Miradas olhares regardes

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Miradas olhares regardes
VII Encuentro de la Red Interamericana de EAM
Miradas
olhares
regardes
Ver el mundo con los ojos de los
niños y jóvenes pobres
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Presentación
“Bienaventurados los que tienen corazón
de pobre, porque es de ellos el reino de los cielos”
Este pequeño libro cuenta historias de la vida de niños
y jóvenes empobrecidos, recogidas em nuestras Provincias
Interamericanas.
El XXI Capítulo General nos invita a ver el mundo con la
mirada de los niños y jóvenes pobres. Es un pedido, es evangelico, es el caminho al Reino, es el propio Reino de Dios, porque el mismo es de los pobres, de los que sufren, de los que
lloran, de los que tienem hambre y sed de justicia, y también
de los misericordiosos, los pacificadores, los corazones puros,
de los simples (Cf Mt 5, 1-11) y, asi, tendremos la posibilidad
vital de convertir nuestra mirada y nuestro corazón “Os daré
un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros;
quitaré de vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón
de carne” (Ez. 36, 26).
Gracias a todos los que nos han enviado las “miradas”
y deseamos una profunda reflexión según la luz de estos
corazones que nos hablan.
Equipe Intermediária RED-EAM
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Apresentação
“Bem aventurados os que têm coração
de pobre, porque deles é o reino dos céus”
Este pequeno livrinho relata histórias de vida de crianças
e jovens pobres, coletadas em nossas Províncias Interamericanas.
O XXI Capítulo Geral nos convida a ver o mundo com os
olhos das crianças e jovens pobres. É um apelo, é evangélico, é caminho do Reino, é o próprio Reino de Deus, porque o
mesmo é, dos pobres, dos que sofrem, dos que choram, dos
que tem fome e sede de justiça, mas também é dos misericordiosos, dos pacíficos, dos corações puros, dos simples (Cf Mt
5, 1-11) e, assim, nós temos a possibilidade vital de converter
nosso olhar e o nosso coração: “Vos darei um coração novo e
em vós porei um espírito novo; tirarei de vosso peito o coração de
pedra e vos darei um coração de carne” (Ez. 36, 26)
Agradecemos a todos que nos enviaram os “olhares” a
seguir e desejamos uma boa reflexão à luz destes corações
que nos falam.
Equipe Intermediária RED-EAM
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VII Encuentro de la Red Interamericana de EAM
Equipe Intermediária de EAM
Ir Mariano Varona (Coordenador)
Ir Horácio J. M Bustos
Ir. José de Assis Elias de Brito
Ir Rodrigo Cuesta
Gustavo Balbinot
Mónica Aguirre
Miradas, Olhares, Regardes
Organización
Gustavo Balbinot
Supervisión Editorial
Asesoría de Comunicación Corporativa de la
Província Marista do Rio Grande do Sul.
Producción Gráfica
Comunicación y Marketing de la Red de Escuelas y Unidades Sociales
Maristas de la Província Marista do Rio Grande do Sul.
Guatemala | Abril de 2012
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Canadá
Voir le monde à travers les yeux d’un enfant
ou d’un jeune pauvre
Je connais Yann depuis bientôt deux ans. Il aura 15 ans en
mars prochain. Lorsque Yann est arrivé à Vallée Jeunesse, c’était
très difficile de comprendre ce qu’il disait parce qu’il bégayait
beaucoup et il avait de grandes difficultés à dire deux phrases
de suite. Je me rappelle encore de ma première rencontre avec
lui. Je l’ai salué, je lui ai souhaité la bienvenue chez nous, mais
sans être capable de lui voir les yeux, car les cheveux lui cachaient une partie du visage et de plus il portait un capuchon.
Et il avait à peine répondu à ma salutation. Mais comme notre
façon de procéder ici quand arrive un nouveau jeune, c’est de
l’accepter comme il est et de prendre le temps qu’il faut pour
qu’il reprenne confiance en l’adulte que je représente. Car s’il
vient chez nous, c’est qu’il a été suspendu de son école, qu’il
éprouve des difficultés de comportement ou des difficultés
d’ordre familial ou social. Donc, il nous faut être patient et savoir attendre le moment opportun.
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Petit à petit, j’ai réussi à créer un lien avec Yann en me rendant jouer au ping-pong avec lui à la salle de jeux. Puis on m’a
demandé de l’aider en français, car il éprouvait un grand retard
et il avait aussi beaucoup de difficultés à comprendre les différents exercices qui lui étaient proposés. Encore là, avec beaucoup de patience et en respectant son rythme, nous avons pu
faire des pas significatifs. Après un mois et demi, un beau matin, Yann est arrivé et il s’était fait couper les cheveux et enfin,
je pouvais lui voir les yeux et il ne portait plus de capuchon. À
chaque fois que je me présentais au Centre de Services, j’étais
accueilli avec un grand sourire de sa part et c’est lui qui me
demandait d’aller jouer au ping-pong. La relation de confiance
s’est développée de mois en mois.
La fin de l’année scolaire est arrivée et il a demandé de
pouvoir travailler sur la propriété durant la période de l’été
moyennant une rémunération symbolique. Il a travaillé durant 7 semaines Et en septembre 2011 il est revenu fréquenter à nouveau le Centre de services. Et il est encore avec nous
probablement jusqu’à la fin de l’année. Car Yann demeure
fragile. Mais il a fait d’énormes progrès depuis son arrivée. Il a
repris confiance en lui, il s’exprime beaucoup plus facilement,
il ne bégaye plus. Il est un champion au ping-pong. Il est un
artiste; il fait preuve de beaucoup de créativité. Il possède en
lui le potentiel pour bien réussir sa vie. Il veut devenir vétérinaire pour prendre soin des animaux blessés. Je lui répète
souvent que j’ai confiance en lui, de ne pas perdre de vue le
rêve qu’il porte dans son cœur et qu’il y parviendra s’il croit
en lui et en son potentiel.
Yann a été abandonné par sa mère à l’âge de deux ans.
Il a été placé dans une famille d’accueil par la Direction de
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la Protection de la Jeunesse. Il a été dans une bonne famille car il y est resté jusqu’à l’âge de 10 ans. Il y a développé
de l’appartenance. Maintenant il est dans une autre famille
d’accueil, il connaît son père qu’il voit de temps en temps,
mais sa mère ne l’a pas revu. Quand il est arrivé au secondaire, il a fait de l’intimidation, mais il a aussi été victime
d’intimidation plus souvent qu’à son tour. C’est ce qui explique son bégaiement quand il est arrivé chez nous.
Je continue de croire en Yann malgré les hauts et les bas
qu’il continue de vivre. Il sait maintenant qu’il peut compter
sur des adultes significatifs pour lui. Un jour arrivera où il
prendra vraiment conscience de ce qu’il est et de tout le potentiel qu’il possède. Et il pourra voler de ses propres ailes et
réaliser le rêve qu’il porte de devenir vétérinaire afin de soigner les animaux blessés comme il aime le dire maintenant.
