Etnicidades e Políticas da Identidade: notas sobre o caso

Transcrição

Etnicidades e Políticas da Identidade: notas sobre o caso
Índice
Editorial
p. 6
María Franci Álvarez (CEPYD – UNVM – UCC)
Artículos
Rebeca Campos Ferreira (USP)
p. 9
Etnicidades e Políticas da Identidade: notas sobre o caso dos remanescentes de quilombos no Brasil
Marina Falvo (UNSAM y UNC)
p. 31
El cuerpo presente en la lucha y la fragmentación en los conflictos laborales. Córdoba, junio 2011 a julio
2012.
Susana B. Adamo (CIESIN – Columbia University)
p. 55
Ganarse la vida en tiempos difíciles: medios de vida de pequeños productores agropecuarios en Jáchal (San
Juan) en el contexto de la crisis del 2001
Barrio, Paola (UNVM) y Miguel, Carla (UNVM)
p. 83
Dicen de las fumigaciones que… Entre un discurso dominante y las vivencias de los trabajadores.
Crónicas de Investigación
Gabriel Bidegain (UNFPA)
p. 107
Impactos demográficos del terremoto de Haití
ISSN 2314-1492,
Vol. 2,
N°2,
Año II.
[1]
EDITORIAL
Resúmenes
Nicolás E. Cabrera Durán (UNVM)
p. 133
Violencia, identidad y cultura popular en la hinchada del Club Atlético Belgrano de Córdoba
María Elena Flores (UNVM)
p. 137
La regulación del Instituto de Adopción Legal de menores en Córdoba. Realidad Social y Regulación
Jurídica: Actores, Prácticas y Discursos en la atención de la infancia abandonada. 1948-1971.
Marcos Javier Andrada (UNLaR – CIECs – CONICET - UNC)
p. 137
Cambios en los patrones educativos de la población de la provincia de La Rioja entre 1991 y 2001.
Estudio de una Cohorte de alumnos de la Universidad Nacional de La Rioja
ISSN 2314-1492
[2]
EDITORIAL
Vol. 2,
N°2,
Año II
.
CUESTIONES DE POBLACIÓN Y SOCIEDAD
es una
publicación semestral de carácter académico del Centro de Estudios sobre Población y
Desarrollo. Incluye ensayos y resultados de investigaciones con contenido demográfico o
referido a diversas problemáticas sociales, de algún espacio geográfico de Latinoamérica.
Dirección
Dra. María Franci Alvarez, CEPYD - UNVM - UCC, Argentina
Equipo Editorial
Dra. Mónica Ghirardi, CIECS - CONICET, Argentina
Lic. Pamela Cáceres, UCC, Argentina
Dra. María Alejandra Fantin, IIGH - CONICET, Argentina
Dra. María Marta Santillán Pizarro, CONICET, Argentina
Mgter. Elvira Carrizo, FCE - UNC, Argentina
Dr. Eduardo Torres, CIECS - CONICET, Argentina
Mgter. Alicia Macagno, PEU - UNC, Argentina
Dr. Leandro Mariano González, CIECS - CONICET, Argentina
Dr. Enrique Peláez, CIECS - CONICET, Argentina
Dra. Dora Celton, CIECS - CONICET, Argentina
Dr. Eduardo Bologna, CEA - UNC, Argentina
Comité Científico Académico
Dra. Dora Celton, CIECS - CONICET, Argentina
Dr. Tirza Aidar, NEPO - UNICAMP, Brasil
Dr. Eduardo Arriaga, Graduados Ciencias Económicas, Argentina
ISSN 2314-1492,
Vol. 2,
N°2,
Año II.
[3]
EDITORIAL
Dr. Roberto Luiz do Carmo, NEPO - UNICAMP, Brasil
Dra Julieta Quilodrán Salgado, Colmex, México
Dra. Susana Carena, UCC, Argentina
Dra. Norma Meichtry, IIGH – CONICET/UNNE, Argentina
Edición
Dr. Marcos Andrada, CIECS-CONICET, Argentina
Lic. Gonzalo Assusa, CONICET - CIFFYH - UNC, Argentina
Colaboradores
Lic. María Florencia Delgado, CIECS - CONICET, Argentina
Lic. María Eugenia Pesce, CIECS - CONICET, Argentina
Datos legales
ISSN 2314-1492.
Vol. 2, Núm. 2, Año II. Mayo de 2012.
Dirección postal: Peñaranda de Bracamonte 2166,
Barrio Nueva Italia,
Córdoba, Argentina
Web: http://www.cepydaulavirtual.org.ar/ojs/index.php/cuestionesps/index
E-mail: [email protected]
ISSN 2314-1492
[4]
EDITORIAL
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N°2,
Año II
.
ISSN 2314-1492,
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Año II.
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Editorial CPS
Dra. María Franci Álvarez
Directora de la Revista
Cuestiones de Población y Sociedad
Este segundo número de la revista digital “Cuestiones de Población y Sociedad” (CPS)
retoma la comunicación con nuestros lectores, para hacerles conocer algunos resultados de
nuevas investigaciones que abordan problemáticas sociales, desarrolladas en espacios de
Latinoamérica y del Caribe.
Está definido en nuestros objetivos como centro de investigación, incrementar el trabajo
orientado a la investigación con calidad científica, con estabilidad y visibilidad; por eso nuestra
preocupación está centrada en la publicación de artículos originales, que provengan tanto de
procesos investigativos, como de la reflexión teórica y de experiencias de la realidad, teniendo en
cuenta para ello el cumplimiento de los tiempos programados para nuestra publicación, de
periodicidad semestral.
En esta oportunidad hemos recibido artículos de otros países que han contado con la revisión de
profesores de universidades extranjeras, a los cuales agradecemos especialmente por el apoyo
otorgado.
El artículo de Rebeca Campos Ferreira Doctoranda en Antropología Social de la Universidad de
San Pablo (Brasil), “Etnicidades e Políticas da Identidade: notas sobre o caso dos remanescentes de quilombos
no Brasil”, reflexiona sobre las etnicidades, desde el surgimiento de la identidad quilombola en el
contexto del reconocimiento de derechos a las diferentes comunidades. El caso de los quilombos,
como sujetos de derecho, le permite reflexionar sobre los momentos en los que el uso de la
identidad étnica se convierte en bandera de lucha; como también poner en cuestión las directrices
políticas de la etnicidad y la politización de la diferencia.
Por su parte Marina Falvo, en “El cuerpo presente en la lucha y la fragmentación en los conflictos laborales.
Córdoba, junio 2011 a julio 2012”, expone el análisis de la visibilidad de los conflictos en torno al
trabajo en la provincia de Córdoba (Argentina), que organiza a partir de fundamentos teóricoconceptuales que sirven de marco para la lectura de los datos más relevantes presentes en los
medios digitales sobre conflictividad laboral, para concluir destacando la intensidad de la
conflictividad, los contenidos de las demandas, y la representación, participación y fragmentación
al interior del movimiento obrero, resaltando el peso de las luchas que implican a las bases
presentes en el espacio público
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EDITORIAL.
Susana B. Adamo, investigadora del Center for Science Information Network Internacional de la
Tierra (CIESIN), de la Universidad de Columbia, comparte un capítulo de su tesis doctoral
“Ganarse la vida en tiempos difíciles: medios de vida de pequeños productores agropecuarios en Jáchal (San Juan)
en el contexto de la crisis del 2001”. El objetivo del artículo es explorar, desde una perspectiva sociodemográfica, los medios de vida de pequeños productores agropecuarios en el departamento
Jáchal (San Juan-Argentina) con el fin de entender las diferentes dimensiones de vulnerabilidad
frente a diversos riesgos, incluyendo los ambientales, y saber qué estrategias se implementan en
tiempos difíciles. El marco conceptual refiere a los medios de vida, incluyendo activos y
estrategias, y distintas formas de diversificación llevadas a cabo por los hogares de pequeños
agricultores, durante la crisis económica del año 2001.
Las autoras del informe de investigación “Dicen de las fumigaciones que… Entre un discurso dominante y
las vivencias de los trabajadores”, Paola Barrio y Carla Miguel (Licenciada en Sociología) tratan una
problemática dominante de las localidades del Sur y Este de la Provincia de Córdoba. Teniendo
en cuenta las consecuencias sociales y ambientales que el proceso de agriculturización ha
generado, es que las autoras se preguntan ¿por qué las opiniones, conocimientos y valoraciones
sobre el modelo agropecuario de carácter extractivo, aún se presentan de manera acrítica y
aproblemática? Es por ello que en el documento se proponen indagar acerca del modo en que se
manifiesta la problemática agroquímicos-salud humana, en los discursos que circulan en la
sociedad de la ciudad de Laboulaye, Departamento Roque Sáenz Peña, provincia de Córdoba.
Gabriel Bidegain, funcionario del Fondo de las Naciones Unidas para las Actividades de
Población (UNFPA) en Haití, hace una crónica de las consecuencias del terremoto. El artículo
“Impactos demográficos del terremoto de Haití” examina los cambios demográficos producidos por el
impacto del terremoto del 12 de enero de 2010, en la fecundidad, mortalidad, migración interna e
internacional y en el proceso de urbanización, en particular en el Área Metropolitana de Puerto
Príncipe. Analiza los discursos de descentralización de la población y de los servicios, que están
desarrollándose desde hace más de cuatro décadas, acompañado de las prácticas sociales, sus
efectos perversos y las medidas incitadoras, de buena voluntad, que provocaron una reinversión
de flujos, por los efectos de la ayuda generosa.
Nicolás Cabrera comparte una reseña de su Trabajo Final de Grado de la Licenciatura en
Sociología, titulado Violencia e identidad en una hinchada de fútbol: “sólo para entendidos”. La
investigación se estructura en torno al siguiente interrogante: ¿Cuál es el lugar que ocupa la(s)
violencia(s) en la configuración de lógicas identitarias que en la hinchada del Club Atlético
Belgrano de Córdoba tienen lugar? Para responderlo se propuso un abordaje etnográfico sobre
las prácticas y representaciones violentas de los miembros de la hinchada de Belgrano –
autodenominada “Los Piratas”– durante más de un año y medio. Los registros etnográficos se
realizaron mediante la técnica de observación participante en el campo de futbol y los viajes
alrededor del país en los que la hinchada se traslada para acompañar a su equipo.
María Elena Flores reseña su Tesis de Doctorado en Ciencias Sociales de la Facultad
Latinoamericana de Ciencias Sociales, cuyo título es La regulación del Instituto de Adopción Legal de
menores en Córdoba. Realidad Social y Regulación Jurídica: Actores, Prácticas y Discursos en la atención de la
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infancia abandonada. 1948-1971. La investigación está centrada en la historia de la infancia como
construcción social y hace foco en las figuras jurídicas para los menores bajo tutela judicial,
previas a la primera ley de adopción y en los anteproyectos del primer instituto de adopción. La
reconstrucción de las prácticas sociales, institucionales y tutelares que dieron forma y enmarcaron
el instituto de la adopción legal, se analizan desde la perspectiva de una genealogía que permite
contribuir a esclarecer prácticas disciplinares (asistencia social) y dispositivos instrumentales
como la adopción, cuya implementación tardía en el país, vino a legitimar por un lado la
colocación de niños para su crianza en familias no biológicas y por otro lado se promulgó para
evitar acciones de fraude, falsificaciones de actas públicas, alteraciones del estado civil y otros
delitos en perjuicio de niños que eran inscriptos como hijos biológicos aunque no tenían esa
condición.
Marcos Javier Andrada presenta su Tesis de doctorado en Demografía titulada “Cambios en los
patrones educativos de la población de la provincia de La Rioja entre 1991 y 2001. Estudio de una Cohorte de
alumnos de la Universidad Nacional de La Rioja. En esta investigación, en primer lugar, se intenta una
aproximación de la descripción de la situación educativa de la provincia en general, destacando el
impacto que las instituciones de nivel superior tuvieron en la última década y una vez identificado
las características de los cambios en los patrones educativos de la provincia se describen las
particularidades socio demográficas de una cohorte de alumnos, correspondiente al año 2000. En
el análisis de la matrícula de alumnos, con una base de datos ad hoc, se realiza un pormenorizado
análisis de evolución de la cohorte a lo largo de diez años y se realizan estimaciones de
probabilidades de egreso, a través de un modelo de regresión logística binaria.
Esta publicación se realiza con el esfuerzo del equipo de edición, con el aval de los autores que
nos confian su producción y de los revisores que colaboran desinteresadamente. Los convocamos
a seguir apoyando este emprendimiento editorial, participando como autores, como revisores,
como consejeros de edición y de todas otras acciones que crean conveniente. Agradecemos
profundamente la intervención de quienes colaboraron en este segundo número.
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EDITORIAL.
Etnicidades e Políticas da Identidade: notas sobre o
caso dos remanescentes de quilombos no Brasil
Rebeca Campos Ferreira 1
(USP)
Resumo
O presente ensaio reflete sobre etnicidades, a partir da emergência da identidade quilombola no
contexto do reconhecimento de direitos diferenciados às comunidades de quilombos, no âmbito
do prescrito pelo Artigo 68 do ADCT/CF-88. Em questão se coloca o fato de que marcadores
étnicos – fluidos e carregados de singularidades – representam o acesso a direitos – genéricos – a
diversos grupos historicamente destituídos dos mesmos, na esteira do reconhecimento jurídico da
diferença e do multiculturalismo. O caso dos remanescentes de quilombos, sujeitos instituídos,
servirá à reflexão ora proposta, momentos onde o recurso a identidade étnica se torna bandeira
de luta; colocam-se em questão as orientações políticas da etnicidade e a politização da diferença.
Palavras-chave
Comunidades Remanescentes de Quilombos, Identidades, Etnicidade, Direitos Sociais,
Marcadores Étnicos.
Doutoranda em Antropologia Social, USP. Pesquisadora do Núcleo de Antropologia do Direito, NADIR. (11) 9
8087 1312. Email: [email protected]
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ARTÍCULOS
Ethnicities and Identity Politics:
quilombola communities in Brazil
the
case
of
Rebeca Campos Ferreira
(USP)
Abstract
The paper reflects on ethnicities, from the emergence of Maroon identity in the context of
recognition of differentiated communities quilombos, within the prescribed by Article 68 of
ADCT/CF-88. Bookmarks Ethnic – fluids and quirky – represent the access rights – general –
groups historically deprived of them, in the wake of legal recognition of difference and
multiculturalism.
The
case
of the remaining
quilombos,
subjects established, will
serve the proposed reflection, moments where the use of ethnic identity becomes a battle flag;
relevant policies of ethnicity, and the politicization of difference.
Keywords
Quilombo Communities, Identities, Ethnicity, Social Rights, Ethnic Marker.
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ARTÍCULOS
Apresentação
O presente ensaio reflete sobre etnicidades, a partir da emergência da identidade quilombola no
contexto do reconhecimento de direitos diferenciados às comunidades remanescentes de
quilombos, no âmbito do prescrito pelo Artigo 68 do Ato das Disposições Constitucionais
Transitórias (ADCT) da Constituição Brasileira de 1988 (CF-88). Volta-se à possibilidade de
acesso a um direito de caráter coletivo, étnico e territorial, que remete à construção identitária, na
medida em que o preceito constitucional pressupõe a emergência da identidade em questão, em
que pese a ressemantização do conceito de quilombo, para fins da aplicabilidade legal.
A constitucionalização dos direitos étnico territoriais conferida aos povos indígenas e
comunidade remanescentes de quilombos concretizou-se por meio da Carta Magna de 1988, após
amplo debate nos trabalhos da Assembleia Nacional Constituinte, e fez parte do processo de
democratização e reconhecimento de novos direitos que marcou parte significativa das novas
cartas constitucionais dos países da América do Sul nas décadas de 1980 e 1990.
O Artigo 68 do ADCT, que dá origem a emergência das comunidades remanescentes de
quilombos se insere no debate acerca dos direitos coletivos, que se traduz como o direito a
diferença e necessidade de salvaguardar e garantir o pleno exercício aos direitos étnicos culturais.
Considerados a maior novidade da carta magna, embora no mesmo capítulo dos direitos
individuais, a emergência dos direitos coletivos representa o rompimento de uma tradição que
toma o Direito exclusivamente por meio do indivíduo, e gera o das coletividades. E nesse quadro
reconheceram-se direitos econômicos, sociais, linguísticos, religiosos e territoriais, o que figura
um desafio ao universo jurídico constitucional, pautado no individualismo. A compreensão desta
nova categoria de direitos leva à revisão de códigos, legislações, procedimentos jurídicos e
institucionais.
A incorporação de direitos étnicos ao texto constitucional brasileiro insere-se em um quadro de
fortalecimento da sociedade civil através de movimentos sociais, que reivindicam por afirmações
identitárias diversas, e no caso em questão, destaca-se o Movimento Negro Unificado (MNU). Os
direitos supra individuais ou sociais foram então incorporados aos tradicionais direitos de
natureza individual, e desse modo pode-se apontar para um alargamento dos direitos de cidadania
(Stucchi, 2005).
O processo de reconhecimento e titulação de terras de comunidades remanescentes de
quilombolas se inicia, a partir de outubro de 2008, na Fundação Cultural Palmares (FCP),
instituição pública criada também em 1988, vinculada ao Ministério da Cultura, voltada a
promoção e preservação da cultura afro brasileira em suas mais diversas manifestações.
. A abertura do processo depende da Certidão de Registro no Cadastro Geral de Remanescentes
de Comunidades de Quilombos da FCP, que pode ser solicitada por qualquer interessado,
associações, entidades, grupos ou pelo próprio Instituto Nacional de Colonização e Reforma
Agrária (INCRA). A maioria dos casos se dá em atendimento à demanda dos quilombolas, e os
processos são abertos pelas Superintendências estaduais do INCRA. Ou seja, a comunidade
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somente poderá pleitear o direito se obter a certidão da FCP, uma vez que esta condiciona o
inicio do processo de identificação e titulação no Instituto de terra.
A partir do caso dos remanescentes pode-se então pensar acerca das etnicidades, identidades e
culturas que permeiam a discussão acerca do reconhecimento de direitos diferenciados a
determinados grupos – os direitos culturais e seus desdobramentos – considerando que se trata,
sobretudo, de um reconhecimento realizado pelo Estado, onde a lei cria seu sujeito, embora se
observem os princípios da auto adscrição.
Em questão se coloca o fato de que marcadores étnicos – fluidos e carregados de singularidades –
representam o acesso a direitos – genéricos – a diversos grupos historicamente destituídos dos
mesmos, na esteira do reconhecimento jurídico da diferença e do multiculturalismo. O caso dos
remanescentes de quilombos, sujeitos instituídos, servirá à reflexão ora proposta, dos momentos
onde o recurso à identidade étnica se torna bandeira de luta; colocam-se em questão as
orientações políticas da etnicidade, a politização da diferença.
Notas sobre a ressemantização do conceito de quilombo
Atribuir identidade quilombola a determinado grupo e dar-lhe direitos territoriais levanta a
questão do redimensionamento do próprio conceito de quilombo. No momento em que o
Estado reconhece um grupo como remanescente de quilombo fixa uma identidade não só
política, administrativa e legal, mas também identidade social, permitindo assim direito a uma
identificação étnica, que é veículo de obtenção de direitos diferenciados. Desse modo, o Artigo
68 do Ato das Disposições Constitucionais Transitórias da Constituição Federal de 1988 instituiu
um novo sujeito social, um novo sujeito político etnicamente diferenciado a partir dos direitos
instituídos por meio do artigo citado.
Tal disposição do Estado em institucionalizar a categoria “Evidencia a tentativa de
reconhecimento formal de uma transformação social considerada como incompleta. A
institucionalização incide sobre resíduos e sobrevivências, revelando as distorções sociais de um
processo de abolição da escravatura limitado, parcial” (ALMEIDA, 1997: 125).
Com isso, portanto, vem à tona a necessidade de redimensionar o conceito de quilombo, que
“deixa de ser considerado unicamente como categoria histórica ou definição jurídica formal para se transformar, nas
mãos de centenas de comunidades rurais e urbanas em instrumentos de luta pelo reconhecimento de direitos
territoriais” (TRECCANI, 2006: 14), de modo que possa abranger a variedade de situações de
ocupação de terras por grupos remanescentes, para além da noção de fuga e de resistência.
A conversão simbólica do conceito de quilombo engendrada a partir do preceito legal cria então
novo sujeito, no contexto de lutas sociais que fazem da lei o seu instrumento; o quilombo é
reinventado e ganha dimensões políticas, como instrumento de luta pela terra. Desse modo, criase, como o Artigo 68, a categoria remanescente de quilombo, e institui este como sujeito de direitos
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territoriais e direitos culturais2 (ARRUTI, 2003). E na medida em que a condição de
remanescente de quilombo abarca elementos de identidade e sentimento de pertença a um grupo
e às terras determinadas, entram no debate sobre o conceito de quilombo considerações acerca da
etnicidade e da territorialidade3.
O conceito de quilombo fora fortemente disseminado na década de 1970, sendo reapropriado
pelo Movimento Negro como símbolo da Resistência Negra, física e cultural, estruturado não só
na forma de grupos fugidos durante a escravidão, mas também na forma ampla de quaisquer
grupos tolerados pela ordem dominante do período (NASCIMENTO, 1981). O quilombismo
concretiza-se então na década de 1980, e o ano do centenário da abolição, 1988, coincide com o
ano da promulgação da Carta Constitucional.
O conceito é, portanto, cercado por inúmeras referências, e a aplicação do Artigo 68 gerara
demandas quanto à definição do termo, na medida em que novas figuras legais, novos sujeitos de
direito, penetram o direito positivo “através dessas rachaduras hermenêuticas que são os direitos difusos”
(ARRUTI, 1997: 01). Ressemantizar o conceito de quilombo fez-se então necessário para
discernir critérios de identificação das comunidades remanescentes, tanto no plano conceitual
quanto no plano normativo, agindo, portanto, em universos de referência distintos, o da análise
científica e de intervenção jurídica.
A Fundação Cultural Palmares toma quilombos como “sítios historicamente ocupados por negros que
tenham resíduos arqueológicos de sua presença, inclusive as áreas ocupadas ainda hoje por seus descendentes, com
conteúdos etnográficos e culturais”. Carlos Magno Guimarães (1995: 75/79) constata que quilombos
“configuram (e estão no centro de) uma realidade conflituosa da qual participam diferentes – senão todas –
categorias sociais”. Para esse autor, a questão é identificar o modo pelo qual se dá a participação de
cada categoria social, o posicionamento político, no contexto do conflito que atinge a sociedade.
Toma o quilombo como “modalidade de existência do campesinato na sociedade escravista colonial”,
ressaltando a necessidade de perceber esse campesinato em sua dimensão econômica e política,
enquanto “agente coletivo no jogo das contradições que dão tônica à dinâmica social”; o quilombo é como
fenômeno, e principalmente como projeto político.
Em suma, o conceito de quilombo fora submetido a inúmeras reapropriações simbólicas, até que
ganhara, com a definição da Associação Brasileira de Antropologia, em 1994, uma interpretação
que se tornou dominante, a partir da nova significação que lhe era dada pela literatura específica e
por entidades civis. Tomaram-se então remanescentes de quilombo como “grupos que desenvolveram
práticas de resistência na manutenção e reprodução de seus modos de vida característicos num determinado lugar”,
e a identidade como “uma referência histórica comum, construída a partir de vivências e valores partilhados”.
Remanescentes de quilombos formam então grupos étnicos, “tipo organizacional que confere
pertencimento através de normas e meios empregados para indicar afiliação ou exclusão”, onde tanto o uso
2 Vale ressaltar que os formuladores da lei não previam os efeitos criadores da mesma, visto que no momento da
discussão o pensamento se voltava ao passado, e não ao futuro; o objeto da lei não antecede o seu projeto, e assim o
direito cria seu próprio sujeito, e o artigo em questão acaba por criar, portanto, categoria política e sociológica.
(ARRUTI, 2003).
3 Schmitt, Turatti e Carvalho (2002) consideram que estes dois conceitos, identidade étnica e territorialidade, são
fundamentais e estão sempre inter-relacionados no caso das comunidades negras rurais.
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comum caracteriza a territorialidade quanto a “sazonalidade das atividades agrícolas, extrativistas e
outras”, e a ocupação do espaço tem “por base os laços de parentesco e vizinhança, assentados em relações de
solidariedade e reciprocidade” (ARRUTI, 2003: 23).
Passa então do “Modelo Palmares”, vinculado à idéia de resistência, contra aculturação,
reprodução do mundo africano, luta de classes, autonomia e isolamento, às situações concretas e
documentadas, fazendo uso de manuscritos e de fontes orais. A noção de remanescente é
reconhecida como dispositivo constitucional que dá sentido de existência coletiva, sendo
categoria temporal, visto que é situacional, é contingencial (ALMEIDA & PEREIRA, 2003: 231).
Por um lado, a identificação de comunidades rurais negras que ganham o estatuto de unidades culturais e
sociais por partilharem uma origem e uma cosmologia comuns, uma ancestralidade, por apresentarem
grandes índices de endogamia e por vezes até mesmo um dialeto particular, escorregando assim para o pólo
do isolamento, da alteridade, do exotismo, do universo de referências autônomo e original. Por outro,
ganham visibilidade política e acadêmica (…) a partir de uma identidade genérica, de caboclos já
assimilados, sem língua distinta, cristianizados, integrados ao mercado local e nacional como força de
trabalho móvel, escorregando, dessa forma, para o pólo da interação, do universo político e cognitivo
partilhado (ARRUTI, 1997: 11).
A ressemantização do termo quilombo caminha no sentido da afirmação de sua
contemporaneidade, na linha da existência de uma identidade coletiva, com referência histórica
comum e valores compartilhados. As propostas vão a um novo reconhecimento, evitando dar-lhe
significação que reproduza repressão ou que lhe idealize; toma então situações sociais específicas,
com finalidades de garantia de terras e afirmação de identidade própria.
Ressemantizar o quilombo é, portanto, abandonar sentidos que lhe são dados por meio da
legislação colonial4, deixar o simbolismo que o cerca, que lhe é dado tanto pela literatura
acadêmica – sobretudo da década de 1970, influenciada pelo marxismo – quanto por movimentos
negros; é deslocar o conceito de sua significação simbólica original, que apresenta uma mescla de
confronto com emergência de identidade. A caracterização do quilombo como expressão da
negação do sistema escravocrata, como lócus da resistência e isolamento dá lugar às novas
definições, tendo em vista que as clássicas oposições não abarcam todas as dimensões da
sociedade escravista, tampouco do contexto da emergência dos remanescentes no Brasil
democrático.
A Emergência dos Remanescentes de Quilombos
No âmbito da luta pelo reconhecimento dos direitos, os remanescentes de quilombos
exemplificam o modo pelo qual a diferença é politizada, indo além da esteira jurídica que dá
Em 1740, o Conselho Ultramarino definiu quilombo como “toda habitação de negros fugidos, que passem de cinco, em parte
despovoada, ainda que não tenham ranchos levantados e nem se achem pilões nele” (SCHIMITT, TURATTI & CARVALHO,
2002:02).
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ARTÍCULOS
origem à categoria. Enquanto sujeitos permitem pensar os desdobramentos das políticas da
identidade, quando a etnicidade ganha orientação política e se torna bandeira de luta. E no
contexto dessas lutas o que se tem são reconfigurações das próprias construções identitárias,
negociações e articulações.
Costa (2006: 134) aponta para a:
Disseminação crescente de grupos diversos voltados para a reconstrução de raízes culturais e étnicas
obliteradas pela vigência do discurso homogeneizador da mestiçagem. Trata-se aqui, entre outros, dos
processos de reconstrução de etnicidades indígenas, entre os descentes de imigrantes e da invenção de uma
etnicidade quilombola.
O movimento em questão seria estético e cultural, voltado à ressignificação e reinterpretação do
lugar conferido ao negro na sociedade e na cultura nacional e global e, ao mesmo tempo, um
movimento político voltado ao combate do racismo5. São processos que representam uma
inflexão quando se toma o discurso da mestiçagem e da democracia racial. O que se tem é a
emergência de novas formas de representação da nação (COSTA, 2006), que podem aqui ser
pensadas pelo caso dos remanescentes de quilombos. As novas etnicidades negras inserem-se,
portanto, na discussão voltada à politização da diferença, com o acréscimo de ser esta uma
diferença respaldada por direitos diferenciados e constitucionalmente assegurados. E nesse
contexto, as categorias raça, etnicidade e cultura vão então oscilar entre usos políticos, nativos e
analíticos.
Sobre os usos da cultura vale ser posto que “no uso popular, a distinção criteriosa que os cientistas sociais
vem tentando estabelecer entre cultura, etnia e raça desaparecem por completo. Essas categorias tornam-se fluidas e
intercambiáveis” (SANSONE, 2007: 15/16). E no processo de reconhecimento de comunidades
remanescentes de quilombos a ‘cultura negra’ é pressuposta pelos órgãos envolvidos e recriada no
âmbito do grupo.
Enquanto para Mintz a cultura negra é mista e sincrética, para Sansone (2007: 23):
A cultura negra pode ser definida como a subcultura específica das pessoas de origem africana dentro de
um sistema social que enfatize a cor, ou a ascendência a partir da cor, como critério importante de
diferenciação ou segregação das pessoas. (...) para não torná-la mais estática, convém considerar a cultura
negra como uma subcultura da cultura ocidental, muitas vezes quase submergida na cultura popular (...) ela
não é fixa nem completamente abrangente e resulta de um conjunto específico de relações sociais.
Acerca dessas considerações, Miguel Vale de Almeida (2009: 01) desenvolve a idéia de
essencialismo estratégico, no que se refere aos movimentos sociais de caráter identitário, que são
postos frente ao dilema de “por um lado recusarem os próprios termos da categorização de que são alvo e, por
outro, necessitarem de identificação com as categorias, de modo a poderem movimentar-se no espaço público”.
Arruti (1997: 14) desenvolve proposições acerca da emergência de remanescentes, no sentido de
rearranjos classificatórios, na medida em que, “As unidades de descrição das populações
submetidas respondem, ao custo de uma brutal redução de sua alteridade, às necessidades de
Nesse sentido, pode-se aproximar ao que fora apontado por Stuart Hall referente ao curso de formação de novas
etnicidades negras no Reino Unido.
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produção de unidades genéricas de intervenção e controle social, sendo que tais unidades variam
segundo aquelas necessidades de controle e dominio”.
O surgimento de comunidades remanescentes corresponde, portanto, à produção de novos
sujeitos políticos, “novas unidades de ação social através de uma maximização da alteridade que, por um lado,
subverte a indistinção e por outro intensifica a comparabilidade” (ARRUTI, 1997: 19).
O conceito remanescente surge como a solução classificatória, “para resolver a difícil relação de continuidade
e descontinuidade com o passado histórico, em que a descendência não parece ser um laço
suficiente” (ARRUTI, 1997: 21). Vale ainda colocar que o termo “não era conhecido ou usado pelos
remanescentes até que lhes fosse comunicado” (ARRUTI, 1997, 23). Tem-se então um processo –
conflituoso – de nomeação de um grupo enquanto remanescente, que produz uma série de mudanças nas próprias
comunidades, nas suas relações internas e externas, seja com populações vizinhas, poderes locais ou aparelhos do
Estado, bem como entre seus próprios membros, com acomodações, disputas, conflitos, alterações de significados
atribuídos às festas e rituais, reelaboração da memória e alteração do status de seus pares.
O reconhecimento jurídico de comunidades como remanescentes de quilombos e portadoras de
direitos implica em transformações e negociações em diversos âmbitos, alterando relações
internas, mudando tanto a auto-percepção das comunidades quanto à percepção de grupos não
remanescentes frente àqueles. A identificação e o reconhecimento oficial são, portanto, parte de
um amplo processo de produção, a saber: produção de limites e fronteiras, de memórias, de nova
rede de relações, de novos sujeitos políticos, de revisão histórica e sociológica e ampliação de
hermenêutica jurídica. A produção de novas redes de relação é tomada em conjunto com a
produção de novos sujeitos políticos, este que não são somente camponeses ou trabalhadores
rurais, nem são somente negros. Esses novos sujeitos então se instituem como categoria
específica, engendrando novo tipo de relações sociais. Passam a ter sentimento de unidade sóciocultural e sua força política cresce junto com a força social e os direitos que adquirem (ARRUTI,
2003: 41/42) 6.
Tem-se ainda, paralelamente, o processo de descoberta de direitos por parte da comunidade, as fronteiras porosas, e
as situações marcadas por conflito, engendram uma mudança de consistência. O arranjo interno do grupo passa por
transformações, orientadas no sentido político e pautada em uma reformulação referente à memória e tradições. As
fronteiras entre quem é e quem não é da comunidade, quase sempre muito porosas, passam a ganhar rigidez e
novos critérios de distinção, genealogias e parentescos horizontais passam a ser recuperados como formas de
A produção de limites e fronteiras se dá entre os membros e os não membros da comunidade. São limites sociais,
que gradativamente ganham novos critérios de diferenciação, para incluir ou excluir indivíduos. Já a produção de
memória se dá entre o próprio grupo, outrora possuidor de fragmentos dispersos que irão se unir para desempenhar
novo papel. Somado a este processo tem-se ainda outro, de reflexão sobre si mesmo e sobre a própria comunidade,
sua história, seus mitos, seus rituais, seus valores. A produção de ampla revisão histórica e sociológica é parte do
processo, na medida em que se faz necessário afastar interpretações errôneas quanto à população negra pós
escravidão, caracterizações estas marcadas por preconceitos e misticismos. A produção e ampliação hermenêutica
jurídica faz-se ainda necessária na medida em que brechas legais podem ser reapropriadas e introduzir novos
elementos no debate (ARRUTI, 2003).
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comprovação da inclusão ou não de indivíduos na coletividade. Ao mesmo tempo, a maior visibilidade do grupo lhe
dá uma nova posição em face do jogo político. Enfim, a adoção de remanescentes por uma determinada coletividade
é, com muito mais força, a produção dessa própria realidade (ARRUTI, 1997: 23).
Portanto, situações históricas peculiares acabam por realçar determinados traços culturais, tal é o caso da
identidade quilombola engendrada pelo Artigo 68, constituída a partir da possibilidade de direito à terra e
instrumento de luta. Verifica-se, como fora anteriormente citado, a criação de novos sujeitos – jurídicos, políticos e
sociais.
Notas sobre o conceito de Etnicidade
A teoria desenvolvida por Fredrik Barth (1969) substitui a concepção estática da identidade étnica
por uma concepção dinâmica, pautada na interação de grupos sociais por meio de processos de
exclusão e de inclusão que estabelecem limites entre os referidos grupos. Barth propõe-se a uma
investigação empírica do caráter das fronteiras étnicas ressaltando que as “fronteiras persistem apesar
do fluxo de pessoas que as atravessam”, ou seja, distinções de categorias étnicas independem da
ausência de mobilidade, de contato ou de informação, embora acarretem processos sociais de
exclusão e de incorporação pelos quais categorias são mantidas, apesar de transformações na
participação e pertença no decorrer de histórias individuais. Tem-se ainda que as relações sociais
são estáveis e persistentes, mantidas através dessas fronteiras, freqüentemente baseadas em
estatutos étnicos dicotomizados. As distinções étnicas independem, portanto, de ausência de
interação social, porém representam “as próprias fundações sobre as quais são levantados os sistemas sociais
englobantes” (BARTH, 1969: 188).
Grupos étnicos são, segundo essa perspectiva, categorias de atribuição e identificação realizadas pelos próprios
atores, e têm característica de organizar a interação entre as pessoas. Sendo assim, figura um campo de
comunicação e de interação, possuindo um grupo de membros que se identifica e é identificado por outros como se
constituísse uma categoria diferenciável de outras categorias de mesmo tipo. É nesse sentido que Cunha (1986)
argumenta sobre a identificação étnica pressupor sinais diacríticos, estes que são selecionados a partir do reservatório
representado pela tradição cultural. Buscam-se os sinais de acordo com as necessidades dos meios, e estes traços
culturais serão isolados do todo que os englobam. Dessa maneira, a tradição cultural é manipulada para novos
fins, e não figura como uma instância determinante, uma vez que os grupos étnicos farão uso do arsenal cultural
não para conservá-lo, e sim para selecionar o que será diacrítico de pertencimento. É a escolha de alguns traços
culturais dentre tantos, que serão a garantia da distinção, em um poço, um repositório da cultura 7.
A distinção vai ainda depender de outros grupos presentes e da sociedade onde se inserem, uma vez que os sinais
diacríticos se opõem a outros de mesmo tipo, figurando assim uma linguagem para pensar diferenças. Portanto, a
escolha vai seguir determinantes e se utilizar o que é operativo (CUNHA, 1986). Decorrem três pontos analíticos do
uso da etnicidade em sociedade multi étnicas, a saber: um mesmo grupo poder usar identidades diferentes
dependendo do interesse específico; a estrutura interna do grupo específico tende a refletir estruturas que definem
outros grupos com os quais se relaciona – a estrutura é compartilhada, os símbolos diferenciam; e que para
diferenciar grupos é preciso dispor de símbolos inteligíveis a todos os grupos que compõem o sistema em interação.
Tem então o caráter reflexivo, situacional e contrastivo das identidades.
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Ainda seguindo a argumentação da autora, sendo a identidade forma de organização política, ela
existe em meio mais amplo, este que fornece quadros e categorias, e que explica o exacerbamento
em situação de contato. E no que diz respeito à cultura de um grupo étnico, se tem que ela não se
perde ou se funde, mas ganha uma função e se torna cultura de contraste, que vai por sua vez
determinar outros processos.
Portanto, não se definem grupos étnicos a partir de sua cultura, embora a cultura seja essencial na
etnicidade, segue-se o que fora posto por Barth (1969), no que define em termos de adscrição:
quem se considera e é considerado. Decorre, para Cunha (1986), que a cultura não é algo dado ou
posto, e sim algo constantemente reinventado, recomposto, e ressignificado; de onde decorrem
processos – símbolos e signos são selecionados para promover significação nova e rearranjos. A
construção da identidade étnica extrai elementos do sistema geral para servirem como diacríticos
excludentes – extrai elementos da tradição, que são inteligíveis a todos e são comparados entre si
marcando a distinção. Elementos estes que fora do todo onde foram criados ganham novos
significados e alteram sentidos, que transbordam o contexto original. Daí decorre a noção de
cultura enquanto substrato para a etnicidade, considerando que os traços escolhidos irão
depender das categorias comparáveis disponíveis na sociedade mais ampla, que se contrapõem
entre si em um sistema, e de onde vem a idéia de acervo cultural. Portanto, a cultura não é
pressuposto dos grupos étnicos, e sim produto deles, e a etnicidade é melhor compreendida
quando tomada em situação, e como forma de organização política, o que leva a tomar a cultura
como algo constantemente reelaborado. Será então categoria usada por agentes sociais para os
quais é relevante, sendo forma de reivindicação cultural e de protesto político (CUNHA, 1986).
Sendo assim, os grupos étnicos só podem ser caracterizados pela distinção que eles próprios
percebem entre si enquanto grupo e frente a outro(s) grupo(s) em interação, ou seja, existem
quando se colocam como diferentes, onde a distinção não é necessariamente em termos culturais.
Quanto ao critério individual de pertença, irá depender somente da auto identificação e do
reconhecimento pelo grupo, este que dispõe de suas próprias regras de inclusão e exclusão, bem
como de definição do que será enfatizado como identidade; símbolos que garantem a
continuidade e singularidade.
Encarada nessa perspectiva, a etnicidade não é um conjunto intemporal, imutável de 'traços culturais' (crenças, valores,
símbolos, ritos, regras de conduta, língua, código de polidez, práticas de vestuário ou culinárias, etc.) transmitidos da mesma
forma de geração na história do grupo; ela provoca ações e reações entre este grupo e os outros em uma organização social que
não cessa de evoluir (LAPIERRE, 1997: 11).
Em suma, os grupos são tomados como formas de organização social em populações cujos
membros se identificam e são identificados como pertencentes, constituindo uma categoria
distinta dentre categorias de mesma ordem. Grupos étnicos distinguem-se de outros grupos –
religiosos, de parentesco, etc. – na medida em que se entendem a si mesmo e são percebidos
pelos outros como contínuos ao longo da historia, provindos de mesma ascendência, e
entendem-se como portadores de uma cultura que os diferencia dos demais (POUTIGNAT &
STREIFF-FENART, 1997). E vale ser posto ainda que a origem e a tradição são tomadas
enquanto elaborações ideológicas, podem ser verdadeiras ou não, sem que com isso se altere o
fundamento da identidade étnica (CUNHA, 1986).
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O foco centra-se nas fronteiras sociais dos grupos, e não na cultura que estas encerram,
considerando ainda que a passagem pelas fronteiras não dilui a sua rigidez nem tampouco a
existência do grupo. Sendo assim, a identidade étnica de um grupo se dá exclusivamente em
função da auto identificação e da identificação pela sociedade englobante. “Além disso, a fronteira
étnica canaliza a vida social – ela acarreta de um modo freqüente uma organização muito complexa das relações
sociais e comportamentais” (BARTH, 1969: 196).
Assim, a identificação de um indivíduo como pertencente a determinado grupo étnico implica
compartilhamento de critérios de avaliação e de julgamentos. E, no plano do indivíduo, “a
identidade étnica se define simultaneamente pelo que é subjetivamente reivindicado e pelo que é socialmente
atribuído” (POUTIGNAT & STREIFF-FENART, 1997: 149).
E assim o que se designa como articulação e separação no nível macro social corresponde aos conjuntos sistemáticos
de prescrições de papeis no nível micro social. Nesse sentido, “a identidade étnica é comparável ao sexo ou
posição social, pelo fato de ela exercer um constrangimento sobre o beneficiário em todas suas
atividades, não apenas em algumas situações sociais definidas” (BARTH, 1969: 198). E, por isso,
toma-se identidade étnica como imperativa. “O vínculo positivo que liga vários grupos étnicos em um
sistema social englobante depende da complementaridade dos grupos no que concerne a certos
traços de suas características culturais” (BARTH, 1969: 200). A identidade étnica é, portanto, tomada
como estatuto imperativo, porém sistemas sociais diferiam-se no tocante ao grau de coação que essa identidade étnica
exerce sobre os indivíduos, quanto à variedade de estatutos e papeis que ele pode assumir.
As fronteiras são mantidas entre as unidades étnicas, e a natureza da continuidade e persistência das diferenças
culturais podem ser especificadas, assim as fronteiras étnicas são mantidas por “um conjunto ilimitado de
traços culturais”. Desse modo, a persistência da unidade depende da persistência das diferenças culturais e a
continuidade é especificada por meio das “mudanças da unidade resultantes das mudanças nas diferenças
culturais definidoras da fronteira” (BARTH, 1969: 226). Vale ressaltar que a fronteira étnica não
restringe a substância cultural que é associada a uma população humana, na medida em que: “Os elementos da
cultura presente de um grupo étnico não surgem do conjunto particular que constitui a cultura do grupo em um
período anterior, embora o grupo tenha existência organizacional continua, com fronteiras (critérios de pertença)
que, apesar das modificações, nunca deixaram de delimitar uma unidade contínua” (BARTH, 1969: 227).
Os critérios de pertença na interação social, em relação à questão da identidade coletiva, e, por conseguinte, à
questão específica da etnicidade, voltam-se à problemática da fixação de símbolos identitários que estruturam a
crença em uma origem comum. Nesse contexto, Poutignat e Streiff-Fenart (1997) defendem que o diferencial da
