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X CONGRESSO DA AMP > JORNADAS CLÍNICAS > VAPTVUTP TEXTOS ORIGINAIS CORRUPÇÕES: O REAL EM JOGO (a política, os corpos) Corrupciones: lo real en juego (la política, los cuerpos) Ana Simonetti (EOL) En las últimas décadas del siglo XX, un notable presidente ruso instaló un significante: la glasnot, indicador de un movimiento político como respuesta a la corrupción del Estado. Muchos ejemplos en la historia de la humanidad revelan este par significante: transparencia/corrupción. En el devenir de la humanidad, siglos anteriores, no tenía el alcance global como en la segunda mitad del siglo XX, donde también advertimos en una progresión casi geométrica que la búsqueda de oponer la transparencia a la corrupción, va mostrando su fracaso, a pesar de los esfuerzos de movimientos sociales y aún de la ONU con la sanción de la Convención de las Naciones Unidas contra la corrupción en 2003. Por el contrario, ésta parece haber tomado una delantera irrefrenable e inalcanzable, al punto que es el vocablo más pronunciado en los últimos tiempos en algunas partes del planeta, clamando los ciudadanos por su denuncia y combate. El otro par significante que surge es honradez/corrupción, ya que las acciones corruptas rompen a la primera, y pueden hacer que desaparezca. Constatamos que la entrada en crisis de diversos significantes amos de la civilización produjo impactos globales que llegaron a instalar el caos. Éste revela que se ha producido una desregulación muchas veces incontrolable, a las que son conducidas las sociedades a manos de la política. Nuestras comunidades de consumo parecen dar paso al imperio de este nuevo rasgo, la corrupción. ¿En singular? Como rasgo relevante, pero la diversidad de campos y de formas de practicarla, la intensidad, sus alcances muchas veces impensados, nos desliza al plural. ¿Cuál es el real en juego? La ambición, forma del deseo vehemente que puede llevar al hablante a alcanzar metas en distintos ámbitos, a veces puede contar con un plus al cruzarse el individuo con el señuelo de acceder al poder. También puede buscarlo, su ambición bien puede ser esa: poder. Pero, ¿basta él para desencadenar la práctica corrupta desenfrenada? La voracidad singular es su empuje que lleva a saltar las convenciones sociales. Por cierto se requiere de la flacidez de las prohibiciones que acompañan a los ideales, lo que da paso al goce que impone la creación de reglas nuevas, reglas que homogenizan a un grupo o colectivo donde el poder hace encarnar un narcisismo frío en el actor de cada acto corrupto. Un asunto que parece estar en su base, es que para que el exceso de corrupción se ejerza por el poder político, es necesario el uso del control de las poblaciones y los cuerpos. Podemos considerar que son necesarias diversas alianzas, una de ellas con la biología, que tenemos a la mano para analizar con el mercado del medicamento, con la transformación de los cuerpos. Ella ha entrado decididamente en el dominio de los cuerpos. Sus técnicas y el mercado se adelantan a cualquier indecisión humana; lo que se presenta como respuesta a deseos de procreación, prolongación de la juventud, de la vida, salvación de los cuerpos, es un factor económico: cuánto obtiene el mercado del capitalismo feroz en la globalidad de sus bio-ofertas. Lo que en sí mismo representa un cinismo bajo el velo de humanismo. Eso mismo revela cadenas de corrupción, muchas veces sofisticadas y transitorias hasta arrasar el respeto por las creencias religiosas, éticas, morales, y más, arrasar la capacidad de decisión de las personas con el imperio de una política opuesta al respeto por las diferencias, asunto que el psicoanálisis sostiene fuertemente. Si bien es impensado para la condición humana lo intachable, el colmo de la moral, lo incorrupto y, quizá convenga para quien está en el poder el goce de su imperfección, cuando sectores de la política hacen uso del poder con prácticas irrefrenables de corrupción, dejan al individuo más inmerso en el individualismo de masa, sin más líder que el goce de los cuerpos. LONDON – Tale of a City of Ones-all-alone Natalie Wülfing (NLS) London is the city where every nationality under the sun comes to seek their fortune, and their anonymity. It is the capital of all immigrants, who never mix with each other. In different centuries and eras, London has given refuge to the Huguenots, the Jews, the Bangladeshis and the Russian Oligarchs – the latter, the most persecuted group of them all, because they persecute each other. Asylum seeker or economic migrant, why do they choose London? Because they do not know that in London, nobody cares. A kind of utilitarianism in reverse, functions here. Not the benefit of the greatest number of people, but the benefit of the One, in the sense of the number, the number itself. The compass of British politics is the number. The oligarchs build dozens of luxury mansions, as well as buying football clubs and newspapers. The Qatari royal family buys the most exclusive neighbourhoods, formerly property of the Queen’s estate. Why is this possible? Because only the number decides. The other economic migrants are reduced to slaves in the workplace, replaceable and on zero-hour contracts, working for impossible demands, impossible hours, for impossible incomes. Isolated, exploited, discarded, they work to keep the city’s façade in tact. Beautiful museums, galleries, historic sites, and first class universities, built and donated by Saudi sheiks and multinational firms. On the other side, an enormous city of banks, inside a city, which works 24 hours to gamble on non-existent money Teachers and doctors, who would be the substance inside the institutions, are reduced to labour under standardised management. Nobody is respected, nobody can bear it any longer. Jacques-Alain Miller describes a dystopia in his presentation for this congress, the speaking body, in relation to pornography. We could generalise this and pose it as precisely the way the drives of the Ones all alone function: ‘incitation, intrusion, provocation, forcing’ and then, ‘disenchantment, brutalisation, banalisation’. These are the effects of the symptom of the empire of technology. It is not only internet pornography that has this effect. It is just as much a description of British politics and its way of treating its citizens and its children. So, as Miller, in ‘A Fantasy’, says, “The relation between the two sexes is going to become more and more impossible, [ ] the one-all-alone will be the post human standard, the one-all-alone, all alone to fill out questionnaires in order to receive their evaluation, and the one-all-alone commanded by a surplus jouissance that is presented under its most anxiety generating aspect.” Subjects reduced to numbers have become speaking bodies, who, to a very high degree, rely on numbers to measure their bodies. Diets, exercise, and substance abuse, as well as social media and phone apps all reduce human activities to numbers. The speaking body is principally occupied with limiting jouissance, framing a body, inventing regimes and practices to bear the fragmentation of the body and the limitless command to enjoy gadgets. We analyse the sinthome of the parlêtre because there is only a speaking body and its irrupting jouissance. But the speaking body needs to speak, even in silence, in order to analyse it. Sometimes, these Ones cannot even bring themselves to speak…. That is truly post human. A young woman speaks of her two blackberry mobile phones, and the incessant demand by her employer, an investment bank, to be available on call 24 hours, as the market never sleeps. An event in Hong Kong has the effect of her company calling her to work at 3am at night… This comes after a 12 to 14 hour day at work where she cannot leave earlier than the boss. She has no words, no sleep, just anxiety and tears, a speaking body unable to limit the ferocious super ego that says ‘work’, ‘achieve’, ‘make money’, the ideals of her parents. The invitation to speak is not taken up by this woman. She says she needs medication, a fix, fast relief, something that can be expressed in numbers. The body is in the constant and repeated attempt at regulating jouissance, while, not in possession of any phallic value it is not alive. The bodies move zombified through the metropolis, contributing to produce ever more numbers. Numbers to save money, as efficiency, numbers to make money, as profit, numbers to evaluate, as insurance, numbers to verify, as control, numbers to confirm, as proof, numbers to reduce, as savings, numbers to increase, as output. In a city of Ones-all-alone. AMOROSO, AMURADO (passagens, obstáculos) VAPT VUPT Angela Fischer (NEL) En la presentación del tema para éste congreso, a cargo de Jacques Alain Miller ,sostiene que hay que atravesar el amuro, el atravesamiento de los muros del lenguaje está en consonancia con el ultimísimo Lacan, Miller lo presenta de la siguiente manera “Amuro significa sobre todo lo que es preciso atravesar cada vez el muro del lenguaje para tratar de cernirnos más –no digamos a lo real –a lo que hacemos en nuestra practica” En el Seminario XX Lacan introduce el termino de AMURO , con la homofonía de” amour” , para dar cuenta del imposible de decir al que el amor apunta , la falta de significación , en la misma línea podemos pensar el amuro de la no relación sexual . La pregunta que surge es entonces cómo atrapar estas cuestiones, es decir cómo se produce ese atravesamiento de los muros del lenguaje. Darán cuenta de dicho atravesamiento los trabajos clínicos que a continuación se escucharan. Pero, a los fines de este VIP VAP tomaré un fragmento de la poesía de Fernando Pessoa, poeta de la lengua portuguesa, no brasileño. Pessoa procuró realizar este atravesamiento haciendo uso de su poesía, con los recursos singulares que supo elegir de la lengua. Pessoa “(…)y yo, verdaderamente yo, soy el centro que no existe en esto sino mediante una geometría del abismo; soy la nada en torno a la cual gira este movimiento, sin que ese centro exista sino porque todo circulo lo tiene. Yo, verdaderamente yo, soy el pozo sin muros, pero con la viscosidad de los muros, el centro de todo con la nada alrededor “ El vacío es la única manera de atrapar algo con el lenguaje, ello se consigue vía la interpretación y la posición del analista, que roza con la letra y con el ser. Ese vacío apunta a que los muros del lenguaje consiguen sus propios límites, de lo contrario sería imposible de cernir y de hacer sentir aunque solo sea un destello; el cuerpo siempre se implicará, soy la nada en torno a la cual gira este movimiento, tiene que haber un cuerpo allí donde se solicita el movimiento, en ese lugar donde la nada se dirige a un más allá del atravesamiento. Estos atravesamientos del amuro tocan el cuerpo, señalan al parletre en conjugación con su cuerpo y el goce allí inscripto. … el centro de todo con la nada alrededor. No hay un intento de encontrar un sentido, ni una intención explícita de hacerlo , es un buen ejemplo del palpitar de la” lalengua”, el que Pessoa nos muestra. Pessoa, que significa persona en castellano, necesitó inventar sus heterónimos: Alberto Caeiro , Alvaro de Campos, Bernardo Soares ,entre otros muchos , es conveniente señalar que no son seudónimos. Pero también contamos los silencios, la elocuencia del silencio, silencio del analista y silencio del analizante, y el silencio está también en consonancia con el cuerpo. El silencio toca el cuerpo. Nos servimos de otro poeta, esta vez de la lengua castellana, Roberto Juarróz. “El silencio que queda entre dos palabras... El silencio que queda entre dos palabras no es el mismo silencio que envuelve una cabeza cuando cae,ni tampoco el que estampa la presencia del árbol cuando se apaga el incendio vespertino del viento”. El amuro del silencio, el propio silencio y del Otro y del otro. Continúa el poeta, “Así como cada voz tiene un timbre y una altura, cada silencio tiene un registro y una profundidad. El silencio de un hombre es distinto del silencio de otro y no es lo mismo callar un nombre que callar otro nombre. Existe un alfabeto del silencio, pero no nos han enseñado a deletrearlo. Sin embargo, la lectura del silencio es la única durable, tal vez más que el lector.” Al analista le corresponde cuidar el vacío, mantenerlo alejado del sentido, para poder sostener” el no digamos”, el no comprender, de ese modo poder cercar la invención de la letra que realiza el trabajo del analizante. El sujeto en el análisis despliega los ecos de su voz y la manera como ellos repercuten en su cuerpo. Este cuerpo funciona como una resonancia, impacta .Habla más no dice. Innamorato, innamurato (passaggi, ostacoli) Maria Bolgiani (SLP) Per effetto del linguaggio non c’è rapporto sessuale che si possa scrivere. Al tempo stesso, per effetto del linguaggio si tesse l’amore, che supplisce a questa assenza. O meglio, quello che non cessa di non scriversi è il rapporto sessuale tra due esseri parlanti: l’assenza di una scrittura possibile riguarda quindi il campo della psicoanalisi. Nel campo della scienza invece il rapporto si può scrivere, ma si tratterà piuttosto di cellule che si spostano, si uniscono, si dividono, non di esseri parlanti. Dunque l’amore, che nasce da una faglia, è lì a velare e svelare l’impossibilità, e porta con sé la spinta a fare Uno: essere una cosa sola. Per questo, dice Lacan in Ancora, è sempre reciproco. Questa reciprocità, questa spinta all’uno, ha a che fare con ciò di cui parlava Freud quando diceva che l’amore è fondamentalmente narcisistico. L’amore, d’altra parte, è una faccenda di desiderio e di significanti; prima ancora della psicoanalisi ce lo insegnano la poesia, la letteratura, le parole d’amore. In amore si punta al soggetto, alla sua divisione, alla sua mancanza: è questa la molla dell’amore. E nell’amore è in gioco la castrazione: occorre che l’oggetto sia perduto perché possa essere cercato nel campo dell’Altro. Il campo del godimento, invece, non è il campo del soggetto. Il godimento del corpo dell’Altro non è segno dell’amore. Questo perché il godimento non è in relazione all’Altro come tale, non fa legame. Il godimento pertiene al corpo, e lì resta. Ma se per un verso Lacan indica un’antinomia tra amore e godimento, al tempo stesso nel seminario XIX, …ou pire, e poi ancora nel XX, Ancora, dà all’amore una connotazione particolare, chiamandolo amuro. Il muro è quello del linguaggio, che per un verso da sempre per Lacan è struttura di separazione (fin dal Seminario III ci dice che il significante uccide la cosa); per altro verso nel linguaggio si annida del godimento, che è di per sé chiuso in se stesso, autistico, fa barriera. Sono in gioco effetti di godimento che si ritagliano a partire dall’impatto del linguaggio sull’organismo, quegli effetti che lo porteranno a lalingua, che sfuggono al senso e alla decifrazione e fanno ostacolo al rapporto. Miller individua nel Seminario XX l’ultimo paradigma del godimento, quello del non-rapporto, della disgiunzione tra godimento e Altro, sulla base di una primarietà del godimento che è la svolta di questo periodo (al contrario il paradigma precedente, che Miller situa nel seminario XVII, era segnato dal rapporto primario tra significante e godimento, tra sapere e godimento). Con Ancora (ma possiamo trovare un’elaborazione in corso su questi punti già nei due seminari precedenti) il godimento fa a meno dell’Altro e si situa prima di tutto nel corpo proprio. Lacan gioca sull’omofonia Encore - En corps: è il corpo a essere toccato, un corpo che fondamentalmente si gode. E un’altra declinazione fondamentale in questo tempo è relativa al godimento della parola: la parola, prima di ogni altra cosa, è godimento, è una modalità del godimento Uno; in quanto tale, non basta a fare legame. Per questo Lacan “parla ai muri”: parlare ai muri non ha a che fare con la posizione dell’Altro ma con il soddisfacimento pulsionale in opera. Diversamente che nei paradigmi precedenti, il godimento è primario, mentre il legame con l’Altro è derivato e problematico. Di questo godimento del corpo, l’amuro è segno. Amuro che Lacan scrive anche (a)muro, per indicare che per potersene occupare seriamente occorre cogliere la posta in gioco della castrazione. Dunque se per un verso l’amuro mette in primo piano l’ostacolo, per altro verso forse possiamo coglierlo come quell’amore che rinuncia a fare uno, all’illusione della fusione, per accogliere la castrazione e il muro del linguaggio che rende non scrivibile il rapporto sessuale. A ANATOMIA É O DESTINO? L’anatomie, toujours le destin? Gilles Chatenay (ECF) Si je suis Lacan dans son Séminaire L’angoisse, elle ne l’a jamais été ! Je cite : « Je termine par un bref rappel qui revient en arrière sur ce que j’ai dit du petit a, de cet objet, en accentuant un caractère manifeste qu’il a (…). Je veux parler de l’anatomie, dont Freud a tort de dire sans autre précision qu’elle est le destin. »1 Mais il me faut tout de suite me corriger : Lacan ne dit pas simplement que Freud a tort de dire que l’anatomie est le destin, il dit qu’il a tort de le dire sans autre précision. Lacan précise donc : le destin, c’est « l’Anankè2 par quoi la jouissance a à se confronter avec le signifiant. » Pour le dire vite, avec nos mots d’aujourd’hui : le destin, c’est que le corps est parlant. Et à propos du terme d’anatomie, Lacan met en cause l’objet a. C’est-à-dire que, en accord d’ailleurs avec l’étymologie du terme – (ana)tomie : disséquer –, le corps en question n’est pas le corps dans son entier, mais un corps découpé. Un J. Lacan, Le Séminaire, livre X, L’angoisse, éditions du Seuil, Paris, 2004, texte établi par Jacques-Alain Miller, p. 207. 2 Anankè : Dans la mythologie grecque, Ananké (en grec ancien Ἀνάγκη / Anágkē) est la personnification de la destinée, la nécessité inaltérable et la fatalité. (Wikipedia) 1 corps où le langage a opéré une coupure, par laquelle l’objet petit a se constitue comme séparé, chût, perdu – caduque. Freud, lorsqu’il s’amuse de citer Napoléon3, parle de la différence morphologique des sexes, c’est-à-dire de l’image du corps. Et ailleurs4, il écrit ceci : « Masculin ou féminin est la première différence que vous faites quand vous rencontrez une autre créature humaine ; et vous êtes habitués à effectuer cette différence avec une assurance dénuée d’hésitation. » Je ne suis pas sûr qu’aujourd’hui nous effectuerions cette différence avec la même assurance. Mais ce qui m’intéresse ici, c’est que, pour Freud, l’attribution du sexe est le fait de l’autre, et pas du sujet : “vous” effectuez la différence. Le fait de l’autre, et de l’image de l’autre : dans ses développements sur la sexuation, Freud nous dit que c’est lorsque le sujet se compare à l’image de l’autre sexe qu’il rencontre la différence. « L’anatomie, c’est le destin » pourrait être interprété comme affirmant que l’on aurait « objectivement », « dans la réalité », un corps d’homme ou de femme, et qu’on n’y peut rien. Mais ce n’est pas il me semble ce que Freud soutient. Il soutient que premièrement, la partition entre homme et femme est supportée par l’image de l’autre. Et deuxièmement, que l’assignation du sexe est aussi – pas seulement mais aussi – le fait de l’autre. C’est-à-dire qu’en fin de compte il soutient que la sexuation est un fait social, qui engage le petit autre comme le grand Autre, et donc le langage. Assez paradoxalement, Lacan, dans ce moment de ce Séminaire sur l’angoisse, pourrait sembler, lui, soutenir le contraire. En effet, à propos des objets petit a, il se fait quasiment physiologiste. L’objet oral, l’objet anal, la voix et le regard ne sont pas sexués, mais il nous parle aussi S. Freud, « La disparition du complexe d’Œdipe », La vie sexuelle, PUF, Paris, 1977, p. 121. S. Freud, Nouvelles conférences d’introduction à la psychanalyse, nrf-Gallimard, Paris, 1984, Conférence XXXIII, « La féminité », p. 152. 