ONCILlli - Enrique Dussel

Transcrição

ONCILlli - Enrique Dussel
Revista intemaGional de Teología
ONCILlli
•..
.
'
•
,
1
...•.
"
editorial verbo divino
SEPARATA
del nO 270
abril 1997
Enrique Dussel:
EL MERCADO EN LA PERSPECTIVA ÉTICA
DE LA lEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN
Enrique Dussel
*
EL MERCADO EN LA PERSPECTIVA ÉTICA
DE LA TEOLOGíA DE LA LIBERACIÓN
¡¡Está escrito: Será mi casa de oraCJon¡ pero
usteden la han convertido en una cueva de
ladrones/l (Lc 79¡46)
esde los primeros códigos
éticos que recuerda la humanidad, junto a las exigencias económicas, hubo también exigencias críticas. Por ejemplo, el rey de Lagash
Uruinimgina
(2352-2343 a.c.) incluyó en su Reforma legal (ley 27)
el siguiente texto ético-económico:
\
" ... ÉI liberó
y condonó
las deudas
para aquellas
familias
en-
* ENRIQUE DUSSELes licenciado en filosofía (Mendoza, Argentina), doctor
en filosofía (Universidad
Complutense),
licenciado en teología (París), doctor en historia (La Sorbona), doctor "honoris causa" en teología (Friburgol.
Profesor de ética (UNAM, México), de historia de la Iglesia (México), presidente de CEHILA (1973-1992), miembro fundador de EATWOT.
Entre sus libros se encuentran: Historia de la Iglesia en América Latina.
Medio milenio de coloniaje y liberación (7492-1992), 8.ª ed., Esquila Misional, Madrid-México
1992; Para una ética de la liberación
latinoamericana, Siglo XXI-USTA, Buenos Aires-Bogotá 1973-1980, vols 1-IV (posteriores
ediciones); Filosofía de la liberación, Edicol, México 1977 (posteriores ediciones); Etica comunitaria,
San Pablo, Madrid 1986; El último Marx (78631882) Y la liberación
latinoamericana,
Siglo XXI, México 1990; 1492: El
descubrimiento
del Otro, Nueva Utopía, Madrid
1992; editor de The
Church in Latin America (7491-1992), Orbis Books, Nueva York 1992; Apel,
Ricoueyr, Rorty y la Filosofía de la liberación, Universidad
de Guadalajara,
Guadalajara 1993; Las metáforas teológicas de Marx, Ed. Verbo Divino, Estella 1994; Historia de la filosofía latinoamericana
y filosofía de la liberación, Nueva América, Bogotá 1994.
Dirección:
Celaya, 21-402, Colonia Hipódromo,
06100 México
D.F.
(México).
316
Concilium 2/124
EL MERCADO
EN LA PERSPECTIVA ÉTICA DE LA TEOLOGíA
DE LA LIBERACIÓN
deudadas [oo.] que vivían como deudores l. .. ] Prometió solemnemente a Ningirsu que nunca entregaría al huérfano y a la viuda al opresor" 1.
Así como también el Libro de los muertos de Egipto, en torno de
la sagrada ciudad de Menfis (que se remontan hasta hace 5.000
años), encontramos criterios ético-económicos:
"No empobrecí a un hombre en sus bienes [oo.] No hice padecer
hambre [oo.] No añadí [peso] a la medida de la balanza. No falseé el
peso de la balanza [oo.] No opuse al agua corriente ningún dique [oo.]
No robé con violencia [oo.] Di pan al hambriento, agua al sediento,
vestí al que estaba desnudo y una barca al náufrago" 2.
Veremos que estos criterios de alta criticidad -todavía vigentes
hoy en día- tienen un sentido crítico material, económico. Por ello,
podemos indicar desde ya que, frente a los seis estadios de conciencia moral analizados por Lawrence Kohlberg 3, podríamos colocar junto a ellos otros seis grados de conciencia "ético-crítica". De
manera que en un grado muy bajo formal de desarrollo moral, y
junto a la magia y a mitos muy primitivos aún preconvencionales,
encontramos ya criterios y principios ético-críticos materiales de
1 Véase Los primeros
códigos de la humanidad, Federico Lara PeinadoFederico Lara González (eds.l, Tecnos, Madrid 1994, pp. 24-25.
2 Libro de los muertos,
cap. 125; Federico Lara Peinado (ed.), Tecnos,
Madrid 1989, pp. 202-209. En el juicio final de jesús en Mateo 25,35-36,
las exigencias ético-críticas tienen el siguiente orden: 1. hambre, 2. sed, 3.
hospedar, 4. vestir, 5. sanar, 6. visitar al preso. En Isaías 58,7, el orden es: 1.
pan, 3. casa, 4. vestido (falta 2. agua). El orden del Libro de los muertos es 1.
pan, 2. agua, 4. vestido, 3. barca (= casa) (invierte 3 por 4, pero es más
completo que en Isaías. ¿Se habrá inspirado jesús en el Libro de los muertos
más que en Isaías? En otro texto jesús respeta el orden del Libro de los
muertos: "No anden preocupados o pensando qué van a comer [1L o qué
van a beber [2] o qué van a vestir [4]" (Mateo 6,25). Engels, por su parte, se
acerca también al orden del Libro de los muertos (¿no es el más lógico?, pareciera que el vestir es anterior al habitar): "10 que sirve para [1] alimento,
[4] vestido, [3] morada [der Nahrung, Kleidung, Wohnung]" (El origen de la
familia, prólogo, WEB, Dietz Verlag, Berlín 1981, t. 21, pp. 27-28).
3 Véanse L. Kohlberg, Essays on Moral Development,
Harper and Row,
Cambridge, t. 1 (1981 )-2 (1984); y el L. Kohlberg-Ane Colby, The mesuremen of Moral judgement, Cambridge University Press, Cambridge (Mass.),
1987, t. 1-2; Y el comentario de jürgen Habermas, MoralbewuBtesein
und
kommunikatives Handeln, Su.hrkamp, Francfort 1982, pp. 127ss. El criterio
crítico lo trataremos en una Etica de la Liberacion, que publicaremos próximamente, § 4.5.
Concilium 2/125
317
ENRIQUE
DUSSEL
extremo desarrollo (aun con respecto a la modernidad posconvenciona!). ¿Cómo es esto posible? Porque en el mundo egipciomesopotámico hubo ya una muy temprana conciencia críticomaterial, económica, en la cual bebieron los profetas de Israel, sacando sus últimas consecuencias; lo mismo puede decirse de Jesús
de Nazareth 4.
1. ¿Cómo nace la teoría ético-religiosa del mercado moderno?
La ciencia económica moderna, que se formula decisivamente
en el siglo XVIII, surge desde la ética y como solución teológica a
una aporía. Es demasiado sabido que, del libro V de la Ética Nicomaquea 5 sobre la justicia, surgieron los comentarios De jure et
justitia medievales y renacentistas, y de ellos la ciencia económica
moderna. La justicia es la virtud de una tendencia (appetitus decían los latinos). La ética moderna pre-kantiana seguirá siendo una
ética material de las pulsiones y virtudes. Por otra parte, no es extraño que Aristóteles nos hable de que "del zapato, por ejemplo,
podemos servirnos para calzarnos [valor de uso] o como artículo
de cambio (hé metabletiké) [valor de cambio]" 6. El dinero, por su
parte, que sólo sirve para el cambio, no tiene como tal "valor
[áxion] alguno" 7. El dinero presupone la existencia del "mercado"
-"espacio" tradicional donde se efectúa el intercambio de productos del trabajo humano-, que es antediluviano (los c1anes del Paleolítico intercambiaban ya sus productos). Aunque el "mercado"
era un "espacio" social y económico reconocido en todas las éticas pre-modernas, sin embargo, el "dinero" -que es un instrumento formal exclusivo del intercambio, como puro "valor de cambio", y sobre todo en el caso de su acumulación por avaricia- fue
objeto de continua condenación 8. Mucho más el préstamo a in-
4 Véase esto en la Introducción
histórica de la Ética de la Liberación indicada arriba, en especial, el capítulo 4 sobre la "Ética crítica".
5 1129 a 1ss.
6
7
Política 1, 3; 1258 a 8-9.
Ibíd., 1257 b 13.
a Para Aristóteles, "el dinero [oo.]
no corresponde a nada por naturaleza
fphysei d'outhén]" (Poi., ibíd., 1257 b 12): es perverso. Y, por supuesto, para el Evangelio de Jesús: "No pueden servir a Dios y a Mammón" (Mateo
6,24). Debo indicar que este texto bíblico se encuentra frecuentemente bajo
la pluma de Marx (véase mi obra Las metáforas teológicas de Marx, Verbo
318
Concilium 2/126
EL MERCADO EN LA PERSPECTIVA ÉTICA DE LA TEOLOGíA
DE LA LIBERACiÓN
terés 9. Contra una tradición milenaria, la "teoría del mercado" moderna nace como solución de una disputa ético-religiosa en la Escocia
ilustrada presbiteriana, de tradición calvinista. Bernard Mandeville, en
la Fábula de las abejas (Fable of the Bees) (1705), había cínicamente
confrontado, sin muchas garantías de éxito, la hipócrita posición moralista de muchos miembros de la "sociedad comercial", al formular
que "vicios privados" (como el egoísmo, el interés propio de la burguesía naciente) podían aportar "beneficio público" (la riqueza de la
nación, la eliminación de la pobreza al dar salario a los miserables,
etc.). Así formulada, la aporía no podía ser aceptada por los teólogos
moralistas cristianos tradicionales, ni por el "sentido común" moral de
una población cuasi-feudal -que no aceptaba tales contradicciones a
sus más profundas convicciones-o
En efecto, Adam Smith logra solucionar la aporía -aunque muchos otros le antecedieron, y prácticamente todo lo que escribe en
su obra The Theory of Moral Sentiments 10 ya había sido expresado
antes-o Desde un ideal científico a la Newton 11, se debía explicar
todo el ámbito de la conducta humana, movida por pasiones o
sentimientos (Sentiments), por medio de ciertas regularidades
nointencionales que rigen a la sociedad como las leyes naturales a la
naturaleza 12. Y dado que un cristiano no puede simplemente
Divino, Estella 1993: "Un texto bíblico central", pp. 200ss).
9 Condenado por el Deut 23,20-21. Calvino reinterpretó el texto, permitiendo a los cristianos prestar a interés a cristianos. John Knox llevó esta
doctrina al presbiterianismo de Escocia. No es extraño, entonces, que en la
Edimburgo de Knox encontramos, años después, al presbiteriano Adam
Smith ocupando la cátedra de Filosofía moral. Véase en mi obra nombrada
(Las metáforas teológicas de Marx) el parágrafo 4.1: "Muerte del Deuteronomio: nacimiento del capital", pp. 139 ss.
10 The Glasgow
edition of the Works and Correspondence
of Adam
Smith, Liberty Fund,)nidanapolis, t. 1, 1987. Véase la tesis de maestría de
Germán Gutiérrez, Etica y Economía, Universidad Iberoamericana, México
1996 (inédita).
11 Smith estudió astronomía, física y otras ciencias (véase una History of
Astronomy y otras investigaciones sobre estas materias en Essays on PhilosophicalSubjects,
ed. cit., t. 3, 1980, pp. 31ss), admirando especialmente a
Newton.
12 En The Theory of Moral Sentiments
sigue el siguien argumento: 1. Alguien puede por el sentimiento de simpatía ponerse en el lugar de otro (hay
un actor y un espectador). 2. Después alguién se sitúa ante otro y un espectador (habría ahora un actor, un paciente y un espectador. 3. Por último, el
actor se imagina ser su propio espectador. Este "espectador" es su propia
conciencia, que de "espectador imparcial" se transforma en un auténtico
Concilium 2/127
319
ENRIQUE
DUSSEL
aceptar el cinismo de Mande~ille 13, se descubre (como una verdadera "invención" científico-social) que es el mercado el "espacio"
(como el de un laboratorio) donde se produce una metamorfosis
espectacular y de manera necesaria e inadvertida por toda conciencia individual (no decidida por ningún individuo, es decir, nointencionalmente,
lo que de una garantía absoluta al orden,
"regularidad" o legalidad que es su "efecto"): el propio interés de
cada individuo particular -que deja de ser visto simplemente como el vicio del egoísmo-, que lucha caótica, irracional o desordenadamente por sus propios fines 14, produce como su "efecto" el
beneficio público o el amor al prójimo, gracias a la intervención
de un Dios providente 15, que regula al Todo 16 como un reloj
(máquina autorreferente newtoniana en manos del relojero dil/espectador trascendentall/ -anticipando en mucho al propio Kant-. Esa
l/conciencia morall/ universal que cada individuo porta en sí es la presencia
misma del estoico Dios omnisciente, que presente en cada individuo nos
descubre la "armoníal/ de un sistema de conductas, moralidad, virtudes.
"Para Smith, el supremo tribunal es la total y absoluta perfección, que no
puede ser otro que el tribunal de Dios, el Gran juez, el Omnisciente autor
de la Naturalezal/ (G. Gutiérrez, o. c., p. 29).