identidade étnica frente às outras formas de identidade coletiva é a orientação da mesma ao passado, no qual se
representa a memória coletiva, uma história mítica, com significações imaginárias sociais que dão, por sua vez,
sentido à organização e interações sociais.
Substituindo raça por etnicidade, a definição de remanescente de quilombo deixa de ser calcada
em certos critérios, tais como descendência ou cor da pele, que refletem racismo e exclusão. Essa
noção de grupo étnico associa-se à idéia de afirmação de identidade quilombola, sintetizada pela
noção de auto atribuição. Nesse sentido abandona-se o naturalismo que vem com a noção de
raça, e deixa de lado o forte historicismo; o que se vê é uma mudança nos valores socialmente
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atribuídos. Tomando o termo etnia vai-se a critérios organizativos, que apontam às tendências de
identificação, reconhecimento e inclusão (ARRUTI, 2003: 29/30).
Portanto, passa-se do racial ao étnico, e passa-se da exclusão à inclusão e solidariedade; fazendo
disso instrumento político para reivindicações8; ou seja, a etnicidade passa a apresentar,
juntamente com sua perspectiva teórica, uma relevância política. Desse modo, não só o conceito
de quilombo passa por ressemantização, como também o conceito de etnicidade, que se volta a
uma propriedade subjetiva dos indivíduos, a um tipo de sentimento. Vale lembrar que os grupos
devem aqui ser tomados no plural, como “remanescentes”, tendo em vista que são vários grupos
étnicos, cada qual possuidor de singularidades que os distingue.
São levados em conta os princípios da auto identificação por parte dos grupos, regulamentados
nos artigos 1 e 2 da Convenção n º 169 sobre povos indígenas e tribais em países independentes,
aprovado pela Organização Internacional do Trabalho em 19899. Quanto à auto atribuição, vê-se
que o ato cabe ao grupo, fato este que mostra que não há classificador da sociedade que possa se
impor. Vale ainda ressaltar que os direitos de minorias, em especial étnicas, têm particularidade de
aplicação, tendo em vista que nesses casos o principio democrático da maioria não pode
prevalecer, pois não cabe à maioria determinar quais direitos assistem à minoria (ALMEIDA &
PEREIRA, 2003).
Orientações Políticas das Identidades
Diante do exposto, pode-se remeter a Gilroy (1995) no que concerne ao Atlântico Negro, entendido enquanto
formação política e cultural. Tal como colocado por Costa (2006), essa noção refere-se à busca do entendimento da
participação dos negros no interior de esferas públicas e sociedades civis nacionais, em um paradoxo que é verificado
por Gilroy: um marco político por um lado, mas que evidencia problemas, uma vez que se reflete nos dois códigos
políticos que travam relações tensas no âmbito do Atlântico Negro, no que tange à política da satisfação de
necessidades e a política da transfiguração:
A primeira forma [a política da satisfação de necessidades] aceita as regras do jogo político institucional, buscando
pragmaticamente fazer cumprir as promessas de inclusão e tratamento igualitário a todos os grupos, acima de adscrições
racistas. A política da transfiguração opera com o registro da imaginação utópica, se alimenta nos rituais de confraternização e
solidariedade e não é traduzível nos termos da política institucional (COSTA, 2006: 118).
Gilroy (1995) dá conotação político-normativa ao termo, no sentido empírico descritivo que
remete ao processo de difusão e reconstrução de uma cultura negra que acompanha o
movimento da diáspora africana. Desse modo, tal como posto por Costa (2006), a noção de
Gilroy não é definida simbolicamente pela referência a determinada origem comum, e sim diz
8 “O uso da noção de etnicidade é, portanto, inseparável da de etnogênese”. (ARRUTI, 2003:30).
9 Disponível em http://www.institutoamp.com.br/oit169.htm, acessado em 29/12/2010.
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respeito ao compartilhamento de experiências, de um vocabulário ou discurso que permite
destilar os traços de semelhança no conjunto diverso de situações concretas10.
Decorre que não se trata de um contradiscurso, e sim de uma contracultura inserida na modernidade, esta que não
é tomada como repertório de manifestações culturais somente, mas deve ser vista de acordo com suas associações
políticas, enquanto discurso filosófico que reinterpreta e reconta a história sob a ótica daqueles que estiveram fora
das narrativas nacionais. Verifica-se uma reconstrução simbólica, com transformações na dinâmica política:
Os novos modos de identificação cultural e organização política que emergem nacionalmente não seriam
imagináveis sem o estreitamento dos vínculos e dos intercâmbios políticos e simbólicos com o espaço
imaginado do Atlântico Negro. (...) Neste sentido, essas novas formas de articulação cultural podem ser
tratadas como processos de construção de novas etnicidades, já que apresentam o caráter móvel,
descentrado e múltiplo destacado por Stuart Hall (COSTA, 2006: 149).
Pode-se aproximar à problematização ao do processo de auto constituição de comunidades remanescentes de
quilombo como grupos culturais e sociais diferenciados; remete-se à etnogênese, aproxima então a questão à noção de
etnicidade. A ruptura proposta por Barth (1969) é relevante nesse sentido, pois evita confusões dadas quando se
converte a abordagem de etnicidade na perspectiva da raça. Assim, tem-se a preocupação em distinguir o conceito de
grupo étnico de qualquer significado cultural inerente,
Para vê-lo como uma entidade social que emerge da diferenciação estrutural dos grupos em interação, um modo de construir
oposições e classificar pessoas, em que o social e simbolicamente relevantes são as fronteiras desses grupos – o que em uma
primeira formulação era apresentado como 'o problema dos limites do grupo político (cf. Fortes e Evans-Pritchard 1981
[1940]) - e os mecanismos de criar e manter tais fronteiras (ARRUTI, 1997: 26).
No tocante à noção de etnogênese, tem-se a relação desta com a 'invenção cultural', tomada em sentido positivo, que
contribui para dar importância normativa, afetiva e valorativa às identidades, criando as condições de possibilidade
para o surgimento de um sentimento de unidade e pertencimento, bem como de destinos comuns, para que surja
assim uma 'comunidade imaginada' entre os membros do grupo (OLIVEIRA FILHO, 1993) 11. Assim se
chega às considerações acerca da etnicidade, tomada como forma de organização social, pautada na atribuição
categorial classificatória de indivíduos em função de sua origem suposta, esta “validada na interação social
pela ativação de signos culturais socialmente diferenciadores” (POUTIGNAT & STREIFFFENART, 1997: 141).
Não será discutida na presente proposta a noção de diáspora, porém vale ser posto que o Atlântico Negro de
Gilroy (1995) faz referência à expressão cultural da diáspora africana, o que segundo Costa (2006) desafia as
concepções puristas de identidade e cultura enquanto atemporais e estáticas. Citando Gilroy (1995:23): “A identidade
tem que ser demonstrada em relação à possibilidade alternativa de diferenciação, visto que a lógica da diáspora impõe o sentido de
temporalidade e espacialidade o qual ressalta o fato de que nós não somos o que nós fomos”.
11
Acerca das comunidades de quilombos: “Devemos reconhecer a relação dialética que se estabelece entre o herdado e o
projetado, entre passado e o futuro que, no curso das interações, submete elementos de cultura, de estrutura e de
memória a re-significações e re-atuações. A constatação das permanências, dos sincretismos e das contrastividades
não serve mais como resposta, mas como ponto de partida” E prossegue, ressaltando que se deve “reconhecer sua
construtividade ligada à 'plasticidade identitária' que marca boa parte dessas comunidades” (ARRUTI, 1997: 29-30).
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Tal como posto por Sansone (2007:10), a etnicidade tornou-se tema conhecido nos dias atuais,
com ampla abrangência: “Étnico passou a substituir termos como exótico, estranho, não branco,
ou em linguagem simples, raro e diferente. Essas tendências na maneira como a cultura popular
tem-se havido com a diversidade étnica e racial fazem parte de uma mudança maior e
momentosa”
No que tange a etnicidade ser tomada como o ‘diferente’, se pode remeter ao reconhecimento
dos direitos de minorias étnicas, tal como toma o próprio Estado e contempla na Constituição. Já
passado o período da ‘integração’, reconhece-se o direito a diferença e o respeito à auto adscrição,
e daí se dão as possibilidades de mobilização política em torno da identidade étnica. Sansone
(2007: 29/30) aponta mudanças ocorridas nas ultimas décadas do século XX na América Latina,
dentre as quais se pode destacar os avanços políticos que viabilizaram a possibilidade de
reconhecimento dos direitos étnicos12: “nessa etapa mais nova das relações interétnicas, o multiculturalismo
é celebrado pelo Estado e por outros agentes”.
Uma série de fenômenos recentes marca o que diz respeito à cultura e à identidade negras: “hoje
mais do que nunca identificar-se como negro é participar da dinâmica sócio política brasileira e dos acontecimentos
internacionais que cercam o Atlântico Negro” (SANSONE, 2007: 295). É nesse sentido que Costa
(2006: 133) também mostra as mudanças ocorridas no país que “fizeram com que a nação brasileira,
monocultural na sua festejada mesticidade, se transformasse numa sociedade extremamente plural e diversa” 13.
Todavia, antes do termo multiculturalismo ganhar projeção e passar a ser pensado como
concretamente possível, a integração cultural era a palavra de ordem às minorias étnicas. Passa-se
então ao respeito às diferenças e ao reconhecimento oficial das mesmas, junto com a idéia de que
as tais minorias devem tomar a direção do que lhes diz respeito14. Contudo, uma nova
problemática é apontada:
Hoje em dia, há na base de muitas teorias multiculturalistas uma nova supersimplificação e reificação da
idéia de cultura, mediante a qual a manutenção da diferença é sine qua non da mobilidade ascendente.
Nesses aspectos as várias minorias étnicas (...) comumente representam o grupo ideal (SANSONE, 2007:
257).
Tal como ocorrera no Brasil a partir da Constituição de 1988, outros países também empenharam mudanças nesse
sentido em suas cartas constitucionais, tal como a Colômbia, a Bolívia e a Nicarágua. É o momento em que se passa
do indigenismo, voltado à ‘proteção dos povos’, para o indianismo, dar voz aos povos.
13 As discussões se deram em torno da cidadania na Constituinte, incluindo nessa idéia as dimensões política e
cultural. Criminalizou-se o racismo na esteira da busca pela igualdade legal, institucionalizou-se mecanismos que
permitem o reconhecimento de manifestações cultural afro brasileiro.
12
Vale ser mencionada essa transformação a partir das convenções internacionais que dizem respeito aos direitos de
minorias. A Convenção nº 107 da OIT, de 1957, já tratava especificamente de populações indígenas e tribais,
representou uma primeira tentativa de codificar em um instrumento legal de âmbito internacional, os direitos
fundamentais desses povos. Passou a ser criticada por suas tendências integracionistas e paternalistas, e em 1986 foi
considerada obsoleta pelo Comitê e sua aplicação tida enquanto não compatível com o mundo moderno. As
propostas para sua revisão vieram a dar origem a Convenção nº 169, com vistas à ativa e efetiva participação no
planejamento e execução de projetos que dissessem respeito a estes povos.
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A mobilização política da etnicidade, portanto, alicerça a luta por direitos; contudo, não se pode
tomar os grupos étnicos como imutáveis. Vale ser considerada a tendência que têm os
procedimentos jurídicos e administrativos de imobilizar fronteiras, ao fixá-las em modelos préestabelecidos, de modo a, por vezes, não coincidirem com a experiência vivenciada pela
comunidade.
O próprio artigo, ou a legislação de um modo mais geral, criam novas fronteiras e condições para
que a identidade étnica se desenvolva, bem como influencia as estratégias baseadas na etnicidade.
E tal como posto por Sansone (2007: 15) “parecemos estar nos deslocando para novos conflitos, menos
transparentes e menos românticos. Não obstante, os conflitos costumam ser apresentados e interpretados com base
num termo abrangente simples: etnicidade”.
Vale colocar a ressalva feita quanto ao perigo de essencializar a diferença e dar aparência de ser
estática, pois é um processo15. Outro ponto importante a ser lembrado diz respeito ao fato de
identidades negras estarem em relações que são locais – sistemas locais de relações raciais – e
também globais, por semelhanças históricas internacionais derivadas da experiência da escravidão
(SANSONE, 2007).
E é nesse sentido que Mintz & Price (2003) tomam a África como fornecedora de um passado
comum de escravidão, sendo então usada como um banco de símbolos, do qual objetos e traços
culturais são retirados; ela é fonte de identidade. Porém, tal como colocado por Sansone (2007:
32), o que deve ser buscado é a mais a ‘criatividade’ do que ‘africanismos’, uma vez que “a África é
reinventada por razões políticas, e não pela capacidade de preservar a cultura africana através de séculos de
privação”.
A discussão remete a supostas ‘continuidades’, onde merece ser destacado que:
Se de fato as culturas afro-americanas tiveram em comum esse dinamismo intrínseco, e se, como
pretendemos argumentar, seus sistemas sociais forma sumamente receptivos a condições sociais mutáveis,
devemos manter uma atitude de ceticismo perante as afirmações de que muitas formas sociais ou culturais
contemporâneas representam continuidades diretas das praticas africanas (MINTZ & PRICE, 2003: 77).
É, portanto, dessa maneira que Mintz & Price (2003: 113) voltam-se às continuidades entre Velho
e Novo Mundo, determinando-as com base na compreensão das condições das migrações de
escravos africanos, tendo que “(...) o passado deve ser visto como a circunstância condicionadora do presente.
(...) De um Novo Mundo se trata, por certo, pois aqueles que se tornaram seus povos o refizeram, e nesse processo,
refizeram a si mesmos”.
E na política da identidade, a sua afirmação tem poder: “(...) num mundo que vem se tornando cada vez
mais entremesclado em termos étnicos e culturais, a política da identidade caminha pari passu com a política do
Nesse sentido, Sansone (2007: 300) distingue cultura negra como referente a traços comuns na produção cultural das
populações negras, ao passo que culturas negras diz respeito às variantes locais.
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multiculturalismo” (SANSONE, 2007: 17). Dessa forma, a etnicidade figura apenas enquanto um
dos componentes da complexa discussão.
“O caso do Brasil demonstra com muita ênfase que a identidade étnica é um constructo social de caráter contingente
e que difere de um contexto para outro” (SANSONE, 2007: 12). A afirmação vai no sentido do que
fora posto por Gilroy (1995) no que diz respeito à identidade não ser conceito transcultural.
Novamente citando Sansone (2007: 13), quando sugere o termo etnicização, já posto por Frigerio
(2000), uma vez que em questão se tem uma dinâmica:
As fronteiras e os marcadores étnicos não são imutáveis no tempo e no espaço e, em algumas circunstancias
a pessoas preferem mobilizar outras identidades sociais que lhes parecem mais compensadoras. Se a
identidade étnica não é entendida como essencial, é preciso concebê-la como um processo, afetado pela
história e pelas circunstâncias contemporâneas e tanto pela dinâmica local quanto pela global.
A identidade negra será, como todas as etnicidades, relacional e contingente: “a identidade étnica se
constrói em relação a outras identidades sociais, e é sempre dada e conquistada no sentido de que a visão das
pessoas de fora co-determina as maneiras pelas quais um grupo étnico se (re) descobre” (SANSONE, 2007:
255).
Assim se dá orientação política à luta por direitos. A contrapartida, esperada pelas agências
envolvidas no processo de reconhecimento, é que as comunidades exibam certos traços, e
reelaboram uma identidade que se adeque à moldura formal, uma vez que as relações se
manifestam dentro de um quadro mais amplo, figurado pelo Estado, através das distintas vozes
que são parte do processo de reconhecimento, com procedimentos e normativas que são
peculiares a cada uma dessas agencias e suas atribuições.
O Estado é esta totalidade que transcende e integra os elementos concretos da realidade social, ele delimita
o quadro da construção da identidade. É através de uma relação política que se constitui assim a identidade:
como construção de segunda ordem ela se estrutura no jogo da interação entre o nacional e o popular,
tendo como suporte real a sociedade global como um todo (ORTIZ, 2006: 138/139).
O contexto é mais amplo do que a própria redefinição da identidade, há todo um movimento que
circula e oscila entre instâncias marcadas pelo genérico, por um lado, e pelo singular por outro.
Ao mesmo tempo em que a luta é travada dentro do Estado, uma luta por direitos que tem
respaldo constitucional, há uma luta empenhada fora dele, na própria comunidade, e em seus
interstícios, uma vez que há relações com outros grupos e a sociedade envolvente. Considerando
ainda que: “Toda identidade se define em relação a algo que lhe é exterior; ela é uma diferença.
(...) Porém, a identidade possui ainda uma outra dimensão, que é interna, dizer que somos
diferentes não basta, é necessário mostrar em que nos identificamos” (ORTIZ, 2006: 07).
Ortiz (2006: 141) toma à sua análise a construção da identidade nacional, cujos mediadores
seriam os intelectuais, responsáveis por descolar manifestações culturais da esfera particular –
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popular – e articulá-las a uma totalidade que as transcende. O que serve à presente reflexão: “Um
exemplo deste tipo de articulação se encontra na elaboração da identidade étnica – neste caso a totalidade coincide
com a etnia e não mais com a nação”. É nessa perspectiva que os movimentos negros são vistos como
operar de modo análogo, uma vez que:
Buscam formas concretas de expressões culturais para integrá-las e reinterpretá-las dentro de uma
perspectiva mais ampla. Nesse sentido, no caso dos movimentos negros brasileiros, a cultura afro brasileira
não é simplesmente vivenciada na sua particularidade, mas o singular passa a definir uma instancia mais
generalizada de conhecimento. Ao integrar em um todo coerente as peças fragmentadas da historia africana
(negra) – candomblé, quilombos, capoeira – os intelectuais constroem uma identidade negra que unifica os
atores (ORTIZ, 2006: 141).
O que Costa (2006) mostra pelas conexões dos movimentos negros, importantes ao debate
proposto, é que no Brasil desempenharam importante papel na esfera pública no período da
redemocratização – influindo inclusive no desenvolvimento do que veio a ser o Artigo 68 durante
os trabalhos na Constituinte 16 - com uma rede transnacional. Volta-se então à amplitude dessa
rede anti racista, a partir da análise da complexa articulação de discursos no âmbito nacional e
transnacional, fazendo uso da Sociologia da Cultura para apreender as tensões travadas entre
diferentes modelos de relações étnicas existentes nos distintos contextos da rede anti racista.
Assim mostra os vínculos entre os discursos anti racistas brasileiros e as construções que se dão
no âmbito do Atlântico Negro.
A ênfase recai nas novas etnicidades, cuja discussão é internacional no âmbito das políticas,
porém sua implementação é nacional. Considerando ser no âmbito as relações cotidianas que
padrões identitários são negociados e apropriados das mais distintas formas, o que se tem são
identidades negras construídas no âmbito local (COSTA, 2006). Aqui novamente se pode remeter
à generalidade da legislação, que pode se opor às singularidades de cada construção identitária, de
modo que isso possa até mesmo influir negativamente no reconhecimento dos direitos em
questão.
Vale brevemente voltar-se aos escritos de Ortiz (2006: 138) acerca da memória coletiva, plural
justamente pelo fato de que se encarna no grupo que a representa, de modo a ser fragmentada em
virtude da pluralidade dos grupos sociais, portadores de memórias diferenciadas. E o que é
verificado é que: “Nada unifica um candomblé, um reisado, uma folia de reis, uma cavalhada, a
não ser um discurso que se sobrepõe à realidade social. Memória nacional e identidade nacional
são construções de segunda ordem que dissolvem a heterogeneidade da cultura popular na
univocidade do discurso ideológico”.
Pode-se então pensar o caso da identidade quilombola sob essa mesma ótica, uma vez que é
construção, e toma formas diversas na realidade das comunidades em questão, e pode não
Essa reflexão foi desenvolvida no artigo O Processo de Fortalecimento do Ministério Público na ANC/1987 e sua atuação no
Artigo 68 do ADCT/CF-88 (FERREIRA, 2009).
16
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coincidir com a memória particular desses grupos. Ortiz (2006: 139) prossegue: “o discurso nacional
pressupõe necessariamente valores populares e nacionais concretos, mas para integrá-los em uma totalidade mais
ampla”. Seria semelhante ao que faz a legislação quando espera traços e manifestações concretas
da identidade quilombola para que tenham seus direitos efetivamente assegurados, daí a
necessidade de relatórios técnicos e laudos de reconhecimento (FERREIRA, 2010).
Considerações Finais
O que se vê a partir do caso dos remanescentes de quilombos no Brasil é exemplo de um
processo maior, que assume formas distintas nos diversos países, quando grupos mobilizam a
etnicidade para acessar direitos que são constitucionalmente assegurados. Vê-se aqui a relação
onde a lei cria seus sujeitos, que vão além do próprio direito em questão. O Artigo 68 diz respeito
a um direito territorial em sua redação, todavia, no momento que institui o sujeito ‘remanescente
de quilombo’ dá margem a uma série de outros intrincados direitos, impactando em políticas
públicas e ações afirmativas.
Isso posto, voltou-se a atenção à orientação política da etnicidade, tal como sugere Sansone
(2007: 256/257) quando propõe:
Examinar a identidade étnica tal como faríamos com a ideologia religiosa ou política – cum grano salis. Ela
pode conter aspectos revolucionários e conservadores; sua função e tendências políticas dependem do
contexto. (...) Essa variabilidade política vai de encontro a muitas das generalizações postuladas pelas teorias
multiculturalistas da cultura (Kuper, 1999) no que concerne às culturas e identidades negras.
A auto definição enquanto quilombola coloca em questão um novo tipo de identidade negra, de
cultura negra. Vai-se além do quilombo da fuga e da resistência, e além do próprio confronto, uma
vez que a situação dessas comunidades, embora permeadas por conflitos, é agora de sujeito
político e de direito. O movimento quilombola brasileiro que se consolidara na ultima década
mostra o lugar social que os grupos vem ocupando, embora se observem retrocessos
administrativos e jurídicos. E a cultura negra que se faz presente no fenômeno do reconhecimento,
somada às culturas negras que cada comunidade apresenta, mostram a dinâmica do ‘processo cultural
negro’, este que pode ser visto pela linguagem da reivindicação, pelo aparato que é manipulado
para acionar o Artigo 68. Reivindicam seus direitos proclamando-se não somente negros, mas
sim quilombolas17.
Aqui a cor da pele já não tem mais o mesmo peso que fora posto por Sansone (2007), embora
seja relevante; não é a auto definição da cor que definirá o grupo e sua posição social e cultural
específicas. E assim se passa da invisibilidade dos negros à prerrogativa constitucional dos
quilombolas.
Dessa forma aproxima-se do que Sansone (2007: 153) coloca quanto a nova identidade baiana negra, que enfatiza
alguns dos dilemas das relações raciais brasileiras. No caso dos remanescentes, coloca-se em evidência a comunidade
negra e a cultura negra ao lado da auto atribuição e do reconhecimento oficial. E verifica-se que “existe o
desenvolvimento de uma nova identidade negra, um tipo de orgulho negro”.
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A discussão foi remetida ainda ao contexto cultural transnacional, uma vez que,
Cabe destacar aqui a valorização de manifestações culturais associadas à origem africana, tratadas em seu
conjunto, na linguagem cotidiana, como cultura negra. Os vínculos entre a revivificação da cultura negra no
Brasil com aquele espaço imaginado, chamado por Paulo Gilroy (1993) de Black Atlantic, são evidentes. Já
há algum tempo a cultura negra brasileira tornou-se parte de um contexto cultural transnacional que ao
mesmo tempo incorpora e inspira as manifestações que emergem nas fronteiras geográficas brasileiras
(COSTA, 2006: 12).
Tentou-se então pensar a partir do caso dos remanescentes de comunidades de quilombos acerca
das políticas da identidade e da cultura, onde figuram como agentes tanto o Estado e seu aparato
legal como a própria comunidade, instituída enquanto sujeito, que politiza suas etnicidades no
processo. Por isso, defende-se que a identidade passa a figurar tanto como elemento de
unificação quanto fundamento para ação política.
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El cuerpo presente en la lucha y la fragmentación en
los conflictos laborales. Córdoba, junio 2011 a julio
2012.
Marina Falvo18
(UNSAM y UNC)
Resumen
El análisis de la visibilidad de los conflictos en torno al trabajo en la provincia de Córdoba se
organiza a partir de fundamentos teórico-conceptuales que sirven de marco para la lectura de los
datos más relevantes presentes en los medios digitales sobre conflictividad laboral -procesados
por el Observatorio de Conflictividad Laboral y Socioambiental de Córdoba-, para concluir
destacando (1) la intensidad de la conflictividad, (2) los contenidos de las demandas, y (3) la
representación, participación y fragmentación al interior del movimiento obrero, resaltando el
peso de las luchas que implican a las bases presentes en el espacio público
Palabras clave
Conflicto laboral – Trabajo – Fragmentación – Lucha – cuerpo presente
Licenciada en Ciencia Política de la Universidad Católica de Córdoba, y doctoranda en Ciencia
Política en la Universidad Nacional de San Martín
18
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The present body in struggle and fragmentation in
labor conflicts. Córdoba, June 2011 to July 2012.
Marina Falvo19
(UNSAM y UNC)
Abstract
The analysis of visibility in conflict around work in the province of Cordoba is organized around
theoretical and conceptual foundations that frame for reading the most relevant data found in
digital media on labor conflict -processed by the Observatory of Labor and Socioambiental
Conflict of Cordoba, to conclude highlighting (1) the intensity of the conflict, (2) the content of
the claims, and (3) representation, participation and fragmentation within the labor movement,
emphasizing the weight of struggles involving the bases present in the public space
Licenciada en Ciencia Política de la Universidad Católica de Córdoba, y doctoranda en Ciencia
Política en la Universidad Nacional de San Martín
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Introducción
El objetivo de este artículo consiste en dar cuenta de los resultados obtenidos por el
Observatorio de Conflictividad Laboral y Socioambiental de la provincia de Córdoba, tras un
año de labor plasmado en 4 boletines y 6 dossiers.
La exposición se organiza partiendo de identificar la vinculación entre la conflictividad laboral y
socioambiental como dos ámbitos donde la acumulación capitalista avanza para superar sus crisis
de sobreacumulación. Se aborda luego el conflicto laboral, revisando los conceptos de clase,
lucha de clases y poder. Seguidamente, se justifica la relevancia de la visibilización del conflicto
laboral, para continuar con la definición operativa de conflicto que utiliza el Observatorio. Se
presentan los resultados del procesamiento que abarca el período julio 2011 a junio 2012, en
relación a los conflictos, acciones conflictivas, demandas, protagonistas, buscando identificar
particularidades por sector y nivel, y algunas tendencias generales.
La conclusión señala la intensidad y modalidad de la conflictividad provincial, en relación a las
demandas, modos de manifestarlas y la compleja relación entre los sujetos involucrados en los
conflictos; finaliza con preguntas sobre los aspectos que aún no pueden visualizarse, sea porque
debe continuar la búsqueda teórico-conceptual, por la necesidad de ahondar cualitativamente en
los conflictos, o porque ciertos fenómenos no han madurado suficiente aún como para tener
respuestas concluyentes.
La conflictividad laboral y socioambiental
acumulación capitalista contemporáneos.
en
los
procesos
de
A partir de los cambios en el escenario mundial cuyos inicios podemos situar en los años ´70, la
conflictividad laboral y socioambiental ha sido abordada por carriles separados, tanto por el
posestructuralismo como por el posindustrialismo. La primera corriente, a partir de revisiones de
las ideas de Gramsci por Laclau, por ejemplo, niega en la actualidad la presencia de sujetos
preconstituidos, ante la fragmentación de la clase obrera y la inexistencia de intereses objetivos
comunes, lo que hace a la identidad y al antagonismo de clase una posibilidad de la política en su
lógica hegemónica. Por su parte, la segunda plantea, a través de la automatización de la
producción y del cambio en la naturaleza del trabajo, una disminución de la centralidad del
trabajo como articulador de identidades colectivas (Gorz), los fines de la producción de bienes
culturales como el nuevo eje del conflicto, de donde derivan las nociones de viejos y nuevos
movimientos sociales (Touraine), o la afirmación de que el movimiento obrero sindicalizado se
integró al Estado compatibilizando su acción con la continuidad del capitalismo por lo que los
nuevos movimientos sociales son hoy quienes tienen el potencial disruptivo (Offe). (Piva, 2011)
Adoptando otra perspectiva, desde el Observatorio de Conflictos Córdoba recuperamos la idea
de Harvey (2003) respecto a la existencia de dos nudos conflictuales conviviendo en el escenario
contemporáneo. Este autor sostiene -actualizando a Rosa Luxemburgo- que en el capitalismo
siempre han coexistido dos modos de acumulación: uno por reproducción ampliada -la clásica
explicación por extracción de plusvalía- y otro que denomina por desposesión. Este último
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supone que este modo -que Marx describió como acumulación originaria-, no es específico de un
momento fundacional sino que es inherente al capitalismo. La acumulación por desposesión
resulta entonces una proyección de la acumulación primaria que convive con la subordinación
legalizada y legitimada que se esconde tras la explotación de los asalariados.
En su constante búsqueda de modos de superar los problemas de sobreacumulación, diversas
estrategias del capital, como la guerra, las formas coloniales e imperiales de apropiación de
recursos naturales, el sistema de créditos internacionales, la privatización de los servicios
públicos, la guerra, la mercantilización de la creatividad cultural, las nuevas formas de despojo de
la tierra y de los saberes ancestrales, son ejercicios de acumulación por desposesión. En este
modo de acumulación, la disputa por el espacio adquiere un papel central y el pillaje del capital
aparece sin máscaras y sin sujeción a reglas. (Harvey, 2003).
Este autor señala que en los distintos momentos históricos prevalece uno u otro modo de
acumulación, aunque siempre ambos están presentes (Harvey, 2003). En nuestro país, la
expansión de la frontera agrícola, con su secuela de desertificación, desmontes, uso de semillas
transgénicas, enfermedades ligadas al uso de agroquímicos, la destrucción de glaciares milenarios,
contaminación y derroche de agua por las explotaciones mineras, son trastocamientos sin retorno
de los ecosistemas que ejemplifican la gravedad del avance de la acumulación por desposesión.
Es así entonces que entendemos que las confrontaciones ligadas a poner freno a la destrucción
del ambiente y a la explotación laboral son dos núcleos conflictuales que, aunque con dinámicas
disímiles, ponen en juego y en cuestión el corazón de los procesos de acumulación.
La dificultad de su articulación e incluso el distanciamiento entre actores ligados al trabajo y al
conflicto socioambiental se presenta problemática y remite a las complejas mediaciones entre
condiciones objetivas e identidades que movilizan la acción colectiva (Vakaloulis, 2000).
La “lucha de clases” revisitada: el conflicto laboral
En este trabajo nos centraremos en la dimensión laboral de la conflictividad en Córdoba en el
período mencionado. El recorte obedece al desigual desarrollo alcanzado al momentos por el
Observatorio en la conceptualización de variables e indicadores entre lo laboral y lo
socioambiental. Las razones de tal asimetría se enraízan en las disímiles trayectorias de registro en
Argentina de ambos tipos de conflicto. Mientras que el laboral tiene una tradición robusta, lo
socioambiental es más incipiente y avanza fundamentalmente en clave cualitativa mediante el
análisis de casos.
Para el análisis del conflicto laboral nos situamos desde la perspectiva de la “lucha de clases”, una
posición que quizá tenga connotaciones de prehistoria para los estudiosos de la acción colectiva
que equipara todas las movilizaciones sociales bajo el manto de la construcción de identidades
contingentes, constituidas en las múltiples dislocaciones que el terreno abierto del capitalismo
tardío o poscapitalismo ofrece (Laclau, Melluci, etc.).
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A diferencia de esos trabajos, desde el Observatorio sostenemos que el conflicto capital-trabajo
articula la totalidad contradictoria y compleja de nuestro tiempo y que su centralidad es
constitutiva de las lógicas de lo social. Siguiendo a Piva (2011), contraponemos la noción
sociológica de clase social, como “grupos de individuos que comparten determinados atributos (por
ejemplo, la misma relación con los medios de producción) (…) o como lugares que definen la
condición de clase de quienes los ocupan” (Piva, 2011) a una conceptualización que enfoca la
dimensión de la relación social objetiva como un momento potencial de conformación de la clase
como sujeto político -a partir del cual la existencia individual es clase en sí-, de ese “obrero
colectivo” que sostiene la producción y reproducción de la vida material y simbólica. Este
potencial, en su momento “corporativo”, en defensa de reivindicaciones puntuales y concretas, es
lucha de clases, es posibilidad – y no necesidad - de constitución hegemónica (Gramsci, 1988),
entendiendo por hegemonía la “universalización” de demandas particulares, en el caso de los
trabajadores, ligadas al cuestionamiento explícito de la explotación del “obrero colectivo”.
Sin embargo, si bien entendemos que las formas de resistencia y lucha están atravesadas por la
relación capital-trabajo (y aquí cobran relevancia nuevamente las dos formas de acumulación tal
como las entiende Harvey), no puede reducirse a todas ellas a la lucha de clases. Asimismo, los
conflictos sociales pueden materializarse en formas no clasistas de esta contradicción, según
cómo se asuman los sujetos en lucha (Piva, 2011).
Retomando la cuestión de las luchas de los trabajadores, nuestra lectura supone que las
condiciones materiales y políticas de hoy alientan un momento corporativo que multiplica los
focos de conflicto pero dificulta su momento hegemónico por la intensa fragmentación tanto en
la materialidad de las condiciones objetivas (salarios, jornada, condiciones contractuales,
condiciones de medio ambiente y trabajo) como subjetivas (diversidad de formas de vida y
valores orientadores, adscripciones/no adscripciones políticas, distancias generacionales,
heterogeneidad de consumos entre otros).
Poder Estructural y Asociativo
Para profundizar en el análisis del momento corporativo, resultan útiles las categorías de Erik
Olin Wright sobre poder estructural y poder asociativo. El poder asociativo es “el que resulta de
la formación de una organización colectiva de trabajadores” (sobre todo sindicatos y partidos
políticos). El poder estructural, en cambio, es el que los trabajadores pueden ejercer
“simplemente a partir de su situación […] en el sistema económico”. Wright divide además el
poder estructural en dos subtipos: el primero que podemos denominar poder de negociación en
el mercado de trabajo “deriva directamente del equilibrio o desequilibrio entre oferta y demanda
en el mercado laboral”. El segundo tipo de poder estructural –poder de negociación en el lugar
de trabajo – es el que resulta de la situación estratégica de un grupo particular de trabajadores
dentro de un algún sector” (citado por Silver, 2005:26).
En el análisis de la conflictividad laboral cordobesa, estos conceptos permiten complejizar la
mirada y avanzar en la importancia de la relación estructura-subjetividad en la construcción de
disposiciones para la acción y su concreción en la protesta.
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La necesidad de visibilizar el conflicto
El equipo de trabajo Observatorio de Conflictos Laborales y Socioambientales de Córdoba,
comienza sus actividades en Junio de 2011 como Proyecto de Extensión de la UNC, y en 2012
comienza a formar parte del Programa SECyT-UNC 2012-2013 “Procesos de Acumulación,
Política y Conflicto Social”, integrado por investigadores, docentes y estudiantes de diversas
disciplinas. Teniendo en cuenta los núcleos conceptuales desarrollados en el apartado anterior, se
propone hacer un registro de la conflictividad laboral y socio-ambiental buscando que se
constituya en asunto público, para hacer posible la construcción de conocimiento e información
que permita clarificar la comprensión del contexto social más amplio, y que a su vez propicie la
reflexión sobre las prácticas, la formación para la ampliación de la planificación de estrategias, y la
articulación entre colectivos20 21.
Uno de los desafíos siempre presentes a la hora de plasmar las demandas y reclamos es su falta de
visibilidad, la fragmentación de datos, el subregistro de los conflictos y las dificultades de contar
con datos sistemáticos (y sistematizados) sobre la conflictividad social.
La puesta en marcha y continuidad del Observatorio ha implicado la construcción participativa de
herramientas de observación, evaluación y visibilización pública de las acciones de conflictividad
social, contemplando diversas fuentes primarias y secundarias, e integrando el interior de la
provincia con la capital. Esta herramienta es un disparador para la discusión de las organizaciones
sociales sobre el contexto inmediato en el que se ubican sus acciones. Conocer esta
sistematización ayuda a comprender quién, por qué y de qué modo está en la calle y reclama,
quiénes no, y cómo se relacionan estas presencias y ausencias con las condiciones económicas,
sociales y políticas. Y por supuesto, nos invita a preguntarnos por nuestras propias prácticas en
este contexto.
En la línea de co-construcción de la visibilidad de la conflictividad que atraviesa al territorio de nuestro país, el
Observatorio viene desarrollando una estrategia de sinergia con otros observatorios de características similares
radicados en otras provincias. Inicialmente, tres equipos de investigación (el Observatorio del Derecho Social de
CTA, el Observatorio de Conflictos Sociales de la Universidad Nacional de Cuyo, y el nuestro) comenzaron a
articular, procurando aunar criterios y metodologías a fin de abordar más efectivamente la problemática. Esto
derivó en una reunión en noviembre de 1012 en Mendoza con el objetivo de compartir experiencias y constituir una
Red de Observatorios, en el marco de las III Jornadas Internacionales de Problemas Latinoamericanos
organizadas por la Universidad Nacional de Cuyo y el Centro de Estudios Trasandinos y Latinoamericanos. Se
sumaron entonces el Área de Conflicto del Programa de Investigación sobre el Movimiento de la Sociedad
Argentina (PIMSA), el Observatorio de Tierras, Recursos naturales y Medioambiente de la Red Agroforestal
Chaco Argentina (REDAF), el Observatorio de Cambios Ambientales y Salud con sede en Villa María y el
Observatorio de Conflictos Socioambientales de la Universidad Nacional de Río Cuarto. Reunidos con el fin de
20Más
detalle sobre las actividades de formación en:
http://observatoriodeconflictoscordoba.wordpress.com/2012/09/25/formados-en-la-calle/ y
2
http://observatoriodeconflictoscordoba.wordpress.com/2012/09/07/una-introduccion-a-la-negociacioncolectiva/
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consolidar una mirada compleja sobre los conflictos (visibles e invisibilizados) que emergen en nuestra sociedad. El
desafío iniciado consistió en comenzar a debatir sobre los marcos teóricos y metodológicos que permitan unificar
ciertos registros de los conflictos a fin de comparar los datos y dar cuenta de la conflictividad con una base común
para todo el país.
En el desarrollo de las actividades, el análisis de lo laboral ha avanzado más rápidamente. Actualmente, sobre la
conflictividad socioambiental se ha producido un boletín que contempla el período Noviembre 2011-Febrero 2012,
donde se observa que muchas de las acciones no tienen antagonistas explícitos, lo que plantea la discusión sobre la
categoría “acciones” además de “acciones conflictivas”22. Sumado a esto, se ha profundizado en ciertos conflictos a
través de los dossiers. El equipo de trabajo continúa en el ajuste de ciertos criterios y conceptos.
La conflictividad laboral, en cambio, dispone ya de un año de sistematización (julio 2011-junio 2012), lo que
supone un lapso de tiempo suficiente para hacer las primeras reflexiones que serán abordadas en este artículo.
Definición operativa del conflicto laboral
El Observatorio trabaja con dos unidades de análisis, conflicto y acción conflictiva. La elección y
definición de ambas requirió de encuentros de discusión con otros observatorios y al interior de
éste sobre la metodología de abordaje de la conflictividad.
El abordaje de ambas unidades resulta innovador en el registro de la conflictividad en Argentina.
El conflicto (Co) está definido como el conjunto de acciones colectivas de confrontación que
tienen los mismos protagonistas, antagonistas y demandas durante el período de tiempo
significativo. Por ejemplo el conflicto de los trabajadores de salud de la Provincia de Córdoba
(protagonista) contra el gobierno provincial (antagonista) por salarios (demanda). Si bien hay
otras demandas, la salarial es la central.
La acción conflictiva (AC) es la vía de ingreso desde donde observar los conflictos sociales.
Constituye la manifestación de la disputa de intereses entre antagonistas o actores que abarque
condiciones o relaciones laborales cuyos actores sean provinciales o visibles en el ámbito
provincial23.
El conflicto, así definido, es una unidad de sentido que permite dar cuenta de la dinámica y la
recurrencia de la acción de protagonistas y antagonistas. Trabajar de este modo con conflictos
complejiza la interpretación, porque incluye las diversas acciones conflictivas que lo constituyen
permitiendo comparar intensidad, duración de los conflictos y el accionar de la protesta en
diversos formatos, entre los actores del escenario laboral de Córdoba.
Para visualizar el Boletín: http://observatoriodeconflictoscordoba.wordpress.com/2012/09/01/conflictossocioambientales-entre-noviembre-y-diciembre-de-2011-y-enero-y-febrero-de-2012/
23 Los registros cuantitativos se construyen a partir del registro en los diarios La Voz del Interior (de alcance
provincial), y los regionales La Voz de San Justo, Puntal de Río Cuarto, el Diario de Villa María; periódicos
Prensared, Indymedia Córdoba y Córdoba Noticias; todos en sus versiones digitales.
22
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ARTÍCULOS
Los criterios aquí elegidos para organizar los datos responden a la división y consecuente
comparación entre el sector estatal y el sector privado, los diversos niveles dentro del sector
estatal, los protagonistas de las acciones conflictivas, las demandas que realizan y la localización
territorial de la conflictividad.
Análisis de la conflictividad visibilizada en los medios digitales
cordobeses entre julio 2011 y junio 2012.
A los fines de facilitar la comprensión del lector, presentamos las dimensiones de análisis que
serán desarrolladas en este artículo: (1) Distribución de la conflictividad, (2) Intensidad de la
conflictividad, (3) Contenido de las demandas, (4) Procedencia de las demandas por sector y
nivel, (5) Desagregación del protagonista, (6) Distribución territorial de la conflictividad por
sector y (7) Tendencias
Distribución de la conflictividad.
Nuestra base de datos permite la identificación de varios niveles de protagonistas de los
conflictos. Hemos seleccionado en esta ocasión a aquellos que registran mayor cantidad de
eventos: conflictos que involucran a trabajadores estatales y a trabajadores privados24. La Tabla 1
presenta mayor detalle.
En ciertas instancias, incluiremos información sobre trabajadores informales. La categoría restante –no incluida en
