Edición Completa - Revista de Ciencias Sociales
Transcrição
Edición Completa - Revista de Ciencias Sociales
Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 Revista de Ciencias Sociales Nº 29 Segundo Semestre 2012 ISSN 0717-2257 ISSN 0718-3631 La revista de Ciencias Sociales está indexada a: Hispanic American Peridiocals Index (Hapi) Red de Revistas Científicas de América Latina y el Caribe, España y Portugal (REDALYC) y Latindex-Catálogo (Sistema de Información en Línea para Revistas Cientificas de América Latina, El Caribe, España y Portugal). 1 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 Hasta la edición Nº 15 del año 2005, la Revista de Ciencias Sociales se editaba una vez al año. A partir del año 2006, se edita semestralmente. REPRESENTANTE LEGAL Gustavo Soto Bringas Rector Universidad Arturo Prat DIRECTOR Bernardo Guerrero Jiménez SUBDIRECTOR Víctor Guerrero Cossio EDITORA Miriam Salinas Pozo DIAGRAMACIÓN y ESTILO Ediciones Campvs EDICIÓN WEB Ricardo Díaz Quezada (Imagen Digital) COMITE EDITOR PERMANENTE Dr. Juan van Kessel Browers Universidad Libre de Amsterdam Dr. Juan Podestá Arzubiaga Universidad Arturo Prat. Chile Dr. Bernardo Guerrero Jiménez Universidad Arturo Prat. Chile Dr. Pedro Bravo Elizondo Universidad de Wichita. Estados Unidos Dr. Juan Matas Universidad Marc Bloch de Estrasburgo 2 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 Dr. José Antonio González Pizarro Universidad Católica del Norte. Chile Dr. Carlos Donoso Rojas Universidad Andrés Bello. Chile Dra. Silvia Citro Universidad de Buenos Aires. Buenos Aires. Argentina Dr. Alex Espinoza Verdejo Universidad de Tarapacá. Chile Dra. Sonia Reyes Salgado Universidad de Valparaíso. Chile Dr. Patricio Silva Universidad de Leiden. Holanda Dra. Adriana Maya Universidad de Los Andes, Bogotá. Colombia Dr. Herwig Cleuren Universidad de Leiden. Holanda Dr. Patricio Rivas H. Convenio Andrés Bello, Bogotá. Colombia Dr. Ricardo Salas Astrain Universidad Católica de Temuco. Chile. Dra. Jeanne Simon Universidad de Concepción. Chile. 3 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 La Revista de Ciencias Sociales de la Universidad Arturo Prat, se publica en forma ininterrumpida desde el año 1992. Nuestro eje central es la reflexión acerca de la realidad del norte grande de Chile, en todas sus dimensiones, entendiendo con ello que la realidad no se puede reducir, a uno u otros aspectos que la integra. Nos interesa generar y socializar el conjunto de conocimientos producto de la investigación social, que nuestros investigadores, sociólogos, historiadores, antropólogos, entre otros, producen. Para una adecuada toma de decisiones, se precisa contar con conocimientos que den cuenta de la compleja realidad del norte grande. Nuestra prioridad es dar a conocer, por la vía de artículos, los avances que se obtienen, en las diversas investigaciones que se llevan a cabo. La Revista de Ciencias Sociales de la Universidad Arturo Prat, se publica dos veces al año, posee un Comité Editorial compuesto por destacados investigadores nacionales y extranjeros. Da cabida, además, a artículos que, sin referirse necesariamente a nuestro entorno regional, permiten adentrarse en el conocimiento de otras realidades. Bernardo Guerrero Jiménez Director 4 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 ARTÍCULOS PRESENTACIÓN Olga Achón Rodríguez Consideraciones metodológicas para el estudio de las migraciones en contextos de pobreza 7-32 ARTICULOS Pablo Baeza De los enfoques “unidimensionales” a los enfoques “multidimensionales” en el estudio de las migraciones internacionales 33-63 Délia Dutra Estigma y discriminación en la experiencia de migración. Mujeres peruanas trabajadoras domésticas en Brasilia 64-88 Mieke Schrooten (Trans)Forming boundaries in a contact zone: the experience of brazilian migrants in Brussels 89-104 Damir Galaz-Mandakovic Fernández El escenario de la migración en Tocopilla en el devenir del Siglo XX. Tres colectivos alóctonos y la fuga autóctona 105-131 5 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 Gregory Dallemagne – Lucía Echevarría Vecino – Alicia Fernández Ferrer Migraciones transnacionales y políticas de representación en España: los discursos sobre colectivos latinoamericanos en dos medios de comunicación dirigidos a minorías migrantes 132-159 Socorro Pérez Rincón – Antoni Vives – Asún García – Carme Expósito Reproducción de la otredad inmigrante en Barcelona y recepción popular del espacio urbano como “guetto” 160-182 Joaquín Eguren El uso de los espacios públicos por los inmigrantes latinoamericanos de origen andino en la ciudad de Madrid 183-204 Sandra Gruner-Domic Identidad, migración y mediaciones: aspectos transnacionales en las experiencias de mujeres latinoamericanas en Alemania 205-224 Sergio Witto Mättig y Andrea Kottow La ciudad de la furia. Anotaciones en torno a “el roto” de Joaquín Edwards Bello 225-249 RESEÑA DE LIBROS Jaqueline De Romilly. “La Grecia antigua contra la violencia”. Víctor Hugo Mendez Aguirre 250-254 6 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 CONSIDERACIONES METODOLÓGICAS PARA EL ESTUDIO DE LAS MIGRACIONES EN CONTEXTOS DE POBREZA Olga Achón Rodríguez 1 Efecto de sucesivos movimientos de personas los paisajes de las distintas urbes europeas se han ido modificando configurándose como depósitos de lo extraño, de lo ajeno 2(Delgado, 1997). Una vez producidas las identidades nacionales, resultado de la construcción político-cultural de los estados nacionales al amparo de la filosofía propia del nacionalismo del siglo XIX, todo atisbo de diferencia ha tratado de neutralizarse 3 (Gellner, 1998, 1988) (Anderson, 1993) (Hobsbawn, 1989, 2000). Diversos métodos ideados para la homogeneización de los escenarios urbanos, destino de corrientes de movimientos migratorios, han ido patentándose como soluciones a la corrupción de la esencia cultural que debe aunar a un pueblo. De tal forma instituciones como la escuela o el ejército nacionales han servido, desde su emergencia en el siglo XIX, a la producción de una identidad, en algún grado ficticia, a la que los sujetos diferenciados étnoculturalmente debían asimilarse 4 (vale decir que esto ha sido efectivo tanto para las poblaciones migrantes como a las comunidades etnodiferenciadas establecidas en el territorio nacional de la mayor parte de Estados europeos antes incluso de su formación política, tal es el caso de los gitanos). 1 GRECS–Grupo de Investigación sobre Exclusión y Control Social - Universidad de Barcelona. Para mayor abundamiento al respecto de la generación de discursos sobre el extranjero en la ciudad como chivo expiatorio de los males que padecen las sociedades de destino de los migrantes, véase Delgado, M. “Qui pot ser immigrant a la ciutat?” en Delgado, M. (ed.) (1997) Ciutat i immigració. Barcelona: Centre de Cultura Contemporània. 3 Una aproximación al tema de la construcción cultural de los estados nacionales precisa la atención a trabajos como el de Ernst Gellner, Pensamiento y Cambio, en el que estudia el origen del nacionalismo vinculado a los procesos de modernización; el de Benedict Anderson, Comunidades Imaginadas, por el que analiza la aparición de los nacionalismos europeos en la escena policía del siglo XVIII en conexión con la creación de los estados nacionales en las colonias americanas; y Eric Hobsbawn, Naciones y Nacionalismos desde 1780, principalmente, en el que procura un detallado análisis de la evolución de la nación moderna. 4 El paradigma del asimilacionismo continua vigente en la mayor parte de países europeos en lo que a gestión de la diversidad refiere. Bajo su égida proliferan políticas y normas, y se implementan proyectos dirigidos al sometimiento cultural de los grupos étnicos subordinados a las élites nacionales. Tras ellos emerge la consideración social que se hace de los grupos considerados culturalmente distintos, léase inferiores, y la unilateralidad del proceso de cambio que debiera seguirse tras la implementación de políticas asimilacionistas. Según Malgesini y Giménez, las prácticas asimilacionistas son antiguas en Europa y tienen reflejo en las políticas de homogeneización lingüística y cultural, cuando no religiosa, en el período de formación de los estados nacionales. (Malgesini y Giménez, 2000: 51) Sobre asimilacionismo véase asimismo Banton, M. (1992) “Assimilation” en Dictionary of race an ethnic relations. Routledge: E.E. Cashmore, Londres y Nueva York, pp. 2-27 y Gordon, M. (1964) Assimilation in American Life. Oxford University Press. 2 7 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 Las sociedades resultantes de tales procesos históricos de construcción, sin embargo, no son las que ni los románticos ni los ideólogos del esencialismo cultural hubieran aspirado edificar a través de sus proyectos esencialistas. Antes al contrario el Londres del que hubiese gustado disfrutar Rudyard Kipling 5 jamás vino a representarse pues ésta ya era a finales del siglo XIX una ciudad cosmopolita segregada en base a prejuicios racistas, cuyo mayor fruto fue la emergencia de distritos etnificados. La segregación espacial (Monreal, 1996) (Martínez Veiga, 1999), producto principalmente de la exclusión residencial que los extraños a la comunidad padecen (Achón Rodríguez, 2011) (Martínez Veiga, 2001), es una de las manifestaciones del desasosiego que produce la presencia de extranjeros. La historia de las ciudades europeas puede contarse, entonces, de este modo, a través de su crecimiento y su transformación en un archipiélago de pequeños enclaves étnicos 6. Principal operador simbólico de esta realidad es la prevención de la comunidad frente a una posible contaminación 7. El extranjero, asimismo, ha venido y viene a representar en este contexto de construcción de identidad el temor a la pobreza, que en períodos históricos anteriores encarnaba el vagabundo, el mendigo o el loco 8, personajes 5 Mary Nash en su trabajo “Identidades, representación cultural y discurso de género” hace referencia al sentir del poeta y a su discurso esencialista en el siguiente extracto: “La representación cultural de la diferencia en términos de categorías sociales queda claro en el discurso colonial e imperial que caracterizaba al otro –los pueblos colonizados- en grupos étnicos de una naturaleza supuestamente inferior. Frente a ellos el hombre blanco categorizado como de raza superior debía, en palabras del poeta Kipling, asumir la carga del hombre blanco (“the White man’s burden”) de “civilizar” a los pueblos colonizados” (Chalmeta, Checa Cremades, González Portilla et al, 1995: 193) 6 Graciela Malgesini y Carlos Giménez detallan en su obra “Guía de Conceptos sobre Migraciones, Racismo e Interculturalidad” el problema de la definición del concepto de enclave étnico, cuya aplicación tiene sentido cuando se hace referencia a “(…) agrupaciones o concentraciones de personas pertenecientes a un determinado grupo étnico (religioso o lingüístico) fuera de su territorio de origen y dentro por lo tanto de un territorio ajeno. En lo que se refiere a las migraciones internacionales, el término enclave étnico se aplica concretamente a las concentraciones o agrupaciones de inmigrante, o más en general, de personas de origen extranjero, en las sociedades receptoras de la inmigración. Así se habla de “enclaves pakistaníes” en Inglaterra (Webner, 1992), de “enclaves hispanos” en California (Palerm, 1989), de “enclaves de inmigrantes extranjeros en la agricultura española (Giménez, 1992), etc.” (Malgesini y Giménez, 2000: 141) 7 Acerca de la segregación espacial vivida por los trabajadores llegados de partes más pobres a Barcelona durante las décadas de los ’50, ’60 y ’70, véase Tatjer i Mir, M.; Muñóz Romero F.; Díaz Molinaro, M.; Camino Vallhonrat, X.; Casasayas Garbí, O. y Larrea Kil, C. (2011) Barraquisme, la ciutat (im)possible. Els barris de Can Valero, El Carmel i la Perona a la Barcelona del segle XX. Barcelona: Generalitat de Catalunya, Departament de Cultura. 8 Para un tratamiento en profundidad del temor que ha suscitado el pobre y principalmente el loco, y sobre la forma en que en la historia se ha tratado de expulsar del espacio público a estos personajes amenazantes del orden establecido véase Michel Foucault, “Historia de la locura en la época clásica”. En este marco, cuesta no evocar la figura análoga del hobo, ya familiar gracias a la literatura y el cine. A finales del XIX y en las primeras décadas del siglo XX, Estados Unidos conoció a los hobos, trabajadores eventuales, anglosajones y blancos en su mayoría, que iban de ciudad en ciudad y de pueblo en pueblo a la búsqueda de un empleo temporal, viajando ilegalmente en los trenes, viviendo en las calles y frecuentando comedores públicos para pobres. Eran trabajadores inmigrantes al pie de la letra pues se desplazaban de un lado a otro en busca de una colocación eventual. Por su grado de conciencia política y sindical, y la presencia 8 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 amenazantes del orden público 9. Para ellos diversos códigos, fueros o reglamentos se han dictado con el propósito explicito de, en ocasiones, hacerlos desaparecer, o sacar el mejor partido posible de ellos 10, como así sucede con el extranjero hoy y la promulgación de leyes por las que a menudo se lo criminaliza, al tiempo que promueven su explotación. Antecedentes históricos sobre el tratamiento dispensado a la pobreza, tales como las leyes de pobres inglesas, castellanas y chilenas 11, muestran como las razones argüidas por los legisladores frecuente de personas con un nivel intelectual aceptable entre ellos –algunos llegaron a ser célebres, como Walt Whitman o Woody Guthrie–, su capacidad de autoorganización y la cultura específica que llegaron a generar, han sido objeto hasta hoy mismo de una admiración reflejada en buen número de canciones, novelas y películas. La Escuela de Chicago le dedicó uno de sus textos clásicos, el libro The Hobo, de Neil Anderson – que también había sido él mismo un hobo–, editado en 1923 (Anderson, 1998), y un no menos célebre artículo del padre de aquella corriente de antropólogos y sociólogos urbanos, Robert Ezra Park, que en el mismo año publicada su artículo “El espíritu del hobo: reflexiones sobre la relación entre mentalidad y movilidad” (Park, 1998). 9 Sergio Fernandez Riquelme en su trabajo “Los orígenes de la beneficencia. Humanismo cristiano, derecho de pobres y Estado Liberal” alude al problema de la criminalización de la pobreza del siguiente modo: “Dentro de esta concepción liberal, los “pobres, vagos y mendigos” eran un peligro para el orden social, para el desarrollo económico y para el proceso productivo; y ante esta situación, el poder público debía dedicarse a aumentar la población útil para la manufactura y la industria, siendo el Hospicio y el Hospital las instituciones adecuadas para integrar al méndigo válido mediante su formación y su trabajo forzado, o las Casas de expósitos para evitar que los menores abandonados se convirtieran en vagos y mendigos cuando fueran adultos (González Seara, 2000: 119). La pobreza no era útil ni decente para la nueva sociedad liberal e industrial; no pagaban impuestos, no participaban de la política, no participaban en el sistema productivo. Eran, por tanto, un riesgo para la convivencia social, y un inconveniente para el desarrollo económico del país.” (Fernández Riquelme, 2007: 26) 10 Para Chile véase, Locos (disposiciones a que están sometidos los que ingresen a un asilo de locos) Proyecto de Lei en Boza y Anguita, 1895: 311) 11 La emergencia de leyes contra la vagancia en Inglaterra, durante la primera mitad del siglo XIV, provee un valioso antecedente. Surgidas en un contexto de escasez de fuerza de trabajo, experimentada por la aristocracia rural a consecuencia, principalmente, de la liberación de siervos a cambio de un canon, así como a causa de la disminución de la población por efecto de la peste negra en 1348, su principal objetivo estribaba en la eliminación de la presión salarial que tal escasez producía y la creación de una reserva de mano de obra barata. Como apunta Chambliss en su análisis sociológico sobre la legislación de la vagancia, éstas “fueron diseñadas con un propósito expreso: forzar trabajadores (sean libres o siervos) a aceptar empleos a un precio bajo en orden a garantizar al terrateniente un adecuado suministro de mano de obra a un precio que él pudiera pagar” (Chambliss, 1964:69). Principal objetivo de estas leyes es el logro de la fijación de la mano de obra por el que conseguir el suministro de trabajadores funcional al mantenimiento del nivel de los salarios. Tal objetivo se alcanzó, principalmente, mediante la obligación de trabajar a precios estipulados con anterioridad al arribo de la peste negra, la prohibición de aceptar salarios superiores a aquellos, de rechazar trabajos y de moverse por entre los distintos condados en busca de una mejor oferta por la cual recibir mejores pagos (Foote, 1956:615). Medidas análogas fueron tomadas igualmente en el reino de Castilla durante la misma época, resultado de causas similares, entre ellas la aparición de la peste negra. A consecuencia de la misma se produjo un descenso de la población de hasta un 25% en dicho reino, por lo que los campos quedaron yermos. De la misma manera que ocurrió en Inglaterra ante tal escenario de escasez de trabajadores, la nobleza terrateniente impulsó la creación de leyes en contra de la vagancia, como estrategia al establecimiento de un reclutamiento forzoso de mano de obra libre, no sometida a vasallaje, evitando pagar salarios en alza a consecuencia de la presión salarial ejercida por la disminución de su número. Al efecto, en 1369 se formuló el estatuto de los vagabundos, el que se mantuvo vigente hasta la época de Carlos V, en 1552, en la que por Real Pragmática se instituyó la obligación de servir en las galeras en sustitución del cultivo de tierras. De este modo, se movilizaba la mano de obra, una vez fijada en el campo, hacia otros servicios considerados imprescindibles para una potencia marítima en expansión. (Achón Rodríguez, 2011:84) 9 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 del pasado no han perdido vigencia. Importante ha sido la escasez de fuerza de trabajo a bajo precio, sentida por terratenientes e industriales del siglo XIX, y empresarios en el siglo XX y XXI, para la promoción de textos normativos cuya finalidad era, en un principio, la prevención de la vagancia y la aplicación de los cuerpos al trabajo de los pobres, y más tarde para hacer uso de la fuerza productiva del extranjero. De tal modo hoy en Europa, y frente a la desaparición del trabajador autóctono de sectores de actividad caracterizados por presentar un bajo nivel de salarios y duras condiciones de trabajo (Achón, 2011:76) 12, contamos con legislación adecuada a la producción de estatutos jurídicos por los que los empresarios logran sustraerse del mercado de trabajo 13. El acceso, entonces, a la mano de obra barata disminuida en derechos se promueve hoy, como en tiempos Para el caso chileno podemos traer a colación la ley de 1843 sobre Mendigos compilada en la obra de Boza y Anguita. En la misma se hace distinción entre vagancia e indigencia al definir a los vagos como “miembros estériles i nocivos de la sociedad (…) móvil principal de todos los vicios i delitos” (Boza y Anguita, 1895: 310). Por el contrario, el indigente sería el verdadero pobre, individuo al que la sociedad le autoriza a mendigar una vez probado el impedimento que les dificulta para “ganar la subsistencia con su trabajo personal” (Boza y Anguita, 1895: 310). Nuevamente, como en los casos anteriores, en Chile proliferaron leyes contra la vagancia por las que se trató de obligar a los pobres capaces para el trabajo a ocuparse en faenas principalmente agrícolas. En los inicios de una fructífera industria minera con el descubrimiento de la mina de plata Chañarcillo en 1832, la hacienda chilena trata de competir por el trabajo de los pobres promoviendo su fijación en el centro y el sur del país. La sujeción de la mano de obra disponible se realizó, entre otros modos, a través de la obligación de trabajar a todos los ciudadanos salvo a aquellos considerados pobres verdaderos, incapacitados para el trabajo. Es así como a los mendigos se les criminaliza pues su errancia se considera nociva para el desarrollo de la agricultura, en manos de las élites dominantes con el suficiente poder político como para negar su existencia y criminalizar su actividad. De no tener licencia para mendigar, otorgada luego de realizados los “informes que se estimen necesarios i hacer, si fuere preciso, que uno o mas profesores en medicina les den su dictámen (…)” (Boza y Anguita, 1895: 310), al vago se le puede aprehender y confinar en un hospicio si fuese encontrado pidiendo limosna (Boza y Anguita, 1895: 306). El estigma del impedido se hacía recaer sobre el indigente autorizado a mendigar toda vez se le obligaba a llevar “(…) en alguna parte visible de sus vestidos esta licencia pegada al reveso de un escudo de metal o de lata, en cuyo anverso irá grabado o pintado el nombre del departamento.” (Boza y Anguita, 1895:310) La operación simbólica del estigmatizado servía a la par tanto para señalar al inválido del capaz para el trabajo, como para intimidar a los pobres en general y forzarlos al tajo. 12 Tal es el caso de la agricultura debido entre otras causas a la cultura empresarial caracterizada por la explotación del subordinado. Según Pedreño, es la agricultura un sector tradicionalmente desregularizado en el que tienden a reproducirse pautas de eventualidad, máxima flexibilidad y ausencia de contrato (Pedreño, 1999). Igualmente Achón destaca que es la agricultura un sector productivo caracterizado por presentar un bajo nivel de salarios y condiciones duras de trabajo (Achón, 2011b). 13 Emmanuel Rodríguez reflexiona sobre cómo la producción de estatus jurídicos a través de la ley de extranjería tiene por objetivo el recorte de libertades de los extranjeros: “La falta de papeles se ha convertido en un régimen de control, fijación y coacción del trabajo mucho más eficaz de lo que a primera vista se pudiera suponer. (…) el sometimiento del trabajador migrante se realiza sobre una fijación coactiva. De hecho, la mayor parte del trabajo se realiza sobre la base de una relación salarial oportunista y despótica, fundada en la condición alegal del migrante” (Rodríguez, 2003:76-77). La segmentación del mercado de trabajo se produce en parte por la discriminación normativa –entiéndase el establecimiento de distinciones en el ordenamiento jurídico de un Estado tendentes a crear grupos provistos de estatutos jurídicos diferenciados (Achón, 2011a: 29)- a la que está sujeto el extranjero. Producido el personaje adecuado a su explotación, toda vez recaiga sobre él el estigma del “sin papeles”, es que los empresarios pueden lograr sustraerse del mercado formal de trabajo y gozar de su fuerza de trabajo. En efecto, como ya señalamos en otro lugar, la producción de sujetos limitados en derechos auxilia a sectores económicos en el intento por sustraerse al mercado de trabajo (Achón, 2011b: 221). 10 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 pretéritos, atendida la juridificación reciente del fenómeno migratorio por la que lograr la máxima exacción de plusvalía del trabajo de los extranjeros y la maximización de los beneficios de las empresas que hacen uso del mismo. Denominador común de toda producción legislativa en este sentido es la absorción del trabajo de los pobres, los que debido a la escasez de oportunidades en sus lugares de origen y a su instinto de conservación se han movilizado allí donde hubiere trabajo. Es el caso de los éxodos rurales acaecidos en Inglaterra durante la Revolución Industrial 14, proceso histórico que también experimentaron otros estados europeos más tarde 15. Para el caso español Gómez Rivero y Palomeque López señalan como inicio del proceso industrializador del país “(…)la década de 1830, coincidiendo con la obra desamortizadora del suelo [origen de un considerable incremento de la producción agraria y de fuertes tensiones demográficas], la mecanización de la industria algodonera, el encendido de los primeros altos hornos y el comienzo de las construcciones mecánicas, aun cuando la industrialización efectiva del país llegase a ser un fenómeno notablemente posterior”(Gómez Rivero y Palomeque López, 2003: 187). En este contexto se desarrollan las primeras migraciones masivas del campo a las ciudades donde se crean las temidas bolsas de pobreza pobladas de trabajadores, cuya miseria más tarde será denominada como Cuestión Social. 16 Protagonistas de esta movilización, principalmente para el sur 14 El problema de las migraciones inglesas campo-ciudad se desarrolla en el contexto de los cercamientos o enclousures. Con ellos nos referimos al proceso de cierre de los campos comunales por parte de los terratenientes llevado a cabo principalmente entre 1760 y 1840. Concebido por Thompson como un robo de clase, consistió en una redefinición de la estructura agraria, con el fin de capitalizar el uso de la tierra, intensificándola. Resultado de aquello, es el empobrecimiento de los cottagers que en lo sucesivo se transformarían en mano de obra barata. De acuerdo al pensamiento de Thompson, los cercamientos socavaron las relaciones tradicionales características de la sociedad campesina inglesa (Thompson, E.P., 1989:229). De forma similar, para el escritor y economista Arthur Young los cercamientos acabaron con la propiedad de los pobres, lo que les impulsó a emigrar a ciudades industriales (Hammond, J.L. y Hammond, B., 1987:59). El uso al que fueron destinadas principalmente estas tierras cercadas fue el pastoreo, pues como indica Ashton, “el propósito principal fue abastecer de lana a la creciente industria textil; por consiguiente, aun en la segunda mitad del siglo XVIII las cercas se encontraban con mayor frecuencia en las regiones pastoriles” (Ashton, 1950:32). La incipiente industria textil se desarrolló principalmente en el campo, en el que los desposeídos de la tierra tendrían un papel relevante, en este sentido “la industria era rural más bien que urbana” (Ashton, 1950:57). Con la evolución técnica de los procesos industriales y el nacimiento de la fábrica como nueva organización del trabajo, se propicia un gran movimiento en masa de trabajadores que debían vencer determinadas leyes que obligaban, entre otras cosas, al mantenimiento del domicilio. Esas son las tristemente célebres Leyes de Asentamiento dictadas, desde 1662, como estrategia para el control del establecimiento de la mano de obra (Hammond, J.L. y Hammond, B., 1987:89). Esto manifestaba la pugna por la misma entre parroquias, y en ellas, entre la aristocracia instalada en los campos y la burguesía industrial. 15 Acerca del proceso de industrialización en Europa véase Kemp, T. (1979) La revolución industrial en la Europa del siglo XIX, Barcelona: Fontanella y Mantoux, P.(1962) La revolución industrial en el siglo XVIII. Madrid: Aguilar 16 Entregamos a continuación una descripción detallada de la situación de la clase obrera en España para 1883: «[..] Nuestras clases obreras, tanto fabriles como agrícolas, carecen en efecto, en casi todas las 11 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 de España, fueron los campesinos cuyas propiedades no solían superar la hectárea y que trabajaban en tierras de grandes propietarios 17. La pervivencia de estructuras propias del feudalismo español en el siglo XIX 18 e inicios del siglo XX comarcas del país, de lo más necesario y hasta de medios materiales de subsistencia. Si existen éstos, son tan exiguos a veces que modifican desventajosamente el estado de aniquilación en que dichas clases de hallan, organismo el suyo que se desarrolla penosamente en medio de la estrechez y la miseria, corre gran riesgo, sin duda, y pierde fuerzas en vez de ganarlas, si la casualidad le depara mayor o más suculenta alimentación. ¿Quién no ha notado la serie de enfermedades que se producen en los trabajadores del campo de nuestras comarcas agrícolas del mediodía, cuando, después de la miseria en que han vivido durante, v. gr., el invierno y la primavera, vienen de repente, faltos de fuerzas, a sufrir los rigores del calor en medio de las duras faenas del campo en el verano y bajo la influencia de un régimen alimenticio relativamente opíparo? Si de la alimentación venimos a la morada que dichas clases habitan, el espectáculo es más conmovedor: hacinadas en estrechas y lóbregas viviendas faltas de ventilación en las grandes poblaciones y en inmundas e insalubres barracas en las poblaciones rurales o en el campo, mil dolencias las diezman continuamente. Con la habitación corre parejas el vestido harapiento y sucio. Su ilustración y esparcimiento son tan deficientes como lo acreditan los desconsoladores datos que suministra la estadística criminal y la de instrucción pública. La ignorancia casi absoluta es su patrimonio [..]. Y no hay que añadir que las desgraciadas generaciones que en tales condiciones se forman han de tener por herencia, o un sistema nervioso dispuesto a todo exceso, o un semiidiotismo que les incapacite para todas las relaciones individuales y sociales» (REFORMAS SOCIALES, Información escrita practicada en virtud de la Real Orden de 5 de diciembre de 1883. Publicación oficial, Manuel Minuesa de los Ríos, Madrid, 1890, tomo II, 273 y ss, citado en Gómez Rivero y Palomeque López, 2003: 187) Para el caso inglés puede revisarse Engels, F. (1976) La situación de la clase obrera en Inglaterra. Madrid: Akal Editor. 17 Sobre la estructura latifundista en el sur de España Gómez Rivero y Palomeque López señalan: “El fenómeno del latifundismo y de sus secuelas anejas, el caciquismo en particular, caracterizaba la propiedad agraria en la España meridional del momento. El suelo se encontraba concentrado en las manos de un restringido número de grandes propietarios (…)” (Gómez Rivero y Palomeque López, 2003: 188) Asimismo, los mismos autores dirigen al lector interesado en el estudio del latifundio y su problemática social a la P. CARRIÓN. P. (1975) Los latifundios en España. Su importancia, origen, consecuencias y solución. Barcelona: Ariel. También AA.VV. (1978) El latifundio. Propiedad y explotación, ss. XVIII-XX. Madrid: Ministerio de Agricultura. Para el caso chileno rescatamos el siguiente fragmento que resume el proceso de migración campo ciudad durante el siglo XIX y el XX hallado en la página Memoria Chilena de la Biblioteca Nacional Digital de Chile: “Durante el último tercio del siglo XIX y la primera mitad del XX, Chile experimentó un fenómeno migratorio hacia los centros urbanos. Sus causas estuvieron relacionadas con factores macroeconómicos. En primer lugar, los cambios que a partir de 1850 comenzó a experimentar el sistema primario exportador, basado en la producción de trigo y plata. En segundo lugar, se inició un sostenido crecimiento minero en función de nuevas actividades, fundamentalmente el salitre y el cobre, en detrimento de los productos señalados. Para la explotación del salitre, la población empezó a concentrarse en pequeños núcleos urbanos del norte grande: las oficinas salitreras. Además, aumentaron los habitantes en los puertos de salida del mineral. En el caso de la agricultura, los grandes propietarios del valle central iniciaron un proceso de expansión y modernización, para cultivar sus tierras a costa de los pequeños y medianos productores, que fueron expulsados o empeoraron sus ya precarias condiciones de vida.” http://www.memoriachilena.cl/temas/index.asp?id_ut=migracioncampociudad(1885-1952) Para mayor información al respecto véase: Aranda Baeza, X. (1981) Empleo, migración rural y estructura productiva agrícola. Santiago de Chile: FLACSO, Coeymans, J.E. (1982) Determinantes de la migración rural urbana en Chile según origen y destino. Santiago de Chile: Universidad Católica de Chile, Instituto de Economía y Espinoza, V. (1989) “Para una historia de los pobres de la ciudad”, Miradas (3): 37, mayo. Para un retrato detallado de las familias que habitan los suburbios pobres de Santiago a inicios del siglo XX véase: Eyzaguirre Rouse, G. y Errázuriz, J. (1903) Monografía de una familia obrera de Santiago. Santiago de Chile: Imprenta Barcelona. 18 Según Gómez Rivero y Palomeque López: “En el último cuarto del siglo XIX, los grandes propietarios agrarios constituían el grupo social dominante, concentrando en grandes propiedades más de la mitad de las tierras, lo que no dejaba de alimentar, paralelamente, la formación de los movimientos campesinos actuantes a lo largo del diecinueve en la mitad sur del país.” (Gómez Rivero y Palomeque López, 2003: 189) Para mayor 12 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 provocó el retorno de revueltas campesinas 19, antecedente rural de las luchas obreras por la modernización del país. No fue sino en el norte donde éstas últimas se extienden, foco de desarrollo de las industrias en España, principalmente en Cataluña, Asturias y País Vasco. El obrero soñado, al decir de Sierra Álvarez (1990), ideal a modelar mediante procesos de embridamiento de las fuerzas productivas (Mezzadra, 2005), comienza a formar sociedades de resistencia cuyo objetivo no era sino “(…) la lucha de clases contra el sistema capitalista” (Alarcón Caracuel, citado por Gómez Rivero y Palomeque López, 2003:191). La conclusión del proceso modernizador coincide, por un lado, con el fin de la dictadura franquista y la legalización de las principales organizaciones sindicales 20, y de otro con el freno de las migraciones masivas internas, consecuencia del crecimiento económico experimentado una vez finalizada la etapa más autárquica de la dictadura. Podemos estimar que esta transformación concluye a principios de la década del 70 del siglo XX, principalmente debido a la mejora de las condiciones de trabajo y vida experimentada por los españoles en los últimos dos años de la década del setenta y durante toda la década del ochenta. En adelante, y superadas aquellas imágenes familiares de mendigos, afiladores, vendedores de botijos y cartoneros, el extranjero irregular las ha hecho renacer, integrándolas en las ciudades. Ha obligado, de este modo, a realizar un ejercicio de rememoración a toda una sociedad consagrada a la realización de un sueño de prosperidad. Al igual que los pobres de décadas pasadas, producto de estas migraciones de campesinos de zonas rurales a zonas industrializadas, el extranjero elabora en el presente, en mayor medida que nunca debido a la crisis económica, itinerarios que le conducen a la obtención de trabajos informales, generalmente localizados en la agricultura, sector en el que encuentran un refugio productivo 21. Pasa, así, a formar parte de todo un repertorio histórico de “figuras lógicas de un modo de producción referido a los ciclos estacionales” (Gaudemar, 1981:28). La mejora de las condiciones sociales y el establecimiento del Estado Social de Derecho, en efecto, hicieron decrecer la masa de proletarios información sobre el respecto remitimos al lector a la obra “Luchas obreras y campesinas en la Andalucía del siglo XX. Jaén (1917-1920), Sevilla (1930-1932)” de Manuel Tuñón de Lara. 19 Particularmente famosas son las movilizaciones de los jornaleros andaluces y extremeños durante el otoño de 1918 y el verano de 1919. Estos fueron períodos de numerosas huelgas, entre las que se encuentran las historiadas huelgas generales de la provincia de Córdoba y los movimientos para la ocupación de tierras. 20 El 28 de abril de 1977 se inicia el periodo democrático de las organizaciones sindicales en España. Con ello, se abre una nueva etapa en la realidad sindical española con el reconocimiento de UGT (Unión General de Trabajadores), CC.OO. (Comisiones Obreras), USO (Unión Sindical Obrera), ELA-STV (Eusko Langileen Alkartasuna-Solidaridad de los Trabajadores Vascos) y CNT (Confederación Nacional del Trabajo). 21 Márquez Domínguez (2009), efectúa un análisis similar al respecto del reemplazo del forastero, pobres errantes en busca de trabajos temporales y débilmente remunerados, por el extranjero que viene a ocupar su lugar. Específicamente véase pp. 192-195. 13 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 autóctonos dispuestos a realizar trabajos penosos y mal pagados por lo que, podemos decir, que dejaron de formar lo que en terminología marxista se entiende por ejército de reserva de mano de obra 22. El extranjero viene a llenar ese lugar y su presencia hace renacer imágenes de pobreza antaño protagonizadas por los propios autóctonos 23. Procesos similares a los descritos aquí para el caso europeo, y más concretamente para el caso español, se han experimentado en toda América Latina, una vez logradas las transformaciones político sociales que acarrearon la creación de los nuevos Estados nacionales –producto de la extensión de movimientos independentistas que llevaron a gran parte de los países latinoamericanos a la guerra por la Independencia de la Corona Española.Finalizados éstos y asentadas las estructuras políticas republicanas en toda la región, proceso que duró todo el siglo XIX, y en algunos casos hasta parte del XX, las sociedades herederas del orden social anterior emprendieron camino hacia su modernización. Tanto si calificamos a este proceso como una transformación inconclusa o inacabada 24 o si lo denominamos pseudomodernidad 25 o modernidad oligárquica o excluyente, al decir de Jorge Larraín (Marín Bravo y Morales Martín, 22 Karl Marx introduce en El Capital el concepto de ejercito industrial de reserva del siguiente modo: “(…) si la existencia de una superpoblación obrera es producto necesario de la acumulación o desarrollo de la riqueza sobre base capitalista, esta superpoblación se convierte a su vez en palanca de la acumulación capitalista, más aún, en una de las condiciones de vida del modo capitalista de producción. Constituye un ejército industrial de reserva, un contingente disponible, que pertenece al capital de un modo tan absoluto como si se criase y se mantuviese a sus expensas.” (Marx,1974:535) 23 Sobre el proceso de inserción laboral de los extranjeros puede leerse lo apuntado por Claudia Carrasquilla, Elena Gadea y Sarah Meier para el contexto de post-guerra Europeo, y que ellas hacen extensible a la población migrante que en la actualidad llegan al mercado de trabajo español: “Se puede argumentar, no sin razón, que los primeros migrantes tienden a insertarse laboralmente en los puestos y sectores de menor cualificación, salarios más bajos y escaso prestigio social. Así sucedió con los sucesivos movimientos migratorios en la Europa de la post-guerra. Este hándicap inicial se paliaba con el tiempo, no sólo por el esfuerzo del recién llegado, sino por la centralidad del trabajo asalariado, la acción del Estado de Bienestar y el largo período de expansión económica, que facilitaron la integración mediante la movilidad social ascendente y el desarrollo de tendencias inclusivas para ellos, y sobre todo para sus hijos e hijas” (Torres, 2007: 100) 24 Para los autores cabe considerar a “la modernidad en América Latina como un proyecto inacabado, inconcluso, en el que su programa cultural y político, principalmente, está por materializarse de forma plena”, como poco exitosa la modernización latinoamericana “pese a los esfuerzos desarrollistas, dada la flagrante desigualdad de la región, convirtiéndose en la actualidad en una de las zonas más desiguales del mundo en distribución de riqueza” (Marín Bravo y Morales Martín, 2010: 9-10) 25 José Joaquin Brunner denomina de este modo al proceso de modernización vivido en América Latina, y lo describe del siguiente modo: “Es una especie de modernidad heterogénea que mezcla desarrollos técnicomateriales y políticos junto con un avance retardado en el plano práctico-moral de la sociedad referente a la producción de valores, símbolos y principios universales de orientación de la acción que una determinada cultura elabora.” (Marín Bravo y Morales Martín, 2010:6) Para mayor abundamiento véase Brunner, J.J. (1987) “Entonces, ¿existe o no la modernidad en América Latina?”Material de discusión, FLACSO-Chile, No. 101, Santiago de Chile, pp. 9-22. 14 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 2010:11), lo cierto es que perviven en toda la región problemas sociales 26 que impiden el desarrollo exitoso del proyecto modernizador. En efecto, “[e]n América Latina “la modernidad, salvo en la visión de algunas élites, no estuvo ligada a los principios de la ilustración europea, ni se comportó como una experiencia social unitaria” (Brunner 1987: 16), más bien ingresó cuando la sociedad latinoamericana se constituía como sociedad bajo el alero de una oligarquía dominante” (Marín Bravo y Morales Martín, 2010:7). El contexto de recepción de los ideales ilustrados parece ser parte del problema al estar basado el orden social de gran parte de los países latinoamericanos en estructuras de dominación de castas. La estratificación social resultado del mestizaje proporcionó, entre otros factores, una base sólida para el establecimiento de una organización económica fundada en el sometimiento de españoles y mestizos sobre la población indígena. La resistencia de las oligarquías latinoamericanas al cambio de este modo de organización social limitó la influencia de los valores que algunos intelectuales trataron de difundir en la región 27. En consecuencia la modernización de las distintas naciones ha sido problemática por cuanto “[l]os valores de racionalidad, cultura científica, democrática y política, igualdad o derecho a la libre expresión –por poner algún ejemplo- no se han cumplido. Aunque haya pervivido en la región el discurso de la modernidad desde la Independencia política la realidad es que este programa cultural y político no ha alcanzado a realizarse plenamente.” (Marín Bravo y Morales Martín, 2010:10). Problemas relativos a la pobreza, la mala distribución de la riqueza, al bajo nivel de oportunidades y a la débil movilidad social ascendente –producto principalmente de la baja calidad de la educación pública y del difícil acceso a la educación universitaria-; así como a la poca participación real de los ciudadanos en el devenir de las repúblicas, entre otros, hacen de los países latinoamericanos contextos particulares donde sobrevienen nuevos movimientos migratorios. En especial, éstos se observan de países con menor índice de desarrollo a otros más desarrollados. Dentro de este panorama Chile aparece como destino de muchos migrantes en busca de trabajo y mejores oportunidades provenientes principalmente de Perú, Bolivia, Argentina, Colombia y Ecuador 28. Para ellos la 26 Para Marín Bravo y Morales Martín algunos de estos problemas serían“(…) la erradicación del hambre, la pobreza extrema, la ampliación de la educación básica universal, la reducción de la mortalidad infantil, el mejoramiento de las condiciones de salud sexual y reproductiva, entre otras” (Marín Bravo y Morales Martín, 2010:9) 27 Entre los más importantes citamos a José Joaquín Mora y Andrés Bello. 28 Durante el año 2009, el Ministerio del Interior a través del Departamento de Extranjería y Migración y las Gobernaciones Provinciales a lo largo del país, otorgó 57.076 visas de residencia temporal. De un total de 57.059 visas otorgadas de residencia temporal, 27.580 fueron concedidas a ciudadanos peruanos, representando un 48,34% del total, 5.315 a ciudadanos colombianos, representando un 9,31%, 3.851 a 15 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 sociedad chilena ha preparado un escenario concreto de inserción social que mucho tiene que ver con la situación socio económica en la que viven gran parte de los chilenos. Siguiendo el trabajo de Dante Contreras dedicado al estudio de la distribución del ingreso en Chile: “La economía chilena ha sido caracterizada en los últimos años como una de rápido crecimiento y desigual distribución del ingreso. En este contexto, varias investigaciones muestran que la distribución de los ingresos en Chile es una de las más desiguales en el mundo, pero que dicha desigualdad se ha mantenido relativamente estable desde una perspectiva de largo plazo. En efecto, en nuestro país el 20% más rico de la población recibe 17 veces más ingresos que el 20% más pobre. Por contraste, en los Estados Unidos esta misma relación alcanza a 8.9 veces; y en Perú y Corea del Sur estas relaciones alcanzan a 10.5 y 5.7 veces, respectivamente (PNUD, 1995). Resultados similares se presentan en un estudio reciente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID, 1998)” (Contreras, 2007:315) 29 . ciudadanos argentinos, representando un 6,75% y 3.635 a ciudadanos bolivianos, representando un 6,37% del total. Rescatamos estas cifras para dar cuenta de las nacionalidades mayoritarias de donde provienen los migrantes en busca de trabajo, los que tramitan inicialmente una visa de residencial temporal, en gran parte de casos, sujetas a un contrato de trabajo. Se define Visa de Residencia Sujeta a Contrato de la siguiente manera: “Una Visa de Residencia Sujeta a Contrato es el permiso que se otorga a los ciudadanos extranjeros que viajan al país con el objeto de dar cumplimiento a un contrato de trabajo. La ley establece que se podrá otorgar esta visación a aquellas personas que se encuentren en el territorio nacional y que tengan el propósito de radicarse en el país con el mismo fin.” Se estima que en Chile residen alrededor de 160.000 peruanos, unos 48.000 argentinos, 20.000 bolivianos y 20.000 ecuatorianos. Fuente: Gobierno de Chile INFORME ANUAL DEPARTAMENTO DE EXTRANJERIA Y MIGRACIÓN MINISTERIO DEL INTERIOR Registro de Permisos de residencia otorgados en Chile Sistema B3000. Departamento de Extranjería y Migración del Ministerio del Interior. http://www.extranjeria.gov.cl/filesapp/Informe%20Estimacion%20Poblacion%20Extranjeros%202008.pdf 29 Creemos conveniente rescatar del trabajo de Contreras las siguientes conclusiones, las que proporcionan una idea acabada al respecto de la desigualdad en Chile: “En el concierto de países latinoamericanos, Chile se encuentra entre aquellos que exhiben mayor desigualdad, donde sólo es superado por Brasil, Colombia y Paraguay. Esta evidencia sitúa a Chile como una de las economías con mayor desigualdad en el mundo. Segundo, la distribución del ingreso en Chile está lejos de ser “estable” desde una perspectiva de largo plazo. Por el contrario, exhibe una gran dinámica con períodos de significativos cambios en distintas direcciones. En tercer lugar, los altos niveles de desigualdad son explicados por el comportamiento en la parte superior de la distribución. Es decir, la desigualdad no es homogénea a lo largo de los distintos segmentos de ingreso. Cuarto, resulta clara la importante heterogeneidad regional de la distribución del ingreso. Es decir, medir la distribución a nivel nacional o nivel regional genera no sólo conclusiones distintas respecto a su comportamiento, sino también sugiere diseños de políticas económicas alternativas. Finalmente, el considerar en la medición de la desigualdad el ingreso total, per cápita o ajustado por economías y equivalencias de escala, provoca cambios en la magnitud (niveles) de la desigualdad pero no en los cambios (a través del tiempo) de ésta. Otras conclusiones de este artículo se encuentran en el ámbito de las políticas. Entre ellas, la educación aparece como una de las variables de mayor incidencia en explicar la desigualdad y sus cambios. A su vez, dichos cambios han sido provocados por movimientos de la demanda por trabajo. En particular, los períodos de aumento de desigualdad coinciden con los aumentos de demanda por trabajo calificado, lo que eleva su retorno. Esta conclusión es de gran importancia para las políticas públicas. La educación determina la distribución del ingreso a través del cambio en su retorno, el cual a su vez es explicado por cambios en la demanda por trabajo calificado en relación al trabajo no calificado. Esto indica que para reducir la desigualdad se requiere invertir en educación en los grupos de menores ingresos, lo que aumentaría la oferta de trabajo calificado, y de paso no sólo generaría aumentos de ingresos para los beneficiarios de esta mayor educación, 16 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 En tal situación el marco de inserción laboral y residencial de los extranjeros se configura como un terreno espinoso, colmado de dificultades. Problemas relativos a la segmentación del mercado de trabajo y a la segregación espacial de la pobreza son los que de forma más decisiva repercuten sobre la inserción de los migrantes. En efecto en Chile se observan dos mercados de trabajo 30, uno formal y otro informal, en los que se observan diferencias en lo que respecta a nivel de salarios y seguridad en el empleo; entre los que la movilidad de los trabajadores es restringida 31 (Doringer y Piore, 1971), y por los que viene a retroalimentarse la estructura de la riqueza y la desigualdad preexistente 32. En ellos los ciudadanos sino también reduciría el retorno de este grupo y los niveles de desigualdad. Sin embargo, es importante señalar que dicho efecto sólo puede ser observado en el largo plazo. Con, todo la educación explica alrededor de 40% de la desigualdad de los ingresos del trabajo y cerca de 80% de sus cambios. Entre las políticas de corto plazo que recurrentemente se mencionan como capaces de modificar la desigualdad se encuentran las tributarias y de gasto social. Respecto a la primera, la evidencia indica claramente que cambios significativos en el sistema tributario tendrían un impacto menor sobre la distribución. Por otra parte, el gasto social juega un papel preponderante como herramienta de corto plazo para mejorar la distribución del ingreso. Su efectividad depende de los montos destinados a gasto y la efectividad de la focalización. En efecto, en 1990, el Coeficiente de Gini que considera ingresos netos alcanza a un 0.55, el que se reduce significativamente a 0.52 al considerar políticas sociales. Si consideramos la razón de quintiles, observamos que en 1996, a nivel nacional, la razón entre los ingresos promedios del quintil más rico respecto al más pobre (Q5/Q1) se reduce de 17 veces a 11 veces. Estas conclusiones se mantienen para distintos indicadores y zonas geográficas. También se observa un impacto creciente de las mejoras en la distribución del ingreso producto del gasto social. Este mayor impacto estaría explicado por mayores montos asignados y mejor focalización.” (Contreras, 2007: 332) De Mattos precisa sobre la desigualdad y la distribución del ingreso en Chile lo que sigue: “pese al elevado crecimiento económico de los últimos años y a la intensificación de las políticas sociales impulsadas desde 1990 por los gobiernos democráticos, no se ha logrado modificar hasta ahora el patrón de desigualdad preexistente, pues la regresiva distribución del ingreso heredada no ha mostrado signos importantes de reversión incluso en los años de mayor crecimiento, como lo muestran los resultados de la Encuesta de Caracterización Socio-Económica (CASEN)” y que “persiste una situación de elevada desigualdad entre los sectores de mayores y menores ingresos, en la que influye decisivamente la situación heredada del pasado, que no ha logrado ser corregida significativamente pese al elevado crecimiento observado y a las políticas aplicadas” (De Mattos, 2002). Para mayor información al respecto del análisis de la distribución del ingreso en Chile véase Cowan, K. y de Gregorio, J. (1996) "Distribución y pobreza en Chile: ¿Estamos mal? ¿Ha habido progresos? ¿Hemos retrocedido?" en Estudios Públicos, n°64; Meller, P. (2000). "Pobreza y distribución del ingreso en Chile (década del 90)"en Documentos de Trabajo, n°69, Centro de Economía Aplicada, Universidad de Chile. http://econpapers.hhs.se/paper/edjceauch/69.htm; Krause, A. y Puentes, G (2001) "Pobreza, crecimiento y distribución del ingreso en Chile en los noventa" en Documento n° 24. Santiago, Ministerio de Planificación y Cooperación (MIDEPLAN) www.mideplan.cl; y Bravo, D. y Contreras, D (1999) La distribución del ingreso en Chile 1990-1996: análisis del impacto del mercado de trabajo y las políticas sociales. Santiago: Universidad de Chile, Departamento de Economía. 30 De Mattos, al respecto de la segmentación del mercado de trabajo chileno precisa sobre el mismo que existe una “persistencia de la elevada informalidad de la fuerza de trabajo y el aumento de la precarización de los nuevos contratos de trabajo” (De Mattos, 2002). 31 Se observa en el contexto chileno, y esto pareciera ser extensible para América Latina en general, una segmentación del mercado de trabajo en razón de la etnia, además de una segmentación en razón de la clase. Una y otra tienen raíces diversas pero se retroalimentan toda vez gran proporción de personas con ingresos bajos posee rasgos que lo identifican con grupos étnicos de baja consideración social. 32 Siguiendo el trabajo de De Mattos, “la mayor parte de las investigaciones sobre las metrópolis latinoamericanas muestran que la tendencia dominante ha sido hacia el aumento de las desigualdades intrametropolitanas y la polarización social; esto es lo que han concluido, entre otros, diversos estudios para 17 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 chilenos se insertan dependiendo de su pertenencia a determinados grupos étnicos 33 y de su nivel de educación y/o de cualificación laboral. Esta segmentación, racial del mercado de trabajo (Solé, 1995, 2001; Soja, 2000) se expresa en la configuración del espacio de la ciudad en forma de segregación espacial. Para el caso de Santiago de Chile 34 y siguiendo el trabajo de De Mattos, podemos decir que la desigual repartición del ingreso, unido a la discriminación racial y de clase, ha promovido una configuración de la ciudad basada en la separación de los grupos con ingresos altos de otros con menores ingresos –es lo que podríamos denominar como proceso de apropiación de los mejores espacios de la ciudad por parte de las élites-, profundizando problemas ya existentes de justicia social 35. Según sus propias palabras: “La regresiva distribución del ingreso se refleja en una distribución territorial de la población de Santiago, que ha ido consolidando un mapa en el que la segregación residencial muestra una nítida tendencia al distanciamiento físico entre barrios ricos y pobres (Rodríguez & Winchester, 2001), así como la formación de algunos guetos urbanos, tanto para ricos como para pobres. Este fenómeno de segregación residencial, que tiene orígenes lejanos, se acentuó en mayor grado con las erradicaciones llevadas a cabo por el régimen militar, en las que se desplazó a importantes contingentes de población de bajos ingresos asentados en barrios de ingresos altos y Buenos Aires (Ciccolella, 1999; Prévôt-Schapira, 2000), Caracas (Cariola & Lacabana, 2001) y Sao Paulo (Taschner & Bogus, 2001). Sin embargo, también hay algunos casos en que esta tendencia a una mayor polarización social no ha podido ser confirmada, como ha ocurrido en las investigaciones para el caso de Río de Janeiro para la década de los ‘80 (Ribeiro & Preteceille, 1999; Ribeiro, 2000), y Santiago de Chile para el período que se inicia a mediados de los ’80 y se prolonga hasta fines de los ’90 (De Mattos, 1999)” (De Mattos, 2002). 33 Mapuches y aimaras principalmente. 34 Para mayor abundamiento véanse los trabajos de Sabatini, F., Cáceres, G., Cerda, J. (2001) “Segregación residencial en las principales ciudades chilenas: Tendencias de las tres últimas décadas y posibles cursos de acción” en Eure, vol. 27, n° 82, pp. 21-42; Sabatini, F y Arenas, F. (2000) “Entre el Estado y el mercado: resonancias geográficas y sustentabilidad social en Santiago de Chile” en Eure, vol. 26, n° 79 y Sabatini, F. (2000) “Reforma de los mercados de suelo en Santiago, Chile: efectos sobre los precios de la tierra y la segregación residencial” en Eure, vol. 26, n°77. 35 Estas dinámicas sociales, entre otras, son las que “conduce(n) a la vez a una segregación y a una segmentación espaciales, a una marcada diferenciación entre el nivel superior de la sociedad informacional y el resto de los residentes locales, así como a una segmentación sin fin y a la frecuente oposición entre muchos componentes de la fuerza de trabajo reestructurada y desestructurada" (Castells, 2001: 394) Para Claudia Carrasquilla, Elena Gadea y Sarah Meier, la alta densidad de población con rasgos particulares, en lo referente a nivel de ingresos, a sus características raciales u otros, no siempre implica que el grupo se encuentre segregado. Esto es lo que apuntan atendiendo a su trabajo sobre los inmigrantes y su inserción en tres municipios murcianos (Murcia, España): “Normalmente una concentración se transforma en segregación residencial cuando se convierte en un espacio estigmatizado por el grupo que lo “ocupa” y por las condiciones sociales de exclusión y marginación que lo caracterizan” (Torres, 2007:117) 18 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 medios, hacia lugares homogéneamente pobres de la periferia del AMS. La política de vivienda social también ha contribuido a la persistencia de este cuadro de segregación social, dado que el imperativo de bajar costos por parte de las empresas privadas que tienen a su cargo la construcción de las mismas, hace que por lo general los sectores de menores ingresos solamente puedan acceder a viviendas de baja calidad ubicadas en terrenos de menor valor en barrios pobres, situados en áreas periféricas del AMS (Ducci, 1997.” (De Mattos, 2002) En tal situación los extranjeros vienen a participar del contexto general de segmentación del mercado de trabajo y de segregación espacial del que son víctimas las poblaciones más empobrecidas. Entran así a competir por el trabajo en los sectores denominados primarios, debido a su condición de pobreza y su posición en el mercado laboral como mano de obra no cualificada, y, asimismo, a disputarle al nacional la vivienda más deteriorada. De algún modo vienen a engrosar el número de pobres ya existentes en el país sin posibilidades de acceso a un puesto de trabajo estable y bien remunerado, y a padecer la exclusión residencial que los autóctonos de bajos ingresos ya soportan. A diferencia de lo que ocurre en Europa –donde estas realidades se vinculan con la extranjería y donde las imágenes de pobreza han venido a ser revividas por los extranjeros 36, toda vez han sido éstas superadas debido a la consecución de parte de los objetivos marcados por los proyectos modernizadores- en Chile, y en América Latina en general, el contexto de pobreza en el que se instala el inmigrante torna el marco de su inserción social distinto al vivido por los extranjeros en Europa. 36 Esto ha sido así durante toda la década de los ‘80, los ‘90 y gran parte de la década del 2000. En atención a la crisis experimentada por gran parte de los países europeos a contar del 2007, principalmente en los países de la cuenca mediterránea (España, Italia y Grecia), y al consecuente agravamiento de las desigualdades sociales, producto del empeoramiento de la distribución equitativa del ingreso, el número de pobres ha aumentado viniendo a engrosar los nacionales las bolsas de parados y de receptores de subsidios y a competir con los extranjeros por los puestos de trabajo desechados por ellos. Específicamente para el caso español puede revisarse el informe publicado en fecha 13 de diciembre de 2012 por la organización Intermon Oxfam “Crisis, desigualdad y pobreza Aprendizajes desde el mundo en desarrollo ante los recortes sociales en España” del que destacamos lo que sigue: “(…) la pobreza y la exclusión social podrían incrementarse de manera drástica: dentro de una década en España -en 2022- el número de personas pobres alcanzaría los 18 millones (un 38% de la población) y el 20% de las personas más ricas en España podrían llegar a ingresar de media 15 veces más que el 20% de las personas más pobres. (…) En la actualidad, en España, la deuda pública es de un 90% del PIB, y uno de cada tres euros de gasto previstos en el Presupuesto del Estado para 2013 irá destinado a pagar los intereses de la deuda. Uno de cada cuatro españoles se encuentra en riesgo de pobreza o exclusión social,1,7 millones de hogares tienen a todos sus miembros en paro y se producen más de 500 desahucios diarios.” http://www.intermonoxfam.org/sites/default/files/documentos/files/Informe_IO_Crisis_desigualdad_y_pobreza_ 0.pdf 19 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 Los procesos de dualización social y segregación espacial en este caso no parecen ser producto de la aparición de extranjeros. A nuestro parecer el mercado del trabajo y de la vivienda no viene a ser segmentado por el arribo de inmigrantes, sino que ya se encontraba segmentado, toda vez encontramos en los trabajos de peor consideración social y peor remunerados tanto a extranjeros como nacionales 37. En algún sentido podría decirse que en Europa, a diferencia de lo parece ocurrir en América Latina, se ha producido un proceso de sustitución de la mano de obra nacional por la extranjera, y que si bien eran los propios autóctonos los que, en situación de pobreza, venían a componer el ejercito de mano de obra del que se surtían patrones varios 38, empresarios agrícolas e industriales, desde inicios de la década del ’80 hasta la actualidad han sido los extranjeros los que han seguido sosteniéndolo. Esta transformación social ha interesado a las disciplinas sociales prosperando múltiples estudios tanto en Europa como en Estados Unidos sobre transnacionalismo, racismo, sobre inserción social, convivencia, y participación, así como sobre vivienda y mercado de trabajo, entre otros. Como resultado se han ido generando varios paradigmas sobre el fenómeno migratorio que dependen de los enfoques de análisis a los que anexionan los investigadores. Hemos visto así como han proliferado conceptos diversos que se aplican sistemáticamente para el estudio de los procesos migratorios corriendo el peligro de no adecuarse a los contextos en los que éstos se producen. En tal situación venimos a plantear de forma modesta en esta introducción cuestiones de índole metodológica en lo referente al uso de determinadas categorías de análisis y a la aplicación de modelos teóricos sobre inmigración de otros contextos migratorios, que no parecen encajar en el estudio de las realidades latinoamericanas y que precisarían ser reformulados luego de un intenso debate científico. Como ejemplo vamos a detenernos sucintamente en los conceptos de minoría intermedia 39, el de 37 Esta observación es especialmente válida para el caso del mercado chileno de empleadas domésticas, construcción y agricultura. De atenernos al caso español, si bien es cierto que en estos sectores siempre se emplearon las clases bajas, con el arribo de la democracia, la apertura económica, el aumento de los estándares de vida y la llegada de población migrante entre las décadas de 1970 y del 2000, se produjo un proceso de sustitución de la mano de obra autóctona por la extranjera. 38 Léase propietarios de pequeños y medianos negocios o dueños de casas en las que se contrataban asistentas del hogar. 39 Siguiendo a Arjona y Checa en su estudio sobre el desarrollo teórico y conceptual de las relaciones empresariales étnicas desglosamos las siguientes definiciones: “En los primeros estudios de Bonacich que abordan el estudio de las relaciones étnicas se parte desde la segmentación del mercado (split labor market), cuya fragmentación la determina el antagonismo étnico. Frente a esta situación, los inmigrados diseñan un proyecto migratorio coyuntural, tratando de ahorrar lo máximo posible y regresar pronto, convirtiéndose el autoempleo en la mejor salida. A estos individuos Bonacich los denominó minorías intermediarias” (Arjona y Checa, 2006:126). 20 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 empresario de enclave 40, el de economía étnica 41 y el de enclave económico étnico 42 de uso corriente en las investigaciones sobre migraciones en Chile hoy; así como en los enfoques teóricos de donde surgen. El origen de tales categorías se encuentra en la proliferación de actividades empresariales emprendidas por extranjeros en Estados Unidos durante la década de los ’70 del siglo pasado, en particular de negocios establecidos por coreanos en Los Ángeles y por cubanos en Miami. Como bien indican Arjona y Checa, debido a la importancia de las consecuencias que la presencia de las mismas produce, tanto desde el punto de vista laboral y financiero, como social, es que el tema ha interesado desde entonces a las ciencias sociales (Arjona y Checa, 2006:118). Con esta red conceptual se trata de dar explicación al fenómeno del establecimiento de actividades empresariales de extranjeros del que poco se sabe ni “sobre las condiciones necesarias para que emerja un enclave, los costes y 40 “Paralelamente a esta figura, existen empresarios de enclave. Estos quedan definidos principalmente por la coetnicidad, tanto en el uso de las estructuras sociales, como en la ubicación. Esto es, son negocios que operan en barrios de inmigrantes donde la mayoría son coétnicos —condición que no se da con las minorías intermediarias— y existe un sistema de relaciones sociales que les hace autosuficientes; aquí cobra fuerza la hipótesis de la solidaridad étnica. Light (1972) demuestra que cuando esta solidaridad funciona las empresas étnicas no tienen necesidad de abastecer a otro mercado abierto” (Arjona y Checa, 2006:126). 41 “Light (1972), Bonacich y Modell (1980) fueron los primeros en desarrollar el concepto de economía étnica. Para su construcción, diferenciaron primeramente el empleo que se genera dentro de la economía general del empleo que las minorías empresarias crean para sí mismas. (…) estos autores parten de la premisa de un mercado de trabajo dividido, determinado por el antagonismo étnico, cuyo resultado final es la aparición de las minorías étnicas, a la postre, primer eslabón de la economía étnica. En consecuencia, estos autores afirman que la economía étnica incluye cualquier persona inmigrante que sea empleador, autoempleador o que esté empleado en empresas co-étnicas. En este sentido “el contorno de una economía étnica está definido por raza, etnicidad u origen nacional, caracterizándose por alcanzar ventajas en las relaciones entre propietarios de negocios y entre propietarios y trabajadores del mismo origen nacional” (Logan, Alba y McNulty, 1994: 698) (…) Con esta nueva percepción se pone de relieve que la economía étnica funciona, en primer lugar, como mercado de trabajo interno, a fin de proteger a los inmigrados de la competencia del mercado de trabajo general; de ahí que en momentos de recesión de la economía general donde no se demanda mano de obra, se siguen manteniendo los flujos migratorios de colectivos que emplean en la economía étnica” (Arjona y Checa, 2006:127). 42 De todos estos conceptos es la noción de enclave económico étnico la que se ha desarrollado para ilustrar las realidades más concretas dentro de lo que se comprende, de forma más general, como economía étnica. La misma, en palabras de Arjona y Checa,“(…) proviene de la literatura del mercado de trabajo segmentado (Averitt, 1968; Doeringer y Piore, 1971; Piore, 1974), donde al concepto de economía étnica se añaden varios elementos (Zhou, 2004): en primer lugar, la permanencia empresarial; en segundo lugar, las actividades económicas no son exclusivamente comerciales, sino que también abarca a actividades productivas destinadas a un mercado general; en tercer lugar, variedad comercial que supera la sucesión de los nichos laborales dejados por los autóctonos; por último, la variable territorial, esto es, las empresas deben estar concentradas en un área física determinada, donde también se ubican las redes (Light y Bonacich, 1988; Waldinger, 1993; Logan, Alba y McNulty, 1994; Logan, Alba y Stults, 2003). Los primeros autores que hicieron referencia a los enclaves étnicos fueron Portes y Wilson (1980) y Wilson y Martin (1982) con un trabajo acerca de los cubanos en Miami. En ambos estudios se parte de la distinción entre la economía central, caracterizada por grandes y saludables empresas, de la economía periférica, caracterizada por empresas atrasadas con escaso desarrollo. Desde esta economía periférica surgen las economías de enclave: tras la llegada de una primera oleada de inmigrantes con un significativo capital económico, humano y social, se concentra en una zona determinada e instalan numerosos negocios y empresas” (Arjona y Checa, 2006:128). 21 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 beneficios de trabajar en este tipo de empresas étnicas, el tamaño de las empresas, los servicios y productos ofertados, los clientes, la dimensión comercial o si el mercado de trabajo étnico presenta características y propiedades del mercado primario, secundario o propias” (Arjona y Checa, 2006:130). El énfasis que los autores han otorgado a diversos aspectos del problema ha generado unas perspectivas de análisis específicas, a las que posteriormente han adherido otros especialistas. A su vez, esta adhesión ha ido provocando el establecimiento de corrientes teóricas con las que se ha tratado de dar respuesta a los interrogantes anteriormente planteados. Entre aquellas las denominadas culturalista 43, ecológica 44, economicista 45y el mixed embeddedness 46 constituyen las corrientes más fructíferas. Según lo postulado por éstas, y realizando un pequeño ejercicio 43 “La corriente culturalista, pionera en este campo, sostiene que determinados colectivos de inmigrados presentan una afinidad opcional con las cualidades requeridas para el éxito en los negocios, o lo que es igual, los inmigrantes optan por el autoempleo bien por tradición comercial, bien por cuestiones religiosas, que posibilita al individuo un conocimiento amplio en el ejercicio de su profesión. Así, por ejemplo, este es el argumento que ofrece Glazer (1955) para explicar la práctica empresarial de los judíos en Estados Unidos, también válido para los inmigrantes chinos, japoneses, indios o coreanos (Light, 1972; Bonacich, 1975; Kim, 1981). Por tanto, según esta teoría, las diferencias existentes en el modo de incorporación laboral entre los distintos colectivos se explican a partir de su bagaje económico distintivo y el éxito o fracaso de la empresa se enmarca dentro unas características culturales singulares (Suttles, 1972; Light, 1972, 1980; Bonacich, 1973; Raijman y Tienda; 2003; Smart, 2003). Paralelamente, y unida a esta corriente culturalista, destaca la teoría de la desventaja. Cuando E. Bonacich (1973) ahonda en el origen de las iniciativas empresariales sostiene que éstas se crean como respuesta cultural y económica a un mercado de trabajo fragmentado y hostil (reactive ethnicity), generando minorías intermediarias (middleman minorities). Esto es, la exclusión del mercado de trabajo general obliga a los inmigrantes a buscar su sustento en el comercio a través del autoempleo. Esto provoca entre el colectivo, por un lado, la búsqueda de redes intra-grupo la solidaridad étnica (Light y Bonacich, 1988) y, por otro, autoexplotación de sus familiares y coétnicos asalariados, que le garanticen la estabilidad y movilidad para reducir los riesgos y el coste de la actividad. Así, Bonacich (1973) identificó los negocios familiares como un mecanismo de adaptación de los trabajadores temporales (sojourners)” (Arjona y Checa, 2006:119). 44 Pertenecientes a la perspectiva ecológica son los autores Wirth (1928), Burgess (1928) y Park (1936). Según estos autores “(…) la apertura de negocios étnicos sólo se realiza cuando hay servicios y ofertas de trabajo que la economía global no satisface. Esta situación deriva del abandono progresivo de la población autóctona que tenía pequeños negocios, para su incorporación a un mercado más global y rentable. De ahí que los inmigrados ocupen nichos laborales en espacios que han sido abandonados (vacancy chain)” (Arjona y Checa, 2006:121). 45 Los autores que han desarrollado los postulados economicistas mantienen que “(…) existe una interconexión entre los recursos internos de los que disfruta la comunidad y la estructura externa de oportunidades. O, lo que es igual, la segmentación laboral y el bloqueo de oportunidades que afecta a los inmigrantes tiene como respuesta el autoempleo, aunque dependen de la adecuación entre lo que los grupos pueden ofrecer y lo que sus consumidores demandan (Waldinger, 1984), idea que proviene básicamente de los postulados ecológicos” (Arjona y Checa, 2006:122). 46 “(…) para los teóricos del mixed embeddedness las economías étnicas dependen de la adecuación entre lo que los grupos pueden ofrecer y lo que les está permitido que ofrezcan, más que la relación entre la demanda del consumidor y lo que los grupos ofrecen, como ocurre en el modelo norteamericano. Por tanto, la proclividad de los gobiernos hacia un grupo étnico determinado es tan importante como las demandas de los potenciales clientes. De ahí que cualquier análisis en el ámbito europeo sobre economía étnica debe ser abordado teniendo en cuenta no sólo las redes sociales utilizadas (embeddedness), sino también la estructura socioeconómica y política institucional de la sociedad de llegada, puesto que es en este ámbito donde se va a definir parte de la estructura de oportunidades de los inmigrantes, más allá de su capital humano” (Arjona y Checa, 2006:124). 22 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 de abstracción, podemos decir que el establecimiento exitoso de actividades empresariales étnicas precisa de unas condiciones de oportunidad específicas en lo que atañe al mercado de trabajo. En particular, parece ser que es requisito para la emergencia de economías étnicas una situación de segmentación racial o étnica del mercado de trabajo producto de las trabas administrativas y los prejuicios que pesan sobre los extranjeros recién inmigrados o las minorías ya establecidas, y de su exclusión del mercado primario de trabajo. Dada esta premisa podemos entrar a preguntarnos si es válido designar a determinados fenómenos como economía étnica o enclave económico étnico, por ejemplo, siempre que previamente se estudien las características de los mercados de trabajo. Dirigiendo nuevamente nuestra atención sobre el caso chileno, y para comprobar si es pertinente o no el uso de este tipo de categorías y modelos teóricos, debemos primeramente observar el mercado de trabajo, al parecer segmentado tanto étnicamente como en razón de la clase con anterioridad al arribo de extranjeros. En efecto, parece que la inmigración no ha sido el factor clave para la segmentación del mercado de trabajo, sino la pobreza de los propios autóctonos y su componente étnico. Sin ser este el lugar para analizar este caso en particular, y para dar cuenta de la necesidad de abordar investigaciones metodológicas acerca del estudio de la inmigración en contextos de pobreza, nos atrevemos a lanzar algunas pistas. Al parecer podría ser apropiado utilizar algunas de las categorías extraídas de las definiciones de Arjona y Checa, como la de economía étnica, cuando pensamos en negocios establecidos por extranjeros, tales como cocinerías 47 informales callejeras, restaurantes étnicos o establecimientos de llamadas internacionales –pues dentro de este concepto, recordemos, viene a ser incluida cualquier persona inmigrante que sea empleador, autoempleador o que esté empleado en empresas co-étnicas-, o el de minoría intermedia, que correspondería a cualquier empresario que establece este tipo de negocios; sin embargo primero debemos atender a las causas que provocan la emergencia de estos fenómenos, esto es, la segmentación del mercado de trabajo chileno en razón de la pobreza de parte de los autóctonos. Si los conceptos diseñados para el estudio de este tipo de actividades surgen cuando los mercados de trabajo se encuentran segmentados, y si ya estamos frente a un mercado caracterizado por la segmentación, vale la pena preguntarse en que se diferencian específicamente 47 Por cocinería entendemos pequeños puestos móviles en los que se cocinan alimentos. El término se usa en Chile pero también en Perú. En Santiago es posible ver este tipo de puestos tanto de propiedad de extranjeros como de autóctonos en los que se comercializan informalmente jugos de frutas, patatas fritas, perritos calientes o pizzas, entre otros alimentos. Cuando el puesto es de propiedad de chilenos es usual que se vendan productos tradicionales como el mote con huesillo, los churros rellenos de manjar o las sopaipillas, pequeños panecillos fritos de masa de calabaza. 23 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 las actividades de estos extranjeros de las establecidas por los autóctonos. Las cocinerías no son un fenómeno nuevo, han poblado el paisaje de las ciudades chilenas desde hace décadas por lo que, de no ser porque los empresarios que las establecieron inicialmente son autóctonos podrían designarse como economías étnicas incurriendo en un error, pues de lo que se trata no es sino de un fenómeno de segmentación consecuencia, entre otros factores, de la discriminación étnica y de la mala distribución del ingreso. Si, como se observa, tanto extranjeros como chilenos llevan a cabo actividades económicas similares, ligadas a su posición en el mercado de trabajo segmentado, debido a las dificultades que enfrentan ambos grupos para obtener un trabajo formal y bien remunerado, debe relativizarse el rol que la condición de inmigrante o extranjero juega en el proceso de posicionamiento de los extranjeros en el mercado de trabajo chileno. Con todo este desarrollo queremos en el fondo destacar la importancia de la inclusión de la variable modernidad, además de la variable extranjería, en el estudio de la inserción de los extranjeros en la sociedad chilena, y que ésta debiera atravesar las investigaciones sobre inmigración en Chile, en particular, y en América Latina en general. De no ser así se corre el riesgo de presentar trabajos sin referentes históricos, en los que el uso de conceptos trasplantados de otros contextos pueden llevar al investigador a vaciarlos de significado y a producir discursos asépticos al quedar descontextualizados los fenómenos que con ellos se analizan. Estas reflexiones nos llevan de un modo inexorable a cuestionar a la sociedad de acogida, al modo en que está organizada política y económicamente de manera principal, mucho más que a interrogar al extranjero y su modo de vida particular. Las condiciones materiales de vida y las necesidades económicas que sufren los migrantes deberían generar polémica en torno al tipo de sociedad que deseamos construir para gozo tanto de extranjeros como de autóctonos. Esto es, un debate sobre los asuntos sociales que interesan a los ciudadanos de gran parte de las naciones latinoamericanas, esto es, sobre la extensión de los derechos sociales, la garantía de acceso a servicios sociales de calidad (léase educativos y sanitarios principalmente), la repartición de la riqueza y la movilidad social ascendente, entre otros. Los textos que completan la sección de artículos originales, que con estas consideraciones metodológicas presentamos, sirven a modo de ejemplo de cómo debemos generar este debate. De tal modo Pablo Baeza Virgilio con su minucioso trabajo sobre modelos teóricos nos advierte de las debilidades que tanto el modelo analítico neoclásico y el modelo asimilacionista presentan a la hora de comprender 24 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 las realidades migratorias contemporáneas. Conceptualizados los escenarios en los que irrumpe la migración como espacios complejos seccionados por multitud de variables, trata el arribo a las ciencias sociales del enfoque transnacional como respuesta a estas debilidades. Parafraseando al autor, la reflexión sobre los modelos analíticos es imprescindible para poder practicar una alerta teórica y metodológica constante [y] no tomar como dadas las categorías con las que pensamos lo social sino justamente construirlas como resultado del análisis. Las perspectivas históricas de investigación de las realidades migratorias del presente resultan ser, por otro lado, imprescindibles para comprender tales fenómenos sociales. Es de tal manera que Damir Galaz-Mandakovic Fernández aborda lucidamente el estudio de los procesos migratorios acaecidos a inicios del siglo XX en Tocopilla, población situada en la costa norte de Chile, para mayor comprensión de aquellos otros producidos a finales del mismo siglo. Caracteriza cuidadosamente las migraciones de chinos, italianos y yugoslavos en Tocopilla, en el contexto de su consolidación como puerto salitrero o puerto centrípeto, siguiendo la nomenclatura del autor, para dar cuenta de la atracción que ejercía la economía del municipio sobre diversas poblaciones europeas empobrecidas, y luego pasar a determinar las causas que movieron a muchos tocopillanos a migrar a Europa durante los años 80 del siglo XX, principalmente a Suecia. En concreto, la suma del cambio tecnológico que sobrevino en la industria del salitre y la transformación del modelo económico, pasando de un modelo de economía dirigida a otro neoliberal durante la dictadura del General Pinochet, favoreció la consolidación de la estructura de subdesarrollo en Chile generando un proceso de movilización de personas importante. Detalla por tanto el autor un movimiento pendular de población del que destaca las conexiones existentes entre ambos, las que categoriza como referentes o causas para su emergencia. Los postulados del interaccionismo simbólico se encuentran al servicio del trabajo de la Dra. Délia Dutra sobre la producción de identidad de las empleadas domésticas peruanas en la ciudad de Brasilia. Como paradigma interpretativo, resulta a la autora útil cuando entra a analizar la situación social desde la perspectiva de las migrantes. A través de su trabajo advertimos las dificultades propias de residir en espacios de los que no pueden apropiarse, esto es, los domicilios donde trabajan y viven bajo constante autoridad de los empleadores, a las que se unen aquellos inconvenientes resultado de su condición de sostenedoras de las familias que quedaron en los lugares de origen, y sujeto de discriminaciones jurídicas y sociales. 