Un disfraz equivocado

Transcrição

Un disfraz equivocado
Nadie nació tantas veces como
Fernando Pessoa: en Lisboa el 13
de junio de 1888, en abril de 1889
de nuevo en Lisboa y en Tavira el
15 de octubre de 1890, entre otras.
Fernando Pessoa nació cuantas
veces quiso, ventrílocuo de sí
mismo, empeñado en dar no sólo
voz sino vida completa (por más
que para él poca vida había fuera
de la escritura) a todas las voces
que le habitaban. Quiso llevar cada
matiz, cada contradicción de su
alma, hasta el extremo, y para ello
creó su interna multitud, su
hermandad
de
heterónimos.
Escribió los poemas de todos ellos,
publicó sólo cuatro libros en vida y
unos cuantos poemas en revistas, y
amontonó todo lo demás en un baúl
que se haría famoso; un baúl lleno
de gente, según expresión feliz de
Antonio Tabucchi. Otros poetas
modernistas, dice Robert Hass,
como Yeats, Pound o Eliot
inventaron «máscaras a través de
las
cuales
hablaban
ocasionalmente… Pessoa inventó
poetas enteros».
Fernando Pessoa
Un disfraz
equivocado
ePub r1.0
Titivillus 27.02.16
Título original: O dominó que vesti era
errado
Fernando Pessoa, 2015
Traducción, selección y prólogo: Martín
López-Vega
Ilustraciones: Adolfo Serra
Editor digital: Titivillus
ePub base r1.2
OTRA LEY, UN
DESTINO
Nadie nació tantas veces como Fernando
Pessoa: en Lisboa el 13 de junio de
1888, en abril de 1889 de nuevo en
Lisboa, en Oporto en 1887, y en Tavira
el 15 de octubre de 1890. Entre otras.
Fernando Pessoa nació cuantas veces
quiso, ventrílocuo de sí mismo,
empeñado en dar no sólo voz, sino vida
completa (por más que para él poca vida
había fuera de la escritura) a todas las
voces que le habitaban. Quiso llevar
cada matiz, cada contradicción de su
alma, hasta el extremo, y para ello creó
su interna multitud, su hermandad de
heterónimos. Escribió los poemas de
todos ellos, publicó sólo cuatro libros
en vida (uno en portugués y tres en
inglés) y unos cuantos poemas en
revistas, y amontonó todo lo demás en
un baúl que se haría famoso, un baúl
lleno de gente, según expresión feliz de
Antonio Tabucchi. Otros poetas
modernistas, dice Robert Hass, como
Yeats, Pound o Eliot, inventaron
«máscaras a través de las cuales
hablaban ocasionalmente… Pessoa
inventó poetas enteros».
Pessoa hizo escribir a uno de sus
heterónimos, Alberto Caeiro: «Si
después de que yo muera quieren
escribir mi biografía, / no hay nada más
sencillo. / Hay sólo dos fechas; la de mi
nacimiento y la de mi muerte. / Entre una
y otra, todos los días son míos». Ese
«míos» encerraba, sin embargo, un
desdoblamiento multitudinario. La vida
verdadera de Fernando Pessoa fue de
tinta y papel. La del ciudadano la contó
su amigo João Gaspar Simões en su
voluminosa Vida y obra de Fernando
Pessoa, que, como se ve, tuvo que
recurrir a la obra para encontrar algo de
vida.
El lector curioso querrá, sin
embargo, algunos datos. Nació Fernando
Pessoa en Lisboa, como hemos dicho, el
13 de junio de 1888. Tenía cinco años
cuando su padre murió de tuberculosis y
ocho cuando su madre se volvió a casar
con el cónsul de Portugal en Durban.
Allá en Suráfrica se crio Pessoa, donde
recibió lo que los libros llaman «una
educación inglesa». Volvió a Lisboa en
1905, donde se instaló primero junto a
su abuela y dos tías. Dos años después
murió la abuela dejándole una pequeña
herencia con la que montó una tipografía
que no tardaría en quebrar. A partir de
entonces se dedica a la traducción de
cartas
comerciales,
oficio
que
desempeñará ya durante el resto de su
vida. Murió el 29 de noviembre de 1935
en un hospital lisboeta, probablemente
debido a una cirrosis, a los cuarenta y
siete años de edad. Su última frase la
escribió en un papel ese mismo día, en
inglés: «I know not what tomorrow will
bring».
Si bien la fama de Pessoa es
esencialmente póstuma, participó con
interés en los debates literarios de su
época. En 1915 formó parte del grupo
que lanzó la revista Orpheu, que
introdujo el modernismo en Portugal y
cuyo segundo y último número dirigió
junto a Mário de Sá-Carneiro. En esa
revista Pessoa publicó poemas con su
nombre y el de Álvaro de Campos. En
1924 editó la revista Athena junto al
artista Ruy Vaz, fijando en ella su
proyecto heteronímico, y publicando
poemas de Alberto Caeiro, Ricardo
Reis, Álvaro de Campos y Fernando
Pessoa.
Pero la vida verdadera de Pessoa no
tuvo sangre, sino tinta. Escribe en el
poema «Navegar es necesario»: «Vivir
no es necesario; lo que es necesario es
crear». El primero de sus heterónimos,
según el propio Pessoa cuenta en una
carta a Adolfo Casais Monteiro, nació
cuando el poeta aún tenía once años. Su
nombre: Chevalier de Pas. En 1899,
durante sus años de estudiante en
Durban, crea a Alexander Search, a
quien utiliza para enviarse cartas a sí
mismo. ¿Cuántos heterónimos llegó a
crear Pessoa? Los estudiosos que han
buceado en su baúl discrepan: el primer
inventario, de Teresa Rita Lopes, contó
18; el último, de José Paulo Cavalcanti
Filho, 127. No todos, naturalmente,
tuvieron el mismo desarrollo ni el
mismo interés.
El Fernando Pessoa ortónimo, el que
firmó con su propio nombre, fue un
poeta a caballo entre el simbolismo y el
modernismo,
reinventor
del
sebastianismo y autor del único libro en
portugués publicado en vida por el
poeta, Mensaje (1934). Álvaro de
Campos, ingeniero de educación inglesa
y origen portugués, comienza su
andadura en el decadentismo para
adherirse después al futurismo. Ricardo
Reis es definido por Pessoa como un
médico latinista y monárquico, heredero
de la tradición clásica. Alberto Caeiro,
el campesino sin estudios, es sin
embargo el maestro de todos ellos.
Ayudante de contable, Bernardo Soares
firmó el Libro del desasosiego, si bien
es
comúnmente
considerado
semiheterónimo, por unas palabras de
Pessoa en las que afirma que su
personalidad «no es diferente de la mía,
sino una simple mutilación de la mía».
Que la vida de Pessoa no tuviera
aventura (infancia surafricana aparte) no
quiere decir, claro, que no tuviera
angustia, sueño, dolor, dirección. Sólo
se le conoce un amor, con Ofélia
Queirós, en dos fases de apenas unos
meses separadas por diez años. Una
relación en la que también entraron los
heterónimos: Álvaro de Campos le
escribía cartas a Ofélia advirtiéndola de
que Pessoa no era de fiar. El 29 de
noviembre de 1920 Pessoa le escribe en
una carta a Ofélia: «El amor pasó… Mi
destino pertenece a otra Ley, cuya
existencia Ofélia ignora, y está
subordinado cada vez más a la
obediencia a maestros que ni permiten ni
perdonan». Ofélia acabaría casándose
con un teatrero y Pessoa habitaría cada
vez más en el mundo paralelo de sus
heterónimos, entregado febrilmente a la
escritura de sus poemas: afirmó haber
escrito todos los poemas de El
guardador de rebaños en una única
noche de insomnio de Caeiro.
Pessoa quiso vivirlo todo de todas
las maneras poniendo cuanto era en cada
cosa que hacía. Paradójicamente, todo
eso no sucedió en la vida misma, sino en
su escritura: su monótona existencia fue
el paisaje adecuado para una de las
mayores aventuras literarias de la
poesía universal. ¿Quién necesita la
vida real, pudiendo inventar cuantas
quiera, como las quiera? No todos
elegiríamos la forma de vida de
Fernando
Pessoa,
pero
todos
aprendemos a vivir mejor la nuestra
gracias a su elección.
Martín López-Vega
Iowa City, 11 mayo 2014
UN DISFRAZ
EQUIVOCADO
(antología poética)
(Álvaro de Campos)
quité la máscara y me miré en el espejo.
el niño de hace tantos años.
había cambiado nada…
es la ventaja de saber quitarse la
máscara.
mpre se es niño,
asado que fue
iño.
quité la máscara, y volví a ponérmela.
está mejor:
sin la máscara.
egreso a la personalidad como a un final
de línea.
ALBERTO CAEIRO
EL GUARDADOR DE
REBAÑOS
►
I
nunca guardé rebaños;
o es como si los guardase.
alma es igual que un pastor,
oce el viento y el sol
de la mano de las Estaciones
ntras sigue y mira.
a la paz de la Naturaleza sin nadie
ne a sentarse a mi lado.
que me pongo triste como una puesta de
sol
a nuestra imaginación
ndo refresca en el fondo de la llanura
siente la llegada de la noche
mo una mariposa que entra por la ventana.
o mi tristeza es sosiego,
que es natural y justa
ra cosa no debe haber en el alma
ya piensa que existe
ntras las manos cogen flores sin que ella
se dé cuenta.
mo un ruido de cencerros
allá de la curva del camino
pensamientos están contentos.
me apena saber que están contentos
s, si no lo supiera,
ez de estar contentos y tristes
rían alegres y contentos.
sar es incómodo como andar bajo la
lluvia
ndo el viento arrecia y parece que llueve
más.
tengo ambiciones ni deseos.
poeta no es una ambición mía:
mi manera de estar solo.
alguna vez deseo,
imaginar, ser cordero
er todo el rebaño
a andar disperso por la ladera
do muchas cosas felices al mismo
tiempo)
penas porque siento lo que escribo
cuando el sol se pone
uando una nube pasa la mano sobre la luz
silencio recorre la hierba.
ndo me siento a escribir versos
aseo por los caminos o por los atajos
ibo versos en un papel que está en mi
pensamiento,
to un cayado en las manos
o una silueta mía
a cima de un otero,
ando a mi rebaño y viendo mis ideas
irando mis ideas y viendo a mi rebaño,
riendo vagamente como quien no
comprende lo que se dice
uiere fingir que sí comprende.
udo a cuantos me leen
ándome el sombrero de ala ancha
ndo me ven en mi puerta
nas asoma la diligencia por la cima del
otero.
saludo y les deseo sol,
mbién lluvia, cuando haga falta,
ue sus casas tengan
o a una ventana abierta
silla predilecta
a que sentarse a leer mis versos.
ue al leer mis versos piensen
soy algo natural:
ejemplo el árbol antiguo
sombra del cual cuando eran niños
entaban de pronto, cansados de jugar,
limpiaban el sudor de la frente encendida
la manga del babi a rayas.
II
mirada es nítida como un girasol.
go la costumbre de andar por los caminos
ando a derecha e izquierda
vez en cuando volviéndome hacia atrás.
o que veo a cada momento
quello que nunca antes había visto;
y muy consciente de ello.
entir siempre el asombro de un niño
al nacer, se diera cuenta
haber nacido realmente.
siento nacido en cada momento
eterna novedad del mundo.
o en el mundo como en una margarita,
que lo veo. Pero no pienso en él:
sar es no comprender.
mundo no se hizo para que pensemos en él
nsar es estar enfermo de los ojos),
para mirarlo y estar de acuerdo.
no tengo filosofía: tengo sentidos.
ablo de la Naturaleza no es porque sepa
lo que es,
porque la amo, y la amo por eso,
que quien ama nunca sabe lo que ama
abe por qué ama, ni qué es amar.
ar es la eterna inocencia,
única inocencia es no pensar.