Bonne chance Yann! Je crois en toi! Je t’aime!
Jean-Denis Couture fms.
Vallée Jeunesse Québec
Valcartier, 27 février 2012.
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Provincia Santa
María de los Andes
Los niños invisibles
1. Hola, me llamo Cristóbal. Tengo 10 años y soy de La
Pintana, un sector marginal ubicado en la periferia de Santiago; una de esas zonas “peligrosas” donde a los turistas se
les recomienda no entrar por ningún motivo. Es lo que no se
muestra del país exitoso, a punto de alcanzar la categoría de
“desarrollado”.
Mi familia, junto con otras cientos de familias, llegaron
hace casi treinta años. Los trajeron desde distintos lugares del
centro y del barrio alto, para “limpiar la ciudad de los focos de
pobreza”. Los grandes cuentan que esto fue como venir a tirarlos a un basurero: todos los indeseables juntos y lo suficientemente alejados como para que no molesten, aunque sin consultorios de salud, ni escuelas, ni policía, ni transporte. Todo
eso lo fueron consiguiendo de a poco, pero la desconfianza
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de convivir con extraños y la sensación de ser relegados fue
multiplicando la violencia en todas sus formas. Los hijos y nietos de esa generación fuimos obligados a crecer en las calles,
producto del hacinamiento, o a vivir permanentemente encerrados dentro de casa, por temor a las balas y al narcotráfico.
En mi caso fue la calle. Ahí estaba jugando con mis amigos
la tarde del domingo 13 de septiembre del año 2009 cuando
una bala me atravesó el pecho y me dejó sin vida a las pocas
horas. Unos dicen que fui víctima de fuegos cruzados, otros
que fue el resultado de un ajuste de cuentas. Al día siguiente los vecinos, indignados, hicieron una manifestación por las
calles de la población y frente a mi casa pintaron un muro con
mi rostro, para no olvidar. Claro que mi caso no fue portada de
ningún periódico; para la opinión pública mi muerte es uno
de esos lamentables hechos que habitualmente le ocurren a
gente como nosotros, en barrios como éstos. Al fin y al cabo,
nada tan significativo como para convertirse en noticia.
2. Soy Paloma y tengo siete años recién cumplidos. Vivo
con mi madre en la comuna de Puente Alto, a poco más de una
hora del Barrio Bellavista. Éste es uno de los sectores bohemios
de la capital, con mucha actividad nocturna, lleno de personas
que vienen a divertirse en los bares, restaurantes y discotecas.
Por eso vengo aquí todos los fines de semana, entre las ocho
de la noche y… la hora que termine de vender las flores, llaveros o tortugas de la suerte que me pasa mi mamá; a veces
termino a la una o dos de la madrugada. También viene Jesús,
mi hermano mayor que tiene 10 años. Pasamos por las mesas
ofreciendo lo que traemos y en la esquina nos espera la mamá
para que le entreguemos el dinero; después nos vamos a la
siguiente calle y repetimos la misma rutina.
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No somos los únicos. También está la Elizabeth que tiene
9, la Elisa que tiene 8 y el Iván que la semana pasada cumplió
los 11. La mayoría trabajamos para ayudar en nuestras casas,
para comprarnos los útiles escolares o pagar el colegio, para
comprarnos ropa y si nos queda, para jugar en las máquinas
tragamonedas.
Los guardias de seguridad no nos ponen mucho problema, dicen que “no son quienes para prohibirnos trabajar”. Los
carabineros sólo intervienen si alguno de los clientes nos denuncia por robo. Los transeúntes pasan, miran y (en el mejor
de los casos) se compadecen. Los clientes consumen, miran,
se compadecen y algunos compran. De cierta forma, somos
como fantasmas, estamos aquí aunque no nos vean, porque
no se nos quiere ver.
3. Cuando los informes oficiales dicen que en Chile la
matrícula en Educación Básica alcanza al 99,7% de los niños
entre 6 y 14 años, rápidamente se olvidan de mí y de otros vecinos que estamos escondidos en el 0,3%. Me llamo Felipe y
tengo 13 años, a los seis “egresé del sistema”: primero básico
fue mi último año de escolaridad. Ahora me dedico a trabajar
en mi casa, igual que mi papá, vendo papelillos de pasta base
y pitos de marihuana. En el barrio conozco a varios niños que
no van a la escuela, por ejemplo la Stefany (7) y el Juan Carlos
(10), su mamá se arrancó con ellos de la casa porque el papá
se emborrachaba y les pegaba a todos; desde entonces la preocupación de la señora es trabajar para mantener a la familia.
El Michael que tiene 8 y le cuesta mucho leer y escribir, fue a
una escuela especial, pero como se portaba mal lo echaron y
ahora le ayuda a sus papás trabajando en la feria. Ninguno de
nosotros salimos a protestar para que mejore la calidad de la
educación o para pedir que la universidad sea gratuita. Nosotros nos conformamos con tener para sobrevivir.
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4. Jocelyn Melissa Bravo Cancino (21 Años).
Estudio trabajo Social, en primer año. Participo en el Movimiento Marcha y apoyo la pastoral juvenil de la Parroquia
San Marcelino Champagnat.
“Chile” es un país que ha tenido muchos cambios durante
este último tiempo que se preocupa de cierta forma avanzar
en lo político y lo social generando oportunidades y creando
políticas sociales. Que muestra lo mejor ¿Cómo? Las riquezas
naturales, el avance de las tecnologías, la preocupación de los
chilenos en solidaridad con países vecinos. Es un país democrático, un lugar que genera libertad para manifestar molestias y violación de los derechos humanos. Pero también veo
que sigue un estancamiento donde el rico se hace más rico y el
pobre sigue siendo pobre. Siento que es un país clasista; falta
mucho para alcanzar equidad y equilibrio entre las personas.
Mi barrio, “Las Compañías”, es lugar estigmatizado y marginado por la propia ciudad; un lugar oculto y desconocido
para muchos. Sobre las problemáticas social que se viven aquí,
destaco sobre todo la falta de seguridad, apoyo y asistencia
a las personas. Podemos encontrar muchos gritos desesperados en busca de orientación, educación y apoyo. Son pocos
los profesionales que intentan ayudar o asistir a las personas,
enfrentando el vandalismo, la drogadicción, alcoholismo y los
constantes enfrentamientos de grupos de jóvenes. Por otro
lado, tenemos violencia intrafamiliar, familias numerosas carentes de recursos, embarazo juvenil, abandono de los estudios por falta de medios para contribuir en sus casas y suicidios de jóvenes por creer que nada vale en la vida. Aunque
también la fe, la esperanza y la superación.
Las ganan de salir de este círculo hace que los jóvenes
busquen las herramientas necesarias, para estudiar y ver la forma de dar a los demás una mejor calidad de vida y generar
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nuevos cambios en la sociedad.
