Había una vez un cuento que contaba el mundo entero

Transcrição

Había una vez un cuento que contaba el mundo entero
JUAN
Juan Gedovius nació en la ciudad de México, es
narrador, ilustrador, trasnochador incorregible
y pescador de dragones de mar. Desde
temprana edad, acompañado siempre de
pinceles, pintura o cualquier otro utensilio que
le permitiera capturar en papel todas aquellas
criaturas moradoras de sueños, ha encontrado
en los libros el medio óptimo para acercar un
pedacito de fantasía a quienes gusten darse un
chapuzón en sus páginas. Trucas, El Tintodonte
(un domingo sin desayuno), Morado al cubo
y Ríbit son algunos de sus títulos donde
aparecen entrañables personajes que, gracias
a su talento e ingenio, mete en divertidos
enredos. Tiene más de sesenta publicaciones
y numerosas exposiciones dentro y fuera
del país, diez premios internacionales,
animaciones, portadas discográficas, carteles,
museografías y múltiples materiales gráficos.
Juan Gedovius was born in Mexico City; he is a
narrator, illustrator, incorrigible night-owl, and
sea-dragon fisher. Since he was very young,
always surrounded by brushes, paint or any
other tool that could help him capture all
those creatures that inhabit dreams on paper,
he found that books are the best way to bring
a little piece of fantasy closer to whoever
wants to dive into their pages. In his stories,
which include Trucas (Trucas), El Tintodonte
(un domingo sin desayuno, (The Tintodonte.
Sunday without breakfast), Morado al cubo
(Purple Cube) and Ribit (Ribit), you can find
pleasant characters that, thanks to Gedovius’
talent and wit, find themselves in messily
funny situations. He has more than sixty
publications, many national and international
exhibitions, ten international awards,
animations, disc covers, posters, and multiple
graphic materials.
Había una vez
un cuento que contaba
el mundo entero
Once upon a time,
there was a story that
the whole world told
FRANCISCO
Francisco Hinojosa nació en la ciudad de
México en 1954. Estudió Lengua y Literaturas
Hispánicas en la Universidad Nacional Autónoma de México. Ha publicado casi cuarenta
libros de poesía, cuento, crónica de viaje,
periodismo, ensayo y literatura infantil. Inició
su trayectoria en este ámbito con una novela
de corte histórico -A golpe de calcetín- y
luego pasó a relatos como La peor señora
del mundo, Anibal y Melquiades y Amadís
de Anís, donde predominan el humor y el
absurdo. Actualmente Hinojosa es uno de
los escritores más prolíficos y exitosos entre
el público infantil, cuyos puntos de vista
y gustos parecen conocer muy pocos; su
extraordinaria versatilidad le permite dirigirse
al mismo tiempo a los lectores de todas las
edades. Más allá del humor que está presente
en muchas de sus narraciones, él dice que es
algo de lo que no puede escapar y le permite
relacionarse con el mundo de una manera
muy peculiar. Algunas de sus obras han sido
traducidas a diversos idiomas. Ha obtenido
varios premios y reconocimientos.
Francisco Hinojosa was born in Mexico City
in 1954. He studied Hispanic Language and
Literature at the National Autonomous
University of Mexico. He has published
almost forty books, including poetry,
short stories, travel chronicles, journalism,
essays and books for young people. His first
children’s book was a historical novel -A golpe
de calcetín (By foot)-, which was followed by
La peor señora del mundo (The worst lady
in the world), Anibal y Melquiades (Anibal
and Melquiades), and Amadis de Anis (Anise
Amadis), where humor and absurdity prevail.
Nowadays Hinojosa is one of the most prolific
and successful writers among young readers,
whose points of view and preferences are
not always well known and understood. His
extraordinary versatility allows Hinojosa to
address readers of all ages. He says that he
cannot escape from humor, which can be
found in much of his work, and that it allows
him to relate to the world in a very peculiar
way. Some of his stories have been translated
to several languages, and he has received
many awards for his work. Once upon a time, there was a story that the whole world told. In
fact, it was not just one story but many, and they began to fill the
world with tales of disobedient girls and seductive wolves, glass
slippers and love-struck princes, clever cats and little tin soldiers,
and friendly giants and chocolate factories. They filled the world
with words, intelligence, images and extraordinary characters. They
invited the world to laugh, to be amazed, to coexist. They gave it
meaning. And ever since, these stories have continued to multiply,
telling us a thousand and one times, “Once upon a time, there was a
story that the whole world told...”
Al leer, al contar o al escuchar cuentos estamos ejercitando la
imaginación, como si fuera necesario darle entrenamiento para
mantenerla en forma. Algún día, seguramente sin que lo sepamos, una
de esas historias acudirá a nuestras vidas para ofrecernos soluciones
creativas a los obstáculos que se nos presenten en el camino.
When we read, tell or listen to stories,
we’re exercising our imagination, almost as
if it needed training to stay in shape. One
day, surely without us even knowing it,
one of these stories will return to our lives,
offering creative solutions to obstacles that
we find along the way.