25 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 La transformación de los espacios sociales de interacción por la llegada de los extranjeros en lugares multiculturales o culturalmente diversos, particularmente la ciudad de Bruselas, ha llevado a Mieke Schrooten al estudio de las zonas de contacto entre población migrante, específicamente brasileños, y la autóctona. Enfocando dicho estudio a través de la perspectiva de fronteras y zonas de contacto analiza como estos actores renegocian constantemente los límites de sus interacciones en el espacio público. Las fronteras lingüísticas, jurídicas, culturales y de clase limitan tales interacciones produciendo a su vez zonas de contacto específicas. Su interesante trabajo guarda relación asimismo con los procesos de construcción de identidades colectivas de los extranjeros que interaccionan en estas zonas concretas. Sobre este punto determinado, la construcción de identidades colectivas versa el trabajo de la Dra. Sandra Gruner-Domic. A través de los enfoques de análisis propios del transnacionalismo, la autora explora de forma muy interesante el terreno de las experiencias de mujeres latinoamericanas en Alemania. Estudia así la construcción de identidades y la emergencia de conflictos sobre la representación social de las, así denominadas por la autora, transmigrantes. A través de su lectura se evidencia como las retóricas sobre las inmigrantes latinoamericanas producidas por la sociedad de acogida producen conflictos sobre la identidad de las mismas y como éstas generan estrategias para su reelaboración. Las categorías tradicionales con las que se construían las identidades, tales como la raza, la religión, la clase o la nacionalidad, pasan a un segundo plano cuando estas mujeres construyen sus identidades sobre nuevos criterios basados fundamentalmente en sus particulares estilos de vida. Los tres últimos trabajos que aquí introducimos tratan la inmigración de extranjeros en España desde diferentes ámbitos. En uno de ellos, los autores Gregory Dallemagne, Lucía Echevarría Vecino y Alicia Ferrández Ferrer, dan luz sobre las políticas de representación de la migración de origen latinoamericano en dos medios de comunicación para minorías producidos en España. En estos espacios públicos la representación del extranjero difiere de la producida por los medios generales. En particular ésta se caracteriza por mostrar al extranjero como un sujeto empoderado con capacidad para la reivindicación y generadores de riqueza cultural para el país, características que suelen ser invisibilizadas en los medios de comunicación más generales. Sin embargo la inclusión discursiva no parece ser tan rupturista, al juzgar de los autores, pues a su vez se representa al extranjero latinoamericano a través de construcciones hegemónicas de la identidad cultural y del género, que conducen a una representación comercial y 26 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 superficial de lo “étnico” y a la consolidación del patriarcalismo y el dominio masculino en la esfera pública. Por otro lado, Socorro Pérez-Rincón, Antoni Vives, Asun García y Carme Expósito, miembros del grupo de investigación Multiculturalismo y Género de la Universidad de Barcelona, nos acercan igualmente al problema de la recepción colectiva de los esquemas de representación hegemónicos de los medios de comunicación sobre los extranjeros. La técnica de los focus groups ha sido la herramienta utilizada por los investigadores con el objetivo de analizar los procesos colectivos de creación de significado producidos en la apropiación de mensajes emitidos por diferentes medios de comunicación previamente seleccionados, básicamente recortes de prensa y programas de televisión. A través de la misma dan luz sobre el modo en que se reproducen los discursos sobre la otredad, así como sobre la representación de las concentraciones de inmigrantes, resultado de la segregación social que padecen, como guetos. Para finalizar esta introducción presentamos el trabajo del Dr. Joaquín Eguren sobre usos del espacio público de extranjeros andinos (ecuatorianos, especialmente de la sierra, peruanos, colombianos y bolivianos) en la ciudad de Madrid, en particular de parques y jardines. Trata el autor de identificar los procesos de apropiación del espacio por parte de los extranjeros los que responden a diversas necesidades ligadas principalmente a la extensión de redes de ayuda y conocimiento, a la recreación y el ocio, así como al emprendimiento de actividades económicas ligadas con la gastronomía tradicional. Las concentraciones de connacionales en estos lugares sirve, de este modo, al estudio de la reproducción de usos de los espacios públicos que los extranjeros llevaban a cabo en sus países de origen. Invitamos pues a sumergirse en la lectura de este interesante monográfico el que esperamos contribuya a profundizar el debate en torno al modo en que se estudian los procesos migratorios, en cómo estos se realizan y las consecuencias que genera tanto en los actores que las protagonizan como en las sociedades en las que se establecen. BIBLIOGRAFÍA Achón Rodríguez, O 27 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 2011a “Inmigración, exclusión residencial y segregación espacial. Estudio sobre la vivienda inmigrante en un municipio de Lleida (España)”. Editorial Académica Española, Saarbrücken, Germany. ___2011b Importando miseria. La alternativa a la provisión de mano de obra agrícola. Los libros de la Catarata; Madrid, España. Anderson, B. 1993 “Comunidades imaginadas: reflexiones sobre el origen y difusión del nacionalismo”. Fondo de Cultura Económico; Mexico DF, México. Anderson, N. 1998 “On Hobos and Homelessness”. The University of Chicago Press; Chicago, United States. Arjona Garrido, A. y Checa Olmos, J.C. 2006 “Economía étnica. Teorías, conceptos y nuevos avances” en Revista Internacional de Sociología (RIS) vol. LXIV, nº 45, septiembre-diciembre, pp.117-143. URL: http://revintsociologia.revistas.csic.es/index.php/revintsociologia/article/view/18/18 Ashton, T.S. 1950 “La Revolución Industrial”. Fondo de Cultura Económica; México DF, México. Bravo, D. & D. Contreras 1999 “La distribución del ingreso en Chile 1990-1996: análisis del impacto del mercado de trabajo y las políticas sociales”. Universidad de Chile, Departamento de Economía; Santiago, Chile. Cariola, C. y Lacabana, M. A. 2001 "La metrópoli fragmentada. Caracas entre la pobreza y la globalización" en Eure, vol.80, n°27. Castells 2001 "La sociología urbana en el Siglo XXI" en Susser, I. (Ed.) La sociología urbana de Manuel Castells. Alianza Editorial; Madrid, España. Chalmeta, P., Checa Cremades, F., Gonzalez Portilla, M. y otros 1995 “Cultura y culturas en la historia”. Ediciones Universidad de Salamanca; Salamanca, España. Chambliss, W.J 1964 “A Sociological Analysis of the Law of Vagrancy” en Social Problems, Vol. 12, n°1, Verano, pp. 67 y ss. 28 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 Ciccolella, P. 1999 "Globalización y dualización en la región metropolitana de Buenos Aires. Grandes inversiones y reestructuración socioterritorial en los años noventa", Eure, vol.25, n°76. Contreras, D. 1998 “Distribución del ingreso en Chile. Nueve hechos y algunos mitos” en Perspectivas, vol.2, n°2, pp.311-332. http://www.dii.uchile.cl/~revista/revista/vol2/n2/07.pdf Cowan, K. y de Gregorio, J. 1996 "Distribución y pobreza en Chile: ¿Estamos mal? ¿Ha habido progresos? ¿Hemos retrocedido?" en Estudios Públicos, n° 64. De Mattos, C.A. 2002 “Mercado metropolitano de trabajo y desigualdades sociales en el Gran Santiago. ¿Una ciudad dual?” en Eure, vol.28, n°85. ___1999 "Santiago de Chile, globalización y expansión metropolitana: lo que existía sigue existiendo" en Eure, vol.25, n°76 Doeringer, P. y Piore, M. 1971 “Internal Labor Markets and Mampower Analysis”. D. C. Heath and Company; Lexington, United States. Ducci, M. E. 1997 "Chile: el lado obscuro de una política de vivienda exitosa", Eure, vol.23, n°69. Engels, F. 1976 “La situación de la clase obrera en Inglaterra”. Akal Editor; Madrid, España. Fernández Riquelme, S. 2007 “Los orígenes de la beneficencia. Humanismo cristiano, derecho de pobres y Estado Liberal” en La Razón Histórica, n° 1 Historia y Mitos, SeptiembreDiciembre, pp 12-30. Foote, C. 1956 “Vagrancy Type Law and Its Administration” en University of Pennsylvania Law Review, Vol. 104, n°5, Marzo, pp.603-650. 29 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 Foucault, M. 1998 “Historia de la locura en la época clásica. Vol. I-II”. Fondo de Cultura Económico; México DF, México. Gellner, E. 1988 “Naciones y Nacionalismo”.Alianza; Madrid, España. ___1998 “Pensamiento y Cambio”. Siglo XX; Madrid, España. Gómez Rivero, R. y Palomeque López, M.C. 2003 “Los inicios de la Revolución Industrial en España. La fábrica de algodón de Sevilla (1833-1836)” en Revista del Ministerio de Trabajo e Inmigración, n° 46, pp.185-222. Hammond, J. L. y Hammond, B. 1987 “El trabajador del campo. Ministerio de Trabajo y Seguridad Social. Centro de Publicaciones; Madrid, España. Hobsbawn, E. 2000 “Naciones y nacionalismos desde 1780. Programas, mitos y realidades”. Crítica; Barcelona, España. Krause, A. y Puentes, G. 2001 "Pobreza, crecimiento y distribución del ingreso en Chile en los noventa" en Documento n° 24. Santiago, Ministerio de Planificación y Cooperación (MIDEPLAN) www.mideplan.cl Kemp, T. 1979 “La revolución industrial en la Europa del siglo XIX”. Fontanella; Barcelona, España. Malgesini, G. y Giménez, C. 2000 “Guía de Conceptos sobre Migraciones, Racismo e Interculturalidad”. Los libros de la Catarata; Madrid, España. Mantoux, P. 1962 “La revolución industrial en el siglo XVIII”. Aguilar: Madrid, España. Marín Bravo, A. y Morales Martín, J.J. 2010 “Modernidad y modernización en América Latina: una aventura inacabada” en Nómadas. Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas, n°26, pp.121 http://www.ucm.es/info/nomadas/26/marinbravo_moralesmartin.pdf 30 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 Márquez Domínguez, Juan Antonio 2009 “Jornaleros forasteros y extranjeros en la frontera agraria”. En: Gordo Márquez y Felicidades García (Ed.) Explorando los contratos en origen en los campos españoles. Universidad de Huelva; Huelva, España. pp.187209. Martínez Veiga, U. 1999 “Pobreza, segregación y exclusión espacial”. Icaria; Barcelona, España. ___2001 “El Ejido. Discriminación, exclusión social y racismo”. Los libros de la Catarata; Madrid, España. Meller, P. 2000 “Pobreza y distribución del ingreso en Chile (década del 90)". En: Documentos de Trabajo, n°69, Centro de Economía Aplicada, Universidad de Chile. http://econpapers.hhs.se/paper/edjceauch/69.htm Mezzadra, Sandro 2005 “Derecho de fuga. Migraciones, ciudadanía y globalización”. Traficantes de sueños; Madrid, España. Ministerio del Interior. Gobierno de Chile 2010 “Informe anual del Departamento de Extranjería y Migración”. Ministerio del Interior, Gobierno de Chile; Santiago, Chile. pp. 1-17 http://www.extranjeria.gov.cl/filesapp/Informe%20Estimacion%20Poblacion %20Extranjeros%202008.pdf Monreal, P. 1996 “Antropología y pobreza urbana”. Los libros de la catarata; Madrid, España. Park, R. E. 1998 "El espíritu del hobo: reflexiones sobre la relación entre mentalidad y movilidad" en Park, R. E., La ciudad y otros ensayos de ecología Barcelona: Serbal, pp. 85-88. Pedreño, A. 1999 “Construyendo la huerta de Europa: trabajadores sin ciudadanía y nómadas permanentes en la agricultura murciana” en Migraciones, n°5, pp. 87-120. Prévot-Schapira, M. F. 31 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 2000 "Segregación, fragmentación, secesión. Hacia una nueva geografía social en la aglomeración de Buenos Aires" en Economía, Sociedad y Territorio, vol.2, n°7. Ribeiro, L. C. de Queiroz y Preteceille, E. 1999 "Tendências da segregaçao social em metrópoles globais e desiguais: Paris e Rio de Janeiro nos anos 80" en Eure, vol.25, n°76. Ribeiro, L. C. de Queiroz 2000 "Cidade desigual o cidade partida? Tendências da metrópole do Rio de Janeiro" en Ribeiro, Luiz Cesar de Queiroz (Org.) O futuro das metrópoles: desigualdades e gobernabilidade. Editora Revan; Río de Janeiro, Brasil. Rodríguez, Emmanuel 2003 “El gobierno imposible. Trabajo y fronteras en las metrópolis de la abundancia”. Traficantes de Sueños; Madrid, España. Rodríguez, A. y Winchester, L. 2001 "Santiago de Chile: metropolización, globalización, desigualdad" en Eure, n° 27, 82. Sabatini, F., Cáceres, G., Cerda, J. 2001 “Segregación residencial en las principales ciudades chilenas: Tendencias de las tres últimas décadas y posibles cursos de acción” en Eure, vol. 27, n° 82, pp. 21-42. Sabatini, F y Arenas, F. 2000 “Entre el Estado y el mercado: resonancias geográficas y sustentabilidad social en Santiago de Chile” en Eure, vol. 26, n° 79. Sabatini, F. 2000 “Reforma de los mercados de suelo en Santiago, Chile: efectos sobre los precios de la tierra y la segregación residencial” en Eure, vol. 26, n°77. Sierra Álvarez, José 1990 “El obrero soñado. Ensayo sobre el paternalismo industrial (Asturias, 18601917)”. Siglo XXI de España Editores, S.A; Madrid, España. Soja, E. 32 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 2000 “Postmetropolis. Critical Studies of Cities and Regions”. Blackwell Publishers, Oxford, England. Solé, C. 1995 “Prevenir contra la discriminación: actitudes y opciones ante la inmigración extranjera”. Consejo Económico y Social; Madrid, España. Solé, C. (Coord.) 2001 “El impacto de la inmigración en la economía y en la sociedad receptora”. Anthropos; Barcelona, España. Taschner, S. P. y Machado Bogus, L. 2001 “Sao Paulo, uma metropole desigual" en Eure, vol.27, n°82. Tatjer i Mir, M.; Muñóz Romero F.; Díaz Molinaro, M.; Camino Vallhonrat, X.; Casasayas Garbí, O. y Larrea Kil, C. 2011 “Barraquisme, la ciutat (im)possible. Els barris de Can Valero, El Carmel i la Perona a la Barcelona del segle XX”. Generalitat de Catalunya, Departament de Cultura; Barcelona, España. Thompson, E.P. 1989 “La formación de la clase obrera en Inglaterra. Vol. I-II”. Editorial Crítica; Barcelona, España. Torres, F. 2007 “Los nuevos vecinos de la mancomunidad del sureste. Los inmigrantes y su inserción en Torre Pacheco, Fuente Álamo y La Unión (Murcia)”. Editum; Murcia, España. Tuñón de Lara, M. 1998 “Luchas obreras y campesinas. Jaén (1917-1920), Sevilla (1930-32)”. Siglo XXI de España; Madrid, España. 33 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 DE LOS ENFOQUES “UNIDIMENSIONALES” A LOS ENFOQUES “MULTIDIMENSIONALES” EN EL ESTUDIO DE LAS MIGRACIONES INTERNACIOANALES Pablo Baeza Virgilio 1 En este artículo muestro las debilidades del modelo analítico neoclásico y el modelo asimilacionista a la hora de comprender las realidades migratorias contemporáneas y explico el surgimiento del enfoque transnacional como respuesta a estas debilidades, lo que implicó la ruptura con los modelos binarios y la entrada de la complejidad en el análisis de los fenómenos asociados a las migraciones internacionales. Más allá de la novedad del enfoque, identifico un uso crítico y acrítico del mismo y reflexiono sobre la necesidad de adoptar el primero para no caer en los errores epistemológicos propios de los modelos tradicionales. Palabras claves: migración, modelo neoclásico, asimilacionismo, Estado-nación, identidad, enfoque transnacional. In this paper I show the weakness of both neoclassical and assimilationism model to understand the contemporary migration realities and explain the rise of transnational approach like an answer to this weakness, which involve the rupture with the binary models and the entrance of complexity on migration fenomena analysis. Beyond the novelty, I identify a critical and uncritical use of the approach and think about the necessity of adopting the first of one to not to fall in the epistemology mistakes of traditional models. Keywords: migration, neoclassical model, assimilationism, nation-state, identity, transnational approach. 1 Sociólogo, Doctorando en Sociología por la Universidad Complutense de Madrid, Departamento de Cambio Social I. Email: [email protected] 34 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 INTRODUCCIÓN 2 Las realidades migratorias contemporáneas se han ido transformando en un factor de cambio social, político y económico no sólo al nivel macro, de las economías estatales o regionales, Estados y sociedades, sino también de las localidades, comunidades y barrios desde donde y hacia donde los flujos se originan/destinan. Si bien el fenómeno no es nuevo en Chile, se aprecia una tendencia al alza de los flujos de inmigrantes, dentro de un contexto de creciente migración intra-regional latinoamericana explicada en parte por la crisis económica en aquellos destinos que resultaban más frecuentes para los migrantes (EE.UU. y Europa). El presente trabajo tiene como objetivo delinear el enfoque transnacional (su génesis y desarrollo) para utilizarlo de manera crítica en el análisis y comprensión de los procesos y fenómenos que surgen de estas nuevas realidades migratorias. ENFOQUES TRADICIONALES SOBRE LAS CAUSAS DE LAS MIGRACIONES Y PROCESOS DE ASENTAMIENTO DE LOS GRUPOS: LOS MODELOS NEOCLÁSICO Y ASIMILACIONISTA Las primeras aproximaciones sistemáticas a los fenómenos migratorios se las debemos a las perspectivas que provienen del paradigma neoclásico –con sus supuestos de elección racional, maximización de la utilidad, rendimientos netos esperados, movilidad de los factores, diferencias salariales, etc. (Arango, 2003)–. Uno de los precursores de este enfoque aplicado a las migraciones fue el geógrafo y cartógrafo inglés E. G. Ravenstein, que en su trabajo “The Laws of Migration” (1885 y 1889) destacó una serie de características de los flujos migratorios en el Reino Unido, como la motivación fundamentalmente económica como causa de los movimientos o el carácter gradual de los mismos (step by step). Pero la mayor y más duradera contribución de Ravenstein al estudio de las migraciones fue su uso del marco analítico repulsión-atracción (push-pull), prestando una atención predominante a la primera de estas fuerzas (Arango, 1985). 2 Este trabajo se enmarca dentro de la investigación de tesis doctoral en curso “Dinámicas migratorias transnacionales: argentinos y peruanos en Santiago de Chile”, para cuya realización recibo el apoyo de la Dirección de Investigación y Creación de la Universidad de Artes y Ciencias Sociales ARCIS, Santiago de Chile. 35 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 El modelo analítico atracción-repulsión considera los movimientos migratorios como resultado de la relación de factores que operan en el lugar de origen, que son los factores de repulsión (push factors), y otros que operan en el lugar de destino, los factores de atracción (pull factors). Los factores de repulsión (crecimiento demográfico, bajos estándares de vida, falta de oportunidades económicas, represión política) son los responsables de que los individuos no puedan satisfacer sus necesidades en su entorno inmediato; los factores de atracción (demanda de trabajo, oportunidades económicas, marcos institucionales democráticos) ofrecen la posibilidad al inmigrante de satisfacer sus necesidades en el lugar de destino previsto (Castles y Miller, 2009). El modelo concibe la decisión de migrar como un acto individual y voluntario, basado en el cálculo racional de los costos y beneficios esperados por el desplazamiento y en la comparación de las posibilidades que ofrece el lugar de destino versus los sacrificios y pérdidas que implican el desplazamiento y el abandono del lugar de origen. Estos supuestos son condensados en lo que Borjas llamó un “mercado de inmigrantes”: “En el mercado de inmigrantes la variedad de información es intercambiada y la variedad de opciones son comparadas. En un sentido, los países de acogida compiten haciendo ‘ofertas migratorias’ que los individuos comparan y escogen. La información recolectada en este mercado lleva a muchos individuos a concluir que es ‘beneficioso’ permanecer en el lugar de origen (p.e., encuentran que es caro migrar hacia otro país). A la inversa, otros individuos concluyen que estarán mejor en otro país” (Borjas, 1989: 461). La explicación de corte neoclásico de las migraciones perdió parte de su crédito al verse incapaz de comprender los cambios acontecidos en el último cuarto del siglo XX en relación con los fenómenos migratorios internacionales (Arango, 2003; Pries, 2002; Portes y Rumbaut, 2010). A nivel microsocial, lo que el modelo neoclásico no pudo absorber fue la creciente evidencia empírica que señalaba que los migrantes no eran los sujetos que vivían en condiciones más precarias desde el punto de vista económico, sino más bien individuos de estatus social medio que residían en áreas con bajo crecimiento social y económico (Arango, 2003; Alonso, 2011). También quedaba inexplicado por el modelo por qué ciertos grupos de migrantes se desplazaban a unos países y no a otros atendiendo elementos enteramente racionales en sus decisiones (Portes y Böröcz, 1989). A nivel 36 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 macrosocial, el paradigma neoclásico fue incapaz de explicar por qué países con características estructurales similares tenían tasas de emigración y de inmigración disímiles, y tampoco cuáles eran las fuerzas que estaban detrás de la consolidación de flujos migratorios de unas regiones a otras, aún cuando las primeras causas de éstos se hubieron atenuado. Además, fue incapaz de comprender los flujos migratorios como fuerzas que inciden y estructuran activamente tanto las regiones de origen como las de destino, desde el punto de vista de las reproducciones económica, demográfica y social (Canales, 2011). Todas estas dinámicas migratorias no explicadas satisfactoriamente por el modelo sugirieron las deficiencias del mismo. Grosso modo estas se derivan de la no inclusión de factores políticos, sociales y culturales en sus análisis de los movimientos migratorios. Al optar por un enfoque unidimensional, fundamentalmente económico de tipo neoclásico, deja de lado elementos que influyen fuertemente en las realidades migratorias: políticas públicas restrictivas/permisivas, sentimientos identitarios, conflictos étnicos en las sociedades de destino, lazos culturales e históricos entre países y/o regiones, movimientos políticos y culturales de los grupos migrantes, equilibrios/desequilibrios de poder, etc. Además, al considerar la migración como un proceso meramente individual y racional, no da cabida a otro tipo de factores colectivos y simbólicos que entran en juego en los fenómenos migratorios: estrategias familiares, redes sociales, redes de parentesco, reafirmación de etnicidades, etc. Una serie de tendencias en los movimientos migratorios contemporáneos incentivaron la elaboración de nuevos modelos de explicación y el refinamiento de los ya utilizados. Hacia el último cuarto del siglo XX surgen nuevas zonas y países emisores de flujos migratorios: si antes eran los países europeos los principales emisores, ahora el origen se ha desplazado hacia África, Asia y América Latina. Además, al mismo tiempo que aumentan y se diversifican los países emisores de migrantes, también crece el número de países y regiones receptoras de los mismos. En consonancia con estas tendencias ha habido un cambio en las políticas migratorias en general: de la libre circulación de las personas y el incentivo al asentamiento de finales del siglo XIX y principios del XX se ha dado paso a políticas de tipo restrictivo de los flujos migratorios, en cuanto a entrada y permanencia en los países receptores. Como características de estas dinámicas migratorios destacamos su feminización (Sassen, 2001 y 2003), ilegalización (Alonso, 2011) y creación de espacios sociales transnacionales (Pries 1999, 2002 y 2005; Faist 1998 y 2000). 37 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 Entre estas nuevas aproximaciones analíticas, que buscaban solventar las carencias de las explicaciones de corte neoclásico, podemos destacar la “teoría de los mercados de trabajo segmentados” (Piore, 1979), que propone como causa de los flujos migratorios una demanda estructural de mano de obra por parte de las economías más desarrolladas, en particular del sector económico intensivo en trabajo, de baja productividad, bajos salarios y poco prestigio social; la “teoría del sistema mundial” de Wallerstein, que inscribe las migraciones dentro de las desigualdades estructurales de un mundo dividido en tres esferas (centro/semiperiferia/periferia) y; el análisis de “redes migratorias” (Gurak y Caces, 1992; Portes y Sensenbrenner, 1993; Portes, 1995; Vertovec, 2003), que, partiendo de las aportaciones de Coleman (1988) y Bourdieu (1985) sobre capital social y de Granovetter sobre redes sociales (1973), las concibe como una forma de capital (social) que permite a los migrantes acceder a otras formas de capital (económico y simbólico) que facilita no sólo la decisión de migrar sino también el proceso de incorporación a la región de destino. EL MODELO ASIMILACIONISTA El asimilacionismo ha sido la postura que ha dominado la interpretación de los procesos por los cuales los grupos migrantes se han incorporado a las sociedades de destino, al tiempo que ha sustentado las políticas con la que los Estadosnación receptores han enfrentado estos flujos (Kazal, 1995; Barkan, 1995). La perspectiva asimilacionista, sistematizada fundamentalmente desde el contexto migratorio norteamericano, supone que los inmigrantes renuncian o deberían renunciar por completo a su cultura de origen en favor de la adopción de las conductas y valores del grupo dominante. Asume que la sociedad de acogida, y su cultura, es superior a las sociedades de las que provienen los inmigrantes, de ahí el supuesto deseo de éstos de adoptarla sin ningún tipo de reparos. Esta concepción de los procesos de asentamiento de los grupos migrantes inspiró las políticas de “americanización” de los flujos migratorios europeos a Estados Unidos sobre el final del siglo XIX y principios del XX, las políticas de “germanización” de los inmigrantes que llegaron a Alemania después de la Segunda Guerra Mundial, o las políticas de rechazo y acoso que algunos Estados de EE.UU. actualmente aplican a los inmigrantes que provienen de contextos socio-económicos empobrecidos. El desarrollo académico de este modelo en ciencias sociales se lo debemos a las aportaciones de la Escuela de Chicago (Robert E. Park, William I. Thomas, Ernest 38 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 Burgess y Florian Znaniecki) respecto a la manera como los inmigrantes se ajustaban a la vida norteamericana. La investigación de los años 1918-1920 sobre inmigrantes polacos en EE.UU., “El campesino polaco en Europa y en América” (Thomas y Znaniecki), retrató el tránsito de los campesinos desde una comunidad relativamente autosuficiente, regulada por las reglas sociales de los grupos primarios (como la familia), hacia un orden de gran individualización y autocontrol, basado en la cooperación racional. Esta transición se explica sobre un eje de “desorganización” y “reorganización”, concebido el primer concepto como “una reducción de la influencia de las reglas sociales de conducta existentes entre los miembros individuales del grupo” (Thomas y Znaniecki, 2006: 305) y el segundo como los esfuerzos de cooperación y solidaridad de un grupo por reacomodarse a las nuevas circunstancias sociales. En particular los autores explican cómo los inmigrantes polacos enfrentan la desorganización con una actividad social basada en la reorganización grupal. El desarrollo de este grupo étnico es visto como un tipo de asimilación, ya que el grupo, en un principio polaco-americano, se va transformando lentamente en americano, con sus miembros adquiriendo progresivamente actitudes y conductas propias de la cultura dominante. Sobre esta base se enmarca la contribución de Milton Gordon (1964), probablemente la más sistemática y completa formulación de los postulados asimiliacionistas. Gordon construye su esquema de asimilación como un proceso de siete pasos o subprocesos, que deben ser tomados como tipos de asimilación: asimilación cultural, asimilación estructural, asimilación marital, asimilación identitaria, asimilación actitudinal, asimilación conductual y asimilación cívica. El grupo de referencia para los inmigrantes y sus descendientes es el compuesto por aquellos individuos blancos, de clase media, protestantes y de origen anglosajón. Este grupo de referencia es lo que Gordon llama core group, core society o core culture. El proceso asimilatorio clave para Gordon es lo que denomina asimilación estructural, que no es otro que la entrada del grupo étnico en las relaciones primarias del núcleo de la sociedad (aquellas donde el contacto es íntimo, personal, informal y generalmente cara a cara). La asimilación estructural es la piedra angular del proceso asimilatorio, y el precio de esa asimilación es la desaparición del grupo étnico como entidad separada y la evaporación de sus valores distintivos. El razonamiento es que la entrada al círculo de las relaciones primarias modifica los rasgos culturales intrínsecos (intrinsic cultural traits) del grupo, como son las creencias y prácticas religiosas, valores éticos, gustos musicales, costumbres folclóricas, literatura, lengua y sentido de un pasado común. En definitiva, la herencia cultural de un grupo. 39 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 El modelo asimilacionista fue ampliamente criticado en lo que se ha dado en llamar el “giro diferencialista” (Brubaker, 2001), tendencia que floreció en el discurso y en las políticas en las décadas de los 80 y 90 en Estados Unidos, que comprendía de manera pluralista la persistencia de las diversidad. Tres fueron los aspectos más criticados del modelo: en primer lugar, su comprensión estática de la cultura, ya que consideraba como homogéneos a los grupos, tanto autóctonos como inmigrantes, además de plantear la homogeneización como meta final del proceso de encuentro entre culturas (Malgesini y Giménez, 2000); en segundo lugar, el carácter unidireccional del proceso. Se plantea que la sociedad “receptora” no se modifica con la llegada de los grupos migrantes y son estos los que tienen que adaptarse y “hacerse semejantes” al grupo dominante; y en tercer lugar, el supuesto de que la sociedad y cultura receptora es superior a la sociedad y cultura de origen de los inmigrantes. Al considerar superior la cultura del grupo dominante en la sociedad receptora por sobre la de los grupos foráneos “hizo de la desigualdad su axioma” (Bauman, 2005: 149). Después de dos décadas de permanecer en la oscuridad (Kazal, 1995), el concepto de asimilación ha presenciado una revitalización. Reformulando sus postulados más polémicos, muchos teóricos de las migraciones han defendido su utilidad para comprender el fenómeno de incorporación de los inmigrantes a la corriente cultural dominante (Morawska, 1994; Alba, 1995; Barkan, 1995; Alba y Nee, 1997 y 2003; Rumbaut, 1997; Krivisto, 2001). Se señala desde estas posiciones que el concepto de asimilación no debe ser considerado dentro de un marco de análisis determinista y mecánico, o como sinónimo de un proceso de aculturación forzada o de racismo encubierto. La transformación del concepto, desde el “giro diferencialista” hasta el “retorno de la asimilación” (Brubaker, 2001) se ha expresado en diversos trabajos que plantean un enriquecimiento del concepto de asimilación a través de la “reconciliación” con otros conceptos supuestamente antagónicos (Gans, 1997) y aplicaciones más matizadas del enfoque orientadas a comprender lo que se han denominado fenómenos de asimilación segmentada (Zhou, 1997; Portes y Zhou, 1993; Portes y Rumbaut, 2001). RESQUEBRAJAMIENTO DE LOS CONCEPTOS TRADICIONALES: MIGRACIONES INTERNACIONALES COMO CAMPO DE PRUEBAS LAS Los fenómenos económicos, sociales y culturales que se vienen desarrollando con mayor intensidad desde el último cuarto del siglo XX, propiciaron en las ciencias 40 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 sociales la urgencia de modificar o cambiar los marcos de análisis utilizados hasta el momento. Estos cambios de paradigma (trasladando el acento desde lo dicotómico/homogéneo a lo múltiple/heterogéneo) en diferentes disciplinas sociales propulsaron una serie de virajes teóricos y prácticos en el campo del estudio de las migraciones que permitieron la construcción de un enfoque transnacional para a acercarse a los fenómenos. Si éstos eran comprendidos únicamente y, al tiempo, sólo parcialmente por los conceptos y usos tradicionales (Estado-nación, identidad, comunidad, economía nacional, política nacional, etc.), son ahora observados buscando dimensiones y relaciones subordinadas en los análisis canónicos que acabamos de mostrar (explicación neoclásica y modelo asimilacionista). Como señala Beck, lo que en los enfoques tradicionales queda “... excluido –lo ambivalente, lo móvil, lo pasajero, el estar al mismo tiempo aquí y allí– reaparece en primer lugar en el marco de la investigación de la migración a la hora de valorar los espacios sociales transnacionales” (1998: 49). En particular se mostrará la manera en que la migración contemporánea y sus efectos en las regiones de origen y destino, se convirtió en uno de los fenómenos sobre los que se construyeron miradas y modelos de análisis que cuestionaron la capacidad hermenéutica de las herramientas conceptuales tradicionales en las ciencias sociales. Lo que se hizo evidente es que “las personas, los significados y las formas significativas que se desplazan, encajan muy mal con lo que han sido las unidades convencionales del pensamiento social y cultural” (Hannerz, 1998: 37). Algunos de estos conceptos, al menos los dos que veremos a continuación (Estado-nación e identidad), conforman el marco bajo el que se formaron y consolidaron las sociedades occidentales modernas. En la actualidad, si bien cuestionados desde diferentes ámbitos de las ciencias sociales, siguen siendo conceptos que dan cuenta de las realidades contemporáneas y al tiempo estructuran la mirada sobre ellas. ESTADO-NACIÓN En el actual contexto de globalización económica y cultural, hemos apreciado cómo los Estados nacionales, lejos de perder su influencia en los procesos económicos, políticos y sociales dentro y fuera de sus fronteras, reacomodaron su papel a las nuevas características de la economía mundial, actuando como agentes aceleradores de los procesos económicos, intentando atraer los flujos de inversiones mediante la construcción/mantención de escenarios promisorios para el capital: fundamentalmente flexibles, desregulados y sin conflictividad social. 41 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 Estas dinámicas recientes han supuesto “... una desnacionalización parcial del territorio nacional y un trasvase, también parcial, de algunos componentes de la soberanía del Estado a otras instituciones, a entidades supranacionales y al mercado global de capitales” (Sassen, 2001: 16). En este sentido Beck advierte que el nuevo escenario de globalización altera la posición de los Estados nacionales en el marco de las relaciones internacionales, el sistema económico mundial, los espacios de decisión y ejecución de políticas, etc. Sea en el ámbito económico, social o político, los Estados nacionales deben ahora ejercer una suerte de negociación, poniendo en juego todos sus recursos disponibles, con diversos actores (locales, nacionales, internacionales y transnacionales) para acceder, mantener y consolidar posiciones de poder que antes tenían aseguradas. Por ello la globalización supone: “que se rompe la unidad del Estado nacional y la sociedad nacional, y se establecen unas relaciones nuevas de poder y competitividad, unos conflictos y entrecruzamientos entre, por una parte, unidades y actores del mismo Estado nacional y, por la otra, actores, identidades, espacios, situaciones y procesos sociales transnacionales” (Beck, 1998: 43). Dentro de este panorama, lo que se ha cuestionado como supuesto incontestable dentro de las ciencias sociales es la “teoría del contenedor de la sociedad” (Beck, 1998, 2000 y 2004; Pries, 1999 y 2002; Glick Schiller et al. 1992 y 1995; Glick Schiller, 2009). Según este modelo de pensamiento las sociedades están contenidas en el Estado, que es quien controla y domina el territorio donde cada sociedad se desenvuelve. Por definición estas sociedades son “sociedades estatales”, delimitadas por el territorio que domina el Estado y por las otras sociedades adscritas a otros territorios. Y son “apolíticas”, ya que lo político se desplaza hacia el Estado y sus instituciones. Este ordenamiento tiene su corolario en la supuesta homogeneidad de la sociedad contenida en el Estado, sobre la base de una historia social y cultural compartida por sus miembros, un sentimiento de identidad que los agrupa y que se expresa en una idiosincrasia nacional, un arte nacional, una literatura nacional, una educación nacional, e incluso una religión nacional. La “teoría del contenedor de la sociedad” supone que la 42 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 identidad nacional se desarrolla dentro de los límites del Estado, que son límites primero territoriales y después límites culturales, históricos y sociales. Una nación sólo puede llegar a ser lo que es si está sujeta (contenida) en un Estado. El concepto de Estado-nación descansa en lo que Ludger Pries define como una “... conexión de doble exclusividad de espacio social y espacio físico-geográfico” (Pries, 2002: 583), que consiste en la creencia de que un espacio social se encuentra anclado única y exclusivamente en un espacio geográfico y que un espacio geográfico contiene única y exclusivamente un espacio social dentro de sus límites. Esta doble exclusividad ha ido perfilando “... la idea de una relación orgánica entre una población, un territorio, una forma, a la vez que una unidad de organización política, y un paquete organizado de significados y formas significativas...” (Hannerz, 1998: 39). A la vez como producto y productor de los supuestos que sostienen el concepto de Estado-nación se encuentra lo que Wimmer y Glick Schiller han llamado “nacionalismo metodológico”, que se manifiesta en la práctica de tomar “los discursos nacionales, agendas, lealtades e historias, como dadas, sin problematizarlas o sin hacerlas un objeto de análisis por derecho propio” (Wimmer y Glick Schiller, 2002: 304). Hay un proceso de naturalización del Estado-nación, como contenedor de una cultura, una política, una economía y un grupo social homogéneo. El Estado-nación aparece como el lugar donde todos los procesos sociales adquieren sentido o más bien, todos los procesos que ocurren dentro del Estado-nación son susceptibles de ser comprendidos. Asumiendo entonces que estos procesos son diferentes de aquellos que ocurren fuera de sus fronteras, “las ciencias sociales no dejan lugar para procesos globales y transnacionales que conectan territorios nacionales” (Wimmer y Glick Schiller, 2003: 579) y por tanto reducen su foco de atención a las realidades que se insertan dentro de los “contenedores” de los Estados-nación y dejan de lado aquellas que subvierten o introducen ambivalencia en el esquema analítico Estado/nación/territorio. Una lectura escolástica (Bourdieu, 1999) del “nacionalismo metodológico” nos puede llevar a pensar que es una visión superada por el cosmopolitismo. Podríamos estar convencidos de que esta estrechez de miras, una estrechez justamente nacional, va en franca retirada de la vida política, cultural y social de nuestras sociedades. Pero este error escolástico, igualar el modo en cómo aprehendemos los fenómenos al modo en que los fenómenos se manifiestan, es fácilmente contrarrestable si asumimos que por el propio hecho de que los estados-nacionales no han desaparecido el punto de vista nacionalista posee toda 43 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 una plataforma potente de desarrollo y maniobra. El modo en que los inmigrantes son asociados, por una lógica de cálculo de costos y beneficios, a crisis social, a problemas sociales (Domenech, 2011; Stefoni, 2011; Novick, 2011), nos habla de que el Estado y sus políticas migratorias siguen utilizando el marco nacionalista para concebir la entrada y asentamiento de los inmigrantes. Los inmigrantes son deseados o indeseados según procedencia, capacidades, características étnicas, idiosincráticas, etc., y este juicio puede cambiar: los que fueron deseados en un momento dado y con el tiempo fueron ganando fuerza como grupo, se transformaron en indeseados e intercambiables, y con ello perdieron su deseabilidad (fue el caso de los inmigrantes marroquíes en el campo andaluz, que fueron reemplazados, cuando se volvieron “difíciles”, por inmigrantes, en su mayoría mujeres, provenientes de Europa del Este; o el caso de los bolivianos en el Gran Buenos Aires relatado por Benencia, 2011). Esta provisionalidad (Domenech, 2011) a la que está sujeto el inmigrante, que depende de su condición de regular o irregular, o a su condición de deseable o indeseable, etc., nos habla de las asimetrías extremas entre Estado e inmigrante, y en definitiva de la vigencia que mantiene el punto de vista nacionalista, que “presenta a los inmigrantes como la principal fuerza diferenciadora que amenaza el tejido social de la nación” (Glick Schiller, 2008: 27). Por tanto, si bien es cierto que se ha avanzado notablemente en el campo del estudio de las migraciones en la comprensión de los fenómenos más allá del marco interpretativo del Estado-nación, también es cierto que todavía existen grandes esferas de los público (para el caso de Chile desde la Constitución de la República hasta la manera en que los municipios se “enfrentan” a las poblaciones migrantes) que se sustentan en el punto de vista del nacionalismo metodológico, y que estas esferas se alimentan de saberes teóricos que desarrollan, matizan y sofistican este enfoque. La única manera de disminuir su influjo es practicar una alerta teórica y metodológica constante, no tomar como dadas las categorías con las que pensamos lo social sino justamente construirlas como resultado del análisis. Me refiero por ejemplo al modo en que subsumimos bajo una categoría nacional (peruano o colombiano) a grupos con diferentes características étnicas, regionales o de clase cuando intentamos comprenderlos (Caggiano y Torres, 2011). IDENTIDAD 44 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 Al igual que para el concepto de Estado-nación, el concepto de identidad ha sufrido una metamorfosis: se ha multilocalizado. Este movimiento de liberación de sus ataduras con un único y exclusivo espacio geográfico es un fenómeno que no sólo se aplica a las corporaciones transnacionales y los mercados financieros, sino también a los grupos étnicos, los movimientos de personas, las formaciones políticas, los movimientos sociales, etc. La multilocalización afecta a las lealtades de los grupos sociales, sus manipulaciones transnacionales de recursos, riquezas e inversiones, al igual que a la posición de los Estados en el panorama mundo. En palabras de Appadurai, “la pérdida de las fronteras entre las personas, la riqueza y los territorios, altera profundamente la base de la reproducción cultural” (1991:465). Las ciencias sociales se enfrentan al reto de comprender la identidad en un mundo donde la reproducción social, cultural y territorial de los grupos está cambiando. Como resultado de la migración, los grupos se anclan en nuevos territorios, reconstruyen sus historias y reconfiguran sus proyectos “étnicos”. De ahí que Appadurai advierta que lo etno en la etnografía se ha vuelto resbaladizo (slippery), una cualidad ilocalizable en el sentido tradicional. Lo que agotó su capacidad hermenéutica es el análisis social tradicional de la identidad individual y colectiva basado en una teoría clasificatoria de tipos sociales, que presupone la existencia de identidades unitarias. De este modo, los individuos son concebidos como miembros de un grupo social cerrado/limitado, en cuyo interior son categorizados. Esta lógica binaria del “esto o esto otro” (Kearney, 1995) considera a los miembros como dentro o fuera del grupo, no hay matices, contradicciones ni ambivalencias: no existe el “esto y aquello” o el “ni esto ni esto otro”. El supuesto es que los individuos y los grupos desarrollan su identidad teniendo como base un territorio delimitado y controlado por un Estado, dentro de una historia, tradición y costumbres determinados, y sujetos a un destino común, como pueblo, nación o comunidad. Esta identidad se construye por oposición a otra, que tiene su misma naturaleza: está delimitada y sujeta a un territorio específico y es exclusiva de un pueblo. Se cree que la “existencia social auténtica está, o debiera estar, circunscripta a lugares cerrados”, y por ello que la residencia es “la base local de la vida colectiva” (Clifford, 1999: 13). Pero el concepto de identidad debe hoy en día adaptarse a este mundo de lealtades cambiantes, de reordenamientos espaciales constantes, de flujos globales de mensajes, personas, bienes y prácticas, de conexiones complejas entre localidades, naciones y regiones, de relaciones transnacionales de tipo 45 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 económico, político, cultural y social, y de fuerzas sociales nuevas. La identidad ya no es identificable de manera simplista y lineal con un territorio, una nación o un Estado, ni con una condición social determinada (explotado/explotador, dominador/dominado, etc.) sino que se desliza sobre un terreno arenoso, donde es preciso comprender lo móvil y lo inmóvil, el viaje y la residencia, lo local y lo global. EL DESAFÍO DE COMPRENDER LAS MIGRACIONES CONTEMPORÁNEAS En relación con el concepto de Estado-nación como contenedor de la sociedad, las poblaciones migrantes aparecen como fenómenos desviados del funcionamiento normal del Estado y la sociedad. En este sentido Wimmer y Glick Schiller (2002) señalan cuatro elementos que están detrás de la creciente importancia de las migraciones como campo de investigación especializado y desafiante para las ciencias sociales. En primer lugar, porque “destruyen el isomorfismo entre pueblo, soberanía y ciudadanía” (2002: 309), ya que los inmigrantes son percibidos como extranjeros para la comunidad que comparte lealtad al Estado y a la que el Estado le garantiza ciertos derechos compartidos. Los inmigrantes también erosionan la relación isomórfica entre pueblo y nación, apareciendo como individuos que nos recuerdan que existe un proceso social, político y cultural que nos convierte en parte de una nación, y que no es un proceso natural, sino que tiene una historia concreta, muchas veces rodeada de violencia y abusos de poder. La inmigración, con todas sus realidades heterogéneas, restituye el carácter histórico-social del proceso por el que un pueblo se convierte en nación. Un tercer elemento clave es que los inmigrantes destruyen el isomorfismo entre pueblo y solidaridad de grupo. En la medida en que vienen “de afuera”, los inmigrantes no son concebidos como parte del sistema de protección social de la sociedad de destino, pero por otro lado aportan con trabajo y generación de riqueza para que este sistema funcione. Por último, las migraciones internacionales aparecen como una anomalía dentro de la normalidad de que la gente resida en el lugar donde pertenece, que no es otro que su Estado-nación, ya que desde el punto de vista del nacionalismo metodológico, cualquier “movimiento a través de las fronteras nacionales se convierte en una excepción a la regla de sedentarismo dentro de las fronteras del Estado-nación” (2002: 310). 46 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 Respecto del concepto de identidad, los flujos migratorios actuales nos muestran que las identidades son construcciones sociales dinámicas, que pueden estar sujetas a un territorio determinado o a más de un territorio, como también pueden anclarse más que en un espacio geográfico concreto en una red de relaciones sociales, culturales y económicas que traspasan diversos territorios. Nos encontramos entonces con identidades múltiples, configuradas a partir de elementos que pertenecen, desde el punto de vista nacional/cerrado, a diferentes nacionalidades. Si las formas sociales y económicas de actuar, trabajar y vivir no están ya confinadas dentro del contenedor del Estado, la identidad también se libera de este contenedor y se sitúa más en el terreno de las relaciones (que imbrican lo local, lo nacional, lo regional y lo transnacional) que en el de los territorios. La identidad deja de ser pensada como una esencia que se transmite, se hereda y se adquiere de forma automática, sino como una construcción social que se configura dentro de un entorno de creciente interconexión (Marcus, 1995). Las realidades migratorias contemporáneas también han sacudido el concepto de comunidad, que identifica de manera automática un pueblo con un territorio o lugar cerrado, limitado espacialmente, y que constituye lo que Glick Schiller et al. (1992) denominan un “concepto limitado” (bounded concept). La manera de comprender la migración desde este marco analítico se enfrentó a los desafíos que la muestran como un “proceso circular” (Rouse, 1991), en la que los individuos permanecen orientados hacia sus lugares de origen. Hay una evidencia creciente de que muchas personas en muchos lugares se enfrentan al hecho de mantener de manera sistemática dos modos diferentes de vida, aquí y allí, y por tanto desarrollan la capacidad de estar orientadas social y culturalmente a más de un lugar, lo que se ha dado en llamar cultural bifocality (Rouse, 1991), dual frame of reference (Guarnizo, 1997), type of consciousness (Vertovec, 1999), dual lives (Portes et al., 1999) o dual orientation (Vertovec, 2004). EL ENFOQUE TRANSNACIONAL DE LAS MIGRACIONES Y LA ENTRADA DE LA COMPLEJIDAD EN LOS ANÁLISIS MIGRATORIOS El transnacionalismo en relación a los fenómenos migratorios se define en una primera instancia de manera muy amplia como “el proceso por el cual los inmigrantes construyen campos sociales que vinculan sus países de origen con los de destino” (Glick Schiller et al., 1992). El término transnacionalismo se refiere entonces, en palabras de Guarnizo, “... a la red de relaciones culturales, sociales, 47 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 económicas y políticas, prácticas e identidades, construidas por los migrantes a través de las fronteras nacionales” (1997: 287). Una de las características clave para poder hablar de un nuevo proceso migratorio es la manera en que muchos migrantes actualmente construyen y reconstruyen relaciones simultáneas en más de una sociedad a la vez. Estos migrantes son denominados “transmigrantes” (Glick Schiller et al., 1995, Pries, 1999 y 2002) y se caracterizan porque “sus vidas dependen de múltiples y constantes interconexiones a través de las fronteras internacionales y sus identidades públicas son configuradas en relación a más de un Estado-nación” (Glick Schiller et al., 1995). Estos autores sugieren que la concepción del inmigrante como un desarraigado (uprooted) no es un enfoque útil para comprender las nuevas realidades migratorias, ni siquiera para las migraciones de finales del siglo XIX y principios del XX. Esta concepción tradicional supone que los individuos que migran pierden sus raíces por el hecho de que se alejan de su territorio y que para echar nuevas raíces deben asimilarse a los modos de la sociedad que los recibe. Este “modelo bipolar” (Guarnizo, 1997) de migrantes permanentes v/s temporales, es poco útil para entender estas nuevas realidades. Las primeras formulaciones del enfoque transnacional se centraron en lo que se denominó una “nueva existencia migrante”, que consistía en la construcción de espacios sociales que atravesaban las fronteras nacionales, uniendo sociedades emisoras y receptoras a través de diversos tipos de intercambios y relaciones (Glick Schiller et al., 1992). Diversos autores los describieron como “campo social transnacional” (Glick-Glick Schiller et al., 1992; Itzigsohn et al., 1999; Mahler, 1998), “espacios sociales transnacionales”, (Faist, 1998 y 2000), “circuito migrante internacional” (Rouse, 1991), “sociedad transnacional” (Guarnizo, 1997), “comunidad transnacional” (Smith, R. C., 1998), “espacio social transnacional y plurilocal” (Pries, 1999), etc. Más allá de las diferencias que cada definición resaltaba, el elemento común que definía el nuevo concepto era: la construcción y mantención de una red de interacciones (sociales, políticas, económicas, culturales) que unen dos o más espacios geográficos distantes (regiones emisoras y receptoras) a través de las prácticas de migrantes y no migrantes. Esta red de conexiones constituiría el anclaje donde migrantes y no migrantes orientan sus vidas diarias, ajustan sus comportamientos, desarrollan sus actividades, proyectan sus posibilidades, etc. Este concepto de campo social transnacional permite analizar los procesos por los cuales los inmigrantes continúan siendo parte de la vida social de sus sociedades 48 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 de origen al tiempo que participan en la vida socioeconómica y política de las sociedades de destino (Glick Schiller y Fouron, 1999). Una característica clave de estos espacios sociales que se extienden entre dos o más territorios es que los procesos de participación en ambas regiones o localidades (emisoras y receptoras) no se dan de manera independiente ni sucesiva, sino de manera dependiente y simultánea. El campo social transnacional trasciende “... las fronteras políticas y geográficas de una nación y se ha transformado en un campo relevante de referencia y acción...” (Itzigsohn et al., 1999: 317). La simultaneidad, expresada en el actuar y pensar en el “aquí y allí” al mismo tiempo, es uno de los aspectos que definen el transnacionalismo migrante (Levitt y Glick Schiller, 2004). Mientras se describían ejemplos de transnacionalismo en inmigrantes caribeños y filipinos (Glick Schiller et al., 1995), dominicanos (Guarnizo, 1997; Itzigsohn et al., 1999), haitianos (Glick Schiller y Fouron, 1998 y 1999) colombianos (Guarnizo y Díaz, 1999; Guarnizo et al., 1999) y salvadoreños (Landolt et al., 1999), había intentos de refinar la perspectiva transnacional. Un primer esfuerzo destacado partió con la distinción entre “transnacionalismo desde abajo” (from below), como las actividades realizadas por inmigrantes y emprendedores (grassroots entrepreneurs), y el “transnacionalismo desde arriba” (from above), referido a las iniciativas transfronterizas llevadas a cabo por gobiernos y corporaciones, con el objetivo de definir el objeto de estudio y no confundir procesos y actividades de diferentes sujetos transnacionales (Smith y Guarnizo, 1998). Allí plantean además una crítica a las primeras formulaciones teóricas acerca del transnacionalismo señalando que las prácticas transnacionales no tienen lugar en un imaginario “tercer espacio”, que se localizaría de manera abstracta entre los territorios nacionales, cuestionando la aplicabilidad de conceptos como “desterritorialización” e “ilimitado” (unboundedness) para lo transnacional y sus actores. Según los autores, el fenómeno así descrito se concibe como sin fronteras, sin límites ni condicionamientos de ningún tipo. En este sentido plantean que los contextos específicos en donde las actividades y prácticas transnacionales tienen lugar no son sólo locales, sino también “translocales” (local-local). A la luz de este enfoque interpretativo varios autores han señalado que el surgimiento de prácticas y actividades transnacionales no es incompatible con el proceso de incorporación de los inmigrantes en las sociedades de destino, sino que en algunos casos puede ser simultáneo (Levitt et al., 2003; Morawska, 2003; Itzigsohn y Saucedo 2002; Portes et al., 2007), dando lugar a procesos de integración complejos, multidimensionales y multidireccionales. El balance entre el compromiso transnacional y la asimilación a la sociedad de destino depende del 49 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 tipo de actividades, el contexto institucional en el que se desarrollan estas actividades, el tipo de recursos a los que tienen acceso los inmigrantes y el momento en su ciclo de vida. Mientras unos inmigrantes participan activamente en la vida social, económica y política de sus comunidades de origen al tiempo que alcanzan una movilidad social ascendente en la de destino, algunos se comprometen en actividades transnacionales y avanzan socialmente en sólo uno de los frentes (local o transnacional), y otros se comprometen en actividades transnacionales pero estancan su movilidad tanto en las sociedades de origen como de destino (Levitt et al., 2003). La mirada entonces cambia. Ya no se trata de una oposición entre transnacionalismo y asimilación, sino de “... pensar la experiencia migrante como una especie de indicador, que si bien está anclado, pivota entre la nueva tierra y una incorporación transnacional. El movimiento y la estabilidad no son lineales ni secuenciales sino capaces de rotar hacia adelante y hacia atrás y de cambiar de dirección con el tiempo. El punto medio de este indicador no es la plena incorporación, sino la simultaneidad de la conexión” (Levitt y Glick Schiller, 2004: 1011). Se trata de explicar el modo en que los grupos migratorios se sitúan de manera variable, dependiendo del contexto, más cerca de un polo (asimilación total) o del otro (transnacionalismo) de un continuum, y de comprender que su posición no es estática ni definitiva en un punto, sino que se configura como una combinación de ambas posibilidades. CONCLUSIONES: USOS DEL ENFOQUE TRANSNACIONAL Una vez delimitado el enfoque transnacional en relación a lo que propone y a lo que se opone y complementa (modelos neoclásico y asimilacionista), es necesario describir lo que denomino usos acrítico y crítico del mismo. A lo largo de su desarrollo desde hace 20 años, se ha utilizado el enfoque transnacional desde diversos puntos de vista y con diferentes acentos: bien resaltando lo necesario de esta nueva aproximación, ya que nos muestra vías de incorporación a las sociedades de destino diferentes a las ya tradicionales (Portes, 1995, 1997, 1999, 2001 y 2003; Portes et al. 2002); bien enmarcando las prácticas transnacionales dentro de trayectorias y dinámicas ya analizadas de movimientos migratorios anteriores, y con ello cuestionando la novedad y utilidad del enfoque (Alba, 1995; Alba y Nee, 1997; Waldinger y Fitzgerald, 2004; Waldinger, 2008); o bien intentando contextualizar, según su alcance e importancia relativa, los aportes 50 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 hermenéuticos del enfoque dentro de las realidades concretas en las que se aplica (Guarnizo y Smith, 1998; Levitt y Glick Schiller, 2004; Pries, 2005; Bauböck, 2003). Dados estos diferentes usos del modelo de análisis transnacional, nos encontramos con un panorama muy diverso en cuanto a resultados y aportes significativos. Con el propósito de delinear y distinguir entre los usos acrítico y crítico del enfoque transnacional aplicado a las migraciones internacionales, propongo revisar cómo se abordan desde cada uno de ellos dos dimensiones de análisis fundamentales para este campo de estudio. La primera de ellas es la dimensión de la localización geográfica o territorialidad, entendida como la cualidad de los fenómenos sociales de permanecer anclados en espacios geográficos concretos, específicos y múltiples. Si bien los fenómenos actuales de globalización económica, política y cultural están dibujando nuevas formas de socialización, acción colectiva y represión, que muchas veces parecen estar inscritas en un espacio no determinado, los sujetos “... no viven desterritorializados y en el aire sino, más bien, se está ampliando el margen espacial de sus acciones y de su mundo social, por un lado, y se están multiplicando los lugares geográficos en y entre los cuales se está desarrollando la vida y el espacio social de una porción creciente de seres humanos” (Pries, 2002: 13). El uso acrítico del enfoque transnacional ve todas las manifestaciones migrantes como flotando en espacios desterritorializados, sin limitaciones estructurales, ni políticas ni culturales, es decir, como fenómenos sin límites (boundless). Con ello pierde la escala de los fenómenos, tanto cuantitativa como cualitativa, ya que los sitúa aislados de la red de relaciones sociales, económicas y políticas localizadas en la que se inscriben y que le dan sentido. Y pierde también de vista sus efectos: al tratarlos de manera aislada, sin relación con su entorno, los fenómenos son observados omitiendo tanto las fuerzas que lo restringen y moldean como los efectos y desplazamientos que operan en la red en la que se insertan. Además, corre el riesgo de generalizar o aplicar modelos de análisis generados a partir de fenómenos específicos a los fenómenos migratorios en general (Glick Schiller, 2008). Paradójicamente fueron los primeros desarrollos de Glick Schiller del enfoque transnacional los que acentuaron esta “desterritorialización” de estos “nuevos migrantes”, los llamados “transmigrantes” (Glick Schiller et al., 1992, 1995), y que respondieron probablemente a la necesidad de enfatizar esta nueva perspectiva sobre las migraciones frente a las tradicionales. Por el contrario, un uso crítico del modelo transnacional inserta los fenómenos que observa en un entramado económico, político, social y cultural, que se encuentra 51 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 asociado a territorios concretos y específicos, con sus propias restricciones (espaciales, fronterizas, comunicacionales, asimetrías) y posibilidades (recursos, identidades, historias). Esto no quiere decir que, como asume el modelo del Estado-nación como contenedor de la sociedad, los fenómenos migratorios internacionales se inscriban en un único y exclusivo territorio y espacio social o en transición desde uno a otro, sino que por el hecho de conectar diferentes espacios sociales y geográficos específicos son calificados como transnacionales. Lo transnacional en este caso no significa sin raíz, sino enraizado en múltiples redes y territorios (Guarnizo, 2003; Guarnizo et al., 2003; Itzigsohn y Saucedo, 2002). Este uso del enfoque permite entender los fenómenos transnacionales relacionándolos tanto con procesos amplios y abarcadores (dinámicas económicas internacionales y regionales, marcos políticos y sociales, características societales específicas, etc.) como con procesos específicos y localizados (equilibrios étnicos locales, idiosincrasia de poblaciones autóctonas, marcos normativos específicos, etc.). La otra dimensión de análisis clave es la estructura, entendida como el marco en el que se desarrollan los fenómenos migratorios contemporáneos. Estructura económica, política y social que delimita un marco de acción específico para los fenómenos migratorios, dentro del cual es posible movilizar ciertos recursos (capital, redes, identidades) y donde también quedan restringidas posibilidades de acción y estrategias. En este sentido es clave para entender la estructura política, económica y social actual el papel del Estado-nación. Como vimos más arriba, ciertamente que su soberanía y capacidad para dirigir e influenciar los procesos político-económicos dentro y fuera de sus fronteras ha disminuido, pero en ningún modo se ha extinguido. El uso acrítico del enfoque transnacional ha remarcado la relativa poca importancia de los Estados nacionales para las comprensión de los fenómenos migratorios actuales, argumentando que el poder que antes detentaban ha sido transferido a las empresas multinacionales, a los organismos políticos supranacionales, a los movimientos sociales globales, etc., y considerando por ello a los transmigrantes como dueños de sí. Este uso busca la explicación de las características de las prácticas transnacionales en factores intrínsecos de los grupos (endógenos), sin atender a los factores que los constriñen y condicionan (exógenos). Es el caso por ejemplo de los primeros análisis que concebían el transnacionalismo migrante como una respuesta a la globalización neo-liberal (Portes, 1997). Un uso crítico del modelo transnacional considera a los Estados-nación como uno de los más importantes actores institucionales del escenario en el que se 52 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 configuran los actuales flujos migratorios: como productor activo de identidad y alteridades (Segato, 1998); como promotor y diseñador de flujos migratorios convenientes a sus intereses (Levitt y de la Dehesa, 2003); como entidades de poder asimétrico, unas como receptoras y otras como generadoras de modernidad (Segato, 1998); como fuerzas activas que moldean los flujos migratorios en general y las prácticas transnacionales en particular (Glick Schiller y Fouron, 1998, Fouron y Glick Schiller, 2001; Portes, 1999; Glick Schiller, 2009). Además, es sensible a los contextos (políticos, económicos y sociales) donde se manifiestan los movimientos, tanto de emigración como de inmigración, incluyéndolos como factores de peso en relación a las derivas y características de los mismos. Específicamente relacionada con las experiencias latinoamericanas, la mirada transnacional de los movimientos migratorios es una herramienta de gran utilidad para la comprensión de la heterogeneidad de fenómenos que se desarrollan en nuestro continente. Existe abundante evidencia de que, por un lado, asistimos a un período singular en relación a los flujos, intensidades y procesos sociales y culturales resultantes del los movimientos de personas (Benencia, 2008; Stefoni, 2008; Canales, 2011; Feldman-Bianco, 2011), intensificándose las migraciones intra-regionales y con ello las dinámicas de interacción entre poblaciones y culturas diversas, los conflictos, los procesos de intensificación de la discriminación y de los movimientos que buscan contrarrestarla, etc. Y por otro lado, las realidades políticas, sociales y jurídicas de los países son extremadamente heterogéneas: mientras en países como Chile o Paraguay predominan los tratamientos policiales y de seguridad respecto de los inmigrantes (Stefoni, 2011; Novick, 2011), en Argentina o Brasil la perspectiva ha tendido hacia lo que se da en llamar un “enfoque de derechos”, aunque no exento de ambivalencias (Feldman-Bianco, 2011; Domenech, 2008, 2011; Novick, 2008). El panorama contemporáneo de la migración en América Latina viene a complejizar unas realidades ya de por sí heterogéneas y atravesadas por procesos de luchas étnicas por derechos sociales y políticos, etnificación de las luchas, redefinición de las fronteras simbólicas entre los grupos, y también por esfuerzos estatales por nacionalizar los conflictos, amalgamar la diversidad en marcos culturales cerrados y diferenciables, y gestionar, desde un punto de vista de seguridad, las manifestaciones sociales, políticas y económicas que emanan de los movimientos de personas. Aproximándose a estos fenómenos complejos desde un enfoque también complejo tenemos la capacidad, no sólo de comprenderlos e insertarlos en redes de sentido que nos permitan enfocar e implementar políticas sociales y comunales pertinentes, sino también de hacerlos 53 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 comprensibles a sus protagonistas, a los ciudadanos que migran y a aquellos que los reciben, con el objetivo que piensen su historia, presente y futuro a medio y largo plazo, y no se enfrasquen en conflictos de odio y discriminación, actualizando las fronteras entre un “ellos” y un “nosotros”. Desde una perspectiva epistemológica, un uso crítico del modelo de análisis transnacional debiera dejar en “suspenso”, en el sentido husserliano del término, aquellas categorías con las que nos aproximamos a los fenómenos para comprenderlos y construirlas como resultado de los análisis, esto es, no tomarlas como dadas: las categorías nacionales, que amalgaman en un tipo ideal una serie de características culturales, sociales, fenotípicas, y actúan como etiqueta de una serie de grupos, eliminando las diferencias y especificidades entre cada uno de ellos; las categorías étnicas y/o raciales, que a su vez también son el resultado de construcciones simbólicas específicas atravesadas por relaciones de poder y dominación (Quijano, 2000ª y 2000b); y las categorías con las que nombramos a los sujetos migrantes, que responden a construcciones sociales y políticas, y que definen el modo que tienen las sociedades de aproximarse a ellos (políticas y prácticas) y el campo de acción, negociación y resistencia de los segundos en relación a las primeras (Feldman-Bianco et al., 2011). El enfoque transnacional, tanto en sus versiones más entusiastas como en aquellas más cautelosas, ha supuesto la entrada en los estudios migratorios de dimensiones de análisis que se encontraban relegadas o definitivamente impensadas en los desarrollos tradicionales del campo. En este sentido ha introducido complejidad a los modelos analíticos y ha significado un reto para los investigadores, ya que obligó a pensar las dinámicas migratorias como atravesadas por una miríada de factores, tanto endógenos como exógenos, locales y globales, latentes y manifiestos, que se interrelacionan unos con otros dentro de redes de poder, económicas, sociales y culturales. Un uso crítico del enfoque es sensible tanto al espacio social y geográfico que atraviesan y del que son atravesados los flujos migratorios, entendido como el locus específico en el que tales fenómenos adquieren sentido, como a las fuerzas estructurales (de carácter económico, político y cultural) que enmarcan dichos flujos, los restringen, dan forma y son también moldeadas por ellos. Y también presta atención a la construcción social y política de las categorías y unidades de análisis que utiliza, tomándolas como referencia preliminar (inicial), para luego construirlas sustantivamente como resultado del propio trabajo de investigación, con el objetivo de no “encajar” por defecto los fenómenos en los marcos interpretativos 54 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 tradicionales sino construir esos marcos a partir de las particularidades de los fenómenos analizados. BIBLIOGRAFÍA Alba, Richard 1995 “Assimilation's Quiet Tide”. En: The Public Interest, 119: 1-18. Alba, Richard y Nee, Victor 1997 “Rethinking Assimilation Theory for a New Era of Immigration”. En: International Migration Review, vol. 31(4): 0826-0874. ___2003 Remaking the American mainstream: assimilation and contemporary immigration. Harvard University Press; Cambridge, United Kingdom. Alonso, José Antonio 2011 “Migración internacional y desarrollo: una revisión a la luz de la crisis”. En: Economic & Social Affairs, CDP Background paper Nº 11. Appadurai, Arjun 1991 “Global Ethnoscapes: Notes and Queries for Transnational Anthropology”. En: Vertovec, S. y R. Cohen (eds.) Migration, Diasporas and Transnationalism. The International Library of Studies on Migration; Cheltenham, United Kingdom - Northampton, United States. Arango, Joaquin 1985 “Las ‘Leyes de las Migraciones’ de E. G. Ravenstein, cien años después”. En: Revista Española de Investigaciones Sociológicas, 32:7-26. ___2003 “La explicación teórica de las migraciones: luz y sombra”. En: Migración y Desarrollo, Nº 1. Barkan, Elizabeth 55 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 1995 “Race, Religion, and Nationality in American Society: A Model of Ethnicity– From Contact to Assimilation”. En: Journal of American Ethnic History, 14: 38101. Bauböck, Rainer 2003 “Towards a Political Theory of Migrant Transnationalism”. En: International Migration Review, 37(3): 700-723. Bauman, Zygmunt 2005 “Modernidad y ambivalencia”. Anthropos Editorial; Barcelona, España. Beck, Ulrich 1998 “¿Qué es la globalización?”. Paidós; Barcelona, España. ___2000 “The Cosmopolitan Perspective: Sociology in the Second Age of Modernity”. En: British Journal of Sociology, 51: 79-107. ___2004 “Cosmopolitan Realism: On the Distinction between Cosmopolitanism in Philosophy and the Social Sciences”. En: Global Networks 4(2): 131-156. Benencia, Roberto 2008 “Migrantes bolivianos en la periferia de las ciudades argentinas: procesos y mecanismos tendientes a la conformación de territorios productivos y mercados de trabajo”. En: Las migraciones en América Latina. Políticas, culturas y estrategias, Susana Novick (comp.). CLACSO, Buenos Aires. Borjas, George J. 1989 “Economic Theory and International Migration”. En: International Migration Review, 23 (3): 457-485. Bourdieu, Pierre 1985 “The forms of capital”. En: J. Richardson (ed.) Handbook of Theory and research for the Sociology of Education. New York, Greenwood, pp. 241-258. 1999 “Meditaciones pascalianas”. Editorial Anagrama, Barcelona. Brubaker, Rogers 56 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 2001 “The Return of Assimilation? Changing Perspectives on immigration and its sequels in France, Germany, and the United States”. En: Ethnic and Racial Studies, 24(4): 531-548. Caggiano, Sergio y Torres, Alicia 2011 “Negociando categorías, temas y problemas. Investigadores y organismos internacionales en el estudio de la migración indígena”. En: La construcción social del sujeto migrante en América Latina. Prácticas, representaciones y categorías, Feldman-Bianco, Bela, Liliana Rivera Sánchez, Carolina Stefoni y Marta Inés Villa Martínez (comps.). CLACSO-FLACSO-Univesidad Alberto Hurtado; Santiago. Chile. Canales, Alejandro 2011 “Las profundas contribuciones de la migración latinoamericana a los Estados Unidos”. En: Pizarro, J. M. (ed.) Migración internacional en América Latina y el caribe. Nuevas tendencias, nuevos enfoques. CEPAL; Santiago, Chile. Castles, Stephen y Miller, Mark J. 2009 “The Age of Migration: International Population Movements in the Modern World”. The Guilford Press; New York, United States. Clifford, James 1999 “Itinerarios Transculturales”. Gedisa; Barcelona, España. Coleman, James S. 1988 “Social Capital in the Creation of Human Capital”. En: American Journal of Sociology, 94:S95-S121. Domenech, Eduardo 2008 “La ciudadanización de la política migratoria en la región sudamericana: vicisitudes de la agenda global”. En: Las migraciones en América Latina. Políticas, culturas y estrategias, Susana Novick (comp.). CLACSO; Buenos Aires, Argentina. ___2011 ”Crónica de una ‘amenaza’ anunciada. Inmigración e ‘ilegalidad: visiones de Estado en la Argentina contemporánea”. En: La construcción social del sujeto migrante en América Latina. Prácticas, representaciones y categorías, Feldman-Bianco, Bela, Liliana Rivera Sánchez, Carolina Stefoni y 57 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 Marta Inés Villa Martínez (comps.). CLACSO-FLACSO-Univesidad Alberto Hurtado; Santiago, Chile. Faist, Thomas 1998 “Transnational Social Spaces out of International Migration: Evolution, Significance and Future Prospects”. En: Archivos Europeos de Sociología, 39(2): 213-247. ___2000 “Transnationalization in International Migration: Implications for the Study of Citizenship and Culture”. En: Ethnic and Racial Studies, 23(2): 189222. Feldman-Bianco, Bela 2011 “Caminos de ciudadanía: emigración, movilizaciones sociales y políticas del Estado brasilero”. En: La construcción social del sujeto migrante en América Latina. Prácticas, representaciones y categorías, Feldman-Bianco, Bela, Liliana Rivera Sánchez, Carolina Stefoni y Marta Inés Villa Martínez (comps.). CLACSO-FLACSO-Univesidad Alberto Hurtado; Santiago, Chile. Feldman-Bianco, Bela; Rivera, Liliana; Villa, Marta I. y Stefoni, Carolina 2011 “Introducción”. En: La construcción social del sujeto migrante en América Latina. Prácticas, representaciones y categorías, Feldman-Bianco, Bela, Liliana Rivera Sánchez, Carolina Stefoni y Marta Inés Villa Martínez (comps.). CLACSO-FLACSO-Univesidad Alberto Hurtado; Santiago, Chile. Fouron, Georges y Glick Schiller, Nina 2001 “All in the Family: Gender, Transnational Migration, and the Nation-State”. En: Identities: Global Studies in Culture and Power, 7(4): 539-582. Gans, Herbert 1997 “Toward a Reconciliation of 'Assimilation' and 'Pluralism': The interplay of Acculturation and Ethnic Retention”. En: International Migration Review, 32(4): 875-892. Glick Schiller, Nina 2008 “Nuevas y viejas cuestiones sobre localidad: teorizar la migración transnacional en un mundo neoliberal”. En: Solé C., Parella S. y L. Cavalcanti 58 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 (coords.) Nuevos retos del transnacionalismo en el estudio de las migraciones. Ministerio de Trabajo e Inmigración; Madrid, España. ___2009 “A Global Perspective on Migration and Development”. En: Social Analysis, vol. 53 (3): 14-37. Glick Schiller, Nina; Basch, Linda y Szanton Balnc, Cristina 1992 “Transnationalism: A New Analytic Framework for Understanding Migration”. En: Vertovec S. y R. Cohen Migration, Diasporas and Transnationalism. The International Library of Studies on Migration. Cheltenham, United Kingdom Northampton, United States. ___1995 “From Immigrant to Transmigrant: Theorizing Migration”. En: Anthropological Quarterly, 68(1): 48-63. Transnational Glick Schiller, Nina y Fouron, Geroges 1998 “Transnational Lives and National Identities: The Identity Politics of Haitian Immigrants”. En: Smith M. P. y Guarnizo L. (eds.) Transnationalism from Bellow. Comparative Urban and Community Research, vol. 6, Transaction Publishers; New Brunswick, Canadá – Londres, Inglaterra. ___1999 “Terrains of Blood and Nation: Haitian Transnational Social Fields”. En: Ethnic and Racial Studies, 22(2): 340-366. Gordon, Milton 1964 “Assimilation in American Life. The Role of Race, Religion and National Origins”. Oxford University Press; New York, United States. Granovetter, Milton S. 1973 “The Strength of Weak Ties”. En: The American Journal of Sociology, vol. 78 (6): 1360-1380. Guarnizo, Luis Eduardo 1997 “The Emergence of a Transnational Social Formation and the Mirage of Return Migration among Dominican Transmigrants”. En: Identities: Global Studies in Culture and Power, 4: 281-322. 