En el colegio marista tuve la oportunidad de participar en
el Movimiento Scout, en el Movimiento Marcha y en Campamentos recreativos para niños y jóvenes en riesgo social, eso
cambió radicalmente mi manera de pensar. Ya no es importante lograr cosas materiales, los sueños y proyectos de la vida
toman otro rumbo, me ayudó a encontrar un equilibrio. Las
decisiones que voy tomando en el presente y la proyección
del futuro es a través de estas experiencias que me marcaron
un día. Tanto en mis profesores como en mis guías de Marcha
voy reconociendo pistas: la sencillez, humildad, la alegría y el
amor que ponen en sus trabajos, la sensibilidad hacia el otro,
el tiempo que dedican a los niños y jóvenes del colegio y la fe
en Dios.
Mi relación con Dios es una experiencia libre y voluntaria,
una invitación gratuita que me lleva vivir al máximo con distintas emociones que me dejan huellas. He notado los cambios que se han provocado en mi persona siguiendo los valores e ideales de Jesús. Es difícil explicar la relación con Dios, es
en la intimidad profunda donde se encuentra el alimento que
necesitas. Para mí es la vida misma y el sentido de mi existencia, la conexión que me lleva a ser consciente de mí misma.
En simples palabras, Dios el sentido por el cual existimos y vivimos.
Convivir, compartir, escuchar, mirar y sentir ha sido la clave de encontrar a Dios en mi vida y es lo que hace que sea tan
importante. ¿Cómo he llegado a tener esta relación con Dios?
En la mirada de un pequeño que participó en un campamento
de verano en el 2007. El no poder comprender la injusticia, ignorancia, la desigualdad y el abandono me hizo enfrentarme
con Dios. Entonces se despierta mi persona y siento que debo
ser algon más y dejar mi arrogancia. Reconocí también que
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este pequeño no solo necesitaba de alguien que lo abrazara y
le diera la atención y preocupación, también faltaba darle a conocer que es importante para Dios y que había que enseñarle
con amor. Y así fui cada vez estableciendo una comunicación
más íntima, comprometedora para estar siempre dispuesta a
lo que se me pidiera.
Para mí el desafío más significativo es dejar la seguridad,
la protección del entorno familiar, para salir al encuentro de
una nueva tierra. El amor incondicional es difícil llevarlo a la
práctica, pero es el hilo que te une a un llamado de entrega
completa a Dios.
El Padre Champagnat y nuestra Buena Madre son los pilares que me llevan a conocer y seguir a Cristo a través del
amor, valores e ideales, al servicio de mis hermanos más desprotegidos. Para mí ser Marista es el joven que se mueve, que
vibra por servir, que no tiene excusas para acudir y mostrar
a Cristo. Lucha por la desigualdad social, que busca la seguridad y felicidad de otros y siempre está dispuesto a vivir en
comunidad, fraternidad y goza de una entrega completa, es
feliz con lo poco y con la sencillez de entregar la vida misma.
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México Central
El muñeco que se volvió hombre
-¡Profesor!- me dijo levantando la cara y con el rostro
lleno de lágrimas-¡es que no sé si lo he matado! Después de
ese momento solamente pude abrazarlo y dejar que llorara
todo el tiempo que fuera necesario, fue una curiosa sensación pues siempre había conocido a Pahoram como uno de
los jóvenes más duros y determinados del colegio, con un
don de líder nato.
No era muy alto, ni muy grande pero se denotaba mayor
de lo era en realidad, sus brazos fuertes y correosos, su rostro
moreno y enjuto indicando que su vida no había sido fácil,
su pelo largo se lo acomodaba como en un tipo fleco que le
cubría la mitad del rostro dándole un poco de misterio.
Huérfano de madre, su padre alcohólico y golpeador habían curtido a este joven que encontró en los “muñecos” una
de las bandas de la colonia el lugar que sustituiría perfectamente a su familia.
Entró a la escuela desde la primaria por su tía Ana, her14
mana de Luís Ángel, padre de Pahoram que era la que podía
verlo en cierta forma y garantizar que al menos no faltase a
la escuela y que fuera esforzándose con sus calificaciones so
pena de recibir una paliza por flojo.
Sin embargo la calle es dura y los “darketos”, la banda
rival de la colonia había estado muy activa intimidando a
los chavos más pequeños, cosa que los grandes no podían
permitir, es cuestión de territorio, Ángel Pahoram entró desde pequeño y había aprendido que si molestan a uno de la
banda, sin importar quien fuera, ellos molestaban a dos del
bando contrario y así sucesivamente hasta que una de ellas
cediera o hubiera una intervención de la policía que pocas
veces subía a la colonia.
Lo conocí en primer año de secundaria y me percate que
si me apoyaba con él, nombrándolo encargado del salón las
cosas serían más sencillas, siempre llevamos una buena relación, pues siempre que había algo solo le pedía que calmara
a su cuates y ellos ya ni protestaban.
Cuando ingresó a tercero de secundaria me toco ser su
titular y debo mencionar que era de los pocos maestros a
quienes respetaba, siempre se quedaba conmigo al aseo del
salón aunque a cada alumno le correspondía esta labor unas
tres o cuatro veces durante el año, le gustaba que cuando le
hacia notar que se había equivocado le diera un golpecito
en la frente a manera de acomodarle las ideas incluso hubo
ocasiones en que sin razón alguna me lo solicitaba.
Ese día había estado raro y no había llegado a mi clase, durante el receso me toco vigilar el comedor y al salir escuche una reyerta y los gritos de los chavos que animaban
a Pahoram, para mi sorpresa, la riña no era con un alumno
sino con el maestro de Química que lo sostenía de las manos
como podía mientras Pahoram se ponía como loco, lanzando
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golpes y pataleando, solamente pude lanzarle un grito llamándole por su nombre: “Pahoram no hagas algo de lo que
después te arrepientas”…de repente reacciono y llegué a sujetarlo y llevármelo, Pancho el profe estaba muy alterado y
me pedía que lo corriera.
Entramos a la dirección al saloncito de entrevistas, cerré
puertas y ventanas dejando que se sentará, permanecimos
un rato callados, esperando a que su respiración se restableciera, por fin pude preguntarle con voz grave y sería: ¿Qué
onda, qué pasó?, en ese momento empezó a acusar a pancho que lo había incitado pues lo conocía y dejo que las cosas crecieran, me comenzó a explicar: que un muchacho del
colegio empezó a molestarlo haciéndole burla, como Pahoram ya estaba condicionado se aguantó, pero me decía que
Pancho lo estaba viendo y no hacía nada para que el otro
dejara de molestarlo, las cosas se pusieron feas sola para que
lo inevitable pasará, le propino un golpe a la quijada que tiro
al chico burlón y se le fue encima, como Pancho es muy alto
y fuerte menciona que se le aventó y lo golpeo cosa que “calentó” a Pahoram así que todo el coraje hacia el chico burlón
se torno hacia el profesor.