este artículo- que analiza el Observatorio corresponde a Jubilados y Pensionados.
24
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Tabla 1. Total de conflictos en el año (julio 2011- junio 2012)
SECTOR
CONFLICTOS
ACCIONES
7
58
Estatales Municipalidad Interior
17
48
Total estatales Municipales
24
106
Estatales provinciales
10
183
Estatales nacionales
13
32
Total Estatales
47
321
Privados
44
107
4
26
95
454
Estatales Municipalidad de Córdoba
Informales
Totales anuales
En cuanto a los resultados, la cantidad de conflictos identificados en los 12 meses no es muy
disímil: 47 (50%) y 44 (46%) respectivamente. El 4% restante corresponde a conflictos
protagonizados por trabajadores informales.
Intensidad de la conflictividad
Denominamos de esta manera a la relación entre acciones conflictivas y conflictos. Es aquí donde
se evidencia la preeminencia de acciones conflictivas entre el sector público (70,7%) en relación al
privado (23,6%). El Gráfico 1 nos muestra la intensidad de la conflictividad por sector y nivel.
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ARTÍCULOS
Gráfico 1. Intensidad del conflicto: relación conflicto/acciones conflictivas por sector.
183
200
150
107
106
10
13
Nacionales
50
24
Provinciales
100
32
44
4
26
Conflictos
Informales
Privados
Municipales
0
Acciones
A los fines de comenzar a identificar la posible existencia de tendencias de largo plazo en cuanto
a la intensidad de la conflictividad por sectores, establecemos un coeficiente de intensidad de la
conflictividad donde 0 indica mayor intensidad y 1 la menor intensidad (una acción conflictiva
por conflicto). Cada valor obtenido corresponde a la media no ponderada de acciones
conflictivas por conflicto. Observamos entonces los resultados para los diferentes sectores:
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Gráfico 2. Coeficiente de intensidad de la conflictividad por sector.
0,45
0,4
0,35
0,3
0,25
0,2
0,15
0,1
0,05
0
Municipal Provincial Nacional
Total
estatal
Privados Informales Promedio
La intensidad de los conflictos estatales es aún más notoria si señalamos que se producen cuatro
grandes conflictos que absorben casi la mitad del total de las acciones conflictivas en Córdoba.
Tres de ellos son los conflictos de alcance provincial en las áreas de salud, docencia, y
administración pública; el cuarto conflicto es de empleados públicos municipales de varios
sectores (salud, alumbrado público, espacios verdes, registro civil) en la ciudad de Córdoba.
En relación a la rama SALUD25, si bien se plantea como un único conflicto, cabe resaltar su
complejidad en relación a diferentes dimensiones de la conflictividad: demandas, protagonistas y
antagonistas. A la demanda inicial -atraso salarial- se fue integrando por un lado el problema de la
representación gremial, luego las demandas por déficit de insumos básicos que hacen a las
condiciones laborales, y finalmente presiones sufridas por los trabajadores que habían participado
de paros laborales (descuentos del salario por paros). A nivel territorial cabe resaltar que éste ha
sido un conflicto extendido por toda la provincia de Córdoba en el período de referencia.
El conflicto de docentes es más bien tradicional. Consiste en presionar desde fin de año hasta
marzo para alcanzar un acuerdo salarial antes del inicio de las clases. Comienza a identificarse
disconformidad de la base con el acuerdo, dando inicio a conflictos internos y reagrupamientos.
Incluso Río Cuarto no aceptó la propuesta en plenario de delegados.
El conflicto del Sindicato de Empleados Públicos muestra una participación efectiva pero sólo
formal de las bases. Hay también cierta disputa de representaciones con ATE.
El conflicto de los municipales capitalinos también posee cierta complejidad. Existen 7 sectores
gremiales: Administrativos y Técnicos, Centros de Participación Comunitaria, Áreas Operativas
(obras viales, alumbrado, etc.), Salud, Educación, Jardines y Ambiente. Cada sector tiene sus
características propias y sus referentes. Esto hace necesaria la negociación interna, que se refleja
luego en el formato de protesta, donde la asamblea predomina claramente.
http://observatoriodeconflictoscordoba.wordpress.com/2012/04/28/dossier-1-el-conflicto-del-sector-salud-encordoba-setiembre-de-2011-a-febrero-2012/
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ARTÍCULOS
Contenido de las Demandas
Utilizando como unidad de análisis las 45426 acciones conflictivas registradas en el período,
podemos observar que la demanda que más se repite es la clásica mejora salarial (198). Sin
embargo, se destacan en segundo lugar las demandas por representación (93), sin dudas
traccionadas por el conflicto de la salud; en tercer lugar reclaman por mejores condiciones de
contratación y blanqueo (74) y en cuarto lugar por pagos adeudados (61), ambas demandas
provenientes de los trabajadores municipales; en quinto lugar demandan tanto los empleados
provinciales por convenios colectivos de trabajo (53), como los trabajadores privados que
rechazan los despidos (53).
Estas demandas y las restantes se visualizan en el Gráfico 3.
Gráfico 3. Demandas totales por acción conflictiva
Defensa bienes públicos
1
Suspensiones
1
Solidaridad
3
Vaciamiento
4
Presiones/persec.
18
CYMAT no salarial
34
Cumpl/derog. Ley
43
Despidos
53
CCT o paritaria
53
Pagos adeudados
61
Cond.contrato
74
Problemas de representación
93
Nejoras salariales
198
0
50
100
150
200
250
El número de acciones conflictivas (454) es inferior a la suma de las demandas (636), ya que cada acción conflictiva
puede fundamentarse en más de una demanda.
26
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Protagonistas de las demandas.
Los protagonistas de las demandas se agrupan por sector y/o nivel desde donde éstas surgen, lo
que nos permite conocer qué demanda cada uno y qué diversidad de demandas contemplan.
Los pedidos de mejoras salariales y los problemas de representación son comunes a los sectores público
y privado, mientras que los primeros se movilizan además por condiciones de trabajo y los segundos
por mantener o recuperar el trabajo. Los trabajadores informales están en conflicto fundamentalmente
por su continuidad laboral y por cumplimiento de la legislación vigente.
Del análisis en profundidad de estos resultados, podemos agregar que las mejoras salariales no
apuntan a una recomposición salarial (excepto el conflicto de la salud) sino a actualizar los
salarios en función del aumento del costo de vida.
La diferencia entre los reclamos de públicos y privados, donde los primeros piden condiciones de
trabajo y los segundos mantenerlo o recuperarlo, puede fundarse en la mayor estabilidad laboral
de los empleados públicos, a la relativa aceptación de que el ingreso por cuestiones políticas
(administración pública) queda supeditada a la continuidad en el gobierno de la fracción que le
permitió el acceso al trabajo, a los plazos que se permite tomar la burocracia para incorporar los
trabajadores al sistema (educación), que sucede meses después de haber iniciado su actividad
laboral, entre otras razones. Por el contrario, el sector privado no asegura ya la estabilidad laboral
incluso a los empleados efectivos de planta (automotrices, autopartistas).
Finalmente, los reclamos del trabajo informal se basan en el hecho de que su existencia como
categoría es producto mismo de la ilegalidad. Aquellos que dependen de otros, y por tanto tienen
cierta posibilidad de organizarse colectivamente, reclaman que la legislación laboral se cumpla, lo
que les permitiría mejor acceso, continuidad y condiciones laborales.
A continuación de caracterizan las demandas por sector y nivel.
Demandas en el Sector Público por nivel
Consideremos en primera instancia la distribución porcentual de las demandas más destacadas
de este sector. Hemos registrado que las demandas por convenios colectivos o paritarias representaron
el 17% de las demandas del sector.
Municipales
Además de las clásicas mejoras salariales (25,5% del total de demandas de este nivel por conflicto),
los pagos adeudados (23,5%) se ubican en un punto alto debido sobre todo a la problemática de los
municipios del interior y también a la conflictividad evidenciada en la ciudad de Córdoba. Es
decir, que el reclamo salarial concentra aproximadamente el 50% del total de demandas en este
nivel estatal (49%). Seguidamente profundizaremos en estos casos.
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ARTÍCULOS
Durante el cambio de mandato en la Municipalidad de Córdoba (traspaso del ex intendente
Giacomino al intendente electo Mestre) quedó una buena porción de personal sin percibir sus
salarios y se vio reforzada la demanda por el paso a planta permanente de personal contratado y
la incorporación a planta de monotributistas.
Algo novedoso es la aparición de ATE como un actor que incursiona en los municipios del
interior, más específicamente en las localidades de Cruz del Eje, Alcira Gigena y Río Cuarto,
donde los gremios “reconocidos” no han visibilizado los conflictos ni accionado en su
resolución. Tal omisión oculta la situación que se vive en esas localidades donde los salarios son
menores que el mínimo y la precariedad laboral es extrema. Han sido las bases las que se han
autoconvocado o han obligado a sus dirigentes a actuar, multiplicando la visibilización de los
conflictos municipales en el interior provincial.
También es notable la demanda por blanqueo, condiciones de contratación, etc., lo cual ha sido
impulsado sobre todo por el sector municipal tanto de Córdoba Capital como de localidades del
interior.
Provinciales
En la provincia, los conflictos por representación gremial están centrados en el problema de
salud, si bien continúan registrándose episodios de la ya larga disputa entre ATE y SEP. Además,
entre los trabajadores docentes hay problemas de representación, más específicamente en aquellos
pertenecientes a instituciones privadas 27 (SADOP) que este año no ha sido reconocido como
interlocutor por el gobierno provincial.
Cabe resaltar además que la demanda por convenios colectivos (paritarias) casi exclusivamente se
concentra en el nivel provincial. Como ya comentamos, tres de los conflictos más intensos (en
términos de acciones conflictivas) fueron provinciales y en dos de ellos (administración pública y
docente) el logro de acuerdos salariales con el estado empleador fue central.
Nacionales
A nivel nacional se reflejan los problemas de representación28, en la confrontación entre listas en los
docentes universitarios.
Los docentes de establecimientos privados y públicos en la provincia tienen el mismo régimen laboral y
condiciones salariales. Casi la totalidad de los establecimientos privados de enseñanza poseen subsidio estatal. Las
negociaciones salariales de ambos sectores educativos son conjuntas.
28 En el rubro Problemas de representación/disputas intergremiales se incluyen tanto las confrontaciones por la
legalidad de la representación gremial (clásica discusión por libertad sindical, caso UTS-SEP) como las disputas entre
listas (caso ADIUC) o enfrentamientos base-conducción (caso Volkswagen)
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Demandas en el Sector Privado
En el sector privado las demandas por despidos ganan la delantera, con el 29% de los conflictos del
sector, aunque se trata más bien de conflictos puntuales y desde las bases. Los sectores afectados
por discontinuidad laboral (metalmecánicos, construcción) no han sido acompañados por sus
conducciones sindicales en sus reclamos.
En efecto, las automotrices han soportado una oleada de despidos y suspensiones,
procedimientos preventivos de crisis29. Sólo han resistido a ese ajuste los trabajadores de las
empresas Volkswagen, a través de una comisión interna independiente del sindicato que los
representa, y Perkins con un sindicato propio.
En relación a la rama de la construcción, se observan condiciones de extrema precarización y de
inseguridad laboral, las cuales han causado muertes de obreros. La conflictividad emergente de
esas condiciones no ha sido visibilizada por la dirigencia sindical de la UOCRA. La presión de las
bases ha producido las movilizaciones en las localidades de Villa María y San Francisco,
caracterizadas por la parálisis de grandes obras.
Demandas en el Sector Informal
En el sector informal, las dos únicas demandas son la continuidad laboral constituyendo el 40% de
sus reclamos por conflicto (carreros, meretrices, vendedores ambulantes) y el 60% se movilizó
por pedidos ligados al cumplimiento/institucionalización o derogación de normativas: derogación de nuevas
normas que afectan su desempeño laboral (meretrices, areneros, carreros).
Desagregación de los protagonistas
En este apartado nos focalizamos en los actores protagonistas para dar cuenta de la conflictividad
al interior del mismo colectivo de trabajadores. En tal sentido, diferenciamos más
específicamente quiénes accionan frente al conflicto utilizando subcategorías de protagonistas30.
Entre los principales hallazgos es de destacar que: (1) las acciones protagonizadas por autoconvocados, es decir, organizaciones sindicales no reconocidas o por los propios trabajadores (las bases)
mayoritariamente se registraron en el sector privado (37%). Este resultado amerita una
indagación en mayor profundidad respecto de su dinámica. Queda por relevar si antes o después
del período analizado hubo una participación más integral u orgánica en esos conflictos; (2) las
acciones protagonizadas solo por la conducción sindical fueron mayoritarias en el sector estatal
a nivel provincial (37%). Sin embargo, un porcentaje similar del total de las acciones de este
actor fueron protagonizadas de un modo más integral: bases, delegados y conducción (33%); (3)
Presentación de las empresas ante el Ministerio de Trabajo para que les permitan, entre otras medidas, suspender a
personal.
30 El período de análisis para este apartado corresponde al iniciado en noviembre de 2011 y finalizado en junio de
2012.
29
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ARTÍCULOS
las acciones protagonizadas por las bases y cuerpos de delegados han sido mayoritarias en el
sector estatal municipal, siendo la articulación principal de este actor (54%) al momento de
accionar; (4) las acciones más integrales –que articulan todos los niveles de clasificación del
protagonista– paradójicamente también se registraron en el sector privado (48%). Es decir, este
sector se caracteriza por las acciones más autónomas respecto de referentes representativos y las
más orgánicas e integrales; (5) por último, resaltamos que las acciones protagonizadas por
comisiones internas o por delegados sólo se reportaron en el sector estatal a nivel municipal y
provincial.
El Gráfico 4 refleja las subcategorías de protagonistas en la protesta en el período analizado.
Gráfico 4. Acciones conflictivas por sector según categorías de protagonistas31
Conduccion solamente
Bases+Deleg+Conduccio
n
Bases + Delegado
Comision. Int/delegados
Autoconv/org. no
reconocidas/base sola
0
Informales
10
20
Privados
30
Nac.
40
Prov.
50
60
Munic.
Distribución territorial de la conflictividad
La Tabla 2 refleja a qué amplitud territorial afectan los conflictos –el alcance- y en quiénes
tuvieron eco los mismos. Puede observarse la fuerte incidencia de conflictos de alcance local en la
conflictividad de la provincia de Córdoba.
Tabla 2. Alcance territorial de los conflictos
En el sector informal se incluyen en “base + delegado + conducción” – por analogía- a la movilización de sus
dirigentes de primera y segunda línea, por ejemplo los carreros con los dirigentes de la cooperativa y un ente
coordinador. En el caso de conducción, solamente es alguna declaración de la organización que los agrupa; por
ejemplo, AMMAR para las meretrices.
31
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Municipales
Provinciales
Nacionales
Privados
Informales
Totales
Alcance nacional
0
1
8
6
0
15
Alcance provincial
0
6
0
0
0
6
Alcance local
24
4
5
38
4
75
Totales
24
11
13
44
4
96
.
Conflictos del sector público
El conflicto provincial con alcance nacional es protagonizado por los docentes que adhirieron a
algunas acciones de CTERA32.
Incluso los conflictos provinciales tienen un fuerte componente local: Luz y Fuerza y Judiciales
tienen ámbitos de actuación por seccional. Asimismo, el conflicto de Salud, aquí localizado como
de alcance provincial, ha adoptado lógicas propias en muchos hospitales, adoptando un carácter
mixto entre lo provincial y lo local.
Entre los nacionales se incluyen los paros y movilizaciones generales de ATE y sectoriales con
alcance nacional (SENASA, Ministerio de Trabajo y Controladores Aéreos). También AFIP y
Docentes Universitarios y Preuniversitarios de Córdoba y Río Cuarto, que adhirieron a medidas
con carácter nacional.
El resto son conflictos locales como el de FADEA, Banco Nación por despidos, AFIP por
cambio de horario.
Conflictos del sector privado
En el sector privado se movilizaron junto a sus pares nacionales los trabajadores rurales,
bancarios, camioneros y trabajadores de la alimentación. En contra de las paritarias que se
negociaban en Buenos Aires se manifestaron choferes de UTA y a nivel declarativo tan solo
AOITA y UOM.
No hay referencias de conflictos con alcance provincial en el sector privado, aunque se destaca
una importante movilización por cuestiones locales, puntuales. Ejemplos interesantes son los de
las empresas Volkswagen, Perkins y trabajadores de LV2, Avex en Río Cuarto, trabajadores de la
construcción en Villa María y San Francisco, de la alimentación en Villa María, distintas instancias
de movilizaciones de camioneros y choferes de ómnibus, taxistas y recolectores de basura por
problemas puntuales, trabajadores del peaje mediante ocasionales aperturas de barreras,
metalúrgicos de Oncativo contra vaciamiento de la empresa, entre otros.
Está registrado doblemente, como conflicto de alcance provincial y nacional, por eso la suma es de 96 en lugar de
95.
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ARTÍCULOS
Esto es, la conflictividad en Córdoba tiene un fuerte componente de dinámicas locales y
dificultades de articulación más extensa.
Tendencias
Disponemos ya de 12 meses de relevamiento de conflictividad laboral. Si bien no podemos hacer
conclusiones definitivas, sí observar ciertas tendencias por sector, que se muestran en el Gráfico
5.
Gráfico 5. Intensidad de la conflictividad por mes y sectores. Julio 2011-Junio 2012
2011
Municipales
Provinciales
Junio
Mayo
Abril
Marzo
Febrero
Enero
Diciembre
Noviembre
Octubre
Septiembre
Agosto
Julio
80
70
60
50
40
30
20
10
0
2012
Nacionales
Privados
Informales
El Gráfico 5 considera las oscilaciones del sector público por alcance (nacional, provincial o
local), de manera desagregada y el sector verde indica los totales de acciones conflictivas
mensuales, lo cual nos permite observar claramente que la intensidad de la conflictividad ha sido
fuertemente traccionada por el sector público en el período analizado.
Se observan que las tendencias de los tres niveles del sector público coinciden en los meses de
mayor intensidad de la conflictividad y en los meses en que ésta disminuye, más notablemente en
la provincia, seguida por los municipios y en menor medida las acciones conflictivas nacionales.
La particularidad del relevamiento de este período es que responde a un año de elecciones y de
recambio de autoridades públicas, situación que sin dudas afecta la intensidad de la conflictividad
en ciertos períodos. Así, en el mes de noviembre -antes de la asunción de nuevas autoridades- en
los 3 niveles el conflicto estatal municipal y provincial llegan a su máximo (58 entre provinciales y
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municipales, y 78 en total). Se intensifica nuevamente el conflicto en febrero y trepa en marzo en
la provincia con ocasión de los acuerdos salariales del año.
En mayo comienza a hacerse notar el sector privado que en general presenta batallas muy
puntuales.
La conflictividad en el sector informal es más esporádica.
Conclusiones y reflexiones
Conclusiones metodológicas
El procesamiento de los datos ha permitido verificar la pertinencia de la elección de medios de
comunicación regionales en la búsqueda de relevar la conflictividad laboral, ya que gran parte de
los conflictos en el interior provincial no son relatados por los medios de alcance provincial. No
obstante, la lectura de la dinámica de la conflictividad laboral en Córdoba no adquiere la
profundidad necesaria simplemente con el análisis de los gráficos que aquí presentamos, sino que
exige una lectura del contexto político. Por esto, es necesario que las tendencias generales que
observamos cuantitativamente estén contextualizadas, a la vez que relaten cualitativamente los
casos que encontramos destacables.
Intensidad del Conflicto.
El conflicto en la Provincia de Córdoba ha tenido una expresión fuerte en el período, que
empezó sin sobresaltos pero fue sumando tensión de manera rápida hasta alcanzar un nivel muy
alto en noviembre, decreciendo luego para subir en marzo y mayo.
Si bien el número de conflictos entre trabajadores públicos y privados es similar, su intensidad es
notablemente mayor en el sector público. Los trabajadores estatales y en particular, los de salud,
educación y municipales logran sostenerla y desafiar las amenazas que provienen de las instancias
gubernamentales. La garantía de estabilidad laboral para quienes son planta permanente le da aire
al conflicto estatal, permitiéndoles operar de manera más abierta. En contrapunto, la amenaza y la
efectivización de los despidos en el sector privado funcionan como disuasorios de la protesta.
Demandas
Si bien las demandas salariales son las más recurrentes -lo que es lógico en períodos inflacionarios
donde se disputa la distribución de las rentas globales y parciales- se observa también la fuerza de
los reclamos por condiciones de contratación, despidos o continuidad laboral, convenios
colectivos, cumplimiento o derogación de acuerdos, encuadramiento sindical, lo cual presenta un
panorama complejo, muy ligado a trayectorias sectoriales y coyunturas concretas. El sector
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ARTÍCULOS
privado demanda fundamentalmente contra despidos y suspensiones. El sector informal por
cumplimiento de las normativas y los empleados estatales por convenios colectivos o paritarias.
Representación, participación y fragmentación.
Una mención especial requiere la recurrencia de demandas de representación y encuadramiento
sindical, que se destaca por la significativa participación de las bases y de las comisiones internas
o de delegados en los conflictos. Organizaciones sindicales no reconocidas como UTS, ATE,
Enfermeras Unidas y también grupos de autoconvocados tienen una presencia sostenida y buena
capacidad de movilización.
Además, las formas de protesta prevalecientes son activas. Implican “poner el cuerpo”, un
compromiso que excede lo discursivo, lo declarativo o lo legal-administrativo; paros, asamblea,
marchas, cortes de ruta, son actos que nos indican que hay trabajadores con una clara disposición
a la acción.
El hecho de que las bases estén presentes, y en muchos casos el activismo impulsando la
movilización, parece dar cuenta de cierta crisis de representación que estarían sufriendo las
conducciones gremiales. La denominada burocracia sindical33 ejerce en Córdoba un papel decisivo
en el acallamiento de la protesta, siendo además arte y parte en el gobierno, tanto oficialista como
de la oposición, aunque siempre dentro del esquema de poder peronista en sus distintas variantes.
Esto permitiría explicar, por un lado, la necesidad de movilización de las bases frente a los
“compromisos” de las dirigencias sindicales, y por otro, el creciente malestar también desde las
bases ante fenómenos precarización, empeoramiento en las condiciones de trabajo, persecución
a delegados no alineados con la dirigencia, fundamentalmente en el sector privado y localizados
en cada empresa. Puede mencionarse como ejemplo a la empresa avícola Avex, de Río Cuarto,
perteneciente a un grupo inversionista brasilero. En este caso, los reclamos se agrupaban en
torno a las condiciones de trabajo por estar expuestos los trabajadores a fuerte contaminación.
Aquí la movilización se produjo e intentaron formar otro gremio ante la falta de representación
ejercida por el sindicato de la carne.
Pese a este malestar por la falta de representatividad de las conducciones de algunos gremios de
peso, burocratizados, sobre todo en el sector privado existen dificultades para la movilización
masiva de estos sectores de trabajadores. Nuestra hipótesis es que esta carencia se funda en
procesos efectivos de disciplinamiento que se ejercen, tanto desde la patronal como desde el
sindicato. En este sentido, los ritmos de trabajo impuestos, el control tecnológico o personal, los
sistemas de premios y castigos, los incentivos diferenciales, la precarización no son datos
menores a la hora de entender estas dificultades. Asimismo, algunos gremios burocratizados han
abandonado el papel mediador tradicional para transformarse en apéndices patronales.
Por sus múltiples definiciones, aclaramos que aquí nos referimos a conducciones que pierden la representatividad
ante sus bases por operar como gestores de la patronal o del gobierno de turno.
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Encontramos un ejemplo de falta de movilización en el sector de la construcción,
desmovilización que resulta paradójica teniendo en cuenta el “poder estructural” del gremio por
el boom inmobiliario de Córdoba. Según el superintendente de riesgos de trabajo, Gonzáles
Gaviola, hay en Córdoba un accidente en la construcción cada 20 días (La Voz del Interior, 4 de
abril 2013). La pregunta es ¿por qué no hay movilizaciones importantes en el sector? La
precarización laboral, el tipo de trabajo que no genera colectivos estables y el papel de la UOCRA
que actúa como gremio patronal son factores explicativos de esta ausencia.
En términos generales podemos hablar de pérdida de poder estructural y de poder asociativo de
los trabajadores asalariados con respecto al capital lo que se acentúa con la fragmentación. Sin
embargo, esta misma fragmentación reconfigura el poder de los trabajadores asalariados a través
de a) confrontación de algunas organizaciones de base obreras con la patronal y las cúpulas
sindicales, b) conformación de estructuras sindicales diferenciadas de las tradicionales que
propusieron un nuevo modelo sindical y una articulación con otros sectores sociales y c)
desplazamiento en términos geográficos de los núcleos centrales de las protestas del sector
trabajador asalariado” (Morón, Roitman y Tomatis, 2010:3).
Es decir, encontramos una heterogeneidad de situaciones que requieren complejizar las
herramientas de análisis.
Volviendo a los planteos teóricos del comienzo del artículo (Piva, 2011), podemos decir que el
momento corporativo de la reivindicación de los trabajadores se encuentra fuertemente
desarrollado en la provincia de Córdoba, con intensa presencia de las bases en las luchas, pero no
así el momento hegemónico, el de la articulación de las demandas múltiples, el de la construcción
de un sujeto político capaz de confrontar.
Cuestiones para el debate y la indagación
Los registros y sistematización de intensidad de conflictos, formatos de protesta, movilización
de las bases (en especial en conflictos por encuadramiento y representación sindical), evidencian
una disposición a la movilización y a la lucha por parte de algunos sectores de trabajadores con
actitudes confrontativas, superiores a lo que el sentido común podría afirmar. Lo que queremos
decir con esto, es que es “esperable” la conflictividad en los empleados municipales de la ciudad
de Córdoba, en los docentes o los choferes de colectivos. Son gremios grandes, con tradiciones
de conducciones hábiles en la negociación, con poder estructural y/o asociativo importante. Lo
que aparece como dato, disperso, pero incontestable, es la emergencia de luchas de trabajadores
de municipios pequeños, la persistencia de la lucha de los sectores de la salud y de los
trabajadores despedidos de una radio, los de alguna empresa metalúrgica del interior, una
industria láctea, una gran automotriz. Son todos casos en que el impulso proviene de las bases, a
veces desde un activismo que recoge viejas tradiciones de lucha obrera y a veces es espontáneo.
Pero la presencia de conducciones sindicales pro patronales con fuerte presencia en el escenario,
sumada a las condiciones de trabajo que generan disciplinamientos y temor al desempleo,
impiden que la disposición a la acción se articule más allá del lugar de trabajo. Las articulaciones
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intergremiales con vistas a unir demandas, no traspasan el acuerdo de cúpulas. Al presente, esto
limita el avance en la construcción de un sujeto con mayor capacidad de intervención política,
que supere el espacio local (la empresa, el municipio), que llegue a la rama de actividad, que se
generalice, se articule y rompa la fragmentación.
Parecería asimismo que la dinámica nacional-provincial-local indica cierta autonomía de los
procesos nacionales y una fuerte impronta local en la provincia. A la hora del conflicto, la
polarizacion político-partidaria omnipresente en el plano nacional no sería un obstáculo para la
organización de las bases para la movilización.
Esta primera aproximación a la conflictividad de apenas un año nos permite acercar nuevas
preguntas cuyas respuestas exigen más tiempo de registro y mayor precisión de las herramientas
de análisis: ¿Son significativas las diferencias de poder estructural y asociativo al interior de
sectores, ramas, localidades? ¿Incide esto en la disposición y la efectivización de las acciones
colectivas? ¿Cómo se vincula la precarización de las condiciones de trabajo con la movilización?
¿Qué papel juegan los contextos locales entendidos territorialmente? ¿Y los contextos nacionales?
¿Y el disciplinamiento? ¿Existe una lógica del miedo paralizando la acción colectiva de los
trabajadores? ¿Cómo afectan estos factores a la construcción de sujetos activos?.
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Ganarse la vida en tiempos difíciles: medios de vida de
pequeños productores agropecuarios en Jáchal (San
Juan) en el contexto de la crisis del 2001
Susana B. Adamo34
(CIESIN – Columbia University)
Resumen
Este artículo explora los medios de vida (características socio-demográficas, activos y estrategias)
de pequeños productores agropecuarios, en Jáchal (San Juan), en el marco de la crisis del 2001,
en base a entrevistas en profundidad e información secundaria,. El análisis sugiere que los
hogares entrevistados desplegaban una multiplicidad de estrategias como parte de sus medios de
vida en un entorno difícil. Sin embargo, el éxito de estas estrategias para mantener o mejorar su
nivel de vida, diversificar las fuentes de ingresos y minimizar los riesgos parecía relativo, ya que
estaban vinculadas a una actividad agrícola incierta, al empleo público y a pequeños
emprendimientos comerciales, en medio de la crisis generalizada a nivel nacional y provincial del
2001, que se sumaba a las condiciones estructurales del departamento.
Palabras clave
Medios de vida rurales; estrategias de vida; hogares; características socio-demográficas; Jáchal
(San Juan)
Este artículo está basado en mi tesis de doctorado (Adamo 2003), cuya investigación original tuvo lugar en 2001 y
conto con el apoyo de una Dissertation Writing Fellowship (2002–2003) y una Dissertation Fieldwork Fellowship
(2001-2002) de la Mellon Foundation a través del Program on Urbanization and Internal Migration in Developing
Countries del Population Research Center (University of Texas at Austin), y una Pre-doctoral Training Fellowship
(2001-2002) del Population Council a través de su Social Sciences Program. Una versión preliminar se presentó en el
2003 Meeting de la Population Association of America en Minneapolis.
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Making a living in difficult times: livelihoods of small
farmers in Jáchal (San Juan) in the context of the
crisis of 2001
Susana B. Adamo35
(CIESIN – Columbia University)
Abstract
Based on in-depth interviews and secondary information, this paper explores small-holders
households’ livelihoods (socio-demographic characteristics, resources and strategies) in Jáchal
(San Juan), in the context of the 2001 crisis. The analysis suggests that households included
multiple strategies within their livelihoods to make a living in a difficult place. However, the
success of these strategies in keeping or improving their well-being, diversifying income sources
and minimizing risks seemed doubtful, since they were linked to the uncertainties of agriculture,
public employment, and small retail and grocery business, in the middle of a the generalized
national and provincial crisis of 2001, which added to the structural conditions in the
department.
Este artículo está basado en mi tesis de doctorado (Adamo 2003), cuya investigación original tuvo lugar en 2001 y
conto con el apoyo de una Dissertation Writing Fellowship (2002–2003) y una Dissertation Fieldwork Fellowship
(2001-2002) de la Mellon Foundation a través del Program on Urbanization and Internal Migration in Developing
Countries del Population Research Center (University of Texas at Austin), y una Pre-doctoral Training Fellowship
(2001-2002) del Population Council a través de su Social Sciences Program. Una versión preliminar se presentó en el
2003 Meeting de la Population Association of America en Minneapolis.
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Presentación
El objetivo de este artículo es explorar, desde una perspectiva socio-demográfica, los medios de
vida de pequeños productores agropecuarios en el departamento Jáchal (San Juan) con el fin de
entender las diferentes dimensiones de vulnerabilidad frente a distintos riesgos, incluyendo los
ambientales, y saber qué estrategias se implementan en tiempos difíciles, representados en este
caso por la crisis del 2001.
El marco conceptual refiere a los medios de vida, incluyendo activos y estrategias, incluyendo
distintas formas de diversificación llevadas a cabo por los hogares. El artículo se basa
fundamentalmente en entrevistas en profundidad realizadas entre agosto y noviembre de 2001 a
hogares de pequeños agricultores, con el objetivo de identificar sus estrategias de vida y sus
perfiles socio-demográficos, incluyendo historias migratorias y testimonios de estrés ambiental.
En primer lugar se presentan el marco conceptual y la metodología utilizados, seguido por una
introducción al área de estudio. A continuación se detallan y discuten los resultados de la
investigación, y se ofrecen algunas conclusiones finales.
Medios de
estrategias
vida:
características
socio-demográficas,
recursos
y
El significado de ‘medios de vida’ incluye no sólo lo que un individuo, familia o comunidad
poseen, sino también las decisiones que toman y lo que efectivamente hacen con los medios que
tienen a su disposición. Chambers y Conway (1991:6) resumieron esta postura definiendo los
medios de vida rurales como “las capacidades, activos y actividades necesarias para desarrollar
un medio de vida”.
Desde este punto de vista, la exploración de los medios de vida de pequeños productores
agropecuarios incluye la consideración de: (1) la propiedad y el control de los activos o recursos, y
(2) las estrategias utilizadas para movilizar estos activos y convertirlos en ingresos, alimentos y
otras necesidades básicas36; (3) los contextos específicos (sociales, económicos, políticos y
ambientales) que forman la estructura de oportunidades o de acceso (Moser, 1998; González de
la Rocha 2000; Chambers y Conway 1991)37. Los medios de vida están intrínsecamente
En este artículo se sigue la postura de Bebbington (1998:2039) de usar los términos “activos” y “recursos” en
forma indistinta
37 Chambers y Conway (1991:8) definen “acceso” como “la oportunidad…práctica [real] de utilizar un recurso,
reserva o servicio, o de obtener información, materiales, tecnología, empleo, alimentos o ingreso”. Esto es similar al
concepto de González de la Rocha (2000:6) de que “los recursos de los hogares no existen en un vacío. Lo que
importa es la habilidad de las personas para convertir sus recursos en activos que puedan ser utilizados para
disminuir la vulnerabilidad y mejorar el bienestar. Los recursos se convierten en activos sólo cuando se pueden
aprovechar de las oportunidades en los mercados, en la sociedad y en su relación con el Estado. Esto implica que los
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vinculados a la vulnerabilidad de dos maneras. En primer lugar, el grado de vulnerabilidad social,
y la propiedad y el control de los activos están inversamente relacionados: cuanto mayor sea el
número de activos, menor será el grado de vulnerabilidad. En segundo lugar, una mayor
diversificación de las estrategias de vida está asociada con un menor grado de vulnerabilidad o
mayor resiliencia de los hogares cuando enfrentan situaciones difíciles (Ellis 1998; Adger 2001;
Moser 1998).
Dentro del marco de los medios de vida, los hogares pueden ser considerados como interfaz
entre la población y su ambiente o contexto. Por ejemplo, Morvaridi (1998) sugiere que ciertas
características de los hogares son fundamentales para comprender la degradación ambiental y sus
efectos en la seguridad de los medios de vida, más específicamente tamaño y estructura (por
edad y sexo), dinámica interna (en términos de las relaciones entre los miembros, sus derechos y
deberes, y decisiones negociadas), y acceso del hogar a recursos externos (recursos naturales,
fuentes de ingresos no agrarios, etc.) Los dos primeros se pueden considerar como características
socio-demográficas, mientras que el tercero se refiere a la interacción entre las familias y sus
entornos socio-económicos y naturales.
Deteniéndonos en las características socio-demográficas del hogar, las mismas son relevantes en
el análisis por al menos tres razones. Primero, estas características tienen un papel en el aumento
o la prevención de la vulnerabilidad frente a diferentes eventos, incluyendo riesgos ambientales,
pues hasta cierto punto controlan la adquisición y gestión de los recursos (Rodríguez Vignoli
2000). También afectan la diversidad de estrategias, y a través de ella la capacidad de los hogares
para hacer frente a los diferentes tipos de estrés asociados con la agricultura. En segundo lugar,
los factores internos que influyen en los ciclos de vida de los hogares (nacimientos, matrimonios,
defunciones) determinan las respuestas a los cambios en el entorno externo o contexto, por
ejemplo la migración. Estos factores afectan la estructura o composición por edad y sexo, la cual
conforma la fuerza de trabajo disponible para la finca familiar, y para el empleo agrícola y noagrícola fuera del hogar, incluida la migración laboral. Esto es particularmente importante para
entender las estrategias de vida de las familias estudiadas. Finalmente, existen asimetrías en
materia de derechos y obligaciones dentro del hogar que se relacionan con su composición de
género y generacional (edad). Estas asimetrías afectan la capacidad de hacer frente a las
dificultades económicas y de otro tipo (Moser 1998).
Se define familia, grupo doméstico o unidad doméstica como una persona viviendo sola, o un
grupo de personas, relacionados o no, que comparten el mismo espacio físico y un conjunto de
actividades orientadas a la reproducción del día a día de la unidad (por ejemplo, provisión de
alimentos y otras necesidades básicas, el consumo de bienes, y la reproducción sexual y la crianza
de los hijos) (INDEC 1997a: 49; Shryock y Siegel 1973:299; Hammel y Laslett 1974:76;
Yanagisako 1979:165; Oliveira y Salles 1989:14).
recursos del hogar no pueden ser analizados independientemente de la estructura de oportunidades que facilitan o
constriñen su habilidad de transformar sus recursos en activos reales”.
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En este trabajo, las características socio-demográficas de los hogares se han agrupado en dos
dimensiones: a) estructura y etapa del ciclo de vida, y b) condiciones demográficas básicas,
incluyendo tamaño, relación de dependencia, y composición por sexo y edad (Rodríguez Vignoli,
2000; Oliveira y Salles 1989). Las características demográficas básicas del hogar incluyen tamaño,
las relaciones de dependencia y la estructura por edad y sexo. Existe, obviamente, una
correspondencia entre el tamaño del hogar y la estructura --los hogares extendidos tienden a
tener más miembros—y entre estructura y relación de dependencia—los hogares extendidos con
mayor cantidad de adultos tienden a presentar una mejor relación de dependencia, mejor al
disponer -al menos en teoría- de más mano de obra. La estructura del hogar, en particular la
prevalencia de hogares extendidos, es relevante cuando se consideran la fuerza de trabajo y las
redes sociales locales.
Aunque el tamaño del hogar es una primera indicación de su dotación de mano de obra, la
composición por edad y sexo indica cuántos miembros efectivamente se pueden colocar en el
mercado laboral, y qué tipo de puestos de trabajo pueden obtener. Los empleos agrícolas y no
agrícolas así como otras tareas domésticas presentan una fuerte diferenciación por género, y
mujeres y hombres acceden a los mercados de trabajo en diferentes formas. Además, la
composición por género y edad influyen en la dinámica de las relaciones dentro del hogar,
también relacionadas con la estructura y la etapa del ciclo de vida. Finalmente, la relación de
dependencia - definido como el número de consumidores dividida por el número de trabajadores
(Yanagisako 1979) - también está influenciada por la composición del hogar, en particular por la
presencia de los niños y ancianos.
Hay un cierto consenso en la literatura acerca de que se considera un activo, bienes o recursos
del hogar (Moser 1998; Scoones 1998, Bebbington 1999; Reardon y Vosti 1995), a su vez
agrupados en varias categorías, a saber:: a) fuerza de trabajo (mano de obra) y capital humano
(educación, capacidades y estado de salud), b) los activos productivos y financieros (tierra, agua,
ganado, la cubierta vegetal natural, implementos, el ahorro, el crédito y la vivienda), y c) el capital
social (relaciones familiares, redes sociales y asociaciones)38. La fuerza de trabajo es considerada
generalmente como el activo más importante en los hogares de pequeños agricultores (Chayanov
1986:53). Una de las cuestiones clave al considerar activos productivos como la vivienda, la tierra
Scoones (1998) identifica cinco categorías de activos relacionados con los medios de vida rurales: capital natural
(tierra, agua y cobertura vegetal natural), capital físico (canales de riego, implementos, carreteras), capital humano
(educación, capacitación y salud), capital financiero y sus sustitutos (crédito, ahorros, joyas, cabras y ganado vacuno),
y capital social (redes, asociaciones). Bebbington (1999:2022) menciona también cinco tipos de bienes de capital, es
decir producidos: humano, natural, social y cultural. Reardon y Vosti (1995:1495) especifican cuatro tipos de activos,
que están vinculados a tipos específicos de pobreza o deprivación, y de los que derivan diferentes flujos de ingresos:
a) activos o recursos naturales (tierra, agua, fauna, biodiversidad y cobertura vegetal), b) recursos humanos activos
(educación, salud, estado nutricional y habilidades), c) activos físicos y financieros de las explotaciones (ganado,
tierras de cultivo, pastizales, pantanos, edificios y equipos), y d) activos físicos y financieros fuera de las
explotaciones. Finalmente, Moser (1998) distingue entre activos tangibles e intangibles. La primera categoría incluye
mano de obra, capital humano (estado de salud, las habilidades o capacidades, y la educación) y los activos
productivos (vivienda), mientras que la segunda comprende las relaciones familiares y el capital social. Debido a que
estamos tratando con familias de pequeños agricultores, es necesario incluir la tierra y el agua entre los activos
productivos (Moser desarrolló sus categorías para el análisis de pobreza urbana).
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y el agua, son el acceso y el control de los mismos, representados por el tipo de tenencia y los
derechos al agua.
Definido como “la capacidad de los actores para derivar beneficios de la pertenencia a redes
sociales u otras estructuras sociales” (Portes 1998:6), el capital social incluye las relaciones
familiares, las redes sociales (de familiares y vecinos) así como también las diferentes asociaciones
de las que participan los hogares y sus miembros. Clasificados como activos intangibles (Moser,
1998), las relaciones familiares se ven influidos por la estructura y la composición del hogar y
presenta variaciones temporales de acuerdo con las fases del ciclo de vida familiar. Mientras que
ya se ha tratado el tema de las características socio-demográficas, es importante destacar los
efectos de la estructura de los hogares sobre su fuerza de trabajo.
Las estrategias de medios de vida del hogar pueden ser definidos como la forma de asegurar
reproducción material y biológica de un hogar, movilizando bienes o recursos de modo de
satisfacer diferentes necesidades, en otras palabras, para llegar a fin de mes. En un ámbito rural,
