7 - Capilla Alfonsina Biblioteca Universitaria
Transcrição
7 - Capilla Alfonsina Biblioteca Universitaria
Esta edición conmemora el 35 Aniversario de la Capilla Alfonsina Biblioteca Universitaria y es el homenaje que la UANL y un grupo de escritores de lengua española hace a Alfonso Reyes en su faceta de traductor y en el centenario de la escritura de Visión de Anáhuac. A la vez celebramos el centenario de la primera publicación del poema “The Love Song of J. Alfred Prufrock”, de T. S. Eliot. La invención de Orfeo La invención de Orfeo Jorge de Lima Versión y nota de Antonio Cisneros Jesús Ancer Rodríguez Rector Rogelio G. Garza Rivera Secretario General Juan Manuel Alcocer González Secretario Académico Minerva Margarita Villarreal Directora de la Capilla Alfonsina Biblioteca Universitaria por la literatura entre los estudiantes de nivel medio y superior, por lo que no tiene carácter lucrativo. Edición: Rodrigo Alvarado, Nancy Cárdenas, Diana Garza Islas, Carlos Lejaim Gómez y Martha Ramos Diseño de la colección: Marta Hoyos González Luna Portada: Darío Aboytes, composición a partir de la obra Vaca de altorrelieve, de Marco Arce Las portadas de los libros que integran la colección El oro de los tigres V están ilustradas con obra del artista Marco Arce. Primera edición, 2015 © D.R. Universidad Autónoma de Nuevo León © D.R. Jorge de Lima © D.R. Antonio Cisneros, por la versión y la nota © D.R. Marco Arce, por la ilustración de la portada ISBN-978-607-27-0420-6 Habitamos en tiempos de tinieblas. Y podría decir —como se dice— que las tinieblas más cerradas preceden a la inlas tinieblas. No en la luz. *** poesía nos redime cuando el alma tiene algún rincón para la paz. Cuando el miedo y el hambre nos gobiernan, la oscuridad se torna espesa como un muro de adobes. Y la paz se hace oblicua y no halla ese rincón dónde habitar. *** He aquí La invención de Orfeo. Alta voz. Jorge de Lima en su lucha contra el ángel de Jacob. Y yo en lucha, entre jornadas chatas y precarias, por un mundo habitable (que apenas vislumbro). Por una brecha en la tristeza, un resquicio dose, intermitentes, en todos nuestros días. El libro de Jorge de Lima sobre esta mesa a la espera de mi pequeña paz. Entreabierto a la luz en horas breves. Cerrado y mudo en las rabiosas horas de la pena —casi interminables. *** al tacto con el ojo entreabierto, era más que un incendio. Horas de armonía, horas de caos. El mundo cotidiano, mala paz para la entrega a sus palabras, crecía sin embaren sus palabras. Orden de las cosas crispadas. Todo lo que rescata la memoria. El hígado, la res, la tierra. El sueño, que deseamos olvidar. Y entonces la poesía no redime. Incendia nuestras vidas. Es una luz. Una luz que evidencia las tinieblas. *** Dicen que Jorge de Lima es cristiano. Y yo suelo decir que soy cristiano. Si es así, nuestro Cristo ha de ser el iracundo. Y el del llanto en el Monte de los Olivos. Fuerte ante el demonio, frágil ante la soledad. *** equivocado. El erudito del cielo y de la tierra era un señor formal. Místico sin apuros, buenas costumbres, remansos abundantes. (En mi torpe memoria). Ahora, tras las rejas 8 viajes de la carne y los vuelos más altos del dolor. Aquí habita la historia. Sin esos aires serenos que ofenden siempre a los atribulados. *** los mares o las llaves secretas. Feroz encuentro de marineros entre muelles eufóricos, entre bares sombríos. Sin certeza ninguna. *** las pocas palabras que he podido robarte en castellano. A. C. 9 La invención de Orfeo Audição de Orfeu A linguagem parece outra tradução. Mesma viagem e a ansiedade da canção. na impressão. E daquilo 12 Audición de Orfeo El