Yo lo escuchaba y le decía que no era argumento para
reaccionar como lo había hecho, que no me mintiera que él
traía algo que no me decía y que era quizá la causa de su verdadero enojo, Ángel bajo la mirada, cerró sus ojos, apretó sus
puños golpeándose las rodillas, me le acerque más y le tomé
del hombro, fue cuando con la cara enjugada en llanto me
dijo: ¡profesor, es que no sé si lo he matado!
Cuando lo abracé y él sollozaba en mi hombro parecía
como un chiquillo, aquel joven rudo en ese momento era un
niño pequeño que necesitaba el abrazo de alguien, cuando
se tranquilizó me dijo que en la madrugada se había salido
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pues la banda tendría una confrontación, -la cosa se puso
dura- me comentó, el chavo con el que le tocó pelear llevaba
un cuchillo y le propino una tasajeada en el pecho que me
mostró, cuando iba a arremeter de nuevo con el cuchillo, logro esquivarlo y tirarlo, le dio una patada en la cara y vio una
piedra como de 15 kilos, fue por ella y antes de que el otro
se levantará se la aventó directo a su cabeza que tronó como
una calabaza, no vio más, solamente se echo a correr y toda
la mañana había estado muy susceptible, lo de Pancho fue la
gota que derramó el vaso, pero esto nos dio la posibilidad de
ir con la otra banda y dialogar entre los miembros.
Gracias a Dios y con un proceso largo dejaron las rencillas y las venganzas a un lado, logramos que no saliera del
colegio ofreciéndose disculpas mutuas maestro- alumno y
después pudimos conseguirle una beca en una escuela donde estudiar la prepa, lo acompañamos a un departamento
de psicología para avanzar el la sanación de odios y rencores
que había anquilosado atraves de sus 15 años de vida.
La relación con Pancho ya no fue la misma, sin embargo, podía aclarar algunos aspectos de la escuela, logramos
que no saliera del colegio, porque para nuestros muchachos
sacarlos del colegio implicaba irse a la calle, a la banda, a las
drogas. Lo despedimos con un abrazo y con una recomendación hacia unos compañeros maestros que lo recibirían en la
otra escuela.
No volví a saber de él hasta hace una semana, me dirigía hacia mi casa cuando de repente alguien que se subió
al microbús me tomo del brazo y con una sonrisa me dijo,
profe ¿se acuerda quién soy?, no lo dudé ni un segundo una
sonrisa ilumino su rostro cuando mencioné su nombre, platicamos brevemente, me dio un gusto enorme cuando me
dijo que terminó su bachillerato con una carrera de análisis
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clínico, consiguió trabajo y ahora ayuda a su tía, su padre murió de cirrosis y esta juntando para casarse, su novia fue su
compañera de secundaria y ahora esta por terminar también
la prepa, gracias a que Pahoram le apoya para que pueda terminar.
Se despidió diciéndome que aún recordaba como lo
abracé sin decirle nada ese día de la riña con Pancho, pues
estaba dispuesto a quitarse la vida por desesperación, nos
estrechamos la mano y me prometió visitarme en mi nuevo
trabajo. Lo estaré esperando pues le prometí invitarlo a comer junto con su novia, antes de bajarse me pidió un golpecito en la frente como atrás tiempo …solo para aclararle las
ideas.
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Província Marista
Brasil Centro-Sul
...Um novo olhar
Para mim, esses três anos que passei no Centro Social
Marista, foram dos melhores da minha vida, pois aqui encontrei pessoas e amigos novos, não só amigos educandos como
também amigos educadores. Vou levar todos no meu coração durante toda a minha vida.
Também irei levar comigo os valores e o carisma Marista e o sonho de Champagnat “tornar Jesus Cristo conhecido e amado”, vou sempre seguir seus ensinamentos de vida e
de fé.
Nunca esquecerei da primeira vez que entrei no Marista, e de todos os amigos e educadores: Fabiana, Telma,
Claudia, Juliana, Antonio, Fabio, Rodrigo, Hernani, Marquinhos e a nossa querida Bibliotecária Antonia, e também levarei o Grupo 8 que era o meu grupo.
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Sairei daqui com um outro olhar da sociedade, um olhar
mais amplo, diferente do que eu tenha antes.
Não posso esquecer também da PJM outra que mudou
muito a minha vida, lá onde também tive várias experiências
DJM, Clima e Retiro, momentos de alegria e espiritualidade.
Vou levar na minha vida, uma bagagem do Marista cheia
de experiências e momentos vividos, conhecimentos e perspectiva.
Espero que os educandos que irão ficar saibam aproveitar muito bem o tempo que eles vão ficar aqui.
Um Abraço de Saudades
Igor Patrick
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Provincia Marista
Cruz del Sur
Vulnerabilidad de un niño
Cristian tiene 11 años de edad. Vive en Pinar Norte Canelones Uruguay con su madre, la pareja de su madre y cuatro
hermanos más pequeños que él, de los cuales tres de ellos
son hijos de otro papá.
Su casa es un local abandonado, donde anteriormente
funcionaba una panadería. Esta construida por bloques y techo
liviano (de chapa), por lo que resulta muy frío en invierno y sumamente caluroso en verano. Su madre está integrada al Plan
de Equidad que funciona desde el MIDES ( Ministerio de desarrollo social ) y además recorre caminando la zona más residencial de la ciudad pidiendo ropa y otras cosas que después vende. Su padrastro no trabaja y realiza changas en la construcción.
Cristian no tiene prácticamente contacto con su padre
biológico el cual ejerció violencia contra su mamá durante el
matrimonio y posteriormente. El juez decretó medidas cau21
telares hacia la madre y hacia los niños. (el padre no puede
acercarse a la madre y a los niños) . Actualmente el padre vive
en el barrio y Cristian cuenta que se lo ha encontrado y que le
ha dicho que se lo quiere llevar durante algún fin de semana.
Esto ha generado grandes conflictos entre el niño y su mamá
ya que ésta se niega a autorizar dichas visitas.
El niño le reclama a su mamá ver a su papá, también
cuestiones materiales que otros niños sí tienen (playstation),
la C.I. para obtener la XO, otro tipo de vivienda. No puede
entender los argumentos que su madre le da, la enfrenta de
forma muy agresiva, la amenaza con escaparse, lastimarse y
decir que ella lo hizo.
Cristian tiene una relación conflictiva con la pareja actual
de la madre, rechaza esta relación de su madre. No acepta que
él viva con ellos y expresa haber vivido diferentes episodios de
violencia. Debido a esto se ha escapado de su casa y va a la
comisaría a denunciarlo. Su madre dice que si bien es verdad
que él le pega también le enseña, se preocupa por él, etc. Se
siente desbordada ante las actitudes de su hijo, no logra responder a las demandas de protección que manifiesta Cristian
y no puede acercarse al niño desde un vínculo de afecto.