V
suficiente metafísica en no pensar en
nada.
é pienso yo del mundo?
e tú a saber lo que pienso yo del mundo!
o si enfermase me pondría a pensar en
ello.
é idea tengo yo de las cosas?
é opinión sobre las causas y los efectos?
áles son mis meditaciones acerca de Dios
y el alma
creación del mundo?
qué sé. Para mí pensar en eso es cerrar
los ojos
pensar. Es correr las cortinas
mi ventana (y eso que mi ventana no tiene
cortinas).
misterio de las cosas? ¡Cualquiera sabe
qué es misterio!
nico misterio es que exista quien piense
en misterios.
en está al sol y cierra los ojos
mienza a no saber lo que es el sol
pensar muchas cosas rebosantes de calor.
o abre los ojos y ve el sol
no puede pensar en nada,
s la luz del sol vale más que los
pensamientos
odos los filósofos y de todos los poetas
juntos.
uz del sol no sabe lo que hace
or eso no se equivoca y es común y buena.
etafísica? ¿Qué metafísica tienen esos
árboles?
de ser verdes y tener copas y ramas
r fruto a su hora, lo que no nos lleva a
pensar
nosotros no sabemos darlo.
qué mejor metafísica que la suya,
es la de no saber para qué viven
aber que no lo saben?
nstitución íntima de las cosas»…
ntido íntimo del universo»…
o eso es falso, no quiere decir nada.
ncreíble que haya quien piense en cosas
de ésas.
como pensar en razones y fines
ndo raya el alba y del lado de los árboles
ago oro lustroso va perdiendo su
oscuridad.
sar en el sentido íntimo de las cosas
de más; es como pensar en la salud
evar un vaso al agua de las fuentes.
nico sentido íntimo de las cosas
ue no tienen sentido íntimo alguno.
creo en Dios porque nunca lo vi.
uisiera que creyese en él,
duda que vendría a hablar conmigo
traría por la puerta
endo: ¡Aquí estoy!
o sonará tal vez ridículo a oídos
quien, porque no sabe lo que es mirar las
cosas,
omprende a quien habla de ellas
el modo de hablar que fijarse en ellas
enseña).
o si Dios es las flores y los árboles
s montes y el sol y el rayo de luna,
nces yo creo en él,
nces creo en él a todas horas,
i vida entera es una oración y una misa
a comunión con los ojos y por los oídos.
o si Dios es los árboles y las flores
s montes y el rayo de luna y el sol,
ra qué llamarle Dios?
lamo flores y árboles y montes y sol y
rayo de luna;
que, si él se hizo, para que yo lo viera,
y rayo de luna y flores y árboles y montes,
l se me aparece en forma de árboles y
montes
yo de luna y sol y flores,
ue él quiere que lo conozca
mo árboles y montes y flores y rayo de luna
y sol.
or eso yo le obedezco
ué más sé yo de Dios que Dios de sí
mismo?),
bedezco viviendo de forma espontánea,
mo quien abre los ojos y ve,
llamo rayo de luna y sol y flores y
árboles y montes,
amo sin pensar en él,
enso en él cuando veo y oigo,
do con él a todas horas.
VI
sar en Dios es desobedecer a Dios,
que Dios quiso que no lo conociéramos:
eso no se mostró.
mos simples y serenos
mo los arroyos y los árboles
ios nos amará haciendo de nosotros
otros igual que los árboles son árboles
s arroyos son arroyos,
s dará verdor en su primavera
río en el que desembocar cuando
acabemos.
o nos dará nada más, porque darnos más
sería quitarnos.
VII
de mi aldea veo cuanto desde la tierra se
puede ver del universo.
eso mi aldea es tan grande como
cualquier otro lugar:
oy del tamaño de lo que veo
del tamaño de mi altura.
as ciudades la vida es más pequeña
aquí en mi casa en lo alto de este otero.
a ciudad los edificios encierran la vista
con llave,
onden el horizonte, empujan nuestra
mirada lejos del cielo,
empequeñecen porque nos quitan lo que
nuestros ojos nos pueden dar,
empobrecen porque nuestra única riqueza
es la de ver.
IX
un guardador de rebaños.
ebaño son mis pensamientos,
is pensamientos son todos sensaciones.
nso con los ojos y con los oídos
n las manos y los pies
n la nariz y la boca.
sar una flor es verla y olerla
mer un fruto es conocer su sentido.
eso cuando un día de calor
siento triste de disfrutarlo tanto
e acuesto a lo largo sobre la hierba
erro los ojos cálidos,
to todo mi cuerpo acostado sobre la
realidad,
a verdad y soy feliz.
X
ola, guardador de rebaños,
junto al camino,
é te dice el viento que pasa?».
ue es viento, y que pasa,
ue ya pasó antes
ue pasará después.
ti, ¿qué te dice?».
ucho más que eso.
habla de muchas otras cosas.
recuerdos y de nostalgias
cosas que nunca fueron».
nunca has oído pasar el viento.
iento sólo habla de viento.
que oíste fue mentira,
mentira está en ti».
XX
Tajo es más hermoso que el río que pasa
por mi pueblo,
o el Tajo no es más hermoso que el río
que pasa por mi pueblo,
que el Tajo no es el río que pasa por mi
pueblo.
el Tajo hay grandes navíos
vega por él aún
ara aquellos que ven en todo cuanto no
está—
memoria de las naos.
Tajo fluye desde España
Tajo desemboca en Portugal.
o el mundo sabe eso.
o pocos saben cuál es el río de mi pueblo
dónde va
dónde viene.
or eso, porque pertenece a menos gente,
más libre y mayor el río de mi pueblo.
el Tajo se va al mundo.
s allá del Tajo está América
fortuna de aquellos que la encuentran.
ie pensó nunca en lo que hay más allá
río de mi pueblo.
ío de mi pueblo no hace pensar en nada.
en está en su orilla está solo en su orilla.
XXIV
que vemos de las cosas son las cosas.
r qué íbamos a ver una cosa si hubiera
otra?
r qué iban a engañarnos ver y oír
er y oír son ver y oír?
esencial es saber ver,
er ver sin pensar;
er ver cuando se ve
pensar cuando se ve
er cuando se piensa.
o eso (¡tristes de nosotros que traemos el
alma vestida!)
ge un estudio profundo,
prendizaje de desaprender
secuestro en la libertad de ese convento
que los poetas dicen que las estrellas son
monjas eternas
s flores penitentes convictas de un solo
día,
o donde al final las estrellas no son más
que estrellas
as flores más que flores;
or eso las llamamos estrellas y flores.
XXV
pompas de jabón que ese niño
ntretiene en soltar de una pajita
translúcidamente una filosofía entera.
ras, inútiles y pasajeras como la
Naturaleza,
gas de los ojos como las cosas,
aquello que son
una precisión redonda y aérea,
die, ni siquiera el niño que las abandona,
ende que sean más de lo que parecen ser.
unas apenas se distinguen en el aire
lúcido.
como la brisa que pasa y apenas roza las
flores
ue sólo sabemos que pasa
que algo se aligera en nosotros
epta todo más nítidamente.
XLIII
es el vuelo del ave, que pasa sin dejar
rastro,
el paso del animal, que deja huella en el
suelo.
ve pasa y olvida, y así debe ser.
nimal, donde ya no está y por eso de nada
sirve,
stra que estuvo, lo que no sirve de nada.
ecuerdo es una traición a la Naturaleza,
que la Naturaleza de ayer ya no es
Naturaleza.
que fue ya no es nada, y recordar es no
ver.
sa, ave, pasa, y enséñame a pasar!
RICARDO REIS
►
MEJOR DESTINO QUE
EL DE CONOCERSE…
or destino que el de conocerse
disfruta quien de mente disfruta. Mejor
er ser nada que ignorar:
a dentro de nada.
o hay en mí poder que venza
s tres parcas y a las moles del futuro,
den los dioses
oder de saberlo;
ue goce, eterna y dada,
elleza increable por mi sistro
mis pasivos ojos,
os que la muerte seca.
PLACER, PERO CON
CALMA…
cer, pero con calma,
a, que la suerte no es grata
uienes de las manos la arrancan.
ivos retiremos del huerto mundo
depredados pomos.
despertemos, donde duerme, a Erinis
cada gozo traba.
mo un regato, mudos pasajeros,
aremos escondidos.
uerte envidia, Lidia. Enmudezcamos.
PARA SER GRANDE…
a ser grande, sé entero: nada
exageres ni excluyas.
odo en cada cosa. Pon cuanto eres
o mínimo que hagas.
en cada lago la luna toda
la, pues alta vive.
VEN A SENTARTE
CONMIGO, LIDIA…
a sentarte conmigo, Lidia, a la orilla del
río.
templemos con sosiego su curso y
aprendamos
la vida pasa, y no tenemos las manos
enlazadas.
lacemos las manos).
pués, pensemos, niños adultos, que la
vida
a y no permanece, nada deja y nunca
regresa,
hacia un mar muy lejano, junto al Hado,
lejos que los dioses.
enlacemos las manos; no vale la pena
cansarse.
emos o no, pasamos como el río.
or será saber pasar en silencio
n gran desasosiego.
amores ni odios ni pasiones que levanten
la voz
nvidias que hacen moverse de más los
ojos
uidados; pues aunque los tuviera el río
correría siempre,
empre iría a dar al mar.
émonos tranquilamente, pensando que
podríamos,
uisiéramos, intercambiar besos y abrazos
y caricias,
o que es mejor estar sentados uno junto al
otro
ndo y mirando el discurrir del río.
amos flores, cógelas tú y déjalas
u regazo, y que su perfume suavice el
momento,
momento en el que sosegadamente no
creemos en nada,
anos inocentes de la decadencia.
menos, si soy sombra antes, me recordarás
después
que mi recuerdo te queme o te hiera o te
mueva
que nunca enlazamos nuestras manos, ni
nos besamos
uimos más que niños.
antes que yo entregaras el óbolo al
barquero sombrío,
nada sufriré al acordarme de ti.
ve me serás a la memoria recordándote
así: junto al río,
ana triste y con flores en el regazo.
SI RECUERDO QUIÉN
FUI…
ecuerdo quién fui, a otro veo,
pasado es un presente en el recuerdo.
en fui es alguien a quien amo,
que sea tan sólo en ese sueño.
nostalgia que la mente aflige
s mía ni del pasado conocido,
de quien habito
de los ojos ciegos.
a, salvo el instante, me conoce.
mismo recuerdo no es nada, y siento
quien soy y quien fui
sueños diferentes.
ES TAN SUAVE LA FUGA
DE ESTE DÍA…
an suave la fuga de este día,
a, que no parece que vivamos.
hay duda de que los dioses
son gratos en esta hora;
aga noble de esta fe que tenemos
a exiliada verdad de sus cuerpos
dan el alto premio
dejarnos ser
vidados lúcidos de su calma,
ederos un momento de su estilo
vivir toda la vida
tro de un único momento.
un único momento, Lidia, en que alejados
as terrenas angustias recibimos
mpicas delicias
tro de nuestras almas.
or un único momento nos sentimos dioses
ortales por la calma que vestimos
altiva indiferencia
a las cosas pasajeras.
mo quien guarda la corona de la victoria
s mustios laureles de un único día
rdaremos para tener,
l futuro arrugado,
enne a nuestra vista la cierta prueba
que un momento los dioses nos amaron
s dieron una hora
nuestra, sino del Olimpo.
