El inmigrante y la Jerusalén celeste

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El inmigrante y la Jerusalén celeste
JTosé
Leonardo
Tonus
aller
de Letras
N° 44: 21-34, 2009
El inmigrante y la Jerusalén
celeste
issn 0716-0798
El inmigrante y la Jerusalén celeste
The Immigrant and the Celestial Jerusalem1
José Leonardo Tonus
Université de Paris-Sorbonne, Francia
[email protected]
Para la crítica brasileña, la obra Canaã de Graça Aranha surgiría de los llamados romances
ideológicos y/o romances de ideas, según las definiciones del escritor francés Paul
Bourget. A pesar de ello, la presencia de estructuras del Bildungsroman, la reducción
del esquema actancial, el empleo de juegos de contrastes, de la redundancia, de
amalgamas y de parábolas, contradicen tal hipótesis. La macroestructura de Canaã
señala, antes, rasgos relevantes propios de la escritura del romance de tesis.
Palabras clave: immigrante, romance de tesis, ideología, Bildungsroman.
For the Brazilian critic, the novel Canaã of Graça Aranha is close to the ideological
novels and/or the idea novels as they have made prominent by the French writer Paul
Bourget. The presence of the Bildungsroman structures, the reduction of the actant
model, the techniques of contrasts, the redundancies, the amalgamations and parables
contradict this hypothesis. The macrostructure of Canaã points rather to the relevant
features of the roman à thèse.
Keywords: Immigrant, Roman á thèse, Ideology, Bildungsroman.
Fecha de recepción 28 de octubre de 2008
Fecha de aprobación: 11 de marzo de 2009
1  Este
estudio se inspira en gran parte de los conceptos desarrollados por Susan Suleiman
en su libro Le roman à thèse (1983).
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Aclamado al momento de su publicación, el romance Canaã de Graça Aranha
fue, desde la perspectiva de las vanguardias modernistas, blanco de una
crítica bastante severa acerca del malogro de su proyecto estético. Para
algunos críticos, el fracaso del romance como experiencia artística estaría
directamente vinculado a la pluralidad de los registros, tonos y posicionamientos estéticos que posee. Con el deseo de escribir un romance total que
alcanzaría poesía, verdad, conceptos, críticas y creación, Graça Aranha,
según Lúcia Miguel Pereira, “cayó en los efectos casi siempre inherentes a
las obras que pretenden la grandiosidad” (Pereira 241-2). Afrânio Coutinho
subraya el carácter monumental de la obra, definiendo como su principal
defecto la ausencia de una sólida función estética y ontológica. Para Coutinho,
Canaã no es un romance, sino apenas un libro “sin ningún interés” (Coutinho
174). La grandiosidad y la hibridez que afectan al texto de Graça Aranha
explican de la misma manera la decisión de Massaud Moisés de inscribir la
obra dentro de los parámetros clásicos del género romanesco, tal como se
verifica a lo largo de su recepción crítica. Desde su publicación, Canaã fue
asociado a las más diversas corrientes estéticas de final del siglo XIX e inicio
del XX: realista/naturalista, estética parnasiana, impresionista, simbolista
o art-nouveau.
Esta interpretación crítica instala una cierta confusión conceptual en torno a
este romance, pero a pesar de ello existe un fuerte consenso en no incluir el
texto en las categorías del romance de tesis. Para Afrânio Coutinho, Roberto
Schwarz, Aurélio Buarque de Holanda y Wilson Martins, Canaã se aproximaría
a los llamados romances ideológicos y/o romances de ideas, según las modalidades definidas por el escritor francés Paul Bourget a fines del siglo XIX.
Esta opinión es compartida por el crítico José Paulo Paes, quien en el ensayo
“As idéias filosóficas em Canaã” explica su hipótesis a partir de tres argumentos principales: la presencia de una estructura dialogística cuyo contrapunto
argumentativo rechaza cualquier síntesis dialéctica; la inexistencia de una
tesis coherente, situación que viene atenuar el valor monológico del texto;
y la ausencia de un verdadero antagonismo entre los personajes, quienes,
marcados por una hibridez latente, defienden argumentos complementarios
y/o contradictorios al proyecto doctrinario determinado por el autor.
Un análisis detallado de las modalidades del romance de tesis, de la forma
cómo se construye a lo largo del siglo XIX, nos lleva a contradecir tal hipótesis. Por un lado, el género de tesis no excluye ni imposibilita la presencia
de estructuras dialogísticas y argumentativas divergentes; y por otro lado,
la evolución de los personajes en el momento de esas alteraciones no perturba la enseñanza doctrinal que el texto pretende. La hibridez constituye
una de las características fundamentales del género de tesis que describe de
manera concomitante un movimiento multiplicador/plural (la ficción) y uno
simplificador/el esquema (la tesis). El romance de tesis (romance y tesis a
la vez) incluye además de los elementos doctrinales elementos de la ficción,
que no solo justifican, rellenan y singularizan el espacio diegético, sino que
también escapan a la red demostrativa y argumentativa del texto. Para que
la argumentación doctrinal sea legible y no presente contradicciones, el autor
del romance de tesis tiende a eliminar (o reducir) de su texto los aspectos
de ficción tradicionales a través de una serie de estrategias narrativas que
podemos observar en el romance de Canaã: el empleo de las estructuras del
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aprendizaje ejemplar positivo y negativo, la reducción del modelo actancial,
la presencia de juegos de contrastes, la utilización del sistema de redundancias, las amalgamas y las parábolas.