3 4 de la détumescence pénienne et des caduques5 : difficile de donner fondations plus « objectives », « réelles » entre guillemets, à la sexuation. Mais l’objet est séparé, il est chût. Détumescence pénienne et caduques sont des pertes, elles interviennent comme soustractions réelles dans la physiologie de notre corps anatomique. Des soustractions qui sont répondants réels de la séparation du parlêtre d’avec son corps — nous ne sommes pas notre corps, nous l’avons, nous en sommes affectés, nous y sommes assignés pour le meilleur et le pire. Pour la jouissance. Nous y sommes assignés, certains ne l’admettent pas, et demandent à la science, comme condition de leur jouissance, de les ré-assigner. Eux croient encore que le destin, c’est l’anatomie, et pour le changer, veulent changer leur anatomie. Il est permis de douter. ¿La anatomía es el destino? Diana Wolodarsky (EOL) Bajo el interrogante: ¿la anatomía es el destino?, se me invitó a animar esta introducción a los trabajos que vamos a escuchar. Formalizar acerca de los avatares del cuerpo y el alma, los cuales no siempre van de la mano. Y esto no es algo nuevo. Sabemos de los viriles griegos por su atracción por los delicados efebos, sabemos de las Doras embelesadas por la belleza femenina. La anatomía ¿es el destino? De hombres que prefieren ser mujeres o viceversa, que están convencidos no solo de desear parecerlo sino de serlo, transformaciones de semblantes que no 5 Caduque : « Partie de la muqueuse utérine, partagée avec le placenta, évacuée lors de la parturition. » (Wikipedia) siempre resultan suficientes llegando a extremos delirantes que exigen un cambio en su anatomía, a fin de conciliar lo insoportable que la imagen les impone. Nada de esto es novedoso, entonces: ¿Qué es lo nuevo qué podemos aportar desde la experiencia de nuestra practica a una temática tan antigua? Solamente un marco conceptual y el decir singular de cada uno. La anatomía…no siempre obedece el destino supuesto por el Otro. Tras las verdades palabreras de sentido, el real de Un cuerpo que habla. Del ser al Uno, del hablante ser al cuerpo hablante. De un modo de decir a un modo de gozar. De gozar el cuerpo a un cuerpo que se goza. Esperamos de estas jornadas clínicas la puesta en forma de un decir. De qué manera los analistas se las arreglan con aquello que Lacan plantea en La Tercera: con los pensamientos que echan raíces en el cuerpo, con el ron ron que se hace oír en la enunciación o con las marcas de goce que se encuentran en los pliegues de la frente. Algunas pistas a través de los cuales Lacan nos guía en el deseo por atrapar una punta de real. A la suposición causal de la anatomía como destino, nuestra orientación por lo real responde conmoviendo el programa de goce de un sujeto. ¿Será nena o será varón? sigue siendo una pregunta que la ciencia no duda responder ante la evidencia tecnológica. En cuanto a sexo se refiere, no hay vacilación. Se tiene o no se tiene el órgano que define una pertenencia. Pero también sabemos, hoy más que nunca, que la anatomía puede rebelarse y se autoriza de ello, fundando y defendiendo sus derechos. En las últimas enseñanzas de Lacan, el psicoanálisis responde a la discordancia pulsión /objeto desde la perspectiva del acontecimiento de cuerpo. Acordando por ello, lo que resulta del choque del significante en el cuerpo, causando trauma. Marca de lo Uno. Y que es alrededor del tejido de esas marcas que se arma el destino de un sujeto, entendido en modos de vivir la pulsión. Con lo cual la ecuación falo/castración presenta variadas alternativas a las propuestas de género. Freud enuncia esta ilusión: “la fábula poética de la partición del ser humano en dos mitades –macho y hembra- que aspiran a reunirse de nuevo en el amor, se corresponde a maravilla con la teoría popular de la pulsión sexual”. A cada cual su cada cuala. La casuística le revela a Freud, que la vertiente edípica e identificatoria no es suficiente para explicar las discordancias e irregularidades del sexo que se presentan a su consulta. Lacan toma el relevo y plantea las fórmulas de la sexuación, dando cuenta allí que hay un real sin ley que no se deja seducir por el significante. Que lo más propio del sujeto es ese goce innombrable. A la anatomía responde con lo vivo del goce. BARROCO X PORN: ONDE ESTÁ O OLHAR? Baroque+porn : où est le regard ? Claudia Iddan (NLS) Bonjour à tous, nous sommes très heureux de compter parmi nous aujourd'hui un grand maître de l’art : Michelangelo en personne qui est arrivé de Rome par le tunnel du temps. Bienvenu ! vous êtes un expert du corps humain, de son anatomie, vous avez créé des corps splendides taillés dans le marbre ou peints, que pourriez-vous rajouter sur notre sujet? Oh, le corps…, comme vous le savez je suis arrivé de Rome après ce projet dans la Chapelle Sixtine. C’est inouȉ, une fois de plus, la religion, ou plutôt l’église, s'ingère dans l’art ! de nouveau à Rome. Il me semblait que le scandale provoqué au sein de l'église par les fresques de la Chapelle Sixtine aurait suffit à mettre fin à ce genre de situation. J’avais voulu célébrer la création divine, la splendeur du corps humain et l’intelligence de l’homme, exalter sa beauté et la relation directe à Dieu. Hélas, la tension retourne, c’est une question de pouvoir, actuellement, de l’Islam à Rome. Sachez que le fait de voyager dans le temps me permet d’être partout et de connaître différents enseignements. Quelle chance de vous trouver à Rio et pas à Rome avec un tel sujet! Vous vous imaginez ce que le gouvernement italien aurait fait ? et si Rohani, le président iranien était venu à Rio, dans cette ville tropicale durant le carnaval, quel scandale cela aurait causé ! il n’y aurait pas eu assez de burqas pour couvrir tous les corps exposés et cacher leur nudité. Le gouvernement italien a confondu l’héritage culturel, l’art, avec la pornographie comme s’il s’agissait du coït exhibé qui fait spectacle en arrachant les yeux, ou plutôt le regard au spectateur, d'après ce que j’ai cru comprendre en écoutant Freud et Lacan. C’est une banalisation du phallus. Pourriez-vous préciser en quoi consiste cette confusion ? On sait par les médias que les autorités italiennes voulaient faire preuve de respect vis-à-vis de son culte mais au prix de dénigrer un trésor artistique. L’église, encore l’église, elle fait de l’amour envers Dieu sa propriété exclusive ainsi, le corps de l’homme est soumis au pouvoir divin. Ce point est clair dans l’islam avec le principe d’un Dieu Un, absolu, et ce principe exige la purification du corps, l’éloignement des péchés charnels… et visuels. Cependant, je me demande, dans son for intérieur, qu’aura pensé Rohani vis-à-vis des sculptures cachées ? il pourrait bien entendu se demander : qu’est-ce qu’il y a là-bas? Quel type de corps ? femme ou homme ou autre chose, quoi ? comment sont ses seins ? et le membre viril ? il se laisse aller au rêve, à l’imagination. Il est clair que le fait de couvrir les statues intensifie, dirais-je, le mystère, la nudité et le débordement de l’imagination et à partir de Freud et Lacan on peut se demander où est le regard dans ce cas? Je dirais que la non-vision, l’écran blanc des panneaux met précisément le regard en relief, comme si les statues le regardaient aussi. Nous avons un autre exemple d’ingérence avec le mouvement de la Contreréforme. L’art baroque qui était au service de l'église ou de l'absolutisme royal réalisait des peintures et des sculptures représentant des figures, le plus souvent, de corps souffrants qui nous regardent et qui mettent en scène les principes de base du christianisme auxquels il fallait s'identifier. Une exhibition de corps qui évoquent la jouissance afin de transformer l’âme et d’inviter ainsi l’œil à saisir les motivations et intentions les plus profondes et obscures de la subjectivité de l’époque, Umberto Ecco dixit. Lacan disait que l’art baroque c’était la régulation de l’âme par la scopie corporelle, mais attention, qui exclut le sexe. Par contre dans la pornographie, et cela je l’ai entendu de J.A.Miller, le sexe est partout, click, et nous sommes face à un répertoire de scènes sexuelles qui démontrent l’absence de rapport sexuel dans le réel. Elle ne permet même pas de rêver, ce sont des rêves étrangers et le regard arraché vient s’y incruster, Catastrophe ! Merci Michelangelo, vous êtes non seulement un grand maître de l’art mais aussi un passionné de psychanalyse. X-porn, où est le regard? Philippe Hellebois (ECF) « [Le fait de la pornographie] est symptôme de cet empire de la technique, qui désormais étend son règne sur les civilisations les plus diverses de la planète, même les plus rétives. », J.-A. Miller, « L’inconscient et le corps parlant », La Cause du désir, n°88, 2014, p. 107. Où est le regard aujourd’hui ? Si l’on considère que le réel mange la nature, disons qu’il est au ciel, et tend à devenir notre véritable soleil. Ce que Gérard Wajcman a appelé l’Œil absolu nous regarde, ce qui a pour conséquence que nous ne sommes plus seuls, mais toujours vus par l’Autre qu’en retour nous compléterions. La pornographie installe un dispositif dans lequel le regard, sous les espèces d’une caméra ou d’un appareil photo, merveilles de la technique, se substitue au partenaire et fixe une image de nos ébats, faisant croire que nous jouirions ensemble de la même chose. Le rapport sexuel existerait enfin, il suffirait d’y prêter son anatomie, préalablement arrangée, améliorée voire chirurgicalement refaite, pour la beauté de la chose. Fait nouveau, la pornographie n’est plus l’apanage de quelques-uns, minorité de conspirateurs audacieux – névrosés plus ou moins honteux, pervers résolus, psychotiques en quête de stabilisation –, elle est en passe de devenir quasiment normale, auquel cas, c’est alors l’intolérance au porno qui deviendrait un symptôme. Autrement dit, l’engouement pour la pornographie, valant maintenant pour tous, comme le mariage, pourrait devenir pouvoir soit pornocratie. Ce pouvoir insidieux ne promet plus du sang et des larmes ou une austérité quelconque, mais la satisfaction quasiment obligatoire, c’est-à-dire un nouvel esclavage – combien d’analysants n’avouent-ils pas avoir intégré le regard, via leur ordinateur ou leur smartphone, à leur érotisme ordinaire ? À ce niveau, ne constate-t-on pas que le cinéma porno ne manque pas d’acteurs ? Bref ce n’est pas l’homme qui commande au regard, mais l’inverse, le regard qui le saisit pour en faire une marionnette hypnotisée… Née à l’époque victorienne quand l’interdiction de jouir tenait l’affiche, la psychanalyse a maintenant affaire à la provocation, l’injonction permanente de jouir. Le surmoi freudien réprimait, le surmoi lacanien oblige, la culpabilité solde les exigences du premier, la morosité et l’angoisse celles du second. Cela dit, ce dispositif contemporain de jouissance ouverte, loin de constituer un totalitarisme implacable, n’est finalement qu’un fantasme captieux. Lacan, qui ne se voulait pas pessimiste, pouvait ainsi prédire que l’homme ne se dissoudra pas dans sa jouissance, fut-elle pornographique, pour la simple et bonne raison qu’il n’est jamais qu’un bon à rien incapable même de se détruire. Avec son incomparable ironie, il pouvait affirmer à un journal italien en 1974 : « Personnellement, je trouverais merveilleux un fléau total produit pour l’homme. Ce serait la preuve qu’il est arrivé à faire quelque chose avec ses mains, sa tête, sans interventions divine, naturelle ou autres. »6 Il ne faut donc espérer ou craindre aucun triomphe de l’homme, surtout en matière sexuelle mais constater plutôt que ce qu’il entreprend, psychanalyse comprise, est de l’ordre du ratage, ce qu’il réussit n’étant qu’imprévu, contingence. 7 Un film français récent, Bang Gang, Une histoire d’amour moderne, d’Eva Husson illustre cette part prise par la pornographie dans la sexualité contemporaine des adolescents. Un groupe de lycéens commence sa vie sexuelle en appliquant les recettes du porno auquel ils ont manifestement eu accès depuis toujours Internet oblige. Ils se retrouvent chez l’un d’entre eux, partouzent en se filmant pour poster ensuite les images sur un réseau social privé. Ce sont évidemment les garçons, sexe faible devant la perversion, qui mènent le bal, les filles suivant le mouvement sans raisons précises, sinon pour l’héroïne principale celle d’une espèce de désespoir suite à une récente déception amoureuse. Le regard étant évidemment gourmand, les choses se gâtent : une vidéo se retrouve en ligne sur youtube, l’héroïne attrape la syphilis, et accessoirement, tombe amoureuse du seul garçon qui refuse la jouissance de groupe ! Le réel de la maladie semblant dissoudre le symptôme, le charme délétère du cinéma porno se rompt, et le groupe se sépare … 6 « 1974, Jacques Lacan, entretien au magazine Panorama », La Cause du désir, n°88, 2014, p. 169. 7 Miller, J.-A., « Une fantaisie », Mental, n°15, février 2005, p. 17. Si l’on peut en retenir un certain nombre de choses, la principale pour notre propos se situe dans le véritable arraisonnement de ces adolescents par la technique. Connectés en permanence, ils sont liés au regard de leur écran bien plus qu’à leurs partenaires ; ils ne baisent que pour se filmer, ne boivent et ne se droguent au cannabis que pour se mettre en train, un objet en appelant un autre. La pornographie n’est-elle pas qu’une façon pour le corps de jouir du regard, soit de lui-même ? SIGNOS CONTEMPORÂNEOS DO AMOR Signos contemporáneos del Amuro Gabriela Dargenton (EOL) Pasar del incc freudiano al parlêtre lacaniano es la propuesta que nos hizo J.A.M para poner al trabajo en este Congreso8. Recientemente celebramos en Brasil el Encuentro Americano , y con el tema “El império de las imágenes”, pudimos palpar el modo en que la pregnancia del campo Imaginario en su vecindad con lo Real , produce un goce por fuera de todo sentido articulado en el Inconsciente. Las innumerables ofertas del mercado sostienen y producen cada vez más este dominio de la imagen y constatamos en nuestra práctica cotidiana , que se trata de un goce que en el mismo movimiento que quiere recubrir la inexistencia de la relación sexual , empuja a una “creencia de verdad” tal que hace parecer que ella-la relación sexual- exista. Muchos relatos de nustros pacientes, dejan escuchar cómo se evapora la consecuencia Real que pueda tener la relación de cada cuerpo a la imagen ; y se infinitiza un consumo a veces fatal. Miller,J.A. Revista Lacaniana de psicoanálisis nro 17 , “El inconciente y el cuerpo hablante” . noviembre del 2014 , pag 27 8 En asuntos de amor ese imperio no queda fuera de juego. Desde el Seminario Aun hasta la era del Whatsapp podríamos avanzar en la interpretación que se impone en el siglo XXI en cuestiones del amor. Allá Lacan situaba el saber como “lo que tiene la mayor relación con el amor. Todo amor, encuentra su soporte entre dos saberes inconscientes”,decía9 No podríamos decir que el artificio de las imágenes , no constituyen un poderoso soporte que no cesa de escribirse para sostener a los amores de hoy. Pero, tampoco podemos decir que estamos frente “a dos saberes Incc”. Sin embargo, todo un lenguaje de signos es legible para el parlêtre que nos ensena, a partir de lalengua whatsapp. Esa lectura toma la sesión analítica con un efecto directo del afecto sentido : llanto , angustia , significaciones, significados, movimientos conclusivos que se desprenden de la sola visión de los signos esos, tomados como signos de amor. Escuchamos : “me clavó un visto azul y no me contestó!”; “me bloqueó!”;”me desbloqueó 3 días después así que ella vuelve a querer!”;”sigue con la Otra , porque a las 4 de la mañana ví los números de arriba…”, etc, etc, etc. Pues por cierto que cada nueva versión , renovará la sofisticación de esta guía del saber sobre el otro. Un trazo de época-hay más- hago notar : la aceleración. Ella muestra el borramiento del tiempo para comprender y tb cómo el tiempo toca el cuerpo que se precipita , ya sea en fenómenos del cuerpo o con decisiones que tienen la forma del acting-out que devienen de allí. Hablar lalengua de la época por donde pasan horas de amor por celular , implica no olvidar que el discurso analítico subsiste como el reverso de la vida contemporánea, de modo que habrá que apuntar un decir de la interpretación capaz de “producir un acontecimiento”.10 9 Lacan , Jacques. Seminario Aun , capítulo XI .Ed paidós 1992 , pág 174 10 Miller, J.A, ibid pág 32. Signos contemporâneos do amor Sandra Arruda Grostein (EBP) O gozo, o Outro, o signo e o amor são quatro termos que orientaram Lacan no Seminário XX e ao articulá-los chegou à formulação do corpo falante. No contexto deste Congresso vamos retomar rapidamente estes termos para desenvolver se há novos signos do amor e como encontrá-los na experiência analítica, colocando o amor no lugar de pivô desta experiência, em torno do qual ela se organiza. E, também, testemunhando na fala do analisante novas modalidades do relacionamento amoroso. Freud estabeleceu o amor de transferência como fundamental para que a análise acontecesse e Lacan declarou que é o amor o signo de que trocamos de discurso11, de que podemos, a partir de um quarto de volta, passar do discurso da histérica para o discurso analítico.) Se o amor é signo de que trocamos de discurso não o é por outro lado signo do Gozo do Outro, do corpo do Outro que o simboliza. 12. No entanto, o amor certamente faz signo e ele é sempre recíproco13. Além disso, amor é demanda de amor, que demanda amor infinitamente, isto é, uma demanda que poderia ser entendida como demanda infinita de fazer UM. Lacan ao reler Freud afirma que a partir da análise é possível demonstrar que o amor em sua essência é narcísico e capaz de denunciar que a substância do objetal é o que resta do desejo, que se configura como sua causa e como esteio de sua insatisfação ou de sua impossibilidade14. 11 Lacan, J. O Seminário livro 20 - Mais, ainda, 27. Idem, 12. 13 Idem. 14 Idem, 14. 