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Rev Cubana Cir 2001;40(1):7-11 ARTÍCULOS ORIGINALES Hospital General Provincial Docente «Capitán Roberto Rodríguez Fernández», Morón, Ciego de Ávila ALGUNOS ASPECTOS CLINICOQUIRÚRGICOS DEL NEUMOTÓRAX ESPONTÁNEO Dr. Juan Carlos Armas Darias,1 Dr. Pablo Guillermo Valdés Mesa,2 Dr. Alexánder Rodríguez Rivero1 y Dr. Fidel Raúl Valdés Leyva1 RESUMEN Se realizó una investigación observacional-descriptiva para conocer el comportamiento de algunos aspectos clinicoquirúrgicos del neumotórax espontáneo, el que fue diagnosticado en 180 pacientes atendidos en el Servicio de Cirugía General del Hospital General Provincial Docente «Capitán Roberto Rodríguez Fernández», de Morón, desde 1985 hasta 1999, ambos inclusive. La mayor proporción de enfermos pertenecía al sexo masculino y a los grupos de edad de 15 a 44 años. El 83,3 % de los pacientes era fumador. No existieron antecedentes patológicos demostrables en el 45,6 % de los enfermos. El dolor y la disnea fueron los síntomas predominantes. El 50,6 % de los investigados tenía un neumotórax mayor del 50 %. La pleurostomía mínima alta y la punción pleural con aspiración fueron los procederes mayoritarios, esta última curativa en el 70,9 % de los neumotórax entre 26 y 50 %. La complicación principal fue la inexpansibilidad pulmonar. La mortalidad fue de 2,8 %. Descriptores DeCS: NEUMOTORAX/diagnóstico; NEUMOTORAX/cirugía; NEUMOTORAX/complicaciones; PARACENTESIS/métodos; ASPIRACION; TECNICAS Y PROCEDIMIENTOS DIAGNOSTICOS. En 1803, el médico francés Itard introdujo en la práctica médica el término neumotórax para definir un proceso en el que aparecía inexplicablemente aire en la 1 2 cavidad pleural, de un sujeto al parecer asintomático.1,2 Esta entidad aparece con relativa frecuencia en nuestro Servicio de Urgencias y afecta predominantemente a Especialista de I Grado en Cirugía General. Especialista de I Grado en Cirugía General. Instructor. 7 hombres jóvenes.3,4 La conducta que deberá seguir el médico ante un paciente con neumotórax puede resultar muy compleja, de hecho, el diagnóstico causal de un neumotórax puede resultar erróneo, por las serias dificultades que existen a la hora de catalogar un neumotórax espontáneo como primario; la actitud terapéutica es aún en la actualidad un punto controversial. Son numerosos los trabajos parciales sobre la efectividad terapéutica de un determinado tratamiento, pero son escasas las publicaciones que ofrecen una visión integral de esta enfermedad, aun con el advenimiento y creciente desarrollo de la videocirugía. Por todo lo anterior nos decidimos a realizar esta investigación para conocer el comportamiento de algunos aspectos clinicoquirúrgicos del neumotórax espontáneo en nuestro medio. MÉTODOS Se realizó un estudio observacionaldescriptivo para conocer el comportamiento de algunos aspectos clinicoquirúrgicos del neumotórax espontáneo, diagnosticado en 180 pacientes que fueron atendidos en el Servicio de Cirugía General del Hospital General Provincial Docente «Capitán Roberto Rodríguez Fernández» de Morón, en el período comprendido entre enero de 1985 y diciembre de 1999. El universo de trabajo estuvo constituido por todos los pacientes atendidos con el diagnóstico de neumotórax espontáneo por el Servicio de Cirugía General del referido hospital, durante el período ya señalado. La técnica de recolección de la información fue la encuesta, y de acuerdo con los objetivos propuestos se confeccionó un cuestionario de datos primarios, que recogió los aspectos fundamentales de las historias clínicas de los pacientes estudiados. La técnica de procesamiento de la información fue manual y se realizó la revisión, validación y computación de ella. 8 Como medida de resumen de la información obtenida se usó la proporción (%). Los resultados se presentan en tablas, y se emiten las conclusiones en correspondencia con los objetivos propuestos en la investigación. RESULTADOS De los 180 pacientes investigados por neumotórax espontáneo, el 83,3 % pertenecía al sexo masculino y el 50,0 % estaba incluido en los grupos de edad de 25 a 44 años. Esta entidad apareció en un número importante de casos vinculada al esfuerzo físico, sin poderla relacionar con la magnitud de éste. El hábito de fumar estuvo presente en el 83,3 % de los pacientes investigados. El 45,6 % de los implicados no tenía antecedentes patológicos demostrables y las enfermedades asociadas más frecuentes fueron el asma bronquial y la bronquitis crónica. Los síntomas predominantes en el cuadro clínico fueron el dolor, la disnea y la tos por ese orden, y fue el hemitórax derecho el más afectado con 105 pacientes (tablas 1 y 2). TABLA 1. Distribución de los pacientes según hábito de fumar Hábito de fumar Fumadores No fumadores Total No. 150 30 180 % 83,3 16,7 100,0 Fuente: Encuestas TABLA 2. Distribución de pacientes según síntomas presentados Síntomas No. % Dolor Disnea Tos Expectoración Fiebre 174 153 68 12 3 96,7 85,0 37,8 6,7 1,7 Fuente: Encuestas N : 180. TABLA 3. Distribución de pacientes según relación entre tanto por ciento de colapso pulmonar y tipo de tratamiento inicial Médico % de colapso pulmonar No. ≤ 25 26-50 > 50 Total 27 27 % 15,0 15,0 Tipo de tratamiento inicial Quirúrgico PMA PPA No. % No. 91 91 50,6 50,6 62 62 % No. 34,4 34,4 27 62 91 180 Total % 15,0 34,4 50,6 100,0 Fuente: Encuestas. El 15,0 % de nuestros enfermos tuvo un neumotórax menor de 25 % y fueron tratados médicamente. Los pacientes con colapso pulmonar superior al 25 % fueron tratados desde el inicio quirúrgicamente, y se les realizó punción pleural y aspiración (PPA) a 62 de ellos (34,4 %), que fueron los comprendidos entre 26 y 50 % de neumotórax; al resto se le practicó pleurostomía mínima alta (PMA) (tabla 3). La efectividad de la PPA ascendió al 70,9 %. En 20 pacientes se hizo necesaria la toracotomía abierta para lograr reexpansión pulmonar y el proceder mayoritario en estos casos fue la recepción de bullas y escarificación pleural (tabla 4). TABLA 4. Distribución de pacientes según efectividad de la punción pleural y aspiración (PPA) en neumotórax entre 26 y 50 % Efectividad de la PPA No. Efectivas No efectivas Total 44 18 62 % 70,9 29,1 100,0 Fuente: Encuestas. Las complicaciones posoperatorias más frecuentes fueron la inexpansibilidad pulmonar y el enfisema subcutáneo con 26,8 y 12,4 % respectivamente (tabla 5). TABLA 5. Distribución de pacientes según complicaciones posoperatorias Complicaciones No. % Inexpansibilidad pulmonar Enfisema subcutáneo Hemotórax Sepsis de la herida Bronconeumonía 44 19 8 5 5 28,8 12,4 5,2 3,3 3,3 Fuente: Encuestas. N : 153. DISCUSIÓN Al llegar a este momento de la investigación, confirmamos que en nuestra casuística, al igual que otros autores nacionales y extranjeros, predominaron los pacientes jóvenes del sexo masculino.2-7 En nuestro estudio, el esfuerzo físico estuvo ligado a la aparición del episodio de neumotórax espontáneo, pero sin poder establecer una relación causa-efecto vinculada a la magnitud del esfuerzo; hallazgo similar reportan otros autores.8,9 El hábito de fumar parece desempeñar un papel importante en esta enfermedad, pues en nuestra investigación tenemos una amplia mayoría de adictos al tabaco, que son portadores de la entidad. Quizás las alteraciones en el intersticio pulmonar, la bronquiolitis y otros fenómenos secun- 9 darios al tabaquismo expliquen la génesis del neumotórax en los sujetos aquí estudiados.2,6,10 La distribución de nuestra casuística relacionada con antecedentes patológicos personales no mostró predominio franco en uno u otro sentido, es decir, la existencia o no de enfermedades previas no es un factor primordial para la aparición de la afección; aunque sí vimos que con el aumento de la edad cobran importancia el enfisema pulmonar, la bronquitis crónica y el asma bronquial, al igual que señalan otros estudios.3,11 Coincidimos con todos los autores revisados en que el dolor, la disnea y la tos son los síntomas cardinales de esta enfermedad.2-7 La conducta seguida ante el neumotórax espontáneo en nuestro trabajo, estuvo regida por patrones establecidos en cuanto a la indicación del tratamiento quirúrgico relacionada con el tanto por ciento de colapso pulmonar, pero a la hora de elegir los procederes iniciales decidimos realizar la PPA a todos los comprendidos entre 26 y 50 % de neumotórax y logramos reexpansión pulmonar en 70,9 % de los enfermos. A los pacientes con más de 50 % de colapso pulmonar no se les realizó este procedimiento, pues casi siempre en los neumotórax mayores del 50 % y en los que son secundarios, la magnitud del orificio en la pleura visceral requiere de un tubo intercostal y sistema de drenaje pleural por va- rios días para lograr el cierre de éste. En la bibliografía revisada se corrobora que la efectividad de la PPA guarda relación inversa con la magnitud del neumotórax y la presencia de enfermedades pulmonares asociadas.8,11-13 La complicación que encontramos con mayor frecuencia fue la inexpansibilidad pulmonar; similar resultado han obtenido otros autores.2-4,9 Tuvimos una mortalidad similar a la reportada en la literatura médica y que se relacionó casi siempre con los pacientes en los que fue necesaria la toracotomía abierta.3 En conclusión podemos decir: 1. El hábito de fumar se relacionó de manera importante con la aparición de esta afección. 2. El dolor y la disnea fueron los síntomas predominantes en el cuadro clínico. 3. El 85,0 % de los neumotórax fueron mayores del 25 %, por lo que los procederes quirúrgicos iniciales más usados fueron la pleurostomía mínima alta y la punción pleural y aspiración. 4. La punción pleural y aspiración, que sólo se emplearon en los neumotórax comprendidos del 26 al 50 %, fueron efectivas en el 70,9 % de los pacientes. 5. La inexpansibilidad pulmonar fue la complicación más frecuente en nuestro estudio. SUMMARY An observational descriptive research was made to know the behaviour of some clinicosurgical aspects of the spontaneous pneumothorax, which was diagnosed in 180 patients attended at the Service of General Surgery of the Capitán Roberto Rodriguez Fernández Provincial General Hospital, in Morón, from 1985 to 1999, including both. Most of the patients were males and age groups were 15-44. 83.3% of the patients were smokers. 45.6% of the patients had no pathological history. Pain and dyspnoea were the predominant symptoms. 50.6% of the studied individuals had a pneumothorax over 50%. Minimum high pleurostomy and pleural puncture with aspiration were the most used procedures. The latter proved to be curative in 70.9% of the pneumothoraxes between 26 and 50%. Pulmonary inexpansibility was the main complication. There was 2.8% of mortality. Subject headings: PNEUMOTHORAX/diagnosis; PNEUMOTHORAX/surgery; PNEUMOTHORAX/ complications; PARECENTESIS/methods; ASPIRATION; DIAGNOSTIC TECHNIQUES AND PROCEDURES. 10 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 1. De Vries WC, Wolfe WG. Tratamiento del neumotórax espontáneo y el enfisema buloso. Clin Quir Norteam 1980;60:869-83. 2. Porro NN, Medrano GJ, Bores A. Neumotórax. Estudio de 100 casos. Rev Cubana Cir 1985;24:21-9. 3. Athanassiadi K, Kalavrovziotis G, Loutsidis A, Hatzimichalis A, Bellenis I, Exarchos N. Surgical treatment of spontaneous pneumothorax: ten year experience. World J Surg 1998;22(8):803-6. 4. 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Calle 10, edificio 2, apartamento 15, Morón, Ciego de Avila, Cuba. 11 Rev Cubana Cir 2001;40(1):12-7 Hospital Provincial Clinicoquirúrgico Docente «Abel Santamaría Cuadrado», Pinar del Río RESULTADOS DE 1 000 COLANGIOGRAFÍAS TRANSOPERATORIAS LAPAROSCÓPICAS REALIZADAS DE FORMA SISTEMÁTICA Dr. Raúl Castro Pérez,1 Dr. Juan Carlos Delgado Fernández,2 Dr. Eduardo Dopico Reyes,2 Dr. Fidel Echevarría Hernández,2 Dr. Pedro González García2 y Dr. Roberto Monduy Matías2 RESUMEN Se realizó un estudio en 1 097 pacientes con litiasis vesicular, a los cuales se les indicó colangiografía transoperatoria de forma sistemática por vía transcística, en el período comprendido entre el 1 de junio de 1996 y el 14 de junio de 1998. Se excluyeron de este estudio a los pacientes con indicación de colangiografía selectiva, según los criterios que tienen en cuenta los que defienden este último proceder. Se hizo factible realizarla a 1 000 pacientes (91,15 %). La principal causa de no-factibilidad correspondió a los conductos císticos extremadamente finos (5,65 %). La colangiografía se efectuó mediante el uso de catéter percutáneo a 173 enfermos y con la pinza de Olsen a 827. El tiempo promedio del proceder fue de 8,5 min. La colangiografía detectó en 55 pacientes (5,5 %) afecciones quirúrgicas no sospechadas, dentro de éstas a 41 pacientes con cálculos coledocianos. Se diagnosticaron además 72 anomalías congénitas potencialmente peligrosas (7,2 %). Se concluye que en la colecistectomía laparoscópica la colangiografía transoperatoria se debe realizar de forma liberal. Descriptores DeCS: COLANGIOGRAFIA/métodos; PROCEDIMIENTOS QUIRURGICOS LAPAROSCOPICOS; COLECISTECTOMIA LAPAROSCOPICA; COLELITIASIS/ cirugía; COLELITIASIS/diagnóstico. La introducción de la técnica laparoscópica en la colecistectomía, trajo consigo un incremento en la controversia entre el uso de la colangiografía transoperatoria (CTO), de forma selectiva1-6 o sistemática.7-13 1 2 Los que defienden su uso cada vez más selectivo, fundamentan este hecho en la disminución del tiempo quirúrgico, la reducción de los costos hospitalarios y la posibilidad de predecir por métodos clíni- Especialista de II Grado en Cirugía General. Profesor Auxiliar de la Facultad de Ciencias Médicas de Pinar del Río. Jefe del Servicio de Cirugía General. Especialista de I Grado en Cirugía General. 12 cos, de laboratorio y ultrasonográficos la presencia de litiasis coledociana. Sin embargo, a pesar de los importantes avances tecnológicos desarrollados en los últimos años en los medios de diagnósticos, dentro de los que se cuentan la creación de modernos equipos de ultrasonografía de muy alta resolución y la disposición en el mercado de una amplia gama de pruebas enzimáticas, la colangiografía laparoscópica selectiva no se ha generalizado a pesar de haber transcurrido más de una década. La escuela cubana de cirugía, con una gran experiencia a través de los años en la cirugía de las vías biliares, debido a la alta frecuencia de la afección vesicular en Cuba, ve en estos momentos una tendencia a subestimar este medio diagnóstico, tan familiar al cirujano, de fácil ejecución y que sólo prolonga unos pocos minutos la intervención. MÉTODOS Se realizó un estudio retrospectivo en 1 097 pacientes con litiasis vesicular, a los cuales se les realizó colecistectomías laparoscópicas, en el Hospital Provincial Clinicoquirúrgico Docente «Abel Santamaría Cuadrado» de Pinar del Río, en el período comprendido desde el 1ro. de junio de 1996 hasta el 14 de diciembre de 1998; para ello se confeccionó una base de datos computadorizada. Los criterios de inclusión fueron los siguientes: - No existir sospecha de cálculos coledocianos en preoperatorio por ultrasonido. - Colédoco con diámetro menor de 10 mm. - Dosificación de bilirrubinas y fosfatasa alcalina en sangre, normales. - No aparecer antecedentes de íctero, pancreatitis o microlitiasis. La colangiografía se realizó en todos los casos por vía transcística. El procesamiento estadístico se efectuó con métodos porcentuales. RESULTADOS El índice de factibilidad para realizar este proceder de forma sistemática, no es un elemento en su contra, pues se logran altos índices con el entrenamiento. En nuestra serie fue del 91,25 % (tabla 1), pero otros autores14 logran cifras aún superiores (98,5 %). Los índices de factibilidad reportados anteriormente cuando se realizaba la colecistectomía convencional, no difieren de los nuestros. 15-18 TABLA 1. Causas de no-factibilidad Causas Císticos finos Alergia al yodo Obstrucción del cístico Gestantes Total No. de pacientes 62 15 11 9 97 % 5,65 1,36 1,00 0,82 8,84 La principal causa de no-factibilidad correspondió a los conductos císticos extremadamente finos, donde su diámetro era menor al del catéter utilizado por nosotros (CAVAFIX-1,1 mm-BRAUN); le siguieron en orden decreciente la alergia al yodo, la obstrucción del cístico por edema o fibrosis y las embarazadas a las cuales evitamos someterlas a radiaciones. La colangiografía se realizó en todos los pacientes por vía transcística y para la introducción del catéter se utilizó con mayor frecuencia la pinza de Olsen, la cual resulta más cómoda (tabla 2). TABLA 2. Tipo de cateterización del cístico Técnica Catéter percutáneo Pinza de Olsen Total No. de pacientes 141 859 1 000 % 14,1 85,9 100 13 TABLA 3. Tiempo consumido en la realización de la colangiografía Tipo de equipo Equipo portátil convencional de rayos X: Necesita revelado de película Equipo de arco en «C»: No necesita revelado de película (Imagen dinámica) Total No. de pacientes Rango Promedio 552 8-13 min 10,5 min 448 1 000 5-9 min 5-13 min 7 min 8,5 min La colangiografía transvesicular no se realizó en esta serie, pero a pesar de sus múltiples desventajas la hemos utilizado con buenos resultados en casos muy seleccionados, como en triángulos de Calot muy difíciles de disecar, para orientarnos inicialmente en la anatomía de la región. La prolongación del tiempo quirúrgico que provoca la realización del examen, se aboga como un elemento en contra de la CTO sistemática; sin embargo, la ejecución del proceder fluctuó entre 5 y 13 min, con una media de 8,5 min y resultó menor en el grupo de pacientes a los cuales se les realizó radiofluoroscopia con el equipo de rayos X arco en «C», donde se obtuvo una media de 7 min; no obstante, con el equipo tradicional, donde se consume tiempo en el revelado de las radiografías, la media lograda fue de 10,5 min, lo cual no consideramos prolongado (tabla 3). El tiempo quirúrgico total para la colecistectomía laparoscópica con colangiografía transoperatoria incluida, fue menos de 1 h (58 min), a pesar de que dentro de éste se incluyen a 15 pacientes, a los cuales se les realizó exploración del colédoco con extracción de cálculos por vía laparoscópica, lo cual prolongó más la intervención. Resultaría entonces lógico preguntarse: si un cirujano adiestrado puede realizar la colecistectomía laparoscópica con CTO en tiempos similares a la técnica con- 14 vencional, ¿por qué entonces estar tan apurado? En las colangiografías sistemáticas realizadas en colecistectomías abiertas se reportaban índices de falsos positivos que fluctúaban entre el 0,6 al 6,1 %18 y en la colecistectomía laparoscópica se informan entre el 1 y 4 %.8,10,11,22 En nuestra serie se presentó en 11 pacientes (1,1 %): 8 con radiografías estáticas y solo 3 con la radiofluoroscopia. En otros 14 pacientes hallamos afecciones quirúrgicas de la vía biliar principal no menos importantes y 81 pacientes con anomalías del árbol biliar potencialmente peligrosas (tabla 4). TABLA 4. Resultados de la colangiografía transoperatoria Hallazgos No. de pacientes % Afecciones quirúrgicas: - Cálculo en la VBP - Odditis - Parásito en la VBP - Iatrogenia 41 12 1 1 4,1 1,2 0,1 0,1 Subtotal 55 5,5 75 7,5 6 0,6 81 136 8,1 13,6 Anomalías potencialmente peligrosas: - Conducto hepático derecho accesorio - Cístico que desemboca en el hepático derecho Subtotal Total DISCUSIÓN Algunos autores19 refieren que durante la cateterización del cístico se han reportado perforaciones de la vía biliar principal provocadas por el catéter y toman esto como un elemento en su contra; en nuestra casuística no se presentaron, a pesar de utilizar un catéter tradicional similar al que utilizábamos en la cirugía convencional, aunque algo más fino. Actualmente existen catéteres especiales que minimizan este riesgo y dispositivos introductorios que no hacen necesaria la pinza de Olsen. El resultado de la colangiografía sistemática detectó a 41 pacientes (4,1 %) con cálculos no sospechados en la vía biliar principal, que hubiesen pasado inadvertidos si la colangiografía se hubiese indicado con los criterios de selección. Otros autores20 reportan cifras más altas (5 %). En Cuba cualquier servicio de cirugía con un solo módulo de video-cirugía realiza casi 1000 colecistectomías laparoscópicas en poco más de 1 año de trabajo (4 a 5 operaciones por día laboral), por lo que de realizar la colangiografía de forma selectiva se expone en ese tiempo a dar el alta hospitalaria entre 40 y 50 pacientes con cálculos coledocianos no diagnosticados, lo cual nos parece una cifra alarmante. Los defensores de la colangiografía selectiva21 minimizan este riesgo, y refieren que un tanto por ciento de estos cálculos pasa al duodeno de forma espontánea; sin embargo, es bien conocido que también estos cálculos pueden producir en un mayor o menor tiempo: ícteros obstructivos, colangitis y graves pancreatitis. Nosotros preferimos no correr ese riesgo. En nuestro estudio sólo se produjo una sola iatrogenia (0,1 %) que fue diagnosticada por la colangiografía y reparada en la misma intervención, y se convirtió a cirugía abierta (sección parcial del colédoco, al confundirlo el cirujano con el cístico). De no realizarse el examen radiográfico seguramente se hubiese producido una sección total del colédoco, o peor aún, una excisión de la vía biliar principal. Algunos autores19 argumentan que la colangiografía sistemática no elimina totalmente la posibilidad de que ocurran lesiones biliares, como en el presente caso; no obstante, es incuestionable que las minimiza y posibilita al cirujano el diagnóstico inmediato, su reparación transoperatoria y evita lesiones devastadoras,7-13,23 por lo que a nuestro parecer este solo hecho la justifica. El estudio comparativo de los costos como otro de los elementos que se utilizan contra este proceder, no amerita a nuestro juicio un análisis tan simplista, pues no se tienen en cuenta los costos de las reintervenciones que ocurren al no realizarse un diagnóstico a tiempo, ni el costo en la calidad de la vida en los pacientes que sufren graves iatrogenias evitables. Es indudable que el desarrollo futuro de nuevas tecnologías desplazará a la CTO, pero mientras estas no estén a nuestro alcance sugerimos se realice de forma liberal. Somos «selectivos» a quienes no se la hacemos. En conclusión podemos decir: 1. La colangiografía transoperatoria laparoscópica realizada de forma sistemática fue factible realizarla a más del 90 % de los pacientes. 