ÁLVARO DE
CAMPOS
►
ESTANCO
soy nada.
ca seré nada.
puedo querer ser nada.
rte de eso, tengo en mí todos los sueños
del mundo.
tanas de mi cuarto,
mi cuarto de uno de los millones del
mundo que nadie sabe quién es
i supieran quién es, ¿qué sabrían?),
al misterio de una calle cruzada
constantemente por gente,
calle inaccesible a todos los
pensamientos,
, imposiblemente real, precisa,
desconocidamente precisa,
misterio de las cosas bajo las piedras y los
seres,
muerte que pone humedad en las paredes
y cabellos blancos en los hombres,
Destino que conduce la carretilla del todo
por el camino de la nada.
siento hoy vencido, como si supiera la
verdad.
siento hoy lúcido, como si fuera a morir
tuviera más hermandad con las cosas
una despedida, y esta casa y este lado de
la calle se convirtieran
a hilera de vagones de un tren cuya
partida silba
tro de mi cabeza,
na sacudida de mis nervios y un crujido
de huesos al marchar.
siento hoy perplejo, como quien pensó y
creyó y olvidó.
siento hoy dividido entre la lealtad que
debo
stanco del otro lado de la calle, como
cosa real por fuera,
la sensación de que todo es sueño, como
cosa real por dentro.
casé en todo.
mo no tenía propósito alguno, quizás todo
fuera nada.
aprendizaje que recibí
descolgué por la ventana del patio trasero
de casa.
dirigí al campo con grandes propósitos
lo encontré hierbas y árboles,
ando había gente resultó ser igual a la
otra.
aparto de la ventana, me siento en una
silla. ¿En qué he de pensar?
é sé yo de quién seré, yo que no sé quién
soy?
r lo que pienso? Pero ¡si pienso ser tantas
cosas!
hay tantos que piensan ser lo mismo que
no puede haber tantos!
nio? En este momento
n mil cerebros se conciben en sueños
genios como yo,
historia no señalará (¿quién sabe?) a
ninguno,
uedará más que estiércol de tantas
conquistas futuras.
no creo en mí.
todos los manicomios hay locos de atar
con tantas certidumbres!
que no tengo ninguna certidumbre, ¿estoy
más o menos equivocado?
ni por mí…
cuántas buhardillas y no-buhardillas del
mundo
habrá a estas horas genios-para-sí-mismos
soñando?
ántas aspiraciones altas y nobles y
lúcidas
í, verdaderamente altas y nobles y lúcidas
—
uién sabe si realizables
verán nunca la luz del sol real ni llegarán
a oídos de nadie?
mundo es para quien nace para
conquistarlo
para quien sueña que puede
conquistarlo, por más razón que tenga.
soñado más de cuanto hizo Napoleón.
estrechado contra mi pecho hipotético
más humanidades que Jesucristo.
elaborado en secreto filosofías no escritas
por ningún Kant.
o soy, y quizás seré siempre, el de la
buhardilla,
que no viva en ella;
siempre el que no nació para eso;
siempre sólo el que tenía cualidades;
siempre el que esperó que le abrieran la
puerta frente a una pared sin puerta
ntó la tonada del Infinito en un gallinero
yó la voz de Dios en un pozo cegado.
eer en mí? No, ni en mí ni en nada.
la Naturaleza derrame sobre mi cabeza
ardiente
ol, su lluvia, el viento que busca mis
cabellos,
demás, que venga si es que viene o ha de
venir, o que no venga.
lavos cardiacos de las estrellas,
quistamos el mundo antes de levantarnos
de la cama;
o nos despertamos y es opaco,
levantamos y resulta ajeno,
mos de casa y es la tierra entera
el sistema solar y la Vía Láctea y lo
Indefinido.
me chocolatinas, pequeña;
me chocolatinas!
a que no hay otra metafísica en el mundo
aparte de las chocolatinas.
a que todas las religiones no enseñan más
que la confitería.
me, pequeña sucia, come!
alá pudiera yo comer chocolatinas con la
misma verdad con que tú las comes!
o yo pienso, y al quitarles el papel de
plata, que es de hoja de estaño,
ro todo al suelo, como tiré la vida).
o de la amargura de cuanto nunca seré
queda al menos
aligrafía rápida de estos versos,
ico en ruinas de lo Imposible.
menos me consagro a un desprecio sin
lágrimas,
le al menos por el gesto desprendido con
que arrojo
opa sucia que soy, sin papel, al discurrir
de las cosas,
e quedo en casa sin camisa.
que consuelas, que no existes y que por
eso consuelas,
sa griega concebida como estatua viva
atricia romana de nobleza imposible y
nefasta,
cesa de trovadores, gentilísima y
colorida,
arquesa del siglo xviii, escotada y
distante,
otte célebre del tiempo de nuestros
padres
o sé qué moderno —no llego a entender el
qué—,
o eso, sea lo que sea, si puede inspirar,
¡que inspire!
corazón es un cubo vaciado.
mo quienes invocan espíritus invocan a los
espíritus me invoco
í mismo y no aparece nada.
acerco a la ventana y veo la calle con una
nitidez absoluta.
las tiendas, veo las aceras, veo los autos
que pasan,
los entes vivos vestidos que se cruzan,
los perros que también existen
do esto me pesa como una condena al
destierro
do esto me resulta extranjero, como todo).
í, estudié, amé, e incluso creí,
y no hay mendigo a quien no envidie sólo
por no ser yo.
fijo en cada uno en los andrajos y en las
llagas y en la mentira,
enso: quizá nunca hayas vivido ni
estudiado ni amado ni creído
es es posible crear la realidad de todo eso
sin hacer nada de eso);
zá hayas existido tan solo, como una
lagartija a la que le cortan el rabo
ue es el rabo que se revuelve más acá de
la lagartija.
e de mí lo que no supe,
que podía haber hecho de mí no lo hice.
tí un disfraz equivocado.
primeras me tomaron por quien no era y
no lo desmentí, y me perdí.
ndo quise quitarme la máscara
enía pegada a la cara.
ndo me la quité y me vi en el espejo
abía envejecido.
aba borracho, ya ni sabía llevar el disfraz
que no me había quitado.
la máscara y me dormí en el guardarropa
mo un perro tolerado por la dirección
inofensivo,
cribiré esta historia para demostrar que
soy sublime.
ncia musical de mis versos inútiles,
én pudiera encontrarte como cosa hecha
por mí
ugar de quedarme siempre frente al
Estanco de enfrente
oteando la conciencia de estar existiendo,
mo una alfombra en la que un borracho
tropieza
n felpudo que los gitanos robaron y no
valía nada.
o el Dueño del Estanco se ha asomado a
la puerta y se ha quedado parado ahí.
miro con la incomodidad de una cabeza
mal orientada
n la incomodidad de un alma que
malentiende.
morirá y yo moriré.
ejará el letrero y yo dejaré versos.
día morirá también el letrero, y también
los versos.
ado un tiempo morirá la calle donde
estuvo el letrero
lengua en que se escribieron los versos.
pués morirá el planeta giratorio en que
todo esto ocurrió.
otros satélites de otros sistemas algo
parecido a gente
tinuará haciendo cosas como versos y
viviendo bajo cosas como letreros,
mpre una cosa frente a otra,
mpre una cosa tan inútil como la otra,
mpre lo imposible tan estúpido como lo
real,
mpre el hondo misterio tan verdadero
como el soñado misterio superficial,
mpre esto o siempre otra cosa o ni lo uno
ni lo otro.
o un hombre ha entrado en el Estanco (¿a
comprar tabaco?)
realidad plausible cae de repente sobre
mí.
incorporo enérgico, convencido, humano,
oy a intentar escribir estos versos en los
que digo lo contrario.
iendo un cigarrillo pensando en
escribirlos
el cigarrillo saboreo la liberación de
todos los pensamientos.
o el humo como una ruta propia
zo, en un momento sensitivo y
competente,
beración de todas las especulaciones
conciencia de que la metafísica es una
consecuencia de sentirse indispuesto.
pués me reclino en la silla
go fumando.
ntras el Destino me lo conceda, seguiré
fumando.
me casase con la hija de mi lavandera
zás fuera feliz).
o lo cual me levanto de la silla. Me
acerco a la ventana.
ombre ha salido del Estanco (¿guardando
el cambio en el bolsillo de los
pantalones?).
si lo conozco: es Esteves, el que no tiene
metafísica.
Dueño del Estanco se ha asomado a la
puerta).
mo por un instinto divino Esteves se dio la
vuelta y me vio.
saludó con un gesto, le grité ¡Adiós,
Esteves! y el universo
econstruyó en mí sin ideal ni esperanza, y
el Dueño del Estanco sonrió.
AH, LOS PRIMEROS
MINUTOS EN LOS
CAFÉS…
, los primeros minutos en los cafés de
nuevas ciudades!
llegada matinal a muelles o a estaciones
os de un silencio reposado y claro!
primeros paseantes en las calles de las
ciudades a las que llegamos…
sonido especial que el correr de las
horas tiene siempre en viaje…
omnibuses o los tranvías o los
automóviles…
uevo aspecto de las calles de nuevas
tierras…
paz que parecen tener para nuestro dolor,
ullicio alegre para nuestra tristeza,
alta de monotonía para nuestro corazón
cansado!…
plazas nítidamente cuadradas y grandes,
calles con las casas que se acercan al fin,
calles transversales que revelan súbitos
intereses
través de todo esto, como cosa que
inunda y nunca desborda,
movimiento, el movimiento,
da cosa colorida y humana que pasa y
permanece…
puertos con navíos detenidos,
navíos excesivamente detenidos,
pequeños barcos al lado, esperando…
EL PASO DE LAS HORAS
tir todo de todas las maneras,
r todas las opiniones,
sincero contradiciéndose a cada minuto,
agradarse a uno mismo por la plena
libertad de espíritu
mar las cosas como Dios.
que soy más hermano de un árbol que de
un obrero,
que siento más el dolor supuesto del mar
al golpear la playa
el dolor real de los niños golpeados
qué falso debe de ser esto, pobres niños
golpeados.
por qué mis sensaciones se suceden tan
deprisa?).
en fin, que soy un diálogo continuo,
ablar en voz alta incomprensible, alta
noche en la torre,
ndo las campanas oscilan vagamente sin
que una mano las toque
pena saber que hay vida que vivir
mañana.
en fin, literalmente yo,
metafóricamente también,
el poeta sensacionalista, enviado del Azar
s leyes irreprensibles de la Vida,
el fumador de cigarros por profesión
adecuada,
ndividuo que fuma opio, que toma absenta,
pero que, la verdad,
iere pensar en fumar opio a fumarlo
tes prefiere contemplar la absenta que le
queda por beber que beberla.
este degenerado superior sin archivos en
el alma,
personalidad con valor declarado,
el investigador solemne de las cosas
fútiles,
az de irme a vivir a Siberia sólo por la
aversión a hacerlo,
ue pienso que no hay mal alguno en no dar
importancia a la patria
que no tengo raíces, como un árbol, y por
tanto, no tengo raíces.