59 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 ___2003 “The Economics of Transnational Living”. En: International Migration Review, 37(3): 666-699. Guarnizo, Luis Eduardo y Díaz, Luz M. 1999 “Transnational Migration: a View from Colombia”. En: Ethnic and Racial Studies, 22(2): 397-421. Guarnizo, Luis Eduardo; Sánchez, Arturo I. y Roach, Elizabeth 1999 “Mistrust, Fragmented Solidarity, and Transnational Migration: Colombians in New York and in Los Angeles”. En: Ethnic and Racial Studies, 22(2): 365396. Guarnizo, Luis Eduardo; Portes, Alejandro y Haller, William J. 2003 “Assimilation and Transnationalism: Determinants of Transnational Political Action among Contemporary Immigrants”. En: American Journal of Sociology, 108(6): 1211-1248. Guarnizo, Luis Eduardo y Smith, Michael Peter 1998 "The locations of transnationalism". En: Smith M. P. y Guarnizo L. E. (eds.) Transnationalism from Bellow. Comparative Urban and Community Research, vol. 6, Transaction Publishers; New Brunswick, Canadá – Londres, Inglaterra. Gurak, Douglas T. y CAcaes, Fe 1992 “Migration Networks and the Shaping of Migration Systems”. En: International Migration Systems. A Global Approach. Clarendon Press; Oxford, Inglaterra. Hannerz, Ulf 1998 “Conexiones transnacionales: cultura, gente, lugares”. Cátedra; Madrid, España. Itzigsohn, José; Dore, Carlos; Medina, Esther H. y Vásquez, Oobed 1999 “Mapping Dominican Transnationalism: Narrow and Broad Transnational Practices”. En: Ethnic and Racial Studies, 22(2): 316-340. Itzigsohn, José y Saucedo, Silvia 60 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 2002 “Immigrant Incorporation and Sociocultural International Migration Review, 36(3): 766-798. Transnationalism”. En: KazalL, Russell 1995 “Revisiting Assimilation: The Rise, Fall, and Repraisal of a Concept in American Ethnic History”. En: American Historical Review, 100: 437-472. Kearney, Michael 1995 “The Local and the Global: The Anthropology of Globalization and Transnationalism”. En: Annual Review of Anthropology, 24: 547-565. Krivisto, Peter 2001 “Theorizing Transnational Migration: A Critical review of Current Efforts”. En: Ethnic and Racial Studies, 24: 549-577. Landolt, Patricia 2001 “Salvadoran Economic Transnationalism: Embedded Strategies for Households Maintenance, Immigrant Incorporation and Entrepreneurial Expansion”. En: Global Networks, 1(3): 217-241. Landolt, Patricia; Autler, Lillian y Baires, Sonia 1999 “From Hermano Lejano to Hermano Mayor: The Dialectics of Salvadoran Transnationalism”. En: Ethnic and Racial Studies, 22(2): 290-315. Levitt, Patricia y De La Dehesa, Rafael 2003 “Transnational Migration and a Redefinition of the State: Variations and Explanations”. En: Ethnic and Racial Studies, 26(4): 587-611. Levitt, Peggy; Dewind, Josh y Vertovec, Steven 2003 “International Perspectives on Transnational Migration: An Introduction”. En: International Migration Review, 37(3): 565-575. Levitt, Peggy y Glick Schiller, Nina 2004 “Conceptualizing Simultaneity: A Transnational Social Field Perspective on Society”. En: International Migration Review, 38(3): 1002-1039. Mahler, Sarah J. 61 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 1998 “Theoretical and Empirical Contributions Toward a Research Agenda for Transnationalism”. En: Smith M. P. y Guarnizo L. (eds.) Transnationalism from Bellow. Comparative Urban and Community Research, vol. 6, Transaction Publishers; New Brunswick, Canadá – Londres, Inglaterra. Malgesini, Graciela y Giménez, Carlos 2000 “Guía de conceptos sobre migraciones, racismo e interculturalidad”. CatarataComunidad de Madrid, España. Marcus, George 1995 “Ethnography in/of the World System: The Emergence of Multi-Sited Ethnography”. En: Annual Review of Anthropology, 24: 95-117. Morawska, Eva 1994 “In defense of the Assimilation Model”. En: Journal of American Ethnic History, 34: 76-87. ___2003 “Disciplinary Agendas and Analytic Strategies of Research on Immigrant Transnationalism: Challenges of Interdisciplinary Knowledge”. En: International Migration Review, 37(3): 611-640. Novick, Susana 2008 “Migración y políticas en Argentina: Tres leyes para un país extenso (18762004)”. En: Las migraciones en América Latina. Políticas, culturas y estrategias, Susana Novick (comp.). CLACSO; Buenos Aires, Argentina. ___2011 “Migraciones en el Cono Sur: políticas, actores y procesos de integración”. En: La construcción social del sujeto migrante en América Latina. Prácticas, representaciones y categorías, Feldman-Bianco, Bela, Liliana Rivera Sánchez, Carolina Stefoni y Marta Inés Villa Martínez (comps.). CLACSO-FLACSO-Universidad Alberto Hurtado; Santiago, Chile. Piore, Michael J. 1979 “Birds of Passage: Migrant Labor in Industrial Societies”. Cambridge University Press; Cambridge, England. Portes, Alejandro 62 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 1995 “Economic Sociology and the Sociology of Immigration: A Conceptual Overview”. En: Portes A. The Economic Sociology of Immigration. Russell Sage Foundation; New York, United States. ___1997 “Immigration Theory for a New Century: Some Problems and Opportunities”. En: International Migration Review, 31(4): 0799-0825. ___1999 “Conclusion: Towards a New World -the Origins and Effects of Transnational Activities”. En: Ethnic and Racial Studies, 22(2): 463-477. ___2001 “The Debates and Significance of Immigrant Transnationalism”. En: Global Networks, 1(3): 181-193. ___2003 “Conclusion: Theoretical Convergences and Empirical Evidence in the Study of Immigrant Transnationalism”. En: International Migration Review, 37(3): 874-892. Portes, Alejandro y Böröcz, József 1989 “Contemporary Immigration: Theoretical Perspectives on Its Determinants and Modes of Incorporation”. En: International Migration Review, 23(3): 606630. Portes, Alejandro; Escobar, Cristina y Walton Radford, Alezandria 2007 “Immigrant Transnational Organizations and Development: A Comparative Study”. En: International Migration Review, 41(1): 242-281. Portes, Alejandro; Guarnizo, Luis Eduardo y Landolt, Patricia 1999 “The Study of Transnationalism: Pitfalls and Promise of an Emergent Research Field”. En: Ethnic and Racial Studies, 22(2): 217-237. Portes, Alejandro; Haller, William J. y Guarnizo, Luis Eduardo 2002 “Transnational Entrepreneurs: An Alternative Form of Immigrant Adaptation”. En: American Sociological Review, 67: 278-298. Portes, Alejandro y Rumbaut, Rubén G. 2001 “Legacies: The Story of the Immigrant Second Generation”. University of California Press y Russell Sage Foundation; Berkeley y New York, Estados Unidos. 63 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 ___2010 “América inmigrante”. Anthropos Editorial; Barcelona; España. Portes, Alejandro y Sensenbrenner, Julia 1993 “Embeddedness and Immigration: Notes on the Social Determinants of Economic Action”. En: American Journal of Sociology, 98: 1320-1350. Portes, Alejandro y Zhou, Min 1993 “The New Second Generation: Segmented Assimilation and Its Variants”. En: Annals of the American Academy of Social And Political Sciencies, 530: 7496. Pries, Ludger 1999 “Una nueva cara de la migración globalizada: el surgimiento de nuevos espacios sociales transnacionales y plurilocales”. En: V Seminario Internacional de la RII. Toluca, México, 21-24 septiembre. ___2002 “Migración transnacional y la perforación de los contenedores de Estados-nación”. En: Estudios Demográficos y Urbanos, vol. 17 (3): 571-597 ___2005 “Configurations of geographic and societal spaces: a sociological proposal between ‘methodological nationalism’ and the ‘spaces of flows”. En: Global Networks, 5 (2): 167-190. Quijano, Aníbal 2000a “Colonialidad del poder y clasificación social”. En: Journal of World-System Research, Vol. XI, No. 2, Summer-Fall, pp. 342-386. 2000b “Colonialidad del poder, eurocentrismo y América Latina”. En La colonialidad del saber: eurocentrismo y ciencias sociales. Perspectivas Latinoamericanas. Edgardo Lander (comp.) CLACSO; Buenos Aires, Argentina. Ravenstein, Edward G. 1885 “The Laws of Migration”. En: Journal of the Statistical Society of London, vol. 48 (2): 167-235. ___1889 “The Laws of Migration”. En: Journal of the Statistical Society of London, vol. 52 (2): 241-305. 64 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 Rouse, Roger 1991 “Mexican Migration and the Social Space of Postmodernism”. En: Diaspora, 1 (1): 8-23. Rumbaut, Rubén 1997 “Assimilation and its Discontents: Between Rethoric and Reality”. En: International Migration Review, 31(4): 923-960. Sassen, Saskia 2001 “¿Perdiendo el control? La soberanía en la era de la globalización”. Ediciones Bellaterra; Barcelona, España. ___2003 “Contrageografías de la globalización. Género y ciudadanía en los circuitos transfonterizos”. Traficantes de sueños; Madrid, España. Segato, Rita Laura 1998 “Alteridades históricas/identidades políticas: una crítica a las certezas del pluralismo global”. En: Série Antropologia, Nº 234; Brasilia, Brasil. Smith, Robert C. 1998 “Transnational Localities: Community, Technology, and the Politics of Membership with the Context of Mexico and U.S. Migration”. En: Smith M. P. y Guarnizo L. (eds.) Transnationalism from Bellow. Comparative Urban and Community Research, vol. 6, Transaction Publishers; New Brunswick, Canadá – Londres, Inglaterra. Smith, Michael P. y Guarnizo, Luis Eduardo (eds.) 1998 “Transnationalism from Bellow. Comparative Urban And Community Research”, vol. 6, Transaction Publishers; New Brunswick, Canadá – Londres, Inglaterra. Stefoni, Carolina 2008 “Gastronomía peruana en las calles de Santiago y la construcción de espacios transnacionales y territorios”. En: Las migraciones en América Latina. Políticas, culturas y estrategias, Susana Novick (comp.). CLACSO; Buenos Aires, Argentina. 65 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 2011 “Ley y política migratoria en Chile. La ambivalencia en la comprensión del migrante”. En: La construcción social del sujeto migrante en América Latina. Prácticas, representaciones y categorías, Feldman-Bianco, Bela, Liliana Rivera Sánchez, Carolina Stefoni y Marta Inés Villa Martínez (comps.). CLACSO-FLACSO-Univesidad Alberto Hurtado; Santiago, Chile. Thomas, William I. y Znaniecki 2006 “El campesino polaco en Europa y en América”. Centro de Investigaciones Sociológicas; Madrid, España. Vertovec, Steven 1999 “Conceiving and Researching Transnationalism”. En: Ethnic and Racial Studies, 22(2): 447-462. ___2003 “Migration and Other Modes of Transnationalism: Towards Conceptual Cross-Fertilization”. En: International Migration Review, 37(3): 641-665. ___2004 “Migrant Transnationalism and Modes of Transformation”. En: International Migration Review, 38(4): 970-1001. Waldinger, Roger 2008 “Between ‘Here’ and ‘There’: Immigrant Cross-Border Activities and Loyalties”. En: International Migration Review, 42(1): 3-29. Waldinger, Roger y Fitzgerald, David 2004 “Transnationalism in Question”. En: American Journal of Sociology, 109(5): 1177-1195. Wimmer, Andreas y Glick, Schiller 2002 “Methodological Nationalism and Beyond: Nation-State Building, Migration and the Social Sciences”. En: Global Networks, 2(4): 301-334 2003 “Methodological Nationalism, the Social Sciences, and the Study of Migration: An Essay in Historical Epistemology”. En: International Migration Review, 37(3): 576-610. 66 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 Zhou, Min 1997 “Segmented Assimilation: Issues, Controversies, and Recent Research on the New Second Generation”. En: International Migration Review, 31(4): 9751008. Recibido: 31 de Mayo de 2012 Aceptado: 20 de Agosto de 2012 67 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 ESTIGMA Y DISCRIMINACIÓN EN LA EXPERIENCIA. MUJERES PERUANAS TRABAJADORAS DOMÉSTICAS EN BRASILIA1 Delia Dutra 2 Este artículo analiza cómo un grupo de mujeres peruanas, trabajadoras domésticas, con más de tres años de residencia en la ciudad de Brasilia, capital de Brasil, vive la experiencia de ser “otras” y “diferentes” en una ciudad con características históricas y urbanas muy específicas cuando se compara con otras de Brasil y de la región. El análisis se realiza desde una perspectiva interaccionista, teniendo como base las narrativas de las propias migrantes, buscando comprender los procesos de alterización y de autoidentificación que ellas explicitan al momento de explicar su experiencia cotidiana de migrantes. Palabras-clave: Peruanas, Brasilia, Trabajo Doméstico, Interacciones cotidianas. O presente artigo analisa como um grupo de mulheres peruanas, trabalhadoras domésticas, com mais de três anos de residência na cidade de Brasília, capital do Brasil, vivenciam a experiência de serem “outras” e “diferentes” numa cidade com características históricas e urbanas muito específicas quando comparada a outras do Brasil ou da região. A análise se realiza desde uma perspectiva interacionista, tendo como base as narrativas das próprias migrantes, buscando compreender os processos de alterização e de autoidentificação que elas explicitam no momento de explicar sua experiência cotidiana de migrantes. Palavras-chave: Peruanas, Brasília, Trabalho Doméstico, Interações Cotidianas. This paper analyzes how a group of Peruvian women, domestic workers, with more than three years of residence in the city of Brasilia, capital of Brazil, live the experience of being "other" and "different" in a city with historical and urban characteristics very specifics, in comparison with other Brazilian cities. The 1 Artículo escrito en el marco de nuestra tesis doctoral intitulada: Mulheres migrantes peruanas em Brasília. O trabalho doméstico e a produção do espaço na cidade. Departamento de Sociología de la Universidad de Brasilia, 2012. El desarrollo del proyecto de tesis contó con el financiamiento del programa Nacional de Becas de Doctorado del CNPq (Conselho Nacional de Desenvolvimento Científico e Tecnológico), Brasil. 2 Doctora en Sociología, Universidad de Brasilia. Investigadora del Centro Scalabriniano de Estudios Migratorios – CSEM, Brasilia. Correo electrónico: [email protected] 68 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 analysis is performed from an interactionist perspective, based on the narratives of migrants themselves, seeking to understand the processes of othering and the expression of self-identification by the woman whenever they explain their everyday experience of migrants. Keywords: Peruvian woman, Brasilia, Domestic Work, Everyday interactions. INTRODUCCIÓN Este artículo analiza cómo un grupo de mujeres peruanas, trabajadoras domésticas, con más de tres años de residencia en la ciudad de Brasilia, capital de Brasil, vive la experiencia de ser “otras” y “diferentes” en una ciudad con características históricas y urbanas muy específicas cuando se compara con otras de Brasil y de la región. El análisis se realiza desde una perspectiva interaccionista, teniendo como base las narrativas de las propias migrantes, buscando comprender los procesos de alterización y de autoidentificación que ellas explicitan al momento de explicar su experiencia cotidiana de migrantes. Se trata de diez mujeres que ya vivieron (pasado) o están en este momento (presente) viviendo la experiencia de residir en el mismo local en que trabajan, fenómeno que se denomina “servicio doméstico interno”, lejos de sus familias, de sus afectos y de sus referencias culturales de origen. Por lo tanto es en este contexto muy específico en que acontecen las interacciones cotidianas que les brindan elementos para explicar lo que significa este tiempo presente, apoyándose y alimentándose de recuerdos y proyectos. En sus narrativas observamos cómo se tejen las especificidades de las relaciones sociales con esos otros, sean tanto del núcleo familiar y comunitario de origen, como de su contexto presente en la ciudad y en el lugar donde viven-trabajan; cómo son significados sus valores, creencias, sus miedos y sueños, y que acaban otorgándoles un lugar como mujeres, madres, esposas, hijas que sustentan y cuidan de los demás. Y esto se hace a la distancia, lejos de sus cosas, de sus historias, de sus vínculos. Sin embargo, ellas se descubren más cerca de sí mismas, de otras facetas de sí mismas que sólo en Brasilia, en el ámbito del proceso de migración, ellas consiguen desarrollar. En tales descubrimientos, ellas construyen historias de mujeres migrantes propias y específicas de cada una, donde podemos identificar elementos que son 69 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 comunes no sólo a las diez que contribuyeron con nuestra investigación, como também a otras cuyas historias pueden llegar a se “espejarse” en este estudio 3. Estructuramos nuestro texto, en primer lugar, por medio de una contextualización de la situación migratoria en la región con especial atención a la relación Perú y Brasil, y más específicamente al flujo de mujeres peruanas que llegan a la ciudad de Brasilia para trabajar en el sector de servicios domésticos. Ese contexto permite abordar y comprender mejor lo que presentamos en segundo lugar donde desarrollamos la metodología de trabajo e iniciamos la fundamentación teórica focalizándonos en caracterizar la situación y las perspectivas de las migrantes sobre esta situación vivida, es decir, el estigma, la discriminación y la experiencia de la alteridad durante este proceso migratorio. En el apartado destinado a la conclusión destacamos los principales hallazgos, ellos posibilitan continuar avanzando en las investigaciones que venimos realizando actualmente. CONTEXTO DE MIGRACIÓN REGIONAL La movilidad humana tanto en el ámbito nacional, regional como internacional ha estimulado la enorme diversidad etnocultural existente ya no sólo en los países considerados “desarrollados” como también en los denominados “emergentes”. Los flujos de migración entre países dentro del continente latinoamericano vienen tornándose cada vez más significativos en el escenario internacional migratorio. Probablemente el endurecimento de las políticas de inmigración en los países del hemisferio norte, así como las recientes crisis en el sistema económico internacional, hayan estimulado aún más estos movimientos. Esto plantea desafíos cada vez mayores para países como Brasil, hoy considerado un destino que ofrece oportunidades de sobrevivencia para muchos ciudadanos de la región a pesar de los casi cuatro millones de brasileños que emigraron también en busca de oportunidades fuera del país 4. 3 Existen situaciones correlativas e investigadas en trabajos tales como: de las migrantes brasileras trabajadoras domésticas en Estados Unidos (Fleischer, 2000), de las del nordeste brasilero en el Distrito Federal, Brasil (Girard, 2002, 1993), las filipinas en Canadá, o las filipinas en Europa (Anderson, 2001), las de Europa del Este en Italia (Stefanelli, 2011), las asiáticas y africanas en el Líbano (Jureidini, 2009) o las migrantes andinas en España, entre muchas e innúmeras situaciones todas contemporáneas teniendo en común la condición de ser mujeres pobres que migran para emplearse en el sector doméstico (o home care) como respuesta a una situación de fuertes carencias que sufren en sus comunidades de origen. 4 Ver http://www.justica.sp.gov.br/novo_site/Noticia.asp?Noticia=4937 , Consultado: 10 de febrero de 2012. 70 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 Al analizar el mapa inmigratorio brasilero, se constata que el incremento más reciente de los ciudadanos provenientes de países de América del Sur, ha permitido a Brasil retomar su “tradición inmigratoria que estaba más o menos estancada desde la posguerra” (Souchaud, 2010:270). Tomando como base el análisis hecho por Souchaud (op.cit.), podemos avanzar en la comprensión de quién es ese migrante que se traslada dentro de la región y se establece en Brasil. Este autor identifica dos principales grupos de migrantes que llegan al país por motivos y períodos diferentes: “Los migrantes argentinos, chilenos y uruguayos llegaron en grandes cantidades a partir de la década de 1970 y en muchos casos huyendo de los regimenes militares. (...) La situación (...) de los inmigrantes paraguayos, bolivianos y peruanos es diferente. En lo que concierne a los peruanos y bolivianos, el crecimiento de la población inmigrada aparece censo tras censo y se acentúa notoriamente en el último período intercensitario (entre 1991 y 2000)” (Souchaud, 2010:270). Además de este incremento cuantitavo sistemático en Brasil de los inmigrantes provenientes de países de la región, tal es caso de Perú, país de origen de las migrantes que constituyen el universo de análisis de nuestra investigación, sabemos que tal situación es vivida por miles de mujeres migrantes en el mundo que se caracterizan por ser pobres, dispuestas a dejar su familia en el país de origen para emplearse en el sector de servicios domésticos y así enviarle el dinero producto de su trabajo. Esa migración (trabajadoras domésticas), presenta simultáneamente, por un lado, especificidades con relación a las otras modalidades migratorias actuales y, por otro, una estandarización de quién y cómo migra la migrante. Mujeres migrantes que además de sufrir la separación de sus referencias culturales y afectivas, deben esforzarse por lograr integrarse a una sociedad que posee códigos de convivencia diferentes a lo que estaban acostumbradas. Sin embargo, cabe destacar que la discriminación y su consecuente dificultad para la integración al mercado de trabajo, por ejemplo, no es una experiencia para ellas exclusiva del proceso migratorio, ya que también lo han sufrido en su país de origen. 71 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 Esto porque en Perú, al igual que en otras sociedades también formadas por un acentuado mosaico étnico, donde el hombre “blanco” 5 y sus descendientes dominaron y continuan oprimiendo al indígena, al más pobre, al campesino, a la mujer, en la historia de este país “el fenómeno del racismo se constituye como uno de los más graves conflictos sociales que impide el establecimiento definitivo del proyecto de nación” (Béjar, 2004: 15). Desde la independencia del país, en 1821, hasta nuestros días, son discriminados todos y cualquier grupo social que no sea considerado blanco (Ibidem). En 1980, Perú inicia un largo proceso de veinte años de violencia de origen política, que tendrá como saldo más de 69 mil peruanos y peruanas muertos, o desaparecidos, en manos de organizaciones subersivas y también, de agentes del propio Estado peruano. El informe de la “Comisión de la verdad y reconciliación” 6, del año 2003, expressa que las dos últimas décadas del siglo XX, son una marca de horror y deshonra para el Estado y la sociedad peruanos. Sobre este asunto comenta una de nuestras entrevistadas 7, y lo adelantamos aquí considerando la pertinencia de sus palabras: “En verdad nosotros sabemos muy bien que quien violaba y asesinaba, allá en Ayacucho [región del interior del país], eran los militares que se hacían pasar como “terroristas”. El Sendero Luminoso, no hacía eso con los campesinos, al contrario, ellos explicaban que luchaban para defender nuestros derechos.... Pero... llegó un momento que nuestros propios padres nos dijeron: ‘váyanse de aquí, ustedes que son adolescentes, muy jóvenes, si ellos las encuentran las van a violar’. Así fue que nos fuimos de nuestro pueblo, a pie.... salimos en grupo, éramos varias, y después de algunos días andando, con miedo, conseguimos llegar a Lima... fue difícil... así fue que comenzamos nuestra vida en la ciudad con 15 años” (Teresa). 5 Como en muchos países de América Latina, en Perú el “blanco” no es discriminado de la misma forma que sí sucede con otros grupos étnicos. Igual situación se vive en Brasil, por ejemplo, en donde ser “blanco” no pasa necesariamente por el color de la piel, sino sobre todo, por ser “tratado como” (Ianni apud Schwartzman, 2007); ou sea, ser blanco pasa por una cuestión de clase y origen social. 6 Disponible en: http://www.cverdad.org.pe/ifinal/index.php, consultado en: noviembre, 2010. 7 Los nombres que registramos de las entrevistadas son ficticios de forma a preservar sus identidades. El perfil de ellas y la metodología utilizada, se presenta en el próximo ítem. 72 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 BRASILIA, CIUDAD DE MIGRANTES Fundada en 1960, Brasilia fue especialmente diseñada y construida en el centro del país. Vigilada y controlada, es una ciudad que recibió siempre importantes flujos de migración interna, así como migración internacional tradicionalmente vinculada al cuerpo diplomático de los más diversos países. Por todo esto, es considerada un “microcosmo de la cultura brasilera”, por su capacidad de atracción de contingentes migratorios de diferentes regiones (Nunes, 2004: 14). Esta ciudad planificada se consolidó bajo un “modelo de poblamiento polinucleado y excluyente” (Paviani, 1997: 42), y es resultado de un largo proceso geopolítico, ya que la idea de construirla data de 200 años atrás (Idem, p.45). En la ciudad la fuerza es de los “lentos” (Santos, 1994), pues aquellos que andan rápido –los que se trasladan por las vías rápidas de la ciudad–, pierden la capacidad de observar las sutilezas de su tiempo cotidiano. La mirada de estas mujeres migrantes, confinadas al espacio de trabajo, es minuciosa, típica de aquellos que vienen de afuera y ven diferente a lo que ve el ciudadano local. Ellas ven con otros colores, otras formas; una mirada que busca comprender y apropiarse de los pocos momentos y espacios urbanos a que tienen acceso. De esa forma, para estas migrantes, Brasilia se contrapone a su idea de ciudad, los gustos y disgustos encuentran su contraparte con aquello dejado en su país de origen, con el presente vivido y el futuro soñado. Tal como expresa Calvino en las Ciudades Invisibles, debemos recordar que “cada ciudad se contrapone al desierto que se opone (...)” (Calvino, 2003:24). Y ese “desierto” va siendo construido y transformado en la memoria individual de cada migrante, que no debe ser entendida como algo aislado, sino en relación a sus cuadros sociales reales (Halbwachs, 1990, 1994), que sirven de puntos de referencia en la reconstrucción de la memoria. La nueva ciudad de residencia, Brasilia, los recorridos en ella trazados, las personas que en ella encuentran, los objetos con los que interactúan, son justamente los que desencadenan los recuerdos de la otra ciudad, otros paisajes, otros afectos y otras experiencias. Es con base en eso que ellas van narrando sus vivencias actuales, sus historias pasadas y sus sueños. Se observa en algunas de las migrantes cambios en sus concepciones de lo urbano, de lo bonito y lo manifiestan como una dificultad que deberán pasar cuando sea la hora de regresar. 73 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 “Pienso que voy a sufrir un poco cuando regrese. El día que vuelva ya no podré disfrutar más de eso, del verde de Brasilia en esta época de lluvia. Regresar allá [Lima] es volver a una ciudad sucia, llena de polvo. (…) Además es difícil acostumbrarse luego de andar por una ciudad en que nadie te dice nada. Si no haces nada malo, en la calle uno anda tranquila, miras y consigues ver hasta muy lejos. Mira para allá, ¿ves como se puede ver el lago bonito desde aquí? Me gusta… el día que regrese sentiré falta de esto” (Amelia). Nos interesa enfatizar nuevamente que estas mujeres migrantes salen de la ciudad Lima y llegan directamente a Brasilia con el único objetivo de emplearse en el sector de servicios domésticos, pues les han dicho que allí hay trabajo, a pesar de que muchas han confesado que soñaban con migrar para España, Italia o Estados Unidos, pues “se ahorra dinero más rápido”. Por esto es que podemos pensar Brasilia como una puerta más viable (más cerca y de más fácil acceso) y un poco más segura que se abre para ellas. Hasta hace poco tiempo atrás, Brasilia no era considerada una ciudad integrada al circuito de ciudades típicas brasileñas receptoras de contingentes migratorios de latinoamericanos con este perfil específico. La idea que predomina en el migrante que llega a Brasilia es la de lugar vinculado al mundo administrativo (sede del aparato estatal federal), de la diplomacia o de organizaciones internacionales. Esto nos lleva a pensar que, si bien esta ciudad no se constituye como polo de atracción evidente de migrantes regionales pobres en busca de trabajo, sí puede ser pensada como un polo de atracción silencioso de lo que se acostumbra a llamar mano de obra migrante no calificada. METODOLOGÍA DE TRABAJO Y CARACTERIZACIÓN DE LA SITUACIÓN LABORAL “Vine para Brasilia porque en mi país ni siquiera consigo un trabajo como este que tengo aquí. Allá si tienes 40, 45 años buscar trabajo en casas de familia es imposible, no te contratan, pues para ‘ellos’ yo ya estoy vieja. Y si por acaso conseguiera, nunca ganaría el salario que sí recibo aquí..... 74 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 Porque yo no tengo estudios, la única cosa que consigo hacer es limpiar la casa de los otros” (Elena. Énfasis añadido). Así como Elena, las demás nueve migrantes que conforman el grupo elegido para investigar son mujeres peruanas cuyo origen social pobre les marca tanto por la falta de acceso a la educación en ámbito formal, por estar desempleadas en su país de origen o poseer una situación de empleo precaria, como por pertenecer a un grupo étnico históricamente discriminado en el ámbito urbano de Perú: las denominadas “cholas” o serranas. Se trata de campesinas o hijas de campesinos, de origen indígena que llegan a la capital (Lima) en busca de trabajo, y cuya lengua materna es generalmente el quechua. Las diez migrantes dejaron familia en Perú para migrar a Brasilia, algunas piensan retornar, otras construyen una “nueva” vida en esta ciudad. Para poder caracterizar de forma breve y clara a cada una de ellas, presentamos en anexo un cuadro donde describimos las siguientes variables: edad, momento de llegada a Brasilia, las veces que retornó (o no) a Perú, los principales motivos de la migración, la situación de documentación en Brasil, la familia que dejaron en Perú y la profesión antes de migrar. Consideramos tales variables significativas pues nos permiten comprender de qué migrantes estamos hablando. Para seleccionar estas diez mujeres, realizamos una primera fase exploratoria de investigación de campo (de septiembre a diciembre de 2008) donde tuvimos oportunidad de conocer 19 mujeres con perfil muy semejantes, todas trabajadoras domésticas en Brasilia. El criterio para posteriormente seleccionar el grupo de diez fue el tiempo mínimo de tres años de residencia en la ciudad y la disponibilidad para realizar entrevistas en profundidad. Con cada una de ellas fueron realizados un promedio de cinco encuentros durante el período comprendido entre marzo y octubre de 2009, y posteriormente, entre abril y diciembre de 2010. Las entrevistas en profunidad fueron realizadas con base en algunos ejes fundamentales que nos sirvieron como guía: el origen (recuerdos de infancia y juventud, familia dejada en Perú), la familia hoy (relaciones dentro del núcleo, situación financiera, resignificación de los afectos), Brasil (destino elegido o no, prenociones sobre el país) y Brasilia (la ciudad, interacciones con los ciudadanos locales). En este artículo nos concentramos más en el análisis de las respuestas dadas sobre este útlimo eje temático, si bien entendemos, desde el punto de vista analítico, que los anteriores puedan aparecer como contextualización de la 75 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 situación. Dentro de éste, realizamos el análisis en función de dos principales categorías: (i) el estigma y la discriminación que sienten y sufren, como consecuencia no sólo de la situación vivida en el presente, como también en el pasado; y (ii) la construcción del otro/a con sus diversas interpretaciones afectadas por creencias y valores. El análisis se hace desde una perspectiva interaccionista facultando comprender los procesos de integración social de estas migrantes. La migración se presenta como un medio para cambiar de vida a través de la oportunidad (o encrucijada) que la división sexual e internacional del trabajo les ofrece para emplearse en el sector de servicios domésticos. Las entrevistas en profundidad posibilitan reflexionar sobre cómo explican su integración a la ciudad, el día a día en el trabajo, el sentido de estar especialmente afectadas por sus historias pasadas y por los proyectos a futuro. Cabe destacar que todas las migrantes con las que tuvimos oportunidad de conversar durante la fase exploratoria de nuestra investigación, trabajan un promedio de 16 horas diarias, 6 días por semana. Algunas de ellas, aunque quisieran contribuir con nosotros, no tenían la posibilidad de encontrar momentos que permitieran la realización de las entrevistas en profundidad que proponíamos. Otras también, manifestaban temor de hablar, sentimiento típico de la migrante en situación de intensa vulnerabilidad. Esto sucedió sobre todo con aquellas que estaban en situación irregular de documentación. La realidad de estas mujeres migrantes en lo que concierne a la documentación es diversa. Algunas trabajan con lo que en Brasil se denomía “visa de cortesía”. Es un documento que puede ser otorgado únicamente por diplomáticos 8, y que les permite permanecer temporalmente en el país bajo la responsabilidad de aquella persona que las contrata y que firma asumiendo su protección y seguridad. Es concedido por un período corto y puede ser renovado siempre que el empleador desee hacerlo. En caso que desista del contrato, la visa pierde valor y el empleador es responsable por garantizar el retorno de la trabajadora al país de origen. Mientras dura su contrato de trabajo y, en consecuencia, mantiene la validez de la visa cortesía, la trabajadora está habilitada a trabajar únicamente para esa familia, quedando imposibilitada desde el punto de vista legal de cambiar de trabajo. Esta 8 Recordamos que Brasilia es la ciudad capital del Brasil, ciudad administrativa sede principal del aparato estatal, del cuerpo diplomático y de organismos internacionales. 76 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 situación provoca una relación de ambivalencia ya que, por un lado este documento las protege permitiéndoles trabajar, obtener ingresos para enviar para sus familias y de forma legal, pero por otro lado se genera una situación de explotación respaldada en lo que Weber denomina de “poder de disposición” (1944: 63). O sea, la posibilidad de disponer, sea de hecho o garantizada por cualquier medio (coerción, por ejemplo), de la fuerza de trabajo. El trabajo doméstico se transforma en ese trabajo y para ese empleador doméstico. Estamos frente a una relación asimétrica donde se pone de manifiesto el interés de una clase, y que puede asumir diversas formas, ya que se constituye por la interacción y discusión de las experiencias cotidianas y las interpretaciones que de ellas se hacen (Bottomore, 2001). A pesar de esto, algunas asumen el riesgo y dejan empleos en las que son sometidas a condiciones de extrema precariedad. Eso significa quedar en situación irregular de documentación en Brasil. Muchas de aquellas que se encontraban en tal situación, consiguieron obtener la residencia en este país gracias a una Amnistía 9 concedida por el estado brasileño en el 2009. En sus lecturas de la situación, encontramos elementos comunes en el grupo y otros específicos a cada migrante, cuando, por ejemplo, se manifiestan sobre los “otros” y las “otras” con quienes ellas interactúan durante su experiencia de migración, o cuando explican sentirse estigmatizadas y discriminadas, no sólo por ser inmigrantes, sino también discriminadas por su identidad profesional. La alta concentración de mujeres migrantes en el sector de servicios domésticos y de cuidados no sólo se puede explicar por las decisiones que cada una de ella toma de migrar con base muchas veces en la expectativa de ganar salarios mejores que los que pueden tener en su país de origen o, simplemente, tener un trabajo, sino que también resultan de procesos de discriminación que encuentran sus raíces en la clase social, sexo, grupo étnico, estatus profesional y migratorio, que a su vez se apoyan en una naturalización de las diferencias (Comas d’Argemir, 2009:184). Para muchas, la tarea de cuidar de los demás y de la casa se inicia desde que son pequeñas, algo común en contextos como el del grupo que aquí estudiamos. 9 Es importante destacar que la Amnistía anterior fue en el año 1999. Al ser beneficiado por la amnistía, la persona obtiene la residencia provisoria en el país. La concesión de residencia permanente es dada después de un período de dos años de trabajo legal comprobado, entre otros requisitos. Cabe destacar que a inicios del 2012, Perú ratificó el tratado del Mercosur lo cual ahora permite a los ciudadanos peruanos residir legalmente en el país. Esto sin dudas contribuye a disminuir la situación de precariedad laboral para las migrantes, si bien que no da garantías del goce pleno de los derechos laborales. 77 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 “Cuando mi padrastro salía para trabajar yo cuidaba a mis hermanos, pero era una niña y no sabía la responsabilidad que tenía..... Cuidé mis hermanos hasta los 14 años”. (Lucía) El origen social de ellas aparece como un marcador (estigma) que las distingue y las condiciona a desarrollar determinadas tareas, como la de cuidar de los demás. Algo que para el resto de la sociedad, e inclusive para ellas mismas, puede llegar a ser una tarea natural justamente por tratarse de mujeres y por pertenecer a un determinado estrato social. Es en este sentido que las mujeres migrantes aquí estudiadas, frente a una situación de ausencia total de propiedad de bienes, lo único que tienen para ofrecer es su trabajo sumado a la condición de ser mujer, migrante, pobre, con poco (o ninguna) educación formal y sin familia en Brasil que pueda demandarle tiempo generando tensiones con la demanda de trabajo. Se puede establecer un diálogo entre estas condiciones de vida en que se encuentran estas migrantes y aquello que Weber (1969) denominó de “situación de clase”. Pese a que pueda parecer una contradicción, tales condiciones poco ventajosas, o situación de clase, que las caracterizan, se vuelven una ventaja competitiva en el mercado de trabajo –siguiendo la perspectiva de un cierto perfil de empleador– si se las compara con las trabajadoras domésticas nacionales. “Preferimos las peruanas, pues son menos sindicalizadas [que las brasileras], más responsables y dedicadas. Están determinadas a mejorar de vida. Ellas no quieren para sus hijos la vida que sus padres les dieron. Eso resulta en una actitud de mayor compromiso con el trabajo” (Empleador de origen europeo. Énfasis añadido) 10. Las migrantes que estudiamos viven o ya vivieron en el lugar donde trabaja y tienen muy pocas (o ningunas) actividades fuera de este espacio, hecho que resulta en un aumento de la utilidad total sobre el servicio recibido por el empleador en función de las horas extras diariamente trabajadas por las mujeres y sin remuneración adicional. Este régimen de trabajo lleva a que tales instancias sean muy restrictas a ese entorno específico: lo doméstico e interno. Es importante concebir dicha particularidad. Las tareas son trabajos domésticos en el mismo lugar en que viven y la tenue línea entre trabajo-y-vivienda se desvanece cada vez más. Por lo tanto, cabe discernir que es desde allí que las migrantes 10 La casi totalidad de nuestras entrevistadas no hablan en sus trabajos sobre la contribución con nuestra investigación. Sin embargo, hubo un caso de una de ellas que tenía un buen diálogo con los empleadores y decidió contarles. De inmediato, su jefe manifestó su deseo de conocernos. Por este motivo, tuvimos acceso a una conversación, experiencia muy interesante e inesperada para el proceso de la investigación. 78 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 configuran su nuevo destino y vivencia; desde esa perspectiva espacial postulan y soportan sus procesos simbólicos para modelar sus interacciones. Aunque haya una disminución gradual de la utilidad marginal (i.e. la utilidad generada por la calidad de su trabajo en cada hora a más trabajada), desde una perspectiva únicamente economicista, resultará en un mayor beneficio final para el empleador. “Mi cuarto, no es mi cuarto...en él sólo duermo... sólo puedo entrar a las 9 y media o 10 de la noche, para acostarme; me despierto a las 6 de la mañana... y trabajo todo el día. Desayuno en 10 minutos, y en el almuerzo lo mismo... Mi jefa está todo el tiempo presionándome, pidiendo cosas, agregando más y más” (Carmen). “Siento asfixia de estar trancada. Preciso salir los fines de semana... por ejemplo ahora, me llamaron, pidieron para volver hoy sábado y dormir en la casa... pero yo tenía planes de salir con mi hermana, oír música, descansar. Y como trabajamos en la casa... ellos disponen de nuestro tiempo libre. Te dicen: ‘pero sólo si puedes...’ pero como podría decirle que no puedo... Ellos me tratan bien, no tengo quejas sobre esto, pero el horario ellos no respetan. No hay forma de huir de esto. Cuando se vive en el mismo lugar de trabajo es así, ellos pagan y nosotros estamos para servirlos” (Maria). De esta forma, se va conformando un orden social donde la distribución de la “honra social” o prestigio social (Weber, 1969:58) deja prácticamente vacía la profesión de trabajadora doméstica. Sin embargo, de acuerdo con Weber, “la honra de estatus no precisa necesariamente estar ligada a una ‘situación de clase” (1969:65). Destacamos, en ese sentido, las siguientes apreciaciones y precisiones por parte de una entrevistada, “Por ejemplo... ahora que estamos aquí [restaurante al borde del lago 11] de todas las personas que están en las otras mesas ninguna percibe que yo trabajo en casa de familia. En este momento yo soy una más de este grupo” (Carmen. Énfasis añadido). 11 Un lugar destacado y específico para un determinado sector de la población de esa ciudad al que la entrevistada no tendría acceso a no ser por esta situación creada en el proceso de la entrevista. 79 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 “Ya rechacé un empleo porque la señora quería obligarme a usar uniforme. Mira, las jefas peruanas adoran eso, insisten en que uno use uniforme. ¿Sabes por qué? Porque ellas tienen miedo que las visitas de la casa no perciban quién es la señora y quién es la empleada” (Carmen). En el cotidiano del trabajo, no sólo se da una lucha por la sobrevivencia y por la realización de proyectos y sueños, sino también en algunas de ellas se da una angustia por la falta de “estima social” (Weber, 1969: 65). En el día a día sienten, sufren y eso parece alimentar mucho más la motivación en recuperar cierto prestigio social en el país de origen para ellas y para sus familias. Parece ser como que en Brasilia ya no hubiera chances mientras continúen trabajando en el servicio doméstico. Y, cambiar de empleo parece algo imposible. Trabajar, luchar hoy para otorgar –y en algunos casos devolver– esa honra y estima social a los hijos e hijas, así como también a veces al marido/compañero, a través del envío de dinero para que estudien, consuman y así después en el futuro (aquello con lo que ellas sueñan) volver y “usufructuar” de esa honra que no tenían o no tienen. Trabajar en Brasilia se torna un medio de obtener o recuperar un estatus, independientemente que eso pueda suceder o no. “Cuando regrese, voy a pedir a mis últimas dos jefas que hagan una carta de recomendación, pero como cocinera y no como empleada doméstica. No es por mentir, pero sé que allá [Perú] eso me da otro lugar a decir que en Brasilia fui empleada doméstica. Mejor decir que trabajé como cocinera de diplomáticos” (María. Énfasis añadido). Dentro de lo que podemos identificar como una misma clase social estaría la profesión de trabajadoras domésticas, cocineras en casas de familia, jardineros, etc. Sin embargo, existen particularidades, de la misma forma que sucede con otros grupos sociales, que se refieren al desarrollo del estatus que, en la línea de pensamiento de Weber (1969: 67), entendemos que se trata de una cuestión de estratificación basada en la usurpación. O sea, en el cotidiano del trabajo, estas migrantes relatan momentos de orgullo cuando son elogiadas, por ejemplo, por los invitados de sus jefes por motivos de la buena calidad de la cena que preparan. Habría ciertas tareas asociadas a recompensas especiales por la posibilidad de interactuar con invitados detentores de un alto grado de honra y estima social (ministros, diplomáticos). Según alguna 80 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 de ellas, eso las torna especiales y diferentes de las trabajadoras domésticas brasileras. Pues, cocinar para eventos importantes les devuelve cierto estatus “usurpado” durante la mayor parte de su tiempo de trabajo y, a veces, también en el tiempo de ocio. Esto significa que no siempre ellas se sienten “desacreditadas” o estigmatizadas; por momentos algunas sienten que consiguen pasar a la categoría de las personas “desacreditables”, sirviéndonos de conceptos goffmanianos. En el momento de la interacción, sea en el ámbito laboral o no, las migrantes, como cualquier persona, buscan manipular la información sobre aquello que las “marca” socialmente. Evidentemente que las posibilidades reales de manipular tal información muchas veces son pocas, pues están las características de aquello que no puede ser escondido: los trazos físicos, la forma de hablar o vestir, y que ellas sienten como un estigma. EL ESTIGMA Y LA DISCRIMINACIÓN: EL SUFRIMIENTO DE “LAS CHOLAS” En el marco de esta investigación, entendemos que estas mujeres migrantes al llegar a Brasilia, una experiencia completamente nueva, ocupan un espacio en donde no sólo dejan sus marcas como también son marcadas. Pasan a ser un habitante más de una ciudad que cambia y a su vez las transforma, que las “absorve” en diversos grados, intengrándolas, rechazándolas, pero que difícilmente las ignora. Cuando el inmigrante y el nativo se encuentran en la presencia inmediata uno del otro, “ocurre una de las escenas fundamentales de la sociología porque, en muchos casos, esos momentos serán aquellos en que ambos lados enfrentarán directamente las causas y efectos del estigma” (Goffman, 1988:23). “Cuando estaba esperando Amelia llegar, me quedé sentada en un paradero de ómnibus, sabiendo que en ese ya no paran más. Parece que era uno antiguamente, pero ahora ya no más. Entonces... yo veía las personas pasar caminando y me miraban. Todo el mundo pasaba y miraba, pero nadie me decía nada... Comencé a reir y pensaba, esos brasileros deben estar pensando ‘pobre, esa indígena, ella no sabe que aquí no pasan más ómnibus’ [ríe mucho] ¡Pero claro que yo sé!” (Teresa. Énfasis añadido). 81 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 Resulta interesante evaluar qué elementos nos permiten definir quién puede ser de hecho considerado habitant de la ciudad y quién está habilitado a ser llamado de barbare. O sea, quién es que posee la marca del igual y “normal”, y quién carga la marca del diferente y extraño (Vidal, 1996:47). Esto porque interesa comprender cómo ese contacto entre “huésped” (barbare) y “anfitrión” (habitant) se vive, se explica y se siente, se niega y se afirma, se representa y se traduce en el nuevo contexto de interacción. Para estas migrantes muchas veces el ‘anfitrión’, el considerado ‘normal’ e ‘integrado’ por ellas mismas, puede ser también un jefe que es extranjero. Sin embargo, es alguien que, diferentemente de ellas, recibe otro estatus profesional, posee otras ‘marcas’ visibles que si bien no le inhiben su diferencia frente al ciudadano local, éstas generalmente no lo colocan en situación de inferioridad social, sino por el contrario. Se trata de diferencias que marcan su condición de ser diplomático, alto funcionario de organismos internacionales o familiares de éstos. O sea, tenemos el caso de un diferente por su condición de extranjero y empleador, que recibe a otra diferente y, en ese contexto de interacción laboral, quien recibe pasa a ser un anfitrión para la mujer migrante que establece una relación contractual de servicio para con él. Es la marca de aquel que le concede, por medio de la “visa cortesía”, la posibilidad de estar en Brasilia. Por lo tanto, es un extranjero diferente porque: da, otorga, permite, posibilita y, de cierta forma, compromete. Tenemos, por lo tanto, de un lado una mujer migrante que sufre por el choque cultural, por el nuevo estilo de vida, por tener que aceptar su identidad profesional durante las 24 horas, ya que vive y trabaja en un ambiente donde es considerada trabajadora doméstica, pero nunca será reconocida en su papel de madre, esposa, amiga, vecina. Y por otro lado, un empleador muchas veces extranjero pero sentido como alguien del lugar por estas migrantes. Pues es quien dicta las normas de trabajo y de convivencia cotidiana, su familia es la que demanda los servicios e interactúa con ellas siempre en la condición de empleada de la familia los siete días de la semana y a toda hora. En esta línea, entendemos que en la interacción de una conversación –entre lo que Goffman denomina como “contactos mixtos”, en el intercambio de miradas, en los silencios, se reafirman prenociones tanto de un lado como del otro–. Quien carga el peso de un estigma (marcas en su propio cuerpo, formas de hablar y expresarse), o sea, aquel que se siente en condición inferior o de diferencia con relación al “otro”, experimenta un estar “en exhibición” en una escena que le causa 82 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 fuerte sensación de no saber aquello que los otros están realmente pensando de él. O, incluso, puede responder anticipadamente a través de una capa defensiva que le otorga un cierto bienestar o sensación de “dominio” de la situación (Goffman, 1988:22-26). La presencia del otro que juzgamos como diferente, nos coloca de inmediato frente a un espejo que constantemente está proyectando nuestra capacidad de aceptar nuevas formas de alteridad. Esto tanto desde el punto de vista del que recibe como del que llega. Significa decir que, la capacidad de aceptar otras formas de vida es colocada a prueba no sólo para el habitante local, sino también para el propio sujeto migrante que llega y pasa a ser o sentirse diferente a los demás, sean estos los habitantes del lugar que le acoge o aquellos dejados para atrás. “Allá en Perú, en Lima, las personas discriminan. Nos miran mal a los que venimos del interior, que somos campesinos. Por ejemplo, cuando voy a visitar mi familia, quedo muy nerviosa en el aeropuerto al llegar a Lima. No me sucede eso en Brasil, aquí no, pero allá, parece que el policía peruano a quien debo entregar los documentos me mirase como diciendo ‘vamos a ver... aquí viene esta cholita’. Ellos discriminan mucho”. (Teresa. En negritas: énfasis de la entrevistada. En cursivas: énfasis añadidos). Puede entenderse que tanto en el caso del barbare como del habitant, al depararse con lo que Goffman denomina de “contactos mixtos”, van a interactuar en función de la significación atribuída a la situación. Los significados que toda acción, todo acto de interacción, poseen para un individuo son resultado de procesos de interacción previos (lo ya vivido) y de la interpretación propia (self interaction, manipulación de significados), también formada en el contexto de interacción (Blumer, 1998). Entendemos que Goffman piensa un ser humano activo (agente), que lleva adelante estrategias para (sobre)vivir con sus recursos, debilidades y posibilidades contextuales: “frente a los otros somos vulnerables a que sus palabras y gestos traspasen nuestras barreras psíquicas (...) pero, también tenemos recursos para hacer vulnerables a los otros” (Goffman, 1983:4). Significa, por lo tanto, que esa presencia corporal en la nueva ciudad entre los “contactos mixtos” no sólo ofrece riesgos, sino también posibilidades de acción. “Nuestra lengua es el quechua, entre nosotros aquí [Brasília] hablamos siempre quechua. Cuando llegamos por primera vez 83 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 a Lima, hace años, sentía mucha vergueza de hablar porque las personas me miraban de una forma... yo sabía que era porque estaba hablando mal. Después sí, con el tiempo me acostumbré a hablar el castellano. (...)Yo intento mantener mi lengua, siempre hablé quechua con mis hijas. Ellas entienden todo, pero no les gusta hablar, me responden siempre en castellano. Creo que sienten verguenza, porque los “cholos” somos muy discriminados en Lima. Aquí [Brasilia] no tanto, no siento tanta verguenza cuando preciso hablar portugués, quedo nerviosa sí, pero, no me siento tan mal así como me sucedió al inicio allá” (Teresa). El problema de la discriminación y el racismo en Perú, entre los propios peruanos, se constituye en uno de los más graves conflictos sociales. Para Cardoso de Oliveira (2000), el problema social de la discriminación dentro de las fronteras del propio país, es un elemento que debe ser llevado en cuenta en la dinámica del proceso identitario. Esta discriminación dentro de Perú con “las cholas”, hace que muchas de las migrantes entrevistadas manifestasen sentirse más aceptadas en Brasilia que en Lima. Entendemos que la discriminación que pueden sufrir en Brasilia pasa más por una cuestión de relación de trabajo, donde ellas sienten mucho más el estigma por ser trabajadoras domésticas, que por la condición de ser inmigrantes. “La señora casi no habla conmigo, la verdad que es una vida de mucha soledad. Siento que ella me discrimina bastante, así como los hijos, sólo me hablan cuando están saliendo de la casa que dicen ‘chau Teresa’, es todo lo que me hablan” (Teresa). La posibilidad de sentirse discriminadas por los habitantes locales, por el hecho de ellas ser extranjeras, de hablar diferente y tener trazos indígenas, por ejemplo, aparentemente no lo han sufrido mucho. A simple vista eso puede ser constatado como un punto pacífico, pero toma otra figura bastante opuesta cuando analizamos la situación y entendemos que lo anterior puede ser explicado, en cierta medida, por la poca participación de ellas en actividades fuera del trabajo debido al poco tiempo libre disponible y, sobre todo, entendemos que esta percepción resulta del contrapunto que hacen con las situaciones de discriminación anteriormente sufridas en su país de origen cuando llegaron del interior a vivir a Lima. La marca del sufrimiento por ser discriminadas dentro del 84 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 propio país, por el hecho de ser consideradas “cholas”, afecta la interpretación que hacen del presente vivido y las situaciones de discriminación. “Aquí en América Latina, las personas que tienen la posibilidad de casarse con alguien de una clase superior, con un trabajo mejor y, por lo tanto, mejoran de posición, esas se sienten como si fuesen reinas y los otros [las empleadas] los vasallos. Son muy clasistas... clasifican a las personas” (Carmen). Observemos que Carmen comienza hablando de “las personas” y poco a poco pasa a hablar de un contrapunto femenino que hace alusión directa a la figura de “la señora” con quien ellas interactúan más en el contexto laboral. Podemos afirmar que en su presente en Brasilia se sienten menos “cholas” y bastante más anónimas o menos estigmatizadas desde ese punto de vista. Sin embargo, la situación de confinamiento en que viven, el sentimiento de estar aisladas, así como el vacío de honra y falta de estima social que sufren por su profesión, afecta mucho la forma en que ellas ‘leen’ su entorno y caracterizan a los otros y las otras con quienes interactúan. LA CONSTRUCCIÓN DE LOS/AS OTROS/AS La alteridad es una categoría fundamental del pensamiento humano, pues, de acuerdo con Beauvoir (1976:18), ninguna colectividad irá jamás definirse como tal sin de inmediato apuntar para el Otro. Este otro, así como su propio self, tendrán siempre alguna(s) cualidad(es) que los particulariza, algún adjetivo para nombrarla(s) y que, muchas veces, acaba tornándose un estigma. O sea, una marca característica que los incluye (“nosotros”) o los excluye de un determinado grupo (“ellos/as”) o categoría. “El término ‘categoría’ es perfectamente abstracto y puede ser aplicado a cualquier agregado, en este caso a personas con un estigma particular. Gran parte de aquellos que se incluyen en determinada categoría de estigma pueden referirse a la totalidad de los miembros por el término ‘grupo’ o un equivalente, como ‘nosotros’ o ‘nuestra gente’. De igual forma, los que están fuera de la categoría pueden designar los que están dentro de ella en términos grupales” (Goffman, 1988:32). 85 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 El otro con relación al nosotros, o al yo, puede por momentos ser aquel que hace parte de nuestro grupo de referencia. No siempre el otro es el que es completamente diferente y extraño. Significa que, en nuestra investigación, no siempre el otro será el ciudadano local (habitante de Brasilia), o los empleadores con quien se establecen relaciones más verticales que de pares. “Nosotras, como extranjeras que somos, tenemos que aguantar bastante cosa, callar la boca en muchas ocasiones, cosa que no ocurriría se ellos hubieran contratado una empleada brasilera. Las brasileras... ellas sí, van a quejarse caso no respeten sus horarios, no van a quedarse calladas. Además, también yo siento miedo de cambiar de empleo. Mismo que ya me sucedió en el trabajo anterior de no tener un buen salario, cuando uno se acostumbra a la relación con la familia, a los hábitos de ellos, se siente miedo de cambiar. Porque uno vive en la casa, entonces nunca se sabe cómo será esa relación con ellos, cómo uno va a ser tratada” (Diana). Ese otro para estas mujeres, también pueden ser otras migrantes en situaciones semejantes, provenientes de Perú o de otros países 12, o “las brasileras” a quienes poco conocen. La propia familia dejada en el país de origen puede convertirse por momentos en el “otro” con quien las migrantes se contraponen por las diferencias en los valores, creencias que surgen como consecuencia de los cambios que van experimentando durante el proceso migratorio y con quienes mantienen contacto a través de diversos medios de comunicación. Observamos inclusive durante las entrevistas que aparece un sujeto masculino como un “otro” al cual se contraponen; o sea, un otro más abstracto al que las migrantes hacen referencia en muchas oportunidades como “los hombres” y, de cierta manera, lo reconfiguran en la relación que establecen a partir de los relatos: la nueva vivencia les permite el proceder a dar nuevos significados a las interacciones masculino-femenino, mantenidas antes del proceso migratorio. Qué sucederá caso alguna de ellas regrese, es algo que no puede ser determinado desde estas instancias de vida que ellas tienen en Brasilia. “Yo como mujer espero que el hombre que está a mi lado pueda decir tambiém ‘mira yo estoy aquí, para apoyarte, 12 Durante nuestra investigación de campo exploratoria (2008), conocimos trabajadoras domésticas migrantes provenientes de otros países como: Bolivia, Honduras, Colombia, Paraguay, Ecuador. Sin embargo, en Brasilia, el colectivo de las peruanas empleadas en el sector doméstico es el mayor. 86 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 defenderte...’ simplemente me he sentido muy sola... pues no he visto ese hombre a mi lado, que me defienda... simplemente he quedado sola, para defenderme... y me pregunto... ¡puxa vida! 13.. ¿soy hombre o soy mujer? [ríe]” (Eloisa). “Los hombres son muy dominantes, creo que aún más aquí, en esta región... Aquí en América del Sur... pero también en América Central...” (Diana). En esta línea de pensamiento, observamos que, “una categoría puede funcionar en el sentido de favorecer entre sus miembros las relaciones de formación de grupo, pero, sin que en su conjunto total se constituya un grupo (...)” (Goffman, 1988:33). Además, siguiendo el pensamiento de Goffman, y tomando en cuenta la ambivalencia del vínculo que las migrantes pueden establecer con el grupo de otras migrantes, con grupos dejados en las comunidades de origen o con la propia familia, es comprensible que puedan ocurrir oscilaciones en el apoyo, en la identificación y participación en el mismo. “Hace pocos días me llamó Amelia y me dijo ‘¿te vas en septiembre?’ Yo fui bien sincera, le dije que estaba cansada de todo esto... Ella me sugirió, ‘no, vamos a buscar juntas otro empleo’. Pero... como ya te dije, yo ya no quiero más esta vida para mí. Después de algunos días, Amelia vuelve a llamarme, y toca en el mismo asunto. Para resumir, yo terminé la conversación diciendo ‘nadie puede ser feliz lejos de su familia, lejos de sus hijos’, y le conté todos mis proyectos que pienso llevar adelante retornando a Perú. Sinceramente, creo que eso la deja furiosa, siempre está diciéndome la misma cosa ‘espera, espera dos años más, regresando, podemos trabajar juntas, ¿no vas a olvidarte de mí? ¿No?’” (Carmen). En otra instancia de nuestra conversación, Carmen nos expresaba: “Me cansé, sí me cansé de en mi tiempo de descanso estar siempre con ellas [otras migrantes]. Sólo se habla de trabajo, de la familia, de la nostalgia, y eso cansa... me he quedado más por mi lado, me gusta leer y a veces me quedo acostada 13 Expresión apropiada por la migrante del portugués. Sinónimo de ¡Mi Dios!. 87 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 leyendo, descanso un poco y no estoy siempre en la misma” (Carmen). Este tipo de situaciones provoca los denominados “ciclos de incorporación” (Goffman, 1988:47) en los que tanto se aceptan oportunidades de participación en el grupo, como también pueden recharzarse y luego volver a aceptarlas. Inclusive, agrega el autor, “habrá oscilaciones correpondientes en las creencias sobre la naturaleza del propio grupo y sobre la naturaleza de los normales” 14 (ibidem). Podemos agregar, que hay oscilaciones sobre cómo ellas se ven a sí mismas – mujeres, migrantes, madres, esposas, amigas, empleadas– capaces de salir adelante, pero también, por momentos cansadas por no ver alternativas a su situación presente. Estas formas diversas que una misma migrante tiene de autointeracción producen cambios en sus formas de ser y estar con los otros y otras. CONCLUSIÓN Como cualquier ciudad, Brasilia ofrece oportunidades, en mayor o menor grado, de ser recorrida, de ser vivida. Sin embargo, para el caso de muchas de estas migrantes, al vivir y trabajar en un mismo local, “pierden” la instancia que el resto de los trabajadores poseen de volver para casa diariamente, de trasladarse de barrio, y ocupar espacios donde puedan asumir otros papeles sociales diferentes de aquel de ser trabajadora doméstica. Las formas de interacción son reducidas y establecidas casi exclusivamente en el contexto de una relación laboral, podríamos decir, las 24 horas. Eso no es insignificante cuando buscamos comprender de qué maneras y sobre cuáles particularidades se establecen las significaciones de ‘mis’ situaciones de vida y las del ‘otro’. El lugar que ellas hoy ocupan, así como el que podrán ocupar en el futuro, se construye en relación a personas, espacios, funciones en la familia y en la sociedad en general. Ese lugar se explica y se relata mucho en relación al dominio masculino y al del trabajo, sea de forma implícita o explícita. Nótese que el espacio del trabajo y la relación con lo masculino son, generalmente, vividos como los dominios de la autoridad, y se constituyen como sus pontos fuertes de referencia, inclusive viviendo lejos de “figuras” familiares que tanto marcaron sus vidas. Aquí entramos en otro aspecto importante, no sólo de las reconfiguraciones de lo masculino o femenino en sí, sino de las relaciones. De los lazos que se 14 El autor se sirve de dos términos: los “normales” y los “estigmatizados”. 88 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 restablecen desde y en la experiencia de la migración y que tensionan las formas de relaciones anteriores que aún mantienen los que quedaron en el lugar de origen. Eso otorga la posibilidad de comprender que también ‘lo que quedó allá en la tierra’ se hace presente y constante en el ‘aquí migrante’ y debe ser cotidianamente negociado. También el lugar de ser mujeres proveedoras del sustento material para sus familias, se conforma en función de los proyectos para cuando dejen de ser trabajadoras domésticas, cuando cambien de vida, siempre con muchas dudas sobre qué será de ellas. Hoy son ellas que cuidan y sirven a los otros, mañana ¿será que habrá alguien para cuidar de ellas? Podemos decir que viven el presente marcado por una actitud sacrificial muy fuerte alimentada por los sueños de que un día a través de sus hijos que quedaron en Perú y estudian, o del dinero que economizan para en un futuro invertir, puedan deshacerse de esta identidad profesional (trabajadoras domésticas) que les provoca un sentimiento de vacío de honra y falta de estima social. Sentimiento que no sólo es producto de la interacción con esos otros y otras que encuentran durante de su proceso migratorio. Se trata de un sentimiento que también refleja mucho de cada una de ellas, por la experiencia de discriminación sufrida a lo largo de sus historias de vida. Es por todo esto que, durante esta experiencia migratoria, las migrantes van tomando mayor conciencia de las diferencias entre ellas y los “otros”; diferencias que identifican en el ámbito de las interacciones cotidianas como estigmas que las marcan a ellas y a los demás. Hablamos de una toma mayor de conciencia de tales diferencias, porque el propio proceso de migración, el hecho de tomar distancia con su cultura de origen, sus grupos de referencias y sus afectos, así como el contacto con una nueva cultura y nuevos valores, van produciendo cambios en lo que ellas consideran como “otros y otras”. O sea, los empleadores (autoridad), el padre o marido dejado en el país de origen (autoridad que en algunos caso va cambiando el ‘peso’ que tienen en sus vidas), las otras migrantes (relación de pares), los ciudadanos locales de Brasilia, la familia en general (a quien ellas debían explicaciones, pero ahora ya no tanto), los hijos (con quien establecen ya no sólo relación de cuidado y protección como también sentimientos contradictorios por ser las únicas proveedoras del sustento material), y, finalmente “los hombres” como categoria abstracta mencionada de forma recurrente durante las entrevistas a quienes ellas parecen contraponerse buscando encontrar y delimitar su lugar como mujeres. 89 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 Son mujeres que sueñan, toman decisiones –siempre que les sea posible–. Son migrantes y sobrevivientes que viven para servir y luchan para un día vivir sus propias historias, ya no más la de los otros. Estos otros y otras que siempre serán parte de sus vidas y de sus historias. BIBLIOGRAFÍA Anderson, Bridget 2011 “Reproductive Labour and Migration”. Disponible en: http://www.transcomm.ox.ac.uk/working%20papers/WPTC-0201%20Anderson.doc.pdf, Consultado: 10 de junio, 2010. Beauvoir, Simone de 1976 “Le deuxième sexe I. Les faits et les mythes“. [1949]. Gallimard ; Paris, France. Bottomore, Tom (ed.) 2001 “Dicionário do Pensamento Marxista“. Jorge Zahar Ed; Rio de Janeiro, Brasil. Calvino, Italo 2003 “As cidades invisíveis“.Folha de S. Paulo; São Paulo, Brasil. Cardoso de Oliveira, Roberto 2000 “Epílogo I. Fronteras, naciones e identidades”. En: GRIMSON, A. (comp.) Fronteras, naciones e identidades. La periferia como centro. CICCUS / La Crujía; Buneos Aires, Argentina. pp.321-332. Dutra, Delia 2012 “Mulheres migrantes peruanas em Brasília. O trabalho doméstico e a produção do espaço na cidade”. Tesis de Doctorado en Sociología. Universidad de Brasília. Fleischer, Soraya Resende 2000 “Passando a América a limpo: o trabalho de housecleaners brasileiras em Boston, Massachusets”. Tesis de Maestría en Antropología. Universidad de Brasilia. Girard, Christiane F. N. 2002 “Dossiê: Globalização e Trabalho: perspectivas de gênero”. CFEMEA; FIG/CIDA; Brasilia, Brasil. 90 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 ___1993 “Cidadania e cultura: o universo das empregadas domésticas em Brasília: 1970-1990”. Tesis de Doctorado en Sociología. Universidad de Brasília. Goffman, Erving 1983 “The Interaction Order”. American Sociological Association, 1982 Presidential Address. American Sociological Review, vol. 48, No. 1, (February), p.1-17. ___1988 “Estigma. Notas sobre a Manipulação da Identidade Deteriorada”. Guanabara; Río de Janeiro, Brasil. Halbwachs, Maurice 1990 “[1950] A memória coletiva”. Vértice; São Paulo, Brasil. ___1994 “Les cadres sociaux de la mémoire“. [1925]. Albin Michel ; Paris, France. Jureidini, Ray 2009 “In the Shadows of Family Life: Toward a History of Domestic Service in Lebanon”. Journal of Middle East Women’s Studies. Vol 5, No.3, (Fall 2009), p. 74-101. Nunes, Brasilmar, F. (org.) 2004 “Brasília: A fantasia corporificada”. Paralelo 15; Brasilia, Brasil. Paviani, Aldo 1997 “Brasília: Cidade e Capital”. En: NUNES, BRASILMAR F. (org.) Brasília: a construção do cotidiano. Paralelo 15; Brasilia, Brasil. pp. 37-68. Santos, Milton 1994 “Técnica, Espaço, Tempo. Globalização Informacional”. Hucitec; São Paulo, Brasil. e Meio Técnico-Científico Schwartzman, Luisa Farah 2007 “Does Money Whiten? Intergenerational Changes in Racial Classification in Brazil”. American Sociological Review, Vol. 72, No. 6, Dec., p. 940-963. Souchaud, Sylvain 2010 “A imigração boliviana em São Paulo”. En: FERREIRA, A.P; VAINER, C.; PÓVOA NETO, H.; SANTOS, M. de O. (orgs.). A Experiência Migrante. Entre Deslocamentos e Reconstruções. Garamond, p. 267-290; Rio Janeiro, Brasil. 91 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 Stefanelli, Laura 2011 “Domestic Work: A Case Study Of Foreign Women Working In Italian Households”. En : BAHAMMOU, ZOUIR (dir). Migration, Insertion, Citoyenneté: convergences des questions et diversité de réponses. Montréal : UQÀM, Les Cahiers de la CRIEC, p.185-198. Diponible en: www.criec.uqam.ca/Page/Document/cahier/035.pdf Weber, Max 1969 “Classe, Status, Partido”. En : Bertelli, A.; Palmeira, M. ; Velho, O. (orgs.). Estrutura de Classes e Estratificação Social. Zahar; Rio de Janeiro, Brasil. pp. 57-75. ___1944 “Economia y Sociedad”. [1922]. Fondo de Cultura Económica, Vol. I; México DF, México. ANEXO Perfiles de las migrantes Edad Llegada Brasilia Amelia 49 2004 Veces retornó Perú nunca Casada Motivos migración Documentación Brasil Familia Perú Profesión antes de la migración pagar deudas Irregular hasta Amnistía 2009 marido y ama de casa dos hijos Limpiadora marido, dos ama de casa hijas, un hijo Limpiadora una nieta Desempleada madre, hermanos Estudiante pagar facultad de los hijos Teresa 48 2006 Casada Elena 42 1998 dos: visitar familia consultar médico una: visitar família Casada c/ peruano dar sustento familia pagar facultad hijas juntar dinero retornar estudiar Facultad Vendedora Irregular hasta Amnistía 2009 Irregular hasta nacer primer hijo (4 hijos en en Brasilia Carmen Brasilia) 40 2005 Casada María 39 2005 Soltera Marta Cantante 48 1990 una: fines 2010 no retournó una: 2011 y no retournó dos: visita pagar deudas pagar deudas Visa Cortesía Visa Cortesía ahorrar abrir pequeño emprendimiento Trabajo: acompañó marido, tres micro-empresaria hijos textil Enamorado vendedora calle madre, sobrino empleada de su hermana Carmen Irregular hasta casamiento Madrina Trabajadora 92 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 casada c/ familia peruana brasilero que migró Brasilia Mariana Casada c/ Trabajo: acompañó familia peruana brasilero que migró Brasilia Lucía 41 32 1991 2005 nunca tres: visita Soltera Eloisa 46 2002 dos: visita Divorciada luego de migrar Diana Soltera Trabajo: contratada familia peruana que ya vivía Brasília Trabajo: acompañó familia americana Irregular hasta casamiento Irregular hasta Amnistía 2009 (no tiene hijos) Doméstica Hermanos Trabajadora primos Doméstica (2 hijos en Brasilia) Hermanos Trabajadora Doméstica Visa Cortesía tres hijos micro-empresaria pequeño negocio con ex-marido 1o en Argentina 29 2006 nunca, cuando retorne será para quedarse en Perú 2o Suriname, 3o Brasilia trabajo, mejor Salario Visa Cortesía Enamorado Trabajadora Doméstica Recibido: 01 de Junio de 2012 Aceptado: 09 de Septiembre de 2012 93 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 (TRANS)FORMING BOUNDARIES IN A CONTACT ZONE: THE EXPERIENCE OF BRAZILIAN MIGRANTS IN BRUSSELS Mieke Schrooten 1 La migración internacional conduce a un aumento de la diversidad cultural y de la complejidad social a niveles locales. En la medida en que las personas cruzan las fronteras, se encuentran y conviven en diversos contextos étnicos o "zonas de contacto". Este artículo se centra en una "zona de contacto", es decir, la ciudad de Bruselas, capital de Bélgica y de Europa. Demostramos en el texto cómo esta “zona de contacto” ha sido influenciada por la llegada de inmigrantes brasileños. Por otra parte, se demuestra cómo estos inmigrantes brasileños construyen, visualizan y transforman los límites entre ellos mismos y los demás residentes del espacio local que habitan. Palabras-clave: Bruselas, fronteras, migración brasileña, zonas de contacto, estudios de migración International migration leads to an increased cultural diversity and societal complexity at the local level. As people cross borders, they meet and live together in ethnic diverse contexts or ‘contact zones’. This article focuses on such a ‘contact zone’, namely the city of Brussels, capital of Belgium and of Europe, and demonstrates how it has been influenced by the arrival of Brazilian migrants. Moreover, it is demonstrated how these Brazilian migrants construct, view and transform boundaries between themselves and other residents of the local space they inhabit. Keywords: Brussels; Boundaries; Brazilian migration; Contact zones; Migration studies 1 Mieke Schrooten is doctoral candidate in the Interculturalism, Migration and Minorities Research Centre (IMMRC) at the KU Leuven (University of Leuven), under the supervision of Prof.dr. Christiane Stallaert, and lecturer in the Department of Social Work at Hogeschool-Universiteit Brussel. E-mail: [email protected] 94 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 Although migration has been an inherent part of human existence ever since our ancestors left Africa to populate the rest of the world (Wolf, 1997), mutual contacts have strongly intensified throughout the last decades. Rapid technological development, worldwide trade and a revolution in communication are increasingly interconnecting individuals and places, giving a new impetus to human mobility (Audebert and Doraï, 2010; Bauman, 2000; Schrooten, 2011b; Urry, 2007). These developments have profound implications for contemporary and future migration research. In this article, I argue that the introduction of a ‘border perspective’ in migration studies offers an excellent tool to research the everyday experiences of today’s migrants in the local spaces they inhabit. As Wilson and Donnan (2012:1) argue, “[T]he proliferation of borders, and the many forces that have created and fostered their development, together have drawn scholars from all the humanities and social sciences to a mutual interest in what happens at, across and because of the borders to nations and states, and in extension to other geopolitical borders and boundaries, such as those of cities, regions and supranational polities”. As demonstrated in the research of these scholars, borders function as a grand motif in everyday life. On the one hand, many recent events that revolve around changing borders, such as the creation of Mercosul, the expansion of the European Union, the rise of new global forces and new engagements between emerging countries have all made borders and borderlands new sites of processes of localization and globalization in the face of so many forces of change. On the other hand, the current ‘age of migration’ (Castles and Miller, 2009) also leads to an increased cultural diversity and societal complexity at the local level. As people cross international, state and other borders of polity, power, territory and sovereignty, populations mix and metaphorical borderlands of personal and group identities are negotiated (Alvarez, 1995; Anzaldúa, 1987; Barth, 1969; Donnan and Wilson, 1999; Horstmann and Wadley, 2006; Kearney, 1995; Lamont and Molnár, 2002). I argue that in the current globalised world these ethnic diverse contexts or ‘contact zones’ (Pratt, 1991) with a hybrid population are the norm, not only in the regions bisected by the boundary line between states, which traditionally have been at the focus of Border Studies (Wilson and Donnan, 2012), but also in the 95 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 cosmopolitan cities, which are privileged places of migrant settlements and, as such, cultural crossroads par excellence. In an earlier article (Schrooten, 2011a), I presented the results of a research conducted in such a contact zone, namely the city of Palmas, the capital of the Brazilian state Tocantins. Because the city was only founded in 1990, internal migration has heavily influenced the composition of the city’s population. Palmas is a city with a population that consists entirely of (mainly internal) migrants, and, as such, displays the characteristics of a contact zone. My research focused on the (re)creation of ethnic boundaries in this city, raising questions related to the possibility that the planned creation of a city such as Palmas would not reproduce the race relations that characterize the rest of the country, as the city was built during a period in which the Brazilian state recognized the existence of racism and started to implement anti-racism measures such as race based affirmative action (Bernardino, 2002; Brandão, 2005; Burdick, 1998; Caldwell, 2007; Htun, 2004; Schrooten, 2008). The research has demonstrated that the ethnic divisions existing in the rest of Brazil are also reproduced in Palmas. Although the government has consciously tried to promote social integration, the internal migration towards Palmas has not changed the existing patterns of ethnic divisions that are observable in the rest of the country. Rather than being purposefully erased, boundaries between ethnicities appear to be as strong as in the rest of the country. In this article, I focus on another contact zone, namely the city of Brussels, the capital of Belgium and of Europe. I researched how Brazilian migrants residing in this city construct, negotiate and view boundaries between themselves and other residents of the local space they inhabit. I will demonstrate how the arrival of Brazilian migrants in Brussels has influenced these local spaces and how these migrants interact with other migrant communities and with the Belgian population. The research presented here is part of a PhD study on Brazilian migration to Belgium (2008-2013). Data collection and analysis of this research are typified by a qualitative approach, inherent to the anthropological method of ethnographic fieldwork. The study makes use of a multi-sited research design, with datagathering taking place both online and offline (Schrooten, 2012). Data were collected through participant observation, analysis of web-based discussions and personal and e-mail interviews with Brazilians residing in Belgium (forty-one in total). The age of the interviewees ranged from 23 to 56 years. Twenty-nine of them were women and eleven men. Similar to findings of recent research amongst Brazilians that more than 57% of Brazilians in Belgium are coming from the Brazilian states of Goiás and Minas Gerais (Góis et al., 2009:38-41), most of the 96 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 interviewees indicated these states as their region of origin. More than half of them had a high school degree, while some also had obtained a university diploma, and others had none or only primary education. Although most Brazilians in Belgium are undocumented (see later in this article), twenty-seven out of forty-one interviewees had a legal status in this country. The length of stay in Belgium varied between 6 months and 35 years. All were first-generation migrants. The choice for Brussels as a research location was based on its role as capital of Europe, which gives the city a significant position within the trans-Atlantic relations. Secondly, Brussels displays the characteristics of a contact zone at the national level due to its socio-political position within the Belgian state, reinforced by the international position of the city and the presence of an ethnic heterogeneous population. Since the 1960s, migrant populations have increased to the point of outnumbering local populations in several municipalities (Corijn et al., 2009; Geets and Timmerman, 2010; Jacobs, 2006). Furthermore, because of the indigenous bilingual complexity that is specific to the region, Brussels is an area where symbolical boundaries are continuously renegotiated. Belgium is divided into a predominantly Dutch-speaking region in the northern part of the country (Flanders), a French-speaking region in the southern part (Wallonia), a German-speaking region in the south eastern part (within Wallonia), and the bilingual region of Brussels, although French is clearly the dominant language in the capital city. Fourthly, the choice for Brussels allows dissociating the trans-Atlantic migration of Brazilians from a former colonial tie. Finally, as the next section will show, the Brazilian community in Belgium is largely concentrated in Brussels (Dienst Vreemdelingenzaken, 2009; Góis et al., 2009). BRAZILIAN MIGRATION FLOWS TO BELGIUM Historically, Brazil was a receiving country, being the migration destination of numerous migrants from all over the world. 