Untitled - Arqueologia Pública

Transcrição

Untitled - Arqueologia Pública
ISSN 1981-2477
Revista
Arqueologia Pública
Publicação Anual
no 2
2007
São Paulo, Brasil
Revista.pmd
1
26/9/2007, 12:00
Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.
Editores
Pedro Paulo Abreu Funari (NEE/UNICAMP)
Erika Marion Robrahn-González (NEE/UNICAMP)
Comissão Editorial
Lourdes Dominguez (Oficina del Historiador, Havana, Cuba)
Andrés Zarankin (UFMG)
Gilson Rambelli (NEE/UNICAMP)
Nanci Vieira Oliveira (UERJ)
Ana Pinon (Universidad Complutense de Madrid, Espanha)
Pedro Paulo Abreu Funari (NEE/UNICAMP)
Erika Marion Robrahn-González (NEE/UNICAMP)
Charles Orser (Illinois State University, EUA)
Conselho Editorial
Gilson Martins (UFMS)
José Luiz de Morais (MAE/USP)
Peter Ucko (Institute of Archaeology, UCL)
Laurent Olivier (Université de Paris)
Sian Jones (University of Manchester)
Martin Hall (Cape Town University, South Africa)
Bernd Fahmel Bayer (Universidad Nacional Autónoma de México)
Projeto gráfico
José Luiz de Magalhães Castro Neto
2
Revista.pmd
2
26/9/2007, 12:00
Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.
EDITORIAL
Arqueologia Pública na América Latina
Este é o segundo número de Arqueologia Pública. A revista foi lançada na reunião da
UISPP, em Lisboa, em setembro de 2006, em um contexto internacional. O foco do primeiro
volume foi a divulgação dos estudos e práticas públicas da disciplina por parte de brasileiros.
Se no âmbito mundial a Arqueologia Pública já estava a se projetar havia algum tempo, cabia
mostrar como também em nosso país a disciplina voltava-se para a interação com as comunidades e grupos sociais envolvidos com seu patrimônio cultural. A diversidade como valor e
o reconhecimento da importância da ação com a variedade de componentes da sociedade
brasileira visavam explicitar o caráter social da Arqueologia. A acolhida em Lisboa foi muito
positiva.
Este segundo número marca, em primeiro lugar, a consolidação da Arqueologia Pública na Universidade Estadual de Campinas, em particular no Núcleo de Estudos Estratégicos.
Cabe reforçar a importância da promoção de políticas públicas em prol da preservação do
patrimônio cultural, assentada nas premissas do desenvolvimento sustentável, da diversidade e, principalmente, da inclusão social. O valor estratégico da Arqueologia está no avanço
da diversidade1, conforme a Emenda Constitucional n. 48, de 10 de agosto de 2005, que
explicita a “valorização da diversidade étnica e regional”2. Este caráter estratégico da Arqueologia não pode ser subestimado e a Arqueologia Pública mostra-se, pois, essencial3.
Em seguida, convém lembrar o alcance continental dessa Arqueologia Pública, com suas
características latino-americanas. O IV Encontro de Teoria Arqueológica na América do Sul,
realizado em julho de 2007, em Catamarca, Argentina, revelou bem essas preocupações
públicas da disciplina. Isto se reflete neste segundo volume de forma bem clara, com a
participação dos colegas de outros países latino-americanos. O continente, ainda marcado
por tantas desigualdades sociais, produz uma reflexão original, relevante também para os
centros hegemônicos cuja produção não deve ser, de maneira alguma, ignorada. Trata-se de
um só mundo e de uma só Arqueologia. Isto tudo se reflete, de alguma maneira, neste
segundo número da revista, que reitera seu papel de veículo de comunicação em prol do
debate aberto de experiências, perspectivas e aprimoramento das atuações voltadas ao estudo, à valorização e proteção do patrimônio cultural.
Pedro Paulo A. Funari
Erika Robrahn-González
(1) Conforme a Emenda Constitucional n. 48, de 10
de agosto de 2005.
(2) Sobre a diversidade indígena e a Arqueologia,
cf. Érika M. Robrah-González, Diversidade cultural entre os grupos ceramistas do sul-sudeste brasileiro: o caso do vale do Ribeira de Iguape.. PréHistória da Terra Brasilis. Rio de Janeiro: In: M.C.
Tenório, 1999.
(3) Cf. Pedro Paulo A. Funari, O papel estratégico da
Arqueologia na delimitação de terras indígenas e
quilombolas, VII Encontro Nacional de Estudos Estratégicos, Brasília, novembro de 2007, patrocinado pela
Presidência da República.
3
Revista.pmd
3
26/9/2007, 12:00
Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.
4
Revista.pmd
4
26/9/2007, 12:00
Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.
Sumário
Artigos
7
SITIO ARQUEOLÓGICO CARSA (PUERTO DESEADO, PATAGONIA
A R G E N T I N A ) : REFLEXONES SOBRE LA PRÁCTICA DE UNA
ARQUEOLOGÍA SOCIAL Y PÚBLICA.
Alicia Castro
Miguel Ángel Zubimendi
Luciano Grassi
Pablo Ambrústolo
Lucia Mazzitelli
“AGUA MOLE EM PEDRA DURA TANTO BATE ATÉ QUE FURA: EDUCAÇÃO
POPULAR E HERANÇA CULTURAL NO SÉCULO XXI”
23
Elizabete Tamanini
Zilma Isabel Peixer
“LIDANDO COM AS COISAS QUEBRADAS DA HISTÓRIA”
33
José Alberione dos Reis
MANEJO DE RECURSOS CULTURALES Y PUESTA EN VALOR DE
HISTORIAS REGIONALES
45
Mónica Berón
Marina Guastavino
NARRATIVAS ARQUEOLÓGICAS PÚBLICAS E IDENTIDADES INDÍGENAS
EN CATAMARCA
57
Marcos Quesada
Enrique Moreno
Marcos Gastaldi
DESARROLLO DE UN MODELO PRODUCTIVO PARA LA RECUPERACION
SOCIOCULTURAL DE POBLACIONES MARGINALES DE LA PROVINCIA
DE CATAMARCA: AZAMPAY UNA EXPERIENCIA PILOTO
73
María Carlota Sempé
Susana Alicia Salceda
Susana Martínez
GUANABACOA COMO UNA “EXPERIENCIA” INDIA EN NUESTRA
COLONIZACIÓN: LOS RETOS DE LA ARQUEOLOGÍA PÚBLICA
89
Lourdes S. Domínguez
5
Revista.pmd
5
26/9/2007, 12:00
Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.
6
Revista.pmd
6
26/9/2007, 12:00
Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007. pgs. 7-21.
SITIO ARQUEOLÓGICO CARSA (PUERTO DESEADO, PATAGONIA
ARGENTINA): REFLEXIONES SOBRE LA PRÁCTICA DE UNA
ARQUEOLOGÍA SOCIAL Y PÚBLICA.
Alicia Castro*
Miguel Ángel Zubimendi**
Luciano Grassi***
Pablo Ambrústolo****
Lucia Mazzitelli*****
Resumen: Se presenta una experiencia de la práctica arqueológica llevada
a niveles escolares, con alumnos en riesgo de un colegio de la ciudad de
Puerto Deseado (Santa Cruz, Patagonia Argentina), con dos objetivos: incentivar por medio la practica compartida, la incorporación al conocimiento,
de la Arqueología, la concepción del resto arqueológico como bien cultural
y el valor patrimonial del pasado; y, motivar a grupos escolares en riesgo a
adquirir una respuesta áulica positiva. Se discuten las acciones y resultados
y se toma el ejemplo como modelo para una discusión crítica sobre la
Arqueología pública y social pretendida por el grupo de investigación.
Palabras clave: Arqueología pública y social, practica compartida,
comunicación.
Introducción
En este trabajo nos proponemos, en un
primer momento, buscar las herramientas
transdisciplinarias que permitan dar cuenta
y analizar las discusiones que se suscitaron
* Museo de La Plata, Universidad Nacional de La Plata,
[email protected]. Paseo del Bosque s/n,
La Plata (1900), Buenos Aires, Argentina.
** CONICET y Museo de La Plata, Universidad
Nacional de La Plata
*** Facultad de Periodismo y Comunicación Social,
Universidad Nacional de La Plata
**** CONICET y Museo de La Plata, Universidad
Nacional de La Plata
***** Museo de La Plata, Universidad Nacional de La Plata
a partir del desarrollo de una experiencia
llevada a cabo en la ciudad de Puerto
Deseado, Provincia de Santa Cruz, entre
miembros del equipo de investigación arqueológica, y adolescentes pertenecientes a un
colegio secundario local.
Entendemos que la práctica arqueológica es una producción de conocimiento sobre
el pasado, pero también un compromiso social como investigadores en el presente en
que vivimos. Esta concepción nos lleva a entender a la Arqueología como un campo disciplinar compartido, donde el saber que se
deriva de su práctica, integra a las comunidades locales con nuestros intereses como
científicos, ya que, en definitiva, es la
sociedad en su conjunto la que se hace
7
Castro et al.pmd
7
26/9/2007, 10:13
Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.
responsable de los conocimientos que se
generan, su legitimación y su conservación.
En el mismo sentido, nos planteamos
llegar un poco más allá de esta idea, propiciando una construcción en la cual los sujetos
de las comunidades involucradas sean activos
en la producción de conocimiento acerca del
pasado, a partir de sus propios conocimientos
particulares, formales o no, que aportan a la
percepción e imagen del pasado. Los
miembros de las comunidades no son solo
constructores activos de conocimiento, sino
que también lo son en la elaboración de
principios relativos a la importancia del
pasado, así como en la construcción de la
idea de patrimonio y conservación de la
memoria.
Si se consideran de esta manera, los
proyectos de extensión universitarios no
podrían ser pensados como una mera etapa
de transmisión de conocimientos, sino como
otra posible etapa de producción de saberes
y acciones valorativas significativos dentro de
los marcos de la investigación; o bien como
una investigación paralela y complementaria
en donde, además de dar cuenta de los
descubrimientos arqueológicos se de cuenta
de los procesos de comunicación, educación
y producción de identidades colectivas que
surgen de la práctica de extensión con los
actuales pobladores de la zona.
En este sentido se desarrolló, en el actual
Museo Municipal Mario Brozoski (fig. 1), una
experiencia realizada en el año 2000 con
alumnos de cuarto año de Polimodal de la
Escuela de Comercio de Puerto Deseado.
Dicha experiencia, consistió en una actividad
de taller de arqueología de campo, cuyo objetivo fue – a través de la praxis compartida
– que los alumnos entiendan la práctica de
la Arqueología, el valor de los recursos arqueológicos y el valor patrimonial de nuestro
pasado indígena. Se trabajó con adolescentes que podrían encuadrarse como los denominados grupos de riesgo, integrándolos en
actividades lúdicas como ejes motivadores a
mejores respuestas áulicas.
Es sobre esta experiencia que discutiremos algunas cuestiones que hacen al objetivo de este trabajo, tratando de establecer a
la misma como actividad ejemplificadota de
lo que creemos debe ser un encuadre público de la arqueología como un compromiso
social / político del investigador.
En este trabajo, entonces, se introducirá
sobre la situación del espacio geográfico y
Figura 1. Foto de la entrada del Museo Municipal Mario Brozoski, en la ciudad de Puerto Deseado,
institución articuladora de las actividades desarrolladas en dicha ciudad.
8
Castro et al.pmd
8
26/9/2007, 10:13
Sitio arqueológico Carsa (Puerto Deseado, Patagonia Argentina):
Reflexones sobre la práctica de una arqueología social y pública.
Alicia Castro, Miguel Ángel Zubimendi, Luciano Grassi, Pablo Ambrústolo y Lucia Mazzitelli
social de Puerto Deseado, y sobre el trabajo
que el equipo de investigación ha desarrollado
allí a través de los años. Luego se abordarán
las memorias de la práctica concreta, los
marcos de interés en que se generaron y los
resultados obtenidos, todo encuadrado en las
creencias y principios que hemos nombrado
precedentemente.
Finalmente, a partir del análisis crítico
de la experiencia y del trabajo realizado por
el equipo, se intentará aportar a la discusión
sobre la escisión entre las prácticas de
extensión y las de investigación, así como
poder poner en discusión el campo relacional
dado entre el rol social del investigador y la
arqueología, como el de los otros actores que
intervienen en esta interacción.
Relato sobre Puerto Deseado,
estructura
geográfica,
social,
económica
La localidad de Puerto Deseado se halla
ubicada al Noreste de la Provincia de Santa
Cruz y en el departamento Deseado, del cual
es cabecera. La principal característica del
territorio la constituye su situación de borde
marítimo sobre la costa norte de la desembocadura de la ría, que en forma de embudo
se abre hacia el Océano Atlántico.
La ciudad se asienta a 5 msnm,
individualizándose en el sector oeste,
pendientes más abruptas que protegen su
emplazamiento de los vientos. El clima oscila entre templado y frío moderado. El extenso litoral marítimo permite la conformación
de gradientes que dan lugar a diferentes
hábitat que albergan una alta biodiversidad
de especies, especialmente marinas.
Desde el siglo XVI la ría de Puerto
Deseado fue utilizada como fondeadero de
antiguas naves que surcaban los mares
australes. La idea inicial del desarrollo a través del puerto, constituyó y constituye el eje
trasversal del municipio; primero para el
embarque de la producción lanera del norte
de Santa Cruz, y posteriormente en relación
con la pesca de altura. A partir de la
concreción del puerto en 1928, se inauguró
una etapa que marcaría un rumbo bien defin i d o . D e e s t a m a n e r a l o s m a y o r e s
acontecimientos históricos de Puerto
Deseado, así como los diferentes cambios
económicos, siempre estuvieron sujetos a las
modificaciones portuarias. Desde el puerto
se sucedieron períodos de gran movimiento,
donde no sólo se importaron materiales para
la región, sino que sirvió de apoyo a la
ganadería y luego, a partir de 1983, a la pesca.
Actualmente, Puerto Deseado tiene una
población estimada de trece mil habitantes.
Según se denotan en los últimos relevamientos
que datan del 20031, es evidente la incidencia
que tiene la actividad portuaria y pesquera
en la economía y generación de trabajo en
Puerto Deseado llegando a representar casi
el cuarenta por ciento de la ocupación de la
zona. La otra actividad de sostén, es el
empleo en el sector de la actividad pública,
integrado por los organismos nacionales,
provinciales y municipales que representa
otro cuarenta por ciento del total.
Pero actualmente aunque no poseemos
cifras precisas la ciudad enfrenta un proceso
de empobrecimiento y falta de oportunidades de trabajo. Las actividades pesqueras
como situaciones oportunistas de trabajo en
otros momentos hoy sufren los efectos de la
veda pesquera que sume al puerto en largos
periodos de inactividad. Los buques factorías
son otro de los problemas que han reducido
el número de oportunidades de puestos de
trabajo y la saturación del aparato burocrático municipal. A esto se suma al aumento
poblacional por nacimientos locales como por
efectos de inmigración interna y de países
limítrofes, que superan a la emigración.
Además la ciudad presenta un carácter de
insularidad producto de su aislamiento con
respecto al eje de comunicación terrestre
principal, la Ruta Nacional Nº 3, que le
acentúa la representación de lejanía. Esto
(1) En los últimos años la población de la ciudad a
observado un notable incremento, aunque se carezca
de datos poblacionales más recientes.
9
Castro et al.pmd
9
26/9/2007, 10:13
Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.
sume a la población juvenil en una situación
contradictoria, por un lado la franja de altos
recursos, hijos de padres con buenos empleos
o profesionales, cuyas alternativas son abandonar el pueblo hacia centros universitarios
o integrar los comercios familiares. Para
otros, los de menores recursos, la alternativa es restringir su idea de futuro a las
eventuales oportunidades de la pesca,
actividad temporaria portuaria o el subempleo.
Esto marca una dicotomía muy clara entre la
franja juvenil: los que tienen posibilidades y
los que no.
Sobre el equipo de investigación:
experiencias, investigación y extensión
El trabajo de investigación en la Costa
Norte de la Provincia de Santa Cruz tiene sus
inicios en el año 1987 a partir de objetivos
tendientes a estudiar el comportamiento de
los grupos aborígenes cazadores recolectores
en el litoral marino continental en un territorio
que, básicamente, había sido estudiado desde el espacio interior. Un segundo objetivo
fue establecer los usos litorales desde la perspectiva temporal, proyectando diferentes
conductas desde el inicio de la ocupación
humana en Patagonia hasta el momento de
contacto con poblaciones europeas.
En particular, los estudios de la Costa
Norte de Santa Cruz y del litoral marítimo
habían sido escasos. Solo unos pocos
trabajos, previos a los trabajos sistemáticos
realizados por este equipo de investigación,
agotan prácticamente la bibliografía específica sobre el tema.
En primera instancia, entonces, se trató
de verificar a través de información espacial, qué recursos, marinos o terrestres, fueron
los más importantes para determinar la
elección de los asentamientos. Es decir, qué
parte del ambiente fue utilizada y con qué
intensidad, teniendo como objetivos el
reconocimiento del ambiente, la determinación
del tipo y cantidad de restos arqueológicos,
el establecimiento de relaciones causales
entre la densidad de sitios y los recursos
marinos, y la comparación entre esta en la
costa y el interior inmediato.
Los fechados radiocarbónicos han confirmado la reocupación desde el Holoceno
Medio hasta aproximadamente los 900 años
AP (Castro et al. 2007), pero aún no
conocemos con certeza los procesos de
despoblamiento – si es que efectivamente
sucedieron–, o los procesos socialesculturales que enmascaran la expresión
aborigen.
Hemos podido discutir algunos aspectos
relativos a la tecnología y éstos como resultado, nos plantean nuevas preguntas que
debemos resolver. Los estudios sugieren que
el aprovechamiento de recursos, y por ende
la elección del espacio de ocupación,
corresponde a conductas relacionadas a una
estrategia programada por parte de los
cazadores recolectores. Esto ha permitido
discutir los modelos generales de antropodinamia
indígena definidos para la ocupación
patagónica (Moreno 2003, Castro et al. 2003
y Zubimendi et. al 2004).
Sobre el proyecto de extensión
Este equipo ha considerado que las hoy
denominadas actividades de extensión y
transferencia siempre han tenido importante relevancia, aun cuando no poseían “peso
curricular”. En la actualidad el enfoque de la
academia ha cambiado y ésta es una
actividad que es un requisito importante para
las Políticas Científicas y Académicas de las
Universidades Nacionales.
El proyecto de investigación básica incluye
un proyecto de extensión que propone un plan
de trabajo con diferentes plazos y objetivos
a cumplirse por etapas. La planificación
propone el trabajo a partir del fortalecimiento
y consolidación de los espacios e instituciones
con los que se venía trabajando. Es en este
sentido que el Museo Municipal Mario
Brozoski se encuentra en un lugar vertebrador.
El Museo Brozosky de Puerto Deseado fue
creado hace más de quince años con el fin
de brindar un espacio para los objetos
10
Castro et al.pmd
10
26/9/2007, 10:13
Sitio arqueológico Carsa (Puerto Deseado, Patagonia Argentina):
Reflexones sobre la práctica de una arqueología social y pública.
Alicia Castro, Miguel Ángel Zubimendi, Luciano Grassi, Pablo Ambrústolo y Lucia Mazzitelli
hallados en el hundimiento de la Goleta Swift,
hallada por tres buzos locales2. Hoy continúan
los trabajos de rescate submarino por parte
de un equipo de arqueólogos subacuáticos
(Elkin et al. y 2006).
Luego de la decisión política de transferir los museos provinciales a la administración
municipal en el año 2005, se realizaron
acuerdos con el Intendente de Puerto
Deseado, Sr. Arturo Rodríguez, para el
desarrollo de un plan de trabajo con la
propuesta de ampliar este Museo, incluyendo
la historia local aborigen.
El material fundacional de este espacio
ha sido una colección de material lítico, consistente en un conjunto de cinco mil piezas
recolectadas por el Padre J. Molina en la
Costa Norte de Santa Cruz. Con este material, que está siendo recatalogado, se ha
generado un archivo y un espacio de
exhibición cuya temática es la “Arqueología
de cazadores recolectores costeros”. En este
marco se realizan exhibiciones y conferencias estructuradas en tres ejes iniciáticos:
¿Que es la Arqueología y como trabaja?, la
prehistoria de la Patagonia y el proceso cultural en la Costa Norte de Santa Cruz.
Estas tareas mantienen la relación con
otros espacios como ONGs y otros “actores”
locales, por ejemplo algunos dueños de
estancias, tratando de compartir los
conocimientos sobre el cuidado, preservación
y conservación de los restos arqueológicos y
controlar el impacto de los turistas. Esto último incluye el trabajo con la gestión política
a fin de hallar las mejores formas de manejo de recursos involucrando los dueños de la
tierra. En otra etapa se planea formalizar el
desarrollo de las actividades en el ámbito
educacional, considerado éste como un
sector estratégico.
Por sobre todas las cosas se busca fomentar el desarrollo y cogestión del manejo
de los recursos culturales, dando lugar a
(2) Entre ellos Mario Brozoski, joven buzo que falleció
pocos años después. El Museo Municipal lleva su
nombre en su honor.
espacios regulares dentro de las instituciones
educativas, destinados al desarrollo de los
contenidos arqueológicos básicos.
Memorias de la experiencia en el “Sitio
Carsa”. Lecturas sobre el diagnostico
previo
La realización de esta experiencia se
gestó con el objetivo de intentar proyectar el
trabajo profesional hacia un perfil de
compromiso social. Por otro lado, se
esperaba fortalecer las relaciones que el
equipo de investigación venía desarrollando
con la comunidad de Puerto Deseado y sus
instituciones.
El carril por el cual se decidió alcanzar
estos objetivos fue por medio de una
actividad de coparticipación, para que la
comunidad alcance una mejor comprensión
de su patrimonio, construya su historia y su
identidad y entienda el significado y valor de
preservar los restos arqueológicos.
De esta manera, se decidió realizar un
diagnóstico de situación que diera cuenta de
las problemáticas generales que se
consideraban del territorio y los intereses del
equipo de investigación.
Este relevamiento manifestó varios tópicos entre los que se podría destacar como
problemática social condensadora, la
existencia de un profundo desconocimiento
y subvaloración de las comunidades indígenas que ocuparon la zona en el pasado.
En el mismo sentido, se constató que
en las instituciones educativas las currícula
y los programas relativos a la Historia que
se enseña y aprende en los niveles primarios
y secundarios, son la versión institucionalizada
de un proceso no contextualizado, que
comienza con la colonización europea de
Patagonia y que, de existir información sobre grupos indígenas, está referida a los
momentos de contacto hispano indígena.
Además, se determinó que derivado del
desconocimiento y subvaloración general,
más la falta de políticas públicas que puedan
fomentar las actividades arqueológicas y un
11
Castro et al.pmd
11
26/9/2007, 10:13
Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.
adecuado gerenciamiento, se incurre en un
continuo impacto negativo antrópico sobre los
restos arqueológicos (por ejemplo
construcciones urbanas, sondeos petroleros,
mal uso del espacio y turismo descontrolado). Así es como genera la contradictoria
conducta de recolectar piezas arqueológicas,
por sus valores como objetos bellos,
atractivos o curiosos, pero con un profundo
desconocimiento de su significado. De esta
forma, se produce, entonces, un impacto
negativo sobre el registro y preservación del
patrimonio arqueológico.
Sobre este diagnóstico se planteó, en
primera instancia, encontrar las vías de
llegada a la comunidad para que se pudieran
problematizar varias cuestiones relativas a
la práctica arqueológica. Específicamente se
buscaba compartir las formas de trabajo, la
importancia de la preservación de los sitios
y los restos culturales, las técnicas de
recolección, etc.; para poder introducir en la
enseñanza la Historia más atrás de la llegada
de los europeos, en un plano de revalorización
de los grupos aborígenes.
Se decidió trabajar con los jóvenes y
niños, ya que encierran un importante potencial creativo y son buenos agentes
multiplicadores en sus hogares. En definitiva, nos decidimos por estos grupos porque
la idea se centraba en ofrecerles elementos
movilizadores para la construcción del
conocimiento y de valores tales como pasado,
identidad o patrimonio. Pretendíamos,
además, trabajar con aquellos en donde la
introducción de esta práctica podría generar
expectativas novedosas, es decir aquellos de
menores recursos.
Sobre la intervención
En ese marco, en el año 2000 se comenzó
un diálogo con las autoridades ejecutivas de
Puerto Deseado con el fin de poner en común
las inquietudes que se habían relevado. En
un principio, si bien parecía haber buena
voluntad, la existencia del espacio de dialogo no se tradujo en acciones concretas. Al
año siguiente las discusiones continuaron con
un nuevo interlocutor, la entonces Directora
de Turismo, Prof. Nora Babruskis quien apoyó
las ideas y propuso aplicar estas iniciativas
con un grupo de alumnos de segundo año
del Polimodal (educación secundaria) de la
Escuela Comercial 4 de Puerto Deseado, conformado por jóvenes de distintas edades, con
problemáticas comprometidas e incluso
algunos, padres adolescentes. La escuela se
caracteriza por tener una matrícula que
cuenta, en parte, con franjas sociales de
escasos a bajos recursos económicos con
problemas sociales significativos.
El primer paso, entonces, fue solicitar el
permiso a las autoridades del Colegio quienes
aceptaron la propuesta, y luego se hicieron
las presentaciones con el grupo. La primera
impresión fue difícil, los jóvenes parecían ser
muy conflictivos, y el diálogo no fue fluido.
Los adolescentes impusieron una distancia
significativa al principio con actitudes rebeldes, desinteresadas, acusando desagrado,
descrédito o improcedencia. Esa distancia se
rompió luego, cuando el tema de conversación
cambió utilizando su mismo lenguaje u objetos de conversación de su interés. Evidentemente las herramientas de comunicación
fueron un inconveniente inicial que se subsanó
recurriendo a artilugios, a veces, poco ortodoxos. Éste, también fue uno de los aspectos importantes de esta cuestión.
Las actividades fueron propuestas a
contraturno, sobre la base de un compromiso
individual, dependiendo de los intereses
lúdicos de cada uno. En tal sentido, el trabajo
se planteó como extracurricular y a voluntad.
Sobre un total de 30 alumnos, un grupo
de alrededor de diez alumnos se integraron
a la experiencia, de los cuales dos tuvieron
que abandonar el trabajo por cuestiones
personales, quedando, hasta el final de la
experiencia, un grupo firme de ocho alumnos.
El proyecto comenzó con una breve
introducción teórica, dando algunas nociones
sobre la arqueología en general, la prehistoria
y el trabajo del arqueólogo. Luego se
comenzó a realizar la experiencia en el sitio
Carsa (fig. 2). Este sitio se denominó de esa
12
Castro et al.pmd
12
26/9/2007, 10:13
Sitio arqueológico Carsa (Puerto Deseado, Patagonia Argentina):
Reflexones sobre la práctica de una arqueología social y pública.
Alicia Castro, Miguel Ángel Zubimendi, Luciano Grassi, Pablo Ambrústolo y Lucia Mazzitelli
forma debido a que se encuentra cercano a
las instalaciones de la empresa que lleva ese
nombre. Se encuentra en las afueras del
pueblo, de manera que el acceso se podía
realizar a pie, hecho que no les ocasionaba
gastos a los alumnos. Esas razones, es decir
la viabilidad económica del proyecto o de la
actividad para todos los actores involucrados
estaban contempladas como condición previa a la realización de la actividad.
La segunda etapa se realizó puntualmente
en el sitio arqueológico, donde se enseñaron
algunas de las herramientas básicas del ar-
queólogo en el trabajo de campo: como la
medición, la prospección, el relevamiento, la
definición de las cuadrículas, la excavación y,
sobretodo, poder “mirar el entorno”
acercándose a entender la naturaleza. Cada
paso fue problematizado, buscando sustentar las razones de cada acción y decisión.
Luego de los primeros encuentros de
acercamiento al campo, los alumnos
continuaron el trabajo con la prof. Nora
Brabuskis. De esta forma, el contacto se
mantuvo mayormente vía mail, con algunas
visitas espaciadas.
Figura 2. Imagen satelital de la ciudad de Puerto Deseado. En la parte derecha se observa el sitio
Carsa. Obsérvese su vinculación espacial con el casco urbano de la ciudad.
13
Castro et al.pmd
13
26/9/2007, 10:13
Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.
A pesar de que el seguimiento era menor del que se hubiese requerido, el entusiasmo de los jóvenes no mermó. Se trabajaba
toda la semana, incluso los sábados y los
domingos. Ni siquiera cuando sufrieron el
robo y la destrucción de algunas cuadriculas
los desanimó ni los llevó a abandonar el
trabajo, más bien los movilizó a pedir un
espacio en la radio y los noticieros locales
para denunciar el hecho, y solicitar la
donación de material para continuar el
trabajo.
La última etapa se dio cuando los
alumnos ya habían avanzado en la excavación.
En conjunto se planteo una última cuadrícula
y se reconoció que habían hecho. Luego de
seis meses de excavación y cinco encuentros
con el equipo de investigación, se dio por
concluida esta etapa.
El trabajo continuó con las colecciones:
huesos y artefactos líticos. Se hizo una
experiencia de laboratorio para explicarles
como se convertía el objeto en información.
Esta etapa fue imprescindible porque
materializaba los planteos referidos a la
importancia de no recolectar y no destruir,
pues se pierde información. Se implementaron
formas simples de análisis y clasificación, el
objetivo era acceder a niveles poco complejos
aunque suficientes para que se pudieran realizar algunas interpretaciones.
El proyecto, finalmente, se vio coronado
en una Feria de Ciencias en Comodoro
Rivadavia (Provincia de Chubut), donde el
grupo de alumnos presentó la experiencia,
la cual posteriormente se desarrollo en
Puerto Deseado, donde se tuvo la oportunidad
de observar cómo ese grupo considerado
conflictivo se desenvolvía con soltura y entusiasmo, con una gran adecuación y precisión
de vocabulario.
La idea inicial era poder dar continuidad
al proyecto intentando que la escuela sustente la actividad con cierta legitimación
institucional y curricular, de manera que los
alumnos que participaran del proyecto
puedan articular la experiencia con las
materias que cursan, o bien se les reconozca
el trabajo como un espacio de aprendizaje.
Sin embargo, la escuela no dio ese
acompañamiento y los profesores tampoco
se mostraron con interés de continuar el
proyecto.
Primer análisis de la experiencia en sí
La denominada Experiencia del sitio
Carsa surgió, en principio, como antesala al
desarrollo de un proyecto de extensión de
mayor envergadura. Sin embargo, es a partir del proceso y de las reflexiones posteriores desde donde se pueden rastrear
consideraciones y representaciones que
ponen en crisis algunas nociones y categorías
pero, sobre todo, ciertos preconceptos
naturalizados que llevan a repensar las
intervenciones y las prácticas del grupo de
investigación.
Es fundamental, entonces, reflexionar
sobre el prejuicio – no ligado siempre a la
valoración negativa, sino más bien a una
valoración previa de cualquier tipo- sobre los
sentidos comunes y prácticos que, encarnados en el inconsciente, por distintas
tradiciones, prácticas, discursos y valores de
carácter hegemónicos se revitalizan en el
cotidiano sin cuestionamientos. Considerar la
intervención concreta desde esta clave puede
poner en crisis, o al menos evidenciar, al sentido de Bourdie (1992), el habitus de la
práctica profesional del arqueólogo.
Así, por ejemplo, el hecho que en un
primer momento la intervención se halla denominado Experiencia del sitio Carsa pone
sobre relieve muchos de esos preconceptos,
que se mencionaban, y algunos interrogantes.
¿Por qué la intervención se nombró bajo
ese rótulo? La experiencia es nombrada a
través del sitio donde se trabaja, sin embargo el eje de la práctica no se trataba del sitio
sino sobre el hecho de trabajar, con un grupo de jóvenes, ciertas cuestiones relativas a
la práctica arqueológica.
A su vez, amerita tener en cuenta que el
sitio denominado Carsa tiene un valor arqueológico relativo debido a que, por su cercanía
a la zona urbana e industrial – Carsa es el
14
Castro et al.pmd
14
26/9/2007, 10:13
Sitio arqueológico Carsa (Puerto Deseado, Patagonia Argentina):
Reflexones sobre la práctica de una arqueología social y pública.
Alicia Castro, Miguel Ángel Zubimendi, Luciano Grassi, Pablo Ambrústolo y Lucia Mazzitelli
nombre de la empresa más cercana al sitiose encuentra devastado. Entonces, cuando
el equipo de investigación se cuestionó sobre la nomenclatura del proyecto no pudo
encontrar sustento sobre el énfasis implícito
que el nombre elegido otorgaba.
¿Desde donde interpretar estas prácticas?
¿Qué rol ocupan los sujetos bajo esa
denominación? Las prácticas se nombran desde los discursos y es desde allí desde donde
se validan, se valoran, se posicionan. En este
caso, es el sitio lo único que se hace visible,
es decir es el objeto el que se posiciona en un
primer plano y no los sujetos, de los cuales
no se habla, y se encuentran invisibilizados.
El sociólogo francés Pierre Bourdieu, a
partir de los cuestionamientos sobre la
reproducción de la unidad de clase, sin la
utilización de políticas explicitas y a pesar de
la fuerte resistencia discursiva, desarrolló la
categoría de habitus la cual la definió como
un sistema de disposiciones duraderas y
transferibles, estructuras estructuradas
predispuestas para funcionar como estructuras
estructurantes, es decir, como principios
generadores y organizadores de prácticas y
representaciones que pueden estar objetivamente adaptadas a su fin sin suponer la
búsqueda conciente de fines y el dominio
necesario de las operaciones para alcanzarlos
(Bourdieu, 1992).
De esta manera, el habitus, ligado a un
discurso hegemónico se fortalece en el inconsciente como un lugar de apoyo
incuestionable y naturalizado que se revitaliza
y reproduce en las practicas cotidianas y así
es como también se reproduce.
La comunidad académica y científica y,
en este caso particular, la comunidad científica arqueológica se encuentra cargada de
tradiciones, prácticas, intelectuales y
conceptos, que conforman un campo de poder hegemónico, que a su vez construye un
habitus del “ser” arqueólogo. Un deber ser
legitimado y condicionado por esos límites
discursivos y prácticos que a su vez
condicionan las nuevas formas.
Bourdieu define también los conceptos
de campo de poder y de campo intelectual,
los cuales los explica haciendo una analogía
a los campos magnéticos, que es un estado
constituido por un sistema de fuerzas
individuales que al juntarse se oponen y se
agregan. Para que funcione un campo de
poder, es necesario que haya algo en juego,
y gente que luche por eso que esta en juego,
además la gente debe compartir un habitus,
que implica el conocimiento y aceptación de
las leyes del juego (Bourdieu 2003). Los
jugadores mantienen un acuerdo implícito e
informal, a pesar de sus diferencias, que
sostiene los intereses del propio campo de
poder, con el cual regulan las reglas y la forma de participación e ingreso.
La arqueología como campo de poder y
como campo intelectual, legitíma y limita
acciones, discursos, prácticas, textos, autores y objetos de estudio. Este marco posible
de acción, funcionando como una serie de
dispositivos de disciplinamiento, tiene su
conformación explicita y material que se
refleja en parte en las instituciones e
instituidos, pero sobre todo en el terreno de
lo cotidiano, lo implícito y lo naturalizado.
La denominación de La experiencia del
sitio Carsa, entonces puede ser interpretada
desde esta clave de pensamiento, en la que
el grupo de investigación a pesar de decirse
y pensarse, desde su propuesta de extensión,
bajo una perspectiva en la cual cada sujeto
es un actor más en el proceso del saber y, en
consecuencia, la producción de conocimiento
es un trabajo compartido entre el investigador y la sociedad, a la hora de nombrar su
proyecto recurre a nociones que se
contraponen a ese discurso.
Cambios en las subjetividades
Siguiendo las posturas planteadas por
Ro s s a n a G u b e r, l a s d e s c r i p c i o n e s y
afirmaciones sobre la realidad no solo
informan sobre ella, sino que la constituyen.
En tal sentido, los miembros de una
comunidad por medio de la reflexión de sus
acciones y practicas también pueden
producir y modificar su realidad. A esto se
15
Castro et al.pmd
15
26/9/2007, 10:13
Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.
denomina reflexividad del mundo social, el
cual tiene varios efectos en la investigación
social, entre ellos admitir que la única forma de conocer o interpretar una realidad
es participando en situaciones de interacción,
a través de las cuales el investigador podrá
sumarse a dichas situaciones, siempre y
cuando no crea que su presencia es totalmente exterior (Guber 2001).
Continuando esta línea de pensamiento,
la autora afirma que en una intervención de
tipo etnográfico se produce la articulación
de tres tipos de reflexividades: a) la del investigador en tanto que investigador, con
toda la investidura, habitus académicos,
categorías, tradiciones y simbolismos que
acarrea; b) la de los sujetos investigados
en tanto representantes de su cultura; y c)
la del investigador también como representante de su cultura.
Guber dice entonces que el desafío es
transitar de la reflexividad propia, a la del
investigado, donde se produce el conocimiento
y las transformaciones subjetivas. L a
reflexividad inherente al trabajo de campo
es el proceso de interacción, diferenciación
y reciprocidad entre la reflexividad del
sujeto cognoscente – sentido común, teoría,
modelos explicativos – y la de los actores
o sujetos / objetos de investigación (Guber
2001) . De esta forma, en La Experiencia
del sitio Carsa se pueden rastrear matices
y lecturas en las que se develan las distintas reflexividades y, a su vez, los recorridos y trasformaciones subjetivas que
comienzan a darse con el reconocimiento
mutuo. En principio, se evidenció como las
primeras impresiones tanto de los investigadores como de los jóvenes fueron negativas; los primeros, considerando que los
o t r o s e r a n conflictivos, descreídos y
burlones; los segundos, ligando la arqueología
al academicismo, lo anticuado y lo aburrido.