12 O amor não é signo do gozo do Outro, é, no entanto, recíproco e narcísico. Será que o amor se baseia no fato do que aparece, não é nada mais do que o signo?, pergunta Lacan. Em sua busca de resposta, utiliza-se mais uma vez das quatro causas aristotélicas para justificar que o significante é a causa do gozo, enquanto causa material; “faz alto ao gozo”, como causa final; limita o gozo através da comunicação, como causa eficiente, e apela à gramática, como causa formal do gozo. O significante é causa do gozo e o signo é efeito do funcionamento do significante, em outras palavras, o próprio sujeito do inconsciente. Nesta imbricada articulação entre o gozo e o sujeito do significante, Lacan diz que um sujeito não tem o que fazer com o gozo; no entanto, o signo do sujeito é capaz de provocar o desejo e “aí que está a mola do amor”15. Além disso, há uma antinomia entre o amor e o sexo a ponto de o amor suprir a ausência da relação sexual. Ainda seguindo Lacan no Seminário XX, ele diz que o amor visa o ser, isto é, aquilo que escapa à linguagem, mais ainda, o que funda o ser é o corpo. Se o intuito é encontrar signos contemporâneos do amor na psicanálise, é preciso deixar claro que a clínica atual visa o gozo e, mais particularmente, o gozo do corpo. O corpo fala, diz Lacan: “Falo com meu corpo, sem saber. Digo, portanto, sempre mais do que sei16 e o que fala sem saber me faz eu, isto não basta para me fazer ser”17. 15 Idem, 69. Lacan, J. O Seminário livro 20 - Mais, ainda, 161. 17 Idem. 16 Exatamente neste momento do Seminário, Lacan apresenta o corpo falante ao dizer que “ele só pode chegar a se reproduzir graças a um mal entendido de seu gozo”18. Ao colocar o amor de transferência como pivô da experiência analítica, Lacan o articula ao saber: “Aquele a quem eu suponho saber eu o amo” e se aceitamos que todo amor se baseia na ilusão de uma relação entre dois saberes inconscientes, é preciso levar em conta o reconhecimento de signos sempre pontuados enigmaticamente, de como o ser é afetado enquanto sujeito do saber inconsciente. Amo em ti mais que tu por isso te mutilo, é a formulação lacaniana sobre o amor de transferência que ocupa o lugar deixado vazio pelo sujeito suposto saber, isto é, o ser afetado pelo sujeito do saber inconsciente pede interpretação visando a verdade19 e a interpretação, que serve para o ser afetado pelo gozo do corpo, visa o significante em sua função de causa do gozo. Tanto na suposição de saber quanto na mutilação do tu o amor traz a marca do Um. Podemos então propor ao menos um signo contemporâneo do amor: a solidão. Este termo se apresenta próprio a esta função, pois ao mesmo tempo sustenta a demanda de amor de fazer Um com seu corpo, assim como sustenta a demanda de amor infinita, pois insaciável, na relação com o Outro, posto que este não existe. QUANDO O CORPO SAI FORA... 18 Idem, 163. Miller, J.-A. O inconsciente e o corpo falante. In: Scilicet: O corpo falante – Sobre o inconsciente no século XXI, 32. 19 ¿Tenemos cuerpo? Gerardo Arenas (EOL) En su Seminario 23, Lacan dice que el cuerpo del parlêtre “fout le camp à tout instant”. Esta equívoca expresión francesa puede significar que el cuerpo suele levantar campamento, o bien que se degrada sin cesar. La tomaré en el segundo sentido, que expresa algo evidente, y desplazaré la interrogación. * En esa cuarta clase de El sinthome, Lacan dice que “el parlêtre adora su cuerpo porque cree que lo tiene” aunque, “en realidad, no lo tiene”. Luego añade que la consistencia corporal sólo es mental, pues el cuerpo se degrada todo el tiempo. En la cuarta clase de Piezas sueltas, Miller en cambio dice que “el parlêtre tiene un cuerpo, no lo es, y por eso puede dejarlo caer”. Luego agrega que la prueba de ello “es lo que Lacan irá a buscar en el ejemplo de Joyce”. Como ven, estas tesis se contradicen entre sí. Según Lacan, el parlêtre no tiene un cuerpo; según Miller, el parlêtre tiene un cuerpo. Y aún más llamativo es el hecho de que Miller plantee su tesis como comentario de la de Lacan. ¿Debemos tomar partido por una u otra, al estilo Lacan versus Miller, o hacer un esfuerzo de conciliación para demostrar que los dos dicen lo mismo de distintas maneras, al estilo Lacan igual a Miller? Prefiero una tercera opción: señalar que, para Lacan y para Miller, la relación del parlêtre con el cuerpo es un asunto relevante y lo suficientemente complejo como para que al respecto hayan llegado a decir cosas opuestas. Y no es ésta la única diferencia entre los dichos de ambos. La tesis de Lacan (el parlêtre no tiene un cuerpo) no indica una rareza, sino una generalidad: ese cuerpo, el que el parlêtre cree tener y no tiene, se degrada siempre, sin excepción. Nuestro adorado cuerpo no se esfuma, pero poco a poco se corrompe hasta desintegrarse. La tesis de Miller (el parlêtre tiene un cuerpo) también es general, si bien destaca una posibilidad atípica: la de dejar caer el cuerpo. Tan raros serían los casos en que ello ocurre, que Lacan, para ilustrarla, habría tenido que recurrir al extraño caso de Joyce. Otra diferencia clave entre ambas tesis es la función de la creencia. Lacan dice que el parlêtre no tiene un cuerpo pero cree tenerlo. Miller, que tanto habla sobre la creencia en ese curso, no la incluye empero en su tesis: tener un cuerpo sería una cuestión de hecho y no de fe. Esto nos hace notar un cuarto contraste. Miller habla de la relación del parlêtre con su cuerpo, a la que llama relación corporal, mientras que Lacan además habla de la relación que el parlêtre mantiene con esa relación corporal. Pero por más que Lacan caracterice esa relación corporal por un no tener y Miller por un tener, ambos coinciden en que ella está vertebrada por la adoración: Lacan dice que creemos tener un cuerpo para adorarlo aunque no lo tengamos, y Miller dice que adoramos el cuerpo que tenemos y que podemos perder. Consideremos algunas referencias clínicas conocidas. Schreber jamás dudó de que tenía un cuerpo, pese a las atrocidades que le infligían los rayos de Dios, y, una vez reconciliado con éste, no cesó de adorar su cuerpo, sede y fuente de un goce singular. La paliza recibida tampoco hizo que Joyce cuestionara esa creencia; él sólo notó que el odio se le soltaba “con la misma facilidad con la que se desprende la suave piel de un fruto maduro”. Para Joyce, lo que levanta campamento es el afecto, no su cuerpo –que se degrada como el de cualquier mortal. La creencia mencionada por Lacan parece admitir una sola excepción. Los melancólicos afectados por el síndrome de Cotard están seguros de no tener un cuerpo; ellos serían los únicos que no se engañan al respecto. Eso los vuelve inmortales. * Tener o no tener un cuerpo: ¿Ésa es la cuestión? Habrá que calibrar bien los términos de este complejo debate que nos invita a profundizar el estudio de la problemática relación del parlêtre con el cuerpo. Nuestra jornada clínica nos brinda un campo de experiencia especialmente rico y propicio para hacerlo. Espero que todos podamos aprovecharlo. CAMALEÕES ( mutações, transformações, próteses...) ¿Quienes son los camaleones en la hipermodernidad, tiempo y lugar actual de la práctica psicoanalítica? Ricardo Seldes (EOL) En los años 60 la ficción creaba Star Trek, una supernave cuyo objetivo era “explorar nuevos mundos, nuevas formas de vida y nuevas civilizaciones en el espacio extraterrestre” para ir a donde ningún hombre hubiera llegado nunca. Allí aprendimos a “convivir” con imágenes de cuerpos supuestamente horribles con seres de corazones amplios, mejores que los terrícolas. El hombre es más prójimo de si mismo en su ser, que en su imagen especular 1 El cuerpo entra en la economía del goce por medio de la imagen del cuerpo. Hay un mundo que comienza en el goce primario, el que Lacan describe en el seminario V con la risa del niño antes de toda identificación, incluso la especular. Lo real es la orientación en nuestra práctica con el parlêtre, el que tiene miedo de su propio cuerpo. En la angustia que surge del entrever que se reduce a eso, a su cuerpo, diversas respuestas se inventan para vérselas con los momentos en que la vida se manifiesta en su forma más pura. La ciencia produce respuestas a esas exploraciones personales, más o menos accesibles a los sujetos. Una pregunta se nos impone: los sujetos camaleones ¿se muestran o se camuflan? Respondemos en forma provisoria, se muestran camuflándose, se esconden de su vacíos. La ciencia nos brinda en qué hincar el diente, en ligar lo que nos falla en la relación de conocimiento a lo que se reduce a gadgets.¿Seremos animados nosotros mismos por los gadgets? 2 Para Lacan era poco probable ya que no conseguiremos que no sean síntomas, es decir lo que se inventa para creerse el cuento de la existencia de la relación sexual, en las mismas épocas en las que su inexistencia se ha vuelto evidente y explícita. La pregunta que se nos impone (una vez que se ha generalizado el uso de tatuajes, piercings, cirugías, pequeñas y audaces incursiones genéticas, modas Guerra de las Galaxias o equivalentes), 1 Lacan, J La tercera - Lacaniana 18 pág 20 2 idem pág. 31 es por el uso que hará la humanidad cuando se haga necesaria la implantación de dispositivos en el interior del cuerpo, gente con chips en la carne, cuando tengamos cyborgs de pacientes, de vecinos, de colegas. Los hoy NFC con un chip en la mano ya pueden tuitear en forma instantánea, pasar puertas codificadas, pagar pequeñas sumas de dinero. Los entusiastas temen que los grandes grupos de ciencia digital propongan sus chips, lo cual implicará por supuesto el uso del control por parte del estado o de los hackers especializados. Un mundo feliz diría Huxley. A este mundo, in-mundo, no le faltará el malestar. Los algoritmos rigen nuestras vidas digitales. Están en nuestras líneas de tiempo de Twitter, de Facebook y de Instagram, en nuestras búsquedas en Google y en la interpretación de datos masivos por parte de gobiernos y empresas. La recolección y utilización de grandes cantidades de datos (big data) puede perpetuar y exacerbar los patrones sociales ya existentes de racismo y discriminación. Nuestra tarea no es que los sujetos se desembaracen de lo real. Si el psicoanálisis se mantiene como síntoma, con su falta de la relación sexual, eso hace que los analistas dependamos de lo real y no lo contrario. Tenemos la tentativa de renovar el sentido del síntoma a lo cual Lacan permaneció ligado. Es lo que introdujo con el nombre de sinthoma. No consiste en absoluto en rechazar el real científico y el saber en lo real. Sin rechazar este saber, podemos admitir que hay saber en lo real, y plantear que en ese saber hay un agujero, que la sexualidad hace agujero en el saber. Donc: El psicoanálisis precisa aggiornar su práctica al espíritu de la época. No somos nostálgicos, sería un retorno a lo peor. Respondemos a la pregunta que nos hicimos al comienzo. ¿Quienes son los camaleones? Respuesta: son aquellos sujetos permeables a los efectos de sentido. La histeria por ejemplo, aún la rebelde. El sujeto del inconsciente experimenta su docilidad a la palabra del Otro. Los analizantes son camaleones. La operación analítica permite a un sujeto mutar, ponerse a distancia de la constancia de inercia que lo fija. Esa constancia que limita sus movimientos. Desde esta perspectiva también los analistas son camaleones porque en su formación se preparan para tolerar las diversas maneras de gozar que tienen los sujetos, pueden incluirse en diversos fantasmas y aceptan, como camaleones, el color que el analisante le otorga en la transferencia3. Camaleones que ejercen una dura docilidad, agregamos, para estar advertidos de que en el mundo de camaleones, el analista puede anticiparse para asegurar el porvenir del psicoanálisis. 3 Miller, J-A Estructura Desarrollo e Historia en Seminarios en Caracas y Bogotá pág 337 Camaleões (mutações, transformações, próteses) Marcelo Veras (EBP) O corpo para a psicanálise não é o mesmo corpo da biologia. Na biologia o corpo é consequência da reprodução das espécies. Ou seja, até o momento para os humanos – embora não seja certo que será assim por muito tempo - o corpo é fruto da relação sexual. Já o corpo para a psicanálise é uma substância de gozo em busca de solução, uma pergunta cuja resposta não é dada com o nascimento. Não é possível programar o corpo que interessa à psicanálise pois ele é fruto do encontro da carne com o significante, um encontro sempre contingente e aleatório. Desse encontro surge a lalíngua, modo de gozo autista que se reitera por toda vida enquanto esse corpo for um corpo falante. Mas surge igualmente a linguagem incerta do Outro, enigma que condena esse ser ao mal entendido estruturante de sua humanidade. É o que faz dos corpos atravessados pela linguagem singulares e irreprodutíveis pela ciência. Não é no nascimento biológico, e sim no momento em que se pede ao outro o resto de corpo que falta, que o falasser se torna um corpo sexuado. A substância gozante, desse modo, torna-se vida ao se enganchar na imagem para dar conta do furo que a passagem de signo a significante faz irromper. O que muda com os avanços da tecnologia? Destituindo a palavra do mestre clássico, a tecnologia tornou-se no mundo contemporâneo o sujeito suposto saber dar corpo (étoffe), à produção do objeto. Aqui faço um contraponto à fala de JAM em seu curso Piezas sueltas (p.105). O século XXI começou marcado pelas intervenções ousadas, bizarras e inverossímeis sobre no corpo. Não se trata mais de travesti-lo ou tatuá-lo, tratase de romper mais radicalmente com a gestalt do projeto humanista, que até então se pacificava diante do espelho. Como consequência surge uma inédita e potente aliança entre medicina, cosmética e lógica do mercado. Nesse novo terreno, nem a medicina é feita para curar, nem a cosmética é feita para camuflar. Temos uma associação que visa colmatar o desencontro entre o sujeito e a os ideais de beleza que lhe são impostos, lhes aportando o objeto que falta. O mestre moderno impõe sua divisa: a anatomia não é o destino. O que não deixa de afetar a nova voz do Supereu. A ciência criar uma possibilidade; rapidamente esta se torna uma reivindicação de direitos. Se eu posso ter seios maiores, me sentirei culpado enquanto não substituí-los. Se surgir um tratamento de cem mil dólares para o meu câncer, me sentirei culpado se não exigir do estado ou gastar toda a economia familiar nessa nova tentativa. No novo mundo das formas, vale então a pergunta: o que significa, nos dias atuais, a obstinada buscar por estar bem na foto? Para além de um maior número de curtidas no facebook, a busca da melhor imagem narcísica é sempre uma defesa contra o que vai mal no campo sexual. Na clínica da extração, a miragem da auto-estima é obtida quando o objeto se rebate no espelho, apagando por um momento a ideia de que não é só agalma, mas também é resto de corpo que nunca se associa ao selfie na foto. Afinal, dizer que um corpo é falante é dizer que ele não se completa nem em si mesmo, apesar do gozo do Um que se reitera, nem no corpo do outro, já que no melhor dos casos o parceiro é o semblante daquilo que faz Um. A teoria do narcisismo nos ensina que ter o corpo que se deseja nunca é para si mesmo e sim para localizar-se no campo do Outro. Com o avanço das técnicas a lista de modificações não se esgota, do nariz à mudança de sexo, das próteses penianas aos seios de silicone, sem falar no formidável trabalho envolvendo a mecatrônica e as ciências cognitivas, tudo aponta para o adeus ao corpo criado por Deus. Estamos hoje mais para a famosa ironia de Voltaire: Deus criou o homem à sua imagem e semelhança, e o homem pagou na mesma moeda. O que as novas técnicas não conseguem é fabricar o corpo que possa fazer existir a relação, adequando cirurgicamente o sujeito ao sexo que ele acha que lhe convém. Por isso é pouco provável que uma mudança de sexo livre o sujeito do desencontro sexual. Salvo em pouquíssimos casos clínicos em que o novo corpo lhe caia tão bem como um Escabelo, o destino mais provável tem sido o desencanto. Seria esta minha visão muito conservadora? Proponho então desconstruir o que falei até aqui. Sim, a ciência fará existir a relação sexual. Em sua foraclusão, tal Schreber, ela promovera o acasalamento com Outro. Viveremos a possibilidade do empuxo à mulher generalizado. As novas técnicas permitirão ao sujeito gozar não mais “com” suas próteses mas “em” suas próteses. As novas próteses desafiarão a topologia do dentro e do fora do corpo. Elas não serão mais apenas instrumentos externos para obtenção de gozo com a carne que se tem, elas serão igualmente feitas de carne, conectadas ao nosso sistema nervoso, e proporcionarão ao sujeito a mesma experiência de gozo que sua carne anterior lhe proporcionava... ou deixava de proporcionar. Contudo, o sujeito acasalado à sua prótese nada dirá d’A mulher que não existe. Nascido em corpo de macho ou de fêmea, nenhuma prótese peniana ou terapia hormonal lhe dirá os mistérios do gozo de Tereza, nem tampouco as palavras do saber de Tirésias. AS REDES SOCIAIS NA CLÍNICA: O QUE SE TECE? O QUE É FISGADO? LA PRESENCIA DEL ANALISTA Y LAS REDES SOCIALES Jorge Chamorro (EOL) Las redes sociales plantean varios interrogantes a la presencia del analista. Jacques Lacan entendió esta presencia de dos formas: a) como una manifestación del inconsciente, en el seminario XI. b) como un sinthome, que es el saldo que se produce al desabonarse del inconsciente. LO INTIMO Y LO PUBLICO. Las redes sociales “tocan” la histórica intimidad del acto analítico, el llamado “cara a cara”, ampliando este campo de interacción. En este sentido, la práctica analítica comparte, este cambio con muchas otras actividades que han sido también tocadas. La relación sexual en sus distintas formas virtuales, el amor, el juego de seducción que no requiere ya dejar caer un pañuelo sino enviar un whatsap. La particularidad de estas vías es que se produce un pasaje de lo intimo a lo público. Qué otro lugar para el descubrimiento de una infidelidad que las redes sociales?. Para descubrir ciertos secretos ya no hay que contratar un detective, es suficiente con revisar el teléfono, los mails, Facebook etc. Muchas veces los pacientes no quieren saber de la persona del analista. Esto implica la posibilidad y la amenaza de que el analista no se sostenga en el lugar del Otro. Dos anécdotas en la derivación de pacientes dan cuenta de esto. En ambos casos los derivados rechazaron al analista recomendado. Antes de realizar la consulta buscaron en Facebook el perfil de los analistas sugeridos. En un caso se encontraron con apasionadas posiciones políticas, que incluían burlas, desprecios, escraches a los opositores a su posición, con fotos de los traidores a la posición del analista. Resultó que el paciente se encontraba en el bando de los burlados, condenados y escrachados. En otro caso la analista nombrada para la derivación aparecía en las redes, vestida de cierta forma que provocaba que alguno de sus amigos le llamara: “perra”. El reclamo de los afectados por estos hechos, fue que los analistas no pueden develar