que tantas veces me siento tan real como
una metáfora,
mo una frase escrita por un enfermo en el
libro de una muchacha que encontró en
la terraza
na partida de ajedrez en la cubierta de un
transatlántico,
el ama que empuja los carricoches en
todos los jardines públicos,
el policía que la observa, parado en la
alameda,
el niño en el carrito que agita su
inconsciencia lúcida con un sonajero,
el paisaje por detrás de todo esto, la paz
citadina
se filtra entre los árboles del parque,
quien les espera a todos en casa,
a quien ellos encuentran en la calle,
cuanto ellos no saben de sí mismos,
aquello en lo que piensas y te dibuja esa
sonrisa,
el contradictorio, el ficticio, el pelmazo,
la espuma,
artel recién pegado, las caderas de la
francesa, la mirada del padre,
ugar donde se encuentran las dos calles y
los chóferes duermen apoyados en los
autos,
icatriz del sargento malencarado,
rasa en el cuello del maestro enfermo que
regresa a casa,
aza que el niño que murió usaba siempre
para beber
ene un asa descascarillada (y todo esto
cabe en un corazón de madre y lo llena).
el dictado de francés de la muchacha que
se hurga las ligas,
los pies que se tocan bajo las cartas,
debajo de la lámpara de araña,
la carta escondida, el calor del pañuelo,
el balcón con la ventana entreabierta,
ortón de servicio donde la criada
conversa con los deseos del primo,
abrón de José que prometió venir y no
vino
teníamos una broma preparada.
todo esto, y además de esto, el resto del
mundo…
to, las puertas que se abren y la razón por
la cual se abren,
s cosas que hicieron antes las manos que
abren las puertas.
la infelicidad nata de todas las
expresiones,
mposibilidad de expresar todos los
sentimientos
que haya una lápida en el cementerio para
el hermano de todo esto,
que parece no querer decir nada siempre
quiere decir algo.
yo, el ingeniero naval, que soy
supersticioso como una madrina de
pueblo
o monóculo para no parecerme a la idea
real que tengo de mí,
a veces tardo tres horar en vestirme y ni
así encuentro eso natural,
o lo encuentro metafísico y si alguien
llama a la puerta me enfado,
anto porque me interrumpan el nudo de la
corbata como por hacerme saber que hay
vida.
en fin, yo el destinatario de las cartas
lacradas,
aúl de las iniciales desgastadas,
ntonación de las voces que no volveremos
a oír;
s guarda todo eso en el Misterio, y a
veces lo sentimos
vida pesa de repente y hace mucho frío
más cerca que en el cuerpo.
gida, la prima de mi tía,
eneral de quien ellas hablaban —general
cuando ellas eran pequeñas,
vida era guerra civil en todas las
esquinas…
e le mélodrame où Margot a pleuré!
n hojas secas en el suelo irregularmente,
o el hecho es que siempre es otoño en el
otoño
invierno viene después fatalmente,
lo hay un camino para la vida, y es la
vida.
viejo insignificante, pero que conoció a
los románticos,
opúsculo político del tiempo de las
revoluciones constitucionales
dolor que deja todo eso, sin que sepamos
la razón
aya para llorar por todo más razón que
sentirlo.
os los amantes se besaron en mi alma,
os los vagabundos se detuvieron a dormir
sobre mí,
os los despreciados se apoyaron un
instante en mi hombro,
zaron la calle de mi brazo todos los viejos
y los enfermos
bo un secreto que todos los asesinos me
revelaron.
uélla cuya sonrisa sugiere la paz que yo
no tengo,
uya caída de ojos hay un paisaje de
Holanda,
las cabezas de las mujeres tocadas de
lino
do el esfuerzo cotidiano de un pueblo
pacífico y limpio…
uella que es el anillo dejado sobre la
cómoda
cinta pillada al cerrar el cajón,
a de color rosa, no me gusta el color sino
la cinta pillada,
mismo modo que no me gusta la vida,
pero me gusta sentirla.
mir como un perro apaleado en el
camino, al sol,
nitivamente para todo el resto del
universo,
ue los autos me pasen por encima).
fui a la cama con todos los sentimientos,
chulo de todas las emociones,
pagaron bebidas todos los azares de las
sensaciones,
rcambié miradas con todos los motivos
para actuar,
ve mano a mano con todos los impulsos
para partir,
bre inmensa de las horas!
gustia de la forja de emociones!
ia, espuma, la inmensidad que no cabe en
mi pañuelo,
erra aullando en la noche,
stanque de la finca en torno a mi
insomnio,
osque como fue por la tarde, cuando
paseábamos, la rosa,
enza indiferente, el musgo, los pinos,
a la rabia de contener todo eso, de no
detener todo eso,
hambre abstracta de las cosas, celo
impotente de los momentos,
ía intelectual de sentir la vida!
ener todo por suficiencia divina
as vísperas, los consentimientos, los
avisos,
cosas hermosas de la vida
l talento, la virtud, la impunidad,
endencia a acompañar a los otros a casa,
ituación de pasajero,
onveniencia de embarcar ya para tener
sitio,
empre falta algo, un vaso, una brisa, una
frase,
vida duele cuanto más se goza y cuanto
más se inventa.
er reír, reír, reír abiertamente,
como un vaso inclinado,
olutamente loco sólo por sentir,
olutamente roto por rozarme contra las
cosas,
do en la boca de morder cosas,
las uñas ensangrentadas de agarrarme a
cosas.
espués dadme la celda que queráis; que
yo recordaré la vida.
POEMA EN LÍNEA
RECTA
he conocido a nadie a quien le hubieran
dado una paliza.
os mis conocidos fueron campeones en
todo.
o, que fui ordinario, puerco, vil,
que fui un parásito empedernido,
o, sin disculpa posible,
muchas veces no tuve ni paciencia para
bañarme,
que tantas veces fui ridículo, absurdo,
tropecé en las alfombras de los cócteles,
fui grotesco, mezquino, sumiso y
arrogante,
me insultaron y callé
ando no callé fui más ridículo todavía;
de quien se mofaron las empleadas de
hotel,
de quien se burlaron los transportistas,
que estafé, que pedí prestado y no pagué
nunca,
que, a la hora de la pelea, me agaché
a del alcance de los puños;
que sufrí la angustia de las pequeñas cosas
ridículas
ifico que no tengo par en este mundo.
a la gente que conozco y me dirige la
palabra
ca tuvo un acto ridículo, nunca sufrió
afrentas,
ca fue otra cosa que príncipe —príncipes
todos ellos— en la vida.
én pudiera escuchar de alguien la voz
humana
confesase no un pecado, sino una infamia;
contase, no ya una violencia, pero ¡una
cobardía!…
todos son el Ideal cuando me dirigen la
palabra.
ién en este largo mundo me confesaría
haber sido vil una vez?
príncipes, mis hermanos,
e, estoy harto de semidioses!
nde hay gente en el mundo?
onces, ¿soy el único vil y erróneo de esta
tierra?
de que las mujeres no les hayan amado
nunca,
de que hayan sido traicionados, ¡pero
ridículos, nunca!
o, que fui ridículo sin haber sido
traicionado,
mo puedo dirigirme a mis superiores sin
titubear?
que fui vil, literalmente vil,
en el sentido mezquino e infame de la
vileza.
CRUZÓ HACIA MÍ…
zó hacia mí, para hablarme, en una calle
del centro
el hombre mal vestido, pedigüeño por
profesión delatada en el rostro,
simpatiza conmigo y con quien simpatizo;
ecíprocamente, con un gesto generoso,
rebosante, le di todo lo que llevaba
encima
vo, naturalmente, lo que estaba en el
bolsillo donde llevo más dinero:
oy estúpido ni novelista ruso, aplicado,
manticismo sí, pero el justo…).
nto simpatía por toda esa gente,
ecialmente cuando no merece simpatía.
yo también soy vagabundo y pedigüeño,
soy también por mi propia culpa.
vagabundo y pedigüeño no es ser
vagabundo y pedigüeño:
star al lado de la escala social,
o ser adaptable a las normas de la vida,
s normas reales o sentimentales de la
vida.
ser Juez del Supremo, empleado fijo,
prostituta.
ser pobre de verdad, obrero explotado,
star enfermo de una enfermedad
incurable,
star sediento de justicia, o capitán de
caballería,
er, en fin, una de esas personas sociales
de los novelistas
se hartan de letras porque tienen razones
para llorar lágrimas
revuelven contra la vida social porque
tienen razones para suponer eso.
¡cualquier cosa, menos tener razón!
alquier cosa, menos dar importancia a la
humanidad!
alquier cosa, menos ceder al
humanitarismo!
qué sirve una sensación si tiene una
razón exterior?
vagabundo y pedigüeño, como yo soy,
s ser vagabundo y pedigüeño, lo cual es
corriente:
star aislado en el alma, y eso sí que es ser
vagabundo,
ener que pedir a los días que pasen y nos
dejen; eso es ser pedigüeño.
o lo demás es estúpido como un
Dostoievski o un Gorki.
o lo demás es tener hambre o no tener qué
ponerse.
unque eso ocurra, le pasa a tanta gente
ni siquiera vale la pena sentir pena por
ellos.
vagabundo y pedigüeño de verdad, esto
es, en sentido metafórico,
e estoy enrollando en una gran caridad
por mí mismo.
brecito Álvaro de Campos!
n aislado en la vida! ¡Tan deprimido en
sus sensaciones!
brecito de él, hundido en la poltrona de su
melancolía!
brecito de él que, con lágrimas
(auténticas) en los ojos,
io hoy cuanto tenía, con un gesto
generoso, liberal y moscovita,
o lo que tenía, en el bolsillo en el que
tenía poco, a aquel
re que no era pobre, que tenía ojos tristes
por profesión!
brecito Álvaro de Campos, por quien
nadie se preocupa!
brecito de él que tiene tanta pena de sí
mismo!
pobrecito!
s pobrecito que otros muchos que son
vagabundos y vagabundean,
son pedigüeños y piden,
que el alma humana es un abismo.
sí que sé. ¡Pobrecito de él!
é bien poder sublevarme en un comicio
dentro de mi alma!
o ni siquiera soy estúpido!
tengo la defensa de poder tener opiniones
sociales.
tengo, en definitiva, ninguna defensa: soy
lúcido.
quieran quitarme la convicción: soy
lúcido.
o he dicho: lúcido.
a de estéticas con corazón: soy lúcido.
stias! Soy lúcido.
ESCRITO EN UN LIBRO
ABANDONADO EN
VIAJE
go de Beja,
al centro de Lisboa.
traigo nada y no encontraré nada.
go el cansancio anticipado de cuanto no
encontraré
nostalgia que siento no es del pasado ni
del futuro.
o escrita en este libro la imagen de mi
designio muerto:
como hierba, y no me arrancaron.
CALLOS A LA
PORTUENSE
día en un restaurante fuera del espacio y
del tiempo
sirvieron el amor como callos fríos.
delicadeza le dije al misionero de la
cocina
los prefería calientes,
los callos (eran a la portuense) nunca se
comen fríos.
mpacientaron conmigo.
se puede tener razón, ni siquiera en un
restaurante.
comí, no pedí otra cosa, pagué la cuenta
lí a pasear a la calle.
ién sabe qué quiere decir esto?
no lo sé, y me pasó a mí…
en sé que en la infancia de todo el mundo
hay un jardín,
icular o público o del vecino.
n sé que nuestros juegos eran su dueño.
ue la tristeza es de hoy).
eso muchas veces,
o si pedí amor, ¿por qué me trajeron
os a la portuense fríos?
es un plato que se pueda comer frío,
o frío me lo trajeron.
me quejé, pero estaba frío;
ca se puede comer frío, pero vino así,
frío.
