Lacoste, P. (2003), La imagen del otro en las relaciones de la

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Lacoste, P. (2003), La imagen del otro en las relaciones de la
Lacoste, P. (2003),
La imagen del otro en las relaciones de la Argentina y Chile (1534-2000),
Fondo de Cultura Económica y Universidad de Santiago de Chile,
Santiago, 443 p. isbn 950-557-556-4
El libro constituye una tesis de doctorado en
estudios americanos leída en la Universidad de
Santiago de Chile; recibió el primer premio en
el ix Concurso de Investigación “Casa de América” (año 2000) y ha sido coeditado. Consta de
introducción, trece capítulos y conclusiones.
Los capítulos, ordenados cronológicamente,
recorren la cuestión de la frontera argentinochilena desde 1534 hasta el 2000; ocupan el
mayor volumen los correspondientes al siglo
xix, época de formación de los Estados actuales.
Aunque originalmente la tesis incluía un anexo
cartográfico, en la edición final fue reemplazado por un simple listado de referencias.
El autor, nacido en Mendoza la provincia
argentina más relacionada históricamente con
Chile, desarrolló su carrera de investigación
y docencia en su ciudad natal, se doctoró en
Historia en la Universidad de Buenos Aires y
en Santiago obtuvo este segundo doctorado.
Actualmente en Talca, Chile, siempre ha promovido activamente los vínculos académicos
binacionales.
Argentina y Chile comparten uno de los
límites binacionales más extensos del mundo:
5 150 kilómetros mayoritariamente trazados
sobre el soporte natural de la cordillera de
los Andes, pero con numerosos segmentos
abiertos a la interpretación y la convención.
Entre estos países, la historia es de conflicto
latente y el gran desafío presente es la integración. Lacoste, desde este punto de vista, le ha
asignado un sentido fuertemente político a su
tarea intelectual y ha concebido un trabajo de
investigación cuya mayor virtud es, sin duda,
la de acercar algunas de las más novedosas y
útiles herramientas de las ciencias sociales
a la reflexión sobre la historia de las relaciones
argentino-chilenas. El elemento más interesante de su enfoque proviene de la historia
Investigaciones Geográficas, Boletín 62, 2007
intelectual, y está en el renovado interés en los
procesos y los medios por los que la realidad,
en este caso, el territorio, se construye desde
el imaginario.
El proyecto original del autor se centraba en
el siglo xx, pero pronto chocó con “la necesidad
de buscar las causas de los desencuentros”
(p. 7) mucho más atrás. Se remonta así al tiempo de la conquista española, mucho antes de
que existieran Argentina y Chile, y traza una
clara distinción conceptual entre fronteras jurídicas, fronteras imaginarias y fronteras reales,
que viene a complejizar y al mismo tiempo
a superar la idea de dos países separados por
una frontera meramente natural. Generalmente
de menor alcance espacial que las dos primeras, Lacoste señala la necesidad de conocer las
fronteras reales en tanto límites del alcance
político-administrativo efectivo de un centro
de poder. Esta puesta en tensión entre factores
naturales y político-culturales en el proceso de
construcción del límite binacional transforma
al estudio en una interpretación que, en sentido
lato y no estricto, se hace deudora de la longue
durée braudeliana. Esta metodología y enfoque
no se aplican en este caso explícitamente ni en
forma completa, atendiendo analíticamente a
los tres niveles de la vida histórica, pero es claro
que la consideración interrelacionada de factores materiales y simbólicos en la construcción
de una realidad de cinco siglos de profundidad
enriquece el tratamiento de la cuestión.
Su análisis atraviesa, entonces, tres momentos históricos clave: la situación al producirse
la Revolución de 1810, la percepción de la
cordillera de los Andes como límite natural
–que se refleja en el tratado de 1881– y las
reelaboraciones posteriores de esa representación que generaron, durante el siglo xx, la
percepción generalizada, en cada uno de los
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Pedro Navarro Floria
países en cuestión, de que el otro era un vecino expansionista y peligroso, y las hipótesis
de conflicto derivadas de allí. De modo que
para desmontar estas hipótesis, se deben remontar esos largos procesos en busca de las
raíces del prejuicio. Este es el objeto central de
la investigación: cómo las élites intelectuales,
académicas y políticas de uno y otro lado de los
Andes percibieron, a lo largo del tiempo, sus
derechos territoriales y los del otro, y de qué
modo esas representaciones contribuyeron a la
construcción territorial del límite.
El trayecto de formación de los Estados
argentino y chileno supuso una progresiva
aproximación de las fronteras reales a las
fronteras jurídicas. Pero la relatividad de lo
imaginario juega aquí su rol, al proyectar
al pasado lo que se ha llamado bien, en un
trabajo reciente,1 el “deseo territorial” de los
Estados. Esas proyecciones adquirieron la
forma, según Lacoste, de “tesis fundacionales”
contrapuestas, productoras tanto de un “Chile
fantástico” como de una “Argentina fantástica”, gradualmente desactivadas durante el
proceso de determinación del límite internacional y centralmente al firmarse los Pactos
de Mayo de 1902, superadas y olvidadas por
las historiografías oficiales de ambos países
en la primera mitad del siglo xx, reactivadas
en Chile a mediados del siglo y en Argentina
poco después, estandarizadas nuevamente
por los nacionalismos y los militarismos de las
décadas oscuras de nuestra historia reciente, y
anacrónicamente sobrevivientes en materiales
académicos, cartográficos y didácticos hasta los
umbrales mismos del siglo xxi.
Tanto en la construcción simbólica de los territorios nacionales como en la deconstrucción
emprendida por el autor cumple su papel la
cartografía. Sin embargo, los mapas se encuentran, en la obra, narrados y explicados pero
materialmente ausentes. La ausencia de mapas
en este libro merece un comentario aparte.
La crisis argentina de 2001-2002, que implicó
la casi disolución de un país y la suspensión
–en muchos casos, la pérdida definitiva– de
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infinidad de proyectos e iniciativas, dificultó
algunos de los trámites de edición de unos
mapas que, de todas formas, son accesibles por
haber sido todos ellos previamente publicados.
Desde el punto de vista del análisis interno
de la obra, esta carencia se ve atenuada, de
algún modo, por el hecho de que el objeto de
análisis no es la cartografía en sí misma sino
su contexto de producción y su contribución
al imaginario social sobre el territorio y sobre
el otro-extranjero.
El “anexo cartográfico” ya mencionado consiste en el listado de dieciocho mapas anteriormente publicados en diversas obras, entre 1902
y 2000, cada uno con su referencia bibliográfica
precisa, el señalamiento de su fuente cuando
corresponde y, lo más interesante, la determinación de la “tesis fundacional” en la que se
inscribe. Las referencias bibliográficas resultan
ser aquí la información clave, puesto que este
aspecto de la tesis se sitúa en el campo de la
crítica historiográfica y, en ese sentido, la cuestión está en demostrar quién, en qué contexto
y con qué propósito representó el territorio de
un modo determinado. La consideración del
mapa como texto, como una pieza más de un
discurso que comprende las condiciones de
producción de las representaciones del territorio y del otro-extranjero, y su análisis crítico,
hacen que en este caso la presencia material de
los mapas no sea estrictamente necesaria. Una
clara demostración de este hecho está en que el
autor no elaboró ningún mapa para respaldar
sus posiciones.
Por otro lado, el análisis emprendido por el
autor no se apoya en los aportes conceptuales
más recientes acerca de la construcción simbólica de los Estados-nación, como los de Benedict
Anderson y las posteriores derivaciones que
esta tendencia ha producido en las últimas dos
décadas, en las corrientes más recientes del
“giro lingüístico” y de la historia intelectual
en general, lo que hubiera dotado a la tesis
de un mayor espesor teórico y en este caso se
constituye en una opción metodológica que
puede ser señalada como deuda.
Investigaciones Geográficas, Boletín 62, 2007
La imagen del otro en las relaciones de la Argentina y Chile (1534-2000)
La obra cuenta con el respaldo de una
bibliografía abundante, generalmente actualizada y apropiada a sus fines, proveniente
de la teoría y de la historia de las relaciones
internacionales, de la historia de las ideas y
de las vinculaciones binacionales en distintos
niveles, de atlas históricos y geográficos, y
también de un importante repertorio documental constituido por textos diplomáticos,
publicaciones oficiales, memorias, manuales
escolares y otras fuentes de época, y de cartografía. En su inmensa mayoría, proviene
de la historiografía argentina y chilena. Los
materiales inéditos provienen de los archivos
nacionales de Buenos Aires y Santiago, y del
Archivo del Ejército Argentino. El autor no ha
realizado una investigación cartográfica de amplio alcance en archivos porque su interés como
ya se ha señalado, no se centra en la cartografía
inédita sino en la publicada en los países en
cuestión, en función, claramente, de la relación
entre esas representaciones del territorio y sus
contextos de producción. Su enfoque del tema
es indudablemente novedoso, y no vacila en
confrontar posiciones con lo más calificado de
la historiografía pasada y actual.
Su aporte debe inscribirse, sin duda y a
pesar de las carencias teóricas señaladas, en el
campo de la historia intelectual, más precisamente en el del análisis crítico de las representaciones, aunque su adscripción al mismo no
sea explícita. Por tratarse de representaciones
espaciales, contribuye significativamente al
diálogo entre la Historia y la Geografía,
en el terreno de la Geografía Histórica y de
la Historia del Pensamiento Geográfico, y en
Investigaciones Geográficas, Boletín 62, 2007
referencia a las Relaciones Internacionales y los
procesos de integración regional.