Este primer encuentro, según Guber (2001),
es una primera reacción de perplejidad ante
esta interacción de carácter novedoso y que
pueden expresarse en rotundas negativas,
gestos de desconfianza y postergación de
encuentros.
Luego, si se comienza a transitar ese
camino de reconocer los lugares y reflexividades
que ocupan unos y otros, los sujetos podrían
establecer una relación que da lugar a la
construcción de una realidad y de un
conocimiento que no tiene que ver con una
mera suma de los saberes de las partes, sino
como una síntesis que produce un conocimiento
distinto.
El encuentro de los sujetos en la
experiencia marca una transformación de las
subjetividades en tanto y en cuanto exista un
reconocimiento del otro. Este reconocimiento
significa conceder cierta igualdad de honor
al otro, reconocer al otro, más allá de
conocerlo, es decir, considerarlo capaz de
jugar en el “juego” que se plantea desde el
campo de poder, que puede ser activo y protagonista. Es decir, esto implica un postulado de reciprocidad (Bourdieu en Huergo 2003)
¿Es permisible entender esta mutua
trasformación subjetiva en términos educativos?
Para poder analizar este tipo de prácticas
desde un sentido educativo, es necesario
convenir que lo educativo transciende las
paredes de las instituciones escolares,
existiendo así una innumerable cantidad de
situaciones de enseñanza/aprendizaje no
circunscriptas a uno o varios espacios, sino
ligadas a procesos comunicativos y a las
prácticas culturales.
Siguiendo a Buenfil Burgos, creemos que
lo educativo consiste en que a partir de una
práctica de interpelación, un agente se
constituye en sujeto de educación activo incorporando, de dicha interpelación, algún
nuevo contenido valorativo, conductual,
conceptual, etc., que modifique su práctica
cotidiana en términos de una transformación
o en términos de una reafirmación más fundamentada (Buenfil Burgos, 1993).
Entonces, en este transito o encuentro
de las reflexividades que partía necesariamente
de un reconocimiento y devenía en un
proceso de modificación subjetiva, es
plausible también interpretar procesos formadores de sujetos en términos de procesos
educativos que implican una interpelación y
reconocimiento desde distintos conjuntos
16
Castro et al.pmd
16
26/9/2007, 10:13
Sitio arqueológico Carsa (Puerto Deseado, Patagonia Argentina):
Reflexones sobre la práctica de una arqueología social y pública.
Alicia Castro, Miguel Ángel Zubimendi, Luciano Grassi, Pablo Ambrústolo y Lucia Mazzitelli
textuales que podrían simplificarse desde un
discurso del ser arqueólogo, y otro del ser
joven en un determinado momento.
Algunas breves consideraciones sobre
la producción de conocimientos, la
comunidad académica y rol social del
investigador
En 1973 el pedagogo brasileño Paulo
Freire producía un trabajo en el que
cuestionaría fuertemente los usos de termino extensión y las prácticas que bajo esa
nomina se realizan. En principio, Freire hace
un análisis semántico de la palabra extensión
reconociendo los anudamientos de significados que, en términos generales, se encuentran
limitados fuertemente a la idea de transmisión
de saberes desde un lugar superior a otro
inferior (Freire 1973).
En ese sentido el autor considera que, la
extensión, así entendida tiene más que ver
con la domesticación, con la imposición y
sustitución de una forma de conocimiento por
otra. A esta concepción de la idea y la práctica
de la extensión, Freire contrapone el diálogo
como una constante problematización del
propio conocimiento en relación a los otros.
En la actualidad, la extensión universitaria
sigue, en muchos casos, siendo entendida
como la transmisión de los conocimientos
académicos convalidados a la sociedad. Se
trata de hacer intervenciones de divulgación
en el sentido constitutivo de la palabra, hacer
público el conocimiento al vulgo, bajo ese rótulo simplificador y homogeneizador del “público en general”. Si bien la carga simbólica
es fuerte, también lo son la prácticas y las
tradiciones. María Cristina Mata señala que
en el ámbito universitario es usual reconocer
la complementariedad de la investigación, la
extensión y la enseñanza, aunque en general, ellas suelen transitar sendas paralelas
(Mata 2005). Mas adelante desarrolla un
análisis en el que no sólo reconoce la falta
de relación de las partes, sino que a su vez
distingue el rol de inferioridad que tradicionalmente la universidad le ha otorgado a la
extensión como actividad académica y,
sobretodo, en los procesos de producción de
conocimientos3.
La consecuencia de las tradiciones se
reflejan en el sistema universitario que, a
su vez, es donde se reproduce esta
situación. Es por ello que, entre otras cosas, mientras que para desarrollar tareas
de docencia e investigación existen un conjunto de requisitos “acreditables” no
ocurre lo mismo en el campo de la
extensión. Aún cuando actualmente en
muchas universidades se hayan ido especificando el tipo de antecedentes requeridos para desarrollarlas, a nadie se le
ocurriría categorizar a los docentes para
poder dirigir proyectos en esta área. En
ella podemos actuar porque nuestros antecedentes han sido validados en los dos
campos mayores de la universidad y porque de algún modo, todo lo que hacemos
en esos proyectos es dirigir estudiantes que
se vinculan con la sociedad llevando hacia
ella lo que ya hemos producido y se ha convalidado académicamente (Mata 2005).
La extensión, entonces, no es considerada como una instancia en la que se pueda
producir un conocimiento legitimo que pueda
aportar a las disciplinas, sino como una mera
experiencia de informar a quienes no poseen
esa información.
Institucionalmente, la universidad
tampoco prepara para estas actividades entendidas como espacios de producción de
conocimientos, quedando este tipo de
tendencia como iniciativas de compromiso
individual o grupal.
Mata (2005), por otro lado, reconoce
cambios desde los años 90 en el enfoque de
la extensión y advierte que hay un
(3) A pesar que, en muchos discursos se revaloriza la
socialización del conocimiento, en la practica estas
actividades no solían tener peso curricular, como en
el caso de un encuentro de discusión con actores
sociales de Caleta Olivia (Santa Cruz) sobre
patrimonio; entre otras actividades desarrolladas por
uno de los autores (A. C.).
17
Castro et al.pmd
17
26/9/2007, 10:13
Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.
desplazamiento en el que se fue pasando en
una tendencia extensionista ligada a una
asistencia técnica para asentarse en una lógica de ventas de servicios a privados, que a
su vez es entendida como una mejora en las
relaciones entre el sector científico y el
productivo.
En ese sentido, los cambios económicos
disfrazaron la búsqueda de recursos (en
algunos casos) con servicios a terceros;
trabajos de extensión mezclándose con
cuestiones totalmente diferentes donde se
desdibujan los sentidos de producción de
saberes y el conocimiento público.
Bajo esta tendencia, la extensión toma
preponderancia, y comienza a ser regida,
como una salida económica alternativa que
no va más allá de acciones aplicadas que
sostienen una línea en el que el rol de la
extensión es tecnicista y de transmisión de
algunos conocimientos.
Este tipo de prácticas, sin embargo no
corren de escena la importancia de repensar y, sobretodo, planificar y gestionar la
relación de la sociedad con la universidad y
la posible articulación de los conocimientos
de ambas en un aprovechamiento mutuo.
Para que la universidad se encuentre los
actores inmersos debe reconocer el diálogo de saberes como una estrategia de
producción de conocimientos. Este hace
posible partir de la realidad concreta, dialogar desde la experiencia, compartir los
aprendizajes que se producen en el hacer,
ahondar los vínculos y trascender las disciplinas (Arrua 2006).
Hay aspectos importantes que tiene que
ver con los marcos institucionales que
viabilizan, permiten o factibilizan el diálogo.
Una nueva institucionalización es fundamental para darle un marco ordenador a estas
cuestiones: las universidades, el estado y la
sociedad deben generar los lazos de
articulación en ese caso y para nosotros
entonces el ámbito científico debe ser
traspasado en su práctica. La falta de
encuadre institucional solo genera iniciativas
personales con escasa expectativa de vida y
de reproducción.
Algunas reflexiones sobre la experiencia
del Sitio Carsa y el conocimiento
¿Puede, entonces, una intervención como
lo fue La experiencia del sitio Carsa ser tenida
en cuenta como un objeto de investigación
arqueológica? Al preguntarnos por la
pertinencia o no de un objeto de estudio,
estamos poniendo en crisis los limites de la
disciplina y su posicionamiento en la
sociedad.
Entendemos que la Arqueología es la disciplina que estudia la organización de las
sociedades del pasado hoy extintas, sus formas de vida, su evolución, su cambio etc.
Estudia en ultima instancia la cultura, nuestro
pasado histórico, a través de los restos
materiales artefactuales y ecofactuales, que
a la postre constituyen nuestro patrimonio
material e ideológico heredado.
Pero el conocimiento de nuestra historia
regional, de las comunidades que habitaron
el territorio que ocupamos hoy nosotros,
también forma parte de nuestra herencia, es
nuestro patrimonio y en muchos casos es el
camino a nuestra identidad americana, aún
cuando no compartamos los lazos de sangre
pero esta identificación y pertenencia se da
por vivir u ocupar los mismos espacios geográficos.
El pasado como historia, es de todos.
Todos aun hoy somos de alguna manera
partícipes, como parte de un proceso, de
sociedades distintas que interactúan, así
como parte de un proceso de alteración del
registro de esa historia pasada, que es removido, reinterpretado y que pretendemos
hacer propio.
Sin pertenecer en origen a esas comunidades pasadas, el investigador comparte con
ellas el proceso generado en la tierra donde
viven, siendo todos parte de un mismo continuo social.
Creemos que se ponen en juego dos
conceptos, uno es la arqueología social que
implicaría un marco filosófico de construcción
de un conocimiento desde los intereses
motivaciones e interpretaciones de quienes
serian los descendientes directos de los gru-
18
Castro et al.pmd
18
26/9/2007, 10:13
Sitio arqueológico Carsa (Puerto Deseado, Patagonia Argentina):
Reflexones sobre la práctica de una arqueología social y pública.
Alicia Castro, Miguel Ángel Zubimendi, Luciano Grassi, Pablo Ambrústolo y Lucia Mazzitelli
pos que pretendemos estudiar. El otro es el
de arqueología pública, que implicaría el
cuestionar el por qué, para qué y para quién
se genera el conocimiento.
Ahora debemos discutir nuevamente dos
aspectos la arqueología publica y la arqueología
social, la primera implicaría para nosotros
un compromiso de compartir los saberes o
hacerlos públicos o hacer publico el conocimiento
construirlo conjuntamente y compartirlo, pero
no dejando de reconocer las diferencias de
quienes realizamos la investigación y nos formamos para ellos y reconocer la necesidad
de definir experiencias que la practica permita cambiar las conductas afectivo-motorasvalorativas. La pregunta en este contexto es
la Arqueología, para qué y para quién.
Partimos de la base o el principio, que
la Arqueología y nuestra práctica es la
producción de conocimientos pero nunca
disociados de los saberes de la sociedad sino
articulados, lo que ya implica un compromiso
social. Creemos que la Arqueología en la
producción de conocimiento histórico sobre
el pasado que debería en alguna instancia
o aspectos construirse entre toda la
comunidad sin desconocer los aspectos específicos privativos de quienes ejercen la
practica científica y poseen la formación para
hacerlo.
Finalmente, promover el diálogo es fundamental para el desarrollo de la Arqueología,
ya que implica promover conceptos como la
noción de historia de pasado, de patrimonio,
de identidad y conservación del recurso cultural como materializador de historias
heredadas.
Hay un aspecto importante que tiene que
ver con los marcos institucionales que
viabilizan, permiten o factibilizan hacer el
conocimiento público, generarlo o compartirlo.
En el caso Carsa debemos repensar el rol
jugado por dos instituciones: la escuela y el
municipio; y poner en contraposición las responsabilidades o iniciativas individuales. En
un mundo institucionalmente organizado la
falta de encuadre institucional solo genera
iniciativas personales con escasa expectativa de vida y de reproducción.
Conclusiones
Pretendemos, entonces, una arqueología
pública, un saber compartido y un compromiso
social donde indirectamente la arqueología
sirva como herramienta para generar
acciones dentro de la sociedad actual y pueda
contribuir, aún en pequeña escala, en el
mejoramiento de condiciones desventajosas
de vida. Y que éste compartir nos permita
contribuir a construir los conceptos de
patrimonio, valor y conservación del recurso
cultural como materializador de historias
heredadas. Por eso esta discusión también
tiene que ver con otras problemáticas que
se han discutido en el marco de los que
algunos han denominado manejo de recursos culturales (Berberian 1992, Endere 2000,
Knudson 1999).
Alcanzar los objetivos de una práctica
pública de la arqueología exige discutir o planificar algunos pasos: a) motivaciones particulares o personales. Cuál es el valor de lo
que queremos compartir; b) ideas claras
sobre compromiso en la transmisión de
conocimiento y la construcción del saber; c)
motivaciones de las instituciones; d) hacer
un diagnostico adecuado de donde
insertaremos las acciones; e) analizar si
nuestra practica admite un trabajo social; f)
comunicar y relacionarnos a través de formas en que realmente lleguemos a la
comunidad.
Esta experiencia nos ha brindado una
oportunidad de rever nuestras acciones en
el marco de las posturas políticas sociales
que sostiene una ciencia social y pública.
Intentamos hacer un análisis crítico de
este mecanismo, de hacer público cual fue
nuestro rol, pues seguimos construyendo
unilateralmente y trasmitiendo en una
relación asimétrica, activa por parte nuestra,
y pasiva por parte del que recibe. En este
trabajo, intentamos hacer un análisis crítico
de nuestra práctica, y aportar así ciertas
reflexiones a las discusiones sobre la
articulación de las universidades y los investigadores con la sociedad. A este respecto
coincidimos con Gloria Rincón Cubides,
19
Castro et al.pmd
19
26/9/2007, 10:13
Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.
vicerrectora académica de la Universidad
Central de Bogotá, quien ha planteado que
“concebir la extensión como ‘interacción social’ es una propuesta que intenta abrirse
paso para vincular de manera orgánica el tipo
de trabajo universitario –trabajo con el
pensamiento-, y el mundo de la vida, de tal
manera que de esa relación salgan enriquecidas
las dos órbitas de acción. Se trata de una
relación en la cual la universidad no se limita
a extender un saber legitimado ni a proyectar
su capacidad de investigar, sino más bien,
del quiebre de una diferenciación artificiosa,
a través del cual se le devuelva a la
universidad la posibilidad de considerar los
acontecimientos que se registran en el mundo de la vida y de asumir la tarea de
convertirlos en objetos válidos de trabajo
académico, con dos propósitos: construir un
saber que contribuya a la transformación
efectiva de las condiciones del mundo de la
vida y generar una experiencia formativa que
facilite la problematización” (Rincón Cubides
2003:252).
Abstract: It is presented an archaeological experience done at Puerto
Deseado city (Santa Cruz, Argentinean Patagonia) with two objectives , to
allow the students to reach the knowledge of Archaeology as science, the
value of archaeological remains as cultural goods and the idea of patrimony,
also to promote a change of conducts at school. We will discuss the action,
results of this pretended practice. And We will take this experience to
discuss critically the Public and Social Archaeology.
Keywords: Public and Social Archaeology, shared praxis, communication
Bibliografía
ARRUA, V.
2006 “ El rol de las Universidades en las
estrategias de Comunicación / Desarrollo”.
Tram[p]as de la comunicación y la cultura,
50, La Plata.
BERBERÍAN, E.
1992 La protección jurídica del patrimonio arqueológico de la República Argentina .
Córdoba.
BOURDIEU P.
1992 El sentido práctico . Editorial Taurus.
Madrid.
2003 Campo de poder, campo intelectual.
Itinerario de un concepto . Editorial
Quadrata. Buenos Aires.
BUENFIL BURGOS, R. N.
1993 Análisis de discurso y educación . DIE.
México. 1993.
CASTRO, A., E. MORENO, M. ANDOLFO, R. GIMENEZ,
C. PEÑA, L. MAZZITELLI, M. ZUBIMENDI Y P.
AMBRÚSTOLO
2003 Análisis distribucionales en la costa de
Santa Cruz (Patagonia Argentina): alcances y resultados. Anales del Instituto de la Patagonia, Serie Ciencias Humanas, 31: 69-94.
CASTRO, A.; MORENO, E.; ZUBIMENDI, M. A.;
ANDOLFO, M.; VIDELA, B.; MAZZITELLI, L. Y S. BOGAN.
2007 Cronología de la ocupación humana en la
Costa Norte de Santa Cruz: Actualización
de datos radiocarbónicos. En: Actas de
las VI Jornadas de Arqueología Patagonia,
Punta Arenas, Chile.
ELKIN, D.; ARGÜESO, A.; GROSSO, M.; MURRAY, C.;
VAINSTUB, D.; BASTIDA, R. Y V. DELLINO-MUSGRAVE.
2007 Archaeological research on HMS Swift:
a British Sloop-of-War lost off Patagonia,
Southern Argentina, in 1770. The
International Journal of Nautical Archaeology,
36 (1): 32:58.
ENDERE, M. L. (ED.)
2000 Arqueología y Legislación en Argentina:
Cómo proteger el patrimonio arqueológico.
Serie Monográfica 1. INCUAPA, Olavarría.
20
Castro et al.pmd
20
26/9/2007, 10:13
Sitio arqueológico Carsa (Puerto Deseado, Patagonia Argentina):
Reflexones sobre la práctica de una arqueología social y pública.
Alicia Castro, Miguel Ángel Zubimendi, Luciano Grassi, Pablo Ambrústolo y Lucia Mazzitelli
FREIRE, P.
1973 ¿Extensión o comunicación? La concientización
en el medio rural. Tierra Nueva. Siglo XXI.
Buenos Aires.
GUBER, R.
2001 Etnografía. Método, campo y reflexividad.
Buenos Aires. Editorial Norma.
HUERGO, J.
2003 El reconocimiento del “universo vocabular”
y la prealimentación de las acciones estratégicas . Centro de Comunicación/
Educación, La Plata.
KNUDSON, R.
1999 Cultural Resource Management in Context.
Archives and Museum Informatics, 13 (34): 359-381.
MATA, M. C.
2005 “Reuniendo quehaceres y saberes” en
Anuario de Investigación y Extensión
2004/05 , Escuela de Ciencias de la
Información, Córdoba.
MORENO, J. E.
2003 El uso indígena de la Costa Patagonica
Central en el Periodo Tardío. Facultad
de Ciencias Naturales y Museo,
Universidad Nacional de La Plata, La
Plata.
RINCÓN CUBIDES, G.
2003 De la relación universidad sociedad a
la universidad como un tiempo y un ritmo de vida de la sociedad. Nómadas ,
19, Universidad Central, Bogotá,
Colombia.
ZUBIMENDI, M. A.; CASTRO, A. Y E. MORENO
2004 Hacia la definición de modelos de uso
de la Costa Norte de Santa Cruz.
Magallania , 32, 85-98. Punta Arenas,
Chile.
21
Castro et al.pmd
21
26/9/2007, 10:13
Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.
22
Castro et al.pmd
22
26/9/2007, 10:13
Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007. pgs. 23-32.
“AGUA MOLE EM PEDRA DURA TANTO BATE ATÉ QUE FURA:
EDUCAÇÃO POPULAR E HERANÇA CULTURAL NO SÉCULO XXI”.*
Elizabete Tamanini**
Zilma Isabel Peixer***
Resumo: Nesse artigo, procura-se delinear as interfaces entre educação,
educação popular e educação patrimonial, consubstanciado pelas pesquisas
em desenvolvimento sobre cultura material e imaterial na Serra Catarinense.
Essas reflexões tecem um quadro ainda novo na construção de conhecimento
e nos debates na área de Educação procurando demonstrar a importância
dos espaços de memória, entre eles o museu na construção da pertinência e
das identidades coletivas nos movimentos sociais e nas esferas da educação
popular. Os fios que buscamos delinear percorrem os caminhos dos modos
de vida, do qual existem poucos registros, daqueles que pouco ou nada aparecem na documentação escrita e na representação da cultura material “oficial”. Nossos fios buscam as relações, as tensões, as teias coletivas entre
indivíduos, apontando para algumas questões inusitadas que o estudo da
cultura material e o trabalho com educação popular podem nos propiciar.
Palavras chave: Educação patrimonial, Cultura material e imaterial, Serra
Catarinense.
Introdução:
“Água mole em pedra dura...”
“Um claro sentido da oportunidade
histórica, oportunidade que não existe fora
de nós próprios, á espera que vamos a
seu encalço, mas nas relações entre nós
* Trabalho apresentado no V Congresso Internacional de educação 20 a 22 de agosto 2007. Unisinos
** Dra. Em Educação – UNICAMP/SP. Professora no
Mestrado em Educação – Uniplac/SC. Pesquisadora
comvidada do Núcleo de Estudos Estratégicos / NEE/
UNICAMP.
*** Dra. Em Ciências Sociais – PUC/SP. Professora
no Mestrado em Educação – Uniplac/SC. Pesquisadora/Centro Vianei de Educação Popular.
e o tempo mesmo na intimidade dos acontecimentos, no jogo das contradições. História que nos castiga quando não a aproveitamos a oportunidade ou quando simplesmente a inventamos na nossa cabeça, sem nenhuma fundamentação nas tramas sociais (Paulo Freire).
As escolhas que fazemos de nosso objeto de trabalho ou de pesquisa nunca são desinteressadas, estão de alguma forma ligadas a nossa história de vida, a valores e princípios ideológicos que se definem ao longo
de nossas vidas. A epigrafe do inicio do texto contextualizado pelo educador Paulo
Freire, incita o pesquisador, a pesquisadora
a tomar posição diante da história e assumila como processo dialético em intimidade
23
Elizabete Tamanini e Zilma Isabel Peixer.pmd 23
26/9/2007, 12:30
Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.
constante com as tramas sócio-culturais. O
exercício para o reconhecimento das contradições não significa legitimá-las. Daí a necessidade de interrogá-las continuamente
tendo em vista as heranças sociais as quais
foram construídas à história e do mesmo
modo, o passado não pode ser utilizado como
objeto de dominação para o presente
(Benjamim, 1994), assim a reflexão e a ação
alimentam-se reciprocamente.
Trabalhamos há algum tempo, quase vinte anos com questões pertinentes ao ato de
preservar o patrimônio cultural, relacionando esta problemática à Educação e a Cultura. Nesta escolha esbarramos com linhas e
áreas da Educação, bem marcadas por sua
trajetória conceitual tendo a educação formal como parte significativa de seus estudos. Práticas e reflexões acerca da educação não formal no Brasil passaram a ter algum destaque na academia, a partir do final
da década de 80 do século XX. Assim, pensar cultura material, museu, patrimônio cultural, participação comunitária e Educação
significou lidar com a complexidade da Educação como área de conhecimento e ao mesmo tempo tendo uma série de problemáticas de ordem conceitual e multidisciplinar
para construir.
Nosso objetivo maior passa pelo
aprofundamento das abordagens e interfaces
entre educação e movimentos sociais, educação popular e educação, educação e
museologia, sociedade e cultura. Todavia a
problemática tem sido como transformar um
museu em um espaço interativo, democrático e pedagógico? Como disponibilizar informações acerca de acervos, saberes, fazeres
e conhecimentos para diferentes realidades
sociais para diferentes públicos pertencentes ou não pertencentes ao ensino formal,
sem os rótulos e os estereótipos herdados
secularmente por instituições da cultura e da
educação? Houve sempre uma política de
conservação que preservou a casa-grande,
as igrejas barrocas, os fortes militares, as
câmaras e cadeias como as referências para
a construção de nossa identidade histórica e
cultural e que relegou ao esquecimento as
senzalas, as favelas, os bairros operários,
as pequenas comunidades rurais (Funari,
2006). Para tal desafio nos ancoramos nas
aprendizagens e experiências vividas com
organizações comunitárias, com o movimento social e a educação popular.
O repensar maduro desse processo teve
espaço quando no mestrado e no desenvolvimento do doutorado e a partir das experiências educativas já realizadas passou-se a
estabelecer novas possibilidades teóricometodológicas. As ligações entre projetos
dos movimentos sociais e dos projetos acadêmicos constituem-se em referenciais concretos, permitindo assim, a análise e a sistematização da práxis. Passamos a compreender o significado social da instituição
museológica ao longo dos séculos, o sentido
e o significado do patrimônio cultural, a história da educação, as hegemonias criadas a
partir dos conteúdos programáticos e planos
de ensino e do mesmo modo, aprofundouse a problemática do patrimônio cultural na
interface com a educação e a participação
da sociedade.
“...Tanto bate até que fura:
Educação, cultura e herança cultural”
Como se observa, a temática é abrangente
e inesgotável, tanto na discussão, como em
polêmica, quanto em pesquisa. E muito há
ainda, a se fazer nesta trajetória, já que esta
problemática vinculada à educação popular
e herança cultural compõe um espaço pouco
teorizado no Brasil. Conforme Marly Rodrigues
(2001) somos uma sociedade baseada na
escravidão, desde o inicio houve sempre dois
grupos de pessoas no país, os poderosos com
sua cultura material esplendorosa, cuja memória e monumentos são dignos de reverência e preservação. E os vestígios esquálidos dos subalternos, dignos de desdém e
desprezo.
A Educação é sobremaneira responsável pelo processo cultural, e ainda, pela continuidade ou descontinuidade das estruturas
sociais. A Educação está neste caso sendo
24
Elizabete Tamanini e Zilma Isabel Peixer.pmd 24
26/9/2007, 12:30
“AGUA MOLE EM PEDRA DURA TANTO BATE ATÉ QUE FURA: EDUCAÇÃO POPULAR E HERANÇA CULTURAL
NO SÉCULO XXI”
Elizabete Tamanini e Zilma Isabel Peixer
concebida como um processo sociocultural
que carrega em sua gênese um conjunto de
práticas, (heranças cognitivas e cognoscitivas)
e representações ideológicas. Aqui se preconiza os diálogos e interações entre Cultura e Educação - diálogo difícil, mas extremamente necessário, considerando os conflitos
e percepções libertadoras e limitadoras de
ambos os lados. Aspecto esse que não precisamos ir muito longe, somente verificar a
estrutura dos poderes públicos municipais no
Brasil, nos organogramas institucionais onde
ficam a Cultura e a Educação? O desafio é
sair do casulo reducionista e cômodo de cada
dimensão e observar as interfaces, os pontos de comunicabilidade. Afinal cultura não é
somente organização de festas e educação
não é somente reprodução de conteúdos em
sala de aula.
Para as nossas investigações, tal problemática exige também que se inclua a cultura
material como elemento indispensável para
as releituras e reflexões contextuais, onde
passado e presente se mesclam na tentativa
de elaborarmos discursos de apropriação
desses passados e dos significados para a
educação. Situamos a reflexão conjugando
conceitos de cultura material, memória, museu, educação, herança cultural e cidadania,
apontando assim, a complexidade especialmente da Instituição museológica na produção de imagens e, sobretudo, a mitificação
da memória, que ao se materializar-se em
cenários passa a desempenhar um papel
estratégico e político. Nesse embate compreende-se com mais intensidade que os museus são locais perigosos! Cada objeto é
portador de múltiplos significados. “O museu suprime o tempo e a presença de agentes da história” (Funari, 1995, Tamanini,
1998). E que a cultura material de uma sociedade constitui em si, resíduos do passado e
como tal é fonte de relevantes gamas de informações, capaz de oferecer novos e outros tipos de levantamentos e análises dos
vários elementos que a integram. Contudo,
é através da cultura material e ou da
materialidade humana e das narrativas que
se concentra a passagem do tempo, assim à
leitura é feita a partir das experiências acumuladas que se desdobram na memória, diante da imagem do presente.
Os passados são sempre construções.
Revisitá-los exige compreensão e complexidade. A educação pode contribuir na construção de diálogos, rupturas e confrontos. A
comunidade de um dado território não é homogênea, pois é constituída de classes sociais e setores, tais como trabalhadores, trabalhadoras (campo e cidade), como também
existem atritos entre os diferentes segmentos (integrados, marginalizados e excluídos).
Daí a importância da participação da sociedade nestes processos de leitura e releitura
do mundo, na decodificação de seu patrimônio;
porque estes elementos reforçariam o seu
direito de ser residente, pertencente nesta
ou naquela região, neste ou naquele país,
com tradições, identidades e culturas distintas e permeiam também a escolha e construção das possibilidades.
A seleção dos bens preservados quase
sempre tem sido efetivada dando-se ênfase
aos bens culturais produzidos pelas elites.
Em particular, as classes dominantes decidem o que deve ser lembrado e esquecido
de acordo com seus desejos e interesses
políticos e econômicos, não de acordo com a
realidade histórica de cada grupo que constitui a sociedade. Especialmente os museus
ainda guardam e preservam formas saudosistas, românticas, elitistas e exóticas de
narrar á memória social. Expõe-se, preserva-se algo que está relacionado a um passado distante, não há interface com o presente, sendo o cidadão, excluído do processo de
seleção e da preservação.
A concepção de instituição museológica
preservacionista que traduz novos paradigmas
de uma sociedade democrática, esta
enraizada e é resultado de um processo histórico, político e social. Ao longo dos séculos
os museus vêem passando por inúmeras
mudanças. Atualmente tem-se como paradigma
que uma das funções mais importante de um
museu é a educativa. Estando aberto ou fechado ele comunica, portanto é uma instituição que produz informações, constrói valo25
Elizabete Tamanini e Zilma Isabel Peixer.pmd 25
26/9/2007, 12:30
Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.
res e ideologias e a educação como área de
conhecimento entraria como ferramenta produtora de diálogos dos saberes e fazeres
herdados, acumulados e ressignificados pela
sociedade. O caráter social do conhecimento para Freire sustenta-se na premissa que
a construção é um esforço coletivo, portanto
deve ser apropriado criticamente permitindo
os usos para a transformação social.
Tais reflexões e experiências acirraram
as contradições provocando ruídos em instâncias estruturais e teóricas. É nesse contexto que as provocações formuladas por
Freire e Benjamim especialmente quando
discutem o conceito de história e experiência, que compreende-se as peculiaridades
dentro de um contexto de totalidade, recuperando a dimensão política da preservação
e a participação popular. Assim nossas premissas básicas para os projetos voltados a
museus e centro de memórias convergem
para a construção de diálogos emancipatórios.
Nesse sentido as ações passam a ser pensadas em contextos e processos permanentes
tentando não cair nas armadilhas dos arranjos metodológicos construídos pela educação formal de cunho neoliberal. Até porque
essas instituições atuam com educação, mas
não pertence à categoria do ensino formal,
tampouco pode se transformar em um laboratório da escola. Para Lopes a contribuição
dos museus à educação “não deveria ser tratada prioritariamente apenas do ponto e vista de enriquecer, complementar currículo
ilustrar conhecimentos teóricos, tampouco a
partir de propostas de intervenção direta no
processo educacional formal, que dificilmente
se comprometeriam com o “desempenho”
das seqüências longas e rotineiras da aprendizagem escolar (apud Tamanini, 1998:205).
Os museus ainda sobrevivem em conseqüência do número de estudantes que os visitam. A relação pedagógica em grande parte
se dá na perspectiva de uma “visita”, sem
comprometimentos processuais acadêmicos
para as instituições envolvidas – Escola e
Museu. “Os objetos não falam por si só”. Só
os codifica quem tem os códigos e os signos
para os faze-los.
Assim criamos programas de educação
em museus no final da década de 90, século
XXI, onde a problemática reside na formação de professores, formação de público e
participação comunitária. As ações contemplam linguagens educativas singulares a
museu, a centro de cultura e memória e ao
campo teórico da educação popular inspirada na pedagogia de Paulo Freire. Nesse período final da década de 0itenta grande parte das instituições de cultura e educação no
país, se negavam a pensar em educação
popular, ou assumirem as inspirações
Freirianas de Educação. Muitos secretários
e secretárias de educação ou cultura mencionavam e citavam sua influência pedagógica, mas tampouco, enquanto representantes das políticas públicas assumiam como
proposta político-pedagógica. Segundo Fleury
(2002: 57):
Numa sociedade capitalista, a educação popular, propriamente dita, opõese às diferentes formas de intervenção
educativa realizadas pelas agências da
classe dominante junto às camadas populares. Constitui-se como o conjunto de
processos educativos desenvolvidos pelas classes populares em suas lutas pela
construção de sua hegemonia e de sua
resistência à exploração e a dominação
capitalista.
Tratando-se da cultura o afastamento era
ainda maior. Observa-se fortemente esse
distanciamento quando no final da década
de 60 e inicio de 70, o Programa Nacional de
Museus passa a adotar como linha de ação
os pressupostos teóricos da Educação permanente definidos pelo UNESCO. “Os projetos de educação de adultos, patrocinados pela
UNESCO (United Nations Education Social And
Cultural Organization) a partir da década de
40 em diante, servem como instrumento para
a burocratização dos trabalhos anteriores de
educação junto ao povo, centralizando-os,
ampliando-os e rotinizando-os sob o controle do Estado (Fleury, 2002:55). No caso do
Brasil, os museus e centros culturais não
assumiram as propostas de Educação Popu-
26
Elizabete Tamanini e Zilma Isabel Peixer.pmd 26
26/9/2007, 12:30
“AGUA MOLE EM PEDRA DURA TANTO BATE ATÉ QUE FURA: EDUCAÇÃO POPULAR E HERANÇA CULTURAL
NO SÉCULO XXI”
Elizabete Tamanini e Zilma Isabel Peixer
lar. Estiveram ausentes, não participaram
ativamente dos movimentos de educação e
cultura deflagrados na década de setenta.
Preferiram adotar as concepções de Educação Permanente e de Educação patrimonial,
“importadas” para o país, o que reduziu as
práticas educativas em museus à
complementariedade da Escola.
“...Tanto bate até que fura:
Educação,herança cultural e
cipação comunitária”
parti-
Quando afirmamos que nossa atuação
frente ao mundo não é desinteressada e
tampouco o conhecimento é disciplinar,
contextualizamos estas reflexões tendo como
pressuposto a nossa experiência profissional e acadêmica ao longo desses anos atuando com educação. Nessa construção passamos a observar fortemente o quanto no
Brasil às pequenas comunidades, aquelas
mais afastadas dos centros urbanos são desprovidas das condições elementares à qualidade de vida. Afora as desigualdades sociais
mais prementes, parte das memórias, das
histórias de vida, e da cultura material viva e
presente nessas comunidades estão depositados e “tombados” em muitos museus já
estudados em nossas pesquisas como acervos antigos, coisas do passado.
Novamente refletimos o quanto os museus negligenciam a cultura como um fenômeno social dinâmico, tratam do passado
pensando nos objetos, nas “coisas velhas”.
A sociedade, o ser humano, os saberes, os
fazeres, as identidades, a vida estão ausentes da produção e do significado da cultura,
seja ela material ou imaterial – passado e
presente – não são passíveis de contextualização.
Nesse momento nossa intervenção profissional passa a ser no Programa de Mestrado
em Educação da Universidade do Planalto
Catarinense/UNIPLAC/LAGES/SC, como professoras/pesquisadoras. Juntamos nossos
objetos de pesquisa: Educação Popular, Sociedade e Cultura. A docência, a pesquisa e
a orientação das dissertações têm caminha-
do nesta perspectiva conceitual. Nas trajetórias construídas e das temáticas estudadas, como patrimônio, memória, educação
e herança cultural, dos espaços sagrados e
protegidos da Escola e do Museu nosso olhar
tem percorrido o “sertão”, o “sertão da serra
catarinense, os lugares afastados e ausentes das infra-estruturas públicas onde em
algumas situações o ir significa fazer a trilha
a pé ou em lombo de cavalo. Segundo Peixer
(2002) com as mudanças sócio-culturais ocorridas nas últimas décadas nessa região, de
modo substancial com o êxodo rural, “há que
se considerar, que a vinda para cidade não
significa a ruptura completa com o modo de
vida anterior e com a cultura política engendrada nas relações entre fazendeiros, peões
e agregados, isto tem repercussões nos processos de organização dos grupos locais e
sua efetiva participação em movimentos sociais.” um processo de resignificação dos
antigos valores, em que as relações
paternalistas com os fazendeiros se
reelaboraram em postura eivadas de
clientelismo com o poder público local”.
Moraes Pessoa (2005:51) contribui com a
análise quando contextualiza que estas relações, de identidades e posturas diante do
mundo não desaparecem por conta de mudanças territoriais, segundo esse autor, “temos uma intersecção entre campo e cidade,
em diversas manifestações e formas. O que
marca as ruralidades é a relação com a terra, com o plantar. Isso faz parte, está presente em nossos processos de construção
de identidades. Há muitas pessoas que morando em médias e grandes cidades elaboram sua compreensão de mundo, com as
referências do mundo rural”.
Assim a reflexão fundamenta-se nas pequenas comunidades rurais, no inventário das
identidades culturais, sociais e políticas, tendo a, memória e a cultura material e imaterial
presente como tema gerador e a educação
popular como paradigma de mediação e diálogos. As antigas igrejas, as antigas escolas isoladas, os salões paroquiais, os saberes e os fazeres das comunidades serão de
todo modo escavados, e quiçá escovados a
27
Elizabete Tamanini e Zilma Isabel Peixer.pmd 27
26/9/2007, 12:30
Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.