2. Fueron detectadas afecciones quirúrgicas no sospechadas en el 5,5 % de los casos y dentro de ellas a 41 pacientes (4,1 %) con litiasis coledociana. 3. La colangiografía transoperatoria laparoscópica sistemática disminuye el índice de iatrogenias sobre el árbol biliar, evita se produzcan lesiones graves y da la posibilidad de diagnosticarlas y repararlas durante el transoperatorio, por lo que recomendamos su uso liberal. 15 SUMMARY A study of 1 097 patients with vesicular lithiasis that systematically underwent transoperative cholangiography by transcistic route from June, 1996, to June, 1998, was conducted. Patients with indication of selective cholangiography were excluded from this study, according to the criteria of those who advocate this procedure. It was possible to perform it in 1000 patients (91.15%). The main cause of non-feasibility corresponded to the extremely fine cystic ducts (5.65%). Cholangiography was performed by using the percutaneous catheter in 173 patients and with Olsens clamp in 827 individuals. The average time for carrying out this procedure was of 8.5 min. Non-suspected surgical affections were detected in 55 patients (5.5%) by cholangiography. 41 of them had choledocus calculi. 72 potentially dangerous congenital anomalies (7.2%) were diagnosed. It was concluded that in laparoscopic cholecystectomy the transoperative cholangiography should be carried out in a liberal way. Subject headings: CHOLANGIOGRAPHY/methods; CHOLECYSTECTOMY, LAPAROSCOPIC; CHOLELITHIASIS/surgery; CHOLELITHIASIS/diagnosis. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 1. Grogono JL, Woods WGA. Selective use of operative cholangiography. World J Surg 1986;10:1009-13. 2. Pasquale MD, Nauta RJ. Selective vs routine use of intraoperative cholangiography: an argument. Arch Surg 1989;124:1041-2. 3. 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Caridad Soler Morejón4 RESUMEN Se realizó un estudio prospectivo-investigativo sobre el valor de la medición de la presión intraabdominal (PIA) en nuestro medio para determinar su valor como diagnóstico y pronóstico en los pacientes quirúrgicos admitidos en la Unidad de Terapia Intensiva del Hospital Universitario Clinicoquirúrgico «Gustavo Aldereguía Lima», del 1ro. de marzo al 31 de diciembre de 1998 (n:80). A la totalidad de los casos se le realizó medición y aplicó encuesta para determinar valores al ingreso y a las 6, 12, 24 y 48 horas y cierre de su evolución, así como la presencia de complicaciones y aparición de signos clínicos. Se aplicó método de significación estadística de la t de student y análisis de riesgo absoluto y relativo con media y desviación estándar. Se determinó que la PIA tiene un alto valor predictivo en la aparición de complicaciones de pacientes quirúrgicos, y su aumento estableció un pronóstico desfavorable en cuanto a complicaciones y riesgo de muerte, su elevación antecede a la aparición de signos clínicos como fiebre, taquicardia o taquipnea y el valor de su lectura se incrementa en la medida en que transcurre el tiempo de evolución. Descriptores DeCS: MONITOREO FISIOLOGICO; TECNICAS Y PROCEDIMIENTOS DIAGNOSTICOS; ABDOMEN/fisiología; ABDOMEN/cirugía; COMPLICACIONES POSTOPERATORIAS/diagnóstico; UNIDADES DE TERAPIA INTENSIVA. La intervención quirúrgica del abdomen, ya sea de urgencia o electiva, constituye la solución terapéutica no pocas ve1 2 3 4 ces diagnóstica a variadas afecciones que sufre el ser humano, muchas de las cuales ostentan la máxima categoría de gravedad.1 Especialista de I Grado en Medicina Interna. Hospital Universitario Clinicoquirúrgico «Gustavo Aldereguía Lima». Especialista de II Grado en Medicina Interna verticalizado en Cuidados Intensivos. Hospital Universitario Clinicoquirúrgico «Gustavo Aldereguía Lima». Especialista de I Grado en Medicina Interna. Instructor. Hospital Universitario Clinicoquirúrgico «Gustavo Aldereguía Lima». Especialista de II Grado en Medicina Interna verticalizada en Cuidados Intensivos. Profesora Auxiliar. CIMEQ. 18 En muchos países del mundo los pacientes quirúrgicos graves son seguidos en unidades para estos fines; en nuestro medio, los servicios de cuidados intensivos dan cobertura a la atención de estos enfermos. Ellos requieren el monitoreo de parámetros biológicos por personal calificado o tecnología avanzada. Precisamente estos últimos permiten la aplicación de procederes intervencionistas que facilitan realizar un diagnóstico certero y oportuno y así establecer una terapéutica eficaz. Existen múltiples complicaciones como: sepsis, hemorragias, íleo paralítico, insuficiencia renal, hepática y respiratoria, así como caída del gasto cardíaco, shock y disfunción orgánica múltiple, muchas veces de consecuencias fatales y que pueden ser detectadas precozmente con la medición de la presión intraabdominal (PIA), la cual se utiliza como instrumento de diagnóstico y pronóstico de complicaciones, en pacientes a los que se les ha realizado intervención quirúrgica y están ingresados en las unidades de terapia intensiva. 2-5 La presión intraabdominal es el resultado de la tensión presente dentro del espacio anatómico abdominal. En condiciones fisiológicas normales su valor es 0, aunque puede sufrir ligeros aumentos en determinadas situaciones como tos, vómitos o defecación.6 En términos generales, la PIA se clasifica como «ligera» (entre 10 y 20 cm/ agua), con efectos fisiológicos generalmente bien compensados y por tanto, poco significativos en el orden clínico; «moderada» (entre 21 y 40 cm/agua), momento a partir del cual aparece la disminución de la perfusión hística y se desarrolla el síndrome de compartimiento abdominal y «severa» (mayor de 40 cm/agua), para determinar anuria en el paciente.7,8 Existen diferentes métodos para medirla. La forma directa, a través de cateterismo o por laparoscopia y la indirecta tomando la presión de la vena cava inferior, o haciendo medición transgástrica transrectal y transvesical, su medición y constatación del aumento reviste una gran importancia. 9,10 MÉTODOS El universo de estudio lo constituyeron los 80 pacientes con cirugía abdominal, ingresados en la Unidad de Cuidados Intensivos de nuestra institución durante el período del 1ro. de marzo al 31 de diciembre de 1998, incluyendo a ambos. A cada caso se le realizó una medición inicial de la PIA al llegar a la sala, seguida de mediciones a las 6, 12, 24 y 48 horas, período suficiente para que se hicieran evidentes las complicaciones abdominales, de existir éstas. La técnica consistió en la colocación de una sonda vesical de balón y una vez en la vejiga, se realizó el vaciamiento completo de ella. En el extremo de la sonda se colocó una llave de 2 pasos con 2 vías respectivamente; por una se pasaron 100 mL de solución salina hacia la cavidad vesical, y se mantuvo la otra cerrada hasta que ésta se llenó, después se cerró la vía de administración y se abrió la otra, a través de la cual se hizo lectura por el nivel que la columna líquida alcanzó. La totalidad del análisis se realizó por separado con 2 rangos de normalidad (hasta 10 y 15 cm/agua). En la aplicación de este proceder se utilizó un equipo de medición de presión venosa central (PVC). Dicho equipo se colocó al lado del paciente a una altura en que coincidió el 0 de la escala con la sínfisis del pubis del enfermo, estando éste en decúbito supino en el lecho. El valor obtenido se informó en cm de agua. 19 En cada medición de la PIA excepto la inicial, se realizó una evaluación de la evolución del enfermo hasta ese momento, y se precisó si se había identificado o no alguna complicación como peritonitis, insuficiencia renal aguda, insuficiencia respiratoria aguda, insuficiencia hepática, hemorragia peritoneal e íleo paralítico. En todos los casos se recogieron además, otros parámetros fisiológicos como frecuencia cardíaca (FC), frecuencia respiratoria (FR), tensión arterial (TA), temperatura, PVC y diuresis cuando estuvo indicada a las 6, 12, 24 y 48 horas, así como el estado al egreso (vivo o fallecido). Los datos se procesaron en computadora mediante el programa EpiInfo 6. El análisis de los datos se realizó de la siguiente forma: - Se determinó el comportamiento de la PIA comparativamente en grupos de pacientes conformados según la presencia o ausencia de complicaciones en cada una de las evaluaciones, para lo cual se calcularon los valores (media y desviación estándar) de la PIA en los respectivos momentos. Estos valores también se calcularon para grupos conformados según el estado al egreso. En el análisis estadístico de estos datos se utilizó el estadígrafo de la t de Student de comparación de medias, y se aceptó un nivel de confianza del 95 %. - Se comparó el valor mostrado por los índices sensibilidad, especificidad, valor predictivo positivo y valor predictivo negativo, en los 2 rangos de normalidad de la PIA evaluados. - Se comparó el riesgo relativo (RR) de estar complicado si la PIA se encontraba elevada, con el RR de estar complicado en presencia de alteraciones de otros parámetros fisiológicos. 20 - Se comparó el RR de fallecer si la PIA se encontraba elevada, con el RR de fallecer en presencia de alteraciones de otros parámetros fisiológicos. RESULTADOS En los pacientes considerados complicados en la primera evaluación realizada (6 horas), el valor de la PIA inicial fue mucho mayor que en los no complicados, situación similar a la observada en la medición de la PIA a las 6 horas, y resultaron las diferencias significativas estadísticamente en ambos momentos. Aquellos enfermos que estaban complicados en la segunda evaluación (12 horas), aunque tuvieron cifras de PIA inicial superiores a los no complicados, no resultó significativo estadísticamente (tabla 1); sin embargo, las diferencias de la PIA a las 6 y a las 12 horas fueron mucho mayores en los casos que se complicaron (21 ± 2) que en los no complicados (13,7 ± 6), y resultó estadísticamente significativo. TABLA 1. Presión intraabdominal (cm/agua) inicial, a las 6 y a las 12 horas según presencia de complicación Inicial 6 horas 12 horas Complicados n=5 No complicados n = 74 p 15,4 ± 2,9 19,4 ± 5,6 21,2 ± 2 12,5 ± 5,1 13 ± 6 13,7 ± 6 NS 0,002 0,004 Fuente: Datos de la Encuesta. Entre las 12 y 24 horas se identificaron complicaciones en 11 nuevos pacientes, esto explica que entre los grupos complicados y no complicados conformados en la evaluación correspondiente a las 24 horas, no se observaran diferencias importantes en la PIA inicial, en la de las 6 ho- ras ni en la de las 12 horas (tabla 2). En cambio, estas diferencias se hicieron significativas en la medición coincidente con la evaluación, donde el valor del parámetro fue mucho mayor en los casos que se complicaron (21,2 ± 5,6) que en los no complicados (13,9 ± 6). TABLA 2. Presión intraabdominal (cm/agua) inicial, a las 6, 12 y 24 horas según presencia de complicación Inicial 6 horas 12 horas 24 horas Complicados n = 16 No complicados n = 63 12,8 ± 4,4 13,0 ± 4,1 15,8 ± 4,6 21,2 ± 5,6 13,0 ± 5,6 13,7 ± 6,7 13,8 ± 6,4 13,9 ± 6,0 p NS NS NS 0,0001 Fuente: Datos de la Encuesta. En la evaluación correspondiente a las 48 horas (tabla 3), el grupo de los pacientes complicados integrado por los mismos individuos, con excepción de un nuevo fallecido, también mostró cifras de PIA muy superiores, con diferencias significativas desde el punto de vista estadístico (p = 0,00009). TABLA 3. Presión intraabdominal (cm/agua) inicial, a las 6, 12, 24 y 48 horas según presencia de complicación Inicial 6 horas 12 horas 24 horas 48 horas Complicados n = 15 No complicados n = 63 15,4 ± 6,9 16,7 ± 8,4 16,5 ± 6,6 20,2 ± 5,9 22,6 ± 5,8 13,0 ± 5,6 13,7 ± 6,7 13,8 ± 6,4 13,9 ± 6,0 14,2 ± 6,5 p NS NS NS 0,002 0,00009 Fuente: Datos de la Encuesta. En la serie estudiada fallecieron 13 pacientes, 11 de los cuales lo hicieron después de las 48 horas, momento en el que se realizó la última evaluación del enfer- mo y la última medición de la PIA para los fines de la investigación. El comportamiento de los valores de la PIA entre los grupos de pacientes vivos y fallecidos se muestra en la tabla 4. La PIA siempre fue mayor en los que posteriormente fallecieron, y fueron significativas las diferencias a partir de la medición de las 6 horas. TABLA 4. Presión intraabdominal (cm/agua) inicial y a las 6 horas según presencia de complicación Fallecidos n = 13 Inicial 6 horas 12 horas 24 horas 48 horas 16,5 ± 8,8 18,2 ± 8,8 20,2 ± 8,8 22,8 ± 6,7 23,7 ± 7,1 Vivos n = 67 12,4 ± 4,5 12,8 ± 5,5 12,8 ± 5,5 14,3 ± 5,9 14,5 ± 6,4 p NS 0,03 0,009 0,0002 0,0002 Fuente: Datos de la Encuesta. La sensibilidad alcanzada por ambos rangos siempre fue muy alta, aunque ligeramente inferior en el rango de normalidad de hasta 15 cm/agua. Sin embargo, en las 4 evaluaciones, la especificidad fue bastante menor en el rango de hasta 10 cm/ agua. El valor predictivo negativo también fue muy elevado y prácticamente igual en los rangos analizados, mientras que el valor predictivo positivo mostró valores muy bajos en todos los momentos, fundamentalmente en el rango de normalidad de hasta 10 cm/agua. Resulta llamativo que el aumento de la PIA estuvo asociado significativamente con la existencia de complicaciones, en todos los momentos en que los pacientes fueron evaluados, y mostró valores de RR no sólo altos, sino también muy superiores al RR obtenido para el resto de las alteraciones de los parámetros fisiológicos 21 analizados. Asociación significativa se observó además en 2 momentos para la fiebre, y en momentos aislados para la taquicardia, la hipotensión venosa y la oliguria. La fuerza de asociación entre alteraciones de parámetros fisiológicos y presencia de complicaciones (RR) se hizo evidente. DISCUSIÓN Es evidente que la presencia de complicaciones intraabdominales conduce a un aumento de la presión en el interior de esta cavidad corporal. En nuestro estudio, esta afirmación quedó avalada por la observación de valores medios de PIA mucho más elevados en el grupo de pacientes complicados, con diferencias no atribuibles exclusivamente al azar, y se corresponde con lo referido en la bibliografía.6,7 En el grupo de pacientes cuya evolución final fue hacia la muerte, también mostró valores de PIA elevados y significativamente diferentes a los observados en el grupo de sobrevivientes, y fue evidente además, el progresivo incremento de la PIA en los fallecidos en contraste con la estabilidad del parámetro en el resto de los casos, lo que coincide con estudios. 9 Es de destacar que los casos identificados como complicados en la evaluación de las 6 horas ya presentaban cifras de PIA significativamente más elevadas al momento del ingreso en la unidad, lo que sugiere que el incremento de la PIA antecede en breve tiempo al reconocimiento de la existencia de las complicaciones abdominales. El análisis de los valores de sensibilidad, especificidad, valor predictivo negativo y valor predictivo positivo obtenidos para los 2 rangos de normalidad utiliza- 22 dos, nos permitió realizar las siguientes deducciones: - Existe una probabilidad muy alta de que la PIA esté anormalmente elevada si el paciente presenta alguna complicación abdominal, en ambos rangos. - La probabilidad de que la PIA sea normal si el enfermo no tiene alguna complicación es muy baja para el rango de normalidad de hasta 10 cm/agua. - La probabilidad de que el individuo no tenga complicación abdominal si la PIA es normal es casi total en ambos rangos de normalidad. - Existe una alta probabilidad de que el operado muestre alguna complicación si la PIA está anormalmente elevada, en ambos rangos de normalidad, pero fundamentalmente en el rango de hasta 10 cm/agua. Según el comportamiento de estos indicadores, un valor de la PIA por debajo de 15 cm/agua prácticamente «asegura» que no hay complicaciones abdominales en estos pacientes. En cambio, una cifra por encima de este valor convierte a la PIA en un foco de alarma que motive al médico de cabecera a la búsqueda de otras evidencias más sólidas de la existencia de complicación en el abdomen, o por lo menos, a una reevaluación más frecuente de la evolución del paciente. La magnitud tan relevante y significativa con que el aumento de la PIA se asoció con la presencia de complicaciones, y las diferencias entre esta magnitud y la mostrada por el resto de los parámetros fisiológicos indican que la PIA, como parámetro independiente, posee mayor utilidad para la sospecha clínica de la existencia de complicaciones que el hallazgo de forma aislada de taquipnea, taquicardia, fiebre, hipotermia, hipotensión arterial y venosa y oliguria. SUMMARY A prospective and investigative study was made to determine the diagnostic and prognostic value in our environment of the measurement of intraabdominal pressure (IAP) in surgical patients admitted in the Intensive Care Unit of the Gustavo Aldereguia Lima Clinical and Surgical Teaching Hospital from March 1st to December 3lst, 1998 (n:80). All the cases were measured and surveyed in order to determine values on admission and at 6, 12, 24, and 48 hours and at the end of their evolution. The complications and the appearance of clinical signs were also determined. The t of student method of statistical significance and the analysis of relative and absolute risk with mean and standard deviation were applied. It was observed that IAP has a high predictive value in the appearance of surgical patients and that its increase produced an unfavorable prognosis regarding complications and death risk. Its rise preceeds the appearance of clinical signs such as fever, tachycardia, or tachypnea and the value of its reading increases as the time of evolution goes by. Subject headings: MONITORING, PHYSIOLOGIC; DIAGNOSTIC TEHCNIQUES AND PROCEDURES, ABDOMEN/physiology; ABDOMEN/surgery; POSTOPERATIVE COMPLICATION/diagnosis; INTENSIVE CARE UNITS. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 1. Coreulanos G. Complications and risk factor in abdominal surgery, early recognition and prevention. Hepato Gastroenterol 1991;30(4):261-71. 2. Pastnes SM, Katz DP. Splachnic ischemia and gut mucosal injury in sepsis and multiple organ dysfunction syndrome. Am J Gastroenterol 1996;91(9):1697-1710. 3. Castañon JA. Tratamiento de la sepsis intrabdominal grave. Med Inter Mex 1994;10(30):135-8. 4. Calvin GL. Manejo quirúrgico actual de la sepsis abdominal. Bol Hosp Viña del Mar 1994;58(2-3):221-6. 5. Burch JM, Moore FA, Franciose R. The abdominal compartment syndrome. Surg Clin North Am 1996;16(4):833-42. 6. Sugrue M. 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Servicio de Anestesiología y Reanimación, Ciudad de La Habana CRITERIOS DE MÉDICOS ANESTESIÓLOGOS DE CIUDAD DE LA HABANA SOBRE EL HEMATÓCRITO PERIOPERATORIO Y LA INDICACIÓN DE GLÓBULOS Dra. Rosa María Abad Hernández,1 Dra. Beatriz Rey Martínez,2 Dra. Alba Avela Lazo3 y Dra. Gisela Pérez Martínez3 RESUMEN Se informa que la terapéutica transfusional sufrió importantes cambios en la última década. Uno de ellos lo constituye el valor de hemoglobina aceptado durante el perioperatorio. Con el objetivo de conocer los criterios de una muestra de médicos-anestesiólogos de Ciudad de La Habana se realizó una encuesta en diferentes hospitales y se llegó a los siguientes resultados: 1. El 68 % de los médicos exige una hemoglobina de 10 g % para pacientes operados electivamente. 2. El 25 % de los médicos no exige una hemoglobina de 10 g % para operaciones urgentes. 