AL VOLANTE DEL
CHEVROLET POR LA
CARRETERA DE
SINTRA…
volante del Chevrolet por la carretera de
Sintra,
y sueño en la carretera desierta,
duzco solo, conduzco sin prisa, y me
parece
oco, o un poco me fuerzo a que me
parezca,
voy por otra carretera, por otro sueño,
por otro mundo,
voy sin que haya Lisboa dejada atrás o
Sintra a la que llegar,
voy ¿y qué más habrá en ir además de no
detenerse y seguir?
a pasar la noche en Sintra porque no
puedo pasarla en Lisboa,
o en cuanto llegue a Sintra sentiré pena
por no haberme quedado en Lisboa.
mpre esta inquietud sin propósito, sin
nexo, sin consecuencia,
mpre, siempre, siempre
angustia excesiva del espíritu por nada,
a carretera de Sintra, o en la carretera del
sueño, o en la carretera de la vida…
eable a mis movimientos subconscientes
al volante,
da debajo de mí, conmigo, el automóvil
que me han prestado.
río ante el símbolo, pensando en él, al
girar a la derecha.
ántas cosas que me prestaron sigo usando
en este mundo!
ántas cosas prestadas conduzco como si
fueran mías!
ánto me prestaron, ay de mí! ¡Si yo mismo
soy prestado!
izquierda una casucha —digo bien,
casucha— junto a la carretera.
derecha el campo abierto, con la luna a
lo lejos.
utomóvil, que hace poco parecía
otorgarme libertad,
ra es una cosa en la que estoy encerrado,
sólo puedo conducir estando encerrado,
sólo domino si me incluyo en él, si él me
incluye.
izquierda, ya atrás, la casucha modesta,
más que modesta.
vida allí debe de ser feliz, sólo porque no
es la mía.
lguien me vio desde la ventana de la
casucha soñará: ése sí que es feliz.
zás para el niño que acecha tras la
ventana del último piso
é (con el automóvil prestado) como un
sueño, un hada real.
zás para la muchacha que miró, al oír el
motor, por la ventana de la cocina
l pavimento a ras del suelo
o algo del príncipe de todo corazón de
muchacha
e mirará de reojo, por la ventana, hasta la
curva tras la que desaparezco.
jaré sueños tras de mí, o será el
automóvil el que los deja?
, conductor del automóvil prestado, o el
automóvil prestado que yo conduzco?
a carretera de Sintra bajo la luna, en la
tristeza, ante los campos y la noche,
duciendo el Chevrolet prestado
desconsoladamente
pierdo en la carretera futura, me sumo en
la distancia que alcanzo,
n un deseo terrible, súbito, violento,
inconcebible,
ero…
o mi corazón se quedó en el monte de
piedras del que me desvié al verlo sin
verlo,
puerta de la casucha,
corazón vacío,
corazón insatisfecho,
corazón más humano que yo, más exacto
que la vida.
a carretera de Sintra, cerca de la
medianoche, bajo la luna, al volante,
a carretera de Sintra, qué cansancio de la
propia imaginación,
a carretera de Sintra, cada vez más cerca
de Sintra,
a carretera de Sintra, cada vez más lejos
de mí…
TODAS LAS CARTAS DE
AMOR…
as las cartas de amor son
culas.
serían cartas de amor si no fueran
culas.
mbién yo escribí en mis tiempos cartas de
amor,
mo las demás,
culas.
cartas de amor, si hay amor,
en que ser
culas.
o, al final,
o las criaturas que nunca escribieron
as de amor
culas.
én volviera al tiempo en que escribía
prestar atención
as de amor
culas.
cierto es que hoy
recuerdos
quellas cartas de amor
culos.
das las palabras esdrújulas,
mo los sentimientos esdrújulos,
naturalmente
culas).
FERNANDO
PESSOA
►
AUTOPSICOGRAFÍA
oeta es un fingidor.
ge tan completamente
llega a fingir que es dolor
olor que de veras siente.
uienes leen lo que escribe
l dolor leído sienten
os dos dolores que él tuvo,
apenas el que ellos no tienen.
sí por los raíles gira,
eteniendo la razón,
equeño tren de juguete
se llama corazón.
O DOMINÓ QUE
VESTI ERA
ERRADO
(Álvaro de Campos)
us a máscara e vi-me ao espelho.
a criança de há quantos anos.
tinha mudado nada…
ssa a vantagem de saber tirar a máscara.
e sempre a criança,
assado que foi
riança.
us a máscara, e tornei a pô-la.
im é melhor,
im sem a máscara.
olto à personalidade como a un términus
de linha.
ALBERTO CAEIRO
O GUARDADOR DE
REBANHOS
◄
I
nunca guardei rebanhos,
s é como se os guardasse.
ha alma é como um pastor,
hece o vento e o sol
nda pela mão das Estações
eguir e a olhar.
a a paz da Natureza sem gente
m sentar-se ao meu lado.
s eu fico triste como um pôr de sol
a a nossa imaginação,
ndo esfria no fundo da planície
e sente a noite entrada
mo uma borboleta pela janela.
s a minha tristeza é sossego
que é natural e justa
o que deve estar na alma
ndo já pensa que existe
s mãos colhem flores sem ela dar por isso.
mo um ruído de chocalhos
a além da curva da estrada,
meus pensamentos são contentes.
enho pena de saber que eles são
contentes,
que, se o não soubesse,
vez de serem contentes e tristes,
am alegres e contentes.
sar incomoda como andar à chuva
ndo o vento cresce e parece que chove
mais.
tenho ambições nem desejos.
poeta não é uma ambição minha.
minha maneira de estar sozinho.
e desejo às vezes,
imaginar, ser cordeirinho
ser o rebanho todo
a andar espalhado por toda a encosta
er muita cousa feliz ao mesmo tempo),
ó porque sinto o que escrevo ao pôr do
sol,
quando uma nuvem passa a mão por cima
da luz
orre um silêncio pela erva fora.
ndo me sento a escrever versos
passeando pelos caminhos ou pelos
atalhos,
revo versos num papel que está no meu
pensamento,
o um cajado nas mãos
ejo um recorte de mim
cimo dum outeiro,
ando para o meu rebanho e vendo as
minhas ideias
olhando para as minhas ideias e vendo o
meu rebanho,
orrindo vagamente como quem não
compreende o que se diz
uer fingir que compreende.
do todos os que me lerem,
ndo-lhes o chapéu largo
ndo me vêem a minha porta
a diligência levanta no cimo do outeiro.
do-os e desejo-lhes sol,
huva, quando a chuva é precisa,
ue as suas casas tenham
pé duma janela aberta
a cadeira predilecta
e se sentem, lendo os meus versos.
o lerem os meus versos pensem
sou qualquer cousa natural—
exemplo, a árvore antiga
ombra da qual quando crianças
entavam com um baque, cansados de
brincar,
mpavam o suor da testa quente
m a manga do bibe riscado.
II
meu olhar é nítido como um girassol.
ho o costume de andar pelas estradas
ando para a direita e para a esquerda,
e vez em quando olhando para trás…
que vejo a cada momento
quilo que nunca antes eu tinha visto,
u sei dar por isso muito bem…
ter o pasmo comigo
tem uma criança se, ao nascer,
arasse que nascera deveras…
o-me nascido a cada momento
a a eterna novidade do mundo…
io no mundo como num malmequer,
que o vejo. Mas não penso nele
que pensar é não compreender…
mundo não se fez para pensarmos nele
nsar é estar doente dos olhos)
s para olharmos para ele e estarmos de
acordo.
não tenho filosofia: tenho sentidos…
alo na Natureza não é porque saiba o que
ela é,
s porque a amo, e amo-a por isso,
que quem ama nunca sabe o que ama
m sabe porque ama, nem o que é amar…
ar é a eterna inocência,
única inocência é não pensar…
V
metafísica bastante em não pensar em
nada.
ue penso eu do mundo?
lá o que penso do mundo!
eu adoecesse pensaria nisso.
ideia tenho eu das coisas?
opinião tenho sobre as causas e os
efeitos?
tenho eu meditado sobre Deus e a alma
obre a criação do mundo?
sei. Para mim pensar nisso é fechar os
olhos
ão pensar. É correr as cortinas
minha janela (mas ela não tem cortinas).
mistério das cousas? Sei lá o que é
mistério!
nico mistério é haver quem pense no
mistério.
m está ao sol e fecha os olhos,
meça a não saber o que é o sol
pensar muitas cousas cheias de calor.
s abre os olhos e vê o sol,
não pode pensar em nada,
que a luz do sol vale mais que os
pensamentos
todos os filósofos e de todos os poetas.
uz do sol não sabe o que faz
or isso não erra e é comum e boa.
afísica? Que metafísica têm aquelas
árvores?
e serem verdes e copadas e de terem
ramos
de dar fruto na sua hora, o que não nos faz
pensar,
ós, que não sabemos dar por elas.
s que melhor metafísica que a delas,
é a de não saber para que vivem
m saber que o não sabem?
nstituição íntima das cousas»…
ntido íntimo do universo»…
o isto é falso, tudo isto não quer dizer
nada.
crível que se possa pensar em cousas
dessas.
omo pensar em razões e fins
ndo o começo da manhã esta raiando,
los lados das árvores
vago ouro lustroso vai perdendo a
escuridão.
sar no sentido íntimo das cousas
crescentado, é como pensar na saúde
levar um copo à água das fontes.
nico sentido íntimo das cousas
as não terem sentido íntimo nenhum.
acredito em Deus porque nunca o vi.
ele quisesse que eu acreditase nele,
m dúvida que viria falar comigo
ntraria pela minha porta dentro
endo-me, Aqui estou!
o é talvez ridículo aos ouvidos
quem, por não saber o que é olhar para as
cousas,
compreende quem fala delas
m o modo de falar que reparar para elas
ensina.)
s se Deus é as flores e as árvores
s montes e sol e o luar,
ão acredito nele,
ão acredito nele a toda hora,
minha vida é toda uma oração e uma
missa,
ma comunhão com os olhos e pelos
ouvidos.
s se Deus é as árvores e as flores
s montes e o luar e o sol,
a que lhe chamo eu Deus?
mo-lhe flores e árvores e montes e sol e
luar;
que, se ele se fez, para eu o ver,
e luar e flores e árvores e montes,
ele me aparece como sendo árvores e
montes
ar e sol e flores,
ue ele quer que eu o conheça
mo árvores e montes e flores e luar e sol.
or isso eu obedeço-lhe,
e mais sei eu de Deus que Deus de si
próprio?),
deço-lhe a viver, espontaneamente,
mo quem abre os olhos e vê,
hamo-lhe luar e sol e flores e árvores e
montes,
mo-o sem pensar nele,
enso-o vendo e ouvindo,
ndo com ele a toda hora.
VI
sar em Deus é desobedecer a Deus,
que Deus quis que o não conhecêssemos,
isso se nos não mostrou…
amos simples e calmos,
mo os regatos e as árvores,
eus amar-nos-á fazendo de nós
como as árvores são árvores
omo os regatos são regatos,
ar-nos-á verdor na sua primavera,
m rio aonde ir ter quando acabemos…
ão nos dará mais nada, porque dar-nos
mais seria tirar-nos mais.
VII
minha aldeia vejo quanto da terra se pode
ver do universo…
isso a minha aldeia é tão grande como
outra terra qualquer,
que eu sou do tamanho do que vejo
ão do tamanho da minha altura…
cidades a vida é mais pequena
aqui na minha casa no cimo deste
outeiro.
cidade as grandes casas fecham a vista à
chave,
ondem o horizonte, empurram o nosso
olhar para longe de todo o céu,
nam-nos pequenos porque nos tiram o que
os nossos olhos nos podem dar,
rnam-nos pobres porque a nossa única
riqueza é ver.