las estrategias pueden ser agrupadas en dos grandes categorías: agrícolas y no agrícolas39, y las
agrícolas pueden a su vez ser subdivididas en dentro de la finca propia, o trabajo en fincas ajenas.
Las estrategias no agrícolas incluye todas las actividades fuera de la agricultura (Reardon et al.
2001). Las tareas domésticas o reproductivas -crianza de los niños, cocinar, limpiar, lavar la ropa,
etc.- no forman parte de esta clasificación. En gran parte responsabilidad de las mujeres, estas
tareas son generalmente consideradas como trabajo no productivo, aun cuando sean esenciales
para la supervivencia de la familia.
Metodología40
El artículo se basa en 21 entrevistas en profundidad realizadas entre agosto y noviembre de 2001
a hogares de pequeños agricultores en Jáchal. Se buscó identificar sus estrategias de vida y sus
perfiles socio-demográficos, incluyendo historias migratorias y testimonios de estrés ambiental.
Las entrevistas tuvieron lugar en tres localidades del departamento de Jáchal: Jáchal Central,
Huaco y Mogna (mapa 1). La selección de los hogares no fue diseñada para ser representativa, y
se utilizó la técnica de "bola de nieve" para contactar encuestados, contando con facilitadores en
las distintas áreas.
Las estrategias de medios de vida rurales han sido agrupadas o divididas en diferentes formas (ver por ejemplo
Reardon y Vosti 1995:1500; Scoones 1998:9), aquí se sigue la clasificación de Reardon et al. (2001).
40 Una descripción detallada de la metodología está disponible en Autor 2003
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Mapa 1: Departamento Jáchal (Fuente: elaboración propia basado en Lizana 1991)
La unidad de información es el hogar, y el jefe de hogar y su cónyuge fueron los informantes. Se
preguntó sobre las características de la unidad productiva, la estructura demográfica del hogar y la
composición, las características socio-demográficas y situación laboral de los miembros (incluidos
los migrantes), las fuentes de ingresos, y las cuestiones ambientales. También se delineó un árbol
de migración abreviado de cada hogar.
El elemento básico en la definición de la estructura del hogar es la relación de los miembros con
el jefe del hogar. Se ha seguido aquí el criterio de que el jefe de hogar es la persona reconocida
como tal por el resto de los miembros (Shryock y Siegel, 1973; INDEC 1997a). Sin embargo, la
experiencia de campo indica que, a pesar de que los maridos eran considerados como jefes de
hogar en casi todas las entrevistas, se pudo observar durante las entrevistas que a veces la esposa
era el jefe real por su rol en la toma de decisiones y como sustento principal. La clasificación de la
estructura de los hogares sigue las categorías del Instituto Nacional de Estadística y Censos de
Argentina (INDEC), que a su vez se basa en recomendaciones internacionales (INDEC, 1997a)41.
Estas categorías o tipos de estructura familiar son: a) unipersonal, b) nuclear completo (la pareja conyugal y sus
hijos), c) nuclear incompleto (uno de los padres y los hijos), d) nuclear extendida (la pareja y familiares); e)
41
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La entrevistas fueron almacenadas en una base de información, y analizadas e interpretadas
usando técnicas de análisis de contenido en el software Ethnograph©. El marco conceptual y a
las características del entorno local, incluyendo las ambientales, constituyeron el marco contextual
para la interpretación. Fuentes de información secundarias y entrevistas con informantes clave se
utilizaron para la comprobación de validez (triangulación) así como para complementar el marco
interpretativo. Se ha hecho amplio uso de los datos de los censos de población y agropecuario
disponibles, los que proporcionaron información contextual a nivel de la provincia y del
departamento. Los censos son prácticamente la única fuente de información acerca de las
poblaciones rurales y no metropolitanas.
Jáchal: breve descripción
En la provincia de San Juan, la implementación del nuevo modelo de desarrollo durante la década
de 1990 resultó en un apreciable deterioro de la calidad de vida de la población, particularmente
en los sectores medios, en un aumento de la desigualdad social, y en marcados cambios en el
mercado laboral, especialmente en el Gran San Juan. Estos cambios se expresaron en aumentos
de la desocupación y la subocupación, del trabajo en negro y de la informalidad (Grillo Padró y
de la Vega 2000). En las áreas rurales de la provincia, la desocupación en 1998 alcanzaba 7,3% de
la PEA rural. El 63% de los ocupados se ubicaba en el sector agropecuario, indicando una
presencia importante del empleo rural no agrícola (compuesto principalmente por empleo
público y comercio) como primera ocupación. La pobreza rural, medida a través del NBI,
alcanzaba en el mismo año (1998) al 36% de los hogares y 43% de la población rural. Alrededor
del 20% de los hogares rurales recibía ingresos originados en migrantes (Dirección de Estudios
sobre Niveles de Vida y Pobreza 1999).
En el sector agropecuario, la modernización y reestructuración se realizó en el marco del régimen
de promoción agrícola (sancionado en 1983), el cual establece diferimientos impositivos para
aquellas empresas que establezcan en la provincia emprendimientos agropecuarios tendientes a la
diversificación. De acuerdo a Allub (1996), este marco jurídico benefició a los grandes
productores en desmedro de los pequeños, los cuales no disponían del capital necesario para
participar. Estas grandes explotaciones, intensivas en capital, ocupan menos mano de obra por
hectárea.
Es relevante detenerse por un momento en las características ambientales debido al perfil
agropecuario de las familias entrevistadas. Muy brevemente, el perfil ambiental del departamento
muestra que su dinámica se define por la aridez, que es al mismo tiempo la característica
principal, la restricción principal y el principal peligro ambiental (Autor 2006). Los efectos de la
aridez se ven agravados por las formas particulares de acceso, uso y manejo de los recursos
naturales. La agricultura de regadío y la ganadería han modificado profundamente el paisaje
compuesto (familiares y personas sin relación de parentesco), f) sin relación de parentesco (multi-hogares
unipersonales). (Hammel y Laslett 1974)
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natural, y las formas de gestión y los sistemas de riego se relacionan con una serie de problemas
ambientales, entre ellos la salinización, el anegamiento, y la deforestación, con variaciones
espaciales y temporales evidentes, por ejemplo, en las respuestas en los tres sitios. Se
mencionaron la mediación del sistema de riego y las instituciones relacionadas en el acceso y la
distribución del agua, y los entrevistados marcaron diferencias entre incidentes y procesos
ambientales que afectan a la agricultura y la ganadería, y los que afectan a la vida cotidiana (Autor
2003b).
Jáchal ha sufrido una serie de cambios a lo largo de su historia (Autor 2003a) que han llevado a
una cierta diversificación de sus actividades económicas. Con un giro hacia los servicios, el
comercio y el empleo público, la población en su conjunto se han distanciado de la dependencia
de los recursos naturales, y se hizo menos vulnerable a la variabilidad inherente y más resistente a
los acontecimientos ambientales extraordinarios. Las principales actividades económicas y fuentes
de empleo son la agricultura bajo riego, la ganadería, el comercio y el sector público
(principalmente en educación, salud y seguridad). La producción agropecuaria ha sido la actividad
económica tradicional del área desde la Conquista, con altibajos importantes (Autor 2003b). En
2001, aún ocupaba el 26% de la PEA en Jáchal.
En consonancia con la tendencia nacional, se verifica un proceso intenso de concentración de la
tierra, y de disminución y polarización de productores, además de cambios en la estructura
productiva. En Jáchal, se han sembrado grandes extensiones de olivos aprovechando los
diferimientos impositivos para la diversificación de la base productiva, y en Iglesia es común que
se renten las grandes fincas para la producción de hortalizas (tomate, cebolla, ajo y zanahoria).
Los capitales para estas actividades no suelen ser locales. Se ha producido además un
renacimiento de la actividad pecuaria (con ganado bovino, ovino y caprino) y se incrementó la
extensión de pasturas, particularmente alfalfa. La combinación agricultura-ganadería parece ser la
preferida de los productores medianos.
En 2010, la población total de Jáchal era de 21730 habitantes (INDEC 2012). El departamento
nunca ha tenido un crecimiento de población alto, por el contrario, las tasas de crecimiento han
sido bajas o negativas, especialmente para la población rural (tabla 1). Este crecimiento
demográfico lento y la población relativamente pequeña del departamento se apartan de la
imagen tradicional de las zonas rurales, y la migración permanente ha tenido consecuencias
importantes para la evolución del crecimiento de la población. Por otra parte, la movilidad
interna dentro del departamento modificó la distribución espacial de la población, siendo más
concentrado ahora que en el pasado. Zonas cercanas a San José de Jáchal han aumentado su
densidad poblacional, cambiando el uso del suelo de agricultura o ganadería a residencial. En
2001, la proporción de población rural fue de 48% y 57%, respectivamente. El centro urbano
más importante es la ciudad de San José de Jáchal, con una población de alrededor de 11.000
habitantes en 2001, la cual constituye la ciudad regional.
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Tabla 1: Evolución de la población de Jáchal
Tasa media de crecimiento anual inter-censal
(%0)42
Población
Año
censal
San
Juan
Jáchal
Total
Urbana
Rural
1895
12.591
960
11.631
1914
13.097
1.122
11.975
1947
17.129
1960
19.254
6.886
1970
18.500
1980
T
U
2.1
R
8.2
1.5
Argentina
Tasa de migración
neta (por mil) para el
periodo inter-censal
18.5
35.9
[-28; -8]*
8.2
24.0
21.4
[-20; -9]*
12.368
9.0
23.3
17.9
[-23; -12]*
6.815
11.685
-4.0
-1.0
-5.7
8.7
15.6
[-21; -16] (1)
18.863
8.873
9.990
1.9
26.4
-15.7
19.3
18.0
-19.65^
1991
19.955
9.726
10.229
5.3
8.3
2.1
12.0
14.7
-10.79^
2001
20.898
10.901
9.997
4.6
11.4
-2.3
16.3
10.5
-10.21 (1)
2010
21.730
10.43
11.23
-9.64#
3.7
Fuente: Censos de Población de Argentina, 1895-2010; *Rechini de Lattes y Lattes (1969); ^ Caminos (1991); #
Dirección de Estadísticas e Información de Salud (2000-2010)www.deis.gov.ar/Publicaciones/arbol_tematico.asp
Nota: los números entre paréntesis para el período 1914-1960 indica el intervalo de confianza para la tasa, siguiendo
la notación de Rechini de Lattes y Lattes (1969); (1) la tasa de migración neta fue calculada con el método residual de
interpolación lineal de las cifras para los periodos censales anterior y posterior.
Caracterización de los medios de vida de los hogares entrevistados
Las características socio-demográficas
La Tabla 2 resume las características socio-demográficas de los hogares entrevistados, los cuales
se distribuyen básicamente entre dos tipos estructurales: nuclear completo y nuclear extendido.
Otros tipos incluyen nuclear compuesto, nuclear incompleto, y unipersonal. Hay algunas
diferencias entre los distintos sitios. Seis de los hogares en Jáchal Central correspondieron a una
estructura nuclear extendida, mientras que 5 de los siete hogares en Huaco tenía una estructura
nuclear completa. Mogna presenta una cantidad similar de familias nucleares y extensas. Las
diferencias en los patrones migratorios entre los sitios pueden ser un factor (Autor 2003). Por
ejemplo, hogares formados por hermanos adultos, casados y solteros, se encontraron en Jáchal
Central, donde la emigración aparecía como menos intensa. Otro factor podría ser la edad del jefe
de hogar: la edad media de los jefes de hogar era de 43 años en Huaco, 54 en Jáchal Central, y 64
42
La tasa de crecimiento medio anual fue calculada como crecimiento exponencial (Hinde 1998:154-56).
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Año II
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en Mogna. Los hogares extendidos, con varias generaciones y familiares viviendo bajo el mismo
techo, difieren de los hogares nucleares en cuanto a las relaciones internas entre los miembros,
padres/hijos, abuelos/nietos, hermano/a hermano/a, y esto es relevante para entender las
diferencias en la disponibilidad de recursos y en la selección de estrategias.
Tabla 2: Resumen de características socio-demográficas de los hogares entrevistados: estructura y ciclo de
vida
Característica
Huaco
Jáchal Central
Mogna
Tipo de hogar
Nuclear completo (5),
Nuclear extendido,
Nuclear compuesto
Nuclear Extendido (6),
nuclear compuesto
Nuclear Complete (3),
nuclear extendido (2),
nuclear incompleto,
unipersonal
Edad promedio de jefe del
hogar
46
54
62
Edad promedio del cónyuge
45
46
43
Número promedio de hijos
3.86
5.3
6
Número de hijos aun en el
hogar
2.86
3.6
2.6
Edad promedio del hijo más
joven soltero aun en el hogar
11
17
16
Edad promedio del hijo más
grande soltero aun en el hogar
16
21
23
Esta estructura que se acaba de describir es informativa, pero estática, y los hogares son de
naturaleza dinámica, con cambios en estructura, composición y tamaño a lo largo del tiempo.
Estos cambios se pueden organizar en un ciclo de vida cuyas etapas están marcadas por
acontecimientos vitales tales como el matrimonio, el nacimiento de los hijos, el matrimonio o
partida del último hijo, y la muerte de uno de los cónyuges (Shyrock y Siegel 1973:310; Forni et
al.1991; Fortes 1971)43. Para aproximarse a estas etapas, se ha usado la edad del jefe del hogar, la
edad del cónyuge y la edad de los hijos. Como se puede observar en la tabla 2, las edades
promedio de los jefes de hogar varían entre 46 y 62 años, mientras que las de los cónyuges varían
Siguiendo la clasificación de Forni et al. (1991:91), los hogares entrevistados podrían estar transitando alguna de las
siguientes fases: a) Formación: pareja nuclear recién formada, sin hijos, la edad de la madre es menor de 50 años, b)
de expansión: pareja nuclear presente, la madre es menor de 50 años de edad, los niños no son aún aptos para la
migración o el matrimonio (hijos tienen menos de 16 años de edad, y las hijas menos de 14 años), c) Fisión:
comienza cuando el primer hijo se casa o migra, o cuando los hijos ya están aptos para el matrimonio o la migración
(los hijos mayores que 16, la hija mayor de 14), d) Sustitución: núcleo completo, la madre tiene más de 50 años de
edad, todos los hijos han emigrado o están casados, una variante de este tipo es “sustitución con crianza” cuando los
abuelos se ocupan de los nietos sin que estén los padres en el hogar.
43
ISSN 2314-1492,
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Año II.
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entre 43 y 46 años de edad. Estas cifras sugieren que los hogares se encontraban en diferentes
etapas del ciclo de vida. En algunos casos, la pareja núcleo había ya terminado su vida
reproductiva (aquellos en los que la mujer tenía 50 años o más), mientras que otros casos ésta
continuaba. Las edades de los hijos aun en el hogar también indican hogares en diferentes fases
del ciclo de vida familiar.
La tabla 3 muestra un resumen de las características demográficas básicas. El tamaño de los
hogares varía entre 1 y 12 miembros, con tamaños promedios más altos en Jáchal Central y más
bajos en Mogna. Diferencias en composición se reflejan en la relación de dependencia, la cual
está por supuesto relacionada con la cantidad de miembros que actualmente trabajan, no solo con
los que están potencialmente en condiciones de trabajar. Por esta razón es importante considerar
las condiciones del mercado de trabajo.
Tabla 3: Características demográficas básicas de los hogares
Huaco
Jáchal
Central
Mogna
Tamaño promedio del Hogar
6.0
8.3
4.6
Nº de Niños de hasta 14 años44
2.4
2.3
2.2
Nº de mujeres mayores de 15 años
1.9
2.4
2.3
Relación de dependencia
2.3
2.3
1.7
Característica
Una mirada a los recursos o activos
Pasamos ahora a la cartera de activos de los hogares como insumo previo al análisis de las
estrategias de vida. En la tabla 4, se presenta número de trabajadores, trabajadores familiares sin
remuneración, y trabajadores estacionales, de temporada, así como la relación de dependencia de
los hogares entrevistados. Los trabajadores familiares sin remuneración son casi siempre las
mujeres, quienes están a cargo del trabajo en chacra familiar, del cuidado de los animales
domésticos, de las cabras, y de los cultivos de subsistencia, contribuyendo en gran medida al
mantenimiento del hogar y a su reproducción. Los miembros del hogar que trabajan por
temporada representaron un caso especial en cuanto a su contribución a la subsistencia familiar.
En su mayoría estaban desocupados en el momento de la entrevista (a finales de invierno y
principios de primavera), pero su contribución al presupuesto anual del hogar se había
efectivizado durante el verano y otoño (noviembre a abril) 2000-2001.
La edad legal mínima para trabajar en Argentina es de 14 años. Esto no quiere decir que no haya niños más
pequeños trabajando, pero no son reportados porque es ilegal. Además, la asistencia a la escuela es obligatoria hasta
esa edad.
44
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Tabla 4: Disponibilidad de fuerza de trabajo en los hogares entrevistados
Sitio
45
Tamaño del Colaboradores45 Trabajadores
familiares sin
hogar
remuneración
Contrata
trabajadores
por
temporada?
Relación de
dependencia
Huaco
4
2
0
0
2
Huaco
4
2
0
0
2
Huaco
5
2
0
0
2.5
Huaco
6
3
2
0
2
Huaco
6
3
0
0
2
Huaco
7
2
0
0
3.5
Huaco
10
5
3
0
2
Jáchal Central
3
3
2
0
1
Jáchal Central
6
2
0
0
3
Jáchal Central
8
4
2
0
2
Jáchal Central
9
4
2
0
4.5
Jáchal Central
9
7
3
0
1.3
Jáchal Central
11
5
3
0
2.2
Jáchal Central
12
6
0
0
2
Mogna
1
1
0
0
1
Mogna
2
2
0
0
1
Mogna
4
3
0
1
1.3
Mogna
5
3
0
2
1.7
Mogna
5
4
0
2
1.2
Mogna
7
2
0
0
3.5
Mogna
8
4
0
3
2
Miembros del hogar que tenían trabajo al momento de la entrevista, incluyendo la finca familiar
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El denominador de la relación de dependencia suma todos los contribuyentes a la reproducción y
producción familiar, incluyendo personas jubiladas con jubilación o pensión, amas de casa,
trabajadores de temporada y familiares. Construido de esta manera, la relación de dependencia
maximiza la fuerza de trabajo del hogar y optimiza la relación entre los consumidores y los
productores. Por consiguiente, como se puede observar en la tabla, las relaciones de dependencia
no son excesivamente altas. Sin embargo, son potencialmente inestables en el tiempo y en
particular a lo largo del año, dependiendo de la proporción de contribuyentes en el hogar que son
trabajadores de temporada o trabajadores familiares. Los hogares con relación de dependencia
más alta (3,0 o más) compartían una fase similar en el ciclo de vida: se trataba de familias
nucleares en la fase de expansión, con niños pequeños, y sin trabajadores familiares o de
temporada.
El capital humano, medido por el nivel educativo más alto alcanzado por el jefe de hogar y su
cónyuge, fue en general bajo, como se puede observar en la tabla 5. Ninguno de los jefes de
familia asistió a la escuela secundaria y un número considerable de ellos no terminaron la escuela
primaria. En cuanto a los cónyuges, sólo dos de ellos terminó la secundaria y trabajaban como
profesores en las escuelas locales, mientras que el resto mostró un nivel educativo similar al de los
jefes de hogar.
Tabla 5: Capital humano: niveles educativos del jefe del hogar y cónyuge
Sitio
Jefe del hogar
Cónyuge
Huaco
Primaria completa (4), 4to grado
(2), 5to grado
Primaria completa (4), secundaria
completa (2), 4to grado
Jáchal Central
primaria completa (3), 2do grado,
4to grado, 6to grado, 3er grado
no escuela, 4to grado, 6to grado (2),
primaria completa (2)
Mogna
3er grado (3), 5to grado, primaria
completa (2), 4to grado
primaria completa (2), 1er grado,
3er grado, 5to grado
Mientras que los bajos niveles educativos son generalmente considerados como una limitación
para aprovechar las oportunidades de empleo, sobre todo de empleos no agrícolas, esto no
parecía ser el caso cuando se realizaron las entrevistas dado el tipo de empleos disponibles en
2001: en su mayoría se circunscribían a ocupaciones agrícolas, servicio doméstico, construcción y
los escalafones medios y bajos de empleo público. Nuevamente, la consideración de los contextos
es fundamental. Sin embargo, aquellos jefes de hogar y sus cónyuges con niveles de educación
muy bajos, al punto de poder considerarse como analfabetos funcionales, enfrentaban graves
dificultades. Los bajos niveles educativos sí limitaban seriamente las oportunidades de trabajo
fuera del departamento, especialmente en las zonas urbanas. De hecho, las ocupaciones de los
familiares migrantes demostró que el tipo de empleo en el lugar de destino era normalmente del
tipo: servicio doméstico, la construcción y la agricultura.
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En suma, aunque los hogares entrevistados no parecían sufrir de una escasez de trabajadores, a
juzgar por la tasa de dependencia, la cuestión es evaluar el rendimientos de estos recursos de
mano de obra y hasta qué punto contribuían a reducir la vulnerabilidad de los hogares, dado el
número trabajadores estacionales y familiares no remunerados, los niveles de desempleo y
subempleo en el departamento, y los niveles educativos generalmente bajos.
En relación a los activos productivos y financieros46, en la tabla 6 se describen los activos en
términos de tenencia de la tierra y de la vivienda, y el acceso al agua de riego. Se observaron
cuatro tipos de tenencia: propiedad, alquiler, propiedad familiar y ocupación legal. Propiedad de
la vivienda se informó en cinco casos, tres de ellas en Jáchal Central. Propiedad de la tierra
parece ser mucho menos común, solo 2 familias en Huaco, y ninguna en Jáchal Central y Mogna.
Una posible interpretación es que la vivienda constituye un logro más importante que la tierra en
términos de activos y de herencia para los hijos. También puede ser que la vivienda sea más
accesible que la tierra con derecho de agua, la cual podría estar fuera del alcance de la mayoría de
los entrevistados. Finalmente, un problema común en la zona son los títulos de propiedad
inadecuados, irregulares, y las sucesiones indivisas que hace que muchas propiedades no puedan
ser vendidas. Además de la propiedad familiar y de ocupación legal, arriendo de tierra apareció
como una categoría frecuente en el caso de la tenencia de la tierra, con ocho hogares alquilando
tierras, tres de ellos en Jáchal Central.
Tabla 6: Activos productivos de las familias entrevistadas
Sitio
Huaco
Jáchal Central
Tenencia de la Familiar
(4),
Propiedad, Propiedad (3),
vivienda
Alquilada, Ocupación legal
Ocupación legal
Mogna
Familiar
(3), Familiar (3), Propiedad,
Ocupación legal (3)
Familiar (2), Familiar /Arriendo Arriendo (3), Arriendo /
Tenencia de la
Familiar (3), Arriendo,
(2), Propiedad, Propiedad/ Aparcería o mediería, Familiar
tierra
Ocupación legal (3)
Arriendo, Ocupación legal
(2), Ocupación legal
Tamaño de
finca (has)
Promedio: 19.5 has, rango:
la promedio:
32.3,
promedio promedio: 10.9, rango: 18 - 2.5,
5 - 42, n/d: 3, promedio
trabajado: 29.4 Rango: 76 - 5
promedio trabajado: 9.2
trabajado: 15
Tiene derechos
de agua en tierra Sí (7)
propia?
Turnos de agua
Sí (2), No, n/d (4)
Sí (6), n/d: 1
Cada 7 días (3), cada 7 o 6 días, Sí (cada 8 días, 7 días, 6 días (2),
Sin turnos (1), n/d: 6
n/d: 3
5 días, 4 días), No
Número de horas Promedio: 15.5 horas, rango: 3 - Promedio: 21.33, rango: 3 - 54.
Permanente (1), n/d: 6
del turno de agua 35, n/d: 2
Permanente (1)
En este caso particular, se incluye la vivienda entre estos activos por dos razones principales. En primer lugar, en
varias de las viviendas había pequeños almacenes o kioskos. En segundo lugar, algunos de los entrevistados
mencionaron el tener una vivienda permanente como un factor de estabilidad en sus vidas.
46
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Diez de las 21 familias vivían en la propiedad familiar, y siete de ellas también trabajaban la tierra
de la familia. Esta categoría se refiere, en general, a una propiedad que perteneció a los padres o
abuelos de uno de los cónyuges, en la cual él o ella son uno de los herederos (tiene derechos
sobre la propiedad) pero no son propietarios. Esta distinción es importante por dos razones.
Primero, según la ley argentina cada uno de los hermanos tiene el mismo derecho a la herencia de
los padres, derecho que no puede ser alterado por la voluntad del padre o madre en cuestión.
Segundo, debido a que el título de propiedad no está a nombre de la persona residiendo en la
propiedad, no era posible utilizarla como garantía para préstamos bancarios o hipotecas. En
general, los hogares llegan a este tipo de tenencia ya sea porque el jefe de familia o cónyuge era el
único hermano/a que todavía vivía en el lugar en el departamento. Solo en un caso se observó la
combinación de tenencia familiar con otra categoría (arriendo). Ocupación legal (cinco de los 21
casos para vivienda y tierra), en cambio, suele ser el resultado de algún tipo de acuerdo (los
términos varían) entre el propietario/s, usualmente residiendo fuera del departamento—y los
ocupantes reales de la vivienda o sus padres. En la mayoría de los casos, este tipo de ocupación
no implica tener que pagar arriendo de la tierra o compartir el trabajo.
El tipo de tenencia de la tierra y la vivienda está estrechamente relacionado con el acceso al
crédito para la agricultura y la ganadería y otras necesidades financieras. Los bancos y otras
instituciones financieras habitualmente solicitan los títulos de propiedad como garantía. La
mayoría de los encuestados y un número de informantes clave señalaron a la falta de crédito
como una de las limitaciones para la agricultura.
La superficie de las explotaciones varía entre 2,5 y 75 hectáreas, pero las superficies actualmente
cultivadas pueden ser menores. En el caso de fincas con ganado, la mayor parte de la superficie
estaba en uso, pero este no fue siempre el caso con pequeños agricultores, y la subutilización de
la tierra era substancial en algunos casos47. Mientras que en algunos casos la reducción de la
superficie cultivada estaba relacionada con la comercialización de la producción y con los precios
pagados al productor, en otros casos estaba relacionada con las limitaciones en la provisión de
agua. De hecho, el agua de riego y no la tierra es el recurso clave para la mayoría de los
encuestados: ninguno de ellos se quejó de la escasez de tierra (siempre se puede rentar), pero
muchos se quejaron de la escasez de agua. La disponibilidad de agua también limita la selección
de cultivos.
No se puede cultivar toda la propiedad, aunque uno la arriende toda […] En una propiedad de 20 hectáreas,
se puede cultivar tal vez 6, por el agua, aquí tenemos 3 horas de agua por hectárea cada 7 días (Jáchal Central)
Vea, acá nosotros ponemos maíz, cebada, tenemos membrillos. El agua apenas alcanza para eso (Huaco)
Esta situación parece ser común en el departamento. De acuerdo con el censo agropecuario de 2002, la proporción
del área irrigada actualmente en uso promediaba el 50%. Este porcentaje presentaba variaciones dentro del
departamento: la fracción 1 (donde se localiza Jáchal Central) fue similar a la media del departamento, mientras que
en la fracción 7 (Huaco) la proporción media era de 64%.
47
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En Jáchal, el acceso al agua de riego está mediada por los derechos de agua, los cuales son
asignados de acuerdo con el número de hectáreas empadronadas Una finca puede tener 45
hectáreas, pero si los derechos de agua cubren sólo 20 has, esta será la máxima extensión del área
cultivada ya que la agricultura no es posible sin riego debido a la aridez. Como se puede observar
en la tabla 6, todos menos uno de los hogares tenían derechos de agua, pero con grandes
diferencias en cuanto a la cantidad, el espaciamiento de los turnos y el números de horas de los
mismos. Aunque el número de horas se determina de acuerdo a la superficie con derecho a riego,
los turnos y la cantidad efectiva de agua que se adjudica a la finca se determina por la
disponibilidad total de agua en el sistema de riego en un momento determinado. Los turnos de
riego aparecieron como una seria preocupación para la mayoría de los encuestados, y cuanto más
espaciados los turnos, más alto el riesgo de perder la cosecha, sobre todo durante el verano. En
cuanto a la cantidad efectiva de agua, explotaciones con el mismo número de horas podrían
recibir diferentes cantidades de agua dependiendo del caudal medio asignado a los canales de
riego.
Información acerca de los activos financieros es mucho más limitada. Debido a que las
instituciones financieras ofrecían un limitado número de servicios en el departamento, la mayoría
de los hogares dependían de sus propios ahorros cuando enfrentaban tiempos difíciles. El
ganado, en particular vacunos, era otra forma común de ahorro entre los hogares agrícolas, ya
que los animales podían ser rápidamente convertidos en dinero. Esa podría ser la razón por la
que casi todas las familias tenían alguna clase de ganado a pesar de que la ganadería no constituía
la actividad principal en muchos casos. Tiempos de necesidades podían aparecer rápidamente por
diferentes razones. Por ejemplo, uno de los entrevistados en Jáchal Central me explicó cómo
todos los ahorros del hogar fueron consumidos por la enfermedad de una de las hijas primero y
del jefe del hogar después. Al hablar de cómo habían sido estafados de su cosecha de cebolla,
otro entrevistado en Jáchal Central comentó:
Él [el defraudador] nos dejó sin nada, no teníamos nada que comer, tuve que vender algo del ganado
lechero de mi madre para poder pagar el arriendo (Jáchal Central)
En términos del capital social, por regla general los hogares extendidos agrícolas y los hogares
nucleares con hijos adultos solteros en el hogar presentan algunas ventajas en comparación con
los hogares nucleares debido a la puesta en común de trabajo para la producción y reproducción
(Reyes Suárez 1992; Forni et al 1991) Entre los hogares entrevistados, hubo casos de padres
trabajando con hijos, madres trabajando con sus hijas, y hermanos que trabajaban juntos en la
empresa familiar, compartiendo no solo trabajo sino también vivienda, tierra y agua, activos
productivos clave. Las redes familiares o de parentesco formadas por parientes viviendo dentro y
fuera de Jáchal eran un componente importante del capital social entre los hogares de la
muestra48. En primer lugar, algunos de los hogares utilizaban la ayuda de familiares no-residentes
en la vivienda para cubrir la necesidad de mano de obra estacional en la finca. En segundo lugar,
la posibilidad de la migración estacional como parte de las estrategias dependía en algunos casos
de contar con familiares en el área que cuidaran la finca y los animales mientras la familia estaba
Por ejemplo, todos los grupos del PSA (Programa Social Agropecuario) que visité en Jáchal Central estaban
formadas por parientes (hermanos, padres e hijos) y/o vecinos cercanos.
48
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ausente. Este es, por ejemplo, el caso de uno de los hogares moquineros. Cada año, entre enero y
mayo, la familia dejaba a uno de los cuñados a cargo de su pequeña finca y los animales mientras
ellos viajaban para trabajar en los viñedos en San Juan. En tercer lugar, las redes de parentesco
han sido elementos clave en la configuración de los flujos migratorios, aunque paradójicamente
las redes familiares del departamento han sido vaciadas por la constante emigración. Esta puede
ser una de las causas para la importancia de las redes vecinales como parte del capital social.
Tradición, cultura y costumbres locales son importantes en Jáchal (Davire y Malberti 1999). Entre
estas tradiciones se pueden mencionar un tipo de intercambio laboral conocida como “vuelta de
mano” que se refiere a la reciprocidad de funciones entre los hogares. Este sigue siendo hasta hoy
uno de los recursos básicos del capital social. Aunque otros productos o bienes pueden ser objeto
de intercambio, trabajo es lo más común. A veces, esta tradición se practica entre familiares, otras
veces entre los vecinos, pero en ambos casos la distancia física es importante (Díaz y Luna, 1991).
Nos acostumbramos a ir […] por ejemplo, si una familia vivía allí [en las proximidades] y tenía que
cosechar el trigo o algo así, nosotros íbamos y ayudábamos, ¿ve? Y después, más tarde, nos
ayudaban a su vez, vueltas de mano, nada más. (Mogna)
Es interesante que el trigo (un cultivo mucho más relevante en otras épocas) y la vuelta de mano
aparezcan estrechamente relacionados en las historias de algunos de los entrevistados, como
ilustra la siguiente la cita49. Sin embargo, este tipo de trabajo recíproco también se utilizaba para
las cebollas, generalmente cuando no era posible contratar a los trabajadores a causa de costo
constreñido.
E: ¿contratar ayuda externa? R: Bueno, no, porque no tenemos suficiente dinero. Cuando el precio de la
cebolla está bien, entonces sí, usted puede contratar un poco de ayuda, pero cuando no es así, no, no pasa
nada […] O también se puede trabajar ”a vuelta de mano”. Buscamos a algunas personas que vengan a
ayudarnos, y después le ayudamos nosotros, ya que no es posible de otra forma. (Jáchal Central)
La movilización de los activos: las estrategias de vida
La agricultura ha dado forma a las relaciones sociales en el departamento de diferentes maneras. Hasta cierto
punto, la cebolla y el trigo no sólo representan dos períodos diferentes en la actividad económica de Jáchal sino que
también simbolizan las diferentes relaciones sociales dentro de la comunidad. Mientras que el trigo se asocia con las
obligaciones de subsistencia (no mercantilistas) y no monetarias, la cebolla está más vinculada a relaciones de
mercado y monetarias. Díaz y Luna (1991:166) han sugerido que “1947 marca la ruptura de la estructura social
pastoril […] El paso de una sociedad pastoril a una sociedad cuya economía se basa en la agricultura comercial
impactó los valores sociales tradicionales, de forma tal que de valores basados en la solidaridad se pasa al predominio
del individualismo, la desconfianza y la especulación”. Es también interesante notar que de ninguna manera era el
trigo un cultivo de subsistencia destinados al consumo interno durante el siglo XIX. Era parte del intercambio
comercial regular entre Jáchal y otras regiones.
49
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Las entrevistas mostraron que los hogares desplegaban una serie de estrategias diferentes50. En
general, la diversidad se considera como una tendencia positiva, pero el tipo de estrategia que se
utiliza también es relevante. Un resumen de estas estrategias se presenta en tabla 7. Las estrategias
de la tabla no son mutuamente excluyentes y todos los hogares entrevistados combinaban por lo
menos dos categorías de estrategias.
Tabla 7: Resumen de estrategias de vida de los hogares entrevistados
Agrícolas
No agrícolas
En finca familiar
En fincas ajenas
Agricultura
Trabajador agrícola permanente y Empleado público
estacional en la localidad de etc.) (general)
residencia
Ganadería
Trabajador agrícola estacional Maestro
fuera de la localidad de residencia
Agricultura de subsistencia
Empleado de comercio
Ganadería de subsistencia
Pequeño comerciante
(municipal,
Jubilado/pensionado
Trabajador de la construcción
Servicio domestico
Telar
Otro trabajo temporal y/o casual
Actividad reproductivas: trabajo y tareas domésticas
La mayoría de los hogares no contrataba trabajadores, lo que refuerza la importancia del tipo de
hogar, su composición y etapa del ciclo de vida como determinantes de la mano de obra familiar
disponible. Se pueden destacar varios puntos. En primer lugar, y esperable dada la forma en que
los hogares fueron seleccionados, agricultura, ganadería o ambos formaban parte de las
estrategias, con diferencias en el tipo de cultivo y ganado. La agricultura era más frecuente entre
los hogares de Jáchal Central y Huaco. Ninguno de los hogares en Mogna se dedicaban a la
cebolla o el tomate, los cultivos comerciales típicos, aunque los cultivos forrajeros (cebada, avena
y alfalfa) eran comunes.
50Esta
diversidad parece ser una característica común de las zonas rurales de países en desarrollo (Ellis 1998; Stark
1991)
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Tabla 8: Estrategias: combinación de actividades de los hogares entrevistados
Trabajo agrícola
Sitio
Trabajo no agrícola
Almacén
Empleado público, servicio
doméstico
Huaco
Almacén, empleado público
Almacén
Empleo público,
domestico
servicio
Empleo publico
Empleo publico
Trabajador
de
construcción ocasional
Jáchal
Central
En la finca familiar
Agricultura (cebolla, alfalfa, membrillo),
ganadería (vacunos), chacra
Agricultura (cebolla, cebada, avena),
chacra (maíz, huerta, membrillo, pollos,
porcinos)
Ganadería (vacunos), pasturas
Ganadería (vacunos), agricultura (cebolla,
alfalfa, avena, maíz)
Agricultura, chacra (maíz, porcinos,
pollos)
Agricultura (cebolla, comino), ganadería
(ovinos), chacra (maíz)
Agricultura (cebolla, cebada), ganadería
(caballos), chacra (maíz, huerta)
Agricultura (cebolla), chacra
Agricultura (cebolla, tomate, trigo), chacra
(maíz, pollos, huevos, porcinos)
Agricultura (cebolla, tomate), chacra
(maíz), ganadería (vacunos, cabras)
Ganadería (ovinos, caprinos), estiércol de
cabra
Jubilación, trabajador de la
construcción
Almacén
Agricultura (cebolla, tomate, alfalfa),
ganadería, chacra (maíz, huerta)
Agricultura (cebolla, alfalfa, membrillo),
chacra (maíz, huerta)
Servicio
doméstico,
trabajador de la construcción
Agricultura
chacra
Jubilación, trabajador de la
construcción, telar
Agricultura (cebada, alfalfa), ganadería
(vacunos), chacra (maíz)
Jubilación
Mogna
Trabajador temporario noagrícola
Servicio doméstico, trabajo
casual
de
Trabajadores agrícolas
Trabajador agrícola
la
Jubilación, telar
Telar, trabajador
construcción
Extra-predial
la
(alfalfa,
cebada,
Trabajadores agrícolas
Trabajadores agrícolas
Trabajadores agrícolas
Trabajadores agrícolas
Trabajadores agrícolas
Trabajadores agrícolas
cebolla),
Agricultura (cebada), estiércol de cabra,
ganadería (caprinos)
Ganadería (vacunos, caprinos), agricultura
(avena, cebada)
Ganadería (vacunos, caprinos), estiércol
de cabra, agricultura (avena, maíz)
Ganadería (cabras, ovinos, vacunos),
chacra (cebada, avena, maíz)
Ganadería (cabras), estiércol de cabra
Agricultura (pasturas), chacra (maíz,
pollos), ganadería (cabras, vacunos),
estiércol de cabra
Trabajadores agrícolas
Trabajadores agrícolas
estacionales en San Juan
Administrador de finca,
trabajo
agrícola
estacional (San Juan)
Trabajo
agrícola
estacional en San Juan
Trabajo
agrícola
estacional en San Juan
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.
Estos cultivos también aparecen en los otros dos sitios, generalmente en explotaciones ganaderas
o en aquellas unidades que combinaban la agricultura y la ganadería. En Huaco y Mogna, la
asociación de pastos y ganadería era considerada como una forma de paliar la disminución de los
rendimientos de los cultivos a causa de la salinización, y el uso de la cebada, la avena, alfalfa y
trigo aún verde como forraje para ganado en pie era más rentable que cosecharlas. En solo un
caso en Mogna, un hogar cuyo ganado había sido casi exterminado por los ataques de puma
mencionó vender un poco de cebada a los vecinos.
Los productores caprinos, particularmente en Mogna, contaban con una fuente adicional de
ingreso, el estiércol. Este se recogía y almacenaba durante el año y luego se vendía a los viñedos
en San Juan. Sin embargo, en el año 2001 los ingresos por esta actividad fueron decepcionantes.
Uno de los entrevistados, cuya finca producía unos tres camiones de estiércol, comentó que el
precio fue muy bajo, alrededor de $50 pesos la carretilla cuando el precio normal solía ser entre
$100 y $150, y comentó que algunos vecinos habían decidido no vender el abono a ese precio51.
Al parecer, los bajos precios del estiércol se debían al bajo precio de la uva en la campaña
anterior.
En cuanto a la cebolla, los entrevistados coincidieron en señalar los numerosos problemas
asociados con el cultivo. Los bajos precios fueron el punto principal de las quejas, relacionado
con la situación marginal de estos pequeños agricultores a causa del pequeño volumen de
producción y la distancia a los centros de consumo más importantes. Resumiendo las diferentes
versiones, en 2001 la cebolla se vendió a $1,50 pesos o incluso a $1,20 pesos el saco de 20 kilos,
cuando el precio esperado era de entre $2 y $3 peos para cubrir los costos y obtener algún
beneficio. La última vez que la cebolla fue rentable fue alrededor de 1995, cuando el precio
promedio fue de $6 el saco, alcanzando un máximo de $10. Los productores insisten con el
cultivo ya que cuando el precio es adecuado los beneficios son altos, como ilustra esta cita:
Un año el comprador no nos pagó como correspondía, y luego volvió al año siguiente y pagó su deuda, y
entonces construimos esta casa y compramos un camioncito (Jáchal Central)
Otro elemento a destacar es que la chacra (agricultura de subsistencia) también estaba presente en
todos los hogares. Los entrevistados claramente diferenciaron la chacra de la agricultura
comercial (la cebolla, el tomate y cultivos forrajeros como la alfalfa y cebada). Como una de las
entrevistadas me explicó: “…La cebolla es todo lo opuesto a la chacra, chacra es maíz…” En
general, la chacra consistía de maíz, verduras como repollo y calabaza, y animales de granja como
gallinas y cerdos. Nunca se ponía chacra en tierras arrendadas, se usaba el agua disponible para el
consumo doméstico o sobrantes de riego después que la cosecha principal hubiera sido regada, y
la producción se consumía en el hogar. Algunos de los encuestados elogiaron esta práctica como
un elemento clave para proteger e incluso asegurar la reproducción de los hogares.
Yo me doy vuelta con mi chacrita. Tengo habas, zanahorias, repollo, algunos pollos. Y bueno, así vamos
pasando (Jáchal Central)
Un tercer punto es que todos los hogares combinaban agricultura o ganadería con actividades en
fincas ajenas o con actividades no agrícola. Las combinaciones son un tanto diferentes en cada
El estiércol de cabra parecía medirse en “camionadas”, o la cantidad necesaria para llenar un camión ‘regular’.
Ninguno de los encuestados pudo especificar las dimensiones de un camión regular.
51
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sitio. El empleo público aparecía como característico de Huaco, mientras que el trabajo agrícola
temporal sólo apareció entre los hogares de Mogna. El trabajo extra-predial (en fincas ajenas)
consistía básicamente en trabajar como jornaleros agrícolas, ocasionalmente (changas) o por
temporada. Estas estrategias podían o no implicar migración fuera del departamento o movilidad
a otras localidades dentro de Jáchal. El trabajo de temporada presentaba diferentes ciclos en el
año, dependiendo de los cultivos específicos (uvas y pasas, cebollas, duraznos y otras frutas, ajo,
etc.)
Por ejemplo, en Mogna, podía ser que toda la familia emigrara para trabajar en las viñas, mientras
que en otros casos sólo los hijos eran migrantes estacionales. Estas familias dependían en gran
medida del trabajo estacional para obtener ingresos suficientes para comprar “mercadería” (todo
lo que no se producen en el hogar, como la ropa, los zapatos, el azúcar, el té, la yerba mate,
especies, etc.) para el resto del año. Sin embargo, la temporada de la uva en el verano 2000-2001
no fue buena, de acuerdo a los entrevistados, y se les pagó menos de lo que esperaban. En Jáchal
Central, en cambio, donde se localizan las fincas cebolleras más grandes (más de 10 hectáreas),
parecía haber más oportunidades para trabajar en fincas ajenas dentro la localidad, y seis de los
siete hogares las incluían entre sus estrategias.
Las estrategias no agrícolas incluían empleo en el sector público, pequeños comercios, jubilación
y pensiones, y otras actividades como telar. Empleo en el sector público era por lejos el más
importante, incluyendo reparticiones nacionales, provinciales y municipales en las áreas de salud,
educación, servicios de extensión agrícola, manejo de riego, mantenimiento de carreteras y de
seguridad, y en diferentes categorías ocupacionales. A diferencia de la agricultura y el trabajo
extra-predial, las estrategias no agrícolas se consideraban más estables y seguras, y los sueldos
públicos y las jubilaciones, incluso las pequeñas, eran muy apreciadas.
Por allá hay un montón de gente que tiene un sueldo […] hay un montón de gente que tiene más suerte
que nosotros, porque ellos tienen su sueldito, tienen su ayuda (Jáchal Central)
Lo que es realmente triste para mí es que me estoy haciendo viejo, no me sale nada, no tengo una pensión o
jubilación, nada. Y no hay nadie a quien ir a pedirle (Jáchal Central)
Tener un pequeño almacén, un kiosko o negocito era otra opción común entre los hogares
entrevistados. En general, eran las mujeres quienes estaban a cargo, o en su defecto ayudaban en
el negocio mientras los maridos estaban ocupados en alguna otra tarea. Hogares ganaderos