Al leer, al contar o al escuchar cuentos en voz alta también estamos
repitiendo un ritual muy antiguo que ha cumplido un papel
fundamental en la historia de la civilización: hacer comunidad.
Alrededor de esos cuentos se han reunido las culturas, las épocas
y las generaciones para decirnos que somos uno solo los japoneses,
los alemanes y los mexicanos; aquellos que vivieron en el siglo XVII y
nosotros que leemos un cuento en la internet; los abuelos, los padres
y los hijos. Los cuentos nos llenan por igual a los seres humanos, a
pesar de nuestras enormes diferencias, porque todos somos, en el
fondo, sus protagonistas.
Al contrario de los organismos vivos, que nacen, se reproducen y
mueren, los cuentos, que surgen colmados de fertilidad, pueden ser
inmortales. En especial aquellos de tradición popular que se adecúan
a las circunstancias y al contexto del presente en el que son contados
o reescritos. Se trata de cuentos que, al reproducirlos o escucharlos,
nos convierten en sus coautores.
Y había una vez, también, un país lleno de
mitos, cuentos y leyendas que viajaron por
siglos, de boca en boca, para exhibir su idea
de la creación, para narrar su historia, para
ofrecer su riqueza cultural, para excitar la
curiosidad y llenar de sonrisas los labios.
Era también un país en el que pocos de sus
pobladores tenían acceso a los libros. Pero
esa es una historia que ya ha empezado a
cambiar. Hoy los cuentos están llegando
cada vez más a rincones apartados de mi
país, México. Y al encontrarse con sus lectores están cumpliendo con su
papel de hacer comunidad, hacer familia y hacer individuos con mayor
posibilidad de ser felices.
Francisco Hinojosa
When we read, tell or listen to stories out
loud, we’re also continuing an ancient ritual
that has played a fundamental role in the
history of civilization: creating community. Cultures, past eras and
generations come together around these stories to tell us that we
are all one, the Japanese, Germans, and Mexicans; those that lived
in the seventeenth century and us today, reading our stories on the
Internet; grandparents, parents and children. Stories fulfill all human
beings in the same way because, despite our enormous differences,
we are all, deep down, the stories’ protagonists.
Unlike living organisms that are born, reproduce and die, stories,
overflowing with fertility, can be immortal. Especially those in
the popular tradition that are adaptable to the circumstances and
context in which they are told and rewritten. They’re stories that,
when reproduced or heard, make us their coauthors.
Journée internationale du livre pour
enfants 2012
Internationaler Kinderbuchtag 2012
En réalité ce n’était pas le seul : beaucoup d’autres contes peuplèrent
le monde d’histoire de fillettes désobéissantes, de loups séducteurs,
de chaussures en verre et de princes amoureux, de chats malins et
de soldats de plomb, de gentils géants et de fabriques de chocolat.
Ils le remplirent de mots, d’images, de personnages extraordinaires
et intelligents. Ils nourrirent le rire, la peur, le partage. Ils peuplèrent
le monde de sens. Et depuis, ces contes se sont reproduits pour nous
répéter qu’il était une fois un conte qui racontait le monde entier.
Es war einmal ein Märchen, das die ganze Welt erzählte. Dieses Märchen
war in Wirklichkeit nicht nur ein einziges, sondern sehr viele, die die
Welt erfüllten mit ihren Geschichten von ungehorsamen Mädchen und
bösen Wölfen, von gläsernen Pantoffeln und
verliebten Königssöhnen, von schlauen Katern
und standhaften Zinnsoldaten, von freundlichen
Riesen und paradiesischen Schokoladenfabriken.
Sie erfüllten sie mit Worten, mit Klugheit, mit
Bildern, mit außergewöhnlichen Figuren. Sie
ließen sie lachen, staunen, zusammenleben. Sie
erfüllten sie mit Bedeutungen. Und seit jener
Zeit haben sich diese Märchen vervielfältigt, um
uns tausendundeinmal zu sagen: „Es war einmal
ein Märchen, das die ganze Welt erzählte ...“
Lire, raconter ou écouter des contes nous permet d’exercer notre
imagination comme s’il était nécessaire de l’entraîner pour la
maintenir en forme. Un jour, sans nous en apercevoir, une de des
histoires surgit dans nos vies et nous donne des solutions originales
pour surmonter les obstacles qui se présentent sur notre chemin.
En lisant, racontant ou écoutant ces contes à haute voix, nous
répétons un rituel très ancien qui a joué un rôle essentiel dans
l’histoire de la civilisation : former une communauté. Autour de ces
contes se sont réunis les cultures, les époques, les générations, nous
unissant, japonais, allemands, mexicains ; lecteurs du XVII siècle
et nous qui lisons un conte sur internet ; les grands-parents, les
parents et leurs enfants. Au delà de nos différences, les contes nous
enrichissent tous de la même manière parce que nous en sommes en
fait les protagonistes.
