Descargar revista
Transcrição
Descargar revista
Revista ALED 8 (2) - Año 2008 En el editorial de este número, Adriana Bolívar comenta la oportunidad de evaluar diferentes opciones en los estudios críticos del discurso. Se presentan cinco artículos en esta línea: 1) María Silvia Biancardi, 2) Virginia Colares, Natalia Jardim, Bruno Pedrosa, Lívia Barros, Kamila Simplício, 3) Daniel Cortés, 4) Viviane Ramalho, 5) Rebecca Rogers. Este último es una traducción del inglés y consiste en un detallado estudio etnográfico. Se reseñan tres libros, dos en español (Gabbiani y Madfes, 2006 y Pardo, M.L., 2008) y uno en francés (Charaudeau, 2008). Martin Kaltenbacher es entrevistado por Claudia Gabriela D’Angelo sobre las investigaciones en la perspectiva de la multimodalidad. En el Foro, Mariana Marchese reflexiona sobre los estudios etnográficos en el marco del ACD. La imagen de la portada es una escultura de Jobson Figueiredo, escultor brasileño. Editorial 2 8 l a i r o t i d E [Anónimo] (2008) ( ) Marcado | XML | BibTex | Google Scholar Título Editorial 8(2) Tipo de Publicación Editorial Autores BOLÍVAR, ADRIANA. Año de Publicación 2008 Volumen 8(2) Citation Key 277 Texto Completo Como ya sabemos bien, el análisis crítico del discurso es una tendencia creciente en los estudios del discurso, especialmente en nuestra región. Los estudios relacionados con diferentes problemas sociales van aumentando, apoyados cada vez más por las nuevas tecnologías y el análisis lingüístico riguroso. En esta oportunidad quiero llamar la atención sobre la importancia de los artículos en este número porque todos se desarrollan dentro de una perspectiva crítica, pero con el énfasis en distintos aspectos temáticos, teóricos y metodológicos. Puesto que la lectura de cada uno de ellos permitirá conocer diferentes perspectivas con mayor detalle, solamente voy a concentrarme de manera muy general en lo que han escogido los autores de los artículos para apoyar sus investigaciones. El primer artículo de este número vino de Argentina. Maria Silvia Biancardi escogió el enfoque de la lingüística crítica en la línea iniciada por Fowler en Gran Bretaña y continuada por autores de América Latina. El segundo, del grupo de investigación dirigido por Virginia Colares en Brasil, se enfocó en la argumentación en textos jurídicos siguiendo fundamentalmente a Ducrot y a varios analistas críticos europeos y de América Latina. El tercero, también proveniente de Argentina, escrito por Daniel Cortés, prefirió abordar el análisis detallado de un texto como parte de una formación discursiva, desde la perspectiva de Althusser, apoyado en nociones lingüísticas y pragmáticas entre las que destacan las de Beatriz Lavandera. El cuarto, de Brasil, elaborado por Viviane Ramalho, se concentra en el género aviso de medicamentos para observar las relaciones de intertextualidad, interdiscursividad, evaluación y funciones discursivas en la línea iniciada por Fairclough y sus colaboradores, así como sus propias propuestas. El quinto y último artículo, fue enviado por Rebecca Rogers, investigadora de los Estados Unidos de Norteamérica, dedicada al estudio del análisis crítico en torno a la alfabetización de grupos minoritarios. Su trabajo ofrece un abordaje etnográfico al problema y brinda los detalles de la reflexión que nos llevan a pensar en cómo hacer aportes teóricos en el campo del ACD. Los artículos, vistos como un todo, ofrecen la oportunidad de evaluar las diferentes opciones que tenemos para realizar el análisis crítico en diferentes campos. La variedad está marcada por los intereses biográficos y geográficos y, también, por el deseo de mostrar realidades que necesitan una discusión en profundidad. En este número incluimos también una entrevista a Martin Kaltenbacher, quien ya ha aparecido en nuestra revista como autor. La entrevista, realizada por Claudia Gabriela D’Angelo, ha sido pensada con el propósito de orientar la discusión teórica y metodológica sobre la multimodalidad, un terreno que despierta mucho interés entre los estudiantes de postgrado. Nótese también que reseñamos un libro de uno de nuestros socios honorarios, Patrick Charaudeau, y dos obras de autoras de América Latina. Para cerrar, invitamos a todos a participar activamente en el Foro, que nos ofrece la oportunidad de reflexionar sobre nuestra labor como investigadores. Obviamente, si nos mandan un artículo nos dará mucho gusto. AB Artículos La representación de los “recursos naturales” en la prensa. El uso de las nominalizaciones en crónicas de Clarín sobre Minera La Alumbrera. Autor: Biancardi, M S. (2008) AbstractMarcado | XML | BibTex | Google Scholar Título La representación de los “recursos naturales” en la prensa. El uso de las nominalizaciones en crónicas de Clarín sobre Minera La Alumbrera Tipo de Publicación Artículo de Revista Año de 2008 Publicación Autores BIANCARDI, MARÍA SILVIA. Palabras clave Lingüística crítica, medio ambiente, medios masivos de comunicación, minería, nominalización Resumen Texto Completo Analizaremos el tratamiento que hace el matutino Clarín, de Buenos Aires, de un caso de explotación minera en el noroeste argentino (Minera La Alumbrera, en la provincia de Catamarca). El corpus seleccionado abarca diez años, desde el momento en que se inaugura la explotación del yacimiento hasta el procesamiento por contaminación ambiental del vicepresidente de la empresa encargada de dicha explotación. En el marco de la Lingüística Crítica (Fowler, 1983) analizaremos las transformaciones en las estructuras oracionales, especialmente las nominalizaciones explotación, filtración, derrame, rotura, contaminación y sus versiones verbales. Daremos especial importancia a la posición de las nominalizaciones en la oración, los procesos con las que se asocian y los actores que son borrados en la transformación de las cláusulas (Hodge y Kress, 1993). Este trabajo intenta hacer un aporte a la desnaturalización de la representación social de los recursos naturales en la prensa masiva y comprender la lucha discursiva entre ésta y las nuevas representaciones surgidas en el marco de las organizaciones ambientalistas. La representación de los “recursos naturales” en la prensa. El uso de las nominalizaciones en crónicas de Clarín sobre Minera La Alumbrera MARIA SILVIA BIANCARDI Universidad de Buenos Aires Resumen. Analizaremos el tratamiento que hace el matutino Clarín, de Buenos Aires, de un caso de explotación minera en el noroeste argentino (Minera La Alumbrera, en la provincia de Catamarca). El corpus seleccionado abarca diez años, desde el momento en que se inaugura la explotación del yacimiento hasta el procesamiento por contaminación ambiental del vicepresidente de la empresa encargada de dicha explotación. En el marco de la Lingüística Crítica (Fowler, 1983) analizaremos las transformaciones en las estructuras oracionales, especialmente las nominalizaciones explotación, filtración, derrame, rotura, contaminación y sus versiones verbales. Daremos especial importancia a la posición de las nominalizaciones en la oración, los procesos con las que se asocian y los actores que son borrados en la transformación de las cláusulas (Hodge y Kress, 1993). Este trabajo intenta hacer un aporte a la desnaturalización de la representación social de los recursos naturales en la prensa masiva y comprender la lucha discursiva entre ésta y las nuevas representaciones surgidas en el marco de las organizaciones ambientalistas. PALABRAS CLAVE: Lingüística crítica, nominalización, medios masivos de comunicación, medio ambiente, minería RESUMO. Analisaremos o tratamento feito pelo matutino Clarín, de Buenos Aires, de um caso de exploração mineira no noroeste argentino (Minera La Alumbrera, na província de Catamarca). O corpus selecionado abrange dez anos, desde o momento da inauguração da exploração da jazida até o processamento criminal por contaminação ambiental do vice-presidente da empresa encarregada dessa exploração. No quadro da Lingüística Crítica (Fowler et al, 1983) vamos analisar as transformações nas estruturas oracionais, especialmente as nominalizações exploração, filtração, derrame, rotura, contaminação e suas versões verbais. Daremos especial importância à posição das nominalizações na oração, os processos com que elas se associam e os atores que são apagados na transformação das cláusulas (Hodge y Kress, 1993). Este trabalho tenta fazer um aporte à desnaturalização da representação social dos recursos naturais na imprensa de massa e compreender a luta discursiva entre esta e as novas representações surgidas no âmbito das organizações ambientalistas. PALAVRAS CHAVE: Lingüística crítica, nominalização, mídia, meio ambiente, mineração. ABSTRACT. We will analyze the coverage provided by the newspaper Clarín, from Buenos Aires, on a case of mining exploitation in the northwest of Argentina (Minera La Alumbrera, in the province of Catamarca). The corpus selected covers ten years, from the moment in which the mining field was opened to the prosecution of the Vice President of the company in charge of that exploitation due to environmental pollution. Within the framework of Critical Linguistics (Fowler et al, 1983), we will analyze transformations in sentence structure, particularly the nominalizations exploitation, filtration, spill, breakage, pollution and their verbal versions. We will give special importance to the position of nominalizations in the sentence, the processes they are associated with and the actors that are deleted in the transformation of clauses (Hodge & Kress, 1993). This article intends to contribute to the denaturalization of social representations of natural resources in the mass media and understand the discursive struggle between this and the new representations that arise in the framework of environmental organizations. KEY WORDS: Critical linguistics, nominalization, mass media, environment, mining. Introducción Entre los temas que se plantean en una sociedad como "políticamente correctos" es muy probable que la defensa del medio ambiente ocupe un lugar importante; al menos será difícil encontrar discursos que claramente se opongan al cuidado de la naturaleza. Al hablar de "discurso políticamente correcto" to- mamos como antecedente relevante lo planteado por el lingüista Teun Van Dijk en sus trabajos sobre racismo: "hoy en día, hablar de "superioridad de raza" ya no es políticamente correcto, pero hay otras formas de elaborar representaciones según las cuales "nosotros" somos mejores que "ellos"; más desarrollados, más modernos, más avanzados, más sofisticados, más pacíficos, más inteligentes"1 . En este trabajo se intentará dar cuenta de la misma situación pero en cuanto a la relación de la sociedad con la naturaleza. A partir de un análisis particular se podrá demostrar que, si bien temas como la contaminación y la depredación ambiental son evaluados negativamente, hay muchos modos por los cuales se representa la importancia de los recursos naturales no desde una perspectiva de preocupación por las problemáticas ambientales en sí mismas sino a partir de una visión utilitaria ligada especialmente a los discursos del trabajo y el progreso. Para dar cuenta de ello se deberá tener presente la noción de "representa- ción", entendiendo como tal la imagen mental que tiene un hablante acerca de una cosa, evento o acción. Cuando esta es conservada, constituye una creencia y es la base del significado que adquiere cada nuevo estímulo relacionado con esa cosa, evento o acción (Raiter, 2002). por medio de la comunicación entre miembros de una misma comunidad en un mismo momento histórico, esas representaciones se convierten en sociales. Sin embargo, no todos los hablantes de esa comunidad tienen las mismas oportunidades de hacer que sus represen- taciones individuales se conviertan en parte de las creencias colectivas. En este sentido, los medios masivos de comunicación constituyen un lugar privilegiado para el proceso de transmisión y fijación de representaciones. En los medios masivos de comunicación argentinos se manifiesta la impor- tancia de la defensa del medio ambiente a partir de notas en las que, por ejemplo, se destaca la posibilidad de que cada lector aporte a salvar al planeta mediante el reciclaje o el consumo responsable. Sin embargo, este posicionamiento no se extiende hacia los casos reivindicados por las organizaciones ecologistas del país que, salvo raras excepciones, no logran instalarse en la agenda. ¿por qué pasa esto? ¿Tiene que ver con el proceso mismo de construcción de agenda?¿Es un déficit de las personas y agrupaciones que impulsan estas temáticas?¿Es que para los medios la preservación de la naturaleza sólo puede permanecer en el ámbito de lo privado? Estas son las preguntas que guían este trabajo y pese a que no será posible darles una respuesta clara a partir de un único análisis -y no será ese el propó- sito-, se intentará hacer un aporte a la desnaturalización de la representación social de los "recursos naturales" en la prensa masiva y a comprender cuál es el rol que esta representación ocupa en los medios. Por lo planteado anteriormente se puede prever la importancia que ocupa en este trabajo la "construcción de agenda de los medios de comunicación". Se entiende por "agenda" el conjunto de representaciones activas en un momen- to dado (Raiter, 2002). Tal como se hacía referencia, los medios masivos de comunicación son actores privilegiados de este proceso por el lugar simbólico desde el que emiten la información, es decir, por aquella imagen que construyen como emisor objetivo y omnipresente. En particular este análisis partirá de lo difundido por la prensa en torno a los recursos naturales y tomará como punto de partida un caso que, por motivos que se detallarán a continuación, tuvo gran relevancia entre las organizaciones ambientalistas y las agrupaciones vecinales afectadas. Minera La Alumbrera Entre otras medidas permisivas que se iniciaron en los años noventa en la Argentina, una muy importante y silenciosa fue la del ingreso de empresas trasnacionales dedicadas a la explotación minera que empiezan a instalarse en la cordillera de los Andes. Cada vez aparece con más fuerza la idea de hacer de Argentina un país minero, idea que comienza a gestarse durante el gobierno de Menem y que cobra aún mayor impulso durante los gobiernos del Dr. Kirchner y de Cristina Fernández de Kirchner, que lo sucedieron. A medida que avanza esta actividad productiva, también se multiplican las asambleas vecinales y organizaciones sociales que se oponen a ella. Es importante recalcar que cuando hablamos de explotación minera, lejos está del modo de producción de mineros empobrecidos que no ven la luz del sol dentro de los socavones, que excavan las montañas por dentro para extraer los minerales. En la actualidad, con sólo una explosión de dinamita pueden abrirse grandes cráteres y mediante un proceso de remoción, que utiliza cianuro como componente principal, se separa una pequeña porción de metal del resto de los materiales en una proporción de 0,01 onzas de oro por cada tonelada de suelo destruida. Como resultado, todo el terreno que rodea a la mina (ríos, tierras, cultivos, etc.) queda totalmente devastado por el polvo contaminante y la sequía. Hoy en día, catorce provincias argentinas están afectadas por este accionar que pone en disputa, entre otras cuestiones, modelos productivos diferentes: la megaminería se enfrenta a la pequeña producción agraria y de pastoreo por la utilización de recursos vitales como el agua y el suelo2 . La disputa empieza a hacerse visible a partir del caso particular de Esquel, en la provincia de Chubut, en donde la instalación de este tipo de explotación fue frenada por el accionar de una Asamblea de Vecinos Autoconvocados que obligó al gobierno departamental a llamar a un plebiscito. En esa votación, la población se impuso con un "no" rotundo a la megaminería3 . El caso que se trata en este trabajo es también emblemático, se trata de la minera La Alumbrera instalada en la provincia de Catamarca y gerenciada por la empresa Sxtrata de origen suizo. Se destaca por ser un megaproyecto de extracción de oro y cobre que involucra a tres provincias argentinas (además de Catamarca, los mineraloductos y las plantas de secado afectan también a las de Santiago del Estero y Tucumán). La Alumbrera es, para los vecinos cata- marqueños, una cuestión imposible de obviar. para algunos es la posibilidad de acceder al progreso en la provincia, para otros es la instalación del saqueo y la contaminación. Lo cierto es que, para la región, no puede pasar inadvertida. ¿Por qué se recalca que este es un caso emblemático? Minera La Alumbrera es uno de los proyectos de mayor envergadura en el país en cuanto a inversión y a extensión territorial. pero además es el primer caso en el que un responsable directo de este modelo productivo es procesado por contaminación ambien- tal. Junto con los proyectos llevados a cabo en San Juan, La Alumbrera es "el corazón mismo del monstruo minero4, tal como afirman los representantes de los grupos que se oponen a la megaminería. Por otra parte, la región del noroeste argentino se ha organizado contra este proyecto cortando rutas, impidiendo el paso de los camiones que trasladan el material a la minera, organizando manifestaciones, murales y jornadas de difusión en el centro de la ciudad catamarqueña. La incidencia de estas acciones en la región podría asimilarse a la de la asamblea de Gualeguaychú, en la provincia de Entre Ríos, tras la instalación de una planta productora de pasta celulósica en la localidad uruguaya de Fray Bentos, separada de la primera por el Río Uruguay, sin embargo -a diferencia de esta última- nunca pudo formar parte de la agenda discursiva de los medios masivos de comunicación. De esta manera, este trabajo toma como punto de partida un caso particular cuya participación en la prensa nacional es reducida pero de ninguna manera insignificante. Como se mostrará más adelante, los ejes temáticos propuestos en torno a Minera La Alumbrera son, desde el punto de vista discursivo, de un gran aporte. Marco teórico para intentar comprender el tratamiento que la prensa masiva hace de este caso de actividad minera y su incidencia en el medio ambiente, se partirá de la concepción de Voloshinov que entiende al signo lingüístico como "el signo ideológico por excelencia" (Voloshinov, 1992) en el que entran en disputa diversas valoraciones sociales. Esta diversidad de valoración en el seno de un mismo signo se puede observar claramente en un ejemplo concreto que invo- lucra la actividad productiva que acá se analiza. Durante el mes de marzo de 2009 la "diva televisiva" Susana Giménez visitó la provincia de San Juan y a su gobernador, José Luis Gioja. En el marco de una conferencia de prensa durante el "Festival del Sol", Susana halagó la actividad minera porque: cuando las inversiones fallan en todo el mundo el oro es lo que más sube Otros analistas del discurso han estudiado este uso de subir como una acción que, por su referencia semántica, corresponde a agentes animados pero que se utiliza, en ejemplos como este, para referirse a un agente inanimado (Raiter, 2008). Aquí, el metal "oro" parece cobrar vida y tener la posibilidad de subir o bajar sin agentes externos que lo ayuden a hacerlo; pero cuando se afirma que "el oro sube" o "el oro baja" no se está haciendo referencia a la posibilidad física de ascender o descender desde un punto de partida, sino al valor de cambio que este metal tiene en el mercado. Para Susana Giménez "oro" es aquel elemento que sirve para medir el rendimiento de una inversión (invertir en oro parecería no fallar nunca). pero para muchos sanjuaninos el oro es aquel metal precioso que se encuentra en las montañas cercanas a sus tierras y que les impide cultivar sus ajos o criar sus chivos porque para otros es necesario extraerlo y sus cultivos y animales son un obstáculo. para otros habitantes de la misma provincia, oro es aquello que trajo progreso a su ciudad y al que deben agradecer que personajes como Susana Giménez vayan de visita. para mi abuela en cambio, oro era aquello que toda niña debía lucir en sus orejas para diferenciarse de los niños. Un mismo signo entonces, puede tener valores muy diferentes según quién lo utilice y bajo qué circunstancias. Sin embargo, todos estos hablantes de la misma comunidad lingüística (Susana Giménez, los habitantes de San Juan afectados y los favorecidos por la extracción de oro y mi abuela) utilizan el signo "oro" con una misma valoración en común: el oro tiene un valor utilitario, "sirve o no sirve para" (invertir, producir, progresar, diferenciar). Más allá del objeto que actúa como referente -el mineral que pertenece al grupo de los metales, de acuerdo con la clasificación dispuesta en la tabla periódica- hay un valor del signo que se coloca como dominante. Es por esto mismo que Voloshinov refiere al signo lingüístico como multiacentuado de acuerdo con las diferentes orientaciones sociales que lo cruzan, pero aparece ante nosotros como monoacentuado. Esto que el lingüista ruso llama "monoacentuación" puede ser explicado desde la noción de "representación" retomada en la introducción de este trabajo. Muchas representaciones (imágenes mentales) se relacionan con el signo oro. Sin embargo, aquella relacionada con el "valor" es la que se activa con más facilidad; de hecho decir que algo vale oro en polvo, o vale su peso en oro para referirse a algo muy caro o muy valorado se han constituido como frases de uso masivo. Esta representación es más accesible que otras porque está regida por el "discurso dominante", es decir, aquella red de referencias social e inconscientemente aceptada que regula la circulación de significados posibles (Raiter, 2003b). En la frase el oro es lo que más sube ningún oyente de ese enunciado podría haber entendido que Susana se confundió y creyó que el oro era alguna especie animal que asciende las montañas de la región cuyana. Y eso a pesar de que en ningún momento se hace alguna aclaración respecto al uso que se está haciendo de los términos. Esto se debe a que en cada enunciado hay información elidida o presupuesta que requiere de un esfuerzo cognitivo de recuperación a partir tanto de la memoria del oyente como del contexto en que es pronunciado (Raiter, 1999b). En el oro es lo que más sube, entre otra información, se debe reponer que: (a) el oro (pese a ser un agente inanimado) puede bajar o subir; (b) que lo que sube o baja no es el oro en sí mismo sino su valor; (c) que el valor de las cosas puede ser medido; (d) que en el conjunto de otras "cosas" cuyos valores pueden bajar o subir, el oro sube más. por supuesto, la información que se elude en el enunciado que aquí se propone da cuenta del contexto en el que se lo pronuncia, el tema al que se está haciendo referencia y la representación que el hablante construye de su destinatario (en este ejemplo se puede deducir que hay un destinatario individual: el gobernador Gioja sentado al lado de Susana y un destinatario colectivo, el habitante de San Juan que debe celebrar y apoyar la nueva acti- vidad productiva). A lo largo de este trabajo, se podrá observar cómo las estructuras grama- ticales elegidas para enunciar requieren de un mayor o menor grado de presu- posicionalidad y cómo esto influye en la construcción de las representaciones sociales analizadas. Esto será de suma importancia puesto que en lo omitido de un enunciado hay un lugar privilegiado para analizar la ideología del signo. Hasta aquí se ha hecho mención al signo lingüístico como "ideológico" y se ha hablado del lugar de la "ideología" en lo elidido de un enunciado. Si bien es difícil plantear una definición de ideología que contemple todos sus aspectos, sus alcances y sus límites, se partirá de entender la ideología como la lucha de intereses sociales antagónicos que se materializa en los signos. Tal como se planteó anteriormente, esa lucha de intereses sociales determina qué se dice y qué se omite pero supone, a su vez, que el proceso material de producción significativa sea reprimido y expresado como "no-ideológico". El análisis del discurso permite -o al menos se propone- develar esos mecanismos de representación ideológica. pero es necesario hacer una aclaración en cuanto al alcance de esta relación entre la ideología y el discurso dada la fuerte incidencia de concepciones que proponen una "inflación del discurso" (Eagleton, 1997). Si bien, por lo ya explicado aquí, todo signo lingüístico es ideológico, esto no supone -como en algunas corrientes de pensamiento- la generalización inversa de que todo lo ideológico es discursivo. En este sentido, se considera junto con Fairclough (1992) que el discurso es una forma de práctica social que, como tal, relaciona dialécticamente un suceso discursivo particular con las situaciones, institucio- nes y estructuras que lo enmarcan. De este modo, lo social moldea el discurso y éste constituye a lo social, pero siempre atendiendo a que existen prácticas discursivas (sociales) y prácticas extradiscursivas. A partir de estas consideraciones previas, el siguiente análisis sobre el trata- miento del caso de Minera La Alumbrera en la prensa masiva intentará recuperar los mecanismos por los cuales el discurso dominante construye determinadas representaciones sociales. para ello se hará hincapié específicamente en uno de los procedimientos que se realizan para la construcción de dichas representa- ciones: las transformaciones en el seno de la gramática de una lengua. El corpus y la metodología de análisis para el análisis de este caso, se tomó el diario Clarín porque su perte- nencia al multimedia más importante del país genera que la circulación de sus representaciones tenga alcance nacional. Se tomó un período que abarca desde junio de 1997 hasta marzo de 2008. Dos hechos clave relacionados con Minera La Alumbrera señalan las fechas seleccionadas para el inicio y el cierre de los artículos del diario que se tomaron para el análisis. El comienzo está determinado por los anuncios de inversiones para la construcción del mega- proyecto presentado como el "mayor yacimiento de oro de América Latina". El final del período lo señala el procesamiento del vicepresidente de la minera por el delito de contaminación. En total, son dieciséis notas publicadas en dos secciones: Sociedad y Economía. pertenecen a tres ejes centrales que se organizan a nivel macroes- tructural según tengan como significado global los siguientes temas: 1. 2. Inversiones, que abarca principalmente los años 1997 y 1998. Contaminación, que incluye seis notas: 1 en el año 1998, 1 en el año 2004, 2 en el año 3. 2006, 1 en el año 2007 y una en el año 2008. Protesta, que incorpora tres notas de los años 2007 y 2008. En lo sucesivo, se hará referencia a las notas de acuerdo con su fecha de publicación y su pertenencia a uno de estos ejes. El abordaje del corpus se hará con la metodología de la Lingüística Crítica. De acuerdo con esta corriente, los procesos de gramaticalización son reafir- maciones de concepciones del mundo (Hodge y Kress, 1993). El lenguaje es considerado como un conjunto de categorías y procesos que describen la interrelación entre objetos y eventos, por lo cual el primer paso para el análisis consistió en la separación en cláusulas de cada una de las crónicas, la determi- nación de procesos y participantes y las transformaciones sintagmáticas que las afectaban. Las transformaciones producidas sobre las proposiciones básicas son operaciones de suma importancia en este modelo de análisis porque permiten borrar, sustituir, combinar o reordenar sintagmas con dos funciones posibles: la economía del lenguaje (para evitar repeticiones innecesarias) o la distorsión (dado que las transformaciones no son inocentes o inmotivadas). Anteriormente se remarcó la importancia de aquello que está elidido en un enunciado porque en la selección de lo "no dicho" o lo presupuesto hay un espacio privilegiado para analizar lo ideológico. por esto mismo, y dada la abundancia de nominalizaciones presentes en las crónicas, se hizo necesario concentrar el análisis en estas construcciones y en lo que borran o sustituyen. Las nominalizaciones son el resultado del proceso por el cual una acción se transforma en un evento. En el pasaje de verbo a sustantivo desaparecen las marcas de los participantes involucrados, se borran las categorías de tiempo y la modalidad. Del mismo modo, estas categorías nominalizadas reciben un rol de agente o paciente de una nueva acción. En particular, se tendrá en cuenta el rol de nominalizaciones como explo tación, filtración, derrame, rotura y contaminación y el de sus versiones verbales explotar, filtrar, derramar, romper, contaminar. Se atenderá la posición de éstos en la cláusula, los procesos con las que se asocian y los actores que son borrados en la transformación lingüística. De acuerdo con los mismos autores, se tendrá en cuenta también la división en modelos sintagmáticos propuestos y qué tipo de cláusulas predominan en las nominalizaciones analizadas. A modo de síntesis, será necesario recordar que en esta propuesta hay una división en (a) modelos accionales y (b) modelos relacionales. Mientras que (a) refiere a las relaciones percibidas en el mundo físico, (b) hace referencia a la relación existente entre dos entidades (modelo ecuativo) o a la calificación de una sola entidad (modelo atributivo). A su vez, el modelo accional puede ser transactivo, si involucra a un causante del proceso accional y un afectado de dicho proceso, o no transactivo si sólo aparece una entidad relacionada con el proceso. El análisis EXPLOTACIÓN La acción de explotar es usada en las crónicas sobre minera La Alumbrera como un verbo que necesita de un agente que explota y de algo que es explo- tado. puesto que puede tratarse de un verbo intransitivo (como en "explotó la bomba") es necesario aclarar que, en estos casos analizados, explotar se refiere a la acción de sacar provecho de un trabajo o de un negocio para beneficio de quien realiza la acción. Aparece en las notas seleccionadas de dos maneras, como verbo y como su nominalización explotación. En el corpus que se analiza, el verbo explotar no aparece nunca como verbo principal de la oración, sino que, cuando aparece, forma parte de una cláusula subordinada, como en: 1. La compañía que explota el yacimiento enviá el mineral(...) (Cont. 07/12/98) 2. La empresa minera multinacional La Alumbrera Limitada, que explota el rico yacimiento de cobre, oro, plata y otros minerales ocultó información (Cont. 21/06/06) 3. Esto fue negado por minera La Alumbrera – el consorcio canadiense que explota la mina de donde se extrae cobre, plata y oro. (Cont. 22/06/06) 4. Minera La Alumbrera, que explota el yacimiento minero más importante de Argentina minimizó el derrame (Cont. 15/12/06) 5. La empresa que explota el yacimiento obtuvo un crédito por 542 millones de dólares. (Inv. 20/08/97) Excepto una de estas cláusulas, que pertenece al eje inversiones y relaciona la explotación con la obtención de dinero (cuestión que se verá más adelan- te), el resto de las cláusulas pertenecen a las notas de contaminación. En ellas, quien explota es en realidad agente de otros procesos, como minimizar, negar, ocultar y enviar. Dos de estos procesos son verbales, aunque ocultar también funciona como tal ya que lo que se oculta es información. Desde un punto de vista semántico, en estos procesos lo que "se dice" está devaluado (negado, ocultado, minimizado). Cuando explotar es el verbo de la cláusula principal, aparece en voz pasiva: 6. El yacimiento es explotado por La empresa multinacional La Alumbrera (Cont. 13/06/06) En muchas otras oportunidades, explotar aparece en su versión nomi- nalizada. En posición de agente, explotación se relaciona con los siguientes procesos: 7. La explotación de La Alumbrera por parte de la empresa genera la recaudación anual de 14 millones por regalías (Inv. 20/04/98) 8. La mayor explotación minera de la Argentina no empezó con el pie derecho (Inv. 18/08/98) 9. La explotación de reservas de oro podría estar acompañada de una grave contaminación (Cont. 7/12/98) Será necesario hacer foco en la cláusula (9) para poder entender un fenó- meno de importancia a lo largo de todo el análisis. Tal como plantean Hodge y Kress (1993) muchas veces el significado más importante de una cláusula está en la operación modal y no tanto en el contenido explícito. El uso de la modalidad implica el grado de seguridad del hablante en la enunciación. La estructura de la cláusula (9) se ve afectada por varias transformaciones (además de las nominalizaciones que son parte de este análisis). De: Una grave contaminación acompaña a la explotación, se altera el orden de agente y paciente mediante el uso de voz pasiva. De esa manera, el resultado es: La explotación está acompañada de una grave contaminación a lo cual, además, se le suma un matiz modal que le sustrae el carácter de aserción de la cláusula: La explotación podría estar acompañada de una grave contaminación Toda cláusula que incorpora un elemento modal implica, a su vez, un elemento de negación. La cláusula (9) permite pensar que "la explotación podría no estar acompañada de una grave contaminación". Como se verá más adelante al analizar los usos de la nominalización con taminación, este tipo de transformaciones y modalidades es abundante. En las cláusulas que se presentan a continuación, la explotación se rela- ciona semánticamente con la idea de posesión. Se puede establecer un rango de modelos de posesión, de esa manera, las relaciones que usan la preposición de "habitualmente vinculan actividades nominalizadas con los productos de estas actividades más que con los actores", mientras que tener "interpreta el mundo de calidades como un conjunto de relaciones de cuasimercancías" (Hodge y Kress, 1993). En las crónicas que se analizan se puede hallar: 10. La empresa multinacional tiene la explotación del más importante yacimiento (Cont., 07/12/98) 11. La empresa minera la Alumbrera tiene la explotación del yacimiento (Cont., 21/08/07) 12. El trabajo recomienda vender las regalías mineras a obtenerse de la explotación de los yacimientos (Inv., 20/04/98) l2". Las regalías mineras a obtenerse de la explotación de los yacimientos Los ejemplos (10) y (11) presentan la explotación como una cosa que puede ser poseída. La actividad nominalizada explotación se convierte así en una posesión que vincula a la compañía explotadora con la explotación en sí misma. El caso (12") ofrece un recurso diferente. Para su mejor análisis, será necesario desarticular sus transformaciones: x obtiene las regalías mineras de la explotación de los yacimientos; y las regalías mineras se obtienen de la explotación de los yacimientos. Lo que esta transformación en voz pasiva impide visualizar es el agente que obtiene las regalías, es decir, aquel que las tendrá una vez terminado el proceso de obtener. Para ser más precisos: procesos como obtener, adquirir, ganar pueden ser pensados como acciones que dan cuenta de posesiones futuras. En la cláusula: Juan obtuvo un auto, podemos inferir que, una vez que lo obtuvo, ahora es poseedor de ese auto. Se podría además retomar la cláusula (5) en la cual esta relación de posesión es más visible: la empresa obtuvo un crédito. La cláusula (7) citada anteriormente también permite visualizar este fenómeno de la posesión en el que no se puede reconstruir quién es el poseedor. Esta es "la explotación de La Alumbrera por parte de la empresa genera la recaudación anual de 14 millones por regalías". En este ejemplo, una nueva nominalización hace imposible reconocer al agente de la acción posesiva, es el caso de recaudación. Puesto que x recauda y, una vez que lo hace es poseedor de y. La explotación, en ambos casos, es el medio por el cual "alguien" (ausente, elidido o presupuesto) posee regalías. Por lo tanto, explotación se relaciona con dos procesos gramaticales de importancia, por un lado la modalidad -cuando está relacionada con la contaminación- y los diferentes procesos para dar cuenta de la posesión. Filtraciones, derrames y roturas: Estas tres nominalizaciones, desde el punto de vista de sus significados, forman parte de un mismo conjunto ya que describen un proceso con causas y efectos. Todas ellas refieren al resultado de un proceso en el que la estructura original de algo (en estos ejemplos el mineraloducto) sufre una abertura por la cual aquello que circula por su interior desde un punto de origen a un punto de destino sale a la superficie en otro lugar no preparado para ello. Los ejemplos hallados de este tipo de nominalizaciones pertenecen todos a notas sobre contaminación; sin embargo, desde el punto de vista gramatical, la aparición de una u otra plantea diferencias. Filtraciones aparece en cuatro cláusulas, tal como se observa en la siguiente tabla: 13. Filtraciones en La Alumbrera contaminan las aguas y 14. [Filtraciones en La Alumbrera] dañan los cultivos (Cont. 07/12/98) 15. Las autoridades comunales destacaron que las filtraciones en el dique afectan el ecosistema (Cont. 07/12/98) 15" Las filtraciones en el dique afectan el ecosistema 16. Los pobladores de Vis Vis y Amanao presentan una denuncia por posibles filtraciones en el dique de cola (Cont. 07/12/98) En las cláusulas (13), (14) y (15) filtraciones aparece en posición de agente de procesos connotados negativamente (contaminar, dañar y afectar) mientras que en (16) se subordina a una nominalización (denuncia) perteneciente al orden de las acciones verbales. De estas nominalizaciones que se han presentado como un conjunto, derrame es la más abundante. En posición de agente ocurre en las siguientes cláusulas: 17. El derrame ocurrió (Cont. 21/08/07) 18. Estos derrames contaminan el suelo y el curso de los ríos y vertientes (Cont. 13/06/06) 19. El derrame ocurrió 20. El derrame no ha producido ningún tipo de daño a las personas (Cont. 22/06/06) 21. El derrame está localizado en el paraje de Ampujaco (Cont. 14/12/06) 22. Un nuevo derrame se registró (Cont. 22/06/06) (Cont. 21/08/07) Para el análisis de estas múltiples cláusulas será de ayuda la clasificación en modelos sintagmáticos propuesta por Hodge y Kress que fue presentado anteriormente. En especial es importante recordar que una cláusula transactiva es aquella que involucra a un causante y a un afectado del proceso, y es no transactiva si sólo aparece una entidad relacionada con la acción. En otros casos, una cláusula tiene la apariencia de ser transactiva pero en ellas no hay un verdadero afectado por la acción, esas son las cláusulas pseudotransactivas. Derrame aparece como agente de cláusulas no transactivas con los procesos ocurrir (en dos ejemplos) en donde se da cuenta de la existencia de un hecho (el derrame). El ejemplo (22) también se limita a dar cuenta de un suceso pero, a diferencia de las cláusulas anteriores, se puede reponer la cláusula básica que fue transformada mediante una pasivización con "se" y recuperar así al agente de la acción (alguien registró el derrame). En cuanto a la posición de derrame como agente de cláusulas transactivas, las acciones que se realizan son evaluadas negativamente: contaminan y (no) producen (daño). Por su parte, los ejemplos (17), (19) y (21) tienen por objetivo localizar el derrame en un lugar determinado. Otros ejemplos son de interés: 23. Este es el cuarto derrame (Cont. 21/08/07) 24. Los derrames fueron dos (Cont. 22/06/06) 25. [El derrame] es el segundo en dos años (Cont. 22/06/06) pues ellos son del tipo relacional ecuativo y asocian el derrame a una referencia cuantitativa. Por último, derrame es paciente de cláusulas pseudotransactivas protagonizadas por acciones verbales como negar y minimizar. En ambas el agente es Minera La Alumbrera: 26. Minera La Alumbrera, que explota el yacimiento minero más importante de Argentina, minimizó el derrame (Cont. 15/12/06) 27. La Minera de Bajo La Alumbrera negó un derrame mineral (Cont. 15/12/06) Para concluir, es importante mencionar que esta nominalización nunca aparece en su forma verbal ("alguien derrama algo") y, si bien aparece en posición de agente en todo tipo de cláusulas, predominan aquellas que tienen como finalidad dar algún atributo de los derrames (dar cuenta del hecho, qué cantidad hay, dónde están) En tercer lugar, rotura, producto de la nominalización del verbo romper, aparece sólo en dos cláusulas: 28. Legisladores constataron que fueron dos las roturas en el mineraloducto (Cont. 21/06/06) 29. Mera señaló que el juez recién se enteró de la rotura del ducto (Cont. 21/06/06) en las cuales se otorga un dato cuantitativo (28) o aparece como paciente de una cláusula pseudotransactiva, relacionada con un proceso mental (29). La elección de este apartado a partir de la unificación en un mismo grupo de filtraciones, derrame y rotura tiene que ver con que, como quedó expresado al inicio de la sección, tienen puntos en común. Los procesos de los que provienen estas nominalizaciones requieren dos participantes en posición de agente y paciente (x filtra y, x rompe y, x derrama y). Sin embargo, estas nominalizaciones tal como aparecen en las notas sobre contaminación de Minera La Alumbrera no sólo no son responsabilidad de ningún agente sino que cobran rasgos animados y son responsables en sí mismas de otras acciones. Cuando aparecen ligadas a verbos no transactivos, estas nominalizaciones se destacan por señalar la presencia de hechos accidentales (que "ocurren") que pueden ser cuantificados y localizados. Contaminación: Del mismo modo que con explotación, contaminación aparece tanto en su forma nominalizada como mediante el proceso contaminar. En posición de agente, la nominalización aparece en cinco cláusulas: 30. La contaminación afectaría a las poblaciones adyacentes al depósito (Cont. 07/12/98) mineralizado 31. La contaminación de la que es acusado Rooney habría afectado las aguas de un canal tucumano (Cont. 31/05/08) 32. La posible contaminación del suelo y de los cursos de los ríos, arroyos y vertientes provoca preocupación (Cont. 13/06/06) 33. La posible contaminación afectaría las cuencas de ríos y vertientes de la región (Cont. 14/12/06) 34. Contaminación de ríos y arroyos existe5 (Cont. 07/12/98) En tres de ellas (30, 31, 32) contaminación es agente del verbo afectar en condicional. Anteriormente se explicó la importancia que la Lingüística Crítica brinda al uso de los modales, nuevamente si "la contaminación afectaría x" eso significa que también es posible "la contaminación no afectaría x". El ejemplo 32 se coloca en este mismo tipo de fenómenos pero a partir del uso del adjetivo "posible", que deja abierta la posibilidad de que "existe contaminación" o "no existe contaminación". La cláusula 34 es la única no transactiva, y el uso del verbo sin atenuantes en el tiempo o los adjetivos elegidos se ve matizado por la subordinación de "existe" a otro proceso principal relacionado con una acción verbal: denunciar6. El uso de modales se extiende hacia otras cláusulas en las que contaminación forma parte, pero con un matiz diferente. Hasta el momento, lo que se ponía en cuestionamiento a partir del uso de estos fenómenos era si la contaminación afecta o no, pero sin poner en duda su existencia. Diferente es el caso de los ejemplos en voz pasiva que aparecen en el siguiente cuadro: 35. La explotación de reservas de oro podría estar acompañada de una grave contaminación ambiental 35". Una grave contaminación ambiental podría acompañar la explotación de reservas de oro 36. Un cierto grado de contaminación de las se produjo (Cont. 07/12/98) (Cont. 21/08/07) napas subterráneas 36". x produjo un cierto grado de contaminación de las napas subterráneas Con estas dos cláusulas (35) y (36) se completan los grados posibles de afirmar la existencia de contaminación: en un principio, existe pero podría afectar o no; en (36) existe pero en cierto grado y en (35) podría existir o no. En cuanto a contaminar como verbo, este aparece en las siguientes cláusulas: 37. Filtraciones en La Alumbrera contaminan las aguas (Cont. 07/12/98) 38. Estos derrames contaminan el suelo y el curso del agua (Cont. 13/06/06) 39. [A metros del río de Ampujaco] cuyas aguas se habrían contaminado con el barro (Cont. 14/12/06) 40. La empresa dice que no contaminó (Cont. 21/08/07) 40". [La empresa] no contaminó Las cláusulas (37) y (38) son claros ejemplos de lo que se mencionaba más arriba en cuanto a la responsabilidad de la realización de acciones transactivas que toman las nominalizaciones filtraciones y derrames. La cláusula pasiva (39) relata la contaminación pero, nuevamente, mediante el uso del condicional. Síntesis del análisis En un primer acercamiento a las notas relacionadas con la situación de Minera La Alumbrera, apareció como muy relevante el uso de las nominalizaciones. En este momento del análisis, una vez puesto el acento en el uso de estos recursos, otros fenómenos gramaticales asociados a esta construcción permiten una interpretación posible del tratamiento del tema. A modo de síntesis, a continuación se presenta cuáles son esos fenómenos gramaticales más relevantes. Por un lado, se tuvo en cuenta la presencia de determinados usos verbales y adjetivaciones que cumplen una función modal, es decir, que atenúan la acción realizada y dejan abierta la posibilidad de validez de la afirmación contraria. Esto sucede, por ejemplo en las notas en que contaminación es agente y los procesos que realiza están asociados a afectar algo. Este tipo de cláusulas aparece solamente en las crónicas en que la contaminación es el eje central. En cuanto a la transactividad de las cláusulas, se puede notar que lo más abundante es el uso de cláusulas relacionales o ecuativas que tienen como fin dar cuenta de que determinados sucesos ocurrieron, existen, tienen relevancia en cuanto a su cantidad o su localización. Esto sucede tanto en relación a la nominalización general contaminación como así también en las particularizaciones filtración, derrame, rotura. Por su parte, la nominalización explotación se caracteriza por relacionarse con la idea de posesión en su rol de paciente (Minera La Alumbrera tiene la explotación) y de producción en su lugar de agente (La explotación de Minera La Alumbrera genera regalías). En todas las nominalizaciones elegidas abunda el uso de los procesos verbales en los que otros (representantes de la Minera principalmente) hablan sobre el tema. En general, dichos procesos verbales son verbos afirmativos pero que incluyen la idea de negación, como es el caso de minimizar, negar, ocultar información. Cuando son afirmativos, se relacionan principalmente con el verbo denunciar. A modo de conclusión Se ha analizado un período de diez años en el periódico de mayor tirada del país para rastrear un proceso que se inicia con una gran inversión económica y que continúa con el procesamiento legal de los responsables materiales del proyecto. Una mirada diacrónica nos permite ver ciertos cambios en la selección de los ejes temáticos; mientras que la sección Economía es la que más notas tiene sobre el tema en los dos primeros años, entre los años 2007 y 2008 predominan las notas que dan cuenta de las protestas de pobladores por la instalación de las minas. La contaminación, sin embargo, es un eje temático que recorre la década con pequeñas crónicas que se presentan cada dos o tres años. Pero más allá de esta distribución en cuanto a la estructura temática de las notas, el uso de las nominalizaciones y con qué se relacionan no varían. En diez años cambian formatos, tipografías, nombres de las secciones en las que aparecen las crónicas, pero no parece haber un cambio de estrategias comunicativas en el plano del lenguaje. La elección de una nominalización como recurso permite elidir a quienes realizan la acción y a quienes la reciben. De esa manera, no hay actores que participen de las acciones de contaminar, derramar o romper, esas son cosas que solamente suceden. Más aún, tampoco podemos reponer qué es lo que se contamina o qué se derrama, de manera tal que el efecto de estas acciones también pasa a un segundo plano. No está de más reiterar, como han venido haciendo los analistas del discurso desde hace mucho tiempo, que este proceso de cosificación de los procesos no sólo repercute en la manera de interpretar el suceso que se está contando, sino también en el modo de interpretar el mundo: "el lenguaje determina cuáles son las percepciones potencialmente sociales. Estas percepciones, fijadas en la lengua, se transforman en una especie de segunda naturaleza". De esta manera, nuestro modo de acceder al mundo se encuentra mediado por las posibilidades del lenguaje: "la brecha entre el mundo auténtico y el mundo socialmente construido es reducida de modo tal que tendemos a ver únicamente aquello que podemos nombrar" (Hodge y Kress, 1993). En el caso que se analizó, las relaciones entre los sujetos y la naturaleza aparecen cosificadas. No nos sorprende que "la explotación" de un recurso natural tenga como fin generar regalías o pueda ser poseída, sin embargo los recursos de nuestra lengua nos permiten pensar que esto es posible y no nos permiten hacer otras diferenciaciones. Si se hace una pausa por unos segundos en este fenómeno de la posesión, se podrá notar cómo estos condicionamientos lingüísticos influyen y/o son constitutivos de un modo de percibir el mundo. Se puede pensar, por ejemplo, en las múltiples lenguas originarias de nuestro país, como las lenguas de la región del Chaco argentino, en las que la posesión de una cosa se distingue gramaticalmente según se trate de una posesión alienable o inalienable. De esa manera, la posesión de una parte del cuerpo no puede ser pensada independientemente de aquel que es el poseedor (el pie, aunque se lo encuentre suelto en una ruta después de un accidente siempre pertenece a alguien) mientras que un auto no es una parte intrínseca de su dueño, mañana puede venderlo y pertenecer a otro. La explotación de los recursos naturales en nuestra lengua es algo que simplemente se tiene, como se tiene al pie o se tiene al auto, no hay modo de hacer tal distinción. Poseer la explotación de un recurso natural, por lo tanto, no nos sorprende; como tampoco nos sorprende que la naturaleza sea un "recurso", es decir, un medio para conseguir lo que se desea (en nuestro análisis: regalías). En esa relación que convierte a la naturaleza en cosa -en recurso- también las relaciones sociales intervinientes pierden sus rasgos humanos y se cristalizan. De esa manera, acciones como explotar o contaminar, que necesitan de un actor voluntario o no- interviniente, cobran animación por sí mismas. Estas posibilidades brindadas por las transformaciones gramaticales de economizar borrando determinadas funciones hacen necesario reponer información permanentemente. Esto es de suma importancia puesto que lo no dicho es definitorio para aprehender los significados, sin embargo ¿todo puede ser reconstruido en el marco de una emisión? Es decir, al escuchar un discurso que necesita reponer varios supuestos para ser entendido ¿se activan todas las representaciones a él asociados? El discurso dominante regula la circulación de significados posibles mediante la activación de determinadas representaciones y el velo de otras (Raiter, 1999a). Por su parte, cada transformación gramatical -como la nominalización- agrega grados de presuposición (Raiter, 1999b), lo cual requiere por parte del oyente la reconstrucción de más información. No es fortuito que, en medio de una disputa que pone en tensión y oposición el cuidado del medio ambiente y el progreso económico, sean las relaciones humanas involucradas en la contaminación -mediante filtraciones, derrames y roturas- las que ofrecen mayor esfuerzo cognitivo para ser recuperadas mientras que la explotación de los recursos naturales aparece siempre subordinada a su actor-agente (Minera La Alumbrera). P or último, algunas cuentas pendientes en torno a este análisis preliminar: la primera de ellas se relaciona con la representación social del trabajo minero soslayado en las crónicas analizadas. En muchas manifestaciones culturales del siglo XX se vislumbra la representación social particular del trabajador minero como aquel que se mete en el socavón oscuro a picar la piedra para sacar los pequeños trozos de metal, que no conoce la luz del día y refugia su tristeza en el alcohol. La minería a cielo abierto, a diferencia del modelo de extracción vetiforme, necesita de obreros calificados conocedores del uso de determinada maquinaria. Frente a un cambio en el modo de operación ¿cuál es el cambio que se produce en las representaciones sociales de ese modo de producción? ¿Cuál es la representación social que se activa al hablar del trabajador minero? Cuando las crónicas sobre minería hablan de la explotación ¿da lo mismo no nombrar todo un proceso de trabajadores activos que el accionar de una única empresa multinacional? ¿Cómo influye esto en la representación social general del "trabajo"? La segunda cuenta pendiente es a nivel comunicacional y tiene que ver con la selección particular de Clarín para este análisis ¿Actuarán las mismas transformaciones en los periódicos regionales de las zonas involucradas en el caso? ¿El caso de Minera La Alumbrera conformará en estos últimos un "tema de agenda" pese a que no lo es en los periódicos nacionales como Clarín? ¿Cuál es la incidencia de un periódico redactado e impreso en la ciudad de Buenos Aires en la implementación de representaciones relacionadas a la cuestión minera? Todos estos cuestionamientos quedan abiertos para nuevas etapas, puesto que son el resultado de este primer acercamiento al tratamiento que hace la prensa de este nuevo modelo productivo. En este trabajo en particular se intentó mostrar cómo en el caso concreto de Minera La Alumbrera la selección de determinados recursos lingüísticos colabora en el proceso de cristalización de modos de percibir nuestra relación con la naturaleza. Empezar a entender que las acciones humanas que modifican el medio ambiente no son tan naturales como aparecen en la prensa, es un primer paso para intentar nuevos modos de relacionarnos. Notas 1. 2. 3. 4. 5. 6. Van Dijk, T. "Racismo y globalización". Reportaje realizado por Carlos Morales, La Prensa (La Paz, Bolivia), 17 de diciembre de 2004 Para más información, se puede leer el informe Luchas por el agua, pastores y agricultores frente a la megaminería en http://www.biodiversidadla.org/content/view/full/43319. La consulta popular se realizó el 23 de marzo de 2003 y el 81% del padrón vota por el "No" a la minería. Palabras referidas en el VII encuentro de la "Unión de Asambleas Ciudadanas" en agosto de 2008. Ver: http://www.biodiversidadla.org/content/view/full/42961. Cláusula subordinada a: "El concejo deliberante de Andalgalá denunció que existe contaminación de ríos y arroyos". Puede leerse la cita completa en la nota al pie número 5. Referencias Bibliográficas Eagleton, T. (1997). Ideología. Buenos Aires: Paidos. Fairclough, N. (1992). "Discurso y cambio social", en A. Raiter, J. Zullo, V. Unamuno, S. Perez (trad. y adapt.), Cuadernos de Sociolingüística y Lingüística Crítica Nº 1, Fichas de Cátedra: Facultad de Filosofía y Letras, UBA. Fowler, R., Hodge, B., Kress, G., & Trew, T. (1983). Lenguaje y control. México: Fondo de Cultura Económica. Hodge, R. y Kress, G. (1993). Language as Ideology. Londres: Longman. Raiter, A. (1999a). "Dominación y discurso", en A. Raiter, Lingüística y política. Buenos Aires: Biblos. Raiter, A. (1999b). "Mensaje, presuposición e ideología", en A. Raiter, J. Zullo, S. Pérez, V. Unamuno, D. Labonia, I. Muñoz, Discurso y ciencia social. Buenos Aires: Eudeba. Raiter, A. (2002). "Representaciones sociales", en A. Raiter, J. Zullo, K. Sánchez, M. Szretter Noste, M. Basch, V. Belloro, S. Pérez, P. García, Representaciones sociales. Buenos Aires: Eudeba, pp. 9-29. Raiter, A. (2003b). Lenguaje y sentido común. Buenos Aires: Biblos. Raiter, A., Zullo, J., García, P., Szretter Noste, M., Ciambella, B. & Iguera C. (2008). "Analizar el uso lingüístico es analizar ideología", en A. Raiter y Zullo, J. (comp.), La caja de Pandora. Buenos Aires: La crujía. Voloshinov, V. (1992). [1929] El marxismo y la filosofía del lenguaje. Madrid: Alianza Universidad. Buracos do Recife: estudo de uma decisão judicial Autor: Pedrosa, B., Simplicio K., Barros L., Jardim N P., Colares V. (2008) Abstract | Marcado | XML | BibTex | Google Scholar Título Buracos do Recife: estudo de uma decisão judicial Tipo de Publicación Artículo de Revista Año de Publicación 2008 Autores PEDROSA, BRUNO., SIMPLICIO KAMILA., BARROS LIVIA., PORTO JARDIM NATÁLIA., & COLARES VIRGINIA. Palabras clave Análisis Crítico del Discurso, Decisiones judiciales, principio de la fundamentación Resumen Texto Completo El entrenamiento lingüístico y social hace que la comunidad jurídica brasileña reconozca como ‘naturales’ y no problemáticos los textos típicamente marcados por asimetría de poder, como es el caso de aquellos proferidos en la institución jurídica, durante los eventos de realización de los actos procesuales auténticos. Esta comunicación es parte del proyecto interdisciplinar que analiza las decisiones judiciales. La metodología se inscribe en el dominio del Análisis Crítico del Discurso (ACD), pues investiga la producción, distribución y consumo de textos encajados en prácticas sociales, desalojando los estereotipos textuales de las construcciones hipotéticas, ideales y apriorísticas de la doctrina mantenedora de la dogmática jurídica. Se constata que el uso de los argumentos en las diez decisiones judiciales analizadas no preserva el carácter abstracto de la lógica silogística tradicional, aislando la materia jurídica de consideraciones prácticas como alude el principio de la fundamentación en la legislación brasileña. Al contrario, la construcción textual de la decisión judicial ocurre en la dimensión social de la praxis, llevando en cuenta una variedad de argumentos opuestos a cualquier sistema lógico-formal disponible. Buracos do Recife: estudo de uma decisão judicial RESUMEN. El entrenamiento lingüístico y social hace que la comunidad jurídica brasileña reconozca como ‘naturales’ y no problemáticos los textos típicamente marcados por asimetría de poder, como es el caso de aquellos proferidos en la institución jurídica, durante los eventos de realización de los actos procesuales auténticos. Esta comunicación es parte del proyecto interdisciplinar que analiza las decisiones judiciales. La metodología se inscribe en el dominio del Análisis Crítico del Discurso (ACD), pues investiga la producción, distribución y consumo de textos encajados en prácticas sociales, desalojando los estereotipos textuales de las construcciones hipotéticas, ideales y apriorísticas de la doctrina mantenedora de la dogmática jurídica. Se constata que el uso de los argumentos en las diez decisiones judiciales analizadas no preserva el carácter abstracto de la lógica silogística tradicional, aislando la materia jurídica de consideraciones prácticas como alude el principio de la fundamentación en la legislación brasileña. Al contrario, la construcción textual de la decisión judicial ocurre en la dimensión social de la praxis, llevando en cuenta una variedad de argumentos opuestos a cualquier sistema lógico-formal disponible. PALABRAS CLAVE. Decisiones judiciales, principio de la fundamentación, análisis crítico del discurso. RESUMO. O treinamento lingüístico e social faz com que a comunidade jurídica brasileira reconheça como ‘naturais’ e não-problemáticos os textos tipicamente marcados por assimetria de poder, como é o caso daqueles proferidos na instituição jurídica, durante os eventos de realização dos atos processuais autênticos. Esta comunicação faz parte do projeto interdisciplinar que analisa as decisões judiciais. A metodologia inscreve-se no domínio da Análise Crítica do Discurso (ACD), pois investiga a produção, distribuição e consumo de textos encaixados em práticas sociais, desalojando os estereótipos textuais das construções hipotéticas, ideais e apriorísticas da doutrina mantenedora da dogmática jurídica. Constata-se que o uso dos argumentos nas dez decisões judiciais analisadas não preserva o caráter abstrato da lógica silogística tradicional, isolando a matéria jurídica de considerações práticas como alude o princípio da fundamentação na legislação brasileira. Ao contrário, a construção textual da decisão judicial ocorre na dimensão social da praxis, levando em conta uma variedade de argumentos opostos a qualquer sistema lógico-formal disponível. PALAVRAS CHAVE. análise crítica do discurso, Decisão judicial, princípio da fundamentação ABSTRACT. The Brazilian legal community, as a result of its linguistic training and professional socialization accepts as ‘natural’ and non-problematic texts which are marked by power asymmetries, like those presented in court during actual cases. This paper reports preliminary findings from an interdisciplinary research project investigating written ‘decision making’ in judicial judgments. The methodology is draw from Critical Discourse Analysis (CDA), which investigates the production, distribution and consumption of real texts within actual social practices, rather than focusing on the hypothetical idealized products of textual stereotypes, derived from the principles of legal dogma. In the ten written texts of judicial decisions analyzed it was evident that the arguments didn’t follow the abstract pattern of traditional syllogistic logic, which separates the juridical content from practical considerations on the principle of justification in Brazilian legislation. In fact, the textual construction of the judgment was located in the social dimension of praxis, taking into account a variety of arguments, rather than relying on a formal system. KEY WORDS. critical discourse analysis, Decision making, principle of justification Introdução Em uma cultura onde o mito da objetividade está vivo e a verdade é sempre uma verdade absoluta, as pessoas que conseguem impor suas metáforas sobre a cultura conseguem definir o que é verdade, o que consideramos que é verdade – absoluta e objetivamente verdadeiro. (Lakoff & Johnson 1998) Este artigo integra o projeto interdisciplinar Análise crítica do discurso jurídico1 que investiga os atos processuais desde a tomada de depoimentos em audiências iniciais de instrução e julgamento até as decisões judiciais autênticas prolatadas, buscando identificar as marcas textuais que evidenciam o princípio da fundamentação na efetividade da prestação jurisdicional. Na instância jurídica, a enunciação de palavras – jurisdição - estabelece os elos entre pessoas e os laços entre os grupos sociais, o dizer faz emergir e sumir entidades concede e usurpa a liberdade, absolve e condena réus, celebra a paz e deflagra conflitos. Assim, a efetividade da prestação jurisdicional depende da enunciação de palavras tratadas como ‘naturais’ e nãoproblemáticos por leigos em relação à linguagem, mesmo que especialistas em Direito. Os textos, na instituição jurídica, são tipicamente marcados por assimetria de poder como veremos na análise, a seguir. Nosso objeto de estudo são esses dados verbais (orais e escritos) autênticos, ou seja, os textos produzidos em situações sociais da justiça. A proposta justifica-se tanto pelo deslocamento das análises no âmbito do direito de construções hipotéticas ideais e apriorísticas da tradição doutrinária para uma abordagem científico-empírica da produção textual na justiça. Nossa hipótese é de que o uso dos argumentos tanto nas audiências como nas decisões judiciais não preserva o caráter abstrato da lógica silogística tradicional, isolando a matéria jurídica de considerações práticas como alude o princípio da fundamentação na legislação brasileira. Ao contrário, a construção textual da decisão judicial ocorre na dimensão social da praxis, levando em conta uma variedade de argumentos opostos a qualquer sistema lógicoformal disponível2. No sistema jurídico brasileiro, tanto o Código de Processo Penal, no artigo 381, como o Código de Processo Civil, no artigo 458, prevêem para a construção textual das decisões judiciais brasileiras um modelo lógico silogístico e prescrevem os seguintes requisitos essenciais da sentença: (I) – o relatório, que conterá os nomes das partes, uma exposição sucinta do pedido da acusação e da resposta do réu, bem como o relato do registro das principais ocorrências havidas no andamento do processo; (II ) – os fundamentos ou os motivos, argumentação das teses da acusação e da defesa com as quais o juiz analisará as questões de fato e de direito; (III ) – a decisão ou o dispositivo (a aplicação da norma jurídica, o direito, a lei), em que o juiz resolverá as questões que as partes lhe submeterem3. Assim, o Estado brasileiro preconiza que tais documentos sejam neutros, imparciais e isentos de subjetividade.No sistema jurídico brasileiro, tanto o Código de Processo Penal, no artigo 381, como o Código de Processo Civil, no artigo 458, prevêem para a construção textual das decisões judiciais brasileiras um modelo lógico silogístico e prescrevem os seguintes requisitos essenciais da sentença: (I) – o relatório, que conterá os nomes das partes, uma exposição sucinta do pedido da acusação e da resposta do réu, bem como o relato do registro das principais ocorrências havidas no andamento do processo; (II ) – os fundamentos ou os motivos, argumentação das teses da acusação e da defesa com as quais o juiz analisará as questões de fato e de direito; (III ) – a decisão ou o dispositivo (a aplicação da norma jurídica, o direito, a lei), em que o juiz resolverá as questões que as partes lhe submeterem3. Assim, o Estado brasileiro preconiza que tais documentos sejam neutros, imparciais e isentos de subjetividade.4 As provas produzidas são elementos influenciadores da decisão do juiz. Porém, não basta a simples produção das provas para conhecer-se o resultado final do processo judicial. Interessa às partes verificar, no uso dos argumentos, na fundamentação, se as suas razões foram objeto de exame pelo juiz. As decisões judiciais, entretanto, como texto que são, perpassam na sua superfície textual marcas das estratégias lingüístico-discursivas de elementos subjetivos - tais como ideologias, valores pessoais, crenças... - que motivaram o juiz para a decisão de “procedência”, “improcedência” ou “parcial procedência” do pedido feito ao Estado. É através da fundamentação, portanto, que se avalia o exercício da atividade jurisdicional. Fato que justifica a relevância deste estudo, pois, só uma análise crítica do discurso pode realizar uma “radiografia” do documento judicial e verificar em que medida as razões do cidadão comum foram objeto de exame pelo magistrado em cada uma das camadas de sentido do texto decisão judicial.5 Como se vê, o direito, de fato, materializa-se nas decisões judiciais de ministros e magistrados aqueles que representam o Estado no exercício de sua função pacificadora: os juizes. No Brasil, a exigência constitucional e processual de fundamentação das