“contrapelo da história como diz Walter
Benjamim”.
A investigação caminha para a produção
acadêmica mais recente no Brasil sobre está
temática. O significado social da educação
em pequenas comunidades rurais, o papel
das referências patrimoniais identitárias na
construção e desconstrução de conhecimentos e saberes comunitários, as identidades,
a dinâmica social produzida pelo sentido da
escola, da igreja, dos lugares de memória
como ressalta LE Goff e Nora, (1979: 13):
(...) “trata-se no sentido preciso do
termo em que uma sociedade qualquer
que ela seja, uma nação, uma família,
uma etnia, ou um partido, encerram voluntariamente as suas recordações e as
reencontram como parte necessária da
sua personalidade: os lugares topográficos, como os arquivos, bibliotecas e museus; os lugares monumentais como cemitérios, ou o patrimônio construído, os
lugares simbólicos, como as comemorações, as peregrinações, os aniversários
ou emblemas; os lugares funcionais,
como os manuais, as autobiografias ou
associações. Mas fazer história conduz a
mudar o sentido da própria palavra, passando da memória dos lugares aos verdadeiros lugares da memória.”
Sabemos que faz sentido neste momento incluirmos este tema para uma releitura
sobre os caminhos da educação popular e
do significado da preservação da herança
cultural para as pequenas comunidades rurais. Paulo Freire, (1996: 100) afirma que “a
Pedagogia é uma reflexão crítica sobre os
quefazeres humanos. Para melhor realizarse, estes quefazeres buscam a compreensão científica do mundo. A Pedagogia precisa das ciências e, através destas, acontece
como reflexão crítica (...) uma ciência é um
campo de conhecimentos e procedimentos
que tem autonomia epistemológica. Tem,
também, uma certa autonomia classificatória
(taxonômica) em seus procedimentos e na
sua conceituação. Ela é autônoma, embora
relacionada com outras ciências”.
Temos estudado e acompanhado uma
série de pesquisas e experiências fundamentadas nos princípios da educação popular e
grande parte dos enfoques estão voltados
para as áreas mais convencionais da educação e da cultura. Segundo STRECK (2006:272)
“Dois fatos contribuíram para definir os rumos da educação popular nestas últimas
décadas: foram à ida de Paulo Freire à Secretaria de Educação na cidade de São Paulo de 1989 a 1991 e a conquista do poder
local por governos que assumiram uma proposta de educação popular”. “A educação
popular passou, assim a aproximar-se do
lugar onde se gera o discurso pedagógico
hegemônico, com todas as vantagens e riscos”.
Nesse sentido, nossas investigações passam pelo viés da herança cultural, conceito
e significado de extrema relevância para a
emancipação da classe trabalhadora. O que
é preservado? O que se solidifica? O que se
destaca e é alçado ao papel de baluarte da
memória e da história. E que ao mesmo tempo pode servir de espaços de pertencimento
de identidade, e também de espaços de
mudança, ou seja, que propiciem a reflexão
critica sobre o ser humano e sua comunidade. Mas neste caso, o que é premente é o
problema das relações entre os homens. Em
toda resposta que o homem dá existe a presença das experiências anteriores, a ação da
memória. Toda ação humana é uma ação
com carga de memória e se não houvesse
memória, a cultura não seria possível. “Como
o indivíduo universal, o cidadão do mundo
poderia orientar-se na cidade, no campo,
quando sua geografia está presa à memória? Isto é, quando devemos recordar que a
Rua da Fonte não possui nenhuma fonte e
termina na rua das flores, as quais, por sua
vez faz tempo que não exalam cheiro”.
(Lovisolo, 1989:19). Além de a memória coletiva se apresentar como tradição, ela se
estrutura internamente como uma partitura
musical, o que nos possibilita aprendê-la
como um sistema estruturado em que os atores sociais ocupam determinadas posições e
desempenham determinados papéis.
28
Elizabete Tamanini e Zilma Isabel Peixer.pmd 28
26/9/2007, 12:30
“AGUA MOLE EM PEDRA DURA TANTO BATE ATÉ QUE FURA: EDUCAÇÃO POPULAR E HERANÇA CULTURAL
NO SÉCULO XXI”
Elizabete Tamanini e Zilma Isabel Peixer
Ao trabalharmos como a memória buscando reencontrar a herança cultural no próprio seio das comunidades históricas, as
maneiras como elas “viveram e vivem o seu
passado, como constituem sua memória coletiva e como esta lhe permite fazer em face
dos acontecimentos presentes, percebemos
que ela não é somente uma conquista, mas
também um instrumento e um objeto de poder” (Khoury, 1991: 81). O sistema capitalista vê essas questões como algo sem importância, alicerçado no paradigma do processo produtivo do campo em decadência, excluindo as comunidades de qualquer possibilidade de resistência ou sobrevivência social e cultural.
Historicamente, com o desenvolvimento do capitalismo, o camponês é
condenado ao desaparecimento, à
proletarização, à transformação em operário. Na relação com o camponês, o que
o capital faz é tentar separá-lo dos meios de produção, convertê-lo em força de
trabalho para o capital. (Martins, 2002:
83-84).
Vale ressaltar que a valorização e estimulo à participação da sociedade na discussão sobre a preservação da herança cultural não exime a responsabilidade do Estado. Não deixar se trair pelos ventos do
neoliberalismo da participação esvaziada,
significa rever constantemente o complexo
processo histórico e econômico em que o
Brasil está inserido.
O meio rural especialmente no século XX
passou a ser considerado e visto com área
marginalizada, uma vez que o discurso clássico da “modernidade” apoiou-se no modelo
industrial, privilegiando a cidade como ideal
de desenvolvimento, num processo
hierarquizador desses lugares, onde, por um
lado, o campo passou a exercer o papel de
saneador das necessidades urbanas (fornecimento de matéria-prima, alimentos, água
potável, reservas de valores, especulação
imobiliária, entre outros exemplos). Tal estratégia resultou no retardamento – e em
alguns casos, até mesmo na atrofia - do
movimento na construção e promoção do
desenvolvimento social e da conquista de
uma melhor qualidade de vida. Segundo Bosi,
(1994:11). “As palavras cultura, culto e colonização derivam do mesmo verbo latino
colo, cujo particípio passado é cultus e o particípio futuro é cultus. Colo significou, na língua de Roma, eu moro, eu ocupo a terra e,
por extensão, eu trabalho, eu cultivo o campo. Cola é a matriz da colônia enquanto espaço que esta ocupando, terra ou povo que
se pode trabalhar e sujeitar”. Ao campo foi
reservado, no processo capitalista, primeiro
à função de colonizar e agora consumir os
serviços e produtos oriundos das cidades,
num comportamento eminente passivo diante
do projeto neoliberal. Porém, a realização
de dimensões da essência humana é possibilitada, entre outras coisas, pelos artefatos
criados pelo trabalho humano, do homem
para o homem, numa escala cada vez mais
histórica.
Não só no Brasil, como em muitos outros países este modelo que com nuances
diferentes de urbanização provocou o esvaziamento das áreas rurais resultando não só
em graves problemas sociais e culturais para
o meio rural como também para a cidade.
Ao viverem um momento de transição, os
trabalhadores acabavam por não usufruir de
“novos direitos” nem eram desobrigados de
“deveres antigos”. O campo passou a depender cada vez do Estado/governo para poder
manter-se produtivo. Todavia os recursos
para manter as atividades da agricultura familiar são insuficientes para assegurar a produção e a qualidade de vida da população do
campo que vivencia ao longo dos tempos,
dolorosas escassez dos mais elementares
recursos de subsistência. Segundo Martins
(1986:146):
Na verdade, o que os grandes estabelecimentos estão claramente produzindo, ao manter, especulativamente, terras incultas em alta proporção, é renda
fundiária e não lucro nem riqueza ou
maior valor de produção. Estão interessados na elevação especulativa do pre29
Elizabete Tamanini e Zilma Isabel Peixer.pmd 29
26/9/2007, 12:30
Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.
ço da terra e na renda fundiária que daí
resulta sem necessidade de maiores investimentos de capital. (...) A explicação
não é completa nem correta se deixarmos de lado o fato de que a grande produção na agricultura, assim como a pequena, envolve a renda fundiária e a contradição que a renda apresenta na produção capitalista.
Assim, as comunidades rurais no Brasil
vêem sofrendo processos de desestruturação
nas diferentes dimensões. Nas últimas décadas, os apelos, para as ditas mudanças
sócio-culturais, foram forjadas à luz do modelo econômico neoliberal que abstrai das
experiências comunitárias a idéia de que os
sujeitos são algo em si, quando identificados
ao consumo extremo. As Escolas, a partir de
seus Programas de Ensino, acabam por legitimar esse modelo, que nega a possibilidade
de resistir a violência do mercado. Tal legitimidade e/ou tal autonomia “é produzida no
momento em que se faz uma separação entre indivíduos que dominam e as idéias que
dominam, de tal modo que a dominação de
homens sobre homens não seja percebida
porque aparece como dominação das idéias
sobre todos os homens (Chaui,1981: 106).
Ressaltamos o papel da Escola porque para
os pequenos lugares, pequenas comunidades a Escola exerce um papel essencial na
construção de relações societárias, e
identitárias interagindo com diferentes grupos sociais.
Não podemos falar só daqueles que freqüentam a educação formal, mas também
nos que vão se educando informalmente junto
da sua família, constituindo, por vezes, a sua
memória coletiva, com as memórias dos outros, inventando, criando um imaginário que
os equilibra face ao desenraizamento que sofrem. Todavia o que se observa a partir de
pesquisas sobre currículo e conteúdo
programático para as escolas do campo e
das inúmeras escolas rurais, igrejas e outros elementos de identificação abandonados
no Brasil (cultura material – patrimônio cultural das comunidades), é que a referência, e o
modelo ideológico de sociedade fundamentase num imaginário urbano-capitalista.
A moeda da cidadania, da inclusão passou a ser o cartão de crédito, porém, cidadania é vivida por aquele que mora na cidade. Quem vive nas áreas rurais ou vive do
campo, pouco pode ter acesso aos bens produzidos e ofertados na polis, portanto a cidadania é restrita. A problemática fundamenta-se não na acessibilidade, mas nas ideologias de apropriação e valoração destes processos. Para Ortiz (1996), a sociedade brasileira, passa nesse momento também, por
uma reorganização na esfera da cultura. “Sobretudo com a consolidação, nos anos 60 e
70, das indústrias culturais” As diferenças
entre o que se ensina para as comunidades
rurais e as comunidades urbanas, neste
modelo, referem-se ainda um projeto
desenvolvimentista ancorado em estereótipos. O fazer e o saber das comunidades rurais podem se transformar em algo importante ou exótico (falamos das experiências
de turismo no espaço rural) quando o “modelo” se apropria destas singularidades para
o consumo urbano.
As teorias críticas têm contribuído para
aumentar nossa compreensão sobre as íntimas e estreitas relações entre conhecimento, poder e identidade social e, portanto, sobre as múltiplas formas pelas quais os conhecimentos e saberes estão centralmente
envolvidos na produção do social. As teorias
da reprodução social, por exemplo, nos mostram como as distribuições desiguais de conhecimentos, através do currículo, da escola, e dos museus constituem mecanismos
centrais do processo de produção e reprodução de desigualdade social. A Educação,
em um quadro mais estrutural, tem sido efetivada a partir da seleção autoritária burocrática inadequada e imposta dos saberes.
A Educação, a partir da interface com a
Escola detém responsabilidades tanto de
manutenção deste modelo, como poderá ser
produtora de rupturas no campo do fortalecimento das identidades e das diferenças,
tendo a produção humana como convergência entre identidades, comunidades e sabe-
30
Elizabete Tamanini e Zilma Isabel Peixer.pmd 30
26/9/2007, 12:30
“AGUA MOLE EM PEDRA DURA TANTO BATE ATÉ QUE FURA: EDUCAÇÃO POPULAR E HERANÇA CULTURAL
NO SÉCULO XXI”
Elizabete Tamanini e Zilma Isabel Peixer
res. Todavia, como um modo de existência
ímpar, como um referencial capaz de “juntar
fragmentos” e forjar a “identidade mestra”
(Hall, 2003).
E essa é uma rede de diversos pontos
nodais, em busca do entendimento desses
processos e atuação articulada, que possam
contribuir para a autonomia das sociedades,
que em síntese é que o Paulo Freire tanto
destacou a “luta contra todos os obstáculos
a humanização [do individuo]”. E esse é um
ponto chave, construir um presente e um
futuro melhor de forma igualitária, mesmo porque estamos na eminência da
insustentabilidade humana.
E aí chegamos a outro grande impasse,
percebemos que a cultura se transforma também no grande apanágio, tanto para justificar a permanência e imutabilidade das condições e estruturas sociais, como para, servir de vetor para essas mesmas mudanças.
È só observarmos os discursos sobre desenvolvimento e sustentabilidade social. Isso nos
remete a pontos que gostaríamos de abordar que é sobre os elementos de permanência cultural, e aqui considerando em dois
aspectos: de dominação e de resistência/
autonomia.
Memórias, subjetividades, identidades,
heranças culturais formação do sujeito individual e coletivo submersos na dimensão
cultural. Muitas vezes não entendemos os liames e os fios que formam essa trama, e o
discurso da cultura tanto pode servir para
camuflar e justificar como para desvelar e
romper. Memórias e heranças culturais escondidas e camufladas, mas que formam
parte significativa do território cognitivo de
atuação social.
Assim, lembramo-nos das práticas do
coronelismo, que enquanto sistema político,
já foi superado, mas enquanto prática política cotidiana está muito vivo nas práticas políticas e relação entre grupos sociais e Estado, onde espaços e instrumentos de relações
democráticos, como: eleições diretas,
informatizadas ou audiências pública são
rearticuladas nas práticas de mandonismo
local, onde o momento em si (eleição, as-
sembléia) e seus coadjuvantes o churrasco,
a camiseta, o boné, a cesta básica, a caneta, formam uma intrincada rede de submissão e reafirmação do sistema autoritário e
hierárquico local. E que reafirmam também
a relação de dependência/clientelismo para
com o Estado. Aspecto que continua contribuindo para as estruturas desiguais da sociedade. Referencias culturais como esses,
dimensionam tempos e movimentos, e constituem-se em referenciais das práticas sociais, especialmente em pequenas comunidades rurais. A escola vai funcionar e a igreja
ficará onde está se “eles os donos do poder”, se assim os desejarem.
Saber as formas de vida as quais existam poucos registros, saber como os silenciosos, aqueles que pouco ou nada aparecem
na documentação escrita e na representação da cultura material “oficial” – museus,
centros de memórias e territórios de referências - saber como encarar sua existência
diante das modificações tão rápidas em curso, buscar as relações, as tensões, as teias
coletivas entre indivíduos num grupo numa
camada social em épocas distantes e também agora, de pessoas que experimentam
mudanças, segundo valores já preestabelecidos,
de normas e comportamentos que aceitam
ou rejeitam, são algumas questões inusitadas que o estudo da cultura material e o
trabalho com educação popular pode nos
propiciar.
Vale dizer que memória e identidade e
herança cultural podem perfeitamente ser
negociadas, e não são fenômenos que devam ser compreendidos como essências de
uma pessoa ou de um grupo. Se é possível o
confronto entre memória individual e a memória dos outros, isso mostra que a memória e a identidade são valores disputados em
conflitos sociais e intergrupais, e particularmente em conflitos que opõem grupos políticos diversos.
Por fim nossa metáfora parte de um ditado popular, “Água mole em pedra dura tanto
bate até que fura”, retomando desse modo à
contradição, o desagravo e a resistência às
condições históricas cravadas pelo tempo,
31
Elizabete Tamanini e Zilma Isabel Peixer.pmd 31
26/9/2007, 12:30
Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.
neste caso negando a idéia de que ele é o
melhor “remédio”, pois o tempo também é
relativo e pode ser cristalizado, revisitado,
revisado e (re)construído. É Por esses caminhos que trilham as pesquisas sobre Educação, Cultura, Memória e Patrimônio e tam-
bém estruturam-se as ações nesse campo
de luta, não mais restrito a uma esfera autônoma da sociedade, mas que é agora a própria sociedade. E a luta contra todas as formas de dominação e submissão se intensifica. E nós estamos nesse processo.
Bibliografía
BENJAMIM, W.
1994 Sobre o conceito de História. In: Magia e
Técnica, Arte e Política: ensaios sobre literatura e cultura. São Paulo: Brasiliense.
BOSI, ALFREDO.
1994 Dialética da colonização. São Paulo: Cia
das Letras.
CHAUI, M.
1981 O que é ideologia. São Paulo: Brasiliense.
FALKEMBACH, E. M. F.
2006 Socialização e Individuação. Ijui: Fronteiras da Educação/UNIJUI.
FERNANDES, J.R.
1993 Educação Patrimonial e Cidadania: uma
proposta alternativa para o ensino de História. Revista Brasileira de História, 13.
FREIRE, P.
1997 Pedagogia da esperança: um encontro
com a pedagogia do oprimido. 3. ed. São
Paulo: Paz e Terra.
1983 Educação e mudança. Rio de Janeiro: Paz
e Terra.
FUNARI, P. P. A. ORSER,C. E. JR, SCHIAVETTO, S.
N. O. (ORGS.) .
2005 Identidades, discurso e poder: estudos da
Arqueologia contemporânea. 1. ed. São
Paulo: Annablume.
FUNARI, P. (ORG.)
1998 Cultura material e arqueologia histórica.
Campinas: São Paulo, UNICAMP. F.C.H.,
317 p. (Coleção Idéias).
FUNARI, P.
1995 O papel da cultural material urbana na construção de uma memória histórica. In: Cidade e Memória. Porto Alegre: Prefeitura
Municipal.
HALL, S.
2003 Da Diáspora: identidades e mediações culturais. In: Liv Sovik (Org) Belo Horizonte:
EdUFMG, Brasília, UNESCO.
LE GOFF, JAQUES; NORA, PIERRE.
1979 História novos problemas. São Paulo:
Francisco Alves.
LOVISOLO, HUGO.
1989 A memória e a formação dos homens.
In: Estudos históricos. Rio de Janeiro:
Vértice.
MARTINS, J.S.
2002 A sociedade vista do abismo: novos estudos sobre exclusão, pobreza e classes sociais. Petrópolis: Vozes.
1986 A reforma agrária e os limites da democracia na “Nova República”. São Paulo:
Hucitec.
ORTIZ, R. A.
1996 Mundialização e Cultura. São Paulo:
Brasiliense.
KROURY, Y. A.
1991 Documentos orais e visuais: organização
e usos coletivos. In: REVISTA DO ARQUIVO MUNICIPAL. Memória e ação cultural.
São Paulo: Departamento do Patrimônio
Histórico.
PEIXER, Z. I.
2002 A cidade e seus tempos: o processo de
constituição do espaço urbano em Lages.
Lages: Ed. UNIPLAC.
PESSOA MORAIS, J.
2006 Saberes em Festa. Goiania: Kelps/UCG.
RODRIGUES, M.
2001 Preservar e Consumir: o patrimônio histórico e o turismo. In: Turismo e Patrimônio
Cultural, P.P.A. Funari& J. Pinsky (Orgs),
São Paulo Contexto.
TAMANINI, ELIZABETE.
1998 Museu Arqueologia e o Público. In:
FUNARI, P.(Org.) Cultura material e arqueologia histórica. Campinas: São Paulo, UNICAMP. F.C.H., 317 p. (Coleção
Idéias).
2000 Vidas transplantadas: museu, educação e
a cultura material na (re)construção do
passado. Tese de Doutorado. Universidade Estadual de Campinas/SP: Faculdade
de Educação.
32
Elizabete Tamanini e Zilma Isabel Peixer.pmd 32
26/9/2007, 12:30
Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007. pgs. 33-44.
“LIDANDO COM AS COISAS QUEBRADAS DA HISTÓRIA”
José Alberione dos Reis*
Resumo: Juntar as coisa quebradas do passado. Pode ser feito pelo mesmo, de forma quadrada, encerrada nos ditames acadêmicos e científicos.
Sem autoria e sem compromisso social. Pode ser feito através do outro,
de forma elíptica, inclusiva, reflexiva, com autoria explícita, com compromisso social e político e, também, empregando teorias e métodos do científico e do acadêmico. São fazeres diferentes, portanto.
Palavras-chave: arqueologia;arqueologia pública;compromisso social
“A opinião dos meninos assemelhava-se à dela [Baleia]. Agora olhavam as lojas, as
toldas a mesa de leilão. E conferenciavam pasmados. Tinham percebido que havia muitas
pessoas no mundo. Ocupavam-se em descobrir uma enorme quantidade de objetos. Comunicaram baixinho um ao outro as surpresas que os enchiam. Impossível imaginar tantas
maravilhas juntas. O menino mais novo teve uma dúvida e apresentou-a timidamente ao
irmão. Seria que aquilo tinha sido feito por gente? O menino mais velho hesitou, espiou as
lojas, as toldas iluminadas, as moças bem vestidas. Encolheu os ombros. Talvez aquilo
tivesse sido feito por gente. Nova dificuldade chegou-se ao espírito, soprou-a ao ouvido do
irmão. Provavelmente aquelas coisas tinham nomes. O menino mais novo interrogou-o
com os olhos. Sim, com certeza as preciosidades que se exibiam nos altares da igreja e
nas prateleiras das lojas tinham nomes. Puseram-se a discutir a questão intrincada. Como
podiam os homens guardar tantas palavras? Era impossível, ninguém conservava tão grande
soma de conhecimentos. Livre dos nomes, as coisas ficavam distantes, misteriosas. Não
tinham sido feitas por gente. E os indivíduos que mexiam nelas cometiam imprudência.
Vistas de longe, eram bonitas. Admirados e medrosos, falavam baixo para não desencadear as forças estranhas que elas porventura encerrassem”. (Graciliano Ramos, Vidas secas)
Rio Grande, 21 de novembro de 20061
Queridos amigos
Inicio minha prosa dizendo que nossa primavera, por aqui, está muito esquisita. Já com
cara de verão. Diferente da de vocês, por aí,
amazônica. Pois vou escrever motivado pelas lembranças daquelas nossas boas e longas conversas, lá em Maquiné, quando chovia muito e não
podíamos ir trabalhar nos ensopados milharais.
* Universidade de Caxias do Sul/Depto. de História e
Geografia, [email protected]
(1) Este texto, aqui com algumas alterações, foi apre-
sentado no V° Encontro da Regional SAB-SUL, em
novembro de 2006, na cidade de Rio Grande/RS.
33
Jose Alberione dos Reis.pmd
33
26/9/2007, 11:21
Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.
Alguns prolegômenos
Lembro-me, principalmente, daquela
trapalhada, quando fomos conversar com
o sr. John Gambi. Ele nos afirmava que
aquelas lascas de pedra tinham sido feitas pelos seus netos e que era tudo brinquedo de criança. “Vocês nada mais têm
de fazer naquele lugar e o melhor era que
vocês vão embora”, dizia ele. Ora, vocês
já tinham não só identificado as tais lascas como material arqueológico e, além
disso, também registrado devidamente o
local como sítio arqueológico. Porém, ficamos surpresos com a reação do sr. John
Gambi. Voltamos para casa. Ficamos trocando idéias sobre como teriam sido os
trabalhos de campo se fossem precedidos
ou incluído neles, atividades que esclarecessem o que ali fazíamos e que teriam
envolvido a pesquisa arqueológica num
âmbito de compromisso social. Como isto
não foi feito, tal reação era normal e não
de surpresa, lembram.
Pois é com estas conversas e com esta
cena na cabeça, desde aquele dia quente e
nublado, que hoje escrevo para prosear com
vocês sobre este tal de compromisso social
da Arqueologia.
No mês passado, estive trabalhando
numa escavação sob a coordenação do arqueólogo Paulo Alexandre, em Ivoti. É o campo do projeto de doutorado dele. Trata de
temática que se relaciona com a imigração
alemã. Pois, durante os trabalhos de campo,
que se intercalaram, num mesmo dia, com
temperaturas que variavam de 6° a 32°
graus, crianças de várias idades e tamanhos
visitavam o sítio. Acompanhados das professoras, lindas! Numa das visitas, com a
gurizada louca pra se atirar dentro das quadrículas, uma professora indagou: “O que eles
estão fazendo aí dentro destes buracos?”
Rápido silêncio. Muitas respostas gritadas.
Uma menina, de uns seis anos, assim respondeu: “Ora, professora, eles estão trabalhando com as coisas quebradas da História”. Confesso que me emocionei com esta
resposta.
Quais parâmetros devemos clarear e
estabelecer visando firmar compromisso social da Arqueologia brasileira com as pessoas que desejam e querem saber sobre os
passados? (Bezerra de Almeida 2003)2
Antes de mais nada acho que é bom
logo esclarecer o que posso entender por
compromisso. Talvez até buscando outra
palavra fora de moda, engajamento.
Vocês são mocidade nova. Eu faço parte
de uma geração que até botou a própria
vida em jogo quando desafiada diante do
engajamento, de assumir compromisso.
Isto é, ato de obrigação assumido, empenhado, pactuado e de exposição ao risco
que sustenta idéias e ações em relação a
um fazer social, no nosso caso, chamado
de Arqueologia. Pois como ainda estou
fora das modas, mais do que compromisso social, gosto mais do engajamento social. Consiste na “participação ativa em
assuntos e circunstâncias de relevância política e social, passível de ocorrer por meio
de manifestação intelectual pública, de
natureza teórica, artística (...), ou em atividade prática no interior de grupos organizados, movimentos, associações, etc.”
Fui buscar este conceito no Houaiss
(2001).
Ora, para dar um rumo a esta prosa,
amigos, já lhes digo que ‘participação ativa’
em termos de compromisso e de engajamento
social da Arqueologia, para mim, não passa por nenhum “re” Não acredito em nenhum prefixo “re” se assumimos um querer
compromissado socialmente nos nossos fazeres arqueológicos. Isto é, refazer, reorganizar, reconstruir e os outros tantos “re”
na nossa produção discursiva. Somos aque-
(2) “A Arqueologia Pública, tal como a compreendemos, engloba um conjunto de ações e reflexões que
objetiva saber a quem interessa o conhecimento produzido pela Arqueologia; de forma nossas pesquisas
afetam a sociedade; como estão sendo apresentadas ao público, ou seja, mais do que uma linha de
pesquisa da disciplina, a Arqueologia Pública é inerente ao exercício da profissão” Bezerra de Almeida,
2003: 276).
34
Jose Alberione dos Reis.pmd
34
26/9/2007, 11:21
“Lidando com as coisas quebradas da História”
José Alberione dos Reis
les que fazem, organizam, constroem e até
inventam o passado.3 Os passados que construímos se presentificam nos textos que produzimos. Estes entranhados com sentidos
de interpretação e inseridos em influências
socioculturais, históricas e ideológicas
(Orlandi 2000). Não é nas pontas de projétil
e nem na pesada tecnotipologia de lascamento
bifacial que engendramos passados. Respectivamente, estes tiveram lugar na Tradição Umbu e na Tradição Humaitá. Tiveram. Hoje, em novas formações discursivas,
já se questiona se estas tradições existiram,
assim, separadamente ou se correspondem
a duas maneiras de fazer de um mesmo
grupo humano. Neste movimento, às vezes, estes passados escapam pelas portas
dos fundos da academia e ganham vida
quando denominados de os Umbu e os
Humaitá.
Bueno, vamos mudar o rumo desta prosa!
Vocês têm me contado as vicissitudes que
estão passando por aí, em Calçoene, em função dos desafios que a multivocalidade
(Gnecco 2001) tem cercado a pesquisa que
estão realizando. Principalmente, advinda das
pessoas que estão diretamente envolvidas
por estarem morando e vivendo junto e próximo ao sítio. Dito de outro modo, fazer uma
arqueologia quadrada, cientificamente amparada e encerrada apenas nos parâmetros
acadêmicos, é fácil. Difícil é fazer uma arqueologia redonda, aberta e suscetível a
multivocalidade advinda de pessoas simples,
iletradas, do povo e que também querem falar
e serem ouvidas em relação ao que a voz
ciência da Arqueologia alarde como detentora da reconstrução do passado.
Juntar as coisas quebradas dos passados. Pode ser feito pelo mesmo, de forma
quadrada, encerrada nos ditames acadêmicos e científicos. Sem autoria e sem com-
(3) “Construir: criar (algo), juntando materiais variados em determinada forma, seguindo determinado
projeto; fazer um trabalho de criação mental”.
Reconstruir: formar novamente; devolver formato
anterior a” (Houaiss, 2001).
promisso social. Pode ser feito através do
outro, de forma espiralada, labiríntica, inclusiva, reflexiva. Explicitamente com autoria,
com compromisso social e político e, também, com teorias e métodos do âmbito científico e acadêmico. São fazeres diferentes,
portanto.
Assuntando sobre o Mesmo e
sobre o Outro
Digo labiríntica e quadrada, parafraseando o que Thomas (1995: 355 e 358) se
referiu como Arqueologia do Outro e Arqueologia do Mesmo, respectivamente. A
discursividade arqueológica do Mesmo é
aquela que carrega o perigo de nos convencer de que o passado foi justamente como
sempre foi. Assenta-se na única fala dos fazeres técnicos e numa epistemologia
cartesiana (Mrozowski 1999). É a supremacia da escavação. Os sujeitos discursivos
estão ausentes ou escondidos. As teorias
sorrateiras no implícito. As evidências da
materialidade pesquisada são apresentadas
como objetivas e universais em suas explicações. Especialistas são convocados a falar
como respeitadas autoridades na geléia geral de esdrúxulas interdisciplinaridades. Ao
universo do empírico é dada total prioridade
calando o potencial arriscado das interpretações explicitamente teóricas. A Arqueologia do Mesmo afirma e sustenta lugares de
poder (Foucault 1998) do pesquisador ou
pesquisadora e das instituições produtoras
das pesquisas.
Aqui volto a lembrar das nossas outras
tantas conversas, à noite, depois dos banhos
no rio Maquiné e de ter lavada tanta e toda a
louça. Devorados pelos mosquitos famintos,
tomávamos chimarrão e cachaça. Discutíamos sobre como escapar da tentadora malha fina e fácil do Mesmo para incluir
engajamento com as coisas, lugares e pessoas (Cabral 2005) dentro do que nos propúnhamos fazer enquanto Arqueologia.
Abraçamos a Arqueologia do Outro quando estamos interpretando os passados sem
35
Jose Alberione dos Reis.pmd
35
26/9/2007, 11:21
Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.
procurar apenas possíveis identificações de
como eles foram produzidos. Trata-se de
considerar seus efeitos nas interpretações
sobre eles feitas e sobre os usos que
retornam contemporaneamente sobre estes
passados. Acredito peremptoriamente que,
quaisquer que sejam os passados, será sempre trabalho discursivo contemporâneo,
contextualizado no presente e do presente
(Fiorin 2004). Por isso, pluralizo. O potencial
perigo dos passados enquanto Outro é que
podem desestabilizar ou deslegitimar o presente produzido pelo Mesmo. A Arqueologia
do Outro convoca e inclui alteridades, diferenças, identidades – a multivocalidade das
pessoas engajadas na construção dos passados, inclusive a dos cientistas da Arqueologia. Aqui, a subjetividade explícita é desafiada a sair da toca e correr riscos de se expor. Interpretações teoricamente explícitas e
conceitualmente clareadas se imbricam por
dentro e através do universo empírico trabalhado. É a tal da ‘atitude’ que salienta Shanks
(Pearson and Shanks 2001:08).
Quem somos nós enquanto pesquisadores e pesquisadoras? O que estamos querendo com nossos estudos? Por que e para
quem construímos passados? Estas questões
são insistentemente salientadas na Arqueologia do Outro.4 Apontam para os tipos de
Arqueologia que praticamos, os lugares de
nossos engajamentos sociais e políticos, nossos afetos e nossas narrativas (Gilchrist 2005)
em relação às diversas conexões das práticas arqueológicas. Estas, quando o Outro está
em cena nas artesanias de passados, atuam
na elucidação e interpretação sobre etnicidades
e identidades; narrativas arqueológicas a
serviço do Estado; patrimônio e nacionalismo (López Aguilar 2002); colonialismo, póscolonialismo e exploração no âmbito de uma
arqueologia do capitalismo (Lima 2002). É
claro, ressaltando sempre que é na e a partir da materialidade que age a Arqueologia.
(4) Semelhantes questionamentos também já fazem
parte da Antropologia (Descola, 2005).
Materialidade e imaterialidade estão sempre
em diálogo e trocas quando se trata da Arqueologia do Outro. É uma práxis arqueológica que instiga uma vívida experiência de
identidade social e de amplo engajamento
político. “Vincula fluxos de poder e de diferença, seja isto nacional, racial, étnico, religioso, sexual, de gênero, de classe ou do
que mais for” (Meskell 2002:293).
E o nosso público? (McManamon 2000)
Não me refiro ao de origem acadêmica. Vocês
aí, neste extremo da Amazônia, têm até sociedade secreta-exotérica criticando o fato
de vocês ainda não saberem que fenícios e
celtas já por estes lugares viveram. Que tal!
Nosso público: é o sr. John Gambi, lá de
Maquiné; são as crianças de Ivoti; são os
grupos de pessoas que visitam a Arqueologia da Praça, em Porto Alegre, na Feira do
Livro; são as educações patrimoniais; nossos alunos de licenciaturas que serão professores e formadores de futuros outros
públicos; são aqueles que assistem os
documentários exóticos e aventurescos do
Discovery; são aquelas tantas pessoas que
se aproximam, sestrosas e cabreiras, querendo saber quanto ouro já achamos e escondemos e o quanto ainda vamos ensacar
nos nossos saquinhos numerados e o quanto que ainda será medido e identificado pelos aparelhos. Não tem como fugir da raia,
ou troteia ou sai da estrada! “Ser um arqueólogo [arqueóloga] é, em outras palavras,
um ato social” (Matthews 2004:1). Quem está
a fim de fazer e de produzir enquanto Arqueologia do Outro só tem que escolher em
que maior ou menor dimensão vai se envolver num engajamento social e político. O
público só está nos cutucando!
Neste sentido, gostei da pergunta que fez
Najjar (2002): diante dos grupos sociais com
quem trabalhamos e convivemos nas nossas
pesquisas, são nossos parceiros ou nossos
rivais? Seja para estabelecer laços de parceria ou atar rivalidades o caminho é sempre difícil. São atos sociais, inexoravelmente.
Pois, tanto os tais grupos sociais quanto nós,
cientistas da Arqueologia, estamos, ao mesmo tempo, interessados e apoderados em
36
Jose Alberione dos Reis.pmd
36
26/9/2007, 11:21
“Lidando com as coisas quebradas da História”
José Alberione dos Reis
relação às interpretações e utilizações que
serão feitas com os vestígios arqueológicos
oriundos dos passados que construímos.
O que se infiltra entre parceria ou rivalidade é o clamor cada vez mais intenso dos
grupos sociais para terem sua mutivocalidade
incluída, incorporada e reconhecida na construção dos passados pelos fazeres arqueológicos. É o que Hodder (2003:56) denomina
de forçar a Arqueologia no sentido da
reflexividade. Isto significa que “a Arqueologia deve agora ser definida não como o estudo dos vestígios materiais do passado, mas
como um particular modo de indagar sobre
a relação entre as pessoas e seus passados”
(Hodder 2003:62).
E quanto ao futuro? Respondendo, Wood
(2002) afirmativamente acentua o caráter
político da produção do conhecimento arqueológico. Apresentando e discorrendo
sobre as pesquisas efetuadas pela autora e
sua equipe em um projeto denominado
Colorado Coal Field War Archaeology Project,
Wood (2002:91) acentua o que entende por
um engajamento político da pesquisa arqueológica: “Não há uma visão ou argumento
que poderia ser certo ou errado. Para mim,
uma engajada e transformadora arqueologia emerge desde um entendimento crítico
e histórico do mundo. Desde nossa participação na construção de relações democráticas dentro de nossas salas de aula, dos
sítios-escola e de nossos lugares de trabalho, ainda que nosso ativo engajamento em
grupos de ações sócio-políticas esteja fora
da academia”.
Bueno! Parei um pouco para esquentar
a água para o mate. Esta minha prosa está
ficando comprida e pensar muito dói. Fiquei precisado de umas cuias de chimarrão para aliviar os pensamentos. Mas, vou
em frente!
Enfim, amigos, termino por aqui estas
achegas que se imiscuem nestas arqueologias. Quem sabe mais adiante nos encontraremos de novo para trocarmos opiniões sobre estes diferentes lugares discursivos. Para
fechar, volto ao Thomas (1995:358) que alerta
para o seguinte: “... é preciso estar atento
para escrever em dois diferentes tropos: a
normalização e objetificação da Arqueologia
do Mesmo ou a fragmentação e ruptura da
Arqueologia do Outro”.
Eu sou pela Arqueologia do Outro.
Elaboro, no prosseguimento, uma conexão entre o que antes disse sobre esta Arqueologia do Outro e o que tempos atrás
pesquisei. Quero agora recordar para vocês
- já que leram, mas esqueceram - dois tópicos da pesquisa que fiz para a confecção da
tese5 (Reis 2004) e que estão bem relacionados com esta prosa. Trata-se de algumas
considerações sobre autoria e subjetividade
no discurso arqueológico e sobre a inserção
desta discursividade na realidade brasileira.