3. El 2 % de los médicos transfunde intraoperatoriamente, porque la hemoglobina preoperatoria sea inferior a 10 g % y el 10 % por sangramiento mayor de 500 mL. 4. Para transfundir intraoperatoriamente glóbulos rojos a los pacientes toman en consideración los siguientes aspectos: a) compromiso del transporte de oxígeno; b) inestabilidad hemodinámica; c) hematócritos mínimos, siempre inferiores al 30 % y d) diferentes tanto por cientos de volumen perdido. Descriptores DeCs: TRANSFUSION SANGUINEA/utilización; HEMATOCRITO/utilización; TRANSFUSION DE ERITROCITOS/utilización; SERVICIO DE ANESTESIA EN HOSPITAL; RECOLECCION DE DATOS; CUIDADOS INTRAOPERATORIOS; CUIDADOS PREOPERATORIOS. La práctica de la medicina transfusional sufrió sustanciales cambios en la última década. Muchos de los cambios han Especialista de II Grado en Anestesiología y Reanimación. Residente de 2do. año en Anestesiología y Reanimación. 3 Especialista de I Grado en Anestesiología y Reanimación. 1 2 24 sido motivados por la transmisión del virus de inmunodeficiencia humana. Se ha concluido en que la única indicación de la transfusión de glóbulos rojos es el incremento en la capacidad del transporte de oxígeno por la sangre.1 Históricamente un hematócrito inferior al 30 % era indicación de transfusión de sangre, como lo describiera Adams y Lundy no sólo para el intraoperatorio, sino también en el preoperatorio, aun en pacientes sanos que serían tratados quirúrgicamente de afecciones que no ocasionaran grandes pérdidas sanguíneas. Si bien la proposición de ellos ha sido duramente criticada en los últimos años por ser poco científica, ésta perduró más de 40 años como un paradigma que pocos cuestionaron en su época.2-9 Con el propósito de conocer cuáles son los criterios que con relación a este tema tienen una muestra de los médicosanestesiólogos en la provincia Ciudad de La Habana, realizamos esta investigación. MÉTODOS Se realizó un estudio prospectivo de los criterios que tienen una muestra de médicos-anestesiólogos de diferentes hospitales de Ciudad de La Habana, sobre el hematócrito exigido para la administración de anestesia a pacientes operados de forma electiva y de forma urgente pero no emergente, así como los criterios para la indicación de glóbulos rojos durante el intraoperatorio mediante una encuesta (anexo). Los resultados se expresaron en tablas con tanto por cientos. RESULTADOS Se encuestaron un total de 118 médicos, como se observa en la tabla 1. En la primera pregunta de la encuesta referida a pacientes operados de forma electiva (tabla 2), el 68 % de los médicos exi- TABLA 1. Distribución de los encuestados según calificación Calificación Segundo Tercero Cuarto 1er. grado 2do. grado No clasificados Total No. % 26 6 20 56 4 6 118 22 5 17 48 3 5 100 ge una hemoglobina mayor o igual a 10 g % o hematócrito mayor o igual al 30 % para administrar anestesia a pacientes operados de forma electiva, el 22 % no lo exige y el 10 % no respondió. En la segunda pregunta (tabla 3) que indagó los mismos aspectos que la primera, pero en pacientes operados de forma urgente pero no emergente, el 25 % de los médicos respondió que sí, el 46 % que no, y el 29 % no tuvo respuesta. El tercer aspecto (tabla 4) indaga sobre los criterios que predominan en la transfusión de glóbulos rojos durante el intraoperatorio. El 2 % de los médicos encuestados transfunde cuando la hemoglobina preoperatoria es inferior a los 10 g %, el 69 % no, y el 34 % no tuvo respuesta. Cuando se preguntó si transfundían cuando el paciente sangrara más de 500 mL (tabla 5), el 10 % de los médicos respondió que sí, el 58 % que no y el 32 % no respondió. Los criterios de los médicos encuestados para decidir transfundir intraoperatoriamente a un paciente toman en consideración los aspectos siguientes: - El compromiso en el transporte de oxígeno a los tejidos. - La inestabilidad hemodinámica. - Varios valores de hematócritos mínimos, siempre inferiores al 30 %. - Varios porcentajes de volumen perdido con respecto a la volemia calculada según el peso en kg. 25 TABLA 2. Para administrar anestesia a pacientes operados de forma electiva ¿exige usted Hb ≥ 10 g % con Hto ≥ 30 %? Calificación Sí % No % Segundo Tercero Cuarto 1er. grado 2do. grado No clasificados Total 20 4 12 36 4 4 80 77 67 60 64 100 67 68 0 2 6 16 0 2 36 0 33 30 29 0 3 22 No respuesta 6 0 2 4 0 0 12 % 23 0 10 7 0 0 10 Total 26 6 20 56 4 6 118 % 22 5 17 48 3 5 100 TABLA 3. Para operaciones de urgencia pero no emergencia ¿exige usted una hemoglobina ≥ 10 g % y un Hto ≥ 30 %? Calificación Segundo Tercero Cuarto 1er. grado 2do. grado No clasificados Total Sí 4 2 4 16 2 2 30 % No % No respuesta % Total % 15 33 20 29 50 33 25 8 4 10 28 2 2 54 31 67 50 50 50 33 46 14 0 6 12 0 2 34 54 0 30 21 0 33 29 26 6 20 56 4 6 118 22 5 17 48 3 5 100 TABLA 4. ¿Durante el intraoperatorio transfunde al paciente si la Hb preoperatoria es < 10 g %? Calificación Sí % Segundo Tercero Cuarto 1er. grado 2do. grado No clasificados Total 0 0 0 0 2 0 2 0 0 0 0 50 0 1,7 No. 10 6 14 42 2 2 76 % No respuesta % Total % 16 0 6 14 0 4 40 62 0 30 25 0 67 34 26 6 20 56 4 6 118 22 5 17 48 3 5 100 38 100 70 75 50 33 69 TABLA 5. ¿Durante el intraoperatorio transfunde si el sangramiento es > 500 mL? Calificación Segundo Tercero Cuarto 1er grado 2do grado No clasificados Total 26 Sí % No % 4 0 0 8 0 0 12 15 0 0 14 0 0 10 6 6 14 38 4 0 68 23 100 70 68 100 0 58 No respuesta 16 0 6 10 0 6 38 % Total % 62 0 30 18 0 100 32 26 6 20 56 4 6 118 22 5 17 48 3 5 100 DISCUSIÓN Aún en el momento actual cuando se conoce que valores inferiores a 10 g de hemoglobina pueden ser adecuados para la administración de anestesia a los pacientes, el mayor porcentaje de nuestros médicos en todas las categorías exige una hemoglobina mayor o igual a 10 g %, con un hematócrito mayor o igual al 30 % en los pacientes operados de forma electiva. En las operaciones de urgencia pero que no constituyen una emergencia, las opiniones son más divididas, y aunque predomina en los médicos de casi todas las categorías el criterio de no exigir 10 g % de hemoglobina para administrar anestesia, hay un porcentaje importante que se expresa sin respuesta, lo que nos hace pensar que existen dudas importantes con respecto al tema. Para el tercer aspecto que indaga sobre los criterios para la transfusión intraoperatoria de glóbulos rojos, las opiniones son divididas, pero en general to- dos los médicos toman en consideración el aspecto vinculado con la relación transporte/consumo de oxígeno para decidir la indicación. Un asunto importante que consideramos genera las opiniones divididas, así como la no respuesta en muchos de nuestros médicos es que el enunciado de que las indicaciones de glóbulos sólo obedecerán a la necesidad de incrementar el transporte de oxígeno a los tejidos, es muy claro pero muy difícil de objetivar en la práctica diaria, pues no existe ningún indicador capaz de evaluar de manera fácil y exacta esta relación, y por tanto no es posible excluir los elementos subjetivos del médico que asiste al paciente en un momento dado. En conclusión, según los resultados de esta encuesta se mantienen entre nuestros médicos criterios no actualizados sobre los valores de hematócrito preoperatorios y no existen indicadores que objetivasen fácilmente la necesidad de administrar intraoperatoriamente glóbulos a los pacientes. Anexo. Encuesta Esta encuesta sólo tiene interés investigativo. Agradecemos su colaboración con este trabajo. 1. Para administrar anestesia a un paciente en cirugía electiva usted exige: Una Hb mayor o igual a 10 g con Hto mayor o igual a 030 %. Sí No 2. Para administrar anestesia a un paciente en cirugía de urgencia pero no emergencia usted exige: Una Hb mayor de 10 g con Hto mayor de 030 %. Sí No 3. Durante el intraoperatorio decidió transfundir al paciente: a) Siempre que la Hb preoperatoria sea inferior a 10 g. Sí No b) Cuando sangre más de 500 mL intraoperatoriamente Sí No c) Cuándo Yo soy especialista de Grado en Anestesiología y Reanimación. Yo soy residente de año en Anestesiología y Reanimación. 27 SUMMARY The significant changes occurred in transfusional therapeutics in the last decade are reported in this paper. One of them is the haemoglobin value accepted during the perioperative period. A survey was done in different hospitals of Havana City in order to know the criteria of a sample of anesthesiologists. The results were as follows: l. 68% of the anesthesiologists demand a haemoglobin of 10g % for patients undergoing elective surgery. 2. 25% of the patients do not require a haemoglobin of 10 g % for urgent operations. 3. 2% of the anesthesiologists transfuse intraoperatively when preoperative haemoglobin is under 10 g % and 10% do it due to bleeding over 500 mL. 4. To transfuse red blood cells intraoperatively to patients anesthesiologists take into consideration the following aspects: a) compromise of oxygen transport, b) hemodyanmic inestability; c) minimum haematocrits, always under 30% and d) different percentages of lost volume. Subject headings: BLOOD TRANSFUSION/utilization, HEMATOCRIT/utilization; ERYTROCYTE TRANSFUSION/utilization; ANESTHESIA DEPARTMENT, HOSPITAL; DATA COLLECTION; PREOPERATIVE CARE; INTRAOPERATIVE CARE. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 1. Crosby E. Perioperative haemotherapy: I. Indications for blood component transfusion. Rewiew article. Can J Anesth 1992;39(7):695-707. 2. Messmer K. Acceptable hematocrit levels in surgical patients. World J Surg 1987;11:41-6. 3. Messmer K, Sunder-Plassmann L, Klove W, Holper K. Circulatory significance of hemodilution: rheological changes and limitations. Adv Microcirc 1972;4:1-77. 4. Reyes C, Prieto R. Anestesia en Testigos de Jehová. En: Técnicas de Ahorro de Sangre, Buenos Aires: Editorial Talleres Gráficos de la Ley, 1997:450-74. 5. Gillies I. Anaemia and anaesthesia. Br J Anaesth 1974;46:589. 6. Graves C, Allen R. Anesthesia in the presence of severe anemia. Rocky Mt Med J 1970;67:35. 7. Rawstron R. Anaemia and surgery: a retrospective clinical study. Aust N Z J Surg 1970;39:425. 8. Rigor B. Questions and answers. Anesth Analg 1971;50:282. 9. Linman J. Physiological and pathophysiologic effects of anemia. N Engl J Med 1968;279:812. Recibido: 29 de noviembre de 1999. Aprobado: 14 de febrero del 2000. Dra. Rosa María Abad Hernández. Colón No. 11 417 entre América y Rambla, Reparto Martí, Habana 34, Cuba. 28 Rev Cubana Cir 2001;40(1):29-2 Hospital Universitario «Comandante Manuel Fajardo», Ciudad de La Habana RESULTADOS DEL COMITÉ DE EVALUACIÓN DE INTERVENCIONES QUIRÚRGICAS EN UN HOSPITAL Dr. Raúl Mustafá García,1 Dr. Orestes Noel Mederos Curbelo,2 Dr. Jorge Rafael Roselló Fina1 y Dr. Luis Manuel Martín Gil 1 RESUMEN Se presenta un análisis de la evolución del Comité de evaluación de intervenciones quirúrgicas en el Hospital Universitario «Comandante Manuel Fajardo», en el trienio 1995-1997 en cirugía mayor. Se comprueba que el 99,1 % de las operaciones tuvo evaluación A-1 y B-1, y no fue calificado sólo el 0,89 %. En la urgencia la evaluación de B-1, fue más frecuente que en el electivo. Descriptores DeCS: COMITE DE PROFESIONALES/normas; TECNICAS Y PROCEDIMIENTOS DIAGNOSTICOS/normas; EVALUACION DE RESULTADO (ATENCION DE SALUD); EVALUACION DE LOS SERVICIOS; SERVICIO DE CIRUGIA EN HOSPITAL; PROCEDIMIENTOS QUIRURGICOS OPERATIVOS/ /normas. En nuestro Servicio todo los meses se efectúa un Comité de evaluación de intervenciones mayores realizadas según las Normas Cubanas de Cirugía.1 Si es importante el diagnóstico y la terapéutica quirúrgica no hay dudas de que la evaluación de los resultados obtenidos es el método esencial para el desarrollo de la actividad. 2,6 1 2 Por tal motivo decidimos analizar el comportamiento de estos indicadores en un trienio en nuestro centro hospitalario. MÉTODOS Se utilizaron los informes del Comité de tejidos al servicio de cirugía de los años Especialista de I Grado en Cirugía General. Especialista de II Grado en Cirugía General. 29 1995,1996 y 1997. Estos se efectuaron según los reglamentos del Manual de Procedimientos de Diagnóstico y Tratamiento en Cirugía.1 de las urgencias fue B-1 y sólo el 3% de las electivas (tabla 1). En 1996 la calificación de B-1 se elevó tanto en electivo con 3,7%, como en la urgencia que subió a 14,9 % (tabla 2). El año 1997 fue el de menor cantidad de intervenciones quirúrgicas con 1 772, y no se halló un crecimiento significativo en las B-1 del electivo con 4,7 %, para una disminución en el urgente que baja al 14 % (tabla 3) De los tres años evaluados el año 1997 fue en el que se operó menor número de enfermos, pero a su vez presentó el mayor número de evaluaciones B, así como otros tipos de evaluaciones (tabla 4). A) Diagnóstico correcto y operación justificada. B) Diagnóstico incorrecto y operación justificada. C) Diagnóstico incorrecto y operación injustificada. D) Diagnóstico correcto y operación injustificada: - Operación suficiente. - Operación insuficiente. - Operación exagerada. RESULTADOS COMENTARIOS Durante el año 1995 se realizaron 1965 intervenciones quirúrgicas, de ellas el 94,09 % fue evaluada de A-1; no se evaluaron 16 intervenciones. Es significativo que el 13,1 % El comité de intervenciones quirúrgicas es el medio eficaz para evaluar los resultados, pues permite discutir y trazar estrategias para elevar la calidad de nues- TABLA 1. Análisis del Comité de tejido 1995 en cirugía mayor Intervenciones Electivas Urgentes Total A-1 B-1 No evaluadas 1506 343 1849 48 52 100 14 2 16 Otra evaluación - Total 1568 397 1965 Fuente: Departamento de Archivo y Estadísticas del Hospital Universitario. « Manuel Fajardo». TABLA 2. Análisis del Comité de tejido 1996 en cirugía mayor Intervenciones Electivas Urgentes Total A-1 B-1 1466 371 1837 59 55 104 No evaluadas 23 3 26 Otra evaluación Total 1(A 3) 1 1 549 429 1978 Fuente: Departamento de Archivo y Estadísticas del Hospital Universitario « Manuel Fajardo» 30 TABLA 3. Análisis del Comité de tejido 1997 en cirugía mayor Intervenciones Electivas Urgentes Total A-1 B-1 No evaluadas Otra evaluación Total 1 218 515 1 633 59 66 125 6 3 9 1(C),2(A2),2(B2 ) 5 1 288 584 1772 Fuente: Departamento de Archivo y Estadísticas del Hospital Universitario « Manuel Fajardo». TABLA 4. Resultados del trienio Año A-1 B-1 No evaluados Otra evaluación Total 1995 1996 1997 Total 1 849 1 837 1 633 5 319 100 104 125 329 16 26 9 51 1 5 6 1 965 1 978 1 772 5 715 Fuente: Departamento de Archivo y Estadísticas del Hospital Universitario « Manuel Fajardo». tros servicios, lo cual coincide con la literatura médica revisada. 2-6 La urgencia por el poco tiempo disponible condiciona que exista mayor cantidad de enfermos con diagnósticos no acertados, 2 pero el hecho de que en la generalidad de éstos se realizaron operaciones justificadas, indica una correcta decisión quirúrgica. 2,6 En el colectivo la sensibilidad de diagnóstico acertada aumenta.6 En general, la eficiencia del servicio fue alta (se unen los A-1 y los B-1) en un 99,1%, lo cual coincide con los resultados de otros autores revisados .2,5,6 En conclusión podemos decir: 1. El 99,1 % de los pacientes intervenidos de operaciones mayores en el trienio tuvo evaluaciones de A y B, lo cual coincide con los resultados de los autores revisados.2,5,6 2. El 0,89 % de los enfermos no fue evaluado en las intervenciones, por existir problemas en las piezas quirúrgicas. 3. Los 6 pacientes con otras evaluaciones que no fueron ni A ni B fueron operados electivamente. 4. La calificación de B-1 fue más frecuente en la urgencia, lo cual coincide con la literatura revisada.6 SUMMARY The evolution of the Committee of Evaluation of Surgical Procedures in relation to major surgery at the Comandante Manuel Fajardo Teaching Hospital was analyzed from 1995 to 1997. It was observed that 99.1%of the operations had evaluation A-1 and B-1 and that only 0.89% were not evaluated. The evaluation of B-1 was more frequent in emergency than in elective surgery. Subject headings: PROFESSIONAL STAFF COMMITTEES/standards; DIAGNOSTIC TECHNIQUES AND PROCEDURES/standards; OUTCOME ASSESSMENT (HEALTH CARE); SERVICES EVALUATION; SURGERY DEPARTMENT, HOSPITAL; SURGICAL PROCEDURES, OPERATIVE/standards. 31 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 1. Manual de Procedimientos de Diagnóstico y Tratamiento en Cirugía. Ciudad de La Habana: Editorial Pueblo y Educación, 1983:69-75. 2. Donabedian A. La calidad de la atención médica. Definición y métodos de evaluación. México: La Prensa Médica Mexicana, 1980. 3. Rodríguez Artalejo F, Banegas Banegas JR, González Enríquez J. Análisis de las decisiones clínicas. Med Clin (Barc) 1990;94:348-54. 4. Stone MD. The influence of surgical training on the practice of surgery. Are changes necessary? Surg Clin North Am 1996;76:1-9. 5. Lorenzo S, Suñol R. Appropiateness of hospital use: An overview of Spanish studies. Int J Qual Healt Care 1995;7:213-8. 6. Vuori HV. El control de calidad en los servicios sanitarios. Barcelona: Masson, 1988. Recibido: 12 de julio de 1999. Aprobado: 6 de octubre de 1999. Dr. Raúl Mustafá García. Hospital Universitario «Comandante Manuel Fajardo», Zapata y D, Vedado, municipio Plaza de la Revolución, Ciudad de La Habana, Cuba. 32 Rev Cubana Cir 2001;40(1):33-7 Hospital General Provincial Docente «Capitán Roberto Rodríguez Fernández», Morón, Ciego de Ávila COMPORTAMIENTO DE LA CIRUGÍA MAYOR APLICADA A PACIENTES AMBULATORIOS Dr. Alexánder Rodríguez Rivero,1 Dr. Pablo Guillermo Valdés Mesa,2 Dr. Juan Carlos Armas Darias 1 y Dr. Fidel Raúl Valdés Leyva1 RESUMEN Se realizó una investigación observacional-descriptiva para conocer el comportamiento de la cirugía mayor aplicada a pacientes ambulatorios del Servicio de Cirugía General del Hospital General Provincial Docente «Capitán Roberto Rodríguez Fernández», de Morón, durante el período comprendido entre el 1ro. de enero de 1996 y el 30 de junio de 1998. La mayor proporción de casos de uno y otro sexos, pertenecía a los grupos de edad de 15 a 44 años. La hernia inguinal fue la afección más frecuente y por ende la intervención quirúrgica más realizada. El 10,5 % de los operados presentaba enfermedades asociadas. La anestesia espinal se utilizó en el 61,8 % de los intervenidos. El 2,2 % de los intervenidos tuvo complicaciones; sólo el 0,4 % de los pacientes necesitó hospitalización. El 100,0 % de los pacientes fue seguido por consulta especializada de cirugía y el médico de la familia. El método tuvo buena aceptación en el 99,6 % de los investigados. Descriptores DeCS: PROCEDIMIENTOS QUIRURGICOS AMBULATORIOS; SERVICIO DE CIRUGIA EN HOSPITAL; HERNIA INGUINAL/cirugía. Uno de los cambios más estimulantes, oportunos, económicos y satisfactorios de la práctica quirúrgica actual, es el desplazamiento de gran cantidad de procedimientos operatorios de los hospitales a centros para pacientes ambulatorios o externos. Este método de atención quirúrgica 1 2 resulta peculiar, porque beneficia a todos los implicados, reduce los costos, ofrece mayor comodidad y no entraña más riesgos para los pacientes. Los cirujanos han notado que para un determinado número de enfermedades no es necesario tener hospitalizados a los Especialista de I Grado en Cirugía General. Especialista de I Grado en Cirugía General. Instructor. 