IX
um guardador de rebanhos.
ebanho é os meus pensamentos
s meus pensamentos são todos sensações.
so com os olhos e com os ouvidos
om as mãos e os pés
om o nariz e a boca.
sar uma flor é vê-la e cheirá-la
omer um fruto é saber-lhe o sentido.
isso quando num dia de calor
sinto triste de gozá-lo tanto,
e deito ao comprido na erva,
cho os olhos quentes,
o todo o meu corpo deitado na realidade,
a verdade e sou feliz.
X
á, guardador de rebanhos,
á beira da estrada,
te diz o vento que passa?»
ue é vento, e que passa,
ue já passou antes,
ue passará depois.
ti o que te diz?»
uita coisa mais do que isso.
a-me de muitas outras cousas.
memórias e de saudades
e cousas que nunca foram.»
unca ouviste passar o vento.
ento só fala do vento.
ue lhe ouviste foi mentira,
mentira está em ti.»
XX
ejo é mais belo que o rio que corre pela
minha aldeia,
s o Tejo não é mais belo que o rio que
corre pela minha aldeia
que o Tejo não é o rio que corre pela
minha aldeia.
ejo tem grandes navios
avega nele ainda,
a aquelas que vêem em tudo o que lá não
está,
memória das naus.
ejo desce de Espanha
Tejo entra no mar em Portugal.
a a gente sabe isso.
s poucos sabem qual é o rio da minha
aldeia
ara onde ele vai
onde ele vem.
or isso, porque pertence a menos gente,
ais livre e maior o rio da minha aldeia.
o Tejo vai-se para o mundo.
a além do Tejo há a América
fortuna daqueles que a encontram.
guém nunca pensou no que há para além
rio da minha aldeia.
o da minha aldeia não faz pensar em
nada.
m está ao pé dele está só ao pé dele.
XXIV
ue nós vemos das cousas são as cousas.
que veríamos nós uma cousa se houvesse
outra?
que é que ver e ouvir iludirmo-nos
ver e ouvir são ver e ouvir?
ssencial é saber ver,
er ver sem estar a pensar,
er ver quando se vê,
em pensar quando se vê
m ver quando se pensa.
s isso (tristes de nós que trazemos a alma
vestida!),
exige um estudo profundo,
a aprendizagem de desaprender
ma sequestração na liberdade daquele
convento
que os poetas dizem que as estrelas são
freiras eternas
s flores as penitentes convictas de um só
dia,
s onde afinal as estrelas não são senão
estrelas
m as flores senão flores,
do por isso que lhes chamamos estrelas e
flores.
XXV
bolas de sabão que esta criança
entretém a largar de uma palhinha
traslucidamente uma filosofia toda.
ras, inúteis e passageiras como a
Natureza,
igas dos olhos como as cousas,
aquilo que são
m uma precisão redondinha e aérea,
nguém, nem mesmo a criança que as
deixa,
ende que elas são mais do que parecem
ser.
umas mal se vêem no ar lúcido.
como a brisa que passa e mal toca nas
flores
ue só sabemos que passa
que qualquer cousa se aligeira em nós
ceita tudo mais nitidamente.
XLIII
es o voo da ave, que passa e não deixa
rasto,
a passagem do animal, que fica lembrada
no chão.
ve passa e esquece, e assim deve ser.
nimal, onde já não está e por isso de nada
serve,
stra que já esteve, o que não serve para
nada.
ecordação é uma traição à Natureza,
que a Natureza de ontem não é Natureza.
ue foi não é nada, e lembrar é não ver.
sa, ave, passa, e ensina-me a passar!
RICARDO REIS
◄
MELHOR DESTINO QUE
O DE CONHECER-SE…
hor destino que o de conhecer-se
frui quem mente frui. Antes, sabendo
nada, que ignorando:
a dentro de nada.
não houver em mim poder que vença
parcas três e as moles do futuro,
me dêem os deuses
oder de sabê-lo;
beleza, incriável por meu sestro,
goze externa e dada, repetida
meus passivos olhos,
os que a morte seca.
PRAZER, MAS
DEVAGAR…
zer, mas devagar,
a, que a sorte àqueles não é grata
lhe das mãos arrancam.
ivos retiremos do horto mundo
depredandos pomos.
despertemos, onde dorme, a erínis
cada gozo trava.
mo um regato, mudos passageiros,
emos escondidos.
orte inveja, Lídia. Emudeçamos.
PARA SER GRANDE…
a ser grande, sê inteiro: nada
exagera ou exclui.
odo em cada coisa. Põe quanto és
mínimo que fazes.
im em cada lago a lua toda
ha, porque alta vive.
VEM SENTAR-TE
COMIGO, LÍDIA…
m sentar-te comigo, Lídia, à beira do rio.
segadamente fitemos o seu curso e
aprendamos
a vida passa, e não estamos de mãos
enlaçadas.
lacemos as mãos).
ois pensemos, crianças adultas, que a
vida
sa e não fica, nada deixa e nunca regressa,
para um mar muito longe, para ao pé do
Fado,
s longe que os deuses.
enlacemos as mãos, porque não vale a
pena cansarmo-nos.
r gozemos, quer não gozemos, passamos
como o rio.
s vale saber passar silenciosamente
em desassossegos grandes.
m amores, nem ódios, nem paixões que
levantam a voz,
m invejas que dão movimento de mais aos
olhos,
m cuidados, porque se os tivesse o rio
sempre correria,
empre iria ter ao mar.
emo-nos tranquilamente, pensando que
podíamos,
quiséssemos, trocar beijos e abraços e
carícias,
s que mais vale estarmos sentados ao pé
um do outro
indo correr o rio e vendo-o.
hamos flores, pega tu nelas e deixa-as
colo, e que o seu perfume suavize o
momento—
e momento em que sossegadamente não
cremos em nada,
ãos inocentes da decadência.
menos, se for sombra antes, lembrar-te-ás
de mim depois
m que a minha lembrança te arda ou te fira
ou te mova,
que nunca enlaçamos as mãos, nem nos
beijamos
m fomos mais do que crianças.
e antes do que eu levares o óbolo ao
barqueiro sombrio,
nada terei que sofrer ao lembrar-me de ti.
-me-ás suave à memória lembrando-te
assim —à beira-rio,
ã triste e com flores no regaço.
SE RECORDO QUEM
FUI…
ecordo quem fui, outrem me vejo,
passado é um presente na lembrança.
m fui é alguém que amo
ém somente em sonho.
saudade que me aflige a mente
é de mim nem do passado visto,
ão de quem habito
trás dos olhos cegos.
a, senão o instante, me conhece.
ha mesma lembrança é nada, e sinto
quem sou e quem fui
sonhos diferentes.
É TãO SUAVE A FUGA
DESTE DIA…
o suave a fuga deste dia,
a, que não parece que vivemos.
m dúvida que os deuses
são gratos esta hora,
paga nobre desta fé que usamos
exilada verdade dos seus corpos
dão o alto prémio
nos deixarem ser
vivas lúcidos da sua calma,
deiros um momento do seu jeito
viver toda a vida
tro dum só momento
m só momento, Lídia, em que afastados
terrenas angústias recebemos
mpicas delícias
tro das nossas almas.
m só momento nos sentimos deuses
rtais pela calma que vestimos
altiva indiferença
coisas passageiras.
mo quem guarda a c’roa da vitória
es fanados louros de um só dia
rdemos para termos,
futuro enrugado,
ene à nossa vista a certa prova
que um momento os deuses nos amaram
os deram uma hora
nossa, mas do Olimpo.
ÁLVARO DE
CAMPOS
◄
TABACARIA
sou nada.
ca serei nada.
posso querer ser nada.
arte isso, tenho em mim todos os sonhos
do mundo.
elas do meu quarto,
meu quarto de um dos milhões do mundo
que ninguém sabe quem é
e soubessem quem é, o que saberiam?),
s para o mistério de uma rua cruzada
constantemente por gente,
a uma rua inacessível a todos os
pensamentos,
l, impossivelmente real, certa,
desconhecidamente certa,
m o mistério das coisas por baixo das
pedras e dos seres,
m a morte a pôr humidade nas paredes e
cabelos brancos nos homens,
m o Destino a conduzir a carroça de tudo
pela estrada de nada.
ou hoje vencido, como se soubesse a
verdade.
ou hoje lúcido, como se estivesse para
morrer,
ão tivesse mais irmandade com as coisas
ão uma despedida, tornando-se esta casa
e este lado da rua
leira de carruagens de um comboio, e uma
partida apitada
dentro da minha cabeça,
ma sacudidela dos meus nervos e um
ranger de ossos na ida.
ou hoje perplexo, como quem pensou e
achou e esqueceu.
ou hoje dividido entre a lealdade que
devo
abacaria do outro lado da rua, como coisa
real por fora,
sensação de que tudo é sonho, como coisa
real por dentro.
hei em tudo.
mo não fiz propósito nenhum, talvez tudo
fosse nada.
prendizagem que me deram,
ci dela pela janela das traseiras da casa.
até ao campo com grandes propósitos,
s lá encontrei só ervas e árvores,
uando havia gente era igual à outra.
o da janela, sento-me numa cadeira. Em
que hei-de pensar?
sei eu do que serei, eu que não sei o que
sou?
o que penso? Mas penso ser tanta coisa!
á tantos que pensam a mesma coisa que
não pode haver tantos!
io? Neste momento
m mil cérebros se concebem em sonho
génios como eu,
história não marcará, quem sabe?, nem
um,
m haverá senão estrume de tantas
conquistas futuras.
, não creio em mim.
todos os manicómios há doidos malucos
com tantas certezas!
que não tenho nenhuma certeza, sou mais
certo ou menos certo?
, nem em mim…
quantas mansardas e não mansardas do
mundo
estão nesta hora génios-para-si-mesmos
sonhando?
ntas aspirações altas e nobres e lúcidas
—
, verdadeiramente altas e nobres e
lúcidas—,
uem sabe se realizáveis,
ca verão a luz do sol real nem acharão
ouvidos de gente?
mundo é para quem nasce para o conquistar
ão para quem sonha que pode conquistálo, ainda que tenha razão.
ho sonhado mais que o que Napoleão fez.
ho apertado ao peito hipotético mais
humanidades do que Cristo.
ho feito filosofias em segredo que nenhum
Kant escreveu.
s sou, e tal vez serei sempre, o da
mansarda,
da que não more nela;
ei sempre o que não nasceu para isso;
ei sempre só o que tinha qualidades;
ei sempre o que esperou que lhe abrissem
a porta ao pé de uma parede sem porta,
antou a cantiga do Infinito numa capoeira,
uviu a voz de Deus num poço tapado.
r em mim? Não, nem em nada.
rame-me a Natureza sobre a cabeça
ardente
eu sol, a sua chuva, o vento que me acha o
cabelo,
resto que venha se vier, ou tiver que vir,
ou não venha.
ravos cardíacos das estrelas,
quistámos todo o mundo antes de nos
levantar da cama;
s acordámos e ele é opaco,
antámo-nos e ele é alheio,
mos de casa e ele é a terra inteira,
s o sistema solar e a Via Láctea e o
Indefinido.
me chocolates, pequena;
me chocolates!
a que não há mais metafísica no mundo
senão chocolates.
a que as religiões todas não ensinam mais
que a confeitaria.
me, pequena suja, come!
esse eu comer chocolates com a mesma
verdade com que comes!
s eu penso, e, ao tirar o papel de prata,
que é de folha de estanho,
to tudo para o chão, como tenho deitado a
vida.)
s ao menos fica da amargura do que nunca
serei
aligrafia rápida destes versos,
tico partido para o Impossível.
s ao menos consagro a mim mesmo um
desprezo sem lágrimas,
bre ao menos no gesto largo com que atiro
oupa suja que sou, sem rol, para o decurso
das coisas,
co em casa sem camisa.
