciado desta maneira: todo sujeito ético está abrigado moralmente a reconhecer como igual e promover a participac;:áo simétrica de todo sujeito humano afetado em sua vida (como membro do Reino de Deus) pelo que há de decidir-se argumentativa e comunitariamente. O consenso ao qual se chegar será vá lida. Por último, a mediac;:áo verdadeira e válida escolhida deve 3), pelo terceiro principio, obrigar a realizar o factívelcontra o anarquista que pretende realizar o impossível. E só quando se faz o praticamente verdadeiro, válido e factível a norma, ato, institui<;áo ou sistema de eticidade é bam (gaad, das Gute). Teologicamente é um momento da realizac;:áo do Reino de Deus. O que acontece empírica ou historicamente, usando o mesmo argumento de Popper e Hayek, contra a impossibilidade da "planificac;:áo perfeita", é que podemos igualmente afirmar que nenhum 49. "Eis que hoje ponho diante de ti a vida e o bem; a morle e o mar (Dt 30,15), A vida é critério de verdade; integrada á norma, a~áo. institui~áo Oll sistema de eticidade, é o conleúdo (Inhalt) do bem. O que mata (morte) está contido num enunciado "f~lso", que decidido assimetricamente pelos dominadores alcan~a urna "eficácia" instnnnenlai mortal: posto em prática é o mal (norma, ato, institlli~ao ou sistema de eticidade: como a ordem do mercado de Hayek). 50. É o tema do capitulo 1 de Ética de la Liberación. já citada. 51. Peter ULRICH, em sua obra Transformation der okonomischen Vcnlllnft. P~lIl Haupt, Berna 1993, constrói lima epistemologia da ciencia económica ~ partir d~ razao discursiva. Ao criticar a economia utilitarista (p. 1715) perde a possibilidade de reconstnlir lima razao prático-malerial económica; já que, ao final. só proporá uma razao económic~ discursiva - a da comunidad e de comunica~ao dos economistas .. mas nao a razao conslrutiva económica da vida de cada sujeilo humano por meio d~ rela~ao comunitária prático-produtiva económica. 127 13031 sistema economico pode infelizmente deixar de causar como efeito nao intencional, uítimas. Só um sistema perfeito (impossível empiricamente) nao causaria vítimas52. O próprio Smith observa cinicamente: "Numa sociedad e civilizada só entre gente das camadas inferiores do povo a escassez de alimentos pode por limites a multiplica<;aoda espécie humana; e isto nao pode ocorrer de outro modo a nao ser destruindo grande parte dos filhos, fruto de matrimonios fecund os ,,53 . Hayek também suspeita disso ao escrever que "há pessoas que se sentem tao perturbadas por alguns efeítos do mercado,,54, e depois de mostrar as "maravilhas" do sistema indica que, "inclusive nos tempos mais calamitosos, nove em cada dez (pessoas) verao confirmadas suas esperanc;:as,,55. E se a situac;:ao fosse quase inversa: uma de cada dez ve hoje confirmada suas esperanc;:as? E se o sistema de mercado produzisse como efeito nao intencional uma horrível pobreza na maioria da humanidade, e ainda, no presente, numa porcentagem crescente nos países centrais do capitalismo? Como é impossível nao haver "pobres" (as "vítimas" económicas), sua presenc;:a ainda poderia ser suportável se fosse uma presenc;:a minoritária ou uma situac;:ao tolerável. Mas quando 52. Para HAYEK, embora a concorrencia perfeita seja um modelo (embora nao perceba que e inconsistente, pois se fosse "perfeita" nao poderia haver eoncorrencia, nem lógica netn empiricamente), introjeta no mercado empirico uma "tendencia" para o equilibrio que nao pode ser demonstrada eientificamente. Este e o "efeito" do mercado: o equilibrio (a anliga harmonia da Mao de Deus em Smith, agora seeularizada) faz as Veles de um sistema perfeito no mercado; quer dizer, os efeitos negativos (por exemplo, a miséria da maioria da atual humanidade) nao sao produtos de desequilibrios do mercado, mas da falta de mais mercado (trata-se agora de uma tese "metafísica", no piar sentido do termo). É uma proposta ideológica nao falseável (para ralar como Popper), imune a qualquer falseador empirico, Em teologia isto se chama idolatria; para Marx é fetichismo; em epistemologia é pseudociencia (el. a obra de Ricardo G6MEZ, já citada). 