33 pacientes, pues es suficiente con un tiempo mínimo de recuperación controlada y un seguimiento eficiente por parte del médico de la familia y consulta especializada. Sobre la efectividad del método ambulatorio, Cohen y Dillon plantearon: «La seguridad del paciente no radica en si está hospitalizado o es ambulatorio. La seguridad es una actitud, y cuando se siguen buenos principios en la selección de pacientes por el cirujano, con evaluación preanestésica y técnica anestésica cuidadosa, no hay motivos para esperar más complicaciones que en pacientes hospitalizados». (Laureiro TT. Cirugía mayor ambulatoria en el paciente pediátrico. Estudio de 1 año [tesis] Camagüey: Instituto Superior de Ciencias Médicas «Carlos J. Finlay», 1996). (Noa CR. Pacientes ambulatorios y pacientes no ambulatorios. Comparación de los resultados quirúrgicos [tesis] Ciego de Avila: Facultad de Ciencias Médicas, 1990). En nuestros tiempos existen países que realizan cerca del 60 % de las operaciones de forma ambulatoria y tienen programas instituidos para realizar este tipo de cirugía.1 En nuestra institución este tipo de cirugía no se llevaba a cabo en años anteriores; al comenzar a explotarse este método decidimos observar el comportamiento de él en nuestro Servicio. MÉTODOS Se realizó un estudio observacional-descriptivo para conocer el comportamiento de algunas variables relacionadas con la cirugía mayor ambulatoria (CMA), aplicada a pacientes atendidos en el Servicio de Cirugía General del Hospital General 34 Provincial Docente «Capitán Roberto Rodríguez Fernández», de Morón, durante el período comprendido entre el 1ro. de enero de 1996 y el 30 de junio de 1998. El universo de trabajo estuvo constituido por todos los pacientes intervenidos de forma ambulatoria en el Servicio de Cirugía General del referido hospital, durante el período antes mencionado, el cual representó el 30,2% del total de operaciones electivas efectuadas. CRITERIOS DE INCLUSIÓN Todo paciente mayor de 1 año y menor de 75 años, que fue intervenido mediante CMA en el Hospital General Provincial Docente «Capitán Roberto Rodríguez Fernández», de Morón, perteneciente a la clase I o II de la American Society of Anesthesiologists (ASA) y con una de las entidades nosológicas recomendadas para realizarse por este método y aprobadas por nuestro Servicio. La técnica de recolección de la información fue la encuesta. La técnica de procesamiento de la información fue manual y se realizó la revisión, validación y computación de ella. Como medida de resumen de la información obtenida se usó la proporción (%). Los resultados se presentan en tablas, y se emiten las conclusiones en correspondencia con los objetivos propuestos en la investigación RESULTADOS En nuestra investigación se apreció un ligero predominio del grupo de edad de 30 a 44 años (31,8 %) y de manera evidente, el sexo masculino fue el que más incidió TABLA 1. Distribución de los pacientes intervenidos por el método ambulatorio según sexo y grupos de edad Grupos de edad (años) 1-14 15-29 30-44 45-59 60-75 Total Masculino No. % 37 87 92 61 16 293 Sexo 12,6 29,7 31,4 20,8 5,5 60,2 No. 41 65 63 23 2 194 Femenino % No. 21,1 33,5 32,5 11,9 1,0 39,8 78 152 155 84 18 487 Total % 16,0 31,2 31,8 17,3 3,7 100,0 Fuente: Encuestas. en nuestra casuística (60,2 %). El 73,7 % de los investigados tenía un nivel escolar medio o medio superior (tabla 1). Las afecciones más frecuentes en esta modalidad fueron las hernias de la pared abdominal, que constituyeron el 55, 5 %, cuya mayor representatividad estuvo dada por las hernias inguinales (tabla 2). El estudio preoperatorio abarcó en la totalidad de los pacientes la realización de hemoglobina, grupo sanguíneo y cituria. El 10,5 % de los operados presentó enfermedades asociadas, y fue la hipertensión arterial la más frecuente (tabla 3). El acto quirúrgico se llevó a cabo con el empleo de anestesia espinal en la mayoría de los enfermos (61,8 %), a causa de que la hermiorrafia inguinal fue la intervención más frecuente (44,6 %) (tabla 4). Este método quirúrgico garantizó la evolución favorable de la mayoría de los enfermos y sólo el 2,2 % se complicó, y fue la sepsis de la herida la complicación más frecuente y la responsable de los únicos 2 ingresos que se produjeron, con estadía inferior a 5 días (tabla 5). El universo estudiado se si guió posoperatoriamente de forma coordinada por la consulta especializada de Cirugía General y por el médico de la familia, hecho que sin lugar a dudas influyó en el 99,6 % de aceptación de esta variante terapéutica. TABLA 2. Distribución de pacientes según entidad nosológica Entidad nosológica Hernias de la pared abdominal Afecciones mamarias Afecciones de partes blandas Afecciones urológicas Afecciones coloproctológicas Planificación familiar Total No. 270 52 46 44 38 37 487 % 55,5 10,7 9,4 9,0 7,8 7,6 100,0 Fuente: Encuestas. TABLA 3. Distribución de pacientes según enfermedades asociadas Enfermedades asociadas No. % Hipertensión arterial leve Asma bronquial Diabetes mellitus tipo II Epilepsia compensada 32 11 5 3 6,6 2,3 1,0 0,6 Fuente: Encuestas. N=487. TABLA 4. Distribución de pacientes según método anestésico empleado Método anestésico No. % Anestesia espinal Anestesia general endovenosa Anestesia local y sedación Total 301 167 19 487 61,8 34,3 3,9 100,0 Fuente: Encuestas. 35 TABLA 5. Distribución de pacientes según tipo de complicaciones posoperatorias Tipo de complicaciones posoperatorias Mediatas: -Sepsis de la herida -Hematoma escrotal Tardías: - Granulomas de la herida No. % 7 1,4 2 0,4 2 0,4 Fuente: Encuestas. N: 487. DISCUSIÓN La edad del sujeto es importante aunque no determinante, pues en todos los grupos el estado físico y psicológico del enfermo es más importante que su edad cronológica y aunque es cierto que un paciente de edad avanzada se recupera más lentamente que uno joven, esto por sí solo no es argumento para excluirles categóricamente del método.2 (Noa CR. Documento citado). La CMA es un tipo de proceder que exige determinado nivel cultural, por lo que es considerada la cirugía del futuro en los países desarrollados.1 (Programa de Cirugía Ambulatoria. Ciudad de La Habana: Hospital Clinicoquirúrgico «Hermanos Ameijeiras, 1985). En la bibliografía revisada diversos autores plantean que los resultados posoperatorios dependen en alguna medida del nivel cultural 3,4 En cuanto a la entidad patológica podemos plantear que en algunos centros de CMA existen listas de procedimientos que pueden realizarse de forma ambulatoria, lo cual no excluye que en determinadas circunstancias se necesite la hospitalización del paciente para po- 36 der realizar dicha intervención, por las características particulares del enfermo. La hernia inguinal es la enfermedad más frecuente reportada por diversos autores.2,5,6 Existe debate acerca de qué estudios de laboratorio o radiográficos se requieren cuando se hace CMA, y se acepta que éstos se indiquen según el juicio del médico de asistencia y en relación con cada caso.3,5,7 Otras publicaciones reportan similares enfermedades asociadas con las halladas en nuestro trabajo.2,8-10 Algunos autores señalan la utilización de anestesia local y regional en pacientes operados de forma ambulatoria con resultados satisfactorios. 6,8,11 Pandit y Green12 consideran la anestesia general como la forma más común de manejo anestésico para CMA tanto en adultos como en niños. Diferentes autores coinciden que la herniorrafia inguinal en pacientes ambulatorios es una operación segura y satisfactoria con mínimas posibilidades de complicaciones.2,5,6,8 Al igual que en nuestra investigación, la sepsis de la herida fue la complicación más frecuente encontrada por otros autores.8-10,13 Mogollón 14 informó el 0,9 % de rehospitalización y Villalón 9 no reporta reingresos. En Cuba se publicó un estudio sobre CMA en coordinación con el médico de la familia, donde todos los pacientes al igual que en nuestra investigación fueron atendidos por él, con resultados satisfactorios.13 En el mundo existe actualmente una amplia aceptación de la CMA; diversos autores reportan altos porcentajes de satisfacción, como Osborne y Rudkin,15 quienes en su estudio tuvieron el 98,9 % y Cabrera y otros 16 el 99,1 %. En conclusión: 1. La mayor proporción de pacientes pertenecía al sexo masculino (62,2 %) y a los grupos de edad de 15 a 44 años. 2. Las hernias de la pared abdominal y dentro de ellas la inguinal representaron el mayor porcentaje de casos. 3. El 10,5 % de los operados presentaba enfermedades asociadas y pertenecía a la clase II de la ASA. 4. El método de anestesia espinal se utilizó en el 61,8 % de los enfermos. 5. Las complicaciones fueron mínimas (2,2 %) y en ellas predominó la sepsis de la herida. SUMMARY An observational descriptive research was made in order to know the behavior of major surgery applied to outpatients from the Service of General Surgery of the Capitán Roberto Rodriguez Fernández General Teaching Hospital, in Morón, from January 1st, 1996, to June 30th, 1998. Most of the cases of both sexes were 15-44 years old. Inguinal hernia was the most frequent affection and, therefore, the most performed operation. 10.5% of the operated on individuals had associated diseases. Spinal anesthesia was used in 61.8% of those who underwent surgery. 2.2% had complications and just 0.4% needed hospitalization. 100% of the patients were followed up by the specialized surgery department and the family physician. The method had good acceptation in 99.6% of the investigated patients. Subject headings: SURGICAL PROCEDURES, OPERATIVE; SURGERY DEPARTMENT, HOSPITAL; HERNIA, INGUINAL/surgery. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 1. Aure TO. Cirugía ambulatoria: conceptos e institucionalización. Bol Hosp Univ Caracas 1992;22(1):2-4. 2. Drucker ZM, Flores VA, Ibanes FR. Implicaciones de un servicio de cirugía ambulatoria. Cir Gen 1995;17(2):109-11. 3. Meridy HW. Criteria for selection of ambulatory surgical patients and guidelines for anesthetic management: a retrospective study of 1553 cases. Anesth Analg 1982;61:921-6. 4. Brandt CT. Avaliacao laboratorial pre-operatoria cirugia ambulatorial pediátrica. Arq Bras Med 1998;62(4):261-4. 5. Owings MF, Kozak LJ. 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Lilia Chércoles Cazate4 RESUMEN Los aneurismas aórticos yuxta y pararrenales siguen siendo un reto para el angiólogo y cirujano vascular que se enfrenta a ellos, no sólo por sus complejas soluciones quirúrgicas, sino también por sus limitaciones diagnósticas dada su topografía y al momento en que se desencadenan sus síntomas clínicos, que por lo general constituyen urgencias medicoquirúrgicas. En busca de un mejor manejo clínico, diagnóstico y terapéutico se realiza esta amplia y actualizada revisión de la enfermedad ectasiante de la aorta abdominal en su segmento yuxta y pararrenal, que permita a todos los angiólogos, cirujanos vasculares, generales, urólogos, en fin, a todos los relacionados con afecciones de esta topografía, reflexionar en algunos artificios técnicos, en nuevos diseños diagnósticos y manejo anestésico, que permitan lograr soluciones reales y de supervivencia a los pacientes que sufran de esta entidad. Descriptores DeCS: ANEURISMA AORTICA ABDOMINAL/diagnóstico; ANEURISMA AORTICA ABDOMINAL/cirugía; ANEURISMA AORTICA ABDOMINAL/ epidemiología. 1 2 3 4 Especialista de I Grado en Angiología y Cirugía Vascular. Especialista de II Grado en Angiología y Cirugía Vascular. Profesor Titular. Facultad No. 1, Instituto Superior de Ciencias Médicas de Santiago de Cuba. Especialista de I Grado en Gastroenterología. Especialista de II Grado en Angiología y Cirugía Vascular. Profesor Auxiliar. Facultad No. 1, Instituto Superior de Ciencias Médicas de Santiago de Cuba. 38 A medida que se eleva el desarrollo de una sociedad y de su sistema de salud se prolonga la expectativa de vida y aparecen entre las primeras causas de morbilidad y mortalidad, las enfermedades cardiovasculares. En ellas, ocupa un lugar significativo el aneurisma de la aorta abdominal y dentro de éste, presenta una connotación en ascenso, su localización yuxta y pararrenal. PREVALENCIA DEL ANEURISMA DE LA AORTA ABDOMINAL Las estadísticas arrojan una similar prevalencia de esta enfermedad entre los distintos autores. Así Heberer1 al estudiar 26 series diferentes constituidas por 366 946 fallecidos, encontró el 1,48 % de aneurismas de la aorta. Sweden, citado por Heberer 1 halló el 1,8 %, en 5 000 autopsias. En Cuba de 4 919 en necropsias se halló el 2,1% (Blanco González R. Características principales de los aneurismas de la aorta abdominal [trabajo para optar por el título de Especialista de I Grado en Angiología y Cirugía Vascular],1975. Hospital Provincial Docente, Las Villas); mientras que Vilas Bouzas,2 notificó en 1979 el 1,97% de aneurismas en 11 198 necropsias. Un estudio cubano sobre aneurismas aórticos en Santiago de Cuba como causa básica de muerte, reveló que la tasa de mortalidad anual fluctúa del 14,83 al 21,8 por cada 100 000 habitantes mayores de 65 años. En el caso de aneurisma aórtico como causa de muerte, osciló entre 2,8 y 4,7 por cada 100 000 habitantes del sexo masculino y 1,1 y 1,5 en el femenino. La prevalencia del aneurisma torácico asintomático fue alrededor de 400 por cada 100 000 autopsias y los toracoabdominales constituyeron el 5% de todos los torácicos.3 La prevalencia de aneurismas aórticos torácicos, toracoabdominales y abdomina- les en los Estados Unidos de Norteamérica es difícil de determinar con precisión, a causa del bajo reporte de éstos en las estadísticas de mortalidad. HISTORIA DE LOS ANEURISMAS DE LA AORTA Durante la primera mitad de siglo XX, los aneurismas de la aorta torácica fueron mucho más comunes que los abdominales, debido al predominio de los aneurismas sifilíticos en la aorta torácica. En 1952, la relación de los aneurismas aórticos torácicos respecto a los abdominales, fue de 2 a 1. Para 1964, esta relación tuvo un descenso a menos de 1 a 1, fundamentalmente como resultado de la disminución en la incidencia de la sífilis.3 En un estudio bien documentado en Suiza, la cual tiene una población urbana estable y un ritmo de autopsias de 83 %, la incidencia de aneurismas de la aorta torácica entre 1958 y 1985 fue de 489 por cada 100 000 autopsias en los hombres y 437 por cada 100 000 autopsias en las mujeres. En un estudio de Inglaterra se examinaron las estadísticas de mortalidad; el número de fallecidos por aneurismas de la aorta torácica se incrementó en 17 % entre 1974 y 1984. Este ritmo de incremento fue sustancialmente más bajo que los aneurismas aórticos abdominales, con el 53 %.3 LOCALIZACIONES DE LOS ANEURISMAS DE LA AORTA ABDOMINAL La proporción del aneurisma de la aorta abdominal, yuxtarrenal y pararrenal, en relación con las otras localizaciones, ha aumentado notablemente en los últimos 39 decenios y ya no es un hecho infrecuente para el cirujano vascular de nuestros días. La localización del aneurisma aórtico abdominal, es un aspecto que se debe considerar, por la importancia que reviste en cuanto al pronóstico y tratamiento. En nuestro medio hemos observado que de cada 100 pacientes con aneurismas infrarrenales se presentan 11 aneurismas yuxtarrenales, pararrenales y/o suprarrenales; sin embargo, muchas veces no es posible una clara delimitación de los segmentos afectados. Hemos podido establecer en nuestro medio, que aproximadamente el 85,4 % de los aneurismas aórticos, se localizan en el segmento infrarrenal (Ortiz Limonta D. Evolución en 10 años de la enfermedad ectasiante de la aorta abdominal [trabajo para optar por el título de Especialista de I Grado en Angiología y Cirugía Vascular], 1993. Hospital Provincial Docente «Saturnino Lora», Santiago de Cuba). ETIOLOGÍA En la actualidad, más de 90 % de los aneurismas de la aorta abdominal, es de origen arteriosclerótico. Cualquier condición patológica que debilite la pared de una arteria, la predispone para la formación de un aneurisma. Este debilitamiento puede ser debido a factores intraluminales, intramurales o extramurales.4 De Takats y Pirani1 señalaron que la primera respuesta de un vaso, al aumento de la presión en su interior, es su elongación. Mientras la pared arterial mantenga su resistencia y elasticidad retornará a su forma original cuando cese la presión ejercida sobre ella; pero una vez que ésta haya sido alterada, especialmente cuando se hace rígida, como ocurre en el desarrollo de arteriosclerosis, su resistencia y elasticidad disminuirán, se tornará más suscepti- 40 ble a los repetidos incrementos de la presión sistólica y se producirán su elongación y dilatación permanentes. De igual manera, la dilatación se hará más ostensible y crecerá más rápidamente, si se asocian las conocidas alteraciones enzimáticas del tejido conectivo. Una vez que ocurre una disminución de la presión lateral en el nivel del sitio estenosado, con posterioridad tendrá lugar el efecto contrario: el flujo laminar se hace turbulento y disminuye la velocidad; las presiones laterales aumentan (efecto de Bernoulli).1 Esto inicia la dilatación, que no se detendrá más hasta la ruptura final del vaso, según ley de Laplace.1 Ella se representa por: TP= P . R, en la cual la tensión parietal (TP), es directamente proporcional a la presión lateral (P), por el radio del vaso (R). A mayor radio y mayor presión lateral, la pared del vaso quedará expuesta a mayor tensión, hasta que se produzca la ruptura final del aneurisma. Los intentos del vaso para frenar este proceso, mediante la formación de trombos parietales laminados tendentes a reforzar la pared, serán infructuosos y no variarán el resultado final: la ruptura. CONCEPTO DE ANEURISMA YUXTARRENAL Consideramos aneurisma yuxtarrenal de la aorta, al que su cuello o limite superior se encuentra en el límite inferior de la salida de las arterias renales, lo que no permite o dificulta, el clampaje o pinzamiento de la aorta infrarrenal, para su sustitución. CONCEPTO DE ANEURISMA PARARRENAL Aneurismas de aorta, de localización pararrenal, son aquéllos que engloban al menos, una arteria renal, sin alcanzar la salida de la arteria mesentérica superior. Precisan, de clampaje o pinzamiento de la aorta suprarrenal para su sustitución. El clampaje suprarrenal aórtico hace aumentar de forma clara la morbilidad y mortalidad quirúrgica, con respecto a los de localización infrarrenal. Todo esto hace que deban ser considerados de forma diferenciada. ANEURISMAS YUXTA Y PARARRENALES Este grupo de aneurismas de aorta presenta características que lo diferencia de aquellos de localización infrarrenal y de los toracoabdominales, y alternativas distintas en cuanto a su resección, manejo quirúrgico en general y posibilidad de técnicas quirúrgicas asociadas. Su incidencia no ha sido bien determinada, quizá por las diferentes formas de clasificar a los aneurismas de la aorta. En las series publicadas, el porcentaje varía desde el 2 al 20 %. Las revisiones más recientes, que se centran exclusivamente en estos tipos de aneurismas, acercan la incidencia a cifras entre 15 y 20 %. Sin embargo, diferentes formas de realizar los estudios, diseños de ellos, consideraciones de hallazgos quirúrgicos y comparaciones topográficas diferentes, hacen que varíen las cifras en un rango demasiado amplio.5 La estimación general, hoy en día, es que los aneurismas de la aorta que involucran a las arterias renales bien por su proximidad (yuxtarrenales) o porque engloben a éstas sin extenderse al nacimiento de la arteria mesentérica superior (pararrenales), son más frecuentes de lo que en principio se pensaba. En cuanto a sus factores causales, no se diferencian de otras localizaciones aórticas, es decir, no hay un factor que predisponga de forma especial a dicha localización. Por tanto, los factores de riesgo, como la hipertensión arterial, tabaquismo, hiperlipemia y enfermedad pulmonar obstructiva crónica y los factores causales como la arteriosclerosis, factores genéticos predisponentes y alteraciones enzimáticas del tejido conectivo, son los mismos, de forma general, a todos los aneurismas de aorta. ANEURISMAS DEL SEGMENTO VISCERAL DE LA AORTA ABDOMINAL Es clara la menor incidencia de los aneurismas que afectan al segmento de la aorta de donde emergen las arterias viscerales. Dicho segmento, actuaría en forma de una contención en el desarrollo aneurismático; mientras que sí se afectan extensiones proximales o distales de los segmentos supracelíaco o infrarrenal. No se ha determinado cuándo, en el desarrollo aneurismático, este segmento deja de ejercer dicho efecto de contención y pasa a dilatarse. Lógicamente la edad más avanzada de los pacientes, el tiempo de evolución del aneurisma, el mayor tamaño y la suma o severidad de factores de riesgo, inciden de forma más sostenida, en su extensión a la porción visceral de la aorta.5 CLÍNICA DE LOS ANEURISMAS YUXTA Y PARARRENALES Los aneurismas yuxtarrenales y pararrenales no presentan diferencias clínicas con respecto a los aneurismas de aorta abdominal en general, los que evolucionan en su mayoría, de forma asintomática. En su desarrollo pueden provocar dolor lumbar y/o abdominal por su relación con es- 41 tructuras vecinas: erosión vertebral, irritación de plexos nerviosos, comprensión ureteral con sepsis urinarias repetidas, entre otras. La implicación de las arterial renales en el aneurisma puede hacer que los pacientes evolucionen con hipertensión arterial vasculorrenal o cierto grado de insuficiencia renal. La hipertensión será debida a estenosis, de causa aneurismática o no. De hecho, no es infrecuente la asociación de lesiones renales en la afección aneurismática de la aorta abdominal, pero no se puede asociar enfermedad obstructiva renal, con aneurismas pararrenales de una forma directa. Los aneurismas de esta localización no se asocian necesariamente con lesión en las arterias renales o afecciones de estas vísceras. La hipertensión arterial es un factor de riesgo porcentualmente muy significativo; en los aneurismas aórticos y evidentemente está ligada a su crecimiento. En los de localización yuxtarrenal y pararrenal, su incidencia es del 50 al 70 %, pero no de forma directamente ligada a lesión en la arteria renal, pues pudiera presuponerse, que el aneurisma fuera el responsable de la hipertensión. De cualquier forma, en todo aneurisma de aorta, y con más razón, como veremos más adelante, en los de esta localización, será obligado el despistaje de lesión renal asociada. La insuficiencia renal es más frecuente en estos aneurismas que en los infrarre-nales. Fluctúa entre 15 y 20 % y es uno de los factores de riesgo más importantes que se debe tener en cuenta, en cuanto a la mortalidad posoperatoria, pues la isquemia renal durante la cirugía incidirá de manera más o menos grave en la función renal. 