su intimidad de esta forma. b) EL CUERPO DEL ANALISTA Es interesante que se de cómo obvia y necesaria la presencia del cuerpo del analista, para la practica del análisis. Lo que objeta una forma de conexión a partir de los desarrollos técnicos que se les ofrece a las personas. En este punto quiero hacer presente dos elementos: 1) lo primero que hacemos cuando comienza un análisis es velar el cuerpo del analista con el uso del diván 2) en la medida que se vela el cuerpo se hace presente el objeto a voz como la conexión analítica. Recordemos también que los objetos de la pulsión son profundamente corporales. El teléfono y toda la diversidad de la redes sociales hacen presente, la voz, la escritura, la imagen. Son recursos de contacto analítico que no se pueden despreciar. En general los análisis que se practican sin cuerpos presentes, son cuestionados por la ausencia del cuerpo. Si consideramos que un análisis y su práctica se define por provocar efectos de división en el sujeto, que la asociación libre como Freud y Lacan la reivindican debe concluir en dicha división, el interrogante es si es posible provocar estos efectos por vía telefónica o por otros medios virtuales. No dudemos en responder que si. Es posible dividir por whatsap y por vía telefónica, ni que hablar. En conclusión, será importante recoger los efectos de estas prácticas a las que estamos convocados. Un detalle…en varios casos por lo menos tres, de largo contacto analítico vía telefónica de varios años, cuando se produjo el encuentro cara a cara, los pacientes respondieron sin mucho interés, menos del esperado. Tendieron a mantener la consistencia del contacto con la voz. Las redes sociales en la clínica (Qué se teje? Qué se atrapa ?) Oscar Ventura (ELP) 1- Que se teje. Efectivamente, las redes sociales son un tejido, un enjambre de conexiones, que muestran, fundamentalmente, la forma en que se ha construido un lazo social inédito en la historia de la civilización. Este lazo no es un funcionamiento social más entre los otros, sino que tiene la particularidad de poner en duda un modo de estar en el mundo que tiene una tradición milenaria. Si bien no podemos negar que la controversia entre la razón científica y la cuestión humana atraviesa al conjunto del pensamiento. Lo que nos presenta esta época, lo radicalmente diferente a cualquier otra es que la construcción de este lazo está sostenido a partir de dos cuestiones que modifican en lo más profundo la subjetividad. Y que se establecen a partir de las relación que el sujeto establece por un lado con el Tiempo y por otro con el Cuerpo. No se trata tan solo de la instauración de un régimen nuevo de intercambio en el sentido clásico. Ahora se trata de cómo la coalescencia del objeto técnico y el discurso capitalista produce un efecto de creación de nuevas subjetividades. Por una parte la puesta en acto del objeto virtual muestra que el uso que de él se hace en las redes sociales ha operado una pragmática definitiva sobre el tiempo. En el que se va consumando su reducción. Esencialmente el del tiempo de comprender. Y efectivamente, los lazos que se constituyen sobre esta reducción del tiempo parecen no ser solidarios con los intervalos necesarios que ofrecen al lazo con el Otro una consistencia. Al producir un relevamiento sobre la historia científica del tiempo Jacques Alain Miller se pregunta si cuando observamos este paso de la historia científica del tiempo, hay o no una forclusión del tiempo. Y, efectivamente, las formas en que el lazo social se construye en la contemporaneidad implican esta reducción del tiempo operada por el discurso. Y apuntan hacía una consumación inmediata de la satisfacción. El sujeto contemporáneo se ve cada vez más despojado de las palabras que permiten habitar su experiencia. El relato empieza a faltar en el tránsito hacía la experiencia del goce. Nuestra clínica no es ajena a esta dificultad que la época impone. A las formas como su inercia va agujereando, a una velocidad de vértigo, los velos que la genealogía de los encuentros entre los hombre ha ido tejiendo en torno al objeto. Hoy más bien el lazo social tiene como paradigma la mensajería instantánea. Y las formas que toma el intercambio están orientadas hacía un monitoreo constante del objeto, el sujeto lo lleva en el bolsillo. No es sencilla la maniobra que invente el vacío necesario para provocar la buena forma de la separación. Pero sin embargo ella es necesaria. Va implícita en el acto analítico. Por otra parte el cuerpo empieza a estar cada vez más ausente. La existencia de las redes sociales modificaron radicalmente los vínculos interpersonales ya que los cuerpos han dejado de ser el soporte del encuentro. La esencia de la red es que todo existe de modo simultáneo y se hace visible cuando se lo convoca. Y la propiedad más bizarra de esto reside en que también a un golpe de ratón, al cuerpo, se lo hace desaparecer. El elemento virtual, introduce la posibilidad de abolir la presencia real del cuerpo en el encuentro y verificamos que el lazo social se organiza cada vez más a partir de esta ausencia. El goce sexual mismo, a partir de la generalización de la pornografía por ejemplo, no es inmune a esta tendencia. Desde la óptica de la cibercultura el cuerpo es considerado como una pesada carga de la cual podríamos desprendernos en beneficio tanto de una ascesis cínica del amor, como del sueño de la ciencia de abolir la sustancia gozante que en el reside. 2- Que se Atrapa En este punto una sola cuestión, sin duda hay muchas otras. Lo que se atrapa cada vez con más frecuencia en la clínica: es la soledad, bajo su peor forma. Los tipos de goce contemporáneos se alojan en el campo más degradado de la soledad. Para nosotros la soledad es un concepto consistente. La buena forma de la soledad, lo sabemos, es de raigambre freudiana y se sostiene en una forma privilegiada de nombrar la vitalidad del sujeto. Se inscribe del lado de la Hilflosikeit, del lado del desamparo. Al que Lacan supo darle toda su dimensión en el seminario de la Ética. Dos vertientes de la soledad están en juego en el devenir de la clínica. Una es la que se desprende del discurso analítico, y que tiene que ver con el rasgo de autenticidad de la soledad, es la necesariedad de habitar su experiencia como aquello que hace lazo de un modo posible para encontrar un saber-hacer con la ausencia de relación sexual. La otra, a la que hoy en día asistimos cada vez con más frecuencia, se inscribe en un modo de soledad del goce de los Unos solos. Y que hace bascular al sujeto hacia el campo de una soledad imbecilizada. Sabemos, por otra parte, que es imposible la restitución del concepto de soledad clásico. Es inútil la nostalgia que empujaría a rescatar el ideal de una soledad no atravesada por el discurso de la ciencia. Lejos estamos de ello. Y aunque verificamos de momento en un conjunto cada vez más amplio de lo social, -no-todo por supuesto-, la creación de soledades que se inscribe cada vez más del lado del autismo subjetivo, que del lado del buen encuentro con la soledad, eso aún no deja de producir síntomas. El forjamiento posible de un escabel a la medida de cada cual, la buena relación del sujeto, poca o mucha con la sublimación, no pasa por los modos de soledad que se desprenden de estas nuevas formas de lazo social. Pero sabemos también que la ascesis analítica es sin duda una de las formas privilegiadas de hacer con la soledad, Y en esta dirección el acto mismo del analista nunca puede ser cómplice del cinismo ni de la imbecilidad. Está más bien al servicio de producir, aunque sean intermitentes, las buenas formas de la desconexión. OS CORPOS NA TRANSFERÊNCIA Los cuerpos en la transferencia Flory Kruger (EOL) Hablar de transferencia es nombrar el instrumento central de la práctica analítica tal como la descubre Freud en el análisis con Dora cuando evalúa su fracaso. Lacan retoma el concepto freudiano y lo ordena ubicando en su primera enseñanza a la transferencia simbólica sostenida en el lenguaje y en el sujeto y a la transferencia imaginaria sostenida en los afectos, siendo el yo el que la comanda. Este ordenamiento a partir de los registros nos lleva a interrogarnos por la transferencia ligada a lo real. Porqué no pensar que tiene sus antecedentes en la definición que presenta en el Seminario11 donde la define como la puesta en acto de la realidad sexual del inconsciente?. Momento de cierre del inconsciente, aparición del objeto a como obturador de su apertura. Pulsión parcial que nada tiene que ver ni con el yo ni con el sujeto y que en cambio de dejar al cuerpo fuera del juego, lo introduce en su dimensión pulsional. Aquí Lacan se refiere al cuerpo a partir de presentar la libído freudiana como un órgano. Podemos considerar estos desarrollos como los antecedentes de lo que luego teorizará como el parletre? Este es el lugar por donde empezar a pensar el tema de nuestro Congreso: “El cuerpo hablante”. Si nos detenemos en nuestra propia experiencia como analistas, que lugar ocupa el cuerpo en las curas que conducimos? Es interesante recordar que siempre consideramos al análisis como una práctica de palabra donde el cuerpo parecía dejarse de lado. En el uso del diván veíamos una negativización del cuerpo. Pero la palabra se encarna en un cuerpo que la pronuncia, por lo tanto, el cuerpo está presente aunque se recueste en el diván. Esto abre el interrogante de los análisis a distancia vía Skype o faceTime, tan cuestionados, donde la mirada se mantiene, donde el cuerpo es una imagen en la pantalla, donde la palabra sigue ocupando el lugar central, por lo tanto, me pregunto: porqué no? Los pacientes hablan de su cuerpo ya sea como expresión de angustia o de satisfacción. Nos cuentan sus fantasías de enfermedades graves. También se habla del cuerpo cuando se trata del deseo sexual en sus diferentes caras, la impotencia, la eyaculación precoz, la falta de orgasmo. O a partir de las consecuencias del uso actual no solo del alcohol sino también de las drogas en sus distintas expresiones. O en los desordenes en la alimentación, anorexia, bulimia. En todos los casos, el cuerpo habla a través de la palabra. Hay otros modos de referirse al cuerpo en la experiencia analítica. Expresiones de gusto por la ropa que tapa el cuerpo. Preguntas a la persona del analista por donde obtenerla dan cuenta de una transferencia imaginaria, que lejos de motorizarla, la obstaculizan. A su vez hay efectos en el cuerpo como consecuencia de una intervención del analista. Hay interpretaciones que producen efectos de despersonalización, de desorientación, de división subjetiva, de separación entre mente y cuerpo. Recuerdo una interpretación y en este caso hablo como analizante, que tocó el tema de mi padre muerto tempranamente en mi infancia, me conmovió de tal manera, que salí del consultorio llorando, desorientada, sin saber hacia donde ir, mi cuerpo se desplazaba automáticamente pero yo no sabía para donde. Tenía en la mano un mapa de Paris, porque allí me encontraba, lo desplegué buscando orientarme, miraba el mapa sin verlo. En ese momento se acercó un hombre y me preguntó si podía ayudarme: “A dónde quiere ir?” me dijo, pensando que estaba perdida. Cómo explicarle al señor que lo que me había perdido, era una interpretación? Si el cuerpo hablante es anterior lógicamente al cuerpo especular, si el cuerpo que tenemos es una construcción que no se adquiere de entrada, como hacer para que el cuerpo hablante hable en el análisis? La llave fundamental con la que contamos es la transferencia, esa que permitirá al parletre salir del autismo de su goce opaco para dirigirse al Otro, para hacer lazo, única condición de posibilidad para que un análisis sea posible. Y eso depende fundamentalmente, de la respuesta del analista. Como pensar os corpos na transferência? A. Beneti (EBP) O estatuto do corpo no ensino de Lacan, sofrerá alterações conceituais, que vão do Estágio do espelho, enquanto imagem especular, ao imaginário do nó borromeano. No final, o corpo condiciona tudo que o imaginário aloja de representações: significado, sentido e significação. Nesse corpo imaginário as palavras da língua fazem entrar as representações que constituem o mundo ilusório da unidade do corpo. Corpo imaginário sofrendo a incidência simbólica. Em seu ultimo ensino, o do corpo falante, ele é definido como um mistério, quanto à esse simbólico sobre o corpo. Esse corpo goza de si mesmo, se goza e , goza da fala e do gozo fálico. O falasser goza da fala que leva ao escabelo e goza do corpo que sustenta o sinthoma Com a significantização da libido, como um corpo mortificado por essa castração simbólica, (que o separa da carne, e traz a marca do signo que a recorta , a desvitaliza , a cadaveriza) o corpo se mostra apto para figurar como superfície de inscrição esvaziado de seu gozo, portando a marca do traço unário adequado à sequência de significantes . Ele passará, depois, para um corpo vivificado, pura substância gozante, com um gozo que perturba o ser falante, o falasser, (corpo marcado por um S1, solitário, fora da cadeia significante, que fixa o gozo no corpo enquanto sinthoma, através de um acontecimento de corpo sem sentido). O texto Orientação, em Scilicet, não toca diretamente na questão da transferência em nenhum momento. E, a mesma, registra atransferência e o corpo, no texto de B. Seynhaeve, oriundo de interpretações do analista, que o levaram a produzir um acontecimento de corpo. Em ambos, aparece a questão da interpretação na clinica do falasser, do inconsciente real, conceitualizado a partir da fala , de lalíngua, substituto do inconsciente freudiano e do lacaniano enquanto linguagem. Transferência que autoriza a interpretação do analista_ palavra, silêncio ou gesto_ nessa clínica, enquanto efeito de sem sentido, de gozo. Ela é, um dizer que visa o corpo falante para produzir um acontecimento, que passe para as tripas... Seu sentido é o gozo: ponto fundamental na clínica do falasser. O texto traz os efeitos da interpretação do falasser, articulados ao acontecimento de corpo emergente a partir daí Ele nos relata efeitos de 2 interpretações: 1a_ o analista aponta uma cicatriz em sua face e, pergunta do que se trata, pedindo-lhe que fale desse acontecimento, levando-o à uma intensa angústia e produção de um sonho: ele se encontra na maternidade do hospital onde sua mãe deu à luz todos os filhos. E, que tem o corredor em letra L (elle). Ele se desloca cuidadosamente para não pisar nas junções dos mosaicos pretos e brancos que o revestem. Surge uma necessidade premente de urinar tendo que escolher entrar numa porta dos banheiros situados no angulo do L e urina sem parar, até urinar na cama. A interpretação toca o gozo do falasser e , faz emergir a letra que remetia à sua mãe (elle/ela) e à união de seus pais. Além de sua escolha inconsciente do sexo no ângulo da letra L , sua lalíngua enlaçada ao gozo do corpo. E, provoca o retorno de uma movimentação obsessiva, inventada na adolescência, que se atualizou no seu percurso à pe’ para chegar à análise: andar na beira da calçada e passar de um lado para o outro sem pisar no meio fio. 2a_ analisante aplicado, transferencialmente gozava de contar e recontar suas fantasias da adolescência, na crença de agradar seu analista com seus relatos. Até que ele lhe diz : Voce ama suas fantasias!. Tocando esse gozo da fala, ignorado, ele a toma como um basta de gozar de suas fantasias!. A consequência foi não conseguir mais falar, concatenar duas palavras durante 2 anos: a cadeia de significantes rompeu-se. A interpretação apontou o nó que o falasser incansàvelmente produzia entre S1 e S2 para o gozo do escabelo, aqui, fazer-se um analisante modelo, via bela fala associativa . Esse corte o leva à escrita do sinthoma da adolescência, enquanto um acontecimento de corpo, fora do sentido. O texto aponta para certo principio dessa clínica hoje. Deixar falar mas, sem deixar prolongar o gozo do sentido na associação livre, o gozo da fala. O que dificultaria a escuta dos significantes de lalíngua que sustentam a singularidade sinthomática fora de sentido, de cada um. Muitas vezes escutamos em supervisão: ele trabalha bem... associa bastante mas, nada acontece... O analista deve fazer acontecer e não, acompanhar o gozo da falação do analisante, sem intervenções que possam fazer acontecer... Ainda, com relação a uma direção da cura do falasser, Miller nos diz: uma análise deve estar afinada com a pulsação do corpo falante para se insinuar no sinthoma e, verificar, a posteriori, se a interpretação passou às tripas ou não. Bibliografia J.A.Miller: Orientação – in O corpo falante e o inconsciente no séc XXI- Scilicet 2016 –EBP B. Seynhaeve- Transferencia e corpo- Scilicet 2016- EBP M. E. Monteiro – comentário do Texto de B.S.