Los aprendizajes ejemplares
Desde el punto de vista sintagmático, la estructura narrativa del Bildungsroman
se apoya en un proceso de transformación que afecta directamente al sujeto
(héroe) mediante las pruebas a las que está sometido y que debe superar
para alcanzar el conocimiento de sí mismo y penetrar en el universo de la
acción. Estas pruebas atestan el final de su periplo, del éxito y de los objetivos
preliminares preestablecidos por la lógica textual. Las aventuras que atraviesan los personajes del Bildungsroman constituyen el preludio de una nueva
existencia como manifestación de lo verdadero, razón por la cual la intriga
de este romance es conducida esencialmente por personajes jóvenes cuyo
periplo (positivo o negativo) termina en el umbral de un futuro próximo.
Canaã evoca la aventura de dos jóvenes inmigrantes alemanes idealistas
quienes, desilusionados con la Europa decadente de fin de siglo, se instalan
en Brasil para poner en práctica dos proyectos diferentes de civilización. El
periplo brasileño, marcado por innumerables pruebas, altera profundamente
la cosmovisión de los personajes que, en función de la lógica extratextual (la
tesis), son conducidos a una situación de éxito y/o de fracaso y de acción
y/o pasividad2.
La afirmación del error y la pasividad de Milkau, uno de los personajes del
romance, se manifiesta una vez en Brasil cuando pone fin a su errancia iniciada en Europa. Allí Milkau acredita haber encontrado una civilización pura
y protegida contra la influencia nefasta del espíritu decadente europeo: “Era
isto que eu procurava, dizia Milkau a Lentz, quando passeavam pelo terreiro
ao ritmo da música, e olhando a cena. Era isto que eu procurava, e que enfim
achei. […] Viver no meio de gente simples, partilhar com ela o seu doce
equecimento da dor, matar o ódio (94). A partir de la visión adámica de la
sociedad brasileña, Milkau proyecta la construcción de una nueva humanidad
fraterna. El espacio brasileño responde a las expectativas del personaje y
a sus inquietudes metafísicas, en la medida en que encarna el inicio de un
proceso de restauración cíclica anunciada en los textos apocalípticos.
E Milkau ia lentamente adormecendo, feliz e sossegado naquela benfazeja noite tropical, no meio de homens primitivos, no seio de uma
nova terra suave e forte; e o que era cisma da vigília se ia pouco a
pouco transformando no puro sonho em que ele entrevia num horizonte
luminado, surgindo docemente, uma nova raça, que seria a incógnita
2  Las
trayectorias paralelas de Milkau y Lentz pueden ser resumidas en las ecuaciones
siguientes:
1. Milkau – periplo positivo: afirmación del error (Milkau / elemento transformador / rechazo
del error y afirmación de la verdad (Milkau 2) Milkau (pasividad) / Milkau 2 (acción).
2. Lentz – periplo negativo + periplo positivo: afirmación del error (Lentz 1) / ausencia del
elemento transformador / inscripción definitiva del personaje en el error (Lentz 2) / afirmación
del error (Lentz 3) / elemento transformador + reconocimiento del error / afirmación de la
verdad (Lentz 4). Lentz 1 (pasividad) / Lentz 2 (pasividad) / Lentz 3/4 (acción).
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feliz do amor de todas as outras, que repovoria o mundo e sobre a qual
se fundaria a cidade aberta e universal, onde a luz se não apague, a
escravidão se não conheça, onde a vida fácil, risonha, perfumada, seja
um perpétuo deslumbramento de liberdade e de amor. (64)
Las pruebas a las cuales el personaje se enfrenta se inician en la segunda mitad
del romance, cuando Milkau conoce la falta de integridad de los habitantes del
nuevo mundo. El personaje condena el discurso nacionalista y xenófobo de
los representantes del gobierno brasileño, al igual que la inmoralidad de los
mulatos. La actitud de los carceleros quienes intentan abusar sexualmente de
Maria Perutz, es en este sentido significativa. Por otro lado, Milkau se indigna
con los mezquinos colonos alemanes quienes incriminan injustamente a una
joven colona en la muerte de su hijo. Tales pruebas alteran profundamente
la visión que Milkau tenía del espacio americano. Ellas matizan el cuadro
idílico que el personaje pintara de la sociedad brasileña a su llegada. Porto
do Cachoeiro, otrora cuna de la nueva humanidad, se transforma al final del
romance en un espacio disfórico compuesto de ruinas humanas.