6 Sin embargo, la presencia de insuficienta renal en estos pacientes no es el fac- 42 tor de riesgo más común. La cardiopatía en el 45 al 60 % de los pacientes y la hipertensión entre 50 y 70 %, son mucho más frecuentes. Ellas concomitan con la enfermedad aneurismática, pero no de una forma causal y directamente relacionada con su localización renal. Así y todo, las pruebas preoperatorias de función renal, son mandatorias, de la misma forma que lo son los estudios cardíacos.6,7 Todo ello quiere decir que los aneurismas yuxtarrenales y pararrenales, no implican por sí mismos, una sintomatología específica renal, aunque la frecuencia de la asociación de hipertensión arterial e insuficiencia renal junto con la implicación de las arterias renales en el proceso, hacen obligado un estudio previo. La evolución clínica en el tiempo, de estos aneurismas, no es diferente de las demás. Son 3 las complicaciones principales que en su crecimiento pueden producirse: 1. Ruptura. 2. Trombosis y oclusión total. 3. Embolizaciones a partir de la trombosis mural. DIAGNÓSTICO DE LOS ANEURISMAS YUXTA Y PARARRENALES Es clásico afirmar, que cuando un aneurisma de la aorta abdominal puede ser delimitado del reborde costal a la palpación bimanual, durante el examen físico, su localización es, con mucha seguridad, infrarrenal. No obstante, dada la presión milimétrica que se necesita para establecer si se trata de un aneurisma yuxta o pararrenal, es necesario recurrir a los cada vez más avanzados, de mayor resolución y precisos, estudios imagenológicos. La ultrasonografía y la tomografía axial computadorizada (TAC) contrastada, pueden ayudarnos a valorar el estado del segmento yuxta y pararrenal de la aorta abdominal, así como determinar el nivel del cuello del aneurisma; también en el diagnóstico de la eventual afección inflamatoria de la aorta abdominal, de los falsos aneurismas en el nivel de la anastomosis proximal en pacientes ya intervenidos, así como valorar el estado de las arterias renales y de otras arterias viscerales. Algunos autores realizan de rutina la aortografía en 2 planos, antes de hacer la resección de un aneurisma; otros manifiestan que el estudio preoperatorio de la región yuxtarrenal reduce la morbilidad en la cirugía de la aorta. La opinión más aceptada, es que no se considera absolutamente necesario realizar una aortografía,8,9 aunque es importante realizar estudios angiográficos en pacientes con hipertensión o disfunción renal. Cuando hay indicación para realizar la aortografía, debe considerarse en 2 planos, para determinar la afectación de las arterias renales. Algunos proponen realizar reconstrucciones tridimensionales mediante TAC helicoidal contrastada, para delimitar exactamente las localizaciones yuxtarrenales, de gran utilidad en el control proximal de la aorta infrarrenal.8-10 La TAC helicoidal, mejor si contrastada; las imágenes de resonancia magnética (RMI), superior si mediante angiografía; las angiografías por sustracción digital y las aortografías, obtenidas por medio de diferentes métodos, vías y contrastes; además de su efectividad en el diagnóstico, son preferidas para la planificación de la intervención quirúrgica, sobre todo cuando el aneurisma aparece en hipertensos, asociado a enfermedades estenoclusivas o se necesita determinar su relación con las arterias renales, u otras arterias viscerales. CIRUGÍA DE LOS ANEURISMAS YUXTA Y PARARRENALES El tratamiento quirúrgico electivo de la enfermedad ectasiante arteriosclerótica de la aorta infrarrenal, se realiza de forma habitual en numerosos centros vasculares del mundo, con una adecuada mortalidad que fluctúa entre el 1 y 5 %.8-10 Estos excelentes resultados son atribuibles en parte, a la habilidad y entrenamiento del cirujano, a la adecuada selección preoperatoria y al mejor control de las enfermedades asociadas, así como al superior manejo anestésico y avanzados cuidados intensivos posoperatorios. Sin embargo, en algunos casos, la dificultad de la cirugía en esta localización está incrementada, debido a aneurismas yuxta y pararrenales. En el caso de los aneurismas yuxtarrenales, estas dificultades aconsejan realizar el acceso y control de la aorta proximal en el nivel de las inmediaciones de las arterias renales, con procederes sobre la vena renal izquierda, en busca de un mínimo cuello que permita la sustitución aórtica. En primer lugar, debe tratar de conservarse, si es posible, la vena renal izquierda. Ella debe ser cargada 2 veces, con cinta de hiladillo, lo que evita su enrollamiento, dadas sus delgadas capas y baja presión. Esta maniobra permite movilizarla, unos centímetros en sentido cefálico. Si estas maniobras no proporcionan el espacio suficiente de aorta, la vena renal izquierda puede ser seccionada entre clamps vasculares y luego de la implantación de la prótesis, reanastomosada con sutura continua de polipropileno 5 x 0. Si finalmente esto no fuese posible, entonces se procederá a su ligadura, por transfixión o surget, siempre que sus colaterales estén indemnes.11 43 El cuello mínimo, obtenido por estas maniobras, se moviliza justo por debajo de la arteria renal y se realiza el clampaje directo de la aorta yuxtarrenal. No es necesario pasar una cinta alrededor de la aorta, dada la posibilidad de lesionar vasos lumbares y de limitar aún más, el escaso cuello disponible. Si las dificultades radican en la localización pararrenal del cuello aneurismático, el abordaje de la aorta se puede lograr por incisión de la reflexión peritoneal lateral del colon izquierdo y la movilización del colon, bazo, páncreas y estómago, desde la izquierda hacia la derecha, es decir, una rotación visceral hacia la línea media. El plano de esta disección puede ser anterior o posterior al riñón izquierdo. Esta vía suministra una exposición adecuada para la aorta suprarrenal, las arterias viscerales y la arteria renal izquierda. De igual manera, puede lograrse el clampaje aórtico suprarrenal, y también supracelíaco. La resección de los aneurismas yuxtarrenales y pararrenales significa mayores y más profundos cambios y alteraciones hemodinámicas derivadas del clampaje y desclampaje aórtico. Se ha de realizar monitoreo continuo de la presión arterial, temperatura corporal, colocación de varias vías centrales y periféricas para la administración de sangre y fluidos, e implantación de un catéter oximétrico de Swan-Ganz, además de sondas urinaria y nasogástrica y manta térmica. El anestesiólogo ha de estar preparado para prevenir y corregir los profundos cambios hemodinámicos que se producen durante el eventual clampaje de la aorta supracelíaca y las repercusiones cardíacas que tiene. Asimismo, la perfusión de las arterias viscerales ha de ser tenida muy en cuenta, por la marcada hipotensión y acidosis que 44 puede producirse. La correcta hidratación del paciente, junto con el uso de drogas vasoactivas, ha de evitar las marcadas oscilaciones tensionales que pueden sobrevenir.5 El paciente electivo deberá hacer autodonación preoperatoria de sangre, y se preparará para la cirugía de aorta, por hemodilución normovolémica. Se utilizará sistemáticamente esta sangre como autotransfusión, de forma transoperatoria. La reutilización de la propia sangre del paciente recuperada del acto quirúrgico, lavada y recirculada por ingeniosos equipos (cell saver device), ha mejorado notablemente el resultado de la cirugía de la aorta yuxtarrenal, pararrenal y suprarrenal. Es extraordinariamente importante la adecuada protección renal durante el clampaje aórtico, la que puede lograrse mediante diuresis forzada con furosemida e hidratación suficiente a razón de 10 mL por kg de peso corporal por hora. Los parámetros de una diuresis consecuente serán los siguientes: diuresis transclampaje, 150 mL/h o más y diuresis transopera-toria,100 mL/h o más. La adecuada hidratación preoperatoria es también un factor de valor en la prevención de la insuficiencia renal posoperatoria. POSOPERATORIO DE LOS ANEURISMAS YUXTA Y PARARRENALES La resección de estos aneurismas tiene mayor morbilidad y mortalidad que los infrarrenales. A lo largo del tiempo se publicaron índices de mortalidad realmente elevados, que variaron de forma significativa de unos centros a otros. Hoy, con el mejorado soporte anestésico, las medidas de protección renal, y mayor experiencia y desarrollo tecnológico y conceptual, las cifras de mortalidad no superan el 6 %. Sin embargo, la morbilidad sigue siendo elevada, debido principalmente, a la insuficiencia renal posoperatoria que puede llevar incluso al fallo renal permanente.12,13 El alto porcentaje de insuficiencia renal preoperatoria de estos pacientes y la isquemia renal transoperatoria, junto con la necesidad de técnicas específicas de cirugía renal, son factores determinantes en la alta tasa de merma posoperatoria de la función renal. La incidencia de insuficiencia renal posoperatoria oscila entre 16 y 24 % en dependencia de las series.5,7,12,14 Bien es cierto, que la mayoría de los casos con necrosis tubular posisquémica, se presenta de forma transitoria, por la adecuada hidratación y estabilización hemodinámica. No obstante, un mínimo de casos precisa de diálisis temporal en el posoperatorio. Algunos, desafortunadamente, de forma definitiva. Asimismo, el clampaje suprarrenal de la aorta en pacientes de edad con cierto grado de cardiopatía, supone para el corazón un «estres» importante, que será el causante en muchos casos, de serias complicaciones en esta esfera. CONSIDERACIONES FINALES La cirugía de la aorta abdominal se verá extraordinariamente incrementada en los inicios del nuevo siglo. La ya llamada «tradicional», «clásica» o «abierta» tendrá sus indicaciones, ajustadas por la diseminación de procederes endovasculares. Pero evidentemente no desaparecerá. Muchos casos podrán resolverse con cirugía endovascular e implantación de stents. Muchos otros, a la luz del desarrollo tecnológico actual y del futuro inmediato, aún necesitarán de cirugía «abierta», entre ellos los aneurismas yuxta y pararrenales, los del segmento visceral, así como los fallos inmediatos o tardíos de los procederes «cerrados». Sin embargo, el desafío fundamental está en el diagnóstico. La población del nuevo siglo, más numerosa y más añosa, no puede sufrir, como en su mayoría la del presente, el hecho de ignorar su enfermedad. Nuevos diseños de diagnóstico masivo y una enseñanza de la medicina cambiante, acorde con las necesidades del tercer milenio, dadas por los cambios lógicos de las enfermedades, en el devenir de los tiempos, ayudarán en este sentido. El problema será, como lo es hoy: el diagnóstico. Pero ése es otro tema. SUMMARY Juxtarenal and pararenal aneurysms are still a challenge to the angiologist and vascular surgeon not only because of their complex surgical solutions, but also because of their diagnostic limitations resulting from their topography and from the time their clinical symptoms, which are generally medicosurgical emergencies, appear. In order to have a better clinical, diagnostic and therapeutic management, this wide and updated review of the ectatic disease in its juxtarrenal and pararenal segment of the aorta was made, allowing angiologists, vascular and general surgeons, urologists, and all those related to affections of this topography to reflect on some technical artifices, new diagnostic designs and anesthetic management that make possible to find real and survival solutions for those patients suffering from this disease. Subject headings: AORTIC ANEURYSM, ABDOMINAL/diagnosis; AORTIC ANEURYSM, ABDOMINAL/ surgery; AORTIC ANEURYSM, ABDOMINAL/epidemiology. 45 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 1. Heberer G, Rau G, Lohr H. Enfermedades de la aorta y de las grandes arterias. Barcelona: Editorial Científico Médica, 1970:605-52. 2. Vilas Bouzas JA. Aneurismas de la aorta abdominal y de las arterias ilíacas. Estudios epidemiológicos. Actual Angiol 1979;3(3):5-9. 3. Nicholas TK, Dimitrios D. Medical progress: surgery of the thoracic aorta. N Engl J Med 1997;336(26):187688. Disponible en: http://www.neim/org/content/1997/0336/0026/1876 asp. 4. Roca Goderich R. Temas de Medicina Interna. 2 ed. La Habana: Editorial Pueblo y Educación, 1985;vol 2:342-6. 5. Gesto Castomil R. Aneurimas de aorta pararrenales y yuxtarrenales. En: Estevan Solano JM. Tratado de aneurimas. Barcelona: Editorial Uriach, 1997:179-90. 6. Jean-Claude JM, Reilly LM, Storney RJ, Messina LM. 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Disponible en: http://www.ncbi.nlh.nih.gov/htbin-post/entrez/query? db=m-d. Recibido: 1ro. de diciembre de 1999. Aprobado: 15 de febrero del 2000. Dr. David Ortiz Limonta. Andrés Puentes 103-A, entre Rabí y Colón, Santiago de Cuba, Cuba. 46 Rev Cubana Cir 2001;40(1):47-50 REPORTE DE CASOS Hospital General Docente «Martín Chang Puga», Nuevitas, Camagüey TUMOR DEL CORPÚSCULO CAROTÍDEO. PRESENTACIÓN DE 1 CASO Dr. Miguel García Rodríguez 1 y Dr. Oscar Duménigo Arias2 RESUMEN Se presenta un paciente que acude a consulta por presentar cuadros sincopales con una pequeña tumoración en la región lateral izquierda del cuello de más de 6 meses de evolución. Se le realiza ecografía del cuello, arteriografía carotídea y biopsia por aspiración con aguja fina y se llega al diagnóstico preoperatorio de tumor del corpúsculo carotídeo. Se interviene y realiza resección subadventicia de forma exitosa. Descriptores DeCS: TUMOR DEL CUERPO CAROTIDEO/diagnóstico; TUMOR DEL CUERPO CAROTIDEO/cirugia; TUMOR DEL CUERPO CAROTIDEO/ ultrasonografía; ANGIOGRAFIA; BIOPSIA CON AGUJA. El corpúsculo o cuerpo carotídeo, como algunos lo llaman, es un quimiorreceptor similar al cuerpo aórtico de color gris rosáceo de 3 a 4 mm de diámetro, que se encuentra situado en la adventicia de la parte posterior de la bifurcación de la carótida primitiva, con una cápsula propia y rica inervación vegetativa proveniente del simpático, el glosofaríngeo y el neumogástrico.1,2 Los tumores del corpúsculo carotídeo son muy poco frecuentes y por su origen 1 2 se clasifican en el grupo de las neoplasias que se llaman quimiodectomas, es decir, un tumor originado en un quimiorreceptor, y fueron descritos por primera vez en 1743 por Von Haller, como paragangliomas acromafines. Son los más frecuentes de los quimiodectomas.2-4 La morfología celular de esta neoplasia es similar a la del cuerpo carotídeo normal, pero a menudo las células tumorales son mucho más grandes, la mayor parte son tumores benignos, pero algunos Especialista de I Grado en Cirugía General. Especialista de I Grado en Medicina General Integral. 47 son malignos según demuestra la recurrencia local, la extensión a tejidos contigüos y la metástasis por vía linfática y hematógena de ganglios regionales, pulmón, huesos y corazón; esto suele ocurrir en sujetos menores de 40 años.1-4 Desde el punto de vista clínico son tumores unilaterales de crecimiento lento que pueden permanecer estacionarios durante muchos años, aparecen con mayor frecuencia en el sexo femenino entre la cuarta y la sexta décadas de la vida y en ocasiones se ha demostrado tendencia hereditaria, en estos casos la frecuencia de neoplasias bilaterales es muy alta, de alrededor del 25 %, con respecto a los casos que no lo son, donde la incidencia de tumores bilaterales sólo alcanza el 5 %. La manifestación más frecuente por tanto será una tumoración indolora subesternocleidomastoidea, en el nivel del borde superior del cartílago tiroides, cerca del ángulo de la mandíbula, de tamaño variable que puede llegar a alcanzar más de 5 cm de diámetro. En general no ocasiona otros síntomas que la deformidad, pero cuando por su desarrollo comprime estructuras vecinas, se observan crisis vagales, síncope, acúfenos, disfonía, etc.1-3 El diagnóstico se realizará complementando el examen clínico con la ecografía del cuello y la arteriografía carotídea, los cuales demostrarán la presencia de una tumoración en la bifurcación de la carótida primitiva; en los casos en que sea posible se practicará una biopsia por aspiración con aguja fina (BAAF) la cual determinará si existen o no signos de malignidad.1,2 Merced a los adelantos actuales en la cirugía vascular, la resección de los tumores del cuerpo carotídeo sin interrupción vascular no acarrea una morboletalidad más 48 grande que una disección radical de rutina en el cuello. El adelanto técnico más importante ha sido la extirpación subadventicia de los tumores de los vasos carotídeos, donde se realiza una disección cuidadosa que en ocasiones puede llegar a la media de la arteria para poder extirpar el tumor de forma adecuada y dejar la carótida intacta. Los tumores bilaterales se extirpan en fases quirúrgicas separadas.4 PRESENTACIÓN DEL CASO Paciente masculino, blanco, de 52 años de edad, con antecedentes de cardiopatía isquémica, el cual es ingresado en la sala de Medicina Interna por presentar una exacerbación de la angina dada por un aumento de los síntomas en intensidad y frecuencia, se queja además de mareos frecuentes y cuadros sincopales caracterizados por pérdida de conocimiento y caída al suelo. Refiere que desde hace aproximadamente 7 meses presenta aumento de volumen de la región lateral izquierda del cuello, que le ocasiona dolor cuando ingiere bebidas alcohólicas. Al examen físico se constata una tumoración de ± 3 cm de diámetro en la región lateral izquierda del cuello en el borde anterior del músculo esternocleidomastoideo en su tercio superior, no movible, de superficie regular firme, que al comprimirla el paciente sufre síncope. Por todo lo anteriormente expuesto se le realiza una ecografía del cuello donde se observa una tumoración ecogénica que rodea la carótida en su bifurcación, que mide 16,4 mm de diámetro y una arteriografía carotídea que mostró una tumoración en «cáscara de huevo» que amplía la bifurcación carotídea y compri- FIG. 1. Tumoración sobre la bifurcación de la carótida. me la carótida interna y externa (fig. 1), se practica una BAAF que informa ausencia de signos de malignidad. Con estos elementos se llega al diagnóstico de tumor del corpúsculo carotídeo, por lo cual se interviene y realiza disección lateral izquierda del cuello y resección subadventicia del tumor (fig. 2). Se envía la pieza al Departamento de Anatomía Patológica donde se confirma el diagnóstico (fig. 3). El paciente evoluciona satisfactoriamente y se le da de alta al 5to. día de operado con seguimiento por consulta, sin complicaciones. FIG. 2. Bifurcación de la carótida primitiva después de la resección. FIG. 3. Tumoración expuesta sobre una compresa quirúrgica. SUMMARY A patient who attends the physicians office for having syncopal pictures with a small tumor in the left region of the neck of more than 6 months of evolution is presented. Neck echography, carotid arteriography and fine needle 49 biopsy aspiration are carried out. Carotid body tumor is preoperatively diagnosed. He is operated on and subadventitious resection is successfully performed. Subject headings: CAROTID BODY TUMOR/diagnosis; CAROTID BODY TUMOR/surgery; CAROTID BODY TUMOR/ultrasonography; ANGIOGRAPHY; BIOPSY, NEEDLE. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 1. Thompson JE. Tumores del cuerpo carotídeo. En: Sabiston DC. Tratado de Patología Quirúrgica. La Habana: Editorial Científico-Técnica, 1983;t 2:1883-5. 2. Deschamps JH, Grinfeld D, Ortiz FE, Wilks AE. Cirugía: semiología quirúrgica y tumores del cuello. La Habana: Editorial Científico-Técnica, 1985;t 1:322-36. 3. Bollinger A. Angiología: tumores del glomus carotídeo. La Habna: Editorial Científico-Técnica, 1982:144. 4. Overholt RH. Glomectomía carotídea. En: Madden JL. Atlas de técnicas en cirugía. La Habana: Editorial Científico-Técnica, 1983;t 2:880-3. Recibido: 25 de febrero del 2000. Aprobado: 28 de abril del 2000. Dr. Miguel García Rodríguez. Maceo No. 15, entre Martí y Agramonte, Nuevitas, Camagüey, Cuba. 50 Rev Cubana Cir 2001;40(1):51-5 Hospital Provincial Clinicoquirúrgico Docente «Abel Santamaría Cuadrado», Pinar del Río NEOPLASIAS QUÍSTICAS DEL PÁNCREAS. PRESENTACIÓN DE 2 CASOS Y REVISIÓN DE LA LITERATURA Dr. Raúl Castro Pérez,1 Dr. Manuel Ampudia Lizano,2 Dr. Eduardo Dopico Reyes,3 Dr. Juan Carlos Delgado Fernández3 y Dra. Katherine Castro Caballero4 RESUMEN Se presentan 2 pacientes con tumores quísticos malignos del páncreas, a las cuales se les realizó la resección total del tumor. En ambas pacientes el tumor se localizaba en el cuerpo del órgano y luego de más de 7 años se encuentran libres de recidivas. Se realiza una breve revisión de la literatura médica sobre estos raros tumores. Descriptores DeCS: QUISTE PANCREATICO/cirugía; NEOPLASMAS PANCREATICOS/cirugía; NEOPLASMAS QUISTICOS; MUCINOSOS Y SEROSOS/ cirugía. Las neoplasias quísticas del páncreas son raras, y representan entre el 10 y el 15 % de los quistes pancreáticos, y al cistadenocarcinoma corresponde del 0,5 al 1 % de los tumores primitivos malignos del páncreas.1-3 Según se informa en la literatura4 el primer reporte de un tumor quístico 1 2 3 4 de este órgano fue realizado por Becourt y Becourt en 1824, y lo describen como «un tumor del tamaño de la cabeza de un niño y formado por una pared fibrosa y fuerte». Hasta 1987 solamente se habían reportado alrededor de 500 casos en la literatura inglesa. 