lenguaje parece otro pero es la misma traducción. Viaje igual ansiedad de la canción. Leed allende en la impresión. Y aquende lo que está 13 A garupa da vaca era palustre e bela, e na fronte lunada onde ardia uma estrela pairava um pensamento em constante repouso. Esta a imagem da vaca, a mais pura e singela que do fundo do sonho eu às vezes esposo e confunde-se à noite à outra imagem daquela que ama me amamentou e jaz no último pouso. Escuto-lhe o mugido —era o meu acalanto, e seu olhar tão doce inda sinto no meu: o seio e o ubre natais irrigam-me em seus veios. semblante e leite, a vaca e a mulher que me deu o leite e a suavidade a manar de dois seios. 14 El lomo de la vaca era palustre y bello una pelusa había en su hermosa quijada y en la frente de luna donde ardía una estrella Aquí la imagen de la vaca, la más pura y sencilla, que del fondo del sueño a veces yo comparto y de noche se mezcla con la imagen de mi ama, Escucho su mugido —fue mi canción de cuna— y su mirada tan dulce aún siento en la mía: seno y ubre natales me irrigan en sus venas. Los mezclo en esta misa sin forma que es mi canto: semblante y leche, la vaca y la mujer que me brindó la leche y la dulzura manada de sus senos. 15 Desse leite profundo emergido do sonho coagulou-se essa ilha e essa nuvem e esse rio e essa sombra bulindo e esse reino e esse pranto e essa dança contínua amortalhada e pia. e depois de amanhã, a memória sepulta nasce a nova palavra em calendários frios. Descobrem-se o mercúrio e a febre e a ressonnâcia indo e vindo e nascendo em leite e morte e infância. E em cada passo surge um serpentário de erros e uma face sutil que de repente estaca 16 De esa leche profunda emergida del sueño se coaguló esa isla y esa nube y ese río y esa sombra bullente y ese reino y ese llanto y esa danza continua amortajada y pía. y pasado mañana, la memoria sepulta es la nueva palabra en calendarios fríos. y esos veloces pies y el llanto de esa vaca yendo y viniendo y naciendo en leche, muerte, infancia. Y a cada paso surge un serpentear de errores y un rostro sutil que de repente clava los niños, los pies, los sueños, los terneros. 17 Fundamos ao sudoeste esse bravo leão para encarar o sol quando o sol nos encara. (Nós perdemos o olhar desse animal irmão e a coroa de rei que lhe circunda a cara). Para aos poucos suplir essa destituição, o rei a sua juba à de Apolo compara: Frente a frente, o leão uiva, e o sol acre uiva. (Enormes girassóis cujas ardentes lavas que parecem os dois duas rimas-oitavas 18 Fundamos al sudoeste ese bravo león para encarar el sol cuando el sol nos encara. (Perdimos la mirada de ese animal hermano y la corona de rey que circunda su cara). Para suplir a pocos esa destitución, este rey su melena con la de Apolo iguala: el fuego que los mueve de una sola fogata. Frente a frente, el león ruge, y el acre sol aúlla. (Enormes girasoles cuyas ardientes lavas Hay días que el aullido es tan fuerte y tan duro que los dos aparecen cual dos rimas-octavas candentes por el cielo de este poema impuro. 19 Qualquer que seja a chuva desses campos amar os sonhos que restarem frios. e os ninhos imortais forem vazios, há de haver pelo menos por ali os pássaros que nós idealizamos. Feliz de quem com cânticos se esconde e ao bico alheio em cânticos responde. E vendo em torno as mais terríveis cenas, possa mirar-se as asas depenadas e contentar-se com as secretas penas. 20 Sea cual fuere la lluvia de esos campos amar los sueños que permanezcan fríos. Mas si lo que soñamos no aparece y los nidos inmortales son vacíos, los pájaros que nos idealizamos al menos habrán de estar ahí. Feliz el que con cánticos se esconde y tenerlos cree entre su propio pico, y al pico ajeno con cánticos responde. pueda mirarse las alas desplumadas y contentarse con sus secretas penas. 