decisões - princípio da fundamentação - decorre da necessidade de permitir a visualização dos elementos formadores da convicção – princípio do livre convencimento - desse operador do direito que representa o Estado. Nesse momento, determina-se o que é justo para o caso concreto e faz-se obrigatório cumprir a decisão, se necessário, por meio de coerção do próprio Estado. Os referentes textuais são “objetos-de-discurso”, não representam de maneira absoluta objetos ontológicos do mundo real, mas a cada discurso, em cada contexto, variam de significado conforme os aspectos subjetivos daqueles que têm o poder e o dever de decidir. Assim, a observação dos fatos apresentados, a valoração das provas, a interpretação da norma e, conseqüentemente, a decisão dependerá da atividade social de produção e circulação de textos na justiça brasileira, historicamente e culturalmente determinadas. No mundo jurídico brasileiro, ainda persiste a idéia da existência de um sentido literal para as palavras e, como conseqüência, a crença na verdade absoluta6. Assim, essa pesquisa busca desalojar os estereótipos textuais que dão sustentação à concepção de língua ancorada na noção cristalizada (ora) do sentido literal. Pontos de partida teórico-metodológicos Sob a égide da Análise Crítica do Discurso (ACD), o projeto descreve atos processuais e analisa decisões judiciais através do estudo dos textos orais e escritos, coletados nos fóruns. No domínio da lingüística aplicada ao Direito – linha de pesquisa que buscamos construir –, a Análise Crítica do Discurso (ACD) aponta formas de olhar a linguagem em suas interfaces e confluências com as demais ciências humanas e sociais. Tanto os europeus como nós latinoamericanos, (Pedro, 1998; Magalhães, 2000; Wodak (2000); Fairclough (2001); Wodak; Meyer, 2003; Meurer, 1997; Meurer; Motta-Roth (2002, 2005); Pardo (1996, 2001); Bolívar (1996, 2005, 2007; Pardo Abril (2007) concordamos que “a análise crítica do discurso, obviamente, não implica uma metodologia homogênea, nem uma escola ou paradigma; quando muito, a ACD representa uma perspectiva comum sobre como realizar análises lingüísticas, semióticas ou do discurso.” (van Dijk, 1993: 131) Como se vê, a concepção tridimensional do discurso estabelece apenas uma proposta de trabalho que procura encontrar, na superfície dos textos analisados, evidências de como as estruturas e práticas sociais afetam e determinam a escolha dos elementos lingüísticos utilizados num texto, e que efeitos estas escolhas lingüísticas podem ter sobre as estruturas e práticas sociais como um todo. Do ponto de vista da ACD, nenhum texto é neutro ou imparcial; os textos são vistos como oriundos de práticas discursivas institucionais e políticas. A concepção tridimensional do discurso da ACD faz ancoragem em três tradições: a tradição de análise textual e lingüística; a tradição macrossociológica de análise da prática social em relação às estruturas sociais; a tradição interpretativa ou microssociológica de considerar a prática social como alguma coisa que as pessoas produzem ativamente e entendem com base em procedimentos de senso comum partilhados. Como se vê, a concepção tridimensional do discurso estabelece apenas uma proposta de trabalho que procura encontrar, na superfície dos textos analisados, evidências de como as estruturas e práticas sociais afetam e determinam a escolha dos elementos lingüísticos utilizados num texto, e que efeitos estas escolhas lingüísticas podem ter sobre as estruturas e práticas sociais como um todo. Do ponto de vista da ACD, nenhum texto é neutro ou imparcial; os textos são vistos como oriundos de práticas discursivas institucionais e políticas. A concepção tridimensional do discurso da ACD faz ancoragem em três tradições: a tradição de análise textual e lingüística; a tradição macrossociológica de análise da prática social em relação às estruturas sociais; a tradição interpretativa ou microssociológica de considerar a prática social como alguma coisa que as pessoas produzem ativamente e entendem com base em procedimentos de senso comum partilhados. Nesse contexto, a argumentação é um tipo de relação discursiva que liga um ou vários argumentos a uma conclusão. A nossa tese é que uma orientação argumentativa é inerente à maior parte (se não à totalidade) das frases: a sua significação contém uma instrução do tipo: ‘ao enunciar esta frase apresentamo-nos a argumentar em favor de tal tipo de conclusão. (Ducrot, 1977: 27). Não se trata, de modo nenhum, de demonstrar formalmente a validade de uma conclusão, nem a veracidade de uma asserção. Argumentar, portanto, é fazer admitir uma conclusão através de um ou mais argumentos. Apresentar um argumento como uma boa razão para chegar a uma conclusão determinada, não são processos para dizer as coisas em verdade ou falsidade, nem se sujeitam às leis que regulam as relações lógicas. “/.../quando se apresenta um enunciado (ou uma série de enunciados) E1 [argumentos], no sentido de fazer admitir outro enunciado (ou série de enunciados) E2 [conclusão]” (Ducrot & Anscombre, 1978: 238) Para que melhor se identifique a argumentação presente no texto, cabe localizar determinadas itens lexicais que a introduzem, denominados de operadores argumentativos. O conceito de operadores argumentativos, inspirado na noção de orientação argumentativa posta por Ducrot (1977), encontra-se bem definido em Ingedore Koch, para quem essas palavras são morfemas que: /.../ funcionam como operadores argumentativos ou discursivos. É importante salientar que se trata, em alguns casos, de morfemas que a gramática tradicional considera como elementos meramente relacionais – conectivos, como mas, porém, embora, já que, pois, etc., e, em outros, justamente de vocábulos que, segundo a N. G. B., não se enquadram em nenhuma das dez classes gramaticais. (Koch, 1993, 48) Esses operadores irão anteceder ao uso da argumentação em um discurso pelo seu autor, ou seja, funcionam anunciando as palavras que irão revelar-se como argumentos. Os operadores argumentativos encontram-se, dessa forma, na superfície do texto, consistindo em elementos que “determinam o valor argumentativo dos enunciados, constituindo-se, pois, em marcas lingüísticas importantes da enunciação” (Koch, 1993, p. 52). O foco da Lingüística Aplicada ao Direito são os atos processuais orais e escritos nas várias instâncias do judiciário, desde uma audiência de instrução e julgamento, na primeira instância, cuja produção oral deverá ser gravada e transcrita para a análise, até um acórdão, decisão colegiada de instância superior. Tais análises têm motivação em princípios póswittgensteineanos que concebem a linguagem como uma atividade na dimensão social da práxis, sendo diferentes das análises estritamente jurídicas que ponderam acerca da natureza dos atos processuais mediante o entendimento do jurista que avalia7. A Lingüística Aplicada ao Direito, não se confunde também com a Lingüística Forense, domínio de atuação de lingüistas fundado por Malcolm Couthard na Inglaterra e, hoje, amplamente difundido nas cortes do mundo inteiro. Os lingüistas forenses têm como propósito atuar, principalmente, como peritos, como tradutores, como especialistas em linguagem para desvendar impasses por solicitação dos magistrados, para auxiliar o andamento da justiça, enquanto nosso propósito é eminentemente acadêmico. Assim, a Lingüística Aplicada ao Direito abrange a Lingüística Forense e a Análise Crítica do Discurso Jurídico (ACDJ) ou outras perspectivas de abordar o discurso jurídico. O que é próprio da ACDJ é o desafio de dar conta do caráter interpretativo dos dois domínios em contato, de ser interdisciplinar, ou melhor, dizendo transdisciplinar. Nos contextos institucionais autênticos, a ACDJ busca identificar as estratégias lingüísticodiscursivas pelas quais se textualizam os discursos jurídicos, verificando o tratamento textual dado às unidades pragmáticas nos eventos de fala e de escrita na instituição jurídica. Relacionam-se os textos coletados às condições de produção, remetendo à organização do evento de onde foram extraídos e às estruturas de participação dos interlocutores na interação, observando as relações entre os tipos textuais e as exigências do gênero normalizadas pela legislação vigente. Dessa maneira, a ACDJ vem se constituindo um espaço de pesquisas na interface da ACD com o Direito. A linguagem, como uma forma de ação social, nos “treina” a assumir certas posições em nossas interações interpessoais, a partir da produção, distribuição e consumo de textos. Esse treinamento lingüístico (e social) nos permite reconhecer como ‘naturais’ e não-problemáticos textos tipicamente marcados por assimetrias de poder, como é o caso daqueles proferidos na instituição jurídica, durante eventos sociais autênticos. A idéia de que a decisão judicial realizar-se-ia através de um processo de subsunção encontra obstáculos que apontam para a atual crise das posturas tradicionais do jus naturalismo e do positivismo jurídico. O modelo silogístico de ciência, que defende essa subsunção, vem sendo questionado quando da sua utilização no direito. Assim, o formalismo, que vem desde Aristóteles e foi defendido pelos positivistas no século XIX, pode não ser mais absoluto (Mendonça, 2000). Segundo essa corrente, a realização do direito dar-se-ia a partir de uma norma geral (premissa maior), deduzida de um conceito, que iria subsumir o caso concreto (premissa menor), semelhante a um processo simples e mecânico, resultando na decisão. Tal raciocínio lógico-dedutivo, porém, pode mostrar-se insuficiente para a realidade histórica presente, pois negligencia o contexto axiológico de uma sociedade pluralista e complexa (Sitya, 2002). Contribuindo para mostrar a insuficiência dessa lógica silogística e da necessidade de se pensar o direito de forma concreta (em sua aplicação), Sytia (2002) salienta que, na operação dedutiva de subsumir, as limitações se dão, principalmente, em dois pontos. O primeiro refere-se à dificuldade em se provar que a premissa menor enquadra-se na premissa maior. A autora fundamenta-se na obra Teoria da Argumentação de autoria de Chaïm Perelman e Olbrechts Tyteca, publicada em 1983, consagrada pelo “mundo jurídico brasileiro” como a “Nova Retórica”, para defender a tese de que o juiz não lida com a norma pronta e acabada e, por haver situações fáticas não previstas pelo direito, deve o magistrado adotar uma postura mais criativa no âmbito do processo, construindo, através da argumentação, o(s) sentido(s) adequado(s) às normas aludidas pelas partes. O segundo ponto mencionado por Sitya (2002) refere-se ao trabalho do juiz, às operações cognitivas. Esse, ao subsumir dedutivamente, enquadraria o caso concreto à norma geral e daria sua decisão. O que ocorre, no entanto, é divergente ao proposto, pois, em sua tarefa, o magistrado primeiro dá sua decisão, baseada em valores, para depois recorrer à premissa maior. Isso ocorre porque a letra da norma não muda de acordo com as transformações histórias e as relações conflituosas atuais. Quem realiza essas mudanças substanciais são os responsáveis por sua aplicação, que, orientados pelas situações presentes e pelos valores predominantes, proporcionam legitimidade às suas decisões. A realidade é corroborada devido ao discurso adotado, ou seja, o discurso dá significações e constrói essa realidade social. É assim que, Ao interpretar a lei, os juízes vão buscar decisões, instalando a sentença sob princípios ideológicos em que se articulam idéias, costumes e crenças que, em consenso com a exigência da vida moderna, visam a aplicar o Direito segundo as necessidades sociais, considerando as condições de produção do discurso jurídico (Sitya, 2002: 70). O discurso decisório é, portanto, argumentativo e inevitavelmente ideológico, para ser analisado, necessita-se ir além da subsunção, uma vez que “(...) a própria motivação da sentença representa uma tentativa, por parte do juiz, de convencer as partes e a sociedade do acerto de sua decisão” (Mendonça, 2000, p.03). O termo motivação, nessa citação, equivale aos fundamentos postos na segunda parte do documento jurídico. Os métodos na ACD indicam as vias seguidas ou que serão seguidas pela investigação. Pelo fato de os investigadores seguirem vários enfoques, a metodologia adotada, como não poderia deixar de ser, seguirá, também, vários caminhos, de acordo com os enfoques ressaltados. Segundo Wodak; Meyer (2003), é necessário que a ACD mantenha, continuamente, uma retroalimentação entre a análise e a recolhida de dados. Por isso, a seleção de dados não se encerra quando do início da análise, ao contrário, o analista, diante de um fato novo, buscará, em sua fonte de dados, exemplos que possam confirmar o que foi encontrado. O que poderia gerar uma análise infinita é controlado pelo recorte estabelecido para a pesquisa. Assim, a coleta de dados passa a ser uma fase, ou melhor, um processo permanentemente operativo. O problema de pesquisa que se submete à investigação, como dito na Introdução, consiste em verificar a efetividade da prestação jurisdicional, identificando na superfície do texto da decisão judicial o atendimento à exigência constitucional e processual de fundamentação das decisões, assim como verificar se os argumentos são postos de maneira explícita, permitindo a visualização dos elementos formadores da convicção do juiz. Pois, além de não conseguimos tornar a inter ou transdisciplinaridade uma parte realmente integral das análises textuais, tampouco relacionar, adequadamente, a dimensão lingüística com as dimensões jurídicas, /.../deve-se assinalar que, apesar de não existir uma metodologia coerente da ACD, muitas características são comuns à maioria dos enfoques da ACD: em primeiro lugar, se concentram nos problemas e não em elementos lingüísticos específicos. Não obstante, é obrigatório possuir uma capacidade lingüística para selecionar os aspectos que se tornam relevantes para os objetivos específicos da investigação. Em segundo lugar, tanto a teoria como a metodologia são ecléticas: ambas vão unidas desde que seja útil para a compreensão dos problemas sociais que se submetem à investigação (Wodak & Meyer, 2003: 56) O estudo de campo levanta decisões judiciais para análise qualitativa e discute as evidências do princípio da fundamentação no uso da linguagem e nas escolhas lexicogramaticais que demonstrem o propósito discursivo do(a)s enunciadore(a)s em tais decisões em processos judiciais autênticos. Nosso propósito é estabelecer parâmetros para os elementos formadores da convicção – princípio do livre convencimento dos magistrados, visto que se trata de questões que evolvem a necessidade de oitiva de peritos na área da lingüística forense que, via de regra não ocorre na realidade brasileira. Verificar-se-á, ainda, se as construções das identidades sociais podem refletir padrões de crenças e realidades ideológicas de um grupo social, pela maneira como os indivíduos se relacionam e são relacionados nos atos processuais. D o universo de enunciados da pesquisa, selecionou-se um corpus que, do ponto de vista jurídico, preenche os requisitos legais, ou seja, contém (I) o relatório, (IIII) a fundamentação e (IIIIIIIII) o dispositivo ou a própria decisão. A amostra desta análise é uma peça processual formalmente “completa”, entretanto, os discursos que constituem as decisões judiciais são, também, atos de linguagem que visam a objetivos argumentativos ou ideológicos, corroborando a asserção da ACD de que “o discurso é, ao mesmo tempo, estruturante dos e estruturado pelos processos sociais” (Pedro, 1997: 39). N o universo dos enunciados do projeto, os textos recebem tratamento metodológico de anonimização, ou seja, as decisões judiciais autênticas escolhidas aleatoriamente nas varas e tribunais brasileiros são transcritas na íntegra dos originais e formatadas numa estrutura padrão com linhas numeradas e identidades dos indivíduos preservadas. Nessa análise, optamos por deixar os nomes das partes por se tratar de pessoas com vida pública e tal peça ter sido divulgada pela imprensa, na época. Análise de uma decisão judicial Historicamente, a cidade do Recife tem muitos buracos, alguns ficam tanto tempo abertos em algumas ruas que a população faz festa de aniversário com bolo para “comemorar”. É nossa maneira brasileira de protestar, brincando com coisas que não são de brincadeira. A propensão aos buracos é atribuída ao terreno abaixo do nível do mar e com muitos lençóis freáticos que se ligam ao rio Capibaribe. A localização da cidade, em terras baixas, devemos à intervenção planejada do príncipe Maurício de Nassau, conforme documento abaixo: Até a chegada dos holandeses (1630), Recife dependia de Olinda - local de moradia da aristocracia do açúcar. Os invasores preferiram se estabelecer nas terras baixas do Recife, seja porque o sítio de Olinda não favorecia aos seus interesses militares e comerciais, seja pela semelhança do sítio do Recife com as terras da Holanda. A ocupação foi sendo feita por soldados, colonos, habitantes de Olinda (incendiada pelos holandeses) e por imigrantes judeus. (Prefeitura do Recife, 2008, on line, grifo nosso) A decisão judicial - objeto deste estudo - foi prolatada em 19 de agosto de 2004 pelo Tribunal Regional Eleitoral. Trata-se do processo de n° 030/2004, ação movida pela Coligação Frente de Esquerda do Recife (do candidato a re-eleição João Paulo) contra a Coligação União pela Mudança (do candidato Cadoca), durante a campanha para prefeito da cidade do Recife. A ação foi movida em torno de uma peça publicitária do marketing político da campanha da Coligação União pela Mudança, coordenada pelo cientista político e “marqueteiro” Antônio Lavareda (Barreto, 2008). O “marqueteiro” ou a agência de publicidade constrói um monólogo no qual um borracheiro relata os lucros que está tendo na sua borracharia devido aos buracos do Recife deixados pelo candidato a re-eleição João Paulo, na gestão anterior, como veremos na íntegra no texto da decisão judicial, adiante. Uma peculiaridade da peça em análise é a rapidez na prestação do serviço jurisdicional, na justiça eleitoral, o fato ocorreu em 17 de agosto de 2004 e foi julgado e decidido dois dias depois. (I) Relatório 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. 13. E Em síntese, alegam: que no dia 17 de agosto de 2004, a coligação representada veiculou, em suas inserções na Televisão, no bloco de audiência das 8:00 e 12:00 horas, duas vezes, no bloco de audiência das 12:00 às 18:00 horas, uma vez, e no bloco de audiências das 18:00 às 21:00 horas, uma vez, com duração de 30 segundos, a imagem de um borracheiro, em tom de deboche, fazendo as seguintes afirmações: “Olha eu to muito satisfeito com João Paulo, o trabalho dele ta ajudando a melhorar o movimento do meu negócio. Eu não paro mais um minuto, é um entra e sai de cliente danado. Eu já estou pensando até em reformar meu estabelecimento. Olhe, Prefeito João Paulo, eu só tenho a agradecer os buracos que o senhor tem deixado nas ruas. (Borracharia emburaca que eu gosto. Eu não tenho que reclamar não, mas os meus clientes. ...Chegou mais um.” Fragmento 01 As cinco inserções veiculadas pela televisão pernambucana, no dia 17/ 08/ 2004, são relatadas de maneira detalhada pelo magistrado nas linhas 5-11, onde informa os horários, o tempo de duração e a quantidade de vezes em que ocorrem. No relato, a atitude do borracheiro da inserção aparece com o modalizador “em tom de deboche” (linha 10), ou o juiz a avalia ou corrobora a modalização feita na petição inicial da parte autora do processo. A valorização das palavras escritas na justiça se evidencia nesta peça pela ausência de remissão às imagens da encenação da propaganda eleitoral. O relato restringe-se ao texto na íntegra proferido pelo personagem borracheiro. Nenhuma menção é feita ao cenário, às expressões fisionômicas, às roupas etc. A fala do borracheiro é marcada pela coloquialidade, entretanto, os lugares institucionais dos interlocutores são caracterizados pela estratégia de nomeação. De um lado, o borracheiro situa-se no “negócio” (linha 13), no “estabelecimento” (linha 15), “Borracharia emburaca que eu gosto” (linha 16), do outro o prefeito João Paulo é “o prefeito” caracterizado pelas expressões “o trabalho dele” (linha 12), “Prefeito João Paulo” (linha 15), “o senhor” (linha 16). O candidato João Paulo durante seu mandato de 2000-2004, vigente à época, adotou como slogan da Prefeitura: “A grande obra é cuidar das pessoas”, e como slogan de sua campanha em curso, “João Paulo fez o que ninguém fez”. (Barreto, 2008). Assim, a imagem de um borracheiro, um trabalhador popular, agradecendo pelos buracos deixados nas ruas pode sinalizar a ironia, o “tom de deboche”, já que o prefeito/ candidato se propõe a “cuidar das pessoas”. No caso o borracheiro está sendo beneficiado pelos buracos do Recife. Observa-se que o “marqueteiro” Antônio Lavareda ou a agência de publicidade encarregada do esquete foi muito cuidadoso com os efeitos de sentido gerados pelo texto da inserção apresentada ao público da televisão em horário nobre. Ao colocar a fala “Eu não tenho que reclamar não/.../” na boca do borracheiro, complementada com “mas os meus clientes” o efeito de sentido que se obtém é de que os “buracos do Recife” estão beneficiando as pessoas de baixa renda, como o borracheiro. 18 19 20 21 22 23 24 E Entendem os representantes, caracterizado o crime de difamação, tipificado no artigo 139 do Código Penal Brasileiro, diante da imputação de fato ofensivo à reputação do candidato representante. Acrescentam que na divulgação foi utilizada, na tentativa de ridicularizar o candidato, a trucagem, prática proibida pelas normas que regulam a propaganda eleitoral. Pedem os representantes, em liminar, que imediatamente a 25 veiculação da inserção enseja a representação. 26 27 28 29 30 31 A Coligação União pela Mudança, representada, protocolou a petição de lis. 11/12, a rigor, esboçando sua defesa com amparo em um acórdão proferido em eleição anterior pelo Egrégio T.R.E. (fls. 13/ 18). Com este breve relatado. D Decido. Fragmento 02 Difamação Art. 139 - Difamar alguém, imputando-lhe fato ofensivo à sua reputação: Pena - detenção, de 3 (três) meses a 1 (um) ano, e multa. Exceção da verdade Parágrafo único - A exceção da verdade somente se admite se o ofendido é funcionário público e a ofensa é relativa ao exercício de suas funções. Injúria Art. 140 - I Injuriar alguém, ofendendo-lhe a dignidade ou o decoro: Pena - detenção, de 1 (um) a 6 (seis) meses, ou multa. § 1º- O juiz pode deixar de aplicar a pena: I - quando o ofendido, de forma reprovável, provocou diretamente a injúria; II - no caso de retorsão imediata, que consista em outra injúria. § 2º- S Se a injúria consiste em violência ou vias de fato, que, por sua natureza ou pelo meio empregado, se considerem aviltantes: Pena - detenção, de 3 (três) meses a 1 (um) ano, e multa, além da pena correspondente à violência. Disposições comuns Art. 141 - As penas cominadas neste Capítulo aumentam-se de um terço, se qualquer dos crimes é cometido: I - contra o Presidente da República, ou contra chefe de governo estrangeiro; II - contra funcionário público, em razão de suas funções; III - na presença de várias pessoas, ou por meio que facilite a divulgação da calúnia, da difamação ou da injúria. Parágrafo único- S Se o crime é cometido mediante paga ou promessa de recompensa, aplicase a pena em dobro. Exclusão do crime Art. 142- N Não constituem injúria ou difamação punível: I - a ofensa irrogada em juízo, na discussão da causa, pela parte ou por seu procurador; II - a opinião desfavorável da crítica literária, artística ou científica, salvo quando inequívoca a intenção de injuriar ou difamar; III - o conceito desfavorável emitido por funcionário público, em apreciação ou informação que preste no cumprimento de dever do ofício. Parágrafo único- N Nos casos dos ns. I e III , responde pela injúria ou pela difamação quem lhe dá publicidade. Retratação Art. 143- O querelado que, antes da sentença, se retrata cabalmente da calúnia ou da difamação, fica isento de pena. Art. 144- S Se, de referências, alusões ou frases, se infere calúnia, difamação ou injúria, quem se julga ofendido pode pedir explicações em juízo. Aquele que se recusa a dá-las ou, a critério do juiz, não as dá satisfatórias, responde pela ofensa. Art. 145- N Nos crimes previstos neste Capítulo somente se procede mediante queixa, salvo quando, no caso do art. 140, § 2º, da violência resulta lesão corporal. Parágrafo único- Procede-se mediante requisição do Ministro da Justiça, no caso do n.º I do art. 141, e mediante representação do ofendido, no caso do n.º II do mesmo artigo. O Juiz desconfigura a acusação de difamação em seu relato e, a seguir, na decisão. Entretanto, com relação à trucagem8 (linhas 20-22), apenas a citou em seu relato, não analisando tal tema em sua decisão. O magistrado afirma que os representantes do autor alegam ter ocorrido a prática da trucagem na propaganda eleitoral, porém faz apenas essa referência ao tema, sem demais explicações sobre o que seria a trucagem, sem verificar se ela está presente ou ausente na propaganda em questão, ignorando também a legislação eleitoral, a seguir, que versa sobre a matéria. Resolução TSE n. 22.718/2008 Art. 21. A partir de 1º de julho de 2008, é vedado às emissoras de rádio e televisão, em sua programação normal e noticiário (Lei nº 9.504/97, art. 45, caput): II – usar trucagem, montagem ou outro recurso de áudio ou vídeo que, de qualquer forma, degradem ou ridicularizem candidato, partido político ou coligação, bem como produzir ou veicular programa com esse efeito (Lei nº 9.504/97, art. 45, II ); §2º E Entende-se por trucagem todo e qualquer efeito realizado em áudio ou vídeo que possa degradar ou ridicularizar candidato, partido político ou coligação, ou que possa desvirtuar a realidade e beneficiar ou prejudicar qualquer candidato, partido político ou coligação. (II) Fundamentação 32. S Se bem que a representação está formulada pela 33. coligação e pelo candidato, é este último que se sente Difamado. 34. D Difamação é crime tipificado no artigo 139 do Código Penal 35. Brasileiro. Pode ser conceituado como imputar fato ofensivo à reputação 36. de alguém. 37. N No contexto em que as expressões foram utilizadas, 38 mesmo que associada à imagem da mensagem, não vejo como pensar em ofensa à pessoa do candidato. Fragmento 03 Ao utilizar o operador argumentativo “Se bem que” (linha 32) há a nítida intenção de enfraquecer a defesa do reclamante, pois ao fazer essa observação, o magistrado age como se ressaltasse um erro ou impropriedade jurídica no fato de ter sido a representação formulada pela coligação e pelo candidato, embora o interessado seja apenas esse último. Porém, é pacífico na doutrina e na jurisprudência o entendimento de que é possível uma pessoa jurídica se configurar como vítima do crime de difamação. No caso em questão, a coligação de que faz parte o partido político é uma pessoa jurídica pro tempore. Lei 9504/97 Art. 6º É facultado aos partidos políticos, dentro da mesma circunscrição, celebrar coligações para eleição majoritária, proporcional, ou para ambas, podendo, neste último caso, formar-se mais de uma coligação para a eleição proporcional dentre os partidos que integram a coligação para o pleito majoritário. § lº A coligação terá denominação própria, que poderá ser a junção de todas as siglas dos partidos que a integram, sendo a ela atribuídas as prerrogativas e obrigações de partido político no que se refere ao processo eleitoral, e devendo funcionar como um só partido no relacionamento com a Justiça Eleitoral e no trato dos interesses interpartidários. Assim, não há razão para o juiz afirmar que apenas o candidato se sente difamado, pois a difamação que atinge um candidato atinge também, de forma reflexa, o seu partido político e sua coligação. Além disso, ainda que a coligação não “se sentisse” difamada, estaria exercendo a representação judicial do candidato no processo, pois tem legitimidade para tanto, visto que é uma associação. 39. D De outra sorte, críticas dirigidas à administração municipal, 40. mesmo que extrapolem o âmbito da impessoalidade, não devem ser 41. consideradas como exposição ao ridículo. Fragmento 04 O juiz utiliza a palavra “críticas” (linha 39) para se referir ao conteúdo da mensagem, suavizando a intenção da propaganda eleitoral alegada pelo prefeito e sua coligação como degradante da imagem do candidato. Ainda afirma que a crítica é dirigida à administração municipal, porém se percebe claramente - inclusive por citação nominal na propaganda eleitoral - que tal crítica se destina ao prefeito João Paulo, e não é uma mera “extrapolação no âmbito da impessoalidade”, como argumenta a decisão (linha 40). 42. O Prefeito é candidato a reeleição e nesta condição está 43. mais exposto à crítica de seus adversários do que os demais 44. candidatos. Fragmento 05 Percebe-se que o texto do magistrado demonstra tendenciosidade, pois, ao afirmar o exposto no fragmento acima, pretende adiantar a decisão de indeferimento que irá proferir, justificandoa com o fato de que o prefeito está mais exposto a criticas que os adversários. Porém, embora essa proposição seja verdadeira, não leva à conclusão que o texto sugere, ou seja, embora um candidato à reeleição se exponha mais a críticas, não significa que ele tenha menos direito à prestação jurisdicional, ou que a justiça eleitoral deva ser menos rígida com relação às ofensas dirigidas a ele. 45. 46. 47. 48. Tenho visto diversas reportagens sobre o estado de conservação das estradas no Brasil, em que é costume sempre se entrevistar um borracheiro para dar seu testemunho de como se encontram nossas rodovias. Fragmento 06 N esse fragmento se identifica o emprego de uma falácia, introduzida pelo argumento ad populum. Falácia, segundo David Carraher (1999,), é um erro de raciocínio que contamina a argumentação, tornando-a sem fundamento apropriado, em outras palavras, são erros de raciocínio que prejudicam a conclusão advinda de determinadas premissas. Os apelos são falácias lógicas nas quais se apresentam evidências que não levam à conclusão desejada, mas que têm o intuito de convencer o interlocutor. No discurso jurídico, comumente se observa o uso do apelo à autoridade, do apelo à ignorância e do apelo popular. Esse último reside na defesa de certas idéias através da associação entre as mesmas e crenças comumente aceitas, o argumento ad populum é aquele pelo qual se constroem proposições tendo por base crenças ou costumes comuns da sociedade, sem possuir respaldo científico, ou ainda, nesse caso, respaldo legal. Assim, o texto perpassa a idéia de que a situação narrada pela propaganda é rotineira no Brasil, e por isso não haveria problemas em relatá-la na propaganda eleitoral. 49. Ademais, o fato não é nenhuma novidade para o recifense. 50. Um movimento surgiu na Câmara Municipal do Recife e espalhou-se 51. pela cidade. Um sem número de veículos circula pela cidade com 52. adesivo alusivo aos buracos do Recife. Fragmento 07 O surgimento de tal movimento não descaracteriza o crime de difamação, cujo bem jurídico que busca proteger é a honra da pessoa, independentemente de o fato ser notório ou não, pois a ninguém é dado o direito de denegrir outrem. Essa é uma orientação pacífica na doutrina e jurisprudência nacionais. Cabe ressaltar também que a mera divulgação de existirem buracos no Recife não foi alegada como o motivo que daria ensejo à tipificação do crime de difamação, mas sim a forma como tal fato foi relatado, com a suposta degradação da imagem do prefeito João Paulo. (III) dispositivo ou decisão 61. 62. 63. 64. 65. 66. 67. 68. 69. 70. 71. 72. 73. 74. Posto isso, INDE INDE FIRO a liminar requerida. A Coligação representada já esboçou sua defesa com os argumentos apresentados na petição de fls. 11/ 12, quando espontaneamente demonstrou estar ciente dos termos da representação e protocolar a referida petição. A notificação tem por objeto dar conhecimento dos termos da representação ao representado, possibilitando-lhe instruir sua defesa. No caso, a notificação já concretizou os seus efeitos, de forma que não vejo necessidade de determinar uma nova notificação. Foi cumprido, portanto, o disposto no artigo 15 da Resolução n.° 21 .575/03. A seguir, encaminhe-se o feito ao Representante do Ministério Público. Fragmento 08 A construção textual do dispositivo ou da decisão (Fragmento 08) faz ancoragem em três conceitos-chave para consubstanciar o convencimento do magistrado a respeito das teses da defesa e da acusação: (a) a autoria do crime com identificação do agente; (b) a materialidade ou prova incontestável de que ocorreu o crime; (c) a tipicidade da conduta do ré(u) prevista na legislação e/ou nas normas sociais. O fragmento 08 remete aos artigos 213 e 224 do Código Penal e ao inciso I, art. 43 do Código de Processo Penal; assim como às folhas 11 e 12 dos autos do processo. Esses dispositivos legais estabelecem a ancoragem do convencimento com os três conceitos-chave de legitimação da decisão. Conclusões Este estudo exploratório constata que os textos escritos sentença judicial não preservam o caráter abstrato da lógica silogística tradicional, isolando a matéria jurídica de considerações práticas como alude o princípio da fundamentação na legislação brasileira. Ao contrário, a construção textual da decisão judicial ocorre na dimensão social da praxis, levando em conta uma variedade de argumentos opostos a qualquer sistema lógico-formal disponível. O uso dos argumentos, da referenciação e dos marcadores de modalização na textualização de discursos nas peças processuais pelo magistrado, consciente ou habitualmente, evidencia que a decisão judicial não está estruturada numa simples construção silogística, uma vez que a linguagem representa as intenções subjetivas dos atores das relações comunicacionais. A despeito de a dogmática jurídica afirmar que a redação de peças processuais segue os pressupostos da lógica aristotélica, baseando-se no silogismo, na prática, observa-se que as decisões judiciais são modalizadas e estrategicamente construídas. A troca acadêmica na perspectiva interdisciplinar da Lingüística com o Direito contribui para ampliar as possibilidades de análise de peças processuais autênticas para além do ingênuo “entendimento” dos doutrinadores. A interface do Direito com a Lingüística desenvolve um conhecimento meta-dogmático que possibilita deslocar a concepção de língua da noção cristalizadora do sentido literal – típica do positivismo jurídico - e da noção anacrônica de retórica – indiscutível no mundo jurídico - aprisionada ao texto fundador de Aristóteles. Notas 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. Projeto docente financiado pelo Conselho Nacional de Pesquisa (CNPq), protocolo n° 2546463711149023 do edital MCT/ CNPq 50/2006 - Ciências Humanas, Sociais e Sociais Aplicadas - Ministério da Ciência e Tecnologia – Brasil. Filosoficamente, muitos estudiosos têm construído suas reflexões na contramão das idéias de Hart (1994) acerca da noção de regra, dentre eles destacam-se Dworkin (1999), Alexy (1995, 1997). Entretanto, a anunciada nova retórica de Perelmam; Olbrechts-Tyteca (1996) e seus seguidores continua no plano da Arte Retórica e como tal preserva o caráter normativo prescritivo dos estudos aristotélicos. Falta, talvez, ao Direito uma virada como a que ocorreu na Filosofia da Linguagem wittgenstaineana para romper não só com a noção de regra e de lógica como para propor uma revisão profunda sobre tudo que se entende por direito. Os estudos com base em dados autênticos têm demonstrado que tais exigências legais (Código de Processo Penal, no artigo 381, como o Código de Processo Civil, no artigo 458) são inexeqüíveis. Mesmo os juristas admitem que, “na prática forense” do dia a dia, não os magistrados decidem primeiro e quando iniciam a redação do documento legal já têm, antes de tudo, uma decisão, apenas tentam construir o texto de maneira aparentemente silogística. Corroboram tal prática as análises de Pardo, (1996, 2001); Carranza (2003), entre outros. Sobre argumentação jurídica consultamos: CAMARGO, Margarida Maria Lacombe. Hermenêutica e argumentação: uma contribuição ao estudo do direito. Rio de Janeiro: Renovar, 1999. MEND MENDONÇA, Paulo Roberto Soares. A argumentação nas decisões judiciais. 2 ed. Rio de Janeiro: Renovar, 2000. Extrapola a proposta deste artigo a discussão em torno da noção de Estado nacional ou mesmo questões de transnacionalidade que têm ocupado cientistas políticos e juristas nos últimos anos. Assim como, não nos ocuparemos dos limites entre os poderes nos países da América Latina que assiste perplexa ao degelo do mosaico das superfícies entre o Poder Legislativo, o Poder Judiciário e o Poder Executivo. Acerca dos manuais de hermenêutica que difundem tais idéias consultar: COLARESES, Virgínia. Direito, produção de sentidos e o ‘Regime de Liberdade Condicional’. Revista da Pós-Graduação em Direito da UNICAP, Recife , v. 1, n. 1, p. 207-250, jan. 2002. Referimos-nos, aqui, à reviravolta lingüística do segundo WITTGENS TEIN , Ludwing. Investigações Filosóficas. São Paulo: Nova Cultural, 1996. Trucagem - Técnica cinematográfica que permite a direção de fusão de imagens, inserção de letreiros e símbolos e outros efeitos visuais nos filmes. Com o advento e evolução técnica do videoteipe, está sendo cada vez menos utilizada, pois tudo isso poder ser feito eletronicamente -de forma mais rápida, fácil e segura- nos equipamentos de VT. (Dicionário Publicitário On Line http://www.dicionariopublicitario.net/t.php/) Referencias Bibliográficas Alexy, R. (1997) Teoría de los derechos fundamentales. Madrid: Centro de Estudios Constitucionales. Alexy, R. (1995) Teoría del discurso y derechos humanos. 2. ed. Colombia: Universidad Externado de Colombia. Barreto, T. V. (2004) A reeleição de João Paulo (PT). Recife: Fundação Joaquim Nabuco, 2004. Disponível em www.fundaj.gov.br/. Acesso em 25 de jan. de 2008. Bolívar, A. (comp.) (1996) Estudios en análisis crítico del discurso. Cuadernos de Postgrado 14. Caracas: Universidad Central de Venezuela. Bolívar, A. (2005) Discurso e interacción en el discurso escrito. Segunda edición. Caracas: CDCH, Universidad Central de Venezuela. Bolívar, A. (comp.) (2007) Análisis del discurso. ¿Por qué y para qué? Caracas: Los libros de El Nacional y Universidad Central de Venezuela. Brasil (2008) Código de processo civil 14. ed. São Paulo: Saraiva. Carranza, I. (2003) Genre and institutions: Narrative temporality in final arguments. Narrative Inquiry 3(1): 41-69. Colares, V. (1988) O Discurso Jurídico. Projeto de Pesquisa. Programa de Pós-Graduação em Letras e Lingüística da UFPE. Recife: UFPE. Colares, V. (1992) A Decisão interpretativa da fala em depoimentos judiciais. Dissertação (Mestrado em Lingüística) - Programa de Pós-Graduação em Letras e Lingüística da UFPE. Recife: UFPE. Colares, V. (2001) Aquilo que não consta nos autos, existe no mundo? Revista Jus et Fides. Recife- PE, v. nº 1, p.303 – 364. Colares, V. (2002) Direito, produção de sentidos e o ‘Regime de Liberdade Condicional. Revista da Pós-Graduação em Direito da UNICAP, Recife, v. 1, n. 1, p. 207-250. Colares, V. (2003) Inquirição na Justiça: estratégias lingüístico-discursivas. Porto Alegre: Sergio Antonio Fabris. Camargo, M. M. L. (1999) Hermenêutica e argumentação: uma contribuição ao estudo do direito. Rio de Janeiro: Renovar. Carraher, D. W. (1999) Senso critico: Do dia-a-dia as ciências humanas. 5. Ed. São Paulo: Pioneira. Ducrot, O. (1977) Princípios de semântica lingüística: dizer e não dizer. São Paulo: Cultrix, 1977. Ducrot, O. & Anscombre, J.C. (1978) Leis Lógicas e Leis Argumentativas. In: O. DUCROT Provar e dizer: leis lógicas e leis argumentativas, 229-261. São Paulo: Global. Dworkikin, R. (1999) O império do Direito. Trad. Jefferson Luiz Camargo. São Paulo: Martins Fontes. Fairclough, N. (2001) Discurso e mudança social. Brasília: Ed. UNB. Hart, H. L. A. (1994) O conceito de direito. Lisboa: Fundação Calouste Gulbenkian. Koch, I. G. V. (1993) Argumentação e linguagem. 3. ed. São Paulo: Cortez. Lakoffff, G. & Johnson, M. ([1980] 1998). Metáforas de la vida cotidiana. Madrid. Cátedra, Magalhães, I. (2000) ‘Teoria Crítica do Discurso e Texto’, in: C. R. Caldas-Coulthard; D. de Carvalho Figueiredo. Linguagem em discurso. v.1, n./1, Tubarão-SC, Ed. UNIS UL, 113-131. Mendonça, P. R. S. (2000) A argumentação nas decisões judiciais. 2 ed. Rio de Janeiro: Renovar. Meurer, J. L.; Motta-Roth, D. (orgs) (2002) Gêneros Textuais: e praticas discursivas. Subsídios para o ensino da linguagem. Bauru-SP: ED USC. Meurer, J. L.; Motta-Roth, D. (orgs.) (1997) Parâmetros de Textualização. Santa Maria: ED UFSM . Meurer. J. L.; Motta-Roth, D. (orgs.) (2005) Gêneros: teorias, métodos, debates. São Paulo: Parábola. Meurer, J. L. (2000) O conhecimento de gêneros textuais e a formação do profissional da linguagem. In: M.B.M. Fortkamp & L.M.B. Tomich (org.) Aspectos da Lingüística Aplicada: estudos em homenagem ao Prof. Hilário Inácio Bohn, 149-166. Florianópolis: Insular. Pardo, N. (2007) Cómo hacer análisis crítico del discurso. Una perspectiva latinoamericana. Santiago de Chile: Frasis. Pardo, M. L. (1996) Derecho y lingüística: cómo se juzga con palabras. Buenos Aires: Ediciones Nueva Visión. Pardo, M. L., (2001) Lenguaje y derecho. Volumen especial de la Revista Iberoamericana de Discurso y Sociedad, volumen 3, número 2. Pedro, E. R. (org.) (1998) Análise Crítica do Discurso: uma perspectiva sociopolítica e funcional. Lisboa: Caminho. Perelmam, C. & Oldebrechts-Tyteca, L. (1996) Tratado da argumentação: a nova retórica. São Paulo: Martins Fontes. Prefeitura do recifife. A Cidade do Recife. Disponível em: http://www.recife.pe.gov.br/pr/secplanejamento/inforec/cidade.php. Acesso em 25 de jan. de 2008. Sytia, C. V. M. (2002) O direito e suas instâncias lingüísticas. Porto Alegre, Sergio Antonio Fabris. Sytia, C. V. M. (1995) A Lingüística Textual e a Análise do Discurso: uma abordagem interdisciplinar. Ed. da URI, campus de Frederico Westphalen. Van Dijkijkijk, T. A. (1993) Discourse as social interaction. Discourse Studies: A Multidisciplinary Introduction. London: Sage. Wittgenstein, L. (1996) Investigações Filosóficas. Trad. brasileira José Carlos Bruni. Col. Os Pensadores. São Paulo: Nova Cultural. Wodak, R. (2009) Do que trata a ACD - um resumo de sua história, conceitos importantes e seus desenvolvimentos. In: C. R. Caldas-Coulthard & D. De C. Figueiredo Linguagem em discurso. v.1, n./1, Tubarão-SC, Ed. Unisul, 2000. p.223-243. Wodak, R. y Meyer, M. (comps.) (2003) Métodos de análisis crítico del discurso. Barcelona: Gedisa. VIRGINIA COLARES es doutora em Lingüística pela Universidade Federal de Pernambuco (UFPE) (1999), com a tese “Inquirição na justiça: estratégias lingüístico-discursivas”; cursou mestrado (1992) na mesma instituição, tendo desenvolvido a pesquisa “A Decisão interpretativa da fala em depoimentos judiciais”. Desde sua especialização, no início dos anos 1980, vem construindo um programa de investigação acerca da linguagem usada no âmbito legal e forense e suas conseqüências jurídicas e sociais. Como professora adjunto IV da Universidade Católica de Pernambuco (UNI CAP), desenvolve pesquisas acerca do discurso jurídico no Centro de Ciências Jurídicas (CCJ) e no mestrado em Direito, onde leciona. Fez aperfeiçoamento na Inglaterra em Lingüística Forense, no curso “Authorship and Plagiarism” coordenado por Malcolm Coulthard (Aston University), promovido pela International Summer School in Forensic Linguistic Analysis (2006). Integra a International Language and Law Association (www.ILLA.org). Correo e: [email protected] BRUNO DE OLIVEIRA JARDIM PEDROSA. Graduando do curso de Direito da Universidade Católica de Pernambuco, bolsista de iniciação científica desse projeto. correo e: [email protected] KAMILA MARIA DE MEDEIROS GOMES SIMPLÍCIO. Graduanda do curso de Direito da Universidade Católica de Pernambuco, bolsista de iniciação científica desse projeto. Correio e: [email protected] LÍVIA DIAS BARROS. Graduanda do curso de Direito da Universidade Católica de Pernambuco, bolsista de iniciação científica desse projeto. correio e: [email protected] NATÁLIA PORTO JARDIM. Graduanda do curso de Direito da Universidade Católica de Pernambuco, bolsista de iniciação científica desse projeto. correio e: [email protected] Buracos do Recife: estudo de uma decisão judicial Autor: Pedrosa, B., Simplicio K., Barros L., Jardim N P., & Colares V. (2008) Abstract | Marcado | XMLBibTex | Google Scholar Título Buracos do Recife: estudo de uma decisão judicial Tipo de Publicación Artículo de Revista Año de Publicación 2008 Autores PEDROSA, BRUNO., SIMPLICIO KAMILA., BARROS LIVIA., PORTO JARDIM NATÁLIA., & COLARES VIRGINIA. Palabras clave Análisis Crítico del Discurso, Decisiones judiciales, principio de la fundamentación Resumen Texto Completo El entrenamiento lingüístico y social hace que la comunidad jurídica brasileña reconozca como ‘naturales’ y no problemáticos los textos típicamente marcados por asimetría de poder, como es el caso de aquellos proferidos en la institución jurídica, durante los eventos de realización de los actos procesuales auténticos. Esta comunicación es parte del proyecto interdisciplinar que analiza las decisiones judiciales. La metodología se inscribe en el dominio del Análisis Crítico del Discurso (ACD), pues investiga la producción, distribución y consumo de textos encajados en prácticas sociales, desalojando los estereotipos textuales de las construcciones hipotéticas, ideales y apriorísticas de la doctrina mantenedora de la dogmática jurídica. Se constata que el uso de los argumentos en las diez decisiones judiciales analizadas no preserva el carácter abstracto de la lógica silogística tradicional, aislando la materia jurídica de consideraciones prácticas como alude el principio de la fundamentación en la legislación brasileña. Al contrario, la construcción textual de la decisión judicial ocurre en la dimensión social de la praxis, llevando en cuenta una variedad de argumentos opuestos a cualquier sistema lógico-formal disponible. Buracos do Recife: estudo de uma decisão judicial RESUMEN. El entrenamiento lingüístico y social hace que la comunidad jurídica brasileña reconozca como ‘naturales’ y no problemáticos los textos típicamente marcados por asimetría de poder, como es el caso de aquellos proferidos en la institución jurídica, durante los eventos de realización de los actos procesuales auténticos. Esta comunicación es parte del proyecto interdisciplinar que analiza las decisiones judiciales. La metodología se inscribe en el dominio del Análisis Crítico del Discurso (ACD), pues investiga la producción, distribución y consumo de textos encajados en prácticas sociales, desalojando los estereotipos textuales de las construcciones hipotéticas, ideales y apriorísticas de la doctrina mantenedora de la dogmática jurídica. Se constata que el uso de los argumentos en las diez decisiones judiciales analizadas no preserva el carácter abstracto de la lógica silogística tradicional, aislando la materia jurídica de consideraciones prácticas como alude el principio de la fundamentación en la legislación brasileña. Al contrario, la construcción textual de la decisión judicial ocurre en la dimensión social de la praxis, llevando en cuenta una variedad de argumentos opuestos a cualquier sistema lógico-formal disponible. PALABRAS CLAVE. Decisiones judiciales, principio de la fundamentación, análisis crítico del discurso. RESUMO. O treinamento lingüístico e social faz com que a comunidade jurídica brasileira reconheça como ‘naturais’ e não-problemáticos os textos tipicamente marcados por assimetria de poder, como é o caso daqueles proferidos na instituição jurídica, durante os eventos de realização dos atos processuais autênticos. Esta comunicação faz parte do projeto interdisciplinar que analisa as decisões judiciais. A metodologia inscreve-se no domínio da Análise Crítica do Discurso (ACD), pois investiga a produção, distribuição e consumo de textos encaixados em práticas sociais, desalojando os estereótipos textuais das construções hipotéticas, ideais e apriorísticas da doutrina mantenedora da dogmática jurídica. Constata-se que o uso dos argumentos nas dez decisões judiciais analisadas não preserva o caráter abstrato da lógica silogística tradicional, isolando a matéria jurídica de considerações práticas como alude o princípio da fundamentação na legislação brasileira. Ao contrário, a construção textual da decisão judicial ocorre na dimensão social da praxis, levando em conta uma variedade de argumentos opostos a qualquer sistema lógico-formal disponível. PALAVRAS CHAVE. análise crítica do discurso, Decisão judicial, princípio da fundamentação ABSTRACT. The Brazilian legal community, as a result of its linguistic training and professional socialization accepts as ‘natural’ and non-problematic texts which are marked by power asymmetries, like those presented in court during actual cases. This paper reports preliminary findings from an interdisciplinary research project investigating written ‘decision making’ in judicial judgments. The methodology is draw from Critical Discourse Analysis (CDA), which investigates the production, distribution and consumption of real texts within actual social practices, rather than focusing on the hypothetical idealized products of textual stereotypes, derived from the principles of legal dogma. In the ten written texts of judicial decisions analyzed it was evident that the arguments didn’t follow the abstract pattern of traditional syllogistic logic, which separates the juridical content from practical considerations on the principle of justification in Brazilian legislation. In fact, the textual construction of the judgment was located in the social dimension of praxis, taking into account a variety of arguments, rather than relying on a formal system. KEY WORDS. critical discourse analysis, Decision making, principle of justification Introdução Em uma cultura onde o mito da objetividade está vivo e a verdade é sempre uma verdade absoluta, as pessoas que conseguem impor suas metáforas sobre a cultura conseguem definir o que é verdade, o que consideramos que é verdade – absoluta e objetivamente verdadeiro. (Lakoff & Johnson 1998) Este artigo integra o projeto interdisciplinar Análise crítica do discurso jurídico1 que investiga os atos processuais desde a tomada de depoimentos em audiências iniciais de instrução e julgamento até as decisões judiciais autênticas prolatadas, buscando identificar as marcas textuais que evidenciam o princípio da fundamentação na efetividade da prestação jurisdicional. Na instância jurídica, a enunciação de palavras – jurisdição - estabelece os elos entre pessoas e os laços entre os grupos sociais, o dizer faz emergir e sumir entidades concede e usurpa a liberdade, absolve e condena réus, celebra a paz e deflagra conflitos. Assim, a efetividade da prestação jurisdicional depende da enunciação de palavras tratadas como ‘naturais’ e nãoproblemáticos por leigos em relação à linguagem, mesmo que especialistas em Direito. Os textos, na instituição jurídica, são tipicamente marcados por assimetria de poder como veremos na análise, a seguir. Nosso objeto de estudo são esses dados verbais (orais e escritos) autênticos, ou seja, os textos produzidos em situações sociais da justiça. A proposta justifica-se tanto pelo deslocamento das análises no âmbito do direito de construções hipotéticas ideais e apriorísticas da tradição doutrinária para uma abordagem científico-empírica da produção textual na justiça. Nossa hipótese é de que o uso dos argumentos tanto nas audiências como nas decisões judiciais não preserva o caráter abstrato da lógica silogística tradicional, isolando a matéria jurídica de considerações práticas como alude o princípio da fundamentação na legislação brasileira. Ao contrário, a construção textual da decisão judicial ocorre na dimensão social da praxis, levando em conta uma variedade de argumentos opostos a qualquer sistema lógicoformal disponível2. No sistema jurídico brasileiro, tanto o Código de Processo Penal, no artigo 381, como o Código de Processo Civil, no artigo 458, prevêem para a construção textual das decisões judiciais brasileiras um modelo lógico silogístico e prescrevem os seguintes requisitos essenciais da sentença: (I) – o relatório, que conterá os nomes das partes, uma exposição sucinta do pedido da acusação e da resposta do réu, bem como o relato do registro das principais ocorrências havidas no andamento do processo; (II ) – os fundamentos ou os motivos, argumentação das teses da acusação e da defesa com as quais o juiz analisará as questões de fato e de direito; (III ) – a decisão ou o dispositivo (a aplicação da norma jurídica, o direito, a lei), em que o juiz resolverá as questões que as partes lhe submeterem3. Assim, o Estado brasileiro preconiza que tais documentos sejam neutros, imparciais e isentos de subjetividade.No sistema jurídico brasileiro, tanto o Código de Processo Penal, no artigo 381, como o Código de Processo Civil, no artigo 458, prevêem para a construção textual das decisões judiciais brasileiras um modelo lógico silogístico e prescrevem os seguintes requisitos essenciais da sentença: (I) – o relatório, que conterá os nomes das partes, uma exposição sucinta do pedido da acusação e da resposta do réu, bem como o relato do registro das principais ocorrências havidas no andamento do processo; (II ) – os fundamentos ou os motivos, argumentação das teses da acusação e da defesa com as quais o juiz analisará as questões de fato e de direito; (III ) – a decisão ou o dispositivo (a aplicação da norma jurídica, o direito, a lei), em que o juiz resolverá as questões que as partes lhe submeterem3. Assim, o Estado brasileiro preconiza que tais documentos sejam neutros, imparciais e isentos de subjetividade.4 As provas produzidas são elementos influenciadores da decisão do juiz. Porém, não basta a simples produção das provas para conhecer-se o resultado final do processo judicial. Interessa às partes verificar, no uso dos argumentos, na fundamentação, se as suas razões foram objeto de exame pelo juiz. As decisões judiciais, entretanto, como texto que são, perpassam na sua superfície textual marcas das estratégias lingüístico-discursivas de elementos subjetivos - tais como ideologias, valores pessoais, crenças... - que motivaram o juiz para a decisão de “procedência”, “improcedência” ou “parcial procedência” do pedido feito ao Estado. É através da fundamentação, portanto, que se avalia o exercício da atividade jurisdicional. Fato que justifica a relevância deste estudo, pois, só uma análise crítica do discurso pode realizar uma “radiografia” do documento judicial e verificar em que medida as razões do cidadão comum foram objeto de exame pelo magistrado em cada uma das camadas de sentido do texto decisão judicial.5 Como se vê, o direito, de fato, materializa-se nas decisões judiciais de ministros e magistrados aqueles que representam o Estado no exercício de sua função pacificadora: os juizes. No Brasil, a exigência constitucional e processual de fundamentação das decisões - princípio da fundamentação - decorre da necessidade de permitir a visualização dos elementos formadores da convicção – princípio do livre convencimento - desse operador do direito que representa o Estado. Nesse momento, determina-se o que é justo para o caso concreto e faz-se obrigatório cumprir a decisão, se necessário, por meio de coerção do próprio Estado. Os referentes textuais são “objetos-de-discurso”, não representam de maneira absoluta objetos ontológicos do mundo real, mas a cada discurso, em cada contexto, variam de significado conforme os aspectos subjetivos daqueles que têm o poder e o dever de decidir. Assim, a observação dos fatos apresentados, a valoração das provas, a interpretação da norma e, conseqüentemente, a decisão dependerá da atividade social de produção e circulação de textos na justiça brasileira, historicamente e culturalmente determinadas. No mundo jurídico brasileiro, ainda persiste a idéia da existência de um sentido literal para as palavras e, como conseqüência, a crença na verdade absoluta6. Assim, essa pesquisa busca desalojar os estereótipos textuais que dão sustentação à concepção de língua ancorada na noção cristalizada (ora) do sentido literal. Pontos de partida teórico-metodológicos Sob a égide da Análise Crítica do Discurso (ACD), o projeto descreve atos processuais e analisa decisões judiciais através do estudo dos textos orais e escritos, coletados nos fóruns. No domínio da lingüística aplicada ao Direito – linha de pesquisa que buscamos construir –, a Análise Crítica do Discurso (ACD) aponta formas de olhar a linguagem em suas interfaces e confluências com as demais ciências humanas e sociais. Tanto os europeus como nós latinoamericanos, (Pedro, 1998; Magalhães, 2000; Wodak (2000); Fairclough (2001); Wodak; Meyer, 2003; Meurer, 1997; Meurer; Motta-Roth (2002, 2005); Pardo (1996, 2001); Bolívar (1996, 2005, 2007; Pardo Abril (2007) concordamos que “a análise crítica do discurso, obviamente, não implica uma metodologia homogênea, nem uma escola ou paradigma; quando muito, a ACD representa uma perspectiva comum sobre como realizar análises lingüísticas, semióticas ou do discurso.” (van Dijk, 1993: 131) Como se vê, a concepção tridimensional do discurso estabelece apenas uma proposta de trabalho que procura encontrar, na superfície dos textos analisados, evidências de como as estruturas e práticas sociais afetam e determinam a escolha dos elementos lingüísticos utilizados num texto, e que efeitos estas escolhas lingüísticas podem ter sobre as estruturas e práticas sociais como um todo. Do ponto de vista da ACD, nenhum texto é neutro ou imparcial; os textos são vistos como oriundos de práticas discursivas institucionais e políticas. A concepção tridimensional do discurso da ACD faz ancoragem em três tradições: a tradição de análise textual e lingüística; a tradição macrossociológica de análise da prática social em relação às estruturas sociais; a tradição interpretativa ou microssociológica de considerar a prática social como alguma coisa que as pessoas produzem ativamente e entendem com base em procedimentos de senso comum partilhados. Como se vê, a concepção tridimensional do discurso estabelece apenas uma proposta de trabalho que procura encontrar, na superfície dos textos analisados, evidências de como as estruturas e práticas sociais afetam e determinam a escolha dos elementos lingüísticos utilizados num texto, e que efeitos estas escolhas lingüísticas podem ter sobre as estruturas e práticas sociais como um todo. Do ponto de vista da ACD, nenhum texto é neutro ou imparcial; os textos são vistos como oriundos de práticas discursivas institucionais e políticas. A concepção tridimensional do discurso da ACD faz ancoragem em três tradições: a tradição de análise textual e lingüística; a tradição macrossociológica de análise da prática social em relação às estruturas sociais; a tradição interpretativa ou microssociológica de considerar a prática social como alguma coisa que as pessoas produzem ativamente e entendem com base em procedimentos de senso comum partilhados. Nesse contexto, a argumentação é um tipo de relação discursiva que liga um ou vários argumentos a uma conclusão. A nossa tese é que uma orientação argumentativa é inerente à maior parte (se não à totalidade) das frases: a sua significação contém uma instrução do tipo: ‘ao enunciar esta frase apresentamo-nos a argumentar em favor de tal tipo de conclusão. (Ducrot, 1977: 27). Não se trata, de modo nenhum, de demonstrar formalmente a validade de uma conclusão, nem a veracidade de uma asserção. Argumentar, portanto, é fazer admitir uma conclusão através de um ou mais argumentos. Apresentar um argumento como uma boa razão para chegar a uma conclusão determinada, não são processos para dizer as coisas em verdade ou falsidade, nem se sujeitam às leis que regulam as relações lógicas. “/.../quando se apresenta um enunciado (ou uma série de enunciados) E1 [argumentos], no sentido de fazer admitir outro enunciado (ou série de enunciados) E2 [conclusão]” (Ducrot & Anscombre, 1978: 238) Para que melhor se identifique a argumentação presente no texto, cabe localizar determinadas itens lexicais que a introduzem, denominados de operadores argumentativos. O conceito de operadores argumentativos, inspirado na noção de orientação argumentativa posta por Ducrot (1977), encontra-se bem definido em Ingedore Koch, para quem essas palavras são morfemas que: /.../ funcionam como operadores argumentativos ou discursivos. É importante salientar que se trata, em alguns casos, de morfemas que a gramática tradicional considera como elementos meramente relacionais – conectivos, como mas, porém, embora, já que, pois, etc., e, em outros, justamente de vocábulos que, segundo a N. G. B., não se enquadram em nenhuma das dez classes gramaticais. (Koch, 1993, 48) Esses operadores irão anteceder ao uso da argumentação em um discurso pelo seu autor, ou seja, funcionam anunciando as palavras que irão revelar-se como argumentos. Os operadores argumentativos encontram-se, dessa forma, na superfície do texto, consistindo em elementos que “determinam o valor argumentativo dos enunciados, constituindo-se, pois, em marcas lingüísticas importantes da enunciação” (Koch, 1993, p. 52). O foco da Lingüística Aplicada ao Direito são os atos processuais orais e escritos nas várias instâncias do judiciário, desde uma audiência de instrução e julgamento, na primeira instância, cuja produção oral deverá ser gravada e transcrita para a análise, até um acórdão, decisão colegiada de instância superior. Tais análises têm motivação em princípios póswittgensteineanos que concebem a linguagem como uma atividade na dimensão social da práxis, sendo diferentes das análises estritamente jurídicas que ponderam acerca da natureza dos atos processuais mediante o entendimento do jurista que avalia7. A Lingüística Aplicada ao Direito, não se confunde também com a Lingüística Forense, domínio de atuação de lingüistas fundado por Malcolm Couthard na Inglaterra e, hoje, amplamente difundido nas cortes do mundo inteiro. Os lingüistas forenses têm como propósito atuar, principalmente, como peritos, como tradutores, como especialistas em linguagem para desvendar impasses por solicitação dos magistrados, para auxiliar o andamento da justiça, enquanto nosso propósito é eminentemente acadêmico. Assim, a Lingüística Aplicada ao Direito abrange a Lingüística Forense e a Análise Crítica do Discurso Jurídico (ACDJ) ou outras perspectivas de abordar o discurso jurídico. O que é próprio da ACDJ é o desafio de dar conta do caráter interpretativo dos dois domínios em contato, de ser interdisciplinar, ou melhor, dizendo transdisciplinar. Nos contextos institucionais autênticos, a ACDJ busca identificar as estratégias lingüísticodiscursivas pelas quais se textualizam os discursos jurídicos, verificando o tratamento textual dado às unidades pragmáticas nos eventos de fala e de escrita na instituição jurídica. Relacionam-se os textos coletados às condições de produção, remetendo à organização do evento de onde foram extraídos e às estruturas de participação dos interlocutores na interação, observando as relações entre os tipos textuais e as exigências do gênero normalizadas pela legislação vigente. Dessa maneira, a ACDJ vem se constituindo um espaço de pesquisas na interface da ACD com o Direito. A linguagem, como uma forma de ação social, nos “treina” a assumir certas posições em nossas interações interpessoais, a partir da produção, distribuição e consumo de textos. Esse treinamento lingüístico (e social) nos permite reconhecer como ‘naturais’ e não-problemáticos textos tipicamente marcados por assimetrias de poder, como é o caso daqueles proferidos na instituição jurídica, durante eventos sociais autênticos. A idéia de que a decisão judicial realizar-se-ia através de um processo de subsunção encontra obstáculos que apontam para a atual crise das posturas tradicionais do jus naturalismo e do positivismo jurídico. O modelo silogístico de ciência, que defende essa subsunção, vem sendo questionado quando da sua utilização no direito. Assim, o formalismo, que vem desde Aristóteles e foi defendido pelos positivistas no século XIX, pode não ser mais absoluto (Mendonça, 2000). Segundo essa corrente, a realização do direito dar-se-ia a partir de uma norma geral (premissa maior), deduzida de um conceito, que iria subsumir o caso concreto (premissa menor), semelhante a um processo simples e mecânico, resultando na decisão. Tal raciocínio lógico-dedutivo, porém, pode mostrar-se insuficiente para a realidade histórica presente, pois negligencia o contexto axiológico de uma sociedade pluralista e complexa (Sitya, 2002). Contribuindo para mostrar a insuficiência dessa lógica silogística e da necessidade de se pensar o direito de forma concreta (em sua aplicação), Sytia (2002) salienta que, na operação dedutiva de subsumir, as limitações se dão, principalmente, em dois pontos. O primeiro refere-se à dificuldade em se provar que a premissa menor enquadra-se na premissa maior. A autora fundamenta-se na obra Teoria da Argumentação de autoria de Chaïm Perelman e Olbrechts Tyteca, publicada em 1983, consagrada pelo “mundo jurídico brasileiro” como a “Nova Retórica”, para defender a tese de que o juiz não lida com a norma pronta e acabada e, por haver situações fáticas não previstas pelo direito, deve o magistrado adotar uma postura mais criativa no âmbito do processo, construindo, através da argumentação, o(s) sentido(s) adequado(s) às normas aludidas pelas partes. O segundo ponto mencionado por Sitya (2002) refere-se ao trabalho do juiz, às operações cognitivas. Esse, ao subsumir dedutivamente, enquadraria o caso concreto à norma geral e daria sua decisão. O que ocorre, no entanto, é divergente ao proposto, pois, em sua tarefa, o magistrado primeiro dá sua decisão, baseada em valores, para depois recorrer à premissa maior. Isso ocorre porque a letra da norma não muda de acordo com as transformações histórias e as relações conflituosas atuais. Quem realiza essas mudanças substanciais são os responsáveis por sua aplicação, que, orientados pelas situações presentes e pelos valores predominantes, proporcionam legitimidade às suas decisões. A realidade é corroborada devido ao discurso adotado, ou seja, o discurso dá significações e constrói essa realidade social. É assim que, Ao interpretar a lei, os juízes vão buscar decisões, instalando a sentença sob princípios ideológicos em que se articulam idéias, costumes e crenças que, em consenso com a exigência da vida moderna, visam a aplicar o Direito segundo as necessidades sociais, considerando as condições de produção do discurso jurídico (Sitya, 2002: 70). O discurso decisório é, portanto, argumentativo e inevitavelmente ideológico, para ser analisado, necessita-se ir além da subsunção, uma vez que “(...) a própria motivação da sentença representa uma tentativa, por parte do juiz, de convencer as partes e a sociedade do acerto de sua decisão” (Mendonça, 2000, p.03). O termo motivação, nessa citação, equivale aos fundamentos postos na segunda parte do documento jurídico. Os métodos na ACD indicam as vias seguidas ou que serão seguidas pela investigação. Pelo fato de os investigadores seguirem vários enfoques, a metodologia adotada, como não poderia deixar de ser, seguirá, também, vários caminhos, de acordo com os enfoques ressaltados. Segundo Wodak; Meyer (2003), é necessário que a ACD mantenha, continuamente, uma retroalimentação entre a análise e a recolhida de dados. Por isso, a seleção de dados não se encerra quando do início da análise, ao contrário, o analista, diante de um fato novo, buscará, em sua fonte de dados, exemplos que possam confirmar o que foi encontrado. O que poderia gerar uma análise infinita é controlado pelo recorte estabelecido para a pesquisa. Assim, a coleta de dados passa a ser uma fase, ou melhor, um processo permanentemente operativo. O problema de pesquisa que se submete à investigação, como dito na Introdução, consiste em verificar a efetividade da prestação jurisdicional, identificando na superfície do texto da decisão judicial o atendimento à exigência constitucional e processual de fundamentação das decisões, assim como verificar se os argumentos são postos de maneira explícita, permitindo a visualização dos elementos formadores da convicção do juiz. Pois, além de não conseguimos tornar a inter ou transdisciplinaridade uma parte realmente integral das análises textuais, tampouco relacionar, adequadamente, a dimensão lingüística com as dimensões jurídicas, /.../deve-se assinalar que, apesar de não existir uma metodologia coerente da ACD, muitas características são comuns à maioria dos enfoques da ACD: em primeiro lugar, se concentram nos problemas e não em elementos lingüísticos específicos. Não obstante, é obrigatório possuir uma capacidade lingüística para selecionar os aspectos que se tornam relevantes para os objetivos específicos da investigação. Em segundo lugar, tanto a teoria como a metodologia são ecléticas: ambas vão unidas desde que seja útil para a compreensão dos problemas sociais que se submetem à investigação (Wodak & Meyer, 2003: 56) O estudo de campo levanta decisões judiciais para análise qualitativa e discute as evidências do princípio da fundamentação no uso da linguagem e nas escolhas lexicogramaticais que demonstrem o propósito discursivo do(a)s enunciadore(a)s em tais decisões em processos judiciais autênticos. Nosso propósito é estabelecer parâmetros para os elementos formadores da convicção – princípio do livre convencimento dos magistrados, visto que se trata de questões que evolvem a necessidade de oitiva de peritos na área da lingüística forense que, via de regra não ocorre na realidade brasileira. Verificar-se-á, ainda, se as construções das identidades sociais podem refletir padrões de crenças e realidades ideológicas de um grupo social, pela maneira como os indivíduos se relacionam e são relacionados nos atos processuais. D o universo de enunciados da pesquisa, selecionou-se um corpus que, do ponto de vista jurídico, preenche os requisitos legais, ou seja, contém (I) o relatório, (IIII) a fundamentação e (IIIIIIIII) o dispositivo ou a própria decisão. A amostra desta análise é uma peça processual formalmente “completa”, entretanto, os discursos que constituem as decisões judiciais são, também, atos de linguagem que visam a objetivos argumentativos ou ideológicos, corroborando a asserção da ACD de que “o discurso é, ao mesmo tempo, estruturante dos e estruturado pelos processos sociais” (Pedro, 1997: 39). N o universo dos enunciados do projeto, os textos recebem tratamento metodológico de anonimização, ou seja, as decisões judiciais autênticas escolhidas aleatoriamente nas varas e tribunais brasileiros são transcritas na íntegra dos originais e formatadas numa estrutura padrão com linhas numeradas e identidades dos indivíduos preservadas. Nessa análise, optamos por deixar os nomes das partes por se tratar de pessoas com vida pública e tal peça ter sido divulgada pela imprensa, na época. Análise de uma decisão judicial Historicamente, a cidade do Recife tem muitos buracos, alguns ficam tanto tempo abertos em algumas ruas que a população faz festa de aniversário com bolo para “comemorar”. É nossa maneira brasileira de protestar, brincando com coisas que não são de brincadeira. A propensão aos buracos é atribuída ao terreno abaixo do nível do mar e com muitos lençóis freáticos que se ligam ao rio Capibaribe. A localização da cidade, em terras baixas, devemos à intervenção planejada do príncipe Maurício de Nassau, conforme documento abaixo: Até a chegada dos holandeses (1630), Recife dependia de Olinda - local de moradia da aristocracia do açúcar. Os invasores preferiram se estabelecer nas terras baixas do Recife, seja porque o sítio de Olinda não favorecia aos seus interesses militares e comerciais, seja pela semelhança do sítio do Recife com as terras da Holanda. A ocupação foi sendo feita por soldados, colonos, habitantes de Olinda (incendiada pelos holandeses) e por imigrantes judeus. (Prefeitura do Recife, 2008, on line, grifo nosso) A decisão judicial - objeto deste estudo - foi prolatada em 19 de agosto de 2004 pelo Tribunal Regional Eleitoral. Trata-se do processo de n° 030/2004, ação movida pela Coligação Frente de Esquerda do Recife (do candidato a re-eleição João Paulo) contra a Coligação União pela Mudança (do candidato Cadoca), durante a campanha para prefeito da cidade do Recife. A ação foi movida em torno de uma peça publicitária do marketing político da campanha da Coligação União pela Mudança, coordenada pelo cientista político e “marqueteiro” Antônio Lavareda (Barreto, 2008). O “marqueteiro” ou a agência de publicidade constrói um monólogo no qual um borracheiro relata os lucros que está tendo na sua borracharia devido aos buracos do Recife deixados pelo candidato a re-eleição João Paulo, na gestão anterior, como veremos na íntegra no texto da decisão judicial, adiante. Uma peculiaridade da peça em análise é a rapidez na prestação do serviço jurisdicional, na justiça eleitoral, o fato ocorreu em 17 de agosto de 2004 e foi julgado e decidido dois dias depois. (I) Relatório 1. 