Autoria e subjetividade no
discurso arqueológico
Em relação a este tópico obtive dados
esclarecedores sobre qual é a tradição do
uso da pessoa na redação dos textos
pesquisados. O que aqui apresento vem de
encontro a uma das propostas da Arqueologia Pós-Processual. O destaque e a presença marcante do arqueólogo enquanto autor
(5) A proposta desta tese ancora-se empiricamente
em um levantamento o mais exaustivo possível das
teses e dissertações produzidas nos três centros formadores de profissionais em nível de pós-graduação, com área de concentração em Arqueologia, História e ou Pré-História. Estão localizados na Pontifícia
Universidade Católica do Rio Grande do Sul (PUC/
RS), Museu de Arqueologia e Etnologia (MAE/USP) e
na Universidade Federal de Pernambuco (UFPE). Os
locais da pesquisa foram as bibliotecas das respectivas instituições. Cada tese e dissertação selecionada nesta fase da pesquisa foram identificadas em
fichamento específico. Num levantamento geral, que
não tem a pretensão de ser completo e total, localizei
225 textos que englobam o conjunto das produções
acadêmicas das três instituições, num período compreendido entre 1970 e 2001.
Também foram arroladas outras teses e dissertações
produzidas nestas instituições. Porém, oriundas de outros departamentos ou institutos e em outras ciências,
tais como História, Antropologia, Geografia e Biologia,
que tenham contemplado temas da Arqueologia.
37
Jose Alberione dos Reis.pmd
37
26/9/2007, 11:21
Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.
de textos. Salienta a subjetividade6 desta
autoria que se presentifica nas mais diversas produções discursivas.
Nestas, sobre autor e sujeito, acompanho algumas reflexões de Orlandi (2000).
No discurso, a categoria sujeito e, no texto, a presença do autor implicando disciplina, organização e unidade. “Podemos
então dizer que a autoria é uma função do
sujeito” (Orlandi 2000: 74). Para autora,
esta função-autor do sujeito é discursiva,
produtora de textos, de linguagem. Dá visibilidade ao autor. Este “... é o sujeito que,
tendo o domínio de certos mecanismos
discursivos, representa, pela linguagem,
esse papel na ordem em que está inscrito,
na posição em que se constitui, assumindo
a responsabilidade pelo que diz, como diz,
etc.” (Orlandi 2000: 76).
Para além da subjetividade, também é
possível se buscar pela marcante presença
da emoção nos discursos arqueológicos sobre os passados (Tarlow 2000). Shanks e
Tilley (1989) destacam que a discursividade
arqueológica está fortemente marcada pelas individualidades dos arqueólogos. Manifestam uma subjetividade que atua do e no
mundo, agindo no presente “... através de
uma experiência autobiográfica...” (Shanks
e Tilley 1989: 44). Um dos caminhos para
elucidar tal subjetividade está no uso da pessoa na redação dos textos acadêmicos.
Num estudo sobre a pessoa no discurso
científico, Coracini (1991) destaca o fato de
que um autor tenta, no mais das vezes, assumir uma postura de quem observa à dis-
(6) “Característica do sujeito; aquilo que é pessoal,
individual, que pertence ao sujeito e apenas a ele
(...)” (Japiassu e Marcondes, 1996:254).
Tomando como referência a Análise do Discurso, sujeito é: “Resultado da relação com a linguagem e a
história. O sujeito do discurso não é totalmente livre,
nem totalmente determinado por mecanismos exteriores. O sujeito é constituído a partir da relação com
o outro (...). (...). Assim, a incompletude é uma propriedade do sujeito e a afirmação de sua identidade
resultará da constante necessidade de completude”
(Ferreira, 2001:22).
tância seu objeto de observação. Esta tentativa visa ausentar explicitamente a subjetividade do autor na pesquisa. No entanto,
como ressalta Coracini (1991:105), nem
sempre isto acontece: “Algumas vezes, os
pronomes pessoais explicitam o sujeito
enunciador: prova de que ele não consegue
se esconder totalmente por detrás dos
enunciados que profere”. Pode não se esconder, mas a depender da tradição do uso
da pessoa no discurso, estará indeterminada.
Tal situação vem demonstrada nos quadros
seguintes. Nos textos oriundos da PUC e da
UFPE predomina o emprego da terceira pessoa do singular e nos da USP o da primeira
pessoa do plural.
PUC
Pronome Pessoal
Quantidade
3° Pessoa do Singular
1° Pessoa do Plural
1° Pessoa do Singular
8
4
2
UFPE
Pronome Pessoal
Quantidade
3° Pessoa do Singular
1° Pessoa do Plural
1° Pessoa do Singular
8
5
1
USP
Pronome Pessoal
Quantidade
1° Pessoa do Plural
3° Pessoa do Singular
1° Pessoa do Singular
21
16
6
O uso da terceira pessoa do singular, nos
quadros referentes à PUC e a UFPE, aponta
para enunciados de alguém ou algo, não se
referindo, porém, a uma determinada pessoa. Pode estar falando de infinitos sujeitos
ou de nenhum. “A terceira pessoa é, em virtude da sua própria estrutura, a forma não
pessoal da flexão verbal” (Benveniste
1995:252).
38
Jose Alberione dos Reis.pmd
38
26/9/2007, 11:21
“Lidando com as coisas quebradas da História”
José Alberione dos Reis
Indursky (1997) caracteriza a terceira
pessoa que o sujeito do discurso emprega,
como sendo uma ‘quarta-pessoa discursiva’,
aquela que “... produz a impessoalização
desse sujeito: ele abdica de dizer eu, cedendo espaço para o acontecimento do discurso” (Indursky 1997:76). Esta quarta-pessoa
simulará a ausência do sujeito na materialidade
discursiva ao se representar por ‘ele’ ou pelo
emprego do ‘se’. É produzida uma ilusão que
desvincula a produção do sujeito do discurso
em relação aos respectivos acontecimentos
discursivos. Isto é, estes acontecimentos vão
sendo apresentados na discursividade como
sendo independentes da ação produtora dos
sujeitos. Assim, o uso da terceira pessoa, no
que pode ser entendido neste conceito de
‘quarta-pessoa’, representa um modo de
indeterminação da pessoa. “Ou seja, a quarta
pessoa discursiva permite que o sujeito fale
de si mesmo como se falasse de um outro,
(...)” (Indursky 1997:87).
No quadro referente aos textos da USP,
se destaca, em primeiro lugar, o uso da primeira pessoa do plural. “... são tradicionais
em português enunciações com nós como
forma de distanciamento do locutor (do eu).
É o caso do nós no discurso científico que se
constrói na primeira pessoa do plural”
(Orlandi et all.1989:51). Por este uso da primeira pessoa do plural, o autor se representa através de enunciados universais e seu
discurso pode ser considerado seu, de todos
ou de qualquer um.
O uso do ‘nós’ indetermina o agente.
Refere-se a um grupo de pessoas, dentre
elas a do próprio autor. Através do ‘nós’, o
autor emprega os mais variados referentes,
o que leva a ambíguos e descompromissados
dizeres. Benveniste (1995) demonstrou que
‘nós’ não é propriamente um plural. Tratase de um ‘eu’ ampliado que, nos seus ditos,
abarca diversos enunciadores. “... “nós” não
é uma multiplicidade de objetos idênticos mas
uma junção entre o “eu” e o “não-eu”, seja
qual for o conteúdo desse “não-eu”. (...) “Nós”
se diz de u’a maneira para ‘eu + vós’ e de
outra para ‘eu + eles’” (Benveniste 1995:256).
O ‘nós’ é trânsito por fronteiras móveis,
descompromissadas, indefinidas. Permite
referenciais indeterminados, implícitos.
“Dado que nós designa conjuntos lexicalmente
não-nomeados, nós os entendemos como
uma não-pessoa-discursiva” (Indursky
1997:66). De acordo com a autora, o ‘nós’
enquanto ‘não-pessoa’, consistiria de uma
associação entre o ‘eu’ e um referente lexical
não-especificado.
Bem, pelo acima apresentado, há uma
tradição discursiva nos textos pesquisados
que acentua uma indeterminação dos autores nas suas discursividades. É uma tradição
de fronteiras flutuantes e ambíguas. Pode
justificar ou comprovar uma deliberada atitude de descompromisso dos arqueólogos
brasileiros ao assumirem implicitamente seus
lugares subjetivos em suas produções
discursivas. Isto é, os lugares do ‘nós’ e do
‘se’ são os preferidos da Arqueologia do
Mesmo.
Apontando para uma ultrapassagem e
sedimentação desta fluidez descompromissada
em indeterminações, diz Ribeiro (2003:98):
Se nossa linguagem é tão próxima
da natural (sem impedir, porém, que certos textos sejam herméticos e de difícil
compreensão ao leigo), é porque está
na essência mesma das ciências do homem a passagem do discurso-sobre ao
discurso-com e por vezes ao discursode. Em outras palavras, o sentido essencial de nossas ciências é o de efetuar a
translação da terceira pessoa do discurso, [ou as indeterminações da pessoa]
no qual ela opera inicialmente (falando
dos homens como “eles”), para uma linguagem dialogada e, finalmente, para
uma primeira pessoa.
A partir de dados sobre os principais usos
da terceira pessoa do singular e da primeira
pessoa do plural, na tradição discursiva
pesquisada, fica elucidado uma confirmação
de uma subjetividade implícita. O emprego
destas pessoas sustenta um ‘nós’ e um ‘ele’
de indeterminação, impessoalidade e universalidade que exime o sujeito autor e produtor da pesquisa arqueológica de compromis39
Jose Alberione dos Reis.pmd
39
26/9/2007, 11:21
Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.
sos subjetivos e ou políticos na construção
de passados.
Inserção desta discursividade na
realidade brasileira
Dentre as principais reivindicações para
com as pesquisas arqueológicas propugnadas
pela Arqueologia Pós-Processual, está o comprometimento político do arqueólogo enquanto subjetividade envolvida na construção dos
passados e enquanto estabelecimento de uma
relação pessoal, social e política com o tempo. Por esta verve, concordo com o que diz
Tilley (1995:106): “Como a Arqueologia é um
relacionamento entre passado e presente
mediado por indivíduos, grupos e instituições,
isto tem uma relevância contemporânea. Inevitavelmente toma um caráter político e ideológico”. Este caráter vem sendo acentuado
no âmbito da denominada Arqueologia Pública.7 Provoca um assumir cada vez maior
para com as responsabilidades sociais e políticas da pesquisa arqueológica (Funari
2002a; 2002b; Oliveira,2002).
É neste âmbito que incluo o que aqui
denomino de contextualização da pesquisa
arqueológica na realidade brasileira. O que
entendo por realidade brasileira? Tudo o que
pode ser estudado, pensado e produzido sobre a problemática do ser brasileiro, a partir
da análise e interpretação de aspectos sociais, econômicos, políticos, ideológicos e culturais. Um destaque é dado à questão da cidadania no Brasil. São enfocadas,
prioritariamente, as possibilidades, limites e
desafios da prática democrática em um país
(7) Recentemente – outubro/2006 - foi lançada no
Brasil uma revista que contempla temáticas da Arqueologia Pública. Tendo Pedro Paulo Funari e Erika
Marion Robrahn-González como editores a Revista
Arqueologia Pública afirma que a Arqueologia Pública
deve ser “entendida como ação com o povo, (...),
permite que tenhamos uma ciência aplicada em benefício das comunidades e segmentos sociais. A nova
revista está aberta a todos” (Funari e RobrahnGonzález, 2006:3).
marcado, historicamente, pela escravidão,
pela exclusão social e cultural e pela desigualdade social. Tal enfoque visa perceber quais
fatores são desencadeadores e estão implicados num discurso de negação da participação política na sociedade, de um lado e, de
outro, interesse pela vida política nacional.
Contextualizar pesquisas - a arqueológica também - é fornecer elementos analíticos que
permitam pensar a cidadania, a democracia,
o Estado e a sociedade no Brasil atual levando em conta os aspectos acima enfocados.
A pesquisa arqueológica tem alguma
coisa a ver com isto tudo? Trabalhar com
arqueologia histórica e ou arqueologia préhistórica juntando com cidadania no Brasil
atual? Pode? Quem assim pergunta está na
verve da Arqueologia do Mesmo. Não só pode
como deve. Afirma a Arqueologia do Outro.
Diz respeito ao que vem sendo conjugado no
âmbito da Arqueologia Pública, da Educação
Patrimonial e junto ao que é possível afirmar
como compromissos sociais e políticos da
Arqueologia. Tudo isto tem a ver. Afinal, para
quem, qual e porque Arqueologia? Quais são
e a quem pertence os patrimônios culturais
(Funari e Pelegrini 2006) que se envolve e
trabalha sempre a pesquisa arqueológica,
atuando como ciência social na produção do
conhecimento sobre os passados de uma
nação, sejam estes no campo da arqueologia pré-histórica ou histórica? Aliás, não é
uma questão de sobrenome da Arqueologia
tal. Isto é, existiria uma arqueologia pré-histórica apolítica? A resposta é um solene não.
Sobre isto, claros exemplos são apresentados em Ucko (1995) e em Shennan (1994).
Enfim, é uma ação de engajamento, ou não,
em termos de uma pesquisa que se envolva
politicamente (Sandlin and Bey 2006; Hall,
M. 2001; Salazar Peralta 2002).
Bem, no que pesquisei, Arqueologia e
política ainda não se afinam. Buscava a identificação de aportes que contemplassem, de
alguma maneira, contextualização da pesquisa arqueológica em relação à realidade brasileira. Dos 71 trabalhados pesquisados, 64
em nada se referiram e 7 apresentaram alguns tênues comentários.
40
Jose Alberione dos Reis.pmd
40
26/9/2007, 11:21
“Lidando com as coisas quebradas da História”
José Alberione dos Reis
Será que a realidade social e política brasileira está em silêncio e não está desafiando o ato social de ser arqueólogo/arqueóloga no Brasil contemporâneo? Em silêncio é
que não está. Situações de desafio é que não
faltam. Recentemente, aqui no Estado, em
Porto Alegre, a Arqueologia foi solicitada a
dar conta de demandas oriundas de uma circunstância, ainda não resolvida, que envolve
um grupo de Kaingang que insistem em
ancestralidade que legitimaria a ocupação,
por eles, do Morro do Osso.8
Outros causos. Aí, bem na frente onde
vocês estão morando e trabalhando, na ilha
de Marajó. Schaan (2006) nos consta sobre
o caso da cultura marajoara. Fala de um
público que reconhece a autoridade e a legitimidade da pesquisa científica realizada na
ilha. Salienta, desse modo, que “... inconscientemente ou não, o público absorve e veicula a informação científica de acordo com
suas necessidades e expectativas. (...) o público apodera-se da reconstituição deste passado agregando sua própria interpretação”
(Schaan 2006:23).
Neves (2006) relata sobre o que ele denomina de problema ainda não resolvido, em
Manaus. Numa praça do centro histórico desta
cidade foram escavadas urnas funerárias. Tal
situação instigou intenso debate envolvendo
índios, arqueólogos e o poder público no sentido de definir com quem ficaria a guarda
definitiva destas urnas. Segundo Neves
(2006:74):”...embora não haja evidências de
conexão histórica direta entre os índios que
ocupavam a região de Manaus há cerca de
(8) Circula, por agora, via internet, um abaixo-assinado intitulado “SETE VEZES NÃO a ocupação do Morro
do Osso!”. No primeiro parágrafo deste documento
consta o seguinte: “Há mais de dois anos arqueólogos e advogados não conseguem seque uma pequena prova de que o Parque Natural do Morro do Osso
tenha sido realmente um cemitério indígena. Nenhuma prova foi apresentada de que os Kaingangues
estariam ligados a correntes migratórias que se instalaram na bacia do Guaíba em nossa pré-história”.
(www.dpi.com.br/morrodoosso/ - consultado em
14.11.2006).
1300 anos e os mais de 20.000 índios que
hoje ali vivem, o próprio surgimento de um
debate sobre o tema é mais uma evidência
do início de nova época no relacionamento
entre índios e arqueólogos”.
Em Minas Gerais, professores indígenas
estão marcando um possível fazer arqueológico próprio e a partir de princípios por eles
apontados. “... obviamente muito diferentes
dos que regem os acadêmicos formados pela
sociedade dominante”, nos relata Prous
(2006:12).
Recentemente circulou pela internet um
texto que Robrahn-González intitulou de “Nota
de Esclarecimento” (Robrahn-González
2006). Esta extensa nota foi escrita com a
finalidade fornecer esclarecimentos sobre
equívocos e acusações inconsistentes oriundas de um antropólogo contra um trabalho
de arqueologia contratada que vem sendo
realizado no vale do rio Culuene, no estado
do Mato Grosso. No final da nota, diz
Robrahn-González (2006:29):”Nossa postura não é a da fragmentação da ciência (Antropologia versus Arqueologia?), tampouco
o aumento da distância entre “ciência de contrato” e “ciência acadêmica”. Lidamos, inevitavelmente, com conflitos políticos intrínsecos à prática contemporânea das Ciências
Sociais”.
Pois, então, amigos agora amazônicos,
estes são alguns causos que demonstram que
de parte do social e do político, na realidade
brasileira contemporânea, não faltam desafios para o engajamento de uma Arqueologia socialmente comprometida. Resta apenas dirigir o leme para os rumos do Mesmo
ou do Outro de acordo com o gosto dos cientistas da Arqueologia. Ficar na bubuia, não é
mais possível.
Bem, queridos amigos. Esta carta já está
longa demais. Vou ficando por aqui. Só mais
um finalmente. Saibam vocês que na base
de tudo o que aqui lhes escrevi está um desafio que se apresenta para mim. Como já
lhes contei, em outra carta, a Universidade
de Caxias do Sul, de parte do Gabinete do
Reitor, me intimou a colocar a Arqueologia
em movimento e com projetos ambiciosos.
41
Jose Alberione dos Reis.pmd
41
26/9/2007, 11:21
Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.
Ambição não é minha praia. Muito menos
dentro da academia, com seus mandarinatos
institucionais assentados e com seus sátrapas
de plantão disputando lugares de poder. O
movimento me atrai. Ainda estou nas dores
de elaboração de futuro projeto que contemplara temática relacionada com a imigração
italiana na Serra Gaúcha. Mas, quero dizer a
vocês, que esta longa carta é como uma exposição de motivos para estar alerta em não
me enlamear nos movediços da Arqueologia
do Mesmo. Estou aberto e confiante em relação às provocações e incitações advindas
de uma Arqueologia do Outro e que esteja
enleada num engajamento social e político
nos fazeres que me aguardam.
Queridos João e Mariana, fico por aqui.
Logo mais, conforme vocês anunciaram, poderemos estar juntos novamente, nas proximidades de nossos corpos, cheiros e olhares
para nossas saborosas conversas. Regadas a
chimarrão e a cachaça, evidentemente.
Beijos e abraços, deste bugre velho
macunaímico aqui do sul,
José Alberione dos Reis.
Abstract: Putting together broken things from the past. It can be done by
the same, square fashion, locked into academic and scientific sayings. No
authorship, no social commitment. It can be done through the other, eliptic
fashion, inclusive, reflexive, explicit authorship, social and political
commitment and, also, applying theories and methods of the scientific
and of the academic. Different makings, therefore.
Keywords: archaeology; public archaeology; social commitment
Bibliografia
BENVENISTE, E.
1995 Problemas de lingüística geral I. Campinas, Pontes.
BEZERRA DE ALMEIDA, MÁRCIA
2003 O público e o patrimônio arqueológico: reflexões para a Arqueologia Pública no Brasil.
Goiânia, Habitus, v.1, n.2, jul/dez: 275-295.
CABRAL, MARIANA PETRY.
2005 Sobre coisas, lugares e pessoas: uma prática de caçadores coletores do Sul do Brasil. Porto Alegre, PUCRS. (dissertação de
mestrado)
CORACINI, MARIA J.
1991 Um fazer persuasivo: o discurso subjetivo
da ciência. Campinas, Pontes.
DESCOLA, P.
2005 On anthropological knowledge. In: Social
Anthropology, 13 (1): 65- 73.
HOUAISS, A. ET AL.
2001 Dicionário Houaiss da Língua Portuguesa.
Rio de Janeiro, Objetiva.
FERREIRA, MARIA C. L. (COORD.).
2001 Glossário de Termos do Discurso - Análise
do Discurso. Porto Alegre, UFRGS/Instituto de Letras.
FIORIN, JOSÉ L.
2004 Bakthin e a concepção dialógica da linguagem. In: Abdala Junior, B. (org.). Margens
da cultura: mestiçagem, hibridismo & outras misturas. São Paulo, Boitempo.
FOUCAULT, M.
1998 A ordem do discurso. São Paulo, Loyola.
FUNARI, PEDRO PAULO A.
2002a A Arqueologia pública na América Latina e seu contexto mundial. In: Fronteiras - Revista de História , Campo Grande, UFMS/PPG em História, vol. 6, nº
11: 87-96.
2002b Arqueología latinoamericana y su contexto histórico: la Arqueología pública y las
tareas del quehacer arqueológico. Comunicação apresentada na IIIª Reunión In-
42
Jose Alberione dos Reis.pmd
42
26/9/2007, 11:22
“Lidando com as coisas quebradas da História”
José Alberione dos Reis
ternacional de Teoría Arqueológica em
Sudamérica, Colômbia. (webtexto)
FUNARI, P.P. E PELEGRINI, S.C.A.
2006 Patrimônio histórico e cultural. Rio de Janeiro, Jorge Zahar.
FUNARI, P.P. E ROBRHAN-GONZÁLEZ, E.
2006 Editorial. Revista Arqueologia Pública. São
Paulo, n°1: 3.
GILCHRIST, ROBERTA.
2005 Introduction: scales and voices in world
historical archaeology. In: World Archaeology,
37 (3): 329-336.
GNECCO, C.
2001 La arqueología como discurso regulador.
Comunicação apresentada na XIª Reunião
Científica da SAB. Rio de Janeiro (publicação no prelo).
HALL, MARTIN.
2001 Social archaeology and the theatres of
memory. In: Journal of Social Archaeology,
vol 1 (1):50-61.
HODDER, IAN.
2003 Archaeological Reflexivity and the “Local”
Voice. In: Anthropological Quarterly. Vol.
76, n° 1: 55 a 69.
INDURSKY, FREDA.
1997 A fala dos quartéis e as outras vozes.
Campinas, Ed. UNICAMP.
JAPIASSÚ, H. E MARCONDES, D.
1996 Dicionário básico de Filosofia. 3a. edição revista e ampliada. Rio de Janeiro, Jorge Zahar.
LIMA, TANIA ANDRADE.
2002 Os marcos teóricos da Arqueologia histórica, suas possibilidades e limites. In: Estudos Ibero-Americanos . PUCRS, v.
XXVIII, n° 2: 07-23.
LÓPEZ-AGUILAR, FERNANDO.
2002 La noción de patrimonio entre lo local y lo
global, una Mirada al patrimonio cultural
arqueológico. In: Revista de Arqueologia
Americana. 21: 155-169.
MATTHEWS, C.N.
2004 P u b l i c S i g n i f i c a n c e a n d I m a g i n e d
Archeologists: Authoring Pasts in Context.
In: International Journal of Historical
Archaeology. Vol. 8, n° 1, 01 a 25.
MCMANAMON, FRANCIS P.
2000 Archaeological messages and messengers.
Public Archaeology, v.1: 5-20.
MESKELL, LYNN.
2002 The Intersections of identity and Politics
in Archaeology. In: Annu. Rev. Anthropol.
31: 279-301.
MROZOWSKI, S. A.
1999 Colonization and the Commodification of
Nature. In: International Journal of
Historical Archaeology, vol. 3, n° 3: 153-166.
NAJJAR, R.
2002 Arqueólogos e comunidade: parceiros ou
rivais? In: Revista de Arqueologia Americana. N° 21, 173 a 190.
NEVES, EDUARDO GÓES.
2006 Arqueologia da Amazônia. Rio de Janeiro,
Jorge Zahar.
OLIVEIRA, JORGE EREMITES.
2002 Arqueologia pública, universidade pública
e cidadania. In: Fronteiras - Revista de
História, Univ. Fed. de Mato Grosso do
Sul, vol. 06, nº 11: 41-58.
ORLANDI, ENI.
2000 Análise de Discurso - princípios & procedimentos. Campinas, Pontes.
ORLANDI, ENI P. ET ALL.
1989 Vozes e contravozes - discurso na Cidade
e no Campo. São Paulo, Cortez.
PEARSON, M. AND SHANKS, M.
2001 Theatre/Archaeology. London, Routledge
PROUS, ANDRÉ.
2006 O Brasil antes dos brasileiros: a pré-história do nosso país. Rio de Janeiro, Jorge
Zahar.
RIBEIRO, RENATO J.
2003 A universidade e a vida atual - Fellini não
via filmes. Rio de Janeiro, Campus.
ROBRHAN-GONZÁLEZ, E.
2006 Nota de esclarecimento – Programa de diagnóstico antropológico e de patrimônio
cultural da PCH Parantinga II. Documento
divulgado pela internet, através de e-mail:
[email protected]. (consultado em
04.10.2006).
SALAZAR PERALTA, ANA M.
2002 El uso social del patrimônio cultural: el dilema de la ciuidadanizacion. In: Revista de
Arqueologia Americana, n° 21: 107-121.
SANDLIN, J. AND BEY, G.J.
2006 Trowels, trenches and transformation – a
case study of archaeologists learning a
more critical practice of archaeology. In:
Journal of Social Archaeology, vol. 6 (2):
255-276.
SCHAAN, D.P.
2006 Arqueologia, público e comodificação da
herança cultural: o caso da cultura
marajoara. In: Revista Arqueologia Pública. São Paulo, n° 1: 31-48.
SHANKS, M. AND TILLEY, C.
1989 Questions rather than answers: reply to
comments on Archaeology into the 1990s.
In: Norwegian Archaeological Review, 22
(1): 42-54.
SHENNAN, S.J. (ED.).
1994 Archaeological approaches to cultural
identity. London, Routledge.
43
Jose Alberione dos Reis.pmd
43
26/9/2007, 11:22
Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.
TARLOW, SARAH.
2000 Emotion in Archaeology. In: Current
Anthropology, vol. 41, nº 5: 713-746.
THOMAS, J.
1995 Where are we now? - Archaeology theory
in the 1990’s. In: Ucko, P. (ed.) Theory in
archaeology - a world perspective .
London, Routledge: 343-362.
TILLEY, CHRISTOPHER.
1995 Archaeology as socio-political action in
the present. In: Pinsky, V. and Wylie, A.
Critical traditions in contemporary
archaeology – essays in the philosophy,
history and socio-politics of archaeology.
Albuquerque, Univ. of New Mexico Pres:
104-116.
UCKO, PETER(ED.).
1995 Theory in archaeology - a world perspective.
London, Routledge.
WOOD, MARGARET C.
2002 M o v i n g t o w a r d s t r a n s f o r m a t i v e
democratic action through archaeology.
In: International Journal of Historical
Archaeology . 6 (3): 187-198.
44
Jose Alberione dos Reis.pmd
44
26/9/2007, 11:22
Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007. pgs. 45-56.
MANEJO DE RECURSOS CULTURALES Y PUESTA EN VALOR DE
HISTORIAS REGIONALES.*
Mónica Berón**
Marina Guastavino***
Resumen: Desde el año 2002 se esta desarrollando un Plan de Manejo
de Recursos Culturales (MCR) en el marco de un convenio interinstitucional
en el sur de la provincia de La Pampa (República Argentina). El mismo se
lleva a cabo en la localidad de Puelches y tiene como objetivos principales
el uso racional, rentable y sustentable de los recursos culturales (APN
2000). El patrimonio, conformado por estos recursos, es la base fundamental de la identidad de un pueblo. En este mismo sentido se orientan
los resultados de la investigación básica del pasado prehispánico del área.
Recientemente un proyecto turístico impulsado por el gobierno central de
La Pampa ha dado un giro a distintos aspectos del proyecto, que
proponemos discutir en este trabajo.
Palabras clave: Manejo de Recursos Culturales; museo de la localidad;
museo de sitio; Villa Casa de Piedra; Grandes Obras.
Introducción
Desde el año 2002 se está desarrollando
un Plan de Manejo de Recursos Culturales
en el marco de un convenio interinstitucional
en el sur de la provincia de La Pampa (República Argentina). El mismo tiene como
centro de actividades la localidad de
* Trabajo presentado en la IV Reunión Internacional de
Teoría Arqueológica en América del Sur, Inter-Congreso
del WAC (World Archaeological Congress – Congreso
Arqueológico Mundial), Catamarca, Argentina, julio 2007.
** Conicet, Museo Etnográfico, UBA, Incuapa,
UNCPBA. [email protected]. Moreno 350,
(1091) Ciudad de Buenos Aires, Argentina
*** Museo Etnográfico, UBA.
[email protected]
Puelches y como objetivos principales el uso
racional, rentable y sustentable de los sitios
culturales (APN 2000, Figura 1). Se ha
asumido la existencia de una interrelación
dinámica entre patrimonio, identidad y
conservación (Molinari et al . 2000). El
patrimonio, conformado por estos recursos,
es la base fundamental de la identidad de
un pueblo. Una condición necesaria para
cualquier estrategia orientada al uso
sustentable de la biodiversidad y a la
revalorización de los recursos naturales y
culturales sería en este entendimiento, la
definición y reconstrucción de su identidad.
En este mismo sentido se orientan los resultados de la investigación básica del
pasado prehispánico del área, que sin embargo es una zona marginal para los
intereses del gobierno provincial.
45
Monica Beron Marina Guastavino.pmd
45
26/9/2007, 11:38
Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.
Fig. 1 - Ubicación de Puelches y de algunos puntos de localización de patrimonio arqueológico del área.
Recientemente un proyecto turístico del
gobierno central de La Pampa ha puesto en el
centro de las discusiones algunos de los objetivos del plan de manejo referido, lo que ha
dado un giro a distintos aspectos del proyecto,
que proponemos discutir en el marco de este
simposio. El presente trabajo tiene como objetivo problematizar las acciones implementadas
en el marco del Proyecto “Gestión de
Patrimonio Cultural y Natural en la Comunidad
de Puelches, Provincia de La Pampa:
Conservación y Desarrollo”.
46
Monica Beron Marina Guastavino.pmd
46
26/9/2007, 11:38
MANEJO DE RECURSOS CULTURALES Y PUESTA EN VALOR DE HISTORIAS REGIONALES
Mónica Berón y Marina Guastavino
La localidad de Puelches. Realidades y
aspiraciones
La localidad de Puelches dista 280 kms
de Santa Rosa, la capital provincial. Está
ubicada en pleno semidesierto pampeano,
área también conocida como “la travesía” en
los registros históricos. Tiene 400 habitantes distribuidos entre el ejido urbano y el área
rural. Su emplazamiento responde a la
disponibilidad de fuentes de agua superficial, como las cuencas de los ríos Curacó y
Chadileuvú y el sistema lagunas constituido
por Urrelauquen, La Dulce y La Amarga. Sin
embargo, aunque en distinta medida, todos
estos cuerpos de agua presentan altos niveles de salinidad, por lo cual no son potables.
La localidad recibe el agua potable a través
de un acueducto que se extiende desde
Puelén hasta Puelches y recorre más de 150
km. Hasta hace pocos años dicha localidad
resultaba un punto aislado en la travesía
hacia el Alto Valle de Río Negro, ya que la
ruta N° 152 se hallaba en malas condiciones
y ninguna línea de transporte de pasajeros
pasaba por allí sino solamente por la Ruta
del Desierto.
A partir de mejoras en la Ruta Nro. 152
se produjo un tránsito mayor de aquellos que
viajan desde y hacia la Patagonia y pasan
por la localidad de Puelches, que se ubica a
ambos lados de dicha ruta. Se consideró que
estas mejoras permitirían el desarrollo de la
comunidad. Se instaló una estación de
servicio y algunos paradores, a instancias de
emprendimientos de pobladores locales.
Paralelamente algunos pobladores han planificado la instalación de un balneario en la
laguna La Dulce, con un lugar de recreación,
que aún no logra concretarse.
El MRC en el marco de proyectos de
desarrollo regional
El Manejo de Recursos Culturales (MRC)
es una estrategia que se pone en práctica
para el cuidado del Patrimonio Cultural. Este
patrimonio es el que engloba el conjunto de
los recursos culturales, que entendemos en
los términos de R. Molinari (1998) como
aquellas evidencias materiales de las
actividades de los hombres a lo largo de la
historia, en la interacción entre ellos y con el
medio que los rodea. Asimismo, dichos componentes del patrimonio son las evidencias
por las cuales una comunidad se reconoce a
sí misma y es reconocida por los demás
(Molinari 1998).
Entendemos, además, que cuidar el
patrimonio implica realizar una serie de
acciones que se encuentran interrelacionadas,
como investigación, conservación y puesta en
valor. Ahora bien, la conservación de los recursos culturales de una comunidad no implica una preservación absoluta, sin la
participación de los involucrados, sino el “uso
racional, rentable y sustentable”, tendiente
al desarrollo y al mejoramiento de la calidad
de vida de dicha comunidad.
De esta forma, poner en valor un recurso cultural es conservarlo en la acepción antes descripta. Lo mencionado anteriormente
debe llevarse a cabo en el marco de un
trabajo participativo. Por eso, se hace
necesario plantear espacios en los que el
intercambio horizontal de conocimientos y
opiniones, faciliten la toma de decisión de
los distintos actores de una comunidad.
Si bien existe en la provincia de La
Pampa, una intención de fortalecer la
identidad de la zona del oeste y/o del
desierto, que se refleja en el cancionero, en
la poética, en la literatura y en algunas
acciones políticas puntuales, no existe una
política integral tendiente al desarrollo socioproductivo que, entre otras cosas, contribuya
a disminuir el éxodo rural.
Recientemente, se lanzó el Proyecto de
la Villa Casa de Piedra que, aparentemente,
contribuiría al desarrollo mencionado en el
párrafo anterior.
Proyecto Villa Casa de Piedra
En el año 2004 el gobierno de la Pcia. de
La Pampa presentó el Plan Director del Ente
47
Monica Beron Marina Guastavino.pmd
47
26/9/2007, 11:38
Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.
Comunal Casa de Piedra. La creación de esta
nueva comuna, oficiada por Ley Nº 2112 del
08/07/2004, tiene como eje la creación de
un “Polo productivo - turístico con toda la
infraestructura y los servicios necesarios
para el desarrollo de un lugar estratégico en
la Patagonia Argentina”. La nueva villa se
ubica a 396 km al suroeste de la capital
pampeana; sobre las márgenes del Río
Colorado, a orillas de un lago artificial de
36.000 hectáreas de superficie. A la misma
se accede por Ruta Nacional Nº 152 o Ruta
Provincial Nº 34. Es un ambiente de
semidesierto, de tipo patagónico, con bardas
y terrazas fluviales con escasa vegetación
xerófila (Figura 2).
El proyecto se está desarrollando en etapas; la primera ya está en marcha y consiste
en el establecimiento de un Área Prioritaria
Urbana que brinda la infraestructura
necesaria: grupo de viviendas, caminos,
energía, comunicación, alumbrado, agua
potable, riego, forestación, parquización y
bajada para lanchas.
En la Figura 3 pueden observarse los
cambios en la fisonomía del ambiente a partir de la implementación del riego para
forestar. La intencionalidad en este caso no
es mostrar y conservar el ambiente natural
sino recrear un paisaje artificial.
En la segunda etapa, el sector privado
comenzará a realizar sus inversiones en los
servicios planificados según el proyecto:
hoteles, canchas y zonas deportivas, un club
náutico, venta de productos y comidas
regionales, estación de servicio, parador de
camiones y micros, restaurante, área comercial, camping, etc. La inversión pública incluirá además un balneario, miradores, centro de salud, destacamento policial, escuela
Fig. 2 - Bardas y terrazas sobre el Río Colorado.
48
Monica Beron Marina Guastavino.pmd
48
26/9/2007, 11:38
MANEJO DE RECURSOS CULTURALES Y PUESTA EN VALOR DE HISTORIAS REGIONALES
Mónica Berón y Marina Guastavino
Fig. 3 - Parquización en el entorno de la Villa.
y viviendas. Además, se proyecta la
construcción del “Museo del Hombre
Pampeano” en el cual se exhibirán las
colecciones recuperadas en el área durante
las tareas de evaluación de impacto arqueológico realizadas entre 1978 y 1986, en el
marco del proyecto Presa Embalse Casa de
Piedra, por Gradín y colaboradores. Su
premisa es “contribuir con la construcción de
la identidad pampeana a través de la difusión
de los primeros momentos de su historia,
considerando que forma parte de los
múltiples procesos, hitos y actores que
confluyen y se suceden en el devenir histórico para conformar la realidad en que
vivimos” (Becerra, M. L. Pera y M. I. Poduje
2004).
El Ente Comunal Casa de Piedra está
conformado por seis zonas donde se
desarrollan distintos usos (Figura 4).
Cabe destacar que la Secretaría de Turismo de la Provincia de La Pampa, presenta
el proyecto de la siguiente manera:
“VILLA TURÍSTICA “CASA DE PIEDRA”
DESPUES DE 76 AÑOS UN NUEVO PUEBLO
NACE EN LA PAMPA…
El verde de la esperanza y el agua de la
vida se instalaron definitivamente en Casa
de Piedra; el paisaje es una invitación a
quedarse y pertenecer al lugar.”
Mientras desde la esfera oficial del
gobierno provincial se alienta a todos los
sectores a formar parte de un exitoso
proyecto en el cual “habrá trabajo para to49
Monica Beron Marina Guastavino.pmd
49
26/9/2007, 11:38
Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.
Fig. 4 - Villa Casa de Piedra. Referencias:
· Sector 1a -1b: Desarrollo de un Área Prioritaria Urbana para el Desarrollo del Turismo, Deporte y
Recreación. Proyecto de Riego y Forestación.