- Um por um- EBP- 2016 PÂNICO: QUANDO A URGÊNCIA TOCA O CORPO... Dialogue sur la panique Dominique Miller (ECF) et Mario Elkin Ramirez (NEL) Dominique : Bonjour Mario. Bonjour à tous. Mario : Bonjour Dominique. Bonjour à tous. Vous connaissez ce canular qu'Orson Wells a monté à la radio, sur CBS, pour son adaptation du roman de science-fiction La guerre des mondes ? Dominique : Oui, l'invasion des martiens ? C'est célèbre. Orson Wells a provoqué une véritable panique chez ses auditeurs ! Mario : Il a usé de tous les stratagèmes pour donner à ce canular un réalisme redoutable. Bulletin météo, interviews, intermèdes musicaux, reportages s'enchaînent comme pour une émission ordinaire. Dominique : Jusqu'à interrompre l'émission par l'annonce brutale de l'invasion. Et alors se succèdent tout un ensemble de comédiens qui se disent, journalistes du New Jersey où était censé se passer l'attaque, militaires délégués sur place, scientifique de Chicago, et même le secrétaire d'état à l'intérieur en direct de Washington. Mario : L'effet de panique fut immédiat. On a parlé d' émeutes, de tentatives de suicides, de crises cardiaques. On a même annoncé des morts. Dominique : Ça n'a pas été jusque là. Mais effectivement, des auditeurs du New Jersey se sont mis à ressentir les odeurs des gaz des "créatures", la chaleur des "rayons ardents" des armes des extraterrestres, le bruit des astéroïdes. Mario : Oui, le corps parlant , on y est en plein ! Nous avons une démonstration forte de ce que dit Lacan : "l'écho dans le corps du fait qu'il y a un dire". Incroyable le pouvoir de suggestion des mots sur le corps ! N'oublions pas que c'était uniquement radiophonique ! Dominique : Les zones pulsionnelles se sont mises en branle : l'odorat, la vue, l'ouïe ! Mario: Jusqu'au corps tout entier. Certains ont voulu fuir, en voiture, à pied ! Dominique : Pourtant, les jours suivants, on a contesté la réalité de la panique. Mario : Oui, en fait, c'est l'écho médiatique qui a fait l'ampleur de la panique. Dominique : Il y a plusieurs raisons à ça. La radio prenait le pas sur la presse écrite ; du coup les journaux ont maudit son impact, et démontrer la force du semblant des mots et leur puissance trompeuse. À côté du sérieux de l'élaboration écrite d'un article de journal. Mario : L'impact de la parole se démontrait dangereux. Et que le canular de Welles ait été en direct en a rajouté ! On ne pouvait pas rectifier la puissance du mensonge. Le direct était tout nouveau. Et l'acteur en a très vite compris la force, je dirais sur le corps des auditeurs. Il s'est servi de l'immédiateté du dire sur l'émotion. Dominique : Tout de même, comment comprendre cet effet de panique ? Il y avait le contexte politique. On se remettait de la Grande dépression. Et on était à la veille de la 2ème guerre mondiale. Mario : Et puis il y a cette phrase d'Orson Welles : " C'est Halloween ". C'était le 30 octobre 1938, Halloween étant elle-même la veille de la Toussaint, le jour des morts. L'angoisse était là disponible. Dominique : Mais Freud faisait une différence entre angoisse, peur et frayeur. Mario : Exact. Bien que tous les trois soient des affects provoqués par un danger. Dominique : Par un danger réel ou fantasmé. Mario : Et on constate que le fantasme prend très vite le relais de l'affect de peur que la situation réelle provoque. Dominique : Déjà, affirmons que la peur est une réponse du sujet face à un danger réel qu'il peut situer dans le temps et l'espace. Ici le danger est extérieur et repérable. Ce danger, le sujet peut le fuir ou lui faire face. Mario : La frayeur, c'est comme la peur mais vécue à son degré maximal. Dans l'un et l'autre cas, la contingence provoque une rencontre traumatique avec un événement inattendu qui pourrait l'anéantir. Il revient au sujet de décider de sa valeur réelle ou fantasmatique. Un traumatisme devient un élément de jouissance morbide si l'inconscient l'investit. Dominique : Et l’angoisse ? C'est l'affect par excellence ! Active dans la peur et la frayeur. Mais aussi autonome, en particulier par rapport à la réalité. Ainsi, l'attente de nouvelles de celui qu'on aime angoisse tout autant que l'annonce d'une tempête. L'angoisse sollicite le sujet qui doit faire face à un réel, au sens lacanien. Mario : C'est ce qu'indique Lacan quand il en fait un signal. Elle signale au sujet un danger réel ou pas, et réveille le fantasme. Avec elle, le subjectif prend le pas sur la réalité. Ainsi le danger dans l'angoisse est-il avant tout intérieur. Ce qui lui donne une force particulière et rend difficile pour le sujet de fuir le danger, et d'y faire face. Il est envahi, paralysé. Dominique : C'est un affect vraiment paradoxal. L'angoisse est pénible tout en étant utile. Comme signal elle prévient du danger, mais en faisant peur. On voudrait s'en défendre, alors qu'elle est elle-même une défense contre un réel que rien ne peut éliminer ! Ça va plus loin. Comme me le disait un patient : l'angoisse, qui ne cesse de l'habiter, lui permet d'appréhender la réalité de la menace, lui dont la famille vit dans un monde "où tout le monde est gentil". Mario : C'est là que nous retrouvons la question de la panique. On cède à la panique face à un danger que l'on croit extérieur. Mais que le sujet ne peut pas traiter comme tel. Il se sert alors de l’angoisse pour se protéger de cette menace sans nom. Il veut fuir, mais ne sait pas où. De même qu'il ne sait pas d'où vient la menace. Dominique : Voyez comme Orson Welles a bien saisi ça ! Il fait venir la menace de la planète Mars. Où aller alors si notre terre est envahie par un Autre venu d'ailleurs ? Plus aucun refuge n'est possible. Sauf celui de l'angoisse qui permet au sujet de faire sienne la menace de l'Autre. Mario : C'est pourquoi le corps est à ce point engagé dans la panique. Il est en première ligne pour s'approprier le danger et la réponse à donner. On sent les gaz, on entend le fracas des armes, on écoute le souffle des déplacements des envahisseurs. Et le corps se modifie : souffle court, mains moites, cœur qui s'accélère, oreilles qui bourdonnent. Dominique : Alors on pleure, on hurle, on court. Mario : Ou bien on reste pétrifié, sidéré. Survient la sensation que la mort est imminente. Dominique : "Je me suis vue mourir ", me dit une jeune fille qui, en voilier, apprit qu'une tornade rôdait tout autour. "Et comme je suis une paniqueuse, je me suis enfermée dans le cockpit, les yeux rivés sur la porte. Moi, une phobique incapable de prendre l'avion, toujours très tendue dans le métro, voilà que m'arrive ce genre de surprises ! " Elle a raison. Elle fait de son fantasme son destin. La mort rôde. Ce qui lui fut confirmé dés son enfance par la réalité, puisqu'elle y a perdu un être cher. Comme son père, qui lui aussi a perdu un être cher très jeune. Elle a donc rendez vous avec son réel, sa chose. Et garde les yeux grand ouverts. Comme pour voir la chose qui la fascine. C'est pourquoi elle tient à se qualifier, à qualifier son être, "la paniqueuse", pour justifier sa jouissance. Mario : Elle garde les yeux rivés -je dirais- sur la trou où doit advenir la Chose. Car la Chose n'a pas de nom, et pas d'image. Et quand elle s'impose comme réel, c'est trop tard. Dominique : Absolument ! Et si le corps est à ce point partie prenante de la panique, c'est qu'il est là pour permettre au sujet de faire face au hors sens qui s'impose quand le danger est soudain et inexplicable. Le corps est un recours pour s'extraire de l'impasse du trou du sens. Mario : Ce n'est pas courant ça, d'énoncer que le corps soit un recours face au réel ! Dominique : C'est l'effet de ce Congrés, et des travaux sur la fin de l'enseignement de Lacan, qui amènent cette perspective peu entrevue dans la clinique jusqu'alors. Non seulement la jouissance du corps devient un lieu psychique de premier plan, le "corps parlant", mais le savoir se révèle bien moins performant et pacificateur. Mario : Cela est confirmé par le canular de Welles. Ce qui est habituellement conçu comme une défense du sujet face au Réel, le recours au sens et au savoir, se révèle destructeur. Dominique : Cette pure fiction indique bien que l'univers signifiant sollicite la jouissance du corps. Le parlêtre lacanien est un sujet qui jouit dans son corps ici de l'angoisse, pas sans laisser les mots de l'Autre le marquer, le tracer, et l'animer. Remarquons que les mots seuls ont suffi à déclencher les corps, sans qu'aucun élément de réalité confirme quoique ce soit ! Mario : Cette panique est en effet un bel exemple clinique de cette alliance de la jouissance du corps avec l'Autre du langage ! Ça rappelle le traumatisme. La jouissance du sujet abusé fait événement de corps, car elle n'est pas sans lien avec le langage, que ce soit par les mots dits, ou par le silence tonitruant qui accompagne ce moment traumatique. Dominique : C'est là que se loge la question du savoir et du sens, dans cette frange où s'associent l'expérience inouïe du corps dans la panique avec l'incompréhension qui l'accompagne. Tout au long de l'émission le comédien va nourrir cette alliance corps/savoir. Mario : Ils additionnent reportages, interviews, bruitages, pour faire croire à un savoir qui borde l'horreur. Ce qui ne fait qu'alimenter la peur, au lieu de la calmer. Dominique : Diabolique ! Ils entretiennent le besoin de sens et de savoir ce qui se passe, et augmentent l'agitation des corps. L'un prenant le relais de l'autre. Plus les informations inquiétantes s'accumulent, plus les auditeurs en ressentent des effets sur leurs corps. Quand le parlêtre ne comprend pas, il se sert de la jouissance du corps pour sortir de l'impasse. Mario : Ce qui prouve que le sens attendu, le savoir en défaut, le parlêtre cherche à les combler autant par un nouveau savoir que dans les orifices de son corps . O “DITO ESQUIZOFRÊNICO” O “dito esquizofrênico” Pierre Sidon (ECF) « J’ai la tâche de frayer le statut d’un discours, là où je situe qu’il y a… du discours : et je le situe du lien social à quoi se soumettent les corps qui, ce discours, labitent. » Cette phrase fait cortège, dans l’Étourdit20, à celle, fameuse, sur « le dit schizophrène ». Quel est ce lien social qui, en ce début de XXIe siècle conditionne la clinique et les pratiques sociales et thérapeutiques qui le fondent en retour ? Dès 1948, Lacan évoquait « l’homme “affranchi” de la société moderne (…) cette victime émouvante, évadée d’ailleurs irresponsable en rupture du ban qui [le] 20 Lacan J., L’Étourdit, Autres Écrits, p. 414. voue (…) à la plus formidable galère sociale. »21 Vingt ans plus tard, il évoque la « destruction » de « l’ordre social », « d’un temps qu’on appelle planétaire », et qu’il définit du pluriel des : « impérialismes ». Le lien social au XXIe siècle ne s’empire-t-il pas en effet de de la pulvérulence de ces « ségrégations » désormais « ramifiées »22 qui sont l’effet de « l’universalisme » et de « la communication » qui « homogénéisent les rapports entre les hommes »23 ? La jouissance des corps, toujours plus appareillée, devient maladie - les addictions -, tandis que les traitements, déchaînés, servent à leur tour la jouissance. Il est bien loin, l’âge d’or de la clinique - ses grandes « disputes ». C’est l’ère des mono-symptômes, ou plutôt : des mono-jouissances. Déchaîné est le symbolique, par le déferlement du réel débridé par la technique : pulvérulence des signifiants-maîtres tout seuls à la remorque d’une jouissance en roue libre qui fait la course en tête dans la civilisation. En lieu et place d’une clinique ordonnant patiemment les scories du Discours du Maître dans un temps éternisé, c’est désormais l’affrontement de marketings concurrents sur le marché global, effréné et amnésique, du traitement, du « lifting »24 et de l’appareillage de la jouissance. Le sujet contemporain azimuté par l’impérium de la jouissance prête-à-porter, prisonnier des « camps de consommation » selon l’expression du journaliste et critique gastronomique Périco Légasse 25, est comme le dit schizophrène de Lacan. À Paris, en France, au royaume de la pâtisserie, sur les ruines de l’Empire des Vatel, Miche, Carême, Appert, Delessert, Chiboust, Escoffier et Lenôtre, on voit fleurir à la place, depuis quelques années, de nouvelles enseignes aux noms des produits : Un éclair de génie, La maison du chou, Aux merveilleux, la Tarte tropézienne… À l’empire des grands Noms succèdent les empires des produits. Symptôme social : la montée au zénith social du gâteau. Lacan J., « l’agressivité en psychanalyse », Écrits, Paris, Seuil, 1966, p. 124. Lacan J., « Note sur le père et l’universalisme », La psicoanalisi, n°33, Rome, Juin - juillet 2003 23 Lacan J., « Note sur le père et l’universalisme », Id. 24 Selon l’expression d’Éric Laurent. 25 Périco Légasse, À table citoyen, Le poing sur la table, 2016. http://www.franceinfo.fr/emission/tout-etson-contraire/2015-2016/perico-legasse-nous-sommes-dans-un-camp-de-consommation-14-04-2016-0425 21 22 Le discours clinique enfin lui-même n’y échappe pas, tout comme le corps des cliniciens qu’il décerne et qui « labite » et qui n’a désormais plus, à son tour, « nul discours de quoi faire semblant », c’est-à-dire lien social. À l’instar des porteurs de mono-symptômes ou promoteurs de monojouissances, a-pareillés de toute sorte réunis en fraternités, groupes d’entraide ou de recouvrance, communautés d’utilisateurs et de consommateurs, nous aussi, cliniciens, psychanalystes, analysants d’abord, nous nous réunissons : ségrégation de la psychanalyse elle-même, dans la science et comme institution, affirmait Lacan en 1967 26. Ségrégation fondant, nous dit Lacan, « tout ce qui existe (…) et au premier temps, la fraternité. »27 Mais là où l’identification au produit amalgame et anonymise les épars apareillés dans un processus sauvagement déségrégatif 28, la pratique analytique travaille, quant à elle, sans relâche, à inscrire les noms infinis de la jouissance infiniment renouvelée. Et la « fraternité discrète »29 au principe du Discours Analytique décerne, à ceux qui « labitent », seuls ou en communauté d’« épars désassortis »30, un corps apaisé dans « stabitat » morcelé du désordre symbolique contemporain. Lo que enseña el dicho esquizofrénico Claudio Godoy (EOL) Sin duda Victor Tausk le brindó a Freud -con su “aparato de influencia”un valioso punto de apoyo para su metapsicología de la esquizofrenia, la cual se sintetizaría en la célebre afirmación: el esquizofrénico “toma las palabras como cosas”, que le permite dar cuenta de su particular “lenguaje de órgano” (Organsprache). Lacan J., « Première version de la proposition du 9 octobre1967 », Autres écrits, Seuil, 2001, p. 588. Lacan J., Le Séminaire, livre XVII, L’envers de la psychanalyse, op. cit., p. 132. 28 Cf. les fraternités d’Anonymes, in Sidon P., « Les noms des Anonymes », site du TyA-Envers de Paris, 2016, http://addicta.org/2016/04/10/les-noms-des-anonymes/ 29 Lacan, « l’agressivité en psychanalyse », Écrits, Paris, Seuil, 1966, p. 124 30 Lacan J. « Préface à l’édition anglaise du Séminaire XI », Autres écrits, Paris, Seuil, 2001, p. 573 26 27 La señorita Emma A… se sentía influenciada por la persona que amaba; lo cual, de por sí, no tendría nada extraño sino fuera porque la influencia incidía directamente en sus órganos. Decía que sus ojos estaban puestos al revés en su rostro porque el amante, un mentiroso, le hacía “dar vuelta los ojos” (Augenverdrecher, “simulador”). Tausk distinguía, sin embargo, el fenómeno de influencia en sí mismo de lo que denomina el “aparato de influencia”, de aparición más tardía. Éste último era el punto final de la evolución del síntoma, que comenzaba con sentimientos de transformación corporal sufridos de manera desagradables y con una fuerte dimensión de extrañamiento. El “aparato de influencia”, sea bajo la forma de alguna máquina diabólica o de fuerzas telepáticas, trata de localizar, a través del delirio, al Otro causante de las transformaciones que desregulan los órganos de su cuerpo. La influencia también puede aquejar al pensamiento del paciente: todo el mundo conoce sus pensamientos, estos se desparraman en forma ilimitada. Se destaca así la ausencia de límites, ya sea en el cuerpo o en el pensamiento, y se puede apreciar fácilmente que aquello que influencia al sujeto, sin remedio, es siempre el lenguaje mismo. El esquizofrénico nos revela así un aspecto fundamental del misterio que encierra un cuerpo hablante: que el lenguaje recorta y parasita los órganos. Que la intrusión traumática de lalengua, en la carne del viviente, es la causa de su goce. Freud, al señalar que el dicho esquizofrénico toma la palabra como cosa, demuestra también que la palabra “hace” al órgano. Lacan lo tradujo a sus términos en 1957, afirmando que para el esquizofrénico “todo lo simbólico es real”, con lo que indicaba que lo simbólico -fragmentado, desencadenado- pasa a lo real y se cristaliza en un lenguaje sin dialéctica. En 1966, G. Deleuze introduce -con una expresión de A. Artaud- el concepto de “cuerpo sin órganos”, que se tornaría célebre en los setenta a partir de su Antiedipo. Éste suponía la presencia en la esquizofrenia de un cuerpo en un estado de indiferenciación, “…un organismo sin partes que actúa siempre por insuflación, inspiración, evaporación y transmisión fluídica” afirmaba en La lógica del sentido. Lacan, con más justeza clínica, le responde en 1972 que lo que testimonia el dicho esquizofrénico es, por el contrario, que su problema es cómo hacer de sus órganos, recortados por la cizalla del lenguaje, un cuerpo. Muestra que la extrañeza ante el órgano puede adquirir una ajenidad horrorosa que llegue incluso hasta el pasaje al acto automutilatorio. La pregunta por lo tanto se invierte: ¿cómo puede ser qué algunos no perciban que la palabra nos es impuesta, que es un cáncer, un parásito, el verdadero “aparato de influencia”? Acaso ¿no vemos que los órganos le hacen problema al parlêtre y que se requiere del auxilio de un discurso para encontrarles función? Los “discursos establecidos”, como nombres-del-padre, auxilian para que un cuerpo hablante consista; no sin síntoma, pero con cierta unidad que le permite velar el trauma del que provienen sus jirones y atemperar así su goce. Es con lo que no cuenta el sujeto esquizofrénico, quien puede hallar de todos modos en un analista alguien que sepa alojar sus dichos. La oportunidad de suplir así ese discurso cuyo auxilio no encontró, para devenir el bricoleur de un cuerpo posible. Nos recuerda sin embargo que todos, por ser hablantes, hemos sido “influenciados” por el parásito de la palabra; y que nuestro cuerpo es un montaje hecho de remiendos y costuras. ONDE FOI PARAR O RECALQUE? Mais où est passé le refoulement ? Pierre Stréliski (ECF) On nous apprenait à l'école dans les petites classes un moyen mnémotechnique pour nous faire retenir les conjonctions de coordination de la langue française. C'était : « Mais où est donc or ni car ? » Vous savez que cela a inspiré le titre d'une revue de psychanalyse : Ornicar ?, avec le point d'interrogation à la fin, créée en 1975 par Jacques-Alain Miller, revue qui fut un fleuron de la psychanalyse lacanienne. Aujourd'hui on nous propose de nous interroger sur le début de cette question : Mais où est donc, non plus Ornicar ?, qui a arrêté sa parution en 2004, mais : où est donc passé le refoulement ? Répondons tout de suite à cette question : pas plus qu'Ornicar ?, le refoulement n'a disparu. Il s'est transformé. On pourrait bien sûr se désoler de cette transformation. Ont-elles disparu les belles ingénues du temps de Freud ? Élisabeth Von R., paralysée par l'amour secret qu'elle éprouvait pour son beau-frère devant le lit de mort de sa sœur31 ; et Ida Bauer la jeune suçoteuse, devenue l'hystérique la plus célèbre de l'histoire de la psychanalyse sous le nom de Dora, aux prises avec ses rêves honteux32 ; et Ernst Lanzer et sa panique quand il ne parvenait plus à refouler ses pensées 33 ? Les « mystères du corps parlant »34 s'interprétaient alors, et les patients guérissaient de leurs symptômes — enfin Freud le prétendait-t-il en ce qui concerne « l'homme aux rats », ce que Lacan contesta35. Que sont devenus le refoulement et son répondant le symptôme, survenant quand l'inconscient n'en pouvait plus de censurer la pulsion embarrassante et qu'il éclatait sur le corps ou dans les pensées comme « retour du refoulé » ? 31 Freud S., “Histoires de malades — Frl Elisabeth v. R...”, Etudes sur l'hystérie, Paris, PUF, 1956, pp. 106 - 145. 32 Freud S., “Fragment d'une analyse d'hystérie (Dora)”, Cinq psychanalyses, PUF, 1954, pp. 1 - 91. 33 Freud S., “Remarques sur un cas de névrose obsessionnelle (L'homme aux rats)”, Cinq psychanalyses, pp. 199 - 323. 34 Lacan J., Le séminaire, Livre XX, Encore, Paris, Le Seuil, 1975, p. 118. 