No dia seguinte, chegando ao Cachoeiro, a cidadezinha não tinha mais
para ele o encanto daquela primeira manhã, em que a saudara como
filha do sol e das águas. […] Sobre as ruas barrentas, descalçadas,
erguiam-se, olhando para o rio, casas desiguais, sem arte, feita às
pressas, como para um povo apenas acampado sobre a terra. Eram
pequenos sobrados,verdadeiros aleijões dolorosamente nus, fazendo
ver nas linhas inconscientes figuras deformadas de seres monstruosos. E aí, na embrionária e abortada cidade, a gente grosseira e rude
mostrava o ar ambrutecido, torturado pela ávida cobiça… tudo o que
era natureza tinha o aspecto sinistro, trágico, desolador, e o que era
humano, mesquinho e ridículo. (167)
La toma de conciencia conduce al personaje a una transformación que, dentro
de su proceso formador, se concretiza en las últimas páginas del romance, en
el momento en que reconoce la equivocación y decide retomar su proyecto
de civilización más concretamente. Tal cambio, sin embargo, no altera la
tesis defendida por el protagonista que refiere a la formación de una civilización fraterna, la diferencia ahora es la manera como esta será puesta en
práctica. En los romances de tesis, la toma de conciencia del héroe sobre el
aprendizaje positivo encuentra su esencia en el momento en que él adquiere
el conocimiento de una verdad objetiva y totalizadora. En otros términos,
en los romances de tesis la adhesión (o confirmación) a la doctrina garante
de la autenticidad del ser está definida en función de esta (Suleiman 95),
esto le asegura, por otro lado, el paso de un estado de pasividad a uno de
acción, como lo muestra el explicit del romance con la escena de la fuga
de la pareja adámica. “–A terra de Promissão, que eu te ia mostrar e que
também ansioso buscava, não a vejo mais... ainda não despontou à Vida.
[…] Sejamos fiéis à doce ilusão da Miragem. Aquele que vive o Ideal contrai
um empréstimo a Eternidade” (193-4).
En lo que se refiere al aprendizaje de Lentz, esto se articula en un primer
momento en una total ausencia de los elementos perturbadores que
puedan transformar la cosmovisión del personaje y debilitar su proyecto
asimilador.
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E Lenzt via por toda a parte o homem branco apossando-se resolutamente da terra e expulsando definitivamente o homem moreno que
ali se gerara. E Lentz sorria com orgulho na perspectiva da Vitória e
do domínio de sua raça. Um desdém pelo mulato, em que ele exprimia o seu desprezo pela languidez, pela fatuidade e fragilidade deste,
turvou-lhe a visão radiosa que a naturea do país lhe imprimira no
espírito. (65)
Inalterable a lo largo del romance, este proyecto se concretiza en el penúltimo capítulo cuando a la naturaleza nietzscheana del personaje se asocian
ideales evolucionistas y eugenistas: “Deliciou-se extasiado nos olhos da sua
raça, nos cabelos, nos membros e traços de glória, em que cada um resumia
abeleza e a força do Universo… E tudo era belo, e tudo era bom, porque
tudo era ele” (185). La materialización del proyecto eugenista, sugerido en
el texto por la multiplicación del personaje, se acompaña de una súbita toma
de conciencia: Lentz lastima su estado de ceguera en el cual se encuentra
desde su partida hacia Brasil. “Ah: como tenho saudades dos meus sonhos
de audácia, dos meus desejos de ambições… E tudo isto, que eu e ele ambicionávamos fazer, é nada. Encontramos no nosso caminho a dor mesquinha
e poderosa, e ela nos guia e nos transforma” (186).
Tales conclusiones le llevan a adherir al proyecto de civilización defendido
por Milkau: “Na rua, quando saíram da cadeia, Milkau ouviu como um eco
do seu próprio coração, estes murmúrios: –Pobre mulher! Como é triste
a vida! Era o novo Lentz que falava” (186). Gracias a esta transformación
in extremis, Lentz abandona su proyecto inicial, lo que dentro de la lógica
narrativa lo lleva a inscribir su trayectoria en un proceso de formación positiva a la imagen del periplo realizado por su compañero de viaje. El coup de
théâtre en el cual el periplo de Lentz se termina, no es un caso aislado en las
narrativas doctrinales marcadas por los trayectos del aprendizaje negativo.
Según la crítica Susan Robin Suleiman, estas situaciones son frecuentes en
los romances de tesis de cuño católico que, por esta estrategia narrativa,
acentúan el aspecto litúrgico del texto. El aprendizaje ejemplar negativo
puede acompañarse de una última conversación que corrobore el desarrollo
doctrinal de la narrativa y confirme al lector el único camino interpretativo a
seguir. La disfunción binaria existente entre la formación ejemplar positiva
y negativa constituye el principal elemento estructural del romance Canaã,
cuya constelación actancial es extremamente reducida.
El esquema actancial reducido
En las narrativas de tesis, y en particular en los romances que utilizan paralelamente los programas del aprendizaje positivo y negativo, las funciones
de sujeto, objeto y destinatario, se desarrollan alrededor de un actor único:
el propio héroe positivo. En Canaã el sujeto de aprendizaje, Milkau, existe en
función a un objeto (la implementación en Brasil de una nueva humanidad
mestiza y fraterna), que es un proyecto utópico que finalmente no se realiza.
Frente a esta imposibilidad, se observa en el texto una transformación del
objeto actancial inicial luego de la toma de conciencia del personaje. Como
los romances de formación clásica, lo que prima en Canaã no es tanto la
obtención de un objeto externo a la diégesis, sino la consecución de una
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reflexión acerca de este, realizada por el héroe, auténtico portavoz de un
discurso considerado como verdadero. Desprovisto de su función actancial
de objeto, el proyecto ideológico asume en el romance un papel meramente
de ayudante, ya que el proceso narrativo se concentra en torno a la figura
del héroe positivo. Objeto de acción, Milkau asume en Canaã, igualmente,
la función de destinatario de la diégesis.