· Sector II: Desarrollo de un Área de Producción Agrícola-Ganadera.
· Sector III: Reserva: Área Protegida.
· Sector IV: Portal de Acceso a Casa de Piedra y Puesto de Control de Fauna y Flora.
· Sector V: Aguas Abajo de la Presa. Forestación paisajista y riego.
· Sector VI: Costa del Río Colorado: Mirador; Estación de Piscicultura.
dos (sic)”, tal como fue presentado en la 32º
Feria del Libro en Buenos Aires (pampavirtual
15/3/2006), en medios nacionales como el
diario La Nación se referenció al proyecto
como “Las Vegas del subdesarrollo” (La
Nación, 1/12/2006). Entre los proyectos figura la instalación de un casino y un hotel 5
estrellas, que seguramente no están destinados a los pobladores locales, ni pensados
para el desarrollo del Oeste pampeano, que
registra una densidad poblacional menor que
la de los mayores desiertos del mundo y en
constante retroceso.
Totalidad vs. Fragmentación
Consideramos que un proyecto que tiene
como finalidad mejorar la calidad de vida de
las poblaciones, debería partir de considerar
la realidad como totalidad. Encontramos que
las nociones que priman son las de
fragmentación, donde la realidad es segmentada en fragmentos, considerando la suma
de ellos como la totalidad. La consideración
de forma separada de esos fragmentos, tanto
por la ciencia como por la política, la
economía, etc., ha llevado a obtener una serie
de resultados negativos. Es cierto que dividir
temas y trabajos ha permitido tratar con la
realidad, reduciendo problemas a proporciones manejables. No obstante ello, debemos
tender hacia “modos de contemplar el mundo como un todo (…) más que como
“conocimiento absolutamente verdadero de
cómo son las cosas” (Bohm 1998:24-25). Es
decir, debemos ser conscientes que lo que
es real es la totalidad y que la fragmentación
50
Monica Beron Marina Guastavino.pmd
50
26/9/2007, 11:38
MANEJO DE RECURSOS CULTURALES Y PUESTA EN VALOR DE HISTORIAS REGIONALES
Mónica Berón y Marina Guastavino
es la estrategia que el hombre despliega,
dada su tendencia a pensar el mundo en forma fragmentaria.
Asimismo, consideramos la realidad conformada por totalidades menores que se van
combinando entre sí y que a su vez son
incluidas en y forman parte de una totalidad
más grande. Al emprender acciones sobre
una de esas totalidades menores, no solemos tener en cuenta que estamos trabajando
sobre una más grande y que esas acciones
van a afectarla subsecuentemente. (Savory
y Butterfield, 1999). Entonces, deberíamos
empezar tratando de entender esa totalidad
mayor que posee características que no podemos observar en las totalidades menores
que la conforman. Esta perspectiva holística,
permitiría acercarnos más eficientemente
sobre las totalidades menores sobre las que
se ha decidido implementar determinadas
acciones. Partiendo de la noción de que el
todo es la realidad, “el todo debe ser definido, teniendo en mente que siempre ha influenciado y fue influenciado por las totalidades mayores y menores, y que tuvimos que
conocer qué queríamos hacer con él: que
necesitábamos una toda-abarcadora meta
holística”. (Savory y Butterfield, 1999:9).
La gestión del patrimonio cultural – estado actual
En el año 2002 se firmó un convenio
interinstitucional para llevar adelante un
proyecto en la localidad de Puelches, en la
provincia de La Pampa, República Argentina.
El Proyecto “Gestión de Patrimonio Cultural y
Natural en la Comunidad de Puelches, Pcia.
de La Pampa: Conservación y Desarrollo”
responde a un compromiso entre la
Administración de Parques Nacionales (APN)
–Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) – Programa de
Investigaciones Arqueológicas del Cuaternario
Pampeano (INCUAPA) – Asociación ALIHUEN
– Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria
(INTA)-Subsecretaria de Cultura de la
Provincia de La Pampa-Municipalidad de
Puelches-Subsecretaría de Turismo- Instituto de Estudios Sociohistóricos de la Facultad
de Ciencias Humanas, Universidad Nacional
de La Pampa (UNLPam.).
El objetivo del presente proyecto consiste
en términos generales, en establecer el manejo participativo de los recursos culturales y
naturales de la localidad de Puelches,
atendiendo al desarrollo socio-económico de
la zona. En ese marco se concretaron diversos emprendimientos que surgieron a partir
de las necesidades planteadas por los participantes de los talleres de evaluación, que se
realizan en la localidad, aproximadamente tres
veces al año. Hasta el momento se han realizado 11 talleres (Figura 5).
Desde los inicios en el año 2002, el
proyecto fue sufriendo diferentes ajustes como
así también la incorporación de nuevas
instituciones a su desarrollo. Paralelamente,
se produjeron cambios en la coyuntura político-social a nivel provincial y local que han
incidido en mayor o menor medida en el
desarrollo de las acciones propias del proyecto.
Los avances obtenidos hasta el momento, consisten en:
1.
Traslado y acondicionamiento
del taller de artesanas e inicio de
comercialización de la producción (Figuras 6 y 7).
2.
Impresión y distribución de
folletos turísticos
3.
Inicio de la Actividad de la
Historia Oral, con el fin de fortalecer y
recuperar la identidad a través del
desarrollo de actividades que permitan
interrelacionar la memoria individual con
la historia colectiva recuperando y
actualizando los conocimientos sobre el
medio cultural, natural y social.
4.
Relevamiento de documentación
para la edición de un libro de historia de
la comunidad (a cargo del Instituto de
Estudios Sociohistóricos, Facultad de
Ciencias Humanas, UNLPam.)
51
Monica Beron Marina Guastavino.pmd
51
26/9/2007, 11:38
Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.
Fig. 5 - Talleres de Evaluación
5.
Acondicionamiento de la antigua
capilla para instalación de un museo de
la localidad:
Desde los primeros contactos con los
pobladores en el marco de los trabajos
de investigación arqueológica se percibió
en algunos miembros de la comunidad
su deseo de rescatar la historia local a
través de la instalación de un Museo de
la Localidad.
De esta manera ha sido una de las
propuestas del vigente proyecto de
investigación: estudiar, reconstruir y
revitalizar la historia del proceso de
colonización de fines del Siglo XIX y
poblamiento del Siglo XX de las áreas
involucradas en este proyecto, rescatando
el conjunto de tradiciones y actividades
Fig. 6 - Artesana tejiendo en telar vertical.
52
Monica Beron Marina Guastavino.pmd
52
26/9/2007, 11:38
MANEJO DE RECURSOS CULTURALES Y PUESTA EN VALOR DE HISTORIAS REGIONALES
Mónica Berón y Marina Guastavino
Fig. 7 - A la izquierda, local del Museo de la localidad, a la derecha, taller de artesanos.
económicas y sociales que caracterizó a
esa época, desde los primeros colonizadores. Se pretende rescatar el conocimiento
de los antiguos pobladores del área rural
y/o de sus descendientes, así como el sistema de ideas y valores recreado en torno
a los sitios prehispánicos. Entre los objetivos se incluye comparar la información arqueológica del proceso de colonización con
los datos contenidos en los documentos históricos, crónicas y registros de la época y
rescatar la historia regional a partir de
entrevistas a las viejas familias y pobladores
de la zona. Con este propósito se ha incorporado al equipo de investigación un
estudiante avanzado de Antropología Social y por otra parte se ha conformado un
grupo de investigación de la historia local
a instancia del Instituto de Estudios
Sociohistóricos de Facultad de Ciencias
Humanas (UNLPam), que convocaron dos
pasantes a cargo de los cuales se halla el
relevamiento de documentación para la
recuperación de la historia regional. Paralelamente se ha avanzado en la redacción
del guión del Museo y se ha comprado
equipamiento para su montaje (PC
multimedia, vitrinas), a través de un subsidio de la Secretaría de Cultura de la
Nación. También se ha lanzado un concurso para la elección del nombre del Museo,
entre los pobladores locales.
Plan de manejo del Parque Nacional Lihué
Calel, Provincia de La Pampa, Argentina
Desde el año 1998 se están realizando
investigaciones arqueológicas sistemáticas,
que han arrojado información de gran
53
Monica Beron Marina Guastavino.pmd
53
26/9/2007, 11:38
Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.
relevancia acerca de los grupos cazadoresrecolectores que habitaron dicha región
(Berón et al 2002, 2006).
El principal sitio arqueológico investigado
se denomina Chenque I, un cementerio indígena prehispánico de cazadores-recolectores
(Figura 8). Se ubica sobre una lomada baja,
en un lugar destacado del paisaje, circundado por cerros altos y lomadas menores. Hasta el momento, se presenta como uno de los
cementerios más grandes de cazadoresrecolectores de pampa-patagonia. El sitio
presenta un rango temporal de utilización que
va del 1050 AP al 320 años A.P.
T i e n e u n a s u p e r f i c i e d e 2 1 0 m 2,
demarcada por rocas que conforman una
estructura subcircular. Se ha excavado un
total de 49 m2, lo que constituye el 23% del
total. El número mínimo de individuos recuperados se ha calculado en 158 individuos,
por lo cual se estima que varios cientos de
personas fueron enterradas allí a lo largo de
700 años de uso.
Otra perspectiva contemplada en el
proyecto de MRC es la puesta en valor del
sitio Chenque I y la transferencia de resultados, por medio del montaje de un Museo de
Sitio. A través del mismo, se pretende dar a
conocer al público la dimensión biológica del
pasado cultural de la región, a partir de la
recreación de las costumbres funerarias y de
la caracterización bioarqueológica de los
individuos enterrados en este cementerio.
Dos premisas guiarán los contenidos de la
muestra: recrear y respetar la sacralidad del
sitio y poner en un plano de relevancia los
modos de vida de los antiguos pobladores
del desierto pampeano.
En la ‘puesta en valor’ interpretativa de
los recursos culturales de Lihué Calel se
apuntará a crear un acercamiento interactivo
y comprensible del pasado, utilizando la
combinación de aspectos naturales y
culturales del ambiente (paisaje) en el
espacio del museo de sitio seleccionado.
Metodológicamente se ha planteado sostener
un manejo adaptativo que fuera capaz de
minimizar los riesgos de deterioro, poder
anticipar consecuencias previstas y no previstas que sucedan a la aplicación de
intervenciones sobre los recursos culturales,
y avanzar en el manejo, incorporando a su
re-planificación la información de los resultados parciales (Molinari 1998).
Consideraciones finales
Fig. 8 - Enterratorios del sitio Chenque I.
Los efectos de las Grandes Obras tienen
un impacto no sólo local sino regional y
además se prolongan en el tiempo (Radovich
2003). Un proyecto de desarrollo de gran
magnitud como el mencionado en Casa de
Piedra, debería plantearse indicadores de
impacto que permitan evaluar las consecuencias
(tanto negativas como positivas) que resulten
de esas acciones. En este sentido, creemos
necesaria la definición de indicadores de impacto para las localidades vecinas a la Villa
Casa de Piedra y, en este caso particular,
54
Monica Beron Marina Guastavino.pmd
54
26/9/2007, 11:38
MANEJO DE RECURSOS CULTURALES Y PUESTA EN VALOR DE HISTORIAS REGIONALES
Mónica Berón y Marina Guastavino
para la localidad de Puelches. Como antecedente se debe mencionar la evaluación de
impacto arqueológico y antropológico llevado
a cabo en los inicios del proyecto de
construcción de la Presa Embalse, a solicitud
del Ente Ejecutivo tripartito Casa de Piedra.
La evaluación de impacto arqueológico se
desarrollo entre 1978 y 1986 y estuvo a cargo del Prof. Carlos J. Gradin y un amplio grupo de colaboradores, entre ellos una de las
autoras (MB) (Gradin et al 1984). El impacto
antropológico se desarrolló entre 1986 y
1988 y estuvo a cargo de un grupo de
geógrafos encabezados por la Dra. N. Medus
(Medus et al. 1988).
Entre los postulados del actual proyecto
se incluye “impulsar un nuevo polo turístico
y productivo en un lugar de óptimas distancias con importantes capitales del país y sitio
estratégico para el paso a los destinos
vacacionales del resto de la Patagonia (Ruta
Nacional Nº 152). Además se integra al circuito turístico del cercano Parque Nacional
Lihué Calel y, más lejana, la Reserva Provincial Parque Luro.”
Esta frase sintetiza el marco de las expectativas que este nuevo mega- proyecto
regional ha generado en los pobladores y
autoridades locales, particularmente en
Puelches. Esas expectativas no van de la
mano del acompañamiento de nuestro
proyecto de MRC, que lo precede en el tiempo
pero que no logra la concreción de las
pequeñas etapas y mini-inversiones que la
Intendencia local se compromete a efectuar
respecto al Museo de la localidad y Taller de
Artesanos. (rejas de seguridad, alarma,
personal a cargo). Sin embargo se impulsó
vivamente la construcción de un polideportivo
de grandes dimensiones, junto a la ruta 152,
para cuya inauguración estuvo presente el
gobernador de la provincia. También se ha
iniciado la construcción de un tambo caprino,
con un crédito de promoción productiva destinado al propietario de las instalaciones. En
palabras del Intendente de Puelches, con
motivo de la inauguración: “Hoy estamos
inaugurando el primer tambo experimental
demostrativo de secano en la provincia de
La Pampa (…) Podemos decir que un
producto autóctono del oeste pampeano
como es la producción caprina, ha cumplido
el sueño de pasar a ser una producción
sustentable y generadora de mano de obra,
permitirá que más productores caprineros
puedan agregarle valor a su producción2”.
En este punto se considera necesario
establecer indicadores que midan el impacto
de cada uno de estos emprendimientos, en
escala multidimensional, sobre la calidad de
vida de los pobladores (económicos, sociales
y ambientales), a fin de lograr esa visión de
la realidad total e integradora en la que el
patrimonio cultural se constituya como un
recurso de desarrollo.
Como dice Endere (2001), dar participación
a la población local en la administración del
patrimonio constituye un desafío pero
también una tarea que parece depender cada
vez más del voluntariado y la sensibilidad de
la sociedad civil, y nos obliga a los arqueólogos a asumir un papel más activo, mediando
entre los distintos grupos de interés. En
medio de todo este panorama, ¿cómo se
inserta la mirada hacia el pasado? Mientras
un sector clama por la recuperación de la
memoria y el rescate de los ancestros, otros
sólo están pendientes de la gran obra de
inversión hacia un futuro que no está
asegurado.
(2) En: “Noticias Oficiales” http:noticias.lapampa.gov.ar
55
Monica Beron Marina Guastavino.pmd
55
26/9/2007, 11:38
Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.
Abstract: Cultural Research Management Program (CRM) is being
developed since 2002 in the south of La Pampa province (Argentina) framed
in an inter-institutional agreement. This program is being developed in
Puelches locality and the first objectives are the rational, income- producing
and maintainable use of cultural resources (APN 2000). The heritage,
composed by these resourcesis the base of a population identity. In the
same way are considered the results of prehispanic past research carried
out in the area. Recently, a tourist project impelled by the central governmet
of La Pampa province has redirected different aspects of our CRM program,
which we discuss in this paper.
Key words: Cultural Research management, locality museum, site
museum, Casa de Piedra village, Big Dams.
Bibliografia
BECERRA, M., L. PERA Y M. I. PODUJE
2004 Proyecto Museo Provincia “Carlos J.
Gradin”. Departamento Investigaciones
Culturales, Subsecretaría de Cultura,
Ministerio de Cultura y Educación, Gobierno
de La Pampa,
BERÓN, M., I. BAFFI, R. MOLINARI, C. ARANDA, L.
LUNA, A. CIMINO
2002 El chenque de Lihue Calel. Una estructura
funeraria en las Sierras de la Vida. En Del
Mar a los Salitrales. 10.000 de Historia
Pampeana en el Umbral del Tercer Milenio:
87-106. Mazzanti, D., M. Berón y F. Oliva
Eds. Universidad Nacional de Mar del Plata.
Facultad de Humanidades. Laboratorio de
Arqueología. Mar del Plata. Código de
ISBN: 987- 544- 052- 3.
BERÓN M., L. LUNA Y R. CURTONI
2006 Serranías Pampeanas Meridionales.
Investigaciones arqueológicas en el área
de Lihué Calel. En Incuapa, 10 años. G.
Politis Ed. FACSO Olavarría
BOHM, D.
1998 La totalidad y el orden implicado. Cap.1:
Fragmentación y totalidad. 3a. Edición
Kairós. Barcelona
ENDERE, M.L.
2001 Patrimonio arqueológico en Argentina. Pa-
norama actual y perspectivas futuras. Revista de Arqueología Americana20:143-158.
GRADÍN, C., C. VAYÁ, M. QUINTANA, H. NAMI, A.
SALVINO, M. BERÓN Y A. AGUERRE
1984 Investigaciones Arqueológicas en Casa de
Piedra. Pcia. de La Pampa. Dirección General de Cultura y Ente Ejecutivo Casa de
Piedra.
MEDUS, N. L. MORETE Y G. TOURN
1988 Presa Embalse Casa de Piedra. Relocalización
de Población. Informe Final. Santa Rosa,
La Pampa; M/S:
MOLINARI, R.; L. FERRARO; H. A. PARADELA Y A.
CASTAÑO.
2001 Odisea del Manejo: Conservación del
Patrimonio Arqueológico y Perspectiva
Holística. 2do. Congreso Virtual de Antropología y Arqueología. www.naya.org.ar
RADOVICH J.C
2003 Impacto social de grandes aprovechamientos
hidroenergéticos sobre comunidades
rurales de Norpatagonia. Tesis Doctoral
no publicada. Facultad de Filosofía y Letras. UBA.
SAVORY, A. Y J. BUTTERFIELD
1999 Holistic Management: a New Framework
for Decision Making. Island Press.2nd
Edition. Washington
56
Monica Beron Marina Guastavino.pmd
56
26/9/2007, 11:38
Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007. pgs. 57-71.
NARRATIVAS ARQUEOLÓGICAS
PÚBLICAS E IDENTIDADES INDÍGENAS EN CATAMARCA.
Marcos Quesada*
Enrique Moreno **
Marcos Gastaldi***
Resumen: Nos interesa explorar aquí el rol que juegan las narrativas arqueológicas en la conformación del imaginario de lo indígena y su historia en la
provincia de Catamarca, Argentina. Por medio de un análisis espacial y discursivo
de la exhibición del “Museo Arqueológico Adán Quiroga”, sostendremos que
estas narrativas relegan lo indígena al pasado prehispánico, al tiempo que
afirman su desaparición durante los primeros tiempos de la colonia. Estas narrativas no sólo podrían erosionar las posibilidades de autoafirmación identitaria
por parte de los mismos indígenas, sino que crean dudas en cuanto a la legitimidad
de tales identidades y los derechos que le asisten.
Palabras clave: narrativas, arqueología pública, identidades, indígenas, museo
El avance de la lógica de producción capitalista sobre tierras que habían permanecido
bajo el usufructo de comunidades campesinas,
ha cobrado un nuevo impulso en la última década en la provincia de Catamarca. La
apropiación de estos espacios, que en general
se trata de los llamados “campos comuneros”,
se debe a una variedad de procesos económicos
según el lugar de la provincia donde se produce.
La instalación de empresas agroindustriales
que aprovechan las políticas estatales de
diferimiento impositivo, el auge de la minería
en gran escala, ciertos proyectos de
*Escuela de Arqueología, Universidad Nacional de
Catamarca y CONICET - [email protected]
**Escuela de Arqueología, Universidad Nacional de
Catamarca y CONICET - [email protected]
***Museo de Antropología, Universidad Nacional de
Córdoba y CONICET - [email protected]
conformación de parques nacionales o áreas
protegidas, son sólo algunos de ellos. Los
conflictos que se generaron alrededor de estos
procesos dieron lugar, en algunos casos, a la
organización de acciones colectivas orientadas
a impedir la enajenación (por ejemplo Pizarro
2000, Pizarro y Moreno 2003). Sin embargo, a
diferencia de lo que sucedió en otras provincias,
muy pocas de estas movilizaciones campesinas
llevaron a su conformación como comunidades indígenas, aún cuando la reforma constitucional del año 1994 incluyó una serie de
amparos y garantías para quienes se
reconocieran como tales. Las causas de tal
fenómeno deben ser múltiples, complejas y
concurrentes. En este trabajo nos interesa explorar el probable rol que juegan las narrativas arqueológicas dirigidas al gran público en
la conformación del imaginario de lo indígena
y su historia en Catamarca. Por medio de un
análisis espacial de la exhibición del museo
57
Quesada Moreno e Gastaldi.pmd
57
26/9/2007, 11:43
Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.
arqueológico Adán Quiroga, sostendremos que
estas narrativas relegan lo indígena al pasado
prehispánico, al tiempo que afirman su
desaparición durante los primeros tiempos de
la colonia. Estas narrativas no sólo podrían
erosionar, al menos en alguna medida, las
posibilidades de autoafirmación identitaria por
parte de los mismos indígenas, sino que crean
dudas en cuanto a la legitimidad de tales identidades y los derechos que les asisten.
En un trabajo reciente, Haber (1999)
empleó el término ruptura metafísica para
hacer referencia a la separación de los campos objetuales de la arqueología y la historia,
es decir la distinción entre lo arqueológico y lo
histórico. Esta demarcación disciplinaria, cuyo
origen fue rastreado por el autor hasta la obra
de S. Debenedetti a comienzos de la década
de 1920, marcó a lo largo de casi un siglo la
producción de narrativas históricas en la Argentina. La ruptura metafísica, sustentada en
la supuesta discontinuidad cultural de la
tradición aborigen tras la conquista española,
no sólo supuso una separación del objeto, sino
también una demarcación del sujeto. De esta
manera se constituyó una división entre lo histórico representando un pasado hispánico y
más cercano al nosotros criollo y republicano y
una arqueología representando un pasado más
lejano, de otros, definido por el pasado indígena que queda como un fenómeno atrasado en
el tiempo y exótico a partir de la conquista
española (Funari 2006, Galloway 2006, Hall y
Silliman 2006). Por ello, sus consecuencias
fueron de importancia no sólo en el ámbito
académico, como claramente lo señala Haber
(1999), sino también en las narrativas públicas acerca de la historia que los arqueólogos
producimos y por ende en la construcción del
imaginario colectivo de la Nación.
Podría parecer extraño que en Catamarca,
donde el pasado prehispánico es movilizado
frecuentemente en los discursos y actos pú1
(1) Está claro que no del todo, puesto que
recientemente, en Catamarca, dos comunidades indígenas iniciaron procesos de reconocimiento y otras
están comenzando a recorrer esa senda.
blicos, los arqueólogos nunca nos caracterizamos por nuestro afán de difundir los resultados de las investigaciones fuera de los
ámbitos académicos. Es en los museos donde el público puede penetrar en los misteriosos saberes que, de otro modo, quedan confinados en el hermetismo de nuestro campo
disciplinar. De los museos arqueológicos de
Catamarca, el más importante en cuanto a
antigüedad y valor de la colección es el Adán
Quiroga, en la ciudad Capital. Este tiene su
origen en el interés coleccionista de Salvador Narváez, sacerdote franciscano que en
la década de 1930 comenzó a reunir las numerosas piezas que integran el patrimonio
del museo. En 1975, mediante un convenio
realizado entre la orden religiosa y la
Municipalidad de la ciudad Capital, el museo
quedó bajo la custodia y administración de
esta última. Probablemente la organización
espacial de la muestra y su guión museológico
daten de esta fecha. Los autores de este texto
no recordamos modificaciones significativas
en los últimos 15 años. El edificio que alberga el Museo fue construido en 1943 como un
complejo cultural provisto, aparte del museo,
de una sala de conferencias, biblioteca y otras
dependencias. Al Museo le corresponden tres
salones donde se organiza la exhibición. El
más amplio de ellos es el salón de arqueología
(Fig. 1), luego la sala Colonial (Fig. 2) y finalmente la sala Fray Mamerto Esquiú (Fig.
3). Lo que nos interesa aquí es analizar el
relato acerca de la historia que organiza la
distribución espacial de la exhibición.
El principal criterio para la organización
de la muestra es cronológico. La ordenación
cronológica de la muestra no es ingenuamente seguida, sino que se relaciona con la idea
de progreso que ha dominado buena parte
del desarrollo de la arqueología que continuando lo propuesto en el siglo XVIII por el
iluminismo, se centraba en la idea de una
continuidad desde lo simple hacia lo
complejo, con un parámetro tecnológico como
fundamento explicativo, siguiendo una
complejidad acumulativa y medida a partir
de parámetros tecnológicos (Mc Guire 1983,
1996; Shanks y Tilley 1987).
58
Quesada Moreno e Gastaldi.pmd
58
26/9/2007, 11:43
NARRATIVAS ARQUEOLÓGICAS PÚBLICAS E IDENTIDADES INDÍGENAS EN CATAMARCA.
Marcos Quesada, Enrique Moreno y Marcos Gastaldi
Fig. 1. Vista general de la sala de arqueología del Museo Adán Quiroga
Fig. 2. Vista general de la sala de historia colonial
59
Quesada Moreno e Gastaldi.pmd
59
26/9/2007, 11:43
Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.
Fig. 3. Vista general de la sala Fray Mamerto Esquiú.
Este se estructura en dos niveles, por
un lado se ordena en la secuencia de salas
(arqueológico – colonial/religioso) y por
otro lado ordena la distribución en el amp l i o s a l ó n d e a r q u e o l o g í a . Va m o s a
comenzar por este último nivel. Las vitrinas que contienen las piezas arqueológicas están dispuestas una junto a otra formando pasillos que prescriben y proscriben
rígidamente la circulación. Esta suerte de
laberinto conduce al visitante a lo largo del
“hilo de la historia”. La experiencia es la
siguiente: al ingresar al salón uno se
encuentra con la primera barrera (Fig. 4).
Una fila de vitrinas impide el avance y deja
libres dos direcciones posibles, derecha o
izquierda. Pero antes de tomar una decisión
debe uno dirigirse al escritorio ubicado justo
frente a la puerta de acceso donde el
empleado municipal realiza el cobro de la
entrada e inmediatamente indica que la
dirección “correcta” es hacia la izquierda.
Al girar en la esquina se arriba a un sector
demarcado con un cartel que dice
“Precerámico ”. 2 Ya estamos en el inicio del
relato. A partir de allí circulamos entre piezas
que representan aquello que, se supone, caracteriza cada período. Lo precerámico, encerrado en una única vitrina, está representado por herramientas de piedra y hueso (Fig.
6). Algunas de ellas, como las “muyunas”, la
azada de piedra y los morteros, bien podrían
corresponder a períodos posteriores (Fig. 7).
(2) En la Figura 5 se observa el cuadro cronológico
del Noroeste Argentino, confeccionado según los
datos obtenidos por Alberto Rex González para el
Valle de Hualfín (Departamento Belén, Provincia de
Catamarca) y que es el que reproduce el Museo Adán
Quiroga. El mismo divide el tiempo prehispánico del
Noroeste Argentino en dos grandes períodos:
precerámico y agroalfarero. El agralfarero a su vez
está dividido en formativo temprano, medio y tardío.
El precerámico estaría caracterizado por ocupaciones
de cazadores-recolectores, que responden a una
organización social muy simple. El período agroalfarero
estaría conformado por grupos cada vez más
desarrollados, con conjuntos cerámicos y desarrollo
de la producción agrícola y el pastoreo de camélidos.
60
Quesada Moreno e Gastaldi.pmd
60
26/9/2007, 11:43
NARRATIVAS ARQUEOLÓGICAS PÚBLICAS E IDENTIDADES INDÍGENAS EN CATAMARCA.
Marcos Quesada, Enrique Moreno y Marcos Gastaldi
Fig. 4. Plano de circulación en la sala de arqueología.
A continuación, nos adentramos al período
temprano indicado por su respectivo cartel. Lo
característico aquí son las cerámicas de los
estilos correspondientes a las llamadas culturas Ciénaga, Condorhuasi y Candelaria, que,
si bien separadas en las vitrinas, aparecen, se
sabe, mezcladas en los sitios arqueológicos.3
Así se arriba al fondo del salón. Allí la
atención del visitante es capturada, primero,
por unas vitrinas que contienen ceramios con
forma de animalitos de culturas del período
temprano e inmediatamente a continuación,
ya regresando a la entrada, por tres vitrinas
adyacentes que contienen el cuerpo disecado
(3) Estas culturas fueron definidas, por la arqueología
argentina, como si fueran pueblos o grupos étnicos
distintos, cada uno con diferencias claras en todos
los ámbitos de la vida cotidiana, separados, sobre
todo, temporal y espacialmente unos de otros. Las
vinculaciones entre estilo cerámico y cultura, y su
correlación con la idea de pueblo o grupo étnico, se
explica en virtud de que la arqueología, como así
también la antropología, tendieron a representar, a
sus objetos de investigación, como “totalidades”. Así
la cultura como totalidad uniforme, portada por un
grupo de personas se expresaba materialmente en
los objetos realizados por estos. De esta forma las
culturas quedaban amaradas con pueblos particulares, grupos étnicos, tribus y/o razas; y la cultura
material se transformaba en significante de aquellos
(Jones 1996, 1997; Trigger 1989).
61
Quesada Moreno e Gastaldi.pmd
61
26/9/2007, 11:43
Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.
Fig. 5. Secuencia cronológica-cultural del noroeste argentino según Kriscautzky
(1999). Es similar a la que se expone en el acceso a la sala de arqueología.
62
Quesada Moreno e Gastaldi.pmd
62
26/9/2007, 11:43
NARRATIVAS ARQUEOLÓGICAS PÚBLICAS E IDENTIDADES INDÍGENAS EN CATAMARCA.
Marcos Quesada, Enrique Moreno y Marcos Gastaldi
Fig. 6. Vista de la vitrina con material precerámico, sobre ella, el cartel indicador del período.
Fig. 7. Materiales exhibidos en la vitrina del período Precerámico.
63
Quesada Moreno e Gastaldi.pmd
63
26/9/2007, 11:43
Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.
de un adulto la primera, de un niño la segunda y finalmente, un esqueleto de adulto la
tercera (Fig. 8). Nos encontramos en el centro el salón. La circulación es luego dirigida
por la posición de una serie de paneles con
fotografías de arte rupestre y vitrinas que
albergan piezas reunidas por categoría funcional (morteros y fuentes) o materia prima
(objetos de piedra) (Fig. 9) y otra que contiene
numerosos cráneos. El ordenamiento cronológico que fuera reemplazado en la hilera
central de vitrinas, la que nos trajo nuevamente
a la entrada pero ahora del otro lado del
escritorio, por exhibiciones temáticas, es retomado en adelante, con rigurosidad. El extremo de la tercera hilera de vitrinas más
próximo al visitante comienza con una
exhibición de objetos de la cultura de La Aguada, que representa al período Medio. Luego,
dirigiéndonos nuevamente al fondo del salón,
circulamos entre objetos de los períodos
Tardío o de Desarrollos Regionales (cerámicas
conocidas como Santa María, Sanagasta,
Yokavil, discos y otros objetos de metal, etc.)
e Inka (cerámica inka). Finalmente, ya en el
fondo del salón, una vitrina contiene unos
pocos ejemplares de vasijas conocidas como
Caspinchango, que corresponden a la
cerámica indígena característica de los
primeros siglos de la conquista española (Fig.
10). Aquí, en el período Hispano-indígena,
se completa el recorrido de la muestra arqueológica.
Cada uno de los períodos (Precerámico,
Temprano, Medio, Tardío, Inka e Hispanoindígena) está señalado con el correspondiente
cartel que no sólo indica el lugar de la historia
en que uno se encuentra, sino que, por estar
escritos de un sólo lado, señalan la forma
correcta en que la historia debe ser recorrida y aprehendida reforzando textualmente
la coreografía que el ordenamiento de las
vitrinas impone materialmente. El recorrido
histórico que acabamos de sintetizar, quizá
en exceso, da cuenta de una historia
prehispánica continua. La adyacencia de las
Fig. 8. Vitrinas con cuerpos momificados en el centro del salón de arqueología
64
Quesada Moreno e Gastaldi.pmd
64
26/9/2007, 11:43
NARRATIVAS ARQUEOLÓGICAS PÚBLICAS E IDENTIDADES INDÍGENAS EN CATAMARCA.
Marcos Quesada, Enrique Moreno y Marcos Gastaldi
Fig. 9. Ejemplo de materiales de piedra de diferentes períodos juntos en una misma vitrina.
Fig. 10. Vasijas del período hispano-indígena (colonial) exhibidas en la sala de arqueología.
65
Quesada Moreno e Gastaldi.pmd
65
26/9/2007, 11:43
Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.
vitrinas y, sobre todo, la posibilidad de reunir en una sola de ellas, objetos de diferentes períodos (por ejemplo “objetos de metal” o “collares de cuentas”) parece indicar
que las rupturas, si las hubo, no alcanzaron
a marcar una discontinuidad de importancia
en el flujo histórico, al menos no uno que
deba incidir en el flujo de la circulación. Un
corte más marcado, en cambio, puede ser
experimentado cuando uno pretende ingresar
a la historia colonial. Esto es, en principio,
porque la muestra está montada en otra sala,
pero más importante aún, por los objetos que
caracterizan a este período (Fig. 11). Vamos
a desarrollar esto más detenidamente para
ver la naturaleza del corte.
Sabido es que todo corte en la historia
resulta, por fuerza, arbitrario. Esto dice en
primera instancia que podría haber sido en
cualquier otro momento, por ejemplo tras la
expansión incaica o las guerras de la
independencia, pero también nos obliga a
preguntar por el motivo de la elección. Po-
demos acercarnos a una respuesta si
analizamos los objetos presentes y los ausentes en cada sala. Para ingresar a la sala
colonial se debe transponer una puerta que
se ubica a un costado del salón arqueológico, como indica el cartel montado sobre un
dintel. Esto implica, por lo tanto, que lo arqueológico quedó atrás en el espacio y en el
tiempo. Entre los objetos exhibidos en la sala
colonial se destacan un pesado carruaje de
la década de 1850 donado por los descendientes
de un gobernador (Fig. 12), el sable y mandil
de la montura del Teniente Coronel Estanislao
Maldones (1854-1934) (Fig. 13), máquinas
de escribir, una colección de armas de fuego
del siglo XIX y comienzos del XX, planchas
de hierro (para planchar ropa), moldes de
velas, mates (para tomar mate), estribos de
madera, entre otros. Ninguno de los objetos
expuestos en la sala colonial corresponde,
de acuerdo a su cronología, al período colonial, sino al republicano. No es que el museo
Adán Quiroga no posea objetos del período
Fig. 11. Vista del acceso a la sala colonial desde la sala de arqueología.
66
Quesada Moreno e Gastaldi.pmd
66
26/9/2007, 11:43
NARRATIVAS ARQUEOLÓGICAS PÚBLICAS E IDENTIDADES INDÍGENAS EN CATAMARCA.
Marcos Quesada, Enrique Moreno y Marcos Gastaldi
Fig. 12. Carreta exhibida en la sala colonial (ca. 1850)
colonial, sino que estos no están en la sala
colonial. ¿Donde están entonces? Los objetos que sin duda corresponden a momentos
del coloniaje español son la cerámica
Caspinchango y un collar de cuentas de vidrio
que están expuestos en el salón de arqueología.
También hay allí unos tupus (alfileres para
sujetar la ropa) que podrían ser de época
colonial. ¿Por qué los objetos coloniales no
están en la sala colonial y en cambio si se
expusieron allí otros de épocas más recientes?
Se nos ocurre un solo motivo: porque los
objetos coloniales que posee el museo Adán
Quiroga fueron hechos o usados por los
indios, es decir, son indígenas. De este modo
podemos entender también el motivo por el
cual es la sala de arqueología la que alberga
el arco, las flechas y el textil vegetal, todos
ellos de reciente confección por algún grupo
indígena chaqueño, textiles de lana de origen
Fig. 13. Sables y mandíl pertenecientes al Teniente
Coronel Estanislao Maldones (1854-1934).
67
Quesada Moreno e Gastaldi.pmd
67
26/9/2007, 11:43
Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.
también reciente o incluso los trajes de la
comparsa “Indios Diaguitas y Calchaquíes” de
Mutquín donados hace sólo un par de años
por quienes los confeccionaron (Fig. 14). Nada
en la sala colonial representa a los indígenas.4 Se trata, en cambio de objetos que
remiten más a una idea de lo “criollo” (los
mates, las espuelas, los moldes de velas) y
a la administración estatal (los objetos militares, la máquina de escribir “planillera”,
etc.). Como un acto de prestidigitación, la
ubicación espacial de los objetos asimiló lo
indígena a lo arqueológico, lo relegó al
pasado remoto al tiempo que lo excluyó de
la historia reciente y del presente. Como una
burla del destino, en la sala colonial podemos ver el sable del Teniente Coronel
Maldones al tiempo que permanecen invisibles
los indios que fueron muertos por éste en
las genocidas conquistas del desierto y del
Chaco donde participó y alcanzó su grado
militar. La exhibición del Museo Adán Quiroga
es, entonces el alegato de la extinción de los
pueblos indígenas.
El público que visita el Museo Adán
Quiroga marca picos de hasta 2000 visitantes en el mes de julio. Sin embargo, lo relevante es que la mayoría de ellos son alumnos
de los niveles EGB y Polimodal que asisten
bajo la tutela de los docentes de historia y
ciencias sociales. Por lo tanto, una gran parte de los jóvenes de la ciudad de Catamarca
recorrieron alguna vez su exhibición y por lo
tanto aprehendieron su narrativa.