El extraordinario caudal de información
manejada por Pablo Lacoste muestra una vez
más que los procesos históricos, y más aún los
intelectuales, no son lineales y transparentes
sino sinuosos y opacos. Sin embargo, la posibilidad misma de esta tesis, aquí comentada
una vez publicada en forma de libro, elaborada
por un argentino en una universidad chilena
y sostenida, como reconoce el autor en los
agradecimientos, por la red intelectual de la
Asociación Argentino-Chilena de Estudios
Históricos e Integración Cultural, demuestra
que ambas comunidades académicas cuentan
con herramientas para respaldar el actual ciclo
de integración abierto tras la recuperación de
la democracia.
Nota
Lois, C. (2006), “Técnica, política y deseo
territorial en la cartografía oficial de la Argentina
(1852-1941)”, Scripta Nova, revista electrónica
de geografía y ciencias sociales, Universidad de
Barcelona, 1 de agosto, vol. x, núm. 218 (52),
<htt://www.ub.es/geocrit/sn/sn-218-52.htm>
1
Pedro Navarro Floria
conicet y
Universidad Nacional del Comahue
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Perló Cohen, M. y A. E. González Reynoso (2005),
¿Guerra por el agua en el valle de México?
Estudio sobre las relaciones hidráulicas entre el Distrito Federal
y el Estado de México,
Coordinación de Humanidades, puec, unam
y Fundación Friedrich Ebert,
México, 144 pp. isbn 970-32-2968-9
La aparición de este magnifico libro, además
de entregar un excelente análisis del complejo
problema del agua y la Ciudad de México,
tema central del libro, representa una buena
oportunidad para reflexionar la falta de correspondencia espacial entre los enfoques de
cuenca y región, problema bastante común en
el campo de los estudios regionales.
El texto ofrece un sólido abordaje regional
del aprovechamiento del agua por la Ciudad
de México: primero, al considerar como una
sola unidad (“región hidropolitana” la llaman
lo autores) a las cuatro cuencas hidrológicas
que los sistemas de abasto y desalojo de agua
han unificado funcionalmente; segundo, por el
análisis de los actores sociales involucrados en
los conflictos generados por ese funcionamiento, los movimientos locales de resistencia y el
trastrocamiento de los marcos jurídicos que
norman su gestión; y tercero, por la revisión
crítica del uso político de un discurso ambientalista gubernamental que busca capitalizar la
preocupación social por los efectos ambientales
en los espacios de captación del agua más que
resolverlos.
La región hidropolitana, descrita en el capitulo 2 de la obra, en efecto, puede ser vista
como el conjunto artificialmente integrado
por cuatro cuencas: la de México y las dos
subcuencas del Alto Lerma y del Cutzamala
para abastecer de agua potable a las ciudades
de México y Toluca y la cuarta subcuenca del
río Tula que recibe las aguas residuales de la
Ciudad de México.
Sin embargo, la cuenca hidrológica es una
geoforma definida por el parteaguas del relieve
que no necesariamente coincide con las unidades jurídico administrativas de los estados y
municipios involucrados, total o parcialmente,
158
en la cuenca física. Aunque tampoco son muchas las discrepancias y, por el contrario, es
notable la correspondencia del acomodo del
poblamiento a las cuencas, como resultado de
procesos de poblamiento histórico, de larga
duración, en la ocupación del territorio. La
región en cambio, puede definirse de varias
formas (Palacios, 1993), pero en estos casos,
la delimitación que se sigue para fines prácticos (operación, administración, planeación,
resolución de problemas) sigue los límites
administrativos, estados y municipios, lo que
ocasiona numerosos problemas, tanto jurídicos
como de responsabilidad en su planeación, en
las zonas de “traslape” (Bassols, 1992). La falta
de correspondencia espacial entre cuenca y
región incide, también, en un problema mayor,
muy poco discutido: la obsolescencia de las
delimitaciones estatales surgidas a principios
del siglo xix frente a la extensa difusión territorial de los espacios económicos, tradicionales
y emergentes, y cuya solución apunta en dos
direcciones: la primera “hacia abajo” en la conformación de agrupaciones de municipios que
tienen un comportamiento natural y económico
similar (Tallet, 2006) y la segunda hacia “arriba”
en la formación de regiones de varios estados
(Delgado, 1997).
En el caso del agua, la compleja trama de
oficinas de gobierno responsables de la gestión
del líquido en las regiones administrativas ha
dado por resultado una impresionante fragmentación, en buena medida responsable de
su ineficiencia y sus múltiples consecuencias
(Delgado et al., 2006). Por si fuera poco, la
influencia de región hidropolitana –aceptan
Perló y González–, no sólo es metropolitana
sino que afecta a vastos espacios periurbanos,
“rurales” o más precisamente, rural-urbanos
Investigaciones Geográficas, Boletín 62, 2007
¿Guerra por el agua en el valle de México?
que tienden hacia la formación de nuevas
configuraciones socio territoriales (Galindo y
Delgado, 2006).
Aquí conviene hacer un comentario provocador acerca de la nueva categoría propuesta.
Por un lado tiene la virtud de subrayar y hacer
explícita la dimensión regional de la ciudad, tema
poco asimilado, aun en medios académicos. Esa
idea regional permea el debate sobre el enfoque
megalopolitano (Connolly, 1999; Garza, 2000;
Delgado, 2003) y ahí se ubica la nueva propuesta. Por otro lado, la noción regional tiene
la desventaja de que, siguiendo la misma lógica del agua, podrían trazarse tantas regiones
como aspectos nodales para la conformación
territorial encontremos, p. ej. la región “cuenca
de empleo”, la región “productora de alimentos”, la región “productora de energía eléctrica”, para poner algunos ejemplos. Todas ellas
tendrían la misma legitimidad de la propuesta
para el agua pero con extensiones distintas,
lo que ilustra la controversia mencionada al
principio, entre cuenca y región. En cambio,
las regiones administrativas propuestas en
los estudios pioneros de Bataillon y Bassols
resolvían esa paradoja: no son necesarias tantas
regionalizaciones, la pertinencia de la “región
administrativa” consiste en su capacidad para
“contener” la mayor cantidad de problemas
locales. Cierto que aquellas regionalizaciones, ya quedaron “chicas” como apuntan las
tendencias recientes hacia meso regiones que
apenas empieza (Rozga, 2002; Bassols, 2002;
Delgado et al., 2006).
Cualquiera que sea el resultado de ese debate es, en esos territorios, conformados en la larga
duración, donde se han presentado los conflictos políticos y las contradicciones sociales más
agudas entre campo y ciudad y los autores de
la “Guerra por el agua” lo explican muy bien.
La construcción de la región hidropolitana ha
llevado más de cuatro siglos, desde el siglo xvii
con las primeras obras en Nochistongo para
drenar el exceso de agua pluvial hacia la cuenca
del Tula y reducir el riesgo de inundaciones
en la Ciudad de México, en el que se apoyó
Investigaciones Geográficas, Boletín 62, 2007
el primer drenaje de aguas residuales de la
ciudad en el siglo xix (Connolly, 1997). A estas
intervenciones tempranas le siguieron, ya en
el siglo xx, la construcción de las dos primeras
fases del sistema Lerma. La primera en las
inmediaciones de la Laguna de Almoloya en
la margen derecha del Río Lerma en los años
cincuenta (Maderey, 2001), y la segunda
al norte de la autopista México-Toluca, hasta el
municipio de Ixtlahuaca (Esteller et al., 2002).
La tercera y cuarta fases que debían aportar
el agua desde el Cutzamala, ya en la cuenca
del Balsas, no se realizaron por la oposición de
los campesinos y, en cambio, se optó por tomar
el agua de las presas del sistema Miguel Alemán, concebidas originalmente para producir
energía eléctrica.
Así, esta región peculiar ha sido resultado
del poder político central, primero virreinal,
luego del pri y después del gobierno foxista,
en el que se ha dado un mayor impulso a la
política privatizadora salinista y que respondió
de forma represiva a las protestas locales, tema
que se trata magistralmente en el capítulo 3 de
la obra de Manuel Perló y Arsenio González.
La imposición autoritaria de la primera
etapa del proyecto por el gobierno federal no
deja lugar a dudas, pues ni siquiera “fue necesario” firmar ningún acuerdo como afirman
los autores, sino que delegó en las autoridades
de la Ciudad de México su construcción y administración, en propio territorio mexiquense,
sembrando una bomba de tiempo. Pero le
sirvió también para reforzar su poder político,
mediante la centralización del control del recurso hídrico bajo la figura de “propiedad de
la nación”, que tuvo así un alcance nacional,
antes disperso en las propias comunidades.
El sistema Lerma sirvió, además de traer agua
a la ciudad, como campo de aprendizaje para
la nueva burocracia federal (Bastida y Vázquez,
2006).
En los años setenta, las primeras protestas
organizadas de los campesinos en la región
de Ixtlahuaca, en plena construcción de la
segunda etapa, fueron enfrentadas mediante
159
Javier Delgado
negociación directamente por Hank González,
entonces gobernador del Estado. Su carisma
aseguró el acuerdo: el Departamento del Distrito Federal (ddf) se comprometió a pagar
el usufructo del agua al gobierno del Estado
de México, quien a su vez se encargaría de
realizar las obras necesarias en beneficio
de las comunidades afectadas. Además, el ddf
“aceptó” que las comunidades que resultasen
afectadas en compensación, se abastecieran
¡de su propia agua! directamente de las tomas,
sin ningún costo para ellos. Esto “resolvió”
el problema temporalmente, pero agudizó
las contradicciones en su operación: una administración designada por el poder federal
afectaba los recursos naturales e intervenía en
la prestación de un servicio público en localidades de otro estado soberano. Que posteriormente los acuerdos no fueran cumplidos y los
documentos se hicieran “perdedizos“, apenas
disimula el hecho de que la negociación en sí
fuera harto asimétrica –gobierno federal con
el apoyo de una burocracia estatal sumisa vs
varios municipios pobres–, pero dibuja bien
el terreno sobre el que se desarrollarían las
movilizaciones posteriores, cuando el gobierno, federal, estatal o municipal, ha pretendido
cobrar a las comunidades por el “servicio” de
haberlos despojarlos de su recurso.