(bovinos podían tener además un almacencito donde vendían la carne, una especie de
“integración vertical” local de la empresa agrícola, desde la pastura hasta el consumidor final, que
le permitía a estas familias una cierta independencia de los compradores de fuera del
departamento. Sin embargo, también eran más dependientes de las condiciones locales.
Para los hogares con acceso a los ingresos no agrícolas, la agricultura podía ser una actividad de
subsistencia, cuyo objetivo era proveer a las necesidades domésticas, pero también una actividad
comercial para complementar otros ingresos. Ese fue el caso de un entrevistado, empleado
público que además mantenía su chacra para las necesidades domésticas. Solía plantar cebolla,
pero dejó de hacerlo debido a los precios muy bajos. Sin embargo, no descartaba totalmente
volver a la agricultura cuando vinieran tiempos mejores.
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La migración laboral a empleos agrícolas y no agrícolas complementaban las estrategias de los
hogares según el momento del año y el tipo de redes sociales. Cuando los tiempos de la
migración y de la cosecha coincidían, se recurría a distintas alternativas: ayuda externa
(generalmente un familiar que quedaba a cargo de la finca y la cosecha), viajes cortos a la zona de
origen para cuidar de la cosecha, o abandono de la cosecha si la migración se presentaba como
una alternativa mejor en términos de aumentar los ingresos o reducir los riesgos.
Los hogares donde al menos un miembro tenía un trabajo asalariado no agrícola, sobre todo si
era en el sector público, o recibía una jubilación, parecían estar mejor que los hogares que
dependían fuertemente de la agricultura, el trabajo extra-predial, el trabajo estacional y las
changas. Sin embargo, cuando se realizaron las entrevistas (2001) esto era relativo, ya que el
sector público dejó de proporcionar empleo estable, y sobre todo dejó de pagar los salarios en
tiempo y forma, comenzando incluso a pagar con bonos provinciales.
La Tabla 9 muestra cómo los diferentes miembros del hogar contribuían a las estrategias. Como
se puede observar, todos menos uno de los jefes de hogar eran finqueros o tenían ganado. La
división del trabajo por género es clara: esposas (y también hijas) se ocupaban de las tareas
domésticas, aunque también tenían obligaciones productivas dentro del hogar, como ayudar en el
negocio, cuidar de los animales (cabras, gallinas, cerdos), ayudar en la finca, todo en pos de
equilibrar el presupuesto familiar.
Tabla 9: Ocupaciones de los miembros del hogar según su relación con el jefe del hogar
Sitio
Huaco
Jáchal
Central
Mogna
Ocupación del cónyuge
Ocupaciones
de
miembros del hogar
Ama de casa (6), comercio (2),
maestra (2)
Finca, servicio doméstico,
trabajador agrícola, trabajador
familiar remunerado y no
remunerado
Finca (5), trabajador de la
construcción,
trabajador
agrícola
(3),
ganadero,
jubilación, ama de casa, telera
Ama de casa (6), trabajador
agrícola (2), telera
Finca (5), ama de casa (3),
trabajador de construcción (5),
ganadería
(2),
trabajador
agrícola (4), servicio doméstico,
changas
Finca (4), jubilación, changas,
trabajador de la construcción,
ganadería
(3),
trabajador
agrícola (3), TA estacional
Ama de casa (5), TA estacional,
telera (2)
Trabajador agrícola (3), TA
estacional
(2),
changas,
construcción
Ocupación del jefe del hogar
Finca (7), ganado (2), comercio
(2), empleo público (4)
otros
En la lista, las tres ocupaciones no agrícolas para las esposas fueron la enseñanza, el servicio
doméstico y el tejido o telar. Mientras que los dos primeros son clásicas ocupaciones femeninas,
el tercero fue un tanto inesperado, ya que Jáchal no era en ese momento (2001) una zona turística
con mercado de artesanías tradicionales. En tres de los hogares se incluyó a tejido en telar como
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parte de las fuentes de ingresos, aunque no especificó en cuanto contribuía. Estas mujeres tenían
cerca de 60 años de edad y había aprendido el oficio de sus madres, siendo los productos típicos
mantas jachalleras. A su vez, la venta de lana a los tejedores de la zona fue una opción
mencionada en hogares de Mogna. Estos casos sugieren la posibilidad de un mercado local,
diferente, para los productos ovinos.
Conclusión: condiciones estructurales y
específicas
circunstancias históricas
He hecho todo lo que tenía que hacer, nunca he abandonado a mi familia (Mogna)
En este artículo se presentó una exploración de los medios de vida de pequeños productores
agropecuarios de Jáchal a través de una revisión de sus características socio-demográficas, sus
activos o portfolios de recursos, y las estrategias que utilizan para la movilización de esos recursos
a fin de lograr y mantener un cierto nivel de vida, considerando un contexto particular como fue
la crisis del 2001.
Al tratarse de familias de pequeños productores y explotaciones, era razonable esperar que la
tierra y el agua, por un lado, y la fuerza de trabajo del hogar, por el otro, fueran los activos más
valiosos. Sin embargo, debido a los problemas de producción y mercado, especialmente en el
caso de la cebolla, la mano de obra del hogar terminaba siendo más valiosa que la tierra al menos
en el caso de alguno de los hogares entrevistados. Para estos pequeños agricultores, la agricultura
podía ser la actividad principal, pero no la más rentable, mientras que el empleo no agrícola fue
consistentemente mencionado como más confiable. La cantidad de personas que el hogar podía
colocar en el mercado de trabajo era la diferencia entre bienestar y penuria, por supuesto
dependiendo de las calificaciones. Sin embargo, dada la alta tasa de desempleo, en algunos de los
hogares la mano de obra extra era una carga y no una ventaja. Esta situación afectaba
particularmente a los hijos adultos jóvenes. En otros casos, los padres mayores sin ingresos y sin
jubilación pasaban a depender de la ayuda de sus hijos.
Y sin embargo, según los entrevistados, los informantes clave y las cifras de desempleo
mencionadas, conseguir un trabajo fuera de la finca o para hacer que la finca propia diera
ganancias era una tarea difícil en el Jáchal del 2001. La estructura de oportunidades local, la
demanda de trabajadores, no coincidía con la oferta de mano de obra debido a que el mercado de
trabajo en la zona es muy pequeño y su diversificación es baja. La crisis del 2001 devaluó los
activos laborales. El subempleo y el desempleo eran una presencia constante en las entrevistas,
una constante amenaza a la eficacia de las estrategias basadas en gran medida en trabajo extrapredial y empleo no-agrícola.
Ahora es común…antes no era así … Ahora, a lo mejor usted trabaja una semana y la que sigue no, se
trabaja uno o dos días, termina de cargar el camión, y ya está. [Las cosas] han cambiado mucho, ahora no es
como en los viejos tiempos, cuando usted entraba [a trabajar] un campo de cebollas y trabajaba 15, 20 días
corridos. Ahora no, los cebolleros [grandes compradores de cebolla]…a lo mejor vienen, y compran y
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empaquetan y apilan en un sábado unos mil sacos, y luego vienen la otra semana. Y usted tienen que tener
15 o 20 chinos para hacer el trabajo en dos días, y el resto de la semana no hay nada que hacer! No hay
trabajo, por lo menos en las fincas… Y esos trabajos [de construcción] en los barrios… allá en San
Isidro…están despidiendo a casi todo el mundo, y en la municipalidad también […] No hay trabajo para
nadie… Y lo triste es que… tal vez usted quiere contratar a alguien… pero la producción no vale nada, así
que todo lo tiene que hacer uno (Jáchal Central)
Otra consideración es la precariedad de estas estrategias en el largo plazo, en particular en
relación con la falta de jubilaciones o pensiones. Sólo las familias y cónyuges en el sector formal
del empleo no agrícola, casi sinónimo del sector público, tenían acceso a la jubilación, lo que
plantea la cuestión del bienestar de los pequeños productores que están envejeciendo en el
departamento. Algunos de los adultos mayores entrevistados se mostraron preocupados por esta
situación, y, en ausencia de un ahorro sustancial, una de las pocas soluciones disponibles era que
los hijos se hicieran cargo de los padres, algunas veces también de sus tíos y tías. En ciertos casos,
esto implicaba dejar Jáchal.
Es necesario resaltar que la situación financiera de la mayoría de los hogares era sumamente
precaria cuando se hizo el trabajo de campo de esta investigación (agosto-noviembre de 2001),
dando la impresión que en algunos casos se había llegado al límite de la capacidad para
sobrellevar esos tiempos tan críticos. Ese contexto de crisis pudiera haber afectado la racionalidad
de la movilidad espacial como parte de las estrategias del hogar. Una muestra de ello es la
cantidad de hijos adultos desocupados, que en otro momento hubieran migrado en busca de
empleo en otros lugares, pero que estaban en el hogar, quizás por la falta de perspectivas de los
destinos habituales. Mientras el escenario clásico de la migración aparecía claramente en términos
de los factores de expulsión, los factores de atracción de los destinos tradicionales parecían estar
ausentes. Como uno de los jefes de familia (con dos hijas viviendo en la ciudad San Juan) me
explicó:
El año pasado [2000] estábamos pensando, hablando con los chicos y con ella [su esposa], estábamos
pensando en dejar Mogna. Había mejores perspectivas. Pero hoy en día, creo que la ciudad está sufriendo
tanto como nosotros, así que no vale la pena moverse. Tenemos que permanecer aquí, luchando, a esperar a
ver qué pasa… Porque si nos vamos, por ejemplo, para Albardón, vamos a tener que vender todo o
abandonar todo el ganado […] Y si no nos va bien allá, no hay trabajo […] por ahí la vida sería peor.
(Mogna)
La diversidad de estrategias descriptas, la escasez de los empleos no agrícolas, la subutilización de
la tierra y los problemas crónicos asociados con la agricultura también pudieran indicar que la
influencia del deterioro de los recursos –incluyendo la degradación de las tierras y la
desertificación incipiente—en las decisiones del hogar acerca de los medios de vida y las
estrategias, incluyendo la movilidad, sería relativamente baja. En este sentido, los hogares que son
más dependientes de una combinación de agricultura o ganadería local con trabajo extra predial
en el departamento serían los más vulnerables en todo sentido.
Los hogares entrevistados mostraron una multiplicidad de estrategias de vida para sobrellevar un
entorno difícil. Sin embargo, el éxito de estas estrategias para mantener o mejorar el nivel de vida,
diversificar las fuentes de ingresos y minimizar los riesgos aparecía como relativo en el contexto
de la crisis del 2001, ya que estaba vinculado a una actividad incierta agrícola, al empleo público y
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a emprendimientos comerciales pequeños, transformándose en algunos casos en estrategias de
supervivencia.
El análisis y la interpretación de las entrevistas demuestran que los hogares de Jáchal desplegaban
una multiplicidad de estrategias como parte de sus medios de vida en un entorno difícil. Sin
embargo, el éxito de estas estrategias para mantener o mejorar su nivel de vida, diversificar las
fuentes de ingresos y minimizar los riesgos parecía relativo, ya que estaban vinculadas a una
actividad agrícola incierta, al empleo público y a pequeños emprendimientos comerciales, en
medio de la crisis generalizada a nivel nacional y provincial del 2001, y las condiciones
estructurales departamentales. Este contexto regional y nacional, en particular en términos de
aumento del desempleo y el estancamiento económico, resulta fundamental en la interpretación
de las entrevistas y la evaluación de las estrategias de los hogares.
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ARTÍCULOS
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Dicen de las fumigaciones que… Entre un discurso
dominante y las vivencias de los trabajadores.
Barrio, Paola52
(UNVM)
Miguel, Carla53
(UNVM)
Resumen
La presencia de un discurso generalizado sobre el modelo productivo actual, responde, entre
otras cuestiones, a las estrategias llevadas a cabo por el empresariado agropecuario, necesarias
para la producción y reproducción del modelo agropecuario actual. Teniendo en cuenta las
consecuencias sociales y ambientales que el proceso de agriculturización ha generado, como los
problemas de salud en trabajadores rurales y poblaciones próximas a campos fumigados, es que
nos preguntamos por qué las opiniones, conocimientos y valoraciones sobre el modelo
agropecuario de carácter extractivo aún se presentan de manera acrítica y aproblemática. Es por
ello que en el presente escrito nos proponemos como objetivo: “indagar acerca de cómo se manifiesta
la problemática agroquímicos-salud humana, en los discursos que circulan en la sociedad de la ciudad de
Laboulaye, Departamento Roque Sáenz Peña, provincia de Córdoba”.
Para poder abordar el interrogante en torno a lo que “se dice de las fumigaciones”, elegimos la
teoría de los campos de Pierre Bourdieu, desde la cual se define la cultura como un ámbito en el
que existen relaciones de luchas entre la clase dominante y la clase dominada, y entre los grupos
de clases. En este trabajo, se toma como grupo de clase dominante al empresariado agropecuario,
productor de un discurso predominante en los diferentes ámbitos de la sociedad. Dicho discurso,
a su vez es reproducido por otros agentes que ocupan diversas posiciones en distintos campos y
en el espacio social. Entre estos están los agentes reproductores de las prácticas y discursos del
empresariado agropecuario, encargados de distribuir los bienes lingüísticos propios del sector.
El estudio empírico se efectuó mediante la realización de entrevistas a: transportistas de cereales,
aplicadores terrestres de agroquímicos y a una funcionaria de la Agencia del Instituto Nacional de
Facultad de Ciencias Sociales, Universidad Nacional de Villa María. Av. Arturo Jauretche 1555. Campus
Universitario Villa María, Córdoba.
53 Facultad de Ciencias Sociales, Universidad Nacional de Villa María. Av. Arturo Jauretche 1555. Campus
Universitario Villa María, Córdoba.
52
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ARTÍCULOS
Tecnología Agropecuaria de Laboulaye (extensión rural del INTA Marcos Juárez). También se
efectuaron observaciones directas en los ámbitos de trabajo y lugar de residencia de los
trabajadores rurales.
Palabras claves
Cultura, Discursos, Modelo de producción agropecuaria
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Año II.
Overview
The presence of a speech on the current production model, generalized answers, among other
issues, carried out by the agricultural entrepreneurship strategies, necessary for the production
and reproduction of the current agricultural model. Taking into account the social and
environmental consequences that the agricultural culture process has generated, as health
problems in rural workers and populations close to fumigated fields, it is that we ask ourselves
why the opinions, knowledge and valuations on extractive nature agricultural model still appear
to be uncritical and unproblematic. So in this brief we aim: "inquire about how manifests the problem
agrochemical – health human, in speeches that circulate in the society of the city of Laboulaye, Roque Sáenz Peña
Department, province of Cordoba".
Addressing the question around what "it says the fumigations", choose thetheory of Pierre
Bourdieu fields, from which defines culture as an area where there are relations between the
dominant and the dominated class, and fights between groups of classes. In this work, taken as a
group of ruling class entrepreneurs agricultural, producing a predominantly speech in different
areas of society. The speech, at the same time is played by other agents that occupy different
positions in different fields and in the social space. These include reproductive agents of practices
and discourses of the agricultural entrepreneurship, responsible for distribution of the agricultural
entrepreneurship linguistic assets.
The empirical study was carried out through interviews a: carriers of cereal, applicators of
agrochemicals and an official of the Agency the Institute National de Agricultural Technologic de
Laboulaye (rural extension of INTA Marcos Juárez). Direct observations in the fields of work
and place of residence of the rural workers were also made.
Keywords
Culture, Speeches, Mode of agricultural production
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ARTÍCULOS
Introducción
Como resultado de trabajos previos de las autoras es posible afirmar la presencia de un discurso
generalizado sobre el modelo productivo actual, así es que las opiniones, conocimientos y
valoraciones, observados en nuestra unidad de análisis, se presentan de manera acrítica y
aproblemática, permitiendo la reproducción y profundización de dicho modelo (Barrios y col,
2012). Teniendo en cuenta este antecedente, nos proponemos: “indagar acerca de cómo se manifiesta la
problemática agroquímicos-salud humana, en los discursos que circulan en la sociedad de la ciudad de Laboulaye,
provincia de Córdoba”.
Para poder abordar el objetivo propuesto, simultáneamente resulta necesario: “averiguar acerca de
las enfermedades que padecen personas vivas, cuyas causas posibles pueden estar relacionadas con el contacto directo
o indirecto con los agroquímicos.”
En la actual instancia de la investigación se ha indagado acerca de opiniones, conocimientos y
valoraciones manifestadas por trabajadores rurales, que hayan padecido alguna enfermedad
crónica o no, que tengan o hayan tenido contacto directo o indirecto con los agroquímicos en el
período 2001-2013.Para ello se concretaron entrevistas a transportistas de cereales, aplicadores
terrestres de agroquímicos y a una funcionaria de la Agencia del Instituto Nacional de Tecnología
Agropecuaria de Laboulaye (extensión rural del INTA Marcos Juárez).
En el trabajo de campo también se efectuaron observaciones directas en los ámbitos de trabajo
de los trabajadores rurales y en su lugar de residencia. Para la selección de dichos casos se tuvo en
cuenta a toda persona de cualquier edad y sexo, con lugar de residencia en el Departamento Pte.
Roque Sáenz Peña, el tipo de exposición a los productos químicos y el tipo de afección padecida.
En el presente trabajo la asociación establecida entre las enfermedades y la exposición a
agroquímicos, no corresponde a “causa-efecto”, sino que es de carácter hipotética, teniendo en
cuenta estudios científicos previos.
Entendemos que la exposición a agroquímicos, corresponde a cualquier contacto por inhalación,
ingestión, contacto por piel y contacto por mucosa, con productos agroquímicos utilizados en el
Departamento Pte. Roque Sáenz Peña, para el control de plagas en la producción agrícola.
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Aproximaciones teóricas
La cultura
Retomando enfoques que abordan lo cultural desde el conflicto, la teoría de los campos de Pierre
Bourdieu define la cultura como un ámbito en el que existen relaciones de luchas entre la clase
dominante y la clase dominada, y entre los grupos de clases. Por medio del concepto de “espacio
social”, es posible arribar a la existencia de un “campo” específicamente cultural en el que
existen relaciones de luchas entre “agentes” que buscan mantener o subvertir el orden
establecido. Cada agente integrante del campo, ocupa posiciones determinadas por el “capital”
cultural puesto en juego en las luchas. Dichas posiciones son las que estructuran al campo, y las
que determinan los resultados de las luchas. Otros elementos que definen al campo son el capital
puesto en juego y los intereses específicos de los agentes. A mayor capital acumulado, los agentes
podrán dominar el campo en provecho suyo, ya que poseen los medios para hacerlo. Se
considera relevante la idea de campo cultural, como un espacio en el que, si bien se define por la
presencia de una batalla política, existen agentes como el empresariado agropecuario que (en el
marco de dichas luchas) ponen en juego estrategias, invierten capital cultural, con el objetivo de
monopolizar esquemas clasificatorios tales como los referidos a cuestiones como el medio
ambiente y la salud humana, para asegurar la permanencia de sus posiciones estratégicas en el
orden social existente. (Bourdieu; 1990. p.135, 157).
Para el presente estudio, la categoría de agentes propuesta por Bourdieu permite establecer
quienes son los que integran las luchas en el campo cultural y en el lingüístico. A su vez, nos
posibilita visualizar la complejidad del funcionamiento de un campo, ante la variedad de grupos
que conforman tanto a la clase dominante como a la clase dominada. Los agentes pueden
definirse de acuerdo a la posición relativa que ocupan en el espacio social, determinada por la
posición que ocupan en los diferentes campos, producto del capital obtenido en luchas pasadas.
Así, el espacio social es un ámbito pluridimensional de posiciones, donde cada grupo de clase
ocupará diversas posiciones en diferentes campos, de acuerdo al capital obtenido y puesto en
juego. En este trabajo, se toma como grupo de clase dominante al empresariado agropecuario,
productor de un discurso predominante en los diferentes ámbitos de la sociedad. Dicho discurso,
a su vez es reproducido por otros agentes que ocupan diversas posiciones en distintos campos y
en el espacio social. Entre estos están: los agentes reproductores de las prácticas y discursos del
empresariado agropecuario, encargados de distribuir los bienes lingüísticos propios del
empresariado agropecuario, funcionarios públicos (provinciales y municipales) y profesionales
que llevan a cabo diversas actividades de difusión, promoción e intervención; ciertas entidades
representativas del sector agropecuario; empresas; entre otros. También se tendrán en cuenta los
agentes implicados en los grupos dominados, que reproducen el capital impuesto por los
sectores dominantes, al carecer de trayectorias y de capital necesario para cambiar dichos
discursos: aquí centraremos nuestro estudio en los trabajadores rurales, transportistas, y
habitantes de la ciudad de Laboulaye con lugar de residencia próximos a campos fumigados.
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ARTÍCULOS
El discurso como un bien lingüístico
Otros conceptos de Pierre Bourdieu que también ayudan a visualizar acerca de lo que se dice y se
piensa respecto al modelo de producción agropecuario dominante, son las categorías referidas al
campo lingüístico. En un campo lingüístico hay una lucha entre diversos productores que emiten
sus producciones lingüísticas. La estructura de este campo se constituye como un sistema de
relaciones de fuerza propiamente lingüísticas. Entre las producciones lingüísticas que circulan en
el campo, se encuentran los discursos, que son expresiones lingüísticas que resultan de las
competencias del locutor, (relacionadas a un habitus lingüístico) y del mercado en el cual se
encuentra su discurso. El discurso depende en parte de las condiciones de recepción. En este
campo se pone en juego un capital lingüístico, que es el poder sobre los mecanismos de
formación de precios lingüísticos, el poder de hacer que las leyes de formación de precios
funcionen en provecho propio y así recoger la plusvalía específica. La ganancia lingüística no es
ficticia, como lo diría el marxismo primario, sino que es de la naturaleza misma del lenguaje naturaleza social-, donde el que está autorizado a hablar, posee el discurso legítimo a tal punto
que no importa lo que diga.
Un discurso será legítimo cuando sea socialmente legitimado, es decir, cuando sea percibido
como evidente, y esa legitimidad proviene del capital y del campo simbólico. Un discurso se
convierte en dominante cuando, como producto de mercado, implica estrategias de modo tal que
pone las leyes del mercado lingüístico en su favor.
El mercado lingüístico existe cada vez que alguien produce un discurso dirigido a receptores
capaces de evaluarlo, apreciarlo y darle un precio. El mercado convierte a una competencia
lingüística en un producto lingüístico, es decir, una competencia particular se convierte en
producto cuando entra al mercado. El mercado lingüístico es, en concreto, una situación social
determinada en un conjunto de interlocutores, más o menos oficial y ritualizada. Y es, en
abstracto, un conjunto de leyes variables de formación de precios de productos lingüísticos, los
cuales dependen del estado de las relaciones en las que se define el valor atribuido al producto
lingüístico de diferentes productores. Las relaciones de fuerza, que dominan el mercado y
provocan que ciertos productores y productos tengan un privilegio de entrada, suponen que el
mercado lingüístico está relativamente unificado. (Bourdieu; 1990. p.122, 143, 146-148)
(Bourdieu; 1985. p.31)
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Transportistas de cereales entrevistados
Ante el conocimiento de la existencia de un transportista de cereal que padeció una afección
crónica, cuya causa fue atribuida a las fumigaciones realizadas sobre camiones en tránsito, se
procedió a indagar también sobre dichos casos de fumigaciones y sus consecuencias en la salud
humana. En principio se entrevistó al transportista “A”: de sexo masculino, de 49 años de edad,
con estudio primario completo, habitante de la ciudad de Laboulaye. El transportista lleva 25
años en dicha actividad, y entre otros trabajos realizados en el ámbito rural menciona las
actividades de cosecha de cereal y de producción lechera. También manifiesta consumir agua de
lluvia almacenada en aljibe. Este primer contacto, nos facilitó acceder a la segunda entrevista
realizada al transportista “C”: de sexo masculino, 40 años de edad, de la ciudad de Laboulaye;
en la actualidad habita una vivienda ubicada en proximidad a un campo donde se realizan
fumigaciones terrestres. Lleva 15 años como transportista de cereal y con anterioridad trabajó en
la actividad industrial en un molino local reconocido. Su máximo nivel de instrucción es primario
completo; y el agua que consume es envasada en una planta potabilizadora privada.
El trabajo de transportista realizado por los entrevistados, implica el traslado de cereales tales
como: trigo, maíz, girasol, soja, cebada y el sorgo, desde los campos de la zona en época de
cosechas hasta el puerto de Rosario. En ocasiones, el cereal es transportado a las plantas de
acopio (y/o procesadoras) ubicadas en Laboulaye (Cargill, Compañía Argentina de Granos,
Aceitera General Deheza, y otras plantas como la de Héctor Rubíes y Gallardo). Desde dichas
plantas el cereal es transportado hacia el puerto de la ciudad Rosario para ser exportado. El
calendario de trabajo está determinado en parte por el calendario de las cosechas (denominadas
también como “campañas”) efectuadas en los campos de las zonas de alrededor de Laboulaye,
como así también por las ventas de granos que efectúan las plantas acopiadoras. De acuerdo a lo
manifestado por los entrevistados, una campaña suele durar entre tres, cuatro y cinco meses; y los
tiempos de espera para descargar en la plantas de acopio o en el puerto de Rosario, suelen durar
hasta una semana. Siendo el camión un medio de transporte y el lugar en donde habitan los
transportistas, (comen y duermen en el mismo), los trabajadores deben convivir con el cereal
cargado (y fumigado) durante todo el tiempo de traslado del mismo y los tiempos de espera para
descargar, en el lapso que dura la cosecha; sumándose a ello los viajes posteriores relacionados
con las decisiones de las plantas de acopio de exportar su grano.
Fumigaciones realizadas sobre camiones en tránsito
Referente a los tratamientos químicos que reciben los granos, puede afirmarse que los mismos
son sometidos a diferentes agroquímicos desde que son semillas destinadas a la siembra, pasando
por todo el proceso de germinación y crecimiento de la planta, concluyendo con las fumigaciones
efectuadas sobre los granos destinados al consumo humano o animal. Respecto a las
fumigaciones efectuadas sobre los camiones en tránsito, los entrevistados mencionaron la pastilla
de “Phostoxin”, un producto altamente nocivo para la salud humana, causante de la muerte de
varios transportistas. Según declaraciones hechas por el titular de Transportadores Rurales
Argentinos (TRA), el químico, es arrojado a la carga del camión por medio de las boquillas del
mismo, con el propósito de exterminar los insectos que pueda tener el cereal. Un camión,
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compuesto por chasis y acoplado, posee un total de diez boquillas; y la cantidad de pastillas que
se colocan por boquilla es de cuatro comprimidos, sumadas a cuatro pastillas más que son
colocadas por medio de un calador en el piso de la carga. Es decir que, un total de cuarenta y
cuatro pastillas son colocadas sobre la carga del camión, y con esa cantidad debe convivir el
transportista. El modo “correcto” (o permitido) de aplicación de la fosfina implica en principio
hacer bajar la carga del camión, fumigarla en una cinta transportadora, y esperar 48hs para volver
a cargar el grano al camión así es llevada a puerto para ser exportado. Sin embargo,
representantes de la Federación de TRA denuncian que ello no se hace por cuestiones de
aumento de costos para las empresas exportadoras de granos. Por su parte, los transportistas
entrevistados manifestaron conocer el alto grado de toxicidad de la pastilla de “Phostoxin”;
mencionan que dichas fumigaciones también se efectuaban en los mismos campos y en las
plantas de acopio. El entrevistado “A” comentó haber visto procedimientos de fumigación por
medio del sistema de mochila, agregando la existencia de otros componentes (desconociendo sus
nombres) utilizados en las fumigaciones sobre los camiones en tránsito. El transportista “C”,
mencionó que en la actualidad, en las plantas de acopio se aplican algunos líquidos sobre la carga
del camión, para matar el gorgojo, líquidos que para el entrevistado no son considerados “tan
fuertes”. Respecto a las medidas de seguridad orientadas a la conservación de la salud de los
transportistas, ambos entrevistados afirman la inexistencia de alguna indumentaria de protección
(como máscaras o trajes especiales) para el momento de la fumigación.
Conocida con su nombre comercial “Phostoxin” o como la pastilla de fosfina, dicha sustancia es
un pesticida a base fosfuro de aluminio que al ponerse en contacto con el aire emite un gas,
apropiándose del oxígeno de muchos cuerpos vivos. Es por ello el grado de toxicidad que implica
la fosfina en el cuerpo humano, ya que lo deja sin el oxígeno necesario para vivir. En la página
oficial de la empresa Fugran S. A. representante en Argentina del grupo Detia Degesch, se
describe al Phostoxin como un “fumigante sólido, generador de gas Fosfina, (…) compuesto por un 60% de
Fosfuro de Aluminio, más una equilibrada mezcla de carbamato de amonio y parafina, que permite una liberación
segura y eficaz de la Fosfina”. Presentado en pastillas, pastillones y comprimidos, la sustancia actúa de
acuerdo a la temperatura y la humedad ambiental y la liberación total del gas se da en el
transcurso de dos a cuatro días una vez aplicado. Una gran listado describe los granos sobre los
cuales se aplica el producto: trigo, maíz, sorgo, cebada, centeno, avena, y arroz; también se aplica
en pellets, harinas y leguminosas como el maní, arveja verde o lentejas; en oleaginosas como la
soja y el girasol; en semillas de cacao, malta, grano, algodón, etc; y en productos envasados como
harina, sémola, frutos secos, verduras, etc. Si bien se detalla que la fosfina actúa por medio de la
apropiación de oxígeno de un ser vivo como el insecto, se afirma que dicho producto no es
“agresivo al medio ambiente”.
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Avances en las restricciones a las fumigaciones de camiones en tránsito
Tras hacerse públicos los casos de muertes asociadas a las fumigaciones sobre camiones en
tránsito, en el año 2010 el Juzgado Federal Nº 1 de Rosario, dictó una medida cautelar
prohibiendo la aplicación de las pastillas de fosfina sobre la mercadería almacenada en los
camiones. Cabe aclarar que las fumigaciones con “Phostoxin” no se prohíben, sino que deben
realizarse en lugares herméticos, una vez descargado el cereal de los camiones. Esta medida tiene
alcance para toda la provincia de Santa Fe, y otorga al gobierno santafesino la capacidad de
controlar y sancionar el incumplimiento de la misma. Esta información es conocida por el
entrevistado “C”, quien manifiesta que el cereal sólo puede ser fumigado en una
“acondicionadora”, con el cereal ya descargado. También destaca las sanciones efectuadas por
gendarmería, la policía caminera o los responsables de las agencias de ambiente, a los
transportistas que lleven cereal fumigado con fosfina desde las plantas de acopio y desde los
campos. Por su parte, el entrevistado “A” también hace mención a la prohibición de dichas
fumigaciones, sin explayarse en el tema.
Aplicadores de agroquímicos entrevistados
También se mantuvo contacto con trabajadores rurales vinculados a la aplicación de
agroquímicos. Los entrevistados fueron tres, uno de ellos tiene 25 años de edad, trabaja desde
hace 7 años en dicha actividad, su máximo nivel de instrucción es el de secundario incompleto y
hace más de 3 años que tiene residencia en su vivienda actual. En este análisis será el
entrevistado “J”. Otro de los entrevistados, tiene aproximadamente 49 años de edad,
actualmente aplicador y realiza esta actividad desde hace 10 años, cuando no ejerce dicha
actividad se dedica al transporte de cereales. Sus trabajos son en carácter de cuentapropista ya que
es propietario de la máquina fumigadora y del camión para transporte. En este análisis será el
entrevistado “G”. El último entrevistado está jubilado, su edad es de 70 años, su máximo nivel
de instrucción es primario incompleto. Durante varios años sus trabajos fueron los de sembrador,
aplicador y banderillero. Su domicilio esta situado en la calle Estanislao López, hace 35 años que
reside en dicha vivienda, pertenece al barrio “17 de Octubre”, que actualmente se ve afectado por
las aplicaciones de agroquímicos que se realizan a pocos metros de las viviendas. En este análisis
será el entrevistado “V”.
El trabajo realizado por los aplicadores entrevistados, comprende las tareas de traslado de
maquinarias y equipamiento necesario para las aplicaciones de los agroquímicos, la preparación
de estos productos, su aplicación sobre la superficie sembrada y el lavado (y/o mantenimiento)
del equipamiento utilizado. De acuerdo a lo manifestado por los trabajadores, las aplicaciones se
realizan en la superficie terrestre cultivable (campos) de toda la zona de alrededor de Laboulaye, y
en ocasiones se han efectuado aplicaciones en zonas externas a la provincia de Córdoba. Ambos
entrevistados mencionaron haber efectuado aplicaciones en campos lindantes al radio urbano de
la ciudad. El calendario de trabajo está determinado por los períodos de siembra, germinación,
floración y cosecha de las especies cultivadas; con lo cual las aplicaciones de productos químicos
se efectúan de manera consecutiva en un mismo cultivo, y durante la mayor parte del año en
otros cultivos. Siendo la máquina-herramienta (comúnmente llamada mosquito) un medio de
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transporte, los aplicadores se trasladan en la misma desde los galpones (ubicados en el radio
urbano) a los campos donde se realizarán las aplicaciones. Con estas máquinas, también se
trasladan tanques cisternas, casillas rodantes (en donde habitan durante el período de trabajo) y
otros rodados necesarios para transportar insumos y herramientas. Al preguntarse sobre la
disposición de dicho “equipo” de trabajo en el campo, uno de los entrevistados manifestó haber
ubicado la casilla rodante en proximidad a la superficie a fumigar/fertilizar, al “mosquito” y a los
bidones contenedores de los agroquímicos. De esta manera, los trabajadores están en contacto
directo con los agroquímicos durante todo el período de duración de su trabajo.
Referente a los cultivos a fumigar y/o fertilizar se mencionaron cuatro: maíz, soja, trigo y alfalfa.
En cuanto a los químicos aplicados se nombraron herbicidas como el glifosato, más conocido
con uno de sus nombres comerciales “Round Up”, el 2-4D y el Clorimurón, insecticidas como el
“Karate Zeón” y la Supermetrina, y plaguicidas ó pesticidas como la Atrazina. Además se
mencionó el uso de productos anti-espuma, que son útiles al momento de realizar las mezclas en
los tanques de las máquinas fumigadoras.
El glifosato es el ingrediente activo del herbicida comercializado como Round Up, y está
clasificado por la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos como producto altamente
tóxico, de Clase II. El 2-4D es un éster compuesto a base de ácido carbónico y fosfórico,
derivado del conocido “agente naranja”, prohibido para uso aéreo y terrestre, en la provincia de
Entre Ríos, según la Secretaría de Agricultura de la Provincia, en el 2003. La Atrazina es un
plaguicida prohibido en la mayoría de los países europeos por ser considerado mutagénico, es
decir, mutante de la genética de las células. La Agencia de Protección Ambiental de Estados
Unidos lo vincula directamente a ciertos tipos de cánceres y ciertas contaminaciones de napas y
otros cauces de agua. La Supermetrina es un insecticida piretroide sintético, cuyo ingrediente
activo es la permetrina, y está clasificado como un producto extremadamente tóxico de Clase I.
El agroquímico conocido comercialmente como “Karate Zeón”, producido por Syngenta, es un
insecticida piretroide, dirigido a las larvas y adultos de insectos. Se caracteriza por se muy tóxico
en organismos acuáticos.
Para la preparación y aplicación de los agroquímicos se requiere de una vestimenta adecuada, la
cual debe ser suministrada por el empleador. Según manifestaciones de los entrevistados, el
suministro de dicha vestimenta se efectúa, sin embargo su uso no es el adecuado. En la limpieza y
mantenimiento de la maquina “mosquito”, también se requiere de una vestimenta y un lugar
adecuado para evitar el contacto directo con los productos químicos. Los entrevistados afirmaron
efectuar las tareas de limpieza en el mismo campo, sin embargo, vecinos que habitan en
proximidades al galpón en donde el entrevistado guarda su “equipo” de trabajo, manifestaron lo
contrario.
Respecto a los procedimientos que deben efectuarse sobre los bidones vacíos de agroquímicos,
tanto el entrevistado “J” como el entrevistado “G” afirman realizar las tareas con las
precauciones correspondientes, mientras que el entrevistado “V”, comenta que hace 8 años atrás,
los bidones se quemaban y explica que el humo de esos bidones afectaba a los árboles cercanos al
lugar de quema, de modo tal que éstos se secaban.
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Este último entrevistado, además del trabajo de fumigador, afirma que hace unos 7 años atrás
debió efectuar las actividades correspondientes a las de un banderillero. Este trabajo constaba en
delimitar el “lote” a fumigar (fracción de superficie a fumigar/fertilizar) por medio de banderas, a
través de las cuales se indicaba el recorrido que debía hacer el fumigador. La demarcación del lote
se efectuaba en el mismo momento en que las máquinas aplicadoras pulverizaban los cultivos,
con lo cual la exposición del trabajador “banderillero” a los agroquímicos se daba de manera
directa y en un nivel muy elevado. Según lo manifestado por este entrevistado, el trabajo ya no se
realiza en la actualidad, debido a que son efectuadas por las mismas maquinarias aplicadoras que
incluyen banderilleros satelitales.
Afecciones padecidas por los entrevistados
La enfermedad crónica padecida por el entrevistado “A” fue descripta -por el mismo- como una
“ampolla” ubicada en la vesícula biliar, de un peso aproximado a 1kgs; comprometiendo
otros órganos del sistema digestivo, como el hígado, el estómago y parte del intestino (el
duodeno). La “ampolla” fue extirpada con posterioridad a un período aproximado de un año, de
padecidos los síntomas iniciales. La cirugía a igual que los dos períodos de internación que sufrió
el transportista, se efectuaron en el Hospital Ramón J. Cárcano; y el profesional que llevó a cabo
la intervención fue un médico-cirujano de la ciudad.
De acuerdo a lo manifestado por el entrevistado, los síntomas iniciales fueron: dificultad al
respirar, mareos, fiebre y náuseas. Previo al padecimiento de dichos síntomas, el transportista
explica que sale de Laboulaye con la carga fumigada con fosfina para descargar en el puerto de
Rosario. Llegado a destino, el entrevistado debió esperar más de tres días en el puerto para
descargar el cereal, período en que fue inhalando el gas emitido por la fosfina aplicada en la carga
de su camión. Es por ello que el mismo entrevistado hace explícita una relación causal entre la
afección padecida y las fumigaciones efectuadas sobre su camión. En el viaje de regreso es donde
comienza a sentir los síntomas de malestar; y en las horas posteriores de la llegada a su domicilio,
el entrevistado es llevado al hospital donde queda internado 17 días. Recuperado temporalmente
de los síntomas, el entrevistado es dado de alta y después de varios meses, al manifestar
nuevamente su malestar a los médicos del hospital, el cirujano decide intervenirlo
quirúrgicamente. Durante el pos-operatorio el entrevistado afirma que no debió realizar ningún
tratamiento con medicamentos.
En cuanto al diagnóstico dado por el profesional de la salud, el transportista expresa que fue “la
vesícula”. Cabe destacar que el médico fue puesto en conocimiento sobre la situación padecida
en el viaje a Rosario y las fumigaciones efectuadas sobre la carga del camión del transportista; sin
embargo cuando se pregunta si el médico establece una posible relación entre la problemática de
salud y las aplicaciones de agroquímicos no es clara la respuesta, el entrevistado contesta
afirmativamente la pregunta, argumentando su respuesta desde lo vivenciado a nivel personal.
Vuelve a mencionar que su problema de salud comienza en aquel viaje a Rosario, ya que se
describe como una persona “totalmente sana”. Cabe mencionar que el transportista manifestó
que no fuma y que no tiene familiares que hayan experimentado problemas de salud similares.
Referente a las secuelas padecidas a corto y mediano plazo, el entrevistado describe: problemas
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en la vista (como reducción en la visión); una mayor sensibilidad olfativa a olores como la
nafta o los agroquímicos, produciendo malestar en la salud del mismo; y también menciona
ciertas molestias en el sistema digestivo. En la actualidad no le quedaron secuelas.
Los problemas de salud padecidos por el entrevistado “C” fueron descritos como “principio
de neumonía” y con posterioridad “problema de diabetes”, sin llegar a ser insulinodependiente. La consulta y el período de internación se efectuó en el Hospital regional Ramón J.
Cárcano, en el año 2007; el alta ambulatoria fue dada cumplidos los veinte días de internación, y
el alta definitiva luego de un mes y medio, aproximadamente.
De acuerdo a lo descrito por el entrevistado, los síntomas iniciales fueron dolor de cuerpo,
fiebre con mucha sudoración, y deshidratación, producto de que su cuerpo experimentó un
cambio drástico de la temperatura exterior. Ante un desperfecto técnico en su camión, el
transportista debió reparar el mismo en temperaturas muy bajas, y luego al subir a la cabina del
camión pasar a un ambiente templado. El entrevistado explica que dicha situación provocó el
principio de neumonía; y que la diabetes fue producto de una sobredosis de “Decadrón”
(dexametasona) aplicado en el hospital, ante la permanencia de los síntomas padecidos. En el
momento de internación, el entrevistado destaca que el nivel de glucosa en la sangre era de
cuatrocientos (aproximadamente) pero con posterioridad se fue reduciendo. El tratamiento posinternación fue realizado por medio de medicamentos para la infección pulmonar.
Al indagar sobre una posible relación entre las afecciones padecidas y las fumigaciones de
agroquímicos en camiones en tránsito, manifestó no haber hablado con el médico sobre dichas
fumigaciones; comentó que el médico estableció como posibles causas las bajas temperaturas a
las que el transportista se expuso y la situación nerviosa por los inconvenientes padecidos en su
trabajo, generando con ello un “pico grande de estrés”, desembocando en la diabetes. También
agregó no haber padecido ningún tipo de enfermedad como transportista, a excepción de una
hepatitis cuando trabajaba en el molino; respecto a sus familiares ninguno de ellos ha padecido
alguna afección similar. Al preguntar sobre las secuelas padecidas en la actualidad, se pudo
conocer que el entrevistado debe usar “de por vida” unas gotas para mantener húmedo el lagrimal
de la vista. Respecto a las fumigaciones efectuadas en su barrio, expresa haber visto las máquinas
terrestres en épocas de cosecha (en los meses de noviembre y diciembre), manifestado no haber
sentido ningún tipo de olor. Al indagar sobre casos de afecciones posibles de ser relacionadas con