En la Escuela, por la edad, está integrado a 6to año, pero
realiza tareas correspondientes a un nivel de 4to año. Se pelea
frecuentemente con sus compañeros, hechos que han determinado que sea cambiado de turno y en alguna oportunidad
también de Escuela. Si bien Cristian se presenta como un niño
con mucho enojo, con incapacidad de controlarse ante situaciones de burlas y provocaciones reaccionando de forma agresiva hacia sus pares y con insultos hacia los adultos, cuando es
tratado con cariño y afecto reacciona favorablemente.
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México Ocidental
Experiencia de solidaridad
Manuel de Jesús es un pequeño que ingresó al Colegio
Cervantes Primaria, de la ciudad de Guadalajara, Jalisco, México, en el ciclo escolar 2010 – 2011, a la edad de 4 años. Manuel
es descendiente de abuelo Japonés, quién le da el sobrenombre de Daigoro (en la filosofía Japonesa quiere decir “poder”)
La situación de Diagoro es muy particular ya que es hijo
de padres divorciados y absorbidos completamente por su
trabajo, quienes durante su separación y en los primeros años
de vida del niño lo dejaron a la custodia completa de los abuelos maternos; la madre se fue a vivir al extranjero y el padre no
se ocupó del asunto, debido a que nunca generó lazos afectivos con el niño.
Daigoro cursó los dos primeros años de Jardín de niños
(3-4 años de edad) en otra escuela antes de entrar al Cervantes, y los abuelos lo cambiaron al Colegio debido a la sugerencia de los tíos maternos, quienes también viven y conviven en
la casa del pequeño, y que son exalumnos maristas.
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Su ingreso fue relativamente sencillo. Sin embargo durante el tercer grado de Jardín de Niños, Daigoro presentó dificultades importantes para concentrar su atención, así como para
realizar actividades que involucraban la psicomotricidad fina;
la hipótesis que se manejaba en ese entonces era la situación
de dificultades que vivía en casa, sobre todo la situación familiar, por lo que les fue sugerida una valoración a fin de descartar alteraciones biológicas que impidiesen su aprendizaje, y
atender esta hipótesis con un proceso terapéutico.
Cabe mencionar que el abuelo de Daigoro es un cardiólogo reconocido en la ciudad de Guadalajara, Jal., y al haberle sugerido este punto le fue aplicada una valoración clínica completa, en donde se obtuvo el diagnóstico de Diabetes Infantil.
La situación del pequeño era muy delicada ya que su páncreas
no funcionaba con regularidad.
Los abuelos inmediatamente notificaron esta situación al
hermano Director, en donde le plantearon que era de vital importancia que la abuela del niño le tomara cada cierto tiempo
los niveles de glucosa y que estuviera a cargo de la alimentación del pequeño, para que con un sistema de administración
de porciones equilibradas de acuerdo a sus niveles, se facilitaran las funciones normales de su organismo.
La maestra de jardín jugó un papel trascendental en la
vida de Daigoro ya que generó en los compañeros de grupo
empatía y apoyo. Los niños le daban el tiempo para jugar, no
le ofrecían comida que le fuese prohibida, y lo apoyaban académicamente cuando se dispersaba, perdía de vista la indicación o no sacaba el material para iniciar su trabajo. Constantemente los chicos lo invitaban o conducían, integrándolo a las
actividades y aprendiendo a la vez el manejo de las personas
con Diabetes.
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La abuela se quedaba todas las mañanas en la sala de maestros esperando a Daigoro para los análisis o tomas.
Daigoro cursa actualmente el Primero año de Primaria, ya
comienza a leer y escribir; su abuela sigue apoyándolo durante
las mañanas dentro del Colegio, su maestra se ha propuesto
no sólo concretar su aprendizaje sino también integrarlo a las
actividades normales de un niño de su edad. El pronóstico actual de Diagoro es muy diferente, ya que gracias a Dios su páncreas funciona mucho mejor. Diagoro emocionalmente es un
niño feliz que hace una vida común y que tiene amigos; todo
esto se debe al trabajo incansable de su abuela y sus maestros,
a las adecuaciones y estrategias de la docente, a la integración
y preocupación de sus compañeros.
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Guatemala
El niño Justo y sus hermanitas
Mientras la mayoría de niños descansa, Justo trabaja.
Cuando todos duermen, sus hermanas ya están cocinando.
Desde que su madre murió, la vida no ha sido la misma.
Fue el propio Justo quien tuvo la idea de trabajar. Se
le ocurrió un día, cuando vio a su abuela enferma. “Si quiero seguir estudiando voy a tener que pagar yo mismo mis
cuadernos”, reflexionó. A sus 12 años comprendió que era
tiempo de ser adulto. Así que fue a la parada de camionetas y les pidió a los choferes que lo contrataran. Ahora
tiene uno de los empleos más peligrosos en este país: es
ayudante de piloto. Los sábados y domingos trabaja de 8
de la mañana a 8 de la noche y gana Q15 diarios. Sus hermanas Vitia, Flor y Esperanza se levantan a las 3:30 para
preparar comida que van a vender a la puerta de una fábrica cercana de donde viven, el asentamiento La Paz, en
Villa Nueva. Terminan justo a tiempo para llegar a clases.
Flor y Esperanza, de 12 y 14 años, van a estudiar, pero Vitia,
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de 16, no. Tiene que quedarse a preparar lo que venderán
al final de la tarde y a ayudar a la abuela. La infancia de los
niños terminó hace ocho años, cuando su madre falleció.
Un dolor fuerte en el vientre la obligó a salir de madrugada a buscar un médico. En el hospital de Amatitlán le
dijeron que esperara al especialista. La madre esperó. Y
esperó más. Cuando habían pasado cuatro horas decidió
viajar a la capital, pero ya era tarde. Murió ese mismo día.
Fue entonces cuando los cuatro niños crecieron de golpe.
Se quedaron al cuidado de la abuela, que padece de presión alta y hace milagros para darles alimento a sus nietos.
¿Qué les gustaría recibir por Navidad?, no piensan en
juguetes o cosas materiales. Vitia levanta la vista, tratando
de disimular las lágrimas y dice: “Yo lo único que quiero es
seguir estudiando”. Esperanza quisiera poder subir de grado
en la escuela, tiene 12 años y va a primero primaria, su maestra descubrió que es disléxica y por ello no logra aprender a
leer y escribir. Aunque Esperanza piensa que sus problemas
escolares se deben a la “tristeza”: “todos hablan de su mamá
y como yo no tengo me pongo triste”. Flor añora una fiesta
donde se reúna a su familia, falta un año para que cumpla
15, pero ella ya sueña con su vestido. De mayores, Flor y Esperanza quieren ser maestras; Vitia, aeromoza, y Justo quiere
ser conductor de bus. La abuela desea dejar de temblar de
miedo cada vez que Justo tiene que ir a las camionetas. Ya
vivió un asalto y no sabe ni cómo se salvó de las balas, “Dios
me lo cuidó”, dice segura.