2. 3. 4. 5. 6. E Em síntese, alegam: que no dia 17 de agosto de 2004, a coligação representada veiculou, em suas inserções na Televisão, no bloco de audiência das 8:00 e 12:00 horas, duas vezes, no bloco de audiência das 12:00 às 18:00 horas, uma vez, e no bloco de audiências das 18:00 às 21:00 horas, uma vez, com duração de 30 segundos, a imagem de um borracheiro, em tom de deboche, fazendo 7. 8. 9. 10. 11. 12. 13. as seguintes afirmações: “Olha eu to muito satisfeito com João Paulo, o trabalho dele ta ajudando a melhorar o movimento do meu negócio. Eu não paro mais um minuto, é um entra e sai de cliente danado. Eu já estou pensando até em reformar meu estabelecimento. Olhe, Prefeito João Paulo, eu só tenho a agradecer os buracos que o senhor tem deixado nas ruas. (Borracharia emburaca que eu gosto. Eu não tenho que reclamar não, mas os meus clientes. ...Chegou mais um.” Fragmento 01 As cinco inserções veiculadas pela televisão pernambucana, no dia 17/ 08/ 2004, são relatadas de maneira detalhada pelo magistrado nas linhas 5-11, onde informa os horários, o tempo de duração e a quantidade de vezes em que ocorrem. No relato, a atitude do borracheiro da inserção aparece com o modalizador “em tom de deboche” (linha 10), ou o juiz a avalia ou corrobora a modalização feita na petição inicial da parte autora do processo. A valorização das palavras escritas na justiça se evidencia nesta peça pela ausência de remissão às imagens da encenação da propaganda eleitoral. O relato restringe-se ao texto na íntegra proferido pelo personagem borracheiro. Nenhuma menção é feita ao cenário, às expressões fisionômicas, às roupas etc. A fala do borracheiro é marcada pela coloquialidade, entretanto, os lugares institucionais dos interlocutores são caracterizados pela estratégia de nomeação. De um lado, o borracheiro situa-se no “negócio” (linha 13), no “estabelecimento” (linha 15), “Borracharia emburaca que eu gosto” (linha 16), do outro o prefeito João Paulo é “o prefeito” caracterizado pelas expressões “o trabalho dele” (linha 12), “Prefeito João Paulo” (linha 15), “o senhor” (linha 16). O candidato João Paulo durante seu mandato de 2000-2004, vigente à época, adotou como slogan da Prefeitura: “A grande obra é cuidar das pessoas”, e como slogan de sua campanha em curso, “João Paulo fez o que ninguém fez”. (Barreto, 2008). Assim, a imagem de um borracheiro, um trabalhador popular, agradecendo pelos buracos deixados nas ruas pode sinalizar a ironia, o “tom de deboche”, já que o prefeito/ candidato se propõe a “cuidar das pessoas”. No caso o borracheiro está sendo beneficiado pelos buracos do Recife. Observa-se que o “marqueteiro” Antônio Lavareda ou a agência de publicidade encarregada do esquete foi muito cuidadoso com os efeitos de sentido gerados pelo texto da inserção apresentada ao público da televisão em horário nobre. Ao colocar a fala “Eu não tenho que reclamar não/.../” na boca do borracheiro, complementada com “mas os meus clientes” o efeito de sentido que se obtém é de que os “buracos do Recife” estão beneficiando as pessoas de baixa renda, como o borracheiro. 18 19 20 21 22 23 24 25 E Entendem os representantes, caracterizado o crime de difamação, tipificado no artigo 139 do Código Penal Brasileiro, diante da imputação de fato ofensivo à reputação do candidato representante. Acrescentam que na divulgação foi utilizada, na tentativa de ridicularizar o candidato, a trucagem, prática proibida pelas normas que regulam a propaganda eleitoral. Pedem os representantes, em liminar, que imediatamente a veiculação da inserção enseja a representação. 26 27 28 29 30 31 A Coligação União pela Mudança, representada, protocolou a petição de lis. 11/12, a rigor, esboçando sua defesa com amparo em um acórdão proferido em eleição anterior pelo Egrégio T.R.E. (fls. 13/ 18). Com este breve relatado. D Decido. Fragmento 02 Difamação Art. 139 - Difamar alguém, imputando-lhe fato ofensivo à sua reputação: Pena - detenção, de 3 (três) meses a 1 (um) ano, e multa. Exceção da verdade Parágrafo único - A exceção da verdade somente se admite se o ofendido é funcionário público e a ofensa é relativa ao exercício de suas funções. Injúria Art. 140 - I Injuriar alguém, ofendendo-lhe a dignidade ou o decoro: Pena - detenção, de 1 (um) a 6 (seis) meses, ou multa. § 1º- O juiz pode deixar de aplicar a pena: I - quando o ofendido, de forma reprovável, provocou diretamente a injúria; II - no caso de retorsão imediata, que consista em outra injúria. § 2º- S Se a injúria consiste em violência ou vias de fato, que, por sua natureza ou pelo meio empregado, se considerem aviltantes: Pena - detenção, de 3 (três) meses a 1 (um) ano, e multa, além da pena correspondente à violência. Disposições comuns Art. 141 - As penas cominadas neste Capítulo aumentam-se de um terço, se qualquer dos crimes é cometido: I - contra o Presidente da República, ou contra chefe de governo estrangeiro; II - contra funcionário público, em razão de suas funções; III - na presença de várias pessoas, ou por meio que facilite a divulgação da calúnia, da difamação ou da injúria. Parágrafo único- S Se o crime é cometido mediante paga ou promessa de recompensa, aplicase a pena em dobro. Exclusão do crime Art. 142- N Não constituem injúria ou difamação punível: I - a ofensa irrogada em juízo, na discussão da causa, pela parte ou por seu procurador; II - a opinião desfavorável da crítica literária, artística ou científica, salvo quando inequívoca a intenção de injuriar ou difamar; III - o conceito desfavorável emitido por funcionário público, em apreciação ou informação que preste no cumprimento de dever do ofício. Parágrafo único- N Nos casos dos ns. I e III , responde pela injúria ou pela difamação quem lhe dá publicidade. Retratação Art. 143- O querelado que, antes da sentença, se retrata cabalmente da calúnia ou da difamação, fica isento de pena. Art. 144- S Se, de referências, alusões ou frases, se infere calúnia, difamação ou injúria, quem se julga ofendido pode pedir explicações em juízo. Aquele que se recusa a dá-las ou, a critério do juiz, não as dá satisfatórias, responde pela ofensa. Art. 145- N Nos crimes previstos neste Capítulo somente se procede mediante queixa, salvo quando, no caso do art. 140, § 2º, da violência resulta lesão corporal. Parágrafo único- Procede-se mediante requisição do Ministro da Justiça, no caso do n.º I do art. 141, e mediante representação do ofendido, no caso do n.º II do mesmo artigo. O Juiz desconfigura a acusação de difamação em seu relato e, a seguir, na decisão. Entretanto, com relação à trucagem8 (linhas 20-22), apenas a citou em seu relato, não analisando tal tema em sua decisão. O magistrado afirma que os representantes do autor alegam ter ocorrido a prática da trucagem na propaganda eleitoral, porém faz apenas essa referência ao tema, sem demais explicações sobre o que seria a trucagem, sem verificar se ela está presente ou ausente na propaganda em questão, ignorando também a legislação eleitoral, a seguir, que versa sobre a matéria. Resolução TSE n. 22.718/2008 Art. 21. A partir de 1º de julho de 2008, é vedado às emissoras de rádio e televisão, em sua programação normal e noticiário (Lei nº 9.504/97, art. 45, caput): II – usar trucagem, montagem ou outro recurso de áudio ou vídeo que, de qualquer forma, degradem ou ridicularizem candidato, partido político ou coligação, bem como produzir ou veicular programa com esse efeito (Lei nº 9.504/97, art. 45, II ); §2º E Entende-se por trucagem todo e qualquer efeito realizado em áudio ou vídeo que possa degradar ou ridicularizar candidato, partido político ou coligação, ou que possa desvirtuar a realidade e beneficiar ou prejudicar qualquer candidato, partido político ou coligação. (II) Fundamentação 32. S Se bem que a representação está formulada pela 33. coligação e pelo candidato, é este último que se sente Difamado. 34. D Difamação é crime tipificado no artigo 139 do Código Penal 35. Brasileiro. Pode ser conceituado como imputar fato ofensivo à reputação 36. de alguém. 37. N No contexto em que as expressões foram utilizadas, 38 mesmo que associada à imagem da mensagem, não vejo como pensar em ofensa à pessoa do candidato. Fragmento 03 Ao utilizar o operador argumentativo “Se bem que” (linha 32) há a nítida intenção de enfraquecer a defesa do reclamante, pois ao fazer essa observação, o magistrado age como se ressaltasse um erro ou impropriedade jurídica no fato de ter sido a representação formulada pela coligação e pelo candidato, embora o interessado seja apenas esse último. Porém, é pacífico na doutrina e na jurisprudência o entendimento de que é possível uma pessoa jurídica se configurar como vítima do crime de difamação. No caso em questão, a coligação de que faz parte o partido político é uma pessoa jurídica pro tempore. Lei 9504/97 Art. 6º É facultado aos partidos políticos, dentro da mesma circunscrição, celebrar coligações para eleição majoritária, proporcional, ou para ambas, podendo, neste último caso, formar-se mais de uma coligação para a eleição proporcional dentre os partidos que integram a coligação para o pleito majoritário. § lº A coligação terá denominação própria, que poderá ser a junção de todas as siglas dos partidos que a integram, sendo a ela atribuídas as prerrogativas e obrigações de partido político no que se refere ao processo eleitoral, e devendo funcionar como um só partido no relacionamento com a Justiça Eleitoral e no trato dos interesses interpartidários. Assim, não há razão para o juiz afirmar que apenas o candidato se sente difamado, pois a difamação que atinge um candidato atinge também, de forma reflexa, o seu partido político e sua coligação. Além disso, ainda que a coligação não “se sentisse” difamada, estaria exercendo a representação judicial do candidato no processo, pois tem legitimidade para tanto, visto que é uma associação. 39. D De outra sorte, críticas dirigidas à administração municipal, 40. mesmo que extrapolem o âmbito da impessoalidade, não devem ser 41. consideradas como exposição ao ridículo. Fragmento 04 O juiz utiliza a palavra “críticas” (linha 39) para se referir ao conteúdo da mensagem, suavizando a intenção da propaganda eleitoral alegada pelo prefeito e sua coligação como degradante da imagem do candidato. Ainda afirma que a crítica é dirigida à administração municipal, porém se percebe claramente - inclusive por citação nominal na propaganda eleitoral - que tal crítica se destina ao prefeito João Paulo, e não é uma mera “extrapolação no âmbito da impessoalidade”, como argumenta a decisão (linha 40). 42. O Prefeito é candidato a reeleição e nesta condição está 43. mais exposto à crítica de seus adversários do que os demais 44. candidatos. Fragmento 05 Percebe-se que o texto do magistrado demonstra tendenciosidade, pois, ao afirmar o exposto no fragmento acima, pretende adiantar a decisão de indeferimento que irá proferir, justificandoa com o fato de que o prefeito está mais exposto a criticas que os adversários. Porém, embora essa proposição seja verdadeira, não leva à conclusão que o texto sugere, ou seja, embora um candidato à reeleição se exponha mais a críticas, não significa que ele tenha menos direito à prestação jurisdicional, ou que a justiça eleitoral deva ser menos rígida com relação às ofensas dirigidas a ele. 45. 46. 47. 48. Tenho visto diversas reportagens sobre o estado de conservação das estradas no Brasil, em que é costume sempre se entrevistar um borracheiro para dar seu testemunho de como se encontram nossas rodovias. Fragmento 06 N esse fragmento se identifica o emprego de uma falácia, introduzida pelo argumento ad populum. Falácia, segundo David Carraher (1999,), é um erro de raciocínio que contamina a argumentação, tornando-a sem fundamento apropriado, em outras palavras, são erros de raciocínio que prejudicam a conclusão advinda de determinadas premissas. Os apelos são falácias lógicas nas quais se apresentam evidências que não levam à conclusão desejada, mas que têm o intuito de convencer o interlocutor. No discurso jurídico, comumente se observa o uso do apelo à autoridade, do apelo à ignorância e do apelo popular. Esse último reside na defesa de certas idéias através da associação entre as mesmas e crenças comumente aceitas, o argumento ad populum é aquele pelo qual se constroem proposições tendo por base crenças ou costumes comuns da sociedade, sem possuir respaldo científico, ou ainda, nesse caso, respaldo legal. Assim, o texto perpassa a idéia de que a situação narrada pela propaganda é rotineira no Brasil, e por isso não haveria problemas em relatá-la na propaganda eleitoral. 49. 50. 51. 52. Ademais, o fato não é nenhuma novidade para o recifense. Um movimento surgiu na Câmara Municipal do Recife e espalhou-se pela cidade. Um sem número de veículos circula pela cidade com adesivo alusivo aos buracos do Recife. Fragmento 07 O surgimento de tal movimento não descaracteriza o crime de difamação, cujo bem jurídico que busca proteger é a honra da pessoa, independentemente de o fato ser notório ou não, pois a ninguém é dado o direito de denegrir outrem. Essa é uma orientação pacífica na doutrina e jurisprudência nacionais. Cabe ressaltar também que a mera divulgação de existirem buracos no Recife não foi alegada como o motivo que daria ensejo à tipificação do crime de difamação, mas sim a forma como tal fato foi relatado, com a suposta degradação da imagem do prefeito João Paulo. (III) dispositivo ou decisão 61. 62. 63. 64. 65. 66. 67. 68. 69. 70. 71. 72. 73. 74. Posto isso, INDE INDE FIRO a liminar requerida. A Coligação representada já esboçou sua defesa com os argumentos apresentados na petição de fls. 11/ 12, quando espontaneamente demonstrou estar ciente dos termos da representação e protocolar a referida petição. A notificação tem por objeto dar conhecimento dos termos da representação ao representado, possibilitando-lhe instruir sua defesa. No caso, a notificação já concretizou os seus efeitos, de forma que não vejo necessidade de determinar uma nova notificação. Foi cumprido, portanto, o disposto no artigo 15 da Resolução n.° 21 .575/03. A seguir, encaminhe-se o feito ao Representante do Ministério Público. Fragmento 08 A construção textual do dispositivo ou da decisão (Fragmento 08) faz ancoragem em três conceitos-chave para consubstanciar o convencimento do magistrado a respeito das teses da defesa e da acusação: (a) a autoria do crime com identificação do agente; (b) a materialidade ou prova incontestável de que ocorreu o crime; (c) a tipicidade da conduta do ré(u) prevista na legislação e/ou nas normas sociais. O fragmento 08 remete aos artigos 213 e 224 do Código Penal e ao inciso I, art. 43 do Código de Processo Penal; assim como às folhas 11 e 12 dos autos do processo. Esses dispositivos legais estabelecem a ancoragem do convencimento com os três conceitos-chave de legitimação da decisão. Conclusões Este estudo exploratório constata que os textos escritos sentença judicial não preservam o caráter abstrato da lógica silogística tradicional, isolando a matéria jurídica de considerações práticas como alude o princípio da fundamentação na legislação brasileira. Ao contrário, a construção textual da decisão judicial ocorre na dimensão social da praxis, levando em conta uma variedade de argumentos opostos a qualquer sistema lógico-formal disponível. O uso dos argumentos, da referenciação e dos marcadores de modalização na textualização de discursos nas peças processuais pelo magistrado, consciente ou habitualmente, evidencia que a decisão judicial não está estruturada numa simples construção silogística, uma vez que a linguagem representa as intenções subjetivas dos atores das relações comunicacionais. A despeito de a dogmática jurídica afirmar que a redação de peças processuais segue os pressupostos da lógica aristotélica, baseando-se no silogismo, na prática, observa-se que as decisões judiciais são modalizadas e estrategicamente construídas. A troca acadêmica na perspectiva interdisciplinar da Lingüística com o Direito contribui para ampliar as possibilidades de análise de peças processuais autênticas para além do ingênuo “entendimento” dos doutrinadores. A interface do Direito com a Lingüística desenvolve um conhecimento meta-dogmático que possibilita deslocar a concepção de língua da noção cristalizadora do sentido literal – típica do positivismo jurídico - e da noção anacrônica de retórica – indiscutível no mundo jurídico - aprisionada ao texto fundador de Aristóteles. Notas 1. 2. Projeto docente financiado pelo Conselho Nacional de Pesquisa (CNPq), protocolo n° 2546463711149023 do edital MCT/ CNPq 50/2006 - Ciências Humanas, Sociais e Sociais Aplicadas - Ministério da Ciência e Tecnologia – Brasil. Filosoficamente, muitos estudiosos têm construído suas reflexões na contramão das 3. 4. 5. 6. 7. 8. idéias de Hart (1994) acerca da noção de regra, dentre eles destacam-se Dworkin (1999), Alexy (1995, 1997). Entretanto, a anunciada nova retórica de Perelmam; Olbrechts-Tyteca (1996) e seus seguidores continua no plano da Arte Retórica e como tal preserva o caráter normativo prescritivo dos estudos aristotélicos. Falta, talvez, ao Direito uma virada como a que ocorreu na Filosofia da Linguagem wittgenstaineana para romper não só com a noção de regra e de lógica como para propor uma revisão profunda sobre tudo que se entende por direito. Os estudos com base em dados autênticos têm demonstrado que tais exigências legais (Código de Processo Penal, no artigo 381, como o Código de Processo Civil, no artigo 458) são inexeqüíveis. Mesmo os juristas admitem que, “na prática forense” do dia a dia, não os magistrados decidem primeiro e quando iniciam a redação do documento legal já têm, antes de tudo, uma decisão, apenas tentam construir o texto de maneira aparentemente silogística. Corroboram tal prática as análises de Pardo, (1996, 2001); Carranza (2003), entre outros. Sobre argumentação jurídica consultamos: CAMARGO, Margarida Maria Lacombe. Hermenêutica e argumentação: uma contribuição ao estudo do direito. Rio de Janeiro: Renovar, 1999. MEND MENDONÇA, Paulo Roberto Soares. A argumentação nas decisões judiciais. 2 ed. Rio de Janeiro: Renovar, 2000. Extrapola a proposta deste artigo a discussão em torno da noção de Estado nacional ou mesmo questões de transnacionalidade que têm ocupado cientistas políticos e juristas nos últimos anos. Assim como, não nos ocuparemos dos limites entre os poderes nos países da América Latina que assiste perplexa ao degelo do mosaico das superfícies entre o Poder Legislativo, o Poder Judiciário e o Poder Executivo. Acerca dos manuais de hermenêutica que difundem tais idéias consultar: COLARESES, Virgínia. Direito, produção de sentidos e o ‘Regime de Liberdade Condicional’. Revista da Pós-Graduação em Direito da UNICAP, Recife , v. 1, n. 1, p. 207-250, jan. 2002. Referimos-nos, aqui, à reviravolta lingüística do segundo WITTGENS TEIN , Ludwing. Investigações Filosóficas. São Paulo: Nova Cultural, 1996. Trucagem - Técnica cinematográfica que permite a direção de fusão de imagens, inserção de letreiros e símbolos e outros efeitos visuais nos filmes. Com o advento e evolução técnica do videoteipe, está sendo cada vez menos utilizada, pois tudo isso poder ser feito eletronicamente -de forma mais rápida, fácil e segura- nos equipamentos de VT. (Dicionário Publicitário On Line http://www.dicionariopublicitario.net/t.php/) Referencias Bibliográficas Alexy, R. (1997) Teoría de los derechos fundamentales. Madrid: Centro de Estudios Constitucionales. Alexy, R. (1995) Teoría del discurso y derechos humanos. 2. ed. Colombia: Universidad Externado de Colombia. Barreto, T. V. (2004) A reeleição de João Paulo (PT). Recife: Fundação Joaquim Nabuco, 2004. Disponível em www.fundaj.gov.br/. Acesso em 25 de jan. de 2008. Bolívar, A. (comp.) (1996) Estudios en análisis crítico del discurso. Cuadernos de Postgrado 14. Caracas: Universidad Central de Venezuela. Bolívar, A. (2005) Discurso e interacción en el discurso escrito. Segunda edición. Caracas: CDCH, Universidad Central de Venezuela. Bolívar, A. (comp.) (2007) Análisis del discurso. ¿Por qué y para qué? Caracas: Los libros de El Nacional y Universidad Central de Venezuela. Brasil (2008) Código de processo civil 14. ed. São Paulo: Saraiva. Carranza, I. (2003) Genre and institutions: Narrative temporality in final arguments. Narrative Inquiry 3(1): 41-69. Colares, V. (1988) O Discurso Jurídico. Projeto de Pesquisa. Programa de Pós-Graduação em Letras e Lingüística da UFPE. Recife: UFPE. Colares, V. (1992) A Decisão interpretativa da fala em depoimentos judiciais. Dissertação (Mestrado em Lingüística) - Programa de Pós-Graduação em Letras e Lingüística da UFPE. Recife: UFPE. Colares, V. (2001) Aquilo que não consta nos autos, existe no mundo? Revista Jus et Fides. Recife- PE, v. nº 1, p.303 – 364. Colares, V. (2002) Direito, produção de sentidos e o ‘Regime de Liberdade Condicional. Revista da Pós-Graduação em Direito da UNICAP, Recife, v. 1, n. 1, p. 207-250. Colares, V. (2003) Inquirição na Justiça: estratégias lingüístico-discursivas. Porto Alegre: Sergio Antonio Fabris. Camargo, M. M. L. (1999) Hermenêutica e argumentação: uma contribuição ao estudo do direito. Rio de Janeiro: Renovar. Carraher, D. W. (1999) Senso critico: Do dia-a-dia as ciências humanas. 5. Ed. São Paulo: Pioneira. Ducrot, O. (1977) Princípios de semântica lingüística: dizer e não dizer. São Paulo: Cultrix, 1977. Ducrot, O. & Anscombre, J.C. (1978) Leis Lógicas e Leis Argumentativas. In: O. DUCROT Provar e dizer: leis lógicas e leis argumentativas, 229-261. São Paulo: Global. Dworkikin, R. (1999) O império do Direito. Trad. Jefferson Luiz Camargo. São Paulo: Martins Fontes. Fairclough, N. (2001) Discurso e mudança social. Brasília: Ed. UNB. Hart, H. L. A. (1994) O conceito de direito. Lisboa: Fundação Calouste Gulbenkian. Koch, I. G. V. (1993) Argumentação e linguagem. 3. ed. São Paulo: Cortez. Lakoffff, G. & Johnson, M. ([1980] 1998). Metáforas de la vida cotidiana. Madrid. Cátedra, Magalhães, I. (2000) ‘Teoria Crítica do Discurso e Texto’, in: C. R. Caldas-Coulthard; D. de Carvalho Figueiredo. Linguagem em discurso. v.1, n./1, Tubarão-SC, Ed. UNIS UL, 113-131. Mendonça, P. R. S. (2000) A argumentação nas decisões judiciais. 2 ed. Rio de Janeiro: Renovar. Meurer, J. L.; Motta-Roth, D. (orgs) (2002) Gêneros Textuais: e praticas discursivas. Subsídios para o ensino da linguagem. Bauru-SP: ED USC. Meurer, J. L.; Motta-Roth, D. (orgs.) (1997) Parâmetros de Textualização. Santa Maria: ED UFSM . Meurer. J. L.; Motta-Roth, D. (orgs.) (2005) Gêneros: teorias, métodos, debates. São Paulo: Parábola. Meurer, J. L. (2000) O conhecimento de gêneros textuais e a formação do profissional da linguagem. In: M.B.M. Fortkamp & L.M.B. Tomich (org.) Aspectos da Lingüística Aplicada: estudos em homenagem ao Prof. Hilário Inácio Bohn, 149-166. Florianópolis: Insular. Pardo, N. (2007) Cómo hacer análisis crítico del discurso. Una perspectiva latinoamericana. Santiago de Chile: Frasis. Pardo, M. L. (1996) Derecho y lingüística: cómo se juzga con palabras. Buenos Aires: Ediciones Nueva Visión. Pardo, M. L., (2001) Lenguaje y derecho. Volumen especial de la Revista Iberoamericana de Discurso y Sociedad, volumen 3, número 2. Pedro, E. R. (org.) (1998) Análise Crítica do Discurso: uma perspectiva sociopolítica e funcional. Lisboa: Caminho. Perelmam, C. & Oldebrechts-Tyteca, L. (1996) Tratado da argumentação: a nova retórica. São Paulo: Martins Fontes. Prefeitura do recifife. A Cidade do Recife. Disponível em: http://www.recife.pe.gov.br/pr/secplanejamento/inforec/cidade.php. Acesso em 25 de jan. de 2008. Sytia, C. V. M. (2002) O direito e suas instâncias lingüísticas. Porto Alegre, Sergio Antonio Fabris. Sytia, C. V. M. (1995) A Lingüística Textual e a Análise do Discurso: uma abordagem interdisciplinar. Ed. da URI, campus de Frederico Westphalen. Van Dijkijkijk, T. A. (1993) Discourse as social interaction. Discourse Studies: A Multidisciplinary Introduction. London: Sage. Wittgenstein, L. (1996) Investigações Filosóficas. Trad. brasileira José Carlos Bruni. Col. Os Pensadores. São Paulo: Nova Cultural. Wodak, R. (2009) Do que trata a ACD - um resumo de sua história, conceitos importantes e seus desenvolvimentos. In: C. R. Caldas-Coulthard & D. De C. Figueiredo Linguagem em discurso. v.1, n./1, Tubarão-SC, Ed. Unisul, 2000. p.223-243. Wodak, R. y Meyer, M. (comps.) (2003) Métodos de análisis crítico del discurso. Barcelona: Gedisa. VIRGINIA COLARES es doutora em Lingüística pela Universidade Federal de Pernambuco (UFPE) (1999), com a tese “Inquirição na justiça: estratégias lingüístico-discursivas”; cursou mestrado (1992) na mesma instituição, tendo desenvolvido a pesquisa “A Decisão interpretativa da fala em depoimentos judiciais”. Desde sua especialização, no início dos anos 1980, vem construindo um programa de investigação acerca da linguagem usada no âmbito legal e forense e suas conseqüências jurídicas e sociais. Como professora adjunto IV da Universidade Católica de Pernambuco (UNI CAP), desenvolve pesquisas acerca do discurso jurídico no Centro de Ciências Jurídicas (CCJ) e no mestrado em Direito, onde leciona. Fez aperfeiçoamento na Inglaterra em Lingüística Forense, no curso “Authorship and Plagiarism” coordenado por Malcolm Coulthard (Aston University), promovido pela International Summer School in Forensic Linguistic Analysis (2006). Integra a International Language and Law Association (www.ILLA.org). Correo e: [email protected] BRUNO DE OLIVEIRA JARDIM PEDROSA. Graduando do curso de Direito da Universidade Católica de Pernambuco, bolsista de iniciação científica desse projeto. correo e: [email protected] KAMILA MARIA DE MEDEIROS GOMES SIMPLÍCIO. Graduanda do curso de Direito da Universidade Católica de Pernambuco, bolsista de iniciação científica desse projeto. Correio e: [email protected] LÍVIA DIAS BARROS. Graduanda do curso de Direito da Universidade Católica de Pernambuco, bolsista de iniciação científica desse projeto. correio e: [email protected] NATÁLIA PORTO JARDIM. Graduanda do curso de Direito da Universidade Católica de Pernambuco, bolsista de iniciação científica desse projeto. correio e: [email protected] Anúncio publicitário de medicamento: discurso e ideologia Autor: RAMALHO, VIVIANE (2008) Abstract | Marcado | XML | BibTex | Google Scholar Título Anúncio publicitário de medicamento: discurso e ideologia Tipo de Publicació n Artículo de Revista Año de Publicació n 2008 Autores RAMALHO, VIVIANE. Palabras clave Discurso, géneros del discurso, ideología, publicidad de medicamento Resumen Texto Completo En este trabajo hemos hecho una reflexión, a la luz del Análisis Crítico del Discurso (Chouliaraki & Fairclough, 1999; Fairclough, 2003), acerca de los sentidos potencialmente ideológicos en el género “anuncio publicitario de medicamento”. En base a los análisis de las categorías intertextuality, interdiscursivity, evaluation and speech function en los textos “Intestino Irritável agora tem saída” (Revista Saúde, 2002, n. 224) y “Magra sem pesar no bolso” (Revista Viva Mais, 25 ag. 2006), hemos discutido la aparición de nuevas “tecnologías discursivas”. Es decir, de manipulación estratégica del lenguaje orientada a proyectos de dominación. Las conclusiones señalan que ciertos sentidos implícitos que circulan en los anuncios de medicamento pueden sostener ideologías naturalizadas, además de diseminar ansiedad con respecto a la salud. Anúncio publicitário de medicamento: discurso e ideologia VIVIANE RAMALHO Universidade de Brasília (UnB) Universidade Católica de Brasília (UCB) Resumen. En este trabajo hemos hecho una reflexión, a la luz del Análisis Crítico del Discurso (Chouliaraki & Fairclough, 1999; Fairclough, 2003), acerca de los sentidos potencialmente ideológicos en el género “anuncio publicitario de medicamento”. En base a los análisis de las categorías intertextuality, interdiscursivity, evaluation and speech function en los textos “Intestino Irritável agora tem saída” (Revista Saúde, 2002, n. 224) y “Magra sem pesar no bolso” (Revista Viva Mais, 25 ag. 2006), hemos discutido la aparición de nuevas “tecnologías discursivas”. Es decir, de manipulación estratégica del lenguaje orientada a proyectos de dominación. Las conclusiones señalan que ciertos sentidos implícitos que circulan en los anuncios de medicamento pueden sostener ideologías naturalizadas, además de diseminar ansiedad con respecto a la salud. PALABRAS CLAVE. Discurso, géneros del discurso, ideología, publicidad de medicamento Resumo. Neste trabalho realizamos uma reflexão, à luz da Análise de Discurso Crítica (Chouliaraki & Fairclough, 1999; Fairclough, 2003), sobre sentidos potencialmente ideológicos no gênero “anúncio publicitário de medicamento”. A partir da análise das categorias intertextualidade, interdiscursividade, avaliação e funções da fala nos textos “Intestino Irritável agora tem saída” (Revista Saúde, 2002, n. 224) e “Magra sem pesar no bolso” (Revista Viva Mais, 25 ag. 2006), discutimos a emergência de novas “tecnologias discursivas”. Isto é, de manipulações estratégicas da linguagem orientadas para projetos de dominação. As conclusões apontam que certos sentidos implícitos que circulam nos anúncios de medicamento podem sustentar ideologias naturalizadas, assim como instaurar anseios relacionados a saúde. PALAVRAS CHAVE. Discurso; gêneros do discurso; ideologia; anúncio de medicamento ABSTRACT. In this paper we ponder about potentially ideological meanings in medicine advertising texts through a Critical Discourse Analysis’ approach (Chouliaraki & Fairclough, 1999; Fairclough, 2003). From the analysis of intertextuality, interdiscursivity, evaluation and speech function found in the texts “Intestino Irritável agora tem saída” (Revista Saúde, 2002, n. 224) and “Magra sem pesar no bolso” (Revista Viva Mais, 25 ag. 2006), we start discussing the emergence of new “discursive technologies”. In other words, it is the strategic manipulation of the language guided for domination. The conclusions show that specific implicit meanings found in medicine advertising can help to support popular ideologies, as well as to disseminate anxieties regarding health. KEY WORDS. Discourse, discourse genres, ideology; drug advertisement Apresentação Neste trabalho, apresentamos e discutimos resultados da tese “Discurso e ideologia na propaganda de medicamentos: um estudo crítico sobre mudanças sociais e discursivas”, desenvolvida na Universidade de Brasília/Brasil (Ramalho, 2008). A pesquisa teve como objetivo investigar sentidos potencialmente ideológicos na propaganda brasileira de medicamentos e problematizar o papel do discurso na sustentação de relações assimétricas de poder. Com base na Análise de Discurso Crítica (Chouliaraki & Fairclough, 1999; Fairclough, 2003), mapeamos conexões causais entre aspectos semióticos e não-semióticos implicados na preocupação social em estudo. Na análise de cunho mais social, pesquisamos características e instituições da modernidade tardia relacionadas ao capitalismo avançado, à vigilância, à “sociedade de consumo”. Na análise discursiva, abordamos a prática publicitária a partir do gênero “anúncio de medicamento”. Com base em princípios da Nova Retórica (Bazerman, 2005, 2006; Miller, 1994), trabalhamos na tese com um corpus documental composto por possíveis exemplares desse (sub)gênero discursivo, produzidos em épocas diferentes, de 1927 a 2006. Como instrumento de análise, utilizamos principalmente categorias da Análise de Discurso Crítica, baseadas na Lingüística Sistêmico-Funcional (Halliday & Matthiessen, 2004). Exploramos, por meio delas, os principais esforços retóricos da publicidade, apontados na literatura especializada (Cooper, 2006; Sampaio, 2003; Vestergaard & Schröder, 1994), em busca de sentidos potencialmente ideológicos. À análise discursiva, em que estudamos aspectos referentes à produção e composição textuais, somamos a interpretação de dados quantitativos sobre a recepção dos textos. Esses dados, gerados a partir de aplicação de 390 questionários abertos autoadministrados, informam a explanação sobre investimentos ideológicos de convenções discursivas articuladas em textos. Os resultados da pesquisa apontam que sentidos ideológicos verificados na propaganda de medicamentos praticada na sociedade tradicional e moderna persistem nas amostras produzidas na modernidade tardia. Nestas últimas, entretanto, como resposta a mudanças sociais, exploram-se medos, anseios e desejos relacionados a saúde de modo mais velado e com pronunciada potencialidade para instaurar e sustentar relações de dominação, especialmente entre “leigos/as” e peritos/as. No caso específico deste trabalho, o objetivo é, com base em resultados dessa pesquisa mais ampla, discutir a emergência de novas “tecnologias discursivas”, nos termos de Fairclough (2001), a partir da análise da intertextualidade, interdiscursividade, intergenericidade, avaliação e funções da fala nos textos “Intestino Irritável agora tem saída” (Revista Saúde, 2002, n. 224) e “Magra sem pesar no bolso” (Revista Viva Mais, 25 ag. 2006). O foco do trabalho está nas mudanças semióticas observadas no gênero “anúncio publicitário de medicamento”, as quais configuram tanto respostas a pressões sociais na modernidade tardia quanto recursos para alcançar o/a consumidor/a potencial de medicamentos. Cabe enfatizar que este sucinto trabalho apenas ilustra e traz resultados de uma investigação realizada com mais de 600 amostras de textos promocionais de medicamento e cerca de 300 colaboradores de pesquisa. Para discussão mais aprofundada, sugerimos a consulta de Ramalho (2006, 2007, 2008). Dividimos o artigo em três seções principais. Na primeira, apresentamos brevemente as principais abordagens teórico-metodológicas que orientam a pesquisa: a Análise de Discurso Crítica e a Nova Retórica. Na segunda, discutimos a prática promocional de medicamentos como um problema sociodiscursivo. Na terceira seção, por fim, analisamos textos que materializam e exemplificam as mudanças sociodiscursivas aqui problematizadas. 1. Linguagem como prática social: Análise de Discurso Crítica e Nova Retórica A ideia de que mudanças sociais são parcialmente mudanças discursivas, e que, da mesma forma, mudanças discursivas são parte de mudanças sociais, assenta-se na concepção de linguagem como parte irredutível de práticas sociais, sustentada pela ADC. Como um momento de práticas sociais, entende-se que a linguagem não é apenas socialmente constituída mas também é constitutiva de identidades, relações sociais e sistemas de conhecimento e crença (Fairclough, 1995, p. 131). O foco não é a linguagem como estrutura ou como ação individual, mas, sim, como prática social, uma entidade intermediária entre a estrutura social e a ação individual, que representa o “ponto de conexão entre estruturas abstratas e seus mecanismos, e eventos concretos – entre ‘sociedade’ e pessoas vivendo suas vidas” (Chouliaraki & Fairclough, 1999, p. 21). Isso significa que a atenção volta-se antes para o discurso, entendido como um momento irredutível de práticas sociais (com suas atividades materiais, relações sociais, pessoas, crenças), do que para textos ou para o sistema semiótico. Também, na perspectiva da ADC, as constantes relações dialéticas de articulação e internalização entre quatro momentos de (redes de) práticas sociais – discurso, atividade material, relações sociais e fenômeno mental – relacionam-se às principais maneiras como o discurso figura em práticas sociais: como ação/relação, representação e identificação. Essas maneiras, por sua vez, correlacionam-se com os três elementos de ordens de discurso: gêneros, discursos e estilos. Assim, a partir de princípios da Lingüística Sistêmico-Funcional (LSF) (Halliday, 1985; Halliday & Matthiessen, 2004), ADC compreende discurso em termos de três principais significados: acional, representacional e identificacional. Desse modo, aprimora o entendimento da relação entre discurso e (inter-)ação, relações sociais, pessoas, mundo material (para maiores detalhes, ver Resende & Ramalho, 2005, 2006). Tal compreensão é fundamental para estudos críticos como este, que se ocupam de problemas sociais parcialmente sustentados pelo discurso. Como ciência crítica, está preocupada em investigar efeitos ideológicos que (sentidos de) textos possam ter sobre relações sociais, ações e interações, conhecimentos, crenças, atitudes, valores e identidades. Isto é, sentidos a serviço de projetos particulares de dominação e exploração, que sustentam a distribuição desigual de poder. Identificar mecanismos semióticos e apontá-los pode ser uma das maneiras de buscar a superação de problemas sociais parcialmente discursivos, como é o caso da promoção comercial de medicamentos. Também com o intuito de tornar mais próxima a relação entre discurso e (aspectos nãosemióticos do) social, com Chouliaraki & Fairclough (1999) defendemos a importância de se considerar a potencialidade do social, e não só do sistema semiótico, na manutenção do potencial ilimitado da linguagem para a construção de significados. Ainda repensando a LSF, os autores notam que, embora conceba a linguagem como um sistema aberto, passível de mudança e com possibilidade ilimitada para construir significados, a compreensão da LSF sobre tal “abertura” restringe-se a recursos disponíveis na rede de escolhas do sistema semiótico. Para uma abordagem discursiva, a capacidade ilimitada da linguagem para a construção de significados precisa ser entendida não só a partir da noção de sistema lingüístico, mas também a partir da noção de ordens de discurso. O foco em mudanças no sistema, possibilitadas e constrangidas por conexões gerativas sintagmáticas e paradigmáticas, ajuda a explicar o poder gerativo da linguagem, no entanto, cabe reconhecer que o sistema aberto da linguagem é mantido tanto por seus recursos “internos” (fonéticos, fonológicos, lexicogramaticais, semânticos), quanto por recursos “externos”, assegurados pelo dinamismo das ordens de discurso – as “combinações particulares de gêneros, discursos e estilos, que constituem o aspecto discursivo de redes de práticas sociais” (Fairclough, 2003, p. 220). Novas articulações de gêneros, discursos e estilos de diferentes ordens de discurso também possibilitam e limitam o poder gerativo da linguagem de construir significados. Essa postura é importante para nossa discussão porque as mudanças observadas no gênero “anúncio publicitário de medicamento”, na modernidade tardia, dizem respeito a novas articulações de gêneros, discursos e estilos de diferentes ordens de discurso, e não, especificamente, de articulações de recursos internos, ainda que nestas se realizem as primeiras. Igualmente importante para esta discussão é a postura da Nova Retórica, segundo a qual gêneros discursivos não são apenas conjuntos de traços textuais estáveis mas, acima de tudo, são ações sociais dinâmicas e sensíveis a mudanças em aspectos não-discursivos do social. Nesse sentido, ocupa-se principalmente com o “uso estratégico dos processos e recursos regularizados da comunicação” (Bazerman, 2005, p. 65), conjugando preocupações orientadas, simultaneamente, para o particular (inovações, mudanças, em cada nova interação) e para o geral (regularidades textuais). Propõe, assim, que gêneros sejam investigados “não a partir do conteúdo ou da forma do discurso, mas da ação que é usada para executá-lo” (Miller, 1984, p. 152). Como maneiras tipificadas e recorrentes de (inter-)agir, situadas temporal e espacialmente, gêneros oferecem a atores sociais um sentido de continuidade, rotinização, reconhecimento de que o que está acontecendo é informação, publicidade, entretenimento. Por essa perspectiva é possível investigar anúncios publicitários de medicamento não como simples textos padronizados e previsíveis, mas, sim, como recursos e resultados de ações dinâmicas e mutáveis, que envolvem amplas questões sociais e culturais. Por exemplo, conexões entre a prática de controle sanitário da promoção de medicamentos (mudança social), seu impacto na configuração do gênero em foco (mudanças discursivas), e vice-versa. 2. Promoção de medicamentos: problema sociodiscursivo Conforme constatamos em Ramalho (2007, 2008), o debate sobre os riscos da propaganda de medicamentos na mídia não é novo. As crescentes preocupações envolvem, por exemplo, os riscos da automedicação, das intoxicações, do consumo inadequado e exagerado de medicamentos. Tudo isso somado no Brasil a desigualdades sociais e dificuldades de acesso a serviços e tratamentos de saúde, dentre outros problemas. A indústria de medicamentos está entre as mais lucrativas do mundo, e seu investimento em propaganda é muito maior do que em pesquisa e desenvolvimento de novos medicamentos, cerca de 35% da receita, o que resulta no aumento de cerca de 30% do preço final do produto, conforme Angell (2007). A Federação Nacional das Indústrias Farmacêuticas (Febrafarma, 2007) estima que, em 2007, as vendas de medicamento no Brasil somaram cerca de R$ 26 bilhões, 12% a mais que em 2006. O anuário Melhores e Maiores da Revista Exame (2007), ano base 2006, que traz balanços de vendas, rentabilidade, dívidas e outros dados sobre empresas brasileiras, também mostra que a margem de vendas do setor farmacêutico vem crescendo: de 2,2% em 2003; 4,1% em 2004; 8,1% em 2005 para 8,4 em 2006. O Anuário ainda classifica o laboratório suíço Novartis, instalado em São Paulo, na posição de 160ª entre as 500 maiores empresas classificadas por vendas. A empresa está entre as que faturam mais de 1bilhão de dólares por ano no Brasil. Embora, em princípio, caiba ao Estado a tarefa de “estabelecer as condições que assegurem o acesso universal e igualitário às ações e aos serviços para a promoção, a proteção e a recuperação da saúde”, é expressiva a crescente mercantilização da saúde. A saúde, como um dever do Estado e um direito do cidadão, é colonizada pelo campo da economia. Isso porque, como Barros (1983) advertiu, os princípios que regem a empresa médico-hospitalar “opõem-se diametralmente aos postulados de uma medicina direcionada à minimização das doenças ou que tenha a saúde como preocupação maior.” Sobre o assunto, Mello et al. (2007, p.16) verificam, em dados da Associação Brasileira da Indústria Farmacêutica (Abifarma) e do Ministério da Saúde, que no Brasil as classes sociais de maior renda (acima de quatro salários mínimos), 49% da população, consomem 84% do total de medicamentos disponibilizados no mercado no país. Às demais classes, 51% da população, resta apenas 16% desse total. Assim, no Brasil, parte da população, por um lado, encontra-se desassistida de tratamentos e serviços de saúde. Por outro, considerável parcela da sociedade é diariamente exposta a apelos comerciais que possuem potencial para, em práticas específicas, levar as pessoas ao consumo desnecessário e desmedido de medicamentos. Atualmente, como observa Lefèvre (1991, p. 20), o consumo de medicamentos no Brasil é um problema de saúde pública “não como disfunção social, mas como expressão social da hegemonia da mercadoria.” Esses produtos farmacêuticos são representados na mídia como “símbolos de saúde”, a materialização de um conceito que, hoje, significa a busca incessante pela expansão do potencial corporal, conforme Bauman (2001), e pela superação das naturais limitações humanas, de acordo com Silva (2000, p. 14): Anabolizantes, vacinas, psicofármacos. Estados “artificialmente” induzidos. Sentidos farmacologicamente intensificados: a percepção, a imaginação, a tesão. Superatletas. Supermodelos. Superguerreiros. Clones. Seres “artificiais” que superam, localizada e parcialmente (por enquanto), as limitadas qualidades e as evidentes fragilidades dos humanos. Máquinas de visão melhorada, de reações mais ágeis, de coordenação mais precisa. Esse tipo de promoção é reconhecidamente problemático porque influencia práticas de prescrição e de consumo de medicamentos, o que, segundo Nascimento (2005), é sinalizado pelo aumento do número de casos de intoxicação humana e de óbitos causados por produtos farmacêuticos. Atualmente, o medicamento ocupa a posição de principal agente de intoxicações notificadas no Brasil, 29% dos casos (Sinitox, 2007). Além disso, a publicidade de medicamentos reforça identidades sociais projetadas numa busca obsessiva pela saúde, que, como Illich (1999) observou, tornou-se o fator patogênico mais importante. A propaganda é o principal meio de exploração desses valores, uma vez que nela não se vende um agente quimioterápico, mas, antes, doenças ou valores/desejos associados ao conceito sociocultural de saúde. Por tudo isso, a promoção de medicamentos no Brasil é controlada pela Agência Nacional de Vigilância Sanitária (Anvisa), desde 2000. Amparada pela Resolução de Diretoria Colegiada n° 102 (RDC 102/2000), à Agência compete o controle sanitário de propagandas que, por exemplo, possam “provocar temor, angústia e/ou sugerir que a saúde de uma pessoa será ou poderá ser afetada por não usar o medicamento”, ou, ainda, que utilizem “linguagem direta ou indireta relacionando o uso de medicamento ao desempenho físico, intelectual, emocional, sexual ou a beleza de uma pessoa” (Brasil, 2000). No caso de irregularidades, aplica punições que vão desde advertência até cancelamento de registro do medicamento divulgado na peça publicitária irregular. Tal vigilância, que veda, também, a veiculação pública de propaganda de medicamentos de venda sob prescrição (Brasil, 2000), não parece ter extinguido as propagandas abusivas, mas, sim, dado impulso a novas maneiras de promover a mercadoria-medicamento. Hoje, o que se verifica e se discute nacionalmente são as preocupantes novas maneiras de promover medicamentos na mídia sem chamar a atenção da vigilância sanitária e, conseqüentemente, sem se sujeitar a restrições impostas por esse mecanismo de regulação. A legislação tenta acompanhar as mudanças discursivas, observadas na pesquisa, e estudiosos sanitaristas reiteram a necessidade de coibir este tipo de prática promocional, exacerbadamente lucrativo para alguns setores da economia e igualmente ameaçador para a sociedade em geral. As “inovações” na prática publicitária apontam para o uso de “tecnologias discursivas”, isto é, para algum tipo de dissimulação do propósito promocional, possibilitado por articulações estratégicas de ordens de discurso, como buscaremos ilustrar na seção seguinte. 3. Anúncio publicitário de medicamento: aproximação analítica Uma vez proibidas certas práticas e apelos promocionais de medicamentos, foi possível observar, no gênero em estudo, o uso de recursos discursivos que possibilitam a dissimulação ou mascaramento da função promocional, de modo a permitir a livre circulação de sentidos que associam medicamento a um ideal de saúde humanamente inatingível. Com base no arcabouço teórico-metodológico discutido até aqui, vamos analisar aspectos de dois textos de cunho publicitário, mas que não são constituídos conforme convenções deste tipo de texto, ou seja, não apresentam a reconhecida estrutura imagem/foto, texto verbal, slogan, assinatura, ou título/cabeçalho, corpo de texto, slogan, assinatura. Consistem num híbrido de publicidadereportagem de divulgação científica. Texto 1 – “Intestino Irritável agora tem saída” Revista Saúde, 2002, n. 224. Texto 2 – “Magra sem pesar no bolso” Magra sem pesar no bolso A sibutramina chega ao mercado na versão genérica pela metade do preço. Veja como age a droga e quem pode usá-la Sabe aquele desejo de comer fora de hora mesmo sem fome? Existe um remédio que promete eliminá-lo: a sibutramina, substância que atua no cérebro e reduz a compulsão alimentar. “É um medicamento seguro, com poucos efeitos colaterais. Deve ser usado num prazo curto e a manutenção do peso depende de reeducação alimentar”, afirma o endocrinologista carioca Luciano Negreiros, que atende famosas como Fátima Bernardes. Confira abaixo como age e quais são as características da droga. E consulte um médico! Adepta: A atriz Adriana Garambone enxugou a silhueta com ajuda do remédio Composição: cloridrato de sibutramina monoidratado. Apresentação: em cápsulas. Sibutramina Genérica (Medley), Reductil (Abbott) e Plenty (Medley) (...) Dosagem: as caixas comercializadas pelos laboratórios apresentam comprimidos de 10 ou 15 mg. (...) Indicação: para quem está bastante acima do peso e sofre de compulsão alimentar. Efeitos colaterais: dor de cabeça, insônia, boca seca, agitação. Contra-indicação: - Pacientes que sofrem ou já sofreram de algum transtorno alimentar (anorexia, bulimia). - Pacientes com hipersensibilidade a sibutramina ou qualquer componente da fórmula. (...) Onde comprar: a Sociedade Brasileira de Endocrinologia e Metabologia (SBEM) e a Abeso fazem um alerta: todo e qualquer tratamento contra a obesidade deve ser prescrito e acompanhado por um médico endocrinologista certificado pela SBEM. A receita é dada por meio de receituário branco carbonado. (...) Revista Viva Mais, 25 ag. 2006. Disponível em http://www.medley.com.br/img/imprensaVivaMais.jpg. Acesso em 26 mar. 2009. Salta aos olhos que, nesses textos, a estrutura composicional não é, convencionalmente, a de publicidade (imagem/foto, texto verbal, slogan, assinatura, ou título/cabeçalho, corpo de texto, slogan, assinatura), no entanto, há elementos que nos levam a verificar neles propósitos promocionais característicos da publicidade. Com base na noção de movimentos retóricos (moves) de Swales (1990), que pressupõem esforços retóricos realizados por atores sociais em busca de seus objetivos, podemos, também com o apoio de Vestergaard & Schröder (1994), mapear nos textos cinco movimentos retóricos característicos de publicidades: (1) chamar atenção, (2) despertar interesse, (3) estimular desejo, (4) criar convicção, e (5) incitar à ação. Esses movimentos retóricos, como propomos aqui, relacionam-se com as clássicas tarefas do anúncio publicitário. Sucintamente, como o objetivo da propaganda é vender a mercadoria, o texto publicitário deve ser capaz de chamar a atenção do potencial consumidor e despertar seu interesse, buscando convencê-lo de que o tema daquele anúncio é de seu interesse. Além disso, o anúncio tem como função retórica estimular o desejo, convencendo o consumidor de que o produto vai satisfazer, ou criar, alguma necessidade, e criar a convicção de que o produto ou a marca anunciada tem qualidades superiores a outros/as, ou mesmo únicas. Por fim, o anúncio deve ser potencialmente capaz de cumprir sua função principal, a de levar o consumidor potencial à ação de comprar/consumir o produto anunciado. Tendo essa macro-organização em vista, é possível mapear elementos microtextuais empregados nos textos como recursos para alcançar esses objetivos retóricos promocionais. Para responder a questões como: é possível encontrar, nas “reportagens”, objetivos retóricos de anúncio publicitário? Esse pode ser um novo formato para o gênero anúncio ou ele deve ser visto como um subgênero dentro do gênero reportagem?,, dentre outras, recorremos a cinco categorias analíticas: intertextualidade, interdiscursividade, intergenericidade, avaliação e funções da fala. Por meio dessas categorias da ADC, é possível mapear ordens de discurso (gêneros, discursos estilos) em textos, e analisar as maneiras como esses recursos são articulados em traços textuais, como vocabulário, relações gramaticais, semânticas, visuais, e outros. O conceito de intertextualidade, a propriedade dos textos de serem permeados por outros textos, como explica Fairclough (2001, p. 114), permite observar as práticas discursivas existentes na sociedade e a relação entre elas. A maneira como o (fragmento de) texto é recuperado e articulado, por exemplo se ele está delimitado explicitamente, ou mesclado, assimilado, ecoado ironicamente, ou, ainda, pressuposto, materializa relações de poder, assim como contribui para sustentá-las ou transformá-las. Assim, por meio da análise da intertextualidade, é possível avaliar o potencial de investimento ideológico do texto, ou seja, sua função na manutenção ou transformação de relações assimétricas de poder. Embora a relação entre os significados do discurso seja dialética, esta categoria é sugerida, em Fairclough (2003) para investigação específica do significado acional do discurso, realizado em gêneros. A interdiscursividade é apresentada em Fairclough (2001) como um tipo de intertextualidade. Enquanto a segunda articula vozes alheias de maneira explícita, a primeira articula gêneros, discursos e estilos de outras ordens de discurso de maneira implícita. Aqui, o potencial de investimento ideológico do texto é investigado pelas maneiras como outras ordens de discurso são atualizadas pelo texto, sem que haja marcadores explícitos. Como utilizamos, também, o conceito de intergenericidade, a análise da interdiscursividade limita-se ao mapeamento de discursos, modos particulares de “lexicalizar” o mundo, e às maneiras como são articulados no texto. É uma categoria para análise específica do significado representacional do discurso, realizado em discursos particulares, ou seja, maneiras particulares de representar aspectos do mundo. A intergenericidade pode ser vista como um tipo de interdiscursividade, mas que diz respeito apenas à mistura de diferentes gêneros. Nos termos de Marcuschi (2005, p. 31), trata-se da “hibridização ou mescla de gêneros em que um gênero particular assume a função de outro, resultando na subversão do modelo global genérico”. Também essa hibridização pode carregar sentidos potencialmente ideológicos. Essa categoria não é apresentada explicitamente em Fairclough (2003), mas pode ser acrescentada às categorias para análise do significado acional do discurso e gêneros. A avaliação, como categoria de análise, diz respeito ao que locutores consideram desejável, bom, ruim, aceitável em seus textos. Avaliações manifestam-se em textos de várias formas, como em afirmações avaliativas, afirmações com verbos de processo mental afetivo, presunções valorativas. Como são sempre parciais e subjetivas, podem ter implicações ideológicas. Esta é uma categoria que enfoca a materialização de maneiras como o locutor identifica a si e aos outros, ligadas ao significado identificacional e a estilos particulares. A categoria funções da fala, por fim, está ligada ao tipo de troca estabelecido na interação e, ainda, ao modo gramatical das orações – declarativo, imperativo, interrogativo. Esse traço lingüístico-discursivo permite investigar propósitos de textos predominantemente orientados ora para a obtenção de resultados, ora para a compreensão. No primeiro caso, é esperada a predominância da troca de “bens e serviços”, observada pela presença maior das funções “oferta” e “demanda”, realizadas por “propostas” no imperativo. No segundo caso, predomina troca de “informações”, observada pela presença acentuada das funções “dar” e “demandar”, realizadas por proposições afirmativas e interrogativas (Fairclough, 2003). O uso congruente ou metafórico dessas funções pode estar investido ideologicamente. Em Halliday (1985), é uma escolha lexicogramatical ligada à função interpessoal da linguagem, como troca. Nos significados do discurso, é uma categoria relacionada ao significado acional. A seguir, analisamos esses recursos discursivos nos dois textos ilustrativos e sua função nos objetivos retóricos da publicidade. 3.1. A Atraindo o leitor Nos dois textos em análise, os movimentos retóricos 1 e 2 – chamar atenção e despertar interesse – são realizados por recursos semióticos que mascaram seu propósito promocional. Os recursos da interdiscursividade – hibridização de diferentes gêneros, discursos e estilos –, e da intergenericidade – hibridização de diferentes gêneros, que resulta na alteração de convenções genéricas –, são, reconhecidamente, utilizados em anúncios com a finalidade de destacá-los de outros tantos anúncios que povoam revistas, jornais, e outros meios. Nos casos em questão, no entanto, a hibridização dos gêneros “anúncio publicitário de medicamento” e “reportagem de divulgação científica”, bem como de discursos e estilos particulares da publicidade, da ciência médico-farmacêutica e do jornalismo científico, além de chamar a atenção e despertar o interesse do leitor, também pode servir para despistar a vigilância sanitária. Nos textos, podem ser identificados várias convenções discursivas dessas outras práticas, além da publicitária, como os que destacamos a seguir com base em Zamboni (2001) e Coracini (1991). Primeiramente, ambos os textos têm como suporte revistas brasileiras especializadas em saúde mas dirigidas ao público em geral. Em segundo lugar, ocupam o espaço das revistas reservado para divulgação de “avanços científicos”. Também é facilmente identificável o título atrativo, o lide no Texto 2 – “A sibutramina chega ao mercado na versão genérica pela metade do preço”, bem como o relato de fatos noticiosos – “medicamento que acaba de ser lançado no Brasil pelo laboratório Novartis” (Texto 1) e “A sibutramina chega ao mercado na versão genérica...” (Texto 2) . Em quarto lugar, são notáveis os depoimentos especializados, como apontam os exemplos a seguir: Exemplo (1) “É um remédio promissor para uma doença que tem graves implicações na vida social, comemora o gastrenterologista Eduardo Antônio André (...)” (Texto 1); “É um medicamento seguro, com poucos efeitos colaterais. Deve ser usado num prazo curto e a manutenção do peso depende de reeducação alimentar”, afirma o endocrinologista carioca Luciano Negreiros (Texto 2). Ainda podemos apontar, como traços do jornalismo de divulgação científica, o vocabulário, os elementos didatizantes/linguagem simplificada, o uso de voz passiva, nominalizações e recursos de ‘apagamento da subjetividade’, como representação de entidades inanimadas, objetos, substâncias na função de ator. Vejamos esses recursos, em ordem, nos exemplos a seguir: Exemplo (2) “(...) estimulando receptores do tubo digestivo que regulam a função intestinal” (Texto 1); “É essa molécula que regula os movimentos intestinais” (Texto 1); “cloridrato de sibutramina monoidratado” (Texto 2); “hipersensibilidade a sibutramina ou qualquer componente da fórmula” (Texto 2). Exemplo (3) “Como age o remédio” (Box ilustrativo, Texto 1); “A droga se liga aos receptores, ajustando essa espécie de fechadura para que a serotonina passe a se encaixar corretamente. Só assim ela fará seu trabalho direito” (Texto 1). “para quem está bastante acima do peso e sofre de compulsão alimentar” (Texto 2). “dor de cabeça, insônia, boca seca, agitação” (Texto 2). Exemplo (4) “Até o momento os sintomas vêm sendo tratados isoladamente” (Texto 1); “um distúrbio”, “casos de constipação”, “cuidados especiais com a dieta” (Texto 1); “A sibutramina chega ao mercado na versão genérica pela metade do preço” (Texto 2); “Veja como age a droga” (Texto 1). A hibridização dos gêneros “anúncio publicitário” e “reportagem de divulgação científica” não anula o caráter publicitário do texto, mas, sim, dissimula seu objetivo de “vender a mercadoria”, potencialmente atraindo a atenção e interesse do leitor, e afastando o controle sanitário, que proíbe propagandas de medicamentos de venda sob prescrição médica, como o Zelmac e a sibutramina, para o público em geral. Por se apresentar não como anúncio, mas como reportagem, as funções retóricas de chamar atenção e despertar interesse são potencializadas. Possíveis dúvidas sobre a veracidade ou sinceridade do discurso publicitário dão lugar à credibilidade, que os discursos jornalístico e científico inspiram. 