20th and 21st century migration from Asia and Europe, typified by a complex pattern of intercontinental migration flows, has added up to the ethnic diversity that was caused by the Portuguese settlement and the African slave trade (De Prins, Stols, and Verberckmoes, 2001; Durand, 2009; Lesser, 2005). The historical experience regarding migration thus makes Brazil a classic receiving country. However, starting in the fifties, a radical change took place. The flow of immigrants almost dried up and gradually the migration patterns reversed. The migratory flow of Brazilians, which started as a sporadic movement in the 1970s, intensified in the 1980s, a period in which Brazil was faced 97 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 with economic stagnation, inflation and crisis, leading the country to experience for the first time a negative net migration flow (Pellegrino, 2004). By the end of the twentieth century, Brazil had turned into a country of emigration. The role of Brazil as an emigration country is thus relatively recent, beginning in the 1980s and increasing in the last decades. The number of international Brazilian migrants today is estimated by the Brazilian Ministry of Foreign Affairs (Ministério das Relações Exteriores, 2011) at approximately 3.1 million at a population total of 190.732.694 (Instituto Brasileiro de Geografia e Estatística, 2011). The continuing growth of Brazilian emigration is remarkable, given the current socio-economic status of the country, which is rapidly evolving to become a major hegemonic key development player. Since the early 2000s, the Brazilian economy has started to grow more rapidly, and today, Brazil is considered one of the fastest-growing major economies in the world. In December 2011, Brazil even supplanted the United Kingdom as the world’s sixth largest economy, according to the Centre for Economics and Business Research (CEBR). The socio-economic status of the country as a whole contrasts, however, sharply with the persisting intra-national inequalities, which make Brazil one of the most uneven countries in the world (United Nations Development Programme, 2009), a reality that is likely to influence the Brazilian migration pattern. Although Brazilian migration was for a long time restricted to internal, intercontinental and certain extra continental destinations, starting in the 1980s, migration flows have also changed direction to Europe. Of all Brazilians abroad, some 912 000 are currently estimated to live in Europe (Ministério das Relações Exteriores, 2011). According to the International Organization for Migration (IOM), the growth of Latin American migrants in Europe can be related to, among others, historic ties between Europe and Latin America, to changed European and American migration policies and to pre-existent communities of Latin American migrants in European cities. While the United Kingdom, Spain and Portugal are the European countries with the highest number of Brazilian migrants, Brazilians represent a large amount of the recent migration flows towards Belgium as well. Brazilian immigration into Belgium started in the 1960s with the arrival of a small number of political refugees who fled the military regime, as well as some artists, football players, and students. Due to political changes in Brazil, many of these migrants returned to Brazil from the 1980s on, where they contributed to the image of Belgium as an interesting migration destination. The economic crisis in Brazil around the 1990s encouraged a second Brazilian migration wave to Belgium. This wave intensified in the past 98 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 decade, possibly as the result of the changed immigration policies of the United States after 9/11 and, subsequently, of the United Kingdom after the terrorist attacks in London in 2005 (Góis et al., 2009; Rosenfeld, Marcelle, and Rea, 2010:121-122). Although Brazilian migration towards Belgium constitutes a relatively recent phenomenon, it has been referred to as an important trend by Brazilian policy makers (Pedroso, 2011), the Ministry of the Brussels-capital region (Ministerie van het Brussels Hoofdstedelijk Gewest, 2008) and the IOM (Góis et al., 2009). Statistics of the Belgian government reveal that between 1995 and 2010 the number of Brazilians residing in Belgium has significantly augmented, from 1312 officially residing Brazilians in Belgium in 1995 to 5324 in January 2010 (Université Catholique de Louvain and Centrum voor Gelijkheid van Kansen en voor Racismebestrijding, 2011). To the relative growth of documented Brazilians in Belgium should be added the plausible growth of undocumented Brazilian migrants. Recent data of the IOM illustrate that the official numbers largely underestimate the real size of the Brazilian community, which is estimated between 10000 and 60000 migrants, a number that is expected to further increase in the future (Góis et al., 2009; Ministério das Relações Exteriores, 2011). The presence of a significant number of Brazilian migrants in Belgium is facilitated by bilateral agreements between Belgium and Brazil, allowing Brazilian nationals to enter Belgium without previously having to request a visa. Many among them remain within the Schengen associated countries after the allowed tourist stay of 90 days (Dienst Vreemdelingenzaken, 2009; Oosterbaan, 2010). In recent years, we can also observe the opposite movement: a lot of Brazilians are returning to Brazil. Although it is impossible to present exact numbers on return migration, as a lot of Brazilians residing in Belgium are undocumented, Fedasil – the government body which oversees the voluntary return of– and the IOM –which organizes the return trip to one’s country of origin– have registered an increased demand by Brazilians residing in Belgium for the Assisted Voluntary Return programs they offer. With 770 voluntary returns in 2011 (Federaal Agentschap Opvang Asielzoekers, 2012a) and 232 voluntary returns in January to April 2012 (Federaal Agentschap Opvang Asielzoekers, 2012b), Brazilians form the main nationality of returnees in Belgium. Ongoing research on the economic crisis and return migration is showing how the image of Brazil as a country that is growing while the rest of the world is in crisis is of great importance in this decision to go back to Brazil. The lack of job opportunities in the countries of residence, combined 99 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 with an improvement of the life conditions in Brazil is motivating many Brazilians to return (Fernandes, Faria, and da Silva, 2012). Yet, the re-emigration of Brazilian nationals from Belgium goes accompanied by the arrival of new Brazilian migrants. Although for many of these newly arriving migrants, Belgium was their final migration destination, this is certainly not the case for all Brazilians residing in and arriving in the country. For some, Belgium was originally just a country of transit on their way to the United Kingdom. The increased border controls at the airports after the terrorist attacks of 2005 have forced many Brazilians to choose an alternative destination. Yet others have migrated to Belgium because they were living in a European country that was strongly affected by the current economic crisis. The post of Aparecida, a Brazilian woman living in Spain, on the forum of an online community created by Brazilian migrants in Belgium is illustrative for the migration motivation of these latter: “People, I would like to hear your opinion, you who are living over there... This is what is going on; the only country I migrated to until now is Spain. I have been here for 8 years already, but I lost my job now, just like 5 million Spanish. Things are really bad over here now and I feel very discouraged. The thing is that I have the Spanish nationality and that I don’t know if it will really help me to find a job over there, because I speak neither English nor French, and even less Flemish. Only Portuguese and Spanish. Do you think it is an illusion to leave Spain and try to find something over there without even knowing the language? Please, I need you to be realistic in your answer. Lots of thanks to everyone who will respond”. Many Brazilians residing in Southern European countries such as Portugal, Spain or Italy, reorient their migratory projects within the European continent, rather than returning to Brazil without having obtained their goals (Fernandes, Faria, and da Silva, 2012). Those Brazilians that decide to come to Belgium often explicitly mention the presence of family members, friends or acquaintances as an important incentive to choose Belgium as a migration destination. These networks facilitate the migration process as migrants get support in finding a residence and work via relatives, friends and acquaintances (Padilla, 2006; Pellegrino, 2004). Within Belgium, Brazilian migrants are living strongly concentrated in the region of Brussels, with some smaller groups living in the Flemish and the Walloon region of the country. Many research participants averred that the Brazilian immigrants living 100 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 outside Brussels are mostly students or migrants with a Belgian partner. Undocumented Brazilians and Brazilians without a Belgian partner would prefer to live in Brussels because of the already established Brazilian community in this city, and the larger employment opportunities. Moreover, the ethnic diversity of Brussels is also referred to as something positive by many Brazilians, for example by Silvana, a Brazilian artist who has been living in Brussels for 17 years: “I feel great here in Brussels, because of this [the many different nationalities living in Brussels]. It feels like, like a very, very small Brazil. There are people from anywhere. I feel great here, and I think this is the reason. Because when I went, when we went ... We sometimes go to some small places in Flanders and I sometimes get scared of the people over there. […] When you arrive in a region that is really Flemish, in a place where people refuse to talk French, you have to be really careful. […] In these more distant cities they have this concern with ‘the invasion’. The invasion of immigration”. (Silvana, personal interview, 15 April 2010) Especially the area around the South station of Brussels –the place where a lot of Brazilians first step foot on Belgian soil, when they arrive with the high-speed train from Paris– is of importance to these migrants. Not only do many Brazilians live in the nearby municipalities of Sint-Gillis, Anderlecht, Vorst and Elsene, it is also the area where a lot of Brazilian meeting places, such as churches, shops and bars can be found. The next section of this article looks deeper into the visibility of Brazilians in this contact zone and into their interactions with other inhabitants and visitors of this area. The focus will be on the processes of crossing, creation and transformation of boundaries that take place in this local space. I will demonstrate that the interactions between Brazilians and other migrants are ambivalent and that there are no, or at least very limited interactions between Brazilians and Belgians. (TRANS)FORMING BOUNDARIES IN THE CONTACT ZONE The neighborhoods of Elsene, Sint-Gillis, Anderlecht and Vorst, where most Brazilians live today, used to be known as the ‘Portuguese neighborhoods’ of Brussels (Regionaal Integratiecentrum Foyer Brussel vzw, 2011:18-31). The presence of the Spanish and Portuguese community, combined with the proximity of the train station and the housing price, has been an important incentive for 101 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 Brazilians to choose the abovementioned neighborhoods as their place of residence. Hence, many Brazilians approached the more experienced Portuguese community for information and for work in the construction business or the cleaning industry (Rosenfeld, Marcelle, and Rea, 2010). Today, the Brazilian influence in this contact zone within Brussels is very visible. During special occasions, such as carnival or the World Championship, it is impossible not to notice all the Brazilian flags hanging out of the windows in the neighborhood. There are also a lot of Brazilian churches in the area, ranging from Catholic to Evangelical or Pentecostal (Mareels, 2010). Moreover, several bars and restaurants have a Brazilian name or display references to Brazilian identity in their decoration, such as the Brazilian flag, or pictures of Brazilian football players or artists. Additionally, the Brazilian associations that are active in the neighborhood contribute to the visibility of the Brazilian presence in the city. The goals of the existing associations are very diverse, ranging from providing socio-juridical help to Brazilian migrants to organizing cultural events (Zavataro and Schrooten, 2012). The Brazilian influence in the area around the South station is also noticeable in the ethnic bars and shops, which are mainly owned by Portuguese and Spanish entrepreneurs. The arrival of Brazilians has encouraged shop keepers to adapt their strategy to better fit the expectations of their new customers. Many entrepreneurs are able to address their Brazilian clients in Portuguese. Some shop owners are even competing over the Brazilian clients, trying to find products other shops don’t offer. Many have started importing Brazilian products from wholesalers in Portugal, the Netherlands and Germany and are advertising in the magazines that are spread around Brazilians living in Belgium, such as ‘ABClassificados’, ‘Brasil Etc.’ and ‘Brazuca’. Silvana has witnessed the changes within the neighborhood during the past 17 years: “The Portuguese are fond of everything that is Brazilian. Because the Brazilian community is enormous. And they consume a lot more than any other community. So they sell Brazilian products. There are many shops, shops where you can buy clothes. And I remember when this business started where you could send money to Brazil. The first to organize this was a Spanish company. [...] Now you find Brazilian products everywhere. The night shops, the cybercafés, everybody is selling products from Brazil”. (Silvana, personal interview, 15 April 2010). 102 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 Some bars and restaurants also adapted their music, food and drinks, to the Brazilian public, especially to migrants coming from the states of Goiás and Minas Gerais (Moraes 2010). These bars also play an important role in providing social capital to recently arrived Brazilians –as business owners often give support to people struggling to find work or housing– and in crossing boundaries between Brazilians and other migrants living in the neighborhood, as some bars are frequented not only by Brazilians, but also by Portuguese, Spanish or Moroccan customers. During the World Cup in 2010, several of these customers of other nationalities joined the Brazilians to watch the matches of the Brazilian national football team, dressed up in the colors of the Brazilian flag. However, this does not mean that there are no ethnic boundaries between Brazilians and other migrant groups in Brussels. In fact, the relationship between the different migrant communities is rather ambivalent. Similar to the findings of Feldman-Bianco (2001) and Machado (2009) in their work on Brazilians in Portugal, I also discovered antagonisms and colonial feelings behind the apparent friendly relationships between Brazilians and Portuguese in Brussels. As Wislane, a 45-year-old Brazilian woman who is married to a Portuguese man, describes: “Portuguese and Brazilians have a bigger history together. My whole life …, if you had told me that I would meet a Portuguese here, I would have said: ‘God, help me’”. (Wislane, personal interview, 27 March 2011). Many Portuguese maintain a certain distance from Brazilians and many Brazilians are quite suspicious of the Portuguese. In their research on Brazilian construction workers in Brussels, Rosenfeld et al. (2010) found that a lot of Brazilian men working in construction had Portuguese bosses. The Brazilians often complained about exploitation and some of them perceived their situation as a reproduction of colonial boundaries. Also within the private atmosphere, the same feelings of exploitations are present, as illustrated by Dije, who migrated to Belgium in the beginning of 2010: “There are a lot of people here, not only Brazilians but a lot of others as well, who marry ... or rather, who buy marriages. There is also a market out there. They generally marry Portuguese. But this is also complicated because you get married, you pay. In general, it costs some 5000 euro, they charge it for the wedding. So you pay. And then this person, you don’t know this person, you don’t know if it is a good person. There are some cases I’ve heard of, of people who 103 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 ask for money all the time. And if you don’t give to them, they report you to the police or the town hall. So you lose your papers. Or if this person has debts, you also have to pay his debts. There are a lot of issues, it’s very complicated”. (Dije, personal interview, 22 April 2010). Despite the fact that one cannot walk around in Brussels without bumping into Brazilians, until recently the presence of Brazilians remained largely hidden to the Belgian population. When I talked to other Belgians about my research on Brazilians, many were surprised about the high number of Brazilians living in the country and had never really noticed their presence in Brussels. However, during the last years, Brazil is getting more and more attention in the Belgian media. In 2010, a television program, called ‘Brazilië voor beginners’ (Brazil for beginners), in which ten famous Belgians travelled to Brazil to report on the Brazilian situation with respect to their area of expertise, was broadcast on the Flemish television. Moreover, in 2011, Europalia, an international arts festival held every two years to celebrate one invited country’s cultural heritage, turned its spotlights on Brazil. From October to February, the festival offered a program consisting of Brazilian music, fine arts, photography, cinema, theatre, dance and literature. The upcoming events of the World Youth Days (2013), the World Cup of Football (2014) and the Olympic Games (2016) that will all take place in Brazil, as well as the economic growth of Brazil are also regularly discussed in the Belgian media. Still, most Belgians continue to associate Brazil with carnival, football, exotic food, partying people, sensual women, samba, beaches and violence. It is interesting to notice that those shop keepers and restaurant owners that want to attract Belgian customers often reify and reduce the ‘Brazilian identity’ in order to fit this exotic image Europeans have of Brazil (Machado, 2009) and giving their products an aura of a ‘Brazilian experience’. When looking deeper into this ‘Brazilian experience’, we see however that they promote a superficial consumption of Brazilian products rather than a real introduction to Brazilian culture. We can ask ourselves to what extent these shop keepers and their customers are really interested in boundary crossing or are only enjoying Brazil’s “five minutes of fame” on the international panorama. CONCLUSION 104 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 In this article, I have argued that the introduction of a ‘border perspective’ provides a different way to think about the influence of migrants on a local space and the (trans)formation of symbolic boundaries that takes place. The international character of Brussels as the capital of Europe and its ethnic diversity due to the high proportion of foreign residents make Brussels exemplary for the fact that cosmopolitan cities are important cultural crossroads. In local spaces such as the area around the South station in Brussels, symbolic boundaries that crisscross the daily lives of its residents are constantly renegotiated and (trans)formed. Conceiving of the symbolic boundaries that divide people into different categories at different times as something that is constructed, negotiated and viewed from ‘below’, in and through everyday practice, provides a way to present a more nuanced view on migrants’ experience of belonging or non-belonging (see also the analysis of Barth, 1969). As we have seen, the contact zone where many Brazilian migrants residing in Brussels live, is a site of real and intense ‘transformations’ and cross-cultural interaction. Yet, at the same time, existing boundaries are not completely erased, and new boundaries are also formed. Most Brazilians I talked to said for example that they had very few relationships with Belgians. With the exception of Brazilian students, who meet Belgians during their university classes, the network of most Brazilian migrants consisted almost exclusively of other Brazilians. Also within the Brazilian immigrant scene, several fault lines are observable. Therefore, it would be too strong to state that these migrants have formed a Brazilian ‘community’ in Belgium. On the contrary, existing fault lines in Brazil, such as class and educational differences, are reproduced in Belgium. The confrontation with ‘boundaries’ is thus not an experience that is only limited to the relationship of migrants with other migrant communities or the autochthonous population of their new country of residence. Also within the own immigrant scene, social constructions about insiders and outsiders are present. BIBLIOGRAPHY Alvarez, Robert R. 1995 “The Mexican-US Border: The Making of an Anthropology of Borderlands”. In: Annual Review of Anthropology 24, pp. 447–470. 105 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 Anzaldúa, Gloria 1987 “Borderlands/ La frontera: The new mestiza”. Aunt Lute; San Francisco, Estados Unidos. Audebert, Cédric y Doraï, Mohamed Kamel 2010 “Migration in a globalised world: New research issues and prospects”. Amsterdam University Press.; Amsterdam, Holland. Barth, Fredrik 1969 “Ethnic groups and boundaries: The social organization of culture difference”. Little, Brown and Company; Boston, United States. Bauman, Zygmunt 2000 “Liquid modernity”. Polity Press; Cambridge, United Kingdom. Bernardino, Joaze 2002 “Ação Afirmativa e a Rediscussão Do Mito Da Democracia Racial No Brasil”. In Estudos Afro-Asiáticos 24(2), pp. 247–273. Brandão, Carlos da Fonseca 2005 "As cotas nas universidades públicas brasileiras: Será esse o caminho?" Campinas, Autores Associados; São Paulo, Brasil. Burdick, John 1998 “Blessed Anastácia: Women, race, and popular Christianity in Brazil”. Routledge; New York, United States. Caldwell, Kia Lilly 2007 “Negras in Brazil: Re-envisioning black women, citizenship, and the politics of identity”. Rutgers University Press; New Brunswick, New Jersey, United States. Castles, Stephen y Miller, Mark J. 2009 “The age of migration: International population movements in the modern world”. Basingstoke: Palgrave Macmillan. Corijn, Eric; Vandermotten, Christian; Declory, Jean-Michel y Swyngedouw, Erik 2009 “Brussels as an International City”. Brussels Studies 13. De Prins, Bart; Stols, Eddy y Verberckmoes (eds.) 2001 “Brasil, cultures and economies of four continents”. Acco; Leuven, Belgium. 106 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 Dienst Vreemdelingenzaken y FOD Binnenlandse Zaken 2009 “Activiteitenrapport 2008”. Freddy Roosemont; Brussel, Belgium. Donnan, Hastings y Wilson, Thomas M. 1999 “Borders: Frontiers of identity, nation and state”. Verso; Oxford, Inglaterra. Durand, Jorge 2009 “Processes of migration in Latin America and the Caribbean (1950-2008)”. United Nations Development Programme. Federaal Agentschap Opvangasielzoekers 2012a “Vrijwillige terugkeer: Jaarverslag 2011”. Fedasil; Brussel, Belgium. ___2012b “Vrijwillige Terugkeer - April 2012”. Fedasil; Brussel, Belgium. Feldman-Bianco, Bela 2001 “Brazilians in Portugal, Portuguese in Brazil: Constructions of Sameness and Difference”. In Identities: Global Studies in Culture and Power 8 (4), pp. 607–650. Fernandes, Duval Magalhães; Faria, Andressa y Da Silva, Romerito Valeriano 2012 "A Crise e a Migração De Retorno: O Caso Dos Imigrantes Brasileiros Em Portugal (notas Preliminares)". Paper presented at 2° Seminário sobre Imigração brasileira na Europa, 4-6 June 2012, Instituto Universitário de Lisboa; Lisboa, Portugal. Geets, Johan y Timmerman, Chris 2010 “Belgische Immigratiecijfers: Enkele Demografische Gegevens in Het Licht Van Scholing & Tewerkstelling”. In Nouvelles Migrations Et Nouveaux Migrants En Belgique/ Nieuwe Migraties En Nieuwe Migranten in België, eds. Marco Martiniello et al., pp. 41–83. Academia Press; Gent, Belgium. Góis, Pedro; Reyntjens, Pascal; Lenz, Annika, Coelho, Christiane y Gouveia, Diana 2009 “Assessment of Brazilian migration patterns and assisted voluntary return programme from selected European member states to Brazil”. International Organization for Migration; Brussels, Belgium. Horstmann, Alexander y Wadley, Reed L. 2006 “Centering the Margins in Southeast Asia: Introduction”. In Centering the Margin. Agency and Narrative in Southeast Asian Borderlands eds. Horstmann, Alexander y Wadley, Reed L., pp. 1–24. Berghahn; New York, United States. Htun, Mala 107 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 2004 “From “Racial Democracy” to Affirmative Action: Changing State Policy on Race in Brazil”. In Latin American Research Review 39 (1), pp. 60–89. Instituto Brasileiro de Geografia e Estatistica 2011 “Sinopse do censo demográfico 2010”. IBGE; Ro de Janeiro, Brasil. Jacobs, Roel 2006 “Een geschiedenis van Brussel”. Lannoo Uitgeverij. Kearney, Michael 1995 “The Local and the Global: The Anthropology of Globalization and Transnationalism”. In Annual Review of Anthropology 24, pp. 547–565. Lamont, Michèle y Molnár, Virág 2002 “The study of boundaries in the social sciences”. In Annual Review of Sociology 28, pp. 167–195. Lesser, Jeffrey 2005 “Negotiating national identity: Immigrants, minorities, and the struggle for ethnicity in Brazil”. Duke University Press; Durham, Inglaterra. Machado, Igor José de Renó 2009 "Cárcere público: Processos de exotização entre brasileiros no Porto". Lisboa: Imprensa de Ciências Sociais. Mareels, Elisabeth 2010 “When Distrust Causes Too Much Suffering: Or Why There Are (few) Brazilians in the Universal Church of the Kingdom of God of Brussels”. In Atas Do 1o Seminário De Estudos Sobre Imigração Brasileira Na Europa, pp. 154–161; Barcelona, España. Ministerie Van Het Brussels Hoofdstedelijk Gewest 2008 “Jaarverslag 2007”. N. De Cooman; Brussel, Belgium. Ministério Das Relaçoes Exteriores 2011 “Brasileiros no mundo: Estimativas”. Ministério das Relações Exteriores; Brasilia, Brasil. Moraes, Wanderlei 2010 “Ethnic Identity and Marketing Strategies of Brazilian Immigrant Entrepreneurs in Brussels”. Paper presented at XVII ISA World Congress of Sociology: Sociology on the move, 11-17 July 2010; Gothenburg, Sweden. 108 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 Oosterbaan, Martijn 2010 “Virtual Migration: Brazilian Diasporic Media and the Reconfigurations of Place and Space”. In Revue Européenne Des Migrations Internationales 26 (1), pp. 81–102. Padilla, Beatriz 2006 "Brazilian Migration to Portugal: Social Networks and Ethnic Solidarity”. CIES e-working paper N° 12/2006. Pedroso, Luiz Eduardo Villarinho 2011 “O recente fenômeno imigratório de nacionais brasileiros na Bélgica". Fundação Alexandre de Gusmão; Brasilia, Brasil. Pellegrino, Adela 2004 “Migration from Latin America to Europe: Trends and policy challenges”. International Organization for Migration; Geneva, Switzerland. Pratt, Mary Louise 1991 “Arts of the Contact Zone”. In Profession, pp. 33–40. Regionaal Integratiecentrum Foyer Vzw 2011 “Een verhaal van één taal, één stad en drie continenten: De Angolese, Braziliaanse en Portugese bevolking van Brussel”. Brussel: Regionaal Integratiecentrum Foyer Brussel vzw. Rosenfeld, Martin; Marcelle, Hélène y Rea, Andrea 2010 "Opportunités du Marché de l’emploi et Carrières Migratoires. Etudes de Cas". In Nouvelles Migrations et Nouveaux Migrants en Belgique/ Nieuwe Migraties en Nieuwe Migranten in België, eds. Marco MARTINIELLO et al., pp. 119–175. Academia Press; Gent, Belgium. Schooten, Mieke 2008 “The Influence of the Racial Democracy Myth in Contemporary Brazil”. In Kolor, Journal on Moving Communities 8(2): 63-77. ___2011a “Internal Migration and Ethnic Division: The Case of Palmas, Brazil”. In The Australian Journal of Anthropology 22(2): 203–219. ___2011b “Online Gemeenschappen”. In Een Verhaal van één Taal, één Stad en Drie Continenten: De Angolese, Braziliaanse en Portugese bevolking van Brussel, ed. REGIONAAL INTEGRATIECENTRUM FOYER VZW Foyer, pp. 86-88. Regionaal Integratiecentrum Foyer Brussel vzw; Brussel, Belgium. 109 Revista Ciencias Sociales 29 /Segundo Semestre 2012 ___2012 “Moving Ethnography Online: Researching Brazilian Migrants’ Online Togetherness”. In Ethnic and Racial Studies 35(10): 1794-1809. United Nations Development Programme 2009 “Human development report 2009: Overcoming barriers: Human mobility and development”. Palgrave Macmillan; New York, United States. Université Catholique de Louvain y Centrum Voor Gelijkheid Van Kansen En Voor Racismebestrijding 2011 “Statistisch en demografisch verslag 2010: Migraties en migrantenpopulaties in België”. Brussel: Centrum voor Gelijkheid van Kansen en voor Racismebestrijding. Urry, John 2007 “Mobilities”. Polity Press; Cambridge, United Kingdom. Wilson, Thomas M. y Donnan, Hastings 2012 “Borders and Border Studies”. In A Companion to Border Studies , eds. Wilson, Thomas M. y Donnan, Hastings, pp. 1–26. Blackwell: Malden, United States. Wolf, Eric Robert 1997 “Europe and the people without history”. Berkeley: University of California Press. Zavataro, Bruno y Schrooten, Mieke 2012 “As Associações No Contexto Da Migração Brasileira Na Bélgica: Entre Solidariedade e Competição”. Paper presented at 2° Seminário sobre Imigração brasileira na Europa, 4-6 June 2012, Instituto Universitário de Lisboa; Lisboa, Portugal. Recibido: 15 de Junio de 2012 Aceptado: 02 de Septiembre de 2012 110 EL ESCENARIO DE LA MIGRACIÓN EN TOCOPILLA EN EL DEVENIR DEL SIGLO XX. TRES COLECTIVOS ALÓCTONOS Y LA FUGA AUTÓCTONA Damir Galaz-Mandakovic Fernández 1 Se aborda una descripción inductiva y sintética de un escenario de apogeo económico –ocurrido en la primera mitad del siglo XX– debido a la explotación de cobre y salitre que motivó la llegada de colectivos migrantes internacionales que dejaron su impronta en determinadas labores del comercio e industria local, tal como es el caso chinos, yugoslavos e italianos. Del mismo modo, el articulo en su fase final, instala, de modo exploratorio, el caso de la emigración en Tocopilla en una peculiar articulación con Norrköping, resultado del escenario político y económico modificado en el transcurso de la segunda mitad del siglo XX, tanto a nivel macro como micro, subyaciendo a ello la transformación de Tocopilla en un polo de desintegración social, expresado en la migración. Palabras claves: Migración, Chinos, Italianos, Yugoslavos, Tocopilla, Norrköping. The article presents an inductive and synthetic description of an economic height scenario –the first half of the twentieth century– occasioned by the exploitation of copper and saltpeter, which caused the foreign migrants’ collectives’ arrival in Tocopilla. These migrants printed their influence in local commerce and industry: this is the case for the Chinese, Yugoslavian and Italian migrants. The final phase of this article presents –in a prospective way– the case of emigration from Tocopilla, in a particular connection with Norrköping as a result of the politic and economic scenario modified in the course of the second half of the twentieth century. This second moment, described both on the macro as well as the micro levels, lights on how the transformation of Tocopilla in a pole of social disintegration is expressed in new migration logics. Keywords: Migration, Chineses, Italian, Yugoslavs, Tocopilla, Norrköping. 1 Profesor de Historia y Geografía (UTA) Magíster © en Ciencias Sociales (UA). Email: [email protected], Web: http://damirgalaz.bubok.es. Blog: www.tocopillaysuhistoria.blogspot.com. El presente artículo es parte de los estudios del Programa de Doctorado (UCN/UTA) contando con el financiamiento del programa de becas doctorales de Conicyt, Chile. 111 INTRODUCCIÓN La migración como fenómeno histórico y antropológico ha sido exiguamente estudiado en la zona minera costera nortina de Chile, en especial en Tocopilla, requiriendo de una mirada analítica que contextualice los diversos flujos de un puerto que de ser centrípeto, se ha transformado en centrífugo. Ambos procesos expresados, respectivamente, en la primera y la segunda mitades que dividen al siglo XX. Esto último, atribuido al resultado de una economía de mercado que ha acrecentado el subdesarrollo de la localidad de Tocopilla, en consonancia con la llamada Concentración Territorial 2 que a la postre ha configurado un desequilibrio regional económico 3. En ese escenario, nos remitiremos a un análisis y caracterización de la inmigración china italiana y yugoslava en Tocopilla, en el contexto de la consolidación de Tocopilla como puerto salitrero en el proceso que prosigue a la Guerra del Pacifico 4. Apuntamos a la comprensión del fenómeno migratorio desde la historia local, con determinados estudios de casos, de modo que, desde un enfoque inductivo, podamos adentrarnos en la visión de los procesos de integración y aportes de estos grupos migrantes en el desarrollo de la historia de Tocopilla. 2 Se conoce como Concentración Territorial a la tendencia, persistente y generalizada, de la aglomeración de actividades productivas y de la población ligada a ella en un número muy reducido de localidades de cada sistema regional, “lo cual ha dado origen a la conformación de estructuras desequilibradas en lo que respecta a la distribución espacial de las fuerzas productivas y al desarrollo diferenciado en distintas partes del espacio nacional ” (De Mattos, 1984:63) siendo esto consecuencia de la legislación económica y del régimen de gobierno que adopte cada país. 3 Tocopilla, según el censo del año 2002, posee una población de 23.986 habitantes. Su economía ha estado determinada por su aislamiento geográfico, que limita su expansión urbana, como así también su aislamiento económico al estar ubicada al centro de tres grandes polos de desarrollo; Iquique, con su apogeo comercial; Calama, con su impulso minero y Antofagasta, que suma los dos anteriores, el comercial y el minero, a través del carácter portuario. 4 La Guerra del Pacífico, también denominada Guerra del Salitre, fue un conflicto armado acontecido entre los años 1879 y 1883. En este conflicto se enfrentaron la República de Chile, las Repúblicas de Perú y Bolivia. Éstas dos ultimas aliadas contra Chile. El resultado de la guerra significó que, Chile victorioso, ocupara gran parte de la zona sur de Perú y el occidente boliviano, siendo la mediterraneidad de Bolivia el efecto más grave por la ocupación de todo el litoral boliviano por parte de Chile. Tocopilla junto a Cobija, eran los principales puertos bolivianos hasta el 22 de marzo de 1879, cuando Tocopilla fue ocupado por Chile. Ver: Ahumada Moreno, Pascual (1892). Guerra del Pacífico: recopilación completa de todos los documentos oficiales, correspondencias y demás publicaciones referentes a la guerra, que ha dado a luz la prensa de Chile, Perú y Bolivia, conteniendo documentos inéditos de importancia. Valparaíso: Imprenta del Progreso. Vol. 8. Ver: Basadre Grohmann, Jorge (2005). Historia de la República del Perú. 8º Edic. Diario La República. Lima, Perú. 112 TOCOPILLA CENTRÍPETA El puerto tocopillano, en la apertura del siglo XX, obtenía su apogeo gracias a los flujos económicos generados por la explotación del cobre y salitre y el porteo realizado en Tocopilla (Collao, 2001). De ahí que en Tocopilla se establecieran las grandes compañías ligadas a la explotación y exportación del nitrato, entre ellas Folsch & Martin, Anglo Chilean y Nitrate Agencies, todos ellos capitales de origen inglés. Ésta era una ciudad de un viviente impulso económico, en la conexión consolidada con el capitalismo mundial a través de la mercantilización de las riquezas naturales. Se avizoraba, en gran sentido, un rasgo cosmopolita, tanto por la diversidad de sus habitantes y el múltiple arribo de decenas de veleros ansiosos por el salitre, a su vez de los vapores navieros con pasajeros también ansiosos por trabajo. Las grandes colonias residentes que existían en Tocopilla no sólo dominaban las actividades mercantiles, sino que también dominaban los aspectos de la mentada vida social. Ellos crearon múltiples “Mutuales de Socorros Mutuos”, “Entidades benéficas”, “Compañías de Bomberos” y el connotado “Club de la Unión”. Traían consigo grandes tiendas importadoras de productos lujosos que proporcionaban a la comunidad finas lozas, perfumes, porcelanas, cristalerías, sedas, géneros y lujoso pañuelos, sombreros y también cigarros, del mismo modo existía el contrabando de una diversidad de alcoholes exóticos (Collao, 2001) La vida nocturna era cada vez más agitada y bullida; se escuchaban múltiples idiomas: las costumbres se tornaron diversas, diversificaron los usos del espacio público, las vestimentas, las costumbres, las comidas, las fiestas y el deporte. Los marinos mercantes eran chinos, afrodescendientes de Harlem, hindúes, ingleses, suecos, noruegos, griegos, filipinos, entre otros tantos. Algunos se quedaron a residir, de manera que esos grupos dejaron de ser flotantes y se convirtieron en tocopillanos por adopción. Así como también llegaban marinos de distintos países, que no pocas veces traían problemas para el orden público, por las continuas peleas y disturbios generados por los excesos de estos marinos mercantes 5. La población crecía de a poco y la ciudad también se expandía hacia los sectores norte y noreste. Surgían poblaciones, restaurantes, múltiples hoteles, pensiones y casas de remolienda. En ese escenario, se instalaba en el sector Algodonales una gran compañía a cargo de proporcionar energía eléctrica a Chuquicamata 6, la 5 Entrevista a J.A., tocopillana, de 78 años,. Jubilada, laboró durante toda su vida en empresa vinculada a la exportacion de salitre. Entrevista realizada en Tocopilla, en marzo de 2012. 6 Chuquicamata es la denominación de una mina de cobre a cielo abierto y de un antiguo campamento minero, situado a 15 km al norte de la ciudad e Calama, y a 245 km de Antofagasta en la Región de Antofagasta, Chile. Considerada la mina cuprífera más grande del mundo en su tipo y es una de las mayores en producción de cobre de Chile. Inició la producción de cobre en 1915 y hasta el año 2007 poseyó un 113 firma estadounidense Guggenheim Bros. Chile Exploration Co. (1914-15) perteneciente a Por el mar no sólo llegaban marinos, sino que también productos desconocidos, muchos de ellos suntuarios que propiciaban el contrabando. De la misma forma llegaba una peste aciaga: la Fiebre Amarilla, que mermó considerablemente a la población a través de la muerte y del alto número de desplazados y emigrantes en el año 1912 (Galaz-Mandakovic, 2009:32-47). En aquel entonces, en principios de siglo, existían alrededor de 5.000 habitantes 7 8 , pero se presentaban dos segmentos fuertemente distanciados en la población; uno marcado por la elite, constituida inicialmente por ingleses vinculados a las actividades salitreras, o bien comerciantes; y otro grupo al opuesto, el sector obrero, tales como pirquineros, lancheros, estibadores, cargadores y empleados particulares. Ambos grupos estaban separados por un gran abismo social y cultural. La elite de Tocopilla, mayoritariamente inglesa, además de pequeños mercaderes de minas, admiraba “lo europeo”. Usualmente, gesticulaban, vestían y hablaban a la usanza inglesa. (Collao, 2001) Ellos configurarían encapsulados grupos de tertulias y juntas sociales, en donde la prosapia y alcurnia del origen determinaba todo en conjunto con la riqueza y posesiones mineras acuñadas en el transcurso de los años. Sin embargo, en el otro sector, el obrero se embadurnaba con el analfabetismo y el alcoholismo. Muchos de estos llegaban desde el sur “enganchados” para trabajar en las minas de cobre u oficinas salitreras, sus viviendas al pie de los cerros tocopillanos 9 eran verdaderas pocilgas y cuchitriles insalubres, sin agua potable y con pozos negros sin cegar. (Galaz-Mandakovic, 2011) Lugares con altas tasas de infección y de alta muerte infantil. No olvidemos que, en este periodo, Chile presenta la tasa de mortalidad infantil más alta en el mundo (Illanes, 2007:15). En este escenario, el país se aprontaba a celebrar su primer centenario y para ello se organizaron diversas actividades deportivas, sociales y culturales, de las cuales campamento o poblado minero. En la actualidad pertenece al Estado chileno y es administrada por CODELCO. 7 Cifra hallada en los Arch. Gobernación de Tocopilla, expresada en múltiples apreciaciones del gobernador Víctor Gutiérrez, quien ejerció el cargo desde 1901 hasta 1917. A modo de ejemplo en un oficio, Nº 23 de marzo de 1908, dirigido al Intendente de Antofagasta, menciona en reiteradas ocasiones la cifra aproximada de 5.000. Personas. Cuestionaba los censos debido que “no median la vasta población flotante.” Y no consideraba a los ilegales o “no registrados”. 8 Según Collao (2001:104) en “Historia de Tocopilla” afirma que en el primer censo realizado en Tocopilla en el año 1885, la ciudad contaba con 1.816 habitantes. Una cifra que era doblada por la suma de las poblaciones de Cobija, Gatico y “algunas minas”, llegando al guarismo de 2.382 personas. 9 Entre estos sectores podemos citar Pampa Este, Ciudad Perdida, El Salto, Huelles Tres Puntas, Villa Esmeralda, los llamados barrios obreros, caracterizados por la insalubridad y pestilencia. 114 la ciudad de Tocopilla también participó a modo de consolidar el proceso de chilenización 10 en los llamados nuevos territorios. Entonces, este pequeño puerto otrora boliviano, se transformaba en un polo bullente, con una fuerza de atracción para diversos grupos humanos interesados en prosperar monetariamente, como así también en grupo interesados en huir de sus hostiles contextos de origen marcados por la guerra. CHINOS: LA FUERZA DEL TRABAJO En la costa actual correspondiente al norte de Chile, la inmigración inicial de chinos está promovida por los Coolies 11, quienes llegaron como esclavos en grandes oleadas a través de barcos mercaderes, en el transito de la segunda mitad del siglo XIX. La extracción del guano los conglomeraría en las costas del norte chileno y sur peruano. En el sector de Tocopilla, especialmente en la caleta Paquica 12, ha sido posible encontrar verdaderos cementerios de chinos, cerros con ataúdes misérrimos y roñosos que reflejan sus vidas y sus muertes. (Collao, 2001:292) El gobierno peruano en 1849 autorizó la inmigración de chinos Coolies embarcados en Cantón y también en Macao, a través de la llamada “política de consignaciones”, muchos de ellos muriendo en altamar por las insalubres condiciones de su viaje (Águila, 2001:135). Una vez llegados a Perú, este horrendo tráfico humano terminaba su viaje en las guaneras más frondosas, tales como Paquica, Patillos, Guanillos del Norte, Pabellón de Pica y Caleta Lobos, todas ubicadas en el camino costeño que une Iquique con Tocopilla (Collao, 2001:292). Lo que era un buen negocio para algunos, para miles de chinos las guaneras fueron su devastación; allí, colgados con cables y cordeles sobre 10 Campaña de fomento de una identidad nacional impulsada por el Estado chileno, tras la Guerra del Pacífico vista la anexión de las provincias de Tarapacá y Arica a Chile, que significó a la postre un proceso de transculturación de las zonas ocupadas. El foco estuvo centrado en Arica, Iquique, Tocopilla, Antofagasta, Mejillones, Calama y todos los poblados precordilleranos. Los ejes con los cuales el Estado chileno buscaba consolidar una identidad nacional homogeneizadora y así inculcar el sentimiento nacional y borrar deliberadamente todo rasgo cultural peruano y boliviano, fue la educación pública, el servicio militar obligatorio y el cambio de nombre de las calles. A lo anterior debemos adicionar el establecimiento de puestos fronterizos para controlar el tráfico y comercio hacia Bolivia y Perú, promoviendo a su vez la llegada de misioneros que “civilizaran” a la población aymara. Las políticas de chilenización en la población se conservaron durante gran parte del siglo XX y se enfatizaron durante la dictadura de Augusto Pinochet (19731990). Ver Sergio González Miranda (2002) en “Chilenizando a Tunupa. La escuela pública en el Tarapacá Andino 1880-1990” Santiago, Ediciones de la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos, Centro Barros Arana, 2002. 11 Coolies, es una denominación peyorativa de inmigrante chino en el siglo XIX, considerados obreros de clase baja. Es también un término expansivo de "asiático" o "mano de obra”. En la esfera pública, el coolie era de hecho presentado como un estereotipo sensacionalista de la mano de obra asiática. Las campañas moralistas y anticoolies, junto con los escritos abolicionistas en contra de la mano de obra coolie, contribuían a las connotaciones negativas asociadas con el término (Yung, 2008:2) 12 Situada a 25 kilómetros al norte de Tocopilla. 115 andamios desmejorados, puentes colgantes, trabajaban todo el día, de sol a sol. Cada chino cargaba un capacho en su espalda. Luego, los cerros con sus cuevas e improvisadas pocilgas, los esperaban como dormitorios, sufriendo el hambre, el frio y el cansancio por el exceso de trabajo. Posteriormente, los chinos fueron utilizados como avanzadas del ejército chileno en la Guerra del Pacifico 13 y en Tocopilla muchos fueron utilizados en la construcción del ferrocarril salitrero, inaugurado en 1890, obra titánica en donde los chinos realizaron los trabajos más riesgosos y pesados; colocación de dinamitas, cargas, elaboración de zanjas, entre otras labores mortales (Collao, 2001) En el pleno siglo XX, sobre todo en la década del treinta, la presencia china en las localidades del norte era significativa, lo que se hacía notar especialmente en Iquique. Esta migración fue más expresiva a partir de 1931, lo que podría haberse motivado por la invasión de Japón a China, a partir de la cual se configuró un gran éxodo chino. La presencia china se acompañó del surgimiento de una mirada autóctona de desprecio y rechazo, debido a que para algunos tocopillanos estos inmigrantes podían, potencialmente, “degenerar” la llamada “raza chilena” 14. Los que realmente riñeron con estos inmigrantes fueron los comerciantes establecidos, ya que los chinos comenzaron a instalar negocios ligados con la venta de carne o con la venta de comida, amenazando con ello las ventas del comercio local. Cabe decir que los chinos, alrededor de la misma década merodeaban el sector del Matadero Municipal 15 recogiendo las sobras del faenamiento de los animales para la obtención de la carne, es decir, las guatas, las chunchules, las cabezas, las lenguas, las patas, los corazones o los hígados, y una serie de los llamados mondongos 16 Todo lo que sobraba o bien, lo que no era “digno” de comer en la época. Esas “sobras” o excedentes, una vez recogidos, eran ofrecidos en pobres carretones 17 por el sector mísero y calamitoso llamado “Manchuria” 18. Tales 13 Culminada la conquista de Tarapacá, la guerra se trasladó hacia el interior de Perú. En ese contexto Patricio Lynch “conquistó” a los chinos y los hizo participar en las batallas. Cuando los coolies fueron liberados de la tuición de sus amos, los hacendados peruanos, se produjo su adhesión a la causa chilena, a través del batallón de chinos “Vulcano” Ver a Diego Lin Chou, (2004) en “Chile y China, inmigración y relaciones bilaterales 1845-1970” 1º Edic. Centro de investigación Diego Barros Arana. Santiago de Chile. 14 Raza Chilena es un concepto nacionalista que tuvo su apogeo en la segunda década del siglo XX, sus ideas centrales estaban basadas en los escritos de Nicolás Palacios, quien en 1904 publicó el libro “Raza chilena”, que en la practica era una apología del pueblo chileno y desaprobaba la adopción de modelos culturales foráneos. Es una obra basada en el evolucionismo de Darwin y Spencer, sosteniendo que el pueblo chileno pertenecía a una raza superior, formada por la mezcla de conquistadores de raza goda y araucanos “recios” y valientes. Esta ideología calzó con el proceso de “chilenización” aplicado en el norte del país, por ello fue concepto recurrentemente citado por autoridades y periódicos. Ver Nicolás Palacios (1918) en “Raza Chilena” 2º edición. Editorial Santiago Vol. 1 y 2. 15 El extinto Matadero Municipal estuvo emplazado en el mismo lugar en donde hoy se encuentra el Liceo Politécnico Diego Portales Palazuelos, en la Avenida Teniente Merino con calle Cuarta Poniente. 16 Entrevista a J.A., tocopillana, de 78 años,. Jubilada, laboró durante toda su vida en empresa vinculada a la exportacion de salitre. Entrevista realizada en Tocopilla, en marzo de 2012. 17 Uno de los distribuidores artesanales de carnes más recordados en el sector céntrico y Manchuria fue el popular chino Li Ke, a quien le españolizaron su nombre por Enrique. 116 impulsos en la inmigración, hicieron que el Alcalde de Tocopilla, Sr. Luis Cárcamo, en junio de 1931, exigiera a la Intendencia de Antofagasta el establecimiento de un severo control sobre los asiáticos, como así también tratar de evitar, derechamente, la afluencia de los cantoneses que, según Cárcamo, a diario llegaban masivamente a la ciudad: “Estos ciudadanos chinos son un peligro ante la raza, pueden degenerarla a través de la insalubridad en la venta de carne, además de su afición por el juego (…) es de esperar medidas correctivas antes estos foráneos que perjudican a nuestra población” (Archivo de la Gobernación de Tocopilla. Oficio Nº23 dirigido al intendente de Antofagasta. 19 de marzo de 1931). Esta mentalidad, hija de su época, no se alejaba mucho a lo que el Estado pregonaba en cuanto al concepto de migración, el menos así lo explicitaba en el Diario Oficial del 24 de noviembre de 1880, en el que “se considera inmigrante libre (…) a los estranjeros de orijen europeo o de los Estados Unidos (…) que siendo menos de cincuenta años i acreditando su moralidad i aptitudes…”(En: Campos y Elías, 2006:95). A este grupo migratorio los requerimientos eran mayores al momento de ingresar al país (como, por ejemplo, el poseer cierta cantidad de dinero). Además, en el comienzo del siglo XX, se les exigía un examen médico, el cual daba píe a un “pasaporte sanitario”, prontamente, alrededor de los años veinte, se les solicitaba un documento a cargo de autoridades chinas quienes debían certificar conducta, examen médico y vacunación. Esto se debía a que aparentemente los chinos eran considerados como potenciales portadores de plagas y enfermedades. En 1930 a todos los chinos, para que lograsen ingresar al país, se les requería la suma de 300 dólares como garantía. Esta suma debía ir a nombre de la delegación china en Santiago, pudiendo el migrante retirar este dinero una vez instalado en el país (siempre y cuando pudieran probar que poseían trabajo. Una vez retirado, este dinero era utilizado, generalmente, como un capital inicial de los negocios regentados por la colonia China. Esta última práctica enfadaba no sólo a los comerciantes tocopillanos, sino que también a los de Iquique y Arica (Campos y Elías, 2006). Pese a las hostilidades, la gran comunidad china residente en Tocopilla se fue organizando y en 1928 funda el gran Centro Chung Hwa, cuyo primer presidente 18 La “Manchuria” sector que se presentaba como un gueto con chabolas de calaminas oxidadas, pedazos de cartón, sacos de papas, y viviendas deprimentes. Un panorama habitacional absolutamente pobre y que también se configuró cómo el sector más afectado por el gran aluvión de 1940. Una versión sobre el origen del nombre se debe a que los primeros ocupantes de estos dispares terrenos fueron ciudadanos chinos, quienes reprodujeron la pobreza vivida en sus tierras natales. Manchuria constituye una región ubicada al noreste de China. 117 fue el señor Juan Chang. Prontamente, en el año 1933, construirían una gran casona, ubicada en la calle 21 de Mayo. El ejemplo de emprendimiento demostrado por los chinos es sorprendente, quizás aplicando la filosofía de Confucio en cuanto a generar ahorros. Su acumulación financiera, en base a la fuerza de su trabajo, dio pie a la filantropía manifestada ya en la década de 1940. Así lo dejó en constancia el Gobernador Pedro Muñoz Rojas en diciembre de 1943, cuando agradecía el cheque entregado para el Comité Pro Pascua de los Niños Pobres. Entre otras palabras afirmaba que: “Permítame señor Presidente del Centro Chung Hwa, testimoniarles una vez más el reconocimiento de gratitud hacia su institución, ya que siempre ha estado atento a las peticiones de esta Gobernación, contribuyendo gustoso y ampliamente a cuánta obra de bien se ha iniciado en la ciudad, siendo un ejemplo para las demás instituciones […]” (Arch. Gob. Toc. Oficio N°741, dirigido a Roberto Ly Cere, Presidente del Centro Chung Hwa. 1 de diciembre de 1943). En este sentido, de simples distribuidores de carne, muchos orientales se transformaron en personajes pudientes en el contexto local. Un caso de acumulación lo representó el inmigrante chino Santiago Chiong, quien construyó en 1932 un gran local para instalar su almacén especializado en la venta de carne configurándose como uno de los principales proveedores de la pampa salitrera en la década del treinta. Desde aquellas fechas, el local adquirió la preferencia de los tocopillanos 19. Otro caso lo representó el Sr. Chau quien levantó un edificio e instaló un restaurant, un prostíbulo, dos peluquerías y cabaret con una gran pista de baile denomina “El Asia”, lugar icono de la bohemia nocturna en la década del cuarenta 20. La colonia china, podemos afirmar, fue la que sufrió las mayores restricciones en el proceso de inmigración, fruto del prejuicio y la hostilidad expresada desde los vecinos hasta los políticos, existiendo proyectos de ley que directamente atacaban y buscaban cerrarles las puertas. Uno de los más recordados es el proyecto del diputado Malaquías Concha en 1906, que en su articulo Nº1 expresaba abiertamente que, “queda prohibida la inmigración en el país de individuos de 19 En décadas posteriores, especialmente en la del 70, este negocio tendría una gran notoriedad ya que, desde este local surgían grandes filas para abastecerse de productos de primera necesidad. Eran los tiempos de la Unidad Popular (UP) caracterizada por el desabastecimiento y el mercado negro. 20 Su publicidad aparecida durante enero de 1941 en el Diario La Prensa de Tocopilla, consignaba lo siguiente “all days dancing room, excellent orchestra, day and night restaurant, beer, wines and liquors, beautiful all girl for dancing”. Este local se incendió en agosto de 1949. 118 raza amarilla o mongólica o etiópica” (Cámara de Diputados, Ord. Sesión Nº 47, 10 de agosto de 1906. ). Aún en estos pesares, el impulso de la inmigración china logró consolidarse en el devenir de la historia local. Pero no sólo contra los comerciantes tenían que lidiar los chinos, sino también con los grupos de teatro, quienes los trataban despectivamente y se burlaban a destajo de los orientales, ya sea por rasgos faciales, por asuntos del habla y sobre el supuesto problema higiénico de sus negocios y viviendas. En junio de 1932 el presidente del Centro Chung Hwa, Juan Chang se quejaba ante el Gobernador y por el diario “La Prensa de Tocopilla” en contra del grupo de teatro “Los Criollos”, conjunto formado por empleados y obreros cesantes, ante lo cual exponía en una carta: “(...)El grupo los criollos (...) llevó a escena un monólogo recitado por el señor Macaya, y que se titulaba Chung Hwa i aparte de este, repitió varios otros por el estilo, totalmente fuera de programa, imitando en forma maliciosa nuestro idioma (...) siempre se ha desempeñado igual acto en el teatro, no siendo la primera vez, i se ofenda así paisanos chinos i junto con ello a la colonia que presido. Este denuncia busca detener lo que ridiculiza ofende y menoscaba nuestra dignidad de ciudadanos chinos respetuosos de este país…” (Cámara de Diputados, Ord. Sesión Nº 47, 10 de agosto de 1906). De este modo, el pasar de los chinos seguía siendo hostil, pero esto no era exactamente lo determinante a la hora de conglomerarse y recíprocamente auxiliarse, ya que para muchos de los autóctonos, pese a las circunstancias, los chinos “fueron caracterizados de ser personas unidas y solidarias entre si” 21. Los descendientes de la primera generación de chinos, crearon el Centro de Hijos de Chinos, llamado Cheng Ning Hui. En la caracterización de sus labores, como hemos evidenciado, predominaron la venta de carnes y los restaurantes. Las familias que marcaron presencia fueron los Lay, Loo, Cam, Max, Chong, Chang, Chia, Lau, Anch, Hafon, Ypung, Yap. Chong ku, Gam, Han-Shing, Kam. 21 Entrevista a Amelia Barrera. Ovallina, nacida en 1911, fallecida en 2010. Dueña de casa y residente en Tocopilla desde 1929 hasta 2010. Entrevista realizada en Tocopilla en febrero 2007. 119 ITALIANOS Dentro de los grupos de inmigrados europeos, la colonia italiana fue más dispersa en el norte y en sus salitreras, desarrollándose fuertemente entre 1880 y 1930, época en que miles de italianos inmigraron a América (Díaz, 2002). Una de las características apunta a un proceso denominado como inmigración libre, en base a la cadenas migratorias, sustancialmente definidas por las familias. Abocaron sus actividades prioritariamente al comercio e industria. Según el censo de la colonia Italiana en Chile, realizado entre 1926 y 1927 22, en el Departamento de Tocopilla, los italianos que destacaban en la venta de abarrotes eran las familias Farmolaro, Gaetano, Fraumeni, Bongiorno y CIA, y Schiappacasse. En tostadurías y café, destaca Onetto, en las panaderías Pedro Mondaca, en las paqueterías y zapaterías, Fraumeni Bongiorno y CIA. Las primeras familias inmigrantes avecindados en el puerto fueron Cessari, Mantinetti, Bongiovanni, Postori, Pellegrini, Picardo, Bebliomini. Un caso representativo de ello es la familia Aste. En 1927, desde Italia llegaba al norte de Chile un juvenil Lorenzo Aste Viacaba junto a su esposa María Depinto, ambos nacidos en Rapallo. Su primera parada fue Iquique y luego de celebrar fatídicos negocios, y también por enfrentar serios conflictos entre paisanos, llega a Tocopilla en 1932 23. Es en el puerto salitrero de Tocopilla donde levantan una tienda de telas llamada “La Sin Rival” que para los tocopillanos siempre fue reconocida por el apellido de su dueño, popularmente mencionada como “La Casa Aste”. Esta fue una exitosa tienda especializada en la venta de géneros, y luego en discos y paquetería, ubicada actualmente en la calle 21 de Mayo (número 1773). En la década del cincuenta, el establecimiento implementaría la venta de tocadiscos, amplificadores e instrumentos musicales. El hijo de Lorenzo y María, Dino Filipo, instalaría un taller en donde confeccionó una serie de parlantes marca D’aste. De la misma manera, en este rincón nacieron enormes amplificadores, cuyos gabinetes se confeccionaban con tapas de tarros de aceite de 200 litros. Fabricarían, además, toda clase de aparatos electrónicos, como radios a tubo, citófonos, radio electrólas, pedestales, parlantes, entre otros objetos 24. Cabe señalar que Lorenzo Aste Viacaba, fue nombrado por el gobierno italiano como Corresponsal Consular, cargo que ejerció hasta 1959, al momento de su muerte. Asimismo su esposa María obtuvo la Estrella de la Solidaridad otorgada por el gobierno de Italia en la década del sesenta, debido a su actividad consular, 22 Censo Industrial y Comercial de la Colonia Italiana en Chile, 1926-1927. Pág. 9. Disponible en http://memoriachilena.cl 23 Entrevista a Dino Aste Depinto. Tocopillano, nacido en 1930, empresario jubilado y dirigente social, hijo de italianos. Entrevista realizada en Tocopilla en diciembre del 2011. 24 Actualmente constituye unas de las disquerías más antiguas de Chile, en donde se ha complementado sus productos con una gran variedad de repuestos electrónicos, libros y videos. En junio del año 2012, este negocio cumplió 80 años. 120 heredada tras la muerte de su esposo, y llevada a cabo por más de 20 años. Ella fue caracterizada por la ayuda a sus coterráneos que venían a buscar suerte a Chile. Participó incansablemente en la Acción Católica local, y justamente por esa labor recibió la Bendición Papal por parte de Juan Pablo II en 1984. (Aste, 2011) Un poco antes de la llegada de la familia Aste, ya había configurado un gran capital Benedetto Schiappacasse a través de la “Fábrica de Fideos Tocopilla”, distribuyendo sus productos por la gran cantidad de oficinas en la pampa salitrera. Este negocio se vio fuertemente favorecido por las grandes compras que le realizó el Estado para poder implementar la Olla del Pobre; institución asistencialista que se encargó de alimentar a miles de tocopillanos golpeados por la mayor depresión económica conocida en el mundo, la originada en EE.UU., en 1929. Por ejemplo, en un documento de “Giro y Comprobante de Egreso” emitido a la Gobernación, Benedetto Schiappacasse, cobraba once mil ciento cuarenta y cuatro pesos por “varias mercaderías entregadas para la atención de los cesantes, según facturas adjuntas” 25. Todas estas actividades comerciales dieron pie a una senda acumulativa de capitales y propiedades de bienes inmuebles en la localidad. La participación de Schiappacasse, acogedor de otros paisanos a quienes les ofrecía trabajo, también abarcó la dirigencia, ya que Schiappacasse fue Presidente de la Cámara de Comercio en la década del 40, además fue uno de los precursores en el desarrollo de la idea de crear un “Espigón de Atraque” en el puerto de Tocopilla para facilitar el cabotaje y la importación de bienes de consumo. Inició también la idea de implementar un camino costero entre Iquique y Tocopilla, razón que le llevó a realizar un viaje en caballo por la escabrosa geografía de la Cordillera de la Costa en 1930, acompañado del Alcalde Juan Fuenzalida (Collao, 2001). El patrimonio arquitectónico de Tocopilla, suma un gran inmueble perteneciente a la “Fábrica de Fideos Tocopilla” levantado en 1932 por el constructor descendiente de italiano Ricardo Gho, quien, en su estadía en Tocopilla (1905-40), levantó innumerables edificios. 26 25 Archivo de la Gobernación, Giro y Comprobante de Egreso N° 35 con cargo a la Ley de Régimen Interior del Ministerio de Bienestar Social, 2 de abril de 1932. 26 Ricargo Gho se radicó con toda su familia en Tocopilla en el año 1910. En la ciudad, desarrolló diversas actividades, siendo la más relevante el rubro de la edificación, dejando así una gran impronta en el espacio local: fue el constructor de muchísimas obras inmobiliarias que, a lo largo de la historia, han constituido el patrimonio arquitectónico comunal. Según el recuerdo familiar, especialmente de su nieto Wolfgang Gho, participó en la cimentación de la Municipalidad (1931), también en variadas intervenciones en la Plaza Condell, edificaciones en el cementerio local (1930-31), montó poblaciones para obreros, casas y edificios de la localidad tales como la Panadería El Sol (1927), la Farmacia Inglesa (1930) y la Fábrica de Fideos de Schiapaccasse (1932). La casa de la tienda La Industrial (1932) y un conjunto de Casas en la avenida Arturo Prat 1450. El sello de su obra quedaba reflejado con el grabado de su nombre. Nos cuenta su nieto que, la crisis de 1930, en donde más del 90% de la población tocopillana se empobreció, sumado a los malos manejos financieros, hizo que su actividad comercial se viera fuertemente afectada, lo cual, también generaría un desafortunado quiebre familiar. Ante ello, dejó Tocopilla y decidió radicarse en Santiago. Su fábrica de colchones y maletas más una licorería tampoco resistirían el impacto de la Gran Depresión Económica. Gho Arcaya, que había llegado en 1905, dejaba para siempre, en 1940, la ciudad de Tocopilla, dejando impresa en 121 Otro paisano comercialmente destacado fue Pedro Mondaca, quien estableció uno de los amasaderos más relevantes en los inicios del siglo XX, a través de la “Panadería El Cañón” 27. A ejemplo de lo que ocurrió con Schiappacasse, Pedro Mondaca igualmente fue beneficiado por las grandes compras realizadas por el Estado para implementar la Olla del Pobre en 1932 (Galaz-Mandakovic, 2008), siguiendo así el camino iniciado por el fabricante de fideos mencionado. Por ejemplo, el 14 de abril de 1932, Mondaca emite una factura por la suma de $15.824.80 pesos por el concepto de “suministración de pan para los obreros cesantes desde el 22 de febrero hasta el 31 de marzo, inclusiva pedidos (…) se otorga con cargo a la Ley de Régimen Interior” 28. Otro inmigrante italiano destacado sería el responsable por la instalación de un gran local comercial, llamado “Casa Larco”. En primer lugar, fue un gran negocio fruto de la sociedad conformada por los italianos Miguel Larco y Benedetto Merello. En 1924, ya pertenecía a la sucesión de Larco y proveía a la ciudad una gran diversidad de conservas y distintos tipos de quesos importados. Poseía además una fábrica de fideos en calle San Martin, siendo las pastas corrientes y los fideos especiales preparados con huevos su exclusividad. El gran inmueble usado por “Casa Larco” es una obra que fue ejecutada a pedido de la Sociedad Comercial Italiana (creada en 1893) encabezada por los señores Martina, Famolaro, Fraumeni y otros. Esta tienda se originó con la fusión de otro negocio “La Joven Italia” 29, entre ambos, configuraron una gran empresa (Martínez, 2009). Por su parte “La Esquina Verde”, perteneciente a esta misma sociedad, fue la primera versión de una multitienda instalada en Tocopilla, especializa en la venta de paquetería, abarrotes y telas, allí en calle 21 de Mayo esquina Colón. Otra multitienda instalada en Tocopilla, y por ello, una de las más recordadas fue “Almacenes Del Lago”. Este gran local comercial pertenció a italianos provenientes la zona de Trento, ellos eran Gerardo del Lago y Blanca Romo, su esposa. En este gran almacén se vendían todo tipo de productos, desde cemento, telas, un sinfín de abarrotes, maderas, alcoholes, vinos, algunos electrodomésticos y vehículos. Tuvo varias denominaciones, la primera fue “Casa Del Lago”, prontamente fue “Girardi Hermanos”, para luego variar a “Girardi & CIA”, para culminar ella su sello: los patrimónios arquitectónicos que han configurado la identidad de casco viejo local. (Entrevista a Wolfang Gho. Nacido en Santiago, descendiente de italianos. Trabajador en el área minera. Entrevista realizada en Tocopilla en agosto del 2009). 27 Local de material ligero que, en enero de 1930, fue destruido por gran un incendio, el cual se propagó en gran parte del sector periférico norte de la manzana constituida por calle Baquedano, Prat y 21 de Mayo, consumiendo parte importante de ese sector céntrico colmado del pino oregón. Este inmueble sería reemplazado por una obra en concreto tal como la conocemos hoy y data precisamente desde 1930: el año de su reconstrucción (Galaz-Mandakovic, 2012). 28 Arch. Gob. Tocopilla, giro y comprobante de egreso a la Tesorería de Tocopilla, N° 34. 14 de abril de 1932. 29 “La Joven Italia” fue la sede durante muchos años de la comercial DIN, aquella vieja casona fue demolida en enero del año 2011 para dar paso a un nuevo local de la tienda comercial. 122 definitivamente como “Almacenes Del Lago”. Un rubro igualmente explorado por algunos italianos en el ocaso de la primera mitad del siglo XX fue la locomoción colectiva, a través de taxis. YUGOSLAVOS Los eslavos, predominantemente croatas 30, llegaron al norte a comienzos del auge salitrero finisecular, siendo Iquique, Tocopilla y, principalmente, Antofagasta, los centros de mayor aglomeración. Desde estos centros urbanos muchos de ellos se distribuyeron por la pampa salitrera, conformando grupos de comerciantes, empleados y profesionales (Zlatar, 2001). Su arribo estuvo determinado por su pasaporte austriaco, por efecto de pertenencia territorial al imperio AustroHúngaro. Muchos de ellos llegaron huyendo de los conflictos bélicos y étnicos que asolaban en Los Balcanes, para ello tuvieron que o bien atravesar el Estrecho de Magallanes, o llegar desde Argentina atravesando la Cordillera de Los Andes. Generalmente, estuvieron inicialmente en Iquique y desde allí se reubicaron en Tocopilla y Antofagasta viajando por la costa (Garafulic, 2012). Los que llegaban al norte de Chile eran principalmente gente del mundo rural; agricultores, pescadores y pastores provenientes de Brac y de otras islas de Dalmacia. Muchos arribaron muy jóvenes con pocos años de escolaridad, pero destacaron por su particular disciplina de trabajo, siendo reconocidos socialmente como perseverantes, ordenados y dedicados al trabajo (Garafulic, 2012). Su emprendimiento fue en base a la configuración de pequeños negocios que, de a poco, crecían en capital y ganancias. En varios de estos casos, se vio la solidaridad entre paisanos, puesto que muchos de estos inicialmente pequeños negocios sirvieron de apoyo a los recién llegados. En general, los primeros sueldos obtenidos eran enviados en gran parte a sus localidades de origen, para así poder cancelar lo gastado en el largo viaje. El excedente de ello, se aplicaba al trabajo: trataban de capitalizarlo en nuevos negocios y con eso se vio como resultado el surgimiento de quintas, grandes tiendas, almacenes y mercerías administrados por miembros del colectivo croata. Se configuraba así una red social que ejerció un modo de demostración en cuanto al incentivo de nuevos inmigrantes, el capital para inmigrar a Chile no sólo dependía del dinero, sino que también de un capital humano basado en la 30 Los croatas son un pueblo de la comunidad eslava cuyo territorio, ubicado en la costa del mar adriático de Europa, fue durante siglos frontera entre el Imperio Austro-Húngaro de los Habsburgos y el de los Turcos (Berenguer, 1990) El desplome de estos dos imperios, tras la Primera Guerra Mundial, significó el surgimiento del Reino de Yugoslavia que agrupó a los croatas, eslovenos y serbios bajo el liderazgo de estos últimos en Belgrado. La alianza de este reino con las naciones fascistas en la Segunda Guerra Mundial lo llevó a su disolución en 1945 y a la formación de la República Socialista Federativa de Yugoslavia, siendo Croacia una de las seis repúblicas. En la década de 1990, luego de la caída de socialismo soviético, Croacia logró, tras una guerra con Serbia, ser reconocida como una república independiente por la comunidad internacional (Denitch, 1995). 123 información sobre la localidad a inmigrar. Un ejemplo de la acción e impacto de estas redes migrantes en el caso croata se configura en el caso de Stoyan Vucina Crnosija, nacido el 7 de enero de 1904 en la isla de Ugljan, quien llegó al norte chileno en 1927. Una vez en Chile, se dirigió a la pampa salitrera para desenvolverse en distintas labores, en su paso recorrió las oficinas salitreras “Prosperidad”, “Rica Aventura” y “Santa Isabel”, en todas sus labores fue auxiliado por paisanos. No obstante, nos cuenta su primogénita que: “su origen isleño hizo que extrañara el mar, y por tal razón no se pudo acostumbrar al hostil y huraño clima desértico, por lo cual decidió bajar a la costa” 31. En ese escenario se dirigió a Tocopilla. “…los pueblos del mar, son los que más progresan” ese era su enunciado más elocuente recordado por su descendiente. Residiendo en Tocopilla, tuvo que enfrentar condiciones de vida muy adversas. Sus primeros días fueron en la playa “El Panteón” en donde armó una improvisada y rustica vivienda. Todo sumado a la dificultad del idioma, en donde la ambigüedad de sonidos y significados, le jugaba malas pasadas. Luego, tomaría contacto con el dueño del gran negocio de su época “El Barril Colorado” regentado por un compatriota, de apellido Cickovic, con el cual iniciarían una relación contractual. Su primer negocio lo constituyó una botillería, instaurada en pleno centro comercial de la ciudad. Su descendiente, nos señaló en entrevista que aquel negocio habría comenzando sólo con dos chuicas de vino. Desde ahí, Stoyan Vucina iniciaría a construir sus proyectos, entre ellos la conocida quinta de verduras ubicada en la calle 21 de Mayo en donde, posteriormente, instaló el “Hotel Vucina”. Su quinta, en un mediano plazo, sería unas de las principales proveedoras de la provincia, generalmente de las salitreras. Más tarde fundaría también una carnicería. De esta forma, su imagen dentro de la comunidad se iba consolidando, como así también se iba robusteciendo su admiración y agradecimiento por Tocopilla, puerto por el cual expresó diversas ideas de progreso 32. El caso de Vucina también nos sirve para dar cuenta de las vinculaciones entre la tierra de origen y la tierra receptora. En la época de la Segunda Guerra Mundial, la tierra de origen sufriría muchos embates y tragedias, en su afán altruista, lo yugoslavos recibirían por parte de los que habían emigrado la suficiente ayuda, consistente en ropa y alimentos, los cuales eran adquiridos en Tocopilla. “En el caso de mi padre, recuerdo que no fueron pocas las veces en que prácticamente vaciaba algunas tiendas del puerto en donde se vendía ropa”, nos relata Dusanka 31 Entrevista a Desanka Vucina. Tocopillana, descendiente de croatas, empresaria hotelera jubilada. Entrevista realizada en Tocopilla en marzo del 2009. 32 En su convencimiento que la ventaja comparativa de Tocopilla estaba en su relación con el mar, fue el principal promotor del “Espigón de Atraque” en la bahía tocopillana, el cual en la década del sesenta vio germinar sus primeras señales de concreción, siendo la visita del Presidente de la Republica Eduardo Frei Montalva el momento preciso para inaugurar su primera etapa (Vucina, 2009). 124 Vucina. Toda esta acción solidaria de muchos croatas, mereció que fueran reconocidos por el mismísimo líder yugoslavo Josip Broz Tito, quien condecoraría con una medalla Estrella al Merito en una polémica visita que realizó Tito a Chile (Lučić, 2008:23). En el caso de Vucina 33, la imposibilidad del viaje a Santiago, entre otras cosas por la carencia de un frac o smoking, hizo que aquella medalla fuese entregada por el embajador de visita en Tocopilla, en octubre de 1963. De la misma manera el gobierno de su país natal lo nombraría “Cónsul Corresponsal de Tocopilla”(Vucina, 2009) 34. No obstante, los eslavos en Tocopilla fueron muchos, entre ellos las familias Peckovic, Cickovic, Panovic, Mandakovic, Marinovic, Budinich, Garafulic, Medar, Jordan, Rusin, Vlahovic, Buratovic, Vrabevic, Glasinov, Glasinovic, Bakulic, Ivanovic, Ljubetic, Busanich, Koscica, Franulic, Basic, Soré, casi todos comerciantes. Entre todos ellos fundarían el “Club Yugoslavo”, configurándose como el primer objetivo construir un gran local para sus actividades. Su meta vio la luz cuando cimentaron un inmueble de dos niveles y grandes dimensiones para la Tocopilla de los años 30. Este edificio, de estilo Art Decó Americano, conforma una de las esquinas más características del puerto. Por otro lado, cabe resaltar que las actividades de esta colonia poseían un fuerte rasgo cultural y artístico, debido a que, constantemente actuaba en este local un grupo musical llamado “Kolo”, el cual interpretaba una serie de bailes, danzas, cantos y canciones o rondas de niños. Este grupo fue creado en 1939 en Antofagasta. Su debut en Tocopilla fue el 1 de diciembre de 1940. Posteriormente, también se presentarían otros coros, compuestos casi por los mismos integrantes del grupo anterior, pero este se denominaba “Yugoslavenski Zbor”(Garafulic, 2012). En gran parte los integrantes de esta colonia se dedicaron a la instauración de mercerías. Por citar un caso, tenemos la aún vigente y correspondiente a la sociedad Hermanos Mandakovic; entre ellos Milovan y Marino, oriundos de la Isla de Vis 35. Este impulso comercial y especializado de estos eslavos, igualmente fue reflejado en los Budinich con la Mercería Prat y la mercería de la familia Rederic. 33 En su rol de inmigrante, no se vio impedido por contribuir con el puerto que lo cobijó, en ese sentido, su participación se haría más profunda en la Cruz Roja tocopillana y en la Sociedad de Socorros Mutuos. Su visión “progresista” también se centraría en la conectividad de Tocopilla, por este motivo conformaría el “Comando Costero de Tocopilla”, grupo anhelante de la unión entre Tocopilla e Iquique a través de la costa. Por ello, este grupo de pioneros estuvo encargado de la construcción del tramo que va desde Tocopilla hasta la desembocadura del río El Loa. Los hombres trabajaban a pulso y la idea era colosal, todos debían colaborar. Por su parte, Stoyan Vucina ayudaba en la distribución de las colaciones y almuerzos para estos gastadores de montañas costeras. Esta idea, este proyecto, considerada utópica para su época, vio sus primeros frutos en 1971, precisamente el día 14 de julio, cuando se realizó el histórico cruce en el sector de la desembocadura del Rio El Loa. 34 A los pocos meses de este acontecimiento, Stoyan Vucina fallecería a la edad de 69 años. Corría diciembre de 1971. 35 Vis o Lissa es una péquela isla situada en la zona croata del Mar Adriático. Se encuentra a 47 kilómetros de la ciudad de Split, la mayor urbe de la región de Dalmacia y la segunda en tamaño de Croacia. 125 En el caso de la familia Mandakovic, el inmueble que erigieron, destinado a la mercería, es monumental 36 dentro de su contexto arquitectónico local, surgido en 1929 37. Sin duda que la cimentación de grandes edificaciones refleja el emprendimiento de los inmigrantes, que en muchas ocasiones llegaron sólo con sus pasaportes, y que, con el correr de los años, fueron amasando capitales que luego se transformaron en grandes fortunas, expresadas, usualmente, en la gran cantidad de bienes raíces. En ese contexto la familia Mandakovic mantuvo un gran poder económico que abarcó varios rubros; poder económico resultado de esfuerzo, trabajo y también de especulación, con el evidente riesgo monetario para sus arcas, pero que generalmente fueron exitosos. Uno de sus integrantes, Juan Mandakovic, proporcionó el alumbrado eléctrico a la ciudad, desde 1912 hasta 1942. Él, junto a su socio Vlastelíca, instalaron una generadora de energía eléctrica exitosa y económicamente muy rentable. Otro caso de emprendimiento, podemos citar a Elías Cickovic Chorovich. En primera instancia, instaló una panadería 38. Entre aquellos sacos con harina dormían los croatas y serbios recién llegados que poseían como capital, sólo sus pasaportes y documentos. Posteriormente, se aliaría con un primo, y conformarían la Sociedad Cickovic y Cickovic; estos comerciantes construyeron otro fastuoso inmueble para instalar allí el gran almacén “El Barril Colorado” en 1932, negocio en donde se expendía una gran variedad de abarrotes y licores. Estos socios comerciales fueron grandes vendedores de víveres para el Estado, así ha quedado comprobado con la gran cantidad de facturas emitidas a la Gobernación en la crisis del 30. Estos socios del mismo modo crearon la compañía de seguros “La Yugoslava”, la cual estaba especializada contra incendios, riesgos marítimos y cesantía. Según uno de los bisnietos (Choc, 2011), estos comerciantes siempre se les avisaban que a puerto llegaban inmigrantes croatas. Cickovic siempre los mandaba a buscar, los acogía dándoles trabajo y enseñándoles el idioma. El caso connotado es del filántropo Marko Medar, que nació en Metrovic el 2 de enero de 1915, llegando a Chile el 17 de marzo 1939. En su tierra natal fue técnico agrícola trabajando en los campos yugoslavos, principalmente en tiempos de vendimia. Llegó a Tocopilla, luego de su paso por Antofagasta, y fue en esta primera ciudad en donde comenzó a trabajar con su hermano Pedro. Luego se independizó y se desenvolvió como empresario panificador, a través de la 36 En los altos de este inmueble funcionó durante varias décadas otro club connotado en la comunidad, hablamos del Club Español, en donde se realizaban reuniones de socios, del mismo modo grandes y elegantes fiestas. 37 El origen de la merceria de la Sociedad Hermanos Mandakovic, data de 1912. Siempre ha tenido a la venta un amplio stock de herramientas, pinturas, cristalerías y enlozados. Antecedentes que han contribuido a que, actualmente, constituya uno de los negocios más antiguos de la localidad. 38 Llegó desde Serbia al Perú, ciudad de Lima, para después recalar en Tocopilla. Contrajo matrimonio con Guillermina Márquez La Plata. De ellos nacieron: Zlartka, Ksenija, Mirko, Mirka, Nevenko y Milena. (Entrevista realizada a Jorge Choc. Viñamarino nacido en 1970. Descenciente de serbio. Entrevista realizada en formato electrónico en octubre del 2011). 126 recordada “Panadería Latorre” de calle Sucre. Sintió mucho afecto por estas tierras chilenas, apoyando una serie de instancias progresistas, entre otras; el “Espigón de Atraque”, la apertura del “Camino Costero”. Su vocación de servicio, lo llevó a participar en connotadas instituciones, tales como el “Club de Leones”, “Tocopilla Sporting”, “Asociación de Industriales Panificadores”, “Club de la Unión”, “Cruz Roja”, “Club Chilenito”, “Club Yugoslavo” y la “I Compañía de Bomberos”. Se casó con la Señora Fanny Garafulic Simunovic, también con ascendencia yugoslava y ex Directora de la Escuela Superior de Niñas N°2, con quien compartió 37 años de matrimonio. Junto ella fue posible cumplir su deseo de visitar su patria lejana, aquella que lo vio nacer, viajando en tres oportunidades a Yugoslavia. En su patria de origen conoció la guerra y el dolor provocado por la crueldad humana. Por esa razones, Marko Medar –aquel que admiraba al mariscal Tito– se convirtió en un filántropo. Muchas familias recibían de su propia mano el pan de cada día entregado silenciosamente. Era muy admirado por su solidaridad, simpatía, por sus consejos y por su historia de emprendimiento 39. Su vida también fue marcada por el futbol, llegando a ser entrenador de la Selección de Tocopilla, asimismo dirigente y arbitro. Su principal logro como entrenador fue llegar con su equipo en el año 1957 a las finales del Campeonato Nacional de Futbol, realizado en María Elena, en el cual obtuvo el segundo lugar ante el equipo de Peñaflor. Bajo su alero, fueron muchos los deportistas que lograron desarrollar su carrera 40 (Garafulic, 2012) Pedro Nicola Sore Berticevic fue originario de Supetar, que es el centro de tráfico y de administración de la isla de Brac. Su arribo fue en el año 1930, siendo Mejillones el puerto que lo recibe. Pedro venía en soledad y su objetivo estaba claro: buscar a su abuelo con el cual había perdido contacto. Los datos sobre su abuelo eran escasos, sólo sabía que trabajaba en las salitreras. Para emprender tan ardua misión los ahorros fueron primordiales y con ellos tuvo la capacidad y el capital para emprender el largo viaje. La búsqueda de su abuelo era un tema importante en la familia, además, su abuelo era el encargado de enviar remesas hacia Croacia. Al llegar el norte de Chile, aún no se vivían los estragos de la crisis económica de 1929, Tocopilla vivía los impulsos generados por el salitre y el apogeo económico estaba en su marcha. Tocopilla se convirtió en la oportunidad de emprender y surgir, conllevando un prospero porvenir. Por ello, su primer negocio, gran 39 La Prensa de Tocopilla, 2 de octubre de 1982, pág. 6. Reportaje sobre la vida de Medar y su connotación pública. 