13 AII public spirit, therefore, all preference of public to private interest,
is, according to him, a mere cheat and imposition upon mankind; and that
human virtue which is so much boasted of, and which is the occasion of so
much emulation among men, is the mere offspring of flattery begot upon
pridel/ (A. Smith, o. c., VII, 2, 4, 8; p. 309).
1/
14 Escompren'sible, y hasta revolucionario, que ante la apatía del simplemente cumplir con lo establecido por una sociedad feudal, que atacando al
egoísmo promovía el conformismo y la falta de creatividad, la burguesía naciente (crítica entonces) debiera justificar "the selfish and original passions of
human nature [...1 appears to be of vastly more importancel/ (o. c., 111,
3, 3; p.
135). Claro que rápidamente se pasa a criticar la "melancholyl/ de muchos
moralistas que exageran la "commiseration for those miseries which we neve
sawl/ (Jbíd., 111,3, 8; p. 139). Smith recomienda ocuparse de lo que mueve
realmente a los sereshumanos, es decir, el interés propio, y no la conmiseración ante el sufrimiento de la pobreza ajena.
15 Hablando de los estoicos, a quienes admira y sigue, escribe Smith: l/A
wise man never complains of the destiny of Providence, nor thinks the universe in confusion when he is out of order. He does not look upon himself
as a whole [...] He enters, if I may say so, into the sentiments of that divine
Being, and considers himself as an atom L ..] Riches of poverty, pleasure or
pain, health or sickness, all is alikel/ Ubíd., p. 276).
1(, According to Zeno, the founder of Stoical doctrine, every animal was
by nature recommended to its own care, and was endowed with the principie of self-Iove, that it might endeavour to preserve, not only its existence,
but all the different parts of its naturel/ (o. c., VII, 2.1, 17; p. 272).
1/
320
Concilium 2/128
EL MERCADO
EN LA PERSPECTIVA ÉTICA DE LA TEOLOGíA
DE LA LIBERACIÓN
vino). Se ha conciliado así: "interés propio-beneficio común,
egoísmo-amor al prójimo. El camino a la ciencia económica estaba abierto 17. Un famoso texto define la cuestión:
"El hombre reclama en la mayor parte de las circunstancias la
ayuda de sus semejantes y en vano puede esperarla sólo de su benevolencia (benevolence). La conseguirá con mayor seguridad interesando en su favor el egoísmo de los toros (their self-Iove) y haciéndoles ver que es ventajoso (advantage) para ellos hacer lo que
les pide [...] Dame lo que necesito y tendrás lo que necesitas (Cive
me that which I want, and you shall have this which you want) [...]
No es la benevolencia del carnicero, del cervecero o del panadero
la que nos procura el alimento, sino la consideración de su propio
interés (interest). No invocamos sus sentimientos humanitarios, sino
su amor a sí mismo (self-Iove)" 18.
Pero, en definitiva, es una teología 19 que concilia los opuestos: es
la "mano de Dios" providente la que saca, de manera necesaria y
no-intencional, un orden racional (el mercado, el "espacio" de la
universalidad) desde el caos o el desorden irracional (del propio interés egoísta, particular):
"Como cualquier individuo pone todo su empeño en emplear su
capital en sostener la industria doméstica l...] resulta que cada uno
de ellos colabora de una manera necesaria en la obtención del ingreso anual máximo20 para la sociedad. Ninguno se propone 21, por
lo general, promover el interés públ ico, ni saben hasta qué punto lo
17 En la época de Smith, todo profesor c!e Filosofía moral exponía el tema
en cuatro tratados: 1. Teología natural. 2. Etica. 3. Justicia y 4. Gobierno. En
1759 publica su ética (The Theory of Moral Sentiments), cumpliendo
con la
parte 2. Trabaja después en sus Lectures on Jurisprudence (1763) (dividida
por Smith en cuatro partes: 1. Justicia [la parte habitual 3]. 2. Política o Gobierno [la 4]. 3. Ingresos, y 4. Armamento). De regreso de París (1764), durante diez años (1766-1776),
se ocupa de las tres últimas partes indicadas,
bajo el título de An fnquiry into the Nature and Causes of the Wealth of Nations (ed. cit., t. 2; citaré de la edición española, FCE., México 1984).
18
The Wealth ofNations,
19
Véase Arend
oerwoud
Libro 1, cap. 2; p. 17.
De Nacht van het Kapitaal. Door het
naar de bronnen van de burgerlijke refigie, Sun,
Th. van Leewen,
van de economie
Nimega 1984: "Religión económica",
cap. 3, pp. 301 ss.
20 Obsérvese
el efecto formal de una razón instrumental
"eficacia".
21
Es lo propio de una acción "no-intencional".
22
De nuevo la "no-conciencia"
Concilium 2/129
del "efecto"
medio-fin:
que se produce,
su
pero que
321
ENRIQUE
DUSSEL
promueve l...] Pero, en éste como en otros casos, es conducido por
una mano invisible a promover un fin que no entraba en sus intenciones" 23-24.
Hasta aquí nos hemos movido en el nivel de la "necesidad" económica, desde una intervención divina (es entonces una economíateológica). Ahora concluye ético-teológicamente:
"Mas no implica mal alguno para la sociedad que tal fin no entre
a formar parte de sus propósitos 25, pues al perseguir su propio interés, promueve el de la sociedad de una manera más efectiva 26 que
si esto entrara en sus designios l...] El gobernante que intentase dirigir a los particulares respecto de la forma de emplear sus respectivos
capitales, tomaría a su cargo una empresa imposible" 27.
Tenemos aquí clara y expresamente diseñado el modelo de la
economía de mercado, y la "imposibilidad" política del pretender
regularlo. La "Ley del Mercado" -como regularidad ontológica necesaria- exige, según esta teoría, dejar al mercado que se autorregule (sistema cibernética 28, diríamos hoy) a partir de sus propias estructuras no-intencionales, necesarias, y las mejores (ética y
teológicamente hablando). Tocar ese tan perfecto y complicadísimo
sin embargo de manera necesaria, como hemos visto.
acontece
La "no-intencionalidad"
es lo que permite epistemológicamente,
mayor seguridad, alcanzar en la "ciencia" económica una "regularidad"
la acerca a la física newtoniana.
23
24
o.
con
que
c., Lib. IV, cap. 2.; p. 402.
Contra una ética tradicional
donde la autoconciencia
y la responsabilidad del acto son constitutivos éticos del mismo, Smith meustra ahora la
existencia de estructuras económicas
objetivas que se dan más allá de la
intencionalidad
explícita.
25
26 Aquí se argumentó
desde la "eficacia" -como hemos visto-, pero de
moratodas maneras se muestra critico de una sociedad feudal, tradicional,
lizante, que niega a la "sociedad comercial"
naciente. Se trata, entonces, de
la fundamentación
ético-teológica
de la burguesía en su etapa crítica, profética, revolucionaria.
Por ahora, no se han visto los "efectos" devastadores de
esas consecuencias no-intencionales,
aunque el joven Engels las analizará
en su magnífica obra La situación de la clase obrera en Inglaterra (ME\!\!,
1980, t. 2, pp. 225ss), fruto de una conciencia
ética que tiene conmiseración ante el dolor de las víctimas.
27
Ibid.
28 Véase
Niklas Luhmann,
"Wirtschaft
als soziales System", en K.-E.
Schenk (ed.), Systemanalyse in den Wirtschafts - und Sozialwissenschaften,
Berlín 1971, pp. 136-171; y Soziale Systeme. Crundriss einer allgemeinen
Theorie, Suhrkamp, Francfort 1984.
322
Concilium 2/130
EL MERCADO EN LA PERSPECTIVA ÉTICA DE LA TEOLOGíA
DE LA LIBERACIÓN
"reloj" es soberbia (sólo la "mano de Dios", perfecto "relojero", puede
"meter mano"), Humildad es atenerse a la realidad misma del mercado 29. De este estadio de cosas nace, con anterioridad, la formulación
de la llamada "falacia naturalista" de Hume: el "deber-ser" feudal,
moralista, aparente, es reemplazado por un "ser" efectivo del mercado. Lo que interesa es el "ser" (del interés propio del mercado); el
"deber ser" queda en el aire y ya no es necesario (como mera ética de
la benevolencia). En verdad, el "ser" tiene ya su ética.
11.La ética "funcional" al mercado
En la tradición más radical de la economía burguesa actual encontramos a Friedrich von Hayek -de la escuela austríaca 30_. Smith
ha sufrido radicales modificaciones.
En primer lugar, Smith es un
Hayek es
economista crítico (del feudalismo y del mercantilismo);
un economista conservador (contra el "racionalismo
constructivista"
del Estado benefactor de la socialdemocracia
o de Keynes, y de la
planificación soviética). En segundo lugar, el mercado, regido por la
"mano de Dios" en Smith, es ahora en Hayek una condición de posibilidad ontológica del conocimiento suficiente de todo lo necesario para poder operar (para "ofrecer" lo ofertado o "preferir" lo demandado).
Ante
la imposibilidad
humana
de poseer una
omnisciencia divina (lo que constituye un acto de humildad del individuo al reconocer los límites cognitivos de su propia razón finita)
de la complejidad
infinita de la realidad, el mercado -por el mecanismo de la competencia en plena libertad, sin monopolio o coacción alguna (condición absoluta)- nos entrega por los "precios" 31 un
conocimiento
suficiente:
"Aunque la ciencia económica haya analizado debidamente el
fenómeno de la división del trabajo [Oo.] no ha dedicado esfuerzo
29 Véanse las obras de Frank Hinkelammert,
Cultura de la esperanza y
sociedad sin exclusión, DEI, San José 1995; Hugo Assmann-F. Hinkelammert, A idolatria do Mercado. Ensaio sobre Economia e Teologia, Vozes,
Petrópolis 1989.
30 Véase, de varios autores,
México 1989.
La Escuela Austríaca de Economía, CEEE,
31 Considérese
el ejemplo del "lápiz" del divulgador de Hayek, Milton
Friedman, Free to choose, Avon Books, Nueva York 1979, en el capítulo
"The Power of Market", pp. 3ss. Del mismo autor, Capitalism and Freedom,
University of Chicago Press, Chicago 1982.
Concilium
2/131
323
ENRIQUE DUSSEl
similar al examen del problema de la fragmentación
miento" 32.
del conoci-
El conocimiento parcial humano, gracias al cálculo monetario del
precio en el "sistema del mercado" -puramente formai-, es ahora el
horizonte privilegiado de toda "racionalidad posible". El "orden del
mercado" es un natural, espontáneo, no-intencional, y no necesita
intervención voluntaria. El sistema del mercado necesita, sin embargo, un fundamento para su funcionamiento: éste es el orden moral
vigente, que da los hábitos e instituciones sobre los que los mecanismos del mercado se cumplen (las normas básicas son: respecto
por la propiedad privada positiva, reconocimiento de la libertad
efectiva de cada participante 33, obligación de cumplir los contratos
estipulados, honestidad en cumplir las reglas de la competencia,
disciplina en el ahorro, etc. 34):
"Vivimos en una sociedad civilizada, porque hemos llegado a
asumir de forma no-intencional determinados hábitos heredados de
carácter fundamentalmente moral [oo.] La aceptación de las normas
morales transmitidas por tradición -normas sobre las cuales el mercado descansa- es lo que nos permite generar y utilizar un volumen
de información y recursos mayor del que pudiera poner al alcance
de la comunidad una economía centralmente planificada" 35.
La moral meramente individual se disuelve en este "orden extenso" (o moral social: la Sittlichkeit hegeliana, la "totalité" de Lévinas).
Hayek propone reconstruir la historia del orden moral vigente del
mercado burgués actual, producto de una evolución natural milenaria. Lo paradójico es que fundamenta racionalmente (argumenta)
esta moral vigente tomando como razón "la sobrevivencia de la
humanidad":
32 F. van Hayek, Derecho, legislación y libertad, Unión Editorial, Madrid
1985, p. 40. Véase Germán Gutiérrez, o. c., pp. 76ss, para toda la cuestión
de la ética de Hayek.
33 Véase de Hayek, The Road of Serfdom, University of Chicago
Press,
Chicago 1972; y en especial Los fundamentos de la libertad, Unión Editorial, Madrid 1975, t. 1-2.
34 Explícitamente
se excluyen normas tales como el altruismo, la solidaridad, la fraternidad o igualdad: "Un orden en que todos tratasen a sus semejantes como a sí mismos desembocaría en un mundo en el que pocos
dispondrían de la posibilidad de multiplicarse y fructificar" (lbíd, p. 44).
35 Hayek,
La fatal arrogancia [soberbia]. Los errores del socialismo,
Unión Editorial, Madrid 1990, pp. 33-34.
324
Concilium 2/132
EL MERCADO
EN LA PERSPECTIVA ÉTICA DE LA TEOLOGíA
DE LA LIBERACiÓN
"El debate entre el orden del mercado y el socialista es una cuestión que afecta, en definitiva, a la propia sobrevivencia de la especie
humana. La asunción, por la sociedad de las recomendaciones socialistas en materia de ética, implicará la desaparición de gran parte
de la población y la pauperización del resto" 36.