53. The Wealth of Nations, 1, 8; p. 77-78. Neste capítulo sobre os salários, escreve contra a escravidao: "Os trabalhos feitos por homens Iivres sempre saem mais baratos, em última análise, do que os trabalhos realizados por escravos' (p. 79), já que "a frugalidad e e cuidadosa atenc;ao do pobre (') se encontra naturalmente no homem Iivre" (lbid.). A cínica argumentac;ao vai aquí nurna línha crítica e revolucionária, mas suas razóes serao as rnesmas que mostrarao hoje que é mais barato deixar mOrrer os pobres livres em Bangladesh ou no sul do Saara do que procurar salvá-Ios da rome ou da AIDS. 54. HAYEK, La fatal arrogancia. 55. ¡bid. Los errores del socialismo, ed. cit., p. 142. 128 [304] sua propon;:ao é majoritária e seu estado se torna intolerável, isto é, quando a riqueza de uns poucos já nao pode ser oculta ou maquilada diante da mortal miséria de muitos pobres - como mostra o comunicado do EZLN de Chiapas? Neste caso a ciencia económica crítica se torna necessária para urna teologia crítica e realista. Será necessário contar com exposic;:ao "científica,,56, com alguma "explicac;:ao (explanation),,57 das causas 58da negatividade-material da vítima. Em outras palavras: é necessário apresentar argumentos racionais do porque da miséria. Existe um texto extremamente claro e que define de maneira explícita o que chamaremos a partir de agora o "terceiro critério de demarcac;:ao" em epistemología. Leia-se com cuidado a descric;:ao de Marx: "Era evidente que, se era o próprio desenvolvimento real que dava essa expressao implacável, a saber, a contradi<;:aoentre a crescente riqueza da na~ao, na Inglaterra, e a crescente miséria (Elend) dos trabalhadoresGO; e posto que, além disso, estas contradi<;:6es apresentavam, na teoria de Ricardo, etc., uma expressao teoricamente evidente, embora inconscienteG1, era natural que os espíritos que se colocavam do lado (auf die Seite stellten) do proletariado captassem (aufgegriffen) a contradi<;:ao já teoricamente colocada as claras por eles. O trabalho é a única fonte de valor comercial e o único criador ativo do valor de uso. Isso dizeis. a economiaburguesa59 56. Seria uma ciencia social como "programa de pesquisa cientifica" á maneira de lákatos, respondendo, é claro. a critérios de "cientjfjcidade" reconstruidos criticomente e náo segundo os critérios standard do próprio lákatos que, por serem muito estreitos ou redutivos, atreve-se a aplicar exigencias científicas mal definidas e deduzir, por exemplo. que a psicanálise. a análise económica de Marx, ou a pedagogia do oprimido de Paulo Freire (acrescentarnos nós) náo sáo científicas. Certamente estes discursos cientificos nao respondem aos critérios das ciencias funcionais, mas sim a critérios de ciencia crítica que parte de uma op~ao ética e de um "colocar-se do lado" das vítimas como condi~ao de possibilidade prática de uma ciencia "critica". Tudo isto nos levaria muito longe, mas é absolutamente necessário come,ar a discussoo - porque náo se propós epistemologicamenle em filosofía da ciencia até o momento este "terceiro critério" como critério de "demarca~áo". 