40 Su vida llena de tantas anécdotas, se tronchó inesperadamente en un accidente carretero el 18 de septiembre de 1986 cerca de Chañaral. Su esposa, salvó milagrosamente después de 3 meses hospitalizada. A pocos días de su muerte, el alcalde Carlos Cantero lo distinguió en forma póstuma con la Orden Al Merito Ciudadano. Merecido reconocimiento para este gran personaje enraizado en estas tierras de salitre, cerros y mar. (Garafulic, 2012) 127 almacén, se llamó “El Porvenir” ubicado en la esquina de calle 21 de Mayo con Serrano. Local comercial comprado a Nikolas Bakulic. Poco a poco el negocio fue surgiendo obteniendo buenos frutos económicos a través de la distribución de confites, cigarrillos, etc. Una vez enraizado Tocopilla, Pedro Sore Berticevic nunca olvidó su isla natal, por ello mantuvo cada una de sus tradiciones, en especial la de sus comidas: las preparaciones con chucruth, su afición por el aceite de oliva en la mesa, sekeli gulas, punjene páprike, páprikas, orehnjaca, makovnjaca, entre otras. No obstante, frente a las hostilidades vividas en Europa por efecto de las guerras, Pedro Nicola no articuló un discurso en cuanto al retorno, contribuyó además las raíces engendradas en Tocopilla, lugar en donde se casó y tuvo hijos 41. LOCALIDAD DESBORDADA En estos territorios englobados actualmente en el Norte Grande chileno – incorporados a la nación a finales del siglo XIX después de los conflictos bélicos con los vecinos Bolivia y Perú– los habitantes nativos se transformaron en “extranjeros” para el Estado chileno. Se convirtieron en “los otros” para Chile. Ante ello, en el proceso de “chilenización”, que en la práctica significó una transformación cultural profunda expresada en el cambio de nombre de las calles, la escuela pública, la iglesia y el ejército, la población nativa tuvo que huir. El año 1907 fue el que marcó el mayor numero de inmigrantes 42, alcanzando 4,2% de la población total, lo que expresado en números alcanzó 134.524 habitantes, para el Departamento de Tocopilla se consignan a 266 peruanos y 511 bolivianos. En contraparte, en el mismo censo el guarismo referido a inmigrantes europeos es 755, cifras significativas en una población total que accedía a los 15.861 habitantes. No debemos olvidar que, a principios de siglo y hasta alrededor de la década del veinte, el hostigamiento hacia los peruanos y bolivianos por parte de las Ligas Patrióticas fue excelso. Estos grupos eran caracterizados por su xenofobia, racismo y nacionalismo que, reunidos a modo de paramilitarismo pandillezco amparados en el matonaje, se dedicaron básicamente a acosar y maltratar a peruanos y bolivianos residentes en el norte de Chile (González, et al: 1993). Por su parte, el censo 43 de 1920, la población inmigrante nacional desciende a 120.436 representando alrededor del 3%. 41 Entrevista a Yanko Sore, tocopillano nacido en 1964, empresario, nieto de Pedro Soré Bertivecic. agosto 2012. 42 Censo de la República de Chile, realizado el 28 de noviembre de 1907, Imprenta Universo, 1908. 43 Censo de población de la República de Chile, realizado el 15 de diciembre de 1920, Imprenta Universo, 1925. 128 Simultáneamente, todo este escenario de carácter multinacional acontecido en Tocopilla, en donde cada una de las colonias de migrantes europeos se encapsularon en sus actividades, fue la expresión de una ciudad fragmentada. Los tocopillanos convivieron con una brecha cultural y económica que los distanciaba. Un ejemplo de ello es el desarrollo del beisbol, deporte importado por los estadounidenses, quienes jugaban solamente con japoneses residentes en Iquique (Piñones, 2003). La marginación 44 de estos campeonatos era evidente: a los niños locales sólo les quedaba contemplar estos eventos desde los cerros circundantes (Barrera, 2007). Es innegable que los grupos migrantes son más variados de lo que hemos expuesto aquí, en la medida en que centramos nuestra argumentación en solamente tres de los colectivos migratorios en Tocopilla. Entre estos diversos colectivos, estaban alemanes; vinculados a las salitreras y sus tranques, como por ejemplo la figura de H. B. Sloman el líder hidroeléctrico en la cuenca del Rio Loa. Estaban también los ukranianos con sus paqueterías, como la familia Jodorowsky. Japoneses y sus peluquerías, como los Sato, Kubota, Nayashi. Sin olvidar a los franceses que vincularon Tocopilla mercantilista con el capitalismo europeo en el siglo XIX, como los hermanos Latrille. Los norteamericanos y sus poderosas termoeléctricas, los griegos con sus panaderías y lecherías. Asimismo, los españoles con el impulso minero en las cupríferas del poblado de Gatico. En este escenario, los tocopillanos fueron testigos de una inmigración que generó una acumulación financiera inédita en la ciudad. La tecnología casera, el acceso a los automóviles, la arquitectura monumental, los mejores juguetes, la adquisición de productos alimenticios exclusivos, la conservación de frutas y hortalizas en grandes refrigeradores durante todo el año, las actividades de ocio, las fiestas, las vestimentas importadas. En fin, muchos elementos que marcaron una gran diferencia entre el tocopillano, marcado por su morenidad, y el europeo de gustos ostentosos, a su vez diferenciador fenotípico con el autóctono 45. Acaso, ¿los tocopillanos se sintieron discriminados o desplazados en su propio espacio? Estos inmigrantes se transformarían en el transcurso de su estancia en empleadores de muchos tocopillanos, desbordándose en la misma localidad. Transformándose en la elite local, vinculada a la política y empresariado. 44 Entrevista a Sergio Fernández. Tocopillano, nacido en 1930. Jubilado, toda su vida estuvo vinculado a empresa exportadora de salitre. Entrevista realizada en Tocopilla en diciembre del 2010. 45 Cuando hablamos de la diferenciación fenotípica entre migrante y autóctono, hablamos de la consecuencia de un imaginario basado en la supuesta superioridad del europeo. Básicamente determinada por el color blanco. Contribuía en ello el proceso de chilenización, que intentó despreciar la figura del nativo, del nuevo nortino, además de las teorías evolucionistas y positivistas. Ese mismo imaginario, era eurocéntrico, y contemplaba a Europa como cuna de la civilización y desarrollo. Aquello dio paso a una estratificación social muy marcada en la ciudad: hacia el sur vivían los norteamericanos, al norte de la ciudad, estaba “el pueblo” o “el rotaje”(Galaz-Mandakovic, 2011). 129 FUGA AUTÓCTONA Al momento del traspaso a la segunda mitad del siglo XX, los desequilibrios económicos conllevaron a una desestabilización de la economía local, en primer lugar por la mecanización de las faenas de embarque del salitre, en donde la tecnología reemplazó al hombre de modo feroz, dejando una estela de cesantía en 1961(Galaz-Mandakovic, 2009, 2012). Debemos sumar el cambio del modelo económico que consolidó una estructura de subdesarrollo, de asimetría de crecimiento, estancando la economía de Taltal y Tocopilla (Cademartori, 2010) una vez instaurada la dictadura (1973). A este ultimo punto, agreguemos la gestión del Estado y las políticas de mercado liberales que han favorecido a los grandes intereses económicos en desmedro de los pequeños productores, los favoritismos a la gran empresa, por lo general foránea, facilitando el llamado vicio de la concentración territorial, consistente en la acumulación de inversiones en una sola localización, generándose grandes polos de desarrollo desequilibrantes (Cademartori, 2010). Todos estos fenómenos económicos han derivado que gran parte de la juventud de Tocopilla emigre en busca de trabajo y estudios superiores, generando un estancamiento, y de pronto, decrecimiento poblacional 46. Se observa un fenómeno de fuga. Al mismo tiempo las crisis económica en la década del ochenta incentivaron a que muchos tocopillanos vieran en Europa el escenario para mejorar su estándar de vida. Ya existía el caso de algunas tocopillanas casadas con algunos marinos mercantes en Norrköping, Suecia. Marinos que visitaron Tocopilla en pleno auge de la exportación del salitre. Debemos agregar que, en el marco de la dictadura militar, forzó muchos tocopillanos al exilio 47. La configuración de una red social en Suecia, facilitó las redes migratorias. Aquella la podemos definir como el conjunto de relaciones interpersonales que vincularon a los migrantes con parientes, amigos o compatriotas (Arango, 2003). Una red migrante, que puede ser definida como la estructura de relaciones sociales que instituirán la circulación de trabajo, capital, bienes, servicios, información e ideologías entre las comunidades emisoras y receptoras de migrantes (Zavala y Rojas, 2005). Estas redes fueron significativas porque transmitieron información, proporcionaron ayuda económica o alojamiento y prestaron apoyo a los migrantes de distintas formas. De variadas formas facilitaron la migración al reducir sus 46 En la década de la crisis, 1930, se contabilizaban 18.296 habitantes (Censo 1930, Arch. Gob.Tocopilla) El Estado consignaba una cifra de 22.185 en 1960 (Censo 1960 Arch. Gob.Tocopilla), una población casi similar a la de hoy, que según el censo 2002, apunta a 23.986 hab. (Archivo Gobernación de Tocopilla, acceso mayo 2012) 47 No olvidemos que la fuerte trayectoria sindicalista y política de izquierda derivó a que en tiempos de la UP el Partido Comunista y Socialista contara con la mayoría de diputados, senadores, 4 regidores, gobernador y alcalde del mismo conglomerado. El número de ejecutados en la localidad superó los 30. 130 costos y la incertidumbre que frecuentemente la acompañaba (Correa; JocelynHolt, et al, 2001). Esta red establecida en Suecia, indujo a la emigración a través del efecto demostración. En pocas palabras, vendría siendo un capital social, que en la lógica de Bourdieu sería el agregado de los recursos reales o potenciales que están unidos a la posesión de una red duradera de relaciones más o menos institucionalizadas de reconocimiento y vinculación mutua. Ésta definición supone elementos como el pertenecer a un grupo, y que el mismo posea propiedades comunes. Además de una vinculación permanente y estable (Bourdieu, 1991). Por ello, en la medida en que se trataba de relaciones sociales que permitían el acceso a otros bienes de importancia económica, tales como el empleo o mejores sueldos. Las redes establecidas entre Tocopilla y Norrköping constituyen un nivel relacional intermedio entre el plano micro de la adopción de decisiones individuales y el plano macro de los determinantes estructurales. Norrköping es una ciudad sueca en donde residen numerosos chilenos, gran parte de ellos son tocopillanos. Se ha estimado que serían un poco más de 3.000 tocopillanos. Significativa cifra en proporción con la población actual de Tocopilla: 23.986 habitantes (Censo 2002). Por tales motivos, ellos se han configurado como la colonia latina más numerosa en aquella ciudad nórdica (Camacho-Padilla, 2008) “así llegó a Suecia un nuevo prototipo de chilenos”, marcados profundamente por el exilio y la crisis económica de los ochenta. “El caso más singular ocurrió con la ciudad de Tocopilla, ya que varios miles de sus habitantes se desplazaron a la ciudad de Nörrkoping, al sur de Estocolmo” (Camacho-Padilla, 2008:8) Estos paisanos han intentado reproducir la cotidianidad tocopillana en el país de destino. Hablan incluso de “Tocoköping” (Alegría, 2012), parafraseando los nombres de las ciudades de origen y recepción. Han creado redes sociales significativas entre ellos, todo en base a la nostalgia vivida por su tierra natal. En ese sentido, las relaciones situacionales establecieron conductas manifestadas en sus sentimientos, pensamientos y acciones, que se verifican entre los actores de la red. Es lo que Pierre Bourdieu denominó como habitus, constituyentes de “principios generadores y organizadores de prácticas” (Bourdieu, 1991: 928). Han instalado radioemisoras que permiten la conectividad con Tocopilla, recrean las fiestas locales, tales como el aniversario del puerto salitrero, el 29 de septiembre. A su vez, la comunicación fluida, ha permitido la cooperación y filantropía con los tocopillanos que requieren implementos e insumos de salud. Igualmente, es permanente la ayuda económica hacia instituciones altruistas 48. Del mismo modo, cada uno de ellos ha regresado a Tocopilla en alguna fecha relevante, ya sea para desfilar en el aniversario de la ciudad, o visitar familiares, o bien, viajar en enero y 48 Un buen ejemplo de cooperación de estos tocopillanos residentes en Suecia, es la institución ADAEC (agrupación de ayuda al enfermo de cáncer) institución que, en gran parte, financia sus actividades en base a las permanentes remesas enviadas desde Suecia. En el año 2012, la institución ha atendido a más de 400 fallecidos por cáncer, en un ciudad saturada ambientalmente (Galaz-Mandakovic, 2011). 131 febrero para superar el riguroso invierno sueco (Alegría, 2012). En esta conexión, en el ir y venir, que experimentó Tocopilla con Norrköping, se ha configurado una descendencia de suecos con padres tocopillanos, siendo la tocopillaneidad un rasgo fuerte, consolidado y melancólico, practicado a través de la cotidianidad y, quizá, la configuración de un discurso expresivo del mito del retorno. En ese sentido, la eventualidad del retorno, con independencia de su ejecución, viene a generar una particular memoria y expectativas respecto de los contexto de origen, que como sabemos no siempre guardan relación con las transformaciones que éstos sufren (Garcés, 2003). Se demuestra del mismo modo, practica que expresan transnacionalidad, como una forma de extender la patria original, dislocando así los paradigmas positivistas estructuralistas y funcionalistas que sólo se orientaban hacia la asimilación y aculturación de los migrantes (Moctezuma, 2008). En el decir de un quinteto de historiadores nacionales (Correa; Jocelyn-Holt, et al, 2001:318), apuntan a que, "...si se trata de conocer el alcance que podría cobrar el exilio en cadena, ningún ejemplo es más ilustrativo que el de Tocopilla. (…) con la llegada de nuevos tocopillanos se continuó y acrecentó la magnitud migratoria, al punto que después de 3 a 4 años, gran parte del pueblo residía en Norrköping, desde panaderos y empleados municipales hasta prostitutas. Lo notable es que ahí se reprodujo, con alteraciones muy menores. El orden cotidiano de la vida tocopillana previa al golpe, toda vez que propendieron a reconstituir jerárquicamente políticas y las divisiones de los trabajos originales. El caso del basurero municipal de Tocopilla que pasó a desempeñarse en una empresa de compresión de basura, tipifica una tendencia general a ocuparse en actividades análogas a las realizadas antes de emigrar. Como era de suponer, la presencia de esta comunidad de Chilenos, paisanos en sentido estricto, ha dejado su impronta en la vida de Norrköping, pueblo que hoy ostenta calles alusivos a Chile"(Correa; Jocelyn-Holt, et al, 2001:319). El tema de los tocopillanos en Norrköping está trazado a modo exploratorio para el incentivo de un estudio más acabado y detallado sobre la presencia de tocopillanos en Suecia, no obstante, la identificación no debiese ser tan generalizada como lo fue el censo realizado en el año 2005 por el Instituto Nacional de Estadística (INE) junto con la Dirección de Chilenos en el Exterior (DICOEX), que sólo identificó “chilenos” sin considerar sus ciudades de origen 132 natal o de procedencia. Omitiendo, quizá involuntariamente, la indagación sobre estos fenómenos específicos 49. Finalmente, podemos afirmar que existe una conexión de sentido entre la inmigración internacional que alcanzó Tocopilla en la primera mitad del siglo XX y la existencia en la actualidad de flujos migrantes que parten de Tocopilla hacia otros puntos del globo, en la restante mitad del mismo siglo. Ésta migración ayudó a constituir un imaginario migrante entre los que viven en Tocopilla, lo que les dispuso de un capital social específico en relación a la migración ,y que luego ayuda a dar forma y contenido a las migraciones que los tocopillanos realizan en la segunda mitad del siglo XX. En ese sentido, hemos dado cuenta de experiencias sociales de un pasado no tan distante, de un pasado vivido, en un referente empírico experimentado por la comunidad, que luego son recuperadas en un mundo global. Se podrá rebatir a través de la afirmación que, las fuerzas de la globalización pueden haber facilitado esta “internacionalización” de Tocopilla hacia el norte de Europa. No obstante, también es innegable que las personas no hubiera migrado si no fuera por la diversidad vivida en la cotidianidad local, a la postre derivador de una historia local significativa, de ser una ciudad de inmigrantes y de desplazados. Desde este enfoque, nos aproximamos a una perspectiva histórica con la explicación de los procesos del presente; de un imaginario que explica lo local por lo global y lo global por lo local. Agradecimientos: a la Dra. Menara Lube Guizardi, por sus pacientes lecturas, indicaciones y valiosas sugerencias. BIBLIOGRAFÍA Águila, Guido 2004 “Historia del Perú”. 1º Edic. Ediciones San Marcos. Lima, Perú. Arango, Joaquín. 2003 “La Explicación teórica de las migraciones: Luz y sombra” Migración y Desarrollo [en línea], [fecha de consulta: 30 de mayo de 2012] Disponible en: <http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=66000102> 49 Ver articulo de R. Pérez "La XIV región de Chile: Suecia" en “Retrato Hablado de las Ciudades Chilenas”. B. Guerrero, Univ Arturo Prat, Iquique 2002. 133 Arce, Isaac 1930 “Narraciones Históricas de Antofagasta”. Imprenta Moderna, Antofagasta, Chile. Bérenger, Jean; 1990 "Histoire de l'empire des Habsbourg 1273–1918".Edit. Fayard, Paris. Bourdieu, Pierre 1980 “Le capital social”, Actes de la Recherche en Sciences Sociales, núm. 31 ___1991 “El sentido práctico”. Ed. Taurus; Madrid, España. Cademartori, Jan 2010 “El desarrollo económico y social de la Región de Antofagasta”. 1º Edición. Ordhum, Departamento de Economía, Facultad de Economía y Administración UCN, Antofagasta, Chile. Camacho, Fernando 2008 “Chilenos en Suecia: Crónica de un exilio”. Estocolmo [URL en línea]. Disponible en Internet en: <http://www.chilenare.wordpress.com> con acceso 24 de mayo 2012. Campos, Claudia y Elías, Pamela 2009 “Presencia China: políticas de inmigración para las primeras décadas del siglo XX”. Ponencia presentada en II Congreso Latinoamericano “Luis Álvarez Miranda”. Arica, noviembre 2009, Chile. Collao, Juan 2001 “Historia de Tocopilla”. 1º Edic. Corporación Homónima. Tocopilla, Chile. Correa, Sofía; Figueroa, Consuelo; Jocelyn-Holt, Alfredo; Rolle, Claudio; Vicuña, Manuel 2001 “Historia del Siglo XX Chileno”. 1º Edic. Editorial Sudamericana. Santiago de Chile. De Mattos, Carlos 1984 “El proceso de Concentración territorial; ¿un obstáculo para el desarrollo?”. En: Revista Interamericana de Planificación, vol. XVIII., nº 70, pp. 62-82. Denitch, Bogdan 1995 “Nacionalismo y etnicidad: la trágica muerte de Yugoslavia”, Edit. Siglo XXI. Ciudad de México. Díaz, Alfonso 2002 “Apuntes sobre los italianos en la provincia de Tarapacá(1870-1950)”, Amérique Latine Histoire et Mémoire. Les Cahiers ALHIM, 2002, [En línea], 134 Puesto en línea el 23 junio 2006. URL : http://alhim.revues.org/index715.html. consultado el 30 mayo 2012. Galaz-Mandakovic, Damir 2011 “Reivindicación del Patrimonio Tangible Retruecanosinversos. Tocopilla, Chile de Tocopilla”. 1º Edic. ___2008 “Tocopilla entre la miseria y el Apogeo, 1930-32”. 1º Edic. Retruecanosinversos. Tocopilla, Chile. ___2009 “Tocopillanos del Ayer II” 1º Edic. Retruecanosinversos. Tocopilla, Chile. Garces, Alejandro 2003 “El retorno como mito en la experiencia del inmigrante” disponible en http://www.sepiensa.cl/listas_articulos/articulos_sepiensa/2003/04_abril_20 03/20030417_fram.html González, Sergio; Maldonado, Carlos; McGee Deutsch, Sandra 1993 “Las ligas patrióticas” en Revista de Ciencias Sociales, N° 2, Universidad Arturo Prat. Iquique Illanes, María 2007 “Cuerpo y sangre de la política. La construcción histórica de las visitadoras sociales (1887-1940)” Santiago, LOM Ediciones, 2007 Luĉić, Ivica 2008 “Komunistički progoni Katoličke crkve u Bosni i Hercegovini 1945-1990”. National Security and the Future. Disponible en http://www.nsfjournal.hr/issues/v9_n3/pdf/008%20-%20Ivo%20Lucic.pdf Moctezuma, Miguel 2008 “Transnacionalidad y Transnacionalismo”. Revista Papeles de Población. Universidad Autónoma del Estado de México, 54: 39-64. Pellegrini, Amadeo 1927 “Colonia Italiana en Chile, en “Censo Industrial y Comercial de la, 19261927”. Disponible en: http://www.memoriachilena.cl/temas/documento_detalle.asp?id= MC0037091 Piñones, Luis 2003 “Campeones por Siempre”. Edic. Juan Collao Cerda. Tocopilla. 135 Yun, Lisa 2008 “El Coolie habla” obreros contratados chinos y esclavos africanos en Cuba. Traducido por Sebastián Reyes Gil. Temple University Press. Disponible en http://www.hemisphericinstitute.org/eng/publications/emisferica/5.2/52_imag es/pdf/yun_print.pdf Zavala, Ximena; Rojas, Claudia . 2005 “Globalización, procesos migratorios y estado en Chile”. En: Migración, globalización y género en Argentina y Chile. Programa Mujeres y Movimientos Sociales en el marco de los procesos de integración regional en América Latina, Fundación Heinrich Böll; Buenos Aires, Argentina. Zlatar, Vjera 2001 “Los Croatas, el salitre y Tarapacá” Edit. Hrvatski Dom. 2º Edicion. Imprenta Oñate, Iquique Chile. ENTREVISTAS CITADAS J.A. 2012 (Anónimo) Tocopillana, de 78 años,. Jubilada, laboró durante toda su vida en empresa vinculada a la exportación de salitre. Entrevista realizada en Tocopilla, en marzo de 2012. Alegría, Ismael. 2012 Tocopillano nacido en 1953. Residente en Norrköping desde la década del 70. Topógrafo. Entrevista realiza en Tocopilla en julio de 2012. Aste, Dino. 2011 Tocopillano, nacido en 1930, empresario jubilado y dirigente social, hijo de italianos. Entrevista realizada en Tocopilla en diciembre del 2011. Barrera, Amelia. 2007 Ovallina, nacida en 1911, fallecida en 2010. Dueña de casa y residente en Tocopilla desde 1929 hasta 2010. Entrevista realizada en Tocopilla en febrero 2012. Choc, Jorge 2011 Viñamarino, nacido en 1970. Descendiente de serbios. Entrevista realizada vía on line en octubre del 2011. Fernández, Sergio 2010 Tocopillano, nacido en 1930. Jubilado, toda su vida estuvo vinculado a empresa exportadora de salitre. Entrevista realizada en Tocopilla en diciembre del 2010. 136 Garafulic, Fanny 2012 Nacida en Antofagasta en 1930, residente en Tocopilla desde 1951. Descendiente de croatas, profesora con cargos directivos jubilada. Entrevista realizada en Tocopilla en abril de 2012. Gho, Wolfang 2009 Nacido en Santiago, descendiente de italianos. Trabajador en el área minera. Entrevista realizada en Tocopilla en agosto del 2009. Martínez, Gonzalo 2009 Tocopillano nacido en 1940, fallecido en septiembre 2011. Investigador autodidacta de la historia local, recopilador fotográfico y documental. Entrevista realizada en Tocopilla en diciembre 2009. Sore, Yanko 2012 Tocopillano nacido en 1964, empresario hotelero y gastronómico, nieto de Pedro Soré Bertivecic. Entrevista realiza en agosto 2012. Vucina, Desanka 2009 Tocopillana, descendiente de croatas, empresaria jubilada. Entrevista realizada en Tocopilla en marzo del 2009. ARCHIVOS CONSULTADOS - Archivo Gobernación de Tocopilla. Archivo Cámara de Diputados. Disponible en http//historiapolitica.cl. Acceso Mayo 2012 Instituto Nacional de Estadísticas, Datos Censo (2002) Gobernación Provincial De Tocopilla. Archivo La Estrella de Tocopilla, Diario “La Prensa De Tocopilla”, Ediciones de Octubre 1982. Recibido: 01 de junio de 2012 Aceptado: 06 de septiembre de 2012 137 MIGRACIONES TRANSNACIONALES Y POLÍTICAS DE REPRESENTACIÓN EN ESPAÑA: LOS DISCURSOS SOBRE COLECTIVOS LATINOAMERICANOS EN DOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN DIRIGIDOS A MINORÍAS MIGRANTES Gregory Dallemagne 1, Lucía Echevarría Vecino 2 y Alicia Ferrández Ferrer 3 Este artículo se centra en el análisis de las políticas de representación de la migración de origen latinoamericano en dos medios de comunicación “para minorías” producidos en España. Los medios de comunicación de minorías migrantes intervienen en un espacio público que no es sólo nacional, sino transnacional, de modo que el análisis del contenido de estos medios nos permite poner de manifiesto las dinámicas de poder existentes en el campo migratorio transnacional. Nuestro análisis pone así de relieve cómo las luchas de poder imperantes en este campo hacen que se privilegien y se exacerben determinados significados al tiempo que se invisibilizan otros. Palabras-Clave: Migración, Políticas de representación, Medios de Comunicación, Colectivos Latinoamericanos, España This article focuses on the analysis of the politics of representation of Latin American migration in two media "for minorities" produced in Spain. The media migrant minorities interfere in a public space that is not only national, but transnational, so the content analysis of the media allows us to highlight existing power dynamics in transnational migrant camp. Our analysis highlights how prevailing power struggles in this field results in the privilege of certain meanings while invisible others. Keywords: Migration, Policies of Representation, Media, Latin American Collective, Spain 1 Gregory Dallemagne es doctorando en Antropología, personal docente e investigador en formación del Dpto. de Antropología Social de la Universidad Autónoma de Madrid, se formó en Estudios Internacionales en la Université de Montréal. Sus intereses de investigación son: migración, juventud, identidades y parentesco. Miembro del LAAP (UCLouvain). Email: [email protected]. 2 Lucía Echevarría Vecino es doctoranda en Antropología, personal docente e investigador en formación del Dpto. de Antropología Social de la Universidad Autónoma de Madrid; licenciada en Filosofía (Universidad de Deusto) y en Antropología (Universidad Autónoma de Madrid). Sus temas de investigación se centran en el género, la migración y las relaciones intergeneracionales. Email: [email protected]. 3 Alicia Ferrández Ferrer es doctoranda en Antropología, personal docente e investigador en formación del Dpto. de Antropología Social de la Universidad Autónoma de Madrid; licenciada en Antropología Social y Cultural (Universidad Miguel Hernández) y en Humanidades (Universidad de Alicante). Sus investigaciones se centran en medios de comunicación, migración y sujeto político. Email: [email protected] 138 INTRODUCCIÓN 4 Nuestro análisis parte de la consideración de los medios de comunicación como constitutivos del espacio público en un sentido habermasiano, es decir, de articulación y negociación de los asuntos políticos y sociales. Concebimos la esfera pública como espacio de lucha por la imposición de significados hegemónicos, o como lo define Bourdieu, “por la imposición del principio dominante de visión y división” (2005: 36). En esta lucha, el discurso desempeña un papel relevante en la reproducción de la desigualdad social, al tiempo que tiene un enorme potencial para el cambio social, a través de la construcción de imaginarios (Van Dijk, 2003, 2007) que ofrecen una determinada representación de la realidad. La representación se refiere al lenguaje usado para asignar significados a grupos y sus prácticas sociales, acontecimientos, condiciones sociales, objetos. Las políticas de representación aluden a la competición entre grupos por la imposición de significados, es decir, por definir cuál ha de ser tomada como la representación correcta, apropiada, preferente (Wenden, 2005). Los estudios realizados desde finales de los años 90 respecto a las políticas de representación de la inmigración en los medios generalistas españoles han venido a mostrar la existencia de una polaridad representativa del migrante, que oscila entre la representación negativa (imagen conflictiva, como terrorista, como delincuente, amenaza del orden público, usurpador de puestos de trabajo) y la representación caritativa y paternalista (el migrante como víctima de abusos, de la trata, de las mafias) (Álvarez, 2002; Lario, 2006; Martínez, 2010; Retis, 2006; Santamaría, 2002). Los/as migrantes se sienten en general insatisfechos/as con este tipo de discursos mediáticos, y los consideran responsables, en parte, del trato que reciben por parte de la sociedad receptora (Díaz, 2006). Pero la emergencia de medios de comunicación específicos dirigidos al público migrante (desde ahora “medios para/de minorías migrantes”) ha abierto la puerta a la construcción de mensajes alternativos en los que los/as migrantes adquieren protagonismo, en contraposición a la “exclusión discursiva” de que son objeto en los medios generalistas (Herzog, 2011). De hecho, una de las motivaciones expresadas por muchos directores de medios de minorías para poner en marcha nuevos proyectos mediáticos es precisamente contrarrestar este tipo de imágenes sesgadas, estereotipadas y a menudo criminalizadoras que difunden los medios de comunicación generalistas (Ferrández Ferrer, 2009). 4 El trabajo aquí presentado se enmarca en el proyecto I+D+I “Políticas de representación en campos migratorios transnacionales. Producción, difusión y consumo de contenidos mediáticos en el contexto migratorio” (CSO2008-03022), financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación de España y dirigido por la Dra. Liliana Suárez Navaz (Universidad Autónoma de Madrid). 139 Ahora bien, estos medios no son ajenos a las dinámicas, luchas y negociaciones que se producen tanto en el campo mediático como en el campo social. Es importante señalar que la agencia de ciertos sectores en la lucha por el poder no implica su emancipación de la estructura del campo en que se encuentran. De modo que las prácticas y discursos alternativos no siempre buscan deconstruir lo hegemónico, sino más bien luchar por el poder dentro del “espacio de posibilidades” (Bourdieu, 1997: 53). Partiendo de esta premisa, nuestro objetivo es analizar aquí las políticas de representación predominantes en dos medios para minorías migrantes surgidos en España en la última década, Latino y Sí se puede, con un doble interés. Por un lado, proponemos mostrar en qué medida los discursos de estos medios constituyen alternativas al discurso dominante sobre colectivos migrantes latinoamericanos en España. Por otro lado, analizaremos hasta qué punto estas políticas de representación difieren o están en consonancia con otras estructuras hegemónicas globales (políticas, económicas, de género). Este análisis es pertinente puesto que no podemos asumir que una “inclusión discursiva”, o una visibilización de los colectivos migrantes en la esfera pública nacional, signifique una representación contra-hegemónica en otros niveles. LOS MEDIOS ANALIZADOS Desde mediados de los 2000 se ha asistido en España a la emergencia de una gran variedad de medios de comunicación producidos por, y dirigidos a, colectivos migrantes. Su emergencia guarda relación con los flujos migratorios, así como con un cambio en la concepción del migrante, que pasa de ser considerado únicamente como mano de obra, a convertirse en un consumidor potencial de primer orden. También el desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación, y la liberalización general del mercado, han influido en la actual diversificación y complejización del campo mediático al que tienen acceso las comunidades migrantes en todo el mundo. Nuestro análisis se circunscribe a los periódicos semanales Latino y Sí se puede, las dos publicaciones líderes en el sector de medios para minorías migrantes en España (ACPI, 2008), con 430.900 y 231.600 lectores semanales, respectivamente. Estas publicaciones tienen características en común: son semanales y de distribución gratuita; se financian principalmente gracias a la publicidad; y tienen tres ediciones diferenciadas geográficamente (Madrid, Cataluña y Levante). Un dato a destacar es que ambos periódicos han nacido por iniciativa de grupos empresariales españoles, si bien la mayoría de los periodistas 140 que trabajan en ellos proceden de los mismos países que sus lectores. Con esta estrategia se trata de llegar mejor al público, al compartir unos referentes lingüísticos y culturales, así como una determinada forma de hacer periodismo. El público objetivo al que se orientan estas publicaciones no es exactamente el mismo, aunque se superpone en gran medida: Latino se dirige a un público exclusivamente latinoamericano, mientras que Sí se puede amplía al conjunto de los colectivos migrantes, incluyendo noticias en otros idiomas (árabe y rumano, principalmente). En nuestro análisis nos centraremos en el elemento común, que es la representación de los colectivos migrantes latinoamericanos. Nuestro análisis se basa en una revisión de contenidos publicados durante un periodo de doce meses, entre el 16 de junio de 2008 y el 15 de junio de 2009. En total se seleccionaron, registraron y analizaron más de 2.000 noticias. La selección de los textos e imágenes se hizo en base a tres ejes temáticos principales. El primero hace referencia al ámbito político, recogiendo no sólo las informaciones sobre política convencional (a nivel local, regional, nacional o transnacional) sino también todas aquellas informaciones sobre reivindicaciones o actuaciones políticas de los migrantes; este eje se centra en la cuestión de la inclusión discursiva de los/as migrantes en la esfera mediática nacional, y en su presentación como sujetos políticos. Los dos siguientes profundizan en el modo en que son representados los colectivos migrantes. En primer lugar, se lleva a cabo un análisis de las representaciones culturales e imágenes identitarias incorporadas, y en segundo lugar, se analizan las representaciones de género. Nos adentramos a continuación en el análisis de contenido de cada uno de los ejes 5, para ofrecer al final del artículo una reflexión general sobre las cuestiones planteadas en la introducción. LA REPRESENTACIÓN DEL MIGRANTE COMO SUJETO POLÍTICO Un análisis de las informaciones publicadas por Latino y Sí se puede en sus secciones dedicadas a la información nacional (referida a España) e internacional (referida a los países de origen) muestra que el periodo 2008-2009 fue particularmente interesante en el terreno de la comunicación política. En este ámbito, las diferencias respecto a la prensa generalista son principalmente dos. En primer lugar, en los medios para minorías la información de tipo político se caracteriza por responder a un marco de referencia más complejo, que incluye el 5 Un análisis pormenorizado de cada uno de los ejes temáticos aquí presentado se puede leer en Dallemagne (en prensa), Echevarría y Bruquetas (en prensa), y Ferrández (en prensa). Cabe destacar el carácter pionero de este trabajo, pues a excepción de los trabajos de Mendieta (2009, 2010), el análisis de discursos de los medios para minorías migrantes es una línea de trabajo todavía no desarrollada en España. 141 contexto nacional de origen, el contexto nacional español, el contexto infranacional (regional, local, barrial), y también el ámbito supranacional (Unión Europea, Mercosur). En segundo lugar, si en la prensa generalista el migrante aparece como un sujeto pasivo sobre el que se debate, se legisla, se regula, en los medios para migrantes éste es representado como un sujeto político activo que tiene voz y voto. Es un sujeto que participa políticamente 6 en la sociedad, tanto en la de destino como en la de origen, a través de las denominadas “prácticas políticas transnacionales” (ver Østergaard-Nielsen, 2003). Y esta participación política se produce tanto en el nivel de la participación convencional como en el nivel de la participación no convencional. Claro está que los modos de participación política de los migrantes dependen mucho de la estructura de oportunidades políticas presente en cada sociedad, que sería el resultado de mecanismos de inclusión y exclusión desarrollados por los estados (de origen y de residencia) y sus sistemas políticos. Como destaca Martiniello, “Garantizando o denegando el derecho al voto a los extranjeros, facilitando o impidiendo el acceso a la ciudadanía y la nacionalidad, garantizando o restringiendo la libertad de asociación, asegurando o bloqueando la representación de los intereses de los migrantes, y estableciendo o no escenarios e instituciones para la política consultiva, los estados abren o cierran las vías para la participación política de los migrantes, y les proporcionan más o menos oportunidades para la participación en la gestión de los asuntos colectivos” (Martiniello, 2005: 6). Bajo el epígrafe de “participación política convencional” se incluyen aquellas prácticas políticas que se corresponden con las instituciones de la democracia representativa: votar, participar en campañas electorales, actividades cooperativas de ámbito local, asociacionismo, afiliación partidista, contactos con políticos, etc. (Anduiza y Bosch, 2004). Durante el periodo analizado, los periódicos informaron de procesos electorales en diferentes países de origen, que empujaron a muchos de los candidatos a viajar hasta España para visitar y hacer campaña entre sus compatriotas migrantes; también se celebraron elecciones al Parlamento Europeo, 6 Desde las ciencias políticas, la participación política es definida como “cualquier acción de los ciudadanos dirigida a influir en el proceso político y en sus resultados. Estas acciones pueden orientarse a la elección de los cargos públicos; a la formulación, elaboración y aplicación de políticas públicas que éstos llevan a cabo; o a la acción de otros actores políticos relevantes. La participación política requiere por tanto de un comportamiento observable llevado a cabo en un ámbito público o colectivo por parte de un ciudadano para ser considerada como tal” (Anduiza y Bosch, 2004: 26-27). 142 que motivaron una llamada a la participación de aquellos migrantes ya nacionalizados o procedentes de países de Europa del Este; y también fue en este momento cuando el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero promovió el derecho al voto de las personas migrantes en las elecciones municipales y autonómicas que habían de celebrarse en mayo de 2011. El análisis de la cobertura mediática de tales procesos pone de relieve el carácter transnacional de las migraciones contemporáneas, así como el creciente interés tanto de los países de origen como de los de destino por impulsar y mantener los vínculos con esta población móvil, cuya importancia económica y política es cada vez más reconocida y potenciada (ver Imagen 1). Imagen 1. "Los bolivianos podrán votar aunque vivan en el extranjero", Latino, nº 200, p. 6 La participación de los/as migrantes en procesos electorales en el exterior suele ser reducida, pero esto no debe interpretarse como apatía o pasividad política. Los/as migrantes han demostrado ser muy activos en el ámbito de la “participación política no convencional”. Este tipo de participación política no utiliza los canales de participación institucionalizados, y se caracteriza por ser irregular, específica y poco frecuente (Anduiza y Bosch, 2004: 28-29). La participación política no convencional incluye boicots, objeción de conciencia e insumisión, ocupación de edificios, bloqueos al tráfico, recogida de firmas, sentadas y manifestaciones, etc. 143 Si atendemos a las noticias relativas a este tipo de participación política publicadas por Latino y Sí se puede, encontramos que los medios se hicieron eco de multitud de situaciones que motivaron a los/as migrantes a salir a las calles y expresar así su descontento ante las políticas adoptadas o sus demandas de extensión de derechos. A nivel supranacional, destaca el seguimiento informativo de la Directiva Europea de Retorno de Inmigrantes (aprobada el 18 de junio de 2008) conocida como “La directiva de la vergüenza”, que ocasionó la reforma de las leyes de extranjería de todos los países europeos para adaptarse a la nueva norma. La repercusión política y social, y la contestación popular a esta reforma ocupó un lugar destacado en los medios para migrantes, que difundieron y apoyaron las distintas manifestaciones de protesta ante el endurecimiento de una ley que ya se percibía como muy restrictiva de los derechos y libertades de las personas migrantes (ver Imagen 2). Imagen 2. "Setecientos kilómetros a pie contra la Ley de Extranjería", Latino, nº 236, p. 1 A nivel nacional, si bien algunas de las protestas se produjeron como respuesta a medidas adoptadas en los países de origen −es el caso de la reforma de la Constitución ecuatoriana−, en general las protestas se vincularon a las condiciones vividas en España. La mayoría de las protestas se debieron a cuestiones que afectan a la población en general, como son el paro, la educación, la salud sexual y reproductiva, o el pago de las hipotecas. En estos casos, se visibiliza a través de demandas concretas una lucha más profunda y de mayor recorrido, que es la lucha por la extensión de derechos, especialmente de derechos sociales. Pero encontramos también demandas relacionadas directamente con la condición de migrante en España, que no sólo han contado con el apoyo de organizaciones civiles españolas, sino también de los propios 144 medios para migrantes. El seguimiento mediático de las demandas, la difusión de las convocatorias, y el seguimiento de sus resultados, es una muestra de posicionamiento de los medios, como también lo es el tipo de titulares y viñetas satíricas que acompañan a estas noticias. Así, durante este periodo Latino y Sí se puede le prestaron mucha atención a la reforma de la Ley de Extranjería, las condiciones de vida en los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIEs), o el descubrimiento de la existencia de cupos de detención de inmigrantes, todos ellos motivos que empujaron a los colectivos migrantes a organizarse y protestar abiertamente contra el gobierno. Las acciones reportadas por los medios incluyeron manifestaciones, marchas, recogidas de firmas, vigilias de apoyo e incluso huelgas de hambre. La cobertura mediática de este tipo de acciones colectivas de protesta constituye, según Isidoro Cheresky (2000, en Mata, 2006), una garantía de su condición ciudadana. Con excepción de la representación mediática de la participación en procesos electorales de los países de origen, se observa un discurso tendente a la disolución de los nacionalismos, para construir una “comunidad imaginada” (Anderson, 1993), una nueva identidad basada en su carácter migrante, partiendo de que a pesar de las diferencias, los/as migrantes comparten una serie de características y problemas comunes que sólo pueden ser contrarrestados mediante la unión de fuerzas. Observamos una tendencia a silenciar o criminalizar las reivindicaciones de grupos étnicos particulares en los países de origen, especialmente en relación a las poblaciones indígenas. Este silenciamiento se traslada también al ámbito español. Imagen 3. Viñeta en conmemoración del 60 Aniversario de la Declaración Universal de Derechos Humanos. Sí se puede, nº 215, p. 2 145 El discurso mediático muestra reivindicaciones que demandan derechos y reconocimiento en tanto que seres humanos: la cobertura de estas informaciones tiende a utilizar el discurso de los derechos humanos, y palabras recurrentes son “dignidad” o “respeto”. Se tiende así a desvincular la ciudadanía sustantiva (conjunto de derechos civiles, políticos y especialmente sociales), de la ciudadanía formal (pertenencia a un estado-nación) (Marshall (1998 [1950]). Lo cual no impide que, en las imágenes que acompañan a este tipo de reportajes, se puedan observar las pancartas que demandan “derechos para todos” o “ningún ser humano es ilegal”, junto a los símbolos patrios de los protagonistas de las demandas. Ahora bien, las vindicaciones políticas de las “comunidades imaginadas” se sustentan en la construcción de imaginarios (sobre la nación, la comunidad, la etnicidad, la cultura, el género) cuya naturaleza política tiende a ser invisibilizada por medio de la presentación de dichos imaginarios como elementos “naturales”, “esenciales”, no construidos. Nuestro análisis requiere una profundización en estos constructos, como proponemos a continuación. LA REPRESENTACIÓN DE LAS IDENTIDADES CULTURALES “LATINAS” En efecto, la “comunidad imaginada” se crea a través de la construcción de identidades culturales que reagrupan a diferentes colectivos migrantes y sobrepasan los marcos nacionales. Los procesos de construcción de las identidades, en que persiste la negociación (Dallemagne y Montes Villar, 2007), se transnacionalizan en contextos migratorios. Existen vínculos en la vida diaria de los/las transmigrantes entre las sociedades de origen y de recepción, en los cuales se generan identidades múltiples que, si pueden parecer contradictorias, son representativas del esfuerzo que hacen para “manipular” dichas identidades y acomodarse, pero también para resistir a su subordinación dentro del sistema capitalista global (Basch, Glick Schiller y Szanton Blanc, 1992). En efecto, para hacer frente a procesos discriminatorios, los colectivos migrantes estigmatizados pueden llegar a elaborar identidades culturales a través de discursos y prácticas que enfatizan su “otredad”. Como explica Espiritu (2001: 415) esta construcción de identidades culturales les permite resistir a las demandas alienantes y asimilacionistas y reafirmar su propio “ser” frente a subordinaciones coloniales de clase, raza y género. En las comunidades latinoamericanas vamos a encontrarnos con la construcción de una pan-etnicidad, es decir, una consolidación de solidaridades que atraviesan los subgrupos de colectividades étnicas −consideradas como homogéneas por los grupos exteriores−, que viven condiciones estructurales comunes (discriminación racial y estigmatización). Dichas condiciones tienden a generar más solidaridades que las propias similitudes culturales (Lopez y Espiritu, 1990). 146 Los medios de comunicación analizados participan de la construcción de un colectivo migrante latinoamericano a partir de bases que van más allá de las identidades etnonacionales 7. Para su análisis crítico, recurrimos a la deconstrucción que Stuart Hall y Néstor García Canclini realizan del concepto de lo “popular” 8. Para García Canclini (1987), se suele entender lo “popular” de distintas formas: como cultura tradicional, por un lado, y como cultura de masas por otro, estando ambas concepciones relacionadas. En los medios analizados encontramos efectivamente estos elementos: la “cultura tradicional” aparece representada en las noticias sobre colectivos indígenas y sobre religión, donde se destacan las prácticas particulares de cada región. Por otro lado, las noticias sobre actividades religiosas enfatizan al mismo tiempo el carácter pan-nacional y de masas de la religión cristiana. Finalmente, las noticias sobre música comercial representan un consumo vinculado a la cultura popular de masas. Nos centramos en ello a continuación. CULTURA POPULAR TRADICIONAL: ESENCIALIZACIÓN DE LA CULTURA INDÍGENA La modalidad de representación de los colectivos indígenas latinoamericanos revela elementos de particular interés. Nuestro análisis de prensa muestra dos tendencias. En primer lugar, cuando dichos colectivos indígenas se sitúan en América Latina, se muestran actividades políticas como manifestaciones o reivindicaciones de derechos que, como señalábamos, tienden a ser o bien silenciadas o bien criminalizadas por los medios. Aparece también un descontento con los gobiernos de izquierda (estas noticias suelen aparecer en portada y desarrollarse después a página completa, ver Imagen 4). 7 No hemos de confundir sin embargo el discurso de los medios con la autoafirmación por parte de los grupos representados, ni presuponer que el impacto de ese discurso en los individuos será decisivo para la afirmación de sus identidades. 8 Hall explica que en Inglaterra lo popular vivió un proceso de reforma a partir del siglo XVIII que transformó lo tradicional en “algo nuevo”, para ver aparecer una nueva cultura popular basada en la cultura de masas. Así, por ejemplo, explica cómo la creación de un nuevo tipo de prensa popular y comercial dirigida a un público más general que incluía a las clases populares, “hizo necesaria la reorganización completa de la base y la estructura capitalistas de la industria cultural; el aprovechamiento de nuevas formas de tecnología y procedimientos de trabajo; la instauración de nuevos tipos de distribución que funcionasen a través de los nuevos mercados culturales de masas” (1981: 479-480). 147 Imagen 4. "Nos sentimos frustradísimos", Latino, nº 212, p. 1 Al mismo tiempo, se hace hincapié en la comercialización de la “cultura indígena” a través de reportajes sobre “mercados indígenas”. En segundo lugar, cuando las noticias se refieren a colectivos indígenas en España, además de destacar la comercialización de los productos tradicionales, se representa la cultura indígena de manera superficial y se invisibilizan las reivindicaciones de los colectivos migrantes. Así, por ejemplo, aparecen en fiestas, donde se enfatizan los aspectos visibles (danza, trajes, gastronomía, etc.) y donde apenas se mencionan las reivindicaciones que están en la base de gran parte de estas celebraciones. Nos consta, sin embargo (pues lo muestran nuestros datos etnográficos) que dichas reivindicaciones se producen y son presentadas a menudo ante delegados/as políticos presentes en este tipo de eventos. Esta comercialización y representación superficial de las culturas indígenas puede ser ubicada en el marco global de comercialización de la cultura popular-tradicional que se integró en la construcción transnacional del mercado en el capitalismo tardío, a través de una re-significación de lo artesanal (Clifford, 1995). Dicha construcción supuso, en efecto, transformaciones tanto a nivel político como a nivel económico y cultural. Una evolución de lo artesanal y tradicional fue necesaria para la transformación de la cultura popular en cultura de masas (Hall, 1981). La representación pannacional de las identidades culturales latinoamericanas utiliza muchos de estos elementos. Volveremos sobre este punto en las conclusiones. DE “LO TRADICIONAL” A LAS MASAS: REPRESENTACIÓN DE LA DIMENSIÓN RELIGIOSA En ambos periódicos aparece un número significativo de noticias de contenido religioso. Centrándonos en aquellas referidas al colectivo latinoamericano, notamos una representación pan-nacional de la identidad religiosa, 148 particularmente visible en las noticias referidas a la celebración de la Semana Santa (Imagen 5). Imagen 5. "Latinoamérica mostró su devoción, Latino, nº 209, p. 6 Esta representación mediática denota una cierta homogeneización de la práctica de la fe, aunque se hace referencia a los colectivos nacionales y a sus “creencias particulares” (sin mayor elaboración). En estas noticias, se aprecia la presentación de algunas vírgenes con una mención a su origen regional, y a veces étnico, y se hace uso de la categoría “nuestros países” para hablar de la devoción en Latinoamérica. La carga emotiva de las palabras (devoción, fe, entrega a Dios, expiación de los pecados con las flagelaciones, latigazos, “esa enorme devoción que se respira por nuestros países por Semana Santa”, ver Imagen 5) se ve corroborada por las imágenes que acompañan a los reportajes, que vienen a dar “realidad natural” a los hechos. Este afán homogeneizador se aprecia también, por un lado, en la invisibilidad de otras opciones religiosas, como es el caso de la religión evangélica, totalmente ausente de estos medios y sin embargo con una fuerte presencia en América Latina y en los colectivos migrantes latinoamericanos en Europa. Y por otro lado, en la representación superficial de grupos sincréticos (como los Saraguros del sur del Ecuador), obviando además el carácter contestatario de las religiones sincréticas (que han sabido adaptarse a las religiones hegemónicas de la colonización, transgrediendo la ortodoxia a través del mantenimiento de sus prácticas), y reduciendo a dichos grupos sincréticos a “particularidades” regionales o nacionales de una misma y única fe: el catolicismo latino. 149 La representación de la dimensión religiosa establece puentes entre la cultura popular tradicional y la cultura popular de masas, puesto que incluye elementos de ambas. Por un lado, la cultura popular de masas apela a la memoria de la colonización, que representa el imaginario de una historia común. Así, por ejemplo, los medios representan a la religión cristiana como procedente de España, llegada a América Latina, y de vuelta otra vez a España: “La religión católica viajó a América en barco y regresó a España en avión con los inmigrantes” (Imagen 6). Por otro lado, se construye el imaginario de una cultura popular tradicional a través de la base amerindia común: los medios presentan las particularidades religiosas de los distintos grupos étnicos dando a entender que cada país conserva un referente tradicional de su identidad étnica precolombina. Las particularidades regionales se presentan incluyéndolas en realidades nacionales, usando el estado-nación como base para construir esa amalgama de diferentes estados naciones que comparten “una misma” fe cristiana “latina”. Imagen 6. "Se reza con acento latino", Latino, nº 208, p. 1 CULTURA POPULAR DE MASAS: LA “MÚSICA COMERCIAL” COMO MÚSICA “LATINA” En el espacio de consumo articulado por la industria cultural, la cultura popular de masas predomina gracias a la construcción del colectivo migrante como mano de obra transnacional, pero también como consumidor de diversión. El análisis de noticias referidas a la música pone de relieve la representación de un consumo musical vinculado a la cultura popular de masas. En Latino y Sí se puede, la información referida a bandas y músicos latinoamericanos, artistas adorados y 150 queridos “por todos los latinoamericanos” en España (noticia: “Marco Antonio Solís está arrasando con ‘No molestar’”, Latino nº 188, p. 25), apenas hace referencia a estilos “de base” como la cumbia, los sanjuanitos, la “música nacional” ecuatoriana, la salsa, el vallenato o los “ritmos tropicales” (según se denominan en Suramérica) surgidos en las regiones del Caribe. Estos estilos “de base” cuentan con una gran aceptación entre los/as migrantes, según muestran los datos etnográficos, y sin embargo, los medios publican principalmente imágenes de grupos o artistas de “música comercial”, emanados de la industria cultural, que delinean un determinado imaginario del éxito. En estos reportajes, los artistas exitosos se muestran en escenarios que denotan un estilo de vida muy acomodado; un imaginario que está en gran medida vinculado al ideal burgués del “sueño americano”, de movilidad social y éxito profesional (Imagen 7) 9. Imagen 7. "Jorge Villamizar", Latino, nº 203, p. 14 Vemos entonces que a través de la construcción de lo popular por medio de la articulación entre tradición y cultura de masas, los dos medios proponen cierta interpretación de la identidad cultural “latina”. Dicha identidad se basa en la existencia de sujetos que tienen una doble condición: la de migrante, y la de sujeto poscolonial (proveniente de la colonización del continente latinoamericano por España). Así, “lo latino” integra un imaginario pan-nacional dotado de una base identitaria indígena (tradicional) común, una historia colonial compartida que da 9 En Latino, nº 203, podemos ver una noticia sobre Jorge Villamizar, antiguo músico del grupo Bacilos, banda de Pop que fue promovida por la Warner Music Latina y que ganó un Grammy en 2002 como “Best Latin Pop Album”. 151 lugar a prácticas religiosas comunes, y una cultura musical (de masas) pannacional. Al mismo tiempo, como ya adelantábamos, la construcción de los/as migrantes como sujetos políticos, y la construcción de una identidad cultural “latina”, se sustenta sobre determinadas representaciones del género. Le dedicamos a continuación un tercer y último eje de análisis. POLÍTICAS DE REPRESENTACIÓN DE GÉNERO Nos adscribimos a la línea señalada por autoras como Anthias y Yuval-Davis (1992), al considerar que la construcción de la nación, de la ciudadanía, del “sujeto político” o de la cultura (“latina”, en este caso), están íntimamente imbricadas con los constructos del género. Vamos a ver en qué sentido lo están en el contexto que analizamos. Partimos, con Maquieira (2001), de la conceptualización del género como construcción social y cultural que significa la diferencia sexual y la convierte en desigualdad. Las representaciones constituyen elementos centrales en dicho constructo. Como señalan Del Valle et al., “[Las representaciones] constituyen elaboraciones simbólicas no sólo visuales sino también discursivas acerca de las relaciones entre hombres y mujeres y su lugar en la sociedad […]. Constituyen el conjunto de ideas, creencias y significados a través de los cuales cada sociedad en un tiempo histórico concreto define los atributos sociales y psicológicos, así como los estereotipos de los grupos sociales en cuestión. Las representaciones de género poseen, por consiguiente, una dimensión simbólica que afecta y es afectada por la división del trabajo, afecta y es afectada por las estructuras de poder y asimismo contribuye a la construcción de las identidades subjetivas” (Del Valle et al., 2002: 28). A menudo se ha representado el género de modo dicotómico, vinculando a las mujeres con la naturaleza, lo doméstico, el sentimiento y la reproducción, y a los varones con la cultura, lo público, la razón y la producción (Maquieira, 2001). Si bien no son universales ni transhistóricas, estas representaciones constituyen versiones estereotipadas muy frecuentemente asumidas en distintos contextos sociales y culturales, a las cuales, como veremos, estos medios no se sustraen. 152 Vamos a detenernos en las representaciones de género sobre el colectivo latinoamericano en relación a los dos ejes anteriormente analizados: la dimensión del “sujeto político”, y la dimensión de la identidad cultural “latina”. LA CONSTRUCCIÓN GENERIZADA DEL “SUJETO POLÍTICO” En las contenidos, ya mencionados, sobre procesos electorales, conflictos políticos, vindicaciones sociales y ciudadanas (en los contextos de origen o destino), vulneración de derechos de la personas migrantes, o conflictos políticos en origen, observamos una dicotomía clara en la representación de varones y mujeres: ellos aparecen ubicados en el ámbito público del poder y la toma de decisiones, mientras que las mujeres son representadas en el dominio de la domesticidad, la familia y la maternidad. Así, significativamente, aun cuando éstas aparecen en cargos de responsabilidad, se las muestra en aquellos ámbitos de la política más ligados, tradicionalmente, a los valores “femeninos”: lo social, lo humanitario o la gestión de lo familiar. Es digna de mención la representación constante de las mujeres migrantes en calidad de madres, y es especialmente significativa la cuestión de la maternidad a distancia. Como sobradamente ha mostrado la literatura académica sobre las migraciones latinoamericanas, las mujeres viven largos periodos de separación de sus hijos/as, que permanecen en origen. El envío de dinero y las cuestiones económicas y laborales constituyen por lo tanto preocupaciones centrales en las vidas de estas mujeres. Sin embargo, en los medios analizados, éstas aparecen en un segundo plano, mientras el drama de la separación familiar aparece hiperrepresentado 10 (ver Imagen 8). 10 En este sentido, Pedone (2008) se refiere la construcción de visiones homogéneas y estigmatizadoras de las mujeres ecuatorianas que migran y “abandonan” sus roles maternales de cuidado. Analiza la dificultad que estas representaciones generan para comprender los cambios y reorganizaciones familiares que en realidad se producen en los procesos migratorios, y alude a los sentimientos culpabilizadores que estos discursos generan. 153 Imagen 8. "Abrazos de felicidad y dolor", Latino, nº 193, p. 3 Son fundamentalmente los varones quienes son representados como trabajadores. Las mujeres aparecen en cambio con mucha mayor frecuencia en actividades formativas. Se reproduce así en cierta medida el discurso dominante del varón como proveedor en la familia, que poco se corresponde con la realidad de las migraciones latinoamericanas. Incluso cuando enarbolan reivindicaciones, las mujeres son mostradas en calidad de madres luchadoras y abnegadas. En estos contextos, tienden a ser los varones quienes figuran como representantes de los colectivos migrantes. Su papel en “lo público” es, en este sentido, central: la condición ciudadana o la potencial ciudadanía aparece asociada fundamentalmente con ellos. Un matiz diferenciador se muestra sin embargo entre ambos medios. Si bien Sí se puede parece ofrecer, en principio, una visión menos estereotipada y más plural de las mujeres, representadas en una diversidad de roles (profesionales, políticas, en puestos de responsabilidad), un análisis más minucioso en términos de clase y origen nacional pone de manifiesto que estas mujeres son, en realidad, políticas o profesionales españolas, o bien presidentas o embajadoras de otros países. Las migrantes tienden a aparecer, en este medio, como beneficiarias de las políticas del estado o la comunidad autónoma receptora. Así, éstas son representadas, de nuevo, como pasivas o receptoras y no como productoras. Se ofrece además, por medio de este artificio, una visión asimilacionista de la integración, en la que se acentúan los logros de las políticas del contexto de recepción, que se atribuye los “méritos de la integración”. Como parte de esta modalidad de representación, las mujeres del contexto receptor se presentan como exitosas y empoderadas (las que “otorgan” beneficios) frente a la dependencia de las migrantes. 154 IDENTIDADES CULTURALES “LATINAS” GENERIZADAS A menudo se ha señalado cómo la representación de las mujeres tiene un papel central en el mantenimiento de las identidades étnicas o nacionales (Anthias y Yuval-Davis, 1992; Anzaldúa, 2004; Echevarría, 2011a, 2011b; Maquieira, 1999). En nuestro análisis de estos medios observamos que, en este terreno, las mujeres adquieren un lugar preeminente. Es así, por ejemplo, en las mencionadas temáticas de índole religiosa. Es central su presencia y protagonismo en las frecuentes noticias referidas a las procesiones de las vírgenes de los lugares de origen. Más allá de los significados que puedan atribuirse a las vírgenes en términos de “símbolos o metáforas culturalmente disponibles” (Maquieira, 2001), que vehiculan mandatos de género (en este caso, virginidad, castidad y pureza por un lado, maternidad por otro), las mujeres aparecen como sustentadoras de la espiritualidad, la devoción y la emotividad de la comunidad de origen, como corresponde también a las representaciones dominantes del género (Imagen 9). Merece una mención el hito que constituye el Día de la Madre. Se recogen en este día un sinfín de noticias e “historias de vida”, que refuerzan el imaginario de las “mujeres latinas” en su faceta de madres luchadoras y sacrificadas, que renuncian a la presencia de sus hijos/as con enorme sufrimiento. Al imaginario de la mujer “tradicional”, maternal o virginal y sustentadora de la emotividad religiosa, se añade otro tipo de representación contrapuesta, pero igualmente propia de un orden patriarcal: la de la mujer-reclamo corporal. Así, son frecuentes las referencias y las imágenes de cuerpos erotizados e híper-sexualizados, en festividades de diversa índole, y en especial, en las fiestas de elección de “Misses”. Se representa aquí el “orgullo nacional” o “latino” a través de las mujeres, esta vez en un rol ornamental y centrado en los supuestos deseos masculinos (Imagen 10). 155 Imagen 9. "Devoción a la 'madre espiritual' de Dominicana, Latino, nº 197, p. 6 Imagen 10. “Miss Eurolatina 2008 es puro voltaje”, Latino, nº 187, p. 1 De este modo, la construcción esencializada y reduccionista de la cultura y la tradición de los lugares de origen, mencionada en el apartado anterior, se apoya en representaciones de género de diversa índole, en función del contexto. La versión más estereotipada de los roles de género predomina en el semanario Latino. Éste enfatiza una versión acorde a una supuesta “cultura tradicional”, étnica, nacional o pan-nacional “latina”, según los casos, cristalizada y encarnada en las mujeres, supuestamente existente en los contextos de origen, y que permanecería intacta en los contextos receptores pese a la migración (ver Imagen 11). Sí se puede no ofrece tampoco modelos alternativos. Si bien el énfasis no se sitúa en la salvaguardia de las supuestas tradiciones de origen o en las virtudes maternales de las migrantes, éstas aparecen también como representantes de una cultura presentada, como ya señalábamos, en sus rasgos más superficiales. 156 Imagen 10. "¡Todos a Integra, la gran feria!", Latino, nº 190, p. 1 REPRESENTACIONES DE GÉNERO, ESTRUCTURALES Y RESISTENCIAS. TRANSFORMACIONES La presentación de las relaciones de género en general, y de las mujeres en particular, responde, por tanto, a estereotipos, roles y atribuciones dicotómicas y reduccionistas. Una primera interpretación puede hacerse en clave de resistencia al cambio a través del orden discursivo. La insistencia del periódico Latino en la representación de las mujeres desde los discursos de la maternidad, el sacrificio, la salvaguardia de tradiciones y emociones colectivas, o bien de la encarnación objetualizada de las naciones de origen, puede explicarse como una respuesta a las potenciales transformaciones que las migraciones generan en los órdenes de género. Si bien éstas pueden tener un potencial desestructurante de los órdenes patriarcales, como diversas autoras han señalado (Pedone, 2008; Echevarría, 2010, 2011a, 2011b; Gregorio, 1998; Mahler y Pessar, 2006; Ramírez, 1998; Suárez Navaz, 2004), se generan también resistencias, que muchas veces se sitúan en el plano simbólico/discursivo (Bullen, 2000; Echevarría, 2011b). Por otra parte, la idealización de las propias mujeres desde las versiones supuestamente “tradicionales” del género puede también analizarse como una respuesta a la subordinación y racismo que los/as migrantes padecen en los contextos receptores, en varios planos (materiales y discursivos). En la competición por la representación, los medios se apoyan en constructos y estereotipos de género, y generan reactivaciones de las representaciones más patriarcales, como se ha 157 observado también en otros contextos (Echevarría 2010, 2011a, 2011b; SuárezOrozco, 2006). En el periódico Sí se puede parece producirse un juego similar, pero en sentido inverso. En este caso, la ausencia de modelos contra-hegemónicos en el caso de las mujeres migrantes parece responder también a un intento de autorepresentación en positivo, pero esta vez por parte de la sociedad receptora. Dicha estrategia de nuevo se sirve de los imaginarios de género, por medio de la presentación de las mujeres autóctonas como profesionales emancipadas o exitosas, situadas en una posición de superioridad, que se contraponen a la de las migrantes, representadas de acuerdo a modalidades estereotipadas, “tradicionales”, simplistas o exóticas y como receptoras de privilegios que el contexto receptor supuestamente les otorgaría. CONCLUSIONES: CONTINUIDADES Y CAMBIOS. LO ALTERNATIVO Y LO CONTRAHEGEMÓNICO Lo expuesto hasta ahora nos permite perfilar algunas conclusiones en relación a lo que al inicio planteábamos: el carácter alternativo al discurso dominante sobre los colectivos latinoamericanos que estos medios representan, por una parte, y el potencial contra-hegemónico en relación a otros niveles de las estructuras globales por otra. No cabe duda de que la inclusión discursiva en la esfera mediática, así como la representación de colectivos migrantes desde perspectivas diferentes a las de los medios generalistas supone un cambio significativo. Como defiende Mata, al margen de la interpretación que los medios hagan de sus demandas y reclamos, “la presencia en la escena mediática otorga visibilidad y condición ciudadana, significa su irrupción en el espacio público” (2006: 9). Ferry et al. (1998) han designado a los medios de comunicación como “el nuevo espacio público”, y señalan que, para que la repercusión social de actos y reivindicaciones ciudadanas se produzca, es necesario que éstas aparezcan en los medios: sería éste un modo de incluirlos en la consideración del público. En este sentido, reconocemos el potencial de estos medios en tanto que espacios de expresión, intercambio y debate de colectivos generalmente invisibilizados (ver por ejemplo Ginsburg, 1991). La inclusión en la esfera pública nacional de colectivos antes “sin voz” supone un cambio en el discurso sobre la migración y sus protagonistas −de ser considerados como mano de obra potencialmente conflictiva a convertirse en un aporte fundamental a la economía y la sociedad española−, y una alternativa clara al silenciamiento de las demandas de derechos ciudadanos de los/as 158 migrantes en los medios generalistas. La inclusión de protestas y actos reivindicativos, las demandas por la extensión de derechos, la visibilización de reivindicaciones de carácter global y transnacional, supone una modalidad transformadora de irrupción en el espacio público y abre nuevos espacios políticos de lucha ciudadana, nacional y transnacional, y de negociación política, que trascienden las posibilidades ofrecidas por otros medios. Ahora bien, al mismo tiempo, un análisis crítico nos conduce a cuestionar el carácter rupturista de estos medios, en otros sentidos. En efecto, la inclusión discursiva se produce utilizando también discursos que difícilmente pueden ser considerados como contra-hegemónicos: esta lucha por la representación se sirve de construcciones hegemónicas de la identidad cultural y del género. La contribución de estos medios a la elaboración de una cultura musical de masas a través de la industria cultural, que funciona dialécticamente con la representación comercial y superficial de lo “étnico”, la representación homogeneizadora de prácticas religiosas para dibujar ciertos imaginarios sobre lo “latino” y para construir un espacio de consumo “latino” transnacional, son elementos relevantes, en este sentido; no podemos olvidar que la cultura, y en especial la cultura de masas, tiene un importante papel en la legitimación y perpetuación del sistema político y económico neoliberal, y en la transnacionalización de los mecanismos de control ideológico, económico y político. Al mismo tiempo, la construcción del sujeto político y las representaciones identitarias se sustentan en discursos hegemónicos del género que, lejos de ser cuestionados en estos medios, son exacerbados. Éstos contribuyen así, por una parte, a sustentar los discursos esencializantes y reduccionistas acerca de la nación, la etnicidad y lo “latino”; por otra, a construir discursos legitimadores de las desigualdades étnicas y de clase. De este modo, se invisibilizan discursivamente las transformaciones que, de facto, se producen en las estructuras de género, en parte (aunque no exclusivamente) como resultado de la migración. Se privilegia la construcción de una cultura patriarcal y una ciudadanía masculina, basada en la dicotomización de los ámbitos público/político y privado, así como en la adscripción de los géneros a distintas esferas. De este modo, el considerar seriamente la identidad cultural y el género como constituyentes de lo político, en la línea apuntada, entre otras autoras, por Fraser (1990), trascendiendo así una visión reduccionista de lo político, añade algunos elementos a aquellos análisis de índole “liberal”, que se centran en observar la contribución de estos medios a la construcción de la condición ciudadana de las personas migrantes. En la medida en que nos preguntemos qué modelo de “condición ciudadana” es la que estos medios construyen, la respuesta parece apuntar a la (re)creación de un ciudadano “latino” varón y consumidor global. 159 Finalmente, es importante insistir en la idea de que estos discursos mediáticos no coinciden necesariamente con las estrategias políticas puestas en práctica cotidianamente por los colectivos migrantes latinoamericanos, ni con las modalidades de relaciones de género que se dan de hecho en éstos. Aunque el análisis de la relación entre estos discursos y las condiciones estructurales en que estos medios se desarrollan trasciende las posibilidades de este artículo, sí es importante señalar que sus modalidades de producción, financiación, distribución y consumo son similares a las tendencias del campo mediático más amplio, en el cual el polo económico condiciona las prácticas discursivas y limita la agencia de los actores. Aludíamos al comienzo a la lucha por el poder dentro de un determinado “espacio de posibilidades” (Bourdieu, 1997: 53). El trabajo empírico habría de determinar, en el futuro, cómo los constreñimientos estructurales limitan ese espacio de posibilidades, y por tanto la agencia de los actores en el campo mediático, y cómo ello repercute sobre la (re)producción de discursos dominantes sobre la identidad, la etnicidad, la clase y el género. BIBLIOGRAFÍA Abu-Lughod, Lila 1997 "The interpretation of culture(s) after television". En: Representations, 59, pp. 109-134. ACPI 2008 “Estudio de Medios para Inmigrantes. Resumen General EMI 2008”. Asociación para el Conocimiento de la Población Inmigrante; Madrid. Álvarez, Ignacio 2002 "La construcción del inintegrable cultural". En Javier de Lucas y Francisco Torres (eds.), Inmigrantes: ¿cómo los tenemos? Algunos desafíos y (malas) respuestas. Madrid; Talasa, pp. 168-195. Anderson, Benedict 1993 "Introducción". En: Comunidades Imaginadas. Buenos Aires; Fondo de Cultura Económica, pp. 17-25. Anduiza, Eva, y Bosch, Agustí 2004 “Comportamiento político y electoral”. Ariel; Barcelona, España. Anthias, Flora y Yuval-Davis, Nira 1992 “Racialized Boundaries. Race, Nation, Gender, Colour and Class and the Anti-Racist Struggle”. London; Routledge. 160 Anzaldúa, Gloria 2004 “Movimientos de rebeldía y las culturas que traicionan”. En: VV.AA., Otras inapropiables. Feminismos desde las Fronteras. Traficantes de Sueños; Madrid, pp. 71-80. Basch, Linda, Glick Schiller, Nina y Szanton Blanc, Cristina 1994 “Nations unbound. Transnational projects, postcolonial predicaments, and deterritorialized Nation-States”. Routledge; London & New York. Bennet, W. Lance 2004 "Global media and politics: Transnational communication regimes and civic cultures". En: Annual Review of Political Science, 7, pp. 125-148. Bourdieu, Pierre 1997 “Razones prácticas. Sobre la teoría de la acción”. Anagrama; Barcelona ___2005 “The Political Field, the Social Field, and the Journalistic Field”. En: Rodney Benson y Erik Neveu (Eds.), Bourdieu and the Journalistic Field. Polity Press; Cambridge, pp. 29-47. Bullen, Margaret 2000 “Hombres, mujeres, mitos y ritos: los Alardes de Irún y Hondarribia”. En: Teresa del Valle (Ed.), Perspectivas feministas desde la antropología Social. Ariel; Madrid, pp. 45-78. Clifford, James 1995 “Dilemas de la Cultura. Antropología, literatura y arte en la perspectiva posmoderna”. Gedisa; Barcelona. Dallemagne, Gregory y Montes Villar, Luisa 2007 “Camino migrante: entre proceso identitario e integración”. En: Tinkuy, 5, pp. 61-92. Montreal, Canada. Dallemagne, Gregory Prensa “Ideología y políticas culturales en los medios de comunicación de minorías. Representación de la identidad cultural”. En: Suárez Navaz, L. y Aierbe, P. (eds.) Comunicación y cultura en la España neoliberal. Representación y acción comunicativa de minorías migrantes. Gakoa; Donostia. Del Valle, Teresa et al. (Coord.) 2002 “Modelos emergentes en los sistemas y las relaciones de género”. Nancea; Madrid. 161 Díaz, Bernardo 2006 “Los medios de comunicación en la experiencia migratoria latinoamericana”. Fundación Telefónica; Madrid. Echevarría, Lucía 2010 “Ciudadanía y género: reflexiones sobre las “segundas generaciones” de origen migrante en España y Francia”. Libro de las XVIII Jornadas de Investigación Interdisciplinar. Instituto Universitario de Estudios de la Mujer; Madrid. Echevarría, Lucía 2011a “Estrategias y negociaciones familiares: jóvenes de origen marroquí en contextos migratorios. Perspectivas desde la antropología feminista”. En: Actas del Congreso Nacional de Antropología; León. ___2011b “Gender and Conflict within Migrant Families. A case Study of Mothers and Daughters of Moroccan Origin in Madrid”. Comunicación, International Conference on Ethnographies on Gender and Conflict, LOVA; Amsterdam. Echevarría, Lucía, y Bruquetas, Sofía Prensa “Políticas de la representación de género y medios de comunicación de minorías: análisis de dos medios de prensa escrita”. En: Suárez Navaz, L. y Aierbe, P. (eds.) Comunicación y cultura en la España neoliberal. Representación y acción comunicativa de minorías migrantes. Gakoa; Donostia. Espiritu, Y. L. 2001 “‘We don’t sleep around like white girls do’: Family, culture and gender in Filipina American lives”. En: Signs, 26 (2), pp. 415-44 Ferrández Ferrer, Alicia 2009 “Un nuevo objeto de estudio: los medios de comunicación diaspóricos en España”. Actas del VI Congreso sobre las Migraciones en España, Universidade Da Coruña; A Coruña. Ferrández Ferrer, Alicia Prensa "La construcción del migrante como sujeto político en los medios de comunicación". En: Suárez Navaz, L. y Aierbe, P. (eds.) Comunicación y cultura en la España neoliberal. Representación y acción comunicativa de minorías migrantes. Gakoa; Donostia. Ferry, Jean-Marc, et al. (Eds.) 1998 “El nuevo espacio público”. Gedisa; Barcelona. 162 Fraser, Nancy 1990 “Rethinking the public sphere: A contribution to the critique of actually existing democracy”. En: Social text, no. 25/26, pp. 56-80. García Canclini, Néstor 1987 “Ni folklórico ni masivo ¿Qué es lo popular?” En: Diálogos de la Comunicación, 17. Ginsburg, Faye 1991 "Indigenous Media: Faustian Contract or Global Village?". En: Cultural Anthropology, 6, pp. 92-112. Gregorio, Carmen 1998 “Migración femenina. Su impacto en las relaciones de género”. Nancea; Madrid. Hall, Stuart 1981 “Notes on Deconstructing ‘the popular’”. En: R. Samuel (Ed.), People’s History and Socialist Theory. Routledge & Kegan Paul; London, pp. 227240. Herzog, Benno 2011 "Exclusión discursiva. Hacia un nuevo concepto de la exclusión social". En: Revista Internacional de Sociología (RIS), 69 (3), pp. 607-626. Lario, Manuel (ed.) 2006 “Medios de comunicación e inmigración”. CAM-Obra Social; Murcia. López, D. y Espíritu, Y. 1990 “Panethnicity in the United States: a Theoretical Framework”. En: Ethnic and Racial Studies, 13 (2), pp. 198-224. Marshall, T. H. 1998 "Ciudadanía y clase social". En: T. H. Marshall y T. Bottomore (eds.) [1950], Ciudadanía y clase social. Alianza; Madrid. Martínez, María (ed.) 2010 “Migraciones, discursos e ideologías en una sociedad globalizada. Claves para su mejor comprensión”. Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert; Alicante. Martinello, Marco 2005 "The Political Participation, Mobilization and Representation of Immigrants and their Offspring in Europe". En: R. Baubök (ed.), Migration and Citizenship: Legal Status, Rights and Political Participation. Amsterdam; Amsterdam University Press-IMISCOE, pp. 52-64. 163 Mahler, Sara y Pessar, Patricia 2006 “Gender Matters: Ethnographers Bring Gender from the Periphery toward the Core of Migration Studies”. En: International Migration Review, 40 (1), pp. 27-63 Maquieira, Virginia 1999 “Antropología, género y Derechos Humanos”. En: Anales del Museo Nacional de Antropología, VI, pp. 13-48. Maquieira, Virginia 2001 “Género, diferencia y desigualdad”. En: Elena Beltrán y Virginia Maquieira (Eds.), Feminismos. Debates teóricos contemporáneos. Madrid; Alianza, pp. 127-190. Mata, María Cristina 2006 “Comunicación y ciudadanía. Problemas teórico-políticos de su articulación”. En: Revista Fronteiras - estudos midiáticos, VIII (1), pp. 5-15. Meintel, D. 1993 "Transnationalité et transethnicité chez les jeunes issus de milieux immigrés à Montréal". En: Revue européenne de migrations internationales, 9 (3), pp. 63-79. Mendieta, Ana 2009 "El papel de los medios de comunicación dirigidos a los inmigrantes latinoamericanos en España en la creación de una agenda política y electoral. El caso de las elecciones generales de marzo de 2008" (Poster científico). VI Congreso sobre las Migraciones en España. Universidade Da Coruña, 17-19 septiembre. 2010 "Discourse, representation and images of Latin American immigrant women in ethnic minority newspapers in the Basque Country". Comunicación, Minority Media International Conference. An alternative self-representation? Ethnic minority media, between hegemony and resistances. MSHS, Poitiers, Francia. 18-19 marzo. Østergaard-Nielsen, Eva 2003 “The Politics of Migrants’ Transnational Political Practices”. En: International Migration Review, 37 (3), pp. 760-786. Pedone, Claudia 2008 “‘Varones aventureros vs madres que abandonan’: reconstrucción de las relaciones familiares a partir de la migración ecuatoriana”. remhu, Revista interdisciplinar da mobilidade humana, año xvi, nº 30. Ramírez, Ángeles 1998 “Migraciones, género e Islam. Mujeres marroquíes en España”. Madrid; AECI, Cultura Hispánica. 