A diferencia de esa primera negociación, se
respondió con la fuerza publica a la protesta de
fines de los noventa, que impidió, hasta ahora, la construcción de una batería de bombas
similar en el Río Temascaltepec. La práctica
de responder primero con la fuerza pública,
levantando actas a los “líderes” y encarcelándolos, para después negociar su “liberación”
se siguió, ya bajo el gobierno foxista, ante el
movimiento que se presentó en el nodo estratégico de Berros. Este lugar es estratégico
porque ahí se unen para su potabilización las
redes de la presa Villa Victoria, la que viene de
Tuxpan en Michoacán y la de Valle Bravo, antes
de enviarla “en bloque“, eufemismo utilizado
para decir que se hace sin ninguna medición
del volumen enviado, a la Ciudad de México,
160
a los municipios conurbados y una parte a la
ciudad de Toluca. Esta protesta es significativa,
por haber sido mejor organizada que la anterior, porque tuvo una articulación regional con
otros movimientos campesinos de protesta
que reivindican su derecho al usufructo local
del agua y porque, subrayan Perló y González,
recurrió a métodos mediáticos, apoyados en la
fuerte carga simbólica de la participación de
las mujeres mazahuas “armadas”, que captó
la atención de los medios a diferencia de las
anteriores protestas que tuvieron poco efecto,
incluso en el medio académico.
El último movimiento vinculado a la construcción de la región hidropolitana, y que se
describe sagazmente en “Guerra por el agua”,
se presentó en el Valle del río Tula en el Mezquital pero de un signo paradójico, distinto a
los anteriores. Aquí, el riego con aguas negras
permitió una agricultura de alta productividad
en una comarca semiárida y, tradicionalmente,
muy marginada, con el peso importante de las
estructuras basadas en cacicazgos muy enraizados. Benefició principalmente a un grupo
de agricultores modernos apoyados en una
estructura de poder caciquil tradicional que se
apoderó del control del reparto del agua para
riego (Martínez y Sarmiento, 1991). Por otra
parte, aunque se ha estudiado ampliamente
la contaminación del suelo y del acuífero por
las aguas residuales (Siebe y Cifuentes, 1995)
y diversos estudios han señalado responsabilidad de prácticas asociadas al manejo de
fertilizantes y plaguicidas con la mortalidad
entre los jornaleros empleados en el sistema de
riego (Martínez y Samaniego, 1991; Restrepo,
1992), un estudio financiado por la Royal Society, no pudo establecer esa misma relación de
causalidad (Cifuentes, et al., 1994). Es probable
que dado que la mayoría de los productores
no trabajan ellos mismos sus tierras, sino
que lo hacen jornaleros provenientes de otras
regiones, tal vez los efectos habría que buscarlos en sus localidades de origen, más que en
los pobladores locales. Además, y entonces la
paradoja es casi surrealista, el “exceso” de agua
Investigaciones Geográficas, Boletín 62, 2007
¿Guerra por el agua en el valle de México?
vertido en una zona semidesértica ha creado un
acuífero artificial suficiente para proporcionar
unos 6 m3 adicionales a nuestra sedienta metrópolis, que lo convierte en una alternativa viable
para sustituir las obras del Temascaltepec que
debieron ser suspendidas por las protestas, y a
otras más costosas, como la de Libres Oriental
o del Amacuzac (Jiménez, et al., 1999).
El tercer aspecto valioso del libro de Perló
y González se refiere a la total desatención a
los efectos ambientales de estas obras diseñadas bajo una lógica tecnocrática, con más
componentes de ingeniería antes que sociales
o mucho menos, ambientales, que caracterizó
ese tipo de obras. Concebidas como parte de
la política federal para apoyar la industrialización del país, la “federalización del agua”,
como acertadamente lo caracterizan los autores
siguiendo a Aboites, se acompañó también
–una muy sugerente línea de trabajo–, de la
apropiación federal de la capital y la disolución
de sus ayuntamientos. Así, el modelo empleado
para concentrar lo fundamental de la economía
nacional en la Ciudad de México primero y en
Guadalajara y Monterrey, después se convirtió
en pieza clave de lo que los economistas llamaron “milagro mexicano” más entusiasmados
por el crecimiento del pib que por sus devastadores efectos sociales y ambientales.
En la cuenta ambiental se deben registrar no
sólo los hundimientos en los terrenos –como
se afirma correctamente en el texto–, sino la
afectación general del funcionamiento hídrico
de las cuencas involucradas que se expresa
en la desecación parcial de las lagunas del
Alto Lerma, la desecación total de numerosos
manantiales, muchos de ellos activos desde
tiempos prehispánicos, el abatimiento del nivel
freático, la afectación de la vegetación, lo que
aunado a una deforestación sin freno, ha agudizado la erosión y pérdida del suelo y la
alteración del microclima (Soms, 1986; Esteller
y Díaz, 2002).
Otro efecto ambiental que citan Perló y
González, pero que es muy controvertido, es
la “sobre explotación” de los acuíferos. Aquí
Investigaciones Geográficas, Boletín 62, 2007
estamos frente a una discrepancia teórica nada
fácil de resolver.
Según Thot, el enfoque de “sobreexplotación” es erróneo debido a que se basa
en una medida imperfecta de las cantidades
de agua que entran en la cuenca y las que
se extraen, después de restar la evaporación.
El error, que hay que abonar a la teoría del
“balance hidrológico” (safe yield), se genera
por: a) porque no existe una medición precisa
del agua que se extrae (las bombas no tienen
medidor) y porque las metodologías para
medir la evaporación son muy genéricas y no
toman en cuenta las diferencias de vegetación
(unas plantas toman más agua que otras) ni la
compleja interacción entre vegetación, suelo,
temperatura y vientos; y b) el más importante,
es que ese método no toma en cuenta los flujos
de agua subterránea que pasan de una cuenca a
otra, lo que afecta los métodos convencionales
de cuantificar el balance intra-cuenca.
Esa imprecisión o incertidumbre no impide
asociar los efectos evidentes sobre el medio a la
extracción desmedida del agua. La teoría alternativa de los flujos subterráneos proporciona
una interpretación más certera de la situación
real. Además, el poderoso grupo político
que decide las obras y la política hidráulica
nacional, ha utilizado la noción de “sobreexplotación” para legitimar la construcción y
mantenimiento de costosos sistemas de trasvase en los que han estado asociados grandes
intereses económicos. Sin embargo, no contamos aún con una mejor manera de explicar los
evidentes efectos físicos arriba enunciados. La
alternativa que se ha encontrado para superar
esa dificultad es sustituir “sobreexplotación”
por “extracción intensiva del agua” y cuando es
necesario, agregar que esto se hace “sin ningún
cuidado por los efectos ambientales”, esto aun
cuando se recurre al concepto de estrés hídrico
(Caravias y Lamda, 2005).
Sin embargo, el discurso ambientalista no
sólo nutre la acción de diversas ong y concita
la atención académica, escasa todavía, sino
también ha servido al grupo de poder político
161
Javier Delgado
mexiquense para renegociar ante la federación
los poco racionales acuerdos –que su propio
partido impulsó-, para el uso del agua, lo que
sin duda es legítimo, pero para golpear políticamente, de paso, al gobierno del d.f., que por
primera vez ha sido electo democráticamente.
Las implicaciones políticas del problema se
abordan con un gran lucidez, en los capítulos
3 y 4 del libro que nos ocupa.
Los autores concluyen con un interesante
abanico de opciones políticas (en el capítulo
5 y último), que buscan reformular la institucionalidad del agua con una nueva Secretaría
del Agua (similar a la que existe en el gobierno
mexiquense) que proporcione una instancia
de decisión sobre bases distintas a las actuales
que se caracterizan por una fragmentación y
escasa capacidad de decisión.
En suma, se trata de una obra muy estimulante desde el punto de vista académico y por
su tratamiento de los conflictos sociales involucrados, cuestión que cada vez es más frecuente
en el país, como resultado de una sociedad que
empieza a notar que su participación puede ser
decisiva. Y, además, lo exige.
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Investigaciones Geográficas, Boletín 62, 2007
163
v Simpósio Nacional
e I Simpósio Internacional sobre Espaço e Cultura,
Rio de Janeiro, 26, 27, 28 e 29 de setembro de 2006
O v Simpósio Nacional e I Simpósio Internacional sobre Espaço e Cultura foi organizado
pelo Núcleo de Estudos e Pesquisas sobre
Espaço e Cultura (Nepec) do Departamento
de Geografia da Universidade do Estado do
Rio de Janeiro (uerj), Campus Maracanã, nas
instalações desta Universidade, no bairro do
Maracanã, zona norte da cidade do Rio de Janeiro, entre os dias 26 e 29 de setembro de
2006.1 Coordenado e criado pelos professores
Zeny Rosendahl, da uerj, e Roberto Lobato
Corrêa, da Universidade Federal do Rio de
Janeiro, em 1993, o Nepec conta também com
a participação de dois professores associados
João Batista Ferreira de Mello e Aureanice de
Mello Corrêa, ambos da Universidade do Estado do Rio de Janeiro, e com alunos de graduação
e pós-graduação.2 Três linhas de investigação
orientam o trabalho desenvolvido pelo Núcleo:
Espaço e Religião, Espaço e Cultura Popular e
Espaço e Simbolismo.