Según el modelo de Greimas, el destinatario define la entidad en beneficio
de la cual actúa el sujeto diegético. Esta entidad es comúnmente asociada
a la figura de la comunidad (lector) que comparte la enseñanza ideológica
que le está dirigido. En el caso de Canaã, el sincretismo de la acción que
sufre el romance afecta tanto a los papeles del destinatario como a los del
sujeto diegético. Tal proceso repercute directamente en el periplo narrativo
del sujeto, aquí centrado en la ejecución de un acto contractualmente aceptado desde el inicio del romance. En suma, la formación de Milkau, sujeto,
objeto y destinatario de la acción de la narrativa, no lleva a ningún descubrimiento, solo a lo previamente formulado en el principio de su periplo. Esta
situación produce un efecto de circularidad textual que viene a corroborar
el carácter monológico del romance reduciendo, por otro lado, las funciones
del destinatario.
En gran parte de los romances de formación de cuño doctrinal las figuras
del destinatario y del ayudante se funden en una misma entidad paterna
elegida por el héroe, modelo diferente del heredero biológico natural. En
este romance, el padre espiritual se transforma en el transmisor de un saber,
ayudante en el proceso de formación y de transgresión del sujeto. En los
romances de aprendizaje ejemplar positivo o negativo la orfandad es casi una
condición sine qua non del proceso de formación del héroe, cuyo periplo se
organiza en torno de una dicotomía latente entre el rechazo y la aceptación
de valores ultrapasados o innovadores. Esto explica las razones que llevan
a Milkau a negar los valores sociales y morales defendidos por su padre
biológico, así como el paseo de sus compatriotas expatriados. “Os que se
colocam no passado, aqueles cujas almas se fazem artificialmente antigas,
esses são os verdadeiros inimigos do gênero humano, são os pregadores da
desordem, os profetas do tédio e da morte” (149).
Los efectos de sincretismo actancial son también de gran relevancia en la
elaboración del programa narrativo de Lentz, sobre todo si tenemos en cuenta
la ausencia de las funciones de ayudante en su periplo debido al aspecto
degradado del objeto al cual aspira el personaje. Reducidas o inexistentes,
las funciones vendrán a desempeñar un papel relevante en el camino del
personaje solo después de su conversión in extremis. A partir de este momento, se puede observar un profundo cambio en la constelación actancial
del periplo negativo de Lentz, ya que Milkau pasa a ser su compañero de
viaje, asumiendo al mismo tiempo los papeles de destinatario y ayudante.
Esta aproximación está largamente preparada en el texto y sugerida en la
pre-formación de Lentz, quien como Milkau rompe con los vínculos familiares
y sus imperativos morales.
No meu grupo social formou-se em torno de mim uma atmosfera de
reprovação. […] Então fugi, deixando os meus estudos de universidade,
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a minha posição, a minha família, a minha fortuna. […] E parti então
para a virgindade destas selvas, com o ímpeto de viver nelas solitário,
na exaltação do meu ideal, ou de de um dia as transformar em um
império branco, que é o desejo e a razão do meu sangue. (40-1)
En Canaã los protagonistas conocen una situación de orfandad voluntaria
que anuncia, por rechazo de transmisión de valores, la posibilidad de una
formación y la génesis de esta. Toda la formación del héroe ejemplar positivo
y/o negativo es, en este sentido, redundante a su preformación. De hecho,
antes de su llegada a Brasil, Milkau niega el conservadurismo paterno, el
idealismo contemplativo romántico que lo llevara a refugiarse en el alto de
una montaña en Bavaria y el cosmopolitismo del universo mundano urbano
de Berlín. Pues, tales etapas son redundantes a las pruebas que el personaje
será confrontado en Brasil y que intervienen posteriormente en la historia en
el momento en el cual parece tener ya cumplida su formación. Inverosímil
desde el punto de vista de la lógica narrativa, tal redundancia es, sin embargo,
fundamental en el proceso de legibilidad ideológica del romance.
Redundancias y contrastes
Todos los actos comunicativos se realizan a partir de redundancias sintagmáticas o semánticas que aseguran la cohesión y la comprensión del texto. En
los romances de tesis tales efectos se asocian a la necesidad de legibilidad
discursiva, presentes en estos textos sobre la forma de un procedimiento
anafórico que, tanto a nivel de la narrativa como de la diégesis, permiten
desambiguar la información transmitida. A nivel de la narrativa, los juegos
de redundancia se verifican en las relaciones existentes entre las acciones
de los personajes y los comentarios realizados por la voz narrativa o sus
mediadores. En este caso, lo más importante, no es tanto la frecuencia de
los comentarios dentro del espacio diegético, sino el efecto de repetición.
Las constantes alusiones reflexivas acerca del nacionalismo, del patriotismo
de los personajes son en este sentido significativas. En el capítulo VIII, por
ejemplo, Milkau y Lentz discuten sobre el significado del sentimiento patriótico como elemento definitorio del carácter del ciudadano.
– Mas o que è Pátria?
– A Pátria… ora Milkau, tu não sabes? É a raça, uma civilização particular que nos fala no sangue, o nosso eu, a nossa própria projeção
o mundo, a soma de nós mesmos multiplicados ao infinito. Não há
ninguém que fuja da sua atmosfera… Imortal!
– Não me querido Lentz, a Pátria é uma abstração transitória e que
vai morrer… Sobre ela nada se fundou. Nem arte, nem religião, nem
ciência. Nada, absolutamente nada tem uma forma elevada, sendo
patriótico. O gênio humano é universal… Pátria é pequenina, mesquinha, uma limitação para o amor dos homens uma restrição que é
preciso quebrar. (148-9)
Pues el posicionamiento de Milkau ya aparece en una escena del capítulo
precedente con Brededores, personaje patriota y ufanista. Su actitud xenófoba y la manera despreciativa con la cual trata a los extranjeros ejemplifican
la hipótesis argumentativa (el patriotismo es contrario a una ideología de
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fraternidad universal) formulada y comentada a posteriori por Milkau y Lentz.