La eficacia, factibilidad, del sistema de mercado competitivo
queda demostrada gracias a la sobrevivencia de los miembros de la
civilización actual. La vida es la premisa mayor del argumento. De
esta manera, la "moral burguesa vigente" -en el sentido extremo,
tradicional y conservador de Hayek- no es una expresión a posteriori que pretende justificar el mercado 37, sino que es una ontología
naturalista, que da al mercado y a la competencia el marco normativo no-intencional ético de referencia, que en nada puede criticarse
-se trata del concepto de "tradición" conservador, igualmente presente en Karl Popper- 38. En el fondo se trata de una tautología: se
parte de la moral burguesa vigente y formalmente preexistencia del
mercado; se enumeran después por deducción sus presupuestos
normativos ya siempre a priori exigidos; se los definen como las
normas básicas; y, a partir de ellos (que, como hemos indicado, fueron deducidos desde el mercado), se pretende ahora fundar onto36Ibíd., p. 35. No puede ver que, exactamente, son estos "efectos" los
que hoy se descubren como causados por el mercado sin limitación alguna.
37 Tal es el caso de la obra de H. B. Acton,
The Moral of Market,
Longman Group, Londres 1971, en cuyo capítulo 3 ("Ética de la competencia") se ocupa de justificar "a" la competencia. Hayek, por el contrario,
muestra la "condición [ontológica] de posibilidad" moral "de la" competencia (a prior¡). Es en este sentido que Marx decía: "Por esto la Economía,
pese a su mundana y placentera apariencia, es una verdadera ciencia moral,
la más moral de las ciencias. La autorrenuncia, la renuncia a la vida, y a toda humana necesidad es su dogma fundamental. Cuanto menos comas y
bebas cuantos menos licores compres, cuanto menos vayas al teatro, al
baile, a la taberna [oo.] tanto más ahorras, tanto mayor se hace tu tesoro al
que ni polillas ni herrumbre devoran, tu capital" (Mans. 44, 111;ME\!\!, t. 1
EB, p. 549). Marx se está refiriendo a este texto preferido y frecuentemente
nombrado, de Mateo.
38 Véase Ricardo Gómez,
Neoliberalismo y seudociencia, Lugar Editorial, Buenos Aires 1996, en cuya tesis NL2, que refuta desde un punto de
vista estrictamente epistemológico, indica: "La sociedad es sólo el nombre
del conjunto de los individuos que la componen, ligados entre sí especialmente por un sistema de tradiciones homogéneas" (p. 170). Y agrega: "No
en vano Hayek afirma que una sociedad libre es una sociedad de ligaduras
tradicionales. De ahí que tanto para él como para Popper [oo.] el intentar
cambiarla radicalmente es irracional, porque implicaría entre otras cosas
abandonar la sociedad auténticamente libre" (pp. 170-171).
Concilium
2/133
325
ENRIQUE
DUSSEL
lógico-ética e histórico-evolutivamente
al mismo mercado. A esto
llamamos una "ética funcional" (y tiene sus teologías, y la "doctrina
social" 39 de alguna iglesia, también funcionales). Esta ética funcional se deduce: a) de una ciencia social funcional (en este caso extremo, de una economía neoliberal, conservadora, donde la "lógica
del mercado total" por sí sola logra más eficazmente la sobrevivencia de la humanidad), y b) de un sistema capitalista realmente existente.
111.Crítica profética del mercado
¿Cómo debería proceder una teología crítica, o de liberación,
ante este tipo de formulaciones con pretensión de cientificidad,
objetividad,
inevitabilidad,
naturalidad económica?
Deberá siempre
echar mano del criterio crítico que es negativo y material, como recuerda Horkheimer:
"Lo que la teoría tradicional
[léase: economía neoliberal]
se
permite admitir sin más como vigente (vorhandenen), su papel positivo 40 en una sociedad en funcionamiento
[...] son cuestionadas por
el pensamiento crítico (kristischen Denken). La meta que éste quiere
alcanzar, es decir, una situación fundada en la razón, se basa en la
miseria presente (Not der Gegenwart) [...] La teoría esbozada 4' por
el pensar crítico no obra al servicio de una realidad ya vigente
(vorhandenen Realitat)" 42-43.
O, como sugiere el fundador de la Escuela de Marburgo,
creyente, Hermann Cohen, escribiendo:
"Te prophets were not philosophers, but they were
[economist...]
The poor became for them the symbol
judío
politicians
of human
, 39 Véase el capítulo 19: "La Doctrina Social y el Evangelio", en mi obra
ftica comunitaria, San Pablo, Madrid 1986.
40 Adviértase
la "positividad" del orden del mercado de un Hayek es
"afirmación de la eticidad vigente".
41 Se trataría de la "crítica negativa" del sisema de mercado,
pero además
debería consistir en la "construcción positiva de alternativas".
42 Aquí, entonces,
Horkheimer nos habla de dos "realidades": la del orden vigente (en nuestro caso, del mercado), y la futura realidad fruto de una
"praxis de liberación (Praxis der Befreiungs)" (o. c. siguiente, p. 49).
43 "Teoría tradicional
y teoría crítica", en Max Horkheimer, Traditionelle
und kritische Theorie. Vier Aufsatze, Fischer, Frankfurt 1970, p. 35.
326
Concilium 2/134
EL MERCADO
EN LA PERSPECTIVA ÉTICA DE LA TEOLOGíA
DE LA LIBERACIÓN
suffering [...] Thus, their God becomes the God of the poor. The social insight of the prophets recognizes in the poor the symptomatic
sing of the sickness of the State" 44.
O, aún más recientemente,
leemos en un diario mexicano:
"Los más viejos de los viejos de nuestros pueblos nos hablaron
palabras que venían de muy lejos, de cuando nuestra:; vida::no eran,
de cuando nuestra voz era callada. Y caminaba la verdad en las
palabras de los más viejos de los viejos de nuestro pueblo. Y
aprendimos en sus palabras:
que la larga noche de dolor 45 de nuestras gentes venida de las
manos y palabras de los poderosos,
que nuestra miseria era riqueza para unos cuantos,
que sobre los huesos y el polvo de nuestros antepasados y de
nuestros hijos se construyó una casa para los poderosos,
y que en esa casa no podía entrar nuestro paso,
y que la abundancia de su mesa se llenaba con el vacío de nuestros estómagos,
y que sus lujos eran paridas por nuestra pobreza,
y que la fuerza de sus techos y paredes se levantaba sobre la
fragilidad de nuestros cuerpos,
y que la salud que llenaba sus espacios venía de la muerte nuestra,
y que la sabiduría que ahí vivía de nuestra ignorancia se nutría,
que la paz que la cobijaba era guerra para nuestras gentes [... ]" 46.
Estas posiciones, como en los profetas bíblicos
44
47,
nos hablan de
Religion of Reason out of the sources of Judaism, Ungar Pub. Co.,
Nueva York 1972, p. 23.
45 El dolor es la "señal" de la negatividad
viente como punto de partida de la crítica.
material,
de la corporalidad
vi-
46 "Entramos
otra vez en la historia", mensaje del Ejército Zapatista de
Liberación
Nacional
(EZLN), Chiapas (México), en La Jornada (México),
martes 22 de febrero (1994), p. 8.
47 Considérense
textos tales como Deut 5,19 Y 17, 24,17-22;
Lev 5,2123: Jer 22,16; Os 6,6; etc. La justicia se liga siempre a la vida: "¿No vale
más la vida que el alimento, y el cuerpo que el vestido?" (Mateo 6,26). De
la vida como "criterio de verdad": "La Palabra [... ] contenía la Vida, yesa
Vida era luz [= verdad] de los hombres" (Jn 1,1-4); "Yo soy el camino, la
verdad, y la vida" (Jn 14,6). La vida o satisfacción plena ,del "pobre" es el
"Reino de Dios" (Luc 6,20-24). Véase mi obra ya citada Etica comunitaria,
cap. 1.
Concilium
2/135
327
ENRIQUE
una lógica
crítica
los sujetos
humanos
-que
cios
40
48
que parte
como
siempre
"carne"
no es el mero "cuerpo"de hecho,
de la ciencia
DUSSEL
de la afirmación
(en hebreo
de la vida de
basar, en griego sarx)
como criterio
de verdad
(de los jui49. La "vida"
debe
o de la teología)
En nuestra Ética de la Liberación, de próxima
aparición,
§
5.3. Episte-
estamos hablando de un "tercer criterio de demarcación
(demarcation)". Si el primero [1] "delimita" lo que es ciencia y lo que no es
(desde Rudolf Carnap hasta Karl Popper, Thomas Kuhn, Paul Feyerabend o
Imre Lákatos); si el segundo criterio [2] "delimita"
entre ciencias naturales y
ciencias humanas o sociales (desde un Hans-Georg Gadamer, Wahrheit und
Methode, Mohr, Tubinga 1960; George Henrik van Wrigth, Explanation and
Understanding, Cornell University Press, Ithaca 1971, o un Karl-Otto Apel,
Understanding and Explanation, MIT Press, Cambridge (Mass.) 1984; el
"tercer"criterio
[3] de demarcación es el que delimita la diferencia entre las
ciencias humanas o sociales funcionales y críticas. De alguna manera el debate Popper-Adorno
(véase T. Adorno, K. Popper, R.• Dahrendorf, j. Habermas, H. Albert (eds.), Der Positivismusstreit in der deutschen Soziologie,
Luchterhand, Berlín 1969) indicó algunos temas de este "tercer" criterio, pero confusamente. Adorno -lo mismo que la Escuela de Franefort en generalconfundió estos "tres" criterios en el debate entre (1) pensamiento analítico
mológicamente
o P?sitivista (de la razón instrumental) y (2) pensamiento dialéctico-crítico.
La Etica del Discurso (al perder la negatividad materialidad de la ética) ni siquiera puede plantear el tema de lo "crítico". Habría que distinguir entre: (a)
(Understanding, Verstehen), y
pensamiento dialéctico como "comprensión"
(explanation, Erkla(b) pensamiento científico
social como "explicación"
rung), pero, además, entre ciencias sociales (c) "funcionales"
(como el caso
de van Hayek, que pueden en algunos casos ser dialécticas),
y (d) las
"críticas" (que deben ser dialécticas, pero también tienen otras exigencias).
Además, las ciencias humanas o sociales "críticas" había que distinguirlas
de (e) una filosofía "crítica" (y no confundirlas en una ambigua "teoría crítica"). Por último, y aplicando estas distinciones epistemológicas al ámbito de
la teología, (f) la teología crítica (como por ejemplo la Teología de la Liberación), que no es una teología "funcional"
(como la mayoría de las teologías actuales de las "religiones universales"), debe ahora plantear con precisión epistemológica toda la cuestión del "tercer criterio de delimitación"
(tema que tratamos también el capítulo 6 de nuestra Ética de la Liberación,
de próxima publicación),
de una manera completamente
diferente de como
hace años se expuso el tema desde el horizonte teórico althusseriano (véase
Clodovis Boff, Teología do político e suas mediat;oes, Vozes, Petrópolis
1978).
49 "Mira, hoy te pongo delante la vida y el bien: la muerte y el mal" (Deut
30,15). La vida es criterio de verdad; integrada a la norma, acción, institución o sistema de eticidad es el contenido Unhalt) del bien. Lo que mata
(muerte) está contenido en un enunciado "falso", que decidido asimétricamente por los dominadores,
alcanza una "eficacia"
instrumental
mortal: lo
que efectuado es el mal (normal, acto, institución
o sistema de eticidad:
como el orden del mercado de Hayekl.
328
Concilium 2/136
EL MERCADO
EN LA PERSPECTIVA ÉTICA DE LA TEOLOGíA
DE LA LIBERACIÓN
considerarse en su materialidad sacramenta/: "Tomen, coman, éste
es mi basar' (Mateo 26,26); "Tuve hambre y me dieron de comer"
(Mateo 25,35). Éste es 1) el principio ético material o de contenido
universal so: todo sujeto ético está obligado (principio
deóntico) a
que el contenido de toda norma, acción, institución o sistema de
eticidad (Sittlichkeit) promueva la producción, reproducción y desarrollo de la vida de cada sujeto humano en comunidad,
la construcción del reino de Dios. El contenido del enunciado será verda-
dero.
La "aplicación"
de este principio material universal necesita de
otro 2) principio formal moral 51 que puede enunciarse así: todo sujeto ético está obligado moralmente a reconocer como igual y promover la participación simétrica de todo sujeto humano afectado en
su vida (como miembro del Reino de Dios) por lo que ha de decidirse argumentativa y comunitariamente.
El consenso al que se llegue
será válido.
Por último, la mediación verdadera y válida elegida debe 3], por
el tercer principio, obligar a efectuar lo factible -contra el anarquista
que pretende realizar lo imposible-.
Y sólo cuando se efectúa lo
prácticamente
verdadero, válido y factible la norma, acto, institución o sistema de eticidad es bueno (good, das Gute). Teológicamente es un momento de la realización del reino de Dios.