21 H de sementes de coisas serem outras, rochedos esvoaçados por acasos e acasos serem tudo, coisas todas. Lãs de faces, madeiras invisíveis, visão de coitos entre os impossíveis, folhas brotando de âmagos de bronze, demônios tristes, choros nas bifrontes. montes boiarem, aços se delirem. lábios sedentos, lírios com ventosas, 22 Hay eclipses, los hay, y hay otros casos de semillas de cosas que son otras, de rocas palpitadas por acasos y acasos que son todo, todas cosas. Vellos del rostro, maderas invisibles, visión de coitos entre los imposibles, hojas brotando del alma de los bronces, llantos entre bifrontes, demonios tristes. Todo es velero sobre las olas iris, cóndores pueden ser las bajas ramas, labios sedientos, lirios con ventosas, 23 Inda meninos, íamos con febre comer juntos o barro dessa encosta. Será talvez, por isso, que o homem goze E inda goste de ter em si a terra com seu talude estanque e sua rosa, e esse incesto contínuo, e infância anosa, e ilha de se comer, ontem e agora, e vontade contínua de cavá-los, cavá-los com a maleita renovada. Ó terra que a si própria se devora! Ó pulsos galopantes, ó cavalos! 24 Aún de chicos, íbamos febriles a comer juntos el barro en la ladera. Será tal vez, por eso, que el hombre goza siendo a su modo tan visionario y ebrio. con su talud estanque y su rosa, y ese incesto continuo, y esa infancia lejana, y ese cielo llorando las vísceras que ceban. Todo eso es un abril desenterrado, isla para comerse, ayer y ahora, y ganas permanentes de cavarlos, cavarlos con malaria renovada. ¡Oh tierra que a sí misma se devora! ¡Oh pulsos galopantes, oh caballos! 25 Tu queres ilha: despe-te das coisas, tua, e os braços alheios que te abraçam que querem te esposar, e os ais (não ouças!) que querem te carpir, e os cantos que querem te consolar, e tantos guias que querem te perder, e as ventanias que não dormem, que batem alta noite, tristes, em tua porta, se ressonas pois nem o vento, nada te abandona. 26 Tú quieres isla: líbrate de las cosas, las ventanas y los velos, los zapatos de tus pies, las ropas, los callos, los botones y y los brazos ajenos que te abrazan y los pies que quieren ir por ti, y las muchachas que quieren desposarte, los ayes (¡no los oigas!) que quieren lamentarte, y los cantos que quieren consolarte, y tantos guías que quieren que te pierdas, y los vientos que no cesan, que corren en la noche, tristes, en tu puerta, si resuenas, pues ni el viento, nada te abandona. 27 Os minerais tocados de venenos, como vísceras, como gânglios rotos, encharcados na terra, dementados, umas pratas tão pobres como os ouros, tão gelados, mas saltam de seus senos e rolam vagarosos como os botos, como cipós em lodos, ondulados, e sugam. Sugam ânimos e soros, pequenas almas, sangues e salivas, cogumelos humanos. Depois vendem as crateras abertas nos escravos enleados de serpes sempre-vivas, umas nos braços, outras cobras pendem, cordas atadas em lugar de cravos. 28 Los minerales tocados por venenos, como vísceras, como ganglios rotos, encharcados en la tierra, enloquecidos, —toda plata tan pobre como el oro— tan helados, y saltan de sus senos como lianas en lodo, ondulados, y chupan. Chupan ánimos y sueros, pequeñas almas, sangres y salivas, los cráteres abiertos en esclavos enlazados por serpientes siemprevivas, en los brazos unas y otras penden cobras, cuerdas atadas en lugar de clavos. 