164 Retis, Jessica 2006 "Hijos de la Madre Patria. Latinoamericanos en la prensa española, entre la compasión y el miedo". En: Manuel Lario (ed.), Medios de comunicación e inmigración. Murcia; CAM-Obra Social, pp. 145-170. Santamaría, Enrique 2002 “La incógnita del extraño. Una aproximación a la significación sociológica de la ‘inmigración no comunitaria’”. Anthropos; Barcelona. Suárez, Liliana 2004 “Transformaciones de género en el campo transnacional. El caso de las mujeres inmigrantes en España”. En: Revista de estudios de género. La Ventana, 20, pp. 293-331. Suárez-Orozco, Carola y Baolian Qin, Desirée 2006 “Gendered Perspectives in Psychology: Immigrant Origin Youth”. En: International Migration Review, 40 (1), pp. 165-198. Van Dijk, Teun 2003 “Ideología y discurso”. Ariel; Barcelona. Van Dijk, Teun 2007 "El racismo y la prensa en España". En: Antonio Bañón (ed.), Discurso periodístico y procesos migratorios. Donostia; Gakoa Liburuak, pp. 27-80. Wenden, Anita L. 2005 “The Politics of Representation: a Critical Discourse Analysis of an Aljazeera Special Report”. En: International Journal of Peace Studies, 10 (2), pp. 89112. Fecha de Recepción: 15 de junio de 2012 Fecha de Aceptación: 06 de septiembre de 2012 165 REPRODUCCIÓN DE LA OTREDAD INMIGRANTE EN BARCELONA Y RECEPCIÓN POPULAR DEL ESPACIO URBANO REPRESENTADO COMO “GUETO” Socorro Pérez-Rincón 1, Antoni Vives 2, Asun García 3, Carme Expósito 4 En Barcelona se ha construido el conocimiento sobre los actuales movimientos intercontinentales de población a partir de un discurso nacionalista de diferenciación entre el “nosotros autóctono” y los “inmigrantes otros”. Las migraciones han sido significadas como invasiones de extranjeros que se concretan en el espacio urbano en la configuración de “guetos” de degradación social. El presente artículo muestra los resultados de un estudio de recepción mediática de dos tópicos recurrentes en el discurso hegemónico: el terrorismo islámico y las bandas latinas. El objetivo es evaluar la modificación y alteración de las representaciones de la alteridad en el acto de recepción. Palabras Clave: Inmigración; Nacionalismo; Medios de comunicación; Diversidad cultural; Voces subalternas In Barcelona, knowledge about the current intercontinental circulation of population has been constructed on the basis of a nationalistic discourse in which differences between the “native us” and the “immigrant other” has been established at the same time. Migrations has been signified this way as invasions from abroad which perform themselves in urban space as “ghettos” linked to social degradation. This article shows the outcome from a research about media reception relative to two recurrent topics of the hegemonic discourse about immigration: Muslim terrorism and latino gangs. The aim of it is to evaluate the alterations and modifications suffered by otherness representations of immigration through the reception process. 1 Socorro Pérez-Rincon es técnica de movimientos asociativos vecinales. Licenciada en Urbanismo por la Universidad Nacional Autónoma de México. Doctoranda en Geografía Humana en la Universidad de Barcelona. Integrante del Grupo de investigación Multiculturalismo y Género desde 2002. E-mail: [email protected] . 2 Antoni Vives es doctor en historia y profesor de historia contemporánea en la Universitat de Barcelona. Email: [email protected]. 3 Asun García es doctora en Antropología, especialista en representaciones culturales de la inmigración, políticas de inmigración y orientalística. E-mail: [email protected] . 4 Carme Expósito es Educadora social, especialista en intervención socioeducativa en personas inmigradas y en políticas sociales. Máster en Inmigración y Educación Intercultural. Máster en Estudios de Mujeres, Género y Ciudadanía. E-mail: [email protected] . Los autores son miembros del Grupo de Investigación Multiculturalismo y Género, de la Universidad de Barcelona. 166 INTRODUCCIÓN 5 Desde finales de los años ochenta del siglo XX, debido a su especial posición geoestratégica, el Estado Español ha desempeñado un papel protagonista ante los movimientos internacionales de población. En consonancia con las medidas estipuladas en las políticas europeas de control de las migraciones 6, se ha construido en la Península Ibérica una conciencia de frontera (López Sala, 2005: 22) en el marco de la que el Mediterráneo se ha representado como el mar de los emigrantes (González del Miño, 2008: 106). En una época en la que su territorio ha pasado de ser una región de emigración a recibir población de otras nacionalidades (Colectivo IOE, 1994; Cachón, 1994), el Estado Español se ha convertido en guardián de la frontera europea, ya sea en el estrecho de Gibraltar o en las plazas africanas de Ceuta y Melilla. En este contexto, el incremento de acciones de vigilancia y reforzamiento de las vallas fronterizas desembocó en los trágicos sucesos de 2005 donde murieron catorce personas 7. Desde este momento, el fenómeno de la “inmigración” aparece representado como una invasión extranjera asociada a la ilegalidad, al drama y las mafias (Nash, 2005). A pesar de que la mayoría de las personas de nacionalidad extranjera han entrado en España en avión o autobús, una la legislación de extranjería especialmente dura con los países africanos imposibilita la obtención de un visado para las personas de estas procedencias, al tiempo que las sobrevisibiliza amplificando las percepciones de invasión (Del Grande, 2008). Ello ha contribuido a legitimar las políticas de contención fronteriza ampliamente apoyadas por la población de nacionalidad española (López Sala, 2007). Por otra parte, la estigmatización de la población inmigrada se ha visto favorecida por las mismas políticas públicas de extranjería. Éstas no han favorecido su llegada legal y han convertido a España en uno de los estados europeos con más personas pendientes de regularizar su situación (Benhabib, 2005). A partir de estos parámetros básicamente políticos, la llamada “inmigración irregular” ha sido primera noticia en los medios de comunicación, siempre representada en términos de conflicto con la sociedad de destino (Nash, 2005). Se transmite la imagen de una invasión ilegal que constituye una amenaza para el orden, la cohesión social y la homogeneidad cultural. Aunque según las estadísticas oficiales España es el país europeo con el porcentaje más alto de 5 El presente artículo se basa en los resultados del proyecto I+D Cuestionando la conflictividad cultural: un análisis crítico de las representaciones de la alteridad cultural en los medios de comunicación desde la perspectiva de género, dirigido por Mary Nash y financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación del Estado Español (SEJ200763679) 6 Tratado de Schengen de supresión de los controles de personas en las fronteras interiores en Europa (1995). 7 Informe Frontera Sur. 1995-2006. Federación de Asociaciones de SOS Racismo del Estado Español 167 personas recibidas –12% en 2007 8—, casi la mitad de esta cifra está compuesta por personas de diferentes nacionalidades europeas que no se ven afectadas por las políticas de extranjería. De hecho, en los medios de comunicación no se les considera “inmigrantes” sino simplemente “extranjeros” (Nash y Vives, 2008). Ello evidencia que las cifras de población inmigrada son más el producto de las políticas de extranjería de los estados receptores que un reflejo de la realidad del fenómeno demográfico en sí (Naïr, 2006). Así pues, en el momento de construir el conocimiento sobre el fenómeno específico de movimientos de población que se ha convenido en llamar “inmigración”, las instituciones públicas han establecido las fronteras de clasificación entre la población “autóctona” y los colectivos “inmigrantes”. A partir del criterio jurídico de nacionalidad, se ha alterizado y minorizado a los llamados “inmigrantes” al mismo tiempo que ha emplazado en un nivel superior de legitimidad a las personas identificadas con los prototipos nacionales. En términos de Benedict Anderson, se podría decir que se ha imaginado una comunidad homogénea de nacionales de la que son excluidas las personas procedentes de fuera de las fronteras estatales (1993). En este sentido, no son las personas las que por sus atributos propios se ubican como extrañas, sino una determinada relación la que las coloca en tal posición (Sabido, 2009). Siguiendo la línea planteada por Manuel Delgado, se llega la conclusión que se parte de una posición social desigual y jerárquica desde la que se valora y se coloca a los “otros” al tiempo que reposiciona el “nosotros” (2009). De esta manera, la relación entre las políticas de limitación de la entrada de contingentes de población extranjera y su discriminación jurídica en España se hace evidente, al igual que su legitimación en las representaciones de significación de la experiencia social (Hall, 1997a) y en los discursos de construcción del conocimiento (Foucault, 1988). De todas maneras, no parece tan clara la reproducción de dichos discursos y representaciones en la recepción mediática de las propuestas de diferenciación realizada por parte de la población “nacional”. De igual forma, son igualmente difíciles de rastrear las actitudes de resistencia a la alteridad asignada por parte de la población llamada “inmigrante”, al igual que sus propuestas de identidades subjetivas alternativas a los binomios de representación dominantes que les condenan a la subalternidad. Con el objetivo de exponer evidencias sobre estas cuestiones, el presente artículo ofrece una aproximación a la recepción mediática de los discursos dominantes por parte de colectivos sociales situados a ambos lados de la división entre “inmigrantes” y “autóctonos”. De hecho, la recepción colectiva de los esquemas de 8 INE. Encuesta Nacional de inmigrantes 2007. 168 representación hegemónicos en los medios de comunicación ha sido señalada como uno de los procesos clave en la reproducción y socialización de las prácticas racistas de jerarquización y discriminación (Van Dijk, 1997). Al mismo tiempo, también se ha destacado la naturaleza creativa e innovadora del consumo cultural a través de la apropiación subjetiva de los sistemas de representación propuestos (Certeau, 2006; Chartier, 2002). Así pues, el análisis de la recepción mediática ofrece la oportunidad de evaluar hasta qué punto la experiencia de periferidad y subalternidad de las poblaciones clasificadas como “inmigrantes” se ha traducido en la proposición de representaciones alternativas a los binomios dominantes a partir de los que se ha construido el discurso. El presente artículo se basa en un estudio de recepción realizado a partir de la técnica de los llamados focus groups o grupos de discusión (Morgan y Kruegger, 1999). Así, se han podido analizar los procesos colectivos de creación de significado producidos en la apropiación de mensajes emitidos por diferentes medios de comunicación previamente seleccionados, básicamente recortes de prensa y programas de televisión 9. El objetivo de la investigación no ha sido tanto la recopilación de una muestra representativa de las percepciones populares sobre el fenómeno de la inmigración, como la creación en el mismo proceso de investigación de nuevas formas de significación de la experiencia con relación al fenómeno. De esta manera, las unidades mediáticas expuestas en los focus groups no se han seleccionado tanto con respecto a su representatividad del discurso como a su potencial deconstructor, ya fuera por tratarse de reproducciones exageradas de los estereotipos de la alteridad más recurrentes, como por constituir intentos conscientes de relativización de las bases cognitivas del discurso. Por otra parte la selección de las personas que conformaron los diferentes grupos de discusión se hizo con relación a criterios de edad y de procedencia, conformando grupos homogéneos y grupos mixtos en los que se daban ciertas mayorías y minorías de “inmigrantes” y “autóctonos” que pensamos estratégicas para la consecución de nuestros objetivos. 9 La discusión en los focus groups se generó en torno a los comentarios de la siguientes noticias y reportajes publicados en prensa: concentración de la población inmigrante en guetos (El País, 18/12/2005; El Periódico de Catalunya, 26/07/2006; El País, 22/01/2006) escolarización de alumnado extranjero (El País, 18/11/2006; El País, 02/03/2003); inmigración y dinamización económica de ciertos barrios (El País, 26/10/2003; El País, 27/02/2005). También reportajes y programas emitidos en televisión: sobre terrorismo en el barrio del Raval: Telenotícies TV3 - 11/02/2008 (http://www.tv3.cat/ptv3/tv3Video.jsp?idint=260269) Telenotícies TV3 11/02/2008 (http://www.tv3.cat/ptv3/tv3Video.jsp?idint=260269); Tot un món: parlem de guetos - 03/12/2005 (http://www.tv3.cat/3alacarta/video.htm?ID=195769287); La Vanguardia digital (http://www.lavanguardia.es/premium/publica/publica?COMPID=53437101458&I D_PAGINA=1810084&ID_FORMATO=9&turbourl=false); delincuencia en el barrio de la Mina: Telenoticies TV3, 02/07/2006 (http://www.tv3.cat/3alacarta/video.htm?ID=207362914); bandas latinas: teletonícies TV3: “Units per el flow: disc de la reconcialiació” 03/12/2005 (http://www.tv3.cat/3alacarta/video.htm?ID=195769287); concentración de alumnado inmigrante en determinados centros escolares: Telenotícies 11/02/2008 (http://www.tv3.cat/ptv3/tv3Video.jsp?idint=236080180) 169 El análisis de la recepción del discurso hegemónico sobre la inmigración que ofrece el presente texto se centra en la representación en clave de marginalidad social del barrio habitado por personas inmigradas, ya que supone la materialización del imaginario de invasión por los “inmigrantes” en el propio territorio del Estado-Nación. Efectivamente, la división territorial entre el estado y su exterior es marcada a una escala más reducida en el interior de las grandes ciudades, al significar los espacios de residencia de población de nacionalidad extranjera como “guetos” donde se reproduce una cultura ajena a la nación al mismo tiempo que hábitos delictivos. En este sentido, la peligrosidad asociada al fenómeno de la “inmigración” se consolida cuando aumenta el número de población recién llegada y su presencia pública se percibe como excesiva. Es entonces cuando se plantea en el discurso institucional y mediático el conflicto cultural entre colectivos de diferentes procedencias (Santamaría, 2002). Para el caso de la ciudad de Barcelona y su área metropolitana, durante la última década han cogido especial relevancia mediática los peligros y amenazas asociadas con dos tópicos principales: el terrorismo y el tráfico de drogas (Aramburu, 2000) 10. Se trata de dos temas ocupan un lugar predominante en las agendas de seguridad europeas con respecto al control fronterizo del movimiento de personas, al mismo tiempo que se concretan y visibilizan en la vida cotidiana en la presencia pública de grupos de “inmigrantes” en el espacio urbano (Gil, 2002). De hecho, barrios como el Raval en el centro de Barcelona, donde se concentra la población de nacionalidad paquistaní y marroquí de la ciudad, han sido constantemente relacionados con el terrorismo islámico. El proceso de estigmatización del barrio culminó en 2008 con motivo de las operaciones policiales que allí se llevaron a cabo en búsqueda de militantes de Al Qaeda. Los vecinos y vecinas de religión musulmana reaccionaron públicamente negando el estereotipo que recaía sobre sus personas a través de manifestaciones en las que reclamaban la presunción de inocencia de los detenidos y la libertad de religión 11. Por otra parte, los barrios de la ciudad con más porcentaje de vecinos latinoamericanos han sido igualmente negativamente estereotipadas, esta vez a 10 La continua asociación entre el barrio y las comunidades de inmigrantes con relación al terrorismo y la delincuencia se puede rastrear en la recopilación de prensa “Diari de la Diversitat” realizada por los servicios de documentalística del Observatori per la Diversitat de la Diputació de Barcelona. Aprovechamos para agradecer a Concepción Vargas su inestimable ayuda. Las noticias seleccionadas para nuestro trabajo de investigación comprenden los años 1999, 2003, 2005, 2006, 2007 y 2008. La prensa escogida ha sido El País, La Vanguardia, El Periódico y en algún caso prensa que se distribuye de manera gratuita ADN, Metro y Qué. 10 Focus group realizado en la Escola d'adults "Martinet de Nit" el 8 de diciembre 2008. 4 hombres y 4 mujeres “autóctonas” de entre 55 y 78 años. Este grupo estaba compuesto solo por “autóctonos” con el objetivo previo de constatar la reproducción del discurso mediático. 11 Reportaje “Decenas de pakistaníes piden la presunción de inocencia para los detenidos en el Raval” en La vanguardia 19/01/2008; reportaje “El Raval després de les detencions” emitido en TV3 programa El Club en 21/01/2008; documental “Anatomía del Raval” emitido en TV3 programa 30 Minuts en 10/02/2008; reportaje “Connexió Pakistan-Barcelona” emitido en Telenotícies TV3 en 11/02/2008 170 través del tópico de las bandas juveniles latinas asociadas muchas veces a la violencia y al tráfico de drogas. Fue sobretodo a partir del año 2003 que grupos como los Latin Kings o los Ñetas empezaron a adquirir protagonismo mediático debido a la muerte de un joven de 17 años de origen colombiano por presunta venganza 12. Con posterioridad, aparecieron nuevos episodios de violencia relacionada con estas bandas a partir de las que se estigmatizó tanto sus procedencias como las áreas urbanas donde actuaban 13. EL “GUETO” COMO ESPACIO URBANO INVADIDO Los esquemas de diferenciación y jerarquización entre “inmigrantes” y “autóctonos” sostenidos en los discursos institucionales y mediáticos han desembocado en una dualización del espacio urbano cada vez más estrechamente asociada al origen étnico de sus habitantes (Davis, 2006). Desde las estructuras estatales siempre ha sido tentadora la interpretación de la concentración de población extranjera en barrios concretos como una forma de violencia de “los otros” y síntoma de una crisis del orden público. En este sentido, la legitimidad de este discurso busca opacar la violencia estructural de las transformaciones económicas y socio-políticas de las ciudades globales. No se puede negar que el asentamiento territorial de los colectivos “inmigrantes” en Barcelona se produce a partir de pautas de inserción-segregación que evidencian modelos de concentración muy elevados en los barrios más céntricos y en ciertas áreas periféricas (Costas, 2007). Los barrios degradados son una alternativa inmobiliaria para las personas recién llegadas con pocos recursos, ya que los pisos son más baratos. Entonces, la concentración de los grupos más pobres en estas zonas es resultado de la localización de submercados asequibles de vivienda, asociados muchas veces al deterioro inmobiliario (Pérez-Rincón, 2009). Al concentrarse minorías de procedencia común en determinados barrios, también gracias a la efectividad de las redes de parentesco o de amistades en origen, estos espacios quedan estigmatizados y sus inmuebles pierden aun más valor, por lo que se abre una dinámica de retroalimentación que conduce a la concentración de los “inmigrantes”. De todas maneras, la lógica de segregación no es siempre permanente. En muchos casos solamente se impone temporalmente en los primeros años de asentamiento. Según datos del propio Ayuntamiento de Barcelona, parece ser que con el tiempo la concentración de población extranjera tiende a disminuir, 12 Por ejemplo en La Vanguardia, 02/11/2003 Se puede realizar un seguimiento exhaustivo de dichos episodios a partir de la ya citada base de datos “Diari de la diversitat” realizada por los servicios de documentalística de la Diputació de Barcelona. 13 171 esparciéndose en viviendas situadas por todo el territorio de la ciudad 14. Aun así, los medios de comunicación transmiten unidades de información en las que ponen énfasis en las concentraciones generadas en esta primera fase transitoria. Apoyados en estadísticas ciertas, fragmentan y descontextualizan las experiencias migratorias de la ciudad, reproduciendo de esta manera un conjunto de imaginarios negativos (Wacquant, 2002). Entonces, la falta de experiencia del fenómeno migratorio, junto con el bombardeo mediático de estereotipos estigmatizantes, tiende a traducirse en la reproducción de prejuicios raciales y culturales aplicados a la geografía de la ciudad (Pajares, 1999; Giró, 2001). En esta línea, las investigaciones de Mikel Aramburu y Natja Monnet sobre el barrio de Ciutat Vella en el centro de Barcelona han evidenciado que sus espacios urbanos son etiquetados como peligrosos e insalubres, no tanto por quienes viven en ellos como por quienes habitan sus proximidades y consecuentemente los eliminan de sus recorridos cotidianos (Aramburu, 2002). De esta manera, el espacio público es percibido como lugar de confrontación social y cultural en lugares específicos, lo que contribuye a la construcción de fronteras entre diferentes grupos de procedencia y diferentes áreas del barrio a partir de las que se dualiza la experiencia urbana (Monnet, 2002). En este sentido ofrecemos en el presente artículo un análisis más específico y controlado de los componentes discursivos y los estereotipos asociados al estigma de concentración urbana de la población etiquetada como “inmigrante”, al igual que a los fenómenos de reproducción y apropiación creativa que se producen en su consumo mediático. La representación del barrio habitado por inmigrantes como “gueto” se comprueba en las diferentes noticias de la prensa leída en Barcelona sobre el crecimiento de los porcentajes de población extranjera, por ejemplo cuando se consideró el barrio del Fondo como un “laboratorio humano” por el hecho de contar con un 35% de población extranjera procedente de treinta países diferentes 15. Ante mensajes mediáticos como éste, la población de nacionalidad española consultada en los focus groups normalmente reaccionaba estableciendo una división clara entre el “nosotros” nacional legítimo y los colectivos “inmigrantes” alterizados en términos de éstos, ésos, los moros, sinvergüenzas, pobres, ladrones, conflictivos… 16 Así pues, se aplica una terminología despectiva al “otro inmigrante” a partir de la que se le inferioriza y se le adjudica la agencia negativa de la conflictividad social. La sola proyección de unos pocos titulares de prensa sirvió de estímulo a las audiencias “autóctonas” para desarrollar todo un guión preestablecido y bien 14 Llibre Blanc de l'Habitatge a Barcelona. Instituo Municipal de Urbanismo de Barcelona, Barcelona, 2007. El país, 22/01/2006 16 Focus group realizado en la Escola d'adults "Martinet de Nit" el 8 de diciembre 2008. 4 hombres y 4 mujeres “autóctonas” de entre 55 y 78 años. Este grupo estaba compuesto solo por “autóctonos” con el objetivo previo de constatar la reproducción del discurso mediático. 15 172 estructurado en el que los actuales movimientos intercontinentales de población eran significados como invasiones del territorio propio y una amenaza para un orden social positivo asimilado a la propia identidad nacional 17. A partir de este esquema de división social, las cifras publicadas en la prensa sobre el aumento de población extranjera eran significadas como una amenaza al control del territorio por parte de la población “nacional” como único colectivo legítimo de ocupación: 18 “Al final van a ser ellos más que nosotros. / Vamos a tener que emigrar nosotros. / No soy racista pero si tengo que dar dinero para que se vayan ahora mismo…” No hay duda de que la relación de los diferentes colectivos establecidos en el discurso con la legitimidad de su presencia en el territorio es claramente manifestada en estas afirmaciones. A partir de la división tajante entre el “nosotros” y el “ellos los inmigrantes” se establece una conflicto maniqueo de tintes darwinianos por el control del espacio en el que sólo un bando puede ganar, por lo que se concibe la convivencia pacífica como algo imposible. En este sentido, en otro focus group compuesto por jóvenes estudiantes mayoritariamente “autóctonos”, la concentración de la residencia de los recién llegados en determinadas áreas urbanas acabó siendo igualmente significada como una usurpación ilegítima del espacio propio: 19 “Yo conozco un barrio que es muy barato y todo extranjero se va allí, al final este barrio se convirtió sólo en un lugar de extranjeros”. En ningún momento se planteó la posibilidad de que las poblaciones nuevas y previas pudieran compartir un mismo espacio. Dicha incompatibilidad favorece la etnicización de la geografía de la ciudad, junto con la identificación de diferentes barrios con colectivos de procedencias diferenciadas. Las causas de la segregación espacial parecen ser naturalizadas desde esta perspectiva. La visión negativa del “gueto” se ve claramente influenciado por estereotipos prefijados y alimenta su ciclo de reproducción en lo cotidiano. Ello inhibe en muchas ocasiones la oportunidad de conocer al “otro etiquetado”, simplemente mirándolo de lejos como un grupo con actitudes ajenas: forma de vestir, ruido etc. Así pues, el miedo de la vida urbana que asusta a los habitantes 17 El País, 10/12/2006; El País, 18/05/2008; El País, 22/06/2008. Focus group 8 de diciembre 2008 (op cit.) 19 Focus group celebrado en la Facultad de Geografía de la Universitat de Barcelona, con estudiantes del IES Olorda de Sant Feliu de Llobregat. 8 estudiantes de entre 17 y 18 años: 7 alumnos autóctonos y una alumna ecuatoriana. En este caso se seleccionó una escuela donde predominaran los alumnos autóctonos. En el focus group se presentó el contraste entre las imágenes más negativas que representan al estereotipo del gueto como lugar de violencia y terrorismo, con noticias sobre la manifestación en el Raval de inmigrados reivindicando sus derechos y desmintiendo la etiqueta de terrorismo. 18 173 institucionalizados, junto con su relación con la población marginal asociada al crimen, constituyen verdaderos fantasmas sociales (Silva y Domínguez, 1997). La experiencia del miedo que se alimenta del imaginario mediático, levanta barreras de interacción entre “autóctonos” e “inmigrantes”. En este sentido, en el focus group antes mencionado se llegó a afirmar la existencia de sitios donde [los inmigrantes] se cogen un bar o una zona de parque determinada y ya no puedes pasar 20. Entonces, la agencia negativa de la separación social en el espacio se adjudica en su totalidad a los colectivos “inmigrantes” mientras que la decisión de la población “autóctona” de abandonar las zonas ocupadas por los “otros” es presentada como algo natural e inevitable. De este modo, la representación en clave de degradación social del espacio urbano con presencia de población de nacionalidad extranjera se performa en la práctica cotidiana y en cierta medida se hace efectiva en la interacción social (Butler, 1999). Así pues, la temprana representación del área inicialmente poblada por colectivos de residencia reciente como “gueto” alimenta una vasta mitología negativa en la que se identifica al “inmigrante” como productor de espacios de conflicto. En consecuencia, los procesos de estigmatización vienen acompañados de prácticas de exclusión como la segregación clasista y racista en el espacio público (Juliano, 2000). TERRORISMO ISLÁMICO EN EL BARRIO DEL RAVAL El terrorismo conforma uno de los tópicos principales a través de los que el discurso mediático ha vinculado el fenómeno de la “inmigración” con la reclusión comunitaria en el espacio urbano, siempre siguiendo los antiguos esquemas orientalistas de representación de la alteridad cultural religiosa en clave de crueldad y violencia irracional asociada principalmente al Islam (Said, 1991). Dicho estereotipo se confirmó e incluso se amplificó en los focus groups formados por audiencias “autóctonas” ante la exposición mediática de diversas noticias y reportajes sobre las manifestaciones de vecinos musulmanes del Raval ante las acusaciones de terrorismo y detenciones de 2008. 21 En la recepción de estos mensajes la población de nacionalidad española tendió a significar interpretar las 20 Ibid. Este tipo de afirmaciones surgen cuando se muestra un primer bloque de documentales en clave neutra y positiva para generar ruptura con el discurso mediático común e introducir el tema de la concentración de inmigrados en diferentes espacios urbanos. El documental visionado Parlem de Guetos es una definición alternativa de gueto a la comúnmente manejada en los medios de comunicación. Como material para hablar de las bandas se propone una noticia positiva sobre el Disc de la reconciliació entre las bandas Latín Kings y Ñetas. El estereotipo de las bandas es tan fuerte que, aun cuando las imágenes proponen una mirada alternativa los comentarios negativos predominan entre los estudiantes. 21 Ibid. 174 movilizaciones públicas como la confirmación misma de la alteridad, como la prueba de que se trata de un colectivo con actitudes terroristas 22: “Yo no lo encuentro del todo bien […] Si ellos mismos callaran y no dijeran nada, no se harían daño a ellos mismos con este tipo de manifestaciones. Porque la gente piensa: Ah! estos son terroristas por eso se manifiestan”. Parece ser que los jóvenes “autóctonos” se veían perturbados e incluso violentados ante la visibilidad pública de sus vecinos “inmigrantes” como sujetos políticos que plantean sus propias reivindicaciones colectivas como algo legítimo. En este sentido, la población de nacionalidad española tendió a negar la legitimidad de la agencia pública y la subjetividad política de los colectivos alterizados. De hecho, este tipo de estrategias sociales subjetivas de carácter reivindicativo en las que los colectivos “inmigrantes” se empoderan fueron percibidas en las discusiones generadas en los focus groups formados por estudiantes mayoritariamente “autóctonos” como actitudes de superioridad ilegítimas en los procedimientos del conjunto social: 23 “No veo bien que los inmigrantes vengan y que estén vacilando, que vengan por motivos económicos está bien pero que vengan a comerse el mundo en el sentido de que se sientan superiores a los demás, esto no lo veo bien”. De esta manera, solamente se reconoció a los colectivos identificados con la “inmigración” en tanto que sujetos económicos productores. El tema del terrorismo se acabó convirtiendo en un pretexto para negar la legitimidad de su agencia en la toma de decisiones políticas. Si por una parte el conflicto político religioso planteado en los medios de comunicación fue confirmado e incluso amplificado por las audiencias “autóctonas”; por la otra, en los focus groups formados por sujetos receptores etiquetados como “inmigrantes” musulmanes y señalados como posibles terroristas, se acabaron invirtiendo las agencias del conflicto planteado, adjudicándolas a la intolerancia predominante en la sociedad de destino. Este fue 22 Focus group celebrado el 19 enero 2009 en la Facultad de Psicología de la Universitat Ramon Llull. 9 estudiantes. 17-18 años. Predominan los alumnos autóctonos. El video de la Vanguardia sobre una manifestación en el Raval de inmigrados reivindicando sus derechos y desmintiendo la etiqueta de terrorismo se expresaba con el titular: “Decenas de Pakistanés piden la presunción de inocencia para los detenidos del Raval”. 23 Focus group celebrado en la Facultad de Geografía de la Universitat de Barcelona (Op. Cit.) Afirmación producida ante el visionado de un reportaje sobre el llamado Disc de la reconciliació entre las bandas Latín Kings y Ñetas. 175 el caso de un grupo de mujeres marroquíes cuando asociaron rápidamente el tema del terrorismo con el del velo islámico, al mismo tiempo que negaban el estereotipo de la alteridad con el que se las identificaba, e intentaban evidenciarlo como una construcción social y un prejuicio irracional 24: “Hay mucha gente que no le gusta la gente de Marruecos. No sé porqué. La gente ve las noticias y piensa que todos los musulmanes somos terroristas / La gente no quiere alquilar pisos a los inmigrantes. […] / El problema para las mujeres es el pañuelo. Cuando buscas trabajo siempre te preguntan si llevas pañuelo”. Así pues, en los focus groups celebrados las mujeres procedentes del Magreb interiorizaron su propia experiencia de discriminación laboral y habitacional como actos de xenofobia cultural. Más específicamente, identificaron las disciplinas sociales padecidas como ataques a su propia religión. En este aspecto, hay que tener en cuenta que la significación occidental y alterizante del velo islámico como signo de intolerancia y autoritarismo patriarcal ha cogido históricamente una posición central en la disputa cultural (Martín Muñoz, 2005). La experiencia de las disciplinas de integración que se imponen a las mujeres marroquíes con motivo de esta prenda fue interpretada por ellas mismas como una forma de discriminación cultural y un atentado a su libertad individual: 25 “Mi jefa cuando viene a buscarme a casa, me obliga a entrar en el coche sin pañuelo. Yo ya entro al trabajo sin pañuelo, pero ¿por qué en el coche? Es cosa mía”. De todas maneras, a pesar del desmarque subjetivo realizado por las mujeres musulmanas, las acusaciones que ellas hacen a los medios de comunicación no dejan de evidenciar el poder de influencia de estos últimos, ya que en la recepción misma se reproduce el conflicto que se plantea en la emisión. La falta de predisposición a la integración con la que se acusa a los “inmigrantes”, junto con la discriminación racista que se atribuye a los “autóctonos”, configuran los dos polos de un conflicto basado en el intercambio de representaciones opuestas de la alteridad. 24 Focus group realizado en la Escola d'adults "Martinet de Nit" el 2 de marzo 2009. 11 mujeres “inmigrantes” de entre 25 y 52 años: 10 de nacionalidad marroquí y una de nacionalidad búlgara. Esta afirmación surgió ante la proyección de diapositivas relacionadas con el impacto más inmediato de la llegada masiva de personas inmigrantes como es la posible formación de guetos, tanto en los barrios como en las escuelas. 25 Ibid. En este caso, las mujeres marroquíes fueron más allá de los discursos mostrados por los titulares, explicando como perciben que son vistas por la sociedad. 176 BANDAS LATINAS EN LAS PERIFERIAS URBANAS Junto con el terrorismo islámico, el principal tópico a partir del que se asocia la peligrosidad y la violencia con la presencia pública de población extranjera en los espacios urbanos ha sido la aparición de bandas latinas relacionadas frecuentemente con la delincuencia y el tráfico de drogas. En este caso, el colectivo de procedencia señalado ha sido predominantemente el latinoamericano, asentado preferentemente en las ciudades periféricas del área metropolitana de Barcelona. En las discusiones generadas en la recepción mediática de los focus groups, la asociación entre la violencia urbana y la procedencia de ciertos colectivos de “inmigrantes” se confirmó en los grupos integrados por adultos “autóctonos”, incluso cuando el discurso de los medios trataba de positivar la representación de las bandas latinas a través de su reciclaje en asociaciones culturales: 26 “Hacer asociaciones culturales es como si estás haciendo las cosas mal y además por eso te premian, […] El grupo tiene mucha fuerza, este tipo de proyectos es la manera de limpiar y un poco o la cara a este tipo de problemas. Se está perdiendo la esencia de lo que son estas bandas en su país de origen, en parte es bueno pero la esencia las bandas es mala”. Se observa como en este caso se vincula constantemente el origen latinoamericano de los integrantes de las bandas juveniles con el fenómeno de la reclusión comunitaria guetizante, y en último término con la violencia y la peligrosidad social. En este sentido, las alusiones al aspecto exterior de sus miembros a través de la moda juvenil cogen gran relevancia en la recepción discursiva. 27 De esta manera, a partir de juicios puramente estéticos, asociados a temores imaginarios más que a desacuerdos efectivos en la conducta social, se produce la exclusión del “otro” inmigrante de la corrección política y la legitimidad social (Silva y Domínguez, 1997). 26 Focus group 19 enero 2009 (Op. Cit.) Ante el visionado del reportaje “Units per el Flow, el disc de la reconciliació”, TV3, 17/10/2008 sobre la unión de las bandas Ñetas y Latin Kings. El reportaje enseña un concierto con estos chavales enviando un mensaje de unión e integración. El álbum de “unidos por el flow” fue un proyecto con el objetivo de eliminar diferencias entre grupos rivales. El material se seleccionó porque presenta en clave positiva un proyecto de intervención social con bandas juveniles. 27 Ibid. La discusión del reportaje se centró en los códigos estéticos de los jóvenes que directamente se asociaron a las bandas, tratando de negar en un primer momento el aspecto positivo del proyecto. 177 De todas maneras, la población de nacionalidad española también confirma el discurso positivizante sobre las bandas juveniles latinas como potenciales agentes de construcción de capital social y cohesión: 28 Sobre el gueto, no sé qué decir […] por películas y por eso entiendo lo que es. Por ejemplo en el Raval, imagino que los inmigrantes se concentran para estar más seguros, seguir sus mismas tradiciones y que el impacto no sea tan bestia. Esto probablemente es positivo”. Los jóvenes receptores del discurso mediático construyen su imaginario sobre el “gueto” ajeno a partir del visionado de películas, presumiblemente americanas en su mayoría. Así pues, la representación del espacio urbano ocupado por minorías raciales y culturales proveniente de los EUA se consolida como hegemónica tanto en su cara negativa de marginalidad y conflictividad social, como en su reverso positivo de pequeña comunidad de contacto vecinal humanizante. De hecho, el significado predominante del término “gueto” es aun hoy en día el mismo que se dio en EUA después de la Segunda Guerra Mundial para denominar a los barrios pobres donde predominaba la población de ascendencia africana. En Europa, la idea de llegada y asentamiento de ciertas minorías de procedencia común en determinados barrios se tradujo en la adopción del término tal y como fue utilizado por la Escuela de Chicago (Aramburu, 2000). A partir de esta proposición inicial, “gueto” ha sido utilizado como término despectivo para diferenciar entre la población blanca-autóctona dominante y las minorías negrasinmigrantes alterizadas. Las precarias condiciones de vida que se atribuyen a este espacio son asociadas con ciertas insuficiencias morales ligadas a la delincuencia. Se trata de un mecanismo de estigmatización de estos espacios urbanos a la manera de regiones morales peligrosas (Nash, 2007), vinculadas al imaginario colectivo de prostitución, bandas juveniles, inseguridad, violencia urbana, desempleo, tráfico y consumo de drogas, etc. Dichos espacios de moralidad dudosa son al mismo tiempo opuesto a los vecindarios identificados con el sujeto dominante, blanco-autóctono y de clase media, considerado siempre más pacífico y ordenado. La apropiación de la concepción clasista del “gueto” que se creó en el ámbito de la sociología norteamericana, substitutoria de la utilización original del término relacionada con la discriminación de la población judía en la Alemania Nazi, 29 28 Focus group 19 enero 2009 (Op. Cit.) sobre reportaje “Units per el Flow...” (Op. Cit.), la discusión llegó a un momento donde los participantes reconocieron como jóvenes la necesidad de estar en grupo de inmigrados por el impacto cultural de una sociedad que los excluye constantemente. 29 Los ghettos. Enciclopedia del Holocausto http://www.ushmm.org/wlc/es/article.php?ModuleId=10005752 178 conduce a que ciertas áreas urbanas donde se concentra población de alto poder adquisitivo no sean concebidas como tales por parte de los colectivos de jóvenes de nacionalidad española, a pesar que constituyan concentración de población de características económicas y culturales semejantes. Este fenómeno se produce cuando esta cuestión es planteada por los medios de comunicación para el caso del barrio acomodado de Pedralbes: 30 “Es gente que tiene alto poder adquisitivo, eso no hace daño. Tampoco se escucha que hay peleas. Pero en cambio del barrio del Raval todo el mundo tiene una idea mala”. Por otra parte, a diferencia de las audiencias “autóctonas”, las “inmigrantes” tienden a sentirse reconfortadas en la recepción mediática de la idea del “gueto” elitista de gente rica 31: “Sobre el imaginario siempre que dicen gueto, lo primero que asocias es un grupo marginado de la sociedad y me llama la atención que en este video pongan de ejemplo Pedralbes. Se puede considerar esto un gueto porque aunque es un grupo honrado, ¡intenta entrar en Pedralbes y te darás cuenta si es fácil hacerlo!”. Al sentirse señaladas como sujetos potenciales de conformación de un “gueto de inmigrantes”, este grupo de mujeres uruguayas conocidas por organizar encuentros periódicos de personas de su misma procedencia, comprueban como esta inversión de los términos que se propone en los medios de comunicación puede serles ventajosa, ya que naturaliza la reclusión comunitaria como una tendencia universal en todos los colectivos, más allá de la división entre “autóctonos” e “inmigrantes”. De todas maneras, las mujeres de nacionalidad uruguaya acaban aprovechando las definiciones clasistas y racistas del término para desmarcarse del estigma que lo acompaña. Aprovechan el establecimiento de las diferentes alteridades inmigrantes en función de la procedencia de cada colectivo, en la medida que las 30 Focus group celebrado en la Facultad de Geografía de la Universitat de Barcelona (Op. Cit.). Sobre el reportaje “Parlem de guetos” emitido en TV3 Tot un Món en 03/12/2005. Este material se seleccionó porque desmantela la idea común de gueto a partir de la entrevista a diferentes actores del barrio del Raval y en Pedralbes, además de un diálogo con el politólogo Joan Subirats. En el reportaje se define Pedralbes como un gueto y esta idea genera una polémica entre los participantes de focus group. 31 Focus group celebrado el 19 enero 2009 (Op. Cit.) A partir del Reportaje “Parlem de guetos”. 179 diferentes atribuciones de diferenciación racial y social las emplaza en un lugar próximo al prototipo nacional de normalidad: 32 “Yo creo que no a todos nos meten en la misma bolsa. Los marroquíes son una cosa, en cambio lo que somos argentinos y uruguayos somos otra cosa, somos más parecidos. Sudamérica pero la parte del norte no son tan aceptados como nosotros. Cuando hay una persona con problemas son ecuatorianos o colombianos”. En esta jerarquía de alteridad inmigrante, no solamente las marroquíes son reducidas a un estereotipo rígido y reiterante, sino también la población latinoamericana más asociada a las bandas, la violencia y el tráfico de drogas. Así pues, la población argentina o uruguaya se desmarca estratégicamente de la alteridad del “inmigrante” relacionado con el “gueto”, desplegando un discurso de adscripción racial-cultural que persiste (Stolke, 1994). Cuando la desvinculación no es posible debido al propio fenotipo racial visible o a la estigmatización más acusada de ciertas procedencias, los colectivos que se saben señalados reaccionan negando la identidad asignada, al mismo tiempo que denuncian las generalizaciones realizadas. Este es el caso de una joven ecuatoriana con relación al tópico de las bandas juveniles: 33 “En Sant Feliu se ve de una supuesta banda y me ha tocado ver como la policía los viene a buscar y cosas de esas y no dan buena imagen. Por ejemplo, yo soy Ecuatoriana y hay muchos chicos de esos que son ecuatorianos, la gente escucha eso y se piensa que cuando escucha que son Ecuatoriana que soy igual a ellos”. Desde su propia experiencia, la interlocutora pone en duda la naturalidad de la representación de la alteridad “inmigrante” en clave de “gueto” conflictivo. Cuando hace referencia a las “supuestas bandas” pone en duda de su existencia más allá de su nombramiento en los medios de comunicación. Al mismo tiempo, carga la agencia negativa del conflicto a las políticas de control policial que se derivan de este tipo de representación estereotipada, ya que la confirman en última instancia. 32 Focus group celebrado el 16 de marzo 2009 en domicilio particular de Castelldefels. 8 mujeres adultas: 7 uruguayas y una argentina. Al mostrar el material audiovisual sobre los guetos y las bandas latinas las participantes tienen clara la etiqueta y estratégicamente huyen de ella. 33 Focus group celebrado en la Facultad de Geografía de la Universitat de Barcelona (Op. Cit.). comentarios con relación al programa “Unidos per el Flow...” (Op. Cit.). En la composición de este Focus group solo había una solo estudiante de origen ecuatoriano que en la presentación inmediatamente se sintió aludida y contradijo los estereotipos. 180 Jóvenes de ascendencia africana residentes en Mataró se saben igualmente etiquetados en términos negativos por pertenecer a una minoría racial, pero optan no tanto por desmarcarse del estereotipo de la banda juvenil, como por positivar y naturalizar la reclusión comunitaria. De todas formas, a diferencia de la alterización victimizante producida en la recepción de los jóvenes “autóctonos”, en este caso no se destaca tanto la agencia social negativa de la población nativa despersonalizada y abstraída a través del término “sociedad”, como la agencia positiva de los jóvenes “inmigrantes” a través de formas propias de organización colectiva: 34 “Algo de bueno también harán esos colectivos […] dudo que se junten un grupo de cincuenta personas solamente para delinquir y para irse de fiesta, debe haber algo más que no nos cuentan”. Los jóvenes identificados como “inmigrantes” adoptan una actitud más crítica ante los medios de comunicación. A partir de su propia experiencia como sujetos alterizados y estereotipados, estos grupos tienden a cuestionar la veracidad del discurso que se teje a través de los mensajes constantemente emitidos. De hecho, respecto a las bandas juveniles latinas, se ha demostrado empíricamente que los jóvenes que se organizan a partir de este modelo, lo hacen principalmente como forma de autoidentificación y protección simbólica, como modelo de organización en el espacio público y justificación de determinadas actividades no legitimadas (Feixa, 2006). En la medida que los episodios graves de violencia son muy esporádicos, es la circulación de información organizada en un discurso de exclusión lo que genera el miedo en el que se mezcla la representación con la experiencia personal y colectiva. En esta línea, los jóvenes de ascendencia africana significan la reclusión comunitaria de colectivos en riesgo de exclusión social como algo natural y como una forma positiva de acumulación de capital social y empoderamiento que facilita la vida cotidiana de sus integrantes: 35 “Lo que se conoce por gueto es como una hermandad con sus jerarquías, con el que manda. […] los guetos se pueden definir de muchas maneras […] no es malo porque las personas que se sienten desplazadas y que 34 Focus group celebrado en la asociación Jama Kafo localizada en Mataró, 9 de febrero 2009. 4 jóvenes de origen africano. 19-20 años. El momento que provoca estos argumentos es la mostrar el material sobre los Latin Kings y su reconversión como asociación cultural con su disco “Unidos por el Flow...” 35 Focus group celebrado en la asociación Jama Kafo localizada en Mataró, 9 de febrero 2009. 4 jóvenes de origen africano. 19-20 años. El momento que provoca estos argumentos es la mostrar el material sobre los Latin Kings y su reconversión como asociación cultural con su disco “Unidos por el Flow...” 181 pueden encontrar gente que te reciba con los brazos abiertos, porque de los guetos lo que engancha es eso, hay un apoyo constante”. Así pues, los jóvenes “inmigrantes” positivan y naturalizan sus actitudes de reagrupamiento entre individuos de una misma procedencia o que comparten una misma vecindad, al mismo tiempo que niegan el estereotipo que los conecta con un imaginario de violencia, drogadicción y delincuencia. Todo ello conlleva a este colectivo a deconstruir el discurso institucional y mediático que le define como “inmigrante”: 36 “Yo creo que lo que diferencia un gueto de una organización es el tema de la discriminación, es la forma de discriminar a un colectivo ¿qué entiendes por gueto? […] Te juntas con el primero que conoces, estableces vínculos por lo que tienes en común y ya eres un gueto”. Desde la propia experiencia de alteridad y falta de control de la propia identidad en el conjunto social, las personas racialmente diferenciadas hacen evidente el convencionalismo de la representación del espacio urbano donde residen a través del recurso de la constante interrogación sobre el lenguaje de construcción del conocimiento. Así pues, la utilización de término “gueto” para designar el agrupamiento colectivo y el establecimiento de lazos sociales entre personas de una misma procedencia es presentada como una forma de estigmatizar y castigar el empoderamiento social de los sujetos excluidos. CONCLUSIONES La recepción comunicativa de los discursos sobre la “inmigración” y su asentamiento en el espacio urbano conforma un momento clave en la reproducción de los estereotipos de la alteridad “inmigrante” que legitiman las políticas públicas de discriminación al mismo tiempo que generan prácticas cotidianas de segregación espacial en la ciudad. Más allá de la simple reproducción del discurso mediático, las principales líneas de producción cognitiva se expanden y se desarrollan en su recepción colectiva. Efectivamente, al difundirse y reelaborarse en un contexto comunicativo oral, relajado y con menos censura, la recepción mediática rompe los límites de la corrección política impuesta en los mercados lingüísticos de alto valor y prestigio (Bourdieu, 1991). 36 Focus group celebrado en la asociación Jama Kafo localizada en Mataró, 9 de febrero 2009. 4 jóvenes de origen africano. 19-20 años. El momento que provoca estos argumentos es la mostrar el material sobre los Latin Kings y su reconversión como asociación cultural con su disco “Unidos por el Flow...” 182 De esta manera, los estereotipos sobre la “inmigración” se transmiten de forma mucho más explícita en todas sus expresiones. Las formas de recepción mediática demuestran cómo, ante un estímulo mínimo, se activan cápsulas de significación que funcionan a modo de guiones preestablecidos (Van Dijk, 1997). A través de una concatenación de asociaciones semióticas, la recepción sigue reproduciendo los estereotipos más tradicionales de la alteridad “inmigrante”. Incluso ante el visionado o la lectura de ciertas unidades de comunicación que proponen romper con el estereotipo y ofrecer una visión alternativa de la “inmigración” y el “gueto”, la recepción colectiva se empeña en la reproducción de los viejos esquemas de representación, ignorando otras posibilidades. Con relación a ello, cabría poner en cuestión el poder de los medios de comunicación en la significación colectiva de la experiencia social y la reproducción de prejuicios racistas, planteando al mismo tiempo la posibilidad que sean las políticas institucionales de discriminación de la población inmigrada las que favorezcan y legitimen la reproducción de los viejos discursos racistas. Aun así, en la recepción mediática de los discursos hegemónicos sobre el tema de la “inmigración” también se constatan desplazamientos en sus significados y esquemas de representación que permiten cuestionar los pilares básicos de construcción del conocimiento. Este fenómeno se da especialmente en la recepción realizada por parte de los sujetos alterizados como “inmigrantes”. Entre estos colectivos, la recepción de la representación del espacio urbano como “gueto” evidencia una actitud ambivalente a medio camino entre la negación y la positivación del estereotipo que recae sobre sí mismos. Dichas estrategias no suponen la superación de los binomios de representación dominantes (Hall, 1997b), aunque establecen notables diferencias con respecto a la ejecución de las mismas por parte de sujetos de nacionalidad española, fenotipo racial blanco y clase media, siempre más próximos a la norma considerada legítima en el conjunto social. Cuando son los colectivos etiquetados como “el otro inmigrante” los que se apropian del discurso, la positivación del “gueto” se hace desde una actitud de resistencia a la perspectiva paternalista y victimizante predominante en los discursos de los medios. De esta manera, reivindican la normalización de la propia agencia social y política, al igual que denuncian la artificiosidad de los esquemas de representación y división social. Del mismo modo, cuando los propios sujetos alterizados son los que niegan el estereotipo, la negativa ya no supone un desplazamiento del estigma a otros colectivos en una posición inferior en la escala de jerarquización de la diferencia. Contrariamente, la negación desemboca en el cuestionamiento de las premisas cognitivas de discriminación social en los que se basa el discurso dominante. De esta manera, aunque no se ofrezca una identidad 183 subjetiva “inmigrante” verdaderamente alternativa a los binomios de representación dominantes, se desmonta el sistema de representaciones en el que se basan las jerarquías totalizadoras del ordenamiento social. Todo ello conduce en última instancia a la evidencia que el estigma del “gueto” recae sobre las personas llamadas “inmigrantes” como un castigo simbólico cuando establecen entre ellas lazos de solidaridad y vínculos sociales como estrategia subalterna de empoderamiento y autoprotección ante el peligro de exclusión social. BIBLIOGRAFÍA Anderson, Benedict 1993 “Comunidades imaginadas. Reflexiones sobre el origen y la difusión del nacionalismo”. Fondo de Cultura Económica; México. Aramburu, Mikel 2000 “Bajo el signo del Gheto: imágenes del inmigrante en Ciutat Vella”. UAB; Barcelona, España. 2002 “Los otros y nosotros: imágenes del inmigrante en Ciutat Vella de Barcelona” Ministerio de Educación, Cultura y Deporte; Madrid, España. Benhabib, Seyla 2005 “Los derechos de los otros”. Gedisa ; Barcelona, España. Bourdieu, Pierre 1991 “Language and Symbolic Power”. Polity Press: Cambridge, United Kingdom Butler, Judith 1999 “El género en disputa”. Paidós; Barcelona, España. Cachón, Lorenzo 1994 “Marco Institucional de la discriminación y tipos de inmigrantes en el mercado de trabajo en España”, En: Primer Encuentro del Grupo de Trabajo de la Unión Europea “Preventing racism at the workplace” Bruselas, Bélgica. Certeau, Michel De 2006 “The practice of every day life” En: Storey, John (Comp.) Cultural Theory and Popular Culture. A reader. pp. 516-528, University of Georgia Press: Athens, EUA. 184 Chartier, Roger 2002 “El mundo como representación y otros escritos”. Gedisa; Barcelona, España. Costas, Antón 2007 “Llibre Blanc de l'Habitatge a Barcelona” Ajuntament de Barcelona; Barcelona, España. Davis, Mike 2007 “Planeta de Ciudades Miseria” Foca; Madrid, España. Delgado, Mª Concepción 2009 “Comunión y responsabilidad”, En: LEÓN, Emma, (ed.) Los rostros del Otro. Reconocimiento, invención y borramiento de la alteridad. pp.131-144, Anthropos; Barcelona, España. Van Dijk, Teun A. 1997 “Racismo y análisis crítico de los medios”. Paidós; Barcelona, España. Feixa, Carles 2006 “Jóvenes latinos en Barcelona: espacio público y cultura urbana”. Anthropos; Barcelona, España. Foucalt, Michel 1988 “La arqueología del saber”. Siglo XXI; Madrid, España. Gil Araujo, Sandra 2002 “Extranjeros bajo sospecha: Lucha contra el terrorismo y política migratoria en EEUU y la Unión Europea”, En: AGUIRRE, Mariano y GONZÁLEZ, Mabel (Eds.) De Nueva York a Kabul, Anuario CIP 2002. pp.127-144, Icaria-CIP; Barcelona, España. Giró, Xavier 2002 “Comentaris al Manual d’Estil Periodístic relatiu a les minories ètniques i noves propostes”, En: Quaderns del CAC, nº 12, pp.13-24, Consejo Audiovisual de Cataluña; Barcelona, España. González del Miño, Paloma 2008 “Mujeres, migraciones y desarrollo en el Magreb. Una realidad poliédrica en clave de género”, En: GONZÁLEZ DEL MIÑO, Paloma., (Ed.) La mujer en el Magreb ante el reto de la democratización. pp. 159-192, Bellaterra; Barcelona, España. 185 Grande, Grabielle Del 2008 “Mamadú va a morir”. Ediciones del Oriente y del Mediterráneo: Madrid, España Hall, Stuart 1997a “The Work of Representation” En: HALL, Stuart (Ed.) Representation. Cultural representations and Signifying practices. pp. 13-74, Sage; London, United Kingdom. Hall, Stuart 1997b “The Spectacle of the ‘other” En: HALL, Stuart (Ed.) Representation. Cultural representations and Signifying practices. pp. 223-290, Sage; London, United Kingdom. Ioé, Colectivo 1994 “Inmigración extranjera en España. Sus características diferenciales en el contexto europeo”, En: CONTRERAS, Jesús, (Ed.) Los retos de la inmigración. Racismo y pluriculturalidad. pp. 83-120, Talasa: Madrid, España. Juliano, Dolores 2000 “La telaraña de las redes migratorias” [en línea] http://www.ciudadaniasexual.org/publicaciones/Doc_La%20_Telarana_de% 20_las_Redes_Migratorias.pdf López Sala, María Ángeles 2005 “Inmigrantes y Estados: la respuesta política ante la cuestión migratoria”. Anthropos; Barcelona, España. ___2007 “La política de inmigración en las dos últimas décadas. Del asombro migratorio a la política en frontera y la integración”, En: GODENAU, Dirk (Ed.) Inmigración en Canarias: contexto, tendencias y retos. pp. 23-38, Fundación Pedro García Cabrera; Santa Cruz de Tenerife, España. Martín Muñoz, Gemma 2005 “Mujeres musulmanas: entre el mito y la realidad”, En: CHECA Y OLMOS, Francisco (Ed.) Mujeres en el camino. pp. 193-220, Icaria; Barcelona, España. Monnet, Nadja 2002 “La formación del espacio público. Una mirada etnológica sobre el Casc Antic de Barcelona” Catarata; Madrid, España Morgan, David y Kruegger, Richard 1999 “The focus group kit. Volumes 1-6”. Sage; London, United Kingdom 186 Naïr, Sami 2006 “Y vendrán …las migraciones en tiempos hostiles”. Planeta; Barcelona, España. Nash, Mary 2007 “Representaciones culturales, imaginarios y comunidad imaginada en la interpretación del universo intercultural”, En: Identidades e imaginarios como práctica intercultural (panel). CIDOB; Barcelona, España. Nash, Mary; Vives, Antoni 2008 “La construcción del inmigrante: prácticas discursivas políticoinstitucionales” En: Tello, Rosa, Benach Nuria, Nash, Mary (eds). Intersticios. Contactos interculturales, género y dinámicas identitarias en Barcelona. pp. 55-70, Bellaterra; Barcelona, España. Pajares, Miguel 1999 “La inmigración en España”. Icaria; Barcelona, España. Perez-Rincón, Socorro 2009 “Voces femeninas en las estrategias de revitalización urbana: una mirada de género a los espacios en crisis”, En: NASH, Mary, TORRES, Gema, (Eds.). Los límites de la diferencia: alteridad cultural, género y prácticas sociales. pp. 157-173, Icaria; Barcelona, España. Sabido, Olga 2009 “Sorpresa y repugnancia”, En: LEÓN, Emma. (ed.) Los rostros del Otro. Reconocimiento, invención y borramiento de la alteridad. pp. 25-38, Anthropos; Barcelona, España. Said, Eduard 1991 “Orientalisme. Identitat, negació i violència” Eumo; Vic, España. Santamaría, Enrique 2002 “Inmigración y barbarie. La construcción social y política del inmigrante como amenaza”, en Papers, 66. pp. 59-75, UAB; Barcelona, España. Silva, Armando; Domínguez, Eduardo 1997 “La Construcción de la Imagen”.Universidad Pontificia Bolivariana; Medellín, Colombia. Stolke, Verena 1994 “Europa: nuevas fronteras, nuevas retóricas de la exclusión”, En: MALGESINI, Grabiela, et al. Extranjeros en el paraíso. pp. 235-266, Virus: Barcelona, España. 187 Wacquant, Loïc 2002 “Parias urbanos. Marginalidad en la ciudad a comienzos del milenio”. Manantial: Buenos Aires, Argentina. Recibido: 01 de junio de 2012 Aceptado: 25 de septiembre de 2012 188 EL USO DE LOS ESPACIOS PÚBLICOS POR LOS INMIGRANTES LATINOAMERICANOS DE ORIGEN ANDINO EN LA CIUDAD DE MADRID 1 Joaquín Eguren 2 Este artículo es el resultado de una investigación empírica de carácter etnográfico realizada en el año 2006 en los parques de la ciudad de Madrid financiada por el ayuntamiento de esta ciudad. El objetivo del estudio fue realizar una reconstrucción etnográfica del uso que hacen los inmigrantes andinos de los espacios públicos madrileños, en particular de los parques y jardines. La utilización de la etnografía nos ha permitido introducirnos en la mirada que tienen los inmigrantes andinos de los parques madrileños y en la reconstrucción de su discurso y de sus prácticas, que desde la perspectiva transnacional es denominada territorialización. Palabras claves: Migración, transnacionalismo, economía étnica, andinos, espacio público. This paper is the result of an empirical ethnographic research made in the parks of the city of Madrid in 2006. The focus of the study was to make an ethnographic reconstruction about how Andean immigrants use the public spaces, especially in parks and gardens of Madrid. This fieldwork has permitted to identify the discourse and the practices of Andean immigrants about the public spaces and to reconstruct their practices on terrain. These practices of appropriation of the urban spaces are called, in the transnational perspective, as territorialization. Keywords: Migration, transnationalism, ethnic economy, Andean, public spaces. 1 El presente artículo es resultado del análisis de dos trabajos de investigación encargados y financiados por la Dirección General de Inmigración, Cooperación y Voluntariado del Ayuntamiento de Madrid en el año 2005. Los títulos de ambos estudios eran: “Estudio exploratorio del uso que hacen los inmigrantes de los parques de Madrid” y “ Valoración de la conveniencia de la implantación de un recurso de atención social en los parques de Madrid”. Ambos estudios sirvieron de base para la implantación posterior del Servicio de Dinamización en los parques de Madrid. 2 Joaquín Eguren es doctor en Antropología Social por la Universidad Autónoma de Madrid (España), e investigador del Instituto Universitario de Estudios sobre Migraciones, de la Universidad Pontificia de Comillas. Es miembro del equipo de investigación del proyecto I+D “Conflictividad y Migración en contextos locales. Una aproximación teórica-práctica a la convivencia y la mediación” realizada por el Instituto Universitario de Investigación sobre Migraciones, Etnicidad y Desarrollo Social (IMEDES) de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) y financiado por el Programa Nacional de Proyectos de Investigación Fundamental, del VI Plan Nacional de Investigación Científica, Desarrollo e Innovación Tecnológica 2008-2011 (Gobierno de España). E-mail: [email protected] 189 INTRODUCCIÓN Este artículo es el resultado de una investigación empírica de carácter etnográfica realizada en el año 2006 en los parques de la ciudad de Madrid, financiada por el Ayuntamiento de esta ciudad. El objetivo del estudio fue realizar una reconstrucción etnográfica del uso que hacen los inmigrantes andinos de los espacios públicos madrileños, en particular de los parques y jardines. Esto ha supuesto una labor de indagación a través del análisis del discurso de los inmigrantes, de los técnicos sociales y de vecinos y de un rastreo a través de la observación participante. La utilización de ambas técnicas nos ha permitido introducirnos en la mirada que tienen los inmigrantes andinos de los parques madrileños y del uso efectivo que hacen de los mismos. Para realizar esta tarea hemos seguido el consejo de Weber (1968: 5) acerca del estudio de la acción social por la cual se analizan regularidades de fenómenos que tienen un sentido mentado y subjetivo que puedan ser interpretados, es decir, inteligibles y que posibiliten encontrar una explicación a una acción humana que se traduce socialmente. En nuestro caso, en concreto, hemos pretendido identificar la acción social (el uso de los parques que hacen los inmigrantes) e interpretar ese uso mediante la intención de comprender cuál es la concepción que tienen del uso del espacio público, tanto en su país de origen como en España. Para identificar el uso que hacen de los parques y jardines hemos intentado describir cuáles son las actividades que hacen en los parques madrileños y establecer una clasificación de las actividades que constituyen procesos de territorialización. Posteriormente nos ha restado interpretar que detrás de esos determinados usos de los parques existen concepciones que explican cómo entienden inmigrantes y autóctonos la utilización del espacio público. HACIA UNA CONCEPCIÓN DEL ESPACIO PÚBLICO Stein, (2003: 67) comenta que Weber (1921) concebía el espacio público como el lugar de encuentro de los individuos de clases sociales, de razas y de etnias diversas. En este sentido la concepción de Weber, noventa y tantos años antes, nos alerta del mestizaje que se da en las ciudades en diferentes ámbitos, geográficos, sociales, culturales, económicos, necesarios de abordar desde las distintas disciplinas científicas. El lugar propio del mestizaje nos sirve como introducción al tema del espacio público y su uso, en nuestro caso, por parte de los inmigrantes en Madrid. Porque efectivamente lo que presentamos en este texto es un estudio sobre cómo los inmigrantes hacen uso del espacio público, especialmente de los parques madrileños. Sin embargo, la misma autora (Stein 190 2003: 67) considera que, en efecto, los espacios públicos, en tanto que abiertos a todos, son espacios potencialmente mestizos. Pero que la realidad es más compleja dado que no es inusual que ciertos espacios públicos sean apropiados por grupos de población particulares, de manera tal que limiten o prohíban el acceso a otros a dichos espacios. Stein señala que hay que afrontar los espacios públicos no solamente en términos de proyección funcional (usos previstos) sino también en términos de apropiación real, término que en la perspectiva transnacional llamamos aquí territorialización. El concepto de espacio público emerge en filosofía política en la década de los 60 y en la sociología y en urbanismo a finales de los años 70, reagrupando diversas categorías de objetos (espacios verdes, calles, plazas, parques, mobiliario urbano). Además, es analizado frecuentemente en oposición a lo privado (Stein, 2003: 49, Aramburu, 2008: 144). En este sentido suponemos que es un espacio de circulación libre normativizada por el derecho público a diferencia de la esfera privada, donde el territorio no es permitido a todos y su acceso es restringido. Mientras exista la noción de que el espacio público pertenece a la colectividad, la idea de apropiación es esencial. Por otra parte, el espacio social está determinado por las interacciones sociales que se fundamentan sobre la aceptación de reglas y de normas comunes apoyándose sobre un territorio delimitado (Stein, 2003: 49, Aramburu 2008b: 6). A su vez la idea de “espacio público” es un concepto al mismo tiempo urbanístico y político. Por un lado, el espacio público urbano está compuesto por las calles, plazas y parques de una ciudad, todo aquello que no es propiedad privada. Por otro lado, el espacio público, en el sentido de la filosofía política, lo que también se denomina esfera pública, es un ámbito de deliberación democrática abierta a todo el mundo (Aramburu, 2008: 144). Si bien Gigosos y Saravia (2007-2008: 117) sostienen que no conviene apresurarse en desvincular lo público de lo privado, dado cierto repliegue de lo privado. Simultáneamente, estos espacios se caracterizan por su polifuncionalidad (Garcés, 2006: 18-30) convirtiéndose en nodo de la red social inmigrante. De la reciente bibliografía española sobre el tema aquí tratado encontramos que está focalizada fundamentalmente en dos grandes ciudades, Madrid y Barcelona, además de algún trabajo sobre Valencia y País Vasco. Un primer grupo de los trabajos destacan por la aportación de carácter etnográfico en dichas ciudades describiendo el uso que hacen los inmigrantes en los espacios urbanos y a veces aportando alguna reflexión teórica para comprender dicha descripción (Chulilla y Azagra, 2005; Torres, 2005; Aramburu, 2008b; Monnet, 2000; Müllauer-Seichter, 2007). El segundo grupo sobresale por la reflexión analítica más general sobre el uso de los espacios urbanos (Aramburu, 2008; Barbero, 2008; Díaz y Ortiz, s/f; 191 Garcés, 2006; Monnet, 2000; Gigosos y Saravia, 2007-2008). Por último, un tercer grupo incide en el género en el contexto de esos espacios urbanos (Juliano, 1994; Pedone et al., 2010). El uso del espacio público, en concreto de los parques, por parte de los inmigrantes latinoamericanos ha supuesto una reinterpretación de los mismos en general (Gigosos y Saravia 2007-2008: 121) o una re-significación de los espacios (Chulilla y Azagra, 2005: 63). En este sentido siguen a Martínez Veiga (1999) que habla de “aglomeración compensatoria” en el caso de ciertos inmigrantes. Estos procesos de re-significación se reproducen también en los autóctonos como señalamos más adelante. El trabajo que presentamos se inscribe en la primera categoría ya que intenta describir el uso de los parques por parte de las comunidades andinas en Madrid. Al mismo tiempo nuestra perspectiva inquiere en la noción de la construcción social (Berger y Luckmann, 1984) del espacio por parte de los inmigrantes incidiendo en la reformulación simbólica que hacen de los mismos (Garcés, 2006: 7; Müllauer-Seichter, 2009: 2). En el caso concreto de Madrid se encuentra el trabajo de Chulilla y Azagra, (2005: 20) que se centra en la descripción etnográfica de los usos de los espacios públicos de los inmigrantes resaltando la temática su transformación cultural, también los artículos de Müllauer-Seichter (2009: 3) sobre el uso de dicho espacio especialmente en el barrio de Lavapiés y sobre la participación ciudadana de autóctonos e inmigrantes en el espacio público (Müllauer-Seichter, 2007: 171). METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN Se ha llevado a cabo una metodología de tipo cualitativa centrada en la observación participante fundamentalmente en dos parques, Casa de Campo y Parque del Oeste 3. Ambos parques se han constituido, desde hace unos cuantos años, en lugares de reunión de los inmigrantes aquí estudiados. Especialmente el primero es un parque muy espacioso lo que da lugar a pasar muchas horas durante el fin de semana. Mientras el Parque del Oeste es un lugar mucho más céntrico y menos espacioso. Se realizaron veinticinco entrevistas en profundidad y semi-abiertas, llevada a cabo por dos investigadores. De éstas entrevistas, tres fueron realizadas a policías municipales de las zonas implicadas; tres a mediadores sociales pertenecientes al actualmente desaparecido Servicio de Mediación Social Intercultural; dos al Servicio de Mediación Vecinal; una al 3 Casa de Campo es el mayor parque público del municipio de Madrid y está situado al suroeste de la ciudad. El Parque del Oeste se encuentra en el centro de Madrid y muy cerca de Casa de Campo. 192 responsable de la Inmigración del Ayuntamiento; una a un barrendero; a un dirigente de una escuela de fútbol; a un dirigente de una asociación boliviana; a tres vecinos autóctonos; a una peluquera boliviana en Casa de Campo; a dos vendedoras de comida ecuatoriana; a una ecuatoriana vigilante de la posible llegada de la policía; a tres ecuatorianas (una de ellas peluquera) y a dos bolivianas y dos colombianos. Para ello, dos investigadores hemos visitado varios parques y hemos podido hacernos una composición de lugar de los distintos lugares de ocio 4. El trabajo de campo se realizó entre los meses de noviembre de 2005 y marzo de 2006, cuando arreciaba el invierno en Madrid. Este dato ha de ser tomado en cuenta para valorar la afluencia a los parques, ya que a partir del mes de marzo hasta octubre son los meses donde la gente disfruta más de dichos espacios públicos. También se hizo observación participante en tres parques más (Parque de Aluche, lugar de reunión de polacos y rumanos; Pradolongo 5 , lugar de afluencia fundamentalmente de colombianos y bolivianos y un parque más pequeño, Olof de Palme 6. El trabajo etnográfico ha consistido en pasar largos ratos en los parques entablando relación con los participantes de las concentraciones. Allí se ha observado la dinámica de las reuniones, se ha entrevistado a algunos informantes cualificados, se ha charlado informalmente con la gente ganándose la confianza de los más asiduos al lugar. A medida que se fue obteniendo más información sobre los colectivos reunidos y su dinámica se fue enriqueciendo la reflexión sobre las pautas generales que se iban detectando. La información que se iba recogiendo por escrito se contrastó con la de las entrevistas y se ha usado también algunas fuentes secundarias tales como estadísticas, mapas, planos, información de los servicios oficiales de los parques, etc. CONCEPCIÓN DEL USO DEL ESPACIO PÚBLICO EN MADRID La concepción del uso del espacio público por parte de los autóctonos ha ido cambiando en Madrid en razón de que las necesidades también se han ido modificando y por las nuevas ofertas de lugares de recreo tales como parques temáticos, aquópolis, etc. Y probablemente porque se ha pasado a un uso más privado. Así como en otros aspectos de la vida cotidiana y social de los madrileños han sufrido un proceso de privatización y fundamentalmente mercantilización 4 Agradezco especialmente a Sileny Cabala por su gran dedicación en el desarrollo del trabajo etnográfico en dichos parques. 5 El parque de Pradolongo es el cuarto de Madrid por su extensión después de la Casa de Campo, El Retiro y el Parque del Oeste. 6 El parque Olof Palme, es un área verde de 46.600 metros cuadrados situado al sur de Madrid, en el distrito de Usera al igual que el de Pradolongo. 193 también lo han sido las actividades del ocio y del tiempo. Por ejemplo, hacer deportes en los parques hace 40 años no era un hábito social como es el caso de salir a correr, hacer tai-chi y yoga. En cambio ahora es más habitual. Es decir que también en relación al deporte se han modificado los hábitos de los madrileños introduciéndose nuevas prácticas deportivas. Antes se reunían familias autóctonas enteras en los parques, abuelos, tíos, padres e hijos sin embargo, hoy en día ni siquiera en verano es común tal práctica. Varias razones confluyen en estos cambios: por un lado el modelo familiar actualmente es claramente nuclear, es decir, los padres y los hijos. También la mayoría de las familias disponen de vehículo particular lo que les permite desplazarse a la sierra madrileña y a otros sitios de recreo. También se ha dado un doble proceso de privatización y de mercantilización que supone cambio de hábitos (Aramburu, 2008: 145). Privatización en el sentido de que las familias también pueden reunirse en espacios privados no sólo en las casas sino en los grandes centros comerciales donde también hay ofertas de ocio para que la gente pueda pasar gran parte del día. Así se pueden hacer las compras mientras los niños pequeños juegan en zonas infantiles bajo vigilancia de personal contratado por los centros comerciales. Y significa también un proceso de mercantilización del ocio y del tiempo libre comparado con varias décadas anteriores. El individuo o la familia deben pagar por esos servicios de recreo. Adquieren estos centros privados mayor relevancia en determinadas estaciones tales como el invierno que por la crudeza del clima continental madrileño hay que recurrir a sitios cerrados para disfrutar del tiempo libre. Los parques en esta época sirven para disfrutar de paseos y algunos deportes, actividades que no lleven demasiado tiempo y que puedan hacerse a pesar de las inclemencias del tiempo. CONCEPCIÓN DEL USO DE LOS ESPACIOS PÚBLICOS DE LOS INMIGRANTES ANDINOS EN MADRID Según el Instituto Nacional de Estadística (INE) 7 a primeros del año 2006, los inmigrantes de Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú sumaban 203.670 personas. Éstos representaban el 46%, casi la mitad, de la población inmigrante sobre una población madrileña de 6.400.000 habitantes en la Comunidad de Madrid. El grupo mayoritario eran los ecuatorianos con 113.390 nacionales, seguidos por los colombianos con 36.216, los peruanos con 29.373 y los bolivianos que eran 24.691. Todos los grupos tenían una mayoría femenina que de media, entre todos, daba el 54%. Esto explica que la afluencia de las mujeres andinas sea mayoritaria 7 Fuente: INE: http://www.ine.es/inebmenu/mnu_cifraspob.htm visto por última vez el 10/09/2012. 194 en los parques. De hecho, las mujeres colombianas representaban el 57% de su colectivo y las bolivianas el 56%, bajando dicho proporción en los ecuatorianos (53%) y peruanos (52%). A pesar de que estas comunidades presenten una mayoría femenina debemos partir de la idea de que la concepción del uso de los espacios públicos no es homogénea entre los distintos países de donde ha venido la inmigración (Torres, 2005: 245). Y es muy probable que, aunque hagamos una clasificación muy elemental y general, por ejemplo, entre países de Europa del Este y países andinos y países del Magreb, nos encontremos que dentro de cada gran grupo existen diferencias notorias. Sin embargo, nos animamos a establecer algunos rasgos generales del que llamamos dentro de los sudamericanos el tipo “andino”. En primer lugar, denominamos “andinos” a los grupos procedentes de Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú en función del lugar de procedencia geográfica y porque genéricamente desde sus países de origen tienen este auto-concepto. De la misma forma que llamamos latinoamericanos a los inmigrantes que proceden de este subcontinente. Por otra parte, los países andinos (incluyendo a Chile y Venezuela) forman un ámbito geográfico diferenciado en América del Sur, por su peculiar condición de estar enclavados en la cordillera de los Andes. Los cuatro primeros políticamente han constituido la Comunidad Andina de Naciones (CAN). Ellos mismos sostienen que tienen un pasado histórico común y una gran diversidad cultural, étnica y lingüística. Con cautela, dada dicha pluralidad y diversidad interna, usamos dicho término aquí. Pero sostenemos que, por encima de esa diversidad, les unen muchas cosas que a su vez le diferencian del resto de los latinoamericanos respecto al uso de los espacios públicos en Madrid. Por ejemplo, las dominicanas a primeros de la década de los noventa fueron las primeras en reunirse en plazuelas de Madrid. Pero con el paso del tiempo esa práctica desapareció. Tampoco hay consignadas concentraciones de grupos de otros países latinoamericanos como, por ejemplo, argentinos y uruguayos, paraguayos o brasileños. En segundo lugar, en el uso de los parques de Madrid presentan algunas características similares. Una de ellas es que llama la atención a los inmigrantes andinos la existencia de una regulación legal del espacio público en Madrid. Es decir, de una normativización del uso de los espacios públicos que consideran exagerada respecto a cómo se hacía en sus países de origen. Aceptan que existan normas que establezca una serie mínima de orientaciones en la convivencia en los parques pero no logran comprender la cantidad de limitaciones a su uso (Aramburu, 2008b: 37, Stein, 2003: 49). Unido a ésta se haya la percepción de la vigilancia y control por parte de distintos 195 cuerpos policiales, servicios de limpieza, etc. que era desconocida y mucho menos presente en sus países de origen. Esta vigilancia hace que sea más difícil sortear los escollos que ésta presenta. No olvidemos también la sensación de inseguridad que sufrían y aún lo sienten muchos de los inmigrantes por la falta de documentación legal (Aramburu, 2008b: 37, Stein, 2003: 67, Torres, 2005: 35). A continuación detallamos aquellos aspectos sobresalientes que caracterizan la concepción del uso del espacio público por parte de los inmigrantes andinos. EL DEPORTE COMO ACTIVIDAD AGLUTINANTE DE LOS INMIGRANTES ANDINOS EN MADRID Parece ser una constante en los distintos grupos de origen andino, aquí citados, que se reúnen en los parques dado que el deporte es una actividad que les aglutina. La práctica deportiva en lugares públicos en sus países durante el fin de semana ha sido trasladada a Madrid. Basta si no ver parques, plazas, jardines, centros deportivos, en fin, un sinnúmero de sitos donde se puede observar a los inmigrantes haciendo deporte. Muchas veces junto a los autóctonos, si mayor discriminación. Lo que parece ser en un principio una actividad espontánea en realidad esconde una práctica organizativa de gran envergadura. Allí donde hemos podido acceder o contactar directamente se ha constatado que muy pronto se organiza la actividad deportiva. Muchas veces es a través de un líder quien organiza equipos, alquila redes,… Pero rápidamente se organizan ligas deportivas que muchas veces culminan en la creación de una asociación que avala dicha actividad. (Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid, 2012: 17) Al menos en el lenguaje de los inmigrantes le llaman asociaciones pero queda la duda de si es efectivamente una asociación de inmigrantes con el pertinente reconocimiento legal. En el caso de los ecuatorianos, colombianos, peruanos y bolivianos y seguramente en otros colectivos inmigrantes el deporte es una actividad que permite reunir a la familia durante los fines de semana alrededor del cual se realizan otras actividades paralelas. En el colectivo ecuatoriano algunas veces culminan los campeonatos deportivos con la elección de una joven como “miss” o “reina” de la región ecuatoriana mayoritaria reunida en ese momento. Los deportes más apreciados son el voleibol, el fútbol, el baloncesto y el fútbol sala. El primero es muy practicado por los ecuatorianos en su país de origen que lo llaman “Ecuavoley”, teniendo su origen en la sierra ecuatoriana. Esta variante 196 del voleibol se caracteriza porque participan dos jugadores menos (tres en total) y necesitan una red especial diferente a la tradicional (Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid, 2012: 16). Normalmente forman equipos de hombres pero también se ha constatado la existencia de equipos femeninos que juegan entre sí. Raro es el caso de equipos mixtos. En Ecuador aprecian mucho a aquellos jugadores que son especialistas en pegarle bien al balón. Al igual que en aquél país, los ecuatorianos apuestan con dinero por los equipos en liza. Con lo cual se crea un negocio alrededor de este deporte. En Ecuador hay apostadores que pueden ganar hasta el equivalente de un salario allí (de 100 dólares) en una o dos sesiones de apuestas. Las cantidades de dinero que se ponen en juego son aún mayores que en Ecuador dado el mayor poder adquisitivo. Los apostadores profesionales que ya lo eran en su país siguen apostando fuerte y ganando buenas sumas de euros. Algunas de las causas de los enfrentamientos y peleas que suceden de vez en cuando en los parques provienen por desavenencias entre los apostadores. A ello hay que sumarle los efectos del alcohol. Hasta ahora hemos detectado el sistema de apuestas en torno al ecuavoley solamente en los ecuatorianos. Los bolivianos son también muy aficionados al voleibol en su país lo que se traslada a Madrid. Mientras que los colombianos practican mucho al fútbol, deporte muy apreciado allí y aquí. En todos estos deportes en los parques madrileños se forman equipos de adultos y de niños. LOS PARQUES DE MADRID: LUGAR DE ENCUENTRO Y DE DISFRUTE DEL OCIO Como hemos señalado anteriormente los parques suelen ser un lugar de encuentro prefijado de antemano, desde el país de origen. Muchos inmigrantes viajan desde su país con la idea de que en el “parque tal” va a reunirse con sus parientes y paisanos y que ahí podrá encontrar respuestas a sus preguntas y satisfacción a sus necesidades de su estancia en Madrid. Como decía un entrevistado boliviano: “Y también hay otra cuestión que quería decirte y es que en esta época, hace 4 años atrás, fue cuando nos dimos cuenta de lo que está llegando porque se volvía “punto de encuentro”. Llegaban al aeropuerto y decían: “Doce de Octubre, Doce de Octubre...”