35 cf. Lacan J., “La direction de la cure et les principes de son pouvoir”, Ecrits, Paris, Seuil, 1966, p. 598. Ornicar ? est-il devenu aussi introuvable que le Godot de Beckett, et la psychanalyse ne saurait-elle plus comment opérer, avec une interprétation devenu inessentielle à son art ? Certainement pas, la psychanalyse, comme elle l'a fait toujours, n'a jamais été une conceptualisation immobile, mais une pratique qui se noue et avance avec les réalités de l'époque à laquelle elle se confronte. Et aujourd'hui, « nous faisons déjà l'analyse du parlêtre »36. L'époque moderne se caractérise par le déclin de l'éclat du complexe d'Œdipe et de la fonction paternelle. Le refoulement suit ce déclin. « Les obstacles de jadis »37 ne sont plus. Ce ne sont plus les semblants qui voilent le réel, c'est le réel qui domine les semblants, expliquait Jacques-Alain Miller à son cours du 25 novembre 1998. « Le réel est devenu plus fort que le vrai »38. Parallèlement se constitue une nouvelle paire, ou un nouveau couple : au couple du refoulement et du symptôme, à ce couple classique où le premier faisait le lit du second, se substitue une nouvelle paire entre le réel — entre le réel d'une jouissance qui s'étale, qui itère — et la défense — la façon dont le parlêtre se défend, ou s'arrange, avec cette prolifération. Tout était caché, tout s'exhibe. La possibilité du refoulement, c'était celle d'un barrage aux motions pulsionnelles. Ce barrage faisait un partage des eaux, un trait, une barre, entre deux domaines séparés : le lac de retenue des pulsions empêchées de déferler dans la plaine, et en aval ne devait couler qu'un mince filet libidinal, plus 36 Miller J.-A., “L'inconscient et le corps parlant,”, La Cause du désir, n° 88, Navarin Editeur, 2014, p. 110. 37 “Présentation de la Journée clinique du 27 avril 2016”, traduction de Pierre-Gilles Gueguen, Le corps parlant : sur l'inconscient au XXIe siècle, Xe Congrès de l'AMP, Rio de Janeiro, 25 au 28 avril 2016, https://www.congressoamp2016.com/pagina.php?area=4&pagina... 38 Miller J.-A., “L'expérience du réel dans la cure analytique”, L'orientation lacanienne III, 1, cours 1998-1999, leçon du 25 novembre 1998, inédit. l'énergie produite par le barrage lui-même. Sa source avait été découverte par un explorateur du nom de Freud, qui l’appela « Bejahung ». Bien sûr, ce barrage était poreux et la libido prétendument contrainte par le Nom-Du-Père ne se laissait pas contraindre. Mais depuis « Lituraterre », il n'y a plus de barrage. L'eau, les nuées signifiantes tombent et s'écoulent et ravinent le monde. Ce sont les chutes d'Iguazú. Et qu'est devenu le refoulement et le lac pur de la vérité — qui était le nom dont quelques années plus tard un autre explorateur, le docteur Lacan, avait nommé le lac ? Il est devenu la trace de ce ravinement sur le sol du réel. Là où c'était le refoulement — le barrage —, il y a le réel — le ruissellement —, et là où c'était le symptôme — ce qui du barrage sourdait —, il y a la défense, les petites digues que le parlêtre construit pour continuer de vivre, autant de petites inventions, de petites créations pour faire avec ou pour ordonner la clinique du sinthome. ¿ Dónde quedó la represión ? Florencia Dassen (EOL) Esta Jornada clínica nos invita a trabajar qué hacemos los analistas cuando analizamos al parlêtre. Incluir en esta elaboración de nuestra práctica el concepto de represión, más precisamente, dónde quedó la represión, es también poner en serie otros conceptos como el de inconsciente, lo simbólico, la defensa, la interpretación, el saber. Lacan dijo: “Uno se imagina que la represión originaria debe ser un agujero. Pero esto es puramente imaginario. Lo que hace agujero no es la represión, es lo que está alrededor, y que yo me he permitido llamar lo simbólico.” También dijo que no hay reducción radical del síntoma, ni siquiera en el análisis, puesto que Freud enunció, no se sabe por qué vía, que hay una Urverdrangung, una represión que nunca se anula. Corresponde a la naturaleza misma de lo simbólico implicar este agujero. Yo apunto a ese agujero, en el que reconozco la Urverdrangung misma.” Con Freud podemos decir que la represión es un destino de la pulsión, una defensa contra ella. Lo que se reprime es lo que puede generar placer para una instancia, displacer para otra, pero esta represión llamada secundaria tiene como condición a la primaria que produce la división necesaria entre consciente e inconsciente, así la función de la represión es rechazar algo de la conciencia. Es uno de los modos en los que se manifiesta el axioma lacaniano “no quiero saber nada de eso.” La represión secundaria incluye su fracaso, así es como existe el retorno de lo reprimido, y sus satisfacciones sustitutivas. El síntoma y la represión son homogéneas y reducibles a funciones de significante. Y lo real que cierne el psicoanálisis no puede ser separado de una experiencia de palabra, el inconsciente sólo se aprehende por sus efectos, siendo él mismo siempre deducido. ¿En qué momento en la práctica del psicoanálisis necesitamos una deducción del inconsciente? La recuperación por la vía asociativa de recuerdos antiguos, da cuenta que en algún lado eso estaba, ¿dónde? “residían en alguna parte, en un cierto lugar de ser, un lugar que permanece desconocido, del que decimos que no conoce el tiempo…” Esta dimensión es del orden de lo que Lacan supo llamar la verdad mentirosa, otro nombre del inconsciente transferencial, allí se ubican las rememoraciones, ninguna es final nos advierte JAM, eso quiere decir que le damos en el psicoanálisis un sentido de verdad pero que se eclipsan inmediatamente, como los sueños, los lapsus. El concepto de representación se le impone a Freud para caracterizar el elemento material del inconsciente. El psiquismo fracasa al representarse la pulsión como causa de lo sexual. Hay un agujero entre la pulsión y su representación psíquica. Cuando hablamos del “sentido inconsciente del síntoma”especialmente en la histeria, queremos decir que éste sólo es representado en parte en el inconsciente, la parte que se presta a la función de una traducción metafórica. Hace falta avanzar a localizar la fijeza del goce, la opacidad de lo fuera de sentido en lo real. Aquí ya no cuenta levantar los velos de la represión, más y más revelaciones, sino de perturbar la defensa, que es más primaria y no depende del significante. Con el concepto de lalengua Lacan desliga al inconsciente del Otro, Nombre del Padre, Falo, donde lo reprimido tenía su lugar. Si el siglo XXI marca una transformación de la práctica del psicoanálisis, es porque también se trata de un nuevo simbólico en el que ya no se trata de un orden marcado por la represión en el sentido freudiano de la época victoriana, sino de un desorden y déficit simbólicos, mucho más dependiente de la forclusión, la fragilidad de las ficciones y falla de los semblantes, que llaman a una dictadura del goce, y la instalación de una sociedad de vigilancia. Frente a esta debilidad mental en la que todos quedamos, el psicoanálisis y su discurso apuestan a la perturbación de la defensa, al corte asemántico, y al analista trauma. Lacan supo decir que él apunta a ese agujero, porque como dice Laurent, por más democratización de la pornografía que haya, de eso no se trata la sexualidad, el goce está prohibido a quien habla como tal, por más panóptico que la sociedad de vigilancia pretenda ejercer y más feroz sea la incitación al goce. REBELIÃO, RADICALISMO, REJEIÇÃO REBELIÓN, RADICALISMO, RECHAZO Carmen Cuñat (ELP) Estos tres términos, sobre todo los dos primeros, tienen un uso tradicional en la política. Quizás el tercero nos es más cercano. En realidad, hace mucho que nos lo apropiamos. El rechazo nos remite de inmediato a la Verwerfung, la forclusión. Pero para ceñirnos a un campo clínico en el que quizás los tres términos se ponen en juego propongo que nos fijemos en la adolescencia. El término rebelión es casi un nombre de la adolescencia. El joven es el que se revela frente a la autoridad. Según Freud, se consuma con ello “uno de los logros psíquicos más importantes pero también más dolorosos de la pubertad; el desasimiento respecto de la autoridad de los progenitores, el único que crea oposición, tan importante para el progreso de la cultura, entre la nueva generación y la antigua”39. Freud, S., “Los tres ensayos de la teoría sexual” pt. III, Amorrortu, Buenos Aires 1993 39 Para Freud es un logro para la cultura, pero con Lacan podemos decir también que todo depende de cómo esa autoridad acoja la rebelión, si es que eso es posible. Si se trata de una autoridad que nada la conmueve, que solo dice no o que se inmiscuye en exceso, entonces la rebelión del joven puede tornarse en radicalismo y, más allá de ello, puede convocar el rechazo. Podemos detectar entre los tres términos, en efecto, “una escalada de violencia”, como se suele decir. Pues ¿qué es lo que está en juego en la rebelión que nutre la adolescencia? Para Freud estaba claro, “la contemplación del mundo real hace descubrir al niño cosas que minan la primitiva exaltación del padre y que facilitan el abandono de este primer personaje ideal”40 El joven “aprende a criticarle y a situarle en la escala social, y suele hacerle pagar muy cara la decepción que le produce. Todas las esperanzas que ofrece la nueva generación –pero también todo lo condenable que presenta – se originan en este apartamiento del padre”41. Es interesante comprobar que Freud tenía ya presente que la decadencia del padre que ahora conocemos como una de las características de nuestra contemporaneidad, era debida al descubrimiento del niño en el mundo real “de otras cosas”. Ahora, lo menos que se puede decir es que la immixión del discurso de la ciencia en los saberes tradicionales, acelera en mucho el proceso de la desidealización parental y en tanto tal alimenta hasta saciarlas a las bellas almas de la rebeldía contra el desorden del mundo. ¿Qué hace actualmente que las exigencias del joven se radicalicen? No es solo a causa de la incapacidad parental para competir con esos nuevos saberes, es también y sobre todo por el empuje a gozar que subyace bajo los impases crecientes de la civilización, dominada como está por el discurso capitalista, que rechaza, en el sentido de la Verwerfung, la castración. Lacan, para situar la dimensión de la Otra escena ponía en la misma serie “el deseo, el aburrimiento, 40 41 Freud, S., “Sobre la psicología del colegial” Amorrortu, Buenos Aires 1993 Freud, S., idem el enclaustramiento, la rebeldía, la oración, la vigilia, el pánico”42 como principios permanentes de las organizaciones colectivas “fuera de los cuales no parece que la vida humana pueda mantenerse mucho tiempo”. Es conmovedor observar ahora que gracias a esa multiplicidad de posibles que ofrece este mundo movido por la lógica de la mercancía cada vez más “el desencanto, la banalización, la brutalización”43, vienen a primera escena – sin duda con la ayuda de lo virtual - para asediar el lugar del deseo. Todo ello no es sin efectos sobre el vinculo social. Los jóvenes, expulsados (otro nombre del rechazo) cada vez más del mundo de los adultos, se reúnen entre ellos para intentar sostenerse en comunidades de goce donde la revuelta cae en desuso, por no existir ya otro a quien dirigir la protesta. Lejos estamos de los inicios del radicalismo político, que abogaba por el sufragio universal. La caída de las ideologías, el alza del individualismo democrático hacen que se afiance no tanto una idea sino un modo de gozar bajo el imperialismo del Uno solo. Quizás, como señala J.- A. Miller, frente a la mutación del orden simbólico que deja huecos, lo que adviene es el triunfo de la religión, pero esta vez no sostenida en la impotencia del padre sino en “un Dios Uno y único”, “sin dialéctica y sin compromiso”44. Rébellion, radicalisme, rejet Jean-Pierre Klotz (ECF) De ces trois mots, rejet attire d’abord l’attention. Il renvoie à la Verwerfung, ce terme freudien réanimé par Lacan dont rejet est la traduction française courante. Lacan a proposé là forclusion. Lorsqu’elle porte sur le Nom-du-père, elle caractérise pour lui la psychose, depuis les années 50. C’est un rejet radical, sans retour. Il s’oppose dans la perspective freudienne au refoulement qui ne va pas sans son retour. Il n’y a de retour du rejet psychotique que dans le réel, pour Lacan, J., “Una cuestion preliminar…” Escritos , O.E. ed. RBA, Barcelona 2006, p.529 43 Miller, J.-A., “El inconsciente y el cuerpo hablante” , Blog de la AMP 44 Miller, J.-A., “En dirección a la adolescencia” Blog de L’Institut de l’Enfant 42 ce qui est forclos du symbolique. Dès les mots et leur maniement par Lacan, se note la présence d’une radicalité associée au rejet ainsi que la référence psychotique. La forclusion du Nom-du-Père porte sur un signifiant, elle est forclusion restreinte. Qu’en est-il, dès lors qu’il y a « les » Noms-du-Père et qu’on généralise la forclusion ? L’accent se déplace sur le rejet lui-même. Si on l’envisage du côté de son opération et de sa cause, c’est l’affaire du corps. La généralisation, elle, résonne avec le « tout le monde délire » du tout-dernier Lacan. Il s’agit du corps qui jouit. Le corps parlant qui nous occupe dans ce Congrès est coordonné à un rejet, radical, hors limites. Le corps stabilisé, celui du stade du miroir, se réfère au corps imaginaire, sujet à déstabilisation possible. Mais il touche au corps parlé plutôt que parlant. Le corps qui se jouit va avec un trou béant, une faille infinie. Il y a une certaine radicalité de ce trou creusé par le rejet, paradoxalement préalable. Ce corps envisagé comme trou lié à un rejet radical n’est pas le corps qu’on a. « Pas encore », dirais-je. Il lui est en quelque sorte antérieur. Il y a là du rebelle. On ne l’a pas, on se ferait plutôt avoir par lui. C’est du rebelle comme tel, il y a avec lui quelque chose d’impossible à domestiquer. Tout au plus peut-on passer avec lui des compromis « symptomatiques ». Ce qu’il faut bien tenter de saisir ici, à ce niveau du rejet radical et de la rébellion qu’il y a du corps, c’est l’impossible d’échapper au symptôme, ou, pour le dire mieux, au sinthôme. Celui-ci se met en travers du toute unification qui ouvrirait à une pacification, à une jonction avec la jouissance, à une harmonie qui éviterait d’avoir à consentir à ne pas rejoindre ce corps dont l’existence relève du rejet radical. Le corps qui se jouit est radicalement rebelle, même si on se met en quatre pour l’attraper. Seul le symptôme en attrape un bout, et on s’en retrouvera bien attrapé. Voilà des considérations qui peuvent sembler éloignées des rébellions radicales pleines de rejets rencontrées en l’état actuel du malaise dans la civilisation. Celles-ci se caractérisent pourtant d’une mise en avant inédite des corps, non pas en tant qu’ils sont beaux et offerts à l’admiration des foules, mais ils sont mis en jeu comme armes, par un engagement où la jouissance est spécialement exposée, voire explosée. Les discours de rébellion et de consécration passent moins par des questions, des corps sublimés ou portés au pinacle, que par des décharges à l’horreur sans limite claire avec la félicité proclamée. De même, la visée de cette rébellion « n’est pas de ce monde », le djihadisme contemporain le montre tous les jours. Le corps jouissant reste rebelle et il n’y a pas de rapport sexuel. Lacan n’a cessé de chercher comment faire avec le réel, pour en arriver au sinthôme. La psychanalyse est tentative pour qui s’y prête de trouver des détours permettant de frayer des voies d’approche du réel avec le minimum d’inconvénients. Le réel qui concerne le sujet se trouve du côté de la jouissance du corps. Pour Lacan, ce fut son expérience de psychiatre avec la psychose qui amorça cette approche, suivie de bien d’autres. Avec le concept freudien un peu marginal de Verwerfung, il posa une pierre sur laquelle s’appuyer pour permettre ensuite à l’expérience analytique de se poursuivre, encore et en-corps. À nous de poursuivre sans araser la radicalité de cette rébellion. MIGRAÇÕES, SEGREGAÇÕES Murs-frontières ou le désir obsidional Réginald Blanchet (NLS) La crise migratoire qui a atteint son apogée l’été 2015 a mis en valeur la forme nouvelle des frontières mises en place au sein de l’Union Européenne afin de faire face à l’afflux massif des réfugiés fuyant la guerre en Syrie. Les Etats des Balkans ont en effet dressé des barrières de barbelés visant à interdire l’accès de leur territoire. Il est de fait que depuis la chute du Mur de Berlin en 1989 on a assisté dans toutes les parties du monde à une véritable prolifération de murs édifiés en guise de frontières nationales. Le plus célèbre est le mur qui sépare les Etats-Unis et le Mexique sur une longueur de 3200 km. Mais il en est d’autres, en Israël, en Afrique du Sud, en Arabie Saoudite, en Chine, au Brésil, en Grèce, etc. La fonction essentielle de ces frontières fortifiées est de contrôler et de filtrer les flux migratoires. Il s’agit de frontières post-westphaliennes : elles ne règlent pas les rapports d’Etats-nations entre eux mais confrontent un Etat à des populations qui entendent pénétrer de leur propre chef sur son territoire pour y transiter ou s’y installer. Tout se passe comme si à la mondialisation de l’économie répondait la prolifération des murs censés protéger l’espace national de l’envahissement de populations jugées indésirables. Le mur-frontière présente en effet deux caractéristiques. Il répond en premier lieu à une demande de sécurité des populations autochtones. Elles demandent d’être protégées contre l’envahisseur et le danger qu’il représente pour elles. La peur qui anime nombre de citoyens, toutes classes sociales confondues, est de se trouver dépossédés de leur territoire du fait de la présence physique de nouveaux venus d’Ailleurs. La mise en place de frontières solidifiées supposées inviolables ferait du territoire une forteresse imprenable et le mettrait à l’abri des menaces de l’environnement international. Par là même serait garantie la souveraineté de la population sur son territoire. Mais la peur aurait pour effet également, c’est la seconde caractéristique des murs, de sceller l’unité de la communauté nationale comme communauté assiégée. L’identité collective de « communauté emmurée » prendrait sa racine là. Autant dire que l’idéologie sécuritaire que met en scène le mur, et sa rhétorique spectaculaire, est porteuse d’un désir de repli sur soi, voire d’enfermement dans l’entre-soi. Le fantasme obsidional vient soutenir ce désir. Il est au fondement de la production d’une nouvelle subjectivité, celle dite de l’homo munitus (Greg Eghigian), « l’homme défensif ». Tel est en effet le signifiant-maître appelé à faire communauté et territoire. Il indexe la peur du danger que représente l’intrusion de l’Autre au détriment du Un communautaire. On lira là la réponse à la mondialisation qui dépossède le plus grand nombre du pouvoir de décider de son sort. Laissée à elle-même la subjectivité obsidionale déploiera sa logique sur l’ensemble du corps social. C’est au bout du compte l’état d’exception auquel en appellent les partis politiques d’extrême droite contre la démocratie et pour la ségrégation. Contre eux les forces sociales ouvertes à la solidarité avec les migrants, on les a vues à l’œuvre dans les îles grecques de la mer Egée mais aussi en Allemagne, montrent l’autre voie possible pour faire face aux désastres des guerres d’aujourd’hui. A la jouissance