estas aplicaciones, el entrevistado afirma que no conoce ningún caso (a excepción del aplicador
cuya afección hepática le causó la muerte) argumentando que las fumigaciones podrían ser de
baja intensidad.
El entrevistado “J” manifestó como experiencia personal que sufrió accidentalmente una
salpicadura del producto sobre la piel, pero al no advertir afecciones posteriores, sin consulta
médica, explica que solucionó el accidente con un lavado de agua y jabón sobre la piel. Aun así
comenta que su padre, que trabaja en aplicaciones también, sufre una afección permanente, y que
ciertos problemas de salud quizá no muestran su gravedad en el corto plazo pero sí en el largo
plazo. “…sí te agarra un dolor de cabeza por ahí, que es lo más normal, pero no, nunca más de ahí,…” El
dolor de cabeza es pensado como una afección normal, que todo aplicador de agroquímicos está
expuesto a sufrirlo.
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El entrevistado “G” expresa que las ocasiones en que se ha salpicado la piel con el producto, y
que al igual que el entrevistado anterior, lo ha resuelto con un lavado a base de jabón y
detergente, sin realizar ninguna consulta médica posterior. Como experiencia personal concreta
comenta que sufrió un accidente laboral por no utilizar el mameluco y por alimentarse mientras
trabajaba, y dice que desde ese día padece dolor de cabeza y sufre del hígado. La afección
hepática-digestiva es el principal problema de salud del trabajador, que la caracteriza como
medio normal, es decir, normal en relación al trabajo que realiza, según sus explicaciones. Esto
muestra una naturalización que ha hecho el trabajador de las consecuencias de su exposición a los
agroquímicos, se puede suponer que los límites de lo normal de los efectos en la salud del
humano, se extienden a medida que el trabajador se familiariza con las características del
agroquímico.
Por su parte, el entrevistado “V” manifestó que cuando se dedicaba a las tareas de banderillero y
fumigador padecía afecciones digestivas que le producían náuseas y vómitos, y afecciones
respiratorias. Actualmente padece una afección ósea que le afecta las coyunturas,
principalmente de las manos, también tiene una afección ocular que le ha disminuido la
capacidad del sentido de la vista. Comenta acerca de otros trabajadores que sufrieron o sufren
afecciones muy similares, personas más jóvenes que él mismo y de los cuáles señala que tienen
una mayor “confianza” con el producto.
Los trabajadores y las condiciones de desigualdad social.
Para poder abordar qué es lo que los trabajadores dicen, hacen, piensan, y sienten en torno al
modelo de producción agropecuaria y sus consecuencias sociales y ambientales, es menester
indagar sobre las condiciones sociales en las que los mismos llevan a cabo su actividad laboral.
Los transportistas de cereales son trabajadores autónomos y cuentan con un capital pequeño:
los dos son propietarios de un camión cuya conducción sólo es efectuada por los mismos
propietarios. Es decir, que el ingreso de dinero, necesario para cubrir costos y obtener algo de
ganancia, sólo es posible por medio del uso de la fuerza de trabajo de los mismos propietarios.
Cabe aclarar que en Laboulaye existen seis empresas de transporte que trasladan cereal, y cuyo
capital (propietarios de más de cinco camiones) les permite reducir sus costos y negociar con las
grandes plantas el valor del flete más barato, cooptando la demanda de fletes de las plantas de
acopio. Estas situaciones de desigualdad, afectan en principio los ingresos de los trabajadores
autónomos de pequeño capital; los cuales deben salir a trabajar, muchas veces, en condiciones
insalubres. El transportista “A” manifiesta: “…yo tenía pa cuatro años de convalecencia, de trabajar y que
se yo, y bueno (…) a los cuarenta días tuve que salir, se vino el girasol, se vino todo eso, y yo estaba endeudado
sabés cómo no, hacía cuanto tiempo que venía mal mal, pero tenía que seguir trabajando,…”. Por su parte el
transportista “C” explica: “…tuve dos días cuando vine de allá tirado en la cama con dolor de cuerpo y bueno
al ter al segundo día me llamaron para hacer un viaje y me fui, y ahí me atacó mal, mal mal…”.
El trabajo de transportista, además del traslado del cereal, implica tareas como la reparación del
camión, que suele efectuarse en condiciones inadecuadas como lo manifestado por el
transportista “C” que debió soportar temperaturas muy bajas al reparar su trasporte. También
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implica la utilización del rodado como lugar en donde habitan los mismos transportistas durante
el traslado del cereal. Con el fin de reducir costos, la cabina del camión funciona como lugar para
dormir y para comer; actividades muy riesgosas cuando se transporta el cereal fumigado.
En cuanto a las medidas de seguridad en los lugares donde se carga y descarga el cereal, el
entrevistado “A”, sólo menciona el casco y calzado de trabajo. Si se tiene en cuenta que en las
grandes empresas acopiadoras y en el Puerto, aún se siguen efectuando fumigaciones con
productos químicos desconocidos por los transportistas, las mismas deberían ofrecer otro tipo de
protección que preserve la salud de los trabajadores. En el caso del Transportista “C”, manifiesta
que debe usar unas gotas para la lubricación de los lagrimales, ante el polvillo disperso en dichos
lugares. Estas cuestiones, sumada a la inexistencia de controles médicos periódicos por parte de
los transportistas, da cuenta de los derechos aún ausentes en el trabajo por cuenta propia; y de la
ausencia de gestiones de salubridad por parte de las plantas de acopio, puertos y de ciertas
entidades encargadas en representar los derechos de los trabajadores. A nivel local, el
transportista “A” afirma su adhesión al Centro de Transportistas de Laboulaye, y al indagar sobre
la postura de dicha entidad respecto a estas cuestiones, el entrevistado manifiesta: “…y el
comentario claro, y el comentario como, como, como cualquier familia, nada más, pero después lo demás, salís de
ahí y lo tenés que hacer ¿ah?, porque vos estas para eso, (…) porque vos sos el fletero y tenés que ir ¿ah?, en la
ronda somo sesenta, setenta camiones y bueno, llega el momento de salir a cargar y vas a cargar (…)”. A nivel
nacional es necesario destacar la gestión efectuada por entidades como la Federación de
Transportadores Rurales Argentinos, denunciantes de los casos de transportistas muertos
producto de las aplicaciones con fosfina, que junto a otras organizaciones ayudaron a la
prohibición de dicha fumigaciones sobre los camiones en tránsito.
En cuanto a los aplicadores de agroquímicos, dos de ellos manifiestan haber trabajado siempre
en relación de dependencia, en palabras del entrevistado “J” es posible afirmar que trabajan “para
otros”. Respecto a los acuerdos de trabajo, dicho aplicador expresa que los mismos varían según lo
que “quieran” los empleadores: el pago de un sueldo sumado un porcentaje correspondiente a las
hectáreas fumigadas/fertilizadas; sólo un sueldo; o sólo un porcentaje. Comenta haber cambiado
de empleadores por motivos como el maltrato (verbal) y la escasez de pago. Al indagar sobre
entidades representativas de dicha actividad, el trabajador nombra la obra social “OSPRERA”,
afirmando que la misma le brinda cobertura a toda su familia. Desde los diecisiete años trabaja en
las fumigaciones, aunque manifiesta haber realizado otros trabajos, como el de estibador. En la
actualidad su padre también trabaja en las fumigaciones. Por su parte, el entrevistado “V” trabajó
en las actividades de aplicaciones durante nueve años aproximadamente; y entre otros trabajos
realizados menciona la siembra y el tambo. En cuanto al entrevistado “G”, en la actualidad
trabaja por cuenta propia, como transportista de cereal y como aplicador de agroquímicos. Como
bienes de capital menciona un camión para transportar cereal y una máquina aplicadora terrestre;
no cuenta con un espacio físico para el estacionamiento y mantención/reparación de los mismos,
y explicita que un amigo le presta un galpón. Diez años aproximadamente, es el tiempo que lleva
realizando las actividades de transportista y de fumigador. Al indagar sobre esta última, el
entrevistado comenta que solo efectúa fumigaciones en el período de pos germinación de cultivos
como la soja y el maíz. Agrega que la cantidad de “lotes” a fertilizar/fumigar es pequeña, ya que
los productores que contratan sus servicios son “clientes chicos”. El entrevistado dice que la mayor
parte del trabajo como aplicador lo realiza de manera individual y que, si bien suele contratar a
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una persona, prefiere adjudicarle tareas no específicas a las fumigaciones; agregando que un hijo
suyo (de veinte años de edad) lo va a ayudar en las mismas; mientras otro de sus hijos ya se
encuentra trabajando en dicha actividad.
El entrevistado “G”, en particular, comenta que posee una máquina - herramientas para realizar
aplicaciones de agroquímicos durante las épocas en que es contratado para tal tarea, y posee un
camión para transportar cereal en las épocas en que lo emplean. Explica que para las actividades
que conciernen a la fumigación no está obligado a realizarse ningún tipo de análisis clínico, sí se
realiza un examen psicofísico para lograr obtener la habilitación para conducir el camión. Este
entrevistado señala que en el momento y posterior al momento en que sufrió el accidente laboral
que originó su afección hepático-digestiva, no se realizó ningún análisis clínico, y luego explica
que ningún organismo responsable le exige un control médico o algún tipo de análisis. No
obstante la Ley 9164 en el artículo 32 e. del Capítulo VIII, dice “Los aplicadores terrestres, así como los
operarios de carga, descarga y limpieza de máquinas de aplicación terrestre o aérea, deben realizarse los estudios
toxicológicos que fije la reglamentación,…”. Esto nos lleva a formular dos supuestos: en primer lugar,
que existe una ausencia del Estado como administrador efectivo de las leyes que sanciona, y en
segundo lugar, que el entrevistado desconoce este artículo, que es parte de una ley que refiere a él
mismo como trabajador. El desconocimiento que el aplicador tiene respecto a esta ley tiene
relación con sus condiciones sociales, siendo un denominador común de los entrevistados que
son personas que no han finalizado el nivel primario de escolarización, o si lo finalizaron no han
completado el nivel secundario de escolarización, y se han dedicado en su trayectoria laboral
únicamente a trabajos rurales.
En un momento de la conversación el entrevistado también expone que el trabajo de aplicador es
“complicado”: Prácticamente hago todo yo, porque siempre sé ocupar algún chico, bueno, trato de que no, que me
maneje la chata, y me haga de comer, o me cebe unos mates, y bueno viste, porque es medio complicado, ahora va a
ir el chico mío, el más chico, el que tiene 20 años, va a ir él, a ayudarme. Estas palabras parecen aludir a una
tensión que se da entre la necesidad de trabajar maximizando el tiempo y el gasto de energías, y
el cuidado de su salud, y la salud de otros. Esta tensión entre trabajo y salud se manifiesta, por
ejemplo, al momento de designar un ayudante para realizar el trabajo, o en los casos en que el
trabajador conoce la Ley Provincial N° 9164 pero su empleador no le brinda los medios o los
espacios para cumplirla.
En cuanto al entrevistado “J”, observamos que al indagar sobre las consecuencias
socioambientales de las aplicaciones, se hacen presentes las problemáticas micro económicas. Es
decir, una aplicación correcta de los agroquímicos está orientada, en principio, a asegurar la
continuidad de su trabajo, y además, a preservar el capital del que contrata el servicio: “Claro, el
mismo que anda arriba tiene la culpa, porque o sea, no te digo todos, como todos tenemos errores, como por ahí
algunos se cuidan y otros que no, viste. Por ejemplo si vos que tenés un viento de allá para acá, no podés fumigar
porque sabés que tenés un sueldo, y hay tipos que les importa nada, entonces lo hacen igual, si yo total yo no vivo
acá, yo hago lo que tengo que hacer, es lo primero que te dicen algunos. Y en realidad no es así, porque vos tenés
que cuidar, tu trabajo, vos fíjate lo que pasó en Córdoba, por no ser cuidadoso el tipo tuvo que ir preso, el de la
fumigadora está deshabilitado…”(…) “Y ellos son los más viste, porque no van a tirar plata por tirarla, o sea,
no, porque para ellos ese es el problema, o sea, no vas a fumigar y sabés que a los diez minutos va, va a llover, o
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sea, en ese sentido con los patrones que yo tengo no tengo drama, porque él sabe que si yo paro por algo paro, o si
arranqué por algo arranqué.”
En estas palabras encontramos que el trabajador tiende a realizar de manera correcta su trabajo
para no afectar el capital del empleador, teniendo en cuenta que su fuerza de trabajo es su único
capital a diferencia del que lo contrata; es una lucha desigual.
Qué se sabe y qué se dice respecto a las fumigaciones
De acuerdo a lo desarrollado con anterioridad, las ideas, conceptos formados, valoraciones y
percepciones de los trabajadores respecto de su actividad y del modelo de producción
agropecuaria en general, están en parte, determinados por las condiciones de desigualdad. Ante la
desigualdad materializada en el capital económico, se observa que los entrevistados deben realizar
su trabajo sin cuestionarse ni hacer públicas las malas condiciones de salubridad a las que están
expuestos. Al preguntar al transportista “A” sobre la existencia de casos parecido al suyo, la
primera respuesta fue: “…acá hubo varios viste, pero claro nadie ¿mm?, todos quedan medio (…) claro yo los
conozco de la ruta, compañeros de coso si que andan en eso viste, pero no, a cualquiera de los que pregunte (…) la
mayoría te van a poner, en conocimiento más o menos de qué se trata eso…"; si bien el entrevistado luego
menciona un par de compañeros, en principio manifestó cierto temor de decir algún dato que
pueda perjudicar su trabajo. Otra de las desigualdades existentes se da en el capital cultural, ya que
la titulación mencionada (en ambos casos) es la del nivel primario. Si a ello le sumamos la
inexistencia de una entidad transportista que se cuestione y actúe en pos de los derechos de los
trabajadores, nos encontramos ante un panorama carente de trayectorias (por parte de los
transportistas) orientadas a dar lucha a la visión impuesta por el modelo agropecuario dominante.
Respecto a lo conocido sobre las fumigaciones en camiones en tránsito, los transportistas
entrevistados saben de las mismas por observación; y respecto a los nombres de los químicos
solo conocen la pastilla de “Phostoxin”. Es posible suponer que reconozcan dicha nominación
por los casos de muertes dadas en los puertos y por las denuncias públicas (y judiciales)
efectuadas por entidades transportistas. Respecto a la prohibición de la misma, ambos dan a
conocer como que dicha pastilla no se utiliza más, sin embargo la medida cautelar tiene alcance
solo en los camiones en tránsito y no sobre el cereal a exportar una vez descargado.
En cuanto a las fumigaciones agropecuarias en general, el entrevistado “A” manifiesta una
relación directa entre éstas y ciertas afecciones, destacando su caso particular. El entrevistado “C”
también establece la misma relación explicando detalladamente dos casos: uno referente a una
fumigación terrestre en un campo lindante a una ruta, donde la gente que transitaba por la misma
padecía de irritaciones en los ojos; el otro caso mencionado refiere a un aplicador de
agroquímicos de 56 años de edad, quien tuvo una afección hepática, causada posiblemente por su
exposición con agroquímicos, provocándole la muerte. El entrevistado también argumenta el no
uso de la indumentaria necesaria para las aplicaciones terrestres, como un problema determinante
en la afección del aplicador. Esta idea, de reducir la responsabilidad socio-ambiental al aplicador,
es parte de un discurso difundido por ciertos ámbitos representativos de los sectores dominantes
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agropecuarios, un discurso apropiado por los trabajadores que terminan auto-adjudicándose toda
responsabilidad de las afecciones padecidas por ellos mismos.
El entrevistado “J” también establece una relación directa entre una aplicación de agroquímicos
“irresponsable” por parte del trabajador y las consecuencias sobre su salud y la de otros
ciudadanos: la afección a la salud no existe en tanto se tomen precauciones en el trabajo. El
trabajador expresa un caudal de información sobre las medidas para prevenir posibles afecciones
sobre la salud y el ambiente, pero manifiesta que en la práctica no existe una total predisposición
para llevarlas a cabo. Esta predisposición parcializada frente a la manipulación responsable de
agroquímicos puede tener una explicación en la familiarización que el trabajador tiene con el
producto y en las condiciones sociales de trabajo.
El entrevistado “J”, manifiesta un ejemplo aprendido en el curso de habilitación, dictado por el
Ministerio de Agricultura de la Pcia de Cba: “… como hablábamos la vez pasada cuando hicimos el curso,
él es el doctor digamos, él dice para este cultivo lleva esto y esto, o para matar esta plaga, lleva este insecticida, como
un médico te da un remedio pa los chicos, para matar la bacteria de no sé que se yo, por decirte es más o menos lo
mismo.”
En estas frases al ingeniero agrónomo se lo compara con un médico que extiende una receta para
indicar un medicamento para tratar una afección de los niños, diciendo el tipo de medicación y
dosis. Podemos observar en estas expresiones que aparece la idea de que los agroquímicos curan a las
plantas como los medicamentos curan a los niños. En esta idea, un tema del campo de la agronomía y un
tema del campo de la medicina salen de su contexto temático original y se encuentran en una
caracterización en común: lo bueno, lo que cura. Se puede suponer que esta situación facilita que
el trabajador se familiarice con los productos químicos y sea más flexible en cuanto a los cuidados
que debe tener en sus tareas.
En las entrevistas también surge que se caracteriza como normal a algunas afecciones causadas por
ejercer ese tipo de tareas, según dice el trabajador. “…ponele con insecticida uso la máscara, que eso es lo
que más te afecta, por le tema del olor, sí te agarra un dolor de cabeza por ahí, que es lo más normal, pero no,
nunca más de ahí,…” (Entrevistado “J”) “Sí. Eehh. Cuando inicio estos trabajos así digamos, por ahí, sufro
un poco de dolor de cabeza, vaa sufro del hígado digamos, que es por ahí puede ser un poco el, el impacto de los
productos, siempre tengo que andar con las apasmo, las gotas, o, y más cuando siento el olor a productos, por ahí
me afecta un poco, sí.” (…) “Sí, eso es como siempre, como que andas atacado del hígado siempre, pero bueno,
dicen que es medio normal, digamos, que uno cuando trabaja con eso siempre te ataca más al hígado digamos, pero,
lo único digamos.” (Entrevistado “G”). El hecho de que una afección a la salud se entienda como
normal, nuevamente nos lleva a la suposición de que el trabajador está familiarizado con los
efectos de los productos químicos, a tal punto que sabiendo que existe un problema en su salud
lo entiende como un efecto común e inevitable en su cuerpo.
Tanto el entrevistado “J” como el entrevistado “G” establecen una relación directa entre una
aplicación de agroquímicos “irresponsable” por parte del trabajador y las consecuencias a corto y
largo plazo sobre su salud. Entre los comentarios que escuchó el entrevistado “J” en los cursos
de habilitación para aplicadores, se encuentra uno que manifiesta una comparación entre la
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contaminación ambiental que produce la aplicación de agroquímicos y la contaminación
ambiental que genera el desecho incorrecto de bidones de productos químicos, expresando que la
segunda es más contaminante que la primera. “Es como hablábamos el otro día también, cuál es el tema
más grave de la contaminación es, el, el bidón que queda vacío, no es tanto lo que uno hace, viste como siempre, no.
O sea, porque el bidón la, vos agarras lo tiras arriba del carro, y a lo mejor vos lo tenés que agujerear, y si no lo
lavaste bien te va perdiendo, o el mismo, o a lo mejor un bidón sano está perdiendo y vos no te das cuenta, y lo
tiraste arriba del carro, y va perdiendo todo el tiempo”. Añade que en otras provincias como Santiago del
Estero, los bidones de agroquímicos se utilizan para consumo familiar de agua, y que en estas
situaciones la presencia o carencia de información es importante para explicar la problemática.
De esta forma, nuevamente el entrevistado describe a los efectos de los agroquímicos como que
son menos peligrosos para la salud de lo que consideran los vecinos o los medios de
comunicación.
En el caso del entrevistado “V” la información con la que cuenta respecto a la aplicación de
agroquímicos proviene de los folletos adjuntos en los envases de los productos, ya que
manifiesta que él no realizó ningún curso de capacitación. Teniendo en cuenta que el entrevistado
tiene el nivel primario incompleto y que la información de folletos suele presentarse en un idioma
distinto al español, la aplicación adecuada de agroquímicos y prevención en la salud no están
garantizadas.
Si bien, el entrevistado establece una relación entre agroquímicos-salud, ante la ausencia de un
diagnóstico, añade que sus supuestos debieran verificarse mediante una consulta médica. Aquí
observamos que los saberes adquiridos desde la experiencia del aplicador tienden a deslegitimarse
ante la falta de un conocimiento científico-profesional. Esto también se visualiza en la presencia
de otros saberes como los remedios caseros, que el entrevistado indica que pueden utilizarse para
las afecciones digestivas.
El INTA y el desarrollo tecnológico como bandera de nuevo modelo
productivo
La Agencia del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria de Laboulaye, es una extensión
rural del INTA Marcos Juárez, que a su vez depende del Centro Regional Córdoba, que son
unidades regionales que conforman dicho organismo estatal, que a su vez depende54 del
Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación. Según lo observado en su página web
oficial, las actividades del INTA están orientadas: “…a la innovación como motor del desarrollo…” y a
la integración de “…capacidades para fomentar la cooperación interinstitucional, generar conocimientos y
tecnologías y ponerlos al servicio del sector a través de sus sistemas de extensión, información y comunicación.”
A su vez, sus acciones de investigación e innovación tecnológica están destinadas a la
“competitividad y el desarrollo rural sustentable del país”.
Puede decirse que esta relación es de carácter relativo, ya que el instituto es definido como un organismo
descentralizado con autarquía operativa y financiera.
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El radio geográfico en el que se gestionan y ejecutan los proyectos corresponde al Departamento
Roque Sáenz Peña (ejido urbano y zona rural). Los proyectos con los que actualmente se está
trabajando desde dicha agencia son: Agricultura Sustentable55, Bovino, Porcino, Leche, Gestión
Ambiental, Pro Huerta y Cambio Rural. Según la entrevistada56, éstos dos últimos proyectos
“tienen mucho de social”. Todos corresponden a la gestión de INTA Marcos Juárez, y la orientación
principal de los mismos es productiva.
De acuerdo a lo percibido en la entrevista, los objetivos centrales de los proyectos llevados a
cabo, responden al aumento (cuantitativo) de la producción agropecuaria, priorizando el
mejoramiento tecnológico. Sólo al preguntar sobre la cuestión ambiental, se dio como respuesta
que siempre se trata de cuidar al medio ambiente, y que muchas de las actividades son
coordinadas con las de proyectos de gestión ambiental57.
En cuanto a la forma en que son receptados los proyectos orientados al cuidado del
medioambiente, no se manifiesta una respuesta precisa. La entrevistada parte de una clasificación
de los productores rurales58 para explicar las diferencias en la recepción. Así, utiliza frases como:
“Y, están aquellos que todavía”, “siempre hay una parte que por lo general es cómo más,…”. Expresa que si
bien hay productores que están a favor del cuidado del medioambiente, manifiesta haber
inconvenientes en la recepción y manejo de nuevas tecnologías. Concluye diciendo que todos los
productores (sin distinción alguna) van en “busca de información, de alternativas”.
Respecto al tema del manejo y manipulación de agroquímicos, se manifiesta la existencia de un
trabajo en conjunto con el colegio de ingenieros agrónomos59. Entre las capacitaciones, se
nombran las orientadas a profesionales (como ingenieros agrónomos) y a los trabajadores rurales.
Entre éstas últimas se menciona la de las aplicaciones fitosanitarias, con el objetivo de mejorar la
calidad técnica de las aplicaciones aéreas. Al indagar sobre la cuestión ambiental, la entrevistada
destacó que “…todas las capacitaciones, o todas las actividades que se realizan tienden a conservar el medio
ambiente. (…) porque nosotros cómo una institución del estado imagínate que no podemos ir contra la corriente”.
Al preguntarse por la recepción de dicha capacitación, se afirmó que la misma no varía de
acuerdo a la clasificación de los productores rurales (mencionada con anterioridad), destacando la
gran cantidad de participantes que asistieron a la capacitación mencionada. También se menciona
una capacitación “de mixer”, destinada a productores y técnicos operarios de tambo, orientada a
la parte productiva. Ante la pregunta sobre las capacitaciones orientadas al cambio del actual
modelo hacia un modelo sustentable, la entrevistada primero hace mención a la problemática de
la diversidad de productores con que se trabaja, luego destaca que las capacitaciones están
orientadas al “mejoramiento tecnológico, cita como ejemplo el caso de los “productores chicos”
En referencia al mismo, la entrevistada menciona la realización de ensayos de cosechas de maíz y también de
sorgo, por medio de los cuales se extraen datos referidos a la producción de la región, en relación al tipo de suelo
existente.
56 La entrevistada es trabajadora social. En algunas preguntas de la entrevista, intervino una médica veterinaria que
también trabaja en dicho lugar.
57 Como ejemplo nombra la capacitación, como una actividad que pude aplicarse en el marco de otros proyectos.
58 La Trabajadora Social establece una clasificación de los productores con los cuales se trabaja desde la agencia
INTA. Entre los mismos establece: a los “productores de punta”, “productores medios” y los “productores
chacareros”. También se menciona a los “productores chacreros”.
59 Encargado de realizar los controles, y de entregar las recetas fitosanitarias.
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quienes no están familiarizados con los avances tecnológicos; por medio de dichas capacitaciones
se intenta que los productores traten de ver a su campo como una empresa y no como un campo,
que cambien su mirada y que sean más empresarios.
Entre las entidades e instituciones con las que trabaja la agencia, se mencionan: Sociedad Rural
Argentina, Federación Agraria Argentina, AAPRESID (Asociación Argentina de Productores en
Siembra Directa), CREA (Consorcio Regional de Experimentación Agrícola), con el Colegio de
Ingenieros Agrónomos de Laboulaye, la Pastoral Social, y con Escuela Juan Pascual Pringles
(mediante la Cooperativa Granjera y de Trabajo). La entrevistada expresa que la forma de trabajo
de la agencia, es de manera inter-institucional, coordinadamente, por medio de un Concejo Local
de Asesor.
Como su nombre lo indica, INTA es un organismo público donde el desarrollo tecnológico
cumple un lugar importante en el objetivo de impulsar la investigación orientada al “desarrollo rural
sustentable del país”. Sin embargo, en el caso de la agencia de INTA de Laboulaye, el discurso
emitido en torno a dichos temas, es representativo de los intereses de agentes de la clase
dominante, el empresariado agropecuario. Este discurso legítimo, ya validado en otras situaciones
lingüísticas, es reproducido por el organismo público desde las capacitaciones efectuadas, la
forma de gestionar las actividades, o desde los mismos términos utilizados por la entrevistada. Si
bien, el estado actual de nuestro estudio no permite anticiparnos a establecer supuestos en torno
a esta reproducción del discurso y las relaciones de clases existentes entre los grupos de agentes
encargados de emitir el mensaje, en el presente trabajo consideramos pertinente hablar de la
emisión del discurso sobre el modelo de producción agropecuaria dominante, y como una
situación en la que es posible evidenciar nuevos emisores-receptores, como los pequeños
productores agropecuarios, instituciones y organismos públicos.
A su vez, es posible visualizar la presencia de ciertas estrategias dadas en el campo cultural, donde
se distribuyen determinados bienes culturales, producidos por el empresariado agropecuario, los
cuales en tanto agentes pertenecientes a un grupo de clase, invierten dicho capital cultural en su
lucha por imponer un modelo en torno a la producción agropecuaria, y en tanto agentes
perteneciente a la clase dominante, luchan por mantener y reproducir el orden social vigente.
El modelo productivo gestado a mediados de los `70, implica la existencia de nuevos productores
y una nueva forma en que estos entienden y practican la actividad agropecuaria. La misma se
centra en la gestión de los medios de producción: tierra, trabajo y capital, principalmente el del
conocimiento; cuyo fin es la eficiencia agronómica y económica por sobre otras lógicas de gestión
empresarial.
La apropiación de conocimiento es lo que garantiza buenos resultados en la producción; así en el
caso de la entrevista realizada en INTA Laboulaye, el aumento cuantitativo de la producción
agropecuaria, se enuncia como uno de los objetivos centrales de las capacitaciones. La
acumulación de “saberes de expertos” (como los ingenieros agrónomos) es lo que se conoce
como el capitalismo cognitivo, y las capacitaciones llevadas a cabo en el INTA, son presentadas
como parte de dicho capital que deberán acumular el productor y los profesionales en pos de la
calidad de su producción agropecuaria. Estos conocimientos, al igual que el discurso dominante,
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giran en torno al progreso tecnológico y a las formas de organización de la empresa (el campo);
temáticas estas muy citadas por la entrevistada de la agencia INTA:
-En el caso de la capacitación referente a las aplicaciones aéreas de productos químicos
agropecuarios, donde se destaca como objetivo la calidad técnica en las aplicaciones.
-En la capacitación de “mixer”, una máquina herramienta, cuya función es “mezclar” el alimento
para al ganado.
- Así también el desarrollo tecnológico se nombra como objetivo central para todas las
capacitaciones de la agencia, en especial, como un conocimiento necesario en los pequeños
productores quienes no están familiarizados con la tecnología.
- En cuanto a lo organizativo, que se observa a partir de la forma en que se gestionan las
actividades desde el INTA y donde la entrevistada describe el trabajo en conjunto entre
productores, instituciones públicas, entidades y empresas agropecuarias.
Es necesario destacar que el conocimiento científico (sobre el desarrollo tecnológico y lo
organizativo), es presentado por el empresariado agropecuario como un capital, en tanto medio
de producción. Sin embargo, la emisión de este discurso aparentemente técnico, es puesto en
juego en el mercado lingüístico con el fin de obtener legitimidad. En este caso, el discurso en
torno al modelo de producción actual y sus consecuencias socioambientales, es emitido en nuevas
situaciones lingüísticas y ante nuevos agentes. El desarrollo tecnológico, determinante en el
aumento de la producción agropecuaria, también lo es necesario en el cuidado del medio
ambiente. Si bien, los estudios científicos demuestran las consecuencias socioambientales
generadas a partir del proceso de agriculturización (como la implementación del denominado
“paquete tecnológico”), del impacto en el ámbito laboral, en las ciudades ante las migraciones
internas, y en la salud de la población; todo ello parece desconocido por la entrevistada de la
agencia INTA. La importancia que se le otorga a la implementación de nuevas tecnologías, de
nuevas maquinarias y de las formas “correctas” de utilización de las mismas (como el caso de la
capacitación de aplicaciones aéreas de agroquímicos), forma parte de un discurso en el que se
pretende mostrar al modelo productivo dominante como un modelo agropecuario sustentable.
Las luchas del empresariado agropecuario están orientadas a dominar las leyes del mercado
lingüístico; desean encontrar validez en nuevos receptores como: los pequeños productores
agropecuarios no familiarizados con la tecnología y con la lógica de entender a su campo como
una empresa; los centros educativos, como el colegio Juan Pascual Pringles; organismos
municipales; y hasta los grupos más desfavorecidos por el orden social dominante, como las
personas receptoras de los proyectos de La Pastoral Social. Lograr altos precios en su producto
lingüístico en nuevas situaciones, permite al empresariado agropecuario, que su discurso sea
validado en el ámbito social, estrategia determinante en la manutención y reproducción del
modelo productivo dominante.
Otras de las estrategias utilizadas por el empresariado agropecuario para legitimar sus prácticas y
también sus discursos, se dan en el campo cultural. Así, dicho empresariado, en tanto clase
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dominante, pone en juego cierto capital cultural objetivado que le permite posicionarse
estratégicamente en las luchas con otros agentes de su misma clase y con los sectores de la clase
dominada. De acuerdo a lo observado en la entrevista, las actividades como las capacitaciones
teóricas y prácticas ejecutadas desde la agencia INTA, son ámbitos en que profesionales y
productores representativos de dicho empresariado, ponen en juego sus titulaciones y
acreditaciones, permitiéndoles imponer una forma determinada de entender y practicar la
producción agropecuaria.
Consideraciones finales
De acuerdo a trabajos previos en torno al discurso sobre los agroquímicos y sus consecuencias en
el ambiente y la salud humana, fue posible establecer el supuesto de que dicho discurso se
presenta de manera poco crítica. Si tenemos en cuenta los problemas de salud en trabajadores
rurales y poblaciones próximas a campos fumigados, nos preguntamos por qué las opiniones,
conocimientos y valoraciones sobre el carácter extractivo del modelo agropecuario aún se
presentan de manera poco crítica, sabiendo que dichas problemáticas son padecidas por estos
agentes. Los matices dados en el discurso dominante, la multiplicidad de agentes y sus
condiciones de clase, y la diversidad de experiencias en la práctica laboral, son elementos que
pueden dar cuenta de la complejidad en que ahora está inmersa nuestra hipótesis.
En las entrevistas de los trabajadores rurales aparece implícita una relación entre la exposición a
los agroquímicos y las enfermedades que padecen algunas personas, pero cada entrevistado
expresa esa relación aludiendo a argumentos distintos. Los transportistas hacen explícito que las
fumigaciones afectan a la salud humana, a su vez uno de ellos argumenta que su problema de
salud está directamente vinculado a las fumigaciones de camiones en tránsito. En el caso de uno
de los entrevistados, ex banderillero y ex aplicador, expresa de manera crítica la temática de las
fumigaciones en cultivos. Considera que los efectos nocivos de los productos químicos alcanzan
a la salud humana, a la flora y fauna regional; a su vez caracteriza al modelo de producción
agropecuario actual como el causante de estas consecuencias sociales y ambientales. La cuestión
ambiental no se manifiesta espontáneamente en las respuestas de la entrevistada del INTA, sólo
la menciona como anexo al objetivo principal de su gestión, que es la maximización de la
producción.
El carácter crítico del discurso de uno de los trabajadores pierde firmeza en los argumentos de
otros dos aplicadores de agroquímicos, dado que no ponen en discusión al modelo de producción
agropecuaria. Ambos se autoadjudican las consecuencias de una posible aplicación
“irresponsable” de agroquímicos, manifiestan estar informados sobre las medidas de seguridad
para prevenir posibles afecciones sobre la salud y el ambiente, pero dicen que en la práctica no
suelen llevarlas a cabo. Respecto a estos últimos casos, es posible establecer dos supuestos: en
principio se observa la reproducción del discurso del empresariado agropecuario, desde el cual no
se cuestionan las técnicas, procedimientos e insumos utilizados en la agricultura; también se
observa que su discurso está determinado por sus condiciones de trabajadores, la posición que
ocupan en el espacio social les impide cuestionar un cambio en el modelo productivo
agropecuario. Si retomamos este primer supuesto, se puede decir que el discurso de los
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trabajadores se vincula con lo manifestado por la funcionaria del INTA. Las capacitaciones
llevadas a cabo por el INTA, descriptas anteriormente, los objetivos propuestos desde la agencia,
la gestión de actividades, los agentes implicados y el lenguaje utilizado por la entrevistada se
orientan a la difusión del modelo productivo dominante. En tanto agencia que difunde las
prácticas de producción agrícola, el INTA reproduce un discurso que es apropiado por los
trabajadores rurales. En ámbitos como las capacitaciones, los talleres y los proyectos, se prioriza
el aspecto técnico de la producción con el fin de obtener un mayor rinde, sin cuestionar el
impacto que esto genera en la salud humana y en el ecosistema en general.
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Territorio, Desarrollo Sostenible, Luchas Sociales y Ciudadanía. Instituto Académico Pedagógico de
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Bourdieu, Pierre. “Qué significa hablar. Economía de los intercambios lingüísticos”. Editorial Akal. Madrid. 1985.
Bourdieu, Pierre. “Sociología y Cultura”. Grijalbo-Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. México, D. F.
1990.
Gras, Carla. “Apuntes sobre la construcción identitaria de un nuevo empresariado en el agro argentino”. V Jornadas
Interdisciplinarios de Estudios Agrarios y Agroindustriales. Buenos Aires.
Heredia, Mariana. “Reformas estructurales y renovación de las elites económicas en la Argentina: Estudio de los portavoces
de la tierra y del capital”. Revista Mexicana de Sociología, Vol. 65, No. 1 (Enero, Marzo, 2003).
Otra Bibliografía
Diario La Capital “La Justicia prohibió la fumigación de camiones con cereal en tránsito”. Viernes, 02 de julio de
2010 01:00.
Disponible
en
Internet:
http://www.lacapital.com.ar/la-region/La-Justicia-prohibioacute-lafumigacioacuten-de-camiones-con-cereal-en-traacutensito--20100702-0011.html
Página 12. “Mucho más que los daños colaterales”. 12 de mayo de 2010.
Disponible en Internet: http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/rosario/10-23545-2010-0512.html
ISSN 2314-1492,
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ARTÍCULOS
Impactos demográficos del terremoto de Haití
Gabriel Bidegain60
(UNFPA)
Resumen
El artículo examina los cambios demográficos producidos por el impacto del terremoto de 12
de enero de 2010 tanto en la fecundidad, mortalidad, migración interna e internacional y en el
proceso de urbanización en particular en el Área Metropolitana de Puerto Príncipe. Analiza la
evolución de las variables demográficas así como los discursos de descentralización de la
población y de los servicios, que están desarrollándose desde hace más de cuatro décadas y que
se incrementaron luego del terremoto Las prácticas sociales, sus efectos perversos y las medidas
incitadoras, de buena voluntad, provocaron una reinversión de flujos, después de una salida
precipitada de más del 25 % de la población metropolitana, para luego producir una aceleración
de la concentración urbana, en particular hacia la capital del país. Todo lo que se proclamaba en
los documentos se deshizo, por los efectos perversos de la ayuda generosa.
Palabras claves
Terremoto, fecundidad, mortalidad, migración, urbanización
Funcionario del Fondo de las Naciones Unidas para las Actividades de Población (UNFPA) en Haiti. Las
expresiones aquí vertidas no reflejan necesariamente las posiciones oficiales de la Organización ni de los Estados
Miembros de la institución.
60
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CRÓNICAS
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El Terremoto de 2010 ha sido un punto de inflexión en la realidad del país, como también en la
dinámica de la población, modificando los patrones demográficos así como la economía y las
condiciones de vida de los haitianos.
¿Cuáles eran las principales tendencias antes del 12 de Enero 2010?
La población crecía y se duplicaba cada vez más rápido. En 200 años de independencia la
población se ha multiplicado por 20. Eran alrededor de 500 mil en el momento de la
independencia y han superado los 10 millones en 2010. Según las proyecciones podrían llegar a
ser 13 millones en el año 2030. Es importante señalar que si bien crece lo está haciendo a un
ritmo más lento en virtud de modificaciones en la fecundidad y mortalidad como consecuencias
de la transición demográfica y epidemiológica.
Gráfico 1: Evolución de la población de Haití desde 1804
Fuente: Institut Haïtien de Statistique et d’Informatique (IHSI) et Centre Latinoaméricain de démographie (CELADE/CEPALC) Estimations et projections de la
population total, urbaine, rurale et économiquement active, Port-au-Prince, 2008
Según el último Documento de la Estrategia Nacional de Crecimiento y Reducción de la
Pobreza (DSNCRP- PRSP, pp: 42), la dinámica demográfica anterior al terremoto se
caracterizaba por:
1)
un crecimiento acelerado; la tasa de crecimiento anual promedio aumentó de 1.4%
entre 1971 y 1982 a 2.5% en el periodo 1982-2003.
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CRÓNICAS
2)
1982.
una urbanización rápida; en 2007 el 40% vive en zonas urbanas frente al 25% en
3)
una población joven (los menores de 15 años representan 36,5 %; las personas
en edad de trabajar (15 a 64 años) 58,4%; y las personas de la tercera edad 6,1%. Los
jóvenes de 15 a 24 años representan alrededor de 20% de la población total.
Los principales desafíos del DSNCRP eran:
•
Avanzar en la transición demográfica, que pasa por la impulsión del desarrollo
social en beneficio de los más desfavorecidos, los jóvenes y les abre oportunidades
•
La urbanización acelerada de la población es fuente de serios problemas socio –
económicos. La ausencia de planes de desarrollo territorial ha afectado el contexto
socio económico y medio ambiental
La natalidad y la mortalidad medidas por la Tasa Bruta de Natalidad y la Tasa Bruta de
Mortalidad han ido decreciendo como se refleja en el gráfico 2:
Gráfico 2: Haití: Tasas brutas de Natalidad y de Mortalidad
Fuente: CELADE, indicadores del crecimiento demográfico estimados y proyectados por
quinquenios. Revisión 2012
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CRÓNICAS
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Fecundidad
La fecundidad ha venido descendiendo de los años 80 y los principales resultados de la Encuesta
Demográfica y de Salud (2005/06) previa al terremoto mostraban que las mujeres tenían:
4 niños por mujer a nivel nacional, 5 a nivel rural y 3 a nivel urbano. 2.2-2,4 hijos
•
por mujer a nivel del Área Metropolitana de Puerto Príncipe.
Alrededor de un cuarto de los nacimientos, es decir 26 %, no eran deseados por
•
las mujeres. Si las mujeres tuvieran la posibilidad de evitar esos nacimientos, la fecundidad
sería reducida de 4,0 a 2,4 niños por mujer.
Las mujeres desean 3 niños, pero ellas dan nacimientos en promedio a 4 niños.
•
Las necesidades insatisfechas son relativamente importantes en las categorías
•
sociales a nivel elevado de fecundidad.
En esas categorías, la utilización de la contracepción es menor.
•
Las razones de la no utilización de la contracepción están ligadas, por orden de
•
importancia: 1) al método; 2) a la fecundidad; 3) a las creencias y mitos.
Gráfico 3: Haití: Tasa Global de Fecundidad según diversas fuentes
Fuente: Enquête Haïtienne de Fécondité (EHF 1977), Enquête Haitienne sur la
Prévalence de la Contraception (EHPC-1983), Enquêtes Mortalité, Morbidité et
Utilisation des Services (EMMUS I, II, III), Recensement Général de la Population et de
l’Habitat (RGPH 2003).
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CRÓNICAS
Nota: TGF, número promedio de hijos por mujer de 15 a 49 años
Es dable observar que la fecundidad medida por el índice sintético de fecundidad viene
decreciendo en el tiempo.
Mortalidad
Lo que respecta a la Mortalidad, los principales indicadores (2005-2010) según estimation et
projections del Institut Haïtien de Statistique et d’Informatique (IHSI) et Centre Latinoaméricain de démographie (CELADE/CEPALC), 2008 :