Los sueños caben en la pequeña casa de tablones de
madera, lámina roída y piso de tierra donde viven. Los sueños son lo único que iluminan la vivienda gris, en el filo de un
barranco, a la sombra de un sol que se niega a salir.
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Luis, el empresario (en sueños)
Hoy es lustrador, mañana, tal vez, administrador de empresas, eso quiere Luis Manuel. Por ahora dirige la empresa familiar, o así concibe su trabajo y el de sus hermanos. Busca y
busca clientes por los recovecos del parque de Antigua Guatemala, siempre atento a los pies que caminan a su lado. “Lustre,
jefe, buen lustre”. ¿No entendió?, prueba en inglés: get to shoe
shine. En italiano quizá: pulire le scarpe. Luis Manuel Chivalán
es muy persistente cuando ve zapatos que necesitan una pulida, los persigue con su caja y su banquito. Tiene 13 años y
hace 3 se inició como lustrador. “Un amigo me enseñó el oficio,
a veces me dejaba usar sus materiales y con lo que gané en
5 meses pude comprar mi propia caja y el banquito”, cuenta
mientras asegura unos clavos flojos de su caja de trabajo, la
que contiene el cepillo, las tintas y una banda.
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Este año obtuvo su diploma de sexto grado en la escuela
J. Adrián Coronado, jornada matutina. “Pasaba como cualquier
niño sin más preocupaciones que las de las tareas, pero a las
12:30 eso cambiaba al sacar del bolsón su caja de lustre”, dice
Christian González, director del establecimiento. Un estudiante promedio, según sus notas, pero con otras habilidades. “Estos niños desarrollan otro tipo de procesos por el contacto con
adultos, son más elocuentes, extrovertidos, como Luis Manuel”,
observa. Luis Manuel y sus hermanos son como una pequeña
empresa, así lo entiende, así lo explica: “Mi hermano y yo lustramos, mi hermana vende billetes de lotería, mi mamá también”.
Jacinta Chivalán, la madre del chico es originaria de San Miguel
Uspantán, Quiché, se mudó a La Antigua con sus hijos en busca
de trabajo. Dobló camisas en una maquila, pero no ganaba lo
suficiente, quería aprender a coser como operaria para ganar
más. La oportunidad jamás llegó. De esa cuenta vende billetes
de lotería en el Portal de las Panaderas. Ella gana Q150 a la semana, más los Q25 o Q30 diarios de Luis Manuel, y otro tanto
igual de sus hermanos Sandra, de 11 años, y Fernando, de 7. Alcanza para la renta y la comida de todos, incluido el pequeño
Maycol de 3 años. Ocupan un cuarto donde solo cabe la cama
en la que todos duermen, una mesa de madera, dos sillas y una
estufa que poco falta para no funcionar más.
De lo que gana Luis Manuel aparta un poco para cubrir
gastos como tiempo en un café net para hacer las tareas.
“Una computadora con Internet y una impresora me servirían mucho”, dice tímidamente, viendo hacia abajo en busca
de potenciales clientes. Jacinta está orgullosa de su primogénito, terminó la primaria y eso es mucho para quien solo
llegó a cuarto primaria. Pero Luis Manuel quiere más, quiere
ser administrador de empresas. “Eso quiero estudiar”.
Por: Susana de León
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Te quiero contar una historia...
Ocurrió en Guatemala, hace algunos años. Era el primer
día de noviembre de 1998, nosotros éramos pequeños, supongo que tú también. Comenzó a llover fuerte en la noche;
llovió toda la noche sin parar. Mi mamá estuvo levantada
todo el tiempo, preocupada por nuestra pequeña casa de
lámina que estaba a la orilla de un barranco. Ya habíamos
pasado otras tormentas, pero ésta parecía diferente. No sé
qué hora era cuando mamá dijo “nos vamos, la tierra se está
derrumbando”. Agarramos lo que pudimos y salimos de ahí,
dejando la mayoría de nuestras pertenencias. Al llegar a la
parte alta del barrio encontramos a mucha gente que había
hecho lo mismo. Las noticias decían que aquella lluvia que
no paraba se llamaba “huracán Mitch”. No me importaba tanto el nombre, tenía miedo y quería que dejara de llover.
Pasaron todavía varias horas más con mucha lluvia y
lodo por todas partes. Llegaron las primeras personas a ayudarnos: abrieron la pequeña capilla y ahí pasamos el primer
día. Algunos vecinos nos llevaron comida caliente y algo de
ropa, porque estábamos empapados. Luego nos trasladaron
a un albergue mayor, éramos más de 700 personas solamente de nuestro sector. Estuvimos ahí más de un mes. Dormíamos como podíamos en unos salones. Fueron días muy
difíciles. Nos dijeron que no podíamos volver al mismo lugar
del barranco, que era peligroso. Pero ¿a dónde íbamos a ir?
Haciendo un gran esfuerzo mi mamá alquiló un cuarto. Un
cuarto para todos (somos 6 en la familia). Unos meses después llegaron a visitarnos. Eran personas de la iglesia católica, querían que mamá fuera a unas reuniones. Al principio
no entendimos mucho pero luego ella nos explicó, parecía
que iban a construir unas casas y las familias que estaban
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interesadas tenían que asistir y colaborar. Seleccionaron un
grupo y nosotros estábamos dentro. Nos tocó acarrear block
con los albañiles y ayudar a hacer zanjas en la tierra. El lugar estaba muy lejos, pero mamá decía que debíamos tener
fe, que tal vez teníamos suerte. Un buen día anunciaron el
grupo final de familias, éramos 160 y cada una recibiría una
casa pequeña pero segura. Mamá lloró de emoción cuando
escuchó nuestro apellido y le dio gracias a Dios por no desampararnos.
Hubo que esperar un poco, pero el 14 de diciembre de
2002 se inauguró la nueva colonia con el nombre de “Juan Gerardi”, un gran hombre de nuestro país Guatemala. Pero ahora
había otro problema: ¿dónde íbamos a estudiar? Éramos muchos niños y niñas y en las escuelas públicas que estaban cerca
nos decían que no cabíamos, que no había lugar para nosotros. Pensamos que ese año no íbamos ya a estudiar. Pero otra
vez Dios estuvo con nosotros y nos ayudó por medio de varias
personas. Eran nuestros maestros, nuestros papás, los sacerdotes, los hermanos y hermanas maristas, que se pusieron de
acuerdo para que en la colonia pudiera haber escuela y le pusieron por nombre “Hermano Moisés Cisneros”. Como no había edificio usamos la vieja bodega donde se habían guardado
los materiales para las casas. No importaba, lo que queríamos
era poder estudiar. Todos trabajamos mucho. Limpiamos,
pintamos, recogíamos la tierra que caía cuando llovía... Con un
mes de retraso, pero muy contentos, comenzamos las clases.