3.2. D Despertando desejos Podemos observar nos textos que a função do movimento retórico 3 –estimular desejo– é desempenhada pelo recurso semiótico das avaliações positivas, bastante presente em anúncios, que visam enaltecer a mercadoria promovida. Nos textos, essas avaliações são realizadas em afirmações avaliativas por atributos, e presunções valorativas por palavras de conotação semântica positiva (Fairclough, 2003, p. 172). Assim como anúncios, e não reportagens de divulgação científica, o “avanço científico” divulgado é uma mercadoria, isto é, os medicamentos “Zelmac” e “Sibutramina genérica”, apresentados pelos nomes comerciais juntamente com os fabricantes “Laboratório Novartis” e “Medley”, e como ilustra o Exemplo 5: Exemplo (5) “Isso, porém, deverá mudar com um medicamento que acaba de ser lançado no Brasil pelo laboratório Novartis. A droga, chamada comercialmente de Zelmac, age nos casos de constipação (...)” (Texto 1); “A sibutramina chega ao mercado na versão genérica pela metade do preço.” (Texto 2). Nos exemplos, é explícita a macrorrelação semântica problema-solução, convencionalmente explorada em publicidades como recurso para causar desconforto no leitor consumidor potencial que só poderia restabelecer seu estado inicial de conforto por meio do consumo da mercadoriamedicamento. Nota-se que os relatos de fato noticioso, apresentados no Exemplo 5, são, na verdade, apresentação das mercadorias anunciadas. Tais mercadorias são descrita de maneira a enaltecer suas supostas qualidades, conforme mostra o Exemplo 6: Exemplo (6) “É um remédio promissor para uma doença que tem graves implicações na vida social”, comemora o gastrenterologista Eduardo Antônio André, do Hospital do Servidor Público Estadual de São Paulo (Texto 1). “(...) vai direto à causa do problema (...)” (Texto 1). “O efeito é imediato (...)” (Texto 1). “Existe um remédio que promete (...)” (Texto 2). “É um medicamento seguro, com poucos efeitos colaterais” (Texto 2). As afirmações avaliam positivamente os produtos, por meio de atributos representados por adjetivos (“promissor”, “imediato”, “seguro”), mas também por orações atributivas com função adjetiva. Assim, em “vai direto à causa do problema”, subentende-se o atributo “eficaz”. Também as presunções valorativas por palavras de conotação semântica positiva atribuem qualidades à mercadoria. Um exemplo é a seleção do verbo de dizer “comemora”, em vez de outros pouco menos festivos, como “diz”, ou mesmo “avalia”. Além de apontar várias supostas qualidades dos produtos para seduzir o leitor, os textos ainda contribuem para estimular o desejo por meio da associação do uso do medicamento com socialização, como em “(...) uma doença que tem graves implicações na vida social”, associando o uso do medicamento ao desempenho social e, assim, infringindo mais uma das imposições da legislação sanitária. 3.4. C Criando convicção Para o movimento retórico 4 – criar convicção –, observamos, como estratégias os recursos da interdiscursividade e da intertextualidade, aqui vista como a combinação da voz de quem enuncia com outras vozes articuladas, conforme Fairclough (2003, p. 39). Além de servirem para chamar a atenção do leitor, como discutimos na análise do movimento 1 (seção 3.1), as convenções do gênero reportagem de divulgação científica conferem “cientificidade” ao texto, contribuindo para afastar quaisquer dúvidas ou incertezas. O texto apóia-se na “legitimidade” de que se reveste o discurso jornalístico e na condição de “verdade”, creditada ao discurso científico. Este último, representado pelas seleções lexicais já ilustradas no Exemplo 2. Esse discurso, característico de reportagens de divulgação científica, é utilizado nos textos como estratégia de convencimento. Também para criar convicção, os textos apresentam “depoimentos”, recurso próprio do jornalismo, de uma autoridade no assunto. Conforme já comentado nos Exemplos 1 e 6, a voz de um profissional da medicina, articulada em discurso direto com o verbo de dizer “comemora”, por exemplo, uma presunção valorativa acerca do medicamento, também contribui para conferir status científico ao texto. Todos os recursos lingüísticos de que o locutor se vale, conscientemente ou não, para atingir seus propósitos retóricos, possuem potencial para dissimular a função promocional do texto, o que pode contribuir tanto para despistar e confundir a vigilância sanitária, quanto para chamar a atenção, despertar interesse, estimular o desejo, criar convicção e, por fim, levar o leitor ao consumo do produto anunciado. 3.5. C Consumindo o medicamento anunciado O último movimento retórico – incitar à ação – conta com todos os recursos discutidos até aqui, uma vez que todos eles concorrem para a construção de um macroato de fala aparentemente voltado para a compreensão, e não para a obtenção do resultado “vender o medicamento”. A análise das funções da fala permite mapear propósitos de textos orientados ou para a obtenção de resultados, ou para a compreensão. No primeiro caso, a troca tende a ser de “bens e serviços”, realizada por “propostas” no imperativo. No segundo caso, há troca de “informações”, realizada por “proposições” afirmativas e interrogativas. Embora seja possível mapear nos textos elementos convencionais do gênero anúncio, a exemplo dos movimentos retóricos e dos participantes clássicos – anunciante (Laboratórios Novartis e Medley), produtos (Zelmac e sibutramina genérica), consumidor potencial (“pessoas que sofrem com desconforto intestinal e tem a vida social afetada por isso”, pessoas “acima do peso”) –, a troca explicitamente estabelecida nos textos é de informação, e não de bens e serviços. Não se encontram propostas, em seqüências de base injuntivas, como “compre”, “consuma”, sequer “experimente”, que constitui um recurso amplamente utilizado em anúncios para atrair o leitor sem dar ordens. Predominam as proposições afirmativas, que compõem um macroato de fala metaforicamente orientado para a compreensão sobre as “doenças” e os “avanços científicos”. Entretanto, essa metáfora interpessoal é uma estratégia para obtenção de resultados, tais como burlar a legislação e promover livremente o medicamento. No contexto de proibição da circulação de propagandas de medicamentos de venda sob prescrição médica, como o Zelmac e a sibutramina, é possível concluir que a ambivalência informação-publicidade é hoje traço dos discursos sobre saúde e medicamento. Textos como esses analisados aqui, a exemplo de vários outros examinados em Ramalho (2008), ilustram um processo de hibridização entre informação-publicidade, entre propósitos comunicativos e estratégicos, em que o anúncio desempenha papel de subgênero em diversos textos, mais ou menos promocionais. Cabe mencionar, por fim, que os dois textos analisados integraram um corpus submetido a pesquisa sobre a recepção desse tipo de gênero híbrido e os resultados apontaram que a maioria dos colaboradores-leitores letrados não identifica função promocional neste tipo de texto e, sim, o interpreta como simples “informação sobre uma doença” (Para maiores detalhes, ver Ramalho 2008). Assim, a intergenericidade não pode ser vista apenas como uma “mescla de gêneros em que um gênero particular assume a função de outro”, mas como importante recurso ideológico. Uma estratégia simbólica para dissimular relações assimétricas entre a indústria da publicidade e de medicamentos, ou seja de “peritos da linguagem e da saúde”, e as pessoas comuns, “leigas”. Considerações finais Neste trabalho, discutimos alguns resultados da tese “Discurso e ideologia na propaganda de medicamentos: um estudo crítico sobre mudanças sociais e discursivas”, que buscou investigar sentidos potencialmente ideológicos na propaganda brasileira de medicamentos e problematizar o papel do discurso na sustentação de relações assimétricas de poder. Com base em resultados dessa pesquisa mais ampla, ilustramos a emergência de novas “tecnologias discursivas”, a partir da análise da intertextualidade, interdiscursividade, intergenericidade, avaliação e funções da fala nos textos “Intestino Irritável agora tem saída” (Revista Saúde, 2002, n. 224) e “Magra sem pesar no bolso” (Revista Viva Mais, 25 ag. 2006). O foco foram mudanças semióticas observadas no gênero “anúncio publicitário de medicamento”, as quais configuram tanto respostas a pressões sociais na modernidade tardia quanto recursos para alcançar o/a consumidor/a potencial de medicamentos. Os resultados deste trabalho apontam que no gênero anúncio de medicamento, assumido como ação social dinâmica e sensível a mudanças em aspectos não-discursivos do social, podem ser observadas respostas a restrições sociais que pesam sobre ele. Tais respostas favorecem segmentos sociais particulares que lucram com o vínculo saúde-medicamento-mercadoria, os quais continuam disseminando seu discurso em gêneros como o investigado e contribuindo para construção de identidades projetadas no consumo de medicamentos. Inspirados nos estudos sobre “a criatividade improvisatória das pessoas na identificação de suas metas e no uso de novos recursos para alcançá-las” (Bazerman, 2006, p. 11), discutimos o uso estratégico de processos e recursos semióticos, a exemplo da intergenericidade, para satisfazer novas necessidades percebidas em novas circunstâncias. O que, neste caso, está relacionado à necessidade de dar continuidade à prática da promoção de medicamentos no novo contexto de “vigilância”. Notamos que os potenciais efeitos nocivos deste tipo de publicidade não são suficientemente coibidos pelo controle sanitário. Há que se repensar a função da propaganda na construção e sustentação de comunidades ansiosas e hipermedicadas, cujos membros jamais alcançarão, com plenitude, seus anseios relacionados à “saúde”. Isso porque é humanamente impossível manterse sempre jovem, atraente, belo, seguro. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Angell, M. (2007). A verdade sobre os laboratórios farmacêuticos: Como somos enganados e o que podemos fazer a respeito. (W. Barcellos, Trad.). Rio de Janeiro: Record. Barrrros, J. A. C. (1983). Estratégias mercadológicas da indústria farmacêutica e o consumo de medicamentos. Revista de Saúde Pública, 17(5). Disponívelem: <http://www.scielo.br/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S003489101983000500003&lng=pt&nrm=iso>. Acesso em 30 out. 2007. Bauman, Z. (2001). Modernidade líquida. (Trad. Plínio Dentzien). Rio de Janeiro: Jorge Zahar. Bazerman, C. (2005). Gêneros textuais, tipificação e interação. (J. C. Hoffnagel & A. P. Dionísio, Trad./org.). São Paulo: Cortez. Bazerman, C. (2006). Gênero, agência e escrita. (J. C. Hoffnagel & A. P. Dionísio, Trad./org.). São Paulo: Cortez. Brasil. (2000). Resolução RDC nº 102, de 30 de novembro de 2000. Diário Oficial da União, Brasília, 1º dez. 2000. Chouliaraki, L. & Fairclough, N. (1999). Discourse in late modernity: Rethinking Critical Discourse Analysis. Edinbourg: Edinbourg University. Cooper, A. (2006). Como planejar a propaganda. (Trad. Beatriz Sidou, Gil Pinheiro e Tânia Marques). São Paulo: Talento; GP – Grupo de Planejamento. Coracini, M. J. (1991). Um fazer persuasivo: O discurso subjetivo da ciência. São Paulo: EDUC; Campinas: Pontes. De Mello, D. R., de Azeredo Coutinho, A., Felipe dos Santos, G. (2007). ‘Análise bioética do papel do Estado na garantia ao acesso a medicamentos’, en P. Garrafa, Mello & D. Porto, (org.) Bioética e Vigilância Sanitária, pp.15-34. Brasília: Agência Nacional de Vigilância Sanitária. Exame. Melhores & Maiores 2007: as 500 maiores empresas do país. Agosto 2007. São Paulo: Abril. Fairclough, N. (1995). Critical discourse analysis: The critical study of language. London: Longman. Fairclough, N. (2001). Discurso e mudança social. (I. Magalhães, Trad./org.). Brasília: Universidade de Brasília. Fairclough, N. (2003). Analysing discourse: textual analysis for social research. London: Routledge. Febrafarma. Indústria farmacêutica prevê faturar R$ 26 bi. 24 jul. 2007. Disponível em: <http://www.febrafarma.org.br/divisoes.php?area=co&secao=visualiza&modulo=clipping&id=70 78>. Acesso em 05 ag. 2007. Halliday, M. A. K. (1985). An introduction to functional grammar. London: Edward Arnold. Halliday, M. A. K. & Matthiessen, C. M. I. M. (2004). An introduction to Functional Grammar. London: Arnold. Illich, I. (1999). ‘L’Obsession de la santé parfaite. Le Monde Diplomatic’, mar., pp. 28. Disponível em: <http://www.monde-diplomatique.fr/1999/03/ILLICH/11802>. Acesso em 10 set. 2007. Lefèvre, F. (1991). O medicamento como mercadoria simbólica. São Paulo: Cortez. Marcuschi, L. A. (2005). ‘Gêneros textuais: definição e funcionalidade’. in: A. P. Dionísio; A. R. MACHADO & M. A. BEZERRA. Gêneros textuais e ensino pp. 19-36. Rio de Janeiro: Lucerna. Miller, C. (1984). ‘Genre as social action’. Quartely Journal of Speech, 70: 151-167. Miller, C. (1994). ‘Rhetorical community: the cultural basis of genre’, en A. Freedman & P. Medway (org.). Genre and the New Rhetoric, pp. 67-78. London: Taylor & Francis. Nascimento, A. (2005). Ao persistirem os sintomas, o médico deverá ser consultado. Isto é regulação? São Paulo: Sobravime. Ramalho, V. (2006). ‘Dizer sem ter dito: sentidos implícitos em publicidades de medicamento’. REVISA – Revista brasileira de vigilância sanitária, 2 (1): 31-40. Ramalho, V. (2007). Impactos da atividade reguladora sobre o gênero ‘peça publicitária de medicamento’:uma abordagem sociodiscursiva. In: IV Simpósio Internacional de Estudos de Gêneros Textuais - IV SIGET, 2007, Tubarão/ SC. CD ROM – Anais do IV Simpósio Internacional de Estudos de Gêneros Textuais, v. IV, FIGUEIREDO, D. C. & BONINI, A. (org.), pp. 2002-2015. Disponível em: http://bdtd.bce.unb.br/tedesimplificado/tde_busca/arquivo.php?codArquivo=4137. Acesso em 18 jan. 2009. Ramalho, V. (2008). Discurso e ideologia na propaganda de medicamentos: um estudo crítico sobre mudanças sociais e discursivas. Tese de doutorado. Universidade de Brasília. Departamento de Lingüística, Português e Línguas Clássicas. Programa de Pós-Graduação em Lingüística. Disponível em: http://bdtd.bce.unb.br/tedesimplificado/tde_busca/arquivo.php?codArquivo=4137. Acesso em 18 jan. 2009. Resende, V. de M. & Ramalho, V. (2006). Análise de Discurso Crítica. São Paulo: Contexto. Resende, V. de M. & Ramalho, V. (2005). ‘Análise de Discurso Crítica: uma reflexão acerca dos desdobramentos recentes da teoria social do discurso’. ALED/Revista Latinoamericana de Estudios del Discurso, 5 (1): 27-50. Sampaio, R. (2003). Propaganda de A a Z. Rio de Janeiro: Elsevier. Silva, T. T. da . (2000). Antropologia do ciborgue: As vertigens do pós-humano. Belo Horizonte: Autêntica. Sinitox. (2007). Uma breve análise. Disponível em: http://www.fiocruz.br/sinitox/2004/umanalise2004.htm. Acesso em 06 ag. 2007. Swales, J. (1990). Genre analysis: English in academic and research settings. Cambridge: Cambridge University. Vestergrgaard, T. & Schröder, K. (1994). A linguagem da propaganda. (J. A. Santos, Trad.). São Paulo: Martins Fontes. Zamboni, L. M. S. (2001). Cientistas, jornalistas e a divulgação científica: Subjetividade e heterogeneidade no discurso da divulgação científica. Campinas: Autores Associados. VIVIANE RAMALHO é Mestre e Doutora em Linguística pela Universidade de Brasília/Brasil (Área Linguagem e Sociedade). Licenciada em Letras/Português pela Universidade Federal de Goiás/Brasil. Em 2008, defendeu a tese “Discurso e ideologia na propaganda de medicamentos: um estudo crítico sobre mudanças sociais e discursivas”, sob orientação da Profa. Dra. Denize Elena G. da Silva. Publicou vários artigos em periódicos nacionais e internacionais, como na Revista Latinoamericana de Estudios del Discurso; Linguagem em (Dis)curso (Unisul); Investigações (UFPE) e Cadernos de Linguagem e Sociedade (UnB). É docente da Universidade Católica de Brasília. De suas publicações mais recentes, destaca o livro “Análise de Discurso Crítica” (Contexto, 2006) e o capítulo “Análise de Discurso Crítica: representações sociais na mídia”, publicado no livro “Análises do Discurso Hoje”, v. 2 (Nova Fronteira, 2008). Correo electrónico: [email protected] Entre contextos: un análisis crítico del discurso de la alfabetización familiar, las prácticas discursivas y las subjetividades de la alfabetización. Autor: Rogers, R. (2008) Abstract | Marcado | XML | BibTex | Google Scholar Título Entre contextos: un análisis crítico del discurso de la alfabetización familiar, las prácticas discursivas y las subjetividades de la alfabetización. Tipo de Publicación Artículo de Revista Año de Publicación 2008 Autores ROGERS, REBECCA. Palabras clave Alfabetización familiar, Análisis Crítico del Discurso, educación especial, educación urbana, identidades alfabetizadas Resumen Texto Completo Este artículo se basa en un estudio etnográfico de dos años de las vidas y de la alfabetización de dos afroamericanas que vivían en un ambiente de pobreza urbana. El estudio demuestra como June Treader y su hija mayor Vicky utilizan eficientemente el lenguaje y la alfabetización en su hogar y su comunidad y aún así fallan en capitalizar esta competencia dentro de la escuela, al punto de que Vicky es ubicada en educación especial. Para ilustrar la complejidad de la alfabetización en la vida de June Treader, presento tres contextos discursivos: el discurso de la escuela, el discurso de madre y el discurso del Comité de Educación Especial. Cada uno de estos contextos proporciona puntos cruciales (Fairclough, 1995) o momentos de tensión, en los que los marcadores lingüísticos e institucionales sugieren las formas en que cada contexto discursivo insiste en ciertas relaciones con la alfabetización y pone de manifiesto ciertas subjetividades. Utilizando el análisis crítico del discurso (Fairclough, 1995; Gee, 1996) el artículo va más allá de las explicaciones existentes de porqué los niños y las familias que provienen de hogares minoritarios fracasan en la escuela. Entre contextos: un análisis crítico del discurso de la alfabetización familiar, las prácticas discursivas y las subjetividades de la alfabetización. Rebecca Rogers University of Missouri, St.Louis, Missouri, USA. RESUMEN. Este artículo se basa en un estudio etnográfico de dos años de las vidas y de la alfabetización de dos afroamericanas que vivían en un ambiente de pobreza urbana. El estudio demuestra como June Treader y su hija mayor Vicky utilizan eficientemente el lenguaje y la alfabetización en su hogar y su comunidad y aún así fallan en capitalizar esta competencia dentro de la escuela, al punto de que Vicky es ubicada en educación especial. Para ilustrar la complejidad de la alfabetización en la vida de June Treader, presento tres contextos discursivos: el discurso de la escuela, el discurso de madre y el discurso del Comité de Educación Especial. Cada uno de estos contextos proporciona puntos cruciales (Fairclough, 1995) o momentos de tensión, en los que los marcadores lingüísticos e institucionales sugieren las formas en que cada contexto discursivo insiste en ciertas relaciones con la alfabetización y pone de manifiesto ciertas subjetividades. Utilizando el análisis crítico del discurso (Fairclough, 1995; Gee, 1996) el artículo va más allá de las explicaciones existentes de porqué los niños y las familias que provienen de hogares minoritarios fracasan en la escuela. PALABRAS CLAVE. Alfabetización familiar, análisis crítico del discurso, educación especial, educación urbana, identidades alfabetizadas RESUMO. Este artículo se baseia em un estudo etnográfico de dois anos da vida e da alfabetização de duas afroamericanas que viviam em um ambiente de pobreza urbana. O estudo demonstra como June Treader e sua filha mais velha Vicky utilizam eficientemente a linguagem e a alfabetização no lar e na sua comunidade e ainda assim falham em capitalizar esta competência dentro da escola, culminando com a colocação de Vicky em um programa de educação especial. Para ilustrar a complexidade da alfabetização na vida de June Treader, apresento três contextos discursivos: o discurso da escola, o discurso da mãe e o discurso do Comitê de Educação Especial. Cada um destes contextos proporciona pontos cruciais (Fairclough, 1995) ou momentos de tensão, nos quais os marcadores lingüísticos e institucionais sugerem as formas em que cada contexto discursivo insiste em certas relações com a alfabetização e põe em evidência certas subjetividades. Utilizando a análise crítica do discurso (Fairclough, 1995; Gee, 1996), o artigo vai além das explicações existentes do porquê de as crianças e as famílias que provêm de lares minoritários fracassarem na escola. PALAVRAS CHAVE. Alfabetização familiar, análise crítica do discurso, educação especial, educação urbana, identidades alfabetizadas ABSTRACT. This article draws on a 2-year ethnographic study of the literate lives of two African Americans living in urban poverty. The study demonstrates how June Treader and her oldest daughter Vicky negotiate language and literacy in their home and community proficiently yet fail to capitalize on this proficiency within the school, to the extent that Vicky is placed in special education. Illustrating the complexity of literacy in June Treader’s life, I present three discursive contexts: The Discourse of Schooling, the Discourse of Mothering and the Discourse of the Committee on Special Education meeting. Each of these contexts provides cruces (Fairclough, 1995), or moments of tension in which linguistic and institutional markers suggest the ways in which each discursive context insists on certain literate relationships and calls forth certain subjectivities. Using critical discourse analysis (Fairclough, 1995, Gee, 1996, Rogers, 2004), the article goes beyond current explorations of why children and families who come from non-mainstream homes fail to do well in school. KEY WORDS. critical discourse analysis, family literacy, literate identities, special education, urban education June Treader (pseudónimo) criaba una familia sana, saludable y alfabetizada en una comunidad que enfrentaba la pobreza, los asesinatos, el SIDA, las drogas y la violencia a causa de las pandillas. Se preocupaba de todas las necesidades educativas de su hogar, desde pagar las cuentas hasta asegurarse de que sus hijos hicieran las tareas. June manejaba todas las comunicaciones escritas de la familia con la escuela y otras instituciones. Incluso inició una demanda y obtuvo las firmas para cambiar las condiciones del tráfico en su vecindario. A pesar de esto, cuando la conocí en su clase de educacion básica para adultos, al terminar de leer una leccion preguntó tímidamente: “¿Lo leí bien?” Al hablar de su progreso, las lágrimas le corrían por las mejillas, ya que había una gran tensión entre su vida pública y privada en relación con la alfabetización. Otra fuente de angustia giraba en torno a los esfuerzos de la escuela para ubicar a su hija, Vicky, en una clase de educacion especial. En el mes de marzo, expresó claramente que no iba a permitir nunca que su hija fuera ubicada en una clase de educación especial, basada en su sólido conocimiento sobre este tipo de educación. “Si discuten conmigo, discuten conmigo, Vicky no va a ir a ninguna clase de educación especial, yo soy la que tiene que firmar los papeles, yo soy su madre, no ellos, así que pueden discutir todo lo que quieran conmigo” (Transcripción de June Treader, 26 de marzo de 1998) Tres meses mas tarde, en una reunión del Comité de Educacion Especial (CEE ), June accedió, comentando “Si ella tiene que ir, ella puede ir a educacion especial. (Transcripción de June Treader, 18 de junio de 1998). De alguna forma, este giro de 180 grados es llamativo. Igualmente llamativo es el hecho de que yo, una teórica crítica y una defensora de June y Vicky, no haya podido intervenir en forma efectiva, aún estando al tanto de la naturaleza definitiva de enviarla a educacion especial y de mi amplio conocimiento del alto grado de alfabetización de Vicky. E l presente artículo explora las bases teóricas que explican éste y otros momentos críticos en la vida educativa de June. Esta investigación se inició como una pregunta etnográfica sobre la vida en relación con la alfabetización de una familia pobre, urbana y de raza minoritaria, mientras intentaban manejar (y eran manejados por) los distintos contextos discursivos de sus vidas. Me encontraba interesada particularmente en el siguiente asunto: ¿Qué ocurre cuando la alfabetización personal entra en conflicto con la alfabetización institucional? E n el proceso de responder a esta pregunta, surgieron otras: ¿Qué hace que June y su hija fracasen en la alfabetización escolar y al mismo tiempo demuestren una considerable capacidad literaria en otros contextos? Para responder a esta pregunta, apliqué el Análisis Crítico del Discurso (Chouliaraki & Fairclough, 1999; Collins, 2001; Fairclough, 1995; Gee, 1999) a textos e interacciones, y encontré que las explicaciones comunes sobre el fracaso escolar de estudiantes pobres y minoritarios como, June y Vicky, no podían explicar la situacion, en especial la diferencia entre capacidad literaria en los distintos contextos. Estas discrepancias son las que Fairclough (1995) menciona como puntos cruciales, puntos de tensión o disociación en los datos. E stos puntos cruciales proporcionan un mecanismo de prueba y generación del marco teórico, una estrategia analítica que apliqué al desempeño de June dentro de tres contextos discursivos superpuestos: el discurso de la escuela, el discurso del ser madre y el discurso de la reunión del Comité de Educación Especial. Esta estrategia me permitió responder lo siguiente: ¿Qué reevaluación de las teorías del discurso es necesaria para dar cuenta de las complejidades y conflictos de la vida educativa de June Treader? Anticipando mis conclusiones, propuse que las explicaciones actuales que enfatizaban los desajustes entre el discurso primario y el secundario (por ej. Delpit, 1996; Gee, 1996, 1999; Knobel, 1999), no proporcionan un tratamiento completo sobre el fracaso escolar (intergeneracional) de los estudiantes pobres de origen minoritario. Yo argumento en cambio que, paradójicamente, la alineación del discurso escolar y del hogar, también desajusta las vidas educativas de los que son crónicamente menos poderosos. Simplemente, al dejar de aprender el discurso enmarcado en el poder son más exitosos adquiriendo el aspecto ideológico de ese discurso, lo que resulta en la pérdida de capacidades. Sugiero que los componentes ideológicos de ambos discursos, primario y secundario, influyen las visiones individuales de sí mismos como seres alfabetizados y sus decisiones personales en formas auto-destructivas. Perspectivas Teóricas Los estudios críticos del discurso se enfocan en la forma en que el lenguaje como herramienta cultural interviene en las relaciones entre poder y privilegio en las interacciones sociales, las instituciones y los organismos del conocimiento (Bordieu, 1977; Davies & Harre, 1990; Foucalt, 1972; Gee, 1999; Luke, 1995). Los estudios críticos del discurso se originan de tres tradiciones intelectuales sobrepuestas, cada una enfatizando los cambios linguísticos en las ciencias sociales. Estas tradiciones son: los estudios del discurso (Benveniste, 1971; Derrida, 1974; Foucault, 1972; Pecheux, 1975), el post-estructuralismo feminista (ej. Butler, 1990; Davies, 1993) y la lingüística crítica (ej. Halliday & Hasan, 1989; Hodge & Kress, 1979; Pecheux, 1975). Cada una de estas perspectivas asume un modelo del lenguaje que es más bien ideológico antes que autónomo y presta atención a las asimetrías entre poder y conocimiento. Los estudios del discurso se han enfocado en las intersecciones entre conocimiento y poder pero a menudo no las respaldan teorías sociales con análisis lingüísticos. La perspectiva feminista post-estructuralista ofrece una crítica reflexiva sobre los discursos, dado que está ubicada en experiencias localizadas, donde el género es una faceta de la experiencia. La lingüística crítica ofrece un modelo de lenguaje que presta atención al mundo social y a la economía lingüística, y cuando se le considera como punto de partida para una investigación, nos permite explicar las alineaciones ideológicas más fácilmente. E stas perspectivas teóricas superpuestas me permitieron describir y explicar la construcción de subjetividades educativas a través de la lingüística y de los recursos culturales a los que June Treader apeló en su vida. Literatura Relacionada La alfabetización familiar Las prácticas alfabetizadoras familiares son más que formas de uso de la educación y el lenguaje en el hogar. Existe un amplio abanico de estudios que documentan lo siguiente sobre el proceso de alfabetización en el hogar y las comunidades: en primer lugar, existe un amplio rango de prácticas de alfabetización en el hogar y en las comunidades (ej. Barton & Hamilton, 1995; Taylor & Dorsey-Gaines, 1988); en segundo término, la alfabetización se conceptualiza cada vez más como una práctica social que ha llegado a ser considerada como un conjunto de procesos que modela y es modelado por las instituciones sociales (ej. Anderson & Stokes, 1984; Barton & Hamilton, 1998; Cushman, 1998; Silverstein & Urbanm 1996; Street, 1995; Wenger, 1998); en tercer lugar, las discusiones acerca de las prácticas de alfabetización familiar están vinculadas a menudo a un conjunto de debates sociales sobre las diferencias entre discursos, considerados como desajustes culturales entre los espacios discursivos escolares, del hogar y de las comunidades (Heath, 1983; Moll, Amanti, Neff & Gonzalez, 1992; Scribner & Cole, 1981). A pesar de este desajustee entre el hogar y la escuela, los investigadores han demostrado que existe una gran confianza y valoración de la lógica escolar y la educación en la escuela, especialmente cuando se trata de grupos marginales (ej. Carger, 1996; Heath, 1983; McCarthey, 2000). Los investigadores han encarado los desajustes entre el hogar y la escuela a través de la documentación de los recursos del conocimiento y de la reestructuranción de la currícula con el objetivo de privilegiar el conocimiento local (ej. Au, 1982; Auerbach, 1989; Ladson-Billings, 1994; McIntyre, Rosebery & Gonzalez, 2001; Moll & Gonzalez, 1994). Otros investigadores se han volcado a las teorías críticas del discurso. Uno de los más populares en la investigación literaria ha sido Gee en el marco del discurso primario y secundario, con la finalidad de dar cuenta de este desajuste entre discursos (Gee, 1996, 1999). Fundamental en este marco es el desarrollo de las construcciones del discurso primario y secundario, y la distinción entre adquisición y aprendizaje. Discursos G ee distingue entre discurso con minúscula y mayúscula, y entre aprendizaje y adquisición. El Discurso (con mayúscula), se refiere al mismo tiempo a elementos del lenguaje, así como a modelos culturales que están asociados con el discurso. Por ejemplo, existe un Discurso de la universidad que incluye no sólo términos del lenguaje académico, sino también formas asociadas de pensamiento, creencias y valoraciones que están conectadas con el “pertenecer” al Discurso de la universidad. El discurso (con minúscula) se refiere a los elementos lingüísticos (partes del lenguaje), que conectan con esos Discursos. Claro está, la lingüística (d minúscula) y los modelos socioculturales (D mayúscula) son constituyentes y trabajan mancomunadamente para construir, mantener y transformar las interacciones. Lo que se debe tener en cuenta sobre el Discurso (tanto con minúscula como con mayúscula) es que son sociales y políticos y poseen antecedentes de participación. Los individuos adquieren el Discurso primario dentro del contexto inmediato de sus hogares y comunidades (Gee, 1996). La adquisición implica un elemento pre-consciente para entender los modelos culturales (las historias de vida, las creencias, las suposiciones y las formas de ser) que están asociadas con el Discurso. La construcción de la adquisición junto con el aprendizaje, es importante para investigar modelos culturales, ya que sugiere que existe un elemento invisible en las historias socioculturales que la gente generalmente incorpora sin saberlo. Gee (1996) explicó que la adquisición generalmente ocurre en el Discurso primario y el aprendizaje ocurre en el discurso secundario. De esta forma, los niños cuyos hogares (o Discurso primario), están alineados con la escuela o discurso secundario, tendrán una transición más facil entre las dos esferas. Gee afirma, “somos buenos realizando lo que adquirimos, pero conscientemente sabemos más acerca de lo que aprendemos” (p.139). Algo a lo que comunmente no se le presta atención en el proceso de aprendizaje del discurso secundario es que los niños están también immersos en él, y adquieren los valores, las creencias y las estructuras relacionados con ese discurso. El marco del Discurso primario/secundario se usa para demostrar que los niños que tienen un buen desempeño en la escuela a menudo tienen acceso a la alfabetización “escolar”, lo cual puede incluir historias leídas en voz alta, patrones de interacciones tipo preguntas-respuestas y experiencias múltiples con una gran variedad de géneros de libros y textos dentro del contexto del hogar o Discurso primario (Purcell-Gates, 1996; Taylor, 1983; Teale, 1986). No obstante, es fácil ver que, a pesar de que los niños están andquiriendo formas de estar en contacto con la educación y con los textos alineados con el Discurso de la escuela, también están aprendiendo conceptos sobre la letra impresa que les ayudarán a manejar la educación en la escuela. De esta forma, la distinción entre aprendizaje y adquisición puede no estar simplemente relegada a los Discursos primario y secundario. En forma similar, en este marco se asume que los niños aprenden, más bien adquieren el Discurso secundario. Es decir, los Discursos secundarios son a menudo aquellos con los cuales los niños entran en contacto antes de adquirir un discurso (d o D) dentro de sus hogares o comunidades. Estos Discursos pueden incluir escuelas, iglesias, bancos, tiendas y otras instituciones públicas. No obstante, asi como el proceso de aprendizaje ocurre durante el proceso de adquisición, la adquisición ocurre similarmente dentro del Discurso secundario. En otras palabras, mientras los niños aprenden a leer también adquieren un conjunto de creencias y valores acerca de de la importancia de la lectura, dependiendo de los tipos de textos e interacciones en los salones de clase (ej. Luke, 1995; Muspratt, Luke & Freebody, 1997). E l discurso (con mayúscula o minúscula) y el marco de aprendizaje/adquisición, poseen un gran potencial para teorizar acerca de los niños que fracasan en la escuela. Como lo sugiere la literatura, existen a menudo diferencias en el lenguaje y las experiencias educativas a lo largo de los Discursos primarios. Los niños que adquieren un Discurso alineado con los modelos culturales tanto impícitos como explícitos de educación escolar son aptos para que tengan un buen desempeño en la escuela (ej. Heath, 1983; Neuman & Celano, 2001). Esta postura ha sido bastante criticada (en particular por Delpit, 1996), quien argumenta que esta posición es demasiado determinista en su posicionamiento sobre los niños que no tienen acceso a códigos de poder, y por tanto son poco propensos a producir este tipo de Discurso. En lugar de asumir que los Discursos son mutuamente excluyentes, este marco asume que puede haber conflictos entre Discursos (Gee, 1999; Knobel, 1999; Lareau, 1989; Valdes, 1996). Adicionalmente, dado que los procesos de adquisición implican la mediación de formas invisibles de interactuar con el mundo que incluyen no sólo formas de hablar sino también modelos culturales, implica que los niños que no han adquirido el discurso de la escuela pueden tener dificultades con los modelos culturales implícitos, pues las historias de vida son las más difíciles de enseñar. Modelos culturales y subjetividades G ee (1999) se refiere a los modelos culturales como “generalmente una explicación teórica, total o parcialmente inconsciente, o ‘historia de vida’, cuyos elementos y partes se distribuyen entre distintas personas en un grupo social” (p.45). Además, Gee ofrece un marco conceptual para entender que las interacciones son moldeadas y estructuradas por instituciones sociales y relaciones de poder, y por lo tanto, algunas formas de alfabetización son más fuertes y visibles que otras. De este modo, la gente se forma o construye dentro de estos discursos y estas construcciones ofrecen membresía en comunidades, lo que implica formas de creer, valorar y hablar. Gee también se refiere a estas membresías como kits de identidad (1996), identidades situadas (1999) y grupos de afinidad (2001). En este artículo, uso las construcciones de modelos culturales y subjetividades en forma superpuesta. Entiendo la construcción de un modelo cultural en relación con la práctica de alfabetización para referirme a las “historias de vida” que la gente lleva consigo mientras interactúan con la alfabetización en varios dominios. La construcción de subjetividades alfabetizadas permite una discusión de la relación entre la gente y sus mundos sociales y da cuenta de múltiples y a veces contradictorios modelos culturales asociados con dichas relaciones (Davies & Harre, 1990; Sawin, 1999). Por ejemplo, como veremos más adelante, un examen de la vida alfabetizada de June Treader ofrece una visión de los múltiples modelos culturales evocados mientras ella interactúa con la alfabetización en sus roles de madre y de estudiante. A medida que la gente se involucra con el discurso, se socializa con actitudes, creencias y valores sin darse cuenta, tanto con el Discurso primario como el secundario. Estas relaciones son altamente dependientes del contexto y se concretan en manifestaciones físicas y psicológicas de posturas sociales, y por lo tanto, contradicciones en los contextos de los cuales son parte (Bordieu, 1977). El proceso de socialización implica una naturaleza preconsciente de las subjetividades, lo que resulta importante porque significa que las contradicciones sociales no se resisten fácilmente (Krais, 1993). Las diferencias de género, una subjetividad que es central en este artículo, es lo que Davies (1993) menciona como “historias de vida” que tienen distintos grados o status en el mundo social (un mundo social que es construído discursivamente) y donde un mayor status y privilegios se ven relacionados a ciertas “historias de vida.” Davies (1993) indica, No sólo leemos y escribimos historias sino que también vivimos historias. Que nos consideremos en un punto en particular en el tiempo depende de las líneas argumentativas que tengamos para racionalizar el flujo y reflujo del “estar en este mundo” así como la legitimidad y status acordados a estas “historias de vida” por los demás, con quienes construímos nuestras vidas en un momento dado (p.41). De esta forma, las subjetividades que son diferenciadas por género son construídas a través de mundos discursivos (Davies, 1993; Gilbert, 1997; Urwin, 1998; Wodak, 1997; Young, 2000). Un creciente volumen de trabajos de investigación examina la construcción del sí mismo a través del lenguaje y la alfabetización (Orellana, 1999) tanto en términos de leer (Davies, 1993; Walkerdine, 1990) y escribir (Gilbert, 1992; Orellana, 1999). Como estos investigadores indicaron fácilmente, las subjetividades de género no son sitios estables. Más bien son lo que Butler (1990) llama “sitios de problemas necesarios” (p. 14). Esta perspectiva nos recuerda que la identidad de un individuo es múltiple y constantemente recreada cuando el que habla adopta posiciones de sujeto en diversos discursos culturales (Sawin, 1999). Análisis crítico del discurso El análisis crítico del discurso es una metodología multidisciplinaria que intenta reunir los detalles lingüísticos con la teoría social. Es un marco útil para entender modelos culturales pues los modelos culturales no son algo en el intelecto sino que más bien reside en las interacciones entre individuos, textos, instituciones y mundos sociales. La presente investigación empieza con la suposición de que las personalidades alfabetizadas de un individuo están compuestas de múltiples modelos culturales. Esta investigación se basa en trabajos previos sobre subjetividades literarias (Davies, 1993; Gilbert, 1997; Luttrell, 1997; Rockhill, 1995; Young, 2000) y se enfoca en describir a través de detalles etnográficos y analíticos del discurso, los modelos culturales relacionados con diversos contextos prácticos y al mismo tiempo ofrece un marco explicativo para los procesos de adquisición de dichos modelos. A estos efectos, el análisis crítico del discurso es una herramienta teórico metodológica que desnaturaliza las prácticas del lenguaje al ubicar el poder y la ideología en niveles de discurso que pueden referirse a disposiciones discursivas para revelar la operación del poder y el discurso y la construcción y reconstrucción de subjetividades alfabetizadas. Metodología Contexto del Estudio La familia Treaders (todos los nombres son pseudónimos) vive en Sheman Hollows, un vecindario de Alberta, una ciudad en el estado de Nueva York con aproximadamente 150.000 habitantes. Sherman Hollows es uno de tres vecindarios que rodean el centro de la ciudad. Los medios a menudo caraterizan Sherman Hollows como una de las peores áreas de la ciudad, con alta tasa de violencia, pobreza y delincuencia, y no muy buenas relaciones entre la policía y los miembros de la comunidad. Existen aproximadamente 21.000 personas en estos vecindarios, cerca de un quinto de la población de la ciudad. Alrededor de un 55% de la población afroamericana de la ciudad y 25% de la población de origen hispano viven en estas áreas. Alrededor de un tercio de los residentes vive por debajo de la línea de pobreza comparado con alrededor del 18% de la ciudad en general. El ingreso per cápita es 9.018 dólares, aproximadamente un 34% menos que el promedio de la ciudad. 17% de los hogares en esta área recibe asistencia pública. Las calles de la ciudad, la escuela primaria, la escuela de educación media y el centro de educación de adultos todos los cuales están a corta distancia a pie del departamento de la familia Treaders, en el segundo piso del número 79 de la calle Rosemont, son el escenario de la presente investigación. Participantes Los Treaders son una familia pobre de seis afroamericanos, trabajadores, que son la segunda generación de residentes de Sherman Hollows. June Treader es una mujer afroamericana de 34 años que ha residido en Alberta toda su vida. Sus padres se mudaron desde el sur de Estados Unidos cuando eran jóvenes y viven en una casa de su propiedad a sólo unas cuadras de distancia. Luego de trabajar en un hospital local por mas de 30 años, la madre de June se ha retirado recientemente. El padre de June trabaja por cuenta propia como carpintero. June ha trabajado como asistente de enfermera, asistente en un autobús escolar y mucama en un motel local. June está casada con Lester. Lester también abandonó la escuela, no obstante retomó sus estudios y recibió su diploma general de equivalencia, y se enroló en la Fuerzas Armadas. Posee una licencia como soldador y recientemente volvió a la escuela para obtener un certificado como electricista. June fue a la escuela en el distrito escolar de Alberta hasta el octavo grado, cuando abandonó. Ella expresó “me estaba yendo bien hasta que mi lectura empezó a decaer” (entrevista, 1/98). Cuando June se inscribió en el centro de educación de adultos, su nivel de lectura, determinado con la prueba de educación básica para adultos, era de un nivel de segundo grado. En los dos primeros años, progresó hasta un nivel de cuarto grado. June decidió volver a la escuela cuando todos sus hijos estaban en la escuela primaria o preescolar pues sus escuelas estaban a corta distancia del centro de alfabetización de adultos. La escuela que June abandonó en octavo grado está en el mismo distrito donde sus hijos asisten. Los hijos de June son Vicky (12 años), Luanne (8), Shauna (3), Evan (8 meses). Vicky, la hija mayor de June, es el segundo participante foco de esta investigación. A Vicky le gustaba ver películas, escuchar música house e ir al centro comercial. Vicky asistió a clases de recuperación de lectura empezando en tercer grado. La maestra de las clases de recuperación de lectura refirió a Vicky al final de su sexto grado a evaluación para educación especial. Puntos de acceso y roles del investigador Como profesora de alfabetización, he enseñado tanto en la escuela elemental como en áulas de enseñanza de adultos. Conocí a June primero como una estudiante en el áula de educación básica de adultos (ABEBE por sus siglas en inglés) y luego en nuestra relación durante la investigación. Cuando dejé de enseñar en el aula de alfabetización de adultos a la cual June asistía y me interesé en estudiar las prácticas alfabetizadoras familiares y comunitarias a través de los ojos de un adulto que había sido catalogado como poco instruído, retorné al centro de alfabetización de adultos. Después de realizar varias observaciones en el áula le pedí a la profesora que me recomendara adultos que: a) asistieran a clase regularmente, b) tuvieran hijos inscritos en la escuela pública, y c) tuvieran dificultades para leer y escribir. Para este efecto realicé un muestreo (LeCompte y Preissle, 1997) de los estudiantes que la profesora recomendó y seleccioné a June pues ella cumplía con los criterios y accedió prontamente a participar en la investigación. Le expliqué a June que estaba interesada en aprender cómo los adultos que asisten a programas de alfabetización y tienen hijos usan la educación en su vida cotidiana. También le dije que estaba interesada en cómo ella interactuaba con sus hijos en la lectura y escritura y que iba a necesitar entrevistarla y observarla a ella y su familia para entender sus perspectivas. Como LeCompte y Preissle (1997) sugirieron, le permití a June dirigir la relación en la investigación. El primer mes la observé en su clase de alfabetización, trabajé con ella durante su tiempo de lectura y la entrevisté en el centro de educación de adultos. Cuando ella me dijo que iba a la escuela de su hija durante la pausa del almuerzo “para ver cómo le iba en la clase” (notas de campo, 10/97), le pregunté si podía ir con ella. Durante la caminata de regreso de la escuela primaria, June y yo conversamos como le iba a Vicky en la escuela. June estaba preocupada por su lectura y me preguntó si yo podría trabajar con ellas en su casa después de la escuela. Le dije que lo haría y le pregunté si podría trabajar con Vicky un día por semana y observar en su casa y en su comunidad inmediata otro día de la semana. June dijo que no veía ningún problema en ello. Esta negociación inicial de roles de investigador-participante sentó las bases para conversaciones continuas entre June y yo a lo largo del estudio, en las cuales ella y yo continuamente renegociamos el acceso, siendo flexible y tratando de ser sensible a los matices de sus respuestas. Procedimiento Esta investigación se llevó a cabo entre septiembre de 1997 y septiembre de 1999. A lo largo de los 2 años de estudio trabajé como investigadora y profesora de alfabetización en la casa de la familia Treaders y en la comunidad de Sherman Hollows, reuní datos en la casa, la comunidad y las escuelas de June Treaders y sus hijos. En la investigación de estos contextos, usé métodos etnográficos de observación de los participantes registrados en notas de campo (Emerson, Fretz, & Shaw, 1995; Spradley, 1980), entrevistas en profundidad y su historia de vida (Mischler, 2000; Rubin & Rubin, 1995), entrevistas semi-estructuradas, recolección de documentos, fotografías (Hamilton, 2000), e investigación de archivo (ej. datos de censo, registros históricos). La fuente primaria de datos incluyó más de 500 horas de observación de los participantes, 300 de las cuales fueron interacciones grabadas en la casa de los Treaders, su comunidad y escuela. Entrevisté a miembros tanto de la escuela como de la comunidad de Sherman Hollows y asistí a reuniones organizadas de la comunidad. Las fuentes secundarias de datos incluyeron diarios personales de los participantes, medición informal y documentos reunidos de varios eventos. Observación participante. Fuí una observadora participante en los dominios del hogar, la escuela y la comunidad. Mi base para realizar las observaciones en el hogar incluyó la mesa de la cocina, la sala de estar, la escalinata de entrada y el pasillo que conduce al departamento. De manera similar, durante el año escolar 1997-98 observé en promedio dos veces al mes en las aulas de Vicky y June. Los contextos escolares para la recolección de datos incluyeron lecciones de recuperación de lectura, lecciones de artes del lenguaje, aula de alfabetización de adultos, reuniones (tanto formales como informales) y ceremonias que tuvieron lugar en la escuela. En la comunidad, fuí una observadora participante en varias organizaciones comunitarias y reuniones incluyendo una reunión comunitaria, una reunión sobre violencia de pandillas, una reunión sobre la asociación de la escuela con otras agencias comunitarias, reuniones en la escuela de la asociación de padres y maestros, reuniones de presupuesto del distrito, juegos, servicios de la iglesia, barbacoas y picnics de la comunidad. Abiertamente registré los eventos alfabetizadores en mi libro de notas a medida que los observaba, indicando quién estaba encargado de iniciar el evento, quién estaba involucrado, cómo se negoció el contexto y el origen del evento alfabetizante. A veces era problemático tomar notas de campo abiertamente, dependiendo de la ubicación de mi observación (Spradley, 1980). Por ejemplo, cuando asistí a servicios religiosos con los Treaders escribí varios incidentes en pequeñas trozos de papel que usaba para escribir mis notas de campo cuando regresaba a casa después del sermón. No obstante empecé tomando notas cuando estaba con los Treaders desde el principio de la investigación. E n consecuencia, la mayor parte del tiempo mi toma de notas era vista como parte de la escena cultural construída cuando yo recogía datos en Sherman Hollows. Escribí a mano las notas de campo en una hoja de recolección de datos y luego las transcribí a un archivo de computadora tan pronto como llegaba a casa después de la observación. Debido a que estaba interesada en los usos específicos del discurso entre los participantes, grabé la mayor parte de las observaciones de los participantes además de tomar notas de campo. De esta forma, cuando escribía mis notas de campo en mi casa, me refería a las notas etnográficas tomadas en el campo y completé las interacciones transcribiendo partes de la grabación. Cada observación de 3 horas requirió entre 6 y 7 horas para escribir las notas de campo que incluía información de los documentos y grabaciones. Transcribí cerca de la mitad de las interacciones grabadas desde el inicio de la investigación como parte del análisis de datos que se iba llevando a cabo. Entrevistas. Conduje entrevistas tanto formales como informales con June y su familia, maestros de las escuelas de June y de Vicky y miembros de la comunidad. Conduje más de 20 entrevistas formales e informales tanto con June como con Vicky. A menudo entrevisté a Vicky antes y después de un evento de alfabetización programado (ej. una reunión en la escuela, leer una libreta de calificaciones). Además entrevistaba a June y a Vicky a medida que ellas manejaban los documentos que formaban parte de la práctica alfabetizadora familiar. En la escuela, entrevisté a la maestra de educación básica de adultos de June y a las maestras de 6to y 7mo grado de Vicky, así como a sus maestros de recuperación de lectura. Conduje entrevistas con miembros de la red social de la familia Treaders, que incluía funcionarios locales de la ciudad, sacerdotes y ministros de varias iglesias, el líder de una agencia de organización comunitaria, el presidente de la asociación de maestros-padres, un barbero y un trabajador de una coalición comunitaria. Grupo de lectura. Como parte del diseño de la investigación, trabajé con June y Vicky desde septiembre de 1997 a septiembre de 1999 como tutora de alfabetización. Durante 1997-1998 trabajé frente a frente con June y Vicky en bloques de una hora que organicé independientemente de mi tiempo de observación-participación en su hogar. Estas sesiones incluyeron componentes de lectura, escritura y ortografía. Integré libros que mostraban cuestiones sociales y conducían a discusiones críticas (Luke, 1995). A menudo cuando trabajaba, ya sea con June o con Vicky, un amigo, vecino o miembro de la comunidad pasaba por la casa de los Treaders y preguntaba qué estábamos haciendo. Después de que le explicaba que estabamos leyendo y discutiendo distintos libros, en varias ocasiones estos visitantes empezaban a hablar acerca de alguien que ellos conocían que se podría beneficiar con ayuda extra para leer. Durante el año 1998-1999 las sesiones particulares se transformaron en pequeñas sesiones de lectura grupales a medida que los visitantes enviaban a los adolescentes a la casa cuando sabían que yo iba a estar ahí. Las sesiones grupales eran grabadas en cintas de audio y tomé notas de evaluación, así como otras notas anecdóticas durante las sesiones. Después de que un grupo finalizaba, escribía en mi diario de investigador acerca de la naturaleza de las discusiones y asuntos que quería explorar en la siguiente ocasión que nos reuniéramos. Recolección de documentos. Además de la observación participativa, entrevistas y metodología de grupos de lecturas, también recolecté documentos de la casa, la escuela y la comunidad. Estos documentos, tanto formales como informales, dieron idea de la naturaleza y tipo de alfabetización en el mundo cotidiano de los Treaders y la forma en que ellos interactuaban con su alfabetización. A menudo le preguntaba a June si podía copiar un documento en el cual la había visto trabajando, ya sea en la escuela o en la casa. Recolecté documentos del servicio social, libretas de calificaciones, instrucciones de juguetes, hojas de tareas para el hogar, certificados de reconocimiento y recortes de obituarios. En el colegio recolecté muestras de trabajos, perfiles demográficos de la escuela y de la comunidad de la oficina de planificación de la ciudad y la biblioteca local, y ejemplos de comunicaciones entre el maestro y los padres. Recolecté información histórica de la comunidad de Sherman Hollows y de la ciudad de Alberta. Además a lo largo de dos años junté artículos de periódicos locales que se concentraban en temas de educación en la ciudad, temas sociales en la comunidad, u otros asuntos que se conectaban a las vidas de los Treaders. Diarios de investigación. Mantuve un diario de investigador a lo largo del proceso de investigación. Los diarios fueron un informe de pistas (Lincoln & Guba, 1985) de mi proceso de toma de decisiones e intenciones a lo largo del proceso de investigación. En mi diario de investigador documenté mi análisis contínuo de los datos, percepciones, teorías, asuntos e incertidumbres. El diario de investigador fue también el lugar donde leí y respondí a revisiones de la literatura en progreso, escribí notas de exposiciones a pares y planeé el diseño emergente de la etnografía. Participantes como coinvestigadores. Fomenté la asistencia de los Treaders como coinvestigadores a lo largo de la investigación. Primero solicité a June sus comentarios antes de proponer oficialmente el diseño de la investigación a la universidad para obtener el permiso del Consejo de Revisión Institucional. Escribí la propuesta lo más libre de jerga posible y luego se lo leí a June preguntándole si ella tenía preguntas o si quería cambiar algo. Continuamente pedí su permiso para usar sus palabras, su escritura y lo que aprendí de ella y de su familia en distintas reuniones profesionales y artículos que iba escribiendo. Ella me dijo que sabía lo que yo debía hacer para mi trabajo y me dijo, “sigue haciendo lo que estás haciendo” (June Treader, transcripción, 05-98). Como parte de la recolección de datos, quise entender la alfabetización y el lenguaje a través de los ojos de los Treaders y por tanto les pedí que documentaran lo que ellos percibían como alfabetización en su casa y en su comuidad. Le pedí a June y a Vicky que rellenaran registros de alfabetización para documentar los tipos de lectura y escritura con los que ellos se relacionaban en el día a día. Quise obtener una muestra de sus interacciones con la alfabetización a lo largo de un período de dos semanas. Al principio tanto June como Vicky anotaron en el registro de alfabetización los libros que ella leían ya fuera para la escuela o cuando volvían a casa. La tarea se transformó en una tarea para la casa para los Treaders y tanto June como Vicky llenaban los registros antes de mi llegada a su hogar. En consecuencia, los registros no fueron exitosos pues los Treaders los percibieron como educación escolar y registraron sólo los libros, en vez de las múltiples interacciones que tenían lugar en su casa. Si bien los registros no colmaron mis expectativas originales, dieron idea de que era lo que June y Vicky consideraban lectura y escritura. Un segundo intento fallido de incluir a los Treaders en el proceso de investigación fue cuando le di a June un diario para registrar sus preguntas y pensamientos acerca de las interacciones que ella tenía con la escuela tanto en representación de Vicky como en su centro de educación de adultos. Sin embargo, June le dió el libro de notas a Luanne cuando necesitó otro cuaderno de notas para su clase de matemáticas. Un método que en realidad funcionó bien fue pedirle a los Treaders que documentaran sus prácticas alfabetizadoras con una cámara fotográfica descartable. Le pedí tanto a June como a Vicky que tomaran fotos de las prácticas de lectura y escritura con las cuales ellas interactuaban diariamente. Tomaron fotos de una variedad de cosas incluyendo botellas de ketchup, imanes en el refrigerador y distintos miembros de la familia leyendo un libro. Adicionalmente, a fin de aumentar la credibilidad del diseño de la investigación conduje validaciones interpretativas con los Treaders después de cada etapa del análisis. Durante las validaciones, a menudo June hacía preguntas acerca de las implicaciones prácticas de ubicar a Vicky en educación especial. Las preguntas dieron idea de cómo ella percibía la situación pero también donde mi interpretación de los datos fue insuficiente. Encontré como defecto de las validaciones con los miembros de la investigación que los Treaders muy a menudo coincidieron con mis interpretaciones. De esta forma, es responsabilidad del investigador el buscar fuentes externas para las validaciones con los miembros de la investigación (un problema que desarrollo en la sección sobre las limitaciones e investigación futura). De esta forma usé conferencias profesionales, miembros de la comunidad (ej. concejales, clérigos) y un grupo investigador-profesor del cual yo era parte como una forma de trabajar mis datos e interpretaciones y ver si la gente tendría argumentos en contra. Análisis de los datos Situados dentro de una perspectiva lingüística antropológica a los fenómenos sociales (ej. Silverstein & Urban, 1996) y estudios críticos del discurso (Chouliaraki & Fairclough, 1999; Fairclough, 1995; Gee, 1999; Rogers, 2004, 2009; Wodak, 1997), los datos para este artículo representan una trama que discurre a lo largo de una investigación etnográfica mayor que describe, interpreta y explica prácticas de lenguaje y alfabetización en la vida diaria de los Treaders. Observo a lo largo de múltiples dominios (ej. hogar, escuela y comunidad) utilizando las aproximaciones metodológicas complementarias de la etnografía y el análisis del discurso (Gee, 1999; LeCompte & Preissle, 1997). El primer nivel de análisis fue un nivel interpretativo originado en la unidad de eventos alfabetizantes (Anderson, Teale, & Estrada, 1980; Barton & Hamilton, 1998; Heath, 1983). El primer nivel de análisis fue la codificación abierta donde codifiqué transcripciones y notas de campo como ejemplos de evento alfabetizadores y sus prácticas sociales relacionadas (Miles & Huberman, 1994). Desarrollé cuatro categorías desde este nivel de análisis. Estas categorías fueron: a) eventos alfabetizadores relacionados con la comunidad (ej. demanda comunitaria, documentos del servicio social, visitas a la biblioteca, formularios en la clínica de salud), b) eventos alfabetizadores relacionados con la escuela (ej. tarea para la casa, estudiar para exámenes de ortografía, notas que llegaron a la casa desde la escuela) c) eventos alfabetizadores del hogar (ej. leer en la biblioteca, certificados en la pared, leer instrucciones para armar un juguete, leer el correo, escribir una lista), y d) sesiones instructivas (diario del investigador, 3/98). A través del proceso de agregar y ensamblar los datos me enfoqué en dos metacódigos que eran aplicados contínuamente y examinados frente a la literatura de la investigación (Miles & Huberman, 1994). Los metacódigos representan una agrupación de códigos que forman un conjunto de temas o construcciones. Los metacódigos funcionan para reducir una gran cantidad de datos a unidades análiticas más pequeñas para enfocar aún más el trabajo de campo. El primer metacódigo fue que la categoría de eventos alfabetizadores hogareños a menudo se solapaba con textos e interacciones provenientes de Discursos secundarios, como la escuela u otras organizaciones comunitarias (ej. servicios sociales, la iglesia). Esto confirmaba la aseveración de Gee (1996), que los discursos “no pueden tener límites discretos” (p. xv) (memo analítico, 6/98). También me generaba preguntas para desarrollar en recolecciones de datos subsecuentes acerca de las consecuencias de este solapamiento entre discursos. El segundo metacódigo que desarrollé en esta etapa del análisis fue la disyunción en la representación de la competencia literaria de June en varios contextos. Por ejemplo, aunque June fue catalogada con un nivel de lectura de segundo grado de acuerdo con el examen de educación básica de adultos y hablaba acerca de su lectura en términos de déficit, ella usaba de forma activa y competente el lenguaje y la alfabetización en su casa y en su comunidad. Los primeros dos metacódigos se correspondieron con mi enfoque inicial en investigación en estudios de alfabetización familiar y luego una derivación hacia estudios del discurso a medida que continué recolectando y analizando los datos a fin de dar cuenta de diferencias en alfabetización a través de los contextos. El tercer metacódigo se enfocó en los cambios de June en usos y participación con la alfabetización en varios contextos discursivos. Un ejemplo de esta tensión en los datos es el cambio que abrió este artículo, la firme resistencia de June a ubicar a Vicky en educación especial dentro del contexto de su hogar y luego su decisión de ubicarla en un salón independiente en la reunión del comité de educación especial. Este tercer código me llevó a explorar la literatura relacionada con subjetividades de la alfabetización. De esta forma cambié el análisis de describir los eventos alfabetizantes en la vida de los Treaders a investigar más de cerca estos metacódigos que representaban “puntos cruciales” o momentos de conflictos en los datos (diario del investigador, septiembre 18, 1998). Seleccioné incidentes críticos en los datos y luego conduje un análisis crítico del discurso. Incidentes críticos son sorpresas o tensiones en los datos (Fairclough, 1995). Para seleccionar los incidentes críticos, seguí las sugerencias de Burawoy (1991) de “tratar los fenómenos sociales no como ejemplos de una nueva teoría potencial sino como contraejemplos de alguna vieja teoría” (p.9). En lugar de un ejemplo, la situación social es vista como una anomalía. La tarea del científico social es de cotejar la anomalía con otras fuentes de datos a fin de interpretar y luego explicar la causa de la sorpresa. De esta forma empecé a desarrollar patrones de códigos, el tercer nivel de análisis, alrededor de esas tensiones en los datos. Aquí, si las grabaciones de las interacciones seleccionadas no estuvieran ya transcriptas, yo las transcribía y agregaba la transcripción al archivo de datos. Entonces alrededor de cada evento crítico desarrollé una “planilla resumen de contactos” donde incluí la gente que estaba involucrada y quién originaba la interacción alfabetizante, así como los conceptos fundamentales, temas, asuntos y preguntas que surgían de esta interacción (Miles & Huberman, 1994). Usé estas planillas resumen para desarrollar viñetas donde incluí datos de mis notas de campo, documentos recolectados y transcripciones. Las pistas en papel (incluyendo las notas de campo, transcripciones y documentos correspondientes) de cada interacción se mantuvo en un folio de papel manila etiquetado con la fecha, la interacción y referencia a interacciones conectadas. A fin de explicar estos conflictos, me dirigí a mi segundo movimiento interpretativo, que involucró el uso del análisis crítico del discurso (Chouliaraki & Fairclough, 1999; Collins, 2001; Fairclough, 1989, 1995, 2000; Gee, 1999, 2001; Luke, 1995; Wodak, 1997) para moverme de la descripción e interpretación de los conflictos a ofrecer una explicación. El Análisis Crítico del Discurso (ACD) es un marco analítico del discurso que combina gran atención a la estructura lingüística (d minúscula en la teoría del Discurso de Gee) con la teoría social y el análisis (D mayúscula en la teoría del Discurso de Gee). Dentro del marco del ACD, el lenguaje es ideológico tanto moldeado por como moldeante de la vida social. Usando el ACD examiné las propiedades lingüísticas de textos así como sus dimensiones políticas y sociales. El detalle etnográfico del ACD así como su atención al análisis social y detalles lingüísticos ayuda a comprender cómo la gente encuentra sentido a su realidad y entiende sus posiciones sociales. Siguiendo el método de análisis de Fairclough (1995) presté atención a tres dominios concurrentes del análisis: descripción, interpretación y explicación, así como a tres dominios del discurso: el local, el institucional y el social (ver apéndice B). Pasé por cada uno de los siguientes niveles de análisis. Primero analicé los textos seleccionados dentro de cada incidente crítico (notas de campo, documentos, transcripciones) en los aspectos lingüísticos de los textos al nivel local o interactivo. Presté atención a la gramática, toma de turnos (para hablar), modalidad, pronombres y tiempos usados en el discurso. El dominio institucional del análisis se ocupa de cómo las instituciones son construídas a través de un proceso de textualización (con el proceso de producción de textos, consumo e interpretación). Este dominio asume que todos los textos (orales y escritos) tienen historias y trayectorias. El tercer dominio es referido como el dominio social del análisis. El dominio social envuelve el análisis de las posiciones del sujeto institucionalmente definidas como el de maestro y estudiante o terapista y cliente. Una suposición mayor dentro de este dominio es que los modelos culturales, apegados a subjetividades, son tanto construídos como reflejados en el discurso. Codifiqué cada una de estas viñetas, incluyendo las interacciones lingüísticas y etnográficas registradas en cintas de audio, en términos de dominios locales, institucionales y sociales del discurso. Luego busqué patrones tanto dentro como a través de los eventos alfabetizantes. A fin de usar el marco del ACD con mi conjunto de datos, pasé por el proceso de separar y luego reunir los datos. Primero me dediqué a leer múltiples veces el conjunto de datos. Este consistía de transcripciones de entrevistas, interacciones, notas de campo de interacciones y observaciones tanto dentro como fuera de la escuela así como documentos escritos, tanto formales como informales. Debido a que estuve lidiando con datos etnográficos a lo largo de dos años, usé un análisis intertextual a fin de examinar los incidentes críticos. Codifiqué los datos de acuerdo con los dominios del ACD (local, institucional y social) y luego procedí a examinar los dominios para ver cómo los dominios hablaban el uno al otro. Por ejemplo, los turnos u orden que se toma al hablar en una reunión puede estar ligado a la posición oficial de las personas en la reunión (ej. Mehan, 1996). O las formas en que la institución es construída podría privilegiar ciertas subjetividades sobre otras. Después de esta fase, analicé a lo largo del contexto discursivo del trabajo alfabetizante de June en su educación (Discurso de la escuela), en relación a su trabajo como madre y en el hogar (Discurso de ser madre), y en relación a su participación en el presente en la escuela por sus hijos (Discurso de la reunión del Consejo de Educación Especial). Una de las fortalezas del ACD es su atención a la teoría social y el detalle lingüístico. No obstante el marco ha sido criticado (Widdowson, 1998) debido a su distanciamiento del contexto y del detalle etnográfico. Ésta es la principal razón por la cual seleccioné dos niveles de análisis en esta investigación. Cada marco analítico (etnográfico y analítico del discurso) complementaba las debilidades del otro. Adicionalmente, también recolecté y examiné múltiples fuentes de datos y múltiples métodos de análisis a través del tiempo. No obstante en vez de buscar zonas donde los datos se superponían, busqué lugares donde hubo rupturas en los datos. Cada uno de estos aspectos de construcción de validez ayuda a construir cobertura y convergencia en los datos (Gee, 1999). Resultados En la siguiente sección presento tres de los contextos discursivos que representaban las interacciones de June Treader con la alfabetización: el discurso de la escuela, el discurso de ser madre y el discurso de la reunión del Consejo de Educación Especial (CSE por sus siglas en inglés). Los resultados presentados aquí representan una porción de los datos recolectados, pero ofrece una visión en profundidad de los modelos culturales que están conectados con el manejo de la alfabetización en tres contextos discursivos que representan la vida literaria de June Treader. Cada uno de estos contextos ayuda a entender la complejidad de la alfabetización en la vida de June. Discurso de la Escuela Historia de June en su relación con la escuela. June abandonó la escuela al finalizar su octavo grado, en el mismo distrito donde sus hijos asisten a la escuela. Me dijo que nunca estuvo en clases de educación especial. En una visita a la escuela intermedia, June recordó una cinta roja en la pared del pasillo donde las clases de educación especial solían tener lugar cuando ella asistía a la escuela en ese edificio. June se quejó de que su lectura “seguía empeorando” después de haber dejado la escuela. June no hablaba de su historia educativa a menudo (era como si ella pudiera crear una historia nueva para ella misma a través de sus hijos). No obstante, una tarde en su cocina revivió su experiencia al abandonar la escuela. Simplemente dejé de ir… fuí primero a la escuela secundaria, luego me mudé al sur como en los 70. Luego volví aquí y asistí al centro de educación de adultos…tenía como, cuántos, ¿19? No tenía niños por entonces…Dejé de ir después de unos pocos meses porque tuve que empezar a trabajar. Sí, tuve que empezar a trabajar y recién volví a la escuela en septiembre (1996). (Transcripción, June Treader, 11/97). Sin embargo, surgió en June el deseo de volver a la escuela y obtener su diploma de equivalencia general. Cuando June habló de su deseo de volver a la escuela, lo hizo en términos de mejorarse a sí misma. Ella afirmó que, Estaba cansada de estar en casa sentada. Estaba cansada de estar en casa sentada y dije si sigo sentada más tiempo no voy a ir a ningún lado si estoy sentada en casa y sin trabajar. Y necesitaba recuperar mi lectura y mi matemática, bueno, mayormente mi lectura porque mi matemática no es problema. Por lo tanto estoy esperando para recuperar mi lectura. (June Treader, transcripción 9/97). El deseo de June de volver a la escuela estaba relacionado con la idea de mejorarse a sí misma, (porque ella creía que no estaba “yendo a ningún lado sentada en casa” y debido a su deseo de mejorar su competencia en lectura). A menudo cuando las mujeres hablan de volver a la escuela, se basan en su deseo de aprender más que en su derecho fundamental a la educación. Es decir, como Rockhill (1995) dijo, “la alfabetización es trabajo de mujeres pero no derecho de las mujeres” (p.171). Además, insertado en el discurso de June está la noción del tiempo, (June estaba “esperando para recuperar”). A menudo los esfuerzos de las mujeres con la educación son pospuestos mientras ellas atienden a las necesidad más urgentes de su familia, hogar e hijos (Mace, 1998). Cuando June hablaba de su clase de educación básica de adultos, uno de los temas que discutía tenía que ver con la disciplina, la oportunidad y la autoridad. June hablaba a menudo del consejero guía en su centro de educación de adultos y cómo él dirigía su progreso en el aula, tanto con pruebas periódicas para ver si su puntuación mejoraba como con el monitoreo físico de ella y de otros estudiantes en el aula. June manifestó, “él viene y se sienta en la clase para ver quién está trabajando y quién no”. Esto molestaba a June porque ella sentía que estaba haciéndolo bien. June indicó, Ralph (el maestro de EBA) sabe que yo hago la lectura en la mañana o hago matemática en la mañana y luego me distraigo, yo simplemente me canso. Mi cabeza simplemente se cansa leyendo o escribiendo o ejercitando matemática (Transcripción, Marzo 26, 1998). Si bien June no se sentía en control de los aspectos curriculares de su educación o de las evaluaciones (como se nota en las referencias previas), creía que tenía el control sobre los aspectos procedimentales de su educación. Esto incluía cosas como llegar a la escuela a tiempo, asegurarse de que estaba trabajando cuando estaba en la escuela y asegurarse que cumplía con sus horas cada semana. Queda claro al escuchar a June que su participación en su propia escolaridad está marcada con recuerdos de cómo era la escuela cuando ella era una niña, recuerdos que acarrea a medida que participa en la educación de sus hijos. La siguiente es una cita de June cuando le pedí que me contara acerca de sus experiencias con la escuela. June lloraba cuando me contaba lo siguiente. 