Tasa Bruta de Mortalidad: 9.7 por mil habitantes

Esperanza de vida al nacimiento: 60,1 años dos sexos.

Tasa de mortalidad infantil: 63.1 por mil.
o
Porcentaje de mortalidad neo natal: 43,9 %
o
Porcentaje de mortalidad post-neonatal: 55,1 %

Tasa de mortalidad de la niñez (1-4 años): 31 por mil.

Tasa de mortalidad infanto-juvenil: 86 por mil.

Ratio de mortalidad materna: 630 por 100.000 nacimientos vivos.
Migración interna
 1/10 de la población departamental han cambiado de residencia en 2003.
 El departamento del Oeste absorbe 90% del total de los migrantes internos y es
el primer destino de los migrantes internos.
 Los departamentos beneficiarios de las migraciones se encuentran en el Gran
Norte y los departamentos deficitarios en el Gran Sur.
 Estos desplazamientos tienen importantes consecuencias en la distribución
espacial de la población y también es el origen de profundas transformaciones del
espacio.
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CRÓNICAS
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La cuestión Urbana en Haití
La primera dificultad es la definición de lo urbano dado que no existe una definición clara al
respecto. Debería ser una extensión de la ciudad sobre lo rural con la ampliación de la
infraestructura socio - económico. O simplemente una ruralización (que es lo que sucede en
Puerto Príncipe) del espacio urbano producto de las migraciones internas que han hecho crecer
las ciudades en particular Puerto Príncipe y su área metropolitana.
El problema persiste. Por ejemplo, si nos atenemos a la visión del derecho, la sola referencia
legal es el artículo 9 de la Constitución de 1987 que divide el territorio nacional en
departamentos, “arrondissements”, comunas, barrios y secciones comunales (rurales), además
asume como propia la subdivisión definida por la ley del 19 agosto del 1976, modificada por
aquella del 18 de septiembre sobre la delimitación del territorio. En ninguna parte esta
explícitamente definida la noción de ciudad o de espacio urbano.
De manera práctica y en virtud de la deficiencia legal mencionada, el Instituto Haitiano de
Estadística e Informática (IHSI) ha utilizado una definición administrativa. La capital de la
comuna, independiente del tamaño de su población y su grado de infraestructura es
considerada como urbana. Si bien esta definición es clara y precisa presenta al menos tres
problemas: 1) La heterogeneidad de lo urbano. La mayor parte de las pequeñas ciudades de
menos de 2000 habitantes no poseen ninguna infraestructura básica, como electricidad agua
potable, etc. 2) Un definición legal en el marco de criterios internacionales que permitan su
comparabilidad. y 3) La delimitación del espacio físico.
La urbanización
Más de la mitad de la población o el 60%, aún vivía en zonas rurales según el último censo de población y
vivienda (2003). Sin embargo, el porcentaje de la población urbana, ganó 15 puntos, de 25% en el censo
de 1982 al 40,4% que en 2003, a nivel nacional. Es necesario saber que el porcentaje urbano fue
respectivamente de 12,1% y de 20,3% en los censos de 1950 y 1971 a nivel nacional.
De hecho, el tamaño de las ciudades, por su parte, aumentó de forma espectacular. La población urbana
era en el año 2003 más del doble de su volumen que en 1982, es decir pasa de 1.239.541 a 3.418.508
habitantes, o un multiplicador de 2,8. El Departamento de Oeste es la única que tiene una tasa de
urbanización muy por encima de la media nacional (66,9%). Además absorbió dos tercios (67%) del
incremento urbano. En el otro extremo, se encuentran los departamentos del Nordeste y Sudeste con un
14,6% y 14,9% respectivamente.
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Gráfico 4: Tasa de urbanización (1982-2003)
Fuente: IHSI, III y IV Censo de Población y Vivienda de Haiti
El ritmo de la urbanización también se ha acelerado en los últimos veinte años, la tasa de
crecimiento urbano pasó de 3,5% (1971 a 1982) a 4,8% anual (1982 a 2003) a nivel nacional. Con
la excepción del Sur, donde la velocidad del crecimiento urbano se ha reducido, todos los
departamentos han tenido ritmos de urbanización más rápido que en el pasado. El fenómeno es
especialmente agudo en el caso del Noroeste, Oeste y Nordeste, donde el crecimiento urbano ha
alcanzado al menos el 5% anual.
La tierra y su propiedad están en estrecha relación con la distribución de la población y la
disponibilidad de infraestructura social y económica, la escala geográfica. Las desigualdades son
muy fuertes. El Área Metropolitana de Puerto Príncipe, principal centro urbano de Haití, absorbe
casi todas las actividades económicas, comerciales y administrativas.
El censo de 2003 muestra la dimensión demográfica de la cuestión. Se indica que la población en
el área metropolitana crece a un ritmo del 4,8% al año y representa el 23%, alrededor de un
cuarto de la población total, pero el 56%, más de la mitad, de la población total urbana.
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La migración rural - urbano es el modelo dominante de las corrientes migratorias y absorbe casi
la mitad, o 48,7% de los flujos totales. El componente urbano - urbano viene en segundo lugar,
lo que representa el 43% del total. Estas dos corrientes de la migración interna, absorben la
gran mayoría, alrededor del 93%, un poco más de 9 de cada 10 migrantes a nivel nacional.
El departamento del Oeste donde está situada la zona metropolitana de Puerto Príncipe sigue
siendo la principal atracción de la migración. Absorbe el 90% de los migrantes del resto del país.
Los migrantes de zonas rurales y centros urbanos van principalmente al área metropolitana de
Puerto Príncipe, como se muestra en el Mapa 1, la convergencia de origen-destino de las flechas
para el Área Metropolitana de Puerto Príncipe.
Mapa 1: Migración interna antes del terremoto.
Mapa de la Migración interna
Carline Joseph
Flujo de migrantes entrados en el departamento del Oeste en
2003
28
Fuente : Duval Joseph Carlina, La migration interne apres le RGPH (2003)
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El crecimiento urbano del Área Metropolitana es aproximadamente 4 veces mayor que la de
todo el país. Puerto Príncipe se convirtió en una megalópolis que debilita la calidad del gobierno.
La capital absorbe una población cuyo número es siete veces superior a su segunda ciudad: Cabo
Haitiano.
A falta de una política de vivienda para dar cabida a las oleadas de migrantes, hay un aumento
considerable en el costo del alquiler a nivel de ciudad y un número creciente de personas sin
hogar. Abundan las construcciones anárquicas, generando enormes barriadas con densidades
asombrosas. Se han erigido zonas marginales, en las laderas de montañas e incluso en el
perímetro de cierre de las cuencas hidrográficas y las vías de drenaje de agua tormenta sin
planificación
El Área Metropolitana de Puerto Príncipe en virtud de su función económica, administrativa y
educativa ha ido creciendo a partir de diferentes cohortes de migrantes, como lo evidencia la
pirámide de edad del Área Metropolitana de Puerto Príncipe.
Las principales zonas urbanas que conformaban el Área Metropolitana eran las siguientes
ciudades: Puerto Príncipe, Petion-Ville, Delmas y Carrefour. Hoy en día, ya incluye las comunas
de Cite Soleil y de Tabarre.
Las estimaciones realizadas por el IHSI61, sobre el Área Metropolitana sobre ese conglomerado
era la siguiente (2008)

Puerto Príncipe 858.054 habitantes (38,0%)

Carrefour
415.266 habitantes (18,4%)

Delmas
353.608 habitantes (15,7%)

Pétion Ville
274.643 habitantes (12,2%)

Cité Soleil
237.137 habitantes (10,5%)

Tabarre
116.552 habitantes (5,2%)

Total AMP
2.255.260 habitantes (100%)
Fuente: Institut Haïtien de Statistique et d’Informatique (IHSI) et Centre Latino-américain de démographie
(CELADE/CEPALC) Estimations et projections de la population total, urbaine, rurale et économiquement active,
Port-au-Prince, 2008.
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Los principales indicadores ligados a la población y al espacio:

Tamaño de la población : 10.085.214 habitantes en 2010

Tasa de crecimiento demográfico : 1,58 % al año (2010 -2015)

Tiempo de que doblaría la población : 44 años

Tasa de urbanización : 46 % en 2008 (Proyecciones)

Ritmo de urbanización : 4,8 % al año (1982 – 2003)

Densidad demográfica : 352 habitantes par Km2 en 2008
Indicadores ligados a la vivienda y los hogares ( RGPH 2003)

Tamaño medio de familia

Porcentaje de tugurios: 18,7 % .

Porcentaje de hogares non conectados al agua : 91,5 %

Porcentaje de hogares sin letrina : 29,8 %

Porcentaje de jefes de hogares femeninos: 38,5 %
: 4,7
Emigración

Los emigrantes haitianos se estiman frecuentemente entre 1,2 a 1,8 millones.
Otras estimaciones hablan de 3 o 4 millones de emigrantes.

Muy a menudo se tiende a confundir los emigrantes nacidos en Haití con la
Diáspora (segunda, tercera y cuarta generación). Los nativos (nacidos en Haití) no
superarían más de un millón siendo su principal país receptor los Estados Unidos de
América.

Algunas cifras se han desarrollado sin rigor científico, y sin tener en cuenta
el nivel de la fecundidad en el pasado, es decir, el número potencial de los haitianos que
pueden migrar además de sobrevivir a la mortalidad.
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Vulnerabilidad ambiental
En el curso de la historia y sobre todo en los años reciente, el equilibrio entre el Hombre y el
medio ambiente han conocidos importante perturbaciones. Catástrofes naturales han
destruido, en el siglo XIX, ciudades como Cabo Haitiano o Puerto Príncipe.
El año 2004 fue particularmente marcado por inundaciones las cuales han causado
impactos muy importantes a nivel de ciertas zonas del país como Mapou, Fonds Verrettes
et Gonaïves.
Los desastres catastróficos de 2008 (4 ciclones) han causado importantes daños (US$892
Millones) representando 14,6% del producto interno bruto (PIB) y se perdieron, además,
dos cosechas completas. Este fue el desastre más costoso antes del de terremoto de 2010.
Gráfico 5: Impactos de desastres antes del terremoto sobre el P B I
(en millones de dólares a valores constantes)
Fuente: Gouvernement de la République d’Haiti, (2008) Rapport d’évaluation des besoins après désastres
Cyclones Fay, Gustav, Hanna et Ike, Port-au-Prince.
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CRÓNICAS
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Impacto demográfico del terremoto
¿Qué pasó después del terremoto del 12 de enero 2010?:
Natalidad y Fecundidad
La tasa de embarazo se triplicó en los campamentos del área
metropolitana de (4 % a 12%). A pesar o gracias a que se triplicó también la
•
distribución de preservativos en ese periodo. Después del terremoto hubo un babyboom,
es decir una explosión de nacimientos.
•
Una joroba en la reducción de la natalidad y de la fecundidad. Se produjo una
fecundidad de reemplazo
•
Sin embargo, en el futuro cercano la natalidad y la fecundidad continuarán la
reducción aceleradamente.
La Encuesta Demográfica y de Salud (2012) acaba de confirmar el enlentecimiento de la
reducción de la fecundidad. Se esperaba 3,2 hijos por mujer y se estima, en este momento, en 3,5
hijos por mujer y un aumento de la natalidad y de la fecundidad en el Área Metropolitana de
Puerto Príncipe (2,2-2,4 a 2,5). Además en los campamentos la Tasa Bruta de Natalidad se
estima casi al mismo nivel de los años 1950.
La mortalidad

Estimación oficial de 221,000 decesos que aumentó luego a 316,000. Cifras que
parecen muy abultadas. Una estimación de Schartz para la USAID, llega a 65,575
defunciones. En mi opinión la cifra no podría superar las 5 cifras.