. Era punto de encuentro y de contacto nada más llegar al aeropuerto. Era como un busca persona, incluso sin saber la dirección. Se 197 encontraban tíos y parientes que no sabían cierto dónde se encontraban. En esa época no había restaurantes bolivianos.” (Omar, boliviano, 35 años). En Madrid hay varias formas de enterarse de los lugares de reunión. Como decía una mujer ecuatoriana: “se escucha mucho, se escucha mucho en el metro ya cuando uno se viaja en el autobús ya la gente te lo va diciendo… que se encuentran aquí en Lago, antes en el Retiro, Casa de Campo también me han dicho pero no me he ido y ya eso…” (Luisa, ecuatoriana, 40 años). Sin embargo, en la medida que ha ido creciendo la variedad de sitios de reunión, con la apertura de restaurantes, casas de comida, bares, etc. por los inmigrantes más emprendedores, ha aumentado especialmente en invierno la competencia a la reunión en los parques. “Desde el momento en que se crean restaurantes también disminuye la gente aquí porque ya hay donde ir, antes no había donde ir a reunirse, si querías comer algo boliviano tenías que ir al Doce de Octubre. Si te apetecía algo especial ibas allí. Alguna gente tenía en su domicilio pero eso no era restaurante, tenías que conocerlo y tal, desde el momento que tienes los restaurantes te vas allí, ya no vas al Doce de Octubre”. (Carlos, boliviano, 38 años). Para los recién llegados y los que llevan poco tiempo en España, la asistencia a estas grandes reuniones en los parques, supone un motivo de regocijo y arropamiento fraternal que ayuda a sobrellevar la soledad y la adaptación al lugar. “Yo, la primera vez, al principio me gustó porque yo no conocía a nadie en España. Íbamos y imagínate encontrar una bebida de tu país, eso era... o comerte una empanadilla de allá... era muy rico, ver a gente y tal...” (Johanna, colombiana, 42 años). Tal como hemos comprobado en la observación etnográfica de los parques mencionados hay un porcentaje importante de personas que estaban solas en su primera época de inmigración. El recurso especialmente es salir para encontrarse con grupos de su propio país para mitigar la soledad los días que no trabajan, especialmente los fines de semana. Soledad que se evidencia cuando se encuentra con otros compatriotas que tienen a su familia en Madrid. Uno de los entrevistados ante la pregunta de si no había entablado amistades aquí contestaba: 198 “Si, pero cada quien tiene sus compromisos, sus parejas ¿no? Pasan nomás con familia. Yo acá estoy solo… no puedo tampoco interrumpir. Yo sé que tampoco me van a decir que no. Pero siempre ante eso uno no se siente bien ¿no? Pero siempre salgo así a caminar solo, a distraerme un poco. Pero me siento agobiado, me siento mal, tengo nostalgia…” (Alberto, ecuatoriano, 45 años). APROPIACIÓN REAL DE TERRITORIO O TERRITORIALIZACIÓN Los términos territorialización y desterritorialización están siendo usados como términos afines en el ámbito del transnacionalismo y que explicaría distintas características en la configuración de las comunidades étnicas transnacionales. Como refiere el antropólogo Michael Kearney (Kearney, 1995: 549) el término desterritorialización (deterritorialization) tiene varios usos para referirse a tales procesos transnacionales. El transnacionalismo visto por este autor coincide con la globalización si bien tiene una extensión limitada. Mientras los procesos globales están ampliamente descentralizados de los territorios nacionales específicos y se dan en un espacio global, los procesos transnacionales están anclados en que trascienden uno o más estados nacionales. Así transnacional es el término utilizado cuando se refiere por ejemplo, a la migración de nacionales a través de las fronteras de una o más naciones. Levitt, De Wind y Vertovec (2003: 565) señalan el reconocimiento de que algunos migrantes mantienen fuertes lazos duraderos con sus tierras de origen al mismo tiempo que son incorporados en sus países de acogida. Y esto sitúa la cuestión de las asunciones convencionales acerca de la dirección y los impactos de la migración internacional. Y se habla de prácticas transnacionales. Además, reconocen que lo que significa “transnacionalismo” y qué debería y qué no debería ser incluido bajo esta rúbrica, no es siempre claro. En la misma línea que Levitt et al. (2003: 565) Bauböck explica que: “El término “transnacionalismo” se aplica a las actividades humanas y a las instituciones sociales que se extienden a través de las fronteras nacionales. La definición de transnacionalismo se refiere, además, a los estados como entidades políticamente delimitadas, con fronteras, las cuales son atravesadas por movimientos o gente, dinero o información y son cruzadas por redes sociales, organizaciones y campos” (Bauböck 2003: 701). 199 En realidad se han propuesto varias nociones que intentan definir el panorama del transnacionalismo vinculado a la migración. Así como ha citado Suárez (2006: 8) se han usado las siguientes nociones: circuitos migratorios transnacionales (Rouse, 1992) sociedades binacionales o referencias biculturales (Vertovec, 2003), formaciones sociales transnacionales (Guarnizo, 1998), comunidades transnacionales o desterritorializadas (Levitt, 2000), espacios migratorios transnacionales (Faist, 2000, Eguren, 2011) o campos migratorios transnacionales (Blasch, et al., 1994, Levitt y Glick Schiller, 2004). En lo que respecta a nuestro tema, el uso más apropiado hace relación a que los migrantes se trasladan y crean espacios transnacionales; que pueden tener el potencial de liberar a los connacionales quienes son capaces de escapar en parte de la hegemonía totalizante que un Estado fuerte puede tener dentro de sus fronteras nacionales. Basch et ál. (Basch, 1994, Baubock, 2010) argumentan que en estas situaciones un Estado-Nación puede extender su hegemonía sobre sus ciudadanos quienes como emigrantes y refugiados, residen fuera de sus fronteras nacionales. El Estado puede argüir que esos ciudadanos emigrados constituyen parte de la población de su país, como decía el presidente Arístide de Haití definiendo a los haitianos de los Estados Unidos de América como un “décima provincia”, agregándola a los otras nueve del estado haitiano. Entendemos ambos términos como relacionados pero especificando cada uno un aspecto del proceso de transnacionalización de los inmigrantes. Por desterritorialización entendemos el proceso por el cual los emigrantes pierden poder de influencia y dominio sobre territorios nacionales por efecto de la emigración, mientras que territorialización e incluso reterritorialización es el proceso por el cual los inmigrantes ganan espacios como grupo étnico o minoría étnica adueñándose al menos temporalmente de determinados territorios. En este sentido el fenómeno conocido de la exclusión social en los espacios sociales ya fue tratado por Simmel (1986). Al mismo tiempo territorialización se puede interpretar como la apropiación por grupos o comunidades étnicas de espacios físicos en las ciudades donde éstos se hacen dueño de determinados barrios (Garcés, 2006: 11, 30). En este sentido puede ser entendido como una compensación por la pérdida de territorios definidos en su país de origen (Chullila, 2005: 64, Juliano, 1994: 93). Entonces, consideramos que los inmigrantes en Casa de Campo como en otros parques, plazas, jardines, etc., lugares públicos de Madrid, se apropian, al menos temporalmente, de determinados espacios que usan como propios. Como ha de observarse no se apropian, por ejemplo, de todo el espacio físico de Casa de 200 Campo sino de determinadas zonas y en días concretos. En la medida que la población autóctona entiende que es una apropiación limitada, temporal y alejada de su centro vital, entiéndase viviendas y entorno más cercano, es tolerante con esta práctica. Pero cuando los sitios son más cercanos, se consideran como neurálgicos en la vida barrial y se sienten desplazados de su uso, entonces el sentimiento de pérdida de territorio se acrecienta. Es lógico entonces que se incrementen las tensiones (Stein, 2003: 68). Los alóctonos no solamente definen fronteras internas en los parques respecto a la población autóctona sino respecto a las otras minorías que hacen uso de dichos espacios. La territorialización no significa apropiación de dichos espacios físicos sino establecimiento de actividades y prácticas propias que tienen un sentido especial de pertenencia étnica. Se considera que lo que se ofrece es para uso y consumo interno del mismo grupo. Una vez que dicho fenómeno de territorialización gana espacios y pervive en el tiempo, a pesar de su inestabilidad, intentan legitimarla mediante negociaciones con los vecinos, agentes policiales o con el mismo ayuntamiento. Para ello es necesario que ese grupo tenga una organización con un portavoz que asuma el rol de la defensa, a veces supuesta, de los intereses de todo el grupo. A menudo se confunden los roles y el portavoz del grupo es al mismo tiempo el que ejerce una autoridad sobre los que llevan algún negocio, autoriza la instalación de puestos de venta y cobra también por ello como si fuera un impuesto. Como decía un inmigrante ecuatoriano en Casa de Campo: “… este campo deportivo, como digo yo, es un campo cerrado, donde hay una persona con quien se habla y la gente que está en condiciones dice: ‘Sabes, yo quiero ponerme un negocio de comida’. (El otro le responde): ‘Pues, vaya a hablar con la persona encargada y le dice tanto le cuesta, ponga su negocio.’ Ya ella sabrá si va a rentarle o va a la pérdida, ya eso depende de la persona. Pero, permisos, permisos, nada de permisos. Ahí la gente viene, habla con la persona encargada y se posesiona si la gente sabe hacerlo…” (Eleuterio, ecuatoriano, 36 años). Posteriormente y para perplejidad de vecinos y poderes locales buscan negociar de igual a igual con argumentos reivindicativos de quienes tienen derechos adquiridos. Este ha sido el caso del grupo embrión de la CONADEE (actual asociación ecuatoriana) en el Parque del Oeste, de ACOMA en Pradolongo y de los europeos del Este en Aluche. 201 FORMAS DE ECONOMÍA ÉTNICA INFORMAL Y ESPORÁDICA EN LOS PARQUES MADRILEÑOS Uno de los aspectos que sobresalen en la actividad de los inmigrantes, especialmente andinos, en los parques madrileños es el negocio de la venta de comida, bebidas, otros artículos y alquiler de redes de deporte. No es un fenómeno desconocido ni antiguo en España (Buckley Iglesias, 1998: 183). Lo que resulta llamativo es que se lleve a cabo teniendo en cuenta la restrictiva normativa vigente, que prohíbe la venta de comida sin la autorización correspondiente en los parques, sin haber pasado el respectivo control de las autoridades sanitarias. Probablemente haya sido la comunidad peruana la que en la década de los noventa introdujo una modalidad novedosa en los parques madrileños: la venta ambulante de comida típica de su país y de bebida en las concentraciones que llevaban a cabo en La Chopera en el parque de El Retiro. Ellos abrieron un camino para los grupos de inmigrantes, especialmente ecuatorianos y bolivianos. La forma de economía étnica andina ha ido evolucionando pasando de la informal y esporádica de la venta ambulante en los parques a la formal con la apertura de pequeños restaurantes de comida ecuatoriana y boliviana. Éstos están destinados al uso de los miembros de dichas comunidades inmigrantes abriendo un espacio que hasta primeros años del siglo XXI no existía. Es verdad que, con el paso del tiempo, también la clientela se amplía incluyendo a la autóctona. Algunas de las vendedoras ambulantes que ya llevan mucho tiempo vendiendo en los parques han logrado instalar sus pequeños restaurantes. Se complementa la actividad de éstos y la venta ambulante de comida con la existencia de estos productos en el mercado. A las vendedoras ecuatorianas y bolivianas de comida el abastecimiento seguro de los mismos les facilita para la preparación de los platos típicos de sus países, comparado con épocas anteriores que dependían mucho de los que venían y les traían esos productos. Además de facilitarles dicha tarea los precios se han vuelto más asequibles, por lo que les proporciona mayor margen de ganancia. Los bolivianos en aquella época constituía una inmigración nueva con pocos años en su haber, aún insuficiente como para haber montado una economía propia, sin embargo, ya se había constatado que alguna antigua vendedora ambulante de comida había puesto ya su propio restaurante. Una característica común de estas formas de economía étnica informal y ambulante es que se concibe como un negocio familiar (Eguren, 2012, Gómez, 2006, Light y Gold, 2000). Las mujeres tienen el apoyo de sus padres, maridos, hermanos y/o hijos en la compra de los comestibles y en la aportación económica 202 para su adquisición, elaboración de las comidas y posterior traslado y vigilancia en la venta en el parque. Además, en algunos sitios se puede encontrar que varias hermanas regentan varios puestos de venta. Es el caso del clan de los “Collamuayo” procedentes de la ciudad ecuatoriana de Calderón en un parque céntrico de Madrid, en el que tres hermanas controlaban 3 puestos de venta de comida de los 8 presentes. Tenían a su madre, mujer de unos 70 años vigilando la zona para dar el aviso por si venía la policía. Además, en muchos casos la familia debe entenderse en sentido extenso por lo que pueden participar también primos, tíos, sobrinos… LA VENTA AMBULANTE DE COMIDA EN LOS PARQUES Se constata que la venta de comida y bebida en los parques responde a un mismo patrón de división del trabajo que denominamos división de género del trabajo. Porque las que cocinan y venden los platos típicos son mujeres, la mayoría de las cuales ya lo hacía en su país. En esta tarea suelen ser ayudadas por sus maridos, parejas, hermanos y/o hijos. La labor del varón es ayudar a la mujer en la compra y en el traslado de la comida. Son ellos los que conducen los coches o furgonetas y luego ayudan a las mujeres a trasladar las ollas y las grandes bolsas conteniendo los productos. Luego ya en el lugar de venta están en segundo lugar, a veces dando una mano en la venta, otras trayendo más ollas u otros continentes con comida que han estado resguardados en los coches o escondidos en arbustos en el parque para que no se los incaute la policía. En el año 2005 detectamos que había vendedoras que llevaban más de ocho vendiendo comida en los parques madrileños. Esto significa que han asentado ya su negocio ambulante y que han capeado muchos temporales por la presión policial. Por otra parte significa también que han fidelizado su clientela, quizás en parte a que muchos de ellas ya eran conocidos en su tierra. Por lo cual ya venían con una clientela creada en su propia tierra. Esta es una de las características del transnacionalismo étnico. De manera que al principio de la “apertura” de su negocio ya tenía sus clientes. La táctica publicitaria del boca a boca o de boca a oreja resulta ser la más exitosa en este caso. Es una táctica que ya comienza a hacerse desde su barrio, pueblo o ciudad en su país de origen: “Vete a un parque que se llama Casa de Campo, en Madrid, donde está fulanita con su puesto de venta de nuestras comidas”. Uno de los puntos a favor de esta venta ambulante de comida es el precio. Si un plato de encebollado o de fritada te sale 3,5 euros en Casa de Campo y “con veinte euros puede comer una familia de cuatro personas, por que voy a ir a una 203 casa de comidas ecuatoriana que me sale el doble.” “La diferencia está en que en la casa de comidas estás sentado en una mesa y además incluido en los 7 euros está la cola (sucedáneo de la Coca Cola”. OTRO TIPO DE VENTAS Y SERVICIOS AMBULANTES Además de la venta de comida y bebidas existen otro tipo de ofertas en los parques que acompañan a la primera. Se ha extendido el tipo de top manta en el cual se venden cd-roms de música popular del país de origen, venta de ropa como gorros, pantalones, jerséis, gorras, guantes,… Y también de productos de artesanía tales como pulseras y collares. Además se vende tabaco, golosinas, chicles y otros productos afines. En Casa de Campo se habían contabilizado en el invierno de 2006 hasta 32 puestos de venta de cd-roms de música y vídeos, cuatro puestos de vendedores de gorros, guantes, pantalones en invierno. Podemos establecer la suposición que en primavera el número de puestos se verá incrementado. Ya están preparados para recoger rápidamente en cuanto haya la más mínima señal de que se acerca la policía. En esto no difiere de la organización que existe en otros sitios donde venden inmigrantes senegaleses, sudamericanos, etc. en distintos puntos de la capital. A veces es un paño extendido en el suelo donde extienden los artículos de venta con un cordón que, a la primera señal de aparición de vigilantes o policías, tiran de éste cerrando instantáneamente el paño y se lo llevan colgando en forma de hatillo. Suelen estar organizados de manera tal que siempre tienen a alguien que vigila y les da el aviso de la cercanía de las fuerzas de seguridad. Suele ser un familiar o amigo varón con el que tienen la suficiente confianza como para asignarles esa tarea de vigilancia. Los familiares varones además de ayudar en las tareas de apoyo en el traslado y venta de productos cumplen una función importante de proteger a sus mujeres de cualquier problema, discusión o pelea que haya entre los paisanos. Sin embargo, ellos suelen estar en segundo plano. De la misma manera cuando hacen aparición los policías prefieren estar un tanto al margen porque confían que las mujeres tienen sus artes para intentar persuadir a éstos. Aunque muchas veces ellas salen huyendo dejando sus productos que son requisados por la policía. Un capítulo aparte lo constituye la venta de medicinas traídas ex profeso desde el país de origen. Entre los ecuatorianos se ha descubierto que también traen desde su país de origen medicamentos tales como Afinalín (es como una aspirina), Contrex que lo toman con coca cola hirviendo y con limón por la noche para los 204 catarros. Como decía una ecuatoriana: “Al otro día por la mañana una está como nueva”. También traen Vaporal (especie de Vaporub), pomadas, mentol y linimento especial para los jugadores de fútbol y de voleibol. Muchos sufren dolores musculares y contracturas por los golpes o malos movimientos durante los partidos. Como nos decía una mujer: “Nosotros confiamos sólo en lo de allá”. Finalmente, nos queda por referirnos al caso del servicio de peluquería al aire libre en los parques, un fenómeno nuevo y desconocido en Madrid e incluso en Ecuador, de donde se ha importado. Parece que este negocio funcionaba solamente en Casa de Campo, según hemos corroborado en nuestro trabajo de campo. Allí se establecían los fines de semana hasta 12 peluqueras en la hora de máxima afluencia por la tarde. Ellas atienden a sus clientes normalmente varones, es muy raro que haya mujeres, con amabilidad y paciencia, permaneciendo muchas horas de pie. Solían estar desde las 11 horas hasta que anochece y a veces más tarde. Por lo que las que más tiempo atienden suelen estar una media de 8 horas de pie cortando el pelo. Cuando anochece se ayudan con la luz de las farolas. Ellas protestan porque a veces no tienen tiempo de ir al aseo, cosa inexistente en el lugar. CONCLUSIONES En este trabajo hemos intentado, tras una exploración etnográfica en algunos parques madrileños, identificar las formas de apropiación del espacio urbano por parte de los inmigrantes latinoamericanos de origen andino. Dado que estas formas de apropiación están inscritas dentro de los procesos transnacionales, hemos utilizado el término territorialización. Según el cual los migrantes en sus desplazamientos pierden el dominio sobre determinados territorios, incluso simbólicamente, lo que se entiende bajo la denominación de desterritorialización y a la vez ganan otros espacios adaptándose a las nuevas pautas culturales y sociales (territorialización). En primer lugar concluimos que existe un modelo de utilización de los parques que denominamos “andino” ya que son los ecuatorianos (especialmente de la sierra), peruanos, colombianos y bolivianos quienes recurren a estos espacios urbanos. Y es una práctica que no utilizan otras comunidades latinoamericanas en Madrid. Se ha constatado que los parques suelen ser un reclamo para los inmigrantes en la primera estancia de asentamiento en la ciudad. A ello coadyuva las situaciones de soledad en que viven muchos inmigrantes andinos, la mayoría en su primera etapa antes de la reagrupación familiar. Es una práctica transnacional dado que muchas veces el sitio de reunión está ya estipulado para el migrante desde su 205 país de origen, donde le dicen donde puede encontrarse con sus compatriotas. Hemos comprobado que si bien es cierto que en un principio los inmigrantes intentan replicar las pautas culturales acerca del uso del espacio público, casi inadvertidamente con el transcurso del tiempo, van modificando sus pautas culturales. Si en un comienzo se reúnen en parques porque en sus países lo hacían y lo hacían en plan familiar, las motivaciones y necesidades de fondo se modifican insertándose en un proceso de privatización de los espacios, al uso de los autóctonos. Depende en gran medida de la ampliación de las ofertas de ocio y tiempo libre que ofrece la sociedad de acogida y las que crean las propias comunidades inmigrantes. También depende de la estabilidad en el asentamiento de la comunidad inmigrante, del proceso de regularización jurídica y de la estabilidad laboral. Es decir, que la interacción de los inmigrantes andinos con la sociedad madrileña influye en la modificación de la pauta cultural relativa al tiempo libre y al ocio de la misma manera que un mayor nivel socio-económico también influye simultáneamente en modificar dichas pautas culturales. Lo que parece ser una cuestión esporádica y espontánea de las concentraciones cada vez da muestras de tener por debajo una organización vinculante de los espacios, actividades e incluso interacciones centradas en el deporte, actividades y servicios de venta ambulante, y disfrute de la gastronomía de su país a precios módicos. Acerca de los objetivos de los encuentros en los parques por parte de los inmigrantes encontramos que se distinguen según si la actividad es lúdica, deportiva o lucrativa. En algunos casos se mezclan dos o tres de éstos. Cuando el objetivo del grupo es meramente lúdico lo que se pretende es encontrarse con otros paisanos, sentirse arropados e ir resolviendo necesidades y preocupaciones que tienen para afrontar la inserción en Madrid. El segundo grupo se reúne por llevar a cabo actividades deportivas a las que ya estaban acostumbrados a realizar en su país natal. Se ha comprobado que el deporte aglutina a la mayoría de las comunidades andinas residentes en Madrid. Un tercer grupo organiza actividades en función de un objetivo lucrativo. El interés es aprovechar esas concentraciones para hacerse de un dinero extra durante los fines de semana. Normalmente es gente que trabaja entre semana en otras actividades y el fin de semana se dedica a la venta ambulante. Finalmente cabe destacar que muchas actividades económicas actualmente insertas en la economía formal nacieron, en el caso de los inmigrantes, como actividades puramente informales. 206 BIBLIOGRAFÍA Aramburu, Mikel 2008 “Usos y Significados del espacio público”. En Revista: ACE© Arquitectura, Ciudad y Entorno, Año III, núm. 8, pp. 143-151, Barcelona, España. ___2008b “Inmigración y usos del espacio público”, en Los Monográficos de B.MM, nº 6. www.bcn.es/publicacions/b_mm/ebmm_civisme/034-042.pdf, visualizado 6 de septiembre de 2012. Barbero, Iker 2008 “Las ciudades como espacios de interlegalidad en el fenómeno de la inmigración”, En ACE: Architecture, City and Environment = Arquitectura, Ciudad y Entorno [en línea], Año III, núm. 8, Octubre. P. 151-162 Basch, L., Glick Schiller, Nina y Sanzton-Blanc, C. 1994 “Nations Unbound: Transnational Projects, Postcolonial Predicaments, and Deterritorialized Nation-States”. Langhorne, PA; Gordon & Breach. Bauböck, Rainer 2003 “Towards a Political Theory of Migrant Transnationalism”, International Migration Review, Vol. 37 Number 3 (Fall 2003): 700-723. Bauböck, Rainer y Faist, Thomas (eds.) 2010 “Diaspora and Transnationalism. Concepts, Theories and Methods”, Amsterdam University Press, Amsterdam. Chulilla, Juan Luis y Azagra, Pilar (eds.) 2005 “Espacios urbanos e inmigración en el Madrid del s. XXI”, Editorial La Casa Encendida, Madrid. Díaz, Fabiá y Ortiz, Anna s/f “Ciudad e Inmigración: uso y apropiación del espacio público en Barcelona, En Alicante: Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, 2006, www.cervantesvirtual.com/descargaPdf/ciudad-e-inmigracin-uso-y... Visualizado el 10 de septiembre de 2012. Eguren, Joaquín, 2011 “La construcción de las comunidades latinoamericanas transnacionales en España” en Psicoperspectivas, Individuo y Sociedad, vol. 10, págs. 69-98. ___2012 “Cultura, etnicidad y economía. El autoempleo en la Comunidad marroquí en Madrid”. En Lopez Castellano, Fernando, García Quero, Fernando y Abbousi, Mourad, Empresariado Inmigrante, Instituciones y Desarrollo, Editorial Comares, Granada, España, pp. 131-145. 207 Faust, Thomas 2000 “The Volume and Dynamics of International Migration and Transnational Social Spaces”. Oxford: Oxford University Press. Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid 2012 “Buenas Prácticas en convivencia social e intercultural en el ámbito comunitario”. ASETIP Gráficas, Madrid. Garcés, Alejandro, 2006 “Configuraciones espaciales de lo inmigrante: usos y apropiaciones de la ciudad”. En Papeles del CEIC, 20, 2006, 1-34. http://www.ehu.es/CEIC/papeles/20.pdf Visualizado el 10 de septiembre de 2012. Gigosos, Pablo y Saravia, Manuel 2007-2008 “Negociar con las manos” el espacio público” En Papeles, nº 100, pp. 117-127. Gómez, Paloma 2006 “Inmigración y Comercio en Madrid: Empresarios, Consumidores, Trabajadores y Vecinos”. Observatorio de las Migraciones y de la Convivencia Intercultural de la Ciudad de Madrid, Madrid. Guarnizo, Luis Eduardo 1998 “The Rise of Transnational Social Formations: Mexican and Dominican State Responses to Transnational Migration”, en Political, Power and Social Theory, nº 12. Juliano, Dolores 1994 “Un lugar en el mundo: identidad, espacio e inmigración” en Documentación social, Nº 97, págs. 91-100. Kearney, Michael 1995 “The local and the Global. The Anthropology of Globalization and Transnationalism”. En Annual Revue Anthropology, 1995, 24: 547-65. Levitt, Peggy, DeWind, Josh, Vertovec, Steven 2003 “International Perspectives on Transnational Migration: An Introduction”, International Migration Review, Vol. 37, Number 3, Fall 2003, 565-575. Levitt, Peggy y Glick Schiller, Nina 2004 “Conceptualizing Simultaneity: A Transnational Social Field Perspective on Society”, International Migration Review, Volume 38, Issue 3, pages 1002– 1039. 208 Light, Ivan. & Gold, Steven 2000 “Ethnic Economies”, E. Academic Press, California, Estados Unidos de América. Martínez Veiga, Ubaldo, 1999 “Pobreza, segregación y exclusión espacial. La vivienda de los inmigrantes extranjeros en España”. Ed. Icaria-Institut Català d’Antropologia, Barcelona. Monnet, Nadja 2000, “El uso del espacio público por parte de los nuevos habitantes del Cas Antic de Barcelona: Continuidad e innovaciones”, En Scripta Nova, Universidad de Barcelona, Nº 69 (48) Müllauer-Seichter, Waltraud 2007 “La intervención ciudadana en la transformación de los espacios públicos”. En Revista de Dialectología y Tradiciones Populares, enero-junio, vol. LXII, n.o 1, págs. 167-185 ___2009 “El Espacio público en Madrid: usos de siempre y usos importados… ¿Disfrute para todos?”. En Diálogos 12, Boletín Informático. Año V, Nº 12. Madrid, Área de Gobierno de Familia y Servicios Sociales. Pedone, Claudia et al. 2010 “Migraciones y Género en la ciudad sobre las diversas formas de pensar y habitar el espacio público”. Actas de las X Jornadas Nacionales de Historia de las Mujeres y V Congreso Iberoamericano de Estudios de Género: “Mujeres y Género: Poder y Política”, Luján, Argentina. Rouse, Roger 1991 “Mexican migration and the social space of postmodernism”, en Diaspora, vol. 1, nº 1, pp. 8-23. Simmel, Georg 1986 “Sociología. Estudios sobre las formas de socialización”, Alianza Editorial, Madrid, España. Stein, Véronique 2003 “La reconquête du centre-ville : du patrimoine à l'espace public”. Thèse de doctorat, Université Genève, Genève, no. SES 541, http://archiveouverte.unige.ch Visionado 30 de mayo de 2012. Suárez Navas, Liliana 2007 “La perspectiva transnacional de los estudios migratorios. Génesis, derroteros y surcos metodológicos”, V Congreso sobre la Inmigración en España, Migraciones y Desarrollo, Valencia. 209 http://www.adeit.uv.es/inmigracion2007/index.php. Visualizado el 10 de septiembre de 2012. Torres, Francisco 2005 “Los espacios públicos en la ciudad Multicultural. Reflexiones sobre dos parques en Valencia”, Puntos de Vista, 1, pp.33-49, Madrid, España. Valera, Sergi, 2008 “Conflicto y miedo ante un nuevo espacio público urbano”. En FernándezRamirez, B. y Vidal, T. (eds.) Psicología de la Ciudad. Debate sobre el espacio urbano. Barcelona: Editorial UOC, pp. 149-162. Vertovec, Steven 2003 “Migration and other Modes of Transnationalism: Towards Conceptual Cross-Fertilization”, International Migration Review, Vol. 37 Number 3 (Fall 2003): 641-665. Weber, Max 1921 “La ville, Aubier” [1982], Paris, Francia. ___1968 “Economía y Sociedad”, Fondo de Cultura Económica, México D.F., México. Recibido: 10 de junio de 2012 Aceptado: 31 de agosto de 2012 210 IDENTIDAD, MIGRACIÓN Y MEDIACIONES: ASPECTOS TRANSNACIONALES EN LAS EXPERIENCIAS DE MUJERES LATINOAMERICANAS EN ALEMANIA Sandra Gruner-Domic 1 La experiencia de mujeres inmigrantes en Alemania sirve como ejemplo, en este artículo, para reflexionar sobre los conflictos de alteridad e identidad que surgen en las retóricas discursivas de los países de acogida de inmigrantes. Las experiencias de vida de estas mujeres, como se identifican y prefieren verse representadas, demuestran cómo procesos de inclusión y exclusión ignoran algunas perspectivas y no están reflejadas en discursos sobre migración e inmigrantes que las caracterizan como diferentes u “otras”, negando la fluidez de identidades tanto personales como colectivas. Palabras-clave: identidad, inclusión/exclusión. migración, latinoamericanas, alteridad, This article uses the experiences of female Latin American immigrants in Germany as an example to think about the conflict of Otherness and identity that arise in discourses and rhetorical debates in the hosting countries of migration. The life experiences of these women, the way how they identify themselves or how they prefer to be seen, demonstrate how process of inclusion and exclusion ignore some of these women perspectives und are not reflected in migrations discourses that tend to characterize them as different or “Other”, denying the fluidity of personal and collective identities. Keywords: Identity, Migration, transnational, inclusion-exclusion, women, Latin America, Germany, 1 Sandra Gruner-Domic, es doctora en Antropología Social por la Universidad Humboldt Berlín. Docente en Sociología y Estudios de Genero en la Universidad de California del Sur: Los Ángeles, California - EEUU. Email: [email protected] 211 INTRODUCCIÓN Esta propuesta intenta un análisis general sobre la experiencia migratoria y su relación con los cambios de identidad. Observando la experiencia de mujeres latinoamericanas que emigran a Europa –centrándome más concretamente en el caso Alemán– quiero señalar los aspectos de identificación que acompañan situaciones de género, pan-etnicidad y cosmopolitismo. Dada la situación de que muchas de las migrantes mantienen relaciones transnacionales 2, que promueven un cambio constante de culturas, idiomas y a la vez la mantención de redes que perpetúan estas conexiones, es necesario apuntar de qué manera es manejada la flexibilidad adquirida por estas mujeres para entender cuán fluido es el proceso de identificación y qué mecanismos contribuyen a reconocer identidades colectivas. Empiezo haciendo una breve referencia al fenómeno migratorio y su relación con el cuestionamiento de la identidad, para mencionar luego cómo otros factores influyen y moldean procesos de identificación individuales y colectivos. Después expondré en detalle cómo los individuos perciben y actúan en relación a ciertas narrativas que los excluyen por diferentes motivos, para finalmente, mostrar las estrategias narrativas que las mujeres latinoamericanas emplean al describir su situación o identidad también de género más adecuadamente, tomando en cuenta que algunas mantienen relaciones transnacionales. Estas valoraciones se basan en observaciones y entrevistas efectuadas durante mi investigación para optar el título de grado entre los años 1998-2002 (Gruner-Domic, 2005). Las extensas entrevistas biográficas realizadas a 15 mujeres fueron hechas de forma más intensiva con sólo 9 de ellas en la ciudad de Berlín. La investigación de campo se extiende a varias de las comunidades de latinoamericanos (los latinos forman 1% de la comunidad inmigrante total en Alemania) así como el seguimiento de las entrevistadas. No todas las inmigrantes entrevistadas mantienen vínculos transnacionales por lo cual solo una pequeña parte de esta muestra ha sido utilizada para este artículo. Mi interés al realizar esta investigación fue observar cómo las mujeres maniobran identidades étnicas, nacionales, de género en nuevos contextos. Con este propósito escogí mujeres latinoamericanas indistintamente de su origen social, edad, profesión, etc. En especial por dos motivos: al ser un grupo pequeño en Alemania no es percibido como amenaza en retóricas nacionales, por otro lado al 2 Las relaciones transnacionales son múltiples y constantes interconexiones que ciertos inmigrantes mantienen cotidianamente construyendo y forjando campos sociales multi-situados, extendidos a través de fronteras internacionales no solo entre el país de origen y el de destino (Glick Schiller et. al. 1995). Para mayor detalle en la definición de transnacionalismo ver también Steven Vertovec (2002), L. Guarnizo y M.P Smith (1998). 212 ser considerado como un grupo pan-étnico 3, por otros así como por algunos de sus miembros, la oportunidad de diversificación en la muestra es mayor así como las oportunidades de identificación. El grupo de las entrevistadas abarcó mujeres entre 25 y 45 años de edad, que compartían la experiencia de haber migrado y cruzado fronteras culturales así como el haber recibido adscripciones de otredad. CUESTIONAMIENTO DE IDENTIDADES NACIONALES POR LA MIGRACIÓN El movimiento sucesivo de individuos de un lugar a otro genera cambios en la interacción entre los nuevos y antiguos residentes de un espacio local ciudad o lugar especifico. Uno de estos cambios es el cuestionamiento de narrativas nacionales y la reformulación de identidad debido a las negociaciones de derechos, deberes así como también alegatos de pertenencia, inclusión ó exclusión a cierto espacio. Estas negociaciones de derechos o pertenencia a un lugar que siempre se han dado, consideran la historia como fuente de legitimación y hoy son percibidas como respuestas políticas de identidad (identiy politics) étnicas y son puestas en contraste con el pasado. Por un lado, estas interacciones reflejan los diversos mecanismos y el modo en que funcionan al crear identidades de grupo. Por otro lado, podemos ver que no aparecen de la nada, sino que son la continuación de antiguas relaciones mayormente manifestadas en diferencias (étnicas, jerárquicas, raciales) que reproducen ciertas construcciones y al mismo tiempo están listas para implementar cambios (Kymlicka 1995, Korom 1994, Anderson 2006). Los procesos migratorios han sido estudiados por diferentes disciplinas y cada una de ellas ha enfocado la migración desde un ángulo diferente. Sin embargo, este interés ampliamente compartido se da no sólo por el intenso movimiento de población que caracteriza el siglo XX (Brettell y Hollifield 2000), sino también por el énfasis creado en mantener una identidad nacional que necesita delinear quién pertenece a él o no. Cabe subrayar que el surgimiento y consolidación de naciones-estados coincide con las explicaciones del racismo científico y eugenésico. La consolidación histórico-política conocida como el Estado-nación, ha sustentado diversas formas de exclusión en su intento de enfatizar retóricas de identidad nacional. Irónicamente esta forma de organización, basada en reglamentos, en cánones, disposiciones y constituciones fue diseñado bajo circunstancias 3 La formación de grupos pan-étnicos surge en medios sociales multiétnicos generados a través de la dinámica entre mayorías y minorías. Generalmente estas denominaciones surgen como una adscripción de los ajenos a este grupo que, por falta de conocimiento de la diversidad y las diferencias, lo identifican como homogéneo (Espíritu 1996). 213 diferentes y con la intención de agrupar conjuntos étnicos variados bajo la nueva idea nacional, o continuar divisiones geográficas de la colonia con nuevas ideas de gobernación de movimientos independientes (Anderson 2006, Hobsbawm 1999). Andreas Wimmer y Nina Glick Schiller (2002) afirman que en las ciencias sociales ha existido por mucho tiempo un punto ciego al explicar e interpretar nacionalismo y etnicidad, ya que han dado por sobreentendido este marco nacional de la modernidad. Sólo ahora que las naciones-estados han perdido algo de su poder a favor de corporaciones transnacionales y organizaciones supra-nacionales, es más fácil observar cómo el nacionalismo fue naturalizado de tal manera que el imaginario en ciencias sociales asumió un enfoque analítico sólo desde los contornos del estado-nación 4. Los intentos de entender el fenómeno migratorio fueron ligados por mucho tiempo a una epistemología euro-centrista y racista que privilegia la superioridad de los países de acogida y a la vez privilegia la idea de una unidad entre cultura y territorio, como si estos habrían existido siempre y de forma autónoma (Gupta y Ferguson 2008) influenciando una perspectiva asimilacionista . De esta manera las experiencias migratorias provocan nuevas interrogantes acerca de la constitución natural de la trilogía nación/Estado/sociedad como ente natural del mundo moderno (Kearney 1991, Wimmer y Glick Schiller 2002, Levitt P, DeWind J, Vertovec S. 2003, Levitt y Jaworsky 2007, Sunier 2006, Brubaker 2010). Nuevos trabajos vieron la luz en los años noventa que cambian esa perspectiva, en especial al considerar prácticas globales desde las bases y las experiencias de transmigrantes, de migraciones circulares y diaspóricas. A pesar de este cambio en el enfoque académico, en el ámbito político y cotidiano no ha sido mayormente considerado. Los movimientos migratorios han originado debates importantes sobre el carácter del Estado-nación. Un ejemplo es el secularismo y la educación de comunidades Islámicas en Europa. Otro es cómo el Estado empieza a promover la reincorporación de sus inmigrantes transnacionales promoviendo leyes, creando proyectos estatales que influencien la mantención de lazos con el país de origen (Guarnizo y Smith 1998, Sunier 2006). Por ejemplo, el envío de remesas por los migrantes es estimulado por los Estados a través de medidas políticas. Aquí vemos que la retórica nacionalista también está siendo usada y adaptada a los nuevos cambios en las relaciones transnacionales, promoviendo no sólo una 4 Este presupuesto de nación y sociedad, como equivalentes, es muy común a pesar de que se sabe de naciones que rebasan fronteras; se extienden a través de varios Estados, formando diásporas, circuitos transnacionales o viceversa, y que por lo tanto existen Estados multinacionales o plurinacionales. Existe una amplia literatura que cambia esta perspectiva entre ellos Jan y Leo Lucassen, Dirk Hoerder, Klaus Bade, Roger Brubaker. 214 imagen nacional internamente, es decir, hacia sus miembros habitantes en el país, sino también internacionalmente (Glick Schiller y Fouron1999). Es importante entender esta situación histórica para comprender mejor el apego a identidades nacionales, étnicas, raciales o culturales y descubrir cómo son construidas pasando a convertirse en un factor psicológico y emocional importante dentro de la identidad individual y colectiva. Las ideas nacionalistas, que pretenden una homogeneidad cultural étnica o racial, han implantado el concepto de nación como un contenedor que demarca y considera las relaciones sociales sólo existentes dentro de estos límites (Wimmer y Glick Schiller 2002, Hobsbawm 1999). Entender que el concepto de Estado-Nación ha influenciado y continúa influenciando retóricas de pertenencia, es importante para discernir con mayor claridad afirmaciones que tratan de generar nuevas rivalidades basadas en diferencias raciales-culturales asumiendo la existencia de civilizaciones diferentes como arguye Huntington (1993) aduciendo que estas civilizaciones existen como entidades más antiguas que los Estados-naciones. Estas posiciones continúan siendo debatidas a nivel político y cotidiano afectando la perspectiva de migrantes y no-migrantes. IDENTIDADES DE LATINOAMERICANAS Una pregunta común respecto a los migrantes es cómo se da y cuán rápido es el proceso de integración social y cultural. Esta perspectiva también influenciada por el enfoque nacional presupuso asimilación en relación a migraciones (Harzig y Hoerder, 2009), una suposición de inclusión monolítica que implica disolución y atañe a la relación minorías a mayorías (Elias y Scotson, 1990). Esta relación que señala jerarquía está siendo interpelada con los nuevos discursos de igualdad y justicia que tienden a cuestionarla. Hoy los migrantes apelan a formas sociales de convivencia y ser escuchados o protegidos independientemente de la nacionalidad a la que pertenecen, basándose en derechos humanos y reglamentos más universales acudiendo para esto a grupos religiosos o étnicos incluyentes (Cheah 2006, Fox y Rivera-Salgado 2004, Delugan 2010, Johnson y Webner 2010). Esta dinámica cambia también la perspectiva de las identidades de estas personas. Vale aquí preguntarse ¿cuál es la dinámica que favorece una identificación sobre la otra? En primera instancia, hay muchas formas de identidad colectiva, que son importantes y necesarias para formar la identidad personal (Erikson 1966, Sen 2006). A su vez, estas identidades se encuentran en constante cambio y 215 negociación creando interpolaciones o entrecruzamientos dependiendo de las circunstancias, lugares y políticas. Estas dinámicas de identificación han sido interpretadas por algunos autores como híbridas, diaspóricas (Clifford 1994, Bubaker ) como un tercer espacio (Homi Bhabha 1996) atraídas por multitud de influencias, relaciones de poder o prestigio 5 (Sen 2006, Bhabha 19996, Caglar 1997). Muchas mujeres de Latinoamérica emigran a otras regiones atraídas por ciudades cosmopolitas o por diversos factores materiales y culturales que promueven la adquisición de capital cultural (educación, instrucción y experiencia en otros idiomas y culturas) o motivadas por las oportunidades de consumo, variedad de estilos de vida, accesibilidad a redes y lugares de comunicación y de viaje. Pero además de estos motivos muchas de ellas afectadas por inequidades globales en ingresos o la desaparición de oportunidades de empleo, buscan alternativas globales de empleo para su realización personal y familiar. Los motivos personales y estructurales son algunos de los muchos que llevan a estas mujeres a la búsqueda de nuevos horizontes. Si bien atraídas por razones no sólo económicas y de progreso o de independencia, estas personas hasta cierto punto son conscientes de las transformaciones que van a experimentar y aun así, no pueden calcular las consecuencias que ocasionarán los cambios y negociaciones de identidad. Este proceso está influenciado por diversas dinámicas. Por una parte por las expectativas de ambos lados: los que viven en la localidad de destino y los recién llegados; la condición de estadía de éstos y sus derechos o restricciones están enmarcados en leyes estatales, que dependen de las retoricas de exclusión o inclusión hacia los nuevos conciudadanos 6. Debemos tomar en cuenta que muchos de los países y ciudades –como aquí en Alemania y Berlín- que acogen a inmigrantes construyen en sus discursos una imagen de intrusos y extraños (Glick Shiller y Furon 1999). En este caso, se generaliza a las latinoamericanas como tercermundistas, pobres y oprimidas, como “Otras”. Al ser percibidas como “eternas diferentes” u “Otras” el modo de adaptación de estas mujeres es exhibiendo una actitud más recatada, sobre todo en ciertos momentos. También lo hacen reforzando y acentuando características que consideran propias y aceptando diferencias adscritas en vez de ser desafiadas o contestadas. Para entender mejor esta dinámica es necesario diferenciar entre los términos de sociedad, cultura y lugar que tienden a ser usados de manera combinada, de tal modo que crean la idea de una cierta unidad caracterizando así a todos los “otros” 5 Se encuentran, en las ciencias sociales, diferentes debates que tratan de capturar identificaciones a través de mapas mentales en contraposición con Estados y geografías ver Clifford 1994, Robert Bubaker 2010, Knott and McLoughlin ), “scape” (paisaje, Arjun Appadurai), tercer espacio (Homi Bhabha) “criollización” (Hannerz 1992, Korom 1994 ó por ejemplo identificación e identidad como procesos contradictorios (Buttler, Laclau, Zizek). 6 Brubaker diferencia entre las retoricas nacionalistas y las de ciudadanía en los marcos de inclusión., 216 inmigrantes como subculturas o comunidades al margen de la sociedad, pero también marcan al “otro” como racial y culturalmente extraño. El discurso de otredad, utilizado en contraste con la imagen nacional homogénea, es empleado en términos culturales y no raciales debido a desprestigio del último por las políticas racistas del holocausto. Vale la pena recalcar que cultura es ante todo un concepto que implica un constante intercambio, flexibilidad, y desarrollo. Se debe entender la cultura como toda aquella actividad que realizan los seres humanos para darle sentido e interpretar la forma en que viven sus vidas; es, en suma, simplemente, una forma simbólica de representación (Geertz 1973, Tomilson 1999). Todas las prácticas, los rituales, símbolos o formas corpóreas de expresión, como son la cultura popular, el cine, el arte, la literatura, etc. son formas de expresión y comunicación que se crean en el intercambio entre los participantes. Pnina Webner (2005) define que cultura es comunicación y comunicación es cultura y que como medio de interacción social, otorga acción en el campo de las relaciones de poder. Esta definición ayuda a entender en qué forma las mujeres inmigrantes latinoamericanas actúan y eligen ciertas estrategias para incluir sus experiencias dentro de narrativas que las excluyen. Un otro aspecto a mencionar, es el énfasis con el que se trata a los sentimientos y al afecto o adhesión de los sujetos a las identidades colectivas, considerándolas innatas (Webner 2005). Esta argumentación ha llevado a corroborar que la diversidad cultural puede significar una amenaza a la cohesión social (Binnie et al. 2006) ignorando que asumir esta importancia es la que hace que se convierta relevante y no al revés. La lógica en este argumento contra la diversidad cultural ignora los entrecruzamientos de las identidades ya que prioriza una identidad colectiva sobre otras (Sen 2006) en vez de entender el proceso de identidades colectivas como políticas identificativas (Mignolo 2009). Cómo funcionan ciertas formas de identidad colectiva, depende de manera muy determinante del contexto local en que se encuentran. En la retorica nacional Alemana, migración tiende a ser discutida como problema social por factores de identificación culturales o étnicos (racial). En el caso de las mujeres latinoamericanas en Alemania, pude observar, que éstas se encuentran en medio de discursos que enfatizaban la identidad nacional inmediatamente después de la reunificación Alemana. El tenor de estos discursos ponían en evidencia la controversia acerca de las diferencias entre los alemanes orientales y occidentales, creada en los 40 años de separación y la inclusión de inmigrantes de origen alemán (Aussiedler) que retornaban después de muchas generaciones, al mismo tiempo que apuntaba la presencia de inmigrantes y sus hijos que nacieron o crecieron en el país y con los que mal o bien compartieron una misma historia. 217 El debate que despertaba sentimientos nacionalistas y xenofóbicos, intentaba restringir derechos a los residentes resaltando la posición de otredad (Fremdheit) de estos. Los intentos de disminuir esta actitud general originaron campañas de convivencia multicultural. Estos debates ponían en cuestión si Alemania es una república constitucional o una nación-Estado con una cultura nacional única (Göktürk, Gramling y Kaes 2007). Vale mencionar que por cuanto “raza” considerada tabú en la retórica pública alemana, no es mencionada pero queda implícita en la idea de cultura como algo innato e intrínseco. Esta cuestión no surgió recientemente, pero sí se enfatizó más con la unificación de las dos Alemanias. La necesidad de reformular la auto-concepción de identidad nacional Alemana, en un marco global, llevó a discusiones políticas y al análisis de cuestiones, como el hecho de la distribución de riquezas, las políticas neoliberales y las relaciones transnacionales que derivan de los procesos migratorios (Ibis 2007, p.14). Uno de los debates más frecuentes en los años noventa fue, si Alemania se consideraba un país de inmigrantes o no, lo cual creó un ambiente que oscilaba entre sentimientos de tolerancia y a la vez de xenofobia (Göktürk, Gramling y Kaes 2007). Con la intención de atenuar estas tensiones emerge como nueva política el modelo multicultural, aclamando la diversidad y el enriquecimiento cultural. Al mismo tiempo este modelo respondió a la idea de integración social y cultural unilateral que sólo consideraba la cultura dominante como paradigma ideal. Los opositores a la política multicultural argumentan que ésta llevaría a amenazar la cultura y unidad alemanas. Muy rápidamente se establecieron dos fronteras que demarcaban a los multiculturalistas y a los seguidores de la así llamada “cultura guía” (Leitkultur). Esta última fue denominada de esta manera tratando de insinuar que estas normas culturales y valores son elegidos no por ser alemanes, sino por consenso común bajo principios de modernidad y meritocracia. Aunque en realidad Leitkultur enfocaba como idea principal una cultura alemana nacional moderna que no incluía otras influencias más que las occidental-moderno-centristas. El resultado de este debate llevó a cuestionar concepciones más sensibles como: qué significa o es la cultura alemana o cómo se define la identidad alemana, que es lo que se exige para integrar a los nuevos miembros de la sociedad (Göktürk, Gramling y Kaes 2007). A pesar de este paso positivo - que aclaró la necesidad de implementar diversidad y pluralismo étnico-nacional- este debate puso como contrarios opuestos el concepto de la cultura alemana versus el multiculturalismo reforzando una idea de culturas como naturales o inherentes en sí mismas. Las consecuencias o el efecto directo de estos discursos se ve en las vidas y formas de representación de las latinoamericanas inmigrantes. Es así que los latinoamericanos en Berlín utilizan el término de latino/a como identificación hacia los otros, pero notando también que están muy conscientes de la relación de 218 poder en la que ese grupo se encuentra en relación a los otros grupos, minorías (Moya y Markus 2010). Dentro de este marco “latino” algunas diferencias se convierten irrelevantes. Es esta experiencia, de la importancia de contextos, la que es utilizada por algunas de las entrevistadas cambiando marcos de referencia al tematizar sus identificaciones con un estilo de vida, grupo religioso, ya sea con una profesión, o con un preferencia sexual, etc. Cabe señalar que no existe ningún universo máximo en estas categorías (Alcoff 2010, Azaldúa 2010). Son precisamente esas intersecciones de género, sexo, etnicidad, raza, estrato social, edad, invalidez, cultura etc. las que hacen impredecibles cuáles identidades (y en qué momento) serán favorecidas unas sobre las otras. En este estudio pude advertir cómo algunas de las mujeres entrevistadas buscaron la manera de integrarse satisfactoriamente en términos económicos, cultivando ante todo una nueva forma de identificación que les permite maniobrar mejor la manera cómo se auto identifican y las retóricas discursivas que existen en los diferentes contextos en que interactúan. En el siguiente segmento quiero mostrar cómo estas mujeres mantienen diferentes identidades y redes sociales para expandir su círculo de identificación y establecerse económica y socialmente. Ellas prefieren describirse a sí mismas en términos o conceptos más flexibles que les permitan especificar identidades múltiples, hibridas o cosmopolitas, como italoargentino-alemán, latina o mujer del mundo, y apuntan tanto a universalidades como a diferencias. EL CASO “BERLINÉS” Algunas de las mujeres inmigrantes entrevistadas en Berlín establecieron relaciones transnacionales, que son múltiples relaciones mantenidas cotidianamente en dos o más lugares simultáneamente y extendidos a través de las fronteras, forjando nuevas redes sociales. Estas inmigrantes, que están arraigadas en el nuevo país en el que viven y al mismo tiempo mantienen lazos y conexiones intensas con el lugar de origen u otros lugares, son llamadas transmigrantes (Glick Schiller, Bash y Szanton Blanc 1995). Algunas de ellas mantienen estas conexiones por motivos de afecto, trabajo, pero también están vinculadas a la vez con obligaciones del cuidado o tutela de familiares, hijos o demás parientes en un lugar diferente al lugar donde residen. Los casos que describiré aquí están además conectados con actividades y aspiraciones a realizaciones económicas y profesionales. 219 Verena 7, una de las mujeres entrevistadas, emigró de Argentina a Alemania muy joven después de acabar sus estudios en administración de empresas, con la intención de aprender un nuevo idioma. Teniendo conocimientos del inglés y habiendo trabajado para una empresa que importaba materiales de Alemania durante sus estudios, pensó en ampliar su experiencia, a conocer la región y el idioma; fascinada por el arte y la cultura decidió empezar un nuevo estudio en historia del Arte. Atraída por la vida cosmopolita de la ciudad de Berlín, Verena, menciona haber estado fascinada con la diversidad cultural, los museos y la accesibilidad al arte. Verena trabajó como niñera en un programa de intercambio (Au-paire) para costear el aprendizaje del idioma e ingresar a la universidad y justamente durante sus estudios conoció a su esposo de origen alemán, que ayudó a garantizar su estadía. Casi acabando sus estudios, Verena ya una mujer de 30 años y con experiencia en el ámbito del arte utilizó muy audazmente el momento especial en el que la implementación de las políticas multiculturales se expandían, tratando de enfatizar el intercambio cultural. Ella trabajó como comisaria de exhibiciones en el comité que seleccionaba las obras de arte para el centro multicultural más importante, “La Casa de las Culturas del Mundo”, un proyecto cultural financiado por el Estado. Sus conocimientos anteriores en la esfera de importación de productos y el hecho de ser considerada “latina” originaria, ayudaron a que se convirtiera en una experta del arte argentino en diferentes instituciones. Verena mantiene una vida transnacional que es imprescindible para su trabajo, al mismo tiempo en que utiliza su origen para figurar como experta, para abrir nuevos espacios y relaciones. Sus constantes viajes al país de origen no eran solo para mantener vínculos familiares sino también para establecer contactos con nuevos artistas, estar informada de los últimos estilos artísticos y traducir entre los exponentes de las corrientes artísticas de moda e intereses. “…Es decir por mi trabajo, mi vida privada va en el mismo ritmo, muy intensiva, muy activa siempre con mucha gente, con gente diferente, con muchas citas (…) y lo que hago aquí se repite igual en Argentina. Yo me muevo en los mismos círculos, con el mismo contexto, es lo mismo… Yo estuve en Estambul en noviembre durante la bienal de arte y allí era lo mismo también. O si estuviera en Italia, sería lo mismo en Italia…”. Verena, que exitosamente encuentra reconocimiento en el ámbito del arte, contrasta con los otros momentos cotidianos en que es reconocida como subalterna y excluida por su apariencia. 7 Los nombres fueron cambiados por la autora para garantizar el anonimato. 220 “No importa donde esté, yo me siento bien, porque a mi alrededor todo está en el mismo contexto y eso no me incomoda, no me siento extraña. Me siento extraña cuando estoy en otro contexto no! fuera, (…) A veces me siento rara, aquí también, cuando salgo; aquí frente a la puerta de mi casa cuando estoy entre cierta gente que no me conoce (…) gente de otro estilo de vida…” Verena adopta una estrategia para evitar que las experiencias exclusionistas determinen su identidad individual unilateralmente. En cambio como directora de exhibiciones su origen y género es festejado como enriquecimiento. Ella enfatiza su identificación con un estilo de vida “translocal”, privilegiado para validar su origen de clase media pero también para distanciarse de la comunidad étnica de Berlín a la cual sería adscrita. Esta identificación es utilizada para mencionar su inclusión con aquellos con los que no puede compartir una similitud étnica. Así como aquellos alemanes que la ignoran, rechazan, son presentados como diferentes. Verena define posiciones jerárquicas elevando su mundo del arte como elitista y reduciendo a los demás (tanto compatriotas como gente de la calle) como simples y ordinarios. Otra mujer, de nombre Eva, dominicana, que emigró por razones muy distintas, es decir, escapando de la pobreza existente en su país, que afecta en mayor grado a madres solteras jóvenes– llegó a Berlín gracias a la ayuda de una amiga que le prometió trabajar en un bar y hacer dinero rápidamente. Eva, había dejado a su primer hijo al cuidado de su madre, intentando mejor suerte en uno de los países de los turistas que llegaban a Sosua, donde ella vivía en la República Dominicana. El turismo convirtió a esta ciudad es la mayor fuente de ingreso, cambiando la suerte de sus habitantes y transformándola en un lugar transnacional dentro de la red global del turismo sexual (Brennan 2004). Si bien Eva retornó después de dos meses, al no poder soportar las condiciones de este trabajo y contando tan con sólo 16 años, esa no fue su única experiencia. Eva emigró a España también en el intento de recaudar fondos y establecerse financieramente. Relató textualmente: “… Y él me ofreció llevarme a España y me fui con él, estuve un año con él, pero después lo dejé, por que conocí otro, allí donde yo trabajaba, en un bar. Él se enamoró de mi pero yo no le creía (…) me dijo que si me iba a vivir con él, él me daba tres millones (…) y quería irse conmigo a mi país (…) y así regresé” (…) Ya yo tenía la ilusión de viajar y de ver gente y así… ilusión de gente joven, no! De caminar con esos zapatos, ropa y que la gente se te quede mirando… me compré una casa, una moto y vivía viajando cada tres meses sentada en un avión (…) de aquí Alemania, a Nueva York, de Nueva York a Sosua o de Sosua a Nueva York”. 221 Después de haber emigrado a España y luego nuevamente a Berlín, Eva, empieza a mantener una vida transnacional entre su lugar de origen, Berlín y Nueva York, ciudad hacia donde emigró el resto de su familia. Viviendo constantemente entre estas tres ciudades y viajando permanentemente, ella cuenta que ya a sus 18 años realizó el “sueño de muchos jóvenes”, de poseer todo, linda ropa, un coche, una casa, la libertad de viajar, etc. Este estilo de vida que trata de emular el consumo de los ricos y famosos, es descrito por Diana Negra (2009) como el imperativo de la “nueva economía” promulgada y difundida por los medios de comunicación de masas que estimulan la fijación de hábitos de la clase pudiente. Y como Grosfoguel (2007) remarca precisamente, el éxito del sistema es hacer que los que están socialmente abajo piensen epistemológicamente como los que están arriba. Eva, se identifica con este estilo de vida como una estrategia para validar y legitimar la mejora de su posición social. Estatus social y piel blanca son para ella símbolos interconectados de pertenencia a clases acomodadas a las que nunca pudo pertenecer o identificarse antes. “el trato es mejor yo pienso porque ya no soy tan prieta como antes, soy más blanca, si… antes yo era negrita…no sé qué paso aquí me puse blanca”. Aunque ella no ha dejado de identificarse con su origen racial ni nacional, vivir en un lugar donde su identidad nacional no es devaluada o prejuiciada, como por ejemplo lo es la imagen de los dominicanos en Nueva York, le hace más fácil identificarse como dominicana. Eva, utiliza el estilo que llamaré “Jet set” de vida para poder identificarse con la gente con la que comparte ciertas formas de consumo, pero que por diferencias de clase o de raza no la aceptarían. Eva utiliza esta forma de identificación cuestionando su posición social y que implica también características raciales ya que no puede adscribirse al contexto nacional y étnico alemán. CONCLUSIONES En estos dos ejemplos vemos como inmigrantes muestran ser agentes propios utilizando formas de identificación más flexibles como son los estilos de vida para poder expresar formas de inclusión que no serían aceptadas bajo retóricas de identificación actualmente dominantes. El intento de evadir identificaciones dominantes, a las que no se sienten apropiadamente adscritas, no quiere decir que otras identificaciones no puedan ser usadas simultáneamente, sólo depende de cómo se puedan negociar estas cualidades de pertenencia en un contexto específico. Por ejemplo Verena y Eva se identificaban y me identificaban en la entrevista como latinoamericana, un concepto panétnico que es utilizado en este contexto como una identidad híbrida para referir ciertas similitudes. Dentro de la dinámica de apropiación de este término se puede observar una primera tendencia 222 relacionada a “identidades políticas” que, aunque no se pueda comparar con corrientes en EEUU muestra, como diría Roth, (2009) la repercusión transnacional de este fenómeno. El problema que vemos aquí es que, reconstruyendo identidades en torno a categorías pre-existentes (como clase, etnicidad, raza, género etc.) no hacen que se cambie la forma en que éstas han sido construidas (Bat Tzedek 2000), lo cual no lleva a un cambio fundamental. A pesar de esto estas mujeres muestran ser agentes propios en sus relaciones sociales en términos nacionales, étnicos, culturales no siendo solamente presas de estructuras ó discursos dominantes. Ellas muestran su intención de abordar formas identificativas más inclusivas en una escala global, que validen su pertenencia en el mundo, contrario a las experiencias diarias locales excluyentes. Como esta aceptación no coincide con muchas narrativas dominantes nacionales, étnicas, de clase etc. ellas maniobran sus identidades en el marco de estilos de vida o grupos elegidos en vez de asumidos. Pehng Cheah afirma que el nacionalismo está cada vez más rechazado como el modo particular de conciencia colectiva o una identidad étnica privada y, en su lugar, ha emergido el cosmopolitismo como una política alternativa (Cheah 2008). Esta idea basada en el cosmopolitismo de Kant, quien creía en la capacidad moral del individuo de superar las limitaciones inmediatas de la existencia y expandir el círculo de identificación y pertenencia en términos universales, imaginando al mundo como una comunidad política única (Cheah 2008, Delanty 2006), es muy atractiva en circunstancias actuales de globalización y transnacionalismo. Si bien existen diferentes opiniones y definiciones acerca del cosmopolitismo, se puede decir que existen dos tendencias principales al definir este concepto: una se refiere a las múltiples formas de organización social global más allá de los sistemas nacionales (derechos humanos, organizaciones transnacionales, ciudadanía) apelando a la intensificación de relaciones globales. La otra forma de definir cosmopolitismo evoca la solidaridad cultural y política a nivel individual, alegando afiliaciones multifacéticas que toma, a la acción política, por encima de las naciones-Estados (como diásporas, campos sociales transnacionales). Estas dos definiciones apuntan a la idea de que estos procesos están creando una conciencia política de masas, que activa una solidaridad extensa de conciencia cosmopolita (Cheah 2008). Con esto no quiero decir que las identificaciones en estilos de vida sean una nueva forma de identificación global, pero que la realidad transnacional de muchos inmigrantes lleva a intentar contestar formas hegemónicas de inclusión poniendo en la práctica las habilidades cosmopolitas de apertura expandiendo su círculo de identificación, aunque estos no sean universales. La visión positiva de la idea cosmopolita se basa especialmente en el 223 consenso de aceptar derechos y prácticas individuales que llevan a acciones y conciencias colectivas que expanden la visión de vivir en un mundo con “Otros” diferentes y en la intención de crear una comunidad más allá de las comunidades. A pesar de que el cosmopolitismo propone una alternativa al etnocentrismo nacionalista y al particularismo del multiculturalismo, no deja de recibir críticas de diferentes ángulos. Uno de ellos es el haber sido, durante mucho tiempo, un privilegio de las élites, con acceso a movilidad social y pertenencia a círculos intelectuales o académicos. La otra crítica es que, por ser una posición recuperada de la tradición europea, que va en contra de identidades innatas y podría terminar por favorecer a esta misma tradición europea y no a otras alternativas de convivencia, transformándose nuevamente en un proyecto etnocentrista, especialmente porque articular y definir positivamente al cosmopolitismo, es tan difícil como a su vez es ser anticosmopolita. Una práctica cosmopolita debe considerarse abierta a toda forma de discurso (Fardon 2008, Breckenridge, Pollok, Bhabha y Chakrabarty 2002). Una de las críticas alternativas dentro de este debate postmodernista –que enfoca a la pluralidad de identidades, ideas políticas, culturales y morales tratando de encontrar una fórmula universal de convivencia– es la crítica postcolonialista o de “de-colonización”, como la llaman Ramón Grosfoguel y Walter Mignolo (2009). Grosfoguel (2008), argumenta que es necesario implementar una perspectiva epistemológica del subalterno, desde su diferencia colonial, para evitar fundamentalismos eurocéntricos tanto de tercermundistas como de europeos. Esta perspectiva contempla las identidades desde todos sus ángulos e intersecciones posibles, rechazando así una sola forma de enfoque que es mayormente discutida como “racionalidad-modernidad”. Anibal Quijano (1992), que utiliza este término, propone desprenderse de esa “racionalidad-modernidad” colonial que es una estructura hegemónica de pensamientos y creencias que nos ayuda a interpretar relaciones sociales e identidades sólo desde un ángulo. Walter Mignolo propone llamar este método “desobediencia epistemológica” que ayudará a todos los afectados en el planeta a de-colonizar antiguas interpretaciones y nuevas tendencias neocoloniales. Cambiar esta epistemología significa, simplemente, observar procesos y experiencias a través de un prisma diferente y no dar por hecho ciertas lógicas de identidad colectiva, con mayor autoridad. Pero tampoco significa echar por la borda los conocimientos que vienen de pensadores occidentales, pues eso nos llevaría a nuevos fundamentalismos esencialistas. Siguiendo a Grosfoguel y Richard Fardon, esta posición no implica que, por estar socialmente localizado en el lado oprimido, significa que ella represente una posición subalterna automáticamente: 224 “Como latino en los Estados Unidos, para mí es muy obvio que las elites blancas latinoamericanas viven en América Latina y piensan como colonizadores y que muchísimas poblaciones no-blancas que viven dentro del imperio son sujetos colonizados y piensan epistémicamente desde la descolonialidad del poder. De la misma forma que puedes encontrar personas de estos grupos pensando epistémicamente como los grupos opuestos”(Grosfoguel citado por Lamur 2007 p.325). El imaginario occidental que describen estos autores y que privilegia la modernidad eurocéntrica, ha sido utilizado por las élites no occidentales también para mantener relaciones de poder (Grosfoguel 2008). Es así que Grosfoguel propone diferenciar el sistema mundial no como oriente-occidente, o capitalistasocialista, sino como “sistema mundo-privilegio” que propone un nuevo imaginario de liberación a pesar de las diferentes culturas, y muy diferente al de las políticas identitarias que están atrapadas en la lógica eurocéntrica. Las “identidades en la política” –distinción hecha por Mignolo– nos ayudan a radicalizar, es decir a reinterpretarlas desde epístemes pluri-versales y no uni-versales. BIBLIOGRAFÍA Alba, Richard D 1990 “Ethnic Identity: The Transformation of White America”. Yale University Press; New Haven, United States. Alcoff, Linda 2010 “Cultural feminism versus Post-Structuralism: The Identity Crisis in Feminist Theory”. In: Kolmar, Wendy y Bratkowski, Frances Feminist Theory. A reader; New York, United States. pp. 368-378. Anderson, Benedict 2006 “Imagined Communities. Reflections on the Origin and Spread of Nationalism”. Verso; London, England – New York – United States. Anzaldúa, Gloria 2010 “La Conciencia de la Mestiza: Towards a New Conciousness”. In: Kolmar, Wendy y Bratkowski, Frances Feminist Theory. A reader; New York, United States. pp.362-368. 225 Bat, Tzedek 2005 “The Rights and Wrongs of Identity Politics and Sexual Identities”. En: Bacca Zinn, Maxine et al. (ed.) Gender through the Prism of Difference); Oxford, England - New York, United States. pp.251-257. Bhabha, Homi K. 1996 “Culture’s In-Between”. En: Hall, Stuart/ Du Gay Paul (ed.) Questions of cultural Identity; London, England - Thousand Oaks, United Satates - New Delhi, India. pp. 53-60. Binnie, Jon (et al.) 2006 “Introduction: Grounding cosmopolitan urbanism: approaches, practices and policies”. En: Jon Binnie et al. (eds), Cosmopolitan Urbanism, Routledge; New York, United States. pp. 1-34. Breckenridge, Carol; Pollock, Sheldon; Bhabha, Homi; Chakrabarty, Dipesh (ed.) 2002 “Cosmopolitanism”. Duke University Press; Durham and London, England. Brennan 2004 “What’s Love Got To Do With It? Transnational Desires and Sex Tourism in the Dominican Republic”. Duke University Press; Durham and London, England. Brettell, Caroline; Hollifield, James ed. 2000 “Migration Theory. Talking Across Disciplines”. United States – London, England. Routledge; New York, Roger Bubaker 2005 “The ‘Diaspora’ Diáspora”. En: Ethnic and Racial Studies vol. 28 pp. 1-19. ___2010 “Migraton, Membership and Modern Nation-Sate. Internal and External politics of belonging”. En: Journal of Interdisciplinary History vol. 41 nr.1 pp. 61-78. Caglar, Ayse 1997 “Hyphenated Identities and the Limits of Culture”. En: Modood, Tariq y Webner Pnina (ed): The Politics of Multiculturalism in the New Europe: Racism , Identity and Community; New York, United States. pp.169-185. Clifford, James 1994 “Diasporas”. En: Cultural Anthropology, vol. 9 nr.3, pp.302-338. Cheah, Pheng 2006 “Inhuman Conditions: On Cosmopolitanism and Human Rights”. Harvard University Press; Cambridge and London, England. 226 Chriswick Chiswick, Barry R. 2000 “Are Immigrants Favorably Self-Selected? An Economic Analysis”. En: Caroline D. Brettell and James F. Hollifield, eds. Migration Theory. Talking Across Disciplines. Routledge; New York, United States – London, England. Delanty, Gerald 2006 “The Cosmopolitan Imagination: Critical Cosmopolitanism and Social Theory”. En: The British Journal of Sociology 57 (1), pp.25-47. Erikson, Erik 1966 “Identität und Lebenszyklus”; Frankfurt AM, Germany. Elias, Norbert y John Scotson 1990 “Etablierte und Aussenseiter”; Frankfurt AM and Suhrkamp, Germany. Espiritu, Yen Le 1992 “Asian American Panethnicity: Bridging Institutions and Identities”. Temple University Press; Philadelphia, United States. Fardon, Richard 2008 “Cosmopolitan Nations, National Cosmopolitans”. En: Pnina Webner (ed.) ‘Anthropology and the New Cosmopolitanism’; Oxford, England - New York, United States. pp. 233-259. Gupta, Akhil; Ferguson, James 2008 “Más allá de la Cultura”. En: Antípoda nr.7, Julio-Diciembre pp. 233-256. Fox, Jonathan and Gaspar Rivera-Salgado 2004 “Indigenous Mexican Migrants in the United States”. (CCIS-UCSD); San Diego, United States. Göktürk, Deniz; Gramling, David; Kaes, Anton 2007 “Germany in Transit. Nation and Migration 1955-2005”. University of California Press; Berkley, United States. Glick-Schiller, Nina; Szanton Blanc, Cristina; Basch, Linda 1995 “From Immigrant to transmigrant: Theorizing transnational migration”. En: Anthropological Quarterly vol. 68, nr.1, pp. 48-63. Glick Schiller, Nina, y George E. Fouron 1999 “Terrains of Blood and Nation: Haitian Transnational Social Fields”. En: Ethnic and Racial Studies 22 (2): 340–66. 227 Grosfoguel, Ramón y Maldonado-Torres, Nelson 2008 “Los Latinos, Los migrantes y La descolonización del imperio estadounidense”. En: Tabula Rasa nr. 9, julio-diciembre, pp.117-130. http://www.revistatabularasa.org/numero_nueve/07grosfoguelMaldonado.pd f Grosfoguel, Ramón 2008 “La Descolonización de La Economía Política y Los Estudios Postcoloniales”. En: Tabula Rasa nr. 4 enero-junio, pp.17-48. http://www.revistatabularasa.org/numero_cuatro/grosfoguel.pdf En ingles: http://www.eurozine.com/pdf/2008-07-04-grosfoguel-en.pdf Guarnizo,L.; Smith, M.P. (ed.) 1998 “Transnationalism from Below”; New Brunswick, Canada. Gruner-Domic, Sandra 2005 “Latinas in Deutschland”. Eine ethnologische Studie zu Migration, Fremdheit und Identität. Waxmann. Münster, München and, Berlín, Germany – New York, United States. Hall, Stuart and Du Gay Paul (Ed.) 1996 “Questions of cultural Identity”. London, England - Thousand Oaks, United Satates - New Delhi, India. Hannerz, Ulf 1992 “Cultural Complexity”, Columbia University Press; New York, United States – Chichester, England. Hobsbawm, Eric J. 1990 “Nations and Nationalism Since 1780”. Cambridge University Press; Cambridge, England. Huntington, Samuel 1993 “The Clash of Civilizations?”. En: Foreign Affairs vol.72 nr.3 p.22-49. Kymlicka, Will 1995 “Multicultural Citizenship: A Liberal Theory of Minority Rights”. Oxford University Press; Oxford, England. Kearney M. 1995 “The local and the global: the anthropology of globalization and transnationalism” en Annual Review of Anthropology vol. 24 pp. 547–65. Korom, Frank J. 1994 “Memory, Innovation and Emergent Ethnicities”. En: Diaspora, 3 (2), pp.135155. 228 Lamur Canavate, Doris 2007 “Dialogos decoloniales con Ramon Grosfoguel: Transmodernizar los feminismos” en: Tabula Rasa nr.7 julio-diciembre, pp. 323-340. http://www.revistatabularasa.org/numero_siete/grosfoguel.pdf Levitt P, DeWind J, Vertovec S. 2003 “International Perspectives on Transnational Migration: an Introduction”. International Migration Review 37 pp.565–75 Levitt, Peggy y Jaworksy, Nadya 2007 “Transnational Migration Studies: Past Developments and Future Trends”. En: Annual Review of Sociology, Vol. 33, August 2007, pp. 129-156 Mignolo, Walter D. 2009 “Epistemic Disobedience, Independent Thought and De-Colonial Freedom”. En: Theory, Culture and Society vol.26 (7-8), pp.1-23. Moya Paula y Hazel.Markus 2010 “Who Am I_ Race, Ethnicity, and Identity”. En: P. Moya y H. Markus Doing Race: 21Essays for the 21st Century; New York, United States. pp. 359-389. Negra, Diane 2009 “What a Girl Wants? Fantasizing the Reclamation of Self in Postfeminism”. Routledge; London, England. Portes, Alejandro, and Min Zhou. 1993 “The New Second Generation: Segmented Assimilation and Its Variants”. The Annals of the American Academy of Political and Social Science 530: 74-96. Roth, Wendy D. 2009 “’Latino before the world': the transnational extension of panethnicity”. En: Ethnic and Racial Studies, vol. 32: 6, pp. 927-947. Quijano, Anibal 1992 “Colonialidad y Modernidad-Nacionalidad”. En: Bonalla, Heradio ed. Los Conquistados 1492 y la Población Indígena de las Américas. Tercermundo Editores; Bogotá, Colombia. Sen, Amartya 2006 “Identity and Violence. The Illusion of Destinity”; London, England - New York, United States. 229 Sunier, Thijl 2006 “Religious Newcomers and the Nation-State: Flows and Closures”. En: Lucassen, Leo (ed.) Paths of Integration: Migrants in Western Europe, 18802004; Amsterdam, Holland. pp.239-261. Tomlinson, John 1999 “Globalization and Culture”. Polity; Cambridge, England. Webner, Pnina 2005 “The tranaslocation of Culture: ‘Community Cohesion’ and the Force of Multiculturalism in history”. En: The editorial Board of The Sociological Review vol. 53 nr.4, pp.745-768. Wimmer, Andreas; Glick Schiller, Nina 2002 “Methodological nationalism and Beyond: Nation-State Building, Migration and the Social Sciences”. En: Global Networks nr. 2, 4, pp. 301-334. Fecha de Recepción: 02 de junio de 2012 Fecha de Aceptación: 18 de agosto de 2012 230 LA CIUDAD DE LA FURIA. ANOTACIONES EN TORNO A “EL ROTO” DE JOAQUÍN EDWARDS BELLO 1 Sergio Witto Mättig 2 y Andrea Kottow 3 Era mi calle, mi barrio. Existían antes que yo (Jabès, 1990: 237). Situado en el cruce entre literatura y filosofía, nuestro artículo resulta de un análisis exploratorio de El roto (1920) de Joaquín Edwards Bello. A partir de una teoría general de la escritura, la novela ingresa en la estrategia de la deconstrucción y se remite a una serie de contradicciones que reseñan una exégesis interesada en explicitar el flujo de la asunción periférica de la modernidad en Chile. La novela es atravesada por diversos tópicos: el perímetro urbano que ciñe a Santiago a comienzos del siglo XX, el cuerpo como epicentro del cansancio y la actividad onírica, la patología de la clase proletaria, su luminosidad fragmentaria y la formación subjetiva del roto, todos los cuales componen una trama cuyo dinamismo y líneas de fuga rebosan los límites discursivos que el propio texto impone a su economía interna. Palabras claves: modernización, ciudad, cuerpo, sueño, enfermedad, luz. Situated in the intersection between literature and philosophy, our paper results from the exploratory analysis of Joaquin Edwards Bello’s novel El roto (1920). From the perspective of a general theory of writing, the novel enters a deconstructive strategy, presenting a number of contradictions that synthesize an exegesis interested in showing the marginal assumption of modernity in Chile. The novel displays diverse topics: the body as the center of exhaustion and fantasizing, the urban extension of Santiago in the first decades of the twentieth century, the pathology of the proletarian class with its luminescence and subjective formation of the roto. All these elements compose a plot steeped in dynamism and fugitive lines that overflow the discursive limits that the text itself imposes on its internal economy starkness. Keywords: Body, City, Dream, Luminescence, Modernization. 1 Este artículo fue escrito en el marco de los proyectos de investigación Jorge Millas Nº DI-12-11/JM “Procesos modernizadores y la constitución de un cuerpo moderno: significaciones en torno a ‘salud’ y ‘enfermedad’ en la literatura chilena (1860-1920) dirigido por Andrea Kottow y Nº DI-21-11/JM “Identidad nacional e índices subalternos. Procesos de subjetivación en la época del Bicentenario” dirigido por Niklas Bornhauser (investigador responsable), Sergio Witto y Emanuel Rechter (co-investigadores). 