29 Vinde vós das cidades para o campo Foi em agosto, o lago respirando que ouvi no sangue a mais formosa ária. E vi mais um ginete galopando era o tempo mais ouro das queimadas, e as geórgicas se enchiam de piratas. e certo afã de lírios encarnados. Que madura estação provisionada! Que lagunas noturnas sobre as frontes! Que mãos frias errando no ar parado! Que sibilos de medos e de fontes! 30 Venid vosotros de la ciudad al campo Fue en agosto, el lago respirando, que oí en mi sangre la más hermosa aria. Vi además un jinete galopando en un ocaso de sangre iluminado: era el tiempo más oro de los fuegos y las geórgicas se henchían de piratas. y cierto afán de lirios encarnados. 31 É preciso falar-se das criaturas, verdadeiras criaturas animadas, alma, corpo funesto e essa imortal nomes de terra e nomes eternados, anjos, demônios, sonhos acordados e as profecias, fúrias, posses, tudo que um poema pode ter: esse clamor —sonho de rei Nabucodonosor, que depois de refeito e decifrado e sangue breve do homem desgraçado. 32 Es preciso hablar de criaturas, de reales criaturas animadas, de vivencias totales, arbitrio y todo, alma, cuerpo funesto y la inmortal perpetuidad allende, Dios en las alturas nombres de tierra, eternizados nombres, ángeles, demonios, despiertos sueños y profecías, furias, posesiones, todo lo que guarde un poema: ese clamor —sueño del rey Nabucodonosor, condición es del bicho: carne, pelos, y sangre breve del hombre desgraciado. 33 Vinha boiando o corpo adolescente, belo pastor e sonho perturbado. Ressuscita-o Senhor, essa medusa de sangue juvenil em rosto impúbere, Seca-lhe a espuma que lhe inunda o peito e as convulsões mortais que o imolaram às Sodomas ardidas em seu leito. Anjo adoecido, alheio dançarino que dançaste em Gomorras incendiadas, 34 Flotando venía el cuerpo adolescente, bello pastor y sueño perturbado. Dios bajó esas pestañas alargadas Resucita, Señor, esa medusa, de sangre juvenil en rostro impúber, hermano gemelo de Apolo trismegisto. Seca la espuma que le inunda el pecho, convulsiones mortales lo inmolaron a Sodomas ardidas en su lecho. Ángel adolecido, ajeno danzarín que danzaste en Gomorras incendiadas, cansado estás: ¡descansa, chiquitín! 35 T Lícito desmontar-te, Lys, teus seios e neles pôr teus olhos renegados, e depois desconstruir-te, Lys inata, carne subterfugida e doces veias, restituindo-te à noite desgarrada E adorar-te anjo meu reproduzido, biografado dos anjos parricidas, sem sentido de lógicas estrofes, encerrado no ventre dos ouvidos, 36 Todo es lícito aquí en la Sumatra. Lícito deshacerte, oh Lis, tus senos y ahí poner tus renegados ojos, la gloria del Señor desordenando. Y luego destruirte, Lis innata, carne escabullida y dulces venas, en los inmersos bancos de tu lecho. Y adorarte mi ángel reproducido, sin sentido de lógicas estrofas, pues mi grito condenado es aquel grito encerrado en el vientre del oído, que tú sufres golpeado por los cielos. 37 V e a comida que acaso desejares, e algum poema que ilumine os ares menos que a luz malsã dessa candeia. e o mais gostoso mel de toda a aldeia. De onde vens? De que cimos? De que altares? Que luz angelical te agita a veia? Como te chamas vida de outra vida, espelho noutro espelho transmudado, lume na minha luz anoitecida? Serás o dia à noite do outro lado de meu ser que nas trevas se apagou? Ou serás qualquer lume que não sou? 38 V y la comida que acaso tú deseas, y algún poema que ilumine los aires menos que la malsana luz de ese candil. Aquí tendrás el pez de aquellos mares y la miel más sabrosa de la aldea. ¿Cómo te llamas, vida de otra vida, espejo en otro espejo trasladado, lumbre entre mi luz anochecida? ¿Día negro serás del otro lado de mi ser que en tinieblas se