Normalmente son unos 91,000 decesos al año. Es decir que se habrían perdido,
en 30 segundos, 3 años de defunciones. En términos comparativos con Estados Unidos
hubiera perdido 7,5 millones de habitantes muy superiores a Katrina (1500) o a los
atentados terroristas (menos de 3000).

Caída de la esperanza de vida en todas las edades. La misma estaba estimada en
59,9 años para los hombres y 62 años para las mujeres.

Actualmente NO se conoce el nivel y la estructura actual de la esperanza de vida.

Es necesario establecer nuevas tablas de mortalidad, a partir de los datos del
próximo Censo de población, previsto para fines de 2013.
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CRÓNICAS

Aumento de todas las Mortalidades: Neo natal; Post neo natal e Infantil (menos
de un año). Los datos de la última Encuesta Demográfica y de Salud confirmaron, estas
previsiones, dado que prácticamente se mantuvieron al mismo nivel que 2005 -2006 es
decir que se perdieron más de 7 años.
Es de suponer que se habría producido un aumento de la Mortalidad Materna por una mayor
exposición al riesgo dado el aumento del número de nacimientos. Es importante señalar que la
ayuda internacional logró aumentar el servicio en el momento del parto y una de cada tres
haitiana alumbra en un centro hospitalario y con personal calificado. Por tanto es de esperar que
haya bajado el ratio de la Mortalidad Materna. Es de esperar que el servicio gratuito, que se
instauró luego del sismo, se mantenga en el tiempo. En la última DHS no se preguntó por dicha
variable. La Mortalidad Materna se estudiara en el próximo Censo.
Migración/urbanización
Del punto de vista de la migración interna/urbanización
Metropolitana de Puerto Príncipe?
es dable preguntarse: ¿A dónde va el Área
Una Población con una tasa de crecimiento: 4,8% por año y por tanto con una duplicación prevista en
14 años. Por lo cual alcanzaría los 4 millones de habitantes alrededor de los años 2017. Pero otra
pregunta relevante es, cuál sería la densidad dadas las dificultades topográficas que tiene la actual Área
Metropolitana de Puerto Príncipe.
Como se vio anteriormente en el mapa migratorio casi todas las flechas de origen-destino en términos de
la migración interna, convergían hacia el Área Metropolitana de Puerto príncipe, pero después del
terremoto, la tendencia se invirtió. Los movimientos migratorios, se dirigieron tanto a las comunidades
urbanas y rurales en el resto del país así también que al exterior. Estas corrientes migratorias tuvieron su
origen en el Área Metropolitana de Puerto Príncipe y en algunas ciudades en el oeste y el sudeste
fuertemente afectado. Los sobrevivientes han dejado las zonas afectadas para desplazarse a los lugares que
se consideran más seguros. Estos flujos han dado lugar a una redistribución de la población a través del
espacio geográfico del país.
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Mapa 2: Migración interna luego del terremoto
Fuente: Karolinska Institute. Internal Population Displacement in Haiti. Preliminary analyses of movement patterns
of Digicel mobile phones: 1 January to 11 March 2010
Qué pasó con la llegada de la ayuda humanitaria y del despliegue de los miembros de la
comunidad humanitaria. Confundieron una tragedia urbana con un conflicto armado a nivel
rural y desplegaron los campamentos. Dichos centros no existían en los primeros días. Y eso
tuvo un impacto importante en los flujos migratorios.
Durante el período de emergencia humanitaria en particular después de la primera semana, los
organismos nacionales e internacionales así como las organizaciones no gubernamentales
iniciaron la distribución de ayuda humanitaria. Se dio prioridad a las áreas afectadas, incluyendo el
Área Metropolitana de Puerto Príncipe. Sin embargo, muchos sobrevivientes ya se encontraban
en el resto del país, en su mayor parte, sin recursos financieros y materiales. Además agravando
la situación de pobreza de las familias de acogida, que a nivel rural habían perdido dos cosechas
como consecuencias de los cuatro (4) ciclones durante 2008.
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Abandonados a sí mismos y en busca de oportunidades tanto para ellos como para sus hijos,
muchos decidieron volver al Área metropolitana de Puerto Príncipe y buscar beneficiarse de las
ayudas y de los posibles beneficios sociales, tales como: alojamiento temporal, espacio de vida,
dinero en efectivo por el trabajo. Se revirtieron los flujos migratorios rápidamente
Una semana después del terremoto se realizó una encuesta de necesidades básicas, dirigida por
UN OCHA - ACAPS así como el Ministerio del Interior y de Colectividades Territoriales en
particular su Dirección de Protección Civil realizaron estimaciones del volumen de personas que
migraron como consecuencia del terremoto. Se estimó que se ausentaron de la región capitalina
entre 22 a 27% de la población que residía en el Área Metropolitana de Puerto Príncipe
Las nuevas tecnologías, además, sirvieron también para realizar estimaciones de migraciones, tal
como puede verse en el número de personas desplazadas a través del seguimiento de los SIM de
la compañía de celulares Digicel, pero lo más importante es que se logró estimar la proporción
de personas que regresaron.
Grafico 6: Estimación de la población que abandonó y regresó a Puerto Príncipe.
(Entre el 21 de diciembre 2009 y 18 de junio de 2010)
Fuente: Karolinska Institut and Columbia University (2010). Internal Population Displacement in Haiti,
Karolinska Institut, Stockolm.
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Si bien esa información era de relevancia pero no estaba disponible para muchos actores.
La intensa movilidad de personas en estrecha relación con la planificación considerada
recientemente como una de las prioridades identificadas por el Gobierno en el Plan de Acción
para la Rehabilitación Nacional de Haiti (PARDH) y también del Plan de Evaluación de
necesidades post- desastre (PDNA) así como del Plan Estratégico de Desarrollo de Haiti
(PSDH) y la perspectiva de la reactivación de la economía nacional, justificó la necesidad de una
nueva encuesta sobre la migración interna.
Al respecto es muy pertinente preguntarse: ¿Dónde están los inmigrantes? Y ¿quiénes son? Si las
observaciones anteriores ayudaron a dar algunas respuestas a la primera cuestión, la segunda sigue
estando sin respuesta.
Esa encuesta se centró sobre la migración que se dirige hacia el Área Metropolitana de Puerto
Príncipe, muy afectada por el sismo, pero reconocida como un imán para la migración interna.
Muchas personas
población:
se
realizaban las siguientes preguntas en relación a la migración de la
•¿Las personas de la provincia siguen migrando al área metropolitana a partir de enero 12?
•¿Qué porcentaje de la población había abandonado la zona metropolitana a partir de enero 12?
•¿Qué tipo de migración han hecho los residentes del área metropolitana a partir de enero 12?
•¿Qué destino han elegido los que habían abandonado el área metropolitana?
•¿Cuáles son las perspectivas de la migración de la población?
Buscando respuestas a estas preguntas se manifestó la necesidad de una nueva encuesta de la
población. En este contexto UNFPA consideró necesario llevar a cabo una serie de estudios
sobre la migración interna en el país y empezar con el Área Metropolitana de Puerto Príncipe.
El objetivo general de ese estudio era proporcionar una visión general de la situación de la
población del Área Metropolitana seis meses después del terremoto del 12 de enero de 2010.
Esa encuesta se fijó los objetivos específicos:
• Estudiar la situación demográfica y económica de los migrantes y no migrantes en los
campamentos
y
viviendas.
• Conocer algunos elementos de la historia reciente de la migración, antes y después del
terremoto.
• Asegúrese de que la fijación definitiva entre la migración y los viajes de corta duración.
• Identificar las causas de la migración: los factores de atracción y de repulsión en el origen y en
el destino.
• Evaluar la percepción de los migrantes vis a vis las zonas de origen y destino.
• Comprender las perspectivas de los migrantes en la evolución de lo social y económico.
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Las principales evidencias encontradas son:
1.
Casi tres de cada diez o 27,7% de la población encuestada, con domicilio en el
área metropolitana en la mañana al 12 de enero, viajó fuera del área metropolitana
después del terremoto. Aproximadamente entre quinientos a seis cientos mil habitantes.
2.
Principalmente se dirigieron al resto del departamento del Oeste, el
departamento del Sur y a la Artibonite.
3.
Estas estimaciones son muy similares a lo detectado a partir del seguimiento de
los SIM de los celulares tanto en volumen como en los principales destinos y de la
encuesta BARR.
4.
La comuna/ciudad de Tabare es la que creció más con los migrantes de las otras
comunas/ciudades del AMPAP. En segundo lugar Pétion Ville fue la otra
comuna/ciudad que atrajo más migrantes del resto de la metrópoli.
5.
Más del 80 % de los habitantes de las seis ciudades han preferido quedarse cerca
de su hogar, (en su misma casa destruida, en otra casa cercana u en un campamento
cercano). Esto va al encuentro de la decisión oficial apoyada por la comunidad
internacional de establecer campamentos alejados de los lugares de los afectados.
6.
Tres de cada 10 hogares (52% en los campamentos y el 26% en los hogares)
informó haber recibido ayuda tras el terremoto y que el 32% usualmente reciben
remesas desde el extranjero. Esa información corrobora otras encuestas precedentes
sobre las remesas.
7.
83% de los emigrantes habían regresado al Área Metropolitana de Puerto
Príncipe antes de los 4 meses y 94% antes de los seis meses. Algo muy similar a lo
encontrado por el estudio de la Universidad de Columbia y Karoliska Institut.
8.
60% de los migrantes sienten que su situación es peor que antes de la migración.
9.
Sólo el 20% piensa abandonar la zona metropolitana durante los próximos cinco
años y más de la mitad decide ir al extranjero.
10.
La comuna/ciudad de Tabare es la que creció más con los migrantes de las otras
comunas/ciudades del AMPAP. En segundo lugar, Pétion Ville fue la otra
comuna/ciudad que atrajo más migrantes del resto de la metrópoli.
Todo lo anterior, demuestra que se perdió una oportunidad de oro de lograr la
descentralización, producida espontáneamente por el terremoto, tantas veces evocada. Más bien
se logró incrementar el flujo migratorio con lo cual es muy probable que el país alcance el nivel
de un país urbano mucho antes de lo previsto por las proyecciones de población establecidas por
el IHSI con el apoyo de CELADE/CEPALC y UNFPA previsto para 2012 y que el Área
Metropolitana alcance los 4 millones de habitantes mucho antes de lo que se suponía (entre el
2015-2017). En consecuencia, se revirtieron los flujos migratorios rápidamente. Se creó una
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CRÓNICAS
.
nueva ciudad de plástico (CANAAN) sobre la ruta número uno a proximidad del Área
Metropolitana de Puerto Príncipe.
Riesgos naturales y desigualdad
Es importante señalar que los riesgos del terremoto son amplificados por el nivel de desigualdad.
A título de ejemplo, los casos de Haití, Chile y Japón, con niveles de IDH muy diferentes y con
terremotos de intensidad también muy diferentes y muy superiores en liberación de energías
produjeron menores defunciones, cualquiera sea la estimación de defunciones en Haití. El caso
haitiano muestra que la liberación de energía que produjo el terremoto se amplificó por la
ocupación del suelo y del tipo de construcción. Las ciudades de Puerto Príncipe y de Leogane se
transformaron en un arma de destrucción masiva debido a eso.
Unido al contexto demográfico también es importante señalar que la distribución del ingreso es
muy desigual en Haiti con un coeficiente de Gini (índice de concentración del ingreso) de 66%,
uno de los más altos del mundo y de la región (Brasil 59%, Guatemala 58% y Colombia 57,6%).
Además, más de la mitad del ingreso nacional, es decir 54 %, corresponde al10% de los más
ricos. Estas personas reciben 145 veces el ingreso de los más pobres. El 70% del ingreso
nacional va al 20% más rico. Mientras que por el contrario el 10 % de los más pobre absorben
0,37% del ingreso nacional y el 20% de los más pobres, 1,39%. Estos datos son previos al
terremoto. Próximamente estarán disponibles los resultados de la encuesta de condición de vida
de hogares después del sismo. (ECVMAS).
Cuadro 1: Riesgos naturales y desigualdades entre Haití, Chile y Japón
País
Haití
Chile
Japón
Fecha
12-01-2010
27-02-2010
11-08-2011
Magnitud
7.3
8.8
9
Defunciones
222.500
795
29.333
IDH
0.404
0.783
0.884
Orden
145
45
11
Fuente: PNUD, Informe de Desarrollo Humano y elaboración propia
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CRÓNICAS
La emigración
•
Cuantos se fueron después del terremoto?
•
La ronda de los censos población y vivienda del 2010 va a dar información sobre
los emigrantes.
•
La encuesta sobre la migración hacia el Área Metropolitana de Puerto Príncipe
informa que solo 2 % se fueron al exterior. En las otras comunas/ciudades afectadas
(Leogane, Grand-Goave, Jacmel,y Petit-Goave) pero de menor tamaño demográfico sólo
el 3% se fue al exterior
•
Así mismo que un 20% de los que prevén mudarse en los próximos años lo
harían hacia el exterior.
•
Cuantos volvieron después? Muchos de los que se fueron lo hicieron para llevar a
sus hijos a estudiar al exterior. Muchos de los cuales regresaron al abrirse las escuelas y
liceos.
A manera de conclusión
1.
El terremoto, en menor medida la epidemia de cólera (octubre 2010) y el ciclón
Thomas (octubre 2010), tuvieron diferentes impactos demográficos sobre:
•
En la mortalidad a todas las edades. No siguió la reducción si no que
hubo una estabilización del nivel y por tanto se perdieron varios años de baja de
la misma.
•
En la natalidad y fecundidad se produjo un babyboom enlenteciendo la
reducción de estos indicadores.
•
La emigración se acentuó.
•
Migración interna y urbanización. Se aceleraron los movimientos
migratorios internos y la velocidad de la urbanización. El país devino urbano
antes de lo esperado.
2.
Haití actualmente supera los 10 millones ya tiene más población que Republica
Dominicana y será el país con mayor volumen poblacional en el Caribe en el futuro
cercano superando incluso a Cuba.
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CRÓNICAS
.
En el futuro cercano
1.
La natalidad y fecundidad se reducirán aceleradamente.
2.
Con la reducción de la natalidad - fecundidad continuara el descenso de todas las
mortalidades. Ayudado también por las actividades del sector salud.
3.
La transición demográfica se va acelerar.
4.
La población seguirá creciendo a un ritmo menor, lo cual es una variable
importante para los planes de reducción de pobreza. La estructura y dinámica de la
población serán determinantes en cualquier plan de reconstrucción y/o de reducción de
la pobreza – desigualdad.
5.
La población continuara a migrar hacia las ciudades en particular hacia el Área
Metropolitana de Puerto Príncipe
Frente a esta realidad, para ralentizar el crecimiento del Área Metropolitana de Puerto Príncipe,
se debería tener en cuenta las siguientes recomendaciones:
1.
Favorecer una mejor distribución espacial de la población por la
promoción de un desarrollo integrado y ecológicamente viable tanto en las
zonas de origen de los migrantes como de destino, poniendo el énfasis sobre
equidad en materia económica y social, como de género, y en el marco del
respeto de los derechos humanos, en particular el derecho al desarrollo.
2.
Mejorar la gestión de las aglomeraciones urbanas gracias a una
planificación y una gestión más participativa y conscientes de los recursos; de
reexaminar y reevaluar las políticas y mecanismos que contribuyen a una
concertación excesiva de la población en las grandes ciudades y de mejorar la
seguridad y la calidad de vida de las personas con ingresos bajos residiendo tanto
a nivel rural como urbano.
3.
En el marco del Plan de Acción de Rehabilitación de Haiti y del Plan
Estratégico de Desarrollo de Haiti así como en la elaboración del Plan de
desarrollo territorial es necesario fomentar la reflexión sobre el desarrollo de
otros centros urbanos independiente de la capital;
4.
Promover una política de planificación urbana tanto en el Área
Metropolitana de Puerto Príncipe como en las capitales departamentales.
5.
A partir de las nuevas regiones y del establecimiento de zonas económicas,
tal como las inversiones en el Norte de país, incitar las corrientes migratorias,
proporcionando lo que sugieren, en primer lugar, los propios migrantes: acceso a
la educación y al trabajo.
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CRÓNICAS
6.
Realizar gestiones para que el nuevo parlamento apruebe la ley marco
sobre la ordenación del territorio y el medio ambiente.
7.
Desarrollar e implementar un plan de la planificación racional basada en
las proyecciones de las ciudades del futuro (teniendo en cuenta las migraciones) y
los polos de inversión con un papel especial para las capitales de los
departamentos;
8.
Utilizar las leyes y decretos existentes para facilitar la disponibilidad de
áreas para la construcción de viviendas.
9.
Una política realista en el uso del suelo debe considerar el desarrollo de
polos de crecimiento alternativos con el fin de descongestionar el Área
Metropolitana de Puerto Príncipe y el desarrollo de su comunidad urbana.
10.
Aplicar el requisito de tener un plan para las ciudades de más de 2,000
habitantes (Ley de los años 30).
11.
Identificar espacios habitables para los migrantes recién llegados y los
pobres urbanos.
12.
Desarrollar la infraestructura básica en otras regiones con el fin de
fomentar la inversión y por tanto provocar corrientes migratorias.
13.
Establecer normas y condiciones económicas para la adquisición de tierra
habitable (sin riesgo y no ecológicamente vulnerable).
14.
Asegurarse de que los migrantes que han venido a establecerse tengan
posibilidad de acceder a la propiedad y a la infraestructura básica para su
vivienda y el posible mejoramiento futuro.
15.
Incrementar el estudio sobre las migraciones internas, las características de
los migrantes así como de las nuevas tendencias de la urbanización, tanto a nivel
universitario como público y privado.
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CRÓNICAS
Violencia, identidad y cultura popular en la hinchada
del Club Atlético Belgrano de Córdoba
Nicolás E. Cabrera Durán
(UNVM)
Introducción
En la presente reseña expondremos algunos interrogantes y reflexiones que se desprenden de mi
trabajo final de grado de la licenciatura en Sociología titulado violencia e identidad en una hinchada de
fútbol: “sólo para entendidos”. El informe se estructura en torno al siguiente interrogante rector:
¿Cuál es el lugar que ocupa la(s) violencia(s) en la configuración de lógicas identitarias que en la
hinchada del Club Atlético Belgrano de Córdoba tienen lugar? Para responderlo se propuso un
abordaje etnográfico sobre las prácticas y representaciones violentas de los miembros de la
hinchada de Belgrano –autodenominada “Los Piratas”– durante más de un año y medio. Los
registros etnográficos se realizaron mediante la técnica de observación participante en el campo o
escenario principal en el cual adquieren visibilidad las prácticas violentas de la hinchada: los
estadios de futbol y los viajes alrededor del país en los que la hinchada se traslada para acompañar
a su equipo.
En el plano teórico se buscó priorizar una construcción conceptual inductiva. Así fue que
emergió el concepto de cultura del aguante (Alabarces, 2004) en tanto noción nativa que articuló
las tres categorías centrales: violencia, identidad y cultura popular. En la experiencia de campo se
pudo observar que “el aguante” –noción nativa con la que los hinchas se refieren a las prácticas
violentas– comprende todo un entramado simbólico –una cultura– que está directamente
vinculado a la condición estructural de sectores populares que tienen la mayoría de los miembros
de la hinchada, y que dicha matriz cultural opera como sustento legitimador de las prácticas
violentas de la hinchada. A su vez, estas violencias permiten trazar fronteras de pertenencia entre
los miembros de la hinchada. La violencia se convierte así en el recurso que discrimina la
pertenencia o no a la comunidad moral de Los Piratas. El lazo indisoluble entre violencia e
identidad que rige en la lógica de la hinchada, solo es posible en el marco de una cultura del
aguante.
Desarrollo
Las primeras pistas de la violencia endémica de la hinchada de Belgrano se encuentra en una
caracterización de su universo interno, reconstruida en clave diacrónica y sincrónica. Desde sus
comienzos en la década del setenta Los Piratas protagonizaban episodios de violencia como los
saqueos a comercios ubicados en rutas interprovinciales, disputas internas y enfrentamientos con
otras hinchadas y fuerzas públicas. Actualmente no se práctica más los saqueos a comercios, pero
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RESÚMENES.
sí las luchas entre facciones internas y los enfrentamientos frente a alteridades externas. Posee
una estructura organizativa altamente vertical, jerárquica, asimétrica e inestable, que muchas veces
es la causa de fuertes episodios violentos.
Sin embargo, el principal factor explicativo para entender cómo la violencia se convierte en uno
de los tantos recursos identitarios de la hinchada –no es el único–, es el marco socio- cultural que
opera como condición de posibilidad para ello, es decir, la cultura del aguante. Esta matriz
simbólica y material condensa prácticas y representaciones en torno al cuerpo, género, clase,
ciertos consumos culturales y territorios (Garriga Zucal, 2005). En todas estas dimensiones la
violencia es recurrente.
Corporalidades masculinas y populares
Los miembros de la hinchada de Belgrano se autorepresentan como corporalidades masculinas y
populares. A partir de ciertos usos y representaciones en torno a sus cuerpos construyen
identidades de género y clase. Se autoidentifican como “verdaderos hombres” a partir de las
alteridades de los niños o púberes, las mujeres y los “putos”, es decir, prescriben una identidad de
hombres adultos heterosexuales. Pero esta prescripción de género está indisolublemente ligada a una
concepción particular del cuerpo. La masculinidad que se arrogan los miembros de la hinchada,
es una insignia que debe exhibirse mediante repertorios corporales ritualmente escenificados:
practicar con habilidad y resistencia las técnicas propias de los enfrentamientos violentos, cantar y
saltar enérgicamente antes, durante y después de cada partido, no dormirse ni demostrar señales
de fatiga en los largos viajes, consumir alcohol y drogas sin sobreactuar sus síntomas, exponer el
torso desnudo durante bajas temperaturas y tormentas lluviosas, profesar una frecuente e
inagotable actividad sexual y ostentar tatuajes o cicatrices producto de combates cuerpo a cuerpo.
El rasgo recursivo de todas estas prácticas corporales masculinas, es que todas ellas suponen la
prescripción de soportar físicamente –aguantar– sin doblegarse. Los miembros de Los Piratas se identifican
como hombres con cuerpos aguantadores, es decir, corporeidades duras, fuertes, con un alto
umbral de resistencia al dolor físico y emocional y con vasto conocimiento en las técnicas
corporales de enfrentamientos físicos. A partir de estos supuestos es como emergen las prácticas
violentas como una de las principales instancias evaluativas de las corporalidades masculinas.
A su vez, en el universo axiológico de Los Piratas, la valoración positiva de cuerpos “duros”,
“fuertes” y “resistentes” aparece vinculado a una realidad de clase en tanto experiencia. Las
corporalidades aguantadoras parecen ser la sedimentación y la expresión corporal de un cúmulo
de experiencias características de los sectores populares argentinos: el padecimiento de estados de
necesidad producto de condiciones de pobreza y vulnerabilidad, lo cual se capitaliza en una
capacidad de soportar ciertas condiciones corporales desfavorables: frío, hambre, extensas
jornadas laborales, hacinamiento, encierros, golpes, etc. Por otro lado es común escuchar que
ellos han tenido que "demostrar" en otros espacios de sociabilidad reservado mayoritariamente
para las clases populares –sus barrios, sus escuelas, "la calle", la cárcel o el baile– una corporalidad
dura, fuerte, resistente y competente para los enfrentamientos físicos. Y finalmente nos parece
que también inciden las condiciones de trabajo que aparecen más recurrentes dentro de la
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RESÚMENES
hinchada. En ella hay un fuerte predominio de trabajos manuales en detrimento de actividades
intelectuales, esto hace que la fuerza y la resistencia corporal emerjan como recursos altamente
ponderados.
Territorios
En la cultura del aguante, el territorio –propio y ajeno– también opera como soporte material de
toda construcción identitaria y como valor simbólico que se disputa. El territorio propio exige
una defensa corporal de cualquier intromisión externa, y el terreno ajeno representa un bien
simbólico a conquistar. Este principio rige tanto frente a lo que se define como alteridades
externas a la hinchada, como para las alteridades internas. Frente a las otredades externas, Los
Piratas representan como propios las inscripciones territoriales del “barrio” (barrio Alberdi) y la
tribuna “popular”. Ambos espacios son simbolizados como territorios “con aguante”, es decir,
zonas peligrosas, amenazantes, violentas y “descontrolados”, sin embargo a diferencia del barrio
de Alberdi donde existe un principio mínimo de tolerancia a la presencia de otredades, en la
"tribuna pirata" rige el principio de exclusividad: queda perentoriamente prohibido la presencia física
de alteridades externas. La más mínima intromisión de estas otredades se considera un daño
moral a la reputación de la hinchada y un síntoma de la carencia de aguante. Al mismo tiempo las
divisiones internas de la hinchada también tienen sus expresiones territoriales dentro de la
tribuna, cada facción y sus bienes (banderas, bombos y para- avalanchas) ocupan un lugar
claramente identificado, y en muchas oportunidades los “combates” internos implican la disputa
material y simbólica por esos territorios y bienes.
Conclusión
Como reflexiones finales, resulta tan válido como necesario preguntarnos por qué y para qué las
prácticas violentas se constituyen en la pauta de identificación de los miembros de la hinchada.
Las respuestas a lo anteriormente dicho, parecen encontrarse más en procesos macro
estructurales que en condiciones propias y específicas del campo del fútbol. Hemos visto que la
mayoría de los miembros de la hinchada de Belgrano comparten una condición estructural en
común: ocupan posiciones desfavorecidas en la desigual distribución de recursos que estratifica
nuestra sociedad. Estamos hablando de una doble subalternidad, no sólo en un plano
estrictamente material, sino también en lo referido a condiciones de reconocimiento, respeto,
aceptación y prestigio social. Los miembros de la hinchada son sujetos que mayoritariamente
tienen clausuradas las vías tradicionales de movilidad y reconocimientos social, sobre todo las
vinculadas a las instituciones hegemónicas de la educación y el trabajo. En este escenario,
ampliamente desfavorable, los miembros de la hinchada buscan “compensar” dicha condición
estructural a partir de la construcción de un sistema de representaciones y prácticas –la cultura del
aguante– diferentes a las convencionales, en la que los recursos desvalorizados o estigmatizados
por otros sectores sociales –la violencia por ejemplo –, aquí se presentan como legítimos y
pueden ser puestos en juego para la obtención de un mejoramiento en la estructura social. A
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veces la pertenencia a la hinchada se puede traducir en una movilidad social ascendente muy
importante, y aunque eso sea una realidad mínima en términos cuantitativos, probablemente
opere como un horizonte de posibilidad para la mayoría de Los Piratas. Pero el principal botín
logrado por los miembros de la hinchada, parece corresponder a la dimensión simbólica. Ellos sí
encuentran efectivamente en la barra una fuente de identificación, reconocimiento, respeto y
prestigio social. Ellos saben que al menos en el campo del fútbol ocupan una posición de poder
significativa. Y todo esto lo logran empleando el recurso de la violencia sobre el cual ellos se
autorepresentan como competentes, cualificados, idóneos, dúctiles, entendidos.
En resumen, la cultura del aguante, es decir, la cultura de la violencia que atraviesa
transversalmente a la hinchada de Belgrano, no es más que uno de los tantos “sistemas
alternativos de prestigio y poder” (Miguez, 2008: 239) que los sectores populares producen y
reproducen con la expectativa de mejorar sus condiciones de vida.
Bibliografía
Alabarces, P. (2004): Crónicas del aguante. Fútbol, violencia y política, Capital Intelectual, Buenos Aires.
Míguez, D. (2008): Delito y cultura. Los códigos de la ilegalidad en la juventud marginal urbana, Editorial
Biblos, Buenos Aires.
Garriga Zucal, J. (2005): Haciendo amigos a las piñas: violencia y redes sociales de una hinchada de futbol,
tesis de maestría en Antropología Social IDES- IDAES, Universidad Nacional de San Martín.
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La regulación del Instituto de Adopción Legal de
menores en Córdoba. Realidad Social y Regulación
Jurídica: Actores, Prácticas y Discursos en la atención
de la infancia abandonada. 1948-1971.62
Dra. Flores María Elena.
(UNVM)
Resumen.
El trabajo de investigación buscó reconstruir los procesos culturales-institucionales creados para
dar respuesta desde el Estado al fenómeno de la infancia pobre y abandonada, centrándose en el
periodo en que se instituye la primera ley de adopción que se legisla en el país y que vendrá a
regular las prácticas sociales de los agentes que desde el Estado reemplazaron paulatinamente las
prácticas de beneficencia.
La investigación esta centrada en la historia de la infancia como construcción social y hace foco
en las figuras jurídicas para los menores bajo tutela judicial previas a la primer ley de adopción y
en los anteproyectos del primer instituto de adopción.
La reconstrucción de las prácticas sociales, institucionales y tutelares que dieron forma y
enmarcaron el instituto de la adopción legal, se analizan desde la perspectiva de una genealogía
que permite contribuir a esclarecer prácticas disciplinares (asistencia social) y dispositivos
instrumentales como la adopción, cuya implementación tardía en el país, vino a legitimar por un
lado la colocación de niños para su crianza en familias no biológicas ( a veces con claro fin de
servicio doméstico a cambio de educación) y por otro lado se promulgó para evitar acciones de
fraude, falsificaciones de actas públicas, alteraciones del estado civil y otros delitos en perjuicio de
niños que eran inscriptos como hijos biológicos aunque no tenían esa condición.
La regulación del instituto de adopción legítima del niño estaba pensada desde la idea de que
muchos matrimonios sin hijos podían materializar desde este instituto su idea de ser padres y de
ser familia, y para el niño adoptado era un acto de “felicidad en su niñez desamparada”, además
de representar para el Estado un beneficio incalculable por que carecía de establecimientos para
albergarlos.
El Objetivo General del trabajo fue analizar la regulación del primer modelo de adopción,
indagando críticamente su implementación y peculiaridad en la jurisdicción de Córdoba;
marcando desde éste, los dispositivos de control social implementados desde el Estado hacia la
Tesis de Doctorado. Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales. Argentina. Doctorado en Ciencias Sociales.
Defendida y aprobada en Setiembre de 2012.
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familia y la niñez pobre y las cosmovisiones y representaciones que poseían los actores
involucrados en la atención de la infancia abandonada y tutelada.
La investigación realizada se propuso indagar en la administración judicial de menores en la
ciudad de Córdoba desde dos dimensiones: como construcción histórico-social63 y como
dispositivo de poder difuso en un conjunto de discursos, leyes, instituciones, intervenciones,
proposiciones morales (Foucault: 1981) que permite poner en funcionamiento mecanismos de
clasificación y control hacia determinado sector de la infancia y sus familias (Donzelot: 1979)
Este enfoque implicó la revisión de la legislación y del campo de la justicia de menores,
específicamente de las prácticas judiciales que dieron forma al abordaje de la “minoridad” en la
ciudad de Córdoba. Estos procesos deben comprenderse no sólo como mecanismos legales sino
como un conjunto de dispositivos y de prácticas de clasificación y control: procedimientos a
través de los cuales determinados sujetos a los que se consideraba necesitados de protección y/o
vigilancia, se vuelven objetos de intervención judicial junto a sus familias.
Desde los últimos años del siglo XX puede visualizarse que, en historiografías, hizo su aparición una mirada sobre
los fenómenos jurídicos menos enfocada en la historia interna del derecho y más “contextualizada” y sensible al
derecho como fenómeno social. La historia de los diferentes campos que pueden incluirse dentro de ese amplio
universo de los “fenómenos jurídicos” se enriqueció con aportes desde una historia social que, a partir del
redescubrimiento de las fuentes judiciales, enfocó la administración de la justicia como escenario de prácticas cuyo
interés y consecuencias excedían el campo meramente jurídico. Cfr. Barriera Darío (2009) (comp.) Justicia y Fronteras.
Estudios sobre historia de la Justicia en el Río de la Plata (Siglos XVI-XIX). Murcia: Editum.
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Cambios en los patrones educativos de la población de
la provincia de La Rioja entre 1991 y 2001. Estudio de
una Cohorte de alumnos de la Universidad Nacional de
La Rioja
Marcos Javier Andrada
(UNLaR – CIECs – CONICET - UNC)
La provincia de La Rioja, con indicadores demográficos similares a los de sus vecinas provincias
del noroeste argentino, hasta 1980 era expulsora de población, con alta natalidad además de tasas
de mortalidad superiores a la media nacional, y con un ritmo de crecimiento que no era
consecuente con el aumento vegetativo que se observaba debido al drenaje constante de las
emigraciones. A partir de la década del 80 el crecimiento poblacional se ha visto acentuado,
llegando su tasa de crecimiento poblacional anual media al 27,8 por mil en el período 1980-91 y a
27,7 por mil en el período 1991-2001.
El crecimiento poblacional originado en la década del 80 puede atribuirse a la promulgación de la
Ley de Promoción Industrial que posibilitó el desarrollo de numerosas industrias, la cuales
pueden considerarse han sido el factor clave que contribuyó a frenar la emigración y a que
muchos individuos eligieran a La Rioja como lugar de residencia.
Por su parte, en la década del 90 la matrícula de la educación superior de la Argentina se expandió
a un ritmo elevado a lo largo de todo el siglo XX y XXI, con una tasa de crecimiento promedio
del 7 por ciento anual. En la provincia de La Rioja, el crecimiento de la matricula fue incluso más
acelerado que el promedio nacional, motivado por la creación de instituciones de nivel
universitario y por la proliferación de carreras de grado en la Universidad Nacional, a partir de su
nacionalización en el año 1996. En los últimos años se había incrementado también la población
en edad de recibir educación superior. Estos hechos ejercieron un enorme impacto sobre la
población, como el que estimularon las leyes nacionales de promoción industrial en su momento.
En el análisis de los componentes demográficos de la población, en el periodo estudiado, se
observan una serie de cambios como el detenimiento de la migración joven y hasta la atracción de
jóvenes de provincias vecinas, la postergación en las uniones de las parejas y una importante
reducción en las Tasas Globales de Fecundidad, así también como una leve disminución de los
niveles de mortalidad, sobre los que la escolarización de la población actuó indefectiblemente.
En esta investigación, en primer lugar, se intenta una aproximación de la descripción de la
situación educativa de la provincia en general, destacando el impacto que las instituciones de nivel
superior tuvieron en la última década y una vez identificado las características de los cambios en
los patrones educativos de la provincia se describen las particularidades socio demográficas de
una cohorte de alumnos, correspondiente al año 2000. En el análisis de la matricula de alumnos,
con una base de datos ad hoc, inédita, se realiza un pormenorizado análisis de evolución de la
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cohorte a lo largo de diez años y se realizan estimaciones de probabilidades de egreso, a través de
un modelo de regresión logística binaria.
Algunos resultados de la investigación, respecto a la situación educativa y demográfica de la
provincia en los años 1991 y 2001, , muestran que los niveles de fecundidad disminuyeron 1.5
hijos por mujer, manteniéndose la TGF en 2.5. Se observó, además una postergación en la
fecundidad.
Referente a la mortalidad, se tomó el indicador de mortalidad infantil. Lo que se observó es que
hubo mejoras, pero que el indicador tenía valores muy altos aún en el año 2001.
La migración fue durante mucho tiempo, al parecer, una salida a la falta de oportunidades de
trabajo, y se trató de una migración dirigida hacia los grandes centros urbanos del país, con
calificaciones muy bajas de las personas a excepción de la migración dirigida al sur del país.
Los indicadores educativos clásicos estimados en la primera parte del estudio, demostraron una
“mejor” situación educativa de la población de la provincia en el año 2001, en relación a lo
observado en el año 1991. Esta mejora, es tal en términos de cobertura
En el análisis de la evolución de los indicadores educativos, sobre sale el incremento de la
matriculación en nivel terciario.La población de nivel terciario paso de representar el 2.5% del
total de la matricula provincial, en el año 1991, a casi el 10% de la misma, en el año 2001, según
datos censales. En la ciudad capital de la provincia la EPH registra casi el triple de población que
había cursado o cursó estudios universitarios y alcazaba a quince mil individuos. El cambio en los
patrones educativos fue más elocuente en el nivel superior, dado a que responde a una demanda
de educación terciaria de más de un siglo en la provincia.
Con la radicación de las universidades, el derecho a una educación para todos, principal postulado
de la UNESCO en la última década, había comenzado a gestarse en el ámbito provincial para la
educación universitaria.
Por su parte los registros administrativos de la cohorte estudiada, de la Universidad Nacional de
La Rioja, y la aplicacion de la Regresión Logistica, sobre los datos de la matricula de la cohorte
del año 2000, lo trascendental del primer y segundo año de estudio en el éxito académico. Las
Tasas de Ingreso – del 66% de alumnos inscriptos- estimadas traen luz sobre un gran recorte
inicial, hacia lo que finalmente se constituirá como alumno universitario y luego de un periodo de
estudio en el fin último de los estudios universitarios, un graduado.
A su vez, el modelo estimado pone a la luz que es la población joven la que tiene más chances de
egresar. Este dato, no menor, indica que el derecho a educación para todo es, en cierta forma,
para las generaciones nuevas.
Respecto al género, se muestran algunos avances en la participación femenina en los estudios
universitarios, en sintonía con la ya comprobada feminización de los estudios universitarios en el
país.
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