A la différence des organismes vivants qui naissent, se reproduisent
et meurent, les contes qui surgissent emplis de fertilité peuvent
être immortels. En particulier, ceux nés des
traditions populaires qui s’adaptent aux
circonstances et au contexte dans lesquels
ils sont lus ou réécrits. Il s’agit de contes qui,
parce nous les reproduisons ou les écoutons,
nous transforment en coauteurs.
And, once upon a time, there was also a country full of myths, stories
and legends that were passed on for centuries, from mouth to
mouth, sharing their idea of creation, relating their history, sharing
their cultural wealth, sparking curiosity and bringing smiles to faces.
It was also a country where very few citizens had access to books. But
this history has already begun to change. Today, stories are reaching
ever further corners of my country, Mexico. And, in finding their
readers, these stories are fulfilling their role of creating community,
creating family, and creating individuals that are more likely to find
happiness.
Et il était une fois aussi un pays riche en
mythes, contes et légendes qui voyagèrent
pendant des siècles, de bouche à oreille,
pour enseigner sa conception de la création,
raconter son histoire, offrir la richesse
de sa culture, pour exciter la curiosité et
faire sourire. C’était aussi un pays où peu d’habitants avaient accès
aux livres. Mais ceci est une histoire qui a commencé à changer.
Aujourd’hui les contes parviennent jusqu’aux recoins les plus isolés de
mon pays, Mexico. Et en rencontrant leurs lecteurs, ils accomplissent
leur mission : créer une communauté, donner aux familles et aux
individus de nouvelles possibilités d’être heureux.
Francisco Hinojosa
Francisco Hinojosa
Es war einmal ein Märchen, das die ganze Welt erzählte
Había una vez un cuento que contaba el mundo entero. Ese cuento en
realidad no era uno solo, sino muchos más que empezaron a poblar el
mundo con sus historias de niñas desobedientes y lobos seductores,
de zapatillas de cristal y príncipes enamorados, de gatos ingeniosos y
soldaditos de plomo, de gigantes bonachones y fábricas de chocolate.
Lo poblaron de palabras, de inteligencia, de imágenes, de personajes
extraordinarios. Le permitieron reír, asombrarse, convivir. Lo cargaron
de significados. Y desde entonces esos cuentos han continuado
multiplicándose para decirnos mil y una veces “Había una vez un
cuento que contaba el mundo entero…”
Il était une fois un conte qui racontait le monde entier
2012 International Children´s Book Day
Once upon a time, there was a story that the whole world told
Había una vez un cuento que contaba el mundo entero
Día Internacional del Libro Infantil 2012
Beim Lesen, beim Erzählen und beim Anhören
von Märchen üben wir uns in der Vorstellungskraft, so als müßten
wir diese schulen, um sie in Form zu halten. Und eines Tages wird,
ohne dass wir es auch nur ahnen, eine dieser Geschichten in unserem
Leben auftauchen, um uns erfinderische Lösungen anzubieten für die
Schwierigkeiten, die sich uns in den Weg stellen.
Beim Vorlesen, beim Erzählen und beim Anhören von Märchen nehmen wir
auch ein sehr altes Ritual wieder auf, das in der Geschichte der Zivilisation
eine große Rolle gespielt hat: Gemeinschaft schaffen. Um diese Märchen
herum haben sich die Kulturen, die Zeitalter und die Generationen
versammelt, um uns zu sagen, dass wir alle eins sind: die Japaner, die
Deutschen und die Mexikaner; diejenigen, die im 17. Jahrhundert lebten,
und wir, die wir ein Märchen im Internet lesen; die Großeltern, die Eltern
und die Kinder. Trotz all unserer Unterschiede erfüllen uns Märchen
gleichermaßen, weil wir alle im Grunde genommen ihre Hauptfiguren sind.
Im Gegensatz zu lebenden Organismen, die geboren werden, sich
fortpflanzen und sterben, können Märchen, so fruchtbar wie sie sind,
unsterblich sein. Ganz besonders jene der Volkstradition, die sich
den Umständen der Gegenwart anpassen, in der sie erzählt oder neu
aufgeschrieben werden. Es sind dies Märchen, die uns, wenn wir sie
wiedergeben oder anhören, zu ihren Mitautoren machen.
Und es war auch einmal ein Land voller Mythen, Märchen und Legenden, die
von Mund zu Mund durch die Jahrhunderte reisten, um seine Vorstellung
von der Schöpfung darzulegen, um seine Geschichte zu erzählen, um seinen
kulturellen Reichtum anzubieten, um die Neugier anzuregen und uns ein
Lächeln auf die Lippen zu zaubern. Es war ein Land, in dem wenige seiner
Bewohner Zugang zu Büchern hatten. Aber das ist eine Geschichte, die
schon angefangen hat sich zu verändern. Heutzutage erreichen die Märchen
immer entlegenere Ecken in meinem Land, Mexiko. Und erfüllen in der
Begegnung mit ihren Lesern ihre eigentliche Aufgabe: eine Gemeinschaft
zu schaffen, eine Familie zu schaffen sowie Individuen zu formen, die es
etwas leichter haben, in ihrem Leben glücklich zu sein.
Francisco Hinojosa

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