57. CL a citada obra de APEL, com referencia á "explana~áo". 58. Ver a citada obra de Von WRIGHT, sobre a qllestao da '·causalidade". 59. Que denominei "ciencia social funcional"'. 60. Por um lado, estas sáo as vítimas vísllalizadas por Mane Por outro, podemos hoje formular a contradi<;ao dentro do processo do mercado: a contradi~áo entre a crescente riqueza dos países "centrais" do capitalismo e a crescente miséria nos países "periféricos". 61. Esta náo consciencia de efeitos náo intencionis do sistema capitalista se co-implicam. 129 [305] -) .•¡ Mas, por outro lado, afirmais que o capital é tudo e o trabalhador nao é nada ou sirnplesrnente custo de produc;:aodo capital. Contradizeis a vós mesmos. O capital nao é outra coisa senao urna fraude feita ao operário. O traba/ho é tudO ..62. Nessas Iinhas está expresso o "terceiro critério de demarca<;ao" ao qual estou me referind063. No "programa de investiga¡;:ao científica" de Marx, o que interessava era "explicar" a "causa" da miséria. Esta causa estrutural, denominou-a de "mais-valor": valor produzido no mais-tempo já nao pago pelo salário; vida humana objetivada nao paga (roubada) ao operário. Isso nos mostra a "lógica" da ciencia social crítica, necessária a teologia crítica para seu próprio discurso. A mim hoje me "interessa" mais, articulado a miséria das na¡;:óes periféricas (a seus povos, etnias, grupos e também c1asse operária, etc.), o problema da "competi¡;:ao" entre capitais nacionais, que permite a "transferencia" de valor (mais valor) de urna nac;áo a outra. A globalizac;:ao nao está tao avan¡;:ada a ponto de suprimir as fronteiras nacionais. ¡ l i l. 1 ! 1 I 1 1 I I 1 1¡ Quer dizer, desde a negac;:ao da possibilidade da reproduc;:ao da vida do sujeito humano, interpreta-se teologicamente a norma, ac;:ao ou instituic;:ao (aqui "o mercado" segundo Hayek) como o pecado da injustic;:a, porque é negac;:ao do Reino de Deus em cada ser humano, na morte do pobre. Pode-se, assim, enunciar - com mediac;:óes analítico-críticas - um juízo ético-teológico sobre a teoria do mercado, de sua lógica, suas leis, sua pressuposta ética. O mercado, definido como o fazem os neoclássicos ou neoliberais, é um sistema formal autopoiético, auto-referente e abstrato (como a "Iinguagem L" na semantica de Tarski, ou o "sistema" de 62. Karl MARX, Mans. 61-63, Cademo XIV; em MARX, 1979, p. 1390; trad. espanhola l. 3, p. 231. 63. No plano mundial da globaliza<;áo do mercado, quando Marx escreve: "00 lato de que o lucro possa estar por debaixo do mais-valor, ou seja, de que o capital possa ser intercambiado por um lucro mas sem validar-se em sentido estrito, depreende-se que náo só os capitalistas individllais, mas as na<;óes podem lazer transa<;óes comerciais continuamente entre si (...) sem que por isso tenham que obter lucros iguais. Urna pode apropriar-se constantemente de urna parte do mais-trabalho da outra, sem dar nada ern troca, SÓ que neste caso isto náo ocorre na mesma medida que entre o capitalista e o operário" (Grundrisse, Cado VII; em Grundrisse der Kritik der politischen Oekonomie, Dietz Verlag, Berlim 1974, p. 755). CI. mell artigo Marx's Economic Manuscripts 01 1861-63 and the "Concept" 01 Dependency (DUSSEL, 1990). 