Lo que acontece empírica o históricamente, usando el mismo argumento de Popper y Hayek, contra la imposibilidad de la "planificación
perfecta", es que podemos igualmente afirmar que ningún sistema económico puede dejar, por desgracia, de causar, como efecto nointencional, víctimas. Sólo un sistema perfecto (imposible empíricamen·te) no causaría víctimas 52. El mismo Smith observa de manera cínica:
Esel tema del capítulo 1 de la Ética de la Liberación ya indicada.
Peter Ulrich, en su obra Transformation der okonomischen Vemunft,
Paul Haupt, Berna 1993, construye una epistemología de la ciencia económica desde la razón discursiva. Al criticar la economía utilitarista (pp.
171ss) pierde la posibilidad de reconstruir una razón práctico-material económica: ya que, al final, sólo propondrá una razón económica discursiva la de la comunidad de comunicación de los economistas-, pero no la razón
constructiva económica de la producción, reproducción y desarrollo de la
vida de cada sujeto humano por medio de la relación comunitaria prácticoproductiva económica.
52 Para Hayek, aunque la competencia perfecta es un modelo (no comprendiendo que es inconsistente, ya que si es "perfecta" no puede haber
competencia, ni lógica ni empíricamente), introyecta en el mercado empíriso
51
Concilium 2/137
329
ENRIQUE
DUSSEL
"En una sociedad civilizada sólo entre gentes de los rangos inferiores del pueblo la escasez de alimentos puede poner límites a la
multiplicación
de la especie humana; y esto no puede ocurrir de
otro modo que destruyendo gran parte de los hijos fruto de fecundos
matrimonios" 53.
Hayek lo sospecha también al escribir que "hay quienes se
sienten tan perturbados
por algunos efectos del mercado" 54, y
después de mostrar las "maravillas"
del sistema indica que,
"incluso
en los tiempos más calamitosos,
nueve de cada diez
[personas] verán confirmadas sus esperanzas" 55. ¿Y si la situación
fuera casi la inversa: una de cada diez ve hoy confirmada
sus esperanzas? ¿Y si el sistema de mercado produjera como efecto nointencional
una horrible pobreza en la mayoría de la humanidad,
y aún, en el presente, en un porcentaje creciente en los países
centrales del capitalismo?
Como es imposible
que no haya
"pobres" (las "víctimas" económicas), cuando su presencia es minoritaria o su situación tolerable, podría soportarse su presencia.
¿Pero, cuando su proporción
es mayoritaria y su estado se torna
intolerable, es decir, cuando la riqueza de unos pocos ricos ya no
puede ser maquilladamente
oculta ante la mortal miseria de más
pobres -como lo muestra el comunicado
del EZLN de Chiapas-?
En este caso la ciencia económica
crítica se hace necesaria para
una teología crítica y realista. Será necesario contar con expo-
co una "tendencia" hacia el equilibrio que no puede ser demostrada científicamente. Este"efecto" del mercado: el equilibrio (la antigua armonía de la
Mano de Dios en Smith, ahora secularizada) hace las veces en el mercado
de un sistema perfecto: es decir, los efectos negativos (por ejemplo, la miseria de la mayoría de la humanidad presente) no son productos de desequilibriso del mercado, sino de la falta de más mercado (es ahora una tesis
"metafísica", en el peor sentido del término). Es una propuesta ideológica
infalsable (para hablar como Popper), que se inmuniza ante cualquier falsador empírico. En teología esto se llama idolatría. Marx le llamó fetichismo;
en epistemología es pseudociencia (d. obra de Ricardo Gómez, o. c.).
53 The Wealth of Nations, 1,8; pp. 77-78. Eneste capítulo sobre los salarios
escribe en contra de la esclavitud: "Las labores hechas por hombres libres salen siempre más baratas, a la postre, que las realizadas por esclavos" (p. 79),
ya que "la frugalidad y cuidadosa atención del pobre [!l se encuentra naturalmente en el hombre libre" (Jbid.). La cínica argumentación va aquí en una línea crítica y revolucionaria, pero sus razones serán las mismas que mostrarán
hoy que es más barato dejar morir a los libres pobres en Bangladesh o en el sur
del Saharaque procurar salvarlosdel hambre o del sida.
54 Hayek, La fatal arrogancia.
Los errores del socialismo, o. c., p. 142.
55
330
¡bid.
Concilium 2/138
EL MERCADO
EN LA PERSPECTIVA ÉTICA DE LA TEOLOGíA
DE LA LIBERACIÓN
slclon "científica"
56 alguna
"explicación
(explanation)" 57 de las
"causas" 58 de la negatividad-material
de la víctima. De otra manera: es necesario tener argumentos racionales del porqué de la miseria. Hay un texto extremadamente
claro y que define de manera
explícita lo que llamaremos desde ahora el "tercer criterio de demarcación"
en epistemología.
Léase con cuidado la descripción
de Marx:
"Era evidente que, puesto que el mismo desarrollo real que daba
a la economía burguesa 59 esa expresión implacable,
a saber: la
contradicción
entre la creciente riqueza de la nación, en Inglaterra,
y la creciente miseria (ElendJ de los trabajadores 60, y puesto que,
además, estas contradicciones
presentaban, en la teoría de Ricardo,
etc., una expresión teóricamente palmaria, aunque inconsciente 6"
era natural que los espíritus que se ponían de parte (auf die Seite
stellten) del proletario captasen (aufgegriffen) la contradicción
ya
teóricamente puesta en claro por ellos. El trabajo es la única fuente
de valor de cambio y el único creador activo del valor de uso. Eso
decís. Pero, por otra parte, afirmáis que el capital es todo y el trabajador no es nada o simplemente costo de producción del capital. Os
5& Sería una ciencia
social como "programa de investigación científica"
a la Lákatos, claro que respondiendo a criterios de "cientificidad"
reconstruidos críticamente y no según los criterios estándar del mismo Lákatos,
que por ser muy estrechos o reductivos se atreve a aplicar exigencias científicas mal definidas y deducir, por ejemplo, que el psicoanálisis, el análisis
económico
de Marx, o la pedagogía
del oprimido
de Paulo Freire
(agregamos nosotros) no son científicos. Ciertamente estos discursos científicos no responden a los criterios de las ciencias funcionales, pero sí a criterios de ciencia crítica, que parte de una opción ética y de un "ponerse de
parte" de las víctimas como condición de posibilidad práctica de una ciencia "crítica". Todo esto nos llevaría muy lejos, pero es absolutamente
necesario comenzar la discusión, porque no se ha planteado epistemológicamente en filosofía de la ciencia hasta este momento, este "tercer criterio" como
criterio de "demarcación".
57 Véase la obra de Apel citada, en referencia
58 Véase
la obra
de von Wright
citada,
a la "explanation".
sobre la cuestión
de la "cau-
salidad".
59 Que he denominado
la "ciencia
social funcional".
60 Éstas son, por una parte,
las víctimas visual izadas por Marx. Por otra,
podemos hoy formular la contradicción
dentro del proceso del mercado: la
contradicción
entre la creciente riqueza de los países "centrales" del capitalismo y la creciente miseria en los países "periféricos".
61 Esta no-conciencia
se coimplican.
Concilium
2/139
de efectos no-intencionales
del sistema capitalista
331
ENRIQUE DUSSEL
contradecís vosotros mismos. El capital no es otra cosa que una estafa hecha al obrero. El trabajo lo es todo" 62.
En estas líneas se encuentra expresado el "tercer criterio de demarcación" al que me estoy refiriendo 63. En el "programa de investigación científica" de Marx, lo que interesaba era "explicar" la
"causa" de la miseria: esta causa estructural la denominó
"plusvalor": valor producido en el plustiempo ya no pagado por el
salario; vida humana objetivada no pagada (robada) al obrero. Esto
nos muestra la "lógica" de la ciencia social crítica, que la teología
crítica necesita para su propio discurso. A mí hoy me "interesa"
más, articulado a la miseria de las naciones periféricas (a sus pueblos, etnias, grupos, y también clase obrera, etc.), el problema de la
"competencia"
entre capitales
nacionales,
que permite la
"transferencia" de valor (plusvalor) de una nación a otra. La globalización no está tan avanzada como para borrar las fronteras nacionales.
Es decir, desde la negación de la posibilidad de la reproducción
de la vida del sujeto humano, se interpreta teológicamente a la
norma, acción o institución (aquí "el mercado" a la Hayek) corno el
pecado de la injusticia, porque es negación del Reino de Dios en
cada ser humano, en la muerte del pobre. Así puede enunciarse -con
mediaciones analítico-críticas- un juicio ético-teológico sobre la
teoría del mercado, de su lógica, sus leyes, su ética presupuesta.
El mercado, definido tal como lo hacen los neoclásicos o neoliberales, es un sistema formal autopoiético, autorreferente y abstracto
(como el "lenguaje L" en la semántica de Tarski, o el "sistema" de
Luhmann), cuyo único horizonte es la reproducción del capital, en el
62 Karl Marx, Mans, 61-63, Cuaderno
esp., t. 3, p. 231.
XIV; en Marx,
1979; p. 1.390; trad.
63 En el plano mundial,
de la globalización
del mercado, cuando Marx
escribe: Del hecho de que la ganancia pueda estar por debajo del plusvalor
o sea de que el capital pueda intercambiarse
por una ganancia pero sin valorizarse en sentido estricto, se desprende que no sólo los capitalistas individuales, sino las naciones pueden intercambiar continuamente
entre sí [... ]
sin que por ello hayan de obtener ganancias iguales. Una puede apropiarse
constantemente de una parte del plustrabajo de la otra, por el que nada da a
cambio, sólo que en este caso ello no ocurre en la misma medida que entre
el capitalista y el obrero" (Grundrisse, Cuad. VII; en Grundrisse der Kritik der
politische Oekonomie, Dietz Verlag, Berlín 1974; p. 755). Véase mi artículo
"Marx's Economic Manuscripts of 1861-1863
and the 'Concept' of Dependency" (Dussel, 1990).
332
Concilium 2/140
El MERCADO EN LA PERSPECTIVA ÉTICA DE LA TEOLOGíA
DE LA LIBERACIÓN
marco del mercado y contando sólo con "precios" -no hay doctrina
del "trabajo valor" que pueda mediar la antropología y la economía
con la ética-o La vida de los sereshumanos no tiene relevancia alguna
para los "sistemasformales" -sin contenido-. Se habla de sobrevivencia, pero sólo es un argumento apologético, que oculta los horribles
efectos no-intencionales, que ningún pretendido "equilibrio" evita. Se
trata en realidad de un espantosodesequilibrio 64.
De manera que, desde la afirmación de la vida se descubre que
es negada en las víctimas (los pobres, desocupados en el mundo
periférico y central del capitalismo), los juicios de hecho o enunciados formales (de razón instrumental o dialéctico-ontológicos) son
ahora juzgados como falsos (en cuanto no reproducen la vida), inválidos (en cuanto los afectados no han participado en las decisiones que los victimizan), ineficaces (ya que la eficacia del mercado
no es reproducción factible de la vida de las mayorías: es ineficaz
para la vida). Las normas, actos, instituciones o sistema de eticidad
que son fruto no-intencional del mercado, tal como formula Hayek,
su lógica, contiene la maldad e injusticia propia de lo que mata:
"Mira [...] la muerte y el mal" (Deut 30,15).
Se descubren así tres nuevos principios éticos: 4] el principio ético-crítico que obliga proféticamente al sistema del mercado desde
las víctimas; 5] el principio formal consensual que obliga a organizar la participación simétrica de las víctimas (son los movimientos
sociales o políticos críticos, emergentes: ecológicos, feministas,
obreros, del mundo periférico, etc.); y 6] el principio-liberación que
obliga a deconstruir realmente las negatividades (de las normas, acciones, instituciones o sistema de eticidad) y construir prácticamente
las nuevas instancias necesarias (los complejos momentos de una
praxis de liberación).
La razón práctico-material puede así comparar los fines a los que
tiende el mercado a la Hayek y juzgarlos desde los tres criterios ético-positivos (1. vida, 2. participación simétrica y 3. factibilidad), y,
sólo ahora, negativamente, se lanza el "juicio" ético, que se deduce
de los criterios éticos positivos; se trata del Juicio Final: "¡Tuve
hambre y me dieron de comer!" (Mateo 25,35). Estosjuicios éticos
negativos (acerca del "hambre", etc.), enunciados normativos, no
64 Sobre el desequilibrio
empírico causado, en nombre del "equilibrio"
del mercado, véase Franz Hinkelammert,
Crítica a la razón utópica, cap. 2.:
"La inconsistencia de la teoría general del equilibrio"
(puntos d-e); DEI, San
José (Costa Rica) 1984; pp. 67ss).