“Admira-me ouvir de dois magistrados uma tal linguagem. Não há mais patriotismo, não há mais nada. Os senhores podem querer entregar a Pátria ao
estrangeiro, podem vendê-la, mas enquanto houver um mulato que ame este
Brasil, que é eu, as coisas não vão tão simples, meus doutores” (117).
Esta demostración será, finalmente, retomada en los últimos capítulos del
romance, bajo la forma de una conclusión dialéctica, expresada esta vez por
Paulo Macial, alter-ego de la instancia autorial.
No Brasil a grande massa da população não tem esse sentimento;
aqui, há um cosmopolitismo dissolvente, não que seja a expressão
duma larga e generosa filosofia, mas simples sintoma de inércia moral,
indício da perda precoce de um sentimento que se deve casar com
os estado atrasado de nossa cultura. Note que os poucos patriotas
que temos são ainda homens de ódios, de sangue, enfim logicamente
selvagens. (176)
Los efectos de la redundancia dada a nivel de la historia, a su vez afectan
la caracterización de los personajes, la definición de sus caracterizaciones y
de sus funciones sintagmáticas, de acción y de interpretación. El agrimensor
Felicíssimo, por ejemplo, sugiere una jovialidad excesiva que se adecua a su
benevolencia y a su actitud altruista. Los juegos redundantes explican las
razones que llevan al personaje a enterrar al joven colono muerto devorado
por los perros. Por otro lado, en ningún momento Felicíssimo comparte el
preconcepto de los habitantes de Porto do Cachoeiro que, posteriormente,
irán a despreciar a la pobre Maria Perutz. Su bondad superlativa se opone,
finalmente, al oportunismo y la concupiscencia de los representantes de la
justicia brasileña y, en particular, al del mulato escritor asociado en el romance a un gato traicionero (110).
Milkau y Lentz tampoco escapan de la fuerza de los juegos de redundancia
que se cristalizan en las metáforas antitéticas del agricultor/cazador a lo
largo del romance.
Milkau era agricultor por instinto, e todas as suas faculdades de atenção,
de imaginação, as empregava com desvelo e ardor no trabalho coma
as próprias mãos, que enobrecia o ser destino humano. Lentz era o
caçador. Restringido a um círculo de limitava atividade e selvagem
civilização. […] Um oferecia ao mundo façanhas, matanças, sacrifícios
de sangue, e o outro, simples labrador, frutos da terra, flores do seu
jardim (146)
Tales calificativos sintetizan las actitudes y los comportamientos de los
personajes, en particular en relación al espacio autóctono brasileño. Como
agricultor, Milkau sugiere una creencia indiscriminada en el proceso del
enraizamiento del elemento extranjero en el territorio nacional mediante
un proceso de aculturación, a partir de una fructificación de la nueva raza
mestiza de raíz esencialmente blanca. Lentz, a su vez, es el asimilador que
encierra el espíritu del cazador nómada desvinculado de la tierra y llevado
por el deseo de destrucción de los otros. Estas oposiciones evidencian un
sistema dualista sobre el cual recae una buena parte de la lógica narrativa
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del romance. Es, de hecho, relevante la importancia en Canaã de la figura
del doble que, gracias a un juego de contrastes (ejemplos y contraejemplos),
reduce considerablemente las posibilidades interpretativas del texto: brasileños versus alemanes; la vitalidad de la raza alemana (el tourino Schultz)
versus la indolencia de los mulatos; el vigor de las polcas y vaslas versus los
lunduns melancólicos; la pobreza de la hacienda Samanbaia (encarnación
del sistema patriarcal) versus la riqueza de Porto do Cachoeiro (el universo
capitalista de las colonias); la sagacidad de los alemanes versus la adaptabilidad y franqueza moral de los autóctonos; la corrupción, el desprecio
para con los otros y la sensualidad perversa de los representantes de la ley
(Pantojo y Brederodes) versus la bondad extrema y el altruismo de Felicíssimo
y Joca; el servilismo grotesco de Itapecuru, incapaz de cualquier reflexión,
versus la clarividencia de Paulo Macial. Las ambivalencias llaman además a
un juego intertextual, cuya oposición circunstancial inscribe a los personajes
en la tradición relatos bíblicos.