5 Especialista de II Grado en Cirugía General. Profesor Auxiliar de la Facultad de Ciencias Médicas de Pinar del Río. Jefe del Servicio de Cirugía General. Especialista de I Grado en Cirugía General. Instructor de la Facultad de Ciencias Médicas de Pinar del Río. Especialista de I Grado en Cirugía General. Médico de la Familia. 51 REPORTE DE CASOS CASO 1 Paciente E.C.B., de 28 años de edad, femenina, mestiza, obrera agrícola, con antecedentes personales de hipertensión arterial, la cual ingresa a nuestro centro el día 13 de junio de 1990 (HC:61072505154) por un dolor en el nivel del hipocondrio izquierdo el que se le irradiaba a la espalda. Al examen físico del abdomen se palpaba una tumoración sólida redondeada, que rebasaba unos 3 cm el reborde costal izquierdo y que no se movilizaba con los movimientos respiratorios. Los exámenes hematológicos eran normales; la radiografía de tórax normal; rayos X contrastado de estómago y duodeno y colon por enema muestran compresión por una masa externa. La ultrasonografía de abdomen informó: tumor mixto de 10 cm de diámetro que parece corresponder con el cuerpo del páncreas. Se interviene quirúrgicamente el día 27 de junio de 1990 y se le realiza incisión subcostal bilateral; se le detecta gran tumor retroperitoneal dependiente del páncreas que ocupaba casi todo el cuerpo y parte de la cola del órgano, y desplazaba a los órganos vecinos sin infiltrarlos. Se realizó esplenectomía con pancreatectomía subtotal en bloque (fig.1), y efec- tuó resección con un margen de 1 cm del tejido tumoral (fig. 2); se ligó el conducto pancreático y se dieron puntos separados en el muñón con sutura no absorbible; se dejó drenaje peripancreático con aspiración constante. FIG. 1. Se observa el gran tumor luego de liberado el bazo, la cola y el cuerpo del páncreas. FIG. 2. Se indica la línea de sección en el tejido pancreático normal. 52 La paciente en su posoperatorio presentó cifras tensionales arteriales altas y un cuadro de angina de pecho con alteraciones del electrocardiograma, por lo que se traslada a la Unidad de Cuidados Intensivos hasta su total recuperación, luego de lo cual evoluciona sin otras complicaciones. Resultado de Anatomía Patológica: cistadenocarcinoma del páncreas de 11 cm de diámetro; bazo normal. Luego de 9 años y 6 meses de la intervención la paciente se encuentra sin recidivas y realizando su labor habitual. sepsis de la herida quirúrgica; se le da el alta a los 33 días de operada. Resultado de Anatomía Patológica: colecistitis crónica litiásica; cistadenocarcinoma mucinoso del páncreas de 10 cm de diámetro; bazo normal. A los 5 años de operada se le diagnostica una diabetes mellitus, la cual controla con hipoglicemiantes orales. Luego de 7 años y 2 meses la paciente se encuentra sin recidivas. CASO 2 Los tumores quísticos del páncreas aún no tienen bien definida su clasificación, su proceder clínico, su tratamiento quirúrgico, ni la terapia adyuvante.4 Tradicionalmente los tumores quísticos del páncreas se clasificaban en 3 grupos: Grupo I: Con epitelio cuboidal: adenomas serosos quísticos, considerados benignos; grupo II: con epitelio columnar: adenomas mucinosos quísticos, considerados benignos; grupo III: con epitelio columnar: cistoadenocarcinomas mucinosos, considerados malignos. Sin embargo, después de los trabajos publicados por Compagno y Oertal 6,7 donde reportaron que en el 80 % de los quistes mucinosos aparentemente benignos, habían hallado áreas de epitelio con atipias o francamente malignas, muchos autores8,9 lo dividen en solo 2 grupos: 1. Tumores serosos, que son invariablemente benignos. 2. Tumores mucinosos, que tienen un espectro de potencial de malignidad. Estos tumores se muestran con mayor frecuencia en el sexo femenino;9,10 lo cual coincide con nuestras 2 pacientes, las cuales eran mujeres; sin embargo, las edades de ellas (28 y 29 años) fueron inferiores a lo reportado por Katoh,11 éste, en una serie de 41 pacientes informa rangos de eda- Paciente R.C.H., de 29 años de edad, femenina, blanca, maestra, con antecedentes de presentar un cuadro de dolor abdominal y vómitos de un mes de evolución, por lo que acude al Cuerpo de Guardia de nuestro hospital el día 23 de febrero de 1992, donde se le realiza una ultrasonografía de abdomen que informa: litiasis vesicular y pseudoquiste del páncreas. Se ingresa de urgencia con el diagnóstico de colecistopancreatitis y pseudoquiste pancreático (HC:63020200277). Se interviene quirúrgicamente de forma electiva 3 días después (26 de febrero de 1992) con el mismo diagnóstico y mediante una incisión media supra e infraumbilical se aborda la cavidad abdominal, donde se comprueba la existencia de una colecistitis crónica litiásica, pero en vez de un pseudo-quiste se encuentra una gran tumoración del cuerpo del páncreas no adherido a los órganos vecinos, por lo que se le realiza colecistectomía con colangiografía transcística y esplenectomía con pancreatectomía subtotal en bloque. La paciente en el posoperatorio presenta neumopatía inflamatoria aguda y DISCUSIÓN 53 des que fluctúan de 31 a 80 años con una media de 60 años. El cuadro clínico de estos enfermos es variado y depende también de la localización y del tamaño del tumor; no obstante, el dolor abdominal es el síntoma que se presenta con mayor frecuencia.4,11 Brenin4 encontró los siguientes síntomas y signos: dolor abdominal en el 77 % de sus pacientes; pérdida de peso (46 %); dolor en la espalda (36 %); sensación de plenitud (32 %); masa palpable (32 %); íctero (9 %) y un paciente asintomático, al cual se le realizó el diagnóstico de forma incidental. En nuestras 2 pacientes se presentó el dolor abdominal y en una de ellas la masa palpable. El dolor abdominal en la primer paciente se localizaba en el hipocondrio izquierdo y mantenía irradiación a la espalda; en la segunda se situaba en el epigastrio y se acompañaba de vómitos, pero al presentar litiasis vesicular no es posible hacerlo depender con todo la seguridad del tumor, esto también influyó en el error diagnóstico al considerarlo desde un inicio producto de una colecistopancreatitis de un mes de evolución; la masa palpable se mostró solamente en la primera paciente. Para realizar el diagnóstico preoperatorio de estos tumores, se deben excluir otros que pueden dar imágenes similares (pseudoquistes, adenocarcinomas pancreáticos con necrosis central, adenocarcinomas productores de mucus con ectasia ductal y los quistes papilares); sin embargo, a pesar de los adelantos tecnológicos, resulta hasta el momento imposible conocer luego del diagnóstico de una neoplasia quística si ésta es benigna o maligna, principalmente en las mucinosas. De los medios radiológicos la TAC tiene la más alta sensibilidad para determinar si los tumores son quísticos.4 Johnson y otros12 plantean que combinando la TAC y el ultrasonido se logra diferenciar en el 90 y el 95 % los tumores quísticos serosos de los mucinosos. Otros 4,5,8,9 no lo creen posible. El mayor problema existe en el preoperatorio para determinar si el tumor es maligno o benigno, principalmente cuando se trata de tumores mucinosos, pues la obtención de material de la pared tumoral o del contenido del quiste mediante la biopsia por aspiración con aguja fina (BAAF) para la realización de pruebas patológicas y bioquímicas, no son concluyentes.13-17 El estudio del DNA bajo citometría de flujo sólo ha podido demostrar el grado de agresividad en los tumores malignos, pero no la diferenciación entre malignos y benignos.4 En el transoperatorio la biopsia por congelación de fragmentos del tumor también puede llevar a error4 al no tomar en algunos de ellos áreas con proliferación maligna, por lo que a causa de la baja mortalidad de su tratamiento quirúrgico se recomienda la resección total de estos tumores. En nuestras 2 pacientes la resección total del tumor ha permitido una larga supervivencia. SUMMARY 2 patients with malignant cystic tumors of the pancreas are presented. Total resection of the tumor is made. In both female patients, the tumor was located in the body of the organ and after more than 7 years they are free of relapses. A brief review of these rare tumors is made in medical literature. Subject headings: PANCREATIC CYST/surgery; PANCREATIC NEOPLASMS/surgery; NEOPLASMS, CYSTIC, MUCINOUS, AND SEROUS/surgery. 54 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 1. Sener S, Fremgen A, Imperato JP, Sylvester J, Chmiel JS. Pancreatic cancer in Illinois: a report by 88 hospitals on 2,401 patients diagnosed 1978-84. Am Surg 1991;57:490-5. 2. Cubilla AL, Fitzgerald PJ. Classification of pancreatic cancer (nonendocrine). Mayo Clin Proc 1979;54:44958. 3. Becker WR, Welsh RA, Pratt HS. Cystadenoma and cystadenocarcinoma of the pancreas. Ann Surg 1965;161:845-63. 4. Brenin DR, Talamonti MS, Yang EYT, Sener SF, Haines GK, Joehl RJ, et al. Cystic neoplasms of the pancreas. Arch Surg 1995;130:1048-54. 5. ReMine SG, Frey D, Rossi RL, Munson JL, Braasch JW. Cystic neoplasms of the pancreas. Arch Surg 1987;122:443-6. 6. Compagno J, Oertal JE. Microcystic adenomas of the pancreas (glycogen-rich cystadenomas). Am J Clin Pathol 1978;69:289-98. 7. Compagno J, Oertal JE. Mucinous cystic neoplasms of the pancreas with overt and latent malignancy (cystadenocarcinoma and cystadenoma). Am J Clin Pathol 1978;69:573-80. 8. Talamini MA, Pitt HA, Hruban RH, Boitnott JK, Coleman J, Cameron JL. Spectrum of cystic tumors of the pancreas. Am J Surg 1992;163:117-24. 9. Warshaw AL, Compton CC, Lewandrowski K, Cardenosa G, Mueller PR. Cystic tumors of the pancreas. Ann Surg 1990;212:432-45. 10. Campbell JA. Cruickshank AH. Cystadenoma and cystadenocarcinoma of the pancreas. J Clin Pathol 1962;15:432-7. 11. Katoh H, Rossi RL, Braasch JW, Munson JL, Shimozawa E, Tanabe T. Cystadenoma and cystadenocarcinoma of the pancreas. Hepatogastroenterol 1989;36:424-30. 12. Johnson CD, Stephens DH, Charboneau JW, Carpenter HA, Welch TJ. Cystic pancreatic tumors: CT and sonographic assessment. AJR Am J Roentgenol 1988;151:1133-8. 13. Lewandrowski KB, Southern JF, Pins MR, Compton CC, Warshaw AL. Cyst fluid analysis in the differential diagnosis of pancreatic cysts. Ann Surg 1993;217:41-7. 14. Young NA, Villani MA, Khoury P, Naryshkin S. Differential diagnosis of cystic neoplasms of the pancreas by fine-needle aspiration. Arch Pathol Lab Med 1991;115:571-7. 15. Jones EC, Suen KC, Grant DR, Chan NH. Fine-needle aspiration cytology of neoplastic cysts of the pancreas. Diagn Cytopathol 1987;3:238-43. 16. Emmert GM, Bewtra C. Fine needle aspiration biopsy of mucinous cystic neoplasm of the pancreas. Diagn Cytopathol 1986;2:69-71. 17. Rubin D, Warshaw AL, Southern JF, Pins MP, Compton CC, Lewandrowski KB. Expression of CA 15.3 protein in the cyst contents distinguishes benign from malignant pancreatic mucinous cystic neoplasm. Surgery 1994;115:52-5. Recibido: 9 de marzo del 2000. Aprobado: 28 de abril del 2000. Dr. Raúl Castro Pérez. Calle F (final) edificio 12 plantas, piso 6, apartamento D, reparto «Hermanos Cruz», Pinar del Río, Cuba. 55 Rev Cubana Cir 2001;40(1):56-8 Hospital Provincial Universitario «Dr. Gustavo Aldereguía Lima», Cienfuegos VEJIGA PERFORADA POR DISPOSITIVO INTRAUTERINO. PRESENTACIÓN DE 1 CASO Dr. Luis Gómez Pérez,1 Dr. Angel Becerra Pérez,1 Dr. Alberto V. Rivero Araújo 2 y Dr. Eduardo Castañeda Álvarez 3 RESUMEN Se presenta el caso de una paciente femenina de 32 años de edad que consulta al ginecólogo por presentar dolor mantenido de mediana intensidad en hipogastrio y crisis de sepsis urinaria repetida. Se comprobó la presencia de un cuerpo extraño (dispositivo intrauterino) en la vejiga, mediante la realización de endoscopia y por esta vía se logró extraer. Actualmente la paciente está asintomática. Descriptores DeCS: VEJIGA/lesiones; ENDOSCOPIA/instrumentación; REACCION A CUERPO EXTRAÑO; CUERPOS EXTRAÑOS; DISPOSITIVOS INTRAUTERINOS. El cuerpo extraño en vejiga sólo es posible cuando se presenta durante la instrumentación urológica (cateterismo-cistoscopia)1 o cuando por trastornos de conducta, el paciente es capaz de introducírselo él mismo (psicópatas). Se han logrado introducir sondas, lápices, segmentos de alambre, etc., con el consiguiente resultado de necesitar tratamiento quirúrgico (cistostomía) para lograr su extracción. Especialista de I Grado en Urología. Instructor. Especialista de I Grado en Radiología. 3 Especialista de I Grado en Medicina General Integral. 1 2 56 No es normal que ocurra en los niños,2,3 con más frecuencia se presenta en los adultos, generalmente en busca de ganancias secundarias. No es frecuente el cuerpo extraño en vejiga por complicaciones ginecológicas.4 Por todo esto y por tratarse de un caso inusual decidimos realizar esta presentación. REPORTE DEL CASO Paciente de 32 años de edad, que tiene como antecedentes el habérsele colocado un dispositivo intrauterino (DIU) que consistió en una «Y», hace aproximadamente 10 años y no le ocasionó ningún malestar. Hace un año comenzó con dolor de mediana intensidad en hipogastrio, así como reiteración de sepsis urinarias comprobadas mediante urocultivos. Se le realizó ultrasonido (US) ginecológico, en el que se observó: útero con un DIU que destaca pasó el fondus y su parte vesical se hallaba en el fondo vesical (fig. 1). Se envía a la consulta de Urología, donde se decide realizar cistoscopia; ésta revela zona de aspecto «bulloso» hacia el fondo vesical, y se identifica imagen de aspecto metálico en dicha zona. Con pinza para «cuerpo extraño» se logró extraer a éste, que resultó corresponderse con el DIU (Y) (fig. 2). Se le instaló sonda de Foley 2R que mantuvo por espacio de 10 días. Actual- FIG. 2. Foto del DIU extraído. mente está asintomática y con urocultivos negativos. FIG. 1. Ultrasonido ginecológico que muestra DIU en la vejiga. 57 DISCUSIÓN Ante el caso de la joven con dolor en hipogastrio, ardor miccional, tenesmo rectal y vesical, se planteó la posibilidad de urosepsis, por ello iniciamos el estudio en el que descubrimos el cuerpo extraño en vejiga, causante de los síntomas de la paciente y que motivaron el diagnóstico definitivo y la solución del problema mediante la instrumentación endoscópica. SUMMARY A 32 year-old female patient who visits the gynecologist due to a mantained pain of moderate intensity in the hypogastrium and repeated crises of urinary sepsis is presented. The presence of a foreign body (intrauterine device) in the urinary bladder is proved by endoscopy, which is also used to extract it. At present, the patient is asymptomatic. Subject headings: BLADDER/injuries; ENDOSCOPY/instrumentation; FOREIGN-BODY REACTION; FOREIGN BODIES; INTRAUTERINE DEVICES. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 1. Garg P, Síngla S, Tahlan RN, Chitkara N. Urinary catheter remedy turned into misery. J Indian Med Assoc 1998;96(3):99. 2. Bingham S, King PA, Sewing pin perforation of the appendix into the bladder. Pediatr Surg Int 1999; 15(1): 66-7. 3. Yavascoaglu I, Vuruskan H, Oktay B, Simsek U, Oyurt M. A very long foreign body in the bladder (abstract). Kao Hsiung I Hsuch Ko Hueh Tsa Chih 1998;14(10):653-4. 4. Yalein V, Denurkesen O, Alici B, Onol B, Solok V. An unusual presentation of a foreign body in the urinary bladder: a migrant intrauterine device. Urol Int 1998;61(4):240-2. Recibido: 28 de marzo del 2000. Aprobado: 28 de abril del 2000. Dr. Luis Gómez Pérez. Hospital Provincial Universitario «Dr. Gustavo Aldereguía Lima», Cienfuegos, Cuba. 58 Rev Cubana Cir 2001;40(1):59-62 Hospital Clinicoquirúrgico Docente «Joaquín Albarrán». Facultad de Medicina «Finlay-Albarrán». Instituto Superior de Ciencias Médicas de La Habana, Ciudad de La Habana INVAGINACIÓN INTESTINAL POR PÓLIPO FIBROIDE INFLAMATORIO DEL ÍLEON. PRESENTACIÓN DE 1 CASO Dr. Isnerio Valerio Arzuaga Anderson,1 Dr. Orestes Humberto Gutiérrez Pérez,1 Dra. María de los Ángeles Chappotten Delahanty1 y Dra. Guadalupe Alfonso Barrios 2 RESUMEN Los pólipos fibroides inflamatorios del tractus gastrointestinal son lesiones raras. Se reporta el caso de una mujer de 86 años de edad que fue operada de urgencia en el Hospital Clinicoquirúrgico Docente «Joaquín Albarrán» de Ciudad de La Habana, con diagnóstico preoperatorio de oclusión intestinal por bridas. La laparotomía exploradora detectó un tumor invaginado en el íleon a 20 cm de la válvula ileocecal. El diagnóstico anatomopatológico fue de pólipo fibroide inflamatorio. Se documentan los aspectos clínicos y patológicos de este caso. Descriptores DeCS: INTUSUSCEPCION/cirugia; POLIPOS INTESTINALES/patología; NEOPLASMAS DEL ILEON/cirugía; TRATAMIENTO DE URGENCIA. Los pólipos fibroides inflamatorios (PFI) son lesiones raramente vistas en el tractus gastrointestinal. 1-8 Clínica y radiológicamente son confundidos con procesos neoplásicos malignos; la obstrucción intestinal es la principal manifestación clínica cuando se presentan en la región ileocecal.1,3,5,6,8 Por la rareza y la forma de presentación clínica de esta entidad se consideró 1 2 un aspecto de interés médico y se decidió reportarla. Se describen los hallazgos clínicos y patológicos del caso. REPORTE DEL CASO Paciente CRB, de 86 años de edad, femenina, blanca, con antecedentes de cardiopatía isquémica y operada de oclusión Especialista de I Grado en Anatomía Patológica. Hospital Clinicoquirúrgico Docente «Joaquín Albarrán». Especialista de I Grado en Anatomía Patológica. Asistente. Facultad de Medicina «Finlay-Albarrán». 59 intestinal por bridas hacía varios años (tiempo no precisado), la que acude al Hospital Clinicoquirúrgico Docente «Joaquín Albarrán» en el mes de agosto de 1999 con un cuadro clínico dado por dolor abdominal localizado en hipogastrio; no defecaba ni expulsaba gases por el ano, además escasos vómitos de contenido alimenticio (cuadro de 3 días de evolución). Al examen físico se constata distensión y dolor a la palpación del abdomen, así como aumento de los ruidos hidroaéreos; no mostraba reacción peritoneal. Se decide realizar laparotomía exploratoria de urgencia por la sospecha clínica de oclusión intestinal por bridas. En el acto operatorio se halló invaginación intestinal ileocólica por tumor intraluminal móvil en el íleon, a 20 cm de la válvula ileocecal, y se realiza resección intestinal del segmento afectado, con el diagnóstico clínico presuntivo de invaginación intestinal por tumor maligno ileal. RESULTADOS El especimen quirúrgico recibido en el Laboratorio de Anatomía Patológica correspondió a segmento de íleon de 10 cm de longitud, con superficie serosa grisá- cea, lisa y congestiva. A su apertura se observó tumoración móvil, sésil, localizada en la capa muscular y serosa intestinal de 2,5 cm de diámetro, con mayor color blanquecino, de aspecto mucoide, homogénea, de consistencia firme, bien delimitada, que no infiltraba la pared intestinal circundante. La mucosa y submucosa suprayacente mostraron zonas de hemorragia. Microscópicamente se observó en el nivel de la capa muscular y serosa, proliferación vascular y fibroblástica hipocelular, en una matrix mixomatosa y edematosa con escaso infiltrado inflamatorio polimorfo constituido por linfocitos, plasmocitos, mastocitos y un gran número de eosinófilos (fig 1). Los núcleos de los fibroblastos eran ondulados que le daban a la lesión una falsa apariencia neural (fig 1). No se observó anaplasia en los cortes examinados. La mucosa intestinal suprayacente mostró áreas de hemorragia (fig 2). Por las características anteriormente descritas el caso se concluye como PFI del íleon con invaginación intestinal e isquemia secundaria de la mucosa. Al mes de operada la paciente se encontraba en perfecto estado de salud y sin complicaciones posoperatorias. FIG. 1. a) Imagen microscópica del PFI. Se observa proliferación vascular y fibroblástica en matrix mixoide y edematosa. Tricrómica de Masson x 10. b) Infiltrado inflamatorio polimorfo. H/E x 20. 60 FIG. 2. Hemorragia de la mucosa intestinal por encima de la lesión. H/E x 10. COMENTARIOS Los PFI descritos por primera vez por Vanek en 1941 son más frecuentes en el estómago, y se localizan además en el intestino delgado, grueso y recto.4 Aparecen en todos los grupos de edades y siempre son benignos; la polipectomía es el tratamiento de elección en las lesiones accesibles o resección del segmento intestinal afectado en caso de invaginación.1,3,7,8 Los PFI cuando se presentan en el intestino delgado producen invaginación, sangramiento y obstrucción, confunden al cirujano y lo llevan a pensar en procesos neoplásicos malignos, por ende se le realiza al paciente una cirugía de urgencia. 