apagó? ¿O serás cualquier lumbre que no soy? 39 Numas noites chegamos à janela, e as mandíbulas do ar tanto nos roem, que os leitos rotos logo deliqüescem como os nossos corpos complacentemente. e a boca hiante das cores nos devora carnes e sangues, poeiras de costelas, Essas bocas nos sugam noite e dia, vigiando dia e noite nossas vidas um minuto no espaço, menos que ai ou cal de fome longa, revelada, 40 Ciertas noches nos acercamos a la ventana, y las mandíbulas del aire tal nos roen, con nuestros cuerpos complacientemente. Otros días miramos el sol claro, y un boquiabierto de colores nos devora carnes y sangres, polvos de costillas, que inútiles guardamos, sin materia. Esas bocas nos chupan noche y día, vigilando día y noche nuestras vidas un minuto en el espacio, casi un ay, de plomo sollozado en los silencios, o cal del hambre antigua, revelada, en noche igual al día, cual gemelos. 41 Numa hora perdida cantos doeram. Lírios eram pilares de cristal desceram sobre os mais amados colos cantando amor com seus consentimentos. Canção melhor. Mais puros olhos. Eu sei de cor os rebanhos, e olho o mundo. Mas da selva selvagem desce o pranto dos que mastigam suas próprias fomes, sem saliva de pão, e o gosto ausente. com a memória das dores engolidas. 42 Hora perdida de cantos que dolieron. por oculta pasión, se entumecieron. Lirios eran columnas de cristal alzándose a las aves: entonces dardos bajaron sobre los más amados cuellos cantando amor con sus consentimientos. Canción mejor. Más puros ojos. Yo conozco los rebaños, miro el mundo. Todo es pequeñas máscaras amables. Mas de la selva salvaje baja el llanto de aquellos que mastican sólo su hambre, sin saliva de pan y sin sabor. Nadie puede así amar los lirios. Y ese amor es amargo y astringente con las memorias de engullido dolor. 43 C e a mulher silenciosa entre semblantes, que o tempo condenado os atraiçoe. intercessão de nadas e cabelos. E meus olhos ausentes me espiando entra as coisas caducas e fugazes a minha intercessão em outras faces. Orfeu, para conhecer teu espetáculo, em que queres, senhor, que eu me transforme, ou me forme de novo, em que outro oráculo? 44 Contemplar el jardín más allá de su olor y a la mujer silenciosa entre semblantes, y rehacerlos todos, todos antes que el tiempo condenado los traicione. Porque quiero en memoria rehacerlos: intercesión de nadas y cabellos. Y mis ojos ausentes espiándome entre las cosas caducas y fugaces mi propia intercesión en otras faces. Orfeo, para conocer tu espectáculo, 45 Era um cavalo todo feito em lavas recoberto de brasas e de espinhos. Pelas tardes amenas ele vinha e lia o mesmo livro que eu folheava. Depois lambia a página, e apagava então a escuridão cobria o livro, e o cavalo de fogo se encantava. Bem se sabia que ele ainda ardia na salsugem do livro subsistido e transformado em vagas sublevadas. Bem se sabia: o livro que ele lia era a loucura do homem agoniado em que o íncubo cavalo se nutria. 46 Era un caballo todo hecho de lavas cubierto de brasas y de espinas. y leía el mismo libro que yo hojeaba. la memoria de los versos más sufridos: entonces la oscuridad cubría el libro, y el caballo de fuego se encantaba. en el salitre del libro subsistido y transformado en olas levantadas. la locura del hombre angustiado en que el íncubo caballo se nutría. 47 Entre livro e cavalo o homem instalou as suas asas dúbias, duplo o vôo. Pousou na escuridão, e repousou, pois era o dia sete de seus súcubos. E a luz dentro das trevas se formou. Maldoror! Mal-e-horror! Ó terra nata, e sempre, e ao mesmo tempo tão amarga! Candelabro ou veleiro ou raio obscuro que ora sobe na proa ora se apaga? 