Intertexto, amalgamas y exempla
En Canaã, el intertexto bíblico participa activamente en la elaboración de
la tesis en la medida en que confiere a la diégesis un tono próximo al de la
predicación, adaptándose a las exigencias pragmáticas del romance, lo que
explica las diversas alteraciones que el texto bíblico sufre a lo largo de la
obra. En el relato bíblico acerca del destino trágico de los hermanos Caín
y Abel, por ejemplo, Dios exige una prueba de la fidelidad a los hermanos
adámicos. Abel, el pastor, le ofrece corderos recién nacidos y Caín, el agricultor, frutas de su producción. Yahvé rechaza la oferta de Caín, quien con
envidia, asesina su hermano (Génesis 4, 1-10). En Canaã se verifica tanto
la inversión de los papeles diegéticos, como la ausencia del desenlace trágico: el sacrificio de la sangre es aquí rechazado. Un tratamiento similar a
este episodio puede ser observado en la elaboración del personaje de Maria
Perutz que el autor aproxima de las heroínas trágicas marcadas por la fuerza
ineluctable del destino, asociadas, en el contexto religioso, a la figura de las
santas martirizadas. En este sentido, el lector ve en Maria Perutz la imagen
de María Magdalena tanto como la figura de la Virgen María. A lo largo del
romance, Maria Perutz encarna sucesivamente el papel de la mujer libertina, de la madre y de la hermana de Milkau, a quien abre las puertas de
su prisión espiritual durante su encarcelamiento: “Desde aquele momento
a vida de Milkau transformou-se de novo. Todas as forças no seu coração
votou-se à defesa e salvação de Maria […] E ela, como sombra, sempre o
seguindo, sempre atrás… Outras vezes, não contava; lia-lhe poemas, de que
não percebia bem o sentido, mas cuja misteriosa música vibrava chorando
perfidamente sem saber por quê” (171). En esta escena se inicia la formación
espiritual de la joven colona, cuyo tono bíblico la aproxima a las llamadas
Bienaventuranzas del Sermón de la Montaña, evocado en el Evangelio de
San Mateo (Mateo 5, 1-2). La conversión definitiva del personaje se realiza
solo en las últimas páginas del romance cuando, por razones de estrategia
discursiva, Maria Perutz es asociada a una nueva Eva redimida de sus pecados: la luz inspiradora de Milkau.
Apenas na sua frente uma visão deliciosa era a transfiguração de Maria.
Animada, transmudada pelo misterioso poder do Sonho, a Mulher enchia
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de novas carnes o seu esqueleto de prisioneira e mártir; novo sangue
batia-lhe vitorioso nas artérias, inflamando-as; os cabelos cresciam-lhe
milagrosos como foresta douradas deitando ramagens, que cobriam e
beneficiavam o mundo, os olhos iam iluminando o caminho, e Milkau
envolto na foco dessa gloriosa luz, acompanhava em amargurado
êxtase a sombra que a arrebatava… Corriam… corriam… (193)
Frecuentemente asociado a la figura del peregrino y del Mesías errante, Milkau
actúa como anunciador de la palabra divina de la fraternidad universal guiando
al pueblo brasileño en dirección de la Nueva Jerusalén y convirtiendo a los
infieles a través del indulto de sus pecados. Es gracias a Milkau, que Lentz
abandona in extremis el camino del pecado del individualismo nietzscheano y
que Maria Perutz se libera de los siete demonios que la atormentaban (Lucas
2, 8 y Marcos 16, 9). A lo largo de su camino espiritual, Milkau enfrentará
diversas pruebas y, como Cristo, será presa de los ataques del tentador. Su
primera tentación, que será física, se desarrolla en la escena que evoca la fuga
de la pareja de Porto do Cachoeiro. El personaje conduce Maria Perutz hasta
otra colonia con la meta de salvarla de la injusticia de los hombres. Mas, por
la noche, durante un paseo en la casa de un colono, Milkau es asolado por
fuerzas malignas y un deseo hasta ahora desconocido por el cuerpo de Maria
Perutz. Milkau consigue, sin embargo, dominar sus pulsiones animales.
O homem forte ficou envergonhado desse momento de loucura, e,
abrindo a janela, pôs-se a cismar debruçado sobre a Noite divina…
Amaldiçoou-se e teve nojo de si; viu-se o ludíbrio do desejo e estre da
redenção […] De manhã, ao deixarem a casa, o velho os acompanhou
até à porta do jardim encontado, sorrindo-lhes com carinhosa malícia,
como se constuma sorrir aos noivos. Maria retribuiu a saudação sem
saber o que esta dizia. Milkau sentiu uma pungente tortura com aquele
sorriso; mas logo, erguendo a cabeça, partiu altivo, como o vencedor
de si mesmo. (144-5)
La segunda tentación, más espiritual, intervendrá en el final del romance
cuando Milkau en la cumbre de la montaña revela su profunda incomprensión acerca de la perversidad humana. La situación narrativa, así como el
estado de perturbación en el cual se encuentra el personaje, establece un
vínculo intrínseco con la escena de Gethsemani que evoca la angustia y las
dudas de Cristo frente a su muerte futura3. “No silêncio dos ventos, cabaras aconchegadas aos filhos roçavam-se nos oitões das ruínas, ruminando
preguiçosas... Pássaros no céu, desmaiado buscavam o pouso da noite...
Àquela hora, no teatro da Agonia, Milkau cismava” (188).
En este mismo capítulo, las dudas vuelven a asolar el espíritu de Milkau y
este, tentado otra vez por el demonio, piensa suicidarse para escapar a la
decadencia de la civilización.
Não há mais nada a fazer… mais nada… Só, só… a morte… Maria resistia com fúria, debatendo-se nas mãos fortes do homem; rolaram
por terra confundidos, lutando, destruido-se, alucinados, doidos… O
3  Mateo
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26, 36-46; Lucas 22, 39-46; Marcos 14, 32-42; y Juan 17, 1- 26.