A partir das atividades e dos produtos elaborados em torno desses três eixos, o Nepec
passou a organizar, de dois em dois anos, nos
meses de outubro, os simpósios nacionais sobre
Espaço e Cultura. O primeiro simpósio ocorreu
em 1998, o segundo em 2000, o terceiro em 2002
e o quarto em 2004. Em média cada evento
contou com cerca de 200 participantes, que assistiram as Mesas Redondas e conferências ordenadas em três dias. Nesses quatro simpósios
o geógrafo francês Paul Claval esteve presente,
e, no primeiro, em 1998, Denis Cosgrove, da
Universidade da Califórnia, Los Angeles, participou proferindo uma conferência sobre as
tendências da Geografia Cultural para o novo
milênio. Os trabalhos apresentados passaram
a ser publicados no periódico semestral criado
em 1995 pelo Núcleo, denominado “Espaço e
Cultura”, e em livros organizados por Zeny
164
Rosendahl e Roberto Lobato Corrêa, chamados
“Séries Geografia Cultural”, publicados pela
Editora da uerj.
Os simpósios foram sempre realizados a
partir de Mesas Redondas e conferências, não
possuindo sessões de comunicações-livres e
resumos ou anais do evento. Nesses quatro
primeiros simpósios duas Mesas Redondas
foram recorrentes Matrizes e Teoria em Geografia
Cultural e Religião e Manifestações do Sagrado. A
primeira buscando estabelecer um caminho
de reflexão teórica para a Geografia Cultural
e a segunda uma abordagem espacial sempre
da religiosidade católica. Estiveram presentes apresentando trabalhos em quase todos
os eventos geógrafos como Carlos Augusto
Figueiredo Monteiro, Paulo César Gomes,
Werther Holzer, Gisela Aquino Pires do Rio,
Rogério Haesbaert, Ana Maria Daou, dentre
outros.
O V Simpósio Nacional e I Simpósio Internacional sobre Espaço e Cultura não foi diferente.
Organizado por Zeny Rosendahl e Roberto
Lobato Corrêa, sob coordenação de Aureanice
Mello Corrêa e João Batista Ferreira de Mello,
contou também com uma grande equipe de
apoio formada por alunos de pós-graduação e
graduação da uerj vinculados ao Nepec. Com
exceção de Rogério Haesbaert, esses geógrafos
mencionados logo acima estiveram também
presentes contribuindo para o debate dos
três eixos de investigação desenvolvidos pelo
Nepec, orientadores das Mesas e conferências
realizadas.
Embora mais extenso do que os quatro
primeiros, com onze Mesas organizadas em
quatro dias e com cerca de 370 participantes,
a estrutura do v Simpósio Nacional e i Internacional sobre Espaço e Cultura seguiu a
mesma orientação dos simpósios anteriores.
Investigaciones Geográficas, Boletín 62, 2007
v Simpósio Nacional e i Simpósio Internacional sobre Espaço e Cultura
Os trabalhos foram encaminhados para a
coordenação do evento e por ela selecionados
e organizados em onze grandes temas que geraram as seguintes Mesas Redondas: 1. Cultura
de Massa, Cultura Popular e Resistência; 2. Territórios Indígenas: Cultura e Natureza; 3. Espaço,
Literatura e Música; 4. Religião e Manifestações
Hierofânicas; 5. Matrizes e Teorias em Geografia
Cultural; 6. Pluralidade Religiosa e Identidade;
7. Espaço, Representações e Imagens; 8. Paisagem
e Cultura; 9. Natureza, Espaço e Cultura;
10. Dimensões Culturais e Espaço: Perspectivas;
11. Espaço e Festa. Para cada Mesa, em média,
foram apresentados quatro trabalhos.
No mesmo formato dos simpósios anteriores, as Mesas foram seqüenciais, promovendo a
convergência da atenção dos participantes para
um foco temático de cada vez. Com exceção do
primeiro dia, com uma palestra de abertura
pela manhã e duas Mesas Redondas na parte
da tarde, o evento transcorreu com três Mesas
por dia, uma pela manhã e duas à tarde. Para
o fechamento das atividades diárias, o Simpósio organizou palestras, lançamento de livro
e breves apresentações musicais. Conforme
indicado, como os eventos não possuem anais,
os trabalhos apresentados aqui somente poderão ser apreciadas após publicação prevista
para o próximo número do periódico “Espaço
e Cultura” e para o próximo lançamento da
coleção “Séries Geografia Cultural”.
Nas Mesas Redondas, ficaram registradas
as presenças de três professores estrangeiros,
Maria da Graça Mouga Poças Santos, da Escola
Superior de Educação de Leiria, Instituto Politécnico, Porto Moniz, Portugal, que apresentou uma tipologia para o estudo das cidades
santuários portuguesas, na Mesa Religião e
Manifestações Hierofânicas, João Sarmento, da
Universidade do Minho, Portugal, que expôs
uma leitura das obras de David Harvey ressaltando nelas o tratamento dado à cultura,
que segundo o palestrante é característico ao
que denominou de nova Geografia Cultural
anglo-saxônica, de expressão nos anos 80 e
90, de caráter nitidamente marxista e crítico
Investigaciones Geográficas, Boletín 62, 2007
às abordagens da Geografia Cultural clássica,
da fenomenologia, da hermenêutica e da percepção, abordagens que predominaram nos
trabalhos apresentados no Simpósio, e, Daniel
Gade, da Universidade de Vermont, eua, que
procurou recuperar a biografia de Carl Sauer
e sua postura política e intelectual no meio
acadêmico norte-americano, ambos geógrafos
compuseram a Mesa Redonda Matrizes e Teorias
em Geografia Cultural.3
Na realidade o Simpósio obteve grande
expressão e representação da comunidade
geográfica nacional, com a participação significativa de professores e alunos de programas
de pós-graduação e graduação em Geografia
de várias universidades brasileiras. Dentre as
universidades mais representadas nas Mesas
Redondas destacam-se a Universidade do
Estado do Rio de Janeiro e a Universidade
Federal do Rio de Janeiro, cada uma com
onze representantes, e a Universidade Estadual Paulista (unesp), com seis. Com quatro
representantes aparecem a Universidade do
Estado de São Paulo (usp) e a Universidade
Federal Fluminense (uff). Com três estão a
Universidade Federal de Uberlândia (ufu)
e a Universidade Federal do Rio Grande do
Norte (ufrn). A Universidade Federal de
Goiás (ufg), a Universidade Federal da Bahia
(ufba), a Universidade Federal do Pará (ufpa),
a Universidade Federal de Rondônia (unir),
aparecem cada uma com dois representantes.
Por fim, com um representante de cada instituição estão a Universidade Federal de Sergipe (ufs), a Universidade Federal do Paraná
(ufpr), a Universidade Católica de Salvador, a
Universidade Federal de Pernambuco (ufpe),
a Universidade Estadual do Ceará (uece), a
Universidade Estadual de Ponta Grossa (uepg),
a Universidade Federal do Mato Grosso do Sul
(ufms), a Universidade Federal de Santa Maria
(ufsm) e Universidade Federal do Amazonas
(ufam). É interessante notar que apesar da
maior expressão da uerj e da ufrj, houve uma
seleção de trabalhos que parece ter priorizado a participação de um amplo leque de
165
Mônica Sampaio Machado
universidades públicas federais, de diversas
partes do país, fora do eixo Rio de Janeiro,
São Paulo e Brasília.
Lamentavelmente o geógrafo Paul Claval
não pode comparecer para a abertura do
evento, como era de costume. Uma ausência
muito sentida, uma vez que sua contribuição
a Geografia Cultural é internacionalmente
reconhecida. Entretanto, o renomado geógrafo
brasileiro Roberto Lobato Corrêa assume a
abertura do evento com a conferência “Regiões Culturais: um tema fundamental”, a quarta
conferência em cinco simpósios. Aqui retoma
a Geografia saueriana e a Escola de Berkeley
como referências fundamentais para o entendimento do Brasil. De fato, Roberto Corrêa
procura trazer a Geografia de Carl Sauer para o
Brasil explorando o conceito de região cultural
como referência para o estudo do território
brasileiro. Após essa conferência, fortalecendo
a linha Espaço e Cultura Popular, o evento
contou com uma exposição denominada “Persona”, máscaras populares artesanais, e com a
apresentação do Grêmio Recreativo da Escola
de Samba Mirim Estrelinha da Mocidade. Na
parte da tarde transcorreu a primeira Mesa
do evento com a temática da cultura de massa
e cultura popular e, em seguida, a segunda,
sobre a cultura indígena. À noite, iniciando
a abertura cultural, o geógrafo João Baptista
Ferreira de Melo, um dos precursores da Geografia Humanística no Brasil, apresentou sua
conferência sobre o Rio de Janeiro através da
música popular. Uma palestra na qual expõe
a história e geografia da cidade do Rio ao som
das canções populares que marcaram a vida
carioca.
O segundo dia do evento foi iniciado com a
Mesa sobre literatura e música com trabalhos
sobre Lima Barreto, Machado de Assis entre
outros. A primeira Mesa da tarde, Religião e
Manifestações Hierofânicas, foi coordenada por
Zeny Rosendahl, que também apresentou uma
proposta teórica para o estudo das relações
entre espaço e religião, fruto da pesquisa que
desenvolve desde o início dos anos 90 sobre a
166
religiosidade católica no Brasil, o maior país
católico do mundo. Em sua apresentação evidenciou-se uma elaboração teórica e metodológica sobre a temática, assim como o esforço
que vem desempenhando recentemente para
a articular religião, política e economia. Na
Mesa Redonda seguinte, dedicada à discussão
teórica sobre a Geografia Cultural, além dos
trabalhos dos geógrafos estrangeiros citados,
João Sarmento e Daniel Gade, cabe mencionar
a apresentação de Paulo César Gomes, da ufrj,
sobre imagens e Geografia. Sua grande preocupação centrou-se em dar uma contribuição ao
tratamento das imagens pela Geografia, o que
fez explorando de maneira inovadora a concepção de cenários geográficos. Finalizando o
dia, Zeny Rosendahl e Roberto Lobato Corrêa
lançaram o livro “Cultura, Espaço e Urbano”,
uma coletânea de textos sobre a temática,
publicados pela Ed uerj.