48 Entre libro y caballo el hombre puso dos escalinatas y una brújula, sus alas dubias, era doble su vuelo. Se posó en la sombra y descansó pues era el día siete de sus súcubos. Y luz en las tinieblas se formó. ¡Maldoror! ¡Mal-horror! ¡Oh tierra nata, tan emprendida, tan ebria, tan perjura y siempre, y al mismo tiempo tan amarga! ¿Candelabro o velero o rayo oscuro que ya sube en la proa, ya se apaga? 49 Candelabro ou veleiro me persigo, no cavalo de fogo me conspiro como anti-Parsifal, como anti-santo. Em minhas mãos plantaram joio e trigo. chão, mais as salmodias mais os gritos solitária Taiti em que tatuagens celestes em Abel, vis em Caim, desenham-me de sol a carne viva? desse mundo inicial que mora em mim? 50 Candelabro o velero me persigo, me vislumbro, me caigo, me levanto: sobre el caballo de fuego yo conspiro como anti-Parsifal, como anti-santo. En mis manos se plantó cizaña y trigo. Mi voz es una mezcla de triste cantollano, y salmodias y gritos solitaria Tahití donde tatuajes, celestes en Abel, en Caín viles, diseñan con el sol mi carne viva? de ese mundo inicial que vive en mí? 51 Nasce do suor da febre uma alimária que a horas certas volta pressurosa. Crio no jarro sempre alguna rosa. Depois descreve em torno ao leito uma área de picadeiro em que galopa. Encare-a o meu espanto, vem a besta irosa e desbasta-me o juízo em sua grosa. Depois repousa as patas em meu peito repito-lhe o que sou, que sou mortal. e planta-se no jarro e nasce em lírio. 52 D que a horas ciertas vuelve presuroso. Siempre cultivo en el jarrón alguna rosa. Luego describe en torno al lecho un área de picadero en que galopa. Si la encara mi espanto, viene la bestia airada y desbasta la mente con su lima. y me oprime con fe obsidional. le repito lo que soy, que soy mortal, y ella me dice que invento ese delirio: se planta en el jarrón y nace en lirio. 53 Ó grande ser profundo, musa intacta, de fundidos cabelos, inconsútil, teu pousado suspiro, sopro e lume, tuas mãos enlaçadas, tua máscara, cuidado! não despertes, nao te mudes, ó grande ser profundo, musa inclusa, divina selva, tida como densa, teu inerte abandono me acalenta no escarvado do seio sempiterno, nas roupagens talares que te vestem, na palavra insofrida ainda imersa nesse oceano de símbolos latentes, oh! grandeza de sombra que me sentes. 54 Oh gran ser profundo, musa intacta, de fundidos cabellos, inconsútil, tu suspiro reposado, soplo y lumbre, tus enlazadas manos y tu máscara, sombra de antiguas faces, esencia mía, ¡cuidado! no cambies, no despiertes, oh gran ser profundo, musa inclusa, divina selva, tan densa vislumbrada, tu inerte abandono me alienta en el cuenco del seno sempiterno, en los ropajes talares que te visten, en la palabra impaciente aún inmersa oh grandeza de sombra que me sientes. 55 A e tão bem e tão mal preconcebido, que as façanhas heróicas eram o ente E compreendeis acaso essa equação, esse canto sem lábios proferido e escutado por ouças sem ouvidos? revolve doze rosas entreabrindo-se que não sei se o medonho torvelinho era o sopro de Deus ou se era a morte). 56 E y tan bien y tan mal preconcebido, que las hazañas heroicas eran el ente ese canto sin labios proferido y oído por orejas sin oídos? sobre el eje del sol metalescente. (Y la danza impetuosa era tan fuerte era soplo de Dios o si era muerte). 57 Eram harpas com asas as harpias que vinham logo desferir seus ais. As suas faces eram lentas dálias, as suas unhas cordas retiniam. E elas tangiam suas harpas tristes, as belas asas brancas agitavam, iam e vinham em seus próprios giros, e em torno de seus cantos adejavam. Minha cabeça voava sobre as asas e eses ais e esses giros repetia, repetia e essas dálias respirava. Insânia: era em mim próprio que eu cantava, e era em mim próprio ainda que eu gemia, aquelas vozes todas que se harpiam. 