1. 2. 3. 4. 5. 6. En realidad era un problema (la lectura). Cuando volví a la escuela por primera vez mi lectura Bajó como a un uno. Yo había bajado a un uno en lectura si 7. 8. 9. 10. 11. 12. 13. 14. 15. 16. 17. 18. 19. 20. 21. 22. 23. Bajé hasta mi lectura bajó a a como un uno punto tres. Y eso era como un primer grado O algo así Porque no podía leer Pero yo podía leer Pero no podía leer tan bien. Bajé a un uno punto tres. Entonces tomé otro exámen y subió Como dos punto algo. Entonces seguí adelante Yendo a la escuela todos los dias y haciendo mi trabajo. Y ahora es un cuatro punto siete Cuando tomé mi última prueba de lectura. (June Treader, Transcripción, 3/98) Cuando June conversaba sobre la lectura y la escuela como lo hizo en esta cita ella lo definía en términos de alfabetización escolar. Bloome, Katz, Solsken, Willett, y Wilson-Keenan (2000) definieron la alfabetización escolar como “los usos de lenguaje escrito que son emprendidos para mostrar competencia con una forma particular y un registro de lenguaje escrito…El estilo particular requerido es mencionado a menudo como descontextualizado” aunque no es en realidad descontextualizado. Más bien, es contextualizado por el contexto académico/escolar” (p.155). E n esta cita los órdenes institucionales y sociales del discurso como la escuela se entienden a través de la producción, el consumo y la distribución de textos; y el posicionamiento del sujeto dentro de este marco son aparentes. June discutía sobre su comprensión de la escuela y su rol dentro de esta estructura. La suposición acerca de la lectura implícita en la cita de June es que leer es una habilidad que es medida por una autoridad externa. En sus palabras existe un tema de dominio de habilidades y un énfasis en ir de arriba a abajo en niveles de lectura. Por ejemplo, en la línea 4, June dice que ella había “bajado como a un uno (nivel de primer grado).” De nuevo en la línea 5 repite que había “bajado a un uno en lectura.” Este énfasis en un grado equivalente para la competencia de lectura marca su comprensión sobre la lectura como un proceso técnico en el cual los grados de eficiencia son medidos por una prueba, en vez de entenderla como una herramien social usada en la vida diaria. En las líneas 7 a la 9 dice, “bajé mi lectura, bajé como a un uno punto tres”. Luego en la línea 17 “subí como a dos punto algo.” Su énfasis en progresos a niveles de grado era subrrayado por su discusión contínua de su último exámen. A menudo cuando le preguntaba a June cómo iban las cosas en la escuela, ella respondía diciéndome cuándo tomó su último exámen o cuándo estaba programado el siguiente (notas de campo, 4/98). Esta referencia a exámenes como objetivos e indicadores confiables de progreso es marcado en la línea 16 cuando June dice, “luego tomé otro examen” y en la línea 23 “cuando tomé mi último examen de lectura”. En esta visión, la autoridad externa del examen, más que las prácticas y estrategias alfabetizadoras en su vida diaria, es el indicador de éxito y crecimiento. Para June, existía un sufrimiento importante y no obstante también un valor ligado a lo que significa ir a la escuela y saber leer y escribir. Dentro del marco del Discurso de la escuela, June aprendió que ella no es una persona alfabetizada sino una persona con fallas de alfabetización. No obstante, a pesar de esta pena vinculada con el proceso de aprendizaje de la lectura, June continuó expresando un valor en la educación y la alfabetización y transfirió este valor a sus hijos. Discurso de deficiencias. El juicio de June de considerarse una persona alfabetizada provenía de una historia discursiva. El segundo tema que surge en la discusión de June sobre sus experiencias con la escuela era enmarcarse a sí misma dentro de un discurso de deficiencias. Fairclough (1995), Gee (1999) y Harré y Gillett (1994) han estudiado el pronombre en primera persona pues implica el significado asociado a la persona, sus formas de actuar en el mundo y sus relaciones con otras personas, o como Harré y Gillet escribieron “La producción discursiva del sentido de sí mismo” (p.104). En esta cita y en concordancia con las observaciones de June en su clase de EB A, June se posicionaba a sí misma en relación a otros a través de un Discurso de deficiencias. Por ejemplo, como introducción para explicar su historia con la escuela ella se refiere a sus dificultades con la lectura. En la línea 1 ella dice, “en realidad era un problema” mientras que en la línea 12 dijo que “no podía leer”, ella explica en la línea 14 y dice “no podía leer tan bien”. Al establecer equivalencias de niveles de grado para definir sus problemas con la lectura, en las líneas 8 y 9 afirmó que ella “había bajado como a un primer grado”. Los lugares donde June usó el pronombre en primera persona para discutir su historia con la escuela fueron a menudo seguidos por una afirmación deficitaria acerca de sí misma en relación con la alfabetización escolar. Mientras sus prácticas diarias dan soporte a una perspectiva de la alfabetización que es multifacética, instrumental y crítica, June veía la alfabetización vinculada con el dominio de la escuela como veremos en la siguiente sección. Ésta es una contradicción pues al mismo tiempo que ella había aprendido que la alfabetización y la escuela no son cosas en las que tienen un buen desempeño, continúa creyendo en ellas y las valora para sí misma y sus hijos. Estas suposiciones y valores modelan como ella piensa y toma decisiones acerca de la escuela para sus hijos y para sí misma, como la ubicación de Vicky en una clase de educación especial. En la siguiente sección, June se involucra con la alfabetización donde coloca en primer plano la relación con sus hijos y la familia. En esas interacciones, existe un conjunto distinto de afirmaciones y de relaciones con la alfabetización. Discurso de madre El trabajo de alfabetización en el que June se involucró en su casa y en su comunidad es otra pieza que ayuda a entender la complejidad de su vida en relación con la alfabetización. Su trabajo de madre requiere manejar textos escritos para la escuela, la salud y los servicios sociales. Prácticamente cada aspecto de la vida diaria está estructurada por textos. A pesar del hecho de que June era menos competente que su esposo manejando la alfabetización, era ella quien manejaba casi todas las exigencias alfabetizadoras del hogar: pagar las facturas, responder notas de la escuela, y arreglar las citas médicas para todos sus hijos. Con respecto a la complejidad de la documentación y comprensión del trabajo alfabetizante que las mujeres realizan asociado a sus roles como madres dentro de sus hogares, Rockhill (1995) escribió, “es muy difícil obtener recuentos del trabajo alfabetizador que realizan las mujeres en el mantenimiento de sus hogares y familias. Ellas no lo notan; la alfabetización es otra pieza del trabajo invisible de las mujeres” (p. 167). Es precisamente la invisibilidad del trabajo alfabetizante - tanto en términos de reafirmar que ese trabajo no cuenta como en que es “naturalmente” el trabajo de las mujeres en el hogar- ese fue el caso de June Treader. Una de las primeras cosas que observé y de lo que tomé nota en la casa de los Treaders fue la presencia sustancial de alfabetización escolar. June arregló el espacio y el tiempo para que sus hijos hicieran la tarea del hogar. Ella explicaba que “tan pronto como llegan a casa de la escuela les pregunto ‘¿tienen tarea?’, entonces ellos van y la hacen. Ellos saben que no pueden salir de casa hasta que esté hecha” (Entrevista, 3/98). June arregló una habitación como biblioteca en su departamento. Ésta era una pequeña habitación de paneles de madera con una repisa roja de tres estantes llenos de libros para niños. Certificados de reconocimiento, logros y asistencia cubrían las paredes de la habitación. Los exámenes de ortografía de Vicky colgaban de las paredes. En la sala, June colgó un premio a los padres que se ganó a través del centro Head Start por trabajo voluntario cuando Shauna, su hija más pequeña, estaba en el preescolar (notas de campo 11/98). June valoraba y estaba comprometida con la institución de la escuela y dió grandes pasos para asegurarse de que sus hijos fueran exitosos. Su exhibición de certificados de mérito era un recordatorio diario de la importancia de la escuela para ella y sus hijos. De manera similar a lo afirmado por Luttrell (1997), June, como otras mujeres de clase trabajadora, se identificaba con la lógica de la escolaridad y la veía como la herramienta de movilidad social hacia estatus superiores tanto para ella como para sus hijos. Mi presencia en su hogar como investigadora en alfabetización y como profesora de alfabetización también sugería la valoración y el compromiso de June con la educación y la alfabetización escolar así como su competencia para acceder a recursos culturales. En vista de estos ejemplos, la falla en valorar y participar en eventos literarios no puede explicar la falta de capital social y material de los Treaders, ni tampoco su falta de competencia literaria. En efecto, como veremos en la siguiente sección, en muchas formas la alfabetización con la que June se involucraba en su vida diaria requería un conjunto de estrategias, habilidades y recursos que excedían las demandas de la alfabetización escolar exigidas de ellas como estudiante. En cada uno de estos casos June interactuaba con la alfabetización a fin de cuidar y proteger a sus hijos. Petición comunitaria. Preocupados por el fuerte tráfico en la calle Rosemont, donde los Treaders vivían, June inició una petición comunitaria a fin de conseguir que colocaran un semáforo en una intersección de mucho tráfico. Desde el frente de su casa ella había visto muchos pequeños accidentes. Debido a que los chicos cruzaban la calle todo el día para ir a la tienda de la esquina, estaba preocupada de que un auto podría atropellarlos. June consideraba que debería haber un semáforo en la intersección y sabía que una forma de conseguir esto sería a través de una petición. Llevó esta idea a su clase de educación básica de adultos y se lo dijo a su maestro. Su maestro la ayudó a redactar el propósito de la demanda (ver apéndice C) y la secretaria de la escuela luego la tipeó. June solicitó más de 100 firmas de gente de la comunidad, a quienes explicó las condiciones poco seguras de la intersección con alto tráfico. Después de reunir estas firmas, se acercó a un funcionario local y le pidió que se asegurara de que su petición encontrara el camino apropiado en la municipalidad, lo cual él hizo (notas de campo, 1/98). En esta situación June no sólo utilizó el lenguaje y la alfabetización de manera efectiva sino que también accedió a recursos y forjó una contrarrepresentación de vida en su comunidad. Audiencia. Un día observé a June leyendo un formulario de 5 páginas escrito a máquina. Le pregunté que era lo que estaba leyendo y me contó de su experiencia con los servicios sociales (notas de campo, 2/98). June había notado que el cheque del servicio social de su familia era la mitad de la cantidad que debería ser después de que Lester había sido despedido de su trabajo por falta de actividad. June leyó el cheque y la carta críticamente a fin de calcular la diferencia en pagos que deberían haber recibido. Asumió que los servicios sociales habían incluído en los cálculos el período de tiempo en que Lester estaba trabajando. No obstante las fechas en el cheque no coincidían con el tiempo en el que estuvo empleado. June llamó a servicios sociales y pidió una audiencia, una garantía institucional que le permitiría expresar su desacuerdo con los pagos asignados. Acordó una audiencia en la corte del centro de la ciudad. El día de la cita juntó los documentos necesarios: su tarjeta de seguro social, recibos anteriores de trabajo incluyendo recibos de sueldo y su detalle del seguro social que mostraba el dinero que le había sido asignado. Tomó el autobús al centro y se representó a sí misma frente al juez, y explicó su caso. Dos semanas después June recibió una carta formal por correo explicando que era acreedora a $184. Sin embargo, recibió un cheque por $51, menos de un tercio de la cantidad correcta. June llamó de nuevo a un representante del seguro social y la mujer le dijo que había perdido la audiencia. En ninguna parte del texto del documento que se le envió decía que había perdido la audiencia. June intentó de nuevo explicarles, pero no recibió la cantidad correcta de dinero. De esta forma, una parte importante de la vida literaria de June entró en conjunción con las vidas de sus hijos (como se demuestra por la petición y la audiencia). El siguiente ejemplo representa muchas de las interacciones de June con la alfabetización de sus hijos. Es posible escuchar la fortaleza en la voz de June en la siguiente cita. Esto está en marcado contraste con la auto-representación de June sobre lo que significa ser alfabetizada en relación con su propia alfabetización escolar. Aquí, la hija de June, Vicky se encontraba en el proceso de ser referida a educación especial. Inicialmente, June se resistió vehementemente a pesar de tener a su hija calificada para educación especial argumentando que “las pruebas no van a mostrar nada” (transcripción, 3 de marzo del 98). Sin embargo, después de varias llamadas telefónicas de la maestra de lectura de la escuela que le aseguró a June que Vicky no podía ser ubicada en educación especial sin la autorización de sus padres, June accedió a iniciar el proceso, debido a que ella quería “aprender más acerca de ella”. No obstante, como la cita al inicio del artículo sugiere, June continuó resistiéndose a la ubicación de su hija en educación especial. La siguiente cita ilustra esta resistencia. June afirmó, 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. 13. 14. 15. 16. 17. 18. 19. 20. 21. 22. 23. 24. 25. 26. 27. 28. 29. 30. 31. 32. 33. 34. 35. 36. 37. 38. 39. 40. 41. 42. 43. 44. 45. La educación especial es como, para una persona lenta y ella no es lenta, ella no es para nada lenta. ella sólo necesita poner su mente en ello. (Vicky) puede aprender tan bién en una clase regular como yendo a una clase de educación especial si ella tiene que tener un tutor o simplemente con otro maestro y ella pero ella no va a ir a ninguna clase de educación especial. Yo nunca fuí a ninguna por qué entonces debería ella ir a una? Yo no la quiero en educación especial pues una vez que ella entra en educación especial y por el sólo hecho de ella estar ahí ella nunca va a salir de ahí. Hasta que ella llegue al 12avo grado y entonces ella sale de la educación especial. Pero la educación especial no te enseña más que la maestra de la clase. Yo creo que ella está mejorando. Yo la veo trabajar con Luanne y trabajar contigo. Ella incluso me ayuda. Si yo no sé la palabra, me ayuda con ella. Por eso es que pienso que ella está mejorando en lo que está haciendo… Yo les voy a decir a ellos si la tengo que sacar de esa escuela, y ponerla en otra escuela ella no va a ir a educacións especial. Si ellos discuten conmigo, ellos discuten conmigo. Ella no va a ir a ninguna clase de educación especial. Yo soy quién tiene que firmar los papeles. Yo soy su madre, no ellos. Así que ellos pueden discutir conmigo todo lo que quieran. (June Treader, Transcripción 3/98) Queda claro que (en el contexto de su cocina) la relación de June con la institución es de resistencia. Afirmó, “si discuten conmigo, discuten conmigo. Ella no va a ir a ninguna clase de educación especial. Yo soy quien tiene que firmar los papeles. Yo soy su madre, no ellos” (líneas 36-43). El contraste entre esta cita con la anterior es notable. Aquí, June confía en su relación con la escuela mediada a través de su hija, pues se evidencia en su uso de afirmaciones seguidas del pronombre en primera persona (“yo soy la persona que tiene que firmar los papeles” línea 40, guión 41). Sin embargo, en el contexto inicial (Discurso de la escuela), June no estaba segura de su posición en relación a la alfabetización escolar, la cual también se evidenciaba en su uso de pronombres en primera persona seguidos por afirmaciones de déficit (“no podía leer tan bien” línea 14). En el discurso de ser madre, la vida alfabetizada de June se representa a través de sus hijos. Es dentro de su hogar, en su cocina, donde June se niega a la ubicación de Vicky en educación especial. Las afirmaciones insertas en estas citas se asemejan a la posición defensiva de June con respecto a sus experiencias de su vida alfabetizadora fuera de la escuela, también un hecho que se conecta con sus hijos (ej. demanda y audiencia). Un aspecto impactante de esta cita es la forma en que June demostra una buena comprensión de la organización social de la escuela. Ella da cinco razones específicas por las cuales Vicky no debe ir a educación especial. En la línea 3 afirmó, “[Vicky] no es para nada lenta,” y en la línea 5 “ella necesita poner su mente en ello.” En la línea 13 hace una conexión explícita de su propia historia con la escuela y afirma, “yo nunca fuí a una por lo tanto ¿por qué debería ir ella a una?” En las líneas 15 a la 22 June demuestra su comprensión de la huellas sociales a menudo inherentes a la ubicación en educación especial. Afirma que, “Porque una vez que ella entra a educación especial y por el sólo hecho de que ella está allí nunca sale de allí.” Luego en la líneas 23 a la 30 June cita las áreas específicas de mejoramiento basadas en sus observaciones de Vicky en el hogar “trabajando con Luanne, trabajando contigo, ella incluso me ayuda. Si yo no sé la palabra, ella me ayuda con eso.” Luego en las líneas 32 a 35 demuestra su comprensión de que ella tiene el poder de sacar a Vicky de su escuela actual y de ponerla en otra escuela media en el distrito. Cada una de estas razones demuestra que June a) comprende la producción, consumo y distribución de las decisiones dentro del proceso de educación especial (institucional) y b) se enfrentó a la autoridad de la escuela en su negativa de ubicar a Vicky en educación especial (social). Después de varias llamadas telefónicas de la profesora de lectura, June eventualmente decidió firmar los papeles para que Vicky fuera evaluada. Dijo que ella quería “aprender más acerca de ella” y afirmó que como su madre, sería ella quien decidiría si es que Vicky debía a ser ubicada en un aula de educación especial. Dentro del Discurso escolar June había adquirido un conjunto de relaciones donde ella se veía a sí misma como una persona con fallas de alfabetización. Dentro de este discurso se veía a sí misma como una persona que tenía mal desempeño en los exámenes y que no había hecho muchos progresos en la escuela. Así, June veía su relación con la alfabetización mediada a través de un conjunto de autoridades externas, notas en exámenes y un lenguaje general de discapacidades. Este contexto discursivo evocaba su rol como una estudiante de alfabetización frágil. Si bien este Discurso tenía poco significado en su vida diaria en el hogar y en su comunidad, June le asignaba un peso significativo debido a su creencia ideológica de movilidad social a través del éxito educacional. En el Discurso de ser madre, June ha adquirido la ideología de que la alfabetización es el trabajo de la madre en el hogar. Dentro de este Discurso, existe un conjunto diferente de suposiciones acerca de su rol relacionado con la alfabetización, el lenguaje y los textos. June confía en sus estrategias y recursos cuando interactúa con los textos por el bienestar de sus hijos. June tiene un fuerte deseo de aprender y de ayudar a sus hijos a ser exitosos en la escuela. Quiere estar involucrada, en realidad está involucrada de varias maneras en la educación de sus hijos. El caso de June aparece en marcado contraste con la retórica pública relacionada con la amplia crisis que envuelve a las familias y la alfabetización, que asume que las madres no se interesan por la educación de sus hijos y no quieren verse involucradas. La tensión, o paradoja aquí, es que mientras estas negociaciones (ej. la audiencia, la petición, y la resistencia a ubicar a su hija en educación especial) cuentan significativamente para la salud y el bienestar de sus hijos, June no ve estas interacciones como una forma de contabilizar su progreso en la alfabetización escolar. De esta forma, cuando June está en un contexto discursivo que evoca su relación con textos a través de su rol como madre, ella es exitosa y competente. Aunque Gee (1996) propuso diferenciar entre el discurso del hogar y el de la escuela, las consecuencias de la alineación se transforman en un problema en este caso. Es decir, June cree en la lógica y en la ideología de la escolaridad y no ve sus prácticas alfabetizadoras locales (prácticas que son marcadas en las relaciones de género) como prácticas alfabetizadoras legítimas. Cada contexto evoca una identidad alfabetizadora distinta en términos de cómo June es posicionada y cómo se posiciona a sí misma en relación con la alfabetización. Por lo tanto, es importante entender cómo estas historias de participación en diversos contextos discursivos alimentan el proceso de toma de decisiones de June en la reunión del Comité de Educación Especial. En la siguiente sección, muestro las formas en que las subjetividades de June -el sí mismo en relación con el discurso- como madre y como estudiante de alfabetización se encuentran. Discurso de la Reunión del Comité de Educación Especial (CEE) El tercer contexto discursivo se encuentra en la reunión formal con el Comité de Educación Especial que tuvo lugar el 18 de junio de 1998. El proceso de educación especial insiste en la participación de los padres en el proceso y en el consentimiento de la lógica institucional para con las discapacidades. La reunión se llevó a cabo en la escuela y duró 50 minutos. Los participantes en la reunión fueron el psicólogo, el presidente de la reunión, la terapista de lenguaje, un enlace con los padres, June, yo y Shauna, la hija más pequeña de June. La reunión empezó con la apertura del presidente del comité. Es importante reseñar que ninguno de los maestros que trabajó con Vicky y que hicieron la referencia inicial a la educación especial asistieron a la reunión. June estaba prácticamente en silencio en la reunión. Sus 9 turnos de habla en los 50 minutos de la reunión fueron respuestas a preguntas procedurales como, “¿necesita Vicky usar anteojos?” El presidente del comité presentó a cada uno de los miembros del comité así como a June, Shauna y a mí. De allí la psicóloga describió los resultados de las pruebas e identificó cuáles eran las deficiencias de Vicky basadas en los resultados. Luego, el presidente del comité revisó el tipo de ayuda disponible para esas deficiencias. En este punto, se le preguntó a June si quería que Vicky recibiera la ayuda que ella necesitaba, dadas sus extensas deficiencias. La etiqueta de discapacitada múltiple fue introducida para describir las extensas necesidades que los evaluadores presenciaron durante la evaluación. Después de que June aceptara e indicara que, “si ella tiene que ir, ella puede ir a educación especial” (reunión del CSE , Junio del 98), firmó un documento dándole a la escuela permiso para catalogar a su hija y ubicarla en un aula de educación especial. El presidente cerró la reunión dándole a June una copia de una Guía de Educación Especial para Padres. Discurso de la escuela. Con el fin de demostrar la forma en que la subjetividad de alfabetización está ligada a diversos contextos discursivos, enfoco el análisis en esta sección en dos conjuntos de interacciones representativas de la reunión del CEEEE (ver apéndice D). La primera interacción fue con la psicóloga dado que ella identificó los problemas de Vicky (líneas 76-145). La segunda interacción fue cuando el presidente del comité revisó la ayuda disponible para Vicky para el siguiente año escolar y le pidió a June Treader su respaldo para el programa recomendado (líneas 419-454). Cada una de estas interacciones se presentan a fin de resaltar las formas en las cuales el poder se inserta en el lenguaje, los llamados a hacer uso de palabra, los marcadores institucionales y el marco metadiscursivo. La primera interacción se refiere al momento en que la psicóloga identificó los problemas de Vicky. La institución de la escuela se ve definida a través de una serie de pruebas y programas (aparentemente) objetivos, a medida que la psicóloga habla. Por ejemplo, en la línea 79 la psicóloga se refiere a las pruebas de inteligencia para indicar el instrumento utilizado para medir el desempeño de Vicky. Vicky fue comparada con los pares de su edad, bajo la suposición de que la edad mental determina la inteligencia y que el desarrollo precede al aprendizaje. Se determinó entonces que Vicky estaba “por debajo del promedio.” Además de definir la institución de la escuela a través de la producción, consumo y distribución de los resultados de la evaluación, se hace una declaración de deficiencias que corresponde a una visión normativa del aprendizaje y los logros. El lenguaje de la institución de la escuela fue adicionalmente reseñado a través de una prueba de inteligencia, un WISC-III, WIAT y un selector individual de habilidades académicas básicas. En las línea 126-127, la psicóloga afirma que “las habilidades de Vicky para decodificar palabras estaban a un nivel de 2do grado.” Una indicación de la forma en que la institución de la escuela y lo que cuenta como logros (de acuerdo a los indicadores de niveles de grado) son determinados en el caso de Vicky. Otro aspecto del nivel institucional de los órdenes del discurso es que los funcionarios de la escuela, a diferencia de June, tienen acceso a los registros y la información sobre Vicky. La institución se ve representada a través de un Discurso que es considerado como científico y objetivo y por tanto una representación precisa de los logros de Vicky. Además de ser contradictorios con la competencias de Vicky con el lenguaje y la alfabetización en su hogar y en la comunidad, esta presentación dela información la definió solamente desde una perspectiva de deficiencias, en lo que ella no era capaz de hacer. Por ejemplo, en la línea 76 la psicóloga indicó que Vicky tenía “dificultades para comprender instrucciones”. En la línea 80 afirma que Vicky se encuentra “debajo del promedio” y en las líneas 128-129 “debajo del promedio para su grado”. Junto con el retrato de la psicóloga de Vicky visto con una lente de deficiencias, la terapista de dicción también tomó una posición similar que concuerda con el reporte original de la psicóloga (líneas 185 a 216). Se refirió a “dificultades para entender y procesar cierta informacion” (196198), y a “fallas en sus habilidades de lenguaje” (línea 213). Las pruebas enmarcaron lo que Vicky no podía hacer desde un marco normativo, y luego el comité sugierió que necesitaba la mayor cantidad de ayuda para el siguiente año académico. En el turno de habla de la terapista de dicción hay un patrón similar de uso del pronombre en tercera persona, la programación de la toma de turnos, la construcción de la institución a través de los puntajes de las pruebas y la comparaciones normativas. Los estudios del discurso en ambientes institucionales (ej. Fairclough, 1995; Fairclough & Wodak, 1997; Mehan, 1996; Rogers, 2004) han demostrado que una de las características definitorias del lenguaje institucional es que muestra restricciones en lo que los participantes pueden decir en forma relevante. Más aún, dentro de las charlas institucionales, las identidades que se consideran relevantes se ven construídas a través de una combinación de toma de turnos y patrones de interacción; la forma en que la institución es organizada discursivamente y las subjetividades son evocadas (ej. Fairclough, 1995). Por lo tanto, se podría espera que June tomara una postura sumisa ante la base del registro formalizado de la reunión. No obstante la decisión de June de ubicar a Vicky en una clase de educación especial es más compleja porque apela a su historia con la alfabetización, una de compromisos consigo misma como estudiante y con su rol como madre. El rígido control de la información en la reunión acoplado con la eficiencia en la toma de turnos y la presentación de los datos facilita el rol discursivo que implícitamente se le solicita a June que cumplan en esta reunión. En este contexto discursivo, los roles de June como madre y como estudiante con deficiencias en la alfabetización son evocados a expensas de su deseo de no ubicar a Vicky en una clase de educación especial. Debido a que June aceptó la ideología detrás de la autoridad de los evaluadores externos para determinar el aprendizaje y los logros, las comparaciones normativas, las equivalencias de niveles de grado y las orientaciones relacionadas con las deficiencias en su propia historia escolar, todo esto cobraba sentido para ella con respecto a la educación de Vicky, según se veía en el discurso de la escuela. La visión de June de su relación con la alfabetización escolar se veía a través del lente de la deficincia: “[leer] era un problema;” “había bajado a un uno en lectura;” “no podía leer…no podía leer tan bien.” De esta forma, cuando se hicieron las afirmaciones acerca de las carencias de su hija sustentada en la retórica de deficiencias y de pruebas estandarizadas, ambos concordando con lo que la alfabetización significaba para ella, las declaraciones tuvieron sentido y evocaron sus fallas pasadas con la institución de la escuela. June había dado (en su cocina) cuatro razones concretas por las cuales Vicky no debería ir a la educación especial (ej. ella no es lenta, una vez que entras nunca sales, ella puede aprender igualmente bien en una clase regular, ella solamente necesita poner atención). Sin embargo, en el contexto de la reunión de educación especial, no ofreció ninguna de esas razones. Cuando June escuchó que el nivel de lectura de Vicky estaba “por debajo del nivel del grado” a través de las pruebas estandarizadas, coincidió con lo que ella conocía, creía y entendía acerca de sí misma en relación con la institución de la escuela. Discurso de madre. Al mismo tiempo que la institución apeló al discurso de deficiencias, un marco lingüístico con el que June estaba familiarizada, también se apeló a su rol como madre y su reponsabilidad de tomar la mejor decisión educativa para su hija. Así, las creencias de June sobre lo que era correcto para su hija fueron suspendidas efectivamente debido a que la institución pensaba algo distinto sobre las necesidades educativas de su hija. Al mismo tiempo que la reunión evoca la historia de June como estudiante con fallas de alfabetización, también insiste en su responsabilidad como madre (responsabilidades que ella toma muy en serio). La educación especial es un proceso que insiste en involucrar a los padres a través de los debidos procesos y sin embargo, estructura las circunstancias institucionales de tal forma que los padres no pueden evitar estar de acuerdo con la lógica de la institución (Mehan, 1996). Sin embargo, a fin de capacitar a sus hijos, ellos necesitan restringirlos a una condición de discapacidad (Allan, Brown & Riddell, 1998). De hecho, los funcionarios de la escuela pidieron el permiso de June durante el proceso de educación especial. A pesar de esto, los funcionarios en la escuela no le dieron a June ninguna información sobre el proceso de educación especial hasta el final de la reunión del CEE , después de que la habían etiquetado. En este punto en la reunión, la psicóloga le alcanzó a June una guía para los padres para educación especial y expresó, “esto le dará un poco más de información en cómo el proceso que seguirá adelante” (transcripción, 18 de Junio del 98). Dentro de este discurso, las necesidades de Vicky son construídas a lo largo de la reunión de forma tal que se solicita a los padres tomar una decisión basada en lo que es correcto para su hijo, brindando pocas alternativas. Por ejemplo, después de la identificación del problema, la psicóloga se volvió hacia el presidente del Comité de Educación Especial con el fin de revisar la ayuda disponible para una estudiante con las necesidades de Vicky (líneas 419-451). El presidente del comité explicó que con la severidad de las deficiencias de Vicky, “su lectura está casi tres años por debajo del nivel del grado,” el ambiente de una clase más pequeña podría ser la mejor opción para ella. Los funcionarios de la reunión apelaron al Discurso de las deficiencias, un conjunto de términos con los que June está familiarizada por sus propias experiencias con la escuela, a fin de armar el caso sobre las necesidades de educación especial de su hija. También hay un movimiento para crear consenso de voces en el proceso. Esto puede verse en el siguiente extracto cuando la psicóloga le habló a June, “hablamos en la reunión de padres acerca de identificar, hummm, identificar a Vicky con una discapacidad educativa a fin de ubicarla en el programa. Y hummm, yo creo [que esta etiqueta] se prestaría para proporcionarle los servicios más amplios que estamos considerando” (transcripción, 18 de Junio del 98). La psicóloga apela al uso del “nosotros” como un marcador discursivo que sugiere coherencia. De nuevo surge el tema de habilitar a una estudiante para obtener ciertos recursos educativos pero sólo confinándola para este fin. Inserta en esta afirmación está la suposición de que June coincidiría con esta etiqueta; quizás ya lo hace, a pesar de su afirmación de que, “ella no va a ir a ninguna educación especial” (3 del 98) que fue hecha no sólo en su casa sino también en reuniones informales con los maestros de Vicky. La psicóloga confirmó las necesidades de Vicky y se apoyó en la responsabilidad de June como madre de encargarse de estas necesidades. Indicó, Si estás interesada en este programa, te puedo hacer firmar un permiso hoy y puedo ubicarla en una lista de una clase y así estará lista para Septiembre…porque sin su permiso por escrito no podemos brindarle este programa. Yo puedo (sic), escribí a mano un permiso y si tú quieres firmarlo hoy, entonces la puedo poner rápidamente en la lista de una clase. En este punto de la reunión, el presidente del comité se levantó de la cabecera de la mesa, le alcanzó el permiso a June y resumió el papeleo. Indicó que, “básicamente todo lo que esto dice es que vamos a identificarla como discapacitada múltiple admitiendo que ella tiene necesidades de lectura y necesidades de dicción, recomendando una clase más pequeña y enfatizando en matemáticas. Y estos son tus debidos derechos en los procesos. Sin su permiso escrito, no podemos proporcionrle el programa.” Esta interacción refuerza el poder de decisión de June y al mismo tiempo refuerza la necesidad de Vicky de recibir dichos servicios especiales. El Discurso de la reunión produjo consenso en esta reunión mediante el control cerrado de las oportunidades de habla, los indicarores oficiales del aprendizaje y los logros de Vicky. A fin de entender el cambio en June de resistirse a esta ubicación a su aceptación “si ella tiene que ir, ella puede ir, a educación especial,” tenemos que ver más allá de los marcadores locales e institucionales, y ver la forma en que el contexto discursivo de la reunión apela a dos conjuntos de subjetividades sobre la alfabetización, en competencia. En este análisis es esencial que el consenso de June no refleja la estructura social de la reunión; sino que le dió cuerpo a ella. Las contradicciones insertadas en la estructura social se hacen evidentes en los roles de June durante esta reunión. La primera es la relación de June con los textos escolares, donde ella se percibe así misma como una persona fracasada educativamente. ? ? La segunda es la relación de June con los textos de sus hijos. En esta relación, June es exitosa pero debido a que el trabajo alfabetizador del hogar es considerado el trabajo de la madre y no es contabilizado o valorado, la relación de June con la alfabetización se ve silenciada. Esta reunión evoca subjetividades que compiten (la de madre y la de estudiante). En este caso la intención de June de ser una buena madre y de obtener para su hija los recursos educativos que necesitan actúa paralelamente con su frágil competencia de alfabetización. Esto se fundamenta en su historia de participación en la escuela y su responsabilidad de tomar la decisión correcta para su hija. Discusión Es importante en este caso la naturaleza multifacética de las subjetividades relacionadas con la alfabetización. Cuando vemos a June, una mujer cuya lectura es de 4to grado y cuya historia con la escuela se ha visto marcada por los fracasos, podríamos esperar ver a una mujer con una relación sensible con la alfabetización. Esta suposición de que la subjetividad en la alfabetización de June era frágil y quizás pasiva, conduciría a decisiones acerca de la naturaleza y extensión del compromiso de los padres y quizás los tipos de alfabetización que puede esperarse de ella y de sus hijos. Si continuáramos percibiendo a June como una subjetividad literaria unívoca, podríamos asumir que ella no se encuentra comprometida con la educación de sus hijos, debido a que ella es incapaz o no está interesada. O podríamos atribuír las dificultades de sus hijos con la lectura como parte de un ciclo intergeneracional de deficiencias en la lectura que June ha transmitido a sus hijos. Otra explicación puede ser que los Treaders no tienen alfabetización en su hogar, o no tienen el tipo apropiado de alfabetización. No obstante cada una de estas explicaciones es refutable en el caso de June. En cambio, lo que hallamos es un caso complicado de subjetividades literarias a lo largo de un rango de contextos. A fin de entender quién es June como persona alfabetizada, y en consecuencia, las decisiones que ella toma para sus hijos, tenemos que observar a través de los contextos a fin de ver que las subjetividades de alfabetización no son rasgos monolíticos que son propiedades de los individuos, sino más bien son construídos a través de diferentes contextos discursivos. La relación de June con la alfabetización y con sus hijos es mediada a través de sus experiencias presentes y pasadas como estudiante de alfabetización. Mientras la alfabetización es vista como el trabajo de June dentro del dominio del hogar, el considerable trabajo alfabetizador con el que ella se involucra no es reconocido o valorado por ella o por la institución de la escuela. Esta es una profunda fuente de tensión en la vida de June porque la alfabetización con la cual ella se identifica más íntimamente, aquella del hogar y de la comunidad, y aquella con la cual ella es más exitosa, no se cuenta como valorable. A través de la repetición del trabajo literario del hogar, June aprendió estrategias para manejar textos escritos. No obstante June también adquirió un conjunto de relaciones sociales que incluyó su confinamiento a la esfera doméstica y a la estructura del trabajo disponible para mujeres catalogadas como de poca educación (Luttrell, 1997; Mace, 1998; Rockhill, 1995). La alfabetización en la vida de June Treader es paradójica. No es lo que parece o promete ser. Como Stuckey (1991) nos recuerda, “[an]alfabetismo ni encarcela ni libera a la gente. Simplemente encarna las enormes complejidades de porqué y cómo algunas personas viven confortablemente y otras no” (p.68). El concepto de ideología es importante para entender la paradoja de la alfabetización en la vida de June Treader porque la suposición de tener menos de la cantidad necesaria (¿es suficiente la alfabetización?) y el tipo (¿es éste el tipo apropiado?) de alfabetización es lo que cuenta. La ideología es poderosa porque actúa desde adentro. La internalización de estas estructuras y relaciones es una forma de ver el mundo. Las ideologías, como he mostrado en este artículo, actúan más efectivamente a través de subjetividades divididas y contradictorias. Lo que es importante es cuál de las subjetividades (competencia literaria, alfabetización como trabajo de la mujer, alfabetización como capacitación) es evocada en qué contexto discursivo. De esta forma una manera de comprender la forma en la cual las subjetividades son evocadas en diferentes contextos ha iluminado las teorías contemporáneas del discurso. No es posible apegarse a marcos explicativos que sólo consideran la separación o los conflictos entre discursos. El caso de June Treader ha proporcionado evidencia de que necesitamos considerar las consecuencias de la alineación ideológica entre discursos. La investigación futura debería exigir agendas empíricas y teóricas que ofrezcan explicaciones alternativas de cómo estas subjetividades son adquiridas y de esta forma, no de forma inmediata resistidas, una agenda para la cual ofrezco instrucciones en la siguiente sección. Teoría crítica social y aprendizaje June cree en la lógica institucional. No obstante, dentro del contexto de la escuela, June Treader también cree que es incapaz, discapacitada y que no cuenta como un individuo alfabetizado. Con el objetivo de comprender cómo esto ocurre, a pesar de sus competencias, necesitamos considerar la forma en que los individuos adquieren ideologías contraproducentes. Fairclough (1989; 1992a; 1992b; 1995) no ha contemplado el aprendizaje y la adquisición en el análisis crítico del discurso, aunque otros analistas del discurso lo han hecho. Como delineé al principio de este artículo, Gee (1996) ha proporcionado un modelo conceptual del aprendizaje y la adquisición a través del marco del discurso primario y secundario. Como he indicado en este artículo, no hay una división marcada entre el discurso primario y secundario de los Treaders. Gee (1996) ha argumentado que los individuos adquieren su discurso primario. A través de la exposición, la inmersión y la práctica los individuos adquieren el lenguaje de su hogar y su comunidad así como formas de creer, practicar y ejercer la alfabetización. Los individuos aprenden su Discurso secundario generalmente a través de instituciones públicas tales como las escuelas, los servicios sociales y el gobierno. A menudo existe poca distinción entre los sistemas del Discurso primario y secundario de los Treaders, dado que la alfabetización escolar satura la vida hogareña de los Treaders. A medida que los Treaders interactúan con la alfabetización, los límites entre el aprendizaje y la adquisición son fluídos y dinámicos. Debido a que las prácticas de alfabetización familiar emanan de instituciones sociales y reflejan narrativas sociales mayores (ej. habilidad, discapacidad, dependencia) que también son adquiridas, yo sostengo que June Treader adquirió su forma de pensar sobre sí misma en base a su mundo social. La relación de June con la alfabetización a través de la alfabetización escolar y con su trabajo como mujer y como madre son dos temas en este estudio. Primero las prácticas de alfabetización familiar de June Treader están estructuradas por la presencia de la alfabetización escolar en su hogar. Dentro de este contexto June ha aprendido a verse a sí misma como analfabeta e incapaz y ha adquirido un conjunto de suposiciones sobre sí misma en relación con la alfabetización escolar. Es decir, dentro de este contexto institucional ha aprendido que no es una persona alfabetizada. Se ve a sí misma como una persona fracasada en el proceso de alfabetización. Esto constituye una pieza en la adquisición de la ideología en el contexto del hogar y la escuela. Gee (1996) afirma que, “es por supuesto una gran ventaja cuando cualquier Discurso secundario en particular es compatible (en palabras, hechos y valores) con tus discursos primarios” (p.142). Este puede ser el caso de individuos que han aprendido a verse a sí mismos como exitosos a través de los ojos de la escuela (pero, como he demostrado, el caso de June no es así). Por lo tanto, las ideologías del hogar y de la escuela son compatibles en el hogar de los Treaders. Es esta compatibilidad la que resulta problemática ya no permite que la alfabetización de June sea contabilizada y, al mismo tiempo, permite reforzar la visión de un tipo de alfabetización. El segundo tema que es relevante para el caso de los Treaders es el manejo de la alfabetización como trabajo de la mujer dentro del contexto del hogar. A través de prácticas de alfabetización familiar June ha aprendido que la educación es trabajo de la mujer y siempre está vinculado con su rol de madre. Esto resulta contradictorio pues a pesar de que June es menos competente con la alfabetización escolar que su esposo, ella administra la mayor parte de las exigencias de alfabetización en el hogar. Lo que June ha adquirido a través de este conjunto de relaciones sociales es el concepto de que la alfabetización es trabajo de la mujer. Segundo, la alfabetización es ejecutada en conjunto con su rol de madre. Es decir, todas las interacciones de June con la alfabetización se vinculan con sus hijos. Tercero, June ha adquirido la creencia de que la alfabetización que es parte de su vida no cuenta, porque no es reconocida por la institución. En efecto, siguiendo la ideología institucional ella no define estos logros como alfabetización (son en un sentido, invisibles para ella). Aquí sugiero que, en esas negociaciones diarias con el lenguaje y la alfabetización, June ha adquirido (y encarnado) dos subjetividades contradictorias. Una es una fuerte relación con la alfabetización escolar y la otra con el ser madre. Cada una de estas subjetividades es evocada en distintos contextos. Así, las aseveraciones de Gee (1996) acerca de la diferencia entre aprendizaje y adquisición tiene sentido en este contexto. Gee ha manifestado que, “somos mejores ejecutando lo que adquirimos pero sabemos conscientemente más acerca de lo que aprendemos” (p. 139). Lo que deja fuera de este análisis, como sugiero al principio de este artículo, es la distinción entre aprender en comunidades de Discurso secundario y adquirir en comunidades de Discurso primario. En este proceso de aprender su discurso secundario, los individuos van adquiriendo las relaciones ideológicas y conceptos de su discurso secundario. Un aspecto relevante a ser tomado en consideración es que mediante la participación en comunidades de Discurso, June ha adquirido subjetividades parciales y divididas. El uso flexible de la alfabetización por parte de June en conjunción con su rol como madre y su frágil relación con la escuela sugiere los límites de estas subjetividades. En el deseo de June de ser lo que Lareau (1989) refiere como la madre ideal a los ojos de sus hijos y de la escuela, ella ha adoptado lo que a menudo se considera como valores y posturas de clase media con respecto a la educación y su participación dentro de la escuela. Aunque June complementa el curriculum de la escuela en el hogar y no parece intimidada por los maestros, es incapaz de resistirse dentro de la institución de la escuela. June ha adquirido un conjunto de suposiciones de que el trabajo literario de su vida diaria (el de las prácticas familiares alfabetizantes) tiene poco valor y significado a los ojos de las instituciones sociales. No es reconocido o valorado. Más aún, tanto ella como su hija son vistas como de poca educación e incapaces. Es esencial que, en términos de la fortaleza de la ideología, esos conceptos sean adquiridos más que aprendidos de forma tal que no se les oponga resistencia fácilmente. El significado simbólico de la alfabetización está conectado a menudo con un apego a la escolaridad. La escolaridad trae consigo la posibilidad de ser alguien (Luttrell, 1997). Este alguien, no obstante, debe no sólo utilizar el lenguaje y la alfabetización competentemente sino que también debe ser competente en el momento de leer la producción, consumo y distribución de los textos (Bloome & Talwalkar, 1997; Lewis, en prensa; Luke, 1995; Moje, 2000). Así la alfabetización crítica en el aula ofrece un gran potencial para reordenar la invisibilidad de suposiciones invisibles construídas dentro de textos. Sin embargo, no podemos pasar por alto la lectura crítica de textos e instituciones que a menudo ocurren fuera de la esfera del aula. June, por ejemplo, es estratégica y acertada en su lectura de los textos que influían su vida diaria. Leyó las formas de los servicios sociales críticamente y con detenimiento porque el hecho de no tener la cantidad justa de dinero traía consecuencias severas para el bienestar de sus hijos. June también encontró recursos en su comunidad para ayudarse en la elaboración de una demanda. De nuevo, involucrada con sus hijos, June afirmó, “Yo soy la madre, no ellos” y dio varias razones por las cuales su hija no necesitaba de la educación especial, demostrando una fractura en los argumentos presentados por la escuela. Estas estrategias congnoscitivas de leer textos críticamente, buscando quiebres, enfrentando suposiciones en los textos (tanto escritos como hablados) es la base para una alfabetización crítica la cual ya está ocurriendo en sus vidas fuera de la escuela. Reflexión June no se dió por vencida en su deseo de ver a Vicky fuera de la educación especial. El siguiente otoño, Vicky, June y yo estabamos sentadas en su cocina hablando cuando June se volvió a Vicky y dijo, “cuéntale a Becky lo que te dijeron hoy.” Vicky empezó, “me dijeron que podría salir de educación especial”. June refulgió con orgullo (pues ella continuaba creyendo en la institución de la escuela) y citó ejemplos de cómo Vicky había progresado y le estaba yendo bien en su primer año en séptimo grado. Si bien June no renunció a su deseo de conseguir una buena educación para su hija, pospuso sus propios deseos educativos. Al final del proceso de educación especial, cerca de dar a luz a su cuarto hijo, June abandonó su clase de alfabetización de adultos afirmando, “si yo estuviera yendo a algún lado me encontraría en el piso de arriba en la sala de GED a esta altura” (June Treader, transcripción, 4/98). Después del nacimiento de su hijo, June tomó un trabajo como mucama en un motel local. Cambió sus responsabilidades en el dominio de su propia educación debido a sus responsabilidades del hogar y la maternidad. La desición de June de abandonar su programa de educación formal así como su decisión de ubicar a su hija en educación especial fueron decisiones que me causaron conflictos, en mi carácter de investigadora educacional y teórica social. A través de la investigación, contínuamente pedí a los Treaders que se involucraran en el proceso de investigación. Como parte del proceso de validación, a menudo presenté información y escenarios posibles, planteé preguntas que podríamos formular a los maestros en la escuela durante las horas de reuniones, hice una lista de recursos para padres en el distrito escolar y presenté ideas de posibles soluciones para que Vicky obtuviera la instrucción de lectura en la escuela media donde no había maestros de lectura. A pesar del capital cultural que aporté a la investigación como una investigadora de la lectura y educadora, me sentí poco exitosa en el aspecto crítico de mi trabajo. Es decir, mientras conseguí mantenerme crítica en mi orientación crítica y analítica mientras escribía, no creo que hice un trabajo suficientemente bueno como investigadora crítica en términos de reconocer la severidad de las disyuntivas en la vida literaria de June. Sólo después de que pasé un año analizando los datos, mirando detenidamente la toma de turnos y cómo tanto ella y yo fuimos excluídas de la toma de decisiones, llegué a la crítica de mi trabajo como investigadora. Por lo tanto, la reflexividad involucra cambiar el marco analítico en el trabajo del investigador. Al hacer esto también analicé mi rol como investigadora en este proyecto, haciéndome la siguiente pregunta: ¿Qué modelos culturales traigo a este proyecto de investigación en relación con la alfabetización y las instituciones? Mientras analizaba mi propia participación en el contexto discursivo de la reunión del CEE (ver apéndice d, líneas 247-302), demostré cómo mis acciones, visibles a través de órdenes del discurso, fueron, a pesar de los esfuerzos conscientes, nada emancipatorias. Yo estaba involucrada en varios contextos discursivos como una investigadora de alfabetización que comprometía mi historia de participación en esos entornos. Estaba también implicada en la preparación de la reunión cuando se me solicitó producir más que presentar datos (locales), a través de la retórica institucional (comparaciones normativas) y a través de mi posición dentro de las escuelas como instituciones (social). En la línea 247 pedí permiso para interrumpir el flujo de la conversación en la reunión (local). Más aún, en las líneas 252-253, estaba informada de que había una discrepancia entre el reporte psicológico, el reporte de la profesora de lectura, y mis propias observaciones y evaluaciones del nivel de lectura de Vicky. En vez de afirmar “estas puntuaciones no son un indicador preciso de la habilidad de lectura de Vicky” pregunté cortésmente, “¿es eso también consistente con sus reportes de recuperación de lectura?” Aún a nivel local, esta convención de cortesía, de preguntar, más que afirmar lo que yo sabía que era verdad, permite a la psicóloga confirmar los resultados de sus pruebas. La naturaleza de estos turnos indica mi rol como foránea a este contexto discursivo en particular. A nivel institucional, expresé mi identificación con la comunidad escolar mediante una referencia a “segundo grado en decodificación” (línea 250), “reportes de recuperación de lectura” (línea 253), “nivel de tercero y cuarto grado” (línea 298) y “decodificando en aislamiento” (línea 300). A través de este lenguaje me definí a mi misma como parte del lenguaje institucional. A nivel social estaba implicada en el Discurso de deficiencias, tanto como June, a medida que la retórica de la reunión se desarrollaba a nuestro alrededor. Esta reunión evocó mis subjetividades en mi desarrollo como educadora de alfabetización, investigadora, y teórica social crítica a medida que escuchaba la forma en que Vicky era descrita en términos de deficiencias. Aún si no hubiese conocido a Vicky, el retrato de cualquier niño en estos términos es muy problemático (ej. Mehan, 1996). Estas subjetividades fueron remarcadas durante la reunión (ej. líneas 247, 254, 294-302), e indujeron a la cooperación tanto de mi parte como de June. Esto refuerza el punto que he presentado a través de este artículo de que el poder del consenso institucional insiste en subjetividades fragmentadas. Como mujer blanca de clase media trabajadora, mis apegos y valoraciones de la educación son profundas, como también lo son las contradicciones que he aprendido de las mismas instituciones. Es posible que mi experiencia como educadora de alfabetización y teórica social crítica no tengan raíces tan profundas como mis experiencias pasadas con la escuela. Yo, al igual que June, he aprendido que los funcionarios de la escuela son autoridades; aprendemos de ellos, no los confrontamos. Más aún, como mujer que ha sido exitosa con la educación escolar, he aprendido tanto dentro de las reglas como acerca de las reglas de la educación. No obstante, es aún difícil confrontar estas redes institucionales del discurso en momentos en que la orquestación de la reunión se desarrolla con precisión y eficiencia. Como Rockhill (1995) asevera, “es precisamente debido a que la educación exhibe esta promesa para las mujeres que también presenta una amenaza para ellas en su vida diaria” (p. 168). Yo, como June, estoy implicada en la paradoja de la educación, porque al reconocer las condiciones que nos mantienen en su lugar resulta a menudo difícil romper tales condiciones. Un aspecto importante a tomar en cuenta de esta investigación es que los problemas indicados arriba no incumben solamente a los Treaders. El problema de las subjetividades literarias, quiéns somos y en quién pensamos que nos podemos convertir, sobrepasa los límites institucionales. Limitaciones e investigaciones futuras El estudio etnográfico descrito aquí se enfoca en las prácticas alfabetizantes de una familia, y en particular, de una mujer. Una limitación obvia es la extensión con la que la interpretación puede ser transferible a otras personas dentro de la misma población. Más aún, he presentado una ampliación de un modelo teórico que da cuenta de la adquisición de múltiples modelos culturales, cada uno acarreando redes ideológicas que son evocadas en diferentes contextos discursivos. Sin embargo, este modelo puede crear un bloqueo en el camino para los investigadores si es que se lo consideran totalmente transferible, pues cada caso involucra una historia única de participación con textos, interacciones e instituciones. Futuras investigaciones pueden plantear preguntas acerca de los modelos culturales dentro de cada uno de estos contextos discursivos, identificar otros contextos discursivos que influyen la forma en que la gente interactúa con y usa la alfabetización en sus vidas diarias, y desarrollar otras formas para investigar modelos culturales. Aunque esta investigación ha brindado algún discernimiento sobre cómo las ideologías problemáticas son tomadas en el trabajo diario de alfabetización familiar, necesitamos investigaciones adicionales que examinen otros sitios de interacción como los lugares donde las ideologías problemáticas son adquiridas, resistidas y transformadas en las aulas, escuelas y comunidades. Una segunda limitación de este artículo es determinar hasta qué punto el ACD es una metodología reflexivamente crítica. En este estudio, combiné el análisis etnográfico crítico con marcos de discurso crítico con el objetivo de apuntar los modelos culturales que se encuentran apegados a las prácticas familiares de alfabetización. No obstante, si el análisis crítico del discurso va a ser un método realmente crítico, necesita ser autoreflexivo. Hay dos críticas comunes del ACD (ej. Slembrouck, 2001; Widdowson, 1995, 1998). La primera crítica al ACD es que hay a menudo asimetría entre detalles lingüísticos y teoría social. Es decir, los analistas privilegian o bien la teoría social a expensas del detalle lingüísitco o el análisis del discurso a expensas del contexto etnográfico. En este trabajo, he aplicado el marco del discurso crítico a los datos etnográficos así como a los datos discursivos a fin de ilustrar la importancia de las relaciones bi-causales entre lenguaje, ideología y estructura social. Esto nos lleva a una segunda crítica común del ACD. El ACD es utilizado a menudo fuera de contexto, haciendo difícil discernir dónde finaliza el marco del investigador y dónde empieza. En el presente artículo he situado el análisis crítico del discurso en dos años de datos etnográficos a fin de puntualizar la importancia de las historias de participación en cada uno de los niveles de análisis (local, institucional y social). Así como los datos etnográficos refuerzan la validez de las denuncias que pueden realizarse con un análisis de ACD, sostengo que el marco del ACD puede reforzar la validez de los datos etnográficos. Esta percepción puede ser útil para otros investigadores involucrados en aproximaciones críticas y etnográficas al estudio del discurso. Una tercera limitación de esta investigación se refiere a dos dificultades relacionadas con conducir investigaciones cuyo objetivo es develar asimetrías de poder y conocimiento. La primera se refiere a la extensión de la falsa validación de los miembros de nuestras interpretaciones. Es decir, a menudo cuando validé mis interpretaciones con June ella coincidía con lo que yo decía. El segundo aspecto es que descubrir los modelos culturales involucra una trama invisible para nuestros participantes. Esta invisibilidad hace nuestra tarea como investigadores mucho más desafiante porque significa que tenemos que a) hacer las tramas visibles y b) estar preparados para enfrentar las consecuencias de desenterrar relaciones opresivas. Las futuras investigaciones sobre los recursos lingüísticos, discursivos y culturales usados para construír un sentido de sí mismo podría elaborar un componente reflexivo crítico en el diseño de la investigación donde el investigador retroalimenta las tensiones y disyunciones en el análisis de los participantes, pidiéndoles que lo racionalicen. Todo lo anterior son orientaciones importantes para el trabajo futuro de conceptualizar el rol de la lingüística hablada y los marcadores discursivos así como los recursos culturales que son mencionados en la construcción de la identidad, especialmente para poblaciones de personas que son consideradas con vidas marginalmente alfabetizadas. June Treader (pseudónimo) criaba una familia sana, saludable y alfabetizada en una comunidad que enfrentaba la pobreza, los asesinatos, el SIDA, las drogas y la violencia a causa de las pandillas. Se