Concilium 2/141
333
ENRIQUE
DUSSEL
son en primer lugar "juicios de valor", como pensaba Rudolf Carnap
o Alfred Ayer. Los valores son portados por las normas, actos, instituciones o sistemas de eticidad en tanto son mediaciones para la reproducción de la vida humana. Los valores no fundan la ética. La
ética no consiste esencialmente en juicios de valor o de gusto (subjetivos, particulares), sino en juicios de hechos. universales: "Juan
tiene hambre, porque se ha quedado sin salario (trabajo) en la competencia del mercado de trabajo". ¡Es un juicio de hecho! De este
juicio de hecho se deduce, contra la mal llamada "falacia naturalista" de Hume 65, que, en principio (y no considerando circunstancias
en concreto, sino universalmente): "iYo debo darle de comer a Juan,
si muriera sin mi ayuda!". Desde Emmanuel Lévinas podemos fundamentar por qué somos "responsable-por-el-Otro",
ya que comunitaria y solidariamente su muerte es anticipo de nuestra muerte; y el
que mata se suicida -ya que inicia o profundiza una "lógica de negacióp de la vida" que tendrá por efecto su propia muerte- 66.
6S Refuto la tal llamada "falacia" en el capítulo 1 de la Ética de la Liberación, en publicación.
66 Dice la sabiduría popular latinoamericana: "¡El que a hierro mata, a
. hierro muere!".
334
Concilium 2/142
Enrique
Dussel
o MERCADO
NA PERSPECTIVA
ÉTICA DA TEOLOGIA
DA LIBERTA<;AO
"Está escrito: Minha Casa será casa de orac;:ao, mas
vós fizestes dela um covil de ladróes" (Lc 19,46).
Desde os primeiros códigos éticos que existem na memória
da humanidade, ao lado de exigencias económicas também havia
exigencias críticas, Por exemplo, o rei de Lagash Uruinimgina
(2352-2343 aC) íncluiu em sua Reforma legal (leí 27) o seguinte
texto ético-económico:
"Ele liberau e absolveu as dividas daquelas familias endividadas (...)
que viviam como devedores (...). Prameteu solenemente a Ningirsu
que nunca entregaria o órfáo e a viúva ao opressor"l
Também encontramos no Liuro dos mortos do Egito, em
torno da sagrada cidade de Menfís (que remonta a 5.000 anos),
critérios ético-económicos:
"Náo empobreci um pobre em seus bens (...). Náo fiz padecer fome
(...). Náo acrescentei (peso) á medida da balan<;a. Náo fraudei o peso
da balan<;:a(...). Náo coloquei nenhum dique á água corrente (...).
1. eL Federico [ARA PEINADO/Federico LARA GONZÁLEZ (eds). Los primeros
códigos de la humanidad, Tecnos, Madri 1994, p. 24-25.
115 [291]
Nao roubei com violencia (...). Dei pao ao faminto, água ao sedento,
vestido ao que estava nu e urna barca ao náufrago"z.
Veremos que estes critérios de alta criticidade - ainda vigentes
hoje em dia - tem um sentido crítico material, económico. Por isso,
podemos mostrar desde já que, face aos seis estágios da consciencia moral analisados por Lawrence Kohlberg3, poderíamos colocar
outros seis graus de consciencia "ético-crítica", de modo que num
grau formal de desenvolvimento moral bem baixo e ao lado da magia e de mitos muito primitivos, ainda pré-convencionais,
já encontramos critérios e principios ético-críticos materiais extremamente
desenvolvidos (mesmo em rela<;:áo a Modernidade pás-convencional). Como isto é possível? Porque já houve no mundo egípcio-mesopotamico uma consciencia crítico-material, económica, bastante
precoce, na qual beberam os profetas de Israel, tirando suas últimas
conseqüencias; o mesmo pode-se dizer de Jesus de Nazaré4•
I. COMO NASCEU A TEORIA ÉTICO-TEOLÓGICA
MERCADO MODERNO?
DO
A ciencia económica moderna, decisivamente formulada no
século XVIlI, surge a partir da ética e como solu<;:áo teolágica a uma
2. Fedelico LARA PEINADO (ed.). Libro de los muertos. Tecnos, Madri 1989, cap.
125, p. 208-209. No juizo final de JesllS, segundo Mateus 25,35-36, as exigencias ético-criticas
segllem esta ordem: 1. fome, 2. sede, 3. hospedar, 4. vestir, 5. curar, 6. visitar o encarcerado.
Em Isaias 58,7 é esta a ordem: 1. pao, 3. casa, 4. vestido (falta 2. agua). A ordem no Liuro
dos mortos é: 1. pao. 2. agua, 4. vestido, 3. barca (= casa) (3 e 4 invertidos, porém é mais
completo que em Isaias). Será que Jesus se teria inspirado mais no Liuro dos mortos do que
em ¡saias? Em outro texto Jesus respeita a ordem do Liuro dos mortos; "Nao andeis
preocupados com o que haveis de comer (l), nem com o que haveis de beber (2) e com o que
ha veis de vestir (4)" (Mt 6,25). Engels, por sua Ve:!,também se aproxima da ordem do Liuro
dos mor/os (nao é mais lógico que o vestir venha antes do habitar?): "o que serve para (1)
alimento, (4) vp.stido, (3) moradia (del' Nahrung, Kleidung, Wohnung)" (A origem da lamília,
prólogo; MEW, Dietz Verlag, Berlim 1981, t. 21, p. 27-28).
3. CI. L. KOHLBERG, Essays on Moral Deuelopment, Harper and Row, Cambridge,
t. 1 (1981); 2 (1984); e em L. KOHLBERG/Ane COLBY, The measurement 01 Moral
Judgement, Cambridge University Press, Cambridge (Mass.), 1987, t. 1-2; e o comentário de
Jlirgen HABEHMAS, Moralbewusstsein und kommullikatiues Handeln, Suhrkamp, Frankfurt 1983. p. 127s. Trataremos do critério crítico na Ética de la Liberación a sair em breve,
parágrafos 4-5.
4. Ver isto na Illtrodu~QO histórica da Ética de la liberación, acima citada, especialmente o capitulo 4 sobre a ..Ética crítica".
116 [292]
aporia. Já estamos cansados de saber que do Iivro V da Ética a
Nicómaco5 sobre a justic;:a surgiram os comentários De jure et justitia medievais e renascentistas,
e deles a ciencia económica moderna. A justic;:a é a virtude de uma tendencia (appetitus, diziam
os latinos). A ética moderna pré-kantiana continuará sendo uma
ética materia! das pulsoes e virtudes. Por outro lado, nao é estranho
que Aristóteles nos fale que "do sapato, por exemplo, podemos
servir-nos para calc;:ar-nos (valor de uso) ou como artigo de comércio (he metabletiké) (valor de troca)"('. O dinheiro por sua vez, que
só serve para o comércio, nao tem como tal "valor (áxion) algum,,7.
O dinheiro pressupoe a existencia do "mercado" - "espQ(;o" tradicional ande sáo feitas as transOt;óes comerciais de produtos do
trabalho humano - que é antediluviano (os c1as do Paleolítico já
trocavam entre si seus produtos). Embora o "mercado" fosse um
"espac;:o" social e económico reconhecido em todas as éticas prémodernas, o "dinheiro" - que é um instrumento formal exclusivo do
comércio, como puro "valor comercial", e sobretudo no caso de sua
acumulac;:ao por avareza - foi objeto de contínua condenac;:a08. Mais
ainda o empréstimo a juros9. Contra uma tradic;:ao milenar, a moderna "teoria do mercado" nasce como soluc;:ao de uma disputa
ético-teológica na Escócia ilustrada presbiteriana, de tradic;:ao calvinista. Bernard Mandeville, na Fábula das abelhas (Fable of the
Bees) (1705), havia cinicamente confrontado, sem muitas garantias
de exito, a hipócrita posic;:ao moralista de muitos membros da "sociedade comercial", ao formular que "vicios privados" (como o
egoísmo, o interesse próprio da burguesia nascente) podiam trazer
5. 1129 a 15.
6. Política l. 3; 1257 a 8-9.
7. [bid,
1257 b 13.
8. Para Aristóteles "o dinheiro (... ) nao corresponde a nadil por nalureza (phvsei
d'outhél1)" (PoI., ibid .. 1257 b 12): é perverso. E também pilra o EVilngdho de Je,u,: "Ni\o
podeis servir a Deus e a Maman" (MI 6.24). Devo aleliar que esle texto biblico freqüentemente
se encontra sob a pena de Marx (ver minha obra Las metáforas teológicas de Ma,x, Verbo
Divino, Estella 1993: "Um texto biblico central", p. 200s).
9. Condenado por Dt 23,20-21. Calvino reinterpretou o texto. pennitindo aos cristaos
enprestilr a juros a crislaos. John Knox levou esta doutrina ilO presbiteriilllismo dil Escócia.
Portanto nao é estranho que na Edimburgo de Knox encontremos, ilnos depois. o presbiteriilno
Adam Smith ocupando a cátedra de Filosofia moral. CI. em minha abril já citadil (Las
metáforas teológicas de Marx) o parágrafo 4.1: "Morte do Deuteronómio: nilscimento do
capital", p. 1395.
117 [293]
"benefício público" (a riqueza da nac;:ao,a eliminac;:aoda pobreza ao
dar salário aos miseráveis, etc.). Assim formulada, a aporia nao
podio ser aceita pelos tradicionais teólogos moralistas cristaos,
nem pelo "senso comum" moral de uma populac;:aoquase-feudalque nao aceitava tais contradic;:óes as suas mais profundas convicc;:óes.
De fato, Adam Smith consegue solucionar a aporia - embora
muitos outros o antecedessem e praticamente tudo o que escreve
em sua obra The Theory of Moral Sentiments10 já havia sido expresso antes. A partir de um ideal científico ci la Newton 11, devia-se
explicar todo o ambito da conduta humana, movida por paixóes ou
sentimentos (Sentíments),
por meio de certas regularidades nao
intencionais que regem a sociedade como as leis naturais regem a
naturezal2.
E dado que um cristao nao pode simplesmente aceitar
o cinismo de Mandevillel3, descobre-se (como uma verdadeira "invenc;:ao"científico-social) que é o mercado o "espa<;o" (como o
espac;:ode um laboratório) onde se opera uma metamorfose espetacular e de maneira necessária e inadvertida por toda consciencia
individual (nao decidida por nenhum indivíduo, isto é, nao intencicr
no/mente, o que dá uma garantía absoluta a ordem, "regularidade"
10. The Glasgow edition o/ the Works and Correspondence o/ Adam Smith.
liberty Fund. Indianápolis, t. 1, 1987. CI. a tese de mestrado de Gennán GUTIÉRREZ. Ético
y Economía. Univ. iberoamericana, México 1996 (inédita).
11. Srnith estudou astronomia, física e oulras ciencias (ver History o/ Astronom\' e
outras pesquisas sobre e.stas materias. em Essays on Philosophicol subjects. ed. cit., t. 3.
1980, p. 31s), ildrnirando especialmente a Newton.
12. Em TIJe Theory o/ Moral Sentiments segue este argumento: 1. Alguem pode
pelo sentil1lento de simpatia colocar-se no lugar do outro (há um ator e um espectador). 2.
Depois alguém se situa diante do outro e de um espectador (haveria agora um ator, um
paciente e um espectador). 3. Por úllimo. O ator. se imagina ser ele próprio o espectador.
Este "espectador" é sua própria consciencia, que de "espectador imparcial" se transfonna
num auténtico .,espectador transcendental" - antecipando em muito o próprio Kant. Essa
"consciéncia moral" universal que cada individuo traz em si é a própria presen~a do estóico
Deus oniscienle que, presente em cada individuo, nos laz descobrir a "hannonia" de um
sistema de condutas. moralidade, virtudes. "Para Smith, O supremo tribunal é a total e absoluta
perfei~ao e nao pode ser outro senao o tribunal de Deus, o Grande juiz, o Onisciente autor
do Naturezo" (G GUTIÉRREZ, op. cit., p. 29).
13. "AII public spirit. therelore, all prelerence 01 public to private interest is. according
to him, a mere cheat and imposition upon mankind; and that human virtue which is so much
boasted or, and which is the occasion 01 so much emulalion among men, is the mere offspring
or naltery begot upon pride" lA SMITH, op. cit., VII, 2,4,8: p. 309).
118 [294]
ou legalidade que é seu "efeito"): o próprio interesse de cada indi-'duo particular - que deixa de ser visto simplesmente como o vício
do egoísmo - que luta caótica, irracional ou desordenadamente
por
seus próprios finsl4, produz como seu "efeito" o bem público ou o
amor ao próximo, grac;:as él intervenc;:ao de um Deus providentel5,
que regula o Todo16 como um relógio (máquina auto-referente
newtoniana em maos do relojoeiro divino), assim conciliado: "interesse próprio-bem comum", egoísmo-amor ao próximo. O caminho para a ciencia econ6mica estava aberto17. Um famoso texto
define a questao:
"O homem reclama na maior parte das circunstfmcias a ajuda de
seus semelhantes e em váo pode esperá-Ia só de sua benevolencia
(benevolence).
Consegui-la-á com maiar seguranc;:a interessando
em seu favor o egoísmo das outros (their self-lave) e fazendo-os ver
que é vantajoso (advantage) para eles fazer o que Ihes pede (...).