58 Eran arpas con alas las arpías que venían luego a disparar sus ayes. Lentas dalias sus caras parecían y sus uñas las cuerdas resonaban. Y ellas tañían sus arpas tristes, sus bellas alas blancas agitaban, iban y venían en sus propios giros, y en torno de sus cantos aleteaban. Mi cabeza volaba sobre alas, y esos ayes y esos giros repetía, repetía y esas dalias respiraba. Locura: era en mí que yo cantaba aquellas arpas todas que se oían. 59 Dos porões vem um cheiro à maresia mesclado a odor de ratos e de charque. Verde náusea essa nau que pressagia males a quem embarque ou desembarque. a carga apenas escureça o dia. Ela parece morta nos cais sujos que lhe povoam o casco de gusanos e a emporcalham com o limo de seus ralos. marinheiros corvejam os oceanos, vieram trazer escravos ou levá-los. 60 De las bodegas viene un olor de marejada mezclado al olor de ratas y de charqui. Verde náusea ese barco que presagia males a quien embarque o desembarque. Silencioso sin nadie que lo marque recorre embarcaderos errabundo, así avisa al comercio que acapare la carga apenas el día se oscurezca. Parece muerto entre los muelles sucios que le pueblan el casco de gusanos y lo manchan con musgo del desagüe. Y nadie sabe si vinieron esas velas a traer los esclavos o llevarlos. 61 Estão aqui as pobres coisas: cestas arrebentadas, abas corroídas, com seus olhos virados para os que esquecidas com outras coisas, sejam: búzios, conchas, madeiras de naufrágio, penas de ave e penas de caneta, e a outras pobres coisas, pobres sons, visitados tão só pelo abandono, tão só pela fadiga em que essas ditas coisas goradas e órfãs se desgastam. 62 A quí están las pobres cosas: cestas destejidas, botas carcomidas, botijas reventadas, alas corroídas, con sus ojos vueltos a los que solas las dejaron, despreciadas, olvidadas entre las otras cosas, es decir: conchas, caracolas, maderas de naufragio, plumas de aves y plumas de escribir, y las otras pobres cosas, pobres ruidos, coitos terminados, ansias, dramas tristes tan sólo visitados por el abandono, tan sólo por la fatiga en que las dichas 63 A gora os girassóis entardecidos, e essa mancha de símbolos sombrios quase como um desmaio ou leve sangue. Sobre os bosques caiu a tarde cinza pendem das hastes cálices noviços, e a cansada corola se esboroou. sobre os vidros das horas enterradas com os momentos dos crimes e virtudes. Algum arroio corre com essas lágrimas, mas tão ligeiro pela escarpa aguda 64 A hora los girasoles atardecidos, y esa mancha de símbolos sombríos casi como un desmayo o leve sangre. Sobre los bosques cayó la tarde en luto y la estrella temporaria se auguró: de los mástiles penden los cálices novicios, y la cansada corola se partió. Gotean las pestañas esas lluvias sobre los vidrios de las horas enterradas con los días de crímenes y gloria. Algún arroyo corre con las lágrimas, mas tan ligero por la vertiente aguda que el ojo del que ve nunca ve nada. 65 Poema tão amargo que parece ser apenas palavras despenhadas sobre cactos e espinhos semeadas onde uma liana turva se entretece. Ó vagos olhos cuja luz parece um segredo de trevo não amado. Quem morre aceso na tartárea chama? e do passado vem agora, e clama? Que poeta moribundo a essa vil cama tombou despedaçado de onde se ia? 66 Poema tan amargo que parece ser apenas palabras despeñadas sobre cactus y espinas sementadas donde una liana turbia se entreteje. Oh vagos ojos cuya luz parece roto y herido