O terceiro dia do evento contou, na parte
da manhã, com a Mesa sobre pluralidade
religiosa na qual foram apresentados estudos
sobre a cultura judaica, sobre os cultos africanos brasileiros, e sobre a fé Bahá’í. Na parte da
tarde, na primeira Mesa, Espaço, Representação e
Imagens, foram apresentados trabalhos sobre as
representações espaciais através do cinema, da
pintura, da fotografia e dos jornais brasileiros.
Na última Mesa deste dia, a discussão orbitou
sobre temática paisagem e cultura. Aqui foram
apresentados estudos sobre as construções
simbólicas da paisagem, culturais e políticas,
do sertanejo e do carioca. Foram também apresentadas reflexões teóricas para o estudo da
paisagem a partir o método fenomenológico.
Encerrando as atividades, os participantes do
evento assistiram a apresentação do Coral Afro
Iyún Asé Orin. Coral de Cânticos de Axé, na
língua iorubá.
O quarto dia do Simpósio teve início com
a Mesa Redondo Natureza, Espaço e Cultura. A
primeira apresentação abordou a concepção
de natureza e suas dimensões simbólicas
concebidas pelas comunidades pesqueiras
nordestinas e as outras três trataram, de
Investigaciones Geográficas, Boletín 62, 2007
v Simpósio Nacional e i Simpósio Internacional sobre Espaço e Cultura
forma diferenciada, da Amazônia. Nesses
três trabalhos a temática da representação da
Amazônia por seus diversos habitantes foi
recorrente. O primeiro trabalho versou sobre
as representações da Amazônia pela população das comunidades ribeirinhas das ilhas de
Abaetetuba no Pará, o segundo apresentou a
importância e o papel das águas e das formas
dos sistemas naturais na cidade de Manaus
e a última buscou identificar a concepção de
ética ambiental em cinco áreas amazonenses
com características bem distintas. A primeira
Mesa da parte da tarde, Dimensões Culturais,
Espaços: Perspectivas, reuniu quatro trabalhos
com temáticas diversas. Foram apresentados
estudos sobre: a) o cotidiano feminino; b) os
significados do esporte, essencialmente do
futebol, no urbano; c) a identidade e representação geográfica portuguesa no Rio; d) o projeto político e a imagem da cidade de Niterói a
partir dos anos 80. Nesta Mesa, uma calorosa
discussão sobre a dominação social masculina
envolveu e dividiu o auditório. Discussão que
pôde ser evidenciada em virtude da composição e das características deste evento, que tem
incentivado e conjugado temas pouco usuais
na Geografia. A última Mesa Redonda do
Simpósio, Espaço e Festa, trouxe estudos sobre
costumes e tradições populares de diversas
comunidades de cidades pequenas e médias
e espaços rurais brasileiros. Foram apresentados trabalhos sobre as festas religiosas das
comunidades ribeirinhas de Porto Velho, sobre
a reinvenção das tradições nos espaços rurais
dos cerrados de Minas Gerais, sobre as festas
da Irmandade da Boa Morte, Bahia, e sobre
as festas na cidade de Mossoró, Rio Grande
do Norte.
Encerrando o evento, o renomado geógrafo
Carlos Augusto de Figueiredo Monteiro proferiu uma palestra buscando articular arte e geografia. Recuperando a história da retratação de
paisagens na arte, Carlos Augusto Monteiro
focalizou sua apresentação nas pinturas em
aquarela do artista paulista, do século xix,
Miguel Dutra (1810-1875), veiculadas no livro
Investigaciones Geográficas, Boletín 62, 2007
“Miguel Dutra o poliédrico artista paulista”,
publicado em 1931 por Pietro Maria Bastos.
Sua proposta central foi destacar o papel
das paisagens e das imagens na investigação
geográfica e estabelecer a expressão artística
como uma importante fonte de pesquisa
para a Geografia. Ao terminar sua palestra,
Carlos Augusto Monteiro foi homenageado
pelo Nepec, em função de sua significativa
contribuição a Geografia Brasileira. Como
fechamento do Simpósio os professores
Zeny Rosendahl, Roberto Lobato Corrêa,
João Batista Ferreira de Mello e Aureanice de
Mello Corrêa se pronunciaram e recuperaram
a história e a contribuição dos simpósios realizados e dos trabalhos desenvolvidos pelo
Nepec. Nesse sentido, deve ser reconhecido
o esforço que este Núcleo tem realizado no
fomento e no desenvolvimento da Geografia
Cultural no Brasil. Esforço claramente percebido através da organização e da qualidade
deste Simpósio. Na manhã do dia seguinte, o
professor João Batista Ferreira de Mello coordenou uma excursão geográfica ao centro do
Rio de Janeiro através de um roteiro cultural.
Nele foram exploradas a gênese, a expansão e
a metamorfose da cidade carioca, assim como
as simbologias dos seus logradouros, igrejas,
centros culturais e museus.
Basta ainda uma última informação. Conforme a periodicidade da realização desses
eventos e de acordo com a previsão da comissão organizadora do Simpósio, o próximo
Simpósio Espaço e Cultura irá acontecer daqui
a dois anos, em outubro de 2008, na Universidade do Estado do Rio de Janeiro sob coordenação do Nepec.
Notas
Esta resenha contou com a colaboração dos alunos
Adriana de Melo Simas (mestranda em Geografia
uerj) e Alicia Vianna da Silva (bolsista iniciação
científica faperj), que acompanharam o Simpósio e
registraram as poucas palestras em que não pude
estar presente.
1
167
Mônica Sampaio Machado
No v Simpósio Nacional e I Simpósio Internacional
sobre Espaço e Cultura foram anunciadas mudanças na composição dos professores associados ao
Nepec, havendo uma ampliação desta lista. Para
acompanhar as atividades do Nepec consultar
http://nepec.com.br
2
168
Álvaro López Gallero, da Universidad de la República, Uruguay, não pode comparecer ao evento.
3
Mônica Sampaio Machado
Departamento de Geografia
Universidade do Estado do Rio de Janeiro
Investigaciones Geográficas, Boletín 62, 2007
iv Seminario Latinoamericano de Geografia Física
Geografia Física: Novos Paradigmas e Políticas Ambientais
Maringá, Brasil, 14-17 de octubre, 2006
En la ciudad de Maringá, Estado de Paraná,
Brasil, se celebró del 14 al 17 de octubre de 2006
el iv Seminario Latinoamericano de Geografia
Física, concebido como un espacio de reflexión
y análisis de las líneas teóricas, metodológicas,
docentes y aplicadas, vistas con carácter actual
e innovador de la evolución alcanzada por esta
disciplina en el continente.
Auspiciado y organizado por el Departamento de Geografia de la Universidade Estadual do Maringá, contó con la colaboración de
los comités organizadores de Cuba, México y
Venezuela, países en los que en años anteriores
se realizaron los tres seminarios que antecedieron al presente.
En este participaron 353 representantes de
los siguientes países: Argentina, Brasil, Cuba,
México y Portugal. Y se realizaron las siguientes actividades:
La ceremonia de apertura contó con la
presencia del Rector y de otras autoridades
de la Universidade Estadual do Maringá. Las
palabras de bienvenida estuvieron a cargo de la
Dra. Teresa Reyna, Presidenta del Comité Coordinador Latinoamericano y del Dr. Modesto
Messias dos Passos, Coordinador Nacional
por Brasil del iv Seminario Latinoamericano.
Como parte del programa se impartió la conferencia magistral “La Geografia del Futuro”
por el reconocido geógrafo brasileño Dr. Carlos
Augusto Figueireido Monteiro. Y se rindieron
homenajes a los profesores José Bueno Conti
y Helmut Troppmair, en los que se puso de
manifiesto la actividad académica de estos
destacados geógrafos físicos brasileños, y sobre
todo sus valiosas aportaciones científicas a la
Climatología nacional y latinoamericana.
El programa científico estuvo integrado
por nueve ejes temáticos: Geomorfología
- Estudo dos solos; Geología e Geografia Fí-
Investigaciones Geográficas, Boletín 62, 2007
sica; Hidro - Climatología; Biogeografía; Uso
da Cartografía, do geoproccesamento e de sig
na Geografia Física; Geografia Física Aplicada
(riscos ambientais, uso de terra e Gestao Ambiental); Geografia Física e Paisagem; Encino
de Geografia y Educacão Ambiental, con la
inclusión de 284 trabajos, tanto en presentación
oral como en cartel.
Fue interesante identificar que el 35.56% de
las presentaciones versaron sobre Climatología
y Geomorfología, constatándose así al igual
que en seminarios anteriores, el desarrollo
que estas líneas guardan en Latinoamérica, así
como el alto número de investigadores que se
avocan a ellas.
De gran relevancia académica fueron las
presentaciones de tres mesas redondas que
versaron sobre los siguientes temas:
• La Teoría de Sistemas na Geografia Física.
• Geografia Física y Educacão Ambiental.
• La Geografia Física para la Gestão Ambiental.
Se exhibieron tres filmes geográficos sobre
diferentes regiones y tipos de sistemas ambientales de Brasil, algunos fueron observados y disfrutados en la excursión científica que se hizo
posterior al Seminario a la interesantísima y no
menos bella región geográfica de Iguaçu.