Dá-me o que necessito e terás o que necessitas (Give me that which
1 want,
and yau shall have this which
yau want) (... ). Náo é a
14. É compreensível e até revolucionário que diante da apatía do símplesmente cumprir
com o estabelecido por urna sociedade feudal que, atacando o egoismo, promovia o conformismo e a falta de criatívidade. a burguesia nascente (critíca entao) devesse justifícar "the
selfish and original passions of human nature (... ) appears to be of vastly more importance"
(op. cit., IIJ. 3, 3: p. 135). É claro que rapidamente se passa a criticar a "melancholy" de
muítos moralistas que exageram a "commmiseratíon for those miseries which we never saw"
(Ibid., 111, 3, 8; p. 139). Smith recomenda ocupar-se com o que move realmente os seres
humanos, isto é, o interesse próprio, e nao a comisera~ao diante do sofrimento da probreza
alheia.
15. Falando dos estóicos, a quem admira e segue, escreve Smith: "A wise man never
complains of the destiny of Providence, nor thinks the universe in confusion when he is out
of arder. He does not look upon himself as a whole (... ). He enters, if I may say so, into the
sentiments of that divine Being, and considers himself as an atom (...). Riches or pove'1y,
pleasure or pain, health or sickness, all is alike" (lb id .. p. 276).
16. "According to Zeno. the founder of Stoical doc!rine, every animal was by nature
recommended to its own care, and was endowed with the principie of self-Iove, that it might
endeavour to preserve, not only its existence, but all the different parts of its nature" (op. cit.,
VII. 2.1,17; p. 272).
17. Na época de Smith, todo professor de filosofia moral expunha o terna em qllatro
tratados: 1. Teologia natural, 2. ética, 3. Justi~a e 4. Governo. Em 1759 publica sua ética
(The Theory of Moral Sentiments) cumprindo com a parte 2. Trabalha depois em suas
Lectures on Jurisprudence (1763) (dividida por Smith em qllatro partes: l. Justi~a (a parte
habitual 3). 2. Política ou Governo (a parte 4), 3. Receita e 4. Armamento). De regresso a
Paris (1764), durante dez anos (1766-1776) ocupa-se das trés últimas partes indicadas, 50b
o título An lnquiry in/o the Nature and Causes of the Wealth of Natian5 (ed. cit., t. 2;
tomarei as cita~óes da edi~ao espanhola, FCE, México 1984).
119 [295]
benevolencia do i':lyougueiro,do cervejeiro ou do padeiro que nos
fornecr o alimento, mas a considerayao de seu próprio interesse
(interest). Nao invocamos seus sentimelltos humanitários, mas seu
amor a si rnesmos (self-love)"l~.
Porérn, em última análise, é uma teologia19 que concilia os
opostos; é a "¡nao de Deus" providente que tira, de maneira necessária e nao intencional, uma ordem racional (o,mercado, o "espac;:o"
da universalidade) do caos ou da desordem irracional (do próprio
interesse egoísta, particular):
"Como qualquer individuo coloca todo o seu empenho em empregar
seu capital no sustento da indústria doméstica (...) resulta que cada
um deles colabora de urna maneira necessária na obtenyao da receita anual máxima20 para a sociedade. Ninguém se propóe21, de
modo geral, a promover o interesse público, nem sabe22 até que
ponto o promo'.·e (...). Mas, neste como em outros casos, é levado
por urna mao invisível a promover um fim que nao entrave suas
inten(óes"
23.24
Até aquí movemo-nos no nível da "necessidade" econ6mica,
a partir de uma intervenc;:áo divina (trata-se portanto de uma economia-teo!ógica). Agora conclui ético-teologicamente:
"Mas nao implica em mal algum para a sociedade que tal fim nao
venha a fazer parte de seus propósitos25, pois, ao perseguir seu
próprio interesse, promove o interesse da sociedad e de urna manei-
18. The Wealth oJ Nati0115. Livro L cap. 2; p. 17.
19. Ver Arend Th. van LEEUWEN. De Nacht van het Kapitaal. 0001' het oerLUoud
van de economie naa,·de ¡,ronnen Viln de burgerlijke refigie. Sun, Nijmegen 1984. "Religiao
economicd", cap. 3. p. 3015.
20. Observe-se o deito hrm~1 de urna raza o instrumental meio-lim. sua "eficácia".
21. É o próprio <.leuma a~¡¡o "nao intencionar.
22. De novo a "nao ronscifmcia" do "efeito" que se produz, mas que nao obstante
acontece de maneira necessario. como vimos.
23. A "nao intencionalidade" é o que permite epistemologicamente, com maior
seguran~a. alcan<;ar !la "ciencia" económica urna "regularidade" que a aproxima da física
newtoniana.
24. Op. cit.. Liv. IV. cap. 2; p. 402.
25. Contra uma ética tradicional onde a autoconscifmcia e a responsabilidad e do ato
s50 constitutivos éticos do mesmo, Smith mostra agora a existencia de estruturas económicas
objetivas que se dao além da intencionalidade explícita.
120 [296]
ra mais ejetiva2G do que se ¡sto entrasse em seus designios C .. ). O
governante que tentasse dirigir os partículares quanto a (arma de
empregar seu respectivo capital tomaria a seu cargo uma empresa
impossíve/,,27.
Temos aquí clara e expressamente
desenhado o modelo da
economia de mercado, e a "impossíbilidade" política do pretender
regulá-Io. A "Lei do Mercado" - como regularidad e ontológica necessáría - exige, segundo esta teoria, deixar que o mercado se autoregule (sistema cíbernétic028, diríamos hoje) a partir de suas próprias
estruturas nao íntencionais, necessárias, e as melhores (ética e teologicamente falando). Fazer funcionar esse "relógio" tao perfeito e
complicadíssimo é soberba (só a "mao de Oeus", perfeito "relojoeiro", pode "meter a mao"). Humildade é ater-se á própria realidade
do mercad029. Oeste estado de coisas nasce, com precedencia, a
formula<;:ao da chamada "falácia naturalista" de Hume: o "deverser" feudal, moralísta, aparente, é substituído por um "ser" efetivo
do mercado. O que interessa é o "ser" (do interesse próprio do
mercado); o "dever-ser" fica no ar e já nao é necessário (como mera
ética da benevolencia). Na verdade, o "ser" já tem sua ética.
11.A ÉTICA "FUNCIONAL"
AO MERCADO
Na tradi<;:ao mais radical da economia burguesa atual, encontramos Friedrich von Hayek - da escola austríaca30. Smith sofreu
radicais modifica<;:6es. Em primeiro lugar, Smith é um economista
26. Aqui argumenta a partir da ..eficácia" - como vimos - , mas em todo caso se
mostra crítico de uma sociedade feudal, tradicional, moralizante. que nega a "sociedad e
comercial" nascente. Trala-se, enláo, da fundamenta~áo élico-Ieológica d~ burguesia em slla
etapa crílica. profética, revolucionália. Por ora nao apareceram os "efeitos" devasladores
dessas conseqüEmcias náo inlencionais, embora o jovem Engels venha a analisá-Ias em sua
magnífica obra A situal;áo da classe operária no Inglaterra (MEW 1980, t. 2. p. 2255). frulo
de uma consciencia ética que tem comisera~áo diante da dor das vílimas.
27. Ibid.
28. CI. Niklas LUHMANN, Wirtschaft als soziales System, em K.-E. SCHENK (ed.).
Systemana/yse
in den Wirtschafts- und Sozia/wissenschaften,
Berlim 1971, p. 136·171;
e Sozia/e Systeme. Grundriss einer a/lgemeinen Theorie, Suhrkamp, Frankfurt 1984.
29. CI. as obras de Franz HINKELAMMERT, Cultura de la esperanza y sociedad
sin exclusión, DEI, San José, 1995; Hugo ASSMANN/F HINKELAMMERT, A ¡do/atria
do Mercado. Ensaio sobre Economia e Teologia, Vozes, Petrópolis 1989.
30. CI. W. AA., La Escuela Austríaca de Economía, CEEE, México 1989.
121 [297]
crítico (do feudalismo e do mercantilismo); Hayek é um economista
conservador (contra o racionalismo construtivista" do Estado ben-
feitor da social-democracia ou de Keynes, e da planificac;:aosoviética). Em segundo lugar, o mercado, regido pela "mao de Deus" em
Smith, é agora em Hayek uma condic;:aode possibilidade ontológica
do conhecimento suficiente de todos, o necessário para poder operar (para "oferecer" o ofertado ou "preferir" o demandado). Ante
a impossibilidade
humana de possuir uma onisciéncia divina
perfeita (o que constitui um ato de humildade do individuo ao reconhecer os limites cognitivos de sua própria razao finita) da complexidade infinita da realidade, o mercado - pelo mecanismo da
competic;:aoem plena Iiberdade, sem monopólio ou coac;:aoalguma
(condic;:aoabsoluta) - nos entrega pelos "prec;:os,,31um conhecimento
suficiente:
"Embora a ciencia econ6mica tenha analisado devidamente o fen6meno da divisáo do trabalho (...) náo dedicou o mesmo esforc;:oa.o
exame do problema da fragmentac;:do do conhecímento,,32.
o
conhecimento parcial humano, grac;:asao cálculo monetário
do prec;:ono "sistema do mercado" - puramente formal - é agora
o horizonte privilegiado de toda "racionalidade possível". A "ordem
do mercado" é natural, espontanea, nao intencional, e nao necessita de intervenc;:aovoluntária. O sistema do mercado necessita, enpara o seu funcionamento; este
tretanto, de um fundamento
fundamento é a ordem social vigente que fornece os hábitos e instituic;:6essobre os quais se realizam os mecanismos do mercado (as
normas básicas sao: respeito pela propriedade privado ¡Jositiva,
reconhecimento da fiberdade efetiva de cada participante33, obrigac;:aode cumprir os contratos estipulados, honestidade em cumprir as regras da concorrencia, disciplina no poupar, etc.34):
31. Considere-se o exemplo do "Iápis" do divulgador de Hayek, Milton FRIEDMAN,
Free to choose, Avon Books, Nova lorque 1979, no capitulo 'The Power 01 Marke!"', p. 3s.
Do mesmo autor, Capitalism and Freedom, University 01 Chicago Press, Chicago 1982.
32. F. von HAYEK, Derecho, legislación y libertad, Unión Editorial, Madri 1985, p.
40. Ver Germán GUTIÉRREZ, op. cit., p. 76s, para toda a questáo da ética de Hayek.
33. CI HAYEK, The Road of Serfdom, University 01 Chicago Press, Chicago 1972;
e em especial Los fundamentos de la libertad, Unión Editorial, Madri 1975, l. 1-2.
34. Explicitamenle se excluem normas como o altn,ismo, a solidariedade, a fraternidade Ol! iguaklade: "Uma ordem em que todos tratassem seus semelhantes como a si mesmos
de.sembocaria nl!m mundo em que poucos disporiam da possibilidade de multiplicar-se e
frutificar" (lbid., p. 44).
122 [298]
"Vivemos numa sociedad e civilizada, porque chegamos a assumir,
de forma nao intencional, determinados hábitos herdados de caráter
fundamentalmente moral (... ). A aceitac;ao das normas morais transmitidas pela tradic;áo - normas sobre as quais o mercado repousa
- é o que nos permite gerar e utilizar um volume de injormac;áo e
recursos maior do que aquele que uma economia centralmente planejada poderia por ao alcance da comunidade,,35.
A moral meramente individual se dissolve nesta "ordem extensa"
(ou moral social: a Sittliehkeit hegeliana, a "totalité" de Levinas).
Hayek prop6e reconstruir a história da ordem moral vigente do mercado burgues atual, produto de urna milenar evolu<;:aonatural. Paradoxal é que ele fundamenta racionalmente (argumenta) esta moral vigente
tomando como razao "a sobrevivencia da humanidade":
"O debate entre a ordem do mercado e a ordem socialista é uma
questao que afeta, definitivamente, a própria sobrevivencia da espécie humana. A assunc;ao das recomendac;óes socialistas em made
téria de ética pela sociedade implicaria no desaparecimento
grande parte da populac;áo e na pauperizac;áo do resto,,36
A eficácia e factibilidade do sistema de mercado competitivo
fica demonstrada gra<;:asa sobrevivencia dos membros da civiliza<;:ao
atual. A vida é a premissa maior do argumento. Desta maneira a
"moral burguesa vigente" - no sentido extremo, tradicional e conservador de Hayek - nao é urna expressao a posteriori que pretende justificar o mercad037, mas é urna ontologia naturalista que dá
ao mercado e a competi<;:ao o marco normativo nao intencional
ético de referencia, que em nada pode ser criticado - trata-se do
35. HAYEK, La fatal arrogancia (soberbia). Los errores del socialismo,
Editorial, Madri 1990, p. 33-34.
Unión
36. ¡bid., p. 35. Nao consegue ver que sao exatamente estes "efeitos" que se
descobrem hoje como causados pelo mercado sem qualquer Iimita~ao.