1,3,5,6,8 Su patogenia e historia natural son desconocidas, y se acepta en la actualidad, que se trata de un proceso reactivo pseudotumoral probablemente producido por fenómenos alérgicos, reacción a cuerpo extraño o proceso reparativo intestinal, teoría fuertemente fundamentada por las características ultraestructurales de las células de la lesión que son miofibroblastos, que presentan además inmunorreactividad para marcadores fibroblásticos.4,8 Se han reportado varios casos familiares.3,6,8 SUMMARY Inflammatory fibroid polyps of the gastro-intestinal tract are rare lesions. The case of a 86-year-old woman with preoperative diagnosis of intestinal occlusion due to bridle that underwent emergency surgery at the Joaquín Albarrán Clinical and Surgical Teaching Hospital of Havana City is reported. An invaginated tumor in the ileum, 20 cm from the ileocaecal valve, was detected by explorative laparotomy. The anatomopathological diagnosis was inflammatory fibroid polyp. The clinical and pathological aspects of this case were documented. Subject headings: INTUSSUSCEPTION/surgery; INTESTINAL POLYPS/pathology; ILEAL NEOPLASMS/ surgery; EMERGENCY TREATMENT. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 1. Dicle O, Erbay G, Haciyanli M, Bora S. Inflammatory fibroid polyp presenting with intestinal invagination: sonographic and correlative imaging findings. J Clin Ultrasound 1999;27,2:89-91. 61 2. Widgren S, Cox JN. Inflammatory fibroid polyp in a continent ileo-anal pouch after colectomy for ulcerative colitis-case report. Pathol Res Pract 1997;193,9:643-7. 3. 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Intussusception due to inflammatory fibroid polyp of the ileum. A report of two cases from turkiye. Hiroshima J Med Sci 1995;44,4:141-4. Recibido: 15 de diciembre de 1999. Aprobado: 27 de abril del 2000. Dr. Isnerio Valerio Arzuaga Anderson. Hospital Clinicoquirúrgico Docente «Joaquín Albarrán», 26 y Boyeros, municipio Plaza de la Revolución, Ciudad de La Habana, Cuba. 62 Rev Cubana Cir 2001;40(1):63-5 Hospital General Docente «Aleida Fernández Chardiet», Güines, La Habana FLEBANGIOMATOSIS LITOGÉNICA DE SERVELLE Y TRINQUECOSTE. PRESENTACIÓN DE 1 CASO Dr. Raúl Martínez Pérez1 RESUMEN Se informa el caso de una paciente de 17 años de edad y de la raza blanca, con flebangiomatosis de Servelle y Trinquecoste que le afecta el miembro superior izquierdo. Se hace una revisión de los casos reportados en la literatura médica. El tratamiento quirúrgico que se realizó posibilitó obtener un resultado funcional y estético muy satisfactorio. Descriptores DeCS: HEMANGIOMA CAVERNOSO/cirugía; BRAZO/anomalías; MALFORMACIONES ARTERIOVENOSAS/cirugía. El primer caso reportado con presencia de angioma venoso, atrofia ósea y flebolitos, en el nivel del miembro superior, fue publicado por Martorel en el año 1946 bajo la denominación de hemangioma cavernoso difuso del brazo.1,2 En 1948 Servelle y Trinquecoste publican una detallada descripción clínica, radiológica, anatomohistológica y terapéutica de 3 pacientes con dilataciones multiareolares de las venas colaterales profundas con terminación en los troncos principales, los cuales, al igual que las arterias, no 1 estaban afectados, y le dieron el nombre de angioma cavernoso.1-3 Martorel publica un nuevo caso en 1949, y propone entonces la denominación de hemangiomatosis braquial osteolítica, en atención a la difusión del proceso angiomatoso, la localización y la atrofia ósea presente.4 Martínez Luengas da a conocer en 1954 un nuevo paciente con similares características a las antes mencionadas, y mantiene la denominación de hemangioma braquial osteolítico.2 Especialista de I Grado en Angiología y Cirugía Vascular. Instructor. 63 En 1955 Milanés, Mc Cook y Hernández publican el caso de otro paciente en el que, teniendo en cuenta los detalles comunes más sobresalientes de todos los casos reportados hasta ese momento, definen la entidad como una malformación venosa congénita de los miembros superiores, con constante formación de flebolitos y presencia de lesiones óseas variables en intensidad, que van desde osteoporosis hasta atrofia ósea y destrucción ósea. Por ello proponen sea designado este tipo de displasia como flebangiomatosis litogénica de Servelle y Trinquecoste, para expresar así las características esenciales, a la vez que conserva el nombre de los autores que la describieron originalmente.2 REPORTE DEL CASO Paciente de la raza blanca, sexo femenino y 17 años de edad. Desde el nacimiento presentó pequeñas tumoraciones azulosas en la mano izquierda, que fueron aumentando de tamaño, por lo que a los 2 años de edad le realizaron tratamiento esclerosante, sin éxito, que fue repetido 4 años más tarde con similares resultados. Las lesiones mantuvieron un crecimiento progresivo, se extendieron al antebrazo, provocaron aumento de volumen de la extremidad, sensación de pesantez y en ocasiones dolor, y dificultaron sus actividades habituales. EXAMEN FÍSICO Hiperpigmentación del borde hipotenar de la mano izquierda (área donde se aplicó el tratamiento esclerosante). Proceso angiomatoso localizado en el nivel del quinto dedo de esa mano, con extensión al bor- 64 de cubital del antebrazo, cara anterior de la muñeca y flexura del codo, que se ingurgita con la extremidad en declive y se colapsa al elevarla sobre el plano horizontal. No existencia de latido, frémito ni soplo. Pulsos arteriales normales. EXÁMENES COMPLEMENTARIOS Pletismografía digital: Normal. Radiografía simple: Aumento de partes blandas, presencia de flebolitos, osteoporosis de la región hipotenar y marcada osteoporosis del cúbito. Flebografías: Extensas dilataciones multiareolares del sector venoso del antebrazo, que afectan la red superficial y colaterales profundas, y respetan los troncos principales, con extensión a la región hipotenar. TRATAMIENTO Se realizó exéresis quirúrgica de las formaciones flebangiomatósicas lo más radical posible, cuidando de no dañar las estructuras musculotendinosas y nerviosas. Se dejó compresión elástica. Los períodos trans y posoperatorios transcurrieron sin complicaciones. COMENTARIOS Las angiodisplasias de las extremidades constituyen una amplia gama de malformaciones vasculares, cuyo polimorfismo hace difícil cualquier tentativa de clasificación.4,5 No obstante, existen formas bien definidas clínica y anatomopatológicamente, que permiten una clara diferenciación del resto, pero que por lo infrecuentes provocan que muchas veces no sean correctamente individualizadas, quedando el diagnóstico impreciso bajo términos genéricos como angiodisplasias o hemangiomatosis, 6,7 lo cual limita la posibilidad de establecer una terapéutica particular. Este caso debidamente tipificado, muestra que el tratamiento esclerosante resultó ineficaz. Sin embargo, el tratamiento quirúrgico cumplió con los propósitos de: - Eliminar el éstasis venoso causado por las malformaciones, que además de pro- vocar trastornos subjetivos y alteraciones tróficas, tiene efecto agravante sobre la angiodisplasia que la origina, para cerrar así un círculo vicioso. - Reducir la desfiguración estética. A pesar de que 5 meses después de operada la paciente quedó embarazada, después del parto ésta se mantiene asintomática, no han aparecido nuevas tumoraciones y se muestra satisfecha con el resultado estético obtenido. SUMMARY The case of a 17-year-old white patient with phlebangiomatosis of Servelle and Trinquecoste, affecting his left upper limb, is presented. A review of those cases reported in medical literature is made. The surgical treatment applied allowed to obtain a more satisfactory functional and aesthetic result. Subject headings: HEMANGIOMA, CAVERNOUS/surgery; ARM/abnormalities; ARTERIOVENOUS MALFORMATIONS/surgery. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 1. Martínez L. Hemangiomatosis braquial osteolítica. Angiología 1954;6(4):515-8. 2. Milanés B, Mc Cook J, Hernández A. Lithogenic phlebangiomatosis of Servelle and Trinquecoste. Angiology 1955;6(3):352-4. 3. Martorel F. Angiología. Enfermedades vasculares. 2da. ed. Barcelona: Salvat, 1972:463-9. 4. Malan E, Puglionisi A. Congenital angiodysplasia of the extremities. J Cardiovasc Surg 1964;5(2):187-9. 5. Belov ST, Lose DA, Muller E. Angeborene Gefabfehler. Einhorn: Presse Verlag, 1985:216-41. 6. Fornasier VL, Protzner K. Radiation-induced tibial sarcoma in a treated case of hind foot angiomatosis. Skeletal Radiol 1998;27(3):164-8. 7. Sung M, Kang HS, Lee HG. Regional bone changes in deep soft tissue hemangiomas: radiographic and MR features. Skeletal Radiol 1998;27(4):205-10. Recibido: 25 de mayo de 1999. Aprobado: 14 de junio de 1999. Dr. Raúl Martínez Pérez. Edificio 13, apartamento 17, Zona de Desarrollo, Güines, La Habana, Cuba. 65 Rev Cubana Cir 2001;40(1):66-72 ARTÍCULOS EXTRANJEROS Hospital «U. de Valme». Servicio de Cirugía General y Digestiva, Sevilla, España CARCINOMA DE MAMA EN EL VARÓN. ANÁLISIS DE 5 CASOS Y REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA Dr. José Aguilar Luque,1 Dr. Custodio Sarmiento Robles,1 Dra. Esther Merino de la Torre 2 y Dr. Pablo Martínez García 1 RESUMEN El carcinoma de mama es muy poco frecuente en el varón (0,1 a 0,2 % de todos los cánceres masculinos), lo que condiciona diagnósticos más tardíos que ensombrecen el pronóstico. Se presenta una serie de 7 carcinomas de mama en 6 varones con edad media de 60 años (47 a 72 años) y tiempo medio primer síntoma-intervención de 14,3 meses (5 a 30 meses). Los estadios fueron: I(1), II(3), III(1) y IV(1). El estudio histopatológico evidenció 6 carcinomas ductales infiltrantes: 1 multicéntrico y 1 intraductal (multicéntrico). Se trataron 5 de ellos con mastectomía radical modificada (3 con la de tipo Patey y 2 con la de Madden). En el que presentaba el carcinoma bilateral, se practicó mastectomía radical de Halsted en la mama izquierda y tumorrectomía simple más linfadenectomía axilar en la derecha. Recibieron tratamiento coadyuvante 5 pacientes: 2, quimioterapia; 1, radioterapia; 1, quimioterapia más radioterapia y 1, hormonoterapia. Fallece el sexto paciente al 9no. día del posoperatorio por enfermedad diseminada en estadio terminal y otro a los 3,5 años de enfermedad metastásica; sobreviven los 4 restantes libres de enfermedad a los 7,5,5 y 5 años. Se analizan los aspectos diagnósticos y terapéuticos en una amplia revisión bibliográfica y se concluye en que es una neoplasia de unas características y pronósticos similar en uno y otro sexos, no obstante, se publican peores resultados en el varón debido a la mayor demora en el diagnóstico respecto al femenino. Descriptores DeCS: NEOPLASMAS DE LA MAMA MASCULINA/diagnóstico; NEOPLASMAS DE LA MAMA MASCULINA/cirugía. 1 2 Facultativo Especialista de Área. Médico Residente. 66 Siendo el cáncer de mama la neoplasia más frecuente en la mujer, en el hombre es rara pues no representa más del 1 % de los cánceres mamarios 1-6 y el 0,2 % de todos los cánceres del varón.7 Hay discrepancias en cuanto a considerarlo de similar pronóstico al de la mujer 8-15 o más agresivo. 7,16-19 Algunos autores defienden la teoría de que el cáncer de mama en el varón se trata de una enfermedad diferente al cáncer de mama en la mujer,20,21 e incluso hay quien trata de demostrar que se trata de un tumor metastásico de un carcinoma de próstata.22 Mientras que en la mujer se han hecho infinidad de estudios epidemiológicos y screening para el diagnóstico precoz, en el hombre no se conocen estudios de este tipo, lo que hace interesante cualquier aportación de series que estudien los diferentes factores que pueden relacionarse con la incidencia y pronóstico de estos tumores. Con este objetivo presentamos 7 cánceres de mama en 6 varones (1 bilateral) y la revisión de la literatura médica con gran- des series personales y estudios multicéntricos. MÉTODOS Entre 1988 y 1994 han sido intervenidos 7 carcinomas de mama correspondientes a 6 varones (1 bilateral) en el Servicio de Cirugía General y Digestiva del Hospital « U. de Valme» de Sevilla. En el mismo período se han tratado 610 carcinomas de mama femeninos entre nuestro Servicio y el de Obstetricia y Ginecología, para representar el carcinoma de mama en el varón el 1,16 % de todos los cánceres de mama tratados en nuestro Hospital. Los datos epidemiológicos se recogen en la tabla 1, donde se observa una edad media de 60 años (47 a 72 años) frente a los 52 de las mujeres. El motivo de consulta más frecuente fue nódulo más retracción del pezón en 3 ocasiones, sólo nódulo en 2 y en 1 caso fue un síndrome paraneo- TABLA 1. Pacientes Edad Intervalo del 1er. síntomaintervención Motivo de consulta Antecedentes personales Antecedentes familiares Localización 1 2 3 4 47a. 63a. 72a. 63a. 53a. 62a. 5 meses 9 meses 30 meses 24 meses 9 meses 12 meses Tumor + retracción Síndrome ciático + tumor de mama Fimosis Hemorroidec-tomía Apendicectomía. FOD* Tumor + retracción Tumor Tumor + retracción Tumor + retracción + prurito Dupuytren intervenido Sin interés Traumatismo de mama. Tratamiento con omeprazol HTA*** en tratamiento No No No No No No Retroareolar mama Bilateral en toda la mama CS** mama derecha 2 hermanas con cáncer de mama Retroareolar mama derecha Cuadrante super externo mama derecha Polipectomía en cuerdas vocales 5 6 *FOD: Fiebre de origen desconocido. **CSI: cuadrante superointerno. ***HTA: Hipertensión arterial. 67 plásico, con una masa que ocupaba toda la mama izquierda y un nódulo en la derecha. El intervalo de tiempo transcurrido entre la aparición del primer síntoma y la intervención fue de 14,3 meses (5-30) superior al de la mujer (3,2 meses). Como antecedentes de interés registramos un traumatismo en la mama 1 año antes en un paciente al que se le indicó tratamiento antiulceroso, uno intervenido de pólipo de cuerdas vocales, otro paciente con tratamiento de hipertensión arterial, un paciente tratado de enfermedad de Dupuytren palmar, otro con cuadros febriles no filiados de 2 meses de evolución y solo 1 no presentaba antecedentes de interés. Sólo un enfermo refería antecedentes familiares de 2 hermanas fallecidas por cáncer de mama. La lesión se localizó en el cuadrante superoexterno en 3 casos: retroareolar en 2; en el cuadrante superointerno, 1 y en toda la mama, 1. La punción aspirativa con aguja fina (PAAF) se realizó a 5 enfermos y en todos ellos fue diagnóstica, lo mismo ocurrió con la biopsia excisional realizada en un paciente. RESULTADOS Tres enfermos se trataron con mastectomía radical modificada tipo Patey y 2 con Madden y en el que presentaba el carcinoma bilateral, se practicó mastectomía radical de Halsted en la mama izquierda y tumorrectomía simple más linfadenectomía axiliar en la derecha (tabla 2). La linforragia fue superior a 100 cc en 4 casos, lo que hizo aumentar el tiempo de hospitalización media a 5,6 días, con seguimiento posterior en consulta. Dos pacientes recibieron quimioterapia, uno radioterapia, otro quimioterapia más radioterapia, uno hormonoterapia y el sexto falleció al 9no. día del posoperatorio por enfermedad metastásica en fase terminal; otro paciente falleció a los 3,5 años de enfermedad metastásica y los 4 pacientes restantes viven libres de enfermedad a los 7, 5, 5 y 5 años respectivamente de la intervención. Las características histopatológicas de la serie se recogen en la tabla 3, donde se observa que en 4 pacientes se evidencia carcinoma ductal infiltrante (incluido el carcinoma bilateral), en uno carcinoma TABLA 2. Pacientes 1 2 Intervención Madden Patey Madden Patey Patey Linforragia Hospitalización Tratamiento adyuvante Estado actual 50cc/1 día 1 día CAF* Der: Halsted Isq: T +VA* No 9 días (†) No 200 cc/12 días 5 días Tamoxifeno 100 cc/7 días 3 días Radioterapia 150 cc/15 días 9 días CMF*** Exitus a los 3,5 años Exitus en posoperatorio Sin enfermedad (7 años) 150 cc/14 días 6 días Radioterapia +CMF Sin enfermedad (5 años) Sin enfermedad (5 años) Sin enfermedad (5 años) * CAF: Ciclofosfamida, adriamicina, 5-fluouracilo. ** T+VA: Tumorrectomía y vaciamiento axilar. ***CMF: Ciclofosfamida, metotrexate, 5-fluoracilo. (†):Exitus. 68 3 4 5 6 TABLA 3. Pacientes 1 2 3 4 5 6 Tumor papilar intraquístico sospechoso de malignidad Sí Carcinoma intraductal multicéntrico Carcinoma ductal Carcinoma de mama No Carcinoma ductal infiltrante T1 N0 M0 I T4 N0 M0 IIIb No Carcinoma ductal infiltrante + carcinoma in situ T1 N1 M0 IIb I/III II/III E(+) P(-) - I/III II/III E(+) P(-) - II/III II/III E(+) P(-) Invasión perineural PAAF* Carcinoma ductal - Carcinoma ductal Biopsia previa Tipo histológico No Carcinoma ductal infiltrante No Carcinoma ductal infiltrante TNM Estadio Grado histológico Grado nuclear Receptores Histología T1 N1 M0 IIa T2 Nx M1 IV No Carcinoma ductal infiltrante multicéntrico T2 N0 M0 IIa III/III III/III E..(+) P:(-) Invasión vascular y perineural III/III III/III Invasión vascular y perineural II/III II/III - E(+) P(-) - E: Receptores estrogénicos; P: Receptores de progesterona. * PAAF: Punción aspirativa con aguja fina. ductal infiltrante multicéntrico, y en el 6to carcinoma intraductal multicéntrico. Los estadios hallados fueron: estadio I(1), estadio II(3), estadio III(1). estadio IV(1), con las características histológicas expresadas (grado histológico, grado nuclear, receptores hormonales e invasión vascular y linfática perineural). DISCUSIÓN El carcinoma de mama en el varón es una afección rara; series cortas se publican en la literatura y es la serie personal más importante la publicada por Salvadori9 de 170 casos; el resto se trata de estudios multicéntricos.11,15,16,19,21 Nuestro aporte consta de 7 carcinomas correspondientes a 6 enfermos y que supone el 1,16 % de los cánceres de mama tratados en nuestro hospital, muy similar al observado por Sánchez de Vega y otros23 y que se ajusta a la media recogida en la literatura. 1-6 Múltiples estudios tratan de correlacionar el cáncer de mama en el varón con diversos factores; en nuestra serie aparece un paciente con un antecedente familiar importante (2 hermanas fallecidas de cáncer de mama); con una incidencia del 10 % reportada por El Hajjan3 en su serie personal; 2 casos entre los 170 cánceres de mama en el varón tratados por Salvadori9 que supone el 1,2 %, y series muy pequeñas la mayoría, con oscilaciones tan amplias como del 5 al 66 % que se reportan en las revisiones bibliográficas realizadas por DAvaro 24 y Hanlo.25 Otro paciente mostraba un traumatismo 1 año antes sobre una ginecomastia; ambos procesos fueron ampliamente descritos en la literatura, 3,7,11,25-28 y fue la ginecomastia para algunos autores 11,28 uno de los principales factores de retraso en la consulta y por tanto 69 el peor pronóstico que para algunos tiene el carcinoma de mama en el varón respecto al femenino. Otros posibles factores de riesgo son la obesidad,3 mutaciones en el gen BRCA-2 en el cromosoma 13q 29 y la sobreexpresión del gen supresor P-53 en el 40,4 % de la serie de Anelli.1 La localización más frecuente ha sido la mama derecha, aunque en la literatura médica encontramos una distribución equilibrada en ambas mama, 3,11 excepto Salvadori9 y Rudan30 que hallaron un predominio en la mama izquierda. La bilateralidad publicada por algunos autores,11 se da en uno de nuestros pacientes (16,6 %). El nódulo mamario es el motivo de consulta más frecuente,2,4,9 como ocurrió en todos nuestros casos, bien como único signo (4 de 6) o bien asociado con retracción del pezón (2 de 6), y que coincide con la experiencia publicada por Stierer11 o asociado con ginecomastia.28 La telorrea, que no ha aparecido en nuestra serie, se ha apuntado como otro motivo de consulta frecuente.2,7,9 Otra forma de presentación que ensombrece mucho el pronóstico es el ganglio axilar sin tumor mamario palpable; los 7 que recoge Jackson31 murieron de enfermedad metastásica. El diagnóstico se basa, al igual que en la mujer, principalmente en la mamografía y la PAAF, mientras que la primera con menor sensibilidad que en la mujer,11 la segunda con similar sensibilidad;26,32-34 sin embargo, la edad media del diagnóstico es 10 años superior a la mujer, 2,3,6-8,11,15,22,28 60 años en nuestra serie contra los 52 años de media en el cáncer de mama femenino, lo que se justifica por el retraso en el diagnóstico al identificarse el cáncer de mama como una enfermedad ligada al sexo femenino, y es esta demora lo que condiciona la mayor tasa de estadios III- IV en el va- 70 rón,2-4 circunstancia que curiosamente no se ha dado en nuestra serie, ni tampoco en algunas series consultadas.30 Podemos deducir de todo ello, que el peor pronóstico que se le achaca al carcinoma de mama en el varón,7,16,18 no es sino la consecuencia de diagnósticos más tardíos, y es de similar pronóstico al femenino cuando se tratan similares estadios.10,11,13,17,35 Este retraso diagnóstico y el escaso volumen de la mama masculina propicia la mayor precocidad en la infiltración del músculo pectoral mayor, lo que condiciona la práctica de la mastectomía radical de Halsted en un alto porcentaje de pacientes, 16,6 % en nuestra serie, 22 % para El Hajjam, 3 54,1 % en la serie de Salvadori9 y 100 % en la serie de Sánchez de Vega.23 Es obvio que cuando se pueda conservar el músculo pectoral mayor, es la mastectomía radical modificada la técnica de elección como ocurrió en nuestra serie, donde se contabilizaron muy pocos casos de cirugía conservadora (cuadrantectomía, tumorrectomía), porque como apunta Sánchez de la Vega23 la frecuente afectación del músculo pectoral mayor obliga frecuentemente a una mayor radicalidad. Al igual que ocurrio en nuestra serie, la mayoría de los autores preconizan la terapia coadyuvante con radioterapia, 5 quimioterapia general5 o regional 36 u hormonoterapia con tamoxifeno, cuando los receptores estrogénicos son positivos con una respuesta del 90 %.4 Partiendo del 66,6 % de estadios I-II, tenemos una supervivencia de 66,6 % libres de enfermedad, con un seguimiento de 7,5,5 y 5 años respectivamente. Salvadori 9 tiene una supervivencia de 73 % a 5 años, Ciato16 de 65 %, Stierer11 el 62 %, Nage 4 el 66 % y Borge10 el 68 %, que al desglosarlos según estadio supone el 70 % para N0 y 15 % para N1. Nos encontramos pues, con una neoplasia que teniendo un relativo buen pronóstico en el sexo femenino, se ensombrece algo en el varón, debido, especialmente, a diagnósticos más tardíos al no estar tan sensibilizados a la posibilidad de esta neoplasia en el varón, pero excepto en este aspecto hallamos una gran coincidencia en los factores de riesgo, enfoque diagnóstico, planteamiento terapéutico, etc.; ello exige una mayor concientización de médicos y población en general acerca de una afección rara, pero posible, que basa su buen pronóstico en el diagnóstico precoz. SUMMARY Male breast carcinoma is very uncommon (0.1% of all the male cancers), which makes us have later diagnosis that darken the prognosis. A series of 7 breast carcinomas in 6 males with a mean age of 60 years (47-72 years old) and with a mean time between the first symptom and the operation of 14.3 months (5 to 30 months) is presented. The stages were as follows: I(1), II(3). III(1) and IV(1). The histopathological study showed 6 infiltrating ductal carcinomas: l multicenter and l intraductal (multicenter). 