preocupaba de todas las necesidades educativas de su hogar, desde pagar las cuentas hasta asegurarse de que sus hijos hicieran las tareas. June manejaba todas las comunicaciones escritas de la familia con la escuela y otras instituciones. Incluso inició una demanda y obtuvo las firmas para cambiar las condiciones del tráfico en su vecindario. A pesar de esto, cuando la conocí en su clase de educacion básica para adultos, al terminar de leer una leccion preguntó tímidamente: “¿Lo leí bien?” Al hablar de su progreso, las lágrimas le corrían por las mejillas, ya que había una gran tensión entre su vida pública y privada en relación con la alfabetización. Otra fuente de angustia giraba en torno a los esfuerzos de la escuela para ubicar a su hija, Vicky, en una clase de educacion especial. En el mes de marzo, expresó claramente que no iba a permitir nunca que su hija fuera ubicada en una clase de educación especial, basada en su sólido conocimiento sobre este tipo de educación. “Si discuten conmigo, discuten conmigo, Vicky no va a ir a ninguna clase de educación especial, yo soy la que tiene que firmar los papeles, yo soy su madre, no ellos, así que pueden discutir todo lo que quieran conmigo” (Transcripción de June Treader, 26 de marzo de 1998) Tres meses mas tarde, en una reunión del Comité de Educacion Especial (CEE ), June accedió, comentando “Si ella tiene que ir, ella puede ir a educacion especial. (Transcripción de June Treader, 18 de junio de 1998). De alguna forma, este giro de 180 grados es llamativo. Igualmente llamativo es el hecho de que yo, una teórica crítica y una defensora de June y Vicky, no haya podido intervenir en forma efectiva, aún estando al tanto de la naturaleza definitiva de enviarla a educacion especial y de mi amplio conocimiento del alto grado de alfabetización de Vicky. E l presente artículo explora las bases teóricas que explican éste y otros momentos críticos en la vida educativa de June. Esta investigación se inició como una pregunta etnográfica sobre la vida en relación con la alfabetización de una familia pobre, urbana y de raza minoritaria, mientras intentaban manejar (y eran manejados por) los distintos contextos discursivos de sus vidas. Me encontraba interesada particularmente en el siguiente asunto: ¿Qué ocurre cuando la alfabetización personal entra en conflicto con la alfabetización institucional? E n el proceso de responder a esta pregunta, surgieron otras: ¿Qué hace que June y su hija fracasen en la alfabetización escolar y al mismo tiempo demuestren una considerable capacidad literaria en otros contextos? Para responder a esta pregunta, apliqué el Análisis Crítico del Discurso (Chouliaraki & Fairclough, 1999; Collins, 2001; Fairclough, 1995; Gee, 1999) a textos e interacciones, y encontré que las explicaciones comunes sobre el fracaso escolar de estudiantes pobres y minoritarios como, June y Vicky, no podían explicar la situacion, en especial la diferencia entre capacidad literaria en los distintos contextos. Estas discrepancias son las que Fairclough (1995) menciona como puntos cruciales, puntos de tensión o disociación en los datos. E stos puntos cruciales proporcionan un mecanismo de prueba y generación del marco teórico, una estrategia analítica que apliqué al desempeño de June dentro de tres contextos discursivos superpuestos: el discurso de la escuela, el discurso del ser madre y el discurso de la reunión del Comité de Educación Especial. Esta estrategia me permitió responder lo siguiente: ¿Qué reevaluación de las teorías del discurso es necesaria para dar cuenta de las complejidades y conflictos de la vida educativa de June Treader? Anticipando mis conclusiones, propuse que las explicaciones actuales que enfatizaban los desajustes entre el discurso primario y el secundario (por ej. Delpit, 1996; Gee, 1996, 1999; Knobel, 1999), no proporcionan un tratamiento completo sobre el fracaso escolar (intergeneracional) de los estudiantes pobres de origen minoritario. Yo argumento en cambio que, paradójicamente, la alineación del discurso escolar y del hogar, también desajusta las vidas educativas de los que son crónicamente menos poderosos. Simplemente, al dejar de aprender el discurso enmarcado en el poder son más exitosos adquiriendo el aspecto ideológico de ese discurso, lo que resulta en la pérdida de capacidades. Sugiero que los componentes ideológicos de ambos discursos, primario y secundario, influyen las visiones individuales de sí mismos como seres alfabetizados y sus decisiones personales en formas auto-destructivas. Perspectivas Teóricas Los estudios críticos del discurso se enfocan en la forma en que el lenguaje como herramienta cultural interviene en las relaciones entre poder y privilegio en las interacciones sociales, las instituciones y los organismos del conocimiento (Bordieu, 1977; Davies & Harre, 1990; Foucalt, 1972; Gee, 1999; Luke, 1995). Los estudios críticos del discurso se originan de tres tradiciones intelectuales sobrepuestas, cada una enfatizando los cambios linguísticos en las ciencias sociales. Estas tradiciones son: los estudios del discurso (Benveniste, 1971; Derrida, 1974; Foucault, 1972; Pecheux, 1975), el post-estructuralismo feminista (ej. Butler, 1990; Davies, 1993) y la lingüística crítica (ej. Halliday & Hasan, 1989; Hodge & Kress, 1979; Pecheux, 1975). Cada una de estas perspectivas asume un modelo del lenguaje que es más bien ideológico antes que autónomo y presta atención a las asimetrías entre poder y conocimiento. Los estudios del discurso se han enfocado en las intersecciones entre conocimiento y poder pero a menudo no las respaldan teorías sociales con análisis lingüísticos. La perspectiva feminista post-estructuralista ofrece una crítica reflexiva sobre los discursos, dado que está ubicada en experiencias localizadas, donde el género es una faceta de la experiencia. La lingüística crítica ofrece un modelo de lenguaje que presta atención al mundo social y a la economía lingüística, y cuando se le considera como punto de partida para una investigación, nos permite explicar las alineaciones ideológicas más fácilmente. E stas perspectivas teóricas superpuestas me permitieron describir y explicar la construcción de subjetividades educativas a través de la lingüística y de los recursos culturales a los que June Treader apeló en su vida. Literatura Relacionada La alfabetización familiar Las prácticas alfabetizadoras familiares son más que formas de uso de la educación y el lenguaje en el hogar. Existe un amplio abanico de estudios que documentan lo siguiente sobre el proceso de alfabetización en el hogar y las comunidades: en primer lugar, existe un amplio rango de prácticas de alfabetización en el hogar y en las comunidades (ej. Barton & Hamilton, 1995; Taylor & Dorsey-Gaines, 1988); en segundo término, la alfabetización se conceptualiza cada vez más como una práctica social que ha llegado a ser considerada como un conjunto de procesos que modela y es modelado por las instituciones sociales (ej. Anderson & Stokes, 1984; Barton & Hamilton, 1998; Cushman, 1998; Silverstein & Urbanm 1996; Street, 1995; Wenger, 1998); en tercer lugar, las discusiones acerca de las prácticas de alfabetización familiar están vinculadas a menudo a un conjunto de debates sociales sobre las diferencias entre discursos, considerados como desajustes culturales entre los espacios discursivos escolares, del hogar y de las comunidades (Heath, 1983; Moll, Amanti, Neff & Gonzalez, 1992; Scribner & Cole, 1981). A pesar de este desajustee entre el hogar y la escuela, los investigadores han demostrado que existe una gran confianza y valoración de la lógica escolar y la educación en la escuela, especialmente cuando se trata de grupos marginales (ej. Carger, 1996; Heath, 1983; McCarthey, 2000). Los investigadores han encarado los desajustes entre el hogar y la escuela a través de la documentación de los recursos del conocimiento y de la reestructuranción de la currícula con el objetivo de privilegiar el conocimiento local (ej. Au, 1982; Auerbach, 1989; Ladson-Billings, 1994; McIntyre, Rosebery & Gonzalez, 2001; Moll & Gonzalez, 1994). Otros investigadores se han volcado a las teorías críticas del discurso. Uno de los más populares en la investigación literaria ha sido Gee en el marco del discurso primario y secundario, con la finalidad de dar cuenta de este desajuste entre discursos (Gee, 1996, 1999). Fundamental en este marco es el desarrollo de las construcciones del discurso primario y secundario, y la distinción entre adquisición y aprendizaje. Discursos G ee distingue entre discurso con minúscula y mayúscula, y entre aprendizaje y adquisición. El Discurso (con mayúscula), se refiere al mismo tiempo a elementos del lenguaje, así como a modelos culturales que están asociados con el discurso. Por ejemplo, existe un Discurso de la universidad que incluye no sólo términos del lenguaje académico, sino también formas asociadas de pensamiento, creencias y valoraciones que están conectadas con el “pertenecer” al Discurso de la universidad. El discurso (con minúscula) se refiere a los elementos lingüísticos (partes del lenguaje), que conectan con esos Discursos. Claro está, la lingüística (d minúscula) y los modelos socioculturales (D mayúscula) son constituyentes y trabajan mancomunadamente para construir, mantener y transformar las interacciones. Lo que se debe tener en cuenta sobre el Discurso (tanto con minúscula como con mayúscula) es que son sociales y políticos y poseen antecedentes de participación. Los individuos adquieren el Discurso primario dentro del contexto inmediato de sus hogares y comunidades (Gee, 1996). La adquisición implica un elemento pre-consciente para entender los modelos culturales (las historias de vida, las creencias, las suposiciones y las formas de ser) que están asociadas con el Discurso. La construcción de la adquisición junto con el aprendizaje, es importante para investigar modelos culturales, ya que sugiere que existe un elemento invisible en las historias socioculturales que la gente generalmente incorpora sin saberlo. Gee (1996) explicó que la adquisición generalmente ocurre en el Discurso primario y el aprendizaje ocurre en el discurso secundario. De esta forma, los niños cuyos hogares (o Discurso primario), están alineados con la escuela o discurso secundario, tendrán una transición más facil entre las dos esferas. Gee afirma, “somos buenos realizando lo que adquirimos, pero conscientemente sabemos más acerca de lo que aprendemos” (p.139). Algo a lo que comunmente no se le presta atención en el proceso de aprendizaje del discurso secundario es que los niños están también immersos en él, y adquieren los valores, las creencias y las estructuras relacionados con ese discurso. El marco del Discurso primario/secundario se usa para demostrar que los niños que tienen un buen desempeño en la escuela a menudo tienen acceso a la alfabetización “escolar”, lo cual puede incluir historias leídas en voz alta, patrones de interacciones tipo preguntas-respuestas y experiencias múltiples con una gran variedad de géneros de libros y textos dentro del contexto del hogar o Discurso primario (Purcell-Gates, 1996; Taylor, 1983; Teale, 1986). No obstante, es fácil ver que, a pesar de que los niños están andquiriendo formas de estar en contacto con la educación y con los textos alineados con el Discurso de la escuela, también están aprendiendo conceptos sobre la letra impresa que les ayudarán a manejar la educación en la escuela. De esta forma, la distinción entre aprendizaje y adquisición puede no estar simplemente relegada a los Discursos primario y secundario. En forma similar, en este marco se asume que los niños aprenden, más bien adquieren el Discurso secundario. Es decir, los Discursos secundarios son a menudo aquellos con los cuales los niños entran en contacto antes de adquirir un discurso (d o D) dentro de sus hogares o comunidades. Estos Discursos pueden incluir escuelas, iglesias, bancos, tiendas y otras instituciones públicas. No obstante, asi como el proceso de aprendizaje ocurre durante el proceso de adquisición, la adquisición ocurre similarmente dentro del Discurso secundario. En otras palabras, mientras los niños aprenden a leer también adquieren un conjunto de creencias y valores acerca de de la importancia de la lectura, dependiendo de los tipos de textos e interacciones en los salones de clase (ej. Luke, 1995; Muspratt, Luke & Freebody, 1997). E l discurso (con mayúscula o minúscula) y el marco de aprendizaje/adquisición, poseen un gran potencial para teorizar acerca de los niños que fracasan en la escuela. Como lo sugiere la literatura, existen a menudo diferencias en el lenguaje y las experiencias educativas a lo largo de los Discursos primarios. Los niños que adquieren un Discurso alineado con los modelos culturales tanto impícitos como explícitos de educación escolar son aptos para que tengan un buen desempeño en la escuela (ej. Heath, 1983; Neuman & Celano, 2001). Esta postura ha sido bastante criticada (en particular por Delpit, 1996), quien argumenta que esta posición es demasiado determinista en su posicionamiento sobre los niños que no tienen acceso a códigos de poder, y por tanto son poco propensos a producir este tipo de Discurso. En lugar de asumir que los Discursos son mutuamente excluyentes, este marco asume que puede haber conflictos entre Discursos (Gee, 1999; Knobel, 1999; Lareau, 1989; Valdes, 1996). Adicionalmente, dado que los procesos de adquisición implican la mediación de formas invisibles de interactuar con el mundo que incluyen no sólo formas de hablar sino también modelos culturales, implica que los niños que no han adquirido el discurso de la escuela pueden tener dificultades con los modelos culturales implícitos, pues las historias de vida son las más difíciles de enseñar. Modelos culturales y subjetividades G ee (1999) se refiere a los modelos culturales como “generalmente una explicación teórica, total o parcialmente inconsciente, o ‘historia de vida’, cuyos elementos y partes se distribuyen entre distintas personas en un grupo social” (p.45). Además, Gee ofrece un marco conceptual para entender que las interacciones son moldeadas y estructuradas por instituciones sociales y relaciones de poder, y por lo tanto, algunas formas de alfabetización son más fuertes y visibles que otras. De este modo, la gente se forma o construye dentro de estos discursos y estas construcciones ofrecen membresía en comunidades, lo que implica formas de creer, valorar y hablar. Gee también se refiere a estas membresías como kits de identidad (1996), identidades situadas (1999) y grupos de afinidad (2001). En este artículo, uso las construcciones de modelos culturales y subjetividades en forma superpuesta. Entiendo la construcción de un modelo cultural en relación con la práctica de alfabetización para referirme a las “historias de vida” que la gente lleva consigo mientras interactúan con la alfabetización en varios dominios. La construcción de subjetividades alfabetizadas permite una discusión de la relación entre la gente y sus mundos sociales y da cuenta de múltiples y a veces contradictorios modelos culturales asociados con dichas relaciones (Davies & Harre, 1990; Sawin, 1999). Por ejemplo, como veremos más adelante, un examen de la vida alfabetizada de June Treader ofrece una visión de los múltiples modelos culturales evocados mientras ella interactúa con la alfabetización en sus roles de madre y de estudiante. A medida que la gente se involucra con el discurso, se socializa con actitudes, creencias y valores sin darse cuenta, tanto con el Discurso primario como el secundario. Estas relaciones son altamente dependientes del contexto y se concretan en manifestaciones físicas y psicológicas de posturas sociales, y por lo tanto, contradicciones en los contextos de los cuales son parte (Bordieu, 1977). El proceso de socialización implica una naturaleza preconsciente de las subjetividades, lo que resulta importante porque significa que las contradicciones sociales no se resisten fácilmente (Krais, 1993). Las diferencias de género, una subjetividad que es central en este artículo, es lo que Davies (1993) menciona como “historias de vida” que tienen distintos grados o status en el mundo social (un mundo social que es construído discursivamente) y donde un mayor status y privilegios se ven relacionados a ciertas “historias de vida.” Davies (1993) indica, No sólo leemos y escribimos historias sino que también vivimos historias. Que nos consideremos en un punto en particular en el tiempo depende de las líneas argumentativas que tengamos para racionalizar el flujo y reflujo del “estar en este mundo” así como la legitimidad y status acordados a estas “historias de vida” por los demás, con quienes construímos nuestras vidas en un momento dado (p.41). De esta forma, las subjetividades que son diferenciadas por género son construídas a través de mundos discursivos (Davies, 1993; Gilbert, 1997; Urwin, 1998; Wodak, 1997; Young, 2000). Un creciente volumen de trabajos de investigación examina la construcción del sí mismo a través del lenguaje y la alfabetización (Orellana, 1999) tanto en términos de leer (Davies, 1993; Walkerdine, 1990) y escribir (Gilbert, 1992; Orellana, 1999). Como estos investigadores indicaron fácilmente, las subjetividades de género no son sitios estables. Más bien son lo que Butler (1990) llama “sitios de problemas necesarios” (p. 14). Esta perspectiva nos recuerda que la identidad de un individuo es múltiple y constantemente recreada cuando el que habla adopta posiciones de sujeto en diversos discursos culturales (Sawin, 1999). Análisis crítico del discurso El análisis crítico del discurso es una metodología multidisciplinaria que intenta reunir los detalles lingüísticos con la teoría social. Es un marco útil para entender modelos culturales pues los modelos culturales no son algo en el intelecto sino que más bien reside en las interacciones entre individuos, textos, instituciones y mundos sociales. La presente investigación empieza con la suposición de que las personalidades alfabetizadas de un individuo están compuestas de múltiples modelos culturales. Esta investigación se basa en trabajos previos sobre subjetividades literarias (Davies, 1993; Gilbert, 1997; Luttrell, 1997; Rockhill, 1995; Young, 2000) y se enfoca en describir a través de detalles etnográficos y analíticos del discurso, los modelos culturales relacionados con diversos contextos prácticos y al mismo tiempo ofrece un marco explicativo para los procesos de adquisición de dichos modelos. A estos efectos, el análisis crítico del discurso es una herramienta teórico metodológica que desnaturaliza las prácticas del lenguaje al ubicar el poder y la ideología en niveles de discurso que pueden referirse a disposiciones discursivas para revelar la operación del poder y el discurso y la construcción y reconstrucción de subjetividades alfabetizadas. Metodología Contexto del Estudio La familia Treaders (todos los nombres son pseudónimos) vive en Sheman Hollows, un vecindario de Alberta, una ciudad en el estado de Nueva York con aproximadamente 150.000 habitantes. Sherman Hollows es uno de tres vecindarios que rodean el centro de la ciudad. Los medios a menudo caraterizan Sherman Hollows como una de las peores áreas de la ciudad, con alta tasa de violencia, pobreza y delincuencia, y no muy buenas relaciones entre la policía y los miembros de la comunidad. Existen aproximadamente 21.000 personas en estos vecindarios, cerca de un quinto de la población de la ciudad. Alrededor de un 55% de la población afroamericana de la ciudad y 25% de la población de origen hispano viven en estas áreas. Alrededor de un tercio de los residentes vive por debajo de la línea de pobreza comparado con alrededor del 18% de la ciudad en general. El ingreso per cápita es 9.018 dólares, aproximadamente un 34% menos que el promedio de la ciudad. 17% de los hogares en esta área recibe asistencia pública. Las calles de la ciudad, la escuela primaria, la escuela de educación media y el centro de educación de adultos todos los cuales están a corta distancia a pie del departamento de la familia Treaders, en el segundo piso del número 79 de la calle Rosemont, son el escenario de la presente investigación. Participantes Los Treaders son una familia pobre de seis afroamericanos, trabajadores, que son la segunda generación de residentes de Sherman Hollows. June Treader es una mujer afroamericana de 34 años que ha residido en Alberta toda su vida. Sus padres se mudaron desde el sur de Estados Unidos cuando eran jóvenes y viven en una casa de su propiedad a sólo unas cuadras de distancia. Luego de trabajar en un hospital local por mas de 30 años, la madre de June se ha retirado recientemente. El padre de June trabaja por cuenta propia como carpintero. June ha trabajado como asistente de enfermera, asistente en un autobús escolar y mucama en un motel local. June está casada con Lester. Lester también abandonó la escuela, no obstante retomó sus estudios y recibió su diploma general de equivalencia, y se enroló en la Fuerzas Armadas. Posee una licencia como soldador y recientemente volvió a la escuela para obtener un certificado como electricista. June fue a la escuela en el distrito escolar de Alberta hasta el octavo grado, cuando abandonó. Ella expresó “me estaba yendo bien hasta que mi lectura empezó a decaer” (entrevista, 1/98). Cuando June se inscribió en el centro de educación de adultos, su nivel de lectura, determinado con la prueba de educación básica para adultos, era de un nivel de segundo grado. En los dos primeros años, progresó hasta un nivel de cuarto grado. June decidió volver a la escuela cuando todos sus hijos estaban en la escuela primaria o preescolar pues sus escuelas estaban a corta distancia del centro de alfabetización de adultos. La escuela que June abandonó en octavo grado está en el mismo distrito donde sus hijos asisten. Los hijos de June son Vicky (12 años), Luanne (8), Shauna (3), Evan (8 meses). Vicky, la hija mayor de June, es el segundo participante foco de esta investigación. A Vicky le gustaba ver películas, escuchar música house e ir al centro comercial. Vicky asistió a clases de recuperación de lectura empezando en tercer grado. La maestra de las clases de recuperación de lectura refirió a Vicky al final de su sexto grado a evaluación para educación especial. Puntos de acceso y roles del investigador Como profesora de alfabetización, he enseñado tanto en la escuela elemental como en áulas de enseñanza de adultos. Conocí a June primero como una estudiante en el áula de educación básica de adultos (ABEBE por sus siglas en inglés) y luego en nuestra relación durante la investigación. Cuando dejé de enseñar en el aula de alfabetización de adultos a la cual June asistía y me interesé en estudiar las prácticas alfabetizadoras familiares y comunitarias a través de los ojos de un adulto que había sido catalogado como poco instruído, retorné al centro de alfabetización de adultos. Después de realizar varias observaciones en el áula le pedí a la profesora que me recomendara adultos que: a) asistieran a clase regularmente, b) tuvieran hijos inscritos en la escuela pública, y c) tuvieran dificultades para leer y escribir. Para este efecto realicé un muestreo (LeCompte y Preissle, 1997) de los estudiantes que la profesora recomendó y seleccioné a June pues ella cumplía con los criterios y accedió prontamente a participar en la investigación. Le expliqué a June que estaba interesada en aprender cómo los adultos que asisten a programas de alfabetización y tienen hijos usan la educación en su vida cotidiana. También le dije que estaba interesada en cómo ella interactuaba con sus hijos en la lectura y escritura y que iba a necesitar entrevistarla y observarla a ella y su familia para entender sus perspectivas. Como LeCompte y Preissle (1997) sugirieron, le permití a June dirigir la relación en la investigación. El primer mes la observé en su clase de alfabetización, trabajé con ella durante su tiempo de lectura y la entrevisté en el centro de educación de adultos. Cuando ella me dijo que iba a la escuela de su hija durante la pausa del almuerzo “para ver cómo le iba en la clase” (notas de campo, 10/97), le pregunté si podía ir con ella. Durante la caminata de regreso de la escuela primaria, June y yo conversamos como le iba a Vicky en la escuela. June estaba preocupada por su lectura y me preguntó si yo podría trabajar con ellas en su casa después de la escuela. Le dije que lo haría y le pregunté si podría trabajar con Vicky un día por semana y observar en su casa y en su comunidad inmediata otro día de la semana. June dijo que no veía ningún problema en ello. Esta negociación inicial de roles de investigador-participante sentó las bases para conversaciones continuas entre June y yo a lo largo del estudio, en las cuales ella y yo continuamente renegociamos el acceso, siendo flexible y tratando de ser sensible a los matices de sus respuestas. Procedimiento Esta investigación se llevó a cabo entre septiembre de 1997 y septiembre de 1999. A lo largo de los 2 años de estudio trabajé como investigadora y profesora de alfabetización en la casa de la familia Treaders y en la comunidad de Sherman Hollows, reuní datos en la casa, la comunidad y las escuelas de June Treaders y sus hijos. En la investigación de estos contextos, usé métodos etnográficos de observación de los participantes registrados en notas de campo (Emerson, Fretz, & Shaw, 1995; Spradley, 1980), entrevistas en profundidad y su historia de vida (Mischler, 2000; Rubin & Rubin, 1995), entrevistas semi-estructuradas, recolección de documentos, fotografías (Hamilton, 2000), e investigación de archivo (ej. datos de censo, registros históricos). La fuente primaria de datos incluyó más de 500 horas de observación de los participantes, 300 de las cuales fueron interacciones grabadas en la casa de los Treaders, su comunidad y escuela. Entrevisté a miembros tanto de la escuela como de la comunidad de Sherman Hollows y asistí a reuniones organizadas de la comunidad. Las fuentes secundarias de datos incluyeron diarios personales de los participantes, medición informal y documentos reunidos de varios eventos. Observación participante. Fuí una observadora participante en los dominios del hogar, la escuela y la comunidad. Mi base para realizar las observaciones en el hogar incluyó la mesa de la cocina, la sala de estar, la escalinata de entrada y el pasillo que conduce al departamento. De manera similar, durante el año escolar 1997-98 observé en promedio dos veces al mes en las aulas de Vicky y June. Los contextos escolares para la recolección de datos incluyeron lecciones de recuperación de lectura, lecciones de artes del lenguaje, aula de alfabetización de adultos, reuniones (tanto formales como informales) y ceremonias que tuvieron lugar en la escuela. En la comunidad, fuí una observadora participante en varias organizaciones comunitarias y reuniones incluyendo una reunión comunitaria, una reunión sobre violencia de pandillas, una reunión sobre la asociación de la escuela con otras agencias comunitarias, reuniones en la escuela de la asociación de padres y maestros, reuniones de presupuesto del distrito, juegos, servicios de la iglesia, barbacoas y picnics de la comunidad. Abiertamente registré los eventos alfabetizadores en mi libro de notas a medida que los observaba, indicando quién estaba encargado de iniciar el evento, quién estaba involucrado, cómo se negoció el contexto y el origen del evento alfabetizante. A veces era problemático tomar notas de campo abiertamente, dependiendo de la ubicación de mi observación (Spradley, 1980). Por ejemplo, cuando asistí a servicios religiosos con los Treaders escribí varios incidentes en pequeñas trozos de papel que usaba para escribir mis notas de campo cuando regresaba a casa después del sermón. No obstante empecé tomando notas cuando estaba con los Treaders desde el principio de la investigación. E n consecuencia, la mayor parte del tiempo mi toma de notas era vista como parte de la escena cultural construída cuando yo recogía datos en Sherman Hollows. Escribí a mano las notas de campo en una hoja de recolección de datos y luego las transcribí a un archivo de computadora tan pronto como llegaba a casa después de la observación. Debido a que estaba interesada en los usos específicos del discurso entre los participantes, grabé la mayor parte de las observaciones de los participantes además de tomar notas de campo. De esta forma, cuando escribía mis notas de campo en mi casa, me refería a las notas etnográficas tomadas en el campo y completé las interacciones transcribiendo partes de la grabación. Cada observación de 3 horas requirió entre 6 y 7 horas para escribir las notas de campo que incluía información de los documentos y grabaciones. Transcribí cerca de la mitad de las interacciones grabadas desde el inicio de la investigación como parte del análisis de datos que se iba llevando a cabo. Entrevistas. Conduje entrevistas tanto formales como informales con June y su familia, maestros de las escuelas de June y de Vicky y miembros de la comunidad. Conduje más de 20 entrevistas formales e informales tanto con June como con Vicky. A menudo entrevisté a Vicky antes y después de un evento de alfabetización programado (ej. una reunión en la escuela, leer una libreta de calificaciones). Además entrevistaba a June y a Vicky a medida que ellas manejaban los documentos que formaban parte de la práctica alfabetizadora familiar. En la escuela, entrevisté a la maestra de educación básica de adultos de June y a las maestras de 6to y 7mo grado de Vicky, así como a sus maestros de recuperación de lectura. Conduje entrevistas con miembros de la red social de la familia Treaders, que incluía funcionarios locales de la ciudad, sacerdotes y ministros de varias iglesias, el líder de una agencia de organización comunitaria, el presidente de la asociación de maestros-padres, un barbero y un trabajador de una coalición comunitaria. Grupo de lectura. Como parte del diseño de la investigación, trabajé con June y Vicky desde septiembre de 1997 a septiembre de 1999 como tutora de alfabetización. Durante 1997-1998 trabajé frente a frente con June y Vicky en bloques de una hora que organicé independientemente de mi tiempo de observación-participación en su hogar. Estas sesiones incluyeron componentes de lectura, escritura y ortografía. Integré libros que mostraban cuestiones sociales y conducían a discusiones críticas (Luke, 1995). A menudo cuando trabajaba, ya sea con June o con Vicky, un amigo, vecino o miembro de la comunidad pasaba por la casa de los Treaders y preguntaba qué estábamos haciendo. Después de que le explicaba que estabamos leyendo y discutiendo distintos libros, en varias ocasiones estos visitantes empezaban a hablar acerca de alguien que ellos conocían que se podría beneficiar con ayuda extra para leer. Durante el año 1998-1999 las sesiones particulares se transformaron en pequeñas sesiones de lectura grupales a medida que los visitantes enviaban a los adolescentes a la casa cuando sabían que yo iba a estar ahí. Las sesiones grupales eran grabadas en cintas de audio y tomé notas de evaluación, así como otras notas anecdóticas durante las sesiones. Después de que un grupo finalizaba, escribía en mi diario de investigador acerca de la naturaleza de las discusiones y asuntos que quería explorar en la siguiente ocasión que nos reuniéramos. Recolección de documentos. Además de la observación participativa, entrevistas y metodología de grupos de lecturas, también recolecté documentos de la casa, la escuela y la comunidad. Estos documentos, tanto formales como informales, dieron idea de la naturaleza y tipo de alfabetización en el mundo cotidiano de los Treaders y la forma en que ellos interactuaban con su alfabetización. A menudo le preguntaba a June si podía copiar un documento en el cual la había visto trabajando, ya sea en la escuela o en la casa. Recolecté documentos del servicio social, libretas de calificaciones, instrucciones de juguetes, hojas de tareas para el hogar, certificados de reconocimiento y recortes de obituarios. En el colegio recolecté muestras de trabajos, perfiles demográficos de la escuela y de la comunidad de la oficina de planificación de la ciudad y la biblioteca local, y ejemplos de comunicaciones entre el maestro y los padres. Recolecté información histórica de la comunidad de Sherman Hollows y de la ciudad de Alberta. Además a lo largo de dos años junté artículos de periódicos locales que se concentraban en temas de educación en la ciudad, temas sociales en la comunidad, u otros asuntos que se conectaban a las vidas de los Treaders. Diarios de investigación. Mantuve un diario de investigador a lo largo del proceso de investigación. Los diarios fueron un informe de pistas (Lincoln & Guba, 1985) de mi proceso de toma de decisiones e intenciones a lo largo del proceso de investigación. En mi diario de investigador documenté mi análisis contínuo de los datos, percepciones, teorías, asuntos e incertidumbres. El diario de investigador fue también el lugar donde leí y respondí a revisiones de la literatura en progreso, escribí notas de exposiciones a pares y planeé el diseño emergente de la etnografía. Participantes como coinvestigadores. Fomenté la asistencia de los Treaders como coinvestigadores a lo largo de la investigación. Primero solicité a June sus comentarios antes de proponer oficialmente el diseño de la investigación a la universidad para obtener el permiso del Consejo de Revisión Institucional. Escribí la propuesta lo más libre de jerga posible y luego se lo leí a June preguntándole si ella tenía preguntas o si quería cambiar algo. Continuamente pedí su permiso para usar sus palabras, su escritura y lo que aprendí de ella y de su familia en distintas reuniones profesionales y artículos que iba escribiendo. Ella me dijo que sabía lo que yo debía hacer para mi trabajo y me dijo, “sigue haciendo lo que estás haciendo” (June Treader, transcripción, 05-98). Como parte de la recolección de datos, quise entender la alfabetización y el lenguaje a través de los ojos de los Treaders y por tanto les pedí que documentaran lo que ellos percibían como alfabetización en su casa y en su comuidad. Le pedí a June y a Vicky que rellenaran registros de alfabetización para documentar los tipos de lectura y escritura con los que ellos se relacionaban en el día a día. Quise obtener una muestra de sus interacciones con la alfabetización a lo largo de un período de dos semanas. Al principio tanto June como Vicky anotaron en el registro de alfabetización los libros que ella leían ya fuera para la escuela o cuando volvían a casa. La tarea se transformó en una tarea para la casa para los Treaders y tanto June como Vicky llenaban los registros antes de mi llegada a su hogar. En consecuencia, los registros no fueron exitosos pues los Treaders los percibieron como educación escolar y registraron sólo los libros, en vez de las múltiples interacciones que tenían lugar en su casa. Si bien los registros no colmaron mis expectativas originales, dieron idea de que era lo que June y Vicky consideraban lectura y escritura. Un segundo intento fallido de incluir a los Treaders en el proceso de investigación fue cuando le di a June un diario para registrar sus preguntas y pensamientos acerca de las interacciones que ella tenía con la escuela tanto en representación de Vicky como en su centro de educación de adultos. Sin embargo, June le dió el libro de notas a Luanne cuando necesitó otro cuaderno de notas para su clase de matemáticas. Un método que en realidad funcionó bien fue pedirle a los Treaders que documentaran sus prácticas alfabetizadoras con una cámara fotográfica descartable. Le pedí tanto a June como a Vicky que tomaran fotos de las prácticas de lectura y escritura con las cuales ellas interactuaban diariamente. Tomaron fotos de una variedad de cosas incluyendo botellas de ketchup, imanes en el refrigerador y distintos miembros de la familia leyendo un libro. Adicionalmente, a fin de aumentar la credibilidad del diseño de la investigación conduje validaciones interpretativas con los Treaders después de cada etapa del análisis. Durante las validaciones, a menudo June hacía preguntas acerca de las implicaciones prácticas de ubicar a Vicky en educación especial. Las preguntas dieron idea de cómo ella percibía la situación pero también donde mi interpretación de los datos fue insuficiente. Encontré como defecto de las validaciones con los miembros de la investigación que los Treaders muy a menudo coincidieron con mis interpretaciones. De esta forma, es responsabilidad del investigador el buscar fuentes externas para las validaciones con los miembros de la investigación (un problema que desarrollo en la sección sobre las limitaciones e investigación futura). De esta forma usé conferencias profesionales, miembros de la comunidad (ej. concejales, clérigos) y un grupo investigador-profesor del cual yo era parte como una forma de trabajar mis datos e interpretaciones y ver si la gente tendría argumentos en contra. Análisis de los datos Situados dentro de una perspectiva lingüística antropológica a los fenómenos sociales (ej. Silverstein & Urban, 1996) y estudios críticos del discurso (Chouliaraki & Fairclough, 1999; Fairclough, 1995; Gee, 1999; Rogers, 2004, 2009; Wodak, 1997), los datos para este artículo representan una trama que discurre a lo largo de una investigación etnográfica mayor que describe, interpreta y explica prácticas de lenguaje y alfabetización en la vida diaria de los Treaders. Observo a lo largo de múltiples dominios (ej. hogar, escuela y comunidad) utilizando las aproximaciones metodológicas complementarias de la etnografía y el análisis del discurso (Gee, 1999; LeCompte & Preissle, 1997). El primer nivel de análisis fue un nivel interpretativo originado en la unidad de eventos alfabetizantes (Anderson, Teale, & Estrada, 1980; Barton & Hamilton, 1998; Heath, 1983). El primer nivel de análisis fue la codificación abierta donde codifiqué transcripciones y notas de campo como ejemplos de evento alfabetizadores y sus prácticas sociales relacionadas (Miles & Huberman, 1994). Desarrollé cuatro categorías desde este nivel de análisis. Estas categorías fueron: a) eventos alfabetizadores relacionados con la comunidad (ej. demanda comunitaria, documentos del servicio social, visitas a la biblioteca, formularios en la clínica de salud), b) eventos alfabetizadores relacionados con la escuela (ej. tarea para la casa, estudiar para exámenes de ortografía, notas que llegaron a la casa desde la escuela) c) eventos alfabetizadores del hogar (ej. leer en la biblioteca, certificados en la pared, leer instrucciones para armar un juguete, leer el correo, escribir una lista), y d) sesiones instructivas (diario del investigador, 3/98). A través del proceso de agregar y ensamblar los datos me enfoqué en dos metacódigos que eran aplicados contínuamente y examinados frente a la literatura de la investigación (Miles & Huberman, 1994). Los metacódigos representan una agrupación de códigos que forman un conjunto de temas o construcciones. Los metacódigos funcionan para reducir una gran cantidad de datos a unidades análiticas más pequeñas para enfocar aún más el trabajo de campo. El primer metacódigo fue que la categoría de eventos alfabetizadores hogareños a menudo se solapaba con textos e interacciones provenientes de Discursos secundarios, como la escuela u otras organizaciones comunitarias (ej. servicios sociales, la iglesia). Esto confirmaba la aseveración de Gee (1996), que los discursos “no pueden tener límites discretos” (p. xv) (memo analítico, 6/98). También me generaba preguntas para desarrollar en recolecciones de datos subsecuentes acerca de las consecuencias de este solapamiento entre discursos. El segundo metacódigo que desarrollé en esta etapa del análisis fue la disyunción en la representación de la competencia literaria de June en varios contextos. Por ejemplo, aunque June fue catalogada con un nivel de lectura de segundo grado de acuerdo con el examen de educación básica de adultos y hablaba acerca de su lectura en términos de déficit, ella usaba de forma activa y competente el lenguaje y la alfabetización en su casa y en su comunidad. Los primeros dos metacódigos se correspondieron con mi enfoque inicial en investigación en estudios de alfabetización familiar y luego una derivación hacia estudios del discurso a medida que continué recolectando y analizando los datos a fin de dar cuenta de diferencias en alfabetización a través de los contextos. El tercer metacódigo se enfocó en los cambios de June en usos y participación con la alfabetización en varios contextos discursivos. Un ejemplo de esta tensión en los datos es el cambio que abrió este artículo, la firme resistencia de June a ubicar a Vicky en educación especial dentro del contexto de su hogar y luego su decisión de ubicarla en un salón independiente en la reunión del comité de educación especial. Este tercer código me llevó a explorar la literatura relacionada con subjetividades de la alfabetización. De esta forma cambié el análisis de describir los eventos alfabetizantes en la vida de los Treaders a investigar más de cerca estos metacódigos que representaban “puntos cruciales” o momentos de conflictos en los datos (diario del investigador, septiembre 18, 1998). Seleccioné incidentes críticos en los datos y luego conduje un análisis crítico del discurso. Incidentes críticos son sorpresas o tensiones en los datos (Fairclough, 1995). Para seleccionar los incidentes críticos, seguí las sugerencias de Burawoy (1991) de “tratar los fenómenos sociales no como ejemplos de una nueva teoría potencial sino como contraejemplos de alguna vieja teoría” (p.9). En lugar de un ejemplo, la situación social es vista como una anomalía. La tarea del científico social es de cotejar la anomalía con otras fuentes de datos a fin de interpretar y luego explicar la causa de la sorpresa. De esta forma empecé a desarrollar patrones de códigos, el tercer nivel de análisis, alrededor de esas tensiones en los datos. Aquí, si las grabaciones de las interacciones seleccionadas no estuvieran ya transcriptas, yo las transcribía y agregaba la transcripción al archivo de datos. Entonces alrededor de cada evento crítico desarrollé una “planilla resumen de contactos” donde incluí la gente que estaba involucrada y quién originaba la interacción alfabetizante, así como los conceptos fundamentales, temas, asuntos y preguntas que surgían de esta interacción (Miles & Huberman, 1994). Usé estas planillas resumen para desarrollar viñetas donde incluí datos de mis notas de campo, documentos recolectados y transcripciones. Las pistas en papel (incluyendo las notas de campo, transcripciones y documentos correspondientes) de cada interacción se mantuvo en un folio de papel manila etiquetado con la fecha, la interacción y referencia a interacciones conectadas. A fin de explicar estos conflictos, me dirigí a mi segundo movimiento interpretativo, que involucró el uso del análisis crítico del discurso (Chouliaraki & Fairclough, 1999; Collins, 2001; Fairclough, 1989, 1995, 2000; Gee, 1999, 2001; Luke, 1995; Wodak, 1997) para moverme de la descripción e interpretación de los conflictos a ofrecer una explicación. El Análisis Crítico del Discurso (ACD) es un marco analítico del discurso que combina gran atención a la estructura lingüística (d minúscula en la teoría del Discurso de Gee) con la teoría social y el análisis (D mayúscula en la teoría del Discurso de Gee). Dentro del marco del ACD, el lenguaje es ideológico tanto moldeado por como moldeante de la vida social. Usando el ACD examiné las propiedades lingüísticas de textos así como sus dimensiones políticas y sociales. El detalle etnográfico del ACD así como su atención al análisis social y detalles lingüísticos ayuda a comprender cómo la gente encuentra sentido a su realidad y entiende sus posiciones sociales. Siguiendo el método de análisis de Fairclough (1995) presté atención a tres dominios concurrentes del análisis: descripción, interpretación y explicación, así como a tres dominios del discurso: el local, el institucional y el social (ver apéndice B). Pasé por cada uno de los siguientes niveles de análisis. Primero analicé los textos seleccionados dentro de cada incidente crítico (notas de campo, documentos, transcripciones) en los aspectos lingüísticos de los textos al nivel local o interactivo. Presté atención a la gramática, toma de turnos (para hablar), modalidad, pronombres y tiempos usados en el discurso. El dominio institucional del análisis se ocupa de cómo las instituciones son construídas a través de un proceso de textualización (con el proceso de producción de textos, consumo e interpretación). Este dominio asume que todos los textos (orales y escritos) tienen historias y trayectorias. El tercer dominio es referido como el dominio social del análisis. El dominio social envuelve el análisis de las posiciones del sujeto institucionalmente definidas como el de maestro y estudiante o terapista y cliente. Una suposición mayor dentro de este dominio es que los modelos culturales, apegados a subjetividades, son tanto construídos como reflejados en el discurso. Codifiqué cada una de estas viñetas, incluyendo las interacciones lingüísticas y etnográficas registradas en cintas de audio, en términos de dominios locales, institucionales y sociales del discurso. Luego busqué patrones tanto dentro como a través de los eventos alfabetizantes. A fin de usar el marco del ACD con mi conjunto de datos, pasé por el proceso de separar y luego reunir los datos. Primero me dediqué a leer múltiples veces el conjunto de datos. Este consistía de transcripciones de entrevistas, interacciones, notas de campo de interacciones y observaciones tanto dentro como fuera de la escuela así como documentos escritos, tanto formales como informales. Debido a que estuve lidiando con datos etnográficos a lo largo de dos años, usé un análisis intertextual a fin de examinar los incidentes críticos. Codifiqué los datos de acuerdo con los dominios del ACD (local, institucional y social) y luego procedí a examinar los dominios para ver cómo los dominios hablaban el uno al otro. Por ejemplo, los turnos u orden que se toma al hablar en una reunión puede estar ligado a la posición oficial de las personas en la reunión (ej. Mehan, 1996). O las formas en que la institución es construída podría privilegiar ciertas subjetividades sobre otras. Después de esta fase, analicé a lo largo del contexto discursivo del trabajo alfabetizante de June en su educación (Discurso de la escuela), en relación a su trabajo como madre y en el hogar (Discurso de ser madre), y en relación a su participación en el presente en la escuela por sus hijos (Discurso de la reunión del Consejo de Educación Especial). Una de las fortalezas del ACD es su atención a la teoría social y el detalle lingüístico. No obstante el marco ha sido criticado (Widdowson, 1998) debido a su distanciamiento del contexto y del detalle etnográfico. Ésta es la principal razón por la cual seleccioné dos niveles de análisis en esta investigación. Cada marco analítico (etnográfico y analítico del discurso) complementaba las debilidades del otro. Adicionalmente, también recolecté y examiné múltiples fuentes de datos y múltiples métodos de análisis a través del tiempo. No obstante en vez de buscar zonas donde los datos se superponían, busqué lugares donde hubo rupturas en los datos. Cada uno de estos aspectos de construcción de validez ayuda a construir cobertura y convergencia en los datos (Gee, 1999). Resultados En la siguiente sección presento tres de los contextos discursivos que representaban las interacciones de June Treader con la alfabetización: el discurso de la escuela, el discurso de ser madre y el discurso de la reunión del Consejo de Educación Especial (CSE por sus siglas en inglés). Los resultados presentados aquí representan una porción de los datos recolectados, pero ofrece una visión en profundidad de los modelos culturales que están conectados con el manejo de la alfabetización en tres contextos discursivos que representan la vida literaria de June Treader. Cada uno de estos contextos ayuda a entender la complejidad de la alfabetización en la vida de June. Discurso de la Escuela Historia de June en su relación con la escuela. June abandonó la escuela al finalizar su octavo grado, en el mismo distrito donde sus hijos asisten a la escuela. Me dijo que nunca estuvo en clases de educación especial. En una visita a la escuela intermedia, June recordó una cinta roja en la pared del pasillo donde las clases de educación especial solían tener lugar cuando ella asistía a la escuela en ese edificio. June se quejó de que su lectura “seguía empeorando” después de haber dejado la escuela. June no hablaba de su historia educativa a menudo (era como si ella pudiera crear una historia nueva para ella misma a través de sus hijos). No obstante, una tarde en su cocina revivió su experiencia al abandonar la escuela. Simplemente dejé de ir… fuí primero a la escuela secundaria, luego me mudé al sur como en los 70. Luego volví aquí y asistí al centro de educación de adultos…tenía como, cuántos, ¿19? No tenía niños por entonces…Dejé de ir después de unos pocos meses porque tuve que empezar a trabajar. Sí, tuve que empezar a trabajar y recién volví a la escuela en septiembre (1996). (Transcripción, June Treader, 11/97). Sin embargo, surgió en June el deseo de volver a la escuela y obtener su diploma de equivalencia general. Cuando June habló de su deseo de volver a la escuela, lo hizo en términos de mejorarse a sí misma. Ella afirmó que, Estaba cansada de estar en casa sentada. Estaba cansada de estar en casa sentada y dije si sigo sentada más tiempo no voy a ir a ningún lado si estoy sentada en casa y sin trabajar. Y necesitaba recuperar mi lectura y mi matemática, bueno, mayormente mi lectura porque mi matemática no es problema. Por lo tanto estoy esperando para recuperar mi lectura. (June Treader, transcripción 9/97). El deseo de June de volver a la escuela estaba relacionado con la idea de mejorarse a sí misma, (porque ella creía que no estaba “yendo a ningún lado sentada en casa” y debido a su deseo de mejorar su competencia en lectura). A menudo cuando las mujeres hablan de volver a la escuela, se basan en su deseo de aprender más que en su derecho fundamental a la educación. Es decir, como Rockhill (1995) dijo, “la alfabetización es trabajo de mujeres pero no derecho de las mujeres” (p.171). Además, insertado en el discurso de June está la noción del tiempo, (June estaba “esperando para recuperar”). A menudo los esfuerzos de las mujeres con la educación son pospuestos mientras ellas atienden a las necesidad más urgentes de su familia, hogar e hijos (Mace, 1998). Cuando June hablaba de su clase de educación básica de adultos, uno de los temas que discutía tenía que ver con la disciplina, la oportunidad y la autoridad. June hablaba a menudo del consejero guía en su centro de educación de adultos y cómo él dirigía su progreso en el aula, tanto con pruebas periódicas para ver si su puntuación mejoraba como con el monitoreo físico de ella y de otros estudiantes en el aula. June manifestó, “él viene y se sienta en la clase para ver quién está trabajando y quién no”. Esto molestaba a June porque ella sentía que estaba haciéndolo bien. June indicó, Ralph (el maestro de EBA) sabe que yo hago la lectura en la mañana o hago matemática en la mañana y luego me distraigo, yo simplemente me canso. Mi cabeza simplemente se cansa leyendo o escribiendo o ejercitando matemática (Transcripción, Marzo 26, 1998). Si bien June no se sentía en control de los aspectos curriculares de su educación o de las evaluaciones (como se nota en las referencias previas), creía que tenía el control sobre los aspectos procedimentales de su educación. Esto incluía cosas como llegar a la escuela a tiempo, asegurarse de que estaba trabajando cuando estaba en la escuela y asegurarse que cumplía con sus horas cada semana. Queda claro al escuchar a June que su participación en su propia escolaridad está marcada con recuerdos de cómo era la escuela cuando ella era una niña, recuerdos que acarrea a medida que participa en la educación de sus hijos. La siguiente es una cita de June cuando le pedí que me contara acerca de sus experiencias con la escuela. June lloraba cuando me contaba lo siguiente. 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. En realidad era un problema (la lectura). Cuando volví a la escuela por primera vez mi lectura Bajó como a un uno. Yo había bajado a un uno en lectura si Bajé hasta mi lectura bajó a a como un uno punto tres. Y eso era como un primer grado O algo así Porque no podía leer 13. 14. 15. 16. 17. 18. 19. 20. 21. 22. 23. Pero yo podía leer Pero no podía leer tan bien. Bajé a un uno punto tres. Entonces tomé otro exámen y subió Como dos punto algo. Entonces seguí adelante Yendo a la escuela todos los dias y haciendo mi trabajo. Y ahora es un cuatro punto siete Cuando tomé mi última prueba de lectura. (June Treader, Transcripción, 3/98) Cuando June conversaba sobre la lectura y la escuela como lo hizo en esta cita ella lo definía en términos de alfabetización escolar. Bloome, Katz, Solsken, Willett, y Wilson-Keenan (2000) definieron la alfabetización escolar como “los usos de lenguaje escrito que son emprendidos para mostrar competencia con una forma particular y un registro de lenguaje escrito…El estilo particular requerido es mencionado a menudo como descontextualizado” aunque no es en realidad descontextualizado. Más bien, es contextualizado por el contexto académico/escolar” (p.155). E n esta cita los órdenes institucionales y sociales del discurso como la escuela se entienden a través de la producción, el consumo y la distribución de textos; y el posicionamiento del sujeto dentro de este marco son aparentes. June discutía sobre su comprensión de la escuela y su rol dentro de esta estructura. La suposición acerca de la lectura implícita en la cita de June es que leer es una habilidad que es medida por una autoridad externa. En sus palabras existe un tema de dominio de habilidades y un énfasis en ir de arriba a abajo en niveles de lectura. Por ejemplo, en la línea 4, June dice que ella había “bajado como a un uno (nivel de primer grado).” De nuevo en la línea 5 repite que había “bajado a un uno en lectura.” Este énfasis en un grado equivalente para la competencia de lectura marca su comprensión sobre la lectura como un proceso técnico en el cual los grados de eficiencia son medidos por una prueba, en vez de entenderla como una herramien social usada en la vida diaria. En las líneas 7 a la 9 dice, “bajé mi lectura, bajé como a un uno punto tres”. Luego en la línea 17 “subí como a dos punto algo.” Su énfasis en progresos a niveles de grado era subrrayado por su discusión contínua de su último exámen. A menudo cuando le preguntaba a June cómo iban las cosas en la escuela, ella respondía diciéndome cuándo tomó su último exámen o cuándo estaba programado el siguiente (notas de campo, 4/98). Esta referencia a exámenes como objetivos e indicadores confiables de progreso es marcado en la línea 16 cuando June dice, “luego tomé otro examen” y en la línea 23 “cuando tomé mi último examen de lectura”. En esta visión, la autoridad externa del examen, más que las prácticas y estrategias alfabetizadoras en su vida diaria, es el indicador de éxito y crecimiento. Para June, existía un sufrimiento importante y no obstante también un valor ligado a lo que significa ir a la escuela y saber leer y escribir. Dentro del marco del Discurso de la escuela, June aprendió que ella no es una persona alfabetizada sino una persona con fallas de alfabetización. No obstante, a pesar de esta pena vinculada con el proceso de aprendizaje de la lectura, June continuó expresando un valor en la educación y la alfabetización y transfirió este valor a sus hijos. Discurso de deficiencias. El juicio de June de considerarse una persona alfabetizada provenía de una historia discursiva. El segundo tema que surge en la discusión de June sobre sus experiencias con la escuela era enmarcarse a sí misma dentro de un discurso de deficiencias. Fairclough (1995), Gee (1999) y Harré y Gillett (1994) han estudiado el pronombre en primera persona pues implica el significado asociado a la persona, sus formas de actuar en el mundo y sus relaciones con otras personas, o como Harré y Gillet escribieron “La producción discursiva del sentido de sí mismo” (p.104). En esta cita y en concordancia con las observaciones de June en su clase de EB A, June se posicionaba a sí misma en relación a otros a través de un Discurso de deficiencias. Por ejemplo, como introducción para explicar su historia con la escuela ella se refiere a sus dificultades con la lectura. En la línea 1 ella dice, “en realidad era un problema” mientras que en la línea 12 dijo que “no podía leer”, ella explica en la línea 14 y dice “no podía leer tan bien”. Al establecer equivalencias de niveles de grado para definir sus problemas con la lectura, en las líneas 8 y 9 afirmó que ella “había bajado como a un primer grado”. Los lugares donde June usó el pronombre en primera persona para discutir su historia con la escuela fueron a menudo seguidos por una afirmación deficitaria acerca de sí misma en relación con la alfabetización escolar. Mientras sus prácticas diarias dan soporte a una perspectiva de la alfabetización que es multifacética, instrumental y crítica, June veía la alfabetización vinculada con el dominio de la escuela como veremos en la siguiente sección. Ésta es una contradicción pues al mismo tiempo que ella había aprendido que la alfabetización y la escuela no son cosas en las que tienen un buen desempeño, continúa creyendo en ellas y las valora para sí misma y sus hijos. Estas suposiciones y valores modelan como ella piensa y toma decisiones acerca de la escuela para sus hijos y para sí misma, como la ubicación de Vicky en una clase de educación especial. En la siguiente sección, June se involucra con la alfabetización donde coloca en primer plano la relación con sus hijos y la familia. En esas interacciones, existe un conjunto distinto de afirmaciones y de relaciones con la alfabetización. Discurso de madre El trabajo de alfabetización en el que June se involucró en su casa y en su comunidad es otra pieza que ayuda a entender la complejidad de su vida en relación con la alfabetización. Su trabajo de madre requiere manejar textos escritos para la escuela, la salud y los servicios sociales. Prácticamente cada aspecto de la vida diaria está estructurada por textos. A pesar del hecho de que June era menos competente que su esposo manejando la alfabetización, era ella quien manejaba casi todas las exigencias alfabetizadoras del hogar: pagar las facturas, responder notas de la escuela, y arreglar las citas médicas para todos sus hijos. Con respecto a la complejidad de la documentación y comprensión del trabajo alfabetizante que las mujeres realizan asociado a sus roles como madres dentro de sus hogares, Rockhill (1995) escribió, “es muy difícil obtener recuentos del trabajo alfabetizador que realizan las mujeres en el mantenimiento de sus hogares y familias. Ellas no lo notan; la alfabetización es otra pieza del trabajo invisible de las mujeres” (p. 167). Es precisamente la invisibilidad del trabajo alfabetizante - tanto en términos de reafirmar que ese trabajo no cuenta como en que es “naturalmente” el trabajo de las mujeres en el hogar- ese fue el caso de June Treader. Una de las primeras cosas que observé y de lo que tomé nota en la casa de los Treaders fue la presencia sustancial de alfabetización escolar. June arregló el espacio y el tiempo para que sus hijos hicieran la tarea del hogar. Ella explicaba que “tan pronto como llegan a casa de la escuela les pregunto ‘¿tienen tarea?’, entonces ellos van y la hacen. Ellos saben que no pueden salir de casa hasta que esté hecha” (Entrevista, 3/98). June arregló una habitación como biblioteca en su departamento. Ésta era una pequeña habitación de paneles de madera con una repisa roja de tres estantes llenos de libros para niños. Certificados de reconocimiento, logros y asistencia cubrían las paredes de la habitación. Los exámenes de ortografía de Vicky colgaban de las paredes. En la sala, June colgó un premio a los padres que se ganó a través del centro Head Start por trabajo voluntario cuando Shauna, su hija más pequeña, estaba en el preescolar (notas de campo 11/98). June valoraba y estaba comprometida con la institución de la escuela y dió grandes pasos para asegurarse de que sus hijos fueran exitosos. Su exhibición de certificados de mérito era un recordatorio diario de la importancia de la escuela para ella y sus hijos. De manera similar a lo afirmado por Luttrell (1997), June, como otras mujeres de clase trabajadora, se identificaba con la lógica de la escolaridad y la veía como la herramienta de movilidad social hacia estatus superiores tanto para ella como para sus hijos. Mi presencia en su hogar como investigadora en alfabetización y como profesora de alfabetización también sugería la valoración y el compromiso de June con la educación y la alfabetización escolar así como su competencia para acceder a recursos culturales. En vista de estos ejemplos, la falla en valorar y participar en eventos literarios no puede explicar la falta de capital social y material de los Treaders, ni tampoco su falta de competencia literaria. En efecto, como veremos en la siguiente sección, en muchas formas la alfabetización con la que June se involucraba en su vida diaria requería un conjunto de estrategias, habilidades y recursos que excedían las demandas de la alfabetización escolar exigidas de ellas como estudiante. En cada uno de estos casos June interactuaba con la alfabetización a fin de cuidar y proteger a sus hijos. Petición comunitaria. Preocupados por el fuerte tráfico en la calle Rosemont, donde los Treaders vivían, June inició una petición comunitaria a fin de conseguir que colocaran un semáforo en una intersección de mucho tráfico. Desde el frente de su casa ella había visto muchos pequeños accidentes. Debido a que los chicos cruzaban la calle todo el día para ir a la tienda de la esquina, estaba preocupada de que un auto podría atropellarlos. June consideraba que debería haber un semáforo en la intersección y sabía que una forma de conseguir esto sería a través de una petición. Llevó esta idea a su clase de educación básica de adultos y se lo dijo a su maestro. Su maestro la ayudó a redactar el propósito de la demanda (ver apéndice C) y la secretaria de la escuela luego la tipeó. June solicitó más de 100 firmas de gente de la comunidad, a quienes explicó las condiciones poco seguras de la intersección con alto tráfico. Después de reunir estas firmas, se acercó a un funcionario local y le pidió que se asegurara de que su petición encontrara el camino apropiado en la municipalidad, lo cual él hizo (notas de campo, 1/98). En esta situación June no sólo utilizó el lenguaje y la alfabetización de manera efectiva sino que también accedió a recursos y forjó una contrarrepresentación de vida en su comunidad. Audiencia. Un día observé a June leyendo un formulario de 5 páginas escrito a máquina. Le pregunté que era lo que estaba leyendo y me contó de su experiencia con los servicios sociales (notas de campo, 2/98). June había notado que el cheque del servicio social de su familia era la mitad de la cantidad que debería ser después de que Lester había sido despedido de su trabajo por falta de actividad. June leyó el cheque y la carta críticamente a fin de calcular la diferencia en pagos que deberían haber recibido. Asumió que los servicios sociales habían incluído en los cálculos el período de tiempo en que Lester estaba trabajando. No obstante las fechas en el cheque no coincidían con el tiempo en el que estuvo empleado. June llamó a servicios sociales y pidió una audiencia, una garantía institucional que le permitiría expresar su desacuerdo con los pagos asignados. Acordó una audiencia en la corte del centro de la ciudad. El día de la cita juntó los documentos necesarios: su tarjeta de seguro social, recibos anteriores de trabajo incluyendo recibos de sueldo y su detalle del seguro social que mostraba el dinero que le había sido asignado. Tomó el autobús al centro y se representó a sí misma frente al juez, y explicó su caso. Dos semanas después June recibió una carta formal por correo explicando que era acreedora a $184. Sin embargo, recibió un cheque por $51, menos de un tercio de la cantidad correcta. June llamó de nuevo a un representante del seguro social y la mujer le dijo que había perdido la audiencia. En ninguna parte del texto del documento que se le envió decía que había perdido la audiencia. June intentó de nuevo explicarles, pero no recibió la cantidad correcta de dinero. De esta forma, una parte importante de la vida literaria de June entró en conjunción con las vidas de sus hijos (como se demuestra por la petición y la audiencia). El siguiente ejemplo representa muchas de las interacciones de June con la alfabetización de sus hijos. Es posible escuchar la fortaleza en la voz de June en la siguiente cita. Esto está en marcado contraste con la auto-representación de June sobre lo que significa ser alfabetizada en relación con su propia alfabetización escolar. Aquí, la hija de June, Vicky se encontraba en el proceso de ser referida a educación especial. Inicialmente, June se resistió vehementemente a pesar de tener a su hija calificada para educación especial argumentando que “las pruebas no van a mostrar nada” (transcripción, 3 de marzo del 98). Sin embargo, después de varias llamadas telefónicas de la maestra de lectura de la escuela que le aseguró a June que Vicky no podía ser ubicada en educación especial sin la autorización de sus padres, June accedió a iniciar el proceso, debido a que ella quería “aprender más acerca de ella”. No obstante, como la cita al inicio del artículo sugiere, June continuó resistiéndose a la ubicación de su hija en educación especial. La siguiente cita ilustra esta resistencia. June afirmó, 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. 13. 14. 15. 16. 17. 18. 19. 20. 21. 22. 23. 24. 25. 26. 27. 28. 29. 30. 31. 32. 33. 34. 35. 36. 37. 38. 39. 40. 41. 42. 43. 44. 