Creemos que son importantes las
dificultades que podrían tener los estudiantes,
y en general todo visitante, para articular una
crítica al discurso histórico del museo. En
primer lugar, porque la visita es parte de la
(4) Esto no implica que los objetos del período republicano que se hallan en las vitrinas no fueran utilizados por indígenas, sin embargo, la selección y
disposición de los objetos expuestos en la sala colonial, mas que remitirnos a los distintos usos de estos
objetos por diferentes sujetos sociales entre ellos los
indígenas, se vinculan a mostrar el proceso de
consolidación del estado nación argentino.
enseñanza impartida por sus maestros; en
segundo lugar, porque el relato cuenta con
el aval del museo como institución (Alvarado
et al. 2003, Funari 2001, Endere y Curtoni
2003, Podgorny 1999), pero lo más importante quizás, sea el hecho de que se trata de
un relato que no está enunciado. De hecho,
no es aprehendido como una forma discursiva,
sino que lo es por medio de la experiencia
corporal que resulta del transitar entre los
objetos. Este transcurrir por pasillos y salas
que delimitan espacio-temporalmente la forma en que debe ser reconocida y narrada la
historia de Catamarca, no sólo demarca una
forma de aprender la narrativa, sino también
de vivirla, y de esta manera, queda impresa
en los cuerpos de aquellos que experimentan
la visita. Esto que es aprendido por el cuerpo
“...no es algo que se posee, como un saber
que uno puede mantener delante de sí, sino
algo que se es. [En este sentido, este saber
nunca está] separado del cuerpo que lo porta, sólo puede ser restituido [hecho discurso] al precio de una especie de gimnasia
destinada a evocarlo...” (Bourdieu 1991: 124125). Cuando sucede esto, las posibilidades
de objetivación de estos saberes y por
consiguiente su sometimiento a crítica, entra
ya en conflicto no sólo, como ya mencionamos, con la enseñanza formal discursiva de
la escuela y la legitimidad institucional del
museo, sino que también encuentra una
resistencia que proviene del cuerpo mismo
del individuo, de esa memoria corporal
aprehendida durante la visita al museo. De
esta manera el museo re-estructura el
pasado, definiendo la manera en la que se
cuenta la historia a través de la presentación
de los objetos. Es decir que estos objetos
son colocados en el museo de una manera
tal que constituyen un sistema estético que
crea y fija los significados (Shanks y Tilley
1987).
Las narrativas arqueológicas que se
constituyen en discursos públicos acerca de
lo indígena y su historia dejan un mensaje
claro: los indígenas, cuya existencia es
científicamente contrastable en el pasado, no
han llegado al presente. Se entiende,
68
Quesada Moreno e Gastaldi.pmd
68
26/9/2007, 11:43
NARRATIVAS ARQUEOLÓGICAS PÚBLICAS E IDENTIDADES INDÍGENAS EN CATAMARCA.
Marcos Quesada, Enrique Moreno y Marcos Gastaldi
Fig. 14. Disfraces de la comparsa “Indios diaguitas y calchaquíes” de Mutquín,
de reciente confección, exhibidos junto a vasijas prehispánicas y coloniales en la
sala de arqueología.
entonces, por qué para muchos los indígenas están de más en el futuro. Esta narrativa
en el contexto histórico-político particular en
que vivimos, donde la presión sobre las
tierras de comunidad se ha incrementado,
produce que las posibilidades de condensación
o sutura de una identidad indígena queden
estrechamente limitadas. Esta limitación es
doble: por un lado, la enseñanza formal de
la escuela, tanto en los centros urbanos como
en las mismas comunidades campesinas,
narra una historia de aniquilación de lo indígena, reafirmada frecuentemente por los
textos arqueológicos, mientras que, por otro
lado, esta narrativa es materializada y así
fijada en los museos a manera de monumentos de una memoria ‘inmemorial’. Esta doble
limitación promueve el no auto-reconocimiento
y en aquellos casos en los que éste se
produce, promueve la deslegitimación del
mismo por parte de los otros no indígenas, apareciendo en el repertorio de
estigmatizaciones sobre el indio, el sino del
“indio trucho”.5
No pretendemos en este trabajo haber
descubierto “el mensaje oculto” del Museo
Adán Quiroga pues no existe tal cosa. En su
sugerente teoría de la desnudez arqueológica Gnecco advirtió sobre la futilidad de intentar semejante tarea. Indicó que “todas las
relaciones están en la superficie y que no es
posible develarlas, puesto que nunca han
estado ocultas, sino solamente describirlas”
(Gnecco 2003:7). El desafío, entonces, consiste en cambiar la mirada de modo que resulte visible aquello que nunca hemos mirado y que, sin embargo, siempre fue evidente. Nos preguntamos de un modo más concreto ¿cómo poner en crisis el mensaje del
(5) Suele usarse el término “trucho” para designar
algo que es falso, pero que tiene pretensiones de
pasar por auténtico.
69
Quesada Moreno e Gastaldi.pmd
69
26/9/2007, 11:43
Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.
museo? Lo primero que se le viene a uno a
la cabeza es la necesidad de modificar la
disposición de la muestra de manera que
ese corte tajante en la narrativa histórica
resulte, al menos, atenuado. Sin embargo,
implicaría considerar que se trata de un
“error” en el relato. Esto, a su vez,
significaría que existe un relato correcto de
la historia uno que, subsanados los errores,
resulta verdadero. Por ese camino, sin embargo, sólo terminaríamos consagrando una
nueva narrativa hegemónica con sus propios
cortes, omisiones y negaciones cuando, en
realidad, lo que deberíamos hacer es mostrar al público que visita el Museo la
multiplicidad de interpretaciones posibles
acerca de la historia. El contraste de los
relatos no sólo pondría en foco la situacionalidad
de cada unos de ellos, sino también
habilitaría la reflexión sobre su sentido político. Esto, claro, implica la creación de
nuevas formas de exhibición que permitan
experimentar distintas narrativas y sin duda
que allí deberían participar distintos actores
sociales, pero en especial las comunidades
indígenas cuya historia es narrada por el
Museo pero que nunca son, sin embargo, el
sujeto que las enuncia.
Aunque en Catamarca son aún tenues,
hay evidencias de que esta situación se está
revirtiendo. En los últimos años otras voces
han comenzado a disputarle a la arqueología
y a la historia el lugar privilegiado de
enunciación de discursos históricos del cual
gozaron durante mucho tiempo (Funari
2001, Gnecco 1999, Segobye 2006a y b).
Las comunidades indígenas haciendo frente
al prolongado despojo al que fueron
sometidas, se niegan a desaparecer. En este
punto los arqueólogos no podemos evitar
tomar posición. La encrucijada define dos
caminos posibles: continuar relatando la
extinción de los pueblos originarios, cuyas
voces resuenan cada vez más fuerte, o
comenzar a desandar la senda de aquella
ruptura metafísica.
Abstract: We are interested here in exploring the role that plays the
archaeological narratives in the construction or the image of indigenous
people and their history in the province of Catamarca, Argentine. By a
spatial and discursive analysis of the exhibition of the “Museo Arqueológico Adán Quiroga”, we will sustain that this narratives relegates the
indigenous to the pre-Spanish past, at the time that affirm their extinction
during the first moments of the colony. This narratives could not only
damage the possibilities of self identity affirmation by the indigenous people,
but their create doubts in the legitimacy of those identities and the wrights
that assist them.
Keywords: narratives, public archaeology, identities, indigenous, museum
Bibliografía
ALVARADO, J., J. MALDONADO Y A. SERNA
2003 Formas públicas de la arqueología y discursos escolares: poder, memoria y pedagogía
a través de las representaciones del pasado.
En Arqueología al desnudo. Reflexiones sobre la práctica disciplinaria, editado por C.
Gnecco y E. Piazzini, pp. 223-265. Editorial
Universidad del Cauca, Popayán.
70
Quesada Moreno e Gastaldi.pmd
70
26/9/2007, 11:43
NARRATIVAS ARQUEOLÓGICAS PÚBLICAS E IDENTIDADES INDÍGENAS EN CATAMARCA.
Marcos Quesada, Enrique Moreno y Marcos Gastaldi
BOURDIEU, P.
1991 El sentido práctico. Madrid: Taurus.
ENDERE, M. L. Y R. CURTONI
2003 Patrimonio, arqueología y participación:
acerca de la noción de paisaje arqueológico. En Análisis, interpretación y gestión
en la arqueología de Sudamérica, editado
por R. Curtoni y M. L. Endere, pp. 277296. INCUAPA, UNICEN, Olavaria.
FUNARI. P. P.
2001 Public Archaeology from a Latin American
Perspective. En Public Archaeology 1 (4):
239-243.
FUNARI, P. P.
2006 Conquistadors, plantations and Quilombo:
Latin America in Historical Archaeological
context. En Hall, M y Silliman, S (eds.)
Historical Archaeology. pp: 209 – 229.
Blackwell Publishing, Oxford.
GALLOWAY, P.
2006 Material culture and text: Exploring the
spaces within and between. En Hall, M y
Silliman, S (eds.) Historical Archaeology.
pp: 42 – 64. Blackwell Publishing,
Oxford.
GNECCO, C.
1999 Multivocalidad histórica: hacia una cartografía
postcolonial de la arqueología. Universidad
de los Andes, Bogotá.
GNECCO, C.
2003 El erotismo de la desnudez arqueológica.
En Arqueología al desnudo. Reflexiones
sobre la práctica disciplinaria, editado por
C. Gnecco y E. Piazzini, pp. 5-24. Editorial
Universidad del Cauca, Popayán.
HABER, A.
1999 Caspinchango, la ruptura metafísica y
la cuestión colonial en la arqueología
suramericana. El caso del noroeste argentino. En Revista do Museu de Arqueologia e etnologia. Suplemento
3:129-141.
HALL, M Y S. SILLIMAN (EDS.)
2006 Historical Archaeology. Blackwell Publishing,
Oxford
JONES, S.
1996 Discourses of identity in the interpretation
of the past. En Graves-Brown, P., S. Jones
y C. Gamble (eds). Cultural identity and
archaeology. The construction of European
communities. pp: 62 – 80. Routledge,
Londres.
JONES, S.
1997 The Archaeology of Ethnicity: Constructing
Identities in the Past and Present.
Routledge. Londres-New York
KRISCAUTZKY, N.
1999 Arqueología de Catamarca desde su
poblamiento hasta la conquista española.
C E N E D I T, U n i ve r s i d a d N a c i o n a l d e
Catamarca. Catamarca.
MC GUIRE, R.
1983 Breaking down complexity. Inequality and
heterogeneity . En Advances in
Archaeological Method and Theory Vol. 6:
91 – 142. Nueva York. Academic Press.
MC GUIRE, R.
1996 Why Complexity is Too Simple. En D. Meyer
y P. Dawson (eds.). Debating Complexity.
Department of Archaeology, University of
Calgary, Calgary.
PIZARRO, C.
2000 La política cultural de las movilizaciones
campesinas en Catamarca. Las narrativas
sobre un conflicto por la tierra en una
localidad rural de Catamarca. CENEDIT,
Universidad Nacional de Catamarca.
Catamarca.
PIZARRO, C. Y E. MORENO
2003 ¿Cómo construimos el paisaje de la Puna
Catamarqueña, República Argentina?:
Desde el pasado al presente . Trabajo
presentado al 51 Congreso Internacional
de Americanistas. Santiago, Chile.
PODGORNY, I.
1999 Arqueología de la educación. Textos,
indicios, monumentos. La imagen del indio
en el mundo escolar. Sociedad Argentina
de Antropología, Buenos Aires.
SEGOBYE, A.
2006a Divided Commons: The Political Economy of
Southern Africa’s Cultural Heritage
Landscapes – Observations of the Central
Kalahari Game Reserve, Botswana. En
Archaeologies. Journal of the World
Archaeological Congress vol. 2 Nº 1: 52 – 72.
SEGOBYE, A.
2006b Historias estratificadas e identidades en
el desarrollo de la arqueología pública en
el Sur de África (traducción de C. Gnecco).
En Arqueología Suramericana/Arqueología
Sul Americana Vol 2 Nº 1: 93 – 118.
SHANKS, M. Y C. TILLEY
1987 Re-Constructing Archaeology. Cambridge
University Press, Cambridge.
TRIGGER, B.
1994 Historia del pensamiento en arqueología.
Crítica. Barcelona
71
Quesada Moreno e Gastaldi.pmd
71
26/9/2007, 11:43
Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.
72
Quesada Moreno e Gastaldi.pmd
72
26/9/2007, 11:43
Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007. pgs. 73-88.
DESARROLLO DE UN MODELO PRODUCTIVO PARA LA
RECUPERACION SOCIOCULTURAL DE POBLACIONES
MARGINALES DE LA PROVINCIA DE CATAMARCA: AZAMPAY
UNA EXPERIENCIA PILOTO
María Carlota Sempé*
Susana Alicia Salceda*
Susana Martínez**
Resumen: El proyecto propone lograr el conocimiento integral de la
historia, situación socio-cultural-económica y biológica de una población:
Azampay, elegida como Localidad Piloto para elaborar una metodología
de intervención dentro del campo de la investigación-acción, propio de la
antropología, que permitirá su posterior aplicación a otras localidades de
similares características donde se reitera la asociación de pequeñas
poblaciones rurales, no partícipes del PBI, asociadas a importantes ruinas
arqueológicas aptas para su inserción dentro de planes turísticos.
Palabras clave: antropología - investigación/acción - turismo arqueológico
Introduccion
Este Proyecto de Investigación en Ciencia
y Tecnología Orientado fue presentado y
aprobado por la FONCYT, se desarrollará en
la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales
de la Universidad Nacional de Catamarca, sus
áreas temáticas son Ciencias Humanas,
Tecnologías del medio Ambiente, Agrarias y
Forestales y se enmarca en la categoría
Desarrollo de técnicas innovativas para
actividades científicas, turísticas y culturales.
Azampay (Belén. Catamarca) es una típica población rural serrana cercana a los
*CONICET-UNLP
**UNCA- FCEyN
300 habitantes. Su economía de subsistencia
la caracteriza como marginal, ya que su
escasa producción (vides y nogales) no
contribuye al PBI provincial. Los estudios antropológicos realizados (Maffia et al, 2001;
Sempé, Salceda y Maffia, 2005) muestran
un intenso proceso de migración juvenil a los
centros urbanos regionales (Belén) y a la
capital provincial, para ocupaciones como
trabajo doméstico o changas. La población
estable está constituida por adultos mayores
y niños en crianza o edad escolar que
presentan un marcado grado de malnutrición
proteico–energética (Padula et al., 2005).
Hay abandono de estilos de vida tradicionales
como: producción artesanal (artesanías en
cuero, alfarería, tejidos, entre otros) y
pastoreo de camélidos. La agricultura es familiar: producción de zapallo, choclo, algún
73
Sempe Salceda e Martinez.pmd
73
26/9/2007, 11:51
Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.
nogal y pequeñas vides, restringida a la periferia de las casas. Hay manejo inadecuado
e insuficiente de riego por inundación y cupos
en las horas de agua, que perjudican a los
nutrientes del suelo.
El poblado esta implantado sobre un extenso sitio arqueológico constituido por un
pueblo con fortaleza amurallada (Pucará)
sobre un cerro, andenes de cultivo al pie,
recintos de vivienda y profusión de estructuras
hidráulicas; boca tomas de agua, represas
de almacenaje y canales de riego de una
envergadura notoriamente contrastante con
la situación actual.
Azampay ejemplifica al promedio de las
poblaciones rurales catamarqueñas de altura, con similares problemáticas y marginación
sociocultural; estas condiciones diagnosticadas
sobre los resultados de la investigación
multidisciplinar desarrollada durante los últimos diez años nos permiten tomarla como
una localidad piloto de estudio.
En las reuniones científicas sobre
desarrollo rural se ha resaltado la necesidad
de buscar “nuevos enfoques” a las problemáticas que plantea la “sustentabilidad social y ambiental y la participación de los
actores” y por ende “las interacciones sociales,
políticas, económicas e institucionales”
(Manzanal, Neiman y Lattuada Comp.,
2006).Consideramos que puede lograrse un
desarrollo socioeconómico, sin abandono de
las formas de vida tradicionales, a través de
la aplicación de un nuevo concepto de técnicas de gestión ecológico-cultural sostenibles.
Por sostenible entendemos la aplicación de
la tecnología y el conocimiento del grupo local para sostener su desarrollo. En tanto que,
como sustentable consideramos la capacidad
ecológica propia del medio
Por sus características geográficas,
ambientales y arqueológicas la localidad de
Azampay es un laboratorio ideal para
comprender las imbricaciones y sutilidades
del desarrollo de la ocupación humana en el
NOA. La caracterización de la biodiversidad
y la identificación de los recursos disponibles
servirán como punto de partida para ampliar
las capacidades económicas de la población
local y revalorizar las ruinas indígenas, que
no pueden separarse de su paisaje.
El objetivo del proyecto es Elaborar un
modelo que permita implementar técnicas
de gestión ambiental sostenibles por parte
de la sociedad actualmente implantada en
el lugar, que asegure el logro de una mayor
calidad de vida y que genere un íntimo
compromiso con el medio en su sentido más
amplio, recuperando el patrimonio natural
y cultural tangible e intangible de la
comunidad.
Enfoque teorico metodológico y discusion
de la problematica:
En esta experiencia piloto, las líneas de
acción toman la potencialidad sustentadora
regional y la capacidad demostrada por los
grupos humanos a través del proceso de
desarrollo cultural local para proponer diferentes alternativas en el aprovechamiento de
los recursos. La población actual se asienta
sobre un espacio natural con un rico pasado
cultural, que se ha ido perdiendo
progresivamente. Poner en valor este
patrimonio y demostrar su viabilidad práctica
actual constituye un proyecto de
investigación-acción que la provincia podrá
llevar adelante en la búsqueda de una mayor
equidad social.
Hoy la comunidad es de menor envergadura en cuanto a número y requerimiento y,
en función de la falta de desarrollo y
actualización tecnológica, ha constreñido sus
posibilidades de crecimiento. En cambio, el
modelo cultural precolombino muestra una
comunidad asentada y sostenida en ese
medio con una población de mayor densidad,
mayores requerimientos y redistributiva
respecto a otras localidades cercanas.
Las acciones proyectadas sobre la
población actual tienen por finalidad elaborar un programa de mejoramiento de la
calidad de vida, recuperar las tecnologías
tradicionales y finalizar las tareas arqueológicas necesarias para la puesta en valor del
patrimonio arqueológico.
74
Sempe Salceda e Martinez.pmd
74
26/9/2007, 11:51
DESARROLLO DE UN MODELO PRODUCTIVO PARA LA RECUPERACION SOCIOCULTURAL DE POBLACIONES
MARGINALES DE LA PROVINCIA DE CATAMARCA: AZAMPAY UNA EXPERIENCIA PILOTO
María Carlota Sempé, Susana Alicia Salceda y Susana Martínez
El problema será abordado a partir de la
necesaria caracterización del medio natural
y su aprovechamiento sostenido y del estudio
y diagnóstico biocultural y social de la
comunidad realizado (Sempé, Salceda y
Maffia, 2005), que ha puesto en evidencia
las problemáticas que afectan a la población
que vive en un nivel de subsistencia socioeconómica, en una situación de marginalidad
respecto del PBI provincial y, en relación al
pasado regional, ha reducido su tecnología
agro pastoril y telera pauperizándose
respecto al recurso agua, su manejo y
superficie de suelo explotada.
En este proyecto, que busca desarrollar
un modelo productivo para la recuperación
sociocultural de poblaciones marginales de
la provincia de Catamarca, se tomará el
concepto de capital social para visibilizar “las
relaciones de integración intracomunitaria”
y la capacidad de los actores para “relacionarse
con grupos extracomunitarios” (Moyano Estrada, 2006), que hemos analizado en la etapa
diagnóstica (Maffia et al., 2002).
Se ha cuestionado e incluso debatido la
factibilidad de lograr un desarrollo rural que
elimine la pobreza en el marco de las políticas sectoriales y macroeconómicas, que se
caracterizan por su negatividad o neutralidad
en cuanto al sector rural y que estimulan los
agro negocios (Lattuada et al., 2006) y el
desarrollo en detrimento de la agricultura
familiar. Las formas de compensar las
asimetrías generadas son promovidas por
programas de contención social a sectores
pobres y marginados (planes trabajar) de la
red económica nacional o provincial, no solucionando los problemas de desnutrición y
atención primaria de la salud como los que
hemos detectado en nuestro trabajo previo
de investigación (Padula et al. 2005; Storino
et al. 2005).
Con la aplicación de tecnologías de
gestión de recursos de base antropo-tecnoecológicas, se espera que, a partir del
aprovechamiento de recursos locales que
otorgan ventajas comparativas, la población
logre un posicionamiento positivo en el
desarrollo socioeconómico y cultural.
Son ventajas el agua, la agricultura y la
ganadería, que mejorarán la calidad de vida
y el estado de salud de la comunidad,
revirtiendo el proceso de empobrecimiento y
desnutrición a que está sometida. En particular, el patrimonio arqueológico local es considerado una ventaja comparativa primordial para desarrollar una nueva línea productiva
basada en el conocimiento de su historia y
en el aprendizaje básico y capacitación en
gestión turística.
Los nuevos enfoques en desarrollo rural
territorial, han remarcado que “los territorios
deben ser estudiados desde la noción de campos de Pierre Bourdieu” (Abramovay, 2006).
Lo que coincide con nuestro supuesto inicial
que las formas de asentamiento y explotación
de recursos poseen una articulación interna,
que se ha ido adecuando a los cambios
ambientales ocurridos durante los últimos XXI
siglos, resultando en un paisaje construido.
La hipótesis es que el paisaje resultante
en cada momento histórico explica las
variaciones demográficas y los procesos
diacrónicos de disminución/aumento de
población del valle ya que las formas de
producción dependen de las normas sociales
en una “determinada situación histórica y
social” (Bourdieu, 1999: 27). Ello permitirá
dilucidar las formas históricas de articulación
del hombre con su medio en la localidad y,
en su proyección, elaborar una prospectiva
de acciones para mejorar la condición actual
de la población.
Las hipótesis subsidiarias son: (a) el
patrimonio arqueológico puesto en valor
modificará el paisaje actualmente construido funcionando como un nuevo recurso para
la población local y (b) la puesta en
funcionamiento del sistema hidráulico arqueológico provocará un mejor uso del agua,
suelo y tecnología agro-pastoril que se
reflejará en el incremento del nivel actual de
producción de la comunidad.
Así, la gestión ambiental como conjunto
de actividades de administración de los recursos existentes y propuesta de nuevas alternativas para el desarrollo regional,
posibilita la planificación de estrategias de
75
Sempe Salceda e Martinez.pmd
75
26/9/2007, 11:51
Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.
abordaje y aplicación de técnicas particulares en cada una de las líneas identificadas
como principales para la región.
Diseño de investigacion
Para completar el análisis de la comunidad
humana, tanto presente como pasada, y sobre la base del diagnóstico preliminar realizado y del estado de avance del trabajo de
campo, se llevarán a cabo las siguientes
acciones:
A nivel arqueológico se completará la
excavación de los recintos de habitación en
La Loma de Los Antiguos y en Carrizal. Se
aplicarán técnicas tradicionales de excavación
estratigráfica a fin de recavar información
sobre modos de vida. La excavación de tumbas se hará con la finalidad de establecer
costumbres e ideologías imperantes en la
esfera de la funebria. Se realizarán fechados radimétricos para ajustar las secuencias
culturales y establecer la adscripción cronológica de los materiales obtenidos. Se harán
análisis tipológicos y de frecuencia y
funcionalidad en base a los contenidos de los
recintos y tumbas.
A nivel biocultural se completará y
testeará el relevamiento antropométrico en
subadultos, se relevarán enfermedades predominantes identificando los modelos de
atención a la salud disponibles, los factores
que determinan la elección y acceso a cada
uno de ellos y sus respuestas terapéuticas.
Se obtendrán muestras no sanguíneas (indicadores), previo consentimiento informado,
para estudios moleculares. Se evaluará el
estado nutricional de la población local y se
analizará la adecuación entre los marcadores
biológicos y culturales de ancestría. Las técnicas a aplicar en cada registro de datos, así
como los procedimientos para el procesamiento
de la información, serán los convenidos y
recomendados internacionalmente.
A nivel ecológico se aplicarán técnicas de recolección de información hidrológica,
pedológica, zoológica y botánica. Se
clasificarán las aguas para riego y uso agrí-
cola aplicando índice de Relación de
Adsorción de Sodio (RAS). Se analizará la
calidad del agua (presencia de algas, análisis
fisicoquímicos, biológicos, bacteriológicos y
presencia de metales pesados) para establecer
su potabilidad. Se incluirá el análisis de
invertebrados acuáticos por su capacidad de
bioindicadores de calidad.
Se estudiará la composición faunística
y florística local, su abundancia y riqueza y
su valor como bioindicadores de cambios climáticos y ambientales. El análisis de la
dinámica de los ambientes naturales permitirá conocer la historia del uso de los recursos en el área y el impacto de los agentes de
perturbación –como explotación de rocas de
aplicación, extracción de sedimentos de
granulometría arena para su venta en
actividades constructivas extralocales,
extracción de leña y cría de caprinos- en el
inicio de procesos erosivos como alteración
de suelos, lavado de nutrientes, erosión
laminar y remoción de partículas, formación
de cárcavas, remoción en masa, desbalance
hídrico, calidad del agua y alteración de cursos de agua mediante boca tomas, canales
de riego y otras obras agrícolas.
La localidad será dividida en sectores
para su análisis estacional a fin de relevar
composición y riqueza de especies presentes, evaluación de sus hábitat y micro hábitat
y el rol desempeñado como bioindicadores
ambientales, ecológicos y climáticos a fin de
predecir impactos y diseñar proyectos de
monitoreo ambiental a mediano y largo plazo,
que darán base a los procesos de restauración
a efectuarse en el área, como la reintroducción
de camélidos y especies de explotación agrícola, en extensiones medianas a grandes,
para el sustento alimenticio y económico de
la población.
Actualmente, en cuanto a la producción
de alimentos, debido a la degradación del
suelo, se observa una disminución notable
de caprinos, con pérdida de masa corporal,
valor nutritivo y producción de leche a causa
de la endogamia. Se planifica (monitoreando
el impacto sobre flora y fauna local) fomentar la cría y reproducción caprina, para utili-
76
Sempe Salceda e Martinez.pmd
76
26/9/2007, 11:51
DESARROLLO DE UN MODELO PRODUCTIVO PARA LA RECUPERACION SOCIOCULTURAL DE POBLACIONES
MARGINALES DE LA PROVINCIA DE CATAMARCA: AZAMPAY UNA EXPERIENCIA PILOTO
María Carlota Sempé, Susana Alicia Salceda y Susana Martínez
zar carne, cuero y productos lácteos, de alto
valor nutritivo.
Dada la degradación ambiental y la
sobrepoblación de roedores por eliminación
de predadores, se propone revalorizar
Ctenomys como alimento -antigua fuente de
proteínas comprobada a nivel arqueológico
para pobladores prehispánicos- a fin de neutralizar su sobrepoblación y la degradación
del suelo y comunidades vegetales.
A nivel alimentos se utilizarán los métodos convencionales, determinación de proteínas, vitaminas, fibra bruta, cenizas,
hidratos de carbono, materia grasa o extracto
etéreo, acidez, PH y alcohol. En laboratorio
se harán determinaciones de algunos
oligoelementos presentes en alimentos
desecados y análisis microbiológicos y
parasitológicos de acuerdo a las características del producto, ajustado a la normativa
vigente en calidad y genuinidad, utilizando
instrumental estandarizado. Se analizarán
propiedades inocuas para la salud de
sustancias químicas tintóreas y estabilizantes
de vegetales, útiles como aditivos, conocidas
por la población local (aprovechamiento de
saberes tradicionales).
Además, por su aporte energéticovitamínico, cobran importancia los cultivos
regionales de maíz, poroto, quínoa, papa y
otros vegetales. En este sentido, se realizará una campaña asociada al fomento de la
agricultura “a modo de educación no formal”
incorporando buenas prácticas de cosecha y
manufactura para presentar productos fabricados artesanalmente, generando una potencial
actividad comercial. Para la elaboración de
alimentos se implementará el aprovechamiento
de energía solar en cocción y conservación
de los mismos.
A nivel hidrológico, se analizarán aspectos físicos, bióticos y socio-económicos
para determinar la capacidad natural y las
condiciones de sostenibilidad locales.
Se caracterizará la geología, geomorfología,
climatología, hidrología y suelos de la
localidad para evaluar impactos positivos y
negativos de las actividades programadas,
estableciendo, en tiempo y forma, las
mitigaciones necesarias que darán lugar a
producciones eco-ingenieriles y de
sostenibilidad en el tiempo. Para su logro será
fundamental la recopilación de: imágenes
satelitales, fotos aéreas, cartas IGM, carta –
imagen provinciales, cartas geológicas y de
suelos, que facilitarán la fotointerpretación y
determinación de características geológicas,
sistemas de drenaje y presencia de
paleocauces. Se referirá esta información a
antecedentes de áreas próximas -caso
cuenca Belén- lo que posibilitará una
correlación general y su aplicación en base a
los recursos hídricos de la región y de la zona
que nos ocupa.
Se definirán las geoformas generales,
principales minerales constitutivos de la zona,
presencia de fallas, diaclasamientos,
potenciales sectores de erosión, determinación
de zonas de riesgo geológico y presencia de
elementos estructurales que permitan determinar el movimiento de aguas superficiales
y subterráneas. Se realizarán tareas de campo con toma de muestras para establecer
composición mineralógica a través de técnicas de cortes delgados. La información geológica y geomorfológica, será volcada en
mapas temáticos para caracterizar el área y
sus potenciales afectaciones por incorporación
de infraestructura.
Se instalará una estación meteorológica
para la determinación de parámetros básicos: precipitación, temperatura, viento,
heliofanía y evaporación, aplicando la
reglamentación del Servicio Meteorológico
Nacional. Los parámetros recopilados y los
obtenidos por la medición serán estadísticamente
calificados, ordenados y procesados y se
establecerán condiciones extremas mediante leyes probabilísticas. La información se
graficará para diferentes períodos y parámetros.
Las precipitaciones se analizarán con un programa específico, determinando curvas del
tipo Intensidad – Duración – Frecuencia.
Se caracterizarán los recursos hídricos
superficiales, definiendo condiciones de máxima/mínima y valores de módulos para identificar aprovechamiento y protección frente
a eventos extremos. Para determinación de
77
Sempe Salceda e Martinez.pmd
77
26/9/2007, 11:51
Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.
condiciones medias se utilizarán técnicas de
correlación hidrológica, dada la escasez de
datos regionales. Se completarán análisis de
características fisiográficas, hídricas y climáticas de la cuenca correspondiente, apoyando
el proceso de correlación. Para determinar
máxima y mínima se utilizarán modelizaciones
matemáticas -en base a las características
fisiográfica de la zona, las curvas Intensidad
– Duración – Frecuencia- para la determinación
de hidrogramas de crecidas de las diferentes recurrencias asumidas para los eventos.
El programa previsto es el HEC-HMS. En
relación a períodos de caudal mínimo se realizará el balance hídrico del área, definiendo
períodos críticos y condiciones extremas a
tener en cuenta en relación con su
productividad.
En aguas subterráneas se registrarán:
puntos de surgencia, esquemas de infiltración
y determinación de condiciones de suelos y
cobertura, cantidad de agua infiltrada y características del proceso. Se trazarán perfiles geoeléctricos para determinar capacidades de acuíferos y presencia de aguas
subterráneas. Para caracterizar el recurso
agua, propiamente dicho, se procederá al
aforo de la corriente instalando una estación
limnimétrica en una sección adecuadamente
diseñada. Respecto a su calidad se realizarán
monitoreos, en diferentes épocas del año,
de características físicoquímicas (componentes y cantidad en dilución, metales pesados.);
biológicas y bacteriológicas (establecimiento
de parámetros OD, DBO5, DQO, coliformes
totales y fecales) con toma de muestras en
secciones previamente planificadas para detectar problemas puntuales y su variación en
tiempo y espacio. Conjuntamente se relevarán
caudales, ya que la relación caudal-presencia de determinados componentes está
íntimamente relacionada, completando la
información con determinaciones in-situ,
tales como pH, conductividad, OD, temperatura del agua y del aire.
Especial atención se dará a la infraestructura
hídrica de época prehispánica que permitió
la generación de andenes de cultivo y su
aprovechamiento para la producción
alimenticia. Se procederá a su relevamiento
con técnicas de ingeniería hidráulica, registrando las estructuras existentes como obras
de toma, conducción y abastecimiento.
Comprendiendo en la actividad: pendientes,
tipos de revestimientos, secciones de
conducción, características del sistema de
riego, relevamiento de las zonas de cultivos
determinando la superficie y el tipo de suelo
presentes, capacidad de la obra de toma y
determinación de cotas de dominancia.
Se elaborarán planos de las estructuras
relevadas y se completarán los sistemas a
los efectos del análisis de las tecnologías
aplicadas durante periodos precolombinos,
ya que la distribución y manejo del recurso
agua, constituyó la base de la selección del
emplazamiento poblacional y sus sectores de
producción. El conocimiento de dichas
tecnologías permitirá establecer específicamente
forma y disposición de recursos naturales
básicos: agua y suelo, y las técnicas que
dieron lugar a su aprovechamiento y
sostenimiento.
En cobertura actual, se harán campañas
para completar mapeos, que junto a los tipos de suelos darán base para determinar
condiciones de infiltración en los diferentes
sectores de la cuenca de aporte, completando con determinaciones de humedad natural
y condiciones de infiltración, mediante
ensayos de doble anillo, para lo que se
cuenta con equipamiento en la Universidad.
En biodiversidad, a nivel faunístico se
analizará y determinará la composición de
mamíferos presente en el área, el grado de
estacionalidad ambiental de la localidad
(relevamientos estacionales de 15 días de
duración entre otoño-verano en un año), con
muestreos aleatorios y sistemáticos en base
a capturas, registro de caracteres morfológicos
y liberación. Se calculará abundancia relativa de mamíferos terrestres pequeños, aplicando Índice de Densidad Relativa, Indicadores de Riqueza e Índice de Sorensen
(similitud). El registro de mamíferos medianos y grandes se hará por búsqueda activa
aleatoria y sistemática mediante documentación
fotográfica. En verano se aplicarán técnicas
78
Sempe Salceda e Martinez.pmd
78
26/9/2007, 11:51
DESARROLLO DE UN MODELO PRODUCTIVO PARA LA RECUPERACION SOCIOCULTURAL DE POBLACIONES
MARGINALES DE LA PROVINCIA DE CATAMARCA: AZAMPAY UNA EXPERIENCIA PILOTO
María Carlota Sempé, Susana Alicia Salceda y Susana Martínez
de conteo de individuos y censos de puntos
fijos de observación, desde el bajo hasta las
laderas orientales de las serranías del filo
del Condorhuasi. Se aplicarán índices de
frecuencias de individuos y prevalencia mediante proporción Davis-Winstead (1980). Se
caracterizarán parámetros ecológicos de
dinámica de poblaciones en especies
sensibles a los cambios ambientales. Para
asignaciones específicas se seguirá a Wilson
y Reeder (1993) y en distribuciones a Redford
y Eisenbereg (1992).
A nivel florístico se analizarán las coberturas arbórea, arbustiva y herbácea
(gramíneas y no gramíneas) en verano, primavera, otoño e invierno. Se realizarán
transectas Este-Oeste, desde el bajo a la
ladera, y Norte-Sur para recolección de
muestras. El objetivo del relevamiento de flora es conocer la composición y riqueza de
especies en la localidad. Se hará composición
numérica de poblaciones, caracterización de
recursos veraniegos de “dieta para fauna”
mediante observación de consumo en campo, análisis microhistológico de heces en
sitios de observación y encuestas a lugareños.
La localidad se dividirá en sectores para
análisis estacionales sectoriales, composición
cualitativa de recursos tróficos de microfauna
y macrofauna.
La comunidad biótica se estudiará
midiendo parámetros de diversidad, riqueza, abundancia y modelos de distribución
(Lavilla y González, 1999) Los indicadores
biológicos a nivel población-especies se
definirán a través de sensibilidad a cambios
ambientales, amplitud distribucional,
evaluación continua de un ambiente sujeto a
estrés, teniendo en cuenta la necesidad de
diferenciar cambios naturales y culturales
para establecer su relevancia en cuanto a
evaluación de cambios ecológicos significativos. Estas evaluaciones son básicas para
diseñar los procesos de restauración a
efectuarse en el área tales como: incentivación
de la ganadería caprina, reintroducción de
camélidos y nuevas especies cultivables no
presentes en la actualidad pero sí en el
pasado precolombino. Se analizarán las
modificaciones fenológicas del hábitat y su
impacto en la disponibilidad de recursos
alimentarios de los gremios tróficos (Boletta
et al, 1995).