Durante la sesión de clausura se conoció y
debatió el informe final, mismo que fue presentado a nombre del Comité Coordinador
Latinoamericano por el Dr. José M. Mateo
Rodríguez concluyéndose lo siguiente:
La celebración del iv Seminario en el país
en el que surgió la idea de éstos, fortaleció el
planteamiento de que son actividades tanto
pertinentes como coherentes, ello debido a
que el debate geográfico de la naturaleza es
169
Teresa Reyna Trujillo, José M. Mateo Rodríguez, Modesto Messias dos Passos, Edson Vicente Da Silva
esencial a la propia naturaleza de la Geografia
como disciplina científica. Se reforzó la idea
original del Seminario, lanzada en Curitiba en
1997, de que en cada uno se deberá dar una temática específica, que se sustente no en una
división antagónica entre la Geografia Física
y la Geografía Humana, sino por el contrario,
en debatir una mirada sobre el espacio, que
parte de la naturaleza y que tiene su propia
identidad.
Se consolidó la idea de promover el encuentro con los geógrafos físicos latinoamericanos,
con la participación de los países ibéricos, para
confrontar los distintos caminos en que se
desarrolla la Geografia Física en las diferentes
naciones.
Por otra parte, se plantearon nuevas sugerencias, entre las más importantes:
• Prestar atención al trabajo teórico, epistemológico y metodológico, sobre la base de
la noción de naturaleza como parte esencial
de todas las categorías geográficas.
• Promover el uso de las categorías y conocimientos desarrollados por la Geografia
Física, en los encuentros pluri y transdisciplinarios, en particular en lo que se refiere
a la construcción del paradigma ambiental
y sostenible, y a todas las esferas que necesitan de la incorporación de la dimensión
ambiental.
• Considerar a la planificación y la gestión
ambiental como áreas en las cuales la Geografia Física puede ocupar una posición
protagónica, potenciando su papel como
un mercado de trabajo privilegiado del
geógrafo profesional.
• Enfatizar la necesidad de consolidar la impartición del saber y los métodos elaborados por la Geografia Física, en los diferentes
instrumentos que en la actualidad están
siendo desarrollados por diversas agencias
de las Naciones Unidas (Programa del Milenio, Proyectos geo, Educación para el
Desarrollo Sostenible, entre otros).
170
• Potenciar los intercambios entre los geógrafos físicos de América Latina y los países
ibéricos, promoviendo la realización de
proyectos conjuntos de investigación, creación de redes de posgrado, realización de
estancias y otras formas de colaboración,
tratando de divulgar el saber elaborado por
la Geografia Física Iberolatinoamericana.
Y, finalmente, con la premisa de que es
necesario incrementar la participación de
geógrafos de América Latina y continuar incorporando a geógrafos físicos de países ibéricos
se decidió:
• Celebrar el v Seminario Latinoamericano
de Geografía Física, y el Primero Ibero
Americano, en el 2008 en la ciudad de Santa
María, en Río Grande do Sul, Brasil, cerca
de la frontera con Uruguay y Argentina. El
evento será coordinado por el Dr. Adriano
Figueiro del Departamento de Geociencias
de la Universidade Federal do Santa María.
Para la realización de este evento se crearán dos comités, uno internacional y otro
brasileño.
• Celebrar el siguiente en el 2010, en la ciudad
de Coimbra, Portugal, bajo la coordinación
del Dr. Lucio da Cunha.
Teresa Reyna Trujillo
Instituto de Geografía
Universidad Nacional Autónoma de México
José M. Mateo Rodríguez
Facultad de Geografía
Universidad de La Habana, Cuba
Modesto Messias dos Passos
Departamento de Geografia
Universidade Estadual do Maringá, Brasil
Edson Vicente Da Silva
Universidade Federal do Ceara, Brasil
Investigaciones Geográficas, Boletín 62, 2007
xii
Reunión Internacional de Historia de la Náutica y de la Hidrografía.
Construcción y logística naval. La época de la expansión oceánica,
Borja, Zaragoza, 6 al 9 de noviembre de 2006
Las reuniones internacionales de Historia de
la Náutica e Hidrografía se realizan cada dos
años.1 Han sido organizadas por la Comisão Internacional de Historia de Náutica e da Hidrografía
(International Committee for the History of Nautical Science and Hydrography) y en ellas participan investigadores, académicos y oficiales de
marina, entre otros, con la finalidad de discutir
y realizar investigaciones sobre las múltiples y
muy variadas actividades relacionadas con el
mar, con las navegaciones y con las armadas,
principalmente española y portuguesa, a lo
largo de la historia.
Dichas reuniones, en su mayoría, se han
celebrado en territorio lusitano, aunque una se
llevó a cabo en Río de Janeiro. Las dos últimas
se realizaron por primera vez en territorio español: en 2004 en Medina del Campo (Valladolid)
y en 2006 en Borja (Zaragoza). Cada reunión
se centra en temáticas específicas aunque todas
ligadas al mar y a las navegaciones. La reunión
de 2004 se enfocó en “La ciencia y el mar” y
la última en temas como: “La construcción, la
logística naval y la expansión oceánica”.
Las sesiones incluyeron mesas de trabajo y
reuniones académicas, además de actividades
recreativas, traslados, alimentos y hospedaje.
Para conseguir esto de una forma óptima, el
comité organizador sólo invita a un número
máximo de personas. 2 Las discusiones se
prolongaron a lo largo del día. La multidisciplinariedad que aportan los participantes
generó importantes y variados intercambios
de ideas de la náutica relacionada con aspectos
técnicos, científicos, históricos, entre otros. Para
apreciar lo anterior es necesario recordar la diversidad de actividades desempeñadas por los
participantes y su procedencia tanto de centros
de investigación, de museos marítimos y de
archivos históricos, entre otros. Múltiples pro-
Investigaciones Geográficas, Boletín 62, 2007
puestas de trabajo se abordaron a lo largo de las
jornadas y abarcaron la construcción de naves,
los bastimentos usados en las navegaciones, la
participación de las tripulaciones, el lenguaje
usado en las travesías, los conocimientos astronómicos, la cartografía histórica, los desastres
marítimos y búsquedas arqueológicas, entre
otros aspectos.
Por el carácter que ha tenido la reunión a
lo largo de su trayectoria, los idiomas oficiales
de este evento fueron portugués y español.
Los materiales de trabajo entregados a los asistentes abarcaron el programa, los resúmenes
de ponencias y varios libros entre los que se
incluyó una obra que integra los trabajos de la
reunión anterior.3
La sede del evento fue la Casa de Aguilar,
donde se ubica el Centro de Estudios Borjanos.4
Dicho sitio cuenta con pequeños auditorios con
todo lo necesario para realizar las jornadas de
trabajo. Borja no cuenta con estación de trenes
o autobuses; sin embargo, previendo lo anterior, los organizadores coordinaron todos los
traslados necesarios, incluyendo al hotel y a
los distintos lugares visitados.
A la reunión fueron invitados sólo 30
personas, de las cuales asistieron 25: diez de
España, diez de Portugal, dos de México, dos
de Estados Unidos y uno de Hungría.5 Las
presentaciones abarcaron media hora y fueron ordenadas dentro de grandes temáticas:
historia de las navegaciones, construcción
naval, filología, arqueología naval, cartografía
y navegación.
Debido a que el tema central del evento,
como ya se mencionó dedicado a la construcción y logística naval, la mayoría de los
trabajos se inclinaron por este tema. Algunos
de los trabajos fueron los de Augusto A. Alves
Salgado, Vanessa Ferreira, José Virgilio Amaro
171
Guadalupe Pinzón Ríos
(Portugal), José Luis Casado Soto (España),
Carla Rahn Phillips, (Estados Unidos) sobre
los diversos tipos de embarcaciones portuguesas y españolas fabricadas en la Península
Ibérica; Esteban Piñeiro y María Isabel Maroto
Camino (España) se refirieron a las embarcaciones guardacostas; Fernando Serrano Mangas (España) explicó las diferencias entre las
naves usadas en la Carrera de Indias y en la
Armada del Mar Océano; José Blanco Núñez
(España) hizo una relación de la construcción
naval que se practicaba en La Habana; Inácio
José Guerreiro (Portugal) mostró representaciones de las naves portuguesas existentes en
la cartografía del siglo xvi; Hugo O’Donnell
(España) describió algunas políticas oficiales
en torno a la construcción naval hispana, y
Jorge Samedo de Matos (Portugal) se refirió a
la necesidad de estudiar los materiales usados
en la construcción de las embarcaciones, como
las velas y la importancia que tuvieron en la
maniobrabilidad de las naves.
Los trabajos que abordaron temas de filología fueron, por un lado, la ponencia presentada por Ana María Sánchez (Portugal), que
se refirió a un texto humanista centrado en
las navegaciones portuguesas realizadas en el
siglo xvi; o el trabajo de Juan Antonio Frago
Gracia (España), donde explicó y ejemplificó la
forma en la que el lenguaje náutico traspasó y
se arraigó en las colonias americanas a través
de las marinerías.
En cuanto a temas relacionados con la
arqueología subacuática, los trabajos presentados por Filipe Vieria (Estados Unidos) y Flor Trejo (México) se refirieron a
las búsquedas, hallazgos y propuestas de
investigación arqueológicas realizadas en
embarcaciones naufragadas usadas en la
“Carrera de Indias” tanto portuguesa como
española. Por otro lado, el trabajo conjunto de Patricia Carvalho, José Betancourt y
Francisco Alves (Portugal) que, a través de
hallazgos arqueológicos de navíos portugueses, explicaron el tráfico mercantil lusitano,
principalmente de cerámica.
172
Con base en las ricas fuentes documentales
usadas en el estudio de las navegaciones, los
trabajos de Francisco Contente Domingues y
José Manuel Varandas (Portugal), explicaron
los recursos con los que cuentan los investigadores de historia náutica portuguesa, así
como algunos proyectos en curso para recopilar dicha información; o el trabajo de István
Rákcóczi (Hungría), que se refirió a una carta
en latín poco conocida con información de la
expedición Magallanes-Elcano.