Hacía calor y casi no entrábamos en los “salones”. Una misma
maestra dada las clases en dos grados a la vez ¿te lo imaginas?
Así estuvimos durante cuatro años, mientras otro gran sueño
se iba haciendo realidad. Los hermanos maristas en distintas
partes, especialmente en España, estaban buscando fondos
para construir una escuela nueva.
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Cuando comenzó la construcción apenas lo podíamos
creer. La nueva escuela era más grande, las aulas frescas y
ventiladas ¡con escritorios nuevos! Para el curso del 2007
nos trasladamos, nunca habíamos estado más felices. Pero
el camino no terminaba ahí. Ahora teníamos que ser más
responsables que nunca. Nuestras familias tenían que pagar
una mensualidad, que aunque era pequeña, a veces nos costaba mucho. La mayoría de papás y mamás no tenía trabajo
fijo y los salarios aquí en Guatemala son bastante bajos. En
nuestro nombre los hermanos y hermanas maristas empezaron a tocar puertas para seguir consiguiendo ayudas para
la escuela: hubo algunos libros y material para que nuestras
maestras pudieran trabajar. Luego a través de la organización SED supimos que seríamos parte de su grupo de becados y eso nos daba la posibilidad de seguir estudiando.
Han pasado ya 5 años desde entonces, el tiempo pasa
rápido. Ahora tenemos que tratar de aprovechar todas estas
oportunidades que hemos tenido. En la colonia los que vinieron pequeños ahora son jóvenes, muchos no han podido
seguir estudiando y conseguir trabajo se hace bastante difícil. Los retos siguen, pero esperamos que como antes podamos mantenernos unidos y con la ayuda de Dios, que nunca
nos ha faltado, poder salir adelante junto a nuestras familias.
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Provincia Norandina
“Si ponemos fe en Dios y realizamos las cosas con
perseverancia todo se puede lograr”
¡Hola! Me llamo Jorge Benito Romero Ramírez soy un joven con capacidades diferentes no puedo caminar lo hago
con ayuda de muletas, vivo con mi abuelita, mis tíos y primos
por parte de mi padre, en un barrio rural llamado la Guatara,
a 20 minutos de Macará, Provincia de Loja país Ecuador. Mi
madre me abandono cuando yo tenía 8 meses y mi padre se
hizo de otro compromiso y vive en otra ciudad de Ecuador.
Para llegar al colegio a tiempo tengo que madrugar, pagar un carro y llegar al colegio, en la actualidad en mi país
hay mucha ayuda para las personas con capacidades diferentes y estoy en un programa impulsado por el MIES, en el que
me ayudan para solventar los gastos de mis estudios.
Con mi abuelita tengo mucho cariño y lo suficiente para
vivir aunque a veces pasamos algunos aprietos, lo que más
admiro de ella es su perseverancia porque yo me rehabilite
físicamente y también que trate de ser otra persona es así
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que me apoya para que siga
estudiando a pesar de mis limitaciones.
Uno de los momentos
más felices de mi vida fue
llegar a estudiar en la Unidad Educativa Marista de
Macará y sentir la aceptación y apoyo de mis compañeros y profesores y ver
cómo me toman en cuenta
para participar en las diferentes actividades programadas por la institución,
algunas veces me siento triste cuando no puedo hacer lo
que mis compañeros hacen, jugar futbol, basket o correr. En
fin tengo que aceptar mi realidad y seguir siendo feliz y más
aún ahora que ya mismo iniciamos clases y me voy a volver
a encontrar con mis compañeros seguir apoyándonos y continuar adelante. El mensaje que yo les daría a los jóvenes es
que no se rindan que si ponemos fe en Dios y realizamos las
cosas con perseverancia todo se puede lograr.
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Província Marista
Brasil Centro-Norte
História de A. N.
A.N. foi acolhido em uma instituição Marista aos 3
anos e 3 meses, por se encontrar em grave situação de risco pessoal e social.
A mãe, além de dependente química de álcool, possuía
forte trajetória de rua e residia em condições precárias de
higiene e saúde. Ela foi atropelada, sofrendo várias fraturas,
estando em estado de coma até os dias atuais.
Desde seu acolhimento, Antônio sempre apresentou
comportamento agressivo, tanto verbal quanto físico, voltado às demais crianças e adolescentes da Unidade.
Antônio tem três irmãs que foram adotadas e ele não
teve mais contato com elas. Antônio sempre fala do seu desejo de ser adotado e encontrar uma família que possa cuidar
dele, assim como as irmãs conseguiram.
A falta de perspectivas de ter uma família substituta e
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o desgaste por estar em acolhimento por longo período, o
angustia muito, afetando seu comportamento no abrigo.
A criança está em acompanhamento psiquiátrico e psicológico desde 2008, fazendo uso de medicação controlada.
Porém, a situação se agravou desde dezembro de 2011, culminando em agressões físicas e danos ao patrimônio.
A situação do A.N. vem sendo acompanhada também
pela Promotoria da Infância, e seu caso foi encaminhado
para a Comissão de Adoção Internacional.
Um caso que deu certo
Meu nome é Sonielson Pinheiro Santos. Comecei a fazer
parte da Casa da Acolhida Marista Olho d’Água aos 13 anos.
Por meio de uma amiga, minha mãe tomou conhecimento
de um projeto social que se instalou em meu bairro. Nele se
desenvolviam várias atividades, dentre elas, a capoeira. Desde então, fiquei muito interessado.
Passei a frequentar a Casa da Acolhida todos os dias. Os
educadores me acolheram muito bem. E, com a prática da
capoeira, fui tomando conhecimento e criei interesse por outras atividades que ali eram desenvolvidas. Com o passar dos
tempos fui-me destacando dentro da Casa e na capoeira.
O professor de capoeira, Mestre Bamba, teve uma brilhante ideia: com todos aquelas crianças e adolescentes, criar
uma orquestra de berimbaus. Como eu era fascinado e encantado pela capoeira, pois éramos todos muito talentosos,
o Mestre Bamba viu em mim um talento diferente. Com isso
me convidou para participar de sua Escola de Capoeira Angola Mandingueiros do Amanhã.
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Com o convite, fiquei muito feliz e desde então passei
a participar não só de um, mas de dois projetos sociais. Comecei a treinar bastante para tocar na orquestra, e também
para regê-la.
Fizemos muitas apresentações na cidade de São Luís.
Entretanto, a maior e melhor experiência foi ter a oportunidade de viajar com a orquestra para Belém do Pará. Fomos
convidados para participar do Fórum Social Mundial, uma
experiência única na minha historia e da Casa da Acolhida.