A nivel de la población actual será
imprescindible su análisis en relación a
producción y potencialidad, implementando
procesos educativos cuyo objetivo sea superar la condición de marginalidad y concientizar
sobre las ventajas comparativas existentes,
como el valor patrimonial de la zona y de la
producción local para el mercado interno en
productos naturales y artesanías, requeridas
en forma creciente. En base a las condiciones
socio – económicas actuales de la población
(marginal) se establecerá su potencialidad
para la búsqueda de mercados y/o necesidades
planteadas por estos. Se establecerán las
condiciones de producción y su posible
ubicación para lograr un proceso genuino de
desarrollo regional, que parta de esta
población como modelo y, a través de sus
resultados, pueda extenderse al territorio. Se
incorporarán dentro de estos estudios aspectos relacionados con la infraestructura vial y
su disponibilidad actual, lo que permitirá facilitar la comercialización. En el marco regional, se considerarán las poblaciones
vecinas, su condición de crecimiento, sus
aspectos económicos y productivos y los programas institucionales en ejecución. Se elaborará un modelo de situación con fijación
de parámetros de comparación para controlar, mediante la aplicación de nuevas
tecnologías, las condiciones de crecimiento
y los resultados transferibles a localidades
de similares características de la provincia.
Implementación de modelos productivos:
La definición de líneas de base en el
estudio de los recursos naturales actuales
será el punto de partida para determinar su
capacidad, principalmente agua y suelo,
además de la general del ambiente para la
recepción de nuevas tecnologías en relación
con la implantación de modelos de producción
y reimplantación de especies.
79
Sempe Salceda e Martinez.pmd
79
26/9/2007, 11:51
Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.
A partir de ese conocimiento del medio
natural y socio – económico, así como de las
capacidades ofrecidas por los recursos, será
posible implementar modelos de producción,
que serán analizados y posteriormente aplicados a escala piloto, para su monitoreo,
adecuación y puesta en marcha en mayores
extensiones de producción y transferencia.
En primer lugar es fundamental estudiar
desde el punto de vista climático e hídrico
los requerimientos de diferentes cultivos, en
concordancia con un mercado realmente
competitivo a nivel microproductivo. Para
posibilitar este análisis se harán determinaciones
de evapotranspiración natural y posteriormente requerimientos. En este caso se
emplearán modelos implementados por
Naciones Unidas a través de FAO, mediante
los cuales pueden definirse con precisión:
1. Requerimientos de agua mensual para
los diferentes modelos puestos bajo estudio.
2. Determinación de eventuales esquemas de cultivos de carácter mixto, para un
óptimo aprovechamiento de los recursos
naturales presentes.
Para los modelos de producción, se
completarán análisis de comercialización e
inversión, implementando determinaciones
de Valor Actual Neto (VAN) y Tasa Interna de
Retorno (TIR). A través de estos parámetros
será posible seleccionar el “modelo óptimo”,
al que deberá incorporarse la variable social
a tener en cuenta para las tasas. Esto
garantizará su evaluación concreta ya que al
estar tratando con una población marginal,
la posibilidad de llevar adelante las
modelizaciones a implementar, implica tener
como principales componentes los recursos
naturales y el hombre, dependiendo la
aceptación del modelo de la capacidad de
recepción y adaptación de este último. Por
esta razón, la concientización de la población
y la búsqueda de un modelo común con un
objetivo claro, permitirán llevar adelante el
proceso de cambio, donde el hombre marca, sin lugar a dudas, el principal hito y elemento de análisis que definirá el éxito de la
misión emprendida. Por lo tanto, la búsqueda
de una metodología que permita la incorporación
de estas variables, es el objetivo de base que
deberá encontrar a su vez una forma de
monitoreo hacia el futuro para permitir la
determinación concreta de crecimiento
llevado adelante.
En los modelos de producción deberán
incorporarse escenarios mixtos que tengan
en cuenta producción agro-ganadera y
actividades derivadas, tal el caso de la
actividad textil, que en producción de materia
prima, debe ser autenticada para lograr una
comercialización de excelencia.
Los modelos de producción contemplarán
los resultados de los siguientes proyectos:
a) Aprovechamiento de la infraestructura
hídrica, b) Aprovechamiento de andenes de
cultivo, con las adecuadas tecnologías de
riego y producción, c) Reimplantación de
camélidos en el área, d) Estudios alimentarios
con base en la producción a ser implantada y
e) Proyección de especies de tipo terapéuticos
y de aprovechamiento industrial.
La metodología y tecnologías a ser aplicadas se resumen a continuación:
1) Sobre la infraestructura se planificará
la reposición del sistema en su totalidad,
determinando las obras a ser ejecutadas y
las metodologías para realizar las mismas,
materiales, diseño y cálculo. En todos los
casos los materiales a ser utilizados serán
similares a los ya existentes y con aplicación
de recursos locales.
2) En aprovechamiento de andenes de
cultivo, y sobre la base de los suelos existentes, se planificara a nivel de modelo
reducido un esquema que permita optimizar
el sistema de riego que, sobre la base del
primitivo, posibilite la incorporación de sistemas actualmente en uso llegando a una
optimización general. Se implementará sobre el esquema precolombino la aplicación
de surcos tecnificados, que elevará el
rendimiento de agua minimizando pérdidas
innecesarias. La producción se implementará
en base a los resultados del modelo de
desarrollo llevado adelante, para lo cual se
realizarán pruebas piloto de diferentes tipos
de cultivos, bajo andenes de diferentes
ubicaciones, que permiten insolaciones es-
80
Sempe Salceda e Martinez.pmd
80
26/9/2007, 11:51
DESARROLLO DE UN MODELO PRODUCTIVO PARA LA RECUPERACION SOCIOCULTURAL DE POBLACIONES
MARGINALES DE LA PROVINCIA DE CATAMARCA: AZAMPAY UNA EXPERIENCIA PILOTO
María Carlota Sempé, Susana Alicia Salceda y Susana Martínez
pecíficas y que pueden llevar a una optimización
de producción.
3) Para reimplantación de camélidos
teniendo en cuenta andenes a reponer, biota
y ecosistema, se implementará una prueba
piloto, estableciendo monitoreos para
verificación de resultados. Teniendo en
cuenta la flora y fauna nativa se procederá a
verificar la posibilidad de incrementar la cría y
reproducción caprina, para el aprovechamiento
de carnes, cuero y leche.
4) A partir de los modelos productivos
implementados, el área de alimentación procederá al estudio de valores de poder nutritivo, complementación de alimentación,
análisis de aportes energéticos y vitamínicos,
tanto en cultivos propios de la región -que
fueran allí domesticados- como de nuevos
productos ya implementados en otras áreas
de la provincia (vid de altura, durazno y
manzana) con un enfoque de proceso agrícola con educación no formal, que incorpore
nuevas prácticas de cosecha y elaboración
de productos artesanales relevantes, contemplando cultivos de tipo terapéutico e industrial (tintes naturales para lanas).
Se elaborará un Plan de Manejo de
prueba para su implementación a nivel de la
población local y su ulterior transferencia a
poblaciones de similares características. Para
lo cual el plan específicamente desarrollado
será presentado ante autoridades provinciales
a los efectos de su aplicación.
El proyecto será llevado adelante en un
modelo a escala reducida, lo que permitirá
la permanente evaluación de resultados a los
efectos de proceder a su ajuste y validación.
La participación de la comunidad es
imprescindible, así como la educación continua “no convencional” y la búsqueda del objetivo común.
Relevancia del problema
El estudio de sectores del país, en
proceso de pérdida patrimonial cultural, caracterizados por un estado de marginación
sociocultural y económica estructural, es de
vital importancia. Sus resultados son
necesarios para realizar posteriormente un
diagnóstico de situación que permita elaborar las bases para el desarrollo de políticas
factibles, aceptables y aplicables que
posibiliten modificar la situación de dichos
sectores de población.
En este sentido, el proyecto se propone
lograr el conocimiento integral de la historia,
situación socio-cultural-económica y biológica de una población: Azampay, elegida como
Proyecto Piloto para elaborar una metodología
de intervención dentro del campo de la
investigación-acción, propio de la antropología,
que permitirá su posterior aplicación a otras
localidades de similares características donde se reitera la asociación de pequeñas
poblaciones rurales, no partícipes del PBI,
asociadas a importantes ruinas arqueológicas aptas para su inserción dentro de planes
turísticos.
A nivel de la historia ocupacional local,
los estudios arqueológicos realizados y los
fechados radiocarbónicos (ubicados entre
2400+60 y 220 +60 A.P), obtenidos durante
la excavación de unidades constructivas, fortalezas, recintos habitacionales, andenes de
cultivo y tumbas indican un largo y exitoso
proceso de ocupación de la zona.
Se ha constatado la existencia de una
gran complejidad social para las comunidades allí asentadas desde un período Temprano
Inicial (Sempé, Salceda y Desántolo, 2005)
cuya adscripción cultural corresponde a la
fase Río Diablo de la Cultura Condorhuasi,
sucedida temporalmente con una muy extensa
ocupación Ciénaga (Temprano propiamente
dicho), con organización social compleja,
asentada primordialmente en los bosques en
galería del fondo de valle (Sempé, 2005) y
con una importante secuencia de desarrollo
en tres fases (González y Cowgill, 1975). Finalizado este primer lapso cultural (799 AC 540 DC) el Período Medio (540 DC – 950 DC)
se inicia con una primera fase Barrealito de
Azampay (Sempé y Baldini, 2002, 2005) de
carácter multiétnico y gran complejidad social, con grupos alóctonos ingresando al valle,
asentándose y dominando a los Ciénaga
81
Sempe Salceda e Martinez.pmd
81
26/9/2007, 11:51
Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.
locales. En trabajos recientes (Salceda y
Sempé, 2002; 2003), y con la finalidad de
obtener el perfil paleodemográfico del valle,
se han comparado inhumaciones actuales de
los cementerios de Azampay y La Ciénaga,
con las arqueológicas excavadas por Weisser
en la década del veinte. Si bien el estudio de
poblaciones precolombinas se ha realizado
generalmente sobre sitios de habitación, el
análisis comparativo de estos cementerios
brinda evidencias estimativas sobre el tamaño
de la población a partir de los datos de
individuos inhumados, permitiendo así
esbozar algunas tendencias a través del
tiempo (Salceda y Sempé, 2005).
La unidad doméstica de actividades
múltiples con paredes de piedra en Barrealito,
muestra a pequeños grupos agro pastoriles
diseminados a lo largo del valle del Hualfín
entre 540 y 700 DC (fechado LATYR).
Para el Tardío (950 DC – 1480 DC) el
valle del Hualfín fue el núcleo de acción
geopolítica de la cultura Belén, a partir del
cual se produce la expansión hacia zonas
limítrofes con distinto grado de intensidad de
ocupación o contacto, que señalan interacciones
sociales diferentes (Sempé, 2005b). Las evidencias indican al proceso de organización
sociopolítica del Hualfín como un señorío dominando al valle de Tinogasta. La continuación
de las excavaciones y exploraciones de sitios
arqueológicos, ha permitido trazar el esquema de la jerarquía de sitios de ocupación de
la Cultura Belén definir y aislar sitios de
cementerio.
Para analizar la problemática sobre la
organización sociopolítica alcanzada por la
cultura Belén es necesario tener en cuenta
que, desde el punto de vista arqueológico, es
difícil diferenciar, por las estructuras
remanentes, cuando se está frente a una tribu
o ante Jefaturas o Señoríos que tienen sistemas más centralizados de control y de
distribución de bienes. Service (1975) desde
el marco teórico evolutivo marcó las
variaciones existentes entre distintos grupos.
El Señorío es una categoría de difícil definición,
Steward y Faron (1957) señalaron la gran
cantidad de variantes dentro de la misma.
Indicios de complejidad en la organización
sociopolítica están marcados por la existencia
de construcciones a gran escala que implican
movilización de grandes grupos de personas
y la larga ocupación de los sitios arqueológicos, hecho demostrado en el fechado del
1100 D.C. para el Cerro Colorado de La
Ciénaga de Abajo (Departamento Belén) y
otros mas tardíos, como los procedentes de
la Loma de los Antiguos y Carrizal.
Como rasgos asociados a las jefaturas
Fiedel (1996) ha señalado la existencia de
una comunidad más grande que el resto,
generalmente con un lugar ceremonial. El
sitio de Molino de Puerta de Corral Quemado
con sus 110 recintos habitacionales es el más
grande conocido para Belén y durante las
excavaciones de 1969 se constató el carácter
ceremonial de una de sus estructuras. En el
sitio Cerrito Colorado, frente a La Ciénaga
de arriba, González (1953) excavó una
estructura con rampas, perteneciente a la
cultura Belén, que interpretó como de
carácter ceremonial. Sólo otros dos sitios son
de gran tamaño: el Eje de Hualfín con 80
recintos y Azampay con 45. Otro rasgo
indicativo de diferencias de jerarquía entre
sitios es que la mayoría de la población reside en pequeñas aldeas, el tamaño promedio
de los cuarenta sitios Belén, amurallados o
no, es de veinte viviendas. Estos rasgos nos
permitirían plantear no sólo la existencia de
una jerarquía de sitios sino también la de
variabilidad de lugares ceremoniales.
González (1979), señala la importancia
de la concentración de riqueza y la existencia
de límites y espacios geográficos bien definidos. La distribución del material cerámico
Belén nos habilita para sostener la existencia
de límites claramente definidos para lo que
pudo haber sido un señorío preincaico, que
abarcaría los valles de Hualfín y Abaucán históricos, desde la fortaleza de Famabalasto
en el Departamento Santa María hasta el río
Colorado-Bermejo-Abaucán en el límite con
La Rioja. En cuanto a la organización política
son varias las citas en la documentación histórica que aluden a la existencia de un cacique principal y otros dos secundarios en la
82
Sempe Salceda e Martinez.pmd
82
26/9/2007, 11:51
DESARROLLO DE UN MODELO PRODUCTIVO PARA LA RECUPERACION SOCIOCULTURAL DE POBLACIONES
MARGINALES DE LA PROVINCIA DE CATAMARCA: AZAMPAY UNA EXPERIENCIA PILOTO
María Carlota Sempé, Susana Alicia Salceda y Susana Martínez
región Valliserrana y que al menos ocho parcialidades estaban sujetas a ellos (Montes,
1958).
Fried Morton (1975) ha señalado la
jerarquización como una consecuencia del
crecimiento de la población y de la aparición
de una economía redistributiva, rasgos que
están muy definidos dentro de la cultura Belén.
En especial si tenemos en cuenta el espacio
ocupado por los andenes de cultivo en la
localidad de Azampay, que superan los 10 Km²
y las obras hidráulicas asociadas (Sempé,
1999), cuya producción consideramos debió
ser redistribuida a otros sitios del valle.
Según Athens (1980) la agricultura y la
complejidad cultural tienen una relación causal inmediata. Considera a la agricultura en
el rango de un ecosistema artificial, cuyo
sostenimiento en ambientes áridos implica
un esfuerzo de gran magnitud a través de la
irrigación “las formas mas intensivas de
producción agrícola no se desarrollarán o se
adoptarán a menos que haya una razón que
los compela a hacerlo” (1980:375). Este
autor y Boserup (1984) coinciden en que la
razón suficiente del gran esfuerzo de
mantenimiento requerido para los sistemas
agrícolas se relacionaría con el desequilibrio
entre población y suplemento alimentario
disponible. En los ambientes áridos y
templados la producción agrícola anual varía
considerablemente a causa de la escasez de
granos, clima u otros factores. Esto incentiva la necesidad de estabilizar la producción
aumentando los sistemas de irrigación nivelando terrenos, acciones que implican un
fuerte aumento de trabajo y necesidad de
mano de obra. Bajo estas condiciones la
tendencia hacia la complejidad social es
fuerte y el incremento del territorio es una
forma de ayudar a conjurar las crisis surgidas
por los cambios climáticos u otros desastres,
cambios que ocurrieron hacia el 1100 D.C.
Existe una relación estructural entre
organización territorial, patrones de
asentamiento y complejidad sociocultural que
en las sociedades tardías valliserranas del
NOA se evidencia por la naturaleza de los
asentamientos, rasgo que fue señalado cla-
ramente por Tarragó y Nastri (1999). La
expansión territorial de los estilos cerámicos
y los patrones de asentamiento característicos permiten plantear la existencia de
dominios y fronteras, que algunos autores
han denominado como Señoríos o tradiciones
socioculturales. Estas características son un
emergente de la complejidad sociopolítica en
un momento histórico y social específico.
Resalta la diferencia de escala en los tipos de asentamiento Belén, tanto por su
tamaño como por sus características (Sempé,
1999), en especial cuando existen lugares
fortificados asociados a sitios dispersos,
como sucede en la localidad de Azampay.
Otro rasgo de complejidad es la ubicación
relativa de los asentamientos en relación a
la geomorfología del territorio y de los sitios
entre si, cuestiones que estarían relacionadas con el costo en la toma de decisiones
sobre el manejo de los recursos de producción,
el movimiento de bienes y el almacenamiento.
De esta manera el enfoque arqueológico sobre la complejidad cultural implica la medición
de la variabilidad en tamaño del sitio y su
forma, siempre comparando entre sitios
contemporáneos (Wenke, 1985). Los incas
dominaron una estructura sociopolítica
preexistente y exacerbaron sus características productivas y redistributivas, hasta el
punto que el sistema debió colapsar antes
de la penetración hispánica. Al parecer sólo
permitieron la permanencia de grupos o comunidades Belén muy dispersas, que entraron
en un intenso proceso de transculturación hacia
la cultura incaica y sus tradiciones asociadas.
De acuerdo a las entrevistas realizadas
a los actuales propietarios con hijuelas
coloniales y a la carencia de documentación
colonial, existe un hiato de información para
el momento del contacto hispano-indígena.
La población actual es de instalación
reciente, en ella se observan una serie de
rasgos en las modalidades de asentamiento
y explotación de recursos que se asemejan
a los del pasado prehispánico (Maffia et al,
2002), en la búsqueda de formas mas eficientes de producción y que responden a las
restricciones de un medio ambiente árido.
83
Sempe Salceda e Martinez.pmd
83
26/9/2007, 11:51
Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.
Como lo ha señalado Isla (2002), si bien
el Estado es una presencia permanente para
las comunidades rurales del NOA, consideramos que son las propias capacidades de la
comunidad local actual las que permitirán
alcanzar la autosuficiencia económica, despegando del nivel subsistencial para lograr
una inserción activa en el esquema productivo
provincial a través de la incorporación del
recurso turístico, auspiciado particularmente por la provincia de Catamarca.
La elección de la problemática y el
enfoque dado se basan en estudios de
investigación básica arqueológica,
bioantropológica y sociocultural realizados
durante los últimos diez años en la localidad
(Sempé, Salceda y Maffia, Eds 2005) con
apoyo económico de la SECyT, CONICET y
UNLP y con la debida autorización de la
Dirección de Antropología provincial.
Al proyecto se integran docentes investigadores de la UNLP y de UNCa y Dirección de
Antropología provincial con fuerte
especialización en arqueología, gestión de
bienes culturales, bioantropología y
antropología social y una amplia experiencia
en áreas que permitirán desarrollar en
profundidad los temas relacionados al
medioambiente y aprovechamiento alimentario
y energético de los recursos, estos últimos,
cuentan con importantes estudios sobre
diversidad vegetal; agroalimentos, especialmente quínoa; producción apícola en el
valle central y su relación con el componente florístico local; flora y fauna
regionales; suelos, nutrientes y minerales.
Han realizado además trabajos de
evaluación y manejo de recursos naturales;
gestión de agua y suelo; análisis hidrológico
de cuencas, manejo del recurso hídrico e
impacto sobre los mismos, en transferencia
de servicios a terceros por encargo del
gobierno provincial y de otras instituciones
Ta m b i é n s e h a h e c h o é n f a s i s s o b r e
comportamiento animal especialmente de
camélidos. En el área de alimentos han
ejecutado proyectos en la facultad de
Ciencias Exactas y Naturales acreditados en
la UNCa.
El grupo de trabajo está conformado por
Responsables: Sempé, María Carlota
(Director); Salceda, Susana Alicia; Nazar,
Domingo Carlos.
Integrantes: Calandra, Horacio Adolfo;
De La Fuente, Guillermo Adrián; Delfino,
Daniel Darío; Filippín, Ana Julia; Lizarralde
De Grosso, Mercedes Sara; Lomaglio, Delia
Beatriz; March, Juan Manuel; Martínez, Nora
Beatriz; Martínez, Susana Elisa; Perea, Mario del Valle; Pozzi, María Teresa; Quevedo,
Gloria del Valle; Quiroga, Alejandro; Ratto,
Norma Rosa; Salas, Liliana Beatriz; Zagorodny,
Nora Inés
Becarios de posgrado: Ramallo,
Virginia; Strasser, Georgina; Vilches, Fatima
Edith; Zubrzycki, Bernarda
Reflexion final
En los últimos años, se han difundido las
corrientes que apoyan el desarrollo sustentable
y sostenible, definido como aquel que es capaz de satisfacer las necesidades del presente sin comprometer las del futuro, el cual
se ha posicionado hoy como la alternativa
válida frente a los modelos de desarrollo
puramente económicos, que por años han
ignorado al ambiente y al desarrollo de
pequeñas comunidades, desencadenando
procesos de destrucción y agotamiento de
los recursos naturales y de los bienes
culturales.
Este es un proyecto de desarrollo que
basa su filosofía de trabajo en el
reconocimiento de una complementariedad
esencial entre investigación básica e
investigación aplicada incluyendo a distintas disciplinas antropológicas e integrando
otras en el marco de las Ciencias Naturales
y Tecnológicas. Procura, en definitiva, responder al ideal de desarrollar y transferir
conocimientos desde la universidad a la
sociedad, a los organismos de gestión y al
sector privado para contribuir así al
afianzamiento idóneo del mercado de
trabajo vinculado al Patrimonio Cultural y
Natural.
84
Sempe Salceda e Martinez.pmd
84
26/9/2007, 11:51
DESARROLLO DE UN MODELO PRODUCTIVO PARA LA RECUPERACION SOCIOCULTURAL DE POBLACIONES
MARGINALES DE LA PROVINCIA DE CATAMARCA: AZAMPAY UNA EXPERIENCIA PILOTO
María Carlota Sempé, Susana Alicia Salceda y Susana Martínez
Se plantea que “la recuperación de las
tecnologías tradicionales y la puesta en valor del patrimonio arqueológico producirá un
mejoramiento en la calidad de vida de la
población rural local mediante un aumento
del nivel actual de producción de la comunidad
derivado de un mejor uso del agua y del suelo
e incorporando tecnología para el manejo
agro pastoril”. Del mismo modo la puesta en
valor del patrimonio cultural arqueológico y
ambiental en el conciente comunitario y la
capacitación de los pobladores en técnicas
de gestión ambiental y patrimonial permitirán
sacar del aislamiento y marginación a la
población local
Concretar los objetivos del proyecto implica desarrollar acciones en torno a la
Reinserción Productiva de la Comunidad
Actual. En estas actividades se contemplaran
todos aquellos estudios que hacen a la
identificación y evaluación de los problemas,
para su posterior intervención, que devienen
de las actividades económicas tradicionales
perdidas, el pleno y sustentable manejo del
medio natural, el estudio de tecnologías que
hagan más eficientes los procesos de
desarrollo productivo -fundamentalmente agro
pastoril- apoyando la recuperación de los sitios
arqueológicos involucrados. El proceso deberá
permitir la puesta en valor del patrimonio cultural local a través de la concreción de un
parque arqueológico y museo de sitio, así
como la materialización de un centro de
interpretación para tareas de extensión a la
comunidad local, regional y, en general, para
el visitante. Toda esta actividad se planteará
como un proceso sistémico, ya que el
desarrollo de una actividad necesariamente
conlleva al logro del objetivo.
La construcción de un Modelo Productivo
y de Desarrollo aplicable a localidades de similares características, permitirá la inserción
de las comunidades en planes turísticos
provinciales y nacionales y la capacitación de
recursos humanos locales que hagan posible
esta aplicación, como así también la
valoración de resultados para definir
beneficios y establecer mejoras continuas en
lo que hace a una inserción laboral idónea.
Dentro de estas tareas se considerarán
estudios que hacen a mercado y comercialización
de productos para el desarrollo comunitario
concreto. Así se habrá logrado una recuperación
de identidad, un aprovechamiento y
sustentabilidad del medio y un desarrollo de
la comunidad con un adecuado nivel de
calidad de vida.
Los investigadores en su totalidad asumen
un compromiso profundo tal cual es llevar
adelante un nuevo proceso contando para ello
con una población allí presente, siendo el principal desafío el incorporar al hombre dentro
del proceso y tratar en forma conjunta de
establecer la recuperación y cambio que lleven
a concretar el objetivo, cual es el mejoramiento
de la calidad de vida de los habitantes de esta
población y de aquellas en las que será posible
su implementación a futuro.
85
Sempe Salceda e Martinez.pmd
85
26/9/2007, 11:51
Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.
Poblado de Azampay. Belén. Catamarca
Andenes arqueológicos y Recinto en el
Pucará de Azampay
Fiesta en la escuela
86
Sempe Salceda e Martinez.pmd
86
26/9/2007, 11:51
DESARROLLO DE UN MODELO PRODUCTIVO PARA LA RECUPERACION SOCIOCULTURAL DE POBLACIONES
MARGINALES DE LA PROVINCIA DE CATAMARCA: AZAMPAY UNA EXPERIENCIA PILOTO
María Carlota Sempé, Susana Alicia Salceda y Susana Martínez
Abstract: The aim of this project is to attain the comprehensive knowledge
of the history and socio-cultural-economic and biological situation of
Azampay’s population -the Pilot Locality- to elaborate an intervention
methodology within the research-action field characteristic of anthropology.
This will enable its later application to other localities with similar
characteristics which present a repeated pattern of associated small rural
populations outside GDP and related to important archaeological ruins which
could be considered in future tourist plans
Key words: anthropology- research/action- archeological tourism
Bibliografia
ABRAMOVAY R.,
2006 Para una teoría de los estudios territoriales.
En Desarrollo rural. Organizaciones,
instituciones y territorios. Manzanal,
Neiman y Lattuada (Comp.): 51. Ciccus
ATHENS J.,
1980 El proceso evolutivo en las sociedades
complejas y la ocupación del período Tardío
Cara en los andes septentrionales del
Ecuador. Inst. Otalaveño de Antropología.
BOLETTA P., R. VIDES ALMONACID, E. FIGUEROA Y
M. FERNÁNDEZ,
1995 Cambios Fenológicos de la Selva Basal de las
Yungas en Sierra de San Javier (Tucumán,
Argentina) y su relación con la Organización
Estacional de las Comunidades de Aves. En
Investigación, Conservación y Desarrollo en
Selvas Subtropicales de Montaña. Brown,
A.D. y Grau, H.R. Editores. Proyecto de
Desarrollo Agroforestal. L.I.E.Y. Pp. 103-114.
BOSERUP E,
1984 Población y Cambio tecnológico. Crítica.
BOURDIEU P.
1999 La distinción. Ed. Taurus.
DAVIS D.E. Y R. WINSTEAD
1980 Manual de técnicas de gestión de vida silvestre. Wildlife Society, Maryland.
FIEDEL S.J.
1996 Prehistoria de América. Crítica, Barcelona.
FRIED MORTON H.
1975 Sobre la evolución de la estratificación
social y del estado. En Antropología política. Llovera (Ed.). Barcelona, Anagrama.
GONZÁLEZ A.R.
1954 La casa pozo en el NO Argentino. Revista
del Museo de Ciencias Naturales de Mar
del Plata, 1. Buenos Aires.
1979
Las exequias de Painé Guor. Relaciones
de la Sociedad Argentina de Antropología
(Nueva Serie), XIII: 13-161. Buenos Aires.
GONZÁLEZ A.R. Y G. COWGILL
1975 Cronología Arqueológica del Valle del
Hualfín obtenida mediante el uso de computadoras. Actas Primer Congreso de
Arqueología Argentina. Rosario.
ISLA A.
2002 Los usos políticos de la identidad: indigenismo
y estado. FLACSO. Ed. de las Ciencias,
CONICET, Buenos Aires.
LATTUADA M., J.M. RENOLD, L BINOLFI Y A. DE BIASI
2006 Limitantes al desarrollo territorial rural en
contextos de políticas sectoriales neutras
o negativas. En Desarrollo rural.
Organizaciones, instituciones y territorios.
Manzanal, Neiman y Lattuada (Comp.):
153. Ciccus.
LAVILLA E Y J. GONZÁLEZ (EDS)
1999 Biodiversidad de Agua Rica. Catamarca
Argentina. Ed. Fundación M.Lillo-BHP.
MAFFIA M., M.C. SEMPÉ, B. ZUBRZYCKI Y L.
BASUALDO
2002 Continuidad y cambio en los asentamientos
de Azampay (Belén, Catamarca. Argentina) Revista de Arqueología Americana, 20:
291-314, Instituto Panamericano de
Geografía e Historia. México
MANZANAL M., G. NEIMAN Y M. LATTUADA (COMP.)
2006 Desarrollo rural. Organizaciones, instituciones
y territorios. Ed Ciccus.
MONTES A..
1959 El Gran Alzamiento Diaguita. Revista del
Instituto de Antropología I. Rosario.
MOYANO ESTRADA E.
2006 Capital social y desarrollo en zonas rurales.
En Desarrollo rural. Organizaciones,
87
Sempe Salceda e Martinez.pmd
87
26/9/2007, 11:51
Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.
instituciones y territorios. Manzanal,
Neiman y Lattuada (Comp.): 103. Ciccus.
PADULA G., A. TOBISCH, S. SALCEDA
2005 Crecimiento y nutrición en la población
infanto adolescente de Azampay. En
Azampay Presente y Pasado de un
pueblito catamarqueño. Ed. Al Margen –
UNLP. La Plata.
REDFORD K. Y J. EISENBERG
1992 Mammals of the Neotropics. The Southern
Cone. Vol 2. Chicago Univ. Press.
SALCEDA S. Y M.C. SEMPÉ
2005 Cronología y paleodemografía en el valle
del Hualfín. En Azampay Presente y
Pasado de un pueblito catamarqueño. Ed.
Al Margen – UNLP. La Plata
SEMPÉ M.C.
1999 La Cultura Belén. Actas XII Congreso Nacional de Arqueología Argentina. Tomo II.
La Plata.
2005a La cultura de La Ciénaga y el período
Temprano. En Azampay Presente y
Pasado de un pueblito catamarqueño. Ed.
Al Margen – UNLP. La Plata.
2005b El período Tardío en Azampay: El señorío
Belén y su modelo geopolítico. En Azampay
Presente y Pasado de un pueblito
catamarqueño. Ed. Al Margen – UNLP. La
Plata.
SEMPÉ, M.C. Y M.I. BALDINI
2002 Contextos temáticos y ordenamientos
funerarios en el cementerio Aguada Orilla
Norte. En Relaciones de la Sociedad Argentina de Antropología. Tomo 27. pp
247—270. Buenos Aires.
2005 La Aguada en el valle del Hualfín:
comportamiento funerario y sectores
sociales. En Azampay Presente y Pasado
de un pueblito catamarqueño Ed. Al
Margen–UNLP. La Plata.
SEMPÉ M.C. Y S. SALCEDA
2005 Sacrificios humanos de fundación en la
cultura Aguada. En Azampay Presente y
Pasado de un pueblito catamarqueño Ed.
Al Margen – UNLP. La Plata.
SEMPÉ M.C., S. SALCEDA Y B. DESÁNTOLO
2005 El período Temprano Inicial en Azampay.
En Azampay Presente y Pasado de un
pueblito catamarqueño Ed. Al Margen –
UNLP. La Plata.
SEMPÉ M.C., S. SALCEDA Y M. MAFFIA (EDS)
2005 En Azampay. Presente y Pasado de un
pueblito catamarqueño. Ediciones Al
Margen – UNLP. La Plata.
SERVICE E.
1975 El surgimiento del estado y la civilización.
Alianza. Barcelona.
STEWARD J.H. Y L.C. FARON
1957 Native peoples of South America. McGraw
Hill, New York.
STORINO R., M. MAFFIA, M.I. URRUTIA, M.
BASALDÚA, M. FORA, B. ZUBRZYCKI, A. VALERO
2005 Estudio inicial Antropológico epidemiológico
sobre la enfermedad de Chagas en la
localidad de Azampay. En Azampay. Presente y Pasado de un pueblito catamarqueño.
Ediciones Al Margen – UNLP. La Plata.
TARRAGÓ M. Y J. NASTRI
1999 D i m e n s i o n e s d e l a c o m p l e j i d a d
santamariana. Actas XII Congreso Nacional de Arqueología Argentina, II La
Plata. UNLP.
WENKE, R.J.
1985 Patterns in Prehistory: Humankind’s First
Three Million Years. New York: Oxford
University.
WILSON D. Y D. REEDER
1993 Mammal species of the World: a taxonomic
and geographic reference. 2ª. Ed.
Smithsonian Institution Press.
88
Sempe Salceda e Martinez.pmd
88
26/9/2007, 11:51
Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007. pgs. 89-98.
GUANABACOA COMO UNA “EXPERIENCIA” INDIA EN NUESTRA
COLONIZACIÓN: LOS RETOS DE LA ARQUEOLOGÍA PÚBLICA
Lourdes S. Domínguez*
Resumen: El artículo trata de la experiencia indígena de Guanabacoa,
Cuba, asentamiento de principios de la colonización ibérica en el Caribe.
Las cuestiones de la etnicidad y de la participación de la comunidad en la
interpretación arqueológica muestran como una mirada a partir de la
Arqueología Pública puede ser original y constructiva.
Palabras-clave: indígenas; Guanabacoa; colonización.
Introducción
Cuba fue la primera de las Islas de las
Antillas Mayores en descubrirse, pero
también la última en ser colonizada; cuando
los españoles llegaron a nuestras costas
habían experimentado, en gran medida, diferentes métodos de colonización, tanto en
las tierras reconquistadas en el sur de España
como en las Islas Canarias. (Colectivo autoral, 1994.)
De la Factoría pensada por Colón se pasó
con rapidez a la Colonia por poblamiento,
organizándose de esta manera a los grupos
autóctonos para el trabajo en una forma que
al inicio se llamó “encomienda”, este sistema concebido en la Metrópoli pudo ser
medianamente ideal en un primer momento, y en apariencias era humano y necesario,
por el cual sólo se pedía a los aborígenes
que se catequizaran. En realidad fue una
repartición de hombres para con ellos
establecer una esclavitud encubierta.
*Oficina del Historiador,
[email protected]
Havana,
Cuba,
Este método de aplicación dual se escudó
en el mecanismo de la cristianización,
mostrándolo como objetivo principal,
recuérdese que España en ese momento era
la campeona de la cristiandad, pero en
verdad la única aspiración era organizar la
población indígena para con ella abordar
nuevos modos de laboreo, dándosele una
apariencia legal a una cruel y despiadada
explotación de su fuerza de trabajo.
Entre 1524 y 1555 se lleva a cabo la
fase continental de la conquista y colonización
de América, pero dentro de este período, en
1542, se dictan las Leyes Nuevas y con ellas la
abolición de las encomiendas, manifestándose
la Corona sobre la misma, como obsoleta y
contradictoria. Esto fue el resultado de las
presiones ejercidas en la Corte a tal efecto,
por esta razón España determinó ensayar
otros procedimientos con resultados similares; surgió así el Plan de la Experiencia, y se
escogió a Cuba para su primera puesta en
escena.
Se adoptaron nuevas fórmulas para la
creación de núcleos indígenas, ejemplificadas
en los casos del Caney en Santiago de Cuba
y de Guanabacoa en La Habana, para evitar
89
Lourdes S Dominguez.pmd
89
26/9/2007, 11:54
Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.
su deambular por estas prominentes
ciudades que a la sazón se disputaban la
primacía de la Isla.
Lo acontecido en este proceso de conquista y colonización, a partir de los sistemas experimentados y aplicados, altera las
normas y el equilibrio territorial e hizo bastante difícil el afán de reconcentrar de
manera obligatoria a estos indios “vacos” o
“vacantes” en reductos muy distintos a sus
verdaderos pueblos (Ramos, 1992).
Para adentrarnos en el estudio del
proceso de colonización en la Cuba del siglo
XVI, la vía documental y bibliográfica deja
en verdad muchas lagunas en la información,
por eso consideramos como uno de los imperativos de la investigación arqueológica
moderna, crear la estructura y la estrategia
apropiada para la interpretación de estos
eventos a partir de las evidencias materiales,
logrando así definir con más claridad lo
ocurrido con estos pueblos en ese momento
histórico concreto.
De esta forma, y a partir de los conceptos
de la Arqueología Histórica y de la Arqueología
Pública (Funari 2001), es que debemos enfrentar la investigación en la actualidad. El
estudio de este período de contacto y
transculturación indohispánica a partir de los
elementos de ambas culturas: aborigen
(Robrahn-González 2000) y europea, es la
línea conducente, pues los mismos perviven
en dicho proceso a partir de criterios muy
objetivos (Rives, Domínguez, Pérez, 1991).
Encomiendas y experiencias
El tratamiento hacia los indígenas de
América fue para la política Real española
de ese momento una actuación indecisa, los
escrúpulos de tipo moral chocaban con los
intereses económicos y se interrelacionaban
con el proceso colonizador, al final vencieron
los económicos.
A partir de 1503 se autoriza a todos los
hombres que viajan al Nuevo Mundo, en vías
de conquista y colonización, capturar a los
indios cuando hiciesen resistencia, pero acto
seguido se recuerda su carácter de “hombres
libres por condición”. La ambigüedad nutre
la documentación y la realidad se manifiesta
de una forma distinta. Son constantes las
menciones a la “guerra justa” o a la “guerra
buena” (Pichardo, 1984), y de hecho no existe
una línea consecuente para tratar el asunto.
Así es realmente esclavizada la población
autóctona, de una forma directa al principio
y encubierta después, con la aplicación de
sistemas como la encomienda.