Respecto a la importancia de las mediciones
matemáticas y observaciones astronómicas, así
como el uso de las fuentes cartográficas para
el estudio de las navegaciones e historia de
la náutica, el trabajo de Josè Manuel Malhao
Pereira (Portugal) hizo referencia a un manuscrito con las aportaciones matemáticas que
mejoraron el cálculo de las longitudes en la
cartografía del siglo xvi; el de Manuel Gracia
Rivas (España), que explicó cuatro mapas que
representan algunas regiones de América y
que fueron elaborados en el siglo xvi;6 o el de
Guadalupe Pinzón (México), quien se refirió
a la cartografía del Pacífico novohispano elaborada en el siglo xviii.
Debido a que en el 2006 se celebró el 500
aniversario luctuoso de Colón, la conferencia
inaugural estuvo a cargo de José Antonio
Armillas Vicente, catedrático de la Universidad de Zaragoza, con su trabajo titulado: “Los
áulicos de Fernando el Católico y las primeras
noticias de América”. La conferencia que clausuró el evento estuvo a cargo del comandante
Ricardo Cerezo Martínez, miembro retirado
de la Real Armada Española, con el título: “El
plan, los viajes y los números de Cristóbal
Colón”.
Como se mencionó, las jornadas incluyeron
visitas a diversos lugares, lo cual no sirvió
únicamente para estimular el ambiente de
la reunión, sino también para permitir a los
asistentes conocerse, intercambiar opiniones
e incluso apreciar la zona que se visitaba. Los
lugares contemplados en los itinerarios fueron
La Casa Consistorial de Borja, el Ayuntamien-
Investigaciones Geográficas, Boletín 62, 2007
xii Reunión Internacional de Historia de la Náutica y de la Hidrografía
to, la Colegiata de Santa María y el Museo
de la Colegiata, el convento de las religiosas
Franciscanas-Clarisas, la iglesia de San Miguel,
el Auditorio de Santo Domingo, las Bodegas
Borsao y el Palacio de los Condes de Bureta.
Al final del evento se reiteró la utilidad
que tienen estas reuniones, así como lo mucho
que falta por investigar respecto al mar y a las
navegaciones, no únicamente en la Península
Ibérica, sino también en las colonias americanas que llegaron a tener las coronas portuguesa
y española. El próximo punto de encuentro
acordado será en Cohimbra (Portugal), debido
a que dicha ciudad fue la primera sede que
estas reuniones tuvieron y que para el 2009
cumplirán 30 años de celebrarse.
La importancia de este tipo de reuniones
y la forma de su organización desarrolla el
trabajo y propicia la convivencia, además promueve la formación de vínculos académicos,
de propuestas de investigaciones conjuntas,
la difusión de temáticas similares y la continuidad de este tipo de eventos. También es
conveniente que México organice este tipo de
reuniones científicas. El mar y las navegaciones son temas que merecen atención y sobre
lo que hay mucho por investigar. Esto es de
una gran relevancia para comprender el desarrollo histórico y geográfico tanto de la Nueva
España como del México Independiente. Es
importante dar a conocer este tipo de eventos
con la intención de despertar el interés de los
alumnos y otros estudiosos para que participen
con trabajos de investigación de forma conjunta
Investigaciones Geográficas, Boletín 62, 2007
y en la difusión de sus temáticas. Por otro lado,
también sería conveniente que las instituciones
náuticas del país volteen su mirada a este tipo
de trabajos para que los apoyen y, a cambio,
reciban la cultura y la identidad que sólo el
pasado aporta a las instituciones. Finalmente,
un país rodeado de extensos litorales, como es
el caso de México, no puede dar la espalda a
los temas marítimos, y menos, dejarlos fuera
de los proyectos académicos debido a la importancia y significado que brindan a la historia
y a la geografía.
Notas
Si bien esta reunión comenzó en 1969, posteriormente se realizaron en años pares.
1
La organización de este evento estuvo a cargo de
Manuel Gracia Rivas, director del Centro de Estudios Borjanos.
2
Vicente, I. y M. E. Piñeiro (coords.; 2006), La ciencia
y el mar, Sever-Cuesta, Valladolid.
3
4
Para los detalles de la sede, véase: www.cesbor.com.
Entre las personas que no asistieron estaban dos
portugueses, dos italianos y un brasileño.
5
Estos mapas pertenecen a una colección privada,
pero durante la celebración de este evento fueron
expuestos en la Casa de Aguilar.
6
Guadalupe Pinzón Ríos
Facultad de Filosofía y Letras, unam
173
Gustavo Vargas Martínez, 1934-2006
In memoriam
Viajero de las distancias largas, Vargas Martínez fue un fecundo pensador de los personajes
y los espacios geográficos de América. Ambos
elementos son claves para entender los orígenes de su pensamiento filosófico, histórico y
geográfico. El profesor Vargas Martínez nació
en Bucaramanga, Colombia el 21 de agosto de
1934 y desde joven quedó vinculado a México
y a la Universidad Nacional Autónoma de
México, donde hizo estudios de posgrado en
Psicología. Poco después, en los años sesenta,
vivió la experiencia de la Revolución Cultural
Proletaria china, dirigida por Mao Zedong, de
la que fue un testigo privilegiado de aquellos
años de la violencia social, el debate cultural
acerca de la apertura del inmenso país y del
cambio de poderes políticos.1
De las figuras, Vargas Martínez realizó una
erudita lectura de los escritos de Simón Bolívar
y llegó a poseer la más completa colección de
obras escritas del y sobre el Libertador en su
biblioteca personal, al grado que cuando
Gabriel García Márquez preparaba El General
en su laberinto, una novela formulada con perspectiva histórica y geográfica, pidió asesoría a
Vargas Martínez, y no fueron pocas las pláticas
que tuvieron sobre el poderoso río Magdalena
y los últimos días de Simón Bolívar.
Vargas Martínez fue miembro destacado
de varias sociedades científicas de Colombia,
China y México, así como de consejos editoriales, entre otros, de la prestigiosa revista
Cuadernos Americanos editada por la unam.2
De su fructífera labor académica dan cuenta
el centenar de artículos que publicó y los
cursos que ofreció en Estudios Latinoamericanos de la unam y en la Escuela Nacional de
Antropología e Historia, además de las tesis
que dirigió en ambas escuelas y en el Instituto
Cultural Helénico.
174
El interés de Vargas Martínez por la geografía, y de forma particular por los mapas
antiguos, se relaciona con su visión de la
conciencia americana. Esta vertiente de su
producción no ha recibido suficiente atención
hasta ahora, porque los especialistas ponen
mayor atención a sus trabajos del pensamiento
del Libertador,3 de Marx o sobre Gracilaso de
la Vega y olvidan los estudios que realizó a los
mapas de América. Por eso, aquí concedemos
más interés a los estudios de Vargas Martínez
sobre mapas.4
Desde finales de los años ochenta, los
anuncios pegados en las paredes de la Facultad de Filosofía y Letras de la unam avisaban
de las conferencias de Vargas Martínez sobre
“América antes de América” o “América en un
mapa de 1489” o bien sobre “Fusang, chinos en
América antes de Colón”. En esos encuentros,
los asistentes quedaban cautivados ante los
argumentos que Gustavo ofrecía de manera
generosa y ante el entusiasmo con que respondía una lluvia de preguntas que rompían las
temporalidades de América y llevaba el tiempo
histórico hacia atrás, antes de 1492. La tarea era
doble. Por un lado, explicar las peculiaridades
de la historiografía de América y la de Colón
y, por la otra, presentar el fino análisis que
aplicaba a los mapas europeos medievales y
de los siglos xv y xvi, para detectar los detalles
impresos en las hojas e identificar los nombres
geográficos.5
Sus ideas fueron objeto de atención en la
influyente revista Imago Mundi, donde examinaron su libro Atlas antiguo de América, siglos
xv y xvi (Gallez, 1996). En esta obra presentaba
el análisis de algunos mapas precolombinos
“en donde aparecen referencias a espacios
marítimos, insulares o continentales del Nuevo Mundo” (Vargas, 1995) y apuntaba que el
Investigaciones Geográficas, Boletín 62, 2007
In memoriam
camino no había sido fácil ante la “resistencia
a examinar estos documentos porque contradicen gran parte de la tergiversada información
que durante siglos” ha prevalecido de forma
inmóvil. Indicaba que hay por lo menos veinte mapas, fechados entre 1415 y 1493, en los
que se pueden encontrar rasgos de mares,
islas, penínsulas, ríos e incluso ciudades supuestamente existentes en el extremo oriental
del mundo que, en cambio, pertenecen a la
realidad americana, cuyo conocimiento entre
fabuloso e histórico, procedía de viajeros que
dejaron crónicas de su visita a América antes
de Colón.6
Basado en el estupendo trabajo publicado
por el portugués Armando Cortesão, Vargas
Martínez revisó los mapas7 para identificar los
contornos limítrofes de América en los finos
trazos y concluye que esa delineación “en el
extremo oriente asiático” no es otra que la
representación de la India Americana. En este
sentido, Vargas Martínez se sitúa en la línea
abierta por Cortesão y Robert A. Skelton.
También coincidía con las ideas y trabajos de
Roberto Almagiá, Dick Edgar Ibarra Grasso y
Pablo J. Gallez que, en los últimos años, han
logrado visibilidad internacional a partir de su
trabajo que identifica los detalles geográficos
de América como parte de Asia, especialmente, en el mapa de Henricus Martellus de 1489
(Mendoza, 1997; Ibarra, 1986 y Gallez, 1988).