2 Filósofo. Universidad Andrés Bello. Correo electrónico: [email protected] 3 Profesora de Literatura. Universidad Andrés Bello. Correo electrónico: [email protected] 231 NOTAS INTRODUCTORIAS “De modo explícito, pero subrepticiamente…” (Nancy, 2003b: 9), el presente artículo transita por las relaciones habidas entre literatura y deconstrucción. Se trata de un pasaje acotado por el trazo desigual de ambas producciones. Dicho derrotero aventaja, además, el deslinde de estas páginas; apremia, por tanto, cierta sobriedad que favorezca “una especie de puesta en escena, esta es acaso un buen método para resolver el problema” (Deleuze, 2005: 188). El sesgo viene precedido por una hipótesis restringida: la novela El roto de Edwards Bello — 1920— reproduce el proyecto modernizador suscrito por la clase dirigente chilena de principios del siglo XX a pesar de sus pretensiones críticas. A la postre, la fe en el progreso indefinido inspira el ámbito reservado a la novela neutralizando el factor residual del avance. En Chile, desde hace cien años, los dispositivos de planificación articulados en torno al Estado multiplican, paulatinamente, un anhelo regional en pos del incremento económico y las mejoras sociales. Si bien “entre las regiones subdesarrolladas del mundo, América Latina es la que más ha reflexionado sobre su propia situación” (Iñiguez, 1982: 11) y que resulte indesmentible que distintos sectores de la cultura latinoamericana solidarizan en la referencia a un trasfondo común: “las preocupaciones sociales de las que surgieron” (Franco, 1993: 15), la vieja consigna de Bloch según la cual “para que valga algo como respuesta, hace falta que previamente exista la pregunta” (1983: 71) permanece inconclusa. El roto (Edwards Bello, 2006) no es “sino la fundación práctica de un teatro del futuro” (Foucault, 1995: 66) en el entendido que su trama escritural recorre un campo imperceptible que se reserva a una estrategia de lectura que subvierte el canon de las disciplinas, teniendo en cuenta que la deconstrucción “hace gran consumo de los conceptos (…) pero solo hasta el punto en que cierta escritura pensante excede (…) el dominio conceptual” (Derrida y Roudinesco, 2005: 13). “El hombre […] está solo frente al texto” (Jabès 2001: 90) y en los bordes de esa soledad se gesta la sujeción a la escritura. No se sabe nunca lo que contendrá un libro. Aun cuando las palabras carezcan de la candidez necesaria para delinear el horizonte de su porvenir, el libro, siempre, se debe a su ocultamiento —es en virtud de la intuición del lector que se puede llegar a “juzgar que el escritor se ha acercado efectivamente o, por el contrario, se ha alejado del libro que anhelaba escribir” (Jabès, 2001: 98). Mientras uno de los rasgos que hacen posible toda escritura sea su espaciamiento, dicha extensión convoca un origen que no es más que la confusa voluntad de abrirse paso a intervalos: leer es el pasaje al acto por el cual “siempre hay una palabra viviendo secretamente bajo la palabra” (Jabès, 2001: 107). Sean las discontinuidades casi imperceptibles del libro, estas ya no responden a principios conscientes. Hay que admitir, finalmente, que las 232 vicisitudes de toda escritura se juegan en su relación consigo misma. “De ahí la necesidad de reconvertir el lenguaje reflexivo. Hay que dirigirlo no ya hacia una confirmación exterior —hacia una especie de certidumbre central de la que no pudiera ser desalojado más— sino más bien hacia un extremo en que necesite refutarse constantemente […]” (Foucault, 1997: 24). Cuando se escribe ya no es posible conjugar un elenco de signos empeñados en posponer el juicio o considerar los datos como un recurso fácilmente disponible —los desplazamientos figurativos de la imaginación se ordenan para evitar las interrupciones del sentido. Garantizada grupalmente, dicha experiencia responde a cierta abstracción fonética que rivaliza con la materialidad de la escritura —mediada por argumentos económicos (Thompson: moneda) o políticos (Vernant: ciudad), la razón venidera opera a distancia respecto de su “política de archivo” (Derrida, 1997: 12). En los confines del proyecto modernizador decimonónico el debate sobre el rol del Estado parece confundirse con el anacronismo —correlativamente el concepto de identidad nacional hace parte del debate. “De ahí resulta a la vez una fusión, una concentración cuyo sino parecería ser la uniformidad y el anonimato” (Nancy, 2006: 61). Un elenco indeterminado de asuntos emerge toda vez que el espíritu republicano conjuga sentimientos, creencias y hábitos supuestamente chilenos. La celebración mediática acoge la novedad de los cambios y somete al escrutinio público la organicidad de un interés transversal: los subconjuntos etáreos, étnicos, de género, del espectáculo, tanto como los hábitos alimenticios e higiénicos se evocan bajo el expediente de un campo unificado. A posteriori se afirmará que la nación no está constituida exclusivamente por el territorio, ni por el lazo social o el nudo comunitario de los habitantes (Subercaseaux, 2007), sino también por su incesante actividad productiva. Tras la primera guerra europea y bajo el signo del relevo se inicia un ciclo de estancamiento y limitación en la tendencia expansionista del mercado financiero, asimismo, se rompe el patrón oro y la continuidad de las prácticas económicas anteriores: durante el primer tercio del siglo XX casi desaparecen las características que tutelaron los flujos de financiamiento internacional durante la época más auspiciosa del liberalismo. Una vez terminado el conflicto bélico se resiente la movilidad alcanzada por la mano de obra; “a partir de 1920 comienzan a imponerse restricciones que conducen a la fijación de cuotas de inmigrantes en diversos países, incluso en aquéllos que aceptaron un fuerte influjo migratorio europeo” (Sunkel y Paz, 1973: 344). Al contraerse la economía de los países industrializados, al contener sus exportaciones e inversiones en el extranjero, se desata una crisis de envergadura en los países dependientes —situación que contrasta con el florecimiento de la economía norteamericana en los últimos años de la década de 1920. Dicho período da inicio a un proceso creciente de desequilibrios originados en la acumulación de existencias en los países exportadores de productos básicos 233 (Rowe, 1965). Esta es la coyuntura político-económica global en la cual se publica la novela de Edwards Bello. Tras las “Notas introductorias” se sigue una hipótesis sobre la proximidad ―heterogénea e inestable― habida entre literatura y filosofía. Se trata de un pliegue transversal que recorre la superficie de lo que ha sido el vínculo secular entre saberes afines. Más que una suerte de sincretismo depurado, se trata de un cálculo que resulta de la apertura de dos prácticas que han devenido producciones autónomas pero que no renuncian al diálogo intentando alcanzar una “zona de vecindad […] a condición de crear los medios para ello” (Deleuze, 1996: 12-13). Tanto es así que las referencias que conforman nuestro elenco bibliográfico han de ser examinadas bajo el mismo tenor: no comparecen como adorno, ni dan por concluido un intercambio permanente, antes bien, posibilitan la elección de una herencia. Atenta a una serie de rasgos propios del texto, la escritura rebasa lo que cualquier producción discursiva busca cautelar. Aun en obras cuyo sentido se enmarca en una coyuntura específica y sobre la que se instala una funcionalidad canónica, el acto escritural fuerza el texto a un tránsito inédito, a una invención extraña y desconsiderada. Dicho curso guía nuestro paso a través de la novela de Edwards Bello, en la medida que el texto es resituado bajo coordenadas diferenciales que lo asocian al movimiento político verificado en Chile, al ascenso de los ideales modernos pero cuyo reverso no hace más que incrementar el caudal de las contradicciones. Visto lo anterior, el presente artículo confina una problemática que registra un cúmulo de discusiones significativas para las primeras décadas del siglo XX. Desde el punto de vista de su deconstrucción, El roto hace parte de una narrativa abrupta tensionada por diversas facciones: ciudad, cuerpo, dolencia, rotería, destello; todo ello da lugar a un excurso sobre la claridad que alude a ciertos núcleos conjeturales en nuestro análisis de la obra. Casi al concluir, se propone un acceso a El roto que convoca el género del Bildungsroman, la escena urbana de su trama y el tópico de la enfermedad. EL MOVIMIENTO DE LA DESMESURA Del encuentro entre literatura y filosofía resulta algo muy distinto de lo que pudo anunciarse, alguna vez y con cierto entusiasmo, como un nuevo límite disciplinario. Y no solo porque parece evidente que dicha concurrencia responde a una ley cuyo origen deviene inasible, sino por lo difuso de una iniciativa que no claudica ante el imperativo de su economía interna. La pretensión más ostentosa querría hacer de esta hospitalidad la experiencia decisiva de un cúmulo de intereses compartidos que subsume lo singular hasta convertirlo en trascendente. Pero también es posible que literatura y filosofía establezcan una complicidad 234 diversa a la que pueden solventar los individuos. No es inusual, incluso, que una existencia singular pueda diferir de su propio registro identitario, que las especies presenten entre sí, por ejemplo, un alto grado de semejanza sin por ello sacrificar sus características individuales, tal como lo consignan los investigadores de campo que en más de una ocasión “se han cruzado con la mirada de un animal posada sobre ellos” (Derrida 2008: 29). No es sorprendente que un hombre trueque sus convicciones para conquistar aquello que vive antes que él —aquí funda toda su plausibilidad el acto psicoanalítico— o que sea necesario un golpe de suerte para enfrentar el espectro nocturno donde pudo albergarse la claridad de una mirada. En cualquier caso, sin embargo, solo acaece el dato que arroja la experiencia de un tacto adolescente entre literatura y filosofía a condición de reconocer la paradoja de una larga historia compartida. “Es la escritura la que va a permitir imponer al lenguaje mismo una especie de quiebre, de descomposición” (Safouan, 2008: 317). Desde un comienzo esta ruptura arroja una reciprocidad de movimientos aunque soporte la contractura del cálculo metodológico (Said 2004). La producción literaria sabe, no obstante, que ha nacido emparentada con necesidades arcaicas e intereses sectoriales, todos los cuales encarnan la rectitud de una herencia hegemónica. Que la coyuntura socio-política en torno al primer tercio del siglo XX elija la novela para confrontarse con el reverso de su soberanía, hace parte de nuevas formas de censura y autoinmunidad que reivindican un estado de excepción orientado solo al ámbito modificable de su factura privada — allí donde los géneros pudieron consolidar su encabalgamiento con una conciencia específica y un ideario iluminista a fuerza de emplazar el carácter ficticio del ejercicio, discutir su estatuto científico o entenderla “como auténtico arte” (White, 1992: 13). Qué sea el límite del texto i) si una teoría sobre el sujeto cuyas determinaciones han de ser purificadas del imperativo de la lengua o de la época; ii) si la expedición en pos de un acontecimiento asignificante cuyos filamentos enunciativos han podido someterse a las leyes de la comunicabilidad; iii) si diálogo disciplinario tras haberse dado él mismo unos cauces a fin de ordenar técnicamente sus dichos; iv) si ejercicio crítico sumergido en un laberinto epistemológico con pretensiones de ciencia. Toda alternativa parece insuficiente porque con frecuencia omite el desencuentro del texto consigo mismo. Aun antes que el orden universitario curse las invitaciones para que las facultades concurran a exponer sus puntos de vista en beneficio de una transversalidad cada vez más disuasiva, previo incluso a la conciencia desventurada cuando el nombre propio insiste en volver sobre la superficie transparente de la rutina académica, solo excepcionalmente el vínculo entre los textos constituye una garantía que gusta referirse a las múltiples exigencias del ritmo institucional: acumula, casi todas las veces, una pura 235 variabilidad a no ser por el auxilio que deriva siempre de un régimen pospuesto. Un cierto vencimiento del caos que proporcionan los conceptos, sean disciplinarios o no, sigue celebrando hasta hoy una afinidad desafiante por inconclusa o rival. El rasgo inadministrable del texto, aquel que lo hiere con la potencia de la ruptura y la afirmación, invoca un modo que disuelve toda inmunidad en favor de una demanda que se organiza en la contingencia, esto es, omitiendo todo aquello que no se identifica con el lleno vulgar de la opinión. Llegado el momento —cuando la gramática comienza a fluir arrastrada por actos cuyo efecto colateral será el fracaso de la atribución identitaria del yo— emerge un inventario teórico en tanto que la certidumbre individual no se corresponde con la escucha de la subjetividad contemporánea. Pronto a cumplir medio siglo, el artículo de Susan Sontag, “Nathalie Sarraute y la novela” (1984), mantiene su vigencia. Y no tanto en beneficio de un estado de cosas que tributa a la anticipación el mayor de los méritos porque puede sospecharse que un móvil de este tipo coincide con la evolución del arte refutado por Sontag. Es atendible que la novela moderna se haya dejado persuadir por la pedagogía y que el pliegue de ese avance se oriente hacia el progreso del género mismo. La sensibilidad, en consecuencia, quedará subordinada a los imperativos de la técnica a objeto de asegurar su sobrevida. Bajo la consigna de lo enseñable, la representación se remite a exhibir el artificio de un montaje compuesto por recursos narrativos provisionales, aleatorios, incluso vanguardistas, pero a condición de mantener incólume las antiguas divisas del exhorto y la amonestación. La potencia del intervalo, tanto en la música de Boulez como en el psicoanálisis acuñado por Lacan, asociado en ambos casos con el silencio y la variabilidad del tiempo, enseña la insubordinación del ritmo y de la vida inconsciente, según corresponda. Es necesario reconocer, empero, que salvo las típicas excepciones, los criterios de inteligibilidad de la novela conservan su vigor en comparación con “la pintura expresionista abstracta y la musique concrète” (Sontag, 1984: 118). Sontag parece afirmar que si el propósito consiste en demandar un suelo común para la novela, a fin de dejarse instruir, con algún apremio quizá, por su actualidad, no está demás cierta cautela. Bajo el diagnóstico de un “arte arquetípico del siglo XIX” (Sontag, 1984:118) se equilibran una serie de discursos de calibre muy desigual. No se trata, por tanto, de explicar el trabajo del escritor de modo que los conceptos en juego respondan a una herencia única. Que por razones nada simples, el destino de la novela moderna se halle ligado, irrevocablemente, a lo real resulta significante a la hora de evocar su historia. No es casual que se la convoque para insinuar la crisis, la patología o la esterilidad de los signos del presente. Todo parece haber comenzado por el envío desde el cual se impone cierta insistencia para que la novela recobre su nombre propio y su sentido. Pero lo que deviene problemático, finalmente, no es la novela como 236 institución, sino el desafecto que la precede, en otras palabras, que no brinde especial interés por aquello que se sustrae a los criterios historicistas según los cuales la institución constituye el fin de la voluntad —al hilo de tales argumentos, la voluntad determina el acceso al sujeto moderno pero dicha contractura no constituye un modo particular de la institución sino su rasgo distintivo. LA MODERNIDAD PUESTA EN OBRA ¿Es posible pensar el estatuto de la ciudad con estilos de producción asignados tradicionalmente a la escritura? ¿O es que sobre el trazo material de los enunciados encuentra lugar, acaso de manera definitiva, la serie de gestos imaginarios que reparte el sentido de su herencia? En la década de 1910, Santiago de Chile se prepara para celebrar el primer centenario de la República; un sinnúmero de publicaciones coinciden en la serie de problemas que rivalizan con su puesta en escena —discursos políticos, tratados médicos, artículos de prensa y textos literarios abundan en el examen crítico del orden emergente. Lo que constituye dicha actualidad aviva la creencia cada vez más generalizada que su advenimiento ha de hallarse avalado por el curso arrollador del progreso, único capaz de balancear la arremetida perniciosa de enfermedad e ignorancia. La así llamada cuestión social, tematizada en periódicos de a fines del siglo XIX por Augusto Orrego Luco, incluye los tópicos de la pobreza en los arrabales, las condiciones de vida miserables, la prostitución, la brecha que separa a la elite dirigente de la clases bajas, las epidemias —viruela, cólera, tifus, tuberculosis y sífilis. Dicho panorama propicia la criba de los procesos modernizadores. La nación es vista como un organismo enfermo impedido, como está, de acceder a un bienestar necesario. Pero más allá de la evidencia, lo mórbido parece conectarse con el espacio patógeno que conjuga la propia ciudad. El borde interno de la ciudadanía no coincide con el plano de sus definiciones y muy incidentalmente con el vínculo lábil de su progreso. La voluntad modernizadora ha de mostrarse obediente a los criterios de intervención asimilados a la razón de estado. Iniciado el siglo XX, un elenco indeterminado de reformas aparece subsumido por trazos de salubridad en desmedro de estrategias menos apremiantes. Los datos estadísticos empiezan a orientar el trabajo de la burocracia estatal sin atender, programáticamente, al examen crítico de sus presupuestos. Urge el acopio de aportes inéditos referidos al estudio de los problemas sociales que establecen prioridades, urgencias y asignación de recursos. En este contexto, mantiene toda su vigencia pensar el rol de la medicina y sus soportes auxiliares en la productividad humana. Y en virtud de tales propósitos, los proyectos de intervención favorecen un cruce disciplinario 237 sin reserva y no escatiman esfuerzos para traducir pautas prescriptivas en meras referencias difícilmente disociadas de su porte histórico-político. La que puede considerarse una de las realizaciones más estimadas de las políticas públicas de la época no puede escindirse de la complexión singular que conquista, modernamente, trazos de identidad nacional. No obstante, prevalece cierta teleología sobre lo político que alcanza para establecer alguna semejanza con aquel régimen identitario que desconoce el contexto, las cadencias y la transformación del entorno. Resulta inevitable considerar que la medicina encarna una alternativa radical a los problemas que anuncia el nuevo siglo. No es otra sino esta solicitud creciente la que se percibe en la arquitectura de la ciudad. Se trata, finalmente, de un estado de cosas que subvierte las fronteras entre la teoría y la práctica, entre lo plural y lo singular. Queda por saber si este porvenir transversal no es la herencia que habrá recibido la ciudad de manos de la literatura. Las políticas modernizadoras acuñan una nomenclatura compleja para convenir en un asunto fundamental: el devenir de una soberanía que se declina, gradualmente, hacia el Estado-nación. Lo que no termina de arribar configura un lugar eximido de fundamento pero que no obstante señala el sentido de lo esperable: un rol preventivo y rehabilitador de carácter público. No es posible desagregar los conceptos de cultura, de salud, de buenas costumbres, de ciudadano, de emprendimiento y de responsabilidad, todos los cuales hacen parte del espíritu de las reformas. Pero la distancia con los hechos abre otra vía, allí donde la literatura moderna alberga una experiencia menos análoga con la emancipación. Este articulado está dispuesto a ilustrar la idea que el límite de lo político se monta sobre una diversidad de inscripciones —unas afines como las del humanismo y el progreso, otras más peculiares como las del delirio y la anormalidad (Bornhauser y Andahur, 2009). Se trata del despliegue de una franja discursiva que obedece a la paradoja en tanto que para las tesis humanistas es dudoso que el comportamiento ciudadano rebase lo político, aunque en épocas donde el sistema republicano de gobierno entra en crisis, el restablecimiento del estado de derecho empieza por reivindicar el soporte comunitario de toda acción humana, del mismo modo que lo normal en la herencia del siglo XIX —como discurso que le otorga unidad orgánica a la salud— encuentra acogida no solo entre médicos y pedagogos sino en un grado nada despreciable entre arquitectos e industriales. La fisonomía residual de la modernización, sin embargo, funda una práctica editorial donde la literatura encuentra cabida bajo una multiplicidad de fórmulas, algunas de las cuales favorecen un movimiento de resistencia autoinmunitario respecto de su legitimidad sin otro argumento que una patología sentida como trascendental. 238 En 1920 se publica El roto, la novela más emblemática de Joaquín Edwards Bello. Constituye la escritura cifrada de prácticas discursivas cuyo exoterismo se encabestra a dispositivos ideológicos de fines del siglo XIX y comienzos del XX. El roto —estereotipo identitario que sintetiza la imagen de la elite chilena sobre el mundo popular— sufre continuos travestismos en el curso de su historia. Durante el siglo XIX soporta el peso de todo aquello que la incipiente república establece como alteridad indeseable: sujeto marginal de consuno con el exceso que lo excluye del proyecto modernizador que ensaya el Estado. Con anterioridad, la Guerra del Pacífico convierte al roto en ícono de las tesis nacionalistas devenidas etnocéntricas, hipostasiando su plasticidad en beneficio de la beligerancia (Cid, 2009). Seguidamente, es emplazado en el centro del oficialismo; hacia 1920 — cuando Edwards Bello lo enviste como héroe de su novela— encarna un doble vínculo: capitaliza el segmento residual de los discursos modernizadores y, a un tiempo, participa del linaje heroico que adorna el sustrato ideológico de la confrontación bélica en torno a 1879. En la novela, el protagonista es figura tanto singular como colectiva. El niño Esmeraldo consuma un destino personal a la vez que refleja sus contradicciones de clase. Pero no es posible descifrar lo que ha llegado a ser esa autenticidad sino a través de un capítulo fragmentario cuyo exergo genealógico puebla diversas hipótesis. Dicha historia, aun cuando debamos diferir su rasgo original, obedece a un esbozo de apertura que se manifiesta a saltos. Una vez más, se trata del hábito que distribuye sin miramientos una verdad invariable, a no ser por el parpadeo de aquello que se resiste a ingresar como mera opinión; a un tiempo, es el traspaso de las fronteras disciplinarias y la acogida del afuera y su porvenir. Es esta intermitencia la que coopera en favor de un protagonismo cuya primicia consagra la necesidad de respetar, cabalmente, un protocolo inconcluso. El roto ordena uno de los borradores de las tesis higienistas del siglo anterior, en este contexto, dichas tesis constituyen el epicentro de la hausmannización de la ciudad propugnada por Vicuña Mackenna. El problema de la vivienda y las condiciones sanitarias de Santiago saturan la atención de la clase gobernante. Mientras la vanguardia ilustrada se siente arribada a la modernidad y protagonista de su devenir local, la pobreza amenaza con desmoronar la imagen de país progresista y cosmopolita de fin de siglo. El debate se desplaza, no obstante la paradoja, hacia el porvenir de la raza chilena contrahecha por los índices de mortalidad, todo lo cual encuentra suelo en la hipótesis del contagio. El Consejo de Higiene, creado en el año 1889 bajo el Gobierno de Balmaceda, obedece a la necesidad de contar con un dispositivo de Estado encargado de implementar una política de salud pública cuyo cometido explícito consista en erradicar las epidemias del territorio nacional —viruela, cólera, fiebre tifoidea, tuberculosis, así como las afecciones venéreas, principalmente la sífilis. Consecuentemente, en las 239 últimas décadas del siglo XIX la intendencia capitalina decide aislar las zonas “peligrosas” y mórbidas de aquellas “cultas y sanas” —Vicuña Mackenna instruye el establecimiento de un “cordón sanitario destinado a delimitar la culta capital de Chile”, que denomina “Santiago Propio”, de las “influencias pestilenciales de los arrabales”” (Espinoza, 2000: 120). La trama de El roto transcurre en el barrio posterior a la Estación Central, en “la desolación de esa ciudad doliente” (Edwards Bello, 2006: 17), cuya arquitectónica constituye la escena de una subjetividad que se aliena cada vez más decididamente en lo colectivo. Inmune a los planes modernizadores de la fachada capitalina permanecen las calles barrosas y sucias que integran el “barrio sórdido, sin apoyo municipal” (Edwards Bello, 2006: 2) que muestra la fractura del frontis capitalino —mientras que su cara moderna tiene “[un] poco de la vida de Europa” (Edwards Bello, 2006: 3); los conventillos, los prostíbulos, la estrechez y la suciedad hacen adivinar “los parásitos y bichos nocturnos espiando el sueño pesado de la carne proletaria” (Edwards Bello 2006: 5) 4. No es posible ponderar las vicisitudes históricas de lo moderno sin vincularlas con el acomodo contemporáneo de la ciudad, en la justa medida que los límites de su representación parecen ceder al régimen productivo de la plusvalía. Si esto es así, se hace cada vez menos pertinente esgrimir una topología relativa al estado de la ciudad o un dispositivo de recambio —el barrio o la comuna— cuando los índices diferenciales señalan el descrédito de cualquier estructura de contención. Ya no basta, en obediencia a una premisa lógica otrora compartida, la comprensión cotidiana de lo vivible —imaginarlo como un sistema compuesto por individualidades que recorren una y otra vez diversos lugares. La novedad consiste en el desplazamiento radical de los puntos cardinales en favor de un paso fáctico carente de toda finalidad que no sea el exceso recaído sobre la posesión colectiva de lo acumulable. Es precisamente esta perspectiva de análisis sobre una ciudad tardíamente globalizada pero confundida con la desmesura del goce, lo que debe abrirse paso al momento de examinar el estatuto efectivo de los procesos modernizadores. ¿En qué consiste aquí tal iniciativa sino en la experiencia del carácter desértico, radicalmente a-humano de su residencia? Edwards Bello repasa estas coordenadas cuando convoca el continuum que sutura la infección y el cuerpo —compone un plano de inmanencia que anula la distancia entre “parásitos y bichos” (5) por un lado, y “carne proletaria” (5) por el otro. La triangulación del espacio mórbido propuesto por Foucault (1975) regula el dispositivo de la salud a partir del siglo XIX en tanto que i) produce el aislamiento de la enfermedad a partir de su inclusión en una tabla de clasificación patológica; 4 Para una discusión de la representación de la ciudad en El roto y en otras obras de Joaquín Edwards Bello, véase Hozven 2006. 240 ii) la espacializa con relación al paciente y iii) la ordena al interior de la sociedad. Es este espacio múltiple el que conforma un sistema biopolítico a partir del cual se decide la supervivencia del grupo a condición de excluir sus segmentos indeseables. Sin embargo, el personaje de la novela —cuyos rasgos identitarios se construyen por tramos— no logra explicarse por la espacialización foucaultiana de la enfermedad en tanto que no existiría, en rigor, un cuerpo unario, sino el emplazamiento deforme de la “carne proletaria” (Edwards Bello, 2006: 5) acosada, esta vez, por la actividad microscópica nocturna; Edwards Bello recurre a la imagen de la “noche” para evocar el triunfo inhallable del iluminismo periférico —la existencia marginal del roto accede a la soberanía en tanto ha lugar la proletarización de su carne. UN RÉGIMEN DE LUZ Antes o después, puesto que no se trata de exhibir, por ahora, su trazo antropológico, el cuerpo habrá establecido un vínculo con la luz. El recién llegado es sujeto —tras el evento de quien lo expone— por una red inextricable de instituciones y dispositivos de poder. A un tiempo, el alumbramiento participa de esa tradición antigua cuando los asuntos humanos exacerban el pleito entre luz y oscuridad. No es posible olvidar, empero, que “no hay otra evidencia —clara y distinta como la quiere Descartes— que la del cuerpo” (Nancy, 2003a: 39). El mito expresa en esa pugna su propia historia, sobreviven, eso sí, los matices astrales. i) El solar, como símbolo del padre que se convierte, finalmente, en signo de fuerza. No por azar las divinidades paganas hacen de esta luz su sello distintivo y se unen, más tarde, al ejercicio político del soberano. Dios y rey participan de un mismo resplandor. ii) El lunar, confinado a la mujer, fría y fúnebre, no luce igual brillo —se manifiesta abriéndose paso a través de la noche. La nocturnidad demanda el sacrificio de lo que espera recibir, de vuelta, su plenitud definitiva. Por las mañanas, los niños suelen tranquilizarse ante la imagen de la luna rebajada por el sol porque allí ha podido vencer el contorno inalterable de un mundo amenazado por la deformidad, por el recuerdo de una muerte anticipada ya en el claustro materno. El sol y la luna, en el reverso, en la refriega cíclica de su enfrentamiento mitológico se donan mutuamente una experiencia ambigua: mientras el astro encandila y atenta contra la frescura de la lucidez razonante, la luz satelital defrauda y engaña a quienes se afanan en conocer la talla del mundo. Pero la luz ha tenido que ver con el viviente: luminosa o lúgubre —contrahecha por el aguijón de la enfermedad, del cansancio o la muerte. No obstante, esta desmesura no hace justicia a la claridad de la carne. La claridad pertenece a una fase intermedia que habita entre el rasgo distintivo y el color local. Allí comparecen dos partículas elementales que no consiguen reconciliarse. Prueba de ello es que 241 la soberanía del cuerpo se muestra al alba, cuando sus contornos no se comiden al fulgor ni a su borradura. La claridad existiría antes que los cuerpos, en virtud de este antecedente suele convertirse en sujeto. El alba se abre al espacio de la entereza dado que se extiende, sin prudencia, de un borde a otro: no ha de ser investida con las cláusulas del contraste. Todo depende de la disposición de los lugares para abrirse y mostrarse. No se trata de un espacio calculable sino de una partitura hecha de luz. Esta igualdad es la condición de los cuerpos: muestra desnuda, evidencia banal, sufriente, gozosa. El alba es extraña al sacrificio y, con la misma beligerancia, se sustrae al fantasma con el propósito de ofrecerse a la naturaleza de la carne. El fragmento de El roto encuentra su símil en la fotografía, porque se trata, en último análisis, del espacio que recorre una claridad. “La carne proletaria” (Edwards Bello, 2006: 5) evoca un montaje ficcional que rinde tributo a la transparencia a punto de ser vencida por las creaturas invisibles y noctámbulas que trajinan el cuerpo mientras sueña. Si se observa detenidamente, una vez más la mañana parece ser el modelo ejemplar que ha devenido noche. Pero el espacio literario, donde se posan los cuerpos de quienes entablan una relación intermitente con la luz, se construye sobre la plataforma de su destello: las prótesis del progreso dan lugar a la crudeza de la piel, y se fuga, como si la forjaran a voluntad, una delicadeza inadministrable. La noche evidencia la pesadez del cuerpo porque lo transforma en mercancía intentando sustraerse, vanamente, al cansancio y la enfermedad. Convertida en valor de cambio, el imperativo fundamental consiste en el ocultamiento del brillo aunque sea propio de la “carne proletaria” mostrar una desnudez sustraída del adorno o equívoco confundirla con el apaciguamiento del tono muscular. Se pierde aquel humanismo que hizo del viviente una producción maquínica inalterable. La ausencia de luz se resuelve, finalmente, en el control de su espaciamiento. Sin ostentación, enfermedad y cansancio muestran la desnudez más allá de la prohibición, más allá del misterio aunque rozan el secreto. Mientras haya un cuerpo, habrá un alba sin astro —esta es la condición para que exista lo singular (Nancy, 2006). La noche se mantiene inaccesible, penetrar sus límites significa relacionarse con el afuera y permanecer intocado subjetivamente en virtud de la reserva que cabe frente a la oscuridad, a un tiempo que imposibilitado de liberarse de su presencia. La noche evoca el memorial de la partida, de una muerte que se prolonga sin ninguna consideración por las cosas de este mundo. Quienes han sido protagonistas de un proceso como éste ya no se agrupan al amparo de la urgencia ni del sigilo. Mientras el texto suscribe con distinto énfasis la amenaza que se cierne sobre el cuerpo hasta hacer de éste una cultura, la cercanía, el contagio, constituyen la expresión insomne de la vida. Como es usual, el acto de retirarse no 242 acopia para sí ninguna palabra, ni siquiera la promesa que involucra el adiós. Solo cabe la separación, el destino de una iniciativa inaudita acosada originalmente por el fracaso. “La noche no se abre” (Blanchot, 1969: 154), la exigencia de oscuridad hace justicia a una historia en espera del gesto que la culmine; con igual lógica, esgrime, asimismo, el recurso a la soberanía —frente a la improvisación del saludo y los devaneos de la despedida. La nocturnidad constituye una partida que es llamada a comparecer frente a sus propias estrategias, el peso de la prueba parece recaer en los convocados, aquellos que espían “el sueño pesado de la carne proletaria” (Edwards Bello 2006: 5). Y si todo esto acredita un signo puede considerarse dicha formalización, por simple acuerdo, de manera autónoma. Hay todo un régimen de enunciados flotantes, nómades, de nombres suspendidos, de signos que acechan, que esperan ser empujados para volver a establecer el sentido de la afirmación. “¿Cómo justificar la vida, que es sufrimiento y grito?” —se pregunta Deleuze a propósito de Wolfson (Deleuze, 1996: 28). En un régimen de este tipo, nunca se llega al final de algo, está previsto precisamente para eso: régimen trágico del apremio infinito, respecto del cual se es, a un tiempo, deudor y acreedor. Sin embargo, lo importante no es tanto la circularidad melancólica de los signos cuanto sus multiplicidades. Aun así, se abre paso la diversidad de formas tramadas en una mezcla rara emparentada con “parásitos y bichos nocturnos” (Edwards Bello 2006: 5). En este contexto, se puede dudar si el cuerpo es un trámite del día o si, en sentido estricto es i) el horizonte que se declina tras la puesta del sol o ii) el encuentro con un grado de soberanía suficiente que ofrece la carne para ser contemplada en la intimidad de su derrota. El acoso se convierte entonces en el signo plural a punto de interrumpir la cadena significante —cuanto más apegado a la noche, el cuerpo visitado experimenta la imposibilidad de la muerte porque siempre se muere en un “futuro que nunca es actual” (Blanchot 1969: 155); cuanto más se apaga el sonido de las palabras, el mundo puede existir sin sujeto —semejante al árbol invadido por las hormigas de los trascendentalistas norteamericanos de principios del siglo XIX. Todo se resume en que no hay nada que mostrar salvo una separación porque “en el límite de la noche ya nadie pregunta a la sombra de dónde viene ni quién es” (Jabès, 2002: 151). Toda muerte tiene como precedente un transformismo mediante el cual los cuerpos dejan de participar en un ritmo cíclico, su exterioridad ya no se corresponde con el sentido orgánico que pudo encontrar allí la literatura o la filosofía. “Hay que salvar, hay que asegurar la salvación” (Derrida, 2000: 9), esta sería la consigna de quienes no padecen otra muerte que la permitida por la actividad productiva, de quienes mueren sin ningún auxilio del porvenir. La “carne proletaria” muere en el presente enfrentada a la desnudez de su propia soledad. ¿Cómo no hablar del fracaso cuando se ha tenido que recorrer hasta sus extremos más sinuosos el trazo de esta historia singular? Para ello, el 243 Occidente ha inventado una lengua —ha de insistirse en ello— que se encabestra en atención a las finalidades. El cabestro sirve para neutralizar la autonomía del animal cuando se lo quiere con la quietud obligatoria del trabajo, en referencia a la prioridad de la última hora. Menos frecuente es el gesto que se detiene en el instante, que se autoriza sobriamente en la adquisición tardía de una forma sinuosa, aquel que hilvana todo el pasado pero que se fragiliza ante la amenaza de lo que viene, que no contempla la requisitoria, esa violencia que se congratula en el sacrificio de su duración, esas “abreviaciones que engendran oscuridad” (Nietzsche, 1988: 207). Tras la inquietud que provoca la suspensión de una regularidad mantenida incólume, no hay constancia de un aserto mayor que cuando se ha vuelto inapelable el imperio de la rutina, poco importa que allí “la certidumbre adquiera el carácter ofensivo del delirio” (Klossowski, 2005: 198). No obstante, una sorpresa donde lo actual ya no se conforma por la efectividad del tiempo sino por el desprendimiento de su presente, sería un acontecer que se identifica con los hechos solo en virtud del hábito que lo soporta. Este desprendimiento no escalona una nueva vigilancia como remiendo de la linealidad interrumpida, ni es el espíritu de alguna pseudociencia que demanda a modo de alternancia crítica el ingreso de lo inédito. Es necesario convenir que “en los fenómenos de repetición, de recuperación, de reactivación o de regreso, lo que cuenta nunca es lo idéntico sino lo diferente” (Nancy 2008: 8). Si la noche impregna los bordes del sueño es como si la extrañeza de donde provienen sus signos ya no pudieran iluminarse con el lleno de la referencia. El sueño, por tanto, aparece discernido de modo general y colectivo. Es legítimo hablar aquí de cierta ambigüedad referencial porque los contenidos oníricos no alcanzan a distinguirse sino dispensados por “la carne proletaria” y ésta no permite definir sus fronteras sino como una estructura social que sacrifica sus segmentos constituyentes. Ambigüedad quiere decir, en este contexto, el factor sumatorio tanto de la literatura como de la filosofía que falla necesariamente al momento de transparentar el exceso de sus hallazgos — tratándose del sueño sucede como si su pesadez hubiera desplazado el interés subjetivo en beneficio de un experimento que reclama para sí un lugar en la escena. La proletarización del cuerpo tematiza su desvanecimiento con acuerdo a la precariedad material del soñante, por su parte, la hermenéutica del sueño recubre sus operaciones de dominio y atestigua la más común de las paradojas: la espectralidad del yo; la vida inconsciente, por extensión, hunde sus raíces en el positivismo sofisticado de la presencia cuyo prestigio se tramita en favor de los fenómenos previstos por la anomalía social. “A medianoche, cuando ya no queda nada por preguntar” (Deleuze y Guattari, 1993: 7), la filosofía —como el sueño— evoca un tiempo muy diverso al 244 constreñimiento luminoso de las primeras horas cuando el imperativo de la producción hace que todo aparezca ingrávido y hasta transparente, demasiado artificial y abstracto. Auxiliada por sus propios medios sobre lo que una vez compareció como orden inapelable, la literatura masculla la pregunta por aquello que resulta de la consigna modernizadora orientada por el tiento de políticas de Estado que trae anexa una apostilla inhóspita donde “la carne proletaria” goza de un instante de gracia entre la vida y la muerte. La literatura interroga la fraternidad como cuestión habida “más acá de cualquier connotación sentimental” (Cit. en Derrida 2005, 2: 80), que hace del otro un rival pero sin dejarse persuadir por el exterminio —se trata de un desafío sin importar el buen decir o las convicciones de cada cual. En la novela de Edwards Bello llega el momento en que al protagonista le resulta imposible acceder a una “cierta intimidad competente” (Deleuze y Guattari, 1993: 2) que no sea su propio abatimiento. Helo ahí, postrado, intentando fijar un acontecimiento a instancias de la noche en una ciudad expuesta a los vaivenes del progreso; el presente del sueño retiene la mudez como alteridad intransferible sin rozar la trascendencia ni lo más próximo. Y no es que El roto de Edwards Bello se obligue a fundar dicha experiencia, la trae sin inventarla porque el asunto que plantea incluye lo que pasa en términos de estructuras y relaciones o llega precedido por una revelación sin consumar, por una promesa sin tiempo. Sin embargo, la apertura de este sujeto exiliado de alma sigue figurando bajo la enmienda que se muestra en su recubrimiento: como exotismo de una erudición novelesca y cuyo anuncio ya no contiene la posibilidad de creer en algo. La cuestión verdaderamente crucial consiste en dirigirse a lo que pasa y que “anula toda creencia, todo cálculo, toda economía y toda salvación” (Nancy, 2008: 170). El advenimiento del sueño autoriza otro modo de pensar el estatuto del testigo respecto de la “pobreza de mundo (Weltarmut)” (Citado en Agamben, 2007a, 2: 94) propia del animal. La tesis que Heidegger esgrime en el semestre de invierno de 1929-1930 está referida, en su último tramo, a la soledad del viviente. Es un asunto expugnable toda vez que se trata de la fragilidad de una apertura, la puesta en escena de un imposible que no sería negativo sino, en todo caso, otro trámite del tener-lugar. Es sabido que las investigaciones de Jakob von Uexküll constituyen un hito gravitante en el trabajo de Heidegger al volver sobre la ciencia biológica. Si para von Uexküll, el ambiente (Umwelt) es el portador de significado (Bedeutungsträger, Merkmalträger), a Heidegger le corresponde la responsabilidad de hacer solidarios el acontecimiento que recae sobre el animal y el viviente humano. Lo que cuenta para el acontecimiento cuenta también para la responsabilidad que se muestra en los intersticios de lo posible y cuyo paso ya no es asignable a una dependencia específica sino más bien pasiva de lo que reparte el otro en él. Según Heidegger, el animal en su ensimismamiento se halla 245 sustraído de la revelación del Dasein, no obstante, bajo el mismo expediente conquista una apertura especial hacia algo que nunca será nada: imposibilidad de soportar la relación con la existencia sin ser absorbida por ella. El animal discurre por fuera de lo posible aunque no pueda nombrar sino su desmesura, se sitúa en la inconmensurabilidad de su propio límite y de su propia presencia. Así, “los parásitos y los bichos” hacen parte de lo inaccesible solo en tanto se encuentran privados de llegar a un destino singular sino es el tormento que asola la “carne proletaria”, de un modo análogo a cómo el protagonista de la novela consuma su desvío en la clausura del sueño. CIUDAD Y PATOLOGÍA: LA FORMACIÓN DEL ROTO La medicina del siglo XIX se consagra a la investigación bacteriológica a fin de aislar los microorganismos responsables de transmitir enfermedades infecciosas. “Cell theory relies on the ability to perceive borders, for to see a structure under a microscope means to visualize a membrane that distinguishes it from its surroundings” (Otis, 1999: 4). Con base en un juego de contrastes, dicho protocolo exige individualizar sus hallazgos a objeto de establecer las fronteras del funcionamiento pernicioso. Se trata de una nomenclatura disciplinaria que encuentra cabida no solo en el discurso médico, sino también en el imaginario socio-político de la época. La capacidad de distinguir un elemento entre otros, de velar por la integridad de los bordes que conforman un organismo propiamente tal, tiene como finalidad impedir la irrupción de elementos patógenos. La elite ilustrada chilena declina esta estrategia en un programa de construcción nacional con un doble propósito: fijar el marco de lo deseable y purgar las anomalías. Como contrapunto, la novela de Edwards Bello muestra los efectos de la comunicabilidad del tejido membranoso, esto es, la pérdida de sus contornos originales, su propósito de fusión, su obediencia a una ortopedia colectiva en virtud de la deformidad. “Acurrucados en el suelo, parecen acechar; uno es tuerto; otro tiene en lugar de la nariz un agujero siniestro, revelador del mal que pudre sus carnes” (Edwards Bello, 2006: 21). Este elenco deroga las cláusulas identitarias, pero no se trata de la multiplicación de un singular —de un vínculo, de un proyecto— sino de la catástrofe que produce una desbandada serial: “[…] el de más allá, de quince años, está consumido por la peste blanca; otro, el gordo, se presta al vicio inenarrable y no se ruboriza cuando le llaman con los nombres más degradantes” (Edwards Bello, 2006:21). En cualquier caso, el correlato transgresivo de la marginalidad subsume bajo un solo sedimento la exterioridad de sus partes constituyentes; comparece el manifiesto de un orden conservador que se establece autónomamente, “[…] aquél, blanco, alto, de rostro lívido, es un asesino que la policía persigue” (Edwards Bello, 2006:21). 246 Tradicionalmente la feria de curiosidades se caracteriza por mostrar lo que desborda la imaginación mientras exhiba lo monstruoso, aquello que escapa al canon de la taxonomía —el límite de la humanidad sorprendida en el preciso instante en que rebosa hacia lo bestial. La escena refunda el sentido común para señalar una rareza que excede con mucho la fantasía más bizarra. Allí, la tarea del presentador de la mujer enana o del hombre elefante consiste en hallar palabras para lo que se define, precisamente, por la imposibilidad de ser nombrado. Y si la exposición de lo insólito ha de responder a una marca trascendental, la rutina tiene como resultado el retorno de su contrario: la comparecencia de lo reprimido en una serie inédita que colectiviza la bancarrota del valor singular. Lo fuera de serie es recobrado en un nuevo elenco de anormalidad unida al poder en desmedro de cualquier estado de excepción: la ley incorpora sus cláusulas marginales (Agamben, 2007b). Se trata del movimiento museal prototípico del siglo XIX que exhibe: i) el catálogo de lo inclasificable; ii) la axiomática de la anormalidad y iii) la cientifización de lo natural. El tuerto de la cita de Edwards Bello es alineado con el hombre sin nariz, el tuberculoso, el gordo y el asesino. Cada uno de estos rasgos, todos los cuales debían obedecer al imperio del singular, terminan por anudarse a la pluralidad de lo morboso. La vitrina de la exhibición narrativa crea el espacio de la semejanza patológica. Este es el tránsito donde el roto se construye como tal, pero en rigor Esmeraldo corre la misma suerte de un movimiento asignificante que lo conmina a hacerse roto sin reservas —y una vez más, su correlato es “la desolación de esa ciudad doliente” (Edwards Bello, 2006: 17), en cuyo laberinto sucio y enfermizo habrá de perderse y soportar continuas sacudidas hasta acceder a su fórmula colectiva. Mientras que en el Bildungsroman tradicional la peripecia del protagonista responde a una interioridad vinculada con el socius, la (con)formación del roto parece obedecer a un destino inverso y alienante porque el pliegue del afuera constituye su zócalo subjetivo: si el individuo burgués aprende a restringir sus libertades interiores en aras del bien común, el roto aspira la libertad urbana: “[…] la calle llena de novedades, de imprevistos; su calle sin vergüenza, sucia y cínica […]. Sentía latir ese corazón de su barrio como si lo llevara en sí mismo” (Edwards Bello, 2006:35). Lo que para el discurso civilizatorio y modernizante de una joven nación empeñada en revisar sus primeros cien años de existencia ha llegado a ser, en el mejor de los casos, lo enmendable y objeto del desecho, en las antípodas, se muda aquí en ámbito configurador de una identidad alternativa tensionada por el vaivén entre lo singular y lo colectivo. El Bildungsroman de Esmeraldo es la fórmula narrativa del roto, de modo análogo a la historia de la socialización encarnada por Wilhelm Meister —prototipo burgués en la época de Goethe. Adviene un conjunto de peripecias para que dicho estatuto alcance su completitud 247 —Leitmotiv de la novela en tanto espacio literario. Tal logro coincide con el final de la obra. Esmeraldo crece en un ambiente prostibular regentado por su madre Clorinda en ausencia del padre recluido en la cárcel. Importa en el devenir del roto la pérdida de la figura paterna tanto en términos imaginarios como efectivos. Es en virtud de esta falta que Esmeraldo construye su rol de masculinidad cuyo símbolo es un cuchillo que había pertenecido al progenitor y que Clorinda guarda en los cajones de la cómoda: “El cuchillo paterno lo fascinaba. Su padre sería un héroe. Se lo figuraba hermoso y fuerte, con aspecto de guerrillero […]” (Edwards Bello, 2006:18). Pero la representación del “objeto sagrado” (Deleuze, 2006: 23) es forzada por el imperio lábil de la estructura psíquica. Esmeraldo sublima el reencuentro con su padre —a quien apenas recuerda y cree injustamente encarcelado. El enfrentamiento con la realidad lo despoja del ideal paterno: se encuentra con un hombre alcoholizado y corrompido por la vida carcelaria. Su “conmoción enfermiza” (Edwards Bello, 2006:19) se aviene con la muerte violenta del ascendiente ocurrida dos días más tarde a causa de un altercado en el recinto penitenciario: tras el evento catastrófico, Esmeraldo pierde definitivamente a su padre real. El lacho Fernando, amante de Clorinda pudiendo, habida cuenta la ligadura con la madre, asumir la función paterna es, por su parte, un roto sin vínculos parentales y sin descendencia: aventurero, nómade, hombre de varias mujeres; Fernando hace del “[…] mundo […] el campo de pelea para el más gallo” (Edwards Bello, 2006: 29). Al seguir sus pasos, Esmeraldo se convierte en roto a través del desasimiento de los lazos filiales y haciendo de la ciudad su hogar formativo: la ley del padre es sustituida por la ley de la calle; en ella prevalece la relación entre pares que desean o gozan —según sea pertinente una exégesis con base en el psicoanálisis (Lacan, 1975) — la misma suerte de Esmeraldo. Aquí radica la ambigüedad de la novela de Edwards Bello. A mayor abundamiento, El Pata de Jaiva, oriundo de Valparaíso y compañero de andanzas de Esmeraldo, es “[…] descendiente de quién sabe qué changos empujados poco a poco por la raza blanca a los cerros del Barón” (Edwards Bello, 2006: 46). Su destino reitera la precariedad de referencias familiares, de nombre propio y de lazo social a cuyo recaudo emerge el sujeto: “El cerro, su cerro y su madre. ¡He ahí el universo!” (Edwards Bello, 2006:46). El proceso de subjetivación del roto se acuña en la no-pertenencia a una trama social que le otorgue la posibilidad de reconocerse y conquistar un lugar en el mundo. Esmeraldo vaga por las calles de la ciudad. Un asesinato y la búsqueda del culpable crean las coordenadas narrativas del desenlace novelesco. Un amor que transgrede la estructura de clases se convierte en hecho fatídico para el futre José Martí, enamorado de Carmen, hermana de El Pucho —integrante de la 248 banda callejera en la que milita Esmeraldo y El Pata de Jaiva. Sintiéndose traicionado en su conciencia de clase por el ligue amoroso de su hermana, El Pucho apuñala a Martí causándole la muerte. En el lugar del crimen, la policía tramita la confesión voluntaria de Esmeraldo, quien asume la culpa vicaria del asesinato. El caso se convierte en noticia de interés general —debatido por la prensa y la opinión pública— en tanto que cifra el discurso político en torno a los desequilibrios sociales, la pobreza y su vínculo con la criminalidad, acto seguido, se esgrime la necesidad de reformas con bases profilácticas. Expertos en criminología seguidores de Kraft Ebbing, frenólogos inspirados en las tesis de Darwin y émulos de Nietzsche ponen a prueba sus postulados en el “asunto Esmeraldo” (Edwards Bello, 2006:152). El caso no termina por resolverse. Extinguida la cobertura mediática, tras siete meses de reclusión Esmeraldo es puesto en libertad. El periodista Lux, persuadido de su inocencia, asume un rol redentor del niño pobre: lo cobija en su casa con ánimo de civilizarlo. El programa iluminista de normalización —rubricado por el nombre propio del reportero— se empeña en subordinar a Esmeraldo a la ley paterna aun cuando “[…] el muchacho permanecía reservado, esquivo, salvaje. No pensaba sino en ver su barrio, su madre…” (Edwards Bello, 2006:153). Esmeraldo huye amparado por la noche, vuelve a sus correrías y al lugar que le prodiga un modelo identitario hecho a la medida. Pero el barrio de la infancia ha sido demolido y está siendo sustituido por un saneamiento higiénico: “Los fuertes, los vivos, que se alimentan de los muertos, caerían sobre esos escombros, poniendo una nota sana y vigorosa en ese desastre urbano, pálido y mudo” (Edwards Bello, 2006:156). El texto describe los efectos espurios de la intervención: “El roto se iba con la sífilis y la viruela, borracho, cojo, tuerto, trágico, arrastrando el espectro de la ramera pobre, dejando en esos escombros lo mejor de sus energías, lo más fuerte de su alma y cuerpo. Se iba para otro lado, mudo y fatalista, sin preguntar a quién dejaba todo eso, abriendo cancha al burgués, al gringo y al futre que venían en nombre de la civilización y de Darwin” (Edwards Bello, 2006:156). El transformismo de la ciudad corre a parejas con el expolio de la ecología del roto y el diferimiento definitivo de sus coordenadas identificatorias. A Esmeraldo no le queda sino el recurso al resentimiento. La novela se cierra con la huída de Esmeraldo siendo acosado por las fuerzas del orden en compañía del profesional ilustrado. La fuga es exitosa en virtud del apuñalamiento de su seguidor más próximo que resulta ser Lux, el pretendido padre salvador —epitafio del iluminismo civilizatorio. Esmeraldo se aferra al único resto que le queda: su libertad de roto. La escena final coteja este deseo con el símbolo más emblemático del progreso: 249 el ferrocarril: “El chiquillo cruzó la vía saltando casi la trompa de acero de la locomotora que se venía encima. Pasó rozándole, echándole en la cara su calina, su soplo potente de vida y muerte” (Edwards Bello, 2006:162). La imagen enrostra el hecho que el roto se construye enfrentado a lo moderno, en pugna con su ideal finalista. La novela de Edwards Bello muestra el acoso que se cierne sobre todo aquello que se exime de formar parte del espíritu de la época. Las primeras páginas retratan la marginalidad del barrio Estación Central que será desechado por las obras de remodelación urbana favorecidas por el festejo del Centenario, pero luego, una vez consumado el crimen del futre, la prensa retoma su interés con el propósito de recuperar el entorno barrial. El fracaso del plan arquitectónico es el fracaso de la iniciativa civilizatoria y redunda en los obstáculos que impiden el bienestar, el progreso y la vida saludable. Sobrevive, aunque no sea más que una pura impertinencia, el excedente de la lógica modernista: un lapsus intramitable que resiste la restauración tanto como su desaparecimiento. La novela de Edwards Bello se proyecta originalmente en dos tramos. El primero, de 1918, es publicado en París bajo el título La cuna de Esmeraldo. Dos años más tarde, la borradura del nombre propio en la versión definitiva, su relevo por el genérico —El roto— ilustra la serie de operaciones ya descritas: volver transparente la línea fronteriza que escinde lo singular de lo colectivo (Spivak, 2001). Esmeraldo es héroe cuya subjetivación se disemina constantemente. Así, las intenciones críticas que el autor exporta a la novela se desvanecen en los procedimientos narrativos puestos en circulación. Sus contradicciones resultan evidentes: el relato esgrime fórmulas descriptivas (paradigmáticas o ejemplares) que traducen fenómenos individuales en una estructura de clases decimonónica, mientras consagra la división internacional del trabajo y el fortalecimiento del aparato burocrático que hace parte del siglo venidero. Edwards Bello no logra liberarse del discurso hegemónico que cuestiona; su novela irradia luz y conocimiento sobre un mundo degradado —la oscuridad en tanto que iluminada puede ser eliminada. “Los cuadros crudos de El roto, vienen a ser como esas fotografías de fieras que los turistas toman de noche en plena selva” (Edwards Bello, 2006: 1), escribe el autor en el prólogo a su novela.; y llega a decirse que su “autor sorprendió las actividades íntimas del pueblo chileno en su fatal obscuridad, con luz de magnesio” (Edwards Bello, 2006: 1). La literatura se asemejaría, por tanto, a una cámara fotográfica que saquea lo que retrata: los animales pierden algo de su naturaleza salvaje cuando aparecen en la secuencia del álbum que recoge los recuerdos vacacionales; la luz magnésica apresa la “fatal obscuridad” (Edwards Bello, 2006: 1) de las clases bajas. Enmarcar la fotografía o circunscribir lo patológico y la ciudad al texto, constituyen los actos que patrocinan la lectura de Edwards Bello: el roto como sujeto en devenir, habitante de una capital acosada por el padecimiento. El marco prodiga límites de cohesión e inteligibilidad de 250 aquello que queda capturado en su interior; la novela funciona con igual propósito tratándose de la genealogía del roto: lo convierte en heredero de los residuos de la modernidad periférica habida en Chile. El marco instala, sin embargo, una reserva entre aquello que queda consignado como su límite interno y lo que permanece, difuso, en el afuera: “It makes sense […] to consider the degree of security of any frame, even if some frames are clearly firmer than others” 5 (Rousseau 2003: 3). En sus puntos vulnerables, donde los cuerpos infectados se vuelven deformes, donde la enfermedad amenaza con hacer inhallable cualquier diferencia entre lo sano y lo patógeno, donde el roto defrauda, una y otra vez, los intentos de domesticación, el espacio literario no solo comporta un aparato de captura (Deleuze y Guattari, 1994), sino también, simultáneamente, un sentido que solo es perceptible en tanto fuga. En definitiva, “la cuestión del eurocentrismo tendría pues que decidirse […] con respecto a la escritura” (Moreiras, 1999: 15). BIBLIOGRAFÍA Agamben, Giorgio 2007a “Lo abierto” [2002]. Trad. Flavia Costa e Ivana Costa. 2ª ed. Adriana Hidalgo; Buenos Aires, Argentina. ___2007b “Estado de excepción. Homo sacer II, I”. [2003]. Trad. Flavia Costa e Ivana Costa. Adriana Hidalgo; Buenos Aires, Argentina. Blanchot, Maurice 1969 “El espacio literario”. [1955]. Trad. Vicky Palant y Jorge Jinkis. 2ª ed. Paidós; Buenos Aires, Argentina. Bloch, Ernst 1983 “Sujeto-objeto. El pensamiento de Hegel”. [1949]. Trad. Wenceslao Roces. Fondo de Cultura Económica: México DF, México. Bornhauser, Niklas y Estefanía Andahur 2009 “Acerca de la configuración de la locura en el Chile decimonónico”. Revista Austral de Ciencias Sociales 17: 111-26. Cid, Gabriel 2009 “Un ícono funcional: la invención del Roto como símbolo nacional, 18701888”. En: Nación y nacionalismo en Chile. Siglo XIX. Ed. Gabriel Cid y Alejandro San Francisco. Centro de Estudios Bicentenario; Santiago, Chile. pp. 221-54. 5 “Hace sentido […] considerar el nivel de seguridad de cada marco, incluso si algunos marcos son claramente más firmes que otros” (Trad. A. Kottow). 251 Deleuze, Gilles y Félix Guattari 1993 “¿Qué es la filosofía?”. [1991]. Trad. Thomas Kauf. Anagrama; Barcelona, España. ___1994 “Mil mesetas. Capitalismo y esquizofrenia”. [1980]. Trad. José Vázquez. Pre-Textos; Valencia, España. Deleuze, Gilles 1996 “Crítica y clínica”. [1993]. Trad.Thomas Kauf. Anagrama; Barcelona, España. ___2005 “La isla desierta y otros textos. Textos y entrevistas. (1953-1974)”. [2002]. Trad. Mario Morey. Pre-Textos; Valencia, España. ___2006 “Diferencia y repetición”. [1968]. Trad. María Silvia Delpy y Hugo Beccacece. Amorrortu; Buenos Aires, Argentina. Derrida, Jacques 1997 “Mal de archivo. Una impresión freudiana”. [1995]. Trad. Francisco Vidarte. Trotta; Madrid, España. ___ 2000 “Estados de ánimo del psicoanálisis. Lo imposible más allá de la soberana crueldad”. Extraído el 12 Agosto, 2011 de http: // www.philosophia.cl ___2005 “Canallas. Dos ensayos sobre la razón”. [2003]. Trad. Cristina de Peretti. Trotta; Madrid, España. ___2008 “El animal que luego estoy si(gui)endo”. [2006]. Trad. Cristina de Peretti y Cristina Rodríguez. Trotta; Madrid, España. Derrida, Jacques y Elizabeth Roudinesco 2005 “Y mañana qué…”. [2001]. Trad. Victor Goldstein. Fondo de Cultura Económica; Buenos Aires, Argentina. Edwards Bello, Joaquín 2006 “El roto”. [1920]. Universitaria; Santiago, Chile. Espinoza, Vicente 2000 “Condiciones de vida de los sectores populares”. Santiago poniente. Desarrollo urbano y patrimonio. Ed. Dirección de Obras Municipales de Santiago & Atelier parisien d’urbanisme. 118-35. Dirección de Obras Municipales; Santiago, Chile. 252 Foucault, Michel 1975 “El nacimiento de la clínica: una arqueología de la mirada médica”. [1961]. Trad. Elsa Cecilia Frost. Siglo XXI; Madrid, España. ___1995. Theatrum Philosophicum. 1970. Trad. Francisco Monge. Barcelona: Anagrama. ___ 1997. El pensamiento del afuera. 1966. Trad. Mario Arranz. Valencia: PreTextos. Franco, Jean 1993 “La cultura moderna en América Latina”. Fondo de Cultura Económica; México DF, México. Iñiguez, José 1982 “Economía y pobreza en América Latina: una introducción”. Moralia 1-2: 919. Hozven, Roberto 2006 “La ciudad de Santiago en el sentir de Joaquín Edwards Bello y de Jorge Edwards”. Revista Chilena de Literatura 69: 5-23. Jabès, Edmond 2001 “Del desierto al libro”. [1980]. Trad. Gastón Sironi. Alción; Córdoba, Argentina. ___2002 “Un extranjero con, bajo el brazo, un libro de pequeño formato”. [1989]. Trad. Cristina González y Maryse Privat. Galaxia Gutenberg; Barcelona, España. ___1990 “El libro de las preguntas, 1”. [1964]. Trad. José Martín Arancibia. Siruela; Madrid, España. Klossowski, Pierre 2005 “Nietzsche y el círculo vicioso”. [1969]. Trad. Roxana Páez. Terramar; La Plata, Argentina. Kottow, Andrea 2009 “Machos, lachos, padres e hijos en la obra de Joaquín Edwards Bello”. Revista UDP. Pensamiento y cultura 08: 134-45. Lacan, Jacques 1975 “Le séminaire de Jacques Lacan. Livre XX: Encore, 1972-1973”. Éditions du Seuil, París, Francia. 253 Moreiras, Alberto 1999 “Tercer espacio: literatura y duelo en América Latina”. Lom; Santiago, Chile. Nancy, Jean-Luc 2003a “Corpus. 2000”. Trad. Patricio Bulnes. Arena: Madrid, España. ___2003b “El sentido del mundo”. [1993]. Trad. José María Casas. La Marca; Buenos Aires, Argentina. ___2006 “Ser singular plural. [1996]. Trad. Antonio Tudela. Arena; Madrid, España. ___2007 “58 indicios sobre el cuerpo. Extensión del alma”. [2006]. Trad. Daniel Alvaro. La Cebra; Buenos Aires, Argentina. ___2008 “La declosión (Deconstrucción del cristianismo, 1)”. [2005]. Trad. Guadalupe. Lucero. La Cebra; Buenos Aires, Argentina. Nietzsche, Friedrich 1988 “Consideraciones intempestivas 1”. [1872]. Trad. Andrés Sánchez Pascual. Alianza; Madrid, España. Otis, Laura 1999 “Membranes. Metaphors of Invasion in Nineteenth-Century Literature, Science, and Politics”. The Johns Hopkins University Press; Baltimore, United States. Rousseau, S 2003 “Introduction. Framing and Imagining Disease in Cultural History”. In: Sebastian Rousseau et. al., eds. Palgrave Macmillan; London, England. Rowe, J. W. F. 1965 “Primary commodities in international trade”. Easter; Cambridge, England. Safouan, Moustapha 2008 “Lacaniana. Los seminarios de Jacques Lacan 1964-1979”. [2005]. Trad. Eva Tabakian. Paidós; Buenos Aires, Argentina. Said, Edward 2004 “El mundo, el texto y el crítico”. [1983]. Trad. Ricardo García. Debate; Buenos Aires, Argentina. Sontag, Susan 1984 “Contra la interpretación”. [1969]. Trad. Horacio Vásquez. Seix Barral; Barcelona, España. 254 Spivak, Gayatri 2011 “¿Puede hablar el subalterno?”. Trad. José Amícola. 2ª ed. El cuenco de plata; Buenos Aires, Argentina. Subercaseaux, Bernardo 2007 “Historia de las ideas y de la cultura en Chile”. Tomo IV. Nacionalismo y cultura. Universitaria. 4 Tomos. 1997-2007; Santiago, Chile. Sunkel, Osvaldo y Porfirio Paz 1973 “El desarrollo latinoamericano y la teoría del desarrollo”. Taurus; Madrid, España. White, Hayden 1992 “Metahistoria. La imaginación histórica en la Europa del siglo XIX”. [1973]. Trad. Stella Mastrangelo. Fondo de Cultura Económica; México DF, México. Recibido: Marzo 2011 Aceptado: Noviembre 2011 255 JACQUELINE DE ROMILLY. “La Grecia antigua contra la violencia”, Traducción Jordi Terré, Editorial Gredos; Madrid, España, 2010. 153 pp. Si existe un problema que ha agobiado ininterrumpidamente a la humanidad desde sus mismos orígenes, éste es el de la violencia. Y cada cultura la ha afrontado a su propia manera, ya sea incorporándola a sus valores y/o buscando vías para controlarla. En el ámbito de la literatura, la epopeya la ha hecho su tema central, ya sea cantando la cólera de Aquiles, en la Ilíada, o revelando los secretos de una deidad guerrera, como el Krishna que instruye a Arjuna en el Bhagavad Gita. En las antiguas religiones indoeuropeas los dioses frecuentemente son violentos. En el caso de la Grecia arcaica y clásica, cultura politeísta carente de libro revelado, los principales mitos se encuentran en las obras de Homero y Hesíodo. En la Ilíada, la Odisea, la Teogonía, los Trabajos y los días y los Himnos homéricos abundan las teomaquías y las querellas. “La mitología griega es terrorífica. Lo es, sobre todo, en sus comienzos, lo que no es un dato desdeñable. Estos comienzos están expuestos en la Teogonía de Hesíodo, la primera obra literaria de Grecia tras el ciclo homérico. Esta obra, como su nombre lo indica, narra los comienzos y el nacimiento mismo de los dioses que precedieron el reinado de Zeus y de los Olímpicos. Se puede decir que las generaciones divinas rivalizan, de alguna manera, en el horror” (pp. 61-62). Esta violencia inherente a los Olímpicos amenaza a los mortales que se encuentran inermes ante su poder, frecuentemente arbitrario. “La mitología griega está formada por un entramado de violencia sin número. La acción divina se presenta como una serie de intervenciones brutales y más o menos arbitrarias, y las obras literarias no dejan de reflejar el temblor de los hombres ante el pensamiento de esas violencias siempre posibles” (p. 61). Como es bien sabido, el Olimpo es gobernado por Zeus; pero para que esta deidad celeste conquistara y consolidara su poder requirió defenestrar a los anteriores regentes cósmicos e imponerse sobre todos sus otros adversarios mediante la fuerza, la astucia y una serie de alianzas. “[…] Prometeo era un Titán y las violencias que Zeus le inflige son el resultado de esta gran lucha que ocupa la segunda parte de la Teogonía de Hesíodo. El reinado de los dioses griegos, ya sean descendientes de Zeus o pertenezcan a esas generaciones precedentes, está por tanto fundado, en el origen, sobre violencias que desembocan en una lucha sin piedad. Sin embargo, Zeus, al haberse impuesto por la fuerza y ejercer su autoridad sobre los demás, podrá así convertirse en el árbitro y, por ello mismo, ejercer en adelante una forma de justicia. Es así como nos encontramos a este 256 Zeus en el segundo poema de Hesíodo [Los trabajos y los días], más o menos en Homero y en la tragedia” (p. 62). Jacqueline de Romilly percibe una evolución en la religiosidad helena, que transita de un Zeus tiránico que conquista su lugar mediante la violencia a un dios de justicia cuyo poder resulta garante del orden cósmico y que castiga la desmesura y la injusticia entre los humanos. “Todo se sitúa, efectivamente, en una evolución. Vimos cómo la justicia de Zeus sucedía al caos; vimos cómo aparecía la benignidad, el perdón y la indulgencia, incluso en las tragedias […] De una forma más general, podemos y debemos preguntarnos si, a partir del momento en que estas ideas de benignidad se difundieron así, se puede percibir una evolución que haga pasar de estos dioses con frecuencia crueles que se encuentran en las leyendas, a una visión depurada y embellecida de dioses que serían ya no crueles, sino benignos, buenos para los hombres, indulgentes y prestos al perdón” (p. 79). La capacidad de ejercer violencia por parte de un árbitro justo con el propósito de conservar el orden marca la diferencia de la violencia legítima con respecto a otras violencias no legítimas. El Zeus de justicia de Hesíodo detenta el monopolio legítimo de la violencia. Jacqueline de Romilly percibe que esta evolución puede considerarse consolidada a partir del siglo V a. C., en particular en las obras de Píndaro, Eurípides y Platón, “[…] la exigencia platónica, que pretende que nada malo viene de los dioses, excluye la violencia al igual que excluye las pasiones y los celos que pueden ser el origen de la violencia divina” (p. 142). Esta evolución religiosa refleja lo ocurrido en las sociedades helenas que transitaron de la oralidad a la escritura, precisamente la época del surgimiento y consolidación de la democracia en Atenas. Solón, padre de la democracia según Aristóteles, se preocupó particularmente por detectar mecanismos para controlar la violencia fratricida imperante en su pólis. “En la lírica ateniense, Solón ofrece un apasionado alegato a favor de imponer el respeto a la ley que es la expresión misma de la justicia y de impedir que los dos partidos opuestos de la ciudad se destruyan entre sí y la arruinen, y, por consiguiente, para hacer triunfar el orden de la justicia sobre el desorden de la violencia. La ley está destinada a impedir las violencias individuales, y los juicios del tribunal, a ofrecerles un sustituto” (p. 18). Con esta intención en mente, restringir la violencia fratricida, Solón promulgó una ley de acuerdo con la cual los ciudadanos estaban obligados a intervenir activamente en caso de discordia interna (stásis). “Ignoramos las circunstancias y muchos han dudado de la autenticidad misma del texto de la ley. Ésta parece estar relacionada con una de las dificultades que experimentó la democracia griega y que era la indiferencia o apatheia. Si la ley se remonta a Solón, podemos pensar que haya querido impedir cualquier posibilidad de guerra civil, que, surgida 257 de un pequeño grupo, habría sido enseguida asfixiada por las masas. En todo caso, el texto de los poemas no deja ninguna duda sobre sus sentimientos” (p. 142). A pesar de las buenas intenciones de Solón, la democracia ateniense sufrió altibajos y la violencia no fue erradicada, por el contrario, se mostró como una enfermedad social recidivante que tiñó de sangre más de una vez el Pireo y sus alrededores, “[…] en Atenas, y sobre todo en el siglo V a. C., el escándalo de las luchas fratricidas se experimentó muy vivamente […] Solón se opuso así, con una apasionada firmeza, a las luchas que desgarraban la ciudad y soliviantaban a los pobres contra los ricos, y a los ricos contra los pobres” (p. 87). A pesar de los innumerables problemas experimentados por los demócratas de Atenas, estos consideraron valioso su proyecto y lucharon por él. “Es inútil recordar una vez más que el poder de Atenas, la democracia de Atenas y los valores de Atenas llenaban a los ciudadanos de un amor vibrante […] El propio Pericles lo dice. Siempre según Tucídides; declara que, aun cuando Atenas tenga que perder un día su poder, se conservará eternamente su recuerdo y hablará a todo el mundo de la belleza de sus logros. Sin embargo, incluso en la obra de Tucídides, vemos cómo este imperio reposaba en la fuerza y en la violencia, cómo la rudeza de Atenas con sus aliados, sobre todo con aquellos que se rebelaban, no dejó de acrecentarse, y cómo los atenienses mismos reconocían que se trataba de una tiranía. Algunos protestaban contra esta política de la democracia […]” (pp. 117-118). Aquellos atenienses que no eran favorables a la democracia actuaron de diferentes maneras. Por una parte, Critias, líder de los treinta tiranos, trató de implantar con la ayuda de Esparta y mediante la violencia un régimen antidemocrático. Por otra parte, algunos autores realizaron críticas constructivas a la democracia buscando conjugar sus virtudes con las de otras formas de gobierno, “¡qué placer tan intenso nos produce el carácter mordaz, perspicaz y radical de determinados ataques contra la democracia que a veces lindan con el elogio y que adquieren en la obra de Platón una irónica aspereza!” (p. 125). Y así se generó la utopía y la teoría de las formas mixtas de gobierno en los diálogos de Platón. “Pero tomemos el caso de un enemigo de la democracia, de un enemigo del imperio; tomemos el caso de un hombre que repudia y al que asquea la política contemporánea, que ha visto sus crímenes y se ha entregado a la filosofía; tomemos el caso de Platón. Tras la muerte de Sócrates, en la democracia restaurada, Platón ya no tenía razones para la esperanza. ¿Se perdió entonces en críticas amargas y desalentadas? ¡De ninguna manera! Se volvió hacia las lecciones de su maestro y hacia la filosofía. Y entonces se trata de otro ideal, más luminoso todavía, y más duradero […] En política, erigió una imagen modelo –y 258 radiante– de la ciudad ideal, con la esperanza de que un día alguien comprendiera y estableciera en la realidad un régimen lo más parecido posible al que describía” (pp. 118-119). Entonces, ¿qué hacer ante la violencia que atenta contra la sociedad? La respuesta helena fue la educación. “Los griegos de entonces poseían una sensibilidad aguda por el aspecto educativo que podía adoptar la vida en común en una ciudad con sus valores. Esta formación se lleva a cabo fundamentalmente a través de los textos. Los griegos lo sabían y lo decían. También se lleva a cabo mediante las ceremonias, las fiestas y todo lo que podía ser equivalente a nuestra prensa […]” (pp. 108-109). La educación así entendida va mucho más allá que un proceso de capacitación. “Tucídides, a propósito de Esparta, emplea la palabra educación (paideuomenoi) para hablar de esta formación progresiva” (p. 143). En esta formación “[…] el conjunto de obras de una literatura constituye como una educación para el pueblo que se alimenta de ella, que aprende a conocerlas y a reconocerse en ellas […]” (p. 121). Jacqueline de Romilly hace hincapié en que, en general, los griegos fueron exitosos en restringir la violencia antisocial mediante la educación. “Si hemos comprobado que ciertas formas de violencia no existían en Atenas o eran muy raras, esto no podría deberse a un azar. Y la lección puede valer para otras civilizaciones diferentes a la suya. En el orgullo de ser ateniense, se pasaba con mucha facilidad de las leyes a la ciudad y de la ciudad a Atenas con su poder, su belleza y sus valores […] Los griegos de antaño […] desarrollaron una idea de la ley estimulante y familiar, que nosotros perdimos. Sólo en raras ocasiones, cuando nos vemos sometidos a una ocupación extranjera o a una dictadura, descubrimos el valor salvífico de lo que llamamos «el Estado de derecho»; pero la existencia preciosa de la ley apenas ya nos dice nada” (p. 109). Jacqueline de Romilly postula que lo que les resultó a los helenos buen remedio para atemperar la violencia antisocial, la educación, bien podría ayudarnos en la actualidad para coadyuvar a la solución de nuestros propios problemas, esto es, la violencia cuando ésta es ilegítima, “[…] en las aulas, para los jóvenes, cuando se trata de inculcarles –hasta donde sea posible– todo lo que pueda hacer retroceder la sombría violencia que padecemos, sería preciso más bien formar su juventud con los autores antiguos o clásicos […] cabe la esperanza de que la lectura de otros textos ayude a fortalecer en ellos [los jóvenes contemporáneos] el asco por la violencia, y a permitir que se desarrollen en su sensibilidad fuerzas de resistencia. Hay que comunicarles, a cualquier precio, un poco de esta sabia y de este impulso que hemos perdido” (p. 121). 259 El largo recorrido realizado por Jacqueline de Romilly alrededor del tema de la violencia en la literatura y la sociedad helenas, sin ser necesariamente exhaustivo, sí es uno de los más completos y autorizados que existen en la bibliografía especializada reciente. La violencia existe, resulta de utilidad cuando es controlada socialmente con el propósito de garantizar el orden, ¿acaso Eunomía [personificación del buen gobierno] no es hija del Zeus de justicia?; pero ya no es legítima cuando persigue fines antisociales, como en el caso de la criminalidad o el de la violencia vesánica y arbitraria. Los griegos cantaron epopeyas a la violencia –justificada– de los héroes que lucharon para bien de sus respectivas comunidades; pero se afanaron en controlar la violencia antisocial –mala– mediante diferentes medios, entre los que destaca la educación en el más amplio sentido de la palabra. ¿Se equivoca Jacqueline de Romilly cuando nos sugiere construir la tranquilidad, concordia y harmonía de nuestras propias sociedades contemporáneas mediante el recurso de una pedagogía integral, como la helena, en la que el respeto a la ley se volvía una segunda naturaleza? Tal reto sigue pendiente, quizá fuera pertinente escuchar a una de las máximas helenistas del siglo veinte para resolver problemas que continúan siendo perentorios en el veintiuno. Víctor Hugo Méndez Aguirre Filófosofo Universidad Nacional Autónoma de México 260 REGLAMENTO DE PUBLICACIONES Las personas que deseen publicar sus artículos en la Revista de Ciencias Sociales de la Universidad Arturo Prat deberán cumplir con los requisitos más abajo enumerados, a fin de facilitar su edición y presentación. La aceptación de los artículos para ser publicados se notificará a los respectivos autores, un mes después de ser recepcionados. Con posterioridad a la fecha de recepción de los mismos, no se aceptarán modificaciones. Todos los artículos serán sometidos a evaluación de pares externos. Se le enviará a éstos una ficha en la que deben expresar sus apreciaciones sobre el trabajo leído. La Revista de Ciencias Sociales, publicará artículos que aborden temas desde ya sea de interés regional, nacional o internacional. Se evaluarán positivamente aspectos como: originalidad del tema, contribución a las ciencias sociales, fundamentación teórica y metodológica, discusión bibliográfica, calidad en la presentación de los resultados, fundamentación de conclusiones, claridad y organización del trabajo, título y resumen del trabajo, entre otros. A partir del año 2006, la Revista de Ciencias Sociales se publicará dos veces al año. Para apoyar la versión online, se solicita que cada articulista acompañe su trabajo con una fotografía en formato digital (jpg o tif), tamaño pasaporte. Normas para la Presentación de artículos enviados a la Revista de Ciencias Sociales 1.- Los artículos deben ser enviados por correo electrónico, a la siguiente dirección: [email protected] Además de una copia impresa en hoja tamaño carta y a doble espacio, no superando las 15 carillas, a nombre de Bernardo Guerrero Jiménez, Casilla 121. Iquique, Chile. 2.- El artículo deberá consignar el nombre y apellido y una pequeña reseña (no más de tres líneas) del o los autores. Se deberá indicar grado académico y Facultad o Departamento en que trabaja. Deberá indicar además su correo electrónico. 261 3.- Las notas deben aparecer al pie de las respectivas páginas, siendo enumeradas consecutivamente a lo largo del artículo. 4.- Las referencias bibliográficas dentro del texto irán con el apellido del autor, seguido inmediatamente del año de la publicación y de la página. Ej.: (Rojas, 1974:63). 5.- La bibliografía utilizada deberá ir al final del artículo, en orden alfabético y el apellido con mayúsculas. Ej.: SARLO, Beatriz 1998 “La máquina cultural. Maestras, traductores y vanguardistas”. Ariel; Buenos Aires, Argentina. 6.- Si la referencia bibliográfica cita un artículo, el título del artículo irá entre comillas y el título de la revista en cursiva. Ej.: CARRASCO, Ana María 1994 “Mujeres Aymaras y Trabajo Remunerado”. En: Revista Temas Regionales. Corporación Norte Grande. Año 1, pp. 30-41; Arica, Chile. 7.- Cada artículo deberán llevar un resumen que indique el tema del trabajo. El resumen deberá ser escrito en inglés y en español. Debe indicar además los conceptos claves que contienen. Por ejemplo: IDENTIDAD/RELIGION/ MODERNIDAD. 8.- Los artículos que utilicen palabras que no sean españolas deberán ir en letra cursiva. Por ejemplo: El ayllu andino se moviliza... 9.- Cuando la cita textual sobrepase las tres líneas deberá encuadrarse en los márgenes izquierdo y derecho a por lo menos una pulgada en ambos extremos. La cita deberá ir entrecomillas. En el caso que haya comillas en el texto citado, éstas deberán ir en comillas simples. Así por ejemplo: “En el extremo del que hoy es un inmenso arenal, y frente á Cavancha, se construirá por la Municipalidad, un hermoso parque, marcado ya en el nuevo plano que servirá para el deshago de la población. Todas estas ‘mejoras’ darán gran impulso á la nueva población de la península de Cavancha” (Riso Patrón 1890: 44). 10.- El título como los subtítulos deberán ir en letra común (sin subrayarlos ni ennegrecerlos), tal como se indica a continuación: La Identidad Cultural entre los Aymaras el Norte Grande de Chile. 262 11.- Cuando se quiera destacar alguna palabra o frase en especial, se deberá usar letra cursiva. Por ejemplo: El tema del arraigo en la ciudad de Iquique... 12.- La Revista de Ciencias Sociales asegura el anonimato de los evaluadores externos. 13.- La Revista de Ciencias Sociales, por otro, lado, asegurar que los evaluadores externos, recibirán los artículos sin ninguna referencia de autor y/o autora. 14.- Si los evaluadores externos coinciden en la calidad del trabajo, que se expresa en el formulario que se le envía, se procede a informarle al autor de la aprobación de su artículo. De este modo se publica. 15.- En el caso de que no haya consenso en los dos informes, el trabajo no se publica. Se le hace llegar al autor los comentarios, en forma anónima, para que el autor, lo considere y si estima pertinente lo envía. Pero se somete a un nuevo proceso de evaluación. 263