54 patients were treated with modified radical mastectomy (3 with Pateys operation and 2 with Maddens operation). The patient with bilateral carcinoma underwent Halsteds radical mastectomy in the left breast and simple tumorectomy plus axilary lymphadenectomy in the right. 5 patients received coadjuvant treatment: 2, chemotherapy; l, radiotherapy; 1, chemotherapy plus radiotherapy; and 1, hormone therapy. The sixth patient died 9 days after the operation due to end-stage disseminated disease and the other died from metastatic disease 3,5 years later. The other 4 survive free of disease at 7, 5.5, and 5 years. The diagnostic and therapeutic aspects are analyzed through a wide bibliographic review and it is concluded that it is a neoplasia with similar characteristics and prognosis in both sexes. However, results are poorer in males due to the delay in making the diagnosis compared with females. Subject headings: BREAST NEOPLASM, MALE/diagnosis; BREAST NEOPLASM, MALE/surgery. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 1. Anelli A, Anelli TFM, Youngson B, Rosen PP, Borgen PI. Mutations of the p53 Gene in Male breast Cancer. Cancer 1995;75:2233-8. 2. Fernández Chacón de Lucas C, Alonso Muñoz A, García Yanez A. Cáncer de mama del varón: revisión de 49 pacientes. Oncología 1991;14:68-72. 3. El Hajjam M, Khaiz D, Benider A. Cancer du sein chez lhomme. A propos de 50 observations. J Chir 1995;132:131-6. 4. Nagel M, Holtkamp B, Hagmuller E, Saeger HD. Le cancer du sein chez lhomme. J Chir 1993;130:300-3. 5. Ribeiro GG. Carcinoma of the male breast. A review of 200 cases. Br J Surg 1977;64:381-3. 6. Ulutin C, Gudeen M, Surankok S, Pak Y. Fifteen cases of male breast carcinoma treated between 1980 and 1995. Radiol Med 1998;16(5):383-6. 7. Chantra PK, So GJ, Wollman JS, Basset LW. 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ANÁLISIS DE 38 CASOS* Dr. Rigoberto Espinal,1 Dr. Mario Irias,2 Dr. Jorge Andino3 y Dr. Marcio Galo3 RESUMEN Se revisaron retrospectivamente 38 expedientes clínicos, de pacientes que fueron ingresados por traumatismo abdominal con lesión de páncreas, en los hospitales «Dr. Mario C. Rivas», Instituto Hondureño de Seguridad Social, clínicas privadas de San Pedro Sula y en el Hospital Escuela (Tegucigalpa), Honduras, del 1ro. de enero de 1995 al 31 de diciembre de 1996. En esta serie predominó el sexo masculino en el 86,6 %, y fue la tercera década la edad en que es más frecuente el traumatismo pancreático (42,1 %). En todos los casos de esta serie el mecanismo del trauma fue penetrante y los agentes causales fueron por arma de fuego (68,4 %) y arma blanca (31,6 %). El tiempo lesión-intervención fue menor de 5 h en el 44,5 % de los casos. Las lesiones asociadas más frecuentes fueron las de estómago (71 %), hígado (26,3 %), diafragma (26,3 %). En la mayoría de los casos (78,8 %) se practicó drenaje externo solo o asociado con otro procedimiento quirúrgico, pero 6 pacientes (15,7 %) requirieron pancreatectomía distal. Siete pacientes (18,4 %) presentaron 13 complicaciones, y fueron las más frecuentes: fístula pancreática (10,5 %), absceso de pared (7,8 %) y absceso intraabdominal (5,2 %). Fallecieron 2 pacientes (5,2 %). La estancia hospitalaria promedio fue de 32 días (rango: 0 a 78 días). Descriptores DeCS: TRAUMATISMOS ABDOMINALES/cirugia; TRAUMATISMOS ABDOMINALES/complicaciones; PANCREAS/lesiones; HERIDAS POR ARMA DE FUEGO; HERIDAS PERFORANTES; HERIDAS PENETRANTES. La lesión de páncreas permanece como uno de los mayores desafíos al que se enfrenta el cirujano que trata víctimas de trauma, y continúa retando su conocimiento y juicio, pues un daño pasado por alto o sub* 1 2 3 estimado puede conducir a complicaciones desastrosas.1,2 Por otra parte el trauma pancreático es relativamente raro y un cirujano individualmente tiene poca oportunidad de obte- Presentado en el XIII Congreso Latinoamericano de Cirugía y VI Congreso Cubano de Cirugía, La Habana, Cuba, del 19 al 24 de septiembre de 1999. Cirujano General del Hospital Nacional Norooccidental «Dr. Mario Catarino Rivas». Cirujano General. Jefe del Departamento de Cirugía. Hospital Regional IHSS (San Pedro Sula). Médico y Cirujano. 73 ner una experiencia personal extensa en su diagnóstico y tratamiento, las series colectivas son por tanto importantes para determinar los principios en el manejo de las lesiones de páncreas.3 En este estudio los autores revisan la experiencia reciente con las lesiones de páncreas en algunos hospitales de nuestro país (Honduras). MÉTODOS Se hizo un estudio retrospectivo de los pacientes intervenidos por traumatismo abdominal y que presentaban lesión de páncreas como hallazgo quirúrgico, en los archivos clínicos de los hospitales «Dr. Mario C. Rivas», Instituto Hondureño de Seguridad Social, clínicas privadas (San Pedro Sula) y del Hospital Escuela (Tegucigalpa). El período que comprendió este estudio fue del 1 de enero de 1995 al 31 de diciembre de 1996 (2 años). Se aplicó una ficha para recolectar información con respecto a las siguientes variables: edad, sexo, agente causal, tiempo lesión-intervención, lesiones asociadas, tratamiento, complicaciones, mortalidad y estancia hospitalaria. RESULTADOS En esta serie de 38 pacientes con lesión de páncreas predominó el sexo masculino (86,8 %) y fue más frecuente en la tercera década de la vida (edad promedio: 28,5 años) (tabla 1). El mecanismo de la lesión fue de tipo penetrante en todos los casos y fueron los agentes causales el arma de fuego (68,4 %) y el arma blanca (31,6 %). El tiempo de lesión-intervención fue de 4 h o menos en el 44,5 % de los casos y no se determinó en 4 pacientes (10,5 %). 74 TABLA 1. Lesiones de páncreas según edad Edad No. % 0-20 21-30 31-40 41-50 51-60 >61 7 16 9 4 1 1 18,4 42,1 23,6 10,5 2,6 2,6 Las lesiones asociadas más frecuentemente halladas en estos 38 pacientes fueron las de estómago (27), hígado (10), diafragma (10), bazo (9) y colon (9) (tabla 2). TABLA 2. Lesiones asociadas Estómago Hígado Diafragma Bazo Colon Riñón Intestino delgado Vascular Otras No. % 27 10 10 9 9 8 8 4 4 71,0 26,3 26,3 23,6 23,6 21,0 21,0 10,5 10,5 El tratamiento de la lesión pancreática consistió en drenaje externo en la mayoría de los pacientes (78,8 %), pero se practicó pancreatectomía distal en 6 pacientes (15,7 %) (tabla 3). Además se realizaron otros procedimientos para las lesiones asociadas, tales como gastrorrafia, esplenectomía o reparación del diafragma (tabla 4). TABLA 3. Tratamiento de la lesión pancreática Procedimiento No. Drenaje Pancreatectomía distal Desbridamiento más drenaje Sutura más drenaje Necrosectomía de la cabeza 24 6 4 2 2 % 63,1 15,7 10,5 5,2 5,2 TABLA 4. Procedimientos realizados para las lesiones asociadas DISCUSIÓN Procedimiento No. % Gastrorrafia Esplenectomía Reparación de diafragma más toracotomía mínima Hepatorrafia Nefrectomía Enterorrafia Colostomía Colecistectomía Otros* 24 11 63,1 28,9 8 5 5 5 3 1 5 21,0 13,1 13,1 13,1 7,8 2,6 13,1 La lesión de páncreas es rara o infrecuente al compararla con la de otras vísceras abdominales; su incidencia fue de 0,2 a 6 % y de ahí que sea inusual para cualquier cirujano ganar una experiencia extensa en el manejo de esta condición.4-6 Existe un franco predominio de los pacientes jóvenes masculinos en esta serie, lo que coincide con los reportes de la literatura médica.1,2,4,6-9 Aunque el mecanismo de la lesión pancreática en nuestro estudio fue únicamente de tipo penetrante, para corresponder al arma de fuego el 68,4 % y al arma blanca el 31,6 %, en las series de trauma abdominal generalmente corresponden 2 tercios de las lesiones de páncreas al trauma penetrante y un tercio al trauma cerrado.10 La tasa de lesiones asociadas fue alta en esta serie (más del 70 %), particularmente las de estómago, hígado, y diafragma; lo que está de acuerdo con la literatura médica y que se atribuye a la localización retroperitoneal de este órgano rodeado por varias vísceras huecas e importantes órganos.11 Amirata señala que resulta al menos una lesión asociada el 90 % de las veces.10 Varios procedimientos han sido recomendados en el tratamiento del trauma pancreático con diferentes resultados. Entre las opciones de tratamiento están: drenaje externo, resección, procedimientos de reconstrucción y la pancreatoduodenectomía.11 En esta serie el procedimiento que más se practicó fue el drenaje externo (78,8 %), pero se practicó resección distal en 6 pacientes (15,7 %) lo que está acorde con la conducta prevaleciente en el manejo de las lesiones de páncreas, que en los últimos años ha variado y refleja una conducta conservadora (la resección es utilizada *Renorrafia, exclusión pilórica, pericardiomiotomía, reparaciones vasculares. Siete pacientes (18,4 %) presentaron complicaciones y fueron las más frecuentes: absceso de pared, fístula pancreática y absceso intraabdominal (tabla 5). TABLA 5. Complicaciones de las lesiones pancreáticas Fístula pancreática Absceso de pared Absceso intraabdominal Seudoquiste Absceso pancreático Fístula intestinal Sangrado posoperatorio No. % 4 3 2 1 1 1 1 10,5 7,8 5,2 2,6 2,6 2,6 2,6 Dos pacientes fallecieron (5,2 %). Uno era un paciente masculino de 52 años con herida por arma de fuego, con lesión vascular asociada que ingresó en shock hipovolémico y falleció en el quirófano, el otro paciente era un hombre de 66 años también con herida por arma de fuego con lesiones asociadas (bazo y estómago), a quien se le practicó una pancreatectomía distal. Se complicó con absceso pancreático y sangrado digestivo. La estancia hospitalaria promedio fue de 32 días (rango: 0 a 78 días). 75 juiciosamente, las anastomosis pancreatoentéricas han sido abandonadas y el drenaje externo es el soporte principal del tratamiento).12 En esta serie de 38 pacientes 7 (18,4 %) mostraron complicaciones (absceso de pared, fístula pancreática, absceso intraabdominal, etc.) lo que está dentro del rango dado por la revisión de la literatura (8 a 33 %).7 Aunque en nuestra serie la tasa de mortalidad fue baja (5,2 %) la tasa de mortalidad asociada con las lesiones pancreáticas permanece alta, arriba del 20 % en algunas series, pero la muerte es usualmente por una lesión vascular o visceral asociada, más que a la lesión pancreática por sí misma.6 De 50 a 75 % de las personas que fallecen con una lesión pancreática lo hacen durante las primeras 48 horas que siguen al accidente, la causa primaria es por hemorragia. A la infección y la insuficiencia orgánica múltiple les corresponde el resto de las demás muertes.13 Esta serie de 38 pacientes con lesión de páncreas presentó una estancia hospitalaria prolongada con un promedio de 32 días; para fines comparativos Cogbill 2 reportó 23 días en su serie de 44 pacientes del Denver General Hospital. En conclusión, aunque las lesiones de páncreas ocurren en solo 1 a 3 % de los traumatismos abdominales, permanecen como un problema en cuanto a su diagnóstico y manejo quirúrgico, el pronóstico está determinado por ciertos factores que incluyen la severidad de las lesiones asociadas, si está o no comprometido el ducto pancreático y la presencia de lesión pancreatoduodenal combinada, el reconocimiento de la lesión pancreática en el momento de la exploración quirúrgica inicial, identificación de la posible lesión del ducto e instalación de un adecuado drenaje quirúrgico son las piedras angulares para un tratamiento exitoso.4,7,11 SUMMARY 38 medical histories of patients who were admitted due to abdominal trauma with pancreatic injuries in the Dr. Mario C. Rivas Honduran Institute of Social Security, in private clinics of San Pedro Sula and in the Teaching Hospital of Tegucigalpa, Honduras, from January 1st, 1995, to December 31st, 1996, were reviewed. Males predominated in this series (86.6%) and the pancreatic injuries were more frequent in the third decade of life (42.1%). In all the cases of this series the trauma mechanism was penetrating and the causal agents were gunshot (68.4%) and stabbing (31.6%). The injury-operation time was under 5 hours in 44.5% of the cases. The most frequent associated injuries were those of the stomach (71%), liver (26.3%) and diaphragm (26.3%). Subject headings: ABDOMINAL INJURIES/surgery; ABDOMINAL INJURIES/complications; PANCREAS/ injuries; WOUNDS, GUNSHOT, WOUNDS, STAB; WOUNDS, PENETRATING. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 1. Wisner DH, Wold RL, Frey CH. Diagnosis and treatment of pancreatic injuries. Arch Surg 1990;125:109-13. 2. Cobgbill TH, Moore EE, Kashuk JL. Changing trends in the management of pancreatic trauma. Arch Surg 1982;117:722-6. 3. Northrup WF, Simmons RL. Pancreatic trauma: review. Surgery 1972;71:27-43. 4. Madiba TE, Mokoena TR. 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El trasplante de órganos y tejidos en Cuba y otros países es un campo médico-quirúrgico que ha experimentado un enorme desarrollo durante los últimos años por diferentes motivos, que van, desde una mayor experiencia de los equipos extractores-trasplantadores, hasta un importante progreso en las técnicas inmunosupresoras y en el manejo postrasplante.1-3 Si bien la extracción de riñones y otros órganos tuvo su mayor cuantía a finales de la década del 80,2-5 esta actividad decayó a inicios de la década del 90,1,4,6 por un fenómeno multifactorial, en una buena parte asociado a problemas relacionados con la negativa familiar1,6 y la poca atención y organización de los equipos extractores trasplantadores. Considerando que la escasez de donantes potenciales y la disminución de las donaciones, junto al aumento de las indicaciones de trasplante, incrementan las listas de espera, se impone aumentar el número de extracciones anuales tomando en cuenta que entre 0,8-1,1 % de los fallecidos hospitalarios son donantes potenciales y de estos entre 60-70 % son politraumatizados.1 La creación de centros detectores relacionados con los extractores daría mayor dinámica y aporte de donantes, así como el perfeccionamiento y protocolización de la actividad significaría la optimización de la extracción de órganos.5,7 A inicios del año 1997, se organizó el Sistema Nacional de Rescate de Órganos en el país; actualmente existen 23 centros destinados a tal efecto, 7 en la Ciudad de La Habana; por lo que son importantes las reflexiones que se exponen, pues el 96 % de los trasplantes renales en Cuba se efectúan de donante cadáver 8 y actualmente en el país hay 593 pacien- Especialista de I Grado en Cirugía General. Grupo de Rescate y Trasplante Renal. Servicio de Nefrología. Especialista de II Grado en Medicina Interna. Profesor Auxiliar. 1 2 78 tes que necesitan este tratamiento, por lo que hace falta que se realicen 198, o sea (18 por millón de habitantes) anualmente, para satisfacer la demanda de éstos. El tiempo promedio con métodos dialíticos es de 3 años, según datos suministrados por el Centro de Coordinación de Trasplante del Instituto de Nefrología. Cumpliendo indicaciones del MINSAP se organizó en nuestro Instituto una comisión dirigida por el Vicedirector de Urgencias y formada por los jefes de los Servicios afines a esta actividad, la cual se reúne periódicamente para analizar los problemas particulares que afectan el cumplimiento de las indicaciones, así como los casos potenciales de donación. Considerando la experiencia de países desarrollados 1,2,5 se destinó una cama en la Unidad de Cuidados Intensivos para soporte vital, a pacientes en coma con Glasgow inferior a 8, evaluarlos adecuadamente, realizar las pruebas clínicas y diagnosticar la muerte encefálica, que en nuestro caso proviene generalmente de accidentes vasculares hemorrágicos y traumas craneoencefálicos severos. Una cuestión importante, es el operativo de aseguramiento que se debe organizar para desplazar al equipo extractor, el cual exige coordinación precisa del Centro para activar en el plazo más breve, los diferentes componentes del equipo y al personal de apoyo. El retraso en la llegada genera malestar comprensible en los familiares del donante y lo que es más grave, desmotiva a los médicos asistenciales, lo que produce entre éstos la apatía en ofrecer otro donante potencial.1 Simultáneamente se comienza a realizar psicoterapia con los familiares para el consentimineto informado de la donación; a veces no hay comprensión en este sentido y se presentan problemas en el cumplimiento de las medidas y plazos establecidos en la realización de esta acción médico-quirúrgica, que va desde el aviso al equipo extractor, incluyendo su transportación y llegada al centro, hasta la salida para el Centro Nacional de Coordinación de Trasplante del Instituto de Nefrología, lo cual prolonga el tiempo de isquemia fría de los riñones, que pueden incluso ser transportados a centros de trasplante ubicados en otras provincias. Otro tópico no menos importante es la falta de divulgación que existe por los medios de comunicación masiva sobre la importancia de donar órganos para trasplante.1,4 En otros países se da publicidad mediante programas regionales donde se abordan aspectos concretos como son: la necesidad de órganos, los buenos resultados del trasplante y la inexistencia de comercialización. Se propone para el futuro la incorporación dentro del contenido didáctico habitual de los escolares, el tratar sobre la donación y trasplante de órganos; éstos podrían hacerse de forma similar al programa de donación de sangre, pues no basta la recogida de forma fría de la disposición de los ciudadanos a donar sus órganos en el carné de identidad,9 sino incentivar y sensibilizar a la realización de este acto solidario post mortem, dentro de la población en general y particularmente en los hospitales. Actualmente, el trasplante renal brinda la mejor perspectiva de vida a los pacientes aquejados de insuficiencia renal crónica terminal, pues mejoran su calidad de vida, pueden reincorporarse a una vida laboral activa y económicamente representa ahorro en divisas al país, comparándolo con los costos de los métodos dialíticos.7,10-12 El desarrollo y consolidación en la extracción de órganos y el trasplante renal en nuestro Instituto y en todo el país, posibilita ofrecer una mejor atención médico-quirúrgica a nuestro pueblo en sentido general. 79 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 1. Aránzabal J. Obtención de órganos: problemática actual y posibles acciones positivas. Nefrología 1990;10(3):234-40. 2. García García M, Valles M. Desarrollo de programas de trasplante renal. Informe anual del registro de pacientes en diálisis y trasplante en España 1986. Nefrología 1988;8(Suppl 2):1-11. 3. Wing AJ, Broyer M, Brunner FP, Brynger H, Ehrich JHH, Fassbinder W, et al. 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