mauvaise de l’ostracisme l’alternative libidinale pourrait être l’offre en quelque mesure d’intégration dans la citoyenneté européenne des réfugiés. Mais l’Union Européenne dont les bases n’ont pas fini de vaciller sous le contrecoup de l’afflux des réfugiés en nombre et de surcroît en période de crise économique saura-t-elle opter dans ce sens ? Cela supposera en tout état de cause que l’emporte au sein des peuples d’Europe un autre désir politique que l’emmurement. La partie n’est pas gagnée. Mais l’affrontement est déjà là. C’est ce que veut dire la crise migratoire et sa cause réelle. Migraciones, segregaciones Marta Davidovich (ELP) María ha llegado a Madrid hace un año y medio, desde un país latinoamericano, escapando de un padre militar, maltratador, exigente y violento. Aquí se enamora de un joven con el que convive desde hace unos meses. Él suele beber en exceso. María espera cambiarlo, ayudarlo a dejar la bebida, Pero se encuentra con situaciones de violencia, que no soporta. José, arquitecto, llego a España con una beca para hacer un master. Al cabo de un año, no le renuevan la beca, recibe ayuda de su familia unos meses y su imposibilidad de arreglarse por su cuenta, lo lleva a vivir en la calle, lo recogen los Servicios Sociales. Laura llega con su marido que viene contratado en una multinacional y sus dos pequeños hijos. Laura se deprime, no quiere estar lejos de los suyos. Consulta por sus dificultades con su pareja. Decide finalmente volver a su tierra y separarse de su marido. La migración implica un gran número de cambios. Todo lo que rodea al individuo se modifica: familia, lengua, relaciones sociales, cultura, etc. son fuente de riesgos y pérdidas pero también de expectativas, la de un corte con su pasado, como si las marcas de la propia historia pudieran borrarse. El encuentro con la imposibilidad de que esto ocurra, es decir, el encuentro con la repetición sintomática, puede hacer sin embargo que se abra una pregunta y la persona se dirija a un psicoanalista. El término "inmigración", relativamente nuevo, significativamente contemporáneo de la Revolución Industrial, es decir, de la perturbación que introdujo la aplicación con fines productivos de los resultados de la ciencia: a partir de ella, establecerse en un país extranjero se extendió a escala masiva. “El sujeto como tal, definido por su lugar en el Otro, es un inmigrante” (J-A. Miller). Ser un inmigrante es el estatuto mismo del sujeto en el psicoanálisis. No definimos su lugar en lo Mismo porque sólo tiene hogar en lo del Otro. El problema del sujeto precisamente es que ese país extranjero es su país natal. En un primer acercamiento, tanto para Freud como para Lacan, la comunidad, la fraternidad, está siempre apoyada en la segregación del diferente, sin embargo, el psicoanálisis permite dar otra vuelta a esta dialéctica entre ambos conceptos, en la medida que descubre que lo que es segregado es lo real de un goce inadmisible y que dicho goce inadmisible se encuentra también dentro de cada sujeto. De esta manera, la segregación no es sólo una expulsión sino la separación necesaria que permite aislar y reconocer un modo de gozar extraño en el otro, en uno mismo. El racismo moderno es "el odio al goce del Otro: se odia la manera particular en que el Otro goza"; y, para esta cuestión, "el discurso universal de la ciencia no tiene respuesta, aunque se trate de hacerlo responder". Y lo común no es sólo los que nos hace semejantes sino el hecho de que todos carguemos con esa diferencia absoluta que nos dificulta tanto el ser uno como el ser con los otros. Lacan señala la promoción de segregaciones renovadas, que son en conjunto mucho más severas que las que hasta ahora se vieron. Él lo dice en futuro, de forma profética: "Nuestro porvenir de mercados comunes será balanceado por la extensión cada vez más dura de los procesos de segregación" El discurso de la ciencia no es en absoluto abstracto, sino que tiene efectos sobre cada uno, tiene efectos significantes sobre todos los grupos sociales porque introduce la universalización, el para todos. Hoy en Europa: refugiados, xenofobia, identidades y luchas. Hoy a Europa le sangran las fronteras y le brotan las alambradas, levantando muros, instalando centros de internamiento masivo, y recortando derechos y libertades a nativos y migrantes. Muros construidos no solo con concertinas, sino sobre el miedo al otro, a lo desconocido. Muros tras los que se refuerzan los repliegues identitarios y los nacionalismos excluyentes. Muros que reavivan antiguos fantasmas. Marta Davidovich Madrid. 25/3/16 O EGO, REVISITADO L’ego, réexaminé Jean-Pierre Deffieux (ECF) Ou commence l’examen ? En quel siècle ? Laissons de côté la conception pré analytique du moi, et lançons l’examen à partir de la notion freudienne du moi qui a été une « révolution copernicienne »45, recouverte, ensevelie par les élèves de Freud et rabattue sur la psychologie ; La métapsychologie de Freud après 1920 ayant été interprétée de façon tout à fait erronée. « L’interprétation délirante de la première et seconde génération après Freud »46 du trinaire moi, ça, surmoi, leur a servi à remettre le moi à la place centrale, « l’ego autonome », le représentant de la réalité. Dès les années 50 Lacan a su resituer les essentielles différences entre l’individu, le sujet et le moi. Mais comment s’y retrouver entre l’ego et le moi ?. Le Ich freudien a trouvé plusieurs traductions, le moi étant plutôt la traduction française du Ich, et l’ego sa traduction anglo saxonne. (Ego psychology). Lacan utilise le terme d’ego essentiellement dans son dernier enseignement pour le différencier du moi : N’hésitons pas à dire que le Moi réexaminé devient l’Ego. Le clivage du moi repérée par Freud suivant plusieurs modalités tout au long de son œuvre est repris par Lacan quand il dit, dès le stade du miroir, que le moi est une fonction imaginaire, une illusion, un leurre qui se constitue « d’une image morcelée du corps à une forme que nous appellerons orthopédique de sa totalité »47, instaurant à jamais pour chacun une « identité aliénante »48. Le stade du miroir de Lacan met en jeu le narcissisme à partir de l’imaginaire, de l’image du corps appréhendée dans le miroir comme un idéal de complétude qui fixera à jamais la marque du désir, c'est-à-dire du manque. 45 Lacan J., Le Séminaire Livre II, Le moi dans la théorie de Freud et dans la technique de la psychanalyse , Paris, Seuil, 1978, .p 11 46 Ibid, p 19 47 Lacan J., « Le stade du miroir… » Ecrits, Paris, Seuil, 1966, p. 97 48 Ibid, p. 97 Le moi lacanien est détourné de la notion post freudienne de perceptionconscience et instauré dans sa fonction de méconnaissance imaginaire ; Le registre de l’imaginaire concerne alors exclusivement l’image du corps, sa forme, sa représentation visuelle, et elle s’étend, cette image, à tous les objets du désir humain, car sur le plan de la forme tout objet a comme référence l’image du corps. C’est la logique des nœuds à partir des années 70 qui va amener Lacan à revisiter la notion du moi et à le nommer Ego à partir de Joyce, dans une nouvelle conception. L’ego est alors toujours du registre de l’imaginaire mais c’est le registre de l’imaginaire lui-même qui a changé, il ne concerne plus seulement l’image du corps. L’appréhension borroméenne de la psyché nous déroute, nous oblige à une réflexion sans l’aide des repères habituels de l’imaginaire et du sens, ce qui est très difficile. Le statut de l’imaginaire dans le dernier enseignement de Lacan change radicalement. Il est abordé non pas seulement par l’image du corps, et par le visuel. L’imaginaire dans le dernier enseignement de Lacan, c’est le corps en tant que substance jouissante, le corps en tant qu’il « se jouit », de façon autoérotique. Comment situer l’Ego à partir de cet imaginaire revisité ? Certainement pas seulement à partir de l’image et c’est ce que dit Lacan dans son séminaire sur Joyce en 1975 : « Il a un ego de toute autre nature »49. Le nouage borroméen de Joyce est raté, c’est un nœud dans lequel le réel et le symbolique seraient enlacés et l’imaginaire libre. Lacan propose que ce qui caractérise Joyce est qu’un quatrième rond a permis de faire tenir ensemble les trois registres, et dans la dernière leçon du Séminaire Le Sinthome il appelle ce quatrième rond l’Ego « comme correcteur du rapport manquant » 49 Lacan J., Le Séminaire Le sinthome, Paris, Seuil, 2005, p. 151 Lorsque le rond de l’imaginaire est défaillant à se nouer aux deux autres, lorsqu’il glisse comme dans le cas de Joyce (illustré par la célèbre raclée), il y a alors le recours de l’Ego comme ce qui vient réparer et rendre possible ce nouage par un quatrième rond en corrigeant l’erreur. Cet Ego n’est alors pas en référence à l’image du corps bien qu’il concerne le rond de l’imaginaire. Par exemple chez Joyce, c’est son écriture énigmatique et si singulière portée à la connaissance du monde qui constitue pour lui un Ego. L’Ego devient alors ce qui nomme, ce qui donne son nom à Joyce dans sa singularité, et qui lui permet de tenir dans son rapport au monde et à l’Autre. Cela n’est bien sûr pas réservé à Joyce, mais c’est grâce à l’étude que Lacan a fait sur Joyce qu’une nouvelle approche de l’Ego a pu émerger. L’ego détaché de l’image Marie-José Asnoun (ECF) Pour traduire l’ich, le moi freudien, J. Strachey adopte ego qui devient un courant : l’Ego -psychology. En 1953, Lacan critique cette « prétendus fonction de synthèse (…).50 « Le moi, est-ce que ce serait le principe de l'identité à soi ? C'est là que se partagent les eaux avec l'ego-psychology, qui trouve dans le moi ce principe, et non seulement dans le moi mais dans ce qu'il y a de plus exquis en lui, à savoir sa supposée sphère non conflictuelle. C'est donc là que se partagent les eaux entre l'ego-psychology et l'orientation lacanienne en tant que retour à Freud abordant le moi à partir du narcissisme - étape de l'élaboration freudienne qui est laissée de coté dans l'ego-psychology. Dès le point de départ du « Stade du miroir » - qui est extra-analytique puisqu'il s'agit d'une observation - c'est l'image de l'autre qui est installée par Lacan. Elle est installée au cœur de l'identité à soi-même, et elle n'assure donc pas cette identité. Elle ne l'assure qu'au prix d'un dédoublement, qu'au prix d'un manque à être moi-même, où on 50 Lacan J., « Discours de Rome », Autres Écrits, Paris, Seuil, 2001, p. 143. peut voir la racine même de l'agressivité. C'est en ce sens que le moi est une formation qui vient occuper la béance extime. Le moi, selon, Lacan, vient à servir à la place laissée vide pour le sujet ».51 Le moi est dès lors fonction de maîtrise, jeu de prestance, rivalité constituée.52 Toutefois, ce narcissisme est modifié par rapport au mythe freudien, dans la mesure où il ne s’agit plus seulement d’image mais du rapport de croyance qui lie le parlêtre au corps. C’est un narcissisme où le corps est idolâtré dans un rapport de méconnaissance particulier qui fait faire un pas, un tour, au narcissisme freudien. En 1975, Lacan accentue ce tour et qualifie ce moi — jusqu’alors narcissique — d’Ego. Un ego affirmé comme une notion centrale pour définir la relation du parlêtre à son corps, un corps dont Lacan nous dit que l’homme parle avec ce qu’il a, à savoir son propre corps. « Je parle avec mon corps et ceci sans le savoir ».53 Lacan en inaugure le corps parlant, expression qui donne du poids au corps.54 Un corps qui parle et qui jouit, « mais l’orientation vers le sinthome met l’accent sur ceci, ça jouit là où ça ne parle pas, ça jouit là où ça ne fait pas sens.»55, puisque la chose essentielle de ce corps est d’avoir « consistance de jouissance.»56 Lacan reprend le sujet spécifique de l’ego et son rapport au corps, via Joyce particulièrement à partir de la raclée dans un Portrait de l’Artiste.57 Là où l’ego est dit narcissique c’est parce que, à un certain niveau, il y a quelque chose qui supporte le corps comme image. Ce n’est pas ce qui arrive à Joyce. Son ego a une autre étoffe. Joyce parle avec son corps de la façon qui est la sienne car pour lui l’inconscient est noué au réel. J.-A. Miller éclaire ainsi le Miller J-A., « L’orientation lacanienne. Extimité », 1985-1986, enseignement prononcé dans le cadre du département de psychanalyse de l’université Paris 8, leçon du 13 novembre 1985, inédit 52 Lacan J., « Subversion du sujet et dialectique du désir dans l’inconscient freudien », Écrits, Paris, Seuil, 1966, p. 809. 53 Lacan J., « Rond de ficelle » Le Séminaire, Livre XX, Paris, Seuil, 1975, p. 108 54 Lacan J., op. cit., p. 109 & 130. 55 Miller J.-A., « L’inconscient et le sinthome » Au-delà de la clinique, La Cause freudienne, Paris, Navarin Éditeur, 2009, p. 79. 56 Miller J.-A., op. cit., p. 78. 57 Joyce J., Portrait de l’artiste en jeune homme, Préface de J., Aubert, Paris, Folio classique, 1992. 51 sujet spécifique de l’ego et son rapport au corps « l’ego lui s’établit du rapport à l’Un-corps et il souligne, « là, il n’y a pas identification, il y a appartenance, propriété »58 Ego est le nom du sinthome de Joyce, mode de reconstitution du nœud borroméen. Ce nom d’ego le constitue en tant que L’artiste et non pas comme une belle image ou une bonne forme dans le miroir. Solution singulière qui indique à l’analyste l’orientation vers le singulier. PSICOSSOMÁTICA? De l’induction signifiante à la fonction du PPS Thierry Van de Wijngaert (ECF) Il aura fallu la rencontre des impasses de la science médicale avec les hypothèses freudiennes pour que ce mot apparaisse au début du 20e siècle. À part ceux qui continuent à croire que la science finira un jour ou l’autre par découvrir les causes biologiques de ces phénomènes, nous pensons que ces derniers nous mettent sur la piste de l’incidence d’un autre réel. Mais, le terme « psychosomatique » a tout pour induire en erreur s’il est abordé à partir du modèle biopsychologique qui articule l’organisme et le mental 59. Les tenants de cette conception développent en conséquence une approche fondée sur la rectification du mental. Quand ce n’est pas la tentative de corriger les égarements de la cognition, plus près de nous, c’est le pari perdu de l’interprétation sémantique. Miller J.-A., « L’orientation lacanienne. Le tout dernier Lacan » 2006-2007 enseignement prononcé dans le cadre du département de psychanalyse de l’université Paris 8, leçon du 17 janvier 2007, inédit. 59 Alfredo Zenoni : Le phénomène psychosomatique et la pulsion. Quarto 77 p.14 58 Pour éviter cette impasse, Lacan nous a donné quelques indications pour bien différencier le phénomène psychosomatique du symptôme et plus particulièrement du symptôme de conversion. La différence majeure pour s’orienter dépasse celle de la présence objective d’une lésion sur ou dans le corps. Le symptôme est métaphore. Il suppose l’articulation signifiante et donc la division du sujet. Il est susceptible d’être déchiffré, soit de lui donner un sens. Si le PPS relève lui aussi d’un déterminisme langagier, il dépend d’une autre opération que Lacan nomme l’induction signifiante. Pour éclairer ce dont il s’agit, P. Monribot60 parle d’un « bug » de la mécanique inconsciente dans son travail d’articulation, de chaînage des signifiants. A. Merlet61 souligne la dimension d’écriture d’un signifiant absolu, soit un signifiant qui ne peut s’inscrire dans la chaîne, mais marque bel et bien le corps. Il dégage deux éventualités. Ou bien, il s’agit d’un blocage de l’articulation à la suite d’un événement traumatique. Le sujet n’arrive pas à assumer le réel en jeu. Et il flotte, débordé, dépassé. Ou bien, cet inassimilable va faire consister une identité dans l’existence. Ceci justifie l’usage de termes comme poinçon, blason, carte de visite. Quoi qu’il en soit, cette écriture singulière renvoie à ce que Jacques-Alain Miller nomme « une sorte de contournement de la structure du langage ». À ce propos, Lacan a mis l’accent sur la structure de l’holophrase comme prise en masse de plusieurs signifiants en un bloc. Ce qui peut faire trait commun à tout phénomène psychosomatique, c’est donc qu’ils provoquent une mise hors circuit du moment subjectif et par conséquent, de la formation d’un symptôme. Il relève du traumatique donnant lieu à une sorte de mémorial mystérieux62. Patrick Monribot : Qu’est-ce que la psychosomatique? Clip Médecine, Strasbourg 2007 Alain Merlet : Les PPS. Le Pont Freudien, Montréal 2002 62 Patrick Monribot, article cité 60 61 Mais cette approche de l’impact sur le corps par induction signifiante doit être complétée de la dimension pulsionnelle, de la jouissance en jeu. La forme que prendra le PPS est déterminée par la mise en jeu d’un objet pulsionnel particulier pris dans une fixation de jouissance. Comment percer le mur du langage63 quand il s’agit du PPS ? Les cas que ces auteurs présentent nous permettent de saisir qu’un signifiant tout seul ou une holophrase désarrimés de la chaîne peuvent être non seulement isolés, mais aussi céder à l’interprétation asémantique ayant la valeur « de délitement du pavé de l’Autre »64. Ce faisant, on peut retrouver la fluidité du flux signifiant. Les signifiants ainsi libérés dans la métonymie, emportent des fragments de jouissance pouvant être autrement repris dans le symptôme. Mais n’oublions pas que quand le PPS a une fonction de nouage comme identité ou passeport pour l’existence, il vaut mieux ne pas y toucher puisqu’il préserve l’être parlant des débordements de jouissance et de délire. 