45. La educación especial es como, para una persona lenta y ella no es lenta, ella no es para nada lenta. ella sólo necesita poner su mente en ello. (Vicky) puede aprender tan bién en una clase regular como yendo a una clase de educación especial si ella tiene que tener un tutor o simplemente con otro maestro y ella pero ella no va a ir a ninguna clase de educación especial. Yo nunca fuí a ninguna por qué entonces debería ella ir a una? Yo no la quiero en educación especial pues una vez que ella entra en educación especial y por el sólo hecho de ella estar ahí ella nunca va a salir de ahí. Hasta que ella llegue al 12avo grado y entonces ella sale de la educación especial. Pero la educación especial no te enseña más que la maestra de la clase. Yo creo que ella está mejorando. Yo la veo trabajar con Luanne y trabajar contigo. Ella incluso me ayuda. Si yo no sé la palabra, me ayuda con ella. Por eso es que pienso que ella está mejorando en lo que está haciendo… Yo les voy a decir a ellos si la tengo que sacar de esa escuela, y ponerla en otra escuela ella no va a ir a educacións especial. Si ellos discuten conmigo, ellos discuten conmigo. Ella no va a ir a ninguna clase de educación especial. Yo soy quién tiene que firmar los papeles. Yo soy su madre, no ellos. Así que ellos pueden discutir conmigo todo lo que quieran. (June Treader, Transcripción 3/98) Queda claro que (en el contexto de su cocina) la relación de June con la institución es de resistencia. Afirmó, “si discuten conmigo, discuten conmigo. Ella no va a ir a ninguna clase de educación especial. Yo soy quien tiene que firmar los papeles. Yo soy su madre, no ellos” (líneas 36-43). El contraste entre esta cita con la anterior es notable. Aquí, June confía en su relación con la escuela mediada a través de su hija, pues se evidencia en su uso de afirmaciones seguidas del pronombre en primera persona (“yo soy la persona que tiene que firmar los papeles” línea 40, guión 41). Sin embargo, en el contexto inicial (Discurso de la escuela), June no estaba segura de su posición en relación a la alfabetización escolar, la cual también se evidenciaba en su uso de pronombres en primera persona seguidos por afirmaciones de déficit (“no podía leer tan bien” línea 14). En el discurso de ser madre, la vida alfabetizada de June se representa a través de sus hijos. Es dentro de su hogar, en su cocina, donde June se niega a la ubicación de Vicky en educación especial. Las afirmaciones insertas en estas citas se asemejan a la posición defensiva de June con respecto a sus experiencias de su vida alfabetizadora fuera de la escuela, también un hecho que se conecta con sus hijos (ej. demanda y audiencia). Un aspecto impactante de esta cita es la forma en que June demostra una buena comprensión de la organización social de la escuela. Ella da cinco razones específicas por las cuales Vicky no debe ir a educación especial. En la línea 3 afirmó, “[Vicky] no es para nada lenta,” y en la línea 5 “ella necesita poner su mente en ello.” En la línea 13 hace una conexión explícita de su propia historia con la escuela y afirma, “yo nunca fuí a una por lo tanto ¿por qué debería ir ella a una?” En las líneas 15 a la 22 June demuestra su comprensión de la huellas sociales a menudo inherentes a la ubicación en educación especial. Afirma que, “Porque una vez que ella entra a educación especial y por el sólo hecho de que ella está allí nunca sale de allí.” Luego en la líneas 23 a la 30 June cita las áreas específicas de mejoramiento basadas en sus observaciones de Vicky en el hogar “trabajando con Luanne, trabajando contigo, ella incluso me ayuda. Si yo no sé la palabra, ella me ayuda con eso.” Luego en las líneas 32 a 35 demuestra su comprensión de que ella tiene el poder de sacar a Vicky de su escuela actual y de ponerla en otra escuela media en el distrito. Cada una de estas razones demuestra que June a) comprende la producción, consumo y distribución de las decisiones dentro del proceso de educación especial (institucional) y b) se enfrentó a la autoridad de la escuela en su negativa de ubicar a Vicky en educación especial (social). Después de varias llamadas telefónicas de la profesora de lectura, June eventualmente decidió firmar los papeles para que Vicky fuera evaluada. Dijo que ella quería “aprender más acerca de ella” y afirmó que como su madre, sería ella quien decidiría si es que Vicky debía a ser ubicada en un aula de educación especial. Dentro del Discurso escolar June había adquirido un conjunto de relaciones donde ella se veía a sí misma como una persona con fallas de alfabetización. Dentro de este discurso se veía a sí misma como una persona que tenía mal desempeño en los exámenes y que no había hecho muchos progresos en la escuela. Así, June veía su relación con la alfabetización mediada a través de un conjunto de autoridades externas, notas en exámenes y un lenguaje general de discapacidades. Este contexto discursivo evocaba su rol como una estudiante de alfabetización frágil. Si bien este Discurso tenía poco significado en su vida diaria en el hogar y en su comunidad, June le asignaba un peso significativo debido a su creencia ideológica de movilidad social a través del éxito educacional. En el Discurso de ser madre, June ha adquirido la ideología de que la alfabetización es el trabajo de la madre en el hogar. Dentro de este Discurso, existe un conjunto diferente de suposiciones acerca de su rol relacionado con la alfabetización, el lenguaje y los textos. June confía en sus estrategias y recursos cuando interactúa con los textos por el bienestar de sus hijos. June tiene un fuerte deseo de aprender y de ayudar a sus hijos a ser exitosos en la escuela. Quiere estar involucrada, en realidad está involucrada de varias maneras en la educación de sus hijos. El caso de June aparece en marcado contraste con la retórica pública relacionada con la amplia crisis que envuelve a las familias y la alfabetización, que asume que las madres no se interesan por la educación de sus hijos y no quieren verse involucradas. La tensión, o paradoja aquí, es que mientras estas negociaciones (ej. la audiencia, la petición, y la resistencia a ubicar a su hija en educación especial) cuentan significativamente para la salud y el bienestar de sus hijos, June no ve estas interacciones como una forma de contabilizar su progreso en la alfabetización escolar. De esta forma, cuando June está en un contexto discursivo que evoca su relación con textos a través de su rol como madre, ella es exitosa y competente. Aunque Gee (1996) propuso diferenciar entre el discurso del hogar y el de la escuela, las consecuencias de la alineación se transforman en un problema en este caso. Es decir, June cree en la lógica y en la ideología de la escolaridad y no ve sus prácticas alfabetizadoras locales (prácticas que son marcadas en las relaciones de género) como prácticas alfabetizadoras legítimas. Cada contexto evoca una identidad alfabetizadora distinta en términos de cómo June es posicionada y cómo se posiciona a sí misma en relación con la alfabetización. Por lo tanto, es importante entender cómo estas historias de participación en diversos contextos discursivos alimentan el proceso de toma de decisiones de June en la reunión del Comité de Educación Especial. En la siguiente sección, muestro las formas en que las subjetividades de June -el sí mismo en relación con el discurso- como madre y como estudiante de alfabetización se encuentran. Discurso de la Reunión del Comité de Educación Especial (CEE) El tercer contexto discursivo se encuentra en la reunión formal con el Comité de Educación Especial que tuvo lugar el 18 de junio de 1998. El proceso de educación especial insiste en la participación de los padres en el proceso y en el consentimiento de la lógica institucional para con las discapacidades. La reunión se llevó a cabo en la escuela y duró 50 minutos. Los participantes en la reunión fueron el psicólogo, el presidente de la reunión, la terapista de lenguaje, un enlace con los padres, June, yo y Shauna, la hija más pequeña de June. La reunión empezó con la apertura del presidente del comité. Es importante reseñar que ninguno de los maestros que trabajó con Vicky y que hicieron la referencia inicial a la educación especial asistieron a la reunión. June estaba prácticamente en silencio en la reunión. Sus 9 turnos de habla en los 50 minutos de la reunión fueron respuestas a preguntas procedurales como, “¿necesita Vicky usar anteojos?” El presidente del comité presentó a cada uno de los miembros del comité así como a June, Shauna y a mí. De allí la psicóloga describió los resultados de las pruebas e identificó cuáles eran las deficiencias de Vicky basadas en los resultados. Luego, el presidente del comité revisó el tipo de ayuda disponible para esas deficiencias. En este punto, se le preguntó a June si quería que Vicky recibiera la ayuda que ella necesitaba, dadas sus extensas deficiencias. La etiqueta de discapacitada múltiple fue introducida para describir las extensas necesidades que los evaluadores presenciaron durante la evaluación. Después de que June aceptara e indicara que, “si ella tiene que ir, ella puede ir a educación especial” (reunión del CSE , Junio del 98), firmó un documento dándole a la escuela permiso para catalogar a su hija y ubicarla en un aula de educación especial. El presidente cerró la reunión dándole a June una copia de una Guía de Educación Especial para Padres. Discurso de la escuela. Con el fin de demostrar la forma en que la subjetividad de alfabetización está ligada a diversos contextos discursivos, enfoco el análisis en esta sección en dos conjuntos de interacciones representativas de la reunión del CEEEE (ver apéndice D). La primera interacción fue con la psicóloga dado que ella identificó los problemas de Vicky (líneas 76-145). La segunda interacción fue cuando el presidente del comité revisó la ayuda disponible para Vicky para el siguiente año escolar y le pidió a June Treader su respaldo para el programa recomendado (líneas 419-454). Cada una de estas interacciones se presentan a fin de resaltar las formas en las cuales el poder se inserta en el lenguaje, los llamados a hacer uso de palabra, los marcadores institucionales y el marco metadiscursivo. La primera interacción se refiere al momento en que la psicóloga identificó los problemas de Vicky. La institución de la escuela se ve definida a través de una serie de pruebas y programas (aparentemente) objetivos, a medida que la psicóloga habla. Por ejemplo, en la línea 79 la psicóloga se refiere a las pruebas de inteligencia para indicar el instrumento utilizado para medir el desempeño de Vicky. Vicky fue comparada con los pares de su edad, bajo la suposición de que la edad mental determina la inteligencia y que el desarrollo precede al aprendizaje. Se determinó entonces que Vicky estaba “por debajo del promedio.” Además de definir la institución de la escuela a través de la producción, consumo y distribución de los resultados de la evaluación, se hace una declaración de deficiencias que corresponde a una visión normativa del aprendizaje y los logros. El lenguaje de la institución de la escuela fue adicionalmente reseñado a través de una prueba de inteligencia, un WISC-III, WIAT y un selector individual de habilidades académicas básicas. En las línea 126-127, la psicóloga afirma que “las habilidades de Vicky para decodificar palabras estaban a un nivel de 2do grado.” Una indicación de la forma en que la institución de la escuela y lo que cuenta como logros (de acuerdo a los indicadores de niveles de grado) son determinados en el caso de Vicky. Otro aspecto del nivel institucional de los órdenes del discurso es que los funcionarios de la escuela, a diferencia de June, tienen acceso a los registros y la información sobre Vicky. La institución se ve representada a través de un Discurso que es considerado como científico y objetivo y por tanto una representación precisa de los logros de Vicky. Además de ser contradictorios con la competencias de Vicky con el lenguaje y la alfabetización en su hogar y en la comunidad, esta presentación dela información la definió solamente desde una perspectiva de deficiencias, en lo que ella no era capaz de hacer. Por ejemplo, en la línea 76 la psicóloga indicó que Vicky tenía “dificultades para comprender instrucciones”. En la línea 80 afirma que Vicky se encuentra “debajo del promedio” y en las líneas 128-129 “debajo del promedio para su grado”. Junto con el retrato de la psicóloga de Vicky visto con una lente de deficiencias, la terapista de dicción también tomó una posición similar que concuerda con el reporte original de la psicóloga (líneas 185 a 216). Se refirió a “dificultades para entender y procesar cierta informacion” (196198), y a “fallas en sus habilidades de lenguaje” (línea 213). Las pruebas enmarcaron lo que Vicky no podía hacer desde un marco normativo, y luego el comité sugierió que necesitaba la mayor cantidad de ayuda para el siguiente año académico. En el turno de habla de la terapista de dicción hay un patrón similar de uso del pronombre en tercera persona, la programación de la toma de turnos, la construcción de la institución a través de los puntajes de las pruebas y la comparaciones normativas. Los estudios del discurso en ambientes institucionales (ej. Fairclough, 1995; Fairclough & Wodak, 1997; Mehan, 1996; Rogers, 2004) han demostrado que una de las características definitorias del lenguaje institucional es que muestra restricciones en lo que los participantes pueden decir en forma relevante. Más aún, dentro de las charlas institucionales, las identidades que se consideran relevantes se ven construídas a través de una combinación de toma de turnos y patrones de interacción; la forma en que la institución es organizada discursivamente y las subjetividades son evocadas (ej. Fairclough, 1995). Por lo tanto, se podría espera que June tomara una postura sumisa ante la base del registro formalizado de la reunión. No obstante la decisión de June de ubicar a Vicky en una clase de educación especial es más compleja porque apela a su historia con la alfabetización, una de compromisos consigo misma como estudiante y con su rol como madre. El rígido control de la información en la reunión acoplado con la eficiencia en la toma de turnos y la presentación de los datos facilita el rol discursivo que implícitamente se le solicita a June que cumplan en esta reunión. En este contexto discursivo, los roles de June como madre y como estudiante con deficiencias en la alfabetización son evocados a expensas de su deseo de no ubicar a Vicky en una clase de educación especial. Debido a que June aceptó la ideología detrás de la autoridad de los evaluadores externos para determinar el aprendizaje y los logros, las comparaciones normativas, las equivalencias de niveles de grado y las orientaciones relacionadas con las deficiencias en su propia historia escolar, todo esto cobraba sentido para ella con respecto a la educación de Vicky, según se veía en el discurso de la escuela. La visión de June de su relación con la alfabetización escolar se veía a través del lente de la deficincia: “[leer] era un problema;” “había bajado a un uno en lectura;” “no podía leer…no podía leer tan bien.” De esta forma, cuando se hicieron las afirmaciones acerca de las carencias de su hija sustentada en la retórica de deficiencias y de pruebas estandarizadas, ambos concordando con lo que la alfabetización significaba para ella, las declaraciones tuvieron sentido y evocaron sus fallas pasadas con la institución de la escuela. June había dado (en su cocina) cuatro razones concretas por las cuales Vicky no debería ir a la educación especial (ej. ella no es lenta, una vez que entras nunca sales, ella puede aprender igualmente bien en una clase regular, ella solamente necesita poner atención). Sin embargo, en el contexto de la reunión de educación especial, no ofreció ninguna de esas razones. Cuando June escuchó que el nivel de lectura de Vicky estaba “por debajo del nivel del grado” a través de las pruebas estandarizadas, coincidió con lo que ella conocía, creía y entendía acerca de sí misma en relación con la institución de la escuela. Discurso de madre. Al mismo tiempo que la institución apeló al discurso de deficiencias, un marco lingüístico con el que June estaba familiarizada, también se apeló a su rol como madre y su reponsabilidad de tomar la mejor decisión educativa para su hija. Así, las creencias de June sobre lo que era correcto para su hija fueron suspendidas efectivamente debido a que la institución pensaba algo distinto sobre las necesidades educativas de su hija. Al mismo tiempo que la reunión evoca la historia de June como estudiante con fallas de alfabetización, también insiste en su responsabilidad como madre (responsabilidades que ella toma muy en serio). La educación especial es un proceso que insiste en involucrar a los padres a través de los debidos procesos y sin embargo, estructura las circunstancias institucionales de tal forma que los padres no pueden evitar estar de acuerdo con la lógica de la institución (Mehan, 1996). Sin embargo, a fin de capacitar a sus hijos, ellos necesitan restringirlos a una condición de discapacidad (Allan, Brown & Riddell, 1998). De hecho, los funcionarios de la escuela pidieron el permiso de June durante el proceso de educación especial. A pesar de esto, los funcionarios en la escuela no le dieron a June ninguna información sobre el proceso de educación especial hasta el final de la reunión del CEE , después de que la habían etiquetado. En este punto en la reunión, la psicóloga le alcanzó a June una guía para los padres para educación especial y expresó, “esto le dará un poco más de información en cómo el proceso que seguirá adelante” (transcripción, 18 de Junio del 98). Dentro de este discurso, las necesidades de Vicky son construídas a lo largo de la reunión de forma tal que se solicita a los padres tomar una decisión basada en lo que es correcto para su hijo, brindando pocas alternativas. Por ejemplo, después de la identificación del problema, la psicóloga se volvió hacia el presidente del Comité de Educación Especial con el fin de revisar la ayuda disponible para una estudiante con las necesidades de Vicky (líneas 419-451). El presidente del comité explicó que con la severidad de las deficiencias de Vicky, “su lectura está casi tres años por debajo del nivel del grado,” el ambiente de una clase más pequeña podría ser la mejor opción para ella. Los funcionarios de la reunión apelaron al Discurso de las deficiencias, un conjunto de términos con los que June está familiarizada por sus propias experiencias con la escuela, a fin de armar el caso sobre las necesidades de educación especial de su hija. También hay un movimiento para crear consenso de voces en el proceso. Esto puede verse en el siguiente extracto cuando la psicóloga le habló a June, “hablamos en la reunión de padres acerca de identificar, hummm, identificar a Vicky con una discapacidad educativa a fin de ubicarla en el programa. Y hummm, yo creo [que esta etiqueta] se prestaría para proporcionarle los servicios más amplios que estamos considerando” (transcripción, 18 de Junio del 98). La psicóloga apela al uso del “nosotros” como un marcador discursivo que sugiere coherencia. De nuevo surge el tema de habilitar a una estudiante para obtener ciertos recursos educativos pero sólo confinándola para este fin. Inserta en esta afirmación está la suposición de que June coincidiría con esta etiqueta; quizás ya lo hace, a pesar de su afirmación de que, “ella no va a ir a ninguna educación especial” (3 del 98) que fue hecha no sólo en su casa sino también en reuniones informales con los maestros de Vicky. La psicóloga confirmó las necesidades de Vicky y se apoyó en la responsabilidad de June como madre de encargarse de estas necesidades. Indicó, Si estás interesada en este programa, te puedo hacer firmar un permiso hoy y puedo ubicarla en una lista de una clase y así estará lista para Septiembre…porque sin su permiso por escrito no podemos brindarle este programa. Yo puedo (sic), escribí a mano un permiso y si tú quieres firmarlo hoy, entonces la puedo poner rápidamente en la lista de una clase. En este punto de la reunión, el presidente del comité se levantó de la cabecera de la mesa, le alcanzó el permiso a June y resumió el papeleo. Indicó que, “básicamente todo lo que esto dice es que vamos a identificarla como discapacitada múltiple admitiendo que ella tiene necesidades de lectura y necesidades de dicción, recomendando una clase más pequeña y enfatizando en matemáticas. Y estos son tus debidos derechos en los procesos. Sin su permiso escrito, no podemos proporcionrle el programa.” Esta interacción refuerza el poder de decisión de June y al mismo tiempo refuerza la necesidad de Vicky de recibir dichos servicios especiales. El Discurso de la reunión produjo consenso en esta reunión mediante el control cerrado de las oportunidades de habla, los indicarores oficiales del aprendizaje y los logros de Vicky. A fin de entender el cambio en June de resistirse a esta ubicación a su aceptación “si ella tiene que ir, ella puede ir, a educación especial,” tenemos que ver más allá de los marcadores locales e institucionales, y ver la forma en que el contexto discursivo de la reunión apela a dos conjuntos de subjetividades sobre la alfabetización, en competencia. En este análisis es esencial que el consenso de June no refleja la estructura social de la reunión; sino que le dió cuerpo a ella. Las contradicciones insertadas en la estructura social se hacen evidentes en los roles de June durante esta reunión. La primera es la relación de June con los textos escolares, donde ella se percibe así misma como una persona fracasada educativamente. ? ? La segunda es la relación de June con los textos de sus hijos. En esta relación, June es exitosa pero debido a que el trabajo alfabetizador del hogar es considerado el trabajo de la madre y no es contabilizado o valorado, la relación de June con la alfabetización se ve silenciada. Esta reunión evoca subjetividades que compiten (la de madre y la de estudiante). En este caso la intención de June de ser una buena madre y de obtener para su hija los recursos educativos que necesitan actúa paralelamente con su frágil competencia de alfabetización. Esto se fundamenta en su historia de participación en la escuela y su responsabilidad de tomar la decisión correcta para su hija. Discusión Es importante en este caso la naturaleza multifacética de las subjetividades relacionadas con la alfabetización. Cuando vemos a June, una mujer cuya lectura es de 4to grado y cuya historia con la escuela se ha visto marcada por los fracasos, podríamos esperar ver a una mujer con una relación sensible con la alfabetización. Esta suposición de que la subjetividad en la alfabetización de June era frágil y quizás pasiva, conduciría a decisiones acerca de la naturaleza y extensión del compromiso de los padres y quizás los tipos de alfabetización que puede esperarse de ella y de sus hijos. Si continuáramos percibiendo a June como una subjetividad literaria unívoca, podríamos asumir que ella no se encuentra comprometida con la educación de sus hijos, debido a que ella es incapaz o no está interesada. O podríamos atribuír las dificultades de sus hijos con la lectura como parte de un ciclo intergeneracional de deficiencias en la lectura que June ha transmitido a sus hijos. Otra explicación puede ser que los Treaders no tienen alfabetización en su hogar, o no tienen el tipo apropiado de alfabetización. No obstante cada una de estas explicaciones es refutable en el caso de June. En cambio, lo que hallamos es un caso complicado de subjetividades literarias a lo largo de un rango de contextos. A fin de entender quién es June como persona alfabetizada, y en consecuencia, las decisiones que ella toma para sus hijos, tenemos que observar a través de los contextos a fin de ver que las subjetividades de alfabetización no son rasgos monolíticos que son propiedades de los individuos, sino más bien son construídos a través de diferentes contextos discursivos. La relación de June con la alfabetización y con sus hijos es mediada a través de sus experiencias presentes y pasadas como estudiante de alfabetización. Mientras la alfabetización es vista como el trabajo de June dentro del dominio del hogar, el considerable trabajo alfabetizador con el que ella se involucra no es reconocido o valorado por ella o por la institución de la escuela. Esta es una profunda fuente de tensión en la vida de June porque la alfabetización con la cual ella se identifica más íntimamente, aquella del hogar y de la comunidad, y aquella con la cual ella es más exitosa, no se cuenta como valorable. A través de la repetición del trabajo literario del hogar, June aprendió estrategias para manejar textos escritos. No obstante June también adquirió un conjunto de relaciones sociales que incluyó su confinamiento a la esfera doméstica y a la estructura del trabajo disponible para mujeres catalogadas como de poca educación (Luttrell, 1997; Mace, 1998; Rockhill, 1995). La alfabetización en la vida de June Treader es paradójica. No es lo que parece o promete ser. Como Stuckey (1991) nos recuerda, “[an]alfabetismo ni encarcela ni libera a la gente. Simplemente encarna las enormes complejidades de porqué y cómo algunas personas viven confortablemente y otras no” (p.68). El concepto de ideología es importante para entender la paradoja de la alfabetización en la vida de June Treader porque la suposición de tener menos de la cantidad necesaria (¿es suficiente la alfabetización?) y el tipo (¿es éste el tipo apropiado?) de alfabetización es lo que cuenta. La ideología es poderosa porque actúa desde adentro. La internalización de estas estructuras y relaciones es una forma de ver el mundo. Las ideologías, como he mostrado en este artículo, actúan más efectivamente a través de subjetividades divididas y contradictorias. Lo que es importante es cuál de las subjetividades (competencia literaria, alfabetización como trabajo de la mujer, alfabetización como capacitación) es evocada en qué contexto discursivo. De esta forma una manera de comprender la forma en la cual las subjetividades son evocadas en diferentes contextos ha iluminado las teorías contemporáneas del discurso. No es posible apegarse a marcos explicativos que sólo consideran la separación o los conflictos entre discursos. El caso de June Treader ha proporcionado evidencia de que necesitamos considerar las consecuencias de la alineación ideológica entre discursos. La investigación futura debería exigir agendas empíricas y teóricas que ofrezcan explicaciones alternativas de cómo estas subjetividades son adquiridas y de esta forma, no de forma inmediata resistidas, una agenda para la cual ofrezco instrucciones en la siguiente sección. Teoría crítica social y aprendizaje June cree en la lógica institucional. No obstante, dentro del contexto de la escuela, June Treader también cree que es incapaz, discapacitada y que no cuenta como un individuo alfabetizado. Con el objetivo de comprender cómo esto ocurre, a pesar de sus competencias, necesitamos considerar la forma en que los individuos adquieren ideologías contraproducentes. Fairclough (1989; 1992a; 1992b; 1995) no ha contemplado el aprendizaje y la adquisición en el análisis crítico del discurso, aunque otros analistas del discurso lo han hecho. Como delineé al principio de este artículo, Gee (1996) ha proporcionado un modelo conceptual del aprendizaje y la adquisición a través del marco del discurso primario y secundario. Como he indicado en este artículo, no hay una división marcada entre el discurso primario y secundario de los Treaders. Gee (1996) ha argumentado que los individuos adquieren su discurso primario. A través de la exposición, la inmersión y la práctica los individuos adquieren el lenguaje de su hogar y su comunidad así como formas de creer, practicar y ejercer la alfabetización. Los individuos aprenden su Discurso secundario generalmente a través de instituciones públicas tales como las escuelas, los servicios sociales y el gobierno. A menudo existe poca distinción entre los sistemas del Discurso primario y secundario de los Treaders, dado que la alfabetización escolar satura la vida hogareña de los Treaders. A medida que los Treaders interactúan con la alfabetización, los límites entre el aprendizaje y la adquisición son fluídos y dinámicos. Debido a que las prácticas de alfabetización familiar emanan de instituciones sociales y reflejan narrativas sociales mayores (ej. habilidad, discapacidad, dependencia) que también son adquiridas, yo sostengo que June Treader adquirió su forma de pensar sobre sí misma en base a su mundo social. La relación de June con la alfabetización a través de la alfabetización escolar y con su trabajo como mujer y como madre son dos temas en este estudio. Primero las prácticas de alfabetización familiar de June Treader están estructuradas por la presencia de la alfabetización escolar en su hogar. Dentro de este contexto June ha aprendido a verse a sí misma como analfabeta e incapaz y ha adquirido un conjunto de suposiciones sobre sí misma en relación con la alfabetización escolar. Es decir, dentro de este contexto institucional ha aprendido que no es una persona alfabetizada. Se ve a sí misma como una persona fracasada en el proceso de alfabetización. Esto constituye una pieza en la adquisición de la ideología en el contexto del hogar y la escuela. Gee (1996) afirma que, “es por supuesto una gran ventaja cuando cualquier Discurso secundario en particular es compatible (en palabras, hechos y valores) con tus discursos primarios” (p.142). Este puede ser el caso de individuos que han aprendido a verse a sí mismos como exitosos a través de los ojos de la escuela (pero, como he demostrado, el caso de June no es así). Por lo tanto, las ideologías del hogar y de la escuela son compatibles en el hogar de los Treaders. Es esta compatibilidad la que resulta problemática ya no permite que la alfabetización de June sea contabilizada y, al mismo tiempo, permite reforzar la visión de un tipo de alfabetización. El segundo tema que es relevante para el caso de los Treaders es el manejo de la alfabetización como trabajo de la mujer dentro del contexto del hogar. A través de prácticas de alfabetización familiar June ha aprendido que la educación es trabajo de la mujer y siempre está vinculado con su rol de madre. Esto resulta contradictorio pues a pesar de que June es menos competente con la alfabetización escolar que su esposo, ella administra la mayor parte de las exigencias de alfabetización en el hogar. Lo que June ha adquirido a través de este conjunto de relaciones sociales es el concepto de que la alfabetización es trabajo de la mujer. Segundo, la alfabetización es ejecutada en conjunto con su rol de madre. Es decir, todas las interacciones de June con la alfabetización se vinculan con sus hijos. Tercero, June ha adquirido la creencia de que la alfabetización que es parte de su vida no cuenta, porque no es reconocida por la institución. En efecto, siguiendo la ideología institucional ella no define estos logros como alfabetización (son en un sentido, invisibles para ella). Aquí sugiero que, en esas negociaciones diarias con el lenguaje y la alfabetización, June ha adquirido (y encarnado) dos subjetividades contradictorias. Una es una fuerte relación con la alfabetización escolar y la otra con el ser madre. Cada una de estas subjetividades es evocada en distintos contextos. Así, las aseveraciones de Gee (1996) acerca de la diferencia entre aprendizaje y adquisición tiene sentido en este contexto. Gee ha manifestado que, “somos mejores ejecutando lo que adquirimos pero sabemos conscientemente más acerca de lo que aprendemos” (p. 139). Lo que deja fuera de este análisis, como sugiero al principio de este artículo, es la distinción entre aprender en comunidades de Discurso secundario y adquirir en comunidades de Discurso primario. En este proceso de aprender su discurso secundario, los individuos van adquiriendo las relaciones ideológicas y conceptos de su discurso secundario. Un aspecto relevante a ser tomado en consideración es que mediante la participación en comunidades de Discurso, June ha adquirido subjetividades parciales y divididas. El uso flexible de la alfabetización por parte de June en conjunción con su rol como madre y su frágil relación con la escuela sugiere los límites de estas subjetividades. En el deseo de June de ser lo que Lareau (1989) refiere como la madre ideal a los ojos de sus hijos y de la escuela, ella ha adoptado lo que a menudo se considera como valores y posturas de clase media con respecto a la educación y su participación dentro de la escuela. Aunque June complementa el curriculum de la escuela en el hogar y no parece intimidada por los maestros, es incapaz de resistirse dentro de la institución de la escuela. June ha adquirido un conjunto de suposiciones de que el trabajo literario de su vida diaria (el de las prácticas familiares alfabetizantes) tiene poco valor y significado a los ojos de las instituciones sociales. No es reconocido o valorado. Más aún, tanto ella como su hija son vistas como de poca educación e incapaces. Es esencial que, en términos de la fortaleza de la ideología, esos conceptos sean adquiridos más que aprendidos de forma tal que no se les oponga resistencia fácilmente. El significado simbólico de la alfabetización está conectado a menudo con un apego a la escolaridad. La escolaridad trae consigo la posibilidad de ser alguien (Luttrell, 1997). Este alguien, no obstante, debe no sólo utilizar el lenguaje y la alfabetización competentemente sino que también debe ser competente en el momento de leer la producción, consumo y distribución de los textos (Bloome & Talwalkar, 1997; Lewis, en prensa; Luke, 1995; Moje, 2000). Así la alfabetización crítica en el aula ofrece un gran potencial para reordenar la invisibilidad de suposiciones invisibles construídas dentro de textos. Sin embargo, no podemos pasar por alto la lectura crítica de textos e instituciones que a menudo ocurren fuera de la esfera del aula. June, por ejemplo, es estratégica y acertada en su lectura de los textos que influían su vida diaria. Leyó las formas de los servicios sociales críticamente y con detenimiento porque el hecho de no tener la cantidad justa de dinero traía consecuencias severas para el bienestar de sus hijos. June también encontró recursos en su comunidad para ayudarse en la elaboración de una demanda. De nuevo, involucrada con sus hijos, June afirmó, “Yo soy la madre, no ellos” y dio varias razones por las cuales su hija no necesitaba de la educación especial, demostrando una fractura en los argumentos presentados por la escuela. Estas estrategias congnoscitivas de leer textos críticamente, buscando quiebres, enfrentando suposiciones en los textos (tanto escritos como hablados) es la base para una alfabetización crítica la cual ya está ocurriendo en sus vidas fuera de la escuela. Reflexión June no se dió por vencida en su deseo de ver a Vicky fuera de la educación especial. El siguiente otoño, Vicky, June y yo estabamos sentadas en su cocina hablando cuando June se volvió a Vicky y dijo, “cuéntale a Becky lo que te dijeron hoy.” Vicky empezó, “me dijeron que podría salir de educación especial”. June refulgió con orgullo (pues ella continuaba creyendo en la institución de la escuela) y citó ejemplos de cómo Vicky había progresado y le estaba yendo bien en su primer año en séptimo grado. Si bien June no renunció a su deseo de conseguir una buena educación para su hija, pospuso sus propios deseos educativos. Al final del proceso de educación especial, cerca de dar a luz a su cuarto hijo, June abandonó su clase de alfabetización de adultos afirmando, “si yo estuviera yendo a algún lado me encontraría en el piso de arriba en la sala de GED a esta altura” (June Treader, transcripción, 4/98). Después del nacimiento de su hijo, June tomó un trabajo como mucama en un motel local. Cambió sus responsabilidades en el dominio de su propia educación debido a sus responsabilidades del hogar y la maternidad. La desición de June de abandonar su programa de educación formal así como su decisión de ubicar a su hija en educación especial fueron decisiones que me causaron conflictos, en mi carácter de investigadora educacional y teórica social. A través de la investigación, contínuamente pedí a los Treaders que se involucraran en el proceso de investigación. Como parte del proceso de validación, a menudo presenté información y escenarios posibles, planteé preguntas que podríamos formular a los maestros en la escuela durante las horas de reuniones, hice una lista de recursos para padres en el distrito escolar y presenté ideas de posibles soluciones para que Vicky obtuviera la instrucción de lectura en la escuela media donde no había maestros de lectura. A pesar del capital cultural que aporté a la investigación como una investigadora de la lectura y educadora, me sentí poco exitosa en el aspecto crítico de mi trabajo. Es decir, mientras conseguí mantenerme crítica en mi orientación crítica y analítica mientras escribía, no creo que hice un trabajo suficientemente bueno como investigadora crítica en términos de reconocer la severidad de las disyuntivas en la vida literaria de June. Sólo después de que pasé un año analizando los datos, mirando detenidamente la toma de turnos y cómo tanto ella y yo fuimos excluídas de la toma de decisiones, llegué a la crítica de mi trabajo como investigadora. Por lo tanto, la reflexividad involucra cambiar el marco analítico en el trabajo del investigador. Al hacer esto también analicé mi rol como investigadora en este proyecto, haciéndome la siguiente pregunta: ¿Qué modelos culturales traigo a este proyecto de investigación en relación con la alfabetización y las instituciones? Mientras analizaba mi propia participación en el contexto discursivo de la reunión del CEE (ver apéndice d, líneas 247-302), demostré cómo mis acciones, visibles a través de órdenes del discurso, fueron, a pesar de los esfuerzos conscientes, nada emancipatorias. Yo estaba involucrada en varios contextos discursivos como una investigadora de alfabetización que comprometía mi historia de participación en esos entornos. Estaba también implicada en la preparación de la reunión cuando se me solicitó producir más que presentar datos (locales), a través de la retórica institucional (comparaciones normativas) y a través de mi posición dentro de las escuelas como instituciones (social). En la línea 247 pedí permiso para interrumpir el flujo de la conversación en la reunión (local). Más aún, en las líneas 252-253, estaba informada de que había una discrepancia entre el reporte psicológico, el reporte de la profesora de lectura, y mis propias observaciones y evaluaciones del nivel de lectura de Vicky. En vez de afirmar “estas puntuaciones no son un indicador preciso de la habilidad de lectura de Vicky” pregunté cortésmente, “¿es eso también consistente con sus reportes de recuperación de lectura?” Aún a nivel local, esta convención de cortesía, de preguntar, más que afirmar lo que yo sabía que era verdad, permite a la psicóloga confirmar los resultados de sus pruebas. La naturaleza de estos turnos indica mi rol como foránea a este contexto discursivo en particular. A nivel institucional, expresé mi identificación con la comunidad escolar mediante una referencia a “segundo grado en decodificación” (línea 250), “reportes de recuperación de lectura” (línea 253), “nivel de tercero y cuarto grado” (línea 298) y “decodificando en aislamiento” (línea 300). A través de este lenguaje me definí a mi misma como parte del lenguaje institucional. A nivel social estaba implicada en el Discurso de deficiencias, tanto como June, a medida que la retórica de la reunión se desarrollaba a nuestro alrededor. Esta reunión evocó mis subjetividades en mi desarrollo como educadora de alfabetización, investigadora, y teórica social crítica a medida que escuchaba la forma en que Vicky era descrita en términos de deficiencias. Aún si no hubiese conocido a Vicky, el retrato de cualquier niño en estos términos es muy problemático (ej. Mehan, 1996). Estas subjetividades fueron remarcadas durante la reunión (ej. líneas 247, 254, 294-302), e indujeron a la cooperación tanto de mi parte como de June. Esto refuerza el punto que he presentado a través de este artículo de que el poder del consenso institucional insiste en subjetividades fragmentadas. Como mujer blanca de clase media trabajadora, mis apegos y valoraciones de la educación son profundas, como también lo son las contradicciones que he aprendido de las mismas instituciones. Es posible que mi experiencia como educadora de alfabetización y teórica social crítica no tengan raíces tan profundas como mis experiencias pasadas con la escuela. Yo, al igual que June, he aprendido que los funcionarios de la escuela son autoridades; aprendemos de ellos, no los confrontamos. Más aún, como mujer que ha sido exitosa con la educación escolar, he aprendido tanto dentro de las reglas como acerca de las reglas de la educación. No obstante, es aún difícil confrontar estas redes institucionales del discurso en momentos en que la orquestación de la reunión se desarrolla con precisión y eficiencia. Como Rockhill (1995) asevera, “es precisamente debido a que la educación exhibe esta promesa para las mujeres que también presenta una amenaza para ellas en su vida diaria” (p. 168). Yo, como June, estoy implicada en la paradoja de la educación, porque al reconocer las condiciones que nos mantienen en su lugar resulta a menudo difícil romper tales condiciones. Un aspecto importante a tomar en cuenta de esta investigación es que los problemas indicados arriba no incumben solamente a los Treaders. El problema de las subjetividades literarias, quiéns somos y en quién pensamos que nos podemos convertir, sobrepasa los límites institucionales. Limitaciones e investigaciones futuras El estudio etnográfico descrito aquí se enfoca en las prácticas alfabetizantes de una familia, y en particular, de una mujer. Una limitación obvia es la extensión con la que la interpretación puede ser transferible a otras personas dentro de la misma población. Más aún, he presentado una ampliación de un modelo teórico que da cuenta de la adquisición de múltiples modelos culturales, cada uno acarreando redes ideológicas que son evocadas en diferentes contextos discursivos. Sin embargo, este modelo puede crear un bloqueo en el camino para los investigadores si es que se lo consideran totalmente transferible, pues cada caso involucra una historia única de participación con textos, interacciones e instituciones. Futuras investigaciones pueden plantear preguntas acerca de los modelos culturales dentro de cada uno de estos contextos discursivos, identificar otros contextos discursivos que influyen la forma en que la gente interactúa con y usa la alfabetización en sus vidas diarias, y desarrollar otras formas para investigar modelos culturales. Aunque esta investigación ha brindado algún discernimiento sobre cómo las ideologías problemáticas son tomadas en el trabajo diario de alfabetización familiar, necesitamos investigaciones adicionales que examinen otros sitios de interacción como los lugares donde las ideologías problemáticas son adquiridas, resistidas y transformadas en las aulas, escuelas y comunidades. Una segunda limitación de este artículo es determinar hasta qué punto el ACD es una metodología reflexivamente crítica. En este estudio, combiné el análisis etnográfico crítico con marcos de discurso crítico con el objetivo de apuntar los modelos culturales que se encuentran apegados a las prácticas familiares de alfabetización. No obstante, si el análisis crítico del discurso va a ser un método realmente crítico, necesita ser autoreflexivo. Hay dos críticas comunes del ACD (ej. Slembrouck, 2001; Widdowson, 1995, 1998). La primera crítica al ACD es que hay a menudo asimetría entre detalles lingüísticos y teoría social. Es decir, los analistas privilegian o bien la teoría social a expensas del detalle lingüísitco o el análisis del discurso a expensas del contexto etnográfico. En este trabajo, he aplicado el marco del discurso crítico a los datos etnográficos así como a los datos discursivos a fin de ilustrar la importancia de las relaciones bi-causales entre lenguaje, ideología y estructura social. Esto nos lleva a una segunda crítica común del ACD. El ACD es utilizado a menudo fuera de contexto, haciendo difícil discernir dónde finaliza el marco del investigador y dónde empieza. En el presente artículo he situado el análisis crítico del discurso en dos años de datos etnográficos a fin de puntualizar la importancia de las historias de participación en cada uno de los niveles de análisis (local, institucional y social). Así como los datos etnográficos refuerzan la validez de las denuncias que pueden realizarse con un análisis de ACD, sostengo que el marco del ACD puede reforzar la validez de los datos etnográficos. Esta percepción puede ser útil para otros investigadores involucrados en aproximaciones críticas y etnográficas al estudio del discurso. Una tercera limitación de esta investigación se refiere a dos dificultades relacionadas con conducir investigaciones cuyo objetivo es develar asimetrías de poder y conocimiento. La primera se refiere a la extensión de la falsa validación de los miembros de nuestras interpretaciones. Es decir, a menudo cuando validé mis interpretaciones con June ella coincidía con lo que yo decía. El segundo aspecto es que descubrir los modelos culturales involucra una trama invisible para nuestros participantes. Esta invisibilidad hace nuestra tarea como investigadores mucho más desafiante porque significa que tenemos que a) hacer las tramas visibles y b) estar preparados para enfrentar las consecuencias de desenterrar relaciones opresivas. Las futuras investigaciones sobre los recursos lingüísticos, discursivos y culturales usados para construír un sentido de sí mismo podría elaborar un componente reflexivo crítico en el diseño de la investigación donde el investigador retroalimenta las tensiones y disyunciones en el análisis de los participantes, pidiéndoles que lo racionalicen. Todo lo anterior son orientaciones importantes para el trabajo futuro de conceptualizar el rol de la lingüística hablada y los marcadores discursivos así como los recursos culturales que son mencionados en la construcción de la identidad, especialmente para poblaciones de personas que son consideradas con vidas marginalmente alfabetizadas. NOTAS 1. Copyright 2002 by the International Reading Association. Este artículo fue publicado originalmente en inglés en Reading Research Quarterly, 37 (3), 248-277. Agradecemos a los editores su autorización para publicarlo en nuestra revista. El artículo fue traducido por José Luis Dumont en consulta con la autora, La “International Reading Association” no tomó parte en la traducción ni garantiza la exactitud de la misma. La traducción fue revisada y corregida por Vanessa Courleander. 2. E En este artículo, las referencias a la alfabetización (traducido del inglés: literacy) van mas allá del sentido básico de leer y escribir, cubriendo también las distintas formas en que la gente usa la palabra escrita y diferentes modalidades de comunicación para alcanzar objetivos sociales (Barton, Hamilton & Ivanic, 2000). En este sentido, el uso del término alfabetización en este artículo es influenciado por el trabajo de Paulo Freire y el concepto de que “leer,” debería implicar siempre la idea de “leer el mundo,” y no solo “leer las palabras.” 3. N.d.T: “Afroamericanos” es un término utilizado para referirse a los estadounidenses de raza negra. 4. N.d.T.: Gee eligió el término "storyline" para referirse a los modelos culturales o tramas socioculturales. 5. N.d.T.: El Diploma de Equivalencia General o GED por sus siglas en ingles, es el certificado que se otorga a aquellos adultos que, habiendo abandonado la escuela, retoman y completan su educacion elemental. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Allen, J., Brown, S. Riddell, S. (1998). Permission to Speak?; Theorizing special education inside the classroom. In C. Clark, A. Dyson, A. Millard (Eds.) Theorizing special education (pp. 21-31). New York: Routledge. Anderson, A., Stokes, S. (1984). Social and institutional contexts of literacy. In H. Goelman, A. Oberg, and F. Smith (Eds). Awakening to literacy (pp. 24-37). Portsmouth, NH; Heinemann. Anderson, A., Teale, W.B., Estrada, E. (1980). Low income childrens preschool experience: Some naturalistic observations. The Quarterly Newsletter of the Laboratory of Comparative Human Cognition, 2(3), 59-65. AU, K. (1981). Participation structures in a reading lesson with Hawaiian children: Analysis of a culturally appropriate instructional event. Anthropology and Education Quarterly, 11, 91-115. Auerbach, E. (1989). Toward a social-contextual approach to family literacy. Harvard Educational Review. 59(2), 165-181. Barton, D., Hamilton, M. (1998). Local literacies. Reading and writing in one community. New York: Routledge. Barton, D., Hamilton, M., Ivanic, R. (Eds). (2000). Situated literacies: Reading and writing in context. London:Routledge. Benveniste, E. (1971). Subjectivity in language. In E. Benveniste, General problems in linguistics (pp. 223-230). Miam, Fl: University of Miami Press. Bloome, D., Katz., L., Solsken, J., Willett, J., Wilson-Keenan, J. (2000). Interpellations of family/community and classroom literacy practices. Journal of Educational Research 93, 155163. Bloome, D., Talwalkar, S. (1997). Critical discourse analysis and the study of reading and writing. Reading Research Quarterly, 32, 104-112. Bourdieu, P. (1977). Language and symbolic power. Cambridge, MA: Harvard University Press. Burawoy, M. (1991). Restructuring social theories. In M. BURAWOY (Ed)., Ethnography unbound: Power and resistance in the modern metropolis (pp.8-27). Berkeley, CA: University of California Press. Butler, J. (1990). Gender trouble. Feminism and the subversion of identity. New York: Routledge. Carger, C. (1996). Of borders and dreams. New York: Teachers College Press. Chouliaraki, L., Fairclough, N. (1999). Discourse in late modernity: Rethinking Critical Discourse Analysis. Edinburgh, Scotland: Edinburgh University Press. Collins, J. (2001). Selling the market: Educational standards, discourse and social inequality. Critique of Anthropology, 21, 143-163. Cushman, E. (1998). The struggle and the tools: Oral and literate strategies in an inner city community. New York: SUNY Press. Davies, B. (1993). Shards of glass: Children reading and writing beyond gendered identities. Cresskill, NJ: Hampton. Davies, B., Harre, R. (1990). Positioning: The discursive production of self. Journal for the Theory of Social Behavior, 20(1), 43-63. Delpit, L. (1996). The politics of teaching literate discourse. IN W. Ayers P. Ford (Eds). City kids, city teachers: Reports from the front row (pp.219-2227). New York: New Press. Derrida, J. (1974). Of grammatology. (Gayatri Chakravorty Spivak, Trans. Baltimore: John Hopkins. Emerson, R., Fretz, R. Shae, L. (1995). Writing ethnographic fieldnotes. Chicago: University of Chicago Press. Fairclough, N. (1989). Language and power. London:Longman. Fairclough, N. (1992a). Discourse and social change. Cambridge, England: Polity Press. Fairclough, N. (1992b). Intertextuality in critical discourse analysis. Linguistics and Education, 4, 269-293. Fairclough, N. (1995). Critical discourse analysis. The critical study of language. New York:Longman. Fairclough, N. (2000). Discourse, social theory and social research. Journal of Sociolinguistics, 4(2), 163-195. Fairclough, N., Wodak, R. (1997). Critical discourse analysis. In T. VAN DIJK (Ed.) Discourse as social interaction: Vol. 2(pp. 258-284). Thousand Oaks: Sage. Foucault, M. (1972). The archeology of knowledge and the discourse on language. New York: Pantheon. Gee, J. (1996). Social linguistics and literacies: Ideology in discourses. London: Falmer Press. Gee, J. ((1999). An introduction to discourse analysis: Theory and method. New York: Routledge. Gee, J. (2001, February). Critical literacy as critical discourse analysis. Paper presented at the Critical Literacy Task Force meeting at TES OL, St. Louis, Mo. Gilbert, P. (1992). Narrative as gendered social practice: In search of different story lines for language research. Linguistics and Education 5, 211-218. Gilbert, P. (1997). Discourses on gender and literacy. In S. Muspratt, A. Luke, P. Freebody (Eds.) Constructing critical literacies (pp. 69-75). Cresskill, NJ: Hampton. Halliday, M., Hasan, R. (1989). Language, context, and text: Aspects of language as a social semiotic perspective. Oxford, England: Oxford University Press. Hamilton, M. (2000). Expanding the new literacy studies: Using photographs to explore literacy as social practice. IN D. Barton, M. Hamilton, R.Ivanic (Eds.) Situated literacies: Reading and writing in context (pp. 16-34).New York: Routledge. Harre, R., Gillett, G. (1994). The discursive mind. Thousand Oaks, CA:Sage. Heath, S.B. (1983). Ways with words: Language, life and work in community and classrooms. Cambridge, England: Cambridge University Press. Hodge, R., Kress, G. (1979). Language as ideology. London: Routledge. Knobel, M. (1999). Everyday literacies: Students, discourses, and social practice. New York: Peter Lang. Krais, B. (1993). Gender and symbolic violence: Female oppression in the light of Pierre Bourdieus theory of social practice. In C. Calhoun, E. Lipuma, M. Postone (Eds.). Bourdieu: Critical perspectives (pp. 156-177). New York: Policy Press. Ladson-Billings, G. (1994). The dreamkeepers: Successful teachers of African American children. San Francisco: Jossey-Bass. Lareau, A. (1989). Home advantage. Social class and parental intervention in elementary education. New York: Falmer Press. Lecompte, M., Preissle, J. (1997). Ethnography and qualitative design in educational research (2nd ed.). San Diego: Academic Press. Lewis, C. (en prensa). Literary practices as social acts: Power, status, and cultural norms in the classroom. Mahway, NJ: Erlbaum. Lincoln, Y., Guba, E. (1985). Naturalistic inquiry. New York: Sage. Luke, A. (1995). Texts and discourse in education: An introduction to critical discourse analysis. Review of Research in Education, 21, 3-48. Luttrell, W. (1997). School-smart and mother-wise: Working class womens identity and schooling. New York: Routledge. Mace, J. (1998). Playing with time: Mothers and the meaning of literacy. London: UCL Press. Mccarthey, S. (2000). Home-school connections: A review of the literature: Journal of Educational Research, 93, 145-153. Mcintyre, E., Roseberry, A. Gonzalez N. (eds). (2001). Classroom diversity: Connecting curriculum to students lives. Portsmouth, NH: Heinemann. Mehan, H. (1996). The construction of an LD student: A case study of the politics of representation. In M. Silverstein G. Urban (Eds.), Natural histories of discourse (pp. 253-276). Chicago: University of Chicago Press. Miles, H., Huberman, A. (1994). Qualitative Data Analysis (2nd ed.). New York: Sage. Mischler, E. (2000). Storylines: Craftartists narratives of identity. Cambridge, MA: Harvard University Press. Moje, E.B. (2000). Changing our minds, changing our bodies: Power as embodied in research relations. International Journal of Qualitative Studies in Education, 13, 25-38. Moll, L., Amanti, C., Neff, D., Gonzalez, N. (1992). Funds of knowledge for teaching: Using a qualitative approach to connect homes and classrooms. Theory Into Practice, 31, 132-141. Moll, L., Gonzalez, N. (1994). Lessons from research with language minority children. JRB: A Journal of Literacy, 26, 439-456. Muspratt, S., Luke, A., Freebody, P. (1997). Constructing critical literacies. Teaching and learning textual practices. Cresskill, NJ: Hampton. Neuman, S., Celano, D. (2001). Access to print in low income and middle income communities. Reading Research Quarterly, 36, 8-27. Orellana, M. (1999). Good guys and bad girls: Identity construction by Latina and Latino student writers. En M. Bucholtz, A. Liang, L. Sutton (Eds.). Reinventing Identities: The gendered self in discourse (pp. 64-82). New York: Oxford University Press. Pecheux, M. (1975). Language, semantics, and ideology. New York: St. Martins Press. Purcell-Gates, V. (1996). Stories, coupons, and the TV Guide: Relationships between home literacy experiences and emergent literacy knowledge. Reading Research Quarterly, 31, 406428. Rockhill, K. (1995). Gender, language, and the politics of literacy. En B. Street (Ed.). Cross cultural approaches to literacy. (pp. 156-175). Cambridge, England, Cambridge University Press. Rogers, R. (2004). An Introduction to Critical Discourse Analysis in Education. Mahwah, NJ: Lawrence Erlbaum Associates. Rubin, H., Rubin, I. (1995). Qualitative interviewing: The art of hearing data. Thousand Oaks, CA: Sage. Sawin, P. (1999). Gender, context, and the narrative construction of identity: Rethinking models of Womens Narrative. En M. Bucholtz, A. Liang, L. Sutton (Eds.). Reinventing identities: The gendered self in discourse (pp. 241-258). New York: Oxford University Press. Scribner, S. Cole, M. (1981). Unpackaging literacy. En M.F. Whitman (Ed.), Writing: The nature, development, and teaching of written communication (pp. 71-87). Mahwah, NJ: Erlbaum. Silverstein, M.; Urban, G. (1996). Natural histories of discourse. Chicago: University of Chicago Press. Slembrouck, S. (2001). Explanation, interpretation, and critique in the analysis of discourse. Critique of Anthropology, 21, 33-58. Spradley, J. (1980). Participant observation. Fort Worth, TX: Harcourt, Brace Jovanovich. Street, B. (Ed.) (1995). Cross-cultural approaches to literacy. Cambridge, England: Cambridge University Press. Stuckey, E. (1991). The violence of literacy. Portsmouth, NH: Boynton/Cook. Taylor, D. (1983). Family literacy: Young children learning to read and write. Portsmouth, NH: Heinemann. Taylor, D., Dorsey-Gaines, C. (1988). Growing up literate: Learning from inner city families. Portsmouth NH: Heinemann. Teale, W. (1986). Home background and young children;s literacy development. In W. Teale E. Sulzby (Eds.), Emergent literacy: Writing and reading (pp. 173-206). Norwood, NJ: Ablex. Urwin, C. (1998). Power relations and the emergence of language. En J. Henriques, W. Holloway, C. Urwin, C. Venn; V. Walkerdine (Eds.), Changing the subject: Psychology, social regulation and subjectivity (pp. 264-322). London: Metheun. Valdes, G. (1996). Con respecto: Bridging the gap between culturally diverse families and schools. New York: Teachers College Press. Walkerdine, V. (1990). Schoolgirl fictions. New York: Verso. Wenger, E. (1998). Communities of practice: Learning, meaning and identity. Cambridge, England: Cambridge University Press. Widdowson, H. (1995). Discourse analysis. A critical review. Language and Literature, 4(3), 5769. Widdowson, H. (1998). The theory and practice of critical discourse analysis. Applied linguistics, 19 (1), 136-151. Wodak, R. (Ed.). (1997). Gender and discourse. London: Sage. Young, J.P. (2000). Boy talk: Critical literacy and masculinity. Reading Research Quarterly, 35, 312-337. REBECCA ROGERS es profesora asociada en el Colegio de Educación en la Universidad de San Louis Missouri. Su investigación se centra en la crítica de la alfabetización del aprendizaje y la enseñanza para toda la vida. Su libro de 2003, A Critical Discourse Analysis of Family Literacy Practices: Power in and out of Print recibió el Premio Edward Fry Book por la contribución a la investigación de la alfabetización. Ella es co-autora, con Cheryl Dozier y Peter Johnston, de Critical Literacy, Critical Teaching: Tools for Preparing Responsive Teachers (2005) y del libro Designing Socially Just Learning Communities: Critical Literacy Education across the Lifespan a publicarse en 2009. Puede ser contactada en la Universidad de San Louis Missouri, 369 Marillac Hall, One University Boulevard, San Louis, MO 63121-4400, USA Correo electrónico: [email protected] o [email protected] Reseñas PARDO, María Laura (ed.) (2008) El discurso sobre la pobreza en América Latina. Santiago de Chile: Frasis editorial. 230 pp. ISBN 978-956-8170-14-1. Autor: de la Vega, M L. (2008) Marcado | XML | BibTex | Google Scholar Título PARDO, María Laura (ed.) (2008) El discurso sobre la pobreza en América Latina. Santiago de Chile: Frasis editorial. 