que consolas, que não existes e por isso
consolas,
deusa grega, concebida como estátua que
fosse viva,
patrícia romana, impossivelmente nobre e
nefasta,
princesa de trovadores, gentilíssima e
colorida,
marquesa do século dezoito, decotada e
longínqua,
cocotte célebre do tempo dos nossos pais,
não sei quê moderno —não conheço bem
o quê—,
o isso, seja o que for, que sejas, se pode
inspirar que inspire!
u coração é um balde despejado.
mo os que invocam espíritos invocam
espíritos invoco
mim mesmo e não encontro nada.
go à janela e vejo a rua com uma nitidez
absoluta.
o as lojas, vejo os passeios, vejo os
carros que passam,
o os entes vivos vestidos que se cruzam,
o os cães que também existem,
do isto me pesa como uma condenação ao
degredo,
do isto é estrangeiro, como tudo.)
i, estudei, amei, e até cri,
oja não há mendigo que eu não inveje só
por não ser eu.
o a cada um os andrajos e as chagas e a
mentira,
enso: talvez nunca vivesses nem
estudasses nem amasses nem cresses
rque é possível fazer a realidade de tudo
isso sem fazer nada disso);
vez tenhas existido apenas, como um
lagarto a quem cortam o rabo
ue é rabo para aquém do lagardo
remexidamente.
de mim o que não soube,
que podia fazer de mim não o fiz.
ominó que vesti era errado.
heceram-me logo por quem não era e não
desmenti, e perdi-me.
ndo quis tirar a máscara,
ava pegada à cara.
ndo a tirei e me vi ao espelho,
nha envelhecido.
ava bêbado, já não sabia vestir o dominó
que não tinha tirado.
tei fora a máscara e dormi no vestiário
mo um cão tolerado pela gerência
ser inofensivo
ou escrever esta história para provar que
sou sublime.
ência musical dos meus versos inúteis,
m me dera encontrar-te como cosisa que
eu fizesse,
ão ficasse sempre defronte da Tabacaria
de defronte,
cando aos pés a consciência de estar
existindo,
mo um tapete em que um bêbado tropeça
um capacho que os ciganos roubaram e
não valia nada.
s o Dono da Tabacaria chegou à porta e
ficou à porta.
o-o com desconforto da cabeça mal
voltada
om o desconforto da alma malentendendo.
morrerá e eu morrerei.
deixará a tabuleta, eu deixarei versos.
erta altura morrerá a tabuleta também, e
os versos também.
ois de certa altura morrerá a rua onde
esteve a tabuleta,
língua em que foram escritos os versos.
rrerá depois o planeta girante em que tudo
isto se deu.
outros satélites de outros sistemas
qualquer coisa como gente
tinuará fazendo coisas como versos e
vivendo por baixo de coisas como
tabuletas,
mpre uma coisa defronte da outra,
mpre uma coisa tão inútil como a outra,
mpre o impossível tão estúpido como o
real,
mpre o mistério do fundo tão certo como o
sono de mistério da superfície,
mpre isto ou sempre outra coisa ou nem
uma coisa nem outra.
s um homem entrou na Tabacaria (para
comprar tabaco?),
realidade plausível cai de repente em
cima de mim.
miergo-me enérgico, convencido, humano,
ou tencionar escrever estes versos em que
digo o contrário.
ndo um cigarro ao pensar em escrevê-los
aboreio no cigarro a libertação de todos
os pensamentos.
o o fumo como a uma rota própria,
ozo, num momento sensitivo e competente,
bertação de todas as especulações
consciência de que a metafísica é uma
consequência de estar mal disposto.
ois deito-me para trás na cadeira
ontinuo fumando.
uanto o Destino mo conceder, continuarei
fumando.
eu casasse com a filha da minha
lavadeira
vez fosse feliz.)
o isto, levanto-me da cadeira. Vou à
janela.
omen saiu da Tabacaria (metendo troco na
algibeira das calças?).
conheço-o: é o Esteves sem metafísica.
Dono da Tabacaria chegou à porta.)
mo por um instinto divino o Esteves
voltou-se e viu-me.
nou-me adeus, gritei-lhe Adeus ó
Esteves!, e o universo
onstruiu-se-me sem ideal nem esperança,
e o dono da Tabacaria sorriu.
AH, OS PRIMEIROS
MINUTOS NOS CAFÉS…
os primeiros minutos nos cafés de novas
cidades!
hegada pela manhã a cais ou a gares
ios de um silêncio repousado e claro!
primeiros passantes nas ruas das cidades
a que se chega…
som especial que o correr das horas tem
nas viagens…
ómnibus ou os eléctricos ou os
automóveis…
ovo aspecto das ruas de novas terras…
az que parecem ter para a nossa dor
ulício alegre para a nossa tristeza
lta de monotonia para o nosso coração
cansado!…
praças nítidamente quadradas e grandes,
ruas com as casas que se aproximam ao
fim,
ruas transversais revelando súbitos
interesses,
ravés disto tudo, como uma coisa que
inunda e nunca transborda,
movimento, o movimento
ida coisa colorida e humana que passa e
fica…
portos com navios parados,
essivamente navios parados,
m barcos pequenos ao pé, esperando…
A PASSAGEM DAS
HORAS
tir tudo de todas as maneiras,
todas as opiniões,
sincero contradizendo-se a cada minuto,
agradar a si-próprio pela plena
liberalidade de espírito,
mar as coisas como Deus.
que sou mais irmão de uma árvore que de
um operário,
que sinto mais a dor suposa do mar ao
bater na praia
a dor real das crianças em que batem
, como isto deve ser falso, pobres
crianças em que batem—
orque é que as minhas sensações se
revezam tão depressa?)
enfim, que sou um diálogo contínuo,
falar-alto incompreensível, alta-noite na
torre,
ndo os sinos oscilam vagamente sem que
mão lhes toque
z pena saber que há vida que viver
amanhã.
enfim, literalmente eu,
u metaforicamente também,
o poeta sensacionalista, enviado do
Acaso
eis irrepreensíveis da Vida,
o fumador de cigarros por profissão
adequada,
ndivíduo que fuma ópio, que toma absinto,
mas que, emfim,
fere pensar em fumar ópio a fumá-lo
cha mais seu olhar para o absinto a beber
que bebêlo…
este degenerado superior sem arquivos na
alma,
m personalidade com valor declarado,
o investigador solene das coisas fúteis,
era capaz de ir a viver na Sibéria só por
embirrar com isso,
ue acho que não faz mal não ligar
importância à pátria
que não tenho raiz, como uma árvore, e
portanto não tenho raiz…
que tantas vezes me sinto tão real como
uma metáfora,
mo uma frase escrita por um doente no
livro da rapariga que encontrou no
terraço,
uma partida de xadrez no convés dum
transatlântico,
a ama que empurra os perambulators em
todos os jardins públicos,
o polícia que a olha, parado para trás na
álea,
a criança no carro, que acena à sua
inconsciência ñúcida com um colar com
guizos,
a paisagem por detrás disto tudo, a paz
citadina
da através das árvores do jardim público,
o que os espera a todos em casa,
o que eles encontram na rua,
o que eles não sabem de si-próprios,
aquela coisa em que estás pensando e te
marca esse sorriso,
o contraditório, o fictício, o aranzel, a
espuma,
artaz posto agora, as ancas da francesa, o
olhar do padre,
ugar onde se encontram as duas ruas e os
chauffeurs dormem contra os carros,
catriz do sargento mal-encarado,
ebo na gola do explicador doente que
volta para casa,
hávena que era por onde o pequenito que
morreu bebia sempre,
m uma falha na asa (e tudo isto cabe num
coração de mãe e enche-o)…
o ditado de francês da pequenita que
mexe nas ligas,
os pés que se tocam por baixo do bridge
sob o lustre,
a carta escondida, o calor do lenço, a
sacada com a janela entreaberta,
ortão de serviço onde a criada fala com
os desejos do primo,
acana do José que prometeu vir e não veio
gente tinha uma partida para lhe fazer…
tudo isto, e além disto o resto do
mundo…
ta coisa, as portas que se abrem, e a razão
por que elas se abrem,
s coisas que já fizeram as mãos que abrem
as portas…
a infelicidade-nata de todas as
expressões,
mpossibilidade de exprimir todos os
sentimentos,
m que haja uma lápide no cemitério para o
irmão de tudo isto,
que parece não querer dizer nada sempre
que dizer qualquer coisa…
, eu, o engenheiro naval que sou
supersticioso como uma camponesa
madrinha,
so o monóculo para não parecer igual à
ideia real que faço de mim,
levo às vezes três horas a vestir-me e
nem por isso acho isso natural,
s acho-o metafísico e se me batem à porta
zango-me,
tanto por me interromperem a gravata
como por ficar sabendo que há a vida…
, emfim, eu o destinatário das cartas
lacradas,
aú das iniciais gastas,
ntonação das vozes que nunca ouviremos
mais—
s guarda isso tudo no Mistério, e às vezes
sentimo-lo
vida pesa de repente e faz muito frio mais
perto que o corpo.
rígida prima da minha tia,
eneral em que elas falavam —general
quando elas eram pequenas,
vida era guerra civil a todas as
esquinas…
e le mélodrame où Margot a pleuré!
m folhas secas no chão irregularmente,
s o facto é que sempre é outono no outono,
inverno vem depois fatalmente,
á só um caminho para a vida, que é a
vida…
e velho insignificante, mas que ainda
conheceu os românticos,
e opúsculo político do tempo das
revoluções constitucionais,
dor que tudo isso deixa, sem que se saiba
a razão
m haja para chorar tudo mais razão que
senti-lo.
os os amantes beijaram-se na minh’alma,
os os vadios dormiram um momento em
cima de mim,
os os desprezados encostarem-se um
momento ao meu ombro,
avessaram a rua, ao meu braço todos os
velhos e doentes,
ouve um segredo que me disseram todos
os assassinos.
uela cujo sorriso sugere a paz que eu não
tenho,
cujo baixar-de-olhos há uma paisagem da
Holanda,
m as cabeças femininas coiffées de lin
do o esforço quotidiano de um povo
pacífico e limpo…
uela que é o anel deixado em cima da
cómoda,
fita entalada com o fechar da gaveta,
cor-de-rosa, não gosto da cor mas da fita
entalada,
im como não gosto da vida, mas gosto de
senti-la…
mir como um cão corrido no caminho, ao
sol,
initivamente para todo o resto do
Universo,
ue os carros me passem por cima.)
para a cama com todos os sentimentos,
souteneur de todas as emoções,
aram-me bebidas todos os acasos das
sensações,
quei olhares com todos os motivos de
agir,
ve mão em mão com todos os impulsos
para partir,
re imensa das horas!
ústia da forja das emoções!
va, espuma, a imensidão que não cabe no
meu lenço,
adela a uivar de noite,
nque da quinta a passear à roda da minha
insónia,
osque como foi à tarde, quando lá
passeámos, a rosa,
madeixa indiferente, o musgo, os pinheiros,
a a raiva de não conter isto tudo, de não
deter isto tudo,
ome abstracta das coisas, cio impotente
dos momentos,
ia intelectual de sentir a vida!
er tudo por suficiência divina—
vésperas, os consentimentos, os avisos,
coisas belas da vida—
lento, a virtude, a impunidade,
ndência para acompanhar os outros a
casa,
tuação de passageiro,
onveniência em embarcar já para ter
lugar,
lta sempre uma coisa, um copo, uma
brisa, uma frase,
vida dói quanto mais se goza e quanto
mais se inventa.
er rir, rir, rir despejadamente,
como um copo entornado,
olutamente doido só por sentir,
olutamente roto por me roçar contra as
coisas,
do na boca por morder coisas,
m as unhas em sangue por me agarrar a
coisas,
epois dêem-me a cela que quiserem que
eu me lembrarei da vida.