65 Il constitue alors le véritable partenaire du sujet. Sintoma Somático: Um recurso inesgotável Henri Kaufmanner (EBP) Lacan assinala que o sintoma da criançai responde ao que há de sintomático na estrutura familiar. Quando este representa a verdade do casal parental, embora mais complexo, faz-se suscetível à intervenção do analista, em função de se sustentar em um circuito que opera articulado à metáfora do pai, permitindo algum enlaçamento simbólico. Por outro lado, quando o que esta em jogo no sintoma, é apenas a subjetividade da mãe, ele é maciço e a abordagem se torna bem mais difícil. A criança Jacques-Alain Miller L’inconscient et le corps parlant. A. Merlet, article cité 65 Alfredo Zenoni, article cité. Page 18 63 64 substitui-se ao objeto do desejo da mãe, dando-lhe corpo, em uma dimensão real. Assim ela satura a falta em que o desejo da mãe se especifica, não importa qual seja a sua estrutura; neurótica, perversa ou psicótica. Lacan então apresenta o sintoma somático, como recurso inesgotável que oferece o máximo de garantia a esse desconhecimento. Pensemos esta elaboração à luz do que Lacan articula em seu Seminário XI a partir da experiência de Pavlovii. Lacan desqualifica a ideia de que a experiência do reflexo condicionado opere pela adição de um signo a alguma coisa. Ressalta que o que esta em jogo é a associação do significante, o que é a condição de qualquer experiência, na medida que essa associação pode fazer um corte na organização orgânica de uma necessidade. A experiência de Pavlov consistiria, desse modo, na interrupção de um ciclo de necessidades do cachorro por um corte do desejo. O cão fica então sujeito a todo tipo de desordem em seu corpo, pois não sendo um ser falante, não teria como interrogar o desejo do experimentador. É a isso que Lacan nomeia como efeito psicossomático. Miller em 1986iii, indagava se o fenômeno psicossomático não carregaria algo do animal no humano. Ora, o desejo do cientista, tem como efeito, desnaturalizar a relação do animal com seu corpo, produzindo uma dissociação entre o corpo e o saber, distinção que é condicionante do humano. Aqui também, resta ao animal saturar o impossível de saber do desejo do cientista com um efeito somático, e seu corpo, arrancado do instinto, submete-se ao efeito da holófrase, esse congelamento da dupla significante aqui produzido experimentalmente. Há, contudo, um importante detalhe a ser assinalado. A experiência de Pavlov não coloca em cena um aprendizado. O animal é provocado em suas necessidades pelo cientista, sem que se espere dele uma resposta que faça signo de sua presença. Ele não é estimulado à qualquer ação específica, há apenas o corte significante. Arriscando-nos, a partir do último Lacan, podemos afirmar que não é possível ao animal falar com seu corpo, como, por exemplo, nas experiências em que um ratinho é provocado a percorrer determinado labirinto ou apertar alguma manivela. Resta ao cachorro apenas o sintoma somático como signo. Nestas duas referências lacanianas encontramos uma oferta do real do corpo como sutura do desejo do Outro, e em ambas, o efeito psicossomático, um recurso inesgotável oferecido ao desconhecimento da verdade do desejo “Falar com o corpo é o que caracteriza o falasseriv”. Com esta noção Lacan retifica a psicanálise trazendo para seu campo, mais além do sujeito lógico do significante, o falasser, aquele que tem seu corpo afetado pela língua. Interessanos essa presença de ser e o gozo aí em jogo. Quando lemos retroativamente as elaborações de Lacan sobre os efeitos psicossomáticos, podemos localizar nesses sintomas somáticos os embaraços do falasser, em seu corpo afetado por lalingua materna, e os impasses que o imobilizam em seu gozo como recurso inesgotável diante do desejo do Outro. Porém, mais que um corte do desejo, a experiência do falasser se dá a partir de um furo no saber, um tropeço diante do impossível traumático da não relação sexual. Ali ele se vira muito mal, é débil. O falasser pode inventar um saber fazer diante desse furo, ou ao que parece se deixar tomar maciçamente pelos efeitos psicossomáticos, uma tentativa de desconhecer esse furo, fazendo de seu corpo, real, o instrumento desse desconhecimento. Isso se não tropeçar em um analista. MEU ADORÁVEL CORPO ( a crença, a adoração do corpo...) Mi adorable cuerpo Alicia Yacoi (EOL) “El individuo se presenta como un cuerpo que tiene un poder tan cautivante que habría que envidiar a los ciegos” (1) Tal la creencia con que el parletre intenta rellenar el cuerpo agujero, que es el cuerpo marcado por el trauma. A partir de allí la consistencia de nuestro cuerpo es el saco vacío. La psicosis es rigurosa en el delirio de negación que afirma no tener diversas partes del cuerpo. Alicia, la de Lewis Carroll, rebate otra creencia que es hallar la consistencia en lo real del cuerpo con la metáfora de la profundidad. Alicia deja de buscar los secretos del cuerpo en las profundidades para arribar a los efectos de superficie, a cartas, figuras de cuerpo sin espesor. (2) En la neurosis encontramos el efecto sorprendente que es sostener ese cuerpo como imagen. El caso del obsesivo es paradigmático en su artilugio de hacer de ese vacío, burbuja. Conocemos el padecimiento cuando la bolsa narcisista se hincha como el buey o se desinfla como la rana. Cada uno se cree amo de sí, con su imagen, sin embargo “ hay el agujero, luego la imagen, con esto se hace un mundo” (3) Se hace un mundo con el objeto a, a condición de negar que es una superficie que se penetra a si misma. Se hace un mundo con el falo, negando su condición de goce fuera de cuerpo. Pero qué sería un cuerpo sin trauma?: lo inerte mismo. Nuevamente en el Sindrome de Cotard en la psicosis es riguroso en su padecimiento: el paciente siente que está muerto. Dando cuenta de un trauma que no vivificado lo suficiente. Podemos situar el efecto vivificante del trauma? Lacan parece situar a este Imaginario y su raíz corporal, como previo al mundo especular que requiere del Ideal, o sea del efecto de ese significante. Hay una homogeneidad Imaginario real. Es el Imaginario humano como tal y obtiene su satisfacción y su pregnancia de lo real que le ex_siste. Se sitúa asi un goce vivificante, que no es ni pulsional ni fálico. Podemos entonces interrogarnos acerca de la incidencia sobre esa cautivación en un análisis. Lacan nos advierte (1) que especialmente en el obsesivo es muy difícil de lograr, ya que es muy difícil alejarlo del dominio de la mirada. El punto a debatir en la interpretación, entonces, es cómo decir sin sentido, producir el vacío que resuene en un cuerpo, que es sensible a ello por su cconformación. Podemos entonces oponer la vivificación a la cautivación. Referencias Lacan Jacques, Seminario 23 El sinthome, pág. 18 Deleuze Gilles, de los efectos de superficie, pág 32 Laurent Eric, Hablar con su cuerpo escabel, Web Congreso 2016 La croyance s’oppose au savoir Gil Caroz (ECF-NLS) L’adoration de Dieu et l’adoration du corps sont une seule et même chose, car Dieu nous a créés « à son image ». Pour Lacan, l’adoration du corps est la source de la débilité humaine. L’image du corps, tel un écran, ne nous permet pas de penser les manipulations du nœud borroméen. Le nœud, on ne peut pas y croire, car on ne peut pas l’imaginer, mais on peut le faire. Dans son Esprit du judaïsme66, Bernard-Henri Lévy rappelle une controverse talmudique autour du don exceptionnel de Moïse pour la prophétie. La majorité des commentaires attribuent la perfection inégalée de son talent au fait qu’il ait pu voir le message divin dans toute sa brillance alors que les prophètes qui lui ont succédé l’ont vu à travers un écran opaque, atténuant l’éclat du message. Ainsi, le Maharal de Prague a considéré que Moïse, par sa grande humilité, a pu effacer son corps au point que celui-ci ne fasse plus écran par rapport à la chose de l’au-delà. Ce commentaire prend tout son poids si on songe que le Maharal est le créateur du Golem, autrement dit, qu’il a eu des connaissances en matière de corps. Plus subtil est le commentaire de Rabbenou Tam. Pour lui, si Moïse est un grand prophète, c’est parce qu’il ne voit rien. Quand on est proche de la sagesse et de la sainteté, on ne voit rien, et donc on ne croit pas. Voir, c’est croire, car ce qu’on voit est toujours un écran par rapport à la chose. Ainsi, « plus grande est la prophétie, moins on voit »67, moins on croit. La prophétie est un talent que nous attribuons souvent à Lacan. Souvenonsnous de sa clairvoyance dans la Proposition d’octobre68 quand il prédit à partir de l’horreur des camps de concentration nazis, que « notre avenir de marchés communs trouvera sa balance d’une extension de plus en plus dure des procès de ségrégation ». C’est d’être « hérétique de la bonne façon »69 que Lacan tire sa qualité de visionnaire, c’est-à-dire qu’il sait lire le sinthome et en « user logiquement jusqu’à atteindre le réel »70. C’est un travail sur la lettre, de suivi du signifiant et de sa logique, qui permet de traverser l’écran du fantasme, afin d’atteindre le réel. D’ailleurs Lacan ironise sur les penseurs de son temps, incapables de traverser les écrans de leurs croyances fantasmatiques afin de tirer les conséquences des camps de concentration nazis : « Nos penseurs, à 66 Lévy B.-H., Esprit du judaïsme, Paris, Grasset, 2016. Ibid., p. 425. 68 Lacan J., « Proposition du 9 octobre 1967 sur le psychanalyste de l’École », Autres écrits, p. 243-259. 69 Lacan J., Le Séminaire, livre XXIII, Le sinthome, Paris, Seuil, 2005. 70 Ibid. 67 vaguer de l’humanisme à la terreur, ne se sont pas assez concentrés »71. C’est dire qu’ils n’ont pas perçu que l’universalisation introduite par la science est un nivellement de la structure signifiante, produisant un « remaniement des groupements sociaux »72. Ce que nous appelons les réseaux sociaux constitue une confirmation de cette prophétie de Lacan. La croyance s’oppose au savoir qui permet la prophétie. « Ce que l’on sait et connaît, écrit BHL, point n’est besoin de le croire »73. Soulignons que le travail de la lettre permettant de traverser les écrans du fantasme implique un certain courage, celui de ne pas reculer devant l’horreur. Distinguons d’une part l’épouvante provoquée par les masses de corps gazés, brûlés, déchiquetés qui viennent déchirer la toile du fantasme, et d’autre part la terreur liée à la découverte de la condition humaine comme telle, celle d’être la proie d’un discours sans Autre. La malveillance de l’Autre est terrible, mais son inexistence est pire. C’est ce que nous avons vécu lors des attentats à Bruxelles en mars dernier. Aux côtés de la menace de la pulsion de mort, nous nous sommes vus exposés à une inconsistance majeure d’un Autre impuissant à traiter le déchaînement sans loi de cette pulsion. Voilà pourquoi selon BHL il n’est pas demandé au Juif de croire en Dieu 74. Céder sur la croyance pour connaître un bout de l’inexistence de l’Autre est la condition d’un savoir y faire symptomatique. C’est le sens de l’engagement du peuple d’Israël au pied du Mont Sinaï : « Nous ferons et seulement ensuite nous entendrons ». C’est un faire qui précède toute garantie, tout manuel qui viendrait de l’Autre. ME, MYSELF AND I : NARCISISMOS CONTEMPORÂNEOS J. Lacan, « Proposition du 9 octobre 1967 sur le psychanalyste de l’École », op. cit.. Ibid. 73 Lévy B.-H., Esprit du judaïsme, op. cit., p. 426. 74 Ibid. 71 72 My selfie and Eu Mario Goldenberg (EOL) Si bien la primera selfie, fue realizada por Robert Cornelius, pionero americano de la fotografía, en 1839, el término selfie fue utilizado por primera vez en un foro de la televisión australiana en el año 2002, y luego en el año 2013 fue elegida por los diccionarios Oxford, como la palabra del año. La traición de la traducción en español, de selfie por autofoto, pierde justamente el self, el si mismo. Es cierto que la introducción de la tecnología de las cámaras frontales aportó a llevar la selfie al cenit escópico del mundo contemporáneo. Así como Narciso enamorado de su imagen reflejada en una fuente, término arrojándose a las aguas, también con las selfies hemos asistido a numerosos mortales fascinados por su imagen desabarrancarse perdiendo la vida absurdamente por obtener una buena selfie. Si bien el mito de Narciso fue la fuente para Freud para desarrollar la imagen del cuerpo y sus implicancias psíquicas. La selfie nos puede dar la clave de los narcisismos contemporáneos. La estructura general del desconocimiento corresponde al yo. Lo que uno cree que es indica su punto máximo. Así como Lacan pasa del cuerpo imaginario en su primera enseñanza al cuerpo hablante en su ulterior enseñanza, los narcisismos actuales participan del goce de la imagen en tanto las redes sociales ofrecen los quince minutos de fama de Andy Warhol, con la posible satisfacción de obtener numerosos likes. El tema musical “Me , myself and I” de G-Easy, da cuenta del carácter solitario del parlêtre actual, la letra interpretada por la cantante Bebe Rexha dice algo asi: -Sólo yo, yo y yo ( me , my self and I) paseo solitaria hasta que muera Porque yo me consiguió la vida Oh, yo no necesito una mano para sujetar Incluso cuando la noche es fría Tengo el fuego en mi alma.- La soledad del parlêtre contemporáneo, sin partenaire, sin lazos o amor líquido, capturado por la confluencia del discurso de la ciencia y el mercado. Narcisismos contemporáneos sostenidos en narcóticos, fármacos, gadgets, y otros objetos del mercado que promueven para algunos la vida sana y vegana, para otros la vida tóxica, la ilusión de obtener con el consumo la felicidad. Las ficciones actuales nos dan la clave de las coordenadas del narcisismo del siglo XXI, por ejemplo Francis Underwood de la serie “House of Cards” con su ambición, Brandon Sullivan del film Shame en su pasión pornográfica , Theodore Twombly de la película “Her” con su ingenuidad virtual, también Walter White de la serie “Breaking Bad” que es un personaje que muestra varias facetas, y merece un comentario. Químico loser, que se dedica a la docencia y trabaja en un lavadero de autos, descubre que tiene cáncer y no tiene cobertura para el tratamiento que necesita, con un hijo discapacitado y su mujer embarazada. Acompañando a su cuñado, agente de la DEA, en un allanamiento, contingentemente descubre una salida a su encrucijada, producir metanfetamina de máxima calidad debido a su profesión asociado con un exalumno adicto y dealer, nada lo detiene. Lo que inicialmente aparece como una buena causa, proteger y asegurar a su familia ante su muerte inminente, deja lugar a una ambición desmedida sin límites éticos ni morales, es un paradigma del narcisismo actual, un científico produciendo para el mercado, y obteniendo plusvalía, plus de goce y un goce muy particular. El ego de Walter White, es el protagonista de la serie, su mujer Skyler en una de las escenas finales, le pregunta: -¿Porque hiciste todo esto, no vas a decir que fue por la familia? - Walter dice: “Lo hice porque me encantó, me siento vivo”. Los que vieron la serie saben a qué me refiero, los que no, pueden verla. No sorprende, que en la serie haya numerosas selfies, es lo más actual, lo que sí se puede agregar que la serie es una inmensa selfie de W.W. . El narcisismo de Walt, no responde a la interrogación femenina ¿Por qué hiciste todo esto?. Narcisismos contemporâneos: Me, Myself and I Ana Lydia Santiago (EBP) O narcisismo, segundo Freud, é um processo secundário, distinto do autoerotismo, em que o eu é tomado como objeto de investimento da libido. Esse processo depende, pois, da função do eu, que não se impõe de saída75. É a teoria do espelho de Lacan que esclarece: o eu começa a assumir suas funções apenas após o surgimento da Gestalt de uma imagem. Assim, para pensar a questão dos narcisismos contemporâneos, é importante ter em mente o vazio que se reverte em pleno. O eu organiza e regula o vazio, fabrica uma dimensão ausente, dissimula uma ausência por acréscimo de presença76. Me, Myself and I é tema de três conhecidas canções, de que tentei extrair indicações acerca de novos tipos narcísicos. A primeira, dos anos 30 do século XX, foi cantada por Billie Holiday, lendária vocalista de jazz77: Estamos todos apaixonados / Não existe nenhuma outra pessoa como você / Você trouxe o sol para nós / Estaremos satisfeitos / Se você, pertencer a um de nós: Me, Myself, and I Destaque-se, nessa passagem, a referência ao tipo libidinal narcísico descrito por Freud em 193178, tipo que se impõe como suporte para outras variações. No caso, a imagem ideal é assumida como sendo o eu. Autonomia, indiferença às intimidações e agressividade voltada para a pronta ação no mundo caracterizam essa imagem − própria de “personalidades”, líderes, que interpelam o estabelecido e dão novos impulsos à cultura. No momento atual, as chamadas “celebridades” explicitam uma função importante dessa imagem − a de ser “imagem de” –, o que significa correspondência, ponto por ponto, entre duas unidades no espaço, sem, contudo, precisar haver semelhança entre elas. O importante é o movimento unificador que acontece, com toda a ilusão que a ontologia imaginária pode comportar. É a forma de ser no Imaginário que conta 75 FREUD, S. Pour introduire le narcissime (1914). La vie sexuelle. Paris: Seuil, 1969. p. 81-105. LACAN, J. O Seminário, Livro 2, O eu na teoria de Freud e na técnica da psicanalítica. Rio de Janeiro: Jorge Zahar Editor, 1985. p. 146. 77 Composição cuja letra foi escrita por Irving Gordon. 78 FREUD, S. Des types libidinaux (1931). La vie sexuelle. Paris: Seuil, 1969. p. 156-159. 76 para o corpo. Tal fenômeno, afirma Lacan, apenas é possível por estar atrelado ao Simbólico e ex-sistir em relação ao Real79. Em 2003, noutra composição, Beyoncé, cantora americana, convoca as mulheres a substituir o amor aos homens pelo amor a si mesmas80: Me, Myself and I foi tudo que eu tive / Todas as mulheres, se vocês me sentem, ajudem-me a cantar / O amor é cego / No final, descobri / Você me feriu, aprendi / Eu não preciso chorar, fiz um voto / Que a partir de agora eu vou ser minha melhor amiga / Mas eu, eu mesma, sei que nunca vou me decepcionar. O que se propõe nessa canção é que, se há enganação no amor, o mesmo não ocorre quando se trata do objeto narcísico − ou seja, o próprio eu. A leitura lacaniana do narcisismo permite colocar o engano como fundante na esfera do amor. A imagem do corpo próprio é o princípio de toda a unidade que o homem percebe em seus objetos. No entanto o sujeito só percebe tal unidade fora dele e, ainda, de maneira antecipada. Em função dessa dupla relação consigo mesmo, é sempre em torno de uma sombra errante de cada eu que se estruturam todos os objetos do mundo. Estes terão, portanto, uma característica fundamentalmente egomórfica, inclusive na esfera amorosa. Em 2005, outra vez, em Me, Myself and I, canção incluída em álbum do cantor G-Eazy, o letrista declara: o eu “basta-se a si mesmo”. Fabricado com dinheiro, fama e poder, constitui um objeto, que, quanto mais olhado, mais encarcera o sujeito no olhar. Aqueles que o idolatram são desprezados; é preciso diferenciarse do que está em falta. Sobressaem, então, elementos de grandeza: Caminho só até morrer / Porque eu me tenho para a vida toda / Eu só preciso de privacidade / de espaço para me fazer / Obter um mundo que eles querem ver / Stella Maxwell bem ao meu lado / Ferrari estou comprando três / Um armário de Saint Laurent / 79 80 LACAN, J. O Seminário, Livro 22, R.S.I. (Lição de 11 mar. 1975). A canção Me, Myself and I foi composta por Scott Storch. conseguir o que quero, quando quero/Enquanto vocês seguem, nós só fazemos tendências / Sim, eu não gosto de falar para estranhos / Então dê o fora! / Isso muda agora que sou famoso / Estou nadando em dinheiro, nadando em licor / Oh, é só eu, eu mesmo e eu. Cristiano Ronaldo, jogador do Real Madrid, é uma reconhecida expressão do chamado “metrossexual”81, forma mais representativa desse narcisismo nos homens. O Simbólico condiciona o Real do ser, o que Lacan designa falasser82. O Simbólico nomeia as coisas e o Imaginário apropria-se dessa nominação para fazer verbo, para unificar. Eis a função fálica de, na atualidade, o Imaginário gerar novas formas de narcisismos. 81 Gastar tempo e somas consideráveis de dinheiro com a aparência e estilo de vida e recorrer a interferências cirúrgicas para obter uma imagem perfeita são atos que caracterizam o metrossexual − ser desejado como objeto sexual é prova de sucesso nessa empreitada. 82 LACAN, J. O Seminário, Livro 22, R.S.I. (Lição de 11 mar. 1975).