José Leonardo Tonus
El inmigrante y la Jerusalén celeste
calor da mulher, já olvidado, incendiava-o implacavelmente agora; e
no combate ele a estreitava com veemência, com ardor, beijando-a
febbrilmente, ferozmente. Também ela se apertava com fúria a ela,
num acordar violento das suas entranhas… A tentação satânica da
morte era mais poderosa… (192)
Tal como Cristo, Milkau sale victorioso de sus pruebas: “Num momento,
galgaram o alto da montanha, e pasmaram a vista nos livres descampados
por onde descia a estrada. A agonia de Milkau se desmanchava à vista da
planície dilatada e benfazeja, os ruídos desesperados e atraentes do rio
morriam atrás, o abismo negro e assombroso passava como o tormento de
uma vertigem” (192).
Paralelamente los juegos intertextuales verifican en Canaã una cierta tendencia al entrelazamiento de los rasgos característicos de los personajes
con sus elementos culturalmente reconocidos. En el romance doctrinal, los
atributos conferidos a los personajes reconocidos por la comunidad (lector)
son de este modo relacionados con rasgos cuya pertinencia es ideológica.
Tal proceso acentúa el efecto-personaje y hace que los protagonistas surjan
naturalmente dentro del espacio diegético. Hijo de un general prusiano, Lentz
encarna en el romance el tipo de Bismarck por excelencia, según los modelos
definidos por el contexto histórico en el cual la obra se encuentra, la postguerra franco-prusiana marcada por las ideologías de latinidad de la cual Graça
Aranha siempre fue un ferviente defensor. Patriota y adepto del expansionismo
germánico, Lentz es un guerrero nato. Su individualismo exacerbado es un
reflejo de su espíritu nietzscheano, sinónimo, en el romance, de decadencia
moral. Desprovisto de valores éticos y morales, Lentz rechaza durante su
juventud los valores de su clase y la existencia divina. “Amei uma mulher,
que pensei ser a criatura sublime, que fraca ama o forte, que humilde ama
o soberbo. E nós fomos assim, pelo caminho suntuoso da minha fantasia,
arrastando-a eu após mim. […] Minha amada conheceu vibrações infintas
da volúpia, minha amada amada amou no sangue, na carne, e depois disto
eu a julgava recompensada e feliz” (40).
Al contrario de Lentz, Milkau es originario de Heidelberg, cuna tradicional del
pensamiento romántico filosófico alemán. En la obra él es descrito como un
idealista cuyo altruismo, de cuño tolstoiano, influencia su comportamiento.
Amor e ideal filosófico se confunden en el personaje transformándole en un
asceta casto:
Aos dez anos o amor começou em mim, mas, como tudo que nasceprematuro, essa paixão de infância foi meio doença, meio êxtase místico.
O que há em mim de sentimento religioso se desenvolveu então na
adoração daquilo que eu buscava. […] A morte dela veio habitar a
minha existência, e não me consolei longo tempo, até que outro amor,
e esse o grande, o único, me viesse possuir para sempre. (39)
En lo que se refiere a Maria Pertuz, ella se aleja del modelo realista en el
cual el autor se inspira (ver Roche), ya que al contrario de su ancestral
Guilhermina Lübke, ella no asesina a su hijo. La muerte involuntaria del recién
nacido se inserta, antes, en una lógica trágica sugerida en el texto por la
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situación narrativa: el agotamiento de la colona en el momento del parto y la
imposibilidad de proteger a su hijo de la furia de los animales famélicos. En
ningún momento Maria Perutz rechaza al recién nacido ya que ella continúa
queriéndolo incluso después de su muerte. La escena en la cual la colona
asiste al entierro del hijo de Otto Bauer, en este sentido es muy significativa.
Su tristeza, resultante de la inversión semántica conferida a la caracterización del personaje, la exime de cualquier culpa y acaba por inscribirla en la
tradición marianista. “E Maria, na sua sensibilidade desvairada, ia ouvindo, ia
vendo o enterro do próprio filho, levado pela música macabra do desfolegar
dos porcos… Com o rosto decomposto, os cabelos pendentes, a boca cerrada,
numa contorsão, ficara hirta, agarrada às grades… Da multidão, só Milkau
olhava para ela, tomado de uma compaixão infinita” (174).
El intertexto bíblico desempeña un papel central en la revelación del significado profundo del romance Canaã. Su recurrencia y los procedimientos
de amalgamas al cual está sometido, llaman a un cuestionamiento acerca
de la arquitectura textual de la obra próxima de otros géneros doctrinales
comúnmente utilizados en los relatos bíblicos: la parábola y los exempla.
Parte integrante de la inventio clásica, la figura del exemplum designa, como
lo indica su nombre, un ejemplo al público con el objetivo de persuadirlo
por inducción analógica. Los exempla toman frecuentemente la forma de
una comparación o de una alusión histórica, a partir de la cual el orador
saca conclusiones relativas al presente. La brevedad de su forma, el aspecto
anecdótico de su historia, la univocidad semántica de su programa textual
y sus fuentes de inspiración de origen folclóricas, aseguraron convertir a
esta figura en un gran suceso durante la Edad Media, cuando los predicadores la utilizaban para difundir doctrinas y las enseñazas de la Iglesia.