POEMA EM LINHA
RECTA
ca conheci quem tivese levado porrada.
os os meus conhecidos têm sido
campeões em tudo.
u, tantas vezes reles, tantas vezes porco,
tantas vezes vil,
antas vezes irrespondivelmente parasita,
esculpavelmente sujo,
que tantas vezes não tenho tido paciência
para tomar banho,
que tantas vezes tenho sido ridículo,
absurdo,
tenho enrolado os pés publicamente nos
tapetes das etiquetas,
tenho sido grotesco, mesquinho,
submisso e arrogante,
tenho sofrido enxovalhos e calado,
quando não tenho calado, tenho sido
mais ridículo ainda;
que tenho sentido o piscar de olhos dos
moços de fretes,
que tenho feito vergonhas financeiras,
pedido emprestado sem pagar,
que, quando a hora do soco surgiu, me
tenho agachado
a fora da possibilidade do soco;
que tenho sofrido a angústia das pequenas
coisas ridículas,
verifico que não tenho par nisto tudo neste
mundo.
a a gente que eu conheço e que fala
comigo
ca teve um acto ridículo, nunca sofreu
enxovalho,
ca foi senão príncipe —todos eles
príncipes— na vida…
m me dera ouvir de alguém a voz humana
confessasse não um pecado, mas uma
infâmia;
contasse, não uma violência, mas uma
cobardia!
, são todos o Ideal, se os oiço e me
falam.
m há neste largo mundo que me confesse
que uma vez foi vil?
ríncipes, meus irmãos,
e, estou farto de semi-deuses!
e é que há gente no mundo?
ão sou só eu que é vil e erróneo nesta
terra?
erão as mulheres não os terem amado,
em ter sido traídos —mas ridículos
nunca!
u, que tenho sido ridículo sem ter sido
traído,
mo posso eu falar com os meus superiores
sem titubear?
que tenho sido vil, literalmente vil,
no sentido mesquinho e infame da vileza.
CRUZOU POR MIM…
zou por mim, veio ter comigo, numa rua
da Baixa
uele homem mal vestido, pedinte por
profissão que se lhe vê na cara,
simpatiza comigo e eu simpatizo com
ele;
ciprocamente, num gesto largo,
transbordante, dei-lhe tudo quanto tinha
cepto, naturalmente, o que estava na
algibeira onde trago mais dinheiro:
sou parvo nem romancista russo,
plaicado,
omantismo, sim, mas devagar…).
o uma simpatia por essa genta toda,
retudo quando não merece simpatia.
, eu sou também vadio e pedinte,
ou-o também por minha culpa.
vadio e pedinte não é ser vadio e pedinte:
star ao lado da escala social,
ão ser adaptável às normas da vida,
normas reais ou sentimentais da vida—
ser Juiz do Supremo, empregado certo,
prostituta,
ser pobre a valer, operário explotado,
ser doente de uma doença incurável,
ser sedento de justiça, ou capitão de
cavalaria,
ser, emfim, aquelas pessoas sociais dos
novelistas
se fartam de letras porque têm razão para
chorar lágrimas,
e revoltam contra a vida social porque têm
razão para isso supor.
: tudo menos ter razão!
o menos importar-me com a humanidade!
o menos ceder ao humanitarismo!
que serve uma sensação se há uma razão
exterior para ela?
, ser vadio e pedinte, como eu sou,
é ser vadio e pedinte, o que é corrente:
er isolado na alma, e isso é que é ser
vadio,
r que pedir aos dias que passem, e nos
deixem, e isso é que é ser pedinte.
o mais é estúpido como um Dostoievski
ou um Gorki.
o mais é ter forme ou não ter que vestir.
mesmo que isso aconteça, isso acontece a
tanta gente
nem vale a pena ter pena da gente a quem
isso acontece.
vadio e pedinte a valer, isto é, no sentido
translato,
stou-me rebolando numa grande caridade
por mim.
tado do Álvaro de Campos!
isolado na vida! Tão deprimido nas
sensações!
tado dele, enfiado na poltrona da sua
melancolia!
tado dele, que com lágrimas (autênticas)
nos olhos,
hoje, num gesto largo, liberal e
moscovita,
o quanto tinha, na algibeira em que
tinhapouco, àquele
re que não era pobre, que tinha olhos
tristes por profissão.
tado do Álvaro de Campos, com quem
ninguém se importa!
tado dele que tem tanta pena de si mesmo!
im, coitado dele!
s coitado dele que de muitos que são
vadios e vafiam,
são pedintes e pedem,
que a alma humana é um abismo.
é que sei. Coitado dele!
bom poder-me revoltar num comício
dentro da minha alma!
s até nem parvo sou!
m tenho a defesa de poder ter opiniões
sociais.
tenho, mesmo, defesa nenhuma: sou
lúcido.
me queiram converter a convicção: sou
lúcido.
isse: sou lúcido.
a de estéticas com coração: sou lúcido.
da! Sou lúcido.
ESCRITO NUM LIVRO
ABANDONADO EM
VIAGEM
ho dos lados de Beja.
para o meio de Lisboa.
trago nada e não acharei nada.
ho o cansaço antecipado do que não
acharei,
saudade que sinto não é nem do passado
nem do futuro.
xo escrita neste livro a imagem do meu
desígnio morto:
como ervas, e não me arrancaram.
DOBRADA À MODA DO
PORTO
dia, num restaurante, fora do espaço e do
tempo,
viram-me o amor como dobrada fria.
se delicadamente ao missionário da
cozinha
a preferia quente,
a dobrada (e era à moda do Porto) nunca
se come fria.
acientaram-se comigo.
ca se pode ter razão, nem num
restaurante.
comi, não pedi outra coisa, paguei a
conta,
m passear para toda a rua.
m sabe o que isto quer dizer?
não sei, e foi comigo…
muito bem que na infância de toda a
gente houve um jardim,
icular ou público, ou do vizinho.
muito bem que brincarmos era o dono
dele.
ue a tristeza é de hoje).
isso muitas vezes,
s, se eu pedi amor, porque é que me
trouxeram
brada à moda do Porto fria?
é prato que se possa comer frio,
s trouxeram-me frio.
me queixei, mas estava frio,
ca se pode comer frio, mas veio frio.
AO VOLANTE DO
CHEVROLET PELA
ESTRADA DE SINTRA…
volante do Chevrolet pela estrada de
Sintra,
luar e ao sonho, na estrada deserta,
inho guio, guio quase devagar, e um pouco
parece, ou me forço um pouco para que
me pareça,
sigo por outra estrada, por outro sonho,
por outro mundo,
sigo sem haver Lisboa deixada ou Sintra
a que ir ter,
sigo, e que mais haverá em seguir senão
não parar mas seguir?
passar a noite a Sintra por não poder
passá-la em Lisboa,
s, quando chegar a Sintra, terei pena de
não ter ficado em Lisboa.
mpre esta inquietação sem propósito, sem
nexo, sem consequência,
mpre, sempre, sempre,
a angústia excessiva do espírito por coisa
nenhuma,
estrada de Sintra, ou na estrada do sonho,
ou na estrada da vida…
eável aos meus movimentos
subconscientes no volante,
ga sob mim comigo, o automóvel que me
emprestaram.
rio do símbolo, ao pensar nele, e ao virar
à direita.
quantas coisas que me emprestaram eu
sigo no mundo!
ntas coisas que me emprestaram guio
como minhas!
nto que me emprestaram, ai de mim! eu
próprio sou!
squerda o casebre —sim, o casebre— à
beira da estrada.
ireita o campo aberto, com a lua ao longe.
utomóvel, que parecia há pouco dar-me
liberdade,
gora uma coisa onde estou fechado,
só posso conduzir se nele estiver
fechado,
só domino se me incluir nele, se ele me
incluir a mim.
squerda lá para trás o casebre modesto,
mais que modesto.
ida ali deve ser feliz, só porque não é
minha.
alguém me viu da janela do casebre,
sonhará: Aquele é que é feliz.
vez à criança espreitando pelos vidros da
janela do andar que está em cima
uei (com o automóvel emprestado) como
um sonho, uma fada real.
vez à rapariga que olhou, ouvindo o motor,
pela janela da cozinha
pavimento térreo,
qualquer coisa do príncipe de todo o
coração de rapariga,
a me olhará de esguelha, pelos vidros, até
à curva em que me perdi.
xarei sonhos atrás de mim, ou é o
automóvel que os deixa?
guiador do automóvel emprestado, ou o
automóvel emprestado que eu guio?
estrada de Sintra ao luar, na tristeza, ante
os campos e a noite,
ando o Chevrolet emprestado
desconsoladamente,
co-me na estrada futura, sumo-me na
distância que alcanço,
um desejo terrível, súbito, violento,
inconcebível,
lero…
s o meu coração ficou no monte de pedras,
de que me desviei ao vê-lo sem vê-lo,
orta do casebre, O meu coração vazio,
meu coração insatisfeito,
meu coração mais humano do que eu, mais
exacto que a vida.
estrada de Sintra, perto da meia-noite, ao
luar, ao volante,
estrada de Sintra, que cansaço da própria
imaginação,
estrada de Sintra, cada vez pais perto de
Sintra,
estrada de Sintra, cada vez menos perto
de mim…
TODAS AS CARTAS DE
AMOR…
as as cartas de amor são
ículas.
seriam cartas de amor se não fossem
ículas.
mbém escrevi em meu tempo cartas de
amor,
mo as outras,
ículas.
cartas de amor, se há amor,
m de ser
ículas,
s, afinal,
as criaturas que nunca escreveram
tas de amor
ue são
ículas.
m me dera no tempo em que escrevia
m dar por isso
tas de amor
ículas.
erdade é que hoje
minhas memórias
sas cartas de amor
ue são
ículas.
das as palavras esdrúxulas,
mo os sentimentos esdrúxulos,
naturalmente
ículas).
FERNANDO
PESSOA
◄
AUTOPSICOGRAFIA
oeta é um fingidor.
ge tão completamente
chega a fingir que é dor
or que deveras sente.
s que lêem o que escreve,
dor lida sentem bem,
as duas que ele teve,
s só a que eles não têm.
ssim nas calhas de roda
a, a entretener a razão,
e comboio de corda
se chama o coração.
FERNANDO PESSOA (Lisboa, 1888 1935). Nació en Lisboa el 13 de junio
de 1888. Tenía cinco años cuando su
padre murió de tuberculosis y ocho
cuando su madre se volvió a casar con
el cónsul de Portugal en Durban. Allá en
Suráfrica, donde se crio, recibió lo que
los libros llaman «una educación
inglesa». Volvió a Lisboa en 1905 y
montó una tipografía que no tardaría en
quebrar. A partir de entonces se dedica a
la traducción de cartas comerciales,
oficio que desempeñará ya durante el
resto de su vida. Murió el 29 de
noviembre de 1935 en un hospital
lisboeta, probablemente debido a una
cirrosis, a los cuarenta y siete años de
edad. Después de su muerte han
aparecido sus Obras Completas
publicadas con diferentes nombres. I Poesías, 1942, de Fernando Pessoa; II Poesías, 1944, de Alvaro de Campos;
III -Poemas, 1946, de Alberto Caeiro;
IV -Odas, 1946, de Ricardo Reis; V Mensajes,
1945;
VI
-Poemas
dramáticos; y VII y VIII -Poesías
inéditas. Destaca también El libro del
desasosiego, que inició el poeta en
1912.

Documentos relacionados