E, como a Casa da Acolhida tem uma faixa etária para aí
permanecer, chegava o tempo em que alguns adolescentes
já estavam completando os 18 anos. Como não tínhamos nenhuma alternativa fora da Casa da Acolhida, os educadores
viram uma saída para aquele problema. Alguns adolescentes
tinham talento de sobra para a música e Casa da Acolhida resolveu investir em nós, e entramos em parceria com a Escola
de Música Lilah Lisboa.
De inicio, fiquei muito empenhado com as aulas, mas
algo de errado estava pra acontecer. Não estava conseguindo acompanhar as aulas e com isso não consegui obter aprovação no final do curso. Fiquei muito triste com o acontecido
e os educadores mais ainda, mas eles resolveram me dar uma
segunda chance, e eu novamente voltei a desapontá-los.
Com isso, fiquei muito chateado e desmotivado a continuar na Casa. Os educadores, percebendo isso, me chamaram para uma reunião quando me mostraram a verdade e me
deram forças para continuar sendo aquele menino dedicado.
Mas, como Deus não fecha uma porta sem abrir uma janela, tive uma nova oportunidade de vida. Desta vez uma
oportunidade de emprego: o Colégio Marista Araçagy disponibilizou para a Casa uma bolsa, no Programa de Estágio
Adolescente Aprendiz. Desde então, passei a estagiar no Co37
légio Marista Araçagy com muito empenho e dedicação, com
toda a educação que recebi na Casa da Acolhida.
Após o 1º ano de estágio, fui efetivado. Hoje tenho muito orgulho de dizer que sou funcionário marista. Só tenho
a agradecer a Deus, à minha mãe, à Casa da Acolhida Olho
d’Água e aos educadores, por terem me educado com todo
amor e carinho. E que vocês, Irmãos Maristas, continuem
acreditando no poder que a Casa da Acolhida tem, e que
continuem dando oportunidade às crianças e adolescentes.
Bem, essa é um pouco da minha historia como marista.
Espero que tenham gostado.
Que Deus, Boa Mãe e Champagnat, abençoem a todos.
Com muito carinho e agradecimento,
Sonielson
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Província Marista do
Rio Grande do Sul
Minha História de Vida
Beatriz Borges da Cruz
“Olá, meu nome é Beatriz Borges da Cruz, tenho 11 anos
e estou na 6ª série da Escola Marista Santa Marta.
Moro na Vila 7 de dezembro, na Nova Santa Marta. Tenho dois irmãos que se chamam Andressa e Gabriel.
Eu nasci em 2000. O meu irmão nasceu em 2006 e a minha irmã nasceu em 2009.
Tudo começou quando a minha avó me pegou para
criar. Ela se chama Loreci Maria Borges da Cruz. A minha avó
estava querendo me adotar; mas ela ficou grávida do meu
avô, Darci. Ela teve a minha Tia Marli, que nasceu em 2005.
Assim, minha avó não pode me criar; muito menos me
adotar, porque ela tinha uma filha que era um bebê. A minha
mãe me pegou para criar quando eu já tinha 4 anos.
Foi muito difícil para mim, dois anos depois ela me colo39
cou na Escola Marista Santa Marta, onde eu conheci a Professora Diva e meus colegas. Depois, quando eu tinha 10 anos, a
minha mãe conheceu o meu padrasto e começaram os problemas. Ele me batia muito ... até que um dia eu fui contar
para a Professora Diva. Eu comecei a conversar com uma psicóloga ... até que uma noite me levaram para o Lar de Miriam.
Hoje, eu já estou em casa com a minha família.
O meu padrasto morreu. Eu e minha família estamos nos
dando bem e eu agradeço muito à Professora Diva, porque
foi ela quem tanto me ajudou.”
Minha História de Vida
Leonardo Farias de Lima
“Oi, meu nome é Leonardo Farias de Lima. Tenho 10
anos e estudo na Escola Marista Santa Marta. Estudo no 5º
ano e vou contar um pouquinho da minha história. Aconteceu no ano passado; em uma bela noite, a mãe foi chamar o
meu padrasto. Eu, o meu irmão e o meu primo (emprestado)
ficamos em casa. Nós levamos o meu irmãozinho para a minha
tia. Depois, o meu irmãozinho ficou bem. De repente, o pai do
meu padrasto desceu a rua atirando em todo mundo.
Ele foi lá em casa e bateu na porta, eu abri pra fora e ele falou:
- Quer ver que está sem bala?
Ele puxou o gatilho e atirou em mim. O amigo da minha
mãe me levou na minha avó e um amigo tirou o casaco para
tapar o ferimento da bala. O amigo do meu avô me levou no
P. A. do Patronato e eu fui atendido, fui para o hospital, onde
fiquei internado durante 16 dias. Depois de algum tempo, fui
para casa e fiquei bom. O pai do meu padrasto foi preso, mas
estava livre após 5 meses. Hoje, estou bem!”
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Miradas
Axel Fernando
Hay miradas que sin dudas dicen más que mil palabras
Y que al verlas todas juntas son como espejos del alma
Hay miradas que cuando miran son hirientes y lastiman
En cambio hay otras tan serenas que consuelan y acarician
Hay miradas insistentes, misteriosas, recurrentes
Y las hay indiferentes, como las de tanta gente
Hay miradas que ocultan verdades que mucho dañan
Y las hay que en la diaria lucha fortalecen y acompañan
Y hay miradas que perdidas entre miles de miradas
Andan solas por la vida en busca de otras miradas
Y hay miradas que cautivan por lo bellas y profundas
Como tu mirada azul que me atrapa día a día
Hay miradas que por tristes enlutan a quien las viste
Y hay esas miradas dulces que ennobleces a quien las luce
Hay miradas que derriten hasta el corazón más duro
E iluminan suavemente el pensamiento más oscuro
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Reflexão pessoal
Leia uma ou duas destas histórias a partir destes “olhares” e iluminados pela Palavra de Deus (Mt 19, 13-15 e Mc 10, 13-16):
a) Contemple o mundo com o olhar destas crianças e jovens.
Sentimentos, chamadas, desafios, sonhos...
b)Que atitudes de conversão devo assumir a partir destes
olhares?
c)Como era meu olhar quando criança? O que se perdeu
pelo caminho, que deve ser recuperado?
Reflexão em Grupos de vida
a) Ler pequenos trechos das histórias, em nome das crianças.
b) Partilhar sentimentos e desejos de conversão.
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Reflexión personal
Lea una o dos historias a partir de estas “miradas” e iluminados
por la Palabra de Dios (Mt 19, 13-15 e Mc 10, 13-16):
a) Admire el mundo con la mirada de estos niños y jóvenes.
Sentimientos, llamados, desafios, sueños...
b) Qué acciones debo tomar a partir de estas miradas?
c) Cómo era tu mirada en cuando niño? Qué se ha perdido
por el camino, que deba recuperarse?
Reflexiones en Grupos de Vida
a) Leer pequeñas partes de las historias, en nombre de los
niños.
b) Compartir sentimientos y deseos de conversión.
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Anotações
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Anotações
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Anotações
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