230 pp. ISBN 978-956-8170-14-1. Tipo de Publicación Reseña Autores DE LA VEGA, MARÍA LUCÍA. Año de Publicación 2008 Sindicación 8 Número 2 Citation Key 275 Texto Completo El libro El discurso sobre la pobreza en América Latina, que tiene a María Laura Pardo como editora, consta de un prólogo realizado por Robert de Baugrande, una introducción a cargo de la editora y ocho capítulos correspondientes a distintos investigadores de Chile, Argentina, Brasil y Colombia. El tema, como su nombre lo indica, muestra cómo funciona, en tanto práctica social, el discurso sobre la pobreza y de los pobres sobre sí mismos en Latinoamérica. Las investigaciones se enmarcan en el análisis crítico del discurso (ACD) y, en consecuencia con la postura adoptada, los corpus analizados son textos contextualizados en las propias realidades de cada país. Las investigaciones son un producto que se encuentra en consonancia con nuestras problemáticas. Dichas investigaciones permiten reconocer similitudes entre las conclusiones de los trabajos de cada país, propias de la inherencia que representa el ser latinoamericano. Estamos frente a una muestra de lo que es la teoría y la práctica del análisis crítico del discurso latinoamericano, y un proyecto programático de la investigación lingüística en y para Latinoamérica. La lectura del libro en su totalidad nos enfrenta a una propuesta coherente y consistente con la postura epistemológica (y por consecuencia política) expresada. Es un producto que en su globalidad permite que el estudio de caso se acerque a comprender un tema de manera cabal. de Beaugrande hace hincapié en lo innovador de las investigaciones y en que las mismas, como prácticas, sitúan teórica y prácticamente a la lingüística como ciencia. El prólogo finaliza con una aspiración a que la investigación culmine con una propuesta: una Convocatoria Latinoamericana sobre el discurso y la identidad de las personas de la calle. Sin dudas, este libro es una muestra del trabajo sostenido que vienen realizando en la Red Latinoamericana de Análisis del Discurso (REDLAD), en la cual las investigaciones desde el ACD sobre y de la pobreza de los países miembros confluyen en lo que hoy se presenta como un camino de madurez y descolonización de investigadores latinoamericanos. La introducción, a cargo de la editora María Laura Pardo, contextualiza este movimiento paradigmático al que asistimos actualmente, en el cual las minorías (no tan pequeñas) pasan a ser el objeto de estudio en las ciencias sociales. El libro como un todo se presenta como un producto coherente no sólo por el tema que los reúne sino que la cohesión resulta de la rigurosidad metodológica, los análisis y los corpus que se emplean. La coherencia de esta propuesta se evidencia desde el armado argumental del libro en sí mismo. Nos da la bienvenida un artículo de Camilo Quezada Gaponov con una reflexión histórico-epistemológica sobre la lingüística. De una manera particular (y por demás amena) nos conduce en su argumentación en donde encontramos a dos bandos dentro de la misma disciplina disputando la “cientificidad” de la lingüística. La relación entre la matemática y la lingüística desnuda pretensiones de las cuales la disciplina de hoy, en su conclusión, debe desprenderse y reflexionar. Para ello, ese texto es una interesante manera de comenzar a hacerlo. Introducidos en el marco de la reflexión de la lingüística como ciencia, María Laura Pardo, en el segundo capítulo, desarrolla una teoría y un método que le son propios para realizar análisis de discurso: Análisis y método lingüístico sincrónico-diacrónico de textos. En consecuencia con la reflexión epistemológica, su propuesta parte y es atravesada transversalmente por una evidenciada posición interpretativista, que conlleva necesariamente una investigación cualitativa (Denzin y Lincoln, 2000). Asimismo, se ensamblan las teorías y los procedimientos y se postula la importancia de la etnografía como proceso para el conocimiento certero. Por ello, sus investigaciones se basan en el concepto teórico: representaciones discursivas (RD). Este es definido como las representaciones que en el discurso se construyen y reproducen, siendo a la vez parte fundamental de las representaciones sociales. Las RD se realizan en los textos a partir de categorías gramaticalizadas y categorías semántico-discursivas, las cuales son relevadas con el método de Análisis lingüístico sincrónico-diacrónico (ALSD). El ALSD provee al investigador de manera inductiva las categorías que va a analizar. Así, el investigador no (auto)impone qué investigar, sino que esto es dado por los textos mismos. Este método se basa especialmente en la teoría del grupo Bajtín (1981) sobre el lenguaje y el principio de que es intrínsecamente dialógico, y la noción de Lavandera (1988) de la argumentatividad propia del discurso. Ambas le permiten proponer al lenguaje “(no ya al habla o la lengua), como sistema biológico innato que hace a la especie humana, en tanto le brinda su carácter racional y comunicacional, [que] incorpora a un otro necesaria y obligatoriamente” (63). De esta forma, propone un método para el AD y una manera de hacer ACD. Los capítulos tres, cuatro y cinco siguen estos presupuestos y trabajan en dicha línea. El meticuloso trabajo de Beatriz Quiroz Olivares, titulado “La identidad vinculada a la calle en el discurso de personas sin techo”, explora la relación entre la representación discursiva de la identidad personal y la de la calle a partir de un corpus de historias de vida. Como teoría que coopera en su explicación e interpretación de los datos discursivos sobre la identidad de estos sujetos, toma los planteos de Larraín (2001, 2003, 2005). Éstos últimos postulan que la identidad es una construcción simbólica (por ello, social), en la cual la identidad personal se construye en relación con los otros, tanto los significativos como aquellos que funcionan a manera de diferenciación. A partir del cruce de recursos entre la categoría semánticodiscursiva calle en relación con las otras que aparecen en estos discursos (trabajo, adición, familia, sociedad en general, otros de la calle y precariedad) y los roles discursivos, la autora pone en evidencia que este grupo se ve a sí mismo excluido y diferenciado de la sociedad (no se autoasignan roles activos en el presente, siendo improductivos, con poco valor en el sistema). Por último, concluye que los programas de apoyo para ellos no funcionan en tanto parecen imponerles requisitos contradictorios en sí mismos o capaces de exaltar su condición de indigentes. Aunque discursivamente sean conscientes de la contradicción del sistema, ellos mismos no vislumbran una posibilidad de cambio como así tampoco identifican al responsable de lo contradictorio de dicho sistema. Así, de manera paradójica reproducen el modelo individualista que habilita el hecho de que se encuentren en tales situaciones y esto lo hacen en las propias consideraciones que tienen sobre sí mismos y su situación. Hay una profunda desconfianza respecto del otro. De esta manera, el análisis de Quiróz nos muestra cómo se encarnan, en los sujetos más excluidos, los mismos valores que conllevan las prácticas que permiten y habilitan su exclusión. El cuarto capítulo es el trabajo de Lésmer Montecino Soto, “Los indigentes y la construcción de su imagen en el aquí y ahora”. Allí los recursos lingüísticos relevados a partir del análisis de los procesos y roles temáticos (Halliday, 1994), la jerarquización de la información (Pardo, 1996) y la argumentación (Toulmin, 1958) están en función de la imagen (Goffman, 1970). Las estrategias discursivas que corresponden a las representaciones que se instancian en los relatos reproducen y naturalizan la exclusión. La justificación sobre la situación del aquí-ahora evidencia, en la medida que intenta desligarse de responsabilidad individual, la responsabilidad social y la del sistema por ese abandono de sí mismos y de otros, solventado por las creencias que mantiene la sociedad (y ellos como parte de ésta en su condición de excluidos). Aquí también se pone de manifiesto cómo calan en la identidad individual los lineamientos que el neoliberalismo como sistema maneja a partir de, por ejemplo, la desagentivización de los sujetos en un sistema que valora la productividad y de cómo el individualismo se traduce en la soledad presente. Esta soledad se presenta como consecuencia de la ausencia de reciprocidad de la familia como así también de la carencia de relaciones posibles con el otro. Los otros siempre aparecen discursivamente como amenazantes y/o espejos de una “indignidad” que percude la autoestima (o evidencia su falta). El quinto capítulo de Andrade González, Calderón López, Roldán y Vidal Lizama, trabaja también a partir de un corpus de historias de vida de personas en situación de calle y profundiza en la identidad discursiva del grupo objeto a partir de la relación que se establece entre el yo y el ellos. Toman como base teórica la noción de identidad de Larraín (2001) y lo relacionan, además, con el concepto de identidad de Van Dijk (1998), el cual construye la identidad personal con las representaciones que estos sujetos tienen de sí y de la relación con la pertenencia a un grupo. Aquí fueron analizadas especialmente la categorías familia, trabajo y calle cruzadas con las realizaciones de los verbos atributivos ser, estar y tener (en presente y pretérito) tanto en primera persona del singular como en tercera del plural. Así consiguen caracterizar la manera en que las personas en situación de calle construyen su identidad discursiva y cómo se relacionan con los otros de la calle. El valor asignado al trabajo es determinante cuando está relacionado con la propia identidad (“yo soy algo”) y con la ausencia de la familia, la salida y permanencia en la calle. El análisis respalda unas conclusiones concordantes a las de los anteriores capítulos pero quedan evidenciadas, en este caso, de una manera contundente ya que las representaciones sobre los pobres o personas en situación de calle (pares) en los discursos de este grupo de excluidos, manifiesta la injerencia que el discurso hegemónico tiene en ellos. Así, las autoras nos muestran que los excluidos quedan incluidos discursivamente en la sociedad, pero que esto denota, a la vez, una situación más violenta: la imposibilidad de articular un discurso como grupo social particular. Por ello, el discurso de estas personas se establece como marginal y nunca como discurso de resistencia. Estos tres capítulos dan evidencia lingüística de cómo se construye la identidad discursiva en la situación de calle. Nos muestran cómo se materializa la lógica del capitalismo neoliberal en un grupo concreto que sufre (y reproduce) sus consecuencias de manera extrema. Resultan interesantes los distintos análisis de un corpus similar ya que permiten un acercamiento más cabal a la situación de un grupo particular: la personas en situación de calle y la problemática de la exclusión. El trabajo de Peñaloza, Cofré y Miño, “Aproximación a la práctica discursiva del hip-hop en Santiago de Chile”, presentan una investigación sobre el hip-hop en tanto género discursivo y sobre cómo es la relación de las estrategias discursivas de las letras de música según la identificación del grupo que las rapea. Analizan el género como práctica discursiva y cómo este se articula con la identidad del rapero. Lo interesante de este trabajo es que, aunque se trate de resultados preliminares, las letras de las canciones no son coherentes con lo que se percibe sobre lo que otros discursos circulantes pregonan del género. Las canciones cuentan qué es hacer rap y quiénes son los verdaderos raperos (en un gesto de lucha por la identificación colectiva). Dicho gesto excede ampliamente la presentación que de este tema realizan los medios e incluso los mismos raperos en entrevistas y declaraciones. El capítulo de Viviane de Melo Resende, “A construcao de identidades de projecto e o protagonismo juvenil”, es un interesante trabajo por su fuerte anclaje etnográfico. En primer lugar, diserta sobre las perspectivas teórico-analíticas del ACD. Luego, nos presenta un minucioso recorrido contextual sobre el Movimiento Nacional de Meninos e Meninas de Rua. Por último, expone la base teórica sobre el método adoptado en su recolección de corpus e intervención (grupos focales) y el análisis que sobre éste realiza de la identificación (para la práctica discursiva) y de las metáforas (para la práctica textual). Aquí se propone para la investigación un corpus extraído de la participación en grupos focales, los cuales tenían como tema de discusión, a partir de tópicos-guía, la crisis del protagonismo juvenil del Movimento Nacional de Meninos e Meninas de Rua. En este grupo participaron jóvenes líderes del Movimento. El análisis lingüístico que realiza sobre la identificación, se ancla, especialmente, en el uso y la función de las metáforas (Lakoff y Johnson, 2002). El mapeo de las metáforas en relación con el cuerpo y la guerra para hablar de su situación actual, evidencia la falta de recursos con que cuentan sus líderes para llevar adelante la transformación de sí y de su comunidad. Esto pone de manifiesto que el conflicto se presenta en la contradicción entre el discurso y la práctica: los jóvenes protagonistas no pueden independizarse del movimiento para poder buscar su cambio social. Asimismo, se refleja, también, en su poca agentividad (pero clara conciencia de la necesidad) para poder salir de esa “guerra” diaria. El último capítulo pertenece a un interesante trabajo de Neyla Pardo Abril titulado “Estudio sobre las representaciones de la pobreza en la prensa colombiana”. Éste presenta un resumen de los núcleos teóricos que ha presentado en ¿Cómo hacer análisis crítico del discurso? Perspectivas latinoamericanas (2007) y algunos resultados del contemporáneo ¿Qué nos dicen? ¿Qué vemos? ¿Qué es pobreza? Análisis crítico de los medios (2008). Pardo Abril presenta hipótesis sobre la noción de contexto, la cual tiene como fundamento las conceptualizaciones expresadas por Van Dijk (2008). Ahora bien, más que hipótesis podríamos decir que se tratan de supuestos teóricos que le permiten presentar una concepción sobre el contexto altamente funcional para el análisis, en el que relaciona al contexto y la mediatización. El contexto se presenta como aquello que vincula lo cognitivo y lo cultural, lo cual sustenta la categoría de representación que ella utiliza. En los marcos de significación de un grupo estarían las estructuras que posibilitan la interpretación y producción de discurso, a partir de las cuales se delimitan las unidades léxicas que se utilizan. Este, como otros trabajos de la misma autora, tiene una profunda reflexión teórica sobre los conceptos con los que trabaja, especialmente sobre qué es pobreza. El análisis propiamente lingüístico se realiza sobre un mapeo de unidades léxicas que extrae en función de someter el corpus a un tratamiento de estadística multivariada con el Spad 4.5. A partir de los clusters que extrae del análisis de los titulares, la pobreza se conceptualiza y se relaciona con: los efectos de la implantación del modelo neoliberal en América Latina; la ruptura de los noventa entre el modelo proteccionista y el neoliberal y el mantenimiento de este último modelo como proyecto de nación; la indigencia como un grado extremo de pobreza que se vuelve amenazante (lo cual legitima una “limpieza social”); una metaforización de la pobreza como aquello que debe ser escondido y silenciado por su fealdad, que la caracteriza como un antivalor; un ciclo vicioso entre desigualdad social y crisis económica; una relación de la pobreza con la deuda externa, que se liga a la implementación en los países latinoamericanos del modelo neoliberal; el estado como proveedor de caridad pública (aquí se relacionan, en un saber instaurado, la política económica, la corrupción, la pobreza y la caridad); las explicaciones de la pobreza como el resultado de la mundialización económica, por la que se relacionan los términos globalización, liberalismo, gobierno, guerra. Luego, a partir de lo mencionado, nos provee unos mapas de relaciones acerca de cómo se conceptualiza a la pobreza y a los pobres concluyendo que, en esta restricción léxica y de significados que la rodean, el mismo sistema se asegura un control del status quo. Extrayendo las relaciones particulares de la situación colombiana, seguramente podremos contrastar resultados de análisis de los medios en otros países de Latinoamérica (Santander Molina, 2007; Raiter-Zullo, 2008) Este libro fue presentado en sociedad en el Coloquio de la REDLAD que tuvo lugar en Santiago de Chile. En aquella oportunidad y, especialmente, en el último coloquio las investigaciones pusieron de manifiesto una cantidad de similitudes en las conclusiones particulares de cada país. En consonancia, celebramos que se editen libros que nos acerquen los resultados del estudio de nuestras problemáticas (con prácticas y teorías desarrolladas desde y para Latinoamérica) y sobre todo la articulación de redes que habiliten el diálogo continuo de proyectos que coadyuvan a comprender las diferentes realidades en las que estamos sujetos. Este libro nos presenta una propuesta como un camino del que ojalá, al igual que expresó de Baugrande, todos incentivemos, participemos y nos hagamos eco desde el lugar en que estemos y ocupemos. Es por ello que este es un libro para cualquier investigador latinoamericano y para todo lingüista que comprenda el lugar al que la Lingüística, como disciplina, está llamada a ocupar en las ciencias sociales. CHARAUDEAU, PATRICK. (2008). Entre populisme et peopolisme. Comment Sarkozy a gagné ! París, Francia: Librairie Vuibert.108 pp. ISBN : 978-2-7171497-1. Autor: Ibañez, K. M. 2008 Marcado | XML | BibTex | Google Scholar Título CHARAUDEAU, PATRICK. (2008). Entre populisme et peopolisme. Comment Sarkozy a gagné ! París, Francia: Librairie Vuibert.108 pp. ISBN : 978-2-717-1497-1. Tipo de Publicación Reseña Autores IBAÑEZ, KARINA. M. Año de Publicación 2008 Citation Key 286 Texto Completo La “peopolización”1 de la campaña electoral de 2007 en Francia fue decretada por muchos analistas. Así, según una opinión ampliamente compartida, al carecer de un proyecto de campaña claro, la imagen de los candidatos pasó a ocupar un lugar de predominio en su carrera a la presidencia. Patrick Charaudeau examina de manera rigurosa los discursos de campaña desde la perspectiva del análisis crítico del discurso. El autor estructura sus observaciones en tres capítulos, de acuerdo con tres ejes. En primer lugar, examina en detalle las estrategias discursivas de los principales oponentes en esta campaña, a saber, Nicolas Sarkozy y Ségolène Royal y define para ello los órdenes estructural, circunstancial y estratégico que permiten situar las estrategias para su interpretación. El análisis exhaustivo y excelentemente documentado abunda asimismo en referencias esclarecedoras a la filosofía política y da lugar a reflexiones en dos planos de generalidad. El primero, más local, refiere al papel del populismo y del peopolismo en las campañas de estos candidatos. El segundo remite en forma más general a la relación que mantienen las élites y el pueblo así como al lugar que se le otorga a la ética política en contextos de contienda electoral. En el primer capítulo, el autor realiza un examen acertado del orden estructural en el que se sitúa la campaña: una polarización política tradicional entre los sectores de izquierda y derecha y el surgimiento históricamente más reciente del ‘centro’. Da cuenta de una situación fragmentaria casi esencial de la izquierda, dividida entre quienes se apegan a sus valores históricos y quienes pretenden dotarla de una postura de compromiso. En contrapartida, plantea una mayor capacidad de adaptación (pragmatismo) de la derecha en pos de la conservación del poder. En lo que hace al orden circunstancial, Charaudeau revisa, en primer lugar, la situación actual de los partidos políticos en cuyo seno surgieron los dos candidatos (la polarización, recordemos, es inminente en la segunda vuelta). Esta situación se plantea en estrecha vinculación con el grado de poder y de legitimidad de Royal y de Sarkozy en la estructura partidaria al tiempo que permite explicar, en parte, el triunfo de éste último. En segundo lugar, analiza detenidamente el contexto social de crisis en el que se produjo la elección presidencial y sus consecuencias. La pérdida de protagonismo de Francia en el ámbito mundial y europeo en tanto potencia político-económica, la pérdida de un sentimiento de identidad nacional y la segregación de la sociedad en pequeños grupos marcados por el miedo y el rechazo del otro, el cuestionamiento histórico de acciones militares y coloniales de Francia en detrimento de otros pueblos o del mismo pueblo francés. El segundo capítulo presenta el análisis de los discursos de campaña en tanto dispositivos de persuasión fuertemente anclados en la emotividad y los imaginarios sociales dominantes (lo que hace a estos discursos eminentemente populistas) aunque con una “apariencia de lógica”2. El autor realiza una clasificación apropiada de las estrategias discursivas que describe según cuatro orientaciones. La primera refiere a los valores que los candidatos enarbolan e implica el contexto idealizado en el que enmarcan sus figuras. Se pone de manifiesto aquí el éxito con que Sarkozy logra imponer en la campaña una nómina de valores (autoridad, identidad nacional, trabajo), no todos propios de la derecha tradicional (laicismo). Royal, por su parte, logra introducir algunos principios de la izquierda tradicional (democracia, respeto de la diferencia) y postular otros de carácter más conciliador (orden justo, democracia participativa); pero retoma asimismo frecuentemente, y de manera menos hábil que su oponente, los valores propios de la derecha. La segunda orientación engloba las estrategias que los candidatos despliegan para la construcción de una imagen idealizada de sí mismo. En el caso del candidato de la derecha, se evidencia la construcción de una imagen enérgica y resuelta aún en el límite de la ética. Una imagen de búsqueda de poder en la que el fin justifica los medios, en la que el ataque permanente a la tradición del Mayo Francés le permite condenar la debilidad y la permisividad y legitimar la ambición y la riqueza. La candidata de la izquierda, por su parte, proyecta una imagen menos enérgica y más espiritual que la de su adversario, que tiene por efecto el ubicarla en un plano diferente al de los ciudadanos, dado que sería ella, por su inspiración, quien los llevaría a construir la democracia participativa que defiende. Contrariamente, Sarkozy y su exaltación del éxito a través del mérito, logran ubicarse en un plano de igualdad con el electorado que se apropia de su ambición. En tercer lugar, los candidatos despliegan estrategias de discurso tendientes a interpelar a los ciudadanos a fin de lograr la más amplia adhesión al propio proyecto. Los candidatos buscan la identificación de los individuos con ese yo antes descrito. Sarkozy se dirige a la más amplia variedad de individuos, brega por la fusión de las diferencias en lo que podría llamarse un ‘ser francés’ y ataca así las diferencias culturales y religiosas. Royal se dirige a ciudadanos, en tanto hombres y mujeres capaces de establecer un pacto presidencial y de participar activamente en el gobierno. De este modo, sus interlocutores son miembros de grupos sociales definidos a quienes insta a recuperar su dignidad. La cuarta y última estrategia discursiva presentada por el autor es la descalificación del adversario, dado que una elección implica la eliminación de uno de los oponentes, ya que no pueden coexistir, como sería el caso dos productos en el mercado. En este sentido, la descalificación es inherente al discurso de campaña. Sarkozy la materializa oponiendo la izquierda a los valores de autoridad, orden y mérito que él defiende en su discurso. Royal descalifica a la derecha conservadora y represiva y denuncia las estrategias de captación de Sarkozy, quien no duda en citar y exaltar a personajes célebres tanto de la izquierda como de la derecha. Charaudeau revisa luego los numerosos procedimientos retóricos a los que recurre el candidato de la derecha (repetición, preguntas retóricas, letanías, entre otras) y analiza los slogans de campaña de ambos candidatos. Este análisis riguroso pone de relieve la oposición de la lógica fundamentalmente pragmática del candidato de la derecha, como ya dijimos, en el límite de la ética. En el marco de esta lógica, Sarkozy se apropia de discursos tanto de la derecha como de la izquierda, lo cual le permite interpelar a los más diversos sectores de la sociedad. Estos procedimientos discursivos están en estrecha relación con referencias de orden práctico como lo son las propuestas concretas con las que tomó ventaja sobre su oponente. En contrapartida, el autor describe una lógica predominantemente simbólica en el discurso de Ségolène Royal, ligada fuertemente a los valores que fundan su proyecto. Esta lógica se presenta como carente de habilidad práctica y de vinculación con propuestas concretas, lo que constituye la debilidad de la candidata frente a su rival. En el tercer capítulo, el autor presenta las “enseñanzas de la campaña” en donde interpreta el análisis realizado en el capítulo anterior. En primer lugar, el autor presenta de manera clara los conceptos de populismo y de ‘peopolismo’ y describe en forma pertinente las particularidades de estas tendencias en el ámbito electoral francés. Expone asimismo las marcas discursivas del populismo: uso de frases cortas y de eslóganes, marcada explotación de la gestualidad, explotación de los pronombres yo-nosotros, recurso a lo que el autor denomina “retórica grosera”3 y a la teatralización. El autor distingue claramente este concepto del de ‘peopolismo’, en tanto escenificación mediática de la vida personal. Esta explotación produce un doble efecto antagónico: por un lado, el sujeto se presenta espectacularmente, como una celebridad que abre las puertas de su casa al público; por el otro, el sujeto se humaniza y se muestra como un individuo más. En el caso de Nicolas Sarkozy, es la hábil mezcla de populismo y ‘peopolismo’ la que le aseguró el éxito en los sectores populares. Su presentación como “salvador poderoso”4 y la explotación del miedo ante tantos y tan diversos peligros, sumados a su profusa mediatización le permitieron ganar muchos electores, desde aquellos antes volcados a la extrema derecha hasta intelectuales progresistas desencantados con la izquierda. Ségolène Royal recurre también a ambas tendencias. El populismo, a través de discursos exaltados, de la exhortación ciudadana a volcarse por una nueva política y de la presentación de su oponente como una amenaza. El ‘peopolismo’, en grado mucho menor al del candidato de la derecha, fue explotado por la vía de su condición femenina pero sin ceder a la puesta en escena de su vida privada. Charaudeau demuestra así cabalmente que el ‘peopolismo’ no tiene el peso que tantos le atribuyen en la carrera a la presidencia. Finalmente, y en un plano más general, Charaudeau analiza las nuevas condiciones de la relación entre élites y pueblo según las tradiciones republicana (que implica un pacto de confianza en el líder elegido y la delegación del poder) y demócrata (que supone un gobernante “delegado de la voluntad popular”5 a quien se controla en su ejercicio) y expone claramente la forma en que estas dos tradiciones se con-funden en esta campaña electoral del mismo modo que lo hacen en la sociedad actual. Es pertinente aquí la salvedad realizada por el autor, quien afirma que las estructuras partidarias conservan sin embargo su poderío y que la mayor distancia de Royal con respecto a su partido la debilitó frente a un Nicolas Sakozy que había logrado erigirse como líder indiscutido de la UMP6. En lo que refiere a las élites, el autor expone la gravitación del carisma y de la figura del líder en el contexto antes mencionado y sus consecuencias en el triunfo del candidato de la derecha. En cuanto al electorado, expone en forma adecuada los cambios estructurales de la sociedad, su fragmentación y el consecuente cambio de la demanda social. En la conclusión, Patrick Charaudeau retoma la noción de ética que debería regir la acción política y constata que, en la campaña electoral de 2007, este concepto estuvo escindido del de eficacia política. Se pone así de manifiesto que la candidata de la izquierda mostró una preocupación por la ética que no se acompañó de eficacia política y que, inversamente, Sarkozy optó radicalmente por la eficacia política en detrimento de la ética. Con la recuperación de esta noción de ética, el autor se interroga acerca de la posibilidad de construir una nueva ciudadanía. Este libro forma parte de una serie de obras en las que Charaudeau (2005 y 2008b) analiza el discurso político. El autor presenta aquí su análisis en forma exhaustiva y clara. En efecto, la obra cita numerosas intervenciones de los candidatos mencionados en diferentes medios de comunicación, como así también durante actos partidarios o electorales. Las numerosas referencias al escenario político y social, así como las menciones de orden histórico, son de gran importancia para los lectores que desconocen este contexto en el que se enmarcan los hechos. Del mismo modo, el estrecho vínculo establecido entre la conceptualización teórica y el análisis concreto de los datos provee al lector numerosos puntos de referencia y hacen tanto a la accesibilidad como a la contundencia del estudio. Esta obra constituye una importante herramienta de reflexión política y lingüístico-discursiva para los analistas del discurso como así también para el público en general. NOTAS 1. 2. 3. 4. 5. 6. El término ‘peopolisme’, que el autor utiliza en el texto original, ‘prensa people’, designa en francés a las revistas que exponen la vida privada de los artistas y de ciertas personalidades del mundo de los negocios y el deporte. El ‘peopolismo’ refiere de este modo a la generalización de esta tendencia en los medios masivos de comunicación. Charaudeau (2008a: 21). op. cit. p. 84. op. cit. p 86. op. cit. p 93 el subrayado es nuestro. Union pour le mouvement populaire. Referencias Bibliográficas CHARAUDEAU, P. (2008a). Entre populisme et peopolisme. Comment Sarkozy a gagné! París, Francia: Librairie Vuibert. CHARAUDEAU, P. (2008b). Petit traité de politique à l’usage du citoyen. París: Vuibert. CHARAUDEAU, P. (2005). Le discours politique. Les masques du pouvoir. París: Vuibert CHARAUDEAU, P. & MAINGUENEAU, D. (2002) Dictionnaire d’Analyse du Discours. París: Seuil. Conversación y poder. Análisis de interacciones en aulas y consultorios. Montevideo: Departamento de Publicaciones de la FHCE. 149 pp. ISBN: 99740-0322-9 Autor: Ferrari, M C. (2008) Marcado | XML | BibTex | Google Scholar Título Conversación y poder. Análisis de interacciones en aulas y consultorios. Montevideo: Departamento de Publicaciones de la FHCE. 149 pp. ISBN: 9974-0-0322-9 Tipo de Publicación Reseña Autores FERRARI, MARÍA CAROLINA. Año de Publicación 2008 Sindicación 8 Número 2 Citation Key 287 Texto Completo El libro Conversación y poder. Análisis de interacciones en aulas y consultorios, organizado por Beatriz Gabbiani e Irene Madfes, reúne los primeros resultados del proyecto de investigación “Las conductas comunicativas en interacciones asimétricas cotidianas: dominio/sumisión/confrontación,” de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad de la República, financiando por el Fondo Clemente Estable. El objetivo principal del proyecto es analizar tres tipos de eventos comunicativos asimétricos: la consulta médica, la interacción docente-alumno, y el intercambio de servicios. El libro, que se inicia con un prólogo de las autoras en el cual exponen estos detalles y anticipan la organización del libro, se centra sólo en los dos primeros tipos de encuentros. En el primer capítulo, “Nociones teóricas preliminares”, las organizadoras presentan el marco teórico desde el cual parte la investigación. Se ubican en el ámbito del Análisis del Discurso y del Análisis de la Conversación y adoptan un enfoque interactivo de la conversación en el que ésta se considera “el resultado de estrategias que se elaboran y rehacen a lo largo de la interacción” (p. 14). Este enfoque las lleva, a su vez, a considerar el lenguaje en su contexto y a definir la interacción verbal como un texto producido por interlocutores en un contexto y sometido a reglas internas en el que se construye la relación entre los participantes. Las autoras se centran en las conversaciones en las que hay que tener en cuenta la noción de poder que se define en términos de la asimetría entre los participantes y la “desigualdad en la capacidad de producción y consumo de textos en contextos particulares” (p. 19). Como en la interacción se construyen las relaciones interpersonales, las autoras consideran los procesos de negociación en tanto estrategias comunicativas que permiten a los hablantes negociar su rol y posición y obtener y mantener su turno. Finalmente, se presenta una detallada revisión teórica del sistema de cortesía considerado como uno de los pilares fundamentales en los que se basan los capítulos siguientes. A pesar de una aparente falta de unidad, debido a la gran cantidad y diversidad de conceptos que se incluyen, el capítulo resume nociones que servirán de base a los estudios presentados en los capítulos 2, 3 y 4. En el capítulos 2, “Contame como andás”, Irene Madfes realiza un análisis contrastivo de las estrategias comunicativas desarrolladas en la consulta médica tradicional (cf. Medicina aleopática) y en la consulta médica biopsicosocial, contexto médico-ideológico que permite “enfocar a los pacientes y sus enfermedades en el contexto de sus vidas, familia, trabajo, comunidad y cultura, reconocer las alteraciones en cada nivel y actuar en cada uno de ellos” (p. 38). La autora estudia el procesamiento del poder y el desarrollo de las actividades de imagen en la relación interpersonal. Se interesa particularmente por el sistema de cortesía, fundamentalmente en lo que se refiere a las divergencias y convergencias y a las estrategias atenuadoras y analiza las aperturas y cierres conversacionales en relación con el manejo de la autoridad y el poder. El estudio, que no pretende ser exhaustivo, pone de manifiesto que en los contextos médico-ideológicos estudiados, el poder y la imagen se desarrollan de manera diferente, propiciando que los pacientes en el contexto biopsicosocial acepten el tratamiento más satisfactoriamente. En mi opinión, el trabajo puede resultar interesante en el contexto institucional de la salud, ya que una toma de conciencia de las estrategias puestas en juego por los participantes puede dar lugar a un funcionamiento más satisfactorio para ambas partes. En el capítulo 3, “Formas de silenciamiento de la voz de los niños”, Beatriz Gabbiani se ocupa de las interacciones áulicas para descubrir “el proceso de construcción de la identidad en el salón de clase” (p. 78). Para ello, toma como marco el Análisis Crítico del Discurso que se interesa por las relaciones de dominio, poder y control manifiestas en el lenguaje. La autora sostiene que, en algunos casos, la organización triádica del discurso áulico, lejos de ser una estrategia de aprendizaje, es una manifestación del control sobre los contenidos y las acciones, lo cual hace que la escuela forme sujetos subordinados incapaces de pensar por sí mismos. El estudio también muestra que, en muchos casos, la organización del discurso en la clase desautoriza los conocimientos o experiencias previas de los niños, lo que lleva a la formación de una imagen social de excluidos. Finalmente, Gabbiani compara situaciones áulicas en una escuela de clase alta y en una ubicada en un asentamiento urbano para estudiar la negociación y el desafío del control. El análisis revela que, en la segunda, los alumnos aprenden a desafiar verbalmente al maestro a quien ven como representante de las clases opresoras, mientras en que la primera, la maestra muchas veces cede el control para enseñar a los niños a tomar sus propias decisiones y trabajar en equipo. De esta manera, los docentes preparan a los niños para ocupar su lugar en la sociedad. El análisis resulta de particular interés ya que la reflexión y el conocimiento de las formas lingüísticas utilizadas pueden contribuir a que los docentes descubran la manera en la que la escuela puede ser un lugar de exclusión social y puedan convertirla en una institución “inclusiva y democratizadora” (p. 101). El capítulo 4, “Poder, cortesía e identidad en el salón de clase de lenguas extranjeras”, presenta un estudio de Virginia Orlando. La autora, consciente de la asimetría de roles propia del salón de clase, se pregunta qué sucede cuando se establece un programa interactivo que fomenta la participación y toma de decisiones por parte de los estudiantes (como es el caso de las clase avanzadas de español como lengua extranjera –ELE- de las que se ocupa). Podría pensarse que la asimetría se reduce y el docente pierde su poder en la clase. Sin embargo, la investigación pone de manifiesto que el poder se reconfigura y adopta formas diferentes pero se mantiene al igual que la asimetría. Para llegar a estas conclusiones, la autora estudia los actos directivos y los procesos de identificación social de los individuos (concepto de posicionamiento de Goffman). El análisis permite descubrir aspectos particulares de las clases avanzadas de ELE. A pesar de algunos errores tipográficos, el libro resulta interesante como nuestra de los avances de este proyecto de investigación que puede arrojar luz sobre las interacciones verbales asimétricas y ayudar a aquellos en situación de poder a repensar sus prácticas discursivas para acercarse más a, y ser mejor aceptados por aquellos que carecen de poder. María Carolina Ferrari [email protected] Entrevista Tendencias actuales de los estudios multimodales. Entrevista a Martin Kaltenbacher. Autor: D'Angelo, C G. (2008) Marcado | XML | BibTex | Google Scholar Título Tendencias actuales de los estudios multimodales. Entrevista a Martin Kaltenbacher Tipo de Publicación Entrevista Autores D'ANGELO, CLAUDIA GABRIELA. Año de Publicación 2008 Volumen 8 Número 2 Tipo de Publicación Español Citation Key 288 Número 1317-7389 Texto Completo Martin Kaltenbacher (1966) es investigador de investigación postdoctoral en lingüística inglesa en el Departamento de Inglés de la Universidad Paris-Lodron de Salzburgo, Austria. Realizó sus estudios de inglés y literatura clásica en Salzburgo y en Oxford y se doctoró en 2000 con la disertación titulada “Universal Grammar and Parameter Resetting in Second Language Acquisition”, publicada en 2001 (Peter Lang). Actualmente lleva a cabo investigaciones en lingüística sistémico-funcional, lingüística de corpus y análisis del discurso multimodal. Ha publicado numerosos artículos sobre análisis cuantitativo del discurso, lingüística de corpus y multimodalidad y ha coeditado los siguientes libros: “Perspectives on Multimodality” (Benjamins, 2004) y “Empirical Approaches to Discourse Analysis” (Peter Lang, 2007). Contacto: Martin Kaltenbacher. University of Salzburg; Department of English. Akademiestr. 24; 5020 Salzburg, Austria. [email protected] Claudia Gabriela D’Angelo: Hola, Martin. Ante todo, muchísimas gracias por aceptar hacer esta entrevista para la Revista de la ALED. Hace poco publicamos su artículo “Perspectivas sobre la multimodalidad”. Y, a propósito de ese trabajo, al final usted afirmaba que era necesario realizar más estudios empíricos. ¿Se ha progresado algo desde que lo escribió? Martin Kaltenbacher: Hola, Gabriela. Ante todo, soy yo el que le agradece por invitarme a participar en esta entrevista sobre un tema que considero uno de los campos más importantes e interesantes del análisis del discurso en la actualidad. La respuesta a su pregunta es sí y no. La cantidad de investigaciones empíricas realizadas en esta área es enorme y, en general, en los congresos sobre lingüística funcional o análisis del discurso abundan las presentaciones sobre análisis multimodal. Pero, al mismo tiempo, pareciera que hay un desfase entre teoría y empirismo. Originalmente, Kress y Van Leeuwen pensaron su gramática del diseño visual en relación con las imágenes fijas y la escultura, pero luego esta teoría fue utilizada para analizar objetos tan diversos como páginas web interactivas, películas, comerciales, arquitectura de edificios, diseño de exposiciones en museos e incluso planeamiento urbano. En su último libro, Bateman (2008: 8) señala que es peligroso extender la aplicación de una teoría determinada al análisis de objetos que originalmente esa teoría no intentaba explicar. Para citarlo textualmente “debemos aprender a caminar antes de poder correr”, lo que significa que debemos tratar de entender más cabalmente la base de la semiótica multimodal antes de comenzar a explorar complejidades tales como en el caso del audiovisual, del diseño arquitectónico o de exposiciones. CGD: Tengo la sensación de que nos hemos topado con la pregunta metodológica. ¿Podría explicar cuál es su visión de la relación entre teoría y empirismo? MK: Creo que este es un punto muy importante que tanto estudiantes como académicos no comprenden con claridad. En los congresos muchas veces escuchamos preguntas del tipo ¿piensa que la teoría multimodal es correcta?, ¿Kress y van Leeuwen tienen razón en afirmar que una página multimodal puede dividirse en Dado, Nuevo, Ideal y Real?, ¿existe en verdad algo que podamos llamar proceso analítico?, etc. Esas preguntas ponen de manifiesto una concepción errónea de la noción de teoría. Una teoría no es algo que pueda estar bien o mal, ser correcta o incorrecta. Las teorías son definiciones y concepciones sistemáticas construidas para describir y explicar la realidad. Puede ocurrir que sean útiles para describir ciertos fenómenos y puede ocurrir que no lo sean, pero eso no significa que estén bien ni mal. Cuando Kress y van Leeuwen comenzaron a desarrollar su gramática del diseño visual, estaban convencidos de que la lingüística sistémico funcional o las teorías semióticas existentes, como la “semiología” desarrollada por la Escuela de París no podían ofrecer un marco de referencia útil para la descripción de lo visual ni podían tampoco explicar de manera acabada lo que sucede cuando construimos o vemos lo visual. De modo que desarrollaron una teoría cuyas taxonomías y definiciones consideraban que eran más útiles para describir la realidad visual. Una vez que se diseña una teoría, las definiciones y taxonomías que proporciona se utilizan para formular hipótesis de lo que podría suceder, por ejemplo, cuando la gente observa elementos visuales. Las hipótesis son simplemente predicciones acerca de lo que pasará bajo determinadas condiciones. Por ejemplo, yo puedo sostener la hipótesis de que cuando la gente mire un texto multimodal con dos fotografías, una en el lugar de lo dado y la otra en el lugar de lo nuevo, mirarán primero la foto que está en lo dado, pero que cuando el texto está escrito en la zona de lo dado y hay una foto en lo nuevo, mirarán primero la fotografía que está en el lugar de lo nuevo. O puedo suponer que en una página que tiene fotografías de personas con vista frontal directa hacia el observador y personas que no presentan vista frontal directa, siempre miraremos primero a aquello que tienen vista frontal directa. Este tipo de predicciones puede estudiarse en investigaciones empíricas y son esas hipótesis las que van a ser correctas o incorrectas, y no los conceptos de dado y nuevo o los de vista frontal directa. Por supuesto que el resultado de una prueba empírica, especialmente cuando lleva a la refutación de una hipótesis, también puede provocar la modificación de algunos componentes de la teoría, de modo que la cantidad de aspectos de un fenómeno de los que puede dar cuenta por la teoría revisada aumenta. Lamentablemente, gran parte del actual marco teórico de las teorías de la multimodalidad está basada en observaciones auto referenciales o en reflexiones introspectivas, como las pruebas relacionadas, por ejemplo, a la prominencia (salience), jerarquización de la información (idealreal, dado-nuevo, central-marginal), recorridos de lectura (reading paths), etc.. Los investigadores se observan a sí mismos cuando leen una página o les solicitan a sus alumnos (en calidad de informantes) que lean ciertos textos multimodales y que les digan cómo los leyeron, qué miraron primero, etc. CGD: Ya sea que hayan surgido de la introspección o de pruebas empíricas, esos estudios probaron ser absolutamente necesarios puesto que abrieron el camino para que emergiera un nuevo campo de investigación. ¿Cómo propone usted que se debe investigar a fin de proporcionarle a la teoría un soporte empírico mejor que la introspección? MK: Creo que para producir una teoría confiable lo mejor es crear bases de datos extensas y sistemáticas, es decir corpus que se pongan a disposición de la comunidad científica con el fin de que podamos probar nuestras hipótesis en datos confiables y, lo que es más importante, compartidos. En este momento la mayoría de los investigadores recopila y utiliza sus propios datos, y esto hace que los estudios resultantes sean únicos y que los resultados no sean comparables. Entonces deberíamos concentrarnos más en formular hipótesis comprobables que puedan ser validadas o refutadas sobre la base de este tipo de corpus. Las investigaciones basadas en la introspección y llevadas a cabo sobre datos individuales continuarán siendocomo consecuencia de la naturaleza misma de este enfoque- subjetivas y, en cierto modo, influenciadas por los deseos y las expectativas de los investigadores. La introspección no tiene nada de malo siempre y cuando no tengamos mejores herramientas ni métodos empíricos disponibles, pero en el campo de la teoría multimodal hemos alcanzado un nivel de complejidad y competencia tal que deberíamos tratar de desarrollar pruebas más confiables y avanzar más allá de la especulación. CGD: Podemos preguntarnos cómo se puede mejorar el desarrollo teórico a la luz de la aplicación de datos y cómo probar hipótesis desarrolladas dentro de la teoría de la multimodalidad. MK: Se han desarrollado nuevos métodos de descripción de datos, por ejemplo Norris (2004) y Baldry y Thibault (2006), que desarrollaron esquemas de anotación para textos multimodales y análisis de películas. Baldry y O’Halloran actualmente están trabajando en el desarrollo de abordajes para analizar sitios web compilados en un corpus internacional de portales de internet de universidades. Bateman, Delin y Henschel (1999, 2002) han logrado ambas cosas; compilaron un corpus de documentos multimodales de libros ilustrados, manuales de instrucciones, periódicos y portales de internet y han desarrollado un complejo esquema de anotación para el análisis. Ambas herramientas están disponibles en Internet. Pero estos corpus y sistemas de anotaciones todavía solamente contienen datos para analizar. Y, si bien es cierto que les facilitan la futura tarea a los investigadores, todavía no proporcionan un método empírico de cómo desarrollar o comprobar una hipótesis acerca de cómo se escriben, leen o interpretan los textos multimodales. Hay un pasaje de Baldry y Thibault (2006: 145) que constituye el mejor ejemplo de esta cuestión. Los autores hacen referencia a los “lazos coactivos y cotemáticos” (cothematic and coactional ties) entre lo visual y el texto que lo acompaña. En su análisis de una página del portal de internet del British Museum’s Children’s Compass una cláusula imperativa (“busque a otros integrantes de la familia...”) les indica a los lectores de esta página que miren la imagen que está a la izquierda y que busquen a alguien allí. Por supuesto que tenemos todo el derecho a suponer que los autores desean que los lectores lean esta oración y luego miren la fotografía correspondiente. Pero la pregunta crítica que surge es si este lazo coactivo funciona efectivamente para que los lectores procedan de ese modo. Baldry y Thibault no tienen una respuesta pero este caso ilustra el tipo de investigación empírica que se puede y debe abordar con el objeto de determinar en qué medida un concepto teórico como “lazos coactivos y cotemáticos” tiene un papel en el proceso de lectura real. CGD: Y volvemos nuevamente a la necesidad de comprobar hipótesis. ¿Por qué no abordar la tarea desde un paradigma de investigación interpretativista, cualitativo, por ejemplo de manera inductiva? Después de todo, el empirismo no es privativo de los métodos positivistas de investigación. MK: Estoy de acuerdo pero esto es lo que se ha hecho en la mayoría de los estudios realizados en el campo de la multimodalidad durante la última década. Contamos con gran cantidad de investigaciones interpretativas cualitativistas a nuestra disposición. Pero creo que es hora de sistematizar lo aprendido a partir de estos estudios, buscar patrones en común que se reiteran, por un lado, en el diseño de textos multimodales y, por el otro, en el proceso de lectura. Las investigaciones interpretativas nos han permitido saber muy bien qué propósitos tenían en mente los diseñadores de texto pero no sabemos si esos propósitos se cumplen en relación a los lectores. De modo que deberíamos comenzar por estudiar las respuestas perlocutivas de los lectores en los procesos de lectura y ver cuántas claves y conexiones realmente llegan a los lectores en vez de analizar la fuerza ilocutiva de los textos una y otra vez. CGD: ¿Actualmente está desarrollando investigaciones en este campo? MK: En los últimos tres años he trabajado en la recepción de portales de internet junto con mi hermano Thomas Kaltenbacher, experto en rastreo visual (eye-tracking) en el Departamento de Lingüística de Salzburgo. Entre otros fenómenos, estudiamos los vectores y recorridos de lectura de información en portales de internet. El rastreo visual es uno de los ejemplos típicos de cómo orientar la investigación multimodal hacia bases empíricas sólidas, al menos en lo que respecta a los estudios de la recepción. Revisamos algunos de los portales de internet analizados por Baldry y Thibault, por ejemplo evaluamos cómo leen los estudiantes de inglés la página antes mencionada. Al contrario de lo esperado, los individuos que participaron de la prueba no respondieron al lazo coactivo, lo que significa que no buscaron familiares en la fotografía sino que continuaron leyendo el texto de corrido o miraron hacia algún otro lugar de la página. Tal vez este sea el mejor ejemplo de que la investigación interpretativa cualitativa de un texto, en particular la que se realiza sólo desde el punto de vista del autor, puede resultar decepcionante, independientemente de todo lo lógica y racional que sean la interpretación y las conclusiones. Otro fenómeno que evaluamos en el experimento de rastreo visual es el papel que tienen los vectores en lo que se refiere a los recorridos de lectura de textos multimodales. Muchas publicaciones sobre análisis de textos multimodales abundan en especulaciones sobre posibles recorridos de lectura pero la mayoría de ellas no pasan el examen cuando se las somete a una prueba de rastreo visual. Sin embargo podemos confirmar la eminente influencia que tienen los vectores internos del texto sobre los recorridos de lectura, incluso cuando los mismos son bastante discretos y encubiertos. Por ejemplo, descubrimos que las líneas horizontales superior e inferior del marco que rodea una imagen central en un texto funcionan como vectores e indican los puntos de ingreso de los lectores al texto verbal de esa página. En vez de comenzar por la parte superior del texto, que presumiblemente es el punto por el que se tenía la intención que los lectores tomaran como punto de inicio, primero recorren las palabras que se encuentran a la izquierda o a la derecha de estas líneas. Esto es particularmente evidente cuando el texto contiene listas o agrupamientos de palabras tales como enumeraciones o hipervínculos en una página de internet. Estos resultados tienen enormes consecuencias para el diseño de textos ya que tradicionalmente los autores colocan la información más importante al principio de dichas listas mientras que, aparentemente, los lectores prestan mayor atención al texto que se encuentra junto a estos vectores poco sobresalientes. CGD: ¿El rastreo visual es aplicable a imágenes fijas, al discurso audiovisual o a ambos? MK: El rastreo visual se puede aplicar a imágenes fijas, a imágenes en movimiento, páginas de internet interactivas e incluso a la comunicación cara a cara, aunque hemos trabajado principalmente con imágenes fijas o con portales de internet estáticos. Como indiqué anteriormente, primero queremos aprender a caminar. CGD: ¿Existe algún elemento cultural asociado con el rastreo visual? MK: Esto claramente es así. Kress y van Leeuwen han señalado en reiteradas ocasiones que las estructuras visuales están culturalmente determinadas. Los aspectos de Color, Prominencia, Ángulo y Distancia están culturalmente determinados. Y también lo están los recorridos de lectura. Cuando analizamos miembros de una cultura que lee de derecha a izquierda, leen los textos multimodales occidentales de manera diferente de lo que lo hacen los individuos que han sido socializados en el seno de culturas occidentales desde los primeros años de alfabetización. Y cuando los consumidores asiáticos adoptan portales de internet occidentales a menudo los portales contienen muchos errores que ponen de manifiesto los errores de interpretación que surgen del contexto semiótico cultural de origen de los lectores. Por ejemplo, los logos, la imágenes y lo textos cambian de posición pero los vectores que los señalan no cambian de dirección. CGD: Todos los estudios que menciona están estrechamente ligados al campo de la percepción. ¿Qué puede decirnos sobre estudios centrados en la descripción de corpus multimodales? ¿Se está intentando algo así? MK: Se ha intentado y ya se han establecido las bases de ese tipo de abordajes, por ejemplo en la mayor parte del trabajo de Baldry y particularmente en los trabajos de Anthony Baldry y Paul Thibault (2006), también John Bateman y sus colegas en el modelo GeM y en su reciente libro Multimodality and Genre (2008). Personalmente tengo mucha curioridad por el libro que están por publicar Anthony Baldry y Kay O’Halloran, Multimodal Corpus-Based Approaches to Website Analysis. CGD: ¿La investigación multimodal afecta nuestra concepción acerca de la construcción del significado? MK: Sí, claro que sí. Creo que la consecuencia más impactante es que el creciente predominio histórico y cultural de la palabra escrita por sobre los otros recursos semióticos finalmente parece haber llegado a su fin. Sin embargo, es importante que los autores de textos multimodales estén informado de este tipo de investigaciones de las que los colegas de la comunidad científica y, cada vez más, los estudiantes están al tanto. Pero fuera del mundo académico, todavía hay muchos diseñadores gráficos o de páginas de internet que parecen hacer sus borradores escribiendo primero el texto escrito y luego buscan las ilustraciones, cualquier tipo de ilustración, que colocan al azar en cualquier lugar del texto. La cantidad de documentos mal diseñados que hay en internet y en los medios gráficos ofrece amplia evidencia de esto. No obstante, existe cada vez mayor conciencia de que los textos verbales, las imágenes y el sonido deben seleccionarse de manera conjunta en un proceso integrado, en vez de hacerlo de forma separada, y de que se deben colocar en un texto para formar un todo cohesivo y coherente relacionado, está en aumento. Los que no son expertos en esta cuestión también utilizan los recursos semióticos tales como el color, mirada, tamaño, prominencia de manera cada vez más integrada para formar un todo que tenga un propósito y un significado. En la actualidad, a menudo la mala utilización de recursos más sutiles como el Ángulo, Marco, (en blanco) Espacio o Vectores pone de manifiesto la falta de conocimiento de cómo integrar esos modos y da como resultado la creación de textos sin continuidad, de textos ambiguos e incomprensibles. CDG: Pasando a otro tema, ¿la investigación multimodal es un campo interdisciplinario per se? ¿Cómo describiría la relación entre la investigación multimodal y la lingüística u otras áreas del conocimiento? MK: Parte de las críticas que originalmente se le hicieron a la teoría multimodal afirmaban que era solamente un abordaje lingüístico a la interpretación de las imágenes. Kress y Van Leeuwen respondieron que lengua e imágenes son modos independientes pero igualmente expresivos del mismo fenómeno: la interacción social. Por lo tanto, la teoría semiótica que subyace debe ser la misma para ambos códigos semióticos. Creo que las diferencias entre la lingüística y la teoría multimodal son muchas más que las similitudes. Por lo tanto, en mi opinón la teoría multimodal y la lingüística son teorías ‘co-hipónimas’ dentro de una teoría semiótica global, aunque tal vez se debería agregar que la teoría multimodal ha sido adaptada para dar cuenta de una gama tan amplia de fenómenos que seguramente seremos testigos del momento en que los constructos teóricos de la multimodalidad vayan mucho más allá de las teorías lingüísticas que actualmente conocemos. Debido a este constructo teórico en constante evolución, la investigación multimodal se ha transformado decididamente en un campo multidisciplinario en el que lingüística, la semiótica multimodal y las teorías culturales se dan cita. Pero, además, intervienen aspectos relativos a la psicología, la física y la biología (en lo que respecta a los aspectos sensoriales), al igual que los aspectos tecnológicos en constante crecimiento, algunos de los cuales han sido abordados por ejemplo en Kress y van Leeuwen (2001), LeVine y Scollon (2004) y en van Leeuwen (2005). REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Baldry, A & O’Halloran, K. (en prensa). Multimodal Corpus-Based Approaches to Website Analysis. London: Equinox Publishing. Baldry, A. & Thibault, P. (2006). Multimodal Transcription and Text Analysis. London: Equinox Publishing. Bateman, J. (2008). Multimodality and Genre. A foundation for the systematic analysis of multimodal documents. Basingstoke: Palgrave Macmillan. Bateman, J., Delin, J. & Henschel, R. (1999-2002). Genre and Multimodality: a computer model of genre in document layout. http://www.fb10.uni-bremen.de/anglistik/langpro/ projects/gem/newframe.html Kress, G. & van Leeuwen, T. (1996). Reading Images: The Grammar of Visual Design. London: Routledge. Kress, G. & van Leeuwen, T. (2001). Multimodal Discourse. The Modes and Media of Contemporary Communication. London: Arnold. Levine, P. & Scollon, R. (Eds.) (2004). Discourse & Technology. Multimodal Discourse Analysis. Georgetown, Washington, D.C.: Georgetown University Press. Norris, S. (2004). Analyzing multimodal interaction: a methodological framework. New York: Routledge. Van Leeuwen, T. (2005). Introducing Social Semiotics. An Introductory Textbook. London: Routledge. Ventola, E., Charles, C. & Kaltenbacher, M. (Eds.) (2004). Perspectives on Multimodality. Amsterdam: Benjamins. Kaltenbacher, M. (2001). Universal Grammar and Parameter Resetting in Second Language Acquisition. Frankfurt am Main: Peter Lang Verlag. Gruber, H., Kaltenbacher, M. & Muntigl, P. (Eds.) (2007). Empirical Approaches to Discourse Analysis. Frankfurt: Peter Lang. *CLAUDIA GABRIELA D‘ANGELO es traductora de inglés literario y técnico-científico egresada del INSP en Lenguas Vivas, J. N. Fernández de Buenos Aires, Argentina, especializada en traducción audiovisual. Docente de la cátedra de Análisis de los Lenguajes de los Medios de Comunicación Social de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. Correo e: [email protected] ANEXOS Publicaciones recibidas Libros Charaudeau, P. (2008). Entre populisme et peopolisme. Comment Sarkozy a gagné ! París, Francia : Librairie Vuibert. Fonte, I & Villaseñor, L. (coord) (2008). La construcción discursiva del significado. Exploraciones en política y medios. Iztapalapa: Universidad Autónoma Metropolitana y Ediciones del Lirio. Garcia da Silva, D.E. (2008). Percursos filológicos. Nas trilhas das lenguas romanicas. Brasil: Canone Editorial. Narvaja de Arnoux, Elvira (2008). Los discursos sobre la nación y el lenguaje en la formación del Estado (Chile, 1842-1862). Estudio glotopolítico. Buenos Aires: Santiago Arcos editor. Pardo, M. L. (ed.) (2008) El discurso sobre la pobreza en América Latina. Santiago de Chile: Frasis Editorial. Revistas Rasal Lingüística. Revista de la Sociedad Argentina de Lingüística. Nº 1/ 2-2007 Cuadernos de Linguagem e Sociedade. Vol. 9(1) 2008 Cuadernos de Linguagem e Sociedade. Vol. 9(2) 2008 Invitación Foro Aled Invitamos a los socios y amigos de la Revista ALED a participar en el Foro, nuestro espacio para la discusión y la reflexión. Pueden responder a cualquiera de los temas ya iniciados por alguno de nosotros o empezar uno nuevo. Es importante que: a) mencionen en el texto a quién(es) están respondiendo; b) que participen de la manera más interactiva posible, y c) que lo hagan en no más de tres páginas escritas a espacio y medio. También se recomienda restringir la cantidad de referencias bibliográficas. Pueden enviar sus contribuciones a: María Laura Pardo Coordinadora del Foro ALED [email protected] Índice Acumulado VOLUMEN 1 (1) 2001 CHARAUDEAU, Patrick, De la competencia social de comunicación a las competencias discursivas, 7-22. MARCUSHI, Luiz Antônio, Aspectos da questão metodológica na análise da interaçao verbal: o continuum cualitativo-cuantitativo, 23-42. CARBÓ, Teresa, Tocar el lenguaje con la mano: experiencias de método, 43-67. VAN DIJK, Teun, Algunos principios de la teoría del contexto, 69-81. ESPAR, Teresa, Estrategias enunciativas en el discurso irónico: un artículo de opinión de José Ignacio Cabrujas, 83-100. Reseñas Teun van Dijk (comp.), El discurso como estructura y proceso. Estudios del discurso: Introducción multidisciplinaria, reseñado por Guillermo Soto, 103-125. Giovanni Parodi Sweis (comp.), Relaciones entre lectura y escritura: una perspectiva cognitiva discursiva. Bases teóricas y antecedentes empíricos, reseñado por Rebeca Beke, 127-130. Helena Calsamiglia Blancaflor y Amparo Tusón Vals, Las cosas del decir. Manual de análisis del discurso, reseñado por Antonio Núñez, 133-137. VOLUMEN 2 (1) 2002 VILLAKA KOCH , Ingedore G., A construçã de objetos-de-discurso, 7-20. CUCATTO, Mariana, Cómo “hacer hacer” cosas con palabras. La construcción discursiva del estereotipo femenino en la publicidad de los 90. El caso de Slim Center, 21-49. WILLIAMSON , Rodney, Situación comunicativa y estructura genérica en la telenovela mexicana, 51-68. MADRIZ, María Fernánda, La noción de pueblo en el discurso populista, 69-92. RUIZ ÁVILA, Dalia, Discurso autobiográfico e identidad sociocultural, 93-109. Reseñas Bob Hodge y Kam Louis, The politics of Chinese language and culture. The art of reading dragons, reseñado por Irene Fonte, 111-114. Susan Hunston y Geoff Thompson (eds.), Evaluation in text: Authorial Stance and the Construction of Discourse, reseñado por Nora Kaplan, 115-121. Ingedore Grunfeld Villaça Koch, Desvendando os segredos do texto, reseñado por Lenita Vieira, 122-126. VOLUMEN 3 (1) 2003 CADEMARTORI D. Yanina, La inscripción de las personas en textos de divulgación científica, 9-27. CHAMORRO MIRANDA, Diana, MIZUNO HAYDARr , Jorge y MOSS, Gillian, Tergiversaciones y correspondencias: la metáfora y sus bemoles, 29-47. GARCIA DA SILVA, Denise Elena, Discurso y cognición social en la “red” de las metáforas, 49-69. MARTINS FERREIRA, Dina María, La identidad en la posmodernidad: Lula y la construcción discursiva del sujeto, 71-81. VIEIRA, Lenita D., El mundo al revés. Humor en el discurso político, 83-91. Reseñas Leda Berardi (comp.), Análisis crítico del discurso. Perspectivas latinoamericanas, reseñado por Luisa Martín Rojo, 93-96. Luisa Martín Rojo (dir.), Ester Alcalá Recuerda, Aitana Gari Pérez, Laura Mijares, Inmaculada Sierra Rodrigo y Mª Ángeles Rodríguez, ¿Asimilar o integrar? Dilemas ante el multilingüísmo en las aulas, reseñado por Dalia Ruiz Ávila, 97-101. Analia Brandolín y María Eugenia Rosboch, Transformaciones “al aire”: radio, medios y poder, reseñado por Pedro Santander Molina, 102-107. VOLUMEN 4 (1) 2004 ROMANO PACÍFICO , Soraya Maria y SOUSA ROMAO, Lucília Maria, Intertextualidade e humor: No país do carnaval “Muito riso e pouco siso” é o lema nacional, 7-24. ACOSTA V., Gladys Lucía, El Ser y el Hacer del DIRCOM: un análisis en la perspectiva del discurso, 25-46. RODRÍGUEZ ALFANO , Lidia y KOIKE , Dale April, La interacción en diálogos transmitidos por la radio en la frontera, 47-72. KICZKOVSKY , Silvia, Los relatos tradicionales como vehículos de valores éticos, 73-88. HESS ZIMMERMANN , Karina, El desarrollo de la habilidad para manejar tiempos verbales en la narración, 89102. Reseñas Patrick Charaudeau. El discurso de la información. La construcción del espejo social, reseñado por María Jesús Nieto y Otero, 103-104. Dalia Ruiz Ávila. Tejiendo discursos se tejen sombreros. Identidad y práctica discursiva, reseñado por Irania Malaver, 105-107. Deborah Schiffrin, Deborah Tannen y Heidi E. Hamilton, (comps.) The handbook of discourse analysis, reseñado por Nora Kaplan, 108-114. VOLUMEN 4 (2) 2004 ZULLO, Julia y RAITER , Alejandro, Piquetes y piqueteros. Los actores sociales de la pobreza en la prensa argentina, 7-26. ESCAMILLA MORALES , Julio y MORALES ESCORCIA , Efraín, Imaginarios culturales subyacentes en la canción vallenata, 27-53. OSUNA , Zulaima, GALINDO VILLARDÓN,Ma Purificación y MARTÍN VALLEJO , Javier, Análisis estadístico de datos textuales. Aplicación al estudio de las declaraciones del Libertador Simón Bolívar, 55-62. ALVAREZ, Guadalupe, Estudio sobre la representación del trabajo en el discurso de los indigentes de la Ciudad de Buenos Aires, 63-89. CHUMACEIRO, Irma, Las metáforas políticas en el discurso de dos líderes venezolanos: Hugo Chávez y Enrique Mendoza, 91-113. Reseñas Gladys Acosta y Jorge Sánchez, Construcción de Identidad y Función Política en el discurso del director de comunicaciones, reseñado por Olga Beatriz Muñoz, 115-119. Michel Meyer (Ed.), Perelman. Le renouveau de la rhétorique, reseñado por Frances D. de Erlich, 120-126. Teun A. van Dijk, Racismo y discurso de las élites, reseñado por Leda Berardi, 127-133. VOLUMEN 5 (1) 2005 BERTORELLO, Adrián, El estatuto de la subjetividad en la teoría polifónica de la enunciación, 7-25. RESENDE , Viviane De Melo, y SEBBA RAMALHO, Viviane C., Análise de discurso crítica: uma reflexão acerca dos desdobramentos recentes da teoria social do discurso, 27-50. MARTINS FERREIRA, Dina Maria, La construcción de la identidad de lo femenino: pragmatismo, imaginario y simbolismo, 51-61. SHARIM PAZ, Sarah y MUÑOZ ACEVEDO, Daniel, Una propuesta metodológica para el análisis del diálogo: la Unidad Interaccional, 63-96. BURDACH, Ana María y ROSS A, Paula, La construcción de la voz del enunciador en el discurso político de Ricardo Lagos, ex-Presidente de la República, 97-112. Reseñas Marianne Peronard y Ximena Gómez García (Eds) El hombre y su palabra, reseñado por Juana Marinkovich, 113-115. Anamaría Harvey (comp.) En torno al discurso. Contribuciones de América Latina, reseñado por Marianne Peronard Thierry, 121-125. Giovanni Parodi (ed), Discurso especializado e instituciones formadoras, reseñado por Carmen López Ferrero, 116-120. VOLUMEN 5 (2) 2005 CONSTANTINO , Gustavo Daniel, Modalidades comunicativo-discursivas de participación en comunidades virtuales de aprendizaje: una propuesta para la evaluación formativa, 7-32. FLORES TREVIÑO, María Eugenia, La ironía y el humor en El Habla de Monterrey, 33- 47. GALLUCCI , María José, Argumentación y funciones estratégicas en el discurso político venezolano: el cierre de campaña del referéndum revocatorio presidencial, 49-75. FONTE Irene y WILLIAMSON , Rodney, Marcos temporales y proyectos comunicativos: el análisis de la temporalidad en la interacción verbal, 77- 94. RODRÍGUEZ ALFANO , Lidia y ELIZONDO REGALADO, Gabriela, Dime a quién citas y te diré quién eres. La coconstrucción de la identidad en el diálogo, 95- 106. SALGADO ANDRADE, Eva, Una nueva tipología para analizar la prensa en México, 107- 125. Reseñas Alexandra Álvarez Muro. Poética del habla cotidiana, reseñado por Ainoa Larrauri, 127- 133. Jan Renkema. lntroduction to discourse studies, reseñado por María Valentina Noblía, 134- 137. Rodney Williamson y Fernando de Diego. Verbo e Imagen en la Telenovela mexicana, reseñado por Yoconda Correa Maneiro, 138- 146. VOLUMEN 6 (1) 2006 OQUENDO, Luís y DOMÍNGUEZ, Mariluz, Género, étnia y actitudes lingüísticas en hablantes bilingües wayuu, 5-20. SOUSA ROMAO, Lucília María, RIBEIRO PATTI, Ane y DE MACEDO RIBEIRO PATTI, Antônia, Heróis da mídia na voz das crianças: efeitos de sentido sobre/da infancia, 21-38. MARCHESE, Mariana Carolina, La construcción del signo “indigente” en el discurso de las instituciones estatales de la Ciudad de Buenos Aires, 39-62. TRINDADE, Eneus y FABIANO ANNIBAL, Sergio, Os sentidos do espaço na enunciação midiática publicitária, 63-76. ESTRADA , Andrea, Originalidad vs. claridad en el discurso académico: la comprensión del evidencial reformulativo ‘en todo caso’, 77-112. Reseñas Luís Alfonso Ramírez Peña y Gladis Lucía Acosta Valencia (comps.), Estudios del discurso en Colombia, reseñado por Martha Shiro, 113-119. Viviane de Melo Resende y Viviane Ramalho, Análise de discurso crítica, reseñado por João Bosco B. Bonfim, 120-123. Denise Elena García Da Silva, Nas instancias do discurso. Uma permeabilidade de fronteiras, reseñado por Lúcia Gonçalves de Freitas, 124-128. Entrevista Óscar Iván Londoño Zapata, El análisis crítico del discurso (ACD), una actitud de resistencia. Entrevista a Teun A. van Dijk, 129-135. VOLUMEN 6 (2) 2006 MASSONE, María Ignacia y BUSCAGLIA, Virginia Luisa, La cumbia villera (en)red(ada) en el discurso. Una introducción al monográfico sobre cumbia villera en Argentina, 5-20. MASSONE, Manuel y DE FILIPPIS, Mariano, “Las palmas de todos los negros arriba…” Origen, influencias y análisis musical de la cumbia villera, 21-44. MARCHESE, Mariana Carolina, Tango: el lenguaje quebrado del desarraigo, 45-60. SERPA, Cecilia, Estado argentino y cumbia villera, 61-82. PARDO, María Laura, Cumbia villera en Argentina: un análisis crítico del discurso de la posmodernidad, 83-95. Reseñas Daniel Cassany, Tras las líneas. Sobre lectura contemporánea, reseñado por Cristina D’Avolio, 97-103. Norman Fairclough, Language and globalization, reseñado por Viviane de Melo Resende, 104-111. Teun A. Van Dijk, Dominación étnica y racismo discursivo en España y América Latina, reseñado por Luisana Bisbe, 112-120. VOLUMEN 7(1) 2007 GALLEGO MENGOD, Verónica, Metodología para el análisis de las publicaciones periódicas: los géneros discursivos como señales de cambio (Ensayo Literario 1872-1874), 5-30. KALTENBACHER, Martín, Perspectivas en el análisis de la multimodalidad: desde los inicios hasta el estado del arte, 31-58. SANTANDER, Pedro, Análisis Crítico del Discurso y análisis de los medios de comunicación: retos y falencias, 59-78. XU, Shi, Reconstruyendo los paradigmas orientales de los estudios del discurso, 79-94. VIEIRA, Lenita, Humor en editoriales de TalCual: Texto e imagen en el discurso político, 95-114. Reseñas Bolívar Adriana (comp.), Análisis del discurso ¿Por qué y para qué?, reseñado por Francisco José Bolet, 115123. Pardo Abril Neyla, Cómo hacer análisis crítico del discurso. Una perspectiva latinoamericana, reseñado por Alicia Carrizo, 124-132. Ramírez Peña Luis Alfonso, Comunicación y discurso. La perspectiva polifónica en los discursos literario, cotidiano y científico, reseñado por Gonzalo Pubiano Bernal, 133-140. VOLUMEN 7(2) 2007 ALVES, A., FERRAREZI, L. y SOUSA ROMÃO, L. M., Leitura de barraco: a semente da leitura, o discurso e os movimentos do sujeito, 5-20. BISBE BONILLA, L., El amerindio venezolano en los textos escolares: una representación discursiva desde la Gramática Sistémica Funcional, 21-48. BOLET , F. J. Estrategias de divulgación de la ciencia en Venezuela a fines del siglo XIX: El Zulia Ilustrado (1889-1896), 49-72. GUALDA, R., As Eleições Presidenciais de 2002 nas páginas de “Veja”, 73-90. MONTERO, A.S., Política y convicción. Memorias discursivas de la militancia setentista en el discurso presidencial argentino, 91-114. Reseñas Cubo de Severino, Liliana (coord.), Los textos de la Ciencia. Principales clases del discurso académicocientífico, reseñado por Telma Piacente, 115-118. Shiro, Martha, La construcción del punto de vista en los relatos orales de niños en edad escolar. Un análisis discursivo de la modalidad, reseñado por Guillermina Piatti, 119-123. Vallejos Llobet, Patricia (coord.), Los estudios del discurso. Nuevos aportes desde la investigación en la Argentina, reseñado por María Leticia Móccero, 124-128. VOLUMEN 8(1) 2008 NÚMERO MONOGRÁFICO: HOMENAJE A LUIZ ANTÔNIO MARCUSCHI DE ARRUDA C. DA CUNHA, Dóris. Reflexões sobre as nocões de leitor, autor e polifonía no hipertexto, 9-18. GARCIA DA SILVA, Denize Elena y RAMALHO, Viviane. Reflexões para uma abordagem crítica dos géneros discursivos, 19-40. BOLÍVAR, Adriana. El informe de arbitraje como género discursivo en la dinámica de la investigación, 41-64. SAITO MONTEIRO DE BARROS, Kasue. Estratégias de (im)polidez em interações acadêmicas virtuais, 65-76. PARDO ABRIL, Neyla Graciela. El discurso multimodal en Youtube, 77-108. POSSENTI, Sírio. Um percurso: o caso “por qué no te callas?”, 109-118. Reseñas Marcuschi, Luiz Antônio. Produção textual: análise e compreensão. Reseñado por Cristina Teixera, 119-121. Marcuschi, Luiz Antônio. Cognição, Linguagem e Práticas Interaccionáis. Reseñado por Judith C. Hoffnagel, 122-124. Marcuschi, Luiz Antônio. Fenómenos da linguagem. Reseñado por Viviane de Melo Resende, 125- 124.