37. Tal é o caso da obra de H.B. ACTON, The Moral of Market. Longman GrouP.
Londres 1971, em cujo capitulo 3 ("Ética da concorréncia") se ocupa em justificar "a"
concorréncia. Hayek, ao contrário, mostra a "condi~ao (ontológica) da possibilidade" moral
"da" concorrencia (a priori). É neste sentido que Marx dizia: "Por ¡sso a Economia. apesar de
sua mundana e prazenteira aparencia, e uma verdadeira ciéncia moral. a mais moral das
ciéncias. A auto-renúncia, a renúncia á vida. e a toda necessidade humana e seu dogma
fundamental. Quanto menos comeres e beberes, quanto menos licores comprares. quanto
menos freqüentares o teatro. o baile, a taberna (...), tilnto mais economizarás, tanto maior
se tornará teu tesouro que nem as trac;as nem a ferrugem pode m devap·or. teu capital
(Mons. 44, 11I; MEW, t. 1. EB, p. 549). Marx está se referindo a este texto preferido e
freqüentemente citado, de Milteus.
123 [299)
conceito38 conservador de "tradi<;:áo",igualmente presente em Karl
Popper . No fundo, trata-se de uma tautologia: parte-se da moral
burguesa vigente e formalmente da preexistencia do mercado; enumeram-se depois por dedu<;:áo seus pressupostos normativos já
sempre exigidos a priori; estes sáo definidos como as normas básicas; e a partir dele s (que, como mostramos, foram deduzidos do
mercado) pretende-se agora fundar ontológico-ética e históricoevolutivamente o próprio mercado. Chamamos a isto de "ética funcional" (e tem suas teologias e a "doutrina social,,39de alguma igreja,
também funcionais). Esta ética funcional se deduz: a) de uma ciencia social funcional (neste caso extremo, de uma economia neoliberal, conservadora, onde a "lógica do mercado total" por si só
consegue mais eficazmente a sobrevivencia da humanidade); b) de
um sistema capitalista realmente existente.
111.
CRÍTICA PROFÉTICA DO MERCADO
Como deveria proceder uma teologia crítica ou de Iiberta<;:áo
diante deste tipo de formula<;:6escom pretensao de cientificidade,
objetividade, inevitabilidade e naturalidade económica? Deverá
sempre lanc;:armao do critério crítico que é negativo e material,
como recorda Horkheimer:
"O que a teoria tradicional (Ieia-se: economia neoliberal) se permite
admitir sem mais como vigente (vorhandenen), seu papel positivo40
numa sociedade em funcionamento
(... ) é questionado pelo pensamento crítico (kritischen Denken). A meta que este quer alcanc;:ar,
¡sto é, urna situac;:ao fundada na razao, se baseia na miséria presente
38. el. Ricardo G6MEZ. Neo/ibera/ismo y seudociencia. Lugar Editorial, Buenos
Aires 1996, em cuja tese NL2, que refuta do ponto de vista estrítamente epistemológico.
constata: "A sociedade é só o nome do conjunto dos individuos que a compóem. ligados entre
si especialmente por um sistema de trad¡~óes homogéneas" (p. 170). E acrescenta: "Nao é
em vao que Hayek afirma que uma sociedad e livre é uma sociedad e de ligaduras tradicionais.
Da; que tanto para ele como para Popper (...) tentar muda-la radicalmente é irracional, porque
implicaría entre Olltras coisas abandonar a sociedade autenticamente Iivre" (p. 170-171).
39. Ver o capitulo 19: "A Doutrina Social e o Evangelho" em minha obra Ética
comullitária. Vozes, Petrópolis 21987.
40. Alertamos que a "positividade" da ordem do mercado de um Hayek é "afirma~ao
da eticidade vigente".
124 [300)
(Not der Gegenwart)" (... j. A teoria esbo<;ada41 pelo pensar critico
nao atua a servic;o de uma realidade já vigente (vor}¡andenen Realitot)42.43
Ou, c.amo sugere O fundador da Escala de Marburg, o judeu
crente Hermann Cohen, escrevendo:
"Os profetas nao era m filósofos, mas eram políticos (economistas ...). Os pobres se tornaram para eles o símbolo do sofrimento
humano (... ). Assim, seu Deus se tornou o Deus dos pobres. A
intuic;ao social dos profetas reconhece no pobre o sinal sintomático
da doenc;a do Estado ,,44.
Ou, mais recentemente
ainda, lemas num diário mexicano:
"Os mais velhos dos velhos de nossos povos nos falaram palavras
que vinham de bem longe, de quando nossas vidas nao eram, de
quando nossa voz era calada. E a verdade caminhava nas palavras
dos mais velhos dos velhos de nosso povo. E aprendemos em suas
palavras:
que a longa noite de dor45 de nossa gente vinha das maos
e palavras dos poderosos,
que nossa miséria era riqueza para uns poucos,
que sobre os ossos e o pó de nossos antepassados e de nossos filhos se construiu uma casa para os poderosos,
e que nossos pés nao podiam pisar nesta casa,
e que a abundancia de sua mesa era abastecida com o vazio
de nossos estómagos,
e que seus luxos eram paridos por nossa pobreza,
41. Tratar-se-ia da "crítica negativa" do sistema de mercado, mas alérn disso deveria
consistir na "constru~ao positiva de alternativas".
42. Aqui, entao, Horkheirner nos fala de duos "realidades": a da ordem vigente (em
nosso caso do mercado) e a futura realidad e fruto de uma "práxis de libel1a<;ao(Praxis der
Belreiungs)" (op. cit. seguinte, p. 49).
43. Teoría tradicional e teoria critica, em Max HORKHEIMER, Troditiollelle
kritische Theorie. Vier Aulsolze, Fischer, Frankfurt 1970, p. 35.
ulld
44. Religion 01 Reoson out 01 the sources 01 Judoism, Ungar Pub!' Co .. Nova lorque
1972, p. 23.
45. A dor é o "sina'" da negatividade material, da corporalidade viwnte como ponto
de partida da critica.
125 [301)
e que a fon;a de seus tetos e paredes se erguía sobre a fragi¡idade de nossos corpos,
e que a saúde que enchía seus espac;:osvinha da nossa morte,
e que a sabedoria que ali reinava, de nossa ignorancia se
nutria,
que a paz que a cabria era guerra para nossa gente (..y46.
Essas posi<;6es, como nos profetas bíblicos47, nos falam de
uma lógica crítica48 que parte sempre da afirmGl;áo da vida dos
sujeitos humanos como "carne" (em hebraico basar, em grego sarx)
46. "Entramos outra vp.zna história". mensagem do Exército Zapatista de Uberta¡;ao
Nacional (EZLN). Chiapas (México), em La Jornada (México), ter¡;a-feira, 22 de fevereiro de
1994, p 8.
47. Considerem-se textos como Dt 5,19 e 17; 24,17-22; Lv 5,21-23: Jr 22,16; Os
6,6; etc. A justi~a sempre está ligada á vida: "Nao vale mais a vida do que o alimento, e o
corpo mais que o vestido?" (Mt 6,26). Da vida como "critério de verdade": "Na PalavTa (... )
estava a Vida. e essa Vida era luz (= verdade) para os homens" (Jo 1.1-4); "Eu sou o caminho,
a verdade e a vida" (Jo 14,6). A vida ou satisfa¡;ao plena do "pobre" é o "Reino de Deus(Le 6,20-24). CI. minha obra já citada, Ética comunitária, cap. 1.
48. Em nossa Ética de la Liberación, parágrafo 5.3. Epistemologicamente estamos
faJando de um ·'terceiro critério de demarca¡;ao (demarcation)". Se o primeiro (1) "delimita"
o que é ciéncia e o que nao é (desde Rudolf Camap até Karl Popper, Thomas Kuhn. Paul
Feyerabend ou Imre Lákatos); se o segundo critério (2) "delimita" entre ciencias naturais e
ciencias humanos ou sociais (desde um Hans-Georg GADAMER, Wahrheit und Methode.
Mohr, Tübingen, 1960; George Henrik VON WRIGHT, Explanation and Understanding.
Comell University Press, Ilhaca 1971, ou um Karl-Otto APEL. Understanding and Explanation, MIT Press, Cambridge, Mass. 1984); o "terceiro" critério (3) de demarca<;3o é o que
delimita a diferen¡;a entre as ciencias humanas ou sociais funcionais e críticas. De aIguma
maneira o debate Popper-Adorno (ver Th. ADORNO/K. POPPER/R. DAHRENDORF/J.
HABERMAS/M. ALBERT [eds.1. Del' Positivismusstreit
in del' deutschen Soziologie,
Luchterhand, Berlim 1969) indico u alguns temas deste "terceiro" critério, mas confusamente.
Adorno - assim como a Escola de Frankfurt em geral - confundiu estes "tr€s" critérios no
debate entre (l) pensamento analítico ou positivista (da razao instrumental) e (2) pensamento
dialético-crilico. A ética do Discurso (ao perder a negatividade-materialidade da ética) nem
sequer pode pro por o tema do "critico". Deveria distinguir entre: (a) pensamento dialético
como "compreensao" (Understanding, Verstehen), e (b) pensamento cientifico social como
"explica¡;ao" (explanation. Erkldrung), mas, além disso, entre ciencias sociais (c) "funcionais(como o caso de von HAYEK que podem, em alguns casos, ser dialéticas) e (d) as "criticas"
(que devem ser dialéticas, mas também tem outras exigéncias). AJém disso, as ciéncias
humanas ou sociais "criticas" deveriam ser distinguidas de (e) uma filosofia "critica" (e nao
confundi-Ias numa ambigua .,teoria crítica"). Por último, e aplicando estas distin¡;óes epistemológicas ao ámbito da teologia, (O a teologia crftica (como por exemplo a Teologia da
Liberta<;ao). que nao é urna teologia "funciona'" (como a maioria das teologias atuais das
"religióes universais"). deve agora apresentar com precisao epistemológica toda a questao
do ,.terceiro critério de delimita<;ao" (tema que tratamos também no capitulo 6 de nossa Ético
de la Liberación), de uma maneira completamente diferente de como há anos se expéis o
tema a partir do horizonte teórico althusseriano (ver C1odovis BOFF, Teologia do político e
suas media~óes. Vozes. Petrópolis 1978).
126 [302]
- que náo é mero "corpo" - como critério de verdad e (dos juízos de
fato. da ciencia ou da teologia)49. A "vida" de ve ser considerada em
sua materialidade sacramental:
'Tomem, camam, este é meu basar" (Mt 26,26); "Tive fome e voces me deram de comer" (Mt
25,35). Este é 1) o princípio ético material ou de conteúdo universal50: todo sujeito ético está abrigado (princípio de6ntico) a fazer
com que o canteúda de toda norma, ac;:áo, instituic;:áo ou sistema
de eticidade (Sittlichkeit) promova a produc;:áo, reproduc;:áo e desen olvimento da vida de cada sujeito humano em comunidade, a
constru<;áo do Reino de Deus. O conteúdo do enunciado será verdadeiro.
A "aplicac;:áo" deste princípio material universal necessita de
outro 2) princípio formal moral51 que pode ser enunciado desta
maneira: todo sujeito ético está abrigado moralmente a reconhecer
como igual e promover a participac;:áo simétrica de todo sujeito
humano afetado em sua vida (como membro do Reino de Deus)
pelo que há de decidir-se argumentativa e comunitariamente.
O
consenso ao qual se chegar será vá lida.
Por último, a mediac;:áo verdadeira e válida escolhida deve 3),
pelo terceiro principio, obrigar a realizar o factívelcontra o anarquista que pretende realizar o impossível. E só quando se faz o
praticamente verdadeiro, válido e factível a norma, ato, institui<;áo
ou sistema de eticidade é bam (gaad, das Gute). Teologicamente é
um momento da realizac;:áo do Reino de Deus.
O que acontece empírica ou historicamente, usando o mesmo
argumento de Popper e Hayek, contra a impossibilidade da "planificac;:áo perfeita", é que podemos igualmente afirmar que nenhum
49. "Eis que hoje ponho diante de ti a vida e o bem; a morle e o mar (Dt 30,15), A
vida é critério de verdade; integrada á norma, a~áo. institui~áo Oll sistema de eticidade, é o
conleúdo (Inhalt) do bem. O que mata (morte) está contido num enunciado "f~lso", que
decidido assimetricamente pelos dominadores alcan~a urna "eficácia" instnnnenlai mortal:
posto em prática é o mal (norma, ato, institlli~ao ou sistema de eticidade: como a ordem do
mercado de Hayek).
50. É o tema do capitulo 1 de Ética de la Liberación. já citada.
51. Peter ULRICH, em sua obra Transformation der okonomischen Vcnlllnft. P~lIl
Haupt, Berna 1993, constrói lima epistemologia da ciencia económica ~ partir d~ razao
discursiva. Ao criticar a economia utilitarista (p. 1715) perde a possibilidade de reconstnlir lima
razao prático-malerial económica; já que, ao final. só proporá uma razao económic~ discursiva
- a da comunidad e de comunica~ao dos economistas .. mas nao a razao conslrutiva económica
da vida de cada sujeilo humano por meio d~ rela~ao comunitária prático-produtiva económica.
127
13031
sistema economico pode infelizmente deixar de causar como efeito
nao intencional, uítimas. Só um sistema perfeito (impossível empiricamente) nao causaria vítimas52. O próprio Smith observa cinicamente:
"Numa sociedad e civilizada só entre gente das camadas inferiores
do povo a escassez de alimentos pode por limites a multiplica<;aoda
espécie humana; e isto nao pode ocorrer de outro modo a nao ser
destruindo grande parte dos filhos, fruto de matrimonios fecund os ,,53 .