130 [306) Luhmann), cujo único horizonte é a reprodUl;ao do capital, no marco do mercado e contando exclusivamente com "prec;os". Nao há doutrina do "trabalho-valor" que possa mediar a antropología e a economia com a ética. A vida dos seres humanos nao tem relevancia alguma para os "sistemas formais" - sem conteúdo. Fala-se de sobrevivencia, mas trata-se apenas de um argumento apologético que oculta os horríveis efeitos nao intencionais, que nenhum pretenso "equilibrio" evita. Trata-se na verdade de um espantoso desequilibrio64. De maneira que, desde a afirmae;áo da vida, descobre-se que ela é negada as vítimas (os pobres e desempregados no mundo periférico e central do capitalismo), os juízos de fato ou enunciados formais (de razao instrumental ou dialético-ontológicos) sao agora julgados como falsos (enquanto nao reproduzem a vida), inválidos (enquanto os afetados nao participaram nas decisoes que os vitimizam), ineficazes Gá que a eficácia do mercado nao é reproduc;ao factivel da vida das maiorias: é ineficaz a vida). As normas, atas, instituic;oes ou sistema de eticidade que sao fruto nao intencional do mercado, conforme a formulac;ao de Hayek, sua lógica contém a maldade e injustic;apróprias daquele que mata: "Veja (...) a morte e o mal" (Ot 30,15). Oescobrem-se assim tres novos principios éticos: 4) o princípio ético-crítico que abriga a criticar profeticamente o sistema do mercado a partir das vítimas; 5) o principio formal consensual que abriga a organizar a participac;ao simétrica das vítimas (sao os movimentos sociais e politicos críticos, emergentes: ecológicos, feministas, operários, do mundo periférico, etc.); e 6) o principioIibertac;aoque obriga a desconstruir realmente as negatividades (das normas, ac;oes, instituic;oes ou sistema de eticidade) e construir praticamente as novas instancias necessárias (os complexos momentos de uma práxis de Iibertac;ao). A razao prático-material pode assim comparar os fins aos quais tende o mercado segundo Hayek e julgá-los a partir dos tres critérios ético-positivos (l. vida, 2. participac;ao simétrica e 3. fac64. Sobre o desequilibrio empírico causado em nome do "equilíbrio" do mercado, ver Franz HINKELAMMERT, Crítica a la razón utópica, cap. 2: "A inconsisténcia da teoria geral do equilibrio" (pontos d-e), DEI, San José (Costa Rica) 1984, p. 675. 131 [307] tibilidade), e, só agora, negativamente, lan<;a-seo "juízo" ético deduzido dos critérios éticos positivos: trata-se do Juízo Final: "tive fome e me destes de comer!" (Mt 25,35). Estes juízos éticos negativos (sobre a "fome", etc.), enunciados normativos, nao sao em primeiro lugar "juízos de valor", como pensava Rudolf Carnap ou Alfred Ayer. Os valores provem das normas, atas, institui<;6es ou sistemas de eticidade enquanto media<;6es para a reprodu<;ao da vida humana. Os valores néio fundam a ética. A ética nao consiste essencialmente em juízos de valor ou degusta<;:ao(subjetivos, particulares), mas em juízos de fa tos universais: "Joao tem fome porque ficou sem salário (trabalho) no mercado competitivo de trabalho". É um juízo de fato! Oeste juízo de fato se deduz, contra a impropriamente chamada "falácia naturalista" de Hume65, que em principio (e sem levar em canta circunstancias concretas, mas universalmente): "Eu devo dar de comer a Joao, pois sem a minha ajuda ele pode morrer!" Desde Emmanuel Levinas podemos fundamentar o por que somos "responsáveis-pelo-outro", uma vez que, comunitária e solidariamente, sua morte é antecipa<;ao de nossa morte; e aquele que mata se suicida - pois inicia ou aprofunda uma "lógica de nega<;:aoda vida" que terá como efeito sua própria morte66. Tradu~ao de Lúcia Mathilde Endlich Orth 65. Refuto a chamada "falácia" no capítulo 1 de Ética de la Liberación. 66. Diz a sabedoria popular latino-americana: "Quem com ferro fere, com ferro será feridol" 132 [308)