Aristóteles, por su parte, distinguía diferentes categorías de exempla: un
primer grupo compuesto de textos oriundos de la mitología y de la historia
(exempla reales) y un segundo, incluyendo relatos inventados a partir de
cortas comparaciones, fábulas o parábolas. En el contexto religioso, las
parábolas conservaban, desde el punto de vista de su funcionamiento didáctico y pragmático, la estructura de los exempla que, posteriormente, serán
formalizados por Quintiliano en su Instituições oratórias mediante tres principios fundamentales: brevitas, luciditas y credibilitas. Sencillas en el estilo,
concisas en la lectura dualística, repetitivas, desprovistas de digresiones,
plausible en la elaboración diegética, las fábulas y parábolas tenían como
meta la atención, la reelección y la persuasión del auditorio en una cadena
de implicaciones que retomaba el proceso inductivo de los exempla: historia
/ interpretación / orden. Por evocación de un evento particular (historia) se
alcanzaría de esta manera una generalidad (interpretación) que permitía
el acceso a un evento particular pero expresado bajo la forma imperativa
(orden). Cada uno de estos tres niveles estructurales (narrativo, interpretativo y pragmático) se manifestaba en las parábolas y en los exempla a
través de un discurso específico que, posteriormente, se va a adaptar a las
narrativas doctrinales de cuño didáctico y particularmente a los romances
de tesis. A la historia, relatada mediante una lógica verosímil, siguen el
análisis y comentarios realizados por un narrador extra y/o heterodiegético
con el objetivo de constituir un sentido general y asegurar la adhesión del
público a un programa ideológico (la tesis) propuesto por una autoridad
extradiegética (el autor).
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Son estos tres niveles estructurales que sedimentan la macroestructura del
romance Canaã. Su fábula romanesca se apoya sobre enunciados interpretativos realizados a lo largo del espacio diegético por los propios personajes.
Tal procedimiento permite una mayor adhesión del lector en la medida en
que atenúa la autoridad de voz del autor y el impacto de la carga ideológica
del texto diluido en un procedimiento argumentativo y discursivo neutro
que la presencia de la focalización omnisciente subraya. El empleo de las
estructuras dialogísticas dualistas y de los procedimientos de repetición
contribuyen también para este efecto, pues ellos aplazan la aparición de la
voz imperativa, rasgos relevantes de la estructura parabólica que en Canaã
surge solo en el explicit del romance.
– Purifiquemos os nossos corpos, nós que viemos do mal originário,
que é a Violência... O que seduz na vida é o sentimento da perpetuidade. Nós nos prolongaremos, desdobraremos infinitamente a
nossa personalidade, iremos viver longe, muito longe, na alama dos
descendentes... Façamos dela o vaso sagrado na nossa ternura, onde
depositaremos tudo o que é puro, e santo, e divino.
Aproximemo-nos uns dos outros, suavemente. Todo o mal está na orça
e só o Amor pode conduzir os homens... “Tudo o que vês, todos os
sacrfícios, todas as agonias, todas as revoltas, todos os martírios são
formas errantes da Liberdade. [...] Eu te suplico, a ti, e à tua ainda
inumerável geração, abandonemos os nossos ódios destruidores,
reconciliemo-nos antes de chegar ao instante da Morte... (194)
El verdadero mensaje del texto (la tesis) reside en la conclusión imperativa
dirigida al narratario (Maria Perutz), eslabón vinculado al lector. En esta conclusión se mezclan las voces autoriales y actoriales, aquí subrayadas por el
empleo del pronombre colectivo y de la autonomización del discurso directo
que se desvincula de su relación intrínseca. La conclusión imperativa fija el
sentido de la historia delimitando las posibilidades de interpretación de la
tesis eucarística imaginada por el autor. Para Graça Aranha, la construcción
de la nueva identidad brasileña pasa por un rito sacrificial de los elementos
exógenos –emigrantes, colonos y extranjeros–, los cuales para regenerarse
y redimirse de sus pecados deben necesariamente aculturarse ofreciendo a
la tierra de Brasil su alma y su sangre.
Como se puede observar a lo largo de este estudio, la macroestructura del
romance Canaã así como sus principales elementos constitutivos señalan
una recurrencia de rasgos relevantes de la escritura del romance de tesis.
¿Cómo entender, sin embargo, la posición de la crítica brasileña al rechazar
categóricamente cualquier encuadramiento de esta obra en los parámetros
definidos a lo largo de este trabajo? Más que un argumento objetivo, tal
hipótesis refleja, acerca de este género narrativo, una posición valorativa
que se desarrollará a partir del siglo XIX. Desde entonces, los romances de
tesis fueron considerados como obras pocos afectadas por una observación
imparcial de la realidad y connotadas ideológicamente como panfletos reaccionarios. Las acusaciones hechas contra este género romanesco reposan
sobre criterios estéticos ultrapasados que aluden a cuestiones ideológicas y
la crítica brasileña parece no asumir este dilema, al preferir aproximar Canaã
a los llamados romanes de ideas o ideológicos del siglo XIX, sin reflexionar
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sobre las implicaciones ideológicas y los elementos estructurales de estos
géneros narrativos que se desarrollan en un momento histórico en el cual se
inicia la expurgación del propio romance de tesis. Vagas e indefinidas permanecen hoy todavía las fronteras que separan este género romanesco de
sus correlatos edificantes rehabilitados por una crítica comprometida ciega
a las características que los aproximan. El cotejo entre romances de tesis y
otras obras de carácter doctrinal, nos parece, en este sentido, fundamental.
Tales estudios traerían no solo una mirada nueva y desinteresada sobre las
obras actualmente despreciadas por la crítica literaria, como es el caso del
romance Canaã, sino también permitirían la inserción de estas en una cierta
tradición de producción romanesca brasileña.
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