Nos parece que la tesis de Raquel Urroz
Kanan, dirigida por Vargas Martínez en 2001,
es un magnífico ejemplo que sintetiza y hereda
las ideas centrales de este grupo de investigación latinoamericano. La alumna consigue una
visión global y un equilibrado diálogo entre la
geografía y la historia sobre el mapa. En su reflexión señala que: “América antes de América
era un espacio que ocupaba un lugar preciso en
la cosmovisión de algunas culturas antiguas e
incluso precolombinas […] Sin embargo, sólo
hasta la segunda mitad del siglo xvi, a través de
un lento proceso cartográfico y cosmográfico, y
cuando se comprenda que la tierra americana
es un continente autónomo con respecto de
Investigaciones Geográficas, Boletín 62, 2007
Asia y luego se le otorga un nombre que las
individualice, la naturaleza del Nuevo Mundo
tomará su carácter continental” (Urroz, 2001).
Y añade que en 1507 “comenzó a reproducirse y difundirse por toda Europa el mapa
de Waldsemüller donde se establece por vez
primera y de manera definitiva el nombre
de América. Gracias a las cartas vespucianas
que sedujeron a Europa y convencieron a los
letrados alemanes de San Diodato, quienes
juzgaron la contribución de Vespucci a la cartografía más significativa y decisiva que la de
Colón, se castellanizaba el nombre del marino
y científico Amerigo Vespucci para nombrar al
cuarto continente” (Urroz, 2001).
El debate entre la idea de Colón que identificaba las tierras americanas con el extremo
oriente como parte de las Indias y la idea de
Vespucci que postulaba que se trataba de una
cuarta parte del mundo, separada de Asia de
dimensiones continentales, quedó resuelto a
favor del segundo, en un lento y gradual proceso que “aún después de cincuenta años del
primer viaje colombino no se terminaban de
precisar los perfiles de los litorales y espacios
americanos” (Urroz, 2001).
Por lo anterior, se aprecia que Vargas
Martínez ha jugado un papel esencial para
documentar, integrar, enseñar y participar en
el debate sobre la identificación de las tierras
americanas, como una extensión del sureste
asiático, en los mapas de los siglos xv y xvi. Su
fallecimiento, el pasado 4 de marzo de 2006 es
una gran pérdida para el mundo académico
y para el pensamiento latinoamericano. Nos
queda el recuerdo, todavía fresco, del encuentro casual y alegre con Gustavo en los pasillos
de la Facultad de Filosofía y Letras de la unam,
donde hacíamos un alto para intercambiar
puntos de vista sobre los mapas, hablar de las
ideas de Gavin Menzies publicadas en el New
York Times o sobre otros proyectos que había
pendientes. Por último, hay que agregar que
Vargas Martínez abrió el diálogo entre la historia de la cartografía y la de la geografía de
América, de una manera polémica y entusiasta,
175
Héctor Mendoza Vargas
pero rigurosa. Lo mejor es que su obra sea leída
y conocida. Aquí dejamos abierta la invitación
para todos.
Gallez, P. J. (1996), “Atlas Antiguo de América, siglos
xv y xvi”, Imago Mundi, The International Journal for
the History of Cartography, Vol. 48, pp. 222-223.
Notas:
Gallez, P. J. (1988), “Nuevas identificaciones de
Sudamérica en el mapamundi de 1489”, Revista de
Historia de América, ipgh, núm. 106, pp. 121-133.
Sobre algunas de las impresiones de Vargas Martínez de China, véase la entrevista realizada en Buenos
Aires en una “soleada mañana de verano [de 2004]”,
con motivo de su ingreso a la Academia Nacional de
Geografía de la República Argentina, en: Blas Vives
D. y A. Amarillo, 2006.
1
En sus páginas se publicó un obituario, véase
[Reding, 2006].
2
Como sucedió en el homenaje In Memoriam que el
Centro Coordinador y Difusor de Estudios Latinoamericanos de la unam brindó a Vargas Martínez, el
pasado 23 de agosto de 2006.
3
Vargas Martínez también fue editor de los raros
mapas de Friedrich Kunstmann, depositados en la
mapoteca de la Biblioteca Nacional de México, véase:
Kunstmann, 1992.
4
Entre los nombres geográficos que Vargas Martínez
identificaba estaba “México”, en un mapa de Roselli,
de 1506, véase: Vargas, 1995 y 2000.
5
Para el caso de la hipótesis china del descubrimiento de América y el arribo de chinos a una región
llamada Fusang, véase: Vargas, 1990.
6
Los mapas revisados son desde Albertinus de Virga
de 1415, hasta Henricus Martellus de 1489 e incluye,
por supuesto, los de Claudio Ptolomeo de 1482-1486
y el globo de Martín Behaim de 1492.
7
Referencias
Blas Vives D. y A. Amarillo (2006), “Entrevista a
Gustavo Vargas Martínez: Juncos chinos en la cola
del Dragón”, Seda, Revista de Estudios Asiáticos,
núm. 3, Buenos Aires [http://www.revistaseda.com.
ar/seda_03/entrevista.htm: Fecha de consulta, 29 de
enero de 2007]
176
Ibarra Grasso, D. I. (1986), “América del sur en un
mapamundi de 1489”, Revista de Historia de América,
ipgh, núm. 101, pp. 7-35.
Kunstmann, F, K. von Sprunner y G. M. Thomas
(1992), Atlas para el descubrimiento de América, Edición y notas de Gustavo Vargas Martínez, Trillas,
México.
Mendoza Vargas, H. (1997), “América en un mapa
de 1489”, Revista de Indias, Departamento de Historia de América, Instituto Fernández de Oviedo,
Centro de Estudios Históricos/csic, Sevilla, vol. lvii,
núm. 209, pp. 197-199.
Urroz Kanan, R. (2001), América antes de América, Instituto Cultural Helénico, México, Tesis de
licenciatura (Historia) [Asesor: Gustavo Vargas
Martínez]
[Reding, S]. (2006), “In Memoriam. Gustavo Vargas
Martínez (1934-2006)”, Cuadernos Americanos, México, vol. 2, núm. 116, p. 217.
Vargas Martínez, G. (2000), “La Nueva España en
la cartografía europea, siglos xv y xvi”, Mendoza
Vargas, H. (2000), México a través de los mapas, Instituto de Geografía/Plaza y Valdés editores, México,
pp. 15-31.
Vargas Martínez, G. (1995), Atlas Antiguo de
América, siglos xv y xvi, Trillas, México (Linterna
Mágica, 22).
Vargas Martínez, G. (1990), Fusang, Chinos en
América antes de Colón, Trillas, México (Linterna
Mágica, 14).
Héctor Mendoza Vargas
Instituto de Geografía, unam
Investigaciones Geográficas, Boletín 62, 2007
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Disco compacto: Aguirre Sacasa, F. X. (2003),
Un Atlas histórico de Nicaragua/Nicaragua, An
historical Atlas, Colección Cultural de Centro
América, [InForma/Conservation Imaging
Systems Inc.], edición bilingüe, Nicaragua
[cd-rom].
9. Las referencias bibliográficas deben aparecer
al final del escrito, como sigue:
10. Las Notas y Noticias son aquellas dedicadas
a la divulgación de sucesos, eventos académicos relevantes tanto de la Geografía regional,
nacional e internacional, así como de perspectivas de interés geográfico, podrán tener una
extensión de hasta tres páginas.
Publicación periódica: Córdoba y Ordóñez,
J. y A. García de Fuentes (2003), “Turismo,
globalización y medio ambiente en el Caribe
mexicano”, Investigaciones Geográficas, Boletín,
núm. 52, Instituto de Geografía, UNAM, México,
pp. 117-136.
Publicación no periódica: Luke Gallup, J.,
A. Gaviria y E. Lora (2003), Is Geography
Destiny?, Lessons from Latin America, Stanford
University Press/World Bank, Palo Alto, Calif.,
Washington D. C.
Fuentes electrónicas: parecidas a la fuente
habitual, pero al final se pondrá entre corchetes [la liga completa y la fecha de consulta],
ejemplo:
Tort, J. (2004), “Hacia la geografía”, Biblio 3W,
Revista Bibliográfica de Geografía y Ciencias Sociales, Universidad de Barcelona, vol. IX, núm. 538,
5 de octubre de 2004. [http://www.ub.es/geocrit/b3w-538.htm: 10 de octubre de 2004].
(2000), México en el siglo
estadístico), México [cd-rom].
INEGI
XX
(panorama
Dentro del cuerpo del trabajo se preferirá el
sistema de referencia usado comúnmente por
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11. Las Reseñas serán críticas y/o informativas
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y económico; del ambiente y de la tecnología
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Periodicals: Córdoba y Ordóñez, J. y A. García
de Fuentes (2003), “Turismo, globalización y
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Books: Luke Gallup, J., A. Gaviria y E. Lora
(2003), Is Geography Destiny?, Lessons from Latin America, Stanford University Press/World
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Tort, J. (2004), “Hacia la geografía”, Biblio 3W,
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538, 5 de octubre de 2004, [http://www.ub.es/
geocrit/b3w-538.htm: 10 de octubre 2004].
CD: Aguirre Sacasa, F. X. (2003), Un Atlas
histórico de Nicaragua/Nicaragua, An historical
Atlas, Colección Cultural de Centro América,
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edición bilingüe, Nicaragua [cd-rom].
(2000), México en el siglo
estadístico), México [cd-rom].
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Investigaciones Geográficas, Boletín
del Instituto de Geografía, núm. 62,
fue impreso en abril de 2007,
en los talleres de Impretei, S.A. de C.V.
Almería 17, Col. Postal 03400
México, D.F. Del. Benito Juárez
El tiraje consta de 500 ejemplares.
La formación y el cuidado de impresión estuvo a cargo
de Raquel Martínez Campos,
de la Sección Editorial de la Dependencia

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