Esta llamada encomienda se desarrolló
en las Indias y fue concebida como un
patronato de favor Real sobre una parte específica de los naturales de estas tierras, no
era para todos los indios, ni se aplicaba a
todos los concentrados en establecimientos
cercanos a las posesiones del encomendero
o a los centros urbanos incipientes, las famosas Villas.
Existía obligatoriedad por parte del
encomendero español de instruir a los indios
entregados en la religión cristiana y
enseñarles los rudimentos esenciales, de la
llamada vida civilizada al fiel de los europeos
salidos del medioevo, así como defenderlos
en sus personas y propiedades, a cambio se
demandaba tributo en forma de trabajo, por
considerarse privilegios las cosas que se les
ofrecían (Franco, 1985).
En la práctica “… los encomendados eran
algo así como siervos de los encomenderos”,
(Portuondo, 1953), pero en la realidad las
encomiendas constituían una institución
explotadora hasta límites insospechados del
trabajo indígena, estos hombres fueron
sometidos a un proceso de rápida desculturización. Las Leyes de Burgos son el principal
soporte de este mecanismo diabólico.
En Cuba, en 1513 y mediante Cédula
Real, el conquistador don Diego Velázquez
de Cuéllar inició los repartimientos de indios
para ejecutar las encomiendas. La experiencia
acumulada en La Española, le permitió propiciar una política de entrega de indios a partir
de familias, pueblos o comunidades aborígenes completas, pues de esta manera no
se desarraigaban y se lograban mayores
rendimientos productivos.
90
Lourdes S Dominguez.pmd
90
26/9/2007, 11:54
GUANABACOA COMO UNA “EXPERIENCIA” INDIA EN NUESTRA COLONIZACIÓN:
LOS RETOS DE LA ARQUEOLOGÍA PÚBLICA
Lourdes S. Domínguez
Entre 1516 y 1519, fracasadas las tentativas hechas con las encomiendas, se propone
por los frailes Jerónimos y en especial por
Rodrigo de Figueroa en La Española, efectuar
los famosos “experimentos” que pretendían
determinar la capacidad intelectual y política
de los indios para valorar por sí mismos, pero
siempre a la manera española, la forma de
vida más adecuada.
Este es un antecedente de las llamadas
“experiencias indias” puestas en práctica en
Cuba décadas más tarde y las cuales
resultaron una manera inconsecuente utilizada por la Monarquía Española para intentar recuperar la productividad diezmada de
las masas autóctonas.
El historiador L. Hanke (1950) definió a
las “experiencias” como “… el último acto
en el drama de los experimentos para liberar a los indios”. El período de su implantación
fue del 1525 al 1535, basándose siempre en
la concentración de los aborígenes sin
ubicación ni trabajo, llamados “vacos” o “vacantes”, en pueblos artificiales donde siempre
hubiere clérigos para “adoctrinarlos” y guiarlos
en sus labores, de esta forma los tendrían cerca y a mano para cualquier menester.
Las autoridades de la isla de Cuba se
niegan a aceptar este nuevo procedimiento,
prohibiéndoselo a Pedro Mexía Trille, designado por el Rey a tal efecto.
Con posterioridad este hombre le
propuso a la Corona que encargara al Obispo
la conducción de la “experiencia” y así se
fundó el primer pueblo de indios en Bayamo,
al oriente de Cuba. Esta prueba resultó un
fracaso, el Rey ordenó un segundo intento y
para ello designó al teniente gobernador don
Manuel de Rojas, quien en carta al Monarca
le dice que al tratar de poner en práctica su
orden cree: “…Ha de hacer poco fruto según
la enemistad que esta gente tiene con la gente española, por el mal tratamiento que le
tienen hecho, tanto por sus culpas como por
las nuestras”. (Chacón y Calvo, 1934.)
Se trató de hacer otro ensayo en San
Juan de Puerto Rico en 1520 pero se infiere
el fracaso al no existir referencia alguna
(Chacón y Calvo, 1934). El éxito mediatizado
de la proclamación de la libertad de los
naturales a partir de las Leyes Nuevas en 1542
fue el segundo revés, porque estas jamás
fueron aplicadas como estaban escritas y muy
en especial por el rechazo de los colonos.
Hasta 1553 no se pueden poner en práctica
algunas soluciones que parafrasean estas
susodichas leyes (Pichardo, 1984).
Con toda la práctica acumulada por las
tentativas y frustraciones se piensa como
solución al problema de estos indios sin
dueño, trabajo ni ubicación, merodeadores
por las ciudades y creadores de grandes
disturbios, la idea de reconcentrarlos tomando algunas de las estipulaciones promulgadas por las Leyes Nuevas, fue una salida y
de aquí renace el caso de Guanabacoa, esta
región se comienza a organizar a partir de
1555, emplazándose en la cercanía de La
Habana, en esa época la capital de Cuba.
Estrategias de la Arqueología Pública
La Arqueología Histórica permite abordar nuevas líneas de trabajo, así como pensar en nuevas propuestas fuera de los
planteamientos clásicos para el estudio de estos
sitios de transculturación. La estructuración
de las diferentes estrategias de clasificación
de evidencias materiales, tiene su referencia
en los objetos exhumados que presentan
simultáneamente rasgos indígenas hispanos
en su morfología, ello requiere de trabajos
de campo concebidos dentro de un enfoque
mucho más ágil.
Los escasos documentos de esta época
abogan también por una labor interdisciplinaria
que agrupe etnólogos, arqueólogos e historiadores en la cual, el rol jugado por las evidencias materiales debe corresponder a la
metódica arqueológica y al papel rector de
estas investigaciones.
Tenemos como ejemplo clásico el sitio
El Yayal como representante de la etapa de
contacto y transculturación en Cuba, cuyo
análisis y enfoque metodológico permitió
considerarlo como un interesante estudio de
caso. (Domínguez, 1984.)
91
Lourdes S Dominguez.pmd
91
26/9/2007, 11:54
Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.
Para realizar este trabajo es imprescindible
la definición de estrategias arqueológicas
concretas a partir de dos versiones del evento:
a) Que el período de contacto está
relacionado con la conquista y colonización
y se puede considerar hasta mediados
del siglo XVI.
b) Que el período de transculturación
se puede efectuar desde el inicio del siglo
XVI y en épocas posteriores de acuerdo
con el desarrollo del proceso histórico de
cada pueblo.
Para este primer momento, es válido utilizar el enfoque siguiente, sobre todo a la hora
de analizar las evidencias. (Domínguez, 1980.)
a) Materiales en superficie que no
presentan variación intrínseca ni huellas
de uso y reuso.
b) Materiales de niveles estratigráficos
definidos, con cambios intrínsecos y
tienen evidencias de uso y rehúso.
c) Un producto nuevo, la creación
hecha por estos grupos mediante la
simbiosis cultural.
Puede ocurrir todo lo contrario en el
enfoque del evento. Entendido a partirde
1550, las evidencias en este período reflejan
cada vez menos los rasgos indohispánicos
hallados y se pueden analizar de esta forma:
Objetos de procedencia europea.
Objetos de procedencia criolla bien
definidos.
Objetos de procedencia aborigen.
A medida que pasa el tiempo los objetos
indígenas serán cada vez más vestigiales,
como ocurre con el ejemplo de Guanabacoa
(Domínguez, 1989).
El paso de la inferencia directa obtenida
a partir de los restos arqueológicos detectados hace posible su contrastación con los
hechos históricos, hipotéticos o comprobados
por documentos. Estas son las características fundamentales de las evidencias que se
consideran imponderables en esta etapa de
transculturación.
(Robrahn-González 2001). Por ejemplo, la
presencia en los contextos arqueológicos de
cerámica indígena o de mayólica novohispana,
identifican respectivamente a un grupo
aborigen agroalfarero y a un sitio colonial,
quizás del siglo XVII, estas muestras resultan
válidas para la contrastación del evento histórico específico, pero es preciso ser cuidadoso, pues no permiten ir mucho más allá, a
no ser que se examinen los materiales a partir de asociaciones significativas, y estas
permitan reconstruir hechos y cronologar con
seguridad.
Grandes grupos de hallazgos de procedencia europea o de manufactura arahuaca
antillana, ya sean de metal, loza, porcelana,
cerámica o vidrio, presentes en un sitio arqueológico, pueden constituir de igual manera
las huellas de un enclave europeo, de aborígenes españolizados, o de cimarrones, ya
que en estos casos los objetos pudieron ser
adquiridos de diversas formas, en el mercado, por robo, por trueque, etc. lo cual sería
muy difícil de comprobar si no es a través de
las relaciones significativas de las muestras
entre sí y con otros elementos del contexto,
o una posible existencia de documentación
probatoria del evento.
Otros aspectos de la investigación, como
son los rasgos valorativos, la proporción de
los materiales en general y en específico de
la cerámica y teniendo en cuenta las características del residuario, permitirán tener una
idea concreta, de si es un lugar de vivienda,
un comercio urbano o campesino, palenques,
cementerios, u otro. Estos parámetros deben
fijarse con preferencia en el hallazgo o en el
estudio de la muestra que denote
transculturación.
Las características particulares de las
evidencias no deben ser criterios rectores que
rijan la investigación arqueológica sino el
intercambio con la documentación, si existe,
o cualquier otro análisis como lo plantea la
Arqueología Histórica, y sobre todo que permita la reconstrucción del evento, objetivo
en sí de la investigación.
En cuanto a los métodos de excavación y
rescate en estos contextos, debe realizarse
92
Lourdes S Dominguez.pmd
92
26/9/2007, 11:54
GUANABACOA COMO UNA “EXPERIENCIA” INDIA EN NUESTRA COLONIZACIÓN:
LOS RETOS DE LA ARQUEOLOGÍA PÚBLICA
Lourdes S. Domínguez
preferente con estratigrafía natural, teniendo
especial cuidado en el espesor de la capa
antropogénica, la cual se infiere debe ser
exigua, por lo general en Cuba esta capa fértil
no rebasa los 0.25 m, y matemáticamente
nos da unos 5 mm por año suponiendo que
el asentamiento sea de cincuenta años.
La excavación en estratos naturales en
este tipo de sitios es bien difícil y exige gran
atención y cuidado en la colecta de superficie,
la que se cumplimentará por medio del sistema de cuadrículas, y aportará después
mayores posibilidades para el procesamiento
de los datos, teniendo en cuenta el aumento
de la extensión del área para poder ver en
planta la expansión del fenómeno y poderlo
entender mucho más integralmente. En estos
casos las excavaciones reducidas sólo
permiten apreciar una pequeña parte de la
verdad.
Estudio de caso: Guanabacoa y sus usos
públicos
Las Actas Capitulares del Cabildo de
La Habana acreditan la creación de un
poblado de indios fomentado el 12 de
junio de 1554 en un paraje llamado
Guanabacoa y dice así: “…que en armonía
con lo tratado con los dichos indios se le
hagan un poblado, por que estando así
juntos se podrá tener en cuenta y razón
de ellos” (Vidal Cirera, 1887).
El afamado historiador Gerardo Castellanos
(1948) plantea al respecto: “…ante la evidente situación decadente, degenerada más
bien, y trashumante de los indios de esta
región, se propusieron recoger a los mansos
como a los rebeldes o jíbaros y concentrarlos
donde ellos pudieran fomentar poblados, cultivar la tierra, establecer industria y vivir a
su manera a condición de ciertas medidas u
enseñanzas cristianas …”, lo que hizo que se
convirtieran al tiempo, estos poblados en
“… zonas de reducciones cual similares a
corrales o presidios donde no hubo jamás
propósito de enseñanza cristiana y nada
más” (Castellanos, 1948).
Aunque el historiador Pezuela asegura
que este pueblo de indios de Guanabacoa no
lo será como tal hasta 1576, cuando se
establece por documento y se alza en él una
iglesia servida por la orden de San Francisco
(Pezuela, 1868), hay referencias de que ya
en 1530 los indios de esta zona son
obligados a hacer “... sus conucos y
granjerías” (Archivo Nacional de Cuba (ANC):
Fondo Academia de la Historia (Donativo de
Néstor Carbonell) AH – S – 715 – C - 441) y
concentrarse para poder ser ubicados con
mayor premura y certeza (Gómez, Rodríguez,
1991). Paralelo a esto va ocurriendo el
fenómeno llamado desculturación (Ortiz, 1965)
en las costumbres y prácticas tradicionales
propias, consecuencia de la imposición de
nuevas formas de comportamiento.
Es lógico que esto se refleje en la vida
material como se deduce del siguiente documento donde se habla de los bastimentos que
debe llevar un grupo “... un par de rallos de
cobre e algún burén de cobre pequeños e
cebucanes...” (ANC AH - S - 298 - C - 31)
donde se puede comprobar un cambio
sustancial en la práctica ancestral de
producción de casabe, con el uso del metal
en un artefacto que siempre fue de barro.
Otra modificación aún más significativa
en la experiencia india de Bayamo se constata cuando se habla de los gastos de “...
Doze pesos en oro en azadones y hachas para
su labor” (ANC AH - S - 234 - C - 29), esto
confirma la utilización de instrumentos de
trabajo de hierro en la agricultura; válida es
la referencia al hacha petaloide de hierro
forjado aparecida en el sitio El Yayal, Holguín
(Domínguez, 1984). También podemos
ver esta situación en el uso de armas como
“…ballestas, lanzas y espadas”, factibles de
encontrar en los residuarios, al igual que
herraduras, cadenas de estribo, estribos,
cuchillos, y otros.
En lo concerniente al material cerámico,
se confeccionan enseres utilitarios llamados
de forma equívoca “cerámica negroide”
cuando en realidad es un tipo de cerámica
transicional o transculturada muy abundante
en los sitios coloniales, hecha de una greda
93
Lourdes S Dominguez.pmd
93
26/9/2007, 11:54
Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.
muy parecida a la utilizada por los aborígenes, algunas veces levantada a torno, otras
a partir del “coiling” o levantado a mano y
quemada en hornos cerrados de mayor
intensidad, o simplemente en hornos abiertos.
A estos ceramios se les ha conocido por
diferentes acepciones, entre ellas Colono
Ware (Deagan, 1987), criolla (Rivera, 1992)
y de transculturación (Domínguez, 1980).
Su presencia en los sitios habaneros es
cuantiosa, en casi todas las excavaciones
hechas en esta región resulta abundante,
como ocurrió en Calvo de la Puerta (Domínguez
1980); incluso en Nicaragua, en el sitio León
Viejo, hay una simbiosis que da posibilidad
al surgimiento de una cerámica la cual puede
llamarse de transculturación.
La documentación afirma la confección
de este tipo de cerámica utilitaria en el
sitio de Guanabacoa, donde hay referencias
de su fábrica entrado el siglo XIX (Bremer,
1980).
Hay discrepancias entre los historiadores guanabacoenses acerca de las fechas de
fundación de este poblado de indios y
también se discute el hecho de que no había
ningún enclave aborigen en el lugar con
anterioridad, estos aspectos han sido muy
debatidos pero al respecto no se ha dicho la
última palabra (Gómez, Rodríguez, 1991) y
se contraponen planteamientos simples
como la información surgida cuando el ataque de Jacques de Sores en 1555, en que
los habaneros se refugiaron de las iras del
corsario francés en el poblado de Guanabacoa
(Eguren, 1986; Acosta, 1988).
De acuerdo a lo expuesto de manera sistemática sobre la inexistencia de un poblado
aborigen en Guanabacoa, pero con la certeza de que el lugar fue una “experiencia india
o un pueblo de indios”, decidimos excavar en
ella, pues esta localidad fue concebida de
todas formas en el siglo XVI, y de una forma
u otra, siempre para indios y por indios. La
hipótesis de su posible enclave inicial
aborigen fue uno de nuestros objetivos, la
estrategia trazada, partiendo de esta
hipótesis anterior, propició y dio base a este
estudio de caso.
Al retomar el análisis historiográfico de
Guanabacoa se nos ofreció un panorama muy
favorable según los planos realizados por el
historiador Pedro Herrera (c.p. 1986), construidos con su vasta información y donde
concibe y plasma la ubicación en todo este
terreno de dos posibles focos de asentamiento
indígena.
Estos lugares son La Loma del Indio —
en la actualidad calle Estrada Palma—, pero
que antes tenía el nombre de Calle de los
Indios, al noreste de Guanabacoa, al sur, junto
al arroyo del mismo nombre, tenemos el área
de Tarraco, asociada a las calles Corralfalso
y Cruz Verde, conocidas hasta la actualidad.
En ambos lugares la toponimia nos animaba
a preestablecer la posibilidad de encontrar
lo buscado (Domínguez, 1989).
Cuando la logística estuvo a punto, nos
dimos a la tarea de realizar la primera fase
de la investigación arqueológica: la prospección
de las áreas de posible productividad, las
mismas estaban urbanizadas y no existía
ningún precedente de trabajo arqueológico
sistematizado en la región, al inicio el rastreo
nos llevó a situaciones muy complicadas, al
estar tan utilizado el terreno la posibilidad
de excavaciones eran bien escasas. En el intento, encontramos en las áreas escogidas
numerosos inmuebles de bastante antigüedad,
provistos de traspatios o patios aledaños,
en los cuales por tradición oral familiar se
decía que nunca se había construido y se
podían considerar terrenos vírgenes.
Se realizó una nueva consulta de la
documentación con la ayuda de Herrera y
decidimos escoger los dos primeros sitios,
uno en cada área preestablecida, tratando
de contrastarlos entre sí y siguiendo los
preceptos marcados por Pichardo Moya, en
los asientos aborígenes de la loma y el río, y
al efecto resultaron Guanabacoa 2 (Loma del
Indio) y Guanabacoa 3 (Tarraco - Cruz Verde, que es un arroyo).
Durante los meses de mayo y junio de
1987 y de acuerdo a los pronósticos del
tiempo (el suelo guanabacoense es muy
propicio a la acumulación de agua por su
activo manto freático) se comenzaron los
94
Lourdes S Dominguez.pmd
94
26/9/2007, 11:54
GUANABACOA COMO UNA “EXPERIENCIA” INDIA EN NUESTRA COLONIZACIÓN:
LOS RETOS DE LA ARQUEOLOGÍA PÚBLICA
Lourdes S. Domínguez
movimientos de tierra, con el objetivo primordial de encontrar enclaves aborígenes y
elementos de posible transculturación. Otro
de los objetivos era calcular, con los
materiales exhumados, el tiempo de estancia
y el probable desarrollo socioeconómico del
grupo o grupos humanos emplazados allí.
Se excavó sistemáticamente en ambos
lugares y en los dos cortes se llegó al sustrato
estéril, moviendo unos 20 m 3 de tierra
antropogénica. Las exhumaciones resultaron
fértiles en todas sus capas y fueron controladas con rigor para su posterior estudio de
laboratorio.
Los cortes se planearon en escaques de
2.50 m x 2.50 m, divididos en cuatro
secciones cada uno. En Guanabacoa 2 se
planearon cinco escaques pero sólo se
excavaron tres, y en Guanabacoa 3 se
cortaron los dos previstos. El sistema
metodológico utilizado al inicio y dadas las
circunstancias de revoltura del terreno fue
la estratigrafía artificial, en capas de 5 cm. A
partir de los perfiles se hizo una prueba de
cortes por capas naturales, las cuales
estaban hasta cierto punto bien definidas,
este sistema lo habíamos puesto en práctica
en Nicaragua, en el sitio León Viejo en 1982
y nos había dado muy buen resultado.
(Domínguez, 1993.)
El trabajo arqueológico con capas
artificiales primero y naturales después
permitió un estudio de frecuencia en el propio
campo, que brindó información para tomar
decisiones en la orientación de los cortes. La
profundidad osciló en todos los casos entre
los 0.00 y 1.00 m. Las evidencias se
comportaron con bastante abundancia. Todos los cortes resultaron ser polivalentes,
debido a la densidad y variedad de evidencias de la vida material de los hombres, que
en el decursar del tiempo, se asentaron en
ella y sus inmediaciones.
Terminado el trabajo de campo en estas
jornadas, se pasó a la investigación de
laboratorio, cuyo resultado demostró que no
habíamos encontrado los enclaves aborígenes iniciales, aunque si pudimos observar en
el sustrato antropogénico huellas fehacientes
de la presencia indígena de grupos
agroalfareros, ellos debieron asentarse en
estas áreas y por lógica, no se debía descartar una posibilidad de estancia prefundación
como pueblo de indios, esto puede ser
acuñado por la frecuencia de cerámica
aborigen en sus formas comunes de ollas y
burenes (Domínguez, en Gómez y Rodríguez,
1991).
Nuestro objetivo, como hemos dicho, era
buscar los primeros asentamientos aborígenes, pero en realidad debemos consignar, que
sin querer, encontramos innumerables elementos de la cultura africana unidos al
sustrato inicial de este pueblo, con hallazgos
como cuentas de collares, azabaches, etc.,
relacionados en su gran mayoría, de alguna
manera, con el desarrollo de sus creencias
religiosas y la parafernalia usada por los
Cabildos y otras instituciones de los cultos
afrocubanos.
Quedó bien esclarecido, a partir de los
artefactos hallados, que estábamos ante un
sitio donde el proceso de transculturación se
había desarrollado, fueron exhumados instrumentos líticos realizados en el rehúso de
piedras de fusil o pedernal (Rives, Febles,
Domínguez, 1989) y también en una lámina
gruesa de cristal blanco, posiblemente de un
vaso del siglo XIX, trabajada con una tipología
de tallado muy similar a las encontradas en
1986 en el sitio Laguna de Algodones, en la
ciudad de Trinidad, al sur de Cuba (Febles,
Domínguez, 1987). Estos objetos, de tan importante factura, fueron encontrados en el
sitio G - 3 (Calle Cruz Verde) junto a otros
elementos también valiosos, ello permitió la
planificación de una cuarta excavación en las
cercanías de esta calle y que será objeto de
estudios posteriores.
La cerámica con su capacidad diagnóstica,
se presentó en ambos cortes, las muestras
se ubicaron cronológicamente en una amplia línea de tiempo, por ejemplo encontramos tiestos de los siglos XVI y XVII con
ceramios torneados como botijuelas,
cazuelas, así como pastas porosas vidriadas
con estaño y plomo, sin lugar a dudas
mayólicas. Se presenta muy abundante la
95
Lourdes S Dominguez.pmd
95
26/9/2007, 11:54
Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.
cerámica roja burda con o sin barniz de
plomo, siempre en vajillas utilitarias o de
cocina, lo que suele llamarse Morro Ware
(Deagan, 1987).
En cuanto a la gama de porcelanas y
semiporcelanas aparecen restos en una
frecuencia limitada, muy fragmentados y con
poca posibilidad de reconstruir las formas,
aunque permiten apreciar la existencia de
diferentes tipologías que van desde la porcelana china de los siglos XVI y XVII hasta la
inglesa del XIX.
Debemos hacer notar la aparición de diferentes objetos rehechos a partir de
desperdicios de otros materiales, un ejemplo
son las fichas para jugar y sumergidores de
redes hechos de la cerámica mayólica, realizados en este material por su docilidad, similares se han encontrado en algunas
excavaciones de la Habana Vieja, especialmente en el sitio Calvo de la Puerta
(Domínguez, 1984) y en Puerto Rico, en las
excavaciones efectuadas en el antiguo
Cuartel de Ballajá, en el viejo San Juan
(Rivera, 1992).
También el vidrio se consideró uno de
los materiales más abundantes, sobre todo
botellas de vino u otras bebidas pertenecientes
al siglo XIX, así como vasos y copas. También
hay gran cantidad de enseres de hueso y una
buena muestra de restos de dieta.
Nuestra hipótesis de trabajo señala la
posibilidad de que en este lugar hubiera existido un asiento inicial aborigen, es posible
de la etnia arahuaca, esto no pudo confirmarse
cabalmente, pero en cambio muchos de los
artefactos encontrados en ambos cortes
indican con certeza el desarrollo en los
mismos del evento de la transculturación,
permitiendo esclarecer algunas de las incógnitas manejadas, así mismo esta
investigación posibilitó el acopio de elementos para el estudio de la etapa sociológica
de la transculturación en un nuevo lugar de
Cuba, y sobre todo esclarecer puntos sobre
los pueblos de indios, como el que estamos
seguros existió en Guanabacoa.
Agradecimientos
Soy muy agradecida al apoyo de la Fundação de Apoio à Pesquisa do Estado de São Paulo, FAPESP, pues fue gracias al esa apoyo que
he desarrollado esta investigación, desarrollada
en el Núcleo de Estudos Estratégicos (NEE),
Universidade Estadual de Campinas, Brasil, así
como de la Oficina del Historiador de La
Habana, Cuba y de la Academia de Ciencias de
Cuba. Como profesora invitada, he trabajado
con el profesor Pedro Paulo A Funari, a quién
soy agradecida especialmente.
Abstract: the paper studies the experience of Native indigenous peoples
at Guanabacoa, Cuba, an early Iberian colonial settlement in the Caribbean.
Issues relating to ethnicity and the participation of local peopla in the
archaeological interpretation show that a public archaeological approach
may be innovative and forward looking.
Key-words: natives; Guanabacoa; colonization.
96
Lourdes S Dominguez.pmd
96
26/9/2007, 11:54
GUANABACOA COMO UNA “EXPERIENCIA” INDIA EN NUESTRA COLONIZACIÓN:
LOS RETOS DE LA ARQUEOLOGÍA PÚBLICA
Lourdes S. Domínguez
Bibliografía
ACOSTA, A.
1988 “ L a v i l l a q u e j a m á s s e f u n d ó ”, e n
Gramma, La Habana, mes de diciembre,
p. 4 [s.o.d.].
BREMER, F.
1980 Cartas desde Cuba, Editorial Arte y Literatura, La Habana.
CASTELLANOS, G.
1948 Relicario histórico. Frutos coloniales de la
vieja Guanabacoa , Editorial Librería
Selecta, La Habana.
CHACÓN Y CALVO, J. M.
1934 La “experiencia del Indio” [s. n.], Madrid.
COLECTIVO AUTORAL
1994 Historia de Cuba. La colonia. Evolución
socioeconómica y formación nacional, desde los orígenes hasta 1867, Instituto de
Historia de Cuba, Editora Política, t. I, La
Habana.
DEAGAN, K.
1987 Artifacts of Spanish Colonies of Florida and
the Caribbean, 1500-1800, Smithsonian
Institution Press, vol. I, Washington. DC.
DOMÍNGUEZ, L.
1980 “Cerámica transcultural en el sitio Colonial
Casa de la Obrapía”, en Cuba Arqueológica II, Editorial Oriente, Santiago de Cuba.
1984 Arqueología Colonial de Cuba: dos estudios,
Editorial de Ciencias Sociales, La Habana.
1987 “Arqueología de Guanabacoa”, en Carta
Informativa, no. 96, II época, Centro de
Antropología, La Habana.
1989 “Guanabacoa: raíces indígenas”, ponencia
en Primer Coloquio de Historiadores
Locales Guanabacoa en la Historia, celebrado en el Municipal de Cultura de
Guanabacoa, La Habana (inédito).
1993 Prospecciones sistemáticas en León Viejo.
León Viejo: Pompeya de América, Instituto Nicaragüense de Cultura, UNESCO,
Managua.
EGUREN, G.
1986 La fidelísima Habana, Editorial Letras Cubanas, La Habana.
FEBLES, J. Y L. DOMÍNGUEZ
1987 “Herramientas de vidrio en un sitio arqueológico agroalfareros tardío en la Provincia
de Sancti Spíritus”, Reporte de Investigación,
no. 7, Instituto de Ciencias Sociales, Editorial Academia, ACC, La Habana.
FRANCO, J. L.
1985 Apuntes para una historia de la legislación
y administración colonial en Cuba. (15111800), Editorial de Ciencias Sociales, La
Habana.
FUNARI, P. P. A.
2001 Public archaeology from a Latin American
perspective. Public Archaeology, Londres,
v. 1, p. 239-243,
GÓMEZ, M. Y M. RODRÍGUEZ
1991 La fundación de Guanabacoa, noticias históricas , Boletín del Museo Municipal de
Guanabacoa, La Habana.
HANKE, L.
1950 “Los primeros experimentos sociales en
América”, en Revista Bimestre Cubana,
Vol. LXV, La Habana
ORTIZ, F.
1965 Contrapunteo cubano del tabaco y el
azúcar, Consejo Nacional de Cultura, La
Habana.
PEZUELA, J. DE LA
1868 Historia de la Isla de Cuba, Editorial Carlos
Bailly - Baillere, t. I, Madrid.
PICHARDO, H.
1984 Las ordenanzas antiguas para los indios.
Las leyes de Burgos de 1512, Editorial de
Ciencias Sociales, La Habana
PORTUONDO, F.
1953 Historia de Cuba, Editorial Minerva, La
Habana.
RAMOS, L. J.
1992 “El ‘libro copiador’ de Cristóbal Colón como
fuente para el conocimiento de las relaciones mantenidas entre españoles y taínos
en la Navidad entre diciembre 1492 a
noviembre de 1943", en Memorias del
Congreso de Historia del Descubrimiento,
t. I, Santo Domingo.
RIVERA, V.
1992 “Proyecto Ballajá”, Informe depositado en
Instituto de Cultura Puertorriqueña, San
Juan (inédito).
RIVES, A., J. FEBLES Y L. DOMÍNGUEZ
1989 “Artefactos de piedra tallada en el pueblo
indio de Guanabacoa en los siglos XVI y
XVII”, Simposio de la Cultura de la Ciudad
de La Habana, La Habana (folleto).
RIVES, A., L. DOMÍNGUEZ Y M. PÉREZ
1991 “Los documentos históricos sobre las
Encomiendas y la Experiencia indias de
Cuba, y las evidencias arqueológicas del
proceso indohispánico”, en Estudios Arqueológicos , Editorial Academia, La
Habana.
ROBRAHN-GONZÁLEZ, E. M.
2000 Reflexionen ueber den Gedrauch der
historischen Analogie in Brasilien.. A.
Gramsch (ed.) Vergleichen als archaelogische
Methode. Analogien in den Archaelogien,
97
Lourdes S Dominguez.pmd
97
26/9/2007, 11:54
Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.
BAR International Series, arbeitsgemeinschaft
Theorie (T-AG).
ROBRAHN-GONZÁLEZ, E. M.
2001 El uso de la Analogia en la Etnoarqueologia
Brasileña. Anais da II Reunión Internacional de Teoria Arqueológica en América del
Sur.
VIDAL CIRERA, F.
1887 Historia de la villa de Guanabacoa ,
Imprenta Universal, La Habana.
Entrevistas
HERRERA, P.
1986 Comunicación personal. Historia de
Guanabacoa.
Fuentes primarias
ANC: Fondo Academia de la Historia, donativo
Néstor Carbonell.
AH - S - 715 - C - 441
AH - S - 298 - C - 31
AH - S - 234 - C - 29
98
Lourdes S Dominguez.pmd
98
26/9/2007, 11:54
Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.
REVISTA “ARQUEOLOGIA PÚBLICA”
A revista “Arqueologia Pública” é uma iniciativa do Núcleo de Estudos
Estratégicos em Arqueologia Pública/UNICAMP. Com periodicidade anual,
objetiva constituir um fórum de debate sobre o caráter público da disciplina e sua importância social na atuação e manejo do patrimônio
cultural. Tem como prioridade a publicação de trabalhos inéditos e
originais, embora poderão ser aceitos, excepcionalmente, trabalhos
para republicação em português. Os autores da revista têm o prazer
de convidá-lo(a) a participar desta empreitada, encaminhando trabalhos e fornecendo comentários/ sugestões que permitam aprimorar a
publicação.
Instruções aos colaboradores
1. Forma de apresentação
Os autores devem encaminhar à redação uma cópia impressa do trabalho completo, acompanhada por disquete ou CD. O
disquete ou CD deve estar identificado com
o nome do autor principal e com o nome
do programa processador de texto, que
deve ser compatível com softwares tipo MSWord, sistema IBM PC. Deverá trazer indicação do tipo de contribuição a que se refere (artigo, nota, resumo de tese etc.).
Depois de recebido o aceite do Conselho
Editorial e do(s) parecerista(s), o autor será
solicitado a enviar à redação os originais
das ilustrações, em meio digital. Os autores devem manter em seu poder cópias dos
trabalhos e ilustrações, pois o material não
será devolvido. Todos os trabalhos serão
apreciados por pelo menos um membro do
Conselho Editorial. Antes de serem aceitos
para publicação passarão ainda pela análise de pelo menos um parecerista. Os no-
mes dos pareceristas serão mantidos em
sigilo, assim como dos autores dos trabalhos que estiverem sendo avaliados.
2. Idioma
Os trabalhos devem ser escritos em português, espanhol ou inglês. No caso de contribuições em português ou espanhol, a segunda língua utilizada no título, palavras-chave e resumo deverá ser o inglês. No caso de
contribuições em inglês, a segunda língua
utilizada no título, palavras-chave e resumo
deverá ser o português.
3. Tipos de contribuição
Artigos: Resultados de Programas em
Arqueologia Pública, reflexões teóricometodológicas, análises científicas, revisões
críticas (máximo total 30 páginas com ilustrações, bibliografia, notas de rodapé e outros). Deverá conter 5 palavras-chave e resumo de no máximo 100 palavras.
99
Normas editoriais.pmd
99
26/9/2007, 11:57
Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.
Notas: Resultados parciais ou preliminares de pesquisas em andamento (máximo
total 10 páginas com ilustrações, bibliografia, notas de rodapé e outros). Deverá conter 5 palavras-chave e resumo de no máximo 100 palavras.
Resumos de teses: Resumos de teses
e dissertações com abordagem em Arqueologia Pública, defendidas nos últimos dois
anos (máximo total 5 páginas com ilustrações, bibliografia, notas de rodapé e outros).
Deverá conter 5 palavras-chave e resumo de
no máximo 100 palavras.
Resenhas: Resumo crítico de livros que
permitam atualização na área de Arqueologia Pública (máximo total 1 página).
4. Preparação dos originais
Configuração:
Os trabalhos deverão ter o número máximo de páginas especificado para cada tipo
de contribuição, de tamanho A4, fonte Arial,
corpo 12, espaço duplo. A margem inferior e
a superior devem ser de 2,5 cm, esquerda e
direita de 3,0 cm, não justificada.
Paginação: as páginas devem ser numeradas consecutivamente e não deve haver anexo.
Primeira página: deve conter o título
do trabalho, o(s) nome(s) do(s) autor(es)
sem qualificações ou títulos, mas com
afiliação e, se houver interesse, endereço
eletrônico, sendo necessário escrever claramente se deseja que seu endereço eletrônico seja publicado. Deve ainda ser incluído
um endereço postal completo, número de
telefone (e/ou fax) e endereço eletrônico do
autor para quem a correspondência deva ser
enviada.
Segunda página: deve conter 5 palavras-chave e um resumo de no máximo
100 palavras, onde devem estar claramen-
te indicadas as linhas gerais e conclusões
do trabalho. O resumo deverá estar em
duas línguas, de acordo com as normas
especificadas no item 2 (Idioma).
Tabelas e gráficos: devem ser apresentados em folha separada no final do trabalho, com identificação e nome do autor
principal.
Notas de rodapé: devem ser numeradas automaticamente em algarismos arábicos e aparecer ao final do texto.
Ilustrações: devem ser apresentadas
em folha separada no final do trabalho e
identificadas como Fig. 1, Fig. 2 etc.,
seqüencialmente de acordo com a ordem em
que aparecem no texto, e devem estar prontas para reprodução. Se precisar, deve-se deixar clara a orientação da ilustração. Certifique-se de que as ilustrações ainda serão legíveis após uma redução de 50%. Se tiverem sido feitas em computador, deve-se também enviá-las em disquete ou CD, devidamente identificados com o nome do autor
principal e o programa utilizado. As fotografias devem ser em preto e branco.
Referências bibliográficas:
a) no texto: (Baldus 1944), (Prous 2003:
44), (Baldus 1944, Prous 2003), (Kneip et al.
1995) e (Neves & Blum 1998).
b) na lista de referências: só deve ser
listada a bibliografia citada. Ela deve estar
em ordem alfabética pelo sobrenome do autor citado em primeiro lugar.
ROOSEVELT, A.C.
1991 Moundbuilders of the amazon. Geophysical
archaeology on Marajo Island, Brazil. New
York: Academic Press Inc. Binford, L.
1962 Archaeology as Anthropology. In:
American Antiquity, 28 (2): 217-225.
FUNARI, P.P.A.
1991 Archaeology in Brazil: Politics and
Scholarship at a Crossroads. In: World
Archaeological Bulletin, 5: 123-132.
100
Normas editoriais.pmd
100
26/9/2007, 11:57
Revista Arqueologia Pública, São Paulo, nº 2, 2007.
5. Exemplares do autor
Será enviado ao autor principal 5 exemplares do número em que sua contribuição
estiver publicada.
6. Direitos de propriedade
A simples remessa de originais à revista
implica a autorização para sua publicação.
Não serão pagos direitos autorais. É de inteira responsabilidade do(s) autor(es) de
cada trabalho coletar as permissões e agradecimentos necessários para sua publicação.
Os conceitos emitidos nos textos publicados
serão de responsabilidade exclusiva dos au-
tores, não refletindo obrigatoriamente a opinião da Comissão Editorial.
7. Endereço
Os trabalhos devem ser enviados para:
[email protected]
8. Cronograma
A publicação do primeiro número da Revista Arqueologia Pública está prevista para
julho/06. Para tanto, os trabalhos devem ser
encaminhados até no máximo 31.01.06.
Aqueles que chegarem depois disto deverão
ser reservados para o próximo número.
101
Normas editoriais.pmd
101
26/9/2007, 11:57

Documentos relacionados