Hayek também suspeita disso ao escrever que "há pessoas
que se sentem tao perturbadas por alguns efeítos do mercado,,54,
e depois de mostrar as "maravilhas" do sistema indica que, "inclusive nos tempos mais calamitosos, nove em cada dez (pessoas) verao confirmadas suas esperanc;:as,,55. E se a situac;:ao fosse quase
inversa: uma de cada dez ve hoje confirmada suas esperanc;:as? E
se o sistema de mercado produzisse como efeito nao intencional
uma horrível pobreza na maioria da humanidade, e ainda, no presente, numa porcentagem crescente nos países centrais do capitalismo? Como é impossível nao haver "pobres"
(as "vítimas"
económicas),
sua presenc;:a ainda poderia ser suportável se fosse
uma presenc;:a minoritária ou uma situac;:ao tolerável. Mas quando
52. Para HAYEK, embora a concorrencia perfeita seja um modelo (embora nao
perceba que e inconsistente, pois se fosse "perfeita" nao poderia haver eoncorrencia, nem
lógica netn empiricamente), introjeta no mercado empirico uma "tendencia" para o equilibrio
que nao pode ser demonstrada eientificamente. Este e o "efeito" do mercado: o equilibrio (a
anliga harmonia da Mao de Deus em Smith, agora seeularizada) faz as Veles de um sistema
perfeito
no mercado; quer dizer, os efeitos negativos (por exemplo, a miséria da maioria da
atual humanidade) nao sao produtos de desequilibrios do mercado, mas da falta de mais
mercado (trata-se agora de uma tese "metafísica", no piar sentido do termo). É uma proposta
ideológica nao falseável (para ralar como Popper), imune a qualquer falseador empirico, Em
teologia isto se chama idolatria; para Marx é fetichismo; em epistemologia é pseudociencia
(el. a obra de Ricardo G6MEZ, já citada).
53. The Wealth of Nations, 1, 8; p. 77-78. Neste capítulo sobre os salários, escreve
contra a escravidao: "Os trabalhos feitos por homens Iivres sempre saem mais baratos, em
última análise, do que os trabalhos realizados por escravos' (p. 79), já que "a frugalidad e e
cuidadosa atenc;ao do pobre (') se encontra naturalmente no homem Iivre" (lbid.). A cínica
argumentac;ao vai aquí nurna línha crítica e revolucionária, mas suas razóes serao as rnesmas
que mostrarao hoje que é mais barato deixar mOrrer os pobres livres em Bangladesh ou no
sul do Saara do que procurar salvá-Ios da rome ou da AIDS.
54. HAYEK, La fatal arrogancia.
55. ¡bid.
Los errores del socialismo, ed. cit., p. 142.
128 [304]
sua propon;:ao é majoritária e seu estado se torna intolerável, isto é,
quando a riqueza de uns poucos já nao pode ser oculta ou maquilada diante da mortal miséria de muitos pobres - como mostra o
comunicado do EZLN de Chiapas? Neste caso a ciencia económica
crítica se torna necessária para urna teologia crítica e realista. Será
necessário contar com exposic;:ao "científica,,56, com alguma "explicac;:ao (explanation),,57 das causas 58da negatividade-material
da
vítima. Em outras palavras: é necessário apresentar argumentos racionais do porque da miséria. Existe um texto extremamente claro
e que define de maneira explícita o que chamaremos a partir de
agora o "terceiro critério de demarcac;:ao" em epistemología. Leia-se
com cuidado a descric;:ao de Marx:
"Era evidente que, se era o próprio desenvolvimento
real que dava
essa expressao implacável, a saber, a contradi<;:aoentre a crescente riqueza da na~ao, na Inglaterra, e a crescente
miséria (Elend) dos trabalhadoresGO; e posto que, além disso, estas
contradi<;:6es apresentavam,
na teoria de Ricardo, etc., uma expressao teoricamente evidente, embora inconscienteG1, era natural
que os espíritos que se colocavam do lado (auf die Seite stellten)
do proletariado captassem (aufgegriffen) a contradi<;:ao já teoricamente colocada as claras por eles. O trabalho é a única fonte de
valor comercial e o único criador ativo do valor de uso. Isso dizeis.
a economiaburguesa59
56. Seria uma ciencia social como "programa de pesquisa cientifica" á maneira de
lákatos, respondendo, é claro. a critérios de "cientjfjcidade" reconstruidos criticomente e náo
segundo os critérios standard do próprio lákatos que, por serem muito estreitos ou redutivos,
atreve-se a aplicar exigencias científicas mal definidas e deduzir, por exemplo. que a psicanálise.
a análise económica de Marx, ou a pedagogia do oprimido de Paulo Freire (acrescentarnos
nós) náo sáo científicas. Certamente estes discursos cientificos nao respondem aos critérios
das ciencias funcionais, mas sim a critérios de ciencia crítica que parte de uma op~ao ética
e de um "colocar-se do lado" das vítimas como condi~ao de possibilidade prática de uma
ciencia "critica". Tudo isto nos levaria muito longe, mas é absolutamente necessário come,ar
a discussoo - porque náo se propós epistemologicamenle em filosofía da ciencia até o
momento este "terceiro critério" como critério de "demarca~áo".
57. CL a citada obra de APEL, com referencia á "explana~áo".
58. Ver a citada obra de Von WRIGHT, sobre a qllestao da '·causalidade".
59. Que denominei "ciencia social funcional"'.
60. Por um lado, estas sáo as vítimas vísllalizadas por Mane Por outro, podemos hoje
formular a contradi<;ao dentro do processo do mercado: a contradi~áo entre a crescente riqueza
dos países "centrais" do capitalismo e a crescente miséria nos países "periféricos".
61. Esta náo consciencia de efeitos náo intencionis do sistema capitalista se co-implicam.
129 [305]
-)
.•¡
Mas, por outro lado, afirmais que o capital é tudo e o trabalhador
nao é nada ou sirnplesrnente custo de produc;:aodo capital. Contradizeis a vós mesmos. O capital nao é outra coisa senao urna fraude
feita ao operário. O traba/ho é tudO ..62.
Nessas Iinhas está expresso o "terceiro critério de demarca<;ao" ao qual estou me referind063. No "programa de investiga¡;:ao
científica" de Marx, o que interessava era "explicar" a "causa" da
miséria. Esta causa estrutural, denominou-a de "mais-valor": valor
produzido no mais-tempo já nao pago pelo salário; vida humana
objetivada nao paga (roubada) ao operário. Isso nos mostra a "lógica" da ciencia social crítica, necessária a teologia crítica para seu
próprio discurso. A mim hoje me "interessa" mais, articulado a
miséria das na¡;:óes periféricas (a seus povos, etnias, grupos e também c1asse operária, etc.), o problema da "competi¡;:ao" entre capitais nacionais, que permite a "transferencia" de valor (mais valor)
de urna nac;áo a outra. A globalizac;:ao nao está tao avan¡;:ada a
ponto de suprimir as fronteiras nacionais.
¡
l
i
l.
1
!
1
I
1
1
I
I
1
1¡
Quer dizer, desde a negac;:ao da possibilidade da reproduc;:ao
da vida do sujeito humano, interpreta-se teologicamente a norma,
ac;:ao ou instituic;:ao (aqui "o mercado" segundo Hayek) como o pecado da injustic;:a, porque é negac;:ao do Reino de Deus em cada ser
humano, na morte do pobre. Pode-se, assim, enunciar - com mediac;:óes analítico-críticas
- um juízo ético-teológico sobre a teoria
do mercado, de sua lógica, suas leis, sua pressuposta ética.
O mercado, definido como o fazem os neoclássicos ou neoliberais, é um sistema formal autopoiético, auto-referente e abstrato
(como a "Iinguagem L" na semantica de Tarski, ou o "sistema" de
62. Karl MARX, Mans. 61-63, Cademo XIV; em MARX, 1979, p. 1390; trad.
espanhola l. 3, p. 231.
63. No plano mundial da globaliza<;áo do mercado, quando Marx escreve: "00 lato
de que o lucro possa estar por debaixo do mais-valor, ou seja, de que o capital possa ser
intercambiado por um lucro mas sem validar-se em sentido estrito, depreende-se que náo só
os capitalistas individllais, mas as na<;óes podem lazer transa<;óes comerciais continuamente
entre si (...) sem que por isso tenham que obter lucros iguais. Urna pode apropriar-se
constantemente de urna parte do mais-trabalho da outra, sem dar nada ern troca, SÓ que neste
caso isto náo ocorre na mesma medida que entre o capitalista e o operário" (Grundrisse, Cado
VII; em Grundrisse der Kritik der politischen Oekonomie, Dietz Verlag, Berlim 1974, p.
755). CI. mell artigo Marx's Economic Manuscripts 01 1861-63 and the "Concept" 01
Dependency (DUSSEL, 1990).
130 [306)
Luhmann), cujo único horizonte é a reprodUl;ao do capital, no marco do mercado e contando exclusivamente com "prec;os". Nao há
doutrina do "trabalho-valor" que possa mediar a antropología e a
economia com a ética. A vida dos seres humanos nao tem relevancia alguma para os "sistemas formais" - sem conteúdo. Fala-se de
sobrevivencia, mas trata-se apenas de um argumento apologético
que oculta os horríveis efeitos nao intencionais, que nenhum pretenso "equilibrio" evita. Trata-se na verdade de um espantoso desequilibrio64.
De maneira que, desde a afirmae;áo da vida, descobre-se que
ela é negada as vítimas (os pobres e desempregados no mundo
periférico e central do capitalismo), os juízos de fato ou enunciados
formais (de razao instrumental ou dialético-ontológicos) sao agora
julgados como falsos (enquanto nao reproduzem a vida), inválidos
(enquanto os afetados nao participaram nas decisoes que os vitimizam), ineficazes Gá que a eficácia do mercado nao é reproduc;ao
factivel da vida das maiorias: é ineficaz a vida). As normas, atas,
instituic;oes ou sistema de eticidade que sao fruto nao intencional
do mercado, conforme a formulac;ao de Hayek, sua lógica contém
a maldade e injustic;apróprias daquele que mata: "Veja (...) a morte
e o mal" (Ot 30,15).
Oescobrem-se assim tres novos principios éticos: 4) o princípio ético-crítico que abriga a criticar profeticamente o sistema do
mercado a partir das vítimas; 5) o principio formal consensual que
abriga a organizar a participac;ao simétrica das vítimas (sao os movimentos sociais e politicos críticos, emergentes: ecológicos, feministas, operários, do mundo periférico, etc.); e 6) o principioIibertac;aoque obriga a desconstruir realmente as negatividades (das
normas, ac;oes, instituic;oes ou sistema de eticidade) e construir praticamente as novas instancias necessárias (os complexos momentos
de uma práxis de Iibertac;ao).
A razao prático-material pode assim comparar os fins aos
quais tende o mercado segundo Hayek e julgá-los a partir dos tres
critérios ético-positivos (l. vida, 2. participac;ao simétrica e 3. fac64. Sobre o desequilibrio empírico causado em nome do "equilíbrio" do mercado, ver
Franz HINKELAMMERT, Crítica a la razón utópica, cap. 2: "A inconsisténcia da teoria geral
do equilibrio" (pontos d-e), DEI, San José (Costa Rica) 1984, p. 675.
131 [307]
tibilidade), e, só agora, negativamente, lan<;a-seo "juízo" ético deduzido dos critérios éticos positivos: trata-se do Juízo Final: "tive
fome e me destes de comer!" (Mt 25,35). Estes juízos éticos negativos (sobre a "fome", etc.), enunciados normativos, nao sao em
primeiro lugar "juízos de valor", como pensava Rudolf Carnap ou
Alfred Ayer. Os valores provem das normas, atas, institui<;6es ou
sistemas de eticidade enquanto media<;6es para a reprodu<;ao da
vida humana. Os valores néio fundam a ética. A ética nao consiste
essencialmente em juízos de valor ou degusta<;:ao(subjetivos, particulares), mas em juízos de fa tos universais: "Joao tem fome porque
ficou sem salário (trabalho) no mercado competitivo de trabalho".
É um juízo de fato! Oeste juízo de fato se deduz, contra a impropriamente chamada "falácia naturalista" de Hume65, que em principio (e sem levar em canta circunstancias concretas, mas universalmente): "Eu devo dar de comer a Joao, pois sem a minha
ajuda ele pode morrer!" Desde Emmanuel Levinas podemos fundamentar o por que somos "responsáveis-pelo-outro", uma vez
que, comunitária e solidariamente, sua morte é antecipa<;ao de nossa morte; e aquele que mata se suicida - pois inicia ou aprofunda
uma "lógica de nega<;:aoda vida" que terá como efeito sua própria
morte66.
Tradu~ao de
Lúcia Mathilde Endlich Orth
65. Refuto a chamada "falácia" no capítulo 1 de Ética de la Liberación.
66. Diz a sabedoria popular latino-americana:
"Quem com ferro fere, com ferro será
feridol"
132 [308)

Documentos relacionados