como terribles preces. y surge del pasado ahora y clama? se tumbó quebrantado cuando se iba? 67 A Em cada poço, dorme um cadáver, no fundo, e nos vastos areais — ossadas de cavalo. se dormires cansado, à face do deserto, quando acordares hás de te assustar. Por certo, corvos te espreitarão sobre cada colina. E, se entoas teu canto a essas aves (teu canto vem das aves a voz repetindo teu pranto. E, entre teu angustiado e surpreendido espanto, esses corvos fatais. E esses corvos não vão. 68 A adonde hasta las aves cantan para cerrarlo. Duerme un cadáver en cada pozo hundido en vastos arenales —osarios de caballo. Entre las aves del cielo: igual carnicería: si tú duermes cansado en el desierto cuando despiertes te asustarás. Por cierto, te acechan ya los cuervos en todas las colinas. Y si entonas tu canto a esas aves (tu canto que es bajo los cielos la más triste canción), tu voz regresará desde las aves repitiendo tu llanto. Y entre tu angustiado y sorprendido espanto, tañerás de ti mismo, donde están esos fatales cuervos. Y esos cuervos no se irán. 69 No momento de crer, criando contra as forças da morte, No momento de prece, orando os outros. No momento de fe crivado com umas setas de amor as mãos 70 A l momento de creer creando, contra las fuerzas de la muerte la fe. Al momento de oración orando por la fe que perdieron los demás. Al momento de la fe con saetas de amor, manos y pies y lado izquierdo. 71 Índice 7 Nota introductoria Audição de Orfeu 12/13 Audición de Orfeo A garupa da vaca 14/15 El lomo de la vaca Desse leite profundo 16/17 De esa leche profunda Fundamos ao sudoeste 18/19 Fundamos al sudoeste Qualquer que seja a chuva 20/21 Sea cual fuere la lluvia Há uns eclipses 22/23 Hay eclipses Inda meninos 24/25 Aún de chicos Tu queres ilha 26/27 Tú quieres isla Os minerais tocados de venenos 28/29 Los minerales tocados por venenos Vinde vós 30/31 Venid vosotros É preciso falar-se das criaturas 32/33 Es preciso hablar de criaturas Vinha boiando 34/35 Flotando venía Tudo é lícito aqui 36/37 Todo es lícito aquí Vem amiga 38/39 Ven amiga Numas noites 40/41 Ciertas noches Numa hora perdida cantos 42/43 Hora perdida de cantos Contemplar o jardim 44/45 Contemplar el jardín Era um cavalo 46/47 Era un caballo Entre livro e cavalo 48/49 Entre libro y caballo Candelabro ou veleiro 50/51 Candelabro o velero Nasce do suor da febre Ó grande ser profundo 54/55 Oh gran ser profundo Eram harpas com asas as harpias 58/59 Eran arpas con alas las arpías Dos porões 60/61 De las bodegas Estão aqui as pobres coisas 62/63 Aquí están las pobres cosas Agora os girassóis entardecidos 64/65 Ahora los girasoles atardecidos Poema tão amargo 66/67 Poema tan amargo No momento de crer 70/71 Al momento de creer Esta obra se terminó de imprimir en abril de 2015. En la composición se utilizaron tipos Baskerville de 8, 9, 10, 11 y 18 puntos. La edición consta de 2000 ejemplares impresos en papel cultural de 90 gramos. El oro de los tigres I G. K. CHESTERTON Lepanto ANNE HÉBERT La alcoba cerrada PHILIPPE JACCOTTET Cantos de abajo Muere mi madre A DONIS Rey de los vientos W ALLACE S TEVENS Cuatro poemas Un libro de cosas luminosas El oro de los tigres II C ATULO Poemas a Lesbia G OTTFRIED B ENN E UGÈNE G UILLEVIC Ella G EO B OGZA Orión F ERREIRA G ULLAR Poema sucio B ERNARD N OE L El rumor del aire N UNO J ÚDICE El misterio de la belleza El oro de los tigres III J OHN D ONNE Poesía erótica. Canciones y sonetos C ONSTANTINO C AVAFIS Una noche Poemas sueltos L DO I VO Una antología de una antología personal S YLVIA P LATH Tulipanes F RANC D UCROS Aquí compartido El oro de los tigres IV V ICTOR H UGO Dios